102
CRISTIANISMO MÍSTICO Las Enseñanzas Internas del Maestro Yogi Ramacharaka Digitalizado por Biblioteca Upasika www.upasika.com 1

Ramacharaka - Cristianismo Mistico

Embed Size (px)

Citation preview

  • CRISTIANISMO MSTICO

    Las Enseanzas Internas del Maestro

    Yogi Ramacharaka

    Digitalizado por Biblioteca Upasika www.upasika.com

    1

  • LECCIN I

    LA VENIDA DEL MAESTRO

    El precursor

    Rumores extraos llegaban hasta Jerusaln a odos de sus habitantes. Expandase la voz de que en el desierto de la Judea septentrional, sobre las riberas del Jordn, haba aparecido un nuevo profeta que enseaba doctrinas sorprendentes, semejantes a las de los profetas antiguos. Su exhortacin: Arrepentos, que el reino de los cielos se acerca, despertaba recuerdos de los antiguos instructores de Israel, y las gentes del vulgo se miraban unos a otros con asombro y las clases directoras fruncan el ceo y se miraban gravemente al or el nombre de quien hablaba as.

    Al hombre a quien las gentes del vulgo calificaba de profeta y los primates motejaban de impostor, se le llamaba Juan el Bautista, y moraba en el desierto, alejado de la turbulencia de la gente. Vesta a la manera de los ascetas nmadas, cubra el cuerpo con una piel de camello no curtida, ceida a la cintura por una grosera correa de cuero. Su dieta sencilla y sobria, se compona de langosta1 y miel silvestre.

    Era Juan, a quien apellidaban el Bautista, hombre de alta estatura, delgado, pero robusto, nervioso y de ruda complexin. El sol y los vientos de la intemperie haban atezado su cutis. Su larga cabellera negra caale flotante sobre los hombros, y cuando hablaba se agitaba como melena de len. Su barba era vasta y enmaraada. Sus ojos relucan como carbones encendidos e inflamaban el alma de cuantos le escuchaban. Se reflejaba en su rostro el ardimiento religioso de quien ha venido con un mensaje para el mundo. Envolva sus enseanzas en muy vigorosas palabras este selvtico profeta, pues era sumamente enrgico. Su mensaje estaba exento de primores retricas y de sutilezas de argumentacin. Fulminaba sobre la multitud, derechamente, los rayos de su palabra cargada con la energa y el fervor dimanante de s mismo, con tal vitalidad y magnetismo, que estallaba en medio del auditorio como una chispa elctrica, haciendo caer a las gentes de rodillas e infundindoles la verdad con la violencia de un explosivo. Manifestaba que el grano iba a ser entrojado en los alfoles y consumida la paja por fuego tan ardiente como el de un horno: y que abatira la segur de los rboles que no dieran fruto. Se acercaba en realidad para sus oyentes y secuaces el Da del Seor prometido desde haca tanto tiempo por los profetas.

    Muy pronto reuni Juan a su alrededor un nmero grande de proslitos, pues las gentes acudan en tropel para escucharle desde todos los puntos del pas, incluso de Galilea. Comenzaron a conversar sus proslitos entre ellos, y se preguntaban si no sera aquel hombre el Maestro prometido desde haca tan largo tiempo, el Mesas que todo Israel haba esperado durante siglos. Estos comentarios, fueron odos por el profeta, quien en una de sus plticas contest a ellos: ... viene uno ms poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado. Llegaron a saber as sus

    1 Dice textualmente el Evangelio de San Mateo que se alimentaba de langostas y miel silvestre. Esas langostas, no son, sin embargo, e! crustceo conocido por este nombre, sino su homnimo e! insecto que asuela los campos y es llamado en Espaa, vulgarmente, saltamontes. [T.]

    2

  • discpulos y cuantos lo escuchaban sin verlo, que l, aunque potente predicador, slo era el heraldo de otro mucho mayor que l, que le seguira, o sea, que Juan era el precursor del Maestro, conforme a la alegora oriental que representaba al heraldo de los magnates sentado en la delantera de la carroza de su seor, indicando en alta voz a las gentes que se agolpaban en el trayecto, que abriesen paso, porque vena el magnate y gritaba repetidamente: Abrid paso, abrid paso para el Seor.

    Se agitaron en consecuencia nuevamente los discpulos de Juan al escuchar esta promesa de la venida del Seor, del Maestro, que quiz fuese el Mesas de los judos, y difundiendo la nueva rpidamente por las comarcas cercanas, de manera que much-simos ms se acercaron a Juan y aguardaron con l la venida del Maestro.

    Juan el Bautista haba nacido en las montaas de Judea unos treinta aos antes de su aparicin como profeta. Su padre perteneca a la casta sacerdotal que serva en el templo de Jerusaln, y ya muy viejo viva con su mujer, de edad provecta tambin, retirado del ruido del mundo, en espera del que haba de venir para todos los hombres por igual. Sin que lo esperaran, ya en su vejez tuvieron por especial favor de Dios un hijo al que pusieron el nombre de Johanan, que significa en hebreo gracia del Seor.

    Fue educado Juan en casa de sus padres, y saturse de las esotricas enseanzas reservadas para unos pocos y que se encontraban retradas del conocimiento de las masas. Le descubri su padre los secretos escondidos de la Cbala, aquel sistema hebreo de ocultismo y misticismo en el que estaban tan versados los primates del sacerdocio judo; y nos dice la tradicin oculta que Juan fue iniciado en el Crculo Esotrico de los msticos hebreos, integrado solamente por sacerdotes de cierta categora y por sus hijos. Juan alcanz a ser mstico y ocultista. Al llegar a su pubertad, sali de la casa paterna y se fue al desierto mirando a Oriente, de donde viene la Luz. Dicho de otra manera, se convirti en asceta y mor en el desierto, de la misma suerte que aun hoy en da los jvenes hijos de brahmn en la India dejan su casa, los halagos y comodidades de la vida y se van al yermo, por donde durante aos enteros vagan como ascetas, vestidos sencillamente y alimentados con frugalidad, para desenvolver su conciencia espiritual. Juan permaneci recluido hasta que a la edad de treinta aos, sali del yermo para predicar la venida del Seor, obedeciendo a los impulsos del Espritu Consideremos qu fue y qu hizo en los quince aos de su vida en el desierto y en aquellos apartados parajes de Judea. Las tradiciones conservadas por los ocultistas acerca de los esenios, guardadas por los ocultistas, ensean que en los das en que Juan observ vida asctica, se compenetr bien de las enseanzas de aquella Fraternidad Oculta de los esenios, y que profes la Orden despus del noviciado, llegando a grados superiores que slo se conferan a los iniciados de espiritualidad muy elevada y evidente poder. Se dice que nio an reclam y demostr su derecho a ser iniciado en los misterios de la Orden, por lo cual se le tuvo por la reencarnacin de uno de los antiguos profetas hebreos.

    Los esenios

    Eran los esenios una oculta Fraternidad hebrea ya existente desde muchos siglos antes de la poca de Juan. Tenan su sede en la costa oriental del Mar Muerto, aunque su influencia se extenda por toda Palestina y en todos los desiertos moraban sus ascticos hermanos. Muy estrecha era la regla de la Orden y sus ritos y ceremonias de muy superior grado oculto y mstico. El nefito haba de pasar un ao de postulante y despus dos de noviciado antes de profesor. Necesitaba pasar algn tiempo para

    3

  • ascender de grado y para los superiores se exiga adems del tiempo, positivo cono-cimiento, poder y obras concretas. Como en todas las genuinas rdenes ocultas, el candidato deba lograr su propia salvacin, pues de nada absolutamente valan el favor ni el dinero. Tanto el nefito como el iniciado y el maestro de grado superior deban absoluta obediencia a las reglas de la Orden, absoluta pobreza de bienes materiales y absoluta continencia sexual. As se comprende la repugnancia que las solicitaciones amorosas de Salom inspiraron a Juan, quien prefiri perder la vida antes de romper los votos de su Orden.

    Una de las ceremonias de los esenios era el bautismo, que literalmente significaba inmersin en agua, y se administraba a los novicios con solemne ritual. El mstico significado de la ceremonia, que an hoy comprenden todas las rdenes ocultas, formaba parte del ritual de los esenios, como peculiar caracterstica de su orden. La prctica del bautismo por Juan durante su ministerio y su posterior adopcin por la Iglesia cristiana, aunque hoy da se ha substituido por el derrame del agua en slo la cabeza del nio, constituye un evidente enlace entre los esenios y el cristianismo, en el que imprime firmemente el sello del misticismo y ocultismo, a pesar de que la generalidad de las gentes no lo admitan, llevadas de su ignorancia y materialistas propensiones.

    Los esenios crean y enseaban la doctrina de la reencarnacin, la inmanencia de Dios y muchas otras verdades ocultas, cuyas huellas aparecen constantemente en las enseanzas cristianas segn veremos en el transcurso de estas lecciones. Por mediacin de su egregio hermano Juan el Bautista, la Orden transmiti sus enseanzas a la primitiva Iglesia cristiana, injertndose as permanentemente en una nueva planta religiosa que a la sazn apareca en el escenario del mundo. Y an existen las ramas injertadas. Desde luego que la verdica historia de la real conexin entre los esenios y el cristianismo slo se puede hallar en las tradiciones de los esenios y otras antiguas rdenes msticas. Muchas de estas tradiciones no se han impreso jams, sino que se han ido transmitiendo de maestro a discpulo en el transcurso de los siglos hasta nuestros das entre las fraternidades ocultas. Mas para demostrar que nada afirmamos sin evidente comprobacin, remitimos al lector a la Nueva Enciclopedia Internacional, que en el artculo Esenios dice as:

    Es una interesantsima cuestin averiguar cunto debe el cristianismo a los esenios. Parece que hubo motivo de definido con, tacto entre Juan el Bautista y dicha Fraternidad, pues se prepar en el desierto cercano al Mar Muerto. Su predicacin sobre la rectitud de conducta y la justicia respecto del prjimo eran enseanzas esenias, as como su insistencia acerca del bautismo estaba de acuerdo con la importancia que los esenios daban a las purificaciones.

    El mismo artculo dice que la Fraternidad de los esenios enseaba una cierta opinin relativa al origen, actual estado y futuro destino del alma, a la que consideraban preexistente y encerrada en el cuerpo como en una crcel.

    Juan sali del desierto cuando contaba unos treinta aos de edad, dando comienzo a su ministerio que ejerci durante algunos aos, hasta su decapitacin por orden de Herodes. Reuni en su tomo numerosa multitud, compuesta en un principio de gentes de clase humilde, pero que ms adelante contuvo personas de las clases altas de la sociedad. Con sus ms adelantados oyentes form un cuerpo de discpulos con reglas referentes al ayuno, el culto, el ceremonial, el rito, etc., anlogas a los que observaban los esenios. Esta corporacin subsisti hasta la muerte de Juan, y entonces se fusion con los discpulos de Jess y tuvo sealada influencia en la primitiva Iglesia cristiana.

