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www.elsoldecuernavaca.com.mx / www.elsoldecuautla.com.mx Viernes 16 de agosto de 2019 29 No. 895 Mosaico con teselas de mineral de hierro, descubierto recientemente en la región centro – sur del Estado de Morelos. JESÚS SEVERO MOLINA LÓPEZ Los espejos fueron manufacturados a partir de minerales de hierro, magnetita, ilmenita, hematita y pirita, y cuentan con una amplia distri- bución geográfica y cronológica a lo largo de Mesoamérica. Estos singu- lares objetos se diferencian de los espejos actuales porque no fueron utilizados como utensilios cosméticos, ya que fueron imaginados como un medio que exponía más que un simple reflejo de la realidad; fueron un vehículo mediante el cual se podía augurar el destino, comunicarse con los ancestros y con los dioses, además de visualizar el “otro mundo”. Reflejos del más allá

Reflejos del más allá · mejante a los de ciertos animales y así rela-cionarse simbólicamente con ellos o como señal de distinción social. Aún nos faltan los estudios de Antropología

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www.elsoldecuernavaca.com.mx / www.elsoldecuautla.com.mx

Viernes16 de agosto

de 2019

29No. 895

Mosaico con teselas de mineral de hierro, descubierto recientemente en la región centro – sur del Estado de Morelos.

JESÚS SEVERO MOLINA LÓPEZ

Los espejos fueron manufacturados a partir de minerales de hierro,magnetita, ilmenita, hematita y pirita, y cuentan con una amplia distri-bución geográfica y cronológica a lo largo de Mesoamérica. Estos singu-lares objetos se diferencian de los espejos actuales porque no fueronutilizados como utensilios cosméticos, ya que fueron imaginados comoun medio que exponía más que un simple reflejo de la realidad; fueronun vehículo mediante el cual se podía augurar el destino, comunicarsecon los ancestros y con los dioses, además de visualizar el “otro mundo”.

Reflejos delmás allá

30 Tlacuache Viernes 16 de agosto de 2019 www.elsoldecuernavaca.com.mx / www.elsoldecuautla.com.mx Viernes 16 de agosto de 2019 Tlacuache 31www.elsoldecuernavaca.com.mx / www.elsoldecuautla.com.mx

POSIBLES USOS Y FUNCIONES DELOS ESPEJOS

La fabricación y uso de espejosde mineral metálico se remontaal Preclásico Temprano (2500 –1200 a.C.) y aparentemente de-jaron de manufacturarse en el

Posclásico (900 – 1521 d. C.). El probable origen de los minerales de

hierro, magnetita, ilmenita y hematita, conlos que se manufacturaron estos artefactoses el estado de Oaxaca. Así, para el Preclási-co Medio, Pires-Ferreira (1976) mencionaque durante las excavaciones llevadas a ca-bo por Kenth Flannery en San José Mogote(1966) se localizó una unidad habitacionaldonde se producían estos objetos y que elacceso a éstos estaba restringido exclusiva-mente para miembros de la élite. El mismoFlannery propone que los espejos formabanparte de un intercambio de productos sun-tuarios que unían Oaxaca con el asenta-miento olmeca de San Lorenzo y la regiónde la costa del Golfo, así como con otras re-giones de México.

Otro material con el que se elaborabanlos espejos es la pirita, un sulfuro de hierro.De acuerdo a la investigación de Melgar etal. de 2013, la pirita tiene siete posibles fuen-tes de procedencia: Chalchihuites en Zaca-tecas, la Huasteca, la cuenca del Balsas enGuerrero, las áreas de Huehuetenango,Aguacatán y Quetzaltenango en Guatemalay las Cockscomb Mountains en Belice.

Para el periodo del Preclásico Tempranolas formas típicas de estos instrumentoseran geométricas, planas, de pequeño ta-maño, y altamente pulidas en uno o amboslados (Figura 1). Posteriormente, los espejosdel Preclásico Medio (1200-400 a.C.) se ca-racterizan por estar manufacturados en unasola pieza con una superficie cóncava sua-vemente pulida y altamente reflejante (Fi-gura 2).

