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ue uno de los auto- res y políticos más queridos de su tiempo, autor de las ya inmortales “Doloras”, composiciones do- tadas de ingenio que ponían de relieve las cualidades femeni- nas: “Decid, lectoras, conmigo: ¡Cuánto gaitero hay así! ¿Preguntáis por quien lo digo? Por vos lo digo y por mí. ¿No veis que al hacer, lectoras, doloras y más doloras, mientras yo de pena muero vos las recitáis al son del gaitero, del gaitero de Gijón?...” (“El Gaitero de Gijón”, dolora dedicada a su sobrina Guiller- mina Campoamor Domínguez). C ampoamor nació el 24 de septiembre de 1817 en Navia (Asturias), re- alizó sus estudios, primero en Santiago de Compostela, más tarde los continuó en Madrid, licenciándose en Lógica y Ma- temáticas, y en Filosofía. A con- tinuación decidió matricularse en Medicina, carrera que pron- to abandonó por considerarse injustamente tratado en las cali- ficaciones de fin de curso. P or consejo de Espronce- da, otro literato ilustre socio del Casino, Cam- poamor decidió adquirir una sólida instrucción y cultura lite- raria. Pronto ingresó como re- dactor en el diario “El Espa- ñol”, donde comenzó a publicar las “Doloras”, composiciones que rápidamente alcanzaron gran popularidad. P aralelamente a su activi- dad literaria, ocupó va- rios cargos políticos: Go- bernador Civil, Diputado a Cortes, Consejero de Estado… “Jamás sus adversarios políti- cos —decía uno de sus biógra- fos— pudieron hallar en su gestión, honrada y prudente, un motivo para zaherirle ni mo- lestarle, por lo que puede sin exageración y en su honor afir- marse, que Campoamor fue uno de los pocos políticos espa- ñoles que después de figurar tantos años en la política, no tu- vo ningún enemigo personal (…) lo que refleja y a la vez sin- tetiza las excepcionales cuali- dades personales de este ilustre personaje”. I ngresó como socio del Casi- no de Madrid el 15 de octu- bre de 1850, presentado por Luís Fernández de Córdova, según consta en el libro número uno de socios. Recordemos que el Casino acababa de trasladar- se a lo que sería su tercer em- plazamiento en su todavía corta historia: el Palacio del Marqués de Santiago, situado en el se- gundo tramo de la Carrera de San Jerónimo, en el nº 29 T ras una fructífera carre- ra política y literaria, Ramón de Campoamor fallece en Madrid el 13 de fe- brero de 1901, “en un día que el cielo plomizo acompañaba a la inmensa tristeza de la legión de amigos y admiradores del gran poeta”. T rece años después, Ma- drid inauguraba la esta- tua que recordaba al au- tor de las “Doloras”. “Sin gran- des ceremonias oficiales —de- cía «La Esfera» en su edición del 21 de febrero de 1914—, quedamente, con carácter ínti- mo, quizá como convenía al es- píritu ingenuo y sencillo, den- tro del plectro escepticismo del preclaro autor de las Doloras y de los Pequeños poemas, pero de ningún modo en armonía con la gloria literaria que nim- ba el nombre de Campoamor, 52 Ramón de Campoamor y Campoosorio Obra de: Lorenzo Coullaut Valera. En: Parque de El Retiro. Año: 1914 Casino de Madrid

Ramón de Campoamor y Campoosorio - … Campoam… · de los Pequeños poemas, pero de ningún modo en armonía con la gloria literaria que nim-ba el nombre de Campoamor, 52 Ramón

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ue uno de los auto-res y políticos másqueridos de sutiempo, autor delas ya inmortales

“Doloras”, composiciones do-tadas de ingenio que ponían derelieve las cualidades femeni-nas:

“Decid, lectoras, conmigo: ¡Cuánto gaitero hay así!¿Preguntáis por quien lo digo?

Por vos lo digo y por mí. ¿No veis que al hacer, lectoras, doloras y más doloras,mientras yo de pena muerovos las recitáis al sondel gaitero,del gaitero de Gijón?...”

(“El Gaitero de Gijón”, doloradedicada a su sobrina Guiller-mina Campoamor Domínguez).

Campoamor nació el 24de septiembre de 1817en Navia (Asturias), re-

alizó sus estudios, primero enSantiago de Compostela, mástarde los continuó en Madrid,licenciándose en Lógica y Ma-temáticas, y en Filosofía. A con-tinuación decidió matricularseen Medicina, carrera que pron-to abandonó por considerarseinjustamente tratado en las cali-ficaciones de fin de curso.

Por consejo de Espronce-da, otro literato ilustresocio del Casino, Cam-

poamor decidió adquirir unasólida instrucción y cultura lite-

raria. Pronto ingresó como re-dactor en el diario “El Espa-ñol”, donde comenzó a publicarlas “Doloras”, composicionesque rápidamente alcanzarongran popularidad.

