Renfrew 2010 Arqueología y Lenguas (1)

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Renfrew 2010 Arqueología y Lenguas

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ARQUEOLOGA Y LENGUAS: HACIA NUEVOS HORIZONTES#

#COLINRENFREW

ARQUEOLOGIA YI.F.NGUAS: HACIA NUEVOS HORIZONTES#Arqueologa y lenguas: hacia nuevos horizontes[footnoteRef:2] [2: Traduccin del ingls al castellano: Denis Torresa University of Cambridge, McDonald Institute for Archaeological Research.Direccin postal: Downing St., Cambridge CB2 3KR, Reino Unido.Correo electrnico: [email protected]]

Colin RenfrewaResumenPor mucho tiempo, las preguntas acerca de las relaciones entre la arqueologa y las lenguas se han centrado en los problemas de lafamilia indoeuropea. En el presente trabajo se tratan procesos generales de cambio de carcter arqueolgico y lingstico, con unnfasis especial en el reemplazo de lenguas. Particularmente significativo es el modelo de la difusin de la agricultura y las lenguas.Asimismo, se debate acerca de las potenciales contribuciones de la arqueogentica.Palabras clave: difusin de la agricultura y las lenguas, arqueogentica, reemplazo, divergencia convergenciaAbstractARCHAEOLOGY AND LANGUAGES: BREAKING NEW GROUNDQuestions of the relationships between archaeology and language have long focused on problems of the Indo-European languagefamily. This chapter considers general processes of archaeological and linguistic change with a special focus on language replace-ment. Here the model of agriculture/language dispersal is particularly significant. I he potential contributions ofarchaeogeneticsare abo considered.Keywords: agriculture/language dispersal', archaeogenetics, replacement, divergence, convergence1. Introduccin

BOLETN DE ARQUEOLOGA PUCP / N. 14 / 2010, #-28 / ISSN 1029-2004

#COLINRENFREW

ARQUEOLOGA Y LENGUAS: HACIA NUEVOS HORIZONTES#El simposio internacional realizado en la Pontificia Universidad Catlica del Per, tal como su predecesorcelebrado en Inglaterra bajo los auspicios de la British Academy (Heggarty y Beresford-Jones [eds.] 2012),revel nuevas bases en la investigacin de la historia lingstica y arqueolgica de toda una regin del con-tinente americano y, como tal, constituye una audaz tarea. Dado que, mientras que la arqueologa andinase desarroll notablemente desde los tempranos das de Uhle y Tello, y la lingstica histrica del rea esun terreno bien definido y estudiado, ambos campos raramente han confluido en una relacin efectiva yproductiva. Adems, durante sus aos iniciales, las complejas relaciones entre los campos de la lingsticahistrica y la arqueologa prehistrica (con la minuciosa yuxtaposicin de los testimonios de las primeraslenguas con los vestigios materiales de las civilizaciones tempranas) se produjeron, principalmente, conreferencia a Europa y las lenguas indoeuropeas. Del mismo modo, la familia lingstica indoeuropea, talcomo primero fue definida por sir William Jones en 1786 (aunque el no utiliz, en aquella poca inicial,el termino indoeuropeo), ha sido, hasta aos recientes, el principal campo de batalla para las esferasparcialmente coincidentcs y, algunas veces, contradictorias de la arqueologa y los primeros estudioslingsticos.

