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RECURSO DE NULIDAD SEXTO TRIBUNAL ORAL EN LO PENAL DE SANTIAGO CARLOS HERNÁN MUÑOZ SÁNCHEZ, abogado defensor, en representación del condenado don RICARDO ANTONIO NÚÑEZ REYES, en los autos RIT: 437-2015, RUC: 1400899691-2, por los delitos de infracción al artículo 3º de la ley 20.00 y a la ley 17.798, a Us. Respetuosamente digo: Que, encontrándome dentro del plazo que me confiere la ley, vengo en interponer Recurso de Nulidad en contra de la sentencia dictada con fecha 02 de Septiembre de 2015, por la sala del Sexto Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, integrada por los jueces doña Gabriela Carreño Barros, quien presidió, doña Paula Soledad De la Barra Van Treek, como jueza redactora, y doña María José Araya Álvarez, como integrante de la misma, todos titulares de dicho tribunal, la cual condena a don Ricardo Antonio Núñez Reyes a la pena de DIEZ AÑOS Y UN DÍA de presidio mayor en su grado medio, a las accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos, a la inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena, y al pago de una multa a beneficio fiscal ascendente a cuarenta Unidades Tributarias Mensuales, de acuerdo al valor de la Unidad Tributaria Mensual vigente al momento de su pago, como autor del delito consumado de tráfico ilícito de drogas o sustancias estupefacientes o psicotrópicas, perpetrado el 16 de septiembre de 2014 en la comuna de El Bosque. Asimismo, lo condena a la pena de TRES AÑOS Y UN DÍA de presidio menor en su grado máximo y a las accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para derechos políticos, y a la de inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos durante el tiempo de la condena, como autor de un delito consumado de porte y tenencia ilegal de armas de fuego ocurrido el día 16 de septiembre de 2014 en la comuna de El Bosque. Además, lo absuelve de los cargos formulados en su contra como autor del delito de tenencia ilegal de municiones y cartuchos, presuntamente ocurrido el día 16 de septiembre de 2014 en la comuna de El Bosque. Procedencia del recurso de Nulidad. Conforme lo dispone el artículo 372 del Código Procesal Penal, tanto el juicio oral como la Sentencia Definitiva dictada por el Tribunal Oral en Lo Penal son susceptibles de impugnación vía Recurso de Nulidad, situación que se da en el presente recurso, ya que a través de éste se impugna tanto el Juicio Oral como la Sentencia Definitiva dictada como consecuencia de este.

Recurso de Nulidad Ricardo Núñez abogado CARLOS MUÑOZ

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Recurso de nulidad presentado por el abogado Carlos Muñoz Sánchez, en contra de la sentencia rit 437-2015 del Sexto Tribunal Oral en lo Penal de Santiago.

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RECURSO DE NULIDAD

SEXTO TRIBUNAL ORAL EN LO PENAL DE SANTIAGO

CARLOS HERNÁN MUÑOZ SÁNCHEZ, abogado defensor, en representación del condenado don RICARDO ANTONIO NÚÑEZ REYES, en los autos RIT: 437-2015, RUC: 1400899691-2, por los delitos de infracción al artículo 3º de la ley 20.00 y a la ley 17.798, a Us. Respetuosamente digo:

Que, encontrándome dentro del plazo que me confiere la ley, vengo en interponer Recurso de Nulidad en contra de la sentencia dictada con fecha 02 de Septiembre de 2015, por la sala del Sexto Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, integrada por los jueces doña Gabriela Carreño Barros, quien presidió, doña Paula Soledad De la Barra Van Treek, como jueza redactora, y doña María José Araya Álvarez, como integrante de la misma, todos titulares de dicho tribunal, la cual condena a don Ricardo Antonio Núñez Reyes a la pena de DIEZ AÑOS Y UN DÍA de presidio mayor en su grado medio, a las accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos políticos, a la inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras dure la condena, y al pago de una multa a beneficio fiscal ascendente a cuarenta Unidades Tributarias Mensuales, de acuerdo al valor de la Unidad Tributaria Mensual vigente al momento de su pago, como autor del delito consumado de tráfico ilícito de drogas o sustancias estupefacientes o psicotrópicas, perpetrado el 16 de septiembre de 2014 en la comuna de El Bosque. Asimismo, lo condena a la pena de TRES AÑOS Y UN DÍA de presidio menor en su grado máximo y a las accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua para derechos políticos, y a la de inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos durante el tiempo de la condena, como autor de un delito consumado de porte y tenencia ilegal de armas de fuego ocurrido el día 16 de septiembre de 2014 en la comuna de El Bosque. Además, lo absuelve de los cargos formulados en su contra como autor del delito de tenencia ilegal de municiones y cartuchos, presuntamente ocurrido el día 16 de septiembre de 2014 en la comuna de El Bosque.

Procedencia del recurso de Nulidad.

Conforme lo dispone el artículo 372 del Código Procesal Penal, tanto el juicio oral como la Sentencia Definitiva dictada por el Tribunal Oral en Lo Penal son susceptibles de impugnación vía Recurso de Nulidad, situación que se da en el presente recurso, ya que a través de éste se impugna tanto el Juicio Oral como la Sentencia Definitiva dictada como consecuencia de este.

Plazo del Recurso.

El presente recurso, es interpuesto en tiempo y forma legal, toda vez que ha sido presentado de conformidad al plazo establecido por la Ley para tal efecto, esto es, 10 días corridos contados desde que ha sido notificada a las partes la sentencia definitiva dictada en autos, hecho acaecido el día 02 de Septiembre de 2015, por lo que el plazo expira el día 12 de septiembre del mismo año.

Fundo el presente Recurso de Nulidad en las siguientes causales, las que invoco una en subsidio de la otra:

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I.- PRIMERA CAUSAL INVOCADA: LA DEL ARTÍCULO 373 LETRA A) DEL CÓDIGO PROCESAL PENAL: ESTO ES, CUANDO EN LA TRAMITACIÓN DEL JUICIO O EN EL PRONUNCIAMIENTO DE LA SENTENCIA, SE HUBIEREN INFRINGIDO SUSTANCIALMENTE DERECHOS O GARANTÍAS ASEGURADOS POR LA CONSTITUCIÓN O POR LOS TRATADOS INTERNACIONALES RATIFICADOS POR CHILE Y QUE SE ENCUENTREN VIGENTES.

El primer reproche de nulidad invocado se funda en infracción de derechos y garantías fundamentales consagrados en la Constitución Política y en los Tratados Internacionales, producida, dicho sea el caso, en la valoración de la prueba, y consecuente resolución del asunto controvertido, o como indica el Código Procesal Penal (art. 373), “en cualquier etapa del procedimiento”, vulnerando el principio fundamental de un racional y justo proceso, lo que la Carta Fundamental dispone como “La igual protección de la ley en el ejercicio de sus derechos”. El debido proceso vulnerado, así “un racional y justo procedimiento” no se ha efectuado toda vez que el sentenciador ha violentado los principios de la lógica y de la justicia, al darle valor a pruebas de cargo completamente contradictorias, y por no atender a elementos probatorios que apuntaron (en su momento) claramente a develar dichas contradicciones, siendo desechados por el tribunal sentenciador este respecto, y dando valor solamente a una sola prueba (declaración del testigo teniente Alfonso Cárcamo Arce), adquiriendo convicción condenatoria sobre la base de dar por probados hechos cuya prueba no fue avalada por el otro testigo (teniente Felipe Vera Carimán) ni otros medios de prueba, y pese a ello ha legitimado la probanza del mismo hecho, sobre la base de evidencia inidónea o insuficiente, vulnerando de esta manera el debido proceso de derecho, atentando como se dirá, a la Igual protección de la ley en el ejercicio de los derechos de mi mandante.

Petición concreta respecto a la primera causal de nulidad invocada:

Conforme al artículo 386 del Código Procesal Penal, se anule el juicio oral y la sentencia recurrida, determinándose el estado en que debe quedar el procedimiento y ordenando la remisión de los autos al tribunal no inhabilitado que corresponda para la realización de un nuevo juicio oral.

Fundamentos de la primera causal de nulidad invocada:

A saber, la sentencia recurrida, y respecto de los delitos de TRÁFICO ILÍCITO DE ESTUPEFACIENTES y de PORTE Y TENENCIA DE ARMAS DE FUEGO, en su considerando SÉPTIMO, reza que:

“SÉPTIMO: HECHOS QUE SE HAN TENIDO POR ESTABLECIDOS.

Que con el mérito de las pruebas de cargo referidas, apreciadas con libertad, sin contradecir los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos científicamente afianzados, este Tribunal ha adquirido, más allá de toda duda razonable, la convicción de que el día 16 de septiembre de 2014, alrededor de las 22:00 horas, en el interior del domicilio ubicado en calle Océano Atlántico Nº 13.213, comuna de El Bosque, luego de una persecución, Ricardo Antonio Núñez Reyes fue sorprendido portando un revólver marca Amadeo Rossi, calibre .357, número de serie 2345, sin contar con las autorizaciones competentes, mientras que Mario Hernán Queipo

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Catalán fue sorprendido portando un revólver marca Taurus, calibre .38, número de serie 1576233, con 6 cartuchos del mismo calibre, sin contar con las autorizaciones competentes. Asimismo, Ricardo Antonio Núñez Reyes y Mario Hernán Queipo Catalán poseían o tenían en el interior del citado domicilio, sin contar con las autorizaciones competentes, diversos contenedores de cocaína base con un peso neto de 1 kilo y 13,2 gramos y de cocaína clorhidrato con un peso neto de 967,6 gramos, mientras que Ricardo Antonio Núñez Reyes tenía además una escopeta marca Maverick, calibre 12, serie Nº MV96071G, un revólver Smith & Wesson, calibre .38, número de serie 22651, y siete cartuchos calibre.38, efectuándose además el hallazgo de nueve cartuchos calibre.25”.

Así, es necesario resaltar que la defensa de don Ricardo Núñez Reyes, demostró más allá de toda duda razonable, que no era posible vincular el domicilio de calle Océano Atlántico N° 13.213 con mi mandante, toda vez que la declaración del mismo acusado Núñez, la del otro acusado Queipo, y la del oficial de carabineros más antiguo y a cargo del procedimiento, teniente Felipe Vera Carimán, todos ellos contestes, señalaron que don Ricardo Núñez no tenía vínculo alguno con dicho domicilio, que el único vinculado era Queipo, y que por lo tanto, lo sano era absolver a mi representado de los delitos de Tráfico de drogas y de tenencia de la escopeta Maverik y del revolver Smith & Wesson por el que se le condenó

Veamos, se dio por probado un hecho que en definitiva fue impuesto al tribunal sentenciador, a través de una declaración solitaria y sin apoyo de ningún otro medio de prueba, y más grave aún, en contradicción por lo señalado por el otro testigo de cargos. Nos referimos a la declaración de testigo teniente Alfonso Cárcamo Arce, quien a la pregunta, señala que el “creía” se podría vincular a mi mandante con el referido domicilio, por el hecho que habría pedido cambiarse unas zapatillas que se habrían encontrado en dicho domicilio, además de haber señalado ese mismo domicilio al momento de hacer la lectura de derechos, y finalmente, por figurar ese domicilio a su nombre, en el sistema “biométrico” del Registro Civil.

Es necesario señalar desde ya, que el ministerio público no aportó ninguna prueba al respecto, esto es, fijación fotográfica de las mencionadas zapatillas, copia de la lectura de derechos firmada por mi representado, ni tampoco se acompañó el biométrico a que hace referencia el teniente Cárcamo. Sin embargo, fue el mismo teniente quien le toma declaración al jefe del operativo, teniente Vera, quien señaló tanto en dicha declaración (que se encuentra en la carpeta investigativa) como en su testimonio en el juicio oral, que quien le pide a él mismo (a Vera) cambiarse zapatillas, es Queipo, y no Núñez, y jamás menciona a mi mandante en la situación de cambio de calzado. Tampoco hace referencia a la supuesta información en el sistema biométrico, siendo él el funcionario a cargo y “más antiguo”, y a la pregunta, sobre a cuál de los imputados o acusados se le vincula al domicilio, señala claramente que es únicamente a Queipo, y no a Núñez, dando razón de sus dichos en forma clara y concordante con los dichos de los acusados. No así e testigo Cárcamo, quien en ninguna etapa anterior de la investigación señaló la circunstancia de la zapatillas que habría vinculado a Núñez con el domicilio en cuestión, ni tampoco su vinculación con dicho inmueble con el sistema biométrico. Dicha “prueba” del sistema biométrico del Registro Civil que indicó haber consulado Cárcamo, no fue aportado como prueba, por lo que no se pudo contrastar, y tampoco está en la carpeta investigativa. Si así fuese, el Ministerio Público lo habría incorporado en la audiencia preparatoria del juicio oral, puesto era un elemento de suma relevancia para determinar la pertenencia de la droga y las armas incautadas, pero no fue así, toda vez que dicha prueba es inexistente, y solamente existe la referencia a su supuesta existencia en la testimonial del teniente Cárcamo, la que como dijimos, está en completa contradicción con la testimonial del otro testigo de cargo, el teniente Vera.

