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Abril 2002 • Número 78 • 55 I Ó NFORMACI PSICOLÒGICA El debate sobre la legalización de las drogas es ya muy antiguo, tanto entre los profesionales y especialistas como en el seno de la sociedad.También es antigua la distinción entre drogas “duras” y drogas “blandas”, que diferencia las sustancias estupefacientes según el deterioro físico y psicológico que provocan en los consumidores y que, por tanto, permite situar el debate en términos de la posible legalización de unas drogas y no de otras. Ahora bien, son pocos los estudios rigurosos que, sin prejuicios previos y argumentos a priori, hacen una aportación científica al debate. Entre las distintas aportaciones al debate cabe destacar el análisis de las consecuencias económicas de las políticas de drogas (Clark, 1992), el análisis de la evolución histórica del consumo y políticas de drogas (Courtwrigth, 1991), y los aspectos legales y las consecuencias sobre la criminalidad (Erickson y Cheung, 1992 ; Graham, 1991 ; Nicholson, 1992).También se han realizado estudios específicos sobre el impacto de un cambio de política de drogas de los gobiernos sobre el consumo, criminalidad y efectos sobre la salud del cannabis en países en que se ha legalizado (Cohen, 1995) o algunos estados de los Estados Unidos donde el cannabis se legalizó entre 1973 y 1978 (Maloff, 1981 ; Slaugther, 1988). Es TEMES D’ESTUDI ¿Legalizar los Porros? Estudio Comparativo sobre el Consumo de Cannabis, Éxtasis y Cocaína en una muestra de Jóvenes Salvador Amigó Borrás 1 1 Facultad de Psicología. Universidad de Valencia. e-mail: [email protected] RESUMEN Este estudio pretende aportar información al debate sobre la legalización de las drogas y, en particular del cannabis, a partir de la administración de una encuesta sobre drogas a una muestra de estudiantes universitarios de primeros cursos, en su mayor parte, que incluye tanto consumidores de cannabis, éxtasis y cocaína, así como no consumidores de ninguna droga. La encuesta se compone de dos parte : una de ellas evalúa rasgos de personalidad y aspectos de la vida personal (calidad de vida, problemas, felicidad, estrategias de afrontamiento del estrés y emocionalidad) y la otra recoge información específica sobre drogas (consumo, efectos a corto y largo plazo, actitudes, motivaciones y preferencias sobre los consejos que sobre el consumo de drogas suelen recibir los jóvenes). La metodología que propone este estudio consiste en la utilización de la información que acabamos de enumerar para contrastar y comparar los distintos aspectos relacionados con el consumo de cannabis, éxtasis y cocaína (consumo, efectos, actitudes, etc.) entre los distintos grupos de consumidores y los rasgos de personalidad y los distintos aspectos personales (calidad de vida, problemas, etc.) entre los distintos grupos de consumidores y entre estos y los no consumidores de drogas. Como hipótesis de trabajo se plantea que este estudio comparativo arrojará luz sobre el debate de la legalización del cannabis, y servirá como guía para nuevas aportaciones sobre la legalización de otras drogas actualmente ilegales. INTRODUCCIÓN posible también contribuir al debate sobre la legalización a partir de estudios epidemiológicos o de encuestas a la población general o a jóvenes consumidores. El problema en este sentido es, como bien apunta Cohen (1996), que este tipo de estudios asumen en su aspecto formal y en su contenido el argumento prohibicionista dominante de la política de drogas que llevan a cabo las autoridades que encargan dichas encuestas. Algunos estudios que se han basado en la aplicación rigurosa, desprovista de prejuicios, de esta metodología, han obtenido resultados importantes y significativos sobre las posibles aplicaciones de los resultados de sus encuestas a la política sobre drogas, en particular, sobre el cannabis y la cocaína (Cohen, 1989 ; Erickson y Weber, 1994 ; Harrison y col., 1995). El presente estudio pretende aportar algunos resultados útiles al debate sobre las drogas, centrándose específica- mente en el cannabis, a partir de una encuesta que reco- ge una amplia variedad de cuestiones relacionadas con el consumo, personalidad de los consumidores y otros aspec- tos personales, como la calidad de vida, cantidad de pro- blemas, capacidad de afrontamiento de los mismos etc. Se trata de preguntar a los jóvenes, tanto consumidores como no consumidores, sobre aspectos relacionados sobre su vida y el consumo de drogas sin asumir una posición Abril 2002 • 55-70 • Número 78 • 55

PSICOLÒGICA TEMES D’ESTUDI ¿Legalizar los Porros? Estudio

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El debate sobre la legalización de las drogas es ya muyantiguo, tanto entre los profesionales y especialistas comoen el seno de la sociedad. También es antigua la distinciónentre drogas “duras” y drogas “blandas”, que diferencia lassustancias estupefacientes según el deterioro físico ypsicológico que provocan en los consumidores y que, portanto, permite situar el debate en términos de la posiblelegalización de unas drogas y no de otras. Ahora bien, sonpocos los estudios rigurosos que, sin prejuicios previos yargumentos a priori, hacen una aportación científica aldebate. Entre las distintas aportaciones al debate cabedestacar el análisis de las consecuencias económicas delas políticas de drogas (Clark, 1992), el análisis de laevolución histórica del consumo y políticas de drogas(Courtwrigth, 1991), y los aspectos legales y lasconsecuencias sobre la criminalidad (Erickson y Cheung,1992 ; Graham, 1991 ; Nicholson, 1992). También se hanrealizado estudios específicos sobre el impacto de uncambio de política de drogas de los gobiernos sobre elconsumo, criminalidad y efectos sobre la salud del cannabisen países en que se ha legalizado (Cohen, 1995) o algunosestados de los Estados Unidos donde el cannabis se legalizóentre 1973 y 1978 (Maloff, 1981 ; Slaugther, 1988). Es

TEMES D’ESTUDI

¿Legalizar los Porros? EstudioComparativo sobre el Consumo de Cannabis,Éxtasis y Cocaína en una muestra de Jóvenes

Salvador Amigó Borrás 1

1Facultad de Psicología. Universidad de Valencia. e-mail: [email protected]

RESUMEN Este estudio pretende aportar información al debate sobre la legalización de las drogas y, en particular del cannabis, apartir de la administración de una encuesta sobre drogas a una muestra de estudiantes universitarios de primeros cursos, en sumayor parte, que incluye tanto consumidores de cannabis, éxtasis y cocaína, así como no consumidores de ninguna droga. Laencuesta se compone de dos parte : una de ellas evalúa rasgos de personalidad y aspectos de la vida personal (calidad de vida,problemas, felicidad, estrategias de afrontamiento del estrés y emocionalidad) y la otra recoge información específica sobredrogas (consumo, efectos a corto y largo plazo, actitudes, motivaciones y preferencias sobre los consejos que sobre el consumode drogas suelen recibir los jóvenes). La metodología que propone este estudio consiste en la utilización de la información queacabamos de enumerar para contrastar y comparar los distintos aspectos relacionados con el consumo de cannabis, éxtasis ycocaína (consumo, efectos, actitudes, etc.) entre los distintos grupos de consumidores y los rasgos de personalidad y los distintosaspectos personales (calidad de vida, problemas, etc.) entre los distintos grupos de consumidores y entre estos y los noconsumidores de drogas. Como hipótesis de trabajo se plantea que este estudio comparativo arrojará luz sobre el debate de lalegalización del cannabis, y servirá como guía para nuevas aportaciones sobre la legalización de otras drogas actualmenteilegales.

