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Comentarios de Texto Pau
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COMENTARIO DE UN TEXTO POÉTICO DE RAFAEL ALBERTI
NOCTURNO
Cuando tanto se sufre sin sueño y por la sangre
se escucha que transita solamente la rabia,
que en los tuétanos tiembla despabilado el odio
y en las médulas arde continua la venganza,
las palabras entonces no sirven: son palabras.
Balas. Balas.
Manifiestos, artículos, comentarios, discursos,
humaredas perdidas, neblinas estampadas.
¡qué dolor de papeles que ha de barrer el viento,
qué tristeza de tinta que ha de borrar el agua!
Balas. Balas.
Ahora sufro lo pobre, lo mezquino, lo triste,
lo desgraciado y muerto que tiene una garganta
cuando desde el abismo de su idioma quisiera
gritar lo que no puede por imposible, y calla.
Balas. Balas.
Siento esta noche heridas de muerte las palabras.
RESUMEN
Rafael Alberti, en este poema publicado durante la guerra civil española, se
lamenta de que las palabras son sustituidas por las balas en situaciones
extremas de rabia, de odio y de venganza. Las balas han reemplazado a las
palabras de los políticos, los periodistas y los intelectuales; incluso el poeta
mismo siente en la oscuridad de la noche que a él las balas también le han
sustituido el uso de la palabra.
TEMA
Este poema trata el tema de la inutilidad de las palabras en tiempos de
guerra. Hay que entender por "palabras" tanto las propias de la lengua oral
como las de la lengua escrita: artículos periodísticos, discursos políticos y,
también, los textos literarios como las novelas, los poemas...
ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS
En su estructura externa, este poema de 17 versos está dividido en tres
estrofas desiguales cerradas por el estribillo "Balas.Balas" y por el verso
final "Siento esta noche heridas de muerte las palabras".
En su estructura interna, el poema está organizado en tres partes que
semejan la estructura clásica de los textos argumentativos, ya que en el
fondo Rafael Alberti está arguyendo sobre el uso de la palabra en tiempos
de guerra.
Primera Parte (estrofa 1ª y estribillo 1º, versos 1-6): El poeta señala
el tema que trata en el poema y la tesis inicial: el odio, la rabia y la
venganza hacen inútiles las palabras.
Segunda Parte (estrofas 2ª y 3ª, estribillos 2 y 3): La tesis inicial
dicha en la primera parte se ve reforzada por dos hechos
o argumentos:
1. Las palabras y los escritos de los políticos, los periodistas y los
escritores son sustituidas por las armas.
2. El poeta confiesa dolorosamente que le está pasando lo
mismo.
Tercera Parte (verso final): Conclusión o tesis final: las palabras
están heridas de muerte
COMENTARIO CRÍTICO
Este poema de Rafael Alberti refleja el evidente estado de desolación de un
poeta que vio cómo los fusiles, los cañones y las bombas sustituyeron a los
debates, los discursos, los libros... Porque como dice el poeta en los
momentos en que sólo existe violencia, odio y asesinatos, las palabras
están "heridas de muerte".
En cierto modo esto es verdad, en las guerras a los ciudadanos que las
sufren sólo les cabe elegir una posibilidad de acción: o combatir con las
armas (de grado o por fuerza) en uno de los bandos o actuar en provecho
de las víctimas inocentes, refugiados y prisioneros... como médico,
enfermero, en el suministro de alimentos, medicinas...
Por esta razón, es un hecho muy positivo que, en la actualidad, las misiones
en el exterior del ejército español sean misiones humanitarias (Bosnia,
Líbano, Haiti...), aunque en el caso de las tropas españolas en Afganistán
no está muy claro en concepto de qué están allí de servicio.
Volviendo al tema principal del poema de Alberti y al contexto histórico en
que se compuso, resulta que la violencia, la muerte, el bombardeo y demás
crímenes de guerra no fueron exclusivos de un bando. Tanto los "rojos" o
"republicanos" como los "nacionales" o "franquistas" cometieron horribles
violaciones sistemáticas y masivas de los derechos humanos. La ley de
memoria histórica debería contribuir a que, recordando con el respeto y
dignidad que se merecen todas las víctimas (tanto las de un lado como las
del otro) en España, superemos definitivamente los efectos mortales de la
guerra del 36.