Para Lunazzi, en su artículo de 2007, lasimágenes en los espejos cóncavos se invier-ten dando la ilusión de encontrarse suspen-didas en el aire. Por su parte, Cabrera en2017 propone que los espejos eran tambiénherramientas astronómicas porque podíanser usados para reflejar la bóveda celeste yatrapar la luz solar y lunar. Esta misma au-tora, al igual que Lunazzi, también refiereque exponen otros aspectos del mundomostrándolo invertido, permitiendo perci-bir el espacio desde otra perspectiva y pro-duciendo visiones. Asimismo, otros autoresespeculan que las superficies reflejantes te-nían la función de emular entradas al infra-mundo, y que también fijaban o reteníanimágenes y ciertas características de los di-funtos.

Es decir, por sus propiedades extraordi-narias: vehículos de predicción y comuni-cación entre dimensiones paralelas, mun-dos o realidades, un medio de contacto conlos antepasados y con los dioses, son consi-derados “espejos mágicos”. De tal manera,autores como Gallaga, en su trabajo de 2016,propone que, con la ayuda del espejo, losgobernantes, consejeros, sacerdotes y cha-manes obtenían exhortación, orientación oapoyo de esos espíritus para tomar decisio-nes importantes o acciones a seguir.

Estos espejos se localizan a menudo enofrendas y contextos funerarios. Un ejem-plo de esto lo constituye el entierro 154 de

Tlatilco, asentamiento del Preclásico Tem-prano – Medio que se encontraba a orillasdel lago en el extremo noroeste de la cuencade México, el cual consiste en un individuomasculino con deformación craneana ymutilación dental, fechado para el Preclási-co Medio. Presenta una ofrenda mortuoriaque lo relacionan como un posible chamán,destacando la vasija conocida como el“acróbata” pues representa a un hombrecontorsionándose, además de orejeras dejadeíta y hueso, escultoras de hongos – fa-los, pequeños metates para la preparación yuso de plantas alucinógenas, así como unespejo de hematita sobre el pecho.

Así mismo, dentro del territorio del ac-tual estado de Morelos, en el municipio deTepoztlán se halló un fragmento pequeño,en mal estado de conservación, de un espejode mineral de hierro asociado al entierro deun anciano (Figura 3). Asociado al mismoentierro, se encontró un botellón, de estiloTlatilco, en el que el cuello continuaba a lolargo del cuerpo y terminaba en el fondo enun orificio de salida. De tal manera, la vasijano podía contener líquidos, éstos la atrave-saban, así que debió ser utilizada en ritualesde nacimiento o muerte y durante el paso dela adolescencia a la adultez. Tanto las vasi-jas como el espejo corresponden al Preclá-sico Temprano (1500-1200 a.C.). Para Cantoy Reséndiz (2011) este espejo era un objetode tránsito que permitía, en el caso demuerte, al fallecido entrar al “otro mundo” através del reflejo de su persona en la super-ficie.

En cuanto a la manera en la que los es-pejos eran portados, la evidencia de figuri-

llas en Tlatilco y La Venta, otro de los gran-des asentamientos olmecas de la costa delGolfo, (Figuras 4 y 5) sugiere que fueronusados como un pectoral, realizando orifi-cios para mantenerlo pendiendo en el pe-cho (Figura 6), aunque algunos espejos pue-den haber sido usados como incrustacionesen adornos de concha como se encontraronen entierros del valle de Chuautla.

Además de estos espejos de una solapieza del Preclásico Medio, Di Castro en2018, con base en hallazgos de San Lorenzo,sugiere la presencia de espejos compuestos,a manera de mosaico, integrados por teselasy láminas de mineral de hierro, que quizásformaron partes de adornos para el cuerpo oque se colocaban en la vestimenta y enotros objetos para hacerlos resplandecer.Las teselas y láminas se unían a un soportede madera u otro material perecedero pormedio de algún adhesivo orgánico, posible-mente resina, barro o brea. En algunos casosel soporte era de arenisca, pizarra, esquistoo cerámica. (Melgar et al, 2013, pp. 44-46.)