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Que si bien es cierto, el hecho de ponderar la prueba en forma tan errónea, por su naturaleza y circunstancias pertenece a otra causal de nulidad que también se desarrolla más adelante en el presente recurso, consideramos con justicia que la forma o manera de juzgar por parte del tribunal recurrido, violenta absolutamente las premisas constitucionales de velar por un racional y justo procedimiento, derecho fundamental de toda persona que ha de ser juzgada por violar las leyes nacionales y por un tribunal imparcial.

Que al tenor del artículo 5° de la Constitución Política del Estado, es deber de los órganos del Estado respetar y promover los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana, garantizados por la Constitución y por los Tratados Internacionales ratificados por Chile y vigentes, tales como el derecho a un racional y justo proceso, lo que no se ha dado en el caso de autos.

Pertinencia de la causal invocada:

Que al tenor del artículo 373 letra a) del Código Procesal Penal: “Cuando, en la cualquier etapa del procedimiento o en el pronunciamiento de la sentencia, se hubieren infringido sustancialmente derechos o garantías asegurados por la Constitución o por los tratados internacionales ratificados por Chile que se encuentren vigentes”. Acá hacemos mención a la vulneración del derecho consagrado en la Constitución Política en su artículo 19 “La Constitución asegura a todas las personas… N º 3: La igual protección de la ley en el ejercicio de sus derechos… Toda sentencia de un órgano que ejerza jurisdicción debe fundarse en un proceso previo legalmente tramitado. Corresponderá al legislador establecer siempre las garantías de un procedimiento y una investigación racionales y justos.”

Así, que como se ha dicho y demostrado, se han vulnerado groseramente los derechos de mi representado en orden a la posibilidad de ejercer sus derechos en forma justa y racional, más si además de preocuparse de demostrar su inocencia en el delito imputado de la ley 20.000 y la tenencia de las armas encontradas dentro del domicilio señalado, tiene que hacerse cargo post-juicio de las carentes y contradictorias prueba aportadas por el Ministerio Público, ente cegado por un mal entendido celo profesional, que ha incurrido en grave falta a sus deberes y en especial al Principio de Objetividad.

Respecto a la pertinencia de la causal en lo referente a hechos acaecidos con anterioridad al juicio oral, específicamente a la falta de prueba tendiente a vincular a mi defendido con el domicilio de cale Océano Atlántico N° 13.213, y por lo tanto con su posible vinculación con la droga encontrada y las armas por las que se le condenó injustamente, la Excelentísima Corte Suprema se pronunció al respecto, en Recurso de Nulidad rol: 3319-02 de la misma E. Corte Suprema, en este fallo se esboza la posibilidad de reclamar a través del recurso de nulidad contra ciertos vicios producidos en la etapa de investigación, que en particular afectan la garantía del debido proceso de derecho, en relación a la prueba incompleta e insuficiente aportada por el ente persecutor, a saber:

“Quinto: Que como se desprende de lo resumido en los considerandos precedentes, los vicios que se denuncian como justificativos de la causal de nulidad invocada por el imputado, se relacionan únicamente, con la forma irregular, como se habría verificado la incautación del arma de fuego que la policía encontró en un bolso que portaba éste al momento de su detención y porque la víctima habría efectuado un reconocimiento de su agresor, también en forma anómala. En consecuencia, se trata de gestiones practicadas por la policía en la etapa de la investigación en este procedimiento y cuya irregularidad atentaría con el principio de racionalidad y justicia que serian básicos para asegurar el derecho al debido proceso a que se refiere el

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artículo 19 Nº 3 inciso 5º de la Constitución Política de la República que establece que: Toda sentencia de un órgano que ejerza jurisdicción debe fundarse en un proceso previo legalmente tramitado. Corresponderá al legislador establecer siempre las garantías de un procedimiento y una investigación racionales y justos. Esta norma, que impone como derecho fundamental el principio del debido proceso, condiciona la legitimidad de la decisión jurisdiccional, en primer término a la existencia de un órgano dotado de la facultad de conocer y juzgar una causa civil o criminal, en los términos del artículo 73 de la Constitución Política y, en seguida, que la sentencia sea la consecuencia de un proceso previo, que en el sentir del constituyente, esté asegurado por reglas formales que conformen un racional y justo procedimiento cuya regulación deberá verificarse a través de la ley, que contemple como elementos mínimos de validez: permitir el oportuno conocimiento de la acción, adecuada defensa y producción de la prueba que correspondiere (sesión 103, páginas 16 y 17 Actas Oficiales de la Comisión Constituyente). A lo anterior la historia del precepto enfatiza también la existencia de un tribunal de alzada que pudiera conocer de un recurso intentado por el agraviado en contra de dicha sentencia. En el texto original, esta norma constitucional, estaba referida inicialmente al proceso jurisdiccional, o sea, al debate en el conocimiento y juzgamiento de la cuestión controvertida y que se agota dentro de las etapas de un proceso legal, que en el caso del nuevo Código Procesal Penal está relacionada con las audiencias practicadas ante el Juzgado de Garantía o ante el tribunal del juicio oral en lo penal, por lo que fue necesario modificar el texto constitucional, por medio de la ley 19.519, que lo modificó en el siguiente sentido un procedimiento y una investigación racionales y justos, con lo cual, la garantía se amplió también a los actos de instrucción de la policía y del Ministerio Público, referidos a la etapa de la investigación en el nuevo procedimiento criminal. De este modo, no hay duda que el concepto del proceso previo legalmente tramitado, incluye también a las actuaciones que deban practicar dichos sujetos procesales y el apartamiento de las normas de actuación por parte de éstos, puede, según se produzcan de manera irregular o incompleta, afectar garantías procesales del imputado que conduzcan a su ineficacia, en cuanto por su importancia, se puede llegar a legitimar la prueba de un hecho sobre la base de evidencia inidónea o ilegítima. Redacta el fallo el señor Milton Juica Arancibia.

Por otro lado, esta parte entiende que el mismo Código Procesal Penal se encarga de solucionar el problema al tratar la nulidad procesal, toda vez que hace el distingo en su Artículo 165: “Efectos de la declaración de nulidad. La declaración de nulidad del acto conlleva la de los actos consecutivos que de él emanaren o dependieren.

El tribunal, al declarar la nulidad, determinará concretamente cuáles son los actos a los que ella se extendiere y, siendo posible, ordenará que se renueven, rectifiquen o ratifiquen.

Con todo, la declaración de nulidad no podrá retrotraer el procedimiento a etapas anteriores, a pretexto de repetición del acto, rectificación del error o cumplimiento del acto omitido, salvo en los casos en que ello correspondiere de acuerdo con las normas del recurso de nulidad…”

Claro está entonces que procede la declaración de nulidad por actos viciados durante la etapa de juicio oral y su precedente de orden consecutivo, cual es la etapa investigativa, en la que en este proceso no se aportaron las pruebas que señaló intempestiva y antojadizamente el testigo Cárcamo, y además como es lógico entender, de no ser así, el recurso de nulidad no serviría al fin último del derecho, cual es lograr llegar a un principio de Justicia. Este principio de Justicia se entiende logrado por el potencial del recurso de nulidad, puesto su operatividad va a depender no de la declaratoria de nulidad de actuaciones o diligencias judiciales, sino que más bien de los efectos de éstas, teniendo como tales a las pruebas y evidencias que se generaron de actuaciones policiales y aportadas en la correspondiente audiencia preparatoria, o las que no se generaron pero sí fueron vinculadas a hechos dados por probados, con el sólo

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mérito de una declaración contradictoria con la demás prueba de cargo y del propio Ministerio Público, posteriormente sancionadas con la actividad judicial.

Como dice el profesor Andrés Rieutord Alvarado. Son estos “productos judiciales” los que eventualmente deberían verse desvirtuados por el accionar del recurso de nulidad y en definitiva “relegados” de la posibilidad de ser introducidos o valorados en un nuevo juicio oral originado por la declaratoria de nulidad de otro anterior.

La Irracionalidad del sentenciador:

“Cuando se habla de que un acto es irracional o que carece de razón, se está hablando de la actividad de un hombre pensante, el que ante una situación de la que es llamado a actuar: con todos los elementos conceptualizados, aprehendidos en su esencia, a su alcance, y en un acto volitivo reúne todos y cada uno de dichos elementos, haciéndolos interactuar e integrándolos, los que en sí constituyen un estímulo (el fruto de esta actividad cognitiva), el que por su propia naturaleza y acción ha de requerir una respuesta como tal, organiza y se reorganiza así mismo para dar respuesta a los requerimientos, siempre en atención a su posición en la sociedad (ejemplo: un juez dictando una sentencia); vistos hasta este momento el proceso cognitivo, ha de esperarse una respuesta al estímulo que se considere acorde a los elementos utilizados para la composición del nuevo concepto (que es la respuesta al estímulo), pero por factores externos a las facultades requeridas para llegar a ese puerto, como lo serían los humores humanos no racionales (emotivos o instintivos, como: rabia, odio, amor, deseo, temor, etc.), el proceso lamentablemente deviene en irracional (puesto se desconecta de la intelección, deviniendo somático), dando una respuesta al estímulo que no se esperaba, y lo peor, muchas veces no se puede revertir por la investidura del conceptor fallido: sentencia irracional e injusta, inapelable.”1

Así, de los elementos sustraídos del juicio oral, como lo son la propia prueba del Ministerio Público, y la prueba supuesta y no incorporada (dichos del teniente Cárcamo) perfectamente pueden llevar a una conclusión diversa de la sentencia, como lo sería que efectivamente, tal como lo declaró el condenado, es inocente de todos los cargos por los que se le ha acusado que se vinculan al domicilio en cuestión, y que los hechos son como los relata él y el teniente Vera, y no Cárcamo, sin otra prueba que lo avale o sustente, que a alturas ya del juicio oral, y después de meses de investigación y aporte de pruebas por parte del fiscal del caso, no se aportaron ni menos incorporaron, y por tanto, las contradicciones de la propia prueba de cargo, más los dichos de Cárcamo sin prueba de apoyo, provocarían al menos la duda razonable, direccionando hacia otro puerto la sentencia definitiva que nos convoca.

Luego de lo expuesto precedentemente, es de dudosa racionalidad que los jueces se formen la convicción en el sentido indicado por ellos en la sentencia, toda vez que dicha convicción apunta a establecer la responsabilidad penal sobre el hecho investigado de mi cliente, con la sola declaración NO conteste con las otras señaladas. Así, es dable pensar que es efectivo lo depuesto por los testigos de descargo y el teniente Vera, lo que no se sabrá salvo se anule por el vicio indicado el juicio oral y la sentencia.

Por todo lo dicho, es que esta defensa no sólo ve un acto irracional en el proceso, tanto protagonizado por el Fiscal de la investigación al no haber fijado como prueba las zapatillas, haber acompañado al proceso el “biométrico”, y tener por constituido

1 (Libro de Filosofía Cultural, Junio 2010; Filosofía del Derecho, Jean Tousand de Santi –Decano Facultad de Derecho y de Filosofía de la “Sorbone”, Universidad de París).

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domicilio el supuestamente señalado en la lectura de sentencia, lo que a consulta de mi mandante, jamás dijo eso, sino que señaló su propio domicilio, situado en calle Vecinal Sur N° 1149, como asimismo por los jueces orales, seguidilla de anomalías que han devenido en una condena privativa de libertad que ensucia el derecho y lo aleja de su fin máximo: La Justicia.

Otra arista importante dentro del debido proceso y la obligación de ceñirse a los límites a la libre valoración de la prueba, consiste específicamente en los principios in dubio pro reo y ultima ratio, y cómo se materializan en el razonamiento que debe hacer el sentenciador.

