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REDES DE COLABORACION SOLIDARIA Aspectos económicos-filosóficos: complejidad y liberación Editora Vozes, Petrópolis, 2002 Euclides André Mance Traducción, Myriam Rappa G., MCCLP, México 2005 Estilo Jesús Ramírez Funes y equipo de FONDESO www.fondeso.df.gob.mx Reproducción EcoSol México En medio de las piedras existe un camino Existe un camino En medio de las piedras existe un camino En medio de las piedras Existe un camino en medio de las piedras No olvidemos este descubrimiento En medio de las piedras existe un camino Alécio Donizete Sumario Prefacio - Breve contextualización retrospectiva Introducción 1. La colaboración solidaria como una alternativa a la globalización capitalista 2. Aspectos filosóficos de las redes de colaboración solidaria - complejidad y liberación 3. Algunas objeciones a La Revolución de las Redes 4. La pobreza y la colaboración solidaria 5. Acción global contra el capitalismo y la Red Mundial de Colaboración Solidaria - de Seattle a los foros sociales mundiales 6. Algunos desafíos actuales a la expansión de las redes de colaboración solidaria 7. Conclusión 8. Anexos 9. Referencias bibliográficas 10. Índice Prefacio Breve Contextualización Retrospectiva En diciembre de 1998 publicamos por primera vez una síntesis sobre la estrategia de la revolución de las redes. Decíamos, en un pequeño artículo, que el potencial de expansión de las redes de colaboración solidaria, integrando organizaciones enlazadas y retroalimentadas en los campos económico, político y cultural, conectando lo

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REDES DE COLABORACION SOLIDARIA

Aspectos económicos-filosóficos:complejidad y liberación

Editora Vozes, Petrópolis, 2002Euclides André ManceTraducción, Myriam Rappa G., MCCLP, México 2005Estilo Jesús Ramírez Funes y equipo de FONDESOwww.fondeso.df.gob.mxReproducción EcoSol México

En medio de las piedras existe un caminoExiste un caminoEn medio de las piedras existe un caminoEn medio de las piedrasExiste un camino en medio de las piedrasNo olvidemos este descubrimientoEn medio de las piedras existe un camino

Alécio Donizete

SumarioPrefacio - Breve contextualización retrospectivaIntroducción1. La colaboración solidaria como una alternativa a la globalización capitalista2. Aspectos filosóficos de las redes de colaboración solidaria - complejidad y liberación3. Algunas objeciones a La Revolución de las Redes4. La pobreza y la colaboración solidaria

5. Acción global contra el capitalismo y la Red Mundial de Colaboración Solidaria - de Seattle a los foros sociales mundiales6. Algunos desafíos actuales a la expansión de las redes de colaboración solidaria7. Conclusión8. Anexos9. Referencias bibliográficas10. Índice

Prefacio

Breve Contextualización Retrospectiva

En diciembre de 1998 publicamos por primera vez una síntesis sobre la estrategia de la revolución de las redes. Decíamos, en un pequeño artículo, que el potencial de expansión de las redes de colaboración solidaria, integrando organizaciones enlazadas y retroalimentadas en los campos económico, político y cultural, conectando lo local y lo global, podrían avanzar estratégicamente en la construcción de una sociedad post-capitalista; generando fuentes de empleo y distribuyendo la riqueza bajo parámetros ecológicamente sustentables. La reacción fue inmediata. Se entabló un debate público en una serie de textos publicados en el Cepat-Informa - periódico del Centro de Investigación y Apoyo al Trabajador, distribuido para investigadores y organizaciones de todo el país - que se prolongó algunos meses. Paralelo a esto, antes de publicar el libro que estábamos terminando bajo el título de La revolución de las redes, dos de sus versiones preliminares fueron fotocopiadas y circularon en un pequeño grupo de diálogo con participantes de Brasil y del exterior, de ellos recibimos observaciones para el perfeccionamiento de la investigación. Fue así que aún antes de publicarse este libro en portugués, aceptamos la invitación para realizar una síntesis que fue traducida al alemán y al español, editada en una

publicación conjunta organizada por Raúl Fornet-Betancourt, titulada Globalización capitalista y liberación.1

Ya que las fotocopias de las versiones preliminares escaparon del círculo original de debates, acabamos recibiendo también la invitación a publicar uno de los anexos del libro en una revista gaucha. Les enviamos el mismo artículo que se había publicado en alemán. La edición de ese artículo y la circulación de las versiones preliminares tuvieron especial receptividad en Río Grande do Sul. En 1999, el gobierno democrático y popular de aquel estado organizó una serie de seminarios regionales sobre Trabajo y Economía Popular Solidaria. Los asesores para cada uno de los eventos, fueron elegidos democráticamente por las propias organizaciones de cada región. Como resultado de ese proceso, nos invitaron a participar exponiendo el tema de las redes de colaboración en la mayoría de los seminarios realizados, en los cuales abordamos diversas prácticas de economía solidaria, junto con representantes de empresarios e investigadores vinculados a instituciones locales- tales como universidades y ONGs - y colegas de la ANTEAG2, que se mostraban receptivos a la propuesta.

Tiempo después, fuimos invitados por la Secretaría Municipal de la Industria y Comercio de Puerto Alegre para participar en un seminario sobre economía solidaria, ahí tuvimos la oportunidad de encontrarnos con líderes locales de programas de evaluación de trabajadores, quienes habían leído la versión preliminar de La revolución de las redes y estaban interesados en intercambiar algunas de sus ideas centrales, ya que hacia el interior de la Central Única de los Trabajadores (CUT) existía un debate sobre las posibles perspectivas en el campo de la economía solidaria, y se incluía el tema de las redes solidarias. Así, en razón de esos seminarios, encuentros, publicaciones y textos que difundimos a través de un sitio de

1 Se trata del artículo “Die solidarische Zusammenarbeit ais eine Alternative zur kapitalischen Globalisierung”. En: Raúl Fornet-Betancourt (org.). Kapitalische Globalsierung und Befreiung. Frankfurt, IKO Verlag, 2000, p. 355-356.2 ANTEAG: Asociación Nacional de los Trabajadores en Empresas de Autogestión y Participación Accionaria.

internet sobre la revolución de las redes, ya había, a esa altura, un cierto debate sobre el tema en varios lugares, aún antes de ser publicado el libro en marzo del 2000.

En estos tres años, de acuerdo a evaluaciones colectivas que se han realizado sobre prácticas concretas en diferentes lugares, las hipótesis presentadas desde 1998 han sido consistentes, tomándose como referencia algunas prácticas localizadas, cuya implantación se da en diversas regiones de Brasil.

En ese periodo - bajo la influencia de varias vertientes teóricas - el debate sobre las redes en el campo de la economía solidaria se incrementó rápidamente en nuestro país.3 A nivel nacional se fundó la Red Universitaria de Incubadoras Tecnológicas de Cooperativas Populares y la organización de la Agencia de Desarrollo Solidario de la CUT, proponiendo "organizar redes de economía solidaria y estrategias de desarrollo sustentable", y la ANTEAG - que inició la organización de Redes de Negocios y de Saber que integran empresas vinculadas a ella - está proyectando el Banco de Desarrollo de la Autogestión, una especie de fondo en que serán depositadas los excedentes de las cooperativas para reinversiones colectivas. En Junio del 2000 se lanzó la Red Brasileña de Socioeconomía Solidaria -RBSES, compuesta por empresas y colaboradores que participaban del Encuentro Brasileño de Cultura y Socioeconomía Solidaria, que se realizó en Mendes, Río de Janeiro. Hasta la fecha a nivel nacional las organizaciones realizan actividades de colaboración y sociedad en seminarios, ferias, encuentros y otros espacios. Se avanzó en el directorio nacional de organizaciones, productos y servicios, se estructuró un sistema de búsqueda vía web y se dispusieron servicios de comercio electrónico. La circulación de información a través de medios electrónicos, periódicos de circulación nacional, intercambio de tecnologías y el compartir materiales pedagógicos y analíticos contribuyeron en gran medida al avance de prácticas de economía solidaria en diversas regiones del país.

3 Se refiere a Brasil (N de T)

También se consolidaron en Brasil iniciativas de carácter regional y local con la multiplicación de las redes, foros y GTs* en diversos estados como RS, SC, PR, RJ y CE,4 realizando ferias, organizando comercios, promoviendo cursos, etc. El Foro Cearense de Socioeconomía Solidaria deliberó sobre la organización de una red estatal, mientras que en Santa Catarina organizaciones de economía popular y solidaria realizaban varias acciones en la misma perspectiva de integración económica de las empresas con otra nomenclatura. En Curitiba fueron organizadas las Redes de Solidaridad, integrando diversos sindicatos y la Red de Colaboración Solidaria, que están en el proceso de su registro legal bajo la marca de Red Sol, compuesta aproximadamente por un centenar de empresas de diferentes tipos. En Río Grande do Sul, a su vez, se fundó la Central de Cooperativas y Asociaciones de Economía Popular y Solidaria que se constituyó bajo la idea de red, teniendo como una de sus empresas a la Cooperativa de Compras Colectivas en Puerto Alegre, integrando a cerca de 400 familias, la cual llega a ofrecer varios productos a un costo del 50% con relación a los productos similares en el mercado, siendo el precio promedio de compra de un 20% más barato. Es importante destacar que aproximadamente la mitad de los productos comercializados a través de esa cooperativa de consumo viene de otras cooperativas y empresas productivas solidarias, las cuales se integran en forma de red, ubicadas en la región metropolitana de Puerto Alegre y en el interior del estado. Recientemente se inició en la RBSES el debate sobre la logística de distribución a partir de prácticas concretas. El debate sobre el "corredor sur", que integra un sistema de distribución en varias ciudades de los estados de RS, SC, PR y SP, tuvo origen a partir de lo ya hecho, ya que actualmente productos del MST de RS y SC son comercializados en PR y productos orgánicos de RS se comercializan solidariamente en SP. Cuando concluya la próxima implantación de este corredor, por el momento en

* GTs: Grupos de Trabajo (N de T)4 RS: Río Grande do Sul; SC: Santa Catarina; PR: Paraná; RJ: Río de Janeiro; CE: Ceará; PR: Puerto Alegre; SP: Sao Paulo (N de T)

debate, permitirá agilizar la circulación de productos entre organizaciones de economía solidaria de los 4 estados referidos.

Desde el punto de vista local, existe una multiplicación de empresas de economía solidaria con innovadoras soluciones: tal es el caso del Banco Palmas, organizado por una asociación de residentes de Fortaleza, financiando la producción y el consumo solidarios; otro caso son las tarjetas de crédito solidarias Palma Card y Credsol en esa misma ciudad, que atienden a sectores de bajo ingreso, permitiendo a la población pobre de la región comprar productos en establecimientos afiliados del comercio local, en los cuales se comercializan además los productos elaborados por empresas solidarias de la región; también está la organización de cooperativas de consumidores en ciudades de RS que, como en el caso de Passo Fundo, ahorrando una parte de las ganancias alcanzadas, se planea montar nuevas empresas, financiando procesos productivos a partir de la organización del consumo. Se encuentra el ejemplo del sistema de comercio electrónico y tele-atención organizado en Curitiba por la Red Sol - en fase de prueba y operando de manera reducida- que entrega a domicilio productos orgánicos y solidarios; también está la institución del Fondo de Desarrollo Solidario, aprobado en la asamblea de la Red Sol en Curitiba que, estatutariamente, recibe recursos de las organizaciones de consumo, productores, prestadores de servicio y demás socios integrados en esta red local; tenemos la introducción de monedas sociales de circulación local (tales como el Tupi en Río de Janeiro, el Palmares en Fortaleza, el Pinhão en Curitiba y el Ecosol en Florianópolis); el sistema de trueque, organizado bajo la forma de clubes, en algunas ciudades de la región del sur, sureste y noreste; existen las redes que se están constituyendo en Río, integrando diversas organizaciones solidarias. Otro ejemplo es la Terminal de Comercialización Directa de la Economía Popular y Solidaria en Santa María, RS, inaugurada en este año con amplias instalaciones. Se imparten cursos, seminarios, grupos de formación y entidades, que con esa finalidad, contribuyen a la multiplicación y mejoramiento de esas prácticas en las diversas regiones del país. Entre mejor estén estructuradas estas

redes, los productores reciben más por sus productos y los consumidores pagan menos, pues suprimiéndose los intermediarios y dirigiéndose a las cadenas productivas, las redes reducen considerablemente los costos de insumos y productos finales.

Otro importante avance en estos tres años fue el reconocimiento de la estrategia de la red para el desarrollo local y regional. En RS, las prácticas de economía solidaria fueron sistematizadas y reformuladas en propuestas de políticas públicas, integrándolas bajo la figura de un proyecto económicamente viable, socialmente justo y ecológicamente sustentable. El estado gaucho, cuyo gobierno democrático y popular asumió como estrategia para el desarrollo económico la organización de redes - dando especial atención a las cadenas productivas regionales, integrando inicialmente al sector costurero-zapatero, para continuar con los sectores metal-mecánico y de alimentación- tiene hoy un crecimiento económico superior a la media nacional. La Secretaría de Desarrollo y Asuntos Internacionales del Gobierno ha realizado cursos sobre redes solidarias de empresas económicas intentando apoyar la constitución de esas organizaciones en las diversas regiones del estado, en que la ANTEAG acompañó, en el 2001, a más de 90 empresas establecidas que se organizaron bajo la forma de autogestión. En Curitiba, por su parte, en las elecciones municipales del 2000, el proyecto de la organización de una red municipal de socioeconomía solidaria fue presentada por los partidos de oposición como propuesta de política pública, no sólo con la idea de la generación de empleo e ingreso, sino también para la implantación de otro modelo de desarrollo, ecológica y socialmente sustentable, integrando, entre sus instrumentos, propuestas ya conocidas y otras innovadoras, tales como el Banco del Pueblo, Red de Comercialización Solidaria, Bolsa de Negocios, Incubadora de Cooperativas, programa de Capacitación Profesional, etc.

Establecimientos de comercio solidario y ferias (locales, regionales, estatales) de economía solidaria se comienzan a multiplicar. Actualmente en Curitiba, en los puntos de venta de la Red Sol, se pueden adquirir productos de RS y de SC, como gelatinas, leche Larga Vida y

productos de diferentes asentamientos de MST en la región sur del país. En Puerto Alegre fue instituida la Etiqueta Popular, que permite al consumidor identificar fácilmente los productos de economía solidaria. El debate sobre una etiqueta para la identificación de productos del comercio solidario, que pueda ser utilizada a nivel nacional, está en curso. En Curitiba, se están desarrollando diversos instrumentos de apoyo a las redes, valiéndose de tecnología de información -estos instrumentos se encuentran a disposición en internet bajo el régimen de distribución copysol, esto es, permitiendo que sean utilizados de manera gratuita, así como reproducidos y modificados por empresas que actúen en colaboración solidaria. Entre esos instrumentos se incluyen el ya referido sistema on line de búsqueda de productos y servicios de economía solidaria y un software que permite realizar diagnósticos de red para la recomposición solidaria de cadenas productivas.

Este rápido salto organizativo de la economía solidaria en Brasil, valiéndose de las estrategias innovadoras de organización de redes, ha despertado gran interés en diversos países. Fuimos invitados a debatir La revolución de las redes en Padua y Trento, en abril del 2001, durante las actividades del Foro Social Mundial realizado en Italia. Al presentar las propuestas de las redes brasileñas y la socioeconomía global solidaria algunas semanas antes en París, pudimos percibir con nitidez la diferencia para abordar el tema a partir de la realidad brasileña, cuya perspectiva más compleja permite integrar diversas prácticas de economía solidaria originarias de otros países, en otros contextos, enriqueciéndolas con un potencial de transformación estructural en la medida en que construye mediaciones que permiten conectarlas en procesos de retroalimentación, generando una sinergia que no posee ninguna de ellas de manera aislada. Este abordaje, también comienza a enraizarse en Europa. En Octubre del 2000, durante el lanzamiento de una de las redes italianas que integraba diferentes organizaciones, de varias regiones del país que colaboraban entre sí, decía uno de los oradores: "... es la primera vez que nace en Europa una experiencia como ésta. No existe en ningún otro país, es un

experimento nuevo..."5 Efectivamente, innumerables prácticas de redes exitosas en diferentes lugares aún son desconocidas para las mayorías, razón por la cual los Foros Sociales Mundiales se convirtieron en importantes espacios para el empoderamiento de las organizaciones solidarias mediante las conexiones inter-redes propiciadas por ellas. El evento realizado en Brasil al inicio del 2001 centró la atención internacional en Puerto Alegre y en Río Grande do Sul. Las alternativas que se construyen a partir de esos gobiernos populares han sido objeto de reflexión internacional. No sólo el modo como la sociedad democráticamente se apropió en esos lugares de instrumentos políticos -como en el caso del presupuesto participativo -, sino que la posibilidad de un desarrollo económicamente viable, socialmente justo y ecológicamente sustentable en que consumidores y trabajadores se transforman en el principal agente económico -difundiendo una cultura de solidaridad que suma crecimiento económico con distribución del ingreso- igualmente repercute en estos debates.

En la IV Asamblea de los Pueblos de la ONU, realizada en Perusia, Italia, en octubre del 2001, y en los eventos previos en que participamos en la región de Piemonte a invitación de las organizaciones solidarias italianas, al exponer cómo las dinámicas de red pueden avanzar en la construcción de una sociedad post-capitalista, nos quedó claro a quienes participamos, que la colaboración solidaria entre las organizaciones puede desencadenar un gigantesco salto en el fortalecimiento de ellas mismas, así como aprovechar sus potencialidades para la promoción de la paz entre los pueblos. Síntoma de esto, fue que una de las demandas en la evaluación distribuida en la 4a Asamblea a los participantes, incluía entre las alternativas posibles para el fortalecimiento internacional de las acciones colectivas de solidaridad, la organización internacional de una red de redes.

5 Giorgio Dal Fiume. “Intervento conclusivo della prima assemblea della Rete di Lilliput” En: Varios. La rete de Liliput – Alleanze, objiettivi, strategie. Bologna, EMI, 2001, p.192.

En efecto, en el plano internacional, cientos de organizaciones de economía solidaria actuaron de manera más articulada y coordinada. En los Foros Mundiales Sociales (FMS) y en el II Encuentro Internacional Sobre Globalización de la Solidaridad, realizado en Québec, en octubre del 2001, estuvieron juntas organizaciones solidarias que actúan en áreas de financiamiento, producción, comercialización y consumo, y debatieron cómo integrar sus acciones bajo una estrategia que ampliara la colaboración solidaria entre ellas. En el FSM, en enero, se lanzó la Red Global de Socioeconomía solidaria -RGSES, con la participación de organizaciones de 21 países; en Québec, a su vez, se organizó el Comité de Enlaces, que se aprobó en un plenario con más de 400 representantes de organizaciones de economía solidaria de Europa, América Latina, América del Norte, África y Asia. El principal avance es la difusión de una conciencia colectiva, en sectores cada vez más grandes, de que la economía solidaria puede convertirse en una alternativa al capitalismo. En este sentido, merecen especial atención las reflexiones sobre cómo conectar en redes solidarias al conjunto de las organizaciones, recomponiendo las cadenas productivas, integrando procesos de financiamiento, producción, comercialización y consumo buscando alcanzar mayor autonomía frente a las organizaciones capitalistas, a sus flujos materiales y de valor económico.

En la Carta de Lanzamiento de la Red Global de Socioeconomía Solidaria, se afirma que se consideran como criterios mínimos para la participación de esta red los siguientes: "a) que en las iniciativas que forman parte de la red no exista ningún tipo de explotación; b) que se busque preservar el equilibrio ecológico de los ecosistemas (...); c) que estén dispuestas a compartir significativas utilidades para el crecimiento de la Red, favoreciendo la viabilidad de nuevas iniciativas económicas, reconstruyendo de forma solidaria y ecológica las cadenas productivas, generando empleos y distribuyendo el ingreso, con el objetivo de garantizar las condiciones económicas para el ejercicio de las libertades públicas e individuales con base en una ética solidaria ". A su vez en el Documento Final del Encuentro de Québec, en la sección 5ª titulada

"Coordinar a nivel internacional nuestros esfuerzos para sustentar las redes de economía social y solidaria", se apuntan los siguientes lineamientos: "(...) Queremos crear una comisión internacional de enlace (...). Esta comisión descentralizada velará por la implantación de las prioridades que definimos y permitirá la articulación de las redes continentales." Entre las prioridades están: "(1) La difusión de los debates, experiencias, "quehacer" de las empresas de economía social y solidaria; (2) Tender puentes entre estas experiencias y las redes que las llevan a cabo; (3) El apoyo a la construcción de redes de empresas y de redes de economía social y solidaria; (4) El directorio de las redes y apoyo a las redes nacionales; (5) La contribución con la lucha ideológica a favor de la economía social y solidaria en foros internacionales; (6) En la continuidad de los encuentros de Lima y Québec, ser la clave del 3er Encuentro Internacional sobre la Globalización de la Solidaridad (...)".En este prometedor contexto finalizamos el presente estudio; sin embargo, el volumen de material (impreso, audiovisual, registros personales y electrónicos) que recogimos en los últimos tres años, en diversos seminarios, encuentros y foros permanentes, que en esta publicación no pudimos trabajar, es muy extenso. Cada día surgen nuevas prácticas y elaboraciones en este campo, de cuya reflexión hay mucho que aprender. Más allá de esto, cotidianamente muchas personas nos envían referencias bibliográficas, publicaciones, tesis, disertaciones y documentos electrónicos que seguramente enriquecerían este trabajo, pero no tuvimos la oportunidad de abordarlas en esta ocasión. A todos y todas les agradecemos estas generosas contribuciones y todo lo que estamos aprendiendo en estos intercambios.

Finalmente con gran satisfacción publicamos este nuevo libro, que fue gestado en este contexto de tantas experiencias y aprendizajes colectivos. El mismo contiene muchas reflexiones germinales que están siendo desarrolladas dialécticamente entre muchas personas a través de contactos personales o mediados por redes electrónicas y publicaciones. Agradecemos particularmente a los amigos y amigas del Instituto de Filosofía de la Liberación, de la Red Brasileña de Socioeconomía

Solidaria y de la organización italiana IPSIA, dedicada a la promoción de la paz, desarrollo e innovación, con quienes estamos muy conmovidos por la generosidad del acompañamiento y el cariño, por compartirnos sus esperanzas y reflexiones de forma abierta y sincera sobre prácticas y elaboraciones.

Euclides André Mance Curitiba, diciembre del 2001.

Introducción

En el presente trabajo agrupamos y sistematizamos textos producidos en los últimos tres años, que se utilizaron en conferencias, seminarios, publicaciones en revistas especializadas, diarios y actividades de educación popular. La sistematización nos llevó a reelaborar todos los textos que aquí presentamos intentando su mejor composición y permitiendo lecturas transversales.

El principal objetivo de este libro es presentar un conjunto orgánico de reflexiones económico-filosóficas sobre las redes de colaboración solidaria. A partir de dichas reflexiones se delinean progresivamente elementos de un paradigma que tiene sus fuentes en la teoría de la complejidad y en la filosofía de la liberación, en un diálogo vivo con diversas elaboraciones contemporáneas.

La idea central de este libro es explicitar ese cuerpo teórico, presentando conceptos, categorías y estrategias articuladoras. Se intenta contestar a un conjunto de objeciones realizadas a La revolución de las redes, presentar material original informativo y operativo-pedagógico que ayude a desarrollar trabajos de educación popular para la organización de redes solidarias, así como dar referencias para la elaboración de políticas públicas de apoyo a prácticas de economía solidaria. En base a esos campos constitutivos que se articulan entre ellos seguimos una secuencia de contenidos de la siguiente manera: en el primer capítulo presentamos una síntesis de la propuesta de La revolución de las redes, permitiendo al

lector situarse en el tema. En el segundo capítulo trataremos, en gran medida, del carácter filosófico de la propuesta, retomando y desarrollando elementos de la teoría de la complejidad y de la filosofía de la liberación, que le son característicos. Ahí hacemos algunas contribuciones creativas al paradigma de la complejidad. En el tercer capítulo abordaremos las diferentes objeciones realizadas a la revolución de las redes, por Hugo Assman y Jung Mo Sung. En él sólo responderemos a las valoraciones hechas por los autores, pero en algunos casos vamos más allá de la propia reflexión sobre los temas. El cuarto capítulo trata cómo las redes de colaboración solidaria pueden contribuir a la erradicación de la pobreza. A su vez, el quinto capítulo analiza la trayectoria de articulación internacional de diferentes redes sociales en la resistencia contra el sistema neoliberal hasta la constitución del Foro Social Mundial y sus posibles consecuencias en la perspectiva estratégica de La revolución de las redes. En el último capítulo tratamos algunos desafíos económicos lanzados a las redes de colaboración solidaria, considerando particularmente la realidad brasileña. Se incluye además una sección de anexos que son referidos en el cuerpo del texto principal, permitiendo al lector una mayor comprensión de los diversos temas abordados. Algunos de estos anexos pueden ser utilizados como instrumentos pedagógicos; otros, pueden servir como referencia en la elaboración de políticas públicas.

En el transcurso del libro, particularmente en el segundo capítulo, sin recelo alguno de presentar, crear o recrear conceptos, profundizamos sobre categorías de la teoría de la complejidad y de la filosofía de la liberación y reflexionaremos sobre el crecimiento de las libertades públicas y privadas, presentando no sólo una concepción política, sobre la discusión de organización y transformación de las sociedades, sino especialmente una reflexión ética, estética y gnóstica sobre el bien-vivir que desea la valiosa singularidad de cada persona, sobre la consistencia humana, sobre el sentido de nuestras vidas, sobre la afectividad y la ternura, y sobre la economía y la cultura integradas en las prácticas de colaboración solidaria. Discurrimos sobre la red de la vida, que en

procesos interactivos, autopoiéticos** en lazos de retroalimentación, nos permite constituirnos como seres humanos mediados por flujos de información, materias y valores, donde el orden, desorden, auto-organización y auto-producción son requeridos para la emergencia de nuestras singularidades, y trataremos acerca de cómo no reducirlas conceptualmente, marcando procesos cognoscitivos que permiten considerarlas sin negarlas en su diferencia. Más allá que eso, abordaremos los procesos en que las redes pueden acoger las creativas diferencias y transformarse a partir de ellas en movimientos moleculares y molares, reconstruyendo igualmente de manera democrática y cooperativa las cadenas productivas bajo la lógica del paradigma de la abundancia, generando el tiempo libre para el bien-vivir de las personas, en contraposición al paradigma de la escasez, peculiaridad de la economía de mercado, que se regula por la oferta y la demanda, generando la exclusión y la pobreza para las mayorías del conjunto de las sociedades. Pensaremos la revolución y la utopía, considerando las dimensiones personales, particulares y colectivas, las relaciones de autonomía y dependencia entre las personas y los ecosistemas, las maneras sustentables de satisfacer las demandas personales y colectivas, buscando las mejores condiciones de promoción de las libertades públicas y privadas, bajo formas de gestión democráticas y dialécticas, desarrollando metodológicamente formas de problematización, intervención y alternativas. Finalmente, reflexionaremos sobre las condiciones de la libertad, considerando la proximidad como sentido de la consistencia humana, lanzada en la temporalidad del devenir en que emergimos como sujetos, con el inalienable derecho al bien-vivir, al gozo en la morada.

Bajo el aspecto más pragmático presentaremos en este libro: referencias para el enfrentamiento de algunos desafíos actuales para el avance de las redes solidarias en el campo económico (cap. 6); sistemas de códigos de barras que permiten presentar aspectos de insumos, producción y comercio considerando, para cada producto, las particularidades

** Autopoiéticos: de autopóiesis que es la cualidad de una red para reproducirse a sí misma, en el capítulo 1 se define ampliamente (N de T)

solidarias y ecológicas de las cadenas productivas en que fue elaborado y comercializado (objeción 10); sugerencias sobre cómo convertir algunos sistemas y procedimientos empresariales capitalistas para su empleo en redes de economía solidaria (anexo 1); ejemplos de constitución práctica de redes a partir de la organización inicial de consumidores o de productores y de cómo recomponer las cadenas productivas reinvirtiendo excedentes (anexo 2); propuestas de cómo sanar algunas debilidades estratégicas de las redes de trueques (anexo 3); información sobre los recursos disponibles en Internet para organización de redes solidarias (anexo 4); propuestas de políticas públicas de apoyo a la organización de redes de economía solidaria para gobiernos locales (anexo 5).

Como si fuera un súper-texto, el libro permite a cada lector seguir los caminos de su preferencia, manteniéndose la coherencia del conjunto de la obra.

Finalmente, cabe señalar que los fundamentos teóricos de prácticas sociales no se confunden con el paradigma desde el cual esos fundamentos son considerados. En rigor, tales fundamentos resultan de la organización más abstracta y coherente de la teoría inherente a la propia praxis. Esta teoría, a su vez, es constantemente reelaborada, especialmente en lo que se refiere a su efectividad práctica, confiriendo a la praxis sentido y dirección, aunque pueda tener equívocos y fragilidades. En otras palabras, la reflexión sobre una misma praxis, a partir de paradigmas diferentes, lleva a diferentes resultados. Esos resultados sin embargo, no se confunden con aquella teoría inherente a la praxis considerada, que orienta la conducta de los actores que la implementan.

No se ubican aquí estos pies de página

1 Se trata del artículo "Die solidarische Zusammenarbeit als eine Alternative zur kapitalistischen Globalisierung". In: Raúl Fornet-Betancourt (org.). Kapitalische Globalsierung und Befreiung. Frankfurt, IKO Verlag, 2000, p. 355-356.2 Se refiere a Brasil (N de T)

CAPITULO UNO

La colaboración solidaria como una alternativa a la globalización capitalista

Presentamos en este primer capítulo algunas reflexiones sobre cómo la colaboración solidaria puede convertirse en una adecuada estrategia para la organización de sociedades post-capitalistas, a través de la implantación de redes que conecten unidades de producción (entendidas como empresas de producción, comercio y servicio) y unidades de consumo, en un movimiento recíproco de retroalimentación, permitiendo la generación de empleos y el incremento de los ingresos de los participantes, el fortalecimiento de la economía y del poder locales, así como una auténtica transformación cultural de las sociedades en que se implantan como afirmación de una ética y de una visión del mundo solidarias, antagónicas no sólo ante el neoliberalismo sino al propio capitalismo1. Desde esta perspectiva, la organización de redes de colaboraciones solidarias locales, regionales y mundiales, constituyen una alternativa post-capitalista a la globalización, promoviéndose el crecimiento económico (ecológica y socialmente sustentable) y el crecimiento de las libertades públicas y privadas, éticamente referenciadas.

Operando bajo el paradigma de la complejidad, en los cuadros teóricos de la filosofía de la liberación, abordamos en La revolución de las redes las consecuencias de una tesis económica bastante simple: practicando la producción y el consumo solidarios en lazos de retroalimentación, cualquier unidad productiva puede vender toda su producción, generando un excedente que permite crear nuevas unidades productivas solidarias que, conectadas en red, pueden atender una mayor

1 Damos al término de estrategia, grosso modo, un sentido de propuesta que organiza un conjunto de acciones, teniendo por finalidad la consecución de determinados objetivos para los cuales cada acción, articulada a las demás, concurre parcialmente.

diversidad de elementos demandados por el consumo final y productivo de nuevas células (unidades de producción y consumo), incorporando progresivamente un mayor número de consumidores y productores en un movimiento auto-sustentable de crecimiento, recomponiendo solidariamente las cadenas productivas. Ahora, si consideramos que sectores sociales oprimidos y aquellos que les son solidarios pueden organizar redes de colaboración que, partiendo de sus prácticas de consumo -suprimiendo intermediarios-, pueden autofinanciar actividades solidarias de producción, seleccionando aún más su consumo en cantidad, calidad y diversidad - como lo mostramos en La revolución de las redes - podemos concluir que una cierta revolución económica - integrando acciones locales, regionales y globales- se puede difundir contemporáneamente en la medida en que los sectores populares, que buscan generar alternativas de autogestión económica, conecten sus acciones de producción y consumo en amplias redes de colaboración solidaria. Esta tesis y sus corolarios están siendo confirmados por algunas prácticas locales exitosas que vienen ganando cada día más espacio. Tal revolución es al mismo tiempo política y cultural; sin embargo en esta exposición inicial daremos énfasis nuevamente al aspecto económico.

Antes de presentar las ideas centrales de La revolución de las redes, es conveniente exponer el método de investigación adoptado y dar algunas características de las prácticas referidas que, al ser abordadas bajo este método, posibilitaron el surgimiento de esta propuesta. Es conveniente aclarar la manera como llegamos a las formulaciones citadas en la estrategia y su articulación, que no son resultado de la deducción de algún modelo formal engañosamente concebido, sino del propio análisis conceptual de las prácticas de economía solidaria, articulando elementos que ya operaban en ellas. El énfasis está en la conexión de esos elementos y no en la reducción de su diversidad.

1.1 EL METODO DE INVESTIGACION Y PROPUESTA

Partimos de la premisa de que la praxis social tiene preferencia por sobre la elaboración teórica del investigador y que cualquier teoría sobre la liberación popular tienen su origen y finalidad en las innumerables prácticas de liberación efectuadas por las clases populares, las cuales componen los segmentos explotados económicamente, expropiados en sus actividades de reproducción social de la vida, dominados política y culturalmente y excluidos de las condiciones satisfactorias para el ético ejercicio de su libertad - que en su conjunto los podemos llamar sectores oprimidos - así como los sectores que les son solidarios en su lucha de liberación.3 Tales prácticas buscan ampliar las libertades públicas y privadas cuya efectividad histórica exige mediaciones materiales, políticas, educativas e informativas, así como criterios éticos para que se lleven a cabo de forma justa.

En esa misma perspectiva retomamos determinadas tesis desarrolladas por algunas vertientes de la filosofía de la liberación a partir de los años setenta3. Esas vertientes, al cuestionarse acerca del sujeto histórico de la revolución y de la elaboración teórica inherente a ésta,

3 Esta idea de clases populares se remonta en cierta medida tanto a la diferencia sociológica entre élite, masa y pueblo, considerándose éste como el conjunto de sujetos organizados socialmente que actúan para promover el bien común, como a la elaboración de Enrique Dussel sobre el afectado, el dominado y el excluido con relación al capital como sistema dominante y las comunidades hegemónicas de comunicación, vea: Enrique Dussel “Ética de la liberación”. En Antonio Sidekum, Ética do discurso e filosofía da libertação – Modelos complementares, São Leopoldo, Editora Unisinos, 1994, y Euclides Mance: Globalização, libertade e ducação – Desafios e contradições das sociedades contemporâneos”.EL PIE ESTA REPETIDO3 Esta idea de clases populares se remonta en cierta medida tanto a la diferencia sociológica entre élite, masa y pueblo, considerándose éste como el conjunto de sujetos organizados socialmente que actúan para promover el bien común, como a la elaboración de Enrique Dussel sobre el afectado, el dominado y el excluido con relación al capital como sistema dominante y las comunidades hegemónicas de comunicación, vea: Enrique Dussel “Ética da libertação”. En Antonio Sidekum, Ética do discurso e filosofia da libertação – Modelos complementares, São Leopoldo, Editora Unisinos, 1994, y Euclides Mance: Globalização, libertade e ducação – Desafios e contradições das sociedades contemporâneos”.

argumentaban que las clases populares eran el sujeto de ambas y que los intelectuales solidarios a la praxis popular de liberación debían problematizarla, profundizar en el universo simbólico que la atraviesa, considerar sus diversas formas y objetivos, investigar sus elementos creadores, sus contradicciones, fragilidades y fortalezas históricas, perspectivas de avance, etc. En fin, sistematizar críticamente esa praxis y retribuir en forma de diálogo tal reflexión a aquellos actores sociales para que, democráticamente, en el ejercicio del diálogo y de la crítica, esos movimientos, organizaciones y personas pudieran priorizar sus acciones, comprensiones y estrategias.

Se conformaron nuevas categorías como resultado de esa elaboración crítica, que a su vez, deberían ser producidas a partir de la propia reflexión sobre las diversas realidades particulares en estudio, considerándose las diferentes formas de opresión, de resistencia y de lucha por la liberación. Se trataba de recuperar el conocimiento históricamente elaborado y disponible - tanto en las academias como en las instancias populares de transmisión del saber - que viabilizara una aproximación teórica de los fenómenos en cuestión, pero también de negar - a partir de la problematización de las prácticas y siempre que sea necesario para mejor comprensión de ellas- los esquemas teóricos adoptados y construir, a partir del ejercicio mismo de la praxis de liberación y del diálogo con sus sujetos históricos, nuevos conceptos y categorías analíticas y estratégicas, que dieron como resultado nuevos marcos teóricos que permitieron comprender mejor y transformar la propia realidad en curso.

De acuerdo a la compleja perspectiva que adoptamos en el seno de este abordaje filosófico latinoamericano cabe, por tanto, partir de la praxis social, detectar las contradicciones entre los diversos actores y a partir de ellas, considerar las clases sociales y sus intereses antagónicos, encontrando los hechos recurrentes en los procesos de explotación, expropiación, dominación y exclusión, así como los hechos de resistencia y de luchas por la liberación, es decir, por el crecimiento del ejercicio de la libertad pública y privada. Como toda práctica (acción efectiva) supone

alguna teoría, todas las formas de resistencia y de lucha por la liberación están permeadas por teorías cuyo alcance y consistencia varían en función del grado de su reflexión y reelaboración por los actores que las practican. Gracias a la intervención dialógica es posible una reflexión colectiva, crítica y sistemática de los elementos teóricos, sus dificultades gnósticas-sociales y estratégicas, su capacidad de descubrir los mecanismos de opresión y de presentar alternativas; también es posible, como consecuencia de esa reflexión, realizar propuestas éticas de acciones materiales, políticas, informativas y educativas que ayuden a la libertad no sólo de los sujetos populares, explotados, dominados y excluidos, sino de toda la sociedad. La teoría, en ese caso, surge de la praxis y la devuelve buscando calificarla para que pueda ser más efectiva como elemento de liberación. En este movimiento de reflexión y acción colectiva, tanto la teoría como la práctica están necesariamente mediadas por el diálogo, teniendo cada persona el derecho a decir su palabra, participando en la producción del conocimiento que contribuye para la liberación de todos. Finalmente, nadie libera a nadie; nadie se libera sólo: ¡todos se liberan juntos¡. La presente reflexión sobre redes de colaboración solidaria pretende ser una propuesta dialógica, como resultado de la investigación de diversas prácticas, como una contribución a la construcción colectiva y revolucionaria. Con ese objetivo hacemos la recuperación de diversas prácticas de economía solidaria, realizamos un trabajo de problematización y análisis crítico sobre ellas y presentamos propuestas sobre cómo avanzar en la superación de las debilidades consideradas.

Con esta apertura a la alteración histórica como fuente innovadora - de la realidad y de la teoría - y según este método de elaboración, formulamos una estrategia que articula, en redes autopoiéticas, las prácticas actuales de colaboración solidaria (en su realización económica, política y cultural), suponiendo que puedan dar origen a una nueva forma de organización social, una sociedad de colaboración solidaria, revirtiendo al capitalismo. De esa manera, partiendo de prácticas de solidaridad, difundidas por las clases populares, buscando comprenderlas conceptualmente, llegamos a fenómenos que son descritos de mejor

manera bajo el modelo de redes y a la necesidad de elaborar nuevas categorías que así como perfeccionen el propio referencial teórico, para comprender mejor la praxis que se configura como el origen y el fin de la investigación, también potencien su capacidad transformadora. De esta manera, la propuesta de organización de redes de colaboración solidaria, como la entendemos, es una estrategia que tiene su origen en prácticas de los oprimidos y de los sujetos solidarios que se posicionan a favor de los justos anhelos de las clases populares y que a ellas se vuelve con la finalidad de privilegiarlas, como praxis de liberación popular. Se trata entonces, de una alternativa histórica que se origina en la praxis de los sujetos oprimidos y solidarios, pero que sirve para todos los seres humanos, particularmente a ellos mismos.

La colaboración solidaria, bajo la estrategia a que llegamos a esa reflexión, se articula en redes que se interrelacionan, en las esferas económicas, políticas y culturales, de ámbito local, regional y mundial, como veremos posteriormente.

1.2 DE LA EXCLUSION DEL CONSUMO A LA BUSQUEDA DE ALTERNATIVAS

En la actual etapa de globalización del capitalismo la concentración de la riqueza se acentúa rápidamente. Algunos números indican la situación estremecedora a que llegamos5. Las 358 personas más ricas del mundo, en 1993, poseían activos que superaban el ingreso anual de los países en donde vivían 2.3 billones de personas, es decir, del 45% de toda la población del mundo. Un diario especializado en Economía - en una sugestiva columna titulada "Los dueños del mundo" - informaba en 1997 que las 477 personas más ricas tenían una riqueza combinada equivalente al ingreso anual del 50% de la población global6. La brecha entre ricos y empobrecidos revela su crueldad especialmente en lo que se refiere al consumo: en 1998, más de un billón de personas no podían satisfacer sus

5 “Los números de la ONU”. Hoja de Sao Paulo, 15/Jul/96, p. 1-8, Sao Paulo6 Pepe Escobar. “os donos do mundo”. Gazela Mercantil

necesidades básicas. En aquel año, mientras los 20% más ricos de la población mundial gastaban el 86% del total del consumo privado, los 20% más pobres representaron apenas el 1.3% de ese consumo7.

Esta situación es resultado de la propia dinámica capitalista de acumulación y reinversión en búsqueda de la mayor ganancia posible. Como afirmamos en La revolución de las redes, tal concentración es generada por algunas centenas de megaconglomerados transnacionales que gracias a la automatización, informática y biotecnología dependen cada vez menos del trabajo vivo para realizar el proceso productivo, reduciendo costos, abaratando cada vez más la mercancía y generando un volumen de lucro cada vez mayor para los que dominan las mayores franjas del mercado. La lógica de la concentración, al reducir el volumen de recursos socialmente distribuido en forma de salario genera cada vez menos mercado consumidor para adquirir dichos productos, provocando aún más la competencia entre las empresas, lo que las lleva a incrementar la innovación tecnológica ampliando el volumen de tiempo disponible con la consecuente despedida de más trabajadores, generando una multitud de excluidos cuyo potencial de trabajo no le interesa al capital.

Para las personas que son excluidas por el capital, la viabilidad de propuestas concretas en el campo económico, que les garanticen el bien-vivir, es una exigencia dramática. Frente a esa exclusión, la búsqueda de alternativas por sectores de la sociedad civil consiguió el surgimiento de diversas prácticas de economía solidaria. Reflexionando sobre esas alternativas, investigamos cómo potenciarlas en un movimiento auto-sustentable de crecimiento, que respete criterios éticos y ecológicos, y que articule el potencial de consumo y de producción, tanto de la gran masa de personas marginadas por el capitalismo, como de todas aquellas que se solidarizan con la construcción de una nueva sociedad, negándose a consumir y trabajar subordinadas a la lógica del capital.

7 UNDP, Human development report 1998 –Changing today’s consumption patterns – for tomorrow’s human development- “Overview”...

1.3 PARTIENDO DE PRÁCTICAS EFECTIVAS DE ENFRENTAMIENTO DE LA EXCLUSIÓN CAPITALISTA.

Algunas prácticas solidarias, al ser reflexionadas bajo ciertos parámetros de complejidad, revelan elementos que sirven para la elaboración de conceptos y categorías peculiares a la propuesta de efectividad de las redes de colaboración como una alternativa post-capitalista a la globalización en curso. Entre ellas se encuentran grupos de producción comunitaria, comercio solidario, financiamiento solidario, clubes de trueques o sistemas locales de empleo y comercio, economía comunitaria, autogestión de empresas por los trabajadores, consumo crítico, organizaciones de marca y la difusión de software libre.

La fabricación familiar de productos para alimentación, vestimenta, higiene y limpieza es una práctica cotidiana en muchas regiones de la mayoría de los países. En los periodos de crisis económica y aumento del desempleo, esto se supera en innumerables casos por una producción comunitaria que se organiza en función de las necesidades inmediatas y que surge prácticamente en forma espontánea, sin ninguna perspectiva estratégica de pretender constituirse, a largo plazo, en una alternativa sustentable.

Existen casos en que estas actividades productivas surgen por iniciativas de organizaciones no gubernamentales, iglesias, gobiernos y grupos de solidaridad internacional, siendo a veces asesoradas para alcanzar tal objetivo. El volumen de actividades productivas en este sector es muy significativo a nivel mundial. Sin embargo, la mayor parte de la riqueza que se produce de esta manera no se contabiliza en el PIB de los países, quedando estadísticamente invisible y designada como economía informal.

El aislamiento de estas actividades, debilita su estructuración y crecimiento. Lo mismo sucede con la mayor parte de las empresas laborales que surgen actualmente como forma de enfrentar la exclusión

social. En las últimas décadas, sin embargo, se comenzaron a organizar redes económicas, articulando empresas en varios países, conformando complejas cadenas que incluyen financiamiento, comercio y consumo final.

Recientemente algunas de estas redes adoptaron una estrategia común de colaboración que les permite conectarse en flujos de información, de materiales y de valores, creando un movimiento de crecimiento autopoiético como explicaremos más adelante.

Las redes internacionales de comercio solidario se remontan a los años sesenta. Se trata, en general, de organizaciones del Norte que practican el comercio justo o igual y solidario, importando productos de los países del sur del mundo, pagando precios justos, sustituyendo las reglas del mercado por las de solidaridad. La práctica de este comercio asegura actualmente un gigantesco número de puestos de trabajo con una remuneración digna a los trabajadores, promoviendo el desarrollo de las comunidades locales de manera sustentable. En Europa, América del Norte, Asia y Oceanía hay miles de estos comercios. Es importante destacar que en este sistema participan unidades productivas que asumen el régimen de producción solidaria, respetando los principios ecológicos y que adoptan la gestión democrática. Diversas organizaciones de comercio solidario participan, actualmente, en una federación europea con el mismo fin, la European Fair Trade Association (EFTA), fundada en 1990, que congrega nueve centrales de importación instaladas en Austria, Bélgica, Francia, Gran Bretaña, Alemania, Italia, Noruega, Holanda y Suiza. En 1994, la facturación en ventas de los productos de Comercio Igual y Solidario en Europa sumó 205 millones de euros, y crece aproximadamente 5% al año en ese continente.

Otra práctica a ser considerada es el financiamiento a proyectos solidarios y ecológicos. En varios países del mundo, incluyendo Brasil, han surgido los Bancos del Pueblo - inspirados en el Grameen Bank de Bangladesh - en los cuales no se hacen préstamos personales, sino

solamente a grupos solidarios, los cuales asumen la responsabilidad de la deuda. En muchas naciones han surgido organizaciones colectivas para captar riqueza y redistribuirla, invirtiéndose en actividades solidarias.

De acuerdo a los datos del Banco Mundial en el año 2000 había cerca de 7,000 instituciones de microfinanciamiento en el mundo, en su mayoría, personas que viven en extrema pobreza, es decir, que se encuentran en un nivel de ingreso 50% inferior a la de la población que vive por debajo de la línea de pobreza de cada país. No todas estas instituciones pueden ser consideradas solidarias, dadas las altas tasas de interés que cobran, sin embargo, una red internacional de Bancos del Pueblo estableció un proyecto de atender con financiamientos a 100 millones de pobres hasta el año 20058.

8 Un instrumento de este proyecto es la “Carta Aberta aos Poupadores Solidários”, publicada por el consorcio italiano CTM-Mag, de la cual tomamos el siguiente párrafo: “Frente a una economía global que produce exclusión (1 billón 300 millones de pobres ‘absolutos’), en la cual el 20% más ricos de la población obtienen el 95% del crédito total, mientras que la deuda de los más pobres es una piedra obstaculizadora a la posibilidad de desarrollo, es necesario agrandar los espacios de los mercados people friends, amigables con las personas. El programa más grande iniciado en esta dirección es el proyecto internacional de microcrédito, iniciativa de la red de los “bancos de los pobres” que promueven la microempresa, una de las formas más importantes de sobrevivencia de los excluidos en el mundo actual (...). Te proponemos que participes en este proyecto para llegar al objetivo internacional de ayudar a 100 millones de pobres con microcréditos hasta el 2005. Si eres socio de las tiendas del mundo, es importante que tu empresa participe de esta iniciativa, que puede ayudar a millares de productores actuales y potenciales del comercio’igual’. Si eres socio o voluntario de organizaciones no gubernamentales, cooperativas sociales, asociaciones culturales, compartes tu empresa social para dar tu propia contribución a esta propuesta: es una nueva manera de cooperar, de promover el desarrollo local, de valorar la cultura y la comunidad. Un modo que se basa en la recuperación de la dignidad de la persona. Se es socio del Banco Ético Popular como pieza que sustenta el proyecto de microcrédito, que financia a los operadores de este campo. “No se muere de hambre sino de humillación”. Participa con nosotros en el empeño de dar a millones de pobres nuevos instrumentos financieros contra la exclusión”. Cf. Consorzio CTM-MAG. “Lettera aperta oi rispamatori solidali”. En: Altra finanza, n.1, junio 1999, p.3.

Cabe destacar la existencia de bancos convencionales que fueron fundados con la finalidad de financiar proyectos solidarios y ecológicos. Podemos citar: el Alternative Bank Schweiz, que a través de la concesión de la gestión de fondos y de capital, contribuyó en el desarrollo de proyectos alternativos de carácter económico, ecológico, sociopolítico y cultural; el Ökobank, que surgió en Alemania como consecuencia de las acciones del movimiento pacifista y ecológico, que defiende la aplicación responsable del dinero, no financiando industrias armamentistas o nucleares y privilegiando, con sus financiamientos, el desarrollo de procesos y productos ecológicos, así como nuevas formas de colaboración y responsabilidad social; el banco Triodos, que surgió en los Países Bajos, y que promueve el financiamiento de proyectos en el campo social; el Banco Ético, que surgió en Italia, especializado en la atención a cooperativas, entidades, círculos y asociaciones, así como a sociedades de capitales, cuyos accionistas sean cooperativas o asociaciones.

Otra forma de organización colectiva, relevante para la presente reflexión, son los Sistemas Locales de Empleo y Comercio (LETS, por sus siglas en inglés), que surgieron en Canadá en los años 80s y que se expandieron rápidamente por diversos países en varios continentes. La idea central de este modelo es permitir que miembros de una misma comunidad puedan intercambiar bienes y servicios entre sí sin la mediación de monedas oficiales, activando la generación y el consumo de productos y servicios locales, beneficiando a la comunidad y particularmente a las personas que tienen poco dinero, una vez que pueden utilizarlo para cubrir necesidades de productos y servicios no ofertados por la misma comunidad. Este sistema posee diversas variaciones, todas basadas en el principio que los participantes estén de acuerdo en ofrecer bienes y servicios unos a otros en permutas multirecíprocas. En el modelo inicial, más allá de la publicación periódica de una lista, se indicaban los items disponibles para comercios y las personas que los ofrecían, se hacían también los registros de las transacciones de los intercambios mutuos. Periódicamente, créditos y débitos eran compensados. En otras variaciones de este sistema fueron creadas monedas locales que circulan entre los

participantes. Con el perfeccionamiento del modelo surgió el Multi-LETS que permite a los participantes intercambiar productos y servicios en diversos LETS, compensándose los créditos y débitos en su conjunto. Otra variación de este modelo, desarrollada en Argentina, que utiliza monedas sociales, dio origen a la Red Global de Trueques que se expandió rápidamente y que, en el año 2000, tenía 600 Clubes de Trueque en las 15 provincias de ese país, donde participaban cerca de 300 mil personas9.

Otra práctica solidaria, la Economía de Comunión, surgió en 1991 en Brasil bajo la inspiración de Chiara Lubich, la líder religiosa italiana que dio origen al movimiento focolarino. Esta propuesta que, a decir verdad, mantiene el modelo de producción capitalista, innova el destino de las ganancias: " 1) consolidación de la empresa con salarios justos y respeto a las leyes vigentes; 2) ayuda a los necesitados y creación de puestos de trabajo; 3) fortalecimiento de estructuras aptas para formar personas capaces de vivir la cultura de la solidaridad, la cultura del compartir"10. De acuerdo a ese principio, adoptado por más de 700 empresas en varios continentes, la prioridad del colectivo es ampliar el volumen de ganancia de la empresa con la finalidad de atender de mejor manera ese triple destino de los recursos y con flexibilidad, ya que no siempre las empresas implementan con todo rigor la propuesta.

Otra práctica actualmente renovada es la autogestión de empresas por los trabajadores. En general, en los casos revisados en Brasil, los sindicatos de trabajadores toman la iniciativa de proponer la autogestión cuando la empresa sufre graves problemas financieros, estando en proceso de quiebra. Después de un riguroso análisis de la empresa, de sus problemas y posibles soluciones, si es asumida por los trabajadores, se convierte en su propiedad, operando bajo los principios de cooperación y solidaridad. Para integrar y fortalecer el conjunto de esas empresas en Brasil se creó, en 1994, la ANTEAG - Asociación Nacional de los

9 Datos tomados de la conferencia impartida por Heloísa Primavera en el II Encuentro Brasileño de Cultura y Socioeconomía Solidaria. Mendes, RJ, junio del 2000.10 Movimiento de los Focolares. Economia de la Comunhão...

Trabajadores en Empresas de Autogestión y participación Accionaria- que integra a empresas bajo el régimen de autogestión, cuando los trabajadores cuentan por lo menos con el 51% de las acciones con derecho a voto, o cogestión, cuando esa participación alcanza un máximo del 49% de las acciones ordinarias. En el 2001 la ANTEAG contaba con 160 iniciativas de autogestión, de las cuales 125 estaban en fase de implantación, integrando en forma directa a 30 mil trabajadores e indirectamente a 120 mil. Las empresas asociadas tenían una facturación anual aproximada de R$ 300 millones y un volumen de recaudación de impuestos para el gobierno de R$ 25 millones. A su vez, Estados Unidos, en 1995, tenía más de diez mil empresas de autogestión, con una facturación conjunta que rebasaba los US $ 6 billones11.

El consumo crítico, por su parte, es una modalidad de consumo responsable, que puede conceptualizarse como una postura de escoger aquello que compramos, seleccionando los productos, comparándolos, considerando no sólo su precio y calidad, sino también su origen y el comportamiento de la empresa que los ofrece. Dicho de otra manera, el consumo crítico se apoya en el examen de los productos y de las empresas que los elaboran, posibilitando, gracias a la información sobre ellos, que la selección del consumidor sea basada en criterios concientes, como las cualidades técnicas de los productos y los impactos de su producción y consumo, considerados bajo una perspectiva ética, económica y ecológica.

Ciertas organizaciones de marca, por su parte, surgieron con la finalidad de identificar los productos del comercio solidario para el consumidor, ya que son comercializados en más de 70 mil puntos comerciales en Europa. La primer marca con este fin - la Max Havelaar- surgió en Holanda, en 1988. Desde entonces otras han sido registradas y se crearon organismos gestores, como la Fair Trade International (FTI) , de las organizaciones Transfair, de la Fair Trade Foundation y de la Fair Trade Labelling Organizations (FLO) - organizaciones que actúan

11 Francisco Rodríguez: “EUA têm 10 mil firmas autogeridas”. Hoja de Sao paulo, 29-5-95, p. 2-3.

particularmente en actividades comerciales en Europa, América del Norte y Asia. Como las logo-marcas identifican los productos del comercio solidario - operando como garantes de su calidad - los consumidores pueden, en su adquisición, adoptar una posición ética buscando consolidar actividades productivas democráticas, en las cuales no existe explotación de los y las trabajadoras y el equilibrio del ecosistema es preservado. Como instrumento de marketing, estas logo-marcas permiten al consumidor diferenciar los productos de empresas solidarias frente a los demás.

Finalmente, otra práctica de colaboración solidaria en el ámbito de producción e intercambio de tecnologías de punta en el sector de informática, es la producción y la distribución de softwares bajo el régimen freeware y copyleft. Se tratan de programas y sistemas que, bajo esos regímenes, pueden ser gratuitamente utilizados, modificados y reproducidos sin la necesidad de paga alguna a sus creadores. El número de productos de este tipo, después del internet, es cada vez mayor, existiendo un importante crecimiento del movimiento por el software libre12 - que tuvo como resultado el surgimiento y la expansión del empleo del sistema operacional Linux en la producción de innumerables aplicaciones que le son compatibles - divulgándose completamente el código fuente de los programas. Con esos softwares, apropiables gratuitamente, es posible por ejemplo, la implantación de eficaces redes de comunicación de datos que conecten unidades productivas a partir de computadoras obsoletas o incorporar tecnología de la información a empresas económicas, sin costo alguno en lo que se refiere a la adquisición de softwares. Operando con esos programas, muchos Bulletin Board Systems mantienen gratuitamente, en los diferentes continentes, redes de comunicación entre organizaciones populares. Cabe señalar que esos softwares libres, generalmente, y el sistema Linux en particular, son

12 El régimen de distribución en que el código fuente se dispone como los archivos ejecutables, permitiendo que todas las líneas del programa sean conocidas y puedan ser alteradas, conforme a las conveniencias del usuario que también puede utilizar y reproducir libremente el programa.

continuamente perfeccionados por miles de programadores que trabajan en red de manera solidaria y cooperativa a través de internet.

Sin embargo, ninguna de estas prácticas implementaba, en 1999, la perspectiva estratégica de construcción de redes de colaboración solidaria como la que presentaremos a continuación. Bajo el método de investigación que adoptamos no se trata solamente de formular preguntas tales como: ¿ qué ocurriría si las tiendas de comercio solidario se esparcieran por todas las ciudades de todos los países del mundo, si todas las empresas solidarias se conectaran en asociaciones articulándose en cadenas productivas y los bancos éticos financiaran el avance tecnológico del proceso productivo de las incontables unidades productivas solidarias existentes y potencializaran redes de distribución y comercialización con un sistema de marcas que identificaran fácilmente los productos de una red solidaria? ¿qué ocurriría si el sistema de comercio entre las células de la red fuera realizado bajo la forma de multi-LETS, operando o no con moneda social efectiva, sino generando créditos y débitos que se compensaran en una cadena de producción y consumo; si los excedentes generados por todas las empresas fueran destinados al crecimiento y mejoramiento del proceso productivo de las redes, a la diversificación de la producción, a la mejoría del patrón de consumo de todos, a la progresiva reducción de la jornada de trabajo y a la promoción del crecimiento de esas redes en las regiones en que aún no operan? ¿qué ocurriría si el consumo crítico fuera difundido ampliamente y el principal criterio para la selección de los bienes y servicios fuera el crecimiento de redes de colaboración solidaria? ¿qué ocurriría si las unidades de financiamiento, producción, comercio y consumo solidarios, valiéndose de tecnologías bajo el estatuto de freeware, organizaran redes locales, regionales e internacionales de comunicación, agilizando flujos de información, de comercialización de productos y servicios y de financiamientos? ¿qué ocurriría si esas redes se congregaran en redes de colaboración solidaria? Tales preguntas pueden inducir al error de pretender construir síntesis de diversidades sin percibir los atributos y las interrelaciones que obran en sus bases.

Las conexiones entre esas empresas y procesos, haciendo viable la emergencia de una sociedad post-capitalista, necesitan de interfases que deben ser construidas a partir de una rigurosa comprensión del funcionamiento de esas propuestas.

Por eso es necesario comprender esas prácticas, en sus debilidades y potencialidades, y analizar cómo pueden ser sometidas bajo la lógica del capital o cómo los elementos simples que las constituyen pueden ser articulados en propuestas estratégicamente capaces de permitir el crecimiento de una economía solidaria antagónica a la economía capitalista, que progresivamente se apropie de las gigantescas fuerzas productivas que actualmente operan bajo el capitalismo, colocándolas al servicio de la libertad de todos los seres humanos. En las siguientes secciones presentaremos algunos elementos que resultan de este trayecto de investigación en lo que se refiere a la construcción de una posible alternativa post-capitalista a la globalización actual 13.

1.4 EL CONSUMO SOLIDARIO Y LA CONSTRUCCIÓN DE UNA SOCIEDAD POST-CAPITALISTA14

En el libro A revolução das redes, presentamos la colaboración solidaria como una estrategia adecuada para conectar empresas solidarias de producción, comercialización, financiamiento, consumidores y otras organizaciones populares (asociaciones, sindicatos, ONGs, etc.) en un movimiento de retroalimentación y crecimiento conjunto, auto-sustentable, antagónico al capitalismo que promueve el bienestar de todos los que se integran a él.

Los criterios básicos de participación en estas redes han sido sintetizados en los siguientes tópicos:13 Sobre las posibilidades de sometimiento de estas prácticas por el capitalismo véase A revolução das redes, p. 95-96, 168-178, y anexo 3 del presente libro14 En esta sección y en la siguiente retomamos las páginas 204-212 de A revolução das redes, cuyo texto modificamos bastante.

* No existe ningún tipo de explotación del trabajo, ni en el consumo o dominación en las empresas;* Se busca preservar el equilibrio de los ecosistemas (respetándose a las empresas en transición que aún no sean ecológicamente sustentables);* Se comparte un porcentaje significativo de los excedentes con el fin de acrecentar la propia red;* Autodeterminación de los fines de autogestión de los recursos, en un espíritu de cooperación y colaboración entre todos los participantes.

Entre sus objetivos básicos se incluyen:* Atender las demandas de consumo de los miembros de las redes, produciendo y comercializando bienes y servicios con calidad técnica, social y ecológica;* Producir ecológicamente en las redes todo lo necesario para satisfacer sus demandas, aún cuando ya se encuentren atendidas por el mercado capitalista: productos finales, insumos, servicios, etc.;* Corregir flujos de valores, evitando retroalimentar la producción capitalista, lo cual ocurre cuando empresas solidarias compran bienes y servicios de empresas capitalistas;* Generar nuevos puestos de trabajo y distribuir el ingreso, con la organización de nuevas empresas que satisfagan las necesidades de la propia red;* Remontar de manera solidaria y ecológica las cadenas productivas, buscando garantizar las condiciones económicas para el ejercicio de las libertades públicas y privadas éticamente ejercidas.

La viabilidad de esta alternativa post-capitalista depende:

* De la difusión del consumo solidario;* De las reinversiones de los excedentes;* De la colaboración solidaria entre los participantes.

Considerando las bases del consumo solidario y de la reinversión colectiva de los excedentes, cabe destacar que el acto de consumo, más allá de ser sólo un acto económico, ¡es también un acto ético y político!

En efecto, se trata de seleccionar con autonomía los bienes de consumo y servicios que requerimos, viendo simultáneamente:* Atender nuestras necesidades y deseos;* Llevar a cabo un nuevo bienestar personal;* Promover el bienestar de los trabajadores que elaboran o comercializan aquel producto o servicio;* Mantener el equilibrio de los ecosistemas.

En resumen, la práctica del consumo solidario nos permite contribuir a la construcción de una nueva sociedad justa, libre y solidaria. Analicemos cómo es posible esto.

Veamos lo que ocurre, desde el punto de vista económico, cuando un número significativo de consumidores utiliza los bienes y servicios de las redes solidarias:

1. Sus empresas venden toda su producción.- con eso se amplía el excedente alcanzado y se tiene un mayor volumen de recursos para la reinversión colectiva en la implantación de otras empresas solidarias.2. Generación de nuevos puestos de trabajo.- una vez que nuevas empresas son organizadas con los excedentes obtenidos por la venta de toda la producción.3. Producción de otros bienes y servicios aún no disponibles en esas redes.- con la creación de nuevas empresas se tiene una mayor oferta de bienes y servicios a los consumidores, tanto en diversidad como en calidad.4. Distribución del ingreso por la incorporación de más personas al proceso productivo.- en la medida en que más personas pueden trabajar y recibir una justa remuneración por su trabajo, pudiendo incrementar su

patrón de consumo, se tiene un aumento de demanda de productos finales en el interior de la red.

5. Preservación del equilibrio de los ecosistemas.- dado que las empresas solidarias operan con ese compromiso.

6. La reinversión colectiva de los excedentes permite.- reducir progresivamente la jornada de trabajo de todos; elevar el tiempo libre para la recreación y elevar el patrón de consumo de cada persona.

Pero, ¿qué ocurre cuando consumimos bienes y servicios capitalistas? Contribuimos, en general, a mantener la explotación de los trabajadores, aumentar la degradación ambiental, acentuar la concentración de la riqueza y la exclusión social. Mientras no existan productos y servicios solidarios de fácil acceso que sustituyan a los similares del mercado, no habrá otra alternativa que consumirlos. Sin embargo, en la medida en que existan, tal sustitución puede ser hecha, con ventajas para los consumidores, los productores y los ecosistemas.

Como hemos visto, la viabilidad de esta alternativa post-capitalista está directamente vinculada a la difusión del consumo solidario. Desde un punto de vista más general podemos distinguir cuatro tipos de consumo: alienante, obligado, en razón del bienestar y el solidario. Al considerar las cadenas productivas podemos distinguir también el consumo final y el consumo productivo.

El consumo alienante es aquel en que las personas buscan, en las mercancías, cualidades que les son vinculadas por la publicidad y las modas. Diversas intensidades - deseos, ansiedades, angustias, miedos, necesidades, etc. - son creadas y modeladas simbióticamente por el capital, moviendo a las personas al consumo de ciertos productos, de ciertas marcas. La disputa por el mercado cada vez más dura entre las empresas exige que inviertan altas sumas de capital en la producción de la

subjetividad del consumidor, moviéndolo a consumir el producto de cierta marca.

El consumo obligado en su primera acepción, es practicado por aquellos que no disponen de recursos para consumir los productos de línea o las marcas famosas y buscan maximizar el poder de compra de su poco dinero. En los casos más dramáticos, las personas revuelven los botes de basura buscando comida, utilerías u otros objetos. En otra de sus acepciones, se puede decir que todas las clases sociales practican, de alguna manera, el consumo obligado, toda vez que en razón de las circunstancias, somos obligados a consumir alguna cosa o utilizar algún servicio independientemente de nuestros deseos – como al tomar un tren extremadamente lleno y pagar un boleto porque no disponemos de otra manera para llegar a donde queremos-, estamos practicando el consumo obligado.

En el caso del consumo como mediación del bienestar se busca la satisfacción de las necesidades y deseos particulares de cada uno, el refinamiento de los placeres posibilitados por el consumo. Las personas que lo practican no se dejan llevar por la propaganda. La práctica de este consumo requiere no sólo de la disposición de recursos que permitan a cada uno su bienestar, sino también la elaboración de criterios de evaluación a partir de los cuales se seleccionan productos y servicios, que buscan satisfacer la singularidad de cada persona y la preservación de los ecosistemas.

El consumo solidario es practicado con el objetivo de contribuir socialmente para el bien común, ya que se trata del consumo de la producción completa y tiene impacto sobre todo el ecosistema y sobre la sociedad en general. Así en nuestras decisiones de consumo, al contrario de contribuir en la manutención de la explotación de los trabajadores, reproduciendo una sociedad capitalista injusta, nosotros colaboramos en el combate a toda forma de explotación de los seres humanos y en la construcción de una nueva sociedad colaboradora y solidaria.

El consumo solidario solamente ocurre si utilizamos los bienes y servicios que sean elaborados o comercializados de manera solidaria. De ahí la afirmación de que, si el consumo solidario se expande y si más empresas son organizadas con los recursos obtenidos, avanzamos en el combate a la explotación de los trabajadores y en la construcción de un nuevo modo de producir y compartir solidariamente las riquezas. La palabra explotación es entendida en esta reflexión en un sentido muy preciso: la situación en que alguien, en la condición de trabajador, es tomado como medio para producir algún valor económico, bien o servicio por otro al que le sirve, negándolo en su libertad, alienándolo. La palabra alienación la entendemos desde las nociones de Marx y Dussel, significando que el trabajador no sólo no puede apropiarse con autonomía del resultado de su trabajo - de la riqueza o valor social producido -, sino tampoco puede codeterminar el proyecto de producción (en el cual actúa) en su finalidad o gestión.

Cuando afirmamos que el consumo para el bienestar se puede convertir en consumo solidario - si más allá del bienestar personal buscamos promover el bienestar colectivo con nuestro consumo - eso no significa que el consumo obligado no pueda convertirse en consumo solidario. Cuando varias personas con pocos recursos se reúnen para comprar colectivamente, por los beneficios que esa compra trae a sí mismos y a los demás - pudiendo comprar más y mejor -, y seleccionan los productos buscando promover el bienestar de los productores y comerciantes solidarios, el consumo obligado se convierte en consumo solidario.

Considerándose las cadenas productivas podemos caracterizar el consumo final o productivo. El consumo final es aquel en que el bien o servicio llega al consumidor final, esto es, a la punta de la cadena productiva. El consumo productivo, a su vez, es aquel que se realiza con el objetivo de generar otro bien o servicio que puede ser posteriormente comercializado o no. Así, si alguien consume leche con miel en el café de

las mañanas, se trata de un consumo final, pero si una confitería utiliza miel y leche en la producción de biscochos y dulces, entonces se tiene un consumo productivo.

Cuando afirmamos en la introducción, que el consumo solidario es la única condición requerida para hacer avanzar "una alternativa viable y concreta para los excluidos y marginados debido a la globalización del capitalismo", no consideramos el consumo solidario como un principio simple, sino como un resultado complejo. En otras palabras, para que suceda el consumo solidario es necesario que haya, por lo menos, producción o comercialización solidaria, así como una posición ética de los participantes en promover las libertades públicas y privadas a través de la práctica solidaria del consumo y de la reinversión de excedentes. Esto significa que sin producción o comercialización solidaria no puede haber consumo solidario en redes de colaboración. Por otra parte, si el consumo solidario se difunde masivamente, las redes pueden crecer en igual medida, multiplicando empresas económicas, ampliando y diversificando la oferta de productos y servicios en su interior.

1.5 LAS REDES DE COLABORACIÓN SOLIDARIA EN SU DIMENSIÓN ECONÓMICA

Si consideramos que las innumerables empresas económicas solidarias existentes en todo el mundo pueden crecer en razón de los productos y servicios que elaboran y son consumidos solidariamente por los que practican el consumo enfocado al bienestar o al consumo obligatorio, podemos entonces, diseñar - bajo el paradigma de la complejidad - la organización económica de redes de colaboración solidaria, conectando tales empresas en cadenas productivas, cuya producción está enfocada a atender demandas de los consumidores solidarios, generándose puestos de trabajo locales y distribución del ingreso bajo un modelo ecológicamente sustentable que, en razón de la reinversión de partes del excedente, puede progresivamente, reducir la

jornada de trabajo de todos y elevar igualmente el tiempo libre y el patrón de consumo de cada persona.

1. Los elementos básicos de esta red son las células, las conexiones entre ellas y los flujos que las traspasan.

a) Células

Células de consumo.- grupos de consumidores que se organizan de diversas formas, comprando mercancías a través de mediaciones solidarias (cooperativas, tiendas, comercio electrónico, etc.) dando preferencia a lo que se produce en la red y que solamente compran en el mercado capitalista lo que la red aún no satisface su bienestar.

Células de producción.- se trata de empresas productivas de cualquier parte cuya calidad de producto permita satisfacer el bienestar del consumidor final o de otras empresas a las cuales está conectada en cadena productiva como proveedor de insumos o prestador de servicios.

Células de servicio.- cualquier empresa en este sector cuya calidad de servicio atienda los requisitos de la red.

Células de comercio.- cualquier empresa o iniciativas que practiquen el comercio en el interior de las redes buscando ampliar las libertades públicas y privadas, promoviendo el bienestar de consumidores y productores15.

15 En este libro incluimos a las empresas y actividades de comercio bajo el concepto de servicios prestados a la red, buscando facilitar el análisis de los flujos de materiales y valores en la presentación de los diagnósticos de la red. En el software Rede Solidária, en el que simulamos virtualmente el funcionamiento de estas redes, creamos un módulo especial para el comercio, de la misma manera que lo hacemos para la producción, servicio y consumo, en razón de las características de las actividades del comercio frente a los demás servicios.

Las células de producción, comercio y servicio pueden ser denominadas en su conjunto como células laborales. Todas ellas llevan a cabo necesariamente el consumo productivo, ya sea de insumos que forman parte del producto final, o de otros materiales necesarios para la manutención de la actividad laboral, así como de la fuerza de trabajo necesaria para la realización del producto, servicio o comercio.

b) ConexionesLo que transforma a las empresas aisladas en células son las

conexiones que se establecen entre sí. Dichas conexiones son ligaciones que permiten acciones coordinadas sin las cuales las células no pueden retroalimentarse, nutrirse de la diversidad y crecer en conjunto. Sin conexiones no hay red. A través de ellas pueden desencadenarse varios procesos dinamizados y equilibrados.

c) FlujosA través de las conexiones fluyen entre las células los materiales, la

información y valores necesarios para la autopóiesis de la red. El volumen de flujos y su diversidad deben ser adecuados a las demandas y necesidades de cada célula. En caso de que las conexiones existentes no sean suficientes para los flujos requeridos por la dinámica de la red en su totalidad, deben ser organizadas nuevas conexiones y células haciendo viable su funcionamiento orgánico.

De esta manera la organización en red no debe ser comprendida primeramente como estructura, sino como conexión y flujos entre células, a partir de los cuales ciertas estructuras van surgiendo para mejorar el funcionamiento del conjunto. En función del dinamismo de la red, las estructuras organizativas deben ser recicladas periódicamente, para encontrar las singularidades que emergen de esas complejidades, cada vez más concientes en su capacidad de llevar el bienestar al conjunto de las sociedades; estas singularidades son desencadenadas por el intercambio de diversidades que las redes solidarias integran o que en ellas se generen creativamente.

Bajo una tipología formal es posible distinguir varias configuraciones de red, entre las cuales tenemos las tres siguientes que se muestran en la figura 1. En la práctica, las redes sociales están simultáneamente conectadas de diversos modos, en distintos flujos, por ejemplo: articuladas de manera centralizada en algún lugar electrónico, descentralizada en sus discusiones democráticas, respetando las características locales y regionales, y distribuida en gran parte de sus flujos de productos y servicios - tan sólo para ejemplificar las tres figuras representadas. En su dinámica las conexiones entre las células pueden y deben modificarse, conforme a las necesidades. Así, las configuraciones reales de las redes son una compleja integración que no puede ser representada por alguna de estas figuras de manera aislada.FIGURA 116

Superponiendo estas tres configuraciones tenemos a continuación una imagen más compleja del conjunto de conexiones entre las células figura 2. Si imaginamos una composición tridimensional en que cada punto representa una nueva red, con innumerables procesos sucesivos o simultáneos de distribución, descentralización y centralización temporal a partir de cada una de las células, con conexiones que aparecen y desaparecen, con flujos recorriendo el conjunto en todas direcciones y sentidos, haciendo emerger nuevas conexiones, células y redes en procesos de retroalimentación, estaríamos así tal vez más próximos de concebir la organización compleja en red peculiar de la revolución de las redes. En ella no existen centros permanentes que el reposo momentáneo de la figura 2 hace parecer. En la red, como la concebimos, las diversas células, simultáneamente, pueden centralizar el desencadenamiento de procesos distintos, envolviendo a todas las demás, algunas de ellas o gran parte en movimientos integradores y complementarios.

16 Fuente: Sérgio Amadeu do Silveira. Exclusão digital – A miséria no era da informação... Aquí adoptamos la misma terminología presentada en referencia a los conceptos de la red centralizada, descentralizada y distribuida, reconociendo los límites de estos términos para expresar las configuraciones que designan.

Figura 22.- Propiedades básicas de la red

*Autopóiesis.- cualidad que tiene para reproducirse a sí misma en la medida en que es capaz de generar los bienes, servicios y valores necesarios para satisfacer sus propias demandas y un excedente que le permite expandirse incorporando más personas y aumentando, así, la demanda laboral.

* Intensidad.- cualidad de involucrar el mayor número posible de personas tanto en el consumo como en la labor solidaria.* Extensión.- cualidad de generar nuevas células laborales y de consumo en regiones cada vez más lejanas, posibilitando llegar hasta ellas los flujos de materiales, información y valor necesarios para promover el desarrollo local autosustentable.* Diversidad.- cualidad de atender las diversas necesidades y deseos de los consumidores y empresas solidarias, generando para ello la mayor diversidad posible de bienes y servicios, buscando construir una red de todo lo que consumen aún del mercado capitalista en función de su bienestar o como elementos necesarios al proceso productivo.* Integración.- significa que cada célula, a través de la red, está conectada a todas las demás, siendo afectada por el crecimiento de ellas o por sus problemas y dificultades, generando así, la necesidad de un crecimiento orgánicamente sustentable de la red como un todo en razón de que se dimensiona la composición orgánica de cada célula en particular, esto es, la incorporación de tecnología en su relación con el trabajo vivo empleado.* Retroalimentación.- cualidad de cada célula para demandar productos y servicios de otras, lo que permite el crecimiento sustentable de todas, es decir, de la red en su conjunto. Cuanto mayor es el número de células con mayor intensidad, mayor es la retroalimentación de la red.* Flujo de valor.- significa que el valor económico producido en cada etapa de la cadena productiva circula por la red, pudiendo concentrarse o salirse de ella, es decir, cuando una célula productiva compra insumos del mercado capitalista, una cierta cantidad de valor sale de la red,

retroalimentando al giro capitalista. Mientras si una nueva célula que produzca aquel insumo fue creada en conexión con las demás, entonces aquel valor permanece retroalimentando la producción de otra célula de la red. El excedente de valor producido por la red puede ser utilizado para crear nuevas unidades laborales que satisfagan sus propias demandas productivas o de consumo final o para, progresivamente, reducir la jornada de trabajo de todos.* Flujo de información.- Significa que todo el conocimiento generado en la red está disponible a cualquier célula. Así, si por crecimiento una nueva célula fue creada en un lugar distante, a partir de ella la comunidad puede obtener toda la información necesaria para reproducir cualquiera de las demás células de aquella red, posibilitando realizar la intensidad, ampliando posibilidades de empleo y renta local, mejorando el patrón de consumo de todos los involucrados en la colaboración solidaria17.* Flujo de materiales.- significa que lo que es producido en una célula puede ser objeto de consumo productivo o consumo final por otras células, de manera que una retroalimenta a otra. Con el desarrollo de la red, la tendencia es que va remontando solidariamente el conjunto de las cadenas productivas.* Agregación.- cualidad de redes locales para integrarse en redes regionales, luego en redes internacionales y finalmente en redes mundiales de colaboración solidaria. Cada agregación fortalece las redes que se integran, ampliando la diversidad de ofertas de productos, aumentando la demanda de ellos y totalizando un número mayor de volumen de excedente, que puede ser aplicado en la creación de nuevas células, ampliando la extensión, esto es, la capacidad de expansión de la red, en razón del mayor flujo de valor y especialmente de información, con un banco de datos mucho mayor de células adaptables a las diferentes realidades locales.

1.5.1. GESTIÓN DEMOCRÁTICA17 Esto que parece a primera vista imposible, es fácilmente realizable gracias al concurso de instrumentos y procedimientos como el software Red Solidaria, portales en el internet y asesores técnicos. La reproducción de una célula depende del campo de posibilidades de la realidad local en que se pretende crearla.

La gestión de la red debe ser necesariamente democrática, ya que su surgimiento y buen funcionamiento depende de la colaboración solidaria, lo que supone la adhesión y participación libre de cada persona. Entre otros aspectos tenemos:* Descentralización, una vez que no hay un núcleo central y que a partir de cada célula se pueden construir nuevas redes complejas.* Gestión participativa, una vez que todos los trabajadores y consumidores - ejerciendo la autogestión - participan en las decisiones sobre el surgimiento de nuevas células, sobre lo que debe ser producido, sobre la reinversión de excedentes, etc.* Coordinación, electa democráticamente por las células, con atribuciones y condicionantes de actuación que son establecidas de la misma manera. Regionalización, con las instancias democráticas organizándose desde

las células hasta las instancias regionales y mundiales.