    4

  • Segn dijimos, uno de los principales requisitos que exiga Juan de sus discpulos, era el bautismo, el rito esenio, del cual deriv el familiar apelativo de Bautista.

    Pero conviene recordar que para Juan era el bautismo una sacratsima, mstica y simblica ceremonia cuyo profundo significado oculto no comprendan muchos de los que a l acudan con fervorosa emocin religiosa y lo consideraban ingenuamente como una ceremonia mgica que lavaba los pecados de su alma, como lavaba la suciedad de sus cuerpos; creencia que an parece predominar entre la multitud.

    Juan trabajaba diligentemente en su misin, y los bautistas o discpulos de Johanan , como ellos se llamaban, aumentaron rpidamente. Sus reuniones eran acontecimientos muy emocionantes para los millares de gentes que se congregaban de toda Palestina para ver y or al profeta del desierto, al esenio que haba salido de su retraimiento.

    En sus reuniones solan acontecer cosas extraas, como con, versiones repentinas, visiones, xtasis, etc., y algunos aducan desacostumbrados poderes y facultades. Pero un da se celebr una reunin que iba a tener fama mundial. Fue el da en que se acerc a Juan el Bautista el MAESTRO, de cuya venida haba recibido Juan frecuentes anuncios y promesas. JESS EL CRISTO apareci en escena y encarse con su precursor.

    La tradicin refiere que Jess lleg sin anunciarse y sin que ni Juan ni las gentes lo reconocieran. El Precursor ignoraba la ndole y grado de su husped y solicitante del Bautismo. Aunque eran primos, no se haban vuelto a ver desde la niez, y de pronto no reconoci Juan a Jess. Las tradiciones de las rdenes msticas aaden que entonces dio Jess a Juan los varios signos de las ocultas fraternidades a que ambos pertenecan, empezando por los signos del grado inferior y siguiendo hasta uno que an no posea Juan, a pesar de tenerlo muy alto entre los esenios. De ello infiri Juan que no era aquel hombre un vulgar solicitante de bautismo, sino, por el contrario, un adepto mstico de muy alto grado, un Maestro oculto superior a l en categora y evolucin.

    Entonces le dijo Juan a Jess que no era propio ni estaba de acuerdo con las costumbres de las fraternidades que el inferior bautizase al superior.

    El Nuevo Testamento se refiere a este suceso en las palabras siguientes: Mas Juan se le opona, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti y t vienes a m? (Mateo 3, 14).

    Pero Jess insisti en que Juan lo bautizase, diciendo que quera pasar por aquella ceremonia con objeto de estampar en ella su aprobacin y demostrar que se consideraba como un hombre entre los hombres y que iba a vivir la vida de los hombres.

    Tanto las tradiciones ocultas como el Nuevo Testamento afirman que sigui al bautismo un mstico acontecimiento, pues el Espritu de Dios se pos en Jess como una paloma, y hubo una voz de los cielos que deca:

    Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.

    En aquel momento qued cumplida la misin de Juan el Bautista como precursor, porque el Maestro haba aparecido para emprender su obra.

    El Maestro

    5

  • Volvamos ahora las pginas del Libro del Tiempo hasta treinta aos atrs de los sucesos que acabamos de referir. Consideremos los acontecimientos aledaos al nacimiento de Jess, a fin de sealar las msticas y ocultas fuerzas operantes desde el principio del cristianismo.

    En estos treinta aos ocurrieron sucesos de suma importancia. Empecemos por el mstico relato de Jess el Cristo, tal como al nefito de cada orden oculta se lo transmite el Maestro instructor, narrndole un suceso ocurrido un ao antes del nacimiento.

    Dice el Evangelio de San Mateo: Cuando Jess naci en Beln de Judea en das del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusaln unos magos, diciendo: Dnde est el rey de los judos que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.

    Estas sencillas palabras expresan un suceso que en mucho ms extenso relato forma parte importante de las esotricas enseanzas de las fraternidades msticas y rdenes ocultas de Oriente, y que tambin conocen los miembros de las rdenes secretas afiliadas, del mundo occidental. La historia de Los MAGOS est encajada en las tradiciones de los msticos orientales, Y bosquejaremos brevemente la que el hierofante relata al nefito y el guru al chela.

    Mas para comprender la historia es necesario saber lo que eran los Magos.

    Los Magos o Sabios

    Los traductores del Nuevo Testamento designaron con la frase sabios de Oriente a aquellos visitantes de lejos llegados; pero en el texto original griego, san Mateo los llama magos, segn puede verse en las traducciones directas del original griego y en la versin revisada que cita la palabra griega en una nota al pie. Cualquiera enciclopedia de primer orden corroborar esta afirmacin. La palabra magos es exactamente la empleada por san Mateo en el original griego en que escribi su evangelio, y la palabra sabios fue cosa de los traductores ingleses. Sobre este punto estn de acuerdo todos los exgetas bblicos, aunque el vulgo desconoce la relacin y no identifica a los sabios con los magos orientales.

    La palabra mago deriva literalmente del griego, que a su vez la tom por sucesivas derivaciones de las lenguas de Persia, Media, Caldea y Asiria. Significa el que hace prodigios y se aplic a los miembros de las ocultas rdenes sacerdotales de Persia, Media y Caldea, que fueron adeptos msticos y ocultos maestros. La historia antigua rebosa de referencias a estas corporaciones cuyos individuos fueron los seculares custodios del oculto conocimiento del mundo y los inestimables tesoros de enseanzas esotricas que hoy posee la humanidad proceden de las manos de los magos, quienes guardaron los sagrados fuegos del misticismo y mantuvieron viva la llama. Al pensar en la tarea de los magos acuden a la memoria los versos de Eduard Carpenter, que dicen:

    Oh!, no dejis extinguir la llama. Cuidadla siglo tras siglo en las oscuras criptas y en sus sagrados templos. Que alimentada por puros msticos de amor, no se extinga la llama.

    El ttulo de mago tena muy alta estima en aquellos das, pero cay ms tarde en descrdito por su creciente aplicacin a los hechiceros u operantes de obras malignas

    6

  • o de magia negra. Sin embargo, la Nueva Enciclopedia Internacional dice acertadamente:'

    El trmino est empleado por Mateo en su verdadero sentido aplicado a los sabios que de Oriente vinieron a Jerusaln para adorar a Cristo. Este suceso es muy significativo porque la doctrina mesinica estaba desde muy antiguo establecida en el zoroastrismo.

    La misma Enciclopedia dice de los Magos que crean en la resurreccin, en la vida futura y en la venida de un Salvador.

    Para comprender la ndole de los magos en relacin con su oculta taumaturgia, conviene estudiar la siguiente definicin que Webster da de la palabra magia:

    La oculta sabidura atribuida a los magos, respecto a las fuerzas ocultas de la naturaleza cuyos secretos posean y dominaban.

    As se ve fcilmente con cunta razn afirmamos que los sabios o magos que vinieron a adorar al nio Jess eran en realidad representantes de las grandes fraternidades msticas y rdenes ocultas de Oriente, es decir, adeptos, maestros y hierofantes. Por lo tanto, tenemos en ellos los ocultos y msticos taumaturgos, los her-manos de alto grado de las grandes logias orientales de oculto misticismo, que aparecen en los albores de la historia de la cristiandad y denotan vivsimo inters por el mortal nacimiento del egregio Maestro, del Maestro de Maestros, cuya venida haban esperado por tanto tiempo. Y todos los msticos y ocultistas se complacen y justamente se enorgullecen de que los magos de Oriente, los enviados desde el centro de los msticos crculos esotricos fuesen los primeros en reconocer la divina naturaleza de aquel humano infante. A los sedicentes cristianos, para quienes todo cuanto atae al misticismo y ocultismo del cristianismo les duele, les llamamos la atencin hacia este ntimo enlace entre los Maestros y el MAESTRO.

    La Estrella de Oriente

    Pero el relato mstico comienza mucho antes de la visita de los Magos a Beln. Dijeron los magos: Dnde est el rey de los judos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. Qu significan las palabras: hemos visto su estrella en Oriente?.

    Para la mayora de cristianos la estrella de Beln significa una refulgente estrella que de sbito apareci en el cielo como un faro de luz, que milagrosamente gui los pasos de los magos en su dilatado camino, hasta que se detuvo sobre la casa donde estaba el nio Jess, a la sazn de edad de entre uno y dos aos. Creen generalmente los cristianos que gui constantemente a aquellos hbiles msticos, ocultistas y astrlogos en su viaje desde el lejano Oriente, en el que tardaron cosa de un ao, y que despus los condujo a Beln, donde se detuvo sobre la casa de Jos y Mara. Lstima que durante tan largo tiempo haya oscurecido un hermoso suceso mstico esta vulgar tradicin de la ignorante multitud, y que por lo evidentemente inverosmil y anticientfica motivara la burla de millares de gentes respecto de la verdadera historia de la estrella de Beln. A las tradiciones msticas les toca disipar las nubes de ignorancia que encubren esta hermosa historia y restablecerla en la mente de los hombres como un natural y cientfico suceso.

    El error de la estrella ambulante deriva de las supersticiones y absurdas ideas de muchos cristianos de los tres primeros siglos posteriores a la muerte de Cristo. Estos cuentos se interpolaron en los manuscritos legados por los discpulos y muy luego se consideraron parte integrante de los autnticos evangelios y epstolas, aunque los

    7

  • modernos exgetas estn depurndolos de tan groseras y caprichosas interpolaciones. Conviene advertir que los exgetas afirman que las ms antiguas copias manuscritas del Nuevo Testamento datan de por lo menos tres siglos despus de los escritos originales, de los que son copias de copias, indudablemente aadidas, alteradas y adulteradas por los copistas. Esta afirmacin no es gratuita, sino plenamente comprobada por los exgetas y por la alta crtica, a cuyas obras remitimos a cuantos duden de nuestra afirmacin.

    La parte del versculo 9 del captulo 2 de San Mateo, que dice:y he aqu la estrella que haban visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que

    llegando, se detuvo sobre donde estaba el nio, es una caprichosa interpolacin en la historia de los Magos, segn saben las rdenes msticas y ocultas a cuyas tradiciones y registros es contraria semejante interpolacin, como tambin contraria a la razn y a las leyes cientficas, habiendo sido causa del incremento de los llamados infieles. que no pueden creer en tal patraa.

