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1
PUEBLOS INDÍGENAS Y
CONFLICTOS
TERRITORIALES EN EL
CORREDOR SECO DE
NICARAGUA
CARLOS CAMACHO NASSAR
EDICIONES DEL OBSERVATORIO DE DERECHOS INDÍGENAS Y CAMBIO
CLIMÁTICO
COLECCIÓN GOBERNANZA TERRITORIAL INDÍGENA Y ACCIÓN CLIMÁTICA
SERIE: CORREDOR SECO DE CENTROAMÉRICA
2
® 2018
Equipo productor de la publicación:
Créditos:
Producido por Culturas y Desarrollo en Centroamérica
Equipo de trabajo de CUDECA:
Jaime Valverde, Coordinador Institucional
Investigación y redacción del documento:
Carlos Camacho Nassar
Diseño y diagramación:
Carlos Camacho Nassar
000.0
X000X Carlos Camacho Nassar
Pueblos indígenas y conflictos territoriales en el Corredor Seco de Nicaragua – 1 ed. -- San
José, C.R. : CUDECA, 2018.
ISBN: XXX-XXXX-XXXX-X-X
1. Pueblos Indígenas – Conflictos. 2. Pueblos
Indígenas –Territorios. I. Título
3
RECONOCIMIENTOS
Para la elaboración de este documento se contó con el apoyo
conceptual y metodológico de Ricardo Changala Quaglia, abogado
especialista en Derecho Indígena. Durante el trabajo de campo, las Juntas
Directivas, los Consejos de Ancianos, los Consejos de Monéxico y las
autoridades ancestrales de los territorios indígenas, hicieron valiosos aportes
y sugerencias que espero haber interpretado correctamente.
4
CONTENIDO
PRESENTACIÓN 5
CUESTIONES PREVIAS 7
LA FORMACIÓN DE LAS IDENTIDADES INDÍGENAS Y SU RELACIÓN
CON EL TERRITORIO
11
LOS PUEBLOS INDÍGENAS EN EL CORREDOR SECO DE NICARAGUA 19
TERRITORIOS INDÍGENAS Y CONFLICTOS TERRITORIALES 33
TERRITORIO INDÍGENA DE SUTIABA 35
TERRITORIO INDÍGENA DE VIRGEN DE HATO 38
TERRITORIO INDÍGENA DE MATAGALPA 39
TERRITORIOS INDÍGENAS EN LA COORDINADORA DE PUEBLOS
INDÍGENAS CHOROTEGA
44
TERRITORIO INDÍGENA DE MOZONTE 47
TERRITORIO INDÍGENA DE URBAITÉ LAS PILAS 50
TERRITORIO INDÍGENA DE SALINAS DE NAGUALAPA 52
TERRITORIO INDÍGENA DE JINOTEGA 53
CONCLUSIONES 55
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Y TEXTOS CONSULTADOS 56
5
PRESENTACIÓN
En este documento se reflexiona sobre las identidades, la cuestión territorial
y los conflictos sobre la tierra y el territorio que viven los pueblos indígenas
que habitan en el Corredor Seco de Nicaragua y que constituyen el
contexto de la vulnerabilidad ante los riesgos climáticos que viven estos
pueblos, cotidianamente bajo la amenaza de perder sus tierras.
Los censos oficiales estiman en casi 400.000 a quienes se consideran
indígenas en esa región, ellos, en su mayoría, se asientan sobre tierras que
cuentan con títulos comunales desde el siglo XVII, aún inscritos en el registro
de propiedad. Sin embargo, terratenientes, excombatientes, políticos,
extranjeros, empresas agropecuarias y turísticas, el estado y las
municipalidades, entre otros actores continúan despojándoles de tierras y
obteniendo títulos de propiedad dentro de los títulos comunales. Esto es
claramente una de las tantas manifestaciones de la discriminación y
negación de la existencia de estos pueblos y de sus derechos colectivos.
Esta situación de asimetría de derechos ha generado un clima de
conflictividad que se ha configurado como uno de los principales
obstáculos para la seguridad y el desarrollo de esta población. En
Matagalpa terratenientes con paramilitares armados intimidan a la
población, en Nagualapa empresas inmobiliarias despojan tierras
ancestrales, en la isla de Ometepe ex militares amenazan líderes y en
Virgen de Hato el municipio, ilegalmente, entrega la conducción de la
comunidad indígena a una asociación ajena a la comunidad.
Muchos de los conflictos vigentes se han expresado en violencia física y
psicológica hacia los indígenas que defienden sus derechos territoriales,
establecidos al ratificar Nicaragua el Convenio 169 de la OIT. La
Constitución Política de la República establece claramente los derechos a
las tierras comunales de las comunidades indígenas.
6
Artículo 5 de la Constitución Política
"El Estado reconoce la existencia de los pueblos indígenas, que gozan de derechos,
deberes y garantías consignados en la Constitución, y en especial los de mantener y
desarrollar su identidad y cultura, tener sus propias formas de organización social y
administrar sus asuntos locales; así como mantener las formas comunales de propiedad
de sus tierras y el goce, uso y disfrute de las mismas …"
Fuente: Constitución Política de la República de Nicaragua. En: La Gaceta Diario Oficial. Año CXIV, número 176
del 16 de septiembre de 2010. Managua.
El Estado no cuenta con una entidad gubernamental para atender los
derechos de estos pueblos ni los conflictos en los que están involucrados.
Perder la tierra y el territorio en un ambiente semi árido como el Corredor
Seco de Nicaragua incrementa la vulnerabilidad de estos pueblos ante las
amenazas climáticas, en especial la sequía. Correlativamente implica la
negación de sus derechos territoriales y de su derecho de
autodeterminación en la gestión de sus recursos naturales. Las tierras
indígenas despojadas por agentes externos dejan de utilizarse para la
agricultura de subsistencia y se convierten en plantaciones. Las familias se
ven desplazadas fuera de sus tierras ancestrales lesionándose su seguridad
alimentaria y perdiendo sus capacidades de resiliencia.
De allí la importancia de reflexionar sobre el tema cuando se trata de la
acción climática. En este documento se presenta un panorama de la
problemática de los pueblos y territorios indígenas en el Pacífico, Centro y
Norte de Nicaragua, región incluida dentro del Corredor Seco de
Centroamérica.
7
La identidad tiene sentido en la medida en que se construyen derechos a
su alrededor
Mario Rizo
CUESTIONES PREVIAS
La cuestión indígena en el Pacífico, Centro y Norte de Nicaragua ha
constituido un tema invisible en las discusiones sobre la diversidad étnica y
cultural en el país. Siglos de mestizaje, discriminación y racismo han
configurado una sociedad en la que las alteridades se han sincretizado de
tal manera que las calificaciones convencionales de identidad (traje y
lengua, por ejemplo) ya no son evidentes o han adquirido formas que
precisan de lecturas analíticas más profundas.
Lo que sí es evidente es que quienes se identifican a sí mismos como
indígenas, también son percibidos como tales por su entorno social
inmediato. Es decir que la sociedad envolvente reconoce que Sutiaba,
Monimbó, Matagalpa, Ometepe, El Viejo, Mozonte, Telpaneca y otros
lugares albergan indígenas. Ese reconocimiento, si bien muestra que esas
personas gozan de derechos específicos en tanto indígenas, ha sido
también la base sobre la que se articuló la discriminación y el despojo de
los recursos de estos pueblos.
“…la discriminación adopta al menos dos formas: primero, la otredad
haciendo referencia a los pueblos indígenas y afro descendientes de la
Costa Caribe. Y segundo, la invisibilización, el no reconocimiento de la
diversidad cultural dentro del espacio “mestizo”, el no reconocimiento de
los pueblos indígenas del Pacífico, Centro y Norte.”1
Durante una historia que excluía a los indígenas de los derechos
ciudadanos y les marginaba del sistema de justicia, sus tierras, aguas y
recursos naturales se convirtieron en un botín asociado con el poder
político y económico a todos los niveles. Es así como las comunidades
indígenas del Pacífico, Centro y Norte, se cuentan entre las que mantienen
1 Mirna Cunningham Kain. El Fraude del mestizaje. Anotaciones sobre el racismo en la
Nicaragua multiétnica. Managua, CADPI, 2008. Página 29.
8
menores niveles de calidad de vida y mayores problemas de seguridad
humana ya que enfrentan cotidianamente la violencia del despojo de sus
tierras.
En el mundo académico se ha realizado un significativo número de
investigaciones sobre estos pueblos. En muchos de ellos, se discute si su
pertenencia étnica originaria es chorotega, nahoa, xiu, Kakawira (antes
cacaopera) u otras. En general haciendo referencias a la familia lingüística
de su idioma pre colonial. En la práctica, la discusión es irrelevante. Los
idiomas nativos se perdieron y no se recuperarán, los códigos
vestimentarios que los identificaban en los tiangues ya están en el olvido y
las ceremonias que renovaban el universo conocido cada ciclo temporal
ya no sabremos cómo fueron ni con qué palabras se invocaban las
deidades de la naturaleza.
Lo que es importante ahora es que estos pueblos se reconocen a sí mismos
como indígenas herederos de una identidad ancestral de la que poco a
poco recuperan sus coordenadas y que, en un alto porcentaje, mantienen
territorios que constituyen el basamento de su identidad, su economía, su
organización social y su universo simbólico. Por esa razón, la lucha por el
territorio tiene relevancia medular para ellos.
En esta región del país, cerca de 400.000 personas se auto identifican
como indígenas y más de 20 comunidades detentan territorios comunales
con títulos de propiedad que se inician en el siglo XVII. No obstante, el
despojo de sus tierras se ha incrementado en los últimos años. En algunas
localidades sus autoridades son deslegitimadas por los gobiernos locales y
el estado no parece considerar la protección de sus derechos como un
lineamiento de política pública. Por ejemplo, en 2010, “el Procurador para
la Defensa de los Derechos Humanos destituyó al procurador especial para
los pueblos indígenas del Pacífico, Centro y Norte, Aminadad Rodríguez,
después de haber funcionado años sin fondos ni oficina.”2
La mayoría de las comunidades indígenas se encuentran organizadas
alrededor de la defensa de su territorio y su identidad en juntas directivas,
Consejos de Ancianos y Consejos de Monéxico. Pero, en general, los
2 Claus Kjaerby. Nicaragua. En El Mundo indígena 2011. Copenhague, IWGIA, 2011. Página
102.
9
sistemas de elección provienen de reglamentos y estatutos aprobados
entre finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX y no corresponden
a sistemas tradicionales o locales de selección de autoridades sino a
normativas occidentales que, en algunos casos, han generado distintos
tipos de conflictos.
Los derechos territoriales, el derecho a la identidad y la autodeterminación
y el derecho al desarrollo constituyen el eje sobre el que las autoridades
tradicionales y las organizaciones representativas han construido su
agenda política y a la vez son las condiciones que, al resolverse, permitirán
la superación de las exclusiones y el desarrollo humano de los pueblos
indígenas en la región, incluyendo la Adaptación a los riesgos climáticos, lo
que puede lograrse mediante sistemas de gobernanza indígena del
territorio, sus recursos y el agua. Para ello, se precisa de la seguridad
jurídica sobre las tierras indígenas.
El congreso nicaragüense discute un anteproyecto de ley específica para
los indígenas del Pacífico, centro y norte. Para las autoridades indígenas, la
promulgación de esta ley constituiría un signo de la voluntad política del
gobierno para la defensa de sus derechos colectivos e individuales.
10
Definiciones contenidas en el anteproyecto de Ley de Autonomía de los Pueblos
Indígenas del Pacífico, Centro y Norte de Nicaragua
Pueblo Indígena: Es la colectividad humana que mantiene una continuidad histórica con
las sociedades anteriores a la Colonia o al establecimiento del Estado, cuyas condiciones
sociales, culturales y económicas les distingue de otros sectores de la sociedad nacional
y que están regidos total o parcialmente por sus propias instituciones políticas, sociales,
económicas y culturales.
Patrimonio Indígena: Es el conjunto de bienes tangibles e intangibles, materiales e
inmateriales, que los Pueblos y Comunidades Indígenas han heredado de sus ancestros;
incluyendo sus tierras comunales, los conocimientos tradicionales de naturaleza
colectiva propios de su cultura; sean genéticos, medicinales, agronómicos, artísticos,
orales o escritos; así como cualquier otra manifestación cultural, espiritual o sagrada, de
la que se pueden derivar o reflejar en derechos o acciones.
Posesión Indígena: Es la presencia histórica y concreta sobre un territorio por parte de un
Pueblo o Comunidad Indígena, de acuerdo a sus usos, y costumbres, con ánimo de
ejercer sus derechos patrimoniales. La posesión indistintamente puede ejercerse
mediante el asentamiento humano, conservación de bosques u otros recursos naturales,
por la realización de la actividad de cacería, rituales religiosos o espirituales, sitios
ceremoniales, presencia de vestigios arqueológicos, recreación, u otras expresiones
culturales.
Propiedad Comunal o Comunitaria: Es la forma de propiedad histórica, de naturaleza
colectiva perteneciente a los Pueblos y Comunidades Indígenas, constituida por las
tierras, territorios, aguas, bosques, fauna y otros recursos naturales del suelo y subsuelo,
contenida en títulos reales, de remedidas, de compra venta; o que han pertenecidos
tradicionalmente a los mismos pueblos o comunidades; o sobre los que estos han
mantenido la posesión de acuerdo a sus usos, costumbres y tradiciones; y que
actualmente puede encontrarse en uso individual o colectivo.
Territorio Indígena: Es el espacio geográfico donde el gobierno indígena ejerce su
jurisdicción y está constituido por la totalidad del hábitat, los recursos naturales del suelo y
el subsuelo y que conforma una unidad administrativa de acuerdo con sus formas de
gobierno autónomo, sobre el cual ha ejercido su dominio o posesión el pueblo indígena
de acuerdo a sus usos, costumbres y tradiciones.
Titulo Real: Son los títulos de propiedad pertenecientes a los Pueblos Indígenas del
pacífico, centro y norte de Nicaragua; adquiridos durante la época colonial española,
que acreditan el dominio y posesión sobre el territorio indígena.
Títulos de Remedida: Son aquellos títulos tramitados y obtenidos por los Pueblos Indígenas
del Pacífico, Centro y Norte de Nicaragua, ante la República Independiente de
Nicaragua. Los cuales acreditan el dominio y posesión sobre el territorio indígena.
Fuente: Anteproyecto de Ley de Autonomía de los Pueblos Indígenas del Pacífico, Centro y Norte de Nicaragua.
11
LA FORMACIÓN DE LAS IDENTIDADES INDÍGENAS Y
SU RELACIÓN CON EL TERRITORIO
La cultura la puedo aprender pero mi identidad nace de adentro, no la
puedo cambiar.
