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EN LO PRINCIPAL: Recurso de Casación en el Fondo. OTROSI: Patrocinio del recurso. ILUSTRISIMA CORTE DE APELACIONES DE COYHAIQUE WALDEMAR ALEJANDRO SANHUEZA QUINIYAO, abogado, Run N° 13.740.209-2, en representación de la I. MUNICIPALIDAD DE COYHAIQUE, Corporación de Derecho Público, Rol Único Tributario N° 69.240.300-2, ambos domiciliados en calle Francisco Bilbao N° 357, de la ciudad de Coyhaique, en autos ordinarios caratulados "ADRIAZOLA con I. MUNICIPALIDAD DE COYHAIQUE", ROL I. CORTE C-16-2015, a US. ILTMA con respeto digo: Que siendo parte agraviada y encontrándome dentro de plazo legal, vengo en interponer fundado Recurso de Casación en el Fondo, de conformidad al artículo 767 del Código de Procedimiento Civil, en contra de la sentencia definitiva de segunda instancia dictada en estos autos por la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Coyhaique, con fecha 03 de Junio de 2015, en tanto ésta parte estima que la sentencia de esta Iltma. Corte ha sido pronunciada con infracción de ley y esa infracción ha influido substancialmente en lo dispositivo de la sentencia; y a fin de que se invalide en lo pertinente, dictando sentencia de reemplazo que, en su lugar, confirme la sentencia de primer grado que rechaza la demanda en cuanto al daño emergente demandado; Confirme la sentencia de primer grado que no condena en costas al demandado; Revoque la sentencia definitiva de la Iltma. Corte de Apelaciones de Coyhaique, en orden a rechazar la demanda de autos, en todas sus partes, o en subsidio de lo anterior, se rebaje prudencialmente hasta el 50% del monto del daño moral respecto de la menor y

Recurso de Casación en el Fondo. OTROSI: ILUSTRISIMA CORTE

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Page 1: Recurso de Casación en el Fondo. OTROSI: ILUSTRISIMA CORTE

EN LO PRINCIPAL: Recurso de Casación en el Fondo. OTROSI: Patrocinio del

recurso.

ILUSTRISIMA CORTE DE APELACIONES DE COYHAIQUE

WALDEMAR ALEJANDRO SANHUEZA QUINIYAO, abogado, Run N° 13.740.209-2,

en representación de la I. MUNICIPALIDAD DE COYHAIQUE, Corporación de

Derecho Público, Rol Único Tributario N° 69.240.300-2, ambos domiciliados en

calle Francisco Bilbao N° 357, de la ciudad de Coyhaique, en autos ordinarios

caratulados "ADRIAZOLA con I. MUNICIPALIDAD DE COYHAIQUE", ROL I. CORTE

C-16-2015, a US. ILTMA con respeto digo:

Que siendo parte agraviada y encontrándome dentro de plazo legal, vengo

en interponer fundado Recurso de Casación en el Fondo, de conformidad al

artículo 767 del Código de Procedimiento Civil, en contra de la sentencia

definitiva de segunda instancia dictada en estos autos por la Ilustrísima Corte de

Apelaciones de Coyhaique, con fecha 03 de Junio de 2015, en tanto ésta parte

estima que la sentencia de esta Iltma. Corte ha sido pronunciada con infracción

de ley y esa infracción ha influido substancialmente en lo dispositivo de la

sentencia; y a fin de que se invalide en lo pertinente, dictando sentencia de

reemplazo que, en su lugar, confirme la sentencia de primer grado que rechaza

la demanda en cuanto al daño emergente demandado; Confirme la sentencia de

primer grado que no condena en costas al demandado; Revoque la sentencia

definitiva de la Iltma. Corte de Apelaciones de Coyhaique, en orden a rechazar la

demanda de autos, en todas sus partes, o en subsidio de lo anterior, se rebaje

prudencialmente hasta el 50% del monto del daño moral respecto de la menor y

Page 2: Recurso de Casación en el Fondo. OTROSI: ILUSTRISIMA CORTE

que respecto de los padres se deje sin efecto, lo anterior por haberse expuesto

imprudentemente al daño, y todo lo anterior, con expresa condena en costas, en

razón a los siguientes argumentos de hecho y de Derecho que paso a exponer:

1. EN CUANTO A LA PROCEDENCIA DEL RECURSO.

La sentencia recurrida cumple con los requisitos que al efecto establece el

Art. 767 del Código Procedimiento Civil. En efecto, se trata de una sentencia

definitiva de segunda instancia inapelable, dictada por la I. Corte de Apelaciones

de Coyhaique, notificada en el estado diario del día 03 de Junio del año en curso.

Dicha sentencia, revoca la sentencia definitiva de primera instancia de 12 de

diciembre de 2014, en cuanto condena al Municipio de Coyhaique a las costas de

la primera instancia; se le condena a pagar la suma de $3.689.000 (Tres millones

seiscientos ochenta y nueve mil pesos) en favor de la menor Antonella Ida

Adriazola Velásquez por concepto de indemnización de daño directo o emergente

sufrido por dicha menor; y en lo demás se confirma la sentencia definitiva

apelada que acogió demanda civil de indemnización de perjuicios por

responsabilidad extracontractual por falta de servicio y condena al municipio a

pagar por concepto de daño moral a favor de la menor Antonella Ida Adriazola

Velásquez la suma de $40.000.000, y respecto de los padres don Jaime Rodrigo

Adriazola Góngora y doña María Angélica Velasquez Vega, para cada uno la suma

de $10.000.000, todo en los términos que índica.-

2. EN CUANTO A LA IDENTIFICACION DE LA SENTENCIA RECURRIDA.

Interpongo el presente Recurso de Casación en el Fondo en contra de la

sentencia definitiva inapelable dictada en la presente causa con fecha 03 de

junio de 2015, mediante la cual, la Corte de Apelaciones de Coyhaique resolvió

que:

"I.- Que, se REVOCA la sentencia apelada, de fecha doce de diciembre de dos

mil catorce, escrita de fojas 209 a 227, en cuanto por ella, en su resuelvo IV, se

eximió a la demandada del pago de las costas y, en su lugar, se resuelve que se

condena en costas de primera instancia a la parte demandada, Municipalidad de

Coyhaique, representada por su alcalde don Rigoberto Alejandro Huata Canuman.

II.- Que, se REVOCA la sentencia apelada, de fecha y fojas ya referidas, en

cuanto por ella, en su resuelvo II excluyó y no hizo lugar a la pretensión de la

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Page 3: Recurso de Casación en el Fondo. OTROSI: ILUSTRISIMA CORTE

parte demandante en orden a acceder a la demanda de indemnización de

perjuicios por daño directo o emergente respecto a la menor Antonella Ida

Adriazola Velásquez y, en su lugar, se declara que la Municipalidad de Coyhaique,

representada por su alcalde don Rigoberto Alejandro Huala Canuman, queda

condenada a pagar la suma de $ 3.689.000 (tres millones seiscientos ochenta y

nueve mil pesos), en favor de la menor ya mencionada, representada por sus

padres Jaime Rodrigo Adriazola Góngora y María Angélica Velásquez Vegas, por

concepto de indemnización de daño directo sufrido por dicha menor; suma que

deberá ser pagada reajustada, en la misma proporción en que haya variado el

Índice de Precios al Consumidor, entre la fecha de notificación de la demanda y

la fecha de su pago efectivo, más intereses legales, desde la fecha de incurrir en

mora, según cálculos que se efectuarán en su oportunidad.

