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¡QUE VIVA ANDRÉS CAICEDO! Por: Carolina Ramírez Ficha técnica: Dramaturgia y dirección: Sandro Romero Rey Reparto: Natalia Pérez, Johan Velandia, César Falla Edición Video: Karen Roa Asistentes: Paola Barrera, Maira Salamanca, Carolina Mejía, Leonardo Cortés Asesoría dirección de arte: Ricardo Duque Fotografías de Andrés Caicedo: Eduardo Carvajal Este año se cumplen treinta años del fallecimiento del escritor Andrés Caicedo cuya prolífica obra contrasta con lo efímero de su existencia. Del homenaje que se le viene haciendo cabe destacar la edición del libro Andrés Caicedo o la muerte sin sosiego de Sandro Romero; el libro de El cuento de mi vida que contiene algunos escritos inéditos de Caicedo; las distintas conferencias que a propósito de la vida y obra del escritor se han dado en diferentes espacios de la ciudad y la puesta en escena de obras como Los Diplomas o Angelitos Empantanados. ¡Que viva Andrés Caicedo! es una oportunidad para conocer o revisitar la obra de este autor y es también un homenaje al cine, la música y la literatura que lo obsesionaron. Desde 1984, Sandro Romero Rey emprende la laboriosa tarea de recopilar la obra póstuma de Caicedo, tarea que ha engendrado distintas ediciones de los cuentos, la crítica y las novelas del mismo, ha sido además su principal biógrafo y prologador. Pero además de la labor editorial, en estos años Romero ha revisitado la obra de este escritor caleño gracias a una suerte de “destinito fatal”, como él mismo lo describe, que lo une con la obra. En 1996 monta El mar la última obra de Caicedo escrita en 1972 y, en el año 2002 convierte trece de sus relatos en trece monólogos, interpretados por estudiantes de la Academia Superior de Artes de Bogotá, ASAB. De acuerdo con esto, ¡Qué viva Andrés Caicedo! puede ser entendida como una summa de experiencias en torno a la figura del fallecido escritor. La obra se estructura partir de cuatro ejes: literatura, música, cine y teatro. Empieza con la proyección de un fragmento de video en donde un Caicedo tímido y tartamudo, especula acerca de la razón por la cual la gente no lee libros. La pantalla cubre todo el escenario, haciendo las veces de telón. Cuando la proyección termina, la pantalla sube para dejar al descubierto el escenario y el primer relato: “Destinitos fatales”. El escenario recrea una sala de cine con algunas sillas auténticas y una pantalla. César Falla interpreta a un muchachito que oficia de narrador y nos cuenta la historia de un hombrecito al que le gusta el cine y funda un cineclub, mientras por la pantalla se pasean los fragmentos del Nosferatu de Murnau. La misma sala de cine da paso al siguiente relato: “El tiempo de la ciénaga”, último relato de la trilogía de Angelita y Miguel Ángel. Johan Velandia interpreta a Miguel Ángel, que en un delirante flujo de conciencia nos relata su historia de amor y muerte con Angelita, desde el romántico comienzo hasta el siniestro final. La acción que acompaña la narración, es aparentemente simple: Miguel Ángel se viste y desviste de manera acelerada, mientras interactúa a distancia con Angelita (Natalia Pérez) y el enigmático compa-ñerito de cine. La ingenuidad y el acelere de la narración aportan a la escena teatral un ritmo que concuerda mucho con el estilo de narración caicediano. Esto evidencia uno de los logros más importantes de ¡Q.V.A.C!: el respeto y

Que Viva Andrés Caicedo

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Reseña crítica de la obra teatral "Qué viva Andrés Caicedo" de Sandro Romero Rey

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  • QUE VIVA ANDRS CAICEDO!

    Por: Carolina Ramrez

    Ficha tcnica:

    Dramaturgia y direccin: Sandro Romero Rey Reparto: Natalia Prez, Johan Velandia, Csar

    Falla Edicin Video: Karen Roa Asistentes: Paola Barrera, Maira Salamanca, Carolina Meja, Leonardo

    Corts Asesora direccin de arte: Ricardo Duque Fotografas de Andrs Caicedo: Eduardo Carvajal

    Este ao se cumplen treinta aos del fallecimiento del escritor Andrs Caicedo cuya prolfica obra contrasta

    con lo efmero de su existencia. Del homenaje que se le viene haciendo cabe destacar la edicin del libro

    Andrs Caicedo o la muerte sin sosiego de Sandro Romero; el libro de El cuento de mi vida que contiene

    algunos escritos inditos de Caicedo; las distintas conferencias que a propsito de la vida y obra del escritor

    se han dado en diferentes espacios de la ciudad y la puesta en escena de obras como Los Diplomas o

    Angelitos Empantanados. Que viva Andrs Caicedo! es una oportunidad para conocer o revisitar la obra de

    este autor y es tambin un homenaje al cine, la msica y la literatura que lo obsesionaron.

    Desde 1984, Sandro Romero Rey emprende la laboriosa tarea de recopilar la obra pstuma de Caicedo, tarea

    que ha engendrado distintas ediciones de los cuentos, la crtica y las novelas del mismo, ha sido adems su

    principal bigrafo y prologador. Pero adems de la labor editorial, en estos aos Romero ha revisitado la obra

    de este escritor caleo gracias a una suerte de destinito fatal, como l mismo lo describe, que lo une con la

    obra. En 1996 monta El mar la ltima obra de Caicedo escrita en 1972 y, en el ao 2002 convierte trece de

    sus relatos en trece monlogos, interpretados por estudiantes de la Academia Superior de Artes de Bogot,

    ASAB. De acuerdo con esto, Qu viva Andrs Caicedo! puede ser entendida como una summa de

    experiencias en torno a la figura del fallecido escritor.