1.5.2 SURGIMIENTO DE NUEVAS CÉLULASLas Células pueden surgir de diferentes maneras:

Generación espontánea.- cuando cualquier persona movida por la libre iniciativa solidaria propone el surgimiento de una nueva célula, sea de consumo o laboral, buscando lograr algún bien o servicio.Eslabonamiento.- se trata del surgimiento de una nueva célula que busca producir algún insumo o elemento para otra célula o prestarle algún servicio permanente, permitiendo que el flujo de valor retroalimente al propio crecimiento de la red.Fisión.-, ocurre cuando una célula, teniendo una facturación superior al doble de su punto de equilibrio o alimentando a un conjunto elevado de otras células, es fraccionada, creando otra célula similar dando ahora el servicio a más células, haciendo viable un crecimiento seguro de la red.Conversión del sistema.-, se trata de la transformación de las empresas capitalistas en empresas solidarias, una vez que, no consiguiendo competir en el mercado capitalista, sus propietarios en común acuerdo con los trabajadores, optan por convertir aquella unidad productiva en un sistema

de colaboración solidaria, asumiendo los criterios que la red establece para esa participación.

1.5.3 DINÁMICA DE LAS CÉLULAS

Grado de conectividad.- cada célula mantiene un cierto número de conexiones con las demás, comprando y vendiendo productos y servicios. Células hiperconectadas, en la condición de proveedores, necesitan ser fraccionadas, garantizándose el crecimiento seguro de la red.

La producción. - realizada por las células laborales, puede ser analizada considerándose el valor de la reposición, esto es, el valor que la célula necesita producir para atender las demandas de su propia reposición como célula (punto de equilibrio) y el valor excedente, esto es, el valor de más producido (considerado lucro bajo el sistema capitalista) que será reinvertido en la red, permitiendo el surgimiento de nuevas células por eslabonamiento, fisión o generación espontánea.

El consumo.-a su vez, es realizado por todas las células. Células de consumo realizan el consumo final; mientras que células laborales, el de tipo productivo. Toda forma de consumo puede retroalimentar la red como un todo, cuando las células laborales son capaces de atender la demanda.

1.5.4. FLUJOS DE INFORMACIÓN

El adecuado flujo, generación, interpretación y administración de la información es condición necesaria para que la red pueda generar diagnósticos y pronósticos, engendrar y potencializar lazos de retroalimentación entre las células, corregir flujos de valor, proyectar crecimientos y equilibrios, etc. No mencionaremos aquí el conjunto de demandas que un sistema de administración de información requiere para diagnosticar y proyectar el crecimiento de una red, como lo hacemos en A

revolução das redes considerando parcialmente, su dimensión económica18. Tan sólo destacamos que un sistema de administración de informaciones que atiende a ese conjunto básico de demandas puede ser implementado integrando el programa Red Solidaria (disponible gratuitamente en internet) con el portal web Redes de Colaboração Solidária- a los cuales dedicamos un anexo en este libro19. Conviene agregar que también es posible organizar redes de colaboración solidaria independientemente de la utilización de tales o cuales herramientas.

1.6 LA REVOLUCIÓN DE LAS REDES COMO ESTRATEGIA DE LIBERACIÓN POPULAR.

Para las personas y organizaciones que consideran la estrategia revolucionaria bajo un paradigma de centralización política y de ruptura histórica abrupta, puede parecer extraño que una revolución antagónica al capitalismo pueda ocurrir bajo una estrategia de red, en que lo económico y cultural no sean subalternos a lo político, y en la cual la implantación progresiva y compleja de innumerables redes solidarias sinérgicamente integradas no sea ni una ruptura inmediata del sistema capitalista en una sociedad dada, ni tampoco una mera reforma de tal sistema, que lo mantendría de esa manera hegemónico, sino la efectiva expansión de un nuevo sistema económico, político y cultural anticapitalista que crece negando las estructuras del capitalismo y absorbiendo progresivamente las fuerzas productivas que fueron generadas por él, constituyéndose el conjunto de esas redes en un nuevo "bloque histórico". En efecto, razonando bajo el paradigma de la complejidad, se vuelve comprensible que innumerables agenciamientos económicos, culturales y políticos tienen el potencial de engendrar complejos lazos de retroalimentación capaces de revertir las dinámicas de reproducción del capitalismo - como veremos en el próximo capítulo - y que el ciclo histórico de esa subversión

18 Sobre esto vea el apartado “Funções do sistema de informação e comunicação” de A revolução das redes, p. 211s.19 Existe un programa disponible para copia gratuita, en este portal se encuentran innumerables informaciones sobre diferentes prácticas de socioeconomía solidaria, mecanismos para el comercio solidario on line, etc. Véase el anexo 4.

es un proceso que no se concluye con el suceso, en algún momento, de la necesaria conquista de un cierta parcela del poder político del Estado por la nueva clase hegemónica que asume el control de su gobierno20. En efecto, es la propia transformación del Estado en sus dimensiones cultural, económica y política, en el proceso de su subversión, lo que lleva a esa nueva clase a asumir el control democrático. Esto es posible en la medida en que las diversas organizaciones del sector popular de la sociedad civil unifiquen acciones en torno de ejes21 (en los campos de la producción

20 Se trata de una parcela, una vez que otras parcelas de ese poder están dispersas en la sociedad civil en oposición a esa clase que se torna dirigente. Lo es también porque bajo la extensión del Estado ciertas esferas de la sociedad política y de la sociedad civil se superponen, no pudiendo reducir el Estado a tan sólo el conjunto de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, tal y como lo dijo Antonio Gramsci. 21 Comprendemos como eje de luchas un objetivo estratégico en torno del cual varios actores sociales unifican determinadas acciones y que, si se conquista, atiende simultáneamente a las demandas inmediatas de estos actores, así como afecta a alguna estructura capitalista responsable por la existencia de esas demandas o su insatisfacción, como también implanta una nueva forma de atender tales demandas compatibles con una nueva sociedad que se desea construir. Un ejemplo de ejes de luchas en ciudades de países periféricos es la reforma urbana que: a) aglutina diversos movimientos social-urbanos; b) atiende demandas populares inmediatas por vivienda, transporte, equipamiento urbano, servicios de salud y educación; c) combate la expropiación capitalista sobre las actividades de reproducción social de la vida (especulación inmobiliaria, acumulamiento privado del capital sobre actividades del transporte público, alteraciones de desarrollo urbano que favorecen a los especuladores inmobiliarios, malversación de equipamiento urbano para favorecer a empresarios, etc.; d) implanta una nueva forma de gestión urbana ampliamente democratizada con la participación de la población en consejos populares, gestión participativa de equipamiento público, consulta popular en el ejercicio del planeamiento urbano, etc. (vea nuestro artículo “Eixo de lutas e a Central de Movimientos Populares”. Revista de Cultura Vozes, n.6, año 85, nov./1991, p. 645-671). Consideramos que la colaboración solidaria, como la conceptualizamos, se convierte en un eje de ese tipo por contemplar las cuatro características anteriormente referidas: a)permite aglutinar diversos actores sociales en un movimiento social orgánico con fuerte potencial transformador; b) atiende demandas inmediatas de estos actores por el empleo de su fuerza de trabajo y por satisfacción de sus demandas por consumo, por la afirmación de su singularidad étnica, femenina, etc.; c) niega estructuras capitalistas de explotación del trabajo, de expropiación del consumo y de dominación política y cultural y, d) implanta una nueva forma post-capitalista de producir y consumir, de organizar la vida colectiva afirmando el derecho a la diferencia y

económica, reproducción social y de la cultura) políticamente antagónicos al capitalismo, asumiendo a cada uno de los actores colectivos, con su estrategia peculiar de organización y lucha.

Muchos intelectuales y líderes políticos, sin embargo, razonando de una manera lineal, tienen dificultades para comprender como multiplicidades de acciones moleculares que varían de objetivo y tamaño - piense en la diversidad de acciones específicas de los movimientos sociales-populares y en los diversos niveles que abarcan que van de la acción local a la acción internacional - pueden articularse en redes, desencadenando acciones conjuntas sin que haya un proyecto político único y centralizado que los articule, pero unidos en torno de objetivos comunes sustanciales en los ejes de lucha. Desde el paradigma de la complejidad, sin embargo, se vuelve patente el potencial carácter estratégico - para la construcción de una sociedad democrática y post-capitalista - de las luchas de los indios, negros y mujeres, de los “sin-techo” y discapacitados, de las organizaciones de economía solidaria, cooperativas y movimientos sindicales, de movimientos culturales, ecológicos, de los que luchan por la reforma agraria y de tantos otros que, como estos, luchan en favor del bien común. Esas acciones articuladas en torno de ejes estratégicos, y desarrolladas por organizaciones integradas en redes, pueden avanzar tanto en conquistas inmediatas como en transformaciones estructurales que afectan la reproducción del capitalismo y en la afirmación de una nueva sociedad en que las mediaciones materiales, políticas, educativas e informativas sean compartidas por todos, en provecho de la ética expansión de las libertades públicas y privadas.

a la singularidad de cada persona, promoviendo solidariamente las libertades públicas y privadas éticamente ejercidas.

CAPITULO DOS

Aspectos filosóficos de las redes de colaboración solidariaComplejidad y liberación

Desarrollaremos en este segundo capítulo algunas reflexiones sobre aspectos filosóficos importantes para el proyecto de organización y expansión de las redes de colaboración solidaria. Comentamos anteriormente el método que utilizamos, el cual nos permitió partir de las prácticas concretas de solidaridad, particularmente en el campo de la economía, y de las reflexiones que los propios sujetos desarrollan para lograr la construcción orgánica de la presente propuesta. Aclaramos también que, en la reflexión sobre estas prácticas, consideramos elementos característicos de diversas elaboraciones teóricas en los campos científico y académico, en particular las que abordan la complejidad de la realidad. Recuperamos en este segundo capítulo elementos de distintas ciencias y elaboraciones, comúnmente utilizadas para plantear ese estudio complejo, que muestran la generación y articulación de ideas presentadas en La revolución de las redes.

Al investigar elementos filosóficos, ideológicos o científicos, la conceptualización filosófica que realizamos considera no sólo una perspectiva epistemológica o ético-política. Es importante en esta reflexión filosófica avanzar en una comprensión global de los fenómenos, explorando interconexiones conceptuales que permiten comprender la complejidad de cada realidad en particular y de cómo cada fenómeno se conecta con los demás que logramos detectar.

Cualquier acto humano de elección supone un intrincado conjunto de procesos físicos, químicos, biológicos, simbióticos, psicológicos y sociales, y ningún análisis específico de cualquier ciencia particular permite comprender alguna elección humana individual. La filosofía, a su

vez, al reflexionar sobre las elecciones humanas, más allá de considerar lo que las diversas ciencias apuntan, las trasciende en la medida en que construye conceptos orgánicos que articulan conjuntos de informaciones bajo modelos muy amplios capaces de comprender los problemas en sus múltiples dimensiones, no contradiciendo los conocimientos provenientes de diferentes ramas del saber. Otras ocasiones, sin embargo, las elaboraciones filosóficas generan nuevos modelos de razonamiento o desarrollan nuevos instrumentos analíticos que llevan a transformaciones fecundas en las ciencias particulares, permitiendo nuevas percepciones creativas acerca de sus objetivos.

Por lo tanto, que le quede claro al lector, que no se trata de reunir en las próximas secciones un conjunto de informaciones o conceptos de varios campos de investigación para tejer una teoría ecléctica sobre la consistencia humana en redes de colaboración solidaria. Se trata, en efecto, de presentar un conjunto de reflexiones emergentes en diferentes campos científicos que, al ser analizadas filosóficamente, nos permitirán construir ideas que vuelven inteligibles varios fenómenos propios a la praxis social que no eran objeto de reflexiones científicas y, más que eso, nos permiten una intervención colectiva sobre tales fenómenos, buscando la manera de expandir esas posibilidades de ejercicio de las libertades públicas y privadas.

Esta es una de las peculiaridades del filosofar – generar nuevas ideas para responder a nuevos problemas, considerando otras ideas que correspondían a otros problemas, similares o no. Así, al investigar la praxis aplicamos sobre ella como recurso los conocimientos de que disponemos y en este proceso generamos nuevos conocimientos que son distintos de los anteriores pero que de algún modo dependen de ellos en su constitución.

En las siguientes secciones trataremos en forma resumida algunos aspectos de esta revolución de las redes. De manera general podemos afirmar que ella – en cuanto propuesta estratégica – es constituida bajo el

paradigma de la complejidad y que, simultáneamente, introduce en este paradigma nuevas categorizaciones, volviendo aun más potente su capacidad de soportar teorías explicativas y comprensivas, respectivamente, de fenómenos naturales y humanos.

2.1 Complejidad, singularidad y liberación

Se puede ver actualmente que elaboraciones académicas, en diversos campos teóricos, comienzan a coincidir en una posición común sobre la complejidad de lo real. En efecto, fueron surgiendo diferentes ideas y procedimientos en diversas áreas de elaboración científica, filosófica y social que están dando origen a un nuevo paradigma, denominado en algunos casos como paradigma de la complejidad.

Haciendo una retrospectiva, podemos afirmar que algunas vertientes de la filosofía de la liberación avanzaron, en los últimos treinta años, hacia un abordaje complejo: a) demoliendo la pretensión de ontologías modernas de afirmar conceptos incorregibles, cuestionando la lógica inductivo-deductivo-identitario, afirmando el no-ser como fuente de la innovación; b) reafirmando la exterioridad de lo real frente a los conceptos elaborados, rescatando la dimensión del misterio frente a lo conocido, haciendo a un lado la pretensiosa seguridad del conocimiento ya elaborado; c) recolocando la confianza ética en el otro como condición para la realización humana de la proximidad, frente a la incertidumbre de cualquier conocimiento a priori y a posteriori sobre la alteridad en su futuro; d) estableciendo una posición dialógica como condición del proceso de liberación – tanto en el sentido de la acción comunicativa entre las personas, como en la aceptación de que en este diálogo pueden tener validez simultáneamente sentidos diferentes provenientes de culturas y personas distintas, aún no siendo únicos; e) reafirmando una percepción integral de los seres humanos en sus múltiples dimensiones materiales y simbólicas que se interpenetran en el devenir humano; f) enfatizando que desde la cooperación es posible la auto-organización de nuevas relaciones sociales ecológicamente sustentables y justas, considerando la subjetividad

humana en sus múltiples dimensiones; g) reconstruyendo las categorías de tiempo y espacio a partir de la proximidad humana; h) recolocando las relaciones de autonomía y dependencia entre todos en el seno de la economía, política y cultura, buscando dialógicamente construir nuevas relaciones humanas desde la proximidad con los seres excluidos, considerando la exterioridad de cada persona, pueblo o cultura; i) considerando las infinitas conexiones de cada persona, desde sus circunstancias, en flujos materiales y de signos a partir de una peculiar teoría de los agenciamientos, considerando la emergencia de singularidades en procesos de subjetivación; etc.

La crítica de la pretensión del saber totalizante moderno y de sus implicaciones prácticas en la justificación de procesos de explotación, expropiación, dominación y exclusión en diversas esferas – económicas, políticas, eróticas, pedagógicas, etc. – fue una acción común de diversas vertientes de la filosofía de la liberación que estudiaban la ruptura entre la representación conceptual y la propia realidad, considerando que siempre hay una exterioridad infinita inabarcable por los conceptos y que, por lo tanto, cualquier teoría es una mera aproximación de los real.

Esta crítica surge con base a la afirmación de la infinitud del otro frente a cualquier orden de totalización2-1. Al afirmar la imposibilidad de abarcar en nuestros conceptos la alteridad en su condición de exterioridad, se avanzó en el desmantelamiento de las ontologías y en la presentación de una fenomenología deseante, de una metafísica analógica o de una teoría de los agenciamientos, desde las cuales el sentido de la existencia humana se dirige a la realización de la proximidad, a una responsabilidad ética por el otro en una dialógica constante.

La ruptura de la totalidad, frente al misterio de la infinitud del otro instaurada por el cara a cara, implicó aceptar que el principio de identidad 2-1 Véase: Enrique Dussel. Filosofia da libertação na América Latina... y Emmanuel Lévinas. Totalidad e infinito... Sobre las dificultades de articulación metodológica entre dialéctica y exterioridad en Dussel, vea nuestro artículo: Dialéctica y exterioridad, http://www.euclidesmance.pro.br.

que preside a las totalizaciones – en que el otro se reduce a una diferencia afirmada en algún ámbito sistémico – es incapaz de soportar la ética, teniendo la necesidad de una constante dialógica en que desde la alteridad como no-ser se puede afirmar positivamente la emergencia de nuevos sentidos capaces de fecundar la existencia de cada cual, de subvertir patrones y organizaciones socio-históricas, ampliando las libertades públicas y privadas.

En otras palabras, la emergencia de lo inusitado no puede resumirse al principio de identidad inmanente a cualquier sistema, sin embargo no puede negarse las conexiones históricas que median tal emergencia. Las líneas de fuga y los flujos esquizo no se resumen a que puedan ser modelado bajo una territorialidad hegemónica, que demarca lo permisible con base en la interpretación hegemónica que niega al otro, a su originalidad y trascendencia a cualquier enunciación que lo modele bajo alguna semiosis hegemónica.

La creatividad humana, trascendiendo los límites de lo que existe, permite desmantelar cualquier sistema (sexista, racista, capitalista, etc.), así como la subversión tanto de los signos que se aplican hegemónicamente a las personas en estos sistemas, estratificándolas, de acuerdo a los interpretantes sociales que les afectan por la mediación de estos signos. Por otra parte,, entretanto, nada asegura de antemano que los proyectos libertarios no puedan convertirse en nuevos sistemas opresores si no mantienen una apertura dialógica constante como condición para hacer frente a lo inusitado por venir. La confianza ética en el otro, que no se reduce a aquello que podemos concebir a partir de cualquier régimen de signos, se convierte en condición no sólo para la realización humana de la proximidad de nuestra vida privada, sino también la base para la reorganización de las sociedades con vistas a la promoción de las libertades. Entretanto, la confianza ética siempre es un riesgo, pues no existe como superar la incerteza de cualquier conocimiento a priori y a posteriori sobre la alteridad en su devenir, en sus procesos de subjetivación.

La praxis de liberación, frente a esa inherencia de la infinitud del otro capaz de generar una linda obra de arte, un gesto de ternura o concebir y amparar al más cruel régimen autoritario y genocida – necesita activar mecanismos que le permita enfrentar lo inusitado sin encerrarlo en la totalidad, siendo capaz de operar bajo varias racionalidades, desarrollando para ello una posición dialógica como condición del propio proceso de liberación. No sólo en el sentido de una acción comunicativa libertadora entre las personas que se reconocen, se desean y se reconstruyen como seres humanos por su interacción histórica en la producción del conocimiento y transformación de la realidad, sino también porque, en este diálogo, conocimientos y sentidos diferenciados y peculiares para la diversidad de historias, culturas y personas, aún siendo únicos, pueden simultáneamente tener viabilidad desencadenando procesos moleculares y molares.

Partiendo inicialmente de la reflexión sobre cómo distintas racionalidades europeas, indígenas y negras operan de manera compleja en diversos contextos latinoamericanos, sobre las limitaciones de traducción de sentidos de prácticas diferentes bajo lenguas extrañas a aquellas culturas en que tales prácticas se constituyen, sobre la inherente ambigüedad de los procesos históricos en que los diversos segmentos operan conjuntamente pero con sentidos históricos distintos, se avanzó hacia abordajes semióticos retomándose la tesis de que los signos representan siempre parcialmente a los objetos, que los mismos objetos dinámicos pueden desencadenar la generación de infinitos interpretantes afectivos, energéticos y cognoscitivos, desencadenar prácticas conjuntas y orgánicas, pero que jamás habrá una interpretación realmente final sobre cualquier objeto dinámico y que las semióticas a partir de las cuales los sentidos interpretativos se articulan coherentemente son sólo algunas posibilidades de un infinito para comprender lo real.

Finalmente, algunas vertientes de la filosofía de la liberación avanzaron en la comprensión de cómo las subjetividades son constituidas

y se constituyen en innumerables flujos materiales y semióticos que se integran, sea confiriendo atención especial a fisiosimiosis, biosimiosis, fitosimiosis, zoosimiosis y antroposimiosis, considerando los flujos que permean las subjetividades, a partir de los cuales nos podemos constituir como seres humanos, conectados material y semióticamente a los ecosistemas, en nuestro futuros, ya sea abordando los fenómenos de individualización desencadenados bajo la cultura de masas en la reproducción del capitalismo.

En otras palabras, esas reflexiones afirmaban una cierta percepción integral de los seres humanos, considerándose sus múltiples dimensiones materiales y simbólicas que se interpretan en su futuro, siempre abierto a las diferentes realizaciones dentro de ciertos campos de posibilidades. Y desde ahí se formularon reflexiones sobre las condiciones materiales, políticas, informativo-educativas y éticas del ejercicio de la libertad.

En esta perspectiva se afirmó la dialógica como posibilidad de construcción de sentidos distintos sobre los mismos procesos históricos o una apertura a la infinitud creativa del otro, como también la posibilidad de efectiva lo nuevo creándose formas reales de viabilizar la subjetivación de cada persona respetada en su alteridad.

Se buscó, entonces, bajo diversas formas, un método capaz de abordar la existencia de elementos que se desconoce – entre ellos, ciertas dimensiones de la subjetividad del otro, sus intensidades, imaginarios y cogniciones – y que no se pretendía conocer acabadamente; un método capaz de develar y generar conexiones que permitieran agenciar subjetividades, movilizar destinos en procesos moleculares y molares; que permitieran complejizar elementos en función de una actuación prospectiva, desencadenando la realización de escenarios colectivos deseados en los procesos en que las singularidades emergen y retraen – y todo esto considerando las interacciones sociales como procesos que integran infinitas variables que componen agenciamientos y cuyas emergencias dependen, en última instancia, de la libertad humana que

jamás es aprisionada en alguna tecnología sociológica, de ciencia política o en algún paradigma filosófico, etc.

Algunas vertientes de la filosofía de la liberación que permanecieron en la reflexión sobre las praxis liberadoras, llevadas a cabo por actores y movimientos sociales-populares – problematizándolas ampliamente, considerando la subjetividad humana como una unidad de conciencia e inconciencia, de razón y afectos, de imaginaciones y pasiones, necesidades, deseos y miedos, como corporeidad semióticamente modelada -, continuaron investigando elementos emergentes de estas praxis en los campos de la cultura, economía y política, buscando tanto comprender lo que motiva las acciones particulares y colectivas, sus procesos de agenciamiento, así como calificar las acciones que intervienen en ese desencadenamiento de subjetivaciones y revoluciones moleculares. Se descubrió que se articulaban sentidos complejos en utopías colectivas, con diversidades concurriendo a una transformación de las micro políticas de lo cotidiano y, progresivamente, de macropolíticas estatales, desencadenando múltiples procesos – tales como un futuro infantil, futuro de mujer, futuro de negro, futuro ecológico, futuro de amante, futuro de ciudadano – como múltiples realizaciones del destino humano a ser agenciado en libertad2-2. Se descubrió, entonces, que en procesos de colaboración solidaria, no sólo eran respetados dialógicamente múltiples sentidos en procesos orgánicos – que enfatizando la transversalidad de las articulaciones entre movimientos avanzaron colectivamente en las luchas de liberación -, como se descubrió también que esos procesos de auto-organización, creando nuevas relaciones sociales, ecológicamente sustentables y socialmente justas, considerando la subjetividad humana en

2-2 Pensemos aquí en la praxis de movimientos de niños y niñas de la calle, mujeres, negros y ecologistas, desencadenando afectos y otros procesos cognoscitivos en que emerge la singularidad de personas que construyen nuevos sentidos para sus vidas y actúan colectivamente buscando la transformación estructural de las sociedades; en la campaña por las elecciones directas en Brasil y en el movimiento de participación popular en la Asamblea Nacional Constituyente en la década de los 80s o en la participación popular en gobiernos democráticos a través de diversos Consejos.

sus múltiples dimensiones, comenzaban a crear e implantar mediaciones que aseguraban de cierta manera las condiciones materiales del ejercicio de las libertades de muchas personas que estaban siendo excluidas por los movimientos del capital u oprimidas de diferentes maneras.

En otras palabras, la dialógica del proceso de subjetivación, de singularización, de humanizarse por el acogimiento al diferente, avanzaba en la creativa auto-organización de nuevas relaciones sociales, también de producción económica, cuyas singularidades no eran una mera diferencia interna al sistema capitalista o su reforma, sino que podrían ser la constitución de una singular forma de subjetivación-socialización de cada persona y de la sociedad. Roles subjetivos provenientes de los más diversos orígenes, resultaron en subversivas desterritorializaciones – la presencia de niños durmiendo en las calles, desencadenando afectividad en jóvenes estudiantes y compromisos con el Movimiento de Niños y Niñas de la Calle, la presencia de agricultores desposeídos en campamentos a la vera de las escaleras, desencadenando luchas sociales por la Reforma Agraria, la presencia de organizaciones solidarias en barrios populares, desencadenando procesos organizativos, etc. – que avanzaron en conexiones mayores de luchas estratégicas en foros y redes.

En esta trayectoria reflexiva y de roles subjetivos, la reconstrucción de los sentidos históricos de tiempo y espacio a partir de la proximidad filosófica y humana confiere otro sentido a la inmediaticidad de cada gesto y una percepción progresiva de pertenencia al ecosistema planetario; evidencia la urgencia de hacer alguna cosa ahora, en el lugar donde estamos, conectados a grandes redes que, colaborando entre sí, permiten que pequeñas acciones puedan generar grandes cambios en diferentes lugares, pues, como redes, trascendemos nuestros tiempos y espacios de subjetivación.

Bajo esta perspectiva, filosófica y liberadora, el ejercicio de la libertad – vivenciado en el proceso de subjetivación y mediado por flujos materiales y semióticos- ocurre en relaciones simultáneas de autonomía y

dependencia entre todas las personas. Igualmente, no podemos escapar a las conexiones entre economía, política y cultura, en medio de las cuales dialógicamente los sujetos históricos que luchan por la liberación – por ampliar el campo de posibilidades del ejercicio de las libertades públicas y privadas – actúan buscando construir nuevas relaciones humanas desde la proximidad con los seres excluidos, considerando la exterioridad de cada persona, pueblo o cultura.

Considerando las infinitas conexiones de cada persona, desde sus circunstancias, en flujos de materiales y sígnicos, algunas vertientes de la filosofía de la liberación desarrollaron una peculiar teoría de los agenciamientos, considerando no sólo cómo las semióticas del capital producen subjetividades a fin de asegurar el círculo de producción-consumo y consolidar hegemonías políticas globalizadoras, sino también cómo desencadenar procesos moleculares y molares de subversión de las semióticas hegemónicas y de los sistemas económicos, políticos y culturales opresivos, promoviendo la emergencia de singularidades en procesos de subjetivación. Buscando no sólo comprender el proceso de producción de subjetividades vinculado a la reproducción del capitalismo globalizado o comprender movimientos de singularización y subjetivación subversiva necesarios para la construcción de una sociedad post-capitalista centrada en la solidaridad, sino especialmente cómo dificultar, entorpecer o impedir la reproducción del capitalismo y demás sistemas opresivos y, al mismo tiempo, generar procesos de subjetivación-socialización transversalmente solidarios.

Es en este cuadro que llegamos a la revolución de las redes, cuyas complejas propiedades le permite propagarse autocorrigiéndose, desde la dialógica peculiar a la praxis liberadora, respetando la diversidad de culturas y desencadenando en ellas procesos de singularización – subvirtiendo sus territorialidades opresivas y compartiendo sus peculiaridades fecundantes para el desarrollo humano – así como socializando las mediaciones que genera, a favor de la expansión de las libertades públicas y privadas.

Al reconocer los límites de la elaboración conceptual y problematizar la praxis de liberación en su complejidad, se percibe cada fenómeno particular como manifestación de eventos que no pueden ser descritos totalmente por ningún lenguaje. Por otra parte, os conceptos generados en esta reflexión – que solamente se comprenden en forma correcta por el cultivo de los interpretantes afectivos y energéticos, más allá de los “racionales” – no sólo deben ser cuestionados en su capacidad de presentar trazos con indicios de la propia realidad, sino en su calidad de permitir que se interfiera adecuadamente sobre ella, con el objetivo de ampliar las libertades, tanto de los sujetos en particular –que actúan marcados por tal conocimiento – como de la sociedad como un todo.

Al considerar que la elaboración de conocimientos sobre signos de indicios (cuyas conexiones semióticas reales son independientes de casi cualquier acuerdo simbólico) permite juzgar la pertinencia de las diversas propuestas de intervención – se operan sobre índices reales o son el resultado de una fantástica construcción imaginaria, en que se modela equivocadamente un conjunto de signos de indicios mal interpretados – avanzamos en la propuesta dialógica de la revolución de las redes, que surge de la praxis de liberación y a ella retorna.

Así, desde la interdisciplinaridad asumida por las vertientes de la filosofía de la liberación como manera de romper los aislamientos, avanzamos a una transculturalidad, buscando rescatar la complejidad de los fenómenos en procesos de colaboración solidaria en la producción del conocimiento, afirmando no sólo que una interfecundación múltiple de las ciencias es algo a ser buscado, como, especialmente, que la interfecundación de todas las culturas promoviendo la expansión de las libertades públicas y privadas es una exigencia, si buscamos una alternativa a la situación actual de exclusiones y de opresión vivida por la mayor parte de la humanidad.

2.2 LAZOS DE REALIMENTACIÓN: FLUJOS DE VALOR, MATERIA E INFORMACIÓN

La definición de realimentación, idea muy marcada en La revolución de las redes, surge de los estudios de la cibernética, es decir, de la ciencia interdisciplinaria que investiga el control y la comunicación en los animales, en los seres humanos, en las máquinas y en las organizaciones. De las investigaciones desarrolladas por Norbert Wiener y muchos otros investigadores en este ámbito se desprenden valiosos avances para la ciencia de la computación, para el estudio de las redes neurales e inteligencia artificial, para la robótica y la teoría de la información, entre otras áreas, pudiendo aplicarse también en la economía y en las ciencias humanas.

Algunas ideas centrales de esa investigación, fueron resultado de la reflexión sobre los lazos de realimentación (feedback), procesos de auto-regularización y de auto-organización. La idea de la existencia de patrones que, dirigiendo lazos de realimentación – tanto de autoequilibrio (negativo) como de autorefuerzo (positivo) -, hacen posible procesos de autorregulación y de autoorganización, mucho contribuyen para la comprensión de procesos neurales subyacentes a procesos mentales, las nuevas comprensiones del propio proceso de vida y en el estudio de robots auto-ajustables a partir de informaciones obtenidas del ambiente externo, actualmente aplicables, por ejemplo, en servomecanismos con control numérico computarizado en sistemas de producción industrial. Para Wiener, el concepto de realimentación – como lo dice en su libro Cibernética y sociedad3 – era también un modelo para la comprensión de sistemas sociales.

Los procesos de realimentación o retroacción – como lo llama Edgar Morin – suponen flujos que integran los elementos de un sistema en acciones de interferencias recíprocas, rompiendo con la causalidad lineal e

3 Norbert Wiener. Cibernética e sociedade- O uso humano de seres humanos... Publicado originalmente en 1950, bajo el título The Human use of human beings.

introduciendo la idea del círculo causal: la causa hace sobre el efecto y el efecto hace sobre la causa4. Esta mutua interferencia integra diversos elementos, cuya cantidad y calidad varían conforme la complejidad del sistema, ya sea en el crecimiento y/o estabilización de su dinamismo, ya sea en la interferencia de cada elemento sobre los demás.

Ahora, si consideramos los procesos sociales de producción y consumo bajo lazos de realimentación, se vuelve posible concebir, bajo ciertos patrones, organizaciones sociales complejas en que la demanda por consumo alimenta procesos productivos que, remunerando trabajo humano, distribuyen socialmente el valor económico producido, realimentando la propia demanda por consumo, permitiendo el crecimiento auto-organizado y auto-regulado de nuevas organizaciones y sistemas sociales.

El estudio de los flujos materiales y de valor que realizamos en este libro muestra que, si los procesos de consumo final y productivo realimentasen procesos laborales justos y ecológicamente correctos, es posible extender innumerables redes autónomas y sustentables de economía solidaria que se pueden integrar en una red mundial de colaboración solidaria como alternativa, en oposición a la globalización capitalista actual. Tenemos el proceso de realimentación en que el consumo solidario garantiza la venta del conjunto de los productos y servicios de las empresas solidarias, asegurando la distribución de la renta a través de la remuneración de los trabajadores que colaboran en las redes, lo que a su vez permite sostener el consumo solidario practicado por ellos. Ese lazo que se conecta con otro, que integra el máximo de realización del bienestar público y privado con la necesaria manutención del equilibrio de los ecosistemas. Sin la integración de ese segundo lazo, la dinámica de auto-refuerzo que expande el consumo y la producción podría volverse ecológicamente insustentable, negando el propio bienestar que busca asegurar. La dinámica de auto-equilibrio introducida por ese lazo, integrada a la de auto-reforzamiento del primero, es lo que permite el

4 Edgar Morin y Jean-Louis Le Moigne. La inteligência da complexidade... p. 202 y 210

crecimiento y el alcance de un equilibrio económico auto-sustentable del conjunto de las redes.

La conexión de esos dos lazos es mediada por flujos de información. Todo proceso de realimentación supone una correspondencia, reacción o retroacción a un agenciamiento, o a una cierta información que desencadena un futuro, o un conjunto de ellos, complejamente interconectados. El trabajo y el consumo solidarios centrados en el bienestar, como ejercicio de las libertades públicas y privadas, están mediados por antropossemiosos que, transmitiendo informaciones sobre la dinámica de la red, hacen posible construir tendencialmente las mejores condiciones, el auto-refuerzo de la expansión económica con el auto-equilibrio social y ecológico de la red como un todo.

2.3 INTERACCION Y COMPLEJIDAD

Si entendemos a la economía como un sistema lineal, entonces pequeños cambios generan solamente pequeños efectos. Pero si la entendemos y organizamos en sistemas no lineales, entonces pequeños cambios pueden provocar grandes transformaciones.

Un lazo positivo de realimentación, como lo describimos anteriormente, puede ser entendido como un tipo matemático de proceso no lineal denominado interacción en que una función opera repetidamente sobre sí misma.

En efecto, los lazos positivos de realimentación en una red económica de producción y consumo permiten que los excedentes obtenidos – los cuales serían considerados como lucro bajo la lógica capitalista – sean reaplicados en el proceso productivo y en el sustento social del consumo, de manera que los valores producidos por el trabajo se multipliquen constantemente bajo patrones de auto-organización, ecológica y socialmente sustentables.

La conexión de los lazos de realimentación en las más diversas cadenas productivas permite la integración de diversidades que mutuamente se requieren en la sustentabilidad de las redes, generando complejas relaciones de autonomías e interdependencia. De esa forma, interacciones simples en procesos de trabajo y consumo permiten engendrar complejas relaciones sociales mediadas política y culturalmente por lazos de realimentación a favor de la expansión permanente de las libertades públicas y privadas. La interacción económica se manifiesta en un volumen cada vez mayor de recursos distribuidos socialmente para el consumo que, demandando producción, permite generar un volumen aún mayor de excedentes, hasta que las redes alcanzan un equilibrio sustentable, reduciéndose progresivamente el trabajo necesario para la producción directa de los bienes de consumo final y de los bienes de producción.

2.4 PATRON Y DIFERENCIA – FIGURAS FRACTALES Y CARTOGRAFÍAS DE RED

La integración de la diversidad bajo ciertos patrones, generando configuraciones singulares a partir de un mismo conjunto de interacciones simples, puede ser comprendida recurriendo a la analogía entre redes de colaboración solidaria y las figuras fractales. La geometría fractal desarrollada por Benoît Mandelbrot a partir de la década de 1960 y que ganó proyección en la década de 1970 con la publicación de su libro La geometría fractaria de la naturaleza, introduce una nueva concepción de organización y patrón. Los patrones son reencontrados en escala descendiente haciendo que – aunque cada parte sea distinta del todo, sin existir ningún lugar del conjunto que pueda configurarse como él mismo – toda parte sea, de alguna manera, similar al todo. Así, cuando ampliamos partes de estos objetos – gracias a una nueva interacción de esa parte – ellas continúan teniendo semejanzas con el conjunto, aunque sean distintas, exhibiendo nuevas figuras complejas; lo mismo sucede a cada nueva ampliación de cada parte.

Las interacciones son la técnica principal en la construcción de figuras fractales. El esquema de los conjuntos fractaless de Gaston Julia realizados por Mandelbrot, que le permitió construir un conjunto único considerando los puntos correspondientes a conjuntos conexos de Julia, hizo surgir un fascinante objeto matemático que Fritjof Capra describe de la siguiente manera:

El conjunto de Mandelbrot es un armazón de patrones de detalles y de variaciones infinitas. Estrictamente hablando, no presenta auto-similaridad porque no sólo repite incesantemente los mismos patrones, inclusive pequeñas réplicas de todo el conjunto, sino también contiene elementos provenientes de un número infinito de conjuntos de Julia! (...) Por eso, esa estructura cuya riqueza desafía la imaginación humana es generada por algunas reglas muy simples (...). ecuaciones sencillas pueden generar actores extraños enormemente complejos, y reglas simples de interacción dan origen a estructuras más complicadas de lo que siquiera podemos imaginar.5

Los avances en la geometría fractaria y en la matemática compleja permiten progresos en otras áreas de investigación como en los estudios físicos sobre la condensación de la materia, conductividad eléctrica, materiales amorfos, viscosidades; en los estudios biológicos sobre la estructura de las proteínas; en geología, considerando conformaciones de montes y valles, en los avalúos sísmicos; en la meteorología, etc.

En el caso específico de la Teoría del Caos, la ilustración de procesos caóticos en espacios de fase genera gráficos en que se configuran variados actores que, al ser trabajados bajo la geometría fractaria, permiten nuevas comprensiones acerca de patrones existentes en esos mismos procesos aparentemente caóticos. Los actores extraños que surgen en esos

5 Fritjof Capra. A teia da vida... p.128.

esquemas – como los demás actores - no son entidades físicas reales sino abstracciones que permiten describir comportamientos físicos reales.

Ahora, la intrincada red de relaciones económicas de trabajo y consumo – que vincula tanto al ejercicio singular de reproducción social de la vida de cualquier persona a los megamovimientos internacionales de capital virtual, como la movilidad de tasas de interés al drama del desempleo, así como la reducción de costos productivos a los fenómenos de degradación ambiental – es de tal complejidad que bajo la racionalidad de la economía moderna o son construidas grandes teorías que explican macrofenómenos o teorías sobre acciones específicas que son aplicables a casos particulares, como la ingeniería de empresas con miras a acrecentar al máximo el lucro, por ejemplo, que no enfatizan las nefastas consecuencias de esas propuestas a los macrofenómenos de exclusión social y al aumento de la violencia y marginación.

Sin embargo, si consideramos los fenómenos económicos bajo un abordaje complejo, podemos concebir redes de colaboración solidaria a partir de interacciones simples de producción y consumo en movimientos auto-organizados que permiten generar diversas configuraciones de bienestar, pues cada acto de escoger es un proceso de bifurcación de una estructura disipativa – que puede, en el conjunto de todos ellos, hacer surgir, mantenerse o desaparecer cadenas productivas enteras o sistemas económicos como un todo – que incorpora nueva materialidad en flujos vitales y culturas bajo patrones que, sin embargo se mantienen, no sólo como actores comprensivos sino como parámetros efectivadores, configuran situaciones distintas y singulares.

Para que cualquier grupo de producción, servicio o consumo pueda integrarse a esta red debe cumplir algunas condiciones simples. La primera de ellas es actuar en lazos de realimentación (interacción) con la propia red. Esto es, los excedentes producidos o valores ahorrados deben ser reaplicados en la red en procesos de producción, servicio y consumo, buscando ampliar al máximo posible el ejercicio de las libertades públicas

y privadas. Esto significa mantener los principios de intensividad, extensividad, integralidad, diversidad, flujos materiales, informativos y de valor. Aquí se requieren tanto el patrón como la diferencia en la complejidad de la interacción. En cada lugar, las redes de colaboración solidaria generarán diversidades en función del bienestar público y privado, de acuerdo a las singularidades de las diferentes culturas; al mismo tiempo, todo lo que se crea estará, como regla, a la disposición de a realización de la libertad de todos. Por otra parte, cualquier parte de la red, considerada en singular, revela movimientos de realimentación, intensividad, extensividad, integralidad, diversidad, flujos materiales, informativos y de valor. Si analizamos las características de cualquier persona, en particular en su relación con la red, nos damos cuenta que su actividad de consumo, producción o servicio realimenta a la red, que los flujos de materiales, informativos y de valor económico de las redes soportan su consistencia como persona, que ella es parte de una gran red y que todos los momentos de esta gran red concurren para la ampliación de su libertad personal, que la colectividad soporta su singularidad y que su singularidad solidaria amplía la libertad de la red. Esos mismos actores aparecen cuando analizamos las células que se conectan en redes solidarias e igualmente cuando consideramos la red general que es fruto de la suma de redes particulares.

Así, bajo el aparente caos de flujos de materiales, valor e información de innumerables redes conectadas, cuyas células pueden estar en proceso de fisión, unión, generación espontánea o relativa estabilidad, podemos distinguir procesos en diferentes niveles y regiones y encontraremos los mismos patrones como actores presentes en realizaciones solidarias muy diversas, promoviendo diversidades que amplían las libertades públicas y privadas.

2.5 AUTOPOIESE – ORDEN, DESORDEN, AUTO-ORGANIZACIÓN Y AUTOPRODUCCIÓN

Las redes de colaboración solidaria, por lo tanto, no operan bajo la idea clásica de orden, peculiar a la concepción determinista y mecanicista del mundo, que marca a buena parte de las teorías modernas. Para la ciencia clásica, tras el aparente desorden, existe siempre un orden a ser descubierto. Sin ese descubrimiento, que preside a los fenómenos, no existiría el progreso científico, siendo inviable cualquier predicción segura acerca del sistema en cuestión.

Por otra parte, la termodinámica, la microfísica, la cosmofísica y la física del caos superan esta posición clásica, elaborando modelos científicos en que orden y desorden no se excluyen sino se requieren en la propia explicación de los fenómenos y en su predicción bajo diversos grados de probabilidad. Como dice Morin: “Por un lado, un orden organizacional puede nacer en condiciones próximas a la turbulencia; por otro lado, procesos desordenados pueden nacer a partir de estados iniciales deterministas”6. Contraponiéndose, pues, a la concepción clásica, el pensamiento complejo, a su vez, enfatiza de esta manera la dialógica existente entre orden, desorden y organización.

Sin embargo a cada instante buena parte de las células de los organismos vivos están muriendo, por otro lado el propio organismo, abierto a flujos de materiales e informativos con el medio ambiente, es capaz de convertir elementos externos de los cuales se apropia en nuevas células, manteniendo su organización vital bajo los mismos patrones, garantizándose su autopoiese, su auto-reproducción. Sometido al concepto de entropía, de aumento de la desorganización con la constante pérdida de energía, con la continua muerte de sus células, el organismo se apropia de elementos externos que le permiten reponerse a sí mismo, en un continuo movimiento auto-organizativo. Es gracias a esa integración dialógica entre muerte y vida, que el proceso de crecimiento, por ejemplo, se vuelve posible, modificándose de manera auto-organizada la propia estructura corpórea del organismo. Sin la entropía no existiría la complejidad de la vida.

6 Morin, A inteligência da complexidade, p. 199.

Dice Morin:

Encontramos una dialógica orden/desorden/organización en el nacimiento del universo, a partir de una agitación calorífica (desorden), donde, en ciertas condiciones (encuentros casuales), los principios del orden van a permitir la constitución de los núcleos, de los átomos, de las galaxias, de las estrellas. Encontramos esa dialógica en la emergencia de la vida por los encuentros que se dan entre macromoléculas en el seno de una especie de círculo autoproductor que acabará por convertirse en auto-organización viva. Bajo las más diversas formas, la dialógica entre orden, desorden y organización, a través de innumerables inter-retroacciones, está constantemente en acción en los mundos físico, biológico y humano7.

La autopoiese de las redes de colaboración solidaria, su auto-reproducción, supone igualmente la misma dialógica entre orden, desorden y auto-organización. Destacamos en La revolución de las redes que cada realidad cambia su modo, pues en cada circunstancia se abre un campo de posibilidades distinto. Si analizamos la situación actual de transformaciones del capitalismo, con el cuadro de exclusiones generado por ellas, el recrudecimiento del hambre, de la violencia, el debilitamiento de los Estados – en su capacidad reguladora de la economía y aseguradora del bienestar social y de las condiciones requeridas a las libertades públicas -, percibimos que, aún cuando podamos detectar ciertos actores comunes en las diversas localidades, cada una de ellas posee peculiaridades diferentes.

La transición del capitalismo a una nueva sociedad supone, a nuestro juicio, un proceso organizativo mediado por redes, integrando diversidades que generan, entretanto, nuevos e imprevisibles

7 Ibid., p. 203.

agenciamientos. Ese proceso, que no tiene una sede, sino que brota por todas partes de las más diversas maneras, en la medida en que desencadena nuevos ordenamientos colectivos y democráticos conformando la sinergia de las interacciones, permite la emergencia de organizaciones más complejas, integrando de manera fecunda movimientos, acciones e instituciones en los campos económicos, políticos y culturales que están interpenetrados y que deslindamos, así, únicamente para un esquema posicional.

Entre otras características, en la medida en que ciertos principios permanecen operando en sus bases, como el hecho de que a partir de cada célula pueda surgir una nueva red, reproduciendo otras células ya existentes; que la circulación de información permite el rápido desarrollo tecnológico y por lo tanto la desactivación de ciertas unidades productivas en provecho de la emergencia de nuevas, reduciendo la jornada de trabajo de todos y compartiendo la riqueza producida para el bien-vivir de cada uno; que a partir de la libre iniciativa solidaria lo imprevisto puede emerger; sobre la base de todo esto tenemos entonces que la constante reorganización supone también un constante desordenamiento de las configuraciones anteriores en que esas redes operaban.

Cada realidad posee sus contingencias y los sistemas de red son la mejor manera de operar sobre ellas, no sólo por la inteligencia colectiva y compleja que ellos ponen en funcionamiento, o por la sensibilidad ética y estética que se refinan por los reencuentros humanos y culturales en el deseo de la diferencia del otro, sino por todos los recursos tecnológicos y de valor económico que ponen a la disposición de cada célula en función de la mayor estabilidad y equilibrio de la propia red, lo que supone la mayor integración de cada diversidad en provecho de la libertad de todos y cada uno.

No se trata de negar, de entrada, el valor del orden para afirmar que solamente el desorden permite la emergencia de lo nuevo y que lo nuevo siempre sea necesariamente mejor que lo anterior. Lo nuevo que e

desorden puede introducir, tal vez sea peor que el orden ya existente, pero también puede ser mejor. Con todo, lo nuevo de que se habla es siempre algún modo de organización, con sus lazos de realimentación, aún cuando sean lazos que destruyan toda la vida del planeta.

La autopoiese, por lo tanto, es un movimiento constante de auto-organización, de autoproducción que no puede ocurrir sin la dialógica entre orden y desorden. Como somos seres libres tenemos la capacidad de orientar el equilibrio entre orden y desorden a favor del crecimiento de nuestras libertades. Las redes de colaboración solidaria fueron concebidas con ese objetivo: ampliar el campo de posibilidades del ejercicio de la libertad de sus participantes. Las redes de redes, disponiendo la diversidad en procesos dialógicos, posibilitan un cierto control colectivo del futuro social – infinitamente más democrático que el propiciado por los patrones arcaicos de las familias, clases, naciones y estados – y en la medida en que sean abiertas la singularidad de cada persona permiten recrear y trascender los límites familiares, nacionales y estatales en provecho de la mejor realización humana de cada persona.

Cuando hablamos de un nuevo orden mundial en la introducción de este libro, estamos suponiendo la dialógica de la diversidad, jamás proponiendo una configuración acabada de la sociedad pero enfatizando la posibilidad de procesos de organización a partir de la libre decisión de las personas de promover simultáneamente su bien-vivir y de las sociedades en lazos solidarios de realimentación.

2.6 INTEGRALIDAD – LA DIALOGICA ENTRE LO SEPARABLE Y LO INSEPARABLE

El principio de la integralidad, que preside el crecimiento de la red, manifiesta que cada célula o persona, al mismo tiempo que es única y autónoma, siendo responsable de sus propias acciones, también es parte de un colectivo que supone e integra su autonomía, actividades, desempeños y responsabilidades.

La diversidad de futuros, que traspasan a las redes integradas por movimientos sociales, culturales y empresas económicas, potencializa el carácter revolucionario de la red, en cuanto ella rompe con la segmentación. Si podemos analíticamente separar e identificar las luchas feministas, ecológicas y de economía solidaria, por ejemplo, no podemos, por otra parte, construir una sociedad en que se promueva el bien-vivir si no consideramos que, en cada acto cotidiano, cada persona que se integra a la red debe asumirse como feminista, ecologista, promotor del consumo y del trabajo solidario. El combate al racismo no es una cuestión de los negros, los indígenas o de cualquier otra etnia negativamente discriminada, sino de todos los se integran en las redes. Es por esa simple razón que el bien-vivir de todos prospera cuando prospera el bien-vivir de cada persona, deseando y promoviendo la libertad de los demás.

La idea de separación es característico del pensamiento clásico, particularmente proyectada a partir de Descartes, proponiendo resolver los problemas descomponiéndolos en partes más simples. Este movimiento, de descomponer las partes en partes menores, tiende a llevara una pérdida de la propia percepción de cómo las relaciones del conjunto del cual se partió, integrado a conjuntos aún mayores, interfieren sobre los diversos elementos particularmente identificados por el análisis. En consecuencia de ese principio fue la hiperespecialización de las diferentes disciplinas y la suposición de que la realidad objetiva pueda ser investigada sin considerarse la interferencia del observador en ese proceso.

Esa hiperespecialización nos lleva a la paradoja, por ejemplo, de que el médico afirme categóricamente que la cirugía realizada fue un éxito, pero que infelizmente el paciente murió. O que un economista afirme que los ajustes estructurales en la economía nacional fueron los correctos, sin embargo el número de desempleados aumentó, las empresas públicas se privatizaron, los servicios de salud, educación y salubridad sean peores y el Estado esté más endeudado y dependiente de capitales externos. Los criterios de evaluación – generalmente no problematizados,

en el sentido de Paulo Freire – son aplicados para las operaciones en particular, viéndose su buena terminación, cuando de hecho las conexiones de ese supuesta buena terminación del particular desencadenan innumerables procesos indeseables en lazos de realimentación y retroacciones.

La idea de que se pueda resolver el todo por las partes que lo componen evidencia que el todo puede ser más o menos que las partes, pero nunca sólo su sumatoria, pues las conexiones entre las partes, que están en la base de la sustentación del todo, son perdidas en la medida en que aislamos esas partes. Comprender las conexiones o mediaciones que integran los elementos, los lazos que los articulan, los flujos que los traspasan, es condición para interferir orgánicamente sobre la red como un todo.

Actualmente, las llamadas ciencias sistémicas reúnen “...aquello que es separado por las disciplinas tradicionales y cuyo objeto está constituido por las interacciones entre elementos y no por su separación”8. La ciencia Ecología, por ejemplo trata de los ecosistemas y de la biosfera, integrando contenidos de la Zoología, Botánica, Microbiología, Geografía y Ciencias Físicas, entre otras, comprendiendo al planeta como un sistema que se auto-organiza y se auto-reproduce.

A su vez la superación de la disyunción entre sujeto y objeto del conocimiento, como condición de la elaboración científica, fue afirmada a partir de las investigaciones en la microfísica por Heisemberg, una vez que la observación interfiere en el resultado del experimento. También en las ciencias humanas o sociales, el economista o sociólogo, por ejemplo, están inmersos en la sociedad y el resultado de su investigación también está complejamente condicionado por las relaciones que mantiene en el seno de la propia sociedad.

8 Ibid., p.199.

El proceso de producción de conocimiento en el interior de las redes y la interpretación de la información que fluye endógenamente no puede darse satisfactoriamente sin considerar las conexiones entre las diferentes células y personas. La revolución de las redes integra así las dimensiones económicas, políticas y culturales en un único proceso dialógico, considerando la dialogicidad tanto como un flujo de sentidos diversos comunicados entre las personas por la mediación sígnica, como la posibilidad de vigencia conjunta de patrones de sentido que no se unen. En otras palabras, dialogicidad aquí se comprende tanto como comunicación democrática, característica a los diálogos que buscan el consenso, como vigencia simultánea de posiciones distintas y antagónicas que interculturalmente, preservando los disensos, fecundan las posibilidades de realización de la libertad humana de todas las personas y de cada una.

Así, el diálogo solidario intercultural supone simultáneamente la legitimidad, por ejemplo, tanto de la heterosexualidad como de la homosexualidad, de la creencia en la existencia de Dios como del ateísmo, respetándose las libertades privadas de cada persona, siempre que el ejercicio de esa libertad sea éticamente orientado, promoviéndose las libertades públicas y privadas, preservándose el constante diálogo que permite problematizar y reelaborar culturalmente, en el caso de este ejemplo, la sexualidad humana o la dimensión religiosa característica a las diferentes culturas. Así, ninguna persona que resguarde las libertades públicas y privadas en su conducta puede ser molestada por su preferencia sexual o religiosa.

Esta cultura democrática, enfocada a la promoción del bien-vivir de las personas, resulta del ético acogimiento de la singularidad humana, no sólo combatiendo toda forma de opresión – explotación, expropiación, dominación y exclusión – sino construyendo nuevas relaciones sociales que buscan garantizar las mediaciones materiales, políticas, educativas e informativas para el ético ejercicio de la libertad de cada persona y de todas las sociedades. En una red de colaboración solidaria se desarrolla la conciencia de que todos estamos integrados por los flujos de matera,

información y valor, por los ejercicios colectivos de poder, por la cultura siempre recreable en la cual nos movemos en una constante dialógica entre lo separable e inseparable. A esa idea de consistencia volveremos al final de este capítulo

2.7 DIVERSIDAD Y LOGICA INDUCTIVO-DEDUCTIVO-IDENTITARIA: ABORDANDO LA EMERGENCIA DE LO INUSITADO.

La inducción, deducción e identidad – negando el principio de contradicción – constituyen el núcleo central de la lógica sobre la cual se apoya la Razón Clásica que, operando por análisis y síntesis, pretende reflejar el mundo.

Ya vimos, al tratar de la complejidad y singularidad, que la emergencia de lo nuevo no puede ser reducida a una mera diferencia de alguna identidad establecida como patrón. Más que eso, vimos que ciertas vertientes de la filosofía de la liberación desarrollaron todo un conjunto de procedimientos que, partiendo del tratamiento del no-ser en su condición de infinitud y exterioridad, llegaron, por la mediación de una teoría de los agenciamientos, a una comprensión de la emergencia de las singularidades como posibilidad creativa de organización de nuevos modos de subjetivación, considerando diversas mediaciones que le son requeridas, avanzando en una reflexión sobre cómo la praxis de liberación puede desencadenar tales futuros.

La inducción y la deducción solamente pueden operar gracias al establecimiento de identidades desde las cuales el paso de lo particular (una colección o clase de singulares) a lo universal y viceversa se puede hacer. Sin el establecimiento de identidades que abarquen en clases los elementos sobre los cuales racionalizamos, no podemos inferir conclusiones de carácter universal. Cuando hacemos cualquier afirmación o negación suponemos alguna identidad que nos permita, en lo mínimo, equiparar dos elementos o conjuntos. Por otro lado, la no totalidad de la

inducción – que es otra forma de colocar el problema de la exterioridad de la realidad frente a lo conocido – implica que la generalización puede llegar a inferir inadecuadamente ciertas propiedades a casos singulares. Si afirmo, después de verificar centenas de semillas de frijol de un paquete, que todos los demás ahí contenidos son negros, puede quedar sorprendido al final por la existencia de alguna semilla de frijol blanco. En el caso de la deducción, se demostró por teorema que cualquier “...sistema deductivo formalizado no puede encontrar en él mismo la demostración absoluta de su vilidez”9. Dicho de otra manera, esos sistemas no disponen de medios suficientes para explicarse a sí mismos.

Por otro lado, debido a lo que acumulamos en la reflexión occidental a ese respecto, no existe cómo pensar constructivamente a no ser por inducción, deducción, analogía o abducción. Capra, en El tao de la Física, nos recuerda que los koans zenbudistas, operando por paradojas, permiten desencadenar rupturas con respecto a patrones de racionabilidad, los cuales están permeados por lenguajes que nos dificultan la percepción y el entendimiento de la realidad10. Con eso intentaba argumentar, en cierto sentido, que la paradoja resultante de considerar la luz como corpúsculo – que no permite explicar algunos fenómenos ópticos – y en otras circunstancias como onda – posibilitando la inteligibilidad de otros fenómenos – resulta de nuestro propio lenguaje y modelos de entendimiento, ambos inadecuados a la comprensión de la propia complejidad de lo real.

Toda la ciencia, de alguna manera, por otro lado, está soportada en esta lógica inductivo-deductivo-identitaria, sin embargo no puede proveer la certeza absoluta de los aciertos hechos por su intermedio. Se avanza entonces en el carácter pragmático de la regulación de su empleo. Dice

9 Ibid., p.120.10 De acuerdo a Capra, “los koans son enigmas absurdos, cuidadosamente preparados con el fin de hacer que el estudiante de Zen perciba, de forma dramática, las limitaciones de la lógica y del raciocinio... los koans son elaborados precisamente para detener el proceso del pensamiento y, de esa manera, preparar al estudiante para una experiencia no verbal de la realidad”. Frijof Capra. O tao da Física. Sao Paulo, editora Cultrix, 1989, p.44.

Morin, “ el pensamiento complejo convoca no al abandono de esa lógica, sino a una combinación dialógica entre su utilización, segmento por segmento, y su trasgresión en los agujeros negros donde deja de ser operacional”11.

Ciertas vertientes de la filosofía de la liberación en la década de los 70s no sólo subvirtieron el principio de identidad por la afirmación de no-ser como infinitud, sino también engendraron una nueva forma de racionalización analógica que les permitía romper la lógica inductivo-deductivo-identitaria que soportó, analógica y políticamente, sistemas y totalidades cerradas, definiendo al extranjero como bárbaro (frente al ciudadano de las ciudades griegas), a la mujer por la ausencia de pené (en las formulaciones otrora machistas del psicoanálisis), el indio y el negro como no-blancos pasivos a la esclavitud, etc.

La analogía antes de ser un mero raciocinio por semejanza entre casos particulares, es una forma de trascender el sentido obtenido en la investigación desde la singularidad manifiesta por la alteridad que, en su condición de exterioridad, dialógicamente genera nueva in-formación al sistema, permitiendo su transformación, esto es, que se transforme en una nueva formación social e histórica por un camino que puede escapar a la lógica inmanente.

Más allá de eso, la analogía también puede ser comprendida como forma de racionalizar de manera tendencial, esto es, operando trans-versalmente análisis y síntesis que nos permiten inferencias inductivas y deductivas que no se pretenden universales sino sólo vigentes a determinados objetivos, siendo responsabilidad de todos manifestarse para corregirlas.

Razonando de esta manera, es posible la transformación del capitalismo – y el abandono de su lógica de valorar todo por su calidad de cambio desde la identidad del capital – por la afirmación de singularidad

11 Morin, A inteligência da complexidade, p. 201.

que escapando a su lógica puede, sin reducirse a ningún otro principio de identidad, comportarse de manera transversal, desencadenando subjetivaciones y desterritorializaciones de los estratos modelizados bajo la semiótica del capitalismo, inoculando cargas mayores de entropía en el sistema capitalista, en la medida en que progresivamente tanto le suprimen mercado como informan a las poblaciones, y trabajadores y consumidores que, fuera de las leyes del mercado, es posible construir, en redes de colaboración solidaria, situaciones en que los productores reciben más por su trabajo y los consumidores pagan menos por los productos producidos con ese mismo trabajo, suprimiéndose el proceso de acumulación privada de lucro y la figura de los especuladores que estrangulan tanto las cadenas productivas como a los flujos de financiamiento. Se trata de una revolución en el sentido de trans-evolución, de un movimiento singular que es desencadenado dialógicamente por procesos moleculares y molares de sujetos que, no reduciéndose a alguna mera diferenciación del capitalismo, generan transversalidades en que circulan flujos de información, materiales y valores, engendrando algo diferente, que se va construyendo por la libre creatividad de los participantes.

2.8 FLUJOS DE INFORMACION, ABDUCCION Y RETROACCION

Lo que afirmamos en el numeral anterior se comprende mejor si entendemos lo que significa razonar por abducción. Se puede definir abducción como:

(...) un proceso de inferencia que parte del “hecho insólito”, del hecho “no común”, buscando una explicación para su ocurrencia. La explicación verdadera convertiría al hecho perfectamente comprensible, robándole el elemento sorpresa – que es lo que lo hacía ser un hecho inesperado. Es precisamente utilizando la abducción como los investigadores encuentran las hipótesis explicativas12.

12 Octanny Silveira da Mota y Leonidas Hegenberg. “Introdução”. En: Charles Sanders Peirce. Semiótica e filosofia – textos escolhidos... p.33

Conforme a Peirce, que se refirió a ese mismo proceso de inferencia también con los términos retroducción, presunción, hipótesis e inferencia hipotética,

una abducción es un método de elaborar previsión general sin ninguna garantía positiva de que se concretará, sea en el caso especial, sea en los casos comunes (...)13

La abducción, como la entendemos, lejos de inferir a partir de una pretendida verdad ya conocida o analizar diversos casos particulares para inferir una conclusión general, permite inferir algo nuevo por la simple comprensión de lo singular en sus múltiples conexiones con otros singulares, sin identificarlo con otros singulares o con algún universal, aunque en su comprensión se recurra a fragmentos de memoria de los más diversos, como interpretantes, rehusándose a construir a partir de ellos alguna quimera, pues se opera sobre conexiones iniciales aunque, antes de asegurarse de las, puedan ser en parte, supuestas por similaridades icónicas a otras conexiones ya conocidas o imaginadas.

Aunque partamos de la definición de Peirce, considerando la abducción como condición para el tratamiento de lo inusitado, de lo sorprendente, de lo que aún no es concebido como conocimiento, la alteramos al romper con su principio de identidad – como también lo hicieron Guattari y Deleuze14 – buscando abordar la emergencia de la 13 Peirce, Idem, p.112. A abducción en Peirce es una manera de explicar la operación racional para formular hipótesis o de la “intuición” psicológica de lo que es desconocido. También se entiende como retroducción.14 Sobre esta reelaboración véase la idea de diagrama en Peirce y en los dos autores: Félix Guattari y Gilles deleuze. Mil platôs...p. 100, nota 38, y Peirce, Idem, p. 105 y 117. Pensamos, por nuestra parte, que el problema está en reducir o subsumir lo singular a alguna clase, posibilitando inferencias por esa identidad. Peirce afirma que “(...) una hipótesis es, en verdad, subsunción de un caso o una clase, y no su negación, excepto por la particularidad de que negar subsunción a una clase es admitir subsunción a otra”. Peirce, Idem, p. 153. Admitir subsunción a otra no significa afirmar, sin embargo, que esa

singularidad. Lo que no se prevé, para lo cual no se tiene una memoria acumulada, emerge en un campo de posibilidades como algo radicalmente distinto, cuya singularidad escapa a la lógica identitaria, En este momento, con base en la información que tenemos sobre todas las posibilidades de organización o desorganización ya conocidas, antes de claramente formular alguna hipótesis o construir alguna pregunta pertinaz sobre él, pensamos analógicamente por “falsa posición” sobre tal fenómeno, esto es, asociándolo, en su del construcción, a otros que sabemos que no es, transformando en conocimiento las informaciones que tenemos de él, interpretándolas ambiguamente a partir de conocimientos que tenemos sobre otros fenómenos. Pasamos, entonces, a construir hipótesis, investigar y concluir por sus conexiones indiciales, construyendo nexos que tengan algún sentido sobre sí mismo, así como, posiblemente, nuevos sentidos sobre lo que ya conocíamos – proceso que hasta puede desencadenar alguna crisis paradigmática.

En muchos casos la hipótesis resulta de la percepción y comprensión temporal de lo sorprendente e inesperado, siendo una

otra clase emerja desde la singularidad percibida, pues una clase de una única propiedad no puede ser subsumida por ella misma. Cabe aquí por lo tanto: a) considerar los límites de una clase lógica cualquiera componiendo lo dialógico al no afirmarse alguna identidad me diadora que los subsuma y b) en alternativa, considerar la singularidad como única e irrepetible, no subsumida por alguna clase particular o universal, sino analógicamente concebida por los signos que ella engendra y la indican y por la percepción de sus conexiones con otras diversidades transversalmente asociadas a su futuro. Develar ese conjunto de conexiones permite percibir la emergencia de lo nuevo en un campo de posibilidades, pero su singularidad no es necesariamente subsumible al conjunto de conexiones en que emerge. Así, el pensamiento complejo opera tanto analógicamente reconstruyendo los sentidos sobre el campo de posibilidades a partir de aquello que de él emerge, subvirtiendo, desde la singularidad que de él emergió, las clases en que era comprendido, como también opera lógicamente en la reorganización de las propias clases frente a las singularidades buscando la mejor operación del pensamiento en su capacidad de comprender los fenómenos que le eran incomprensibles. Como afirma Morin, “(...) las cualidades y propiedades que nacen de la organización de un conjunto se revierten hacia ese conjunto. Existe cualquier cosa de no deductivo en la aparición de las cualidades o propiedades de todo fenómeno organizado”. Morin, A inteligência da complexidade, p. 55.

reacción frente a la información recibida, para mejorarla frente al ruido que nos desvía la percepción de las conexiones más importantes. La validez del conocimiento que obtenemos por la abducción, sin embargo, depende directamente de la interferencia real que operemos en aquellos fenómenos o procesos -–o en otros, que análogamente recubramos con una misma identidad temporal -, considerando su comportamiento a partir de los procesos agenciados o desencadenados, o de la ocurrencia coherente entre previsión y sucesión indicial de lo concebido, sin intervención más allá de la observación.

Muchas veces, en procesos pedagógicos, los alumnos son puestos frente a fenómenos que les son totalmente nuevos. Los profesores, entretanto, al contrario de explorar el sistema de conexiones que se vuelven posibles, ejercitando la lógica del descubrimiento y de cómo operar con lo sorprendente e imprevisible, incluyen el fenómeno en una cierta clase cubierta por alguna teoría explicativa y, desde ahí, operan su disección. De esta disección, sin embargo, ya fue excluido todo lo que la teoría aún no comprende de aquel fenómeno, como si tal explicación no fuera sólo una construcción provisoria a ser superada por otras en razón de las anomalías que toda ciencia enfrenta en algún momento respecto a la clase de fenómenos que busca explicar, como si el mundo no tuviera más misterios.

Frente a la diversidad de culturas y flujos de información en el interior de las redes el desafío de pensar abdutivamente está puesto. Operar con una lógica de creatividad innovadora, que no sólo no reduce lo nuevo a lo antiguo, sino que es capaz de trascender los límites de lo que ya tenemos como memoria o lenguaje mediadores del pensamiento interior de cada cultura.

En cierto sentido, la teoría de la información contribuye para que avancemos, de manera más adecuada, en el trato de lo inesperado, de lo sorprendente o de lo incierto. De la misma manera que una información puede resolvernos una incertidumbre, también puede instaurarnos lo nuevo

y lo inesperado. Un concepto complejo de información “(...) permite entrar en un universo donde existen al mismo tiempo el orden (la redundancia), el desorden (lo bruto), y extraer lo nuevo (la información).”15

De una misma información, como objeto dinámico, sin embargo, podemos generar infinitas interpretaciones desencadenándose las más complejas semiosis. De ahí el por qué que el objetivo no es sólo generar alguna información nueva, sino producir un conocimiento que, resultando de las conexiones que hacemos a partir de la problematización en que la información surge en medio de nuestro campo de posibilidades, nos permita avanzar en el propósito por el cual el conocimiento es producido. Ese propósito, en su sentido más general éticamente establecido, es la expansión de las libertades – una vez que todo conocimiento valioso de alguna manera permite expandir nuestro campo de posibilidades -–o la promoción del bien-vivir, que es una forma peculiar de realizarlas.

Como el proceso de producción de conocimiento siempre es retroactivo, es decir, un conocimiento nuevo genera una nueva interpretación de lo ya conocido al mismo tiempo que la transformación de lo ya conocido altera nuestra comprensión del nuevo conocimiento, las redes de colaboración solidaria – por los flujos de información que deben fluir de manera orgánica, controlándose los niveles de ruido – posibilitan una constante reelaboración sobre su propio patrimonio de conocimientos democráticamente compartidos.

Cuanto más la información, que emerge de las singularidades, fecunda las redes en su conjunto, tanto más se amplía la libertad de todos. Y cuanto más se amplían las libertades de todos, más se amplía el campo de posibilidades de realización de las libertades personales, cuando son éticamente vividas. Las singularidades entretanto, generando información que circula en el interior de las redes, pueden también negar las libertades públicas y privadas e introducir la desorganización y su quiebra. La autopoiese de la red supone un

15 ibid., p. 201.

autocontrol democrático buscando asegurar el disenso y viabilizar la emergencia de nuevas realizaciones, de la misma manera que busca asegurar el consenso y la transformación compleja de sí misma. La legitimidad ética de desorganizar y fragilizar ciertas mediaciones democráticamente establecidas en la red, con miras a expandir las libertades públicas y privadas (en razón de que nuevos conocimientos nos permiten una nueva comprensión de lo ya realizado, concluyendo que lo que era considerado lo mejor dejó de serlo en un nuevo campo de posibilidades), supone ya un cierto flujo de información convertido retroactivamente en conocimiento – por su complejización circunstancial en el campo de posibilidades en constante devenir. Se asegura esa ética desorganización y fragilización de lo existente a través de la posibilidad de que a partir de una única célula nuevas células puedan surgir con nuevas configuraciones, engendrando alternativas para la expansión de las libertades. La desorganización de una configuración de red puede ocurrir entonces tanto por la emergencia de nuevas redes que nacen alterativamente ampliando los campos de posibilidad de realización de las libertades de todos como por la propia fecundación de las células ya existentes. Procesos sucesivos de agregación permiten valiosas transformaciones del conjunto de las redes, que en alguna medida están integradas en flujos de información, materiales y valores.

Los flujos de información, de cierta manera, preceden a los demás. No pueden ocurrir flujos de materiales y valores en redes solidarias sin que haya información sobre los propios materiales y valores y las condiciones de posibilidad de comexiones e intercambios. Claro está, sin embargo, que no se puede convertir información en conocimiento sin flujos materiales que, como vimos en La revolución de las redes, considerando su dimensión económica, circulan inversamente a los flujos de valores en los fenómenos complejos de intercambio.

2.9 Asimilarse a las redes solidarias y compartir el bien-vivir

Integrarse a las redes de colaboración solidaria, pues, es algo complejo que no se comprende analizando elementos particulares, sin considerar las relaciones que los producen y que los mantienen en la integralidad que dialógicamente los reúne – integrando la diversidad sin reducirlas a una identidad que niegue la autonomía y la diferencia de la singularidad alternativa – y que se abre a lo inusitado valioso, como condición para la expansión de las libertades de todos y de cada uno.

Recuperando, en nuestro contexto, lo que el filósofo africano Leopold Sedar Senghor escribió acerca de la negritud podemos decir que el ser humano solidario, que se integra a las redes de colaboración – deseando a los demás en su libertad y diferencia – simpatiza y se identifica con el otro, “(...) a fin de renacer en el otro. Él no asimila, él se asimila. Él vive con el otro en simbiosis, él co-noce al otro(...)”16.

Este pasaje de Senghor guarda un sentido peculiar evocado por el empleo de las expresiones “Il nássimile pas; Il sássimile”, una vez que assimiler significa tanto asimilar como asemejar, y de “co-naitre” que significa conocer, pero que de ese modo, separada por el guión, puede connotar “nacer con”. El movimiento de asimilación no es el que convierte el yo y el tú aparentemente semejantes. Igualmente el yo no es asimilado por el tú, no es negado en su identidad de ser sí mismo. De la misma manera, el yo no asimila el tú, no lo niega en su distinción. En efecto, afirmar que lo mismo se asimila al otro, indica que la singularidad del yo permanece como fuente de su propio movimiento de transformación, movimiento en que su libertad se ejerce en la relación con el tú, el cual desarrolla recíprocamente el mismo movimiento de encuentro sobre las

16 Leopoldo Sédar Senghor. Liberté I, négritude et humabisme, Ed. Du Seoil, 1964, p. 259. En: Azombo-Menda y Enobo Kosso, S. Les philosophes africains par les textes.París, Nathan Afrique, 1978, p. 32. La relectura que hacemos de algunas reflexiones filosóficas de Senghor, valiosas bajo la perspectiva de las redes solidarias, no desconsidera, sin embargo, que la elaboración original de este autor fue blanco de sucesivas críticas entre pensadores africanos, particularmente por su empleo ideológico en los embates políticos, cabiendo problematizarla a partir de los contextos coyunturales.

ondas de otro – que en nuestro caso es la red en su integralidad, siendo esas ondas los flujos materiales, informativos y de valor que permanecían en nuestra subjetividad. Este movimiento es caracterizado como simpatía (sim = com, pathos = pasión), como afecto conjunto en medio del misterio de dos identidades que, liberándose de sus limitaciones aparentes y reales, renacen o se reconocen a sí mismas como nuevas gracias al asimilarse una a la otra. En efecto, solamente en ese movimiento el ser humano se co-noce, en el sentido de co-naître que podemos desprender de la reflexión de Senghor. En este movimiento cada ser humano solidario renace constantemente con el otro; se trata de una transformación del yo que renace por el libre unir-se al otro, participando su propia vida, como viendo nuevamente la luz en un mundo que es nuevo y misterioso, en constante devenir, como cualidad emergente, de una red humana en que las personas se desean libres.

Integrarse a redes de colaboración solidaria significa asimilarse a los otros asumiendo ciertos patrones cuya fuente reside en el deseo del otro en su libertad. Este es un movimiento recíproco, pues también, en diferentes grados, somos deseados en nuestra libertad y singularidad cuando nos incorporamos en estas redes solidarias. Se desea que las libertades públicas y privadas se ejerzan en la promoción del bien-vivir de todos, razón por la cual se practica el consumo y el trabajo solidarios. Cuanto mayor es la diversidad integrada por las redes en este movimiento de expansión de las libertades públicas y privadas, mayor es su capacidad de agenciar diferencias y singularidades, de promover el bien-vivir de todos. En efecto, toda subjetividad es consistencia, porque el ser humano es producto de relaciones sobre las cuales ejerce su libertad, siempre situacionalmente condicionada. Podemos renacer cada día como otros porque la apertura a lo diferente nos renueva cuando somos deseados en nuestra libertad.

En las redes de colaboración solidaria la vida es compartida no sólo cultural y políticamente (en flujos semióticos que median ejercicios democráticos de poder), sino económicamente, en flujos materiales que

realimentan la reproducción social de la vida de todos. De hecho el vivir de cada uno, sus actividades de producción y consumo, realimentan las posibilidades del bien-vivir de los demás. En cada acción práctica nuestra subjetividad se objetiva en diversos productos o relaciones, que de alguna manera mediatizan la vida de otras personas y, en ese momento, nuestra subjetividad objetivada es subjetivada por otro, convirtiéndose en mediación de su propia vida. Nadie mejor que Karl Marx sabe, hasta hoy, caracterizar el trabajo y el consumo no alienados como forma de compartir la vida, como realización de la esencia humana:

Supóngase que hayamos producido de una manera humana: cada uno de nosotros, en su producción, se habría afirmado doblemente a sí mismo y a sus semejantes. Yo sería (1) objetivado en mi producción mi individualidad, con sus peculiaridades y, así, tanto en mi actividad yo habría conseguido una expresión individual de mi vida, como al mirar el objeto yo habría tenido placer personal al percibir que mi personalidad era objetiva, perceptible a los sentidos y, por lo tanto, un poder que se levantaba incuestionablemente. (2) Cuando usted usara o usufructuase de mi producto, yo tendría la satisfacción directa de percibir que no sólo había satisfecho una necesidad humana con mi trabajo como objetivado la esencia humana, y por lo tanto, modelado para otro ser humano el objeto que atendía su necesidad. (3) Para usted, yo habría sido el mediador entre usted y la especie, de esa manera, yo habría sido reconocido, tendría sentido por usted como un complemento de su esencia y una parte necesaria de usted mismo, y así habría percibido que soy confirmado tanto en su pensamiento como en su amor. (4) En la expresión de mi vida yo habría modelado la expresión de su vida, concibiendo así, en mi actividad, mi propia esencia, mi esencia humana, comunal17.

17 Karl Marx. “Notas sobre James Mill”. En: Davis Mklellan. O pensamento de Karl Marx. Coimbra, Ed. Coimbra, 1974, p. 42-3.

En las redes de colaboración solidaria se afirma claramente el sentido de consistencia humana. Todos nosotros somos materialmente una realidad constituida de elementos organizados bajo semiosis y acciones productivas mediadas por la subjetividad de cada otro; flujos materiales y semióticos nos sobrepasan y estratifican, circulando en cada otro con quien estamos integrados en esta gran red de la vida. Ejercer nuestra libertad para hacer que esos flujos promuevan el bien-vivir de todos significa también consumir aquello que es producido humanamente, sin explotación o degradación ambiental, para que el bien-vivir se propague entre todas las personas y los ecosistemas sean mantenidos sustentablemente. Consumir en esta solidaridad significa reconocer a aquel que produce en su dignidad humana, afirmar que deseo su libertad y que comparto su vida, que por mi acto de consumo revive en mí, confirmándolo en mi deseo, en mi lucidez, en mi utopía y en mi amor. Es reconocer que en la materialidad de mi cuerpo incorporo, por el consumo de su subjetividad objetivada, su ansia por justicia y la satisfacción de su bien-vivir. Es afirmar una sim-biosis, una vida conjunta y socialmente interdependiente por la cual todos somos responsables, por todo y por todos. En contrapartida, consumir productos y servicios hechos en régimen de explotación del trabajo nos vuelve cómplices de esa explotación, de la misma forma que consumir productos que son elaborados en procesos no ecológicamente adecuados nos vuelve cómplices y responsables por la degradación ambiental.

Asimilarse, pues, a las redes de colaboración solidaria es recrearse a sí mismo y a los demás en flujos que nos permiten consistir como seres humanos libres y justos, que buscan promover el bien-vivir personal y colectivo, rompiendo con relaciones injustas y opresivas.

