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D. Miguel Molina Aguilera Emilio Fernández, 10 Príego de Córdoba, lo Febrero 1957 rv g acci61 ces .hato 91.21.49 444 dee ar milla* de 1445,14 Ari. VI SE PU8L1041 LOS DOWN$Q0 Núm.. 228 a Pan /Manuel, o la amistad Evocación Decía un comentador de Thomas Carlyle que la vida de los héroes ofrecía coyuntura propicia para tra- zar diseños deslumbrantes, y el viz- conde de Chataubriand que se creía un genio—y realmente lo era—en un momento, no sabemos si debili- tando o exaltando su insoportable vanidad, dijo que la biografía de un grande hombre estaba al alcan- ce de cualquiera. Algo de verdad debe haber en esto al comprobar la dificultad de trazar, a vuela-pluma y apremiado por el tiempo y el espacio, unas li- neas perfilando un aspecto parcial y limitado de la vida de D. Manuel Guardia Lobato, sin más acicate ni estímulo que el dolor y la consterna- ción producidos por su muerte Decir de él que hizoel bien que pudo y mal a nadie, y que dejó entre los que le trotaron y otros mas que le cono- cían de referencia, estelas imborrables de cariño y simpatía, es decir bastante, es decir mucho en estos tiempos azarosos que vivimos, pero no es decir lo su- ficiente. Para el bosquejo de su persona falta material externo y aparatoso, por que no lo hubo. Su vida transcurrió en un marco reducidísimo, suave y plácidamente, sin que fuera jalonada por hitos señeros o llamativos. De aquí que haya que reali- zar un análisis introspectivo adentrándose en su profunda humanidad para des- cubrir valores y virtudes que,sin ese esfuerzo, permanecerían inéditos.Nuestro llo- rado paisano, sin proponérselo, y acaso sin conciencia—y no es este el menor de sus méritos—de lo que se estaba gestando, realizó una obra que honra a Priego, que honra a España y que—lo digo sin hipérbole—honra a todo el mundo. Esta obra está condensada en una denominación: la Casa Guardia, y si hubiera que asignarle un rótulo jurídico, yo la clasificaría como Institución de la Amistad, sin otra rectoría que la del corazón abierto y fraterno de su dueño, ni más regla- mentaciones ni Estatutos que los que in pectore se dictaban a sí mismos, tan pronto se percataban del ambiente, los que tenían el honor de ser recibidos en la misma. Allí no se establecía discriminación alguna Bastaba la mera presenta- ción, que ya de por sí era garantía de conducta honesta, y aún en los tiempos en que la separació, entre las distintas jerarquías profesionales estaba mucho más acentuada, todos, sin la menor distinción, eran igualmente acogidos. Médicos, Jurídicos, Maestros con otras personas de relieve local, constituían la habitual tertulia. Y lo realmente sorprendente es que en el transcurso de los años y la con- tinuada renovación de personas, jamas se registró un percance. Todos—perso- nas cultas—tenían sus criterios, sus prejuicios y sus opiniones frecuentemente en- contradas, pero todos la deponían al traspasar el umbral de la casa, y—sin ins- trucción ni amonestación previa—nunca se oyó frase ni concepto mortificante para nadie, presente, ni ausente. Y así pudo atravesar, imperturbable, las más procelosas tormentas, sin quebranto ni resentimiento de la cordialidad, que era (Pasa a la pág. 6.a) A la memoria de D. Manuel Guardia Lobato, con cuya amis- tad nos distinguió tanto. Calladamente, con un rayo de dolor en el umbral, llegó a su hora. Enamo-: rada de su vida, penetró silenciosa- mente, en aquel preliminar de la ma- ñana, y, mientras dormia, apretó su pecho, caudal de todos los cariños y dulzuras. Ella puso un instante de es- panto en su garganta y sus ojos, des- pidiendo a la vida desatenta, que se le escapaba en un suspiro, se llenaron de la última ternura. Y allí se nos quedó, al filo de la incierta madrugada, yerto y frío, dejándonos con su corazón, aho- ra roja amapola con latido de escar- cha, todas las soledades, Se marchó para siempre el amigo y ya ninguna brisa reemplazará la eter- na sequía de su ausencia que dejó, en el cielo del amanecer, un deseo inaca- bable de llorar. Tan breve Aré su as- censión presentida, que se extinguió sin tiempo a la nostalgia, tan dulce en su tormento. Otrora no queda a nues- tro afán sino buscar huellas a su ca- mino de luz y recobrarlo a la memoria teniéndolo delante, gozo y dolor de ho- ra: pasada, con las formas que el re- cuerdo deposita en el espacio. Y que desde el silencio, sombra inmensa de los muertos, contemple una primavera del alma, renaciente de sencilla leal- tad que, en fecunda gestación de cada día, f .é el norte de su vida. Así brota- rá luminosa su presencia, en un trinar de abril estremecido, del constante re- cuerdo de su ausencia. Y, con ello, nue- vamente, para esperada miel labrada cera. a. e.

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D. Miguel Molina AguileraEmilio Fernández, 10

Príego de Córdoba, lo Febrero 1957

rvgacci61 ces .hato 91.21.49 444 dee armilla* de 1445,14

Ari. VI SE PU8L1041 LOS DOWN$Q0 Núm.. 228

a

Pan /Manuel, o la amistad EvocaciónDecía un comentador de Thomas

Carlyle que la vida de los héroesofrecía coyuntura propicia para tra-zar diseños deslumbrantes, y el viz-conde de Chataubriand que se creíaun genio—y realmente lo era—enun momento, no sabemos si debili-tando o exaltando su insoportablevanidad, dijo que la biografía deun grande hombre estaba al alcan-ce de cualquiera.

