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REGIONALISMO, LECTURA Y FOLKLORE 1 Profesor de Filosofía y Ciencias de la Educación, se desempeñó como docente en la Universidad Pedagógica de México, y en Argentina en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA y en la Facultad de Ciencias Humanas de la U.N.L.Pam. Ha recibido, entre otros, el premio: "Fundador de las Ciencias de la Educación en Argentina", otorgadó por la Universidad de Buenos Aires. Actualmente es Director de la Maestría en Evaluación de la Facultad de Ciencias Humanas de la U.N.L.Pam. Por J. Ricardo NERVI 1 El libro regional de lectura Al abordar el tema de los libros regionales de lectura surge, de entrada nomás, el problema semántico que suscita la palabra región. En las últimas décadas, a remolque de nuevos enfoques y nuevas concepciones de las ciencias económicas y geográficas, e . incluso a favor de la pronunciada inserción de lo ecológico en el campo de la biología, el uso del concepto región o de la idea de regional, ha promovido más de un intenso debate en torno de una definición que establezca con nitidez el género propio y la diferencia específica del término. Partícipe activo en estos debates, el doctor Raúl Rey Balmaceda, a través de distintos artículos y en uno de sus más difundidos libros sobre geografía, expone con franqueza las dificultades que ofrece una elucidación que derive en la formulación más apta de la palabra región. Dice, en efecto, Rey Balmaceda: "Regiones , geográficas, regiones económicas, ,regiones polarizadas, regiones naturales, regiones climáticas, regiones humanas ... y así podríamos seguir recordando empleos variados del término región componiendo una lista poco menos que inagotable ..." Y agrega: "Tan amplio es el empleo del término, que siempre es necesario utilizarlo en una especie de expresión binomial, pero de esta manera no se han "El Molino" Nicolás Castellini

REGIONALISMO, LECTURA Y FOLKLORE · con uncriterio de "mapa alavista" y-de ahí en más-la ... Lectura y vida cotidiana Clotilde Guillén de ... dentro desuaparente monotonía, reclama

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REGIONALISMO, LECTURAY FOLKLORE

1 Profesor de Filosofía y Cienciasde la Educación, se desempeñócomo docente en la UniversidadPedagógica de México, y enArgentina en la Facultad deFilosofía y Letras de la UBA y enla Facultad de Ciencias Humanasde la U.N.L.Pam. Ha recibido,entre otros, el premio: "Fundadorde las Ciencias de la Educaciónen Argentina", otorgadó por laUniversidad de Buenos Aires.Actualmente es Director de laMaestría en Evaluación de laFacultad de Ciencias Humanasde la U.N.L.Pam.

Por J. Ricardo NERVI 1

El libro regional de lectura

Al abordar el tema de los libros regionalesde lectura surge, de entrada nomás, elproblema semántico que suscita la palabraregión. En las últimas décadas, a remolquede nuevos enfoques y nuevas concepcionesde las ciencias económicas y geográficas, e .incluso a favor de la pronunciada inserciónde lo ecológico en el campo de la biología, eluso del concepto región o de la idea deregional, ha promovido más de un intensodebate en torno de una definición queestablezca con nitidez el género propio y ladiferencia específica del término.

Partícipe activo en estos debates, el doctorRaúl Rey Balmaceda, a través de distintosartículos y en uno de sus más difundidos

libros sobre geografía,expone con franqueza lasdificultades que ofrece unaelucidación que derive en laformulación más apta de lapalabra región. Dice, enefecto, Rey Balmaceda:"Regiones , geográficas,regiones económicas,

,regiones polarizadas,regiones naturales, regionesclimáticas, regioneshumanas ... y así podríamosseguir recordando empleosvariados del término regióncomponiendo una lista pocomenos que inagotable ..." Yagrega: "Tan amplio es elempleo del término, quesiempre es necesarioutilizarlo en una especie deexpresión binomial, pero deesta manera no se han

"El Molino" NicolásCastellini

remediado los males resultantes del uso yabuso del término, ypor ello, cuando hacemosreferencia a una región geográfica, existe laposibilidad de que los interlocutores noconcedan el mismo contenido a laexpresión ... "

Aflora, de inmediato, una consideraciónde Presten James -citado por Balmaceda- enel sentido de que el uso múltiple e imprecisodel término región ha llevado a la pérdida delverdadero 'sentido del concepto regiona/y, enla misma dirección, una apreciación de PierreGeorge, para quien dicha palabra es untérmino neutro en geografía.