2.10 El carácter molecular y molar de las redes de colaboración solidaria y la subjetivación subversiva

Félix Guattari y Gilles Deleuze comprenderán los procesos de subjetivación como fenómenos complejos. En su dimensión más abstracta cada ser humano es un conjunto de materias y funciones articuladas no

bajo la universalidad de un logo – postulado como ordenador del caos desde los griegos – sino por una máquina abstracta peculiar, en este caso, da a la especie humana, que opera transversalmente algo diferente en cada persona. Tal maquinismo, articulando materias y funciones, permite, por ejemplo, que los alimentos puedan ser transformados en los tejidos que constituyen nuestro cuerpo y en la emergía consumida en su metabolismo, reproduciendo ciclos orgánicos que mantienen la vida del individuo ( acoplando el organismo a flujos materiales en lazos auto-reguladores), y también que sea posible la conversión de estructuras lingüísticas profundas en superficiales ( que permite el acople social del organismo mediado por flujos semióticos complejos). La subjetividad humana, todavía, no se resume a un conjunto de materias y funciones articuladas por las máquinas abstractas, sino que supone sustancias y formas engendradas por semiosis que agencian futuros, roles imaginarios o efectivos, territorializando conductas, formalizando expresiones y cuerpos.

Diversas semiosis median prácticas discursivas y no discursivas en las subjetividades son producidas, tanto formalizándoles la expresión, en cuanto enunciación bajo algún régimen de signos en el seno de una comunidad interpretante, como formalizándoles el contenido, en cuanto agenciamiento de un cuerpo también modelado semioticamente. El modo como vivimos, nos comportamos, alimentamos, hablamos, vestimos, etc., es fruto de innumerables interacciones semióticas en que nuestra subjetividad es producida. El hecho de que algunos consideren el dulce de frijol una delicia, mientras otros lo detesten, el hecho de que algunos consideren el pepino asedo o los ojos de cabra fritos como de sabor agradable mientras a otros no les apetece, resulta de procesos semióticos de producción de subjetividad en que nuestros patrones gustativos son constituidos a partir de semiosis culinarias peculiares a las diferentes culturas, comunidades y familias. Orgánicamente las papilas gustativas de las personas son similares, de la misma manera que son similares para la mayoría de las personas, las relaciones bioquímicas básicas resultantes de la degustación de un mismo alimento. Con todo, los patrones de sabor de cada persona que oscilan entre lo agradable y lo asqueroso son co-

producidos socialmente, por diversas mediaciones emióticas. De la misma forma, los patrones de belleza que adoptamos resultan de innumerables procesos semióticos peculiares a nuestra individuación en que vamos construyendo nuestra autonomía en procesos de socialización, de necesaria relación con las otras personas, dentro de un campo de posibilidades con sus límites situacionales – materiales, simbólicos, políticos, etc.

De acuerdo a las semiosis que la estratifican, una subjetividad es delimitada a ciertas prácticas, asumiendo una singular identidad; sus intensidades son agenciadas y territorializadas para una cierta configuración de realización personal. Se aplican sobre ella determinados signos, agenciándose interpretantes sociales que, mediados por tales signos, a ella se atribuyen. Los signos bebé, niño y adulto, aplicados sobre las personas, provocan ciertos interpretantes constituyendo territorialidades de lo que es permisible a cada cual. Así, por ejemplo, un adulto puede sufrir sanciones por comportarse como niño o por tratar a un niño como si fuese un adulto. Lo que es permisible y vetado a cada una de esas estratificaciones depende de las semiosis hegemónicas. Sobre esos estratos se aplican otros, como estudiante, profesor, loco, pobre, marido, desempleado, etc. Estratificado bajo alguna semiosis hegemónica, el individuo será interpretado a partir de ella, siendo blanco del ejercicio de micro y macropoderes que actúan en la manutención de las semiosis hegemónicas de los patrones vigentes. Diversas semiosis apuntan escenarios utópicos de individuación para los cuales las personas deban tender en su consumo, profesionalización, realización afectiva, etc. Familias, iglesias, escuelas, medios de comunicación y tantos otros aparatos sociales organizan regímenes de signos que operan en la elaboración de identidades, proyectos y futuros. Bajo las semióticas hegemónicas – capitalistas y machistas, por ejemplo – las subjetividades son estratificadas, operando bajo tales semiosis – “vencer en la vida”, “no llevar deshonor a la casa”, etc18.18 Sobre el tema véase nuestro artículo “Subjetividade, imaginários e utopias”, disponible en http://www.euclidesmance.pro.br; Félix Guattari, O inconsciente maquínico – Ensaios de esquizo-análise... Gilles Deleuze y Felix Guattari, Mil platôs – Capitalismo e esquizofrenia ... , particularmente la sección “587 a.C. – 70 dic: - sobre algunos regimes

En efecto, si ocurre por un lado la producción semiótica de la subjetividad – su estratificación a partir de semiosis hegemónicas que establecen interpretantes y marcas de identificación en el seno de una comunidad interpretante -, por otro lado, la máquina abstracta, que persiste independientemente de las estratificaciones operadas, permite generar líneas de fuga subvirtiendo los estratos vigentes bajo tales semióticas.

No se puede, pues, considerar el proceso de subjetivación desconectándolo de los procesos sociales de agenciamientos o del ejercicio de libertad posible en la subversión de las semiosis hegemónicas y de las negociaciones de poder territorializadas que establecen los límites de lo permisible. Esto significa, por un lado, que bajo los cuadros del capitalismo mundial integrado, en la trama de los poderes que agencian subjetivaciones, cabe comprenderlo, en su centralidad, no sólo como sistema económico hegemónico, sino también como el sistema semiótico modelador principal, una vez que el giro del capital supone la producción de subjetividad, mediada por semiosis operadas a través de los aparatos y tecnologías de información de gran impacto, encontrando los diversos elementos modelizados en equivalente general bajo la forma de valor de trueque. Significa también, por otro lado, que es posible censar agenciamientos de subversión y comprender como operan frente a los flujos semióticos y materiales que reproducen el capitalismo como tal, buscando construir estrategias que permitan potencializarlos.

Considerando ese proceso de subversión Guattari da otro sentido a los términos molecular y molar, que son vinculados a dos distintas dimensiones de las transformaciones revolucionarias. La revolución molecular significa, grosso modo, la liberación de los flujos de deseo fuera de las territorializaciones modelizadas bajo las semiosis hegemónicas, siendo denominada también como singularización o subjetivación, teniendo por horizonte ético el deseo del otro en su diferencia19. Elementos de subjetivación están presentes en innumerables organizaciones sociales,

de signos”, p. 61-107.

tales como en los movimientos de mujeres, negros, homosexuales, radios libres, ecológicos, jóvenes, vivienda, sin-tierra, economía solidaria, salud y otros, los cuales subvierten determinados códigos opresivos. La noción molar indica la articulación y el cruce de variados procesos moleculares realimentándose y agenciando la subversión del conjunto de las semiosis opresivas y de las prácticas modeladas por ellas – por ejemplo, sindicatos asumiendo luchas femeninas y ecológicas o movimientos de negros defendiendo la reforma agraria y la lucha por la reducción de la jornada de trabajo, etc. -, resultando en movimientos de subjetivación colectiva que avanzan hacia la transformación estructural de la sociedad en su conjunto. Una revolución molar solamente ocurre desencadenando procesos moleculares, los cuales se fortalecen cuando se interpenetran transversalmente en sus diversidades constituyendo revoluciones molares. Se trata pues, de revolucionar tanto las relaciones cotidianas y las semiosis que las modelan, como los complejos de producción y reproducción social, subvirtiendo las relaciones de poder en los niveles que se realimentan. Así, procesos de agenciamiento pueden engendrar revoluciones moleculares que dan lugar a singlarizaciones, a diversidades que subvierten semiosis y ciertas territorialidades. Cuando tales revoluciones moleculares se articulan, realimentándose en sus diversidades, se tiene revoluciones molares que subvierten los diferentes códigos autoritarios vigentes en la producción de las subjetividades y organización social.

Podemos decir que participar orgánicamente de un grupo, de un movimiento de mujeres, estudiantil, ecológico, de economía solidaria, etc., es asimilarse a un colectivo que, de alguna manera, consiste en nosotros, de la misma manera que consistimos en él. Asumimos patrones, lenguajes, utopías, comportamientos que estratifican nuestras subjetividades como miembros de aquel grupo, pero lo hacemos por un ejercicio de nuestra propia libertad, singularizando nuestra vida, afirmando nuestra diferencia y, en alguna medida, transformamos y realimentamos aquellos elementos 19 Félix Guattari. Revolução molecular... Hablando de una práctica democrática de la diferencia, afirma Guattari: “No se trata de aceptar al otro en su diferencia sino de desear al otro en su diferencia”, como escribe Emmanuel Lévinas. Félix Guattari, “Subjetivación subversiva”. En: Teoría y debate... n. 12, p. 60-64.

que así, permanecen en constante mutación. Nuestra subjetividad, agenciada a innumerables futuros, es traspasada por flujos materiales y semióticos a través de los cuales ejercemos nuestro poder, ejercemos nuestra libertad.

La revolución de las redes, bajo esta perspectiva, es una estrategia de revolución molar que realimenta innumerables revoluciones moleculares . Cada célula opera como una molécula que agencia nuevos futuros, no sólo de consumo solidario, deseando al otro en su libertad, en su diferencia, sino que agencias nuevas prácticas que subvierten códigos sociales excluyentes, que subvierten semiosis dominantes, patrones antiecológicos y deshumanos. Por otra parte, cada célula de revolución molecular se expande en nuevos agenciamientos porque está conectada en lazos de retroalimentación con diversas células, configurándose con ello una revolución molar, subvirtiéndose no sólo códigos económicos, sino también políticos y culturales.

La necesidad que tienen las redes de promover la diversidad y la integralidad tiende a engendrar creativos procesos de subjetivación que rompen con la individualización capitalista, machista, preconceptuadora y demás estratificaciones autoritarias. Los movimientos de extensividad e intensividad tienden a promover agenciamientos moleculares que hacen surgir nuevas células, sea por eslabonamiento molar o sea por la subjetivación de la libre iniciativa solidaria.

Organizaciones aisladas no son capaces de subvertir el capitalismo mundial integrado. Por otra parte, ningún sistema o macroestructura puede sobrevivir molarmente sin la vitalidad de agenciamientos moleculares. La revolución de las redes se constituye, por lo tanto, no sólo en la estrategia de implantación de un nuevo modo de producción económico solidario, sino también en un complejo proceso de agenciamiento de subjetivaciones, de singularizaciones, centradas en el deseo de la libertad del otro, del otro en su diferencia éticamente realizada, buscando garantizarle las

mediaciones materiales, políticas, educativas e informativas para el ético ejercicio de su praxis, para la realización de su dignidad humana.

2.11 Ciclos, conexiones, auto-organización y cadena productivaCuando pensamos en desarrollo ecológico y socialmente

sustentable, se refiere a comprender los principios de organización de los ecosistemas –entre los cuales se incluyen la interdependencia, reciclaje, asociación, flexibilidad y diversidad – y tomarlos en consideración en la reflexión crítica sobre la organización de comunidades humanas sustentables:

Basándonos en el entendimiento de los ecosistemas como redes autopoiéticas y como estructuras disipativas, podemos formular un conjunto de principios de organización que pueden ser identificados como los principios básicos de la ecología y utilizarlos como directrices para construir comunidades humanas sustentables.20

Las definiciones de ciclos, conexiones, procesos auto-organizativos y de cadena productiva, entre otras, presentes en A revolução das redes provienen de definiciones ecológicas. La ecología introdujo nuevas concepciones en el estudio de la vida: las ideas de comunidad y red. Cada organismo no sólo forma parte de una comunidad ecológica, cada uno de ellos – en diferentes niveles – es un complejo ecosistema conteniendo organismos menores dentro de sí, que aunque poseen autonomía, conviven armónicamente integrados. Los ecosistemas son concebidos como redes de organismos ligados por relaciones de alimentación. De acuerdo a Capra “(...) la tela de la vida consiste en redes dentro de redes. En cada escala, en un estrecho y minucioso examen, los nodos de la red se revelan como redes menores (...) En la naturaleza (...) no hay jerarquías. Solamente existen redes animadas dentro de otras redes”21.

20 Capra. A teia da vida... p. 231.21 Ibid. P. 45

Si pensamos la organización social, en particular la economía, bajo principios ecológicos, cabe generar lazos de realimentación en modelos de red capaces de recoger los resultados de un ciclo como elementos aprovechables para un nuevo ciclo. Así, relaciones locales de producción y consumo se configuran como redes que necesariamente se suman a procesos más amplios de cadenas productivas complejas que también pueden ser organizadas en red bajo los patrones de la colaboración solidaria, formándose redes de redes. Cada momento de una cadena productiva compone un ciclo propio de transformación material y semiótica que implica necesariamente consumo. Se trata de crear lazos de realimentación en movimientos de reciclaje – palabra que no significa solamente el aprovechamiento de deshechos, sino también el contenido. Reciclaje significa, propiamente, recuperar los resultados de un ciclo como elementos fuente de un nuevo ciclo. La producción de mijo, por ejemplo, puede ser el momento final de un ciclo productivo que se hace para ese fin. Los granos recogidos, sin embargo, pueden ser reciclados, aprovechados, en un nuevo ciclo, para la producción de harina, y así sucesivamente.

Desde el punto de vista ecológico se trata de “(...) proyectar ecosistemas humanos, equilibrados y productivos a un solo tiempo (...)”. Con esa finalidad se ha desarrollado la permacultura, generando tecnologías a partir de principios ecológicos. Es:

(...) la ciencia transformada en tecnología (...) es una verdadera ingeniería de ecosistemas, que permite cooperar con la naturaleza, en lugar de luchar contra ella. Es una herramienta de diseño, que permite crear hábitats humanos en plena armonía con el medio ambiente, beneficiando toda la vida, social y natural.22

22 Flávio Paim y Otávio Urquiza Chaves. Habitações auto-sustentadas: diretrizes permaculturais. Coometal. Porto Alegre, Arcoo Cooperativa de Trabalho Transdisciplinar, 1995, p. 15.

En esta idea se trata de crear una red de elementos ecológicamente conectados e integrados,

(...) capaz de recoger las energías naturales que atraviesan el área, para retenerlas y transformarlas benéficamente. Promoverá, así, el mejor uso de los flujos energéticos naturales dentro del propio sistema, para beneficio de toda vida (social y natural). El concepto de ciclos se vuelve fundamental para alcanzar una mayor eficiencia en el flujo energético del sistema. Cada elemento componente del ecosistema proyectado es entendido como un reciclador. Deberá ser implantado de manera que reciba, como insumos, los residuos de otro componente y sus residuos deberán ser reciclados por un tercer elemento, así integrado el ecosistema. Con esto, se elimina la polución, reutilizando los residuos. Al mismo tiempo, se elimina la necesidad de trabajos extras y costos, pues las demandas de cada elemento son satisfechas automáticamente por el propio ecosistema. El Proyecto Ecológico consiste en organizar ciclos armónicos entre los elementos. Optimizará, de esta manera, los flujos energéticos del ecosistema. En la medida en que el ecosistema proyectado evoluciona y se estabiliza, llegando a su clímax, tenemos una necesidad cada vez menor de energías externas para el mantenimiento de sus ciclos.23

Las redes de colaboración solidaria, organizadas bajo principios ecológicos, conciben la conexión entre consumo y producción en forma de lazos de realimentación que permiten reciclar el movimiento social de producción de la vida, originando complejas cadenas productivas en que el resultado obtenido en un nódulo de la red es reaprovechado en otro, evitándose desperdicios y privilegiándose el empleo de energías renovables y materiales reciclables tecnologías y materiales dañinos a los ecosistemas. Los flujos de materiales, información y valor a través de la red la mantienen en equilibrio auto-sustentable, permitiendo su propia auto-organización y expansión.

23 Ibid., p. 18.

Las redes de colaboración solidaria integran redes dentro de redes. Los fenómenos molares de agregación permiten extender los recursos de los flujos materiales, informativos y de valor, ampliar la diversidad de bienes y servicios en el interior de las redes, aprovechando mejor los materiales y las energías disponibles en razón de su mejor distribución.

De la misma manera que la permacultura permite proyectar asentamientos humanos ecológicamente auto-sustentables, la estrategia de la revolución de las redes, integrando la economía y la ecología bajo principios de complejidad, permite proyectar escenarios económicos viables para la realización del bien vivir de los que, practicando la colaboración solidaria, se asimilan a estas redes promoviendo la justicia social y la preservación ambiental con intervenciones ecológicamente adecuadas sobre los ecosistemas. Con su desarrollo las demandas de las redes son cubiertas por ellas mismas y, gracias a la realimentación de flujos de inversión, progresivamente van dependiendo cada vez menos de elementos externos, en su autopoiese.

2.12 Desarrollo cooperativo, simbiogénesis y flujo de información

Se trata pues, de un desarrollo solidario, cooperativo, en que cada célula, inetercambiando con otras células informaciones, materiales y valores, puede transformarse para adaptarse mejor al proceso de expansión de las redes, con la finalidad de promover las libertades pública y privada en mejores condiciones.

Recientemente en la microbiología fueron considerados parámetros de desarrollo cooperativo, apuntando la simbiosis como fenómeno importante en la evolución de las especies.

En los últimos dos billones de años, las bacterias provocaron la transformación de la superficie de nuestro planeta y de su atmósfera, generando procesos fundamentales para la vida más compleja como la

fotosíntesis, fijación del nitrógeno, respiración y dispositivos para locomoción rápida. Más impresionante que el hecho de que varios billones de bacterias pueden surgir a partir de una única célula en sólo un día y que de mutaciones aleatorias de genes puedan surgir nuevas clases de esos seres en ese período, es el hecho de que las bacterias puedan transferir cooperativamente sus características, de unas a otras, en un intercambio global:

A lo largo de los últimos cincuenta años, más o menos, los científicos han observado que (las bacterias), habitual y rápidamente, transfieren diferentes pequeñas porciones de material genético a otros individuos. Cada bacteria, en cualquier tiempo dado, dispone para su uso de genes accesorios que la visitan venidos de linajes muchas veces diferentes, y que desempeñan funciones que su propio ADN puede no contener. Algunas de esas partículas genéticas se recombinan con los genes nativos de la célula; otras pasan adelante (...). Como resultado de esa capacidad, todas las bacterias del mundo tienen, esencialmente, acceso a un único pool de genes y, en consecuencia, a los mecanismos de adaptación de todo el reino de las bacterias. 24

Esa recombinación de ADN es lo que permite a las comunidades de bacterias avanzar en su resistencia a las drogas, así como en la gran variedad de estructuras genéticas en este reino y también en la formación de virus. Nuevas hipótesis afirman que la simbiosis entre distintas bacterias y microorganismos que viven en células mayores hicieron surgir nuevos organismos, sumando la totalidad de las funciones de los diferentes organismos anteriores acoplados simbióticamente. Así, contrariamente de las teorías evolucionistas del siglo XIX que enfatizaban la competencia, las nuevas reflexiones enfatizan, como elementos centrales de la

24 Lynn Margulis y Dorian Sagan. Macrocosmos. Summit, Nueva York, 1986, p. 16, citado por Capra, A teia da vida, p. 183.

evolución, la cooperación y la interdependencia entre las formas de vida.

Sea como fuere, asimilarse a una red de colaboración solidaria sumándose por un movimiento de subjetvación a una célula cualquiera, implica participar de flujos materiales, informativos y de valor. Los flujos de información circulando por todas las células son imprescindibles como forma de reciclar los conocimientos a fin de modificarlos buscando transformar el proceso productivo y de consumo, perfeccionando lazos de realimentación que fortalecen la red como un todo. Cualquier diversidad exitosa en la atención a cualquier tipo de demanda debe ser comunicada a toda la red, facilitando su adopción, en caso de que sea conveniente, o preservándola como posibilidad a ser implantada en el futuro si alguna situación lo requiere. Justamente por eso el movimiento de extensividad, intensividad y agregación son tan importantes. Todos ellos permiten que a través de las redes circulen nuevas demandas y tecnologías para su atención. Cuanto mayores sean la diversidad de bienes y servicios efectivados, el conjunto de los consumidores atendidos y la socialización del conocimiento de las formas de producción y servicio adoptadas en la atención de demandas, adaptables a diferentes situaciones, más fuerte se vuelve la red en su capacidad de promover las libertades.

2.13 Recurvación organizacional: generación espontánea, fisión y eslabonamiento

La emergencia de las células en una red se comprende mejor cuando consideramos el proceso de recurvación organizacional. Cada célula, integrada a las demás y surgiendo conectada a ellas en su proceso de génesis, supone un campo de posibilidad, en gran medida organizado por las demás en sus inter-relaciones -–que actúan sobre los flujos exógenos y endógenos. En su movimiento de autoproducción, en cuanto son parte de la red, la célula genera tanto el valor económico de su propia reposición, permitiendo atender las demandas propias por los intercambios que mantienen con las demás, como un valor excedente, permitiendo que

nuevas células puedan surgir por eslabonamiento, fisión o generación espontánea. Manteniéndose a sí misma, ella recrea el campo de posibilidades de la red, que a su vez, gracias a la diversidad abastecida por las células, puede autosustentarse. Para Morin:

El principio de recurvación organizacional va más allá del principio de retroalimentación (feedback); ultrapasa la noción de regulación hacia la autoproducción y auto-organización. Es un círculo generador en el cual los productos y los efectos son los propios productores y causantes de aquello que los produce.25

De la misma manera que los individuos forman la sociedad y ésta, a su vez, es lo que les permite emerger como seres humanos por la mediación de la cultura, igualmente las células forman la red y ésta, a su vez, es lo que posibilita la existencia de las mismas como células y no sólo como empresas o entidades organizacionales desconectadas. Veamos, pues, cómo los procesos de emergencia de nuevas células por generación espontánea, fisión y eslabonamiento suceden siempre por recurvación.

Lo que hace viable que la libre iniciativa solidaria pueda iniciar la producción de un nuevo bien o servicio en la propia red es la disposición de la propia red para desarrollar una mayor diversidad posible de bienes y servicios, lo que permite ampliar el campo de posibilidades de la realización de las libertades públicas y privadas de todos. Así, en el ámbito de las redes, la diversidad alimenta la generación espontánea, que a su vez amplía la diversidad.

En el caso del eslabonamiento, en que una nueva célula surge para producir algún insumo o elemento para una o más células o prestarles algún servicio permanente, tenemos también la recurvación en el sentido de una o más células demandan el surgimiento de otra diferente de sí cuya reposición permite generar la satisfacción de las demás. Así, la reorganización solidaria de las cadenas productivas opera

25 Morin, A inteligência da complexidade... p. 204.

sustentablemente por recurvación en que las células autoproducen redes, que a su vez, en su intensividad y extensividad, generan nuevas y diferentes células que, conectadas, se retroalimentan.

Finalmente, en el caso de la fisión, cuando una célula es “fraccionada” o reproducida, es el elevado número de sus conexiones en alimentar un conjunto exorbitante de clientes o una facturación superior al doble de su valor de reposición lo que provoca el proceso, generando nuevos puestos de trabajo y reduciendo la jornada laboral. De esta manera, generando nuevos puestos de trabajo y reduciendo la jornada laboral, se crean nuevas células que a su vez aumentan la riqueza de la red como un todo, lo que permite incrementar o equilibrar los lazos de consumo, generar o mantener puestos laborales y reducir o mantener la jornada de trabajo para atender demandas presentadas.

En todos esos casos no sólo existe retroacción, en el sentido de autoregulación de la red, sino autoproducción y auto-organización de ella misma a partir de su propia dinámica intrínseca de tender hacia la mayor diversidad. Así, los flujos de información, materiales y valor viabilizan el propio crecimiento auto-organizado y auto-sustentado de la red, que a su vez incrementa los propios flujos de información, materiales y valor.

2.4 Tiempo libre y bien-vivir

El progresivo desarrollo tecnológico en redes de colaboración solidaria, posibilitado por la libre circulación del conocimiento y de valores económicos, logra que aumente, cada vez más, el tiempo libre de los trabajadores para la promoción de su bien-vivir. El primer teórico en investigar ampliamente el problema del tiempo libre generado por el desarrollo tecnológico que viene como consecuencia del empleo de la ciencia en el proceso productivo, fue Karl Marx. Al considerar la gran industria en su fase superior, cuando el capital trae el desarrollo científico a su servicio y cuando las máquinas realizan gran parte del trabajo anteriormente hecho por seres humanos, Marx percibe la progresiva

reducción del tiempo de trabajo vivo necesario para la producción de un mismo volumen de mercancía. Este fenómeno genera un desempleo masivo, menor repartición de recursos al consumo en la forma de salarios, acompañado de una superproducción de mercancías que son vendidas a bajo precio y crisis cíclicas en razón de la pérdida de referencia de valor. En este contexto la medida de riqueza de una sociedad es la cantidad de su tiempo libre que no puede ser directamente empleado en el proceso productivo. Contrariamente, bajo la lógica de concentración de capital, en estas mismas sociedades ricas, la marginación y la pobreza de las mayorías es cada vez más acentuada.

Consideremos mejor los pasajes de este argumento. Para Marx:

La apropiación del trabajo vivo por el capital adquiere en la maquinaria (...) una realidad inmediata. Por un lado, lo que permite a las máquinas ejecutar el mismo trabajo que antes era hecho por el trabajador es el análisis y la aplicación – que provienen directamente de la ciencia – de leyes mecánicas y químicas. El desarrollo de la maquinaria por esa vía, sin embargo, sólo se llevó a cabo cuando la gran industria alcanzó un nivel superior y el capital capturó y puso a su servicio, todas las ciencias; por otra parte, la misma maquinaria existente ofrece grandes recursos. Los inventos se convierten, entonces, en un ramo de actividad económica y la aplicación de la ciencia para la producción inmediata se convierte en un criterio que la determina e incita.26

Este desarrollo de las fuerzas productivas, llevando al capital a depender cada vez menos del trabajo vivo, tanto en la producción de bienes de consumo final como en la bienes de capital, reduciendo el tiempo de trabajo necesario para la producción de bienes que satisfagan al conjunto de la reproducción social, hace surgir un tiempo libre cada vez mayor en que se vuelve posible el desarrollo

26 Karl Marx. Elementos fundamentales para la crítica de la Economía Política (Grumdrisse), 1857-1858... Vol. 2 (Cuaderno VII), p. 226-227.

científico y artístico; tiempo libre que es cada vez mayor en función del propio aumento de productividad capitalista. Este proceso, que amplía aún más la concentración de capitales y las contradicciones del sistema, van generando también, según Marx, las condiciones de su propia disolución. De acuerdo al autor, en los Grundrisse (1857-1858), Cuaderno VII:

En la medida (...) en que la gran industria se desarrolla, la creación de la riqueza efectiva se vuelve menos dependiente del tiempo de trabajo y de cuánto trabajo empleados, que del poder de los agentes puestos en movimiento durante el tiempo de trabajo, poder que a su vez – su poderosa eficacia – no tiene relación alguna con el tiempo de trabajo inmediato que cuesta su producción, sino que más bien depende del estado general de la ciencia y del progreso de la tecnología, o de la aplicación de esta ciencia a la producción (...) El trabajador (...) se presenta a un lado del proceso de producción, en lugar de ser su agente principal. (...) El robo del tiempo de trabajo ajeno, sobre el cual se funda la riqueza actual, aparece como una base miserable comparado con este fundamento recién desarrollado, creado por la gran industria. Tan pronto como el trabajo en su forma inmediata deja de ser la gran fuente de la riqueza, el tiempo de trabajo deja, o tiene que dejar de ser su medida y por lo tanto el valor de cambio del valor de uso. El trabajo de masa deja de ser condición para el desarrollo de la riqueza social, así como el no-trabajo de unos pocos deja de serlo para el desarrollo de los poderes generales del intelecto humano. Con eso, se desmorona la producción fundada en el valor de cambio, y al proceso de producción inmediato se le cancela la forma de la necesidad impuesta y del antagonismo. Desarrollo libre de las individualidades, y por ello no reducción del tiempo de trabajo necesario con vistas a más trabajo, sino en general reducción del trabajo necesario de la sociedad a un mínimo, el cual corresponde entonces a la formación artística, científica, etc.,

de los individuos gracias al tiempo que se volvió libre y los medios creados para todos.27

En efecto, bajo el desarrollo del proceso productivo en razón del desarrollo científico y tecnológico, la medida de riqueza de una sociedad dada pasa a ser el disposable time (tiempo libre, tiempo de no-trabajo, tiempo disponible) que posibilita acentuar aún más el desarrollo científico y tecnológico y reducir el tiempo de trabajo necesario.

El capital mismo es la contradicción en el proceso, que tiende a recudir a un mínimo el tiempo de trabajo, al mismo tiempo que por otro lado pone el tiempo de trabajo como única medida y fuente de la riqueza. Disminuye pues, el tiempo de trabajo en la forma de tiempo de trabajo necesario, para aumentarlo en la forma de trabajo excedente; pone, por lo tanto, en medida creciente, el trabajo excedente como condición – cuestión de vida o muerte – de lo necesario. Por un lado despierta a la vida todos los poderes de la ciencia y de la naturaleza, así como el de la cooperación y del intercambio sociales, para hacer que la creación de la riqueza sea (relativamente) independiente del tiempo de trabajo empleado en ella. Por otro lado, se propone medir con el tiempo de trabajo esas gigantescas fuerzas sociales creadas de tal suerte de reducirlas a los límites requeridos para que el valor ya creado se conserve como valor. Las fuerzas productivas y las relaciones sociales (...) aparecen ante el capital únicamente como medios, y no son para él mas que medios para producir, fundándose en su base mezquina. De hecho, con todo, constituyen las condiciones materiales para hacer saltar esa base por los aires. “Una nación es verdaderamente rica cuando en vez de 12 horas se trabajan 6. Wealth (riqueza) no es disposición de tiempo para más-trabajo” (riqueza efectiva), “sino disposable time, aparte del

27 Ibid., p. 227-229.

tiempo usado en la producción inmediata, para cada individuo y toda la sociedad” (The source and remedy, etc., 1821, p. 6).28

Es interesante notar que en los Grundrisse la riqueza de una nación sea asociada al tiempo libre en el cual se pueden producir, entre otros elementos, el arte industrial y la ciencia. En el Cuaderno VII, Marx lleva esa tesis a las últimas consecuencias, mostrando como el disposable time se torna medida de la riqueza.

La creación de mucho disposable time(...), esta creación de tiempo de no-trabajo, aparece desde el punto de vista del capital, (...) como tiempo de no-trabajo, tiempo libre para algunos. El capital, más allá de eso, aumenta el tiempo de más-trabajo de la masa mediante todos los medios del arte y de la ciencia, una vez que su riqueza consiste directamente en la apropiación del tiempo de más-trabajo; ya que su objetivo es directamente el valor, no el valor de uso. De esta manera, contra su propia voluntad, es instrumental en la creación de las posibilidades del tiempo social disponible, para reducir a un mínimo decreciente el tiempo de trabajo de toda la sociedad y así volver libre el tiempo de todos para el propio desarrollo de los mismos. Su tendencia, sin embargo, es siempre por un lado crear disposable time, y por otro convertirlo en más-trabajo. Si es demasiadamente exitoso en cuanto al primero, experimenta una superproducción y entonces se interrumpirá el trabajo necesario, porque el capital no puede valorar más-trabajo alguno. Cuanto más se desarrolla esta contradicción, tanto más se coloca desde aquí que el crecimiento de las fuerzas productivas ya no puede estar ligado a la apropiación de más-trabajo ajeno, sino que la masa trabajadora debe apropiarse de su más-trabajo. Una vez que lo haga – y con eso el disposable time cesará de tener una existencia antiética -, por una parte el tiempo de trabajo necesario encontrará su medida en las necesidades del individuo social y por

28 Ibid., p. 229.

otra el desarrollo de la fuerza productiva social será tan rápido que, aunque ahora la producción se calcule en función de la riqueza común, crecerá el disposable time de todos. Pues la riqueza efectiva es la fuerza productiva desarrollada de todos los individuos. Ya no es entonces, de manera alguna, el tiempo de trabajo, la medida de la riqueza, sino el disposable time. El tiempo de trabajo como medida de la riqueza pone la riqueza misma como fundada sobre la pobreza y al disposable time como existente en y en virtud de la antitesis con el tiempo de más-trabajo, o bien coloca todo el tiempo de un individuo como tiempo de trabajo y consecuentemente lo degrada a mero trabajador, lo subsume en el trabajo. 29

Bajo el argumento de Marx, el tiempo de no-trabajo, que también existió en modos de producción anteriores, estuvo reservado a pequeñas parcelas sociales. Todavía, la alta productividad alcanzada en el capitalismo por haber subsumido el desarrollo científico y tecnológico hace que se amplíe el tiempo de no-trabajo para toda la sociedad. Sin embargo, como el capital permanece concentrado, gran parte de la sociedad queda privada de convertir el tiempo libre, diríamos nosotros, en tiempo de bien-vivir. Esa reflexión de Marx es confirmada por datos actuales levantados por el Programa de Desarrollo Humano de la ONU, indicando que los 20% más ricos de la población mundial realizan el 86% del total de gastos en consumo privado, mientras que los 20% más pobres realizan sólo el 1.3%30. Como citamos anteriormente, es impresionante que las 358 personas más ricas del mundo, en 1993, poseían activos que superaban la suma de la renta anual de países en que residían 2.3 billones de personas, esto es, 45% de toda la población del planeta. Sin embargo, si consideramos el desarrollo tecnológico alcanzado actualmente y el volumen de riquezas que pueden continuamente ser producidas con ellas, podemos concluir que si ocurriese un proceso general de distribución de 29 Ibid., p. 231-232.30 Fuente: ONU. Human development report 1998 – Changing today`s consumptian patterns – For tomorrow´s human development. “Overview” (dic/2001), http://www.undp.org/hdro/e98over,htm.

renta sería posible promover el bien-vivir de todos en condiciones satisfactorias, garantizándose la ampliación de las libertades públicas y privadas.

Bajo el modelo de las redes de colaboración solidaria todo avance tecnológico tiende a generar el mismo movimiento de generación de disposable time, con la fundamental diferencia de que los valores producidos por el trabajo son compartidos, como condición de auto-sustentación y expansión de la propia red. Así, si por un lado la exclusión económica y social, que se acentúa cada día, provocada por el capitalismo, fuerza a los desempleados a buscar alternativas para la ocupación de su fuerza de trabajo buscando atender sus propias necesidades y de sus familiares – encont5rando en la economía solidaria esa posibilidad -, por otra parte, si las prácticas de financiamiento, producción, comercio y consumo solidarios actualmente existentes se conectaran en redes bajo los patrones que argumentamos, se vuelve posible ampliar el tiempo libre de todos en función del bien-vivir, suprimiéndose la exclusión capitalista. Así, los excluidos por el capitalismo bajo el paradigma de la escasez podrán hacer surgir un nuevo sistema económico centrado en la colaboración solidaria que, operando bajo el paradigma de la abundancia, suplantará al propio capitalismo, con las tecnologías actualmente disponibles.

2.16 La complejidad de red, cualidades emergentes y tiempo libre para el bien-vivir

Uno de los llamados principios de la complejidad es que el todo es siempre más – o también menos – que la mera suma de las partes. De acuerdo a Morin, él es más que la suma de las partes pues:

(...) existen cualidades emergentes que nacen de la organización de un todo y que pueden retomar a las partes. (Pero) (...) el todo es igualmente menos de la suma de las partes porque las partes

pueden tener cualidades que sin inhibidas por la organización del conjunto66.

Del átomo a la estrella, de la bacteria al hombre y a la sociedad, la organización de un todo produce cualidades o propiedades nuevas en relación a las partes consideradas aisladamente: las emergencias67.

Considerando el sistema capitalista, por ejemplo, como un todo complejo podemos percibir la emergencia del tiempo disponible como resultado de múltiples retroacciones y realimentaciones entre ciencia, tecnología y trabajo productivo. Sin embargo por su propia organización como sistema centrado en la lógica de la escasez y en la concentración de riqueza, el capitalismo inhibe – y progresivamente impide – que nuevas cualidades conviertan ese tiempo disponible de trabajo en tiempo libre, en tiempo para el bien-vivir de todos.

Analicemos mejor ese fenómeno, distinguiendo las ideas de tiempo disponible, tiempo de no trabajo y tiempo libre.

El capitalismo, con el desarrollo tecnológico, generó un tiempo de trabajo disponible, es decir, in tiempo de trabajo inmediato no requiere para producir mayores volúmenes de capital. En otras palabras, al capitalista le es más oneroso mantener trabajadores en una línea de producción que innovar en la automatización, ya que, reduciendo el personal empleado, aumenta sus ganancias.

El tiempo disponible, es decir, que ya no puede ser empleado lucrativamente bajo la lógica de la competencia en el mercado para reproducir capital, se convierte socialmente, en tiempo de no trabajo para el capital. El trabajador, entretanto, que es excluido del proceso productivo capitalista, vive en una situación dramática, en la cual requiere,

66 Morin, Op. cit., p. 202.67 Ibid. , p. 209.

de cualquier manera, realizar alguna actividad que genere las condiciones de manutención de su propia vida: sin embargo, difícilmente encuentra alguna ocupación duradera que le dé estabilidad o seguridad. Así, el tiempo de trabajo disponible al capital en volúmenes cada vez mayores (que aumenta en igual medida la concentración del capital) se vuelve el tiempo de exclusión para la gran mayoría de los trabajadores y trabajadoras.

Bajo la lógica de las redes, entretanto, este tiempo surge como tiempo libre. El aumento del tiempo disponible en el interior de las redes – gracias a la reducción de la jornada de trabajo de todos y a la distribución de renta que mantiene el consumo en lazos de realimentación – permite a cada persona, progresivamente, aumentar su tiempo libre para disfrutar del bien-vivir. Puesto que reciben una justa remuneración por su trabajo que se reduce progresivamente a un tiempo cada vez menor, las personas pueden reorganizar su vida en función de otras dimensiones culturales, científicas, deportivas, de placer, etc.

La conversión del tiempo disponible de trabajo que emerge en la sociedad capitalista – siendo cada vez más abundante y que, bajo la lógica de la escasez, no tiene valor en el mercado, puesto que el capital no lo demanda, pues una vez que cambia cualquier valor económico (salario) por él, sería para el capitalista, perder capital – en tiempo libre de bien-vivir supone que las redes se expandan progresivamente e incorporen o produzcan nuevas tecnologías que aumenten su potencial productivo, distribuyendo los beneficios de esas innovaciones por todas las cadenas productivas. En otras palabras, las ganancias de un valor económico en un segmento pueden ser compartidas con los segmentos anteriores y posteriores de esas cadenas, permitiendo la contratación de más trabajadores en esas empresas y la reducción de la jornada de trabajo de todos o la fisión de algunas empresas que pasan a producir menos, reduciendo también la jornada de trabajo, alcanzando una facturación mínima que sea siempre, de alguna medida, superior al punto de equilibrio de cada empresa. Por otra parte, los excedentes generados en ciertas

cadenas productivas permiten reorganizar solidariamente otras cadenas, multiplicando empresas con igual reducción de jornada de trabajo para todos.

Si consideramos las redes en sus lazos de realimentación entre consumo, producción y reinversión colectiva nos damos cuenta que este modo de conectar solidariamente el consumo a la producción permite la emergencia de nuevas cualidades anteriormente inexistentes emergiendo una nueva forma de organización económica. Cada elemento conectado en la red permite – por su integración a los demás, por los flujos que agencia y en los cuales se realiza – el surgimiento de procesos complejos con la emergencia de nuevas cualidades anteriormente inexistentes, nuevas subjetivaciones o singularizaciones, nuevos productos y servicios, nuevas tecnologías y manifestaciones artísticas y culturales. Las nuevas propiedades que emergen en relación a las existentes permite, la transformación o realimentación de todas las demás. Así, la principal cualidad que surge del sistema es el aumento de las libertades – éticamente ejercidas – de cada una y todas las personas.

2.17 Revolución y utopía

Aunque todas las condiciones materiales sean dadas para que el tiempo disponible de toda la humanidad pueda convertirse en tiempo libre para el bien-vivir, suena “utópico” que pueda realizarse a la brevedad. En efecto, una sociedad de ese tipo solamente puede surgir como fruto de una revolución económica, política y cultural, fruto de revoluciones molares que se articulan a innumerables revoluciones moleculares, envolviendo las diversas dimensiones de la consistencia humana. Se trata de subvertir la situación vigente y construir una nueva realidad mediada por acciones creativas y dialógicas, involucrando a las diferentes colectividades. Esta idea de que sea posible una revolución constructiva, capaz de realizar parcialmente utopías colectivas subvirtiendo molecularmente al capitalismo, fue formulada, inicialmente en el siglo pasado, por Gustav

Laundauer, un socialista utópico, cuya principal obra La revolución, está en la base de los conceptos de ideología y utopía de Karl Mannheim, a los cuales critica.

De acuerdo a Landauer, la revolución se relaciona con toda la convivencia humana. No sólo con el Estado, la división de clases, las instituciones religiosas, la vida económica, las tendencias y creaciones intelectuales, el arte, la educación y perfeccionamiento espiritual, sino con el conglomerado de todas estas formas de manifestación de la convivencia, que en algunas épocas se encuentra en un estado de relativa estabilidad, basada en el consentimiento general”. Landauer denomina como topía “(...) este conglomerado general y amplio de la convivencia, en estado de relativa estabilidad (...)”68.

Para el autor la topía es la fuente del bien-vivir o de la precariedad de una sociedad, constituyendo las condiciones de vida de cada pueblo. Ella condiciona todas las circunstancias de convivencia social, teniendo relativa estabilidad. Tal estabilidad, que evoluciona gradualmente, llegando a un punto de equilibrio inestable, es afectada por cambios que son obra de la utopía que tiene su origen en la vida individual. Landauer entiende por utopía “(...) un conglomerado de aspiraciones y tendencias de la voluntad individual, siempre heterogéneas y aisladas, pero que, en un determinado momento de crisis que exaspera los entusiasmos, se va unificando y organizando en una forma de vida social, es decir, en la tendencia de formar una topía de funcionamiento impecable, donde sea excluida toda especie de defectos e injusticias”69. Así, toda topía es seguida de una utopía, que es seguida a su vez por otra topía, en un movimiento sucesivo. La utopía compone la totalidad de aspiraciones y conduce a una nueva topía, que sin embargo no consigue efectivarla en su conjunto.

68 Gustav Landauer. La revolución... p. 26-2769 Ibid. , p. 27-28

En efecto, cada utopía se compone de dos elementos: el primero es la reacción contra la topía de la cual se origina; el segundo es el recuerdo de utopías similares anteriores. De la misma manera, en cada topía encontramos tanto los elementos victoriosos de la utopía precedente (que pasan del dominio de la voluntad a la realidad) como los de la topía precedente que son conservados. Pero la existencia de una nueva topía es significativamente influenciada por las exigencias prácticas de la época revolucionaria que, circunstancialmente, exigirán en el nacimiento de la nueva topía diferentes mediaciones políticas y negaciones parciales de su propio proyecto. La nueva topía, por lo tanto, como el intento de salvar la utopía, pero de hecho, al ajustarla al campo de posibilidades, comporta su distorsión.

A partir de este análisis se podría considerar la revolución de dos maneras. En la primera de ellas se trataría de “(...) espacio de tiempo durante el cual la vieja topía ya no está sólidamente establecida y en la cual, todavía, la nueva aún no se ha firmado”. En este sentido, “la revolución es también el camino que va de una topía a otra, a partir de una relativa estabilidad, a través del caos, de la revuelta y del individualismo (...), hasta otra estabilidad relativa”70. Landauer nota que “(...) en las épocas de topías relativamente estables sobrevive la utopía subterránea, pretendiendo realizar la unidad de ese complejo de sentimiento, voluntad y recuerdo. Es esta unidad la que se tiende a designar como revolución. En este sentido la revolución no es un período o un límite, sino un principio que no cesa de proseguir a través de largos períodos, las utopías”71.

Para Landauer, las formas tradicionales de la revolución política en su época – aún las socialistas y anarquistas – eran ineficaces. Él proponía una revolución constructiva que ni fuese solamente destructora de las estructuras capitalistas, sino que tuviera un proyecto utópico creativo que no pretendiera amoldar el futuro a partir de las ideas del presente; molde

70 Ibid. , p. 28-29.71 ibid. , p. 33.

que redundaría en una estructura estatal cristalizada y totalitaria que debería ser evitada.

La concepción de revolución socialista defendida por Landauer era constructiva. Afirmaba que en medio del mundo capitalista de la época, era posible fundar y expandir instituciones socialistas, pues, de manera semejante, la burguesía se instaló económicamente en medio del régimen feudal, introduciendo relaciones de producción capitalistas en los burgos que, expandiéndose, subvirtieron el sistema servil. De modo similar, solamente después de la gran expansión de la revolución socialista real, es decir, después de la construcción de un nuevo modo de organizar la producción económica, la reproducción social y el ejercicio del poder en innumerables comunidades con multiplicación progresiva, incrustadas en medio de las sociedades capitalistas, es como se realizaría la revolución política. Inspirada en tesis de este tipo, la Liga Socialista, que surgió en Alemania, fundó colonias voluntarias en diversas comarcas de aquel país y también en Suiza. Tales colonias reunían operarios, campesinos, artesanos y “hombres de ciencia”, integrando acciones de carácter agrario, artesanal, “industrial” y de formación intelectual. Este prometedor inicio, en la opinión de algunos, fue destruido por la secuencia de los acontecimientos históricos. Con los levantamientos revolucionarios en 1918 y 1919, en varios países europeos, Landauer se volvió dirigente de la Comuna de Munique, junto con otros socialistas que no se sometían a las orientaciones de Moscú, ya que eran contrarios no sólo al Estado burgués, sino a toda forma de gobierno centralizado. Tropas leales a Lenin actúan para tomar las fuerzas en el poder, situación que durará poco. El 1º de mayo de 1919 Munique fue cercada por la contra-revolución bárbara, provocando la caída del soviet, seguida de una brutal masacre en que Landauer y otros líderes cayeron muertos.

A pesar del matiz romántico y espiritualista – en el sentido filosófico de los términos – de gran parte de las reflexiones Landauerianas en su libro La revolución, que no resisten una crítica compleja, su afirmación de que la revolución debe alcanzar todos los horizontes de la

convivencia humana nos parece correcta, así como la necesidad de un proyecto utópico creativo, en constante cambio, que nunca redunde en estructuras pretendiblemente intrasformables. Sus conceptos dialógicos de topía y utopía, de la integración de lo individual en utopías colectivas, también son de gran valor para una reflexión compleja sobre la praxis de liberación72.

Cabe afirmar, por lo tanto, que un proceso revolucionario no puede ser resumido a un momento de toma del poder del Estado por la clase trabajadora. Es un movimiento mucho más complejo que está compuesto de interacciones particulares, modificadoras de circunstancias específicas (que circunscriben campos de posibilidades) e intervenciones de alcance cotidiano y estructural, que alteran la macroorganización social y política de relativa estabilidad.

De hecho, toda praxis tiene como referencia alguna utopía. En una praxis revolucionaria democrática, esta utopía debe construirse de manera colectiva, dialógicamente, cuyo sentido fundamental provenga del deseo de otro en su libertad, en su diferencia éticamente realizable. Tal utopía colectiva, que se convierte en referencia para la revolución de la topía, necesita recoger la composición de las innumerables utopías particulares de grupos y movimientos sociales que sean referencia que acojan los deseos singularizantes en la promoción de las libertades públicas y privadas.

Se tiene, así, una revolución molar compuesta por millares de revoluciones moleculares que se complejizan en un mismo proceso creativo de transformación, en la cual las utopías son constantemente reformuladas frente a las diferencias surgidas en el proceso de hacerlas efectivas. Esta revolución de revoluciones posibilita la composición, en un mismo proceso, de diversas tendencias sociales que tienen prácticas contrarias, pero que pueden participar de la efectivación de una sociedad

72 Véase nuestro artículo “Práxis de libertação e subjetividade”. Revista Filosofia 6 (7): 81-109, jun./1993. Curitiba, PUC-PR

democrática, justa y fraterna, organizada bajo una cierta formulación utópica, colectiva y solidaria.

En efecto, el capitalismo hoy está bajo una relativa inestabilidad. La mayor parte de la población mundial está insatisfecha con la topía vigente y se construyen utopías individualistas, cada cual buscando una alternativa de solución a sus problemas, intentando o no encontrar alguna satisfacción bajo la lógica del capital. Sin embargo, como las alternativas individualistas fracasan siempre, avanzan las alternativas colectivas y solidarias (única forma de atender las demandas individuales) que en su mayoría, aún no están estratégicamente articuladas bajo el complejo modelo de colaboración en redes solidarias que presentamos.

La actual inestabilidad del capitalismo permite que un nuevo modelo pueda surgir a partir de flujos informativos que – tomando elementos de la negación del modelo presente, elementos de utopías pasadas y concibiendo nuevas posibilidades – vuelven factible la construcción de la gran utopía de una sociedad solidaria, capaz de agenciar molecularmente la asimilación a esas redes solidarias de contingentes cada vez mayores y sean al mismo tiempo flexibles, permitiendo que cada nueva célula molecularmente contribuya en la reconstrucción de la utopía de todos, posibilitando una revolución permanente, buscando expandir cada vez más las libertades públicas y privadas éticamente ejercidas.

Células de colaboración solidaria pueden esparcirse por cualquier parte donde sea posible que las personas organicen actividades autónomas de consumo y trabajo y, al articularse en redes, podrán engendrar de manera paralela al sistema capitalista, un nuevo sistema económico, político y cultural, capaz no sólo de incorporar a todos los excluidos por el capitalismo, sino también suplantar ese sistema, multiplicando el tiempo libre de todos para la promoción del bien-vivir.

El carácter utópico de las redes de colaboración solidaria – siguiendo la terminología de Karl Mannheim – reside en el hecho de que

ellas pueden ser implantadas, esto es, pueden ser realizadas73. Sin embargo, al no ser las redes modelos concebidos por meras deducciones formales, las utopías de la colaboración solidaria son históricas y se modifican constantemente, en razón de las propias contingencias humanas, perfeccionándose en el anhelo por ampliar el ejercicio humano de la libertad74. Ellas, por lo tanto, son corregidas cotidianamente y transformadas por la praxis solidaria y colectiva de todas las personas y organizaciones que se adhieren a la estrategia global de colaboración en redes y que democráticamente buscan implantarla.

2.18 Sustentabilidad holística – Autonomía y dependencia

La palabra holós significa todo. En las teorías de la complejidad las palabras holístico y hologramático indican la idea de que todo está presente en cada parte y de que cada parte está en el todo. Explicando esa idea recurriendo a la biología, afirma Morin: “(...) cada célula es una parte de un todo – el organismo global -, pero el todo está en la parte: la totalidad del patrimonio genético está presente en cada célula individual”75.

Ahora, si cada persona que participa de las redes es singular ¿cómo puede contener el todo? Solamente de manera analógica, en lo que se refiere a la comprensión de las conexiones de sí con los demás. Pero en lo que se refiere a su constitución como persona – en sus flujos materiales y semióticos - ella se reproduce, se rehace, tanto por la incorporación de subjetividades objetivadas en productos y servicios que resultan de síntesis sucesivas de procesos de trabajo en cada etapa de las cadenas productivas,

73 Sobre la paradoja de Mannheim involucrando los conceptos de ideología y utopía véase Paul Ricoeur, Ideologia e utopia. Lisboa, Ediciones 70, 1991.74 Sobre el problema que de las contingencias históricas para la formalización utópica, véase: Franz Hinkelamment, Critica à razão utópica...75 Morin, op. Cit., p. 205. Sobre nuestra crítica a las concepciones equivocadas de holismo véase: “A complexidade do real e a elaboração dos conceitos – Una crítica aos holismos”, que es el quinto ítem de nuestro artículo “O filosofar como prática de cidadania.” http://www.euclidesmance.pro.br

como de las semiosis que atraviesan el desencadenamiento de futuros y subjetivaciones. No se puede negar la conexión múltiple de todos esos procesos que posibilitan nuestra consistencia singular, aunque no podamos analizarlos hasta el infinito pues cada conexión nos remite a otra. Nuestra consistencia, por lo tanto, siempre es un misterio para nosotros mismos, razón por la cual podemos redescubrirnos y encantarnos con nosotros mismos cada día, escrutando la diversidad que nos integra y constituye.

El carácter hologramático de las redes se manifiesta de manera más evidente en lo referente a su sustentabilidad, una vez que al considerarla percibimos la dialógica entre autonomía y dependencia como conexión entre todos sus elementos constitutivos. Los lazos de realimentación que permiten a las redes expandirse instituyen la de dependencia entre todos, al mismo tiempo que, siendo la participación en la red una decisión libre, cada célula participa en el establecimiento democrático de las normas o parámetros de organización colectiva, incorporando la integralidad del conjunto a su propia diversidad.

Es en esta situación de autonomía y dependencia entre todos, que la sustentabilidad de las redes encuentra su equilibrio, en su capacidad innovadora y en el respeto a las libertades públicas. Ella necesita sustentar las diversidades, acogerlas, como condición de fecundarse y crecer, pero cada diversidad necesita sustentar las demás diversidades y sustentar las conexiones entre todos.

El hecho de que toda la información requerida para reproducir una nueva célula esté disponible a cada célula y de que su sustentabilidad componga la autonomía y dependencia de cada uno entre todos, caracteriza su carácter hologramático: el todo está en la parte al mismo tiempo que la parte está en el todo.

2.19 La congruencia entre demandas sociales y su satisfacción en las redes solidarias

Arturo Andrés Roig, uno de los teóricos de la filosofía de la liberación, desarrolló algunas reflexiones de gran valor para una comprensión más sutil de las potencialidades liberadoras de los movimientos sociales, a las cuales podemos acudir para considerar mejor ciertos aspectos de las redes de colaboración solidaria. Al destacar la importancia fundamental de “por –sí-para-sí-como-valioso” del ser humano en su proceso de emancipación, esto es, de afirmarse por sí mismo en su valor y de actuar por su propia liberación, Roig destaca que los movimientos emancipatorios elaboran ideologías orgánicas para su praxis, en las cuales están presentes filosofemos que pueden ser reelaborados teóricamente bajo la perspectiva de una filosofía de liberación. Igualmente, las acciones hegemónicas de las élites dominantes poseen teorías que les son orgánicas y que encuentran, en innumerables filosofemos, valiosos soportes ideológicos justificadores. Cabe, por lo tanto, en la história crítica de las ideas propuesta por Roig, explicarse la conexión histórica ecónomica-política-social entre lo filosófico y lo extrafilosófico que existe en los modos de alienación y en las luchas por liberación, una vez que los conceptos filosóficos jamás explican totalmente lo real, cabiendo siempre una necesaria autocrítica a la filosofía en cuanto al papel ideológico que pueda cumplir en los más diversos contextos.

Subraya el autor que el discurso político aparece como la reformulación de una “demanda social”, siendo tal reformulación justificada por alguna filosofía. En otras palabras, los sectores populares, en su extendida lucha por ser-para-sí-mismos-valiosos, formulan demandas que son reformuladas políticamente por sectores que establecen modos de atenderlos, de manera que se beneficien ellos mismos con tal atención. Esta reformulación, aún cuando sea organizada ideológicamente, siempre es justificada de manera filosófica. Así por ejemplo, la demanda social por vivienda es generalmente atendida con la construcción de conjuntos habitacionales en las periferias de las grandes ciudades, favoreciendo a especuladores mobiliarios; la demanda por equipamiento público es atendida para satisfacer los intereses de las grandes empresas, etc. En este

caso podemos evocar la tesis positivista de la pretendida neutralidad científica en las técnicas de planeación urbana para afirmar la imparcialidad de las políticas públicas que se implantan, como si ellas no estuvieran permeadas por intereses contradictorios. Es justamente entre demandas, reformulación política y justificación que se juega el problema ideológico.

El análisis realizado por Roig de los movimientos populares destaca que la reformulación de la demanda social encuentra su sujeto en el pueblo, pero que tal formulación es reformulada por el líder político, que se presenta como intérprete del pueblo. En tal reformulación de la demanda social, el político toma en consideración su propia demanda articulada a las demandas de la clase social de la que es parte. En este complejo sistema de conexiones y realimentaciones, el discurso filosófico, a su vez, se desdobla insertado en el discurso político que se configura como reformulación de la demanda social, justificando tal reformulación. Es importante subrayar que para Roig la “no-coincidencia entre el sujeto de la formulación de la demanda social y el sujeto de su reformulación se manifiesta en la estructura misma del discurso político opresor”76.

Bajo la lógica de las redes de colaboración solidaria, la alternativa encontrada para enfrentar este problema es crear mecanismos que permitan establecer colectivamente la coincidencia entre sujetos que formulan las demandas y los sujetos que las reformulan y atienden. En otras palabras, para las demandas que las redes formulan para ellas mismas, buscan ampliar al máximo posible las libertades de todos. En esta perspectiva es de gran relevancia el fortalecimiento del poder local y la ampliación de todas las formas posibles de participación directa en las decisiones, introduciendo mecanismos de control y revocación sobre el ejercicio del poder delegado. Las redes pueden atender no sólo sus demandas económicas, sino elaborar propuestas de políticas públicas buscando garantizar el bien-vivir de las colectividades.

76 Arturo Andrés Roig, “Bases metodológicas para el tratamiento de las ideologias”. En : Varios. Hacia una filosofia...

Asimilarse a las redes es un movimiento libre, que busca ampliar los horizontes de ejercicio de las libertades públicas y privadas. Quien se asimila a las redes se-pone-para-sí-como-valioso, al mismo tiempo que considera a todas las personas como portadoras de derechos para su realización humana, deseándolas en su libertad y diferencias, éticamente vivenciadas. Cada consumidor puede presentar sus demandas a la red y puede proponerse para atenderlas, organizando células de producción, comercio o servicio. Es facultad de la propia red decidir sobre la mejor manera de satisfacer tales demandas, promoviendo los principios de diversidad e integralidad. Se tiene, por lo tanto, en ese ámbito solidario, la coincidencia colectiva entre aquel que formula la demanda y quien la reformula y quien la satisface, una vez que, aún siendo sujetos particulares diferentes que actúan en cada uno de esos momentos, todos los flujos informativos, informativos y de valor que los interligan y realimentan generan la propia consistencia de la misma red que los soporta colectivamente para el ejercicio singular de libertad.

Considerándolas en su relación con el Estado, las redes pueden igualmente desempeñar ese papel de formular demandas y reformularlas políticamente, elaborando políticas públicas que ellas mismas pueden atender, sea operando servicios públicos bajo control gubernamental, sea efectivando tales políticas autónomamente, consolidándose en su poder público no estatal.

Tradicionalmente, la población formula las demandas a partir de sus necesidades y anhelos, siendo tarea de los partidos y “políticos” reformularlas técnica y políticamente para atenderlas77. En efecto, los

77 En algunos casos esas demandas son recogidas en investigaciones de opinión. Sobresaliendo todavía que los medios influencian la inducción de esa formulación de demandas. De acuerdo a Hebert de Souza, la opinión pública es formada en gran parte por los telenoticieros, ya que la mayoría de la población opina a partir de las informaciones seleccionadas y editadas por las grandes redes de TV. Así, “Cuando los medios destacan en su pauta los problemas de la violencia, el Ibope recoge en la otra punta la violencia como la primera preocupación (...) (de los entrevistados). La ola

problemas urbanos enfrentados por la población, poseen causas estructurales consecuentes del modelo capitalista de desarrollo que privilegia siempre la acumulación de capital por pequeños sectores sociales, menospreciando la calidad de vida de la mayoría de la población. Las demandas sociales atendidas, bajo esa lógica, promueven siempre el enriquecimiento de propietarios de empresas, constructoras, especuladores mobiliarios, etc. Dado que la mayor parte de los movimientos sociales son sólo reivindicativos, formulan las demandas pero no las reformulan en proyectos de políticas públicas, por lo que los gobernantes comprometidos con los grandes grupos económicos reformulan tales demandas buscando, al atenderlas, favorecer a sus aliados, a sí mismos y a sus partidos. Sin embargo, rompiendo con esa lógica nefasta para el bien público, es posible articular redes y movimientos sociales en la elaboración de programas de gobierno de forma tal de encontrar conjuntamente soluciones alternativas en la perspectiva de la transformación estructural de la sociedad. En varias ciudades por ejemplo, en el proceso de presupuesto participativo, los sectores organizados no sólo presentan reivindicaciones, sino propuestas de políticas públicas y deciden sobre la aplicación de los recursos.

Los programas de gobierno, por lo tanto, pueden tener un carácter estratégico – para las organizaciones políticas y sociales comprometidas con el avance de las redes de colaboración solidaria – que no reside sólo en su contenido, sino especialmente en el proceso pedagógico y movilizador de su elaboración. En otras palabras, en la elaboración colectiva de un programa de gobierno, más allá de diagnosticar las raíces estructurales de los problemas que la sociedad enfrenta cotidianamente, se construyen propuestas que atiendan las exigencias reales de la población. Este proceso de educación popular resulta en una politización cada vez mayor de la sociedad a favor de las transformaciones estructurales de carácter post-capitalista. Para conseguir hacer del gobierno la expresión de la voluntad política de las reivindicaciones y de las redes solidarias,

posteriormente, sin que la violencia disminuya, pasa la hiperinflación, la corrupción o la cólera, y la preocupación dominante varía según las emisoras”. Hebert de Souza. “A TV do país das maravihas – Os telejornais estão de costas para o Brasil Real”. Revista Imprensa, marzo de 1992, p. 15.

organizadas bajo diferentes formas en la sociedad civil, su elaboración dialógica – considerando la diversidad de los actores y sus prácticas – debe ser un momento de politización de la plataforma de reivindicaciones del conjunto de movimientos sociales (populares, eclesiales, sindicales, etc.), ONGs y empresas solidarias, entre tantos otros, que podrán apoyar la administración que las implemente o enfrentar a aquella que rechace tales propuestas.

En otras palabras, bajo la estrategia de la colaboración solidaria entre redes, el proceso de elaboración de un programa gubernamental debe adoptrar una metodología participativa, dialógica, de construcción colectiva del conocimiento, involucrando al mayor número de participantes, contando son la contribución de colaboración técnicamente competentes en las diferentes áreas, a fin de auxiliar en la reflexión sobre alternativas y soluciones en diálogo con los movimientos y organizaciones populares para que, al final del proceso, el programa sea técnicamente bien elaborado, bajo los parámetros de un desarrollo económicamente viable, socialmente justo y ecológicamente sustentable, al mismo tiempo que exprese la voluntad política de los sectores populares de la sociedad civil, constituyéndose así en un instrumento de disputa de hegemonía en el cuadro de la estrategia global que sea sumida por el conjunto de las redes. Esto requiere que el proceso de elaboración del programa sea un rico momento pedagógico para todo el conjunto de organizaciones involucradas, posibilitándoles profundizar la comprensión estructural de los problemas urbanos y rurales, económicos, sociales y culturales, evaluando los ciudadanos las propuestas de políticas públicas que satisfagan las demandas sociales, pensando a la ciudad, al estado y al país en su globalidad, en su complejidad, estableciendo ejes de lucha que permeen la integración de diversas redes, avanzando en la solución de sus cuestiones inmediatas, acumulando fuerzas para promover transformaciones sociales estructurales, construyendo el consenso en la sociedad sobre la necesidad de tales cambios y para el necesario enfrentamiento de las organizaciones capitalistas que se benefician hartamente de las políticas públicas, en detrimento de la mejor atención de

los intereses de la ciudadanía. Tales ejes deben, pues, contemplar las diversas demandas de los movimientos sociales populares, reformuladas colectivamente por las propias organizaciones en políticas públicas, articulándolas de manera estratégica.

Un programa como ese, de carácter post-capitalista, capaz de implantarse en una sociedad capitalista e ir subvirtiéndola progresivamente por la reorganización de flujos económicos y de poder político, puede ser tanto el instrumento inicial de un gobierno popular que sea electo, como, en caso de su derrota electoral, volverse el principal instrumento de referencia para la oposición al nuevo gobierno. En el enfrentamiento de un gobierno que se opone al proyecto de las redes de colaboración solidaria, el programa de gobierno democrático y popular sirve como referencia para la propuesta de políticas públicas por los parlamentarios electos, comprometidos con la transformación estructural de la sociedad, con la construcción de una sociedad post-capitalista. Por otra parte, elementos de ese programa pueden efectivamente tornarse referencia en la lucha política para el conjunto de las redes, tanto en la propuesta de políticas públicas a través de proyectos de ley de iniciativa popular, como en la práctica de la acción directa en la oposición a los gobiernos constituidos, o la misma implantación parcial de estas políticas, con la organización de un poder paralelo a los gobiernos constituidos, respetando las reglas democráticas en su relación autónoma con el Estado.

2.20 Gestión democrática y dialogidad

La democracia no puede ser rasamente caracterizada como el régimen de la libertad en que el gobierno, con poderes divididos y controlados en su autoridad, es establecido por el consenso de mayoría obtenido por mecanismos electorales. La historia nos muestra que las mayorías pueden ser fácilmente manipuladas por las minorías y que los regímenes autoritarios pueden ser organizados valiéndose de los recursos formalmente democráticos.

Analizando la manera cómo el capitalismo se vale de los procedimientos democráticos, Cornélius Castoriadis afirma:

El conjunto de los medios utilizados por el capitalismo obedece siempre al mismo imperativo: mantener su dominación, extender su control sobre la sociedad en general, sobre el proletariado en particular (...). Todas las esferas de la vida social, más allá de la economía y de la política, están ahora arrastradas en el conflicto y explícitamente integradas en la red de organización donde la clase dominante intenta aprisionar a toda la sociedad (...). Es así que la sociedad moderna que vive bajo un régimen “democrático”, o bajo un régimen “dictatorial”, de hecho es siempre totalitaria. Pues la dominación de los explotadores debe, para mantenerse, invadir todos los dominios de la actividad e intentar someterlos (...). La manipulación “pacífica” de las masas, la asimilación gradual de las oposiciones organizadas, pueden ser medios mucho más eficaces78.

La gestión democrática que proponemos en A revolução das redes exige mecanismos que eviten cualquier tipo de subsunción de procedimientos democráticos en formas totalitarias de ejercicio de poder79. No basta sólo viabilizar la mediación económica de la realización de las libertades públicas y privadas. Hay que viabilizar también las condiciones políticas, informativas y educativas para su ético ejercicio.

Contribuyendo en esa elaboración colectiva, cabe rescatar la dimensión dialógica inherente a los procedimientos democráticos y problematizarlos en su capacidad de asegurar la expansión de las libertades públicas y privadas, particularmente frente a la emergencia de las singularidades que tanto pueden perfeccionar como debilitar el

78 Cornelius Castoriadis, Capitalisme moderne et revolution. París, Union Générale dÉditions, 1979, p. 118-119. Col, 10.18, apud Marilena Chauí, Cultura e democracia, 8ª edición, São Paulo, Editora Cortez, 2000, p. 163-164, nota n.1.79 Sobre esto véase nuestro libro electrónico: Globalização, subjetividade e totalitarismo – Elementos para un estudio de caso: O governo Fernando Henrique Cardoso. Curitiba, 1998. http://www.euclidesmance.pro.br

ejercicio de la propia democracia. La democracia no se viabiliza sólo por el consenso sino por el mantenimiento de la posibilidad del disenso éticamente ejercido. Las deliberaciones democráticamente alcanzadas no requieren sólo un acuerdo comunicativo en el seno de una comunidad interpretante a partir del mejor argumento, sino considerar en qué medida, a partir de esas deliberaciones, las personas no serán perjudicadas en su campo de posibilidades de ejercer las libertades públicas y privadas. La existencia de personas oprimidas en la condición de afectadas, dominadas o excluidas, como resultado de acuerdos formalmente democráticos, nos revela la cara cínica de los consensos políticos. No basta, por lo tanto, el mejor argumento en una comunidad de comunicación hegemónica, que sería pretendidamente abierta a la participación universal, si, manejando una razón estratégica, el argumento cínico soporta la victoria del opresor revestido de la legitimidad que le es conferida por la mayoría democrática80.

La idea de dialogidad con que operamos – la cual nos auxilia en la problematización de esa situación – se remonta al pensamiento de liberación desarrollado en América Latina y África a partir de la mitad de la década de los 60s del siglo XX – particularmente las elaboraciones de Paulo Freire y Enrique Dussel – y las elaboraciones más recientes peculiares al paradigma de la complejidad. La dialógica es momento constitutivo de cualquier revolución democrática, comprendida como posibilidad de construcción de sentidos distintos sobre los mismos procesos históricos – que, en ciertos casos, aún antagónicos, poseen vigencia simultánea -, como apertura a la infinitud creativa del otro que se manifiesta por los más diversos lenguajes, o como posibilidad de efectivar lo nuevo en procesos de subjetivación.

La subjetivación democrática exige mediaciones educativas que, en medio de las contradicciones sociales y prácticas de solidaridad y colaboración, se mantienen comprometidas con la realización de la ciudadanía. Es en el ejercicio dialógico que la problematización y

80 véase Enrique Dussel. “Del escéptico al cínico...” (Libertação – Liberación...

producción de nuevos conocimientos y sensibilidades – tanto sobre la realidad concreta en que vivimos y la condición humana de las personas, como sobre las diversas relaciones sociales en las esferas de la economía, de la política y de la cultura – contribuyen a la superación de las alienaciones, a la singularización de nuestra sensibilidad ante los sufrimientos, alegrías y devenires humanos, así como en la afirmación de la responsabilidad de todos por la garantía y aseguramiento de las libertades a favor del bien-vivir de cada persona. Buscando agenciar devenires de ciudadanía, la educación necesita, a través del diálogo, construir una autonomía crítica en que la libertad privada de cada persona y el conjunto de las libertades públicas se delimiten y se requieran en función de humanizarse todos.

Los flujos más amplios de información, propuestos en La revolución de las redes, son indispensables al fortalecimiento de la democracia. Un político corrupto puede ser electo como si fuera íntegro y honesto, como sucede en muchos países, si los electores no tienen acceso a las informaciones relevantes para su toma de decisión. Con todo no basta sólo el acceso a la información, siendo necesaria la habilidad de interpretarla y retomarla para que tales flujos puedan contribuir al fortalecimiento de la democracia81.

La relación entre consenso y disenso, la importancia de ambos para la democracia y el bien-vivir de las personas, se comprenden mejor cuando las consideramos bajo la perspectiva dialógica de la complejidad. De acuerdo a Edgar Morin:

El principio dialógicoune dos principios o ideas antagónicas que aparentemente deberían repelerse simultáneamente, pero son indis-sociables e indispensables para la comprensión de la misma realidad (...). El problema es, pues, unir las ideas antagónicas para

81 Véase nuestra disertación de maestría: Globalização, libertade e educação – Desafios e contradições das sociedades contemporãneas. Departamento de Educação, UFP^R, 1999.

pensar los procesos organizadores, productivos y creadores en el mundo complejo de la vida y de la historia humana82.

La dialógica permite asumir racionalmente la asociación de acciones contradictorias para concebir un inmenso fenómeno complejo83.

El equilibrio dinámico entre consensos y disensos es lo que permite la reorganización de las relaciones sociales bajo la democracia, cuando el consenso no sea fruto de subsumir la propia democracia en la lógica totalitaria de un sistema que, engendrando las semiosis que se vuelven socialmente dominantes, agencia –por el poderío de que dispone – interpretantes favorables al consenso que consagre sus intereses84. Por otra parte, no todo el disenso contribuye para la democracia, especialmente si alimenta la reducción del campo de posibilidades de realización de las libertades públicas y privadas.

Si es correcto decir que sin ambos – consenso y disenso – no hay democracia, también lo es afirmar que, aún habiendo equilibrio entre ellos, puede no haber democracia. En sentido literal, la democracia significa gobierno popular: dêmos = pueblo; cracia = gobierno. Gobierno en que el pueblo con autonomía decide sobre la organización de la polis. Es en las condiciones de esa autonomía, sin embargo, que se juega el carácter democrático o no de los consensos o disensos. Lo que aparece como autonomía del pueblo es, muchas veces, resultado de elecciones que se realizan influenciadas en mediaciones semióticas hegemónicas cuya viabilidad es decidida por aquellos que controlan los grandes canales de información – que, en su mayoría, son empresas capitalistas que operan en función del lucro, adoptando con ese objetivo perfiles adecuados a su segmento de mercado, a sus patrocinadores o a la aumento de audiencia y

82 Morin, Op. Cit., p. 204.83 Ibid., p. 211.84 Vea nuestro artículo: “Realidade virtual – A conversibilidade dos signos em capital e poder politico”. Revista Lumen, 2 (4): 75 – 135, jun./1996. Faculdades Associadas Ipiranga, Sao Paulo.

que no desean transformaciones sociales que les impongan restricciones en sus ganancias.

Más allá de asegurar flujos de información, buscan proporcionar la educación permanente de todos en su capacidad de interpretar, problematizar y retomar la información, producir nuevos conocimientos y comunicarlos. En efecto, solamente se aprende la democracia ejerciéndola. Es tarea de las redes avanzar en la construcción de una democracia participativa, que garantice la autonomía de los individuos y de la sociedad para realizar las libertades públicas y privadas éticamente orientadas. Eso implica, particularmente, desarrollar mecanismos que corrijan las debilidades de la democracia formal, tan bien exploradas actualmente por regímenes globalitarios.

2.21 Problematización, intervención y alternatividad

La problematización es necesaria no solamente para considerar los consensos y disensos, las propuestas y sus argumentos, sino como ejercicio de investigar conexiones, presumir rupturas, reconsiderar contradicciones y buscar la trascendencia de lo ya establecido – que ya no parece soportar el futuro (el presente en constante devenir) -, la problematización es condición no sólo de la elaboración crítica de cualquier conocimiento en las distintas esferas de la vida, sino condición para extender los límites de nuestra propia libertad. Sin problematización no puede haber concientización, sensibilización y la intervención adecuada de las personas en las diferentes situaciones. Es característica de la problematización reconocer que todo nuevo conocimiento es comprendido en un campo de posibilidades, interpretado a partir de lo que sabemos y que el proceso dialógico de la abducción tanto permite reconstruir los sentidos de lo que teníamos ya acumulado como conocimiento, como engendrar nuevos patrones de racionalidad y de intervención en los fenómenos que consideramos. En otras palabras, todo conocimiento se reintroduce en otro conocimiento.

Al tratar sobre los principios de la complejidad en su libro Inteligência da complexidade, Morin discurre sobre ese principio de la reintroducción del conocimiento en todo conocimiento. De acuerdo al autor:

De la percepción a la teoría científica, todo conocimiento es una reconstrucción/traducción por un espíritu/cerebro en una cultura y en un tiempo determinados85.

Todo descubrimiento de un límite al conocimiento es por sí mismo un progreso de conocimiento. Toda introducción de contradicción y de incerteza se puede transformar en ganancia de complejidad (...)86

Paulo Freire, rechazando cualquier forma de educación bancaria – que, como tal, pretende inocular en los alumnos los contenidos del saber reducidos a tablas de conocimiento -, considera el aprendizaje como un futuro humanizante en permanente diálogo, un proceso que parte de todo aquello que ya sabemos, de la cultura en que vivimos, del tiempo concreto de nuestro futuro, de nuestra circunstancia histórica. La problematización, haciendo surgir contradicciones e incertezas en nuestro modo de pensar y hacer, va revelando los límites de nuestro conocimiento, despertando la curiosidad, la investigación y el encantamiento por el saber y, al extender los límites de nuestra comprensión, tanto de nosotros mismos como del mundo en que vivimos, nos permite interferir sobre éste con un grado mayor de crítica y autonomía. Este proceso humano de subjetivación, mediado por el diálogo y la problematización, Paulo Freire lo denominó concientización – palabra que el autor dejó de emplear durante mucho tiempo dadas las interpretaciones equivocadas que hicieron muchos de ella, reduciéndola a una mera inculcación ideológica al estilo de la educación bancaria. El proceso educativo, mediado por la problematización y diálogo a partir de temas generadores particulares a la

85 Morin, Op. Cit., p. 211-2.86 Ibid. , p. 123.

historia de cada persona, permite que ésta se apropie sucesivamente del conocimiento socialmente elaborado y mejore su comprensión de aquello que investiga. Por otra parte, cuestionando tanto la validez de los patrones adoptados en la organización de la información que ella misma realiza, que obtiene en su proceso de investigación y descubrimiento, como de los diferentes patrones organizativos presentes en el ordenamiento del conjunto de las relaciones sociales, así como también las limitaciones de los instrumentos que tiene a su disposición para pensar y transformar la realidad, ella elabora un nuevo conocimiento sobre sí misma y el mundo en que está situada construyéndose cotidianamente como persona, perfeccionando su competencia en decidir con autonomía y actuar concreta y colectivamente, en la transformación de la realidad en que está situada.

Para Paulo Freire la concientización significa un ciclo gnosiológico que implica la comprensión y transformación de la realidad comprendida, lo que supone crear nuevos conocimientos. De acuerdo a Freire:

Así como el ciclo gnosiológico no termina en la etapa de la adquisición del conocimiento existente, pues se prolonga hasta la fase de la creación del nuevo conocimiento, la concientización no puede terminar en la etapa del develamiento de la realidad. Su autenticidad se da cuando la práctica del develamiento de la realidad constituye una unidad dinámica y dialéctica con la práctica de transformación de la realidad87.

Las redes de colaboración solidaria, acogiendo la diversidad y promoviendo la democracia, tienen como reto un trabajo educativo capaz de partir de la realidad singular de cada persona y dialógicamente problematizar con ella el campo de posibilidades de realización de su libertad, agenciando procesos de subjetivación y apoyándola en su búsqueda por extender los horizontes de ejercicio de su propia libertad.

87 Paulo Freire. Ação cultural para a liberdade... p. 145.

No hay solidaridad sin concientización, pues aquella exige no sólo la problematización de las relaciones de producción y consumo, sino de las más diversas situaciones de opresión – explotación, expropiación, dominación y exclusión – a las que están subsumidas las clases populares. Sin ella, no se puede avanzar dialógicamente en la praxis social de liberación. La concientización, sin embargo, más allá de ser un movimiento siempre inconcluso, puesto que no termina jamás, es apenas uno de los aspectos de ese movimiento más amplio de agenciamiento subjetivo, generador de nuevos interpretantes afectivos y energéticos, que posibilitan procesos de subjetivación, desestratificaciones y el establecimiento de nuevas solidaridades y enrolamientos en movimientos moleculares y molares que buscan ampliar las libertades públicas y privadas. En este sentido se puede comprender la dialógica como siendo mucho más que un proceso de comunicación en que racionalidades diferentes se manifiestan en un movimiento de paso que permite la calificación de ambas, o el asumir racionalmente posiciones contradictorias que permiten comprender aspectos distintos de un fenómeno complejo, sino como la posibilidad de realizar movimientos de subjetivación, de con-sistencia, esto es, en que las subjetividades agenciadas por las semiosis del proceso educativo – lenguajes, vistas, tocar, respetos, alegrías, desafíos, tristezas, aromas, música, colores, sabores, etc. – se transforman en la apertura de los encuentros. Así, “(...) la red no es sólo un lugar de elaboración y acción. Es, antes y sobretodo, un lugar de encuentro, de personas que entran en relación entre sí: favorecer esto es el objetivo de los nodos de la red”88

En la dialógica de la praxis desencadenada en las redes solidarias, educación, organización y movilización son tres aspectos de una misma acción cultural transformadora, debiendo ser considerados siempre juntos en permanente conexión. Si alguno de ellos no fuera considerado la expansión de las redes se fragiliza. Las actividades de educación deben

88 Varios. La Rede de Liliput... p. 186.

contribuir para fortalecer la organización y la capacidad de movilización de las redes; las actividades y formas de organización deben contribuir para incrementar la capacidad movilizadora y la profundización de la acción educativa; a su vez, toda movilización que las diferentes redes, células, movmientos y entidades solidarias agencian debe favorecer y generar nuevas organizaciones y ser mediación de procesos educativos. Esa integración se requiere para la intensividad y extensividad de las redes. El proceso educativo, implicado en la revolución de las redes, problematizando los límites del ejercicio de nuestra libertad en constante devenir y perfeccionando la calidad de intervención de todos en la ampliación de esos límites, no tiene un cierre final, pues, “como la revolución, la educación debe ser permanente”89.