Algo de verdad debe haber enesto al comprobar la dificultad detrazar, a vuela-pluma y apremiadopor el tiempo y el espacio, unas li-neas perfilando un aspecto parcialy limitado de la vida de D. ManuelGuardia Lobato, sin más acicate niestímulo que el dolor y la consterna-ción producidos por su muerte Decirde él que hizoel bien que pudo y mala nadie, y que dejó entre los que letrotaron y otros mas que le cono-cían de referencia, estelas imborrables de cariño y simpatía, es decir bastante,es decir mucho en estos tiempos azarosos que vivimos, pero no es decir lo su-ficiente.

Para el bosquejo de su persona falta material externo y aparatoso, por que nolo hubo. Su vida transcurrió en un marco reducidísimo, suave y plácidamente, sinque fuera jalonada por hitos señeros o llamativos. De aquí que haya que reali-zar un análisis introspectivo adentrándose en su profunda humanidad para des-cubrir valores y virtudes que,sin ese esfuerzo, permanecerían inéditos.Nuestro llo-rado paisano, sin proponérselo, y acaso sin conciencia—y no es este el menor desus méritos—de lo que se estaba gestando, realizó una obra que honra a Priego,que honra a España y que—lo digo sin hipérbole—honra a todo el mundo. Estaobra está condensada en una denominación: la Casa Guardia, y si hubiera queasignarle un rótulo jurídico, yo la clasificaría como Institución de la Amistad, sinotra rectoría que la del corazón abierto y fraterno de su dueño, ni más regla-mentaciones ni Estatutos que los que in pectore se dictaban a sí mismos, tanpronto se percataban del ambiente, los que tenían el honor de ser recibidos enla misma. Allí no se establecía discriminación alguna Bastaba la mera presenta-ción, que ya de por sí era garantía de conducta honesta, y aún en los tiempos enque la separació, entre las distintas jerarquías profesionales estaba mucho másacentuada, todos, sin la menor distinción, eran igualmente acogidos. Médicos,Jurídicos, Maestros con otras personas de relieve local, constituían la habitualtertulia. Y lo realmente sorprendente es que en el transcurso de los años y la con-tinuada renovación de personas, jamas se registró un percance. Todos—perso-nas cultas—tenían sus criterios, sus prejuicios y sus opiniones frecuentemente en-contradas, pero todos la deponían al traspasar el umbral de la casa, y—sin ins-trucción ni amonestación previa—nunca se oyó frase ni concepto mortificantepara nadie, presente, ni ausente. Y así pudo atravesar, imperturbable, las másprocelosas tormentas, sin quebranto ni resentimiento de la cordialidad, que era

(Pasa a la pág. 6.a)

A la memoria de D. Manuel

Guardia Lobato, con cuya amis-

tad nos distinguió tanto.

Calladamente, con un rayo de dolor

en el umbral, llegó a su hora. Enamo-:

rada de su vida, penetró silenciosa-

mente, en aquel preliminar de la ma-

ñana, y, mientras dormia, apretó su

pecho, caudal de todos los cariños y

dulzuras. Ella puso un instante de es-

panto en su garganta y sus ojos, des-

pidiendo a la vida desatenta, que se le

escapaba en un suspiro, se llenaron de

la última ternura. Y allí se nos quedó,

al filo de la incierta madrugada, yerto

y frío, dejándonos con su corazón, aho-

ra roja amapola con latido de escar-

cha, todas las soledades,

Se marchó para siempre el amigo y

ya ninguna brisa reemplazará la eter-

na sequía de su ausencia que dejó, en

el cielo del amanecer, un deseo inaca-

bable de llorar. Tan breve Aré su as-

censión presentida, que se extinguió

sin tiempo a la nostalgia, tan dulce en

su tormento. Otrora no queda a nues-

tro afán sino buscar huellas a su ca-

mino de luz y recobrarlo a la memoria

teniéndolo delante, gozo y dolor de ho-

ra: pasada, con las formas que el re-

cuerdo deposita en el espacio. Y que

desde el silencio, sombra inmensa de

los muertos, contemple una primavera

del alma, renaciente de sencilla leal-

tad que, en fecunda gestación de cada

día, f .é el norte de su vida. Así brota-

rá luminosa su presencia, en un trinar

de abril estremecido, del constante re-

cuerdo de su ausencia. Y, con ello, nue-

vamente, para esperada miel labrada

cera.

a. e.

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Estos servicios a domicilio se consideran de primera categoríay se cobrarán a doble precio

icaCit/DaDlya Yo CIECI cn

...La Misa de hoy es: Domingo V des-pués de Epifanía. Rito, doble. Orna-mentos, verdes. 2.° oración, de SantaEscolástica.

...En la última reunión de la ComisiónMunicipal Permanente, del día 4, tansolo se tomaron acuerdos de trámitesadministrativos.

...El Boletín INFORMATIVO de laHermandad de Labradores y Ganade-ros, pone en conocimiento de todos losolivareros del término, afectados porel tratamiento contra el «ARAÑUELO»que el Sindicato Provincial del Olivoha remitido a dicha Hermandad parasu fijación en el Tablón de Anuncios,listas con el número de olivos tratadosy cantidad a pagar por cada beneficia-rio, cuya fumigación les ha sido hechapor las Compañías «Tratamientos Agrí-colas S. A.» y «Oficina Agrícola S.S.».Que el plazo para hacer efectivas es-tas cantidades, expirará antes del día28 de los corrientes; transcurrida di-cha fecha, el débito pasará a la Agen-cia Ejecutiva del citado Sindicato, pa-ra su cobro por vía de apremio, segúnindica aquel Organismo.

Nota de la Dirección

Se han recibido cartas, artículosy composiciones poéticas en estaDirección del semanario, que care-cen de firma o vienen ocultas bajoun seudónimo.

Una vez más lo decimos claro:ADARVE, no puede publicar nada,cuyo autor sea desconocido paraesta Dirección. Lo impone así la vi-gente Ley de Prenso.

Los 333

fisociación de amigos de la niñez

Socios premiados en los primerossorteos del mes de Febrero:

Julio Jorge Siles, Banco Central.Cristóbal Muré, «Casa Juanico».Antonio Ordóñez.Francisco Calvo, H. de Toledo.José M. a Velástegui, O. Caballero.Emila Serrano, Lozano Sidro.