Da cuenta de este tipo de espejo el re-portado por Lowe durante sus excavacionesen Chapa de Corzo, Chiapas, en las que des-cubrió la tumba de un personaje de granimportancia fechada para el Preclásico Me-dio. Gallaga y Lowe (2018) lo describen co-mo una tumba real que contenía los restosde un individuo de entre 40 y 50 años deedad depositado sobre una cama de made-ra; el cuerpo fue cubierto de cinabrio, lo cualrepresentaba la sangre; tenía incrustacionesde nácar y pirita en los dientes, así comocuentas de jade y concha que debieron sercollares, ajorcas y parte de la vestimenta.Debajo del hombro derecho del personajese encontró un espejo cuadrado formadopor teselas rectangulares de pirita monta-das con una capa de estuco sobre una basede madera que desapareció con el tiempo.Antes de este hallazgo, se creía que la apari-ción de este tipo de espejos en mosaico eramás tardía, para el Clásico, como los que se

encuentran en Teotihuacán y el área Maya. Durante las recientes excavaciones en el

valle de Chuautla, se ha descubierto un ob-jeto similar al encontrado en Chiapa de Cor-zo. Se trata de un espejo rectangular de 10cmde ancho por 11cm de largo compuesto porteselas de entre 2cm y 0.5 cm de longitudadheridas a una plancha de roca muy frágilmediante una sustancia blanca, tal vez arci-lla de la región que contiene mucha cal (Fi-gura 7); sin embargo, faltan todos los estu-dios para saber qué tipo de material se utili-zó para elaborar las teselas y la base a la queestán adheridas. Este espejo estaba asocia-do al Entierro 152, constituido por un indivi-duo con mutilación dental; esto significa lamodificación de la forma de los dientes confines decorativos para darle una forma se-mejante a los de ciertos animales y así rela-cionarse simbólicamente con ellos o comoseñal de distinción social. Aún nos faltan losestudios de Antropología Física para cono-cer la edad y género del personaje enterra-do. Este elemento se encontró cerca del crá-neo por lo que podría haber sido parte deltocado del sujeto. La temporalidad del en-tierro y su ofrenda es de los años 1200 a 1000a.C.

Estos artefactos de gran calidad exponenla importancia de los personajes asociadosa ellos dentro de la sociedad. Cabrera (2017)cree que estos espejos además de utilizarsecomo indumentaria y parafernalia tambiénse empleaban como marcadores de rango yde validación de la autoridad política y reli-giosa, porque quienes manipulaban estosobjetos y toda la información simbólica querepresentaban en el sistema de creenciasdel Preclásico probaban su derecho a ejer-cer el poder a través de una autoridad cha-mánica.

CONCLUSIONESDurante el Preclásico Temprano existíansociedades tribales igualitarias que se esta-blecían en pequeñas aldeas compuestas porchozas homogéneas de material perecede-ro, que dependían de la agricultura de tem-

poral o se situaban cerca de cuerpos deagua. Pero a finales de este período y duran-te el Preclásico Medio se produjeron gran-des cambios tecnológicos y sociales: se de-sarrollaron terrazas, canales y otros méto-dos de control de agua con lo que se dismi-nuyó los peligros de la falta o retraso delluvia permitiendo aumentar las cosechas;este crecimiento de cosechas permitió el in-cremento demográfico y la aparición de in-dividuos apartados de la producción de ali-mento, especializándose en actividades ar-tesanales o en la coordinación de las obrashidráulicas públicas, el control del inter-cambio de materias primas y la administra-ción de los productos exóticos o foráneos, yel manejo de lo sobrenatural, esto significael surgimiento de la diferenciación social.