    Toda persona inteligente sabe que una estrella no es un tenue punto centelleante en la llamada bveda celeste, aunque as lo creyeran las gentes de la antigedad y an siguen creyndolo hoy da los ignorantes. Las personas cultas saben que una estrella es, o bien un planeta de nuestro sistema solar, anlogo a su hermana la Tierra, o bien potente sol, probablemente muchas veces mayor que nuestro sol y a millones de millones de kilmetros de distancia de nuestro sistema solar. Sabemos tambin que los planetas tienen invariables rbitas, y definido curso, con tal exactitud, que pueden predecirse sus movimientos con siglos de antelacin o de postergacin. Y asimismo sabemos que los lejansimos soles y centros de sistemas solares anlogos al nuestro tienen su lugar en el universo y sus universales relaciones y movimientos. Todos cuantos han estudiado siquiera los textos escolares de astronoma saben estas cosas; y, sin embargo, se les incita a que engullan el absurdo de la estrella que fue delante de los Magos durante cerca de un ao, y al fin se detuvo sobre la casa de Jess para sealar el trmino de la investigacin. Compararemos ahora este anticientfico cuento con las tradiciones y leyendas de los msticos, y que cada cual escoja.

    Si hubiera aparecido semejante estrella, seguramente que los antiguos historiadores mencionaran en sus textos el inslito acontecimiento, porque en aquel entonces haba en Oriente sabios y eruditos, y era la astrologa una ciencia cuidadosamente estudiada, por lo que es seguro que vieran la estrella y anotaran el suceso en sus escritos y lo mencionaran en sus tradiciones.

    Pero no se encuentra ni la ms remota alusin a tal estrella en la bibliografa de los pueblos de Oriente ni en los documentos de los astrlogos. En cambio, se ha conservado otra tradicin segn vamos a ver.

    En realidad, hubo una estrella de Beln que gui los pasos de los magos a la casa del nio Jess. Tenemos las siguientes pruebas de ello:

    1 Las tradiciones y enseanzas de las rdenes msticas transmitidas secularmente de maestro a discpulo.

    2 Las declaraciones y anales de los antiguos astrnomos, comprobados por los clculos modernos.

    3 Los clculos de los modernos astrnomos segn indicaremos ms adelante.

    Estas tres fuentes de informacin nos dan el mismo relato. Pero antes del anlisis de esta triple prueba, detengmonos un momento a considerar la relacin entre los Magos y la astrologa. Para comprender el relato de la visita de los Magos a Jess,

    8

  • hemos de advertir que eran maestros en astrologa. Persia y los aledaos pases orientales fueron la prstina fuente de las enseanzas astrolgicas. Y aquellos Magos eran maestros, adeptos y hierofantes y por consiguiente saban todo cuanto se enseaba en las escuelas de astrologa de aquel tiempo. Gran parte de sus conocimientos astrolgicos se han perdido, pero tanto como la qumica moderna debe a los alquimistas, debe la moderna astronoma a aquellos antiguos sabios.

    Durante largo tiempo haban esperado los Magos la venida y encarnacin del Gran Maestro de Maestros profetizado haca muchos siglos por algunos hierofantes de las rdenes msticas, y cada generacin esperaba ser testigo presencial de la venida. Se les haba dicho que los astros anunciaran la efectividad del suceso, con arreglo a la alta astrologa, y as lo comprender quien haya estudiado nuestra fragmentaria astrologa moderna. Por lo tanto, esperaban los Magos y escrutaban el cielo en busca del signo.

    Las tradiciones de las rdenes ocultas nos informan de que por fin observaron los Magos una peculiar conjuncin de planetas: primero la de Saturno y Jpiter en la constelacin de Piscis, a los que despus se aadi Marte, de modo que los tres planetas en relativa posicin ofrecan un sorprendente e inslito espectculo de profundo significado astrolgico. Ahora bien, como saben todos los astrlogos antiguos y modernos, la constelacin de Piscis presida la existencia nacional de Judea. Al observar los Magos la profetizada conjuncin de los planetas en la constelacin relacionada con Judea, as como la situacin de los dems planetas, infirieron de la observacin dos sucesos:

    1 Que haba nacido el Mesas.2 Que haba nacido en Judea segn indicaba la constelacin en que ocurra la

    conjuncin.

    Y despus de calcular exactamente el momento de la conjuncin emprendieron su largo viaje a Judea en busca del Maestro de Maestros.

    Los documentos astrolgicos conservados por las ocultas fraternidades orientales en sus monasterios, etc. comprueban que pocos aos antes de la era cristiana ocurri dicha conjuncin planetaria en la constelacin simblica de los destinos de Judea, que indicaba la encarnacin o avatar de la Gran Alma divina, del Maestro de Maestros, del Mstico de los Msticos. Conviene advertir que los individuos de dichas rdenes no profesan el cristianismo y los cristianos vulgares los llamaran paganos, por lo que su testimonio es imparcial y sin tendencias partidistas en favor del cristianismo.

    Adems, los clculos de la moderna astronoma demuestran indiscutiblemente que en el ao 747 de la fundacin de Roma (siete antes de la era cristiana), los planetas Saturno y Jpiter estuvieron en conjuncin en la constelacin de Piscis, y que a ellos se aadi el planeta Marte en la primavera del ao 748.

    El famoso astrnomo Kepler traz por vez primera este clculo el ao 1604, Y lo han corroborado los clculos modernos. A quienes objetan que todo esto ocurri siete aos antes de la fecha comnmente aceptada para el nacimiento de Cristo, les diremos que todas las obras modernas sobre la cronologa del Nuevo Testamento, Y todas las enciclopedias y tratados referentes al asunto, demuestran que de los primeros clculos resultaron algunos aos ms de los del cmputo vulgar, y que otros sucesos mencionados en los evangelios, como el del empadronamiento que llev a Jos y Mara a Beln, capacitan a los modernos exgetas para fijar la fecha del nacimiento de Cristo seis o siete anos antes de la comnmente aceptada. As es que las modernas

    9

  • investigaciones corroboraron plenamente los cmputos astrolgicos y las msticas tra-diciones.

    De lo expuesto se infiere que la visita de los Magos estuvo en correspondencia con los signos astrolgicos en cuya interpretacin eran adeptos y maestros. Conocida esta verdad cun pueril y mezquino resulta el mito de la estrella ambulante de la comnmente aceptada versin exotrica! Y las descripciones y pinturas de los Magos guiados por un movible cuerpo celeste que viaja a travs del firmamento hasta detenerse sobre la choza de Jos, con que se llena la mente de los chicos de las escuelas, deben echarse en el mismo cesto de papeles rotos donde ya estn las estampas bblicas un tiempo tan populares, que representaban a Jehov en figura de un viejo calvo, con larga barba blanca y cubierto de flotante tnica. Es extrao que haya aumentado el nmero de escpticos, de infieles y de burlones de las verdades espiri-tuales, cuando se les puso en el dilema de creer en semejante patraa o condenarse eternamente? Y no es esta conexin de la astrologa con el primitivo cristianismo una repulsa a la moderna Iglesia cristiana que escarnece la ciencia astrolgica en sus rela-ciones con los sucesos de este mundo y la tilda de grosera supersticin, propia tan slo de mentecatos e ignorantes?

    Nuestra descripcin de los Magos esclarece la idea tenida primitivamente por fbula irrisoria, propia tan slo de chiquillos que la escuchaban gozosos a causa de su intuitiva percepcin de toda subyacente verdad. Y la mstica versin capacita a los adultos para gozarse en el relato lo mismo que los nios.

    Sobre el particular, dice la Nueva Enciclopedia Internacional:Algunos Padres de la Iglesia arguyen contra las enseanzas de la antigua

    astrologa, mientras que otros las aceptaban con determinadas modificaciones, pues realmente formaban parte de los fundamentos de su religin en el relato evanglico de la visita a Beln de los Magos de Oriente, quienes eran magos o astrlogos caldeos.

    Tal es el testimonio de todos los autores que han tratado de este asunto; y, sin embargo, pocos lo conocen.

    Para comprender la importancia del acontecimiento que llev a los Magos a Beln, conviene advertir que la venida del Maestro fue un tema favorito de especulacin y discusin en las ocultas y msticas corporaciones de todos los pases orientales. Se haba profetizado en todas las lenguas que vendra al mundo un excelso Maestro, un avatar o encarnacin de la Divinidad en forma humana, para salvar al mundo del materialismo que lo amenazaba. Las Escrituras Sagradas de la India, Persia, Caldea, Egipto, Media, Asiria y otros pases haban vaticinado desde muchos siglos antes este acontecimiento, y todos los msticos y ocultistas anhelaban el da en que apareciese el Maestro. Tambin tenan los judos muchas tradiciones referentes al advenimiento del Mesas que haba de nacer de la estirpe de David en Beln, y crean que estaba destinado a ser un poderoso rey terrenal para librar a Israel del yugo romano. As es que las msticas y ocultas fraternidades orientales consideraron las tradiciones judas de inferior importancia, pues para los msticos y ocultistas sera el avatar o encarnacin de la Divinidad, un Dios en forma humana que se posesionara de su sede como Gran Maestro de la Gran Logia Universal de los msticos. Sera el descenso del puro Espritu a la materia. Seguramente era este concepto mucho ms elevado que el de los judos.

    De lo dicho se infiere el porqu los Magos buscaban con tanto ardor y entusiasmo al recin nacido infante. Tuvieron que recorrer muchas leguas y tardaron cosa de un ao en el viaje. Llegaron a Beln cuando ya haca un ao del nacimiento de Cristo y de la conjuncin planetaria que les determin a emprender el viaje.

    10

  • No buscaban a un recin nacido, como generalmente se cree, sino a un nio nacido un ao antes2.

    Al fin, despus de largo y fatigoso viaje por cuestas y llanos, montaas y desiertos, llegaron los Magos a Jerusaln e inquirieron diligentemente el paradero del Maestro de Maestros, el Prometido cuya venida se haba profetizado durante siglos en los pue-blos orientales. Los judos a quienes los Magos preguntaron, aunque desconocedores de las predicaciones referentes a un Maestro mstico o avatar de la Divinidad, estaban enterados de las profecas relativas al advenimiento del Mesas hebreo y se figuraban que de este esperado rey terrenal de los judos pedan noticias los Magos. As es que derramaron la voz de que los Magos haban venido de Oriente a Jerusaln en busca del Mesas, del rey de los judos que deba librar a Israel del yugo romano. El Evangelio de San Mateo nos dice:

    Oyendo esto, el rey Herodes se turb, y toda Jerusaln con l (Mateo 2, 3).Era natural que se turbase Herodes, si se tiene en cuenta que los judos esperaban

    la venida de un Mesas que haba de heredar el reino; y as fue que congreg a los prncipes de los sacerdotes y a los escribas de Jerusaln y les mand que le refiriesen los pormenores atinentes a las profecas relacionadas con el Mesas, y en dnde esperaban que naciese. Los sacerdotes y escribas respondieron: En Beln de Judea; porque as est escrito por el profeta...".

