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Balance críco y necesario de la Revolución Cubana 1 Nota del autor El presente arculo fue un texto elaborado personal e inicialmente para mí mismo como un proceso de lucha «interna» frente a mi «pasado», como deslinde de campos con concepciones anteriores sobre Cuba. Así, por estas razones, no es un texto que trate la cuesón en profundidad —no trata las contradicciones imperialistas entre los Estados Unidos de América y la Unión Soviéca, en las que tuvo lugar la experiencia cubana, ni el interesante debate económico de los años 60, ni la cuesón del tercer mundo y América Lana (Bolivia, Venezuela, Perú, etc.), ni la críca cubana al PCCh, etc.—. Además, conene elementos y reflexiones un tanto dogmácas, rígidas, que deberían desarrollarse con más profundidad y desde la (auto)críca creava. En general, son unas «notas orientavas», pautas de información de po económico-histórico que pretenden ser una pequeña aportación para el necesario y profundo balance posterior y la lucha de dos líneas en el seno de la vanguardia teórica. Introducción Actualmente, desde una perspecva comunista, nos encontramos no sólo ante una derrota de las aplicaciones histórico-polícas del marxismo, es decir, de los países socialistas, sino que también afrontamos la derrota del marxismo como teoría de vanguardia, como teoría del pardo revolucionario del proletariado. En otras palabras, nos encontramos también en un contexto de derrota organizava, sin pardo revolucionario del proletariado en la mayoría de países. Por tanto, la tarea indiscuble e inmediata de los y las comunistas es reconstuir el marxismo en el plano ideológico para poder reconstuir el Pardo Comunista en el plano políco , es decir, trabajar por la reconstución ideológico-políca del comunismo; hemos de poner de nuevo al marxismo como la teoría de vanguardia, como la conciencia, como la ideología directora del proletariado. En este sendo, pues, dado que el marxismo puede elevarse como teoría de vanguardia, hay que recoger la síntesis críca y creadora de los aciertos, errores y limitaciones de la praxis revolucionaria del pasado para situarlo en un punto más alto, en un punto más adecuado para la actualidad. Síntesis de la teoría revolucionaria a parr de la prácca social experimentada para situarla en un punto más elevado para desarrollar la praxis. En otras palabras, hace falta un balance críco y amplio de la praxis revolucionaria de las úlmas experiencias revolucionarias, a la vez que la aplicación del estudio marxista sobre la correlación de fuerzas actual en las condiciones objevo-materiales, para poder reconstuir el marxismo en toda su nidez como teoría de vanguardia. 1 La presente es una traducción (realizada en marzo de 2015) del documento original en catalán, el cual puede verse en: Reflexió Marxista-Leninista. Balanç críc y necessari sobre la Revolució Cubana . 2014.

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Balance crítico y necesario de la Revolución Cubana 1

Nota del autor

El presente artículo fue un texto elaborado personal e inicialmente para mí mismo como unproceso de lucha «interna» frente a mi «pasado», como deslinde de campos con concepcionesanteriores sobre Cuba. Así, por estas razones, no es un texto que trate la cuestión enprofundidad —no trata las contradicciones imperialistas entre los Estados Unidos de América yla Unión Soviética, en las que tuvo lugar la experiencia cubana, ni el interesante debateeconómico de los años 60, ni la cuestión del tercer mundo y América Latina (Bolivia, Venezuela,Perú, etc.), ni la crítica cubana al PCCh, etc.—. Además, contiene elementos y reflexiones untanto dogmáticas, rígidas, que deberían desarrollarse con más profundidad y desde la(auto)crítica creativa. En general, son unas «notas orientativas», pautas de información de tipoeconómico-histórico que pretenden ser una pequeña aportación para el necesario y profundobalance posterior y la lucha de dos líneas en el seno de la vanguardia teórica.

Introducción

Actualmente, desde una perspectiva comunista, nos encontramos no sólo ante una derrota delas aplicaciones histórico-políticas del marxismo, es decir, de los países socialistas, sino quetambién afrontamos la derrota del marxismo como teoría de vanguardia, como teoría delpartido revolucionario del proletariado. En otras palabras, nos encontramos también en uncontexto de derrota organizativa, sin partido revolucionario del proletariado en la mayoría depaíses.

Por tanto, la tarea indiscutible e inmediata de los y las comunistas es reconstituir el marxismoen el plano ideológico para poder reconstituir el Partido Comunista en el plano político, es decir,trabajar por la reconstitución ideológico-política del comunismo; hemos de poner de nuevo almarxismo como la teoría de vanguardia, como la conciencia, como la ideología directora delproletariado.

En este sentido, pues, dado que el marxismo puede elevarse como teoría de vanguardia, hayque recoger la síntesis crítica y creadora de los aciertos, errores y limitaciones de la praxisrevolucionaria del pasado para situarlo en un punto más alto, en un punto más adecuado parala actualidad. Síntesis de la teoría revolucionaria a partir de la práctica social experimentadapara situarla en un punto más elevado para desarrollar la praxis. En otras palabras, hace faltaun balance crítico y amplio de la praxis revolucionaria de las últimas experienciasrevolucionarias, a la vez que la aplicación del estudio marxista sobre la correlación de fuerzasactual en las condiciones objetivo-materiales, para poder reconstituir el marxismo en toda sunitidez como teoría de vanguardia.

1 La presente es una traducción (realizada en marzo de 2015) del documento original en catalán, el cual puede verse en: Reflexió Marxista-Leninista. Balanç crític y necessari sobre la Revolució Cubana. 2014.

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Esta tarea ideológica, que incluye —como no podría ser de otra manera en tanto que marxismoy revisionismo forman la unidad dialéctica de la conciencia del proletariado— la luchaimplacable contra las formas del revisionismo moderno, se traduce en un movimiento devanguardia para constituir la vanguardia ideológica, capaz de recoger la síntesis del marxismo ysu aplicación para la situación actual-concreta —línea política—. De aquí, en tanto que serecupera el marxismo como la teoría de vanguardia en su síntesis de la praxis revolucionaria, sepuede dar el paso para la constitución política en forma de Partido Comunista, con la fusión dela vanguardia ideológica (socialismo científico) con los elementos más avanzados y preparadosde las masas, vinculando así la vanguardia con las masas y pudiendo el Partido, a partir de aquí,desarrollar su actividad revolucionaria.

