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LUNES 25 29 DE ABRIL DEL 2013 LLL GRAN BARCELONA 3 Los ladrones roban pomos y cables de fincas de BCN R P. 30 LA PROPUESTA 3 Día internacional de la danza en el Mercat de les Flors R P. 34 mir lo que quiere expresar, y lo ha- ce con claridad. Nadie diría que es sordo si no fuera por el impercep- tible audífono de su oído derecho ( «si quieres contarme un secre- to, dímelo al oído izquierdo», bro- mea). ¿Por qué solo un audífono? Uno cuesta unos 4.000 euros y hay que tener otro de recambio, y du- ran 4 o 5 años. Fluvià se ha plantea- do un implante coclear, pero cues- ta 40.000 euros. Sin subvenciones. Proyecto Marta y Fluvià se conocen desde hace mes y medio. Juntos firma- ron una carta en el diario negan- do que exista el mundo del silen- cio y defendiendo la postura ora- lista. Él asegura haber encontrado en ella su propio reflejo. Marta lle- va cinco años luchando por infor- mar y mejorar la calidad de vida de los sordos. Son oralistas, pero no por ello contrarios a los signantes. «Esa es una guerra que correspon- de a los expertos», dice Fluvià. Los dos están en paro y se han embar- cado en un proyecto: Blabla Har- dofhearinghub, un espacio en el que sordos y expertos aporten in- formación sobre la sordera. «Un padre es libre de decidir, pero que- remos ofrecer toda la información sin sesgar», afirma Fluvià. En el fondo, oralistas o signan- tes, todo suma si se trata de comu- nicarse... porque entre los sordos no existe el silencio. H «Las personas sordas ni somos mudas ni vivimos en el mundo del silencio. Para mí, el silencio no es sinónimo de incomunicación». Es- ta es la respuesta de Cecília Sola- nes al preguntarle sobre la existen- cia o no de un mundo de silencio, como sugería la carta de una lecto- ra, Maika Etxarri, publicada en EL PERIÓDICO el pasado 12 de abril y que ha desencadenado un agitado debate en las páginas de este dia- rio y entre el colectivo de sordos. Un debate clásico: el que sostienen signantes y oralistas. El 90% de los sordos nacen en el seno de familias que oyen, pero Ce- cília forma parte del otro 10%. Esta funcionaria de 50 años lleva audí- fono desde los 10. Sus padres y sus dos hermanas son sordos profun- dos, al igual que su marido y sus dos hijas: Simona, de 19 años, estu- diante de Derecho en la UB, y Cla- ra, de 17, que cursa bachillerato. Cuando nacieron las dos niñas, los implantes cocleares no eran tan habituales, aunque sus padres tampoco se lo plantearon. «Nunca vivimos la sordera como un incon- veniente, nuestra preocupación era el desarrollo cognitivo», argu- menta Cecília. Simona y Clara do- minan el lenguaje escrito (catalán, castellano e inglés) y saben leer los labios, aunque no es su medio de comunicación. «En la universidad y en el colegio tienen intérprete de lengua de signos, la mayor el 100% de las horas lectivas, y la pequeña, 20 de las 30 horas semanales», ex- plica. Ha sido un pulso con Ensen- yament, pero lo han conseguido. Ventajas Para Cecília la lengua de signos tie- ne ventajas claras. «Una mayor ca- pacidad comunicativa, desarrollo normalizado del lenguaje, socia- biliación... Todo ello en un entor- no de aprendizaje más tranquilo y natural», afirma. En su opinión, muchos niños sordos abandonan su formación porque sus padres se aferran al sistema oralista y recha- zan la lengua de signos. Ese fue el dilema al que se en- frentaron hace más de 20 años los padres de Marta Capdevila y Fluvià Artells, sordos profundos. Pero en su caso, la balanza cayó del lado de los oralistas. Marta tiene 41 años y desde hace tres lleva un implan- te coclear. Hasta entonces no oía na- da (lee los labios), pero sí que habla. Han sido años de logopedia y esfuer- zo pero considera que la apuesta de sus padres fue acertada. «Me saca- ron de una escuela especial a los 6 años», explica esta ilustradora, ma- dre de cuatro hijos. Ella es el primer caso de sordera en su familia, que solo ha heredado su tercer hijo, Ma- rçal, de 9 años («lleva audífono y ha- bla por los codos», comenta Marta). Fluvià habla con mayor fluidez, si cabe, que Marta. Este diseñador de 31 años se confiesa incapaz de resu- INMA SANTOS HERRERA BARCELONA 33 Signantes 8Cecília Solanes y sus hijas Clara (de amarillo) y Simona hablan por signos. FRANCESC CASALS «Un padre es libre de escoger, pero debe tener toda la información», dice Fluvià Artells No existe el silencio Oralistas o signantes, este es el eterno debate que desde hace años divide al colectivo de personas sordas H Más allá de la pugna subyace un objetivo común, la comunicación 33 Oralistas 8 Marta Capdevila y Fluvià Artells. ALBERT BERTRAN por todas partes pero no encontra- mos», lamenta Martínez. Los recortes en educación han su- puesto también un retroceso impor- tante, en un ámbito estratégico del que depende el futuro de las perso- nas sordas, necesitadas, además de intérpretes, de docentes sordos, pro- fesionales sordos, especialistas en lengua de signos logopedas o profe- sorado de apoyo. «Los institutos ca- talanes disponen de la mitad de los intérpretes necesarios. El resultado es que se suspenden exámenes y que los alumnos pierden la motivación y tienen conflictos familiares porque no aprueban y no pueden adquirir una buena formación. Estamos des- bordados. Es una vergüenza», subra- ya indignado Martínez, que anun- cia que Fesoca, que agrupa a 32 aso- ciaciones de toda Catalunya, estudia llevar a cabo movilizaciones y otras acciones por sorpresa en defensa de sus derechos. «Es difícil concienciar a la sociedad, pero hace falta que las administraciones se impliquen, co- mo en EEUU, donde la lengua de sig- nos se usa en todos los ámbitos, de prevención de catástrofes a informa- tivos, como una más», subraya. SUBVENCIONES PRIORITARIAS / Las asoci- ciones de personas sordas creen que las administraciones muestran bue- na disposición a sus reivindicacio- nes, pero se pasan la pelota de una a otra y, recorte tras recorte, les están llevando a una situación límite. «Los intérpretes en escuelas y centros mé- dicos no son competencia de Benes- tar Social. La conselleria da subvencio- nes a las entidades y son ellas las que gestionan», asegura una portavoz de este departamento. Reconoce que las subvenciones «han podido bajar un poco, como todas, a consecuen- cia de la crisis», pero señala que en el Institut Català d’Assistència i Ser- veis Socials (ICASS) se priorizan las destinadas a este colectivo «dentro de lo posible». La portavoz afirma que el departamento conoce sus pro- blemas y está muy sensibilizado. Co- mo ejemplo, indica que en todos los actos que organiza cuenta con intér- pretes y subtítulos. H Viene de la página anterior El 75% de personas sordas que van al médico salen sin saber bien qué les pasa, estima el presidente de Fesoca El recorte en el área educativa lleva a suspender exámenes y les impide una buena formación

