La realidad de violencia en nuestra sociedad cada vez se recrudece más. Esta violencia se expresa en varias formas y distintos ámbitos, desde niveles violencia estructural hasta la violencia que está instalada en los espacios privados y cotidianos. Cada una de estas expresiones se sustenta en una supuesta autoridad o la legitimidad que se otorgada por la misma sociedad a sectores determinados frente a otros con menores o ningún reconocimiento de derechos de la otra del otro. Por el contrario, se basa en cumplimiento de deberes y aceptación ciega de obediencia frente a la autoridad. Esto aún en contra de la voluntad propia y en desmedro de la propia integridad física, psicológica, espiritual, entre otras, como son los casos de abuso sexual en sus distintas formas contra las niñas, niños, adolescentes y mujeres en general.

La Organización Panamericana de la Salud, ha cambiado actualmente el empleo del término “violencia intrafamiliar”, puesto que esta definición situaba a la mujer en un contexto desigual, relacionado con el género, como actos que las mujeres enfrentan a causa de su posición social subordinada en relación a los hombres.

Por lo que se considera adoptarse el término de “Violencia Basada en Genero” (VBG) puesto que este término incluye toda la gama de actos que frecuentemente sufren las mujeres y las niñas en relación a sus parejas y familiares como por individuos ajenos a ellas.

Según un estudio realizado en todo el mundo, y publicado en 1999 por (Heise Ellsberg y Gottemoeller) manifiesta que la gran mayoría de los actos de violencia basada en género, tiene como autores a los hombres, y su mayor riesgo está en hombres cercanos, es decir conocidos por la mujer violentada.

Los resultados de las encuestas aplicadas apuntan a una manifestación clara de que la violencia, es violencia en cualquier expresión que se presente, sea esta desde negar un derecho de manutención, provocar agresión física, verbal, sexual.

Las Naciones Unidas (ONU) definen la violencia contra la mujer como “todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública o en la privada”. ( )

El tema de violencia es tan variado que abarca toda una gama de expresiones. Hay muchas formas de violencia contra la mujer, incluidos el abuso sexual, físico o emocional por la pareja; el abuso físico o sexual por familiares u otras personas; el acoso y el abuso sexual por figuras de autoridad (como profesores, funcionarios de policía o empleadores); el tráfico para trabajos forzados o explotación sexual; y prácticas tradicionales tales como los matrimonios forzados o infantiles; la violencia relacionada con la dote; y los homicidios por honor, en que se sacrifica a la mujer para proteger el

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honor familiar. Los abusos sexuales sistemáticos en las situaciones de conflicto son otra forma de violencia contra la mujer.

Posiblemente, algunas personas cristinas en nuestras iglesias podríamos pensar que estos no son temas de gran importancia para la pastoral. Puesto que estas realidades corresponden al ámbito privado, circunstancias que vienen sectores de la población que no tienen un lugar de importancia en la sociedad y en la iglesia. Para poder identificar la posición de Dios frente a las situaciones de poder y abuso, necesitamos recurrir al testimonio Bíblico de Dios que se hace presente en la historia del pueblo de Israel. Testimonio en el cual están presentes situaciones abuso sexual, violaciones, incesto, sin embargo aún en nuestras iglesias no las hemos abordado de manera profesional desde la fe en el Dios de la justicia, quien está a favor de las y los vulnerables y en desprotegidos por la sociedad.

¿Cómo se tratan los temas de abuso sexual y la violencia intrafamiliar?

Los temas de abuso sexual y violencia intrafamiliar no son ajenos al contexto bíblico, sin embargo parece ser muy poco abordados en la formación para la prevención de la perpetuación de estas realidades. Una demanda permanente del ser y hacer misión de la Iglesia evangélica. A pesar de su alta incidencia, camuflada de silencio en las familias cristianas e impunidad desde el liderazgos eclesiales.