Dominga Pérez Videa
Cuando se habla de identidad o identidades culturales, se está haciendo
referencia a los códigos de reconocimiento con los que los individuos y las
colectividades se identifican y se diferencian de otras identidades que
consideran distintas o ajenas a su cultura. Mediante la identidad las
personas se reconocen como pertenecientes a una o varias matrices
culturales y sociales. Ya se ha mencionado que esta condición ocurre en el
Corredor Seco de Nicaragua en relación a quienes se consideran
indígenas.
Las identidades se definen en el marco de un conjunto de oposiciones y
afirmaciones. Esto quiere decir que las personas se definen por lo que no
son pero al mismo tiempo afirmando rasgos de su cultura que les
diferencian más de los otros, que acentúan su otredad. La historia colonial
y republicana de Nicaragua excluyó lo indígena de la cultura oficial y
construyó una idea de identidad nacional que consideraba las
diversidades solo como referencias en un pasado distante pero no en una
dinámica contemporánea. La bravura de Diriangén y Nicarao3 podía
considerarse un hito histórico pero sus descendientes no gozaron del
reconocimiento como indígenas y, por el contrario, fueron paulatinamente
despojados de su idioma, su cosmogonía y sus costumbres.
“Ese proceso histórico de despojo del patrimonio colectivo natural y
cultural de los pueblos indígenas en el Pacífico y centro Norte del país,
contribuyó a conformar una sociedad jerarquizada en base a poder
económico, social, cultural, religioso que utiliza el fenotipo para clasificar y
3 Ver: Jaime Wheelock. Raíces indígenas de la lucha anticolonialista en Nicaragua: De Gil
González a Joaquín Zavala 1523 a 1881. México, Siglo Veintiuno Editores, 1974.
12
separar. Los rasgos fenotípicos blancos, se colocan por encima de los
rasgos indígenas.”4
Pero los indígenas de la región conservaron sus tierras y el conocimiento de
ser portadores de una cultura distinta, de la que solo quedan ellos en el
planeta.
La identidad de una persona, un grupo social, un grupo étnico o un
pueblo indígena, entre otros, está constituida por una compleja trama de
costumbres, tradiciones, símbolos, signos, lenguajes, creencias, ideologías y
códigos de relación social que actúan como los basamentos de la
cohesión social y a la vez, de la diferenciación de cada sociedad respecto
de las otras.
La identidad que es una categoría histórica y socialmente determinada, se
manifiesta de diferentes maneras en cada individuo. Como uno de los
basamentos de la conciencia, determina la forma en que se percibe el
mundo natural y social. La identidad está formada por todos los elementos
asociados a la personalidad modal5 de una sociedad. Estos, aunque
parezcan disímiles y, en ocasiones, antagónicos, se integran en la práctica
de las relaciones sociales y generan la particular identidad de cada grupo
social e individuo. Hay identidades asociadas con los diferentes tipos de
pertenencia que tienen las personas:
La pertenencia de clase. Esto significa que las personas se identifican
con su clase o sector de clase social y que el eje de su identidad
radica en la relación de clase con respecto al resto de la sociedad.
En el contexto de las estratificaciones y sectores sociales de
Nicaragua, estos pueblos indígenas son en general campesinos y
campesinas pobres. Es decir, se encuentran en los estratos con
menores niveles socioeconómicos y menor calidad de vida.
La pertenencia étnica. Cuando se hace referencia a las etnias, se
definen estas como colectivos humanos que constituyen una unidad
lingüística, cultural, social y, a veces, genética. Estas unidades, según
4 Cunningham Kain, Mirna. El Fraude del mestizaje. Anotaciones sobre el racismo en la
Nicaragua multiétnica. Managua, CADPI, 2008. Página 31. 5 El concepto personalidad modal refiere a un “tipo hipotético de personalidad que, con
una determinada combinación de propiedades, predomina en una sociedad. La
personalidad modal es resultado de la influencia configuradora de la cultura propia de
cada sociedad en cuestión.” En: Kart-Heinz Hillmann. Diccionario enciclopédico de
sociología. Barcelona, Herder, 2001. Página 694.
13
sus características, pueden ser denominadas tribus, pueblos o
minorías étnicas. La etnicidad es la conciencia que tienen las
personas de pertenecer a una u otra etnia. Aunque los rasgos más
comunes de esta pertenencia están ausentes, los pueblos del
pacífico remontan su identidad a uno de los pueblos prehispánicos
con cuya historia se identifican (nahoas, chorotegas, xiu, kakawiras,
por ejemplo) y reivindican rasgos aún vigentes de su cultura (danzas,
tradiciones, gastronomía, cosmogonía, leyendas).
La pertenencia territorial. Se trata de la referencia identitaria al
territorio de origen de un pueblo, un grupo o un individuo. Constituye
una de las dimensiones de la identidad más relevantes y sobre la
que se afincan las identidades indígenas en la región. Esta
pertenencia es particularmente importante porque refiere a la
posesión colectiva de tierras ancestrales y a la persistencia de
sistemas de gobernanza territorial que, de alguna manera,
constituyen formas de autodeterminación.
La pertenencia gremial. Se refiere a la identidad que se asume por
ser agricultor, minero, zapatero, ganadero, médico tradicional,
maestro, o cualquier otro gremio. En este caso, prevalecen quienes
se consideran agricultores o campesinos.
Otras dimensiones como la pertenencia lingüística o la ligada a códigos de
identificación visibles como los vestimentarios, no tienen mucha relevancia.
En este ámbito lo más relevante es que en ningún caso, ni las sociedades ni
las personas poseen un solo eje identificatorio.
Todo lo contrario, su identidad está constituida por una compleja
articulación entre todos esos factores más los que provienen de la
estructura de crianza en la que se formó su personalidad. Es así como una
persona puede derivar su identidad de su condición campesina, indígena,
urbana o comerciante. Con lo anterior se quiere decir que, al igual que
todos los hechos sociales, las identidades cambian, evolucionan, pierden
algunas dimensiones y ganan otras, adquieren fisonomías distintas y
pueden ser interpretadas de muchas maneras. Está claro que estos
pueblos indígenas han experimentado, como todos los pueblos,
evoluciones de distintos tipos. Aún así, el eje de esos cambios ha
continuado siendo la pertenencia indígena.
14
Declaración de México sobre las políticas culturales
México D.F., 26 de julio - 6 de agosto de 1982
Identidad cultural
1. Cada cultura representa un conjunto de valores único e irreemplazable, ya que las
tradiciones y formas de expresión de cada pueblo constituyen su manera más lograda de
estar presente en el mundo.
2. La afirmación de la identidad cultural contribuye, por ello, a la liberación de los pueblos.
Por el contrario, cualquier forma de dominación niega o deteriora dicha identidad.
3. La identidad cultural es una riqueza que dinamiza las posibilidades de realización de la
especie humana, al movilizar a cada pueblo y a cada grupo para nutrirse de su pasado y
acoger los aportes externos compatibles con su idiosincrasia y continuar así el proceso de
su propia creación.
4. Todas las culturas forman parte del patrimonio común de la humanidad. La identidad
cultural de un pueblo se renueva y enriquece en contacto con las tradiciones y valores de
los demás. La cultura es diálogo, intercambio de ideas y experiencias, apreciación de
otros valores y tradiciones, se agota y muere en el aislamiento.
5. Lo universal no puede postularse en abstracto por ninguna cultura en particular, surge
de la experiencia de todos los pueblos del mundo, cada uno de los cuales afirma su
identidad. Identidad cultural y diversidad cultural son indisociables.
6. Las peculiaridades culturales no obstaculizan, sino que favorecen, la comunión en los
valores universales que unen a los pueblos. De ahí que constituya la esencia misma del
pluralismo cultural el reconocimiento de múltiples identidades culturales allí donde
coexisten diversas tradiciones.
7. La comunidad internacional considera que es su deber velar por la preservación y la
defensa de la identidad cultural de cada pueblo.
8. Todo ello invoca políticas culturales que protejan, estimulen y enriquezcan la identidad
y el patrimonio cultural de cada pueblo; además, que establezcan el más absoluto
respeto y aprecio por las minorías culturales, y por las otras culturas del mundo. La
humanidad se empobrece cuando se ignora o destruye la cultura de un grupo
determinado.
9. Hay que reconocer la igualdad y dignidad de todas las culturas, así como el derecho
de cada pueblo y de cada comunidad cultural a afirmar y preservar su identidad cultural,
y a exigir su respeto.
Las sociedades indígenas, en general, conciben la naturaleza como una
entidad equilibrada y basan gran parte de su cosmogonía en un conjunto
de coordenadas territoriales que delimitan espacios sagrados. En esta
región de Nicaragua, algunos de los territorios indígenas actuales (que
corresponden a los títulos reales, no a las tierras ancestrales) están
delimitados por mojones de piedra que actúan como límites de un
15
perímetro que establece la diferencia entre un espacio interno (un
hinterland) y el exterior.
En general, se realizaban recorridos perimetrales y se daba mantenimiento
a los mojones pero el despojo de tierras hizo que campesinos de la reforma
agraria y terratenientes hicieran desaparecer muchos de esos marcadores
perimetrales. Los recorridos periódicos eran hechos por las autoridades
tradicionales y los jóvenes les acompañaban. Aunque esta costumbre se
ha decantado, cuando existen, estos hitos de piedra mantienen una fuerte
carga simbólica relacionada con la identidad territorial.
Las abstracciones espirituales entre los pueblos indígenas, y entre muchos
pueblos no indígenas, tienen expresiones físicas concretadas en una
geografía sagrada. Por eso, en algunas culturas, las montañas, los
manantiales, las cavernas, los volcanes y algunos hitos geográficos, tienen
un carácter sagrado. Ese carácter determina relaciones ritualizadas de las
personas con la naturaleza. Por ello, se llevan a cabo ceremonias que
propician la renovación cíclica del mundo sensible. Este tipo de relaciones
simbólicas persiste en las tradiciones de los pueblos indígenas del Pacífico,
Centro y Norte de Nicaragua y se refieren directamente a hitos
geográficos dentro de sus territorios ancestrales. Los vestigios arqueológicos
y las figuras precolombinas como los petroglifos en el territorio indígena de
Ometepe tienen esa función simbólica y actúan como guías de lectura
nemotécnica de la identidad y la historia propias.
La conservación de la naturaleza se concibe también como una tarea
colectiva que concierne a la totalidad del pueblo indígena a través de sus
unidades locales (por ejemplo, comunidades de aldea6, ayllus7 y tinamits8,
esta última figura posiblemente similar a las que existieron en las áreas
chorotega y nahua) que poseen normas de gobernanza territorial y ritos de
6 La comunidad de aldea es una entidad territorial, social, económica, cultural y simbólica
cuyos miembros comparten una identidad diferenciada, se reconocen a partir de esa
unidad, mantienen sistemas de autoridad y gestión territorial específicos, tienen reglas de
reciprocidad y un sistema jurídico con normas consuetudinarias de observancia para los
integrantes de la comunidad. Frecuentemente de limitada población y territorio, esta
forma de organización ha sido observada y descrita en Asia, Europa oriental y América. 7 El ayllu es la comunidad de aldea en el área andina. Su organización económica está
basada en el control vertical de pisos ecológicos. Un análisis a profundidad de esta
unidad social se encuentra en John Murra. La organización económica del Estado inca.
México, Siglo Veintiuno Editores, 1978. 8 Se refiere a una unidad socio territorial mesoamericana similar a la comunidad de aldea.
16
renovación simbólica de la naturaleza de cuya realización periódica
depende que esta se mantenga.
Para los ixiles, la tierra es un ser viviente que en el pasado daba leche, miel y grandes
mazorcas de maíz. En ese tiempo, las tierras bajas de Ilom estaban cubiertas por la selva,
no como ahora, que se ha perdido la montaña y la tierra que se cultiva ya no produce.
También la tierra es importante para la vida de las plantas, para la vida de los muertos,
porque también los muertos están vivos y ese conocimiento está en la cabeza de todos
los ixiles.
Fuente: Carlos Camacho Nassar. Ilom, Sajsiban, Ixtupil y Sotzil: Cuatro aldeas ixiles en lucha por la tierra. En: Carlos
Camacho Nassar (coord.). Tierra, identidad y conflicto en Guatemala. Guatemala, FLACSO, 2003. Página 207.
Es importante resaltar que la dimensión colectiva tiene una importancia
axial en las culturas indígenas. Por ello, estas sociedades asignan prioridad
al reconocimiento de los derechos colectivos indígenas.
Las razones de pertenencia a un pueblo indígena, aunque no se trata de
lo mismo que la identidad, constituyen una parte relevante de ella. En el
caso de Sutiaba, un reciente censo ha producido los resultados que figuran
en el siguiente cuadro.
Razones de auto pertenencia Número de
entrevistados
Porcentaje
Soy sutiaba porque mi padre y madre son sutiaba 4 559 38,2
Soy sutiaba porque mi padre es sutiaba 715 6,0
Soy sutiaba porque mi madre es sutiaba 1 072 9,0
Soy sutiaba porque me siento sutiaba 3 886 32,5
Soy sutiaba porque mi esposa es sutiaba 164 1,4
Soy sutiaba porque mi esposo es sutiaba 498 4,2
Sin respuesta 1 050 8,8
Total 11 944 100,0 Fuente: Ricardo Zeledón Zambrano (Coordinador). Censo de Sutiaba 2010. Síntesis de los resultados. Managua,
Agencia española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, 2011.
Algunos de los rasgos que caracterizan a los pueblos indígenas y que en su
mayoría caracterizan también a quienes habitan en los territorios indígenas
del Corredor Seco de Nicaragua son:
La presencia de un sistema cosmogónico propio o bien de sistemas
sincréticos con religiones del tronco judeocristiano como ocurre en
varios lugares de América Latina, por ejemplo en Chiapas donde la
cultura maya ha enmascarado su cosmogonía bajo las estructuras
católicas y en el Caribe y en Bahía, Brasil donde ha ocurrido un
fenómeno similar relacionando las tradiciones africanas con las
17
religiones occidentales. Casos como el de la Virgen de Hato en El
Viejo son ejemplos de estos procesos. “Y Cipaltonal, la diosa madre,
pasó a ser la Virgen María en sus diferentes representaciones, la
Purísima Concepción y la Inmaculada Concepción, de culto
extendido por León, el viejo, Granada y Rivas.”9
La importancia de la pertenencia real o simbólica a un territorio
ancestral cuya existencia real o mítica constituye un basamento
medular de la identidad como pueblo. En Nicaragua, los indígenas
del Pacífico, Centro y Norte detentan derechos territoriales desde
siglos ya y muchos de ellos con títulos que datan del siglo XVII y cuya
legalidad ha sido renovada al ser inscritos y reinscritos en los
diferentes registros de propiedad surgidos en distintas épocas.
