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Poder Judicial de la Nación Poder Judicial de la Nación Poder Judicial de la Nación Poder Judicial de la Nación 1 ///nos Aires, 14 de marzo de 2011.- AUTOS Y VISTOS Para resolver en la presente causa número 17.534/08 caratulada “RADICE JORGE CARLOS y otros. s/ delito de acción pública; damnificada: HAGELIN DAGMAR” que tramita por ante este Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal n° 12, Secretaría n° 23, y respecto de la situación procesal de RICARDO MIGUEL CAVALLO, con D.N.I. 10.225.159, de nacionalidad argentino, nacido el 29 de septiembre de 1951 en Buenos Aires, de estado civil viudo, hijo de Oscar Antonio y de Irene Decía, de profesión capitán de corbeta retirado de la Armada Argentina, actualmente detenido en el C.P.F. N° II Marcos Paz con domicilio constituido en el estudio de su abogado defensor, Dr. Alfredo A. A. Solari , sito en Av. Córdoba 1417 7° A de esta ciudad; EUGENIO BAUTISTA VILARDO, con D.N.I. 4.251.385, de nacionalidad argentino, nacido el 13 de julio de 1937 en Capital Federal, de estado civil casado, hijo de Carmelo y de Filomena Alo, de profesión oficial de marina retirado con el cargo de Capitán de navío de Infantería de Marina, cumpliendo detención domiciliaria en la finca sita en la calle Marconi 721, Olivos, Provincia de Buenos Aires; con domicilio constituido en el estudio de su abogado defensor, Dr. Sebastián Olmedo Barrios, sito en Av. Córdoba 1417 7° A de esta ciudad; HUGO ENRIQUE DAMARIO, con D.N.I. 4.638.267, de nacionalidad argentino, nacido el 25 de diciembre de 1944 en la Ciudad de Buenos Aires, de estado civil casado, hijo de Sabino Juan (f) y de Julia Lamas González, de profesión capitán de navío retirado de la Armada Argentina, con domicilio constituido en el estudio de su abogado defensor, Dr. Sebastián Olmedo Barrios, sito en Av. Córdoba 1417 7° A de esta ciudad, CARLOS EDUARDO DAVIOU, con L.E. 5.222.021, de nacionalidad argentino, nacido el 3 de octubre de 1947en Santiago del Estero, de estado civil casado, hijo de Francisco y de Herminia Mabel Yañez, de profesión Capitán de Navío retirado de la Armada Argentina, detenido en la Unidad 34 del Servicio Penitenciario Federal, con domicilio constituido en el estudio de sus abogados defensores, Dres. Guillermo Fanego y

Resolución completa: elevan a juicio oral la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

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///nos Aires, 14 de marzo de 2011.-

AUTOS Y VISTOS

Para resolver en la presente causa número 17.534/08 caratulada

“RADICE JORGE CARLOS y otros. s/ delito de acción pública;

damnificada: HAGELIN DAGMAR” que tramita por ante este Juzgado

Nacional en lo Criminal y Correccional Federal n° 12, Secretaría n° 23, y respecto

de la situación procesal de RICARDO MIGUEL CAVALLO , con D.N.I.

10.225.159, de nacionalidad argentino, nacido el 29 de septiembre de 1951 en

Buenos Aires, de estado civil viudo, hijo de Oscar Antonio y de Irene Decía, de

profesión capitán de corbeta retirado de la Armada Argentina, actualmente

detenido en el C.P.F. N° II Marcos Paz con domicilio constituido en el estudio de

su abogado defensor, Dr. Alfredo A. A. Solari , sito en Av. Córdoba 1417 7° A de

esta ciudad; EUGENIO BAUTISTA VILARDO , con D.N.I. 4.251.385, de

nacionalidad argentino, nacido el 13 de julio de 1937 en Capital Federal, de estado

civil casado, hijo de Carmelo y de Filomena Alo, de profesión oficial de marina

retirado con el cargo de Capitán de navío de Infantería de Marina, cumpliendo

detención domiciliaria en la finca sita en la calle Marconi 721, Olivos, Provincia

de Buenos Aires; con domicilio constituido en el estudio de su abogado defensor,

Dr. Sebastián Olmedo Barrios, sito en Av. Córdoba 1417 7° A de esta ciudad;

HUGO ENRIQUE DAMARIO, con D.N.I. 4.638.267, de nacionalidad

argentino, nacido el 25 de diciembre de 1944 en la Ciudad de Buenos Aires, de

estado civil casado, hijo de Sabino Juan (f) y de Julia Lamas González, de

profesión capitán de navío retirado de la Armada Argentina, con domicilio

constituido en el estudio de su abogado defensor, Dr. Sebastián Olmedo Barrios,

sito en Av. Córdoba 1417 7° A de esta ciudad, CARLOS EDUARDO DAVIOU,

con L.E. 5.222.021, de nacionalidad argentino, nacido el 3 de octubre de 1947en

Santiago del Estero, de estado civil casado, hijo de Francisco y de Herminia

Mabel Yañez, de profesión Capitán de Navío retirado de la Armada Argentina,

detenido en la Unidad 34 del Servicio Penitenciario Federal, con domicilio

constituido en el estudio de sus abogados defensores, Dres. Guillermo Fanego y

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Jorge Luis Campobassi sito en Corrientes 1450, piso 4°, depto B de esta ciudad;

JUAN CARLOS FOTEA, con D.N.I. 6.820.046, de nacionalidad argentino,

nacido el 13 de octubre de 1950 en Junin, Provincia de Buenos Aires, de estado

civil viudo, hijo de Domingo Fotea (f) y de María Angélica Dimieri, de profesión

comerciante, actualmente detenido en el C.P.F. N° II de Marcos Paz, con

domicilio constituido en la sede de la Defensoría Oficial, Paraguay 1855 de esta

Ciudad, ejerciendo su defensa los Dres. Nicolás Toselli, Rodrigo Demian López

Gastón y Gabriela Maceda; MIGUEL ANGEL GARCIA VELASCO, con L.E.

4.555.752, de nacionalidad argentino, nacido el 10 de noviembre de 1946 en

Ramos Mejía, Provincia de Buenos Aires, de estado civil casado, hijo de Pablo (f)

y Hortensia, de profesión Teniente de Navío retirado de la Armada Argentina,

detenido en el Complejo Penitenciario Federal N° 1 de Ezeiza, con domicilio

constituido en el estudio de su abogado defensor, Dr. Raúl Álvaro Landini sito en

Viamonte 1336, piso 3°, “21”; RICARDO JORGE LYNCH JONES , con C.I.

5.161.378, de nacionalidad argentino, nacido el 15 de mayo de 1936 en la Ciudad

de La Plata, Provincia de Buenos Aires, de estado civil casado, hijo de Federico

Higinio Lynch y Lilia María Jones, de profesión Capitán de Fragata retirado de la

Armada Argentina, domiciliado en la calle Juncal n° 2641, piso 5° “B” de esta

ciudad, con domicilio constituido en el estudio de sus abogados defensores, Dres.

Hector Carlos Mercau y Marcelo Augusto Adamoli, sito en Uruguay 705 5° C y D

de esta ciudad; PABLO EDUARDO GARCIA VELASCO, con D.N.I.

4.555.728, de nacionalidad argentino, nacido el 10 de noviembre de 1946 en

Ramos Mejía, Provincia de Buenos Aires, de estado civil soltero, hijo de Pablo

García y de Hortensia Velasco, de profesión capitán de corbeta retirado de la

Armada Argentina, actualmente detenido en el Complejo Penitenciario Federal N°

2 de Marcos Paz, con domicilio constituido en el estudio de su abogado defensor,

Dr. Alfredo A. A. Solari, sito en Av. Córdoba 1417 7° A de esta Ciudad;

CARLOS GUILLERMO SUAREZ MASON con D.N.I. 7.827.809, de

nacionalidad argentina, nacido el 20 de agosto de 1949, en Capital Federal, de

estado civil casado, hijo de Carlos Guillermo Suarez Mason y de Noemí Angélica

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Alais, de profesión capitán de navío retirado de la Armada Argentina, actualmente

detenido en el Complejo Penitenciario Federal N° 1 de Ezeiza, con domicilio

constituido en el estudio de sus abogados defensores, Dres. Guillermo Fanego y

Jorge Campobassi, sito en Corrientes 1450, piso 4°, depto B de esta ciudad;

ROBERTO PEREZ FROIO, con D.N.I. 5.139.902, de nacionalidad argentino,

nacido el 17 de marzo de 1932 en la Ciudad de Tucumán, de estado civil casado,

hijo de Roberto Pérez De Nucci y Filomena Froio, de profesión Capitán de Navío

retirado de la Armada Argentina, actualmente detenido en su domicilio sito en Av.

Presidente Perón y Alcorta, lote 212, Pilar, Provincia de Buenos Aires, con

domicilio constituido en el estudio de sus abogados defensores, Dr. Sergio

Bianchi y Marcelo A. Riguera sito en Esmeralda 155 8° piso of. 41 de esta

Ciudad; ERNESTO FRIMON WEBER, con L.E. 4.068.120, de nacionalidad

argentino, nacido el 22 de julio de 1931, de estado civil casado, hijo de Ernesto y

de María Micaela Vichi, de profesión comisario retirado de la Policía Federal

Argentina, actualmente cumpliendo detención domiciliaria en la calle Virgilio

1245 de esta Ciudad, con domicilio constituido en la sede de la Defensoría

Oficial, sita en Paraguay 1855 1° piso, ejerciendo su defensa los Dres. Nicolás

Toselli, Rodrigo Demian López Gastón y Gabriela Maceda; ANTONIO VAÑEK,

con C.I. 2.659.355, de nacionalidad argentino, nacido el 9 de agosto de 1924 en

Capital Federal, de estado civil casado, hijo de Antonio y de Ana Bachanova, de

profesión Vicealmirante retirado de la Armada Argentina actualmente cumpliendo

detención domiciliaria en Sucre 2050 4° A de esta Ciudad con domicilio

constituido en el estudio de su abogado defensor, Dr. Fernando Goldaracena, sito

en Tucumán 1438 6° piso escritorio 602 de esta Ciudad; JULIO ANTONIO

TORTI, con D.N.I. 4.212.299, de nacionalidad argentino, nacido el 14 de enero

de 1924, en la Ciudad de Buenos Aires, de estado civil casado, hijo de Juan y Julia

Hope, de profesión Vicealmirante Retirado de la Armada Argentina, actualmente

cumpliendo detención domiciliaria en la calle Padre Acevedo 3965, Boulogne,

Partido de San Isidro, Provincia de Buenos Aires, con domicilio constituido en el

estudio de su abogado defensor, Dr. Raúl Alvaro Landini, sito en Viamonte 1336

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3° 21 de esta Ciudad; ROGELIO JOSE MARTINEZ PIZARRO , con L.E.

8.000.357, de nacionalidad argentino, nacido el 23 de abril de 1948 en la Ciudad

de Córdoba, de estado civil casado, hijo de Horacio Martínez y de María Pizarro,

de profesión Capitán de Fragata, médico de la Armada (en actividad), actualmente

detenido en el C.P.F. N° 2 de Marcos Paz, con domicilio constituido en el estudio

de su abogado defensor, Dr. Alfredo A. A. Solari, sito en Av. Córdoba 1417 7° A

de esta Ciudad; ANTONIO PERNIAS, con D.N.I. 8.351.107, de nacionalidad

argentina, nacido el 17 de diciembre de 1946, en la Ciudad de Córdoba de estado

civil casado de hijo de Salvador y de Magda Elena Basterreix de profesión capitán

de corbeta retirado, actualmente detenido en el Complejo Penitenciario Federal N°

1 de Ezeiza, constituyendo domicilio conjuntamente con su abogado defensor, Dr.

Gustavo Kollmann en sede de la Defensoría Oficial, sita en Comodoro Py 2002 5°

piso de esta Ciudad; JULIO CESAR CORONEL, con L.E. n° 4.851.005, de

nacionalidad argentina, nacido el 7 de marzo de 1936, de estado civil casado, hijo

de Guillermo Coronel Paz y de Asunta Calamandrei, de profesión Oficial Retirado

del Ejercito Argentino, actualmente detenido en el domicilio de la calle Vidala y

Chacarera, establecimiento “La Maga” del Barrio M. Burica, localidad Capilla del

Señor, partido de Exaltación de la Cruz, provincia de Buenos Aires constituyendo

domicilio conjuntamente con su abogado defensor, Dr. Guillermo Felipe Coronel

en Av. Leandro N. Alem 424 1° 104 de esta Ciudad; CARLOS ORLANDO

GENEROSO, con C.I. 5.125.205, de nacionalidad argentino, nacido el 9 de

marzo de 1942 en Capital Federal, de estado civil casado, hijo de Orlando Carlos

y de Lucía Clara Campagno, de profesión ex suboficial del S.P.F. actualmente

cumpliendo detención domiciliaria en su domicilio sito en la calle Pasaje El zorzal

6930 de esta ciudad, constituyendo domicilio conjuntamente con sus abogados

defensores, Dres. Nicolás Toselli, Rodrigo Demian López Gastón y Gabriela

Maceda en sede de la Defensoría Oficial, sita en Paraguay 1855 1° de esta Ciudad;

VICTOR FRANCISCO CARDO ,con L.E. 8.354.845, de nacionalidad

argentino, nacido el 2 de febrero de 1948 en Obispo Trejo, Provincia de Córdoba,

de estado civil casado, hijo de Francisco y de Rosa Ignacia Gaido, de profesión

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suboficial mayor retirado de la Armada Argentina, actualmente detenido en el

C.P.F N° 1 de Ezeiza, constituyendo domicilio conjuntamente con sus abogados

defensores, Dres. Nicolás Toselli, Rodrigo Demian López Gastón y Gabriela

Maceda en sede de la Defensoría Oficial, sita en Paraguay 1855 1° de esta Ciudad;

OSCAR ANTONIO MONTES, con C.I. 2.010.981 y con D.N.I. 4.213.485, de

nacionalidad argentino, nacido el 17 marzo de 1924 en Capital Federal, de estado

civil viudo, hijo de Florentino y de Estela Curtiss, de profesión Vicealmirante

retirado de la Armada, actualmente detenido en su domicilio sito en Las Heras

1588, localidad de Martínez, Provincia de Buenos Aires, constituyendo domicilio

conjuntamente con su abogado defensor, Dr. Casabal Elía en Uruguay 634 7° N

de esta Ciudad; PEDRO ANTONIO SANTAMARIA, con D.N.I. n° 4.771.822,

de nacionalidad argentina, nacido el 18 de agosto de 1926, en la ciudad de

Remedios de Escalada, provincia de Buenos Aires, de estado civil casado, hijo de

Enrique y de Catalina María Bartellini, de profesión Vicealmirante Retirado de la

Armada Argentina, actualmente detenido en el domicilio de la calle Soldado de la

Independencia 1045, piso 12° “A” de esta Ciudad, constituyendo domicilio

conjuntamente con su abogado defensor, Dr. Roberto Nicolás Giletta, en Cerrito

520 8° G y H de esta Ciudad; JORGE CARLOS RADICE, con D.N.I.

nro.8.659.467, de nacionalidad argentina, nacido el 4 de noviembre de 1951, en

Capital Federal, de estado civil soltero, hijo de Augusto Carlos y de Filomena

Celestina Barbiero, de profesión oficial Retirado de la Armada Argentina con el

grado de Teniente de Fragata, actualmente detenido en el Complejo Penitenciario

Federal N° II de Marcos Paz, constituyendo domicilio conjuntamente con sus

abogados defensores, Dres. Nicolás Toselli, Rodrigo Demian López Gastón y

Gabriela Maceda en sede de la Defensoría Oficial, sita en Paraguay 1855 1° de

esta Ciudad; FRANCISCO LUCIO RIOJA, con D.N.I. n° 4.423.104, de

nacionalidad argentina, nacido el 13 de diciembre de 1943, en la ciudad de

Buenos Aires, de estado civil divorciado, hijo de Ricardo Celestino (f) y de Marta

Facio (f), de profesión Capitán de Navío Retirado de la Armada Argentina,

actualmente detenido en el domicilio de la calle Charcas 3696, piso 4° “A” de esta

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ciudad, constituyendo domicilio conjuntamente con su abogado defensor, Dr.

Roberto Nicolás Giletta, en Cerrito 520 8° G y H de esta Ciudad; MANUEL

JACINTO GARCIA con L.E. nro 4.457.395 y C.I. 2.166.678, de nacionalidad

argentino, nacido el 22 de septiembre de 1924, en Lincoln, Provincia de Buenos

Aires, de estado civil casado, hijo de Manuel García y de Luisa Tallada, de

profesión contraalmirante retirado de la Armada Argentina, actualmente detenido

en su domicilio sito en Pacheco 271, localidad de Martínez, Provincia de Buenos

Aires, constituyendo domicilio conjuntamente con sus abogados defensores, Dres.

Nicolás Toselli, Rodrigo Demian López Gastón y Gabriela Maceda en sede de la

Defensoría Oficial, sita en Paraguay 1855 1° de esta Ciudad; RAUL JORGE

GONZÁLEZ con, D.N.I. 5.121.456, de nacionalidad argentino, nacido el 16 de

febrero de 1929 en Huinca, Renancó, Provincia de Córdoba, de estado civil

casado, hijo de Toribio y de Carmen Domínguez, contraalmirante retirado de la

Armada Argentina, actualmente detenido en su domicilio sito en Av. Libertador

4854 9° C de esta Ciudad, constituyendo domicilio conjuntamente con sus

abogados defensores, Dres. Nicolás Toselli, Rodrigo Demian López Gastón y

Gabriela Maceda en sede de la Defensoría Oficial, sita en Paraguay 1855 1° de

esta Ciudad; ALFREDO IGNACIO ASTIZ, lo que acredita con D.N.I. nro

10.225.161, de nacionalidad argentina, nacido el 8 de noviembre de 1951 en la

ciudad de Mar del Plata, hijo de Alfredo Bernardo (F) y de María Elena Vásquez,

de estado civil soltero, de profesión Capitán de Fragata (re) de la Armada

Argentina, actualmente detenido en el Complejo Penitenciario Federal N° II de

Marcos Paz, constituyendo domicilio conjuntamente con su abogado defensor, Dr.

Juan María Aberg Cobo, en Paseo Colón 470 1° “B” de esta Ciudad; JORGE

EDUARDO ACOSTA , con D.N.I. 5.190.338, de nacionalidad argentino, nacido

el 27 de mayo de 1941, de estado civil casado, hijo de Jorge Eduardo y de María

Rosalba Villani, de profesión capitán de fragata retirado de la Armada Argentina,

actualmente detenido en el C.P.F. N° 1 de Ezeiza, constituyendo domicilio

conjuntamente con sus abogados defensores, Dres. Nicolás Toselli, Rodrigo

Demian López Gastón y Gabriela Maceda en sede de la Defensoría Oficial, sita en

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Paraguay 1855 1° de esta Ciudad; ORLANDO GONZÁLEZ, lo que acredita con

D.N.I. n° 8.248.709, de nacionalidad argentina, nacido el 10 de noviembre de

1945 en Esquel, provincia de Chubut, de estado civil casado, hijo de Fabriciano y

de Celia Acuña, de profesión Suboficial Principal Retirado de la Armada

Argentina, actualmente alojado en el C.P.F. N° 2 Marcos Paz, constituyendo

domicilio conjuntamente con sus abogados defensores, Dres. Nicolás Toselli,

Rodrigo Demian López Gastón y Gabriela Maceda en sede de la Defensoría

Oficial, sita en Paraguay 1855 1° de esta Ciudad; ALBERTO EDUARDO

GONZÁLEZ , con L.E. 8.333.649, de nacionalidad argentina, nacido el 26 de

octubre de 1950 en Capital Federal, de estado civil divorciado, hijo de Francisco

Alberto y de Inés Edith Di Lorenzo, de profesión Capitán de Corbeta retirado de

la Armada Argentina, actualmente detenido en el Complejo Penitenciario Federal

N° 2 de Marcos Paz, constituyendo domicilio conjuntamente con su abogado

defensor, Dr. Alfredo A. A. Solari, en Av. Córdoba 1417 7° A de esta Ciudad;

NÉSTOR OMAR SAVIO, con L.E. n° 4.547.881, de nacionalidad argentina,

nacido el 16 de abril de 1946, en la ciudad de Buenos Aires, de estado civil

casado, hijo de Carlos y de Yolanda Damonte, de profesión Capitán de Fragata

Retirado de la Armada Argentina, actualmente detenido en la Unidad n° 34 del

S.P.F, constituyendo domicilio conjuntamente con su abogado defensor, Dr.

Alfredo A. A. Solari, en Av. Córdoba 1417 7° A de esta Ciudad; RANDOLFO

LUIS AGUSTI SCACCHI con D.N.I. n°5.190.333, de nacionalidad argentina,

nacido el 6 de junio de 1941, en Rosario, Pcia. De Santa Fe, de estado civil

casado, hijo de Randolfo Enrique Agusti y de Ana Catalina Scacchi, de profesión

Marino con jerarquía alcanzada Capitán de Navío Retirado de la Armada

Argentina, con domicilio en la calle Pacheco de Melo 1976, 4° A, de esta Capital

Federal, con domicilio constituido en el estudio de sus abogados defensores, Dres.

Guillermo Fanego y Jorge Campobassi, sito en Corrientes 1450, piso 4°, depto B

de esta ciudad; JUAN CARLOS ROLÓN con D.N.I. 5.400.031, de nacionalidad

argentino, nacido el 6 de octubre de 1948 en Capital Federal, de estado civil

casado, hijo de Eduardo Walter y de Marta Susana Tassier, de profesión oficial

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retirado de la Armada, actualmente detenido en el C.P.F.N° 2 de Marcos Paz,

constituyendo domicilio conjuntamente con su abogado defensor, Dr. Alfredo A.

A. Solari, en Av. Córdoba 1417 7° A de esta Ciudad; RAÚL ENRIQUE

SCHELLER con D.N.I. 4.642.837, de nacionalidad argentino, nacido el 7 de

julio de 1945 en Capital Federal, de estado civil casado, hijo de Raúl Gustavo y de

Elvira Ojam, de profesión Capitán de navío retirado de la Armada, actualmente

detenido en el C.P.F. N° 2 de Marcos Paz, con domicilio constituido

conjuntamente con su abogado defensor, Dr. Alfredo A. A. Solari, en Av.

Córdoba 1417 7° A de esta Ciudad y de HUGO HÉCTOR SIFFREDI con

D.N.I. n° 5.222.049, de nacionalidad argentina, nacido el 15 de noviembre de

1947, en Bahia Blanca, Provincia de Buenos Aires, de estado civil casado, hijo de

Hugo Héctor (f) y de Isabel María Ros (f), de profesión Vicealmirante Retirado de

la Armada Argentina, detenido en la Unidad 34 del S.P.F., constituyendo

domicilio conjuntamente con sus abogados defensores, Dres. Nicolás Toselli,

Rodrigo Demian López Gastón y Gabriela Maceda en sede de la Defensoría

Oficial, sita en Paraguay 1855 1° de esta Ciudad.

Son además parte en la presente causa el Dr. Eduardo Taiano, titular

de la Fiscalía en lo Criminal y Correccional Federal N° 3 y como parte

querellante, el Dr. Luis Fernando Zamora en representación de Ragnar Erland

Hagelin, con domicilio constituido en Lavalle 1388, casillero 3246, de esta Ciudad

y la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, con domicilio constituido en

la calle 25 de mayo 544, piso 8° de esta ciudad.

Y CONSIDERANDO:

I. Formación del sumario:

La investigación del hecho que damnificó a Dagmar Ingrid Hagelin y

más allá de lo que se investigó en los varios hábeas corpus presentados a su favor,

se remonta a una primer denuncia formulada por ante el Juzgado Federal N°°°° 2

del Departamento Judicial de San Martín a través del expediente que llevó el

número 16.574, en cuyo marco el 14 de mayo de 1980 el magistrado a cargo, Dr.

Luis Perez Rabellini declinó la competencia y la remitió al Comandante en Jefe

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de la Armada para que tomara intervención el tribunal militar que correspondiese,

quien a su vez la giró al Comandante del Primer Cuerpo de Ejercito para que lo

remitiera al Juzgado Militar competente. Al tener oportunidad de expedirse, el

Comando del Primer Cuerpo de Ejército, señaló que surgía de lo actuado la

posible participación de personal de la Armada en los hechos, por lo que ordenó

girar la causa al Comando en Jefe de esa Fuerza. Finalmente el Jefe de la

Dirección de Justicia Naval aconsejó la instrucción de un sumario militar al solo y

único efecto de investigar la intervención del personal naval en el hecho que

damnificaba a Dagmar Hagelin. Así nació el sumario DIJN ADA 015 “S” /80.-

Ragnar Erland Hagelin también formuló una denuncia el día 17 de

enero de 1984, por ante el Juzgado Federal N°°°° 4 del Departamento Judicial de

Morón, a cargo del Dr. Luis María Chichizola, que llevó el número 17.281

quien con igual criterio se inhibió para seguir entendiendo en la causa y la remitió

por incompetencia al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que aceptó la

competencia y destacando que los hechos allí denunciados eran los mismos que

motivaran la instrucción del sumario DIJN ADA 015 “S” 80 -referenciada en el

párrafo que antecede-, ordenaron dar ésta investigación por terminada.

Paralelamente por ante el Juzgado del Dr. Miguel Del Castillo,

Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal N°°°° 2, Secretaría N°°°° 6, se

presentó el 28 de febrero de 1984 Ragnar Erland Hagelin y decidió realizar otra

denuncia por la desaparición de su hija. A partir de allí, se comenzó con la

investigación que hoy nos convoca en el presente resolutorio. Déjase constancia

que en aquél entonces llevaba el número 14.784 y que hoy, tras la

informatización de las causas, en el sistema de la Corte Suprema de Justicia

de la Nación, lleva el número 17.534/2008.

Lo cierto es que a más de un año de comenzada la investigación,

el Dr. Del Castillo, que ya cuando recibió la denuncia había sostenido la frase “sin

perjuicio de la competencia del Tribunal” (vid fs. 23), la declinó finalmente a

favor del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas. Tras haber sido confirmada

dicha resolución el día 22 de febrero de 1985 por parte de los integrantes de la

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Sala II de la Cámara en lo Criminal y Correccional Federal, el día 26 de febrero de

1985 el expediente fue recibido en el Tribunal Castrense, que mediante resolución

de fecha 1 de marzo de 1985 (vid fs. 718/719) resolvió aceptar la competencia

atribuida, y sosteniendo que los hechos investigados eran los mismos que

motivaran la instrucción del sumario DIIJN ADA N° 015´S´80 y la causa 17.281

del Juzgado Penal N° 4 de Morón, (que a su vez había sido remitida a ese

Tribunal Castrense luego de que se inhibiera para seguir entendiendo en la causa)

y teniendo en cuenta que en ese sumario ya se había dictado sobreseimiento

definitivo con fecha 10 de septiembre de 1981,como se trataba de los mismos

hechos objeto de estudio, correspondía y así dispuso mantener la resolución de

ese Consejo Supremo de las F.F.A.A. de fecha 23 de noviembre de 1984 y

disponer la libertad de Astiz que se encontraba detenido a disposición del

mencionado magistrado.

Esta resolución fue apelada por el particular damnificado Hagelin y el

expediente llegó así a la Cámara en lo Criminal y Correccional Federal, que el 6

de junio de 1985 resolvió declarar la nulidad de las resoluciones de fecha 23 de

noviembre de 1984 y 1 de marzo de 1985 dictadas por el Consejo Supremo de

las Fuerzas Armadas en los expedientes 17.281 y 14.784 y ordenar la inmediata

continuación de la investigación.

A partir de ese momento y mediante resolución de fecha 2 de

septiembre de 1985 el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas solicitó la

designación de un Juez de Instrucción Militar de la Armada para que actuando por

delegación (decreto 2816/84) “se efectuaran las diligencias necesarias para

completar la prueba ya producida” en los expedientes, para poder así determinar

los extremos denunciados (vid fs. 820). Efectuadas las pruebas y corridas las

vistas al Fiscal (vid fs. 1475/98) y a la defensa (vid fs. 1499/1518), el día 24 de

abril de 1986 el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas resolvió absolver a

Alfredo Ignacio Astiz del delito imputado en perjuicio de Dagmar Ingrid Hagelin

(vid fs. 1552/1568).

Luego el particular damnificado Ragnar Erland Hagelin, con el

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patrocinio del Dr. Luis Fernando Zamora, interpuso recurso de apelación que fue

concedido, ordenándose la remisión a la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y

Correccional Federal (ver fs. 1575/76). Pero un mes antes de que ello sucediera y

previo a tomar conocimiento de la resolución absolutorio, Ragnar Hagelin

también patrocinado por el Dr. Zamora, había efectuado otra presentación ante

dicha Cámara, solicitando se avocara al conocimiento de la causa de referencia

teniendo en cuenta el injustificado paso del tiempo y la no dilucidación de la

verdad de lo ocurrido, por lo que la Cámara instó al Consejo Supremo de las

Fuerzas Armadas a que se finalizara el juicio en un plazo no mayor de 30 días (vid

fs. 1577/79 y fs. 1583) y así fue que salió firmada dicha resolución de absolución.

Tras la interposición del indicado recurso de apelación, la causa pasó

nuevamente a conocimiento de la Cámara Federal (vid fs. 1587). En esa sede en

oportunidad de expresar agravios, tanto la querella (ver fs. 1598/1524) como el

Fiscal de Cámara, Dr. Julio Strassera (ver fs. 1628/1629) hicieron diversos

planteos entre los que fundamentalmente solicitaban la nulidad de la resolución

del Consejo Supremo por carecer de toda fundamentación. Así y luego de haberse

producido nueva prueba -incorporación de declaraciones testimoniales- la Cámara

del fuero, resolvió confirmar la sentencia apelada, modificando el fundamento

de la absolución contenida en ella, que lo es por aplicación del artículo 62 inc. 2

del Código Penal, esto es prescripción de la acción penal (vid fs. 1747/1752).

A fs. 1757/1763, el Dr. Strassera interpuso recurso extraordinario

contra dicha sentencia y lo mismo hizo el particular damnificado Ragnar Hagelin

con el patrocinio del Dr. Zamora a fs. 1764/1774, los que a fs. 1786/87 fueron

denegados. La causa llegó entonces a la Corte Suprema de Justicia de la

Nación. A fs. 1795/1801 obran copias de la resolución en cuestión: se rechazó la

queja interpuesta. La causa volvió a manos del Consejo Supremo de las Fuerzas

Armadas, oportunidad en que se resolvió declarar extinguida por prescripción de

la acción penal de conformidad con lo dispuesto por el art. 1 y concordantes de la

ley 23.492 y atento las disposiciones contenidas en la ley 23.521 (ver fs.

1803/804).

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12

El Fiscal General de las Fuerzas Armadas, Brigadier Armando

Antonio Irungaray a fs. 1806 apeló la resolución y la causa volvió a la Sala II de

la Cámara del fuero. Allí se presentó Ragnar Hagelin alegando no haber sido

notificado de esta resolución y apelándola (Ver fs. 1810/1816). En dicha

oportunidad, el Fiscal de Cámara desistió del recurso, por lo que lo tuvieron por

desistido en tanto, declararon inadmisible aquél presentado por Ragnar Hagelin

(Ver fs. 1824/5).

Hagelin volvió a interponer recurso extraordinario contra dicha

sentencia a fs. 1828/1834, al cual no se le hizo lugar (fs. 1838) y al intervenir la

Corte Suprema a fs. 1841 se desestimó la queja, por lo que la causa volvió a

manos del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (ver fs. 1846), oportunidad

en que la causa allí se archivó (fs. 1847).

Muchos años después -corría el año 1995- Ragnar Hagelin presentó

ante el Consejo Supremo de las Fuerzas de Seguridad, un recurso para que se

reabriera la investigación, alegando poseer nuevos elementos de prueba que

sustentaban lo que venía durante muchos años relatando a la justicia, a la vez que

solicitó se declarara la nulidad de las leyes 23.492 y 23.521 y de los decretos

P.E.N. 1002/89 y 2341/90. Pero mediante resolución 80/95, le fue declarado

improcedente (Vid fs. 1853/4) por lo que seguidamente, interpuso un recurso de

queja ante la Cámara Nacional de Casación Penal, que había sido recientemente

creada, contra dicha decisión (ver fs. 1855/6).

Sin embargo, meses antes había hecho una presentación ante la

Cámara Federal, solicitando las mismas cuestiones que luego solicitara ante el

Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (a fs. 1860/1872) y por resolución

obrante a fs. 1880 se ordenó en relación a estas peticiones y a los fines que estime

pertinentes la remisión al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas que mediante

resolución 1894/95, se dispuso que no correspondía reabrir las actuaciones por

mediar decisión firme pasada en autoridad de cosa juzgada y que no era

competente para intervenir en la solicitud de nulidad de las leyes y decretos antes

referenciados.Contra esa decisión, Hagelin interpuso recurso el cual no fue

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

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concedido (ver fs. 1908/10).

Al tomar intervención la Cámara Nacional de Casación Penal en

relación a la presentación de fs. 1855/56, resolvió que no era competente para

intervenir y remitió las actuaciones a la Cámara Federal. La Cámara Federal a fs.

1947/9, rechazó la competencia atribuida y devolvió la causa a la Cámara de

Casación Penal que, a fs. 1955/56 mantuvo la declaración de competencia. Se

trabó entonces la contienda en la que intervino la Corte Suprema de Justicia de la

Nación que resolvió que debía de entender la Sala IV de la Cámara de Casación

Penal (vid fs. 1961).

Así a fs. 1967/69 la Cámara de Casación Penal resolvió declarar la

nulidad de la resolución 80/95 del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas y

corrió traslado a Hagelin para que expresara agravios respecto del recurso que

había interpuesto a fs. 1908, lo que así cumplió a fs. 1984/1996, pero no obstante

su recurso fue declarado inadmisible a fs. 2027/2031. Frente a ello, el Dr. Luis

Fernando Zamora, que ya para ese entonces se había convertido en el apoderado

de Hagelin, interpuso recurso extraordinario, el cual fue declarado admisible a fs.

2059/2060 y la causa volvió por última vez a conocimiento de la Corte Suprema

de Justicia de la Nación que a fs. 2074/94 declaró procedente el recurso

extraordinario y se revocó la sentencia apelada.

Es así que finalmente la Cámara Nacional de Casación Penal

conforme lo dispusiera la Corte Suprema, dictó un nuevo pronunciamiento a fs.

2171/2182, oportunidad en que revocó el punto I de la resolución 1894/95 y

remitió la causa a la Cámara Federal para que desinsaculara el Juzgado

Federal que debía continuar en la sustanciación del expediente principal.

Así fue que la presente causa quedó radicada en este Juzgado,

oportunidad en que el Dr. Luis Fernando Zamora se presentó y acercó un escrito

para solicitar una vez más, la reapertura de la presente causa, en el que dejó

constancia que en el marco de la causa 13/84, el 9 de diciembre de 1985 se había

resuelto condenar a Emilio Massera como autor responsable de los delitos de

homicidio agravado por alevosía (…) en concurso real con privación ilegal de

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14

libertad calificada por violencia y amenazas (arts. 144 bis inc. 1 del Código Penal

según ley 14.616 en función del art. 142 inc. 1 del Código Penal, conforme ley

20.642 reiterado en sesenta y nueve oportunidades, esto es, por sesenta y nueve

casos entre los que se encontraba el de Dagmar Ingrid Hagelin, sindicado con el

número 204. En el marco de dicha sentencia según recordó se había tenido por

probado que Hagelin había sido privada ilegítimamente de su libertad el 27 de

enero de 1977 por personal de la Armada y que se la había mantenido en

cautiverio clandestinamente en la Escuela de Mecánica de la Armada, no

habiéndose probado que fuera vista luego de ello en libertad.