Violentado de esta manera ha sido el derecho fundamental de obtener de los Órganos Jurisdiccionales competentes un Racional y Justo Procedimiento.

Por todo ello es que reiteramos esta solicitud, en orden a que de conformidad al artículo 386 del Código Procesal Penal, se anule el juicio oral y la sentencia recurrida, determinándose el estado en que debe quedar el procedimiento y ordenando la remisión de los autos al tribunal no inhabilitado que corresponda para la realización de un nuevo juicio oral.

II.- EN SUBSIDIO DE LO ANTERIOR, SE INVOCA COMO SEGUNDA CAUSAL DE NULIDAD LA DEL ARTÍCULO 374 LETRA E) DEL CÓDIGO PROCESAL PENAL: ESTO ES, CUANDO EN EL PRONUNCIAMIENTO DE LA SENTENCIA, SE HUBIERE OMITIDO ALGUNO DE LOS REQUISITOS PREVISTOS EN EL ARTÍCULO 342, LETRAS C), D) O E).

El segundo reproche de nulidad invocado se funda en la omisión, al pronunciarse la sentencia, del requisito de la letra c) del artículo 342 del Código Procesal Penal, vale decir, que la sentencia definitiva deba contener: la exposición clara, lógica y completa de cada uno de los hechos y circunstancias que se dieren por probados, fueren ellos favorables o desfavorables al acusado, y de la valoración de los medios de prueba que fundamentaren dichas conclusiones de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 297 del mismo cuerpo legal. Así, el reproche de nulidad se hace consistir en la errónea valoración de los medios de prueba por lo que se dan por probados los hechos que reza la sentencia, incumpliendo lo dispuesto en el artículo 297 del Código Procesal Penal, en cuanto no se cumplen los estándares requeridos por dicha norma para valorar la prueba, pese a la libertad que dicha norma otorga al sentenciador, puesto claramente se contradicen los principios de la lógica y en especial las máximas de experiencia de las que debe necesariamente apoyarse en estos casos un juez de La República, por norma expresa, limitaciones a la libertad entregada para la valoración de la prueba, por el artículo 297 del Código Procesal Penal.

Petición concreta respecto de la segunda causal de nulidad invocada:

Conforme al artículo 386 del Código Procesal Penal, se anule el juicio oral y la sentencia recurrida, determinándose el estado en que debe quedar el procedimiento y ordenando la remisión de los autos al tribunal no inhabilitado que corresponda para la realización de un nuevo juicio oral.

Fundamentos de la segunda causal de nulidad invocada:

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Que de conformidad al artículo 297 del Código Procesal Penal, sobre la valoración de la prueba, los tribunales apreciarán la prueba con libertad, pero no podrán contradecir los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos científicamente afianzados.

Así, las limitaciones a la valoración de la prueba con libertad, es justamente, la no contradicción de los principios de la lógica, las máximas de experiencia y los conocimientos científicamente afianzados.

Primeramente, habrá que analizar que entendemos por libertad probatoria, a saber: La libertad probatoria en materia penal, siguiendo las ideas de variados autores2, podríamos considerarla como la posibilidad de que cualquier elemento, hecho o circunstancia que sea objeto del procedimiento penal, y por ende que revista importancia para lo que será la decisión final, pueda ser probado por cualquier medio de prueba. Para el profesor Sabas Chahuán Sarrás, la mayor característica de esta forma de apreciar la prueba, es que el juez no se encuentra vinculado a reglas probatorias, es decir, no hay reglas que regulen de antemano el valor que debe otorgar a cada elemento o medio probatorio.

A juicio del profesor español Juan Igartua Salaverria el sistema de libre valoración de la prueba que contempla nuestro Código Procesal Penal goza de una posición dominante en los sistemas procesales contemporáneos, entendiendo que el término “valoración” sería bidimensional, porque implicaría decisión y justificación. Exigiéndose a los jueces estar “íntimamente convencidos” de la decisión adoptada, pero además razonar los fundamentos de su convicción, es decir, motivar la decisión3.

Pero esta libertad probatoria que contempla nuestro CPP no es absoluta, se encuentra limitada, tal como se ha dicho.

De esta manera, los principios lógicos obligan al juez en su labor valorativa a tener en cuenta las reglas del pensamiento lógico formal, de lo contrario se estará ante una falacia o razonamiento incorrecto. Es por ello la importancia del presente recurso de Nulidad, toda vez que a través de él, podremos retornar al buen camino, al de la justicia, cuando logremos a mediante de la técnica legal (articulado del recurso) demostrar, pese a la inmediación del tribunal sentenciador, que se ha desarrollado de forma incorrecta el razonamiento, ese pensamiento lógico y formal que fundamenta la convicción de los jueces del TOP, viciando así su decisión.

Así, en el considerando SEXTO de la sentencia, En el análisis de la prueba rendida, se aprecia:

“SEXTO: ANÁLISIS DE LA PRUEBA RENDIDA Y CONFIGURACIÓN DE LOS DELITOS.

1º Que según se comunicó a los intervinientes en el veredicto de fecha 28 de agosto del año en curso, en criterio del tribunal la prueba rendida por el ente persecutor resultó suficiente para establecer, más allá de toda duda razonable, la existencia del delito de tráfico ilícito de drogas y de los delitos de porte y tenencia ilegal de armas de fuego.

En efecto, el análisis que han efectuado estas sentenciadoras, luego del estudio acucioso de los elementos probatorios rendidos, les ha llevado a concluir que el día 16 de septiembre de 2014, en horas de la noche, en circunstancias que 2 (9 Maier, Julio B.J. Derecho Procesal Penal, I. Fundamentos. Buenos Aires: Editores del Puerto. 1999, p. 864. Carocca, Alex. El Nuevo Sistema Procesal Penal.., p. 229-230. Cerda San Martín, Rodrigo. Hermosilla Iriarte, Francisco. El Código Procesal Penal. Santiago: Librotecnia, p. 289)3 (Igartua Salaverria, Juan. Valoración de la Prueba, Motivación y Control en el Proceso Penal. Valencia: Tirant lo blanch alternativa, p. 32,152).

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Ricardo Antonio Núñez Reyes se encontraba en la esquina de Océano Atlántico con Vecinal Sur, en la comuna de El Bosque, a pocos metros de su domicilio, fue sorprendido por funcionarios de carabineros que realizaban un patrullaje preventivo por el sector, quienes lo vieron portando en su mano derecha un arma de fuego, y al proceder a controlarlo, identificándose como oficiales de la policía, Núñez Reyes huyó rápidamente hasta su domicilio, donde además se detuvo a otro sujeto y se efectuó el hallazgo de droga y demás armamento.

Antes que todo es relevante comenzar el análisis de la prueba asentando los motivos que tan tenido estas juezas para concluir que el domicilio de Océano Atlántico Nº 13.213, donde se realizó el procedimiento policial, corresponde efectivamente al acusado Ricardo Antonio Núñez Reyes, toda vez que de estos razonamientos se desprenden todos los argumentos posteriores en relación a los delitos que se han tenido por acreditados y la participación que en cada uno de ellos correspondió a los acusados en la forma que se determinó en el veredicto.

En efecto, si bien el acusado Ricardo Antonio Núñez Reyes negó tener o haber tenido cualquier tipo de vinculación con el inmueble de Océano Atlántico Nº 13.213, de la comuna de El Bosque, versión en la que fue apoyado por el coimputado Mario Hernán Queipo Catalán -quien señaló que él sólo se encontraba al interior del inmueble porque un tal Guillermo, de quien desconoce más antecedentes, le habría pedido que se lo cuidara por una noche a cambio de dinero y drogas-, lo cierto es que la prueba que aporta el Ministerio Público apunta precisamente en sentido contrario, y ha permitido al tribunal adquirir la convicción, en los términos del artículo 340 del Código Procesal Penal, de que el inmueble en cuestión efectivamente corresponde al acusado Núñez Reyes.

Primeramente, para explicar la certeza del tribunal en este punto crucial, hay que tener en consideración los relatos de los funcionarios Felipe Vera Carimán y Alfonso Cárcamo Arce, en lo que atañe a la conducta desplegada por el acusado Ricardo Núñez al verse sorprendido por carabineros.

De acuerdo a los testimonios concordantes de ambos policías, este sujeto, al momento de identificarse ellos como funcionarios de carabineros, se dio a la fuga, procediendo a ingresar rápidamente al domicilio de Océano Atlántico Nº 13.213, el cual se encontraba a muy pocos metros del lugar, a no más de dos casas de distancia, según precisa Felipe Vera.

Esto es muy relevante, en primer lugar, porque si bien el acusado Núñez Reyes estaba afuera del domicilio, no se hallaba lejos de éste, sino que muy próximo a él, y además es importante desde que, según fluye de los relatos de los policías, el acusado no fue tanteando las puertas de las casas que separaban a este domicilio del lugar en que se inició la persecución, sino que se dirigió derechamente a este inmueble, y, de acuerdo a la forma en que procedió, se desprende que necesariamente sabía que la reja y la puerta del citado domicilio estaban únicamente juntas y no cerradas con llave, lo que claramente permite vincularlo con el domicilio, pues de haberse tratado de una persona absolutamente extraña al inmueble, en la premura que razonablemente genera el propósito de huir de carabineros, habría intentado ingresar por cualquier vía, incluso alguna no destinada al efecto, como por ejemplo, saltando la reja, como acertadamente argumentó el Ministerio Público en su clausura, lo que en la especie no ocurrió, resultando muy pertinentes en esta parte las precisiones que en su relato efectuó el testigo Cárcamo Arce, quien refirió que este individuo sólo empujó la reja e ingresó, lo que significa que la reja no se encontraba abierta de par en par, sino que junta , por lo que desde el exterior se percibía cerrada, contexto en el cual, la acción del acusado Núñez, de empujar la reja para entrar, pone en evidencia, de acuerdo a la lógica y las máximas de la experiencia, que sabía que con un empujón la reja cedería, y que él

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podría acceder rápidamente de esa forma al inmueble, conocimiento que, se reitera, permite vincularlo, preliminarmente, con el inmueble en cuestión…”

Todo este razonamiento, este recurrente considera con bases, no solo está completamente errado, sino que además es antojadizo, poco serio, infundado, parcial, injusto, antijurídico y sobre todo, irracional y desapegado completamente de la lógica, las máximas de experiencia y de los conocimientos científicamente afianzados.

Veamos.

a) La sentencia que una de las bases para concluir que el domicilio señalado pertenecía a Núñez Reyes, es en primer término que al verse sorprendido en la vía pública, caminando, trasladándose (mismo relato concordante del sentenciado y del Teniente Vera), se encontraba CERCA, del domicilio: o sea, si uno está cerca de algo, es de uno… falso.

b) Que por el hecho de ingresar rápidamente al domicilio, porque se encontraba CERCA… “Esto es muy relevante, en primer lugar, porque si bien el acusado Núñez Reyes estaba afuera del domicilio, no se hallaba lejos de éste, sino que muy próximo a él, y además es importante desde que, según fluye de los relatos de los policías…” Este recurrente se pregunta, si alguien camina por una calle, y pasa cerca de un domicilio, por ese hecho es el dueño del domicilio? Que fluya de los relatos de los policías no significa absolutamente nada, toda vez que el mismo Núñez señaló en su testimonio del juicio, exactamente lo mismo, y la cercanía al lugar solo indica algo: que al haber sido perseguido por la policía a tan pocos metros, era la única manera posible de intentar al menos evadirá, o sea, ingresar a un domicilio con la puerta entreabierta.

c) “…el acusado no fue tanteando las puertas de las casas que separaban a este domicilio del lugar en que se inició la persecución, sino que se dirigió derechamente a este inmueble, y, de acuerdo a la forma en que procedió, se desprende que necesariamente sabía que la reja y la puerta del citado domicilio estaban únicamente juntas y no cerradas con llave…” Es alarmante leer este razonamiento, al decir que se desprende el conocimiento del acusado de un hecho que jamás se dijo ni estableció por prueba alguna: que no fue tanteando las puertas de las casas. Esto no puede establecerse tan antojadizamente, toda vez que de los relatos tanto de Núñez Reyes, como de ambos policías, se señala que salió arrancando con una ventaja de solo unos 3 metros, entonces, ¿es dable pensar que se tomaría el tiempo para ir tanteando las puerta de las casas?, o que conocía el estado de una puerta? El teniente Vera señaló claramente que la reja estaba abierta, y por tanto, ingresar a dicho inmueble en semejante persecución, era la única salida razonable para al menos intentar evadir a los policías. Oro error de lógica de los sentenciadores.

d) “…pues de haberse tratado de una persona absolutamente extraña al inmueble, en la premura que razonablemente genera el propósito de huir de carabineros, habría intentado ingresar por cualquier vía, incluso alguna no destinada al efecto, como por ejemplo, saltando la reja…” Acá insistimos, ¿Para qué iba a saltar una reja, atorarse en ella, ser pillado, considerando que lo venían siguiendo a unos escasos 3 metros, si ve que la reja de entrada estaba abierta? Este razonamiento es ilógico, tal como lo establece el tribunal recurrido. Otro error de la lógica.

e) “…lo que significa que la reja no se encontraba abierta de par en par, sino que junta, por lo que desde el exterior se percibía cerrada…” Nos preguntamos, ¿Cómo puede el tribunal decir con tanta propiedad que la reja desde el exterior se percibía cerrada? Felipe Vera, teniente de carabineros y al

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mando del equipo policial, señaló claramente que la reja se encontraba abierta. Esta aseveración del tribunal es aberrantemente parcial, antojadiza y fuera de toda lógica, y contradiciendo no solo los principios de la lógica y máximas de experiencia, sino que desoyendo los mismos testimonios de cargo, que señala uno que la puerta estaba abierta (Vera), y el otro entreabierta (Cárcamo). Vera venía inmediatamente detrás de Núñez, obstaculizando la visión de Cárcamo.