Como se ve, la necesidad del trabajo ideológico es vital para la tarea actual de los y lascomunistas; menospreciar la teoría revolucionaria en el transcurso de la vida o trabajo práctico,esto es, dejar de lado su reconstitución como teoría de vanguardia, significa adherirse almovimiento espontáneo e inmediato (sindicatos, etc.), abandonando al proletariado en manosdel revisionismo y los intereses de otras clases.

Por tanto, en definitiva y en este contexto, en el movimiento de vanguardia por recuperar elmarxismo como la teoría de vanguardia para la formación del Partido, es vital ofrecer unanálisis crítico de las experiencias prácticas para desarrollar el marxismo en toda su nitidez yvalidez en la actualidad.

De esta tarea incuestionable se desprende la necesidad de un análisis crítico y profundo, desdeel máximo rigor histórico posible y desde la luz del marxismo, de la experiencia cubana, por laenorme repercusión que tiene sobre una gran variedad de concepciones actuales.

Balance crítico y necesario de la Revolución Cubana

Aquí se pretende demostrar que: 1) Cuba fue un país sometido voluntaria y conscientemente alsocial-imperialismo soviético, adoptando la forma de capitalismo monopolista de Estado, detipo revisionista soviético; 2) Cuba centró sus esfuerzos en la producción agrícola demonocultivo en interés del social-imperialismo, en lugar de desarrollar las fuerzas productivassobre la base de un proyecto socialista; 3) Cuba tuvo que reformar el capitalismo monopolistade Estado dependiente del social-imperialismo de la URSS para poder sobrevivir a su disolución—reformas de privatización, atracción de grandes capitales extranjeros, etc.—; 4) Cuba, portanto, es un país capitalista.

Para poder estudiar las características de Cuba, se ha de tener claro el carácter y el significadode la Revolución Cubana (1953-1959). Este proceso revolucionario fue una lucha democrático-nacional interclasista contra las injerencias de Estados Unidos y contra la dictadura deFulgencio Batista. No se puede entender la Revolución Cubana como un procesoexplícitamente socialista, basado en el marxismo-leninismo, tanto en sus objetivos como en sucamino. Su dinámica inicial fue la lucha por abrir más espacio a la burguesía nacional; esto seve claramente en los primeros gobiernos formados.

«El gabinete a partir del cual se organiza el Gobierno Provisional en 1959 estaba integradofundamentalmente por elementos representativos de una tecnocracia reformista que defendíaabrir más espacio al desarrollo de la burguesía nacional y hacerla menos dependiente deEstados Unidos, pero sin alterar con ello las premisas básicas del sistema. Muchas de lasprincipales posiciones las ocupaban hombres que antes del triunfo revolucionario habían

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coqueteado con los acercamientos norteamericanos para vertebrar la tercera fuerza quemoderara el proceso»2.

La teoría marxista-leninista nos enseña que los procesos nacionales revolucionarios, o luchasdemocrático-nacionales de liberación, han de ser apoyados y dirigidos por los comunistas,convirtiéndose así en un prólogo de la revolución socialista. Si el Partido Comunista comprendeacertadamente la etapa histórica de la lucha democrático-nacional y actúa coherentemente,convirtiéndose en bandera de esta lucha, podrá afrontar la lucha por el socialismo con unavinculación y fusión más fuerte con el proletariado. En la revolución democrático-nacional, elproletariado puede formar alianzas tácticas con otras facciones sociales que compartenintereses revolucionarios y, en la revolución socialista, el proletariado ha de alzarse como laúnica clase revolucionaria, apoyándose en el campesinado pobre y mediano si es necesario enlas condiciones concretas, creando, desarrollando e imponiendo el Poder proletario. Lacuestión clave, aquí, es si en la Revolución Cubana (1953-1959) existía una organización políticaproletaria de clase —Partido Comunista— capaz de dirigir la propia lucha democrático-nacionaly hacer valer los intereses del proletariado. Esto, en el caso cubano, no existía. El PartidoComunista de Cuba se formó en 1965 y, por tanto, en el bloque interclasista revolucionario enel período de la lucha democrático-nacional no había una organización proletaria de clase.

El transcurso de la Revolución Cubana se dio sobre tres tendencias: conservadora, reformista y«radical». La tendencia «radical» —liderada por Raúl Castro, Che Guevara, etc.— acabóimponiéndose sobre las otras dos con posterioridad a la victoria inicial de 1959. La tendencia«radical», que representaba o se identificaba con el marxismo-leninismo, no tuvo ningúnpartido político a lo largo del proceso de lucha democrático-nacional, y sus concepciones eranantimarxistas. Se antepuso el Ejército Rebelde como expresión revolucionaria y se defendió latáctica foquista-guerrillera como conceptos sustitutivos del papel del partido leninista de claseen el período de lucha democrático-nacional como prólogo de la lucha por el socialismo. Comoadmitió Fidel Castro en el I Congreso del Partido Comunista de Cuba:

«El Ejército Rebelde fue el alma de la Revolución. De sus armas victoriosas emerge libre, bella,pujante e invencible la patria nueva… Cuando se fundó el Partido, nuestro ejército, heredero delheroísmo y la pureza patriótica del Ejército de Liberación y continuador victorioso de susluchas, puso en sus manos las banderas de la Revolución, y fue a partir de aquel instante y parasiempre su más fiel, disciplinado, humilde e inconmovible seguidor»3.