La Sociedad al habla

Viajeros

Llegó de Madrid y otras capitales, elPresidente del Consejo de Administra-ción de «Textil del Carmen, S. A,» donJosé Linares Montero.

Nueva Perito Mercantil

La Srta. Celia Cabezas Ocaña haterminado, con brillantes notas, el Pe-ritaje Mercantil en la Escuela de Co-mercio de Granada.

Natalicios

D.° María Teresa Bergillos Arjonaesposa de D Fermin Samaniego Caba-llero, ha dado a luz un niño imponién-dosele el nombre de José Luís.

La Sra. de D. Manuel González To-rralvo, de soltera Aurora ValverdeGonzález de Molina, ha tenido un ni-ño siendo solemnemente bautizado yrecibiendo el nombre del padre.

Ha tenido el segundo fruto de su ma-trimonio — una niña, que se llamaráConcepción — D.° Sacramento LópezGonzález, esposa de D. Antonio Ruiz.

También ha dado a luz una niña, re-cibiendo el nombre de Virginia, doñaRocío Abalos Malagón, esposa de donJosé Muré Burgos.

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N ECROLÓGICA

Don Manuel Guardia lobato

En la madrugada del pasado martes,día 5, falleció en esta ciudad Don Ma-nuel Guardia Lobato, Doctor en Dere-cho, a la edad de 75 años y conforta-do con los Auxilios Espirituales.

Su muerte ha sido muy sentida, porel afecto sincero que le profesaban lamayoría de los prieguenses y por lo re-pentino del fatal desenlace.

El Sr. Guardia Lobato, fué Juez Mu-nicipal por espacio de 29 años y se des-tacó su administración de justicia porel recto proceder, que no atendía a losnumerosos amigos y conocidos queeran cuantos deponían ante los Tribu-nales el litigio de sus problemas civileso criminales. Cuéntase como hecho

Captando bajitoQuerido comunicante:

Yo me siento muy honradopor que a mi te dirigieraspara salvar aquel árbol.Hasta la Fuente del Reypresto fuí para evitarloy llegué tarde; yacía,cual coloso, derribado.Pena me dió ver su tronco—mil corazones grabados—sin hojas para sus brisasni ramas para sus pájaros.

Cien años con él se han idobajo el acero afilado.La cascada de la Fuenteconmigo estaba llorando.

Zumele cle Ba Vida

emotivo, que revela su justicia y sucaridad, que en alguna ocasión díó alpresunto condenado, la cantidad nece-saria para que después pudiera satis-facer la multa, que no tenía otro re-medio que imponer como Juez.

Por eso se había granjeado amigosentre todos los grupos sociales, y sufamosa y conocida «tertulia de Guar-dia» se vió siempre concurrida conamigos verdad que exponían sus opi-niones más dispares sin que surgierala más leve contrariedad.

El entierro de Don Manuel Guardia,ha sido, quizá, el exponente más clarodel afecto que se siente por un ser quese marchó para regiones eternas. DonManuel, no, deja familiares a quieneshabía necesidad de cumplimentar, sinembargo, la conducción de su cadáver,hasta el lugar de reposo fué algo noacostumbrado por la tradición de estepueblo. Nadie quiso dejarle solo y to-dos se sintieron amigos íntimos, deu-dos o hijos que llevaban a un entraña-ñable ser al descanso eterno.

Allí iban las autoridades, encabeza-das por los Sres. Alcalde y Jueces de1.a Instancia y Municipal, con la Curiacompleta del Partido Judicial, grannúmero de Concejales, Notarios, Re-gistrador de la Propiedad, Teniente deLínea de la Guardia Civil, Comandan-te de Puesto, todos sus amigos que fre-cuentaban la tertulia y... Priego, en si-lencio, y... rostros de hombres surca-dos por la emoción...

Bajo la Cruz Parroquial de las Mer-cedes y con el Clero total de Priego,descendió un amigo... un caballero... alcamposanto de su pueblo querido.

Descanse en la paz del Señor.

Yoad Yhatía

Movimiento demográficoNacimientos, 16 - Defunciones, 10.

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2acena

10 de Febrero do 1951 ADARVE Pág. 3

Bautista Sánchez—como le llama-ban sus soldados y como le nombra-ba España—el que fué bravo y ejem-plar Jefe de la Quinta de Navarra hamuerto en Puigcerdá. En un valle ca-talán al pié de la nieve y junto a losblancos Pirineos, le ha dado BautistaSánchez su último adiós a la vida. Auna vida entera dedicada al Serviciode España. Una vida iniciada y tem-plada, en la mística castrense de losardientes campos marroquíes bajo elsol de fuego de Africa. Yen la que des-pués siguió—sacrificio, humildad y va-lor—, siempre, por el camino decididoy firme de la serenidad, de la rectitudy de la sencillez.

La Campaña del Norte... la de Ara-gón... la de Levante.., la de Cataluña...

En los pomares de Asturias... en lastierras y montes que se divisan desdeel Moncayo aragonés... y en las llanu-ras del Vallés... los titanes de la Quin-ta de Navarra dejaron escritas muchasde las más bellas páginas que con plu

ma de diamante y de oro se supierones-ribir darante la pasada guerra es-pañola.

Y fueron ellos—los de la Quinta deNavarra—los que, espada en plantapartieron a España en dos, y por Le-vante supieron entregarle al Mediterráneo azul el beso de un capitán español.

Precisamente por estos mismos días—y hace diez y ocho años—por los lla-nos de Urgel tronaban los cañones deEspaña y los valles de Cerdaña y elAmpurdán, recogían el eco de las viri-les canciones de aquellos 'buenos!!soldados valientes y de aquellos ofi-ciales que llevaban las estrellas delmando sobre el pecho de sus camino--las lagionarias «para—según se decía—llevarlas más cerca del corazón».

Una Virgen española tiene un man-to negro bordado con estrellas de oro...cada estrellita es la vida joven de ca-da uno de aquellos oficiales que murie-ron, con la sonrisa en los labios, enpleno combate... y de cara al enemigo...