Bien es cierto que constituyen un caso aparte las víctimas de los cuarenta
años del franquismo: los presos, los ajusticiados, represaliados,
condenados, exiliados... Todos ellos merecen también un recuerdo y un
reconocimiento muy especiales.
Por encima del mar, desde la orilla americana del Atlántico
¡Si yo hubiera podido, oh Cádiz, a tu vera,
hoy, junto a ti, metido en tus raíces,
hablarte como entonces,
como cuando descalzo por tus verdes orillas
iba a tu mar robándole caracoles y algas!
Bien lo merecería, yo sé que tú lo sabes,
por haberte llevado tantos años conmigo,
por haberte cantado casi todos los días,
llamando siempre Cádiz a todo lo dichoso,
lo luminoso que me aconteciera.
Siénteme cerca, escúchame
igual que si mi nombre, si todo yo tangible,
proyectado en la cal hirviente de tus muros,
sobre tus farallones [1] hundidos o en los huecos
de tus antiguas tumbas o en las olas te hablara.
Hoy tengo muchas cosas, muchas más que decirte.
Yo sé que lo lejano,
sí, que lo más lejano, aunque se llame
Mar de Solís o Río de la Plata [2],
no hace que los oídos
de tu siempre dispuesto corazón no me oigan.
Por encima del mar voy de nuevo a cantarte.
1.- Señale y explique la organización de las ideas contenidas en el
texto
La estructura externa de este poema de Rafael Alberti está formada por 22
versos sin rima, agrupados en cuatro estrofas desiguales (las dos primeras
de cinco versos, las dos últimas de seis). Además, se observa que en las
cuatro estrofas aparece una combinación libre de versos alejandrinos,
endecasílabos y heptasílabos.
En cuanto a su estructura interna, presenta una disposición
libre, característica de los composiciones líricas, aunque en este caso
concreto se organiza en torno a la figura retórica del apóstrofe, pues el yo
poético conversa con un tú poético, que en el poema es encarnado por
Cádiz. A partir de este factor integrador, el poema se construye de la
siguiente forma:
a) El poeta dialoga imaginariamente con Cádiz y le pide disculpas por
no estar ahora a su lado, como cuando él era un niño y caminaba
descalzo por la orilla del mar (primera estrofa, cinco primeros versos).
El poeta también insiste en que siempre ha llevado a Cádiz en su
corazón y siempre la ha tenido presente en sus palabras (segunda
estrofa, versos 6-10). Esta parte viene marcada por una oración
condicional: la primera estrofa es la proposición subordinada “Si yo
hubiera podido, oh Cádiz, [...] hablarte como entonces”, y la segunda
estrofa es la proposición principal: “Bien lo merecería, yo sé que tú lo
sabes, por haberte llevado tantos años conmigo”.
b) El poeta (tercera estrofa, versos 11-16) suplica a Cádiz que
escuche lo que tiene que decirle, igual que si estuviera ahora a su
lado.
c) El poeta sabe que se encuentra en la otra orilla del Atlántico, en el
Río de la Plata, pero también sabe que la distancia no va a impedir
que Cádiz lo escuche, ni que él cante su tierra natal (cuarta estrofa,
versos 17-22).
2.a- Indique el tema del texto
Rafael Alberti plantea el tema de la nostalgia o añoranza de la tierra natal
(Cádiz en este caso concreto), desde la perspectiva del exiliado en la otra
orilla del Atlántico.
2.b- Resuma el texto
Desde la costa americana del Atlántico (el Río de la Plata) el poeta Rafael
Alberti dialoga con Cádiz, su patria natal en cuya orilla jugaba de niño, y le
suplica que escuche su canto igual que si estuviera presente, y no en un
lugar muy lejano, porque el poeta siempre lleva a Cádiz en su corazón y
siempre ha cantado a su tierra como “todo lo dichoso" y todo "lo luminoso"
que le ha acontecido.