II. Hecho imputado:

El hecho que les fue imputado a los mencionados en el epígrafe que

antecede en oportunidad de recibirles declaración indagatoria en los términos del

artículo 294 del Código Procesal Penal de la Nación, consiste en la

responsabilidad que podría corresponderles por su actuación como integrantes de

la Unidad de Tareas 3.3.2. de la Armada, con base operativa en E.S.M.A., junto

con las demás personas aunadas a esta investigación, como así también con otras

que aún no han podido ser identificadas, como ser las conocidas por las forma en

que eran llamadas, resultando que los integrantes de dicho grupo pertenecían a la

Policía Federal Argentina, Armada Argentina, Prefectura Naval Argentina,

Ejército Argentino y Servicio Penitenciario Federal, es el siguiente:

HAGELIN, Dagmar Ingrid (hecho sindicado con el número 212)

fue privada ilegítimamente de su libertad en las siguientes circunstancias de modo,

tiempo y lugar: El día 27 de enero de 1977, en horas de la mañana, caminaba por

la calle Sargento Cabral en dirección a la calle Pampa, ambas de la localidad de El

Palomar, Provincia de Buenos Aires; oportunidad en que personas armadas

pertenecientes al Grupo de Tareas 3.3/2, comenzaron a perseguirla y luego de

darle la voz de alto, dispararon contra ella, con tal suerte que cayó al piso herida

sobre la calle Pampa. Luego de ello, fue introducida por éstas mismas personas en

el baúl de un rodado de alquiler, marca Chevrolet chapa C-0868838 propiedad de

Jorge Oscar Eles, que se encontraba en las inmediaciones del lugar, previo exigirle

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

15

al nombrado Eles bajo coacción la entrega de las llaves del vehículo en cuestión,

para luego partir a bordo del mismo con rumbo desconocido. Fueron testigos del

procedimiento antes mencionado Hugo Alfredo Zabalo, Juana Lawryncwicz de

Eles, Gladys Violeta Benitez, Angel Marcelino Fragelli, Jorge Oscar Eles,

Alejandro Yannone y Rafael Burgos; siendo éstos dos últimos quienes además

reconocieron a Alfredo Astiz como uno de los integrantes del operativo. Luego de

ello, Dagmar Hagelin fue conducida a la E.S.M.A., donde permaneció

clandestinamente en cautiverio y bajo condiciones inhumanas de vida. Dan cuenta

de su permanencia en la E.S.M.A., Lisandro Cubas, quien señaló que mientras

estuvo cautivo en la Escuela de Mecánica de la Armada, tuvo ocasión de poder

ver a Hagelin en la enfermería y en la llamada Sala de Embarazos. También fue

vista en E.S.M.A. por Norma Susana Burgos en dos ocasiones, quien expresó que

había sido enfrentada a Dagmar Hagelin, mientras ésta última estaba en la

enfermería lesionada y con impedimentos físicos y que también la había visto en

la enfermería junto con el Capitán Francis William Whamond y el Teniente de

Fragata Alfredo Astiz, recordando que este último le preguntó a Hagelin cómo

estaba y le contó que él había disparado el tiro que le rozó la frente. Por otra parte,

Mercedes Inés Carazzo refirió haber visto y dialogado con Dagmar Ingrid Hagelin

en el lugar en el que alojaban a las embarazadas, recordando también que Hagelin

llevaba un pañuelo en la cabeza y que tenía una herida en la cabeza. También,

Emilio Enrique Dellasoppa recordó haber visto a la víctima, durante su cautiverio

en la E.S.M.A., al igual que Marta Remedios Álvarez, quien manifestó haberla

visto en un “camarote”. Su presencia en la E.S.M.A. también fue confirmada por

Carlos Gregorio Lordkipanidse, quien supo de ella por comentarios de Jorge

Acosta y por Graciela Daleo y Andrés Ramón Castillo. Por otra parte, Miryam

Lewin de García quien expresó que si bien no había visto en la E.S.M.A. a

Hagelin, allí se comentaba que la habían herido de un tiro en la cabeza. Hasta el

momento, permanece desaparecida.

III. Elementos probatorios incorporados al proceso.-

Los elementos probatorios aunados al proceso y que han servido de

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16

sustento para el llamado a indagatoria y el dictado del procesamiento de los

imputados en autos, consisten en las declaraciones testimoniales de las personas

que presenciaron el secuestro de Dagmar Ingrid Hagelin, las que obran glosadas

en la presente causa y a las que en el curso del presente interlocutorio se hará

extensa referencia; como así también el legajo de búsqueda e identificación de

persona, que a su respecto se formó una vez que su familia tomó conocimiento de

su desaparición el que obra reservado en Secretaría, como así también las otras

denuncias criminales que en virtud de su “desparición” se instruyeron en la

Justicia de Morón y en la de San Martín y las denuncias de hábeas corpus que

también se encuentran reservadas en Secretaría, su legajo CONADEP que lleva el

número 1.400, y a su vez se cuenta en autos con legajos de otras víctimas que

también estuvieron privadas ilegítimamente privadas de su libertad en la

E.S.M.A., que por cuerda separada, encarpetados y debidamente identificados,

obran en Secretaría.

Dichos legajos son de importancia, por cuanto en cada uno de dichos

legajos puede tomarse vista de todos los antecedentes que existen relacionados

con la víctima de que se trate, sea ante la Justicia Militar, ante la Justicia de

Instrucción o ante la Justicia Criminal y Correccional Federal. Obran así,

declaraciones testimoniales recibidas a las víctimas, ya sea en forma personal o

por vía de exhorto diplomático, como así también declaraciones de familiares,

amigos, conocidos o compañeros de cautiverio de aquéllas, quienes han brindado

todos los datos necesarios para conocer lo más acabadamente posible cada detalle

no solo relacionado con su privación ilegítima de la libertad y eventualmente, en

relación al destino final sufrido por cada víctima, sino también para conocer el

cautiverio por el que atravesó la víctima en autos Dagmar Ingrid Hagelin, pues

como se afirmó anteriormente, encontrándose también privados de su libertad en

la E.S.M.A., han sabido dar cuenta de la presencia de Hagelin en el mismo

4centro de detención, léase la Escuela de Mecánica de la Armada. A su vez han

podido aportar datos vinculados con los autores del hecho y con otras

circunstancias coadyuvantes.-

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17

Por otra parte son también elementos de prueba de interés, otras

declaraciones testimoniales e informes que obran en la presente causa como así

también en la causa principal, de trámite por ante esta judicatura, que lleva el

número 14.217/03 y que han sido debidamente identificados por foja, para su

mejor ubicación.-

Se cuenta además con las actuaciones certificadas remitidas por el Sr.

Juez a cargo del Juzgado Central de Instrucción N° 5 de Madrid, Dr. Baltasar

Garzón Real, que se refieren a la investigación que en el Reino de España se ha

llevado adelante respecto de personas desaparecidas durante el gobierno de facto

de este país entre los años 1976 a 1983.

Asimismo, obra diversa documentación reservada en la Secretaría

que se corresponde tanto con aquella aportada por las partes como con la que

fuera solicitada para su compulsa a otras dependencias judiciales, a saber:

Concretamente aquéllos recabados en el marco de la presente causa

son los siguientes: Denuncia de Ragnar Erlando Hagalin obrante a fs. 19

acompañando copia de escrito presentado al Embajador de Suecia signada por

Enrique Simón, José Zarantonello y Alberto Juan Imbesi obrante a fs. 1; copia de

denuncia signada por dos internos de la Unidad 5 Mercedes obrante a fs. 2/8;

escrito que reza “apendice” obrante a fs. 9/14 y otro documento obrante a fs.

15/18 que reza “testimonio sobre Dagmar Hagelin”; Actuaciones de diligencia

judicial n° 52/84 realizadas por la Delegación Córdoba obrantes a fs. 25/62;

Declaración a tenor del art. 236 segunda parte del Código de Procesamiento Penal

de Carlota Ursula Hengstenberg Wirtz de fs. 64; Escrito de Ragnar Erland

Hagelin junto con copia de partida de nacimiento de Dagmar Ingrid obrante a fs.

67/9; Actuaciones remitidas por el Juzgado Federal de Primera Instancia N° II de

la Provincia de Tucumán en relación al inmueble de casa n° 1 del Barrio “Los

Manzanares” obrantes a fs. 71/76; Escrito “presenta querella” signado por Ragnar

Erland Hagelin con el patrocinio del Dr. Luis Fernando Zamora obrante a fs.

80/91; Presentación de Ragnar Erland Hagelin de fs. 92/95; Actuaciones

relacionadas con la diligencia judicial realizadas por la Delegación Salta a fs.

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96/119; Fotocopias del expediente 9603 del Juzgado Federal de Neuquén obrantes

a fs. 120/135; acta de fs. 104; Carta obrante a fs. 138/145; constancia de fs. 149;

actuaciones relacionadas con la empresa “TAR” de fs. 150/155 y de fs. 161/164 y

actuaciones de allanamiento en la empresa “TAR” de fs. 172/233; escrito de fs.

285 junto con documentación acompañada a fs. 234/284; nota de la Policía

Aeronáutica de fs. 290; fotocopia certificada de la declaración de Ragmar Erland

Hagelin que prestó en el marco de la causa número 569 del Juzgado Federal N° 3

obrante a fs. 297/301; Declaración testimonial de Graciela Beatriz Daleo obrante a

fs. 303; Actuaciones de allanamiento de la empresa “TAR” obrantes a fs. 304/306;

copias de legajo CONADEP de Dagmar Hagelin obrantes a fs. 308/321;

actuaciones de fs. 323/344; escrito de fs. 346/350; escrito de fs. 560 presentado

por Ragnar Erland Hagelin acompañando lo siguiente: a.) actuaciones

relacionadas con el testimonio brindado por Martin Gras en relación a Dagmar

Hagelin en la Embajada de Suecia en Madrid de fs. 355/361; b.) actuaciones

relacionadas con el testimonio brindado por Juan Alberto Gasparini en relación a

Dagmar Hagelin de fs. 362/365; c.) actuaciones relacionadas con el testimonio

brindado por Norma Susana Burgos en relación a Dagmar Hagelin de fs. 366/369;

d.) copia de testimonio de Lisandro Raúl Cubas de fs. 372/415; e.) copia del

testimonio de Rosario Evangelina Quiroga de fs. 416/491; f.) anexo conteniendo

información brindada por Hugo Luis Onofri de fs. 492; g.) copia de acta de

notificación de Lisandro Cubas de fs. 493; h.) comparecencia de Lisandro Raul

Cubas de fs. 494/495; i.) copia de las notas presentadas por Rosario Evangelina

Quiroga de fs. 496/497; j.) copia de acta de comparecencia de Lisandro Raúl

Cubas de fs. 498/500; k.) actuaciones de fs. 501/2; y h.) actuaciones relativas a los

testimonios de los ex detenidos-desaparecidos Graciela Daleo y Andrés Ramón

Castillo en relación a la ESMA obrantes a fs. 503/559; Declaración testimonial de

Lisandro Raul Cubas de fs. 564/565; actuaciones relacionadas con el testimonio

prestado por Alberto Eduardo Girondo de fs. 570/603 acercadas por un escrito

presentado por Ragnar Erland Hagelin de fs. 637; declaración testimonial de

Alberto Eduardo Girondo de fs. 606; declaración testimonial de Jorge Oscar Eles

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

19

de fs. 610; declaración testimonial de Norma Susana Burgos de fs. 612/3;

Declaración testimonial de Rafael Burgos de fs. 614/615; nota de la Armada de fs.

624; declaración testimonial ampliatoria de Rafael Burgos de fs. 628; declaración

testimonial ampliatoria de Norma Susana Burgos de fs. 629; declaración

testimonial ampliatoria de Lisandro Raul Cubas de fs. 630; nota de la Armada de

fs. 643/644; escrito de fs. 647; escrito de fs. 649; declaración testimonial de Hugo

Alfredo Zabalo de fs. 652/654; declaración testimonial de Juan Carlos López de

fs. 656/657; declaración testimonial de Angel Marcelino Frageli de fs. 658; escrito

de Ragnar Hagelin de fs. 660/661; declaración testimonial de Juana Lawryncwicz

de Eles de fs. 669/670; declaración testimonial de Francisco Segundo Miranda de

fs. 676; declaración testimonial de Gladys Violeta Benitez de fs. 677; declaración

testimonial de Angel Marcelino Frageli de fs. 686/687; declaración testimonial de

Alejandro Yannone de fs. 688 y ampliatoria de fs. 689/690; declaración

testimonial de Horacio Alberto Mayorga de fs. 699/700; actuaciones de fs. 701/3;

notas y cartas glosadas a fs. 706/710; actuaciones de la CONADEP de fs. 714/715

remitidas por el Juzgado de Instrucción N° 2 mediante oficio de fs. 716; copia de

resolución de fs. 718 bis y de fs. 719; fotocopias obrantes a fs. 802/811 de la

causa 227/84 caratulado “Fragelli Angel Marcelino y Yannone Alejandro s/ falso

testimonio” de trámite por ante el Juzgado Federal N° 6; nota de fs. 895 de la

División Prontuarios; fotografía de Norma Susana Burgos obrante a fs. 899;

fotografía de María Antonio Berger de fs. 902; declaración testimonial de Hugo

Alfredo Zabalo de fs. 904/909; declaración testimonial de Gladys Violeta Benitez

de Zabalo de fs. 910/913; declaración testimonial de Pablo Ramón Benitez de fs.

914/915; declaración testimonial de Juan Tiburcio Cabrera Mendez de fs.

916/918; declaración testimonial de Angela Ayala de Cabrera de fs. 919/923; nota

de fs. 939/vta.; acta y cróquis de fs. 946/7; declaración testimonial de Beatriz Inés

Torres de Fatica de fs. 948/950; fotocopias obrantes a fs. 968/1011; notas de la

División Dactiloscopía de fs. 1205 y fs. 1207; fotocopias de la sentencia de la

Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal en la

causa originariamente instruida por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas

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20

en cumplimiento del decreto 158/03 del PEN en relación a Hagelin cuerpo CXLV

obrante a fs. 1236/1245; fotocopias de las declaraciones testimoniales de Gladys

Benitez de Zabalo; Hugo Alfredo Zabalo; Pablo Ramon Benitez y Juan Cabrera

Mendez obrantes en causa 13 glosadas a fs. 1247/1268, nota de fs. 1294; notas de

la División Antecedentes de fs.1300 y de fs. 1313/1314 y acta de fs. 1317;

fotocopias de actuaciones que reza: “carpeta 57-audiencia del día 17 de julio de

1985" en la que obran declaraciones testimoniales de Ragnar Hagelin, Jorge Eles;

Juana Laurynowicz de Eles; Gladys Videla Benitez, Cetrángolo de Bonina Josefa

obrantes a fs. 1328/65; fotocopias de actuaciones que reza: “carpeta 58- audiencia

del día 18 de julio de 1985" en la que obran declaraciones testimoniales de

Alfredo Hugo Zabalo, Pablo Ramón Benitez; Juan Carlos Lopez y Juan Tiburcio

Cabrera Mendez obrantes a fs. 1366/1387; fotocopias de la declaración

testimonial de Lisandro Cubas prestada ante la Embajada Argentina en Venezuela

obrante a fs. 1388/1405; recortes periodísticos obrantes a fs. 1406/1421;

fotocopias de la declaración testimonial de Norma Susana Burgos prestada ante la

Embajada Argentina en Venezuela obrante a fs. 1422/1428; copia de declaración

testimonial de Ragnar Hagelin de fs. 1466/1469; declaración testimonial de Ana

María Marti prestada en la Embajada Argentina en Suiza obrante a fs. 1709/1712;

copia de declaración testimonial de Juana Lawryncwicz de Eles de fs. 1720/21;

fotocopias de CONADEP obrantes a fs. 1730/33 en relación a Manuel Floreal

Arce y declaración de Nora Strejilevich obrante a fs. 1734/1737 remitido por el

Juzgado Federal N° 3, Secretaría N° 7 en el marco de la causa 10.075 que allí

tramita, fotocopias de recortes periodísticos presentados por Marcelo Parrilli a fs.

1932/1940; fotocopias del requerimiento fiscal realizado por el Dr. Eduardo

Taiano en el marco de la causa número 14.217/03 obrante a fs. 2.262/2.305; oficio

del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de la Ciudad de Mar del Plata junto con

la siguiente documentación por dicho Tribunal remitida y certificada a fs. 2370, a

saber: expediente “Hagelin Ragnar Erland s/ denuncia” iniciado con el n° 17.281

del Juzgado Penal N° 4 de Morón y registrado con el n° 12.184 ante la Sala II de

la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la

Page 21: Resolución completa: elevan a juicio oral la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

21

Capital Federal y anexos pertenecientes al sumario n° 37.623-carpeta 6608

caratulada “Hagelin Ragmar Erland s/ privación ilegítima de libertad de Ragmar I.

Hagelin s/ Astiz, Alfredo Ignacio art. 445 bis C.J.M.” conforme el siguiente

detalle: original del 1° y 2° cuerpo del expte.- 12.184 en doscientas y seis fojas

respectivamente; legajo conteniendo fotocopias del 1° y 2° cuerpo de la causa

identificada con el número 17.281 en 287 fojas; expediente con carátula

deteriorada identificado con una letra “A” manuscrita, caratulado “Hagelin Ragnar

Erland s/ querella s/ privación ilegítima de libertad de Dagmar I. Hagelin c/ Astiz,

Alfredo Ignacio art. 445 bis del C.J.M.” en 245 fojas; exte. identificado con una

letra B manuscrita caratulado “Hagelin Ragnar Erland s/ querella s/ privación

ilegítima de libertad de Dagmar I. Hagelin c/ Astiz Alfredo Ignacio art. 445 bis

del C.J.M. en 125 fojas; expediente identificado con una letra C manuscrita,

caratulado “Hagelin Ragnar Erland s/ querella s/ privación ilegal de libertad de

Dagmar I. Hagelin c/ Astiz Alfredo Ignacio art. 445 bis del C.J.M. en 35 fojas;

exte. identificado con una letra E manuscrita, caratulado “Hagelin Ragnar Erland

s/ querella s/ privación ilegal de libertad de Dagmar I. Hagelin C/ Astiz Alfredo

Ignacio art. 445 del C.J.M. conteniendo “Fotocopias causa: Inés Olleros” en 182

fojas; exte identificado también letra “E” manuscrita caratulado “Hagelin Ragnar

Erland s/ querella s/ privación ilegítimade libertad de Dagmar I Hagelin c/ Astiz

Alfredo Ignacio art. 445 bis C.J.M. en 95 fojas; anexo n° 1 integrado por

“Testimonio de Norma S. Burgos”; anexo n° 2 integrado por ejemplar de la

Revista “La Semana” de fecha 12/01/84; anexo n° 3 integrado por ejemplar de la

Revista “La Semana” de fecha 19/01/84; anexo n° 4 integrado por ejemplar de la

Revista Gente de fecha 12/01/84; anexo n° 5 integrado por copia de “Testimonios

de los sobrevivientes del genocidio en la argentina”; anexo n° 6 con “Testimonio

de Martin Tomas Gras y Alberto E. Girondo” en 77 fojas; anexo n° 7 identificado

con inscripción manuscrita “anexo 7" y sello con n° 12.184, integrado por original

de la causa caratulada “Hagelin Ragmar Erland su denuncia” del Juzgado en lo

Penal N° 4 de Morón; anexo n° 8 conteniendo “recortes periodísticos

documentación y pasaje de Norma Burgos” con 9 fojas sin foliar; anexo n° 9

Page 22: Resolución completa: elevan a juicio oral la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

22

identificado en su parte superior con la inscripción manuscrita “causa 6511"

integrado por exte. caratulado “III prueba a) documental (6) Norma Susana

Burgos” iniciado con fotocopia de declaración testimonial de Norma Susana

Burgos en 9 fojas; exte identificado con el n° 847 del Juzgado en lo Penal N° 5 de

Morón caratulado “ROBO automotor. Eles Jorge Oscar”“ con 16 fojas; legajo

identificado como Armada Argentina Juzgado de Instrucción a cargo del Juez de

Instrucción Militar Especial N° 1 Contraalmirante (RS) David R. H. de la RIVA

iniciado el 4 de septiembre de 1985 y caratulado “Hagelin Ragnar Erland s/

denuncia privación de la libertad de Dagmar Ingrid Hagelin” en 6 fojas; legajo del

Ministerio de Defensa Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas identificado con

LETRA V N° 2028/83 C. de 17.692, iniciado el 19 de diciembre de 1995 con

presentación letrado apoderado Dr.Marcelo Parrilli por causa caratulada “Hagelin

Ragnar Erland s/ querella s/ privación ilegítima de libertad de Dagmar I Hagelin

C/ Astiz Alfredo Ignacio” en 65 fojas y un sobre deteriorado y abierto identificado

con el n° 12.184 con inscripción manuscrita “Hagelin Ragnar Erland contiene dos

sobres (fotos y cassette)”, conteniendo una foto en blanco y negro de una mujer y

otro sobre pequeño abierto con membrete del “Ministerio de Defensa Consejo

Supremo de las Fuerzas Armadas con inscripción “contiene: un cassette

perteneciente a la causa “Hagalin Ragnar Erland s/ denuncia” conteniendo un

cassette de audio con membrete con inscripción manuscrita que en su lado A reza

“Vilariño 7-1-84 y 20-1-84" y sello impreso “Néstor Rodriguez- Secretario”,

fecha 23/1/84 y firma ilegible y en su lado B inscripción manuscrita “Vilariño

20/1/81" que oportunamente fueran remitidos al Juzgado de Morón por la Sala IV

de la Cámara Nacional de Casación Penal y fotocopias de las fojas 2077/2078 y de

fs. 3872/3895 del expediente 890 y copias certificadas de fs. 203/207 vta del

incidente 890/13 de trámite por ante ese Juzgado; incidente de falta de jurisdicción

promovido en la causa 14.784 caratulada “Hagelin Ragnar Erland s/ querella”en

128 fojas y copias de recurso extraordinario caratulado “Hagelin Ragnar Erland s/

recurso art. 445 bis del CJM en dos cuerpos; incidente de búsqueda e

identificación de Dagmar Ingrid Hagelin (expediente 761) en tres cuerpos. A su

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

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vez en el marco de la presente causa y en oportunidad en que fue instruida por la

Justicia Militar, el Juzgado Militar de Instrucción, recepcionó diversas

declaraciones a tenor del artículo doscientos sesenta y siete del Código de Justicia

Militar a las siguientes personas, a saber: Eduardo Hipólito Perez Millán; Fracies

Whamond (fs. 888/891); Gonzalo Sánchez (1014/1015), Gualter Oscar Allara (fs.

1221), Horacio Zaratiegui (1227/1231), Albano Eduardo Harguindeguy

(1232/33), Jorge Eduardo Acosta ( fs. 1273/4),Iberico Manuel Saint Jean (fs.

1275/6), Ramón Genaro Diaz Bessone (fs. 1277/78), Rubén Jacinto Chamorro (fs.

1284/85), Jorge RafaelVidela (fs. 1296), Emilio Eduardo Massera ( fs. 1298/99),

Roberto Eduardo Viola (fs. 1300/1301), Orlando Ramón Agosti ( fs. 1302/303),

Juan Aguirre Lanari (fs. 1310/11) y Carlos W Pastor (fs. 1319).

A ellas deben añadirse, las fotocopias de legajo CONADEP nro.

1400 de fs. 3464/3516, copias aportadas por el Dr. Kollmann agregadas a fs.

3555/3562, copias y escrito aportados por el Dr. Figueroa a fs. 3614/3615,

actuaciones del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y

Culto de fs. 3708/3716, oficios y copiass remitidos por el Estado Mayor General

de la Armada de fs. 3736/3747 y 3759/3760, oficio del Estado Mayor General de

la Armada de fs. 4967 y documentación detallada en el mismo.

Por otra parte cuadra destacar la prueba acumulada en el marco de

la causa 14.217/03 (causa principal) también de trámite por ante este Juzgado:

Las actuaciones de fs. 16/60; presentaciones de fs. 7504/15; 7633/vta.; 7651/3;

7675/6; 7835/6; 7854/vta.; 7855/6; 7917/8; 7997/8; declaraciones de fs. 8137/47;

8152/93; 8231/45; 8249/53; 8263/5; 8308/13; 8314/5; 8316/7; 8318/20; 8321/23;

presentación de fs. 8706/10; actuaciones de fs. 8891/8909; 8910/36;

presentaciones de fs. 8961/70; 8992/8; 9164/5 ; actuaciones de fs. 9166/99;

presentaciones de fs. 9305/6; 9336/8; 9361/vta.; 9362/vta.; actuaciones de fs.

9380/1; presentaciones de fs. 9505/6; 9588/vta.; 9601/vta.; 9643/5; 9651/vta.;

9682/5; 9688/vta.; 9689/vta.; 9690/1; 9700/2; 9704/5; 9706/8; 9709/11; 9828/vta.;

9852/5; actuaciones de fs. 9859/64; 9885/7; 9895/vta.; 9897/9900; 9901/2;

presentaciones de fs. 10049/vta.; 10050/vta.; 10076/7; 10181/90; 10346/67;

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10573/4; 10620/vta.; 11019; declaraciones de fs. 11022/3; 11024/5;

presentaciones de fs. 11032/3; 11038/48; 11075/7; 11502/6; 11516; 11522/vta.;

11530/1; 11535/vta.; 11574/vta.; declaración de fs. 11624/5; presentaciones de fs.

11683/4; 11692/4; 11719/23; actuaciones de fs. 11738/44; presentación de fs.

11775/vta.; declaraciones de fs. 11944/6; 11999/12003; presentación de fs.

12016/vta.; declaraciones de fs. 12028/31; 12041/3; 12051/4; actuaciones de fs.

12068/71; 12077/12186; 12238/61; 12295/9; presentaciones de fs. 12300/32;

12373/82; declaraciones de fs. 12403/6; 12417/8; actuaciones de fs. 12593/7;

12621/4; 12657/82; 12806/9 13030/40; declaración de fs. 13252/63; actuaciones

de fs. 13367/8; 13431/13501; presentaciones de fs. 13540/vta.; 14075/9; 14107/8;

declaraciones de fs. 14111/5; 14131/2; 14224/8; actuaciones de fs. 14315/8;

14357/68; declaraciones de fs. 14394/404; 14475/90; actuaciones de fs. 14501/4;

14505/20; presentaciones de fs. 14564/6; 14573/8; 14617/20; actuaciones de fs.

14675/14755; presentación de fs. 14788/92; declaración de fs. 15127/8;

presentaciones de fs. 16150/1; 16162/3; declaración de fs. 16177/82;

presentaciones de fs. 16186/vta.; 16189/vta.; 16196/vta.; 16207/8; 16210/1;

16213/4; 16219/20; declaración de fs. 16393/4; presentación de fs. 16923/4;

actuaciones de fs. 17072/3; presentaciones de fs. 17182/6; 17191/5; 17208/9;

17309/13; 17381/4; declaraciones de fs. 17518/9; 17521/2; 17524/5;declaraciones

de fs. 17548; 17832; 17834; presentaciones de fs. 17840/55; 17994/6; 18064;

18065/6; presentación de fs. 18218/9; declaración de fs. 18229; presentación de

fs. 18237/9; actuaciones de fs. 18302/5; declaración de fs. 18369; presentación de

fs. 18638/9; declaración de fs. 18890; actuaciones de fs. 19468/76; 19794/807;

declaración de fs. 19957/8; actuaciones de fs. 20007/15; declaración de fs.

20799/800; actuaciones de fs. 20813/6; declaraciones de fs. 20920/8; 20929/33;

inspección ocular de fs. 21053/4; actuaciones de fs. 21098/100; declaraciones de

fs. 21111/7; 21149/50; presentaciones de fs. 21227/9; 21231; 21464/7.-

Documentación correspondiente al Sumario N° 19/97 del trámite por ante el

Juzgado Central de Instrucción Nro. 5, de la ciudad de Madrid, Reino de España:

CAJA N°°°° 1: Pieza de documentación Tomo 121, Tomo 122, Tomo 123, Pieza de

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

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documentación n° 64, Pieza de documentación n° 161, la número 50, 117, 113,

118, 63, 74, 130; dos tomos de Pieza de Documentación sin identificar que en este

acto se proceden a individualizar con letras mayúsculas “A” y “B”; CAJA N°°°° 2:

Pieza separada de documentación Tomo 27, Tomo 43, Tomo 26, Tomo 44, Tomo

128, Tomo 61, Tomo 151, Tomo 82, Tomo 149, Tomo 158, Tomo 36, Tomo 83,

Tomo 81, Tomo 159 y un legajo sin carátula que se procede a identificar con la

letra “C”; CAJA N°°°° 3: Pieza de documentación Tomo 167, Tomo 79, Tomo 15,

Tomo 65, Tomo 55, Tomo 140, Tomo 96, Tomo 119, Tomo 14, Tomo 120, Tomo

53, Tomo 62, Tomo 106, anexo Pieza de documentación que se identifica con la

letra “D”; CAJA N°°°° 4: Pieza separada de documentación Tomo 2, Tomo 45,

Tomo 80, Tomo 68, Tomo 93, Tomo 34, Tomo 6, Tomo 182, Tomo 5, Tomo 105,

Tomo 157, Tomo 132, Tomo 71, Tomo 178, Tomo 104, Pieza separada de

documentación que se identifica con la letra “E”; CAJA N°°°° 5: Tomo 110, Tomo

30, Tomo 107, Tomo 127, Tomo 129, Tomo 145, Tomo 116, Tomo 29, Tomo 28,

Tomo 165, Tomo 144, Tomo 126, Tomo 115, y dos legajos de pieza separada que

se identifican con las letras “F” y “G”; CAJA N°°°° 6: Piezas separadas de

documentación Tomo 114, Tomo 54, Tomo 164 A; Tomo 52; Tomo 75, Tomo 46,

Tomo 42, Tomo 164 B, Tomo 37, Tomo 38, Tomo 170, Tomo 174 A y 174 B,

Tomo 57, Tomo 73 A y 73 B; CAJA N°°°° 7: Pieza Separada de documentación

Tomo 103, Tomo 100, Tomo 99, Tomo 181, Tomo 101, Tomo 97, Tomo 88,

Tomo 150, Tomo 176, Tomo 153, Tomo 23, Tomo 142, Tomo 25, Tomo 108,

Tomo 84; CAJA N°°°° 8: Pieza separada de documentación: Tomo 112, Tomo 119,

Tomo 51, Tomo 77, Tomo 169, Tomo 47; Tomo 125, Tomo 76, Tomo 78 y

legajos que en este acto se identifican con las letras “H”, “I”, “J”, “K”, “L” y

“LL”; CAJA N°°°° 9: Pieza separada de documentación Tomo XVII, Tomo 48,

Tomo XX, Tomo XVIII, Tomo 12.2, Tomo 8, Tomo 56, Tomo 10, Tomo 12,

Tomo 19, Tomo 134, Tomo 136, Tomo 137, Tomo 16; CAJA N°°°° 10: Pieza

separada de documentación Tomo 139 A, Tomo 139 B, Tomo 179, Tomo 154,

Tomo 135, Tomo 180, Tomo 171, Tomo 92, Tomo 24, Tomo 40, Tomo 41, Tomo

138, Tomo 111, Tomo 89, Tomo 131, Tomo 90, Tomo 91; CAJA N°°°° 11: Pieza

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separada de documentación Tomo 86, Tomo 85, Tomo 87, Tomo 183, Tomo 175,

Tomo 109, Tomo 72, Tomo 70, Tomo 177, Tomo 152, Tomo 23, Tomo 98, Tomo

69, Tomo 60, Tomo 133, Tomo 168, Tomo 115.1, Tomo 95, Tomo 163, Tomo

162, Tomo 161, y anexo que se identifica con la letra “M”; CAJA N°°°° 12: Pieza

separada de documentación Tomo 58, Tomo 173, Tomo 166, Tomo XXI, Tomo

160, Tomo 22, Tomo 7, Tomo 172, Tomo 4, Tomo 31, Tomo 3, Tomo 1, y pieza

separada de documentación que se identifica con la letra “N”. CAJA N°°°° 13:

Tomo 66, Tomo 11, Tomo 67, Tomo 143, Tomo 156, Tomo 9, Tomo 13 B, Tomo

13 A, Tomo 35, Tomo 94, Tomo 155, Tomo 146, Tomo 148, Tomo 147, Tomo 39

A y 39 B; Tomos 4, 5 y 6 que se inician en fs. 691 y finalizan en fs.1442, Tomos

15 y 16 que se inician en fs. 3301 y finalizan en fs. 4752; Tomos 17 y 18 que se

inician en fs. 4753 y finalizan en fs. 5285, Tomos 19 - 20 y 21 que se inician en

fs. 5236 y finalizan en fs. 6039; Tomo 22 se inicia se en fs 6040 y finaliza en fs.

6550; Tomos 25 y 26 que se inician en fs. 6551 y finalizan en fs. 7305; Tomos 27

y 28 que se inician en fs. 7306 y finalizan en fs. 7765; Tomos 29, 30, 31 y 32 que

se inician en fs. 7766 y finalizan en fs. 8753; Tomos 33, 35 y 35 que se inician

en fs. 8754 y finalizan en fs. 9523; Tomos 36 y 37 que se inician en fs 9529 y

finaliza en fs. 10088; Tomo 38 iniciado a fs. 10089 y llega a 10360; Tomo 42, 43,

44, que se inicia a fs. 10361 y llega al 11.917; Tomo 48, 49, 50, 51 y 52 que se

inicia a fs. 11918 y llega a 14200; Tomos 53, 54 y 55, que se inicia a fs. 14210 y

llega a fs. 15104; Tomos 56, 57, 58, 59, 60, 61, 62 y 63, que se inicia a fs 15.140

y llega a 17236; Tomos 64 a 69, que se inicia a fojas 17237 y llega a fojas 19205;

Tomos 70, 71, 72 y 73 que inicia a fojas 19206 y finaliza a fs. 20612; Tomos 74,

75 y 76, que se inicia a 20.613 y termina a 21.200; Tomo 76 que se inicia a fs.

21201 y finaliza a fs. 23.495; Tomos 79, 80, 81 y 82 que se inicia a fs. 23496 y

finaliza a fs. 25.185; Tomo 83 de fs. 25186 y finaliza en 28841; Tomo 84 que se

inicia a fs. 28842 y finaliza a fs. 34737; Tomo 85 que se inicia a fs. 34752 y

finaliza a fs. 35332 bis; Tomo 86 que se inicia a fs. 35337 y finaliza a fs. 35958;

Tomo 87 que se inicia a fs. 35964 y que finaliza a fs. 36385; Tomo 90 que se

inicia en fs. 37589 y finalizan en fs.38.855; Tomo 91 que se inicia en fs. 38.856 y

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

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finalizan en fs. 39142; Tomo 92 que se inicia en fs. 39143 y finalizan en fs.

39440; Tomos 93 que se inicia en fs. 39441 y finalizan en fs. 39851; Tomo s/n

que se inicia en fs. 39884 y finaliza en fs. 40124; Tomo 95 que se inicia en fs.

40125 y finaliza en fs. 41087; Tomo 98 que se inicia en fs. 41088 y finaliza en fs.

41543; Tomo 99 que se inicia en fs. 41544 y finaliza en fs. 43069; Tomo 104 que

se inicia en fs. 43.070 y finaliza a fs. 43.966; Tomo 105 que se inicia a fs. 43.967

y finaliza a fs. 44.188; Tomo 107 que se inicia a fs. 44.427 y finaliza a fs. 44.704;

Tomo 108 que se inicia a fs. 44713 y finaliza a fs. 45.043; Tomo 109 que se inicia

a fs. 45.044 y finaliza a fs. 46233; Tomo 110, que se inicia a fs. 46234 y finaliza a

fs. 46495; Tomo 111 que se inicia a fs. 46496 y la última foja foliada es la 46.775,

junto con actuaciones son foliar tituladas “ Pieza separada de extradición”; Tomo

113 que se inicia a fs. 47163 y finaliza a fs. 47706; Tomo 114 que se inicia a fs.

47707 y finaliza a fs. 48123; Tomo 115 que se inicia a fs 48.124, y finaliza a fs.

