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N25 De las Escuelas Catedralicias a las Universidades

Entre duendes y libros: Un cuento sobre los cuentos

MARIANO BRTOLI P., Licenciado en Ciencia Poltica UGM,Licenciado en Filosofa UGM. Magster en Filosofa Poltica UGM,Ph. D. (c) en Filosofa de la Universidad de Barcelona, Profesor deFilosofa de la Universidad de Abad Oliba, de esta misma ciudad.Profesor Red Cultural.

Hemos hablado en estas pginas de cuentos de hadas, as como tambin de la importancia de la lectura. De lo que no hemos hablado y que, sin duda resulta interesante, es de cuentos de hadas que motiven a la adquisicin del hbito lector, cuentos que son en s mismos causa de gozo para el lector, pero que adems tienen como enseanza el gran bien que produce la lectura. En esta oportunidad hablaremos del cuento de H.C. Andersen titulado El duendecillo de la tienda.En este cuento se narra la historia de un duende que viva en la habitacin de un abacero. Este noble seor, que viva junto a su esposa en la trastienda, regalaba al duende todos los aos por Navidad un tazn de papas y un buen trozo de mantequilla dentro. En la misma casa, pero en la buhardilla, viva un estudiante. No se nos dice si alquilaba o era el mismo abacero el que generosamente le prestaba este segundo piso de la casa. Solo precisa Andersen que se trata de un un verdadero estudiante, que nada posea, contraponindolo con el abacero que es el dueo de toda la casa. De este modo parece decirnos que mientras uno lo tiene todo, el otro no tiene nada. Y entre estos dos personajes antagnicos en cierto modo, aparece el duende, quien prefera la tienda para poder estar cerca del abacero, en razn de aquellos regalos comentados. Un atardecer entr el estudiante a la tienda a comprar una vela y un pedazo de queso para su cena. Esta mencin de aquello que compra el estudiante nos hace aparecer an con mayor claridad su estado de pobreza, en tanto, su cena va a consistir simplemente en ese trozo de queso. Por supuesto, el abacero le dio lo que peda y con un gesto de la cabeza, l y su seora le desearon buenas noches. Aunque especifica que la mujer era muy charlatana y tena una lengua de oro, no le brindan ninguna palabra al estudiante, sino solo gestos. De tal manera que estamos frente a un matrimonio que tiene casa, que tiene bienes, pero que, en cambio, no tiene lo ms humano que un hombre puede tener para darle a otro: su palabra. Al recibir el queso, el estudiante not inmediatamente que la hoja de papel que envolva el queso no era una hoja cualquiera, sino que era, nada menos, que la hoja de un libro de poesa, un libro viejo, que jams hubiera pensado que lo tratasen as. Esta personificacin de objetos, de la que Andersen es uno de los especialistas basta recordar El Soldadito de Plomonos muestra al libro de poesa, protagonista en cierto modo del cuento, defraudado, humillado en su dignidad, por ser tratado como una cosa, ya que se ve reducido a una condicin servil. Y ni siquiera ordenado a servir al hombre, sino servir a un sirviente del hombre como es un queso. Pero aunque no estuviese personificado, Andersen nos habla de un libro de poesa y este libro ya es un bien con cierta dignidad, por cuanto la poesa no se encuentra entre las cosas tiles, sino que est destinada a la contemplacin humana. Dicho simplemente, un libro de literatura no es una cosa que sirve para emparejar las mesas cojas. No leemos poesa para conquistar mujeres, ni leemos poesa para conseguir trabajo o para hacernos ricos, sino porque leer poesa es un bien humano. De all que tratar al libro como un medio, tratar a la poesa como un medio, como una cosa que me es til, es rebajarla y traicionar su sentido ms profundo. Y, sin embargo, aquel que lo tiene todo, aquel que es dueo de la casa, aquel que incluso tiene para darle de comer a otros, envuelve el queso con libros de poesa. Como la filosofa, la poesa no es para conseguir un bien, sino que ella misma es un bien. Deca Santo Toms que el motivo por el que el filsofo se asemeja al poeta es que los dos tienen que habrselas con lo maravilloso. Por eso, aunque es un libro de poesas el libro en torno al cual gira esta historia, como dijimos, es posible tambin considerarlo como un libro de literatura, de filosofa o de cuentos de hadas. En todos los casos, estamos frente a un libro que aporta conocimientos que enriquecen al hombre, que lo hacen ms humano aunque no le permitan alcanzar fines prcticos. Podramos decir que son conocimientos supra tiles que estn por encima de la utilidad y que, por tanto, lo alimentanespiritualmente, aunque no lo hagan materialmente. Esto ltimo se encargar de remarcarlo de manera magistral el autor, al mostrar cmo el estudiante al verse interesado por la hoja y ante elofrecimiento del libro entero, lo cambia por el queso. Puedo comer pan solo; pero sera pecado destrozar este libro. Puedo prescindir del queso aunque soy pobre y tengo hambre, parece decir el estudiante, pero no puedo prescindir de la poesa, sera un pecado hacerlo. El alimento es lo til, incluso es til para comprar un libro, pero el libro no es lo til, sino lo verdaderamente valioso y es un terrible mal destruir lo que es de ese modo valioso. Sera como usar la tela de Las Meninas para envolver un regalo o utilizar alguno de los tapices de Goya como alfombra. El alimento del espritu, nos dice Andersen, es ms importante que el del mismo cuerpo. Esta idea est an ms clara en El tullido, cuento que dejamos para otra ocasin. El estudiante, volviendo al primer cuento, con cierta irona, le dice al abacero: Es usted un hombre esplndido, un hombre prctico, pero lo que es de poesa, entiende menos que esa tinaja. Esta afirmacin no le gust al duendecillo, que senta una especial simpata por el abacero, pero que tambin estaba preocupado por la tinaja. Andersen, a continuacin, recurre a algo que tambin est en El Soldadito de Plomo y es que les da vida a los objetos por la noche, mientras los humanos duermen. En este caso, se sirve de la lengua de la esposa del abacero, aquella lengua de oro, que el duendecillo le corta expresamente para darle el habla a los objetos. Y, por supuesto, al primero que le comunica este don es a la tinaja, lo cual nos permite saber qu es lo que piensa la tinaja sobre la poesa: Es una cosa que ponen en la parte inferior de los peridicos y la gente recorta. Despus de poner la lengua al resto de objetos para conocer sus opiniones, todas coincidentes con la de la tinaja, el duende subi a ponrsela al estudiante, pero se encontr con una sorpresa. El estudiante estaba leyendo el libro roto adquirido en la tienda, y de l sala una gran claridad. Dice Andersen: De las pginas emerga un vivsimo rayo de luz, que iba transformndose en un tronco, en un poderoso rbol, que desplegaba sus ramas y cobijaba al estudiante. Cada una de sus hojas era tierna y de un verde jugoso, y cada flor, una hermosa cabeza de doncella, de ojos ya oscuros y llameantes, ya azules y maravillosamente lmpidos. Los frutos eran otras tantas rutilantes estrellas, y un canto y una msica deliciosos resonaban en la destartalada habitacin. El libro es luz, es luz para la inteligencia, esto es, permite ver, permite hacernos conocer la verdad de las cosas. Toda la descripcin apunta a manifestar esa claridad y esa luz: verde jugoso, ojos llameantes, lmpidos, frutos como rutilantes estrellas. Todo manifiesta luminosidad. No acercarse a la lectura, no acercarse al mundo maravilloso de los libros de literatura es quedar a oscuras, ciegos para lo verdaderamente importante. El duendecillo, viviendo siempre con el abacero, movido por la comida navidea, no haba imaginado jams esa magnificencia, jams haba odo hablar de cosa semejante. Tanto lo conmovi que lleg a pensar: A lo mejor me quedo con el estudiante. Pero esa consideracin le dur poco, le dur hasta que record que el estudiante no tiene papillas ni mantequilla. Y dice el texto : Se volvi, se volvi abajo. Lo superior est representado por el libro, por la poesa, por la contemplacin absorta del estudiante. El crecimiento humano pasa por ese vnculo con lo que hay de verdaderamente humano. La comida, siendo importante en orden a la conservacin del propio ser, no es algo propiamente humano y, por ello, fundar el sentido de la propia vida en eso, alejndose de los bienes del espritu, es ir hacia abajo. Y el duendecillo tomaese camino. Insiste en esto Andersen ms adelante al contar cmo el duende a pesar de bajar y seguir junto al abacero, est inquieto, no se conforma con la erudicin y la sabidura de la planta baja, de manera que cuando ve la luz brillando se siente impelido a elevarse. Andersen lo dice del siguiente modo: era como si sus rayos fuesen unos potentes cables que lo remontaba a las alturas; tena que subir a mirar por el ojo de la cerradura y siempre se senta rodeado de una grandiosidad como la que experimentamos en el mar tempestuoso, cuando Dios levanta sus olas; y rompa a llorar, sin saber l mismo por qu, pero las lgrimas le hacan un gran bien. Y agrega: Qu magnfico deba de ser estarse sentado bajo el rbol, junto al estudiante!. No obstante, est tan preso de lo material, tan dependiente de aquellos bienes caducos que le ofrece el abacero, que intenta no cuestionarse mucho y permanecer tras el ojo de la cerradura. Hasta que llega la Navidad y con las papillas y la mantequilla, nuevamente se declara resueltamente en favor del tendero. Pero ese da, a la media noche, se declara un incendio en la calle. No se saba exactamente desde dnde proceda el fuego, si desde la misma tienda o desde la casa del vecino, lo cierto es que ante la confusin y el miedo, cada uno intent salvar aquello que ms amaba. La mujer del tendero, se quit los pendientes de oro de las orejas y se los guard en los bolsillos. El tendero recogi sus lminas de fondos pblicos, y la criada, su mantilla de seda. Quienes no aprecian el valor de un libro, el valor de la lectura, no son capaces de darse cuenta de qu va la vida y, por esto, no viven de modo humano, sino apegados a lo material, esclavos del oro, de los fondos pblicos o las mantillas. El duendecillo, que tambin quera guardar lo suyo, de un salto subi las escaleras y agarr el libro maravilloso que estaba sobre la mesa, sujetndolo convulsivamente con ambas manos. El ms precioso tesoro de la casa estaba a salvo. Un buen libro es un tesoro, la buena literatura es un tesoro con el que debemos enriquecer a nuestros hijos y alumnos. No hay que enterrarlo bajo tierra, ni guardarlo en el bolsillo, ni menos usarlo para envolver el queso. Hasta un duende se da cuenta de ello. El duendecillo, al reflexionar sobre lo que haba hecho, se dio cuenta en dnde estaba su corazn. Donde est tu tesoro all est tu corazn. A qu se aferr el estudiante? Pues el estudiante, desde la altura de la buhardilla, desde la altura que le da el acceso a lo que es importante, no se inquieta porque ya sabe que el incendio no es en la casa. Se ha convertido finalmente el duendecillo despus de esta experiencia reveladora para l? Se mudar a vivir con el estudiante y disfrutar de la luz que emana del libro? La verdad es que no. Cuando todo se calm, volvi a sus ideas normales: Me he de repartir entre los dos. No puedo separarme del tendero, por causa de las papillas, dice. Y esto nos revela el realismo profundo de Andersen. No es fcil cambiar totalmente. La transicin es progresiva y el cambio total del duende no llega a darse en el cuento. La sabidura que manifiesta el libro de poesas y el de cuentos de hadas va calando en ellos, pero no les transforma. Andersen sabe que estos cambios son muy lentos, pero que valen la pena

Dante: conciencia y voz del mundo popular Hacia la revelacin de un imaginario mstico

Dante Alighieri, protagonista y actante en la Divina Comedia, es un ser en bsqueda. Es un ser inquieto ante un mundo que se transforma y que en dicha transformacin parece derrumbarse y autoaniquilarse o, al menos, as lo deja entrever el poeta en relacin a su amada y nunca recuperada Florencia o frente a la Roma, supuesto bastin de la cristiandad, empeada en luchas demasiado partidistas durante esos aos.