2.22 Redes solidarias y el ejercicio de la libertad90

La libertad, considerada de manera compleja, no debe ser entendida como una mera cualidad trascendental o metafísica, supuesta como condición de la responsabilidad individual por la acción moral. Por el contrario, cabe categorizar la libertad como ejercicio histórico, concretamente situado en un contexto, en una época, bajo una cultura, atravesada por relaciones de poder; ejercicio que supone condiciones materiales, políticas, educativo-informativas y también éticas para realizarse como manifestación de ciudadanía.

Sin condiciones materiales no existe manera de realizar las libertades. La libertad para comer o trabajar productivamente, por ejemplo, sólo existe cuando hay el alimento disponible para comer o condiciones materiales que posibiliten aquel trabajo. Quien no dispone de alimento no posee libertad de alimentarse. Igualmente, sin disponer de casa, no existe libertad para abrigarse dignamente como ser humano, sino la imposición

89 Morin, Op. Cit., p. 194.90 El texto de esta sección se compone de la compilación y resumen de nuestro trabajo “Algumas considerações sobre o exercício ético da liberdade em face do capitalismo globalizado” que presentamos en el / Corredor das idéias, en Punta del Este, Uruguay, en 1998. http: //www.euclidesmance.pro.br.

de vivir al aire libre. Sin las mediaciones materiales para asegurar la salud no hay libertad para preservar el cuerpo del dolor, del sufrimiento y de la muerte evitable.

Buscando extender el ejercicio de las libertades, movilizándose en torno de condiciones materiales, innumerables organizaciones civiles que operan en los campos de la producción y reproducción social actúan directamente sobre contradicciones sociales referentes a la explotación y exclusión del trabajo, expropiación de consumidores y el progresivo empobrecimiento de grandes sectores de las sociedades. Sindicatos, organizaciones de economía solidara, innumerables movimientos populares y diferentes organizaciones que actúan en esta esfera ofrecen a las redes una idea de democracia que exige el control de la sociedad sobre la riqueza producida, desde el local de trabajo hasta el movimiento internacional de los valores financieros.

Bajo la perspectiva de las redes de colaboración solidaria se trata de garantizar la producción, la distribución, el empleo o el consumo de todas las mediaciones materiales necesarias para la realización de las libertades públicas y privadas, éticamente marcadas. El principio de diversidad implica la promoción de la satisfacción de las demandas individuales, no en función del lucro, sino en razón del bien-vivir de todos y cada uno, llevándose a cabo de la mejor manera posible el ejercicio solidario de las libertades. Justamente por eso las redes económicas de colaboración solidaria se convierten también en redes políticas, ya que se busca la mejor manera de realizar el ejercicio colectivo y personal de la libertad.

En efecto, sin condiciones políticas, que aseguren la autonomía privada y pública, no existe cómo preservar, promover o realizar satisfactoriamente la libertad de los individuos y de la sociedad. Sin la posibilidad de participar, opinar, decidir y transformar las micropolíticas de lo cotidiano en la vida privada y las macropolíticas – que incluyen innumerables esferas de organización social y gubernamental – la libertad

queda mutilada, impedida de realizarse de manera ciudadana. El machismo, el racismo, la discriminación de inmigrantes, indios y pobres y muchos otros prejuicios justifican ideológicamente micropolíticas autoritarias que niegan la libertad de mujeres, negros y demás sectores discriminados. También el tecnicismo, el economicismo y tantas otras ideologías que parten de conceptos arcaicos sobre el valor epistemológico de los enunciados científicos contribuyen a la negación de la libertad pública, negando el valor de la participación popular en la definición de las macropolíticas gubernamentales en las diferentes esferas. Aquí también, gran cantidad de movimientos, organizaciones y partidos políticos traen a las redes la afirmación del respeto a la autonomía de las personas y de las sociedades, desde la esfera de lo cotidiano y de la vida privada hasta las esferas públicas del control democrático de los presupuestos y de las políticas gubernamentales.

Ahora, estando la red económica basada en el consumo y en el trabajo solidarios, se constituye simultáneamente como red política, esto es, la red económica no puede sobrevivir sin que sus miembros asuman otra concepción sobre los principios que rigen la convivencia entre las personas, particularmente la superación del individualismo por el colaboracionismo solidario. Bajo la dinámica de las redes de colaboración solidaria el deseo del otro en su diferencia implica, micropolíticamente, promover la realización de las diferentes singularidades, éticamente orientadas, de la manera más plena posible. Macropolíticamente, implica la transformación estructural de la sociedad, suprimiendo la dicotomía entre el formulador de la demanda social y su reformulador político, a través de mecanismos democráticos de autogestión pública, que la red ejercita en su propia consistencia. Con la promoción de las libertades pública y privada, el crecimiento de la red amplía su poder político – en razón de aglutinar un segmento cada vez mayor de la sociedad en torno de su propuesta de sociedad post-capitalista, que comienza a ser implantada en todo lugar en que surge una célula solidaria -, lo que permite la constitución de un nuevo bloque social, capaz de promover revoluciones molares, sustentadas por innumerables revoluciones micropolíticas de

carácter molecular, y por lo tanto, de transformar la estructura y la gestión de los gobiernos y de los Estados.

Sin embargo, aún teniendo las condiciones políticas y materiales para concretizar nuestras elecciones, si no disponemos de informaciones suficientes y cualitativamente relevantes para nuestras decisiones o no sabemos cómo reflexionar adecuadamente sobre las informaciones de que disponemos, el ejercicio de nuestra libertad queda perjudicado. Esto significa que sin la democratización de la educación y de la información la ciudadanía queda bloqueada, pues aunque haya libertad en el acto de escoger, las elecciones acaban siendo inducidas por aquellos que seleccionan y proveen algunas informaciones y no otras. En esta esfera innumerables movimientos y organizaciones traban sus luchas por el derecho a la educación, información y comunicación, entre muchas otras.

Bajo este aspecto se destaca la relevancia de una de las propiedades inherentes a la red que es el ininterrumpido flujo de informaciones. Promoviendo la libre interacción comunicativa entre los participantes de las células, garantizando a todos las mediaciones materiales para la emisión y recepción de mensajes a cualquier participante de la red, ella sustenta el flujo solidario de informaciones relevantes para las decisiones particulares sobre todas las cuestiones que afectan a sus miembros. Innumerables células de servicio serán organizadas para atender demandas educativas, de calificación profesional, de desarrollo artístico y científico – condiciones necesarias para el ejercicio de la libertad de cada uno y el bien-vivir de todos.

Finalmente, sin la condición ética, el ejercicio de la libertad de algunos puede aniquilar la libertad de muchos o viceversa. La moral y el derecho vigentes en nuestras sociedades, modelados bajo el capitalismo, obstruyen la realización de las libertades públicas y privadas. En efecto, la libertad de un pequeño sector de acumular la mayor parte de las mediaciones materiales requeridas para el bien-vivir de todos, niega la libertad de la mayoría de satisfacer humanamente sus propias necesidades.

En otras palabras, la propiedad privada de la riqueza, en los términos de que es asegurada por el derecho capitalista, es lo que provoca las privaciones de la mayoría, que está privada de realizar su libertad más elemental de morar o trabajar de manera digna. Por el contrario, la ética que preserva y promueve la libertad se asienta en el deseo de que las otras personas vivan esta misma libertad y en el imperativo de promoverla de esa manera. Así, la libertad privada no puede realizarse aniquilando las condiciones de posibilidad de la libertad pública; y esta, a su vez, debe respetar cualquier libre ejercicio humano de la libertad privada, siempre y cuando ésta no inviabilice otros ejercicios de libertad pública y privada éticamente orientados.

Bajo la dinámica de las redes, al practicar el consumo solidario las personas abdican de buscar solamente su bien privado, promoviendo igualmente el bien-vivir personal y colectivo bajo la mejor ecuación posible. En otras palabras, el consumo solidario es movido por un principio ético que busca garantizar las mediaciones del ejercicio de la libertad en las mejores condiciones posibles al conjunto de todos los que se adhieren a las redes de colaboración. De esa manera, consumir ciertos productos significa poder colaborar en la generación de más puestos de trabajo, en la mejor distribución de la renta, en la progresiva reducción de la jornada de trabajo para todos, en la promoción de un desarrollo económico ecológicamente sustentable. Esto significa asumir una posición política frente a las contradicciones sociales e históricas a favor de la libertad de los explotados, excluidos y dominados.

Por lo tanto, si deseamos que las personas sean libres, de manera cada vez más plena, deseamos que a ellas sean aseguradas todas las condiciones materiales, políticas, educativas e informativas para su ético bien-vivir. La transformación del campo de posibilidades del ejercicio de la libertad, por el incremento y calificación de esas mediaciones, posibilita ampliar los horizontes de realización de la propia libertad. Así, las redes en colaboración solidaria buscan no solamente asegurar indistintamente a cada persona ese conjunto de condiciones necesarias para su bien-vivir,

sino también, al promover la creatividad y la diversidad en la calificación de tales mediaciones, busca ampliar aún más las posibilidades del ejercicio solidario de las libertades.

2.23 El bien-vivir y el gozo en la morada

Solas las garantías al ejercicio público y privado de las libertades no generan de per sí el bien-vivir. El bien-vivir de cada persona tiene características particulares frente a lo que otras personas consideran como su propio bien-vivir, y por eso no podemos asociarlo necesariamente al gozo como resultante de la satisfacción de los deseos y necesidades siempre humanamente más refinadas – puesto que para muchos (como los que practican ciertas filosofías orientales) el bien-vivir es alcanzar una actitud de no dejarse atrapar por los deseos o por las imaginaciones, por otro lado todos necesitamos usufructuar de los bienes materiales y simbólicos como condición de nuestra propia consistencia y de nuestro bien-vivir.

Podemos distinguir entre necesidades naturales o culturales y deseos que concluyen en la posesión de elementos y situaciones de nuestro mundo o Deseos – escritos con D mayúscula – que nos llevan a una aproximación de las personas, en un movimiento de apertura y acogimiento de los demás, a quienes deseamos en su libertad éticamente ejercida.

Necesidades naturales son aquellas inscritas en nuestra condición orgánica, biológica, tales como necesidad de oxígeno, de líquidos, de alimentos, de mantenernos a una cierta temperatura, etc. Necesidades culturales son aquellas engendradas en el modo de vivir en una sociedad dada, en una cierta época; por ejemplo, la necesidad que la mayoría de las personas que viven en las ciudades tienen de los relojes, teléfono, de estar alfabetizadas, de desplazarse por la ciudad en carros, etc. – esas necesidades son inexistentes en otras sociedades o épocas. En el caso de los deseos podemos comprenderlos como propulsores que nos mueven en

busca de poseer diversos elementos o situaciones que, apareciendo o ocurriendo en nuestro mundo, de alguna manera nos seducen y cuya posesión nos genera la sensación de placer – aunque a ciertas personas les guste experimentar pequeñas dosis de dolor. Finalmente, cuando hablamos de Deseo estamos significando un movimiento personal en dirección a otro ser humano, a quien acogemos en su diferencia y a quien deseamos en su libertad, ejercida éticamente.

En la complejidad de lo real, sin embargo, esas dimensiones – y podríamos ampliar el análisis para clases más específicas – están todas interligadas, interpenetradas. Pero es necesario deslindarlas teóricamente para que se comprendan algunos aspectos relevantes al bien-vivir y al gozo. Una persona que depende de drogas, por ejemplo, inicia la posesión del narcótico movida por el deseo, seducida de alguna manera. El uso continuado de aquella sustancia, sin embargo, provoca una alteración en el organismo de esa persona de tal forma que aún no buscando aquel producto por placer y no queriendo consumirlo, se vuelve dependiente de él, como si fuera una necesidad natural. Así, no todo lo que nos da placer promueve nuestro bien-vivir. Al contrario, también puede aniquilar nuestra libertad, restringiendo progresivamente el campo de posibilidades de nuestras realizaciones humanas.

En efecto, vivir es siempre depender de los elementos del mundo que satisfagan nuestras necesidades91. Y cada vez que las satisfacemos, nos liberamos de ellas momentáneamente en un lazo continuo de dependencia y autonomía. Como vimos, al tratar el ítem Asimilarse a las redes y compartir el bien-vivir, en los procesos de consumo, materiales y energías externas integran nuestra corporeidad y productos que son el objetivo de otras subjetividades, de otras vidas, son apropiados en nuestra propia vida, mediando nuestra subjetividad. Desde nutrirse del otro,

91 Esta dependencia peculiar a la saludable satisfacción de nuestras necesidades y deseos, requerida para la ampliación de los horizontes de nuestra libertad, no se confunde con las dependencias no necesarias que la restrinjan, como en el caso de toxicomanía, por ejemplo.

reconocido como otro, se realiza el gozo. De acuerdo a Emmanuel Lévinas92

La alimentación como medio de revigorizarse, es la transmutación del Otro en Mismo, que está en la esencia del gozo: otra energía, reconocida como otra, reconocida (...) como lo que sostiene al acto mismo que se dirige a ella, llega a ser, en el gozo, mi energía, mi fuerza, yo. Todo gozo, en este sentido, es alimentación93.

La vida de cada persona, por lo tanto, depende de elementos que le son externos y el gozo, como satisfacción y alegría es el momento de reafirmación de nuestra libertad, independencia y esperanza, de nuestra vida, nutrida en sus carencias y abierta a nuevas realizaciones por la fuerza misma de ese lazo de realimentación que nos integra al cosmos, a la naturaleza, a la cultura en medio de las complejas relaciones humanas, en flujos de materias y de signos, en constante devenir.

No se trata de reducir el gozo a un estado psicológico, sino de comprenderlo en su dimensión filosófica, en su relación con el sentido de la vida humana en cuanto consistencia, revelándonos al mismo tiempo la condición particular de cada persona, como ser único y separado – que como tal goza o sufre su propia vida de manera personal y única – y al mismo tiempo depende de la alteridad, en cuanto personas, materiales y semiosis sin las cuales no puede vivir y mucho menos vivir bien. Este sentido de la conciencia de la dependencia alterativa y del gozo que nos

92 En Totalidade e infinito Lévinas formula una posición filosófica que trasciende la racionalidad moderna, presentando “(...) una relación con el Otro que rompe no solamente la lógica de la contradicción en la cual el otro de A no es –A, negación de A, como también la lógica dialéctica en la cual el Mismo participa dialécticamente del Otro y se concilia con él en la Unidad del sistema.” Op. Cit., p. 169. El autor defiende una posición metafísica que busca escapar a esa lógica desde las nociones de separación y exterioridad, enfatizando la limitación de los conceptos frente a la infinitud del Otro. Sin embargo no estamos de acuerdo con esa noción metafísica de subjetividad, frente a la cual argumentamos la condición de la consistencia humana, retomamos aquí ciertos pasajes suyos considerando que pueden ser argumentados bajo nuestra estrategia conceptual.93 Emmanuel Lévinas. Totalidad e infinito –Ensayo sobre la exterioridad... p. 130.

vuelve independientes, en un ciclo del devenir, confiere un primer sentido al trabajo – que, al producir lo que nos falta, se vuelve cada vez más independiente y refina nuestras necesidades y deseos – y está en la base misma de nuestra constitución como sujetos, pues “la subjetividad se origina en la independencia y en la soberanía del gozo”94. Cuando tenemos las garantías para la realización de nuestra libertad, nuestras necesidades dejan de ser motivos de sufrimiento, para volverse posibilidades de gozar la vida, del bien-vivir y de la felicidad:

El gozo, en la relación con el alimento que es el otro de la vida, es una independencia sui generis, la independencia de la felicidad (...). La vida es afectividad y sentimiento. Vivir es gozar la vida. Desesperar de la vida sólo tiene sentido porque la vida es, originalmente, felicidad. El sufrimiento es una extinción de la felicidad, y no es exacto decir que la felicidad es una ausencia del sufrimiento (...). La felicidad es realización: está en un alma satisfecha y no en un alma que haya extirpado sus necesidades (...)95

Cuando hablamos, sin embargo, del Deseo – que se distingue de las necesidades o deseos – estamos abordando otra dimensión de la constitución de la subjetividad, que fue tratada filosóficamente por algunas vertientes de la filosofía de la liberación y por otras vertientes teóricas, siendo indicado con términos distintos, entre ellos: pulsación de alteridad, amor de justicia, Deseo de lo invisible, Deseo de lo infinito y Deseo de la diferencia del otro96.

Se trata del Deseo que nos mueve en dirección a las otras personas en una relación de mutuo respeto, de escucha, atención, acogimiento, ternura, bondad, amor, deseando que la otra persona sea libre, sea ella

94 Ibid., p. 132.95 Ibid., p.134.96 Véase: Emmanuel Lévinas, Totalidad e infinito...; Enrique Dussel, Filosofia da libertação na América Latina... y Félix Guattari, “Subjetivación subversiva." En: Teoria e debate...

misma en su singularidad, en su distinción – relación que puede ser caracterizada en su conjunto como proximidad. A ese Deseo no hay gozo que puede satisfacer, pues, estando en la temporalidad del devenir, el otro ser humano es infinitamente otro. Para algunos sería un Deseo de lo invisible, pues la otra persona, en su alteridad, escapa a la fenomenología del ver, no pudiendo ser reducida a lo que de ella se perciba: no se reduce a un color de piel, a una fisonomía, al perfil de un cuerpo. Deseo de lo infinito, pues el otro ser humano, como libertad en devenir, se renueva a cada instante y no hay concepto que pueda agotarlo en su infinitud, no siendo justo reducir a otra persona a lo que pensamos de ella. Pulsación de alteridad, porque nos mueve en dirección al otro ser humano en cuanto tal que, al acogernos y decirnos su palabra, nos permite la ruptura con nuestros propios conceptos y sentidos. Amor de justicia, porque desea a la otra persona en la libre realización histórica de su propia alteridad, sin ninguna forma de opresión. Deseo de la diferencia del otro, porque desea su devenir singularizante, su subjetivación que, como tal, también desee la diferencia de los demás.

Lévinas diferenció la necesidad y el Deseo de la siguiente manera:

En la necesidad puedo morder lo real y satisfacerme, asimilar lo otro. En el Deseo no hay mordida sobre el ser, ni saciedad, sino porvenir sin marcas en mi frente. El Deseo me provee del tiempo que supone la necesidad. La necesidad humana reposa ya sobre el Deseo. La necesidad tiene así, tiempo de convertir este otro en mismo, al trabajar.97

En esa tradición filosófica se considera que, en nuestro mundo (en el sentido existencial del conjunto de relaciones que cada persona abarca con su conciencia limitada en sus horizontes finitos), estamos rodeados por cosas – jamás totalmente comprensibles – a las cuales conferimos algún sentido a partir de nuestros proyectos, auténticos o inauténticos, y por personas que no se agotan en los sentidos que podamos establecerles en los horizontes de nuestro propio mundo. El rostro que emerge en mi

97 Lévinas. Totalidad e infinito... p. 136.

mundo – indicando la infinitud del otro, el misterio que no consigo abarcar – revela los límites de mis conceptos y me exige una apertura ética a otra razón, otra historia, otra libertad. “El hecho primero de la significación – dirá Lévinas – se produce en el rostro. No es que el rostro reciba una significación con relación a algo. El rostro significa por sí mismo (...)”98. Y continúa, “las cosas no tienen rostro. Conversibles, “realizables”, tienen un precio”99. Sin embargo, es solamente en la relación cara a cara con la otra persona – que emerge en su mundo como un rostro – que el sentido de la vida puede trascender los horizontes limitados de mi propio mundo y puedo renacer como otro, infinitamente otro por el devenir creativo y singularizante, en una relación de acogimiento y amor.

Desde la proximidad todos los productos ya no son meras mercancías, pues su sentido no se reduce al trueque en el mercado bajo un cierto precio generando posiblemente algún lucro, sino se vuelven una medición especial, no sólo del gozo en la morada, sino de la fiesta de la proximidad. La mesa repleta de una fiesta no tiene el sentido que quisiéramos sin la presencia de quien amamos y de quien nos ama. No hay fiesta sin amantes, sin amigos, sin gratuidad, sin compañeros, sin rostros y acogimientos, sin misterios y reencuentros, sin diálogos y afectos, sin respeto y deseo por la diferencia. Y cuanto más compartimos, más Deseo tenemos de compartir y el compartir continuo solamente es posible porque las personas se renuevan cada día, se transforman en las relaciones que viven. Las relaciones que reúnen la multiplicidad de las personas, sin embargo, no las puede reducir a alguna identidad única, despreciando el infinito misterio de cada cual. El pluralismo, necesario para la fiesta de la democracia, supone la alteridad de las personas en sus singularidades que no pueden ser concebidas en relación a un patrón cualquiera, pero que se relacionan a partir de sus subjetividades en la promoción de las libertades.

La morada, como interioridad singular de cada persona es ámbito objetivo de recogimiento y acogimiento de la alteridad, en la fiesta o en el

98 Ibid., p. 271.99 Ibid., p. 159.

compartir de la tristeza y del sufrimiento, es el espacio de la utopía articulando deseos e imaginarios, proyectos y estrategias. Pero su realidad supone necesariamente la trascendencia a la esfera social, buscando las garantías económicas, políticas y culturales del bien-vivir. Es por el trabajo socialmente realizado que, colectivamente, generamos lo que nos es necesario para la satisfacción de nuestras necesidades y deseos, transformamos la naturaleza en el mundo, para gozar la vida. Pero es la garantía de la autonomía del ejercicio del poder de cada cual (en las micro y macropolíticas) y la posesión de los bienes culturales lo que asegura, a cada persona, que la posibilidad del gozo y del bien-vivir realmente se efective.

En su nacimiento, cada ser humano, como corporeidad viviente, en su indigencia de cuerpo desnudo y hambriento, reafirma el sentido de la proximidad originaria como condición de la existencia. Sin alguien que nos acoja, alimente, caliente, acaricie junto a sí, no llegaríamos a ser personas. Necesitamos objetivamente de una morada, aunque sea el abrigo del techo de láminas de una favela**, o un túnel del viaducto.

La idea de morada aquí es analógica, permitiendo significar tanto una esfera de inferioridad subjetiva en que nos recogemos en el gozar de la vida, como un espacio objetivo de acogimiento y protección al reencuentro humano en su devenir. Retornar a la morada no es sólo recogerse en sí mismo, donde reencontramos en nuestra consistencia aquellos a quienes amamos y aquellos que nos aman, sino es recogerse a la caricia de la presencia de otras personas que en su relación sabemos que desean nuestro bien-vivir.

El gozo del bien-vivir se realiza, por lo tanto, como una dialógica entre el egoísmo, el recogimiento en la interioridad y la dependencia y apertura a la alteridad. En otras palabras, en esta dialógica, “egoísmo, gozo y sensibilidad, así como toda la dimensión de la interioridad – articulaciones de la separación – son necesarias para la idea de lo Infinito,

** Conjunto de casas populares, construidas regularmente de láminas de cartón. (N de T)

para la relación con el Otro que se desprende a partir de ser separado y finito”100. El Deseo, “(...) que solamente puede producirse en un ser separado, es decir, que goza, egoísta y satisfecho, no proviene pues del gozo. (...) El infinito no suscita el finito por oposición. (...) Ni el ser separado, ni el ser infinito se producen en términos antiéticos” 101. Esta abstracción sobre la finitud de nuestra vida y la infinitud de los posibles devenires alterativos, en medio de nuestro campo de posibilidades en que puede realizarse el gozo y acogimiento del otro – que como alteridad no se reduce a lo que podemos concebir, siendo deseado en su misterio – puede comprenderse mejor cuando consideramos la sexualidad.

En la relación erótica de la sexualidad adulta, necesidades, deseos y Deseo pueden integrarse de manera humanizante en un doble movimiento que se concluye en el gozo, pero que lo trasciende. Pues cuanto más los amantes se entregan, más el amor se profundiza. El clímax del orgasmo que satisface las ansias y excitaciones, con el deleite de las caricias en la sensibilidad de los cuerpos desnudos, con sus ritmos, olores, sabores, susurros y gemidos, jamás sacia el Deseo de los que se aman. Él nos revela la trascendencia del otro que nos acoge porque somos separados y frágiles y reafirma nuestra libertad, pues cada día siempre somos otros. Lévinas lo dice en sus términos:

La caricia, como el contacto, es sensibilidad. Por eso la caricia trasciende

lo sensible. No se trata de que sienta más allá de lo sentido, más distante que los sentidos, que se apodere de un alimento sublime, en cuanto conserva, en su relación con este sentido último, una intención de hambre que va al alimento que se insinúa y se da a esta hambre, sino que lo profundiza, como si la caricia nutriese a su propia hambre. La caricia consiste en no apresar nada, en solicitar aquello que se escapa sin cesar de su forma a un futuro (...), en

100 Ibid., p. 166.101 Ibid., p. 166-167.

solicitar eso que se oculta como si no fuera todavía. No es una intencionalidad de develamiento, sino de búsqueda, de marcha a lo invisible. En cierto sentido expresa el amor, por eso sufre por incapacidad de decírselo. Tiene hambre de esa misma expresión, en un incesante crecimiento de esa hambre (...). En su satisfacción, el deseo que la anima renace, alimentado en cierto modo por el que aún no es (...)102.

Como destaca Dussel, cuyas posiciones en este campo sufrieron grandes cambios durante la década de 1980, acogiendo diferentes críticas que le hicieron los movimientos feministas y homosexuales – “(...) la erótica, más aún que la sensibilidad del cuerpo del otro, es realizar el deseo del otro como el otro, como exterioridad”103.

Realizar el deseo del otro como alteridad es un objetivo ético que debe marcar no sólo la erótica realmente humana, sino todas las relaciones sociales cuando el deseo del otro realimenta las libertades públicas y privadas. En efecto, no goza la vida la persona que no ama y no es amada, que no se abre al devenir de las relaciones extrapolando las objetivaciones conceptuales o proyecciones imaginarias. El amor trasciende al gozo y no desea reducir semióticamente al otro a un concepto, sino que desea la infinitud del otro, su libertad, su bien-vivir. El amor, en sus múltiples realizaciones humanas,

(...) no se reduce a un conocimiento enmarañado de elementos afectivos que le abrirían un plano de ser imprevisto. No toma nada, no termina en un concepto, no termina, no tiene una estructura sujeto-objeto ni la estructura yo-tú. El eros no se lleva a cabo como un sujeto que capta un objeto, ni como una proyección para un posible. Su movimiento consiste en ir más allá de lo posible104.

102 Ibid., p. 267-268.103 Enrique Dussel, Filosofia da libertção, p. 87.104 Lévinas. Totalidad e infinito, p. 270-271.

La subjetividad como consistencia, como devenir de múltiples relaciones, se constituye en ese propio conjunto de relaciones, aunque no lo sea. El amor como relación constituyente de la subjetividad, avanzando en la trascendencia del gozo, repone el sentido de la separación y de la falta. A su vez, la relación con el otro “(...) hace posible la transformación del gozo en conciencia y trabajo”105. El trabajo permite satisfacer las necesidades y deseos, generar seguridades y tranquilidades, soportar materialmente la realización del bien-vivir, una vez que dialógicamente su independencia depende siempre de algún contenido. Gozar la vida, sin embargo, no se reduce a usufructuar de los frutos del trabajo. Pues vivir y depender de infinitos flujos y conexiones en nuestro cuerpo y subjetividad están integrados a otras materialidades y sentidos que escapan a cualquier acto productivo o intencionalidad semiótica – como el aire que respiramos, el calor del sol, la biosemiosis de la reproducción de nuestras células.

Si la conciencia y la acción productiva están supuestas para el bien-vivir, engendrando lo que satisfaga las necesidades y deseos humanos, cabe sin embargo, resaltar que “la vida goza de su propia vida, como si ella se alimentara de vida tanto como de aquello que hace vivir(...)”106. No existe fiesta sin alegría. No sólo la comida deliciosa hace alegre la fiesta, sino el convivir de todos en su encuentro colectivo y en los múltiples encuentros singulares que propicia la fiesta. Por más que se tengan aseguradas las bases materiales para el bien-vivir, es la satisfacción de vivir la propia vida lo que confiere sentido a lo que se tiene. Y la satisfacción de vivir la propia vida supone reconocer que amamos y somos amados, que somos separados y abiertos al devenir de los encuentros y reencuentros. En las fiestas y en las tristes pasiones. Al gozar la vida, más queremos gozarla. Un deseo de alteridad nos mueve a la proximidad de otra libertad, al riesgo del acogimiento de otra persona, pues la mano que acaricia también podrá agredir. Un deseo de ultrapasarnos a nosotros mismos, de renovarnos por la apertura a la infinitud de los otros igualmente nos moviliza. Gozar la vida es un movimiento complejo de

105 Ibid., p. 136.106 Emmanuel Lévinas. De outro modo que ser... p. 131.

apertura y recogimiento, pues “(...) el gozo es singularización de un yo en su doblamiento sobre sí”107 – puesto que solamente el individuo puede gozar por sí mismo y al gozar realiza su humanidad traspasada en flujos y devenires por inseparables agenciamientos de diversas intensidades que de alguna manera se integran en su subjetividad. En este movimiento de apertura y de encuentro de libertades que se desean, respetándose como alteridades, se realiza la proximidad: “la proximidad del otro es el inmediato derramamiento para el otro de la inmediatez del sabor, “materialización de la materia”, alterada por el infinito del contacto”108. Esta proximidad, en la inmediatez del cara-a-cara, hace emerger nuevos sentidos al conjunto de conexiones materiales y simbólicas de nuestra propia consistencia.

El gozo, sin embargo, no es el indicador necesario del bien-vivir. En las situaciones de sufrimiento y tristeza inherentes a nuestra propia vida – en las muertes de las personas que amamos, en los accidentes que destruyen nuestras realizaciones, en los diferentes acontecimientos cotidianos repletos de frustraciones y problemas – también podemos experimentar el bien-vivir, cuando en la proximidad de las personas que nos acogen somos confortados y auxiliados en nuestras dificultades y limitaciones, cuando acogiendo a otras personas en sus infortunios contribuimos para aminorarlos o para enfrentarlos, con la conciencia de que nunca estamos solos, sino que hacemos parte unos de los otros en la consistencia de nuestras vidas. En el centro del bien-vivir reside, pues, la solidaridad.

2.24 Consistencia, tiempo y subjetivación

El ejercicio humano de la libertad supone necesariamente la consistencia de cada persona. Esto es, cada ser humano en cuanto sujeto es momento de una amplia red, en cuyas relaciones se constituye y es constituido como persona bajo la mediación de innumerables semióticas

107 Ibid., p. 132.108 Ibid., p. 133.

que lo estratifican, modelándolo bajo flujos culturales. En otras palabras, en los procesos de subjetivación tanto la sociedad condiciona a los individuos con sus flujos materiales y semióticos, como los individuos pueden transformarla. De esa manera, no cabe hablar de una existencia humana de cada uno, como si la subjetividad se redujera a una conciencia que, movida por la libertad, se coloca fuera de sí (ex.) a través de sus obras culturales, pudiendo reflejarse en ellas y recuperarse como conciencia libre en su movimiento individual, suprimiendo el anterior momento de alienación. En efecto, la subjetividad es relativamente determinada por todo que la modela, por todas las organizaciones sociales que generan regímenes de signos que de algún modo modelan su comprensión del mundo y su intervención en él. La subjetividad de cada uno es, pues, fruto de una con-sistencia – cada persona es en este conjunto de semiosis que la atraviesa y modela, que atraviesa su subjetividad y la produce como ser humano, aunque siempre tenga la libertad situada y relativa de resistir a los flujos que la producen y de conferir un sentido singular a su vida.

De la misma manera que la corporeidad de cada uno depende de flujos materiales que no son controlables en su totalidad, su modelación cultural depende de flujos semióticos que la atraviesan constituyéndola como persona. Cualquier deliberación humana supone semiosis, incluyendo interpretación y adopción o creación de patrones, así como también supone innumerables lazos de realimentación que, integrando al individuo en un ambiente, le permiten consistir como persona – como vimos en el ítem 2.10. Una de las características de todo organismo vivo es la cognición. Sin embargo, solamente la consistencia nos permite retomar las semiosis simbólicas y modelar otra cognición. No existe, pues, libertad sin consistencia. Considerada desde el problema de la libertad, la subjetivación humana supone una peculiar dinámica intrínseca, tejida por casualidad y necesidad, por el caos y por el orden, que permiten la negación, la diferencia, la innovación y la recurrencia a lo ya construido y estabilizado. En este devenir no hay un tiempo único, universal, sino un plano de consistencia, a partir del cual materias y funciones son modeladas semióticamente constituyendo sustancias y formas.

Culturalmente, por lo tanto, el condicionamiento del futuro subjetivo puede amplificar el propio ejercicio de la libertad en la medida en que perfecciona la capacidad del individuo de transformarse constantemente en síntesis más complejas en razón de la convivencia social, de la misma manera que puede estratificar la subjetividad bajo determinadas territorialidades que le restrinjan movimientos más amplios de subjetivación en su campo de posibilidades.

La posición de sí como consistencia es más que autoconciencia o autopoiesis, pues hay flujos sígnicos que nos permean de los cuales no tenemos conciencia y hay dinámicas del yo que no son dadas por su libertad, como su envejecimiento y, en general, su enfermedad y su propia muerte. El sentido de la consistencia, cuando es reducido a un proyecto existencial individualista, se encuentra comprendido bajo una temporalidad que tiene por límite la muerte o la nadificación de lo existente. Sin embargo, cuando la consistencia gana sentido por el movimiento de asimilarse al otro en la solidaridad, la temporalidad es redescubierta a partir del flujo que permea el paso de un poco de todos que transversalmente es en cada uno, de la misma manera que en la tela de las redes solidarias cada uno está integrado a todos. No solamente porque la subjetividad de cada uno, exteriorizada en los productos por el trabajo solidario, es incorporada por los otros en sus flujos materiales realizados en el momento de su consumo solidario, sino también porque la disposición de las mediaciones materiales, políticas, informativas y educativas, para la realización de la libertad de cada uno, supone el ejercicio de la libertad de los demás, en un lazo que realimenta simultáneamente la ampliación de las libertades públicas y privadas éticamente vivenciadas. Más allá de eso la proyectualidad de la reelaboración solidaria de la consistencia humana, reconociendo en sí un poco de cada otro, nos abre al permanente agenciamiento por la diversidad de las singularidades de cada otro, que deseándonos en nuestra diferencia, se asimilan a nosotros. Reduciendo su individualidad, el humano es un ser para la muerte, en la cual su libertad se extingue. Subjetivándose como humano en redes solidarias su subjetividad permea el ejercicio de la

libertad colectiva en lazos de realimentación y en ellos pervive por todo lo que incorporó a las redes, y en cada punto en que la red se expande él continuará vivo, de la misma manera en que aún vemos brillar en los cielos estrellas que ya no existen. No se trata de una metáfora poética, sino del reconocimiento conceptual que en los elementos de la infraestructura comunicativa y económica que soportan nuestra libertad actual, construida sobre toda la cultura recibida, permanece el legado de la historia humana. Igualmente, en las redes de colaboración solidaria, los flujos de información, valor y materiales no sólo soportan la ampliación de las libertades públicas y privadas actuales al ser incorporadas como supuestos al devenir de una nueva sociedad solidaria en permanente reconstrucción en que perviven culturalmente todos los que a ella se asimilan.

Así, a la temporalidad se le confiere un determinado sentido a partir del movimiento de consistencia, en que nuestra subjetividad, mediada por flujos materiales, de información y valor, pervive en la subjetividad de los demás, perdura en ese mismo flujo, en ese mismo devenir. Aunque la corporeidad de cada uno sufra una bifurcación estructural cuando nuestra máquina abstracta109 ya no es capaz de integrar materias en la reposición de las funciones orgánicas, sucumbiendo letalmente al movimiento estructural disipativo, con el advenimiento de nuestra muerte, nosotros aún continuamos consistiendo en todo lo que integramos de nuestra diversidad a las redes solidarias y que en ella pervive como mediación de las libertades públicas y privadas, movidas por el deseo de cada otro en su valiosa diferencia.

2.25 La proximidad como sentido de la consistencia humana

Toda subjetividad es consistente. El ejercicio de la libertad de cada persona – que supone condiciones materiales, ejercicios de poder, información y colaboración de conocimientos – puede ser 109 Sobre el maquinismo abstracto y la constitución de la subjetividad, vea el ítem 2.10 O carácter molecular e molar das redes de colaboração solidária e a subjetivação subversiva” y la bibliografía referida en la nota 20 de este capítulo.

éticamente referenciado para la promoción de las libertades públicas y privadas o liberar tal manera de referenciar. Si buscamos la realización del bien-vivir, la expansión del campo de posibilidades de realización de las libertades, afirmamos la proximidad como sentido de la consistencia humana solidaria.

La inmediatez del cara-a-cara en que el otro es deseado en su infinitud, en su libertad, trasciende los horizontes conceptuales de cada uno por la apertura a lo inusitado, al futuro, posibilitando dialógicamente la construcción de múltiples sentidos para las diferentes realidades, ampliando los horizontes del mundo de cada cual.

La proximidad, en cuanto categoría filosófica, expresa esa relación humana y singular de acogimiento y solidaridad, en que se promueve el bien-vivir de cada uno, si la consistencia y condición particular de todo ser humano, la afirmación de la proximidad como sentido de la vida y una actitud libre que emerge en la consistencia de las personas por vivencias individuales, han sido acogidas en su libertad y en su misterio. Sin proximidad, no hay gozo en la morada. Esto no excluye el gozo del recogimiento personal que solamente existe por la certeza del reencuentro solidario. Sin reencuentros posibles, el recogimiento es prisión solitaria hasta la muerte.

La proximidad confiere sentido así, a toda distancia y temporalidad, a toda adversidad y al bien-vivir.

Enrique Dussel analiza la proximidad en sus dimensiones originaria, histórica y utópica. Originariamente el ser humano nace en alguien, se alimenta de alguien. La primera relación del ser humano, anterior a la propia comprensión de su mundo, es la relación con otros humanos que lo acogen, alimentan y miman, garantizándole las condiciones requeridas para su consistencia. Metafóricamente se puede afirmar que la primera proximidad es el mamar, inmediatez anterior a toda distancia, a toda cultura, a todo trabajo. Acogimiento y dádiva.

Bajo el aspecto histórico cada ser humano nace en una cierta circunstancia, haciendo parte de un cierto grupo inscrito en una sociedad, en un tiempo y espacio determinados. Los diferentes aspectos económicos, éticos, culturales, etc., de esas colectividades condicionan fuertemente la subjetivación de cada cual, el modo y las posibilidades de interrelacionarse de las personas. Todo ser humano, naciendo frágil e indefenso, depende de los servicios que le presten otros. La dimensión de servicio y atención es inherente a la proximidad e indispensable para la vida humana. Al conquistar progresivamente mayor autonomía, sin embargo, las personas incorporan y recrean patrones de intervención sobre el campo de posibilidades de su realización humana.

En la proximidad del bien-vivir, el tiempo como que se diluye en la alegría del encuentro, del estar juntos. Aquí, el tiempo de uno es el tiempo del otro: es la sincronía de la fraternidad en la justicia, como en la charla con el amigo en la que pasan horas, con la impresión de que fueron sólo algunos minutos.

Es la inmediatez del cara-acara o la inespacialidad de la proximidad lo que dará sentido a toda distancia con falta de presencia. La separación gana sentido en el reencuentro, en el retorno al cara-acara, en la escucha de la palabra del otro, en la dinámica de la presencia y del acogimiento.

La proximidad, como sentido utópico de la praxis, es la realización de la fiesta, del gozo en la morada. Es la promoción del bien-vivir de todos en la expansión del campo de posibilidades de las libertades públicas y privadas. Bajo este prisma, podríamos afirmar con Dussel que “la proximidad es fiesta, pero fiesta de liberación y no de explotación, injusticia (...) es fiesta de los iguales, de los libres, de los justos, de los que esperan una orden de proximidad sin contra-revoluciones, sin retrocesos”110.

110 Dussel, Filosofia da libertação, p. 27.

Cabría afirmar que es la fiesta de los iguales, de los libres y de los justos, si comprendemos, que ningún ser humano es plenamente libre, que nosotros nunca somos lo bastante justos y que la igualdad que anhelamos es desear la valiosa diferencia éticamente afirmada de cada persona.

Aún como sentido utópico de la praxis, la proximidad se realiza también con un cara-a-cara vuelto a compartir los sufrimientos e infortunios, a rescatar el sentido de la esperanza, cuando la vida parece desaparecer, cuando las tristezas vuelven insípidas las reflexiones, cuando hasta parece que nos faltan fuerzas para suspirar. Ser acogido, estimado, apoyado, amparado en nuestra vejez, en nuestra juventud, en toda nuestra vida, no está ajeno a este sentido utópico.

Esas dimensiones originaria, histórica y utópica de la proximidad son inherentes a la subjetivación solidaria en que emerge, en cada persona, un futuro de responsabilidad por el otro. No se trata, aquí, de un deber moral, sino de un futuro constituyente de la propia subjetivación. También aquí podríamos afirmar con Dussel que “solamente aquel que vivió la proximidad en la justicia y en la alegría asume su responsabilidad por el pobre, a quien desea en la proximidad de los iguales”111 – no se trata, pues, de haber vivido la alegría o el gozo, sino la proximidad en la justicia y en la alegría. Podríamos también, reafirmar esa posición, si consideramos tal vivencia como un momento fuerte, tanto de desterritorialización de las semióticas hegemónicas, modeladoras de la subjetividad de tal persona, como de agenciamiento de procesos moleculares de subjetivación solidaria, en la cual las diversas dimensiones de la vida de cada persona van siendo resignificadas. En efecto, un niño que ha vivido muchos momentos de proximidad con sus padres, en la justicia y en la alegría, no tendrá necesariamente una vida ética. Por otro lado, parece correcto considerar que aquellos que se sienten responsables por el bien-vivir de las otras personas han vivido momentos marcantes de proximidad en la justicia y en la alegría.

111 Ibid., p. 26.

Solamente vive la proximidad, quien reconoce en cada rostro humano un misterio a ser respetado en su libertad, a ser acogido en su diferencia – cuando tal diferencia respeta las libertades públicas y privadas éticamente ejercidas. Aquel que reconoce en sí mismo un indigente, alguien que en todo dependió de los otros hasta alcanzar la condición de saber cuidar de sí mismo, alguien que siempre continuará necesitando de los otros, de abrazos y sonrisas, de amar y ser amado para ser feliz.

Sin embargo, la proximidad feliz puede ser equívoca. Es en el infortunio donde las amistades se aquilatan, pues aquellos que nos extienden la mano para ofrecer ayuda nada tienen que recibir a cambio. Sin duda alguna, la proximidad se realiza frente al oprimido que clama por justicia y libertad, que invoca responsabilidades, pues la acción que a él se dirige, el servicio que a él se presta, no busca recompensa, sino que se nutre de la bondad, de la propia solidaridad en que consiste.

Las redes de colaboración solidaria median la realización histórica de la proximidad como sentido de consistencia humana. En otras palabras, la realización del bien-vivir, el gozar la vida, requiere no sólo de las condiciones materiales, políticas, educativas e informativas necesarias a cualquier ejercicio de libertad. La dimensión ética de tal libertad, deseando las libertades públicas y privadas, afirma un sentido de trascendencia a lo ya realizado. Pues al mismo tiempo en que desea preservar la apertura a la libre manifestación y realización histórica de cada persona, desea descubrir nuevas posibilidades de realización humana, reacomodando las relaciones entre las libertades públicas y privadas. El ejercicio de las libertades, sin embargo, por más que su campo de posibilidades sea agrandado, es sólo condición del bien-vivir y no se confunde con él. Si es un hecho que las personas pueden ejercer su libertad colaborando entre sí sólo por las ventajas económicas que tal colaboración genera para cada uno, por otra parte cabe considerar que no hay solidaridad sin proximidad entre las personas. Colaborar solidariamente es afirmar de manera práctica la proximidad como sentido de la consistencia. Así, cuando actuamos de

manera solidaria en redes de colaboración no sólo estamos fortaleciendo la expansión de las libertades públicas y privadas, sino afirmando un nuevo proyecto de sociedad - en las esferas económicas, políticas y culturales – centradas en la promoción del bien-vivir de todos, considerando sus felicidades y tristezas, y actuando estratégicamente para que todos puedan gozar la vida.

En la dinámica de las redes, cuanto más las personas sean éticamente libres y gocen la vida, mayores serán las posibilidades de cada uno en particular de ser más libre y gozar aún más su bien-vivir. Cuanto mayor sean la abundancia y diversidad de los medios disponibles para atender las necesidades y deseos humanos – de manera ecológicamente sustentable – mayores son las posibilidades de realización de las libertades públicas y privadas. Al afirmar la proximidad como sentido de la referida consistencia, reconocemos en la muerte el fin de la existencia, pero reafirmamos la dimensión de trascendencia constitutiva de la cultura solidaria que pervive en las redes en colaboración como horizonte del bien-vivir.

Capítulo TRES

Algunas objeciones a La revolución de las redes

En su libro titulado Competência e sensibilidade solidária, Hugo Assmann y Jung Mo Sung afirman: “(...) la propuesta de una red de colaboración solidaria es importante para viabilizar muchas de las actividades económicas fundamentales para la sobrevivencia de tantas personas que viven en precarias condiciones económicas, pero no podemos simplemente proyectar esta propuesta a nivel global” (p. 152). Llegan a esta conclusión después de algunas páginas dedicadas a observaciones críticas, las cuales serán retomadas en este capítulo, con el fin de aclarar algunos aspectos que no fueron considerados por los autores1.

Objeción 1

Refiriéndose al libro La revolución de las redes ( A revoluçao das redes), afirman los autores:

Cabe(...) una crítica en cuanto a la evaluación – a nuestro entender profundamente equivocada – que algunos hacen en relación a las ONGs, en cuanto que las transforman en un ilusorio sujeto

1 Hugo Assman y Jung Mo Sung. Competência y sensibilidad solidaria... en este capítulo las indicaciones de páginas hechas entre paréntesis, referentes a La revolución de las redes, se refieren a su primera edición. Igualmente, las indicaciones de Competência y sensibilidad solidária también se refieren a su primera edición. En ésta se encuentran pasajes duplicados, como es el caso de párrafos que van de la página 267 a 268 que son transcripciones literales de párrafos de la página 266, con la alteración de una única palabra y el aumento de dos líneas. Tal duplicación en páginas contiguas tal vez haya sido intencional, sin embargo nos parece que es una hoja de revisión. Desde ahora agradecemos a los autores las críticas formuladas.

histórico con potencial para, y ya en vías de crear “una alternativa post-capitalista a la globalización actual” (p.65).

Comentarios

En el propio subtítulo de La revolución de las redes, presento como una alternativa a la globalización capitalista la colaboración solidaria.. Defiendo que si las organizaciones, movimientos, empresas, instituciones y personas, en particular, colaboran entre sí de manera solidaria en las esferas políticas, culturales y económicas podemos transformar nuestras sociedades para mejorar. Una lectura atenta de la obra permite percibir que no estoy transformando a las ONGs en el ilusorio sujeto histórico de la revolución de las redes2. Esta lectura permite también comprender que considero a una cierta parte de las ONGs como integrantes del llamado Sector Público No Estatal y que esta parte puede colaborar efectivamente en el avance de la revolución de las redes, como lo hace actualmente.

En el libro (p. 209) aclaramos que células de producción son unidades productivas: “sean microempresas de giro similar a los patrones del Sebrae, o sean unidades de producción doméstica y artesanal, cuya calidad del producto permita satisfacer el bien-vivir del consumidor”. Con el crecimiento de esas redes, seguramente el giro de esas empresas variará. Aclaramos además que las células de servicio son empresas del sector de servicios y comercio y que bajo ese concepto también pueden ser incluidas las ONGs que actúan en actividades de colaboración solidaria pertenecientes al sector de los servicios.

Curiosamente, los ejemplos de redes en el campo económico que analizamos detalladamente (p. 120 a 156) se refieren a conexiones solidarias entre microempresas – bajo perfiles proyectados por la Sebrae -,

2 Al parecer los autores no emplean aquí el término ilusorio como lo hacen en otro pasaje cuando afirman que “no hay conocimiento sin error o ilusión”, pues en este caso cualquier sujeto histórico que se apunte sería fruto de un conocimiento que no consigue escapar de la ilusión, sin embargo es posible controlarlo por la conciencia de los deseos y otras intensidades que intervienen en el hecho de conocer (idem, p.167).

otras microempresas productivas y organizaciones de consumo. No nos parece que una fábrica de blocks, una que confecciona mallas, una industria de productos de higiene y limpieza, una avícola, una farmacia o una fábrica de jabón en barras, entre otras empresas que analizamos al ejemplificar las redes de colaboración solidaria en el campo económico, puedan ser consideradas como ONGs3. Si los autores consideran como ONG, a cualquier organización que literalmente no sea una organización gubernamental – como en el caso de microempresas solidarias y de los millares de organizaciones sociales de los más diversos tipos, informales o con registro patronal -, sería conveniente entonces que aclarasen las reglas que utilizan para emplear esa palabra y que reconozcan que no es ese su empleo habitual y que, en La revolución de las redes no se utiliza con esa extensión.

Objeción 2

Según los autores, entre los variados y entrelazados presupuestos “muy peculiares y discutibles” de la alternativa que proponemos se enlistan: “La reducción de los potenciales socio-organizativos y políticos a una hiper-exaltación del papel del así llamado ‘Tercer Sector entre Estado y Mercado’ (asociativismo y movimientos, campañas, movilizaciones, demandas por calidad y cantidad, nuevas actividades y nuevas ocupaciones, en suma, la ficción de un para-estado y un para-mercado)” (p. 65).

3 Sobre el concepto de ONG veamos la siguiente definición presentada en el estudio de ABONG – Asociación Brasileña de las Organizaciones No Gubernamentales: “Art 2º - Para efecto de lo dispuesto en este estatuto, son consideradas Organizaciones No Gubernamentales ONGs, las entidades que, jurídicamente constituidas bajo la forma de fundación, asociación y sociedad civil, todas sin fines lucrativos, notoriamente autónomas y pluralistas, estén comprometidas con la construcción de una sociedad democrática, participativa y con el fortalecimiento de los movimientos sociales de carácter democrático, condiciones éstas, atestiguadas por sus trayectorias institucionales y por los términos de sus estatutos”. (dic./2001) http://www.abong.org.br/abong/documentos/estatutoabong.htm.

Comentarios

En la lectura poco atenta que hicieron de la obra, Assman y Mo Sung dieron más atención a la figura elaborada por Mario Pianta y otros, que propiamente al texto en que criticamos conjuntamente, la idea de Tercer Sector.

Después de afirmar que Tercer Sector, Sector Sin Fines de Lucro y Sector Público No Estatal son ideas bastantes difundidas, pero con sentidos imprecisos, destacamos que, “para algunos, ese Tercer Sector, que surge por acción de la sociedad civil y que no se confunde con los sectores estatal y de mercado, podría ser representado como se muestra en la figura 1” – figura de la cual los autores extraen los elementos para la crítica que realizan.

Si prestasen atención al párrafo siguiente verían que consideramos esa figura como “una frágil representación que puede inducirnos a comprensiones indebidas”, pues, como decimos a continuación, muchas ONGs “(...) no practican la colaboración solidaria, siendo organizaciones que defienden el modelo capitalista hasta en su versión neoliberal”.

Justamente por eso, ideas como Tercer Sector o Sector Sin Fines de Lucro no nos parecen analíticamente satisfactorias para la elaboración de un mapa que nos permita actuar adecuadamente en este contexto. De ahí se desprende la preferencia que damos a la categoría de Sector Público No Estatal, como se explica en el párrafo siguiente: “Valiéndonos de otra idea, que no es la de Tercer Sector, podemos caracterizar como Sector Público No Estatal una esfera de relaciones en la sociedad civil en que se realizan incontables acciones dirigidas a garantizar soportes materiales, políticos y culturales necesarios para la realización de las libertades públicas y privadas, promoviéndose el bien común(...)”.

Ya que, según los autores, los presupuestos que critican están entrelazados como tela de fondo de la “transformación de las ONGs en

promesa global alternativa”, como “sujeto histórico” en vías de “crear ‘una alternativa post-capitalista’ a la globalización actual”, cabe considerar esa interpretación equivocada que hacen del texto.

Si afirmamos que muchas ONGs – y muchas no quiere decir pocas en relación al total de ellas – “(...) no practican la colaboración solidaria, siendo organizaciones que defienden el modelo capitalista aún en su versión neoliberal”, ¿cómo se podría suponer que el conjunto de ellas esté en vías de crear una alternativa post-capitalista?

Cuando hablan de “un ilusorio sujeto histórico” los autores no lo hacen por contraposición a “reales sujetos históricos”, una vez que les falta un análisis más preciso de las complejas redes de organización sociales – en los campos económico, político y cultural – que surgieron en las últimas cuatro décadas del siglo pasado. En la lectura que hicieron del libro prejuzgaron que las ONGs, en su conjunto – y “sobre todo las que explicitan su furia antimercado y anticapitalista” -, serían el sujeto histórico de la revolución de las redes, y entonces lo denominaron como “ilusorio sujeto”. Por nuestra parte consideramos como sujetos históricos de esos procesos a todas las organizaciones, empresas, instituciones, personas y demás actores que practiquen la colaboración solidaria en los campos económico, político y cultural. En efecto, si practican la colaboración solidaria, como lo consideramos en La revolución de las redes, esos sujetos históricos actúan colectivamente buscando ampliar las libertades públicas y privadas en razón del bien-vivir de todos y de cada persona en particular. Y, por lo tanto, se desean ampliar esas libertades, se desea que todos tengan asegurados los medios materiales, políticos, educativos e informativos requeridos para el ejercicio ético de tales libertades. Como aclaramos en el segundo párrafo de la introducción de aquel libro, cualquier persona u organización puede contribuir en el avance de la revolución de las redes, bastando que en sus actividades de consumo prefiera los productos de las redes de colaboración solidaria.

Objeción 3

Otro presupuesto, según los autores es:

Un recorte peligroso en el propio concepto de solidaridad ya que fundamentalmente es reducido a un determinado tipo de “redes de colaboración solidaria” (léase: sobre todo aquellas ONGs que explicitan su furia antimercado y anticapitalismo) (p. 65)

Comentarios

¿Cuál es el peligroso recorte en el concepto de solidaridad al proponer que todos los que desean construir sociedades en que se garantizan las libertades públicas y privadas colaboren entre sí?

Después de presentar diferentes prácticas de economía solidaria en todos los continentes, generando trabajo y distribuyendo el ingreso, afirmé que independientemente de los modelos que adoptan “(...) cabe al conjunto de las unidades productivas y organizaciones referidas en esta sección 1.10 Atendiendo Demandas Reales, y a las organizaciones de financiamiento solidario referidas anteriormente, avanzar en la reflexión sobre la necesidad e importancia de convertirse a la propuesta de colaboración solidaria, asumiendo el carácter de una red capaz de perfeccionarse, auto-reproducirse y expandirse. // Articulando un inmenso conjunto de organizaciones del sector público no-estatal, la red apoyaría el desarrollo de las células de producción y consumo(...)// Con el fortalecimiento político de las redes locales, podrían provocar cambios en las legislaciones a fin de ampliar las libertades públicas y privadas, permitiendo que los sectores populares de la sociedad civil ejerzan una democrática hegemonía en la conducción de las políticas estatales” (p. 118- 119).

¿Qué peligro podría haber en fortalecer la democracia con la organización de la participación popular en redes de colaboración? ¿Qué

peligro existe en defender la diversidad de formas organizativas como un beneficio para las sociedades si ellas convergen solidariamente en la expansión de las libertades públicas y privadas?

El título del libro es claro: La revolución de las redes. No se trata de una única red, sino de innumerables redes. La sinergia de ese proceso provoca el avance de innumerables redes locales en redes regionales y de carácter más abarcador, que extrapolan los límites políticos de las naciones difundiendo la solidaridad por cualquier parte en que las personas deseen participar de esos procesos de construcción de nuevas relaciones humanas y sociales, incluyendo la dimensión económica de esas relaciones. Esa sinergia es lo que le da vitalidad.

El subtítulo del libro es claro “La colaboración solidaria como una alternativa post-capitalista a la globalización actual”. Proponemos una alternativa y no la alternativa. Seguramente en diversos lugares se debaten varias alternativas de carácter capitalista al proceso de globalización actual, buscando enfrentar los impactos sistémicos provocados por la exclusión social y la degradación ambiental, teniendo como objetivo corregir el desequilibrio de su reproducción. Por nuestra parte, presentamos al debate una alternativa de carácter post-capitalista, centrada en la solidaridad y en la distribución democrática de la riqueza. Esta propuesta no pretende ser cerrada, sino que desea fecundarse por las prácticas reales que la integran, en la consistencia de la diversidad y por las críticas teóricas que permiten perfeccionarla. Como aclaramos en la introducción del libro, consideramos la reflexión como “una propuesta dialógica, una contribución a una construcción colectiva y emancipadora” presuponiendo que “cada realidad cambia a su manera”, que “es menester de los excluidos construir sus propios caminos y que “nadie libera a nadie, nadie se libera sólo: todos se liberan juntos” (p. 15)

Objeción 4

Conforme a los autores, otro presupuesto peculiar y discutible es:

Una concepción fundamentalmente moralista y negativa de los derechos del cliente, referente a derechos de accesos al consumo, mediante una sintomática exacerbación contra el consumismo, proponiendo obcecadamente su sustitución por un “consumo solidario” o “consumo crítico”, con características bastante moralistas y ascéticas (aquí se toca un punto crucial, más resbaloso: de hecho son universales los niveles de consumo de los países ricos y de las élites; es preciso luchar por niveles de consumo realmente universales; pero eso no significa crear una visión ascética-moralista de un rechazo a los niveles ampliables del consumo, al derecho y al placer que las personas tienen de comprar y usufructuar más bienes y servicios. Es una simple hilaridad querer que alguien se vista o coma un churro por una mentalidad de “consumo crítico” (p. 65-66).

Comentarios

a) No proponemos un “rechazo a ampliar los niveles de consumo, al derecho y al placer que tienen las personas de comprar y usufructuar más bienes y servicios”, como afirman los autores. Al contrario, al señalar algunas diferencias entre el consumo crítico y el consumo solidario (p. 188) afirmamos: “bajo la perspectiva que adoptamos, sin embargo, cabe decir que no se trata de consumir más o menos. Se trata, en efecto, de practicar el consumo solidario, en razón del bien-vivir personal y colectivo – lo que también supone la adopción de criterios ecológicos así como de producción y consumo. (...) En el caso del Tercer Mundo, en que la mayoría vive bajo el consumo obligatorio, se trata de, practicando el consumo solidario, permitir que todos puedan consumir más y mejor, bajo principios ecológicamente sustentables.”

Ahora, buscar que todos puedan consumir más y mejor no es rechazar el incremento de los niveles de consumo o rechazar algún derecho de consumir o el placer de consumir. Al contrario, afirmamos que

“practicar el consumo como mediación del bien-vivir requiere el refinamiento de las sensibilidades y sentidos humanos”. (...) es necesario desarrollar la habilidad de apreciar los sabores, los olores, los sonidos, las imágenes, las texturas, las variadas composiciones expresivas de diversas órdenes semióticas, las combinaciones de esos elementos, sus flujos, ritmos, etc.” (p. 28).

Que alguien se preocupe sólo por las cualidades técnicas y estéticas de los productos y servicios que adquiere buscando satisfacer sus necesidades y deseos, es un derecho que le asiste. Y en eso no hay nada de malo, como tampoco lo hay cuando algún consumidor, buscando satisfacer sus propias necesidades y deseos, más allá de considerar las cualidades técnicas y estéticas de los productos y servicios, también se preocupa por sus cualidades sociales y ecológicas. Se trata de un derecho del consumidor el saber que en la producción de aquel bien o en la prestación de aquel servicio el medio ambiente es agredido o seres humanos son humillados. Bajo el capitalismo, en general, las personas consumen sin saber lo que su acto de consumo representa en la manutención de ciertas cadenas productivas y de los impactos que su consumo provoca en el medio ambiente, en la reproducción de ciertas relaciones sociales y en su propio organismo. Podemos hasta aceptar que sea “derecho” de alguien – desconsiderando el consumo crítico, en lo referente a ventas irresponsables – el consumir una carne asada cuya procedencia de la carne ignora, sin saber si el animal sacrificado sufría de encefalopatía espongiforme, conocida como enfermedad de la “vaca loca”. Sin embargo, mantenerse decididamente en la ignorancia general sobre las consecuencias de sus actos de consumo no nos parece un derecho del cliente, aunque desear permanecer desinformado sobre las características de lo que consume – más allá de lo que ya sabe – pueda ser un derecho suyo4. Aún con todo, no estamos de acuerdo que sea malo seleccionar lo que compramos considerando las dimensiones técnicas, estéticas, sociales 4 No desarrollaremos aquí el tema paradoxal de un posible “derecho a la desinformación”. Sólo argumentaremos que bajo el aspecto ético, en general, las personas deben asumir las responsabilidades por las consecuencias de sus actos – considerándose en el análisis de tal responsabilidad, los diversos condicionantes de su actuar.

y ecológicas de los bienes y servicios que usufructuamos. Más aún, cuando alguien come despreocupadamente – como debe ser – una carne asada o una ensalada lo hace porque seleccionó, a partir de algún criterio, el restaurante en que se encuentra o los productos que preparó en su casa. ¿Por qué entonces sería malo que más allá de criterios técnicos y estéticos utilizados en tal selección, incluyamos también criterios solidarios y ecológicos?

b) Al comentar la propiedad de diversidad de las redes que proponemos, respecto al rubro económico aclaramos que ella se refiere “(...) a producir la mayor diversidad posible de bienes buscando satisfacer las necesidades y deseos de todos los consumidores solidarios, buscando producir todo lo que ellos aún consumen del mercado capitalista en función de su bien-vivir o como insumos necesarios al proceso productivo”. (p. 207).

Solamente con una gran distorsión se puede decir que consumir buscando realizar los propios deseos en función del bien-vivir particular de cada uno sea algo ascético. O tal vez, en la lectura que hicieron, los autores no percibieron que el consumo solidario es una modalidad del consumo como mediación del bien-vivir. Al definir el consumo solidario afirmamos que éste “(...) ocurre cuando la selección de lo que consumimos es hecha no sólo considerando nuestro bien-vivir personal, sino también el bien-vivir colectivo” (p. 29). Se trata de considerar ambos aspectos. En ningún momento afirmamos que para promover el bien-vivir colectivo alguien debería negar su propio bien-vivir personal o practicar algún tipo de ascesis.

Por otro lado, producir para satisfacer las necesidades y deseos de los consumidores, buscando garantizarles los medios materiales para su bien-vivir, no es una concepción negativa de los derechos de los clientes o de sus derechos de acceso al consumo. Por eso mismo afirmamos que se trata de “producir todo aquello que ellos aún consumen del mercado capitalista en función de su bien-vivir” para

que puedan adquirirlos en las redes, no retroalimentando la producción capitalista, sino por el contrario, colaborando para la expansión de las redes solidarias. Consumir en función del bien-vivir no es consumir de manera alienada. De hecho podemos realizar deseos no alienados, peculiares a nuestro bien-vivir, valiéndonos de mediaciones materiales adquiribles en el mercado capitalista. Sin embargo, la mayoría de los deseos agenciados por las semióticas capitalistas no son singularizantes. Razón por la cual cabe a las redes una crítica de la cultura capitalista del consumo, en que todo se convierte en valor de cambio en los juegos del mercado.

En cuanto a la “exacerbación contra el consumismo” no sé dónde se encuentra. Buscamos establecer una conceptualización inicial entre cuatro modalidades de consumo: alienante, obligatorio, consumo como mediación del bien-vivir y consumo solidario y, posteriormente, al considerar las cadenas productivas distinguimos el consumo final y el consumo productivo. No considero adecuado caracterizar el análisis que hicimos (p. 25-32 y 210) buscando aclarar los términos que empleamos – que, al parecer, no fueron comprendidos correctamente -, como “exacerbación contra el consumismo”, si es esa la parte del texto a que los autores se refieren.

Objeción 5

Otro presupuesto peculiar y discutible, que según los autores subyace en la propuesta que hacemos, reza que:

El gran enemigo proyectado en una imagen cuestionable: la crítica al neoliberalismo, es configurada de tal manera que se transforma automáticamente en rechazo rotundo del mercado y en la incapacidad de desarrollar lenguajes positivos acerca de una economía de mercado (p. 65).

Comentarios

La primera pregunta a hacerse aquí es lo que los autores entienden por mercado para comprender contra lo que se aplicaría tal rechazo rotundo.

Las personas y empresas, que integran redes que actúan en colaboración solidaria, compran y venden de quien y para quien ellas quieren, dando siempre preferencia a los productos y servicios producidos en las propias redes – cuando éstos aseguran su bien-vivir satisfaciendo demandas finales o productivas – con un precio negociado entre productores y consumidores en el interior de las propias redes. En algunos ejemplos presentados en el libro (p. 145 y 154) indicamos inclusive las cifras de compras y ventas hipotéticas entre las empresas, calculando los excedentes que proceden de los giros económicos de producción y consumo, que viabilizan el crecimiento sustentable de las redes. Si se quiere denominar esa esfera de compra y venta, que no tiene por finalidad el lucro, con el término de mercado, entonces en esas redes en crecimiento económico existiría un mercado en el cual jamás se realizarían lucros5. Lo

5 A grosso modo, en la contabilidad empresarial, lucro es un valor económico de más – obtenido a través del giro de producción y venta o de comercialización o de la prestación de servicio (dependiendo del tipo de empresa), una vez descontados los costos (incluyendo los costos de comercialización, en los cuales se circunscriben los impuestos pagados por la empresa). Ese lucro es apropiado privadamente por los propietarios o accionistas de la empresa. En las empresas de autogestión ese valor de más es normalmente denominado “sobra”. En el campo más general de la economía solidaria ese valor podría ser designado como excedente y no lucro, pues no es apropiado privadamente por un capitalista o un conjunto de accionistas. Si entendemos que los excedentes generados en las empresas solidarias y reinvertidos en las redes tienen una finalidad pública –generar puestos de trabajo con reducción de su jornada y mejor distribución del ingreso, buscando promover las libertades y el bien-vivir de las personas – ellos podrían ser asociados a los impuestos ( en la mejor acepción que se podría tener del empleo de los recursos obtenidos por ese medio: promover el bien común) y por tanto abatidos del margen bruto, juntamente con los costos de comercialización, lo que significaría que esas empresas no tendrían lucro o sobras, aún cuando hayan generado excedentes que permiten la propia expansión de la red. La cuestión aquí no es solamente contable, pero conceptual y seguramente abre un importante debate jurídico. La legislación vigente, o proyectos de ley en trámite en algunos países, diferencian las

que sería un absurdo para los economistas liberales que sostienen la tesis de que es la obtención de lucro en los intercambios realizados en el mercado y su apropiación privada lo que permite el progreso económico.

En la argumentación de las tesis que presentamos en La revolución de las redes, distinguimos, desde el punto de vista económico, dos esferas en que se puede comprar y vender: el mercado capitalista y las redes de colaboración solidaria. Ahí consideramos también al Estado como esfera y agente económico. Aclaramos que toda vez que alguien compra, en el mercado, productos y servicios de empresas que explotan a los trabajadores y perjudican el medio ambiente, los recursos gastados en esta operación de compra se convierten en capital, haciendo viable la reproducción continuada de ese ciclo. También aclaramos que al comprar productos y servicios en las redes solidarias en que el equilibrio de los ecosistemas es protegido y los trabajadores no son explotados, los recursos gastados en este acto de compra se convierten en valor económico que, gracias a las reinversiones colectivas, puede retroalimentar el crecimiento de las propias redes, generando nuevos puestos de trabajo y distribuyendo el ingreso.

No cabe aquí discurrir sobre cómo el simple trueque fue transformado en reproducción ampliada del capital y sobre cómo es posible que ocurra la reproducción ampliada de valor económico en relaciones solidarias de compra y venta donde existe lucro privado, como lo hacemos en La revolución de las redes6.

empresas de economía solidaria y las empresas privadas. Sobre esa legislación específica véase: COLACOT – Confederación Latinoamericana de Cooperativas y Asociaciones de Trabajadores. El modelo de economía solidaria – Una alternativa frente al neoliberalismo. Santa Fe de Bogotá, CGTD, 1998, p. 467, particularmente la Parte III, del autor Alberto García Müller, titulada “Marco jurídico de la economía solidaria”, p. 315-467.6 Para una detallada exposición de esta última afirmación véase el ítem “1.13 – fluxos de valor e cadeia produtiva” de A revolução das redes, en especial el pasaje sobre la formalización de los flujos de valor.

Es conveniente decir que las redes de colaboración solidaria no operan bajo la lógica de mercado capitalista, pues su objetivo no es el acumulamiento privado del lucro, sino la distribución de la riqueza para el bien-vivir de las personas.

Sin embargo, conviene decir también que existen varias redes de economía solidaria, que pretenden reinventar el mercado o crear un mercado solidario. Para comprender mejor el empleo de la expresión mercado en la designación de esos nuevos fenómenos de intercambio sería conveniente realizar un análisis histórico del mercado como institución social, en los diferentes tipos de formación económica anteriores al capitalismo y considerar en qué medida la relación de compra y venta en el interior de las redes actualmente existentes guarda semejanzas con tales formaciones anteriores y con el mercado capitalista, para no caer en el riesgo de construir una narrativa sobre el mercado identificando, con esa palabra, procesos dispares por medio de los cuales las personas obtienen productos y servicios que desean o que necesitan para su bien-vivir. En particular, por ejemplo, hay que comprender los papeles actualmente utilizados en ciertos procesos de intercambio (como los Palmares en Fortaleza, los Tupis en Río de Janeiro, los Pinhões en Curitiba, los Greendolares en Vancouver, las famosas Horas en Ítaca o los innumerables tipos de billetes de crédito que circulan en Argentina entre los miles de participantes de los clubes de trueque) son realmente moneda o no, en el sentido de su empleo corriente – aún siendo denominados como monedas sociales. Es más que eso, si, siendo o no formalmente monedas, pueden ser mediadores de una reproducción ampliada de valor, o sólo instrumentos de trueques simples. Y, en la segunda hipótesis, si no fueran monedas y al mismo tiempo fueran instrumentos mediadores de una reproducción ampliada de valor, no estaríamos frente a un nuevo fenómeno de intercambio, en la cual sería abolido el dinero – puesto que los créditos no serían monedas – como condición del propio intercambio, pero en el cual, también al mismo tiempo, se tendría la expansión de la magnitud del valor económico gracias al compartir solidario de excedentes incrementando el proceso productivo. Esta afirmación dependería aún de la definición de lo que se entienda por dinero, recordando que para Marx

cualquier tipo de papel que signifique una promesa de conversión futura en alguna forma de valor económico opera como dinero. En este caso, si consideramos tales papeles como dinero, tendríamos que concluir que comunidades locales comienzan a producir y repartir dinero democráticamente, con total autonomía. Ahora, si aumentando la oferta de dinero – por su emisión comunitaria – no ocurre una inflación de precios en la propia comunidad, entonces estaríamos frente a un fenómeno inexplicable bajo las teorías monetarias convencionales: producir monedas y simplemente distribuirlas igualitariamente en sistemas comunitarios no generaría impactos inflacionarios y contribuiría al desarrollo local7.

No se trata, por lo tanto, sólo de crear lenguajes positivos o negativos acerca de una economía con o sin mercado, proponer o no la abolición del dinero o su sustituto. Se trata de comprender lo que de hecho está ocurriendo en diferentes prácticas emergentes de economía solidaria y cuáles son los símbolos lingüísticos que se aplican mejor a esas situaciones, respetando sus reglas de uso o introduciendo nuevas reglas a partir de los consensos comunicativos que sean construidos en la reflexión colectiva sobre esos fenómenos.

Desgraciadamente, al tratar de la economía solidaria en lo referente al “mercado social”, a la “aceptación de necesarios mecanismos de mercado” y a la “importancia del papel del Estado en la dirección de la economía”, los autores de Competência e sensibilidade solidária se limitaron a presentar como referencias de profundización, en la nota 33, sólo algunas de las indicaciones sobre las cuales yo ya había trabajado en La Revolución de las Redes, a lo largo del segundo capítulo, no indicando más allá de ellas, en aquella oportunidad, otras fuentes sobre el tema, lo que podría contribuir a la profundización de las cuestiones que el tema suscita. Algunos pocos trabajos referidos posteriormente, que tratan sobre la economía solidaria, serán considerados al ser cuestionada la solidaridad como principio organizador de la sociedad.

7 Para un análisis cuidadoso de ese modelo, en sus potencialidades y limitaciones véase el anexo 3.

Profundizando esas cuestiones sobre posibles esferas de intercambio que no sean el mercado, reconocen que “(...) estar excluido/a del mercado (...) no significa necesariamente no participar de ninguna forma de (...) trueques económicos (...)” (p. 95) – reconociendo que existen otra formas de trueques económicos que no son las del mercado -, los autores prefieren defender la necesidad de preservar el mercado como uno de los principios de organización de la sociedad que ansían, principio que posteriormente caracterizarán como mercado social.

A esta altura de las post-modernidad, sería muy absurdo soñar con un mundo sin mercado, porque significaría soñar con hilos de aislamiento de regreso a procesos socioeconómicos de pequeño porte, localmente auto-sustentables y de interdependencia escasa con otras bolsas similares (p. 109).

A continuación ponen lo que podría realmente caracterizar el “mercado social” bajo una concepción diferente de la definición neoliberal. Tal diferencia residiría sobretodo en dos aspectos:

Primero, en una revinculación decidida y obligatoria de la lucratividad del capital a la dinamización del sistema productivo; segundo, en la priorización de criterios de productividad social relacionados con la generación de empleos y la valoración de todas las formas de actividad humana, las ya existentes y otras por inventar. Eso significa que será necesario normar y controlar las formas de rentabilidad de tal modo que se vuelva posible el reingreso de los excluidos sociales en todo lo social. Un mercado en el cual no prevalezcan los criterios de inclusión jamás podrá ser un “mercado social” (p. 109-110).

Ahora, ¿quién impondrá tal revinculación – una vez que es obligatoria – e irá a normar y controlar las formas de rentabilidad para tal

reingreso? Algunos elementos para esa respuesta los encontramos en el siguiente pasaje:

Debemos de abandonar definitivamente la idea de un único principio organizador de la sociedad y asumir la necesidad de articulación de varios principios, como el mercado, políticas públicas por parte del Estado buscando metas sociales solidarias, sensibilidades solidarias encarnadas en redes de organizaciones solidarias y otras más (p. 160).

Aquí aparecen el Estado y las sensibilidades encarnadas en las redes de organizaciones solidarias como condicionantes del mercado. La expresión final outras mais – en portugués, claro – indicaría posiblemente, otras redes o sensibilidades solidarias y no propiamente otros principios. En este caso, tenemos que la viabilidad del mercado social depende de la colaboración de las redes solidarias, que encarnan sensibilidades solidarias, y de la intervención del Estado. A menos que los varios principios a que se refieren los autores se reduzcan a dos: al mercado y a las políticas públicas estatales, los cuales operarían teniendo en cuenta las metas sociales solidarias y las tales sensibilidades. En este caso, outras mais podría indicar también otras metas, Con todo si outras mais indican también otras redes que no sean solidarias, estaríamos frente a un error bastante común entre los que proponen la democratización del Estado por la simple participación en él de la sociedad civil, sin percibir que si los sectores de la sociedad civil que hegemonizaran el Estado defendieran la manutención de políticas económicas excluyentes que buscan garantizar los intereses del gran capital, el mercado no se volverá social, aunque el Estado sea totalmente conducido por los sectores hegemónicos de la sociedad civil, ya sea a través de mecanismos de participación directa o indirecta.

Curiosamente, sin embargo, lo que ellos esperan que el mercado social pueda hacer en el futuro, bajo la tutela del Estado y, posiblemente, con la colaboración de redes de organización solidarias, es lo que diversas

redes de economía solidaria ya hacen actualmente. Reinvierten excedentes, dinamizando el sistema productivo local, generando puestos de trabajo y valorando diversas formas de actividad humana que bajo la lógica capitalista de mercado son descartadas, haciendo viable la integración – a las esferas de producción y mejores niveles de consumo - de grandes segmentos que estaban excluidos.

Por nuestra parte, en lo que respecta a la regulación del Estado sobre el mercado, tratamos el tema en algunos pasajes de La Revolución de las Redes. El Estado relacionándose en lazos de retroalimentación positiva con las redes que buscan garantizar los medios materiales, políticos, educativos e informativos para las libertades públicas, solamente establecerá condiciones en la regulación del mercado, con vistas a romper la lógica global de concentración privada del capital. Esto se dará sólo si diversos sectores de la sociedad civil, favorables a esa regulación (pues existen sectores que se oponen a ella), fortaleciéndose democráticamente en sus organizaciones, consiguieran avanzar en las disputas en escala planetaria (puesto que deben controlarse los flujos internacionales del capital) y, en razón de eso, presionaran o asumieran el control de los Estados, dirigiéndolos a tal transformación. Con todo, las transformaciones políticas, económicas y sociales son concomitantes y se retroalimentan. No se trata de avanzar en la democratización del Estado, para después, entonces, regular el capitalismo, a fin de que funcione mejor. Se trata, a partir de la integración de las redes, de transformar las dimensiones económicas, políticas y culturales de las sociedades, modificando las instituciones sociales para que aseguren las libertades públicas y privadas.

En el tercer capítulo de La Revolución de las Redes, después de considerar la solidaria interacción económica en red de las empresas de producción, comercialización, servicios, financiamiento y organización de consumidores, tratamos específicamente del aspecto político de la colaboración solidaria (p. 180). Ahí afirmamos “(...) que podrán estar conectados a la red de colaboración solidaria un conjunto de ONGs,

movimientos sociales-populares, sindicatos y partidos, (...) buscando modificar disposiciones legales en el cuerpo del Estado, en el caso de los partidos, conectados a fuertes movimientos de presión social (...) Con la ampliación de su poder, en razón del crecimiento del número de células y la intensidad de las células, la red presionará por cambios de legislación, modificando inicialmente, por ejemplo, los criterios sobre licitaciones y concurrencias, privilegiando paralelamente los criterios técnicos y los criterios de colaboración solidaria, tales como: mantener un mayor número de empleados con menor jornada de trabajo en la región, promover la mayor socialización de los resultados, utilización de tecnologías ecológicamente correctas, etc., la red avanzará en la democratización de las políticas públicas, en el control popular de los presupuestos, en la socialización de la información; suprimirá leyes injustas e instituirá nuevos derechos, haciendo que la legislación pública se vuelva expresión de una ética solidaria” (p. 181-182).

Curiosamente, al tratar sobre nuevos lenguajes pedagógicos los autores aseguran: “no hay por qué negar que la manzana de la discordia – por absurdo que parezca – aún es, para muchos, el balance de lenguajes positivos y lenguajes críticos acerca del mercado. Pero sólo fijarnos en eso nos llevaría a un simplismo inaceptable” (p. 210). Al parecer, en las recuperaciones que hicieron del tema del mercado, al criticar la propuesta que presentamos – afirmando que ésta no desarrollaría lenguajes positivos de lo que ellos entienden por mercado – acabaron, en cierta medida, reeditando aquello que ellos mismos condenaban.