La hora de las definiciones

Con distinta óptica pero con la coherenciapropia de las disciplinas económicas, elconcepto de lo regional asume nuevasignificación, y acaso implique nuevasinterferencias, al insertárselo en el contextode la economía política, en las llamadasregiones de desarrollo. Es obvio que en estecriterio gravitan sustancialmente los aspectosdemográficos y, con ellos, los factoresgeopolíticos que determinan lascaracterísticas socioeconómicas de un paísen su conjunto. La región adquiere, así, unaperspectiva que escapa a lo estrictamentegeográfico aunque, en alguna medida, sea elsuelo el punto de sostén de todos y cada unode los denominados "polos" de desarrollo, yen última instancia deba convenirse que labase de sustanciación clasificatoria está dadapor la realidad espacial.

La localización geográfica involucra -cuestionamientos aparte- la identificación derasgos que contribuyan a caracterizar elespacio localizado y a tipificarlo luego con unsentido lógico-conceptual, esto es, con losdatos y elementos comunes a jurisdiccionessimilares en función de las cuales puedaestablecerse que la denominación que seutiliza para nombrarla corresponde a esa zonay no a otra.

La definición de diccionario, la de la RealAcademia, en cierto modo soslayada poralgunos polemistas de la Geografía regional,es lo suficientemente explícita como paraadjudicarle validez, pero, a la vez, lo suficien-temente difusa como para reconocer en ellalimitaciones capaces de originar bizantinasdisputas acerca de los alcances. Región, diceel diccionario, es "la porción de territorio

determinada por caracteres étnicos ocircunstancias especiales de clima,producción, topografía, administración,gobierno, etc.". Su segunda aceptación serefiere al espacio que "según la filosofíaantigua, ocupaba cada uno de los cuatroelementos." Asoma aquí, pues, el conceptoespacio ahora retomado por distintosgeógrafos como sinónimos de región, y quese explicita aún más en la tercera aceptación,o sea: "Todo espacio que se imagina ser demucha capacidad".

¿Cómo recortar la "porción de territorio" encuya determinación intervienen tan variadosfactores? ¿En qué consisten los "caracteresétnicos" y cuáles son las "circunstanciasespeciales" que han de tenerse en cuentapara que aquella confluencia factorial seíntegre en un único y excluyente concepto deregión? Podría decirse, como en algunaaporía agustiniana, que región es aquelloque todos saben cómo es pero nadie sabe enque consiste. Allí estriba, a nuestro entender,la clave de la cuestión. Lo uno en lo múltiple,o, si se quiere, la multiplicidad de lo unitario(que nunca es tal definitivamente) constituyela realidad de eso que llamamos región. Deahí que, volviendo a las apreciaciones deRey Balmaceda, coincidimos con éste cuandoexpresa que "si la región geográfica existe,no hay que olvidar que siempre es parte de untodo, que en última instancia es el mundo quehabitamos ... ".

Así, acotamos nosotros, si se trata deadoptar una metodología que vaya más alláde la lógica del concepto para lograr unadefinición aceptable, las respuestas entranen crisis, ya que siempre se suscitará la contro-versia que rige, dialécticamente, al métodode las ciencias donde, como es sabido, nohay verdades absolutas.

Los libros regionales de lectura

Por encima de los cartabones geográficos,y trascendiendo las tradicionales fórmulasque han servido para la traza de líneasunívocas y a la vez arbitrarias con el objeto derecortar en el mapa nuestras "regionalesnaturales" tal y como se suelen estudiar enlas escuelas primarias y secundarias, laelaboración de libros regionales de lectura(entiéndase que decimos libros regionalesde lectura y no libros de lectura regionales) hasido un loable intento de autores y casaseditoras. Sin embargo, los resultados -tanto

pedagógicos como económicos- parecierandesfavorables a la luz de una evaluaciónrealista de los mismos. Es probable que lafrustración surja de una conjunción de factoresnegativos, de carácter endógenos unos, yexógenos, otros.