48508; Legajo caratulado “Soria Jorge-Porrini de Soria Beatriz”; legajo 61

caratulado “Antokoletz Daniel Victor y Andrés de Antokoletz Viviana”; legajo 57

caratulado “Ravignani Pablo y otros”; legajo 85 caratulado “Gremico Armando”;

legajo identificado con los n° 96 y 8 caratulado “Cubas Lisando Raúl”; legajo n°

48 caratulado “Abriata Hernán”; legajo identificado con los n° 15 y 7 caratulado

“Turra Elisabet Andrea y otro.....”; legajo identificado con el n° 123 caratulado

“Edelberg de Tarnopolsky Blanca E”; legajo 28 caratulado “Blanco García

Antonio-Carrega Eduardo Alberto-Agosti Hugo José-Lois Ricardo Omar”; legajo

identificado con los n° 4/74/79/80 caratulado “Muñoz Carlos-Bejerman Sergio-

Reboratti, Laura-Cheula Osvaldo”; legajo identificado con los n° 92 y 2/3

caratulado “Lorusso María Ester Rosa y otros”; legajo n° 9 caratulado “Said

Jaime”; legajo n° 81 caratulado “Torrens Bermann Irene Laura”; legajo n° 45

caratulado “Cobo Inés Adriana”; legajo identificado con el n° 93 y la inscripción

“CAUSA 589", caratulado “Arin Delacourt, Julio Cesar-Cuadrelli de Arin

Delacourt Mercedes Leonor.......”; legajo indentificado con los n° 5/6 caratulado

“Ahumada Alberto-Tacca de Ahumada María Laura”, legajo 9 caratulado

“Monforte Alejandro”; legajo identificado con el n° 1121 caratulado “Beretta

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Graciela Alicia-Beretta, María Magdalena s/privación ilegal de la libertad”; legajo

identificado con el n° 64 caratulado “Mignone Mónica María Candelaria”; legajo

n°43 caratulado “Picheni Rodolfo Luis-Loza Carlos Oscar-Guelfi Hector.....”;

legajo n° 80 caratulado “Corsi, María Elina y Lucero Alberto”; legajo identificado

con los n° 82 y 14 caratulado “Labayru, Silvia”; legajo n° 87 caratulado “Adjiman

Luis Daniel y otros......”; legajo n° 7 caratulado “Lopez, Alejandro Hugo”; legajo

identificado con la inscripción “L.5" y con los n° 10/11/12/13 caratulado “Recurso

de Habeas Corpus interpuesto por Esteban Arturo Repossi en favor de OSCAR

ALBERTO REPOSSI”; Legajo 151 caratulado “Di Domenico, Laura Susana”;

legajo n° 104 caratulado “Onofri, Hugo Luis-Sofientini, Ana María”; legajo n° 88

caratulado “Grosso Mirta-Díaz Norma Beatriz”; legajo n° 31 caratulado

“Arrostito, Norma Esther”; legajo identificado con los n° 111 y 41 caratulado

“Imaz de Allende María Inés del Pilar”; legajo identificado con los n° 109 y 61

caratulado “Bernst de Hansen María Eva- Canova Domingo”; legajo identificado

con los n° 124 y 27 caratulado “Coquet Ricardo Hector”; legajo identificados con

los n° 34 y 45 caratulado “Margari, Alfredo Julio”; legajo identificado con el n°

79 caratulado “Díaz Pecach Susana Noemí”; legajo n° 86 caratulado “Gazzarri,

Pablo Mario”; legajo n° 33 caratulado “Salcedo Edgardo y otro”; legajo

identificados con los n° 13163 y 3094 caratulado “Ollero, Inés Privación Ilegítima

de la libertad” - Legajo 51 "pegoraro, Susana Beatriz"; Legajo 99 "Olleros Inés";

legajo de incidentes de Olleros Inés, legajo de Hábeas Corpus de Inés Olleros;

Legajo 62 "Díaz Lestrem, Guillermo Raúl" junto con anexo I en fs. 157; Legajo

60 caratulado "Odell, Alejandro Roberto" junto con anexo; Legajo 2 "Galli, Mario

Guillermo Enrique y otros"; Expediente 1807 "Cerutti, Juan Carlos s/ denuncia";

legajo 156 "Palma, Horacio Mario"; legajo 17 "Ariel Adrián Ferrari"; Legajo del

caso N° 71 " Lordskipanidse, Carlos Gregorio " en 8 fs.; Legajo del Caso N° 81

"Varela Cid, Eduardo s/ denuncia"; Incidente de Búsqueda e identificación de

Dagmar, Ingrid Hagelin, Legajo del caso 18 "Gras, Martín Tomás" en 21 fs.;

legajo del Caso 85/86 "Lepiscopo, Pablo Armando y Ehrenhaus Bettina Ruth";

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

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Legajo 69 "Jauregui Mónica Edith y Gasparini Juan Alberto"; Legajo del Caso 40

"pastoriza Lila Victoria en 114 fs.; Legajo del Caso 37 "Etcheverría Daniel

Roberto", Legajo del Caso 75 " Strazzeri, Angel"; Legajo del caso 96

"Chiaravalle, Juan Carlos José"; del Caso 28 "Recurso de Habeas Corpus

interpuesto a favor de Szapiro Edmundo Daniel y Mascia de Szapiro, Hebe

Araceli susana, por Hebe M. Pavero de Mascia”; legajo 38 "iglesias de. Santi,

María Esther y Sano Roberto Gustavo"; legajo del Caso 32 "Castillo, Andrés

Ramón Víctima privación ilegal de la libertad"; Legajo del Caso 43 "Daleo,

Graciela Beatriz"; Legajo del caso 83 "Haidir, Ricardo René" en 375 fs.; causa

16489 "Suárez Antonia interpone recurso de Hábeas corpus a favor de Ricardo

Soria" en 210 fs.; legajo del Caso 93 "Ardeti, Néstor Enrique"; Legajo del Caso

95 -Anzorena, Juan Carlos"; legajo 39 "Mangone José Héctor y Rapela de

Magnone María José" en 80 fs.; Legajo del Caso 83 "Basterra, Victor Melchor";

Legajo 58 "Girón Eduardo Daniel y Enrique Raab"; Legajo de los casos 85/86

"Castro, Damaso Alberto denuncia Hurte” en 13 fs.; prontuario de Nora Irene

Wolfson en 25 fs.; legajo 71 "Gras, Martín Tomás" en 230 fs.; legajo 66

"Villariño, Raúl s/ denuncia", Legajo del Caso 29 "Salgado, José María" en 29 fs.;

causa 761 "cuaderno de prueba fiscal" en fs. 77; legajo 63 "Girondo Alberto

Edmundo" en 100 fs,; Anexo XVI causante Rossi, Juan Carlos en 193 fs.; Causa

1095 "Cicconi, María Luján s/ denuncia ante, conadep"; Legajo 72 "Pereyra

Liliana y otras"; Legajo 5 "Avellaneda Lucrecia Mercedes víctima”; legajo 94

"Soria, Ricardo" ; legajo del Caso 65 "Capa Mirta" en 2 fs.; legajo 77 "Orazzi,

Nilda Haydee" en 186 fs.; legajo del Caso 73 "Lecumberry Osmar" en 2 fs.; legajo

del caso 78,"Barreiro, Roberto" en 2 fs.; Legajo caso 18 "Gras Martín Tomás";

legajo del caso 22 "Benassi, María Catalina" en 86 fs.; Legajo del caso 22

"Hernandez, Marcelo" en 2 fs., Legajo del caso 77 "Oviedo, Daniel" en 2 fs.;

Legajo del Caso 66 "Marcus, Adriana Ruth" en 2 fs.; Legajo del caso 68 "Pesci

Eduardo" en 4 fs.; Legajo del Caso 97 " Palachi, Enrique" en 11 fs.; legajo del

Caso 19 "Figueredo Ríos, Carlos Eduardo" en 6 fs.; Legajo 116 "Maggio, Horacio

Domingo"; Legajo del Caso 72 "Caffati, Jórge" en 132 fs.; legajo 138 " Stiefkens

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30

de Pardo, Ana María" en 144 fs.; legajo 106 "Aisemberg Ariel Aisemberg Luis

Daniel y Vieyra, Lidia Cristina" en 8 fs.; legajo 131 "Clemente, Adriana Rosa" en

5 fs.; legajo 162 "Corsiglia, Higo Arnaldo" en 5 fs.; legajo 103 "Ruszkowsky,

Alicia" en 6 fs.; legajo 95 "Moyano, Arnoldo del Valle y otros" en 204 fs.; expte.

caratulado "Calveiro de Campiglia"; Legajo del caso 42 "Tokar Elisa" en 2 fs.;

legajo 161 "Ojea Quintana, Esteban María"; anexo de legajo 127 "Pomponi, Jorge

Oscar Francisco y otros" en 172 fs.; legajo del caso 102 "Quinteros, José Daniel"

en 2 fs.; Legajo del caso 103 "Miño, José Orlando" en 2 fs.; causa 761 "Cuaderno

de prueba de los particulares damnificados" en 69 fs.; Hábeas corpus de Pérez por

Pérez de Donda María Hilda, Donda José María y el hijo de ambos que habría

nacido en Agosto de 1977; expediente caratulado "prueba documental respecto de

Norma Susana Burgos"; causa 45.394 "Villaflor Aníbal Clemente y otros” en 22

fs.; legajo 383 "Recurso de Hábeas Corpus interpuesto a favor de Villaflor y

otros" en 25 fs.; legajo 115 "Fidalgo, Alicia Graciela"; legajo 126 "Silvia

Wikinski y otros" en 9 fs.; expte. caratulado "Corre por cuerda a legajo 44 de

Lewin García" en 322 fs.; legajo 73 "Calveiro de Campiglia Pilar"; legajo 53

"Cigliuti Melani, Eduardo Oscar" en 59 fs.; Legajo de “Mangone, José Hector y

otro"; legajo 152 "Frank, Ricardo Alberto"; legajo 44 "Lewin de García, Miriam y

otros"; legajo del caso 100 "Alberti Graciela"; legajo 128 "Fatala, Víctor Anibal"

en 6 fs.; legajo 55 "Cozzi, Norma Cristina y otros"; Legajo respecto de Villani,

María César" ; Legajo 121 "Fukman, Enrique Mario"; legajo 40 "Pared, Jorge

Alberto y otros"; legajo respecto de “Gladstein, Lázaro Jaime y otros" en 170 fs.;

anexo de legajo 118 "Hazan, José Luis y otros" ; legajo 83 "Jauregui, Mónica

Edith y otros" en 50 fs.; Legajo 137 "Chiappolini, Carlos Alberto"; legajo 3436

"Villaflor de Vicenti Azcuena s/ priv. ilg. Lib."; anexo I causa 6511 en 145 fs.;

legajo respecto de “Milesi, María del Huerto y otros"; legajo 63 “Girondo Alberto

Eduardo"; legajo del Caso 78 "Barreiro, Roberto Marcelo" en 51 fs.; legajo 62

"Moyano Arnoldo del Valle s/ privación ilegítima de la libertad"; legajo de

"Mangone José Héctor y Rapela de Mangone María José"; legajo 130 "Testa Ana

María Isabel" en 6 fs.; "legajo respecto de Jorge Alberto Pared y Sara Isabel

Page 31: Resolución completa: elevan a juicio oral la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

31

Ponti" en 200 fs.; legajo 125 "Nardone, Dina Ana María" en 137 fs.; legajo 89

"Landin, Martín Ramón y otros" en 140 fs.; legajo respecto de Pérez, Julio

Enrique" en 32 fs.; legajo 67 "Ponce de Fernández Ana María"; legajo 12 "Infante

Allende, Adolfo y otros"; Legajo 65 "Donadío Alberto Eliseo y otros"; Legajo 59

"Chíaravalle, Juan Carlos José" en 50 fs.; legajo 68 "Lennie y otros" en 26 fs.;

legajo 122 "Dri„ Jaime Feliciano"; Legajo del Caso 82 "Cieza Horacio y otros";

Legajo 49 "Casareto Antonio y otros" en 202 fs.; Legajo respecto de “Pared, Jorge

Alberto y otros"; legajo del caso 98 " Seoane Dora Laura"; legajo 56 "Actis

Goretta Nilda"; legajo 29 "Eguren de Cooke, Alicia"; legajo 8 "Matsuyana, Luis

Esteban y otros"; legajo 155 "Greco, Dora Cristina" en 93 fs.; legajo 41 "Wolfson,

Nora Irene" en 140 fs.; legajo respecto de “Moyano, Francisco s/ denuncia' en 203

fs.; legajo 120 "Barros y otros" en 53 fs.; expte. 2421 "Greco, Dora Cristina s/

secuestro" en 88 fs.; legajo respecto de “Cartelletti Enrique Horacio s denuncia";

anexo I de legajo 40 "Pared, Jorge Alberto y otros" en 60 fs.; Legajo del Caso 101

"Acuña Gustavo" en 3 fs. junto con recurso de Hábeas Corpus en 15 fs., Hábeas

Corpus de Laisenberg, Luis Daniel y Ariel en 25 fs.; Legajo 58 "Gíron, Eduardo

Daniel y Raab Enrique" en 35 fs.; legajo 37 "Etcheverría, Daniel Roberto" en 216

fs.; legajo 36 "Faraldo José Luis" en 62 fs.; expte. 761 "incidente de búsqueda

formado respecto de Juan Julio Roque” en 73 fojas; Legajo 98 “Orlando, Irene y

otros” en fs. 118; Legajo 120 “Pomponi de Dureau, María”. Anexo XVII de

Víctor Melchor Basterra (en cuatro cuerpos), legajo n° 13 perteneciente al

nombrado (un cuerpo), -contiene además las vistas fotográficas obtenidas por el

nombrado y una libreta de matrimonio de Salgado y Gandolfi; cuerpos 1, 2 y 3 del

legajo n° 13 perteneciente a Víctor Melchor Basterra a fs. 431; un sobre marrón

conteniendo copias del auto de prisión preventiva de Ricardo Miguel Cavallo

enviado por la audiencia Nacional; legajo de dominio “B” n° 207.694; un sobre

marrón conteniendo documentación: revista caras y caretas, sobre pequeño con

dos artículos periodísticos y copias certificadas de la causa n° 43.614 relacionada

con la causa n° A-124/84 “Penino, Vicente R. y otra s/denuncia), un cassette

marca Ross de 90 minutos; causa n° 1699/99 “Scilingo, Adolfo Francisco su

Page 32: Resolución completa: elevan a juicio oral la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

32

denuncia” en tres cuerpos; causa n° 1164 “Scilingo, Adolfo Francisco s/recurso

art. 445 bis CJM” en dos cuerpos, junto con fotocopias certificadas de los

expedientes de mención; causa n° 644 “Kiper, Luis Saúl s/denuncia Privación de

libertad” remitido por el Jdo. Federal n° 2 de San Martín” en fs. 52; causa n° 644

“kiper, Luis Saúl s/denuncia privación ilegítima de libertad” en fs. 32, causa n°

15007 del Juzgado de Instrucción N° 20 caratulado “Torrents, Irene Laura sobre

presunta privación ilegal de la libertad” en fs. 71; causa n° 37.803 “Bejerman,

Sergio Martín y Brotman, Florencia María sobre privación ilegítima de la libertad

y robo a éstos” del Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción N° 24 en fojas

20; expediente n° 467/01 “investigación preliminar ordenada por la Fiscalía

General en III cuerpos a fs. 422 junto con fotocopias simples de actuaciones de la

Comisión de Acusación del Consejo de la Magistratura y documentación aportada

por Schulman y Daleo en dos sobres marrones, Legajo de información

proporcionada por CONADEP; causa n° 38.125 del Juzgado Nacional en lo

Criminal de Instrucción N° 10 caratulada “Moreira, Héctor Horacio su privación

de libertad en fs. 26, causa n° 12.106 caratulada “Recurso de Hábeas Corpus

interpuesto por Eliana Saavedra de Hueravilo en favor de Oscar Lautaro

Hueravilo y Mirta Mónica Alonso de Hueravilo, en fs. 17; causa N° 43.385

“Armayor de Mura Esther Margarita s/ recurso de hábeas corpus en favor de Mura

María Cristina” del Juzgado de Instrucción N° 2 en fojas 16; causa n° 10.731/04

caratulada “N.N. sobre secuestro, denunciante; echeverría, Angel Roberto” del

Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción N° 38, Secretaría n° 132, en fojas

18; causa n° 39.171 del Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción n° 10

“Hábeas corpus presentado en favor de Casaretto, Antonio Alejandro” en fojas 22,

causa n° 40.052 del Juzgado de instrucción n° 10, “testimonios remitidos por el

Juzgado Federal n° 5, Sec. 14, para investigar la privación de libertad de

Francisco Juan Blaton” en fs. 20; causa n° 11.916 del Juzgado Nacional en lo

Criminal de Instrucción N° 12 “González telmo s/infracción art. 194 del C.P.; Dte.

Di Leo, Beatriz”; sumario del Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción n°

Page 33: Resolución completa: elevan a juicio oral la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

33

14 “Arín, Oberto Domingo s/denuncia de privación ilegítima de la libertad”; un

juego de fotocopias certificadas de la Cámara Federal de San Martín de la causa

n° 114, caratulada “Cicconi, María Luján, Daddone Luis sobre privación ilegal de

la libertad”; un juego de testimonios certificados de la causa n° 13392 caratulada

“Gómez Conrado Higinio sobre privación ilegal de su libertad -Antecedentes:

Juzgado de Sentencia letra M, Sec 14, recurso de hábeas corpus”; fotocopias

certificadas de la causa n° 12341 del Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo

Criminal de Instrucción N° 29, caratulada “Juzgado Federal n° 4, su denuncia por

privación ilegal de la libertad”; carpeta de legajos remitidos por la Cámara federal

con declaraciones de: Actis Goreta, Urieu, Pastoriza, Basterra, Cubas, Manti,

Solarz; y fotocopias certificadas de los siguientes legajos: N° 51 de Pegoraro,

Susana Beatriz; n° 72 de Pereyra, Fontana, Moyano de Poblet, Pegoraro, Rapela

de Mangone, Viñas de Penino, Civer de Reinholdt, Perez de Donda, causa n°

11.375 del Juzgado de Instrucción n° 29 “Gullo, Humberto sobre denuncia por

privación de la libertad”, Legajo en copias certificadas de la causa n°

11.370/2001, legajo de causa n° 11.370/01 en copias certificadas, legajo de causa

n° 11.370/01 en copias certificadas, un juego de copias certificadas de las

constancias obrantes a fs. 1, 3, 13 y 18 de las fotocopias certificadas de la causa n°

23.750 “Pegoraro, Juan y Pegoraro, Susana sobre privación ilegal de la libertad en

su perjuicio”; documentación en copia aportada por Vasallo; documentación

aportada por Gaspari el 25/04/05; Libros: Noir Canon - La prueba (soborno en el

senado de la Nación) -La delgada línea blanca y revista veintitrés); Video de inc.

37 de predio de panamericana y Thames; Libros: eva perón - Nunca Más -

doctrina y militancia - historia madres de plaza de mayo - publicación armada

argentina 1978 - el camino de la democracia Alte. Massera. - Yo fui vargas -

alternativa de pensamiento político - edición especial revista cambio año 1 - nro.

10; un video tape remitido por TELEFE con oficio del 10/11/03; video tape predio

ESMA - incidente nro. 38; fotocopias remitidas por Federal 4 / 7 con declaración

de Juan Antonio del Cerro; revista 23 septiembre 2003 nro. 269; CD

correspondiente a causa nro. 11370/01 - Astiz -; Expediente nro. 97268/2001,

Page 34: Resolución completa: elevan a juicio oral la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

34

Scilingo, Adolfo Francisco s/Habeas Corpus“; Expte. 3599/98 del Juz. Fed. 4 -

Sec. 7 - N.N. Dte. Reyes Anderson - en 3 cpos.; Causa nro. 18.918/03; edición de

Página12 del 26/3/1995, dos cassettes V.H.S. del programa “a pesar de todo”;

Dictamen fiscal e impresión de nota periodística del diario Perfil de fecha 12 de

agosto de 2007 glosados a fs. 28.617/28619, dictamen de la Fiscalía Federal N° 3

de fs. 28682/28683 junto con impresiones de fs. 28684/28695, copia certificada de

la Partida de Defunción de Carlos Adalberto Rodríguez Carranza de fs. 28713,

informe de la Asesoría Jurídica de la Armada de fs. 28815/28818 entre la cual se

halla el detalle de automotores asignados a la ESMA entre los años 1976 a 1983 y

la documentación allí detallada, dictámenes de la Fiscalía Federal n° 3 por los

cuales formulan requerimiento de instrucción glosados a fs. 28974/28990, oficio e

informes de la Cámara Nacional Electoral de fs. 29.093/29096, oficio de la

Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires junto con copias e

informe relacionados a Rogelio José Martínez Pizarro, oficio y copias de Legajos

CONADEP nros. 3082, 3094, 3084 y 8286 remitidos por la Secretaría de

Derechos Humanos glosados a fs. 29.135/29.211, oficio de la Biblioteca del

Congreso de la Nación junto con copia certificada obrantes a fs. 29.239/40,

documentación certificada a fs. 29.273, oficio y actuaciones enviadas por la

Prefectura Naval Argentina glosadas a fs. 29280/29.316, oficio de la Cámara

Federal de Apelaciones de La Plata junto con copias certificadas de la declaración

de Néstor Zurita glosados a fs. 29.319/29358, declaración testimonial de Miguel

Ángel Lauletta de fs. 29375/29376, declaración testimonial de Alfredo Manuel

Juan Buzzalino de fs. 29377, informe de la Fuerza Aérea Argentina de fs.

29379/29.382, declaración testimonial de Adriana Rut Marcus de fs.

35614/35619, copia de certificado de defunción de Luis María Mendía, copias

certificadas del expediente nro. 37.432/2007 caratulado “Chiappe Verónica del

Valle c/ Colomer Santiago s/ recusación con causa -incidente civil-” de fs.

29467/29693, copias certificada del expediente nro. 42782/2007 caratulado

“Chiappe Verónica del Valle c/ Colomer Santiago s/ división de condominio” de

fs. 29695/29756, oficio de la Armada Argentina de fs 35857/35858 y los Legajos

Page 35: Resolución completa: elevan a juicio oral la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

35

de Servicios remitidos a este Tribunal que se detallaran en el mismo, copia

certificada de la declaración testimonial Marta Remedios Alvarez glosada a fs.

35054/36060, copia certificada de la declaración testimonial de Miguel Ángel

Lauletta obrante a fs. 36179, declaración de Graciela Beatriz Massa de fs. 36331,

copia certificada de las transcripciones mecanografiadas de la declaración de

Armando Luchina en la causa nro. 1223 del T.O.C.F. nro. 6 glosadas a fs.

36394/36459, oficios y copias remitidos por el Senado de la Nación obrantes a fs.

35576/35727, copias certificadas de las declaraciones testimoniales de María

Elena Vergeli y Eloy Oscar Gandulfo obrantes a fs. 35734/35760, declaraciones

prestadas por Víctor Melchor Basterra en estas actuaciones con fecha 17 de junio

de 2008, dictámenes del Sr. Agente Fiscal de fs. 35791/35794 y fs. 36118/36120,

declaración testimonial de Carlos Alberto García de fs. 35853/35857, copia

certificada de Legajo CONADEP nro. 6804 glosada a fs. 35900/35918,

declaraciones testimoniales de María Elena Vergeli y de Eloy Oscar Gandulfo de

fs. 36208/36214, copia certificada de Ricardo Héctor Coquet de fs. 36436/36443,

actuaciones de la Delegación Campana de la P.F.A. de fs. 36445/36455, oficio

junto con fotocopias remitido por la Secretaría de Derechos Humanos glosados a

fs. 36648/36662, escrito y fotografía presentados por Mariana Fulkes obrantes a

fs. 36691/36693, actuaciones de la División Asuntos Internos de la P.F.A.

glosados a fs. 36703/36728 y a fs. 36759/36775, escrito presentado por Carlos

Lorkipanidse glosado a fs. 36749, declaraciones testimoniales de Víctor Melchor

Basterra de fs. 36779/36782; nota de fs. 37.937/38 del Estado Mayor General de

la Armada acompañando los originales de los legajos de servicios, de concepto y

fotografías de las siguientes personas: Paulino Oscar Altamira, Jaime Donardo

Bravo, Daniel Néstor Cuomo, Juan de Dios Daer, y Ramón Antonio Monje;

fotografía publicada en el Diario “Crítica Digital” de Lindoro obrante a fs. 37.948;

actuaciones acompañadas por el Dr. Ramón Torres Molina obrantes a fs.

37.955/37.973; nota de fs. 37.974; actuaciones obrantes a fs. 37.980/38.177 (copia

del legajo CONADEP SDH respecto de Victor Melchor Basterra) que fueron

acompañadas mediante un escrito presentado por el Dr. Eduardo Luis Duhalde a

Page 36: Resolución completa: elevan a juicio oral la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

36

fs. 38178; declaración testimonial de Carlos Gregorio Lordkipanidse junto con el

acta de reconocimiento y material correspondiente obrantes a fs. 38.198/38.201;

declaración testimonial de Andrea Marcela Bello junto con el acta de

reconocimiento y el material correspondiente obrante a fs.38.202/38.205; notas de

fs. 38.225/226 y fs. 38.251, acompañando los originales de los legajos de

servicios, de concepto y fotografías del personal militar, de suboficiales de

apellido Cejas, que se encontraban en actividad entre 1976 y 1983, que se

reservaron en Secretaría (ver fs. 38.230 vta. y fs. 38.264 vta.); notas de fs. 38.365

y 38.370, remitidas por el Estado General de la Armada Argentina; peritaje

fisionómico obrante a fs. 38.374/384 elaborado por la División Individualización

Criminal de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la Policía Federal

Argentina; peritaciones elaboradas por la Dirección de Policía Científica de la

Gendarmería Nacional obrantes a fs. 38.390/38.403 y fs. 38.412/38.430;

declaración testimonial de Daniel Aníbal Vázquez de fs. 38.408/409; actuaciones

de fs. 38.470/474; actuaciones remitidas por el Estado Mayor General de la

Armada, junto con fotografías en copia y en original de Daer, Altamira y Cuomo,

obrantes a fs. 38.549/553, peritaje elaborado por la Dirección de Policía Científica

de la Gendarmería Nacional obrante a fs. 38.557/570, copias certificadas de

declaraciones testimoniales de Mario César Villani, obrantes a fs. 38.577/578 y

38.579/582, cuyos originales obran en la causa N°18.407/02 del registro de este

Juzgado; fotocopias del legajo de identidad de Paulino Oscar Altamira, obrantes a

fs. 38.586/589; fotocopias del legajo de identidad de Juan De Dios Daer, obrantes

a fs. 38.590/603; nota de fs. 38.604 remitida por la División Legajos Personales

de la Policía Federal; actuaciones remitidas por la División Especial de

Investigaciones y Procedimientos Judiciales de la Gendarmería Nacional obrante a

fs. 38.605/612; peritación elaborada por la División Individualización Criminal de

la Superintendencia de Investigaciones Federales de la P.F.A., obrante a fs.

38.613/623; actas de reconocimiento de fojas 38.782/38.785; impresión de nota

periodística que luce a fs. 38.918 junto con la constancia de fs.38.919; declaración

testimonial de Alicia Graciela Pes que luce a fs. 38.924/25; declaración

Page 37: Resolución completa: elevan a juicio oral la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

37

testimonial de Patricia Elvira Panighetti de fs. 39.161; declaración testimonial de

Norma Cristina Cozzi que luce a fs. 39.163/64; actuaciones remitidas por la

Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil obrantes a fojas 39.170/78;

actuaciones remitidas por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial que

lucen a fojas 39.179/188; nota remitida por la Dirección Nacional de Migraciones

que luce a fojas 39.189; escrito presentado por Carlos Lordkipanidse obrante a

fojas 39.190/191; escrito remitido por el Intituto Espacio para la Memoria que

luce a fojas 39.193; declaración testimonial de Victor Basterra obrante a fs.

39.261/265; actas de detención y notificación de derechos y garantías, y de

entrega de detenidos obrantes a fojas 39.278/295 remitidas por el Estado Mayor

General de la Armada; actuaciones remitidas por el Registro de Estado Civil y

Capacidad de las Personas que luce a fojas 39.334/339; nota remitida por el

Registro Nacional de las Personas de fojas 39.347; actuaciones remitidas por la

Oficina de Asignación de Causas de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y

Comercial Federal que luce a fojas 39.348/351; actuaciones remitidas por la

Cámara Federal de Apelaciones de Salta que luce a fojas 39.389/392; peritación

elaborada la División Individualización Criminal de la Superintendencia de

Investigaciones Federales de la Policía Federal Argentina que luce a fs.

39.398/426; actuaciones remitidas por la Cámara Federal de Apelaciones de San

Martín que luce a fojas 39.428/39.440; actuaciones remitidas por la Cámara

Nacional de Apelacione en lo Contencioso Administrativo Federal obrante a fojas

39.445/474; oficio remitido por el Juzgado Federal Criminal y Correccional N° 1

de San Isidro que luce a fojas 39.481; actuaciones remitidas por la Cámara Federal

de Apelaciones de la Seguridad Social obrante a fojas 39.485/595; nota remitida

por el Instituo Espacio para la Memoria que luce a fojas 39.596; actuaciones

remitidas por la Cámara Federal de Apelaciones de San Martín que luce a fojas

39.598/601; actuaciones remitidas por el Registro Nacional de las Personas

obrante a fojas 39.775/779; actuaciones remitidas por la Cámara Nacional de

Apelaciones del Trabajo que lucen a fojas 39.781/791; actuaciones remitidas por

la Cámara Federal de Apelaciones de la Ciudad de Tucumán obrantes a fojas

Page 38: Resolución completa: elevan a juicio oral la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

38

39.792/794; actuaciones remitidas por la Cámara Federal de Apelaciones de la

Seguridad Social obrantes a fojas 39.795/865; oficio y actuaciones certificadas

remitidos por el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 1,

Secretaría N° 1 en relación al hecho n° 367 obrantes a fojas 39.882/900;

actuaciones remitidas por la Drivisión Scopometría de la P.F.A. que lucen a fojas

39.948/949; actuaciones remitidas por la Cámara Federal de Apelaciones de Bahía

Blanca obrantes a fojas 39.950/39.985; copias certificadas del Legajo CONADEP

n° 749 correspondiente a Sergio Victor Centrángolo a raíz de la denuncia

efectuada por Graciela Pes que lucen a fojas 39.986/40.009 remitidas por el

Archivo Nacional de la Memoria; copia certificada del Legajo CONADEP n° 20

correspondiente a Mirta Edith Trajtenberg de fojas 40.010/057 remitidas por el

Archivo Nacional de la Memoria; copia de nota firmada por Horacio Domingo

Maggio dirigida al Departamento de Estado de los Estados Unidos remitida a este

Tribunal por el Espacio Nacional de la Memoria que luce a fojas 40.058/072;

pericia n° 2191 remitida por le División Scopometría de la Policía Federal

Argentina que luce a fojas 40.076/087; actuaciones remitidas por la Cámara

Federal de Apelaciones de Mendoza obrantes a fojas 40.097/107; escrito

presentado por el Sr. Agente Fiscal Dr. Eduardo Taiano acompañando copia de

nota periodística del Diario Página 12, obrantes a fojas 40.113/115; declaración

testimonial prestada por Ernesto Jorge De Marco obrante a fojas 40.299/301;

escrito y copias adjuntas por la Dra. Alcira E. Ríos obrantes a fojas 40.351/364;

escrito presentado por Enrique Mario Fuckman que luce a fojas 40.392;

Requerimiento de instrucción del Dr. Taiano de fs. 40.413; oficio del Juzgado

Federal N° 3 de Mar del Plata de fs. 40.431; actuaciones del Ministerio de

Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de fs. 40.433/40.441; escrito presentado

por Nilda Noemí Actis Goretta de fs. 40.555; actuaciones de la División Interpol

de la P.F.A. de fs. 40.608/40.609; oficio de la Armada Argentina de fs. 40.644 y

legajos detallados en el mismo; copias del expediente nro. 43.984/2008 del

registro del Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción nro. 27 glosadas a fs.

40.659/40.692; declaración testimonial de Angel Strazzeri de fs. 40.712/40.713;

Page 39: Resolución completa: elevan a juicio oral la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

39

declaración testimonial de Daniel Aldo Merialdo de fs. 40.714/40.715; copias de

partidas de nacimiento de Veronica Freier y María Freier glosadas a fs.

40.717/40.718; vistas fotográficas y escritos relacionados a Veronica Freier

glosados a fs. 40.720/40.725; copias de declaración testimonial de Adriana Rut

Marcus obrante a fs. 40.726/40.729; escrito de Alcira Rios glosado a fs. 40.730;

documentación glosada a fs. 40.769/40.793 aportada por el Defensor Oficial, Dr.

Juan Hermida, en relación a Edgardo Aroldo Otero la cual fuera detallada en el

escrito de fs. 40.794; Copias de legajos e información remitida por la Secretaría de

Derechos Humanos de la Nación en relación a Julio Fernando Guevara, Ernesto

de Marco y Ernesto Héctor Zarica obrantes a fs. 40.801/40.935; actuaciones

remitidas por la Morgue Judicial en relación a las autopsias de Roberto Oscar

Ramirez y Ernesto Rivera obrantes a fs. 40.943/41.000; escrito presentado por

Rodolfo Yanzón obrante a fs. 41.011 acompañando un diskete en que obran

hechos no contemplados aún por el objeto de la investigación; nota remitida por la

Armada Argentina en relación a Amador Salina obrante a fs. 41.012; escrito

intitulado “se constituye en querellante” presentado por Alejandrina Barry junto

con copias certificadas en tres fojas, obrante a fs. 41.013/41.017; escrito

presentado por Osvaldo Barros y otros en representación de la Asociación de Ex

Detenidos Desaparecidos, FIDELA y CAJ obrante a fs. 41.018/41.033;

actuaciones remitidas por la Cámara Federal De Apelaciones de Resistencia

obrantes a fs. 41.041/41.117; impresión del contenido del diskete aportado por

Yanzón a fs. 41.011 obrante a fs. 41.118/41.150; testimonios de la causa número

1351 “Nicolaides Cristino y otros s/ sustracción de menor” de trámite por ante el

Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 6 obrantes a fs. 41.167/41.177; nota

remitida por el Servicio Penitenciario Federal en relación a Carlos Orlando

Generoso obrante a fs. 41.178/176; actuaciones remitidas por la Directora

Nacional de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario del

Ministerio de Defensa de la Nación obrantes a fs. 41.180/41.182; fotocopia de la

partida de defunción de Carlos José Pazo de fs. 41.185/186; copias digitalizadas

de remitidas por el Registro Nacional de las Personas en relación a Julio Guevara

Page 40: Resolución completa: elevan a juicio oral la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

40

obrantes a fs. 41.187/41.199; actuaciones remitidas por la Cámara Federal de

Apelaciones de Santa Fe obrante a fs. 41.202/41.275; actuaciones remitidas por la

Cámara en lo Criminal y Correccional Federal obrantes a fs. 41.291/41.294;

presentación efectuada por Carlos Gregorio Lordkipanidse obrante a fs.

41.295/41.297; requerimiento fiscal elaborado por Eduardo Raúl Taiano obrante a

fs. 41.301/302; Declaración testimonial de Nilda Haydee Orazi de fs., 41.307/8;

actuaciones remitidas por la Cámara Federal de Apelaciones de Corrientes

obrantes a fs. 41.309/41.380; declaración testimonial de Marisa Sadi de fs.

41.398/41.401; declaración testimonial de Manuel Fernando Franco obrante a fs.

41.402/403; declaración testimonial de Angel Alberto Laurenzano de fs.

41.407/408; declaración testimonial de Andrea Marcela Bello de fs. 41.413;

declaración testimonial de Enrique Mario Fukman de fs. 41.414; declaración en

calidad de testigo de Sergio Martin Bejerman de fs. 41.415/6; actuaciones

remitidas por la Cámara de Apelaciones de la Seguridad Social obrantes a fs.

41.421/41.513; actuaciones remitidas por la Cámara Federal de Apelaciones de

Córdoba de fs. 41.520/41.551; copias de legajos CONADEP de Jorge Luis

Badillo (3655), Claudio Cesar Adur (2875), Bibiana Martin de Adur (2884),

Ricardo Luis Cagnoni (1107), Griselda Susana Lopez (2684), Viviana Ercilia

Micucci (4111) Daniel Bernardo Micucci (4112), Ernesto Rivera (923)e

información en relación a Jorge Calle y Santiago Morazzo remitidas por el

Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación obrante a fs.

41.553/41.715; actuaciones relacionadas con la detención de Claudio Orlando

Pittana obrantes a fs. 41.732/41.753; informe de la Cámara Nacional Electoral

obrante a fs. 41.812/3; actuaciones remitidas por la Cámara Federal de

Apelaciones de Comorodo Rivadavia obrantes a fs. 41.814/41.840; declaración

testimonial de Carlos Gregorio Lordkipanidse de fs. 41.842/843; actuaciones

remitidas por el Instituto Espacio para la Memoria de fs. 41.855/859; diskete

acompañado por Roman Lejtman a fs. 41.875; informe del Banco Francés de fs.