Objeción 6

En La Revolución de las Redes, después de analizar – con un conjunto mayor de detalles – que el desarrollo tecnológico permite a las empresas generar un volumen mayor de bienes tangibles como el empleo de menos trabajo vivo, ampliando la concentración capitalista de riqueza y la exclusión de sectores cada vez mayores de trabajadores que no tienen posibilidades de usufructuar la riqueza socialmente producida, en razón de

la reducción progresiva del número de trabajadores asalariados, afirmamos que “el capital (...) actúa en dirección de su propia disolución al ir eliminando progresivamente la relación ‘capital-trabajo asalariado’ como modo dominante de producción social, creando las bases y la necesidad de expansión y desarrollo de las redes de colaboración solidaria como único modo de los excluidos para generar y usufructuar la riqueza producida con el objetivo de asegurar el bien-vivir personal y colectivo” (p. 35).

Refiriéndose a ese pasaje los autores de Competência e sensibilidade solidária escriben:

Este análisis o predicción sobre el futuro del capitalismo tiene muy poco que ver con el concepto de autopóiesis o con otros de la teoría de la complejidad que él utiliza para hablar de las redes de colaboración solidaria. Parece que el autor aún mantiene las ideas centrales del marxismo sobre el fin inevitable del capitalismo, como resultado de un desarrollo casi lineal, y la existencia de un único camino necesario para su superación y para la emancipación de los/as trabajadores/as excluidos/as. Es como si el capitalismo no funcionara también como un sistema abierto con procesos autopoiéticos. (...)(...) cuando un sistema económico entra en su fase de “alta inestabilidad”, con posibilidades (esto es, no necesariamente) de ser sustituido por otro, no surge un único camino necesario. Siempre existe más de una posibilidad. Teóricos como I. Wallenstein o E. Laszlo utilizan el concepto de “bifurcación” en el intento de superar esta visión determinista de la historia (...) (p. 146-147).

Comentarios

A) El número de alternativas para la bifurcación estructural de un sistema cualquiera bajo nuestra interferencia depende del campo de posibilidades que se constituye a partir de las

propiedades reales de ese sistema, del conocimiento que tenemos de ellas (soportado en signos indiciales) y de cómo operamos sobre ellas. Denominaremos las dos primeras como propiedades indiciales del sistema, puesto que están co-implicadas en la relación que mantenemos con él.

Un bit, por ejemplo, puede bifurcar en dos estados, 0 o 1, apagado o acceso. Innumerables variables pueden interferir sobre su situación, sean los inputs del usuario, sea la caída de energía, un incendio que consuma la computadora, un rayo que derrita sus circuitos. Con todo, el campo de posibilidades de ese sistema no permite otro estado para un bit. Podríamos decir que los niveles de sensibilidad para la intensidad de energía reconocidos como 0 o 1 pueden variar y que entre 0 y 1 existe una gama de intensidades que podrían ser fraccionadas en diversas posibilidades, de tal modo que la intensidad reconocida por un sistema como 0 podría ser reconocida por otro más sensible como 1. Eso sin embargo no altera el campo de posibilidades de ese sistema entre 0 y 1. Por más que busque comprenderlo complejamente, tengo que reconocer que su campo de posibilidades es constituido a partir de sus propiedades indiciales y de cómo operamos sobre ellas.

En otras palabras, si envío una señal a la impresora para que un texto en que trabajo sea impreso, el campo de posibilidades actual abre tres “bifurcaciones” posibles, o para utilizar una expresión más adecuada, la siguiente trifurcación: que el texto sea impreso normalmente, que ocurra un retraso o que la impresión no se concluya (no sea iniciada o finalizada).

Para cada una de esas tres posibilidades sería posible diseñar innumerables y diversas configuraciones: desde acabarse el papel o la tinta del cartucho, hasta que el departamento donde estoy sea alcanzado por un meteoro, que un terremoto destruya la impresora, el

ala de un mosquito perjudique la salida de la tinta o inadvertidamente se derrame sobre ella una gota de té.

Con todo, no está en este mi campo de posibilidades que, al enviar la señal de impresión, doscientas páginas caigan de inmediato impresas en la bandeja, puesto que las propiedades indiciales del sistema determinan sus posibilidades de bifurcación. Aunque así yo lo quisiera y pueda imaginar.

El argumento de los autores nos recuerda una conocida figura de la filosofía antigua, que humorísticamente podemos adaptar aquí. Si Aquiles inicia una carrera de 100 metros planos contra una tortuga que arrancará con diez metros de ventaja, siendo regla del juego que si la carrera fuera interrumpida quien estuviera al frente sería el vencedor o que, dada la precariedad del sistema de verificación, en caso de que no se logre decidir cuál de los dos llegó primero o es el vencedor, se da la prueba por empatada, ¿cuáles son las bifurcaciones posibles de ese sistema? Es posible crear innumerables escenarios: que una impetuosa ráfaga de viento lanzara a la tortuga y, volando, cruce la meta. Que Aquiles caiga en un pozo de arena movediza mientras la tortuga lentamente gana la prueba. Que Aquiles deje la a la tortuga atrás y cruce la meta en menos de 9 segundos. Se puede imaginar millares de comportamientos de los espectadores: que hayan apostado a favor de Aquiles o la tortuga, que intenten interrumpir la prueba para que su favorito sea considerado vencedor.

Ahora, es posible suponer millones, billones, trillones de bifurcaciones en esta carrera de Aquiles contra la tortuga o en el proceso de impresión del texto, una vez que, como objetos dinámicos, permiten generar infinitos signos – puesto que un signo siempre representa parcialmente un objeto y que cualquier objeto dinámico puede enseñar signos ad infinitum. No se puede decir, aún cuando existen infinitas posibilidades de bifurcación sin conocerlas todas, que no se puede concluir que manteniéndose como referencia el mismo

sistema coordenado de tiempo y espacio, la prueba será ganada por Aquiles, por la tortuga o terminará en empate, o que la impresión será concluida normalmente, habrá un atraso o no será concluida.

Lo que está en juego aquí son las condiciones del sistema que circunscriben un campo de posibilidades, que dependen de las propiedades indiciales y de cómo operamos sobre ellas. Existen innumerables elementos que actúan en el sistema como condicionantes que no identificamos, pero actuando sobre lo que sí identificamos ejercemos nuestra libertad, ampliando o reduciendo el propio campo de posibilidades de tal ejercicio.

Un campo de posibilidades condiciona las bifurcaciones posibles. Entre el negro y el blanco existen innumerables bandas de colores – bandas de radiación electromagnética visible, frecuencias de onda situadas en intervalos del espectro electromagnético. En el lenguaje cotidiano distinguimos algunas de ellas para las cuales tenemos palabras apropiadas: rojo, verde, amarillo, etc. Dependiendo de sus necesidades y deseos, las comunidades humanas, en su campo de posibilidades, producen conocimientos, extendiendo los límites del propio campo de posibilidades. Así, un esquimal es capaz de distinguir diferentes tonos de blancos y denominarlos, lo que amplía el campo de posibilidades de intervención en su hábitat. Sin embargo, los seres humanos, no tienen en el lenguaje común ocho millones de palabras para indicar ocho millones de tonalidades posibles que pueden ser ajustadas con el recurso de una computadora, que se indican por secuencias numéricas que se componen de 0 y 1. Esas gamas de colores pueden ser fraccionadas aún más. Con todo, no está en el campo actual de posibilidades del esquimal determinar cuánta nieve dejará de ser blanca y se volverá negra en la próxima nevada.

Cuando afirmamos que “la expansión y el desarrollo de las redes de colaboración solidaria” es el “único modo de los excluidos para generar y usufructuar la riqueza producida”, buscando “asegurar el bien-vivir personal y colectivo”, lo hacemos a partir de una reflexión sobre el campo

de posibilidades en que se circunscriben varias alternativas que analizamos y los procesos de retroalimentación y retroacción entre consumo y producción.

Tal vez hubiera sonado mejor haber dicho “de las redes en colaboración solidaria” o “de los complejos socio-económico-político-culturales que resultan de la colaboración solidaria” y no simplemente “de las redes de colaboración solidaria”. Pero la expresión es precisa, se tratan de redes que surgen de la acción de colaborar solidariamente. Cabe destacar especialmente que para que nuestro acto de consumo, en que usufructuamos de la riqueza producida, pueda asegurar el bien-vivir colectivo, no puede retroalimentar un sistema fundado en la lógica de la escasez, de la exclusión social y de la concentración de las mediaciones requeridas para el ejercicio de las libertades públicas en beneficio privado de una minoría de agentes económicos. ¿Cuáles son las otras alternativas realmente existentes en este campo de posibilidades para que nuestro acto de consumo pueda retroalimentar el bien-vivir colectivo y la manutención del equilibrio de los ecosistemas?

Para argumentar la posición presentada, afirmando que, la multiplicación de millares de redes abiertas a los flujos de diversidades la consideramos como única alternativa viable, en el campo de posibilidades que se abre en el inicio de este milenio, plantearé la idea de campo de posibilidades, presentando como referencia las bifurcaciones posibles a partir del mapeo realizado por Benoît Mandelbrot, de conjuntos fractales generados por Gaston Julia, que – como vimos en la sección 2.4 – resultó en un objeto matemático desde el cual se puede obtener infinitamente, por procesos interactivos, figuras conexas de gran belleza y complejidad, además puede ser hecho a partir de cualquier otro conjunto de este tipo.

Después de generar en la computadora la figura inicial de aquel conjunto, podemos ampliar (en razón de procesos interactivos) cualquier parte suya. A cada elección se abren nuevas posibilidades de ampliación. Pues bien, cuando seleccionamos las partes que poseen mayor diversidad

en colores y atractivos, preservamos la posibilidad de que para la próxima elección haya, en nuestro campo de posibilidades, un conjunto de diferentes opciones posibles. Sin embargo, negando el principio de la diversidad, si escogemos ampliar partes con menor número de colores y atractivos, el resultado de esa ampliación restringirá nuestras propias posibilidades de elección. Y si continuamos con el criterio de negar la diversidad, después de una secuencia de pocas elecciones tendremos una tela totalmente monocromática, sin ningún atractivo o diversidad. En otras palabras, la libertad de elección anterior, al negar las diferencias, acaba por destruir nuestra propia libertad de escoger.

Ahora, ¿qué decir sobre la desaparición de millares de lenguas, manifestaciones culturales de diferentes pueblos que están siendo destruidas en la actual etapa de globalización capitalista? El capitalismo genera simulacros de preservación de la diversidad, unidimensionando los substratos. Por afuera es la fachada de un teatro histórico, pero por dentro es un shopping center. Como una termita, va corroyendo los móviles por dentro. Algunos tratan de barrer la basura para que no sea percibida, o de cubrir la cáscara que se revienta con cierto barniz para mantener la buena apariencia, pero si colocamos algún peso sobre ellos, tales móviles se desmoronan.

En efecto, el capitalismo no puede garantizar a cada persona las mediaciones materiales, políticas, educativas e informativas necesarias para la ética realización de las libertades en función del bien-vivir de cada quien, pues está asentado en la lógica económica de la escasez. Bajo esta lógica no hay cómo satisfacer las necesidades y deseos del conjunto de la sociedad – particularmente de los contingentes humanos desposeídos de valores de cambio – porque la abundancia de bienes disponibles, para más allá de la demanda de los que tengan algún valor económico para ofrecer en cambio por ellos, reduce su precio de mercado a niveles inferiores a los de los costos productivos, como vimos en la sección 2.15.

Por otra parte, en el campo de posibilidades que está abierto en escala local, regional y planetaria (donde sea posible que las personas se organicen de manera autónoma), las formas organizativas que mejor han conseguido interfecundarse a partir de las diferencias – ampliando el campo de posibilidades de realización de las libertades públicas y privadas de millones de personas en todo el mundo (personas que sin ellas estarían condenadas a la exclusión), ampliando a ellas las mediaciones materiales que les aseguren vivir con dignidad, fortaleciendo procesos democráticos de organización social, con autonomía y participación colectiva, compartiendo conocimientos e información, propiciando vivencias estéticas y culturales de diversos órdenes, desarrollando varias actividades educativas y ampliando los debates y consensos sociales en torno de valores éticos – son distintas redes, integrando diversos tipos de actores, tales como asociaciones, ONGs, universidades, institutos educativos, organizaciones políticas, clubes, sindicatos, cooperativas, personas que participan como consumidores solidarios, entre muchos otros.

Eso no es un deseo nuestro. Eso es una propiedad indicial del campo actual de posibilidades. La estrategia que proponemos es la conexión de esas redes en redes mayores, afirmando que ellas pueden solidariamente colaborar entre sí, bajo la lógica de la abundancia, apoyándose y fortaleciéndose en su propia diversidad, a partir de que esa diversidad sea compatible con la promoción de las libertades públicas y privadas.

B) La vida palpita en cada uno de nosotros a través de billones de años, sin morir jamás. Es como si una llama encendida hubiera sido continuamente renovada en incontables sujetos particulares que la propagaron en todo ese período llegando hasta nosotros sin extinguirse. En todo ese proceso, gracias al fenómeno de autopóiesis, la vida se mantiene diversificándose en el conjunto de las especies.

La manera como las sociedades humanas organizaron la satisfacción de sus necesidades y deseos se modificó en toda la historia de

nuestra especie. Y en ese proceso nuevas y diversas formas pueden surgir o transformarse, mantenerse o desaparecer. La autopóiesis, por lo tanto, puede ser invocada para afirmar que el capitalismo como sistema abierto tiene la capacidad de reponerse. También puede ser invocada para afirmar que el capitalismo puede ser superado con la emergencia de una nueva configuración social en la atención de las necesidades y deseos humanos que amplíen los horizontes de las libertades públicas y privadas.

Cuando afirmamos que el capitalismo actúa en dirección de su propia disolución por la eliminación progresiva de la relación capital-trabajo asalariado como modo dominante de producción social o que la expansión de las redes de colaboración solidaria nos permite alcanzar la situación en que el capitalismo deje de ser el sistema dominante, lo hacemos considerando, en su complejidad, el movimiento actual de reproducción del capitalismo y la estrategia de colaboración solidaria que presentamos para su enfrentamiento.

Lo que caracteriza básicamente al capitalismo frente a modos de producción anteriores es la emergencia de una nueva relación social en que el trabajo vivo – en una condición de libertad formal – comandado por el capital genera el plusvalor que es apropiado por actores sociales que no son los propios trabajadores, sino que se configura como lucro embolsado por el capitalista y por accionistas de la empresa. El trabajador es libre para ser explotado – con mayor o menor intensidad – por el capital, recibiendo por su trabajo un salario que es inferior a la riqueza que produjo. Ese proceso adverso está co-implicado en la figura capital-trabajo asalariado. Actualmente el capitalismo es dominante, pero existen situaciones en que muchas personas trabajan aún en sistemas de concesiones de tierra, pagando al propietario con parte de la producción – lo que, algunos podrían decir, es simular la relación productiva feudal. En otros casos, dicho por los medios, existen trabajadores en el Tercer Mundo en cautiverio y, por no poder pagar las deudas con sus “contratantes”, viven en condiciones viles bajo un régimen ilegal de sobreexplotación de trabajo, considerado como trabajo esclavo.

En la medida en que el desarrollo de las fuerzas productivas se amplía por el aprovechamiento tecnológico de los conocimientos científicos, se requiere, por eso mismo, de menos tiempo de trabajo vivo para la producción de un mismo volumen de mercancía. Como consecuencia, un número cada vez menor de trabajadores asalariados es contratado por las empresas en particular. En general, los procesos de rediseño de las empresas comienzan prácticamente por los programas de renuncia voluntaria, seguidos de corte de personal y de flexibilización de los horarios de trabajo. En el caso de la producción de bienes intangibles que se aplican virtualmente, se genera aún más capital con menos trabajo vivo empleado – basta ver la proporción entre el número de trabajadores contratados hasta hoy por la Microsoft y el volumen de capital generado8.

Si consideramos la proporción de trabajadores que ya no actúan bajo el régimen capitalista de salario en razón de haber sido desligados de las empresas, veremos que la relación capital-trabajo asalariado continúa siendo dominante, pero que está ocurriendo una reducción en esa dominación. Los índices oficiales de desempleo o sobre la economía informal no sirven de indicadores para abordar esta cuestión. Si la mayoría de los desempleados integraran empresas autogestivas, los índices podrían acusar una reducción de la economía informal y una situación casi igual a la del empleo, lo que no significaría una reafirmación del trabajo asalariado o la revitalización del capital. Con todo, como aclaramos en La Revolución de las Redes, los que no reciben salario pueden continuar “(...) reproduciendo los ciclos de producción capitalista, si los flujos de valor de esas actividades productivas no asalariadas fueran canalizadas a la adquisición de mercancías elaboradas en procesos típicamente capitalistas” (p. 152).

8 Para analizar cómo los signos se convierten en capital vea nuestro artículo “Realidade virtual – A conversibilidade dos signos em capital e poder politico”. Revista Lumen, 2 (4): 75-135, jun./1996. Faculdades Associadas Ipriranga, Sao Paulo.

Por los análisis detallados que hicimos de los flujos de valor, podemos concluir que, aún no trabajando para empresas capitalistas, si adquirimos productos y servicios del mercado capitalista, lo reproducimos, pues el valor económico producido por nuestro trabajo acaba retroalimentando al capitalismo por nuestro consumo, permitiendo que la riqueza producida continúe concentrándose bajo aquel modelo. Así, el único modo de usufructuar de la riqueza producida buscando no sólo asegurar nuestro bien-vivir personal sino también el colectivo, permitiendo que las personas con patrones inferiores de consumo, de acceso al conocimiento y las diversas formas de arte y manifestaciones culturales puedan ampliar sus libertades, es practicando el consumo solidario. Cabe señalar el lazo que establecemos entre usufructuar personalmente de la riqueza y promover el bien-vivir ajeno. Seguramente existen otras formas de promover mejorías en el patrón de vida ajeno, como por ejemplo, donando a otras personas valores económicos que, por eso mismo, no los podremos emplear en nuestro propio proceso de consumo. Todavía, en nuestro campo actual de posibilidades, el único modo de que usemos la riqueza en nuestro proceso de consumo y al mismo tiempo promover mejoras en el patrón de vida ajeno – de modo que uno actúe sobre el otro -, buscando asegurar el bien colectivo en la acepción que conceptualizamos, es practicando el consumo solidario.

Decir que la economía solidaria se vuelva dominante significa que ella se convierta en la principal forma de producir y distribuir socialmente la riqueza para la mayoría de la humanidad. Probablemente cuando eso ocurra, aún permanecerán concomitantes inicialmente, grandes segmentos y posteriormente, resquicios de formaciones económicas anteriormente predominantes.

C) Finalmente, sobre la relación entre marxismo y pensamiento complejo, convendría retomar algunos pasajes de Morin respecto a su propia posición teórica sobre el tema.

La noción de dialógica propuesta por el autor es una reelaboración del pensamiento dialéctico, asumiendo de manera crítica las

contribuciones del pensamiento de Hegel y Marx a esa vertiente teórica. En Inteligência da complexidade, Morin afirma que “en cuanto a Hegel y a Marx, en el fondo, creo que de hecho parte de esa corriente de pensamiento se remonta a Heráclito (...)9 – tal vez porque ella introduce una brecha en el pensamiento lógico centrado en el principio de identidad, abriendo espacio a un pensamiento dialógico capaz de operar simultáneamente con ideas antagónicas y contradictorias. Sobre este problema de contradicción, dice Morin:

Es un problema muy viejo, ya que lo contradictorio o lo antagónico está presente en Heráclito, en Hegel y en Marx.La cuestión es saber si la aparición de una contradicción es señal de yerro, es decir, si es preciso abandonar el camino que ahí conduce o si, por el contrario, él nos revela superficies profundas o desconocidas de la realidad. Existen contradicciones no absurdas, las cuales nos conducen a la observación. (...)

Lo que revela la contradicción – si es sobrepuesta – es la presencia de una superficie profunda de la realidad que deja de obedecer a la lógica clásica o aristotélica10.

En particular sobre Marx dice:

Creo que el pensamiento de Marx pertenece a un pensamiento profundo. Un gran pensador que descubrió una complejidad en lo real. (...) Es un pensamiento bastante enérgico, que intentó ligar los dominios del saber que no se comunicaban entre ellos11.

Al considerar los “sistemas de ideas” en sus múltiples conexiones en el conjunto de las sociedades, Morin retoma el problema de la

9 Morin, Op. Cit., p. 86.10 Ibid., p. 61.11 Ibid., p. 61.

superestructura ideológica que fue blanco de estudio por “generaciones marxistas” y concluye que:

(...) el marxismo sucinto y cerrado hacía de la superestructura un puro producto de las infraestructuras. Pero el marxismo complejo y dialéctico, comenzando por Marx, a través de una ideología pasada, evidentemente desempeña un papel en el proceso histórico. Es necesario ir más allá de eso. Marx creyó recolocar la dialéctica de pie, subordinando el papel de las ideas, pero la dialéctica no tiene cabeza ni pies, es rotativa12.

Morin, entretanto, considera que entre las generaciones de marxistas podrían distinguirse por lo menos dos vertientes en lo que se refiere a ese problema: a) la vertiente del marxismo sucinto y cerrado y b) la vertiente del marxismo complejo y dialéctico.

Cuando Hugo Assman y Jung Mo Sung se refieren a La Revolución de las Redes, diciendo que parece que aún mantenemos las ideas centrales del marxismo acerca del fin inevitable del capitalismo, que resultaría de un desarrollo casi lineal, y que asumimos la existencia de un único camino necesario para su superación, hacen una cierta interpretación del texto que no sólo se distancia de lo que presentamos en nuestro estudio, sino también de la propia comprensión de Marx sobre la dialéctica de la historia y el papel de la praxis social en la transformación del capitalismo.

Cuando los autores hablan en este contexto de las ideas centrales del marxismo, tal vez no estén pensando en las reflexiones que Marx desarrolló dialécticamente en los Grundrisse sobre el aumento del tiempo social de no-trabajo en el capitalismo en la fase superior de la gran industria, sino en las formas degradadas en que el pensamiento de Marx fue recuperado – y en este caso las ideas centrales del marxismo no serían las ideas centrales de Marx. La contradicción de los procesos históricos,

12 Ibid., p. 65.

como idea central del marxismo, como vimos, no es ajena a la dialógica característica a la teoría de la complejidad, en el sentido que Morin comprende la complejidad. Marx, en los Grundrisse, afirma que el desarrollo dialéctico del capitalismo crea las bases de su propia superación, pero no afirma que algún desarrollo lineal del capitalismo – presidido por algún espíritu evolutivo que le sea inmanente o por algún mecanismo economista lo llevaría a extinguirse por sí mismo. Ahora, si cabe a los sujetos históricos actuar colectivamente para promover esa transformación es porque, aún existiendo las bases que la vuelven posible, no sucede de manera necesaria. En La Revolución de las Redes demostramos que, aún reduciendo el trabajo asalariado a niveles mínimos, el capital puede continuar desarrollándose si la riqueza producida en formas no asalariadas de trabajo desemboca en el consumo de bienes y servicios producidos bajo la lógica del capital, como acontece actualmente en gran medida. No afirmamos por lo tanto, como tal vez pretendan los autores, que la supresión del trabajo asalariado, como forma dominante de producción lleve al fin inevitable del capitalismo.

La categoría dialéctica de superación significa, a grosso modo, una transformación de aquello que está afirmado, negando su forma esencial, identidad o estructura constitutiva y afirmando, haciendo efectiva, produciendo una nueva realidad que, aún emergiendo desde la anterior, incorpora de ella un conjunto de elementos transformados en una nueva organización que se efectiva. El sistema capitalista, particularmente, puede ser superado en diferentes formas, mejores o peores, de organizar el conjunto de las relaciones sociales de producción. Presentamos la colaboración solidaria como una estrategia posible de revolución – y no, mecánica y determinantemente, como el único camino inescapable – que permite engendrar una sociedad post-capitalista, ampliando las libertades públicas y privadas y el bien-vivir de todos los que la integran. Si no fuera así, la propuesta ni siquiera podría ser considerada dialéctica, a lo mucho compleja, pues en ambos casos las transformaciones históricas dependen de convergencias colectivas en la praxis de actores sociales, dialógicamente organizadas.

Cabe considerar finalmente el adverbio aún, del pasaje en que los autores, refiriéndose a nuestro trabajo, afirman: “parece que el autor aún mantiene las ideas centrales del marxismo (...)”. La impresión que da es la de que el pensamiento complejo, en la acepción que se tiene de él, descartó las ideas centrales del marxismo en la comprensión de procesos históricos – a menos que entiendan, como vimos, que las ideas centrales del marxismo que enuncian en su crítica no sean las ideas centrales de Marx, que en este caso podrían (alguna o varias de ellas) estar integradas al pensamiento complejo, aceptando que haya o sea posible un marxismo complejo y dialéctico.

Por nuestra parte, coherentes con la posición filosófica que asumimos, caracterizada como filosofía de la liberación, estamos más preocupados en comprender los procesos históricos de liberación, esto es, de expansión de las libertades públicas y privadas de todas y cada una de las personas, que en adoptar o rechazar cualquier teoría. Todo el patrimonio cultural de la humanidad que nos permita comprender mejor nuestros propios problemas y avanzar en su resolución, en lo provisional que toda resolución implica, nos es valioso y cabrá siempre aún retomándolo.

Objeción 7

(...) el autor insiste en uno de los más graves errores de la modernidad, que es la continua obsesión, estrecha y simplista, de un único camino y un único principio de organización social (...) Mance (...) no supera la idea de un principio organizador y propone la solidaridad, o el consumo solidario. (...) Debemos trabajar con una pluralidad simultánea de diversos principios organizativos de la sociedad (p. 148).

Solidaridad es y debe ser un componente importante en las relaciones económicas y sociales, pero no puede ser convertida en un único principio organizador (p. 152).

Comentarios

Los autores, en el afán de encontrar un principio organizador único en La Revolución de las Redes, confundieron, a nuestro ver, propiedades y condiciones. En el libro no nos referimos, en ninguna página, a un principio organizador. Sin embargo los autores necesitaban encontrarlo, para que el libro estuviera dentro de sus esquemas críticos de la razón moderna. Si quisieran encontrar alguna categoría que pudiera ser considerada más simple, estarían más cerca si indicaran el ejercicio de la libertad y no la solidaridad. A partir de ahí podrían distinguir el ejercicio de las libertades públicas y privadas y enseguida considerar sus condiciones de posibilidades: materiales, políticas, educativas, informativas y éticas. Posteriormente podrían indicar a las redes como mediación para asegurar, por la libre colaboración solidaria entre personas, las referidas condiciones. Este árbol de categorías no sería ruin, pero sería muy tosco como para presentar los recursos que hay en todas ellas.

El objetivo principal del libro es presentar una estrategia de revolución, que como tal es el paso de una cierta organización social a otra, que según nuestra propuesta puede ser construida desde la colaboración solidaria entre los diversos actores sociales comprometidos con la promoción de las libertades públicas y privadas solidariamente ejercidas, esto es, buscando garantizar el bien-vivir de las personas. El consumo y producción solidarios y ecológicos, la reinversión colectiva de excedentes y la colaboración en los campos político y cultural son condiciones para ese cambio. En cuanto a las sociedades futuras que se van a construir y cómo funcionarán esas redes, depende de las decisiones democráticas que se construyan por el conjunto de esos sujetos históricos. Considerando el estatuto de ese modo de producción colaborativa

afirmamos que “por ahora solamente se puede destacar que en la base de este proceso está la idea de democracia total o sustancial” (p. 157). Cuando tratamos de la gestión de la red afirmamos que ella “(...) debe ser necesariamente democrática, pues la red depende de la colaboración solidaria, lo que supone la libre adhesión y participación de cada persona” (p. 208). Eso se asegura por el aspecto de descentralización, “(...) una vez que no existe un núcleo central y que a partir de cada célula se pueden construir nuevas redes complejas” (p. 208). Otros aspectos de esa democracia son la gestión participativa, las instancias de coordinación y la regionalización en tantos ámbitos como se requieran para garantizar el buen funcionamiento de la red.

Objeción 8

(...) estas “ventajas” de la simplificación son ilusorias y, lo más importante, no son eficaces ni generan los resultados deseados (p. 149).

Comentarios

A) Enfatizando la importancia que conferimos a la solidaridad y al consumo solidario, y la manera como esas categorías operan en nuestra reflexión, afirman los autores que hacemos una simplificación y concluyen con una afirmación supracitada, aún cuando están de acuerdo en que “(...) el pensamiento complejo no es lo contrario del pensamiento simplificador, sino que en este último se integra”13. Sin embargo, cuando consideran el grado de co-implicaciones existentes para que alguien pueda practicarlo al interior de las redes, dicen que es imposible, pues requiere la comprensión, por parte del consumidor, de una cantidad de conocimientos sobre cada producto que difícilmente se puede tener.

13 Ibid., p. 205.

Así, para los autores, la propuesta que hacemos, más allá de un recorte peligroso en el concepto de solidaridad (objeción 3), es también inviable, ya que sería una simplificación que no genera los resultados esperados, o porque sería tan compleja, que acabaría por extrapolar la capacidad humana. En suma, no es satisfactoria porque al mismo tiempo es simple y demasiado compleja. En su cruzada contra la simplificación los autores parecen negar aquello mismo que proponen. Pues, según Morin,

(...) el pensamiento complejo no es lo contrario del pensamiento simplificador, él lo integra – como diría Hegel, él opera la unión de la simplicidad y de la complejidad, y también, en el metasistema que él constituye, hace aparecer su propia simplicidad. El paradigma de la complejidad puede ser enunciado no menos simplemente que el de la simplificación: este último impone la separación y reducción; el paradigma de la complejidad prescribe reunir todo y distinguir14.

La mera contraposición entre lo simplificado y lo complejo, como hacen los autores de Competência e sensibilidade solidária, para distinguir lo ilusorio de aquello que pueda generar los resultados deseados, tal vez sea coherente con la teoría de la complejidad tal como ellos la comprenden, pero no parece estar de acuerdo con otras comprensiones de ese paradigma, como la de Morin, por ejemplo. Si nos perdemos en una calle urbana, el mejor mapa para llegar a un lugar es el que contiene pocas líneas y algunos puntos de referencia bastante evidentes: dar vuelta en la esquina de la próxima cuadra y seguir de frente luego, en la esquina de la gasolinera dar vuelta a la derecha y continuar dos cuadras. En el mapa que podemos encontrar esos datos la escala no es la correcta, el trazo de las líneas no corresponde a la sinuosidad de las calles, pero gracias a él llegamos al objetivo.

14 Ibíd., p. 212

Ahora, si al contrario de ese pequeño croquis, alguien nos diera un mapa de grandes proporciones que mostrara sobrepuestas, las plantas viales, hidrográficas y relieve de toda la ciudad, ese mapa no sería tan simplificado como el primero, pero para nosotros sería menos complejo que aquel simple croquis – sólo aumentaría el nivel de ruido, esto es, la cantidad de información innecesaria, lo cual podría fácilmente con-fundirnos en la situación en que nos encontramos. El croquis es, en esa circunstancia, más complejo, por la simple razón que, en cuanto objeto dinámico real, emerge singularmente mediando varias conexiones en nuestro campo de posibilidades, en este caso nuestra necesidad o deseo de llegar a un lugar específico, bajo la condición de estar perdidos y que alguien nos sitúe en el camino correcto. Ese croquis, con sus pocas líneas, complejiza la geografía del lugar, la acción que estamos emprendiendo de llegar a cierto lugar, una cierta gama de preocupaciones, necesidades y deseos nuestros, construyéndose a partir de nuestro punto de coordenadas. Si ese lugar que buscamos fuera un hospital y la vida de alguien dependiera de la rapidez con que lleguemos, tal vez no consiguiéramos llegar a tiempo si recibiéramos el auxilio del mapa de grandes proporciones y rico en detalles. Tal vez porque la primera dificultad que tendríamos – al igual que aquel que nos lo proporciona – sería encontrar en él nuestra propia situación y la posición de llegada, o sea, co-implicar-lo a nuestra propia situación.

Podemos concluir ese argumento recordando la figura bastante conocida – con diversas variaciones - del rey que deseaba tener un mapa lo más fiel posible de su reino. Ordenó entonces que todos los súbditos trabajaran en esa tarea hasta concluirla. El resultado, en poco tiempo, fue la ruina del reino, pues se agotaron las provisiones y no se conseguía concluir el mapa, ya que siempre había algún detalle para darle mayor precisión al mapa. En efecto, toda comprensión de cualquier realidad o fantasía es siempre, de alguna manera, una simplificación, pues nuestro conocimiento nunca agota aquello que buscamos conocer. Los objetos dinámicos permiten generar signos infinitamente, y cada signo a su vez, los representa parcialmente. Como no es posible reflejar lo real, sino tan

sólo esbozarlo - y siempre precariamente por más complejo que sea el esbozo -, es posible generar infinitos signos sobre la colaboración solidaria, construyendo innumerables esbozos sobre ella. Pero todos ellos serán, de alguna manera, una simplificación de su realidad. El valor de un mapa no consiste en ser más o menos simplificado, sino en permitir que interfiramos en un campo de posibilidades alcanzando lo que buscamos. En el caso de la colaboración solidaria se trata de la expansión de las libertades públicas y privadas, asegurándose el bien-vivir del conjunto de las sociedades.

B) Considerando que hubiéramos hecho una simplificación posiblemente impertinente, ¿cuáles serían todavía los soportes que permitirían a Assman y Mo Sung, de antemano, decir que es ilusoria, ineficaz y no genera los resultados esperados? ¿No predecirían el futuro?

Karl Mannheim, en su conocido libro Ideología y utopía, diferenció a ambas diciendo que las ideologías siempre son incongruentes con la realidad, mientras que las utopías son realizables. Esta diferenciación que parece satisfactoria, bajo planteamiento histórico, incluye desde el punto de vista sociológico, una conocida paradoja, que Paul Ricoeur analizó exhaustivamente y se bautizó como Paradoja de Mannheim15. En resumen, la paradoja – en lo que se refiere a la utopía – reside en que antes de que un proyecto social – que parece plausible – se realice, no puede designarse como utópico. Pero si aún no se realiza, tal vez se realice un día. No habría

15 Sobre la Paradoja de Mannheim vea: Paul Ricoer, Ideología y utopía, Lisboa, Ediciones 70, 1991. “Puesto en términos epistemológicos generales, la paradoja de Mannheim puede expresarse de la siguiente manera: ¿cuál es el estatuto epistemológico del discurso sobre la ideología, si todo el discurso es ideológico? (...) Mannheim afirma presentar la verdad acerca de la ideología y, sin embargo, nos deja una difícil paradoja” (p. 77). La teoría de la complejidad desarrolló un planteamiento que permite, como vimos, operar fructuosamente con paradojas. En este caso específico, la paradoja apunta a los propios límites de la crítica. Pero como nos dicen Assman y Mo Sung, “sólo podemos ser solidarios si liberamos una profunda capacidad de tolerancia en relación a soluciones muy imperfectas de problemas muy comunes. El pensamiento solidario debe ser complaciente con las paradojas” (p. 261).

de antemano, por lo tanto, cómo decir si es utópico o ideológico, si es un “inédito viable” – en el sentido de Paulo Freire – o algo irrealizable. En el discurso político, sin embargo, los adversarios podrían imputar siempre al proyecto del oponente, bajo la perspectiva histórica, el atributo de ideológico, puesto que tal proyecto nunca se realizó. Y si es ideológico tampoco se realizará nunca, siendo un gran error defenderlo.

Ahora, ¿Cómo pueden los autores saber si la agregación de las diversas redes existentes en redes mayores, ampliando los flujos de información, productos, servicios y valores entre ellas, viabilizando inversiones colectivas que generen nuevas empresas solidarias y amplíen el potencial de consumo de los participantes de las propias redes, no alcanzará el resultado deseado de generar más puestos de trabajo, incrementar los niveles de consumo de los participantes, distribuir el ingreso y ampliar las condiciones de posibilidad del ejercicio de las libertades de todos ellos? ¿Dónde está el argumento que soporta la afirmación de la ineficacia de la colaboración en red entre empresas, organizaciones y demás actores que quieran solidariamente contribuir a la creación de esas empresas? ¿Qué propiedades indiciales del campo de posibilidades soportan ese argumento?

Por lo que parece, como la propuesta no sería suficientemente compleja para los autores, ya que no está de acuerdo con las exigencias de que sería posible según las condiciones por ellos supuestas en su particular entendimiento del paradigma de la complejidad, entonces sería históricamente inviable. En otras palabras, como ella no sería conducente con el paradigma de complejidad con que ellos operan, entonces no podría ser eficaz o generar los resultados que se propone.

Objeción 9

Si el autor estuviera en lo correcto y esas pocas redes sustituyeran a la red capitalista, enfrentaríamos un nuevo problema: ¿Cómo

escoger entre dos o más productos similares de la red solidaria? (...) el consumidor solidario tiene un criterio claro en su elección entre uno o más productos de la red capitalista y uno sólo de la red solidaria. El criterio es la solidaridad y por eso elige el segundo. Pero, cuando el consumidor tenga que escoger entre dos o más productos similares de la red solidaria, ese criterio no funcionará más. (...) ¿Existe un criterio fundamental para el consumo solidario (p.149)?

Comentarios

Después de criticar la simplificación que habríamos operado y el peligroso recorte que habríamos hecho del concepto de solidaridad, el razonamiento de los autores los lleva a concluir, curiosamente, que no existe cómo elegir solidariamente entre los productos de las redes solidarias, preguntándose si habría “un criterio fundamental” para resolver el problema.

Como un problema mal formulado puede presentar una configuración tal que lo haga insoluble, buscar un criterio fundamental que como fundamento estaría en la base de todos los demás – sería errar en vano por una escalera que se amplía a cada nueva acción que realizamos, a cada nuevo paso que avanzamos por ella. No hay un criterio fundamental para el consumo solidario entre productos en el interior de las redes cuya identidad – del criterio – escape al devenir de las propias redes y de cada persona en su proceso de subjetivación. El conjunto de referencias que presentamos en La Revolución de las Redes permanece, como propuesta a ser discutida y reelaborada, como también la práctica de consumo en el interior de las propias redes. Los procesos de abdicación y retroalimentación permiten no sólo crear nuevos criterios sino también reconstruir los sentidos que tenemos de los criterios éticos que ya adoptamos. Los criterios de promover las libertades públicas y privadas y el bien-vivir propio, junto con el bien-vivir colectivo pueden ser resignificados en nuevos campos de posibilidades engendrados por la

expansión de las redes. Pero, si todo el consumo en el interior de las redes contribuye para esos objetivos, entonces, al escoger entre dos productos de las redes solidarias el consumidor puede seguir el criterio que mejor le parezca para la realización de su libre bien-vivir.

Como veremos en los comentarios a la próxima objeción, un simple sello aplicado sobre los productos, permite al consumidor identificar con facilidad el carácter solidario y ecológico de los aspectos de insumos, producción y comercialización, referentes a cada producto en particular. Si quisiera tomarlo como referencia, el consumidor podrá hacerlo. Pero, al consumir productos de las redes, uno de los buenos criterios que podrá seguir en su elección es asegurar su propio bien-vivir personal – discriminando el producto por cualquier aspecto que le parezca conveniente – pues, cualquiera que sea el resultado de su elección, estará contribuyendo para asegurar conjuntamente el bien-vivir de todos.

Objeción 10

(...) cuando el consumidor se ve delante de dos bolsas tejidas, o frente a otros productos de los cuales desconoce los impactos sobre el medio ambiente y sobre la sociedad ¿cómo escoger?

La propuesta de Mance presupone un conocimiento respecto a cada producto – desde quién lo produjo, la manera como fue hecho, el material utilizado y los impactos de la producción y consumo de esos productos en el medio ambiente y en la sociedad – que es imposible tener (p. 150).

Comentarios

Diversas redes en las últimas décadas, avanzaron significativamente en los debates y caminos prácticos hacia la certificación de los productos. Valiéndose de los procedimientos ya disponibles, las redes solidarias pueden fácilmente identificar las características requeridas

para la libre elección por parte del consumidor en la práctica del consumo solidario.

Aún en el mercado capitalista encontramos actualmente etiquetas que más allá de indicar quién es el productor y el material utilizado – por ejemplo: si el tejido de una camisa es 100% algodón o si hay alguna composición con otros materiales – indican características sociales y ecológicas de los productos. El sello de Green Peace, por ejemplo, es aplicado sobre muchos productos capitalistas, garantizando que la forma como fueron hechos y los impactos de producción sobre el medio ambiente no provocan daños ambientales. El sello de Abrinq indica el compromiso de la empresa que lo aplica con la promoción de los derechos de la niñez.

A su vez, las etiquetas Transfair y de las demás organizaciones de comercio igual y solidario, afiliadas a la Fair Trade Labelling Organizations International-FLO, aseguran que la forma de producción de aquel bien y su consumo contribuyen en la promoción del bien-vivir de los productores.

CUADRO CON ETIQUETAS página 202

En las últimas dos décadas del siglo pasado, surgieron diversos sistemas de certificación sobre el carácter ecológico y social de los productos en todo el mundo. Sin embargo los autores de Competência e sensibilidade solidária no tuvieron la debida atención sobre el asunto16, es común la comprensión de que, por ejemplo, “los sellos ecológicos son una manera efectiva de informar a los consumidores sobre el impacto ambiental y social de sus elecciones, creando así un mercado de consumidores informados con el poder de presión vía mercado”17.

16 Véase A revolução das redes, p. 113 y 114.17 Sandra Faillace. Sustentabilidade e processos de certificação... Presentamos a continuación algunas ideas de este texto. Véase también: Stefan Larenas (coord.), Eco-etiquetagem e consumidores...

En lo que se refiere al rotulaje y a los procesos de certificación que consideran la dimensión ecológica y social de las cadenas productivas, son varias las iniciativas internacionales, sean de gobiernos, de organizaciones de normas técnicas como la ISO, de industrias, de organismos internacionales (como el Programa de Medio Ambiente de la ONU), de bloques regionales (como el rótulo ambiental característico de la Unión Europea “(...) que considera todo el ciclo de vida de los productos”18) y especialmente de organizaciones de la sociedad civil: tanto las que poseen un carácter centralizado internacionalmente, buscando asegurar la unidad del sistema, como los que actúan descentralizadamente, “(...) incluyendo la creación de iniciativas locales y la participación de la propia comunidad que utiliza o consume los servicios y productos ofrecidos”19.

Lo nuevo de los últimos años es la colaboración entre diversas iniciativas de la sociedad civil en este campo, dando origen a la ISEAL – Alianza Internacional de Credenciamento e Rotulagem Social e Ambiental, que congrega organizaciones de empadronamientos que actúan con etiquetas y elaboración de patrones, teniendo entre sus preocupaciones colocar las cuestiones sociales y ambientales (vinculadas a la producción, comercialización y consumo) de manera destacada en el comercio internacional. Son miembros de ella la Aliança a Federação Internacional dos Movimentos de Agricultura Orgânica (IFOAM), el Sistema de Credenciamento Orgânico Internacional (IOAS), las Organizações Internacionais de Rotulagem de Comércio Justo (FLO), la Responsabilidade (Accountability) Social Internacional (SAI), la Rede de Agricultura de Conservação (CAN), el Conselho de Manejo Marinho (MSC) y el Conselho de Manejo Florestal (FSC).

Los sellos de estas organizaciones permiten al consumidor saber, por ejemplo, si los vegetales que consume son orgánicos, si el atún que

18 Ibíd.19 Marcos Arruda. Fórum Eletrônico Rede Solidária, mensaje n. 432, www.redesolidaria.com.br

saborea en un aperitivo fue pescado y beneficiado de manera que “(...) garantice la viabilidad a largo plazo de las poblaciones globales de peces y la salud de los ecosistemas marinos (...)”20, si al comprar un paquete de café, té o chocolate está ayudando a las comunidades del Tercer Mundo a “promover el desarrollo sustentable a través del comercio justo” de esos productos y contribuyendo “a la conservación de los hábitats naturales, prácticas de cultivo responsables, bienestar de los trabajadores (...) y de las comunidades locales” o si la madera de los muebles que compra viene de un proceso de manejo forestal ecológicamente sustentable, que respeta comunidades indígenas, campesinos y pequeños propietarios.

En la perspectiva de La Revolución de las Redes consideramos que, aún cuando las logomarcas puedan ser y tal vez, deban ser las mismas – lo que facilita el trabajo de comunicación -, la descentralización y la coordinación de los sistemas de certificación es vital para la expansión de la economía solidaria. Es menester de las redes de colaboración solidaria construir democráticamente los criterios y condiciones para los procesos de certificación, considerando con mucha atención el cuidado a las distintas características culturales de los diferentes pueblos para que los criterios sean adecuados a las diversas realidades y no se vuelvan instrumentos de exclusión o dependencia. Más allá de eso, los propios criterios deben ser actualizados y modificados, como sea necesario, en función de nuevos conocimientos, tecnologías y prácticas que fecunden las redes.

Finalmente, presentaremos algunos tipos de sellos que permiten considerar varios aspectos de la cadena productiva de un bien en particular. De la misma manera que cada código de barras – que encontramos actualmente en los envases de las mercancías – es característico de un determinado producto de una empresa, como una figura que lo identifica en ciertos aspectos, permitiendo que sea fácilmente comparado con los similares, a un lado de él podría ser aplicada la logomarca de la red que lo produce.

20 Faillace. Op. Cit.

El sello se compone de una figura dividida inicialmente en tres partes, reservadas para los aspectos de: insumos, producción y comercialización. Cada parte es subdividida en dos, que se refieren a las propiedades solidarias y ecológicas de los insumos, de la producción y de la comercialización. Cada uno de esos seis campos puede ser llenado en proporciones diversas, con tres colores distintos (verde, gris y blanco), indicando el color verde la afirmación de aquella propiedad específica, el gris su negación y el blanco su desconocimiento. En algunas áreas, la proporción de llenado correspondería al valor relativo de costos de los diferentes ítems. Otras áreas siguen patrones preestablecidos por las redes. Tomemos como ejemplo un sello que identifica las propiedades de una cadena ergonómica que cuesta $100. Se gastaron $30 en insumos, de los cuales $15 fueron producidos ecológicamente, $5 no ecológicamente y $10 no se tiene información al respecto. En cuanto a los insumos, $10 fueron producidos solidariamente, $10 no solidariamente y $10 no se sabe. En cuanto al aspecto de producción, tomando los criterios de evaluación ecológica establecidos colectivamente por la red que podrían variar de 0 a 10, pondremos en este ejemplo que la empresa recibe una evaluación de 7. Aún en ese aspecto, la producción es considerada solidaria. En lo que respecta a la comercialización se toma en cuenta, entre otros elementos, su empaque, distribuidores, características del punto de venta final y otros acuerdos de las redes. En este ejemplo, los empaques, distribución y otros elementos son considerados ecológicos, pero los distribuidores y el punto de venta final no son parte de las redes solidarias. El sello de identificación de esta cadena ergonómica, a ser vendida en esas condiciones, podría quedar de las tres siguientes maneras:

DIBUJO PAGINA 205

Cualquiera de esos tres sellos indica fácilmente el conjunto de propiedades ecológicas y solidarias de aquel producto, considerando su cadena productiva. Se pueden inventar otros muchos formatos de representación que faciliten la identificación de qué tan solidario y

ecológico sea un bien o servicio. El consumidor, basado en sellos como éste, podrá compararlos al seleccionar lo que adquirirá. Cuanto más verde sea el sello, tanto más es solidario y ecológico. Cuanto más gris, menos solidario y ecológico. Los criterios a adoptarse para identificar tales características dependerán de la decisión democrática del conjunto de las redes. En el caso de nuestro ejemplo, con criterios ilustrativos, se trata de un producto hecho en una red de colaboración solidaria, pero comercializado en una tienda no solidaria – como ocurre con varios productos del comercio equitativo y solidario que son vendidos en cerca de 70 mil puntos comerciales en Europa. Si tal cadena ergonómica fuera vendida en una tienda solidaria – como en la Rede Sol en Curitiba, en la tienda de la Etiqueta Popular en Porto Alegre o en la Galeria da Solidariedade en Passo Fundo -, el campo S del aspecto comercio, indicado en el sello, sería llenado con el color verde.

Una vez comprendida la lógica de representación de este sello – cuyas propiedades simplificamos para facilitar su entendimiento – conviene aclarar algunos aspectos y explicar cómo el sello puede indicar las características de toda la cadena productiva de cualquier bien o servicio.

En el diseño del sello, en lo referente al campo Producción, todos los ítems que sean costos productivos, excepto los insumos – que son representados en su campo específico -, deben considerarse en sus dimensiones solidarias ecológicas. Entre ellos se incluyen el conjunto de costos fijos y variables, como remuneración de los trabajadores, alquileres, servicios de contabilidad, etc. Al ser incluidos en el campo de producción, donde son representados, se respeta la participación relativa de cada uno de los componentes en el conjunto de esos costos.

Suponiendo que en el interior de las redes todos los productos y servicios negociados estén identificados con esos sellos, se vuelve posible indicar con precisión, en cada nuevo producto, sus propiedades, considerando toda su cadena productiva. Para ejemplificarlo indicaremos

sólo los datos del campo de insumos referentes al aspecto solidario, La misma lógica es válida para todos los demás campos. Considerando que en la producción de un bien son utilizados 3 insumos (W, Y, Z) que cuestan respectivamente $10, $5 y $3. El sello que viene aplicado en el insumo W indica que, de los insumos utilizados en su elaboración, el 60% eran solidarios, el 30% no solidarios y el 10% desconocidos. En cuanto al insumo Y, esa proporción era, respectivamente, 40%, 50% y 10%. En el caso del insumo Z esa proporción se configuraba como 20%, 30% y 50%. Para llegar – en lo que se refiere al carácter solidario o no de los insumos – a las proporciones de los campos verde (V), gris (C) y blanco (B) de nuestro sello final que se aplicará sobre el producto hecho con tales insumos en esa proporción, bastan algunas operaciones simples:HACER LA CONVERSIÓN A PESOS

Insumo W Y ZCosto de

adquisición$10 $5 $3

Aspecto solidario (V)

60% 40% 20%

Aspecto desconocido (B)

10% 10% 50%

Aspecto no solidario (C)

30% 50% 30%

V = (10 X 60) + (5 X 40) + (3 x 20) = 860B = (10 X 10) + (5 X 10) + (3 X 50) = 300C = (10 X 30) + (5 X 50) + (3 X 30) = 640

En porcentaje tenemos:

V + B + C = 1800

V = 860 X (100/1800) = 47.77%

B = 300 X (100/1800) = 16.66%

C = 640 X (100/1800) = 35.55%

Considerando las partes de los sellos que se refieren al carácter solidario de esos insumos así como a la composición final que calculamos para el nuevo producto, tenemos lo siguiente:

DIBUJO PAGINA 208

Finalmente, si quisiéramos convertir un sello de este tipo en código de barras, para facilitar todos los cálculos aproximados referentes a los aspectos indicados en él, es mucho más fácil. Como vimos, cada uno de los seis campos puede recibir tres atributos en proporciones diferentes, representados por los colores verde, blanco y gris, haciendo una composición máxima de 18 valores. Llegamos a esos valores absolutos para cada campo, multiplicando los porcentajes por el factor 0.09 (para que el resultado permanezca entre 0 y 99, minimizando la distorsión de los valores) y redondeando los resultados conforme a las reglas internacionales21. Considerando nuevamente nuestra cadena ergonómica tendríamos lo siguiente:

Propiedad

Aspecto

Insumo Producción Comercio

E1 E2 E3 E1 E2 E3 E1 E2 E3Ecológi

coAfirmad

o

50 4 49 70 6 69 100 9 99

Desconocid

o

16.66

2 16 0 0 00 0 0 00

21 Esos redondeos generan distorsiones, pues se refieren a una base decimal y no a una escala de 0 a 9 o de 0 a 99. Precisión que no invalida el argumento de posibilidad de representación de los valores iniciales obtenidos en algún tipo de código de barras.

Negado

33.33

3 33 30 3 30 0 0 00

Solidario

Afirmad

o

33.33

3 33 100

9 99 0 0 00

Desconocid

o

33.33

3 33 0 0 00 0 0 00

Negado

33.33

3 33 0 0 00 100 9 99

E1 = valor de correspondencia a la escala 0 a 100E2 = valor redondeado de correspondencia a la escala 0 a 9E3 = valor redondeado de correspondencia a la escala 0 a 99

En esos términos, el código de barras con los aspectos solidarios y ecológicos de nuestra cadena ergonómica podría ser representado de varias maneras. Si utilizáramos la simbología de sistema de codificación conocida como Code 3 of 9 que es una de las simbologías de código de barras más utilizada actualmente en el mundo, siendo un patrón para varios gobiernos para la emisión de documentos y utilizada internacionalmente en el comercio, control de almacén, etc., tendríamos – considerando los valores de la columna E2 – la siguiente barra o algo muy similar (los seis primeros números indican características de los insumos, la segunda seña marca características de producción y la tercera de comercio, tal y como se muestra en las columnas de la tabla): DIBUJO SUPERIOR PAGINA 209

También podríamos omitir los valores de los campos desconocidos, que pueden obtenerse automáticamente por substracción, una vez que cada tría de afirmado, desconocido y negado suma 9 en el caso de la columna E2, o 99 en el caso de la columna E3, y utilizando la escala 0-99, tomando

los campos afirmado y negado, se genera la siguiente barra bajo el mismo patrón anterior:

DIBUJO INFERIOR PAGINA 209

Finalmente, si quisiéramos una barra más pequeña y que permita al consumidor una lectura fácil e inmediata sin la utilización de un scanner, aunque menos precisa que la anterior, podemos utilizar un código similar al EAN-13 (European Article Numbering System) usando los valores de la columna E2. En la primera parte de la barra tendríamos la especificación de lo solidario y ecológico y en la segunda parte lo no solidario y no ecológico. Así, cuanto más próximo del 9 estuvieran las barras de la primera parte, más ecológico y solidario será el producto. Cuanto más próximo del 9 estuvieran las barras de la segunda parte, menos solidario y ecológico será el producto. En ambas partes el primer par de dígitos se refiere a los insumos, el segundo a la producción y el tercero al comercio. En cada par o primer número se indica la propiedad ecológica y en el segundo la solidaria.

DIBUJO PAGINA 210

Así, si al lado del sello tricolor estuviera aplicado ese código de barras, bastaría al productor pasarlo por un lector óptico para indicar el costo de aquel insumo. Al introducir los datos de todos los insumos y el total de los doce datos requeridos en los campos de producción y comercio, un programa de computadora permitiría generar no sólo el código de barras final sino también el sello de tres colores en cualquiera de los formatos.

Cabe destacar, evitando posibles mal entendidos, que sería absurdo que alguien concluyese que imaginamos posible la reducción de la solidaridad a algún código de barras o sello cualquiera. Lo que presentamos anteriormente es sólo la posibilidad de representación gráfica de ciertas propiedades de bienes y servicios, con énfasis en aspectos

ecológicos y sociales que le son característicos, considerando el conjunto de las cadenas productivas en que son producidos.

Como se ve, es posible obtener la información requerida por el consumidor solidario en pocos segundos, observando una simple etiqueta. Más allá de eso, si es el interés del consumidor, podrá obtener mayores detalles de los productos en los catálogos disponibles, tanto en textos impresos como electrónicos22.

Cuando afirmamos que los sellos producidos bajo esos criterios pueden indicar “las características de toda la cadena productiva de cualquier bien o servicio” se trata de las características de solidario y ecológico – cuya definición debe ser construida democráticamente por las propias redes. A su vez, empleamos la expresión todo, en el sentido de interpretante final de Peirce, que es el resultado del proceso de interpretación el cual tratamos siempre de perfeccionar, y que no significa de ninguna manera agotar las infinitas particularidades de las cadenas productivas. Así, aún sabiendo que no podemos reflejar totalmente la realidad, podemos, en cambio, construir representaciones que nos permiten operar sobre ella, y buscar mejorarlas para poder actuar sobre esas cadenas de la mejor manera posible. Esas representaciones – como los sellos – pueden ser perfeccionadas en sus lecturas, pero ninguna representación puede dar cuenta de toda la realidad.

Objeción 11

(...) la mejoría de los productos y servicios sólo ocurrirá a consecuencia de la competencia entre los productores (p. 151).

Comentarios22 Como ejemplo de catálogo impreso con información sobre los grupos de productores solidarios vea: CTM. Viaggio a Sud – Prodotti e produttori del comercio equo e solidale. Cooperazione Terzo Mundo, Bolzano, 1996. Como fuente de investigación en documentos electrónicos sobre empresas solidarias vea: www.redesolidaria.com.br

La palabra competencia posee un doble sentido frecuentemente evocado en diferentes contextos. Cuando se dice que “diversas acciones concurren hacia un mismo fin”, significa que acciones, extrapolándose o no, contribuyen para un mismo resultado. Cuando se dice que “la ganadora fue la competidora número tres”, se indica que alguien venció una disputa, fin buscado por todas, pero alcanzado sólo por una de ellas en detrimento de las demás.

Así, la actitud de aquel que compite puede ser tanto para contribuir y colaborar con los otros, para que se alcancen colectivamente un resultado, como el derrotarlos con vistas a ser el mejor y obtener ganancias con esa situación.

En La Revolución de las Redes presentamos algunas condiciones requeridas para que suceda nuestra propuesta. Entre las propiedades que nos permiten comprender esas condiciones están los flujos de información, de materiales y de valor entre las empresas productivas. Eso significa por ejemplo, que los excedentes generados en una empresa puedan ser aplicados en otra que actúe inclusive en el mismo ramo, buscando ampliar la productividad con mejor calidad, reduciendo costos y produciendo mayores excedentes; que la comercialización de insumos entre ellos debe tener un precio justo entre ellos y no aprovecharse de los reveses de los demás para imponer precios abusivos; que una empresa que tiene, por ejemplo, una facturación superior a su punto de equilibrio, acepte reducir su facturación y sus excedentes a la mitad, para que otra empresa similar pueda ser creada en otra región, trayendo con eso beneficios sociales y ambientales; que nuevas tecnologías desarrolladas por una empresa puedan ser rápidamente conocidas y apropiadas por las demás – si les conviene – sin pago alguno sobre patentes, derechos de copiado, etc.

Estos pocos procedimientos indicados permiten una mejoría mucho más competente y rápida de los productos y servicios, poniéndolos a

disposición real de las mayorías, más de lo que hace la mera competencia entre los productores.

De hecho, las empresas capitalistas desarrollaron diversos procesos de asociaciones, joint-ventures y fusiones, no porque la competencia entre ellas las volviera más competentes para producir tecnología, mejorar su estructura logística de distribución o ampliara su penetración en regiones segmentadas del mercado, pues si así fuera, ninguna de ellas buscaría asociarse buscando esos objetivos, sino seguiría cada cual compitiendo aisladamente con las demás. Todo lo que está asistiendo en la actual etapa de globalización del capitalismo, en lo que respecta a esas prácticas, muestra que la colaboración entre empresas permite reducir costos en todas las áreas y potencía la innovación tecnológica y el mejoramiento de los productos y servicios.

No es casualidad que empresas que actuaban en un único sector – como la Mitsubishi, por ejemplo – se volvieran conglomerados que producen desde plumas y televisores, hasta automóviles y piezas de aviación, precisamente porque actúan en diversos segmentos de innumerables cadenas productivas, pudiendo establecer estrategias de colaboración entre las diferentes unidades del grupo y reinversiones en cualquier área que sea deficitaria, es así como los conglomerados ganan estabilidad, aún cuando determinados segmentos en los que actúan sean asolados por los más diversos problemas.

Los mitos generados por el capitalismo competitivo siempre ejercen una gran fascinación: la competencia – en busca del lucro – siempre traerá el progreso y el bienestar de las sociedades. De la misma forma que muchos asocian equivocadamente economía de mercado y democracia, otros la asocian con el desarrollo tecnológico. La posibilidad de mejorar productos y servicios no es engendrada por la economía de mercado, sino por el avance científico y tecnológico condicionado, dicho más generalmente, por transformaciones culturales, políticas y económicas de las comunidades y sociedades en que ocurre. El desarrollo científico y

tecnológico, al expandir las mediaciones instrumentales y teóricas que soportan las propias investigaciones, permiten avanzar cada vez más rápidamente en la generación de nuevos conocimientos y tecnologías, que siendo aplicadas al proceso productivo permiten generar valores económicos que pueden retroalimentarlo en lazos de auto-refuerzo. Sin embargo, las transformaciones culturales tanto pueden facilitar tales desarrollos como también detenerlos.

Afirmar, pues, que la mejoría de productos y servicios solamente puede suceder “a causa de la competencia entre los productores” y con eso pretender justificar la perpetuidad de mercado capitalista, aunque configurado como “mercado social” – es comprender equivocadamente la propia historia de la humanidad y su desarrollo tecnológico.

¿Qué decir, considerando algunos ejemplos, de toda la mejoría en la producción de vestido, habitación, irrigación y transporte antes del capitalismo? ¿Será que el servicio de conducir aguas de las heladas cimas andinas peruanas, canalizándolas a través de muchos kilómetros hasta el desierto de Nazka, con ductos subterráneos capaces de adecuarse a terremotos y que hasta hoy abastecen poblados, no significa una mejoría al bienestar de las comunidades pre-incaicas a lo largo de esos acueductos? En rigor, con todos los conocimientos y tecnologías de que disponemos actualmente no sabemos explicar con seguridad las famosas líneas – de figuras geométricas, simétricas y complejas – que se extienden a través de kilómetros en aquel desierto, que se mantienen igual como fueron producidas. Seguramente, la tecnología que logró su construcción y permanencia, así como de aquellos acueductos, no resultó de la competencia entre productores en el mercado capitalista, puesto que es anterior a él.

Pero si la mejoría de productos y servicios – como defienden los autores – sólo ocurrirá por la competencia (en el sentido de competición) entre productores, ¿lo que hacen en la selva amazona un conjunto de expertos que se están infiltrando entre las comunidades indígenas y

mestizas para apropiarse de conocimientos y técnicas milenarias en el campo de la medicina sería una biopiratería? No fue la competencia entre productores lo que generó el Santo Daime, cuyo té – hasta donde sabemos – estaba patentado por un laboratorio norteamericano por sus propiedades terapéuticas. ¿Qué decir de la propiedad anestésica de una planta típica de la selva amazónica, conocida y utilizada por las comunidades indígenas, que dio origen a una patente de un laboratorio europeo que pirateó esos conocimientos, milenariamente compartidos en esas comunidades para el bien-vivir de las personas?

Así podemos concluir que la historia de nuestra especie, la sociedad entre empresas capitalistas, la colaboración entre unidades empresariales integrantes de los mismos conglomerados y la riqueza de conocimientos de las comunidades indígenas – solidariamente compartidos en beneficio de su bien-vivir – nos muestran que es posible la mejoría entre productores en el mercado.

Objeción 12

(...) si la economía solidaria consigue alcanzar dimensiones tales que pueda competir con el gran capital, ¿continuará manteniendo las características de solidaridad que es posible cuando se está en una pequeña escala? No es posible dar una respuesta definitiva a esta cuestión, pues nunca ha ocurrido. Teóricamente podemos anticipar que difícilmente la economía solidaria en gran escala mantendrá las mismas características. La razón es simple: cuando un sistema, o una red, crece mucho surgen nuevas propiedades en el sistema que modifican sus características de funcionamiento (p. 145).

Comentarios

Un problema mal formulado puede convertirse en un problema irresoluble. El modo de plantear el problema no sólo resulta de una cierta percepción del conjunto de relaciones involucradas, sino también incita un cierto modo de resolverlo. La pregunta formulada por los autores supone que la economía solidaria, para competir con el gran capital, necesitaría alcanzar ciertas dimensiones. Esta suposición es equivocada, dependiendo de lo que se entienda por competir. Cuando cualquier consumidor solidario deja de comprar un producto de un conglomerado capitalista que produce en gran escala o no, prefiriendo comprar un producto de una empresa cualquiera de la red de colaboración solidaria, aquella gran empresa ya está perdiendo mercado. Por su parte aquella red está ampliando sus flujos de valor y posiblemente – dependiendo del margen que tiene en la comercialización de aquel bien – también está aumentando el volumen de sus excedentes. Inicialmente aquella empresa grande no puede sentir esa pérdida, pero ésta es efectiva. Así, no es la grande o pequeña escala de la economía solidaria – sea en volumen producido por una unidad en particular, sea el volumen de unidades productivas sumadas – lo que haría competir con el capital.

En segundo lugar viene el problema de la competencia. La estrategia propuesta no es que las redes disputen espacio con el gran capital como si ellas fuesen conglomerados. Al contrario, la estrategia de las redes es generar cada vez más puestos de trabajo con distribución del ingreso, ampliando su propio potencial de consumo final y productivo – lo que es lo opuesto de lo que ocurre en aquellas empresas. Esto significa, por otra parte, que el capitalismo va quedando progresivamente con menos mercado y que la disputa entre las empresas capitalistas por ese mercado cada vez más reducido se hace más acre, obligándolas a reducir sus costos desarrollando nuevas tecnologías y despidiendo más trabajadores, lo que fortalece el potencial de crecimiento de las redes que las integran en su base de producción y consumo. Las empresas capitalistas – inicialmente las micro y pequeñas empresas y posteriormente las medianas y grandes – enfrentarán dificultades en esta situación, teniendo la posibilidad de

transformarse en sus estructuras organizativas y modo de funcionamiento, buscando adecuarse a la colaboración solidaria e integrarse a las redes. Como los flujos de valor van dejando de irrigar su retroalimentación, la tendencia es que vayan a la quiebra cada vez más. Ese escenario, sin embargo, supone la expansión del consumo solidario y la reinversión colectiva de los excedentes generados en las redes, con el objetivo de generar más puestos de trabajo con distribución del ingreso, sin que ellas no crezcan.

En tercer lugar, tenemos el problema de la escala relacionada a las características de la economía solidaria “(...) difícilmente la economía solidaria en gran escala mantendrá las mismas características”. Millares de pequeñas redes produciendo en pequeña escala seguramente producirán más y mejor – teniendo en vista atender la diversidad del bien-vivir de los consumidores – que una megaempresa produciendo en gran escala. La estrategia propuesta en La Revolución de las Redes – que articula la colaboración solidaria en las esferas de la economía, política y cultura – no es ampliar exponencialmente la escala de una empresa económica, sino multiplicar al máximo posible el número de células conforme a la propia necesidad de expansión de las redes, buscando generar puestos de trabajo para todos en aquellas que quieran colaborar y distribuir el ingreso en función del bien-vivir de las personas, ampliando la propia demanda de consumo en el interior de las redes. Esto significará, con el desarrollo e incorporación de tecnologías más productivas, la reducción progresiva de la jornada de trabajo de ellas. Esto podrá provocar el surgimiento o integración de empresas de gran porte y hasta de megaempresas, pero siempre considerando los impactos ecológicos de esas empresas y los riesgos de esa generación o integración, teniendo en vista asegurar la manutención del crecimiento o estabilidad de la red.

Ahora, si la economía solidaria alcanza grandes dimensiones o “gran escala”, ella continuará manteniendo algunas de sus características y desarrollará otras. Si se diera la debida atención a la colaboración en los campos políticos y culturales, seguramente las nuevas propiedades que en

ella emergieran contribuirían a la expansión mayor de las libertades públicas y privadas.

Por eso mismo enfatizamos que se tratan de redes de colaboración solidaria y no sólo redes de economía solidaria. Entendemos que esas redes son espacios contemporáneos para los nuevos contratos sociales, superándose la clásica oposición entre el mercado y el Estado como esferas de tales acuerdos. Por eso no se puede reducir la expansión de las redes, como la entendemos, a una simple competición entre economía solidaria y gran capital, pues es algo mucho más complejo que eso.

CAPÍTULO CUATRO

La pobreza y la colaboración solidaria

La palabra pobreza tiene varios significados. Preguntarnos por ellos puede parecer mero apasionamiento cuando más de un billón de personas viven en condiciones extremadamente precarias. Sin embargo, cuando sabemos que las soluciones propuestas – por organismos internacionales, entes públicos y privados con diferentes alcances y

atribuciones – para combatir la pobreza varían de acuerdo a esas significaciones o definiciones, nos damos cuenta de la relevancia de su problematización conceptual. En general, a cada definición de pobreza se vinculan determinadas nociones de desarrollo y riqueza, a partir de las cuales se elaboran soluciones que proponen muy variados objetivos y procedimientos específicos a ser alcanzados y adoptados por las sociedades pobres periféricas.

Actualmente, sin embargo, a partir de contingentes empobrecidos en todo el mundo y de los sectores sociales que les son solidarios, comienzan a surgir y proliferar – como vimos anteriormente – formas de colaboración organizadas en redes, algunas de las cuales con alcance internacional, empeñadas en la promoción del bienestar colectivo, para garantizar las libertades públicas y privadas. A partir de ellas es posible conferir otros sentidos a expresiones como pobreza, desarrollo y riqueza en una reflexión prospectiva en la cual la colaboración solidaria se convierte en alternativa viable para asegurar el bienestar para el conjunto de las sociedades.

A partir de estas consideraciones preliminares dividiremos en dos secciones la reflexión de este cuarto capítulo. Inicialmente estudiaremos conceptos de pobreza, negativamente derivados de ideas de riqueza o desarrollo, presentando algunas paradojas que de ahí se desprenden. Enseguida presentaremos una idea de pobreza vinculada a la insuficiencia de mediaciones necesarias para el ejercicio satisfactorio de las libertades públicas y privadas – una vez que bajo el paradigma en que operamos cabe considerar la pobreza no sólo tomando por referencia vectores económicos ligados a la producción o reproducción social de la vida, sino comprendiendo también las otras mediaciones necesarias para la libre subjetivación de cada persona. En la segunda sección consideraremos cómo la constitución de las redes de colaboración solidaria amplía las condiciones de posibilidades del ejercicio histórico de esas libertades, por parte de sectores, actualmente excluidos del capitalismo. Finalmente

argumentaremos que la colaboración solidaria se constituye en una alternativa consistente para la erradicación de la pobreza.

4.1 SOBRE LA DEFINICIÓN DE POBREZA

Todos los seres humanos tienden a intervenir, aunque coyunturalmente, en su entorno con el objetivo de generar mejores condiciones para la propia realización de su vida. Los seres humanos, en particular, desarrollan ingeniosamente esa capacidad de modificar las circunstancias en que se encuentran buscando alcanzar mejores condiciones para el desarrollo de sus singularidades. La gigantesca habilidad prospectiva humana de crear fantasías, imaginaciones y conocimientos sobre la realidad, en resumen, explorar, permite al ser humano ampliar el campo de posibilidades de su realización histórica, separándolo de los determinantes de necesidades elementales, permitiéndole construir innumerables –infinitos- campos de posibilidades de realización de su existencia. Bajo esa perspectiva, la pobreza necesita ser comprendida frente a la realización o negación de la libertad humana y no sólo frente a la disposición de bienes generados a partir de un cierto campo de posibilidades de realización humana, desarrollado en el seno de la experiencia histórica de determinadas culturas y agrupamientos humanos.

Si consideramos la pobreza como carencia de medios para realizar la libre existencia humana, inicialmente tenemos que preguntarnos por el proyecto personal y comunitario de realización de tal existencia para entonces considerar las mediaciones que sean requeridas. De esta manera, no podemos decir que una tribu indígena, que vive – y desea continuar viviendo – su vida autónomamente siguiendo sus tradiciones, sea más libre o menos libre que los ciudadanos urbanos que tienen a su disposición equipamientos tecnológicamente más sofisticados.

Una comunidad que hace vinos pisando las uvas durante fiestas comunitarias produce menos riqueza económica que otra que lo haga con

equipos industriales. Sin embargo, la riqueza de relaciones humanas generadas en aquellas fiestas vinícolas, que no incrementa los valores del PIB de aquel país o renta per cápita de sus habitantes, jamás será fruto en una esfera de producción industrial.

En general, una de las dificultades en el debate cotidiano sobre la pobreza es que ésta es tomada relativamente, sin mayor problematización, como carencia de algo que ya fue presupuesto, siendo considerada, en el límite extremo como falta de abundancia, esto es, como antónimo de una noción de riqueza previamente concebida. Articulada a esa disposición está otra dificultad: afirmar como preferible los patrones de vida de la sociedad considerada como rica ante otra considerada como pobre. En efecto, la definición usual de la riqueza sigue las ideas comunes – en gran medida relacionadas a representaciones ideológicas hegemónicas – o a alguna idea de riqueza de acuerdo a la ciencia económica. En este caso podríamos citar tres conceptos y observar las paradojas resultantes de tomar la pobreza como su antónimo.

4.1.1 La pobreza como lo contrario de algunas definiciones económicas de riqueza

La estructuración de la economía como ciencia moderna implicó, inicialmente, la reducción del concepto de riqueza a valores materiales, rigurosamente cuantificables, a fin de que ella – como ciencia – pudiera operar sólidamente sobre bases empíricas y alcanzar resultados precisos, no pudiendo considerar como riqueza económica de una sociedad sus valores morales, la libertad política y civil, la danza, la música, el teatro, etc. Una idea amplia no hace viable el propio establecimiento de la economía como ciencia rigurosa. De acuerdo a esa concepción, se definió como trabajo productivo aquel que produce riqueza y como no productivo todo el trabajo restante.

Una de las ideas más comunes de riqueza, con algunas variaciones que consideramos aquí, la vincula al conjunto de objetos materiales y

servicios necesarios, agradables o útiles a los seres humanos, que están a su disposición o de la propia nación en su todo como medios para la satisfacción de sus demandas; esos bienes y servicios poseen intrínsecamente tanto un valor de uso específico o potencial, como un valor de cambio determinable. La riqueza o pobreza de un país o de un individuo se miden por la abundancia o escasez de esos bienes materiales y servicios que tienen disponibles. En efecto, se excluyen de esta concepción estricta de riqueza toda la producción cultural que no pueda ser objetivada como mercancía, que no pueda ser reducida a algún valor de cambio. De acuerdo a esta idea, una sociedad consumista en que la gran mayoría disponga de muchos bienes y servicios necesarios, agradables o útiles, aunque esté sumida en muertes violentas, drogadictos y suicidas, es más rica que una sociedad que comparativamente disponga de menos bienes y servicios necesarios, tranquila y feliz compartiendo los medios de que disponen para la promoción del bien común.

Otra noción también muy común considera que la riqueza de una nación se mide por la capacidad de sus fuerzas productivas más allá del volumen de bienes y servicios en ella engendrados. En este caso una sociedad que disponga de tecnologías de punta que incrementan las fuerzas productivas y amplían la magnitud de su Producto Interno Bruto, superando otras composiciones técnicas de capital menos avanzadas, es considerada más rica, aún cuando el empleo efectivo de tales tecnologías provoque daños irreversibles a determinadas comunidades humanas en particular al medio ambiente en general, que provoque el aumento del número de desempleados o que conlleve a consecuencias imprevisibles a los ecosistemas, como posibles mutaciones descontroladas de organismos transgénicos en medio natural, la corrupción genética, etc.

Existen otras definiciones de riqueza que fueron criticadas e históricamente marginadas en el debate económico. Una de ellas asocia la magnitud de la riqueza con la magnitud del tiempo libre de una sociedad, generado por el desarrollo de las fuerzas productivas que permiten atender al conjunto de las necesidades sociales con el empleo de menos

trabajo: “Una nación es verdaderamente rica cuando en lugar de 12 horas, se trabajan 6. Wealth (riqueza) no es disposición de tiempo de más trabajo” (riqueza efectiva), “el disposal time (tiempo disponible), es la parte del tiempo usada en la producción inmediata necesaria, para cada individuo y toda la sociedad” 6. En este caso, en una de las líneas de interpretación, la riqueza de una sociedad, más allá del volumen de productos y servicios generados en ella y el tamaño de sus fuerzas productivas, es valorada por el volumen social de tiempo libre (freie Zeit) o tiempo de no-trabajo (Nicht-Arbeitszeit). Si por un lado este concepto permite afirmar que las sociedades más ricas son aquellas en que actualmente existe un mayor volumen de desempleo en razón del alto desarrollo tecnológico de las fuerzas productivas que pueden atender las necesidades de todos, demandando cada vez menos trabajo vivo en la producción de bienes y servicios requeridos para consumo final, distribuyendo por lo tanto, menos recursos en forma de salario y concentrando aún más la riqueza en pocas manos. Por otra parte, curiosamente, una comunidad indígena en que las necesidades de todos estén atendidas con las fuerzas productivas que en ella actúan, pudiera, sorprendentemente, ser considerada más “rica” por disponer, proporcionalmente, de más tiempo libre que una comunidad urbana en que un sector de personas vive todos los días trabajando formalmente, mientras otra parte busca alternativas informales para sobrevivir con su propio trabajo.

En todos estos casos, sin embargo, el crecimiento de riqueza de una nación no significa el aumento de la riqueza disponible para cada una de las personas que la componen. En efecto, una nación puede volverse cada vez más rica, si consideramos en tal evaluación el crecimiento de su PIB comparado al crecimiento demográfico, y simultáneamente tener sectores cada vez mayores de población disponiendo de menos recursos para su sobrevivencia, una vez que el PIB per capita no corresponde a la

6 Anónimo. The source and remedy of the national difficulties, deduced from principles of political economy in a letter to Lord John Russel. Londres, 1821, p. 6, apud Karl Marx. Grundrisse der Kritik der politischen Ökonomie. Dietz Varlog, Berlín, 1974, p. 593-594.

distribución social del ingreso nacional. Así, el crecimiento económico de un país no significa necesariamente mejores condiciones de vida para todas las personas que lo componen, pues el incremento de producción dirigido a la exportación y a la atención de demandas de las clases opulentas puede ser obtenido bajo modelos de reestructuración productiva que, empleando nuevas tecnologías y nuevos procesos organizacionales, desemplean grandes sectores de población, las cuales experimentan una dramática reducción de sus ingresos que no les permiten satisfacer sus necesidades básicas de alimentación, vivienda, vestido, salud y educación. De esta manera, ciertas terapias que buscan enfrentar la pobreza proponiendo el desarrollo económico que incremente la producción de la riqueza nacional, puede aumentar aún más la concentración del ingreso en esos países, aumentar el contingente de los empobrecidos y tener consecuencias nefastas para el equilibrio de los ecosistemas.

4.1.2. La pobreza y el desarrollo humano

De acuerdo al Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (UNDP), la pobreza humana puede ser conceptualizada como la “negación de las decisiones y oportunidades básicas para el desarrollo humano, reflejada en vida corta, falta de educación elemental, falta de medios materiales, exclusión y falta de libertad y dignidad”7. Entendida de esa manera, la pobreza es multidimensional, considerándola a partir de la calidad de vida humana y no a partir de las posesiones materiales.

Considerando de ese modo la pobreza, el Programa construyó como instrumento analítico el Índice de Pobreza Humana que “(...) mide las carencias y desarrollo humano básico en las mismas dimensiones que el IDH (Índice de Desarrollo Humano). Las variables utilizadas para indicar esas dimensiones son: el porcentaje de personas con esperanza de vida menor a 40 años; el porcentaje de adultos analfabetos y el establecimiento de condiciones económicas esenciales para un patrón de

7 UNDP. Glossário da pobreza e desenvolvimento humano, (dez./2001) http://www.undp.org.br/HDR/Hdr97/rdh7-1.html

vida adecuado, el porcentaje de personas sin acceso a servicios de salud y agua potable, y el porcentaje de niños menores de 5 años con insuficiencia de peso”8.