LUISA OCARANZA PEZ, Magster en Literatura, Ponticia Universidad Catlica deChile. Doctora en Filologa Hispnica, Universidad Autnoma de Madrid.

El reconocimiento de la selva oscura en la que dice habitar, lo lleva a inquirir, a reflexionar y a preguntarse entre otras realidades por la trascendencia y su sentido. Ya no se trata solo de la fama y sus logros o de la Vida Eterna como un bien genrico, sino de aquello que acontece ms all de las fronteras del conocimiento racional y que ha sido dictaminado a travs de medidas y conceptualizaciones acadmicas por crculos universitarios o teolgicos por intermedio de diversas manifestaciones como las Bulas y los Concilios, entre otros. El poeta es un estudioso, de eso no hay lugar a dudas (pensemos por ejemplo en el fluido dilogo que realiza con San Agustn men la obra), pero tambin es un hombre de su poca y como tal responde a un imaginario conformado por la tradicin, extendido entre la gente por medio de sermones, representaciones artsticas e incluso escuelas catequticas. Dicho imaginario es altamente visual y ha sido resguardado tanto por las autoridades como por el pueblo, por tratarse de un medio didctico y, al mismo tiempo, como una rica fuente de conocimiento simblico. Dante no solo rescata este imaginario, sino que lo redimensiona a travs de sus propuestas, pues no solo cruza la frontera de lo conocido hacia un mundo ultraterreno, sino que transforma su inquietud en un viaje escatolgico y espiritual, en el que el alma va en pos de la perfeccin. El periplo dantesco ser entonces un itinerario basado en las diversas experiencias que un alma tiene mientras realiza un viaje ascensional, que lo conduce desde el pecado hacia la beatitud celeste. Es decir, una escalada mstica, tal como la que han vivenciado y explicitado algunos reconocidos santos como Francisco o Clara de Ass, por mencionar a dos msticos cuya doctrina conoca. Pero, adems, un periplo basado en un imaginario espacial y lumnico, que evidencia el sentido ascensional que marca el recorrido desde el Infierno hasta el Paraso. Es evidente, por tanto, que la Divina Comedia est construida de acuerdo a la trada de la experiencia mstica: LUZ, CONOCIMIENTO Y AMOR. Desde la negacin por ausencia de estas realidades en el Infierno hasta su plena concrecin en el Paraso. En la obra se plasmar la dicotoma Oscuridad/Luz mediante diversas imgenes, mientras que el Conocimiento se abordar desde lo plenamente humano como es el esclarecimiento y asuncin de los pecados hasta la dicha plena que supone entender lo Inefable. Mientras que la relacin Hombre-Dios, Alma-Dios hablar de la simiente de Amor perpetuo de Dios hacia la Humanidad, conviccin certera que siempre seala el inicio de la ruta asctico-mstica emprendida por cualquier ser humano. Desde esta perspectiva, Dante el explorador y vividor (en trminos de experimentar una vivencia) se transformar, como sucede con los msticos, en un mediador cultural, o mejor, espiritual. A travs de la tradicin imaginal de su tiempo intentar hacer Visible lo Invisible, especialmente a travs de los cdigos iconogrficos referidos a la luz que, si bien se presentan en todo el poema, predominan en el Paraso en relacin a la ltima etapa de un camino espiritual que es la Unin con la divinidad. Por este motivo, me centrar brevemente en los ltimos cantos de la obra, que bajo esta mirada son los ms vanguardistas, ya que Dante expone una realidad espiritual transformadora. El Paraso para el poeta es () un seguro y jubiloso reino, que pueblan gentes antiguas y nuevas (XXXI, 25-26), pleno de amor, donde predomina el estado de incorruptibilidad. Bajo esta perspectiva, aire, viento y luz primordiales darn cuenta de lo Divino como expresin de amor comunicable y perceptible. Por ello, lo primero que percibir el poeta al entrar en este territorio ser el viento, el aura dolce, como claro anuncio del espritu que all predomina. Viento que es espritu, soplo divino sostenedor y creador (recordemos en relacin a esto el Gnesis, en el momento de la creacin de Adn y Eva). Luego, otro smbolo arquetpico entrar en nuestro campo visual: el agua. Agua vida, agua bebida, agua de purificacin. Mltiples sern los elementos alegricos unidos a esta imagen y Dante nos remitir continuamente al espacio ednico inicial mediante reminiscencias que culminan en Euno, ro de su invencin. Mas, el principal eje de lo simblico ser la LUZ, que aqu no solo remitir a la armona, a la belleza, sino tambin al conocimiento y a la perfeccin que la adquisicin de ste trasunta. Se trata de Illuminare o inluminare, esto es, introducir la luz dentro mediante un principio que inflama elsentido interior, lo ilumina, y deja encendidos los ojos del corazn, la razn y la inteligencia. Al inicio del canto Beatriz informa a Dante de que han sido elevados al sptimo esplendor, el sptimo cielo, correspondiente a Saturno. Es el cielo de los contemplativos. A partir de este instante, Dante no mira hacia, sino que mira dentro. Por indicacin de Beatriz cambia de ojos y de perspectiva: Fija tu mente en pos de tu mirada, y haz de aqulla un espejo a la figura que te ha de aparecer en este espejo. (16-18) Es el anuncio claro de que la percepcin fsica, mediante los ojos corporales, ha de ser superada mediante la visin a travs de los ojos interiores. Como dira Ricardo de San Vctor, hacer visible lo invisible mediante el corazn u Oculis Cordis. Esa nueva forma de mirar supone un acceso al conocimiento que se abre a la experiencia visionaria, donde la mirada interior se potencia mediante el surgimiento y develacin de multiplicidad de imgenes que intentarn dar cuenta de una realidad en la que el mstico, en este caso el escritor, se convierte en instrumento de lo Divino. Lo esencial estar entonces en captar el instante de encuentro entre el mundo exterior y el interior en esta tierra intermedia de la imaginacin para hacer legible lo que esta nueva visin denominada Abierta ha revelado. El proceso supone la lenta desocultacin de Dios. Y este proceso de la visin abierta y sus posibles consecuencias en relacin al conocimiento lo que el poeta relata a partir del Canto XXXVIII. Dante y Beatriz se encuentran en el Primum Mobile y desde all observan el Empreo, que es el lugar donde Dios habita. Lo que ven es lo siguiente:

