Upload
mar-cy
View
219
Download
0
Embed Size (px)
DESCRIPTION
Monografia sobre Raul Perrone. Cine de los márgenes. Facultad de Filosofía y Letras, materia Estética del Cine.
Citation preview
Universidad de Buenos AiresFacultad de Filosofía y Letras
ESTÉTICA DEL CINE
La poética de Raúl Perrone a partir del análisis de “la trilogía de Ituzaingó”
Profesora: Cecilia FielGrupo: Ópera prima2º cuatrimestre 2014
Introducción
Durante la década de los 90 se asistió a la construcción paulatina de lo que se
denominó “Nuevo cine Argentino” (de ahora en más NCA). Vamos a tomar esta
nomenclatura como una voluntad de un grupo numeroso de cineastas que sin compartir
una estética o una misma búsqueda, tenían en común querer transformar el cine que se
producía hasta el momento. Las películas más emblemáticas son Rapado (1992) de
Martin Rejtman y Pizza, birra, faso (1998) de Adrián Caetano y Bruno Stagnaro que
proponían una forma completamente distinta no sólo de narración sino también de
producción, y claramente de estética. Esta voluntad de ruptura puede ser observada en
“la trilogía de Ituzaingó” de Raúl Perrone.
Estos modos no convencionales de producción trajeron aparejados nuevas
poéticas. En este trabajo se estudiará la poética de Raúl Perrone a partir del análisis de
las películas Labios de churrasco (1994), Graciadió (1997) y 5 pa’l peso (1998). Se
investigará sobre la producción que comprende las obras del director como una marca
estilística reconocible y el modo de producción como un claro determinante de su
poética, puesto que el mismo incide directamente en la imagen y narración que
consigue. El director establece una particular relación con los circuitos de distribución y
exhibición, y trabaja desde una lógica propia de producción para construir una poética
personal que muestre la realidad de su entorno, poniendo así el foco en el carácter
realista del mismo.
1. Perrone independiente
Hace más de veinte años que Perrone hace su cine siguiendo un modo de
producción propio, totalmente al margen de los sistemas habituales como ser los
créditos oficiales, fondos de fomento locales y extranjeros, coproducciones, y hasta casi
de circuitos de exhibición y distribución, sin contar su participación en casi todas las
1
ediciones del BAFICI. Si bien su filmografía comenzó mucho antes que el Nuevo Cine
Argentino, la trilogía que tomamos en el presente trabajo convive con las películas que
se inscriben en esta categoría por lo que es necesario tenerla en cuenta. Según Gonzalo
Aguilar (2006), uno de los teóricos que más estudió el NCA, una de las características
esenciales del modo de producción era la falta de presupuesto. Muchas películas se
filmaban con lo mínimo indispensable, en los ratos libres y con un equipo de amigos o
conocidos. Y esto convertía la experiencia de filmar en los noventa como parte de una
aventura donde se salía a rodar sin garantías de cumplir con los objetivos o sin saber qué
podía pasar. Las condiciones hicieron que muchos directores asumieran el rol de ser sus
propios productores creando un panorama de producción segmentada.
A pesar de compartir ciertos rasgos de procedimiento con el NCA, el cine de
Perrone es realmente único y demuestra una permanencia y una coherencia pocas veces
manifiesta en otros autores. En una entrevista expresa que no hubo muchos cambios en
su modo de producción después de veinte años: “Antes laburaba con más gente: ocho,
nueve personas. Pero eso que antes me parecía super independiente, hoy para mí es una
superproducción: ahora trabajo con dos o tres personas. En general son chicos y chicas
que vienen a mi taller y con los que laburo bien. No necesito más” (Wolf, 2002: 90)
Uno de los factores por los que rechaza la vía de producción con financiamiento
institucional, como el otorgado por el INCAA, es el hecho de tener como requisito la
presentación de un guion con una extensión mínima de 200 páginas aproximadamente
que dé cuenta del proyecto. Al respecto, declara: “Yo filmo sin guion. Filmo confiando
en una intuición en qué contar, en cómo contar, y después todo ese rompecabezas se va
armando de una manera que parece azarosa pero que no lo es para nada. Y sin ser un
guion ortodoxo creo que consigo mostrar un momento en la vida de los protagonistas:
un momento en la vida de los pibes de la trilogía (…) y dejar un testimonio” (91). Por
2
eso, sus guiones distan mucho de lo que exigen las instituciones: “Yo escribo a mano
(…) Y lo que escribo son indicaciones del tipo de: (Fabián) Vena entra al videoclub.