3.- Realice un comentario crítico del contenido del texto
La nostalgia ha sido, desde siempre, un sentimiento que ha inspirado a
multitud de poetas de todos los tiempos, lugares y lenguas. Unas veces se
añoraban los años dorados de la infancia o la juventud perdidas; otras eran
objetos de la nostalgia los besos o la dulce mirada de la persona amada,
cuya ausencia los dejaba desolados; otras veces, también, la patria natal
cuyos paisajes (tanto los de tierra adentro como los del litoral) los poetas
debieron abandonar por muy variadas razones. Rafael Alberti no es ajeno a
esta tradición poética y canta, desde la otra orilla del Atlántico, al lugar
donde se crió, al Cádiz de su infancia. Sin embargo, en este poema hay
dos elementos especiales.
En primer lugar, la nostalgia está causada por el exilio forzoso que la guerra
civil española provocó en miles de compatriotas, que tuvieron que huir de la
dura represión de la dictadura franquista o que, desde el extranjero,
lucharon contra ella. Entre estos miles de exilados se hallaban poetas del
27 como Alberti, Cernuda y Pedro Salinas, o cineastas como Luis Buñuel, o
artistas geniales como Picasso o Joan Miró, y cientos de intelectuales,
historiadores, científicos y pensadores; todos ellos, desde Europa (sobre
todo en Francia, pero también, incluso, en la Unión Soviética) y desde
América (México, EE.UU., Argentina, Chile…) manifestaron en toda ocasión
su amor a la patria y el doloroso sentimiento del regreso imposible, para
muchos como Alberti, hasta que la dictadura franquista no acabara 39 años
después de iniciada la guerra del 36.
En segundo lugar, este contexto histórico ayuda a comprender el sentido
más profundo de este poema: Alberti recurre a la figura retórica consistente
en conversar con seres reales o imaginarios que están ausentes,
precisamente porque este diálogo o apóstrofe permite vencer y borrar la
infranqueable barrera de la distancia y el alejamiento, al menos mientras
dure esa imaginaria y ficticia conversación. Así pues, mediante los versos y
las figuras poéticas, Alberti, dolido por muchos años de separación y a
pesar de hallarse a miles de kilómetros de distancia, en las orillas del Río de
la Plata, en Argentina, consigue un momentáneo imposible: hablar con
Cádiz, con sus gentes, sus paisajes, su cielo y su luminosa bahía.
Y es que la nostalgia, desde siempre, ha sido un motivo de inspiración en la
poesía porque se trata de un sentimiento universal, al igual que el amor, el
llanto por la muerte de un ser querido, la alegría o la tristeza. Por todo esto,
varias décadas después de haber sido escrito, el contenido de este poema
conmueve a los lectores actuales. Porque todavía hay muchísimos hombres
y mujeres que sienten añoranza por lo dejado atrás en sus países de origen:
por ejemplo, los cientos de miles de inmigrantes (magrebíes, ecuatorianos,
lituanos, rusos, rumanos…) que encontraron acogida aquí, en los muy
cercanos tiempos de la prosperidad económica en que España inició este
milenio; por ejemplo, también, los jóvenes españoles y españolas que, con
motivo de la terrible crisis que padecemos ahora, deben irse a Alemania
(como en los viejos tiempos), Francia, Gran Bretaña o incluso Australia para
poder encontrar un empleo digno con la titulación académica que poseen.
Pero el siglo XXI ya no es como en 1939, cuando los exilados abandonaron
España, o como en los años 50 de las maletas de cartón piedra y los
bocadillos de chorizo para viajar a Alemania, Holanda o Suiza… para
trabajar en lo que fuera y de cualquier cosa. Porque ahora, los poetas ya no
recurren al verso ni a las metáforas para “hablar” en la distancia con la
patria o con la mujer amada. No, ahora, basta con un “what’s app”, un email,
un sms o, finalmente, un “me gusta” en “el muro” del Facebook.