Publicación El Periódico 29/04/13 (2)

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Reportaje sobre Comunidad Sorda

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LUNES 2529 DE ABRIL DEL 2013

Una discapacidad muy extendida LLL

gran barcelona 3 Los ladrones roban pomos y cables de fincas de BCN r P. 30

la ProPUeSTa 3 Día internacional de la danza en el Mercat de les Flors r P. 34

mir lo que quiere expresar, y lo ha-ce con claridad. Nadie diría que es sordo si no fuera por el impercep-tible audífono de su oído derecho («si quieres contarme un secre-to, dímelo al oído izquierdo», bro-mea). ¿Por qué solo un audífono? Uno cuesta unos 4.000 euros y hay que tener otro de recambio, y du-ran 4 o 5 años. Fluvià se ha plantea-do un implante coclear, pero cues-ta 40.000 euros. Sin subvenciones.

Proyecto

Marta y Fluvià se conocen desde hace mes y medio. Juntos firma-ron una carta en el diario negan-do que exista el mundo del silen-cio y defendiendo la postura ora-lista. Él asegura haber encontrado en ella su propio reflejo. Marta lle-va cinco años luchando por infor-mar y mejorar la calidad de vida de los sordos. Son oralistas, pero no por ello contrarios a los signantes. «Esa es una guerra que correspon-de a los expertos», dice Fluvià. Los dos están en paro y se han embar-cado en un proyecto: Blabla Har-dofhearinghub, un espacio en el que sordos y expertos aporten in-formación sobre la sordera. «Un padre es libre de decidir, pero que-remos ofrecer toda la información sin sesgar», afirma Fluvià. En el fondo, oralistas o signan-tes, todo suma si se trata de comu-nicarse... porque entre los sordos no existe el silencio. H