    La obra se estructura partir de cuatro ejes: literatura, msica, cine y teatro. Empieza con la proyeccin de un

    fragmento de video en donde un Caicedo tmido y tartamudo, especula acerca de la razn por la cual la gente

    no lee libros. La pantalla cubre todo el escenario, haciendo las veces de teln. Cuando la proyeccin termina,

    la pantalla sube para dejar al descubierto el escenario y el primer relato: Destinitos fatales. El escenario

    recrea una sala de cine con algunas sillas autnticas y una pantalla. Csar Falla interpreta a un muchachito

    que oficia de narrador y nos cuenta la historia de un hombrecito al que le gusta el cine y funda un cineclub,

    mientras por la pantalla se pasean los fragmentos del Nosferatu de Murnau.

    La misma sala de cine da paso al siguiente relato: El tiempo de la cinaga, ltimo relato de la triloga de

    Angelita y Miguel ngel. Johan Velandia interpreta a Miguel ngel, que en un delirante flujo de conciencia nos

    relata su historia de amor y muerte con Angelita, desde el romntico comienzo hasta el siniestro final. La

    accin que acompaa la narracin, es aparentemente simple: Miguel ngel se viste y desviste de manera

    acelerada, mientras interacta a distancia con Angelita (Natalia Prez) y el enigmtico compa-erito de cine.

    La ingenuidad y el acelere de la narracin aportan a la escena teatral un ritmo que concuerda mucho con el

    estilo de narracin caicediano. Esto evidencia uno de los logros ms importantes de Q.V.A.C!: el respeto y

  • cuidado hacia la palabra. La regla de oro para la dramatizacin, es segn Romero, la atencin a la palabra,

    que las imgenes estuvieran al servicio de la literatura y no al revs.

    El siguiente relato inicia con la proyeccin de un fragmento de la pelcula inacabada de Caicedo Angelita y

    Miguel Angel, y da paso al cuento Maternidad, sobreviviente de la experiencia de los trece monlogos de la

    ASAB. Csar Falla es el muchachito que tras perder fatalmente a todos sus amigos del colegio decide hacer

    una afirmacin de vida, hacerle un hijo a otra muchachita, como nica forma de resistir a la devastacin.

    El monlogo posee una riqueza visual plstica y delirante, donde las imgenes conforman un juego preciso

    entre la palabra y el gesto. La atmsfera es evocadora y alucinada y representa de manera precisa esa

    textualidad teatral y cinematogrfica caracterstica de la obra de Caicedo.

    El siguiente monlogo Los mensajeros, es una aproximacin a la cinefilia caicediana. Un fragmento

    proyectado de Sunset Boulevard de Billy Wilder da inicio a la historia, en la que la actriz Natalia Prez

    interpreta a Lalita Dos Rios, cuyo pattico lamento resuena an terminada la obra. La gestualidad de la actriz

    acompasada con el repetitivo llamado a Mr. Rudolph P. Houston es encantadoramente trgica. A

    continuacin sigue el fragmento de la obra El mar, en donde la msica de Richie Ray y Bobby Cruz sirve de

    fondo para la disertacin de dos obsesos de la literatura, se trata tambin de un homenaje a Harold Pinter, y a

    los textos Moby Dick y Gordon Pym

    La obra cierra con la ltima parte de la novela Que viva la msica! a coro entre los tres actores, mientras hay

    fuego en el 23. En esta parte, vuelve a hacerse notable la intencin de la dramaturgia de respetar la palabra.

    La manera en que se logr, de acuerdo con Romero, fue al distanciar el texto con los tres actores diciendo

    los fragmentos en femenino, haciendo evidente la idea de que se trata de un texto citado y no encarnado.

    Ese distanciamiento de la caracterizacin, que una primera lectura de la novela puede obviar, le otorga al

    texto toda la carga simblica y apocalptica que una encarnacin realista hubiera opacado.

    Que viva Andrs Caicedo! no es una adaptacin de la narrativa de Caicedo, de hecho no existe un guin

    preescrito sino una escaleta con la estructura general. Los actores trabajaron con los textos fotocopiados y

    sobre ellos elaboraron las imgenes. La dramaturgia del espectculo opera por yuxtaposicin, de las

    pelculas y los fragmentos de las canciones, de los objetos y las voces. En las obras de Sandro Romero se

    cumple tambin un destinito fatal con la literatura, el cine, la msica, el teatro y la televisin. Sus obras son

    homenaje, ensamblaje y deconstruccin de los procedimientos bsicos de estos medios. Sus preocupaciones

    abarcan todo el espectro de la creacin artstica, y en los ltimos aos ha logrado conformar un equipo en el

    que las preocupaciones se complementan. Los actores, todos ellos egresados de la ASAB, demuestran su

    capacidad interpretativa y vocal, y su versatilidad e inteligencia gestual. Por ltimo, podemos agregar que el

    espectculo pretende tambin ser un mapa de ruta para los nuevos y los no tan nuevos lectores de Caicedo.