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CONGRESO DE LA NACO « DIRECCIÓN DE INFORMA I:;N F PLAMENTARIA Registro de la Propiedad buricci u«i--N* .i6tr - ATENCIÓN CONSULTAS TIUNQUEO A TACAR Cuenta 420 w < 3. TARIFA REDUCIDA Concesión №'4033 REPÚBLICA ARGENTINA. DIARIOfDE SESIONES CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN 1? REUNIÓN SESIÓN PREPARATORIA — 27 DE ABRIL DE 1988 Presidencia del señor presidente provisional del Honorable Senado, doctor EDISON OTERO Secretarios: doctores ANTONIO J. MACRIS y LEONARDO JUSTO PALOMEQUB Prosecretarios: doctor ALBERTO J. B. IRIBARNE y señor DESIDERIO LAUREANO ALMIRÓN ORES PRESENTES: Ramón Horacio F . A* lancio unici FÀLSONE, José A'. GASS, Adolfo CF.NOUD, José ùjjgjs GIL, Francisco GROSSO, Edgardo Roger M. CURDUUCH de CORREA, Liliana I. JIMÉNEZ MONTELLA, Arturo h JUÀREZ, Carlos A. LAFFERRIÈRE, Ricordo E. LEON, Luis A. MALHARRO de TORRES, Margarita MAftTIARENA, José H, MAUHUM, Fernando H. MAZZUCCO, Faustino M, MENEM, Eduardo MOLINA, Pedro E. MURGUIA. Edgardo P. V. NÁPOLI, Antonio O. NIEVES, Rogelio J . OTERO, Edison RIVAS, Olijela.del Valle RODRÍGUEZ SAÁ, Alberto J. ROMERO, Juan C. ROMERO FERIS, José A. RÚBEO, Luis SAADI, Ramón E. SALIM, Luis SÁNCHEZ, Libardo N. SAPAG, Elias SOLANA, Jorge D. SOLARI YRIGOYEN, Hipólito TENEV, Carlos TRILLA, Juan VELÁZQUEZ, Héctor J . VIDAL. Manuel D.

REPÚBLICA ARGENTINA. DIARIOfDE SESIONES

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CONGRESO DE LA NACO « DIRECCIÓN DE I N F O R M A I : ; N F P L A M E N T A R I A

Registro de la Propiedad buricci u«i--N* 9í.i6tr -

ATENCIÓN CONSULTAS

TIUNQUEO A TACAR Cuenta № 420

w < 3. TARIFA REDUCIDA Concesión №'4033

R E P Ú B L I C A ARGENTINA.

DIARIOfDE SESIONES CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN

1? REUNIÓN — SESIÓN PREPARATORIA — 27 DE ABRIL DE 1988

Presidencia del señor presidente provisional del Honorable Senado,

doctor EDISON OTERO

Secretarios: doctores ANTONIO J. MACRIS y LEONARDO JUSTO PALOMEQUB

Prosecretarios: doctor ALBERTO J . B. IRIBARNE y señor DESIDERIO LAUREANO ALMIRÓN

ORES PRESENTES:

Ramón

Horacio F.

A*

lancio

unici

FÀLSONE, José A'.

GASS, Adolfo

CF.NOUD, José ùjjgjs GIL, Francisco

GROSSO, Edgardo Roger M.

CURDUUCH de CORREA, Liliana I.

JIMÉNEZ MONTELLA, Arturo h

JUÀREZ, Carlos A.

LAFFERRIÈRE, Ricordo E.

LEON, Luis A.

MALHARRO de TORRES, Margarita

MAftTIARENA, José H,

MAUHUM, Fernando H.

MAZZUCCO, Faustino M,

MENEM, Eduardo

MOLINA, Pedro E.

MURGUIA. Edgardo P. V.

NÁPOLI, Antonio O.

NIEVES, Rogelio J .

OTERO, Edison

RIVAS, Olijela.del Valle

RODRÍGUEZ SAÁ, Alberto J.

ROMERO, Juan C.

ROMERO FERIS, José A.

RÚBEO, Luis

SAADI, Ramón E.

SALIM, Luis

SÁNCHEZ, Libardo N.

SAPAG, Elias

SOLANA, Jorge D.

SOLARI YRIGOYEN, Hipólito

TENEV, Carlos

TRILLA, Juan

VELÁZQUEZ, Héctor J .

VIDAL. Manuel D.

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Page 2: REPÚBLICA ARGENTINA. DIARIOfDE SESIONES

2 CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN Retmiòn I*

SUMARIO

1. Por invitación del señor presidente provisional del Honorable Senado, el senador por. San Juan, señor Leopoldo Bravo, procede al izamiento de la bandera nacional en el mástil del recinto, (Pág. 2.)

2. Fijación de días y hora de sesión. (Pág. 2.)

3. Mociones de los señores senadores Nápoli, Amocdo y Solana por las que proponen a los señores sena­dores Otero, Saadi y Romero Feris, respectivamente, para ocupar los cargos de presidente provisional y vicepresidentes 1? y 29 de este Honorable Senado. Se aprueba. (Pag. 2.)

4. Juramento de autoridades electas. (Pág. 23.)

5. Apéndice:

Sanciones del Honorable Senado. (Pag. 23.)

—En Buenos Aires, a las 11 y 38 del miér­coles 27 de abril de 1988:

Si*. Presidente (Otero). — Con quorum regla­mentario, queda abierta la sesión preparatoria.

1

IZAMIENTO DE LA BANDERA NACIONAL

Sr. Presidente (Otero)—.Invito al señar sena­dor por San Juan, don Leopoldo Bravo, a izar la bandera en el mástil del recinto.

—Puestos de pie todos los presentes, el señor senador Leopoldo Bravo procede a izar la bandera nacional en el mástil del recinto. (Aphusos.)

2

DÍAS Y HORA DE SESIÓN

Sr. Presidente (Otero). — Corresponde estable­cer los días y horas de reunión para las sesiones de este período ordinario.

Sr. Napoli. — pido la palabra. Sr. Presidente (Otero). — Tiene la palabra el

señor senador por Rio Negro. Sr. Napoli. — Hago moción de que las sesiones

para este período ordinario se realicen los miér­coles y jueves, a las 17.

Sr. Presidente (Otero). — En consideración la moción formulada por el señor senador por Río Negro.

Si no se hace uso de la palabra, se va a volar.

—La velación resulta afirmativa.

Sr. Presidente (Otero). — Se procederá en con­secuencia S

3

DESIGNACIÓN DE AUTORIDADES

Sr. Presidente (Otero). — De acuerdo con Id establecido por el artículo 50 do la Constitución Nacional y demás disposiciones reglamentarias, corresponde elegir presidente provisional y vice­presidentes l 9 y 2 o de este Honorable Senado.

Sr. Nápoli. — Pido la palabra. Sr. Presidente (Otero). — Tiene la palabra *el

señor senador por Río Negro. Sr. Nápoli. — Propongo al señor senador por

Buenos Aires, Edison Otero, para ocupar el cargo de presidente provisional del Senado.

Sr. Presidente (Otero). — Tiene la palabra el señor senador por Jujuy.

Sr. Martiarena. — Deseo dejar constancia de mi posición en este tema, en los siguientes tér­minos. Cuando en 1983 la Unión Cívica Radical triunfó en los comicios nacionales, la presidencia-* provisional del Senado fue objeto de considera­ciones entre los bloques y se estableció que de­bía corresponder .a ese mismo partido. Esta situa­ción, en cierto sentido, fue ratificada por las elec­ciones del 5 de noviembre de 1985.

Posteriormente, la República se expresó de otra manera en las elecciones del 6 de septiem­bre pasado, donde el triunfo, en términos ge­nerales, fue dado al Partido Justicialista.

No tengo, con relación al candidato propuesto por el sector radical, más. que ponderaciones de orden personal y esto que digo no conlleva in­fluencias ni derivaciones de otra índole. Pero el resultado de las elecciones del 6 de septiembre último me conduce a oponerme a la des*gnación del candidato de la Unión Cívica Radical para la presidencia provisional del Senado.

Se ha dicho que así debe ser porque ese cargo es el primero en el orden de la sucesión presi-.... dencial en caso de acefalía del presidente y vice­presidente de la Nación. Yo no pienso en esas cosas; entiendo que si hemos levantado la ban-

, dera de la democracia en sentido numérico fun­damentalmente, el resultado de las elecciones dcT

• 6 de septiembre está indicando que el Partido Justicialista debería ser, prácticamente, el que designe al presidente provisional de esta Cá­mara, con el apoyo de los demás bloques.

Como esto no va a ocurrir esta, mañana, quiero dejar constancia de que voy a votar en contra de la postulación que hace el bloque radical,

i Ver el Apéndice,

£7 de abril de 1088

CONGRESO DÉ LA NACIÓN DE INFORMA H PARLAMENTARIA

sin que ello afecte de ninguna manera la con­sideración y el respeto que tengo por el can­didato propuesto.

Sr. Presidente (Otero). — Tiene la palabra el señor senador por Río Negro.

Sr. Nápoli. — Entiendo que las elecciones de 1983, en donde se eligió a las autoridades que están funcionando en este momento, me refiero al presidente y al vicepresidente de la Nación, dieron el marco para la composición de las au­toridades de esta Cámara. Las elecciones poste­riores no variaron en nada la integración del Senado, lo que sí sucedió en la Cámara de Di­putados. Pero, reitero, no varió la composición de este Senado de la Nación.

Por otra parte la presidencia provisional del Senado figura en la sucesión establecida por la ley de acefalía vigente.

Es más: quiero agregar, para terminar, que en otras oportunidades el sector justicialista propuso a otro señor senador para la presiden­cia provisional, aunque en ese caso con un argu­mento distinto. Ello ocurrió antes de las elec­ciones.

Por lo tanto, reitero que nuestro candidato para la presidencia provisional del Senado es el senador Edison Otero.

Sr. Presidente (Otero), — Tiene la' palabra el señor senador por San Luis,

Sr. Rodríguez Saá. — Señor presidente: el blo­que que presido va a apoyar la postulación del señor senador Edison Otero para la presidencia provisional del Senado. Lo hace convencido de que es la Unión Cívica Radical la que no sólo tiene legitimidad para gobernar, sino que es la que debe hacerse absolutamente responsable de la conducción del Poder Ejecutivo, del go­bierno de la Nación, hasta que cumpla el período constitucional.

Después, el pueblo de la Nación dirá a quién corresponde esa responsabilidad.

De tal manera que como el cargo de presi­dente provisional del Senado se encuentra en la línea sucesoria del señor presidente de la República, no queremos de ninguna forma crear susceptibilidades que puedan manchar la legi­timidad que tiene el gobierno constitucional.

Por eso apoyamos la propuesta de que sea el Senador Edison Otero el presidente provisional del Senado.

Sr. Presidente (Otero). — Tiene la palabra el "señor senador por el Néuquén.

Sr. Sapag. — Señor presidente: en 1983, en circunstancias especiales como las actuales, en que le correspondía la presidencia de esta Cá-

CÁMARA DE SKNA-m^CM^S^títí¡cm«COH3U L T A S

mará al Partido Justicialista por ser la primera minoría, tuvimos que llegar a un acuerdo en que los partidos provinciales intervinieron como arbitros. Muchos pensaron que esto era parte de una negociación o una combinación de tal forma de obtener para nuestras pequeñas.pro­vincias mayores favores. No fue así.

Optamos por respetar la sucesión presiden­cial. El radicalismo tiene presidente y vicepre­sidente de la República y en la Cámara debe reflejarse la situación.

Por ese ""motivo hemos marcado un principio que en este momento volvemos a sostener. Lo digo en nombre del Movimiento Popular Neu-quino, y sin pretender interferir señalo que también lo sostienen los compañeros de las provincias de Corrientes y de San Juan.

No es nuestro propósito provocar enfrenta* mientos. Creo que el país necesita de la armonía y de la unión de los argentinos; que coincidamos en un esfuerzo mayor que el de discutir algo que es circunstancial y no modifica para nada él aspecto generaL

Por estos motivos, adelantamos nuestro voto en apoyo del doctor Otero.

Sr. Presidente (Otero).—Tiene la palabra el señor senador por Santa Cruz.

Sr. Murguía. — Señor presidente: totalmente* de acuerdo con lo expresado por el señor sena­dor Martiarena, quiero dejar sentado en esta Cá­mara que he participado de las reuniones para acordar con los distintos sectores del Senado de qué forma y manera íbamos a proceder en esta sesión.

En tal carácter, me siento defraudado por la actitud de los senadores que participaron de di­chas reuniones.

Lo digo con el respeto que me merecen mis compañeros que participaron junto a mí y que lo hicieron con el mismo criterio y la misma de­cisión con que arribamos a esta sesión.

En ella hicimos la misma argumentación que enunció el señor senador Martiarena. Pero dejo establecido que aquí no se ha jugado con la argumentación que se formuló hoy en las reunio­nes en que nosotros participamos.

Por eso, quiero que se conozca en función pe­riodística lo que allí ocurrió, y que la actitud de no votar al señor senador Edison Otero en nada afecta su buen nombre y su figura, por la que tenemos nuestro mayor respeto. En este sen­tido, tenemos nuestra consideración más desta­cada por la labor que ha cumplido y que, sin nin­guna duda, seguirá cumpliendo.