Al efecto, este recurrente ha realizado una trascripción literal de la declaración del testigo Felipe Vera Carimán, señalando en sus partes pertinentes, con minutos y segundos, quien hace referencia a estos hechos, en forma clara y precisa, recordando que era el oficial más antiguo, que estaba a cargo, y que se encontraba más cerca de mi mandante, a saber:

TESTIGO FELIPE VERA CARIMÁN:

Nomenclatura:

F: Fiscal; T: testigo Felipe Vera; D: Defensor; JP: Jueza Presidenta)

Minuto 08:15

F: huye esta persona, usted dijo por calle Océano Atlántico hacia el sur, cierto?T: síF: cuánto alcanza a correr antes de ingresar a este domicilio de Océano AtlánticoT: no más de 10 metrosF: ok, cuántas casas si se recuerda, si se recuerda, desde donde estaba, hasta

dónde ingresa?T: unas dos casas, dos casasF: ok. Para hacer ingreso esta persona a esa casa, cómo lo hace? Porque

usted dice que lo iban siguiendo a unos cuatro metros aproximadamente.

Minuto 08:48T: Sí, el ingresa, ESTABAN LAS PUERTAS ABIERTAS, ESTABAN LAS

PUERTAS ABIERTASF: esa casa tiene o no tiene antejardín, para ingresar al inmuebleT: sí tiene antejardín, tiene una puerta que recuerdo que es negra, que es para

entrar, y la puerta de la casaF: o sea, qué distancia había entre a puerta de la reja hasta el inmueble

propiamente tal, de la puerta del antejardínT: cuatro metrosF: ok, esta persona alcanzó a entrar al inmueble?T: síF: para hacer ingreso al inmueble, usted se alcanza a percatar cómo

logra ingresar al inmueble? Me refiero si la puerta estaba abierta, tuvo que abrirla, cómo se logra el ingreso?

Minuto: 09:28T: NO, LA PUERTA DEBE HABER ESTADO JUNTAF: yaT: LA PUERTA DEBE HABER ESTADO JUNTA, PORQUE SE FACILITÓ EL

INGRESO. ESTABA FÁCIL EL INGRESO, y ahí fue donde encontramos a los dos individuos, justamente en el living

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F: ok…

Minuto: 32:00D: Ese domicilio señaló que tendría una reja de antejardín y una puerta de acceso

al domicilio del inmueble. Recuerda como estaban dichos accesos?T: cuando yo entré ya estaban abiertosD: estaba abiertoT: claroD: usted recuerda si el señor Núñez tuvo que abrir la reja?... vió?T: no, no creo que la haya tenido que abrir, porque entró de fácil maneraD: pero sin embargo eso no lo pudo percibir, o sea, usted, usted cree esoT: cómo?D: usted cree que…

Minuto: 32:33T: no, yo lo llevaba a corta distancia, por lo tanto pude percibir de que él

entró fácilmente al domicilioD: ya pero usted me señaló hace un momento que, que no creía que podría

haber abierto la rejaT: claro, porque usted me preguntó si, si es que la puerta estaba… si alguien se

la abrió o no… yo creo que él fácilmente entró, YO LO PUDE OBSERVARD: estaba sin llaveT: exacto, DEBE HABER ESTADO ENTRE ABIERTO, según mi apreciaciónD: según su apreciaciónT: claroD: y el portón, la puerta de acceso al inmueble? Usted, ve el momento preciso

cuando entra el señor Núñez a este inmueble?T: síD: Y SEGÚN SU APRECIACIÓN, COMO DEBE HABER ESTADO LA PUERTA DEL

INMUEBLE?T: ENTRE ABIERTAD: entre abierta, ya…

Claramente el testigo Felipe Vera Carimán, Teniente de la SIP de Carabineros, más antiguo en dicho procedimiento y quien tuvo un actuar de cercanía física mayor con mi mandante, señaló claramente que la puerta de afuera estaba abierta, y la de entrada al inmueble mismo, estaba entre abierta, y que la entrada fue fácil, que la persecución cercana, y que jamás perdió contacto visual con Núñez.

Entonces, este recurrente no ve motivo alguno para sustentar el razonamiento de los jueces de la causa.

Continuamos analizando el CONSIDERANDO SEXTO:

“…A lo anterior hay que añadir todos los antecedentes que aporta en relación a este punto el funcionario Alfonso Cárcamo Arce, quien señala que efectivamente, una vez en la unidad policial, al momento de identificar a los detenidos, en el sistema biométrico, que forma parte de la base de datos del Registro Civil, pudo verificar que efectivamente el domicilio que aparecía asociado al detenido Ricardo Antonio Núñez Reyes correspondía al inmueble de Océano Atlántico Nº 13.213, El Bosque, a lo que además se suma la circunstancia de que, según el testimonio del mismo policía, al momento de dar lectura de los derechos a los detenidos, y de apercibirlos de conformidad a lo que establece el artículo 26 del Código Procesal Penal, el detenido Ricardo Núñez Reyes aportó precisamente como domicilio el de Océano Atlántico Nº 13.213 en la comuna de El Bosque.

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Todo este razonamiento, este recurrente considera con bases, no solo está completamente errado, sino que además es antojadizo, poco serio, infundado, parcial, injusto, antijurídico y sobre todo, irracional y desapegado completamente de la lógica, las máximas de experiencia y de los conocimientos científicamente afianzados.

Veamos.

a) “…A lo anterior hay que añadir todos los antecedentes que aporta en relación a este punto el funcionario Alfonso Cárcamo Arce, quien señala que efectivamente, una vez en la unidad policial, al momento de identificar a los detenidos, en el sistema biométrico, que forma parte de la base de datos del Registro Civil, pudo verificar que efectivamente el domicilio que aparecía asociado al detenido Ricardo Antonio Núñez Reyes correspondía al inmueble de Océano Atlántico Nº 13.213, El Bosque…” Este medio de prueba, el registro del sistema biométrico del Registro Civil, no es real, es una invención del teniente Cárcamo, y ello además no fue sustentado por ningún otro medio de prueba, y dicho biométrico, tal como se hace siempre en estos casos, es adjuntado a la carpeta de investigación, y con mayor razón incorporado como prueba, y específicamente en este proceso era fundamental hacerlo, puesto el fiscal de la causa necesitaba apoyar su acusación que vinculaba a Núñez Reyes con dicho domicilio, pero no acompaña dicho documento, no se presenta en juicio, toda vez que no existe. El único domicilio conocido de Ricardo Núñez, es el de calle Vecinal Sur N° 1149, Villa Los Volcanes, comuna de El Bosque, por lo que el razonamiento de la sentencia está errado y es injusto.

b) “…a lo que además se suma la circunstancia de que, según el testimonio del mismo policía, al momento de dar lectura de los derechos a los detenidos, y de apercibirlos de conformidad a lo que establece el artículo 26 del Código Procesal Penal, el detenido Ricardo Núñez Reyes aportó precisamente como domicilio el de Océano Atlántico Nº 13.213 en la comuna de El Bosque…” Esto es falso, y es muy informal, poco serio y jurídicamente aberrante que el sentenciador de fe de este dicho, sino se aporta otra prueba que lo sustente. En el alegato de clausura del defensor en ese entonces de don Ricardo Núñez, se dijo claramente que el acusado se reservó el derecho a guardar silencio, y que jamás aportó ese domicilio. Es curioso que todas las pruebas que tienden a vincular a Núñez con el domicilio de calle Océano Atlántico 13.213, provienen de las declaraciones de un solo testigo de cargo, y en contradicción del otro testigo fiscal, quien era el oficial de mayor rango, el que estaba a cargo del procedimiento, el que tenía una inmediación física con el acusado, y que declara situaciones diversas a las declaradas por el testigo Cárcamo, y es Cárcamo quien le toma declaración a dicho teniente, Felipe Vera, y en la audiencia de juicio olvidó el contenido de la declaración de su teniente, la que por cierto era muy distinta y contradictoria a la prestada por él. Ergo, Núñez jamás señaló como domicilio el que dice Cárcamo, puesto guardó silencio, no firmó nada, y es extraño que el tribunal valore esos dichos sin la prueba documental que la avalaría teóricamente. Otro error de lógica del tribunal.

El teniente Vera, que era quien estaba a cargo de toda la diligencia, no refiere dicho antecedente, ni lo menciona, estando presente en todo momento, y tampoco lo refiere en su declaración el día de los hechos, ni durante la investigación, ni en la audiencia de juicio oral. Solo es un germen de la imaginación del teniente Cárcamo, para sustentar y amarrar la teórica responsabilidad de mi cliente con la droga y las armas, las que necesariamente decían tener dueño, y así producir una buena prueba que tendiera a ese objetivo, lo que desde ya constituye el delito de obstrucción a la investigación, agravada.

Continuamos analizando el CONSIDERANDO SEXTO:

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“…Finalmente, tanto el funcionario Alfonso Cárcamo como el aprehensor Felipe Vera dieron cuenta de un incidente que se produjo al interior del domicilio de Océano Atlántico Nº 13.213 una vez que ya finalizaba el procedimiento policial y cuando se disponían a trasladar a los detenidos y las evidencias a la unidad policial, que sumado a los demás antecedentes ya valorados, permite confirmar la tesis del tribunal de que el domicilio de Océano Atlántico 13.213 corresponde efectivamente al acusado Núñez Reyes.

En efecto, el funcionario Vera señala que efectivamente el acusado Queipo Catalán habría pedido ponerse zapatillas, las que habrían sido recabadas desde el interior de uno de los dormitorios de la vivienda, donde se había efectuado el hallazgo de la escopeta, la pistola y otras municiones, sin embargo quien describe en detalle las circunstancias de dicho incidente es el teniente Alfonso Cárcamo Arce, quien relató que justamente, al momento que se retiraban del lugar, Ricardo Núñez le pidió si podía autorizarlo a que se cambiara de zapatillas, momento en el cual Mario Queipo, quien sólo calzaba sandalias, le pidió a Núñez si podía prestarle zapatillas, a lo que éste accedió, y que él autorizó lo que los imputados pedían porque debían ir con vestimenta adecuada al cuartel policial, y como no había más personas en la casa, existía la posibilidad de que una vez en la unidad nadie concurriera a asistirlos, por lo que, teniendo en cuenta el bienestar de los detenidos permitió que Núñez cambiara de zapatillas y que Mario Queipo calzara las que le prestó el primer detenido.

Este incidente da cuenta, de forma indiscutible, que el acusado Ricardo Núñez efectivamente mantenía especies personales en ese domicilio, específicamente en el dormitorio donde se encontró la escopeta Maverick y la pistola Walther, lo que unido a los otros argumentos detallados precedentemente, en relación al lugar hacia el que huyó el imputado al ver a carabineros, la forma en la que ingresó, los datos consignados en el registro biométrico del Registro Civil, y el domicilio que él mismo entregó para efectos de notificaciones al darse lectura a sus derechos, permiten concluir inequívocamente que el inmueble de Océano Atlántico Nº 13.213 de la comuna de El Bosque efectivamente corresponde al acusado Ricardo Núñez Reyes, descartándose de esta forma su versión, en la que negó todo vínculo con dicho inmueble.

