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De: Geografia Económica [email protected] [redgeoecon] [email protected] Asunto: [redgeoecon] 355/15 - Actualizar y diferenciar el enfoque marxista del Estado (Alan Bihr) Fecha: 9 de julio de 2015, 11:22 a.m. Para: [email protected] RGE 355/15 Actualizar y diferenciar el enfoque marxista del Estado Alain Bihr Viento Sur / Rebelión 9/7/15 Traducción del francés de Viento Sur Conferencia pronunciada en el Foro Internacional “El capitalismo tardío, su fisonomía socio-política en los albores del siglo XXI”, 20-22 de mayo de 2015, Lausana, Suiza (http://alencontre.org/forum/forum- international-20-22-mai-2015-lausanne-suisse.html). En su obra más destacada, El capitalismo tardío, cuya edición original data de 1972/1, Ernest Mandel (1923-1995) desarrolla un análisis magistral de la fase de desarrollo del capitalismo que siguió a la gran crisis estructural de los años treinta del siglo pasado. En su conjunto, la obra muestra la riqueza de la tradición marxista clásica en la que se sitúa, pero también algunas de sus limitaciones. Estas aparecen en particular en el capítulo XV del libro, titulado El Estado en la era del capitalismo tardío/2. En él se plantea, en efecto, un análisis del Estado de carácter básicamente funcionalista en su enfoque tanto del Estado capitalista en general como de las diferentes formas que adopta en el curso de las sucesivas fases de desarrollo del modo de producción capitalista. Introducción Mi intervención en este foro, organizado con motivo del vigésimo aniversario de la muerte de Ernest Mandel, tiene por objeto poner de manifiesto tanto las limitaciones generales de dicho análisis funcionalista como las omisiones a que conduce en la presentación de El Estado en la era del capitalismo tardío y más allá, en la fase actual de su desarrollo. Las restricciones impuestas a esta intervención, sin embargo, me obligan a formular unas tesis cuyo desarrollo argumentativo únicamente podré esbozar en esta ocasión. 1. Un análisis básicamente funcionalista del Estado capitalista El capítulo que dedica Mandel a El Estado en la era del capitalismo tardío, relativamente corto (de tan solo una veintena de páginas), se estructura del modo siguiente. Tras un breve análisis de lo que es el Estado en general, la exposición avanza de manera cronológica, pasando revista a las características del Estado capitalista durante las fases sucesivas de desarrollo del capitalismo: el periodo de nacimiento del capitalismo (el Estado absolutista), el periodo del capitalismo de la competencia (el Estado liberal), el periodo del llamado capitalismo monopolista, antes de detenerse más en las especificidades del Estado del capitalismo tardío. 1.1. Lo que me llamó la atención de inmediato al leer este capítulo es el carácter estricta, exclusiva y casi obsesivamente funcionalista del mismo. Este aparece en primer lugar en el breve análisis que desarrolla Mandel del Estado en general. En las dos páginas que ocupa (375 a 377), el término “función” se repite veinte veces. Este tic de escritura no se debe en absoluto al azar, sino que obedece a la definición que propone Mandel del Estado en general con que comienza el capítulo: “El Estado es un producto de la división social del trabajo. Surgió como un resultado de la creciente autonomía de ciertas actividades superestructurales, mediadas con la producción material, cuyo papel era sostener una estructura de clases y unas relaciones de producción” (página 461). Así, para Mandel, el Estado se define en su conjunto por su función en el seno de una sociedad dividida en clases (mantener las condiciones de dominación), función que determina la autonomización de determinadas estructuras superestructurales y su mediación con la producción material. Es más, la especificidad de la teoría marxista del Estado consiste para Mandel en su comprensión específica de las funciones del Estado en general, y más concretamente en el hecho de que explica por qué estas funciones se ejercen en forma de separación entre sociedad y Estado: “El punto de partida de la teoría del Estado de Marx es su distinción fundamental entre el Estado y la sociedad; en otras palabras, el discernimiento de

Redgeoecon 35515 Actualizar y Diferenciar El Enfoque Marxista Del Estado Alan Bihr

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Redgeoecon 35515 Actualizar y Diferenciar El Enfoque Marxista Del Estado Alan Bihr

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  • De: Geografia Econmica [email protected] [redgeoecon] [email protected]: [redgeoecon] 355/15 - Actualizar y diferenciar el enfoque marxista del Estado (Alan Bihr)Fecha: 9 de julio de 2015, 11:22 a.m.

    Para: [email protected]

    RGE 355/15

    Actualizar y diferenciar el enfoque marxista del Estado

    Alain BihrViento Sur / Rebelin9/7/15

    Traduccin del francs de Viento Sur

    Conferencia pronunciada en el Foro Internacional El capitalismo tardo, su fisonoma socio-poltica enlos albores del siglo XXI, 20-22 de mayo de 2015, Lausana, Suiza (http://alencontre.org/forum/forum-international-20-22-mai-2015-lausanne-suisse.html). En su obra ms destacada, El capitalismo tardo, cuya edicin original data de 1972/1, Ernest Mandel(1923-1995) desarrolla un anlisis magistral de la fase de desarrollo del capitalismo que sigui a la grancrisis estructural de los aos treinta del siglo pasado. En su conjunto, la obra muestra la riqueza de latradicin marxista clsica en la que se sita, pero tambin algunas de sus limitaciones. Estas aparecen enparticular en el captulo XV del libro, titulado El Estado en la era del capitalismo tardo/2. En l seplantea, en efecto, un anlisis del Estado de carcter bsicamente funcionalista en su enfoque tanto delEstado capitalista en general como de las diferentes formas que adopta en el curso de las sucesivas fasesde desarrollo del modo de produccin capitalista.