Por un lado, la concepción de lo regionalcon un criterio de "mapa a la vista" y -de ahí enmás-la receta obligada consistente en mezclardosis estrictas de aquellos datosorohidrográficos, "caracteres étnicos ycircunstancias especiales" (que enunciaambiguamente la definición de diccionario),poner oficio en la tarea, y fabricar el libro. Porel otro lado, no prever las contingencias, lasperipecias del producto una vez lanzado a lacirculación en pos del consumidordesconocido (o relativamente conocido) consu peculiar psicología, su mayor o menorlocalismo y, sobre todo, sus condiciones devida y escolaridad. Es que los hechos suelenconstituirse en el frontón donde rebotan conviolencia las hipótesis de trabajo másoptimistas, fundadas en teoríasaparentemente irrefutables.

Muchos libros regionales -en distintaspartes del mundo- pasaron poco menos queinadvertidos para el magisterio ya quepecaron de excesivo despliegueintelectualista y literario. ¿Cómo explicarsela fría acogida que la docencialatinoamericana (salvo excepciones)dispensó a libros expresamente escritos paralos escolares de cada región dentro de cadapaís? No entraremos a examinar críticamentelas lecturas de estos libros que, con títulostales como "Seguid el surco y hallaréis la

felicidad", y contenidos por lo generalinaccesibles al niño de las comunidadespueblerinas y rurales, exageran hasta ladeformación las implicaciones morales detodo el contexto. Ilustraciones sofisticadas ypoco significativas deterioran el sentido decada lectura cuando debieran contribuir aenriquecerlas tanto por lo que expresan comopor lo que sugieren. Corresponde, eso sí,registrar el hecho de que la mayoría de loslibros regionales de lectura estén destinadosa los alumnos de cuarto grado en adelante, yque prácticamente no los hay para la lecturainicial ni para los neolectores del segundoaño de escolaridad primaria.

Debe señalarse, además, que al pretendercubrir regiones tan vastas como el noreste, lamesopotamia, la pampa o la patagonia, laamplitud temática del repertorio escogidobeneficia a una provincia en detrimento deotra. Ello comporta una lesión al espíritu deacendrado localismo que caracteriza a losarraigados habitantes del interior. Si se tratade un libro regional para una región quecubra dos o más provincias, es probable quesean los propios maestros de cada estadoquienes rechacen la unidad de región, ya queposeen (como sus pobladores), idiosincrasia,usos, costumbres, intereses, caracteresidiomáticos y aún etnográficos, que losdiferencian notoriamente de los otros.

Lo antedicho se manifiesta en las regionesdesérticas, marítimas, lacustres, montañosas,boscosas, llanas, etc. Podría, así, hablarsede subregiones o, en todo caso, demicropaíses. ¿Cuántos tipos o variantes delibros sería necesario elaborar e imprimir en

Durán, N.

este caso?

Lectura y vida cotidiana

Clotilde Guillén de Rezzano 2 ha ahondadoen las connotaciones afectivas y sociales del"terruño" (la tierruca, que diría Pereda) en laintegración de las vivencias del escolar. El"círculo vital" que comprende el circuitosociofamiliar de la escuela con su polifacéticoámbito experiencial, constituye la regiónprimigenia del párvulo y del niño en edadescolar. Es ese ámbito, pórtico de lamultiplicidad ulterior de sus mundos vitales,el que precede a la ramificación de lasauténticas nociones regionales cuyo "suelo"está dado en la naturaleza "como paisaje ycomo estructura homogénea de los tres reinos:mineral, vegetal y animal".