ISSN 1029-2004

ISSN 1029-2004Por otra parte, en la actualidad, cada vez ms se acepta que los mtodos usados en el estudio de laarqueologa prehistrica, as como aquellos utilizados en la disciplina de la lingstica histrica, son uni-versales en su aplicabilidad, o lo deberan ser. Inevitablemente, los mtodos pueden diferir entre las dosdisciplinas en vista de la diferente naturaleza del objeto de estudio; sin embargo, estamos cada vez msprximos a comprender, en principio, que los mtodos de investigacin empleados en el estudio del pasadodel hombre en cualquiera de los continentes de la Tierra deben ser los mismos que se utilizan con igual pro-psito en otro. Ello es aplicable para el campo de la arqueologa, aunque las culturas bajo estudio puedanser muy desemejantes de aquellas procedentes de lugares ms distantes, as como, de la misma manera, estofunciona en el campo de la lingstica histrica, aunque, nuevamente, las lenguas puedan ser diferentes yposean historias muy distintas.El hecho de que una investigacin como esta parezca ahora posible se debe principalmente, quizs, aun factor externo decisivo en uno de los dos campos: el desarrollo de la datacin por carbono-14, puestoque fue este avance, hace 60 aos, ms que cualquier otro, el que condujo a una nueva visin de la prehis-toria mundial. Esto constituy, naturalmente, un progreso en el campo arqueolgico, con poco impactodirecto sobre la disciplina de la lingstica histrica. Incluso este fue el logro que abri la posibilidad deque la arqueologa pudiera llegar a ser ms que una serie de historias regionales que no guardaban relacinentre ellas. Con un marco temporal que, en s, no era dependiente de contactos a larga distancia entrecomunidades necesarios previamente para llevarlas a una relacin cronolgica, finalmente lleg a serposible pensar en una escala global.De esta forma, en el campo de la arqueologa prehistrica, el origen de la posibilidad de una verdaderaperspectiva generalizadora puede remontarse a 1949, cuando el qumico estadounidense Willard Libby in-vent la tcnica de la datacin radiocarbnica, por la cual recibi, posteriormente, el Premio Nobel (Libby1952). Ello se debi a que, mediante el uso de este mtodo, fue posible fechar contextos arqueolgicosespecficos (siempre y cuando se preservaran restos de madera u otros materiales orgnicos) sin realizar al-guna inferencia acerca de los vnculos culturales y sin referencia a las cronologas histricas de las primerassociedades alfabetas. Los principios de la desintegracin radiactiva son universales y se pueden aplicar aescala mundial, aunque se necesita precaucin con respecto a las fluctuaciones espaciales y temporales enla concentracin del radiocarbono atmosfrico. La publicacin de Graham Clark, World Prehistory (Clark1961), fue la primera que puso en evidencia, en su integridad, las implicaciones del descubrimiento deLibby. Dichas implicaciones fueron la base del desarrollo de la arqueologa procesual, como se llam a laNew Archaeology de la dcada de los sesenta (Binford 1968). A partir de ese momento fue posible procuraruna perspectiva global en referencia al principal desarrollo de la cultura humana en diferentes partes delmundo.Un arquelogo pionero como Julio C. Tello, quien muri dos aos antes de la iniciativa ms impor-tante de Libby (Burger [ed.] 2009), pudo reconocer correctamente la trascendencia de los yacimientospreincaicos ms importantes, tales como Chavn de Huntar o Cerro Sechn, y, al hacerlo, sent las basesde la arqueologa andina. No obstante, l no estuvo en posicin de suministrar una fecha fiable en aoscalendario para estos sitios. Unicamente en tiempos ms recientes, con la aplicacin del mtodo concebidopor Libby, fue posible concretar este proceso para yacimientos de cazad o res-recolecto res (y pescadores) quese encontraban en el umbral de la agricultura, tales como Aspero o Caral, en la costa del Per (Feldman1987; Shady, Haas y Creamer 2001), y comparar sus resultados con locaciones muy distantes, comoGbekli Tepe, en Anatolia Oriental (Schmidt 2007). Por este medio, el arquelogo prehistrico poseeahora un control seguro de los problemas de profundidad temporal en todos los continentes. Esto haceposible un acercamiento a la arqueologa comparativa, ya