    Introduccin

    Mi intervencin en este foro, organizado con motivo del vigsimo aniversario de la muerte de ErnestMandel, tiene por objeto poner de manifiesto tanto las limitaciones generales de dicho anlisisfuncionalista como las omisiones a que conduce en la presentacin de El Estado en la era del capitalismotardo y ms all, en la fase actual de su desarrollo. Las restricciones impuestas a esta intervencin, sinembargo, me obligan a formular unas tesis cuyo desarrollo argumentativo nicamente podr esbozar enesta ocasin.

    1. Un anlisis bsicamente funcionalista del Estado capitalista

    El captulo que dedica Mandel a El Estado en la era del capitalismo tardo, relativamente corto (de tansolo una veintena de pginas), se estructura del modo siguiente. Tras un breve anlisis de lo que es elEstado en general, la exposicin avanza de manera cronolgica, pasando revista a las caractersticas delEstado capitalista durante las fases sucesivas de desarrollo del capitalismo: el periodo de nacimiento delcapitalismo (el Estado absolutista), el periodo del capitalismo de la competencia (el Estado liberal), elperiodo del llamado capitalismo monopolista, antes de detenerse ms en las especificidades del Estado delcapitalismo tardo.

    1.1. Lo que me llam la atencin de inmediato al leer este captulo es el carcter estricta, exclusiva y casiobsesivamente funcionalista del mismo. Este aparece en primer lugar en el breve anlisis que desarrollaMandel del Estado en general. En las dos pginas que ocupa (375 a 377), el trmino funcin se repiteveinte veces. Este tic de escritura no se debe en absoluto al azar, sino que obedece a la definicin quepropone Mandel del Estado en general con que comienza el captulo: El Estado es un producto de ladivisin social del trabajo. Surgi como un resultado de la creciente autonoma de ciertas actividadessuperestructurales, mediadas con la produccin material, cuyo papel era sostener una estructura de clasesy unas relaciones de produccin (pgina 461).

    As, para Mandel, el Estado se define en su conjunto por su funcin en el seno de una sociedad dividida enclases (mantener las condiciones de dominacin), funcin que determina la autonomizacin dedeterminadas estructuras superestructurales y su mediacin con la produccin material. Es ms, laespecificidad de la teora marxista del Estado consiste para Mandel en su comprensin especfica de lasfunciones del Estado en general, y ms concretamente en el hecho de que explica por qu estas funcionesse ejercen en forma de separacin entre sociedad y Estado: El punto de partida de la teora del Estado deMarx es su distincin fundamental entre el Estado y la sociedad; en otras palabras, el discernimiento de

    Mariano FELIZ

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  • Marx es su distincin fundamental entre el Estado y la sociedad; en otras palabras, el discernimiento deque las funciones realizadas por el Estado no tienen que ser necesariamente transferidas a un aparatoseparado de la masa de los miembros de la sociedad, salvo en condiciones histricamente determinadas yespecficas. Es esta tesisla que la separa de todas las dems teoras sobre el origen, la funcin y el futuro del Estado (pgina 461).Estas lneas indican hasta qu punto el Estado se reduce para Mandel a sus funciones y la originalidad dela teora marxista del Estado consiste, para l, en sus funciones en las condiciones de una sociedaddividida en clases.

    Para completar su anlisis del Estado en general, Mandel no tiene ms que detallar sus principalesfunciones constitutivas, que segn l son las tres siguientes:

    Proveer aquellas condiciones generales de produccin que no pueden asegurarse por medio de lasactividades privadas de los miembros de la clase dominante (pgina 461);

    Reprimir cualquier amenaza al modo de produccin prevaleciente por parte de las clases dominadas yde algunos sectores particulares de las clases dominantes [] (pgina 462);

    Integrar a las clases dominadas para asegurar que la ideologa dominante de la sociedad siga siendo lade la clase gobernante y que en consecuencia las clases explotadas acepten su propia explotacin sin elejercicio inmediato de la represin contra ellas [] (pgina 462).

    De este modo, Mandel relaciona toda la actividad del Estado y todo su aparato con sus funcionesprincipales.

    1.2. En segundo lugar, el carcter funcionalista del anlisis del Estado propuesto por Mandel se pone demanifiesto asimismo en el resto del captulo. No solo consiste bsicamente en mostrar cmo se hanpresentado las funciones generales del Estado (transformadas, modificadas) en las distintas pocas o fasesdel devenir histrico del capitalismo; o cmo se han complementado con funciones especficas, propiasdel Estado capitalista o de una fase histrica de su desarrollo. No obstante, el funcionalismo se traducetambin y sobre todo en el hecho de que Mandel pasa del anlisis de las funciones del Estado en general alas del Estado capitalista en particular, a las diferentes fases de su desarrollo, sin ninguna solucin decontinuidad.

    En efecto, segn Mandel, para definir y analizar el Estado capitalista es condicin necesaria y suficientedemostrar cmo declina ste, de alguna manera, las funciones del Estado en general antes sealadas; yesto es lo que hace l por su parte. Con ello pasa por alto completamente las marcadas peculiaridades queimprimen las relaciones de produccin capitalistas en la forma del Estado (como Estado de derecho) y ensu estructura (como sistema de Estados rivales y desiguales), que constituyen factores de discontinuidadentre los distintos Estados precapitalistas y el Estado capitalista. En suma, debido a su enfoquefuncionalista, Mandel explica de hecho por qu existe un Estado en el capitalismo: por las funciones quedesempea en el mismo y por ser el nico que puede cumplirlas. Sin embargo, no nos explica para nadacmo existe un Estado en el capitalismo: los rasgos especficos del Estado bajo el capitalismo o los rasgosespecficamentecapitalistas del Estado, presentes como veremos tanto en su forma como en su estructura.