El pasado que está presente y se hacevigencia folklórica de lo tradicionalcircundante, confiere a los hechos unadimensión formativa insoslayable paramaestros y alumnos. Los entrañables nexosfolklóricos que ligan al ser humano a los usosy costumbres que perduran en la vida cotidia-na, están allí con sus peculiaridades y sucotidianidad. De hecho, lo regional se insertaen lo local y viceversa, para asegurar lacontinuidad de una tradición de progreso, decuño positivo, sumada al proceso desuperación cultural que implica la asistenciaa clase, y, esencialmente, el dominio de lalectura corriente. Lo regional accede a lacircunstancia existencial del niño, además,mediante el cercano ámbito laboral en el quesuele moverse familiarmente. Al respecto,debe encomiarse la categoría educativa de"la participación cada vez más amplia delniño en las labores realizadas en la casa y enla granja, en el campo y en el taller."

Hoy todas las formas del "hacer" se acercana la conciencia del niño para, a través de sumanipuleo y utilización, construya susconocimientos, en la línea psicogenética dePiaget. Mantiene, dentro de esa construcción,la dupla observación-asociación que semanifiesta en sus contactos con los casos ycosas de la comunidad. Así, didácticamenteadscriptos a preceptos decrolyanos relativosa los "centros de interés", debemos partirnuevamente de lo cercano, puesto que eltrabajo que se realiza a nuestro alrededor, seofrece al niño como una sucesión de episodiosdiarios que, dentro de su aparente monotonía,reclama de su atención el descubrimiento de

"lo nuevo" a que lo conduce su curiosidad. Yaquí podrá el niño aprender que detrás de laaparente magia subyacen relacionescausales, "un ívocas y prácticamenteaprovechadas", que él vive con renovadointerés. 3

Lectura regional y lengua materna

La lengua interviene prioritariamente y enuna dimensión totalizadora en esa concepciónde lo regional que toma como punto dearranque al "mundo de raigambre" entendidocomo una jurisdicción en la que caben lopsicológico, lo económico, lo social, lo culturaly lo laboral.

La lengua está en el epicentro de suintimidad ..• y es sigularmente la lenguamaterna, integrada con el habla (la de sudoméstica cotidianidad y el lenguajecomunitario típico de su entorno social) la queva a reflejarse con mayor viveza en el ser, elsaber y el hacer del sujeto. Se entiende quelas formas dialectales están incluidas en elhabla y que su gravitación en la lengua esmás o menos notoria de acuerdo con losremanentes léxicos usados por cadacomunidad.

Para G.M. Sciacca, estas formas son lasque constituyen el "lenguaje popular porexcelencia", puesto que en ellas puedehallarse tanto el elemento pedagógico comoel dato didáctico de "La escuela del pueblo".

Por supuesto, el dialecto en sus distintasformas se manifiesta con mayor intensidaden ambientes sociales donde las carenciaseconómicas son generalmente el sustrato delas carencias culturales. En nuestro país, y ano ser que se considere como dialecto alconjunto de modismos, vocablos, muletillas,corruptelas idiomáticas y otras expresionestípicas de las jergas populares, acaso nodeba hablarse de dialectos propiamentedichos, salvo en las comunidades de orígenextranjero que mantienen, junto con algunasde sus tradiciones, el lenguaje oral de laregión de procedencia en su país natal.

Aún así, la lengua materna recoge vocablossueltos, voces típicas del lugar, que el niñoaprende rápidamente, aunque pueda ocurrir-como dice Osear Oñativia- "que muchas deesas palabras sean confusas o no tengannínqún sentido todavía", aunque él llegue ausarlas "rellenando sus frases y acordándoles

inicial en la edad apropiada (de 5 a 7 años).un presunto significado derivado del contextoque las encierra ..." Señala, asimismo, elprofesor Oñativia, que "la experiencia, elajuste del lenguaje a las situaciones, laimitación de cómo sus mayores suelen usarla,será el mejor procedimiento para avanzar enel dominio y comprensión de la lengua", yaque aprenderá a hablar actuando, integrandolas palabras en contextos significativos, "yescuchando y viendo actuar a los demás ensituaciones que tienen sentido para él."

Lo expresado por Oñativia -válido para lalectura en general- se extiende con larguezaen el territorio del libro regional. Aquí sonesos vocablos, que denominan a los pájarosy a las plantas, al llano y a la montaña, a losfrutos y a las comidas, a los utensilios y a losmuebles, a los animales y a los fenómenoscelestes, los vocablos que sitúan al niño ensu condición de ser pensante, a partir delconocimiento fáctico del mundo en que vive.Es dentro de ese espacio regional inmediatodonde puede comunicarse, dialogar de iguala igual con sus semejantes, llamando a lascosas por su nombre, sin que los nombres delas cosas se diluyan en denominacionesincomprensibles para él.

