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REFLEXIONES CRISTIANAS
¡UN HIJO DE DIOS NO DEBE TENER MIEDO!
Cuando no conocemos el poder de Dios sobre todas las cosas,
somos dominados por el miedo, que nos han dejado como
herencia nuestros padres y abuelos que vivieron, como ahora
nosotros, en una sociedad seducida por la idolatría y la
superstición; pues vemos que hay personas que no dan un
paso, si no consultan el horóscopo, las cartas y adivinos.
Este ritual de todos los días, mantienen al miedo como un
crónico en las personas que no conocen a Dios, porque
confían en el hombre que no tiene ningún poder como tampoco
tienen poder los astros para dirigir nuestras vidas.
Estos temores no deben preocupar a un cristiano, porque
somos sostenidos por la mano del Todopoderoso; y ya no nos
rige ningún signo del zodiaco, llámense Cáncer; Júpiter o
Leo; sino un solo mandamiento que es: “Amar al prójimo como
a nosotros mismos”.
Para tener conciencia y vivir confiados, observemos lo que
ocurre en todo el universo, con una de las manifestaciones
más visibles del poder de Dios, que es el don de la vida
distribuida en todas partes gratuitamente.
La vida por ser el aliento de Dios, llenó el universo de
ayer y lo llegará eternamente sin que nadie pueda
impedirlo.
Así tenemos que la vida está presente en la tierra, el agua
y el aire; haciendo que las personas, animales y plantas,
nazcan y crezcan, sin que nadie intervenga ni entienda,
como se realiza este prodigio invisible que nunca se
extingue en las generaciones.
Cuando observamos los astros y planetas; los sistemas y
galaxias gigantescos; podemos comprender que en sus
movimientos coordinados está la vida, como también lo está
en los seres microscópicos que no podemos ver a simple
vista.
La vida está en todas partes, por eso, cuando caminamos por
la ciudad, podemos ver que en las veredas donde hay una
rajadura insignificante, crece la hierba, lo mismo que en
las pistas y aun en las mismas piedras; porque la vida no
es un invento humano: es un aliento de Dios jamás se
extinguirá.
Esto debe darnos a entender que el poder de Dios no tiene
límites, y que al ser hijos suyos, estará siempre presente
para proteger la vida que sembró en nosotros. Mas el que
ignora el poder de Dios, dispuesto para socorrernos, Cae
vencido por sus propios problemas, debilidades y
tribulaciones. Tiene miedo a todo, a la oscuridad, a la
soledad, a los fantasmas, a las palabras de maldición, a
los nombres de personas que fueron malas, a las piedras
negras, a los huesos, al canto de los pájaros nocturnos y
hasta los aullidos de los perros.
Son personas que han sido educadas en un ambiente familiar
y social dominadas por la cultura Satánica del miedo y de
las supersticiones.
Esto es lamentable, pero más lamentable es que haya
predicadores de un evangelio de temor, y no de un Evangelio
de amor, de fe y de valor que es el Evangelio de Cristo.
Hablan más de las tribulaciones y de la condenación, que
convierten sus prédicas en verdaderos dardos, que en lugar
de hacer valientes hacen cobardes y acomplejados.
Son predicadores que no han sido liberados de sus propios
temores; y no se dan cuenta que sin valor es imposible
luchar contra el mal y menos agradar a Dios, que en toda la
extensión de la Biblia dice: ¡No temas! ¡No temas! Y más
aún promete por medio de David en el Salmo 91:15; diciendo:
Me invocará y yo le responderé; con el estaré, en la
angustia, lo liberaré y lo glorificaré...
Y David, lleno de fe en Dios, en el Salmo 23, dice:
Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal
alguno, porque tú estarás conmigo...
Estas citas, de las innumerables que hay en la Biblia,
revelan la protección de Dios en cualquier lugar y en
cualquier tiempo, cuando invocamos su nombre con fe. Por
tanto no hay que tener miedo, porque es el miedo el que le
da poder al enemigo. Todo aquel que infunde temores, aunque
emplee la palabra de Dios no trabaja para Dios.