La Biblia expone historias de violencia y abuso contra la mujer en diversos contextos, sean estos desde situaciones de guerra, por la conquistas de ciudades y pueblos, situaciones de índole político, casi en todas ellas el panorama está en círculos familiares y personales, como la violación de Dina (Gén 38); la violación a Tamar por parte de su medio hermano Amnón (2Sam 13. 1-22), la cual queda en la impunidad, bajo la protección del poder patriarcal y desvalorización de la dignidad de la víctima. Jueces 19. 1-30 (20. 1-10). La lectura bíblica a estas diversas historias de violencia y abuso por lo general han sido lecturas superficiales y poco contextualizadas a las realidades de nuestros tiempos, es más pareciera que hasta se las evade y subestima a la hora de la liturgia cultual, dándose mayor énfasis a temas contemporáneos propios del mercado homilético actual, como el de prosperidad, mensajes proféticos, y hasta de un claro y bien acentuado énfasis de superación personal. En fin, hay de todos

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los motivos, pero a la hora de aclarar y determinar una lectura bíblica con una perspectiva inclusiva, equitativa y de proclamación de justicia, ante estos temas, el silencio de los abusadas y violentadas, es manejado desde una consejería que termina desplazando la responsabilidad que como ciudadano y persona, el afectado tiene sobre sí como derecho a la justicia. Al final de todo “hay que dejárselo a Dios”, expresión típica que refleja indiferencia ante el malestar del otro u otra, provocado por la violencia y abuso, restándole la oportunidad de crecer y continuar con su vida de manera libre y saludable, pues una persona abusada o violentada queda expuesta al que dirán, inseguridad de su propia comunidad.

El trabajo con los ViolentadosAnte hechos de situaciones violentas, no se llama al que perjudico, solo se trabaja con la o el violentado, un ejemplo de esto está en el caso de la mujer que fue hallada en el acto mismo del adulterio, se le juzgo tanto que no se llamó al otro responsable ante los demás. Jn 8

Hay muchas formas de hacer violencia que las mismas mujeres no lo dicen como tal. Como a veces el tenerles limitadas económicamente, apartarles de sus familias, esposos controladores. Eso puede ser una forma de violencia, pero la mujer no lo ve de esa manera.

Catalina Tinajero Tate

Fundación Lluvia de Gracia

Es exactamente lo que pasa en la mayoría de los casos que llegan a consejería y esto se debe a la tendencia de que el agresor, no asume el problema desde su realidad propia, que necesita de justicia para sí mismo y para sus actos.

Al partir de una perspectiva bíblica sobre la Violencia Intrafamiliar, tenemos que considerar una premisa clave e importante, la violencia es un patrón aprendido y no desaparece de la noche a la mañana. Es más una violencia genera otra violencia hasta lograr una cadena de desencadenantes conflictivos en el plano personal, familiar, comunitario y hasta por que no afirmar, mundial.

Tenemos que valorar el tema de la violencia Intrafamiliar desde las áreas de desarrollo del ser, es decir desde el área Psicológica, Espiritual, Social, Físico. Un acto de violencia, vulnerabiliza, mata y extingue el saludable desarrollo del ser en estas cuatro facetas.

Historia de una Familia ConflictivaPara empezar este análisis bíblico, es necesario dejar bien en claro el hecho de que la Biblia no guarda silencio sobre el tema de abuso sexual, ni violencia intrafamiliar, es más, bajo cualquier circunstancia, y para todos, no se excluye el tema de justicia tanto para el abusado como para el abusador. Esto debe dejarse bien establecido desde el principio.

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La historia que menciona 2 de Samuel 13, es una historia nada aislada, ni indiferente a una realidad familiar de la realidad actual, pues se trata, de una familia cuya condición estructural, era nada nuclear; similar a una familia disfuncional con hermanastros por donde quiera, se trata de una familia desestructurada, en la cual el padre protagonista de las más grandes hazañas bíblicas, es el responsable de las más amarga y triste anécdota familiar. Sus hijos se encontraban envueltos en los escándalos propios de una familia en crisis.

Se trata de la historia de Tamar una Hermosa doncella, según relata la historia bíblica, hermana de Absalón, media hermana de Amnón, todos hijos de David rey de Israel. Ante esta historia podemos ver que la Biblia no pretende únicamente describirnos como debería ser la vida del ser humano, según la perfecta voluntad de Dios, sino que la presenta de una manera real, tal cual es, a causa de las pasiones humanas.