Sr, Grosso, — ¿Me permite, señor senador?

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Page 3: REPÚBLICA ARGENTINA. DIARIOfDE SESIONES

САМЛПЛ ПК SENADORES DE LA NACIÓN Reunión 1*

Deseo que aclare si están involucrados en esas reuniones los senadores de todos los bloques, o solamente los del bloque justicial isla.

Sr. Murguía. — Participaron senadores de to­dos los bloques.

Sr. Presidente (Otero). — Tiene la palabra el señor senador por la Capital.

Sr. Trilla. — Deseo hacer dos observaciones que en un principio no iba a señalar, porque en­tendía que en la reunión de hoy los señores se­nadores habían hablado con bastante claridad sobre estos puntos. Más allá de las manifestacio­nes-de respeto realizadas por el señor senador Murguía, siempre tan correcto en este sentido, manifestaciones que, según indicó, se dirigían al periodismo y señalaban una falta de suficiente claridad en las reuniones en que se trató esta cuestión, quiero exponer la posición de los re presentantes de la Unión Cívica Radical en esas reuniones realizadas para determinar quiénes ocuparían los cargos de conducción de este Se nado.

En primer lugar, y desde el primer día, los senadores radicales indicamos con toda claridad y sin subterfugios que la presidencia provisional del Honorable Senado debía estar a cargo de un hombre de la Unión Cívica Radical, que partí cularizamos, desde luego, en el señor senador Edison Otero. Las razones que se dieron no fue ron otras que las referentes a la decisión popular de otorgarle la administración política de la Re pública a la Unión Cívica Radical en 1983.

En las elecciones de 1985 para diputados na­cionales el radicalismo obtuvo triunfos en todas las provincias de la República, salvo en las tres provincias gobernadas por partidos provinciales, y en dos gobernadas por el justicialismo —La 1

Rioja y Formosa—.

Nuestra posición refleja un aspecto que hace a las bondades de la Constitución Nacional, To­dos teníamos en claro en 1985 que él hecho de que el pueblo se expresara democráticamente para designar a sus nuevos representantes en la Cámara de Diputados en nada alteraba la deci­sión de 1983.

En 1987 tuvo lugar una elección de goberna­dores y de diputados que habían de reemplazar a quienes habían cumplido su mandato de cua­tro años en la Cámara baja. En esta elección triunfó el justicialismo salvo en dos provincias y en la Capital Federal, con triunfos radicales, y en tres provincias que tradicionalmente res­ponden a partidos locales.

Pero en la democracia el pueblo de la Repú­blica se expresa con claridad en cuanto a quién

vota. En la última oportunidad votó a goberna­dores y a diputados, y lo había hecho en 1983 para la administración nacional. No puede inter­pretarse qué intención tuvo cada ciudadano de la República cuando votó por un gobernador jus-ticialista, liberal, autonomista, del Movimiento Popular Neuquino o bloquista de San Juan. Votó por eso y por una nueva lista de diputados na­cionales. Pero no votó por la administración nacional de la República.

En la democracia el voto del ciudadano tiene que ser expreso. Y en octubre de 1983 esto se dio cuando expresó que por seis años tenía que conducir la República un gobierno con repre­sentantes de la Unión Cívica Radical. En 1989 veremos qué sucede en el país; cuando se abran las urnas veremos cuál ha sido la decisión de cada uno de los ciudadanos para que desde 1989 y hasta 1995 administre la República el mismo signo político o no.

Esto hace bien al sistema de la democracia. Entonces, todos debemos ser conscientes de que hay que consolidar dicho sistema respetando con exactitud lo que expresó cada uno de los ciu­dadanos en el momento de emitu>su voto.

Esta fue la respuesta y el argumento que tuvi­mos los senadores radicales cuando se considera­ron en la reunión las tratativas de esta naturaleza, es decir, cuándo se iba a realizar esta sesión y de qué manera solventaríamos las situaciones que teníamos entre manos. Reitero que éste es el único argumento que se dio, mucho más allá de las responsabilidades de cada uno de los integrantes de este cuerpo. En mi caso, ex­presé que los cuarenta y seis señores senadores estamos en condiciones de ejercer la Presidencia provisional del Senado. Pero esto no es la cir­cunstancia justa.

La circunstancia justa que debe aplicarse se . basa en quién tiene la responsabilidad de llevar adelante hasta 1989 la política nacional —bien o mal: ésta es otra situación—. So han escuchado muchas criticas y se repetirán —es lógico que así sea— en este recinto y en todos los del país. Dicha responsabilidad la tienen los hombres de la Unión Cívica Radical. Este es el mandato ex­preso de los ciudadanos de la República; no po­demos interpretarlo de otea manera basándonos en que cuando votaron para gobernadores o diputados, en otras circunstancias, lo hicieron en favor o en contra.

Mi deseo era aclararle a mi amigo, el senador Murguía, que éste fue el único argumento que tuvimos para mantener a nuestro representante a efectos de la continuidad de la -presidencia provisional de este cuerpo.

27 de abril de 1983

CONGRESO De LA NAC'O^ DIRECCIÓN DL INFORMA ION PAP.LAMENTARlA B35jjj Al ENCION CONSULTAS

CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN

Sr. Presidente (Otero). — Tiene la palabra el señor senador por Corrientes.

Sr. Aguírre Lauari— Señor presidente: voy a ratificar en mi nombre y en el del señor senador Romero Ferís la posición que entiendo ya es co­nocida por todos los colegas de esta Cámara, de determinar nuestro apoyo al candidato -que pro­ponen los representantes de la Unión Cívica Ra­dical.

No quiero entrar en mayores disquisiciones da­do que los motivos ya fueron anticipados por el Señor senador por el Neuquén. Se trató de una decisión adoptada por quienes integramos los bloques provinciales, los que no vimos que de­biera existir cambio con respecto a las ya toma­das por nuestros antecesores y por los distintos señores senadores en 1983.

Por otra parte, creemos que ésta es nuestra tra­dición; y aunque no sea regla escrita se encuentra en la práctica política de la República. Es bueno que así .sea porque constituye un elemento más que ayuda a mantener la estabilidad que todos deseamos, sin que ello signifique de manera al­guna un juicio que suponga una intención con­traria por parte de.quienes no comparten nuestra decisión.

Por esta razón, señor presidente, expresamos nuestro apoyo a la candidatura del señor senador Edison Otero.

Sr. Presidente (Otero). — Tiene la palabra el señor senador por Entre Ríos.

Sr. Lafferriére. — Señor presidente: con coinci­dencias y con discrepancias, a veces conversan­do y otras discutiendo acaloradamente, el país empieza a atravesar ya el quinto año de su fun­cionamiento democrático. Hace más de tres dé­cadas que el Senado de la Nación no tenía nna segunda renovación de autoridades como la que está protagonizando en esta sesión de hoy. Quie­re decir que estamos haciendo historia.

Coincido absolutamente con las expresiones que manifestaba hace instantes el senador Tri-íla. Y al ratificar la posición del bloque de la Unión Cívica Radical al proponer al senador por Buenos Aires para presidir el cuerpo en esta úl­tima etapa del gobierno constitucional, no pue-3o menos que poner de relieve las lúcidas pa­labras del senador por San Luis cuando sostenía que la responsabilidad de conducción del Poder Ejecutivo nacional debe seguir estando de ma­nera excluyente cu el partido que fue votado en 1983, y agregar que la responsabilidad por la gestión también debe seguir estando en cabeza del partido que ganó las elecciones en aquel ano.

Creo que esto es fundamental para la clari­dad del funcionamiento democrático, tanto para

el gobierno con>o para la oposición. Para que es­ta democracia funcione de modo impecable de­be quedar perfectamente delimitada ante el pue­blo la responsabilidad de cada uno. El año que viene tendrá que votar de nuevo, y no soliuncn-te necesita claridad en cuanto a lo que el gobier­no ha hecho sino que también precisa tener a la alternativa democrática pintada con nitidez. Así podrá expresarse acerca de cuáles son las cosas que hay que cambiar, conociendo las posiciov.es, las sugerencias, la oferta por la que podrá optar en el caso de estar disconforme con la Unión Cívica Radical como gobierno.

Considero que este elemento consolida el fun­cionamiento democrático mucho más que discu­tir una posición particular de algún prestigioso dirigente político en algún lugar de conducción de esta Cámara. Si nosotros mantenemos la iden­tidad de las fuerzas políticas, una gobernando y otra haciendo oposición —colaborando sí pero con su perfil, en el sitio en que la colocó la ciu­dadanía—, y avanzamos para que esta demo­cracia sea eterna, creo que estaremos abriendo esa historia y lograremos que esta etapa que co­menzamos a vivir el 10 de diciembre de 1983 nunca más tenga fin dentro de la convivencia ar­gentina.

Creemos los radicales, como entonces, que el Senado debe representar esta realidad política, que la Presidencia provisional del cuerpo, al fi­gurar en la línea sucesoria, debe recaer en un hombre del partido que es responsable de la administración nacional, pero que para integrar la mesa del cuerpo debe contemplarse la repre-sentatividad de fuerzas que existe en el recinto. Por eso, desde 1983 sostuvimos que la Vicepresi-dencia 1^ del cuerpo debe estar ocupada por un hombre del partido justicialista y la vicepre-sidencia 2 ,̂ por un hombre de los partidos pro­vinciales. Esta sigue siendo nuestra posición y es lo que vamos a votar hoy.

Al haber sido formulada una moción por el presidente de nuestro bloque y no haber hasta ahora otra que se le enfrente, reglamentariamen­te corresponde que se vote para no abrir debate sobre un tema que no está en discusión, y que puede seguir hasta el infinito como por ejemplo la situación del país o de cada una de las áreas de gobierno. Podemos discutir todo eso en otro momento, pero no es éste el lugar ni la oportu­nidad para hacerlo.

Propongo entonces concretamente, con carác­ter de moción de orden, que se pase a votar la proposición efectuada por el presidente del blo­que de la Unión Cívica Radical de que la pre­sidencia provisional del Senado sea ocupada

Page 4: REPÚBLICA ARGENTINA. DIARIOfDE SESIONES

6 СЛМАПЛ DE SENADORES DE LA NACIÓN Reunión 1*

por el senador por Buenos Aires, Edison Otero, salvo que exista, una moción en contrario, que hasta ahora no ha sido formulada.

Sr. Presidente (Otero). — Hay una moción de orden, pero de cualquier modo respetaremos a los senadores anotados, que son: por San Luis, el señor senador Rodríguez Saá; por Santiago del Estero, señor senador Juárez; por Entre Ríos, señor senador Brasesco; por San Juan, señor se­nador Bravo; por Salta, señor senador Romero, y por La Rioja, señor senador Sánchez.

Sr. Menem. — Pido que se me agregue en la lista de oradores, señor presidente.

Sr. Vclázquez. — Hay una moción de orden, señor presidente.

Sr. Sánchez. — ¿Por qué nos corta con una moción de orden? Todavía no he propuesto...

Sr. Lafferriére. — Si hay otra moción de or­den . . . I

Sr. Sánchez. — Pero se está argumentando en favor de una postulación.

Sr. Trilla. — Que se siga con la lista de ora­dores, señor presidente.

Sr. Presidente (Otero). — Vamos a continuar con la lista de oradores agregando al señor se­nador Menem. Reitero el orden: senadores Ro­dríguez Saá, Juárez, Brasesco, Bravo, Sánchez, Romero y Menem. .

Tiene la palabra el señor senador por San Luis. Sr. Rodríguez Saá. — Es al solo efecto de for­

mular una aclaración ante las monifestaciones vertidas por el señor senador Murguía,

En este sentido, deseo expresar que el bloque que presido, desde un principio ha dejado cla­ramente establecido que en estas negociaciones nos manejamos con autonomía. En segundo tér­mino, no ha suscrito documento alguno ni ha asumido compromiso público o privado alguno que contradiga lo que vamos a votar en el día de la fecha.

Sr. Murguía. — Deseo aclarar que el único do­cumento que yo firmo es la palabra.

Sr. Presidente (Otero). — Tiene la palabra el señor senador por Santiago del Estero.

Sr. Juárez. — Señor presidente: no puedo de­jar pasar por alto ciertos conceptos vertidos aquí por algunos representantes de la bancada radi­cal, conceptos que en absoluto comparto. Mi silencio implicaría y supondría algún género de aquiescencia que mi alma no aceptaría.

Aquí se ha dicho que esta forma de elección o selección de la autoridad que debe ejercer la presidencia provisional responde al propósito de afirmar el sistema democrático consolidando un gobierno que fue votado por el pueblo en 1983.

Pero observo —un poco sorprendido— esta for­ma novedosa, dejando al margen y salvado, desde luego, el gran respeto que siento por el señor senador Edison Otero. Su persona, perfil y trayectoria política merecen la mayor de mis consideraciones. No están en juego ni la persona ni el nombre del senador Otero. Yo diría más bien que están en juego principios que hacen a la democracia auténtica, a la que no podemos soslayar a través de la confluencia de sectores, para vencer a la mayoría auténtica.

Se ha hablado de que en 1983 el pueblo votóf "a un gobierno; es cierto que votó al gobierno radical. Pero ese principio ño juega en cuanto a la composición de las autoridades de la Cá«. mara, en donde se deben dirimir las representa­ciones de conformidad a la composición mimé'' rica del cuerpo.