41.889; actuaciones remitidas por la Cámara Federal de Apelaciones de Mar Del

Plata obrantes a fs. 41.891/41.899; oficio obrante a fs. 41.900; nota de la

Page 41: Resolución completa: elevan a juicio oral la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

41

comisaría 23 de la Policía Federal en relación a Esperanza María Cacabelos y

Edgardo de Jesus Salcedo obrante a fs. 41.901/903; nota remitida por la Armada

Argentina en relación al personal (oficiales y suboficiales) que se encontraban en

actividad entre los años 1976/1983 obrante a fs. 41.905/908; nota de la Armada

acompañando fotografías de Siffredi y de Cionchi obrante a fs. 41.915; nota de la

“Editorial Atlántida S.A” obrante a fs. 41.935; nota remitida por la Secretaría de

Derechos Humanos en relación a los legajos de CONADEP de Graciela Mabel

Barroca (6256) y Gerardo Strejilevich (2535), remitiéndolos en formato digital

obrante a fs. 41.944/41.945; escrito y documentación presentado por Eduardo

Luis Duhalde obrante a fs. 41.961/41.972; documentación en copias remitida por

la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, Seguridad y

Derechos Humanos obrante a fs. 41.985/42.255, a saber: copias de legajos de

CONADEP de Verónica Freier (1448); Sergio León Kacs (1447); Hilda Yolanda

Cardozo (1823); Ramón Aquiles Verón (4370) y Amalia María Sarralde (3673);

copias de legajos de hábeas corpus de Verónica Freier y de Sergio León Kacs, y

en relación a Freier y Kacs: listado de judíos argentinos desaparecidos, tomo 129

de la causa seguida a Adolfo Scilingo en España, Tomo 138 de la causa seguida a

Adolfo Scilingo seguida en España; documentación desclasificada del

Departamento del Estado de Estados Unidos de América; en relación a Hilda

Yolanda Cardozo: copias certificadas de causa 13, cuerpo XCVII, cuestiones de

hecho 151 a 161; causa iniciada por Ramón Aquiles Verón a favor de la nombrada

Cardozo, la represión en Salta: testimonios y documentos de Lucrecia Barquet y

Raquel Adet, indice general de cartas ONU; legajo SDH 568 correspondiente a

Jorge Luis Carpineti, listado que menciona a Hilda Yolanda Cardozo; legajo SDH

n° 2843 correspondiente a Miguel Angel Lauletta y tomo 35 de la causa seguida a

Scilingo en España; en relación a Ramón Aquiles Verón: copia certificada de la

solicitud de Luciano Jauregui en la causa 49.531 y en relación a Amalia María

Sarralde: cuerpo 215 de la causa 1170 “Primer Cuerpo de Ejército” y tomo 101 de

la causa seguida a Adolfo Scilingo en España; respuesta de oficio remitido por el

Juzgado En lo Criminal y Correccional Federal N° 10 en relación a Iris Nélida

Page 42: Resolución completa: elevan a juicio oral la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

42

García obrante a fs. 42.257/259; declaración testimonial de Enrique Adolfo

Borcel; nota de la Armada obrante a fs. 42.273/275 acompañando los legajos de

concepto y servicios originales de Hugo Siffredi, Oscar Garcia, Luciano Becerra,

Guillermo Pazos,Tomas Reydo, Carlos Piccone, Rodolfo Cionchi, Luis María

Ferrari del Sel; Pedro Carlos Florido; Mauro Aurelio Benitez; Jorge Luis

Guarrochena; Francisco Di Paola; Juan Alomar; Daniel Bullo, Roberto Alemanno

y Hector Cesari los que se reservan en Secretaría; oficio de la Cámara Criminal y

Correccional Federal de fs. 42.278 remitiendo copias certificadas del expediente

“KACS Sergio Leon, Freier Verónica s/ privación ilegal de libertad” y del

incidente de competencia en causa “Kacs Sergio s/ privación ilegal de libertad”;

actuaciones remitidas por el Juzgado Federal N°4 Sec N° 8 de fs. 42.279/282;

requerimiento fiscal de instrucción elaborado por el Dr. Eduardo Taiano ampliado

a fs. 42.381/42.438 y otro dictamen del mismo tenor obrante a fs. 42.439/440;

actuaciones remitidas al Juzgado Federal N° 5, Secretaría N° 9 relacionados con

una petición de este Juzgado obrantes a fs. 42.453/454; nota remitida por la

Armada Argentina en relación a los suboficiales en actividad desde 1976/1983

obrante a fs. 42.455/455bis; fotocopia de declaración testimonial de Hilda

Brotman obrante en causa 13/84 remitida por la Cámara Federal de esta Ciudad,

obrante a fs. 42.456/42.472; constancia de fs. 42.487; actuaciones remitidas por el

Juzgado Federal N° 9, Secretaría N° 17 obrantes a fs. 42.488/42.489; fotocopias

certificadas de la causa número 11.684/98 caratulada “Vildoza Jorge Raúl y otros

s/ supresión de estado civil y otros” remitidas por el Juzgado Federal N° 1,

Secretaría N° 1 obrantes a fs. 42.500/42.601; copias de las resoluciones de fechas

9 de diciembre de 1982 y 3 de marzo de 1983 remitidas por el Juzgado Federal N°

1, Secretaría N° 1 obrantes a fs. 42.602/605; oficio de fs. 42.606; nota del Espacio

para la Memoria de fs. 42.608/609; actuaciones remitidas en relación a Iris Nélida

García por el Juzgado Federal N° 8 a fs. 42.611/613; por el Juzgado Federal N° 4

a fs. 42.614/616; por el Juzgado Federal N° 11 a fs. 42.636/638; por el Juzgado

Federal N° 2 a fs. 42.639/640; peritación remitida por la División

Individualización Criminal de la Superintendencia de Investigaciones Federal de

Page 43: Resolución completa: elevan a juicio oral la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

43

la Policía Federal Argentina obrante a fs. 42.618/42.623, nota remitida por la

Armada Argentina obrante a fs. 42.625/627; declaración testimonial de Marcelo

Walter Grosso de fs. 42.264/42.635; peritación elaborada por la División

Scopometría de la Superintendencia de Investigaciones Federal de la Policía

Federal Argentina obrante a fs. 42.647/42.680; actuaciones remitidas por el

Juzgado Federal N° 3, Secretaría N° 5 obrantes a fs. 42.681/42.698; nota de la

Armada obrante a fs. 42.700/701 remitiendo los legajos de servicios y de concepto

original de Randolfo Agusti, Carlos María Castellvi, Juan Arturo Alomar, Carlos

Bencoechea; Horacio Ferrari, los legajos de concepto de Omar Eyzaguirre; Hector

Polchi, Antonio Pereyra, Orlando González; el legajo de servicios y de concepto

original de Daniel Humberto Baucero e información en relación a los de Francisco

Di Paola, Luciano Becerra y Guillermo Pazos; constnacia de fs. 42.702,

actuaciones de fs. 42.712/717 del Juzgado Federal N° 1; actuaciones remitidas por

la División Operaciones del Departamento Seguridad y Estado de la P.F.A. de fs.

42.718/42.722; oficio de fs. 42.723 del Juzgado Federal N° 2 de Mendoza; nota de

la Armada de fs. 42.724/726 remitiendo legajos de servicios, de concepto y las

fotografías correspondientes; peritación elaborada por la División Scopometría de

la Superintendencia de Investigaciones Federal de la Policía Federal Argentina

obrante a fs. 42.728/749; copias de legajo de CONADEP en un CD (formato

digital) remitidos por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación a saber:

Jorge Alberto Devoto (6424); Adriana Gatti (7616); Antonio Bautista Bettini

(6425); Jorge Luis Badillo (3655); Roberto Fernando Lertora (5731); Carlos E.

Montoya (2491); Ruben Román Almirón (41); Leonardo Román Almirón (40);

Miguel A. Boitano (8210); Jorge O. Scarimbolo (725); Juan Carlos Galdoni

(3618); Carlos Pérez Jacques (4764); Mónica Teszkiewicz (5657); Patricia

Faraoni (5304); Eduardo Guerci (117); Ricardo Zeff (789); Ernesto Rivera (923),

Felipe Favasa (6587); Higa Katsuya (2812); Carmen Amalia Calvo Richter

(3864); María Cristina Da Re (3894); Alicia Cosoka (3192); Enrique Lorenzo

Espulgas (5302); Carlos Cerrado (74); Marcelo Pablo Pardo (5125), Daniel

Micucci (4112), Viviana Micucci (4111), Claudio Azur (2875); Bibiana Martin

Page 44: Resolución completa: elevan a juicio oral la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

44

(2884); damian Soto Bueno (5709); Rosa Mitnik (1687); Alvaro Colombo (3458),

Norberto Casanovas (4162); Diego Jacinto Beigbeder (2305); Guillermo Orfano

(2455); Juan Carlos Rosell (2029); Luis María Delpech (4321); Jorge Yanes

(4505); Evelina Sabatino (4780); Juan A. Mosquera (4145); Olga Cañuto de

Zavala Rodriguez (6890); Monica Epstein (611); Mariel Silvia Ferrai (1586);

Domingo Angelucci (1974); Maria Cristina Lopez de Stenfer (113); Raul Fantino

(4258); Nora Ballester (2973); Oscar Fernández (544); Miguel Chiernajowsky

(2442); Claudio Di Rosa (3614); Roberto Coronel (4898); Wenceslao Caballero

(73); Carlos Berti (4022); Adriana Mosso de Carlevaro (458); Eduardo Caballero

(3641); Mary Luppi Mazzone (1303); Graciela M. Barroca (6256); Alberto Miani

(6258); Faustino Fontenla (559); asimismo legajos SDH 644 de Juan Alejandro

Barry y su esposa Susana Matta; de María Rosa Mora (2524); Roberto Aravena

(1680); Luis Ambrosio Tavaf (693); Ramón José Benitez (986); José Jasminoy

(3565); Beatriz Braguinsky (3824); Juan Carlos García Vazquez (2138); Alberto

Roque Drug (1884); María Elvira Motto (2287); Renato C. Tallote (1883); legajos

REDEFA de Roberto Gamonet (410); Sergio Puiggros (411), Mercedes Lugones

de Aguero (883); Carlos Alberto del Rio (1012), Margarita Cuello del Rio (1013).

Asimismo obra copia certificada de la documentación_ SDH 2843 de Lauletta

Miguel Angel; legajo CONADEP 704 de Carlos Muñoz; CONADEP 6424 de

Jorge Alberto Daniel Devoto; CONADEP 4152 de Susana Leonor Caride;

CONADEP 6974 de Lisandro Raul Cubas; información sobre la desaparición de

Luppi Mazzone Mary Norma, antecedentes del grupo de tareas, tomo 4 y otras

informaciones; todo ello obrante a fs. 42.750/42.810; actuaciones de fs. 42.822/24

en relación a la vivienda de Catamarca 89 Lomas de Zamora; actuaciones del

allanamiento practicado en el domicilio de Sarmiento 2551 Mar del Plata en

relación a Guillermo Horacio Pazos obrantes a fs. 42.899/42.920; nota de fs.

42.921; actuaciones del allanamiento practicado en el domicilio de Albarracín

4595 de la localidad de Lanus en relación a Omar Alfonso Eyzaguirre obrantes a

fs. 42.922/42.938; actuaciones del allanamiento practicado en relación a Hector

Francisco Polchi, Antonio Rosario Pereyra y Daniel Humberto Baucero obrantes a

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

45

fs. 42.939/42.994; actuaciones del allanamiento practicado en la localidad de J. A

de la Pena, partido de Pergamino en relación a Luciano Becerra obrantes a fs.

42.995/43.020; actuaciones del allanamiento practicado en el domicilio de

Pacheco de Melo 1976 4° A en relación a Rodolfo Luis Agusti Scacchi obrantes a

fs. 43.021/033; actuaciones del allanamiento practicado en el domicilio de La

Pampa 1420 15° depto C en relación a Rodolfo Oscar Cionchi obrantes a fs.

43.034/43.049; escrito de querella presentado por Marta Liliana Chiernajowsky

junto con la documentación por ella presentado obrante a fs. 43.410/43.424;

actuaciones obrantes a fs. 43.438/43.441 del Ministerio de Defensa; oficio de fs.

43.442 junto con las actuaciones obrantes a fs. 43.443/43.463, nota de la

Comisión Nacional de Comunicaciones de fs. 43.467/68; nota de Prefectura Naval

Argentina de fs. 43.470/71, nota de Clarin de fs. 43.473/4; oficio de fs. 43.485/6;

actuaciones de allanamiento y detención obrantes fs. 43.501/43.616; actuaciones

remitidas por el Juzgado Federal de Primera Instancia N° 1 de Lomas de Zamora

de fs. 43.625/43.633; actuaciones remitidas por Gendarmería Nacional obrantes a

fs. 43.639/673; peritación realizada por la División Individualización Criminal de

la Superintendencia de Investigaciones Federales de la Policía Federal Argentina

de fs. 43.674/692, nota del Registro Nacional de las Personas obrante a fs. 43.701;

actuaciones remitidas por el Juzgado Federal de 1° Instancia de Rio Grande

obrantes a fs. 43.702/43.754; actuaciones remitidas por el Juzgado de Primera

Instancia N° 1 Federal de Mar del Plata obrantes a fs. 44.004/44.038; actuaciones

del Juzgado de Primera Instancia Federal N° 2 de San Nicolas obrantes a fs.

44.058/44.081 y a fs. 44.082/44.106; actuaciones del Juzgado Federal N° 3 de

Morón obrantes a fs. 44.128/44.203; oficio de fs. 44.209/210; examen

toxicologico de Carlos José Pazo obrante a fs. 44.476/44.478, copia de los legajos

CONADEP cuya nómina se encuentra agregada a fs. 45.186/197 y que fueron

remitidos por la Secretaría de Derechos Humanos, nota del Archivo Nacional de

la Memoria obrante a fs. 45.383 junto con CD conteniendo legajos CONADEP;

nota del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de fs. 45.385;

nota extraida por internet de Página 12 de fs. 45.546/7; actuaciones relativas a

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Massera Emilio remitidas por la Secretaría de Derechos Humanos mediante nota

de fs. 45.577 obrantes a fs. 45.549/45.576 y de fs. 45.578/45.601 acompañados

por Carolina Varsky a fs. 45.602 y de fs. 45.603/629 acompañados por Estela

Carlotto mediante escrito de fs. 45.630; nota de la Asociación Médica Argentina

de fs. 45.632; actuaciones de diligencia judicial practicada por División

Operaciones del Departamento Seguridad de Estado de fs. 45.692/45.709; escrito

de Jaime Norberto Nuguer de fs. 45.730 junto con documentación acompañada a

fs. 45.727/45.729 y también de escrito de fs. 46.748; escrito de Graciela

Rosenblum de fs. 48.749/751; actuaciones de exhorto procedentes del Juzgado

Federal de San Carlos de Bariloche de Rio Negro relacionados con la extradición

de Orlando González de fs. 47.676/47.738; oficio remitido por la Cámara Federal

de fs. 47.826 en relación a la presentación efectuada por Arturo Barros y Graciela

Rosemblum de fs. 47.827/429; actuaciones de exhorto procedentes del Juzgado

Federal de San Carlos de Bariloche de Rio Negro relacionados con la extradición

de Orlando González de fs. 48.316/48.322; actuaciones de diligencia judicial en

relación a Orlando González de la División Operaciones del Departamento

Seguridad de Estado de fs. 48.323/48.332; nota de la Armada Argentina de fs.

49.182/3; nota de Migraciones de fs. 49.184; nota de la Armada de fs. 49.221;

oficio de la Defensoría General de fs. 49.392 adjuntando documentación de fs.

49.222/49.391; escrito presentado por Osvaldo Barros obrante a fs.

49.430/49.434; actuaciones remitidas por el Juzgado Federal N� 4 relacionadas

con fotocopias certificadas que obran en la causa 6858/98 caratulados “González

Naya Arturo Felix s/ privación ilegal libertad personal” obrantes a fs.

50.177/50.186; actuaciones acompañadas por la Armada Argentina obrante a fs.

50.189/90; escrito de se constituye como parte querellante de Isabel Rita Pérez de

fs. 50.813 junto con documentación obrante a fs. 50.309/312; oficio de la Camara

Federal de La Plata de fs. 50.317; escrito presentado por Hortensia Joaquina

Velasco de fs. 50.352/50.355; nota de la Secretaría de Inteligencia de Estado de fs.

50.356; nota de la Secretaría de Derechos Humanos e fs. 50.368; actuaciones de

allanamiento y detención de Hugo Siffredi de fs,. 50.377 y siguientes; notas de la

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

47

Armada de fs. 50422/423; nota de la Armada de fs. 50.476 relacionada con Jorge

Alberto Devoto donde además se remiten legajos de servicio y concepto original;

oficio remitido por el TOF N� 5 de fs. 50.485 junto con copia certificada del acta

de debate realizada el 17 de marzo pasado de fs. 50.486/490 y del audio

correspondiente, jornada en la que prestara declaración testimonial Alejandro

Beovic; escrito del Dr. Bianchi de fs. 50.491/93; informe adjuntado por Alcira

Ríos de fs. 50.495/50.510 relacionada con las actuaciones que obran en la causa

7050 “Lanzon Oscar Ruben y otros s /sustracción de menores” que tramita ante el

Juzgado Federal N� 1; oficio de fs. 50.863/4 remitido por el Juzgado Federal N�

4, Secretaría N� 8; oficio remitido por el Juzgado Federal N� 3, Secretaria N� 6

acompañando copias certificadas del auto de elevación a juicio de fecha 22 de

julio de 2008 y de la declaración testimonial de Lila Pastoriza obrantes a fs.

50.866/51.122; nota del diario Perfil acompañando dos ejemplares de la Revista

La Semana de fecha 26 de julio y 2 de agosto de 1984; oficio del Juzgado Federal

N� 3 Secretaria N� 6; oficio con respuesta de la Cámara Nacional Electoral

obrante a fs. 51.162/64; actuaciones remitidas por la Dirección de Asuntos

Jurídicos del Ministerio de Defensa de la Nación obrantes a fs. 51.165/69; nota de

“La Nación” obrante a fs. 51.185; actuaciones remitidas por la División Apoyo

Tecnológico con desgrabaciones de audios de casettes TDK obrantes a fs.

51.192/51.211; nota de la Dirección Nacional de Migraciones de fs. 51.214 y fs

51.327/8; informes periciales de Massera de fs. 51.348/51.378 de la Armada de fs.

51.311 en relación a ClaudioVallejos; nota remitida por el Instituto Espacio para

la Memoria obrantes a fs. 51.418 y a fs. 51.424/6, respuesta de la Cámara de

Apelaciones en lo Criminal y Correccional obrante a fs. 51.497/51.509 en relación

a la tramitación de recursos de hábeas corpus; nota de la División Legajos

Personales obrante a fs. 51.511; actuaciones remitidas por el Gobierno de la

Ciudad de Buenos Aires obrantes a fs. 51.513/51.553 en relación al alumno

Cinecio Contrera; actuaciones de fs. 51.559/51.651 que se corresponden con

testimonios aportados en el marco de la causa 6859/98 sobre el legajo de Miguel

Conde por el Secretario de Derechos Humanos en el marco de la causa 2510/08;

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48

actuaciones de fs. 51.652/755 que se corresponden con testimonios aportados en

el marco de la causa 6859/98 sobre el legajo de Lauletta por el Secretario de

Derechos Humanos en el marco de la causa 2510/08 y de fs. 51.756/51.831 que se

corresponden con testimonios portados en el marco de la causa 6859/98 sobre el

legajo de Horacio Cid de la Paz por el Secretario de Derechos Humanos en el

marco de la causa 2510/08, y de fs. 51.832/892 que se corresponden con

testimonios portados en el marco de la causa 6859/98 sobre el legajo de Nestor

Cendon por el Secretario de Derechos Humanos en el marco de la causa 2510/08;

y de fs. 51.893/983 que se corresponden con testimonios portados en el marco de

la causa 6859/98 sobre el legajo de Castillo por el Secretario de Derechos

Humanos en el marco de la causa 2510/08 y de fs. 51.984/52.033 que se

corresponden con testimonios portados en el marco de la causa 6859/98 sobre el

legajo de Calveiro de Campiglia por el Secretario de Derechos Humanos en el

marco de la causa 2510/08; todas ellas remitidas por el Juzgado Federal N� 7

Secretaría N� 13 en relación a la causa 2510/08 caratulada “Videla Jorge Rafael y

otros / privación ilegal de libertad”; nota de la Policía Federal Argentina de fs.

52.036/7; escrito presentado por el Dr. Mercau junto con fotocopias de

documentación obrantes a fs. 52.039/042; nota de la División Fotografía Judicial

obrante a fs. 52.047 junto con fotografías acompañadas; escrito presentado en la

Fiscalía N� 3 por los estudiantes del nivel terciario ENS n� 1 “Presidente Roque

Saenz Peña” obrantes a fs. 52.048/52.050; nota de la Fuerza Aérea Argentina,

Región Aérea Sur de fs. 52.067/8; nota de la División Fotografía Policial de fs.

52.077 junto con las vistas fotográficas obtenidas; nota de la Armada de fs. 52.078

y 52079/80; e información acompañada por el Estado Mayor General de la

Armada de fs. 52.081/52.107; nota de la División Legajos Personales relacionada

con Claudio Vallejos de fs. 52.132/134; nota de la División Migraciones de fs.

52.135/6;nota de la División Scopometría de fs. 52.137/139; notas de la Armada

de fs. 52.2147/251; informe pericial de fs. 52.279/52.287 elaborado por la

División Arquitectura; nota de la Armada de fs. 52.288/9; actuaciones remitidas

por el Ejército Argentino, Dirección General de Inteligencia de fs. 52.534/535;

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

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informe pericial elaborado por la División Balística de fs. 52.536/52541 bis;

escrito de se constituye como querellante de Maria Maggio de fs. 52588/89 junto

con documentación en copias presentada a fs. 52.578/587; nota de la Armada

Argentina de fs. 52.611/52.613 acompañando legajos de servicios y de conceptos

de oficiales superiores allí detallados; nota del Registro Nacional de las personas

de fs. 52.614; escrito de formula querella de Jorge Bicocca de fs. 52.666/52.670

junto con documentación en copias de fs. 52.630/52.665; actuaciones remitidas

por el Ministerio de Relaciones Exteriores de fs. 52.676/52.687; nota de la

Armada Argentina de fs. 58.705; nota del Archivo Nacional de la Memoria

adjuntando legajos CONADEP allí detallados obrante a fs. 52.706/709; y de fs.

52710/52712; informe de la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal de fs.

52.716/52.722; oficio del TOF N� 6 de fs. 52924 acompañando actuaciones

obrantes a fs. 52.726/52.888 que se corresponden con los que obran a fs.

3243/3389 en la causa 1278 caratulada “Rei Victor s/sustracción de menor de diez

años”, de trámite por ante el TOF N� 6 junto con fotocopias del requerimiento de

elevación a juicio en los mismos autos; oficio del Federal N� 7 de fs. 52.927/8 y

oficio del Juzgado FederAL n� 2 de San Martin de f. 52.929; respuestas de

peticiones de ésta Judicatura emanada del Juzgado Federal N� 3 obrante a fs.

52.931/33; del Juzgado Federal N� 8 obrante a fs. 52940/942; del Juzgado

Federal N� 1 de fs. 52943/947; del Federal N� 10 de fs, 52.949/951;nota de

Archivo Nacional de la Memoria acompañando legajo obrante a fs. 53.201;

respuesta de la Secretaría de Derechos Humanos acompañando antecedentes de

Cinecio Antonio Contreras de fs. 53.202/209; informe técnico pericial de la

División Investigaciones, Brigada Explosivos de fs. 53.211/224; escrito de solicita

ser tenido por parte querellante de Myriam Carsen de fs. 53.230 y documentación

en copias obrantes a fs. 53.231/53.242; escrito solicito ser tenido por parte

querellante de Guadalupe Carlota Palmeiro de fs. 54.301/303 junto con

documentación que obra a fs. 54.304/305; actuaciones remitidas por la Prefectura

Naval Argentina de fs. 54.481/54.484; actuaciones referentes a la peritación

practicada por la División Individualización Criminal de fs. 54.485/54.497; nota

Page 50: Resolución completa: elevan a juicio oral la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

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de la División Retiros y Jubilaciones de fs. 54.499 y los legajos allí acompañados

y detallados; actuaciones remitidas por la Cámara Federal de Apelaciones de

General Roca de fs. 54.685/54.700; nota del Estado Mayor General de la Armada

de fs. 54.802 y de fs. 54.803; escrito presentado por el Dr. Federico Figueroa a fs.

54.897 junto con los croquis acompañados a fs. 54.895/6; nota de la Secretaría de

Derechos Humanos acompañando legajos CONADEP que obra a fs. 54900/54903

junto con los legajos acompañados y en dicha nota detallados; informe del

Ministerio de Defensa de fs. 55.029/55.033; nota de la Armada Argentina de fs.

55.924; actuaciones remitidas por el Ministerio de Relaciones Exteriores de fs.

55.940/952 relacionadas con el Proyecto de Desclasificación Argentina; escrito de

fs. 55.964 junto con escritura de fs. 55.962; nota de Espacio para la Memoria de

fs. 55.966/55.967; escrito del Senado de la Nación de fs. 55.973/4 y de fs.

55975/993; nota de Espacio para la Memoria de fs., 56.218/9; testimonio de

Ricardo Antonio Camuñas de fs. 56.601/2 junto con las copias por él

acompañadas en el marco de su declaración obrantes a fs. 56.594/56600;

documentación obrante en copias a fs. 56.616/618 junto con presentación de

Maria Adela Antokoletz de fs. 56.619; escrito de Carolina Varsky de fs. 56.637

junto con documentación presentada a fs. 56.628/636; certificación emanada del

Juzgado Federal N� 5 de fs. 56.645/7; oficio de la Sala I de la Camara de

Apelaciones de San Martin de fs. 56.648/9 y de la Cámara de Apelaciones de La

Plata de fs. 56.650/658; respuesta de la Cámara de Apelaciones de General Roca

de fs. 56.659/662; respuesta del Juzgado Federal N� 7 de fs. 56.664 y del Federal

N� 11 de fs. 56.666/68 y del Federal N� 9 de fs. 56.670/672; actuaciones

remitidas por la Cámara Federal de Apelaciones de Bahia Blanca de fs.

56.673/56.696; actuaciones remitidas por la Cámara Federal de Apelaciones de

Paraná de fs. 56.697/709; actuaciones remitidas por la Cámara Federal de LA

Plata de fs. 56.770/56.714; de fs. 56.717/722 y de fs. 56.781/783; actuaciones

remitidas por la Cámara Federal de San Martin de fs. 56.715/716; respuesta del

Juzgado Federal N� 4 de fs. 56.747/749; actuaciones de fs. 56.752/759 y de fs.

760/764; respuesta del Juzgado Federal N� 2 de fs,. 56.764/766; actuaciones

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

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remitidas por la Camara Federal de General Roca de fs. 56.767/780; respuesta

remitida por el Juzgado Federal N� 6 de fs. 56.784/789; respuesta remitida por la

Cámara de Apelaciones de Mar del Plata de fs. 56.790/820; respuesta remitida por

la Cámara Federal de Apelaciones de salta de fs. 56.821/854; actuaciones de fs.

56.855/942; nota de la Armada Argentina de fs. 56.949; escrito de se constituuye

como parte querellante de Susana Ancarola de fs. 56.956/57 junto con copias de

documentación de fs. 56.954/55; escrito de se constituye como parte querellante

de Consuelo Eufemia Orellano de fs. 56.95859 y de Ramón Ardetti de fs.

56.960/961; respuesta del Juzgado Federal N� 1 de fs. 56.964/65; acta de

reconocimiento por fotografías y de la declaración testimonial de Victor Basterra

de fs. 56.990/2; constancia de fs. 57.238; actuaciones de fs. 57.239/243; copias del

legajo de Poch de fs. 57.244/266; nota de la División Antecedentes de fs.

57.287/88; nota de fs. 57.289 junto con original del legajo de Julio Poch;

actuaciones de Migraciones de fs. 57.291/95 y de fs. 57.319; informe del Registro

Nacional de las Personas de fs. 57.297; actuaciones remitidas por el Ministerio de

Relaciones Exteriores de fs. 57.300/307; declaraciones testimoniales de Tim Eisso

Weert de fs. 57.345/347; de Geert Jeroen de fs. 57.348/355; de Edwin Reginald

Reijnoudt Brouwer de fs. 57.356/360; de Jeronimus Wiedenhoff de fs.

57.361/362; documentación que en copias obran a fs. 57.364/377; actuaciones de

fs. 57.377/383; traducción pública de fs. 57.387/57.400; actuaciones de fs.

57.402/408; notas del Ministerio de Relaciones Exteriores de fs. 57.677; 680 y

683; notas de Interpol de fs. 57.750, 50.752 y fs. 57.754/759; actuaciones de la

División Asuntos Internacionales de fs. 57.764/769; notas de la División

Preventiva Delictiva Internacional de fs. 57.796/7 y de fs. 57.801; declaración

testimonial de Miguel Angel Lauletta de fs. 57.807/808; oficio del Juzgado en lo

Criminal y Correccional Federal n� 2 de fs. 57.836/853; actuaciones remitidas

por la Cámara Federal de Apelaciones de Resistencia de fs. 57.860/57.879 y

fs.57.870/897; respuesta del Juzgado de Instrucción Militar N� 29 obrante a fs.

58.258 y 58.259; informe de fs. 58.260; declaración testimonial de Marisa Sadi;

nota del Ministerio de Relaciones Exteriores de fs. 58.276; sumario n� 103/09 de

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52

la Delegación de San Carlos de Bariloche de la P.F.A. recepcionado el día 2 de

octubre de 2009 referente a la detención de Emir Sisul Hess en 32 fojas que obra

glosado a fs. 58294/58326, entre las cuales cuadra destacar el acta de detención y

secuestro de fecha 29 de septiembre como así también la documentación

secuestrada en el marco del sumario referenciado a saber: un escrito intitulado “se

presenta en los términos del art. 279 del C.P.P.N- Manifiesta- Solicita” en cinco

fojas junto con nota dirigida a la Dirección General del Personal Naval en una foja

firmada por Hess; fotocopias varias en 18 fojas relativas a una demanda

interpuesta por Hess contra el Estado Mayor de la Armada y dos cuadernos de

espiral de tapa negra, identificadas con los números 1 y 2 respectivamente, que

rezan “Libreta Registro de Vuelos para Aviadores, Armada Argentina, comando

en Jefe de la Armada, Comando de la Aviación Naval”, foliados cada uno de ellos

en fojas 99, y los dos con inscripciones varias. La número 1 a su vez, reza la

siguiente fecha: 12 de marzo de 1974 en la foja dos y posee fotografía de Hess y

el número 2, reza en la foja número dos la siguiente fecha: 13 de marzo de 1979 y

no consta allí fotografía de Hess; nota del Estado Mayor General de la armada de

fs. 58.494 junto con Legajos detallados en el mismo; actuaciones remitidas por el

Archivo Histórico de la Justicia Militar de fs. 58.501/58.502; expediente 34/09 del

Juzgado Federal n� 1 de Santa Fé de fs. 58.508/58.549; oficio del Juzgado

Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N� 3 de fs. 58.557; copia de

declaración de Carlos Alberto Zorzoli de fecha 25 de septiembre de 2009 obrantes

a fs. 58.656/58.661; dictamen fiscal de fs. 58.674/58.680; actuaciones remitidas

por el Ministerio de Justicia, Seguridad y derechos Humanos de fs.

58.694/58.709; dictamen fiscal de fs. 58.717/58.719; nota del Departamento

Interpol de la P.F.A. de fs. 58.745 y el expediente detallado en el mismo;

declaración testimonial de Daniel Alberto Gianelli de fs. 58.749; declaración

testimonial de Pablo Alberto Pérez de fs. 58.750; oficio y actuaciones remitidos

por el Dr. Alejandro Alagia de fs. 58.754/58.758; nota y copias remitidas por el

Archivo Nacional de la Memoria de fs. 58.759/58.766; actuaciones del Ministerio

de Defensa de fs. 58.771/58.773; nota y actuaciones del Ministerio de Defensa de

Page 53: Resolución completa: elevan a juicio oral la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

53

fs. 58.793/58.813; nota y actuaciones de la Policía de Seguridad Aeroportuaria de

fs. 58.821/58.884; declaración testimonial de Gustavo Alejandro Saavedra de fs.

58.885, declaración testimonial de Pedro Arnaldo Zapata de fs. 58.888;

declaración testimonial de Pablo Alberto Pérez de fs. 58.889/58.899; nota del

Estado Mayor General de la Armada junto con listado y expedientes detallados de

fs. 58.904/58.906; declaración testimonial de Héctor Domingo Sabugal de fs.

58.912; escrito presentado por Carlos Miguel Anzorena de fs. 58.944/58.947;

dictamen fiscal de fs. 58.949/59.014; nota e informe del Estado Mayor General de

la Armada de fs. 59.026/59.031; declaración testimonial de Alberto Enrique

Ianelli de fs. 59.070; copias y actuaciones del Archivo Nacional de la Memoria de

fs. 59.185/59.232; escrito del Dr. Eduardo Taiano y documentación detallada en el

mismo de fs. 59.233/59.234; nota del Estado Mayor General de la Armada de fs.

59.274/59.275; nota de la División Información de antecedentes de fs. 59.591;

copia de declaración testimonial de Arsemio Zobarzo de fs. 59.664/59.667;

declaración testimonial de Miguel Ángel Lauletta de fs. 59.693; presentación

efectuada por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación de fs.

59.694/59.755; escrito y copias presentados por la Dra. Alcira Rios de fs.

59.756/59.763; informe pericial del Cuerpo de Peritos Calígrafos de la C.S.J.N. de

fs. 59.761/59.771. Copia de declaración de Lorenza Ñarcupay de fs.

59.806/59.809; sumario 355/09 de la Delegación Morón de la P.F.A. relativo a la

detención de Jorge Manuel Díaz Smith glosado a fs. 59.811/59.837, en el cual

obran entre otras constancias, las actas de allanamiento, detención y notificación

de derechos de Jorge Manuel Díaz Smith. Actas labradas respecto con motivo del

reconocimiento fotográfico dispuesto con fecha 11 de marzo de 2010 glosadas a

fs. 64797, 64800, 64803, 64806 y 64811; declaraciones testimoniales de Marta

Remedios Alvarez de fs. 64798/99, de Graciela Beatriz García de fs. 64801/02, de

Beatriz Elisa Tokar de fs. 64804/05, de Miriam Liliana Lewin de fs. 64807/08 de

Carlos Gregorio Lorkipanidse de fs. 64812/13, de Daniel Eduardo Lastra de fs.

64815/16, escrito del Dr. Eduardo Taiano de fs. 64817/19, actuaciones de la

División Operaciones de la Dirección General de Seguridad Interior de la P.F.A.

Page 54: Resolución completa: elevan a juicio oral la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

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de fs. 64820/24 y fs. 64856/64859, declaración testimonial de Martín Tomas Gras

de fs. 64831/32, constancia actuarial de fs. 64833. Actuaciones de fs.

64874/64921 que incluyen orden de allanamiento (64883/84) acta de detención y

notificación de derechos (64897) informe médico (64900) y documentación

detallada en la nota de fs. 64924; declaraciones prestadas en los Paises Bajos ante

escribano publico con su respectiva traduccion de Marco Christianus Johannes

Josephus Raijmeker, Mireilee C.J. Wildschut, David Irving Witmond, Eric Kolset,

Van Overvest, Hendrikus J. Evers, Hendrikus Potze, Aldo Ingmar Knip, Mitchell

Louis Herkelens, Frederik Hendrik van Heukelom, y la correspondiente a Magno

Matirn sin traducción aportadas por Julio Poch al momento de prestar la

declaración indagaria que luce a fojas 65.811/65.935 las que se reservaran en

Secretaría; escrito de fs. 65938/65940; informe y listado de Armada Argentina de

fojas 65.987/98; oficios de la Amrada Argentuna de fojas 66047/66055; escritos y

declaración con su traducción aportados por el Dr. Ibañez a fojas 66082/66096;

constancias y su respectiva traducción al castellano remitidas por los Estados

Unidos de Norteamérica de fojas 66101/66145; escrito anónimo de fojas 66155;

declaración testimonial de Luis Alberto Pérez de fojas 66193; declaración

testimonial de Gustyavo Adolfo Figini de fojas 66195; declaración testimonial de

Lisandro Walter Figueroa de fojas 66203; declaración testimonial de Juan

Valentín Jankowski de fojas 66204; escrito remitido por Héctor Daniel De Olivera

de fojas 66207/08, declaración testimonial de Adrés Eduardo Lucero de fojas

66216; declaración testimonial de Julio Esteban Soria de fojas 66217; escrito,

vistas fotográficas y constancias aportadas por Julio Alberto Poch glosadas a fojas

66219/66292; declaración testimonial de Carlos Eduardo Escobar obrante a fojas

66675; declaración testimonial de Jorge Daniel Marino de fojas 66676;

declaración testimonial de Héctor Juan Calvo de fojas 66677; copia de legajo

CONADEP 5786 de fojas 66730/66757; declaración testimonial de Jorge Bicocca

de fojas 66771/9; declaración testimonial de Alberto Luis Chiesa de fojas

66901/02; declaración testimonial de María del Carmen Castro de fojas 66911/12;

declaración testimonial de Alfredo Asef de fojas 66927/28; declaración

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

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testimonial de Delfo Oscar Cossarini de fojas 66930; declaración testimonial de

José Antonio Medina de fojas 66932; escrito y anexos aportados por el Dr.

Gerardo Ibañez obrantes a fojas 66960/66964; oficio y listados del Ministerio de

Defensa de fojas 665967/66992; declaración testimonial de Mario Ernesto Raful

de fojas 67056; declaración testimonial de Jorge Manuel Rizzo de fojas 67058;

declaración testimonial de Victor Hugo Diez Gómes de fojas 67059; declaración

testimonial de Ángel Nápoli de fojas 67062; declaración testimonial de Héctor

Horacio Gómez de fojas 67063; declaración testimonial de Héctor Raúl Gómez de

fojas 67065; oficio y listados del Ministerio de Defensa de fojas 67274/67290;

oficio del Fiscal W. N. Ferdinandusse de la Fiscalía Nacional de Rotterdam de

Holanda de fojas 67298/67302; documentación certificada a fojas 67304;

actuaciones labradas por el Servicio de Policía Judicial Nacional del Cuerpo de

Servicios Nacionales de Policia Neerlandesa que fuera detallada en la certificación

obrante a fojas 67.304, junto con su correspondiente traduccion pública al idioma

castellano efectuada por la perito traductora pública Hermina H. G. M.