III. Que, SE CONFIRMA, en lo demás, la sentencia definitiva apelada, de fecha y

fojas ya referidas, en cuanto por ella se acogió la demanda civil de

indemnización de perjuicios por responsabilidad extracontractual por falta de

servicio, deducida en lo principal de la presentación de fojas 15 a 27, por lo

padres de la menor de autos y en representación de ésta última, todos ya

individualizados, en contra de la Municipalidad de Coyhaique, representada

legalmente por su alcalde don Rigoberto Alejandro Huala Canuman, y condena al

municipio demandado a pagar por concepto de daño moral a favor de la menor

Antonella Ida Adriazola Velásquez $40.000.000 (Cuarenta millones de pesos), a

Jaime Rodrigo Adriazola Góngora y a María Angélica Velásquez Vega, para cada

uno de ellos, la suma de $10.000.000 (Diez millones de pesos), sumas que

deberán ser pagadas en la forma indicada en el resuelvo III del fallo que se

revisa".

3. INFRACCIONES DE LEY COMETIDAS EN LA SENTENCIA.

El fallo de fecha 03 de Junio de 2015, al revocar la sentencia definitiva del

tribunal A Quo, de fecha 12 de diciembre de 2014, ha incurrido en los siguientes

errores de derecho.

I.- INFRACCIÓN DE LAS LEYES REGULADORAS DE LA PRUEBA DEL ARTÍCULO

1698 Y 1702 DEL CÓDIGO CIVIL Y ARTÍCULO 346 N° 1 DEL CÓDIGO DE

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Page 4: Recurso de Casación en el Fondo. OTROSI: ILUSTRISIMA CORTE

PROCEDIMIENTO CIVIL.

El sentenciador en el considerando décimo ha señalado "Que, acreditado

que ha sido la falta de servicio por parte de la Municipalidad de Coyhaique, cabe

ahora referirse a los daños directos que emanan de dicha institución, y al

respecto estima esta Corte que la parte demandante acreditó haber

incurrido en favor de la menor de autos, gastos por daño directo, si se tiene

presente que los documentos que corren de fojas 102 a 103 y que dan cuenta

del valor de una prótesis cosmética, tiene la calidad de instrumento

privado, esto es, otorgado por un particular, doña Alexandra Meza Fuster de la

empresa "Guantes y prótesis Cosméticas para manos", Poliprot, que detalla la

cotización de un guante silicona realista para la paciente Antonella Adriazola

Velásquez, prótesis parcial de mano para dedos anular y meñique derecho,

modelo según conversado en evaluación realizada a esta paciente. Dicho

instrumento privado, como emana de un tercero fue puesto en conocimiento

de la parte contraria, con citación de la misma, la que lo objetó y la

sentencia de primer grado, según se consigna en los motivos cuarto, quinto y

sexto, desestimó dicha impugnación, por las razones que allí se indican, de

manera que tal presupuesto, al contrario de lo que expresa el Juez A quo en

la motivación vigésimo octava, corresponde que se le dé pleno valor

probatorio para establecer el daño directo demandado, por un valor de

$3.689.000, por lo que este Tribunal de Alzada revocará la sentencia que se

revisa por lo atingente a este capítulo y accederá al daño directo que se

demanda y por la suma ya indicada".

Conforme a lo referido, el sentenciador en el considerando décimo, ha dado

por acreditado el daño directo o emergente condenando al municipio a la suma

de $3.689.000 a favor de la menor de autos, fundando únicamente dicha

procedencia en el valor probatorio que se le otorga al instrumento privado

acompañado a fojas 102 a 103, que dan cuenta de una cotización de una prótesis

cosmética. En tal sentido la sentencia de primera instancia no dio lugar a ello y

lo funda de manera correcta al señalar en el considerando Vigésimo Octavo

"Que, en lo que respecta al daño emergente, deberá desestimarse, por cuanto la

parte demandante no acreditó durante el proceso el daño patrimonial efectivo

sufrido por los actores por este concepto, específicamente, el valor de las

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Page 5: Recurso de Casación en el Fondo. OTROSI: ILUSTRISIMA CORTE

prótesis cosméticas y de la prótesis definitiva que, según los demandantes,

debiera utilizar la niña, como consecuencia del accidente, soportando dicha

parte el peso de la prueba al efecto, de conformidad a lo establecido en el

artículo 1698 del Código Civil. Que, en efecto, los actores solo presentaron un

presupuesto emitido por Alexandra Meza Fuster, de fojas 102 a 103, que da

cuenta del valor de una prótesis cosmética, documento éste al que no se le

dará valor probatorio para establecer el daño emergente demandado, ya

que se trata de un documento privado que no fue ratificado por la persona

que lo hizo o firmó, desde que la parte demandante no lo presentó como

testigo en la presente causa; sin que se haya aportado otra prueba al efecto

que permita complementar la instrumental antes referida; debiendo

considerarse en este punto que los demandantes solicitaron prueba pericial, a

fin de acreditar este acápite demandado, sin embargo, estos no sufragaron los

gastos de la notificación del perito ordenada a fojas 196, como medida para

mejor resolver dentro de plazo legal, soportando aquellos dicha carga procesal

del mismo modo en que asumieron el costo de la notificación de fojas 195, sin

perjuicio de los argumentos que se dieron en su oportunidad en la resolución de

fojas 208".

La decisión del tribunal de alzada contenida en el considerando décimo no

se ajusta, en primer término, a la correcta interpretación del artículo 1698 del

Código Civil, el cual dispone que "Incumbe probar las obligaciones o su extinción

al que alega aquéllas o ésta. Las pruebas consisten en instrumentos públicos o

privados, testigos, presunciones, confesión de parte, juramento deferido, e

inspección personal del juez". Esto por cuanto corresponde a las partes del juicio

acreditar los hechos que sirven de fundamento a sus alegaciones. Atendido ello

debe ser el mérito de las actuaciones judiciales el que determine la carga de la

prueba en el caso particular y su distribución entre las partes. En el caso de

autos, atendida la acción de responsabilidad extracontractual por falta de

servicio deducida por la demandante, es ella quien, conforme a la interlocutoria

de prueba rolante a fojas 50, tuvo la carga de la prueba de acreditar los hechos

positivos que sustentan su demanda, en la especie la efectividad de haberse

causado perjuicio a los demandantes y en la afirmativa, causa, naturaleza y

monto del mismo, correspondiendo a esta parte solo contrarrestarlos. En base a

lo resuelto, la sentencia de la Iltma. Corte de Apelaciones liberó al demandante

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Page 6: Recurso de Casación en el Fondo. OTROSI: ILUSTRISIMA CORTE

del peso de la prueba, vulnerando el artículo 1698 del Código Civil.

En segundo término, la sentencia del tribunal de alzada contenida en el

considerando décimo vulnera gravemente el artículo 346 N° 1 del Código de

Procedimiento Civil con relación al artículo 1702 del Código Civil.

Que la referida cotización que rola a fojas 102 a 103 de autos, constituye un

instrumento privado acompañado por la demandante, a la que el tribunal de

primera instancia tuvo por acompañado con citación, respecto del cual esta

parte lo objetó, incidencia que como consta en los considerandos cuarto, quinto

y sexto de la sentencia de primer grado, fueron desestimadas por el Juez por

considerarlas improcedentes (considerando vigésimo octavo), atendida la

naturaleza de instrumento privado que para su validez en juicio requería de la

ratificación de la persona que lo hizo o firmó, situación que no se verificó

finalmente en la testimonial. Sin embargo el considerando décimo de la

sentencia del Tribunal de Alzada, en una tesis absolutamente contraria, le otorga

el carácter de plena prueba para efectos de dar por establecido el daño directo o

emergente al señalar "tal presupuesto, al contrario de lo que expresa el Juez

A quo en la motivación vigésimo octava, corresponde que se le dé pleno

valor probatorio para establecer el daño directo demandado", sin embargo,

los sentenciadores no logran explicar como un instrumento privado adquiere

pleno valor pasando por alto las disposiciones que regulan la prueba instrumental

contenidas tanto en el Código de Procedimiento Civil como en el Código Civil.