(Gustavo) Prone le mira el culo a la vendedora. Hablan de tal película. Van a los
videojuegos. (…) Eso es mi guión. (…) Así que, ¿cómo hago para hacer una
presentación en el Instituto del Cine, si mis guiones son tres páginas de anotaciones?”
(91)
Algo a destacar es esa sensación de azar que despierta su cine. Pero esto es algo
totalmente buscado y si bien el factor del azar está presente, hay un trabajo muy arduo
previamente al rodaje que es lo que también le permite abaratar los costos de sus
películas. Hacer escenas en una solo toma abarata los costos pero también necesita una
gran preparación. En el caso de 5 pa’l peso fue filmada en 16 mm, en cuatro días y con
una toma por escena.
Con respecto a los elementos de puesta en escena que suelen encarecer las
producciones, como la luz, el vestuario, etc., se opta por aprovechar la luz natural de los
exteriores (no hay escenas filmadas de noche), o la luz artificial ya disponible en las
locaciones interiores: “No necesito dos mil tachos de luz, porque eso es horrible. Qué se
yo: tampoco gasto en maquillaje, porque no lo uso. Ni vestuario: la ropa la trae la gente
que actúa” (92). También cuenta mucho con la ayuda de la gente de Ituzaingó donde
suceden todas sus películas. Incluso la municipalidad le presta una camioneta con la
cual traslada actores y la cual aprovecha para filmar muchos de los travellings que
vemos en la trilogía (las largas caminatas de los personajes).
Un documento muy importante para acercarnos a la poética de Perrone es su
propio decálogo de diez puntos, escrito en 1998 y completado a mano en el 2012 (ver
Anexo).
3
2. “Las películas están en los bares, están en las calles, están en las
esquinas”: La trilogía de Ituzaingó.
En el marco de este sistema precario de producción independiente se gestó la
trilogía. De nuevo el azar es una parte muy importante: “Es una trilogía porque salieron
tres, y no porque se hubiera pensado de entrada como trilogía; podrían haber salido
cinco, dos o ninguna”. (Peña, 97: 56)
Según el mismo director, en Labios de churrasco “recordaba cosas que me
habían pasado a mí, las escribí y se las contaba a los actores por teléfono. Cuando
llegaba el momento del rodaje, yo tenía una especie de boceto con la ubicación de la
cámara y lo que quería que dijeran. Y tiraba dos tomas: una para que los tipos se
concentraran en lo que yo quería – y casi siempre quedaba esa, me gustaba porque era
más natural- y la otra para cubrirme” (Peña: 56) Según Perrone, y por lo que se ve en el
film, la intención era hacer una película de “pibes” que retrate lo que hacen
habitualmente que sería tomar cerveza, charlar, ir al video club.
2.1. La Puesta en Escena
Esta "intención" de Perrone, el interés de plasmar vivencias cotidianas de un
grupo de jóvenes del conurbano, se ven reflejadas en la trilogía, lo que permite
pensarlas como una única obra. Las tres comparten elementos formales de tiempo,
espacio y puesta en escena en general, que evidencian el resultado de la relación entre
su modo de producción y estética.
Con respecto al manejo del tiempo, podemos mencionar dos tratamientos
distintos pero que conviven en esta trilogía: Por un lado, la utilización del plano
secuencia y los planos fijos de larga duración, con ausencia de plano-contraplano, que
tienen como intención manipular lo menos posible la realidad. En una entrevista a
Perrone, él declara: "Yo les digo al director de fotografía y al cámara que ellos tienen
4
que robar imágenes para mí. Poner una cámara acá, sin luces, para que nadie se dé
cuenta de que estamos filmando. Ese es el ideal de mi cine" (Peña, 2003: 146). Podemos
ver en esta manera de capturar lo real una relación directa con el concepto bazineano de
"ventana abierta" e "impresión de realidad".