    Al escuchar el astuto Herodes el testimonio de los sacerdotes y escribas, temeroso de que si se cumpla aquel antiguo vaticinio hebreo le costara la corona, llam a los Magos a su palacio, y en consulta privada inquiri de ellos el objeto de su diligente investigacin. Y cuando los Magos le dijeron lo del signo astrolgico, excitse todava ms el rey Herodes con vivos deseos de saber dnde estaba el peligroso nio. Pregunt Herodes a los Magos cundo haban visto la estrella, pues sabiendo la fecha de su nacimiento podra serie ms fcil encontrar al nio de Beln (vase Mateo 2, 7). Enterado Herodes de ello, les dijo a los Magos que fuesen a Beln para encontrar al nio que buscaban, y aadi astutamente: y cuando le hallis, hacdmelo saber, para que yo tambin vaya y le adore.

    As disimulando hbilmente su intencin de apoderarse del nio y matarlo, procur Herodes valerse de los Magos como de pesquisidores, fingiendo compartir su deseo de encontrar al divino nio.

    Llegaron los Magos a Beln y preguntaron diligentemente por los nios nacidos en la poca de la conjuncin planetaria. Por supuesto que haban nacido varios nios en aquel mismo mes y fue la investigacin difcil. Pero no tardaron en or rumores acerca de un nio que les haba nacido a unos forasteros llegados a Beln por aquel tiempo y cuyo nacimiento estuvo acompaado de un extrao suceso, segn refiere el Evangelio de San Lucas (2, 8-20), quien dice que cuando Jess naci en el pesebre, unos pas-tores que durante la noche velaban sus rebaos, vieron un ngel ante ellos y la gloria del Seor los rode de resplandor. El ngel les dijo que no temieran porque les vena a dar nuevas de gran gozo, pues haba nacido aquella noche en la ciudad de David un Salvador, el Seor ungido. Y el ngel les dio por seal que hallaran al nio envuelto en paales y acostado en un pesebre. Y repentinamente apareci con el ngel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios y decan: Gloria a Dios en

    2 El lector puede consultar cualquier obra de exgesis moderna para comprobar la veracidad de esta afirmacin. Las lminas de los textos escolares en que aparecen los Magos adorando a un nio recin nacido en un pesebre son tan apcrifas como las otras ya mencionadas. Los Magos no tuvieron nada que ver con el pesebre, porque segn vetemos ms adelante, Jos y Mara se alojaron en una casa de Beln.

    11

  • las alturas, y en la tierra paz y buena voluntad para con los hombres! Y los pastores fueron a la ciudad e hicieron notorio lo que se les haba dicho del nio, por lo que tanto el nio como sus padres fueron objeto de ms o menos inters pblico.

    Cuando los Magos comenzaron sus investigaciones se les inform a su tiempo de aquel singular suceso, y visitaron la casa de Jos y Mara y vieron al nio. De las preguntas que formularon a los padres, coligieron que el nacimiento del nio haba coincidido exactamente con el signo astrolgico. Entonces trazaron el horscopo del nio y observaron que la visin de los pastores coincida con su mgica ciencia, y que realmente aquel nio era el Ser a quien durante siglos haban esperado los msticos y ocultistas orientales. Haban encontrado al Maestro! El Nio del signo estelar estaba ante ellos.

    Entonces, los adeptos, maestros y hierofantes, hombres egregios en sus respectivas tierras, se postraron en el suelo ante el nio, y le saludaron con el ceremonial debido nicamente al excelso Maestro oculto de los Maestros, que vena a ocupar el trono del Gran Maestro de la Gran Logia. Pero el nio nada saba de esto, y se limitaba a sonrer dulcemente a aquellos extranjeros pomposamente vestidos, y les alargaba sus tiernas manecitas. Pero la tradicin oculta afirma que con los dedos de la diestra extendidos hacia los Magos, hizo el nio inconscientemente el mstico smbolo de la oculta bendicin de los maestros y hierofantes (ahora usada por el Papa en la bendicin papal) y dio a sus adorantes la bendicin de Maestro. De esta suerte dio el tierno Maestro de Maestros su primera bendicin recada en sus discpulos y fervorosos adoradores.

    Pero su trono no era entonces el de la Gran Logia, sino otro an ms excelso: el regazo de una Madre.

    Los Magos hicieron entonces las msticas y simblicas ofrendas al nio: oro, incienso y mirra. Le ofrendaron oro como tributo pagado a un rey. Le ofrendaron incienso como smbolo de adoracin, pues era el pursimo y rarsimo incienso usado por las fraternidades y rdenes ocultas y msticas en sus ritos y ceremonias, cuando contemplaban el sagrado smbolo del Absoluto Seor del Universo. El tercero y ltimo smbolo fue la mirra, que en el oculto y mstico simbolismo denota la amargura de la vida mortal. La mirra amarga y punzante, pero al propio tiempo aromtica y asptica, daba a entender que aquel nio, aun que esencialmente divino, tena cuerpo y mente mortales y deba experimentar el amargo sabor de la vida. Ciertamente la mirra simblica es apropiadamente la vida mortal porque tiene virtud asptica para evitar la corrupcin y, sin embargo, amarga y pica. El oro, el incienso y la mirra eran una profeca, un smbolo, una revelacin de la vida del Hijo del Hombre en quien el puro Espritu moraba. Verdaderamente eran sabios aquellos Magos!

    Cumplidos sus ritos y ceremonias se marcharon de Beln los Magos; pero no olvidaron al nio y tuvieron noticia de l hasta volverlo a ver. Parecer extraa esta afirmacin, porque nada dicen los evangelios de esta segunda entrevista y silencien algunos aos de la vida de Jess. Sin embargo, los registros y tradiciones de los msticos orientales estn llenos del conocimiento esotrico de dichos aos, segn veremos ms adelante. Aunque de l se haban despedido los Magos, fue creciendo el Nio bajo su amorosa solicitud y desenvolvindose en cuerpo y mente.

    Advertidos los Magos por revelacin en sueos de que no volviesen al astuto y artero Herodes, regresaron a su tierra por otro camino (Mateo 2, 12).

    En vano aguard Herodes la vuelta de los Magos, y al saber que se haban marchado sin verle, orden cruelmente el degello de todos los nios menores de dos aos nacidos en Beln y sus alrededores. Calcul Herodes que haban transcurrido dos

    12

  • aos desde la aparicin del signo astrolgico de que le haban hablado los Magos. El Evangelio de San Mateo, segn la versin llamada Vulgata, dice sobre el particular:

    Herodes entonces, como se vio burlado por los Magos, se enoj mucho, y mand matar a todos los nios menores de dos aos que haba en Beln y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que haba inquirido de los magos.

    Herodes trataba de matar al temido Mesas, al rey de los judos, que amenazaba destronarle, matando a todos los nios nacidos en Beln desde el astrolgico indicio sealado por los Magos.

    Pero fracas aquella maquinacin, porque un ngel avis a Jos en sueos3, dicindole que con la madre y el nio huyeran a Egipto y permaneciesen all hasta la muerte de Herodes. Y as Jos, Mara y Jess, huyendo de la clera de Herodes, ocultamente se marcharon a Egipto.

    La tradicin oculta nos ensea que con el oro ofrecido por los Magos, quienes les dijeron a los padres que lo guardaran para el nio, pudieron aquel pobre carpintero y su familia costearse el viaje a una tierra extraa, fugitivos y sin probabilidades de ganar dinero durante el viaje. As el oro de aquellos msticos ocultistas salv de la matanza al Fundador del Cristianismo. Cun miserablemente ha pagado la cristiandad esta deuda si consideramos las persecuciones de que en toda poca ha sido objeto por los sedicentes cristianos a quienes llaman paganos orientales!

    Y tengamos en cuenta que con el oro de los Magos fueron Jos, Mara y Jess a Egipto, la sede del misterio y del ocultismo, la tierra de Isis! Haba de ser un apropiado lugar de reposo para el Gran Maestro Oculto. Y la tradicin oculta nos informa tambin de que una noche, rendida la familia por las fatigas del largo viaje, pernoctaron en el paraje de la esfinge y las pirmides. Y que la Madre y el Nio reposaron entre las garras delanteras de la esfinge que los mantuvo salvos y seguros, mientras que Jos se tendi ante ellos en la base del coloso para guardarles el sueo. Qu escena! El Maestro, en la infancia, protegido por la esfinge, el antiguo emblema y smbolo ocultista, y cerca de all, erguidas como potentes y vigilantes centinelas, las pirmides de Egipto, la obra maestra de los msticos egipcios, cada una de cuyas lneas y medidas simboliza una esotrica enseanza... verdaderamente el cristianismo se meci en el regazo del misticismo!

    Las enseanzas msticas son las eficacsimas reconciliadoras de la fe y la razn.

    LECCIN II

    EL MISTERIO DE LA VIRGINIDAD

    Uno de los puntos de contradiccin entre la teologa dogmtica por una parte, y por otra el racionalismo, la alta crtica y la mitologa comparada es el del virginal nacimiento de Jess. Acaso logremos mostrar ms claramente los puntos diferenciales, exponiendo los opuestos conceptos y revelando despus las tradiciones conservadas sobre el asunto por las ocultas fraternidades y corporaciones. Podemos exponer imparcialmente las distintas opiniones porque nos apoyamos en las enseanzas ocultas con la conviccin de que estamos situados independientemente y muy por encima de la lucha entablada entre las dos escuelas de telogos cristianos. Esperamos que el lector reserve su Juicio hasta completar en esta leccin el estudio del asunto. Creemos que las enseanzas ocultas han de dar la clave del misterio y

    3 Segn saben los ocultistas, este ngel fue la forma astral de uno de los Magos

    13

  • conciliar los dos distintos puntos de vista teolgicos que amenazan dividir las iglesias en dos campos:

    1 El de los telogos ortodoxos.2 El de los adheridos al concepto racionalista y de alta crtica.

    La escuela teolgica ortodoxa que sostiene la virginidad de Mara antes del parto, en el parto y despus del parto en que naci Jess, y cuyas enseanzas aceptan por fe los fieles, se expresa como sigue:

    Mara, una joven doncella de Judea, se despos con Jos, carpintero de Nazaret en Gali1ea. Antes de consumar el matrimonio le anunci una visin anglica que concebira milagrosamente un hijo a quien ella dara nacimiento, el cual reinara en el trono de David y se le llamara Hijo del Altsimo. Esta enseanza tiene por nico fundamento las afirmaciones contenidas en los evangelios de Mateo y Lucas, y dice:

    Y el nacimiento de Jesucristo fue as: Estando desposada Mara su madre con Jos, antes que se juntasen, se hall que haba concebido del Espritu Santo.

    Y Jos su marido, como era justo, y no quera infamada, quiso dejarla secretamente.

    Y pensando l en esto, he aqu un ngel del Seor le apareci en sueos, y le dijo: Jos, hijo de David, no temas recibir a Mara tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espritu Santo es.

    Y dar luz a un hijo, y llamars su nombre Jess, porque l salvar a su pueblo de sus pecados.

    Todo esto aconteci para que se cumpliese lo que fue dicho por el Seor por medio del profeta, cuando dijo:

    He aqu, una virgen concebir y dar luz a un hijo, y llamar su nombre Emmanuel, que traducido es: Dios con nosotros.