Vollenbroek que contienen diversos e-mails remitidos al Inspector de Policia

Adriaan Cornelis Versteegt de ese cuerpo de policía neerlandesa de parte de los

testigos Tim Weert y Reijnoudt Brouwer, como asi también distintas

conversaciones que ese cuerpo de policia mantuvo con las hijas de Poch y testigos

que consta de 96 fojas y obran reservadas en Secretaria; escrito del Dr. Ibañez de

fojas 67311/67313, escrito del Dr. Gerardo Ibañez de fs. 67315/67318,

actuaciones y listados remitidos por el Ministerio de Defensa junto con la

documentacion en soporte digital allí detallada obrante a fojas 67.411/67.425;

requerimiento de elevación a juicio efectuado por Federico Gómez Miranda

obrante a fojas 67.795/68.113; oficio remitido por el Tribunal Oral en lo Criminal

Federal N° 5 junto con la documentacion alli detallada obrante a fojas 68.115;

oficio remitido por el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional

y Culto mediante el cual se remite copia de nota n° 290 de la Embajada de Francia

y la documentación allí detallada obrantes a fojas 68.132/68.159; oficio remtido

por el Juzgado Federal de Primera Instancia de la ciudad de Río Gallegos de fojas

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68.557; nota remitida por el Departamento Interpol de la P.F.A. junto con copia de

la Seccion Segundo de la Sala Penal de la Audincia Nacional del Reino de España

obrante a fojas 68.567/68.568; oficio remtiido por el Juzgado Federal de Primera

Instancia de la Seguridad Social N° 10, Secretaría N° 1 de fojas 68.572;

requerimiento de elevación a juicio formulado por la Dra. Alcira E. Ríos que luce

a fojas;68.644/68.664; actuaciones y listados remitidos por el Ministerio de

Defensa junto con la documentacion en soporte digital allí detallada obrante a

fojas 68.703/68.718; copias y traducción de las actuaciones remitidas por la

Embajada de Francia obrante a fojas 68.721/68.738; nota y actuaciones remitidas

por el Estdo Mayor General de la Armada junto con los Legajos detallados

obrantes a fojas 68.740/68.751; nota remitida por el Ministerio de Relaciones

Exteriores, Comercio Internacional y Culto mediante la cual se remite informe

relazado en relación al pedido de colaboración internacional efectuado a la

República de Francia obrante a fojas 68.849/68.859; oficio remitido por el

Juzgado Federal de Primera Instancia de la Seguridad Social N 4, Secretaria N° 1

de fojas 68.860; nota remitida por la Dirección General de Inteligencia del

Ejercito Argentino obrante a fojas 68.861/68.862; actuaciones remitidas por el

Ministerio de Defensa obrantes a fojas 68.864/68.871; actuaciones remitidas por

el Registro Nacional de las Personas obrantes a fojas 68.892/68.894; actuaciones

remitidas por el Minsiterio de Defensa obrantes a fojas 68.896/68.936;

declaración testimonial de Salvadora Ayala de fojas 69.041/69.043; oficio del

Ministerio de Defensa junto a informes del Estado Mayor General de la Armada y

los legajos allí detallados obrantes a fojas 69.063/69.076; oficio y copias remitidas

por la Secretaría de Derechos Humanos de fojas 69.148/69.171; informe del

Registro de la Propiedad Inmueble de la Capital Federal de fojas 69.172/69.329;

oficio del Ministerio de Defensa junto con copias e informe de la Armada

Argentina de fojas 69.330/69.419; oficio del Ministerio de Defensa de fojas

69.435 y documentación detallada en el mismo; informe del Estado Mayor

General de la Armada de fojas 69.436; oficio y copias del Juzgado Federal 1 de

Santa Fe, obrante a fojas 69.455/69.618; oficio del Juzgado Federal 1 de Bahía

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

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Blanca de fojas 69.620 junto con las copias certificadas detalladas en el mismo;

oficio del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N° 1 de San Isidro de

fojas 69.630 junto con nota detallada en el mismo; actuaciones de la Policía de

Seguridad Aeronáutica de fojas 69.636/69.644; actuaciones de la División

Operaciones de la Dirección General de Seguridad Interior de la P.F.A. obrante a

fojas 69.645/69.679; declaración testimonial de Victor Mario Wojtuñ de fojas

69.706; informe del Estado Mayor General de la Armada de fojas 69.717 junto

con legajos detallados en el mismo; declaración testimonial Juan Antonio Cannata

de fojas 69.729; oficio del Ministerio de Defensa e informe del Estado Mayor

General de la Armada de fojas 69.899/69.901 y documentación detallada en la

misma; oficio del Ministerio de Defensa e informe del Estado Mayor General de

la Armada de fojas 69.921/69.945 y documentación detallada en el mismo;

informe del Estado Mayor General de la Armada de fojas 69.958; Oficio y copias

de la Secretaría de Derechos Humanos obrante a fojas 69.957/70.123; oficio del

Ministerio de Defensa e informe del Estado Mayor General de la Armada de fojas

70.147/70.150; oficio del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 6 de fojas

70.151 y documentación detallada en el mismo; oficio del Juzgado Nacional en lo

Criminal y Correccional Federal N° 3 de fojas 70.163 y documentación detallada

en el mismo; oficio y transcripciones de la División Apoyo Tecnológico de la

P.F.A. de fojas 70.184/70.218; oficio del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°

5 obrante a fojas 70.254 y documentación detallada en ele mismo; escrito del Dr.

Gerardo Ibáñez de fojas 70.288/70.289; oficio de la Fiscalía Federal N° 3 de fojas

70.310; requerimiento de elevación a juicio formulado por los Dres. González

Vivero y Yanzón de fojas 70.312/70.448; requerimiento de elevación a juicio

formulado por la Dra. Alcira Ríos de fojas 70.449/70.456; requerimiento de

elevación a juicio formulado por la Dra. Varsky de4 fojas 70.457/70.493; oficio

del Estado Mayor General de la Armada de fojas 70.498; oficio del Ministerio de

Defensa e informe de la Armada Argentina de fojas 70.515/70..518 junto con

documentación detallada; requerimiento de elevación a juicio formulado por

Patricia Walsh de fojas 70.519/70.532; requerimiento de elevación a juicio

Page 58: Resolución completa: elevan a juicio oral la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

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formulado por Adriana Calvo de fojas 70.539/70.636; requerimiento de elevación

a juicio formulado por el Dr. Alén de fojas 70.637/70.722; requerimiento de

elevación a juicio formulado por del Sr. Agente Fiscal de fojas 70.724/70.804;

oficio del Ministerio de Defensa junto con informe y listados de la Armada

Argentina de fojas 70.815/70.946; declaración testimonial de Jorge Luis Colombo

de fojas 70.948/70.949; requerimiento de elevación a juicio formulado por el Dr.

Alan Iud de fojas 71.044/71.070; escrito presentado por el Dr. Ibáñez obrante a

fojas 71.085/71.089; declaración testimonial de María Cristina Falcón de fojas

71.536/71.537; informe de la Armada Argentina de fojas 71.540/71.548 junto con

la documentación detallada en el mismo; requerimiento de elevación a juicio

formulado por el Dr. Luis Fernando Zamora de foja 71.564/71.607; oficios y

transcripciones de la División Apoyo Tecnológico de la P.F.A. de fojas

71.608/71.618, 71.620/71.638, 71.658/71.724, 71.833/71.900, 73.527/73.590 y

73.612/73.675; declaración testimonial de Rodolfo Luis Picheni de fojas

71.649/71.651; dictamen fiscal de fojas 71.653; oficio del Ministerio de Defensa

junto con informe y listados de la Armada de fojas 71.767/71.785 y

documentación detallada; oficio del Ministerio de Defensa junto con informe y

listados de la Armada de fojas 71.903/71.913 y documentación detallada; informe

de la Armada de fojas 71.936 junto con documentación allí detallada;

requerimiento de elevación a juicio formulado por Ana María Careaga de fojas

71.938/72.004; declaración testimonial de Roberto Oscar Novais de fojas

72.009/72.010; requerimiento de elevación a juicio formulado por el Sr. Agente

Fiscal de fojas 72.020/73.183; copias de la causa 2590/09 de fojas 73.184/73.523;

copias certificadas de declaración de Alejandrina Barry de fojas 73.596/73.597;

dictamen fiscal de fojas 73.599/73.602; declaración testimonial de Pablo Alberto

Pérez de fojas 74.210/74.215; escritos del Dr. Gerardo Ibáñez y documentación

aportada junto a los mismos de fojas 74.216/74.237, 74.243 y 74.245; declaración

testimonial de Pablo Alberto Pérez junto con informe aportado por el nombrado

de fojas 74.250/74.258; declaración testimonial de Julio Italo Lavezzo de fojas

74.262/74.266; copias certificadas, informe y oficio de la Armada de fojas

Page 59: Resolución completa: elevan a juicio oral la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

59

74.270/74.379; informe actuarial e impresiones de e-mails de fojas 74.396/74.398;

requerimiento fiscal de fojas 74.403/74.475; escrito del Dr. Gerardo Ibáñez de

fojas 74.479/74.480; informe de la Armada Argentina obrante a fojas 74.481;

declaración testimonial de Fernando Samos obrante a fojas 74.610; copia de actas

labradas por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 5 en relación a las

audiencias en las cuales prestaran declaración testimonial Martín Gras y Ricardo

Coquet obrantes a fojas 74.618/74.627; declaración testimonial de Miguel Ángel

Lauletta obrante a fojas 74.628; declaración testimonial de Martín Tomás Gras

obrante a fojas 74.631; actuaciones remitidas por la Prefectura Naval Argentina

obrantes a fojas 74.658/74.660 junto la documentación allí detallada; nota y

transcripciones remitidas por la División Apoyo Tecnológico Judicial de la Policía

Federal Argentina obrantes a fojas 74.667/74.731; escrito y copias presentados

por el Dr. Juan Martín Hermida obrantes a fojas 74.733/74.743; actuaciones

remitidas por la División Operaciones de la Dirección General de Seguridad

Interior de la P.F.A. obrantes a fojas 74.754/74.761; declaración testimonial de

Fernando Samos junto con la documentación aportada obrante a fojas

74.773/74.803; escrito presentado por el Dr. Gerardo Ibañez obrante a fojas

74.811/74.812; actuaciones remitidas por el Ministerio de Defensa obrantes a

fojas 74.821/74.827 y 74.828/74.834; nota y actuaciones remitidas por Aerolíneas

Argentinas obrantes a fojas 74.835/74.926; nota remitida vía fax por la Armada de

fojas 74.910/74.941; nota y actuaciones remitidas por el Ministerio de Justicia,

Seguridad y Derechos Humanos obrantes a fojas 74.942/74.948; declaración

testimonial prestada por Mauricio Julio López Speck junto con la documentación

aportada obrantes a fojas 74.986/74.996; actuaciones labradas por la División

Operaciones de la Dirección General de Seguridad Interior de la P.F.A. obrantes a

fojas 75.018/75.067 junto con la documentación allí detallada; actuaciones

remitidas por la Armada Argentina obrantes a fojas 75.070/75.077 y

75.078/75.090; nota remitida por la División Operaciones de la Dirección General

de Seguridad Interior de la P.F.A. junto con DVD detallado obrante a fojas

75.098; nota y transcripciones remitidas por la División Apoyo Tecnológico de la

Page 60: Resolución completa: elevan a juicio oral la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

60

P.F.A. obrantes a fojas 75.099/75.103; declaración testimonial de María Alejandra

Mendé de fojas 75.109; escritos presentados por el Dr. Gerardo Ibañez obrantes a

fojas 75.110/75.114, 75.115, 75.116/75.131, 75.132/135 y 75.136; declaración

testimonial prestada por Néstor Santiago Barrios obrante a fojas 74.144/74.145;

impresiones informáticas presentadas por el Dr. Zamora obrantes a fojas

75.146/75.148; declaración testimonial prestada por Marcelo Roberto Bóveda

obrante a fojas 75.192/75.194; notas y actuaciones remitidas por la Armada

Argentina obrantes a fojas 75.200/75.208 y 75.09/75.211; actuaciones remitidas

por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la

Capital Federal obrantes a fojas 75.212/75.216; oficio y copias de declaración

testimonial prestada por Estela Beatriz Ávalo remitidos por el Juzgado Nacional

en lo Criminal y Correccional Federal N° 3, Secretaría N° 6 de fojas

75.301/75.303.

IV. Vistas a las querellas y al Sr. Agente Fiscal en los términos

del art. 346 del Código Procesal Penal de la Nación.

Resultando que la Excelentísima Cámara del Fuero confirmó

parcialmente con fecha 16 de septiembre de 2009 (Registros 30.370 y 30.371) las

resoluciones dictadas por este Tribunal con fechas 22 de abril de 2009 y 2 de

julio de 2009 en relación a Ricardo Miguel Cavallo, Eugenio Bautista Vilardo,

Hugo Enrique Damario, Carlos Eduardo Daviou, Juan Carlos Fotea, Miguel

Angel García Velasco, Ricardo Jorge Lynch Jones, Pablo Eduardo García

Velasco, Roberto Perez Froio, Ernesto Frimón Weber, Antonio Vañek, Julio

Antonio Torti, Rogelio José Martínez Pizarro, Antonio Pernías, Carlos Orlando

Generoso, Victor Francisco Cardo, Jorge Carlos Radice, Manuel Jacinto García,

Raúl Jorge González, Jorge Eduardo Acosta, Orlando González, Alberto Eduardo

González, Néstor Omar Savio, Randolfo Luis Agusti Scacchi, Juan Carlos Rolón,

Hugo Héctor Siffredi y Raúl Enrique Scheller; que la defensa de Pedro Antonio

Santamaría y Lucio Francisco Rioja no apeló el auto de mérito dictado respecto de

los nombrados y que en lo atinente a Alfredo Ignacio Astíz, Julio César Coronel,

Oscar Antonio Montes y Carlos Guillermo Suárez Mason, tal decisorio adquirió

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

61

firmeza por haber desistido sus defensas de las apelaciones articuladas; se corrió

vista en forma simultánea a las querellas y al Sr. Agente Fiscal en los términos del

art. 346 del Código Procesal Penal de la Nación en lo que respecto a los hechos

por los cuales no fuera dictada la falta de mérito de los nombrados.

Así, a fs. 4426/4537, el Dr. Eduardo Taiano, titular de la Fiscalía

Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 3, formula requerimiento de

elevación a juicio por los hechos objeto de estudio en relación a Ricardo Miguel

Cavallo, Eugenio Bautista Vilardo, Hugo Enrique Damario, Carlos Eduardo

Daviou, Juan Carlos Fotea, Miguel Angel García Velasco, Ricardo Jorge Lynch

Jones, Pablo Eduardo García Velasco, Roberto Perez Froio, Ernesto Frimón

Weber, Antonio Vañek, Julio Antonio Torti, Rogelio José Martínez Pizarro,

Antonio Pernías, Carlos Orlando Generoso, Victor Francisco Cardo, Pedro

Antonio Santamaría, Jorge Carlos Radice, Francisco Lucio Rioja, Manuel Jacinto

García, Raúl Jorge González, Jorge Eduardo Acosta, Orlando González, Alberto

Eduardo González, Néstor Omar Savio, Randolfo Luis Agusti Scacchi, Juan

Carlos Rolón, Hugo Héctor Siffredi, Raúl Enrique Scheller, Alfredo Ignacio

Astíz, Julio César Coronel, Oscar Antonio Montes y Carlos Guillermo Suárez

Mason.-

Asimismo, requirió la elevación a juicio de las actuaciones, la

querella encabezada por el Dr. Luis Hipólito Alén, en representación de la

Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos

Humanos de la Nación a fs. 4540/4583.

A su vez, solicitó la elevación a juicio de las actuaciones, el Dr. Luis

Fernando Zamora, apoderado de Ragnar Erland Hagelin, por intermedio de su

presentación obrante a fs. 4590/4719.

V. Planteos de las defensas.

En razón de los requerimientos de elevación a juicio formulados por

las querellas y el Sr. Agente Fiscal, a fs. 4426/4537, 4540/4583 y 4590/4719, se

dispuso cursar a las defensas, la notificación prevista por el art. 349 del Código

Procesal Penal de la Nación.

Page 62: Resolución completa: elevan a juicio oral la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

62

a) Siendo que las defensas técnicas de Carlos Guillermo Suárez

Mason, Oscar Antonio Montes, Roberto Pérez Froio, Antonio Vañek, Julio César

Coronel, Pedro Antonio Santamaría, Francisco Lucio Rioja y Alfredo Ignacio

Astíz fueron debidamente notificadas en los términos del artículo 349 del Código

Procesal Penal de la Nación -ver constancias de fs. 4724, 4725, 4727, 4728, 4731

y 4973-, y vencido holgadamente el plazo estipulado por la norma referida sin

que aquellas efectuaran presentación alguna o bien solicitaran las prórrogas para

ello, mediante el decreto que antecede al presente auto se dispuso darles por

decaído el derecho.-

b) A fs. 44738/4743 el Dr. Federico Guillermo Figueroa, defensor de

Randolfo Luis Agusti Scacchi, se opuso a la elevación a juicio formulada respecto

del indicado, postulando el dictado de su sobreseimiento.

La petición formulada por esa parte se sustentó en que no se hallaba

acreditada la responsabilidad endilgada a su defendido y que podría tratarse de

una confusión de personas, atacando la valoración de las pruebas colectadas en

autos que efectuaran tanto el suscripto, como el Sr. Agente Fiscal, sosteniendo que

ninguno de los testigos que indicara el Dr. Taiano, involucraban a su defendido

como autor o cooperador de los hechos investigados.

Asimismo, la defensa de Agusti Scacchi se agravia porque a su

criterio no se ha resuelto debidamente la confusión de personas oportunamente

denunciada por el mencionado, quien probablemente había sido confundido con

otro integrante de la Escuela del mismo nombre.

Menciona también el letrado, que no fue evaluado el informe

remitido por la Dirección Nacional de Migraciones en el cual se indican las

entradas y salidas del país de Agusti Scacchi, la declaración prestada en la causa

originaria por Gabino Alberto Cueli de la cual resultaba que su defendido se

desempeñó entre el 10 de enero y el 12 de abril de 1977 como profesor de la

Escuela de Oficiales de la Armada ubicada en la Base Naval Puerto Belgrano y

que no se produjeron distintas medidas de prueba necesarias para agotar la

investigación.

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

63

Debe también destacarse que en lo atinente a la prueba que a criterio

de la defensa resulta necesaria para agotar la pesquiza, en el día de la fecha se

dispuso rechazar su producción a través del decreto que antecede.

Sentados los fundamentos del Dr. Figueroa para oponerse a la

elevación a juicio de su ahijado procesal, en cuanto se trata de oposiciones a la

elevación a juicio y pedido de sobreseimiento relacionados con cuestionamientos

de las pruebas tenidas en cuenta para sustentar las imputaciones, con una

valoración de las probanzas de autos, contraria a la sustentada por el Sr. Fiscal y

por el Tribunal para tener por probada la materialidad de los hechos y la

responsabilidad del encausado y, finalmente, con argumentos contrarios al criterio

de responsabilidad y a las calificaciones legales escogidas, corresponde decir

respecto de los cuestionamientos efectuados, que la situación procesal de Agusti

Scacchi fue evaluada tanto por el suscripto como por la Alzada en las

oportunidades pertinentes, habiéndose entendido en ambos casos que los

elementos de juicio colectados en el legajo ameritaban decretar su procesamiento

en orden a los hechos que se le imputaran al nombrado, con los alcances de

provisoriedad de esta etapa del proceso, cuyos argumentos habré de mantener en

esta ocasión y a los mismos habré de referirme mas adelante.

Sentado lo expuesto, entiendo que no se ha visto modificada la

situación merituada en la oportunidad pertinente, por lo que no existe motivo

alguno para que, al menos en este estadio procesal, tengan que ser revisados los

argumentos antes esgrimidos, no resultando las explicaciones ahora vertidas por la

parte de entidad como para no confirmar dichos argumentos y evitar el avance del

proceso a juicio, ámbito en el que la defensa podrá mejorar sus fundamentos y

donde, a partir del contradictorio, habrá de arribarse a la concreción definitiva de

la situación procesal de su pupilo, en base al contraste de una prueba con la otra.

Así las cosas, habré de hacer notar que los fundamentos de la

oposición a la elevación a juicio formulados por el letrado indicado se

corresponden con su disconformidad respecto de la valoración de la prueba y la

determinación de responsabilidad de su defendido y la calificación legal aplicada

Page 64: Resolución completa: elevan a juicio oral la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

64

respecto de su pupilo en esta instancia, todo lo cual, como dijera, deberá ser

reeditado y mejorado en la etapa siguiente.

Por ese motivo es que no corresponderá el dictado del sobreseimiento

postulado, ello en virtud de las consideraciones que más adelante desarrollaré con

mayor amplitud sobre el tópico, al analizar la situación procesal de Agusti Scacchi

en particular.

c) A fs. 4764/4766 y a fs. 4767/4770, en su carácter de defensor de

Julio Antonio Torti y Miguel Ángel García Velasco, el Dr. Raúl Alvaro Landini

se opuso a la elevación a juicio formulada respecto de los indicados, postulando el

dictado de su sobreseimiento.

El Dr. Landini, en la presentación aludida, planteó la nulidad del

requerimiento de elevación a juicio formulado por el acusador fiscal,

argumentación que fue rechazada in limine mediante el decreto que antecede a

este decisorio, por lo fundamentos allí expuestos, a los que me remito en honor a

la brevedad.

Entiende esa parte que en las imputaciones efectuadas contra sus

defendidos falta una valoración relativa al mérito de los elementos colectados y el

grado de participación que se les atribuye a éstos, oponiéndose a la elevación a

juicio del legajo en el entendimiento de que no existían en relación con los hechos

imputados, prueba alguna que resultara conducente para desvirtuar el principio de

inocencia de que gozaban sus defendidos, extremo que ameritaba, a su criterio, el

dictado del sobreseimiento de los mencionados Torti y García Velasco.

En relación a ello, me remito a lo dicho previamente en el apartado b)

in fine.-

También refirió esa parte, que toda la prueba testimonial

pretendidamente cargosa fue colectada sin intervención de la defensa; punto

respecto al cual corresponde indicar que todos los elementos de prueba colectados

en el marco de estas actuaciones y en todos aquellos expedientes conexos a éste

que tramitan ante este Tribunal, siempre se han encontrado a disposición de todas

las partes para su análisis, sumado ello a que se han recepcionado en autos gran

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

65

cantidad de declaraciones testimoniales cuya producción fue solicitada por las

defensas; sin que en modo alguno se haya afectado el derecho de defensa en juicio

durante el presente proceso.

Sumaré a ello, que el proceso penal se caracteriza por tener dos

fases: la de instrucción que es más acotada y la etapa oral que es la fase reina del

proceso penal, desarrollándose ante el órgano competente para el enjuiciamiento

la práctica de la actividad probatoria. Aparte de los principios de oralidad en

inmediación, en esta etapa otro principio esencial en la practica de la prueba es el

principio de contradicción, inherente al derecho de defensa: permite a la defensa

contradecir los elementos de cargo y es una exigencia ineludible vinculada al

derecho a un proceso con todas las garantías para cuya observancia adquiere

singular relevancia el deber de los órganos judiciales de posibilitarlo.

Específicamente la manifestación del derecho de defensa son las facultades de

alegar, probar e intervenir en la prueba ajena para controlar su correcta práctica y

contradecirla, interrogar o hacer interrogar a los testigos, facultad ésta que el art.

14.3 e) del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos reconoce a todo

acusado como regla general entre sus mínimos derechos. Este derecho a interrogar

o hacer interrogar a los testigos de la acusación, como manifestación del principio

de contradicción, se satisface dando al acusado una ocasión adecuada y suficiente

para discutir un testimonio en su contra e interrogar a su autor en el momento en

que declare o en un momento posterior, garantizando así plenamente en el acto del

juicio oral la posibilidad de contradicción plena. Dicha garantía se encuentra

también reconocida en el apartado f) del inciso 2do del artículo 8 de la

Convención Americana sobre los dereghos Humanos firmada en San José de

Costa Rica el 22 de noviembre de 1969.

Las pruebas colectadas hasta el momento y el pronunciamiento

del Superior sobre la situación procesal de éstos imputados son suficientes como

para disponer la clausura parcial de este expediente y elevarlo a la etapa de juicio,

oportunidad en la que su defensa podrá echar mano a todos los recursos que la ley

le otorga para rebatir la prueba y alegar a favor de su asistido.-

Page 66: Resolución completa: elevan a juicio oral la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

66

d) A fs. 4779/4794 obra el escrito presentado por el Dr. Alfredo A.A.

Solari, por el cual se opone a la elevación a juicio de las actuaciones, solicitando

el dictado del sobreseimiento de Raúl Enrique Scheller, Carlos Eduardo Daviou,

Juan Carlos Rolón, Néstor Omar Savio, Rogelio Martínez Pizarro, Ricardo

Miguel Cavallo, Alberto Eduardo González y Pablo Eduardo García Velasco.

El letrado indicado, planteó la inconstitucionalidad del art. 352 del

Código Procesal Penal de la Nación, pretensión que fuera rechazada in limine en

el decreto que antecede, al que me remito.

A su vez, en punto a la oposición formulada, esa defensa sostuvo en

general respecto de todos sus defendidos; la inexistencia de prueba que los vincule

con la imputación que se les formuló, criticando a su vez la fundamentación de la

acusación del Sr. Agente Fiscal.

Luego el Dr. Solari efectuó un análisis en particular respecto de cada

uno de sus defendidos, destacando los elementos de prueba que consideró que

resultaban suficientes para sostener en relación a todos ellos, que no se hallaban

en el lugar de los hechos a la época de su comisión.

En punto a lo narrado en los párrafos que anteceden, habré de

remitirme nuevamente a lo expuesto en el apartado b) in fine, ya que los

fundamentos de la oposición a la elevación a juicio formulados por el letrado

indicado se corresponden con su disconformidad respecto de la valoración de la

prueba y la determinación de responsabilidad de sus defendidos, todo lo cual,

como dijera, deberá ser reeditado y mejorado en la etapa siguiente.-

e) A fs. 4795/4799 se glosó el escrito presentado por el Dr. Héctor

Carlos Mercau, por intermedio del cual se opone a la elevación a juicio de la causa

respecto de su defendido Ricardo Jorge Lynch Jones, instando el dictado de su

sobreseimiento.

Ese letrado, al igual que algunos de los nombrados anteriormente,

basó su petición en su desacuerdo con el análisis de las probanzas colectadas en

autos, que fuera efectuada por esta judicatura y por el Sr. Agente Fiscal para

atribuirle responsabilidad a su defendido en relación a los hechos investigados en

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

67

autos, en razón de lo cual me remitiré nuevamente a lo decidido en el acápite b) in

fine.

Sin perjuicio de lo expuesto precedentemente, y aún a costa de

resultar reiterativo, toda vez que se efectuará el análisis correspondiente al

estudiar puntualmente la situación del éste encartado; más allá de la rotunda

negativa formulada por la defensa técnica de Ricardo Lynch Jones, lo cierto es

que en las actuaciones se cuenta con elementos de convicción suficientes como

para entender que corresponde abrir a debate la situación particular de Ricardo

Lynch Jones en juicio oral.-

En efecto, en su oportunidad se hizo alusión a la declaración

testimonial de Ricardo Coquet y a la documentación que aportó en el marco de la

declaración testimonial que fuera recibida por la Cámara Nacional de Apelaciones

en lo Criminal y Correccional en el marco de la sustanciación de la causa 761. La

documentación a la que nos estamos refiriendo, consiste en un listado de factura

casera, realizado por la propia víctima, pero por indicación de Jorge Eduardo

Acosta –alias Tigre, Aníbal o Santiago- al tiempo de encontrarse privado de su

libertad en la Escuela de Mecánica de la Armada, en el que fueron consignados

todos aquellos que integraron y colaboraron con el Grupo de Tareas 3.3. con base

operativa en la Escuela de Mecánica de la Armada, y entre los cuales se encuentra

mencionado Ricardo Lynch Jones, “hno. Atómico”.

Ésta documentación y los dichos vertidos por el testigo indicado han

sido debidamente valorados en su oportunidad y si bien a lo largo del sumario

Ricardo Lynch Jones desvió su responsabilidad, indicando que no había sido él,

sino su hermano Gustavo (actualmente fallecido) quien habría formado parte del

GT 3.3.2 y que, por lo tanto, debía desvinculárselo de esta investigación; a criterio

del suscripto existen elementos suficientes para considerar que tanto las pruebas

aunadas a la investigación como la versión ofrecida por la defensa, merecen

debate en etapa oral.

f) A fs. 4800/4817 fue glosado el escrito presentado por el Dr.

Sebastián Olmedo Barrios a través del cual se opone a la elevación a juicio del

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68

expediente en relación a sus defendidos, Eugenio Bautista Vilardo y Hugo

Enrique Damario, instando su sobreseimiento.

El letrado mencionado planteó la excepción de prescripción de la

acción penal y la nulidad de los requerimientos de elevación a juicio formulados;

pretensiones que fueran rechazadas mediante el decreto que antecede a este autos,

el cual fuera dictado en el día de la fecha.

Por otro lado, en relación a las manifestaciones vertidas por el Dr.

Olmedo Barrios en su presentación, a la que me remito en honor a la brevedad,

parece apropiado reiterar lo dicho en párrafos anteriores en lo que se refiere a las

diversas etapas del proceso penal. Esta etapa por la que transita el proceso en este

momento, es una etapa que podríamos denominar preliminar, mucho más acotada

y destinada únicamente a establecer presupuestos mínimos que den fundamento a

la iniciación del juicio propiamente dicho, esto es, el juicio oral. Más allá del

amplio desarrollo de las argumentaciones expuestas por la defensa técnica de

Hugo Enrique Damario, lo cierto es que en autos, se dan esos presupuestos

mínimos requeridos por la ley procesal, para dar lugar al juicio ante un Tribunal

Oral.

Ello, ya que esa defensa fundó su petición del dictado de

sobreseimiento, en que las imputaciones dirigidas contra Eugenio Vilardo y Hugo

Enrique Damario resultaban inadmisibles, puesto que se basaban en una

atribución de responsabilidad penal con un criterio estrictamente formal-objetivo,

únicamente por haber revistado en el Ministerio de Relaciones Exteriores el

primero y en la Escuela de Mecánica de la Armada, el segundo y en función del

cargo que cada uno de ellos ocupara.

Asimismo, el letrado cuestionó la tramitación de este proceso en lo

relativo a la validez de la prueba tenida en cuenta. En esa dirección, dijo que el

paso del tiempo desde la fecha de comisión de los ilícitos que se investigaban en

la causa obraba en desmedro de la posibilidad real de sustentar los testimonios de

la causa, puesto que no existía en la actualidad forma alguna por parte de los

encartados de desmentirlos.

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

69

Por su parte, el Dr. Olmedo Barrios cuestionó la calificación legal a

la cual se arribara en el requerimiento de elevación a juicio respecto de sus

defendidos, en tanto no existía en la causa un solo elemento que permitiera

siquiera deducir que la conducta desarrollada por sus pupilos en el período bajo

estudio podía configurar la “coautoría” de los mismos respecto de los delitos que

se aducían. Así, argumentó que ni uno solo de los testimonios colectados- mas allá

de su veracidad o validez-, demostraban o sugerían que sus asistidos hubieran

tenido una participación directa o indirecta en un solo caso de hipotéticos

tormentos, privación ilegal de la libertad, secuestro u homicidio. Agregó que, en

todo caso, la imputación dirigida a sus defendidos podría llevar a una eventual

calificación de “encubrimiento”, pero jamás de coautoría o participación.

En ese orden de ideas, considero que el análisis que realiza la defensa

apunta a su disconformidad con el análisis efectuado por las querellas, el Fiscal y

este Tribunal, en relación a, la responsabilidad que se le atribuye a sus defendidos,

las probanzas colectadas en autos y la calificación legal escogida; extremos en

relación a los cuales me remitiré a lo indicado anteriormente en el acápite b in

fine.

Así las cosas, corresponde no hacer lugar a la oposición efectuada

por la defensa técnica de Hugo Enrique Damario, debiéndose clausurar

parcialmente la instrucción y elevar el expediente a juicio en relación al

nombrado.

g) A fs. 4818/4856 luce la presentación del defensor oficial, Dr.

Gustavo Kollmann, quien asiste en autos al procesado Antonio Pernías, mediante

el cual se opone a la elevación a juicio de las actuaciones e insta el sobreseimiento

de su defendido.

En esa oportunidad el defensor oficial, solicitó el dictado de la

nulidad de la vista conferida en autos en los términos del art. 346 del Código

Procesal Penal de la Nación, como así también de los requerimientos de elevación

a juicio formulados por las querellas y el Sr. Agente Fiscal; planteos que fueron

rechazados en el marco del Incidente nro. 64 conforme fuera señalado en el

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70

decreto del día de la fecha que antecede a este auto.

Aunado a ello, el Dr. Kollmann fundó su oposición a la elevación a

juicio de las actuaciones en un análisis de las probanzas colectadas, distinto de

aquél que sostuvieron los acusadores y este Tribunal; extremo respecto del cual

habré de remitirme a lo enunciado en el apartado b in fine que antecede.

h) A fs. 4862/4916 se glosó la presentación del Dr. Nicolás Toselli

por intermedio de la cual se opuso a la elevación a juicio de la causa respecto de

Juan Carlos Fotea, Ernesto Frimón Weber, Carlos Orlando Generoso, Victor

Francisco Cardo, Jorge Carlos Radice, Manuel Jacinto García, Raúl Jorge

González, Jorge Eduardo Acosta, Orlando González y Hugo Héctor Siffredi.

El Dr. Toselli planteó distintas nulidades las cuales fueron tratadas y

rechazadas en el marco del Incidente nro. 64, como así también respecto de la

acusación formulada por la Secretaría de Derechos Humanos, planteó la

excepción de falta de acción por falta de legitimidad activa, la cual fue rechazada

en el día de la fecha en el decreto que antecede.

También fue planteado que podía considerarse que sus defendidos

actuaron bajo los eximentes de, obediencia debida o bajo un error de prohibición

inevitable sobre los presupuestos de dicha causal, extremo que también fuera

rechazado in limine en el decreto que antecede a este auto.

A su vez, en el punto III-C del escrito presentado por esa defensa, al

que me remito, se enuncian los argumentos por los cuales se oponen a la elevación

a juicio de las actuaciones, realizándose afirmaciones respecto del criterio de

responsabilidad objetiva sostenida en las acusaciones, la falta de comprobación de

la materialidad ilícita, y la situación de cada uno de los imputados detallándose a

su respecto los elementos de prueba que demuestran su ajenidad a los hechos

pesquizados; extremos respecto de los cuales estaré a lo expuesto en el acápite b

in fine, toda vez que nuevamente nos encontramos frente a un análisis relativo a

los hechos, pruebas y atribución de responsabilidades; distintos al efectuado por

los acusadores y el Tribunal.

i) Ahora bien, habiéndome expedido precedentemente en cuanto a los

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

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motivos por los que fueron rechazados los planteos de oposición a la elevación a

juicio formulados por las defensas, corresponde hacer lo propio en relación a los

pedidos de sobreseimiento postulados.

Así, y tal como se sostuviera al momento de resolver la situación

procesal de éstos imputados, habrá de mantenerse el criterio sustentado -el cual

mas adelante será reeditado para cada caso concreto a fin de garantizar la

autosuficiencia de este auto-, en cuanto a que el cúmulo de probanzas aunadas a

esta encuesta, de momento, no permiten, en modo alguno, desvincularlos del

proceso, por cuanto se ha tenido por acreditada con los alcances propios de la

etapa, tanto la materialidad del suceso respecto del cual se decidió en esta ocasión

el avance a juicio, como así también, la responsabilidad que en la comisión de

aquellos le ha correspondido a los encartados, criterio que habrá de mantenerse en

el presente.

No podemos olvidar, en ese sentido, que el temperamento

liberatorio plasmado en el art. 336 del Código Procesal Penal de la Nación,

requiere por parte del juzgador de una certeza negativa en relación con la

inexistencia de responsabilidad del imputado, extremo que, por el momento, no ha

logrado ser alcanzado en autos a la luz de los elementos de prueba colectados.-

Así, ha sostenido el Superior que “corresponde el sobreseimiento

cuando, luego de un examen pormenorizado del caudal probatorio reunido, se ha

llegado a una convicción de certeza sobre la falta de responsabilidad penal del

imputado o sobre la inexistencia de una realidad fáctica delictiva, que hace

necesaria la continuación del procedimiento, o cuando, aun sin tal certeza, se

encuentra agotada la investigación y no puede avanzarse en torno a la

imputación formulada” (cfme. CCCFed. Sala II, Cattani-Luraschi - Irurzun,

22.095, "CATALAN, Roberto y otros s/sobreseimiento". 15/11/05 24.488. Nota

del fallo: Se citó Torres Bas, Raúl E. "El Sobreseimiento", Ed. "Plus Ultra", Bs.

As. 1971 pag. 43).-

Del mismo modo, se ha entendido que “el art. 336 del Código

Procesal Penal de la Nación, excluye la duda de entre las causales para

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sobreseer. No es la duda subyacente la que habilita el encuadramiento de una

determinada situación de hecho en alguno de los cuatro supuestos previstos por

la normativa ritual para cerrar definitiva e irremediablemente el proceso respecto

de un individuo, pues, para proceder de dicha forma tiene que haberse

acreditado, indefectiblemente, la total ajenidad de los encausados en los hechos

investigados” (cfme. CCCFed. Sala I, "MENDOZA CASTRO, Enrique H.

s/sobreseimiento", rta:16/02/04, 37, NOTA al fallo: Se citó C.C.C. Fed. Sala I

"RIVERO, Norma D." del 9.12.99).