    1.3. Antes de esto, preguntmonos por las razones fundamentales de este enfoque estrechamentefuncionalista del Estado que caracteriza este captulo de El capitalismo tardo. Me contentar con dosobservaciones al respecto. Por un lado, este funcionalismo no es exclusivo de Mandel, sino que impregnala mayor parte de la tradicin marxista (aunque con algunas felices excepciones, como veremos) y, ms engeneral, por cierto, todas las ciencias sociales, empezando por la sociologa y las ciencias polticas(pagando estas ltimas tambin un oneroso tributo al juridicismo). El hecho de que el marxismo no hayalogrado romper con este modelo dominante nos conduce a una de sus lagunas fundamentales:precisamente la ausencia de una teora del Estado. No encontramos tal teora ni en Marx ni en ninguno desus principales epgonos, pese a que la tradicin marxista ha hecho muchas aportaciones en la materia.Por otro lado, sin duda como causasecundaria, es preciso mencionar el tributo que rinde Mandel a una tradicin anglosajona de la que elfuncionalismo es la matriz exclusiva. En efecto, cuando a partir de la pgina 469 emprende el anlisis delEstado en la era del capitalismo tardo, las referencias a esta tradicin adquieren una presenciaaplastante.

    2. Primera omisin: la forma general del Estado capitalista

    Mariano FELIZ

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  • 2. Primera omisin: la forma general del Estado capitalista

    Por su enfoque funcionalista del Estado en general y del Estado capitalista en particular, Mandel dejatotalmente de lado la cuestin de la forma especfica de este ltimo. Es a otro marxista, desgraciadamentemenos conocido que Mandel, a quien debemos el mrito de haber delineado la forma general especficadel Estado capitalista. Me refiero a Evgueny Bronislavovic Pashukanis, autor de La teora general delderecho y el marxismo/3.

    2.1. La cuestin general que se plantea Pashukanis en este libro es la siguiente: qu forma generaladoptan las relaciones entre las personas en una sociedad como la capitalista, en cuyo seno las relacionesentre las cosas, que son producto del trabajo de aquellas, adoptan la forma general del intercambiomercantil? O dicho de otra manera: qu forma general adoptan las relaciones entre las personas en unasociedad en que las cosas que producen y por las cuales aseguran su existencia material y social adoptan laforma general de mercanca? Es una pregunta a todas luces inspirada por una lectura atenta y reflexiva delCapital y, en particular, de los pasajes que Marx consagra a la preeminencia y la imposicin de la forma demercanca y de su naturaleza de fetiche en el capitalismo.

    As, partiendo de algunas indicaciones formuladas por Marx, Pashukanis elabora el contenido de surespuesta a la doble pregunta anterior: en una sociedad en que las relaciones entre las cosas suelen serrelaciones mercantiles, las relaciones entre las personas suelen ser relaciones contractuales, es decir,relaciones regidas por la reciprocidad de las obligaciones y el respeto de la subjetividad jurdica de losindividuos. O dicho de otro modo: en una sociedad en la que la mercanca es la forma general de las cosas,las personas adoptan la forma general de sujetos de derecho (personas consideradas provistas de unaautonoma de su voluntad y de un conjunto de derechos inalienables: seguridad de su persona, propiedady seguridad de sus bienes, etc.) Y Pashukanis demuestra que como forma general de las personas, lasubjetividad jurdica no se fetichiza menos que la mercanca: de forma social, es decir, de forma otorgadaa las personas por unasrelaciones sociales (y por tanto histricas) determinadas, se percibe comnmente como unadeterminacin humana universal, natural en definitiva, por ejemplo con la atribucin de derechosnaturales inalienables de la persona humana, que se considera que existen y operan a todo tiempo y lugar.

    Sobre esta base, Pashukanis se pregunta qu forma puede y debe adoptar el poder poltico (el Estado) eneste tipo de sociedad para seguir conformndose a las determinaciones y exigencias del orden civil (eltejido de relaciones contractuales) y de la subjetividad jurdica (la condicin de sujeto de derechos de losindividuos). Y demuestra que el Estado no puede revestir en estas circunstancias ms que la forma de unpoder pblico impersonal, es decir:

    un poder que no pertenece a nadie, ni siquiera a quienes se encargan de ejercerlo, cualquiera que sea elnivel en que lo haga;

    un poder que por tanto se distingue formalmente de los mltiples poderes privados que siguenejercindose, al margen de aquel y bajo su control, en el marco de la sociedad civil: poderes asociados alnacimiento, al dinero y al capital, a la competencia, etc.;

    un poder cuyos actos no deben ser la expresin de intereses particulares, sino exclusivamente la delinters general, en este caso asimilable al mantenimiento del orden civil (el orden contractual),garantizando a cada uno el respeto de su subjetividad jurdica y la posibilidad de contratar libremente;

    un poder que respeta por consiguiente todas las prerrogativas de los individuos como sujetos de derecho(de ah la necesidad de limitar estrictamente el mbito de actuacin del Estado y de separar sus podereslegislativo, ejecutivo y judicial);

    un poder que se dirige a todos en pie de igualdad, sometiendo a todos a las mismas obligaciones ygarantizando a todos los mismos derechos; en definitiva, un poder que no aparece como el poder de unhombre o de un grupo de hombres sobre otros hombres, sino el poder de una norma impersonal eimparcial que se aplica a todas las personas y que debe ser respetada por todo el mundo: la ley.