La presencia de sistemas de organización social y de ejercicio de la
toma de decisiones afincados en procesos de legitimación cultural
distintos de los de las culturas dominantes. Por ejemplo, los sistemas
de cargos en el sur de México y en el Consejo de Monéxico de
Mozonte. Fernández de Oviedo10 describe formas de gobierno
antiguas que aún persisten: A la cabeza del estado estaba el
cacique (…) además había con Consejo (llamado de los monéxicos)
compuesto por varios ancianos (güegües) quienes eran elegidos por
un término de cuatro lunas. El cacique, teóricamente, no podía
actuar si no estaba apoyado por los monéxicos, quienes no se
reunían si no eran citados por el cacique. Los monéxicos nombraban
a varios oficiales, por lo general entre ellos mismos…”11
La existencia de sistemas tradicionales de producción agrícola,
gestión social del agua y conservación de suelos.
La existencia de sistemas de justicia indígena. Estos sistemas
frecuentemente son asociados a la resolución de conflictos locales
pero su alcance es mucho mayor y están basados en una compleja
filosofía del derecho. En los territorios indígenas de la región, la
resolución de los conflictos entre indígenas se encuentran dentro de
las atribuciones de los Consejos de Ancianos, los Consejos de
Monéxico y las Juntas Directivas.
9 Sergio Ramírez. Tambor olvidado. San José, Aguilar, 2007. Página 158. 10 Gonzalo Fernández de Oviedo. Historia general y natural de las Indias. Madrid, Real
Academia de la Historia, 1851. 11 Samuel Kirkland Lothrop et al. Culturas indígenas de Nicaragua. Tomo I. Managua,
Hispamer, 2003. Página 62.
18
La presencia de una medicina tradicional basada en productos de
la naturaleza y relacionada con los sistemas cosmogónicos como se
conserva en la mayoría de las comunidades.
La presencia de sistemas de estratificación social internos basados
en las diferenciaciones de edad, familia, clan y género, entre otros
aspectos.
Como se ha visto, la identidad no constituye una categoría estática, todo
lo contrario, en un eje diacrónico cambia cada vez que debe adaptarse a
nuevas circunstancias históricas, políticas y sociales. Cada pueblo
establece sus propias estrategias de conservación y defensa de su
identidad. La manera en que los indígenas del Corredor Seco de
Nicaragua lo han hecho está relacionada con la conservación de su
territorio y con las luchas históricas para combatir el despojo.
19
LOS PUEBLOS INDÍGENAS EN EL CORREDOR SECO
DE NICARAGUA
“…Hasta principios del siglo XIX, los indígenas en el norte y centro del país
poseyeron las propiedades más grandes en la región, y disponían de una
ubicación privilegiada y buena infraestructura. Tenían títulos comunales de
las tierras y ejidos para la producción de autoconsumo. Después de la
independencia (…) el Estado nicaragüense no aceptó la libre disposición
de las propiedades de los indígenas, ni la existencia de sus organizaciones
y autoridades comunales para la administración de sus bienes.”12
Los pobladores del Pacífico, Centro y Norte de Nicaragua que se
consideran indígenas a sí mismos, y como tales integrantes de una cultura
ancestral, constituyen un porcentaje importante de la población total de
la región.
“Estas ascendencias indígenas, se constituyen por 333.000 personas
aproximadamente el 6,07% de la población total del país. La ascendencia
de mayor población es la Chorotega con 166.000, la cual se encuentra
dispersa en seis departamentos del país: Madriz, Nueva Segovia, Jinotega,
Matagalpa, Chinandega y Masaya; en segundo lugar, se ubican los
Cacaoperas con 98.000 miembros, los cuales están radicados en el
departamento de Matagalpa; los Xiu con 49.000 ocupan el tercer lugar,
están ubicado en su mayoría en el departamento de León y parte del
departamento Chinandega; y en cuarto lugar, los Nahoas con 20.000,
ubicados en el departamento de Rivas.”13
El istmo situado entre el océano Pacífico y el lago Cocibolca fue el
corredor obligado de las migraciones entre el norte y el sur del continente.
Por aquí pasaron los primeros humanos que llegaron a América desde Asia
y durante milenios el norte y el sur se encontraron en esta estrecha faja. Por
eso los europeos encontraron aquí intérpretes para muchas lenguas
12 Cunningham Kain, Mirna. El Fraude del mestizaje. Anotaciones sobre el racismo en la
Nicaragua multiétnica. Managua, CADPI, 2008. Páginas 31-32. 13 Gabriela Olguín Martínez (Editora). Estudio base sobre las condiciones de vida de los
pueblos indígenas del Pacífico, Centro y Norte de Nicaragua. San José, OIT, 2006.
Página13.
20
americanas y una cultura habituada a relacionarse con otras. La
ocupación de estas fértiles tierras del pacífico es milenaria aunque la
configuración poblacional que encontró la conquista era más reciente.
“Los chorotegas constituyeron la primera oleada de migrantes de origen
mesoamericano que se establecieron en la región, cerca del año 800 d.C.
(…) los lingüistas los localizan en el departamento de Choluteca en
Honduras, así como en el noroeste y centro del litoral Pacífico de
Nicaragua (en los departamentos de Chinandega, Managua, Masaya,
Carazo y Granada, con interrupciones presentadas por enclaves de
sutiabas, nicaraos y tacachos.”14
El actual territorio de Nicaragua es parte de la extensa región donde se
encontraron las culturas mesoamericanas con las chibchenses, por eso la
frontera norte de los idiomas suramericanos se encuentra en este país, lo
mismo que la frontera sur de las altas culturas mayas y mexicas. Aquí
sociedades estatales se encontraron con cacicazgos y sofisticadas
organizaciones tribales, aquí los sistemas de riego y manejo del agua del
norte seco se complementaron con los métodos de control de
inundaciones de las húmedas llanuras colombianas. Aquí se juntaron
culturas y se generó un espacio de transición social, geográfica y cultural.
Los actuales pobladores indígenas de la región son los descendientes de
esas oleadas migratorias.
La población indígena actual por comunidad se expone en el siguiente
cuadro.
Pueblos indígenas en el Corredor Seco de Nicaragua
Comunidad Pueblo Departamento Año del título Población
Cusmapa Chorotega Madríz 1652 6,000
San Lucas Chorotega Madriz 1737 12,000
Telpaneca Chorotega Madriz 1622 17,000
Totogalpa Chorotega Madriz 6,000
Santa Bárbara Chorotega Madriz 4,000
San Antonio Chorotega Madriz 1779 4,000
Mozonte Chorotega Nueva Segovia 1710 6,500
Matagalpa Cacaopera Matagalpa 1723 98,000
Jinotega Chorotega Jinotega 1760 45,000
14 Eugenia Ibarra Rojas. Fronteras étnicas en la conquista de Nicaragua y Nicoya. Entre la
solidaridad y el conflicto 800 d.C.-1544. San José, Editorial UCR, 2011. Página 49.
21
Sébaco Chorotega Matagalpa 1724 8,000
Muy Muy Chorotega Matagalpa 1726 9,500
Sutiaba Xiu León 1721 49,000
El Viejo Chorotega Chinandega 5,000
Monimbó Chorotega Masaya 34,000
Nindirí Chorotega Masaya 30,000
San Juan
Oriente
Chorotega Masaya 4,000
Veracruz Nahoa Rivas 3,000
Nagualapa Nahoa Rivas 1877 4,000
Nancimí Nahoa Rivas 5,000
Ostional Nahoa Rivas 1,000
San Jorge Nahoa Rivas 1904 2,000
Urbaite Las Pilas Nahoa Rivas 1885 5,000
Boaco Chorotega Boaco 1775 14,000
Camoapa Chorotega Boaco 1680 16,000
Total 388,000 Fuentes: Estudio Base sobre las condiciones de vida de los pueblos indígenas del pacífico, centro y norte de
Nicaragua.-Organización Internacional del Trabajo. Primera Edición San José Costa Rica 2006.Gabriela Olguin –
Editora. Registros de la Propiedad Inmueble de los Departamentos de Madriz, Nueva Segovia, León,
Matagalpa, Jinotega, Rivas y Boaco. Archivo General de Centroamérica Ciudad de Guatemala. Gaceta Diario
Oficial. Gould, Jeffrey L, El Mito de la Nicaragua Mestiza, Instituto de Historia de Nicaragua, Editorial de la
Universidad de Costa Rica. San José 1997.
Como también puede verse en el cuadro anterior, desde mediados del
siglo XVII hasta principios del siglo XX fueron emitidos títulos de propiedad
con carácter comunal para las comunidades indígenas, algunos como
títulos reales durante la colonia española y otros en el periodo republicano.
“No existen estudios que establezcan el total de comunidades indígenas
que tuvieron acceso a este derecho en Nicaragua, pero la información
dispersa al respecto parece ser abundante. Las comunidades indígenas
del Pacífico, norte y centro del país accedieron a este derecho. Cerca de
20 comunidades lograron sobrevivir y con ellas conservar sus títulos reales,
inscritos en los registros públicos de la propiedad inmueble. Un estudio del
CIERA sobre propiedades comunales, realizado en 1980, encontró la
existencia de 296 lotes registrados en el catastro nacional a nombre de
comunidades indígenas.”15
A principios del siglo XX, aunque afectadas en sus derechos, las
comunidades y las tierras indígenas seguían vigentes. Por ejemplo, en
Sutiaba, cuyas tierras tenían un alto valor tanto su sección urbana como las
tierras agrícolas, “las autoridades de la ciudad, representadas por el jefe
15 15 Mario Rizo. Identidad y derecho: Los títulos reales del pueblo de Sutiaba. Managua,
IHNCA-UCA, 1999. Página 85.
22
político y el alcalde de León, estuvieron siempre en una ofensiva para
considerar dichas tierras propiedad del municipio de León, y por esa vía
ponerlas al mercado, al mejor postor. Pero, en estricto derecho, las
comunidades indígenas de Nicaragua, incluida Sutiaba, continuaban
existiendo y con ellas la propiedad comunal. Este interés llevó a las familias
poderosas de León a influir notoriamente en el gobierno de Zelaya para
lograr hacer desaparecer por decreto a las comunidades y así hacer festín
con las tierras indígenas.”16
Como en el resto del continente, los sectores de clase económica y
políticamente dominantes recurrieron a diversas estrategias para confiscar,
expropiar o anular los derechos a las tierras indígenas. La enfiteusis en
Guatemala y Bolivia, la abolición de los registros municipales en Costa
Rica, la composición de tierras en casi toda América Latina.
16 Mario Rizo. Identidad y derecho: Los títulos reales del pueblo de Sutiaba. Managua,
IHNCA-UCA, 1999. Página 33.
23
“…la oligarquía logra penetrar las estructuras internas de la organización
social indígena y romper la tenencia comunal de la tierra y privatizarla,
desamortizando a la comunidad, a la vez que fortaleciendo relaciones
patriarcales y la subordinación de género, cortando las vías de
reproducción étnica comunitarias. El estado oligarca acaba en muchos
lugares con las comunidades indígenas, mediante la intromisión en el
orden municipal y en otras instancias del poder en el plano local por medio
de instituciones deslegitimadoras de la diferenciación social, como fueron
los tribunales de justicia y el registro público…”17
Para las sociedades indígenas el territorio es importante no solamente
porque tiene una importancia simbólica en tanto sustrato de su identidad y
su cosmogonía, sino porque constituye la base de su economía sustentada
en sistemas de producción agropecuarios, frecuentemente tradicionales
(en Nicaragua el sistema de milpa y parcela policultivada persiste aún y es
posiblemente la forma más sostenible de producción en esos suelos
tropicales y en estos tiempos de incremento del riesgo climático).
Los chorotegas, nahoas, matagalpas y sutiabas aprovechan sus recursos
naturales mediante actividades de bajo impacto apropiadas para las
condiciones agroecológicas de sus territorios. Sistemas de barbecho corto
y largo según el área, milpas y jardines tropicales junto con áreas de uso
colectivo para pastoreo y recolección de leña y plantas del bosque
agregan una dimensión territorial al sistema de producción. Estos sistemas
de producción que aseguran la seguridad alimentaria y la resiliencia
climática de las familias dependen directamente de la seguridad en la
tenencia de la tierra, en este caso, bajo un régimen comunal de
propiedad. Los cambios en el clima, notablemente el aumento en la
extensión de la estación seca han puesto en crisis los sistemas tradicionales
pero, esta crisis se debe, en parte, a la deforestación producida por las
plantaciones industriales y comerciales en las zonas despojadas a los
territorios indígenas.
En estas tierras comunales, el mantenimiento de las obras colectivas se
realiza mediante el aporte de trabajo por los pobladores y parte de las
labores individuales son apoyadas por el apoyo de vecinos en el marco de
17 Mario Rizo. Identidad y derecho: Los títulos reales del pueblo de Sutiaba. Managua,
IHNCA-UCA, 1999. Página 27.
24
redes de reciprocidad inscritas en sus culturas desde ya larga data. La
coordinación de estas labores y el manejo de los conflictos de tierra que
ocurren entre los habitantes es competencia de las autoridades
tradicionales (Juntas Directivas, Consejos de Ancianos, Consejos de
Monéxico y otros) que tienen a su cargo la gestión del territorio y son
electas de distinta manera en cada territorio.
El despojo del territorio genera una crisis económica para los habitantes de
estos territorios y lesiona el tejido social y político de los indígenas. Les hace
perder su seguridad alimentaria, su resiliencia ante los riesgos climáticos, les
incrementa su vulnerabilidad, ya muy alta debido a la exclusión social de
los indígenas.
Prácticamente la totalidad de los territorios se enfrenta con conflictos
derivados del despojo territorial y de sus recursos naturales. En Matagalpa,
El Viejo y Ometepe cientos de hectáreas dentro del perímetro titulado a
nombre de las comunidades está en estos momentos invadido por
terceros, frecuentemente dotados de poder económico y con acceso
privilegiado a las esferas de decisión política.
“Los indios de Sutiaba y los indios de Monimbó se reconocen e identifican
como tales, aunque son verdaderos mestizos triples, y viven congregados
en barrios tradicionales, lo mismo que los de Matagalpa, o Mozonte, en
comunidades rurales, y son capaces aún de elegir algunas formas de
autoridad, como los Alcaldes de Vara y los Consejos de Ancianos,
recuerdo de los antiguos Cabildos Indígenas coloniales (…) son objeto
constante de despojos agrarios (…) pero han sido sujetos de lucha
también, como se vio en la insurrección de las cañadas en Matagalpa en
el siglo diecinueve; en Monimbó contra la dictadura de Somoza en 1978 y
1979, y como se ve en los persistentes reclamos agrarios de las
comunidades indígenas de Sébaco, Mozonte y Sutiaba, basados en los
títulos reales que les fueron concedidos durante la colonia.”18
Los indígenas, ante esa realidad, tienen limitadas posibilidades de hacer
valer sus derechos. Correlativamente, persisten conflictos entre las
organizaciones representativas indígenas y los gobiernos municipales que
no los reconocen o intentan asumir la totalidad o parte de sus funciones. 18 Sergio Ramírez. Tambor olvidado. San José, Aguilar, 2007. Página 145.