Todo este razonamiento, este recurrente considera con bases, no solo está completamente errado, sino que además es antojadizo, poco serio, infundado, parcial, injusto, antijurídico y sobre todo, irracional y desapegado completamente de la lógica, las máximas de experiencia y de los conocimientos científicamente afianzados.

Veamos.

a) “…En efecto, el funcionario Vera señala que efectivamente el acusado Queipo Catalán habría pedido ponerse zapatillas, las que habrían sido recabadas desde el interior de uno de los dormitorios de la vivienda, donde se había efectuado el hallazgo de la escopeta, la pistola y otras municiones, sin embargo quien describe en detalle las circunstancias de dicho incidente es el teniente Alfonso Cárcamo Arce, quien relató que justamente, al momento que se retiraban del lugar, Ricardo Núñez le pidió si podía autorizarlo a que se cambiara de zapatillas, momento en el cual Mario Queipo, quien sólo calzaba sandalias, le pidió a Núñez si podía prestarle zapatillas, a lo que éste accedió, y que él autorizó lo que los imputados pedían porque debían ir con vestimenta adecuada al cuartel policial, y como no había más personas en la casa, existía la posibilidad de que una vez en la unidad nadie concurriera a asistirlos, por lo que, teniendo en cuenta el bienestar de los detenidos permitió que Núñez cambiara de zapatillas y que Mario Queipo calzara las que le prestó el primer detenido…”

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Que efectivamente el funcionario Vera relató en su declaración que el detenido Queipo le pidió cambiarse zapatillas, pero fue al siguiente tenor, develado por la trascripción efectuada a su testimonio:

TESTIGO FELIPE VERA CARIMÁN:

Nomenclatura:

F: Fiscal; T: testigo Felipe Vera; D: Defensor; JP: Jueza Presidenta)

Minuto 35:04D: cuantos dormitorios tenía dicho domicilio?T: por lo que recuerdo tenía dos, más una cocina, y el livingD: ese domicilio señala usted que se notaba que un dormitorio al menos, eh, se

notaba que alguien estaba viviendo ahí

Minuto 35:40T: es que sí, había una habitación perceptible que obviamente era para el habitar

de una personaD: ¿SE ENCONTRARON OTROS INDICIOS COMO PARA PODER DETERMINAR

LA PERSONA QUE ESTABA VIVIENDO AHÍ? Digamos alguna fotografía, algún carné de identidad, algún documento que diera cuenta de determinada persona?

T: de que esa persona estaba viviendo ahí?D: SIT: EXACTAMENTE, DE HECHO ÉL ME PIDIÓ, AL MOMENTO DE IR A LA

COMISARÍA, CAMBIARSE LAS ZAPATILLASD: el señor Queipo(testigo asiente con la cabeza, y es conminado a decirlo verbalmente)

Minuto: 36:32T: bueno el, cuando nosotros nos trasladamos, ÉL SOLICITÓ, EL SEÑOR

QUEIPO SOLICITÓ COLOCARSE LAS ZAPATILLASD: en qué condiciones se encontraba el señor Queipo cuando ingresan ustedes al

domicilio? Eh, digamos, si se notaba que había consumido drogas, si se notaba que había bebido?

T: según mi apreciación, la experiencia que tengo en la calle, el en ese momento no se encontraba… se encontraba más bebido que… que haya consumido alguna droga. Debe haber consumido algún tipo de alcohol algo así, pero nada más

D: usted se fijó en la fotografía n° 2, había una botella de whisky Jack Daniel´s, eh, si la memoria no me falla, había una lata de coca-cola, recuerda eso?

T: recuerdo que había una botella, no recuerdo que era de whiskyD: vió que había una botellaT: síD: y vió que había UNA lata de bebida?T: SÍD: y usted dice que el señor Queipo, según su apreciación, se notaba más bien

bebidoT: sí…

Minuto 39:41JP: El tribunal quiere formularle una pregunta. Usted señaló que el señor

Queipo solicitó ir a colocarse las zapatillas, ¿dónde estaban las zapatillas?

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T: estaban en la pieza, en la pieza grande, donde estaba la cama de dos plazas, donde se incautó toda… donde se incautó el… la pistola marca Walter y la escopeta Máverik

JP: bien gracias… bien… el tribunal no tiene más preguntas. Ha concluido su declaración.

En su declaración, el teniente Vera, a la pregunta, señala claramente que de los indicios que había para determinar qué persona estaba viviendo en dicho domicilio, señala inequívocamente que el inmueble pertenece a Quipo, y jamás señaló que se vinculara a Núñez.

Que el detenido Queipo le pide a él, o sea, Queipo le solicita personalmente a Vera ponerse zapatillas, puesto estaba con sandalias, y Vera lo autoriza.

Vera jamás relata que Núñez solicitó cambio de zapatillas, ni menos que Queipo le pidiese a Núñez le prestase zapatillas, ni toda la situación que mendazmente señaló el otro funcionario, teniente Cárcamo.

El tribunal interrogó sobre ese punto a Vera, y el funcionario señaló nuevamente que Queipo le pidió a él ir a la habitación a cambiarse zapatillas. Jamás se refiere a los hechos dados por probados, y su declaración NO está conteste en este punto crucial con los dichos de Cárcamo, es más, son declaraciones completamente contradictorias. Si hubiese sido como lo señala Cárcamo, hubiesen fijado fotográficamente las zapatillas, las que al menos según el relato de Cárcamo, debieron ser 3 pares.

Para conocimiento, el condenado Núñez Reyes, calza número 42 y medio, y el condenado Queipo, calza 39. Es muy difícil en esa realidad que Núñez le hubiese facilitado sus zapatillas personales a Queipo.

Por otro lado, si realmente hubiese ocurrido ese hecho, es natural que Vera lo hubiese recordado y sindicado de esa manera en su declaración de 28 de agosto en la comisaría, como en el juicio oral, y además, hubiese provocado, semejante situación, visto el ilícito que se cometía, de drogas, que hubiesen registrado las zapatillas, puesto si Núñez ya tenía puestas zapatillas de color negro con blanco, no es normal que quisiese usar otras para ir a la comisaría, no así Queipo, quien se encontraba efectivamente con sandalias, cómodo en su domicilio.

Éste es el razonamiento correcto, es un razonamiento lógico, metódico y además basado en las máximas de experiencia, no como lo señaló la sentencia recurrida.

Entonces, para arribar a una adecuada solución, el juez ha de servirse de las reglas señaladas en el artículo 297 del CPP4, entendidas por tales, la actividad cognitiva tendiente a establecer un hecho concreto, en base a fórmulas del pensamiento. Existen algunos principios de lógica5 que no podrán ser nunca desoídos por el juez. Es así que los tribunales superiores de nuestro país, unánimemente se han hecho cargo del requisito sine qua non para dar por establecida la correcta aplicabilidad de este elemento en la valoración de la prueba, tal como la Coherencia y la Racionalidad. Si bien es cierto, la sana crítica (o libertad de valoración con las limitaciones legales), como sistema de valoración de la prueba, no es más que la formalización en el ámbito 4 Couture hace ver que las reglas de la sana crítica consisten en su sentido formal en una operación lógica.5 Aristóteles formuló sus “leyes lógicas”, para dar con estas interrogantes, estableciendo lo siguiente:Principio de Identidad: A es APrincipio de no contradicción: si A es A, A no es BPrincipio del tercero excluido: A es B, o A no es BAnte esto, W. Leibniz formula un cuarto principio:Principio de la Razón Suficiente: “nada existe sin una causa o razón determinante”.Entonces, si la conducta humana Debe ser, pues de No ser contradice la esencia del ser del Derecho, sancionándose, entonces ha de ser como debe. Dicha conducta debe amoldarse a los principios nutrientes del Derecho, cuales son La Justicia, la que es tal en cuanto se respeta la Igualdad ante la ley, y los derechos fundamentales establecidos para sustentar armónicamente estos axiomas jurídicos.

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legal del razonamiento de sentido común, y que nada de especial hay en exigir a los jueces que fundamenten sus decisiones en base a la lógica y la experiencia, desde que eso es lo que se espera que toda persona racional haga día a día en las más variadas circunstancias de su vida, no es menos cierto que han de respetar como límite mínimo la Coherencia argumentativa de la prueba, considerada como relación conceptual dentro del proceso, y la racionalidad de dicha valoración exigida por el legislador que necesariamente ha de ser la que se extrae desde las máximas de experiencia, que las liga a las representaciones intelectuales que haga el juez de sus vivencias y adquiridos en acervos y máximas de su observación de los acontecimientos, con las normas lógicas ya expresadas, en especial la aportada a contextualizar en autos, la de la Razón Suficiente. Así, si en el proceso se incorporan medios de prueba, y éstos son la base de la existencia de la decisión del juez, sentencia que se razona, podemos inferir, según la lógica señalada, jamás ocurre algo sin que haya una causa o al menos una razón determinante, es decir, algo que pueda servir para dar razón a priori de por qué algo existe y por qué existe de esta manera más bien que de otra manera.

Dicho esto, podemos concluir a este respecto, que la prueba aportada por el ente persecutor, no es idónea, toda vez que se contradice entre ella misma y con la prueba de descargo. Aún así, los razonamientos a los que arriba el tribunal recurrido, es un razonamiento viciado, antojadizo y no se sustenta sobre prueba alguna, más que los dichos de un carabinero, los que por cierto están en plena contradicción de otro más idóneo que él, pues Vera es el que estaba a cargo, quien sigue más de cerca a Núñez, y quien relata que Queipo le pide a él ponerse zapatillas, y a la pregunta, con quién se puede vincular dicho domicilio?, es claro en decir que con Queipo, jamás con Núñez. Tampoco reseña el episodio de cambio de unas zapatillas por otra de Núñez (de lo más ilógico por lo demás), ya que según el razonamiento que enseñó en su declaración, como oficial de la policía, autoriza a Queipo puesto con sandalias no era apto para ir a la comisaría. Un cambio de zapatillas por parte de Núñez no lo habría autorizado claramente. Señala (Vera) que él autoriza esas cosas, puesto era quien estaba a cargo del procedimiento, misma situación que corrobora Cárcamo, pero Cárcamo dice que él era quien autorizaba, y por eso autoriza a Núñez cambiarse zapatillas (unas por otras) y prestarle otras a Queipo, lo que se contradice sobremanera con lo señalado por su superior jerárquico, el Teniente Felipe Vera Carimán, por lo tanto nos encontramos con dos declaraciones de testigos de cargo, totalmente contradictorias, las que naturalmente no pueden formar convicción alguna, menos si una de ellas proviene del oficial a cargo del procedimiento, y además el que participa más directamente, y cuya declaración está totalmente conteste con lo señalado tanto por Ricardo Núñez como por Mario Queipo.

A ello debemos agregar, que respeto a la situación en la comisaría, referente a que Núñez habría sindicado dicho inmueble como su domicilio, eso es falso, y además no se incorporó ninguna prueba que avalara esos dichos de Cárcamo, puesto son inexistentes. En la comisaría Núñez guardó silencio, no menciona ningún domicilio.

Respecto al biométrico, a nadie le consta más que a Cárcamo, y Vera no lo señala, siendo un elemento de tanta importancia, tampoco es acompañado como prueba, puesto de haber existido, el fiscal de la causa, entendiendo la importancia de dicho documento, lo habría presentado en el juicio, y esto no se hizo. Mal puede entonces el tribunal considerar dicho biométrico, si no fue acompañado como prueba, y nace sólo de la imaginación de un funcionario que tenía la necesidad de generar un cargo sólido hacia uno de los imputados, y así evitar la inminente absolución de cargos.