    En el seno de la sociedad civil, el poder poltico, por tanto, no puede ni debe presentarse de otra forma quela de una autoridad pblica impersonal: la de la ley, supuesta expresin del inters general de los sujetosde derecho (confundido con el mantenimiento del orden civil y la garanta de la posibilidad de losindividuos de contratar) y de la voluntad general (la voluntad comn de todos los sujetos de derecho). Y loque suele denominarse Estado de derecho no es ms que la organizacin institucional (el aparato) de ese

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  • poder pblico impersonal, de ese poder de la ley, de la norma abstracta a impersonal garante de laexistencia y del mantenimiento del orden civil.

    2.2. Mandel no ignora la existencia de esta importante obra de Pashukanis, pues la menciona en una notade este captulo (pgina 463, nota 8), aunque por lo poco que dice no parece haber comprendido ni elsentido ni la importancia de aquella. Juzgue el lector: [Pashukanis] desarrolla la tesis de que el derechoes meramente la forma mistificada de los conflictos entre los propietarios privados de mercancas y que,por tanto, sin la propiedad privada y sus contratos, en otras palabras, sin la simple produccin demercancas, no hay derecho. Llama la atencin que un conocedor tan agudo de la estructura del capitalcomo Mandel no comprenda que la divisin mercantil del trabajo, es decir, el estallido del trabajo socialen una mirada de trabajos privados y la consiguiente necesidad de los productores de proceder alintercambio mercantil de sus productos a fin de confirmar su carcter social, todo ello sobre la base de lapropiedad privada delos medios de produccin sociales, no es una caracterstica de la produccin mercantil simple (que solo larealiza muy imperfectamente, tanto intensiva como extensivamente), sino, por el contrario, un importanterasgo distintivo del modo de produccin capitalista, el nico que la realiza por completo.

    Por consiguiente, Mandel pasa por alto asimismo todos los planteamientos que dedica Pashukanis a laforma general del Estado capitalista como poder pblico impersonal. Es una lstima desde su propiopunto de vista, ya que este desconocimiento debilita, por ejemplo, su anlisis de la autonoma (relativa)del Estado, que no deja de ser el instrumento de dominacin de la clase capitalista, con respecto a estaltima. Para explicar esta autonoma, de la que destaca con razn que es la caracterstica especfica delEstado capitalista, Mandel moviliza la nocin de capitalista total ideal, refirindose a un pasaje del Anti-Dhring de Engels que habla del capitalista total ideal: La competencia capitalista determina as,inevitablemente, una tendencia a la autonomizacin del aparato estatal, de suerte que este puedafuncionar como un capitalista total ideal que sirva a los intereses del modo de produccin capitalista ensuconjunto, protegindolo, consolidndolo y sentando las bases de su expansin por encima y contra losintereses en conflicto del capitalista total real que en el mundo concreto se compone de muchoscapitales. (pginas 465-466)

    Me parece que las tesis de Pashukanis proporcionan una explicacin ms completa de la autonomarelativa del Estado capitalista. Sin excluir para nada esta funcin de sntesis institucional de los interesescolectivos de la clase capitalista como tal, ms all de las divergencias entre sus miembros en lacompetencia que les enfrenta, estas tesis muestran en efecto que dicha autonoma se basa msfundamentalmente en la relacin social (el capital) a travs de la que esta clase logra apropiarse de lafuerza de trabajo social, de los medios de produccin y, por tanto, de la riqueza social, que supone unaserie de actos de intercambio mercantil y de relaciones contractuales, mediatizando tanto las relacionesentre sus propios miembros como las relaciones entre estos ltimos y los miembros de las clasesdominadas (trabajadores).

    Sobre todo, contrariamente a la oposicin un tanto escolstica entre capitalista total ideal y capitalistatotal real, las tesis desarrolladas por Pashukanis permiten comprender qu forma adopta esta autonoma(relativa) del Estado capitalista con respecto a la clase capitalista: precisamente la de un poder pblicoimpersonal, formalmente distinto no solo de la clase capitalista, sino de todas las clases sociales y ms engeneral de todos los sujetos privados, individuales o colectivos. Pashukanis aclara de este modo unaparadoja sorprendente de la sociedad capitalista: el Estado adopta en ella una forma la de poder pblicoimpersonal que contradice directamente su contenido de clase, es decir, su funcin general de aparato alservicio de la clase dominante, encargada siempre y en todas partes de asegurar la perennidad de lascondiciones generales (materiales, institucionales, ideolgicas) de su dominacin. Paradoja que a suvez el anlisis de Mandel no explica y ni siquiera menciona.

    3. Segunda omisin: la estructura general del Estado capitalista

    El enfoque funcionalista del Estado adoptado por Mandel le lleva asimismo, en segundo lugar, a pasar poralto otra especificidad fundamental de este Estado: su estructura general. Son los trabajos de HenriLefebvre e Immanuel Wallerstein los que han dado pistas para el estudio de esta estructura general alaportar uno y otro los primeros elementos de anlisis, aunque no los desarrollaran completamente.

    3.1. Observando el capital desde sus orgenes hasta nuestros das se constata que nunca ha prosperado enun nico y en el mismo Estado, englobando en l todo el espacio de su reproduccin; al contrario, siemprey en todas partes se ha desarrollado en el marco de una pluralidad de Estados ms o menos abiertos a su

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  • y en todas partes se ha desarrollado en el marco de una pluralidad de Estados ms o menos abiertos a sucirculacin. Una segunda constatacin es que estos Estados mltiples han sido siempre yfundamentalmente Estados rivales, Estados que cuando menos competan entre s y que a menudo seconfrontaban (en correlaciones de fuerzas) e incluso se enfrentaban (en conflictos armados), dando lugaras a la eventual formacin de alianzas ms o menos duraderas entre ellos. El motor y al mismo tiempo elmotivo de esta rivalidad no era otro, en definitiva, que la inversin de capital en su territorio, garantizadopor sus recursos.