«Las personas sordas ni somos mudas ni vivimos en el mundo del silencio. Para mí, el silencio no es sinónimo de incomunicación». Es-ta es la respuesta de Cecília Sola-nes al preguntarle sobre la existen-cia o no de un mundo de silencio, como sugería la carta de una lecto-ra, Maika Etxarri, publicada en EL PERIÓDICO el pasado 12 de abril y que ha desencadenado un agitado debate en las páginas de este dia-rio y entre el colectivo de sordos. Un debate clásico: el que sostienen signantes y oralistas. El 90% de los sordos nacen en el seno de familias que oyen, pero Ce-cília forma parte del otro 10%. Esta funcionaria de 50 años lleva audí-fono desde los 10. Sus padres y sus dos hermanas son sordos profun-dos, al igual que su marido y sus dos hijas: Simona, de 19 años, estu-diante de Derecho en la UB, y Cla-ra, de 17, que cursa bachillerato. Cuando nacieron las dos niñas, los implantes cocleares no eran tan habituales, aunque sus padres tampoco se lo plantearon. «Nunca vivimos la sordera como un incon-veniente, nuestra preocupación era el desarrollo cognitivo», argu-menta Cecília. Simona y Clara do-minan el lenguaje escrito (catalán, castellano e inglés) y saben leer los labios, aunque no es su medio de comunicación. «En la universidad y en el colegio tienen intérprete de lengua de signos, la mayor el 100% de las horas lectivas, y la pequeña, 20 de las 30 horas semanales», ex-plica. Ha sido un pulso con Ensen-yament, pero lo han conseguido.

Ventajas

Para Cecília la lengua de signos tie-ne ventajas claras. «Una mayor ca-pacidad comunicativa, desarrollo normalizado del lenguaje, socia-biliación... Todo ello en un entor-no de aprendizaje más tranquilo y natural», afirma. En su opinión, muchos niños sordos abandonan su formación porque sus padres se aferran al sistema oralista y recha-zan la lengua de signos. Ese fue el dilema al que se en-frentaron hace más de 20 años los padres de Marta Capdevila y Fluvià Artells, sordos profundos. Pero en su caso, la balanza cayó del lado de los oralistas. Marta tiene 41 años

y desde hace tres lleva un implan-te coclear. Hasta entonces no oía na-da (lee los labios), pero sí que habla. Han sido años de logopedia y esfuer-zo pero considera que la apuesta de sus padres fue acertada. «Me saca-ron de una escuela especial a los 6 años», explica esta ilustradora, ma-dre de cuatro hijos. Ella es el primer caso de sordera en su familia, que solo ha heredado su tercer hijo, Ma-rçal, de 9 años («lleva audífono y ha-bla por los codos», comenta Marta). Fluvià habla con mayor fluidez, si cabe, que Marta. Este diseñador de 31 años se confiesa incapaz de resu-

INMA SANTOS HERRERABARCELONA

33 Signantes 8Cecília Solanes y sus hijas Clara (de amarillo) y Simona hablan por signos.

FRANCESC CASALS

«Un padre es libre de escoger, pero debe tener toda la información», dice Fluvià artells

No existe el silencioOralistas o signantes, este es el eterno debate que desde hace años divide al colectivo de personas sordas H Más allá de la pugna subyace un objetivo común, la comunicación

33 Oralistas 8 Marta Capdevila y Fluvià Artells.

ALBERT BERTRAN

por todas partes pero no encontra-mos», lamenta Martínez. Los recortes en educación han su-puesto también un retroceso impor-tante, en un ámbito estratégico del que depende el futuro de las perso-nas sordas, necesitadas, además de intérpretes, de docentes sordos, pro-fesionales sordos, especialistas en lengua de signos logopedas o profe-sorado de apoyo. «Los institutos ca-talanes disponen de la mitad de los intérpretes necesarios. El resultado es que se suspenden exámenes y que los alumnos pierden la motivación y tienen conflictos familiares porque no aprueban y no pueden adquirir una buena formación. Estamos des-bordados. Es una vergüenza», subra-ya indignado Martínez, que anun-cia que Fesoca, que agrupa a 32 aso-ciaciones de toda Catalunya, estudia llevar a cabo movilizaciones y otras acciones por sorpresa en defensa de sus derechos. «Es difícil concienciar

a la sociedad, pero hace falta que las administraciones se impliquen, co-mo en EEUU, donde la lengua de sig-nos se usa en todos los ámbitos, de prevención de catástrofes a informa-tivos, como una más», subraya.

SUBVENCIONES PRIORITARIAS / Las asoci-ciones de personas sordas creen que las administraciones muestran bue-na disposición a sus reivindicacio-nes, pero se pasan la pelota de una a otra y, recorte tras recorte, les están llevando a una situación límite. «Los intérpretes en escuelas y centros mé-dicos no son competencia de Benes-tar Social. La conselleria da subvencio-nes a las entidades y son ellas las que gestionan», asegura una portavoz de este departamento. Reconoce que las subvenciones «han podido bajar un poco, como todas, a consecuen-cia de la crisis», pero señala que en el Institut Català d’Assistència i Ser-veis Socials (ICASS) se priorizan las destinadas a este colectivo «dentro de lo posible». La portavoz afirma que el departamento conoce sus pro-blemas y está muy sensibilizado. Co-mo ejemplo, indica que en todos los actos que organiza cuenta con intér-pretes y subtítulos. H

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el 75% de personas sordas que van al médico salen sin saber bien qué les pasa, estima el presidente de Fesoca

el recorte en el área educativa lleva a suspender exámenesy les impide una buena formación