Continuamos con el CONSIDERANDO SEXTO:

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“… Esta conclusión, en la cual se asienta la convicción del tribunal en relación a la vinculación que existe entre ese inmueble y el acusado Núñez Reyes, no es contradictoria con la circunstancia de que, tal como indicó el acusado, él se encontrara habitando en la casa de sus suegros, ubicada en Vecinal Sur Nº 1149, junto a su mujer e hijos, por cuanto, evidentemente, tal como se deduce del relato del funcionario Felipe Vera, en el inmueble de Océano Atlántico sólo había un dormitorio verdaderamente habilitado, y claramente, de acuerdo a lo que reveló el procedimiento policial, dicho domicilio estaba siendo utilizado para llevar a cabo el delito de tráfico ilícito de drogas, considerando la gran cantidad de droga que se encontró, dosificada en papelinas y bolsas, y las otras especies que se vinculan también con el tráfico de drogas como un celular y dinero en efectivo (según da cuenta el depósito a plazo 00.004.791.343) y con la dosificación de la sustancia ilícita como una pesa digital, un colador y una cuchara con restos de estupefaciente, hallazgos a los que deben sumarse las armas de fuego que portaban ambos acusados y aquellas que se hallaban ocultas en el dormitorio y en el living comedor de la casa, y que también son compatibles, según lo que indica la lógica y las máximas de la experiencia, con el resguardo y protección del ejercicio de la actividad ilícita de tráfico de drogas.

Que en consecuencia, luego de haber asentado los fundamentos que en concepto del tribunal permiten vincular inequívocamente al acusado Ricardo Núñez Reyes con el domicilio en el cual se llevó a cabo el procedimiento, corresponde continuar con el análisis de la prueba para determinar la forma en que se configuran los delitos de tráfico ilícito de drogas y de porte y tenencia ilegal de armas de fuego.”

Todo este razonamiento, este recurrente considera con bases, no solo está completamente errado, sino que además es antojadizo, poco serio, infundado, parcial, injusto, antijurídico y sobre todo, irracional y desapegado completamente de la lógica, las máximas de experiencia y de los conocimientos científicamente afianzados.

Veamos.

a) “…Esta conclusión, en la cual se asienta la convicción del tribunal en relación a la vinculación que existe entre ese inmueble y el acusado Núñez Reyes, no es contradictoria con la circunstancia de que, tal como indicó el acusado, él se encontrara habitando en la casa de sus suegros, ubicada en Vecinal Sur Nº 1149, junto a su mujer e hijos, por cuanto, evidentemente, tal como se deduce del relato del funcionario Felipe Vera, en el inmueble de Océano Atlántico sólo había un dormitorio verdaderamente habilitado…” Recordemos lo que dijo el teniente Felipe Vera:

Minuto 35:40T: es que sí, había una habitación perceptible que obviamente era para el habitar de una personaD: ¿SE ENCONTRARON OTROS INDICIOS COMO PARA PODER DETERMINAR LA PERSONA QUE ESTABA VIVIENDO AHÍ? Digamos alguna fotografía, algún carné de identidad, algún documento que diera cuenta de determinada persona?T: de que esa persona estaba viviendo ahí?D: SIT: EXACTAMENTE, DE HECHO ÉL ME PIDIÓ, AL MOMENTO DE IR A LA COMISARÍA, CAMBIARSE LAS ZAPATILLASD: el señor Queipo(el testigo asiente con la cabeza, y es conminado a decirlo verbalmente)

Minuto: 36:32T: bueno el, cuando nosotros nos trasladamos, ÉL SOLICITÓ, EL SEÑOR QUEIPO SOLICITÓ COLOCARSE LAS ZAPATILLAS

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D: en qué condiciones se encontraba el señor Queipo cuando ingresan ustedes al domicilio? Eh, digamos, si se notaba que había consumido drogas, si se notaba que había bebido?T: según mi apreciación, la experiencia que tengo en la calle, el en ese momento no se encontraba… se encontraba más bebido que… que haya consumido alguna droga. Debe haber consumido algún tipo de alcohol algo así, pero nada másD: usted se fijó en la fotografía n° 2, había una botella de whisky Jack Daniel´s, eh, si la memoria no me falla, había una lata de coca-cola, recuerda eso?T: recuerdo que había una botella, no recuerdo que era de whiskyD: vió que había una botellaT: síD: y vió que había UNA lata de bebida?T: SÍ

Solicitó (Queipo) colocarse las zapatillas…. No dice que le pidió a Núñez zapatillas. A la pregunta, a quien vincula con el domicilio, es claro al señalar que con Queipo, señala que había una botella de alcohol, y UNA sola lata de bebida, solo una, y Queipo se encontraba bebido, o sea, la lógica y máximas de experiencia indican que Queipo vivía en dicho domicilio, y no Núñez.

b) “…de acuerdo a lo que reveló el procedimiento policial, dicho domicilio estaba siendo utilizado para llevar a cabo el delito de tráfico ilícito de drogas, considerando la gran cantidad de droga que se encontró, dosificada en papelinas y bolsas, y las otras especies que se vinculan también con el tráfico de drogas como un celular y dinero en efectivo (según da cuenta el depósito a plazo 00.004.791.343) y con la dosificación de la sustancia ilícita como una pesa digital, un colador y una cuchara con restos de estupefaciente, hallazgos a los que deben sumarse las armas de fuego que portaban ambos acusados y aquellas que se hallaban ocultas en el dormitorio y en el living comedor de la casa, y que también son compatibles, según lo que indica la lógica y las máximas de la experiencia, con el resguardo y protección del ejercicio de la actividad ilícita de tráfico de drogas…” Que desde un inicio en el juicio oral, quedó establecido que mi mandante iba caminando por la vía pública, cuando es sorprendido por carabineros y arranca, y que al aprehenderlo, se le encuentra un arma de fuego SIN municiones en su interior, vale decir, ¿Qué clase de protección a dicha vivienda realizaba Núñez? Esta interrogante sólo se responde con la lógica y las máximas de experiencia: que Núñez dijo la verdad, en orden a que recién la había comprado, y por lo tanto no venía con munición, e iba camino a su casa, su domicilio, y ello se prueba puesto iba en la misma dirección que tiene domicilio, cuando es sorprendido por carabineros. Otro error en la aplicación de las reglas señaladas por el artículo 297 al tribunal oral para ponderar la prueba.

Que estos hechos el TOP los tiene por probados, más allá de toda duda razonable, con las declaraciones de los testigos presentados por la Fiscalía, los que provienen de personas que presenciaron los hechos a que se refieren, y que el sentenciador considera impresionaron como capaces de percibirlos y apreciarlos por sus sentidos, apareciendo como veraces y creíbles, y que al ser éstos concordantes entre sí, unido a la prueba documental y pericial, conforman un cúmulo de antecedentes que no habrían sido desvirtuados por la defensa y que la prueba reunió el estándar, ya que apreciada con libertad, según lo permite el artículo 297 del Código Procesal Penal, no habrían contradicho los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos científicamente afianzados.

No es la opinión de esta defensa, ya que los dos únicos testigos del Ministerio público depusieron en forma contradictoria, y toda vez que las máximas de experiencia indican lo contrario, nos referimos específicamente al caso en que, estando desde un

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comienzo en “tela de juicio” la pertenencia del domicilio, impresionen como veraces y creíbles los testigos que señalan hechos distintos, y a juicio del este recurrente, el más creíble es el teniente Vera, por ser el de más alto rango, el más antiguo, con más experiencia, por haber declarado lo mismo en sede policial a horas de ocurridos los hechos, y por estar totalmente conteste con las declaraciones de ambos acusados.

Así, se violenta lo dispuesto en el artículo 297 del Código Procesal Penal, toda vez que se ha efectuado una errónea aplicación de las Máximas de experiencias y de los principios de la lógica, deviniendo en una condena a todas luces injusta.

Que se configura plenamente la causal del artículo 374 letra e), en relación con los requisitos de la sentencia definitiva del artículo 342 letra c), especialmente en lo relacionado a la valoración de la prueba, preceptuado en el artículo 297, todos del Código Procesal Penal, por lo que conforme al artículo 386 del mismo cuerpo legal, pido se anule el juicio oral y la sentencia recurrida, determinándose el estado en que debe quedar el procedimiento y ordenando la remisión de los autos al tribunal no inhabilitado que corresponda para la realización de un nuevo juicio oral.

III.- EN SUBSIDIO DE LO ANTERIOR, SE INVOCA COMO TERCERA CAUSAL DE NULIDAD LA DEL ARTÍCULO 374 LETRA E) DEL CÓDIGO PROCESAL PENAL: ESTO ES, CUANDO EN EL PRONUNCIAMIENTO DE LA SENTENCIA, SE HUBIERE OMITIDO ALGUNO DE LOS REQUISITOS PREVISTOS EN EL ARTÍCULO 342, LETRAS C), D) O E).

El tercer reproche de nulidad invocado se funda en la omisión, al pronunciarse la sentencia, del requisito de la letra c) del artículo 342 del Código Procesal Penal, vale decir, que la sentencia definitiva deba contener: la exposición clara, lógica y completa de cada uno de los hechos y circunstancias que se dieren por probados, fueren ellos favorables o desfavorables al acusado, y de la valoración de los medios de prueba que fundamentaren dichas conclusiones de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 297 del mismo cuerpo legal. Así, el reproche de nulidad se hace consistir en la errónea valoración de los medios de prueba por lo que se dan por probados los hechos que reza la sentencia, incumpliendo lo dispuesto en el artículo 297 del Código Procesal Penal, en cuanto no se cumplen los estándares requeridos por dicha norma para valorar la prueba, pese a la libertad que dicha norma otorga al sentenciador, puesto claramente se contradicen los principios de la lógica y en especial las máximas de experiencia de las que debe necesariamente apoyarse en estos casos un juez de La República, por norma expresa, limitaciones a la libertad entregada para la valoración de la prueba, por el artículo 297 del Código Procesal Penal.

Petición concreta respecto de la tercera causal de nulidad invocada:

Conforme al artículo 386 del Código Procesal Penal, se anule el juicio oral y la sentencia recurrida, determinándose el estado en que debe quedar el procedimiento y ordenando la remisión de los autos al tribunal no inhabilitado que corresponda para la realización de un nuevo juicio oral.

Fundamentos de la tercera causal de nulidad invocada:

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Que de conformidad al artículo 297 del Código Procesal Penal, sobre la valoración de la prueba, los tribunales apreciarán la prueba con libertad, pero no podrán contradecir los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos científicamente afianzados.

El tribunal deberá hacerse cargo en su fundamentación de toda la prueba producida, incluso de aquella que hubiere desestimado, indicando en tal caso las razones que hubiere tenido en cuenta para hacerlo.

Es así, que este recurrente estima con justicia, que el Sexto Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, ha violentado esta última norma, al no hacerse cargo de toda la prueba producida en juicio.

A saber, el tribunal recurrido no se hace cargo de la prueba incorporada y rendida por el Ministerio Público, específicamente la declaración del teniente Felipe Vera Carimán.

Que como ya se reseñó, el testigo en comento señala las siguientes situaciones, al tenor de su declaración:

TESTIGO FELIPE VERA CARIMÁN:

Nomenclatura:

F: Fiscal; T: testigo Felipe Vera; D: Defensor; JP: Jueza Presidenta)

Minuto 08:15F: huye esta persona, usted dijo por calle Océano Atlántico hacia el sur, cierto?T: síF: cuánto alcanza a correr antes de ingresar a este domicilio de Océano AtlánticoT: no más de 10 metrosF: ok, cuántas casas si se recuerda, si se recuerda, desde donde estaba, hasta dónde ingresa?T: unas dos casas, dos casasF: ok. Para hacer ingreso esta persona a esa casa, cómo lo hace? Porque usted dice que lo iban siguiendo a unos cuatro metros aproximadamente.

Minuto 08:48T: Sí, el ingresa, ESTABAN LAS PUERTAS ABIERTAS, ESTABAN LAS PUERTAS ABIERTASF: esa casa tiene o no tiene antejardín, para ingresar al inmuebleT: sí tiene antejardín, tiene una puerta que recuerdo que es negra, que es para entrar, y la puerta de la casaF: o sea, qué distancia había entre a puerta de la reja hasta el inmueble propiamente tal, de la puerta del antejardínT: cuatro metrosF: ok, esta persona alcanzó a entrar al inmueble?T: síF: para hacer ingreso al inmueble, usted se alcanza a percatar cómo logra ingresar al inmueble? Me refiero si la puerta estaba abierta, tuvo que abrirla, cómo se logra el ingreso?