    Y despertando Jos del sueo, hizo como el ngel del Seor le haba mandado, y recibi a su mujer.

    Pero no la conoci hasta que dio a luz a su hijo primognito; y le puso por nombre Jess (Mateo 1,18-25).

    Al sexto mes el ngel Gabriel fue enviado de Dios a una ciudad de Gali1ea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varn que se llamaba Jos, de la casa de David; y el nombre de la virgen era Mara.

    Y entrando el ngel a donde ella estaba, dijo: Salve, muy favorecida! El Seor es contigo; bendita t entre las mujeres.

    Mas ella, cuando le vio, se turb por sus palabras, y pensaba qu salutacin sera sta.

    Entonces el ngel le dijo: Mara, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.

    Y ahora concebirs en tu vientre, y dars a luz un hijo, y llamars su nombre Jess.ste ser grande, y ser llamado Hijo del Altsimo; y el Seor Dios le dar el trono

    de David su padre; y reinar sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendr fin.

    Entonces Mara dijo al ngel: Cmo ser esto? pues no conozco varn.

    14

  • Respondiendo el ngel, le dijo: El Espritu Santo vendr sobre ti, y el poder del Altsimo te cubrir con su sombra; por lo cual tambin el Santo Ser que nacer, ser llamado Hijo de Dios (Lucas 1, 26-35).

    Tal es la enseanza comnmente aceptada por la ortodoxa teologa cristiana. Est contenida en los dos credos principales de las iglesias cristianas y declarada artculo de fe por la mayora de las iglesias ortodoxas.

    En el Credo de los apstoles, formulado hacia el ao 500 de la era vulgar y que segn se afirma fue modificacin de otro credo anterior est expuesta la doctrina en estos trminos:

    ... y en Jesucristo, su nico Hijo, nuestro Seor, que fue concebido por obra del Espritu Santo y naci de la Virgen Mara...

    En el credo de Nicea, que data del ao 325, se expone as la doctrina:

    ... y en el Seor Jess Cristo, el unignito Hijo de Dios, engendrado por su Padre... y encarnado por el Espritu Santo de Mara Virgen...

    Tal es la enseanza firmemente mantenida como de fe por las iglesias ortodoxas de hoy da, aunque no siempre fue as, porque este punto de doctrina suscit muchas discusiones y discrepancias de opinin en los primeros siglos de la Iglesia, hasta que la actual enseanza prevaleci contra las adversas y fue aceptada ms all de toda duda y discusin por los cristianos ortodoxos.

    Pero en nuestros tiempos hay en las iglesias cristianas muchos hombres de talento que no aceptan la doctrina tal como est expuesta, y la voz de la alta crtica resuena cada da ms potente en el mundo, de suerte que muchas enseanzas incuestionable, mente aceptadas por los laicos las abandonan los clrigos, aunque mantienen su discrepancia en discreto silencio. Pero aqu y all se oyen valerosas voces que declaran explcitamente lo que su razn y su conciencia les dictan. Consideremos estas diversas opiniones.

    Conviene advertir que no simpatizamos con la opinin de los incrdulos para quienes la virginidad de Mara es una leyenda inventada para encubrir el ilegtimo nacimiento de Jess. Semejante parecer no se funda ni en inteligente investigacin ni en severa crtica ni en enseanzas ocultas. La inventaron arbitrariamente los incapaces de aceptar el dogma definido y que al ser expulsados de las iglesias se entretuvieron en trazar un tosco sistema de reconstruccin de la historia bblica. Por lo tanto, prescindiremos de tan arbitrario concepto y pasaremos a examinar las opiniones heterodoxas de los eruditos, y despus consideraremos las enseanzas ocultas.

    En primer lugar, los telogos favorables a la opinin de la alta crtica, al negar la virginidad de Mara se apoyan en los siguientes fundamentos:

    1 La historia de la divina concepcin por una mujer, de un hijo, sin intervencin de padre humano y por milagrosa obra de Dios, se encuentra repetida en las tradiciones, leyendas y creencias de muchas naciones precristianas. Casi todas las religiones orientales, anteriores de muchos siglos al cristianismo, contienen relatos de esta ndole referentes a sus dioses, profetas y caudillos. La crtica sostiene que la historia de la divina concepcin en la Virgen Mara es enteramente copia de las leyendas paganas, y se incorpor a las Escrituras cristianas despus de la muerte de Cristo.

    15

  • 2 La virginidad de Mara no fue doctrina del cristianismo primitivo, sino que se introdujo en las enseanzas a fines del siglo I o principios del II de la era cristiana, segn demuestra la circunstancia de que nicamente dos evangelios, el de San Mateo y el de San Lucas hablan con no mucha extensin del asunto, sin que nada digan los de San Marcos y San Juan, lo cual no hubiera sido posible si la virginidad de Mara fuese ya dogma definido en la primitiva iglesia cristiana. Adems, en ninguna epstola se menciona para nada a la Virgen Mara, y aun el mismo san Pablo guarda absoluto silencio sobre este punto. De esto infieren los contrarios al dogma de la virginidad que no lo conocieron los primitivos cristianos y que no se oy hablar de tal cosa hasta que muchos aos despus se copi de las leyendas paganas.

    En apoyo de esta opinin, segn ya dijimos, alegan que los ms antiguos textos del Nuevo Testamento que conocen los exgetas nada dicen de la virginidad de Mara, y san Pablo, y otros autores no hablan absolutamente de ella.

    3 En los evangelios de San Mateo y San Lucas se descubren evidentes indicios de que los pasajes de referencia se interpolaron posteriormente.

    Consideraremos este ltimo punto segn el criterio de la alta crtica teolgica, dentro del mismo seno de la Iglesia.

    Consideremos primeramente el Evangelio de San Mateo. La generalidad de la gente cree que este evangelio lo escribi palabra por palabra el apstol san Mateo de su puo y letra durante su ministerio. Sin embargo, los clrigos eruditos reconocen que no fue as, segn puede comprobarse por las obras tea lgicas publicadas en estos ltimos aos o por una buena enciclopedia. Los investigadores han hecho diligentes indagaciones en averiguacin de los probables autores de los libros del Nuevo Testamento, y sus informes sorprendern a muchos cristianos desconocedores de las circunstancias del caso. Aparte de la tradicin de la costumbre no hay fehaciente testimonio de que san Mateo escribiera, al menos en su actual texto, el evangelio que se le atribuye. Sin profundizar en el argumento de los investigadores (que puede hallarse en cualquiera obra moderna sobre la historia de los evangelios), diremos que segn la opinin generalmente aceptada, el evangelio atribuido a san Mateo es obra de una o varias manos desconocidas, que escribieron en griego a fines del siglo 1, o ms probablemente fue una ampliacin o adaptacin de un texto arameo titulado Sentencias de Jess, que se supone escrito por san Mateo. Es decir, que aun los crticos ms reacios reconocen hoy que el actual Evangelio de San Mateo es una ampliacin adaptada por un texto de san Mateo escrito muchos aos antes. Los crticos ms radicales opinan menos respetuosamente sobre el particular. Por lo tanto, se echa de ver con cuanta facilidad pudo el ltimo amaador interpolar la entonces ya corriente leyenda de la virginidad de Mara tomada de fuentes paganas.

    Otra prueba de la interpolacin aducida por los crticos es que el Evangelio de San Mateo dice que Jos era tan slo el padre putativo del hijo de Mara; y, sin embargo, el mismo evangelio da la genealoga de Jess desde David a Jos, el marido de Mara, para demostrar que Jess era de la Casa de David, de acuerdo con la tradicin mesinica. El captulo primero del Evangelio de San Mateo empieza con las palabras: Libro de la genealoga de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.

    Despus enumera catorce generaciones de Abraham a David; otras catorce desde David a la transmigracin de Babilonia; y catorce ms desde los das de Babilonia hasta el nacimiento de Jess. Los crticos llaman la atencin hacia este recitado de la descendencia de Jess, mediante Jos, de la Casa de David, el cual es uno de los tantos indicios de que el texto original de Mateo se inclina resueltamente a la opinin

    16

  • de que Jess era el Mesas hebreo que haba de reinar en el trono de David, y no una encarnacin de la Divinidad.

    Dicen los crticos que si Jos no hubiese sido el verdadero padre de Jess, no fuera insensato el intento de probar que por Jos descenda de David? Preguntan pertinentemente los crticos: Qu necesidad haba ni qu propsito encerraba la enumeracin de la genealoga de Jos aplicada a Jess, si realmente no era Jess verdadero hijo de Jos?

    Opinan los crticos que el texto original de san Mateo no contena nada acerca del nacimiento virginal de Jess, pues nada saba Mateo de esta leyenda pagana, y as dio la genealoga de Jess desde David y Abraham.

    Si se omiten los versculos 18 a 25 del Evangelio de San Mateo, se advierte en seguida el lgico enlace entre la genealoga y el resto del relato, pues si no se omiten resulta paradjico, contradictorio y ridculo y aparecen los puntos y costuras de la aadidura.

    Pero cabe preguntarse cmo el versculo 23 del primer captulo del Evangelio de San Mateo menciona la profeca mesinica, que seguramente es una directa referencia a la profeca de Isaas 7, 14.

    Examinemos esta llamada profeca,, de la que tanto se ha dicho y en la que tanto se ha visto con referencia al nacimiento de Jess.

    Pero antes veamos las siguientes palabras que la preceden: Y habl tambin Jehov a Acaz diciendo: Pide para ti seal de Jehov tu Dios, demandndola ya sea de abajo en lo profundo, o de arriba en lo alto.

    Y respondi Acaz: No pedir, y no tentar a Jehov. Dijo entonces Isaas: Od ahora, casa de David. Os es poco el ser molestos a los

    hombres, sino que tambin lo seis a mi Dios? (Isaas 7, 10-13).

    Despus sigue la profeca:

    Por tanto, el Seor mismo os dar seal: He aqu que la virgen concebir, y dar a luz un hijo, y llamar su nombre Emmanuel (Isaas 7,14).

    Esta es la profeca citada por el autor del Evangelio de San Mateo, y que durante siglos se ha considerado en las iglesias cristianas como una prediccin del milagroso nacimiento de Jess. En realidad, los telogos sensatos saben que en modo alguno se refiere a Jess dicho pasaje, sino a otro suceso que muy luego veremos; Y fue interpolado en el evangelio con el nico propsito de apoyar la idea del autor.

    Conviene aadir que las ms prestigiosas autoridades afirman que es inexacta la traduccin de la palabra almah por la griega equivalente a virgen en su acepcin usual. La palabra hebrea almah, empleada en el texto original hebreo de lsaas, no significa virgen en la acepcin usual, sino muchacha casadera o nbil, pues los hebreos tenan otra palabra para el ordinario concepto de virginidad. La palabra almah se emplea en otros pasajes del Antiguo Testamento para indicar una doncella, una muchacha, segn se advierte en Proverbios 30, 19, al referirse al rastro del hombre en la doncella.