Así, pues, la victoria en este período revolucionario de lucha democrático-nacional se dio sinque el proletariado cubano contara con la organización política de clase (en las luchasdemocrático-nacionales de liberación en Albania o Europa del Este, en China o Vietnam, porejemplo, sí que había partidos comunistas que dirigían y apoyaban estos procesos). Endefinitiva: 1) la Revolución Cubana no se ideó inicialmente sobre un proyecto socialista; 2) latendencia «radical», que pretendía identificarse con el marxismo, no seguía un caminomarxista-leninista.

Habiendo expulsado a la burguesía monopolista de EE.UU. y habiendo derrotado a la dictadurade Batista; habiéndose impuesto la tendencia «radical» dentro de la Revolución Cubana, ¿cuálfue la relación con la URSS a partir de la cual se edificó el «socialismo cubano»? A causa de laserróneas y antimarxistas bases programáticas de la tendencia «radical», ante el reto de

2 ARBOLEYA, J. La contrarrevolución cubana. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 2000.

3 CASTRO, F. «Informe Central del I Congreso del PCC». 1965.

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construir el socialismo las fuerzas flaquearon, no se dispuso de los instrumentos necesarios nide las directrices teóricas necesarias. Sin la aplicación adecuada de la teoría marxistarevolucionaria, la orientación del movimiento obrero descarrilla del camino firme de larevolución socialista. En palabras de Iósif Stalin:

«La práctica es ciega si la teoría revolucionaria no ilumina su camino. Pero la teoría puedeconvertirse en una formidable fuerza del movimiento obrero si se elabora en indisoluble ligazóncon la práctica revolucionaria, porque ella, y sólo ella —la teoría—, puede dar al movimientoobrero seguridad, capacidad para orientarse y la comprensión de los vínculos internos entre losacontecimientos que se producen a nuestro volante; porque ella, y sólo ella, puede ayudar a lapráctica a comprender, no sólo cómo se mueven y hacia dónde marchan las clases en elmomento actual, sino también cómo han de moverse y dónde han de marchar en un futuropróximo»4.

Así pues, se dieron ciertas bases económicas para el socialismo y el elemento subjetivo estabacomparablemente avanzado, pero los errores de la línea política de la tendencia «radical» y laincomprensión de las condiciones históricas y económicas obstaculizaron el proceso socialista yabrieron la puerta al social-imperialismo soviético (no es el objeto de estudio, aquí, lasconfrontaciones a tres bandas entre EE.UU., Cuba y la URSS que tuvieron lugar a la sujeción alsocial-imperialismo soviético). Fidel Castro visitó veintitrés veces la Unión Soviética; la últimavez en 1985. El 13 de enero de 1964, Fidel Castro inició su segundo viaje a la URSS. Comoresultado de la negociaciones correspondientes entre los gobiernos de Cuba y de la UniónSoviética, fue firmado el primer convenio a largo plazo que garantizaba el mercado entre losdos países y los precios estables del azúcar cubano, cuya producción por la Unión Soviética sevendía a casi la mitad del precio medio mundial y debía alcanzar la cantidad de 10 toneladaspor año entre 1965 y 1970, superando las 3,9 t de 1963. Pero la producción de azúcar nuncallegó a las 10 t anuales; en los años 80 fue de unas 8 t, cayendo a las 3,5 t en los 90, después dela disolución de la URSS. En 1972 Cuba entró en el COMECON, la organización económica quela URSS social-imperialista utilizaba para someter y explotar los países del «bloque socialista» 5.Desde 1959 hasta 1982, la Unión Soviética compró el 43,5% de las exportaciones de azúcar deCuba; entre 1963 y 1974, las exportaciones de azúcar suponen entre el 70 y el 90% del valortotal de las exportaciones de Cuba. A la vez, el 52% de las importaciones de Cuba provenían dela URSS y, en los años 70 y 80, entre el 70 y el 75% de las relaciones comerciales de Cuba erancon la Unión Soviética, como puede verse en este gráfico (línea roja):

4 STALIN, I. Los fundamentos del leninismo. Moscú: Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1953. p. 32. http://www.marxists.org/espanol/stalin/1920s/fundam/.

5 Crítica Marxista-Leninista. El socialimperialismo soviético y el COMECON: explotación imperialista en Europa oriental. 2013.

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Como se puede ver, Cuba abandonó el camino de una plena y necesaria industrializaciónsocialista y de la diversificación de la producción agrícola para desarrollar las fuerzasproductivas y asegurar en cierto grado la autosuficiencia y el avance del socialismo, paracentrarse en la plena dependencia del comercio con el social-imperialismo soviético. Laproducción nacional, el desarrollo de las fuerzas productivas y el bienestar de la clasetrabajadora quedaron supeditados a los intereses comerciales de la bestia social-imperialistasoviética; el resto de alimentos y productos necesarios fueron importados con el dineroobtenido por el servicio al social-imperialismo. La dependencia del capitalismo imperialistasoviético era total, era el eje sobre el cual giraba la política cubana. El mismo Fidel Castro loexplicaba, en relación con el impacto que tuvo sobre Cuba la disolución de la URSS:

«Cuando se produjo la desintegración de la Unión Soviética, que fue para nosotros como quedejara de existir el sol, la Revolución Cubana recibió un golpe demoledor. No sólo se tradujo enun abandono total del suministro del combustible, materiales y alimentos; perdimos elmercado y los precios logrados para nuestros productos en el duro bregar de la lucha por lasoberanía, la integración y los principios. El imperio y sus traidores, llenos de odio, afilaban loscuchillos por los que pensaban pasar a los revolucionarios y con los que pensaban recuperar lasriquezas del país. El producto interior bruto comenzó a decaer progresivamente hasta un 35%.¿Qué país podría resistir tan terrible golpe? No defendíamos nuestras vidas; defendíamosnuestros derechos. Muchos partidos y organizaciones de izquierda se desanimaron tras elcolapso de la URSS, después de su titánico esfuerzo por construir el socialismo durante más de70 años»6.

6 CASTRO, F. «Sobre Lula (tercera parte)». En: Reflexiones de Fidel. La Habana: Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado de la República de Cuba, 2008. p. 65.