vi un punto que irradiaba tan aguda 16luz, que la vista que enfocaba en ellapor tan grande agudeza se cerraba; 18()distante de ese punto un crculo gneogiraba tan veloz, que vencerael curso que ms raudo el mundo cie; 27y aqul era por otro rodeado,y de un tercero aqul, y ste de un cuarto,de un quinto el cuarto, y por un sexto el quinto 30El sptimo segua tan extensosobre ellos, que de Juno el emisario 32abarcarlo del todo no podra.Y el octavo, y el nono; y cada unoms lento se mova, cuanto estabaen nmero del uno ms distante;Se trata de la visin de Dios. El poeta, ya poseedor de una visin abierta desarrollada parcialmente puede ver lo que los msticos han anunciado y que la Iglesia ha discutido: el rostro del Creador, dentro de los nueve crculos que sabremos estn conformados segn las jerarquas anglicas. El punto de luz de mayor irradiacin, luz plena, denotar la presencia de Dios aqu y ahora, lo que ser ratificado luego en el canto XXIX, cuando Dante afirme que aquellos que han visto la Divina Faz no pueden jams apartar la mirada de ella. Estas sustancias, desde que gozaron de la cara de Dios, no apartan de ellala mirada, a quien nada est escondido: 78Por tanto, como en el proceso mstico, Dante recibir el particulardon de tener visiones fsicas, que incluso estarn dotadas demovimiento y color. Recordemos que los crculos la distancia enrelacin a lo divino se evidencia por la rotacin (ms rpida o mslenta) y por el color rojo o gneo, que seala la fuerza del amory la irradiacin del conocimiento infuso. Por lo tanto, ver a Diosya no es solo un ideal o una presuncin, sino que una realidadtangible y certera. Esta Visio Dei sella fuertemente la relacin delmstico con lo Inefable, ya que tras el esfuerzo asctico, la Graciacomienza a operar a manera de Dones, que suponen un alma nosolo comprometida, sino transformada en la senda de la perfeccin.Dante, el hombre In Via, el Homo Viator, se acerca al final delcamino, a la patria perdida que ya no es Florencia, sino la cima delParaso, que es la Unin totalizante.El proceso contina entonces en el Canto XXX, donde tras alabar lamirada beatfica y esclarecedora de Beatriz, el poeta descubre quehan llegado a un nuevo lmite, el de la luz intelectual:Hemos salido ya -volvi a decirmedelmayor cuerpo al cielo que es luz pura: 39luz intelectual, plena de amor;amor del cierto bien, pleno de dicha;dicha que es ms que todas las dulzurasCaptar esa luz, supone un nuevo ascenso del alma, pues secomprende lo Inefable como plenitud de Amor. Un pequeo e inicialanuncio del Amor Igualado, al que siglos ms tarde Juan de La Cruzcantar en su Noche Oscura. Este ascenso se ratificar medianteotro suceso lumnico: un relmpago.Como un sbito rayo que nos ciegalos visivos espritus, e impideque vea el ojo aun cosas muy brillantes, 48as circumbrillme una luz viva, 49y cubrime la cara con tal velode su fulgor, que nada pude ver.()Apenas penetraron dentro de mestas breves palabras, comprendque sobre mi virtud estaba alzado; 57y de una vista nueva disfrutabaEsta vista nueva conferir al poeta el don de ver con claridad loinsospechado, pero a su vez se enfrentar con la imposibilidad decomunicarlo todo. El lenguaje no bastar para dar cuenta de unaexperiencia tan extrema como es la de intentar fijar un conocimientoque no figura en libros ni tiene espacio en las Academias. Inefabilidaddel lenguaje que juega en contra de hacer palpable o traducir elmundus imaginalis de acuerdo a parmetros comprensibles para todos.Y all vuelve a percibirse al mediador espiritual-cultural, pues condelicadeza va desglosando y graficando ese conocimiento que fluye(con o sin dificultad) y que se muestra sin ambages ante el asombradopoeta, pero tambin, gracias a su labor, al no menos asombrado lector.Gracias a esta nueva forma de ver, Dante dar cuenta de unabellsima imagen: un ro de luz, casi desbordado por mltiplescentellas. Un ro de amor y conocimientos:y vi una luz que un ro semejaba 61fulgiendo fuego, entre sus dos orillaspintadas de admirable primavera. 63Salan del torrente chispas vivas,que entre las flores se desparramaban,cual rubes que el oro circunscribe; 66Mas no bastando esa visin para comprobar la Gracia de Dios queha obrado en su persona, el poeta anuncia en versos siguientes elacontecimiento de otro fenmeno mstico: las hablas. Dios sedirige a l, invitndolo a beber:El gran deseo que ahora te urge y quema,de que te diga qu es esto que ves,ms me complace cuanto ms intento; 72mas de este agua es preciso que bebasantes que tanta sed en ti se sacie.La invitacin a beber de las aguas del ro, no solo en una graciadivina, sino tambin en lenguaje mstico el anuncio de la celestiallocura, fenmeno que indica la cercana unin o matrimonioespiritual. Dicha realidad se suscita tras una oracin de recogimientoo quietud, en la que el mstico se reconoce, entre otras realidades,an limitado. En el poema, la invitacin surge porque Alguien lehace comprender a Dante que an cuando el proceso que ha llevadoadelante ha entraado gran esfuerzo, an su visin es limitada. Noes tan elevada afirmar su divino interlocutor. Por tanto, no es unespiritual de veras como lo denominan algunos msticos.Finalmente en el Canto XXXIII, San Bernardo invitar a Dantea mirar directamente hacia la luz y, como lo ha hecho en otrosmomentos, el poeta pide no solo poder transmitir lo visto, sinotambin recordarlo. Valga sealar que en este punto del procesomstico, el abandono de las potencias es imprescindible para queDios obre y penetre en el alma. Ese dejamiento o desasimientosupondr que al final de la experiencia, solo ser comunicado loque Dios desee en tanto lo haga permanecer en el recuerdo. Eseconocimiento all depositado para ser transmitido a otros seruno de los mayores dones del mstico, por cuanto en ese puntoel alma comprende que la operacin divina que se ha realizadoen ella ha de ser comunicada con fines ejemplares, doctrinalesy magisteriales. El mstico se convierte entonces en el mximocomunicador y en el mediador de lo divino, pero no para la lite,sino para la humanidad toda.De hermosa manera, Dante describir la visin y los efectos questa le produce:pues mi mirada, volvindose pura,ms y ms penetraba por el rayode la alta luz que es cierta por s misma. 54Fue mi visin mayor en adelantede lo que puede el habla, que a tal vista,cede y a tanto exceso la memoria ()as estoy yo, que casi se ha extinguidomi visin, mas destila todavaen mi pecho el dulzor que nace de ella.Los efectos o dulzores sern propios del sello de amor divino quepermea el alma como prueba de lo acontecido. Vendrn entonces elasombro, el gozo y la exaltacin de lo visto. El deseo de la vivencia de lodivino no solo ser recompensado, sino plenamente gratificado, lo queimpulsar al alma hacia una mayor perfeccin, ya que ante la bellezasuma, solo hay cabida para lo ms perfecto. Y el poeta lo anunciar conclaridad: cambiando yo, ante m se transformaba (114).Entonces, como en todo proceso mstico, el reconocimiento de unanueva conversin traer consigo la mayor gracia: la visin de laTrinidad o Inhabitacin Trinitaria:En la profunda y clara subsistenciade la alta luz tres crculos veade una misma medida y tres colores 117Nuevamente surgir la limitacin: Cun corto es el hablar, y cunmezquino a mi concepto!. La palabra no alcanza para dar cuentade lo experimentado, sin embargo, el poeta avanza, reconoce laGracia que le otorga osada y valor para mirar la luz eterna (84),culminando con ello el proceso de Desocultacin de Dios. Conocey reconoce al Dios Uno, la Simple luz en la que todos los puntosconvergen. El Dios que Es, el Nudo de Amor (recordemos el nudo dela camisa del caballero como motivo amoroso de unidad):Creo que vi la forma universalde este nudo, pues siento, mientras hablo,que ms largo se me hace mi deleite 93Y con no menor asombro descubrir y comprender que el Hombreest y ha estado desde siempre contenido en ese centro de luz: ensu interior, de igual color pintada, me pareci que estaba nuestraefigie (131-132). La unin Humanidad-Dios es, por tanto, no solo un anhelo mstico, sino un derecho y una realidad. Un nuevo rayo de luz enceguecer al poeta. El deseo de ver ms all es limitado tambin por la Gracia de Dios, pues tal como l lo expresa, sus alas no eran para ello. La visin abierta ha sido clausurada, pues ese Dios Numinoso que es tremendo y fascinante, ha de permanecer en el Misterio. Aunque lo cierto es que parte importante de ese Misterio ha sido comunicado sin ambages. Dante, el hombre In Via nos ha mostrado el camino a TODOS, sin exclusiones. Recordndonos paso a paso que el pecado es una eleccin no una imposicin y, por tanto, el camino hacia la Luz, no solo es posible, sino real. Un poeta visionario que se convierte en voz de un pueblo en pos de una redencin

Friedrich Engels: Un Comunista Burgus

Friedrich Engels es tal vez una figura poco conocida y eclipsada en su verdadero rol tras la figura de Karl Marx. Como afirma su bigrafo Tristram Hunt, : A Engels se lo ha extirpado de la memoria colectiva, culpndolo de todos los excesos del marxismo en la historia, para as liberar y santificar cada vez ms a la figura de Karl Marx.

MAGDALENA MERBILHAA R. Historiadora y Periodista de la UniversidadGabriela Mistral. Magster en Educacin de la Universidad de Kingston(Reino Unido). Directora de la Red Cutural de la U. Finis Terrae.

La idea de separar al Marx tico y humanista del Engels, mecnico y cientfico, ha relegado a ste a un segundo plano. La verdad es que hay que comprender que Marx y Engels son una unidad, no hay uno sin el otro. Son simbiticos, se necesitan mutuamente. De hecho Engels ser el primero en escribir sobre las futuras llamadas ideas marxistas. Marx tomar de l las bases de su teora y ser Engels quien, tras la muerte de Marx, complete la teora de lo que hoy conocemos como marxismo. Fue parte del movimiento cartista de Manchester, estuvo en las barricadas alemanas de 1848-49, anim a los communards de Paris en 1871, y presenci el inici del movimiento laborista britnico en 1890. Engels fue una parte activa, protagonista y testigo del avance de las ideas marxistas en el mundo. Adems mantuvo econmicamente a Marx toda su vida para que ste pudiera escribir y llevara una vida burguesa de grandes comodidades, por lo que ser llamado por la hijas de Marx nuestro querido uncle Angel. Intelectual y soldado de la causa, fue llamado ms tarde por Eleanor Marx el general, ya que efectivamente fue quien llevaba a cabo las cosas y diriga todas las acciones. A la muerte de Marx complet y export la teora. A los 120 aos de su muerte, ocurrida en 1895, parece bueno analizar quin fue Friedrich Engels y mirar desde la luz del contexto de la poca su rol en la formacin de la teora marxista. Friedrich Engels naci el 28 de noviembre de 1820 en una familia privilegiada en Bramen, Prusia (ahora Wuppertal) en la zona del Ruhr en una poca de cambios. La Revolucin Industrial haba ya transformado la realidad hasta entonces conocida. Hay que comprender que el mundo moderno, tal como lo conocemos, se invent en el siglo XIX. La aplicacin del motor a vapor a la produccin y a los transportes transformaron el mundo conocido, en algo totalmente nuevo. Es importante tener en cuenta que el mundo de la poca de los romanos, el medieval, o el de fines del siglo XVIII, no eran muy distintos entre ellos. El ritmo de la vida era relativamente el mismo, aunque en las formas pareca que haba cambiado diametralmente. Pero con el advenimiento de la Revolucin Industrial y con la aplicacin del vapor a la industria y a los transportes, el mundo cambi a una velocidad nunca antes vista. El cambio fue evidente y la absorcin del mismo se torn en algo complejo que hizo que la filosofa cambiara tambin para siempre. La familia Engels era duea de molinos primero y luego de industrias textiles en la zona industrial alemana, con lo que llegaron a ser muy prsperos. Como muchas familias alemanas eran piadosos y creyentes evanglicos. Engels no provena de una familia rota llena de carencias, sino muy por el contrario, de padres preocupados y cariosos y de una familia querendona y tolerante. El joven Friedrich, desde muy temprano se empap de las nuevas tendencias de pensamiento que circulaban ampliamente durante el siglo XIX, y se declar ateo, lo que provoc fuertes choques con sus padres, quienes vean esto como parte de una adolescencia compleja. A los 17 aos dej el colegio y sus padres esperaban que se dedicara a los negocios familiares, pero ya para ese entonces Friedrich estaba involucrado en actividades revolucionarias que complicaran los planes de sus padres.

Tras la derrota de Napolen, las voces del nacionalismo alemn se acrecentaron, como respuesta a la afirmacin de Voltaire, quien haba dicho que Alemania no exista. Es cierto que Alemania como tal no era una unidad administrativa, sino un conjunto de principados con un elemento cultural comn. Para muchos intelectuales exista el llamado ethos alemn, la cultura alemana que tena un Weltanschaung distinto al resto. Este movimiento que comenz con el Romanticismo y el llamado Sturm un Drang, comenz a tomar nuevas variantes. Desde una preocupacin por el ser alemn, la lengua y la cultura, al desarrollo de corrientes filosficas que redefinieron la visin de mundo. En Bremen el paso del Romanticismo al Socialismo a travs del Partido Das Junge Deitschland -La Joven Alemania, parti de esta rama eclctica de los movimientos juveniles que se impusieron en toda Europa.Este movimiento se inici en Alemania en torno a Ludwig Borne, radical liberal, quien quera una sociedad de accin para oponerse a autoritarismo de Metternich. La idea era liberar a Alemania del provincianismo de los principados feudales y de los gobernantes absolutistas. Como ellos afirmaban, la participacin del pueblo en la administracin del Estado; la emancipacin de los judos de la coaccin religiosa y de la aristocracia hereditaria. Engels se identific con los poetas ateos emergentes del llamado Romanticismo Oscuro, como Percy Shelley, recalcitrante ateo.

Las corrientes filosficas imperantes fueron poco a poco disminuyendo el concepto de Dios e intentando reemplazarlo por algo nuevo. Tras las ideas de Imanuel Kant la certeza del absoluto desapareci. Ya no era posible conocer la realidad de las cosas, sino que solo lo que de sta se apareca. No se poda conocer el Noumenon ( la cosa en si esencia) sino que solo se poda conocer el Fenmeno, lo que se aparece (la cosa en mi). Hay formas a priori al entendimiento, tiempo y espacio, que limitan a nuestra razn. La razn ya no es todo poderosa, sino que est limitada. Solo podemos conocer en un aqu y un ahora. Solo podemos conocer lo que se nos aparece, el fenmeno. Dios como tal, es una esencia y por tanto , no cognoscible. Kant era un creyente y no negaba a Dios, pero entenda que Dios ya no era una certeza, sino que solo una probabilidad. Hay que actuar como si Dios existiese, afirma en su Crtica a la Razn Prctica. Kant entenda que Dios como concepto es lo que determina qu es lo permitido y que es lo que no corresponde. Es la medida de la tica misma. Sin esta certeza, la filosofa occidental no volvi a ser la misma.La falta de absoluto objetivo, Dios, hizo que los distintos filsofos buscaran un absoluto nuevo. El ser humano tiene la necesidad de aferrarse a algo y frente a la ausencia de Dios, buscar otra cosa para convertirla en un nuevo dios. Es por esto que despus de Kant la filosofa intent reinventarse desde el Idealismo y el Positivismo. Idealismo se denomina a una corriente que agrupa diversos filsofos, muy distintos entre ellos, pero que tienen en comn en que toman una idea a la cual convierten en un nuevo absoluto. Cada idea es distinta, pero cada una de ellas se levanta como un nuevo dios. Por otra parte cada uno de los llamados autores idealistas es dialctico. La dialctica es la suma de contrarios con superacin.