El criterio enunciado, ya había sido sentado por la Cámara de

Casación Penal, al afirmar que “conforme a nuestro ordenamiento procesal

vigente, el pronunciamiento remisorio en estudio [auto de sobreseimiento]

requiere del convencimiento acerca de la existencia de alguna de las causales

taxativas que enumera la ley; por lo que resulta indispensable para que proceda

este temperamento definitivo respecto del imputado, que éste aparezca en forma

indudable y evidente exento de responsabilidad, de forma tal que no pueda ser

puesto en duda. En definitiva sólo cuando se encuentre acreditada alguna de las

causales previstas en el artículo 336 del Código Procesal Penal de la Nación

corresponderá dictar auto de sobreseimiento” (Sala III, causa n°1885, “Saksida,

Walter Raúl s/ rec. de casación”, rta. El 18/02/2000, reg. 46/2000, citado en Fallos

de la Casación Penal, Selección de Jurisprudencia de la Cámara Nacional de

Casación Penal, Año II, N°3, 2001,Ed. Fabián Di Plácido, pág.549).-

Y el razonamiento trazado encuentra directo correlato en los

alcances que deben serle adjudicados a esta etapa del proceso, en la que basta un

juicio de probabilidad sobre la existencia del hecho delictuoso y de la

responsabilidad que le corresponde al imputado pues, de lo que se trata es de

habilitar el avance del proceso hacia el juicio, instancia en la cual se

desenvolverán los debates y la confrontación con amplitud. Y es por ese motivo

que, dados los extremos de que se trata en relación con el hecho por los que media

válida requisitoria fiscal en ese sentido, se impone la elevación a juicio de los

actuaciones, a efectos de que sea en la etapa subsiguiente y, a partir del debido

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debate contradictorio, que se establezca el definitivo grado de responsabilidad que

le corresponde a los procesados en orden al hecho en cuestión.-

Recordemos que no son otros que los requisitos exigidos para

arribar a un auto de procesamiento -art.306 del Código de forma-, los que rigen en

esta fase procesal y en esa dirección, no ha de soslayarse que el objeto de esta

etapa se circunscribe a “verificar la existencia de un hecho delictivo, la

individualización de los autores y el grado de participación, las circunstancias

personales de los mismos y la extensión del daño causado”. Así, “para el dictado

del auto de procesamiento basta con la valoración de elementos probatorios

suficientes para producir la mera probabilidad, aún no definitivos ni confrontados,

pero que sirven para orientar el proceso hacia la acusación, vale decir, hacia la

base del juicio(...) donde verdaderamente se decidirá la aplicación o no del

derecho penal material” (cfme. Cam. Crim y Corr., Sala I, “Fiorenza, Alfredo s/

inconstitucionalidad”, Rta: 26/12/07).-

Por ello, conforme lo ha sostenido la jurisprudencia, “entender lo

contrario equivaldría a la asunción por parte del juzgador de una tarea que le es

impropia, instaurándose el período contradictorio por anticipado, en el momento

de la instrucción, privándose así al órgano que eventualmente debe resolver en

forma definitiva, de la inmediación de la prueba producida, fundamental para la

decisión, radicándose la inteligencia del instructor en colocarse en el lugar que las

normas procesales le asignan, posibilitando la apertura del gran debate, en base a

la verificación de los elementos mínimos que sostengan la sospecha inicial”(Cfme.

entre otros, ̈ Garbellano Luciano¨, C.N.Fed.Crim. y Correc., Sala I, 1999/12/28).-

Al respecto, cabe señalar que el debate es el momento más

trascendente del proceso penal, una vez introducido éste en la etapa de juicio. En

él ingresan oralmente las pretensiones de las partes y la prueba, se las contradice y

controla en audiencia ininterrumpida, y se coloca su resultante a consideración del

tribunal que hubo de presenciarla, para que pronuncie en lo inmediato su sentencia

(...) Es entonces una fase regida por la oralidad, continuidad, publicidad,

concentración, inmediación, identidad física del juzgador y contradicción o

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74

adversarial (ver Navarro, Guillermo Rafael y Daray, Roberto Raúl, Código

Procesal Penal de la Nación, Análisis jurisprudencial y doctrinal, Buenos Aires,

2004, Hammurabi, Tomo 2, pág. 1000/1001).-

Siguiendo la línea de análisis trazada, cabe señalar lo que en

relación con la oralidad del proceso se ha afirmado en los tribunales nacionales, en

cuanto a que "el procedimiento oral es infinitamente superior al escrito porque

asegura en máximo grado la inmediación, es decir, un contacto directo y

simultáneo de los sujetos procesales con los medios de prueba en que deben

basarse la discusión plena de las partes y la decisión definitiva del juzgador ... la

inmediación es un principio lógico que debe primar siempre que sea posible, la

oralidad es la forma o el procedimiento de investigación que permite realizar

mejor la inmediación, porque la palabra hablada es la manifestación natural y

originaria del pensamiento humano, así como la forma escrita es una especie de

expresión inoriginal o mediata del mismo, tanto que cuando la segunda es

admitida, el acta se interpone, por así decirlo, entre el elemento de prueba (p.ej.:

testimonio) y el Juez (de sentencia) que debe valorarlo ..." (Cfme. C.N.Crim. y

Correc. Sala VI, GOLDSCHMIDT, Luis y otros. Rta: 28/02/06, c. 27.483. Se

citó: (***) Alfredo Vélez Mariconde, Derecho Procesal Penal, 3Ε° ed., 2Ε°

reimpresión, actualizada por los Dres. Manuel N. Ayan y José I. Cafferata Nores,

Marcos Lerner Editora, Córdoba, 1986, t. I, p. 419).-

Sentados así los razonamientos expuestos, considero pertinente que el

hecho que fue merituado y valorado por el Tribunal en oportunidad de decretar el

procesamiento de los imputados cuya situación se analiza en este decisorio, como

así también por la Alzada al homologar dicho criterio, corresponde la elevación

del legajo a la etapa oral.

VI. Situación procesal de los imputados.

En este punto, inicialmente habré de indicar, que reitero que para

todos los casos tratados en este decisorio y respecto de los cuales se decidirá la

elevación a juicio de los encausados, los elementos de prueba colectados, que

fueran merituados y valorados por el Tribunal en oportunidad de decretar los

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autos de procesamientos de los encartados, como así también por la Alzada al

homologar dichos criterios respecto de aquellos que apelaran el auto de mérito

dictado por esta judicatura, conforman un cuadro probatorio suficiente como para

dar por acreditada la materialidad de los hechos investigados, respecto de los

cuales se solicitara la elevación a la etapa oral y la consecuente participación y

responsabilidad en los mismos de cada uno de los sindicados, tal como fuera

enunciado en la oportunidad correspondiente, ello al menos con el alcance

provisional que exige este estadio del proceso.

En ese orden de ideas, destaco que se tiene por probada, la estructura

orgánica correspondiente al Grupo de Tareas 3.3 y su respectiva dependencia de la

cadena de mando.

Resulta oportuno reiterar e incluir aquí, para una mejor comprensión

del hecho que estamos investigando y más allá de que estas mismas cuestiones

han sido volcadas en el marco de la causa principal, conexa con la presente, lo que

algunos de los sobrevivientes del centro clandestino de detención de la Escuela de

Mecánica de la Armada, han manifestado respecto del funcionamiento interno del

Grupo de Tareas 3.3.

Al respecto ya en el mes de noviembre de 1981, Amalia Larralde,

quien sobreviviera de su clandestino secuestro en la E.S.M.A. escribió a la

División Derechos Humanos de Ginebra, Suiza “La doctrina de aniquilamiento

expresada en la “Orden de Batalla del 24 de marzo de 1976" emanada de los

Comandantes en Jefe de las Tres Armas y del Estado Mayor Conjunto establecía

la “destrucción física de las organizaciones (populares) mediante la eliminación

física de sus miembros”. A partir de esta se encara la represión ilegal

instrumentándose en la “lucha clandestina”. Esta era justificada argumentando

que en la medida que la lucha era contra un enemigo “que no usaba uniforme, no

ocupaba espacio físico diferenciado y se encontraba dentro del mismo cuerpo

social”, el estado de derecho que reglaba los delitos contra Nación, no les

permitía controlarlo. Es así que fundamentaban la utilización de la lucha

clandestina las que le permitía utilizar su herramienta principal: “la tortura”

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76

ilimitadamente. Esta represión fue organizada y centralizada por los altos

mandos de las FFAA, teniendo por un lado la faceta legal del control de la

gestión estatal y por otro, secretamente los G.T. El exterminio era justificado bajo

la siguiente argumentación: Por un lado aducían que la detención de los

reprimidos en una cárcel legal serviría solamente para afirmar sus ideas, lo cual

sería mucho más grave el día que recuperaran su libertad. Por otro lado la

represión clandestina con la posterior desaparición de la gente, serviría para que

no se supiera como ésta había sucedido, no se conocería a los culpables y se

mantendría en el anonimato. En tercer lugar el exterminio y la desaparición

favorecían la propagación del terror en el conjunto de la población. Y como

último aducían a la falta de infraestructura para la cantidad de gente

secuestrada...” (Ver fs. 323/324 del Cuaderno de Prueba inc. n° 50 de esta causa

anexo de la declaración de Amalia María Larralde del 2 de noviembre de 2004 en

la Embajada Argentina en París, República de Francia).-

Alberto Eduardo Girondo también ofreció en su testimonio (ver

Legajo 63, III Prueba Documental) un análisis relacionado con el funcionamiento

del Grupo de Tareas 3.3. “...En las entrevistas particulares con los detenidos en el

centro de secuestrados de la ESMA, los oficiales de marina, como una forma de

demostrar su omnipotencia, fueron volcando una serie de datos acerca de la

metodología y la doctrina represiva que ellos y otras fuerzas implementaban. En

mi caso es a partir de conversaciones mantenidas con los capitales Acosta y

Perrén y los tenientes Rolón, Pernía y Aztiz fundamentalmente, que he podido

reunir la información que excede mi conocimiento directo y que en este punto

permite remontarse en la historia del Grupo de Tareas, anterior a mi secuestro

(...) el GT de la ESMA es creado por decisión directa del Almirante Massera (...)

el objetivo fue la formación de un grupo que operara en la Capital Federal y

Gran Buenos Aires jurisdicción del Ier. Cuerpo de Ejército y que estuviera

constituido por gente de confianza y bajo el mando directo del Comandante en

Jefe. Se encomienda entonces la formación del grupo al entonces director de la

ESMA, principal asentamiento de la Marina en Buenos Aires, Capitan de Navío

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R.J. Chamorro. Sus primeros componentes son entre otros los Capitanes de

Fragata Menéndez, Acosta y Perrén y el Teniente de Navío Pernía. Formalmente

el GT estaba situado bajo la jurisdicción del Servicio de Inteligencia de la Marina

(SIM), y sus funciones se limitaban a la de un grupo operativo, quedando la tarea

de inteligencia a cargo de los primeros. Pero en la práctica esto no tuvo lugar

(...) a fines del año 1976, el SIM forma su grupo operativo también con base en la

ESMA. Pero su acción no alcanzó nunca la efectividad y amplitud del GT 3.3.2,

que fue acumulando un poder en el interior del arma que excedió en mucho el que

le confería su función específica (...) Organización y estructura del GT 3.3.2.

Cuando se constituye el GT, el CN Chamorro delega el comando del mismo en el

Subdirector de la ESMA CF Menéndez que, al ser herido en un tiroteo durante un

operativo es reemplazado por el CF Vildoza (...) Por debajo del comando se

divide en tres sectores: Inteligencia, Operaciones y Logística. Inteligencia. Era el

encargado de la ubicación y señalamiento de los “blancos”, es decir, de los

futuros secuestros, basándose en diversas fuentes así como en los elementos

obtenidos mediante la tortura de los prisioneros. Los oficiales de Inteligencia

tenían a su cargo a los prisioneros a lo largo de la estadía de estos en la ESMA.

Ellos eran los responsables de los interrogatorios, intervenían en la decisión de

los traslados, intervenían en las operaciones de secuestro, algunas veces

comandándolas. Los integrantes de este grupo cuyos nombres recuerdo fueron:

los Tenientes Antonio Pernía “Trueno”, García Velazco, a. “Dante”, Alberto

González Menotti a. “Gato”, Schelling a. “Mariano”, Juan Carlos Rolón a.

“Juan” (...) las finanzas del GT estaban a cargo de oficiales de confianza de

Acosta, como los tenientes Spinelli, Radizzi, Savio “Norberto” “Alemán”...”.-

Otras víctimas que sobrevivieron de su paso por la Escuela de

Mecánica de la Armada ofrecieron su testimonio y declararon en relación a cómo

era el funcionamiento del Grupo de Tareas 3.3 con base operativa en la Escuela de

Mecánica de la Armada; a continuación se transcriben las partes de interés para

esta causa:

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En el legajo que lleva doble numeración -16 y 32- correspondiente a

Andrés Ramón Castillo, a fs. 4 obra un testimonio escrito del indicado Castillo

como así también de Graciela Beatriz Daleo: “Sobre el campo de concentración

clandestino de la Escuela de Mecánica de la Armada Argentina”. En él los testigos

manifestaron que “...La técnica de la desaparición de las personas cumple con

varios objetivos: los militantes populares, trabajadores, sindicalistas,

profesionales, educadores, políticos, cualquiera que sea visualizado como

peligroso por las Fuerzas Armadas usurpadoras, es “chupado”, “sacado de

circulación”, en forma inmediata, sin necesidad de acumular pruebas en su

contra, ni de rendir cuentas a ningún juez de esta acción. Simplemente el

desaparecido se “esfuma”, ingresa en un cono de sombra, donde nadie puede

acceder, ni volver a saber de su existencia...”. Más adelante expresó Andrés R.

Castillo, cuando ya se encontraba en la E.S.M.A. que “... Dentro del cuarto me

encontré en presencia de dos oficiales de la Armada, los cuales más adelante

identificaría como Capitán de Corbeta Jorge Eduardo Acosta alias “Tigre”,

“Santiago”, “Aníbal”, y el teniente de navío García Velazco alias “Dante” (...)

Mientras estaba en el sótano, oía continuamente los gritos de las nuevas víctimas

que el G.T. 3.3/2 secuestraba casi cotidianamente. A veces llegaban a traer 3 y 4

personas por día. Cuando comenzaban los interrogatorios, los oficiales

ordenaban a los guardias que se encontraban en el pasillo que pusieran música

con volumen alto, para lo cual había un tocadiscos en la mesa...”.-

Agregaron los testigos que su conocimiento sobre los orígenes del

Grupo de Tareas 3.3/2 fueron obtenidos de las conversaciones mantenidas con el

Capitán de Corbeta D’Imperio que utilizaba habitualmente el nombre de “Abdala”

“ ...el Servicio de Informaciones Navales (SIN) habría manifestado que la Armada

no estaba en condiciones de cumplir el objetivo asignado, ya que su capacidad

operativa no se adecuaba a la envergadura de la tarea, y la organización

Montoneros se encontraba distribuida en todo el país, no así las fuerzas de la

Marina. Según el informante, el Almirante Massera decidió entonces encomendar

a personal de su confianza, entre los que se encontraba el director de la ESMA,

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Capitán de Navío Rubén Jacinto Chamorro -ascendido luego a contraalmirante-,

al capitán de corbeta Menéndez, al capitán de corbeta Acosta y a otros más, la

organización de un grupo que dedicara su accionar al aniquilamiento de

Montoneros (...) CADENA DE MANDOS DEL GRUPO DE TAREAS 3.3/2. El

Almirante Emilio E. Massera, Comandante en Jefe de la Armada hasta

septiembre de 1978, y miembro de la Junta Militar que usurpó el poder en la

Argentina el 24 de marzo de 1976, fue la instancia máxima de conducción de la

tarea represiva llevada adelante por la Marina... ESTRUCTURA INTERNA DEL

GRUPO DE TAREAS 3.3/2. El GT 3.3/2 se estructuró, de acuerdo a las funciones

que debían cumplir sus miembros, en tres sectores: INTELIGENCIA,

OPERACIONES y LOGÍSTICA. INTELIGENCIA. (...) Tenía a su cargo la

realización efectiva de los interrogatorios y torturas de los secuestrados llevados

a la ESMA por los grupos operativos, y el análisis minucioso de todos los

papeles, apuntes y cualquier otro material que se hallara en poder de sus víctimas

en el momento del secuestro o “chupe”. En la realización de esta tarea contaban

con el concurso de suboficiales de la Marina, Prefectura y Servicio Penitenciario

(...) Otra función de Inteligencia era la de decidir, bajo la conducción del

Contraalmirante Chamorro, qué secuestrados debían ser incluidos en los

sucesivos traslados. Tenían a su cargo también el contacto con los secuestrados

que iban quedando en la ESMA sin ser trasladados (...) OPERACIONES. Este

grupo llevaba adelante la planificación y ejecución de los secuestros, robos de

automóviles, saqueos de viviendas, etc. Operaban en base a los datos obtenidos

mediante la tortura, y/o del análisis que Inteligencia hacía de los materiales

obtenidos en operaciones anteriores. Muchos secuestros se hicieron durante los

“paseos” que sistemáticamente realizaban por la Ciudad de Buenos Aires y sus

alrededores, en los cuales participaba un “marcador”, prisionero que accedía a

colaborar con los marinos señalando a sus antiguos compañeros. La

planificación de las operaciones se hacía en el salón “Dorado” ubicado en la

Planta Baja del Casino de Oficiales. Analizados los datos sobre el “blanco”, se

asignaban las funciones a cada miembro del grupo: “ir al cuerpo”, “dar el alto”,

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“disparar las armas”, “hacer la contención”, “dispersar a los curiosos”,

“disimularse en las casas y comercios adyacentes al lugar donde se haría el

secuestro”, etc. (...) En el grupo OPERATIVO participaban oficiales y

suboficiales de la Armada. Algunos de ellos estaban asignados en esta función

con carácter permanente y otros en calidad de “rotativos”. Permanecían en la

ESMA o en otros campos de concentración de la Marina: Mar del Plata, Bahía

Blanca, por períodos aproximados de dos meses. Eso garantizaba que la

totalidad de la armada, en todos sus niveles y en todos sus miembros participara

en la lucha represiva (...) Miembros de la Policía Federal, Prefectura Nacional

Marítima, Servicio Penitenciario y algunos miembros del Ejército integraron

también los grupos operativos. (...) LOGISTICA. En este sector estaban los

oficiales y suboficiales de la Marina que tenían a su cargo el desarrollo y

mantenimiento de la infraestructura del GT 3.3/2. Esto abarcaba desde la

conservación y modificación de las instalaciones del edificio, como así también la

administración de los fondos y bienes obtenidos como botín de guerra, resultado

del robo sistemático y exhaustivo que ejecutaron con las pertenencias de los

secuestrados y de las organizaciones populares a las que reprimieron (...) El

resto del personal afectado al GT 3.3/2 eran suboficiales de la Armada. Su

función era la de custodia de los secuestrados, traslado de las comidas desde la

cocina hasta el sótano o a la “capucha”, vigilancia de los desplazamientos de los

prisioneros al baño, y participación como operativos en secuestros y “paseos”.

El suboficial a cargo de las guardias recibía el nombre de “Pedro” (luego fue

cambiado por el de “Pablo”), y debía su denominación a que estaba encargado

de portar las llaves de los grilletes. El “Pedro” tenía como auxiliar a un

“ayudante de Pedro” (luego “Pablito”), y bajo su mando una dotación de

“Verdes”. Tanto el ayudante como los “verdes” eran alumnos de la ESMA ...”.-

En el mismo sentido, Martín Tomás Gras en el Legajo que lleva los

números 71 y 18 ofreció su testimonio relacionado con los hechos que ocurrieron

en la República Argentina y que se conocen como “Terrorismo de Estado”, en el

período comprendido entre los años 1976 y 1983.

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Así, este testigo expresó que “El testimoniante ha podido comprobar

personalmente que las Fuerzas Armadas Argentinas dieron el golpe militar del 24

de marzo de 1976 (...) para asumir el control de la totalidad del aparato del

Estado y ponerlo al servicio de una política de exterminio de los activistas de las

organizaciones populares, tanto políticas como sindicales, estudiantiles y de los

distintos estratos de las sociedad que expresaran adhesión a proyectos de

transformación social, calificados por las Fuerzas Armadas como “contrarios al

ser nacional y al orden social natural...”. Dijo que el método utilizado fue la

lucha clandestina y que la represión revestía carácter institucional pues se utilizó

toda la estructura del Estado, fuera de los marcos legales en función de la orden y

decisión superior de los mandos militares. Específicamente y respecto de Grupo

de Tareas 3.3 cuya creación ha apoyado decididamente el Almirante Massera tuvo

por pretexto contar con un grupo defensivo de la unidad, aunque en realidad, su

objetivo era obtener su propia cuota de poder. “...Los mandos superiores de la

Marina y Massera en particular, otorgan gran importancia a la creación de este

Grupo de Tareas, el cual encomiendan a partir de su reconocimiento por el

Batallón 601 de Inteligencia que ejercía la jefatura represiva de la zona (...) En el

primer aspecto, la dotación inicial se incrementa notablemente. A la decena de

oficiales “fundadores” se suma ahora los oficiales “rotativos” en un número

aproximado de veinte, más una dotación permanente de la Policía Federal, otra

de la Prefectura Marítima -dependiente institucionalmente de la Armada- y otra

del Servicio Penitenciario Federal (...) desde el punto de vista jerárquico

organizativo, el G.T. es el brazo ejecutor del SIN (...) pero en la práctica, el GT

realiza sus propias tareas de inteligencia prescindiendo del Servicio,

convirtiéndose paulatinamente en un sector de dependencia directa de Massera,

agudizándose las contradicciones políticas con el SIN, cuya jefatura no era

considerada “masserista”.

Como Anexo “A” el indicado Gras (a fs. 25 y sstes del legajo antes

citado) acompañó un listado de oficiales de la Armada que integraron el Grupo de

Tareas: Vildoza alias “Gastón” era el Jefe del Grupo de Tareas (en adelante GT);

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Jorge Eduardo Acosta alias “Tigre”, “Santiago” o Aníbal” era el Jefe de

Inteligencia del GT hasta fines de 1978; Jorge Perren alias “Puma” u “Octavio” o

“Morris”, era el Jefe de Operaciones del GT en el período de tiempo comprendido

entre marzo de 1976 y marzo de 1977 y era a su vez hombre de confianza de

Acosta. Antonio Pernía (quien con el correr de la investigación se determinó que

su verdadero apellido es Pernías), alias “Rata” o “Trueno” o “Martín” era activo

miembro de los grupos operativos en los que descollaba; Alberto González

(Menotti o Navarro segundo apellido) alias “Gato” o “Luis” era oficial de

Inteligencia; Alfredo Astiz, alias “Rubio” o “Angel” o “Cuervo” o “Gonzalo” o

“Alberto Escudero” era uno de los oficiales de operaciones que junto con Pernía

(s) descollaban en funciones militares y además participó en varias operaciones de

infiltración; Radizzi (quien con el correr de la investigación se determinó que su

verdadero apellido es Radice), alias “Ruger” o “Gabriel” era uno de los oficiales

de Logística; Savio alias “Halcón" o “Norberto” era otro oficial de logística; Juan

Carlos Rolón, alias “Niño” o “Juan” era otro oficial de inteligencia; “Fibra”

Teniente de Navío RIOJA, oficial, feroz interrogador, entre otros.-

Así las cosas, con las transcripciones y reseñas efectuadas en los

párrafos que anteceden, entiendo que se encuentra probada la estructura orgánica

del Grupo de Tareas 3.3 como así también su dependencia de la cadena de mando.

Vale aclarar que, en su oportunidad, la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y

Correccional Federal al pronunciarse en la causa 13/84, respecto de las situaciones

procesales de aquellos a quienes debió juzgar por otros hechos ocurridos en el

mismo período, tuvo por acreditado que la Unidad de Tareas 3.3.2. (U.T. 3.3.2),

que funcionaba dentro de la E.S.M.A., estaba encargada de realizar tareas

ofensivas encubiertas en la lucha contra la subversión. Que esa U.T. 3.3.2

dependiente del G.T. 3.3. estaba a cargo del Director de la Escuela y dependió del

Comandante de la Fuerza de Tareas 3 quien, a su vez, estaba subordinado al

Comandante de Operaciones Navales que, a los efectos de la lucha, respondía al

Comandante en Jefe de la Armada.

En la causa 13/84, también quedó debidamente acreditado que los

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comandantes en Jefe de la Armada, Emilio Massera y Armando Lambruschini,

ordenaron un modo de combatir el terrorismo, consistente en aprehender

sospechosos, mantenerlos clandestinamente en cautiverio bajo condiciones

inhumanas de vida, someterlos a tormentos con el propósito de obtener

información para, por fin, ponerlos a disposición de la Justicia o del Poder

Ejecutivo de la Nación, o bien eliminarlos físicamente.

Habiendo quedado probado con los testimonios antes descriptos el

funcionamiento del Grupo de Tareas 3.3./2, como así también todo lo relacionado

con su estructura jerárquica sus componentes, sus integrantes, su vinculación con

la cadena de mandos y sus divisiones internas, habré de abrir paso, en primer lugar

a tratar la materialidad del evento que se le reprocha a los acusados para luego

adentrarme ya sí en el tratamiento de sus situaciones procesales en forma

particular.-

-De la materialidad:

Expuesto ello, llegado este punto y al valorar las probanzas

acumuladas hasta el momento en la presente causa, a la luz de la sana crítica, se

está en condiciones de afirmar que existen suficientes elementos de juicio para

tener por acreditada, al menos en esta etapa del proceso, la materialidad de los

hechos que se investigan, como así también la responsabilidad que en cada caso

les cupo a los imputados en relación a ellos.

En este sentido, en cuanto a la materialidad del hecho investigado y

que le fuera enrostrado a los imputados, se encuentra comprobado que el día 27 de

enero de 1977 en horas de la mañana, Dagmar Ingrid Hagelin fue interceptada por

varias personas que portaban armas de fuego, todas ellas pertenecientes al grupo

de tareas 3.3.2, mientras caminaba por la calle Sargento Cabral en dirección a la

calle Pampa, de la localidad de "El Palomar", Provincia de Buenos Aires.

También se encuentra acreditado que estas personas comenzaron a

perseguirla y luego de darle la voz de alto, dispararon contra ella, con tal suerte

que una de las balas impactó sobres su cuerpo y cayó herida al piso sobre la calle

Pampa.

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Asimismo está debidamente comprobado que tras ello éstas mismas

personas portando armas de fuego y bajo amenazas le exigieron a Jorge Oscar

Eles la entrega de su auto de alquiler, marca Chevrolet con patente C-0868838,

que se encontraba en las inmediaciones del lugar, y que una vez en poder del auto

fueron en busca del cuerpo de Hagelin que yacía tirado en la vereda, lo cargaron

en el baúl, para luego darse a la fuga.

Por otra parte se encuentra probado que luego de ello Dagmar

Hagelin fue trasladada a la Escuela de Mecánica de la Armada, donde permaneció

clandestinamente en cautiverio desde el mismo día de su secuestro -27 de enero de

1977. hasta al menos el mes de abril de 1977 y que fue allí sometida a tratos

crueles, inhumanos y degradantes. Finalmente y hasta el día de hoy, permanece

desaparecida.

Para afirmar lo antes expuesto, se cuenta en primer lugar con la

versión que de los hechos ofreció el padre de la víctima, Ragnar Erland Hagelin,

quien cuando perdió contacto con su hija, de diciesiete años de edad, comenzó a

realizar averiguaciones, interponiendo primero denuncias de hábeas corpus (una

ante el Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal N° 4 -número 3723/77-

presentado el 13 de abril de 1977 que fue contestado en forma negativa por parte

de las Fuerzas Armadas y por el PEN y fue rechazado el día 15 de julio de 1977 y

otra presentada ante el Juzgado en lo Criminal y Correcional Federal N° 5 -lleva

el número 694- el día 23 de noviembre de 1978 también con resultado negativo,

siendo rechazada la acción el 16 de mayo de 1979. También obra otra denuncia de

hábeas corpus interpuesta por Valentin Ernesto Bucciardi, abuelo de Dagmar

Hagelin, que tramitara por ante el Juzgado Federal N° 3 de San Martin que con

fecha 6 de septiembre de 1978 se desestimó) y también denuncias criminales,

respecto de cuyo trámite, habrá de remitirse a lo expuesto en el item “formación

del sumario” donde acabadamente se explicitara esta cuestión.

Lo cierto es que, como también allí se sostuviera, una de esas

denuncias criminales, con el patrocinio letrado del Dr. Luis Fernando Zamora, es

la que encabeza la presente causa.

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Pero antes de profundizar en todo lo concerniente a dicha denuncia,

cuadra destacar que, a partir de ella, en un comienzo de la investigación se

barajaron varias hipótesis en relación a cuál fue el destino final de la víctima

Hagelin luego de que fuera secuestrada en la vía pública, hasta que finalmente

logró reconstruirse parcialmente su historia; y digo parcialmente porque si bien se

determinó que luego de ser secuestrada, fue conducida a la Escuela de Mecánica

de la Armada, donde permaneció detenida clandestinamente, no se ha podido

esclarecer qué ocurrió después de ello; de modo que, a la fecha, es posible afirmar

que, permanece desaparecida.

En este sentido, habrá de recordarse que, dejando a salvo las

particularidades expuestas en el item “formación del sumario”, la presente causa

se inició el día 28 de febrero de 1984 a raíz de una denuncia formulada por

Ragnar Erland Hagelin, por ante el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo

Criminal y Correccional Federal N°2, Secretaría N° 6 por entonces a cargo del Dr.

Miguel Del Castillo, que primigeniamente interviniera, oportunidad en que, en el

marco de una declaración testimonial, manifestó que ya había radicado una

denuncia por la desaparición de su hija por ante el Juzgado Penal N° 4 de Morón,

la que, según su conocimiento, había sido remitida por incompetencia a la Justicia

Militar, desconociendo el trámite que tuvo a partir de ese momento. Indicó a su

vez que, por circunstancias obrantes en dicha causa, se había determinado que el

hecho había sido cometido por personal de la Escuela de Mecánica de la Armada,

habiéndose determinado incluso que uno de los autores era Alfredo Ignacio Astiz.

Expresó también en dicha oportunidad, haber tomado conocimiento

de cuál era el paradero de su hija. Las versiones concernientes a ello quedaron

documentadas en la causa. Así, el por entonces detenido Eduardo Mortari Souza,

en una declaración sostuvo que mientras era trasladado en marzo de 1978, había

presenciado la ejecución con un disparo de un arma de fuego de una chica que

también estaba detenida y a quien muchos años después y tras haber visto su foto

en un diario reconoció como Dagmar Hagelin (vid fs. 121/2 y 134). Por otra parte

los detenidos Nicolás Alejandro Kantemiroff y Juan Alberto Imbeci (vid fs. 124/5

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y fs. 139/145) señalaron que en marzo de 1984, Dagmar Hagelin había sido

sacada del país desde el Regimiento Militar de Tucumán y estaba en un tercer país

bajo la protección del gobierno sueco. Otras versiones, están emparentadas con

una entrevista que por aquéllos años mantuvo Ragnar Hagelin con el "cabo Raul

David Vilariño, suboficial de la marina de guerra", a quien al haberle mostrado

una foto de su hija, le expresó que había visto a esa mujer -Dagmar Hagelin- en un

centro de rehabilitación en Mar del Plata en noviembre de 1977, al cual había

concurrido a buscar documentación secreta que pertenecía al edificio Libertad (ver

escrito de denuncia de Hagelin y declaración de fs. 67/69 de David Vilariño

obrante en el expediente número 17.281 caratulada “Hagelin Ragnar Erland s/

denuncia” que tramitara ante la Justicia de Morón). Una última versión sobre el

destino de Hagelin puede leerse a fs. 714/715, donde obra la copia de una

presentación efectuada el 29 de junio de 1984 ante la CONADEP por parte de

Claudio Vallejos, quien dijo ser miembro del grupo especial de Inteligencia del

Batallón de Infantería de Marina 3 (BIN 3) y en tal sentido manifestó haber

tomado conocimiento por parte del Inspector General de Penales RUIZ alias “El

Pato”, director de la Unidad 2 ,que en los sótanos de dicho centro de detención se

encontraba una detenida de apellido Hagelin, de origen sueco, imposibilitada de

caminar y quien permencía vendada.

Sin embargo, en el marco de la presente investigación, ninguna de

éstas versiones pudo ser constatada, pero ello no impidió que Ragnar Hagelin

siguiera buceando hasta intentar obtener algún dato verídico respecto de qué le

había ocurrido a su hija menor de edad (vid declaración testimonial obrante a fs.

19, copia de declaración testimonial de fs. 297/301 y constancias que acreditan su

paternidad obrantes a fs. 67/8).

Expuesto todo ello, la historia de Dagmar Ingrid Hagelin que, Ragnar

Erland Hagelin puso en su momento en conocimiento de la Justicia de Morón (ver

fs. 80/91) y que luego repitió en esta causa a través de su denuncia inicial y más

tarde relató en oportunidad en que se llevó a cabo el Juicio a las Juntas en el año

1984 (ver declaración obrante a fs. 1329/1353), se escribe así:

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El día 26 de enero de 1977 Dagmar Ingrid Hagelin se encontró con

su padre, con quien había convenido encontrarse al día siguiente en horas del

mediodía para hacer unas compras que precisaban para irse de vacaciones en los

días venideros. Es que, previo a encontrarse con él, iba a ir a visitar a una amiga

que vivía en El Palomar llamada Norma Susana Burgos y a quien había conocido

tiempo atrás en las playas de Villa Gesell.

Lo cierto es que cómo las agujas del reloj marcaban una hora que se

extendía mucho más allá de aquella en que Ragnar Hagelin había convenido

encontrarse con su hija, y ella no llegaba al lugar de encuentro, se dirigió hacia la

zona en que sabía que se residía la familia Burgos y donde ella le había dicho que

iría previo a encontrase con él, y con la ayuda de vecinos logró individualizar la

vivienda -Sargento Cabral 317 El Palomar, Provincia de Buenos Aires-.

De esta manera logró tomar primero contacto con el padre de Burgos

y luego con algunos vecinos quienes le informaron que Norma Susana Burgos

había sido detenida en la noche anterior, esto es el 26 de enero de 1977 por un

grupo compuesto por alrededor de 20 personas, quienes vestidas de civil,

trasladándose a bordo de cuatro vehículos sin patente, y siendo dirigidos por un

individuo jóven, rubio, alto -que a la postre se determinó se trataba de Alfredo

Ignacio Astiz- irrumpieron en la casa, la allanaron y se llevaron consigo en uno de

los autos, a la nombrada Burgos. Luego, parte del grupo, compuesto por siete

personas aproximadamente, se quedó pernoctando en el domicilio de los Burgos,

manteniendo cautivos al resto de la familia, esperando indudablemente -según

continuó relatando-, el arribo de alguna otra persona cuya captura perseguían.

Así fue que al día siguiente, aproximadamente a las 8:30 horas,

Dagmar Hagelin llegó al lugar de los hechos. Conforme el relato que de los

hechos hizo el padre, al llegar al umbral de la casa de la familia Burgos y cuando

se disponía a tocar el timbre, vio que al lado de la casa, en el jardín, aguardaban

dos personas entre las que se encontraba el que dirigía el procedimiento. Al

verlos, se alarmó y asustada comenzó a correr hacia una de las esquinas, mientras

otra persona que se encontraba apostada sobre la azotea comenzó a efectuarle

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disparos con una ametralladora. Mientras seguían los disparos, "el joven rubio"

salió en su persecusión; lo que motivó que numerosos vecinos se asomaran a la

calle, presenciando los hechos. Como Hagelin le sacaba gran carrera, "el joven

rubio", apoyó su rodilla en el piso, desenfundó su pistola y disparó, con tal suerte

que su bala logró alcanzar el cuerpo de Hagelin y ella cayó herida al piso.

Luego, quienes la perseguían -pudiendo presuntamente identificarse a uno de ellos

que era "morocho", con el nombre de cabo Peralta, perteneciente a la dotación de

policías de la comisaría de la zona, conocido en el lugar-, le exigieron bajo

amenazas al vecino Jorge Oscar Eles, que les entregara su rodado de alquiler

marca Chevrolet, chapa C-0868838 que se encontraba estacionado cerca del lugar

donde yacía herida Hagelin, lo que Eles en un primer momento les negó, hasta que

"el joven rubio" invocando pertenecer a la Policía Federal le exigió las llaves de

su vehículo y le dijo que "por la piba no se preocupara, que la llevaban al

Churruca". Así abrieron el baúl del taxi y trataron de colocar en su interior a

Hagelin, quien como se hallaba consciente se resistía, tratando de impedir que

cerraran la puerta, pero finalmente lo lograron y se la llevaron en dirección

desconocida.

Hasta aquí, entonces los hechos relacionados con el secuestro de

Dagmar Ingrid Hagelin, tal y como fueron conocidos y relatados a la instrucción

por su padre Ragnar.

Ahora bien, conforme siguió relatando, a partir de la desaparición de

su hija comenzó a realizar todo tipo de averiguaciones verbales como así también

presentaciones escritas para poder desentrañar donde se encontraba su hija,

llegándose a entrevistar con el Embajador de Suecia en la Argentina, con

ministros del P.E.N. y con el Ministro de Relaciones Exteriores sueco, pero nada

de ello le sirvió para saber qué había pasado con ella.

Veamos:

Con la colaboración de un amigo suyo militar -suboficial del ejército

Oscar Juan Amerio- que portaba credencial que lo acreditaba como tal, ese mismo

27 de enero de 1977 concurrieron hasta la comisaría de El Palomar, oportunidad

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en que le informaron que el día 26 de enero habían recibido en esa comisaría un

radiograma de la Unidad Regional de Morón por medio del cual les comunicaban

la realización en esa fecha y en esa zona de un "operativo de las fuerzas armadas"

por lo que debían abstenerse de intervenir. Al continuar con averiguaciones en la

propia Unidad Regional les exhibieron un acta de la que surgía que el 26 de enero

una unidad perteneciente a la Escuela de Mecánica de la Armada realizaría un

operativo de seguridad en el distrito. Se dejaba constancia en esa acta que se

enviarían instrucciones a las comisarías y subcomisarías de la zona para que no

impidieran u obstaculizaran el accionar de la Marina.

Como Hagelin tenía nacionalidad sueca, puso en conocimiento a la

Embajada de Suecia en la República Argentina lo sucedido hasta ese momento y

desde allí con intervención del entonces embajador, Per Bertie Kollberg, se

confirmó la versión del operativo realizado por personal de las fuerzas armadas en

el lugar. Un día después le llegó un comentario de parte del titular de la Secretaría

de Información Pública a través del cual le informaban que por las averiguaciones

que había podido practicar su "hija estaba viva, presa, incomunicada y que

pasaría mucho tiempo sin verla". Muchos meses más tarde tomó conocimiento

que el 28 de enero de 1977 “soldados” habían allanado el cuarto de pensión que

Dagmar habitaba -sito Bermúdez (dicha arteria también lleva el nombre de

Petcovik) 5261 de la localidad de Villa Bosch- y que quienes lo hicieron le habían

refirido a sus dueños que su hija estaba detenida por "terrorista".