INTRODUCCIÓN posible también contribuir al debate sobre la legalizacióna partir de estudios epidemiológicos o de encuestas a lapoblación general o a jóvenes consumidores. El problemaen este sentido es, como bien apunta Cohen (1996), queeste tipo de estudios asumen en su aspecto formal y en sucontenido el argumento prohibicionista dominante de lapolítica de drogas que llevan a cabo las autoridades queencargan dichas encuestas. Algunos estudios que se hanbasado en la aplicación rigurosa, desprovista de prejuicios,de esta metodología, han obtenido resultados importantesy significativos sobre las posibles aplicaciones de losresultados de sus encuestas a la política sobre drogas, enparticular, sobre el cannabis y la cocaína (Cohen, 1989 ;Erickson y Weber, 1994 ; Harrison y col., 1995).

El presente estudio pretende aportar algunos resultadosútiles al debate sobre las drogas, centrándose específica-mente en el cannabis, a partir de una encuesta que reco-ge una amplia variedad de cuestiones relacionadas con elconsumo, personalidad de los consumidores y otros aspec-tos personales, como la calidad de vida, cantidad de pro-blemas, capacidad de afrontamiento de los mismos etc.Se trata de preguntar a los jóvenes, tanto consumidorescomo no consumidores, sobre aspectos relacionados sobresu vida y el consumo de drogas sin asumir una posición

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previa en favor o en contra de las drogas, y permitiendoque puedan expresar abiertamente y en cualquier direc-ción sus opiniones sobre la droga.Esta encuesta ya ha sido utilizada en un estudio anterior(Amigó, 1997), donde mostró ser útil para distinguir lasdiferentes actitudes y comportamientos respecto a la drogapor parte de los consumidores y de los no consumidores.Además, los resultados de dicho estudio arrojaron una ciertaluz sobre aquellos aspectos que son responsables delfracaso generalizado de los programas de prevención delconsumo de drogas. En este caso, la encuesta se aplicaráa una muestra mayor que en el anterior estudio y seanalizarán sus resultados en relación al tema que aquínos ocupa, de forma que podamos concluir si una encuestade estas características puede resultar útil para aportardatos de interés al debate sobre la legalización desde unplanteamiento científico.En buena medida, las cuestiones planteadas en la encuestatratan de valorar el impacto del consumo de determinadasdrogas en la salud, especialmente en sus aspectospsicológicos, ya que como señala Hall (1997), en definitivael debate de la legalización del cannabis se reduce acuestiones de salud. Es decir, si los partidarios de mantenerla actual política prohibicionista sobre la adquisición yconsumo de cannabis llegaran a admitir que su legalizaciónno tiene un impacto negativo económico o criminalizador,su argumento continuaría siendo válido, ya que esgrimiríanel incremento generalizado del consumo y, en últimainstancia, el efecto perjudicial sobre la salud de cualquierade los consumidores. De esta forma, el argumento del efectodel cannabis y, en definitiva, de cualquier droga, sobre lasalud, es una cuestión de primerísimo orden que debecuestionarse en el debate sobre la legalización de las drogas.Así, la metodología aplicada en este estudio consistirá enla administración de una encuesta sobre drogas y aspec-tos personales a un muestra representativa de no consu-midores y consumidores de cannabis, éxtasis y cocaína.Hemos incluido en el estudio el éxtasis y la cocaína porser dos de las drogas ilegales más consumidas en la ac-tualidad por los jóvenes y cuyo consumo sigue en aumen-to. Además, esto nos permitirá comparar las pautas deconsumo, actitudes y aspectos personales relacionados conel consumo para las tres drogas, lo que puede tambiéncontribuir a ofrecer una visión comparativa del efecto re-lativo de cada droga sobre la salud y, en definitiva, aportardatos a favor o en contra de la implementación de unapolítica gubernamental más o menos permisiva sobre suconsumo.

Procedimiento, Método y Sujetos

Materiales

La encuesta sobre drogas que aquí se utilizó constade dos partes : una referida a la personalidad y aspec-tos de la vida personal (calidad de vida, número y tipode problemas, estrategias de afrontamiento del estrés,felicidad, etc.), y la otra relativa a aspectos de consu-mo de drogas (cantidad, frecuencia de consumo, efec-tos a corto y largo plazo, etc.), sobre todo cannabis,éxtasis y cocaína, así como a las actitudes y motiva-ciones para el consumo.

A continuación se enumeran los cuestionarios y es-calas utilizados en la primera parte de la encuesta :

• Cuestionario de Personalidad de Eysenck (EPQ)(Eysenck y Eysenck, 1975).

• Inventario de Calidad de Vida (ICV) (García Riaño,en preparación).

• Inventario de Felicidad de Oxford (OHI) (Argyley Lu, 1990).

• Listado de Problemas (McKay, Davis y Fanning,1981).

• Cuestionario de Modos de Afrontamiento (CS)(Kirsch, Mearns y Cataranzo, 1990).

• Escalas de Afecto Positivo y Negativo (PANAS)(Watson, Clark y Tellegen, 1988).

En la segunda parte, además del nivel y tipo de con-sumo de drogas, se recoge gran variedad de datos res-pecto a las circunstancias del consumo, actitudes,motivaciones y efectos a corto y largo plazo delcannabis, éxtasis y cocaína. Además, se le presentanal encuestado dos textos que informan sobre una dro-ga en cuestión. Un texto aconseja sobre el consumoracional de la droga y supone, por tanto, un consejopermisivo sobre su consumo, mientras que el otro tex-to advierte del peligro que supone dicha droga, lo quese refiere, por su parte, a un consejo no permisivo so-bre el consumo. Se presentan estos dos textos adapta-dos a cada una de las drogas (cannabis, éxtasis y co-caína). A continuación de la lectura de ambos textos,el encuestado debe contestar a las siguientes seis pre-guntas referidas a las tres drogas en cuestión :

1. ¿Cual de los dos mensajes te parece más intere-sante?

2. ¿Cual estarías, de verdad, dispuesto a seguir?