    La ltima constatacin es que de estas relaciones de rivalidad entre estos Estados se derivapermanentemente una jerarqua (de riqueza, de poder y de influencia) entre ellos, jerarqua que sinembargo vara continuamente. La universalidad de esta triple constatacin indica que la estructuraespecficamente capitalista del Estado es la de un sistema de Estados, en la que el Estado solo se realiza encierto modo fragmentndose y oponindose a s mismo. El trmino sistema debe entenderse en estecontexto en el sentido que le da la teora de sistemas. Designa una unidad resultante de la organizacin delas interacciones entre un conjunto de elementos que presenta caractersticas y cualidades irreductibles alas de estos ltimos, que no pueden explicarse ms que por sus interacciones, su regulacin y laretroaccin de la unidad global sobre los elementos que la componen.

    El sistema de Estados que constituye la estructura propia del Estado capitalista reviste sin duda algunaestas caractersticas. Por conflictivas que sean en lo fundamental, las relaciones entre los mltiplesEstados que lo componen no dejan de responder a unas normas reguladoras, que incluyen, entre otras, elreconocimiento recproco de su soberana, es decir, de la legitimidad del ejercicio de su poder en suterritorio y su poblacin respectiva; el principio de equilibrio de poder, que prohbe al ms poderoso sersuficientemente poderoso para poder dominar a todos los dems al mismo tiempo (en otras palabras, lacoalicin de los ms dbiles sigue siendo siempre suficientemente fuerte para vencer eventualmente alms fuerte); esto hace que el predominio de un Estado dentro de este sistema adopte una formacaracterstica, la de la hegemona: la constitucin bajo su liderazgo de una alianza o coalicin de losprincipales Estados, lo que lepermite sin duda realizar sus propios intereses al tiempo que tiene que gestionar ms o menos los de losdems miembros de la coalicin.

    En cuanto a las razones fundamentales de esta singular estructura, hace falta de nuevo analizar lascaractersticas del capital como relacin de produccin y de su proceso global de reproduccin, anlisisque aqu solamente puedo esbozar. La frmula que he utilizado antes el Estado capitalista se realizafragmentndose y oponindose a s mismo en un sistema de Estados sugiere por s misma una profundaanaloga entre el espacio geopoltico del capitalismo (el espacio conformado por este sistema, que le sirvede marco y de soporte) y el mercado capitalista. En este ltimo, mltiples capitales se atraen (seentrelazan mediante intercambios en el curso de sus respectivos procesos reproductivos, se fusionan y seabsorben) y a la vez se repelen (debido a la competencia) hasta la aniquilacin. A travs de esta atraccin yrepulsin recproca de los distintos capitales, que determinan su concentracin y centralizacin (y portanto laeventual formacin de oligopolios e incluso monopolios), se constituye una jerarqua entre ellos, y los mspoderosos (en virtud de la superior productividad del trabajo que utilizan, de las cuotas de mercado que seaseguran, de sus apoyos polticos, etc.) acaban imponindose sobre los menos poderosos e inclusoviviendo a sus expensas (mediante la perecuacin de la plusvala que se realiza en forma de tasa media debeneficio). En suma, el mercado capitalista es un espacio tanto fragmentado (por la accin de mltiplescapitales singulares, que constituyen otros tantos fragmentos privados del trabajo social) comohomogeneizado (unificado y uniformizado por las interacciones entre estos mltiples capitales) yjerarquizado (por esas mismas interacciones, como por las retroacciones de los resultantes globales sobrelos diferentes capitales). Y es esta estructura misma, hecha de fragmentacin, homogeneizacin yjerarquizacin al mismo tiempo, laque la reproduccin global del capital imprime al espacio geopoltico en el que se despliega.

    3.2. En el curso de la historia del capitalismo, esta estructura especfica del espacio geopoltico solidariodel sistema capitalista de Estados no ha dejado de extenderse (a medida que el capitalismo se expandaterritorialmente) y sobre todo de transformarse. La forma clsica que ha acabado adoptando en Europaoccidental al trmino de su larga gestacin durante la era moderna (del siglo xvi al siglo xviii) y queposteriormente se consolidar y se universalizar (globalizar) en el curso de la poca contempornea, esla de un espacio internacional. En otras palabras, durante un largo periodo de la historia del capitalismo,el sistema de Estados ha adoptado la forma de un sistema de Estados-nacin, su unidad bsica, siendo elcomponente elemental, en suma, la forma nacional del Estado. Esta permanencia durante mucho tiempodel sistema de Estados-nacin y de la formacin nacional de los Estados ha podido dar a entender que era

    Mariano FELIZ

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  • del sistema de Estados-nacin y de la formacin nacional de los Estados ha podido dar a entender que eraen resumidascuentas la forma natural y por consiguiente inalterable de la estructura general del Estado capitalista. Deeste modo habr contribuido al desconocimiento de esta ltima como tal, al igual que la de sus formasprenacional y posnacional. Prenacional: el sistema de ciudades-Estado de Italia del norte y central, deAlemania meridional, de los antiguos Pases Bajos, que fueron le cuna histrica del capitalismo europeo.Posnacional: el surgimiento actual de un sistema de Estados continentales, por la va de la asociacin(confederacin o federacin) y tal vez, en el futuro, de la fusin de Estados nacionales a escala continental,fruto de la transnacionalizacin del proceso global de reproduccin del capital en curso desde la segundamitad del siglo xx.

