Escritos Espirituales de Carlos de Foucauld

Obras Espirituales de Carlos de Foucauld

Escritos Esenciales de Carlos de Foucauld

Consejos evangélicos o Directorio de Carlos de Foucauld

El Camino Espiritual de Carlos de Foucauld

Viaje a Marruecos

La Adoración Eucarística es un camino hacia la contemplación, hacia la unión mística, pues la espiritualidad eucarística nos ayuda a comprender la verdadera naturaleza de la contemplación cristina, que no puede reducir a una pura admiración estética o estática, sino que es siempre coparticipación dialogal.

1. Los pobres, los marginados en nuestras sociedades, no son tan solo objeto de nuestra acción humanizadora, sino que son también fuente de humanidad para nosotros.

2. En esta comunicación de unos con los otros, de la salida de uno mismo para coger al otro, surge la persona, la humanidad en proceso de plenitud.

3. La actitud evangélica nos ensena a ir de hermanos, de amigos, de servidores, de padres, de gente que se hace necesaria. Nuestro pecado consiste en pretender, de alguna manera y en alguna medida, ser salvadores de algo o de alguien. ¡Solo Dios salva ¡

4. Para la promoción humana y una adecuada educación en los valores del evangelio, hay que hacerlo desde el convencimiento y el testimonio.

5. El apóstol es aquel que engendra en los valores del Reino a otra persona por su testimonio. Engendra en la subversión de los valores del mundo: dinero, poner y fama; ofreciendo: amor, servicio y humildad.

6. Ser Iglesia significa seguir en servicio y celebración los pasos del Señor Jesús, muerto y resucitado. Y Jesús no solo no desoyó el grito del débil, sino que toda su vida actuó en función de este clamor. Por esto, ser Iglesia no es vivir de la manera que trata de construir una comunidad en la que los pequeños sean los primeros, y por esta realidad de vida, se anuncie que el reino de Dios ya está en medio de nosotros. P103

7. Del vivir en Dios, de vivir centrados en Dios y no en nuestro yo, surge el realizar la vocación que nos ha sido dada a cada uno de nosotros, de una manera única e intransferible, y que la vamos haciendo realidad en el instante presente cotidiano, pues es en el ahora donde se unifican contemplación y acción, viviendo así en el Ahora de Dios Hay que recordar que la contemplación es la más grande actividad que el ser humano puede realizar. Es el descenso a las profundidades del ser, donde

entramos en comunión con toda la realidad. Así contemplación y acción son dos pasos de un mismo movimiento, la fe en Acto.