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Él mismo reconoce la subordinación total a la Unión Soviética. Pero no sólo eso. Reconoce, enun clamoroso ejercicio antimarxista, que la URSS hizo un «esfuerzo titánico por construir elsocialismo durante más de 70 años», esto es: ¡la URSS de los años 60, 70 e incluso los 80 erasocialista! Según sus concepciones, similares a las compartidas por muchas secciones delmovimiento comunista internacional actual, fue el error de la Perestroika el hecho que«introdujo» el capitalismo en la Unión Soviética. De nuevo, esto muestra las lagunas teóricassobre las que se levantaba la tendencia «radical-marxista» que obstaculizaron el correctocamino socialista.

Volviendo al escenario de la dependencia comercial con el social-imperialismo soviético, estáclaro que la producción especializada, masiva y barata para la venta exterior es la actividad másrentable en términos capitalistas, en sustitución de los procesos de industrialización pesada ydiversificación de la producción agrícola para construir y fortalecer el socialismo en el país —con la necesaria lucha político-ideológica de masas para resolver las contradiccionesremanentes, facilitando así el desarrollo ulterior de las fuerzas productivas y el futuro paso alcomunismo, y para fortalecer la línea proletaria contra la lucha reaccionario-capitalista—.

Reafirmando la rentabilidad capitalista de la subordinación al comercio con el social-imperialismo soviético sobre la posibilidad de desarrollar potencialmente otras ramas de laagricultura, las fuerzas productivas y trabajar por una cierta autosuficiencia socialista en lugarde querer aumentar en un millón y medio la producción de azúcar para el comercio social-imperialista, Fidel Castro aseguró que:

«Para llegar a ser autosuficientes en arroz (…) tendríamos que utilizar 330.000 hectáreas másde tierras de riego e invertir nuestro escaso suministro de agua… Sin duda, no sería convenientepara nuestro país que dejara de producir un millón y medio de toneladas de azúcar, que es loque podríamos producir en 330.000 ha de tierras irrigadas plantadas con caña de azúcar, y queaumentaría nuestra capacidad de compra al exterior por más de 150 millones de dólares, conla finalidad de producir en esta tierra, con el mismo esfuerzo, arroz valorado en 25 millones $»7.

Efectivamente, el monocultivo de azúcar reportaba mayor beneficio en sentido capitalista, enel sentido del comercio exterior con el social-imperialismo, actividad económica que impide eldesarrollo socialista del país en cuestión. Monocultivo del producto más rentable para losintereses social-imperialistas, tal es el punto cardinal sobre el cual giraba la economía cubana.No sobre qué es conveniente para el socialismo, para el desarrollo de las fuerzas productivas,para la clase trabajadora cubana, no; sobre el mayor beneficio que podía reportar ciertaactividad económica sobre las otras, en donde se centran, pues, todos los esfuerzos.

«Objetivamente, esta fue una decisión de desarrollar Cuba exactamente como los imperialistasnorteamericanos la habían desarrollado —de una manera desequilibrada y para siempredependiente, de acuerdo a lo que era más rentable—. Fue particularmente desastrosa porqueCuba no pudo producir los 10 millones de toneladas, pero si aun así este objetivo se hubiesesuperado, el efecto básico en la estructura de la economía —la dependencia del imperialismo—habría seguido siendo el mismo. Y en esta situación, es definitivamente más rentable cultivarcaña de azúcar que desarrollar la industria en Cuba; en caso contrario, los imperialistasnorteamericanos habrían industrializado Cuba hace mucho tiempo»8.

7 CASTRO, F. Granma. 06/01/1966.

8 Revolutionary Spirit. Cuba: the Evaporation of a Myth – From Anti-Imperialist Revolution to Pawn of Social-Imperialism. 2012.

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Si la subordinación al social-imperialismo soviético significó una determinada orientación de laproducción y del desarrollo de las fuerzas productivas según su interés, no podía dejar designificar también una determinada forma de estructura económica afín a él. Esta estructuraeconómica se basaba propiamente en las medidas capitalistas que se tomaron en la URSS a lolargo de los años 60. Refiriéndose a ellas, el Primer Ministro soviético Alekséi Kosygin dijo, enun discurso de septiembre de 1965, que:

«Un sistema completo de medidas está siendo propuesto con la finalidad de ampliar laindependencia económica y la iniciativa de las empresas y las asociaciones, y aumentar laimportancia de la empresa como la principal unidad económica en nuestra economía»9.

Y, en otra ocasión, que:

«Los gerentes industriales serán plenamente responsables de los sectores de producción queles ha encomendado el Estado. Esta responsabilidad, el papel de la gestión de un solo hombreen la producción, se está convirtiendo especialmente importante ahora»10.

Así pues, en Cuba también se difundió la descentralización económica y el impulso de laindependencia de los administradores industriales para dirigir la producción:

«El precio del apoyo renovado soviético fue una cierta descentralización de la toma dedecisiones económicas y la introducción de una gama limitada de mecanismos de mercado.Desde el comienzo de los años 70, los dirigentes cubanos trataron de reformar las estructuraseconómicas y políticas de Cuba para dar cabida al nuevo modelo. (…) Las reformas quesiguieron a la primera mitad de la década de los años 70 en Cuba anduvieron en consonanciacon la línea de la Unión Soviética; bajo la cooperación de numerosos asesores soviéticos sereestructuraron los organismos y las empresas económicas de Cuba. Una comisión soviético-cubana fue creada en diciembre de 1970 para coordinar el uso de la ayuda soviética y, dos añosmás tarde, Cuba se convirtió en un miembro pleno del mercado común del bloque soviético, elCOMECON. Un nuevo sistema de gestión económica se estableció progresivamente en los años70, estado en pleno funcionamiento a finales de la década. Se introdujo un cierto grado deresponsabilidad financiera, de rentabilidad, así como una amplia gama de incentivosmateriales. (…) Fidel Castro no fue moderado en sus ataques a la excesiva centralización en laplanificación económica y a los administradores de las empresas se les otorgó más poder dedecisión al nivel de empresas particulares»11.