3. ¿Cual te parece más beneficioso para ti?

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4. ¿Cual te crees más?

5. ¿Con cual te identificas más?

6. ¿Cual de ellos darías antes a un amigo que toma___?

Sujetos y procedimiento

La encuesta que se acaba de describir se administróindividualmente o en pequeños grupos a una muestrade 126 jóvenes, con una media de edad de 19,53 años,siendo la mayoría mujeres (60%) y estudiantes de pri-meros cursos de universidad (80%), y el resto estu-diantes de FP o COU o bien empleados. La mitad dela muestra se obtuvo a partir de la participación en elestudio de estudiantes de primeros cursos de universi-dad, siendo que algunos colaboraron con la búsquedade jóvenes que consumieran alguna de las drogas delestudio y que, como ya hemos señalado en varias oca-siones, son el cannabis, el éxtasis y la cocaína. Así, nose trata de un estudio sobre la incidencia del consumode drogas en estudiantes de primeros años de univer-sidad, sino que se ha pretendido obtener una muestrarepresentativa para realizar un estudio comparativoentre no consumidores y consumidores de estas tresdrogas en jóvenes, sobre todo universitarios.

En el CUADRO 1 se describe la muestra de este es-tudio en términos del consumo actual o pasado de unaserie de drogas. Las categorías temporales son exclu-yentes. Así, si alguien había consumido cannabis en elpasado pero ya no lo consumía debía señalarlo en lacategoría “alguna vez”, pero si consumía en la actua-lidad debía marcar únicamente en la categoría “aho-ra”.

Propuesta Metodológica de este EstudioNuestra pretensión fundamental en este estudio es

intentar aportar argumentos científicos al debate so-bre la legalización del cannabis a partir de datos obte-nidos de la administración de una encuesta sobre dro-gas a una muestra de jóvenes. A partir de la informa-ción obtenida, y en vistas a los objetivos apuntados,nos interesa realizar cuatro grupos de análisis compa-rativos en relación a las tres drogas de nuestro estudio,que son el cannabis, el éxtasis y la cocaína. Los tiposde análisis son :

1. Efectos a corto y largo plazo, y tanto positivoscomo negativos, de las tres drogas.

2. Motivaciones para el consumo de cada una delas tres drogas.

3. Actitudes ante las drogas y respuesta a los men-sajes tanto permisivos como no permisivos delconsumo.

4. Comparación entre grupos de consumidores decannabis, éxtasis y cocaína con no consumido-res en aspectos de personalidad y de la vida per-sonal, como calidad de vida, cantidad y tipo deproblemas, emocionalidad, etc.

Nuestra hipótesis de trabajo se basa en que si apare-cen diferencias entre los efectos a corto y largo plazo,o bien en las actitudes y motivaciones, o en aspectosde personalidad o de la vida personal, entre los consu-midores de cannabis y los de las otras drogas o los noconsumidores, esas diferencias pueden arrojar algunaluz sobre las razones a favor o en contra de la legaliza-ción del cannabis. Por ejemplo, si encontramos que

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Cuadro 1: Consumo anterior y actual de drogas en la muestra de este estudio.

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los efectos autoinformados a corto plazo son más po-sitivos para los consumidores de cannabis que para losconsumidores de éxtasis o cocaína, podríamos inter-pretar que el cannabis produce un menor deterioro dela calidad de vida de los que lo consumen que las de-más drogas y, por tanto, este resultado hablaría en fa-

vor de una consideración más permisiva sobre su con-sumo que en el caso de las demás drogas. Se trata, endefinitiva, de una propuesta metodológica que tieneque ser confirmada en posteriores estudios, pero que,según mi opinión, puede legítimamente ser aplicadaen este estudio a partir del material utilizado con el

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Cuadro 2: Efectos a corto y largo plazo del cannabis, éxtasis y cocaína.

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procesos mentales complejos o sensaciones distorsio-nadas se experimentan a menudo, pero en realidad noresultan problemáticas y el consumidor se recuperafácilmente de las mismas cuando desaparece el efectodel cannabis. Otros efectos negativos como la ansie-dad o el retraimiento social se experimentan en todaslas ocasiones sólo un 0,1%, y a menudo un 15 y un19% respectivamente.

El caso de los efectos a corto plazo del éxtasis y lacocaína es bien diferente. Así, si bien las dos drogasprovocan efectos muy positivos a corto plazo, comoson la felicidad (el 55% dicen “siempre” para la co-caína y el 65% para el éxtasis), la euforia (62% dicen“siempre” para la cocaína y el 73% para el éxtasis), laenergía (62% dicen “siempre” para la cocaína y el éx-tasis) o estar sin preocupaciones (69% dicen “siem-pre” para el éxtasis), los efectos negativos a corto pla-zo son muy acusados y molestos. Así, destacan lataquicardia (el 59% dicen “siempre” para la cocaína yel 73% para el éxtasis), el insomnio (el 62% dicen“siempre” para la cocaína y el 73% para el éxtasis) ytensión en la mandíbula (el 51% dicen “siempre” parala cocaína y el 65% para el éxtasis). Así, junto conunos efectos estimulantes positivos y agradables apa-recen síntomas de ansiedad, tensión e insomnio.

Pero la diferencia más destacada entre las tres dro-gas se observa cuando analizamos los efectos a largo

objetivo de contribuir positivamente en el debate so-bre la legalización de las drogas desde un planteamien-to riguroso y científico.

A continuación, presentaremos los resultados obte-nidos para cada tipo de análisis y en la parte final deeste artículo los interpretaremos con detalle.

ANÁLISIS Y RESULTADOS

Efectos de las drogas

En el CUADRO 2 se presentan los efectos autoinfor-mados por los consumidores de cannabis, éxtasis ycocaína, en porcentajes. En la parte superior del cua-dro podemos observar los efectos a corto plazo de lasdrogas y en la parte inferior del cuadro los efectos alargo plazo de las mismas.