Podemos describir que la estructura de dicha familia, al parecer no era tan significante en cuanto a relaciones familiares, pues el hecho de que Amnón hijo mayor de David, osara, seducido por sus pasiones desordenadas y por sus malas inclinaciones, afirmadas por su primo Jonadad, atentar violentamente contra el pudor de su media hermana Tamar, sin considerar las consecuencias desastrosas de tal acto. Demuestra que la relación familiar no era en nada cercana a una familia estable, segura y de gran estima entre hermanos.

Al darse el acto vil, Amnón ordeno a su criado que la saquen a Tamar de su casa, con el fin de demostrar ante otros que la responsable de dicha seducción era de Tamar, exponiéndola ante los demás como la culpable, queriendo evadir su responsabilidad moral. Tamar pudo haber optado por el silencio, y hubiera regresado a su casa, sin necesidad de rasgarse sus vestiduras, ni esparcirse ceniza sobre su cabeza. Lo cual la hubiera hecho ante los demás como la única culpable de tal acto, propio de una sociedad machista.

Pero la acción de Tamar, fue contraria a las intenciones de su medio hermano, su acción fue la más valerosa pues grito su calamidad, lloro su vergüenza y lamento su deshonra, ante su hermano Absalón, permitiendo que los demás la consuelen.

Absalón inmediatamente le ordeno que calle dicha situación. Tal cual ocurre siempre pues al tratarse de un medio hermano, miembro de la familia, es “necesario guardar silencio”, silencio que intensifica la amargura, el odio y alimenta toda clase de pensamientos de venganza y muerte, pues el grito de justicia de Tamar, tardo 2 años hasta que se dio el Fratricidio que pudo haberse evitado, si la poca o nula acción de David no se hubiera limitado a un simple enojo. David no castigo Amnón por sus actos, ni hizo justicia a Tamar, Absalón tuvo que matar a su propio hermano, producto de la debilidad de su padre a la hora de ejercitar justicia.

La violencia es una expresión propia del Corazón que está lejos de conocer el carácter justo de Dios, la falta de justicia de Amnón para consigo mismo en el hecho de reconocer su pecado de lascivia e incesto, se añade el de la falta de arrepentimiento, al parecer Amnón no logro conciliar de ninguna

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forma su acción durante los 2 años de silencio, ante sí mismo, ni ante los demás, pues seguramente estaba consciente de que tenía cierto tipo de inmunidad, al verse que sería el heredero del trono.

La justicia como propuesta Bíblica al tema de abuso y Violencia

Ser y hacer Justicia desde la propuesta Bíblica.En la cita bíblica de Romanos 6:13, Pablo el apóstol, nos hace un llamado de presentar nuestros cuerpos como instrumentos de Justicia ante Dios, ubicándonos como seres que somos y hacemos una justicia provista por Dios para lograr una mejor convivencia, este llamado nos da una pauta ante el tema de Abuso Sexual y Violencia intrafamiliar, por lo que es necesario descubrir que nos dice el texto bíblico acerca de la Justicia, puesto que generalmente cuando hablamos de Justicia, casi que siempre podemos pensar en tribunales de magistrados, cortes de jueces, abogados, testigos, acusados y abusados. Es decir nuestra perspectiva de justicia siempre ha estado discernida desde una mirada jurídica.

A partir de ahora, es necesario abrir nuestra perspectiva, por lo que nuestro abordordaje será desde una perspectiva más holística e integral, con el propósito de no limitarla a una tercera función del estado como propiedad o patrimonio, antes bien debemos ver la Justicia como parte de nuestra esencia humana, por lo que requerimos deslindarla de la tercera función judicial, y abordarla desde una justicia moral, ética y espiritual que atañe el desarrollo del ser, en sus diversos contextos de desarrollo.