Todo esto no hace más que mostrar, ineluctablemente: 1) ausencia completa de socialismo enCuba; 2) concepciones burguesas sobre la economía y el social-imperialismo por parte delPartido Comunista de Cuba —formado, recordemos, posteriormente a la Revolución Cubana de1953-1959— y del Gobierno cubano.

Este modelo económico de dependencia de potencias social-imperialista implicó que, porejemplo, cuando en 1976 el precio medio mundial del azúcar cayó cerca de un 900%, Cuba

9 NICOLAUS, M. «The ‘New System’». En: Restoration of Capitalism in the USSR. Chicago: Liberator Press, 1975. p. 100.

10 BLAND, W. B. «The New Soviet Capitalist». En: The Restoration of Capitalism in the Soviet Union. 2ª ed. s.l.: 1995.

11 BALFOUR, S. Castro. s.l.: 1990.

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tuvo que intensificar aún más la producción de azúcar para exportar, con tal de satisfacer losingresos necesarios de los que vivía, en detrimento de otros productos agrícolas. Además,algunos de estos productos agrícolas, como el café, que sólo podía tomarse bajoracionamiento, hubieron de ser exportados también inmediata y masivamente, reduciendotodavía más la disponibilidad para los propios cubanos.

De la relación con la URSS y de las concepciones dirigentes del PCC se desprende que Cuba fuedeliberada y conscientemente sometida al papel de una economía agrícola exportadora,encuadrada perfectamente en la división internacional del trabajo del social-imperialismosoviético —organizada a través del COMECON—. Cuba tuvo el papel de productor de azúcarpara los intereses soviéticos, de la misma manera que la burguesía burocrático-monopolistasoviética pretendía hacer de Albania un país enteramente productor de naranjas (la posiciónmarxista-leninista del Partido del Trabajo de Albania evitó esta sumisión al imperialismosoviético y permitió desarrollar, en cierto grado, el socialismo en Albania). Del dominio y yugocolonial de EE.UU. al dominio y yugo neocolonial de la URSS social-imperialista: esta fue laevolución de la situación cubana. No se puede caer en teorías revisionistas según las cuales unpaís, totalmente controlado y subordinado a los intereses de una potencia imperialista, regidopor un modelo económico basado en la división internacional del trabajo y dirigido por unpartido revisionista, por algún motivo secundario puede ser socialista o estar en el camino delsocialismo. El socialismo no puede construirse mediante métodos capitalistas de producción yde comercio. De todo esto se desprende, innegablemente, que Cuba: 1) fue un país sometido ala división internacional del trabajo de acuerdo con los intereses del social-imperialismosoviético; 2) centró sus esfuerzos en el monocultivo de azúcar para su exportación; 3) no sedirigió al camino socialista, a causa de las diferentes razones aquí expuestas.

¿Qué pasó cuando la URSS se desintegró? Si Cuba era un «satélite» del social-imperialismosoviético, ¿qué efectos tuvo la caída del gigante soviético? Como lo ha explicado Fidel en unacita anterior:

«Cuando se produjo la desintegración de la Unión Soviética, que fue para nosotros como quedejara de existir el sol, la Revolución Cubana recibió un golpe demoledor. No sólo se tradujo enun abandono total del suministro del combustible, materiales y alimentos; perdimos elmercado y los precios logrados para nuestros productos en el duro bregar de la lucha por lasoberanía, la integración y los principios. El imperio y sus traidores, llenos de odio, afilaban loscuchillos por los que pensaban pasar a los revolucionarios y con los que pensaban recuperar lasriquezas del país. El producto interior bruto comenzó a decaer progresivamente hasta un 35%.»

Las consecuencias fueron nefastas; con la disolución de la URSS y la pérdida prácticamentecompleta y súbita del 70% de sus relaciones económicas con el exterior, Cuba vio temblarpeligrosamente su economía capitalista basada en la sujeción al social-imperialismo soviético.A causa de esto, la producción de azúcar dejó de ser el centro neurálgico de la actividadeconómica y de la subsistencia del país, cayendo la producción media anual de 8 a 3,5 t. Comoconsecuencia de todo ello, se buscaron nuevas salidas para la economía capitalista, impulsandoel turismo como la principal actividad económica para el país y las reformas de aperturacapitalista al capital extranjero. En el contexto de atracción de capital extranjero, ya desde 1982había una base legal para asociaciones independientes de capital extranjero y, el 29 de marzode 2014, se aprobó la actualización de la Ley de Inversión Extranjera para facilitar tal procesode atracción del capital extranjero. Por otra parte, el turismo sustituye la producción de azúcarcomo principal fuente de ingresos, atrayendo unos 2,5 millones de turistas anuales. Para podersostener el régimen socioeconómico capitalista sobre los fundamentos en que se había

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levantado, se implementaron diversas reformas enfocadas a hacerlo viable sobre otros ejes yactividades. Igual hicieron en Vietnam o Corea del Norte. En el ámbito de la agricultura, a causade la crisis en la producción de azúcar y la pérdida de su principal mercado exterior, se llevó atérmino también una serie de reformas. Entre 1993 y 1994 se crearon las Unidades Básicas deProducción Cooperativa (UBPC), instituciones cooperativistas a las que se venden los medios deproducción y se cede indefinidamente la tierra para su libre uso. Las UBPC funcionan poragrupaciones superiores en forma de empresas, las cuales a partir de un mínimo de recursosasignados por el Estado deciden independientemente qué producir, cómo, en qué términos,etc., en función de sus intereses capitalistas. Con la irrupción de las UBPC, la propiedad noestatal pasó del 18 al 42% entre 1989 y 2005, como se ve en la tabla adjuntada en la páginasiguiente. Esta descentralización denota, perfectamente, la desviación de cualquier posiblecamino socialista; el socialismo exige la propiedad social de los medios de producción y de losrecursos naturales por toda la clase trabajadora en su conjunto, en forma de centralizacióneconómica basada en el interés y participación de toda la sociedad. Pero la centralizacióneconómica no implica necesariamente el socialismo, tal y como se muestra en los capitalismode monopolio estatal (URSS revisionista, Cuba, Corea del Norte, etc.). Por otra parte, además,se fomentó la libre producción y el libre mercado en el importante sector agropecuario, queatrae el 20% de la población cubana económicamente activa.