25
Algunas de las tierras indígenas que cuentan con títulos reales o
republicanos figuran en el siguiente cuadro.
Comunidad Año del
título
Registro Superficie
Ostional Tiene un área asignada, sin título a nombre
del pueblo.
10 mz.
San Jorge 1904 El Título Real otorgado por el Rey de España
fue remedido en esta fecha y se inscribió con
el Número: 130, Asiento: Primero, Folios: 47-48
del Tomo: I del Registro de la Propiedad
Inmueble del Departamento de Rivas.
Extintas por
Decreto
Legislativo del
4 de Mayo de
1918.
Salinas de
Nagualapa
1877 Registro de la propiedad de Rivas. 9908, en el
asiento numero 1, folios 1,2,3,4,5,6 y 7m del
tomo XCVII, del libro de propiedades sección
de Derechos Reales del Registro Público del
Departamento. 26/o4/1948.
1 090 mz y 74
varas.
Veracruz
del Zapotal
Adquiridas en 1847. 8 580 746 varas
cuadradas.
Nancimí 1887 Registro de la propiedad de Rivas. Acuerdo
Ejecutivo del 25 de agosto de 1931, que
aprueba los Estatutos de la Comunidad de
Nancimí, Publicados en la Gaceta Diario
Oficial Número 200, 201y 202 del 22, 32 y 24
de septiembre de 1931.
1 500 ha
Urbaite las
Pilas
Título Real inscrito con el N. 130, Asiento
Primero, Folios: 47-48. Tomo I del Registro de la
Propiedad Inmueble del Departamento de
Rivas.
Monimbó 1714 Acuerdo Ejecutivo del 14 de enero de 1915,
que aprueba los Estatutos de la Comunidad
Indígena de Masaya, Publicados en la
Gaceta Diario Oficial Número 39 del 16 de
febrero de 1915
7 Cab.
San Juan
de
Oriente
Extraviado Extraviado 13,8 Km2.
Nindirí 1694 Título Real otorgado el 23 de enero de 1694.
Fuente: Archivo General de Centroamérica,
A1.24 Exp. 10,213, Leg.1569.
Sutiaba 1727 Registro de la propiedad de León, No. 6,507;
folios 1-34 del Tomo CCXLIX.
63 cab*
El Viejo 1884 Registro de la propiedad de Chinandega,
No. 6,507, folios 41-42, tomo CCXLIX.
17 cab**
26
Matagalpa 1723 Registro de la propiedad de Matagalpa, No.
526.
83.675 mz y
7.537 varas.
Matagalpa La Dalia: registrada con el número 3, 331.
Número único. Wasaka, Caratera, Coyolar.
3.364 mz y
6.135 varas2
Sébaco 1724 Registro de la propiedad de Matagalpa, No.
916
33.000 mz
Muy Muy 1905 Registro de la propiedad de Matagalpa. No.
De registro 1905, Asiento primero, folio XXVI-R
120. 000 ha
Jinotega 1723 Certificación del Registro de Propiedad de
Jinotega, inscrito con el Número 5,062,
Folios: 13-90, del Tomo: LXXIV.
38.856 mz. en
Jinotega y
Santa María de
Pantasma
7.042 Mz.
Mozonte 1773 Registro de la propiedad de Nueva Segovia,
Ocotal Registro No. 3899, Folio 166-219, tomo
IX.
23.950 ha
Li
Telpaneca
1622 Registro de la propiedad de Somoto,
departamento de Madriz. No. 15,902, folios
176 al 186. Libro de Propiedades de
Derechos Reales del Registro Público.
14 cab.
San Lucas 1737 Certificación del Registro de Propiedad de
Madriz, Título Real, inscrito con el Número:
168, Asiento: 174, Folios: 191-197 del Tomo: IV.
Sitio Liure, Número 226, Asiento: 232, Folios:
249-251, Tomo: V.
Santa
Bárbara
Es parte del título de San Lucas.
San Antonio
de
Padua
1779 Título Real. Fuente: Documentos para la
historia de Nicaragua, Colección Somoza-
Madrid 1956, Tomo I, citado en Nicaragua.
16 cab y 81
cuerdas.
San José de
Cusmap
a
1652 Certificación del Registro de Propiedad de
Madriz. Título Real por Número:7,567, Asiento
Primero, Folios: 96-102 del Tomo: CVI
11,5 cab.
medida
antigua
Totogalpa S. XVII Remedidas de 1860. 137 km2
* Posiblemente medida antigua (1 caballería española equivalente a 4.683 manzanas)
según una fuente. ** En este caso la fuente indica 244 manzanas por caballería.
En casi todos los casos las estimaciones de superficie están dadas en
medidas antiguas o coloniales y no en el sistema métrico decimal
(caballerías, cuerdas, varas, etc.). Pero, las caballerías tienen, en distintos
momentos históricos, diferentes áreas, la última de 64 manzanas o 45 has.
Por su parte, las cuerdas, en la misma época, tienen superficies unitarias
distintas según se usen para medir uno u otro uso del suelo., por ejemplo,
27
las cuerdas para medir áreas cultivadas con maíz u otro grano eran
distintas que las que se referían a cultivos permanentes o a pastos.
Un estudio de la Procuraduría General de la República19 indica lo siguiente
respecto de las antiguas medidas de superficie: “En México colonial una
caballería equivalía a 42 mil manzanas”20. En Centroamérica, en el mismo
período, la caballería era igual a 4,772 manzanas21. Un estudioso nacional
afirma que en el “caso de Nicaragua y particularmente en León, se aplicaba
a sitios comuneros no indígenas una conversión equivalente a 1,179
manzanas por Caballería22”. Otro estudioso del tema asegura que una
caballería equivalía a 1,000 manzanas23.
De tal manera que para conocer la superficie real de las tierras comunales
con medidas contemporáneas la fuente, más que el área anotada en el
título, está constituida por el área delimitada por los mojones que figuran
como límites en el título y que se mantienen como hitos naturales (ríos,
montañas, rocas) o colocados por las autoridades comunales y conocidos
por ellas. De estos, se ha perdido la mayoría. Dentro de este perímetro de
tierras propiedad comunal que no se pueden vender ni embargar, según
los títulos, toda inscripción supletoria o de otro tipo es ilegítima y lesiva a los
derechos de propiedad comunal.
El Convenio 169 establece claramente los derechos a las tierras y los
territorios de los pueblos indígenas. En particular su artículo 14 ampara a los
pueblos y las comunidades indígenas asentadas sobre sus territorios
ancestrales y obliga a los Estados a tomar medidas para proteger sus
derechos de propiedad. Destaca que en el Pacífico de Nicaragua los
pueblos indígenas además poseen títulos de propiedad por lo que la
19 Procuraduría General de la República. Plan de participación de las comunidades
indígenas del norte y centro pacífico de Nicaragua en el marco del financiamiento
adicional del PRODEP. Managua, PGR, 2009. Página 35. 20 Marvin Ortega. La tenencia de la Tierra en la Comunidad Indígena de Sutiaba.
Managua, PRODEP, 2007. 21Mario Rizo. Identidad y derecho: Los títulos reales del pueblo Sutiaba”. Managua, IHNCA-
UCA, 1999. Página 129. 22 Idelfonso Palma Martínez. La Caballería. En: Colección Monografías Jurídicas. Cuaderno
No. 3. León. Citado en Mario Rizo. Identidad y derecho: Los títulos reales del pueblo
Sutiaba”. Mario Rizo. Managua, IHNCA-UCA, 1999. Página 129. 23 Ramón H. Potosme. Comunidades denuncian que el poder sigue piñateando sus tierras.
END 080609.
28
enajenación de sus tierras no solo viola el Convenio 169 sino la propia
legislación nacional.
Parte II. Tierras
Artículo 13
1. Al aplicar las disposiciones de esta parte del Convenio, los gobiernos deberán respetar la
importancia especial que para las culturas y valores espirituales de los pueblos interesados reviste su
relación con las tierras o territorios, o con ambos, según los casos, que ocupan o utilizan de alguna
otra manera, y en particular los aspectos colectivos de esa relación.
2. La utilización del término «tierras» en los artículos 15 y 16 deberá incluir el concepto de territorios,
lo que cubre la totalidad del hábitat de las regiones que los pueblos interesados ocupan o utilizan
de alguna otra manera.
Artículo 14
1. Deberá reconocerse a los pueblos interesados el derecho de propiedad y de posesión sobre las
tierras que tradicionalmente ocupan. Además, en los casos apropiados, deberán tomarse medidas
para salvaguardar el derecho de los pueblos interesados a utilizar tierras que no estén
exclusivamente ocupadas por ellos, pero a las que hayan tenido tradicionalmente acceso para sus
actividades tradicionales y de subsistencia (…)
2. Los gobiernos deberán tomar las medidas que sean necesarias para determinar las tierras que los
pueblos interesados ocupan tradicionalmente y garantizar la protección efectiva de sus derechos
de propiedad y posesión.
3. Deberán instituirse procedimientos adecuados en el marco del sistema jurídico nacional para
solucionar las reivindicaciones de tierras formuladas por los pueblos interesados.
Artículo 17
1. Deberán respetarse las modalidades de transmisión de los derechos sobre la tierras entre los
miembros de los pueblos interesados establecidas por dichos pueblos.
2. Deberá consultarse a los pueblos interesados siempre que se considere su capacidad de
enajenar sus tierras o de transmitir de otra forma sus derechos sobre estas tierras fuera de su
comunidad.
3. Deberá impedirse que personas extrañas a esos pueblos puedan aprovecharse de las
costumbres de esos pueblos o de su desconocimiento de las leyes por parte de sus miembros para
arrogarse la propiedad, la posesión o el uso de las tierras pertenecientes a ellos.
Artículo 18
La ley deberá prever sanciones apropiadas contra toda intrusión no autorizada en las tierras de los
pueblos interesados o todo uso no autorizado de las mismas por personas ajenas a ellos, y los
gobiernos deberán tomar medidas para impedir tales infracciones.
Artículo 19
Los programas agrarios nacionales deberán garantizar a los pueblos interesados condiciones
equivalentes a las que disfruten otros sectores de la población, a los efectos de:
a) la asignación de tierras adicionales a dichos pueblos cuando las tierras de que dispongan sean
insuficientes para garantizarles los elementos de una existencia normal o para hacer frente a su
posible crecimiento numérico;
b) el otorgamiento de los medios necesarios para el desarrollo de las tierras que dichos pueblos ya
poseen.
Fuente: Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos
Indígenas y Tribales en Países Independientes.
29
Las disposiciones del Convenio respecto a la tierra difícilmente pueden
cumplirse si no existe la legislación adecuada, la institucionalidad para
aplicarla y los recursos humanos y financieros para movilizar el aparato
público. Esto, en el marco de un entorno político favorable.
Esto quiere decir que, aunque las comunidades indígenas del Pacífico
nicaragüense son legítimas propietarias de sus tierras desde siglos ya y que
ilegalmente han sido despojadas de sus recursos productivos (tierras y
recursos naturales) y ese despojo ha tenido la colaboración del sistema
judicial, del registro de la propiedad y de las municipalidades, entre otros,
no es posible recuperar esos derechos sin la voluntad política de
reconocerlos. El gobierno de Nicaragua ejecutó un Proyecto de
Ordenamiento de la Propiedad (Prodep) con financiamiento del Banco
Mundial, uno de cuyos propósitos fue la regularización de tierras indígenas.
Aunque se había incluido parte del Corredor Seco como área de
intervención de esa iniciativa, la titulación de tierras indígenas se realizó en
otras regiones.
Evolución de las leyes agrarias de Nicaragua relevantes para las tierras indígenas
Siglo XVIII. Compra de tierras a la Colonia Española, los Títulos Reales.
1877. Ley Agraria, del presidente Pedro Joaquín Chamorro. (Levantamiento indígena en
1881, contra el gobierno conservador de Joaquín Zavala.
1893 – 1909. Expansión del cultivo del café, durante la presidencia de José Santos Zelaya.
1917. Ley Agraria, que autoriza la división y venta de la propiedad comunal indígena.
1963. Ley de Reforma Agraria, No. 797. Gobierno de Luis Somoza Debayle.
1979. Decreto No. 3. (Confiscación).
1979. Ley de Reforma Agraria, No. 782, 19 de Julio de 1981.
1990. Contra Reforma Agraria, Gobierno de Violeta Barrios de Chamorro.
1990 – 2011. Recomposición del paisaje agrario a favor de los más fuertes, reactivación
de la frontera agrícola, toma de tierras por parte de desmovilizados y campesinos sin
tierra
Leyes de la Propiedad Reformada Urbana y Agraria: Ley 271. Arto.103 “Las personas que
han recibido títulos de Reforma Agraria en territorios de las Comunidades Indígenas,
deben pagar el Canon de Arriendo a la Comunidad.”
Fuente: Cumplimiento de los derechos humanos de los pueblos indígenas del Pacífico, centro y norte de
Nicaragua. Presentación PP. Managua, SNU, 2010. Sin publicar.
En Nicaragua, el artículo 107 de la Constitución Política de la República
reconoce la especificidad de las tierras comunales estableciendo la
necesidad de normativas específicas: “La reforma agraria eliminará el
30
latifundio ocioso y se hará prioritariamente con tierras del Estado. Cuando
la expropiación de latifundios ociosos afecte a propietarios privados, se
hará cumpliendo con lo estipulado en el Artículo 44 de esta Constitución.
La reforma agraria eliminará cualquier forma de explotación a los
campesinos, a las comunidades indígenas del país y promoverá las formas
de propiedad compatibles con los objetivos económicos y sociales de la
nación establecidos en esta Constitución. El régimen de propiedad de las
tierras de las comunidades indígenas se regulará de acuerdo a la ley de la
materia. “
En Nicaragua, como en otras sociedades, la tierra posee una pluralidad de
significaciones admitiendo varias lecturas según la percepción de quien la
concibe y el papel que esta desempeña en su vida cotidiana. Así, la tierra
para algunos puede ser un valor de cambio o un objeto de especulación
financiera y para otros, constituirse en un símbolo de sus luchas identitarias
y de su cosmogonía.
Por ejemplo, para la empresa Flor de Mayo que pretende apropiarse de la
franja costera en Salinas de Nagualapa, esa tierra no tiene más significado
que su potencial turístico, su belleza escénica y la manera en que puede
derivarse beneficio económico de su posesión. Por el contrario, para los
indígenas que defienden sus derechos comunales constituye su espacio de
pesca, supervivencia y conservación de su identidad como pueblo. Por
eso no se vende, porque es la herencia de las generaciones futuras de los
únicos indígenas como ellos que aún quedan en este planeta.