Paralelamente a su activi-dad literaria, ocupó va-rios cargos políticos: Go-

bernador Civil, Diputado aCortes, Consejero de Estado…“Jamás sus adversarios políti-cos —decía uno de sus biógra-fos— pudieron hallar en sugestión, honrada y prudente,un motivo para zaherirle ni mo-lestarle, por lo que puede sinexageración y en su honor afir-marse, que Campoamor fueuno de los pocos políticos espa-ñoles que después de figurartantos años en la política, no tu-vo ningún enemigo personal(…) lo que refleja y a la vez sin-tetiza las excepcionales cuali-dades personales de este ilustrepersonaje”.

Ingresó como socio del Casi-no de Madrid el 15 de octu-bre de 1850, presentado por

Luís Fernández de Córdova,según consta en el libro númerouno de socios. Recordemos queel Casino acababa de trasladar-se a lo que sería su tercer em-plazamiento en su todavía cortahistoria: el Palacio del Marquésde Santiago, situado en el se-gundo tramo de la Carrera deSan Jerónimo, en el nº 29

Tras una fructífera carre-ra política y literaria,Ramón de Campoamor

fallece en Madrid el 13 de fe-brero de 1901, “en un día que elcielo plomizo acompañaba a lainmensa tristeza de la legión deamigos y admiradores del granpoeta”.

Trece años después, Ma-drid inauguraba la esta-tua que recordaba al au-

tor de las “Doloras”. “Sin gran-des ceremonias oficiales —de-cía «La Esfera» en su edicióndel 21 de febrero de 1914—,quedamente, con carácter ínti-mo, quizá como convenía al es-píritu ingenuo y sencillo, den-tro del plectro escepticismo delpreclaro autor de las Doloras yde los Pequeños poemas, perode ningún modo en armoníacon la gloria literaria que nim-ba el nombre de Campoamor,

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Ramón de Campoamory Campoosorio

Obra de: Lorenzo Coullaut Valera. En: Parque de El Retiro. Año: 1914

Casino de Madrid

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hase verificado la inauguraciónde su monumento en el Retiro”.

El gran periodista Maria-no de Cavia, socio delCasino de Madrid, fue

el principal impulsor del home-naje a Campoamor. Al menosen dos ocasiones, en 1901 y en1907, desde las páginas de “ElImparcial” reclamó el levanta-miento de la escultura. “Esemonumento —decía Cavia—tiene que alzarse en pleno Par-que de Madrid, en medio de lasfrondas del Retiro, en donde,como se complacía en repetirCampoamor, tenía su despa-cho, su estudio, su oficina, sutaller… Y quizás su santuariopredilecto (…) El frío y con-vencional homenaje de la plazapública no es para nuestro D.Ramón”.

Aunque tarde, las autori-dades hicieron caso aMariano de Cavia, y el

18 de febrero de 1914 se inau-guraba el monumento a Ramónde Campoamor. Un año antesfue publicado en la prensa elboceto, obra del escultor Lo-renzo Coullaut Valera, artistasevillano del que vamos a ha-blar mucho en este Especial, yaque también fue autor de losmonumentos a Juan Valera ylos hermanos Álvarez Quinte-ro. Coullaut fue uno de los es-cultores más reconocidos de laépoca, y tenía como peculiarcaracterística el haber sido au-todidacta; nunca tuvo maes-tros, ni asistió a ninguna escue-la o academia.

Coullaut presentó a Cam-poamor sentado sobreun banco, ataviado con

la moda de la época: levita, cha-leco y corbata de lazo, y acom-

pañado por tres damas que re-presentaban las tres edades dela mujer: joven, madura y an-ciana. La mujer más joven seapoya sobre el pedestal de laescultura, en el que están labra-dos pequeños amorcillos deperfil. A ambos lados del mo-numento, sobre dos pilares demármol, estaban situadas dosfigurillas en bronce: “¡Quiénsupiera escribir!” y “El Gaiterode Gijón”; sólo una es auténti-ca, ya que fue recuperada haceunos años por la policía en elRastro madrileño; la otra esuna reproducción de la origi-nal.

Según José María Gajate,autor de “La obra escultó-rica de Lorenzo y Federi-

co Coullaut Valera en Madrid”,el monumento a Campoamor esun “conjunto monumental sinespeciales aportaciones temáti-cas y técnicas, respondiendo lacomposición y ejecución del mo-numento a los gustos de la épo-ca en que se realizó”. Por su par-te, la profesora Socorro Salva-dor Prieto, opina que “el con-junto resulta excesivamente na-

rrativo y pictórico”, y AntxónHernández y Antonio Ruiz Bar-barín, autores de “Madrid mirasus estatuas”, afirman que “elconjunto, bien compuesto y co-rrectamente trabajado, se re-siente un poco de falta de vitali-dad y expresividad”.

Sea como fuere, es unaobra que rinde homenajea un gran autor, y sobre

todo, a una persona, “honora-ble, pacífica y verdaderamenteexcepcional”.

A la izquierda, y abajo,en página anteriorfigurillas de bronce quecompletan el grupoescultórico homenaje aCampoamor.