Por otro lado, se destaca la utilización de la aceleración y el ralenti, operaciones
que alteran la relación entre el tiempo del relato y el de la historia y rompen con la
impresión de realidad que supuestamente quería generar. Dentro de estos
procedimientos podemos mencionar el uso de la cámara rápida en Graciadio' en la
escena localizada en el Centro de Jubilados, donde Gus baila y canta frenéticamente el
tema de Divididos.
Por último, el uso de leitmotivs a lo largo de las tres películas, indican una
temporalidad cíclica. Las palabras con las que Fabián Vena abre Labios de churrasco
(rezo a la virgen) se reiteran durante el film con el mismo encuadre, no sólo para indicar
el paso del tiempo, sino también para enfatizar la monotonía de los días del personaje.
Asimismo, en Graciadio' se pueden destacar frases y planos que aparecen tanto al
principio como al final: la muletilla de Gus "Los documentos, el cigarrillo, el
encendedor" o la discusión entre Gus y Pau sobre la ubicación del Pub ("¿Para donde
es?”). Esta estructura incluye referencias cruzadas, citas intertextuales que se asoman
entre los tres filmes y que generan una impresión de formar una gran película abierta.
Con respecto al espacio, se presenta la construcción de los márgenes de
Ituzaingó mediante referencias directas al espectador (como el intertítulo "Ituzaingo -
1997" en Graciadio') así como presentando a los personajes dentro de locales, casas y
calles de la localidad. Se evidencia en el tratamiento del espacio, una dialéctica del
despojo ya que se presentan predominantemente vacíos: calles desiertas, autos
abandonados, fabricas y baldíos desolados que reflejan el estado en el que se encuentran
5
los personajes (jóvenes que no estudian ni trabajan; deambulan sin rumbo). El barrio
funcionaría como un cronotopo, donde los personajes se encuentran contenidos en este
espacio periférico con el cual se mimetizan. Para estos sujetos sin contención familiar y
sin trabajo, Ituzaingó es su entorno conocido. Si bien hay una presencia de los locales
representativos de la localidad (como el kiosco, el almacén del chino, el videoclub, el
pool), éstos se muestran de forma opaca mediante planos medios en interiores, con
ausencia de planos generales que orienten al espectador en el espacio.
Con respecto al manejo de los actores, Perrone sostiene como postura de director
la predominancia de la improvisación por sobre los diálogos guionados y el ensayo,
intentando mantener al mínimo la cantidad de tomas por escena: "No ensayo
previamente, trato de que los actores no se vean (...) defiendo cierta virginidad, que se
prostituye en el acto de ensayar. Cuando los tipos llegan a la décima toma ya no saben
que están haciendo (...). En cambio, cuando no los hacés ensayar y lo dicen por primera
vez, hay una química que a mí me sirve y a ellos también" (Peña, 2003: 141). Esta
postura constituye una puesta en escena particular, donde el manejo de los actores está
fuertemente relacionado a sus modos de producción y se mantiene en la relación entre lo
azaroso y lo planificado mediante las indicaciones mínimas que el director hace a sus
actores. Analizando el trabajo de Perrone desde la perspectiva de Catalá, podemos
encontrar la peculiaridad de que si bien no trabaja con las divisiones técnicas
tradicionales del cine industrial, aun así conjuga la puesta en forma con la puesta en
escena (Catalá, 2001).
2.3 El rol de la banda sonora.
En “La cuestión de la oralidad en el cine argentino de los últimos años”, Osvaldo
Beker analiza la voz y los diálogos como procedimientos de la banda sonora que
expresan y organizan una poética autoral y principalmente, como anticipa el título, va a
6
destacar la presencia de la oralidad como marca fuerte en el cine argentino de los
últimos veinte años. El autor sostiene que las producciones del NCA tienen como una
de sus características relevantes un registro de un habla “natural” que se percibe como
“realista”: “El cine previo a éste escondía, camuflaba o esquivaba este “realismo
lingüístico” que ahora se vuelve notorio. La propia jerga de los marginados constituye
un código que irrumpe en la escena del cine nacional. Los discursos, más que los actos,
están presentes con virulencia, articulados en amenazas, vocativos, insultos gratuitos, o,
como decíamos, siguiendo a Aguilar, para Bolivia, frases soeces, injuriosas” (2011: 3).