que esta se puede fundamentar firmemente,gracias a esta tcnica, tanto en el espacio como en el tiempo.Un descubrimiento de segundo plano, que brind la posibilidad de transformar nuestra visin del pa-sado, fue el desarrollo de la gentica molecular, que demostr, ms all de toda duda, que los orgenes de laespecie humana se produjeron en Africa, y estableci un bosquejo general de la dispersin del Homo sapiensfuera de dicho continente; asimismo, permiti brindarle, a grandes rasgos, un marco cronolgico amplio,aunque este an no haya sido claramente definido para el poblamicnto de las Amricas. Es posible que estehallazgo, a primera vista, no sea muy til para la lingstica histrica puesto que no se pueden establecer lasrelaciones lingsticas por encima de un perodo tan grande como 15.000 aos. Sin embargo, ciertamente,la dispersin de nuestra especie fuera del continente africano proporciona una base imprescindible paraentender los hechos subsiguientes.Desde luego, los acontecimientos que ocurrieron en los diferentes continentes despus de las primerasdispersiones de nuestra especie alrededor del mundo fueron, en la mayora de los casos, independientesentre s. Los grandes desarrollos que les siguieron fueron fenmenos, en cierto modo, locales. El inicio dela produccin de alimentos, el surgimiento de complejidad social, el comienzo del urbanismo, el desarrollode sociedades estatales, la concepcin de la escritura y de la mayora de los dems avances tecnolgicosfueron invenciones que aparecieron en todos los continentes. En pocos casos, hasta el pasado mileniod.n.e., se pueden atribuir a una comunicacin intercontinental. Eso es lo que vuelve tan atractiva la tareade tratar de escribir la prehistoria del mundo, donde sus distintos desarrollos pueden ser comparados ycontrastados, y analizadas las causas del cambio. En cada caso, sin duda, hubo causas especficas subyacen-tes para estas transformaciones. No obstante, es parte de la naturaleza de las explicaciones el hecho de quebuscan volver inteligible lo particular a la luz de entendimientos ms generales. Esta es una de las tarcas dela prehistoria mundial.Probablemente es cierto afirmar que el campo de la lingstica comparativa se desarroll ms sistem-ticamente que la arqueologa comparativa con el transcurso de los aos. Las lenguas vivas del mundo hansido comparadas de manera mucho ms efectiva y metdica de lo que lo han sido las formaciones socialesde las sociedades contemporneas, donde incluso la separacin entre sociedades estatales y no estatales,o la divisin entre bandas, tribus, jefaturas y Estados generan pocos acuerdos. Los estudios lings-ticos clasificatorios, tales como aquellos de Campbell y Poscr (2008), Haspclmath et al. (2005) y Ruhlcn(1987) han sido capaces de obtener una perspectiva global. Sin embargo, estos anlisis se han visto obsta-culizados, desde una perspectiva histrica, por la ausencia de un mtodo de consenso y seguro para estable-cer la profundidad temporal de las relaciones lingsticas. El problema de este establecimiento permanececomo una cuestin muy difcil de resolver en el mbito de la lingstica histrica (Renfrew, McMahony Trask [cds.] 2000). Rccicntcs aplicaciones de mtodos filogcnticos parecen ser prometedores (Cray yAtkinson 2003; Frster y Renfrew [eds.] 2006), pero, hasta el momento, han resultado controvertidos.2. Ms all del indoeuropeoLos intentos precursores para entender la historia inicial de la diversidad lingstica se remontan al libro delGnesis en el Antiguo Testamento de la Biblia (Renfrew 1987: 13, 291, nota 9), donde el contexto lings-tico era semtico. Sin embargo, sir William Jones (1786) fue uno de los primeros en ubicar tales cuestionesde diversidad histrica en un contexto histrico. El problema gener un nuevo inters con la publicacin,en 1859, de On the Origin ofSpecies de Charles Darwin y, solo cuatro aos despus, Augustus Schleicher(1863) aplic principios evolucionistas a la lingstica histrica. Fue alrededor de esta poca cuando ladisciplina recin desarrollada de la arqueologa prehistrica fue empleada, por primera vez, en la cuestinsobre la tierra natal original de las poblaciones indoeuropeo hablan tes. Otto Schrder (1890) fue uno delos precursores en la propuesta acerca de