El universo de las concepciones de la tierra no es tan simple como la
oposición entre el valor de cambio y el significado cosmogónico. Las
evoluciones diferenciales de los distintos grupos étnicos y culturales y aún al
interior de ellos mismos, definen un amplísimo espectro de valoraciones
sobre la tierra y el territorio. Las expresiones actuales de la dinámica agraria
son el resultado de los procesos de cambio histórico que, junto con la
economía y la sociedad, han producido transformaciones en las
concepciones y valoraciones de la tierra y sus recursos. Para analizar las
relaciones contemporáneas entre la tierra y el conflicto, es preciso
establecer algunas premisas básicas:
31
Los conflictos relacionados con la tierra tienen una génesis
multicausal que articula factores jurídicos, económicos, políticos,
laborales, étnicos y religiosos.
Durante la historia, las causas originales se han rearticulado,
presentando distintas fisonomías en cada época y acumulándose
esta historia en la conciencia colectiva de las poblaciones
involucradas en los fenómenos agrarios. Estos, además, se insertan en
el inconsciente colectivo, muchas veces asociándose a la
reivindicación o afirmación de las identidades étnicas, políticas y
culturales.
También hay otro elemento de medular importancia para comprender la
“conflictividad” en el espacio rural. Este radica en el carácter dual del
espacio:
Como tierra propiamente dicha, es decir, como un medio de
producción.
Como territorio étnico, nacional, tradicional, sagrado o comunitario,
es decir, agregando un conjunto de valores de tipo histórico, cultural
e ideológico que superan las reivindicaciones económicas y se
colocan fuera de las coyunturas políticas y sociales.
Ese doble carácter le da a la tierra una particular susceptibilidad de
colocarse en una posición relevante al confluir otros factores políticos y
sociales que generan una situación de conflicto. Para los terratenientes
que han ocupado tierras en Sutiaba para la agricultura industrial y para los
que invaden pequeñas propiedades indígenas en Matagalpa con
hombres armados, la tierra es solo un recurso de inversión, status y poder.
La misma tierra es el basamento de su identidad ancestral para quienes
son expulsados de ella y no podrían concebirla solo como un bien de
intercambio. Esto no quiere decir que no pueda venderse, se hace, pero
en el marco de un mercado regido por normas ancestrales.
Cuando se aplica el concepto de territorio, se está haciendo referencia al
espacio vital de un pueblo o de una comunidad, englobando su ámbito
simbólico y de reproducción material, social y cultural. De allí que se
incluyan como territorios las áreas de costa, lacustres y fluviales que
constituyen el patrimonio económico y simbólico de las sociedades que
explotan esos recursos.
32
Por ejemplo, el lago de Apanás pertenece casi en su totalidad al territorio
indígena de Jinotega. Aún así, en la práctica, le ha sido arrebatado a
favor de una empresa hidroeléctrica, sin derecho a consulta y a una justa
retribución; también las costas de Sutiaba han sido paulatinamente
confiscadas a sus legítimos propietarios y en Salinas de Nagualapa lo
mismo pretenden hacer empresarios turísticos.
Por otra parte y en relación con su denotación socioeconómica, histórica y
simbólica, la tierra está impregnada de valores simbólicos relacionados
con el status:
Como símbolo del status adscrito: Es el caso de la acumulación
histórica de tierras, muchas veces ociosas, por las oligarquías
tradicionales.
Como símbolo del status adquirido: Se trata de las tierras adquiridas
más recientemente con fines de movilidad social vertical con el
propósito de asimilarse a las oligarquías tradicionales.
Como símbolo del status identitario: En este caso se trata no de
individuos, sino de colectividades que relacionan su territorio con su
identidad en tanto pueblo.
Cuando la tierra no posee esas connotaciones de status, se considera solo
un valor de cambio y su calidad se reduce a la que le asigna la ley del
valor. En consecuencia, se trata de una mercancía más. La importancia
del criterio de concentración sobre la línea de clase24 estriba también en el
nivel de simbolización que tiene la tierra para los terratenientes que la
consideran un signo de su poder. Por eso, se legitima la ociosidad de
porciones de las propiedades y su uso para la especulación financiera.
24 Ver: Jean Daudelin. Land and Violence in Post-Conflict Situations. Ottawa, North-South
Institute, 2002.
33
TERRITORIOS INDÍGENAS Y CONFLICTOS
TERRITORIALES
“Un indio sin tierra es un indio sin alma”
Doña Dominga Pérez Videa
En el Pacífico, Centro y Norte de Nicaragua, la autodefinición como
indígena está íntimamente relacionada con una referencia territorial. Para
Marcela Tovar25 la identidad de los pueblos indígenas se define, entre
otros, sobre los siguientes ejes:
Territorialidad: los pueblos indígenas, merced su concepción
cosmogónica, fundamentan su identidad en la adscripción a un
territorio concreto y un entorno ecológico determinado, expresión
concreta de la Madre Tierra. No se trata de un sentimiento de
posesión, sino de pertenencia, de integración de la persona con el
entorno en el cual ha nacido.
Organización social y política: las instituciones sociales y sistema de
gobierno de los pueblos indígenas, de carácter comunitario y
basado en valores propios, ancestrales, permiten la recreación y
reproducción de la identidad. Constituyen un mecanismo y un
contenido de los procesos de socialización de las nuevas
generaciones. Se fincan en un sistema de valores y concepto de
poder en el que la comunidad (los que nacieron y tienen derecho al
usufructo de un determinado espacio geográfico) es la depositaria
legítima del poder, y lo ejercita a través de guiadores y servidores,
sujetos a la voluntad de la colectividad.
Se trata precisamente de los ejes sobre los cuales se articulan los
principales conflictos a los que cotidianamente se enfrentan los pueblos
indígenas del Corredor Seco de Nicaragua. El despojo territorial y con él, la
confiscación de la identidad, la memoria histórica, el universo simbólico, los
recursos para la reproducción material, social y cultural y, la
25 Marcela Tovar Gómez. Perfil de los pueblos maya, garífuna y xinca de Guatemala.
Guatemala, Banco Mundial/RUTA/Ministerio de Cultura y Deportes. Guatemala, 2001.
Páginas 47-48.
34
deslegitimación de su estructura sociopolítica que también realiza la
gestión de sus tierras. Es así como la conflictividad se manifiesta en una
esfera espacial y en una social. La primera en forma de discriminación
hacia sus derechos de propiedad comunal y la segunda de discriminación
hacia sus derechos políticos y su autodeterminación como pueblos,
incluyendo sus sistemas de gestión comunal del territorio. La mayoría de los
conflictos se pueden caracterizar de la siguiente manera:
Despojo de tierras comunales por terratenientes (caso de santa Ana
en Matagalpa) y empresas agropecuarias (caso de ingenios en
Sutiaba).
Despojo de tierras comunales por empresas no agropecuarias (caso
de Flor de Mayo en salinas de Nagualapa).
Despojo de tierras comunales por parte del Estado (apropiación de
tierras indígenas para su entrega a no indígenas durante la reforma
agraria y más recientemente en la desmovilización).
Despojo de tierras comunales por parte de municipalidades.
Despojo de tierras comunales por particulares que realizan
demandas específicas (caso de Urbaite Las Pilas en Ometepe).
Explotación ilegal de recursos naturales en tierras indígenas por
agentes externos (caso de talas de árboles en Matagalpa).
Cabe aclarar que la totalidad de esos conflictos ocurre en un contexto en
el que los indígenas poseen derechos de propiedad y que los despojos, a
la luz de la legislación nacional, son ilegítimos. Sin embargo, persiste, desde
la colonia, una ideología que asocia las tierras indígenas con terrenos
baldíos que pueden ocuparse o adjudicarse sin límite.
La otra categoría de conflicto está constituida por el desconocimiento de
las autoridades indígenas tradicionales por parte del Estado, incluyendo las
municipalidades, hecho que afecta el principio de autodeterminación
establecido en el Convenio 169 y luego en la Declaración de las Naciones
Unidas sobre los derechos de los Pueblos Indígenas.
En adelante se resumen algunos de los conflictos más significativos:
35
TERRITORIO INDÍGENA DE SUTIABA
Esta comunidad es una de las más conocidas por su posición en el casco
urbano de la ciudad de León y la extensión de sus tierras. También por la
extensión del despojo que han sufrido y que comenzó con la segregación
de cerca de 17.000 manzanas que ahora constituyen el casco urbano de
la ciudad. La comunidad indígena de Sutiaba tiene cerca de 45.000
integrantes:
Población de la Comunidad Indígena de Sutiaba según sector de
residencia
Sector Población
Hombres Mujeres Total
Periurbano norte 3 311 3 730 7 041
Periurbano sur 6 110 6 715 12 825
Urbano 6 188 6 957 13 145
Rural sur 990 849 1 839
Rural norte 1 660 1 555 3 215
Carretera 607 616 1 223
Costera 2 535 2 392 4 927
Total 21 401 22 814 44 215 Fuente: Ricardo Zeledón Zambrano (Coordinador). Censo de Sutiaba 2010. Síntesis de los resultados. Managua,
Agencia española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, 2011. Página 26.
“Las autoridades de la comunidad indígena de Sutiaba han estimado que
las 63 caballerías de tierra respaldadas en el Título Real, comprenden
aproximadamente unas 100 mil manzanas de tierra (…) sabemos que 30
caballerías correspondían a tierras ejidales, que debieron pasar, conforme
el decreto de anexión de 1902, a formar parte del municipio de León y por
ese conducto privatizadas. Esto significa que aproximadamente 47 mil
manzanas fueron confiscadas a Sutiaba en el acto de anexión. El resto lo
formarían las 33 caballerías restantes, o sea, unas 53 mil manzanas de tierra
propiedad comunal, de las cuales 8 caballerías correspondían a las
cofradías de la comunidad.26
Del total de tierras bajo títulos comunales, el gobierno indígena estima que
entre 18.000 y 20.000 ha están bajo su administración incluyendo el pago
26 Mario Rizo. Identidad y derecho: Los títulos reales del pueblo de Sutiaba. Managua,
IHNCA-UCA, 1999. Página 126.
36
de un canon anual sobre áreas de uso privado que son adjudicaciones o
arriendos indefinidos en el tiempo. Aún así, en la práctica no hay sistemas
de gestión territorial ni una normativa integral de manejo del espacio
aunque prácticas como que los playones de los ríos son de pastoreo libre
ya constituyen una base para sistematizar normas de gobernanza
tradicional27.
“Otros factores políticos han afectado los planos urbanos de Sutiaba. Por
ejemplo, la anexión del pueblo a la ciudad de León, realizada por el
presidente Zelaya en 1902, redefinió los ejes internos de Sutiaba, al hacer
desaparecer espacios públicos céntricos de la comunidad, como lo era el
cabildo indígena municipal eliminado en la anexión.”28
La Comunidad indígena de Sutiaba cuenta con una estructura
organizativa cuya forma actual data de inicios del siglo XX: “…Sutiaba
logró obtener su personería jurídica como comunidad indígena en 1918, y
más tarde, en 1923, la aprobación del plan de arbitrios de la comunidad
indígena.”29 El gobierno indígena cuenta con siete miembros. Hay cuatro
Consejos de ancianos, uno de ellos es el Consejo de Ancianos Chorotega
compuesto por los antiguos presidentes de la comunidad indígena de
Sutiaba. También funcionan cinco Consejos territoriales y trece comarcas
organizativas en el campo. Pueden ser autoridades los nacidos en Sutiaba
de padre y madre de allí mismo y pueden votar los que tengan diez años
de residir en Sutiaba.
Aunque con financiamiento de la Agencia Española de Cooperación
Internacional para el Desarrollo se ha realizado y publicado un censo de la
comunidad indígena30, algunas autoridades locales consideran que no fue
suficientemente preciso y que es necesario un nuevo censo que permita
distinguir entre los miembros del pueblo indígena y los que no lo son.
27 Al igual que en otras comunidades, sería importante sistematizar y transcribir las normas
de gestión territorial no escritas. 28 Mario Rizo. Identidad y derecho: Los títulos reales del pueblo de Sutiaba. Managua,
IHNCA-UCA, 1999. Página 22. 29 Mario Rizo. Identidad y derecho: Los títulos reales del pueblo de Sutiaba. Managua,
IHNCA-UCA, 1999. Página 35. 30 Ricardo Zeledón Zambrano (Coordinador). Censo de Sutiaba 2010. Síntesis de los
resultados. Managua, Agencia española de Cooperación Internacional para el Desarrollo,
2011.
37
Afirman que esto complementaría el próximo barrido catastral y permitiría
distinguir, entre los poseedores, quienes pertenecen a la comunidad de
quienes no pertenecen a ella.
En las tierras de los Xiu-Sutiaba, en el Departamento de León, los cultivos de caña de
azúcar han cubierto la mayor parte de las tierras indígenas, con altos grados de
afectación en la salud por el uso intensivo de plaguicidas. La población indígena
además del despojo de su territorio de 63 caballerías, proporciona mano de obra a la
empresa azucarera. La organización indígena se encuentra fragmentada, mientras
algunos dirigentes han negociado la propiedad colectiva, otros demandan que la
Procuraduría General de la República de a conocer los resultados del barrido catastral y
de a conocer los nombres de los terratenientes y políticos que se han apropiado de las
tierras indígenas.
Fuente: Cumplimiento de los derechos humanos de los pueblos indígenas del Pacífico, centro y norte de
Nicaragua. Presentación PP. Managua, SNU, 2010. Sin publicar.
En Sutiaba, la mayoría de los conflictos relevantes se refiere a la pérdida de
sectores del territorio que han pasado a manos de empresas
agroindustriales (ingenio azucarero, notablemente), y otros ocupantes
para uso agropecuario, turístico, manufacturero o residencial. Muchos de
los ocupantes, todos dentro del título comunal, han obtenido títulos de
propiedad y no respetan las normas de gestión local, incluyendo el pago
del canon regulado por el plan de arbitrios de la comunidad. Las
autoridades consideran como una grave amenaza el incremento de la
compra de tierras, dentro del título comunal, por extranjeros para el
desarrollo de proyectos turísticos.
Al igual que otros territorios indígenas de la región, en Sutiaba no hay
normas escritas de gobernanza territorial involucrando criterios de
adaptación al cambio climático, manejo ambiental, gestión social del
agua, manejo de la basura y uso de agroquímicos, entre otros aspectos
para el área rural y, para el área urbana, regulaciones urbanísticas.
