3
¿QUE NOS FALTA POR APRENDER? Al hablar de la novela “El extranjero” del novelista dramaturgo y ensayista francés Albert Camus, considerado uno de los escritores más importantes y representante del existencialismo «ateo»después del año 1945; hacemos referencia a la historia de un hombre joven llamado Meursault quien desde el inicio de la novela muestra su reveladora identidad apática e indiferente hacia la vida y su transcurrir en ella. La historia de este personaje inicia con la muerte de su madre, hecho ante el cual se muestra sin emociones dedicándole más tiempo a su mortificación por tener que viajar a velarla y enterrarla a Marengo, pueblo donde se sitúa el asilo en el que vivía su madre y en el que muestra una actitud poco usual para la mayoría de la gente que lo juzga inhumano, ya que, en vez de preocuparse por lo acontecido, solo se fija en el cansancio que siente y en el calor que lo abruma. Si bien sabemos la apatía es la falta de emoción, motivación y entusiasmo asociada a la falta de interés hacia las cosas que se consideran importantes; lo que vemos en este personaje es la viva imagen de la apatía en persona, el desapego a todo, incluso a respirar, la inusual y casi extinguida franqueza sin importar reacciones y acontecimientos generados a su alrededor por tales respuestas, como se presenta en el capítulo IV de la novela, donde el personaje lleva un tono de aburrimiento perpetuo e impresionante, a pesar de tener un romance con María quien le pregunta si le amaba y él se limita a mencionar: “Le contesté que no tenía importancia, pero que me parecía que no”, una respuesta dictada por el corazón de una persona sin sentir. Así mismo, la vida de Meursault transcurre en un ambiente apático y sin sentido donde se encuentra tan impasible que no intenta cambiar las cosas, encauzar lo que va mal, corregir los errores o mejorar las condiciones; no es capaz de hacer nada para retomar el rumbo de su vida y sin importarle el efecto que este síndrome, si así se le puede llamar, pueda causar en el modelo de vida abúlico y abandonado que lleva.

¿Que nos falta por aprender?

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: ¿Que nos falta por aprender?

¿QUE NOS FALTA POR

APRENDER?

Al hablar de la novela “El extranjero” del novelista dramaturgo y ensayista

francés Albert Camus, considerado uno de los escritores más importantes y

representante del existencialismo «ateo»después del año 1945; hacemos

referencia a la historia de un hombre joven llamado Meursault quien desde el

inicio de la novela muestra su reveladora identidad apática e indiferente hacia

la vida y su transcurrir en ella. La historia de este personaje inicia con la muerte

de su madre, hecho ante el cual se muestra sin emociones dedicándole más

tiempo a su mortificación por tener que viajar a velarla y enterrarla a Marengo,

pueblo donde se sitúa el asilo en el que vivía su madre y en el que muestra

una actitud poco usual para la mayoría de la gente que lo juzga inhumano, ya

que, en vez de preocuparse por lo acontecido, solo se fija en el cansancio que

siente y en el calor que lo abruma.

Si bien sabemos la apatía es la falta de emoción, motivación y entusiasmo

asociada a la falta de interés hacia las cosas que se consideran importantes; lo

que vemos en este personaje es la viva imagen de la apatía en persona, el

desapego a todo, incluso a respirar, la inusual y casi extinguida franqueza sin

importar reacciones y acontecimientos generados a su alrededor por tales

respuestas, como se presenta en el capítulo IV de la novela, donde el

personaje lleva un tono de aburrimiento perpetuo e impresionante, a pesar de

tener un romance con María quien le pregunta si le amaba y él se limita a

mencionar: “Le contesté que no tenía importancia, pero que me parecía que

no”, una respuesta dictada por el corazón de una persona sin sentir.

Así mismo, la vida de Meursault transcurre en un ambiente apático y sin

sentido donde se encuentra tan impasible que no intenta cambiar las cosas,

encauzar lo que va mal, corregir los errores o mejorar las condiciones; no es

capaz de hacer nada para retomar el rumbo de su vida y sin importarle el

efecto que este síndrome, si así se le puede llamar, pueda causar en el modelo

de vida abúlico y abandonado que lleva.

Page 2: ¿Que nos falta por aprender?

Podría señalar entonces el hecho del capítulo V donde se le es ofrecido

cambiar de vida y de ambiente tras conseguir trabajo en una oficina en Paris, a

lo que él responde nuevamente marcando la apatía e indiferencia: “nunca se

cambia de vida, que en todo caso todas valían igual”. Ahora bien es primordial

reconocer que la apatía es considerada depresión en el nivel más moderado y

se diagnostica como trastorno de identidad disociativa en cosas que no se

consideran importantes, es por esto que me atrevo a decir y asegurar la

presencia de esta tipología en el personaje principal de esta obra existencialista

en la cual la palabra “importancia” pierde su sentido ya que nada es

severamente primordial y dotado de seriedad para ocasionar una respuesta

madura y excepcional en el personaje. Es conveniente citar una de las frases

celebres de Albert Camus “La uniformidad de la vida cotidiana y su cansancio

nos obliga a preguntarnos por su sentido, y son, por consiguiente, la primera

prueba de su absurdidad”, con ésta el reconocido escritor nos da una posible

visión de lo que en el libro se plasma, una vida sin razón convertida en un

referente absurdo y vacio; el personaje de esta obra encierra su vida en una

agobiante apatía y continúa así hasta el día de su muerte y justo en el

momento en que estaba a punto de morir, sintió algo de tristeza, por no tener

alguien que lo quisiera a su lado.

Así pues hasta el final de la novela, es enseñada un alma desidiosa que vivía

por inercia, todo lo hacía solo por hacerlo, no expresaba ningún sentimiento de

ningún tipo, ni odio, ni repugnancia, ni felicidad, ni amor, simplemente

indiferente ante todo y todos.

De ahí que, creo útil mencionar esta frase que Albert Camus decía: “La vida

merece vivirse, no tanto porque tenga sentido, sino porque ella misma no tiene

sentido” debemos darle sentido a la vida, a nuestra vida por individual, somos

nosotros mismos los que le otorgamos esa dirección para llegar a una meta

trazada por nosotros ya que si no le colocamos sentido a la vida no le

hallaremos el sentido, porque la vida como tal no lo tiene. Es por esta razón

que debemos cuidarnos de no caer en apatía cuidarnos del cansancio, el

aburrimiento, la tristeza, la escasez de vida social y afectiva; determinantes

factores causales de la apatía.

Page 3: ¿Que nos falta por aprender?

Por último y para concluir propongo decir adiós al pesimismo y aprender a

pensar positivo, planear pequeñas cosas para salir de la rutina y la monotonía

que aburre, distraer la mente pero sobre todo trazarnos objetivos o metas que

nos hagan sentir que tenemos un porqué levantar diario, porqué hacer las

cosas; levantemos la cabeza y sigamos en pie, la vida no es más que saber y

aprender a vivirla, en eso consiste vivir, pongámosle sentido a nuestra vida y

hagamos de ella una armonía singular, una fragancia que enloquece a cada

paso y un manjar que nos apetezca a cada rato.

Gina Polo Peralta

Normal de Fátima