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Reseña sobre uno de los ultimos libros escritos por Carlos Monsivais
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MONSIVAÍS, Carlos, Las herencias ocultas de la Reforma liberal del siglo XIX,
México, Debolsillo, 2008, pp. 406.
Sobre la Reforma liberal del siglo XIX se ha escrito una gran cantidad de libros,
unos años antes de fallecer el cronista Carlos Monsiváis, quien cuenta con
decenas de publicaciones sobre diversos temas políticos, también evoco su
talento en la tarea de colocar su grano de arena en la interminable cantidad de
obras que refieren a la temporalidad, lo cual nos refleja la gran importancia que
esta tiene en la formación de la nación mexicana.
Monsiváis fue férreo defensor de las causas de izquierda y crítico del Partido
Revolucionario Institucional, lo cual se corrobora en Las herencias ocultas…, ya
que en general realiza una crítica al uso selectivo que se le ha dado a la historia
de la Reforma por parte de los políticos que dirigen el país, dejando de fuera
personajes claves que influyeron directamente en la formación de una identidad
nacional mexicana, cosa que previamente no existía en el naciente Estado
posindependiente.
En esta nueva edición agrega algunos capítulos más a su obra, que originalmente
fue impresa en el año 2000 por el Instituto de Estudios Educativos y Sindicales de
América, obteniendo por esta obra el premio de ensayo Anagrama, en el mismo
año.
A través de crónicas históricas de figuras clave de la época de la Reforma, tales
como Benito Juárez, Juan Bautista Morales, Guillermo Prieto, Ignacio Ramírez,
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Ignacio Manuel Altamirano, Manuel Payno y Vicente Riva Palacio, Monsiváis
intenta mostrar los huecos que ha dejado la historia oficialista que imperó durante
el régimen priista y como han sido rellenados de simplismos y construcciones que
ocultan a la sociedad mexicana las raíces de las que provienen las problemáticas
existentes en la actualidad. Aunque bien, él mismo señala que faltaron otras
figuras tales como José Joaquín Fernández de Lizardi o José María Luis Mora, las
primeras señaladas considera son suficientes para el fin didáctico de su obra. La
obra se estructura en 10 apartados, distribuidos a lo largo de la obra, en los que va
describiendo el contexto de México y la vida y obra de cada autor, junto con los
aportes que hicieron para la victoria del grupo liberal y la realización de la
Reforma.
A manera de introducción general, expone como los liberales necesitaron hacer
uso de la política, educación, literatura, armas, leyes, oratoria y periodismo, para
inculcar el anhelado amor a la Patria entre la sociedad y llevarla por el camino
escogido por ellos para llegar al progreso y la modernidad, para así lograr alcanzar
el modelo europeo, ya que el Hombre Nuevo, el ciudadano, era algo parecido a
una “invocación literaria”1.
En el apartado titulado Benito Juárez: Informe sobre la conveniencia de una serie
televisiva, expone la memoria del Benemérito de las Américas a manera de un
concurso que busca una figura histórica, para protagonizar al héroe una serie
1 MONSIVAÍS, Carlos, Las herencias ocultas de la Reforma liberal del siglo XIX, México, Debolsillo,
2008, p.15
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televisiva policiaca. Los interlocutores son el defensor, el fiscal y el asesor
histórico, los cuales hablaran en contra o a favor del aludido, el fiscal representa el
lado conservador que desprecia la figura de Juárez, y tanto el defensor como el
historiador son la contraparte, retoman el discurso que engrandece la figura del
jurista, de una manera un tanto cómica y amena.
Juan Bautista Morales fue otro de los jueces que ocuparon el cargo de Presidente
de la Suprema Corte de Justicia en 1850 y lucho contra Antonio López de Santa
Anna con tinta y papel detrás de un escritorio. Este periodista, es descrito como un
católico y férreo defensor de la ideología liberal, abogaba por la separación en la
relación Iglesia-Estado, por lo cual se ganó la antipatía de la Iglesia, pero su
retórica y persuasión eran tan buenas que convenció a mucha gente de las
ventajas y lo correcto respecto a esta acción de laicidad estatal, ni siquiera en su
lecho de muerte se retractó de su actuar.
Guillermo Prieto es otra pieza clave que rescata, ya que de su pluma surgieron
representaciones heroicas y populares que contribuyeron a formar el imaginario
colectivo de la sociedad en lo que refiere a la nación. Con Prieto, Monsiváis resalta
lo precario de la situación económica en que se encontraba el país, su oposición a
Santa Anna y la contribución política que este personaje género en la parte legal,
ya que laboro en el Congreso Constituyente hasta su muerte en 1987.
Ignacio Ramírez, de padres indígenas, fue apodado el Nigromante y es otro de
los impulsores de la Reforma liberal, al que rescata Monsiváis en su obra. Al igual
que Guillermo Prieto, Ramírez fue un hombre de letras y político, de los más
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jóvenes del movimiento liberal. Defendió la libertad de culto y la libertad de
conciencia, cosa que no agradó mucho a la Iglesia. Fue secretario de Guerra y
Hacienda, cuando los norteamericanos invadieron el territorio nacional, participó
en la batalla de Padierna. Al igual que los demás liberales, desprecia a Santa
Anna. Y quizá debido a sus raíces, alienta a los indios a una revolución armada
para cambiar sus condiciones de vida. En un principio no soporta a Benito Juárez,
pero con la intervención francesa, eso cambia y modera su crítica hacia él, pero
sin suspenderla. Al igual que Prieto, concluye sus días en el Congreso
Constituyente.