A través de la biblia podemos encontrar diversos rostros de un Dios que se presenta como Juez que pronuncia juicio desde su tribunal celestial (Apocalipsis 20), así como también de un Dios que hace justicia o pide que se haga justicia, (Proverbios 31:8-9) (Isaías 1:17); ubicándolo no como un observador pasivo del quehacer humano en su vida terrenal, sino que inspira y promueve justicia como propia esencia de su carácter, responsabilizando al ser humano del trato y cuidado de unos con otros, dejando entrever que el propósito de su justicia, es establecer un orden en las relaciones del ser humano transformado por su justicia y piedad, de ahí que estas dos acciones se ven como inseparables.

La Biblia contiene un libro llamado el libro de los “Jueces” el mismo que describe un sin números de historias de hombres y mujeres a los cuales Dios llamo para establecer Justicia y rectitud, al desorden y caos que su pueblo tenia. De igual manera Dios usa en todo el contexto del antiguo testamento, hombres que desarrollaron un rol profético de trabajar y clamar por justicia según su generación de entre los cuales se nombran a Jeremías, Amos, Miqueas, Isaías, como los profetas de la justicia social.

Los profetas asumieron un rol muy preponderante de anunciar la Justicia y denunciar la injusticia, el desafío de la justicia, exige del ser humano, una ética que respeta al otro, su libertad, su identidad, su honor; tiene como ideal la igualdad, es decir es una justicia equitativa.

El profeta Miqueas menciona en su carta profética que los elementos de un verdadero culto que Dios pide del Ser Humano, están declarados en un pedido muy claro para asegurar la relación con Dios, y con los demás, por lo que se podría decir que el profeta Miqueas intentara resumir estas expresiones una síntesis de los diez mandamiento.

Ya se te ha declarado lo que es bueno, ya se te ha dicho lo que de ti espera el Señor:Practicar la justicia, Amar la misericordiaY humillarte ante tu Dios. (Miqueas 6:8)

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Practicar la JusticiaTal es la importancia que Dios da a la palabra Justicia, que en la biblia aparece con gran frecuencia por cerca de 800 veces escrita, dejando resaltado el atributo de Dios que mantiene lo que es coherente con su propio Carácter, demostrando el valor e importancia que tiene el mensaje bíblico del evangelio para toda la humanidad a través de los tiempos.

El significado de la palabra Justicia

• Tsedaqah. Tsedaqak (justicia, rectitud) proviene de la raíz semita occidental, la cual señalaba originalmente, lo recto y derecho, aquello que está en conformidad con la verdad y con la norma establecida. Más tarde surgieron otras acepciones como verdad, fidelidad, buen juicio y justicia.

• Mishpat: (juicio, tribunal, fallo, sentencia) tiene su origen en la raíz shapat, la cual significa: juzgar, castigar, hacer justicia, condenar y tomar decisiones correctas. Caselles declara que shapat significa juzgar para restituir a uno de su derecho”.

• Dikaiosúne: Por su parte el Nuevo Testamento presenta el concepto de justicia conectada con la redención ofrecida por Jesús, quien justifica y declara justo al hombre. Los diferentes vocablos que se utilizan dan la idea de justificar y hacer justo: díkaion, díkaios, díkaioó, dikaiothésontai, dikaiosúne, dikazo, dikaíosis y dikastés. ( 1 )

Sentido de Justicia para consigo mismo.Ante estas conceptualizaciones, La palabra hebrea Tsedaqah hace referencia a una Justicia que expresa un acto de Bondad y Compasión. La Justicia es un acto por el cual la violencia encuentra un final, final de conclusión, solo la justicia que nace del Corazón limpio, se expresa como un acto de bondad y compasión, estableciendo los parámetros adecuados de un desarrollo personal, familiar y social saludable, el ser humano necesita un sentido de justicia para sí mismo y para sus actos, si no existieran motivaciones de bondad y compasión.

Es necesario analizarlo como un sentido de Justicia en cuanto a uno mismo, teniendo en cuenta la transformación del corazón humano por la gracia redentora de Dios para su creación. La justicia que es fruto del Corazón transformado, se evidencia en la protección de los derechos de sí mismo y del otro, derechos dados por Dios para la conservación de la vida, la libertad y el buen vivir.