Entonces, en aquellos días se avan-

zaba y se subía en dirección a los Pi-rineos, a Figueras y a Puigcerdá.

Y un general español—BautistaSánchez—, con la Quinta de Navarra,entraba en Barcelona y ondeaba la

bandera española en el Tibidabo y enMontjuich.

A los diez y ocho años, Pistos, deaquella jornada se ha marchado parasiempre Bautista Sánchez, modelo dehombría completa y cabal, y de modes-tia honda y sincera.

Como una reliquia se guarda enPamplona aquella bandera de guerrade aquella Quinta de Navarra,..

Y desde Pamplona volvió a Catalu-ña aquella bandera para dar el últimobeso al cadáver del bravo GeneralBautista.

Y aquellos juveniles soldados queantes de entrar en fuego y asaltar latrinchera, cantaban a coro...

A las orillas del Argalas golondrinas cantabany en sus trinos repetíanque hermosa tierraes mi Navarra.

...aquellos valientes soldados (hoyya en los alrededores de sus cuarentaaños) habrán tenido—porque el Gene-ral Bautista así lomerecía—un recuer-do, una oración, y... muchos de ellos,también, una lágrima de hombres...

Ilae Y/latía eaitia 1/14a,n,laiitéd

Ha muerto un militar español

CARLOS VALVERDE LOPEZ

de Montellano era exaltada por demás, nodejó esta de contribuir a redoblar aquellosrecelos valiéndose de un nuevo detalle, queen sana crítica tuviérase por pueril y hastarisible, pero al que su exaltación imaginati-va le concedió grande importancia.

Todo ello consistía en que Amparo siem-pre tuvo en el comedio de su antebrazo iz-quierdo tres lunares de azul puro, forman-do línea recta y equidistante entre sí.

La suspicacia por este nímio detalle nopodía ser más desdichada ni ridícula, puessabido es que la naturaleza obra con enteralibertad, es caprichosa en sus manifestacio-nes, y nada seguro puede ni debe deducirsede ellas, por tanto; si él, Montellano, care-cía de aquellas azulinas señales, y quizátoda su familia, ¿qué implicaba esto paraque su hija las tuviera, acaso como una be-lleza más?

Hasta aquí los antecedentes que puedoaportar relativos a don Fabián y a su hija,cuyo conocimiento es indispensable al lec-

- 220 —

GASPAR DE MONTELLANO «Adarve,

losa, razón por la cual, desde ya larga fecha,había cortado con él toda clase de rela-

ciones.

Apetecía, por otra parte, el matrimonio,huir de las grandes capitales, prefiriendo asu agitación tumultuosa, la vida serena, plá-cida y hasta higiénica de los pueblos, y yaen el caso de pronunciar su voto por uno deestos, don Fabian, usando de cierta miseri-cordia con su esposa, optó por establecerseen Príego, ciudad sana, alegre y pintorescaen la que, de no haber muerto, residían al-gunos parientes de doña Teodora. origina-rios de La Habana como ella.

Estos, por desgracia, no existían ya cuan-do la familia Montellano arribó a Priego,no obstante la cual sentó en dicho pueblosus reales, merced a la grata impresión quele produjo.

Pero fué el caso que ni esta agradablellegada, ní el cambio radical de aíres, climay costumbres, prestaron a la enferma el me-nor alivio, pues los males del alma no se cu-

- 217 —

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Pág. 4 ADARVE 10 de !obrero de 1951

ANTONIOEra poca la propaganda que traía

consigo «Caras Conocidas» para lamagniiud de este gran espectáculo que,una vez más, nos ha sabido presentareste rey del cante: Juanito Valderramaque sigue cantando como en sus mejo-res tiempos y parece que los años nopasan por él. No digamos menos delexquisito arte de Ade fa Soto, cada vezmás guapa; Emilio el Moro se superacada día más en ese inimitable arte su-yo; Tony San hizo gala de su bien me-recido premio Nacional de Armónica;Aren-Piara, los pulsadores olímpicos,que demostraron su gran clase y técni-co, y en fin todo el espectáculo en ge-neral,sin olvidar al gran maestroOroz-co y a esa magnífica orquesta Cha-Cha-Cha, que puede colocarse entrelas primeras de su género.

Esta vez le tocó el turno a AntonioMachín, cuyo «tiroteo» empezó así:

—¿Nacionalidad?—Cubano.—¿Con qué edad empezó a cantar?—Desde muy pequeño.—Dónde lo hizo por vez primera?—En Santa Clara (Cuba).—¿Encontró muchos obstáculos al

principio de su carrera?—Como la encuentran todos, princi-

palmente el de la familia; esto sueleocurrir por España también.

—Aproximadamente ¿cuántos discoslleva impresionados?

—No los he contado, pero unos 500.—¿Recuerda cual fué el primero?

El Manisero.. —¿Y el último?

MACHIN—El Huerfanito.—¿Qué canción o melodía le repor-

tó mayor éxito?—Angelitos Negros,mi maxima crea-

ción.—¿Y qué disco le proporcionó más

dinero?—El mismo, Angelitos Negros.— Entre el bolero, la rumba y el cha-

cha-cha ¿cual prefiere?—Sin duda alguna, me quedo con el

bolero.—¿Qué le parece el Rock and Roll?—Que no es nuevo; propiamente di-

cho es el Bugui bugui.—¿Es tan fantástico como la propa-

ganda que trae?—Yo lo he escuchado varias veces y

me he quedado igual; será porque ten-go temperamento casi español.

—Además de las maracas, ¿qué ins-trumento sabe tocar?

— De orquesta ninguno; solamentepara mí, la guitarra, pero si sé música.

—¿En qué lugar colocaría a la or-questa Orozco?

—En uno de los primeros puestos, porno decir el primero.

—Vd. la ha llevado varias veces con-sigo ¿porqué?