38
TERRITORIO INDÍGENA DE VIRGEN DE HATO
Esta comunidad se ubica en el departamento de Chinandega (donde
además hay dos títulos comunales más: Chichigalpa con seis caballerías y
Nacascolo con 63) en el municipio de El Viejo, que es un antiguo
asentamiento colonial. La Junta Directiva de la Comunidad estima que la
población indígena alcanza las 45.000 personas sobre un total de 120.000
habitantes en el municipio.
Su título de propiedad comunal data de 1884 y se encuentra a nombre de
la Cofradía de la Virgen de Hato31. Esta comunidad cuenta con un sistema
de organización sociopolítica comunal alrededor de su cofradía desde
antes de que poseyera su título de propiedad. Esta organización ha
evolucionado y se ha adaptado a las distintas condiciones de su historia. Es
así como en 1947 decidieron abolir el Consejo de Ancianos y luego
restituirlo como figura de poder en 2008. Al igual que en otras
comunidades, este Consejo, como los antiguos Consejos de Monéxico de
donde proviene la figura, es la máxima autoridad en el territorio y la Junta
Directiva está a cargo de aplicar sus decisiones. La Comunidad cuenta
con un estatuto aprobado en 1969.
El 1 de diciembre de 2000 el Diario Oficial publicó el estatuto de la
Comunidad Indígena de El Viejo que, entre otros aspectos establece que,
entre los bienes de la comunidad figuran la imagen de la Virgen de Hato,
propiedades urbanas y los terrenos de la Cofradía de la Virgen. También se
definen allí las atribuciones de la Junta Directiva y su responsabilidad de
administración de los bienes muebles e inmuebles de la comunidad,
incluyendo el registro de los ganados de propiedad común. La comunidad
cuenta con un Plan de Vida de El Viejo elaborado en 2007.
En 1992 las tierras comunales comenzaron a ser ocupadas por campesinos
no indígenas quienes han talado cerca de 100 manzanas de bosque que
constituían la reserva natural de la comunidad y ocupan áreas cercanas a
las 700 manzanas. Aunque se trata de una invasión a terrenos privados
(una propiedad comunal es una propiedad privada), los usurpadores han
31 Certificación del Registro de la Propiedad de León, Título Real por 17 caballerías medida
antigua, inscrito con el Número: 18 930, Folios: 1-34 del Tomo: CCXLIX.
39
denunciado a los líderes locales por usurpación y estos han recibido
medidas cautelares desde 2002. La Alcaldía mantiene relaciones cercanas
con los invasores quienes además tienen el apoyo de organizaciones no
gubernamentales.
Intervención de la Alcaldía de El Viejo, en la elección de una ONG, que se rige por la Ley
147 sobre personas jurídicas sin fines de lucro, que lleva el mismo nombre de la
Comunidad Indígena de Virgen del Hato.
Ocupación de más de 700 manzanas de los lotes de propiedad indígena.
Invasión de toma tierras, que intentan asentarse en otras 700 manzanas.
Robo de ganado del hato de la comunidad.
Fuente: Cumplimiento de los derechos humanos de los pueblos indígenas del Pacífico, centro y norte de
Nicaragua. Presentación PP. Managua, SNU, 2010. Sin publicar.
TERRITORIO INDÍGENA DE MATAGALPA
Los matagalpas son un pueblo indígena que en el pasado ocupó un área
mucho más extensa que la que actualmente habitan. “Brinton (1895)
identifica una pequeña familia lingüística que él llama los matagalpas.
Sapper (1904) encontró los restos de un dialecto afín en las aldeas
salvadoreñas de Cacaopera y Lislique (…) Lehmann (1910) afirma que de
la toponimia se deduce que el Matagalpa se habló en un tiempo en los
alrededores de Matagalpa y en varias partes de los departamentos de
Nueva Segovia y Chontales.” 32
La comunidad, tal como se le conoce actualmente, data de dos títulos
reales (el 3331 Dalia y el 526 Matagalpa) emitidos en 1723, uno por 83.675
manzanas y otro por 64.365 manzanas para una superficie total de 153.040
manzanas en las cercanías de la actual ciudad de Matagalpa al norte de
Nicaragua. Las tierras comunales de Matagalpa interesan seis municipios:
Esquipulas, San Dionisio, San Ramón, La Dalia, Matagalpa y Muy Muy, lo
cual indica la complejidad de los sistemas de gestión de tierras comunales
que deben adecuarse y compartir un espacio con los gobiernos
municipales.
32 Samuel Kirkland Lothrop et al. Culturas indígenas de Nicaragua. Tomo I. Managua,
Hispamer, 2003. Página 29.
40
• El titulo Real emitido por la corona española en 1723. Se perdió en la década de
los 90, pero cuentan con un microfilm del original.
• Después de la primera medida, se hizo una remedida en los años 1904 y 1906,
pagando 500 hectáreas por sus servicios al agrimensor señor, Antonio Belli,
(guiado por los alcaldes indígenas y representantes del Estado, que formaron una
comisión para hacer la medida, resultando en 83, 675 manzanas, con 7, 537
varas cuadradas, registrado con el número 526 en el Registro de la propiedad de
Matagalpa, lo que es una reinscripción, ya que durante la insurrección en 1979 se
quemó el registro original.
• La primera inscripción se hizo en el registro conservatorio, en el siglo 19. El caso
urbano fue vendido por la comunidad a la Alcaldía Municipal, son 14,000
manzanas.
• Actualmente, el 80 % del territorio está en manos de los grandes productores,
quienes además no pagan el canon de arrendamiento. Se recauda un estimado
de 1 millón 200 mil córdobas de parte de los parceleros indígenas y colonos
pobres.
Fuente: Cumplimiento de los derechos humanos de los pueblos indígenas del Pacífico, centro y norte de
Nicaragua. Presentación PP. Managua, SNU, 2010. Sin publicar.
Según fuentes locales, las tierras indígenas de Matagalpa ahora alcanzan
cerca de 60.000 manzanas, hay 75 comunidades. Incluidas en cuatro 4
parcialidades reconocidas: Pueblo Grande, Sologalpa, Naborío,
Malagüina. Cada parcialidad tiene una administración territorial y un
alcalde de vara.
En el territorio de Matagalpa, la autoridad tradicional es el Consejo de
Ancianos que aún mantiene su vigencia y al cual es posible acceder
mediante méritos y teniendo más de cincuenta años de edad. Las mujeres
aún no participan en este Consejo pero las autoridades indican que se
están iniciando reformas para lograr la equidad de género en esta
instancia política. Algunos dirigentes afirman que más o menos desde 1910
comenzaron a desaparecer las autoridades tradicionales en el país, pero
se conservaron en Matagalpa. En este territorio existe un sistema de cargos
que va del grado uno al seis, en este último se alcanza la dignidad de
Alcalde de Vara.
Las autoridades estiman que hay cerca de 140 personas participando en
Consejos, regidores y alcaldes con su debido carnet extendido por la
Comunidad Indígena de Matagalpa. La máxima autoridad, como se
indicó, es el Consejo de Ancianos, luego siguen, en orden: el cacique, los
Alcaldes de Vara, los alguaciles, los reformas y los delegados. Las
41
estructuras de poder tradicionales en este territorio indígena gozan de
legitimidad ante la población incluyendo la no indígena. Sin embargo, el
despojo continúa y persisten situaciones con altos niveles de tensión y aún
de violencia. Según las autoridades indígenas, en estos momentos existen
once conflictos de tierra, en todos los casos ocupación de tierras indígenas
por no indígenas. Por ello han constituido una Comisión Departamental de
Defensa del Territorio.
El principal problema es en Yasica Sur, donde el terrateniente José Crisanto Álvarez
Sacasa, que ha actuado con violencia. Su finca nace con una propiedad de 6
desmovilizados del ejército, que obtuvieron un título de Reforma Agraria, para 200
manzanas de tierra, Buenas Esperanza. En el 1991 vendieron al terrateniente Mario
Cerna, que hizo una escritura de rectificación de medidas, que dio como resultado 1 200
manzanas, que nacieron de la nada, sin que nadie se opusiera porque no intentó
desalojar a las comunidades.
En el año 2009 vendió a José Crisanto Álvarez, que quiere entrar en posesión de las 1 200
manzanas, se acuerpó de 40 personas, como una guardia personal equipada con armas
de fuego, radios de comunicación. Dio inicio el arrinconamiento de la población,
despaló 80 manzanas de bosque para sembrar café. No ha habido desalojo judicial,
pero han destruido las viviendas y cultivos. Hasta el momento el señor Crisanto ha
promovido juicios penales, encarcelando pobladores con mucho tiempo de vivir allí,
indígenas y no indígenas. Ha habido denuncias, pero las comunidades no tienen
recursos para litigar. El último acto violento tuvo lugar en Santa Ana, donde se
destruyeron 60 manzanas de frijoles y mataron las aves de corral. Se amenaza de
violación a las mujeres, disparan por las noches. Ahora hay intentos de ampliar esta
afectación a San Antonio.
Fuente: Cumplimiento de los derechos humanos de los pueblos indígenas del Pacífico, centro y norte de
Nicaragua. Presentación PP. Managua, SNU, 2010. Sin publicar.
El caso del recuadro es posiblemente el más emblemático del despojo de
tierras indígenas ya que ha evolucionado en un marco de irrespeto total a
la legislación y a los derechos de una comunidad que posee títulos de
propiedad. El hecho que un finquero pudiera solicitar una remedida y
obtuviera un aumento de cabida por seis veces el terreno original, ya de
por sí yuxtapuesto a otra propiedad, informa de una violación flagrante a
los derechos de posesión y de propiedad de docenas de familias
indígenas que habitaban en la tierra comunal sobre la que hay títulos
legítimos preexistentes a la demanda. Al vender este finquero tierras, que
no eran suyas, al nuevo terrateniente, este utiliza la intimidación y la
violencia para tomar posesión de las tierras indígenas. El nuevo
42
“propietario” no recibe ninguna condena por el acoso a los pobladores y
las amenazas cotidianas que sufren por parte de su ejército privado.
En el territorio indígena de Matagalpa, en forma similar al caso de Sutiaba,
los conflictos son múltiples. Fuentes locales indican que esta es la zona del
país donde los conflictos sobre la tierra y el territorio son mayores.
Rememoran acuerdo de Las Tunas
Por otra parte llamaron al gobierno del presidente Daniel Ortega a dar cumplimiento al
acuerdo de Las Tunas, suscrito con trabajadores del café, en su mayoría indígenas
matagalpas. Ellos reclaman la reposición de las tierras de Yasica Sur de las que hace un
siglo sus ancestros fueron despojados por el Estado.
Llamaron a Ortega a restablecer un diálogo de respeto mutuo con los gobiernos
indígenas para que éste oriente a las instituciones del Estado a que antes de impulsar
cualquier acción sobre territorio originario sea consensuado con las autoridades
tradicionales y formales. Estos derechos según la resolución están establecidos en el
artículo cinco de la Constitución.
Él caso de Uluse
Parte importante de los reclamos fueron llevados por los indígenas de la comunidad de
Uluse, en Matagalpa quienes fueron despojados de las tierras en 1907 a las entonces 42
familias que habitaban el área. El congreso solicita al presidente Ortega que ahora que
la propiedad está en manos del Estado sea devuelta a sus dueños, los bisnietos de las 42
familias y no a desmovilizados de la Resistencia y del Ejército.
Hidrogesa no les paga
El área reclamado es de un mil 500 manzanas que están registradas bajo el Título Real del
Pueblo indígena del Muy Muy. También solicitaron al Presidente corregir la actuación de
la Empresa Generadora Hidroeléctrica Sociedad Anónima, Hidrogesa de capital estatal,
que se ha negado a pagar a los pueblos indígenas de Jinotega y Sébaco, el uno por
ciento correspondiente de sus ingresos anuales.
En la actividad participaron representantes de los pueblos indígenas de Muy Muy,
Matagalpa, Sébaco, Jinotega y San Ramón.
Fuente: http://www.elnuevodiario.com.ni/politica/71215
En cuanto a las prácticas de administración de tierras, no hay un
reglamento general de gobernanza territorial ni de gestión social del agua.
Algunas comunidades ya afrontan dificultades durante la estación seca
por la carencia de agua. Como en otras comunidades indígenas, la
gestión territorial se limita al cobro de un canon anual (que es de treinta
córdobas por manzana al año) y a algunas cláusulas ambientales que
figuran en los contratos de arriendo. Pero son pocos quienes reconocen el
pago del canon y con él, la autoridad territorial indígena (cerca del 20 por
43
ciento que son pequeños productores y se autodefinen como indígenas, el
resto no paga). Los mayores propietarios no indígenas se desenvuelven en
el mercado de tierras negociando con títulos de propiedad que se
colocan sobre los preexistentes y no pagan el canon a la Comunidad. El
registro de la propiedad inscribe sus transacciones inmobiliarias como si no
se tratara de dobles titulaciones y la municipalidad recibe su pago del
Impuesto de Bienes Inmuebles.
Algunos artículos de los estatutos de la comunidad indígena de Matagalpa
Capítulo I De la junta Directiva
Art. 1º – se estableces en la ciudad de Matagalpa , una junta directiva compuesta por
un presidente, un vicepresidente, dos Vocales, un secretario, un vicesecretario y un
tesorero que será electo del seno de la comunidad indígena de la jurisdicción.
Art. 3° - verificada la elección y escrutinio, los comisionados declararán l electos a los
que hayan obtenidos mayoría de votos a quienes darán posesión de sus cargo ante el
alcalde Municipal de esta ciudad.
Art. 4º- son atribuciones de la junta directiva de la comunidad.
1° Disponer por una mayoría absoluta de los fondos e intereses de la comunidad.
4° convocar por medio del secretario para la sesiones ordinaria y extraordinaria a los
miembro de la junta Directiva y a los gremios de la comunidad para junta general.
5° Representar a la comunidad judicial y extrajudicial por sí o por medio de apoderado
que por acuerdo nombren al efecto.
7° hacer enajenaciones parciales de los bienes raíces de la comunidad o establecer en
ellos gravámenes previos los requisitos de la ley.
8° – determinar el canon o el valor del arrendamiento de los terreno de la comunidad, y
procurar que su inversión sea en beneficio de la misma.
9° cuidar por la buena conducta de los indígenas de esta comunidad interviniendo en
sus contiendas, para armonizar a fin de establecer entre ellos la fraternidad.
10- acordar los auxilios con lo que se va a socorrer a los indígena, a los enfermos que
carecen de lo necesario para vivir, que pertenecen a la comunidad indígena.
11- Interesarse por la educación de los niños de su gremio, proporcionándoles escuela
primaria para los cuales destinará una parte de los fondos de acuerda con la leyes de
instrucción pública.
12- practicar la elección del subsiguiente Directorio en la época designada por estos
estatutos.
Comuníquese palacio del ejecutivo Managua 12 de Noviembre de 1904, Rubricado por
el señor General Presidente- ministerio de Gobernación- Altamirano.