Tras un choque de contrarios surge una realidad mayor que luego chocar con otra realidad y surgir algo incluso mayor, de modo que el progreso es lneal y ascendente y siempre el futuro es ms que el presente. Esta visin iba muy de la mano con el evidente progreso del siglo mismo y responda como nueva filosofa a esta nueva realidad. Hegel represent una nueva dimensin en el movimiento romntico alemn y cre una filosofa totalitaria que se convirti en una nueva religin para una sociedad moderna e industrial.

Es fundamental comprender esto, ya que solo entendiendo que el idealismo pretende levantar nuevos dioses, como nuevos absolutos y crear una nueva religin, es posible entender la dimensin de la figura de Friedrich Engels y su futuro compaero simbitico Karl Marx. Para la dcada de 1840, Hegel predominaba en las universidades alemanas. Haba logrado crear una nueva religin en la cual los llamados jvenes Hegelianos eran sus ms fieles seguidores y quienes propagaban esta nueva visin atea que pretenda reemplazar a Dios con un algo nuevo enorme, que englobaba toda la realidad el Espritu. Engels era parte de este movimiento. Ya desde muy temprano comenz a escribir en peridicos y empapado por las ideas del ambiente hablaba contra la Revolucin Industrial y sus consecuencias alienantes. Esta era una de las dimensiones del movimiento romntico mismo que miraba con ansias el pasado medieval gremial humano, contrastndolo con la industrializacin alienante. Engels escriba con un pseudnimo,Friedrich Oswald, ya que no quera que su familia pietista e industrial se ofendiese por sus escritos y le diesen la espalda.Es fundamental entender que el secularismo paviment el camino del socialismo. Para todos los socialistas posteriores un rito fundamental fue renegar del cristianismo. Desde Robert Owen a Betrice Webb y Annie Besant, el renegar del cristianismo fue parte de un viaje para establecer una nueva religin. Para el movimiento de la joven Alemania el gran paso a un lado del cristianismo fue marcado por la publicacin de La Vida de Jess examinada crticamente de Friedrich Strauss, una verdadera bomba teolgica para este siglo lleno de cambios. Este camino lo llev a abandonar la religin y desde Hegel abrazar una nueva.El propio Erich Hobsbawm se refiere a lo tarde que Engels y Marx llegaron al socialismo. Esta corriente naci del fermento ideolgico de la Revolucin Francesa y la descristianizacin de Francia. La bsqueda de un nuevo Pouvoir spirituelle llev a la aparicin de sectas socialistas de las que el Conde de Saint Simn fue una parte esencial. Este pensaba que la sociedad estaba entrando en una fase nueva y crucial en la que la ciencia y la industria demandaran nuevas formas de gobierno y de culto. En 1841 Engels se enrol en el Ejrcito Prusiano y fue enviado a Berln. All se integr activamente a los jvenes Hegelianos. Y abraz la fe hegeliana con su entusiasmo caracterstico. Esta nueva religin se sum a su amor por lo germano, y lo hicieron sentirse como un Sigfrido para la Sociedad Moderna. Public artculos en la Gazeta Renana, cuyo editor era Karl Marx, pero a quin conoci ms tarde. Engels afirmaba que el campo de batalla de su tiempo era la Universidad. Asista a las clases de Shelling junto a Jacob Burckhardt, Mijail Bajkunin y Soren Kierkegaard.

La aplicacin de las ideas socialistas a la accin de los jvenesHegelianos desde Moses Hess, los condujo al camino del comunismo. Las crticas a las consecuencias de la industrializacin, la llamada cuestin social daba una oportunidad al cambio y el advenimiento del paraso terrenal en la utopa de poner lmite a la cultura del egosmo y la competencia para permitir que aflorara una nueva sociedad basada en la libertad y la fraternidad humana. Se hablaba de la catstrofe que se avecinaba en Inglaterra, por lo que los ojos de Engels cruzaron el Canal de la Mancha.

En 1842 Engels insisti en viajar a Inglaterra, y fue enviado por su padre a Manchester para hacerse cargo del captulo ingls de los negocios familiares. Su padre estaba seguro que el estar a cargo de la empresa familiar lo hara reconsiderar sus ideas radicales. Antes de partir, visit a Moses Hess y se inici de lleno en la nueva aventura comunista.

Manchester era una de las ciudades industriales ms importantes de Inglaterra y la situacin obrera era un tema ms que preocupante. Se la denominaba Algodonpolis, ya que representaba todos los horrores de la modernidad. Entre 1800-1840 Manchester pas de tener 95 mil habitantes a ms de 310 mil. Era la ciudad cono de la industria, el humo y los hedores que dejaban atrs el campo idlico ingls. Hippolyte , Taine , filsofo e historiador francs, terico del naturalismo, se refera a esta ciudad como barracones de mala calidad o un asilo de pobres para cuatrocientas mil personas, o un penal de trabajos forzados. El hacinamiento, el trabajo infantil, las enfermedades estaban a la orden del da. La situacin obrera era pavorosa. La literatura rpidamente acus esta situacin. El propio Charles Dickens mostr la realidad obrera en la mayor parte de sus obras, especialmente la situacin infantil. Elizabeth Gaskell, quien viva en Manchester denunci las condiciones obreras y su libros fueron catalogados de novela industrial y el propio Benjamin Disraeli, quien ser ms tarde primer ministro de la Reina Victoria, en su poca de novelista, dice en Sybil que faltaba un Dante para describir el infierno en que esta gente viva. Robert Owen haba intentado cambiar este mundo desde el llamado socialismo utpico, volviendo al intercambio cooperativo preindustrial. Sus medidas lo llevaron a quebrar como empresario. Fue incapaz de sostener los beneficios que quiso otorgar a sus empleados. Fue un buen muchas de las ideas fuerza de la teora posterior. La Teora de Hess cobr cuerpo cuando Engels tom conciencia del comunismo como nica respuesta social posible a este desastre social industrial. Se incorporaron las realidades de los cartistas, los intentos de Owen y las ideas crticas a la situacin obrera de Carlyle a la Edad Mecanica en el que el pago en efectivo es el nico vnculo entre los hombres. Proudhon haba definido la propiedad privada como un robo.

Engels fue ms all. Para l la propiedad implicaba los salarios, el comercio, el valor, el precio, el dinero; con lo que concluy que si se terminaba con la propiedad, se terminaba con las divisiones antinaturales. La abolicin de la propiedad privada y el fin de la avaricia llevaran de un modo hegeliano al fin de la historia y a la instauracin del paraso en la tierra. Su libro La situacin de la Clase obrera est repleto de datos, informes de fbricas, actas judiciales y descripciones dantescas de la realidad obrera. En 1845 se public en Alemania. Manchester sera lo que confirmara la teora ya adquirida.

El libro ofreci una base real al socialismo alemn. Ese mismo ao viaj a Paris, donde se encontr con Marx, con quien ya haba tenido correspondencia. Marx viva en Paris tras el cierre de la Gazeta Renana por las autoridades del gobierno prusiano. Rpidamente se hicieron amigos cercanos. Marx estaba muy impresionado por el libro de Engels sobre la condicin de la clase obrera en Inglaterra. Es de ah donde Marx sac la idea que el proletariado unido poda quitarle el poder a la burguesa y avanzar hacia el socialismo. En este perodo se asociaron e integraron a la Liga de los Justos, formada en 1837 en Francia que preconizaba la formacin de una sociedad igualitaria y que haba apoyado los intentos de Louis Auguste Blanqui y su commune.

A causa de vinculaciones polticas complejas, en 1845 Marx tuvo que dejar Paris de modo inesperado. Ambos se fueron a vivir a Bruselas, donde permanecieron hasta 1848 y donde en conjunto publicaron La Ideologa Germana, acto consciente para alejarse y tomar distancia de los jvenes hegelianos. Ya en este libro apareci la lucha de clases como el motor histrico de los cambios radicales. Se trataba de volver a crear la sociedad, refundar, recuperar el control de los medios de produccin y terminar con la alienacin. Para Engels el comunismo no era imaginar una sociedad perfecta, sino comprender el carcter y objetivos generales de la liberacin del proletariado.

Engels se encarg de juntar dinero para poder financiar el trabajo de Marx. Desde all ambos tuvieron amplios contactos con los movimientos socialistas radicales alemanes, especialmente con la Liga Comunista Alemana, una organizacin internacional con sedes en distintas partes de Europa. Es esta Liga la que les pidi a Marx y Engels escribir un panfleto explicando los principios del comunismo. As naci El Manifiesto del Partido Comunista, que fue publicado el 21 de febrero de 1848. Este pequeo libro, fue trascendental en la historia de Occidente. Siempre nuestra cultura se ha movido por ideas y sta idea movi nuestra cultura desde el momento que se publichasta hoy: los proletarios son una clase mundial que debe unirse para luchar contra la sociedad establecida y que ya que no tiene nada que perder excepto sus cadenas.

Ese mismo ao 1848 fue un ao agitado en Europa con revueltas y revoluciones que pedan cambios. En Francia fue derrocado Luis Felipe de Orleans, quien haba ascendido tras la Revolucin de 1830 como monarca constitucional.

Con la salida del rey burgus se estableci la segunda Repblica. Marx y Engels pensaron que la Revolucin era eminente, pero vieron frustradas sus aspiraciones. Entre 1848 y 1849 ambos siguieron las acciones de los movimientos revolucionarios esperando el advenimiento de la inevitable y segura Revolucin. Los movimientos de Prusia nuevamente frustraron sus expectativas y en Inglaterra, la sociedad industrial ms activa, que haca esperar los cambios ms profundos y donde las acciones del movimiento cartista prometan estos cambios, vieron nuevamente frustradas sus ambiciones. Para Marx y Engels este fracaso anhelado implic una revaluacin ideolgica.