Lo que resalta de Guillermo Prieto es el discurso que maneja en lo referente a los
grupos indígenas, ya que para Prieto el exaltar las raíces mexicanas que incluían
tan solo a “aztecas”, chichimecas, olmecas y mayas significaba repetir el discurso
español2, porque mutilaba la diversidad cultural en la sociedad prehispánica, pese
a lo reciente y escazas de dichas investigaciones en el siglo XIX, no negaba la
existencia del grueso de la población indígena que no descendía de estos grandes
grupos.
Ignacio Manuel Altamirano fue un distinguido escritor que también contribuyo a la
creación de una identidad nacional, a través de sus escritos costumbristas
exaltaba las virtudes que se necesitaban de los ciudadanos, como en el caso de
Clemencia, novela en la que destaca la rivalidad entre el ejército francés y el
mexicano, a través de la vida amorosa de dos soldados, ligando así también los
defectos no deseados en la sociedad a los traidores, sin escrúpulos franceses. 2 MONSIVAÍS, Carlos, Las herencias ocultas de la Reforma liberal del siglo XIX, México, Debolsillo, 2008, p.145.
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Monsiváis rescata la faceta patriótica en Altamirano, quien envolvía con la fluidez
de sus letras y educaba con las mismas.
En penúltimo lugar viene el escritor, profesor, diputado, senador, presidente del
Senado y cónsul de Santander, Manuel Payno. Su obra más conocida es Los
bandidos de Río Frío, la cual engloba a diversos actores de la sociedad mexicana,
desde bandidos hasta familias prominentes. Al igual que Altamirano en sus obras,
forma juicios moralistas, es decir, la imagen del bandido es ligada a las facetas
negativas del hombre, por el contrario se exaltan las virtudes deseables en los
mexicanos, ya que para los novelistas del siglo XIX lo más doloroso es la
ignorancia de las virtudes auténticas3.
En último lugar pero no por ello de menor importancia está el jurista y político
Vicente Riva Palacio. Participó en la defensa contra la intervención francesa al
mando del general Ignacio Zaragoza. También ocupó el lugar de presidente
temporal de la Suprema Corte de Justicia. Sus cargos políticos y su actividad
militar lo llevaron a darse cuenta de la importancia que pesaba sobre el hecho de
homogeneizar un pasado mexicano en común, que cohesionara a la sociedad
mexicana en torno a una identidad nacional propia, la cual los protegería
ideológicamente de las intervenciones extranjeras. Por ello puso todo su esfuerzo
en la realización de su obra más conocida, México a través de los siglos, pese a
que la obra de su autoría es únicamente el tomo dos sobre la época del Virreinato,
fue él quien coordino el trabajo de los autores para los cuatro tomos restantes.
3 MONSIVAÍS, Carlos, Las herencias ocultas de la Reforma liberal del siglo XIX, México, Debolsillo, 2008, p. 319.
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La importancia de Vicente Riva Palacio reside principalmente, en que él fue el
principal formador de la visión posterior que se tuvo sobre el virreinato, por ello,
también fue autor de la novela Monja y casada, virgen y mártir, que se desarrolla
en la misma temporalidad.
La obra de Monsiváis, aporta una bocanada de aire fresco en el mar de
información sobre la Reforma liberal la cual por lo general solo está dedicada a los
lectores especializados y no logra llegar al ciudadano que no es profesional en
ciencias sociales, ya que su estilo es ameno, didáctico y entendible, es un libro
sencillo gracias al sinfín de citas de las fuentes primarias que hace uso.
Por supuesto que no todo es miel sobre hojuelas, ya que Monsiváis hace en
algunas partes eco de la historia oficialista que busca culpables y villanos,
responsables de los males sociales, uno de los citados es Antonio López de Santa
Anna, el autor no alcanza a distinguir las razones que llevan a dicho caudillo a
ocupar en diversa ocasiones la presidencia de México y lo dibuja como alguien
perverso, obsesionado con el poder, oportunista, mal estratega y pésimo político.
Olvida como a Santa Anna lo buscaban tanto liberales como conservadores para
auxiliarles a cohesionar al naciente y frágil Estado mexicano, y así poder
defenderse ante el intervencionismo francés y estadounidense que sucedieron a lo
largo del siglo XIX, que los actores sociales de ese tiempo actuaron conforme lo
ameritaba la situación, persiguiendo el principal objetivo, el tener una nación a la
cual defender y no perder su autonomía ante otro Estado más fuerte.
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De la misma forma crítica la figura de Porfirio Díaz, subrayando las condiciones
infrahumanas en las que vivían los indios en algunas haciendas del territorio
mexicano, generalizando el mal a la totalidad de la extensión territorial y poniendo
por verdad que todos los indios eran pobres y explotados.
En tanto lo referente a Juárez, se inclina por repetir el discurso que lo retoma
como la figura engendradora de la modernidad y el Estado laico, usando el
constructo a posteriori, de que un solo hombre puede tener tanto poder como para
imponerse sobre toda una sociedad y no así más bien, que una parte de la
sociedad estuviera preparada y predispuesta a apoyar esta corriente liberal, que
más bien fue un hombre brillante, hijo de su contexto y tiempo.
Esta es una obra de historia política, politizada, ya que en ocasiones peca de
repetir los males que crítica, pero no por eso deja de ser una buena aportación a
las estanterías de divulgación de la historia, para poder conocer una parte de la
historia que formo la nación que tenemos en la actualidad, con sus aciertos y sus
problemas.