El despojo que hoy enfrentan los indígenas de Matagalpa no es más que la
manifestación actual de un proceso que data desde los primeros años de
la República, cuando las tierras indígenas eran consideradas baldías y
como tales podían ser objeto de apropiación por agricultores no indígenas.
Por esa razón, aún cuando los indígenas poseían títulos de propiedad,
44
sobre estos se inscribieron otros violando sus derechos y la legislación
agraria.
Entre los despojos más significativos figura la Reforma Agraria de 1981 que
interesó cerca de una décima parte de las tierras comunales, que
precisamente eran explotadas por indígenas y fueron entregadas a
beneficiarios ajenos a la comunidad.
TERRITORIOS INDÍGENAS EN LA COORDINADORA DE PUEBLOS INDÍGENAS
CHOROTEGA
La Coordinadora de Pueblos Indígenas Chorotega (CPICH) agrupa a las
comunidades indígenas en los municipios de San José de Cusmapa, San
Lucas, Telpaneca y Totogalpa. Fue fundada en 2003 uniendo
comunidades chorotegas de los departamentos de Madriz y Nueva
Segovia. El propósito de esta organización es hacer frente a los problemas
comunes, en especial la agresión contra el territorio, la lucha contra la
pobreza y la discriminación, la falta de tierras, la violencia contra las
mujeres, el mejoramiento de los servicios de salud y educación, el
desarrollo de la juventud y la lucha por la aprobación del proyecto de ley
de predios indígenas.
“En el Censo de Población de 2005 en Madriz y Chinandega se
identificaron como indígenas 32.135 personas, de las cuales se identificaron
como chorotegas 25 069. Todos estos indígenas han perdido su lengua
original y son hispanos parlantes. Conservan algunas de sus tradiciones
indígenas, sobre todo ligadas al derecho a sus tierras ancestrales …) los
títulos reales de las propiedades indígenas en los cinco municipios del
proyecto tienen un área estimada de que puede oscilar entre 366 y 432
km2, que representan entre el 32 % y el 38 % de los territorios de estos
municipios.”33
En estos municipios un porcentaje significativo de la población se
autodefine como indígena chorotega.
33 Procuraduría General de la República. Plan de participación de las comunidades
indígenas del norte y centro pacífico de Nicaragua en el marco del financiamiento
adicional del PRODEP. Managua, PGR, 2009. Páginas 5-6.
45
Municipio Población que se considera
indígena
Población que se considera
chorotega
Totogalpa 58 51
Telpaneca 40 31
San Lucas 78 54
San José de Cusmapa 95 86 Fuente: VIII Censo Nacional de Población y Vivienda. 2005. INETER. Caracterización geográfica de Nicaragua.
Aunque estas comunidades indígenas chorotegas poseen títulos de
propiedad, al igual que en el resto de Nicaragua, sus derechos no han sido
protegidos por las autoridades del estado.
“Las comunidades tienen inscritos sus títulos en el Registro de la Propiedad,
sin embargo, el Registro Público de la propiedad no tiene reparo de
inscribir una propiedad situada en tierras indígenas. Las comunidades
indígenas extienden documentos de arriendo a terceros. Pero muchos de
estos documentos han sido inscritos por los arrendatarios en el Registro
Público, con la venia de los Registradores, a pesar de que la Ley lo
prohíbe.”34
Según el Proyecto de Ordenamiento de la Propiedad (Prodep), la
situación registral de las propiedades indígenas en estos municipios era la
siguiente:
Comunidad Propiedad
Comunidad indígena de San
José de Cusmapa
20/06/1652. Certificación del Registro de Propiedad de
Madriz, Título Real por 11.5 Caballerías medida antigua,
inscrito con el Número: 7,567, Asiento. Primero, Folios: 96-
102 del Tomo: CVI.
Comunidad indígena de San
Lucas
1737. Certificación del Registro de Propiedad de Madriz,
Título Real 4 caballerías y 8 sitios, inscrito con el Número:
168, Asiento: 174, Folios: 191-197 del Tomo: IV. Sitio Liure,
Número 226, Asiento: 232, Folios:249-251, Tomo: V.
Comunidad indígena de
Telpaneca
18/04/1622 Certificación del Registro de Propiedad de
Madriz, Título Real 14 caballerías, inscrito con el Número:
15,902, Asiento: Primero, Folios: 176-183 del Tomo: CLXXXVI.
Número: 2,265, Folios: 231-240, Tomo: LI
Comunidad indígena de
Totogalpa
Perdieron el título real de 6 caballerías. En la actualidad
han viajado a Guatemala para solicitar una Compulsa de
su título, que fue registrado durante la Colonia, cuando
34 Procuraduría General de la República. Plan de participación de las comunidades
indígenas del norte y centro pacífico de Nicaragua en el marco del financiamiento
adicional del PRODEP. Managua, PGR, 2009. Página 7.
46
aquel país funcionaba como la Capitanía General para
los países centroamericanos. En Derecho, se llama
Compulsa al acto judicial o notarial mediante el que se
realiza el traslado de un documento adquiriendo el valor
legal del instrumento original. Nota aclaratoria: las caballerías son informaciones dadas por pobladores de estas comunidades, quienes
afirman que sus títulos tenían las áreas descritas.
Según las lideresas de la Coordinadora, entre el 40 y el 50 por ciento de las
tierras se encuentran en situación de conflicto. Esto quiere decir que no
reconocen la autoridad indígena y se niegan a pagar arriendo. El resto,
aunque no está todo en manos de indígenas sí es poseído por personas
que reconocen las autoridades y pagan su canon.
Otro de los conflictos que la Coordinadora considera relevante es que las
municipalidades reconocen a las autoridades tradicionales pero no a los
gobiernos indígenas. Esto significa una tensión permanente con las
alcaldías. La negativa a reconocer los gobiernos indígenas puede deberse,
en parte, a que la ley municipal castiga a los municipios con baja
recaudación asignándoles menos presupuesto y, donde hay estas
instancias, los territorios bajo su administración no pagan el Impuesto de
Bienes Inmuebles sino el canon a la comunidad. Con ello, la municipalidad
disminuye su recaudación.
Por ejemplo, en San José de Cusmapa donde prácticamente toda la
población se considera indígena, la recaudación municipal es mínima. La
Coordinadora trabaja en incidencia desde 2005 para lograr el
reconocimiento de las municipalidades a los gobiernos indígenas. Hasta el
momento ya lograron que en el presupuesto municipal de San José de
Cusmapa se asignara un monto para fortalecer el gobierno indígena y en
el de San Lucas para construirle oficinas. En Cusmapa la vicealcaldesa es
indígena y en San Lucas existen buenas relaciones entre la municipalidad y
el gobierno indígena.
47
TERRITORIO INDÍGENA DE MOZONTE
“El Pueblo Indígena de Mozonte tiene por lo menos 1 300 años de estar
asentado en ese lugar y se conoce que los primeros pobladores fueron
Chorotegas que vinieron de Chiapas, allá en Méjico. Los Chorotegas eran
bravos guerreros, que se establecieron en Nueva Segovia y Madriz, y que
durante la colonia trabajaron en las minas de oro de Nueva Segovia, por lo
que parte de la población indígena murió a causa del duro trabajo. La
reducción de los indígenas de Mozonte se da a inicio de 1650,
estableciendo un territorio que les fue otorgado en 1773 y remedido en
1883 donde le correspondía 23 mil quinientas noventa hectáreas señaladas
por 21 mojones.” 35
La población actual de Mozonte se estima en cerca de 7.000 habitantes
entre los cuales aproximadamente 5.000 son consideran indígenas. Esta
comunidad Indígena se compone de 15 centros poblados y el casco
urbano de Mozonte: Las Cruces, Los Arados, San Antonio, Quisuli arriba,
Quisuli abajo, El Cacao, El Cuyal, Apamiguel, Aguanda, El Caracol, El
Limón, Quebracho, La Ceiba, El Zapote y Yarage.
En la Comunidad Indígena de Mozonte se ha elaborado un registro
electoral indígena, existe un directorio electoral a cargo de realizar las
elecciones y se colocan urnas en las comunidades. Pero con este sistema
de elección intervienen los partidos políticos y, según el Consejo de
Ancianos, eso atenta contra las formas tradicionales. En la estructura de
poder de Mozonte, el Consejo de Ancianos posee la más alta jerarquía
como Consejo de Monéxico.
Es una entidad consultiva que dirige y conduce la vida comunal y
establece los lineamientos políticos de largo plazo. Sus miembros son
juramentados en cabildo abierto y permanecen en sus cargos toda su
vida. Los requisitos para poder ingresar a ese Consejo son: i) Ser de origen
indígena, ii) conocer la historia y nacimiento de la comunidad indígena , iii)
ser reconocido como honesto y respetuoso., iv) ser digno de estar en el
35 Pueblo indígena de Mozonte. Mozonte Un pueblo milenario. Experiencia de la
reorganización del pueblo indígena de Mozonte. Estelí, Pueblo Indígena de Mozonte,
TROPISE, EDISA, 2002. Página 9.
48
Consejo, v) ser mayor de 45 años. Pueden optar a ser miembros hombres y
mujeres.
Sobre el Consejo de Monéxico de Mozonte
Pero la realidad es que la forma esencialmente democrática de gobierno es la típica
manera del estilo chorotega. Es una forma que aun nos identifica en Mozonte: la
existencia o formación del Consejo de Ancianos. Se disponía que los nativos fueran
gobernados por un Consejo de Ancianos llamado Monéxico, escogido entre los indios
principales y cuyo jefe era el teyte. En el Monéxico, el teyte proponía alguna cuestión de
orden cívico o militar y los miembros restantes lo sometían a discusión Si era aprobada se
daban las ordenes para su cumplimiento por medio de mensajeros a quienes el teyte
entregaba una vara rematada con plumas vistosas, señal de su autoridad. Cuando se
publicaba un decreto se llamaba a la gente con un cascabel de madera, se le reunía y
se hacía saber la decisión que tomaban sus guías (…) se encargaban de la
administración de la tierra (…) la forma de gobierno al estilo del Consejo de Ancianos fue
rota por mucho tiempo por los españoles, pues era tan difícil como decían ellos tratar
con tantas cabezas que con uno un señorío o sea tierras e indios concediéndoles poder
absoluto, debitándolos en su mando (…) la existencia hasta hoy en Mozonte de un
Consejo de Ancianos es la señal fundamental de que aun nuestras raíces están con
nosotros. Hace muchísimos años ese estilo de gobierno logro mantener a los indígenas
unidos y dominando sus tierras, todavía se usa el gobierno compuesto por personas
mayores escogidas por su capacidad y su sangre indígena. Observamos eso sí que en el
presente, se ha roto la tradición de que el Consejo de Ancianos era exclusivamente
integrado por varones, pues en la actualidad dos mujeres forman parte del mismo (…)
El consejo de Ancianos se encargaba de administrar la tierra, y de que fuera usada
debidamente por los indígenas, se dividía la tierra en parcelas para la agricultura que era
una de las formas de producir alimento. Esas parcelas se le entregaban a los jefes de
familia, pero solamente para que la trabajara, sacando su cosecha, sin derecho a
regalarla cambiarla o venderla para beneficio personal, pues pertenece a todos los
miembros de la tribu que gobernaban. Quien abandonaba la tribu ya sea por cambio de
domicilio, o porque cazaba con una mujer de otro pueblo y tenía que dejar su pueblo,
devolvía la tierra a lo que se conocía como calpulli que era el nombre de la propiedad
comunal.
Era una verdadera unidad social regida por un Consejo de Ancianos, al cual se le debía
obediencia. Para el indígena la tierra ha sido sagrada, ha sido su aliada, su productora
para la sobre vivencia, deshacerse de ella vendiéndola o mal usándola era cometer un
delito hacia la comunidad.
Fuente: Sin autor. Identidad y cultura del pueblo indígena de Mozonte. Apuntes sobre historia del pueblo
indígena de Mozonte. Mozonte, mimeo. Sin año de edición. Páginas 7, 8 y 9.
Según las autoridades tradicionales de Mozonte, los principales problemas
que enfrentan en relación con su territorio son: i) La desigual distribución de
las tierras indígenas, ii) la persistencia de ventas judiciales, titulaciones
supletorias, declaraciones de dominio por prescripción, declaratorias
49
registrales de posesión, títulos de Reforma Agraria y otras formas de
despojo sobre sus tierras, iii) La falta de respeto del gobierno municipal a la
propiedad comunitaria incluyendo el cobro de impuestos sobre las tierras
indígenas y la disposición de los recursos naturales del territorio indígena sin
la debida consulta, iv) la obsolescencia del plan de arbitrios, v) el hecho
que los estatutos caducos no regulan los derechos actuales, no
contribuyen fortalecer la participación y no regulan la función del Consejo
de Ancianos.
La comunidad tiene como prioridades las siguientes: i) La legalización de
las tierras de los comuneros indígenas (plan piloto de titulación de la
propiedad indígena a sus descendientes, por medio del arriendo y otro tipo
de concesiones, realizar la actualización de los mojones que rodean el
territorio indígena, con la participación de los jóvenes, para reactivar esa
tradición); ii) la reactivación del pago de canon a los que no son
indígenas;iii) el diseño y puesta en marcha de una estrategia para la
cosecha de agua.
Artículo 35 Patrimonio
El patrimonio del Pueblo Indígena de Mozonte, lo constituyen las tierras que nuestros
antepasados por compra al rey de España amparada en la Cedula Real del treinta de
noviembre de 1951, medidas y amojonadas según consta en su Titulo Real reconocido
por el gobierno republicano el veintiséis de junio de 1873 que son de PROPIEDAD COMUN
de todos los integrantes de nuestra casta indígena, regida por la Ley del 3 de junio de
1914 y del 26 de junio de 1935 así como por el articulo numero 5 y 107 de nuestra
Constitución Política vigente, cuya venta, embargo y enajenación por cualquier medio
está prohibido por la Ley.
Las tierras de nuestro Pueblo Indígenas están delimitadas y amojonadas según el mapa
de nuestro Titulo Real conforme el siguiente derrotero: Comenzando en el Mojón del
Lonal, sigue el Mojón de la Montañita de Dipilto que se coloco al poniente del Volcán,
sigue el Mojón del Camino Real de Mozonte a Ocotal, pasa al Mojón del Jicote, sigue al
Mojan de Cesáreo Mejia, pasa al mojón de la Quebrada Pisbali, al Mojón de Tetuscayan,
sigue al Mojón de Chachagua, pasa por el Mojón del Roble Sol, sigue al Mojón de
Gueguecho, continua al Mojón de la Montañita, sigue al Mojón del Carrizal, sigue al
Mojón de Jonson Quijano, pasa al Mojan de la Quebrada del Guarumo, continua por el
Mojón del Chorro, sigue al Mojan de Cochimbo, pasa al Mojón de San Miguel, continua
al Mojón del Espino, Mojón de Zonzapote después pasa por el Mojón del Arenal, sigue al,
luego al Mojón de el Hornito, para cerrar en el punto de inicio o partida en el Mojón del
Lonal.