Podemos observar que los efectos, tanto a corto comoa largo plazo, son diferentes según el tipo de droga.Así, en términos generales, los efectos del cannabisson en mayor medida positivos, sobre todo en el largoplazo, lo que no es el caso en lo que respecta al éxtasisy cocaína, también en el largo plazo. Pero veamos conmás detalle. En el caso de los efectos a corto plazo delcannabis, el 69% de los consumidores siente bienestara menudo y el 23% siempre. También las risas presen-tan un porcentaje alto. Sensaciones como la sedación,letargia, poca memoria inmediata, dificultad en los

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plazo. Así, mientras que para las tres drogas, los ma-yores porcentajes se observan en “nada” (ningún efectoa largo plazo), la gran diferencia se encuentra en lanaturaleza de aquellos efectos que más han influido alargo plazo. Así, mientras un 45% de los consumido-res de cannabis han informado de efectos positivos delconsumo en el bienestar emocional general y un 50%

en relaciones personales, los porcentajes son claramen-te menores en el caso de los consumidores de éxtasis ycocaína. Así, sólo el 18% informa de efectos positivosen el bienestar emocional general para el éxtasis y el21% para la cocaína, mientras que para las relacionespersonales, el 27% de los consumidores de éxtasis lasconsidera mejoradas con el consumo prolongado y lomismo para el 35% de los consumidores de cocaína.No obstante, en otros aspectos, como en el nivel decomunicación o en el mayor disfrute de las cosas, tan-to los consumidores de cannabis, como los de éxtasisy cocaína informan de un nivel muy similar de efectospositivos del consumo prolongado, alrededor del 40%en el primer caso y del 30% en el segundo. Pero siobservamos los efectos a largo plazo del consumo delas tres drogas en cuanto a mayor fatiga general, des-gaste general, resfriados y enfermedades, depresión yproblemas emocionales, los efectos del consumo

prolongado de éxtasis y cocaína son, en conjunto, peo-res que los producidos por el cannabis.

Motivaciones para el consumo

En el CUADRO 3 se presentan los resultados, en por-centajes, de las motivaciones más frecuentes para elconsumo de las tres drogas.

Observamos que el tipo de motivaciones que condu-cen y mantienen el consumo de las tres drogas es si-milar, destacando los motivos lúdicos, de diversión yde búsqueda de sensaciones. Así, el 46% de los consu-midores de cannabis lo consumen para experimentarplacer, siendo un motivo importante para los consu-midores de éxtasis ((52%) y de cocaína (40%). Unmotivo destacado para el consumo es también la ex-periencia de sensaciones nuevas y diferentes y el de-seo de sentirse “colocado”, con unos porcentajes del53 y 45% respectivamente, para el cannabis, del 47 y43% para el éxtasis y del 37 y 48% para la cocaína.También el 34% de los consumidores de cannabis loconsumen para disfrutar más de la diversión, así comoel 47% de los consumidores de éxtasis y el 40% decocaína. Pero además de la diversión y la búsqueda desensaciones, los consumidores de las tres drogas con-sumen también por otros motivos, como es el “des-

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Cuadro 3: Motivaciones (en porcentajes) para el consumo de cannabis éxtasis y cocaína.

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conectar” de los problemas (el 50% para el cannabis,54% para el éxtasis y 40% para la cocaína), o el facili-tar el contacto social (el 21% para el cannabis, 13%para el éxtasis y 33% para la cocaína). Ahora bien, enmotivos que se apartan de los anteriores, como el sen-tirse libre, el que se obtiene un sentido espiritual de lavida y el que produce un efecto positivo en la vida engeneral, los consumidores de cannabis lo consideranen un 21, 15 y 16% respectivamente, mientras que enel caso del éxtasis y la cocaína, los porcentajes no al-

canzan el 1%. Esto puede reflejar un uso de la drogamás orientado a la realización personal en el caso delcannabis frente al éxtasis o la cocaína, si bien en por-centajes no muy altos.

Actitudes ante la droga y los consejos sobre suconsumo

En el CUADRO 4 se presentan, en porcentajes, lasrespuestas de los consumidores de las tres drogas a

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Cuadro 4: Actitudes y preferencias ante mensajes permisivos y no permisivso sobre drogas enlos grupos de no consumo (NC), consumo actual de cannabis (CAN), de éxtasis (EXT) , decocaína (COC) y de cannabis (CANS).

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distintas opiniones sobre las drogas, lo cual refleja susactitudes frente a las mismas. Hay que señalar que, aefectos comparativos, hemos obtenido las respuestasdel grupo de no consumidores (NC ; N=50) (que in-cluye los no consumidores durante toda su vida de nin-guna droga ilegal y los que consumieron en el pasadoentre 1 y 3 porros pero que nunca consumieron ni nuncamás han consumido ninguna otra droga ilegal), consu-midores actuales de cannabis (CAN ; N=52), de éxta-sis (EXT ; N=11) y de cocaína (COC ; N=20). Peroademás hemos añadido un grupo de consumidoresactuales únicamente de cannabis (N=11). No hay queinsistir en el hecho de que la gran mayoría de los re-sultados obtenidos de todos los análisis realizados eneste estudio corresponden a policonsumidores y quecuando distinguimos entre consumidores de cannabis,éxtasis o cocaína, se trata de una diferenciación a efec-tos expositivos e ilustrativos y no una clasificación degrupos excluyentes, ya que la gran mayoría de los con-sumidores de cocaína y éxtasis son, y no solo en lamuestra de este estudio, consumidores de cannabis.Esto hay que considerarlo a la hora de interpretar cual-quier resultado de este estudio. Ahora bien, en estecaso hemos querido “aislar” a los consumidores decannabis solamente, si bien constituyen un grupo pe-queño (N=11), con el objetivo de comprobar si el con-sumo exclusivo de cannabis implica unas actitudes antelas drogas diferentes que si existe consumo de canna-bis y otras drogas.

En conjunto, podemos concluir que existe una grandiferencia en las actitudes ante la droga y los consejossobre su consumo entre los no consumidores y los con-sumidores de las tres drogas, y también, si bien enmenor grado, entre los consumidores de cada tipo dedroga. Así, el 69% de los no consumidores consideraque la droga es mala, frente al 21% de los consumido-res de cannabis o el 27% de éxtasis. También los noconsumidores consideran en mayor medida que losconsumidores de las tres drogas, que la droga es muypeligrosa para la salud, que es difícil controlar su con-sumo y que debería penalizarse su consumo.

En cuanto a las respuestas a los consejos sobre elconsumo de drogas, en el cuadro se recogen única-mente los porcentajes de acuerdo con el consejo per-misivo sobre el consumo quedando definido por de-fecto, como es lógico, el porcentaje referido al conse-jo no permisivo. En conjunto, observamos que, si bienpara el grupo de no consumidores, existe una mayor

aceptación de los consejos permisivos del consumo decannabis frente al consumo de éxtasis o cocaína, hayque destacar que en relación con las respuestas de losconsumidores de las tres drogas, los primeros sonclarísimamente más partidarios de los consejos prohi-bitivos del consumo para cualquiera de las tres drogasque los segundos, que son más partidarios de los men-sajes permisivos. Esto se interpretó en Amigó (1997)como que los mensajes prohibitivos sobre el consumode drogas podían ser muy bien aceptados por los noconsumidores pero no así por los consumidores, queen buena parte los rechazarían. Ya que la mayor partede los programas de prevención del consumo de dro-gas se basan en mensajes negativos sobre las drogas ypunitivos de su consumo, estos datos se interpretaroncomo una explicación válida del fracaso de la mayoríade los programas de prevención dirigidos a jóvenesque, en realidad, sólo convencerían a los ya convenci-dos, jóvenes que probablemente nunca iban a consu-mir drogas, pero que apenas influirían en los auténti-cos “grupos de riesgo”.