Desde el año 83 es obvio que la primera mi­noría ha sido aquí el Partido Justicialista, a tra­vés de sus representaciones. No voy a decir qué ha sido mayoría porque no tiene quorum propio, pero es la primera minoría. La segunda mino­ría es, precisamente, el partido radical.

Yo me pregunto, entonces, si acá existe la democracia, cuando a la hora de elegir preci­samente la expresión representativa de este cuer­po se designa a hombres que no pertenecen a la primera minoría. ¿Es esto la democracia? ¿Ó la democracia es el juego de los acuerdos o de los arreglos que han sido tramitados, gestados o inventados para eludir, precisamente, la vi-, gencia de las mayorías?

Digo esto con toda cordialidad reflexiva; no tengo otro ánimo que el de rescatar los perfiles j de la verdadera democracia. Compreudo per­fectamente que haya razones políticas que a veces permitan algún género de artilugios —soy político; lo comprendo perfectamente y hasta lo justifico—. Lo que no puedo justificar es que esto se haga en nombre de la democracia.

Esto no se hace en nombre de la. democracia; se hace en nombre de un interés político, lo cual es una cosa un poco distinta del valor auténtico y del significado prístino de la demo­cracia. En este recinto la democracia significa-" ría respetar a los que son más, a los que son primera minoría, lo cual no se quiere hacer aquí.

Sr. Nápoíi. — ¿Me permite una interrupción, señor senador?

Sr. Juárez. — Sí, señor senador. Sr. Nápoli. — Teniendo en cuenta sus pala­

bras, quisiera hacer referencia a un hecho que ha acontecido hace muy poco tiempo en la pro­vincia de Tucumán, en donde en las últimas

27 de abril de 1988 САМАНА DE SENADORES Di

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WRECCION Ot I K F O R M A 1Ш P A R L A M E N T A R Í A

Al E N G Í O N C O N S U L T A S

• T L A N A C I Ó N

¡elecciones ganó el candidato de un partido po­lítico y después, por acuerdos o por lo que ba­ya sido, se eligió a otro candidato que no era eJ que había votado el pueblo, es decir, el de Ja primera minoría. Entonces, entre este hecho y lo que usted está expresando hay un contrasen­tido.

Sr. Menem. — Pero los dos candidatos eran del mismo partido.

Sr. Juárez. — Señor senador Nápoli: Jo que usted señala no crea jiuispru dencia distorsiva alguna porque se trata de un mal ejemplo. Aquí hablamos de r>eronístas y de radicales, pero en Tucumán simplemente ganó el justícialismo. Hubo diferencia de matices pero, repito, ganó el justícialismo y el gobernador, en consecuen­cia, es justicialista y no de otro partido.

Una diferencia de matices en una confron­tación política electoral no entraña una diferen­cia de partidos. En Tucumán está gobernando el justícialismo jporque unido ganó las eleccio­nes. Esta es Ja verdad, pero aquí ocurre ima cosa totalmente distinta, puesto que aunque el jus­tícialismo es mayoría, aparentemente es mino­ría.

Sr. Solari Yrigoyen.— ¿Me permite una bre­ve .interrupción?

Sr. Juárez. — Cómo <no, señor senador. Sr. Solari Yrigoyen, — El argumento que el

señor senador acaba de esbozar para interpre­tar los resultados de las elecciones de Tucu­mán tendría validez si en esa provincia hubie­ra regido Jo que se llama Ja ley de lemas, se­gún Ja cual Jos partidos pueden presentar más de un candidato y Juego sumar los votos. Pero eso no ocurre en Tucumán ni en el resto del país. En consecuencia, me permito disentir con la argumentación que acaba de dar el señor se­nador por Santiago del Estero.

Sr. Juárez. — Voy a responder a la observa­ción del distinguido colega, señor senador So­lari Yrigoyen. Quiero decide que la ley de Je­mas implica y supone Ja estructuración jurídica o Jcgaí de una corriente que va a concurrir al comido, pero que más allá de la ley de Jemas, estimado senador, existe Ja ley de las doctrinas, de las ideologías conjugadas, unidas o identifi­cadas en una única forma de expresar ideológi­camente una convicción que, por razones de ti­po personal —no ideológico-* desembocan a veces en Ja discrepancia entre fracciones políti­cas, 3o cual no significa que se tengan ideologías o doctrinas distintas.

ÍDa manera que más allá de la ley de Jemas y una ley natural que es Ja de Ja idonttiieación

total y absoluta con una doctrina, con sus -prin­

cipios y con sus banderas. Esto es lo que en bue­na lev vale., o sea, Ja Jey del espíritu y de la conciencia, más allá de las articulaciones legales de la ley de Jemas, que es lo que estoy tratancío de explicar.

Y vuelvo de nuevo al contexto de Jo que es­taba exponiendo. Es obvio que aquí no se está, respetando adecuadamente Ja expresión de la democracia, que es la manifestación germina y prístina de las mayorías. Quiero poner esto de resalto en este Senado de Ja Nación, que es la expresión más alta del federalismo argentino, la más genuina y auténtica de nuestro sistema fe­deral. No vaya a ocurrir que este tipo de arre­glos que se conjugan en este recinto —hablo sin que 'arreglo" tenga algún sentido peyora­tivo, y aunque comprendo este juego de la polí­tica, lleguen a rozar Jos principios auténticos de la democracia. Tampoco deseo para mi país que este tipo de ensayos "picarescos" de la po­lítica interna del Senado puedan después ser esgrimidos como ejemplos cuando exista alguna colegiación a la hora del máximo nivel de deci­sión electivo argentino. No vaya a ocurrir que estemos abriendo los caminos para el fraude í de los colegios electorales.

Reconozcamos los principios dé la democra­cia como lo luzo Ricardo Balbüi, caballero ar­mado de la democracia, radical, cuando en el colegio electoral resolvió dar el voto al partido que incuestionablemente había obtenido eJ ma­yor número de sufragios en la elección presi­dencial. Ese es el ejemplo más claro de la or­todoxia 'yrigoycniana'Y Yrigoyen fue un hom­bre de grandes principios verdaderamente pillares.

Quiero también hacer alusión a la expresión que he escuchado hace breves instantes de un representante de la bancada radical cuando se refería a que en la elección de 1987 se eligieron gobernadores, que no tuvo otro sentido que ele­gir gobernadores y diputados. También se dijo que no varió la composición del Senado y es cierto porque el justícialismo sigue siendo pri­mera minoría o mayoría. Sí varió, en cambio, en la Cámara de Diputados de la Nación pero pese a haberse cambiado Ja composición de esa Cámara, allí nada varió.

po-

Me preocupa mucho esta interpretación de que en 1987 se eligieron nada más que gober­nadores y legisladores y el pueblo se pronun­ció portajes cargos. Me preocupa no como jus­ticialista sino como ciudadano argentino que se dé esta interpretación a Ja voluntad categó­rica del pueblo expresada en 1987.

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8 CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN Reunión' 1»

Quizás esta, defectuosa interpretación de la voluntad papular es lo que ha venido poster­gando el cambio que está demandando la Re­pública para transitar por caminos y horas me­jores.

Precisamente, se mal interpretó o no se quiso escuchar el sentido real de esc pronunciamiento, que no consistió solamente en elegir al goberna­dor Fulano o Zutano. La intención fue que se cambiara en el país una política contra la cual se pronunció la inmensa mayoría del pueblo argentino; éste es el sentido real de la elec­ción de 1987.

En esc momento el pueblo se pronunció con­tra un tipo de conducción económico-social. Pa­rece que en el Senado no se advierte esa reali­dad porque he escuchado que el año pasado sólo se votaron diputados y gobernadores, pre­tendiendo eludir el pronunciamiento trascen­dente de un pueblo que quería un cambio.

No vaya a ser que esta interpretación defec­tuosa sirva para poner anteojeras a los que con­ducen los destinos de la Nación, evitando que se adopten medidas que pueden dar al país la posibilidad de abrir ventanas a la esperanza y al desarrollo.

No se oí agieron solamente legisladores y gober­nadores en 1987. Hubo un pronunciamiento so­bre una política global y, sobre todo, contra un tipo de conducción económica; esto hay que tenerlo bien presente. Además, sé que este cri- , terio es compartido por algunos senadores radi­cales cuyas expresiones críticas en tal sentido han tomado estado publico a través de los órga­nos de difusión.

Este es el sentido de aquel voto democrático. En nombre de la democracia que se pronunció de tal suerte en 1987 en forma contundente y también en nombre del pronunciamiento de 1983, mediante el cual se conformó la primera mino­ría en este Senado, estimo que lo que hoy pro­pone el bloque radical no es acorde con los prin­cipios democráticos; me refiero a que estos car­gos se decidan soslayando, postergando o rele­gando al sector que en el fondo es mayoritario dentro de esta Cámara.

Sr. Nápoli. — Pido la palabra para hacer una acotación referida a expresiones vertidas por el señor senador.,

Sr. Martiarena. — Hay una lista de oradores, señor presidente.

Sr. Nápoli. — No quise pedir una interrupción y por eso he esperado a que concluyera para pedir la palabra.

Sr. Mcnem. — Hay una lista de oradores. ¡ | j f

Sr. Presidente (Otero). — Tiene la palabra el señor senador por Entre Ríos.

Sr. Menem. — Que sea breve. • Sr. Rrasesco. — No sé si seré breve o extensó.

Estimo, señor presidente, que estaría bien vis-.to el hecho de fundar el voto sobre la persona a quien podría corresponderle el cargo de pre­sidente provisional. Pero estamos discutiendo a qué partido le pertenece y no dando argumen­taciones a favor de uno u otro candidato.

Acá se ha hablado mucho de la democracia, de los acuerdos "picarescos" internos del Sena* do, de fraudes en el Colegio Electoral, de la conducta impuesta por el entonces presidente de nuestro Comité Nacional, doctor Ricardo Bal» bín, en oportunidad dé indicar un modo de vo­tación a favor de quien había ganado numérica­mente las elecciones presidenciales.

También se ha dicho que la representación que en este momento tiene el Senado no refleja­ría en cierto modo lo que sucedió en las eleccio­nes del 6 de septiembre pasado.

Yo creo que tenemos que recordar lo que di­ce la Constitución Nacional en tal sentido, cuan­do se refiere a que el presidenta de la Repúbli­ca es elegido por un período de seis años, los diputados por cuatro años y los senadores por nueve y que los eventuales resultados de las elecciones para diputados o senadores que se -realicen durante el mandato de un presidente no" significan revocatoria de mandato ni, bajo nin.% gún punto de vista, la terminación automática porque ellos no representan la expresión popular de ese día de las elecciones sino la del día en que se origina su mandato.

Por eso el presidente de la República, sea quien fuere, por nuestra Constitución no tiene que hacer lo que sí hace un primer ministro par­lamentario; no debe renunciar porque su man­dato es por seis años.

Los senadores nacionales con mandato por nue­ve años —o por seis, si el sorteo indicó tal ca­sa— no tuvieron que renunciar ante los resulta­dos de las elecciones de 1985 o del 6 de septiem­bre, y esta Cámara tendrá la misma composición para cuando sea electo el futuro presidente de la República.

Es cierto lo que dijo el señor senador Sapag: hay expresiones numéricas auténticas de la de­mocracia en este cuerpo. Los partidos provincia­les serán los que, en representación de esa ex­presión democrática, determinarán democrática­mente el número de votos a favor o en contra' de la ley de presupuesto, de un candidato a Ja Presidencia provisional o a la Vicepresídencia 1* de la Cámara q de cualquier otra decisión.

I

Sr. Sánchez. — No se respeta a Jas miñonas mayores.

Sr. Brasesco— Perdóneme, pero no estoy ha­blando de mayorías o minorías, sino del plazo de duración de Jos mandatos.

Entonces, se da aquí un hecho concreto, claro y terminante, señor presidente. No se va a decir que Jos diputados nacionales o provinciales ele­gidos por Santa Fe eJ 6 de septiembre tenían que renunciar porque treinta días después los resultados de la ciudad de Rosario variaron to­talmente.

Sr. Rúbeo. — Permítame una inteirupción. Sr. Brasesco. — Estoy hablando tranquilamen­

te. -No quiero interrupciones ni pretendo abrir debates.

Sr. Rúbeo. — No es argumento; no se ponga nervioso.

Sr. Brasesco. — No Rúbeo.

me pongo nervioso, señor

—Varios señores' senadores hablan a la vez, Sr. Brasesco. — Tenga la amabilidad de res­

petarme; y si Je duele la elección de Rosario, tragúesela como se ha tragado otras cosas.

—Varios señores senadores hablan, a la vez. Sr. Presidente (Otero). — Continúa en el uso

de Ja palabra el señor senador por Entre Ríos. Sr. Brasesco. — Señor presidente: hay un he­

dió claro y concreto, y es que la expresión de-mocrática del Senado varía su representatividad

'según la fecha en que se haya originado su man dato.

La línea de sucesión, como lo ha dicho y de­jado perfectamente puntualizado el senador Tri­lla, según nuestro criterio —que no es menos de­mocrático que el de algún otro-partido o el de algún otro senador, porque es una expresión ca­ra al sol que hemos tenido de la democracia—, conduce clara y sencüJamente a que el presiden­te provisional del Senado pertenezca al mismo partido político que el presidente de la Nación, cuyo mandato'constitucional es por seis años.