López Austin y López Luján (2001) recal-can la importancia que tenía el intercambiode bienes de prestigio entre las elites delPreclásico Medio debido a que su uso pare-ce haber estado unido a los cargos de go-bierno, a los actos de representación de lacomunidad ante grupos exteriores y a las deintervención entre los hombres y las fuer-zas sobrenaturales. Dentro de estos bienesde prestigios se encuentra el polvo de cina-brio, las figurillas de piedra verde, los ador-nos de hueso, concha y piedras semiprecio-sas, y los espejos, que como hemos visto a lolargo de este artículo, desempeñaron otro ti-po de funciones de las que actualmente tie-ne, simbolizó la puerta de comunicacióncon los dioses o ancestros y, por lo mismo,fungir como una fuente de conocimientosocultos, predicciones o augurios.

Figura 7. El mosaico de teselas recientemente descubierto al momento de suexcavación. Se puede observar las teselas y la base.

Figura 5. Figurilla de Tlatilco con unespejo sobre el pecho. Sala del Preclá-sico, Museo Nacional de Antropologíae Historia.

Figura 4. Figurilla de piedra verde quemuestra la posible forma en la que seportaban los espejos. Procede de LaVenta, Tabasco. Sala del Golfo, MuseoNacional de Antropología e Historia.

Figura 1. Espejo del Preclásico Temprano prove-niente de San José Mogote.TOMADO DEHTTPS://COLLECTIONS.PEABODY.YALE.EDU/SEARCH/RECORD/YPM-ANT-267863 7 DE AGOSTO DE 2019

Figura 2. Espejo del Preclásico Medio, Sala delGolfo, Museo Nacional de Antropología e His-toria.

Figura 6. Espejo del Preclásico Medio, se apre-cian los orificios para poder colgarlo sobre elpecho. Sala del Golfo, Museo Nacional de Antro-pología e Historia.

Figura 3. Espejo de pirita encontrado en Tepoz-tlán, la marca roja es reflejo.

En el Preclásico Tempranolas formas típicas de los espejoseran geométricas.

Aunque la “Venus Impúdica” es reconoci-da como la primera figurilla femenina delPaleolítico Superior alguna vez descu-bierta, ésta no es considerada la más tem-prana. El Marqués Paul de Vibraye la hallóen el valle Dordogne, Francia, en 1864, yfue el primer objeto que portaría el títulode Venus.

Sin embargo, no sería sino hasta 1908,cuando el arqueólogo Josef Szombathyencontrara cerca del pueblo de Willen-dorf, Austria, la figurilla que determinaríael título definitivo que llevarían los descu-brimientos subsecuentes de estos tipos deobjetos paleolíticos: Venus. Esta pieza seencuentra actualmente en el Museo deHistoria Natural de Viena, y se le ha atri-buido una fecha entre 24,000 y 22,000antes de nuestra era, correspondiente a lafase Gravetiense (25,000 – 20,000 a.n.e.).

Se trata de una figura de 11.1 m de altu-ra, realizada en piedra caliza, que repre-senta una mujer desnuda de brazos del-gados, senos redondeados y grandes,abdomen abultado, caderas anchas yrollizas, área púbica enfatizada, rodillassemiflexionadas y prominentes, piernascortas y pies extremadamente peque-ños. En la cabeza se observan siete ban-das horizontales que la rodean y que cu-bre la mayor parte de su rostro. La piezamuestra en algunas partes restos de pig-mento de color ocre (Figura 1).

Otros cientos de figurillas con caracte-rísticas semejantes se fueron encontran-do, principalmente, en Europa, aunquetambién ha habido hallazgos en Siberia yEurasia. La Venus de Hohle (Alemania),Venus de Monruz (Suiza), Venus de Gal-genberg (Austria), Venus de Moravany(Eslovaquia), son algunos ejemplos de es-te tipo de formas femeninas que fueronmanufacturadas en piedra caliza, marfil,hematita, hueso, cerámica y muy proba-blemente de madera, aunque de éstas nohay evidencia por su cualidad perecedera.