    Pero dice la alta crtica que no hay necesidad de entrar en discusiones de esta ndole, porque la llamada profeca se refiere a otra cosa completamente distinta. Dicen los crticos que Acaz, dbil rey de Jud, estaba afligidsimo porque Rezn, rey de Siria, y Peka, rey de Israel, se haban coligado contra l y dirigan sus combinadas

    17

  • fuerzas hacia Jerusaln. Movido Acaz de temor trat de aliarse con el rey de Asiria, pero Isaas desaprob esta alianza y reprenda a Acaz por proponerla. El rey estaba muy desazonado por el temor de escuchar los argumentos de Isaas, quien entonces profetiz a la manera de los videntes orientales que, de seguir aquella poltica suicida, quedara el pas devastado y la miseria vinculada en Israel. Sin embargo, dejaba entrever la esperanza de un brillante porvenir cuando se disparan las nubes de la adversidad. Un nuevo y prudente prncipe se levantara para reponer la prstina gloria de Israel. Aquel prncipe nacera de una joven madre y su nombre sera Emmanuel, que significa: Dios con nosotros. Todo esto se refera a sucesos de un futuro razonablemente cercano, sin nada que ver con el nacimiento de Jess algunos siglos ms tarde, quien no haba de ser un prncipe que se sentara en el trono de Israel ni haba de dar gloria y renombre a este pueblo, porque no era tal su misin.

    Varios eruditos hebreos y cristianos han expuesto la opinin de que Isaas aludi al nacimiento de Ezequas.

    No hay prueba alguna en la historia del pueblo judo, correspondiente a los siete siglos interpuestos entre Isaas y Jess, de que los hebreos consideraran dicha profeca de Isaas con referencia al esperado Mesas, sino que por el contrario la creyeron relacionada con un no tan principal suceso de su historia.

    Dice acertadamente un autor judo:En toda la vasta bibliografa juda no hay ni un solo pasaje que d a entender que

    el Mesas haba de ser milagrosamente concebido.Otros autores declararon lo mismo, demostrando que la idea de un nacimiento

    virginal era extraa a la mentalidad juda, pues los hebreos siempre honraron y tuvieron en alta estima la vida matrimonial y miraban a sus hijos como benditos dones de Dios.

    Un autor eclesistico dice: Una fbula como la del nacimiento del Mesas de una virgen podra haber surgido en cualquier parte menos entre los judos, cuya doctrina de la unidad divina abra un infranqueable abismo entre Dios y el mundo, y su alta consideracin por el matrimonio hubiera hecho odiosa semejante idea.

    Otros autores coinciden con esta opinin y dicen que la idea del nacimiento virginal de Jess no fue nunca la que se halla en las profecas hebreas, sino que, procedente de paganos manantiales, fue inoculada en la doctrina cristiana a fines del siglo 1, y la creyeron los cristianos por influencia de los paganos conversos que la encontraban conforme con sus antiguas creencias.

    El reverendo R. J. Campbell, ministro del City Temple de Londres, dice en su Nueva Teologa:

    Ningn pasaje del Nuevo Testamento puede considerarse ni directa ni indirectamente como una profeca del virginal nacimiento de Jess. A muchos les parecer que insistir en esto es lo mismo que vapulear a un espantajo, pero el espantajo an conserva bastante vitalidad.

    El segundo relato del evangelio acerca del nacimiento virginal es el ya citado de San Lucas.

    Mucho se ha discutido acerca del verdadero autor del evangelio atribuido a san Lucas, pero los exgetas estn generalmente acordes en que es el ltimo de los tres evangelios sinpticos y que fuese quien fuese el autor no presenci personalmente los sucesos de la vida de Cristo. Algunos exgetas opinan que el autor fue un gentil, probablemente griego, pues su estilo aventaja en mucho al vulgar por su copioso vocabulario y admirable diccin. Se cree generalmente que la misma mano escribi los Hechos de los Apstoles. La tradicin afirma que el autor fue un tal Lucas,

    18

  • convertido al cristianismo despus de la muerte de Jess, que form parte de la com-paa de san Pablo en el viaje de Troas a Macedonia y comparti el encarcelamiento de ste en Cesrea as como el naufragio del mismo apstol durante su viaje a Roma. Se cree que escribi el evangelio mucho despus de muerto san Pablo, para instruccin de un personaje de calidad, llamado Tefilo, residente en Antioqua.

    Opinan los crticos de alto vuelo que el relato del nacimiento virginal fue interpolado en el texto de san Lucas por un autor subsiguiente o bien que el mismo san Lucas, en su vejez, adopt la idea que ya iba cundiendo entre los cristianos procedentes del paganismo, ya que de esta misma procedencia era san Lucas. Se arguye que como quiera que san Pablo no habla para nada y ni siquiera alude al nacimiento virginal de Jess ni menciona jams a Mara, y siendo san Lucas ntimo amigo y discpulo de san Pablo, debi san Lucas conocer posteriormente la leyenda e insertada en su evangelio si en realidad es todo l obra suya, pues de haberla conocido san Pablo no la hubiera omitido.

    Tambin es de Lucas la genealoga de Jess desde Adn a travs de Abraham, David y Jos. Las palabras segn se crea, puestas entre parntesis en el versculo 23 del captulo 3 de san Lucas, se supone que las interpol en el texto un autor subsiguiente, pues no fuera sensato trazar la genealoga de Jess a travs de un supuesto o putativo padre. El citado versculo dice as:

    Jess mismo al comenzar su ministerio era como de treinta aos, hijo, (segn se crea) de Jos, hijo de El...

    Los exgetas advierten notable diferencia entre la genealoga dada por Lucas y la de Mateo, lo que revela falta de conocimiento por una u otra parte.

    En general, los eruditos consideran sumamente extrao que san Lucas relatara el virginal nacimiento de Jess, puesto que era muy fervoroso discpulo de san Pablo, quien desconoca la leyenda o no hizo caso de ella si la oy referir. Seguramente que un hombre como san Pablo hubiera insistido reiteradamente en tan maravilloso suceso, de haber credo en l o si en su tiempo hubiera formado parte de las enseanzas cristianas. Muy inverosmil es que Lucas escribiera dicho pasaje, y as muchos opinan que es mucho ms seguro aceptar la hiptesis de una posterior interpolacin en el texto de san Lucas, sobre todo si se tiene en cuenta los corroborantes indicios.

    Resumiendo las opiniones de la alta crtica, podemos sealar los puntos en que se apoyan los impugnadores del virginal nacimiento de Jess.

    1 El relato del nacimiento virginal slo se encuentra en el comienzo de dos de los cuatro evangelios, los de san Mateo y san Lucas, y aun en stos el relato denota haber sido interpolado por subsiguientes escritores.

    2 Tanto Mateo como Lucas no vuelven a hablar de la virginidad de Mara despus del relato inserto en la parte introductora de sus evangelios, la cual no hubiesen silenciado si en realidad fuesen ellos los autores del relato y en l creyeran, pues semejante silencio por su parte es contrario a las costumbres de los escritores.

    3 Los evangelios de San Marcos y San Juan no dicen absolutamente nadie sobre este punto. El evangelio ms antiguo de estos dos, el de Marcos, no contiene ni el menor vestigio de la leyenda, y lo mismo cabe decir del de San Juan.

    4 Las dems escrituras del Nuevo Testamento no rezan ni media palabra sobre el particular. El libro de los Hechos de los Apstoles, generalmente atribuido tambin

    19

  • a san Lucas, no dice nada absolutamente del asunto. San Pablo, maestro de san Lucas e insigne escritor de la primitiva Iglesia, o desconoce por completo lo referente al nacimiento virginal de Jess, o si lo conoce nada dice de propsito por desdeado, lo cual es increble en semejante apstol. Pedro, el prncipe de los apstoles, no menciona dicha doctrina en ninguna de sus dos epstolas, lo cual es inconcebible si hubiese conocido la leyenda y credo en ella. El libro del Apocalipsis tampoco dice una palabra sobre una enseanza que tan suma importancia cobr posteriormente en la Iglesia. Los escritos del Nuevo Testamento, a excepcin de los dos breves pasajes ya citados de Mateo y Lucas, guardan asimismo absoluto y significativo silencio sobre el particular.

    5 Hay en los evangelios y en las epstolas muchos versculos que demuestran o que los autores desconocan la leyenda del nacimiento virginal de Jess o que no la aceptaban. Se citan las genealogas de Jos para probar que Jess descenda de David, lo cual depende enteramente de la efectiva paternidad de Jos. A Jess se le llama repetidamente y sin reservas hijo de Jos. Pablo y los dems apstoles sostuvieron firmemente la doctrina de la necesidad de la muerte de Jess, de su resurreccin de entre los muertos, de su ascensin, etc., pero nada dijeron acerca de la necesidad de reconocer que haba nacido de una virgen. Sobre este punto guardan absoluto silencio, aunque tenan sumo cuidado en no omitir ningn punto esencial de la doctrina. Pablo dice que Jess era del linaje de David segn la carne... (Romanos 1,3).

    6 El nacimiento virginal de Jess no constaba en las tradiciones ni en las doctrinas de la primitiva Iglesia, sino que era entonces una idea completamente desconocida. La predicacin y las enseanzas de los apstoles ni siquiera aluden a ella, como puede verse en los Hechos de los Apstoles, donde no era posible omitir un tan esencial punto de doctrina.

    Esta situacin debi de durar hasta cerca del siglo n, cuando comenzaron a infiltrarse las creencias paganas a causa del gran nmero de paganos convertidos.

    7 Hay muchas razones para creer que la leyenda deriv de otras leyendas, pues las religiones de otros pueblos contenan relatos de milagrosos nacimientos de hroes, dioses, profetas, reyes y sabios.

    8 La aceptacin de la leyenda no es ni debe ser prueba de creencia en Cristo y en el cristianismo. As lo demuestra el reverendo doctor Campbell en su Nueva Teologa, al decir:

    La fe en el significado del cristianismo no queda en modo alguno afectada por la doctrina del nacimiento virginal, a no ser porque interpone una barrera entre Jess y el gnero humano y le convierte en algo que no puede llamarse propiamente humano... Como muchos otros, me pareca indiferente aceptar o no la doctrina del nacimiento virginal, porque la consideraba de todo punto independiente del cristianismo; pero reflexionando sobre ello me he convencido de que es un obstculo para la espiritualidad de la religin y la viva fe en Jess. La sencilla y natural conclusin es que Jess fue hijo de Jos y Mara, y tuvo una tranquila niez.

    El telogo alemn Soltau dice sobre el particular:Quien exija que un cristiano evanglico crea en las palabras concebido por obra

    del Espritu Santo y naci de Mara virgen peca contra el Espritu Santo y contra el genuino evangelio transmitido por los apstoles y los cristianos de la era apostlica.