Como ya hemos mencionado, el movimiento cartista haba presentado un documento llamado La carta del pueblo donde se peda una serie de cambios para ser aprobados en el Parlamento. Se quera ampliar la base electoral- sufragio universal masculino y que el voto fuese secreto. Adems pedan reducir las horas de la jornada laboral, exigan ocho horas de trabajo, ocho horas de leisure y ocho horas de descanso. El cartismo haba ganado muchos adeptos y haba convocado a un gran movimiento callejero el ao 1848. El temor que produjo el anuncio de esta actividad, llev a tomar, como medida preventiva, el traslado de la Reina Victoria y su familia a Osbourne por temor a los potenciales disturbios. Sin embargo, aunque Marx y Engels esperaban la Revolucin, el movimiento cartista se desinfl. En 1847 el Parlamento britnico aprob la llamada Ten hours bill que redujo la jornada laboral a 10 horas. No era lo que se peda, pero era mas que suficiente para descomprimir las tensiones sociales. No hubo levantamiento y Marx y Engels no podan creer que se hubiese evitado lo inevitable.

Engels volvi a hacerse cargo de las empresas familiares en Manchester y comenz a llevar una vida de lujos y placeres, por lo que Tristram Hunt, autor de su biografa la titul en su versin en espaol el Gentleman Comunista. Asiduo a la caza de zorros, el buen whisky y las mujeres, no era precisamente un buen empleador en Ermen & Engels. Sala a montar con el Cheshire Hunt, era socio del Albert Club y el Brazenose Club, viva en un muy buen barrio residencial y aspiraba a ser socio de la empresa. Su vida era ms bien una locura desatada de la que se lamentaba y de la que hubiera querido salir, pero era fundamental para financiar a Marx y para que ste terminara su obra magna Das Kapital. Marx por su parte reciba encantado los aportes de Engels los que nunca le parecan suficientes. Son mltiples las cartas que le envi solicitando ms recursos para poder comprar nuevos vestidos para sus hijas.

Ambos llevaban cmodas vidas burguesas. Sus ingresos provenan de la explotacin de los obreros de Manchester, los males que ellos censuraban eran los que servan para financiar sus estilos de vida y su filosofa. Sin esto, El capital jams se hubiese escrito.

Hegel y sus Jovenes Hegelianos Engels, durante los veinte aos que trabaj en la empresa envi la mitad de sus ingresos anuales, entre tres y cuatro mil libras ( 450-600 mil dlares hoy), a la familia Marx. Karl y Jenny Marx eran muy burgueses. Necesitaban guardar las apariencias y casar bien a sus hijas y como Mark no produca dinero, Engels trabaj para los dos. Engels llevaba una doble vida, una con Mary Burns, la proletaria y otra de acaudalado capitalista, asiduo a los placeres y lujos. Era miembro de la Bolsa de Manchester y presidente de la Schillerverein, el club de los alemanes en la ciudad, buen bebedor y amante de las cosas buenas de la vida. Tras la muerte de Mary tom de amante a la hermana de sta, Lizzie. Esto lo acerc an ms a Marx , ya que Lizzie era ms cercana y ms clida que Mary.

Su relacin con Marx era de cartas diarias. Ambos esperaban que la Revolucin llegase cuando las circunstancias fueran las adecuadas y llegara el colapso financiero. En la dcada de los 50 varias quiebras los hicieron esperar ese colapso, lo que no ocurri. El retraso de la Revolucin hizo que Engels tuviera que concentrarse en el trabajo para financiar la teora de Marx y aunque ste se llevaba todos los laureles, a Engels no le disgustaba y colabor con ideas importantes a la teora marxista, perfeccionando el concepto del materialismo histrico.

Ms tarde se fue a vivir a Londres y el nmero 22 de Regents Park Road se convirti en la meca de los socialistas. Marx y su familia vivan cerca, en Prinrose Hill. Todos los socialistas importantes visitaban el lugar. Karl Kautsky, William Morris, diseador y lder de la liga socialista inglesa, Willhem Liebnecht, quien luego creara el partido social demcrata alemn, entre muchos otros. Tuvieron que redefinir conceptos tras la aparicin de corrientes que discutan y criticaban sus ideas.

Tras la muerte de Marx en 1883, Engels se dedic a ordenar su legado literario. Adems de ser el lder del movimiento marxista internacional, tuvo que ocuparse de la familia de su amigo. Tradujo a Marx y public los volmenes dos y tres de El Capital y busc ayudantes para terminar la magna obra. En 1885 se public el segundo tomo, solo a dos aos de la muerte de Marx. Mucho de lo que aparece en estos tomos son ideas de Engels.

Crecieron los partidos socialistas y comunistas en toda Europa y la teora marxista, tal como la entendemos debe mucho a Engels. Es tal vez el Anti During de Engels el complemento perfecto de lo que hoy conocemos como marxismo puro. Es sin duda Friedrich Engels quien hizo posible el marxismo como tal. Sin sus ideas y su trabajo, probablemente Marx se habra quedado en editor de Gazetas cerradas por los gobiernos. Fue Engels quien hizo posible un Marx intelectual, escritor y colaborador

Origen de las universidades y los primeros mtodos de enseanza

A partir del siglo VIII, en el Alto Medievo es posible encontrar una inquietud creciente en torno a la educacin, que procedi de las altas esferas civiles y religiosas de la poca. En efecto, la cristianizacin profunda de la nueva poblacin surgida de la invasin de los pueblos germnicos y las nuevas necesidades planteadas a los nacientes reinos europeos por la recta administracin de los bienes, presionaron al poder civil y al espiritual.

ROBERTO VEGA MASSO, Vicerrector Acadmico, Universidad Finis Terrae. Doctor en Liderazgo y Direccin de Instituciones de Educacin Superior.

Para los efectos de esta breve reconstruccin histrica, baste recordar que con los reinados de Pipino el Breve y de su hijo Carlomagno, durante el siglo VIII muchas de las antiguas regiones romanas invadidas por los pueblos germnicos venidos de las regiones allende el Dnieper y el Danubio, se dirigan ya hacia una organizacin poltica y social ms desarrollada y estable. A la primera ley de conquista del Primi Capientis, deba seguir una administracin basada en principios jurdicos codificados. Por lo tanto, era necesario rescatar los antiguos escritos romanos y consignar, igualmente por escrito, las antiguas tradiciones jurdicas orales, propias de los pueblos nmadas iletrados.Por otra parte, la tradicin cristiana exiga que sus ministros estuviesen en contacto directo con las fuentes que le dieron origen y legitimidad. Tambin era necesario rememorar, por la va sacramentaria, los mysteria fidei. Ambas celebraciones, la conmemoracin sacramental viva y la palabra de Dios, eran los vehculos de enseanza de los valores cristianos para el pueblo y para sus nuevos monarcas.En la reconstruccin histrica de los antecedentes remotos de la educacin universitaria, la cristiandad por un lado y el naciente Imperio Romano Germnico por otro, son los polos ms importantes de la exigencia educativa. Ambas organizaciones, la espiritual y la temporal, trajeron consigo exigencias muy concretas en lo relativo al manejo adecuado del saber y por ende, ambas organizaciones incidieron en la organizacin y en la transmisin del mismo. En efecto, el naciente estado medieval y la iglesia requirieron, con urgencia cada vez mayor, de amanuenses, intrpretes y aplicadores de los cdigos jurdicos, compiladores de gestas y biografas (cronistas), as como expertos en el saber litrgico y diplomtico. Solo con la relativa paz y estabilidad de siglo VIII, las esferas dirigentes de la sociedad medieval resienten la necesidad de contar con los servicios de personas educadas, cultivadas en y por el saber.

Es en este siglo cuando por primera vez aparece por escrito la preocupacin eclesistica en torno al tema educativo. Las primeras instrucciones de la jerarqua eclesistica datan del ao 757, elaboradas por el papa Esteban II. En este documento se exhorta a clrigos y obispos a que dominen la lectura y a que se ejerciten en ella leyendo continuamente las Sagradas Escrituras. Once aos ms tarde, en 769, el papa Esteban III ampli esta preocupacin mediante un nuevoexhorto en el que se incluye la necesidad, por parte de los ministros eclesisticos, de leer y estudiar tambin el Derecho Cannico.

Pero no solo el poder espiritual se manifest claramente en torno a esta necesidad, en ese mismo siglo tambin el poder temporal se expres por escrito. En efecto, poco despus del exhorto del papa Esteban III aparece en el Snodo de Neuching (Baviera) del ao 772, un escrito elaborado a instancias del Duque Tosilon III en el que se manifiesta la inquietud de los monarcas en torno a la enseanza.

No cabe duda que la manifestacin ms famosa de esta inquietud de los reyes es la Carta Capitular de Carlomagno, promulgada en el ao 787, antes de ser coronado emperador, titulada De litteris Collendis, que ser la base para la instauracin de las Escuelas Palatinas.

El proceso que culmina con estas manifestaciones por escrito se haba iniciado mucho antes, pero las condiciones generales de una sociedad naciente al golpe de la espada no eran las mejores para permitir la generalizacin.

En efecto, en la iglesia se haba cultivado el amor por las letras y por las artes desde mucho tiempo antes. Ya desde el inicio de las rdenes monsticas en el siglo V, estas instituciones religiosas se haban caracterizado por promover las virtudes intelectuales, aun cuando fuese en forma muy restringida. Las prcticas monsticas implican la exigencia de una dedicacin diaria al trabajo manual y a la oracin comunitaria. Por consecuencia lgica, esta ltima promovi entre los monjes el cultivo de la lectura y la escritura. Todava hoy podemos admirar los maravillosos trabajos manuscritos con que fueron copiadas las obras de la antigedad clsica, sobre todo latina, y los libros litrgicos que guiaban la plegaria comn. Ambos tipos de obras fueron realizadas por los amanuenses en los scriptoria monacales, bajo la mirada vigilante del bibliotecario.De este breve recuento resulta claro que tanto los ncleos de poder espiritual como temporal fueron los factores de aglutinamiento de las actividades propiamente educativas.En esta lnea, los monasterios, sobre todo los benedictinos que se expanden por toda la Europa Medieval, fueron los primeros en lograr un ordenamiento educativo-curricular. Bien es verdad que ste fue muy simple en su inicio, pero es el precursor de todas las dems organizaciones curriculares hasta nuestros das. Es en las Scholae (Escuelas) Monsticas donde naci este proto-currculum que inclua las siguientes materias: Gramtica Latina (lectura y escritura) y Aritmtica (las cuatro operaciones). La poblacin atendida por estas instituciones adosadas a los monasterios estaba constituida por los hijos varones de la nobleza, por los hijos de aldeanos y artesanos que aspiraban a la vida monstica y por los expsitos o donados al monasterio, cuando se les vea alguna inquietud intelectual por la que pudieran aspirar a mayores responsabilidades dentro de la vida monacal.

En general, la relacin educativa directa con la poblacin civil era sumamente restringida, al igual que la atencin educativa a la mujer. Esta actividad se consideraba patrimonio femenino familiar y, en algunos casos, era objeto de los monasterios femeninos. Sin embargo, en cualquiera de esas circunstancias, la educacin estaba dirigida a introducir a la mujer en las funciones consideradas propias de su sexo y en las actividades familiares a su cuidado.

Con Carlomagno se inicia el florecimiento de las Escuelas Palatinas, con un carcter ms secular y abierto que las anteriores. Bien puede decirse que no poco influy en esta direccionalidad lo que podramos denominar razn de Estado.