En el ámbito de las relaciones internacionales, durante cuatro años tras la disolución de laURSS, las relaciones con Rusia y con los otros países integrantes de aquella quedaronbloqueadas, fueron nulas. Poco a poco, se fue iniciando un nuevo acercamiento, debido engran parte a la mutua necesidad por hacer frente a Estados Unidos y «superar» susperspectivas de crisis. Finalmente, en 2005 se constituye una Comisión Mixta de Cooperaciónentre Cuba y Rusia, a partir de la cual se inician y gestionan importantes convenios deintercambio comercial, proyectos económicos e inversiones, etc., involucrando a más de 70importantes empresas rusas. En noviembre de 2008, el presidente de la Federación Rusa,Dmitri Medvédev, visitó La Habana. De otra parte, Raúl Castro, presidente de Cuba tras larenuncia de Fidel en 2008, visitó Rusia en 2009. El mismo año, ambos países firman un«Memorándum sobre Cooperación Estratégica», en el cual se establecen las principalescondiciones que reglamentan conjuntamente sus relaciones económicas. Se establece,además, la concesión de un megacrédito estatal a Cuba, se impulsan proyectos de cooperacióncientífica y se acuerda la entrega gratuita a largo plazo de 100.000 t de trigo a Cuba. Estasrelaciones económicas capitalistas se intensificaron aún más en 2011, con la firma de un nuevo«Plan de Acción» entre los dos países. El intenso e interesado intercambio económico lo

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muestran las tensiones entre las empresas petrolíferas monopolistas Gazprom Neft yZarubezhneft. En todo este período, el imperialismo ruso ya ha dado créditos por valor total de350 millones de dólares a Cuba. Concretamente, a inicios de julio de 2014, la Duma rusaaprobó la condonación del 90% de la deuda total que Cuba tenía con la URSS —unos 35.200millones $—. El 10% restante —unos 3.520 millones— queda por pagar durante los próximosdos años, en cuotas semestrales. Con este acercamiento al imperialismo ruso y la aparente«amabilidad» de este, se deben tener en cuenta los verdaderos ingresos en juego y elverdadero significado de estas relaciones económicas en el marco de la situación cubana deactualización del capitalismo. Como decía Enver Hoxha:

«El capitalismo no puede nunca invertir en otros países, conceder préstamos y exportarcapitales sin calcular previamente los beneficios que le reportará. Si a los grandes monopolios ybancos, que se han extendido como una telaraña por el mundo capitalista y revisionista, no seles presentan datos concretos sobre los posibles ingresos a obtener de la explotación de unamina, de las tierras, de la extracción del petróleo o del agua en una desierto, no dan créditos.También hay otras formas de conceder créditos, que se practican de cara a los Estadosseudosocialistas que buscan camuflar el camino capitalista que siguen. Estos créditos, quealcanzan grandes sumas, se conceden en forma de créditos comerciales y se liquidan,naturalmente, a corto plazo. Estos créditos son dados conjuntamente por muchos paísescapitalistas, los cuales han calculado previamente los beneficios económicos, y también lospolíticos, que van a obtener del Estado que los recibe, teniendo en cuenta tanto el potencialeconómico como la solvencia del mismo. Los capitalistas en cada caso no donan créditos paraconstruir el socialismo, sino para destruirlo. (…) Es sabido que el capitalista no puede concederayudas a nadie sin antes considerar, en primer lugar, su propio interés económico, político eideológico. No se trata únicamente del porcentaje que obtiene como ganancia. El paíscapitalista que concede el crédito, junto con él, introduce en el país que «ayuda» su forma devida, su forma de pensar capitalista, creando sus bases y extendiendo insensiblemente comouna mancha de aceite su propia telaraña; y la araña está siempre en el centro y chupa lasangre a todas las moscas que caen en sus redes»12.

Todo esto muestra el carácter inequívocamente capitalista de las medidas reformistasadoptadas desde los años 90. ¿Pero estas reformas se toman para «corregir», para «asegurar»el socialismo? No. Ya hemos visto que el socialismo en Cuba fue y es un milagro, a favor delcapitalismo monopolista vinculado a los intereses soviéticos. Las reformas económicas son,pues, para «corregir», para «asegurar» el capitalismo. De un putrefacto capitalismo de Estadoal servicio del social-imperialismo soviético, a un capitalismo más abierto: evolución delmodelo socioeconómico de Cuba. En este contexto de reformas, Raúl Castro, en el XX Congresode la Central de Trabajadores de Cuba el 9 de febrero de 2014, admite abiertamente que sedan en un contexto que no corresponde al socialismo:

«Pese a lo sensible y compleja que resulta la cuestión del sistema salarial vigente en laeconomía estatal, no puedo dejar de abordarlo, más cuando ya en otras ocasiones me hereferido a este tema. Coincido plenamente con vosotros en que el actual sistema salarial nose corresponde con el principio de distribución socialista “de cada uno según su capacidad y acada uno según su trabajo” o, lo que es lo mismo, no garantiza que el trabajador recibasegún su aportación a la sociedad. También es cierto que el salario no satisface todas lasnecesidades del trabajador y su familia, hecho que genera desmotivación y apatía de cara a lafaena, influyendo negativamente en la disciplina e incentivando el éxodo de personal

12 HOXHA, E. El imperialismo y la revolución. s.l.: 1979.

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cualificado hacia actividades mejor remuneradas con independencia del nivel profesionalrequerido. Asimismo, frena la promoción de los más capaces hacia carreras superiores, comoconsecuencia del nocivo fenómeno de la “pirámide invertida”, que se traduce en el hecho deque, generalmente, a mayor responsabilidad menos ingreso personal.