Esta es Ja interpretación que nosotros hace­mos. . .

Sr. Rúbeo. — ¿De qué partido, era el presiden­te del Senado en la provincia de Santa Fe? El radicalismo puso al presidente del Senado en* esa provincia.

Sr. Brasesco. — Señor presidente: hay un he-labra, señor presidente. No permito que me in­terrumpan.

Nosotros estamos haciendo una interpretación de lo que hemos hecho desde el 10 de diciem­bre. . .

Sr. Rúbeo. —Es un argumento irrebatible el Que le doy, Contéstelo.

Sr. Brasesco. — Lo que pasa es que el senador Rúbeo está perturbado, con otro problema que no tiene nada que ver con Ja posición del radica­lismo. Lo tiene mal Usandizaga; sueña con Usan-dizaga. Y mientras me interrumpa, Je voy a de­cir veinte veces,.,

Sr. Presidente (Otero). — No haga ninguna re­ferencia personal, porque me veré obligado a quitarle el uso de Ja palabra.

Sr. Brasesco. — Le pido, señor presidente, que me Jiaga respetar en el uso de Ja palabra, porquo quien está anotado para expresar su pensamiento es él senador por Entre Ríos. No he sido yo quien interrumpió este debate y pido el mismo respeto que me merece Ja investidura de todos mis pa­res y que me merecen los partidos políticos que cada uno aquí representa.

La posición de Ja Unión Cívica Radical es cla­ra y teiminante. Esto no surge de acuerdos ni de defraudaciones a~Ia democracia; surge lisa y llanamente de la interpretación que nosotros te­nemos del ejercicio del poder a través de Ja re­presentación numérica del Senado y del mandato que nosotros hemos recibido por nueve años.

Por eso, señor presidente, nuestra bancada va a sostener la candidatura del senador Otero, lisa y llanamente sobre la base de las argumentacio­nes que ha formulado en su oportunidad el sena­dor por la Capital, contador Trilla.

Sr. Presidente (Otero). — Tiene la palabra el señor senador por San Juan.

Sr. Bravo, — Señor presidente: voy a ser muy breve. El Senado se renueva por tercios. La ac­tual composición se mantendrá hasta el próxi­mo año, cuando el pueblo argentino determina­rá en las urnas quiénes serán sus representantes en el Congreso. La -posición de los partidos pro­vinciales, expresada por el señor senador por el Neuquén y los representantes de Corrientes; ha sido muy concreta, y eJ bloque del partido que represento, el Partido Bloquista, va a adhe­rir a Ja candidatura del doctor Edison Otero, por creer que de esta forma se cumple por un año más con lo que ha ocurrido en estos cinco años en el Senado de la Nación.

Puede haber, por supuesto, expresiones respe­tables en sentido contrario, pero el bloque de San Juan no ve la urgencia de cambiar ahora la composición de la mesa directiva de la 'Cá­mara. Por estas razones, vamos a votar por el doctor Edison Otero.

Sr. Presidente (Otero). — Tiene Ja palabra el señor senador por La Rioja.

Sr. Sánchez. — Señor presidente: cualquier motivo da lugar a que se plantee la crisis de la República. Es obvio que la Unión Cívica Radi-

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10 CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN Reunión 1»

cal deba pugnar pava colocar a un hombre de sus filas en la sucesión presidencial. Esto ha ge­nerado un debate en el que se han puesto de ¡ manifiesto distintas argumentaciones.

Antes de entrar en tema quiero dejar perfec­tamente establecido que no está en juego la persona del doctor Edison Otero, senador por la provincia de Buenos Aires, quien sabe del afec­to que me une a él y del profundo respeto que siento por su persona.

Hago uso de la palabra, señor presidente, por­que tienen que quedar en claro las distintas posiciones reflejadas en las expresiones que se han vertido. Lo expuesto por el señor senador por Santiago del Estero, que comparto total­mente, me exime de repetir argumentos, que en este momento tienen profunda validez por su ob­jetividad y realismo. No podemos seguir expre­sando nuestras ansias de mantener el sistema 'democrático, porque todos somos democráticos y es nuestro estilo de vida. Pero no se puede defender la democracia con galimatías ni con . sofismas. Debemos respetar a la mayoría, como en este momento pretendemos los hombres del justicialismo, porque el 6 de septiembre de 1987 el pueblo de la República se ha pronunciado, no por un gobernador o un diputado: se ha pronunciado por una política. Y si el resultado le ha sido adverso al partido gobernante, será porque la ciudadanía argentina no está confor­me con la conducción de la República. Este es el espíritu de ese voto que de ninguna manera es parcializado sino que tiene un efecto totali­zador.

Por otra parte se dice que la unión o el arre­glo que se puede lograr con otros sectores muy importantes de la vida nacional, como los parti­dos provinciales, trae como consecuencia una mayoría. Es indiscutible que esto es así; pero me produce algún escozor porque son las viejas tesis de los factores de poder para tratar de burlar la expresión popular, que tampoco es absoluta, pues no hay nada de esta naturaleza. Es decir, que dentro de la relatividad debemos respetar esa mayoría.

Señor presidente: los hombres del justicialismo creemos que por el número de señores senado­res constituimos la primera minoría en este cuerpo.

Y para desvirtuar los argumentos que se han esgrimido, sabemos que en 1989 habrá mayoría justician*sta...

Sr. Velázquez. — ¿Dónde? Sr. Sánchez. — Vamos a reeditar el 6 de sep­

tiembre, y en este Senado habrá mayoría justi-balista, y en el hipotético o remoto caso d;

que ganase el radicalismo, nosotros tendremos la llave para elegir el presidente provisional del Senado. Entonces, en este juego, en este malabarismo de palabras podemos desbrozar el camino para llegar objetivamente a una solu­ción. ¿Cuántos señores senadores justicialistas existen actualmente? Veinte. ¿Cuántos se reno­varán en 1989? ¿Gomo están las Legislaturas pro­vinciales para elegirlos? Nosotros tendríamos veinticuatro representantes y, en consecuencia, constituiríamos quorum y mayoría, a menos que se provincializara la Tierra del Fuego, en cuyo caso agregaríamos dos senadores más. (Risas.)

—Varios señores senadores hablan a la vez. Sr. Sánchez. — Señor presidente: al margen de

estas consideraciones vamos a seguir hablando con la seriedad que el tema exige, si bien siem­pre hace falta una pizca de buen humor a efec­tos de atenuar la efervescencia propia de algu­nas circunstancias.

Creo que no puede negársenos la pretensión cierta de imponer al presidente provisional del Senado. Si arreglos entre el oficialismo y otros grupos lo llevan a aquél a ser mayoría, se im­pondrá el número de esa manera. Pero de nnv» guna forma puede desconocerse que en este mo­mento el justicialismo, avalado por las eleccio­nes del 6 de septiembre, es mayoría.

Sr. Lafferriére. — ¿Formula alguna propues­ta, señor senador?

Sr. Presidente (Otero). — Seguramente la ha­rá en su oportunidad.

Sr. Sánchez. — Tengo tiempo para hacerla. Sr. Presidente (Otero). — Finalizada la lista

de oradores se realizarán las propuestas. Tiene la palabra el señor senador por Salta. Sr. Romero. — Señor presidente: luego de es­

cuchar la frondosa argumentación vertida por los integrantes de la bancada radical, me queda como síntesis únicamente la dernostración que han dado de que tienen fuerza numérica mayo-ritaria; no encuentro otro argumento.

Han logrado esta fuerza numérica mayorita» xia —y con esto no quiero ofender a nadie— luego de concretar adhesiones de partidos pro­vinciales y de sectores de las provincias a tra­vés de negociaciones totalmente usuales en la práctica política, siempre que esto "no manifies* te una práctica futura, como ya lo señalaron otros señores senadores.. -

Nosotros no hicimos planteos. Si observamos las sucesiones en el orden presidencial, solamen­te utilizamos la misma argumentación que usó el radicalismo en la Cámara de Diputados. Es decir que por ser el bloque más numérico. —di*

27 de abril de 19*8

C NGRESO D£ LA NAdOM DIRECCIÓN Dh mFJFíM'V I O N PARLAMENTARIA

^____A1 ENCION CONSULTAS CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN fj|S 11

-gamos parlamentariamente —conservó la presi­dencia de dicha Cámara; simétricamente noso­tros entendemos que el argumento es válido para el Senado, y por lo tanto al constituir el justicialismo el bloque parlamentario mayorita-rio, debe ejercer la Presidencia provisional.

Si la Constitución hubiera previsto otra for­ma, siguiendo la línea argumental del radicalis­mo, diría que el presidente provisional se elige todos los años entre los senadores del bloque oficialista, o que lo elige el presidente o el vi cepresidente de la Nación.

Como la Constitución y los constituyentes no lo han previsto de esa manera, sostenemos que está dada la posibilidad para que por vía numé rica se resuelva la cuestión.

Ratificando lo que ha manifestado el señor senador por La Rioja, el año próximo el justi­cialismo —dada la composición de las asambleas legislativas de algunas provincias— espera te­ner quorum propio. Si planteamos como vía de hipótesis —muy lejana, pero hipótesis— que el radicalismo gane las próximas elecciones, nos preguntamos con qué argumentación nos trata­ría de convencer de que el presidente provisio­nal, en ese hipotético caso, debe pertenecer al partido radical. No veo cómo va a dar vuelta la argumentación que esgrime hoy.

Con esto ratificó lo manifestado por los dis­tintos senadores, de que no estamos objetando la personalidad del señor senador Otero sino solamente planteando una cuestión de princi­pios. Creemos que ese cargo corresponde al justicialismo.

Sr. Presidente (Otero). — Para cerrar la lista de oradores, tiene la palabra el señor senador por La Rioja.

Sr. Menem. — Señor presidente: he querido hacer uso de la palabra porque intervine eñ la mesa de negociaciones para resolver, entre otros temas, la designación de autoridades de este honorable cuerpo y la integración de las comi­siones. Eso me crea el compromiso de reiterar la posición que manifesté en aquella oportuni­dad y de efectuar algunas aclaraciones sobre este tema.

Indudablemente, se trata de una cuestión por lo menos opinable. Creo que aquí nadie es due­ño de la razón total sino que hay dos criterios en juego. Se trata de elegir al presidente pro­visorio de un cuerpo legislativo y se han ex­puesto dos criterios enfrentados: ¿debe elegirse a un senador que pertenezca al mismo partido que el titular del Poder Ejecutivo? ¿O este car­go corresponde al que tenga la mayoría en la ¡

Cámara? Creo que ambas posiciones tienen fundamento, como ha sido expuesto claramente en este recinto. En la mesa de negociaciones en la que intervine había argumentado cuál era mi posición, que se volcaba a favor de aquel que tenga la mayoría. No es ésta una cuestión caprichosa sino que tiene un fundamento que sintéticamente voy a repetir.

Creo que en lo que falla el argumento expues­to por la bancada radical es en lo relativo a la naturaleza del cargo de presidente provisorio del Senado. Aquí se dice equivocadamente que como el Poder Ejecutivo es desempeñado por un radical, este cargo también debe ser ocu­pado por un radical, ya que sigue la línea su­cesoria. Considero que aquí hay un doble error. En primer término, porque de acuerdo con la ley de acefalía, en caso de ocupar el cargo, es por muy poco tiempo, al solo efecto de que se reúna la Asamblea y eh'ja al nuevo presi­dente. Es decir que no se trata aquí de una sucesión presidencial estable y por el tiempo que falte para cumplir con el mandato.

Por otro lado, hay una cosa mucho más im­portante aún y es que no se está eligiendo a un integrante del Poder Ejecutivo. Que esto que­de bien claro: se está eligiendo al presidente provisorio de un cuerpo legislativo que es el Senado de la Nación. Nada tiene que ver este Senado con el Poder Ejecutivo, señores sena­dores, ni el vicepresidente de la Nación que es, sí, el sucesor nato del presidente y no forma parte del .Poder Ejecutivo.

Que quede bien claro que el Poder Ejecutivo es unipersonal y está asistido por los ministros, y el vicepresidente de la Nación es el presiden­te de este cuerpo. Repito que nada tiene que ver con el Poder Ejecutivo.

Entonces, que se me diga que como conse­cuencia de que el Poder Ejecutivo está ejercido por un radical, el presidente provisorio del Se­nado tiene que ser del mismo signo político, me parece, por lo menos, un argumento equi­vocado.

Fíjense hasta qué punto el vicepresidente de la Nación no forma parte del Poder Ejecutivo. Un constitucionalista norteamericano dice, en términos un tanto alegres, que el vicepresidente de la Nación no es más que un muerto político que espera resucitar cuando se produzca muerte o ausencia del presidente de la Nación. Pero mientras tanto, el vicepresidente pertenece a es­te cuerpo, y qué decir del presidente provisorio. De tal modo que creo que la posición susten­tada por la bancada radical carece del más mí­nimo fundamento, si "se lo buscamos por ese

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12 CÁMARA DE SENADORES DE T.A NACIÓN Reunión l»

lado, es decir que se pretenda que debe perte­necer al mismo partido político.

Este es un cuerpo legislativo que tiene sus propias autoridades. Si se trata del tema de la línea sucesoria, con ese mismo argumento ten­dríamos que admitir que el vicepresidente 1? también debería ser del partido radical. Este argumento no va.