Por otra parte, si comparamos las respuestas entrelos consumidores de las distintas drogas, obtenemostambién algunos resultados interesantes. Así, una pro-porción mayor de consumidores de cocaína piensanque la droga es mala (35%), frente a un 21 y 27% res-pectivamente de los consumidores de cannabis y éxta-sis. Además, el carácter lúdico del consumo de cocaí-na y éxtasis (“hace que te lo pases mejor con los ami-gos”) se pone de manifiesto en un 25 y 54% de consu-midores de cocaína y éxtasis respectivamente frente aun 17% en el caso del cannabis o el 0% para el cannabissolo. También los consumidores de cocaína y éxtasispiensan en mayor medida que la droga es peligrosa encomparación con los consumidores de cannabis y so-bre todo con los de cannabis solo.

En cuanto a la respuesta a los consejos sobre el con-sumo de drogas, los consumidores de cada droga sonespecialmente receptivos a los mensajes permisivoscorrespondientes, a excepción de los mensajespermisivos del consumo de cannabis, que son los másaceptados en términos relativos para todos los gruposde consumidores. En el caso del consumo de cannabis,hay que destacar las importantes diferencias obteni-das entre el grupo de cannabis y el de cannabis solo.Así, los consumidores de cannabis solo aceptan enmayor medida los mensajes permisivos del consumode cannabis pero en menor medida los mensajes

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Cuadro 5: Contraste (pruebas t) en las variables de personalidad y aspectos de la vidad perso-nal entre los grupos de consumidores (cannabis, éxtasis y cocaina) y el grupo de no consumido-res.

permisivos del consumo de éxtasis y cocaína, cuandoson comparados con el grupo de cannabis que, segúnsabemos, incluye también a consumidores de éxtasisy cocaína. Es decir, los consumidores de cannabis solo

se identifican en gran medida con los consejospermisivos (100%) a la vez que les parecen más inte-resantes (81%), pero esto sólo ocurre para un 27 y un18% respectivamente en cuanto a los mensajes del

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éxtasis, frente a un 51 y 46% en el caso del grupo deconsumo de cannabis (que incluye consumidores deéxtasis y cocaína). En conjunto, los consumidores decannabis aceptan mejor los consejos permisivos delconsumo de cannabis pero con una menor aceptaciónrelativa de los mensajes permisivos del consumo deéxtasis y cocaína. Esto es más acusado para el grupode cannabis solo. Podemos por tanto concluir que nohay una propensión importante al consumo de otrasdrogas por parte de los consumidores de cannabis.

Personalidad y aspectos personales de la vida

En este apartado queremos analizar si existen dife-rencias entre los no consumidores y los consumidoresen rasgos de personalidad y aspectos de la vida perso-nal, como son la calidad de vida, el número y tipo deproblemas, la felicidad, los mecanismos de afronta-miento del estrés y la emocionalidad (positiva y nega-tiva). Esto se ha hecho comparando las puntuacionesobtenidas en los mencionados rasgos o aspectos per-sonales de cada grupo de consumidores con el grupode no consumidores. En el CUADRO 5 se presentanlas diferencias obtenidas entre los grupos según el ni-vel de significación estadística, lo que nos permite tam-bién comparar los resultados de los tres grupos de con-

sumidores. Hemos incluido las 13 subescalas del In-ventario de Calidad de Vida y los 10 tipos de proble-mas, además de una puntuación general de calidad devida (IGCV) y de problemas.

En cuanto a los rasgos de personalidad, los resulta-dos son muy claros y coincidentes con los obtenidospara los consumidores de cannabis en Amigó (1997).Así, tanto los consumidores de cannabis, como los deéxtasis y cocaína, puntúan significativamente más altoen los rasgos de psicoticismo y sinceridad que los noconsumidores. El rasgo de sinceridad se ha identifica-do con inconformismo (Amigó, 1997). En cuanto alas demás variables, hay que destacar, en conjunto, quelos consumidores tienen más problemas de todos lostipos que los no consumidores y un mayor deterioroen su calidad de vida, sobre todo en relaciones emo-cionales, físico y trabajo, además de ser menos reli-giosos. No hay diferencias en emocionalidad ni en fe-licidad (a excepción de los consumidores de éxtasis,que son ¡más felices !). En cuanto a las estrategias deafrontamiento, el resultado es muy interesante. Así,los consumidores de drogas no se diferencian de losno consumidores en el uso de las estrategias de evita-ción, pero en el caso de las estrategias activas, tantocognitivas como comportamentales, los consumidores

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Cuadro 6: Predictores del consumo actual de cannabis, éxtasis y cocaína.

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de cannabis y éxtasis pero no los de cocaína las utili-zan significativamente más que los no consumidores.

Si en conjunto los consumidores de drogas tienen másproblemas y menor calidad de vida que los no consu-midores, la pregunta que nos podemos hacer es si elconsumo de drogas es el causante de este deterioro.Esto nos lleva a una cuestión crucial al respecto, y esla relación causa-efecto entre el consumo de drogas ylos problemas y penalidades de la vida. Podemos em-pezar por preguntarnos cuales son los mejorespredictores del consumo actual de drogas. Para ello,hemos realizado una serie de análisis de regresiónlogísticos, clasificándolos en dos grandes grupos. Enel primer grupo de análisis hemos considerando comovariables independientes las subescalas del Inventariode Calidad de Vida y del Listado de Problemas, y comovariables dependientes el consumo actual de cada dro-ga. No hemos incluido las puntuaciones generales delíndice general de calidad de vida y del total de proble-mas para evitar posible colinealidad. En el segundogrupo de análisis se han añadido a las variablespredictoras anteriores los rasgos de personalidad, ac-titudes, estrategias de afrontamiento, felicidad yemocionalidad. Los resultados de estos análisis se en-cuentran en el CUADRO 6, con el primer grupo deanálisis en la parte superior y el segundo en la inferior.Hemos ordenado las variables incluidas en las ecua-ciones de regresión por el orden en que aparecían enel sistema paso a paso y hemos indicado el valor dechi cuadrado y su nivel de significación para cada re-sultado.