Sin embargo, el exhorto papal a obispos y clrigos de dominar la lectura para poder consultar y meditar las Sagradas Escrituras, promovi un nuevo centro con intereses educativos. En efecto, la jerarqua eclesistica dedicada a la pastoral en general, las dicesis arzobispales y episcopales, resintieron tambin la necesidad de formar a sus miembros ms allegados, los cannigos miembros de las Colegiatas. Por ello, un poco despus de las Escuelas Palatinas aparecen las Escuelas Catedralicias, con el fin de facilitar la participacin en el canto del oficio divino a los miembros del Cabildo, pues para ello deban leer los libros litrgicos.

Es probable que en esta prctica, como en otras implantadas en normativa del ritual popular durante la Edad Media, se pueda rastrear de manera indirecta el influjo de los monasterios, a travs de los obispos que ocuparon una determinada sede despus de haber sido monjes. En muchos casos, monjes que haban dado muestras de sus dotes personales dirigiendo prioratos o comunidades monacales ms pequeas, fueron elevados a la dignidad episcopal. No es improbable que algunos de estos personajes hayan trasladado a sus propias sedes y demarcaciones diocesanas algunas prcticas aprendidas en sus monasterios, entre ellas la escuela.

A continuacin se enumeran algunas de estas instituciones que fueron famosas en su tiempo y que corresponden a alguno de los tipos mencionados: Escuelas Monsticas: Montecassino; Saint Denis; San Martn de Tours; Fulda; Montserrat; York. Escuelas Palatinas: Aquisgrn, fundada por Carlomagno; Pars, que cont entre sus directores a uno de los pensadores medievales ms importantes durante los aos 845-67, Juan Scoto Ergena Escuelas Catedralicias: Metz; Saltzburg.

No estara completo el cuadro de los antecedentes medievales si omitisemos al suelo hispano. En efecto, cuando en el centro del territorio europeo se consolidan las Escuelas Monsticas y se abren las Escuelas Palatinas, en el inicio del siglo VIII (713), la antigua Hispania, convertida ya en la Espaa visigoda, casi en su totalidad cae en manos de los ejrcitos musulmanes. La onda expansiva del Islam pas el antiguo estrecho de las columnas de Hrcules al mando del general Gib-il-Tarik.

Lo que para el reino visigodo de Espaa fue una desgracia poltica y militar que requiri siete siglospara ser resuelta, en el mbito educativo fue una bendicin. En efecto, con el florecimiento del Califato de Crdoba a partir del ao 929 se fecunda culturalmente todo el territorio europeo, pues en el pensamiento islmico espaol existe una apertura intelectual sumamente importante. Las bibliotecas y escuelas de las mezquitas hispanas cultivan muy diversas ciencias, como medicina, matemticas, botnica, farmacologa, alquimia, geografa, filosofa y teologa.

Un siglo ms tarde, en el ao 1031, con la dispersin del poder que trajo la cada del Califato de Crdoba, el espritu intelectual rabe se extiende a Sevilla, Granada y Valencia.

El contacto y el trasiego de ideas que promovieron las rutas de peregrinacin a los lugares santos, en este caso hacia la tumba del apstol Santiago en el campo de estrellas (Compostela), permiten a Europa entrar en contacto con una Espaa intelectualmente muy fecunda, que la influir en varios sentidos. Baste recordar el movimiento de rescate del pensamiento griego antiguo, mediante la traduccin del rabe al latn de muchas obras que haban permanecido desconocidas para el mundo romano-germnico.

Principales organizaciones universitarias del medievo

Los inicios de la universidad se presentan a la consideracin histrica, como un intento de superar, en lo posible, la fuerte tutela que la Iglesia ejerca frente a los asuntos de este mundo. No es de extraar que las cuestiones relativas al Derecho fueran las primeras que impulsaron a una nueva modalidad del estudio y de la enseanza. Baste hacer notar que la tutela de la Iglesia sobre los asuntos temporales es una figura jurdica y como tal poda y, para algunos involucrados en el problema, deba ser dilucidada en los trminos del Derecho.

Las condiciones ms propicias para el surgimiento de una nueva modalidad de abordar el estudio y la enseanza estaban ubicadas en los bordes conflictivos establecidos entre los intereses contrapuestos de los principales actores de la poca: Iglesia-Estado. A esta necesidad de la poca haba precedido un paciente acopio de materiales del ramo jurdico. Era proverbial la cantidad de documentacin que exista en la Bolonia del siglo XII en torno a cuestiones jurdicas. A ella acudan los interesados en la consulta de algunos documentos raros y preciosos, concernientes a comentarios sobre el Decreto de Graciano o sobre el Corpus Juris Civilis heredado de Roma.

Las luchas del Emperador Federico I por defender su autonoma respecto al poder espiritual y temporal de la Iglesia le haban llevado a enfrentarse, incluso por las armas, al papado. No es pues extrao que el Emperador alentara a los estudiosos de Bolonia a que continuaran sus esfuerzos, pues de ello dependa la posible dilucidacin entre lo cannico y lo civil. Por tal motivo les dirige una carta fechada 1154 en la que, adems de exhortarlos a continuar sus estudios del Derecho Civil, los reconoce como gremio, con las caractersticas y privilegios que ello implicaba, y eleva los privilegios gremiales, que l mismo enuncia, al nivel de Derecho Imperial.

Con la carta Authentica Habita, dirigida a esa Congregacin de Estudiantes, nace la primera universidad en el mundo occidental, conocida como Universitas Scholarium Bononiensis. A partir del reconocimiento imperial de la Congregacin de Estudiantes como un nuevo gremio, nacen congregaciones similares en otros ncleos urbanos. La siguiente en aparecer en el escenario de la historia nace de la fusin de la antigua Escuela Palatina de Pars con el Studium Generale de la Escuela Catedralicia de Notre Dame. De esta manera nace la Universitas Magistrorum Lutetiae Parisiorum. Esta nueva Congregacin de Maestros recibi del papa Celestino III su primer documento de privilegios en 1174, ratificados por el rey Felipe Augusto el ao 1200 y cuyos primeros estatutos fueron elaborados en 1215. La carta final de aprobacin fue dada por el papa Gregorio IX en el ao 1225 mediante la Bula Parens Scientiarum. Durante todo el siglo XIII la influencia teolgica parisina fue contundente. En ella estudiaron muchsimas de las personalidades ms autorizadas de la teologa cristiana y fueron profesores los ms prestigiados pensadores de la poca, como Alberto Magno, Toms de Aquino o el oxoniense Roger Bacon. En ese perodo cont tambin con autoridades reconocidas en las ciencias naturales, como es el caso de Oresme y Buridano, iniciadores de la teora fsica del mpetu.

Los dos modelos fundamentales con que aparece en la historia esta novedosa institucin se ordenan en torno a estudiantes o maestros, es decir en torno a los agentes primordiales de este gremio, que en su momento debi causar no poco estupor. A partir de ambos modelos la prctica universitaria se va extendiendo poco a poco entre los principales reinos de la Europa medieval. Oxford se funda en 1214 en la isla de la antigua Britannia romana; de esa fecha datan los privilegios oxonienses ms antiguos de que se tenga noticia. En esa misma regin islea, por una disensin interna de algunos miembros poco antes del reconocimiento oficial de la primera universidad inglesa, se desprende una parte de su claustro profesoral y funda Cambridge que, como dato curioso, nunca recibir privilegios. Pero su reconocido prestigio en cuanto a la calidad de sus estudios suplir la ausencia del reconocimiento civil o eclesistico. Oxford dejar sentir la fuerza de uno de sus Magnos Cancilleres, Roberto Grosseteste, e iniciar un movimiento de cultivode las ciencias naturales que, tiempo ms tarde, fecundar todo el pensamiento ingls y europeo.

En el suelo itlico en 1222 una separacin de Bolonia origina la universidad de Padua, que se organiza como aqulla. De nueva cuenta se deja sentir la accin imperial, en la persona de Federico II, quien en 1224 funda la universidad de Salerno, actual universidad de Npoles. Por voluntad del emperador esta universidad se especializ en medicina, y con ella qued eclipsada la influencia educativa de la Escuela Monstica de Montecassino, que a esa fecha llevaba varios siglos funcionando.

En 1229, bajo el reinado de San Luis, un artculo del Tratado de Pars permite la fundacin de la universidad de Tolosa, con el encargo de formar telogos capaces de combatir la hereja de los ctaros que asolaba el medioda de Francia. Siguiendo la huella de la de Salerno, en 1259 es fundada la Universidad de Montpellier, que como aqulla se dedica especialmente a la medicina.

La Espaa Medieval, por su especfico proceso histrico, haba llegado un poco tarde al movimiento intelectual de las Escuelas Monsticas. Sin embargo, en el siglo XII se fund la Escuela Catedralicia de Palencia, como Studium Generale similar al de Pars. El rey Alfonso IX traslada el Studium a Salarnanca en 1220, pero dado su funcionamiento espordico debe ser vuelta a fundar como universidad por el rey Alfonso X el Sabio y el papa Alejandro IV, en 1254. Las ciudades portuguesas de Coimbra y Lisboa pugnan por ser la sede de la primera universidad lusitana, que por fin se asienta en Coimbra en 1288.

La regin propiamente germnica cont desde el ao 1240 con el Studium Generale de los dominicos de Colonia, que a instancias de Alberto Magno ejerci su impacto entre los interesados, como cualquier universidad de la poca.

Los Concilios de Letrn de 1170 y 1215 confirmaron la gratuidad de la enseanza. Las universidades y la posibilidad de obtener una educacin gratuita permitieron que muchos miembros de la sociedad medieval pudieran encontrar otros rumbos, diversos a los que ofrecan la iglesia o las armas. Aunque el cultivo de las letras y las artes haba nacido bajo la sombra clerical, poco a poco se produce un deslinde, a la par que una apertura a saberes no necesariamente conectados con lo que se llam, en esa misma poca, el ministerio clerical, conocido con la frmula consagrada a travs del tiempo de mester de clereca.

El peregrinar de estudiantes, ms parecido al errabundo caminar de pcaros y desheredados, disminuy con el establecimiento de las universidades, pues muchos ncleos urbanos ofrecieron la posibilidad de asentarse a maestros y alumnos. De esta forma surgen en las ciudades los barrios de estudiantes, como antes haban existido los barrios de los diferentes artesanos. A este respecto, Pars nos ofrece una clara muestra; aunque ya no exista todo el entramado de servicios conectados con la antigua universidad, queda la denominacin del barrio de los estudiantes que hablaban lenguas derivadas del latn.

Organizadas pues las universidades en torno a los estudiantes o a los maestros, muy pronto ofrecieron currcula acadmicos coherentes en varias ramas del saber. Los estudios estaban dispuestos en cuatro o cinco Facultades, en virtud de la facultad (permiso o privilegio) que haba recibido la Congregacin del papa o del rey, para impartir el saber a los aprendices y llevarlos hasta su pleno dominio. Esta facultad permita a las universidades extender a los aprendices el certificado del dominio de un determinado saber.

Las facultades de ensear y de certificar pasaron a ser instancias organizativas del trabajo acadmico, en virtud del saber que transmitan. Estaban divididas en dos grandes ramas: FacultadMenor y Facultad Mayor.