Como se afirmó anteriormente, a partir de entonces y pese a haber

realizado todas las gestiones que tuvo a su alcance, tanto con autoridades

argentinas como suecas, todas ellas resultaron infructuosas pues no tuvo noticias

de su paradero, ni tampoco explicaciones de por qué había sido privada de su

libertad y las únicas frases que llegaban a sus oídos eran que "su caso estaba

relacionado con la subversión", que "Dagmar era montonera", que "de chica de

familia pasó a guerrillera y era miembro del ERP". El propio Videla y frente a las

explicaciones que el gobierno sueco le exigía a él como presidente, telegrafió al

gobierno sueco afirmando que se tenían "dificultades en hallar a los responsables"

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pero que continuaban con "cuidadosas investigaciones". Demás está decir que el

caso que hoy nos convoca, tuvo mucha repercusión en medios de comunicación,

hasta casi entrada la democracia y en los primeros años también, pero nada de ésto

alcanzó para que el denunciante supiera concretamente qué le había sucedido a su

hija.

Una y otra vez, mientras tanto, -continuó diciendo Ragnar Hagelin-,

su familia volvió al lugar de los hechos para tomar contacto con los vecinos, con

la esperanza quizás de descubrir algo más en relación a lo sucedido, quienes

además de contarle lo que habían podido ver, le informaron que pocos días

después del secuestro personal de civil le había entregado las llaves del auto a

Eles, diciéndole donde podía encontrarlo, pero que si alguien le preguntaba al

respecto sólo debía contestar que lo había encontrado en El Palomar.

Por otra parte, señaló en su presentación que había confirmado la

sospecha inicial respecto de que su hija había estado secuestrada en la E.S.M.A.,

cuando tomó contacto con el relato de tres mujeres que también habían estado allí

secuestradas y finalmente fueron liberadas -Sara Solarz de Ozatinsky, Ana María

Martí y María Alicia Millia de Pirles-, pues habían incluido "una pequeña parte

del total de la lista" de secuestrados que pasaron por E.S.M.A. donde figura:

"HAGELIN, Ingrid Dagmar -fecha de secuestro 27/1/77- Resolución: llegó herida

a la ESMA. Luego fue trasladada".

También Ragnar Hagelin transcribió en su escrito de denuncia, las

declaraciones testimoniales que había podido obtener de otros sobrevivientes de la

E.S.M.A., que como lo habían hecho Solarz de Ozatinsky, Martí y Millia de

Pirles, le aseguraban con una certeza absoluta que su hija había pasado por la

E.S.M.A, a saber:

Norma Susana Burgos prestó declaración testimonial cuando fue

liberada y una vez que ya estaba radicada en España. De su testimonio puede

leerse que en la noche de su detención ocurrida el 26 de enero de 1977, había sido

nuevamente llevada a su domicilio para presenciar su registro y tras esa diligencia

había sido devuelta a la E.S.M.A., mientras parte del personal de la marina se

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quedaba en su domicilio para detener a quien pudiera llegar a aparecer por allí.

Dijo que, conoció a Dagmar Hagelin en verano de 1975 en Villa Gessell con

quien mantenía una relación de amistad y que el 27 de enero de 1977

encontrándose en el tercer piso de la E.S.M.A., encapuchada, con las manos

esposadas a las espaldas y con los grilletes en los pies, fue trasladada hasta la

habitación que oficiaba de enfemería en el sótano. Allí le fue levantada la capucha

y vio que en la habitación se encontraban entre otras personas, Francis Whamon y

Alfredo Astiz y acostada en una camilla Dagmar Ingrid Hagelin, consciente y con

una herida un poco más arriba del arco superciliar izquierdo; su cuero cabelludo y

su pelo tenían aún sangre pegada que supone había emanado de dicha herida. Dijo

que Astiz agregó en ese momento que había sido él quien le había disparado el

tiro que le había rozado la frente y que al ser retirada de la enfermería, entre Astiz

y Whamond comentaban que "el error fue porque la suequita se parecer a la

Berger" -esto porque la Marina tenía información que su casa era visitada por

María Antonia Berger-, pues si bien Berger tenía más edad que Hagelin eran muy

parecidas físicamente. Indicó también que dos o tres días después fue nuevamente

llevada al sótano y pudo ver por segunda vez a Hagelin quien ya a esa altura tenía

un vendaje mayor en la cabeza y una de sus manos estaba esposada a la cama, lo

que denotaba que había sido limpiada y objeto de alguna curación. Añadió que

una semana después supo por otros detenidos que Hagelin había sido trasladada al

tecer piso, encontrándose sola en una habitación contigua al baño utilizado por

otros detenidos de ese piso y la pudo ver allí por última vez con un camisón o bata

floreada, sin capucha.

También expresó Ragnar Erland Hagelin haber tomado conocimiento

de los dichos de los sobrevivientes Graciela Daleo y Martín Gras, que también

habían estado detenidos en la E.S.M.A. y a su vez confirmaban la versión que

había ofrecido la testigo Norma Susana Burgos. Así, si bien Gras reconoció que

no había tenido trato directo con ella, en oportunidad de haberse encontrado en el

tercer piso de la Escuela de Mecánica de la Armada, notó que a quince metros de

su celda había una prisionera que estaba herida, motivo por el cual era visitada por

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el médico. Tiempo después supo que la muchacha era sueca, que había resultado

herida en la ocasión de su detención y que había quedado hemipléjica. Señaló

haber escuchado comentarios de parte de Acosta y Astiz en relación al destino de

Hagelin. El primero de los nombrados le refirió que el caso era "una cosa pasada"

y Astiz en la primavera de 1978, que Hagelin era una de las primeras personas que

había detenido, que había quedado herida y que "Acosta la había trasladado".

Daleo por su parte aseveró que mientras ella estuvo detenida en E.S.M.A. (18 de

octubre de 1977 a abril de 1979) Dagmar Hagelin no había estado allí, pero según

había conocido, Astiz había comentado que él había participado del secuestro y

detención de Hagelin, pero que todo se había tratado de una confusión, pues la

patrulla se había dado cuenta que se había equivocado de persona; que se había

abierto fuego contra ella y que gravemente herida de un balazo en la cabeza, que

la había paralizado, había sido llevada a la E.S.M.A.

Ahora bien, expuesto ello, habrá de señalarse que todo lo que el

padre de la víctima volcó en su presentación incial y en las que sucedieron a ésta,

en relación a las circunstancias de modo, tiempo y lugar que rodearon la

desaparición de su hija, Dagmar Ingrid Hagelin- y a lo que extensamente se

hiciera referencia precedentemente-, quedó perfectamente corroborado con el

resto de las probanzas que a partir de allí se fueron colectando. Razones éstas que

me permiten sostener sin lugar a dudas, que fue veraz en sus dichos.

Pero vayamos por partes, porque en primer lugar y previo a pasar a

desmenuzar cada uno de los testimonios y demás probanzas que otorgan el

sustento para afirmar ello, es necesario aclarar que los testigos presenciales han

depuesto en más de una oportunidad a lo largo de las causas criminales y hábeas

corpus que se instruyeron, como así también en el Juicio a las Juntas que se llevó

a cabo en el año 1984, explayándose sobre lo acontecido bastante alguna de las

veces, pero otras no tanto y en algunos casos incluso más de una vez el mismo día,

solicitando en ocasiones ellos mismos que se reabriera el acto porque querían

agregar información. Ello encuentra una única explicación: estaban envueltos en

temor a posibles represalias futuras y tal es así que de hecho éstas cuestiones

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fueron abiertamente manifestadas por dos de ellos según veremos mas adelante.

Demás está decir que el temor era fundado. Pero sobre este tema volveremos

luego.

En este sentido, lo que se quiere significar aquí es que éstas

cuestiones no llaman la atención, si se tiene en cuenta que, si hoy a más de

veinticinco años de instaurada la democracia, es sabido y la experiencia así lo

indica, que los testigos que declaran en causas relacionadas con el terrorismo de

estado que imperó en este país, ¿Cómo la que hoy nos convoca, poseen temor,

cómo no habrían de sentirlo quienes a pocos meses de entrada la democracia se

encontraban en la situación de tener que declarar en causas en las que podrían

verse implicadas fuerzas armadas de seguridad que no eran otras sino aquellas

mismas que hasta hacía pocos meses gobernaban el país?. De modo que, no habré

de dudar de la veracidad de estos testimonios sino antes bien contemplarlos bajo

la situación explicada.

Aclarado ello, vayamos directamente a las probanzas en las que se

apoya la historia que relató el padre de Dagmar Ingrid Hagelin y que permiten

sostener que es verídica:

Vitales son las tres declaraciones testificales de Jorge Oscar Eles, uno

de los testigos presenciales del hecho que damnificó a Dagmar Hagelin. De ellas

se desprende que, el día del hecho encontrándose en el interior de su taxímetro

junto a su hijo en el garage de su casa sita en Pampa 1769 de la localidad de El

Palomar, escuchó gran cantidad de disparos de arma de fuego que supuso, dado la

continuidad de los mismos, eran de ametralladora, por lo que se tiraron al piso

para refugiarse. Aclaró que los tiros, provenían de la esquina de su casa, más

precisamente de la azotea de la casa de la familia Bonori y que alguno de ellos

impactaron en su vivienda. Refugiados entonces, y desde ese lugar vieron pasar

corriendo una chica alta, rubia de pelo largo, delgada y vistiendo vaqueros y una

camisa, seguida por un grupo de alrededor de dos, tres o cuatro personas, la

mayoría rubias y uno “morocho”. Que la mujer se encontraba desarmada, pero no

así sus perseguidores quienes usaban armas de fuego -itakas y pistolas-. En ese

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momento, salió del lugar donde estaba refugiado para ver mejor qué era lo que

estaba sucediendo y así apreció que uno de los rubios le gritaba “flaca parate”; no

obstante lo cual la jóven seguía corriendo, por lo que “uno de los rubios disparó

un único tiro que hizo que la misma cayese al piso”. Siguió diciendo el testigo

que, casi de inmediato, algunos de los perseguidores retrocedieron, se le acercaron

y amenazándolo con una itaka, le exigieron que les entregara las llaves del auto, a

lo que en un primer momento se negó, diciéndoles que lo necesitaba para trabajar,

para finalmente al ser nuevamente amenazado con el arma de fuego, accedió a

entregárselos, permitiéndole que se quedara con la documentación del mismo que

retiró del interior del rodado. Vio entonces que los perseguidores se subieron a su

coche, hicieron 30 o 40 metros aproximadamente y no recuerda si uno o varios de

ellos cargaron a la chica que yacía tirada en la vereda, poniéndola en el baúl.

Como no podían cerrarlo, le pidieron colaboración por lo que se acercó y allí vio

que la víctima intentaba con sus manos que no lo cerraran, pero finalmente

lograron su cometido y se retiraron del lugar. Transcurrido ello, fue a la

subcomisaría del Palomar a radicar la denuncia por la sustracción del auto. Siguió

contando que, al cabo de algunos días, sin poder precisar exactamente cuántos

fueron -diez, doce o quince días-, en horas del mediodía le tocaron el timbre en su

casa y dos personas que habían bajado de un auto verde en cuyo interior se veían

armas largas, le entregaron un sobre que contenía las llaves de su auto y un plano

donde localizarlo, por lo que hasta allí se dirigió y pudo finalmente encontrarlo en

Avenida de los Constituyentes, en la zona de San Martin, sin ningún tipo de

faltantes pero con una mancha de sangre, ya seca en el interior del baúl. Lo

llamativo del caso, según el relato de Eles es que cuando se llevaron su auto y fue

a la comisaría del Palomar a hacer la denuncia de robo, se la recibieron diciéndole

que quienes se lo habían robado eran “delincuentes comunes”, pero cuando

concurrió a avisar que había aparecido y quería dejar constancia de como ello

había sucedido le dijeron que no le iban a tomar la denuncia en tal sentido, que no

hiciera cosas que pudieran comprometerlo y que tenía que decir que lo había

encontrado por sus propios medios en la vía pública. En una de las declaraciones

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a su vez, se le preguntó además por los vecinos de su domicilio y aportó los datos

de las familias Flores, Méndola, y López, como así también el dato de un policía

retirado de la Policía Bonaerense, un suboficial mayor de la gendarmería de

apellido Bonori y de un subcomisario de la policía bonaerense, todos ellos vecinos

de la zona donde ocurrió el hecho y también dijo que si bien había muchos

vecinos presentes que aquel 27 de enero de 1977 vieron lo que estaba sucediendo,

cuando el padre de la chica fue a averiguar qué había pasado, comenzaron a decir

que nadie había visto nada (ver declaración que le fue recibida en el marco de la

causa 17.281 carátulada “Hagelin Ragnar Erland s/ denuncia” que tramitara por

ante el Juzgado en lo Penal N° 4 de Morón que obra a fs. 23/4; fotocopia de la

audiencia celebrada en el Juicio a las Juntas que se llevó a cabo en el marco de la

causa 13/84 obrante a fs. fs. 1353/1359, declaración prestada en esta causa a

fs.610; y prestada en el marco del hábeas corpus número 3723 que tramitara por

ante el Juzgado Federal N° 4).

Los dichos de Eles en cuanto a aquello que acaeció desde el momento

en que las personas armadas que participaron del procedimiento que culminó con

el secuestro de Hagelin se llevaron su auto hasta que se lo devolvieron, encuentran

sustento a su vez en lo que surge del expediente que lleva el número 847 que

tramitó por ante el Juzgado Penal N° 5 de Morón y que fuera sustanciado por el

robo del auto, que obra reservado en Secretaría. Efectivamente de una lectura del

acta de denuncia surge que el día 27 de enero de 1977 4 N.N. armados con armas

de fuego largas y cortas, lo habían amenazado y sustraído su vehículo Chevrolet,

patente C-086838 no así la documentación del mismo dándose a la fuga (vid fs.

1). Pero no solo eso, sino que también cuando apareció el auto, se dejó constancia

en un acta que obra a fs. 6, que el día 31 de enero de 1977 en circunstancias en

que pasaba por la intersección de las calles Derqui y Atahualpa de la localidad de

El Palomar observó estacionado sobre la primera de las arterias su auto, el que

estaba abandonado, con la llave puesta en el contacto e intacto.

Otro de los testigos presenciales es Rafael Burgos, padre de Norma

Susana Burgos, quien declaró a fs. 614/5 que el día 26 de enero de 1977 se

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encontraba en la puerta de su domicilio sito en Sargento Cabral 317, El Palomar,

Provincia de Buenos Aires en compañía de su esposa cuando advirtió la presencia

de cuatro vehículos tripulados por numerosas personas que ingresaban a la calle

de su domicilio provenientes de la Av. Marconi, los que se detuvieron frente a su

casa, lo interceptaron, le preguntaron su apellido y tras ello lo hicieron subir a la

parte trasera de uno de los autos donde se encontraba su hija Norma Susana

Burgos entre dos personas. Le preguntaron si la conocía y frente a su respuesta

afirmativa, cuatro de las personas, ingresaron a su vivienda, mientras dos se

quedaron apostados en el ingreso, uno en la azotea y el resto se retiró con su hija

en el interior de uno de los vehículos. Señaló que, encontrándose ya en el interior

de su domicilio había sido interrogado por quien era el encargado del grupo a

quien sus compañeros llamaban “El Cuervo” -que a la postre se determinó se

trataba de Alfredo Astiz- quien concretamente le preguntó por las visitas que a su

casa hacía o hubiera hecho una persona de treinta años, rubia y de ojos claros, que

sería amiga de su hija, a lo que le informó que había visto en dos oportunidades

una persona que respondía a esas características. Luego de ello, estas personas se

quedaron en el interior de su domicilio y le indicaron que su esposa y él debían

permenecer en el dormitorio, dejando la puerta entreabierta para controlar

cualquier movimiento que pudieran realizar entre el dormitorio, la cocina y el

comedor. Así fue que se quedó junto a su mujer en la habitación desde las diez de

la noche hasta las diez de la mañana del día siguiente. Recordó entonces que entre

las 8:30 y 8:40 horas del día 27 de enero de 1977 escucharon unos disparos que

provenían de la calle, al tiempo que quien se encontraba ubicado en la azotea de

su domicilio daba la voz de alerta, provocando que dos de las personas que se

encontraban en el interior -el apodado “El Cuervo” y otro de tez morena de unos

27 u 28 años de edad aproximada de 1.65 metros- salieran en forma presurosa al

exterior mientras los dos restantes se quedaban en el interior junto a él y su mujer.

Tras dos o tres minutos -siguió relatando- escuchó dos disparos de arma de fuego

y al cabo de una hora y media todos se retiraron y así pudo salir “del encierro” .

Se enteró después por comentarios que hacían los vecinos, que los hechos habían

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ocurrido en la vía pública. Dijo que podría reconocer a quien apodaban “El

Cuervo”, a quien a su vez describió por la vestimenta que lucía cuando llegó a su

casa en horas de la noche de aquél 26 de enero de 1977 y entonces aclaró que

mirando fotografías publicadas en España (Revista Interviú de enero de 1980)

había reconocido en ellas a una de las personas, como el oficial de la marina de

nombre Alfredo Astiz. A preguntas del Tribunal especificó que todos los

integrantes del grupo se encontraban armados con pistolas y ametralladoras no

pudiendo dar más precisiones sobre los tipos de armas que portaba por no ser un

experto en el tema.

A ello se adunan las declaraciones de Juan Carlos López, de las que

surge que el día del hecho, siendo las 8 u 8:30 horas, se encontraba descargando

una camioneta en su casa -sita en Pampa 1733-, oportunidad en que sintió tiros, se

acercó a mirar y vio una chica corriendo -a quien describió como “medio

rubiecita” y que “tenía puesto como una blusa de varios colores”- y detrás de ella

unos tres hombres corriendo portando armas de fuego en sus manos, que le

gritaban que “se parara”, hasta que uno de ellos que tenía puesto un chaleco

antibalas y era “medio rubio, todo despeinado”, esgrimiendo un arma corta, “se

agachó (…) se pone de rodillas, le tira y le dice te pegué”. Señaló que eran más de

tres los que en total estaban en la zona.Luego dijo que estos hombres volvieron

para atrás en sus pasos, miraron su camioneta como con una clara intención de

pedírsela pero finalmente dijeron “no esta no porque está cargada” que de hecho

lo estaba, hasta que después vio cómo se la pedían al taxista, quien estaba saliendo

de su casa. Después manifestó que pudo ver como cargaban a la chica que había

quedado en el piso, en el auto y se iban. Agregó como dato de interés que la chica

corría a veloz carrera habiéndose distanciado a unos cincuenta metros de sus

perseguidores, sin efectuar disparo alguno y que por la distancia que había sacado

se habría escapado ya que la proximidad de la esquina le hubiera permitido doblar

antes si no era porque esta persona le disparaba. (vid fs. 1377/1380, fs. 656/57 y

fs. 85/86 obrante en la causa de trámite por ante el Juzgado de Morón antes

referenciada).

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Por su parte, Juana Lauryncwicz de Eles, también testigo presencial

del hecho, declaró que el día anterior, esto es el 26 de enero de 1977, le llamó la

atención de la presencia de un “ciruja” sobre la calle Sargento Cabral,

especialmente por la forma en que se encontraba tirado a efectos de dormir. Luego

de acontecidos los hechos, supuso que su presencia en el lugar estaba

directamente relacionada para poder observar los movimientos de la casa de la

familia Burgos. En relación al día en que ocurrió el hecho que se investiga, señaló

que se encontraba en su domicilio de la calle Pampa -altura catastral 1769-, siendo

aproximadamente las 8:15 am, cuando en momentos en que su esposo sacaba el

auto, escuchó ruidos que calificó como “estruendos fuertes” y se percató al

instante que eran de disparos de arma de fuego -entre dieciocho y veinte disparos

en total-. Dijo que algunos de ellos, según pudo identificar provenían de la vuelta

de su casa. Acto seguido vió que por la vereda pasaba una chica de estatura

normal, delgada, de cabellos rubios, que pasaba “rapidito (…) como caminando

pero muy apurada”, a quien no podría reconocer, que vestía un pantalón de jean y

una camisa tipo escosesa de colores rojizos. Detrás de ella venía una persona,

también de cabellos rubios, que en dos oportunidades le gritó “parate flaca” y la

apuntaba con un arma de fuego. Señaló que inmediatamente ingresó a su

domicilio y escuchó un disparo de arma de fuego. Luego, a los pocos minutos,

observó que éstas personas venían a pedirle las llaves del auto de su marido, quien

en un primer momento se las negó, hasta que finalmente se las entregó, dándole la

sensación de que lo amenazaban con un arma de fuego. Luego relató que vio

como estas personas se llevaban el auto hasta donde estaba caída la jóven -a

cuarenta metros aproximadamente- y si bien no pudo ver quien la cargó en el auto

de su marido -Chevrolet 400-, sí observó que del baúl del auto, que estaba abierto

había una mano que se levantaba, por lo que volvieron a llamar a su marido quien

ayudó a cerrar el baúl. Señaló que tampoco podría reconocer a quienes la

perseguían aunque dio la descripción de la vestimenta de uno de ellos, el que era

“rubio” o “castaño”, que coinciden con la que, según el testigo Rafael Burgos,

vestía la persona a quien con el tiempo se pudo identificar como Alfredo Astiz,

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alias “El Cuervo”. Finalmente refirió que, a los quince días en horas del mediodía

se presentó en su domicilio un automóvil cree marca Falcon de color verde que le

dio los elementos a su marido para poder encontrar su auto y que una vez que lo

encontró su esposo concurrió hasta la dependencia policial donde había hecho la

denuncia a comunicar la novedad donde le dijeron entonces que mejor no hiciera

nada a los fines de no comprometerse. Que en el rodado había una mancha de

sangre sobre el lado izquierdo del baúl (ver fs. 669/670 y fs. 1359/1361, ver a su

vez fs. 25/6 de la causa tramitada ante el Juzgado Federal N° 4 de Morón).

La declaración testimonial prestada en el Juicio a las Juntas por

Josefa Cetrángolo de Bonina, obra a fs. 1363/65 y allí señaló que para la fecha de

ocurrencia de los hechos que se investigan, vivía en Cabral entre Marconi y

Pampa, donde funcionaba además un negocio que ella misma atendía. Así,

recordó que, ese 27 de enero de 1977, una chica a quien describió como rubia, alta

y grandota le compró cigarrillos e inmediatamente después de ello, escuchó tiros,

por lo que salió a la calle y vio que esta misma chica corría y detrás de ella lo

hacían unos señores que serían tres o cuatro, sin saber quienes eran. Aclaró

además que ya había visto a esta misma chica puesto que ya le había comprado

cigarrillos en oportunidades anteriores. Que si bien esto fue todo lo que había

visto, por comentarios de los vecinos se había enterado que la chica había sido

puesta en el baúl de un auto, pero que nada sabía respecto de quienes eran las

personas que habían intervenido en el hecho. Las mismas circunstancias fueron

expuestas por el testigo cuando se le recibió declaración en el marco de la causa

que tramitara por ante la Justicia de Morón a fs. 56/5.-

Continuemos entonces con los relatos de más testigos que permiten

arrojar luz a lo acontecido y que como veremos respaldan la afirmación que se

efectuara en punto a que muchos testigos en su momento no declararon todo

aquello que sabían por temor a represalias; temor fundado si se tiene en cuenta

que luego de haber prestado declaración, ambos testigos fueron denunciados por

falso testimonio por parte del entonces abogado de Astiz, Dr. Ricardo Curuchet

(vid fs. 800/812).-

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Uno de esos casos, es el de Angel Marcelino Fragelli quien a fs.

686/87 expresamente manifestó que “cuando prestó declaración ante el Tribunal

lo hizo absolutamente atemorizado por las consecuencias que podría depararle su

declaración, en razón de la gravedad del hecho investigado y de las

consecuencias que según supuso en ese momento podía traerle su declaración,

razón por la cual había incurrido en algunas inexactitudes que habiendo

recapacitado detenidamente y aún habiendo hablado con quien se intituló el

padre de la chica, era su deseo poner ahora en conocimiento del tribunal. Que

(…) si bien su anterior declaración se ajusta a lo sucedido, su conocimiento del

hecho es mayor por cuanto en verdad el declarante no estaba en la puerta de su

domicilio cuando ocurrieron los hechos sino en la intersección de Sargento

Cabral y Pampa, razón por la que pudo ver con mas detenimiento y desde luego

mucho más de cerca lo que ocurrió (...)”. Pero antes de ir a la nueva declaración

que prestó y para apreciar que efectivamente en un primer momento Fragelli no

dijo todo aquello que sabía, es interesante volcar aquí su declación primigenia,

cuando se encontraba atemorizado por las conscuencias que de su declaración

pudieran sucederse.

Angel Marcelino Fragelli dijo en esa oportuidad que, encontrándose

en la puerta de su domicilio sito en Sargento Cabral 261 El Palomar, escuchó

numerosos disparos que creía que eran de una ametralladora, que provenían de la

esquina de Cabral y Pampa por lo que dirigió su vista a ese lugar y vio a una

chica que corría presurosa y que era perseguida por tres personas, todos ellos

armados con armas cortas, luego la joven tomó por Pampa, sus perseguidores

siguieron dicho camino y escuchó otros disparos provenientes, según considera de

los perseguidores. Finalmente tomó conocimiento por parte de los vecinos que la

chica había sido herida y trasladada en un automóvil de un vecino de apellido Eles

(cf. Fs. 658).

Como se ve es ésta una declaración testimonial que si bien no se

aparta de la realidad, no involucra a ninguna persona en particular, como sí lo hizo

cuando se presentó nuevamente a declarar. Veamos:

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En este sentido expuso que vio pasar una chica que había descendido

del colectivo en Marconi y Sargento Cabral quien se dirigió por ésta hacia Pampa,

resultándole evidente que la estaban esperando por cuanto ni bien pasó por la casa

del sodero -Burgos-, salieron varias personas que le gritaron “alto parate ahí”.

Ante ello -según siguió relatando- la chica corrió por la vereda de la calle Pampa

hacia Murillo siendo perseguida por tres individuos, momento en el cual escuchó

disparos de ametralladora porque era evidente que no la podían detener; cuando

los perseguidores llegaron a Pampa, la chica les había sacado una ventaja de

aproximadamente treinta metros, continuando la persecución hasta que al llegar a

mitad de cuadra “un rubio (...) se arrodilló y efectuó dos disparos, cayendo herida

la mujer que corría, lo que evidentemente puso contento al individuo que gritaba

“le di, le pegué””. Dijo que, esta misma persona, que aparentemente era quien

mandaba a todo el grupo y dirigía las acciones, se abocó a conseguir un automóvil

para trasladar a la chica, utilizando para ello el taxímetro del señor Eles, vecino de

la calle Pampa que en ese momento salía de su casa. Así fue que la colocaron en el

baúl del auto, siendo evidente que la chica que estaba viva procuraba incorporarse,

no obstante lo cual lograron cerrar el baúl de un empujón y retirarse del lugar, lo

cual ocurrió en forma muy rápida. Finalmente dijo que con motivo de la presente

investigación, había visto luego numerosas fotografías publicadas en diversos

diarios y revistas del hombre rubio al que hiciera referencia como quien le

disparara a Hagelin, por lo que en dicho acto se le exhibió la fotografía de Astiz

que obra a fs. 625 y lo reconoció como tal.

Otro caso testigo del temor que sentían al declarar en la presente

investigación es el de Alejandro Yannone, cuyo relato de los hechos obra

agregado a fs. 688 y luego a fs. 689/90. En la primera oportunidad explicó que el

día 27 de enero en circunstancias en que se encontraba durmiendo, su madre se

acercó y le dijo que había gente armada en el barrio, por lo que se levantó, fue

hacia la ventana que da a la calle Sargento Cabral y vio a una señorita rubia “que

vivía o de vez en cuando veía al lado de su casa”que pasaba corriendo por aquélla

calle hasta llegar a la intersección con Pampa donde dobló, mientras era seguida

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por, según creía, dos personas. Luego de ello escuchó unos tiros y una persona

que gritaba “le pegué, le pegué” y momentos después acercaban un taxímetro

donde la ubicaron y se la llevaron. Finalizó su relato diciendo que no podía

reconocer al autor de los disparos en contra de la joven.

Ocurrió que, el mismo día que prestó este testimonio y a los pocos

momentos, volvió a presentarse en el Juzgado solicitando ampliar sus dichos. Allí

expresó que: “no bien salió de los estrados del Tribunal, recapacitó sobre cuanto

había dicho y admitiendo que en realidad declaró presionado por un fuerte temor

que sentía y aún siento respecto de lo que pudiera pasarle más que a él a su

familia si decía la verdad y creyendo que en verdad la persona que le fuera

exhibida en las fotografías era una de aquéllas a que había hecho referencia en

su declaración, solicitaba (...) que le sean nuevamente exhibidas (...)”. Ello así le

fueron exhibidas las fotografías en las que aparecía Astiz y acto seguido manifestó

que estaba seguro que dicha persona -Astiz- era quien viera correr junto a la

persona “morocha” detrás de la joven mujer a la que hiciera referencia

anteriormente.

A todo esto se aduna la copia de la declaración testimonial de Ragnar

Erland Hagelin obrante a fs. 1466/1470, quien declaró en el marco del expediente

que se les iniciara por el entonces abogado de Astiz a Yanone y Fragelli por el

delito de falso testimonio, a través de la cual expresó que tanto Fragelli como

Yanone en diciembre de 1984 se le acercaron, en una de las tantas veces que fue

al barrio donde resultó detenida su hija y le dijeron que no habían declarado por

miedo todo aquello que habían visto, llegando a decirle incluso Fragelli, que tenía

cargo de conciencia por ello. De modo que en ese momento le dijeron a Hagelín

que de poder hacerlo querían volver a declarar, y así, como vimos efectivamente

ocurrió.

Como se puede apreciar los testimonios que anteceden, de manera

categórica, corroboran la historia de los acontecimientos tal y como fuera

sostenida a lo largo de la investigación por el padre de la víctima, Ragnar Erland

Hagelin. Pero lo cierto es que no todos los testigos han depuesto en este sentido,

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pues existe una versión, solitaria por cierto, que se contradice parcialmente con el

resto del conjunto de los testimonios que anteriormente se valoraron y ella es la

del testigo Hugo Alfredo Zabalo y su esposa, Gladys Violeta Benitez de Zabalo.

Veamos:

Hugo Alfredo Zabalo declaró en más de una oportunidad. En sus

declaraciones expresó que la noche del día 26 de enero de 1977, sintió un ruido

inusual de movimiento de gente y apertura de puertas de autos, en la casa situada a

la altura 317 de la calle Sargento Cabral que se encuentra justo frente a la suya. Al

asomarse a la ventana observó que varias personas sacaban cajas cuyo contenido

desconocía y las transportaban a unos autos allí estacionados. Dijo que a las cuatro

de la mañana del día 27 de enero golpearon la puerta de su casa y al abrirla se

encontró con dos personas que dijeron ser policías, e inmediatamente ingresaron.

Los describió fisonómicamente, a una de ellas como rubia con bigote y la otra

morocha de regular estatura, sin barba ni bigote. La primera de ellas le exhibió

una credencial de la Armada que reconoció de inmediato, por haber cumplido el

servicio militar en esa institución, que lo acreditaba como Teniente de Corbeta y

cuyo apellido según recuerdo comenzaba con “B” y portaba una itaka y una

pistola que podía ser 45 o 9 mm y el morocho exhibió un portadocumentos con

una chapa que no pudo ver bien aunque le dijo Policía Federal y portaba una

pistola ametralladora y otra pistola más. Ambos ingresaron a su domicilio,

subiendo en primer término a la terraza, al volver le preguntaron respecto de los

vecinos, a lo que le contestó que varios eran integrantes de las fuerzas de

seguridad. Más entrada la madrugada, el “morocho” le refirió en relación a su

presencia en el lugar, que se trataba de un procedimiento anti-drogas y que

esperaban a alguien en la casa de enfrente, para luego decirle que estaban

esperando un correo terrorista que estaba por llegar y que ignoraban por cuántas

personas podía estar integrado el grupo y le explicó que entre las 8:20 u 8:30 “iba

a armarse un tiroteo” y que todo ello lo sabían porque la noche anterior habían

detenido a la hija del ayudante del sifonero que les había dado el dato.

Efectivamente a las 8:25 escuchó numerosos disparos no inferior a 18, los que

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impactaron sobre la puerta lateral de su propia casa y enfrente de la misma. Aclaró

que el “morocho” que poseía radiocomunicador y ametralladora, había sido

alertado momentos antes del tiroteo que llegaban, por lo que salió en dirección a

su casa junto con el “rubio”. Cuando el tiroteo cesó y le permitieron salir de su

casa, se contactó con varios vecinos que le dijeron que el personal que había

intervenido en el procedimiento aún se encontraba en el lugar y pudo ver allí un

taxi Chevrolet 400 estacionado en medio de la calle, a la vez que al encontrarse

con el morocho, éste le refirió “yo la bajé”, indicándole que esta persona a quien

“había bajado” se encontraba herida, aunque no vio a ninguna persona, ni advirtió

manchas de sangre en el lugar. Supo además por comentarios, que esta persona

herida había sido puesta en el interior del baúl del taxi y que “la piba había tirado

también”, lo que le fue había sido además confirmado un tal “Pancho”, vecino del

lugar quien le dijo que “la piba tiraba, que había sacado una máquina y tiraba”.

Luego en medio de un gran revuelo en el vecindario, seis u ocho hombres que

habían intervenido en el procedimiento se retiraron. Al exhibírsele la foto de

Hagelin señaló que no la había visto el día del tiroteo ni en medio de todo lo

narrado y tampoco reconoció la foto de Astiz como quien se encontrara presente

en el lugar el día de los hechos (ver fs. 652/54). En el audiencia prestada en el

Juicio a las Juntas agregó que por medio de fotos publicadas en los diarios se

había dado cuenta que una de las personas que vivía frente a la suya y a quien

había visto en varias oportunidades en esa casa, era Dagmar Hagelin, es decir que

había corroborado por las noticias en los periódicos que era Hagelin quien vivía

frente a su casa. Cuando habló del “correo”, que según el morocho le especificó

llegaría al día siguiente, contradiciéndose con la información antes aportada dijo

que “ahora correo de qué, no especificaron”. También en esa oportunidad refirió

que luego de que el “morocho” le dijera que la había bajado, le preguntó donde la

tenían a lo que éste le contestó que estaba en el baúl de un auto. Al acercarse hasta

allí, escuchó que el “morocho” le decía “tranquila nena que te llevamos a curar”

(ver fs. 1252/1257 y fs. 1368/1373 donde obran copias de la declaración prestada

en el Juicio a las Juntas en causa 13/84 y fs. 117/120, como así también la

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declaración que obra a fs. 81 de la causa penal que tramitara ante la Justicia de

Moron antes referenciada).

Por su parte, Gladys Violeta Benitez de Zabalo si bien no aportó

mayores datos en relación a lo sucedido en el procedimiento que culminó con la

detención de Hagelin, señaló, en la misma dirección que su marido, Hugo Zabalo

que algunos comentaban que la chica había disparado y que se habían llevado a

“una piba (...) en un taxi”. A su vez agregó que la noche anterior al día 27 de

enero de 1977 estaba junto a su marido mirando un partido de futbol, oportunidad

en que a través de la persiana que tenían levantada pudo ver que de la casa que

está situada justo enfrente de la que habita, varios hombres, a quienes no pudo

identificar, sacaban unas cajas. Dijo además que, al día siguiente cerca de las

cinco o seis de la mañana, golpearon la puerta de su casa y dos personas que se

identificaron como agentes de seguridad le informaron que se trataba de un

operativo que iban a efectuar en la casa de enfrente y que no tenían que salir a la

calle. Describió a una sola de éstas personas como “bajo, gordo y morocho”,

afirmando que no pudiendo describir a quien lo acompañaba. Dijo también que

ellos dos ingresaron a su casa y se quedaron hasta las ocho de la mañana, luego de

lo cual salieron, mientras esuchaba fuertes disparos de armas de fuego, pero no

pudo aportar mayores datos en relación a lo que sucedió después, por no haber

visto más nada. Agregó que en su momento en el frente de su casa quedaron

impactos de bala los que en la actualidad ya no existen por haberse efectuado

reformas (ver declaración de fs. 677 de la presente causa, como así también la

prestada a fs. 69/71 en el marco del expediente que tramitara por la Justicia de

Morón y su declaración en el marco del Juicio a las Juntas -causa 13/84- que obra

en copia a fs. 1247/1250).-

Expuesto ello, reitérese que, tan solitaria aparece la versión de la

familia Zabalo, que ni el propio “Pancho” que supuestamente debiera refrendar los

dichos de Hugo Zabalo, lo hace.