Hay una poética de la austeridad en el sentido de una escritura sin mucha
preparación o muy alejada de los guiones clásicos, que se reescribe permanentemente
con mucha improvisación, poca preparación actoral y escenas rodadas en una toma.
Todos estos elementos los encontramos como constitutivos en la poética de Perrone.
Sus personajes hablan de cuestiones cotidianas, anecdóticas que ayudan a construir el
mundo del relato y las características de cada uno de ellos (en general hay uno contando
una historia y otros escuchando el relato atentamente). Esta forma del habla cotidiana,
más corriente y anclada en códigos barriales, apuesta a la construcción de un realismo
que por una parte se refiere a la realidad y por otra es autoreferencial, ya que pertenece
al mundo de la propia historia y a una poética propia.
Respecto a la música (compuesta por Los Caballeros de la Quema), la misma
muchas veces funciona como elemento metadiscursivo potenciando las vivencias de los
personajes. En los momentos en que atraviesan una crisis o sienten melancolía, la
música incidental funciona como un sostén que otorga sentido al divagar de los
personajes por las calles de Ituzaingó. La relación entre la música y el mundo
construido en las películas no es sólo temática, está arraigada en su origen "barrial". El
hecho de que la música sea de una banda de rock nacional se relaciona con la
7
concepción de la juventud y de Ituzaingó que establece Perrone, ya que la poesía de las
letras de Ivan Noble comparten un código lingüístico con estos chicos de barrio. Esta
relación se materializa en la aparición de los miembros de la banda como extras en los
films.
Vemos en sus películas una influencia de la estética de los videoclips en auge en
los años ’90. Por ejemplo en Graciado', la secuencia que sigue a la pelea entre Pau y
Gus puede ser pensada como un videoclip dentro de la propia película: ella sale a
caminar y comienza el tema titulado "La balada de Pau", a partir de este momento el
montaje y el tipo de planos acompañan el carácter melancólico de la canción
sosteniendo esta modalidad hasta el final de la misma. Esto se revela como una forma
de introducir la subjetividad de los personajes, distanciándose de la estructura general
del film.
Conclusión:
A modo de conclusión, podemos decir que todos los elementos que describimos
anteriormente son rasgos constitutivos de su poética, que en un principio habrían
surgido como resultado de las limitaciones o la falta de presupuesto pero terminaron
constituyéndose en su estética particular ya que hoy, pudiendo contar con apoyo
institucional o un presupuesto mayor, decide no hacerlo. Por otro lado, insistimos en
que aunque las formas de “hacer cine” de Perrone distan de ser las del cine industrial,
con su distribución de roles y saber técnicos, las nociones teóricas respecto a la puesta
en escena (Aumont, Catalá) aplican a su filmografía.
8
Filmografía: “Trilogía de Ituzaingó”:
Labios de churrasco (1994)
Graciadio’ (1997)
5 pa’l peso (1998)
Bibliografía:
Aguilar, G. M. (2006). Otros mundos: ensayo sobre el nuevo cine argentino.
Buenos Aires. Santiago Arcos Editor.
Andermann, J. (2012). New Argentine Cinema. IB Tauris.
Beker, O. (2011). La cuestión de la oralidad en el cine argentino de los últimos
años, ponencia. Facultad de filosofía y letras, UBA.
Bonitzer, P. (2007) El Campo Ciego. Ensayos sobre el realismo en el cine.
Buenos Aires, Kilómetro 111.
Campero, A. (2008). Nuevo cine argentino: de Rapado a Historias
extraordinarias. Buenos Aires, Biblioteca Nacional.