—Esta orquesta que viene en el es-pectáculo es mía, y es el maestro Oroz-co el que viene conmigo.

—Donde le agrada más actuar, entourné o en salas de fiestas?

—En tourné, desdeluego.—¿Hay actualmente algún espectá-

culo que pueda competir con el de Vds?—No hay ninguno.—¿Qué opina de Ana W González?

—Como mujer es muy buena, yo laaprecio mucho.

—¿Es cierto que la mayoría de suscanciones van dedicadas a su esposa?

—No, ninguna de ellas, las cantoporque las siento.

—¿Le reporta algún beneficio que suscancionessean impresionadas porotro?

—Si soy el autor de la letra, sí.—¿Qué compositores de melodías

prefiere, los cubanos o los españoles?—Para el bolero, los cubanos aunque

hay dos o tres españoles que son muybuenos?

—¿Le agrada el cante flamenco?—Sí mucho, siento no poderlo can-

tar para desplazar a Valderrama.—¿Tiene el mismo arte que el de la

melodía?—El mismo de todos, lo que hace fal-

ta es que el artista sea bueno y losienta.

Y con esta pregunta terminamos el ti-roteo sin bajas por ninguna parte, ha-ciendo votos para que este gran artífi-ce de la canción siga cosechando éxi-tos, como hasta ahora los ha tenido.

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ran con agentes materiales, sino espiritua-les, y la agravación de la señora, que muypronto se produjo, unida a la falta de rela-ciones, mantenía a la triste familia en unamás triste situación.

Ahora bien; en este ambiente de dolory aislamiento creció y se desarrolló aque-lla flor delicada, la gentil Amparo, que altomar domicilio en Priego rayaba ya en laplenitud de su hermosura por lo cual atrajohacia sí muy en breve, la admiración gene-ral y el sentimiento particular de los másdistinguidos jóvenes.

Ella, empero, no se preciaba de tales ha-lagos, pues no era su destino gozar, sinosufrir, sufrir siempre, y por que este sufri-miento llegara a su colmo, en un amanecerdel mes de Mayo, mientras los ruiseñoresde su huerto cantaban un himno a la auroray las primeras luces matinales abrían lapuerta al día, el alma de su madre, rompien-do las ligaduras del cuerpo, voló a la regióndel eterno descanso, donde Dios misericor-dioso la acogería en su seno.

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GASPAR DE MONTILLANO

Quedó la pobre niña con rsu padre, perono con el padre tierno y cariñoso que do-bla y redobla sus caricias para sustituir enlo posible aquellas que arrebató la parca ala orfandad doliente, sino con el padre frío,analítico, escudriñador de enigmas, que poríntimos y profundos, solo están reservadosa la omnisciencia divina.

Triste es decirlo; pero allí donde acaba-ron los celos de esposo, germinaron y cre-cieron los recelos de padre como vil secuelade aquéllos, dado que la supuesta falta en lamujer podía traer ulteriores y nefandas con-secuencias, para la paternidad, y aún quetal idea por infame y ruin siempre era des-echada por D. Fabíán, no dejaba de asaltar-le con lamentable frecuencia amargándole laúnica dulzura de su vida: el amor a su hija.

Por otra parte, como la imaginación, quees muchas veces nuestra propia enemiga, secomplace en plantearncs woblemas aventu-rados y aún quiméricos, que la razón fríano siempre puede destruir ni repeler, y la

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10 de febrero de 1957 ADARVE Pág.5

7311, -44§§~1~11111111111~1~11~

EL SEÑOR

P. Manuel natdia AbatoDOCTOR EN DERECHO

DE 75 AÑOS DE EDAD

`Talleció en la madtuyada del día 5, deipué3 de teeibit los 1uxilio3

Zpititualei y la Eendición de Su Santidad

D. E. P.

„ea5 amiyo5 can quienes campattía diariamente

/notada, al eecaedae tan sensible pérdida, le tueyan

una <nación pat Jet alma, a la vea l ile invitan a las

misas fue se celebtatán el 5dbacla 16, a las 9-30 y el

dar/linfa 17, a las 11-30, en la Pattosuia ¿e Á/11123-

tea Señata de las igetcedei.

Ptier de ntdoba, ebtet& de 1.957

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BONDADMeditando ayer, ante el cadáver de

nuestro viejo amigo, qué cualidad, delas muchas buenas que le adornaban,podría servir para caracterizarlo, ensíntesis, llegaba a la conclusión, que laque mejor cuadraba a resumir su per-sonalidad es, sin duda alguna, la bon-dad. Ni su discreción, ni su prepara-ción cultural, ní su ameno trato y sim-patía, lograrían darnos una clara ideade aquel cuya pérdida lloramos. DonManuel Guardia, era un hombre esen-cialmente bondadoso, hasta el punto,que a mí juicio, esta manera de ser yhacer, oscurecía, dejándolas en un se-gundo término, sus otras cualidades.que de esta forma, venían a ser refle-jos de esa bondad que trasmitió a to-dos los actos de su vida.

Era bondadoso con los niños, que apesar de su fiero aspecto, lograbaatraerse y conseguía que lo besarancariñosamente; lo fué con cuantos letrataron, en su extremada cortesía, ca-ballerosidad y generosidad, que no hacía distingos de clase ní condicición.Reflejaba su bondad, en los que tuvi-mos el privilegio de tratarlo íntima-mente, el interés que ponía en todosnuestros asuntos fuesen afectivos, eco-nómicos o familiares, desviviéndosepor servirnos. Hasta en sus bromas ydichos, donaires y ex-abruptos (réplicaa los nuestros, por oírlo) con los ami-gos, trascendía esa cualidad, que hizoposible que en su larga vida y aúnmas intensivo trato, con todos los quegozamos de su amistad, de tan variadaedad y condición, jamás pudo nadiesentirse vejado o darse por ofendido.

Tan acusada era en su carácter,que administrando justicia, lo que hi-zo por espacio de muchos años logróimponer el sello de esta cualidad, aúna aquellos actos, que por imperativolegal, parecen estar más lejos de ella:y es que su in:linación nata a hacerel bien, forzosamente había de refle-jarse en todas sus acciones.