De lo regional a lo nacional-universal

La idea sprangeriana ya comentada, deque "todo ser humano proviene del mundopropio de su lengua y nunca puede ni debeabandonarlo del todo", enfatiza el tono afectivode las palabras que penetran en la intimidaddel niño y constituyen su realidad; es a través-y desde esa realidad que debe arrancar laelaboración del libro regional de lectura. Porencima de la región física u objetivamenteconcebida -pero entendida, eso sí, comosustrato material- crece esa otra regiónsubjetiva que hunde sus raíces en laafectividad del niño y se proyecta "desdeadentro" hacia otros mundos cognoscitivos yaxiológicos. Una vez más, adentrándonos enel espíritu de la pedagogía decrolyana, esaceptable que el niño crezca con su libro delectura. Huelga decir que el primer libro quedebe saber leer el niño es el de la naturaleza,sin que ello suponga adherir fielmente aconocidas proposiciones rousseaunianas.Crecer con su libro, descifrar "a su modo" losenigmas del mundo natural circundante,supone para el educando "vivenciar" suentorno. De ahí a la regionalización de lalectura hay un solo paso, ello sea dicho en elsentido más amplio y a partir de la lectura

Debe convenirse, por otra parte, que lagradual capacitación para la lectoescritura,involucra el consecuente desarrollo de laaptitud para satisfacer las exigencias, cadavez mayores, que requiere el tránsito de lalectura inicial a la lectura corriente, y que hayademás concomitantes intelectuales que semanifiestan con igual potencia cognitiva. Seagudiza y se ensancha, así, el entendimiento,y se van achicando las distancias que llevande lo concreto a lo abstracto, de lo particulara lo general, de lo próximo a lo remoto. Lalengua -a través de la lectura- es el instrumentorequerido para la construcción del universocultural del niño. En los intereses biológico-vitales se insertarán los de orden sociocultural.En esa inserción -más bien unainterpenetración reflexológica-, maestro yalumno se. pondrán de acuerdo para que ellibro de lectura regional se avenga al ritmo delos cambios cualitativos del educando, a: susnecesidades e intereses, o sea:confeccionarán sus propios libros (ideadecrolyana) allá donde el texto impreso nopueda constituirse en el auxiliar idóneo paraun aprendizaje efectivo.

La apertura gradual hacia nuevos logrosculturales, al paso que irá afirmando unaclara comprensión de la naturaleza ycondiciones del medio en que vive, irámarcando la obligada transición de lo regionala lo nacional, sin que se pierda la saviaregionalista de la cual se nutre el vigorosotronco la nacionalidad. La concepciónregionalista habrá de robustecerse con laadopción de formulaciones pedagógicas que,sobre bases psicológicas seguras, orientenla marcha didética en el sentido expuesto ysincronizando los contenidos de las lecturaspara que, por lo menos hasta el cuarto gradode escolaridad primaria, lo regional mantengacierta hegemonía en el contexto del libro delectura.

Lo regional-nacional debe completarsecon lo continental-universal. Queda en pie,sin embargo, la inquietud abierta por lainsufi'ciencia de algunos libros regionales que,magníficamente editados, no han podidocumplimentar las exigencias selectivas delos maestros de las distintas latitudes a quedichos textos pretendían satisfacer. Acaso elhecho de que haya libros de lectura noaprobados por las autoridades educacionalesy que, no obstante, mantengan un parejo

En síntesis, regional o provincial, el librode lectura -sin aditamento- es parteconstitutiva inalienable del derecho a laeducación que debe garantizarse a todapersona humana. Justo es, sin embargo,señalar que su valor se potencia todavía másen las zonas rurales, donde suele convertirseen la única herramienta intelectual ytestimonio cultural existente en muchísimoshogares. Insistimos, además, en que son lascomarcas distantes las que requieren su "librode vida", a la manera de los propuestos porAlfredo Aguayo 4, y que un tal tipo de librodebe responder a las exigencias de la propiavida del niño, indivisible de sus "mundospropios". En esos "mundos" -como hemosdicho- el folklore coexiste ventajosamentecon otros contenidos culturalesconstituyéndose -por medio de la lectura- encopartícipe de cualquier programa deexperiencias. Lo regional-nacional no puedeconcebirse sin lo folklórico.