Como forma de enfrentar la pobreza se propone el desarrollo humano. Para el UNDP, “el proceso de mayores decisiones de las personas y el nivel de bienestar que alcanzan están en la esencia de la noción de desarrollo humano. Tal aumento se refiere (...) a la capacidad para tener una vida larga y saludable, adquirir conocimientos y tener acceso a los recursos necesarios de un patrón de vida adecuado. – agregados a la (...) libertad política, económica y social, a la oportunidad de ser creativo y productivo, al respeto propio y a los derechos humanos garantizados”9. Así, el ingreso es correctamente considerado como un medio para el desarrollo humano, no siendo éste su fin principal.

Merece todo el reconocimiento los relevantes esfuerzos realizados y valiosos resultados obtenidos por el UNDP, en el sentido de construir instrumentos evaluadores que posibiliten repensar las políticas públicas tomando en cuenta la promoción del bienestar del conjunto de las poblaciones, también es menester considerar que el IDH permite algunas contradicciones. Como vimos, el Indice de Desarrollo Humano toma, como variables para la consideración del desarrollo tres indicadores: “(...) la expectativa de vida, el nivel educativo (alfabetización de adultos y escolaridad conjunta de la enseñanza primaria, secundaria y superior) y el Producto Interno Bruto (PIB) real per cápita”10. Tomándolos como

8 Ibid.9 Ibid.10 Ibid. “Tres indicadores son utilizados para el cálculo del IDH. El primero se refiere a la salud y es medido por el promedio de esperanza de vida al nacer. El segundo se refiere a la educación, siendo medida con base en la taza de alfabetización de adultos, conjuntamente con la taza de matrícula combinada en los tres niveles de enseñanza. El tercero mide el ingreso de las personas en su propio país, y es medida por el PIB per cápita ajustado para diferencias en el costo de vida de cada país, siendo el resultado expreso en PPP$ (dólar de la paridad del poder de compra)”. UNDP. Relatório do Desenvolvimento Humano 1997. O Indice de Desenvolvimento Humano (IDH), dez./2001. http://www.undp.org.br/HDR/Hdr97/rdh7-2.html

referencia, una sociedad que aumenta el PIB per cápita, explotando indiscriminadamente los recursos naturales o generando desempleo por innovaciones tecnológicas que aumentan el tiempo libre y la cantidad de personas excluidas, es comparativamente más desarrollada que otra que produzca menos respetando los ciclos ecológicos o con más trabajadores proporcionalmente, con empleados recibiendo recursos en forma de salario, que además utilicen tecnologías menos productivas, generando un menor número de productos y servicios. Por otra parte, formas milenarias de producción y transmisión del conocimiento, característica de las comunidades indígenas, no son consideradas adecuadamente, pues no se estructuran bajo los parámetros del nivel primario, secundario y superior.

Tomemos el caso brasileño como un ejemplo para señalar algunas dificultades de esa medición del desarrollo humano o de su carencia. Gracias al tercer indicador, en particular, considerándose la renta per cápita entre 1994 y 1995, Brasil fue incluido entre los países con alto nivel de desarrollo humano al alcanzar 0.809 en el Índice de Desarrollo Humano, lo que lo colocó en el lugar número 62 entre 174 países. En ese mismo período, la Campaña Contra el Hambre en Brasil señalaba la existencia de más de 3.5 millones de personas por debajo de la línea de pobreza en el país. En cuanto al segundo índice – en razón de acuerdos realizados con el Banco Mundial - el gobierno brasileño estimuló programas de certificación escolar y de adecuación edad-grado buscando estrictamente mejorar los índices estadísticos nacionales en el sector de educación, siendo perceptible, en contrapartida, una caída en la calidad educativa debido a la inducción por aprobar el mayor número de alumnos – ya que reciben menos recursos las escuelas con resultados más bajos de evaluación, teniendo como uno de los criterios de evaluación negativa el número de reprobados. A pesar de esto, el país obtuvo estadísticamente un mejor desempeño en los tres índices considerados en la composición del IDH en la última investigación realizada, en la relatoría de 1999 el país apareció en la posición número 79, situándose entre los países de desarrollo medio, cayendo 17 posiciones debido a las modificaciones introducidas en la composición de los indicadores utilizados en el cálculo

del índice, que alteran la importancia del PIB per cápita frente a otros requisitos.

4.1.3 La pobreza y la libertad.

Con base en todas las dificultades mencionadas, cabe volvernos a preguntar: rigurosamente ¿cuáles son los criterios para definir lo que es la pobreza? Nos parece importante considerar la pobreza frente al campo de posibilidades del ejercicio de la libertad de cada persona, de cada colectividad, en razón del establecimiento autónomo de sus proyectos existenciales, personales y colectivos, y por tanto considerar la pobreza como insuficiencia de los recursos necesarios para el ejercicio de la libertad que, como vimos anteriormente, supone condiciones económicas, ejercicios autónomos del poder en la vida privada y pública, acceso a la información y educación, y condiciones éticas para que se ejerza el promover el conjunto de las libertades públicas y privadas.

Considerando como rica a la sociedad que realiza, de la mejor manera posible, las libertades públicas y privadas, se puede concluir que una sociedad rica es aquella en que éticamente las personas se respetan y se dejan en libertad y que en la práctica viven la solidaridad, con el objetivo de ampliar cada vez más su campo de posibilidades de realización; es aquella en que todos buscan compartir el conocimiento y los intérpretes afectivos, intelectuales y energéticos que permitan dar sentidos múltiples y complejos a las informaciones, generando nuevos conocimientos y formas de expresión; en que la diversidad de realización de la vida humana, bajo las diferentes culturas y particularidades privadas, es respetada y asumida, cuando no se opone a la promoción universal de la libertad en las mejores condiciones para todos; en que los medios económicos son compartidos entre todos buscando la ética realización humana de cada uno y el bienestar de todos; en que a todos es dado el derecho de participar y decidir colectivamente sobre la organización de la vida social, siempre teniendo en cuenta expandir cada vez más el campo de posibilidades de las libertades públicas y privadas, respetando las

singularidades de cada persona y de cada pueblo que promueven la libertad, la paz y co-responsabilidad entre todos. En contrapartida, la pobreza puede ser comprendida como insuficiencia de los medios que permitan a las personas y colectividades existir dignamente como seres humanos libres; e insuficiencia de los medios que posibiliten tales subjetivaciones-socializaciones. Esas insuficiencias, particularmente, pueden ser evaluadas tomando como indicadores la baja esperanza de vida, el analfabetismo, la carencia de servicios de salud, de agua potable, la desnutrición infantil, como propone el UNDP. Pero no basta que esos requisitos particulares sean solucionados para que una sociedad deje de ser pobre.

4.2 LA COLABORACIÓN SOLIDARIA COMO ALTERNATIVA PARA LA ERRADICACIÓN DE LA POBREZA

Las redes de colaboración solidaria – como lo aclaramos en el primer capítulo y profundizaremos en el quinto – posibilitan enfrentar la pobreza en sus raíces económicas, políticas y culturales. Estas redes, integrando prácticas de financiamiento, producción, comercio y consumo solidarios (derivadas del Fair Trade, movimientos de consumidores, cooperativas, LETS y semejantes, dentro de otras prácticas citadas anteriormente) no sólo permiten combatir urgentemente la pobreza – que se acentúa rápidamente bajo la lógica capitalista de concentración de capital -, sino que viene engendrando nuevas relaciones de producción y consumo ecológicamente sustentables y antagónicas al sistema capitalista.

Las redes solidarias, actualmente existentes, contienen elementos agenciadores de una nueva sociedad que comienza a germinar en innumerables partes del mundo con una diversidad abundante de prácticas afectivas y eficaces. Considerando esa gran diversidad, bajo el paradigma de la complejidad, argumentamos la existencia de una alternativa real sustancialmente democrática para la organización de una sociedad post-capitalista en que sea superada la dramática exclusión que afecta a gran parte de la humanidad y en la cual sea posible propagar el bienestar para

todos, reduciendo progresivamente la jornada de trabajo al mismo tiempo en que se aseguran las condiciones materiales, políticas y educativo-informativas para el ético ejercicio de las libertades públicas y privadas. La condición fundamental requerida para ello es el masivo crecimiento del consumo y trabajo solidarios, en lazos de retroalimentación, garantizando el bienestar de los consumidores y productores, y haciendo posible que los valores económicos generados por el trabajo puedan retroalimentar el proceso de producción y consumo. Eso permite aumentar las empresas solidarias, que pueden ofrecer una variedad cada vez mayor de productos y servicios, incorporando al proceso productivo un volumen progresivamente mayor de personas excluidas por el capitalismo, expandiendo así nuevas relaciones de producción y consumo solidarias. Más aún, considerando las dimensiones política y cultural de esas redes, destacamos la emergencia de nuevas relaciones en las diversas esferas de socialización/subjetivación buscando la expansión de las libertades públicas y privadas éticamente referenciadas. De esta manera, en nuestra opinión, la colaboración solidaria constituye no sólo una de las alternativas más prometedoras en el enfrentamiento de la pobreza, sino también en la gestación de un nuevo “orden mundial” centrado en la promoción del libre bienestar, propagando una nueva forma de desarrollo ecológico y socialmente sustentable y la superación de prácticas opresivas en las diferentes dimensiones de la convivencia humana.

Tonino Perna, en su libro titulado Fair Trade, destaca que frente al escenario actual de la globalización y exclusión social, con la emergencia de innumerables movimientos y organizaciones de carácter internacional que actúan en la esfera económica (financiamiento, producción, comercio y consumo solidarios), y en las esferas política y cultural, se presentan dos perspectivas de enfrentamiento y de avance para acciones colectivas. Por un lado, “(...) los estudiosos de origen marxista imaginan el surgimiento de una especie de “bloque social global” que geste la lucha de clase en escala planetaria para alcanzar un ajuste de cuentas final entre capital y trabajo. Otros imaginan la organización de una “red de redes”, una liga internacional entre movimientos alternativos (ambientalistas, pacifistas,

mujeres, etc.) capaz de crear una alternativa al sistema de mercado capitalista”11.

Esa dicotomía, que ahora corresponde a posiciones argumentadas por diversos grupos de actores sociales, puede no ser un buen modo de delinear las posibles perspectivas frente al contexto actual. De hecho, los que asumen la práctica del consumo y labor solidarios en las innumerables redes que se vienen constituyendo y se expanden con diversas características, también pueden ser comprendidos en un bloque social global que, regulando su conducta por criterios éticos que busquen asegurar a todas las personas las condiciones materiales, políticas, educativas e informativas para el ético ejercicio de las libertades públicas y privadas, actúan objetivamente de manera contraria a la lógica capitalista que privilegia el acumulamiento del capital por una pequeñísima cantidad de la sociedad, en detrimento del compartir esa misma riqueza para la promoción del bienestar general. De esa manera consideramos que la colaboración entre redes solidarias conectadas entre sí – bajo la estrategia que presentamos -, no sólo `puede hacer posible alternativas de enfrentamiento de las condiciones de pobreza, sino también es capaz de romper estructuralmente con la reproducción de los sistemas de exclusión social, en particular con la reproducción del capitalismo en su actual etapa de globalización neoliberal.

11 Tonino Perna. Fair trade – la slida etica al mercado mondiale. Torino, Bollati Boringhieri Editore, 1998, p. 150.

CAPITULO 5

Acción global contra el capitalismo y la red mundial de colaboración solidaria

De Seattle a los foros sociales mundiales

En este capítulo trataremos sobre la consistencia de las redes de colaboración solidaria, considerando los Foros Sociales Mundiales como recientes manifestaciones de la emergencia de una nueva esfera del acuerdo social – que no es ni el mercado ni el Estado – y que tiene por actores centrales diversas redes solidarias actuando en colaboración, con el objetivo de promover las libertades públicas y privadas éticamente ejercidas, buscando asegurar universalmente las condiciones requeridas para tal ejercicio. Desarrollaremos aquí algunos aspectos de los fundamentos teóricos y políticos de esas redes y el potencial de ellas para superar estructuralmente formaciones sociales opresivas, engendrando una alternativa de sistema al capitalismo y a su globalización neoliberal.

5.1 La emergencia de las redes solidarias como actores colectivos y como esfera de un nuevo contrato social

En las últimas décadas surgieron en todo el mundo, en los campos de la economía, política y cultura, innumerables redes y organizaciones en la esfera de la sociedad civil luchando por la promoción de las libertades públicas y privadas éticamente ejercidas, constituyéndose en un sector público no estatal. Redes de organizaciones feministas, ecológicas, movimientos en el área de la educación, salud, vivienda y muchos más en el área de la economía solidaria y por la ética en la política – para citar sólo algunas – se van multiplicando, haciendo surgir una nueva esfera de contrato social. El avance de una nueva conciencia y de nuevas prácticas sobre las relaciones de género, sobre el equilibrio de los ecosistemas y sobre la economía solidaria, por ejemplo, no nace en las esferas del mercado o del Estado. El consenso sobre esas nuevas prácticas ha sido

construido en el interior de redes en que personas y organizaciones de diversas partes colaboran activamente entre sí, proponiendo transformaciones del mercado y del Estado, de las diversas relaciones sociales y culturales a partir de una defensa intransigente de la necesidad de garantizar universalmente las condiciones requeridas para el ejercicio ético de las libertades públicas y privadas.

La progresiva y compleja integración de esas redes, colaborando solidariamente entre sí – cuya consistencia necesita ser comprendida para que pueda alterar algunas relaciones que ellas mantienen, generándose con eso una sinergia aún mayor -, colocó en el horizonte de nuestras posibilidades concretas la realización planetaria de una nueva revolución, capaz de subvertir la lógica capitalista de concentración de riquezas y de exclusión social y diversas formas de dominación en los campos de la política, de la economía y de la cultura.

Iniciándose en los campos de la cultura y de la política, esas redes avanzan progresivamente hacia el campo de la economía, afirmando la necesidad de una democracia total, que solamente se realiza introduciendo e implantando mecanismos de autogestión de las sociedades en todas las esferas que la componen. No se trata, por lo tanto, sólo de control político de la sociedad sobre el Estado, sino también de control democrático de la sociedad sobre la economía, sobre la generación de flujos de información, sobre todo aquellos que afectan la vida de todos y cada uno y que pueda ser objeto de decisiones humanas.

La idea de democracia que emerge en esta consistencia como proyecto a expandir y que ya es practicada en el interior de gran cantidad de redes, es aquella que busca asegurar realmente las libertades públicas y privadas, éticamente ejercidas, al conjunto de las personas y sociedades, considerando sus condiciones materiales, políticas, educativas, informativas y éticas. En esta lucha por asegurarlas colectivamente surgieron movimientos y organizaciones que, posteriormente, como vimos

conformaron redes sociales que progresivamente comienzan a colaborar entre sí.

5.1.1. La reciente emergencia de las redes y sus potencialidades.

En efecto, tal multiplicación y expansión de organizaciones y redes actuando en diversos campos buscando asegurar las libertades se debe, entre otras razones, al hecho de que el modelo capitalista neoliberal viene globalmente suprimiendo y fragilizando los medios garantes de las libertades públicas y privadas, en la medida que propaga: a) la concentración de los recursos materiales y la exclusión de las mayorías; b) el control hegemónico del poder político por los sectores que controlan el capital, haciendo cada vez más virtual la democracia; c) la saturación de informaciones y la disminución de la autonomía crítica de la sociedad; d) una moral individualista centrada en el lucro (en que las relaciones sociales quedan subordinadas al mercado) y que relega la promoción de la libertad ajena cuando ésta no contribuye, ni medianamente, a la realización del acumulamiento de riqueza por agentes económicos bajo el orden neoliberal.

Lo que vemos en las sociedades contemporáneas en general es la negación cada vez más acentuada de las libertades pública y privada de las mayorías, en nombre de la expansión de la libertad privada de los que disponen del gran capital. Los países que adoptan el modelo neoliberal implantan políticas que cercenan el ejercicio ético de la libertad por las mayorías. Ese totalitarismo global, ese Régimen Globalitario, vacía progresivamente las instancias políticas de la autonomía pública, transformando al Estado en rehén del capital financiero y de los mega-conglomerados.

En contrapartida, sectores populares de la sociedad civil planetaria, compuestos por contingentes oprimidos, explotados, expropiados, dominados, excluidos y por todos aquellos que les son solidarios, se organizan internacionalmente en la resistencia a esa situación. En las

últimas décadas, innumerables prácticas de solidaridad se expandieron internacionalmente integrándose en movimientos de red, luchando por libertades públicas y privadas y por el acceso a condiciones reales de ejercerlas. A partir de ellas – considerando lo que comienza a surgir en su compleja consistencia de red – se puede vislumbrar las primeras señales del nacimiento de una nueva formación social que tiende a superar la lógica capitalista de concentración de riquezas y exclusión social, de destrucción de los ecosistemas y de explotación de los seres humanos, afirmando la construcción de nuevas relaciones sociales, económicas, políticas y culturales que, organizándose en colaboración solidaria, tienen el potencial de dar origen a una nueva civilización multicultural que desea la libertad de cada persona en su valiosa diferencia.

En este contexto, nos podemos referir a la revolución de las redes en dos sentidos. En el primero de ellos se trata de un proceso real, que está contribuyendo por todas partes al enfrentamiento contra la globalización capitalista neoliberal y a la construcción/afirmación del proyecto de otro mundo posible, como nos lo dice el empuje de los Foros Sociales Mundiales. En el segundo caso podemos tratar la revolución de las redes como una propuesta estratégica – elaborada desde la reflexión de esas prácticas concretas y sus referentes teóricos – que busca conectar la infinidad de organizaciones populares de ese sector emergente de la sociedad civil, tales como movimientos, asociaciones, sindicatos, ONGs, partidos políticos, etc., y particularmente las empresas solidarias de producción, comercialización y financiamiento, así como organizaciones de consumidores, en un complejo movimiento de retroalimentación capaz de fortalecer al conjunto de esas organizaciones e integrarlas en crecimiento constante, autosustentable, antagónico al capitalismo y a las prácticas de dominación política y cultural, a fin de promover el bienestar de las personas.

Ese proceso progresivo de crecimiento orgánico de las redes como un nuevo actor y una nueva esfera de articulaciones ya había sido detectado, con algunas de sus peculiaridades, hace varios años por algunos

investigadores. En el inicio de la década de los 90s, analizando la emergencia de las redes de movimientos sociales, Ilse Warren-Scherer escribía:

“se trata de pasar del análisis de las organizaciones sociales específicas, fragmentadas, hacia la comprensión del movimiento real que ocurre en la articulación de estas organizaciones, en las redes de movimientos (...)lo que considero particularmente importante en términos de análisis de la sociedad civil, para la década de los 90’s es la comprensión del significado y del alcance de la acción política creada a través de estas redes de movimientos (...). Para el caso de Brasil me parece muy importante estudiar las redes que se establecen entre las organizaciones populares y otros movimientos culturales y políticos”.12

Varios estudios realizados por la autora enfatizan la importancia política de esas redes para el fortalecimiento de la democracia. La gran novedad actualmente, es la expansión del concepto de democracia, retomando tradiciones revolucionarias, avanzó, como hemos visto, hacia el control social de la esfera económica.Si bien la historia reciente de las redes de economía solidaria se remonta a las prácticas del comercio existentes en los años 60’s, es sin embargo reciente la comprensión de que la integración compleja del conjunto de las redes solidarias sociales, culturales, políticas y económicas tiene un potencial global capaz de instaurar un nuevo modo de producir, consumir y organizar la vida en todo el planeta. Como dicen algunos autores, “(...) un movimiento que busca afirmar una globalización de abajo hacia arriba ya apareció sobre la escena mundial, y su capacidad de formar una red de grupos de base tiene el poder de transformar el mundo”13.Esta progresiva aglutinación que se proyecta se debió inicialmente, como vimos, a la actuación colectiva en resistencia a las políticas neoliberales y, enseguida, a la articulación de estas acciones de resistencia de las diversas redes con las acciones estratégicas por ellas implantadas, de construcción

12 Ilse Scherer-Warre, Redes de Movimientos Sociais... p. 116.13 Jeremy Brecher, Tim Costello y Brendan Smith, Globalization from Below... p. 7.

de nuevas relaciones humanizadoras en las diversas esferas del mundo de la vida. Así, tenemos no sólo la articulación local y global de los actores o movimientos sociales y culturales, afirmando un pluralismo organizacional e ideológico, actuando en los campos cultura y político, sino también a la emergencia de redes nacionales e internacionales en el campo de la economía, centradas en la promoción de las libertades públicas y privadas ejercidas éticamente. Como se dijo en Octubre del 2000 en el lanzamiento de la Red de Liliput que integra organizaciones de toda Italia: “(...) debemos ser capaces de construir una red que sepa unir, coligar y fortalecer personas e iniciativas que procuran tejer los hilos de una economía regulada según la justicia social y el respeto ambiental. (...) es necesaria una ‘red de redes’ que sepa combinar los esfuerzos en dirección a una economía equitativa y realmente sustentable, que podrá detener toda la negatividad de la globalización económica”14

5.1.2. Las redes de economía solidaria

El término economía solidaria abarca muchas prácticas económicas y no hay consenso sobre su significado. En general está asociado a prácticas de consumo, de comercialización, producción y servicios, entre los cuales está el financiamiento, en que se defienden, (en varios grados) entre otros aspectos, la participación colectiva, autogestión, democracia, igualitarismo, cooperación, auto-sustentación, la promoción del desarrollo humano, responsabilidad social y preservación del equilibrio de los ecosistemas. Sin embargo, no todas estas características están presentes en las diferentes prácticas concretas que existen en el campo de la economía solidaria según estudios y análisis que hemos encontrado.

Tenemos que el gran avance en los años 90’s de las prácticas de economía solidaria son fruto, entre otras razones, de la concientización de la importancia de la organización de redes para obtener empresas. La definición de red pone el énfasis en las relaciones entre diversidades que se integran, en los flujos de elementos que circulan en esas redes, en los

14 Varios. La Rete de Liliput... p. 139.

lazos que potencian la sinergia colectiva, en el movimiento de autopoiesis en que un elemento concurre para la reproducción de otro; en la potencialidad de transformación de cada parte por su relación con las demás y en la transformación del conjunto por los flujos que circulan a través de toda la red. Así, la consistencia de cada miembro depende de cómo se integra a la red, de los flujos en que participa, de cómo acoge a los demás y colabora con ellos.

De hecho, como afirmamos anteriormente, en las últimas décadas tuvimos el surgimiento y la propagación de innumerables prácticas de colaboración solidaria en el campo de la economía, entre las cuales se encuentran: renovación de la Autogestión de Empresas por los Trabajadores, Fair Trade o Comercio Equitativo y Solidario, Organizaciones de Marca, Agricultura Ecológica, Consumo Crítico, Consumo Solidario, los Sistemas Locales de Empleo y Comercio (LETS), Sistemas Sociales de Trueque (SEL), Sistemas Comunitarios de Intercambio (SEC), Red Global de Trueques, Economía de Comunión, Sistemas de Microcrédito y de Crédito Recíproco, Bancos del Pueblo, Bancos Éticos, Grupos de Compras Solidarias, Movimientos de Boicot, Sistemas Locales de Monedas Sociales, difusión de Softwares Libres, entre muchas otras prácticas de economía solidaria.

Importantes sectores de organizaciones que se inscriben en esas prácticas y que, en su conjunto, cubren los diversos sectores de las cadenas productivas (consumo, comercio, servicio, producción y crédito) recientemente comenzaron a realizar acciones conjuntas en red, al mismo tiempo que otras ya lo hacen desde hace más de tres décadas. El crecimiento mundial de esas redes – inclusive en Brasil, como vimos al inicio de este libro – indica el crecimiento de nuevos campos de posibilidades para acciones solidarias estratégicamente articuladas con el objetivo de promover las libertades públicas y privadas.

El Foro Global, que se realizó en Río de Janeiro durante Eco 92, donde acudieron organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo, propuso articular modelos económicos alternativos en redes de redes,

mediante lazos de colaboración. El ítem 32 del Tratado sobre modelos económicos alternativos afirma:

El proceso de actuación de los modelos económicos alternativos será una red abierta y receptiva que deberá:- identificar experiencias innovadoras de desarrollo de los

modelos económicos alternativos, incluyendo redes, y redes de redes;

- reunir, en colaboración con las redes existentes, grupos de trabajo que propagan modelos alternativos experimentales y teóricos que puedan ser difundidos y evaluados en el interior de grupos de base comunitarios;

- promover, en colaboración con todos los grupos interesados, foros nacionales, regionales e internacionales que den impulso, perfeccionen y actualicen el tratado sobre modelos económicos alternativos.15

5.2 UNA REVOLUCION EN CURSO – DE SEATTLE A LOS FOROS SOCIALES MUNDIALES

Como consecuencia de los eventos de Seattle en 1999, en los Estados Unidos – que para Edgar Morin se caracterizó como una “forma embrionaria de ciudadanía planetaria”16 – y en Davos, Suiza el siguiente año, donde un importante grupo de organizaciones y movimientos se manifestaron contra la globalización que la Organización Mundial del Comercio quiso imponer a todo el planeta y ante ello se presentaron propuestas alternativas para otro modelo económico global, recuperando elaboraciones anteriores.

Así nació el primer World Social Forum, que se realizó en Padua, Italia, en abril del 2000, como un espacio de encuentro de diversas redes en el ámbito de la solidaridad y de la economía social y civil, con una participación masiva de entidades italianas y de algunas redes que actúan

15 “Tratado sobre modelos económicos alternativos “. Apud: Varios. La Rete de Liliput, p. 130.16 Afirmación encontrada en: Varios. La Rete de Liliput, p.60.

internacionalmente. En el centro de este evento, integrado a un espacio de la solidaridad y de la economía social, las organizaciones aseveraron colectivamente, en contraposición a la globalización en curso, la necesidad de “mayor democracia económica y política”. En aquella ocasión, afirmó Susan George, refiriéndose al evento: “no hay nada de semejante en el mundo, nada que se parezca a esta feria, una unión de lo público y de lo privado juntos por la solidaridad(...)17. De hecho, más de diez mil personas participaron en dicho evento, que fue reeditado en mayo del 2001 con un público aproximado de 20 mil personas; pero, hasta donde sabemos, no había delegaciones extranjeras en esas dos ocasiones.

En la Plataforma de ese Foro se argumentó que después de las revueltas de Seattle y Davos los sectores de la sociedad civil que se identificaron con ellas, deben “(...) unir sus propias fuerzas contra el poder de las grandes corporaciones y multinacionales que ‘quieren controlar todos los aspectos de la existencia humana: agricultura, salud, educación, información’”18.

Así, de los movimientos, de la unión de diversas redes, que iniciaron en las acciones de protesta y propuesta, surgen movimientos complejos integrándose redes internacionales con el proyecto de enfrentar a las grandes corporaciones, exigiendo una democracia económica y política que, en su base, defiende las libertades públicas y privadas éticamente ejercidas. Para Emir Sader, a partir de aquellas manifestaciones se puede afirmar que “una nueva era de solidaridad comienza a surgir, permitiendo vislumbrar el potencial de un nuevo proyecto hegemónico”19.

En 2001, en el Foro Social Mundial realizado en Porto Alegre, con la efectiva participación de delegaciones de 122 países (con 1502 delegados extranjeros), se desarrollaron 16 mesas redondas y cerca de 400 oficinas, con un público aproximado de 20 mil personas, tratando una

17 Civitas (org.). World Social Forum... p. 2.18 Ibid., p. 6.19 Sader, Emir. “De Seattle a Porto Alegre e depois”. En: Caros amigos... p. 22.

infinidad de temas y propuestas que cerca de 900 redes y demás organizaciones participantes vienen defendiendo en los diversos países, en sus más variadas luchas, considerando la liberación de los seres humanos en sus distintas dimensiones.

Para Oded Grajew, la historia del Foro Social Mundial permite “(...) ilustrar cómo una idea aparentemente utópica puede volverse realidad cuando juntamos y conectamos las innumerables redes, movimientos, asociaciones y gobiernos que aspiran a un mundo mejor, dispuestos a poner sus recursos, poder y competencia al servicio del bien común”20.

Para efectos de nuestra reflexión, cabe destacar que en aquel espacio de solidaridad y de esperanza, después de varios seminarios temáticos que trataban de diferentes aspectos de la economía solidaria, fue lanzada la Red Global de Socioeconomía Solidaria, como posibilidad de integración, transformación y avance de todas esas redes, superando los aislamientos. Sin embargo, el término Red de Socioeconomía venía siendo adoptado desde el Encuentro Brasileño de Cultura y Socioeconomía Solidaria, sin embargo no nos parece adecuado para expresar el proyecto que está en su base, que extrapola la esfera económica, aún cuando sea adjetivada como social y solidaria. La idea básica que subyace a la estrategia de la Red Global es que la difusión del consumo y del trabajo solidarios, en lazos complejos de retroalimentación, posibilita que los valores económicos generados por el trabajo puedan realimentar el proceso de producción y consumo, promoviendo el bienestar de las colectividades, el desarrollo ecológico y socialmente sustentable y el crecimiento del campo; de posibilidades de realización de las libertades públicas y privadas, avanzando en la construcción de una nueva formación social que puede configurarse como una sociedad post-capitalista.

No se trata de integrar sólo las organizaciones que actúan en la esfera económica, sino de percibir la dimensión económica de todos los

20 Grajew, Oded. “Da utopia à realidade: um outro mundo é possível”. In: Caros amigos. Especial, n.8, mar. 2001, p.6.

movimientos y organizaciones solidarias y de conectarlos en lazos de retroalimentación. El potencial de consumo de toda la sociedad civil organizada solidariamente en el planeta es gigantesco. La integración en red de ese potencial de consumo existente con el de la generación de riqueza por la organización de empresas de economía solidaria, constituían un lazo de realimentación entre consumo y producción que permite consolidar la consistencia de las redes económicas.

De la misma manera, no se trata de integrar en redes sectoriales las organizaciones feministas, ecológicas, etc., sino de asumir solidariamente la dimensión feminista, ecológica, etc. de los que constituyen la red. La consistencia de cada miembro de la red depende de la consistencia de los demás. Por eso, en la práctica de cada persona que promueve las libertades públicas y privadas debe manifestarse – tanto en las situaciones concretas de su cotidiano como en el proyecto de sociedad que comparte – la negación de toda opresión de género, la preservación del equilibrio de los ecosistemas, la negación de la explotación del trabajo, etc., se compone orgánicamente de los diferentes objetivos por los cuales las redes solidarias se movilizan.

La revolución de las redes es, pues, la integración de las diversidades que solamente pueden florecer plenamente donde existe colaboración solidaria entre personas, organizaciones y movimientos. Se trata, a nuestro ver, de construir redes de colaboración en todas partes, integrando, compartiendo y sustentando el conjunto de los avances y enfrentando colectivamente, con varias estrategias, el conjunto de desafíos. Solamente así la integración de esas redes puede tener una consistencia realmente revolucionaria, en el sentido de promover cambios estructurales para enfrentar las diferentes formas de opresión que incluyen prácticas de explotación, expropiación, dominación y exclusión de diversos tipos.

El proyecto de que se lleven a cabo Foros Sociales Mundiales anualmente en diferentes regiones del mundo en la misma fecha, instituye

nuevos espacios de diálogo que avanzan en la consolidación de acuerdos sociales cuyo objetivo es una globalización solidaria. Más allá de los Estados y los mercados, las redes, actuando solidariamente en procesos de colaboración, se consolidan al mismo tiempo que avanzan en la afirmación de un nuevo proyecto hegemónico democrático. No se trata de controlar los programas gubernamentales y las políticas públicas con la participación autónoma de la sociedad en gobiernos populares, sino de controlar con igual autonomía popular todas las cadenas productivas de los procesos económicos, integrando lo local y lo global bajo una lógica de desarrollo, ecológica y socialmente sustentable. Se trata también de afirmar una nueva cultura de solidaridad que permeé las micro-políticas de lo cotidiano, reafirmando la dignidad de cada ser humano en su singularidad y las garantías necesarias para la realización de su derecho al bienestar.

5.3 DE LA RESISTENCIA AL NEOLIBERALISMO A LA GLOBALIZACION DE LA SOLIDARIDAD.

La nueva generación de redes que comienza a surgir basada en la idea de la colaboración solidaria trae consigo características de innumerables prácticas solidarias exitosas de diversas redes específicas anteriormente organizadas. Partiendo de esas prácticas y comprendiéndolas desde el paradigma de la complejidad, se pueden organizar estrategias de colaboración solidaria con la capacidad de expandir nuevas relaciones sociales de producción y consumo, difundiendo una nueva comprensión de sociedad, en que el ser humano, considerado en sus múltiples dimensiones, puede realizar éticamente su individualidad, deseando y promoviendo la libertad de los demás.

Así, al analizar la consistencia de esas redes en su proceso de nacimiento y en su potencial de transformación estructural de las sociedades, es posible suponer y proponer la integración de las redes solidarias (que ya participan y que participarán en los Foros Sociales Mundiales) en amplias redes de colaboración que permitan integrar

acciones de empresas y grupos de consumidores, de asociaciones de vecinos, organizaciones eclesiales, sindicatos, movimientos populares y culturales y de otras organizaciones sociales y políticas como formas de difusión del consumo y del trabajo solidarios, de la preservación del equilibrio ecológico y de las luchas contra toda forma de prejuicio, discriminación y opresión, reafirmando el derecho de todos a la ciudadanía. De hecho, economía, política y cultura están integradas, siendo incorrecto, bajo la lógica de la complejidad, considerarlas aisladamente, buscando conexiones y esfuerzos que las cruzan. El trabajo de análisis y composición privilegia, de esta manera, comprender las relaciones que permean la consistencia de los sujetos y, desde ahí, considera las potencialidades que emergen de la reorganización de sus relaciones en los campos de posibilidades en que están insertos y sobre los cuales actúan.

Hagamos, entonces, una síntesis de esa estrategia agrupando los principales elementos considerados anteriormente.

En efecto, cuando son organizadas redes locales de este tipo, operan en el sentido de atender demandas inmediatas de la población por trabajo, mejoría en el consumo, educación, reafirmación de la dignidad humana de las personas y de su derecho al bienestar, al mismo tiempo que combaten las estructuras de explotación y dominación responsables por la pobreza y exclusión, y que comienzan a implantar una nueva manera de producir, consumir y convivir en que la solidaridad está en el centro de la vida. Esas redes de colaboración solidaria, actuando sobre las condiciones necesarias al ejercicio de las libertades, pueden avanzar en la construcción de una nueva formación social, que se configure como una sociedad post-capitalista21.

Económicamente, se trata de la difusión del consumo y trabajo solidarios. El consumo solidario significa seleccionar los bienes de consumo o servicios que atienden nuestras necesidades o deseos,

21 Vea ítem “1.6 A revolução das redes como estratégia de libertação popular”

buscando tanto realizar nuestro bienestar personal como promover el bienestar de los trabajadores que elaboran aquel producto o servicio, como también busca mantener el equilibrio de los ecosistemas. De hecho, cuando consumimos un producto en cuya elaboración fueron explotados seres humanos y el ecosistema perjudicado, nosotros somos co-responsables por la explotación de esas personas y por el perjuicio al equilibrio ecológico, pues con nuestro acto de compra contribuimos para que los responsables de esa opresión puedan convertir las mercancías en capital a ser reinvertido de la misma manera, reproduciendo las mismas prácticas injustas socialmente y ecológicamente dañinas. El acto de consumo, por lo tanto, no es sólo económico, sino también ético y político. Se trata de un ejercicio de poder por el cual efectivamente podemos apoyar la explotación de seres humanos, la destrucción progresiva del planeta, la concentración de riquezas y la exclusión social o contraponernos a ese modo lesivo de producción, promoviendo por la práctica del consumo solidario, la ampliación de las libertades públicas y privadas, la desconcentración de la riqueza y el desarrollo ecológico y socialmente sustentable. Al seleccionar y consumir productos identificados por las marcas de las redes solidarias, contribuimos para que el proceso productivo solidario encuentre su fin y que el valor por nosotros pagado en tal consumo, pueda realimentar la producción solidaria en función del bienestar de todos los que integran las redes como productores y consumidores.

El trabajo solidario significa, mas allá de los aspectos referentes a la autogestión y corresponsabilidad social de los trabajadores, que el excedente del proceso productivo – el cual bajo la lógica capitalista es acumulado por grupos cada vez menores – sea reinvertido solidariamente en el financiamiento de otras empresas productivas, permitiendo integrar a las actividades de trabajo y consumo a aquellos que son excluidos por el capital, ampliar la oferta de bienes y servicios solidarios y expandir las redes de productores y consumidores, mejorando las condiciones de vida de todos los que se adhieren a la producción y al consumo solidario.

Así, con los excedentes generados en las empresas solidarias, se crean oportunidades de trabajo para desempleados, propiciándoles un ingreso estable que se convierte, gracias al consumo solidario practicado por esos mismos trabajadores, en aumento de consumo final de productos de la propia red, generando así más excedentes a ser invertidos. Las nuevas empresas buscan estratégicamente producir aquello que aún es adquirido en el mercado capitalista, sean bienes y servicios para consumo final o insumos materiales de mantenimiento y otros recursos demandados en el proceso productivo. Esta experiencia – acompañada de una crítica a los patrones capitalistas, ecológicamente no sustentables de la producción y consumo – busca corregir los flujos de valor, a fin de que el consumo final y el consumo productivo no culminen en la acumulación privada fuera de las redes, sino que realimenten la producción y el consumo solidario, completando los sectores de las cadenas productivas sobre los cuales las redes aún no tienen autonomía.

En esta estrategia de red, bajo el paradigma de la abundancia, cuanto más se distribuye la riqueza, aumenta más la riqueza de todos, una vez que tal distribución se hace remunerando el trabajo que genera aún más riqueza a ser reinvertida y repartida. De esta manera, las poblaciones que estaban anteriormente excluidas, al ser incorporadas al proceso productivo y al recibir una justa remuneración por su trabajo, pueden consumir productos y servicios solidarios que garantizan su bienestar, realimentando el propio proceso productivo bajo parámetros ecológicamente sustentables. Acuerdos colectivos en el interior de las redes permiten ajustar estructuras de costos y de precios bajo parámetros que hagan viable su autopoiese, como una alternativa a la lógica de la escasez que regula los precios en los mercados bajo el binomio oferta y demanda.

Bajo la lógica de la escasez que regula los mercados, en que los agentes operan con el objetivo de obtener lucros u otras ventajas privadas, la abundancia en la oferta tiende a generar una caída de precios, que pueden llegar debajo de los costos de producción; situación, por ejemplo, en que los agricultores que producen raíces son obligados a dejar que gran

parte de los alimentos producidos se pudran bajo la tierra – pues en la lógica del mercado no habrá cómo cubrir los costos de operación de la cosecha -, sin embargo prefieren realizarla, sabiendo que más de un billón de personas viven en condición de pobreza extrema en el mundo y tendrían interés en consumir dichos alimentos. Las necesidades de ese contingente famélico, entretanto, no operan como demanda bajo la lógica del mercado, pues tal sector no dispone de los valores económicos requeridos para realizar algún trueque por aquello que satisfaga sus necesidades.

Así, en la lógica de la escasez que regula los mercados, no hay cómo hacer viable que las poblaciones hambrientas puedan consumir toneladas de alimentos que se pudrirán, sean de otros continentes o en el interior del propio país en que la abundancia de producción – aumentando la oferta en el mercado – inviabiliza la recuperación, en la venta, de los costos de la propia cosecha y, muy frecuentemente, de la propia siembra. Aún bajo esa misma lógica de la escasez, las tasas de intereses elevadas obligan a una parte de aquellos agricultores, que habían contraído deudas para la siembra, a vender parte de su tierra, buscando saldar el préstamo contraído, pues el ingreso obtenido de la cosecha anual, gracias a la competencia de su trabajo productivo y a las condiciones ambientales favorables en que labora, le impide saldar las deudas contraídas.

Por el contrario, bajo la perspectiva de las redes de colaboración solidaria se trata, en el campo económico, de garantizar la producción, la distribución y el empleo o el consumo de los materiales necesarios para la realización de las libertades públicas y privadas, éticamente delimitadas. El principio de diversidad implica la promoción de la satisfacción de demandas singulares, no en función del lucro, sino en razón del bienestar de cada una y de todas las personas, realizándose de la mejor manera posible el ejercicio solidario de las libertades. Como vimos, la conexión en red del consumo y producción en lazos de realimentación, con distribución de la renta, viabiliza económicamente la consistencia y expansión de ese sistema solidario.

Se busca, por lo tanto, integrar consumo, comercialización, producción y crédito en un sistema armónico e independiente, colectiva y democráticamente planeado y administrado, que sirve al objetivo común de responder a las necesidades de la reproducción sustentable del bienestar de las personas en todas sus dimensiones, inclusive en los ámbitos de la cultura, arte y diversión.22

Políticamente, las redes de colaboración solidaria defienden la gestión democrática del poder, buscando garantizar iguales condiciones a todas las personas de participar y decidir no sólo sobre las actividades de producción y consumo practicadas en las redes, sino también, en las demás esferas políticas de la sociedad, buscando combatir toda forma de explotación de los trabajadores, expropiación de los consumidores y la dominación política o cultural, enfatizando el valor de la ciudadanía activa en búsqueda del bien común y de la cooperación entre los pueblos.

En el campo de la información y la educación, las redes de colaboración solidaria buscan promover, de la mejor manera posible, la circulación de la información y generación de interpretantes que no sólo permitan ampliar los conocimientos de cada persona, sus habilidades técnicas y dominios tecnológicos o su competencia en producir e interpretar nuevos conocimientos necesarios para la toma de decisiones en todas las esferas de su vida, sino que más allá de ello permitan recuperar la sensibilidad, la autoestima y otros elementos de orden éticos y estéticos, imprescindibles a la realización del bienestar de cada persona y de toda la colectividad.

Éticamente las redes de colaboración solidaria promueven la solidaridad, esto es, el compromiso por el bienestar de todos, por los deseos del otro en su valiosa diferencia, para que cada persona pueda usufructuar, en las mejores condiciones posibles, las libertades públicas y privadas. Desear la diferencia significa acoger la diversidad de las etnias,

22 Cf, Construindo a Rede Brasileira de Socioeconomia Solidária. Rio de Janeiro, PACS, 2000, p. 29.

de las religiones y de los credos, de esperanzas, de artes y lenguajes, en resumen, acoger las más variadas formas de realización individual de la libertad humana que no nieguen las libertades públicas y privadas éticamente ejercidas. Promover las libertades significa garantizar a las personas las condiciones materiales, políticas, informativas y educativas para una existencia ética y solidaria.

5.4 REDES SOLIDARIAS EN COLABORACION: ESFERA DEMOCRATICA DE UN NUEVO CONTRATO SOCIAL

Nos gustaría enfatizar un poco más este aspecto, indicado anteriormente, sobre la emergencia de una nueva esfera de contrato social que no es ni el mercado, ni el Estado, sino las redes solidarias. Como vimos, el consenso de que es necesario mantener el equilibrio de los ecosistemas y preservar la biodiversidad no surge en la esfera del mercado o del Estado, sino en la esfera de las redes de movimientos ecológicos y sociales que luchan en defensa de las libertades públicas de todas las generaciones a tener derecho a un ambiente saludable, a ecosistemas equilibrados, a la diversidad de la flora y fauna, a un planeta no contaminado.

De la misma manera, el consenso sobre la necesidad de construir nuevos parámetros para las relaciones de género, superando las diferentes formas de opresión, discriminación y violencia que sufren las mujeres, no surgieron a partir del mercado o del Estado, sino en las redes que conectan a los más diversos movimientos feministas y de mujeres, entre muchos otros, en este campo, en todo el mundo.

Es importante destacar que no se trata de consensos de la sociedad civil. De hecho, existen innumerables organizaciones, institutos y movimientos en la sociedad civil que actúan en el combate a los proyectos de emancipación, a favor de mantener las estructuras injustas y excluyentes, porque se benefician de ellas, de alguna manera. Es común que transnacionales – blanco de denuncias por prácticas injustas en

diversos países – organicen y financien institutos de carácter social que, en efecto, no tienen fines de lucro sino fines ideológicos. Seguramente, esos institutos no combaten los intereses de las empresas que los mantienen, sino actúan en la sociedad civil para promoverlos: sea proyectando una buena imagen de la empresa junto a los consumidores, consolidando una valiosa sensibilidad social para su logo o marca, buscando asociaciones con escuelas y organizaciones comunitarias; sea financiando investigaciones sobre, por ejemplo, las ventajas del tabaquismo para la mente o las que comprueban que los videojuegos violentos no interfieren en la subjetividad de los niños; así como en otras innumerables acciones semejantes.

Por lo tanto, no se trata de consensos de la sociedad civil, sino de consensos construidos en la sociedad civil en redes que no se confunden con el Estado o con el mercado, aunque en ellas también participen organizaciones políticas y empresas económicas.

La relación estratégica de esas redes con el Estado y el mercado es compleja. La reconstrucción solidaria de las cadenas productivas permite un progresivo crecimiento de la autonomía de las redes frente al mercado y un mayor fortalecimiento de la economía solidaria. La construcción de consensos, entre sectores cada vez mayores, sobre la necesaria democratización del Estado, permite paulatinamente la elección y consolidación de un número creciente de gobiernos populares, lo que refuerza también el propio empoderamiento de la sociedad en su control sobre los programas y las políticas públicas.

En este contexto, la importancia de los Foros Sociales Mundiales reside justamente en la posibilidad de integración y realimentación de las innumerables redes que actúan en la defensa de las libertades públicas y privadas éticamente ejercidas, buscando asegurar a todas las personas las condiciones materiales, políticas, educativas e informativas requeridas a su bienestar. En la medida en que el poder de esas redes va creciendo por la integración de las diversidades en las prácticas y consensos que van siendo

construidos solidariamente, será cada vez mayor su empoderamiento y su participación en la conducción de los gobiernos en las diversas esferas, mediados por administraciones y partidos políticos comprometidos con el avance radical de la democracia, esto es, en el enraizamiento de la democracia junto a los sectores de la sociedad que la defienden como medio para la promoción de las libertades y del bienestar de todos.

CAPITULO 6

Algunos desafíos actuales para el crecimiento de las redes de colaboración solidaria.

Entre los múltiples desafíos lanzados a las redes de colaboración solidaria están aquellos sobre los cuales reflexionamos brevemente en este capítulo. Presentamos además algunas sugerencias para su posible solución.

6.1 DIFUSION DEL CONSUMO SOLIDARIO

Este desafío está relacionado con el cambio de la percepción social sobre el impacto del sistema de consumo, sobre su carácter ético y político, sobre su relación con la consolidación del sector democrático y popular y la importancia de su organización para el ingreso y calidad de vida de todos.

Sobre el impacto del sistema de consumo hemos reflexionado bastante. De hecho, el consumo no sólo satisface necesidades o deseos, sino, en el contexto actual, reproduce desigualdades sociales o contribuye para transformar la sociedad, para dañar o proteger los ecosistemas, dependiendo de lo que elija el consumidor. En otras palabras, como vimos, todo acto de consumo es intrínsecamente un acto ético y político, relacionado con el bienestar de todas las personas y con la seguridad de las libertades públicas y privadas.

Por eso mismo el consumo solidario es muy importante en el fortalecimiento del sector democrático y popular de la sociedad. Uno de los grandes desafíos está, justamente, en promover lo más rápido posible esa conciencia. Cuantas más redes de colaboración solidaria se fortalezcan, más consolidado estará el sector democrático y popular de la sociedad civil. El potencial de consumo de este sector es inmenso. Imagine el volumen de adquisiciones realizadas todos los meses por todos los

trabajadores y trabajadoras sindicalizadas, integrantes de ONGs, organizaciones eclesiales solidarias, movimientos populares y partidos de izquierda. Un desafío inmediato es politizar la reflexión sobre el consumo en el seno de las organizaciones de izquierda. Por ejemplo: no basta solamente apoyar al MST(*) con discursos y marchas, se le puede apoyar consumiendo los productos de la Reforma Agraria, garantizándose simultáneamente nuestro bienestar y el fortalecimiento de los asentamientos rurales. A su vez, el MST debe mejorar, ecológica y técnicamente su producción, buscando atender el bienestar de los consumidores y productores, así como proteger el equilibrio de los ecosistemas. Esa dialéctica vale para todas las organizaciones comprendidas en el campo de la economía solidaria, guardadas las consideraciones a sus peculiaridades e integración en la red.

Lo que la izquierda comienza a percibir es que la organización del consumo genera ingreso y calidad de vida para los trabajadores significando un avance en su lucha contra el capitalismo. Como hemos analizado en párrafos anteriores, cuando las personas colectivamente practican el consumo solidario compran más y mejor con los mismos recursos23. Las clases medias y las poblaciones pobres, particularmente, tienen reales ganancias económicas al practicar el consumo solidario. La organización de cooperativas o grupos de consumo solidario puede realizarse a partir de unidades habitacionales, comunidades eclesiales, asociaciones de vecinos, sindicatos, movimientos populares, centros escolares, ONGs, etc.

6.2 LOGISTICA DE DISTRIBUCION

Otro desafío es hacer llegar el producto a los consumidores. Se trata de determinar volúmenes de demandas y de producción, seleccionar medios de transporte, rutas y procedimientos más adecuados, haciendo posible la circulación de los productos con rapidez y eficiencia.

(*) MST: Movimiento de los Sin Tierra (nota de T)23 Véase el anexo 2.

Existen muchas personas que desean practicar el consumo solidario, pero no tienen acceso a esos productos y servicios. No hay catálogos disponibles en las diferentes regiones, especificando productos, precios y lugares de adquisición.

No existe una logo-marca propia a nivel nacional que permita a los consumidores identificar esos productos con facilidad frente a los demás. Vinculada a la difusión de una logo-marca está la necesidad de crear y capitalizar una red descentralizada y eficiente para la certificación de los productos. Creemos que una de las características para otorgar esa logo-marca al grupo productor podría ser, por ejemplo, su participación en una red como la Red Brasileña de Socioeconomía Solidaria (RBSES), considerándose todas las implicaciones éticas, ecológicas y económicas pertinentes a esa participación. Citamos aquí, como un ejemplo, la RBSES, pues su disposición y apertura a la diversidad de formas de organización, comercialización y servicio le permite, actualmente, aglutinar un abanico más amplio de tipos de empresas que las demás organizaciones de cobertura nacional en Brasil.

Es importante multiplicar las Ferias Solidarias como espacio de divulgación y comercialización permanentes. Se podría también identificar visualmente las bancas solidarias en las ferias normales, facilitando la comunicación con los consumidores, que viendo las mantas, volantes, cachuchas, camisetas, etc., reconocerían de inmediato a los productores pertenecientes a la red.

Otra posibilidad es multiplicar las tiendas de comercio solidario para venta al consumidor final, integrándolas en red. Se puede organizar con los productores rurales una red de ataque que sea proveedora de pequeños comerciantes, solidarios o no. Así como introducir exhibidores de las redes solidarias en los supermercados existentes con productos identificados con la logo-marca solidaria, facilitando la venta al consumidor.

Se puede avanzar en la venta directa. Organizar redes locales de vendedores que visiten casas, distribuyan catálogos y lleven a cabo reuniones para presentación de productos. Las y los trabajadores que realicen ventas directas ganarían comisión sobre ellas.

Finalmente la teleinformación permitiría un crecimiento gigantesco de esas redes. Se trata de hacer viable la comercialización por teléfono (al estilo de las pizzas) o a través del internet bajo la forma de comercio electrónico, con los productos – en ambos casos – siendo entregados a domicilio.

6.3 ORGANIZACIÓN DE LOS FONDOS DE DESARROLLO SOLIDARIO

La organización de los Fondos de Desarrollo Solidario está directamente vinculada a la mejoría de las condiciones de inversión y expansión de las redes. Una condición para el crecimiento de las redes es que los excedentes sean compartidos, buscando crear nuevas empresas y calificar las ya existentes, generando más puestos de trabajo y mejorando en todos sus aspectos.

La organización de los Fondos de Desarrollo Solidario en redes aún es bastante frágil, sin embargo en algunas partes ya existen bancos fundados por organizaciones de economía solidaria. El porcentaje de colaboración, para que sea el apropiado, debe ser calculado sobre los excedentes y no sobre la facturación. Como en la mayor parte de las empresas de economía solidaria no se realiza mensualmente un diagnóstico detallado y preciso que permita llegar a un cuadro de resultados, se carece de información clara sobre la generación de excedentes o sobre las pérdidas de tales empresas.

Por otra parte, varias prácticas actuales de economía solidaria en nuestro país podrían avanzar en esta perspectiva de financiamiento colectivo. Entre ellas están los fondos de mini proyectos existentes en

varias regiones que podrían ser embriones de esa propuesta, en la medida en que las empresas construidas a partir de ellos e integradas en red, actuaran como depositantes solidarios de esos fondos, que serían administrados por las redes de empresas.

Otra experiencia concreta es el Banco Palmas y la Fundesol, que administran recursos financiando producción y consumo, habiendo creado tarjetas de crédito para la población de bajos ingresos, permitiendo a los participantes adquirir productos en el comercio local, particularmente los fabricados en la propia región. Así estos recursos financian la producción y el consumo, buscando integrarlos en un lazo de retroalimentación.

Cabe citar la práctica de los clubes de trueques con moneda local. El desafío que existe en descubrir una forma de permitir reinversiones colectivas con esa moneda, haciendo posible la incorporación de medios productivos a esas redes, nos parece solucionable en la medida en que a los clubes de trueque se integre una bolsa de negocios, permitiendo transacciones de adquisición de maquinaria y equipo negociadas con monedas sociales – como lo analizamos en el anexo 3.

Otra propuesta a ser considerada con mucha atención es el proyecto del Banco de Desarrollo de la Autogestión – BDA. Desde agosto del 2000 las empresas asociadas a la Anteag reflexionaban sobre el compartir sus excedentes en un fondo común, denominado en esa época como Banco de Desarrollo de la Autogestión. Con esos recursos se preveía montar nuevas empresas que pudieran atender la demanda de insumos y otros productos de la propia Anteag, incentivando las cadenas productivas. No sabemos, a la fecha, cuales fueron los resultados de esa propuesta.

Aún considerando ese desafío, algunas Cooperativas de Crédito se están organizando con otro perfil. En general las cooperativas urbanas de crédito son organizadas para la adquisición de productos finales. Ahora comienzan a surgir cooperativas de este tipo que estatutariamente definen que solamente una parte de los recursos puede ser utilizada para la

organización y el mejoramiento de empresas de producción y servicios. Eso viabiliza el surgimiento de empresas que, posiblemente, se mantengan conectadas en red.

Sopesando esos avances frente al desafío en cuestión, podemos imaginar como perspectiva a largo plazo la organización del Banco Solidario de Brasil. Si en este país todas las empresas de economía solidaria, ONGs, parroquias, centrales sindicales, militantes de izquierda y otros grupos solidarios decidieran participar de un mismo proyecto nacional de financiamiento al crecimiento de empresas de economía solidaria, tendríamos recursos suficientes para organizar el Banco Solidario de Brasil que, valiéndose de un portal web y de algún sistema de cheque electrónico permitiría a cualquier asociado movimientos en su cuenta en todo el país. El banco podría actuar en el área de fomento para la economía solidaria, concediendo crédito a las redes locales, generando millares de tarjetas de crédito locales, bolsas de negocios, etc., financiándose el crecimiento de las redes de manera transparente, democrática y segura. Bajo la lógica de red, ese banco tan grande después de fortalecerse y crecer, pudiera dividirse en otros bancos y así sucesivamente, consolidando de esta manera la tranquila expansión de la red.

6.4 PADRON Y CONEXIONES

Otro desafío está en censar a las millares de organizaciones de economía solidaria y conectarlas en red. De hecho, flujos de información preceden a los flujos materiales y de valor. No existe, por ejemplo, cómo comprar o vender productos y servicios o integrar empresas en red si no sabemos que existen. Se realiza actualmente un padrón en el país, utilizando metodologías locales diversificadas. Este trabajo de censo, catalogación y publicación de información, dando viabilidad a las empresas, necesita perfeccionarse.

Acerca de las empresas se busca saber, básicamente, cuáles son, dónde están, qué producen o qué consumen. Con esos datos es posible avanzar en la organización de redes locales, que adquieran colectivamente insumos y productos finales, reduciendo costos, estableciendo zonas regionales de comercialización y producción con el objetivo de atender demandas consolidadas, realizar transferencia de tecnologías, etc.

Así, se puede incidir de manera estratégica sobre las cadenas productivas. El censo y la organización de las redes permitirá progresivamente que sean recompuestas las cadenas productivas, corrigiéndose flujos de productos, servicios y valores, esto es, dejándose de comprar a las empresas capitalistas todo lo que se puede comprar en las redes solidarias. Esta corrección de flujos materiales y de valores hará que la riqueza producida en la red realimente su propia expansión en lugar de desembocar en la acumulación capitalista, que es lo que ocurre cuando las empresas de la red compran cualquier bien o servicio en el mercado.

6.5 DIVERSIFICACION Y CALIDAD DE LOS PRODUCTOS Y SERVICIOS.

Otro desafío es ampliar la oferta en la diversidad, calidad y cantidad de productos y servicios. Su mejoramiento constante requiere, entre otras cosas, la calificación permanente de productores y el desarrollo y empleo de materiales y técnicas adecuadas a la producción. La certificación eco-solidaria de varios tipos de productos implicará, posiblemente en varios lugares, asociarse con universidades y centros de apoyo. Estas sociedades son requeridas también en algunas situaciones para regularizar la producción, como en el caso de los productos ecológicos de limpieza, cuya composición y modo de preparación son del dominio público y están disponibles en la sección de transferencia tecnológica del portal Rede Solidaria. Pues aún pudiendo ser hechos en la casa, con resultados excelentes (como el caso del detergente ecológico a base de jugo de limón y coco en descomposición), esos productos –cuando se elaboran con vistas a la comercialización – necesitan que la

composición utilizada sea formulada en lenguaje técnico y avalada por un químico responsable, además que el producto esté registrado ante los órganos del sector.

Este constante desafío, de diversificar la producción y dar calidad a los productos y servicios, es contestado cotidianamente en nuevas escalas, a partir de los niveles ya alcanzados. Invertir en investigación y desarrollo de productos y servicios y en la calificación de los trabajadores son condiciones requeridas para el éxito de las redes frente a ese desafío.

6.6 CAPACITACION TECNICA

En el actual estado de transición de muchísimas empresas de economía informal, que intentan actuar en redes solidarias, es necesario organizar actividades de formación técnica con el objetivo de capacitar a los asociados, haciendo posible entre otras cosas: comprender los aspectos inherentes al buen funcionamiento económico-administrativo de una microempresa, permitiendo una planeación eficiente en la gestión de recursos, niveles almacenados, definición de costos, precio y reinversiones; proyectar con seguridad una nueva empresa productiva, comercial o de servicios, a manera de garantizar su sustentabilidad; posibilitar la adecuada administración de empresas, considerando los diferentes flujos y procesos que le son inherentes.

Entre los aspectos técnicos requeridos en esta capacitación, es necesario comprender la organización y gestión financiera de la empresa, distinguiendo: inversión fija, estructura de costos (depreciación, costos fijos, variables y de comercialización), precio de venta por unidad, capital de giro, capacidad de producción, régimen de operación, rendimiento mensual de operación, excedente líquido, reinversión en red, margen de contribución, punto de equilibrio empresarial y reserva técnica, buscando generar cuadros de resultados efectivos y proyectar cuadros de resultados esperados.

Entre las herramientas disponibles para la calificación de las empresas se incluye el software Red Solidaria, que facilita el diagnóstico y administración de empresas. Basta introducir los datos y el programa calcula todos los aspectos, flujos y resultados que sean solicitados en diagnósticos y pronósticos variados.24

6.7 FORMACION POLITICA Y CULTURAL – AUTOGESTION Y SOLIDARIDAD

El mayor desafío de las redes de colaboración solidaria no es sólo económico, sino político y cultural. Se trata de difundir la cultura de la autogestión y de la solidaridad en todas las esferas de la vida, inclusive en la esfera económica. De hecho, el objetivo mayor de las redes es promover el bienestar de las personas, buscando ampliar las libertades públicas y privadas al máximo posible.

Para ello, se intenta difundir una nueva cultura que combata toda forma de prejuicios sobre género, etnia, orientación sexual, credo, etc., construyendo una nueva utopía colectiva a partir de las diferentes utopías emancipadoras del conjunto de las organizaciones que asumen la solidaridad en la perspectiva estratégica de superar el capitalismo, promoviendo la apertura de las dimensiones estética, ética y cognoscitiva de cada persona, a las cuales nos referimos al considerar los procesos de subjetivación.

El conjunto de las organizaciones que actúan combatiendo la explotación de los trabajadores, el fraude a los consumidores y la dominación política y cultural forman parte de una clase social con potencial para cambiar nuestra sociedad , como vimos en el capítulo anterior: transformando la economía, la política y la cultura, tanto en las macroesferas sociales como en lo cotidiano. Sin embargo, aunque esos sectores tengan ese potencial, la mayoría de ellos aún no tienen conciencia

24 Véase el anexo 4.

de que su organización en red permite que surja un nuevo bloque histórico con la fuerza suficiente para construir esa nueva sociedad.

En el campo de la formación política y cultural el desafío es difundir una nueva cultura centrada en la solidaridad y en la autogestión social, a partir de la cual podamos transformar las diferentes esferas de la vida pública y privada, el Estado y la sociedad civil.

6.8 ESTRUCTURAR, FORTALECER Y CONJUNTAR LAS REDES DE ECONOMIA SOLIDARIA

Finalmente, el conjuntar varias redes entre sí, tal y como ocurre actualmente en el caso de la Red Brasileña de Socioeconomía Solidaria, es sumamente importante para intensificar el flujo de información, valores, productos y servicios entre las empresas de economía solidaria en el país.

La integración en redes nacionales, de las diferentes empresas que actúan en el campo de la economía solidaria, contribuyendo a fortalecerlas, es una de las maneras de avanzar en la superación de varios desafíos aquí presentados. Seguramente, gracias a los flujos de información que las redes vienen propiciando, a los censos empresariales, el compartir tecnología y materiales pedagógicos y a las conexiones entre productores y consumidores, serán incrementadas las transacciones económicas entre los participantes y los fondos solidarios multiplicándose las empresas en varias regiones.

Analizando el periodo de 1999 a 2001 se percibe que la velocidad en el crecimiento organizativo de esas redes es sorprendente. La continuidad de ese avance en la superación de los desafíos actuales supone que las diversas organizaciones y redes, colaborando entre sí, se integren cada vez más, fortaleciendo su contribución en la creación solidaria de las diversas culturas y modos de vivir.

CONCLUSIÓN

HEMOS PRESENTADO EN ESTE LIBRO una reflexión general sobre el paradigma desde el cual comprendemos el actual proceso de la revolución de las redes, que es atravesado por la colaboración solidaria entre ellas. Definimos y articulamos muchos conceptos y categorías filosóficas, sociológicas, éticas, estéticas, políticas y económicas, explicando su articulación y ejercitando con ellas nuestra reflexión sobre temas contemporáneos relevantes de la praxis de liberación que algo nos dicen respecto a nuestras vidas cotidianas, al mundo globalizado y a los grandes problemas de nuestra época, aportando alternativas para su solución.

De nuestro análisis podemos concluir que no sólo otro mundo es posible – como decía el lema del Foro Social Mundial, en Puerto Alegre. Ese otro mundo ya está brotando en innumerables lugares, en las prácticas más diversas centradas en la solidaridad, que promueven las libertades responsables, enfrentando las diferentes formas de opresión, exclusión e injusticia.

En la construcción democrática de ese nuevo mundo argumentamos que se trata de avanzar en el fortalecimiento y expansión de las redes solidarias, en la creación de nuevas redes con ese carácter, en su integración colaboradora con otras tantas en ámbitos locales, regionales y globales, recogiendo las diversidades que promuevan las libertades públicas y privadas éticamente ejercidas. En su estado actual de organización y crecimiento esas redes, como vimos, muestran el potencial de superar estructuras opresivas y excluyentes de las sociedades contemporáneas.

El lograr esa consistencia, supone un movimiento libre de adhesión a estrategias de colaboración solidaria por parte del conjunto de las redes. En ese sentido, los Foros Sociales Mundiales poseen una fuerte capacidad

de conexión, que puede avanzar estratégicamente en los flujos de información, productos, servicios, tecnologías y valores, retroalimentando al conjunto de las redes.

Muchas redes y organizaciones solidarias ya se dieron cuenta de ese potencial colectivo, revolucionario, capaz de democratizar la economía, la política y la cultura, afirmando nuevos patrones para el desarrollo económicamente viable, socialmente justo y ecológicamente sustentable, que integra lo local y lo global de manera abierta y fecunda. La mayor parte de las organizaciones que se desenvuelven en ese campo, sin embargo, aún no se dan cuenta de ese potencial de transformación estructural y continúan actuando sin encadenar las uniones necesarias para potenciar la sinergia que esas integraciones son capaces de generar. El avance colectivo de esa conciencia y de esa toma de posición histórica a favor de una colaboración solidaria, que haga emerger esa nueva cohesión que al mismo tiempo promueve la expansión de las libertades públicas y privadas es, todavía, parte integrante del propio proceso en curso de la revolución de las redes.

Contribuyendo para ese avance, explicamos diversos aspectos peculiares a una estrategia de red que hace posible potenciar esa revolución en curso, delineando un paradigma capaz de considerar la complejidad de los procesos de liberación que integran las múltiples dimensiones del ser humano. Tomando esto como base, respondemos a un conjunto de objeciones a esa estrategia y destacamos algunos de los principales desafíos actuales al avance económico de la revolución de las redes y algunos de sus posibles impactos planetarios, como la erradicación de la pobreza en todo el mundo.

En este contexto, como nos dice el poeta podemos afirmar que hay un camino en medio de las piedras. “No olvidemos tal descubrimiento: en medio de las piedras hay un camino”. En efecto el mismo mirar que nos permite ver las piedras abarca igualmente el camino que está allá, en medio de ellas. No siempre lo distinguimos a primera vista, cuando

lanzamos la mirada sobre las piedras. Para que podamos descubrirlo son necesarios los pasajes que solamente encontramos cuando comprendemos exactamente el campo de posibilidades en que estamos insertos y establecemos con seguridad a donde queremos y podemos llegar, considerando los límites situacionales en que emerge el “inédito viable”, en el decir de Paulo Freire, que nos permite extenderlo a horizontes más amplios. Así, lo que buscamos en este libro es tan sólo contribuir con la reflexión colectiva sobre el descubrimiento, construcción y reconstrucción de esos posibles caminos que están en medio de las piedras, sobre la manera de verlos para percibirlos en sus conexiones y posibilidades, y de reflejar sus alcances en la realización de las libertades solidariamente ejercidas en pro del bienestar de todas las personas y de la protección del equilibrio de los ecosistemas.

Anexos

ANEXO 1

De la economía capitalista a la economía solidaria

Consideraciones sobre la transición de sistemas y procedimientos

Las redes de colaboración solidaria, incrementando su eficiencia, calidad y rapidez, pueden inclusive operar con algunas técnicas, sistemas y procedimientos que fueron desarrolladas bajo el capitalismo, subvirtiéndolos en su finalidad, colocándolos al servicio de la expansión de las libertades públicas y privadas bajo el paradigma de la abundancia.

1. Just in time

Las redes solidarias operan bajo demanda. Es decir, como el consumo está organizado colectivamente – aumentando el poder adquisitivo de los recursos de los consumidores y la calidad y satisfacción de sus demandas -, se tiene un volumen normalmente estable de necesidades de ciertos productos finales, servicios e insumos. Las series estadísticas, que permiten considerar el histórico de las demandas en los diversos periodos del año, y las curvas de demandas, que indican la emergencia de actores extraños incidiendo sobre las tendencias de consumo, hacen posible pronósticos con altos márgenes de aproximación.

En base a las demandas, la producción se realiza evitando desperdicios e inventarios innecesarios. Eso libera los recursos que no fueron convertidos en insumos o productos finales –que de otra manera quedarían almacenados y sin comercialización inmediata -, permitiendo inversiones en otras áreas. No existen riesgos de escasez, pues se trata de producir en abundancia, pero sin alcanzar el límite de lo excesivo. Eso significa la existencia de un pequeño stock de productos finales capaz de

cumplir con una demanda extra, dentro de ciertos márgenes de sustentabilidad. En caso de aumento de demandas, se aumenta la producción, en caso contrario, disminuye también la producción al límite del punto de equilibrio de las empresas. La misma red podrá desactivar ciertas unidades productivas, sin ningún problema, ocupando a los trabajadores en otras empresas de la propia red. También puede crear nuevas unidades para atender elevados y estabilizados volúmenes de demanda, aunque razonadamente. Operando, pues, bajo demanda, la red puede dimensionar la producción a los niveles más adecuados en cada circunstancia.

Dentro de la lógica del mercado capitalista, operar con la dinámica de just in time trae al empresario ventajas y riesgos – tal y como lo muestra la literatura sobre el tema. En la lógica de la colaboración solidaria, sin embargo, operando en redes estables con márgenes de abundancia, los riesgos desaparecen y las ventajas se consolidan.

2. Economía de objetivos

Al contrario de operar bajo la economía de escala, las redes solidarias operan primordialmente en economía de objetivo. En razón de la proximidad geográfica de las empresas con los consumidores – lo que le da ventajas comparativas frente a innumerables empresas del mercado -, ellas también operan, en algunos casos, en economía de velocidad, siendo más rápidas en atención, reduciendo sus costos de distribución.

Operar bajo la economía de objetivo significa personalizar el producto al máximo posible, para que responda a las características de cada consumidor en particular. Cada persona es única y la red debe atenderlo a través de las mediaciones materiales que garantizan su manera de bien-vivir. Una empresa capitalista puede producir en escala una gran cantidad de un mismo producto en sistemas automatizados con poquísimas personas operando la producción y distribuir su producto estandarizado por diversos países; sin embargo, no es capaz de producir para cada cliente

en su diversidad de intereses. Por ejemplo: una empresa que produzca panes para sandwich podrá hacerlos en gran escala para cubrir a un país entero, pero no puede variar las composiciones y proporciones de los ingredientes para atender el interés de cada consumidor. Una pequeña panadería comunitaria, sin embargo, puede producir panes sobre pedido con composiciones y proporciones diferenciadas de ingredientes, como ajonjolí, coco o tocino**; hacer panes de papa, mijo, centeno o zanahoria; panes que llevan miel y pasas, con proporciones diferenciadas de coñac o leche de coco; panes hechos con piñones o que llevan nueces y avellanas molidas; panes crujientes o blanditos; con capas gruesas o delgadas; que tengan masas con mezclas de hierbas finas o un leve sabor a queso.

Probablemente, gracias a la robótica y a la telemática, las grandes empresas puedan personalizar cada vez más sus productos. Ya existen casos en que los clientes hacen su pedido específico en una computadora, como si estuvieran escogiendo los sabores de una pizza. Los datos son enviados por Internet, el pedido se recibe en la fábrica y aquel producto es elaborado bajo pedido. El cliente recibe algunas semanas después, la ropa bajo medida que solicitó o el automóvil con los ítems que escogió.

Las redes solidarias, a su vez, pueden valerse de esa misma tecnología en los casos en que sea posible adoptarla y les sea conveniente. Su estrategia, sin embargo, es personalizar cada vez más todos los productos para atender al consumidor en los más pequeños detalles, fácilmente ajustables para un operador humano y que no siempre resultan tan simples para ser hechos en procesos mecánico-eléctricos. De esa manera el trabajo se convierte cada vez más en arte, en proceso creativo y singular, refinándose las diversas dimensiones de sensibilidad vinculadas al consumo y a la producción. Finalmente, ¿cuántos millares de sabores y texturas de panes pueden ser producidos? ¿Y cuántos de estos sabores y texturas ya tuvimos la oportunidad de apreciar?

** En el texto original: gergelim, que se refiere a la semilla de una planta local; coco y torresmo, que es tocino en trocitos. En lo sucesivo sal aparecer ingredientes de este tipo, se tradujo utilizando los ingredientes mexicanos más utilizados. (N de T)

La Economía de objetivo no puede ser reducida a una estrategia de competencia entre empresas rivales, como sucede en el capitalismo. Se trata de una estrategia que busca asegurar el bien-vivir de cada persona en sus características peculiares. Cuanto más produzcan diversidad las redes que atienda al bien-vivir de las personas, más poderosas serán en su capacidad de asegurar las libertades públicas y privadas.

3. Pequeñas unidades conectadas en red

En la década de los ochenta del siglo pasado se vivió el desmantelamiento de grandes empresas que fueron convertidas en pequeñas unidades conectadas en red. Con eso se buscaba ganar agilidad y eficiencia en la competencia con otras empresas. Posteriormente, con el desarrollo de las redes de transmisión de datos y el abaratamiento del uso de esa tecnología, esas empresas operaron con flujos constantes y rápidos de demandas, adecuándose a diversas variables peculiares a los mercados locales. Las empresas necesitaban adaptarse a cada realidad para suplantar a pequeños productores de la región, conquistar sus mercados y aumentar sus ganancias. Se realizaron muchas fusiones y empresas locales, casi centenarias, fueron sometidas por grupos externos, siendo adquiridas en algunos casos o yendo a la quiebra en otros. El neoliberalismo fue de vital importancia para que ocurriera ese fenómeno, facilitando esos movimientos de capitales.

Algunas de esas compañías se convirtieron en mega conglomerados. Ellas producen varios tipos de bienes finales generados en diferentes cadenas productivas, por ejemplo, materiales de escritorio, electrodomésticos, productos electrónicos y vehículos automotores. Actúan como bancos y operan en diversos sectores. Posteriormente, tercian las unidades productivas, es decir, contratan para su exclusividad los servicios de productores locales que se convirtieron en sus rehenes, ya que no podían vender a otras empresas. Así, contrataron a algunos para producir mijo, y los abastecían de semillas y abonos. Contrataban a otros

para producir raciones y ellos les abastecían el mijo. Contrataban a otros para producir aves y ellos les daban los pollitos y el alimento. Contrataban a otros para sacrificar a las aves y producir salchicha con el resto aprovechable. Finalmente vendían la carne de ave y salchichas en el mercado y se quedaban con los excedentes generados en toda la cadena productiva sin tener de hecho, una sola granja.

Frente a esta situación de tragar o ser tragado, la estrategia de red fue adoptada por diversas empresas. Hace poco también los empresarios solidarios vienen descubriendo su potencial de promover las cadenas productivas. De hecho, todas las técnicas desarrolladas bajo el capitalismo para la organización de redes complejas comienzan a ser subvertidas en redes solidarias, desarrollando actividades ínter cooperativas y no sólo intra-cooperativas. Los excedentes generados en las diversas cadenas productivas que estaban bajo el control de un reducido número de empresas pueden ahora, en el caso de estas redes, financiar la multiplicación de otras empresas organizadas en red, con actividades de complemento, actuando bajo demanda y en economía de objetivo, consolidando una nueva forma de desarrollo económico local y sustentable, que atiende el bien-vivir de consumidores y productores, distribuyendo la riqueza producida.

Las redes solidarias comienzan, en ese aspecto, por donde el capitalismo viene terminando. Ellas parten de un cúmulo de experiencias organizativas que requieren ser criticadas, transformadas y subvertidas, pero no menospreciadas, adaptándolas a una nueva concepción de realización humana y de fortalecimiento de la democracia, a través del control popular sobre los medios de producción, afirmando la autonomía de las empresas en sus negociaciones sobre el precio justo y en los sectores en los que se puede consolidar cada red.

4. Redes mundiales interligadas.

Como vimos en el ítem anterior, en la etapa actual del capitalismo las grandes corporaciones operan como grandes redes mundiales. A través de esas redes fluyen tecnologías, valores económicos, productos y servicios. Aunque cada unidad tenga cierta autonomía, todas operan bajo una estrategia mundial, de ahí la facilidad y rapidez con que algunas de ellas instalan plantas productivas en ciertos países y luego son cerradas años después, prefiriendo incrementar la productividad en alguna otra unidad recién instalada en otro lugar, coyunturalmente más propicio para la obtención de ganancias.

Aprovechando las mejores oportunidades para incrementar sus resultados, algunas de esas corporaciones, como el caso de los supermercados, llegan a operar durante algún tiempo con lucros mínimos, recibiendo muchas denuncias de prácticas dumping, con el objetivo de llevar a la quiebra a la competencia. Existen casos en que llegan a vender al menudeo productos a un precio inferior al de mayoreo en la región. Incapaces de competir con esas redes mundiales, los comercios locales acaban vendiendo sus puntos comerciales a las grandes corporaciones que, en general redimensionan la estructura de las empresas y la diversidad de ofertas, reducen el número de trabajadores y continúan operando igualmente. A partir del momento en que quiebran las principales competencias locales, elevan progresivamente los pecios y aumentan el volumen de ganancias remitidos al exterior, generando excedentes que permiten quebrar a los comercios locales de otras regiones del planeta, incrementando las ganancias de su red capitalista.

En el campo de la economía solidaria, por su parte, se trata de desarrollar una estrategia de red permitiendo flujos de tecnologías, valores económicos, productos y servicios con prácticas de colaboración solidaria. La integración global de las redes locales y regionales fortalece al conjunto de ellas y permite implantar estrategias colectivas de crecimiento, a través de la distribución de renta y generación de puestos de trabajo. También aquí, en ciertas situaciones, esas redes operan con márgenes mínimos de excedentes, cuando esto es la mejor opción para incrementar

el desarrollo local autosustentable, aumentando el consumo solidario final de los trabajadores.

Las tecnologías que pueden fluir a esas regiones permitirán progresivamente reducir los costos de producción aumentando los excedentes generados, permitiendo reinversiones que diversificando la producción generen nuevos puestos de trabajo con mayores beneficios sociales y mayores ganancias para las redes. De la misma manera, pueden ser remitidos recursos al exterior para financiar acciones de las redes en otros países buscando fortalecer organizaciones de consumo, producción, comercio y servicios locales, teniendo como resultado una corrección de flujos de valores frente al mercado capitalista. Eso aumenta el grado de realimentación de las redes locales y el volumen de excedentes en escala mundial que permite un crecimiento seguro del conjunto de las redes solidarias que se integran en esas redes internacionales.

Como vimos en varios pasajes del libro A revolução das redes, ¡existen varias redes de economía solidaria operando a nivel internacional desde hace más de tres décadas! Recientemente, se intensificaron los intercambios entre esas redes, surgiendo organizaciones mundiales como la Red Global de Socioeconomía Solidaria.

Innovando en las formas organizativas, la instalación y consolidación de las redes mundiales solidarias, cuyo poder de aglutinar va creciendo cada día, es una forma exitosa de contraposición a la globalización capitalista.

5. Tecnología de la informaciónLa tecnología de la información es la base del presente ciclo de

acumulación capitalista. No solamente es la causante de fabulosas ganancias de las empresas que trabajan con softwares o diversas formas de productos semióticos, sino que también es condición de la robótica, del desarrollo en la biotecnología y en la tecnología de los

materiales y de la propia aceleración de los movimientos del capital especulativo. La informática, a ejemplo de lo que ocurre con la energía eléctrica, tiende progresivamente a operar directa o indirectamente en la reproducción de la mayor parte de las mediaciones sociales. Sin ceder a la tecnofobia o a la tecnolatría, innumerables redes solidarias producen y comparten tecnologías de la información, permitiendo un empoderamiento económico de las empresas sin mayores dispendios de recursos.

Bajo la lógica del capital, la actualización de programas y equipos exige una erogación continua de valores económicos. En la lógica de las redes, la erogación en programación y en proyectos, es realizada por una única empresa que genera herramientas digitales que pueden ser compartidas con todas, aumentando la capacidad productiva de la red como un todo sin que se necesiten realizar continuos gastos; los recursos ahorrados pueden ser invertidos en otras áreas aprovechándolos de mejor manera.