Los resultados son interesantes. Por una parte, cuan-do consideramos el primer grupo de análisis, en quese han considerado las subescalas de calidad de vida yproblemas únicamente como variables independien-tes, hemos obtenido un patrón diferenciado de resul-tados para cada droga. Así, ninguna de estas variablespredice el consumo de cocaína. En cuanto al éxtasis,los problemas de trabajo y salud sí parecen ser buenospredictores de su consumo, junto con Cultura y De-presión (subescalas del ICV). Pero es curioso que es-tas dos variables presentan un signo negativo, es decir,que a menor interés por las cuestiones culturales ymenor estado depresivo, mayor probabilidad de con-sumir éxtasis. Por su parte, los mejores predictores delconsumo actual de cannabis son dos subescalas delInventario de Calidad de Vida: aspectos laborales yreligión. Pero los dos con signo negativo. Es decir,

cuanto mejor están adaptados a su ocupación (la ma-yoría de los miembros de la muestra son estudiantesuniversitarios) y menos apoyo buscan en la religión,mayor probabilidad de consumo.

En el segundo grupo de análisis, que añaden a lasanteriores variables las referidas a personalidad, acti-tudes, estrategias de afrontamiento, felicidad y emo-cionalidad, los resultados también muestran unas pau-tas diferenciadas según el tipo de droga. Así, los me-jores predictores del consumo de cannabis son la acti-tud general, dos actitudes específicas (“debería pena-lizarse su consumo” y “quien la consume es que nosabe divertirse sin drogas”), las dos con signo negati-vo, y las estrategias activas cognitivas de afrontamien-to. Los mejores predictores del consumo de cocaínason el psicoticismo y la felicidad (no la ausencia defelicidad). En cuanto al éxtasis, los predictores son muyvariados. Así, son variables de personalidad como In-conformismo, una actitud específica (“hace que te lopases mejor con los amigos”), y como antes, Cultura yDepresión, pero con signo negativo. También son bue-nos predictores las estrategias activas cognitivas y lasde evitación. Este último resultado parece un tantoparadójico, ya que si un individuo afronta los proble-mas empleando estrategias activas cognitivas de afron-tamiento debería emplear significativamente menosestrategias de evitación y no tendría mucho sentidoque las dos fueran predictoras del consumo actual. Peroen nuestra muestra, entre las tres estrategias deafrontamiento (activas cognitivas, activas comporta-mentales y de evitación), solo correlacionan las estra-tegias activas (r=.70 ; p<.001), mientras que las estra-tegias de evitación son independientes de las anterio-res, ya que no correlacionan en absoluto. Así, en nues-tra muestra, se hace compatible el uso de estrategiasactivas con las de evitación, lo cual también podríainterpretarse como una deficiente validez de constructodel instrumento utilizado.

En conjunto, los problemas y el deterioro de la cali-dad de vida de los consumidores de drogas no parecellevarles al consumo de ninguna de las tres drogas, sibien en el caso del éxtasis los problemas de salud y detrabajo pueden estar influyendo en alguna medida. Elconsumo se debe en mayor medida a aspectos actitu-dinales, emocionales y de personalidad. Así, hay quedestacar el Inconformismo como predictor del consu-mo de éxtasis y el psicoticismo en el caso de la cocaí-na, como variables de personalidad; de la felicidad y

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ausencia de depresión en el consumo de cocaína y éx-tasis, respectivamente, como variables emocionales; yde la actitud general ante las drogas y actitudes espe-cíficas relacionadas con la despenalización del consu-mo y la legitimidad del mismo para la diversión en elcaso del cannabis. En cuanto a las estrategias de afron-tamiento como predictoras del consumo, cabe inter-pretar que los consumidores de éxtasis utilizan la dro-ga tanto para afrontar adecuadamente los problemas(estrategias activas cognitivas) como para huir de ellos(estrategias de evitación), mientras que los consumi-dores de cannabis habrían incorporado su consumocomo una forma de afrontamiento del estrés, ya quelas estrategias activas cognitivas de afrontamiento sonun buen predictor del consumo.

Todo lo anterior hace pensar que, en conjunto, losproblemas no son los determinantes del consumo deestas drogas, si bien no es necesario insistir en el he-cho de que el análisis de regresión no permite estable-cer relaciones causales. Pero el análisis cuidadoso deestos resultados y de otros obtenidos en apartados an-teriores, nos induce a pensar que los consumidores dedrogas de nuestra muestra utilizan la droga no paraevadirse de la realidad, como comunmente se entien-de, sino para divertirse, experimentar cosas nuevas,desconectar de problemas a la vez que afrontarlos másconstructivamente. Esto último sería especialmenterelevante en el caso del cannabis. También el buen es-tado de ánimo (baja depresión y felicidad) puede in-ducir al consumo de éxtasis y cocaína. Ahora bien,¿por qué los consumidores tienen más problemas ymenor calidad de vida que los no consumidores ? ¿Talvez esto es debido al consumo de drogas ? Esto no esprobable, al menos en todos los casos. Así, mientraslos problemas de salud y trabajo de los consumidoresde éxtasis pueden ser debidos, en parte, a los efectosnegativos a largo plazo de consumo del que ellos in-forman, en el caso del consumo de cannabis, no esprobable que el mayor índice de problemas sea debi-do al consumo, ya que estos consumidores informa-ban de efectos mayormente positivos a largo plazo delconsumo prolongado. Es más probable que el consu-mo de cannabis funcione como un “amortiguador” oestrategia de afrontamiento del estrés, incorporada asu bagaje de estrategias activas cognitivas de afronta-miento del estrés y los problemas. Si bien la relacióncausa-efecto entre consumo de cannabis y deteriorode la calidad de vida sigue siendo una cuestión abiertaa debate e investigación, existe cierta evidencia de que

los problemas y dificultades de la vida pueden ser an-teriores y no posteriores al consumo de cannabis (parauna revisión de estudios longitudinales, ver Kandel,1978a, b ; 1980).

Conclusiones y DiscusiónEl cannabis es la droga ilegal más consumida en la

población general. Así, según la Encuesta domicilia-ria sobre el uso de drogas de 1997 del Plan Nacionalsobre Drogas, perteneciente al Ministerio del Interior,un 11,3% de la población dice haberla consumido al-guna vez, un 5,8% en el último año y un 2,2% en elúltimo mes. El rango de edad de mayor consumo en elúltimo año es de 19 a 24 años con un 16%. En la En-cuesta sobre drogas a la población escolar de 1997 delPlan Nacional sobre Drogas, el 26% dice haberlo pro-bado alguna vez, el 23,2% en el último año y el 2,6%en el último mes. El consumo de éxtasis en esta mues-tra es del 3,9% en el último año, y el de cocaína el de2,6% en el último año, sensiblemente inferiores al con-sumo de cannabis. Desde 1994 hasta 1996 se ha cons-tatado un aumento del consumo de cannabis, éxtasis ycocaína en la población escolar. Además, durante esosaños se han producido algunos cambios en las actitu-des y percepción de riesgo de los escolares. Así, entre1994 y 1996 disminuyó ligeramente el riesgo percibi-do del consumo habitual o esporádico de ciertas dro-gas y, por otra parte, se rechazan en menor medida lasconductas de consumir de los compañeros.