Minuto: 09:28

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T: NO, LA PUERTA DEBE HABER ESTADO JUNTAF: yaT: LA PUERTA DEBE HABER ESTADO JUNTA, PORQUE SE FACILITÓ EL INGRESO. ESTABA FÁCIL EL INGRESO, y ahí fue donde encontramos a los dos individuos, justamente en el livingF: ok…Minuto: 32:00D: Ese domicilio señaló que tendría una reja de antejardín y una puerta de acceso al domicilio del inmueble. Recuerda como estaban dichos accesos?T: cuando yo entré ya estaban abiertosD: estaba abiertoT: claroD: usted recuerda si el señor Núñez tuvo que abrir la reja?... vió?T: no, no creo que la haya tenido que abrir, porque entró de fácil maneraD: pero sin embargo eso no lo pudo percibir, o sea, usted, usted cree esoT: cómo?D: usted cree que…

Minuto: 32:33T: no, yo lo llevaba a corta distancia, por lo tanto pude percibir de que él entró fácilmente al domicilioD: ya pero usted me señaló hace un momento que, que no creía que podría haber abierto la rejaT: claro, porque usted me preguntó si, si es que la puerta estaba… si alguien se la abrió o no… yo creo que él fácilmente entró, YO LO PUDE OBSERVARD: estaba sin llaveT: exacto, DEBE HABER ESTADO ENTRE ABIERTO, según mi apreciaciónD: según su apreciaciónT: claroD: y el portón, la puerta de acceso al inmueble? Usted, ve el momento preciso cuando entra el señor Núñez a este inmueble?T: síD: Y SEGÚN SU APRECIACIÓN, COMO DEBE HABER ESTADO LA PUERTA DEL INMUEBLE?T: ENTRE ABIERTAD: entre abierta, ya

Minuto 35:04D: cuantos dormitorios tenía dicho domicilio?T: por lo que recuerdo tenía dos, más una cocina, y el livingD: ese domicilio señala usted que se notaba que un dormitorio al menos, eh, se notaba que alguien estaba viviendo ahí

Minuto 35:40T: es que sí, había una habitación perceptible que obviamente era para el habitar de una personaD: SE ENCONTRARON OTROS INDICIOS COMO PARA PODER DETERMINAR LA PERSONA QUE ESTABA VIVIENDO AHÍ? Digamos alguna fotografía, algún carné de identidad, algún documento que diera cuenta de determinada persona?T: de que esa persona estaba viviendo ahí?D: SIT: EXACTAMENTE, DE HECHO ÉL ME PIDIÓ, AL MOMENTO DE IR A LA COMISARÍA, CAMBIARSE LAS ZAPATILLASD: el señor Queipo(testigo asiente con la cabeza, y es conminado a decirlo verbalmente)

Minuto: 36:32

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T: bueno el, cuando nosotros nos trasladamos, ÉL SOLICITÓ, EL SEÑOR QUEIPO SOLICITÓ COLOCARSE LAS ZAPATILLASD: en qué condiciones se encontraba el señor Queipo cuando ingresan ustedes al domicilio? Eh, digamos, si se notaba que había consumido drogas, si se notaba que había bebido?T: según mi apreciación, la experiencia que tengo en la calle, el en ese momento no se encontraba… se encontraba más bebido que… que haya consumido alguna droga. Debe haber consumido algún tipo de alcohol algo así, pero nada másD: usted se fijó en la fotografía n° 2, había una botella de whisky Jack Daniel´s, eh, si la memoria no me falla, había una lata de coca-cola, recuerda eso?T: recuerdo que había una botella, no recuerdo que era de whiskyD: vió que había una botellaT: síD: y vió que había UNA lata de bebida?T: SÍD: y usted dice que el señor Queipo, según su apreciación, se notaba más bien bebidoT: sí…

Minuto 39:41JP: El tribunal quiere formularle una pregunta. Usted señaló que el señor Queipo solicitó ir a colocarse las zapatillas, ¿dónde estaban las zapatillas?T: estaban en la pieza, en la pieza grande, donde estaba la cama de dos plazas, donde se incautó toda… donde se incautó el… la pistola marca Walter y la escopeta MáverikJP: bien gracias… bien… el tribunal no tiene más preguntas. Ha concluido su declaración.

Entonces, el testigo Vera declara contradictoriamente a lo depuesto por el otro testigo de cargo, el teniente Cárcamo, en orden a la situación de la reja de entrada, o sea, abierta, a la situación de la puerta de ingreso al inmueble, o sea, entreabierta, a la situación o evento de las zapatillas, señalando que a él, personalmente el detenido Quipo le pide ponerse zapatillas, y no como señaló Cárcamo, que Queipo le pide a Núñez le prese zapatillas, quien también se cambia las que tenía puestas por otras, y lo más importante, cuando se le consulta por el interrogador, que si se encontraron otros indicios como para poder determinar la persona que estaba viviendo ahí, el testigo Vera, dando razón de sus dichos dice que sí, sindicando al detenido Queipo.

Que la omisión del tribunal recurrido, en orden a no hacerse cargo de dicha prueba producida en el juicio, y en su defecto, siempre dice que la declaración de Vera, “concordante” con la de Cárcamo, y acto seguido sólo se refiere a lo dicho por Cárcamo, creemos que es una falencia de tal relevancia, es un acto de jurisdicción viciada, de una magnitud tal, que ha llevado a condenarse a un inocente del delito por el que erróneamente se le acusaba.

Que dicho esto, y revisando toda la prueba rendida, las declaraciones del teniente Felipe Vera distan sobremanera en su forma y contenido de las depuestas por el testigo Cárcamo, acerca de los puntos señalados, y claramente la sentencia no se hace cargo de dicha prueba, omite referencia, y señal por el contrario que el mencionado testimonio se encontraría conteste con el otro de cargo, lo que podemos observar que claramente no es así, es una declaración DIFERENTE, con un contenido distinto, CONTRADICTORIO, del cual el tribunal recurrido no se hace cargo, y falsamente cita para darle una fuerza probatoria inventada y arbitraria a la declaración mendaz del testigo Cárcamo.

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Según el profesor Carlos del Río Ferreti citado por don Rodrigo Cerda San Martín6, solo se cumple con el artículo 342 letra c) del C.P.P. cuando la valoración y la argumentación son más o menos aceptables. Y en caso de NO ser “razonables”, constituye ausencia de valoración razonable o argumentación razonable, y por tanto, OMISIÓN, por lo que en estos casos constituirían un motivo absoluto de nulidad establecido en el artículo 374 letra e) del Código Procesal Penal.

De esta manera, la letra c) del artículo 342, señala que la sentencia definitiva contendrá: “…La exposición clara, lógica y completa de cada uno de los hechos y circunstancias que se dieren por probados, fueren ellos favorables o desfavorables al acusado, y de la valoración de los medios de prueba que fundamentaren dichas conclusiones de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 297…”.

De esta manera, la apreciación y valoración de la prueba, reseñado en el considerando SEXTO de la sentencia, está errada, conforme a las reglas de la sana crítica, esto es, de acuerdo con los principios lógicos y las máximas de experiencia que deben entenderse como “un criterio objetivo, interpersonal o social…que son patrimonio del grupo social…de la psicología, de la física y de otras ciencias experimentales”, como lo precisa Hernando Devis Echandía, disintiendo de la conclusión de los sentenciadores. Y más aún conforme a los conocimientos científicamente afianzados, los que conforme a lo ya señalado, debieron servir para fundar la absolución de mi defendido.

Cómo ha influido substancialmente en lo dispositivo de la sentencia

De esta manera, la sentencia, al considerar y valorar la prueba del ente persecutor, y hacerse cargo de las inconsistencias de la prueba, influyeron de tal manera en lo dispositivo de la sentencia, que el tribunal al subsidiar al Ministerio Público en las explicaciones de los vacíos, contribuyó a autoformar su convicción en relación a la participación de mi defendido. Así, a los sentenciadores no les quedaba más que arribar a un veredicto condenatorio.

Así las cosas, se violenta lo dispuesto en el artículo 297 del Código Procesal Penal, toda vez que injustamente el tribunal, a través de su sentencia, ha omitido parte de la prueba producida en juicio, obviándola deliberadamente, y cambiando su contenido para darle una fuerza arbitraria, injusta e irracional a la declaración del otro testigo de cargo.

Que se configura plenamente la causal del artículo 374 letra e), en relación con los requisitos de la sentencia definitiva del artículo 342 letra c), especialmente en lo relacionado a la valoración de la prueba, preceptuado en el artículo 297, todos del Código Procesal Penal, por lo que conforme al artículo 386 del mismo cuerpo legal, pido se anule el juicio oral y la sentencia recurrida, determinándose el estado en que debe quedar el procedimiento y ordenando la remisión de los autos al tribunal no inhabilitado que corresponda para la realización de un nuevo juicio oral.

IV.- EN SUBSIDIO DE LO ANTERIOR, SE INVOCA COMO CUARTA CAUSAL DE NULIDAD LA DEL ARTÍCULO 373 LETRA B) DEL CÓDIGO PROCESAL PENAL: ESTO ES, CUANDO EN EL PRONUNCIAMIENTO DE LA SENTENCIA, SE HUBIERE HECHO UNA ERRÓNEA APLICACIÓN DEL DERECHO QUE HUBIERE INFLUIDO SUSTANCIALMENTE EN LO DISPOSITIVO DEL FALLO.

Que de no acogerse ninguna de las causales de nulidad anteriormente invocadas, subsidiariamente se invoca el cuarto reproche de nulidad, que se funda en la errónea

6 CERDA SAN MARTÍN, RODRIGO, Etapa intermedia, juicio oral y recursos. Librotecnia, 1ª Edición, 2003, pág. 303.

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aplicación del derecho, cometido en el pronunciamiento del fallo, con influencia sustancial en su parte resolutiva, consistente en la conclusión del 6º Tribunal Oral en lo Penal, que califica los hechos que dio por probados en el considerando SÉPTIMO, y la calificación jurídica realizada en el considerando OCTAVO, que dan por configurados los delitos consumados de tráfico ilícito de drogas, previsto y sancionado en el artículo 3°, en relación con el artículo 1° de la Ley N° 20.000 y de porte y tenencia ilegal de armas de fuego, previsto y sancionado en los artículos 9 y 11, en relación con el artículo 2° letra b) de la Ley N° 17.798.

Petición concreta respecto de la cuarta causal de nulidad invocada:

Conforme al artículo 386 del Código Procesal Penal, se anule el juicio oral y la sentencia recurrida, determinándose el estado en que debe quedar el procedimiento y ordenando la remisión de los autos al tribunal no inhabilitado que corresponda para la realización de un nuevo juicio oral.

Fundamentos de la cuarta causal de nulidad invocada:

Así, la sentencia en su considerando SÉPTIMO señaló que:

“SÉPTIMO: HECHOS QUE SE HAN TENIDO POR ESTABLECIDOS.

Que con el mérito de las pruebas de cargo referidas, apreciadas con libertad, sin contradecir los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos científicamente afianzados, este Tribunal ha adquirido, más allá de toda duda razonable, la convicción de que el día 16 de septiembre de 2014, alrededor de las 22:00 horas, en el interior del domicilio ubicado en calle Océano Atlántico Nº 13.213, comuna de El Bosque, luego de una persecución, Ricardo Antonio Núñez Reyes fue sorprendido portando un revólver marca Amadeo Rossi, calibre .357, número de serie 2345, sin contar con las autorizaciones competentes, mientras que Mario Hernán Queipo Catalán fue sorprendido portando un revólver marca Taurus, calibre .38, número de serie 1576233, con 6 cartuchos del mismo calibre, sin contar con las autorizaciones competentes. Asimismo, Ricardo Antonio Núñez Reyes y Mario Hernán Queipo Catalán poseían o tenían en el interior del citado domicilio, sin contar con las autorizaciones competentes, diversos contenedores de cocaína base con un peso neto de 1 kilo y 13,2 gramos y de cocaína clorhidrato con un peso neto de 967,6 gramos, mientras que Ricardo Antonio Núñez Reyes tenía además una escopeta marca Maverick, calibre 12, serie Nº MV96071G, un revólver Smith & Wesson, calibre .38, número de serie 22651, y siete cartuchos calibre.38, efectuándose además el hallazgo de nueve cartuchos calibre.25”.

La calificación jurídica se efectúa en el considerando OCTAVO, señalando que:

“OCTAVO: CALIFICACIÓN JURÍDICA.

Que, de acuerdo al análisis de la prueba rendida que se ha efectuado en el motivo 6º, se concluye que los hechos antes descritos configuran los delitos consumados de tráfico ilícito de drogas, previsto y sancionado en el artículo 3°, en relación con el artículo 1° de la Ley N° 20.000 y de porte y tenencia ilegal de armas de fuego, previsto y sancionado en los artículos 9 y 11, en relación con el artículo 2° letra b) de la Ley N° 17.798.”