    El propio Mandel ofrece un ejemplo de esta reduccin de la estructura general del Estado capitalista alsistema de Estados-nacin, que ha constituido su forma clsica en Europa durante un largo periodohistrico, en el siguiente pasaje del captulo que comentamos: Las funciones econmicas aseguradas poresta preservacin de la existencia social del capital incluyen el mantenimiento de relaciones legales devalidez universal, la emisin de moneda fiduciaria, la expansin de un mercado de magnitud superior a lalocal o regional y la creacin de un instrumento de defensa de los intereses competitivos especficos delcapital autctono contra los capitalistas extranjeros; en otras palabras, el establecimiento de un ordenjurdico nacional, de un sistema monetario y aduanal, de un mercado y de un ejrcito. (pgina 466)

    Es curioso constatar que Mandel introduce aqu de pasada, sin ninguna explicacin, examen niargumentacin, como si fueran naturales, las divisiones y rivalidades constitutivas del espaciogeopoltico generado por el capitalismo en forma de sistema de Estados-nacin. Se echa de menos portanto no solo la comprensin de la estructura general del Estado capitalista, sino tambin de su formahistrica singular que ha constituido el sistema de Estados-nacin. Debido a ello, por cierto, Mandeltambin ha empobrecido su anlisis del Estado en la era del capitalismo tardo, ya que le ha impedidocomprender que esta era tarda se ha caracterizado precisamente por el apogeo del sistema de Estados-nacin. En efecto, en el transcurso de esta fase del devenir-mundo del capitalismo, este no solo se habrglobalizado, en particular al amparo de la descomposicin de los imperios coloniales constituidos por lasprincipales potencias centrales afinales del siglo xix y comienzos del siglo xx; sin embargo, al menos en los Estados centrales habremosasistido a la culminacin de la nacionalizacin de las formaciones sociales, es decir, de su encierro en elEstado-nacin y su valimiento por parte de este, que se ha convertido en el piloto del proceso global dereproduccin del capital y al mismo tiempo en maestro de obras de algunos de sus momentosfundamentales, como veremos de inmediato. Pese a su importancia, este doble aspecto del Estado en laera del capitalismo tardono se menciona para nada en el libro de Mandel.

    4. Por un enfoque alternativo de las funciones del Estado capitalista

    Por todas estas razones sealadas, no ha lugar a reprochar a Mandel haber dejado de lado el anlisis de lasfunciones del Estado capitalista. En cambio, s cabe discutir el marco en el que lleva a cabo este anlisis,que me parece en parte inadecuado y que le lleva a empobrecer su enfoque del Estado en la era delcapitalismo tardo.

    4.1. Como hemos visto, en este captulo Mandel aade su anlisis de las funciones del Estado capitalista alas que desempea el Estado en general en toda sociedad dividida en clases, divisin de la que siempre esa su vez producto e instrumento. Simplemente se contenta con sealar las inflexiones (de intensidad ode forma) de esas funciones generales del Estado en el caso particular del Estado capitalista o en lasituacin especfica de las distintas pocas o fases de su evolucin histrica. Considero que, sin ignorar enabsoluto las que necesariamente son las funciones del Estado en cualquier modo de produccincaracterizado por la divisin, la jerarquizacin y la lucha de clases, es ms idneo desarrollar el anlisis delas funciones del Estado capitalista partiendo como hemos hecho con respecto a su forma y su estructuragenerales de la relacin de produccin capitalista. O ms exactamente, de lo que ya he llamado enrepetidas ocasiones su proceso de reproduccin global.

    La reproduccin de esta relacin de produccin social que constituye el capital es un proceso complejo,que comprende mltiples momentos (elementos constitutivos) diferentes. Por mi parte, distingobsicamente tres momentos fundamentales, evidentemente articulados entre s, pero dotados cada uno deuna autonoma relativa con respecto a los otros dos. Algunas de las condiciones de reproduccin delcapital vienen aseguradas por su propio movimiento cclico de valor en proceso, de valor que se conserva yaumenta en un incesante proceso cclico que rene procesos de produccin y procesos de circulacin. Estose produce a condicin de que los resultados de este proceso reproduzcan (repitan) los supuestos del

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  • se produce a condicin de que los resultados de este proceso reproduzcan (repitan) los supuestos delmismo. En la medida en que esto suceda, califico este movimiento de proceso de reproduccin inmediatadel capital: el capital produce en l determinadas condiciones de su reproduccin por s mismo, sin msmediacin que l mismo. Estoes lo que demostr Marx en El Capital, sealando al mismo tiempo que esta reproduccin inmediata noocurre ni sin desequilibrios ni sin contradicciones, que hacen que peridicamente entre en crisis.

    Sin embargo, a estas condiciones inmediatas de la reproduccin del capital, que se deriva de su propiomovimiento de valor en proceso, se aaden otras que el movimiento del capital como valor en proceso nopuede precisamente engendrar por s mismo. Para diferenciarlas de las anteriores, las denominocondiciones generales exteriores de la produccin capitalista. Estas condiciones son generales en undoble sentido: por un lado, afectan bsicamente a la reproduccin del capital social en su conjunto, talcomo se forma mediante el entrelazamiento de los movimientos de los mltiples capitales singulares, y nola reproduccin inmediata de estos ltimos: son los presupuestos generales de la valorizacin de loscapitales singulares los que deben estar garantizados en el nivel del conjunto del capital social. Por otrolado y sobre todo, estas condiciones contemplan la totalidad de los aspectos y elementos de la realidadsocial y no ya solamenteaquellos de los que se apropia el capital inmediatamente en y a travs de su movimiento de valor enproceso.