En un estudio auspiciado por el Ayuntamiento deValencia se observan claras tendencias y cambios enla actitud de la población escolar entre los años 1994 y1996 (Valderrama y cols., 1997). Este resultado es re-levante ya que la muestra de nuestro estudio se ha ob-tenido también en la ciudad de Valencia. Entre otrascosas, el citado estudio señala, durante esos años, unaumento de la actitud tolerante a las drogas. Así, en1994 sólo un 9,8% afirmaban que las drogas produ-cían o podían producir efectos positivos, frente a un28,4% que lo pensaban en 1996. Además, ha dismi-nuido la consideración de la capacidad adictiva de lasdrogas o del daño que puedan ocasionar al rendimien-to académico o la salud, ha aumentado la actitud posi-tiva hacia el hecho de probarlas y de legalizarlas, asícomo la tolerancia hacia los compañeros que consu-men drogas. En definitiva, y tal como concluye el es-tudio, el consumo de drogas ilegales es admitido pau-latinamente como un elemento normal en la vida dia-ria .

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En definitiva, en estos estudios recientes se constata,por una parte, el aumento progresivo del consumo delas drogas que se consideran en el presente estudio y,por otra parte, una mayor tolerancia hacia el consumoy una actitud más favorable hacia su aceptación socialy la legalización. Frente a esta realidad caven dos al-ternativas : el incremento considerable de las campa-ñas informativas y de prevención del consumo de dro-gas, o bien la asunción de que el mayor consumo yactitud favorable de los jóvenes en los últimos añosrequiere una actuación más ajustada a la realidad porparte de los profesionales y los políticos. En este últi-mo caso, campañas informativas encaminadas a la re-ducción del daño que el mal uso de las drogas puedeproporcionar, parece más razonable en comparacióncon la estrategia de intentar contrarrestar esta tenden-cia juvenil con innumerables y en la mayoría inefica-ces campañas de prevención basadas en los mensajesamenazadores y punitivos del consumo (Amigó, 1997).

Si bien las estrategias de reducción de daño no impli-can la legalización de las drogas, sí podemos estable-cer alguna relación, ya que la legalización reduciría elriesgo de efectos negativos debidos a adulteraciones yla criminalización de la conducta de adquisición y con-sumo de drogas (Peele, 1995). Y esto nos conduceinexorablemente a plantearnos el debate sobre la lega-lización de las drogas. Este debate se ha venido con-duciendo desde estudios sobre la evolución históricadel consumo de drogas y la repercusión que los cam-bios en la política de drogas han tenido en determina-dos países en relación con los índices de consumo,salud y criminalidad. En menor medida se han hechocontribuciones a este debate a partir de estudiosepidemiológicos o basados en encuestas sobre el con-sumo de drogas y aspectos relacionados. En ocasio-nes, los resultados de estos estudios han servido paraproponer una determinada política de drogas desde lasinstancias oficiales pertinentes (Cohen, 1990; Harrisony cols., 1995).

El estudio que aquí presentamos pretende ofrecer unametodología de estudio sobre las drogas y aspectosrelacionados, basada en la administración de encues-tas, intentando aportar información relevante, desdeel rigor científico, al debate sobre la legalización. Eneste caso nuestro objetivo de estudio se limita a la le-galización del cannabis. Se trata de una metodologíano exenta de problemas (dificultad en establecer rela-ciones causa-efecto, en el tipo y extensión de la mues-tra, en la comprensión y cumplimentación adecuada

de las cuestiones planteadas en la encuesta, etc.) peroen todo caso útil y relevante para dicho objetivo, sobretodo si se combina con otras estrategias complemen-tarias de investigación.

Nuestra estrategia ha consistido en la administraciónde una amplia encuesta compuesta de cuestiones rela-cionadas con las drogas (consumo, actitudes, motiva-ciones, etc.) y de otras de carácter personal y social(rasgos de personalidad, calidad de vida, problemas,estrategias de afrontamiento del estrés, etc), a unamuestra de jóvenes (sobre todo universitarios) com-puesta por no consumidores y consumidores de todoslos niveles de cannabis, éxtasis y cocaína. La compa-ración entre los patrones de respuesta entre los distin-tos grupos de consumidores de drogas y de ellos enrelación a los no consumidores, así como el estudio dela relación entre factores de personalidad y personalesy sociales, por una parte, y aspectos relacionados alconsumo de drogas, por otra, constituyen la estrategiafundamental para dilucidar aspectos que aporten da-tos significativos en el debate de la legalización.

Los resultados de esta estrategia, y que aquí han sidopresentados, se resumen en las siguientes conclusio-nes generales:

1. Los efectos a corto y largo plazo son en buenaparte diferentes según de qué droga se trate. Así,los efectos a corto plazo del cannabis son fun-damentalmente positivos (bienestar, risas), ya quetanto la ansiedad como el retraimiento social sedan en pocas ocasiones (sólo un 15 y un 19%respectivamente reconocen que lo experimentan“a menudo” y no llega al 1% quienes lo experi-mentan “siempre”). Algunos efectos como el de-terioro motor, letargia o percepciones distorsio-nadas, no se experimentan necesariamente comoefectos negativos y desaparecen relativamentepronto. En cuanto al consumo de éxtasis y cocaí-na, los consumidores informan de efectos muypositivos a corto plazo (felicidad, euforia, ener-gía) pero también muy negativos (taquicardia, ten-sión en las mandíbulas, insomnio). En cuanto alos efectos a largo plazo, las diferencias son másacusadas. Así, mientras los consumidores de can-nabis informan de unos efectos claramente máspositivos que negativos en cuestiones como elbienestar emocional general, las relaciones per-sonales o el disfrute de las cosas, los consumido-res de éxtasis y cocaína informan de diferencias

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menores e incluso de mayores efectos negativosque positivos (por ejemplo, en seguridad en símismos). Además, estos últimos consumidoresinforman de mayores niveles de fatiga general,desgaste general, enfermedades, depresión o pro-blemas emocionales como resultado del consu-mo prolongado de droga que los consumidoresde cannabis.

2. En cuanto a las motivaciones para el consumo,éstas son muy similares para las tres drogas, des-tacando la experimentación de sensaciones nue-vas, el estar “colocado” o la diversión. Tambiénes utilizada por todos los consumidores para “des-conectar” de problemas. Por su parte, los consu-midores de cannabis lo toman también por moti-vos de realización personal, como el sentirse li-bre, tener un sentido espiritual o disfrutar de losefectos positivos generales que produce en susvidas.