Ya es tiempo de estar convencidos que el enemigo ha sido
vencido por nuestro Señor Jesucristo, y despojado de todo
poder contra la vida de los hijos de Dios.
Una muestra que el enemigo no tiene poder ni contra sus
propios sirvientes, lo tenemos cuando los brujos, aunque
hayan hecho pacto con él, lo abandonan para seguir a
Cristo. Lo único que hace el enemigo es amenazarlos, y en
su furia lanzar sillas y mover mesas; pero nada más; porque
sus vidas están protegidas por el Señor Jesucristo.
Por tanto, no debemos tener miedo a nadie ni a nada, porque
dice la Palabra: Dios es nuestro amparo y fortaleza;
nuestro pronto auxilio en las tribulaciones (Salmo 46:1)
¡Bienvenidos al Evangelio de la fe, del poder, del valor y
del amor, que es el verdadero Evangelio de Jesucristo para
salvación eterna!
Las Reflexiones Cristianas, les seguirán llegando para unir
al pueblo de Dios en una misma mente y un mismo parecer,
como recomendó a todos el apóstol Pablo (Ira de Corintios
1:10).
T
PROHIBICIÓN DE COMER SANGRE Y LA IMPORTANCIA DE SEGUIR CON
VIDA
PROBICIÓN DE COMER SANGRE
Este es otro tema que ha elegido el enemigo para confundir:
Turbada la mente, cualquier cosa y se puede pensar y
entender, y aún buscar argumentos para defender la
confusión.
La Biblia es clara, respecto a la prohibición de comer
sangre. Explica que los pueblos idolatras de la antigüedad
para honrar a sus dioses mataban animales para beber o
comer su sangre, entre ritos alocados de adoración a
demonios que eran sus dioses, como a Quemos, ídolo
abominable de los moabitas; Moloc, ídolo demoniaco de los
amonitas; Baal — Zebub, dios de Ecrón (1 Reyes 11:33 -
2 Reyes 1:2)
Eran tiempos de pueblos sanguinarios y salvajes, sin
conciencia sobre la importancia de la vida, que hasta
quemaban a sus propios hijos en calidad de ofrendas.
Eran tiempos de tanta confusión que en toda la tierra
también adoraban al Sol, la Luna, el viento, el mar, los
cerros y rendían culto hasta a los muertos. Ante esa
situación de idolatría satánica generalizada, Dios en su
Misericordia formo el pueblo de Israel para que sea su
siervo y dé a conocer al mundo la existencia de un solo
Dios Todopoderoso, de Amor y misericordia.
Pero al haber estado el pueblo de Israel en esclavitud
durante cuatro siglos en Egipto, aprendió y se sometió a
las prácticas satánicas sanguinarias de sus esclavizadores.
Para borrar de su pueblo estas costumbres, designó a Moisés
para su liberación, y le dio mandamientos, estatutos y
ordenanzas que debían ser obedecidas por Israel.
Precisamente, una de las prohibiciones fue que nadie de su
pueblo coma ni beba sangre, como los otros pueblos.
Este asunto es claro, pues Dios con esta prohibición estaba
impidiendo la idolatría Satánica; e por eso sorprende que
algunos digan que en una trasfusión sanguínea se está
comiendo sangre, y prefiere que una persona se muera por
obediencia a la prohibición antigua.
Esto es absurdo, porque la transfusión es un tratamiento
científico para salvar una vida que necesita sangre en las
venas y no en el estómago. Además en la transfusión hay
donación de sangre para salvar una vida; es un acto de amor
al prójimo y no un rito demoníaco de muerte y salvajismo.
Y si aún persisten en creer que inyectar sangre es lo mismo
que comerlas cabe la pregunta: ¿Se salvará el enfermo si en
lugar de esa transfusión le dan de comer esa sangre?
Indudablemente, se muere ¡Es decir, no es lo mismo!.