1. da

César DíazESPECIALISTA EN

Garganta - Nariz - Oídos

Hotel CéntricoTorrejón, 7 - Teléfono, 210

Días 1 y 115(Si son festivos al dia siguiente)

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D. Manuel, o la amistad(Viene de la pág. l.a)

el nexo o ligazón que a todos los enla-zaba. Su nombre trascendió con mu-cho, la frontera local, porque los fun-cionarios que, en otros pueblos, evoca-ban, nostálgicamente, aquellas reunio-nes, han sido los más eficaces prego-neros de su fama. De mi sé decir que,en mis andazas profesionales, más ve-ces me han preguntado—¡y con qué in-terésl—por la Casa Guardia que por elAdarve o la Fuente del Rey, con ser es-tos atractivos nuestros tan conocidos ycelebrados fuera.

El mérito de Don Manuel, más que enlos tiempos bobos—así llamados porsu carencia de conflictos—resplandeceen los que nos ha tocado vivir, tiem-pos de inquietud, desasosiego, angus-tia y desesperanza. Y sin embargo elmundo que presiente el tenebroso por-venir, y en el pasado vé la imagen te-rrorifica del futuro, está ansioso depaz, que solo puede cimentarse en lacaridad, y la mútua comprensión, des-apasionamiento y tolerancia. Estos de-signios, en su limitado radio de acción,los sirvió don Manuel a maravilla, y loexcepcional de su valor se patentizaen que su Casa no tuvo ni tiene pari-gual en España. Ha sido profundamen-te deseado por todos los que en ellaencontraron un oasis de paz y de con-fortante aliento y hasta hubo conatosde creación de algo semejante, pero-faltó lo decisivo: Don Manuel Guardia,en cuya simpatía, a manera de crisol,se fundían los más opuestos tempera-mentos, decatándose los sentimientosmás nobles y valiosos, que eran única-mente los que actuaban y entraban enservicio.

Si—como dijo el sofista—el hombrees la medida de todas las cosas, y alhombre hay que aceptarlo con sus ex-celencias y sus imperfecciones, sus vir-tudes y sus vicios, porque el Creadorasí lo quiso, la obra de Don Manuelconsistió en suscitar, captar y desen-volver los primeros, forjando entre loscontertulios lazos de camaradería yamistad que han resistido todos losavatares.

Muerto nuestro insigne poeta, con elque tenemos contraída una deuda degratitud, aún no saldada, y que con te-rna para él tan entrañable, y las gala-nuras de su prosa, hubiera hecho unamagistral etopeya de la «Casa Guar-dia», es de esperar que alguien aco-meta tan simpática tarea.

Los renglones que preceden, escritosex abundantía cordis y muy atropella-damente, no quieren significar otra co-sa que el postrimer homenaje al granamigo que desaparece, y al que Dios—así lo creo—habrá reservado un lugarentre sus elegidos. Por sus envidiablescualidades de carácter que plasmaronen una obra que las generaciones ve-nideras habrán de evocar, en emotivasremembranzas, Don Manuel Guardia,se hizo merecedor de la suprema re-compensa. Elevemos nuestras oracio-nes al Cielo para que así sea.

klajulz

Registrador de la Propiedad

la estatua del Obispo

Por el año veinte y tresen un mes de Primaveragrandes fiestas se le hicieronal Obispo en la Carrera.

Lucían las colgadurascon arcos de flores bellastodo el ámbito adornadoimitando a las estrellas.

La velada resultómuy digna por su bellezatodo fué para el Obispoun honor a su grandeza.

Se colocaba una estatuaa su memoria elocuentede bronce achocolatadasobre una típica fuente.

Pasaron aquellos díasy del momento incandente,apenas queda recuerdoapenas habla la gente.

Visitando yo la esfingeentristecida y clementelo mismo que la farolava y me dice lo siguiente.

Después de tanto homenajede fiestas y de organillome quitan de la Carreray me llevan al Cuartillo.

Como preso abandonadoaguanté con gran pacienciay después me colocaronen el Llano de la Iglesia.

Allí estaba muy contentocon mi fuente y con mis floresy la mar de entretenidocon los peces de colores.

Pero poco duró aquello.Seguía mí movimiento;me llevaron al paseopor tenerme más contento

Aquí estaba muy garbosoen mi pedestal de piedralas palmeras a los lados,y unos ramitos de hiedra.

El sitio no calentéque me Irm movido otra vez.Un poquito más abajoy no saben lo que hacer.

Dejadme quieto y en paz.(Dice la estatua cansado)Me duele el cuerpo sin parde sufrir tanto traslado.

Estoy temblando de veraseso que no soy cobardepues cada vez que me muevenme acercan más al Adarve.

Llevo un calvario «paseo»y traslados más de once.¡Ay! Si no fuera el Obispo.¡Ay! Si no fuera de bronce.

Yo le pido mucho a Diosy hasta la Virgen Bendita,que me dejen quieto ya...Que buena está la cosita.

kkhoia," Yutacica

ADARVE 10 de Febrero de 1911

Libros de la enciclopedia "PULGA"Extenso surtido de títulos publicados

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Urbano_,

IEN E Priego varios rincones que pueden ser verda-' deramente deliciosos; pueden ser, y lo :serán en

su día, si la labor municipal se extiende a ellos,como esperamos. Por eso nos encanta ver que se

han empezado las obras de rescate del Paseo de Colom-bia, que virtualmente estaba perdido, Aquel lugar se pue-de convertir en un sitio maravilloso, que invite a visitarloy contemplarlo, cosa que raramente hacíamos por su la-mentable estado.