3. En cuanto a las actitudes, los consumidores deéxtasis y cocaína son más conscientes del peligroque supone el consumo de droga y tienen un sen-tido más lúdico de su uso (“hace que te lo pasesbien con los amigos”) que los consumidores decannabis. En cuanto a los consejos sobre el con-sumo de drogas, todos los consumidores aceptanen mayor medida los consejos permisivos sobreel consumo de cannabis que sobre el consumo deéxtasis o cocaína, lo cual es especialmente rele-vante para los consumidores únicamente de can-nabis. En el caso de la cocaína, la mayoría (55%)estaría más dispuesto a aceptar un mensaje que leprohiba el consumo frente a un mensaje permisi-vo del mismo. Estos resultados puedeninterpretarse como que los consumidores de can-nabis no están muy predispuestos al consumo deéxtasis y cocaína pero sí al consumo racional decannabis, lo que no confirmaría la hipótesis de la“escalada” según la cual el consumo de cannabisconduce al interés y consumo de otras drogas “du-ras”.

4. En cuanto al estudio comparativo de los aspectosde personalidad y personales y sociales, hay quedestacar que, en conjunto, todos los consumido-res puntúan significativamente más alto enpsicoticismo e inconformismo que los no consu-midores, y tienen más problemas y un déficit en

algunos aspectos de su calidad de vida tambiénrespecto a los no consumidores. Si esto último escausa o efecto del consumo de drogas es algo dis-cutible, si bien el conjunto de resultados aquí ob-tenidos sugiere que, sobre todo para los consumi-dores de cannabis, el consumo de droga se ha in-corporado a su repertorio conductual para el afron-tamiento de los problemas y el estrés mayor queel que poseen los no consumidores. Dicho de otromodo, sobre todo en el caso del cannabis, su con-sumo podría tener un efecto “amortiguador” delestrés y, por tanto, positivo en el joven, si bienesta cuestión requiere mayor investigación.

Después de resumir las conclusiones más destacadasobtenidas de este estudio, es momento de hacerse lapregunta fundamental que ha guiado toda esta tareainvestigadora : a la luz de estos resultados, ¿podría-mos concluir algo respecto a la conveniencia o no dela legalización del cannabis ? Si tenemos en cuentatodo lo anteriormente enunciado, y sabemos que, encontraste con las otras drogas, los efectos a corto pla-zo del cannabis son positivos e innocuos, sus efectos alargo plazo son en mucha mayor medida positivos quenegativos, si entre las motivaciones se encuentran as-pectos relacionados con la realización personal, si losconsumidores de cannabis tienen una actitud generalpositiva hacia las drogas y en particular hacia los con-sejos que recomiendan el consumo controlado y ra-cional de cannabis frente a los mensajes punitivos, ysi el consumo de cannabis puede ejercer una influen-cia positiva en el afrontamiento de los problemas y elestrés, la respuesta es clara : no hay ninguna razón paraseguir prohibiendo el cannabis.

En un estudio anterior (Amigó, 1997) hacíamos unrepaso recopilatorio sobre un amplio estudio llevado acabo en 1982 por el Instituto de Medicina de la Salud,por orden de la Academia Nacional de Ciencias de losEstados Unidos, llegando a la conclusión de que losefectos perjudiciales para la salud física y mental delconsumo de cannabis son mínimos, cuando noinexistentes, y que sus posibilidades terapéuticas enmedicina son muy prometedoras. Por otra parte, repa-sábamos también con detalle la experiencia holandesade la legalización del cannabis que relataba Cohen(1995), llegando a la conclusión de que la nueva polí-tica permisiva en Holanda y sus resultados positivospodían y debían extrapolarse a nuestra población.

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También algunos autores han reconocido la visióndistorsionada y exagerada de los que han insistido enlos peligros del cannabis (Day y Leonard, 1985). Escurioso observar que hace tiempo un autor calculó quela proporción de fumadores de marihuana en Marrue-cos que padecían psicosis era del cinco por mil(Benabud, 1957), lo que según Grinspoor y Bakalar(1993) es una cifra menor que la tasa de todas las psi-cosis en la población de otros países, lo cual hablaría afavor de un efecto protector de la marihuana respectoa las psicosis. Esto quedaría avalado por algunos re-sultados experimentales con ratas que muestran unposible efecto antipsicótico del cannabidiol (Zuardi ycols, 1991). Si bien la marihuana puede exacerbar lastendencias psicóticas de personas con predisposicióno con pacientes esquizofrénicos (Treffert, 1978), nopuede establecerse en términos generales una relacióncausa-efecto entre el uso del cannabis y la psicosis(Thornicroft, 1990).De lo obtenido en este estudio se puede concluir que

el cannabis no sólo puede tener unos buenos efectosclínicos y médicos (para una reciente revisión biblio-gráfica sobre el uso terapéutico del cannabis, ver Pate,1995), sino también puede ser beneficioso para la po-blación general, o al menos para aquella que represen-ta nuestra muestra de estudiantes universitarios. Si losjóvenes, como antes hemos señalado, cada vez tienenactitudes más permisivas sobre el consumo de drogasy más favorables sobre su legalización, y si ademásconsumen en una proporción elevada el cannabis, con-tinuar con estrategias prohibitivas, atemorizantes ycriminalizadoras, no parece ser una forma muy racio-nal y eficaz de afrontar la cuestión por parte de losprofesionales y especialistas en drogas y de las autori-dades políticas. Ahora bien, ¿los resultados obtenidos en este estu-

dio son favorables al mantenimiento de la política ac-tual de rechazo y prohibición de drogas como el éxta-sis o la cocaína ? No necesariamente. Si bien hemosconcluido la no justificación de la prohibición de laadquisición y consumo de cannabis contrastando laspautas de consumo y aspectos relacionados con lasrelativas al consumo de éxtasis o cocaína, es precipi-tado concluir que estas dos últimas drogas resultanesencialmente nocivas y deben ser prohibidas. De he-cho, en un estudio similar en el que se comparan losefectos y patrones de consumo del cannabis y la co-caína en Holanda, se llega a la conclusión que sería

acertado por parte de las autoridades políticas la pues-ta en marcha de una política permisiva sobre el consu-mo de cocaína similar a la diseñada para el cannabis(Cohen, 1990). Más investigación es necesaria paraentender los aspectos personales y sociales relaciona-dos con el consumo de estas sustancias antes de con-cluir nada al respecto.Hemos ofrecido aquí una metodología de estudio del

consumo de drogas y aspectos relacionados que pue-de aportar un rigor científico a la hora de contribuiradecuadamente al debate de la legalización, que nodebe ser tan solo un debate de ideas y especulaciones,sino de contenidos científicos. Los resultados aquíobtenidos junto con otro tipo de resultados de estu-dios e investigaciones desde otras vertientes nos hanllevado a considerar la no justificación de la actualpolítica prohibicionista de la adquisición y consumode cannabis. Queda ahora un largo camino para con-firmar o no estos resultados en futuras investigacionesy para aplicar una metodología similar con el resto delas drogas actualmente ilegales.

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