En consecuencia, la cotización de fecha 11.12.2013 emanada de doña Alexandra

Meza Fuster de la empresa "Guantes y prótesis Cosméticas para manos", Poliprot

y que rola fojas 102 a 103, según da cuenta tanto la sentencia de primera como

la de segunda instancia constituye un instrumento privado, pero que no fue

ratificado por quien lo elaboró o firmó, puesto que doña Alexandra Meza Fuster

no compareció como testigo, conforme constató el Juez de primer grado en su

considerando 28°. En consecuencia, los jueces del fondo, al establecer la

existencia y monto del daño directo o emergente con el mérito de dicha

cotización, al que le otorgaron valor probatorio, no obstante tratarse de un

instrumento privado emanado de un tercero que no fue reconocido en juicio, han

incurrido en infracción de los artículos 346 del Código de Procedimiento Civil y

1702 del Código Civil.

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Page 7: Recurso de Casación en el Fondo. OTROSI: ILUSTRISIMA CORTE

De acuerdo al artículo 1702 del Código Civil los instrumentos privados

carecen en principio de todo valor probatorio, el que sólo pueden llegar a tenerlo

si han sido reconocidos o mandado tener por reconocidos. Por otra parte,

conforme al artículo 346 del Código de Procedimiento Civil un instrumento

privado se entiende reconocido -en su numeral primero- cuando así lo ha hecho

en el juicio la persona a cuyo nombre aparece otorgado el instrumento. Debemos

agregar que no resulta procedente tener por reconocida dicha cotización en los

términos del numeral 3 del citado artículo, por cuanto el apercibimiento que se

indica no es aplicable a esta parte, puesto que el documento no emana del

Municipio de Coyhaique.

En este sentido nuestra Excma. Corte Suprema, en sentencia de fecha

13.09.2004 en causa Rol N° 2026-2003, ha señalado de manera invariable que

"Para que los instrumentos privados puedan tenerse por reconocidos en juicio,

es indispensable que quienes los han emitido declaren como testigos en el juicio

mismo, reconociéndolos en cuanto a su procedencia y dando fe de la verdad de

su contenido, pasando a formar parte éste de la declaración testifical prestada

en el proceso". Asimismo, se ha señalado que "Para que los documentos privados

emanados de terceros tengan valor probatorio en juicio, es indispensable que

quienes los han emitido declaren como testigos en el juicio mismo

reconociéndolos en cuanto a su procedencia y dando fe de la verdad de su

contenido. De esta manera, el documento pasa a formar parte de la declaración

testimonial y tiene el valor que la ley atribuye a dicha prueba. Pero si no son

ratificados por el otorgante en la forma señalada, carecen de todo valor

probatorio" (Doctrina sobre fallo de la 1. Corte de Santiago de fecha 05.12.80,

publicado en Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo 77, sec. 2a, pág. 154).

Respecto de la procedencia del recurso de Casación en el fondo por

infracción a las normas reguladoras de la prueba, nuestra Excma. Corte Suprema

en sentencia de fecha 25.10.2010 en causa rol 5880-2008, ha señalado en su

considerando Vigésimo Primero: "Que, en consecuencia, concurre la causal de

casación por infracción de leyes reguladoras de la prueba. A este respecto no

debe olvidarse que cabe entender vulneradas este tipo de normas

principalmente cuando los sentenciadores invierten el onus probandi o carga de

la prueba, rechazan las pruebas que la ley admite, aceptan las que la ley

rechaza, desconocen el valor probatorio de las que se produjeron en el proceso

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Page 8: Recurso de Casación en el Fondo. OTROSI: ILUSTRISIMA CORTE

cuando la ley les asigna uno determinado de carácter obligatorio o alteran la

precedencia que la ley les diere. En el presente caso, se ha admitido una prueba

que la ley rechaza y que se consideró para acreditar la existencia y monto del

lucro cesante reclamado".

MODO EN QUE LOS ERRORES DE DERECHO DENUNCIADOS INFLUYEN

SUSTANCIALMENTE EN LO DISPOSITIVO DEL FALLO.

La infracción del artículo 1698 del Código Civil por parte del sentenciador,

ha liberado al demandante de la obligación de tener que probar el daño directo o

emergente, y al dar por probado un hecho en tal condición, ha permitido que en

conjunto con la infracción de los artículos 1702 del Código Civil y artículo 346 N°

1 del Código de Procedimiento Civil, esto es, dar valor probatorio a un

instrumento privado que no fue reconocido en juicio, llegue a resolver en el

punto II de lo dispositivo de la sentencia recurrida, que revoca la sentencia

apelada accediendo a la demanda de indemnización de perjuicios por daño

directo o emergente, condenando a la Municipalidad de Coyhaique al pago de la

suma de $3.689.000 por tal concepto.

Por otra parte, de haber ponderado adecuadamente el valor probatorio de

la cotización de las prótesis rolante a fojas 102 a 103, en su calidad de

instrumento privado, y no haberle atribuido a ella pleno valor, VS. Iltma. no

habría podido acreditar la existencia y monto del daño directo o emergente, ni

por ende la obligación de indemnizar este daño, por cuanto no fue probada su

existencia y monto en forma legal.

En consecuencia de no haber existido tal error de derecho o infracción de

ley, la sentencia recurrida hubiera debido necesariamente confirmar la de primer

grado, que rechazó la demanda en cuanto al daño emergente.

II.- INFRACCIÓN DEL ARTÍCULO 144 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL EN

RELACIÓN AL ARTÍCULO 19 DEL CÓDIGO CIVIL.

El sentenciador en el considerando décimo quinto ha señalado "Que, la

parte apelante, impugna también la sentencia en cuanto por ella se eximió del

pago de costas al municipio demandado, solicitando que se revoque la sentencia

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Page 9: Recurso de Casación en el Fondo. OTROSI: ILUSTRISIMA CORTE

en este punto y se haga lugar a la condena en costas; alegación esta última que

esta Corte de Apelaciones acogerá, por cuanto si bien es efectivo que el artículo

144 del Código de Procedimiento Civil, preceptúa en forma la parte que sea

vencida totalmente en un juicio será condenada al pago de las costas, ello no

significa que aquel en que se acoge la demanda, sólo parcial, necesariamente la

parte perdidosa deba quedar eximida de las mismas, más aún si, como ocurre en

el caso de autos, la parte demandante para perseguir la retribución por daños

directos y morales que estima legítimamente le pertenece, debió accionar ante

los tribunales, contratando profesionales del derecho para ello, lo que

obviamente no puede ser de su cargo sino de aquel que provocó el daño, en este

caso el municipio demandado, y por hechos que los demandantes, sin la voluntad

de su parte, se vio impelido a demandar y, en consecuencia, procede revocar la

sentencia por este capítulo y acceder a las costas solicitadas.".

Conforme a lo referido, el sentenciador en el considerando décimo quinto,

ha revocado la sentencia de primera instancia que no condenó en costas a la

demandada por no haber sido vencida totalmente en juicio. Lo anterior

constituye una vulneración del artículo 144 del Código de Procedimiento Civil en

relación con el inciso primero del artículo 19 del Código Civil, por cuanto ha dado

un alcance que difiere del texto expreso de la norma.