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De acuerdo a lo trascrito, se tuvo por probados esos hechos, en base a una sola declaración, su prueba material que la respalde, y en plena contradicción con la otra testimonial de cargo.

Así las cosas, se configura la participación en el ilícito de tráfico de drogas, sancionado en el artículo 3° de la ley 20.000, a don Ricardo Núñez Reyes, estableciéndose de esta manera que se configura la tipificación de dicho ilícito, su verbo rector, como asimismo la participación en los delitos contemplados en la ley 17.798.

Ello se establece de forma bastante firme por la recurrida, en su considerando DÉCIMO, al señalar:

“DÉCIMO: PARTICIPACIÓN DEL ACUSADO RICARDO ANTONIO NÚÑEZ REYES.

Que tal como se ha razonado al valorar la prueba rendida en el motivo 6º de este fallo, en concepto del tribunal la participación del acusado Ricardo Antonio Núñez Reyes, tanto en el delito de tráfico de drogas como en el delito de porte y tenencia ilegal de armas de fuego, imputación esta última que comprende al revólver Amadeo Rossi, calibre .357 serie 2345, al revólver Smith & Wesson calibre .38, serie 22651, y a la escopeta Maverick calibre 12, serie MV96071G, se encuentra establecida en calidad de autor, en los términos del artículo 15 Nº 1 del Código Penal, por haber tomado parte en la ejecución de estos delitos de una manera inmediata y directa.

Para concluir en tal sentido se han tenido en consideración los relatos de los funcionarios de Carabineros Felipe Vera Carimán y Alfonso Cárcamo Arce, quienes en audiencia lo sindicaron e individualizaron como el sujeto que el día 16 de septiembre de 2014, en horas de la noche fue sorprendido en Vecinal Sur con Océano Atlántico portando un arma de fuego, quien al percatarse de la presencia policial huyó hacia su domicilio de Océano Atlántico Nº 13.213, donde fue controlado, incautándosele desde su mano derecha un revólver marca Amadeo Rossi, sin municiones, y levantándose además desde el interior de su domicilio diversos contenedores de cocaína que pesaron en total un kilo y 980,8 gramos netos, además de otras armas de fuego, específicamente un revólver Smith & Wesson y una escopeta Maverick, las que se hallaban ocultas en diversas dependencias del inmueble.

Se tendrán por reproducidos en esta parte todos los argumentos desarrollados en el punto 1º del motivo sexto de este fallo, y que llevaron al tribunal a concluir que el domicilio de Océano Atlántico Nº 13.213 de la comuna de El Bosque corresponde efectivamente al acusado Núñez Reyes, pues dichas consideraciones son fundamentales para el tribunal a la hora de determinar la participación de este acusado en los delitos ya referidos, toda vez que, habiendo concluido, más allá de toda duda razonable, que el domicilio de Océano Atlántico 13.213, El Bosque, efectivamente corresponde al acusado Núñez, ejerciendo éste, en su calidad de dueño de casa, el control respecto del espacio físico en el cual fueron encontradas las armas (que estaban ocultas) y la cocaína, (que estaba a la vista, sobre la mesa del televisor), se encuentra acreditada su participación en la ejecución de los verbos rectores portar y tener (en lo que respecta al arma de fuego que él tenía en sus vestimentas y aquellas que fueron encontradas en el interior del inmueble), y los verbos rectores de poseer y tener en relación a la sustancia ilícita….”

Que asombrosamente, la sentencia recurrida dice que apoya su decisión en la declaración del teniente Felipe Vera Carimán, quien como vimos, declara de una manera total y absolutamente diversa a lo señalado en la sentencia, contradiciendo los dichos del teniente Cárcamo.

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Que con dicho razonamiento equívoco, se establece que el domicilio donde se encuentran las especies sancionadas en ambas leyes, es el domicilio personal de mi cliente, y desde esta falsa premisa, se comienza a generar un razonamiento tendiente al arribo condenatorio, no pudiendo el tribunal recurrido, bajo ningún respecto, establecer algún ánimus, que logre colindar siquiera cercanamente con el verbo rector tener o poseer, de ambos ilícitos en cuestión.

Al no quedar establecido, y según los razonamientos ya esbozados en las causales anteriores, la pertenencia psicológica y/o física además, al domicilio en el cual se encuentran las especies sancionadas penalmente, no es dable pensar siquiera en atribuirle dicha tenencia o posesión a mi defendido, más que al señor Queipo, quien sí se encontraba en dicho inmueble, así lo declara él mismo, así lo declara el teniente Vera, y así lo declaró mi mandante.

Que no se recoge ni fija ningún elemento que vincule a Ricardo Núñez con el domicilio de calle Océano Atlántico 13.213, por lo que cualquier atribución en calidad de autor según lo dispone el artículo 15 N° 1 del Código Penal, en ambos delitos por los que se condena, a excepción del porte del revolver Amadeo Rossi calibre 357, es antojadiza y fuera de todo marco legal y Constitucional, alejado de un racional y justo proceso, y sobre todo en este razonamiento, con aplicación errónea del derecho de fondo.

La calificación jurídica de un hecho material como ilícito debe necesariamente obedecer a una vinculación objetiva y probada sin duda razonable de por medio, de la existencia del hecho, luego de la participación del acusado, y finalmente de la punibilidad de dicho actuar, su antijuridicidad.

Una vez efectuado este ejercicio jurisdiccional, se debe necesariamente buscar en la letra y contenido de la ley, el tipo, el delito del cual se desprende el hecho probado, el que por cierto debe probarse de conformidad a las pruebas rendidas en juicio, y apreciadas de conformidad a la sana crítica, al decir del legislador.

A.- Respecto del delito de infracción al artículo 3° de la ley 20.000

A este respecto diremos que no es posible calificar jurídicamente alguna participación en dichos hechos al señor Núñez, toda vez que no hay ninguna prueba que apunte a dicha conclusión, no se le encuentra droga en su esfera de resguardo, no tenía residuos de droga en sus vestimentas, no se encontraba drogado, no se le sindica como partícipe en dicho ilícito por el co-acusado, no se le ve dentro de dicho inmueble con anterioridad a la persecución, no hay fotos de él en esa casa, prendas de vestir, documentación, el celular encontrado ahí no es de él, el testigo estrella de la fiscalía, el teniente Felipe Flores no lo sindica como habitante o vinculado a dicho inmueble, o sea, no hay nada más que las declaraciones contradictorias y tempestivas (puesto nunca se dijeron ni en La comisaría ni en la carpeta de investigación) del teniente Cárcamo. Entonces, calificar es un acto jurisdiccional, y hacerlo de la manera como se hizo, vinculando un actuar no probado más allá de toda duda razonable, que s pueda tipificar según los verbos rectores que se sancionan como partícipe en el tráfico de drogas, es a todas luces una infracción en la correcta aplicación del derecho.

Cómo ha influido substancialmente en lo dispositivo de la sentencia

La infracción señalada, consistente en que al negar lugar a la absolución por falta de prueba, y en su lugar calificar un hecho no probado, y desmentido por todos los otros medios de prueba, como constitutivo de tráfico del artículo 3º de la ley 20.000.

De ésta manera se ha violentado el justo y racional procedimiento, atribuyéndole una calidad de autor en dicho ilícito, en base a hechos no probados, a don Ricardo

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Núñez Reyes, lo que lo llevará, de no anularse en justicia la sentencia recurrida, a sufrir injusta y arbitrariamente la pena impuesta en la resolución reseñada.

B.- Respecto del delito de infracción al artículo 9° de la ley 17.798.

Cabe preguntarse lo mismo que lo recién señalado, si es posible tipificar y sancionar un hecho no probado, como el tener o poseer armas de fuego en un domicilio que bajo ningún respecto se pudo probar más allá de toda duda razonable que le pertenecía a don Ricardo Núñez Reyes, y por tanto tener la convicción que sí era su domicilio.

A saber, sí se tuvo por probado más allá de toda duda razonable, que quien pernoctaba en dicho domicilio, y tenía sus prendas en la habitación habilitada para vivir, era el señor Mario Queipo, mas no Núñez Reyes, sin embargo se le absuelve a el primero, para dar paso a una sentencia condenatoria al segundo.

Que la mencionada arbitrariedad al calificar como autor, partícipe en dicha calidad a mi mandante, sin haberse rendido pruebas para lograr dicho convencimiento, y peor aún, habiendo desvirtuado la declaración del teniente Vera al respecto, constituye a entender del recurrente, una violación a las normas jurisdiccionales tendientes a aplicar correctamente el derecho de fondo, puesto los medos probatorios, distintos de los hechos probatorios, deben necesariamente ser contestes, colindantes y concordantes entre sí para arribar a una condena como la de autos.

Cómo ha influido substancialmente en lo dispositivo de la sentencia

La infracción señalada, consistente en que al negar lugar a la absolución por falta de prueba, y en su lugar calificar un hecho no probado, y desmentido por todos los otros medios de prueba, como constitutivo del ilícito de tenencia de armas de fuego, sancionada en el artículo 9° del l ley 17.798, ha llevado a una condena injusta y desmedida.

C.- Respecto del delito de infracción al artículo 11° de la ley 17.798.

Respecto a la calificación jurídica de dicho ilícito, esta parte estima que solamente se ha probado una tenencia simple de arma de fuego no prohibida, sin municiones en su interior, sin encargo por robo, y que no se probó en juicio que estaba destinada a alterar el orden público, atacar a las Fuerzas Armadas o de Orden y Seguridad Pública o perpetrar otros ilícitos, y ello se puede presumir fácilmente tanto de las declaraciones de ambos testigos de cargo, como las del propi acusado Núñez, y no habiendo prueba en contrario, es que debió sancionarse con pena de multa, al tenor del inciso segundo de dicho artículo.

Que en materia penal, dentro del debido proceso y la obligación de ceñirse a los límites a los principios que instruyen el proceso penal, en especial al calificar los hechos por los que se debe condenar, consiste específicamente en los principios in dubio pro reo y ultima ratio, y cómo se materializan en el razonamiento que debe hacer el sentenciador.

Cómo ha influido substancialmente en lo dispositivo de la sentencia

La infracción señalada, consistente en que al negar lugar a la aplicación únicamente de una multa, por falta de prueba tal como ya se señaló, y en su lugar calificar un hecho como un porte ilícito de arma de fuego no prohibida y no destinada a alterar el orden público, atacar a las Fuerzas Armadas o de Orden y Seguridad Pública o perpetrar otros ilícitos, y en su lugar sancionarlo como lo reza la sentencia recurrida.

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Así, conforme al artículo 386 del Código Procesal Penal, solicito se anule el juicio oral y la sentencia recurrida, determinándose el estado en que debe quedar el procedimiento y ordenando la remisión de los autos al tribunal no inhabilitado que corresponda para la realización de un nuevo juicio oral, y en este último caso, en el evento de no acogerse la nulidad del juicio oral, anular la sentencia y dictar una de reemplazo que condene únicamente a una pena de multa a mi mandante por la infracción al artículo 11° de la ley 17.798, y calificarle asimismo la atenuante del artículo 11 N°9 del Código Penal.

POR TANTO:

Ruego a US. tener por interpuesto Recurso de Nulidad de la sentencia del juicio oral, previsto en el Título IV, artículos 372 y siguientes del Código Procesal Penal, y por las causales ya invocadas en el cuerpo de este escrito, una en subsidio de la otra, declararlo admisible, remitiendo a la Excelentísima Corte Suprema (o a la Ilustrísima Corte de Apelaciones de San Miguel, en su caso) copia de la sentencia definitiva, del registro de audio del juicio oral y del presente recurso, para su conocimiento y fallo.

Carlos Hernán Muñoz Sánchez

Abogado, defensor privado

[email protected]

[email protected]

CERTIFICO: Que con fecha 12 de septiembre de 2015, siendo las 09:12 horas PM., se

recepcionó a través del correo electrónico de este Tribunal [email protected], recurso de

nulidad interpuesto por el Defensor Penal Privado don Carlos Hernán Muñoz Sánchez, en

representación del sentenciado Ricardo Antonio Núñez Reyes, correspondiente al RIT N°437-

2015. Recurso que se encuentra dentro del plazo legal. Santiago, a 14 de septiembre de 2015.

ELIEL SANDOVAL SOBARZO, JEFE DE UNIDAD DE ADMINISTRACIÓN DE CAUSAS.