Fuente: Estatutos del pueblo indígena de Mozonte.
50
El pueblo indígena de Mozonte, posee una propiedad comunal de 23.590
hectáreas, según el Título Real emitido por la corona española, por compra
de las tierras, el 26 de junio de 1773, y está registrada con el número 3899,
folio 166- 219, tomo LX, de la oficina de registro de la propiedad de Nueva
Segovia. Durante siglos la comunidad custodió el título real. Durante el
conflicto armado de la década de 1980 el título fue llevado a Honduras
por refugiados indígenas que, al terminar la invasión, regresaron con el
título que fue recientemente restaurado.
TERRITORIO INDÍGENA DE URBAITÉ LAS PILAS
La isla de Ometepe se encuentra en el lago Cocibolca, tiene una
superficie de 276 kilómetros cuadrados, es decir 27 600 ha. De ellas, cerca
de 1600 corresponden al título comunal de Urbaité Las Pilas que ocupa la
mayor parte del istmo entre los volcanes Madera y Concepción, una de las
áreas con menores accidentes topográficos en la isla y mayor potencial
agropecuario y turístico. La comunidad indígena cuenta con títulos de
propiedad sobre sus tierras obtenidas mediante la compra de terrenos
ejidales realizada a la alcaldía de Altagracia en 1885. Sus títulos están
registrados en el registro público de la propiedad del departamento de
Rivas (cuenta registral 5 818, folios 38-42, tomo 64). En 1931 la comunidad se
organizó con sus estatutos que aún están vigentes.
La Junta Directiva de la comunidad tiene responsabilidades de defensa
territorial y también de establecer las normas de gestión y los planes de
arbitrios necesarios. El perímetro de las tierras comunales se encuentra
amojonado y la Junta Directiva organiza la limpieza de los mojones y las
rondas perimetrales. Aún así, al igual que el resto de las tierras tituladas a
nombre de comunidades indígenas en Nicaragua, deben enfrentar
cotidianamente el riesgo de la invasión y el despojo. El valor turístico que
estas tierras tienen en la actualidad incrementa esos riesgos.
El territorio indígena abarca el istmo entre los dos volcanes casi en su
totalidad. Una cuarta parte de las tierras indígenas es reclamada por una
persona ajena a la comunidad y desconocida en la isla a quien una jueza
ha asignado derechos sobre tierras donde residen más de cincuenta
familias de comuneros indígenas a quien pretende desalojar. El recuadro
siguiente describe el caso.
51
Desde el 3 de marzo de 2009, las vidas de 52 familias indígenas se han vuelto inciertas
luego que fueran demandadas judicialmente por un desconocido señor de nombre
Noel Manuel Flores Mejía, ante la jueza del juzgado civil de Rivas, quien argumenta ser
dueño de 450 manzanas de tierras ubicadas en territorio indígena, mostrando una
declaratoria de heredero que le fue otorgado en 2007 por la jueza de Distrito Civil de
Rivas. El 20 de agosto de 2007, Noel Manuel Flores Mejía de 82 años de edad y originario
de Managua, presento un escrito ante el Juzgado Civil de Rivas, en el cual solicita se le
declare heredero universal de una propiedad de 450 manzanas de tierras, ubicada en el
municipio de Altagracia, de la cual supuestamente posee dominio y posesión
conjuntamente con cinco hermanos que para entonces ya habían fallecido y que no
habían dejado herederos (…) la comunidad ni siquiera tenía idea de la existencia de esa
familia (…) El 31 de octubre de 2007, la jueza de distrito civil de Rivas, resolvió declarar
heredero universal a Noel Manuel Flores Mejía de todos los bienes que dejaron al morir
sus hermanos. El 3 de mayo de 2009, el Sr. Flores a través de su apoderado general
procede a demandar con acción de deslinde y amojonamiento, en la vía interdictal y
con procedimiento de juicio sumario y a títulos individuales a 52 comuneros de los cuales
trece ya habían fallecido. Ante ese hecho, el abogado defensor de la comunidad
solicitó a la jueza una excepción de nulidad absoluta alegando que la solicitud era
improcedente porque: i) En la lista de personas demandadas, aparecen trece personas
fallecidas y por lo tanto no pueden ser notificadas, ii) la parte actora nunca ha estado en
posesión del bien. La solicitud de excepción de nulidad fue contestada por la jueza con
auto que dice no a lugar al incidente de nulidad. Inmediatamente, el abogado defensor
solicitó reposición de auto, argumentando que el auto es completamente
inconstitucional ya que la judicial no puede pasar por encima de la ley. El siete de abril
de 2010, el procurador departamental de Rivas, a petición de los opositores al deslinde y
en representación de la Procuraduría General de la República compareció ante la jueza
para solicitarle declare con no a lugar la pretensión de deslinde y amojonamiento
solicitado por la parte actora, por carecer de todo argumento jurídico, y así como la
condición esencial de la posesión, pues si no existe dominio y posesión, es una pretensión
que carece de toda lógica jurídica y el judicial que estuviese impartiendo justicia
cometería una aberración jurídica al reconocer derechos de propiedad que nunca ha
ostentado el demandante. De acuerdo al abogado defensor de la comunidad, si la
jueza resuelve a favor del deslinde y amojonamiento solicitado por el demandante, no
solamente se estaría cercenando el territorio indígena, si no que estaría obligando a la
comunidad a ir a un juicio ordinario civil sin dinero y ya sin tierras, para pelear el dominio
de la misma.
Fuente de datos: Procuraduría Especial de Defensa de los Derechos Humanos de Pueblos Indígenas Pacífico,
Centro y Norte. Informe Casos emblemáticos que enfrentan los pueblos indígenas de Li Telpanca, Madriz, Orbite
Las Pilas (isla de Ometepe), Jinotega (Jinotega), El Viejo (Chinandega), Sébaco (Matagalpa) y Matagalpa.
Managua, Procuraduría Especial de Defensa de los Derechos Humanos de Pueblos Indígenas Pacífico, Centro y
Norte, 2010. Página 22.
Una de las carencias más significativas, que Urbaité Las Pilas comparte con
otros territorios indígenas, es la falta de un registro actualizado de
arrendatarios sobre un sistema catastral que indique además el status de su
posesión y si es o no miembro de la comunidad indígena. Tampoco la
comunidad cuenta con normas de gestión territorial.
52
TERRITORIO INDÍGENA DE SALINAS DE NAGUALAPA
La comunidad indígena de Salinas de Nagualapa es propietaria de cerca
de 1.100 manzanas en la costa pacífica, municipio de Tola. El título
comunal de Salinas data de 187736 . La comunidad cuenta con una Junta
directiva y un Consejo de Ancianos una de cuyas atribuciones principales
es la defensa del territorio. En estas tierras, varias personas extrañas a la
comunidad han adquirido terrenos dentro del título comunal. Algunos
pagan el canon establecido y reconocen la autoridad indígena. Otros no.
Uno de esos es el caso que ahora moviliza los esfuerzos de la dirigencia, el
de la sociedad Flor de Mayo:
Dos integrantes de la comunidad tenían cada uno cuatro manzanas en
arriendo para cultivar. Estos arriendos los vendieron a un señor Castillo no
indígena originario de Rivas que solicitó un título supletorio por las ocho
manzanas que después transformó (mediante remedida) en un título por 50
manzanas. La familia Balladares de Managua compró a Castillo 47
manzanas ya que Castillo conservó tres para su residencia de vacaciones.
Luego, en 2004, los Balladares vendieron al propietario de Flor de Mayo
quien al tomar posesión del terreno se percata que la costa pertenece a la
comunidad y eso afecta sus intereses ya que planeaba construir un hotel
de playa. En consecuencia cierra el camino hacia la playa y coloca
guardias armados que impiden el paso a los comuneros quienes desde
décadas transitaban por allí para recoger conchas y tamarindo y pescar,
entre otras actividades.
Ante esa situación, la Junta Directiva se acercó al usurpador quien les
ofreció dinero para que aceptaran que cercara hasta la playa, ellos no
aceptaron. Inmediatamente el propietario de Flor de Mayo demandó 123
miembros de la comunidad por usurpación de terrenos. Desde Rivas
enviaron 60 policías que permanecieron durante un mes resguardando los
intereses de la empresa e impidiendo a los comuneros usar sus terrenos
ancestrales. La comunidad contrademandó por amparo en la posesión de
la franja costera. En 2006 ganaron su demanda para recuperar las 12
manzanas de la costa. Luego Flor de Mayo trajo un grupo de guardianes
36 Registro de la propiedad de Rivas. 9908, en el asiento numero 1, folios 1,2,3,4,5,6 y 7m del
tomo XCVII, del libro de propiedades sección de Derechos Reales del Registro Público del
Departamento. 26/o4/1948 por 1 090 manzanas y 74 varas cuadradas.
53
armados desde Managua que aún permanece allí. La situación actual es
que las tensiones continúan, los mercenarios intimidan constantemente a
la población y se teme una escalada del conflicto y la violencia. La
comunidad ha demandado la anulación del título supletorio que, de
cualquier manera, no podía hacerse sobre un título preexistente.
TERRITORIO INDÍGENA DE JINOTEGA
Jinotega es un territorio indígena cuyos títulos reales datan de 1723. La
última remedida data de los años 1887-1888, del dejando el territorio actual
38 856 manzanas en el primer lote en Jinotega, y en el segundo lote, 7.042
manzanas en el municipio de Pantasma. Sus títulos están legamente
inscritos en el registro de la propiedad de Jinotega con el número 5 062,
Folios 13-90, tomo LXXIV. Está formado por 22 comunidades sin incluir el
territorio de río Coco y Bocay. 9.756 manzanas de las 10.048 que tiene el
lago de Apanás pertenecen a ese territorio indígena. Este lago es utilizado
para la producción de energía eléctrica pero la comunidad no recibe
beneficios por su explotación.
El pueblo indígena de Jinotega, obtuvo su título real en 1763. Este documento fue
conservado por los indígenas a lo largo de siglos en condiciones adversas y para que no
fuera sustraído, hasta quedó enterrado por doce años en un cafetal, hecho que aceleró
su proceso de destrucción y que luego los obligo a buscar el apoyo del Instituto de
Historia de Nicaragua y Centroamérica de la Universidad Centroamericana, ésta pidió
apoyo del Consorcio de Museos de la Comunidad Valenciana de España para la
restauración de los documentos que hoy demuestran los derechos que poseen los
indígenas sobre el territorio.
La extensión territorial del pueblo indígena de Jinotega es de 42 852 manzanas ubicadas
en Jinotega y 7 012 manzanas ubicadas en el municipio de Pantasma del mismo
departamento.
Entre otras propiedades, la comunidad indígena de Jinotega está reclamando sus
derechos territoriales sobre el área donde se ubica el lago artificial de Apanás,
construido entre 1959 y 1963 por el estado de Nicaragua sobre 10 000 manzanas dentro
del territorio indígena. Antes de realizar la inundación del terreno, el estado (…) intento
comprar las tierras a las familias indígenas pero estas se negaron (…) por lo tanto
procedió a notificar a las familias indígenas que tenían que moverse de las tierras porque
el terreno seria inundado (…) Ante tal situación (…) la comunidad indígena reacciono
indignada por el abuso que se estaba cometiendo y el estado se comprometió reparar el
daño causado con un proyecto de electrificación gratuita a todas las comunidades,
pero jamás cumplió.
El lago de Apanas tiene 47 años de estar siendo explotado por la empresa estatal
Hidrogesa y según las autoridades tradicionales produce alrededor del 47% de la
energía que consume el país; sin embargo, el estado jamás ha accedido a pagar un
54
solo canon de arriendo sobre el área que ocupa el lago, por lo cual ha acumulado
una deuda de más de 2,4 millones de dólares, esto sin tomar encuentra los daños y
perjuicios ocasionados a la población indígena por el despojo de la propiedad
comunal.
En el 2005, la comunidad indígena recibió aproximadamente 700 mil córdobas que se
supone fueron parte de las ganancias generadas por la venta de energía que
produce el lago, sin embargo ya han pasado prácticamente 5 años y no se les ha
entregado absolutamente nada (…) ante tal situación, las autoridades tradicionales
solicitan apoyo jurídico por medio del cual se puede lograr acuerdos con el gobierno
a fin de que le reconozca a la comunidad el canon de arriendo de 42 años sobre las
10 000 manzanas que ocupa el lago de Apanas y las ganancias que de acuerdo a la
ley 517 les corresponde recibir cada año.
Fuente de datos: Procuraduría Especial de Defensa de los Derechos Humanos de Pueblos Indígenas Pacífico,
Centro y Norte. Informe Casos emblemáticos que enfrentan los pueblos indígenas de Li Telpanca, Madriz, Orbite
Las Pilas (isla de Ometepe), Jinotega (Jinotega), El Viejo (Chinandega), Sébaco (Matagalpa) y Matagalpa.
Managua, Procuraduría Especial de Defensa de los Derechos Humanos de Pueblos Indígenas Pacífico, Centro y
Norte, 2010. Páginas 17-18.
55
CONCLUSIONES
La situación de las tierras indígenas en el Pacífico de Nicaragua es
compleja y alrededor de ella se han generado tensiones que han
desembocado en conflictos y violencia. Principalmente en Matagalpa y
Sutiaba donde la magnitud de los despojos es mayor. Empresarios turísticos,
terratenientes, empresas agropecuarias y beneficiarios de la reforma
agraria, por igual, han obtenido ilegalmente derechos sobre tierras
indígenas y se niegan a reconocer las autoridades tradicionales a cargo
de la administración territorial.
En algunos de los territorios indígenas se yuxtaponen derechos uno sobre
otro obtenidos mediante artilugios legales con la complicidad de
municipalidades y otras entidades estatales. Los indígenas no sienten que
existan instancias gubernamentales capaces de tramitar sus reclamos y
defender sus derechos. La experiencia les dice lo contrario. Que un
finquero en Matagalpa haya “comprado” 200 manzanas en su territorio y
que poco tiempo después un agrimensor le prepare un plano por 1 200
manzanas agregando a su posesión original la de docenas de familias
indígenas dentro del título comunal y que este despojo haya sido
rápidamente aceptado por las autoridades no les permite ser optimistas
sobre la voluntad del Estado para reconocer sus derechos.
En el país está vigente el Convenio 169 de la OIT y esto constituye un
entorno favorable para demandar el reconocimiento de los derechos
territoriales indígenas y, con ello, crear las condiciones para poner en
marcha sistemas de gobernanza territorial indígena con una perspectiva
de acción climática y gestión prospectiva de riesgos.
56
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