En efecto el referido artículo 144 dispone: "La parte que sea vencida

totalmente en un juicio o en un incidente, será condenada al pago de las costas.

Podrá con todo el tribunal eximirla de ellas, cuando aparezca que ha tenido

motivos plausibles para litigar, sobre lo cual hará declaración expresa en la

resolución. Lo dispuesto en este artículo se entiende sin perjuicio de lo

establecido en otras disposiciones de este Código". A su turno, el inciso primero

del artículo 19 del Código Civil prescribe: "Cuando el sentido de la ley es claro,

no se desatenderá su tenor literal, a pretexto de consultar su espíritu".

Como se puede apreciar del tenor del considerando Décimo Quinto, la Ilma.

Corte de Apelaciones ha fundado la procedencia de la condena en costas en la

necesidad en la cual incurrió la demandante de contratar los servicios de un

profesional abogado, situación que dista del texto legal que obliga al pago de las

costas solo en caso de resultar totalmente vencido, situación que en la especie

no se ha producido. Insistimos que el Tribunal de Alzada se ha excedido en la

interpretación de la norma, por cuanto las causales para la condena en costas

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Page 10: Recurso de Casación en el Fondo. OTROSI: ILUSTRISIMA CORTE

son de carácter taxativas, no siendo en el caso aplicables al demandado y

recurrente, puesto que atendida la cuantía demandada inicialmente contrasta

con el resultado del fallo de primera y segunda instancia. Por otra parte,

necesariamente se requería de la defensa por parte del municipio, teniendo por

ello motivo plausible para litigar como asimismo para alzarse; puesto que

independientemente que tanto el tribunal a quo como el ad quem estimen que el

daño moral fue acreditado lo cierto es que resulta controvertible la cuantía en la

que fue fijado.

MODO EN QUE LOS ERRORES DE DERECHO DENUNCIADOS INFLUYEN

SUSTANCIALMENTE EN LO DISPOSITIVO DEL FALLO.

La infracción del artículo 144 del Código de Procedimiento Civil por parte

del sentenciador, ha incrementado el perjuicio pecuniario que acarrea el

presente juicio para el presupuesto municipal. Lo hace responsable de los costos

de un juicio en el cual no ha resultado totalmente vencido, considerando que los

argumentos que arguyen los sentenciadores no son atendibles ni se ajustan a la

realidad judicial, puesto que el ejercicio de toda acción judicial requiere

necesariamente el asesoramiento y patrocinio de abogado, lo que puede resultar

hasta obvio, pero que en el caso de marras, el sentenciador ha endosado esta

responsabilidad al municipio, en lo que respecta al asumir el gasto. El argumento

extrapolado de los sentenciadores ha motivado que en el punto 1 de lo dispositivo

de la sentencia recurrida, se revoque la sentencia apelada condenando a la

Municipalidad de Coyhaique al pago de las costas de primera instancia a la parte

demandante.

De haberse aplicado adecuadamente el artículo 144 del CPC, y no haber

efectuado una interpretación extensible, vulnerando el artículo 19 del Código

Civil, VS. Iltma. no habría podido condenar en costas a la Municipalidad de

Coyhaique, simplemente porque no fue vencida totalmente en juicio.

En consecuencia de no haber existido tal error de derecho o infracción de

ley, la sentencia recurrida hubiera debido necesariamente confirmar la de primer

grado, que no condenó en costas a la parte demandante, por no haber sido

vencida totalmente en juicio y porque en último término, atendido los montos

involucrados y la acción deducida, el Municipio de Coyhaique habría tenido

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Page 11: Recurso de Casación en el Fondo. OTROSI: ILUSTRISIMA CORTE

motivo plausible para litigar.

III.- INFRACCIÓN DE LAS LEYES REGULADORAS DE LA PRUEBA DEL ARTÍCULO

1698 Y 1702 DEL CÓDIGO CIVIL Y ARTÍCULO 346 N° 1 DEL CÓDIGO DE

PROCEDIMIENTO CIVIL EN RELACIÓN CON EL ARTÍCULO 2330 y 224 y 225-2 DEL

CÓDIGO CIVIL.

El sentenciador en el considerando décimo tercero ha señalado "DÉCIMO

TERCERO: Que, en relación al daño moral, cabe señalar que de los antecedentes

existentes y prueba aportada y ponderada, se tiene por acreditado que con

motivo de los hechos, consistentes en el accidente ocurrido, la menor Antonella

Ida Adriazola Velásquez, acaecido el veintinueve de marzo de dos mil trece,

resultó, según el informe médico agregado a fojas 101, con amputación a nivel

de segunda falange del cuarto dedo derecho y articulación metacarpo falángico

de quinto dedo derecho, que le significó y significa aún diversas dolencias,

desmejorando su calidad de vida, si se considera que se trata de una menor de

siete años de edad que incluso tuvo que ingresar a una intervención

multidisciplinaria con sus familiares, recibiendo apoyo psicológico, para mejorar

la aceptación de su diagnóstico, ingresando también para sus controles a la

Fundación Teletón, por todo lo cual debe concluirse que efectivamente tales

circunstancias han afectado su vida personal y naturalmente la de sus padres,

sufriendo todos ellos, un daño moral que debe ser reparado y, respecto a ello

debe tenerse presente la amputación de dos dedos de su mano derecha, según el

informe de la médico fisiatra Teresa Pérez, conforme al informe médico de fojas

101". En tanto el considerando décimo cuarto señala: "DÉCIMO CUARTO: Que, en

consecuencia, de lo expuesto no cabe sino concluir que efectivamente y tal como

se ha señalado precedentemente, y lo reflexionado en los motivos Vigésimo

Noveno y Trigésimo del fallo que se revisa, no cabe sino concluir que

efectivamente la menor Antonella Ida Adriazola Velásquez, como consecuencia

del accidente que le originó las referidas lesiones, ha sufrido diversos dolores y

aflicciones como las que se han señalado en el motivo anterior, así como

también sus padres, y que le han significado permanentemente angustias,

desasosiego, tensiones, tristeza y congojas que deben ser reparadas, motivos por

los cuales procede acoger la indemnización por el daño moral solicitado, el que

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se regulará prudencialmente en la suma de $ 40.000.000, a favor de dicha menor

y $10.000.000 para cada uno de sus padres, esto es, Jaime Rodrigo Adriazola

Góngora y María Angélica Velásquez Vegas, tal como lo reguló el Juez A quo, en

el fallo que se examina, desechándose por ello el agravio que se denuncia en la

adhesión a la apelación referido al daño moral".

Conforme a lo referido, el sentenciador en el considerando décimo tercero,

para efectos de acreditar la existencia del daño moral tanto a favor de la menor

como respecto de los padres y posteriormente fijar la cuantía del daño moral en

el considerando décimo cuarto, se ha valido de elementos probatorios que no

revisten el carácter de tal, por tratarse de prueba excluida de nuestro

ordenamiento.

En efecto, los sentenciadores en el considerando décimo tercero han

validado un instrumento privado, a saber, el informe médico de mayo del 2013

agregado a fojas 101, emanado de doña Teresa Pérez, médico fisiatra del

Instituto Teletón de Puerto Montt, para efectos de dar por acreditado tanto las

lesiones que sufrió la menor como las eventuales consecuencias sicológicas que

ello significó. Al igual que lo señalado en el punto 1 de esta presentación (cuyos

argumentos reiteraré), la decisión y los argumentos del tribunal de alzada

contenida en el considerando décimo tercero y que sirven de base para la

condena por daño moral contenido en el considerando décimo cuatro no se ajusta

a la correcta interpretación del artículo 1698 del Código Civil, el cual dispone

que "Incumbe probar las obligaciones o su extinción al que alega aquéllas o ésta.