A todas estas estatuillas, ubicadas cro-nológicamente en el periodo PaleolíticoSuperior, se les designó con el título deVenus, diosa romana del amor, sexo, de-seo, fertilidad y prosperidad. Este apelati-vo fue otorgado prematuramente al supo-ner, inicialmente y sin ninguna otra evi-dencia, que estas figuras eran, en efecto,imágenes de diosas de la fertilidad, repre-sentaciones de la Madre Tierra e incluso,objetos eróticos. El cuerpo voluptuoso,posiblemente en estado de embarazo, conuna evidente exageración en la propor-ción de los atributos femeninos fue, desdesu hallazgo, vinculado a la fecundidad yabundancia, asumiendo, a su vez, que es-tas piezas habían sido producidas porhombres artesanos. Esta asignación enca-jó perfectamente en la construcción pa-triarcal de la historia del arte que hacía

hincapié en las representaciones peyora-tivas de mujeres en el arte a lo largo de losaños. Así lo demuestran los comentariosdel Dr. en Historia del Arte ChristopherWitcombe: “la irónica identificación deestas figurillas como “Venus” satisfacenamablemente las suposiciones de aquelmomento sobre lo primitivo, sobre lasmujeres y sobre sus gustos”.

Los significados, funciones e interpre-taciones atribuidos a las Venus, ademásde como diosas de la fertilidad incluyen:retratos de mujeres reales, imágenes deculto a los antepasados, sacerdotisas ochamanes, muñecas, evidencia de socie-dades matriarcales, imagen de la granmadre o abuela de algún grupo humano, ypara prácticas espirituales.

Otra interpretación les otorga una fun-ción de amuleto. Su tamaño pequeño,desde 5 cm a no más de 25 cm, las predis-pone a ser un objeto portable que pudie-ron llevar consigo los hombres durante lacaza para tener éxito en su empresa. Laausencia de rostro y el número siete de lasbandas en la cabeza han sido considera-dos como elementos que sustentan su usocomo tal.

Sin embargo, desde hace más de 30años se comenzó a cuestionar el sesgomachista y la mirada lasciva que habíaconducido a la interpretación de estaspiezas por sus mismos descubridores.

Una nueva propuesta (McCoid yMcDermott 1996) desafiaba las explica-ciones tradicionales y ofrecía una alterna-tiva radical: que las figuras femeninas hu-bieran sido realizadas por mujeres, comouna forma de auto representación en con-cordancia con sus valores inherentes y supropio poder. Este punto de vista se oponeal primero, en tanto que aquel supone quela mujer había sido espectadora pasiva enla mente creativa de la vida prehistórica.

El análisis citado plantea que a pesarde que las figurillas pueden observarsedesproporcionadas, los rasgos manifesta-dos son, en realidad, una reproducción fielde la figura femenina desde la visión pro-pia de la mujer. Por lo mismo, se ha seña-lado que, desde que estas figuras se des-cubrieron, su interpretación deriva de unpunto de vista equivocado. Las aparentesdistorsiones de la parte superior del cuer-po son resultado de la transformación óp-tica generada por la perspectiva desde laque se observa el cuerpo. El hecho de quela cara no haya presentado ojos, boca ynariz, y esté ligeramente inclinada haciaabajo, puede deberse a que las creadorasde estas piezas no percibían su rostro ytenían que bajar la cabeza para poder ob-servarse y representarse.

Bryant Zygmont ha apuntado muy ati-nadamente que, el nombre otorgado a es-tas piezas nos habla más de las personasque las hallaron que de aquellos que lasprodujeron. Y el mismo autor ofrece una

La "Venus de..."Arqueología de género: laotra parte de la historiaCLAUDIA I. ALVARADO LEÓN

32 Tlacuache Viernes 16 de agosto de 2019 www.elsoldecuernavaca.com.mx / www.elsoldecuautla.com.mx

descripción que asume el planteamientode que la persona que la produjo fue unamujer, en tanto que la descripción que hacede ella es desde un punto de vista femen-ino: “La artista tomó un cuidado particularpara enfatizar sus pechos, mismos que, se-gún algunos autores, indican que eran pro-picios para alimentar a un infante”.