Es claro que esto un poco forma parte de la conveniencia política del momento. Recuerdo un hecho un tanto anecdótico: cuando nos hi­cimos cargo de esta función en 1983, se trataba de los espacios físicos y el bloque radical fue a ocupar aquellos que siempre habían corres­pondido al bloque de la mayoría, y en su mo mentó la mayoría fuimos nosotros. Con ese ar­gumento de que eran oficialistas fueron y to marón de hecho —fue una toma de facto (Ri sas)— las oficinas que tradicionalmente corres­pondían al bloque mayoritario. Aquí están apli­cando el mismo criterio: es el oficialismo el que quiere tener el cargo de presidente provisional.

Sr. Nápoli.— ¿Me permite una interrupción? Sr. Mcnem. — Si me permite, deseo terminar;

después podrá hablar de lo que desee. Creo, señor presidente, que aquí se trata de

si atendemos al carácter político que tiene este cuerpo o no. Hubo elecciones con resultados que aquí no se pueden desconocer. Como ha dicho el señor senador por Santiago del Estero con palabras de mucha precisión, éste es un cuerpo federal en el que están representadas las provincias. En este momento hay diecisiete provincias gobernadas por el partido político al cual pertenezco. Si eso no se traduce aquí, en la Cámara, quiere decir que no estamos refle­jando la realidad política del país.

Como ha dicho mi compañero de bancada, el 6 de septiembre no ha sido un pronuncia­miento puntual únicamente para ver quiénes gobernaban las provincias. Aquí hubo un ple­biscito sobre lo que está pasando en el país, que arrojó un resultado catastrófico para el ofi­cialismo. Si no lo queremos reconocer aquí que se diga claramente "no lo vamos a reconocer", Pero, indudablemente, éste es un pronuncia­miento político que sí tiene, debe tener y nece­sita tener trascendencia en este cuerpo federal donde están representadas, precisamente, las provincias.

que ser del oficialismo" mientras que en el Se­nado, como no les cierran los números por ese lado, dicen "aquí debe ser del mismo signo que el presidente de la Nación*. Es el doble discur­so. Doble discurso que se viene manifestando" en muchos aspectos de la conducción política del país. Y por eso les va como les va; por eso hubo un 6 de septiembre.

Y este doble discurso se va a manifestar tam­bién dentro de unos momentos, cuando tenga­mos que elegir el vicepresidente 1P del cuerpo, porque hace dos años que la bancada radical mantiene el criterio de no votar un vicepresi­dente 1° que le corresponde al peronismo, de acuerdo al criterio que se había sentado aquí oportunamente. Decían que no unificábamos un candidato y que no se podían meter en la inter­na del Partido Justici alista. Dentro de unos mo­mentos vamos a ver si el radicalismo mantiene ese criterio o si lo cambia cuando hay más de un candidato, como al parecer ocurre. Ahí sí deberíamos admitir que se estarían queriendo meter en la interna del Partido Justicialista.

Este es el doble discurso, lo que le está ha­ciendo mal al país. Por eso hubo un 6 de sep­tiembre y si se sigue procediendo de esta forma, en adelante habrá muchos más.

Señores senadores: no se puede manejar ejto con el do ni des del derecho romano, es decir, con el "doy para que me dos".

Tengo el más profundo de los respetos por el presidente provisional, con quien me une —lo digo con orgullo— una relación de amistad. Y porque me une una relación de amistad creo que su designación tendría que ser límpida y estar alejada de toda sospecha en él sentido de que ha sido producto de un arreglo. Entiendo que mucho más digna fue la elección de hace -dos años atrás cuando votamos para elegir pre­sidente provisional y ganó el senador Edison Otero por el desempate del presidente del cuer­po. Un acto de ese tipo enaltece mucho más que una elección de las características de la que hoy se llevará a cabo.

Por estas razones, señor presidente, aun cuan­do el tema es opinable, creo que hay muchas mejores razones que hacen a la República para que la Presidencia provisional del Senado quede

. en manos de quien tiene la mayoría del cuerpo, Pero es claro que esto un poco forma paite la cual en este caso corresponde al partido quo

del doble discurso que muchas veces tiene la ganó en las elecciones del 6 de septiembre, don-bancada oficialista. Porque como lo ha dicho mi compañero de bancada, senador Romero, un criterio tienen en Diputados cuando dicen "so­mos el bloque mayoritario y ebpresidente tiene

eptiembn de se reflejó el apoyo mayoritario de la pobla­ción a una agrupación política que triunfó en diecisiete provincias argentinas, es decir el jusli-cialismo.

17

27 de abril de 1988 jCl&NC.Ott CONSULTAS

CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN

WRECCION

L& NACIÓN ¡§ÍÍ PARLAMENTARIA

13

Sr. Nápoli. — Pido la palabra. Sr. Lafferiérc—¿Me permite una interrup­

ción, señor senador? Sr. Menem. — No admito interrupciones. Creo, señor presidente, que hoy será un día

que no vamos a recordar con satisfacción los que tuvimos el honor de pertenecer a este cuer­po. No lo vamos a recordar con alegría sino con tristeza por haberse roto ciertas regias de juego y ciertos compromisos.

El viernes pasado debía realizarse una re­unión para conversar sobre este tema, pero fue unilateral men te suspendida. Nos avisaron que no se hacía después de haberla suspendido, no obs­tante que todos somos pares. Pero claro; pa~ece que la cosa ya estaba decidida por otra vía y que, entonces, no hscía falta seguir negociando absolutamente nada.

Digo esto con profundo dolor, pero tiene que quedar sentado. No hacerlo sería traicionar el mandato popular que se nos confirió oportuna­mente.

Con estas palabras dejo expresada mi posición y el más profundo respeto al presidente provi­sional del Senado.

Sr. Náooü. — Pido la palabra. Sr. Rúbeo. — La lista de oradores está cerrada. Sr. Menem. — Reitero que entiendo que éste

no va o ser un día para recordar con satisfacción por parte de quienes hemos permanecido en esta alta magistratura que nos ha confiado el pueblo de nuestras provincias.

Sr. Nápoli. — Pido la palabra para una acla­ración.

Sr. Presidente (Otero). — He cerrado el debate. Sr. Nápoli. — Hemos sido aludidos. Sr. Presidente (Otero). — Aclaro lo siguiente:

si le concedo la palabra, se abrirá nuevamente la lista de oradores; mientras esté aquí, voy a presidir de la misma manera. Así que si el señor senador por Río Negro insiste, la Presidencia de­clara abierto el debate,

Sr. Cass. — Esto no es reglamentario. Sólo pide hacer una aclaración. No va a hacer un discurso.

Sr. Presidente (Otero). — Se va a pasar a la votación.

Sr. Sánchez. — Pido la palabra pero no es para hacer usó de ella. (Risas.)

Sr. Presidente (Otero). — ¿Será para algún mecanismo no verbal? (Risas.)

Sr, Sánchez. — Discúlpeme, señor presidente. Deseo proponer que la votación sea nominal.

Sr. Presidente (Otero). — La Presidencia acía-* -que la votación se hará nominalmcntc porque

así lo indica el reglamento.

La Presidencia pide disculpas al señor presi­dente del bloque de la Unión Cívica Radical pero tiene la obligación de cumplir el reglamento.

Se va a practicar la votación nominal.

Sr. Secretario (Macris). — La Secretaría acla­ra que se entiende que los que votan por la afirmativa, lo hacen por el único candidato pro­puesto que es el señor senador Edison Otero.

Sr. Amoedo. — Se debe votar nominalmenle por el candidato; no se debe votar por la afir­mativa o por la negativa.

Sr. Presidente (Otero). — Así se hará, señor senador.

—Se practica la votación nominal. —Votan por el señor senador Otero los se­

ñores senadores Aguirre Lanari, Amoedo, Bcr-hongaray, Brasesco y Bravo.

—Vota por la negativa el señor senador Benítez.

—Al emitir su voto dice el:

Sr. Bravo Herrera. — Voto por la negativa, porque no se ha nominado a ningún candidato por mi bloque.

—Continúa la votación nominal. —Votan por el señor senador Otero los se­

ñores senadores de la Rúa, del Villar, Falsone, '• Gass, Genoud, Gil, Grosso y Jiménez Montilla,

—Votan por la negativa los señores sena­dores Britos, Conches y Gurdulich de Conea.

—Al emitir su voto dice el:

Sr. Juárez. — Voto por la negativa, por los principios que ya enuncié.

—Continúa la votación nominal. —Votan por el señor senador Otero los se­

nadores Lafferriére, León y Malharro de Torres. —Al emitir su voto dice el:

Sr. Martiarena. — Voto por la negativa, por los fundamentos que expuse.

—Continua la votación nominal. Votan por el señor senador Otero los se-

señores senadores Mauhuin y Mazzucco. —AI emitir su voto dice el:

Sr. Menem. — Por las razones vertidas en mi exposición, voto por la negativa.

—Continúa la votación uominal. Vota por la negativa el señor senador

. . Molina. —Al emitir su voto dice el:

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CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN Reunión 1*

Sr. Murguía.— Voto por la negativa por las razones que expuse.

—Continúa la votación nominal. —Votan por el señor senador Otero los se­

ñores senadores NápolL Nieves, Otero y Ro­dríguez Saá.

—Vota por la negativa la señora senadora Rivas.

—Al emitir su voto dice el:

Sr. Romero. — Voto por la negativa por las razones que he expuesto.

I—Continúa la votación nominal. —Votan por el señor senador Otero los se­

ñores senadores Romero Feris, Saadi, Salim, Sapag, Solana, Solari Yrigoyen, Trilla, Veláz-quez y Vidal}/

—Votan por la negativa los señores sena­dores Rúbeo, Sánchez y Tenev.

Sr. Secretario (Macris). — El resultado de la votación es el siguiente: 31 señores senadores se han manifestado en favor del señor senador Otero y 15 señores senadores lo han hecho por la negativa1.

. Sr. Presidente (Otero). — Antes de proseguir, quiero agradecer a todos los señores senadores presentes, más allá del resultado de esta elec­ción que comporta, para mí una tremenda res­ponsabilidad.

^ Agradezco a todos por igual, tanto a los que Votaron por mí, senadores de mi partido y otros de distinta extracción política, como a los que no lo han hecho, en razón de distintas consi­deraciones. También agradezco a todos los que hicieron referencia a mi persona, que hoy se ve abrumada por esta elección. {Aplausos.)

Sr. Amoedo. — Pido la palabra, . Sr. Homero. — Pido la palabra.

Sr. Larrerriére. — ¿Qué tema está en consi­deración?

Sr% Presidente (Otero). — Corresponde pasar a la elección del señor vicepresidente I o de este cuerpo.

Tiene la palabra el señor senador por Cata-marca,

Sr. Amoedo. — En nombre del bloque que integro, tengo el honor y el placer de proponer como vicepresidente 19 de este Honorable Se­nado a mi compañero de representación por la provincia de Catamarca, el doctor Ramón Saá-di, a quien me vincula una fraterna amistad y el recuerdo de luchas comunes en la provincia

Ver el Apéndice.

que tenemos el alto honor de representar en este cuerpo.

Sr. Presidente (Otero). — Tiene la palabra el señor senador por Corrientes.

Sr. Romero. — Como peronista, tengo el ho­nor de proponer en nombre de la mayoría de los senadores de mi partido a Luis Rúbeo para el cargo de vicepresidente I o del Senado,

Sr. Presidente (Otero). — Tiene la palabra el señor senador por Río Negro.

Sr. Nápoli. — El bloque de la Unión Cívica Radical va a apoyar la nominación del senador por Catamarca, Ramón Saadi.

—Hablan varios señores senadores a la vez. Sr. Presidente (Otero). — Tiene la palabra el

señor senador por el Chaco. Sr. Tenev. — Señor presidente: no he tomado

intervención en las consideraciones que se hi­cieron para la elección del presidente provisio­nal. Respetuoso de los argumentos que se han esbozado en este recinto, he adherido a la pro­puesta de mi bloque. Pero me sorprende enor­memente que, en función de los argumentos que se han dado acá por parte de algunos se­nadores, en este momento se estén poniendo en evidencia algunos acuerdos políticos que tai vez no fueron expresados con claridad oportu­namente y que para materializarse requieren del respaldo de la minoría del partido político del que se dijo le correspondía la Vicepresiden-cia I o .

Me preocupa esta circunstancia porque he Venido al Senado a participar con decisión de actitudes cristalinas que realmente pongan en evidencia que nuestra responsabilidad se cum­ple en función de que las decisiones no son bivalentes, sino todo lo contrario. Sostenemos para cada circunstancia siempre el mismo prin­cipio.

Por ello, como senador, tengo la preocupa­ción de que aquí se vaya a votar sin respetar lo que se expuso por parte del bloque que votó por el presidente provisional.

Sr. Presidente (Otero). — Tiene la palabra el señor senador por Salta.

Sr. Romero. — Señor presidente: debo decir que me causa extrañeza esta decisión, porque tuve la oportunidad de participar en las reu­niones previas para lograr nn acuerdo respecto de las autoridades de la casa.

Considero que con esta, decisión cambiante de la Unión Cívica Radical se consuma un error histórico, ya que ese sector había manifes­tado con certeza que no participaría de la elec­ción entre dos jiisticialistas si nosotros no nos

J poníamos de acuerdo.