Las pruebas consisten en instrumentos públicos o privados, testigos,

presunciones, confesión de parte, juramento deferido, e inspección personal del

juez". Esto por cuanto corresponde a las partes del juicio acreditar los hechos

que sirven de fundamento a sus alegaciones. Atendido ello debe ser el mérito de

las actuaciones judiciales el que determine la carga de la prueba en el caso

particular y su distribución entre las partes. En el caso de autos, atendida la

acción de responsabilidad extracontractual por falta de servicio deducida por la

demandante, es ella quien, conforme a la interlocutoria de prueba rolante a

fojas 50, tuvo la carga de la prueba de acreditar los hechos positivos que

sustentan su demanda, en la especie la efectividad de haberse causado perjuicio

a los demandantes y en la afirmativa, causa, naturaleza y monto del mismo,

correspondiendo a esta parte solo contrarrestarlos. En base a lo resuelto, la

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sentencia de la Iltma. Corte de Apelaciones liberó al demandante del peso de la

prueba, vulnerando el artículo 1698 del Código Civil.

En segundo término, la sentencia del tribunal de alzada contenida en el

considerando décimo tercero vulnera el artículo 346 N° 1 del Código de

Procedimiento Civil con relación al artículo 1702 del Código Civil.

Que el informe médico que rola a fojas 101 de autos, constituye un

instrumento privado acompañado por la demandante, a la que el tribunal de

primera instancia tuvo por acompañado con citación, respecto del cual esta

parte lo objetó, incidencia que como consta en los considerandos cuarto, quinto

y sexto de la sentencia de primer grado, fueron desestimadas por el Juez por

considerarlas improcedentes.

Sin embargo del análisis que se pueda efectuar tanto de los argumentos del

considerando décimo tercero y cuarto de la sentencia recurrida, así como del

análisis efectuado por el juez de primera instancia en sus considerandos vigésimo

quinto y trigésimo quinto es posible advertir la importancia que le asignaron a tal

informe médico, por cuanto con ello dan por acreditado las lesiones sufridas por

la menor y constituye el antecedentes mediante el cual justifican la procedencia

y monto del daño moral, tanto respecto de la menor como de sus padres.

En efecto el considerando trigésimo quinto de la sentencia de primera

instancia señala: "TRIGÉSIMO QUINTO: Que, para la regulación de los montos

antes referidos, respecto de la demandante Antonella Ida Adriazola Velásquez,

se ha considerado la magnitud, gravedad, permanencia en el tiempo, efectividad

del daño ocasionado, y especialmente las circunstancias en que éste se produjo,

desde luego, porque las lesiones físicas producidas a la actora, a saber, la

amputación de dos dedos de su mano derecha, naturalmente, permiten presumir

que aquella experimentó un profundo dolor o aflicción espiritual, a lo que debe

sumarse el impacto emocional, que lógicamente es dable concluir de la

circunstancia de haber ocurrido ello mientras se divertía en una plaza de juegos

infantiles; teniendo también presente en este contexto el carácter de la

víctima, al ser afectada directamente y tener siete años de edad a (a fecha del

accidente, todo de acuerdo a los hechos asentados en el Considerando Vigésimo

Cuarto que precede; a lo que debe agregarse las circunstancias posteriores al

accidente, ya que la actora recibió apoyo psicológico a fin de mejorar la

13

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aceptación de su diagnóstico, lo que permite inferir razonablemente una

afectación emocional que se agrega a las circunstancias anteriores, debiendo

tener presente que no se rindió prueba por el demandado respecto de la

recuperación, secuelas y nuevas intervenciones o controles médicos que

permitan evaluar la permanencia de los daños sicológicos y eventualmente

determinar una cifra mayor de indemnización por este rubro, por el contrario

pareciera que la víctima ha logrado una evolución positiva, demostrando una

buena integración de su mano, sin pérdida de funcionalidad derivada de la

amputación, de acuerdo al certificado de la Médico Fisiatra, de fojas 101. Que,

respecto de los demandantes Jaime Rodrigo Adriazola Góngora y María Angélica

Velásquez Vega, se ha estimado para ponderar la cuantía del daño moral, el

hecho que significa el natural impacto emocional que produce el dolor o

aflicción de un hijo al verse expuesto a la pérdida de dos dedos de una de sus

manos, las circunstancias en que este hecho se produjo, especialmente, la

situación del padre en que tuvo que recibir los dedos cercenados de su hija, y el

apoyo posterior al accidente, tanto material como espiritual, monto que en todo

caso se fijó en una suma inferior a la otorgada a la demandante Antonella, por

haber experimentado aquellos demandantes un daño indirecto o por

repercusión, a diferencia de esta última. Que, al efecto se ha considerado,

además, para regular todos los montos antes referidos, la situación de la

demandada, en términos de la entidad de la falta de servicio cometida, el

tiempo de reacción para subsanar las malas condiciones de los juegos infantiles,

específicamente 7 meses y 19 días, de acuerdo a las actas de Junta de Vecinos

N° 136, de fojas 20 a 14, y la situación patrimonial presumiblemente solvente de

un Municipio que corresponde a un asiento de capital regional.".

Sin embargo, el sentenciador de primer grado así como los de segundo

grado, no logran explicar como un instrumento privado adquiere pleno valor

pasando por alto las disposiciones que regulan la prueba instrumental contenidas

tanto en el Código de Procedimiento Civil como en el Código Civil.

En consecuencia, el informe médico de fecha marzo de 2013 emanada de

doña Teresa Pérez, médico fisiatra del Instituto Teletón de Puerto Montt y que

rola fojas 101, constituye un instrumento privado, y que conforme al artículo

1702 del Código Civil y 346 N° 1 del Código de Procedimiento Civil, requiere

ratificación por quien lo elaboró o firmó, sin embargo, no consta en autos que

14

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doña Teresa Pérez haya comparecido como testigo a objeto de ratificarlo. En

consecuencia, los jueces del fondo, al establecer la existencia y extensión del

daño sufrido por la menor con el mérito de dicho informe médico, al que le

otorgan valor probatorio, no obstante tratarse de un instrumento privado

emanado de un tercero que no fue reconocido en juicio, han incurrido en

infracción de los artículos 346 del Código de Procedimiento Civil y 1702 del

Código Civil.

De acuerdo al artículo 1702 del Código Civil los instrumentos privados

carecen en principio de todo valor probatorio, el que sólo pueden llegar a tenerlo

si han sido reconocidos o mandado tener por reconocidos. Por otra parte,

conforme al artículo 346 del Código de Procedimiento Civil un instrumento

privado se entiende reconocido -en su numeral primero- cuando así lo ha hecho

en el juicio la persona a cuyo nombre aparece otorgado el instrumento. Debemos

agregar que no resulta procedente tener por reconocido dicho informe médico en

los términos del numeral 3 del citado artículo, por cuanto el apercibimiento que

se indica no es aplicable a esta parte, puesto que el documento no emana del

Municipio de Coyhaique. Finalmente es preciso destacar que dicho instrumento

privado, tampoco tiene carácter de informe pericial, por cuanto no se le dio tal

carácter y porque dicha diligencia fue solicitada por el demandante y no la

practicó en ninguna de las instancias.