Es posible que las figurillas hayan sidocreadas en un momento en el que hubo unincremento poblacional generado por uncambio reproductivo, a la par de una res-tructuración cultural y económica que sereflejó en un aprovechamiento mayor deenergía; así, el papel de la mujer fue degran relevancia para la mejor compren-sión sobre los aspectos de la reproduccióny la reducción de la tasa de mortandaddurante el parto. Por eso, se ha planteadola posibilidad de que estas figuras hayanfuncionado como auxiliares obstétricos,en donde el tamaño del abdomen haya fa-cilitado el cálculo del progreso del emba-razo. La disminución de estas representa-ciones en la fase subsecuente, la Magda-leniana (17,000 – 10,000 a.n.e), implicaríaun aumento en el conocimiento del cuer-po femenino, así como de la reproducción.

Al respecto, es interesante señalar quepara el momento en las que se propone queestas figuras fueron producidas, hubo unadisminución de la temperatura como re-sultado de la última glaciación. Aunado aello y como interpretación alternativa, lasfiguras se describen como mujeres obesas,no embarazadas, cuyo exceso de acumula-ción de grasa fue sinónimo de salud y be-lleza. Este factor debió tener implicacionesen la salud de las personas y en la adapta-ción física al entorno, en tanto que debie-ron de mantener un mínimo de grasa cor-poral: una mujer bien alimentada incre-menta sus posibilidades de engendrar hijossaludables y alimentarlos.

En cualquiera de estas dos visionesvinculadas a la fertilidad, los objetos re-flejan una vitalidad que aseguraba la per-manencia de los grupos humanos. Noobstante, a pesar de que originalmente eldenominador Venus hacía referencia a lasfiguras obesas, localizadas generalmenteen Europa occidental, el título se ha man-tenido incluso cuando hallazgos más tar-díos incluyen figurillas de mujeres desnu-das mucho más estilizadas, mismas queproceden de la región siberiana (Figura 2).Estas últimas corresponde a la fase Mag-daleniana, y además de estar más decora-das, portando alhajas, cintos o tocados,también muestran rasgos faciales.

Con referencia a la ornamentación,tras un detallado estudio de las represen-taciones, Elizabeth Barber expuso que

muchas tenían algún tipo de decoracióntrenzada a partir de fibras vegetales, loque le llevó a proponer que la gente delPaleolítico Superior ya era conocedora ypracticante del uso de los textiles. Así, va-rios arqueólogos y antropólogos comen-zaron a investigar sobre la posibilidad deque varias de las estatuillas portaran ungorro tejido, propuesta que alcanzó a des-tacar la trascendencia de la mujer en lahistoria no sólo por haber sido un objetosimbólico de la fertilidad, sino una figuraactiva en el desarrollo de una nueva tec-nología, la textil.

La Arqueología de Género surgió comouna crítica a la jactancia androcéntricatan arraigada en la sociedad y en su pro-yección a cuestiones arqueológicas. Apartir de esta postura se critican las es-tructuras que han dominado la prácticaarqueológica en las tareas de investiga-ción en campo, en los análisis y en la in-terpretación del registro arqueológico, asícomo en el mundo académico en general.En este sentido, la reflexión se ha enfoca-do en temas como la arqueología domés-tica y el valor de lo doméstico en la vidasocial y política de las sociedades extin-tas, con el objetivo de recuperar el papelde la mujer en las relaciones sociales nosólo dentro del ámbito doméstico, sinotambién en el político, económico y ritual.