    En cuanto a su exterioridad con respecto a este ltimo, no significa que este movimiento no puedaparticipar directamente en su produccin, sino que ninguna de estas condiciones generales es ni un datoinmediato ni el resultado global del movimiento del capital como valor en proceso. Dicho de otro modo, suproduccin recurre necesariamente a otras mediaciones que las implicadas en y por el proceso dereproduccin inmediata del capital. Y son estas mediaciones las que aseguran la apropiacin y laintegracin de los elementos de la realidad social a modo de condiciones de la reproduccin del conjuntodel capital social. Por ejemplo, el capital no consigue asegurar, nicamente con su movimiento de valor enproceso, la (re)produccin de determinadas condiciones de su proceso de produccin inmediato, tanto sise trata de los medios de produccin socializados (infraestructuras colectivas, produccin y difusin de losresultados de lainvestigacin cientfica, etc.) como de los aspectos de la reproduccin de la fuerza de trabajo noasegurados directamente por la circulacin mercantil de esta (las relaciones familiares, la produccin y lagestin del espacio-tiempo domstico, las prcticas educativas, el sistema de enseanza, etc.). Asimismo,el movimiento del capital como valor en proceso no es capaz de producir y reproducir por s solo elespacio social que requiere la circulacin del capital: las redes de transporte y de comunicacin, lasconcentraciones urbanas, la ordenacin del territorio, etc.

    La produccin y reproduccin de las condiciones generales exteriores de la produccin capitalistaconstituyen por tanto momentos especficos del proceso global de reproduccin del capital, distintos de suproceso de reproduccin inmediata. Y a estos dos primeros momentos conviene aadir finalmente untercero, el proceso de produccin y reproduccin de las relaciones de clase. Porque la reproduccin delcapital como relacin social se efecta todava dentro de y por medio de la divisin de la sociedad enclases, de las luchas entre ellas en sus mltiples formas y sus constantes peripecias, y finalmente de laspropias clases como sujetos colectivos que se afirman tratando de influir en los dos momentosprecedentes del proceso global de reproduccin. Y este tercer proceso tambin tiene su especificidad, en lamedida en que hace que intervengan elementos, factores y procesos desconocidos en los dos momentosprecedentes. As, para ceirnosa un ejemplo, nicamente el anlisis de las luchas de clases permite comprender las relaciones de fuerzas,los compromisos, los fenmenos de composicin y descomposicin de las clases sociales en el plano socialy poltico, que dan lugar en particular a la formacin de los bloques sociales (sistemas complejos dealianzas entre clases, fracciones, capas y categoras) que se encarnan y se representan en lasorganizaciones asociativas, sindicales, partidarias, como tambin en los aparatos de Estado.

    En cuanto al Estado, para volver a nuestro tema, no constituye un cuarto momento del proceso global dereproduccin del capital, complementario a los tres procesos parciales que acabamos de diferenciar. Conrespecto a estos tres procesos, el Estado se sita de hecho transversalmente, atravesando los tres yenlazndolos entre s, con lo que contribuye a su articulacin y su unidad. Este es el marco en queconviene proceder al anlisis de las funciones del Estado, es decir, mostrar que el Estado es necesario(presupuesto o producido) como una mediacin necesaria en la produccin y la reproduccin del capitalcomo relacin de produccin social dentro de los distintos momentos particulares que componen esteproceso global, y determinar las funciones concretas que cumple cada vez, particularmente desde el puntode vista del dominio (regulacin) de las contradicciones internas del proceso.

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  • de vista del dominio (regulacin) de las contradicciones internas del proceso.

    4.2. De esta manera no solo es posible enriquecer el anlisis de las funciones del Estado, ampliando elterreno y hacindolo ms complejo. Tambin permite periodificarlo de manera ms precisa, pues lasfunciones del Estado en los distintos momentos del proceso global de reproduccin no pueden dejar decambiar en funcin de los periodos y fases del desarrollo histrico mundial del proceso global dereproduccin del capital. Desde este punto de vista, la comparacin con el anlisis de las funcionesdelEstado en la era del capitalismo tardo desarrollado por Mandel resulta instructiva. Este ltimo peca,en efecto, por la omisin o subestimacin de los distintos aspectos de las funciones del Estado en dichapoca, que sin embargo son importantes y que el esquema de anlisis que acabo de proponer lleva por elcontrario a destacar con fuerza. Retomo en este punto dicho esquema en el orden inverso de supresentacin anterior.

    Desde el punto de vista del proceso de reproduccin de las relaciones de clase, el capitalismo tardo secaracteriza en particular por el establecimiento y el mantenimiento de un compromiso entre el capital y eltrabajo asalariado, el famoso compromiso fordista, basado en definitiva en un reparto de las gananciasde productividad entre aumento de los salarios reales (directos e indirectos) y aumento de los beneficios,que permite la generalizacin de la taylorizacin y de la mecanizacin del proceso de trabajo. En esteplano, la principal funcin del Estado consiste en encuadrar y garantizar este compromiso mediante lainstitucionalizacin y la animacin de un dilogo permanente entre las diferentes clases sociales (o msexactamente, entre sus organizacin representativas: profesionales, sindicales, partidarias, etc.) ydesarrollar con este fin estructuras de negociacin entre los distintos interlocutores sociales(expresin que nace entonces para designar la pacificacin de la lucha de clases gracias al compromisofordista), desde los comits de administracin o los comits de empresa hasta el parlamento, pasando porlas negociaciones en los distintos sectores profesionales, los rganos de gestin paritaria de la seguridadsocial, los eventuales organismos de planificacin. etc.

    Sin embargo, Mandel no menciona nada de esto en todo el captulo, sino que se contenta con explayarsesobre las relaciones entre el Estado y la burguesa en la era del capitalismo tardo, sobre la articulacinentre grupos de presin, asociaciones profesionales, monopolios y altos funcionarios. Apenas menciona depasada la creciente integracin de los sindicatos y partidos obreros en el aparato de Estado, que para les un indicio del potencial de la ideologa burguesa, pero no un elemento clave de la configuracin de lasrelaciones de clase propia de esta era tarda ni una funcin esencial del Estado en esta era. Asimismo,llama la atencin que en este captulo Mandel casi ni mencione la importancia adquirida por el Estado,durante esta poca, en el proceso de produccin-reproduccin de las condiciones generales exteriores dela produccin capitalista. Sin embargo, a una escala variable y de acuerdo con modalidadesdiferentes de un Estado-nacin a otro, hemos asistido a la transformacin del Estado en un verdaderomaestro de obra de algunas de esas condiciones, y no de las menores.