En este sentido nuestra Excma. Corte Suprema, en sentencia de fecha

13.09.2004 en causa Rol N° 2026-2003, ha señalado de manera invariable que

"Para que los instrumentos privados puedan tenerse por reconocidos en juicio,

es indispensable que quienes los han emitido declaren como testigos en el juicio

mismo, reconociéndolos en cuanto a su procedencia y dando fe de la verdad de

su contenido, pasando a formar parte éste de la declaración testifical prestada

en el proceso". Asimismo, se ha señalado que "Para que los documentos privados

emanados de terceros tengan valor probatorio en juicio, es indispensable que

quienes los han emitido declaren como testigos en el juicio mismo

reconociéndolos en cuanto a su procedencia y dando fe de la verdad de su

contenido. De esta manera, el documento pasa a formar parte de la declaración

testimonial y tiene el valor que la ley atribuye a dicha prueba. Pero si no son

ratificados por el otorgante en la forma señalada, carecen de todo valor

probatorio" (Doctrina sobre fallo de la 1. Corte de Santiago de fecha 05.12.80,

15

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publicado en Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo 77, sec. 2a, pág. 154).

Respecto de la procedencia del recurso de Casación en el fondo por

infracción a las normas reguladoras de la prueba, nuestra Excma. Corte Suprema

en sentencia de fecha 25.10.2010 en causa rol 5880-2008, ha señalado en su

considerando Vigésimo Primero: "Que, en consecuencia, concurre la causal de

casación por infracción de leyes reguladoras de la prueba. A este respecto no

debe olvidarse que cabe entender vulneradas este tipo de normas

principalmente cuando los sentenciadores invierten el onus probandi o carga de

la prueba, rechazan las pruebas que la ley admite, aceptan las que la ley

rechaza, desconocen el valor probatorio de las que se produjeron en el proceso

cuando la ley les asigna uno determinado de carácter obligatorio o alteran la

precedencia que la ley les diere. En el presente caso, se ha admitido una prueba

que la ley rechaza y que se consideró para acreditar la existencia y monto del

lucro cesante reclamado".

Como se puede apreciar, la parte demandante se valió de instrumentos

privados que no fueron reconocidos en juicio, por lo que los sentenciadores tanto

de primera como de segunda instancia no pueden otorgarle valor probatorio

alguno, puesto que es el ordenamiento jurídico el que ha establecido los

requisitos que permitan establecer la validez de la prueba, y que el juez está

obligado a respetar y aplicar. Las lesiones de la menor no fueron objeto de

peritaje alguno, no existe informe médico que las avale y no se acompañó

informe sicológico que establezca las consecuencias a futuro como las que

podrían eventualmente estar afectando a la menor. Los sentenciadores, tampoco

acuden a las normas de las presunciones judiciales que permitan a lo menos

formar convicción respecto de las lesiones sufridas y sus consecuencias, por lo

que al dar por acreditado el daño moral en base a meras especulaciones y

razonamientos lógicos, importa vulnerar el sistema de prueba tasada o legal

impuesta por el legislador.

En este sentido lo señalado en nuestra adhesión a la apelación justamente

apuntaba a estos hechos, a la circunstancia de no existir prueba suficiente y que

el tribunal ha especulado respecto de las consecuencias que el accidente pueda

generar para el futuro y las consecuencias económicas que ello importa. No se

rindió prueba alguna que permita acreditar la entidad del daño y sus secuelas,

nada se dijo respecto de la recuperación, tratamientos o daño sicológico de la

16

Page 17: Recurso de Casación en el Fondo. OTROSI: ILUSTRISIMA CORTE

menor, sin embargo, las sentencias de ambas instancias lo dan por acreditado y

como un hecho de la causa que justifica la procedencia del daño moral, con lo

cual se liberó al demandante de su obligación de probar los hechos.

Esta infracción de ley, al reconocer valor probatorio a un instrumento

privado no reconocido en juicio, ha generado consecuencias perniciosas para esta

parte, por cuanto da por establecido circunstancias de relevancia en el juicio

para la procedencia del daño moral y excluye de esta manera la alegación hecha

por esta parte en lo referido a la exposición imprudente al daño, situación que

no fue en nada analizada y ponderada tanto por el sentenciador de primer grado

como por la Corte de Apelaciones. En efecto el considerando décimo cuarto hace

suyas las argumentaciones y reflexiones del juez de primera instancia, donde

éste último en su considerando trigésimo sexto señala: "TRIGÉSIMO SEXTO: Que,

en lo que respecta a la exposición imprudente al daño, alegada por la parte

demandada, a fin de reducir al mínimo la indemnización demandada, fundado en

el artículo 2330 del Código Civil, ya que estima que los demandantes fueron

imprudentes al permitir que su hija utilizara los juegos infantiles en mal estado,

situación esta última que era conocida de ellos, deberá desestimarse, ya que la

parte demandada no logró justificar que los padres de la niña afectada hayan

tenido conocimiento del mal estado del resbalín, ni tampoco puede estimarse

que dicho estado haya sido manifiesto o patente a simple vista, menos por quien

no tiene la experticia para ello, de acuerdo a lo expuesto por las testigos

Verónica Cristian Asmut Carvajal y Marlene Llancalahuen Nancul, de 76 a 83 y de

88 a 93 respectivamente, como tampoco es exigible para aquellos que se acercan

a disfrutar de dichas instalaciones, en las que se debe presumir, por un estado

de normalidad de las cosas, que estas se encuentran en condiciones de servir

para el fin en que han sido dispuestas a la comunidad, debiendo hacer presente

que quienes tenían conocimiento del mal estado de los juegos, previo al

accidente, era la Junta de Vecinos y por cierto la Municipalidad demandada, mas

no los demandantes".

Producto de lo anterior los sentenciadores han confirmado el daño moral

en la suma de $40.000.000 (Cuarenta millones de pesos) respecto de la menor

Antonella Ida Adriazola Velásquez y en $10.000.000 (diez millones de pesos) para

cada uno de los padres de la menor, don Jaime Rodrigo Adriazola Góngora y doña

María Angélica Velásquez Vega, sin tener en cuenta lo establecido en el artículo

17

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2330 del Código Civil que señala que: "La apreciación del daño está sujeta a

reducción, si el que lo ha sufrido se expuso a él imprudentemente."

Probado está en el proceso que el padre tenía perfecto conocimiento del

estado de los juegos, toda vez que como lo expone en la demanda, vive al frente

de los mismos, como asimismo de los acuerdos de la Junta de Vecinos. En esa

condición asoma con fuerza su posición de garante evitando la concurrencia a los

mismos.

Así entonces, y tal como se ha señalado durante todo el proceso de

acuerdo con lo dispuesto en el citado artículo 2330, la apreciación del daño está

sujeta a reducción si el que lo ha sufrido se expuso a él imprudentemente. Es

cierto que la responsabilidad civil tiene por objetivo reparar el daño causado, en

la medida que se ocasionó, de tal manera que si a él han contribuido otros, en

particular el padre de la víctima, debe supeditarse la distribución de la

responsabilidad a la causa en su justa medida. En principio, quien responde por

la totalidad del daño es quien lo ha causado, de allí que si no existió exposición

imprudente de la víctima al daño, no puede aplicarse reducción alguna de la

responsabilidad civil del demandado. Pero si la hubiera, como aparece de

manifiesto en el proceso, la conducta del padre de la víctima es culpable, ilícita.