    20

  • Tal es el resumen de la contienda entablada entre la escuela conservadora y dogmatizante de telogos cristianos, por una parte, y por otra la escuela teolgica, tambin cristiana pero liberalmente radical.

    Hemos sealado las posiciones de ambos bandos para que el lector comprenda el problema. Pero antes de considerar las enseanzas ocultas, preguntemos: En vista de las pruebas aducidas contra el nacimiento virginal de Jess, cmo compatibiliza la alta crtica la indudable doctrina de la paternidad de Dios, tan claramente sealada en todo el Nuevo Testamento! Por qu tan frecuente y repetidamente le llama a Jess el Hijo de Dios? Cul era la secreta doctrina subyacente en la divina filiacin de Jess para que las leyendas paganas corrompieran en el dogma teolgico del nacimiento virginal? Tememos no hallar las respuestas en los textos y alegatos de la alta crtica ni en los de los telogos conservadores. Veamos ahora qu luz arrojan las ocultas enseanzas en punto tan oscuro. Hay una doctrina esotrica que explica el misterio.

    En primer lugar, las enseanzas ocultas nada dicen respecto a que el nacimiento fsico de Jess estuviera sealado por milagrosas caractersticas. No las niegan, pero tampoco las declaran y se contraen a decir respecto de Jess que Jos fue su padre y Mara su madre, esto es, que se considera la familia compuesta de padre, madre e hijo, como en el caso anlogo de cualquier otra familia. Las enseanzas ocultas dan, segn veremos, muchos pormenores respecto de la espiritual afiliacin de Jess, sin que nada mencionen acerca de una milagrosa concepcin y nacimientos fsicos.

    Fcilmente comprenderemos por qu la leyenda del nacimiento virginal no ocup la atencin de los ocultistas, si tenemos en cuenta que stos dan poca importancia al cuerpo fsico, excepto cuando lo consideran como templo del espritu y morada del alma. Para los ocultistas, el cuerpo fsico es una envoltura material cuyas clulas constituyentes cambian de forma continua, que sirve de casa al alma del individuo, y, una vez desechado, no es ms que cualquier masa de materia en desintegracin. Saben los ocultistas que el alma existe separada del cuerpo, no slo despus de la muerte fsica, sino aun durante la vida terrena, cuando acta en el mundo astral y otros casos anlogos. De muy diversas maneras es natural para los ocultistas considerar el cuerpo fsico como una envoltura que se ha de tratar con cuidado, usada debidamente y despus desechada a voluntad o cambiada por otra.

    De lo anteriormente expuesto se infiere sin dificultad que, cualquier doctrina segn la cual el absoluto Dios cobijar el humano cuerpo de una mujer y determinar en ella la concepcin de un hijo, resultara grosera, brbara, innecesaria y contraventora de las naturales leyes establecidas por la Causa de las causas. El ocultista ve en la concepcin de todo ser humano la obra de la divina Voluntad y en toda concepcin y nacimiento un milagro. Pero en roda ello ve la accin de la ley natural, porque cree que la divina Voluntad siempre opera segn las leyes naturales, de modo que lo en apariencia milagroso es resultado de la actuacin de alguna ley, generalmente desconocida. Pero el ocultista no conoce ninguna ley capaz de determinar la concepcin ms que la del proceso fisiolgico.

    En suma, el ocultista no considera el cuerpo fsico de Jess como si fuese el mismo Jess, pues sabe que el verdadero Jess es algo mucho ms que su cuerpo; y por consiguiente, no ve mayor necesidad de una milagrosa concepcin de su cuerpo que la de una milagrosa confeccin de sus vestidos. El cuerpo de Jess era tan slo sustancia material. El verdadero Jess era espritu. Los ocultistas no consideraban a Jos como el padre del verdadero Jess, pues ningn ser humano puede engendrar o crear un alma. As es que el ocultista no ve razn para aceptar la antigua doctrina

    21

  • pagana del fsico nacimiento virginal que procedente de extraas fuentes se desliz en el cristianismo. Para el ocultismo hay un nacimiento virginal de muy diferente ndole, segn vamos a ver.

    Sin embargo, no lo crean as las gentes que a fines del siglo 1 se agolparon como borregos en las filas del cristianismo, procedentes de los pueblos gentiles, y trajeron con ellos las leyendas y doctrinas de sus respectivas religiones. Aquellas gentes crean que el cuerpo es el verdadero hombre, y por lo tanto le daban suma importancia. Eran casi materialistas a causa de su pagano concepto de la vida. Empezaron a influir en el corto nmero de cristianos primitivos y no tardaron las doctrinas originales en quedar sofocadas bajo el peso de las paganas. Por ejemplo, no comprendieron las hermosas ideas que sobre la inmortalidad profesaban los primitivos cristianos, quienes sostenan que el alma sobrevive a la muerte y desintegracin del cuerpo. No entendan esta verdad trascendental ni conocan el significado de la palabra alma, por lo que introdujeron la doctrina de la resurreccin del cuerpo fsico. Crean que en un tiempo futuro llegada un gran da en que los muertos resucitados de sus tumbas volveran a vivir. Muy penosa es la tosquedad de esta idea, comparada con la hermosa doctrina de la inmortalidad del alma mantenida por los primitivos cristianos y por los discretos de hoy da. Y sin embargo, aquellos paganos convertidos sofocaron las verdaderas enseanzas con su grosera doctrina de la resurreccin del cuerpo.

    Aquellas gentes no eran capaces de comprender cmo poda vivir un hombre sin cuerpo fsico, y para ellos la vida futura significaba la resurreccin de sus cuerpos, muertos que viviran de nuevo. Segn ellos, los cuerpos muertos permaneceran en tal estado hasta el Gran Da, en que volveran a vivir. No hay entre tales gentes enseanza alguna relativa al alma que deja el cuerpo para vivir en planos superiores. Nada de esto saban aquellas gentes, incapaces de tan altas ideas e ideales, porque eran materialistas y estaban identificados con sus queridos cuerpos animales, y crean que milagrosamente recobraran la vida sus cuerpos muertos en un tiempo futuro, cuando volviesen a vivir en la tierra.

    Si consideramos el moderno conocimiento relativo a la naturaleza de la materia y que la constituyente hoy del cuerpo de una persona puede maana formar parte del de otra, pues la materia se est transmutando y retransmutando continuamente para for-mar los cuerpos de los hombres, animales y plantas y constituir los gases qumicos, y las combinaciones de los cuerpos inorgnicos, resulta la resurreccin del cuerpo lastimoso desvaro de la mente de un primitivo e ignorante pueblo y en modo alguno una enseanza espiritual. Desde luego que cabra la duda de que tal cosa se les enseare a los cristianos de aquel tiempo, a no ser por los fidedignos testimonios histricos y la huella que esta enseanza dej en el llamado Credo de los Apstoles en la frase que dice: creo en la resurreccin de la carne que diariamente se reza en las iglesias, pero que ya apenas se ensea hoy da y muy pocos cristianos la creen, pues la mayora la desconocen o niegan.

    Dice el doctor James Beattie:Aunque el gnero humano ha tenido siempre la creencia en la inmortalidad del

    alma, la resurreccin del cuerpo fue una doctrina peculiar del primitivo cristianismo. Y declara S. T. Coleridge:Algunos de los ms influyentes autores cristianos de los primeros tiempos fueron

    materialistas, pues enseaban que el alma era material y corprea. Parece que en aquel entonces eran pocos los creyentes en la inmaterialidad del alma segn el concepto de Platn y otros filsofos; pero los telogos cristianos ortodoxos tildaban esta idea de impa y contraria a las Escrituras. Justino Mrtir arguy en contra de la naturaleza

    22

  • platnica del alma. Y aun algunos autores de ms cercana poca no han vacilado en adherirse a la opinin de los primitivos ortodoxos. As dice el doctor R. S. Candlisch: "Volveremos a vivir en el cuerpo, en este nuestro cuerpo, con todas las esenciales propiedades y para todos los propsitos prcticos del en que ahora vivimos. Yo no he de vivir como un fantasma, un espectro o un espritu, sino que entonces vivir como vivo ahora en el cuerpo"

    La Iglesia primitiva insisti con tanto empeo en la doctrina de la resurreccin de la carne, porque la esotrica escuela de los gnsticos sostena lo contrario, y el partidista espritu de la mayora los empuj al extremo opuesto, hasta que rotundamente negaron toda otra idea e insistieron en la resurreccin y reviviscencia del cuerpo fsico. Masa pesar de que la oficial adopcin de esta grosera teora fue perdiendo poco a poco su valimiento, aunque todava persiste su sombra en las palabras del credo, su espritu se retrajo y desvaneci ante la progresiva idea de la inmortalidad del alma que vuelve una y otra vez al mundo hasta lograr la victoria.

    Dice el profesor Nathaniel Schmidt, en su artculo sobre el particular en una prestigiosa enciclopedia: ...La doctrina de la natural inmortalidad del alma humana fue parte tan importante del pensamiento cristiano, que el dogma de la resurreccin de la carne fue perdiendo su viril significado y no est incluido en ninguno de los sistemas filosficos trazados por los pensadores cristianos en los tiempos modernos. Sin embargo, la Iglesia contina repitiendo las ya insulsas palabras: creo en la resurreccin de la carne. Aunque en realidad nadie cree en ella, su recitado y la declaracin de fe es todava indispensable requisito para el ingreso en la Iglesia cristiana. De tal modo persisten las ideas y frmulas entre los vivientes.

    De lo dicho se infiere fcilmente por qu los primitivos cristianos de fines del siglo I daban tanta importancia a la concepcin y nacimiento fsico de Jess, pues para ellos el cuerpo fsico de Jess era el mismo Jess. Lo dems es pura consecuencia, incluso el nacimiento virginal y la resurreccin fsica. Confiamos en que el lector haya comprendido esta parte del tema.

    Hemos conocido muy devotos cristianos que se estremecan a la idea de que Jess hubiese nacido como los dems hombres de un padre y una madre humanos. Se figuraban que esto tena toques de impureza. Semejante idea deriva del prejuicio que disputa por impuro cuanto se refiere a la santidad de las funciones naturales en que todo es puro. Cunta perversin de criterio supone el tildar de impuras las sagradas paternidad y maternidad humanas!

    El hombre verdaderamente espiritual ve en la divina trinidad de Padre, Madre e Hijo, algo que le da al hombre un vislumbre de su divina naturaleza, que con el tiempo despertar en la humanidad. Cada uno de los hechos de la vida de Jess simboliza y es tipo de la vida individual de cada alma y de toda la humanidad.

    Todos tenemos nuestro huerto de Getseman, a todos nos crucifican y ascendemos a los planos superiores. Tal es la oculta enseanza del nacimiento virginal de Jess. No es ms valiosa y al menos un concepto de la mente humana muy superior a la leyenda del virginal nacimiento fsico?