No se trata tan sólo de sistemas operacionales, editores de textos, páginas o programas de comunicación para el Internet. Innumerables softwares, que son producidos especialmente para atender las demandas propias de organizaciones de economía solidaria, encontrándose disponibles para la reproducción, modificación y utilización gratuita por cualquier otra empresa solidaria. Programas para obtener créditos y débitos en LTES, realizar diagnósticos de proyectos de empresas económicas, generar diagnósticos y pronósticos de redes solidarias buscando desarrollar cadenas productivas, aumentar sus márgenes de realimentación e independencia frente a los mercados, así como programas para el comercio electrónico, para la divulgación de productos y servicios, etc.

Las redes han descubierto y perfeccionado formas de utilizar la tecnología de la información para potenciar sus avances. En algunos casos, nuevos programas se hacen para computadoras obsoletas, que

tienen un óptimo desempeño en su ejecución, permitiendo incorporar ganancias tecnológicas a las empresas a bajo costo y aminorando los impactos ambientales provocados al deshacerse de los componentes, gabinetes y accesorios.

Considerando las herramientas digitales anteriormente referidas, cabe destacar que las tecnologías de la información generan no sólo productos finales, sino también medios de producción. Innumerables programas permiten producir más y mejor con menos costos. El hecho de que esos programas pueden ser reproducidos virtualmente sin ningún costo, significa que instrumentos de producción, de última generación, pueden compartirse solidariamente en esas redes de colaboración, incrementando la producción de todas las unidades, su eficiencia gerencial y administrativa, mejorar el control de inventarios, la relación directa con los clientes y proveedores, la reducción de desperdicios y costos, etc.

Toda herramienta digital producida como software solidario o como software libre puede ser incorporada y modificada por las empresas solidarias, permitiendo que el necesario perfeccionamiento tecnológico sea ajustado a las características requeridas para el desarrollo local auto-sustentable.

6. Investigación y desarrollo

Como vimos, al tratar el tiempo libre, la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías en el capitalismo tienen por objetivo aumentar el tiempo disponible, esto es, producir los productos con menos tiempo de trabajo empleado. Reducir ese tiempo significa reducir costos y, en un cierto momento, desemplear trabajadores.

En la lógica de las redes solidarias también existen investigaciones y desarrollos tecnológicos – como vimos en el caso de la tecnología de la información – que son compartidos colectivamente. Cuanto más rápido una innovación circula por la red, puede ser adoptada o no a partir de la

decisión tomada en cada realidad local y tanto más rápido la red puede generar excedentes que permiten reinversiones colectivas, aumentando su autonomía frente a los giros del capital.

Lo que ocurre actualmente con las tecnologías de la información y agro ecológica, entre otras, que circulan libremente por las redes, tenderá a ocurrir con las diversas tecnologías que ellas mismas desarrollen. La circulación de esos conocimientos con el objetivo de aumentar las libertades públicas y privadas permitirá el incremento productivo y la generación de tiempo libre en la producción de bienes y servicios de consumo final, permitiendo la remuneración de trabajadores que intervinieron en el proyecto, investigación y desarrollo, así como en la capacitación tecnológica de las y los trabajadores.

Bajo la lógica del capital, el empleo de trabajo vivo que ya no es necesario para la producción de bienes de capital, es retirado de la producción de bienes de capital, con el objetivo de asegurar ventajas sobre la competencia capitalista que se da entre empresas, pues si ellas no incorporan nuevas tecnologías, tienden a quebrar. En el caso de las redes solidarias, cuando sean el modo de producción hegemónico, las trabajadoras y los trabajadores que no sean requeridos para la producción de ciertos bienes finales (pues el desarrollo tecnológico permitirá satisfacer las demandas de muchos con poco trabajo), actuarán profesionalmente en las esferas de la cultura y el placer. Más importancia se dará a la producción cultural y al placer, y menos importancia a la producción de medios de producción, pues no existe una empresa compitiendo contra otra. El desarrollo tecnológico debe asegurar el mayor equilibrio auto-sustentable posible de las redes en sus aspectos ecológicos y sociales, garantizando el bien-vivir de consumidores y productores, que puede ser mejorado cada día.

En efecto, no toda la tecnología descubierta necesita ser empleada para fines comerciales. Lo que importa es garantizar el bien-vivir de cada persona al mismo tiempo que se promueve el desarrollo científico y tecnológico y solamente en razón de eso – de la promoción del bienvivir –

es que el empleo de nuevas tecnologías debe realizarse. Actualmente en la lógica capitalista las empresas se volvieron laboratorios y los centros de decisión sobre líneas de investigación y desarrollo están, en gran medida, en las corporaciones y no en las universidades, y además muy debilitadas por los ajustes neoliberales. Así, descubrimientos científicos sobre transgenia son convertidos tecnológicamente por empresas que se transforman en grandes laboratorios y son aplicados masivamente, con una pretendida seguridad que ninguna teoría científica puede asegurar. Nadie puede afirmar con seguridad absoluta lo que puede ocurrir a un organismo genéticamente modificado cuando enfrente situaciones adversas en medio de varios ecosistemas o sea habitado por microorganismos que actúen sobre él en un proceso simbiótico con ventajas para ambos.

La pretendida seguridad presentada por esas empresas es una falacia que no resiste el principio de lo incierto, que no reconoce la provisoriedad de toda teoría científica y los márgenes de indeterminación que todo lenguaje lleva al describir los complejos fenómenos reales. No se resuelve el hambre del mundo creando sementales que generen sementales estériles o poniendo en riesgo el ya débil equilibrio de los ecosistemas del planeta, creando sementales que cargan en sí toxinas letales y ciertas especies de seres vivos.

Bajo el punto de vista de la colaboración solidaria entre redes, cabe considerar que la innovación tecnológica no se hace con la finalidad de solapar la competencia, sino de asegurar al máximo posible las garantías de las libertades públicas y privadas. En razón de eso, en el campo de la economía solidaria, las líneas de investigación no necesitan orientarse necesariamente para generar medios tecnológicamente más productivos. Las investigaciones y empleos de las tecnologías que se desarrollen deben estar en relación de las referencias científicas y de la promoción del bien-vivir de las personas.

7. El comercio electrónico – E-commerce

En la década de los 90’s el comercio electrónico se estructuró y expandió. Herramientas facilitadoras y sistemas de seguridad para transacciones comerciales por vía electrónica fueron desarrollados. Este comercio crece rápidamente y las grandes empresas comerciales trasladan parte de sus operaciones a esta nueva esfera de atención a los clientes.

Aún cuando el número de usuarios de Internet aumenta cada día en rápida progresión, la brecha entre los segmentos conectados y desconectados revela los límites del comercio electrónico para llegar a los grandes segmentos populares con bajo poder adquisitivo.

Actualmente, Estados Unidos, Canadá y el Oriente industrializado agrupan el 41.05% de los usuarios del Internet; Europa agrupa el 27.9%; Asia y Australia el 25.77%; América del Sur 4.04%; África 0.76% y Oriente Medio 0.59%1. Entre las principales dificultades de difusión del Internet entre las personas pobres de los países empobrecidos están el analfabetismo, la carencia de energía eléctrica, la falta de infraestructura de comunicación telefónica y servicios para modulación de tráfico de datos, los costos de los equipos y de operación, los patrones de hardware y software mejorados cada día exigiendo actualizaciones onerosas, el desconocimiento de otras lenguas por parte de los usuarios y la ausencia de contenidos locales; falta de formación y de competencia para utilizar el Internet.

Cabe destacar, sin embargo, que entre los porcentajes de aquellos que tienen acceso están incluidos varios sectores populares de la sociedad civil: sindicatos, ONGs, organizaciones eclesiales, cooperativas, empresas de economía solidaria, etc. A través de esas organizaciones, partes más grandes de la población tienen acceso a los flujos de información de las diversas redes.

1 Gian Marco Schiesaro. “Ricompore la frattura digitale”. VIS Natizie... p.51.

En medio de este contundente escenario, el comercio electrónico progresa diferenciadamente en los diferentes países. Las redes de economía solidaria, atentas al potencial que ese expediente comercial puede significar, ya inician la comercialización directa on line. Están operando sistemas de localización de productos y servicios de economía solidaria y varias organizaciones ya establecieron negocios a través del Internet de manera colaborativa.

La venta directa, por Internet o teléfono, reduce los costos operacionales de mantenimiento de tiendas de menudeo y permite producir sobre demanda, programando entregas con una logística de distribución racionalizada y poco costosa. Gracias a la tecnología de la información la infraestructura para negocios del tipo B2C (business to consumer), como se dice en el medio, es decir, de la empresa directo al cliente sin intermediarios, se vuelve cada vez más ágil. Y gracias a los softwares solidarios y libres esta práctica comercial se vuelve también cada vez más accesible al conjunto de las redes de economía solidaria.

Conectar sistemas de venta directa a través de Internet o por teléfono, con el llamado marketing de red, en la cual se realizan visitas presenciales en que el consumidor también se vuelve vendedor (sin montar esquemas piramidales, en que los incautos enriquecen a los malandros) es una alternativa para activar procesos de comercialización en red aprovechando el conjunto de conexiones existentes en las relaciones sociales locales. Algunas empresas popularizaron esas “reuniones de productos”, con vendedoras de cosméticos, artefactos de plástico para el hogar, etc. La conexión de esos sistemas de comercialización directa – que prescinden de redes informadas – con un vigoroso sistema logístico de distribución que se valga de las vías de información puede tener un poder de penetración capaz de generar ganancias en los segmentos aún desconectados, por la mediación de las prácticas solidarias de los segmentos que tienen acceso a esas vías de información.

8. Comercio Colaborativo – C-commerce

De acuerdo al material publicado en la Gazeta Mercantil en abril del 2001, la colaboración entre empresas marca una nueva fase en la evolución del E-commerce, denominada comercio colaborativo – también indicado por la sigla c-commerce (collaborative commerce) – que ha despertado la atención de sectores empresariales que actúan con bienes de consumo, entre otros. Conforme al periódico, “más allá de un trueque de información entre industria, proveedores y menudeo, el C-commerce se basa en una relación más transparente y dinámico, que incluye la participación efectiva de todos los integrantes de la cadena productiva hasta el desarrollo de los productos”2.

La interacción electrónica entre empresas a bajo costo, posibilitada por el Internet, está llevando a varias de ellas a transformar sus modelos de negocios, tomando en cuenta las oportunidades y posibilidades traídas por esa conectividad. Con expedientes de B2B (business-to-business), es decir, de negocios directos entre empresas, pueden” (...) desarrollar nuevos productos a modo de contribuir, incluyendo proveedores, clientes, expertos de cualquier parte del mundo, y, al mismo tiempo, reducir drásticamente el plazo necesario para completar el trabajo, en virtud de la permanente disponibilidad de información para todos los participantes”3.

Según Sergio Lozinsky:

El proceso de planeación de ventas de una empresa puede contar con la participación dinámica de sus principales proveedores, que de esta manera podrán anticipar la capacidad de producción necesaria para ser parte de la red de compañías que garantizará la colocación del producto en el mercado. Mejor aún, contratos de largo plazo podrán ser establecidos, con beneficios para todos los involucrados. (...) La solución típica para permitir la colaboración entre las empresas en el e-business son los e-markets (mercados

2 Rose Crespo. “A evolução do e-commerce...” Gazeta Mercantil, p.1.3 Sergio Lozinsky. “Colaboração é a palabra-chave”. Revista Icaro, p.48.

electrónicos) públicos (varios socios) o privados (una empresa acaparando todo el proceso)4.

La estrategia de colaboración entre empresas puede ser adoptada aún con mayor éxito si conforman una red de colaboración solidaria conectadas a los consumidores finales e ir impulsando a las cadenas productivas, conquistando cada vez más autonomía frente a los movimientos del mercado. Las redes que operan con la estrategia que presentamos están un paso al frente del c-commerce porque son capaces de operar reinversiones conjuntas interviniendo en las diversas etapas de las cadenas productivas (involucradas en sus líneas de producción) de forma cada vez más incluyente y completa, como si conformaran un mega conglomerado, manteniendo sin embargo, la autonomía de cada parte de la red.

Si la colaboración comienza a convertirse en la palabra clave para las empresas capitalistas que disputan el mercado, tanto más, ella es fundamental en la consolidación de redes post-capitalistas. El núcleo ético de la colaboración en red, como lo definimos en A revolucção das redes, no está presente cuando Lozinsky emplea esta palabra, ya que el objetivo de la colaboración a que se refiere se reduce solamente a generar ganancias para las empresas y nada más.

9. La inteligencia de la administración en red

En la medida en que las redes se expanden y aumenta su complejidad, se vuelve más desafiante la administración de los flujos de materiales, productos, servicios, valores, tecnologías, información, etc. La viabilidad de decisiones democráticas exige la organización de mecanismos que permitan a la inteligencia colectiva operar en la gestión y administración de las decisiones estratégicas, considerando las fases de planeación, implantación y acompañamiento de los procesos inherentes a la red.

4 Ibid

Se trata no sólo de crear, montar y desarrollar servicios inteligentes a través de la Web, facilitando conexiones con proveedores y clientes u otros mecanismos de interactividad colectiva entre los diferentes sectores de las organizaciones que operan en red, que ya son abastecidos por empresas que producen softwares para las corporaciones capitalistas, sino viabilizar que todas las células de las redes solidarias puedan trabajar de manera interconectada, haciendo emerger una inteligencia colectiva que no está localizada en ninguna parte de la red aisladamente y que opera en todas las etapas de la actividad de manera conjunta.

10. Auto sustentación y flexibilidad

La gran ventaja de las redes frente a las demás formas organizacionales anteriormente conocidas es su capacidad de adaptación y flexibilidad frente a los escenarios imprevistos. Decisiones rápidas locales, con informaciones hacia el conjunto de las organizaciones, permiten activar la inteligencia colectiva para la elaboración de soluciones más completas y efectivas.

Compartir el conocimiento y la experiencia acumulada en todas las células de la red, a través de mecanismos de gestión de la información, poner a la disposición de cada empresa y de cada consumidor una amplia gama de alternativas y auxilios para facilitar las mejores decisiones, permitiendo reducir los riesgos y ampliar las posibilidades de éxito en sus decisiones.

Esta flexibilidad, capaz de adaptar la auto-producción de la red en medio de los cambios de los escenarios en que actúa, se vuelve una ventaja comparativa muy significante frente a los modelos piramidales de control gerencial tradicionalmente adoptados. Esta flexibilidad solamente existe cuando se construye un ambiente capaz de operar con inteligencias colectivas, con decisiones democráticas y ágiles, proporcionando mayor eficiencia a la red, confiabilidad y seguridad al conjunto de las personas.

11. Desafíos de la nueva economía

La organización de redes de economía solidaria permite incorporar todos los avances tecnológicos desarrollados bajo el capitalismo que no sean dañinos social o ecológicamente. Las redes solidarias pueden auxiliar a las empresas en sus actividades de planear, proyectar e implantar soluciones variadas en función de sus necesidades operativas; compartir servicios de comercio electrónico, posibilitando que se transformen en empresas punto-com, manteniendo un portal corporativo5, con sistemas de administración de cadenas productivas y de distribución, de listado de clientes y proveedores, prestando servicios varios, ayudándolas a administrar posibles cambios, con un soporte de colaboración de las demás organizaciones de la propia red. Pedagógicamente pueden ofrecer actividades de capacitación en el análisis de los conocimientos poseídos por los trabajadores que componen la empresa o por consumidores de sus productos, buscando compartirlos para ampliar los márgenes de autonomía colectiva y mejorando los productos para mayor satisfacción de los clientes. Entrenamientos para aumentar la eficiencia de los trabajadores, reducir accidentes y pérdidas; desarrollar sistemas de certificación de las cualidades técnicas, sociales y ambientales de sus productos y servicios. Todo eso trae a cada empresa un mayor conocimiento sobre las competencias de sus equipos, sobre la recepción de sus productos y permite un desarrollo más adecuado de los recursos humanos y alteración de líneas de producción, actualizándolas conforme a las necesidades percibidas.

ANEXO 2

5 Un portal corporativo es una aplicación que posibilita a una empresa efectuar todas sus conexiones con proveedores, distribuidores y consumidores, integrando sus sistemas de administración de información y bancos de datos con aplicaciones externas vía Web. A través del portal pueden realizarse negocios, compartir conocimientos y con diferentes niveles de acceso, pueden ser disponibles informaciones gerenciales o puede permitirse el seguimiento de actividades de tele-trabajo con equipos remotos.

Cadenas productivas en economía de red

Las cadenas productivas integran todas las actividades requeridas, desde la producción hasta el consumo de un bien o servicio.

Cuando consideramos las cadenas productivas en economía de red partimos siempre del consumo final y productivo para comprender las conexiones y flujos de materiales, información y valores que circulan en las diferentes tapas productivas en su proceso de retroalimentación.

Veremos en este anexo la manera como organizamos el consumo, la producción, la comercialización, la distribución y el financiamiento para potenciar el crecimiento de las redes, favoreciendo simultáneamente a consumidores y productores. A partir de esos principios es posible inclusive dar origen a diversas redes solidarias locales auto sustentables.

Ejemplo 1En este primer ejemplo mostramos cómo la organización de los

consumidores permite elevar el poder adquisitivo de sus ingresos y mejorar su calidad de vida, al mismo tiempo viabiliza la comercialización de productos elaborados en empresas solidarias. Tomaremos como referencia la Cooperativa Compras Colectivas, que integra asociados de la región metropolitana de Porto Alegre, y reunía, en agosto del 2000, a 350 familias aproximadamente, comercializando cerca de 14 toneladas de alimentos por mes.

La canasta diversificada de productos vendida por la cooperativa a sus asociados costaba en promedio 20% menos, comparada con los precios del mercado. Garantizado el derecho a escoger, cada asociado compra los artículos que desea y que están en la lista de productos de la cooperativa, la cual puede ser modificada democráticamente. El modelo ha sido tan

exitoso que la cooperativa celebró al año siguiente un convenio con el gobierno estatal, con el objetivo de multiplicar esa práctica en otras regiones de Río Grande do Sul .

Entre los varios ítems ofrecidos se encuentran alimentos ecológicos, coloniales e industrializados, y productos de limpieza. En la práctica, esas compras colectivas funcionan de la siguiente manera:

Un agente de la cooperativa presenta la lista de productos para que el representante de la comunidad divulgue la oferta. Cada familia elabora su pedido, que es llevado a Compras Colectivas por el líder comunitario. En la fecha señalada, la mercancía es entregada en el local indicado por la comunidad, y los consumidores se llevan su mercancía. (...) “el pago es de contado (...)”6.

De acuerdo a una investigación realizada por un equipo de periodistas – cuyos procedimientos de recolección y análisis de los datos no fueron divulgados -, la diferencia en los precios de los productos llegó a alcanzar más del 70% en un artículo específico.

La cooperativa Compras Colectivas es parte de la Central Cooperativas e Associações Autogestionárias de Economia Solidária del estado de Rio Grande do Sul, que opera como una especie de red estatal, integrando el consumo y el trabajo colectivo en lazos de realimentación. Aproximadamente la mitad de los productos vendidos por Compras Colectivas proviene de otras cooperativas solidarias. Entre estos productos están, por ejemplo, la gelatinas de manzana, mango y uva producidas por la Cooperativa Iterra, de Viamão, y que, en economía de red, son comercializadas no sólo en Porto Alegre, sino también en las tiendas de la Red Sol en Curitiba, que es parte de la red solidaria de colaboración solidaria local, integrada a la Red Brasileña de Socioeconomía Solidaria. En el mercado, un envase de gelatina similar con 295 gramos costaba, de

6 Deise de Oliveira. “Compras coletivas favorecem 350 famílias”. Zero Hora... p. 26.

acuerdo a aquella investigación, $13, mientras que la gelatina en la red costaba $7.5. La diferencia de precios de los diferentes artículos puede verse en la Tabla 1.

A pesar de que la investigación publicada en el diario Zero Hora, posiblemente no tenía rigor científico, es sintomática la afirmación hecha por una consumidora asociada de la cooperativa, en una entrevista del diario, donde caracterizaba el poder de los consumidores al practicar la compra colectiva: “Llevo más artículos con $860 que con los $1,290 que gastaba en el supermercado”.25

De acuerdo a esa investigación del diario, Compras Colectivas y la Universidad Federal de Rio Grande do Sul (UFRGS), “(...) firman un convenio de asesoría jurídica, económica, educativa y de investigación”, que incluyó el monitoreo, por el Instituto de Química de la UFRGS, de la “(...) calidad de productos como detergente, jabón de glicerina y medicinal y blanqueador, producidos por la Cootrasol de Sapucaia do Sul”8.

Tabla 1.- Precios de la Cooperativa Compras Colectivas y en el Mercado Convencional de Porto Alegre, por productos seleccionados

en agosto del 2000.Producto Cooperativa Mercado * Variación

Gelatina de frutas (295 g)

$7.5 $13.00 71.42%

Frijol blanco (500 g)

$6.7 $11.13 64.97%

Blanqueador (2 litros)

$3.91 $6.40 63.74%

Para la traducción del presente texto, se hicieron las conversiones de Reales a Pesos con su equivalencia correspondiente de abril de 2005.25 Ibid8 Ibid.

Té de Hierba Mate (1 kg)

$6.45 $8.98 39.33%

Arroz blanco (5 kg) $15.26 $20.85 36.62%

Jabón de glicerina (500 g)

$2.62 $3.35 27.87%

Papel higiénico (4 rollos)

$5.80 $6.66 14.81%

Arroz integral (5 kg)

$16.55 $18.87 14.02%

Azúcar refinada (1 kg)

$3.26 $3.65 11.84%

Leche condensada (395 g)

$5.24 $5.76 9.84%

Chocolate (500 g) $8.90 $9.37 5.31%

Para la comparación de productos no industrializados e industrializados se utilizaron artículos de marcas tradicionales similares a los de las cooperativas. *Promedio de los precios de mercado.

De hecho, las prácticas de compras colectivas, compras comunitarias o compras solidarias, como son denominadas en algunos lugares, son mucho más antiguas, con diferentes formas, dependiendo de los lugares y estratos sociales que las realizaron valiéndose también de distintos procedimientos. Estas prácticas seguramente son más antiguas que la primera cooperativa de que se tiene noticia en la historia, fundada en 1844 en Rochdale, Inglaterra, cuando 28 tejedores se unieron para crear un pequeño almacén cooperativo, buscando atender sus propias demandas de consumo con algunas ventajas.

La novedad, entonces, no está en las ganancias obtenidas por los consumidores al comprar en conjunto, sino en el hecho de que a partir del

consumo pueden ser montadas las cadenas productivas de manera solidaria, en la medida en que las empresas proveedoras son seleccionadas no sólo considerando los precios de sus productos, sino su calidad técnica, ambiental y social. En la actualidad, aproximadamente la mitad de los productos comercializados en esta cooperativa provienen de otras cooperativas solidarias de Rio Grande do Sul.

Se trata de una práctica motivada no sólo por las ventajas económicas de los consumidores y productores que integran esas redes, sino por el principio solidario de promover el bien-vivir del conjunto de las personas. En su libro Grupos de compras solidarias – Guía del consumo local, Andrea Saroldi dedica un capítulo a ese tema: Os grupos de compras solidárias em rede9. En síntesis, conforme al autor, “se trata de ser `solidario´ en el momento en que se va a hacer el gasto y se escoge consumir respetando la naturaleza, la salud, el bienestar, los derechos de los propios hijos, de las futuras generaciones, de todos los pueblos del mundo. Para alcanzar ese objetivo es necesario `hacer juntos, unirse en un grupo que estudia lo que se selecciona, organiza las compras, se preocupa por evitar desperdicios, piensa sobre la basura, sobre el reciclaje, mejor, sobre su reutilización. Los grupos de compra solidaria confieren a los nuevos estilos de vida el valor de `hacer red´”10.

De acuerdo a Saroldi, la estructura de red salvaguarda la diversidad y favorece el compartir, siendo necesaria para considerar en conjunto los diversos aspectos y posibilidades, desarrollar un pensamiento interconectado. Fue a partir de las exigencias concretas que nació en 1997, en Italia, una red que integró los diversos grupos de compras solidarias, como forma de una ayuda recíproca y también para “(...) difundir y estimular el nacimiento de comunidades locales activas que tienen voluntad de colaborar (...): la experiencia de un grupo puede ser muy útil para otro si se encuentra el modo de juntarlas”11. Se trata de “... una red de 9 Andrea Saroldi. Gruppi de acquisto solidali – Guida al consumo locale. Bologna, EMI, 2001.10 Idem, contraportada.11 Ibid., p. 55

conexión entre los grupos de compras solidarias, con el objetivo de ayudar a los grupos a difundir esta práctica recogiendo y difundiendo información sobre cómo constituir y organizar un grupo de compras.

A través del intercambio de experiencias entre los diversos grupos se pretende facilitar la elaboración de los criterios de elección de los productos, y después, si un grupo encuentra un producto que otro no tiene en su región, obviamente se informan las direcciones”12, facilitando las mejores adquisiciones para todos.

Sin embargo, aún tratándose de redes que al seleccionar los productos adoptan criterios de consumo crítico, esas organizaciones italianas aquí referidas aún no operan con el objetivo de montar solidariamente cadenas productivas. De hecho, si el conjunto de los consumidores escogiera los productos por criterios éticos, tal y como aspira esa organización italiana, solamente restaría a las empresas que desean atender sus demandas alinearse a tales criterios. Con todo, es posible ir más allá de la mera selección de los productos en una red que integra solamente grupos de compras solidarias. Es posible, con nuestras compras, promover solidariamente las cadenas productivas cuando las redes integran no sólo organizaciones de consumidores sino también empresas que actúan en los diversos segmentos de las cadenas productivas.

En la primera práctica que analizamos, la Cooperativa de Compras Colectivas, como miembro de una red que integra cooperativas y asociaciones autogestivas de economía popular y solidaria en Rio Grande do Sul, viabiliza una retroalimentación entre consumidores y productores, con ventajas para todos. En la medida en que el modelo se expande y comienza a realizar inversiones conjuntas entonces la red puede crecer de manera segura, montando nuevas empresas solidarias y promoviendo las cadenas productivas.

12 Ibid., p. 56.

Así ocurre con la cooperativa de compras colectivas de Passo Fundo, que funciona similarmente a la de Porto Alegre, con una pequeña diferencia, la mitad de las ganancias obtenidas es canalizada a los consumidores, mientras la otra mitad es depositada en un fondo solidario. En otras palabras, si un conjunto de ítems, al precio promedio del mercado, cuesta $430 al consumidor, pero la cooperativa – considerando todo sus costos, comprando en grandes cantidades y directo a los productores pagándoles un precio justo – llega a $344, entonces el consumidor asociado pagará $387 por esa compra y los $43 restantes serán depositados en el fondo solidario.

Como consecuencia, después de algunos meses de funcionamiento, esta cooperativa estaba en diciembre del 2001, deliberando sobre cómo invertir esos recursos ahorrados: si montaría una casa de ayuda, una industria de productos de higiene y limpieza o si utilizaría esos valores como capital de giro, en razón del aumento de ventas experimentado progresivamente por la cooperativa.

Véase por lo tanto, que la organización del consumo, más allá de generar ganancias para los consumidores, viabiliza el acumulamiento de valores económicos requeridos para la instalación de empresas productivas solidarias, creando puestos de trabajo y distribuyendo el ingreso.

Ejemplo 2

Una red puede ser montada y expandirse a partir de la reorganización de actividades productivas ya existentes, aún sin aumentar la facturación de las empresas que actúan en la punta de la cadena productiva, esto es, atendiendo un mismo volumen de demanda por producto final. En este segundo ejemplo, analizaremos lo que ocurre con la organización de una red integrando, inicialmente, a 120 vendedores de hot-dogs, tomando como base un proyecto de la Sebrae13, indicado en la Tabla 3.

Para que esta empresa genere el excedente proyectado por la Sebrae, debe operar 30 días al mes vendiendo diariamente, en promedio 32 hot dogs, 52 refrescos y aproximadamente 6 aguas minerales

Considerando el volumen mensual de compras de 120 carritos de hot dogs que mantienen ese patrón, tenemos el cuadro de la tabla 2.

Producto Unidad Cantidad Costo

Refresco Unidad 187,200 321,984.00Salchicha Kg 3,600 77,400.00Pan para Hot Dog Unidad 115,200 64,396.80Papa frita Kg 1,520 58,824.00Hielo en barra Barra 3,400 29,240.00Queso rallado Kg 650 13,975.00Agua mineral (vaso con 200 ml)

Unidad 20,160 13,003.20

Puré de tomate Kg 1,150 11,620.75Mayonesa Kg 1,150 9,890.00

13 No cuestionaremos aquí los volúmenes de ventas proyectados por la Sebrae, que parecen elevados, sólo utilizaremos esos perfiles empresariales, elaborados por técnicos del área, para ejemplificar nuestro argumento. Véase: Sebrae-CE. Carrinho de cachorro-quente – Perfil de negócio. Fortaleza, Sebrae, 1996.

Margarina (empaque con 500 g)

Unidad 1,500 7,740.00

Leche pasteurizada Litro 2,000 6,880.00Bolsa de plástico (c/1000 unidades)

Paquete 240 6,450.00

Salsa Catsup Kg 770 5,628.70Popote (con 400 unidades) Paquete 1,050 3,386.25Pimienta Kg 390 2,012.40Tomate Kg 310 1,333.00Gas (3 kg) Tanque 200 1,290.00Cebolla Kg 310 1,066.40Mostaza Kg 150 903.00Vaso desechable (con 100 unidades)

Paquete 110 402.05

Sal Kg 50 53.75Servilletas (con 500 unidades)

Paquete 700 2,257.5

Totalizando los valores tenemos que el costo mensual promedio de productos para 120 carritos llega a $1,205,556.60.

Separando esos artículos por grupos tenemos el siguiente volumen mensual de compras: los insumos que pueden adquirirse en mini supermercados (refrescos, servilletas, popotes, etc.) suman $ 497,940.00. La salchicha, que podría comprarse en carnicerías suma $ 77,400.00. La demanda de panes totaliza $ 64,396.80; la papa frita suma $ 58,824.00; el hielo en barra $29,240.00; finalmente, los condimentos (excepto la sal) y puré suman $ 42,017.45.

Tabla 3. Empresas productivas – Inversión inicial, ventas y lucro14

14 Estos datos tomados de la Sebrae se refieren a números hipotéticos generados a partir de estudios técnicos sobre empresas en el área. El proyecto de la panificadora fue

Empresa Moneda Inversión inicial

Ventas Lucro líquido

Panificadora US $ 32,832.00 12,137.83 2,061.66Carrito de hot dogs

R$ 18,299.12 11,517.12 1,530.19

Carnicería $ 53,190.18 27,384.55 2,699.49Minimercado $ 133,932.61 164,548.53 10,711.77

Fuente: Sebrae y Pequeñas Empresas y Grandes Negocios15.

Ahora, de acuerdo a otros proyectos de la Sebrae indicados en la Tabla 3, la facturación planeada para la operación de un mini mercado es de $ 164,548.53; para una pequeña carnicería es de $ 27,384.55 y para una panadería es de $ 52,192.67. Así, la red que se inicia con los 120 carritos de hot dogs tiene condiciones para mantener, sólo con su volumen de compras mensual a 3 mini mercados, 2 carnicerías y una panadería – ya que la compra de insumos de esos carritos es superior a la facturación necesaria para la manutención de esas empresas operando con el margen de excedente previsto. Más allá de eso la red podría montar también cooperativas para freír papas que facturarían $ 58,824.00 por mes. Para

adaptado buscando operar básicamente con la venta directa de los panes, reduciéndose el número de intermediarios y suprimiendo la adquisición de refrescos. Algunos datos fueron adaptados. Enseguida aclaramos el significado de las columnas: Empresa.- unidad productiva a ser instalada. Moneda.- algunos folletos de la Sebrae presentan proyectos en moneda nacional y dólares, otros sólo en reales y otros sin especificar la moneda. Para una comprensión adecuada al análisis que haremos, todas las cifras presentadas en esta tabla pueden ser consideradas, grosso modo, en dólares, considerando la estabilidad relativa y la paridad de cambio en el periodo en que fueron elaborados estos estudios. Inversión inicial.- es la suma de la inversión fija, más el capital de giro y, en algunos proyectos de la Sebrae, una reserva técnica. Gastos de operación.- se trata del valor bruto de las ventas del periodo de facturación. Lucro líquido.- es la diferencia entre las ventas y el costo total que, a su vez, se compone del costo de la materia prima, comercialización, mano de obra directa y costos fijos.15 Sebrae-PR. Panificadora. Curitiba, Sebrae-PR, 1995; Sebrae-SP. Como montar un minimercado. São Paulo, Sebrae-SP, 1997, Sebrae-CE, op. Cit.

hacer hielo, facturando $ 29,240.00 por mes y para producir purés facturando $ 42,017.45 (ver tabla 4). Con eso, el lucro que era acumulado por los capitalistas en estos segmentos de la cadena productiva ahora retroalimenta a la propia red bajo el control total de los trabajadores. Así, por encima del lucro de $ 183,624.62, respecto a los 120 carritos de hot dogs (según el proyecto de la Sebrae), se tiene la suma de las ganancias de los 3 mini supermercados, 2 carnicerías y una panadería, totalizando $243,513.55 (ver tabla 5).

Tabla 4.- Facturación proyectada para empresas proveedoras, demanda presentada por 120 carritos de hot dogs y número de empresas mantenidas por la cadena

Empresa Facturación mensual (Proyecto de Sebrae)

Demanda de la red

Número de empresas mantenidas en cadena productiva

Minisuper 164,548.53 497,940.00 3Carnicería 27,384.55 77,400.00 2Panadería 52,765.30 64,396.80 1Productora de papa frita

N/d 58,824.00 N/d

Productora de hielo

N/d 29,240.00 N/d

Productora de condimentos y puré (menos sal)

N/d 42,017.45 N/d

Es necesario comprender que el pago de $6.88 por el consumidor por un hot dog es lo que permite no sólo movilizar la producción de las empresas que venden la salchicha, el pan, la mayonesa, etc., sino también garantiza la conversión del valor de uso y cambio de esos productos (generados por los trabajadores de esas empresas) en valor económico, del

cual una parte se configura como lucro. De esta manera, es el consumo final del hot dog lo que garantiza a las empresas, cuyos productos son consumidos en la punta de esa cadena, facturar y mejorar el lucro con esa cantidad de productos consumida. Mientras tanto, en la medida en que la red va remontando esa cadena productiva, creando mini supermercados, carnicerías, panaderías, productoras de hielo, fábrica de embutidos, etc., el lucro, que anteriormente era acumulado por los capitalistas en esos segmentos de la cadena productiva, se convierte en excedente que retroalimenta el crecimiento de la propia red.

La Tabla 5 muestra que el lucro, anteriormente tomado por los capitalistas dueños de los mini supermercados, carnicerías y panaderías, ahora es convertido en excedente hacia el interior de la propia red, retroalimentando su crecimiento de manera auto-sustentable. Pensando en el bien-vivir de todos, posiblemente se podría recomponer las estructuras de costos y precios buscando remunerar mejor a los trabajadores y bajar los precios de los productos, manteniendo todavía un margen de excedente que asegure el crecimiento de la propia red.

Tabla 5.- Excedentes mensuales de las empresas

Cantidad Empresa Excedente120 Carritos de hot dogs 183,624.623 Minisupers 32,143.832 Carnicerías 5,398.001 Panadería 11,631.50Excedente mensual total

232,797.95

En otras palabras, una red que se inicia con carritos de hot dogs (capaces de generar un cierto porcentaje mensual de excedente) puede crecer reinvirtiendo colectivamente sus excedentes y montando nuevas empresas, promoviendo la cadena productiva del propio hot dog (vea

figura 3). Cada nueva empresa que entra en operación aumenta el volumen de excedentes obtenidos, facilitando la implantación de una nueva empresa más.

Así, vendiéndose la misma cantidad de hot dogs, se puede ampliar el número de trabajadores integrados en la red, el número de empresas productivas solidarias, el volumen de ingreso distribuido en la red como remuneración del trabajo, los excedentes generados en la red y su patrimonio. De esa manera, aún sin aumentar la cantidad de productos finales vendidos en la punta de la cadena productiva la red continúa creciendo porque va impulsando solidariamente a la propia cadena productiva de aquel producto.

Figura 3.- Cadena productiva del hot dog: empresas proveedoras de insumos

HACER ORGANIGRAMA PAGINA 289

Cabe destacar que si el productor final (vendedor de hot-dogs) y los proveedores directamente vinculados a él (mini-supermercados, carnicería, panadería) consiguen facturar en esta cadena lo suficiente para

la manutención de las empresas, sucediendo lo mismo con algunos otros proveedores intermediarios (papas fritas, hielo, condimentos y purés), eso mismo no sucede con los proveedores que están en la base de esa cadena productiva del hot dog – ya que el volumen facturado es insuficiente para la auto-sustentación de la empresa.

Es necesario, entonces, diversificar la oferta de productos finales de modo que esas empresas de base puedan estar simultáneamente integradas en varias cadenas productivas solidarias. Gracias a esas múltiples conexiones y flujos en red, esas empresas se vuelven sustentables, atendiendo a un significativo volumen de demandas estables.

De esa manera se crean las condiciones requeridas para suplantar progresivamente las relaciones de acumulación capitalista e introducir relaciones de producción y consumo solidarias, compartiendo los excedentes producidos, generando nuevas oportunidades de trabajo, incrementando el consumo de todos los participantes y generando una gran diversidad de productos y servicios que garantizan el bien-vivir de todos los que practican el trabajo y el consumo solidario, expandiendo los horizontes de las libertades públicas y privadas.

La reorganización solidaria de la cadena productiva, bajo la lógica de la abundancia, amplía los beneficios sociales de las empresas en función de la distribución de riqueza que opera buscando sustentar el consumo en la red. Esta misma cadena productiva, bajo la lógica capitalista de la escasez, reduce al máximo los beneficios sociales de las empresas, buscando sólo el aumento de los lucros capitalistas que amplían la brecha entre los ricos y los empobrecidos, y reproduce un sistema económico no sustentable ecológica y socialmente.

ANEXO 3

Algunas consideraciones sobre Redes de Trueques16

En el debate actual en curso en todos los continentes sobre las más variadas prácticas de economía solidaria proliferan conceptos, representaciones y expresiones cuyo significado impreciso requiere especial atención.

Así, expresiones como tercer sector, cuarto sector, sector público no estatal, otro mercado, reinventar el mercado, economía solidaria, comercio justo, comercio igual y solidario, redes, moneda local ( local currency), dinero comunitario (community money), moneda social, etc., no tienen comprensiones únicas. En algunos casos, inclusive, siglas iguales abrevian expresiones diferentes en distintos lugares. Por ejemplo, la sigla LETS opera como abreviación de: “Sistema Local de Empleo (empleyoment) y Comercio” y también como “Sistema Local de Trueque (Exchange) y Comercio”.

Es posible tener dos consideraciones sobre esto. La primera es que debemos estar atentos para no confundir prácticas y propuestas diferentes que emplean las mismas palabras para referirse a objetos distintos. La segunda es que necesitamos profundizar constantemente el diálogo para construirnos una interlocución cada vez más rica, que nos posibilite reciclar nuestros conceptos, prácticas y lenguajes a través de interacciones colectivas a partir de las más variadas experiencias históricas y culturales.

16 Nuestro objetivo, al presentar este análisis crítico, es colaborar en el mejoramiento de las prácticas económicas que se valen de monedas sociales, sobre las cuales ya hablamos en A revolução das redes, destacando los beneficios generados bajo la forma de LETS. Tomaremos aquí como objeto de nuestra reflexión la Red Global de Trueque. Estudios, documentos e informaciones sobre ella pueden encontrarse en http://visit-web.com/trueque. Cf. Heloísa Primavera, Como formar un primer club de trueque pensando en la economía global. Documento electrónico, enero, 1999, p.1. Varias secciones de este sitio, abiertas a partir de la Home Page indicada, están también disponibles en otros servidores. En este anexo, la expresión Red, con R mayúscula indica red de trueques, que es una de las prácticas de economía solidaria, diferente de otras.

Esto, por ejemplo, es necesario para entender adecuadamente lo que algunos impulsores de la Red Global de Trueques quieren decir cuando afirman que “es posible reinventar la vida reinventando el mercado, desde la confianza y reciprocidad”17. Pero ¿qué entienden por mercado, vida, confianza y reciprocidad?

1. Trueques simples y producción del valor

Los trueques simples no producen valor. El trueque es sólo un momento del ciclo económico de producción, comercialización y consumo. Esto significa que no basta reinventar el mercado, si por mercado se entiende la forma de cambiar algo por algo, sino que hay que reinventar la producción, la distribución y el consumo, pues no se subvierte una formación social excluyente sin instituirse un nuevo modo social de realizarlos.

Centrar el debate sobre el trueque simple y sus mediaciones, tales como monedas locales, monedas comunitarias, monedas sociales, billetes de créditos u otras formas informatizadas de registros de transacciones bilaterales o multi-recíprocas, significa secundarizar el debate sobre la producción del valor económico, sus flujos y sobre cómo el valor económico producido dentro de esas redes puede evadirse de ellas y ser acumulado fuera bajo la lógica capitalista, como veremos en varios pasajes de nuestra argumentación.

La generación de valor no sucede en el mercado, pero es realizado por el trabajo. El trabajo no sólo puede satisfacer demandas por consumo final, generadas por necesidades y deseos, sino también puede producir excedentes que, siendo convertidos en valor económico, permiten incrementar aún más la producción y el consumo, en cantidad y calidad.

17 Heloísa Primavera. La moneda social... p. 15.

La Red Global de Trueques (RGT) – que tomamos como referencia para ejemplificar nuestra reflexión – no tiene, sin embargo, una propuesta efectiva de generación de excedentes que puedan invertirse colectivamente para incrementar la producción, una vez que toda forma de economía de moneda social es criticada por ella y con esas monedas no se puede comprar maquinaria y otros equipos, ya que no son vendidos en esta Red y dado que, formalmente, no se puede realizar el cambio de moneda social por la moneda oficial. Como nos dice Heloísa Primavera ser solidario quiere decir – en la práctica – consumir cada mes la misma cantidad que se produce o un poco más, pero no economizar18.

Con todo, si algún prossumidor 26tiene alta productividad y ofrece más bienes de los que necesita retirar de la Red de trueques durante todo el mes, ¿qué deberá hacer si no debe economizar la moneda social? Tendrá que reducir su participación productiva en la Red al volumen de lo que necesita adquirir, haciendo inviable el propio crecimiento económico de la Red, debiendo buscar consumidores en el mercado formal, extra-Red. Podrá, entretanto, prestar a miembros de la Red de trueques, con alguna tasa de interés, el dinero oficial que obtiene después de vender productos y servicios para clientes externos a la Red. Podrá inclusive comprar en el mercado, con esos recursos, productos que son escasos en la Red y revenderlos en su interior a un precio un poco más elevado, abasteciendo prossumidores que, no teniendo moneda oficial, aceptarán pagar por esos productos el mejor precio que fuera ofrecido en el interior de la Red de trueques, aunque sea más alto que el precio del mercado. Enseguida, con los créditos obtenidos de esa venta puede comprar productos y servicios en el interior de la Red, que revenderá a terceros fuera de ella a un precio un poco más bajo que los de la propia Red con un margen que preserve una parte del lucro obtenido en la primera venta, permitiéndole obtener ganancias en moneda oficial, ampliando asimismo el capital invertido

18 Ibid., p.1126 Promussidor.- se refiere a productor y/o consumidor solidario (N de T)

en el financiamiento del conjunto de la operación. Sus clientes externos se benefician de esta operación comprando, de esa manera, productos originarios de la Red en condiciones más ventajosas que en la propia Red.

Como podemos ver, el trueque en el interior de esta Red también puede ser injusta, como destaca José Luis Coraggio: “puede haber intercambio desigual (como cuando alguien aprovecha una extrema necesidad de otro para forzarlo a aceptar propuestas no equitativas de intercambio, o por falta de información adecuada respecto al valor de los bienes y servicios intercambiados) o ser vehículo de relaciones de explotación de clase, género o generacional ( en las relaciones de producción de los productos intercambiados), de valores considerados negativos (droga, prostitución, etc.)”19.

También se destaca que la capacidad de competencia de los miembros de la Red, cuando venden sus productos en el mercado formal, puede estar en incluir solo parcialmente los costos de trabajo realizado, buscando abaratar el producto para venderlo, lo que le permite obtener las monedas oficiales necesarias para la adquisición de insumos no disponibles en la Red para un nuevo giro de la producción. En este caso el propio productor es injusto consigo mismo al vender su producto abajo del costo, suprimiendo del precio final una parte referente al costo de su propio trabajo, como única forma para obtener las monedas necesarias para continuar produciendo y cambiando en estas redes.

2. Comercialización y valor agregado

El trabajo de transportar y distribuir productos les agrega un valor que, en la lógica del trueque simple adoptado en la RGT, no es reconocido. Volver un bien accesible es un servicio que se presta al consumidor. Con todo, considerando sólo el trueque simple, esta Red no considera

19 José Luis Coraggio. Las Redes de Trueque... p. 10.

económicamente el valor de ese trabajo, pero le confiere un reconocimiento social. De acuerdo a la Red Global de Trueques, “no se agrega valor a la distribución de productos de un punto a otro de la Red. Los almacenes (provedurías) y distribuidoras pueden recibir un reconocimiento por su trabajo y costos, por eso no se trasladará a los artículos”20.

Aunque se pretenda, por un lado, evitar que intermediarios vengan a beneficiarse de manera parasitaria de los productores y consumidores con la intermediación de los trueques, por otro lado esa posición resulta en problemas de distribución que fueron señalados en la Jornada de Integración de la Red Global de Trueques, realizada en Buenos Aires en marzo de 1999, cuando se afirma que “el transporte tanto de insumos como de los miembros fue considerado como un déficit importante que limita el desarrollo”21 de la Red. Sucede que los servicios de transporte requieren dinero oficial para el pago de combustible y otras demandas que no pueden ser atendidas por la Red y que si no fueron trasladados a los productos, no tienen manera de ser recuperados.

En otros términos, con la moneda social no se puede practicar el Fair Trade, el comercio igual y solidario, como se practica por innumerables redes de este tipo en el mundo, una vez que agregar valor al producto por el comercio es la única forma de remunerar los costos de transporte y comercialización, en particular de los trabajadores solidarios que actúan en estas actividades. Paradójicamente, nada impide que un capitalista compre productos elaborados por miembros de la RGT pagando con moneda oficial y los transporte a otras regiones vendiéndolos a otras personas, que también participan en la Red, a un sobreprecio en moneda oficial.

20 Red Global de Trueque. Experiencias. (óut/1999) http://www.geocities.com/Rainforest/Canopy/5413/exp.html, item, 4.21 Red Global de Trueque. Conclusiones de la jornada de integración de la Red del trueque. Buenos Aires, 8 de mayo de 1999. http://www.gwocities.com/RainForest/Canopy/5413/actas/jornada.htm (oct. 1999).

3. El acumulamiento de excedentes y el incremento de la economía solidaria en cadenas productivas.

El crecimiento económico supone que partes del excedente no deban ser utilizados en el consumo final, sino en el consumo productivo, tanto de insumos y otros elementos necesarios para la producción del bien o prestación del servicio, como máquinas, equipos e instrumentos de producción, cuyo desarrollo y aplicación permiten aumentar el potencial de las fuerzas productivas.

Considerándose estrictamente un proceso de producción de valor en el interior de la RGT por el trabajo de los prossumidores, tenemos que concluir que, si no se pueden acumular monedas sociales, tampoco se pueden reservar como excedentes para innovaciones del proceso productivo. El mejoramiento de la producción tendrá que hacerse acumulando valor en moneda oficial. Así, un prossumidor que tenga mejores posibilidades de acumular tal moneda podrá mejorar la calidad de su producto y abaratarlo frente a los productos de otros prossumidores que no tengan más ingresos de fuentes externas de la Red.

Como afirma Coraggio,

La ampliación de la masa y variedad de bienes y servicios requieren en algún momento del acceso a medios de producción (insumos, máquinas, conocimiento incorporado en programas, robots, etc.) los cuales, a menos que la comunidad de trueque haya alcanzado dimensiones hasta hoy desconocidas – solamente pueden ser adquiridos por medio de dinero oficial en el mercado capitalista. 22

Como efecto, entre otros aspectos, lo que se combate en el capitalismo no es el hecho de que genera excedentes, sino el hecho de que no los comparte socialmente. Sin la acumulación de excedentes que puedan

22 Coraggio, op. cit., p. 10.

financiar o desarrollar, la adquisición y operación de determinadas máquinas y equipamentos indispensables para la producción de ciertos bienes y servicios tecnológicamente más sofisticados, la RTG continuará adquiriendo esos bienes y servicios del mercado capitalista, realimentando el proceso de concentración del valor económico en algún segmento de la cadena productiva que no es abarcado por la propia Red.

4.- La Subsunción de la Red de trueque por el sistema capitalista

La integración de las diversas redes de economía solidaria y el mercado capitalista puede derivar en la acumulación capitalista, sino se dan correcciones del flujo de valor, lo que exige estrategias colectivas de: a) producción de insumos, materiales de mantenimiento, maquinaria,

equipamientos, etc., lo que demanda generación de excedentes y reinversión colectiva de los mismos,

b) alteraciones en el comportamiento de consumo final de los miembros de las redes en función del bien-vivir personal y colectivo.

Uno de los clubes de Argentina afirma, todavía, que:

Este mecanismo de economía alternativa no trata de sustituir la

economía formal, de la cual siempre se pretende participar. Por el

contrario, el objetivo es ser un complemento para aquellos que por

diversas circunstancias, estando parcial o totalmente fuera del

sistema económico, obtienen tiempo para mejorar su situación

actuando plenamente como prossumidores23.

23 Red Global de Trueque. ¿Qué es un Club de Trueque? (oct./1999) http://www.geocities.com/RainForest/Canopy/5413/introduccion7quees,html

A su vez, Heloísa Primavera, al explicar lo que significa la “capacidad de ser emprendedores”, afirma: es “aumentar gradualmente la cantidad y calidad de productos y servicios que producimos y consumimos en este sistema solidario. Apuntar y formar microempresas individuales o colectivas, con proyección a reinsertarse en el mercado formal”24.

En este contexto, la Red Global de Trueques aparece como un soporte o transición para que los prossumidores se inserten en el mercado formal capitalista. Por otra parte, montar una microempresa colectiva exige la estructuración de una unidad productiva que no puede hacerse por la mera adquisición de productos finales y servicios de la Red de trueques y, como vimos, acumular un valor excedente con el trabajo en ella realizado no puede hacerse bajo la propia lógica de la Red, Así, para acumular el valor que permita reinsertarse en el mercado hay que desarrollar actividades extra-Red y, al montarse la empresa, adquirir equipo y maquinaria de otros grupos capitalistas, realimentando el movimiento de acumulación.

En efecto, sin una estrategia colectiva de corrección de flujos los valores económicos producidos en la RGT son acumulados por los capitalistas que abastecen insumos o revenden el producto final y por otras empresas capitalistas que prestan servicio a la Red, aún si aquellas capitalistas o tales empresas aceptaran negociar con la moneda social. De esta manera, el proceso de producción en la Red, que se inicia con actividades orientadas para la realización de trueques justos y que se concluye en el consumo del producto final por los prossumidores, posibilita una acumulación privada de valores a los agentes capitalistas que estén integrados en la cadena productiva abasteciendo los insumos, materiales de manutención y otros elementos requeridos para la actividad laboral.

La visibilidad de la circulación de los créditos, bonos o moneda social en el interior de la Red no hace patente todo el proceso de flujo de

24 Primavera. Como formar un primer club... p. 4, ítem 7.

valores que corresponde a los flujos materiales de bienes y servicios, que atraviesan la Red, y que concluyen en el consumo final de los prossumidores. Todo valor agregado en momentos anteriores de la cadena productiva es pagado por los prossumidores cuando éstos practican el consumo productivo de insumos, materiales de manutención, etc.

Desde el punto de vista de una estrategia de desarrollo no se trata de reinsertar a las empresas de las redes solidarias en el mercado formal, que opera siempre bajo el paradigma de la escasez, sino de convertir las empresas capitalistas que actúan en el mercado formal en empresas solidarias, auto administradas, que integren las redes, compartiendo con ellas los excedentes producidos a favor del crecimiento de las propias redes, impulsando solidariamente las cadenas productivas.

Tal vez la debilidad estratégica de la Red Global de Trueques es no hacer posible ese proceso, haciendo comprensible la afirmación de Carlos Sanzo en 1998 que “el mercado de trueque multirrecíproco todavía no alcanza el verdadero volumen de artículos y servicios que intensifique el efecto `bola de nieve´productivo”25 – que se imaginaba ya había alcanzado.

De hecho, prohibiendo una política de acumulación de excedentes que puedan ser reinvertidos en la actividad productiva y exigiendo de los prossumidores que compren la misma cantidad de valores que venden en la RGT, ésta depende del ingreso de nuevos socios como manera de ampliar su potencial productivo, contando con lo que ellos puedan incorporar: fuerza de trabajo, potencial de consumo e instrumentos de que dispongan o economicen utilizando otras monedas que no sea la moneda social.

5. El carácter de las monedas sociales y la aparición de su flujo frente a la producción real y circulación de valor.

25 Carlos de Sanzo, Horacio Coas y Heloísa Primavera, Reinventando el mercado. Red Global de Trueque, 1998, p.31.

La circulación de dinero, sea cual fuera la moneda, es tan sólo un fenómeno aparente que revela un aspecto del flujo económico de valor. De hecho, nadie puede mejorar su patrón de consumo por realizar trueques simples en cualquier mercado. Es el trabajo lo que genera valor de uso que puede convertirse en valor de trueque y valor económico. Solamente cuando parte del valor económico no es gasto en consumo final pero es reinvertido en la producción de bienes y servicios, permitiendo generar valores aun mayores, es como el patrón de consumo de los individuos puede crecer.

Existen varios tipos de monedas locales o comunitarias que presentan como su peso de valor el potencial productivo de las comunidades que las instituyen. Los bonos que circulan en la Red Global de Trueques que surgió en Argentina, no son monedas en estricto sentido, aunque no todos los participantes de la Red tengan la misma comprensión sobre su significado. La Red Global de Trueques posee tres tipos de bonos: locales, que valen en un determinado club; regionales, que circulan en el interior, y entre varias regiones; y los nacionales, que circulan en las diferentes regiones del país. Como en el caso de cualquier moneda, su circulación revela apenas la superficie de los flujos de valor, pero no revela la dimensión social de la producción del valor que se concluye siempre en el consumo.

En la Red Global de Trueques hay más de una comprensión del carácter de la moneda social.

Conforme a documentos disponibles en el sitio de la RGT,

El uso de los créditos evita los inconvenientes del trueque directo y posibilita la multirreciprocidad de los intercambios. No se trata de una clase de dinero ni de un sustituto de este. La Red es de trueque, por tanto están fuera de lugar las prácticas de carácter monetario

como cobro de intereses, cambio de créditos por dinero, retención de porcentajes por entrada o salida de productos, comisiones, etc.26

Como destaca Carlos de Sanzo,

Los créditos son una expresión numérica para ordenar y cuantificar intercambios no comerciales (sin una finalidad lucrativa) no representando valor en sí mismos. Los créditos son creados por los propios usuarios, para ser distribuidos de forma equitativa entre todos ellos (según mecanismos consensuados) y su uso está restringido al interior de la RGT27.

Ahora, según las reglas, no se pueden cambiar los créditos en otras monedas – pues, como dicen tales documentos, está “(...) expresamente prohibido negociar o cambiar créditos por dinero”28 -, ellos mantienen paridad con el dólar americano, como forma de establecer un parámetro para los intercambios. Según De Sanzo, “la referencia a un patrón externo (en nuestro caso el dólar americano) tiene el único objetivo de facilitar los intercambios de productos y servicios. No se trata de una conversión”29.

De acuerdo a otra propuesta del club de trueque defendida por el “Truequeclub”, los vales son una especie de producto o servicio, teniendo respaldo material, como si fueran monedas con garantía y pueden ser desvalorizados periódicamente.

Un vale es un compromiso de provisión de bienes y servicios dentro de la Red de Trueque. Los vales son emitidos para satisfacer las demandas de intercambio. En este sentido son un producto y un servicio más. Ayudan a comunicar a los prossumidores sus necesidades de vinculación multirrecíproca, son en síntesis una

26 Red Global de Trueque. Experiencias, ítem n. 10.27 Red Global de Trueque. Criterio general de créditos del programa de autosuficiencia regional. Bernal, julio de 1998. http://www.geocities.com/rainForest/Conopy/5413/critcred.html (oct/1999)28 Red Global de Trueque. Experiencias, ítem n. 12.29 Red Global de Trueque. Criterio general...

herramienta de información, enlazan deseos, constituyen la confianza mutua que resulta de la estructura solidaria. El respaldo material viene de la suma de acciones productivas de todos aquellos que deciden integrarse a este mercado alternativo. La emisión de vales es una empresa como cualquier otra30.

Según la propuesta de este club, la posibilidad de desvalorizarse la moneda periódicamente fuerza a los prossumidores a gastar sus vales o depositarlos en un Banco de Moneda Social, como manera de evitar pérdidas, evitando la desvalorización.

Los Ticket Trueque se oxidan (desvalorizan) periódicamente marcados con un 10% a partir del 1º de Julio del 2000. No se trata de un impuesto al circulante sino de la necesidad de que los participantes traten de desprenderse de las herramientas de intercambio (vales) y adquieran los productos. No es un mecanismo inflacionario ni un eufemismo tributario. La única forma para neutralizar este efecto de oxidación es depositarlos en el Banco de Moneda Social (no se generan intereses y se distribuyen como crédito)31.

De esa manera, se controlan las monedas, buscando forzar movimientos económicos reales, como una especie de monetarismo social. Esos movimientos de monedas no son expresión de flujos productivos reales y no contribuyen a construir la autonomía de la Red frente al mercado, lo que implicaría de hecho promover estrategias colectivas de reinversión de excedentes con el objetivo, por ejemplo, de producir los insumos que la Red todavía consuma del mercado capitalista, corregir los flujos de valor en consumo final por la práctica de la difusión del consumo solidario y efectuar el ahorro solidario a favor del crecimiento de la Red,

30 Truequeclub. Truequeclub que es? (FAQ) (oct/1999). http://www.truequeclub.com/faq.htm31 Ibid.

lo que no se puede hacer con los créditos de la RGT con las reglas vigentes de cuando se está elaborando el presente texto.

José Luis Coraggio destaca que aunque algunos defiendan que los créditos tengan igual valor que el dinero, eso no sucede, una vez que no son un equivalente general aceptado en la sociedad. Por otro lado destaca que esos créditos también están sujetos a la inflación:

(...) si se emiten créditos de más, o si se deprime la oferta de bienes, se desvaloriza el poder adquisitivo de los créditos acumulados, pues se trata de una relación entre la masa material de bienes y servicios y sus representaciones32.

Caraggio destaca que, aunque el crédito no sea dinero, posee características que le son semejantes:

Puede ser falsificado.Puede desvalorizarse.Puede haber liquidez o exceso de circulante (en relación a las transacciones actuales o posibles). ¿Cómo definir el nivel adecuado de emisión?.Puede sustentar relaciones de poder asimétrico.Puede sustentar comportamientos especulativos.Puede sustentar transacciones de intercambio desigual.Puede sustentar relaciones de explotación de trabajo ajeno.Puede introyectar valores de mercado capitalista (por la manera en que se determinan los precios).Puede intercambiarse por dinero oficial (no salen de la Red, pero entra otro actor, o se cambia de manos entre miembros de la Red).Debe utilizarse de manera combinada con el dinero oficial (por la imposibilidad de producir todo dentro de la Red, en particular los insumos).33

32 Caraggio, op cit., p. 7.33 Ibid., p. 9.

Mas allá de eso, no es el tipo de dinero utilizado lo que permite limitar la especulación o el enriquecimiento ilegítimo, sino “(...) el control moral de cierto tipo de transacciones y comportamientos”34. En nombre de mantener este tipo de control la orientación general es la de que los grupos sean pequeños, facilitando una mayor transparencia. Mantener los círculos pequeños, sin embargo, según Coraggio, dificulta transformar la Red Global de Trueques como una alternativa al sistema. Aunque sea posible contra-argumentar que aún manteniendo esos círculos pequeños se puede perfectamente construir redes gigantescas por la multiplicación de esos círculos, cabe reiterar que no es la adopción de un cierto tipo de moneda que circule en mercados mayores o menores lo que permite a los individuos vivir según los principios morales solidarios o impedir relaciones económicas injustas.

En la región de Buenos Aires existen algunos ejemplos de prácticas incluyendo grupos de la RGT que podrían ser cuestionadas, si se trata de valorar el servicio prestado o de prácticas especulativas:

(a)Un vendedor vende mucho, acumula créditos que no puede gastar pues no tiene tantas necesidades de consumo. Entonces los utiliza para contratar un pintor que pinte un edificio y cobra en dinero a sus propietarios. (b) Otras veces, como hay producto escaso (verdura), dice: “no critiquen al vendedor de verdura porque entonces se sale de la Red”. (c) Alguien decide comprar con dinero un saco de harina, lo divide en partes y lo vende en la red por un valor mayor al equivalente en créditos, ganando una diferencia35.

La moneda social, por lo tanto, no sólo no permite visualizar todo el flujo de producción y circulación de los valores intercambiados en la Red, sino tampoco las reglas de su circulación no impiden que se reproduzcan relaciones injustas de trueque.

34 Ibid., p. 12.35 Ibid., p. 12.

6. Las Redes de Trueque operan con dos monedas

El sistema de las Redes de Trueques efectivamente opera con dos monedas y no sólo con la moneda social, como parece ocurrir en el momento del trueque. Si observamos aisladamente el momento del trueque, tenemos la ilusión de que el sistema opera sólo con la moneda social. Sin embargo, sin producir no hay manera de hacer trueque. Para producir, los prossumidores se valen de ambas monedas, convirtiendo sus valores en el producto que incorpora también el valor del trabajo realizado en esta última etapa.

Si hubiera una estrategia de compras conjuntas, ahorro de los descuentos conseguidos con ese tipo de compra y reinversión conjunta de esos montos ahorrados buscando corregir los flujos de valor que se evaden de la Red por la compra de insumos, materiales de mantenimiento, maquinaria, equipos y otros, tales monedas ahorradas y reinvertidas podrían realimentar la propia producción interna de la Red, suprimiendo la concentración de capital que ocurre en las etapas extra-Red del proceso de producción de los bienes que, al final, pasan por el trueque en el interior de la misma.

Aunque de hecho, gran parte de la producción que se realiza en la Red opere con ambas monedas, no se acepta la utilización de la moneda oficial en el interior de la Red Global de Trueques – diferentemente de lo que ocurre en algunas LETS. Así, de acuerdo a las orientaciones encontradas en sus documentos se afirma:

No es recomendable emplear dinero en nuestros intercambios, ni siquiera de manera parcial. Cualquier operación por sumas monetarias debe ser alcanzada por las reglas de la economía formal (emisión de facturas, pago de impuestos (...), etc.). Los costos monetarios de los insumos no disponibles en la Red deberán ser asumidos por el productor. Si fueran excesivos, éste podrá fijar una

cuota adecuada. En el caso de los oficios técnicos, el cliente se encargará del costo de los materiales de construcción, pintura, cuerdas, piezas de reposición, etc.36

De esa manera, cada vez que se mueve la moneda no-social estamos en la economía formal en relaciones externas a la Red – aún cuando las transacciones sean entre participantes de la Red – y cada vez que se realizan transacciones con la moneda social estamos en la economía no-formal y dentro de la Red. Esa dicotomía solamente existe por una evaluación imprecisa de los flujos de materiales y de valores que atraviesan todo el proceso de producción, circulación y consumo. Podemos, pues, preguntar ¿por qué alguien puede pagar con monedas no sociales a un capitalista en trueque de insumos, permitiendo que el capitalista acumule excedentes que reinvertirá en su empresa privada, y no puede comprar con las mismas monedas y por el mismo precio los mismos insumos ofrecidos por un miembro de la Red, posibilitando que una parte del excedente pueda ser colectivamente reinvertida en la Red?

El problema está en que la Red Global de Trueques, hasta este momento, se resume a individuos o grupos de individuos que se disponen a hacer trueque de productos y servicios entre sí y no las colectividades que se propongan invertir colectivamente los recursos que obtienen por su participación en el proceso productivo – sea dentro o fuera de la Red – en pro de actividades de financiamiento, producción, comercialización y consumo solidarios que expandan y fortalezcan cada vez más la propia Red. Aunque actuando en Red y jugando juntos como participantes, buena parte de los socios comprende su participación como momento transitorio, deseando reincorporarse individualmente, o con los socios de su microempresa al mercado formal en posición más favorable y consolidada frente a la competencia, sabiendo que en momentos de crisis podrá contar con el consumo de la Red Global de Trueques, evitando la quiebra de su empresa.

36 Red Global de Trueque. Experiencias, ítem n. 9.

Igualmente, cuando algún prossumidor, actuando en la Red y valiéndose de los productos y servicios en ella ofertados, reserva recursos en moneda nacional que obtiene de otras fuentes, para realizar deseos alienados de consumo agenciados bajo la lógica capitalista, él continúa reproduciendo ese mismo sistema. Sin embargo, los recursos gastados en este consumo alienado podrían ser convertidos en consumo solidario en el interior de la Red aumentando la demanda por bienes y servicios o ser colocados a la disposición de inversiones colectivas en pro del crecimiento de la Red.

La idea de forzar los depósitos de moneda social en un Banco de Moneda Social para permitir realimentar la actividad económica posee dos debilidades de fondo. La primera es la de no viabilizar que los valores producidos fuera de la Red puedan reintegrarse a ella – lo que sería posible si ahorradores solidarios pudieran aplicar en ese banco valores en moneda oficial o si excedentes de la producción vendida en moneda oficial para clientes externos de la Red fueran reaplicados colectivamente al interior de la Red. La segunda es pretender suprimir la falta de solidaridad de los participantes que acumulan monedas con mecanismos de presión monetarista. En efecto, la suplantación de relaciones económicas de dominación no se realiza por la gestión o introducción de monedas, sino por la aplicación práctica de una ética solidaria que se ejercita en todas las actividades de consumo y labor que realizamos.

La imposibilidad de acumular excedentes en el interior de la Red dificulta hasta el mismo giro de la producción, dadas las oscilaciones de los insumos en el mercado, las pérdidas que necesariamente ocurren en todo proceso productivo, depreciación de equipos y la cobertura de otros costos fijos, etc. Si es necesario comprar en la Red el mismo volumen que en ella se vende, no resta nada para cubrir esas necesidades. Aunque en la RGT esté prevista “(...) la conformación de un capital de giro para la realización de actividades de bien común, siempre que aseguren el mantenimiento sustentable y la circulación de ese capital”37, ese

37 Ibid., ítem n. 11.

mecanismo todavía no resuelve las dificultades apuntadas para viabilizar la producción con moneda social. Y, por otra parte, siendo la Red una organización informal que opera bajo esa dicotomía formal de monedas, se vuelve difícil que flujos de valores en moneda oficial puedan circular entre los prossumidores permitiendo altas reinversiones a ser saldadas de manera lenta y prolongada.

7. La informalidad y la cooperación estratégica

Para la Red Global de Trueques, la organización formal de los clubes no es necesaria. Como dice su Declaración de Principios: “Sustentamos que no es necesario que los grupos se organicen formalmente, de manera estable, puesto que el carácter de red implica la rotación permanente de papeles y funciones”38. Esto es suficiente para grupos en que los prossumidores se resumen a personas que, individualmente, venden sus productos o prestan sus servicios. Sin embargo si pensamos en una red que comprende empresas en que actúan decenas o cientos de trabajadores, que se pretenden auto-sustentables por su actuación permanente en el campo de la economía solidaria, teniendo en esta práctica no una forma de complementar el ingreso, sino la fuente exclusiva de sus ingresos, entonces no se puede mantener las empresas en la informalidad.

Hay que cumplir todos los requisitos de la legislación en lo que se refiere a condiciones adecuadas de instalación exigidas por la fiscalización sanitaria, seguridad de trabajo, registro de los trabajadores, previsión social, reconocimiento de impuestos, etc.

Si la Red no está legalizada jurídicamente, diversas empresas legalizadas que la integran quedan sujetas a repetidos ejercicios de tributación, cuando unas adquieren insumos de otras, cuando proveen créditos a las demás en operaciones financieras, etc. Si estuvieran

38 Red Global de Trueque. Declaración de principios de la Red Global de Trueque, ítem n. 8 (oct/1999), http:www.geocities.com/Rainforest/Canopy/5413/princ.html

integradas legalmente, la transacción entre ellas sería, bajo ciertas condiciones, beneficiada jurídicamente, pagándose al final un volumen menor de impuestos. Así, la justa y debida recaudación pública sería sobre la venta del producto final.

Sin la formalización jurídica no hay cómo asegurarse legalmente que los volúmenes de recursos compartidos sean administrados democráticamente.

No buscando la generación de excedentes y abdicando de la condición de ser un agente político que defienda una transformación estructural de la sociedad por el ejercicio del poder político que aglutina, la informalidad aparece para la RGT como la virtud de evitar tensiones innecesarias por el ejercicio del poder, evitándose las disputas intestinas que normalmente ocurren con la institucionalización de movimientos bajo la tradicional lógica de centralización jerárquica. Como afirman los documentos publicados por ella, la RGT “no persigue objetivos vinculados al lucro o al poder y no requiere instituciones formales para su funcionamiento”39.

El mantenimiento de la informalidad es, sin embargo, otra deficiencia real que impide a la Red constituirse en una alternativa sistémica al capitalismo. Actuando en la informalidad podría ser legalmente reprimida por el Estado si viera poner en riesgo el proceso de acumulación capitalista.

8. ¿Constituyen las Redes de Trueques una alternativa al sistema capitalista?

Este es el punto en que hay controversias entre los participantes de estas Redes y entre aquellos que las analizan. Una de las conclusiones de la Jornada de Integración de la Red Global de Trueque, en Buenos Aires, el 8 de Mayo de 1999, se refiere a las estrategias para su

39 Red Global de Trueque. Experiencias, ítem n. 1.

desarrollo. El documento final del evento dice en una de sus partes, “una de las limitaciones para el desarrollo de la red surge de considerarla como un espacio transitorio y no como una verdadera alternativa al sistema”40.

Por considerar a la Red como un espacio transitorio muchos de los que participan en ella no actúan en el sentido de perfeccionarla como una alternativa real al capitalismo vigente, buscando solamente resolver sus propias necesidades particulares. Dependiendo de los clubes, existen relaciones diferenciadas con el Estado y con el mercado. Algunas empresas actuales operan tanto dentro de la Red como en el mercado formal, buscando las mayores ventajas en ambos casos.

Heloísa Primavera, a su vez, deja claro que “(...) fue posible construir prácticas de economía solidaria desde dentro del sistema capitalista; aún a contracorriente”41. También destaca que,

(...) desde el interior de la Red comienza a aparecer un lento movimiento de apertura sustentable para el mercado formal. Este puede observarse, al menos, en dos situaciones distintas: una vez que los prossumidores recuperan medianamente su salud financiera, por comenzar a satisfacer sus necesidades en la Red, comienzan a organizarse, generalmente entre varios, para volver a ingresar al mercado formal. Así, hay empresas que nacen “duales”, es decir, operando en los dos mercados, por su misma historia. Por otro lado, hay pequeñas y medianas empresas en crisis que buscan beneficiarse de la existencia de este inmenso mercado cautivo en el cual pueden “competir” con prossumidores menos tecnificados, compitiendo con otro elemento ausente en el mercado formal: la confianza y la solidaridad entre prossumidores (...)42.

40 Red Global de Trueque. Conclusiones...41 Primavera. La moneda social... p. 5.42 Ibid., p. 8.

Se ve por tanto, que empresas capitalistas en crisis compiten con prossumidores menos calificados en el interior de la propia Red. Una variación de este tipo de práctica ocurre en varios modelos de LETS que se integran a los mercados capitalistas locales, con empresas que aceptan la moneda comunitaria cuando venden sus productos finales, adquiriendo en la Red, con tales monedas, otros insumos que requieren para producir sus bienes o servicios, y de esta manera integran su actividad de explotación del trabajo a la circulación de la moneda social.

En Río Cuarto, Córdoba, por ejemplo, existe una experiencia en que los socios de un club de la RGT “(...) llegaron a un acuerdo con un supermercado e intercambiaron trabajo (servicios) por mercancía a precio de costo. Así, llegaron a ofrecer productos hasta crédito más baratos que en el mercado formal”43. Aquí, lo que parece ser una ganancia observada en trueque simple, encubre de hecho, una práctica de explotación de los trabajadores, solamente perceptible cuando se analiza la producción y los flujos de valor en ella contenidos. En este caso, el capitalista explota a los trabajadores, puesto que seguramente el valor producido por el trabajo de los mismos es superior al valor que les pagó con las mercancías. Por otro lado el capitalista no necesita contratar formalmente trabajadores para la realización de aquel servicio, lo que le implicaría pagar salario en moneda oficial e impuestos de acuerdo a la legislación. De hecho, todo capitalista desearía pagar a sus proveedores, trabajadores y acreedores con los propios productos con que opera – aún a precio de costo -, abreviando todo el proceso de la conversión de la mercancía en dinero por la venta en el mercado – una vez que esa forma de pago es lo mismo que vender su producto a un mercado cautivo compuesto de sus propios proveedores, trabajadores y acreedores, reduciendo costos de comercialización por la venta directa que efectúa. Aún más lejos, ese “trueque de trabajo por mercancía a precio de costo” es especialmente ventajoso para el capitalista, pues el ingreso mensual de los socios de la empresa (incluido el de él propio) por el trabajo que realizan – aun siendo un ingreso

43 Red Global de Trueque. Conclusiones...

desorbitante por el simple trabajo de pasearse por la empresa para checar que el servicio contratado vaya bien – es incluido en el costo fijo, que a su vez se traspasa al costo unitario del producto. Así, el valor generado por el trabajo de los participantes de la Red en trueque de esas mercancías a precio de costo cubre una parte del ingreso mensual del capitalista que los contrató bajo ese acuerdo.

Como la Red confiere centralidad sólo al momento del trueque y no desdobla, conceptual y estratégicamente, todo el proceso de financiamiento, producción comercialización y consumo, en el cual el momento del trueque está incluido, ella puede acabar teniendo prácticas de explotación del trabajo y sin quererlo, legitimarlas, como lo dice Coraggio:

Las reglas del intercambio no penetran en los procesos de producción, y puede haber explotación de los propietarios sobre los trabajadores en las microempresas, o del trabajo infantil o femenino. También puede haber intercambio desigual cuando tiempos iguales de ciertos trabajos son menos valorizados que otros por razones extra-económicas, es decir, no justificados por las diferencias de costos de reproducción de capacidades de trabajo ni por la intensidad relativa de la demanda, sino por razones de status o poder.44

Bajo la perspectiva del Estado también se percibe una cierta apertura a la RGT en puntos que la integran al mercado formal capitalista, como afirma Heloísa Primavera:

A su vez, desde el Estado nacional en su función reguladora de las actividades económicas, comienzan a abrirse puentes a una posible transición al mercado formal, con la aceptación de la Red como alternativa económica para la conformación del sector

44 Caraggio, op cit., p. 12. Posiblemente la intensidad relativa de la demanda como criterio para la definición de precios suponga el paradigma de la escasez.

microempresario, que padece de la misma enfermedad crónica que el resto de la economía formal: ¡la falta de consumidores para los productos/ servicios del sector!45

Las relaciones con el Estado no son menos problemáticas que con el mercado. En 1998, por ejemplo, la prefectura de Quilmes, aceptando los créditos como forma de pago de impuestos, pretendía utilizar esos mismos créditos como forma de pago de salarios a trabajadores contratados para prestar ciertos servicios al municipio, cosa que no les interesaba a los propios asalariados.46

Aquí cabe considerar la afirmación de Carlos de Sanzo, Heloísa Primavera y Horacio Covas en su libro Reinventado o mercado, cuando dicen, como participantes de la Red, que: “Nosotros mismos estamos revigorizando las articulaciones con el mercado formal, contratando con empresas, además de con organizaciones e instituciones estatales. Hay que aproximarse y descubrir cuáles son los materiales de trueque entre las partes”47. Recientemente, otros gobiernos municipales de ciudades argentinas y autoridades del poder judicial aceptaron monedas sociales como forma de pago de impuestos y pensiones.

Por nuestra parte consideramos, sin embargo, que no basta introducir una técnica de permuta económica entre los socios de un grupo cohesionado para que se instauren prácticas de economía solidaria. Igualmente no basta que empresas y gobiernos acepten tales monedas como medios de pago para que sea asumida una postura solidaria. En efecto, sistemas similares de permutas multirrecíprocas con monedas propias también han sido ventajosamente utilizados por grandes corporaciones multinacionales. Se estima que la permuta entre empresas en Brasil es del orden de US$ 1 billón al año*; en América Latina serían aproximadamente US$ 3 billones al año; mientras que en Estados Unidos 45 Primavera, La moneda social... p. 8.46 Caraggio, op. Cit., p. 14.47 Sanzo, op cit., p. 23.* El billón aquí equivale a mil millones de millones. (N de T)

serían US$ 16 billones, haciendo inclusive una asociación internacional en esa materia denominada IRTA – International Reciprocal Trade Association48.

En este contexto metacorporativo, la ventaja del comercio en una red de trueques es su operacionalidad cuando la empresa experimenta falta de liquidez, cuando hay grandes diferencias entre el valor contable y el precio del mercado de ciertos activos, cuando los stocks de productos recién lanzados quedan parados, etc. Ciertas empresas, para librarse de stocks detenidos aceptan, en el mercado convencional, descuentos mayores que 50% del valor de la mercancía, aún con el perjuicio que esto implica. En este sistema de trueques, entretanto, al utilizarse una moneda propia las pérdidas son menores, quedando a la casa de un 5 a un 15%. Otras empresas utilizan ese tipo de comercio como parte de una estrategia de marketing, de colocación de sus productos en el mercado con menores costos de comercialización, alcanzando a través de esto a grandes compradores potenciales.

Dos grandes organizaciones que actúan de ese modo, administrando Redes de Trueques entre multinacionales, son la Argent Atwood y la Tradaq. En general las empresas que implantan y administran ese servicio de trueques cobran un porcentaje sobre las operaciones realizadas, pagado con las propias monedas creadas por ellas.

El sistema trasnacional de trueques de la Argent Atwood, empresa de capital norteamericano, con presencia en 29 países, opera con su moneda propia, el APC – Asset Purchase Credits. Cada APC vale 1 dólar. Entre los 300 clientes que participan de ese sistema de trueque, 100 están incluidos entre las 500 mayores empresas del mundo, según la lista de la revista norteamericana Fortune. Participan en Brasil de ese sistema de trueques 90 empresas de gran tamaño, como la Nestlé, Ford, Scania y Philip Morris. La Argent Atwood se constituye, de esa manera, en una empresa transnacional que implantó y administra esa Red de Trueques con

48 Adriana, Wilner, “O escombo voltou”. Carta capital... p. 50.

moneda propia. Al realizar una operación en ese sistema “el vendedor tiene un crédito que, al paso del tiempo, puede gastar en bienes y servicios diversos como materias primas, fletes, hoteles, espacios publicitarios en diarios, revistas, radio y televisión”49. El sistema, entretanto, permite que una parte de la transacción pueda hacerse en dinero.