Es preciso tener presente que la culpa en la víctima, ha influido

derechamente en la producción del daño, por lo que procede la reducción del

artículo 2330. Y de esta forma no corresponde en modo alguno indemnizar a los

padres, y en cuanto al daño de la menor este debe ser reducido a lo menos en un

50% tal como lo hizo la sentencia Rol 6426-2010 de la 1. Corte de Santiago

caratulada Aetna Chile Seguros Generales con Obrascon Huerta Latin S.A. que en

su considerando 12 señala: "12°.- Que en cuanto a la exposición imprudente al

daño, conforme a la norma de atenuación prevista en el artículo 2330 del Código

Civil, es dable precisar que en su virtud la culpa de la víctima, en caso de

existir, permite reducir la obligación indemnizatoria. En la especie, aun cuando

se encuentra acreditado que ICIL-ICAFAL, adoptó medidas de seguridad al dejar

estacionadas las máquinas en un lugar con visibilidad e iluminación suficiente y

que esa decisión fue comunicada al coordinador de la empresa OHL, la prudencia

imponía también, como conducta razonable, informar de aquella determinación

a la empresa de Ferrocarriles del Estado, comunicación que fue omitida. Es un

hecho de la causa que los coordinadores instalados en las cabinas de las

18

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Estaciones de Rancagua y Requinoa -personal de EFE- quienes autorizan la

entrada y salida en los respectivos enlaces, desconocían la existencia de

máquinas en la vía inhabilitada. Si bien no era dable exigir a la víctima balizas,

cuidadores o banderillas por cuanto no resulta procedente imponer las normas

de los Reglamentos sobre situaciones de emergencias, esa conducta de

información aparece como relevante por cuanto el estacionamiento de las

máquinas de la demandante, pudo ser advertido a quienes solicitaron

autorización para ingresar a la vía. Por consiguiente, la falta de cuidado de la

víctima, en este caso, la imprudencia de los trabajadores de la empresa ICIL-

ICAL, se encuentra acreditada, regulando éste tribunal en un 20% el descuento

que debe aplicarse al monto de la indemnización en conformidad a lo que

dispone el artículo 2330 del Código Civil".

En el mismo orden de ideas se pronuncia la sentencia de la 1. Corte de

Apelaciones de Concepción, Rol 1495-2010. Reducción de indemnización a

víctima de accidente de tránsito que se expuso imprudentemente, dictada con

fecha quince de abril de dos mil once. Señala la sentencia: "9.- Que el artículo

2330 del Código Civil dice que la apreciación del daño está sujeta a reducción, si

el que lo ha sufrido se expuso a él imprudentemente. Esta norma establece que

la apreciación del daño está sujeta a reducción cuando la víctima se ha expuesto

imprudentemente a él, la cuantía de esta reducción no tiene ningún índice

matemático, por lo que para fijarla es necesario examinar cada caso concreto y

resolver prudencialmente. La reducción, en todo caso, debe estar en relación

con la entidad de la imprudencia de la víctima. 10.- Que el que alega la

reducción de la apreciación del daño debe probar que la víctima se expuso

imprudentemente a él. El demandado Fisco de Chile para satisfacer su carga

probatoria rindió prueba testimonial con los dichos de Juan Montero Méndez,

Pedro Villarroel Camilo, Astrid Faulbaum Mayorga y César Pincheira López,

quienes están contestes que el accidente ocurrió en calle Baquedano, entre las

calles O'Higgins y Cruz en Yumbel, ocasión en que la víctima Cristofer Godoy

Pérez cruzó la calzada de calle Baquedano, a mitad de cuadra, por una zona no

habilitada para paso de peatones sin adoptar las precauciones mínimas antes de

cruzar la calle, máxime si lo hace de noche. Como bien lo resolvió la juez a quo

en el considerando 16° de la sentencia apelada, la demandada ha acreditado

suficientemente que la víctima se expuso imprudentemente al daño. 11.- Que

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cabe consignar que es procedente la reducción de la indemnización de los

demandantes que actúan a título personal, sin relación con los derechos de la

víctima que se expuso imprudentemente al daño. La Corte Suprema ha sostenido

que establecido que el muerto en un accidente del tránsito se expuso a él

imprudentemente, la indemnización por daño moral que reclama su madre

contra el responsable del cuasidelito de homicidio, debe reducirse según lo

prescrito en el artículo 2330 del Código Civil (Sentencia de 25 de octubre de

1979. En Repertorio de Legislación y Jurisprudencia Chilenas. Código Civil y

Leyes Complementarias. Tomo X. Editorial Jurídica de Chile, 1998, página 242).

Se ha fallado que debe aplicarse la disminución de la indemnización por

exposición imprudente al daño de la víctima, cuando quienes demandan son las

víctimas indirectas (Corte de Apelaciones de Santiago. 07 de agosto de 2002.

Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo 99, sección 3°, página 96). 12.- Que

en relación al tema en estudio, es útil señalar que la relación que une a la

víctima directa con la víctima por repercusión, hace posible para ésta alegar su

propio daño. Sin esa relación con la víctima no existiría el daño por repercusión.

Si la víctima directa incurrió en culpa, parece del todo justo que la

indemnización que piden las víctimas indirectas, sea también disminuida por la

exposición imprudente al daño que hizo aquélla. En doctrina el profesor Ramón

Domínguez Águila señala que el derecho a la acción de la víctima indirecta y la

existencia misma de su perjuicio personal arranca de la relación por lo menos

afectiva que la une con la víctima directa. Las circunstancias y el carácter del

hecho son los mismos para ambos titulares de la acción. De allí que la

responsabilidad del demandado frente a la víctima directa, se prolongue

también y del mismo modo para las víctimas por repercusión. El daño de éstas se

deriva del daño de aquélla. Ambos son indisociables y, por ende, deben ser

sometidos a una misma regla. Si las víctimas indirectas accionan a título

personal obtendrían reparación integral, es decir, quedarían en mejor situación

que la víctima directa por cuyo daño se les ha causado a ellos el que alegan por

repercusión ("Comentarios de Jurisprudencia." En Revista de Derecho.

Universidad de Concepción. N°s 215-216, 2004, página 362). El profesor Enrique

Barros Bourie dice que no se ve razón para que el tercero soporte toda la

responsabilidad si quién ejerce la acción es una persona distinta de la víctima

directa fallecida. Resulta ilógico, dice, que el demandado no disponga contra las

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víctimas de rebote de una excepción que dispondría contra la víctima directa

que sobreviva al accidente (En "Tratado de Responsabilidad Extracontractual",

Editorial Jurídica de Chile, 2007, página 439). Por último, la profesora Carmen

Domínguez Hidalgo sostiene que parece absurda una solución en que la víctima

indirecta obtenga más derechos que el perjudicado directo (En "El Daño Moral",

Tomo II, Editorial Jurídica de Chile, 2002, página 746). 13.- Que, por las razones

en los fundamentos precedentes, como bien lo hizo la juez de primer grado en el

razonamiento 17° de la sentencia en estudio, corresponde acoger la petición de

la demandada en orden a reducir el monto de la indemnización por haberse

expuesto la víctima directa, al daño producido. 14.- Que estos sentenciadores

estiman que la cuantía de la reducción de la indemnización efectuada por la

juez a quo en el considerando 17° de su sentencia, guarda relación con la

entidad de la imprudencia de la víctima directa". En la situación en estudio, la

cuantía de la reducción se ajusta a la dinámica de los hechos y se ha fijado

prudencialmente.

Cobra vital importancia las normas sobre el cuidado de los padres

contenidos en el Título IX del Libro I del Código Civil y que constituyen el

antecedente legal de su deber de garantes. En efecto el artículo 224 dispone:

"Toca de consuno a los padres, o al padre o madre sobreviviente, el cuidado

personal de sus hijos. Éste se basará en el principio de corresponsabilidad, en

virtud del cual ambos padres, vivan juntos o separados, participarán en forma

activa, equitativa y permanente en la crianza y educación de sus hijos".

A su turno el artículo 225-2 señala: "En el establecimiento del régimen y

ejercicio del cuidado personal, se considerarán y ponderarán conjuntamente los

siguientes criterios y circunstancias: letra b) La aptitud de los padres para

garantizar el bienestar del hijo y la posibilidad de procurarle un entorno

adecuado, según su edad".