Un ejemplo de la mecanización en laaceptación de las interpretaciones quevinculan al hombre con el poder, dejandode fuera a la mujer, son las tumbas realeslocalizadas en los templos de la antigüe-dad. Gracias a los análisis de los restos

óseos se ha podido identificar que muchasveces se trataban de mujeres. El caso de laReina Roja, hallada en el Templo XIII dePalenque, es una muestra de lo señalado.Inicialmente se consideró que se tratabande los restos de un hombre noble, acom-pañado de una mujer y un infante en suviaje al inframundo. Los análisis practica-dos a los restos del personaje principal in-dicaron que se trataba en realidad de unindividuo de sexo femenino. Este ejemplo,junto con otros hallazgos en otras partesdel mundo, demuestran que también seestaban enterrando mujeres que habíandesempeñado un papel que superaba lavisión tradicional de verlas como actorespasivos y destacando su posible funcióncomo gobernantes. El caso de la Dama oSeñora de Cao, descubierta en el sitio ElBrujo en Trujillo, Perú, repitió el mismopatrón de interpretación preliminar: aldescubrirla inmediatamente se supusoque se trataba de un hombre que habíasido un gobernante importante de la cul-tura mochica.

Si bien las hipótesis planteadas acercade la función de las figurillas femeninasdel Paleolítico se mantienen como tales,éstas permiten abrir el panorama de la in-terpretación en una dirección en la que sesobrepasa la visión masculina que asumela imagen de una mujer, con determinadoaspecto físico, como una obra de hombres,para hombres. El título de Venus no se haerradicado y será muy difícil que se logre,pero mientras se mantenga vigente la ideaque el papel de la mujer trascendió másallá de una simple imagen de fertilidad y

servicio, se habrá logrado un gran avanceen el entendimiento de su papel comomiembros activos y de gran influencia enel desarrollo de las sociedades pasadas.

Por eso, la Arqueología de Género buscaincorporar la relevancia del papel de lamujer en los procesos del desarrollo histó-rico, misma que ha quedado supeditada ala percepción y al dominio del hombre. Esfundamental que la educación androcén-trica que ha prevalecido a lo largo de losaños distorsionando la percepción de lamujer, desde nuestras interpretaciones enla historia hasta las atribuciones que se nosda en nuestros días, sea reformada y posi-bilite abrir nuestras perspectivas a un pa-norama más incluyente. La mujer debiótener tareas trascendentales que impacta-ron en el desarrollo de tecnologías tan bá-sicas como el tejido de fibras no solo paravestir y portar, sino para conservar alimen-tos, colectar recursos, preparar alimento,etcétera. El fuego, la agricultura, el perfec-cionamiento de instrumentos de trabajo, laastronomía, el uso de plantas para crearremedios para la cura de enfermedas, entreotros pudieron ser descubrimientos en losque la mujer fue trascendental.

Hoy día se recomienda utilizar pala-bras como humanos, seres humanos, in-dividuos, seres, en lugar de utilizar el ge-nérico hombre. Y es que tal denominadorexcluye por completo a la mujer, se habladel hombre prehistórico o que el hombrehabitó América, dejando de fuera a la mu-jer. Este cambio se debe dar desde la coti-dianeidad hasta en aspectos más particu-lares como la interpretación arqueológica.

COORDINADOR EDITORIAL:GISELLE CANTO AGUILAR

PARA LEER MÁS…

FALCÓ, RUTH, 2003, La arqueolo-gía del género: Espacios de muje-res, mujeres con espacio. Centrode Estudios sobre la Mujer. Univer-sidad de Alicante, Alicante.MCCOID, C. H. Y L. D. MCDERMOTT,1996, Towards decolonizing gen-der: Female vision in the EuropeanUpper Paleolithic. American Anth-ropologist 98(2):319-326.MCDERMOTT, L. D., 1996, Self-Representation in Upper PaleolithicFemale Figurines. Current Anthro-pologist 37(2): 227-275.MARTÍNEZ PULIDO, C., 2012, Lasenda mutilada: la evolución hu-mana en femenino. Biblioteca Nue-va, Madrid.

Figura 1. Venus de Willendorf. DonHitchcock, CC BY-SA 3.0.

Figura 2. Estudio de las proporciones de las deno-minadas Venus (tomada de McCoid y McDermott1996).