Al mismo tiempo, hemos partido de un enfoque integral en la aplicación de la política salarial yde estímulo que condujo a la aprobación puntual a lo largo de los años de diferentes sistemasde bonificación extrasalarial en sectores y actividades, que no en todos los casos estánvinculados con el resultado del trabajo y el incremento de su productividad . Tampocopodemos olvidarnos de casi un millón setecientos mil ciudadanos que han dedicado décadas ala faena y que hoy disfrutan del derecho a su merecida jubilación, cuyas pensiones sonreducidas e insuficientes para afrontar el coste de la cesta de bienes y servicios»13.

De todo esto se desprende el verdadero carácter y significado de las reformas socioeconómicasde las últimas décadas y se entiende la repercusión que tuvo la desintegración de la URSS sobrela economía cubana.

Conclusiones

Por todas las razones aquí expuestas, desde la línea política de la tendencia «radical» hasta laconfiguración económica de Cuba, y a modo de resumen, el análisis de la Revolución Cubanalleva a la conclusión de la victoria inicial de una revolución de tipo democrático-nacional que,en lugar de seguir el camino por la revolución proletaria y el socialismo, acabó consciente yvoluntariamente bajo las garras del social-imperialismo soviético, en forma de un capitalismomonopolista de Estado de tipo revisionista y social-fascista que, actualmente, tras la caída de laURSS, necesita «actualizarse». En otras palabras, a modo de conclusión:

«Hemos defendido la revolución cubana porque estaba dirigida contra el imperialismonorteamericano. Como marxista-leninistas, detengámonos un momento para analizar estarevolución y las ideas que la inspiraron. La revolución cubana no se inició sobre la base delmarxismo-leninismo ni se desarrolló según las leyes de la revolución proletaria, por las cualesse rige un partido marxista-leninista. Tampoco después de la liberación del país Castro seposiciona en el camino marxista-leninista, sino que, por el contrario, continuó inspirándose enlas ideas liberales. Es un hecho, y nadie puede negarlo, que los integrantes de esta revoluciónempuñaron las armas y ganaron las montañas, pero también es un hecho incontestable que nolucharon como marxista-leninistas. Eran combatientes liberadores que se levantaron en luchacontra la camarilla de Batista y la vencieron, precisamente porque ésta constituía un eslabóndébil del capitalismo»14.

Después del triunfo en la Revolución Cubana, Cuba devino un país destacadamente líder en lacausa progresista de la lucha democrático-nacional y de liberación nacional, en tanto el triunfo

13 CASTRO, R. «Discurso en el XX Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba». 09/02/2014.

14 HOXHA, E. «El puño de los comunistas marxista-leninistas debe golpear también enérgicamente el aventurerismo de izquierda, como engendro del revisionismo moderno». En: Obras escogidas. Tirana: Editorial Nëntori, Instituto de Estudios Marxista-Leninistas adjunto al CC del PTA, 1983. p. 526, vol. IV.

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de esta causa aún estaba pendiente en la mayoría de países de América Latina y Central. Enotras palabras, Cuba levantó la bandera de la lucha contra el imperialismo norteamericano porla causa democrático-nacional, a pesar de que su sujeción al social-imperialismo soviético pusociertos límites a este abanderamiento. En todo caso, Cuba no podía no puede ser consideradaun bastión de la causa socialista ni, por tanto, un ejemplo a seguir en la lucha por el socialismo—aunque, efectivamente, se han de extraer conclusiones útiles en base a la crítica estratégico-práctica—.

Sería conveniente analizar también algunas de las concepciones «marxistas» mayoritariassobre Cuba.

A partir de la concepción errónea de la existencia del «socialismo cubano» y ligada a ésta, aúnhay «comunistas» que justifican el «retorno» abierto al capitalismo para «relanzar» elsocialismo. Es decir, partiendo de un sistema socialista, justifican la restauración capitalistapara desarrollar las fuerzas productivas y dar bienestar a la clase trabajadora. Recorren elcapitalismo no para crear condiciones óptimas para el socialismo, sino para «mejorar», para«solucionar» el mismo socialismo. Esta concepción muestra básicamente dos cosas: 1)incomprensión de la teoría marxista, en general, y del carácter contradictorio de las relacionessociales de producción y el ulterior desarrollo de las fuerzas productivas, en particular; 2)debilidad o nulidad del socialismo en el país en cuestión. En el segundo caso, la única soluciónes construir el socialismo y corregir los errores desde el marxismo-leninismo.

Por otra parte, repasando otras concepciones antimarxistas sobre la Revolución Cubana, si sereconoce una supuesta necesidad de abrazar el social-imperialismo soviético para frenar elimperialismo de Estados Unidos, se abandona ipso facto la posibilidad del socialismo y seadmite que la Revolución Cubana hubo de frenarse en la etapa de la lucha democrático-nacional; o, peor aún, que hubo de someterse a un nuevo imperialismo para frenar otro —argumento social-imperialista—. Y esto fue lo que, con todo, sucedió. El socialismo ha dellevarse a término mediante la dirección política de la organización proletaria de clase,concepción que era deformada en la tendencia «radical», y que se basa en la lucha implacableen todos los frentes contra la burguesía nacional e internacional, hecho que no se dio con lainclinación cubana hacia el terreno soviético. Se han de tener claras dos consignas marxistasgenerales: 1) el socialismo no puede construirse mediante la subordinación a ninguna potenciaimperialista o social-imperialista, ya que se toma parte en la división internacional del trabajo,se toma el camino capitalista y se obstaculiza el desarrollo de las fuerzas productivas; 2) lalucha anti-imperialista no tiene valor si sólo es parcial, esto es, si se presenta una política o unaopción imperialista en la lucha contra otro país o bloque imperialista, ya que entonces no esuna lucha contra el imperialismo desde posiciones revolucionarias proletarias, sino desdeposiciones imperialistas o social-imperialistas. Por tanto, si se acepta que la causa cubana sólopodía solucionarse con la sumisión al dominio soviético, se está defendiendo de hecho: 1) larenuncia al socialismo; 2) la renuncia consiguiente a la lucha anti-imperialista.