un lugar de origen o Urheimat para los protoindoeuropeos en lasestepas del sur de Rusia. No obstante, el acadmico que inici el proceso de abordar el tema sistemtica-mente, desde un punto de vista arqueolgico, fue Gustav Kossina, quien, en 1902, public su influyenteartculo Die indoeuropische Frage archologisch beantwortet. Sin embargo, fue el arquelogo australianoVcrc Gordon Childe quien, en 1926, revivi el modelo de la estepa de Schradcr con el renombrado libroThe Aryans.Las asociaciones racistas de la supremaca aria, que se dieron despus, en la dcada de los treinta ycuarenta del siglo XX, con la difusin generalizada de las perspectivas de Kossina, causaron, comprensi-blemente, que el tema fuera considerado pasado de moda en el perodo subsiguiente a la Segunda GuerraMundial. Fue la eminente acadmica lituana Marija Gimbutas quien lo llev nuevamente a primer planocon una serie de artculos influyentes (Gimbutas 1963, 1973), en los cuales ella desarroll su famosa hip-tesis kurgan. La cultura de los Kurgancs, llamada as debido a los kurgans o montculos funerarios prehist-ricos del sur de Rusia, se refera a la cultura material de un grupo de hipotticos belicosos pastores-guerrerosa caballo, de quienes se crey, al inicio de la parte temprana de la Edad de Bronce, que se expandieronhacia el oeste desde su lugar de origen al norte del Mar Negro, colonizaron la mayor parte de Europa y sediseminaron en direccin sur hacia Anatolia y, en direccin este, hacia las estepas siberianas; a partir de all,se expandieron hacia el sur rumbo al subcontinente indio. Esta perspectiva ha sido desarrollada con muchaeficacia por un nmero de acadmicos que incluye a Mallory (1989) y Anthony (2007).En 1973 estuve insatisfecho con esta explicacin del desarrollo de la familia lingstica indoeuropeadesde un punto de vista arqueolgico y propuse, en primer lugar, que el mecanismo motivador para ladifusin de la lengua protoindoeuropea pudo haber sido la diseminacin de la agricultura desde Anatoliaa Europa a inicios del Perodo Neoltico. Esta hiptesis llev consigo la implicacin de que, dado que laagricultura lleg a Europa procedente de la zona surcentral de Anatolia alrededor de 7000 a.C., esta ltimadebi haber sido tambin la ubicacin del lugar de origen y donde se dio el momento exacto de la pro-pagacin inicial, lo que se convirti en el principal tema de mi libro Archaeology and Language (Renfrevv1987). Este no es el lugar indicado para una crtica detallada de la hiptesis kurgan, pero la idea principalconsista en que dicho planteamiento careca de un soporte arqueolgico coherente. Era debatible, en par-ticular, el supuesto de que la fuerza impulsora detrs de la migracin de estos supuestos pastores nmadesmontados era el desarrollo de las guerras a caballo, mientras que, en la actualidad, las pruebas sugieren quelos primeros guerreros montados aparecieron dos milenios despus, con los escitas, en el primer milenioa.C., y con sus predecesores inmediatos.En el captulo 6 de Archaeology and Language propuse un enfoque procesual a los temas del cambiolingstico, el poblamicnto y la organizacin social, lo que fue mejor desarrollado en un artculo pre-sentado a la Philological Socicty en 1989 (Rcnfrcw 1989). En l, busqu elaborar diversos modelos delcambio sociolingstico que pudiesen brindar un entendimiento en relacin con los aspectos social yeconmico, as como la posibilidad de asociar los procesos demogrficos con el cambio y la sustitucinlingsticos. A pesar de que ellos se originaron como reaccin al problema indoeuropeo, en la actualidades claro que su mrito fue, de hecho, la bsqueda de alguna correlacin general entre los procesos socia-les, tan perceptibles en los registros arqueolgicos, y los procesos lingsticos que condujeron al desarrolloo la sustitucin lingsticos bajo una perspectiva que no estuviera restringida nicamente a una sola familialingstica.3. Procesos generales de cambio social, arqueolgico y lingsticoConsidero apropiado, por lo tanto, presentar los principios generales sin referencia especfica a lostemas particulares de la lingstica indoeuropea, e intentar realizar esto en relacin con procesos de unanaturaleza ms general.3.1. La aproximacin procesualEn los primeros das en que se