En esta «tierra de María Santísima» las ciudades sonmás hermosas cuanto más se adornan con las galas multi-colores que la Naturaleza, pródiga como buena madre,les brinda. ¿Qué sería de Sevilla sin el Parque de MariaLuisa? Pues bien; nuestra ciudad debe aprovechar su in-comparable situación, el divino regalo del agua abundan-te y la existencia de esos rincones estratégicos para ves-tirse de arrayanes y rosas, de árboles y surtidores, de rui-señores y golondrinas. Sólo así podremos disfrutar las in-comparables e íntimas delicias de sentirnos renacer alcompás de las flores en primavera, de embriagarnos enlas noches estivales con el perfume de nardos, jazmines yclaveles, y de morirnos un poco, dulcemente, entre lasamarillentas hojas que desparraman las brisas otoñales;que nunca es más noble la humanidad que cuando hablacon la Naturaleza.

Por ello, desde estas columnas, exhortamos a nuestrasautoridades para que pongan todo su celo en este empe-ño de crear nuevos jardines en donde sea posible y mejo-rar y vigilar los ya existentes; así nuestro pueblo serámás hermoso y más dulces nuestras primaveras.

e. v. e.

OY un cortijero con menos cortura que er niño de

pecho, pero, yo digo que disir lo que uno piensa

no le pué jaser mar a naide. Asina que allá voy y

ostés perdonen, las letras mal puestas, y que yo no me

meto con naide, sino que digo lo que rue paise que es

justo y desente.

Se escucha por ahí y también por aquí en ADARVE,

que los tíos de los parvas van a golver por er campo... y

yo me dije, digo, pus vaya faena, con el mar año que se

nos a venlo ensima y agora los tíos esos pa llevarse lo

poquillo que habemos cogido hogaño. Y yo pienso, pus

es que los cortijeros pensamos que ni más de veses, que

pa qué es ese impuesto que mus sacan tos los años de las

plagas der campo pague aluego vengan los tíos esos, no

mus jagan na bien ¡asía y le tengamos que pagar ensima

to lo que ellos mesmitos quieran. ¿No es esto un contra-

diós mu grande, señores? Si ya le pagamos al Estao pa

cuando haya plagas, pus que el Estao pague ¿no les pae-

se a vosotros ustedes?

¿Por qué no me explica este misterio argún señor ilus-

trao que lo sepa?

catUjeta

tncilvú cInguLs1 Cinegético_,

A mis compañeros de afición

L anochecer del pasado domingo comenzó la ve-)-,_i,_) da general. A partir da entonces, está prohibida

v' la caza de todas las especies de animales caza-bles existentes en nuestra comarca.

Aunque todos conocemos el motivo y fin de la veda,quiero recordarlo porque ahora es el momento del quedepende nuestra «cosecha de caza» de la próxima tem-porada.

La veda no tiene otro objeto que respetar la reproduc-ción y cría de los animales para que puedan multiplicar-se. Así pues, su observancia, a nadie interesa más que anosotros mismos, los cazadores por pura afición, o, aaquellos que buscan en la caza una ayuda para su subsis-tencia. De lo que la respetemos, y hagamos que la respe-ten los demás, depende nuestra diversión futura.

El quebrantarla, es tan estúpido y criminal como lo se-ria el labrador que segase su trigo en el mes de marzo.¿Que cogería al llegar agosto? Algo parecido a lo quenosotros venimos •cogiendo», de unos años a esta parte,al levantarse la veda. El día en que legalmente podamoscazar, y cuando debía abundar la caza, no queda nadaque cazar.

Por ser todo esto de pura lógica. Por el respeto a laLey, cuya observancia es la mejor prueba de ciudadanía.Por aumentar una riqueza nacional, que tanta falta noshace. Por deportistas, en quienes la espera debe ser vir-tud principal, así como el «jugar limpio» y hacer que jue-guen los demás. Por egoísmo nuestro.,. yo os ruego querespetéis la veda Ruego extensivo a las autoridades paraque, en cumplimiento de su obligación, no dejen de per-

seguir y castigar a los infractores.

7cloé ramda iti«etcle

Eléctrico—, 1

N tropezón cualquiera da en la vida, pero si al queanda le ponen delante ladrillos, ramas de árbo-les y pavimento descarnado, el tropezón es mu-

cho más fácil y además es posible partirse la crisma.

Estas meditaciones las hacemos hoy viernes, tras de ir

anoche jueves, a rezarle a la Virgen de la Salud, según es

costumbre inveterada de este pueblo. Y no le cargo cul-

pas al que hace la obra, ni al que portó el árbol (conste

que no va con indirectas) sino al flamante Concejal dele-

gado de los Servicios de Electricidad. Anoche, jueves, no

lucia una sola luz en la Fuente del Rey. Tan solo ardían

los farolillos de la Virgen, en todo aquel concurrido lugar,

y la verdad es, que lamento el poner un poco colorado a

un buen amigo. Seguramente, nuestro concejal habrá teni-

do la gripe, y por ello no ha visto la oscuridad de la fuen-

te, y por la misma causa no habrá ordenado que se ilumi_ne como corresponde, no solo por el lugar en sí, sino por

las circunstancias actuales.

Pensamos en ello y le recriminamos hoy. No podemos

meternos siempre con la gente de la calle, y que se libren

los conocidos de la «jachuela» de esta página de Adarve.

Si las restricciones obligan, es preciso repartir la res-

tricciones, para que la ciudad quede a media luz en todas

sus partes, y no oscura, como el coso que comentamos en

verdad dolidos.