En la Facultad Menor, o de Artes, se impartan Lgica, Matemticas, Gramtica y Msica; quizs correspondiendo a una reminiscencia del trivium y el cuatrivium. Facultades Mayores eran las de Medicina; Teologa; Derecho Cannico y Civil. Las inquietudes y el ansia intelectual que se manifiestan durante todo el siglo XII florecen en esta nueva manera de transmitir el saber y de canalizar el potencial de desenvolvimiento humano. La universidad brinda la oportunidad de congregar los ms sabios maestros, los ms inquietos estudiantes y los ms ricos y preciados documentos. Los mismos estudiantes se constituyen en colectores y copistas de las mejores ctedras.

La universidad es concebida como institucin donde se discute y se difunde el saber, consagrando formas de enseanza y educacin que dan oportunidad al estudiantado de escribir, leer, indagar, escuchar, discutir y discernir. Se puede afirmar con toda precisin que la universidad medieval est ntimamente relacionada con las principales vetas del pensar y del inquirir de la poca. Responde a las ms genuinas aspiraciones de una actitud abierta y aventurera frente al saber, a pesar de que las principales fuentes de inspiracin del pensamiento hayan sido la fe catlica de la cristiandad y la creciente necesidad jurdica de dilucidacin del poder temporal.

Las facultades de transmitir el conocimiento a los aprendices en este difcil arte, cumplieron a plenitud las exigencias de ese tiempo. Tambin abrieron una nueva va de acceso a la compilacin pblica de escritos, que anteriormente solo se encontraban en las bibliotecas monsticas. El patrimonio documental universitario es el primer acervo intelectual que se abre directamente a la consulta pblica. Con ello el saber se pone en la ruta de la laicizacin, cuando por lo menos es sacado de los sacros recintos monacales a los que no tena acceso la gente de manera normal por la interdiccin de la Clausura.

Primeros Mtodos de Enseanza

En la primitiva universidad, el mismo mtodo de exposicin de las clases sent un precedente extraordinario. Por primera ocasin nos encontramos con una regulacin metodolgica del aprendizaje, que tenda a agudizar las capacidades argumentativas de los estudiantes. Este mtodo expositivo escolstico constaba de los siguientes elementos: Lectio, era la lectura directa de algn texto perteneciente a las ramas del conocimiento atendidas por la facultad. De ser posible se trataba de textos de autores de reconocido prestigio. Quaestio, era la parte que introduca los interrogantes que el profesor pudiera haber elaborado en torno a la investigacin del texto ledo. Disputatio, era la parte en la que se ponan en tela de juicio todas las posiciones de los autores que haban tratado el problema enunciado en la lectura. Determinatio, era la resolucin a la que haba llegado la propia indagacin del profesor en torno a la cuestin planteada por el texto ledo.Este mtodo de enseanza y exposicin, frreamente implantado, fecunda la vida intelectual de las universidades medievales junto con cuestiones acadmicas expuestas y discutidas en ocasiones especiales, como son las llamadas Qaestiones Quodlibetales, es decir de quolibet ad voluntatem cuiuslibet, que consistan en poner a discusin cualquier cosa que quisiera discutir cualquiera de los presentes; o las Qaestiones Disputatae, que tenan lugar dos veces por ao. En estas ltimas se ponan a discusin pblica las posiciones contrastantes de dos profesores sobre la resolucin de una misma cuestin.Todo lo mencionado en cuanto a la organizacin del trabajo intelectual de la universidad, unido a un currculum cada vez ms consistente en las diversas facultades, hicieron de la vida universitaria una autntica organizacin gremial, que emprende la bsqueda de lo que aquella poca se consideraba el Saber

El duelo o la reparacin del honor

Cuando el hroe troyano, Hctor, dio muerte a Patroclo, el epnimo griego Aquiles lo desafi para vengar la ofensa y el dolor por la muerte de su amigo. El lance fue breve. Aquiles hundi su lanza en la garganta de Hctor. El sentido del honor entre guerreros de rango y estirpe, el deber de demostrar valenta y lealtad, dieron vida a este tipo de combates, como expresin de dignidad.

LVARO GNGORA, Licenciado en Historia, Pontificia Universidad Catlica de Valparaso; Doctor en Historia, Pontificia Universidad Catlica de Chile. Miembro de Nmero Academia Chilena de Historia. Director de la Escuela de Historia y del Centro de Investigacin y Documentacin en Historia de Chile Contemporneo de la Universidad Finis Terrae, CIDOC.

En cambio, para los romanos fueron actos degradantes, propio de brbaros o esclavos. Roma solo permiti se efectuaran duelos entre gladiadores y cmo espectculo. Con la disolucin del Imperio, la prctica se impuso entre los pueblos brbaros que dominaron Europa, godos, vndalos, burgundos o germanos, entre otros. Por medio del enfrentamiento cuerpo a cuerpo se resolvieron formalmente las diferencias personales, de acuerdo a procedimientos previstos, como ocurri en tiempos del rey de Burgundia, Gudebaldo.

Corriendo los aos, hubo hasta una frmula judicial. El ofendido sealaba ante jueces su intencin de saldar una calumnia o acusacin, mediante el expediente de lanzar un guante a sus pies. De ser aceptado, ellos determinaban el modo y las armas utilizadas. Era una especie de medio de prueba. Haba ciertas reglas que cubran aspectos como desigualdad entre los contrincantes y el tipo de ofensas en cuestin.

En el siglo VI, estos lances se difundieron por los reinos cristianos atribuyndose el resultado de la contienda al juicio divino. La gracia de Dios se manifestaba en el sobreviviente. Pero esta frmula fue mutando a medida que la Iglesia perda gravitacin ante el poder real, asimilndose un nuevo concepto que sindicaba que el triunfo no deba atribuirse necesariamente al protegido de Dios, sino a quin era mejor guerrero o demostraba destreza en el manejo de las armas.

Una derivacin fueron las guerras privadas de seores feudales, efectuadas ante el rey y su corte, los torneos medievales, efectuados por lo regular entre cuadrillas, con pompa y cuantiosos asistentes. El juez del torneo se encargaba de supervisar todos sus procedimientos y el empleo de armamento equitativo. Fueron eventos corrientes hasta que sucesos extremos de sangre y muerte obligaron a imponer el empleo de la lanza de madera y la espada roma, lo cual provoc un progresivo desinters oficial y pblico.

Sin embargo, el ideal caballeresco se mantuvo aunque recluido a un mbito personal. Un noble deshonrado, por ejemplo, deba acudir al de distinto rango y preferentemente con la presencia del monarca. Fueron usuales en Francia, Inglaterra y Espaa hacia el siglo XIV. Era esencial que el desafo fuera un acto pblico, en cuanto preservar el honor no era asunto nicamente individual, si no se reafirmaba ante testigos. Los padrinos de ambos luchadores, preparaban todo lo necesario para guardar las formas, desde la preparacin de los protagonistas hasta la finalizacin, que normalmente suceda con la muerte de uno de ellos. El rey, en ocasiones, poda concluirlo si estimaba, por las dimensiones de la refriega, que la deuda de honor estaba saldada.

En Francia Felipe IV, el Hermoso, promulg el edicto de 1306, para el cual el enfrentamiento armado entre los adversarios era la ltima posibilidad. Caso distinto fue en Espaa - en un perodo anterior -, donde el procedimiento fue ms simple. En la misma querella presentada por escrito se solicitaba al rey la asignacin de la contienda, el da, la hora y el lugar. Pero con Alfonso X, El Sabio, en Las Siete Partidas, se impuso mayor regulacin para determinar cundo un enfrentamiento de este tipo era permitido. Bsicamente, cuando exista probadamente un ataque lesivo, cuando no violento, para el honor de la vctima o algn familiar. En estos casos era legtimo que el ofendido demandara satisfaccin.

En rigor, la palabra duello del latin duellum (guerra), adaptado como mano a mano - para significar el combate formalizado entre dos personas, surgi en Italia en el siglo XV y fue un dialectismo vulgar que fue asimilado a los vocablos usados anteriormente: desafo, lid, lance o simple combate personal. La imagen de dos espadachines italianos enfrentados para limpiar el honor fue icono que se expandi por Europa. El jurista y escritor italiano Andrea Alciato difundi, a comienzos del siglo siguiente, una clasificacin del tipo de reparacin que deba solicitarse a los ultrajes u ofensas personales recibidas, determinando el tipo de duelos a aplicar: duelos a primera sangre o a muerte.

Los primeros podan concluir cuando brotaba sangre al recibir una estocada, quedando el desafiante satisfecho; los segundos, irremediablemente, con la vida de un contrincante. Desde que esta idea de duelo se hizo costumbre, su frecuencia se multiplic abruptamente, evolucionando en cuanto al formato y sofisticndose en el uso de las armas. Por lo mismo aparecieron escuelas de esgrima, dirigida por maestros duelistas, expertos en el manejo de las espadas y los sables, origen del deporte olmpico que conocemos. Adems, del perfeccionamiento de las armas, segn regiones o pases, surgieron talleres especializados en la elaboracin de armas blancas: espada de mano y media o espada larga, florete; pavesa de duelo (escudo elaborado especialmente, con cuchillos y ganchos); espada ropera o espaola, que se empuaba junto a una daga pequea que contribua a la defensa, llamada tambin espada de vela. En circunstancias, los duelistas echaban mano a sus capas o a un escudo pequeo, el broquel. Manejar la espada pas a ser un procedimiento que deba ajustarse a un mtodo.

De esta situacin se fue especializando la esgrima, sobre todo francesa y, con eso, el espadn, la espe , una derivacin de la espada ropera, cuyo diseo elimin las cruces que cubran la mano pero siempre con empuadura -, acortando su longitud a cambio de afinarla, hacindola ms flexible. Con el progreso tecnolgico y la industrializacin, se conocieron armas de fuego en 1770 que fueron reemplazando el arma blanca hasta imponerse la pistola. Demor, claro, porque muchos prefirieron mantener el uso tradicional de la espada y el ritual correspondiente por revestir ms dignidad. A la par, la utilizacin de las armas de fuego modific el enfrentamiento: el ceremonial por de pronto, equipar ms las circunstancias de los oponentes, porque un espadachn experimentado sola combatir sobre seguro ante un adversario inexperto y, por ltimo, increment la efectividad para resolverlo.

Esta larga poca estuvo marcada por la mortandad por cuestiones de honor ocurridas prcticamente a diario. En los siglos XVI y XVII se calcula ocurrieron, en cada uno de ellos, decenas de miles en Francia, Espaa o Rusia, caso ste ltimo, donde fueron no solo habituales sino particularmente crueles cuando fueron con pistola, por la corta distancia establecida entre los duelistas a veces desmedida, ocho o quince pasos, cuando en otras latitudes eran veinte y ms -, de manera que no fue infrecuente murieran ambos duelistas. Incluso, abundante literatura rusa en verso o prosa fue inspirada en duelos comunes y famosos.