27 de abril de 1988 CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN 15

Dado que este acuerdo hasta el día de ayer no se había logrado, los senadores Trilla y Nápoli manifestaron su decisión de continuar cumpliendo la conducta de otros años en el sentido de no elegir por ellos, justamente, al representante de la minoría justicialista, tor­ciendo con su número la resolución que pudiera proponer la mayoría de este bloque.

Es por eso que ayer habíamos propuesto pos­poner por una semana la elección del vicepresi­dente I o , a los efectos de intentar el logro de un acuerdo entre los justicialistas, pero apa­rentemente fue más fácil lograrlo entre un pe­queño sector del justicialismo y las bancadas minoritarias, consumando una vez más el so­metimiento de la mayoría a un acuerdo de mi­norías.

Ratifico que considero esto como un error histórico que tendrá consecuencias políticas gra­ves en este cuerpo y en las relaciones políticas entre los dos partidos "mayoritarios.

Sr. Presidente (Otero). — Tiene la palabra el señor senador por San Luis. Están luego ano­tados para hacer uso de la palabra los señores senadores Murguía y Nápoli.

Sr. Rodríguez Saá. — Señor presidente: quie­ro ratificar en nombre del bloque justicialista que presido la postulación para la Vicepresi-

i dencia 1* del senador Saadi, quien es presidente del distrito Catamarca del Partido Justicialista.

Destaco además que, como hay dos nombres propuestos, para evitar una discusión más larga sobre el tema, corresponde proceder a votar y saber quién tiene la mayoría.

Sr. Sánchez. — La tiene usted. Sr. Romero. — La mayoría la tenemos no­

sotros. -Sra. Gurdulich de Correa. — ¿La mayoría para

representar al justicialismo? Sr. Velázquez.— No se peleen. Sr. Presidente (Otero). — Ruego respetar el

uso de la palabra dé quienes están anotados, que son los señores senadores Murguía, Nápoli y Britos.

Tiene la palabra el señor senador por Santa Cruz.

Sr. Murguía. — Señor presidente: al iniciar esta sesión, yo destacaba que no ha habido reglas de juego en las reuniones celebradas para al­canzar los acuerdos.

Dado que he participado de las mismas, creo que no hubo el respeto, la consideración ni la información pertinente para alcanzar todos estos acuerdos.

Considero que ese tipo de acción perjudica el desenyplymiiento futuro y afecta claras reglas

i de juego que siempre hemos mantenido en la relación eatre los distintos bloques.

No voy a juzgar la actitud del radicalismo frente a este acuerdo, pero sí diré que me siento agraviado por la posición que ellos asumieron al iniciar las conversaciones-, dado que hubo puntos que no quedaron claramente puestos so­bre la mesa.

Aquí no está en discusión el nombre de nin­guno de los dos candidatos por el justicialismo, sino la actitud que han tenido los señores,inte­grantes de la mesa del acuerdo por el radica­lismo.

Sr. Presidente (Otero). — Tiene- la palabra el señor senador por Río Negro. Están anotados para hacer uso de la palabra los señores sena­dores Britos y Lafferriére, y así cierro la lista de oradores.

Sra. Gurdulich de Corroa. — ¿Por qué. vamos a cerrarla? ¡No!

Sr. de la Rúa. — No es el sistema. Sra. Gurdulich de Correa. — No cieñe la lista

de oradores. Sr. Velázquez. — No cierre, por las dudas.

(Risas.)

Sr. Nápoli. — Señor presidente: algunos seño­res senadores han manifestado que desde hace dos años no votamos la Vieepresidencia tí del Senado. En realidad, no hemos realizado mía vo­tación para este cargo porque en ningún mo­mento el bloque justicialista trajo un candidato, aunque nosotros va le habíamos asignado la vi­eepresidencia 1* del cuerpo.

—Varios señores senadores hablan a la vez.

Sr. Nápoli. — No deseo que me interrumpan, señores senadores; yo no interrumpí a nadie.

Por primera vez, ahora se presentan dos can­didatos. Nosotros votaremos en un gesto de re­ciprocidad, por aquel que votó por nuestro can­didato a presidente provisional. Pero, reitero, du­rante estos dos años no hubo ningún ofrecimien­to de candidato a la Vieepresidencia 1? por paije del sector justicialista, de modo que este cargo quedó vacante.

Además, quiero decir algo que no se me dejó decir en su momento. Nosotros no tenemos do­ble discurso. Digo esto con muchos fundamentos. Cuando decimos algo lo hacemos en un solo lenguaje. Y, además, no insultamos a nadie.

Sr. Presidente (Otero). — Tiene la palabra el señor senador por San Luis.

Sr. Britos. — Señor presidente: en primer lu­gar, quiero expresar el respeto que me merece el compañero senador postulado, doctor Saadi. Pe­ro deseo referirme a la manifestación del señor senador presidente del bloque radical en el son-

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CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN Reunión 1*

tido de que no utilizan doble discurso. Yo digo que no tienen dos discursos sino tres. De acuer­do con lo que expresaron al discutir la presiden­cia provisional, veo que tienen una tercera po­sición.

No es verda'd que el justicialismo no haya querido postular un candidato en los períodos anteriores. El presidente del bloque radical nos manifestó permanentemente que no querían me­terse en la interna peronista. Hay entonces algo que me Rama la atención, porque yo les pre­guntaría a los senadores radicales qué motiva esta intromisión en nuestra interna. ¿Por qué esta diferencia entre el radicalismo de ayer y el de hoy? No pretendemos que voten por nuestro candidato, pero dejen que nosotros arreglemos nuestros problemas. ¿O quieren que nos meta­mos en la interna radical? ¿Qué ha pasado con ustedes, señores senadores radicales, que venían manifestando durante las últimas cuarenta y ocho horas que no iban a votar por ningún can­didato peronista., que no se iban a meter y aho­ra, a último momento, tal vez para lograr nueva­mente la presidencia provisional, han cambiado de posición?

No tiene razón el señor presidente del bloque radical cuando nos hace este tipo de imputacio­nes y dice que algún compañero podría haber insultado a alguien de este cuerpo. Nosotros no hemos insultado a .nadie. No traigamos a este recinto la discusión política que se está desarro­llando fuera de él. Dentro de este recinto no se le ha faltado el respeto a ningún senador,

Sr. Nápoli. — Yo tío hablé del recinto. Sr. Britos. — Solicite las interrupciones, señor

Cenador; aténgase al reglamento. ¿Qué es lo que quiere decir?

Sr. Nápoli. — Ustedes dijeron que nosotros tenemos un doble discurso, y acabo de manifes- | tar que no existe tal doble discurso y tampoco insultamos en los discursos. Con esto no quiero significar que me refiero solamente a los discur­sos del Senado sino a los discursos en general.

Sr. Presidente (Otero). — Continúa en el uso de la palabra el señor senador por San Luis.

Sr. Britos. — No sé qué motiva este cambio de posición. Me pregunto en este momento, qué sucedió con el radicalismo de ayer y de antes de ayer hasta ahora. [Cuidado! Nosotros no que­remos expresar palabras que con el tiempo han sido superadas, pero es evidente que se han rea­lizado algunos arreglos que dejarán mucho que desear para el futuro de la democracia.

Creo que esto no le gusta al radicalismo. Co­nozco a muchos de sus representantes y sé que tienen bastante responsabilidad, pero si esto hoy

se cumple, vamos a señalárselo permanente­mente. Quiero decir, señor presidente, que si esto se cumple renuncio a la Presidencia de la Comisión de Trabajo y Previsión Social como así también a mi participación en todas las co­misiones que integro, y quiero que el débate se realice permanentemente en el cuerpo.

Sr. Presidente (Otero). — Tiene la palabra el señor senador por Entre Ríos.

Sr, Lafferriére. — Señor presidente: insisti­mos en ratificar la posición expresada por el señor presidente de nuestro bloque para votar la Vicepresidencia 1* en cabeza del señor se­nador por Catamarca, tal como lo ha sugerido su comprovinciano, señor senador Amoedo.

Pero también, igual que el señor senador Ná­poli, me interesa no dejar en el aire -este famoso

| tema del doble discurso, como si estuviéramos cambiando cotidianamente nuestro mensaje o los fundamentos de nuestro voto. Aquí todos somos grandes y políticos; en consecuencia, es muy difícil que nos tratemos de hacer creer cosas cuando ni nosotros estamos convencidos de ellas.

L a democracia es el gobierno de las mayorías y el respeto por las minorías. D e manera que si tenemos un presidente provisional del Se­nado votado por la mayoría, ya ahí estamos votando un presidente en forma democrática. Y no demos más vueltas para ver en qué lugar del silogismo anterior cada uno de nosotros en­cuentra el fundamento para sostener el por­qué de esta candidatura.

En 1983 obtuvimos la presidencia provisional del Senado al proponerse al senador Edison Otero por unanimidad, a través de una mesa de acuerdo que también fue votada por unanimi­dad. Intentamos hacer lo mismo después de las elecciones de 1985 cuando por primera vez tu­vimos que renovar las autoridades de la Cáma-

I ra. En ese momento el radicalismo había gana­do las elecciones en diecisiete provincias argen­tinas. Y sin embargo, todo el razonamiento so­bre el que se ha edificado la posición de aque^ líos senadores que hoy han votado en contra

I de la candidatura del señor senador Otero en virtud de que el 6 de septiembre diecisiete pro­vincias dieron el triunfo al justicialismo, no fue válida en aquel momento porque se restó e l apoyo a la candidatura del senador Otero y se votó la del señor senador Martiarena.

Entonces, yo pregunto ¿quién cambió él dis­cursó? Recién se dijo que liay que cambiar al presidente provisional del Senado porque el 6 de septiembre hubo un plebiscito en contra de

[ la política económica; y yo creo que hubo un

27 de abril de 1988 CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN 17

plebiscito en contra de determinados aspectos de la gestión del gobierno de los que nos esta­mos haciendo cargo, seguramente con opinión adversa y legítimamente adversa de los sena­dores del peronismo. Perdimos por el 4 por ciento del electorado en todas las provincias y lo aceptamos humildemente.

En consecuencia, a raíz de esa derrota se sos­tiene que hay que cambiar hoy el presidente provisional del Senado, seguramente pensando que si se trata de un hombre que proviene del justicialismo podremos cambiar la política eco­nómica. Pero yo me hago la siguiente composi­ción de lugar o planteo el siguiente interrogan­te, tan bien planteado con lucidez por el señor senador Sánchez, gran amigo aunque nos apa­sionemos permanentemente en los debates: ¿Qué ocurriría si el año que viene, por los azares del destino —quiero seguir avanzando con algún

I grado de tranquilidad en. el razonamiento—, los radicales llegáramos a ganar nuevamente la presidencia de la República y e l Senado tuviera mayoría del Partido Justicialista?

Entonces, -si nosotros ganamos las elecciones del año que viene, ¿va a cambiar de nuevo la argumentación del bloque peronista y van a decir, en consecuencia, que como hemos ga-

I nado las elecciones en esa oportunidad sí nos I corresponde la presidencia provisional del Se-I nado?

1 Nosotros seguiremos sosteniendo nuestro mis-l ino mensaje. E l presidente provisional del Se--1 nado reemplaza provisoriamente al vicepresi-.' dente de la República cuando debe hacerse [cargo del Poder Ejecutivo. Y pensamos que es

de buen gobierno de esta casa "que pertenezca a su riñon político, a su esquema de mayoría.

Si el peronismo gana las elecciones, nosotros vamos a votar unánimemente.. .

Sra. Gurdulich de Correa. — Está fuera de la cuestión.

Sr, Lafferriére. — . . . p o r un hombre de ese partido el año que viene, cuando haya que ele­gir presidente provisional. , .

—Varios señores senadores hablan a la vez.

Sr. Lafferriére. — Por favor, señores senado­res, pido que se me respete en el uso de la pa­labra. . .

—Varios señores senadores hablan a la vez.

Sr. Lafferriére. — . . .amigo senador Murguía, con quien compartimos tantas cosas en el aná­lisis de la política nacional.

A veces los senadores nos comportamos como abogados en un proceso. Nos embalamos en la causa que tenemos que defender en una discu- v

sión olvidándonos de que la causa grande está fuera del recinto, en el país; y quizá tendría­mos que avanzar hacia posiciones de mayor uni­dad o coincidencia.

Tampoco debemos estar permanentemente desacreditando los acuerdos políticos, que son lógicos desde que la democracia existe. Acuer­dos políticos que permitieron ai peronismo le­gítimamente asumir la gobernación de Tucumán a pesar de que no ganara en las urnas su actual titular, Domato. Acuerdos políticos que hicie­ron que las mayorías provinciales, en el colegio electoral de 1983, hayan sostenido al doctor Al-fonsín para la presidencia de la República, sin desmerecimiento nuestro ni de nadie. Ayer lo hicieron con nosotros y mañana lo podrán hacer con nosotros o con otros, o bien con sus propios candidatos.

Estos acuerdos políticos son la vida de la de­mocracia y deben ir armando las mayorías de acuerdo con los temas de que se trate. Segura­mente radicales y peronistas podamos coincidir en algunos proyectos que no sean compartidos' por senadores de las .provincias; ellos pueden coincidir algunas veces con los peronistas en proyectos que no acompañemos nosotros; y no­sotros podemos llegar con los senadores provin­ciales a algún acuerdo con que discrepen los jusücialistas. Son acuerdos legítimos y lógicos en cualquier democracia que se vaya afiatando.