    Por un lado, y llegando incluso a convertirse en empresario (lo que comporta la acumulacin de un capitalde Estado, procedente o no de la nacionalizacin de empresas privadas), el Estado se habr hecho cargode la produccin de materiales de trabajo industriales de suma importancia (carbn, petrleo, gas,electricidad, etc.) y de medios de produccin socializados (carreteras, autopistas, puertos, aeropuertos,medios de transporte, medios de comunicacin, etc.). Por otro lado, el Estado se habr convertido en elgestor global de la reproduccin de la fuerza social de trabajo en virtud de su poltica salarial, de lainstitucin del salario indirecto (la institucin de un sistema de cotizaciones obligatorias que seredistribuyen en forma de prestaciones sociales) y de la creacin de un conjunto de equipamientoscolectivos y de servicios pblicos (construccin de viviendas sociales, desarrollo de la medicinahospitalaria, democratizacin dela enseanza secundaria y superior, construccin de equipamientos culturales y deportivos de masas,etc.). Nada de esto se menciona en la obra de Mandel, cosa que resulta tano ms sorprendente cuanto queseala explcitamente, al comienzo de su captulo, entre las tres funciones principales del Estado en todasociedad dividida en clases sociales, la creacin de aquellas condiciones generales de produccin que nopueden asegurarse por medio de las actividades privadas de los miembros de la clase dominante(pgina461).

    En fin, y esto es todava ms sorprendente tratndose del proceso inmediato de reproduccin del capital,no se encuentra ninguna mencin de la funcin reguladora de este proceso que el Estado ha desempeadoen la era del capitalismo tardo y que sin embargo ha constituido uno de sus rasgos ms caractersticos.Esta regulacin consiste en sobredeterminar el reparto entre salarios y beneficios con vistas a equilibrar laoferta y la demanda en el mercado nacional, tanto velando por la dinmica de la negociacin colectivaentre interlocutores sociales como aplicando un conjunto de polticas econmicas especficas (poltica

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    entre interlocutores sociales como aplicando un conjunto de polticas econmicas especficas (polticasalarial, poltica presupuestaria, poltica monetaria) que constituyen los distintos instrumentos delkeynesianismo ordinario. Mandel pasa totalmente por alto esta determinacin keyneso-fordista delEstado en la era del capitalismo tardo en el captulo que tratamos, si bien es cierto que s se plantea y enparte se comenta en los dos captulos precedentes de su obra.

    Conclusin

    Quisiera terminar atenuando un poco la severidad de mi juicio sobre esta obra de Mandel y relativizandosu alcance. Por un lado, Mandel me ha servido de ejemplo de toda una tradicin marxista caracterizadapor un enfoque funcionalista del Estado claramente insuficiente y empobrecedora: mis crticas se dirigenpor tanto ms a esta tradicin que l representa que a su persona. Y aadir que estas crticas se formulandesde un punto de vista marxista, es decir, a partir de las aportaciones de otros autores marxistas y dentrodel marco general de una conceptualidad que no deja de ser marxista. Qui bene amat bene castigat: miseveridad est a la altura de mi querencia con respecto a un autor que sigue siendo de la familia.

    Por otro lado, mi apreciacin severa es sobre todo parcialmente injusta, a contrapelo de la frmulaconsagrada (severa pero justa). Ocurre que algunas de mis crticas se benefician de mi posicincronolgica: el mochuelo de Minerva no emprende el vuelo hasta que oscurece y es hacia el final de unperiodo histrico o, mejor todava, cuando el mismo ha concluido y ha quedado atrs, cuando sevislumbra la verdad sobre el mismo. Tanto si se trata de las funciones del Estado en la era del capitalismotardo, de su estructura y (aunque en menor medida) de su forma, hoy podemos juzgarlas mejor, al haberabandonado ya aquel periodo, que cuando nos hallbamos en su pleno apogeo, como era el caso deMandel cuando escribi El capitalismo tardo. En este sentido, mis crticas a Mandel pecan, al menos enparte, de ese anacronismo del que Lucien Febvre dijo que constituye, en materia histrica, el pecado delos pecados, el pecado entre todosirremisible/4. Mea culpa, mea culpa, mea maxima culpa!

    * Alain Bihr es profesor honorario de sociologa de la Universidad de Franche-Comt. Autor, entre otroslibros, de La Prhistoire Du Capital. Le devenir-monde du capitalisme (La Prehistoria del Capital. Elvolverse-mundo del capitalismo). Editions Page Deux, Lausanne, 2006)

    Notas

    1/ Der Sptkapitalismus, Suhrkamp Verlag, Frncfort, 1972. Me referir a la traduccin francesa efectuadapor Bernard Keiser y reeditada y corregida en 1997 en Paris por ditions de la Passion. [Las citas en latraduccin castellana estn tomadas de El capitalismo tardo, Ediciones Era, Mxico, 1979, traduccin deMiguel Aguilar Mora.]

    2/ El captulo ocupa las pginas 461 a 484 de la traduccin castellana.

    3/ La edicin original rusa de la obra data de 1924. En 1926 apareci una segunda edicin y en 1929 unatraduccin al alemn. La traduccin al castellano de la obra fue publicada por Labor y Grijalbo en 1976.

    4/ Lucien Febvre, Le problme de lincroyance au XVIe sicle. La religion de Rabelais, Paris, Albin Michel,1947, pgina 6.

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