Todo ocurri, no obstante ser considerados actos delictuales y habindose instruido su prohibicin a contar de su proliferacin. En Espaa una legislacin ms puntillosa que en Francia, fue conocida en el siglo XV, segn queda en evidencia en la obra Tratados de los Rieptos y Desafos de Mosses Diego de Varela, que circul entre 1458 y 1467, amn de la ley de Toledo de 1460, bajo los Reyes Catlicos, que conden estas lides. No obstante Carlos V, ms tarde, las toler al extremo de permitir se hicieran en recintos reales. El mismo ret a duelo a Francisco I de Francia. Acuchillarse como hombres honrados no mereca pena de muerte. Ya en 1716, Felipe V, actu en trminos contrarios, continuando, en el mismo sentido, Fernando VI en 1757, Carlos IV en 1805 y Fernando VII en 1819. Similar situacin se constata en Francia desde la abolicin decretada por Enrique I en 1547 y ms tarde sistematizada por el decreto de Carlos IX, de 1566. En Rusia, por indicar otro caso, aunque ms tardo, se prohibieron con el Reglamento Militar de Pedro I, en 1715. As ocurri en distintos pases. Unos y otros, segn el caso y las armas en uso, condenaron de diferentes formas este tipo de enfrentamientos, con multas, confiscacin de bienes, con suplicios, penas de crcel o capitales, fuese con la horca o fusilamiento.

Mas en todas partes la regla en cuestin fue letra muerta. Los protagonistas no la respetaron y las autoridades no pudieron aplicarla rigurosamente. La persecucin del estado contra el duelo tuvo resultados mnimos, a lo ms pudo aplicar castigos leves. Tampoco la condenacin de la Iglesia, su normativa en general y la prdica reiterada del Vaticano y clrigos en su contra contribuy a la abolicin.

Tal vulneracin flagrante se comprende considerando la nocin de honor predominante en sectores de elite. Se entenda como una herencia consangunea que implicaba creerse dotado de cualidades morales, de virtud, fama, hasta de gloria o cierto herosmo. Una reputacin, se supone, reconocida pblicamente y a la cual deba honrarse. Fue manifestacin del sentido de la dignidad o estimacin personal o familiar. Fue propio de grupos privilegiados: nobles o aristcratas, magistrados, polticos, militares de alta graduacin o intelectuales. Estamentos que crean portar valores por sobre el comn de la gente y deban distinguirse por mantener una conducta intachable, al respecto. Quienes no pertenecan a esos crculos, las capas bajas de la sociedad, resolvan sus disputas de forma vulgar, aunque tambin actuando en defensa del pundonor, entendido a su manera. Los enfrentamientos eran con navajas, palos o simples puetazos, las cuales pasaban por peleas reprendidas, castigadas por la legislacin, condenndose a sus protagonistas.

En cambio, el estatus social de duelistas se estim estaba por sobre las leyes comunes. Eran personas de honor. Andaban bien vestidos, portaban espada o sable que era signo de distincin, en su tiempo, usaban armadura y montaban caballo. Era un combate entre iguales. Por su parte, las autoridades imbuidas de la misma concepcin hacan vista gorda, al punto que con la difusin del uso de armas de fuego, el comercio establecido no tuvo impedimento para vender pistolas a particulares corriendo el siglo XIX, no obstante la prohibicin existente contra el duelo . De todos modos, con la progresiva severidad en la normativa condenatoria y mejores medios para descubrirlos o delatarlos, el asunto pas a ser prctica semiclandestino o clandestina.

Por lo mismo, avanzando los aos se conocieron diferentes cdigos de honor que regularon las formalidades de rigor, publicados sin mayores problemas por imprentas o editoriales conocidas. Varios fueron recopilaciones de los numerosos cdigos que haban circulado en distintos aos y lugares. Entre los ms nombrados se encuentran los siguientes: de Don Alonso de Cartagena, Doctrinal de caballeros, Burgos, 1457; con reediciones; Migul Prez de Mendoza y Quixada, Resumen de la verdadera destreza de las armas, Madrid 1675; Conde de Chatauvillard, Essai sur le duel, publicado en Pars en 1836, que versaba sobre la jurisprudencia de los duelos y que luego fue traducido al espaol, comentado y adicionado con otros preceptos por Andrs Barrego, Madrid, 1890.

Esta obra tuvo seguidores en diferentes pases europeos. Otra desimilares caractersticas fue la de Eusebio Ynguez, Ofensas ydesafos, recopilacin de las leyes que rigen en el duelo, tomadade los mejores tratadistas, Valladolid, 1890. Por ltimo, la obra deJulio Urbina y Ceballos-Escalena, Marqus de Cabriana del Monte,Lances entre Caballeros que presenta una resea histrica delduelo y un cdigo del honor que fue muy reputado, cuya ltimaedicin fue en Madrid, 1900. La dedic al Excmo. Seor Don Ramirode la Puente, Marqus de Alta-Villa teniendo en cuenta sus oficiosy competencia en la materia que trato. Hay otros dos de prestigio,que figuran sin mayores referencias, el de Coabran, La Sciencede Point dHonneur y de Scipione Ferreto, Cdigo de Honor.Compendio de las reglas establecidas por los ms autorizadosescritores italianos y franceses. Algunas de estas publicacionescruzaron el Atlntico rumbo a Amrica, al punto que existen cdigospublicados en pases americanos.Las disposiciones establecidas por los cdigos se extendan hastaen detalles, que no es del caso abordar, pero los aspectos esencialesen casi todos ellos fueron conceptualmente similares. Comenzabandefiniendo que toda forma de infamia, injuria, menosprecio, agresinverbal o fsica hacia personas, familias, instituciones, efectuadascon la intencin de degradar y daar la honra del agraviado, podadar origen al duelo. Las ofensas podan ser leves, graves o muygraves, dependiendo del insulto proferido y su grado, desde unasimple falta de delicadeza, de caballerosidad, hasta un puetazo,bastonazo, tomar por la solapa a un caballero, pegarle con unguante en la mejilla, pasando por una burla o imputacin expresadaen forma personal o mediante un libelo. Claro que la regla de orofue que todo desafo declarado deba terminar en duelo. Haba queacreditarse pblicamente como persona sin miedo y tacha. Rehuirlo,era exponerse a la deshonra social, era una prueba de valor, defensadel buen nombre.El receptor de la ofensa fuese una persona, un pariente o una entidad,tena el privilegio junto con exigir satisfaccin, elegir las armas ydeterminar las condiciones generales del duelo, incluyendo su tipo:a primera sangre o muerte y de ser con armas de fuego, a primera,segunda y hasta tercera bala, a primera sangre o hasta la muerte. Todosasuntos pactados entre los padrinos - al menos uno y regularmentedos - designados por ambas partes. Ellos, personas conocidas y depundonor fueron pieza clave, porque velaban por el cumplimientode las reglas. No podan faltar en duelo calificado de honroso. Departida fueron comisionados por el ofendido para que mediante misivasolicitaran, al ofensor, amplia satisfaccin o reparacin por las armas.Habindose aceptado, los padrinos fueron los responsables se guardarael decoro y la honorabilidad en la gesta. Tambin el ofensor podadesistirse, prefiriendo reparar el agravio pidiendo disculpas pblicas,asunto que tambin deba ser parte del pacto.Dependiendo de la poca, los duelistas podan invitar en calidad desimple observadores a los testigos que estimasen. Cuando fueronms privados o clandestinos asistieron nicamente los padrinos.Nadie poda intervenir en la contienda y tampoco deba cometerirregularidades que afectasen su trasparencia y honorabilidad.De ocurrir, el culpable poda ser ejecutado por interferencia oconspiracin en causas de honor.Tratndose de una colectividad, poda batirse un representante deella, un campen, se deca. Un hijo poda sustituir al padre si eramayor de edad o tena problemas de salud o alguna discapacidad;un nieto a su abuelo, el padre al hijo menor de veinte aos y la hija,el hijo a la madre, el hermano a su hermana, en fin, el marido a sumujer. Nadie que fuese considerado deshonrado, incluso siendo declase superior, tena derecho a duelo por haber cometido cohecho,fraude, deslealtad con la patria, castigado con penas por cometeractos deshonrosos o deshonestos. Siempre la contienda debaser entre pares socialmente hablando. De este modo, solo erapermitido ignorar insultos o agresiones si procedan de gente cuyacategora fuese inferior.En definitiva, el duelo era un aspecto fundamental del cdigo de honor,era la culmine de una formalidad asimilada que permita el uso de laviolencia como un deber para personas de ciertas caractersticas ycondicin. Una forma civilizada de solucionar conflictos, caballerosa,bajo una concepcin que reafirmaba la distincin, preservaba la dignidadpersonal y familiar, amn de la diferenciacin social. Fue una modalidadmediante la cual se demostraba actitud franca y resuelta para enfrentarla responsabilidad de los actos cometidos. Un ceremonial que tena unaesttica, por demostracin de carcter, coraje, sangre fra durante eldesarrollo de la escena, destreza para manejar el arma, disposicin delcuerpo, gestualidad y trato gentil ante el oponente, por ms hostilidadque se sintiera hacia l. Situacin que distanciaba a la clase social quelos practicaba, del resto de la sociedad. mbito, por lo dems, donde secorrientemente sucedan duelos populares, regidos igualmente porcdigos no escritos, implcitos en la costumbre vulgar. La plebe tambinportaba una nocin de honor o la reputacin ganada en el barrio, villorrioo localidad. Claro que sobre ellos, por lo general, recaa el imperio de la leyy las muertes eran castigadas con crcel.Todo lo anterior permite comprender el fenmeno, aunque nojustificarlo. Existe una amplia historiografa que analiza todos losaspectos relacionados con uno y otro tipo de duelos, de honor ypopulares y sus respectivos cdigos de honor.La costumbre, como se comprender, no qued recluida al ViejoContinente. Tambin tuvo expresin en Estado Unidos, el FarWest, durante el siglo XIX. Claro que con alteraciones propiasde un espacio social y cultural ms catico, donde los cdigos dehonor fueron inexistentes o impracticables. Distinto panorama seobserv en Amrica del Sur en el mismo siglo y hasta los primer osaos del siguiente. El duelo fue practicado en Mxico, Argentina,Per y otros pases, donde tambin circularon cdigos de honor. Sinembargo, Chile fue un caso distinto, en cuanto a los de honor, quefueron infrecuentes. No as los duelos populares, los cuales hansido abordados por algunas obras histricas

UN DUELO EN CHILE. ENTRE JUAN MACKENNA Y LUIS CARRERAEl capitn irlands, Juan Mackenna, quin detentaba una brillante hoja de servicio como miembro del Real Cuerpo de Ingenieros de Ejrcito espaol, lleg a Chile en 1797 comisionado por el Virrey del Per Ambrosio OHiggins, como gobernador poltico y militar de Osorno. Luego de una estada prolongada, fue trasladado a Santiago en 1808, est vez, por el Virrey del Per Fernando de Abascal.

Conoci a Josefina Vicua y Larran con quin contrajo matrimonio. As ingres a una familia independentista, transformndose en un integrante ms de la causa patriota. Una paradoja, pues Abascal le haba encargado impedir el movimiento autonomista. A poco andar, la Junta de Gobierno le encarg en 1811 elaborar un plan de defensa, constituyndose desde entonces en figura clave del proceso. Ocup importantes cargos civiles y militares, destacando magnficamente en estos ltimos, por sus conocimientos de la profesin y estratgicos, tiles para el manejo de batallones en territorios de compleja geografa, como la chilena. Alcanz rpidamente el grado de Teniente Coronel como C