La revolución socialista en Cuba tenía que contar con un Partido Comunista regido por elmarxismo-leninismo y no debía caer en las manos del social-imperialismo soviético, premisasque se incumplieron clamorosamente desde el inicio. Esta revolución socialista, que no se diopor las causas mencionadas, debía haber desarrollado rápidamente las fuerzas productivas,especialmente en industria pesada y en diversificación de la especialización del monocultivoagrícola; organizado un fuerte Poder Proletario y un Ejército Proletario; establecer relacionessólidas con los Partidos Comunistas y los países socialistas, etc.

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Pero, al fin y al cabo, ¿podría haberse lanzado una revolución social proletaria en Cuba? Sí; lascondiciones materiales, objetivas, económicas adecuadas —desarrollo de las fuerzasproductivas, existencia del proletariado, etc.— estaban dadas y se había triunfado en la luchademocrático-nacional. Esto no quiere decir que el camino fuese fácil, rápido y plácido; laamenaza del imperialismo norteamericano y del interés de los social-imperialistas soviéticos ychinos, así como el variado revisionismo que dominaba el espectro político revolucionariocubano —desde el derechismo hasta el aventurerismo—, eran dificultades enormes para losobjetivos socialistas. De hecho, la organización política de clase del proletariado todavía debía(o debe) formarse. Pero, ¿qué significa esto para las posibilidades de la revolución socialista enCuba? El proletariado revolucionario no puede descansar en el derrotismo y en la pasividadexpectante; la revolución socialista ha de ser realizada allí donde se den las mínimasposibilidades, donde se den las condiciones materiales objetivas correspondientes y eldesarrollo de un correcto trabajo revolucionario en base a los principios generales delmarxismo. El único camino seguro para la revolución mundial proletaria es el incondicionalempoderamiento del proletariado en cada país en tanto las condiciones objetivas y subjetivasde sus contextos concretos lo hagan mínimamente posible. La consecuencia de estosempoderamientos o procesos revolucionarios es la necesaria aceleración de las condicionesobjetivas y subjetivas de la revolución proletaria en otros países —hecho que, actualmente,requiere una coordinación unitaria de todas las fuerzas marxista-leninistas en una nuevaInternacional—, a causa del hecho de que las condiciones interiores nacionales de cada paísestán relacionadas potencialmente con la dinámica internacional impresa por el imperialismo.El paso de las economías nacionales como unidades altamente independientes del desarrolloexplícitamente interior de los países a una economía mundial basada en el imperialismo, en lacadena mundial del capital monopolista, significa también el paso de la revolución proletariacomo una cuestión puramente nacional, limitada al interior de cada país concreto, a larevolución proletaria como una cuestión mundial, basada en la dinámica del frenteinternacional del capital y en los eslabones que constituyen los países en él. Por tanto,cualquier avance revolucionario, por mínimo que sea, repercute dialécticamente en el resto depaíses. Así pues, la lucha por el socialismo en las diferentes condiciones, o mejor dicho, en losdiferentes eslabones de la cadena imperialista mundial que ofrece la geopolítica y la economíacapitalistas, deshaciéndose de lamentos contemplativos y pasivos que esperan «situacionesidílicas», es un inmenso impulso por el transcurso revolucionario en otros países.

Por tanto, habiendo argumentado el degenerado y evolutivo camino capitalista de Cuba ypostulado, pues, la necesidad de la verdadera revolución socialista, cabe mencionar algunasnociones generales para ello. Tomar el camino marxista-leninista, es decir, el camino de larevolución social proletaria por la consecución del comunismo, no puede darse mediante unasupuesta reafirmación de un Estado social-fascista y revisionista organizado sobre relacionescapitalistas de producción, como es Cuba. La revolución socialista únicamente puede darsemediante la lucha política revolucionaria del proletariado dirigido por su organización de clase,el Partido Comunista de Nuevo Tipo. Así pues, en el estado actual de cosas, Cuba como Estadocapitalista no tiene intrínsecamente, por él mismo, opción marxista-leninista en tanto que es unEstado burgués; el camino marxista-leninista emana de la imprescindible formación del Partidoproletario y de la organización y lucha independientes del proletariado revolucionario por laconstrucción, desarrollo e imposición del Poder soviético o Poder proletario.

La constitución de tal partido proletario, de la organización clasista que fusiona en un todoúnico el socialismo científico con las masas, tanto en Cuba como en la inmensa mayoría depaíses del mundo entero, es la tarea principal incuestionable de los comunistas, desarrollando

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el movimiento de vanguardia necesario y estableciendo la más resuelta lucha en el planoideológico contra el revisionismo, que inunda las organizaciones «comunistas» y«revolucionarias» y, en tanto que enemigo del marxismo, es vital e imprescindible combatirlo yexponer su naturaleza, para poder construir el Partido Comunista de la clase trabajadora. Nosólo se ha de tener en cuenta la lucha teórica o ideológica para conquistar primeramente lavanguardia, que se ha de librar en el momento actual inmediato, sino que también hay quetener presente que, una vez constituida esta, habrá de librar una lucha práctica incesantecontra las organizaciones y partidos revisionistas, de los cuales muchos militantes honestospasaran seguramente a formar parte del nuevo Partido Comunista. Del revisionismo en generalque inunda las organizaciones «comunistas» o «revolucionarias» cabe destacar concretamentela variante jrushchovista —pretensiones pacifistas, sindicalismo, electoralismo (derechismo),etc.—. Del objetivo general de lucha contra el revisionismo en el movimiento vanguardista porla reconstitución del Partido Comunista se ha de resaltar la consigna concreta de la lucha contrael revisionismo jrushchovista. Esto adquiere todavía más fuerza en el caso de Cuba.