Así es que este ángulo, lo escribimos con sentimiento y

esperanza. Sentimiento por el hecho, pero con la esperan-

za de que a lo mejor cuando estas líneas se publiquen, ya

está la Fuente del Rey, sin peligro de muerte.

yacía knam.éca

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Un corazón le ha dejado de

.22incrí1z Poético

M E 13A la memoria de Gabriela Mistral, Poetisa de los niños

¡Ay, de tus ojos azulesy de tus rubios cabellos!Cuando te tengo en mi brazos,el alma tiembla de miedo.Ojos de lagos en calmadonde se miran los cielos,ojos limpios, de inocenciabañada en futuro incierto;bucles dé angelitos rubios,coronando el pensamiento.Quisiera ponerte alaspara que abrieras e! vueloy te lanzarás al mundo¡y me causa tanto miedo!Te ceñirán las borrascasde pasión, cilicio ferreo,que, como pulpos sangrantes,se apretarán a tu cuerpo.¡Ay, que tus ojos azules

cómo perderán su fuego!pues la envidia, el egoísmoel orgullo, s'empre eterno,al triunfo de tu vidale pondrán trabas de hierro.Quisiera dejarte solo¡y me causa tanto miedo!'Quisiera tenerte siemprehecho un niño junto al pecho;sin embargo, serás hombre,volarás lejos, muy lejosy yo, temblando tendrésiempre, mis brazos abiertos.Hijo mío, en este maren el que el frágil velerode tu vida puede hundirselucha, por vencer mi miedo.

La muerte nos ha arrebatado a unamigo de Priego. ¿De quién? De todoPriego. Porque a todos los llevaba den-tro de su corazón. De los que íbamosa su tertulia, ha muerto alguien másque un amigo, ha muerto una tertuliacon más de 75 años de existencia; ¿al-guien puede decir que los miembrosde esa tertulia pueden trasladarse, porejemplo al Casino? Imposible; se aca-bó para siempre, porque la tertulia eraD. Manuel; por ésto era mucho másque un amigo, era... no sé, porque micastellano no es lo suficientemente ricaen vocablos para encontrar uno, quenos reflejara lo que D. Manuel era pa-ra su tertulia. No era el hombre quepor su inteligencia, cultura, en fin, per-sonalidad, atrajera a unos discípulos aquien legarle sus doctrinas; nó, eramás, no era el hombre que ha actuadoo actúa en política y atrae a su alrede-dor aspirantes a prebendas, nó, eramuho más. Porque por encima de estascualidades está la grandeza de cora-zón. D. Manuel era un corazón que nole cabía en sus entrañas y se le derra-maba por todo su existir. Por esto yocreo que su muerte ha debido ser lade un corazón inmenso que ha dejadode latir, cansado de tanto querer, de

tanto darse. Era él disgustado cuandouno no aceptaba la comida que él nosdaba; él creía cuando no la tomába-mos, que algo de él, nos habla moles-tado, y nó; yo creo que en su vida, po-cas veces habrá molestado y muchasle habremos molestado a él; pero sucariño jamás dejaba de manifestárnos-lo, a su manera, echándonos una bron-ca que más que una bronca, era élabrazo más cariñoso que nos podíadar; por esto los que lo conocíamos,hacíamos aflorar a sus labios la sonri-sa, cuando enmedio de lo bronca, ledecíamos que era una farsa para nodemostrarnos lo mucho que nos quería.

Que estas mal pergeñadas líneas,faltas de gracia y de todo, sean el re-cuerdo de la última generación de sutertulia, de «los hijos de sus amigos yamigos suyos».

Que Dios con su inmensa misericor-dia, lo haya acogido en su seno: nosconsta que habrá tenido una gran Me-diadora en su Virgen de las Mercedes.

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FARMACIA de guardia

Lcdo. D. J. Mendoza

+COrraprton ludo s

• Sal de la vida es la amistad.--L. VIVES

• De mil modos he consideradoconmigo mismo, y he llegado a laconclusión de que, fuera de los dio-ses, no hay cosa superior a un hom-bre amigo, verdaderamente dignode este nombre.—PLAUTO.

• Saber conservar a los amigoses más que el hacerlos amigos.—B. GRACIÁN.

9 La escasa felicidad que es da-ble esperar en este mundo, consisteen la certidumbre de haber hechoel mayor bien y el menor mal posi-ble a los corazones de nuestrosamigos.—U. FOS C O LO.

• No es morir, el vivir en loscorazones que dejamos tras de nos-otros.—T. CAMPBELL.

DESOBEDIENCIA

En más de una ocasión me dijo: «Eldía en que yo salga en ADARVE, medoy de baja en el mismo, y te pido res-ponsabilidades». En verdad, digo, quesiempre pensé en obedecer este su de-seo, pero también es verdad, que pen-sando en hora de su muerte—que to-dos creíamos tan lejana—pensé en ne-garle la obediencia.

Y así, en estos momentos, a las po-cas horas de ver su fez dormida, cuan-do apenas el alma había volado hacialo eterno, tengo que desobedecer alamigo, de los últimos amigos.

Porque si D. Manuel Guardia era unainstitución de Priego—y en sus caracte-rísticas quizá única en el mundo—eraporque en pié o sentado a la puertade su casa, daba posada entrañable aquien con el solo gesto, mirare a lamansión. Gozaba de tenerlos a todos,y gozaba porque le contásemos la in-timidad, la noticia, o le pidiésemos unpequeño favor— una gestión — algo,para «moviéndose» sin moverse,Ilevar-nos acto seguido, la elegría de la con-secución.

Si las primeros palabras de estas do-loridas líneas expresan su contrarie-dad a una exhibición fuera de tono,bien tenemos que recordar, que su ma-yor orgullo era el haber administradorecta justicia durante 29 años, sin co-brar nada y sin haber hecho mal a na-die en ningún género. Si los puestos deservicio y gobierno hubiesen estado re-gidos siempre por hombres de la for-mación de D. Manuel Guardia, todosestaríamos contentos de vivir y serbuenos amigos

He aquí las dos razones por las quePriego ha sentido esta muerte, y porlas que un juzgador ajeno, pensaba endeclararlo día de luto local. Porque seiba para siempre un justo y un amigo,cuando estas cosas se ponen tan difí-ciles.

Yo, que en más de una ocasión supede sus cosas—de niño en sí con un co-razón muy grande—y que elevé con éloraciones a Jesús, pasando por Moríade las Mercedes, tengo ahora que des-obedecerle conseientemente.

Pero esta desobediencia, Dios y élme la perdonen, va empapado delafecto que le tuve, porque quizá, másque otros, supe comprender las íntimasamarguras de su vida.

7. qatace, Yllawzlea