Por eso, con todo respeto y humildad, no le quiero tomar la palabra a mi gran amigo el se­nador por San Luis, cuando habla de la posibi­lidad de renuncia a las comisiones en las que, a pesar de que a veces tengamos posiciones di­ferentes, con tanta dignidad y eficiencia se ha desempeñado.

Los acuerdos políticos son válidos. Como de­cía el señor senador Nápoli, si nosotros hoy op­tamos por uno de los candidatos que propone el justicialismo, no lo hacemos en desmedro del otro, por quien tenemos el más absoluto de los respetos desde el mismo día en que ocupó está, banca para la que lo eligió la Asamblea Legis­lativa de Santa Fe , y que participó en tantos debates con aportes inteligentes y valiosos para

' e l mejoramiento de los proyectos que aproba­mos.

No hay demérito para nadie, como se decía recién cuando, sin acompañar la postulación del senador Otero 0 se dejaba a salvo e l respeto ha­cia su persona.

Hoy estamos ejerciendo un legítimo derecho y además se está retribuyendo, en términos po­líticos, un apoyo .que también hemos recibido de determinados sectores del Senado; que exis-

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18 CAM AU A DE SENADORES DE LA NACIÓN Reunión 1»

i

te, no lo inventamos ni puede decirse que lo hemos creado de la nada. Hemos recibido el respaldo de un bloque de sonadores que tiene vigencia y autoridades, que concurre a las reu­niones de presidentes de bloque, que a veces coincide y otras discrepa, y que en este caso tiene uua posición similar a la que tenemos no­sotros hacia un senador de nuestra bancada Nos parece lógico, porque ademas merece todo nuestro respeto el señor senador por Catamarca apoyar su postulación, la que hace su bloque "para la Viccpresidencia № del Senado. En los tres años que llevamos después de haber reno­vado autoridades para este cargo no hablamos recibido hasta ahora por parte del justicialismo, ninguna sugerencia de candidatos que nos hu­biera obligado a optar.

De modo que creo que debemos bajar el ni­vel de decibeles de la discusión, sin perjuicio de dejar sentada nuestra posición, y no largar al aire palabras que pudieran ser irreparables, cuando ya en la serenidad o en el bochinche de nuestros despachos leamos el Diario de Se­siones y nosotros mismos nos asustemos de lo que liemos dicho. No queremos que éste sea el caso.

Estamos simplemente ejerciendo una obliga­ción constitucional —daínos autoridades— y un derecho constitucional —votar por quien nos pa­rezca, para que democráticamente, según quien tengn más''votos y la mayoría, esta Cámara pue­da" contar con las mejores autoridades eme se merece.,

Sv. Presidente (Otero). — Tiene señor senador por San Juan

S»\ Bravo. — Señor presidente, señores sena­dores: cu conversaciones previas con represen­tantes de los diferentes bloques nos manifesta­mos dispuestos a conceder a la bancada justicia-lista el número de días qué ellos deseen proponer su candidato.

En este sentido y si es aceptado por los sena­dores justicialistas, el bloque que represento -—Partido Bluquista— es partidario de darles un tiempo prudencial —una semana o lo que se acuerdo en este recinto.

Tanto para mí como para el señor senador Gil, los senadores Saadi y Rúbeo son distingui­dos colegas, pero si se mantiene esa posición nosotros nos abstendríamos de la votación.

Concretamente,, creo que nada ocurriría si el Senado diera un plazo para que los senadores dialoguen y se pongan de acuerdo para".desig­nar un candidato.

-Sv, Presidente (Otero),--.Tiene señor senador por Santa Cruz,

que

la palabra I

para

palabra el

Sr. Molina..—Por una cuestión reglamenta­ria, señor presidente, en el momento de la vota­ción quien habla se "retirará del recinto. Los dos compañeros propuestos por el justicialismo son excelentes hombres, de tal modo que no se va a dejar operar esto por el partido oficialista y crear aquí una interna innecesaria, dejando li­brado a los compañeros que hayan acordado con los bloques nrayoritarios u oficialista esta designación.

Simplemente deseo hacer una reflexión. No es así como el partido oficialista logrará un in­terlocutor válido que nos permita seguir cons­truyendo la democracia, que se nos está, cayendo con este tipo de actitudes.

Repito que eíi el momento de la votación y como no puedo abstenerme por una cuestión re­glamentaria, me retiraré del recinto.

Sr. Presidente (Otero). — Tiene la palabra la . señora senadora, por Santa Fe.

Sra. Gürdulicli de Correa. — En primer ter­mino, deseo solicitar al señor senador Molina que permanezca en el recinto porque creó, qué la votación previa se refiere a la moción formu­lada por el señor senador Bravo con respecto a la espera para que propongamos un candidato: _

En segundo lugar, he solicitado la palabra al escuchar a nuestro distinguido colega, el sena­dor por Entre Ríos, que creo ha puesto luz acer­ca de cómo ha sido la elección de autoridades en el día de la fecha: dejamos de lado los argu- ' xnentos constitucionales y los acuerdos partida­rios para votar determinadas personas que ejer­cerán los distintos cargos. Creo que ésta es la más clara verdad sobre el tema.

Ellos tienen derecho a apoyar a cualquier" candidato para Ja Viccpresidencia P \ pero que no se use aquí el argumento de que esa "Vicc­presidencia 1* siga siendo del Partido Justicia-lista. Creo que el senador por Entre Ríos ha dicho con absoluta claridad que ellos van a pa­gar el voto para la presidencia provisional.

Sr. Lafferrière.— No lie dicho eso. Sra. Gnrdulicb de Correa. — Lo ha dicho con

todas las letras.

Sr. Lafferrière. — No he dicho "pagar". "~Sra. Gurdulich de Correa. — ¿Qué palabra ha usado?

Sr. Lafferrière. — Dije "retribuir". Sra. Gurdulich de Correa.—Bueno, "retri­

buir". En cuanto a los votos para la Presidencia pro­

visional y la Vicepresidencia 1*, eso es absolu­tamente legítimo pero rompe un acuerdo parti­dario, lo que quiero dejar aquí absolutamente en claro.

. • • . . .

fl7 de abril de 1988 - CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN §§|fj 19

Nosotros habíamos pedido que esta sesión no se realizara hasta que este problema quedara resuelto. Lamentablemente, la bancada oficia­lista se ha negado y comprendemos aquí que fue a partir de una decisión que ya tenía to­mada, que no era la que se decía de frente.

Por lo tanto, apoyo la moción de cuarto inter­medio formulada por el señor senador Bravo para conversar acerca de este tema.

Sr. Rodríguez Saá. — Pido la palabra. Sr. Presidente (Otero). — Tengo entendido

que el señor senador... Sr. Rodríguez Saá. — No voy a contestar al­

gunas indirectas, porque no creo que ninguno de los veintiún senadores justicialistas, que no conforman un solo bloque, pueda ser clasificado como justicialista de primera o justicialista de segunda.

Cualquiera de los senadores justicialistas que ocupe la Vicepresidencia 1* hará honor a sus antecedentes de militancia en nuestro gran y glorioso movimiento.

Entiendo que debe resolverse esta cuestión y que un hombre del justicialismo debe ocupar la Vicepresidencia 1*. Los méritos los tienen los dos hombres propuestos, que pertenecen al jus­ticialismo. Lamentablemente nuestros problemas internos siguen siendo una realidad en el Sena­do de la Nación puesto que no componemos un mismo bloque. Debo aclarar que el nuestro ha­l l mucho tiempo que se ha retirado del llama­do proyecto de unificación de los bloques, pero ste es un problema que no viene al caso y que 0 vamos a traer aquí. De cualquier manera, hemos demostrado en

as reuniones de negociación que nuestro plo­me se ha manejado con absoluta autonomía en ste tema. Quiero aclarar que no se habla del artido Justicialista nacional porque tampoco 1 nos ha dado absolutamente ninguna instruc-ión sobre esta cuestión. De tal manera que cualquiera de los dos se­

nadores que obtenga la mayoría en la votación y en consecuencia ocupe la Vicepresidencia 1 ?

con todos sus antecedentes, títulos y honores, conformará nuestras expectativas.

Nosotros, como bloque justicialista constitui­do orgánicamente aquí en el Senado, hemos pro-uesto como candidato al señor senador Ramón aadi y recibimos el apoyo de otros bloques, lo ual agradecemos. Si el señor senador Saadi esultase electo vicepresidente 1?, será un hom-re del justicialismo quien ocupe ese cargo en 1 momento que corresponda. Si quien resultara electo fuese el senador Ru-o, también gozará de nuestro máximo respeto.

En consecuencia, solicito que no se dilate más la cuestión, por lo que hago moción de orden en el sentido de que se pase a votar.

Sr. Sánchez. — Que se agote la lista de ora­dores.

Sr. Murguía. — Señor prefWentc: si estos ar­gumentos se hubiesen planteado y discutido en la reunión de los distintos bloques, la situación sería correcta. Pero esto no sucedió. Los seño­res senadores radicales pidieron la postergación de la reunión pero luego no se realizó ninguna otra. Finalmente, llegaron a un acuerdo desleal para con quienes estuvimos participando en las reuniones; no hubo honestidad en el tratamien­to de este tema.

Por estos motivos, pido que se lleve a cabo lo solicitado por el señor senador Bravo en el sentido de que esta reunión se postergue porque realmente es muy doloroso todo lo que está ocurriendo aquí.

Repito que hubo deslealtad hacia quienes participamos en las reuniones realizadas por los distintos sectores.

Sr. Trilla. — Quiero hacer una aclaración con respecto a lo manifestado por el señor senador Murguía. No deseo entrar de ninguna manera en el terreno de fondo...

Sr. Presidente (Otero). — Hay una moción de orden para cerrar el debate.

Sr. Sánchez. — Que se agote la lista de orado­res.

Sr. Rodríguez Saá. — Hice una moción d^ or­den, señor presidente.

Sr. Presidente (Otero). — La lista de oradores se cerró con el señor senador Sánchez. Por lo tanto, si permito la intervención de otro senador, la lista debería abrirse nuevamente.

Sr. Sánchez. — No. Sra. Gurdulich de Correa. — ¿Cuántos senado­

res figuran en la lista de oradores? Sr. Presidente (Otero). — El señor senador

Sánchez. Sr. Lafferriére. — Que se pase a votación. Sr. Martiarena. — Yo estaba anotado.../ Sr. Presidente (Otero). — No puede estar ano­

tado porque hace veinte segundos que entró al recinto.

Sr. Sánchez. -— Yo había pedido la palabra. Sr. Presidente (Otero). — Sí, señor senador; con

usted cerramos la lista de oradores. Sr. Romero. — Nunca se decidió eso. Sr. Martiarena. —- Cerrar la lista de oradores"

no es reglamentario. Se trata de una concesión que nos hacemos recíprocamente en ciertas cir­cunstancias. No figura en el reglamento para un tema como éste.

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CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN Bennìón 1»

Sr. Presidente (Otero). — La moción de orden no es para que se cierre la lista de oradores sino el debate.

/La moción no es que se cierre la lista de ora­dores. Repito, bay una moción de que se cierre el debate, Generalmente se hace la concesión de que hagan uso de la palabra los señores senado­res que están anotados para ello.

Sr, Rodríguez Saá.—Propongo concretamente que se cierre el debate.

Sr. Presidente (Otero), — Se va a votar la mo­ción de orden propuesta por el señor senador por San Luis,

Sr. Britos. — Que entreguen los bozales.

—La votación resulta afirmativa.

quiero dejar perfectamente establecidas dos cuestiones: primero, el partido justicialista está, organizado y unido; segundo, hay un sólo blo­que justicialista. Ocurre que por algunos pro­blemas internos de hombres —no cuestiones fundamentales— estamos separados.

Sr. Presidente (Otero). — Se va a practicar la votación para la elección de vicepresidente l 9 .

Sr. Martiarena. — Solicito una aclaración. ¿Ha sido votada la moción del señor senador Bravo, que fue apoyada por la señora senadora Gurdulich de Correa?

Sf. Presidente (Otero). — El señor senador por San Juan no hizo ninguna moción. Hizo una proposición.

Sra. Gurdulich de Correa.

Sr. Presidente (Otero). — Ha quedado cerrado el debate.

Tiene la palabra el señor senador por La Rio-ja, que estaba anotado antes de la votación.

Sr. Sánchez. — Es para hacer una aclaración, Aquí ha quedado flotando una disensión inter­

na del justiciálismo que, sin lugar a dudas, va a ser recogida por la prensa.

Aun estando un poco fuera de la cuestión, quiero dejar perfectamente aclarado que en el peronismo existen diversas corrientes internas pe­ro de ninguna manera divisiones, porque se ha organizado con absoluta realidad y claridad me­diante elecciones internas y sus autoridades son la expresión legítima de sus bases.

Desgraciadamente, en la vida de los pueblos y en las, distintas corrientes políticas siempre exis­ten las diferencias que traen como consecuencia el saldo favorable de renovarse, no sólo desde el punte de vista doctrinario para adecuar las fun-damentaciones a las realidades que vive el mun­do sino también en los métodos. -

Aquí se hace referencia a bloques justicialis-tas. Debo reconocer y manifestarlo para el país que nosotros somos grupos; no somos bloques porque el peronismo es uno, es un movimiento nacional y un partido político qué dirime las cuestiones de la República cuando las leyes lo convocan; razón por la cual no hay diferencias ideológicas que nos lleven a formar bloques, más grandes o más chicos.