discutan los vnculos entre la arqueologa y las lenguas, por lo general sehaca referencia respecto a tres clases de entidades supuestamente concretas e irrefutables: lengua, puebloy cultura. Una lengua no era vista como un continuo, sino como un concepto nada problemtico cuyadefinicin no presentaba dificultades particulares. La nocin de pueblo como una unidad tnica biendefinida fue fcilmente asumida, de nuevo, debido a que se pudo imaginar que la poblacin de un conti-nente en tiempos tempranos estaba dividida en un nmero de dichas entidades tribales bien definidas. Elconcepto arqueolgico de cultura, explicado como un conjunto de artefactos constantemente recurrenteque se extienden sobre un rea y un perodo especficos, fue introducido por Vere Gordon Childe en 1929,siguiendo la escuela alemana de antropologa Kulturkreis. Por eso se asumi que haba una equivalenciadefinida y unvoca entre los conceptos siguientes: lengua=pueblo=cultura.En la actualidad somos ms crticos en relacin con dichos conceptos (Renfrew 1989: 110) y preferimosevitar, ms bien, la nocin simplista de pueblo, que es difcil de definir y que, a menudo, resulta problemticaen la prctica. En vez de ello, el enfoque procesual enfatiza los procesos de cambio y se puede resumir de lamanera siguiente: cambio lingstico=cambio social y econmico=cambio en la cultura material.En efecto, podemos preguntarnos qu sucesos o procesos lingsticos podran haber acompaado loscambios demogrficos, sociales o econmicos marcados y cmo podran reflejarse en el registro arqueol-gico. Aqu se presenta una metodologa por desarrollar, que, al mismo tiempo que es exigente, ser menosbanal que la vieja ecuacin lengua=cultura del modelo clsico, y menos propensa a explicar transformacio-nes lingsticas por medio de hipotticas migraciones para las cuales no hay evidencia alguna.3.2. Cuatro clases de modelo para el cambio sociolingsticoEs conveniente, por lo tanto, considerar el cambio lingstico en trminos ms generales y hacerlo de esamanera en un contexto espacial bien definido. Se puede sostener que hay, nicamente, cuatro clases demodelos para el cambio espacio-lingstico. Esta expresin tiene un carcter engorroso, pero es til, enmuchos casos, para definir el marco de estudio en trminos explcitamente espaciales. Se tienen en cuentalas lenguas habladas en el transcurso del tiempo al interior de un rea geogrfica particular y bien determi-nada. Es necesario distinguir este escenario de un perfectamente posible marco lingstico donde se podraconsiderar relaciones entre lenguas especficas a medida que avanza el tiempo, y seguirlas mientras sushablantes podran trasladarse de un lugar a otro sin tener en cuenta, de manera particular, estos desplaza-mientos espaciales. Los modelos presentados aqu se han definido en relacin con territorios especficos.a) Colonizacin inicial: estos modelos explican las distribuciones de los cambios lingsticos en trminosde la colonizacin, por parte de poblaciones humanas, de reas antes deshabitadas. Ellos son particular-mente susceptibles a la investigacin arqueolgica, ya que, por lo general, el fenmeno de la colonizacininicial ofrece abundante informacin arqueolgica que posee una cronologa segura. El caso de la Polinesia,por ejemplo, ha sido tratado de manera amplia.b) Sustitucin lingstica: si se reemplaza una lengua dentro de un territorio dado por otra diferente o porvarias, podemos hablar de una sustitucin lingstica. Se puede formular una gama de modelos dentro deesta clase. Ellos sern tratados con mayor detalle lneas ms adelante.c) Modelos de divergencia: el fenmeno de divergencia lingstica (por medio del cual el habla de doscomunidades difiere cada vez ms luego de que sus hablantes se han aislado) ha sido fundamental parala lingstica histrica desde sus inicios, tal como la deriva gentica y el efecto fundador {founder effect)son conceptos fundamentales dentro de la biogeografa. Los factores que influyen en los ndices de cambiohan sido raramente tratados de manera explcita (vase Renfrew, McMahon y Trask [eds.J 2000). Hasta elmomento, la sociolingstica ha funcionado en una escala micro y se ha ocupado, por lo general, de comu-nidades sencillas o de regiones restringidas, por lo que est pendiente