Aquí hubo una clara negligencia de los padres, al conocer el estado de los

juegos, por cuanto ellos mismos manifiestan en su demanda que viven frente a

ellos y por tanto sabían de la periodicidad en sus mantenciones y los riesgos que

ello importaban.

De esta forma y de la apreciación de lo expuesto por el demandante en su

libelo, como de las mismas pruebas rendidas por el aparece de manifiesto que

conocía perfectamente el estado de los juegos, por lo que llevarla personalmente

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Page 22: Recurso de Casación en el Fondo. OTROSI: ILUSTRISIMA CORTE

a jugar aparece como un despropósito en su calidad de padre y por ende tiene el

deber de garante y en tal situación no puede pretender aprovecharse de su

propia negligencia requiriendo para sí y su cónyuge una indemnización.

En cuanto a la menor, los padres deben asumir su parte de la culpa, por la

que debe reducirse a lo menos en un 50% la indemnización por daño moral.

Como puede apreciar VSI. La infracción de ley cometida ha validado una

prueba mediante la cual se acreditó la existencia de las lesiones (daño) y las

eventuales consecuencias tanto psicológicas como económicas, que constituyen

el antecedente que justifica la procedencia del resarcimiento del daño moral y

culmina con la fijación de la cuantía del daño en la suma de $40.000.000 para la

menor afectada y $10.000.000 para cada uno de los padres, desplazando las

alegaciones de esta parte en orden a la exposición imprudente al daño por parte

de la víctima y que conlleva además a una desproporción en la fijación de los

montos condenados.

Finalmente es preciso hacer presente que no obstante las infracciones de

ley antes denunciados, resulta del todo desproporcionada la suma por daño moral

a la cual fue condenada el Municipio de Coyhaique, por cuanto esta parte en

todas las instancias hizo valer jurisprudencia respecto de situaciones similares

donde el monto condenado en ningún caso supera los montos del presente juicio.

Se produce la paradoja que el valor de la vida en muchos casos es menor que la

perdida de alguna parte del cuerpo. En el caso de marras se puede apreciar una

desproporción en relación a los montos que la Excma. Corte Suprema a

considerado para situaciones inclusive más graves o que dejan a la víctima en

una situación inclusive de invalidez total. Atendida esta situación procede

igualmente que el Tribunal de Casación proceda a una rebaja que se ajuste a la

realidad, como ya lo ha hecho en otras situaciones, como en la causa Rol 3.413-

2.013 seguida igualmente en contra de este Municipio.

MODO EN QUE LOS ERRORES DE DERECHO DENUNCIADOS INFLUYEN

SUSTANCIALMENTE EN LO DISPOSITIVO DEL FALLO.

La infracción del artículo 1698 del Código Civil por parte del sentenciador,

ha liberado al demandante de la obligación de tener que probar la existencia y

extensión del daño moral y sus repercusiones, y al dar por probado un hecho en

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tal condición, ha permitido que en conjunto con la infracción de los artículos

1702 del Código Civil y artículo 346 N° 1 del Código de Procedimiento Civil, esto

es, dar valor probatorio a un instrumento privado que no fue reconocido en

juicio, llegue a resolver en el punto III de lo dispositivo de la sentencia recurrida,

que confirma la sentencia apelada que acogió la demanda de indemnización de

perjuicios por daño moral, condenando a la Municipalidad de Coyhaique al pago

de la suma de $40.000.000 respecto de la menor Antonella Ida Adriazola

Velásquez y en $10.000.000 (diez millones de pesos) para cada uno de los padres

de la menor, don Jaime Rodrigo Adriazola Góngora y doña María Angélica

Velásquez Vega.

Por otra parte, de haber ponderado adecuadamente el valor probatorio del

informe médico rolante a fojas 101, en su calidad de instrumento privado, y no

haberle atribuido a ella valor alguno, VS. Iltma. no habría podido acreditar las

lesiones sufridas por la menor y mucho menos la existencia y monto del daño

moral, ni por ende la obligación de indemnizar este daño, por cuanto no fue

probada su existencia y monto en forma legal.

En consecuencia de no haber existido tal error de derecho o infracción de

ley, la sentencia recurrida hubiera debido necesariamente revocar la de primer

grado, rechazando la demanda en cuanto al daño moral o en su defecto

confirmarla pero con declaración de reducción del monto del daño moral por

exposición imprudente al daño por parte de la víctima y rechazando la demanda

respecto de los padres.

Se demuestra así, que la influencia de las infracciones denunciadas sobre

las que descansa el presente recurso, resultaron determinantes para la decisión

de la Corte de Apelaciones que, debiendo acoger el reclamo deducido, lo

rechazó. No existe modo más gráfico de demostrar la influencia en lo dispositivo

del fallo, las infracciones de derecho denunciadas.

CONCLUSION

VS. Iltma. La sentencia de segundo grado, recurrida por medio del presente

recurso de casación en el fondo, contiene múltiples errores de derecho, todos ya

latamente explicados y analizados, de modo tal que procede su anulación y

23

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dictar en su reemplazo una sentencia que, aplicando correctamente la ley,

confirme la sentencia de primer grado que rechaza la demanda en cuanto al daño

emergente demandado, no condene en costas al demandado y revoque la

sentencia definitiva en cuanto se acogió la demanda civil de indemnización de

perjuicios por responsabilidad extracontractual por falta de servicio y que

condena al demandado a pagar por concepto de daño moral las sumas allí

indicadas o en su defecto proceda a rebajar prudencialmente el monto del daño

moral considerando los argumentos referidos a la exposición imprudente al daño

por parte de la víctima.

POR TANTO,

En mérito de lo expuesto, de conformidad a lo dispuesto en los artículos 764

y siguientes del Código de Procedimiento Civil y demás normas aplicables y

legislación citada,

A US. ILTMA. PIDO, tener por interpuesto el presente Recurso de Casación en el

Fondo en contra de la sentencia definitiva de segunda instancia de fecha 03 de

Junio de 2015, dictada por la I. Corte de Apelaciones de Coyhaique, declararlo

admisible, acogerlo a tramitación, y concederlo para ante la Excelentísima Corte

Suprema, ordenando elevar los autos, a fin de que dicho Tribunal Superior

conociendo del presente recurso invalide el fallo recurrido, y conforme a lo

señalado en el artículo 785 del Código de Procedimiento Civil, dicte la

correspondiente sentencia de reemplazo que corresponda con arreglo a la ley, en

razón de existir infracción de ley y haber influido ésta infracción en lo dispositivo

del fallo, y para que en definitiva:

1° Confirme la sentencia de primer grado que rechaza la demanda en cuanto al

daño emergente demandado;

2° Confirme la sentencia de primer grado que no condena en costas al

demandado;

3° Revoque la sentencia definitiva de la Iltma. Corte de Apelaciones de

Coyhaique, en orden a rechazar la demanda de autos, en todas sus partes, o

4° En subsidio de lo anterior, se rebaje prudencialmente hasta el 50% del monto

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Page 25: Recurso de Casación en el Fondo. OTROSI: ILUSTRISIMA CORTE

del daño moral respecto de la menor y que respecto de los padres se deje sin

efecto de acuerdo a lo expresado,

5° Todo lo anterior, con expresa condena en costas.

OTROSI: A VS. ILTMA pido tener presente que en mi calidad de abogado

habilitado para el ejercicio de la profesión, con domicilio en calle Francisco

Bilbao N° 357, de la ciudad de Coyhaique, patrocinaré personalmente el presente

recurso de casación en el fondo y conservo el poder para actuar en el mismo.

25