Para acabar con toda clase de violencia en nuestros medios, Pablo nos exhorta a presentar nuestros miembros a Dios como Instrumentos de Justicia. (Romanos 6:13) Es decir que nuestras esencia humana, nuestras acciones, y todo lo que concierne a nuestro ser, tiene que desarrollarse en la plenitud del carácter transformado por la justicia de Dios que limpia nuestro ser de toda pasión desordenada, en primera instancia. Para que luego nuestro hacer se establezca como un fruto bueno, agradable y perfecto en todas nuestras acciones.

Yo creo que un primer paso es una revisión bíblica desde la eclesiología para que la iglesia incorpore el tema de justicia como parte de su misión, si la iglesia no lo entiende como parte de su

misión muy poco le va interesar; el segundo paso me parece muy consecuente. Una vez que la iglesia incorpora estos temas como parte de su misión, la iglesia debería prepararse, debería estar capacitada como intervenir en estos cosas y un tercer paso me parece que el tema de promoción,

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una iglesia que entiende que el tema de la justica es su misión, que entiende que está preparada y capacitada y desde allí se convierte en ente promotor, denunciador de todas las clases de injustica.

Ptr. Ángel Manzo

Entonces desde la propuesta bíblica, es necesario incluir en la agenda misiono lógica de la iglesia, el tema de la Justicia desde un rol de promoción y denuncia contra toda clase de abuso sexual y violencia intrafamiliar.

Sentido de justicia para con el otro.La siguiente conceptualización necesaria de analizar es Mishpat, la misma que hace referencia a un rol más activo en cuanto al otro, sea este el abusado o el abusador, el violentado o el mal tratante, este término determina una acción de juicio, pero no hay juicio si no se denuncia la injusticia. No hay restitución, si no se ha legitimado el derecho.

La denuncia permite que la justicia proteja al niño, niña o adolescente, aislando al agresor y reduciendo las posibilidades de que el abuso pueda repetirse.

Es un deber social porque evita que el agresor pueda abusar de otros niños y niñas. Todos, victimas, familiares, profesionales o no, tenemos el deber moral y legal de denunciar los casos conocidos.

El proceso judicial suele forzar al agresor a seguir un tratamiento terapéutico, él tiene la posibilidad de reconocer su necesidad de cambiar (2 )

El tema de la justica tanto para el abusador y el que ha sido abusado. Creo que en ese sentido, la Biblia es muy clara, muy enfática, Dios ama la justica y aquellos que son abusados necesitan que se les haga justicia. Y aquellos que son abusadores también requieren que la justicia se les aplique, pero más allá del abusado y del abusador, también hay que considerar el aspecto social en el que se encuentra la humanidad e ir un poco más al fondo.

Ángel ManzoPastor

Para concluir esta temática quiero manifestar que la injusticia es una forma de violencia, y callar el abuso sexual o la violencia basada en género, es crear injusticia, la cual a menudo alienta el crecimiento de más violencia en diversas expresiones. Por lo tanto nos corresponde a todos y todas establecer la justicia desde la propuesta bíblica como una acción inmediata ante todo aquel que demande razón de nuestro ser y hacer.

Como creyentes podemos recurrir a los juzgados de turnos, tribunales o cortes, sea cual sea el caso, necesitamos apelar a las instancias terrenales, constituidas legalmente para promover la justicia y el derecho, a los agraviados, pero también necesitamos promoverla desde nuestras congregaciones y en diversas instancias propias del que hacer eclesiástico.

¿Es la Justicia una cuestión de definir lo bueno y lo malo en función de una serie de leyes, divinas o humanas, o es cuestión de crear o restaurar relaciones justas? Según cual sea nuestra respuesta, que diferencia habrá en la conducta que deberíamos seguir (3).

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Bibliografia

1. Citas Biblicas tomadas de la Biblia Nueva Version Internacional2. Nuevo Diccionario Biblico Ilustrado, editorial Clie. 1985 Terrasa Barcelona3. (1)Información de apuntes y exposición de taller de José Vinces director de Paz y

Esperanza.4. (2) Cuando el Silencio se rompe5. Guía de estudio para la reflexión. Por qué Violencia? ¿Por qué no paz? Diana

Mavunduse y Simon Oxley, Consejo Mundial de Iglesias 20036. Guía popular de la Biblia. FEPP, Quito 1998

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