Desgraciadamente, ésta es una crisis que él peronismo ha ido superando a través del tiem­po pero que aún no ha terminado. Por otra par­te, esto le ha ocurrido a todos los partidos polí­ticos. Por eso, aquí nadie. puede arrogarse el título de bloque justicialista.

De manera tal que con esa aclaración, para evitar la confusión en el país, tanto de nuestros afiliados, como de la ciudadanía en general,

La hice mía y la apoyé.

Sr. Sánchez. — Pero no se trataba de una mo­ción.

Sr. Molina.— Apoyo esa moción y en el su­puesto de que no haya moción, propongo con­cretamente que se postergue esta elección.

Sr. Rodríguez Saá. — Nuestro bloque entien­de la buena voluntad que manifestó el señor se­nador Bravo pero comprende que Ka llegado la hora de que un hombre del justiciálismo ocupe la Vicepresidencia

Por lo tanto, teniendo en cuenta la moción que se ha aprobado, reglamentariamente solici­to que pasemos a la votación.

Sr. Presidente (Otero). — Corresponde pasar a la votación.

Como ha habido dos candidatos, hay que no­minarlos en el momento de emitir el voto.

—Se practica la votación nominal. . —Votan por el señor senador Saadi los

res senadores Aguirre Lanari y Amoeào». seno-

Sra. Gurdulich de Correa. •— ¿Qué estamos vo­tando, señor presidente? jHubo una moción de postergación!

Sr. Presidente (Otero). — Señora senadora: esa discusión quedó cerrada.

Sr. Rodríguez Saá. — La moción de orden lue aprobada. Que continue la votación. ,

—Continúa la votación nominal. —Vota por el señor senador Rúbeo el señor

senador Benítéz. . —Votan por eV señor senador Saadi los sèfio-

• гея senadores BerYiongaray y Brasèsc'o. —Al emitir su voto dice el:

Sr. Bravo. — Me abstengo. Sr. Presidente (Otero). — No puede haber abs­

tención. El reglamento no lo permite.

27 de abril de 1988 CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN 21

Sr. de la Rúa. — Puede retirarse, señor sena­dor.

Sr. Bravo. — Entonces, me retiro. Sr. Gil. — Igualmente me retiro.

—Se retiran del recinto ios señores senadores Bravo y Gil. {Aplausos.) : —Continúa la votación nominal.

—Votan por el señor senador Rúbeo, ios seño­res senadores Bravo Herrera, Britos, Concliez y Gurdulich de Correa.

—Votan por el señor senador Saadi, los seño­res senadores de la Rúa, del Villar, Falsone, Gass, Genoud, Grosso, Jiménez Mantilla, Laffe-rriére, León y Malharro de Torres.

—Al emitir su voto dice el:

Sr. Martiarena. — Aunque no me han dejado hablar, voy a leer la última parte del artículo 121 del reglamento de la Cámara: "No podrá votar­se la moción de cierre del debate mientras al­gún senador desee hacer uso de la palabra,. ,*\

—Varios señores senadores hablan a la vez.

Sr. Martiarena*:— Esa moción fue indebida­mente fundada.

Voy a dejar constancia de que me retiro por­que los radicales no tienen derecho a intervenir en la interna justicialista.

—Se retira del recinto el señor senador Max-- tiarena.

—Continúa la votación nominal. —Votan por el señor senador Saadi, los seño­

res senadores Mauhum y Mazzucco. —Al emitir su voto dice el:

Sr. Molina. — Señor presidente: en virtud de que el presidente del bloque justicialista que propuso para el cargo al senador Saadi hizo una moción de orden a los efectos de que se cerrara el debate...

Sr, Lafferriére. — Se está votando, señor sena­dor. >̂

Sr. Molina.—... .Voy a decir unas pocas pa­labras, a los efectos de que no se haga lugar a la moción de prórroga que yo había propuesto opor­tunamente. Entendiendo, entonces, que no exis­te el mismo deseo en algunos senadores de mi partido, solicito del señor presidente que levante nii pedido de abstención, por lo que voto por el compañero Rúbeo.

—Continua la votación nominal. —Votan por el señor senador Rúbeo, los se­

ñores senadores Murguía, Rivas y Romero.

Votan por el señor senador Saadi, los se­ñores senadores Nápoli, Nieves, Otero, Rodrí­guez Saá y Romero Feris.

—Al emitir su voto dice el:

Sr. Rúbeo. — Señor presidente: solícito permi­so para retirarme.

Se retira del recinto el señor senador Rúbeo.

—Continúa la votación nominal. —Votan por e! señor senador Rúbeo, los se­

ñores senadores Saadi, Sánchez y Tencv, —Votan por el señor senador Saadi, los se­

ñores senadores Salim, Solari Yrigoyen,. Trilla, Velázquez y Vidal.

Sr; Secretario (Macris). — Veintiséis señores se­nadores se manifestaron a favor del señor sena­dor Saadi y doce lo hicieron por el señor sena­dor Rúbeo.

Sr. Presidente (Otero).— En consecuencia, asumirá la Vicepresidencia 1* el señor senador por Catamarca, doctor Ramón Saadi1. (Aplau­sos.)

Corresponde proceder a la elección del* vice­presidente 2 o .

Sr. Solana. — Pido la palabra. Sr. Presidente (Otero). — Tiene la palabra el

señor senador por el Neuquén.

Sr. Solana. — Desde la iniciación de este pe­ríodo en 1983, en que se determinó que la Vice­presidencia 2* iba a corresponder a un senados de los partidos provinciales/se fueron alternan­do los representantes de las distintas provincias en esa función.

Así fue como, en primer término, le corres­pondió' a la provincia de Comentes, después a la de San Juan y, actualmente, por mi interme­dio, a la de Neuquén. He tenido el honor de ejercer hasta este momento ese cargo que, de acuerdo con lo establecido, le corresponde aho­ra a un senador por la provincia de Corrientes.

En cumplimiento de ese acuerdo, propondré al señor senador Romero Feris para el cargo de vicepresidente 2 o .

• Sr. Presidente (Otero). — En consideración la moción formulada por el señor senador por el Neuquén.

Tiene la palabra el señor senador por Río Ne­gro.

Sr. Nápoli. — Nuestro bloque, el de la Unión Cívica Radical, apoyará la postulación del señor senador por Corrientes, doctor Romero Feris, en

Ver el Apéndice,

Page 12: REPÚBLICA ARGENTINA. DIARIOfDE SESIONES

CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN Reunión 1*

¿Víríud c"{- 1° anunciado por el señor senador So­la ría,

Sr. Presidente (Otero). — Tiene la palabra el | señor senador por San Luis.

Sr. Rodríguez Saá. — De la misma manera, el bloque que presido apoyará la proposición de

! que la Viccpresidcncia 2 ? sea asumida por el • señor senador y amigo Romero Feris.

Sr. Presidente (Otero). — Tiene la palabra el ¿•..señor senador por San Juan.

Sr. Bravo. —El bloque del Partido Bloquista votará por el señor/senador Romero Feris para

j e l cargo de vicepresidente 2 o , de acuerdo con

So que se ha establecido, como lo ha expresado ;1 señor senador por Neuquén; y lo haremos

con una gran satisfacción. I Creemos que por sus aptitudes personales, por su dedicación al servicio de las grandes cau­sas de su provincia y del país, realmente hon­rará el cargo.

Con estas pocas palabras adelanto que los I senadores por San Juan votaremos por el señor i /.señor senador Romero Feris.

Sr. Presidente (Otero). — Tiene la palabra el si Mn>r senador por Corrientes.

Sr. Aguirre Lanari. — Señor presidente: en nombre de los partidos Automista y Liberal quiero agradecer la solidaridad prestada por los bloques aquí presentes.

Quiero destacar como gesto remarcable el he­cho de que se haya seguido considerando para la elección del vicepresidente 2 o de la Cámara a quienes representamos a tres provincias que, muy frecuentemente, actuamos en forma combi­nada porque defendemos legítimos intereses fe­derales, que son mayoritarios en nuestros res­pectivos distritos.

Quiero señalar, al mismo tiempo, que los dis­tintos representantes de los bloques provinciales que han ejercido la Vicepresidencia 2* lo han hecho con gran honor, alta eficiencia y elevado respeto.

Estoy seguro de que mi colega representante de la provincia de Corrientes, el senador Romero Feris, hará honor a la confianza que los integran­tes de los bloques provinciales Je hemos confe­rido.

Sr. Presidente (Otero). — Como hay un solo candidato, la Presidencia pone a consideración del Cuerpo si corresponde efectuar votación no­minal.

Sr. Rodríguez Saá. — Que se voté.

Sr. Brasesco. — Hay que votar ncminalmente.

Sr. Trilla.-—Que se vote nominalmente para evitar confusiones.

Sr. Brasesco. — Quien no lo apoye, votará por la negativa.

Sr. Presidente (Otero). —Se va a realizar la votación nominal.

—Se practica la votación nominal. —Votan por el señor senador Romero Feris,

ios señores senadores Aguirre Lanari, Amoedo, Berhongaray, Brasesco, Bravo, de la Rúa, del Villar, Falsone, Gass, Genoud, Gil, Grosso, Ji«'. znénez Montilla, Lafferriére, León, Malharro de Torres, Mauhum, Mazzucco, NApoli, Nieves, Otero, Rodríguez Saá, Saadi, Salim, Sapag, So­lana y Solari Yrigoyen.

—AI emitir su voto dice el:

Sr. Trilla. — Voto por el doctor Saadi, Perdónt quise decir por el doctor Romero Feris. (Risos.)

Sr. Brasesco. — De chiquito, ya era partidario del doctor Saadi.

Sr. Rodríguez Saá. — Nosotros no queremos acumular tanto poder.

» —Continúa la votación nominal. •—Votan por el señor senador Romero Feris,

los señores senadores Volázquez y Vidal. —Vota por el señor senador Aguirre Lanari,

el señor senador Romero Feris.

Sr. Presidente (Otero). —Ha resultado electo por 30 votos a favor contra 1 el señor sena­dor Romero Feris para -el cargo de vicepresi­dente 2 o de la Cámara \ (Aplausos.)

Sr. Brasesco. — Señor presidente: solicito que se deje constancia de quiénes son los que están ausentes por haberse retirado del recinto cuando la sesión no había terminado.

Sr. Presidente (Otero). — Quedará constancia, señor senador. • Tiene la palabra el señor senador por Co­

rrientes.

Sr. Romero Feris. — Señor presidente: deseo agradecer profundamente esta distinción de que he sido objeto al ser designado vicepresidente 2° de esta Honorable Cámara. Agradezco a los bloques provinciales y a todos los señores sena­dores que han votado para que fuera asi.

Quiero comprometer.mi esfuerzo y mi dedica­ción a servir con lealtad y patriotismo los altos intereses de este Honorable Senado.

De está forma dejo expresado mi profundo reconocimiento a todos los señores senadores.

1 Ver el Apéndice. I i

27 de abril de 1088 CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN

4

JURAMENTO DE AUTORIDADES ELECTAS

Sr. Presidente (Otero). — Como han quedado proclamadas las autoridades de la casa, deben jurar los vicepresidentes I o y 2 o .

Invito a los señores senadores Saadi y Rome­ro Feris a prestar el juramento de práctica y al público presente, a ponerse de pie...

—Puestos de pie los señores senadores y el público:

Sr. Presidente (Otero). — Señor senador Saadi: ¿Juráis a la Patria, por Dios y estos Santos Evangelios, desempeñar debidamente el cargo de vicepresidente l 9 del Honorable Senado de la Nación que él os ha confiado y obrar en todo \

de conformidad con lo que prescribe la Constitu­ción Nacional?

Sr. Saadi. — Sí, juro. (Aplausos.) Sr. Presidente (Otero). — Señor senador Ho­

mero Feris: ¿Juráis a Ja Patria, por Dios y estos Santos Evangelios, desempeñar debidamente el cargo de vicepresidente 2 o del Honorable Se­nado de la Nación que él os ha confiado y obrar en todo de conformidad con lo que prescribe la Constitución Nacional?

Sr, Romero Feris.— Sí, juro. (Aplausos.) Sr. Presidente (Otero). — No habiendo más

asuntos que tratar, queda levantada la sesión preparatoria.

—Son las 13 y 58.

Mario A. B a l l e s t e o . Director clol Cuerpo de Taquígrafos.

APÉNDICE

SANCIONES DEL HONORABLE SENADO

Días y hora de sesión

E7 Senado de la Nación

RESUELVE:

Fijar los días miércoles y jueves a las 17, como días i hora de sesión de la Honorable Cámara, para el pe-íodo ordinario de sesiones. I

Designación de autoridades

El Senado de Ja Nación RESUELVE:

Articulo le —- Designar presidente provisional al sé-flor senador por la provincia de Buenos Aires, don Edfc son Otero; vicepresidente 1° al señor senador por I¡t provincia de Catamarea, don Ramón E. Saadi, y rice» presidente 2° al señor senador por la provincia de Cu? rrientes, don José A. Romero Feris,

Are, 2* — Comuniqúese.