Para demostrar que la prohibición fue para la antigüedad y
no para este tiempo, porque ahora nadie come sangre ni
adora demonios, en Levítico 17:12 dice: “He dicho a los
hijos de Israel: “Ninguno de vosotros comerá sangre”. Se
refiere en honor a los demonios, como lo dice David, en
Salmos 16:14 : Se multiplicarán los dolores de aquellos que
sirven diligentes a otro Dios...
No ofreceré yo sus libaciones de sangre, ni en mis labios
tomaré sus nombres”.
¡Se refiere a los dioses demoníacos cuyos nombres ya hemos
mencionado!
¡Basta de tanta confusión, que en una transfusión no hay
ritos, ni danzas, ni muertos!
Y para conocer más, la Biblia habla sobre los ritos de los
adoradores de demonios, en 1 Reyes 1: 8-28: “Clamaban a
grandes voces, y se sajaban con cuchillos y con lancetas
conforme a su costumbre, hasta chorrear sangre sobre
ellos”.
En una transfusión no hay nada de esto; solo hay análisis
para determinar el grupo sanguíneo que debe ser igual del
que dona sangre con el que la recibe. Esto es ciencia pura
y no rito satánico, y para demostrar que Dios respalda la
ciencia, dice en Prov. 22:12 : “Los ojos de Jehová velan
por la ciencia”.
¡Basta de confusiones y, discusiones absurdas! ¡Estamos en
un tiempo de gran desarrollo tecnológico y científico!
Utilicemos la ciencia que Dios da a los hombres y es gloria
de Dios!.
LA IMPORTANCIA DE SEGUIR CON VIDA
Según la Biblia, la larga vida es una bendición de Dios;
por tanto, todo aquél que no lo considere así, estará
contra la voluntad de Dios.
El deseo de Dios, porque tengamos una larga vida, lo dice
en uno de los mandamientos en Deuteronomio 5:16.: “Honra a
tu padre y a tu madre para que sean prolongados tus días”.
¡Dios no quiere que tengamos una vida corta!
En Salmos 6:5, David expresaba Dios sus razones Dara seguir
viviendo: “Porque en la muerte no hay memoria de ti. ¿En el
seol quien te alabare? qué importante fue que David siga
vivo, porque fue un gran siervo, llevando la adoración y la
alabanza como nunca antes se había hecho; además de
escribir los Salmos y ser el intercesor carnal de
Jesucristo.
David vuelve a la muerte, en Salmos 30:9, diciendo:
¿Qué provecho hay en mi muerte cuando descienda a la
sepultura?
¿te alabará el polvo? ¿Anunciará tu verdad?
¡Quiere decir que la muerte no beneficia al hombre ni a
Dios!
Justamente porque es importante seguir viviendo, Jesucristo
resucitó a Lázaro, y evitó que mataran a María Magdalena,
la cual llegó a ser una sierva fiel y valiente, porque
nunca se apartó del Señor. De nada hubiera servido, si
Jesucristo,. Para que se cumpla la ley de Moisés, hubiese
dejado que los judíos lo mataran.
Esto nos da a entender que la vida es más importante que
cualquier ley o prohibición. ¡Dios quiere que seamos
despiadados!
Y Salomón advierte que no se debe dejar morir a una
persona, en Proverbios 24:11.12: “Salva a los que están en
peligro de muerte. Porque si dijeres ciertamente no supimos
¿Acaso no lo entenderá el que pesa los corazones?”.
¡Entendamos de una vez: Es impiedad dejar morir a una
persona, teniendo recursos científicos y tecnológicos,
para que siga viviendo y pueda servir a Dios!
¡El muerto no alaba a Dios, no ama a nadie, no evangeliza,
y lo que aprendió de nada le sirve!
Debemos actuar con sabiduría dice Salomón, en Proverbios
9:13.
“Porque por mí (dice la sabiduría) aumentarán tus días, y
años de vida se te añadirán”.
El necio rechaza la sabiduría, y desecha la vida que da
Dios para su gloria!.
¿De qué vale ir a la iglesia, cantar, diezmar y
evangelizar, si actuamos como homicidas?.