desarrollarla en una escala macro. Esmenester que se observe que la mayora de teoras acerca del origen de las familias lingsticas constituyenmodelos de divergencia, generalmente representadas en forma de un rbol genealgico.d) Modelos de convergencia: la teora de la ola de Johannes Schmidt (1872) fue la ms temprana y la misdiscutida de estos modelos. Desde luego, el fenmeno de convergencia (por medio del cual dos lenguas separecen cada vez ms entre s en el transcurso del tiempo) se considera con frecuencia (v.g., Hock 1986:cap. 16). En la actualidad, las nociones de koin, Sprachbund (alianza lingstica) y lenguas criollas tienenun papel muy importante dentro de la lingstica terica. Si ese el caso, es sorprendente que los modelos deconvergencia hayan desempeado un papel tan reducido en los anlisis de cambios lingsticos observadosa largo plazo. La teora, bastante original, de la convergencia deTrubetskoy (1939) para las lenguas indo-europeas ha sido abiertamente pasada por alto. Debe esperarse que los modelos de convergencia lleguen adesempear un papel mayor en la lingstica histrica de la formacin de las lenguas en comparacin conlo que han hecho en el pasado.Los cuatro modelos, por supuesto, no son contradictorios. La colonizacin inicial se da solo una vez porcada rea, a menos que le siga una extincin biolgica y la consecuente muerte lingstica. Ella establece elescenario para los procesos de divergencia y de convergencia, que siempre operan de manera simultnea.3.3. Modelos de sustitucin lingsticaLos modelos de colonizacin inicial, seguidos por los modelos de divergencia, son, de manera clara, lasherramientas apropiadas a emplear cuando se busca analizar la variedad lingstica que sigue, en formarelativamente directa, a un episodio de colonizacin de un territorio previamente deshabitado. Tal comose observ lneas antes, sera de mucho beneficio que se desarrollen ms enrgicamente los modelos deconvergencia. No obstante, estas cuestiones son, a menudo, inestables en el transcurso de lapsos msprolongados. Como resultado de procesos demogrficos y culturales, una lengua, por lo general, llega areemplazar a otra en un territorio determinado. Como consecuencia de ello, los modelos de sustitucinlingstica son primordiales para la lingstica histrica. En la actualidad son utilizados de manera casi uni-versal por aquellos estudiosos que intentan explicar la distribucin lingstica en todos los continentes delmundo, no solo en Amrica. Hoy en da parece posible identificar cuatro clases principales de sustitucinlingstica, si bien otras han sido propuestas.3.3.1. Modelo de sustitucin 1. Subsistencia/demografa: agricultura/dispersin lingstica. Si una exten-sin de territorio ya est ocupada por una poblacin humana que habla su propia lengua, sern necesariosalgunos cambios significativos para que dicha lengua llegue a ser reemplazada. Desde luego, la dominacinpor medio de la fuerza de las armas es uno de ellos: esta forma la base para el modelo de sustitucin 3 (eldominio por parte de una elite). Sin embargo, si, en vez de ello, tomamos en cuenta procesos ms pacficos,deberan intervenir otros factores, entre los cuales se encontrarn los de carcter econmico.Es posible que las poblaciones existentes posean su propio sistema de subsistencia bien desarrollado yque ellas, con los aos, hayan alcanzado algn tipo de equilibrio en trminos demogrficos. La poblacinpuede haber logrado una densidad poblacional apropiada en relacin con la economa de subsistenciapracticada (ndon.Oliver, R.1966The Problem of rhe Bantu Expansion, JournalofAfiican History 7 (3), 361-376.Phillipson, D. W.1977The Spread of the Bantu Languages, Scientific American 236 (4), 106-114.Renfrew, C.1972 The Emergence of Civilisation: The Cyclades and the Aegean in the Third Millennium BQ StudyinPrehistory,Methuen, London.1973 Problems in the General Correlation of Archaeological and Linguistic Strata in Prehistoric Greece:The Model ofAutochthonous Origin, en: R. A. Crossland y A. Birchall (eds.), Bronze Age Migrations in the Aegean, 263-276,Duckworth, London.1979System Collapse as Social Transformation: Catastrophe and Anastrophe in Early State Societes, en: C. Renfrew yK. L. 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