Catalá, J. M. (2001). La puesta en imágenes. Conceptos de dirección
cinematográfica., Barcelona, Paidós.
Dipaola, E. (2010a). Las Formas Políticas del Cine Argentino: Montajes,
Disrupciones y Estéticas de una Tradición. Aisthesis, (48), 128-140. Recuperado
en 08 de septiembre de 2014, de http://www.scielo.cl/scielo.php?
script=sci_arttext&pid=S0718-71812010000200008&lng=es&tlng=e.
10.4067/S0718-71812010000200008.
--------------- (2010b) Imágenes móviles: urbanismo y circulación en la
cinematografía contemporánea. En Ponencia presentada en II Congreso
9
Internacional de la Asociación Argentina de Estudios de Cine y Audiovisuales
(ASAECA). Buenos Aires, octubre.
Lusnich, A. L. (coord) (2002). “Adolescentes prematuros y jóvenes tardíos en el
cine latinoamericano actual. Relatos desde los márgenes”. En Teatro XXI:
Revista del GETEA., (14), 72.
Molfetta, A. (2008). “Cinema argentino a representaçao reativada (1990-2007)”.
En Baptista M. y Mascarello F. (orgs) Cinema Mundial Contemporâneo. Sao
Pablo, Cámara brasileira do livro.
--------------(2009). Texto e Contexto no Novo Cinema Argentino dos anos 90.
Revista ECO-Pós, 11(2).
Nichols, B. (1997) La representación de la realidad. Barcelona, Paidós.
Pagan, A. (2004). “Vanguardismos clandestinos: el cine underground”. En
Dentro y fuera de Hollywood. La tradición independiente del cine americano.
Valencia, Ediciones de la Filmoteca.
Peña, F. M. (1997). Raul Perrone. Film, (28), 56-58.
Peña, F. M, Pagres, R. (1998). Dossier Perrone. Film, (37), 46-49
Peña, F. M. (2003). Generación 60/Generación 90. Buenos Aires: Malba.
Paunelli, M. (2005). Poéticas en el cine argentino. Córdoba: Comunicarte
Editorial
Pena, J.(2009). Historias extraordinarias. Nuevo Cine Argentino. 1999-2008.
Madrid: T&B Editores.
Peña, F. M. (2012). Cien años de cine argentino. Buenos Aires. Editorial Biblos.
Wolf, S. (2002). Las estéticas del nuevo cine argentino: el mapa es el territorio.
En Nuevo Cine Argentino. Temas, autores y estilos de una renovación. Buenos
Aires. Ediciones Tatanka.
10
Wolf, S. comp. (2009) Cine argentino. Estéticas de la producción, Buenos
Aires, BAFICI.
ANEXO
“Algunos puntos que tengo en cuenta a la hora de filmar" - Decálogo de Perrone
1) Filmar con una sóla cámara (pero de fotos)1
2) Cagarse en el formato: si lo que tenés para decir no se sostiene en VHS,
tampoco se va a sostener en Beta, en Super 8, en 16, ni en 35mm. (Ni con una
cámara de fotos)
3) Utilizar muchos exteriores para no discutir con el director de fotografía (y
además para ahorrar luz). (Ya no tengo ese problema porque lo hago yo)
4) Utilizar sonido directo. Si es muy bueno, ensuciarlo. (Y lupearlo)
5) Tirar una sola toma, en caso extremo dos. (Muy extremo)
6) Trabajar con actores y actrices creíbles, con músicos de rock y siempre con
cuatro o cinco vecinos. (Solo con gente)
7) El equipo técnico no debe superar las diez personas. (Sobran 6)
8) El rodaje durará como máximo, ocho días. (Pero la edición, el tiempo que
haga falta)
9) Grabar la música en un porta-estudio, si pasa algún carro o ladra un perro,
mejor. (Cada vez poner menos música).
10) Pase lo que pase, terminar la película. (Eso siempre).
Raúl Perrone – 1998 – 2012”
1 Los textos que se encuentran entre paréntesis corresponden a los agregados que realizó Perrone en el año 2012, revisitando su Decalogo.
11
12