    En sucesivas lecciones expondremos los pormenores de las enseanzas ocultas referentes a la divina naturaleza de Cristo, o sea el Espritu encarnado en forma humana, y entonces se ver ms claramente la ndole espiritual del virginal nacimiento de Jess.

    A los cristianos primitivos se les instruy en la verdad relativa al nacimiento virginal, aunque slo a los bastante inteligentes para comprenderla. Pero despus de la muerte de los principales instructores, los que les sucedieron mostraron excesivo celo

    23

  • en convertir a los gentiles, cuya influencia se fue poco a poco sobreponiendo a las originales enseanzas, y el virginal nacimiento fsico de Jess y la resurreccin de la carne se declararon artculos de fe y de vital importancia por los ortodoxos dog-matizantes. Se han necesitado siglos de lucha mental y de espiritual desenvolvimiento para que la Luz de la verdad iluminara este oscuro punto de la fe; pero la obra est ya en libre marcha y las ms esclarecidas mentalidades de dentro y fuera de la Iglesia cristiana, ya empiezan a desechar la vieja leyenda como una gastada reliquia de los tiempos en que las nubes de la ignorancia eclipsaban la Luz de la Verdad.

    Terminaremos la leccin transcribiendo el siguiente pasaje del eminente telogo doctor Campbell, en su Nueva Teologa.

    Pero por qu vacilar en este asunto? La grandeza de Jess y la vala de su revelacin al gnero humano no se acrecientan ni disminuyen en modo alguno por la manera de venir al mundo.

    Todo nacimiento es precisamente tan admirable como pudiera ser un nacimiento virginal, y tan directa obra de Dios. Una concepcin sobrenatural no tiene nada que ver con la vala moral y espiritual de la entidad que se supone viene al mundo de tan inslita manera.

    Quienes persistan en tal doctrina corrern el peligro de tener que probar demasiado, porque apremiados por la lgica conclusin, excluyen a Jess de la real categora de la humanidad.

    Esperamos que la alta crtica llegue a conocer las verdades de las enseanzas ocultas que proporcionan la perdida clave y favorecen la conciliacin de cmo y por qu Jess es verdaderamente EL HIJO DE DIOS, engendrado y no creado, consustancial con el Padre, una partcula de pursimo Espritu tomada del Ocano del Espritu y libre del karma de pasadas encarnaciones. Era humano y sin embargo ms que humano.

    LECCIN III

    LA MSTICA JUVENTUD DE JESS

    La historia esotrica de la juventud de Jess es poco o nada conocida de las iglesias, que slo poseen la cscara, propiedad de las masas, mientras que el meollo de la verdad es de unos cuantos elegidos. Las tradiciones de las msticas fraternidades y rdenes ocultas han conservado intacta la historia cuya esencia vamos a exponer.

    Al final de nuestra primera leccin dejamos a Jos, Mara y el nio Jess en Egipto, a donde haban huido de la clera del tirano Herodes, y hasta cuya muerte moraron all.

    Volvise entonces Jos con su mujer y su hijo a su tierra, y por razones que ignoran los familiarizados con las tradiciones, decidi Jos no establecerse en Judea sino encaminar sus pasos hacia la costa y acomodarse de nuevo en Nazaret, donde haba conocido y desposado con Mara. As transcurri la niez de Jess en Nazaret, la pequea ciudad montesina y segn la tradicin oculta todos los aos reciba la familia, de manos de encubiertos mensajeros de los Magos, donativos en oro que aliviaban su pobreza.

    Refiere la tradicin que a los cinco aos de edad comenz Jess el estudio de la ley de Moiss, y que mostr mucho talento y rara habilidad, no slo en el dominio de la letra, sino tambin en el del espritu de las Escrituras hebreas, de suerte que

    24

  • aventaj en mucho a sus condiscpulos. Asimismo refiere la tradicin que desde muy temprano le disgust el rido formalismo de sus instructores hebreos, con viva tendencia a penetrar derechamente en el corazn de los textos y discernir el espritu que los animaba, con lo cual se concit frecuentemente las censuras de sus instructo-res, que aferrados a la letra desdeaban el espritu de las enseanzas.

    Nazaret era una poblacin chapada a la antigua y tanto ella como sus habitantes eran el blanco de las mofas y chacotas de las gentes de Judea. La palabra nazareno era sinonima de patn, palurdo, majagranzas, etc., para los habitantes de ms cultas comarcas. Lo apartado de la ciudad la separaba tambin del resto del pas; pero este apartamiento influy notablemente en la infancia y juventud de Jess. A causa de su peculiar situacin, era Nazaret punto de trnsito de varias caravanas, y gentes de diversos pases pasaban por la ciudad y en ella pernoctaban o se detenan durante algunos das. Viajeros procedentes de Samaria, Jerusaln, Damasco, Grecia, Roma, Arabia, Siria, Persia, Fenicia y otras tierras se mezclaban con los nazarenos. y la tradicin refiere que el mismo Jess conversaba secretamente con los viajeros versados en la sabidura oculta y fue asimilando sus enseanzas hasta quedar instruido en ellas tan completamente como siglos despus lo estuvieron los msticos medioevales. Aade la tradicin que a menudo dejaba el nio asombrados a los viajeros ocultistas con su intuicin de la doctrina secreta, de suerte que los ms sabios de ellos, al ver cun despierto e inteligente era el nio, prolongaban a propsito su estancia en Nazaret para ampliar los ocultos conocimientos que ste ya posea. Por otra parte, los Magos encargaban a algunos de estos viajeros que no dejasen de instruir al nio de Nazaret en las verdades para cuya comprensin estaba ya dispuesto.

    As fue creciendo Jess da tras da y ao tras ao en conocimiento Y sabidura, hasta que ocurri en su vida un suceso muy comentado desde entonces por los exgetas del Nuevo Testamento, pero que no es posible comprender sin la precedente explicacin.

    La Pascua cay en el mes de abril cuando Jess tena trece aos. Era esta festividad una de las ms solemnes del calendario judo y su observancia era un sacratsimo deber para todo hebreo. Se haba establecido la fiesta en memoria perpetua de aquel importantsimo suceso de la historia del pueblo judo, cuando el ngel Exterminador pas por todo Egipto matando al primognito de cada familia egipcia sin distincin de clase social, pero respetando las casas de los oprimidos hebreos que haban teido el umbral con la sangre del sacrificio en testimonio de su fe. Nos limitamos a mencionar este suceso, pues no entra en nuestro propsito explicar sus causas, que los ocultistas saben que fueron de ndole natural.

    Los legisladores de Israel haban instaurado la fiesta de la Pascua como smbolo de aquel suceso tan importante para la nacin y todo judo que bien se estimase se consideraba obligado a tomar parte en la fiesta, y subir a Jerusaln si le era posible.

    Cuando la celebracin de la Pascua a que nos referimos, acababa Jess de cumplir trece aos, edad en que segn las leyes eclesisticas ya poda compartir con los adultos la cena de Pascua y alternar con ellos en las sinagogas.

    Aquel ao subi con sus padres a Jerusaln e hizo la segunda visita a la ciudad santa, pues haba hecho la primera cuando a los cuarenta das de nacido lo llev all su madre desde Beln para presentado en el templo, de conformidad con la ley juda, y el anciano Simen y la profetisa Ana declararon explcitamente la divina naturaleza espiritual del nio.

    Padre, madre y nio, la divina trinidad del humano parentesco, viajaron lentamente por la calzada de Nazaret a Jerusaln. El padre y la madre conversaban

    25

  • acerca de los pormenores del viaje con entremezcla de piadosos pensamientos sobre la fiesta de que iban a participar; pero la mente del nio estaba muy lejos de las cosas que embargaban la de sus padres, pues pensaba en las profundas verdades msticas que tan rpidamente haba asimilado durante los pasados aos, y esperaba con deleitosa anticipacin el encuentro con los ancianos msticos en el templo y lugares pblicos de Jerusaln.

    Conviene decir que en las formalistas enseanzas eclesisticas de los judos, de las masas populares conocidas, subyaca gran copia de ocultismo y misticismo oculto, tan slo asequible a unos cuantos elegidos, quienes estudiaban detenidamente la Cbala o Escrituras ocultas judas, cuyo texto, con otras enseanzas anlogas, se transmita verbalmente de instructor a estudiante y formaba la doctrina secreta de la religin hebrea. Hacia los eruditos instructores de esta secreta doctrina diriga Jess pasos y mente, aunque sus padres lo ignoraban.

    Cuatro o cinco das tardaron en el viaje, y al fin apareci ante su vista la ciudad santa de Jerusaln con el admirable templo de Salomn, que descollaba de entre los dems edificios. Los grupos de peregrinos, de los que la familia de Jos formaba parte, se colocaron ordenadamente, y conducidos por los taedores de flauta marcharon gravemente por las calles de la ciudad santa, entonando los himnos sagrados que los fieles cantaban en aquella solemne ocasin. Y el nio iba en el grupo, cabizbajo y con ojos que parecan ver cosas mucho ms lejanas del escenario circundante.

    Se celebraron los ritos, se cumplieron los deberes y se observaron las ceremonias de la Pascua, que duraba unos ocho das, de los cuales los dos primeros eran ceremonias de precepto. Cada familia haca la ofrenda del cordero sacrificial y amasaba y coma el pan zimo o sin levadura. La hermosa idea de la Pascua haba degenerado en una horrible fiesta sanguinaria, pues se dice que se inmolaban 250.000 inocentes corderos para ofrecerles en sacrificio a Jehov, a quien se le supona complacido en el derrame de sangre inocente. A consecuencia de tan brbara idea, el altar y los patios del templo de Dios vivo estaban inundados con la sangre de aquellos pobres animales, y las manos y vestimentas de los ungidos sacerdotes de Jehov empapadas como las de los carniceros, para alimentar la vanidad de un brbaro concepto de Dios

    Y todo esto por la gloria de Dios! Qu sarcasmo! Considere mas al pensar en ello, cules seran los sentimientos que tan horrible espectculo despertara en el mstico nimo de Jess. Cun lastimada quedara su alma por la profanacin del rito sagrado! Y qu hubiese pensado si supiera que siglos despus los ministros de una religin amparada con su nombre persistiran en la misma falsa idea de la sangre sacrificial y la vocera en himnos, diciendo: Una fuente llena con la sangre fluyente de las venas de Emmanuel que lava la culpa de los pecadores?

    Ay de la prostitucin de las sagradas verdades y enseanzas!No es maravilla que un pueblo saturado de la abominable idea de un Dios que se

    goza en ver fluir ros de sangre, inmolara despus al ms excelso hombre de su raza, que vena a ensearles las supremas verdades msticas y ocultas. Sus mantenedores han persistido en el transcurso de los siglos hasta nuestros das, insistentes en la idea del sacrificio truculento y la muerte expiatoria, indigna de todo pueblo menos de los ado