Notas BibliográficasGUILLEN de REZZANO, C. (1956), Hacíalaescuelaacnva.

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Buenos Aires, Guadalupe.REY BALMACEDA, R. (1977), Geografía regLooaUaoría

aplicada. Buenos Aires, Estrada.SCIACCA, G. M. (1965), Elniñayelfolklore. Buenos Aires,

Eudeba.SPRANGER, E. (1948), Gul1urLy~.acLÓD. Buenos

Aires, Espasa - Calpe.¡\\if)f.¡a. ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

nivel de ventas anuales, nos indique que envez de libros regionales debieran elaborarselibros de lectura provinciales. Como "porciónde territorio determinada por caracteresétnicos", cada provincia no pierde sucondición de región, y aunque dentro de ellase puedan establecer nuevas áreas osubregiones, el libro destinado a sus niñostendrá la coherencia intrínseca y la cohesióntemática que en modo alguno podrían tenerlibros destinados a los alumnos de provinciaslimítrofes, y que, como se ha comprobado, nollegan a complacer los sentimientos provin-cialistas que, obviamente, obstaculizan sureconocimiento oficial y su consecuentedifusión.

Lectura y derecho a la educación

Debe insistirse, como requisito casiindispensable, que al abordarse la edición delibros regionales o provinciales de lectura, lofolklórico ocupe un lugar preponderante, seacomo expresión aceptable de sus productospuros o en sucarácter de proyección tolklórica.Ello será factible si se recurre a equipos dedocentes o autores individualmente idóneospara la elaboración de los textos en lo queatañe al conocimiento folklórico, a la redacciónde los contenidos y a su exposición didáctica.Es recomendable que el autor sea oriundo oconozca cabalmente lo que sea pasible deinserción en un libro regional o provincial delectura. Deberá contar con la colaboración dedibujantes y fotóg rafos igualmenteconocedores de los usos, las costumbres,tradiciones y folklore pertenecientes a losenunciados de las lecturas. El autor citadino,por más capacitado que esté y por más "oficio"que posea, al carecer de los datos de primeramano que provee la convivencia con la gentey la vivencia de cada lugar importante,solamente producirá un desteñido remedo dela realidad regional que debió ofrecer en losrasgos vívidos reclamados por el alumno queconoce a fondo ese allí y ese ahora ...

Cabe una reflexión suplementaria peroimprescindible: Habida cuenta que el libroregional o provincial de lectura comporta unanecesidad para acordar consistenciaformativa al proceso de enseñanza-aprendizaje, esto es, partiendo de lo local-regional para alcanzar lo nacional-universal,debe establecerse como paso previo queesas coordenadas escolares tengan su regiónde encuentro en la unidad ecuménica de laeducación y la cultura. La pregunta que surge

de esta reflexión suplementaria es: ¿De quémodo implementar la producción de estoslibros para que ningún niño carezca de ellos?

En su Mensaje sobre el Derecho a laEducación en el mundo actual-al explicitar elarto 26 de la "Declaración de los DerechosHumanos", decía Jean Piaget: "Afirmar elderecho de la persona humana a la educaciónes asumir una responsabilidad mucho máspesada que asegurar a cada uno la posesiónde la lectura, de la escritura y del cálculo; esgarantizar a todo niño el entero desarrollo desus funciones mentales y la adquisición delos conocimientos, así como de los valoresmorales correspondientes al ejercicio de esasfunciones, hasta la adaptación a la vida socialactual. En consecuencia, es, sobre todo,asumir la obligación de no destruir nimalbaratar las posibilidades que encierra yde las que la sociedad es la primera enbeneficiarse, en lugar de dejar que se pierdanimportantes fracciones, o que se ahoguenotros ..."