Otra empresa semejante es la Tradaq, con sede en Londres, que opera con transacciones a partir de R$ 5 mil, consideradas pequeñas frente a los valores mínimos permitidos para operaciones de comercio realizadas por organizaciones similares. La moneda creada por esa empresa, para facilitar el trueque multirrecíproco entre los participantes, se llama único: “así como en el sistema de la Atwood, las empresas van acumulando crédito y débito en una moneda, denominada único, cuya función es contabilizar el saldo de los trueques”50. La Tradaq operaba en octubre del 2001 con 200 asociados en Brasil, después de 8 meses de su instalación en ese país.

Seguramente esos sistemas de trueques con monedas propias administradas por la Tradaq y la Argent Atwood no pueden ser considerados como prácticas de economía solidaria. Revelan, sin embargo, el potencial que las Redes de Trueque tienen no sólo en el campo de la economía solidaria, sino también en el campo de la economía capitalista y tener el cuidado necesario para comprender adecuadamente las posibles conexiones entre redes de economía solidaria y redes de empresas capitalistas, ya sea que se valgan o no de otras monedas diferentes a la oficial, en sus operaciones de intercambio.

Como efecto, algunas Redes de Trueques, que operan con monedas sociales, también negocian con proveedores y clientes que son empresas de mercado, pagando y vendiendo con monedas sociales. Así, mientras una parte de los participantes se mueve con criterios solidarios, otra parte menor, en este caso las empresas de mercado que operan con monedas

49 Ibid., p. 51.50 Ibid., p. 51.

sociales, tal vez lo hagan tan sólo por ventajas económicas, aunque estén conectadas por esas transacciones monetarias a las redes de economía solidaria. Como el capitalismo siempre busca maneras de subsumir toda práctica de subversión es necesario estar siempre atento para que el potencial subversivo de las diferentes prácticas de economía solidaria – y de las que se valen de moneda social en particular – no sucumban frente a la alteración de las estrategias de las corporaciones que asumen cada vez más el discurso de la responsabilidad social y que están avanzando en la organización de redes con monedas propias en sistemas de intercambio.

Por lo que hemos visto hasta aquí, consideramos que las Redes de Trueques, LETS y sus semejantes pueden sucumbir a la lógica del capital, si desconsideran: a) tanto el aspecto fundamental para la colaboración solidaria entre las personas, que es la posición ética de los/ las participantes de desear y promover las libertades públicas y privadas de todos/ as, deseando el bien-vivir de productores/as y consumidores/as, b) cuánto el aspecto económico da corrección de los flujos de valores económicos inherentes a las redes (que no se confunde con la circulación de la moneda social), lo que exige apoyar solidariamente las cadenas productivas de los bienes elaborados y comercializados en las redes, evitando que los valores económicos producidos en ellas sean acumulados en otros segmentos de estas cadenas, sobre los cuales las redes no tienen autonomía.

No creemos que las Redes de Trueque puedan subvertir el capitalismo sin que sus debilidades estratégicas, que analizamos anteriormente, sean superadas. De acuerdo a José Luis Coraggio, la Red de Trueques necesita actuar conscientemente modificándose a sí misma para construir un nuevo sistema, esto es, “(...) una red auto sustentada de redes interdependientes, orgánica y no solamente éticamente solidaria, capaz de posicionarse auto-representada en el sistema social más amplio de que es parte junto con el sistema capitalista”51. Para el autor, aún con esos cambios, “no se trata de pretender que la Red de Trueque sea, por su

51 Coraggio, op. Cit., p. 5.

propio desarrollo, una economía alternativa capaz de competir e inclusive sustituir al mercado (...)”52. Cabe resaltar mientras tanto, a nuestro parecer, que si las diversas redes solidarias – incluyendo las Redes de Trueques – promovieran algunas alteraciones en sus prácticas, construyendo interfases que viabilicen una mayor colaboración solidaria entre las redes, conformando redes de redes, entonces se vuelve posible que contribuyan al avance de una revolución sistémica. Solamente de esta manera será posible vencer los desafíos apuntados en el encuentro realizado en Finlandia, en 1998, con el tema “Expandiendo el espacio de los pueblos en una economía globalizada”, en que estuvieron presentes participantes de diferentes prácticas de economía solidaria de diversas regiones del mundo. Entre esos desafíos se encuentran:

- Promover distintas estrategias de conexión posibles entre Redes como la RGT, los SELs y LETSistems, el sistema mexicano y otros que puedan traer su experiencia; (...)

- Articular las distintas Redes de Economía Solidaria con el Comercio Igual y Solidario (Fair Trade)53.

Una vez que, como reconocieron los participantes, “los sistemas de monedas complementares son necesarios, más no suficientes para cambiar las relaciones estructurales de poder y deben ser acompañados por otras estrategias para promover el desarrollo local y el cambio estructural de largo plazo (...)”.

9. Aspectos de este balance y límites detectados

Las Redes de Trueques son una forma eficiente para generar renta complementaria a sus participantes y, en algunos casos, permiten a las personas satisfacer gran parte de sus necesidades con los intercambios económicos que se realizan en ellas. Sin embargo, los trueques simples mediados por cualquier moneda, social o no, no producen valor. La

52 Ibid., p. 16.53 Primavera, La moneda social... p. 15.

producción de valor es realizada por el trabajo que genera productos y servicios que finalizan en el consumo.

La inviabilidad de cambiar la moneda social por la moneda oficial del país implica que todos los prossumidores necesiten de alguna actividad externa a las Redes de Trueques o de otra fuente de renta como forma de obtener tales monedas para atender sus necesidades no cubiertas por estas redes, inclusive la propia adquisición de insumos y otros materiales demandados en el proceso laboral que en ellas no se encuentran.

La imposibilidad de acumular excedentes en las Redes de Trueque inviabiliza un proceso de reinversión colectiva que permita completar solidariamente las cadenas productivas, evitando la acumulación capitalista de los valores generados en ellas, así como la adquisición externa de insumos, maquinaria, equipos, etc.

En el proceso de producción en las Redes de Trueques son utilizadas monedas no sociales como única condición para obtener insumos y otros materiales no disponibles en las Redes. Aunque aparentemente no se permita cambiar las monedas sociales y no sociales, en el flujo de producción y circulación de valor, la integración ocurre con partes de valores producidos en la red de Trueques que se acumulan fuera de ella en otros segmentos de las cadenas productivas no cubiertos por ella misma.

La introducción de monedas sociales que reimplantan trueques simples, buscando reinsertar empresas en el mercado formal, no es condición suficiente para enfrentar el problema de la exclusión social y del sometimiento de los trabajadores a relaciones de producción injustas, siendo necesaria una estrategia que apunte hacia la conversión de todo modo de producción y consumo hacia una economía solidaria.

El análisis de los flujos de valor muestra no sólo que en el proceso de producción las Redes de Trueques operan con dos tipos de monedas, la social y la oficial, aunque en los trueques circule sólo la moneda social, sino también que es posible reproducir, con la moneda social, prácticas injustas similares a las existentes en el mercado capitalista. El hecho de que la moneda social circula – en teoría – solamente dentro de las Redes de Trueques crea la ilusión de que la riqueza en ellas producida se mantiene dentro de las mismas, sin embargo de hecho, la mayor parte de esta riqueza se acumula en empresas capitalistas, como lo demostramos en la argumentación presentada en este anexo.

Finalmente, no es la adopción de un nuevo tipo de monetarismo o la creencia en los poderes de las monedas – sea del tipo que fuera – lo que permitirá romper los flujos de acumulación de valor que operan bajo la lógica del capitalismo.

Se debe avanzar en la colaboración solidaria entre distintas redes, posibilitando tanto la superación de debilidades particulares de las diferentes prácticas de economía solidaria, como el compartir características y procedimientos que contribuyan a buenos resultados.

10. Posibilidades de superación de las limitaciones apuntadas

Pretendemos aquí apuntar algunas alternativas que permitan a las Redes de Trueques corregir sus flujos reales de valor, organizando empresas productivas que paulatinamente reconstruyan, bajo prácticas de economía solidaria, las cadenas productivas de los bienes y servicios finales que ellas producen y consumen. Esta alternativa permitirá: a) el ahorro de excedentes que puedan ser reinvertidos colectivamente en las Redes, también como a los prossumidores gastar en ellas lo que reciben por los productos y servicios suyos que también ellas comercializan; b) la adquisición de máquinas, equipos y otros instrumentos de producción, generalmente no disponibles en esas

Redes de Trueques – que podrán ser hechos con los créditos de los prossumidores, preservándose el principio de que los créditos no deben ser cambiados en monedas oficiales.

La manera de alcanzar esos objetivos es que la Red de Trueques organice una Bolsa de Negocios, como una de sus herramientas de funcionamiento, cuyo papel sea facilitar transacciones de compra y venta a plazo entre los participantes de la Red valiéndose de moneda social.

Supongamos que un participante de la Red de Trueques necesite comprar una máquina de costura especial para acabados. Deberá hacerlo en el mercado, pues aquel medio de producción no está ala venta en la Red de Trueques. Supongamos que no tenga dinero para pagarla de contado. Tendrá, entonces, que obtener un crédito por un año, lo que elevará bastante el precio final de la máquina en razón de la tasa de interés cobrada en el mercado.

Sin embargo, si aquella Red implanta una Bolsa de Negocios, habría otra alternativa. El participante presentaría en la Bolsa su demanda por la máquina, el monto con el que cuenta y las condiciones y el número de abonos que haría para pagar, por ejemplo, 10 parcialidades. Otros miembros del club, que disponen de algún ahorro en dinero que le permita adquirir la máquina al contado en el mercado; podrán cerrar un negocio con esa persona, estableciendo un cierto volumen de productos o servicios – preferentemente ofrecidos en el club – como forma de recibir las 10 parcialidades. En la práctica las cosas funcionarían de la siguiente manera: una persona compra la máquina en el mercado al contado, la ofrece al club de trueque para la persona con quien ya había cerrado el negocio a ser pagado en 10 parcialidades y durante 10 meses esa persona paga mensualmente las parcialidades con los productos que se había comprometido (sea productos elaborados por ella misma o por terceros, sea del club o fuera de él). Vendedor y comprador podrán negociar un valor por la

máquina que sea satisfactorio para ambos. Por ejemplo, si la máquina fuera comprada en el mercado con préstamo, el precio final subiría un 30%. Si el ahorrador dejara su dinero en una libreta bancaria, tendría 5% en rendimientos. Podrán entonces establecer que la máquina será vendida a plazo en el club de trueques 20% más barata de lo que costará en el mercado a crédito y 10% más cara de lo que costaría al contado. Así, el comprador de la máquina economiza 20% y el ahorrador que financió la operación recibe 5% más de lo que recibiría si dejara su dinero en el banco, alimentando el pastel financiero. Es un negocio ventajoso para ambos y para la Red, pues permite incorporar nuevos medios de producción al Club de Trueques.

Supongamos que en la Bolsa de Negocios un conjunto de productores se reúnen para comprar insumos en conjunto. Al totalizar un gran volumen consiguen comprar en el mercado aquellos insumos con un significativo margen de ahorro. Como ese menor valor , que había sido generado en el interior de la Red, se escapará. Imaginemos que enseguida, una parte de ellos proponga en la Bolsa la realización de un negocio buscando montar una empresa que produzca aquellos insumos. Los ahorradores interesados en invertir en esa empresa podrán negociar de la misma manera indicada anteriormente. En este caso, dada la magnitud de los valores negociados, el plazo de pago podría ser dilatado, por ejemplo para 24 meses. Igualmente, las parcialidades serían pagadas con productos ofrecidos en el club – entre ellos, posiblemente, el propio insumo producido en la empresa instalada.

En el caso de los ahorradores esas operaciones pueden ser consideradas como una especie de aplicación prefijada con rescate parcializado, recibida en productos y servicios. O aún como una especie de mercado futuro, toda vez que están anticipadamente comprando productos que serán producidos y recibidos en un futuro. Esas operaciones, que son ventajosas para todas, permiten a las Redes de Trueques impulsar progresivamente las cadenas productivas,

corrigiendo los flujos de valor que desembocan en la acumulación de empresas capitalistas. Por otra parte, los excedentes generados en las empresas podrían ser invertidos integralmente en la Bolsa de Negocios buscando financiar el montaje de otras empresas, la incorporación de nuevos medios de producción a la Red, la adquisición conjunta de insumos, etc.

En la medida en que las Redes de Trueques pasaran a operar de ese modo y volúmenes muchos mayores de riqueza fuesen comercializados en su interior, aún restaría el problema de que el único modo aparente de <adquirir bienes externos sería con monedas oficiales y que, por lo tanto, sería necesario también incrementar las ventas externas a la Red, como forma de obtener tales monedas que puedan ser ahorradas y financiar su crecimiento. Ahora, teniendo en cuenta que empresas capitalistas también comienzan a operar en Redes de Trueques con monedas propias, nada impediría que esas empresas solidarias participaran tácticamente de esas otras redes capitalistas permutando sus productos y servicios por equipos, insumos y medios de producción ofrecidos en ellas, hasta que las propias Redes de Trueques Solidarias tengan la capacidad de producirlos. El problema no está en permutar con empresas capitalistas, sino en los términos degradados de intercambio que desfavorecen a las empresas solidarias – pues desde el punto de vista de la circulación del capital no existe diferencia entre comprar de contado con dinero en el mercado, o permutar con mercancías en una red capitalista. En ambos casos la cuestión es el valor que se oferta en relación con el valor que se recibe y el plazo de conclusión de la operación – que acaba inmovilizando el valor económico temporalmente – ante los otros procesos de su posible valorización en ese periodo.

Sea como fuera, en el contexto actual, la mayoría de las empresas solidarias no conseguirían sobrevivir vendiendo toda su producción en trueque de monedas sociales. En su estructura de costos existe una serie de ítems que solamente pueden ser cubiertos con monedas

oficiales. Así, o los participantes de las Redes de Trueques aceptan comprar una parte de la producción de esas redes solidarias en monedas oficiales para viabilizar su giro productivo o esas redes tendrían que vender sus productos en los mercados buscando tal moneda. Nuevamente aquí, la bolsa de negocios podría funcionar. Un conjunto de ahorradores que tengan moneda oficial podría asumir el pago mensual de las cuentas de la empresa en trueque de productos variados ofertados en la Red con alguna ventaja.

Como vemos, todos esos mecanismos permiten resolver algunas de las debilidades apuntadas de las Redes de Trueques que se valen de moneda social. La práctica de otras redes, que usan solamente monedas oficiales en sus procesos de comercialización, llegan a esos resultados con recursos menos complicados. Como sea, con esas interfases se vuelve posible conectar redes que usan monedas sociales con redes que no las usan y avanzar de manera estratégica en reinversiones colectivas que permiten impulsar las cadenas productivas y corregir flujos de valor buscando realimentar el propio proceso de producción y consumo en el interior de las redes solidarias.

Conclusión del anexo 3

No nos parece adecuado considerar que “(...) es posible reinventar la vida reinventando el mercado, a partir de la confianza y de la reciprocidad”54 – pretensión manifiesta por varios impulsores de las Redes de Trueques. Si es un hecho que el mercado es una institución social anterior al capitalismo y no necesita tener las facetas que el capitalismo le imprimió, también es cierto que el capitalismo puede perfectamente convivir con el mercado practicado por las Redes de Trueques, sea a través de empresas duales compitiendo con prossumidores menos calificados en el interior de la Red, sea con empresas capitalistas pagando servicios con productos, abasteciendo insumos, aceptando monedas sociales como forma de pago, sea

54 Ibid., p.15.

instituyendo Redes de trueques entre empresas capitalistas, creando monedas específicas para facilitar los intercambios multirrecíprocos.

Consideramos también que no es posible construir algún mercado capaz de escapar a la lógica de la escasez, es decir, en que los precios no se establezcan por la oferta y la demanda, mecanismo esencial para la conceptualización del mercado. Un espacio de intercambio en que las “leyes” de mercado no operan, en rigor no podría ser considerado como mercado, no importa el adjetivo que se le aplique.

En cuanto a la confianza y reciprocidad, cabe destacar que no habría ninguna forma de capital ficticio o capitalismo financiero sino hubiera confianza entre los agentes económicos capitalistas en las relaciones que mantienen entre sí, una vez que todos los títulos se resumen en promesas de pago en fecha futura y si la misma confianza no estuviera asentada en la idea de con-trato, de trato conjunto, donde está implícita la idea de reciprocidad entre las partes que asumen las reglas de un mismo juego. Es justamente por la falta de confianza en esas promesas y por el incumplimiento de contratos que diversos conjuntos de acciones se desvalorizan en cadena, llevando a las quiebra s en las bolsas de valores, con todos los efectos especulativos que afectan a las economías reales, concentrando aún más los capitales.

Es posible reinventar la vida, con todo, reinventando la solidaridad, practicándola no sólo en la esfera económica (por el consumo y labores solidarias que promueven el bien-vivir de las personas), sino en todas las dimensiones de nuestra vida, buscando ampliar las libertades públicas y privadas de todas las personas y de cada una en particular, que necesitan, para realizarse históricamente, de mediaciones económicas, políticas, informativo-educativas y éticas. Cabe pues, avanzar en la colaboración solidaria entre redes diversas, transformando estratégicamente las diversas iniciativas solidarias de financiamiento, producción, comercialización y consumo solidarios,

que se están multiplicando mundialmente, articulándolas con todas las demás prácticas políticas y culturales en defensa de la valiosa diversidad de realizaciones humanas, de la ecología y de la ciudadanía. En este sentido, la introducción de los mecanismos que apuntamos tal vez contribuya para sanar las debilidades que analizamos, resolviendo el problema de la falta de reinversiones colectivas de excedentes que permitan no sólo incorporar nuevos medios de producción a esas Redes sino también impulsar solidariamente a las cadenas productivas, evitando la evasión de las riquezas producidas en el interior de las propias Redes de Trueques.

ANEXO 4

El Portal Web de las redes de colaboración solidaria

En el primer artículo que publicamos sobre redes de colaboración solidaria en 1998, hablábamos de un sistema de comunicación e información que facilitaría la organización e integración de las diversas empresas en redes solidarias. En los siguientes dos años, aquellos instrumentos que apenas eran una propuesta se volvieron realidad efectiva y comenzaron a ser utilizados en esta perspectiva.

En el portal de las redes de colaboración solidaria (www.redesolidaria.com.br) varios de aquellos mecanismos fueron implantados y están disponibles en diferentes secciones:

* Productos & Serviços: en esta sección se presenta un rol de productos y servicios disponibles en las redes, localización de las empresas y forma de contacto con proveedores. El sistema Busca

Solidária permite relacionar productos y servicios por estados, ciudades, barrios y otras opciones de elección.

* Feira On Line: se trata de un sistema de comercio electrónico que permite a las empresas de cualquier tamaño, inclusive familiares, comercializar sus productos con entregas a domicilio. Actualmente está operando sólo en algunas ciudades.

* Lojas Solidárias: permite visualizar tiendas conectadas en redes de colaboración en varias ciudades y estados, con direcciones y otros datos adicionales.

* Agenda: permite acompañar la agenda de varias actividades de economía solidaria en Brasil.

* Sala de Conferências: permite a los usuarios de cualquier localidad entrar en una sala de diálogos, donde pueden intercambiar información en tiempo real, entablar negocios, etc.

* Fórum Electrônico: actualmente están disponibles algunas listas de diálogos por correo electrónico. La lista red solidaria integra empresarios, centros de investigación, ONGs, colaboradores, etc., en su mayoría miembros de las Redes Brasileña y Global de Socioeconomía Solidaria, teniendo por objetivo el intercambio informativo relacionado con la socioeconomía solidaria. A su vez, la lista rgses integra empresas y organizaciones de más de 20 países que participan en el lanzamiento de la Red Global de Socioeconomía Solidaria en el Foro Social Mundial en el inicio del 2001 en Porto Alegre. Finalmente, la lista redesol tiene por objetivo el desarrollo de softwares solidarios como el Programa Rede Solidária, que facilita la elaboración de proyectos de evaluación de empresas en los campos de producción, comercio y servicios, así como la realización de diagnósticos y pronósticos sobre empresas existentes y aspectos peculiares a la economía de red. Más abajo presentaremos con mayores detalles ese programa. Existen otras listas en esta sección.

* Software Solidário: en esta área están disponibles, para la reproducción gratuita, softwares que pueden utilizarse en empresas de economía solidaria.

* Mapeamento Brasil: al abrir esa sección se exhibe el mapa de Brasil. Haciendo clic en cualquier estado, se tiene una relación parcial de empresas situadas en él vinculadas a la Red Brasileña de Socioeconomía Solidaria, las redes locales o catalogadas por el Sistema Geração, indicándose empresas, área de actuación, localización, dirección, teléfonos, contacto, etc.

* Mapeamento Mundial: en esta área están disponibles relaciones de organizaciones de economía solidaria de algunos países, agrupadas por sus regiones administrativas.

* Material Pedagógico: aquí están disponibles textos pedagógicamente elaborados en lenguaje adecuado a actividades de educación popular que versan sobre economía solidaria y redes de colaboración.

* Biblioteca: aquí se encuentran diversos estudios y textos sobre economía solidaria. Algunos son materiales de divulgación, otros son textos de discusión, debate y profundización de las cuestiones centrales de las redes solidarias.

* Imprenta: en este ícono pueden ser abiertos materiales de diarios documentando empresas solidarias y el funcionamiento de las redes en varios lugares, materiales publicados por revistas especializadas, etc.

* Investigación: en esta área están disponibles vínculos para diversas páginas de Internet permitiendo una amplia investigación sobre: Portales de Socioeconomía Solidaria en Brasil, Agencia de Desarrollo Solidario, Red Global de Trueques, Economía Solidaria, Consumo Crítico y Solidario, Grupos y Redes de Compras Solidarias, Movimientos de Boicot, Comercio Igual y Solidario, Organizaciones de Marca, LetSystem, SEL, SEC y semejantes, Empresas Autogestivas de Trabajadores, Economía de Comunión, Microcrédito, Crédito Recíproco, Sistemas Locales de Monedas Alternativas, Desarrollo Sustentable, Software Libre y Acceso a Redes de Información, Sistema Operacional Linux, Tercer Sector, Clique Solidario, Redes de Colaboración Solidaria, Solidarismo Anarquista, Solidarismo Cristiano, etc

* Web solidaria: se trata de un servicio de hospedaje de páginas, permitiendo a cada empresa solidaria comunicar a través de Internet información sobre sus productos y servicios, sobre la propia historia de la empresa y sus trabajadores, de los beneficios sociales y ecológicos generados por ella.

* Transferencia Tecnológica: sección destinada a la difusión y apropiación de tecnologías adecuadas al desarrollo sustentable, entre las diferentes empresas de las redes. La transferencia se inicia por su divulgación, con información técnica detallada y en la secuencia por contacto directo entre empresas.

* Cadenas Productivas – Bolsa de Negocios: es semejante al sistema Busca Solidária de localización de productos o servicios, pero con una diferencia importante: son relacionados no sólo las empresas que venden aquel producto sino también las empresas que lo consumen como insumo. Puesto que es posible restringir los resultados por estados, ciudades o barrios, es posible a las empresas de una misma región organizarse para la compra

conjunta de un mismo insumo o para adquirirlo de otra empresa de la red local o regional. En la jerga capitalista se trata del B2B – Business to Business, esto es, empresas comprando de empresas y realizando negocios ventajosos entre sí.

El sistema interactivo de este sitio web permite a cualquier interesado, con gran facilidad, realizar negocios y asociaciones, ingresar y salir de las listas de correo electrónico, enviar y recibir mensajes al conjunto de participantes compartir archivos, participar de votaciones directas o diálogos en tiempo real, indicar páginas y otras informaciones sobre eventos y empresas para ser agregadas en diferentes secciones.

El software Rede Solidária, citado anteriormente, que está disponible para copia gratuita bajo el régimen copysol, facilita sobremanera la planeación, diagnóstico y gestión de las empresas, su integración en red, subsidiando decisiones sobre los procesos de expansión de las redes locales y su integración en redes mayores. El programa disponible, aún en su versión para tests, debe ser operado con ciertos cuidados cuando se utiliza en actividades afines.Se compone de cuatro módulos básicos: proyectos, células, red y ayuda.

En el módulo de proyectos constan diversos proyectos en los campos de producción, comercio y servicio que pueden tomarse como referencia para montar nuevas empresas. Ese banco de proyectos, que puede ser ampliado por los usuarios, también puede ser compartido entre las diferentes redes, acrecentándose el número de alternativas locales para la generación de trabajo y renta, considerándose los recursos naturales, económicos y humanos disponibles en cada realidad.

En el módulo de células pueden ser introducidas, investigadas, actualizadas, excluidas o multiplicadas células de diferentes tipos que corresponden a organizaciones de consumo, producción, comercio y servicio.

Al introducir una nueva célula (por ejemplo una empresa de cualquiera de los campos de producción, comercialización o servicio), el programa solicita diversos datos sobre la empresa, instalaciones, equipamiento, líneas y volúmenes de producción, gastos mensuales: como insumos, otros materiales, trabajadores, compras, alquileres, energía, costos de comercialización, pérdidas, etc. El programa entonces, cruza los datos y calcula el costo unitario por ítem producido, sobre el cual el usuario puede aplicar un margen de excedente. Al final, el programa presenta un cuadro de presentación de resultados (fórmula operacional, costo de materias primas, costo de comercialización, costo fijo, costo total, excedente líquido, margen de contribución y punto de equilibrio de la empresa) estos resultados pueden ser actualizados mensualmente, permitiendo un fácil acompañamiento del desempeño de la empresa, y un cuadro de inversión inicial -inversión fija, costo de adquisición de materias primas, costo fijo, capital de giro y reserva técnica-. Todo lo que el usuario necesita hacer es introducir correctamente los datos solicitados, para que el programa haga automáticamente todos los cálculos y presente los resultados. Más allá de esos cuadros, el sistema genera un resumen detallado, incluyendo depreciación de equipos, relación de proveedores, productos y servicios adquiridos en la red o mercado, etc. El grado de detalle permite que esa empresa pueda ser fácilmente reproducida en otras regiones, una vez que todo el conjunto de información, suficiente para montar la empresa, esté contenido en el resumen. Los datos de esa empresa pueden incluirse en un banco de proyectos que es accionado al ser investigadas las posibilidades de expansión de las redes. Esos resúmenes pueden ser gravados y compartidos en varios formatos de texto y también en hipertexto (html), facilitando su exposición a través de Internet.

Las investigaciones sobre las diferentes empresas de la red pueden hacerse consultando por: nombre, localización (ciudad, estado, país, regiones de ciudades o cuadrantes geográficos), productos o servicios, insumos y otros materiales consumidos productivamente, inversión inicial, costos (fijo total, variable total, retiro de socios, insumos, otros materiales,

comercialización, costo mensual total), capital de giro, facturación mensual, excedente líquido, punto de equilibrio, volumen de compras en la red, volumen de compras en el mercado, trabajadores (función, cantidad, remuneración, jornada semanal), etc.

Esos mismos diagnósticos son hechos para empresas en los campos de comercio y servicio, considerando las características de las empresas en esos sectores.

En el caso de las células de consumo (cooperativas de compras colectivas y otras), el programa permite investigar el consumo de productos y servicios de la red, del mercado o del Estado – discriminando ese consumo en volúmenes y diversidad de ítems-, así como el número de consumidores, los coordinadores de las cooperativas y las listas de consumo final en varios grados de detalle.

Lo más importante, sin embargo, son los Diagnósticos de Red y Sugerencias de Expansión, accionables en el módulo de red.

Totalizando los datos del conjunto de las células el programa permite diagnosticar: a) el consumo final practicado en la red en volumen y diversidad de ítems adquiridos en la red o en el mercado; b) el flujo material en todas las cadenas productivas al interior de la red; c) el flujo de valores, visualizándose los flujos que realimentan la red y los flujos que desembocan en el mercado; d) el eslabonamiento, que puede ser diagnosticado por célula (de a quién le compra y a quién le vende), por producto/ servicio (todos los que producen aquel ítem y todos los que lo consumen) y conectividad, enlistándose por orden descendente las empresas que son proveedoras a un mayor número de empresas en la red.

Igualmente, el programa presenta sugerencias para el crecimiento de la red, a partir de criterios previamente establecidos, analizando posibilidades de eslabonamiento o división.

a) Eslabonamiento. Después de totalizar los datos de las células de consumo, producción, comercio y servicio, el programa levanta todas las demandas de la red por productos, insumos y servicios que estén siendo adquiridos en el mercado. Enseguida consulta al Banco de Proyectos, buscando localizar alguna empresa que pueda atender aquellas demandas. Si localiza algún proyecto en esa condición, verifica el volumen de demanda existente y el punto de equilibrio de la empresa (esto es, la facturación mínima necesaria para que se mantenga). En caso de que el volumen de demanda sea igual o superior al punto de equilibrio, el programa sugiere que aquella empresa sea montada, una vez que es sustentable en el interior de la propia red.

b) En el caso de División. el programa analiza, para cada empresa de la red, la proporción entre su facturación y su punto de equilibrio. Si la facturación de una célula fuera, por ejemplo, un poco más del doble de su punto de equilibrio, el programa propone que se organice una nueva cooperativa para producir aquel mismo ítem en otra región, permitiendo generar nuevos puestos de trabajo e incorporar trabajadores hasta el momento desempleados. Ambas células facturarán un volumen un poco mayor que su propio punto de equilibrio, pudiendo hacer una reducción en la jornada de trabajo de todos, pero sin que se reduzcan las ganancias de los trabajadores. Así se tiene un desarrollo geográficamente distribuido y localmente sustentable.

Finalmente, información detallada sobre el funcionamiento del programa puede ser obtenida desde el módulo de ayuda.

Como al introducir las células se puede atribuir a ellas tres estatutos diferentes (ejecutada, aprobada y proyectada), todos los diagnósticos citados anteriormente pueden hacerse considerando escenarios presentes y futuros, simulando la introducción de nuevas

empresas y verificando lo que acontecería entonces en la totalidad de una red a partir de esas alteraciones o realizando diagnósticos sobre lo que ocurriría efectivamente con la red cuando las células ya aprobadas entraran en operación en la fecha prevista.

Este programa, cuya versión preliminar terminamos de escribir en el 2000, opera basado en los algoritmos y parámetros de sustentabilidad que presentamos en La Revolución de las Redes, particularmente en la sección “1.13 Flujos de valor y cadena productiva”. Invitamos a todos los que deseen colaborar en su desarrollo a integrar el Foro Electrónico Redesol, anteriormente citado, y compartir esfuerzos en este sentido.

Anexo 5

Elementos para la elaboración de programas de gobierno

Presentación

El siguiente texto fue elaborado por un equipo del cual participamos y consta del volumen Subsidios para el Programa de Acción Gubernamental – Curitiba 2001-2004, presentado por la Alianza Curitiba Vida Mejor, que se componía de partidos de izquierda y de centro, en la disputa electoral municipal del 2000 en esta ciudad. La alianza perdió la elección por un pequeño margen de votos. Este segmento del programa se compone de propuestas de economía solidaria con otras de economía de mercado.

Ilustra algunos mecanismos que pueden ser implantados bajo la estrategia de redes, convertidos en instrumentos de políticas públicas. El programa resguarda la autonomía de las organizaciones solidarias frente al Estado, construyendo interfases que permiten una acción integrada de desarrollo local sustentado con distribución de ingreso. Bajo la terminología adoptada, la expresión generación de empleo puede ser comprendida como generación de puestos de trabajo.

(1.)Generación de empleo é ingreso 55

Curitiba, en conjunto con la Región Metropolitana, vive una triste realidad en el mercado de trabajo. Datos actuales arrojan una tasa de desempleo abierto del 7.99%, o sea, son 94 mil personas que no trabajaron y buscaron empleo en los últimos 30 días anteriores a la investigación. Si sumamos el contingente de personas que trabajaron de manera precaria en actividades eventuales a lo largo del mes, recibiendo un ingreso inferior al salario mínimo, el número llega a aproximadamente a 180 mil personas.

La dinámica de la actividad económica es la responsable de esta realidad, reflejándose en la insuficiente tasa de crecimiento económico en los últimos 5 años, cuando la media anual fue de 2.3% y quedó abajo del 1% en los últimos 2 años. Cabe destacar que aún habiendo crecimiento económico no necesariamente ocurre en igual medida, crecimiento del número de puestos de trabajo.

Al mismo tiempo en que esta ese cuadro de dificultades, es preciso reconocer que la acción del poder público municipal es insuficiente para, solito, cambiar este escenario. Entretanto el puede estimular el crecimiento de sectores de socioeconomía solidaria, aumentando la oferta de puestos de trabajo con distribución de ingreso. Así contrariamente a la inercia habitual de las últimas administraciones, estamos sometiendo a apreciaciones de los curitibanos algunas alternativas, propias de una

55 Fuente: Varios. Subsidios para el Programa de Acción Gubernamental – Curitiba 2001-2004. Alianza Curitiba Vida Mejor. Curitiba, 2000. P. 57-71.

gestión democrática y popular, que muchos podrán ayudar a la solución de ese problema.

Todas las propuestas arrojadas en este documento buscan la articulación de una amplia Red Socioeconómica Solidaria que integre organizaciones de consumidores y de productores y posibilite la reinversión conjunta de los excedentes (lo que permitirá la construcción de nuevas empresas solidarias), aumentando la diversidad y cantidad de ítems y volúmenes de productos y servicios ofrecidos. De esa manera, se garantiza la generación de empleo é ingreso, el crecimiento de la educación y el conocimiento, se estimula la solidaridad, la participación popular y la ciudadanía, aliados a la responsabilidad fiscal exigida por todo gobernante. El fortalecimiento de esa red será posible a través de la participación voluntaria de los innumerables microempresarios que actúan en la economía informal en nuestra ciudad y en la Región Metropolitana, de sus redes y organizaciones de economía solidaria, pero, fundamentalmente, de los ciudadanos curitibanos que, por primera vez en nuestra ciudad, tendrán la posibilidad de discutir la acción municipal a través del presupuesto participativo pieza clave de un gobierno verdaderamente democrático y popular.

Reconociendo los límites de la capacidad del poder público municipal para generar empleo é ingreso en la proporción necesaria para atender las necesidades de la población de Curitiba, proponemos un incentivo de la libre iniciativa privada y solidaria, de un pequeño aporte a través del “Banco del Pueblo”. Pretendemos financiar a través del microcrédito pequeñas empresas y prestadores de servicios, rompiendo las restricciones de crédito impuestas por un sistema bancario cada vez más concentrado, más internacionalizado, menos público y más excluyente, en que la oferta de crédito es tanto mayor cuanto menor es la necesidad del cliente. Esta propuesta se sustenta en experiencias exitosas en varias partes del mundo y también en algunos municipios brasileños, y pretende viabilizar a través del crédito solidario proyectos con capacidad de generación de ingreso y empleo, calificando a las empresas ya

existentes y multiplicando muchas otras, respetando los principios de autogestión bajo un modelo de desarrollo ecológico y socialmente sustentable.

Buscando facilitar la visibilidad y la integración de las empresas, recomponiendo las cadenas productivas para evitar la evasión de los recursos generados en el interior de las redes (garantizando de esta manera una mayor distribución de ingresos al conjunto de los participantes), organizaremos la “Bolsa de Negocios”. Ella se caracterizará como un espacio real en que los microemprendedores podrán organizarse para la adquisición conjunta de insumos, compartir y transferir nuevas tecnologías, reducir costos y pérdidas, al mismo tiempo en que se incrementa el número de negocios realizados internamente entre los propios empresarios solidarios. La Bolsa de Negocios publicará periódicamente catálogos actualizados con información sobre las empresas que integran las redes, su localización en los diferentes barrios, productos y servicios ofrecidos, formas de contacto, etc. Ella también volverá disponible un servicio de datos a través de Internet – como ya comienza a ocurrir con la red de colaboración solidaria en Curitiba -, así como realizará atención telefónica, facilitando cruzar datos entre demandas y ofertas de emprendedores solidarios y aumentando el volumen de transacciones económicas entre los diversos empresarios del sector.

Buscando aumentar el poder adquisitivo de la población y viabilizar el derrame de la producción del conjunto de las redes, la Prefectura procurará instalar, en sociedad con los empresarios y movimientos comunitarios, la Red Curitibana de Comercio Solidario”. A ejemplo de lo que hoy ocurre con la Red Solidaridad, que garantiza la adquisición de medicamentos a sus asociados con 30% de descuento y con la Red Sol, que permite la comercialización conjunta de productos de varias empresas de socioeconomía solidaria de la región Sur de Curitiba, nuestra propuesta prevé la multiplicación de los Mercados Solidarios, así como la organización de las Ferias de las Cooperativas Populares, aumentando los puntos de ventas y facilitando la relación directa entre

productor y consumidor. La organización de las cooperativas de consumo, de las asociaciones y similares permitirá comprar más y mejor con los recursos de que se dispone.

La insuficiencia de ingresos, grave problema que afecta a las familias más pobres de nuestra ciudad, generalmente se acompaña de baja escolaridad y de reducida calificación profesional. Dadas las características del mundo de trabajo contemporáneo, que demanda cada vez más conocimientos para una mejor participación en la vida social y productiva, los programas de generación de empleo é ingreso deben articularse a programas de educación básica y formación para el trabajo. Estos programas actúan en varios frentes. El primero de ellos es el “Programa de Bolsa Escuela”, con el objetivo de retirar los niños y adolescentes del camino y del trabajo precoz, siempre precarizado, en la mayoría de las veces insalubre y peligroso. En Curitiba, actualmente, hay una presencia significativa de niños y adolescentes en el mercado de trabajo, comprometiendo su escolaridad y formando un círculo vicioso de pobreza. Para tener una mejor idea de la dimensión del problema, se observa que el 58% de las personas que hoy están en el mercado de trabajo en la Región Metropolitana de Curitiba comenzaron a trabajar cuando tenían menos de 15 años, haciendo que la media de escolaridad de los trabajadores no sobrepase los cuatro años, comprometiendo tanto su capacidad productiva como su derecho a la ciudadanía. Para estos pequeños trabajadores, son necesarios buenas escuelas y profesores, pero esto no es suficiente, es necesario sustituir lo que ganan en este camino por una bolsa que les permita dedicarse sólo a la escuela. Lo importante es aplicar una política que, articulando educación é ingreso, beneficie a los más pobres de la población. El “Programa Bolsa Escuela” pretende atender hasta 5,000 familias, permitiendo retirar del mercado de trabajo hasta a 9,000 niños entre 7 y 14 años de edad, garantizando el acceso y la dedicación máxima a la educación. Al integrarse a las Redes de Socioeconomía Solidaria, esas familias tendrán condiciones de comprar más y mejor con los recursos de la Bolsa Escuela.

El adolescente de Curitiba y Región, entre los 15 y 19 años, que está en el mercado de trabajo, presenta actualmente la mayor tasa de desempleo entre todas las edades – 28%. Por un lado, la falta de experiencia, y por otro, nadie le da oportunidad. Proponemos el “Programa Primer Empleo” que busca atender a esta faja de edad que hoy representa una población de 252,540 individuos. De ese total, están en el mercado de trabajo 130, 000 jóvenes, entre los cuales 37 mil están en condición de desempleados. Este programa ofrecerá la posibilidad de integrar la educación básica para los que no la tienen con cursos de calificación profesional, a través de proyectos específicos, en articulación con las Secretarías Estatal y Municipal de Educación y con el Programa Estatal de Calificación Profesional. La oferta de los cursos se dará en los sectores con mayor potencial de generación de empleo, articulados a los programas de intermediación de mano de obra. Estos proyectos incluyen bases remuneradas y supervisadas en empresas privadas y públicas, más allá de la prestación de servicios públicos a la colectividad.

Para el trabajador desempleado en la faja superior a los 40 años, con baja experiencia profesional y dificultad de reinserción en el mercado de trabajo, caracterizando el desempleo de largo duración, proponemos el “Programa Recomienzo”. El objetivo de este programa es establecer un ingreso mínimo, en la modalidad de bolsa de trabajo, integrada a cursos de educación básica y de calificación y recalificación profesional, posibilitando su reinserción productiva en el mercado de trabajo en las Redes de Socioeconomía Solidaria. Más allá de eso, la Prefectura coordinará las acciones dispersas existentes en el auxilio a la re-integración al mercado de trabajo de hombres y mujeres mayores de 40 años, y los instrumentos de crédito existentes (Proger, Programa Brasil Emprendedor, etc. )Serán creadas centrales de atención con sedes en los barrios, ampliando los canales de divulgación de nuevas oportunidades de ingreso y empleo. Se estimulará la formación de cooperativas de personas mayores de 40 años que no tengan ingresos y estén desempleadas, incentivando la integración de esas cooperativas en redes, recomponiendo las cadenas productivas, reduciendo los costos de los insumos,

facilitándose el derrame de la producción y distribuyéndose a través del conjunto de redes los excedentes acumulados. La Prefectura hará contratos con esas cooperativas para prestación de servicios y productos, buscando el estímulo a la generación de empleos.

En las regiones más pobres del Municipio el problema del desempleo es más grave. Al mismo tiempo los servicios públicos y la urbanización son más precarios. Para mejorar esa situación y ayudar a combatir la falta de ingresos, proponemos la “Urbanización Comunitaria”, que es la comunidad definiendo, a través del “Mejoramiento Participativo, cuáles servicios se necesitan y a sus moradores desempleados realizando la obra de manera remunerada, con la coordinación de profesionales especializados. Más allá de la calidad de la obra garantizada por los propios moradores, habrá generación de ingresos en el barrio y compromiso de la comunidad con la preservación del mantenimiento de los espacios públicos. Este programa, como los anteriores, posibilitará el acceso a la educación básica y a la calificación profesional.

Para las personas que tienen la intención de iniciar un pequeño negocio y el Banco del Pueblo no es suficiente, proponemos la “Incubadora de Empresas”, que se propone ofrecer la infraestructura necesaria para ampliar la posibilidad de surgimiento y estabilización de pequeñas empresas en todas las áreas del Municipio, buscando atender especialmente las demandas del mercado solidario levantadas en la Bolsa de Negocios, desahogando los cuellos de botella de las cadenas productivas. A través de las Incubadoras se tendrá el acceso temporal a la estructura física, además de asesoría técnica e incentivos fiscales y económicos de la Prefectura, de acuerdo a la capacidad de generación de ingreso y empleo de cada empresa.

También los que no requieren estructura física para prestar sus servicios pueden ser organizados por la Prefectura para aumentar su potencial de ingreso. Para ello proponemos la organización de “Cooperativas de Prestadores de Servicios”. Además de la intermediación

de servicios, pretendemos auxiliar en el montaje de esa forma de organización del trabajo, con consultorías y asesorías especializadas, promoviendo cursos de calificación profesional y de gestión.

La Prefectura Municipal realiza a lo largo del año gastos definidos a partir de su presupuesto. Sólo en el presupuesto del 2000 están previstos gastos de R$ 158.4 millones a través de la Secretaría de Obras. Además de cuestionarnos la manera de definición de esos gastos, que es meramente burocrática y de la cual la población nunca participa, cuestionamos cómo han sido realizados los gastos, aprovechando muy poco su potencial de generación de ingreso y empleo. Así, como formas de desconcentrar el ingreso, ampliar las oportunidades de empleo y reducir los costos de las obras y de los servicios demandados por el Municipio, pretendemos adoptar el programa “Licitaciones Pulverizadas”, que significa aprovechar mejor el potencial de las inversiones públicas realizadas por el poder municipal, permitiendo la participación de más empresas y la utilización de más trabajadores en la ejecución de las obras públicas, dando preferencia a las empresas solidarias organizadas en redes de colaboración, respetando los criterios técnicos requeridos.

Como dijimos inicialmente, conocemos los límites de acción de la Prefectura en el combate al desempleo; por lo que proponemos medidas que busquen enfrentar ese problema. Sólo la “Bolsa Escuela” pretende reducir en 9,000 la oferta de mano de obra en el mercado de trabajo. El “Banco del Pueblo” pretende generar hasta 3,000 empleos directos con base en las experiencias ya realizadas y en el volumen de recursos que pretendemos invertir. El “Primer Empleo” tiene por objetivo dar oportunidad hasta a 4,550 jóvenes y “Recomienzo” pretende abarcar 4,000 trabajadores. Las “Incubadoras de Empresas” generarán inicialmente 350 nuevas ocupaciones, pudiendo llegar a 1,400 generando renta para 4,000 personas. Sólo esas medidas tendrán el efecto de 21,950 nuevas plazas en el mercado de trabajo. La organización de mercados solidarios en las áreas más pobres de la ciudad también traerá nuevos puestos e trabajo.

Considerando los efectos de los programas “Cooperativas de Prestadores de Servicios, Licitaciones Pulverizadas y Urbanización Comunitaria”, es posible afirmar, hasta con cierto conservadurismo, que el impacto sobre el mercado de trabajo de la región alcanzará la meta de 30 mil nuevas plazas sólo con la acción del poder público municipal.

Finalmente, si tomamos en consideración el potencial de crecimiento de la “Red de Socioeconomía Solidaria” – como se vio en regiones de España, Italia y Argentina – en particular por la recomposición de las cadenas productivas viabilizada por la “Bolsa de Negocios” y reinversiones colectivas y financiamientos del “Banco del Pueblo”, podremos generar un gran número de puestos de trabajo.

1.1 Detalle de cada propuesta1.1.1 Apoyo a las Redes de Socioeconomía Solidaria

Objetivo: actuar a favor de la integración de las actividades desarrolladas por las organizaciones de socioeconomía solidaria (de las ya existentes y de otras que serán inducidas) en las áreas de financiamiento, producción, comercialización y consumo, promoviendo reinversiones colectivas, buscando ampliar el número de empresas solidarias integradas autónomamente en cadenas productivas, diversificando la producción, generando nuevos puestos de trabajo y distribución de ingreso, bajo un modelo de desarrollo local, ecológico y socialmente autosustentable, que privilegie el bien-vivir del conjunto de la colectividad en equilibrio con los ecosistemas.

Gestión del programa: la red es una organización autónoma de las empresas solidarias en los campos de la economía y cultura, actuando en el ámbito municipal. En la gestión del programa de apoyo a la red

participan representantes de la Prefectura, de los empresarios y organizaciones civiles, particularmente las comunitarias.

Función: apoyar las cooperativas y asociaciones solidarias de producción y servicios integrándolas en una red de socioeconomía, facilitando:

La producción y comercialización alternativa en Curitiba; La realización de programas educativos dirigidos a la

formación y capacitación de los trabajadores en cuanto a la producción, comercialización y administración;

La calificación de la producción en general, el incremento de la productividad y e la calidad de los productos finales;

Las reinversiones colectivas que permitan expandir las redes con mayor autonomía, creando nuevas cooperativas que atiendan sus propias demandas, recomponiendo solidariamente las cadenas productivas;

La incorporación y el desarrollo de nuevas tecnologías ecológicamente sustentables;

La regularización de las empresas, viabilizando la captación de cuotas que garantiza la previsión social a los trabajadores;

La formulación de propuestas y criterios de legislación: por ejemplo, exentando a las empresas de determinados impuestos (en función de los beneficios sociales que generan, de las reinversiones solidarias que hacen a favor del bien público creando puestos de trabajo y distribución de renta ó ingresos);

La organización de equipos de asesoría: administrativa, económica y contable, para levantar datos del mercado, contabilidad, balances, etc.; asesoría metodológica para aplicación de modelo cooperativo de autogestión;

La organización de asociaciones de producción doméstica en las áreas de alimentación, artesanía y vestido;

La difusión del consumo para el bien-vivir, dando preferencia a los productos elaborados en las redes a través de cooperativas de consumidores y otras organizaciones similares.

Recursos: aquellos venidos del Banco del Pueblo y de un Fondo Solidario de Inversiones, creado por la propia red con las contribuciones recibidas mensualmente de todas las empresas integradas en ella y que usufructúen de las ventajas de la Bolsa de Negocios, de la comercialización directa por Internet, tele ventas, programas de calificación, investigación de mercado, etc.

Resultado estimado: el resultado obtenido viene de la integración de todos los demás programas que permiten impulsar el crecimiento autosustentable de esas redes. Considerando que la red tenga, por lo menos, 3 empresas productivas (en las áreas de alimentación, higiene y limpieza) en cada una de las posibles 75 regiones donde serán organizados los mercados solidarios y que cada empresa emplee 5 trabajadores, se generan por lo menos 1,125 puestos de trabajo.

1.1.2. Institución de Crédito Solidario – El Banco del Pueblo

Objetivo: mantener y generar empleo e ingresos en establecimientos de pequeño porte y en colectivos de trabajadores prestadores de servicios en cooperativas y/o asociados.

Gestión del programa: constituido en la forma de organización no gubernamental (ONG) mixta, con participación de la Prefectura, trabajadores, empresarios y organizaciones civiles representativas, en la dirección ejecutiva, consejo de administración y fiscal.

Función: proveer crédito para sectores excluidos del sistema bancario por restricciones formales, tipo de empresas y tasas de interés.

Tipos de crédito: capital de giro e inversión en maquinaria, equipamiento y estructura. Tasa de intereses abajo del mercado y plazo de acuerdo a la naturaleza de la empresa, el tipo de crédito y la capacidad de generación de ingreso y empleo.

Acceso al crédito: a través de unidades descentralizadas en regiones y de los agentes de crédito, que tendrán la función de evaluar la capacidad de las empresas para la concesión de crédito. Las garantías serán dadas por quien recibe el crédito, aún en la forma de aval solidario, cuando se trata de un grupo de beneficiarios.

Recursos: presupuesto municipal, fondo perdido, y contrapartida igual del programa BNDES. La propuesta es constituir un fondo de hasta R$ 20 millones para este proyecto, pudiendo también abarcar otras asociaciones eventuales, como organizaciones internacionales. Este aporte de recursos será único previendo la baja de incumplimientos y el reducido costo administrativo de este tipo de operación, permitiendo el crecimiento de los recursos disponibles, aún con tasas de interés menores.

Resultado estimado: considerando las experiencias en Porto Alegre, Santo André y Blumenau, y comparándolas con la realidad poblacional, económica y los recursos que se pretende poner a disposición para Curitiba, es posible estimar la generación de 3,000 nuevas plazas, sin considerar los efectos indirectos y también el mantenimiento de los puestos ya existentes.

1.1.3 Bolsa de negocios

Objetivo: facilitar la integración de las empresas de socioeconomía solidaria, la adquisición conjunta de insumos, derrame de la producción, el compartir las transferencias de nuevas tecnologías, aumento de las transacciones económicas entre las empresas, la recomposición solidaria de las cadenas productivas de forma que se evite la evasión de los recursos generados en su interior.

Gestión del programa: La Bolsa de Negocios es un órgano de la Red de Socioeconomía Solidaria, siendo administrada por ella en sociedad con la Secretaría Municipal de Desarrollo, de la Industria y del Comercio.

Funciones:

publicar catálogos sobre las empresas que integran las redes, su localización en los diferentes barrios, productos y servicios ofrecidos, formas de contacto, etc.;

tener a disposición datos a través de Internet que ayuden a las decisiones de productores y consumidores;

promover la atención telefónica, facilitando el cruce de datos entre demandas y ofertas de empresas solidarias, facilitando la recomposición solidaria de la cadena productiva;

estudiar y proponer alternativas ante las dificultades detectadas en las cadenas productivas locales.

Recursos: por su carácter de acción mediadora, las actividades de la Bolsa de Negocios no requieren recursos muy elevados, reduciéndose a facilitar instalaciones y a funcionarios de la Secretaría de Desarrollo, Industria y Comercio que den soporte en las áreas de comunicación gráfica y electrónica.

Resultado estimado: fortalecimiento de las empresas integradas en la red y corrección de los flujos de valores, evitando que demanden productos y servicios de empresas que concentran recursos en vez de desconcentrarlos a través de la remuneraciones del trabajo, aumentando de esta manera el potencial de consumo de las redes y la riqueza que circula en su interior.

1.1.4 Red Curitibana de Comercio Solidario

Objetivo: viabilizar el derrame de la producción en el conjunto de las redes y dar soporte operacional a las cooperativas de consumo, garantizando la adquisición de productos de calidad a precios más bajos.

Gestión del programa: la Red Curitibana de Comercio Solidario es parte de la Red de Socioeconomía Solidaria, estando presentes las empresas de comercio solidario integradas a las demás empresas de producción y servicios de la Red, siendo administrada con asesoría de la Secretaría Municipal de Desarrollo, de la Industria y del Comercio. Participan en su gestión representantes de los trabajadores, organizaciones comunitarias de la región que integran el sistema de compras solidarias y representantes de las demás empresas solidarias de la región que están integradas en la Red de Socioeconomía Solidaria.

Función: al permitir que los consumidores puedan totalizar sus demandas de consumo (para realizar en un único acto de compra la adquisición conjunta de gran volumen de mercancías), se consigue adquirir los productos con un significativo margen de descuento, suprimiendo los intermediarios, lo que aumenta el poder adquisitivo del rendimiento de cada familia participante del programa. Por otra parte, dando preferencia al consumo de los productos elaborados en el interior de la red, se viabiliza su comercialización. En cada tienda de la red se encuentran los productos elaborados en el mismo barrio y en otros barrios de la ciudad por empresas solidarias, así como productos elaborados fuera de la red, que se equiparan a los precios más bajos del mercado, una vez que las tasas de lucro practicadas en la red son inferiores. Parte de los excedentes de cada tienda es compartido al Fondo de Desarrollo Solidario, permitiendo el crecimiento de la propia red organizando nuevas empresas, diversificando la producción, aumentando la oferta de puestos de trabajo y, así, distribuyendo ingreso.

Recursos: provenientes del Banco del Pueblo y del Fondo Solidario de Inversiones, originados por las contribuciones recibidas mensualmente de todas las empresas de la red.

Resultado estimado: considerando que cada uno de los 75 mercados solidarios, esparcidos por las regiones más pobres de la ciudad, genere al menos 5 puestos de trabajo, tendremos 375 nuevas plazas creadas por la

Red de Comercio Solidario. Más allá de eso habrá una ganancia aproximada del 15 al 20% en el poder de compra de todas las familias que se integren al sistema de compras solidarias. Se garantiza además el derrame de la producción de las demás empresas integradas en la Red de Socioeconomía Solidaria. Al completarse el ciclo entre producción y consumo en el interior de la red, se tiene como resultado que la circulación monetaria interna al sistema realimenta los procesos de producción, permitiendo la remuneración de los trabajadores. Éstos, al realizar compras solidarias, sustentan las ventas en los mercados en un círculo virtuoso de crecimiento auto sustentable.

1.1.5 Programa de Educación é Ingreso – Bolsa Escuela

Objetivo: garantizar el acceso a la educación de manera continua para niños de 7 a 14 años, unido al programa de ingreso familiar, retardando la incorporación al mercado del trabajo de esta faja de edad.

Gestión del programa: Secretaría Municipal de Educación, Fundación de Asistencia Social, Secretaría Municipal de la Niñez, Consejo Municipal de la Niñez y del Adolescente, Movimiento de los Niños y las Niñas de la Calle y demás entidades de la sociedad civil involucradas en este tema. Todas estas áreas constituirán un Consejo gestor que definirá las metas y criterios de acceso más allá de acompañar, supervisar y evaluar la aplicación del programa.

Función: dar beca a las familias de bajo ingreso que tengan hijos entre 7 y 14 años inscritos en escuelas públicas. Esta beca deberá permitir que el ingreso familiar per-capita sea de hasta medio salario mínimo considerando ya el ingreso de la familia, excluyendo de él a los hijos en edad beneficiaria que se dedicarían exclusivamente a los estudios.

Recursos: presupuesto municipal, compensándose con otros programas asistenciales como los que desarrollan la despensa básica y que atienden al mismo sector. Se estima que este programa pueda desarrollarse anualmente, atendiendo inicialmente a 1,000 familias y pudiendo llegar a 5,000. De esta manera, considerando el gasto promedio de 1 salario mínimo por familia más un 8% de gasto administrativo para desarrollar el programa y la asistencia regular destinados a las familias atendidas, está prevista una inversión anual de $ 42,074,640 para las 5,000 familias.

Resultado estimado: en la educación el resultado será ampliar el acceso a la cultura y garantizar la escolaridad para la sociedad de manera más amplia, eliminando las restricciones para las familias de bajo ingreso que retiran a sus hijos de la escuela desde muy pequeños para garantizar el ingreso familiar. En el mercado de trabajo el efecto a largo plazo será permitir una oferta de mano de obra con mayores estudios, mejorando la media actual de 4 años, con efectos sobre la productividad y el ingreso de esos futuros trabajadores. En el corto plazo el efecto más inmediato será retirar del mercado de trabajo un contingente de niños entre 10 y 14 años que totalizan 17,777 personas, según el IBGE en 1998, en Curitiba y Región. De ese total de niños, 12,810 estaban empleados y 4,967 buscaban empleo. Con el alcance de este programa el Municipio de Curitiba pretende retirar a 9,000 niños entre 10 y 14 años del mercado de trabajo.

1.1.6. Programa Primer Empleo

Objetivo: aumentar las posibilidades de acceso al mercado de trabajo en forma de empleo, de jóvenes entre 15 y 19 años, con remuneración y supervisión, llevando a cabo prestación de servicios de utilidad pública en el Municipio.

Para la traducción del presente texto, se hicieron las conversiones de Reales a Pesos con su equivalencia correspondiente de abril de 2005.

Gestión del programa: Secretaría Municipal de Finanzas, Fundación de Asistencia Social, Consejo Municipal del Trabajo y entidades de la sociedad civil involucradas en este tema. Debido a la naturaleza del objetivo de este programa, deberá haber una fuerte articulación con la iniciativa privada, los sindicatos de trabajadores y todas las esferas de gobierno en el intento de crear mecanismos de inserción del joven en el mercado de trabajo, ya que cuanto mejores sean las condiciones de ese primer acceso al empleo, tiende a ser más favorable la evolución profesional de la juventud.

Función: elaborar un amplio diagnóstico de la evolución del mercado en la Región para dirigir las acciones públicas del Municipio en la calificación y entrenamiento de mano de obra, creando un sistema propio de intermediación con asociaciones. Definir un amplio programa de estado remunerado y supervisado, a través de la Prefectura y de otros órganos públicos, buscando la realización de trabajos de utilidad pública como el uso de la informática en escuelas públicas, la alfabetización de adultos y el refuerzo escolar a los niños, con la debida orientación pedagógica, por encima de otras actividades.

Recursos: presupuesto municipal y recursos del Fondo de Amparo al trabajador (FAT), además de convenios con instituciones de enseñanza, de investigación y de acción social. Estimando un gasto per cápita mensual promedio de $ 688.00, 60% de los recursos serán originados del presupuesto municipal. La inversión sería de $ 22,538,880 al año, con cobertura para 4,550 jóvenes.

Resultado estimado: mejor calidad en la inserción del joven al mercado de trabajo, favoreciendo su evolución profesional. El principal resultado a largo plazo será mejorar las condiciones de acceso de los jóvenes al primer empleo, transformando la dura realidad presentada por el IBGE en que 51.6 % de las personas entre 15 y 19 años están en el mercado de trabajo en Curitiba y la Región Metropolitana, 28 % de las cuales (36,338) están desempleadas, constituyendo la mayor tasa (de desempleo), como ya

vimos, por rango de edad en la región. Se estima que este programa pueda tener una evolución anual, favoreciendo inicialmente a 900 jóvenes y pudiendo llegar a 4,550 insertados en el mercado de trabajo a través de espacios en los sectores públicos y privados, calificación profesional e intermediación de mano de obra.

1.7 Programa Recomenzar

Objetivo: ampliar las posibilidades de reinserción en el mercado de los trabajadores mayores de 40 años con baja calificación. Crear una renta mínima en forma de bolsa de trabajo, con cursos de recalificación profesional y la coordinación de formas de intermediación de mano de obra. Estimular la formación de cooperativas y coordinar los instrumentos de crédito existentes. La Prefectura hará contratos con esas cooperativas para la compra de productos y prestación de servicios, buscando estimular la generación de empleos.

Gestión del programa: Secretaría Municipal de Finanzas, Fundación de Asistencia Social, Consejo Municipal del Trabajo y entidades de la sociedad civil involucradas en este tema. Deberá existir articulación con la iniciativa privada, los sindicatos de trabajadores y órganos públicos que actúan en la intermediación de mano de obra y en la gestión de formas de crédito como el Proger y el Programa Brasil Emprendedor. También serán importantes las universidades para constituir cooperativas de trabajo, aprovechando experiencias ya realizadas en otras localidades.

Función: elaborar un amplio diagnóstico de la evolución del mercado en la Región para dirigir las acciones públicas en el Municipio en la calificación y entrenamiento de la mano de obra, creando un sistema propio de intermediación con distintos sectores. Garantizar una forma de ingreso mínimo mientras el trabajador está en el programa, haciendo viable su participación de manera plena. Auxiliar a grupos de trabajadores, orientándolos en la mejor manera de constituir cooperativas, y establecer

un conjunto de productos y servicios que podrían ser suministrados por esas iniciativas.

Recursos: presupuesto municipal y recursos del Fondo de Amparo al Trabajador, además de convenios con instituciones de enseñanza, de investigación y de acción social. Estimando un gasto per cápita promedio mensual de $ 602.00, 70% de los recursos serán originados del presupuesto municipal: la inversión sería de $ 20,227,200 anuales, con una cobertura para 4,000 trabajadores.

Resultado estimado: mejorar la calidad de la mano de obra y permitir la reinserción del trabajador mayor de 40 años al mercado de trabajo, combatiendo el desempleo de larga duración y reduciendo el contingente de trabajadores en esta franja de edad que actualmente se encuentran desempleados. Se estima que este programa pueda alcanzar a 4,000 trabajadores en esa franja de edad, de un total de 45,000 que buscan empleo en Curitiba y Región.

1.1.8 Urbanización Comunitaria – Urbanización y empleo en los barrios

Objetivo: desarrollar proyectos de urbanización en los barrios del Municipio utilizando mano de obra de la propia comunidad de forma remunerada y coordinada por profesionales de la Prefectura. La intención es que los proyectos de urbanización de menor envergadura en las áreas de pavimentación, saneamiento básico, pintura y conservación de espacios públicos, entre otros, sean desarrollados con mano de obra de la propia comunidad en sociedad con la Prefectura.

Gestión del Programa: Secretaría Municipal de Obras Públicas, IPPUC, Fundación de Asistencia Social, Consejo Municipal del Trabajo y Asociaciones Comunitarias. La definición de las obras públicas en los barrios tendrá un papel fundamental, ya que la propia comunidad irá organizando la mano de obra necesaria, utilizando personas desempleadas

de la comunidad. La discusión colectiva de esas obras deberá ocurrir en el ámbito del presupuesto participativo, que será implantado por el nuevo gobierno.

Función: permitir la realización y la conservación de obras públicas en los barrios, utilizando y remunerando la mano de obra originaria y organizada por la comunidad y coordinada por profesionales de la Prefectura, de acuerdo con la definición de cada proyecto.

Recursos: presupuesto municipal. No se aumentarán los gastos, pues se trata de una nueva forma de organización de las obras públicas en los barrio; los trabajos tendrán un plazo mayor, ya que no serán realizados por una empresa especializada: tendrán un costo más reducido, ya que se utilizaría mano de obra propia de la comunidad, con menor dispendio de recursos. Habría compensación entre el mayor plazo y el menor costo y mayor eficiencia social, pues se utilizaría más mano de obra.

Resultado estimado: mejor calidad en la ejecución de la obra, ya que eventuales prejuicios cualitativos se volverían contra la propia comunidad, llevando así una mayor fiscalización sobre la obra pública. Más allá de eso, la coordinación por profesionales especializados tiene también como objetivo garantizar la calidad. Por lo tanto, se generará ingreso y empleo en la propia comunidad, por encima de la recalificación profesional de los involucrados en la obra, ya que estarán coordinados por profesionales de cada área. Preservación de la urbanización del espacio público y mayor compromiso de la comunidad con ese espacio, como resultado se tendría una reducción en los gastos de mantenimiento y conservación de áreas públicas.

1.1.9 Incubadoras de Empresas

Objetivo: crear estructura física para el desarrollo de pequeñas empresas comerciales, industriales y de servicios, con el necesario acompañamiento

técnico y la utilización temporal de incentivos fiscales y económicos de la Prefectura para la generación de ingreso y empleo.

Gestión del programa: Secretaría Municipal de la Industria, Comercio y Turismo, Consejo Municipal del Trabajo y convenios con Sebrae, Universidades y BNDES. Este programa deberá tener un fuerte apoyo en el diagnóstico sobre la evolución del mercado en la región; este estudio definirá los sectores con mayor potencial y su distribución en las regiones del Municipio, la posibilidad de utilización tanto de la estructura como de los incentivos económicos y fiscales dependerá de la capacidad de generar empleos de las empresas.

Función: tener mejores condiciones para el surgimiento y maduración de pequeñas empresas generadoras de ingreso y empleo en las diferentes áreas del Municipio, concediendo incentivos fiscales, económicos y de asesoría de manera temporal, que permita impulsar nuevos negocios en todo el Municipio, sin las restricciones de espacio y de localización que hoy se presentan como limitadores del programa Línea de Empleo del actual gobierno.

Recursos: presupuesto municipal y contrapartida del BNDES, para inversión en infraestructura, con previsión de instalación en ocho regiones del Municipio. Convenios con instituciones para asesorías a pequeños negocios y utilización de las experiencias en curso en otros estados. Estimamos un gasto promedio de $ 1,075,000 por incubadora, siendo 50 % de los recursos provenientes del presupuesto municipal, previéndose una inversión inicial de la Prefectura de $ 4,300,000.

Resultado Estimado: mantener incubadoras de empresas en ocho regiones con capacidad de absorción de pequeñas empresas. Cada incubadora podrá absorber de 8 a 20 empresas simultáneamente, de acuerdo con las características de cada región. El plazo de permanencia será de hasta un año, con posibilidad de renovación., de acuerdo con la demanda de nuevas empresas. Aún sin permanecer en la incubadora un plazo mayor a un año,

será posible garantizar apoyo técnico, fiscal y económico de la Prefectura a las empresas “incubadas”. El objetivo será garantizar la utilización de las incubadoras de hasta 112 empresas simultáneamente, garantizando 350 nuevos empleos y generando ingreso para 1,000 personas, con potencial para doblar esos números cada año, generando 1,400 empleos a lo largo del mandato y renta para 4,000 personas.

1.1.10 Programa Cooperativas de Prestadores de Servicios

Objetivo: coordinar la organización de prestadores de servicios en el Municipio, como forma de ampliar las posibilidades de ingresos de parte importante de la población actualmente ocupada como autónomos.

Gestión del programa: prefectura y convenios con instituciones de enseñanza con experiencia en la constitución de cooperativas populares en otras regiones.

Función: permitir la organización de prestadores de servicios en forma de cooperativas o asociaciones, facilitando la intermediación de los servicios y posibilitando cursos de recalificación, además de evitar la utilización fraudulenta de ese tipo de organización del trabajo.

Recursos: presupuesto municipal y convenio con recursos del FAT a través del Consejo Municipal del Trabajo. Se estima una inversión de $4,300,000 en este proyecto, 50% del cual proviene del presupuesto municipal, totalizando $ 2,150,000.

Resultado estimado: mejor organización de este tipo de trabajo, mejor calificación profesional y disponibilidad de más oportunidades de trabajo y renta a los participantes.

1.1.11 Licitaciones Pulverizadas

Objetivo: distribuir de forma más fraccionada eventuales lotes de obras públicas del Municipio, buscando aumentar la participación de los concursantes, resultando una mayor utilización de mano de obra y desconcentrando los recursos públicos invertidos.

Gestión: la prefectura y secretarías afines, definidas a partir del presupuesto participativo.

Resultado estimado: potenciar los efectos de las inversiones públicas en la generación de ingresos y empleo.

Programas de generación de empleo e ingreso en Curitiba

Inversiones y empleos generados

Programa RecursosPMC

Otras asociaciones

Total de recursos

Empleo

Red de Socioeconomía solidaria

1,125

Banco del Pueblo

43,000,000 43,000,000 86,000,000 3,000

Bolsa de Negocios

Indefinido

Red Curitibana de Comercio Solidario

375

Bolsa Escuela 42,074,640 42,074,640 9,000Primer Empleo 22,538,880 15,025,920 37,564,800 4,550Recomenzar 20,227,200 8,668,800 28,896,000 4,000Incubadoras de 4,300,000 4,300,000 8,600,000 1,400

EmpresasCooperativas de Servicios

2,150,000 2,150,000 4,300,000 Indefinido

Licitaciones Pulverizadas

Neutro Neutro Neutro Indefinido

Urbanización Comunitaria

Neutro Neutro Neutro Indefinido

TOTAL 134,290,720 73,144,720 207,435,440 126,635

Las inversiones de la PMC corresponderían al 1.97% del presupuesto municipal del 2000;

Corresponderían a menos del doble del gasto en Comunicación Social del 2000;

Corresponderían a 74% de los gastos de la Cámara Municipal previstos para el 2000;

Corresponderían al 44% de los gastos del gabinete de la prefectura previstos para el 2000;

Corresponderían a 2.26% de la recaudación realizada en 1999.

Resumen de las propuestas

Programa Objetivo Recursos ResultadosRed de Socioe-cono-mía solida-ria

Integrar empresas solidarias de producción, comercio, servicios y consumo, realizando reinversiones colectivas fortaleciendo la creación de nuevas empresas

Origen: Banco del Pueblo y Fondo Solidario de Inversión creado por la propia Red con las contribuciones de las empresas integradas.

Organización de 375 nuevas empresas y 1,125 puestos de trabajo

Banco del Pueblo

Proveer micro-crédito para pequeñas empresas y prestadores de servicios.

Presupuesto municipal (R$ 10 millones) y contrapartida del BNDES (R$ 10 millones)

Viabilizar pequeños negocios y generar 3,000 empleos directos.

Bolsa de Nego-cios

Facilitar transacciones económicas entre empresas solidarias, cruzando ofertas y demandas por insumos, productos y servicios, recomponiendo cadenas productivas, viabilizando la producción sobre pedido, evitando la evasión de los recursos generados en el interior de las redes.

No requiere recursos muy elevados, resumiéndose a la cesión de instalaciones, de funcionarios de la prefectura y de soporte en las áreas de comunicación gráfica y electrónica.

Fortalecimiento de las empresas integradas en la Red de Socioeconomía Solidaria; corrección de los flujos de valores para que realimenten a las cadenas productivas de la propia Red; censo de las cadenas productivas; planeación estratégica para la instalación de nuevas empresas.

Red Curitibana de Comercio Solidario

Viabilizar el flujo de la producción del conjunto de las redes y dar soporte operacional a las cooperativas de consumo.

Origen: recursos provenientes del Banco del Pueblo y del Fondo Solidario de Inversiones.

a) Organización de 75 mercados solidarios esparcidos por las regiones más pobres de la ciudad; b) generación de 375 puestos de trabajo; c) ganancia del 15 al 20% en el poder de

compra de todas las familias que se integren al sistema de compras solidarias; d) flujo de la producción de las demás empresas integradas en la red; e) circulación monetaria interna al sistema realimentando nuevamente los procesos de producción en un círculo auto-sustentable.

Bolsa Escuela

Garantizar renta mínima a las familias con niños entre 7 y 14 años, vinculada a la educación .

Presupuesto municipal, con recursos iniciales de R$2 millones, pudiendo alcanzar los R$ 10 millones.

Atención inicial a 1,000 familias, pudiendo llegar hasta 5,000, retirando a 9,000 niños entre 7 y 14 años del mercado de trabajo.

Primer Empleo

Proporcionar calificación, puestos supervisados y remunerados en los sectores públicos y privados e intermediación de mano de obra.

Presupuesto municipal y convenio con recursos del FAT

Proporcionar ocupación inicial para 900 jóvenes, pudiendo llegar a 4,500 al final del gobierno

Reco-menzar

Proporcionar calificación, empleo y renta para trabajadores mayores de 40

Presupuesto municipal, convenio con recursos del FAT, Proger y

Proporcionar renta y empleo para una población de 4,000 trabajadores

años en situación de desempleo de larga duración

Brasil Emprendedor

Urbani-zación Comuni-taria

Proporcionar obras públicas, empleo y renta para la población del propio barrio

Presupuesto municipal, adoptándose una nueva forma de organizar los gastos en obras públicas de menor envergadura

Mayor compromiso de la comunidad con la urbanización del barrio, acceso a los servicios públicos básicos y generación de renta y empleo en la propia comunidad

Incubadoras de Empresas

Permitir el nacimiento y maduración de pequeñas empresas con incentivos fiscales y económicos además de acompañamiento especializado en cada área

Presupuesto municipal, convenios con BNDES, Sebrae y universidades

Mantener simultáneamente 112 pequeñas empresas en ocho regiones del Municipio, generándose 350 ocupaciones iniciales y con potencial para 1,400 al año

Licitaciones Pulverizadas

Desconcentrar las inversiones municipales, permitiendo la participación de más empresas

Presupuesto Municipal

Aprovechar el potencial de generación de renta y empleo de la inversión pública municipal

Cooperativas de Prestadores de

Organizar prestadores de servicios en el Municipio

Presupuesto municipal

Aumentar el potencial de renta a través de la intermediación, promover calificación

Servicios profesional y evitar desvirtuar esas cooperativas

Banco del PuebloBolsa de Negocios Comercio

Solidario

Bolsa Escuela Primer Empleo Generación de Empleo é ingresoRed de Socioeconomía Solidaria

RecomenzarUrbanización Comunitaria

Incubadoras de Licitaciones Empresas Pulverizadas

Cooperativas de Prestadores

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Indice

Sumario

Prefacio – Breve contextualización retrospectiva

Introducción

Capítulo uno. La colaboración solidaria como una alternativa a la globalización capitalista1.1 El método de investigación y propuesta1.2 De la exclusión del consumo a la búsqueda de alternativas1.3 Partiendo de prácticas efectivas de enfrentamiento de la exclusión

capitalista1.4 El consumo solidario y la construcción de una sociedad post-capitalista1.5 Las redes de colaboración solidaria en su dimensión económica1.5.1 Gestión democrática1.5.2 Surgimiento de nuevas células1.5.3 Dinámica de las células1.5.4 Flujos de información

1.6 La revolución de las redes como estrategia de liberación popular

Capítulo dos. Aspectos filosóficos de las redes de colaboración solidaria – complejidad y liberación2.1 Complejidad, singularidad y liberación.2.2 Lazos de realimentación: flujos de valores, materiales e información2.3 interacción y complejidad2.4 Patrón y diferencia – Figuras fraccionarias y cartografías de red2.5 Autopoiese – Orden, desorden, autoorganización y autoproducción.2.6 Integralidad- la dialógica entre lo separable y lo inseparable2.7 Diversidad y lógica inductivo-deductivo-identidad: abordando la emergencia de lo inusitado2.8 Flujos de información, abducción y retracción2.9 Asemejarse a las redes solidarias y compartir el bienestar2.10 El carácter molecular y molar de las redes de colaboración solidaria y la subjetivación subversiva2.11 Ciclos, conexiones, auto-organización y cadena productiva2.12 Desarrollo cooperativo, simbiogénesis y flujo de información2.13 Recurso organizacional: administración espontánea, fisión y eslabonamiento2.14 Tiempo libre y bienestar2.15 El paradigma de la abundancia versus el paradigma de la escasez2.16 La complejidad de red, cualidades emergentes y tiempo libre para el bienestar2.17 Revolución y utopía2.18 Sustentabilidad holística – Autonomía y dependencia2.19 La congruencia entre demandas sociales y su satisfacción en las redes solidarias2.20 Gestión democrática y diálogo2.21 Problematización, intervención y alternatividad2.22 Redes solidarias y el ejercicio de la libertad2.23 El bienestar y el gozo en la morada2.24 Consistencia, tiempo y subjetivación2.25 La proximidad como sentido de la consistencia humana

Capítulo tres. Algunas objeciones a La revolución de las redesObjeción 1Objeción 2Objeción 3Objeción 4Objeción 5Objeción 6Objeción 7Objeción 8Objeción 9Objeción 10Objeción 11Objeción 12

Capítulo cuatro. La pobreza y la colaboración solidaria4.1 Sobre la definición de pobreza4.1.1 La pobreza como lo contrario de algunas definiciones económicas de riqueza4.1.2 La pobreza y el desarrollo humano4.1.3 La pobreza y la libertad4.2 La colaboración solidaria como alternativa para la erradicación de la pobreza

Capítulo cinco. Acción global contra el capitalismo y la Red Mundial de Colaboración Solidaria – De Seattle a los Foros Sociales Mundiales5.1 La emergencia de las redes solidarias como actores colectivos y como esfera de un nuevo contrato social5.1.1 La reciente emergencia de las redes y sus potencialidades5.1.2 Las redes de economía solidaria5.2 Una revolución en curso – De Seattle a los Foros Sociales Mundiales5.3 De la resistencia al neoliberalismo a la globalización de la solidaridad5.4 Redes solidarias en colaboración: esfera democrática de un nuevo contrato social

Capítulo seis. Algunos desafíos actuales para el crecimiento de las redes de colaboración solidaria6.1 Difusión del consumo solidario6.2 Logística de distribución6.3 Organización de fondos de desarrollo solidario6.4 Padrón y conexiones6.5 Diversificación y calidad de los productos y servicios6.6 Capacitación técnica6.7 Formación política y cultural – Autogestión y solidaridad6.8 Estructurar, fortalecer y conjuntar las redes de economía solidaria

Conclusión

AnexosAnexo 1. De la economía capitalista a la economía solidaria – Consideraciones sobre la transición de sistemas y procedimientos1. Just in time2. Economía de intención3. Pequeñas unidades conectadas en red4. Redes mundiales interligadas5. Tecnología de la información6. Investigación y desarrollo7. Comercio electrónico – E-commerce8. Comercio colaborador – C-commerce9. La inteligencia de la administración en red10. Autosustentabilidad y flexibilidad11. Desafíos de la nueva economía12. De las ventajas competitivas a las ventajas cooperativas

Anexo 2. Cadenas productivas en economía de red

Anexo 3. Algunas consideraciones sobre Redes de Trueques1. Trueques simples y producción del valor

2. Comercialización y valor agregado3. El acumulamiento de excedentes y el incremento de la economía

solidaria en cadenas productivas4. La subsumisión de la Red de Trueques por el sistema capitalista5. El carácter de las monedas sociales y la apariencia de su flujo frente a

la producción y circulación real del valor6. Las Redes de Trueques operan con dos monedas7. La informalidad y la cooperación estratégica8. ¿Son las Redes de Trueques una alternativa al sistema capitalista?9. Aspectos de este balance y límites detectados10. Posibilidades de superación de las limitaciones encontradas11. Conclusión del anexo 3.

Anexo 4. El portal Web de las redes de colaboración solidaria

Anexo 5. Elementos para la elaboración de programas de gobiernoPresentación1. Administración de empleo y renta1.1 Desglose de cada propuesta1.1.1 Apoyo a las Redes de Socioeconomía Solidaria1.1.2 Institución del Crédito Solidario – El Banco del pueblo1.1.3 Bolsa de Negocios1.1.4 Red Curitibana de Comercio solidario1.1.5 Programa de Educación y renta – Bolsa Escuela1.1.6 Programa primer Empleo1.1.7 Programa Reinicio1.1.8 Urbanización Comunitaria – Urbanización y empleo en los barrios1.1.9 Incubadoras de Empresas1.1.10 Programa Cooperativas de Prestadores de Servicios1.1.11 Licitaciones Pulverizadas

Referencias Bibliográficas