Efectivamente Francisco Segundo Miranda alias “Pancho” declaró a

fs. 676 que el día del hecho vio a una chica joven de 20 años aproximadamente

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que descendía de un colectivo quien si bien le llamó la atención porque estaba

bien vestida, nunca antes la había visto por el barrio y luego durante esa jornada

no la volvió a ver. Supo después que había sido herida por personal policial que la

había estado esperando y la había detenido, pero que no vio ni supo nada más al

respecto, pues no se encontraba en el lugar cuando el tiroteo ocurrió. A preguntas

del Tribunal, señaló que había escuchado los más disímiles comentarios en el

barrio sobre el hecho pero “NUNCA escuchó que la joven se encontraba armada

al ser detenida y que hubiera hecho fuego (...) que NUNCA comentó esta

circunstancia al testigo ZABALO” (las mayúsculas me corresponden).

Así las cosas, como se afirmara anteriormente, es claro que se

evidencian contradicciones parciales entre el testimonio de la familia Zabalo con

el resto de las declaraciones testificales, pero de las más fundamentales, como ser

que: a) Ni Hagelin ni Astiz, que como se viene exponiendo y surge prístinamente

de los otros testimonios fueron los “protagonistas” del procedimiento que culminó

con la detención y secuestro de la joven Hagelin, estaban presentes en el lugar; b)

que fue el “morocho” y no Astiz quien le había disparado a la joven el tiro que

ocasionó que cayera herida, y c.) que ésta misma joven que, como se dijo, para el

testigo Zabalo no era Hagelin, también disparaba contra sus perseguidores.

Finalmente me permito apreciar, que parece deslizarse del relato de Zabalo una

cierta tranquilidad en él, en cuanto al destino de la chica herida, pues el

“morocho” le habría dicho que la llevaban a curar. Pero haber creído en esas

palabras, aparece cuanto menos ingenuo, si se tiene en cuenta que Hagelin, se

encontraba escondida en el baúl de un auto.

No encuentro otra explicación para tremendas contradicciones en las

que incurrió Zabalo y por ende su esposa, que entender que o se encontraba

amenazado o quizás teniendo en cuenta que otrora perteneciera a las fuerzas

militares, conforme él mismo lo reconoce en su declaración, no haya querido

comprometer a quienes fueran sus pares, omitiendo algunos datos, los más

esenciales si se quiere, para tener por acreditada la participación de las dichas

fuerzas armadas en el hecho que tuvo como víctima a Hagelin. Un testimonio que

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de ningún modo podrá ser valorado con la credibilidad necesaria para la presente

resolución.

Obra a su vez la declaración testimonial de Pablo Ramón Benitez que

compareció ante el Tribunal que dictó sentencia en causa 13/84, que no aportó

mayores detalles de interés en relación a lo que ocurrió el día del hecho que se

investiga, por cuanto todo lo que sabía lo supo por comentarios, pero lo

importante es que esos comentarios en lo sustancial coinciden con lo que se viene

afirmando (fs. 1257/1261).

En otro orden de cosas, importante es de destacar la declaración de

Juan Tiburcio Cabrera Mendez, por cuanto también corrobora los dichos de

Ragnar Erland Hagelin en punto a que días después del secuestro de su hija,

habíase enterado que personal de las fuerzas armadas se había presentado en una

pensión que habitaba Dagmar Hagelin y se habían llevado todo lo que en ése

cuarto se encontraba. Declaró que por el año 1977 le alquiló a una persona que

dijo ser, María de los Angeles Calabari o Angela Calevares -según consta en sus

dos declaraciones testimoniales- de aproximadamente 23 años de edad, una

habitación sita en Petcovik 5261, ex Bermudez de la localidad de Caseros, y que

junto con ella fue a vivir otra chica, rubia de 17 años a quien llamaban por el

nombre de Gladys. Dijo que estuvieron 22 días viviendo allí hasta que un día

apareció personal vestido con uniforme de alguna fuerza de seguridad, que creyó

según consta en sus dos declaraciones testimoniales, se trataba de un oficial del

Ejército o de la Gendarmería, sin poder precisarlo quienes ingresaron, con una

llave que llevaban en su poder que era, según el testimonio de Tiburcio, la misma

que él le había entregado a Calavares, cuando le alquiló la habitación, pues la

reconoció por el llavero que tenía que era un caracol. Así, se llevaron todo lo que

en su interior había y le devolvieron las llaves, previo hacer uso de su teléfono

para avisar a alquien, que “estaba todo solucionado” y decirle que si algún

familiar de alguna de las chicas se presentaba a preguntar por ellas, avisara de

inmediato a la Policía de Caseros o estación Villa Bosch para finalmente retirarse.

Que antes de ello le preguntó por qué lo hacían y le respondió que Calabari era

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terrorista internacional y traficante de drogas. Presumió con su mujer por lo que

pudo ver, que dentro de uno de los autos que se presentaron en su domicilio estaba

la mismísima Calavares, pero no la otra chica a quien nunca más volvió a ver. En

ese momento le exhibieron las foto de Hagelin y se le preguntó si era ella la que se

hacía llamar Gladys y el testigo respondió afirmativamente, no ocurrió lo mismo

con la foto de Burgos a quien no reconoció como quien se hacía llamar Calavares

(ver fs. 1262/1268 y fs. 1380/87 de la presente causa y fs. 111/12 obrantes en el

expediente número 17.281 que tramitó en la Justicia de Morón). Las mismas

circunstancias fueron expuestas por su esposa, Angela Ayala de Cabrera, en su

declaración de fs. 109/110 del expediente que tramitara ante la Justicia de Morón

y también reconoció en las fotos que le exhibieron a Dagmar Hagelin como quien

se hacía llamar Gladys.

Pero todavía hay más.

Porque se cuenta en autos con otros elementos de prueba que dan

cuenta que en el lugar de los hechos se produjo un tiroteo

A fs. 38 de la causa que tramitara por ante la Justicia de Morón, obra

un acta que da cuenta de una inspección ocular practicada en el lugar donde

ocurrió el hecho, que arroja como resultado que sobre la arteria Pampa a las

alturas catastrales 1763, 1733 y 1769 se observan disparos de armas de fuego, que

llegan a ser cinco en total. También de la causa de hábeas corpus interpuesta por

Bucciardi Valentín, que tramitara por ante el Juzgado Federal N° 3 de San Martín

y que en fotocopias obra reservado en Secretaría, obra un acta donde se dejó

constancia de una inspección ocular practicada en julio de 1978 en la zona,

pudiendo constatarse que en una columna de cemento faltaban partes de la misma,

estimándose que bien puede tratarse de dos impactos de arma de fuego (ver fs.

55/6 y ver también fotos de la columna en cuestión obrantes a fs. 63 y 65).

También ilustran las fotografías tomadas en el lugar del hecho que

lucen agregadas a fs. 141/43 del expediente que tramitó por ante la Justicia de

Morón

A su vez, en el marco de ese mismo hábeas corpus, interpuesto por

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Bucciardi, obran numerosas declaraciones de personas que expresan haber tomado

conocimiento de que en horas de la mañana, se había herido de bala a una joven a

quien se habían llevado en un automóvil que era propiedad del vecino Jorge Eles,

a quien a los días se lo devolvieron (ver declaraciones de Manuel Lopez de fs. 43,

de Andrés Juan Carlos Mendella de fs. 44, de Segundo Bernardino Medrano de fs.

46, Eduardo Raúl Flores de fs. 46, Vitalia Villarruel de Zapata de fs. 47, todos

ellos con domicilio sobre la calle Pampa a la altura catastral de 1700 de la

localidad bonaerense de El Palomar).

A todo esto todavía se suma que a fs. 30/31 de la causa número

17.281 carátulada “Hagelin Ragnar Erland s/ denuncia” que tramitara por ante el

Juzgado en lo Penal N° 4 de Morón obra la declaración testimonial de Oscar Juan

Amerio de cuyo relato se desprenden exactamente las mismas manifestaciones que

efectuó Ragnar Hagelin cuando se refirió a las tratativas que le acompañó a hacer

al momento de tomar conocimiento de la desaparición de su hija, las cuales,

recuérdese consistían en que el mismo 27 de enero de 1977 lo acompañó a la

Comisaría de El Palomar, oportunidad en que le informaron que el día 26 de enero

habían recibido en esa comisaría un radiograma de la Unidad Regional de Morón

por medio del cual les comunicaban la realización en esa fecha y en esa zona de

un "operativo de las fuerzas armadas", por lo que debían abstenerse de intervenir.

Al continuar con averiguaciones en la propia Unidad Regional, les exhibieron un

acta de la que surgía un pedido de “área” de la Escuela de Mecánica de la Armada

en el cual constaba que habría un procedimiento en el que intervendrían tres

vehículos Ford y un Chevy.

Más allá de que no dudo de la veracidad de la existencia de dicho

radiograma, es llamativo que, en el marco de la investigación que se llevó a cabo

en la Justicia de Morón obra un informe del Actuario, a través del cual dejó

asentado haber requirió a dicha Unidad Regional las constancias correspondientes

a haberse realizado los días 26 y 27 de enero de 1977 algún operativo en la

jurisdicción por personal militar, manifestándole el Comisario, Mayor D´Efren

Luvio Ordosgoyty que no existía ninguna constancia por haber sido incineradas

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(vid fs. 49).

Todo ello, entonces nos permite también aseverar la veracidad de los

dichos de los testigos, en cuanto a que en esa cuadra se produjo un tiroteo.

Resta considerar que cuando el expediente tramitó por ante la

Justicia de Instrucción Militar, algunos de los vecinos del lugar fueron

nuevamente citados a prestar declaración testimonial. De una acabada lectura de

los mimos surge que las preguntas que a los testigos se le formularon en dicha

oportunidad, apuntaban a determinar qué es lo que hacía Dagmar Ingrid Hagelín

visitando el domicilio de la familia Burgos, esto es, si efectivamente vivía allí o

iba de visita, con cuánta frecuencia esto ocurría y cuáles eran y habían sido los

movimientos de esa casa en la noche y días anteriores; ello con clara intención de

demostrar que era como allí se explicaba una “subversiva y terrorista” y no así una

persona que iba a visitar por razones de amistad a Burgos, como lo señalara el

padre en sus numerosas presentación, antes que a esclarecer cómo fue el

procedimiento que culminó con el secuestro de Dagmar Hagelin y quienes habían

intervenido en él. Sobre ésta cuestión puntual nada es preguntado, y por otra parte

ninguno de los testigos voluntariamente se detiene a detallar lo ocurrido, amen de

remitirse a las anteriores declaraciones prestadas (véanse declaraciones de Hugo

Alfredo Zabalo de fs. 904/909; de Gladys Violeta Benitez de Zabalo de fs.

910/913; Pablo Ramón Benitez de fs. 914/5; Tiburcio Cabrera Mendez de fs.

916/918; de Angela Ayala de Cabrera de fs. 919/923).

Esto no hace más que confirmar la clara intención por parte de las

fuerzas armadas, de que no saliera a la luz lo que ese día, en el barrio de El

Palomar, habíale ocurrido a Dagmar Hagelin. Más allá de ello, lo cierto es que

éstas cuestiones no agregan ni quitan nada a la cuestión que ya se viene valorando

porque lo que aquí se está investigando no es si Dagmar Ingrid Hagelin era o no

subversiva, sino qué fue lo que verdaderamente le ocurrió.

Expuesto ello, puede afirmarse que los testimonios que anteceden

permiten acreditar que Dagmar Ingrid Hagelin fue privada de su libertad el día 27

de enero de 1977 con las particularidades del caso ya referenciadas.

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Ahora bien, los testimonios que siguen, como se verá, permiten

sustentar que luego de ser secuestrada fue conducida a la Escuela de Mecánica de

la Armada, donde permaneció clandestinamente privada de su libertad y sometida

a tratos crueles e inhumanos.

Si bien no se sabe a ciencia cierta el período de tiempo en el que

Hagelin permaneció secuestrada en la E.S.M.A. de una valoración razonada de los

testimonios en su conjunto se puede inferir que habría estado desde el día de su

detención, hasta al menos el mes de abril de 1977. Es que, más allá de que la

mayoría de los testigos, como seguidamente se verá, señalan que dejaron de ver a

Hagelin en la E.S.MA., aproximadamente a las tres o cuatro semanas de que tuvo

ingreso en ese centro clandestino de detención, la testigo Carazzo, señaló haberla

visto por última vez en marzo o abril de 1977. De modo que, bien puede haber

ocurrido que luego de haber sido vista en el tercer piso -lugar donde, como se

señalará, la vieron por última vez- haya sido trasladada a otro lugar dentro de la

misma Escuela de Mecánica de la Armada. Sin perjuicio de ello, lo cierto es que,

ésta cuestión temporal, deberá ser a su vez merituada teniendo en cuenta lo

dificultoso que debe resultar recordar fechas en las circunstancias que les tocó

vivir a todos los que pasaron por la E.S.M.A., por lo que en consecuencia

corresponderá tener como última fecha de permanencia en la E.S.M.A. la señalada

por la testigo Carazzo, esto es, abril de 1977.

En este sentido, nos referiremos a continuación a las declaraciones

testimoniales de quienes estando también privados de su libertad en la E.S.M.A.

tuvieron contacto directo con Dagmar Ingrid Hagelin o bien conocieron algo en

relación a su caso.

No huelga reiterar que dichos testimonios, como se ha expuesto, son

plenamente concordantes con lo referido por Ragnar Hagelin en su presentación

cuando los citó, como así también contestes entre sí; de modo que estamos en

condiciones de afirmar que efectivamente la víctima en autos, estuvo en cautiverio

en la Escuela de Mecánica de la Armada.Veamos: Comencemos con el testimonio

de Norma Susana Burgos, importante por cierto por cuanto es quien conocía a

Page 112: Resolución completa: elevan a juicio oral la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

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Dagmar Hagelin con anterioridad a su secuestro, quien presumiblemente habitaba

la vivienda a la que Hagelin concurrió al momento de ser secuestrada y quien

tuvo contacto con ella durante su cautiverio en la E.S.M.A.. De sus dichos se

desprende que entabló relación con Hagelin en verano de 1975 en las playas de

Villa Gessell a través del abogado Edgardo Waissman, segundo esposo de la

madre de Dagmar Hagelin, a quien conocía por haber sido uno de los abogados

defensores de presos políticos que fueron consultados cuando la detención de

Carlos Caride ocurrió en 1974. Refirió que la muerte de su hija, Victoria Eva

ocurrida en diciembre del 76 hizo que Hagelin se acercara y se preocupara por su

estado de ánimo. Que el día de su detención, había sido trasladada a la habitación

que oficiaba de enfermería en el sótano, oportunidad en que le fue levantada la

capucha que tenía y le mostraron a Dagmar Hagelin, quien se encontraba acostada

en una camilla con una herida un poco más arriba del arco supercilar izquierdo; su

cuero cabelludo y su pelo tenían aún la sangre pegada que habría emanado de esa

herida y se encontraba consciente. También en dicho recinto estaban dos personas

de la Armada cuyos nombres sabría tiempo después: Francis William Whamond y

Alfredo Astiz. Que el indicado Astiz, dirigiéndose a Hagelin, le preguntó como

estaba y le dijo que él le había disparado el tiro que le había rozado la frente.

Luego ella misma le preguntó como estaba y Dagmar le contestó “A pesar de

todo, me siento bien”.Al ser retirada de la enfermería, los oficiales Whamond y

Astiz comentaron entre ellos “el error fue porque la suequita se parece a la

Berger” ya que si bien está última tenía más edad, y era un poco más alta, ambas

tenían el mismo aspecto físico. Señaló que, la confusión además había obedecido

a que la Marina tenía información de que su casa era visitada por Berger. Siguió

diciendo que, dos o tres días después de la primer entrevista fue llevada a la

enfermería y pudo ver por segunda vez a Hagelin con un vendaje mayor en la

cabeza, esposada a la cama, y muy demacrada aunque estaba limpia y con signos

de haber sido atendida por algún médico. Una semana después, supo por

comentarios de otros detenidos que había sido trasladada al tercer piso y

acompañada por un joven alumno a quien convenció previamente, fue hasta allí y

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la vio por última vez; se enccontraba de pie, sin capucha. A los dos o tres días de

aquél hecho fue nuevamente trasladada al baño del tercer piso y al mirar por

debajo de su capucha la habitación en la que se encontraba Hagelin, ya no la

encontró allí y al preguntarle a un guardia por ella, éste le informó que había sido

trasladada unas noches antes en forma individual y nunca nadie hizo mención a la

suerte corrida por Hagelin. Como dato de interés, señaló que, bastante tiempo

después vio la camisa que Hagelin usaba el día del secuestro en el sector pañol, es

decir en el lugar donde se guardaba la ropa de los detenidos que eran

“trasladados”, la que se guardó para sí y cuando tuvo oportunidad y fue dejada en

libertad se la entregó al padre de Hagelin (ver fs. 364/69; 612/3 y fs. 1422/1428).

Importante es en este punto destacar que la camisa que Hagelín lucía

uno de los días que estuvo detenida en la E.S.M.A. y que Burgos se guardó para

entregársela al padre de la víctima, luego le fue exhibida a Juana Lauryncwicz de

Eles por Ragnar Hagelin, quien si bien en un primer momento aseguró que era la

misma que Hagelin usaba el día del hecho, luego se rectificó y señaló que no

podía precisar ello, pero sí podía decir que era del mismo color (ver declaración

de fs. 135 prestada en el marco de la causa de trámite ante la Justicia de Morón

antes referenciada, como así también fs. 1352 y luego fs. 1720/21 de la presente

causa), por lo que y más allá de esa duda razonable, teniendo en cuenta el paso del

tiempo y que las cosas ocurrrieron tal como la mayoría de los testigos lo relatan,

de manera muy rápida, permite otorgarle aún mayor credibilidad a los dichos de

Burgos.

También Juan Gasparini vio a Dagmar Hagelin en el interior de la

E.S.M.A.. Así lo manifestó ante la Embajada de Suecia en Ginebra donde se le

recibió declaración testimonial. De allí surge que, fue secuestrado el 10 de enero

de 1977 y que fue trasladado a la E.S.M.A.. Señaló que, algunos días después de

su arribo a dicho centro clandestino de detención había visto a Dagmar Hagelin en

el sótano de la E.S.M.A., donde funcionaban las salas de tortura e interrogatorio,

en circunstancias en que la indicada Hagelin salía de ese lugar. Dijo que llevaba

vendas puestas en la cabeza, que marchaba con dificultad mientras era sostenida

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por los guardias y que supo de su identidad porque los comentarios en relación a

ella corrieron rápidamente teniendo en cuenta que era extranjera y que había sido

herida en el momento de la detención. Especificó que teniendo en cuenta del lugar

del que la vio egresar -sala de torturas e interrogatorio-, no sabía si había sido

torturada, interrogada o simplemente atendida por la enfermería pues recordó que

allí también funcionaba una enfermería. Entre otras cosas, especificó que, escuchó

decir a otros prisioneros y también a oficiales de la Marina que Astiz había

contado que había disparado sobre la joven en el momento del arresto y que para

él había sido trasladada en el mes de febrero de 1977 luego de unos días de haber

estado en la E.S.M.A. (vid fs. 362/365).

A su vez obra a su vez la declaración de Mercedes Inés Carazo

prestada en Lima, oportunidad en que manifestó haber estado en cautiverio en la

Escuela de Mecánica de la Armada desde el 28 de octubre de 1976 hasta fines de

1978. Que estando allí durante los meses de febrero o marzo de 1977 había sido

conducida a una habitación -primero era la sala de las embarazadas y después el

pañol-, donde estaba Dagmar Hagelin a quien allí le decían “la suequita”, que

tenía una herida en la cabeza y llevaba un pañuelo o una venda, pero no denotaba

signos de haber sido golpeada o torturada. En relación a dicho encuentro, explicó

que “ellos suponían que se conocían pero que esto no era cierto”. Señaló que los

guardias y otros detenidos comentaban que había sido asesinada por decisión de

las autoridades de la E.S.M.A y también se rumoreaba que debido a su estado de

salud no querían mantenerla con vida. Finalizó su relato diciendo que no la vió

más “a partir de marzo o abril de 1977” (vid fs. 114/5 y fs. 185 del legajo de

búsqueda e identificación de Dagmar Hagelin).

Como testigos indirectos de la presencia de Hagelin en la Escuela de

Mecánica de la Armada, contamos con los dichos de Martin Tomás Gras que

prestara ante la Embajada de Madrid, quien puntualmente cuando se refirió a

Hagelin dijo que en forma indirecta había tenido contacto con su caso de varias

maneras. En este sentido, señaló haber sido secuestrado y trasladado a la E.S.M.A

el 14 de enero de 1977 y que a las manos o menos tres semanas de ese día, había

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sidotrasladado desde las celdas de tortura hasta al tercer piso, oportunidad en que

después de algunos días de estar allí, se dio cuenta que a unos quince metros de su

propia celda, había una prisionera que estaba herida y por ese motivo era visitada

por el médico de vez en cuando. Señaló como fecha aproximada de ocurrencia de

esto, la del 10 de febrero de 1977. Dijo además haber escuchado las voces de

Astiz y Acosta en las proximidades de la celda de la muchacha y como dato de

interés que, para ir a la sala de baño común que se encontraba en ese piso había

que pasar por la celda de la muchacha. Mucho más tarde supo que a esta

muchacha que era sueca, la llamaban “la suequita”, que había resultado herida en

ocasión de su detención y que había quedado hemipléjica y por ello tenía

incontinencia. Refirió que como se encontraba a cargo de la traducción de

artículos de prensa extranjera sobre la lucha contra la subversión un día, Acosta se

le acercó y le mostró un artículo del diario de lengua inglesa “Buenos Aires

Herald” donde se relataba un incidente, que Acosta calificaba de inaudito. El

incidente que rezaba el artículo era que “un comisario de policía en presencia de

un coronel del ejército y un funcionario de la Embajada Sueca, había confirmado

que tres autos de la marina habían obtenido permiso para operar libremente cierto

día dentro del distrito donde Dagmar Hagelin había sido detenida”.Señaló además

que cuando Acosta le mostró el artículo, había hecho también alusiones al destino

de Dagmar Hagelin refiriéndose al caso como concluido (“una cosa pasada”).

Refirió también que el propio Astiz había hecho referencias al destino de Hagelin

en la primavera de 1978, oportunidad en que le había contado que Dagmar había

sido una de las primeras personas a quienes había detenido y que había quedado

herida, y que Acosta la había trasladado (fs. 355/361).

También contamos con la declaración testimonial que se le recibiera a

Ana María Martí en la sede de la Embajada, en la Ciudad de Berna, Suiza, quien

aclaró que si bien no había conocido personalmente a Dagmar Hagelin, por relatos

de personas que le merecen fe y que estuvieron secuestrados en la E.S.M.A. en la

misma fecha que estuvo Dagmar Hagelin -Norma Susana Burgos y Raúl Cubas-,

sabía que ella se encontraba paralizada y que no hablaba normalmente, a causa de

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las heridas recibidas con motivo de su secuestro. Señaló además que Burgos le

había contado que había sido autorizada por los Marinos para visitarla en la

enfermería varias veces. Especifió la testigo Martí además que fue secuestrada el

18 de marzo de 1977 y que en virtud de ello -léase la fecha cercana de su

secuestro con el caso de Hagelin-, tanto otros secuestrados como los oficiales de la

Marina mencionaban lo sucedido con Hagelin. Que en una de las oportunidades

en que fue llamada al subsuelo para un interrogatorio a la oficina de Pernías, le

preguntó a Martín Gras, abogado, que también se encontraba allí, qué salida se le

podía dar al caso de “Dagmar Hagelin” a la vez que le exhibía una nota

supuestamente de la Embajada de Suecia en la Argentina, a lo que Gras le

respondió que se la debía dejar en libertad, para finalmente Pernias referirle que

“lamentablemente no era posible ya que se había cometido el error de matarla”

(vid fs. 1709/10).

En la misma sede y en el mismos sentido que lo expuesto por la

testigo Martí, declaró Sara Solarz de Osatinsky. Manifestó que si bien no la había

conocido personalmente a Hagelin, sabía de su caso por testigos que le merecían

fe, que habían estado secuestrados en la E.S.M.A. en la misma época en que

estuvo Hagalin, a saber: Norma Susana Bugos quien a su vez le había

referenciado haberla visto en el Casino de Oficiales, semiparalizada a causa de las

heridas que había sufrido cuando fue secuestrada. A su vez explicó que, habiendo

sido secuestrada en mayo de 1977 tanto otros secuestrados como los oficiales

Acosta, Pernías, Perrén y Astiz hacían comentarios de su caso y que en particular,

Norma Susana Burgos le había referido que Astiz había intervenido directamente

en el hecho (vid fs. 1711/12).

A ello se adunan los dichos de Emilio Enrique Dellasoppa, quien

también recordó haberla visto durante su cautiverio en la E.S.M.A. (declaración

obrante a fs. 48.460/9 del tomo 115 de la documentación remitida por el Juzgado

Central de Instrucción N° 5 de la Audiencia Nacional de Madrid en relación al

sumario 19/97) al igual que los de Marta Remedios Álvarez, secuestrada en junio

de 1976 lugar donde permaneció durante todo el año 1977, quien manifestó

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haberla visto en un “camarote”. Expresamente de su declaración surge: “Dagmar

Ingrid Hagelin herida y detenida en enero 1977. Estaba alojada en uno de los

camarotes” (ver declaración de fs. 14.111/5 vta. de la causa principal) y Carlos

Gregorio Lordkipanidse quien supo de ella por comentarios de Acosta

(declaración de fs. 2/7 vta. del legajo n° 114).

También habrán de valorarse los dichos de la testigo Miryam Lewin

de García y Susana Jorgelina Ramus, quienes declararon que si bien no habían

visto a Hagelin en la E.S.M.A., supieron por comentarios de otros detenidos que

había estado allí secuestrada. Lewin específicamente dijo que en la E.S.M.A. se

comentaba que la habían herido de un tiro en la cabeza (Legajo de carpeta verde

número 44) y Ramus que se había enterado por Burgos que ésta le había

comentado que habían detenido a una amiga suya porque la habían confundido

con María Antonia Berger y que había muerto (ver declaración obrante en el

legajo de búsqueda a fs. 300/306)

A todo ello aún se aduna, la información aportada en un escrito por

parte de Lisandro Raúl Cubas, la que otorga un panorama general para entender

acabadamente cómo era el funcionamiento de la E.S.M.A. en esa época en que el

hecho que se investiga acaeció, porque además de dejar alllí constancia de todas

las personas que según su conocimiento pasaron por allí, entre las que menciona

claro está a Dagmar Hagelin, se refiere al llamado “proceso de recuperación”, a la

manera en que se conformaba y como funcionaba el grupo de tareas 3.3.2, como

así también como era su organización y estructura, además de dar una descripción

del lugar -E.S.M.A.-, de cuál era el destino que se le daba a los secuestrados en

E.S.M.A y nombres de los miembros que integraron el G.T 3.3.2. Pero además,

como se dijo, hace allí un breve relato de lo que tomó conocimiento en relación al

caso de Dagmar Hagelin, que si bien no es más que aquello que ya fuera dicho por

los testigos Gras y Burgos (vid fs. 372/495) no huelga consignar aquí. Conforme

sus dichos que obran a fs. 564/65 como así también los que lucen en copia

obrantes a fs. 1388/1405, Cubas estando privado de su libertad en el indicado

centro clandestino de detención, pudo verla dos veces. Se refirió a ella como una

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chica de “unos 16 o 17 años, rubia, ojos claros, bonita” a quien había visto en una

oportunidad en la enfermería, oportunidad en que le pudo hablar, por indicación

expresa de Whamond y en presencia de éste, de Astiz y de Norma Burgos,

afirmándole que a diferencia de lo que ella creía, sí había sobrevivientes en

E.S.M.A.. Señaló que cuando la vio se encontraba con un apósito en la cabeza,

pero lúcida y coherente y ella preguntaba la razón por la cual estaba detenida si en

verdad sólo había ido a ver a su amiga Burgos, a lo que Astiz le respondió que

“era una suerte que estuviera viva por él había sido quien la detuvo y le disparó,

aclarando que el disparo lo había hecho a matar porque se había confundido con

María Antonia Berger”. Dijo que a los cinco días volvió a verla, pero ya para ese

entonces se encontraba alojada en el tercer piso oportunidad en que la saludó con

la mano y ella le respondió el saludo. Luego de ello no volvió a tener más noticias

de ella.

La misma apreciación en relación al funcionamiento de la Escuela de

Mecánica de la Armada y del grupo de tareas, como así también de las personas

que allí permanecieron secuestradas, cuadra para valorar las actuaciones

agregadas en copia a fs. 503/559 que refieren a una publicación que hicieron en

1982, Graciela Daleo y Andrés Castillo una vez que fueron liberados de la

E.S.M.A. como así también la presentación de Alberto Eduardo Girondo obrantes

a fs. 570/ 603, que fuera adjuntada por Ragnar Hagelin a través del escrito obrante

a fs. 637.

Así, la declaración testimonial de Graciela Beatriz Daleo obra a fs.

303, oportunidad en que declaró que fue detenida en octubre de 1977 y que

mientras había estado detenida en la E.S.M.A. no había visto a Hagelin, pero que

con datos que allí le fueron proporcionados por otros secuestrados, podía afirmar

que cuando ingresó a la E.S.M.A., ya Hagelin había sido “trasladada”. Señaló que

de hecho en febrero de 1978 en el interior de la E.S.M.A. se realizó una reunión,

que presenció junto con Norma Susana Burgos y Horacio Maggio, en la que se

encontraba presente Alfredo Astiz y donde se iba a tratar del tema de la “suequita”

como le llamaban allí dentro a Hagelin, oportunidad en que Astiz reconoció haber

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participado del procedimiento que consumó la detención de Hagelin y señaló que

había sido producto de una equivocación ya que se la habían confundido con

María Antonia Bergés.

Por su parte en declaración testimonial Alberto Eduardo Girondo

ratificó el contenido de la presentación obrante a fs. 570/603 y aclaró en relación

al hecho que nos ocupa, haber tomado conocimiento del caso por comentarios de

otros detenidos como ser los de Norma Susana Burgos, Lisandro Cubas y Martín

Gras. Pero además señaló que el propio Alfredo Astiz le había reconocido su

participación personal en el secuestro de Hagelin en diciembre de 1977, en

oportunidad en que mientras se encontraba realizando tareas de traducción en una

de las oficinas de la E.S.M.A. se le apersonó Astiz -pues era habitual que

recorriera los distintos ámbitos y comentara ciertos procedimientos- y “(...) en

forma totalmente abierta le manifestó que la había ido a buscar a la casa de

Susana Burgos y que la chica había hecho lo mismo que el declarante en la

oportunidad, aclara, que es la referencia que Astiz hace al momento de su propia

detención ya que al advertir la presencia del personal militar intentó fugar

corriendo siendo baleado en una pierna; agrega que Astiz textualmente le dijo le

tuve que tirar y la trajimos herida” (vid fs. 606)

Los testigos, con excepción de Burgos, que no se explayó al respecto,

coinciden en afirmar que las heridas que evidenciaba Hagelin, hacían imposible

que la liberaran porque ello conllevaría un riesgo para la Armada ante tremendas

evidencias.

En otro orden de cosas, es importante señalar que a fs. 628 se le

exhibieron a Rafael Burgos fotografías de Astiz obrantes en varios diarios de la

época -ver sobre de fs. 625-, reconociéndolo en ellas una vez más sin hesitación

como la persona que estuvo a cargo del operativo que se llevó a cabo los días 26 y

27 de enero del ´77 en el barrio en el que residía. El mismo resultado positivo

arrojó el reconocimiento que respecto de las mismas fotografías se realizó con los

testigos Norma Susana Burgos y Lisandro Raúl Cubas (vid actas de fs. 629/630).

También destáquese que obran agregadas a fs. 308/321 copias de la

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documentación que obraran en la Comisión Nacional Sobre La Desaparición de

las Personas (CONADEP) sobre la desaparición de Hagelin y también cuenta esta

judicatura con la copia digital del legajo que lleva el número 1400 del que surgen

los mismos datos de interés que fueron expuestos por su padre, Ragnar Hagelin al

momento de formular la denuncia por ante el Juzgado Federal de Morón N° 4,

denuncia a la que ya se hiciera referencia.

Resta considerar que, durante el tiempo que la instrucción de la

presente causa estuvo en mano de la otrora Justicia Militar, además de las

declaraciones testimoniales que el instructor militar recibió a los vecinos de la

zona, también se recibieron numerosas declaraciones en calidad de testigos a

personal militar, entre quienes se encuentran muchos de quienes hoy se

encuentran imputados en este expediente, a quienes básicamente se les preguntó

por la posible participación de aquéllos en el procedimiento que culminó con la

detención de Norma Susana Burgos, si la habián visto personalmente, como así

también cualquier conocimiento que pudieran tener respecto del caso Dagmar

Ingrid Hagelin (vid fs.1014/1015;1221/22; 1227/1231; 1232/33; 1273/74; 1275/6;

1277/78; 1284/87; 1296; 1298/99; 1300/1301; 1302/03; 1310/11; 1319), a la vez

que obran diversos informes realizados, de los que finalmente se concluye que

“estaríamos frente a un caso de tiroteo y secuestro de una mujer rubia, no

identificada por un grupo de hombres armados tampoco identificado” (vid fs.

1084). pero no corresponderá por razones obvias, que nada de ello, ni dichas

afirmaciones, ni dichos informes sean valorados en éste interlocutorio.

Por todo lo expuesto es que la materialidad del hecho acaecido se

encuentra perfectamente acreditada.-

-De la responsabilidad:

Al tener que referirme a la responsabilidad que en este caso les cupo

a los imputados en autos, debo decir que, a la luz de la sana crítica, en este estado

de la investigación, considero que se encuentran reunidos los elementos de

convicción suficientes, como para tener por acreditado, al menos en lo que a esta

etapa procesal respecta, que Ricardo Miguel Cavallo, Eugenio Bautista Vilardo,

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Hugo Enrique Damario, Carlos Eduardo Daviou, Juan Carlos Fotea, Miguel

Angel García Velasco, Ricardo Jorge Lynch Jones, Pablo Eduardo García

Velasco, Roberto Perez Froio, Ernesto Frimón Weber, Antonio Vañek, Julio

Antonio Torti, Rogelio José Martínez Pizarro, Antonio Pernías, Carlos Orlando

Generoso, Victor Francisco Cardo, Jorge Carlos Radice, Manuel Jacinto García,

Raúl Jorge González, Jorge Eduardo Acosta, Orlando González, Alberto Eduardo

González, Néstor Omar Savio, Randolfo Luis Agusti Scacchi, Juan Carlos Rolón,

Hugo Héctor Siffredi y Raúl Enrique Scheller; son prima facie responsables de la

privación ilegal de la libertad agravada cometido en perjuicio de Dagmar Ingrid

Hagelin, en calidad de partícipes necesarios y Alfredo Ignacio Astíz, Julio César

Coronel, Oscar Antonio Montes, Pedro Antonio Santamaría, Lucio Francisco

Rioja y Carlos Guillermo Suárez Mason, lo son de los delitos de privación ilegal

de la libertad agravada por haber sido cometida por funcionario público y sin las

formalidades establecidas por la ley, en concurso real con homicidio simple en

grado de tentativa, en concurso real con robo de automotor con armas consumado,

en calidad de partícipes necesarios.

Tal criterio habrá de reiterarse, coincide con el adoptado, por el

suscripto al dictar auto de procesamiento en relación a los mencionados y por la

Sala II de la Excma. Cámara del Fuero al resolver respecto de aquellos imputados

cuyas defensas interpusieron recursos de apelación contra los decisorios de esta

judicatura dictados respecto de la situación procesal de los mismos.

Recuérdese entonces, que a todos ellos se les recibió declaración

indagatoria y fueron procesados en razón de la responsabilidad que podría

corresponderles por su actuación dentro del Grupo de Tareas 3.3.2, con base

operativa en la Escuela de Mecánica de la Armada, para la época en que Dagmar

Ingrid Hagelin fue secuestrada y trasladada justamente a dicho centro clandestino

de detención.

Ocurre que, conforme se explicara “in extenso” en el item “de la

materialidad”, se tuvo por acreditado que fue el grupo de tareas 3.3.2 quien

intervino el día 27 de enero de 1977 en el procedimiento que consistió en haber

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122

interceptado en la vía pública a Dagmar Hagelin, comenzar a perseguirla,

dispararle con un arma de fuego, detenerla, cargarla en el baúl de un auto que

previamente le sustrajeron a Jorge Oscar Eles y darse a la fuga para ser finalmente

conducida a la E.S.M.A., lugar en el que permaneció en cautiverio, privada de su

libertad, bajo condiciones inhumanas de vida, hasta al menos el mes de abril de

1977.

Expuesto ello y más allá de que ya se tuvo por probado en el marco

de la causa principal y otras de trámite por ante esta judicatura -lo cual fue además

confirmado por el superior-, que los imputados referenciados para la época en que

el hecho que se investiga tuvo lugar, formaban parte del grupo de tareas 3.3.2 con

base operativa en la E.S.M.A. o conocían de su existencia en virtud de los cargos

que en dicho momento ostentaban, a continuación se expondrán de manera

personalizada y pormenorizada, los elementos de prueba que me permiten sostener

ello, no sin antes hacer algunas aclaraciones esenciales, a saber:

En primer lugar, no puede perderse de vista que quienes actuaron en

la llamada “guerra contra la subversión” no lo hicieron dando sus verdaderos

nombres, sino que actuaron bajo seudónimos, apodos o sosías, ello con el claro

propósito de no poder ser identificados; por lo que quienes lograron sobrevivir a

ese centro clandestino de detención y que ahora nos prestan su valioso testimonio,

identificaron en un primer momento a sus captores de esa manera, para luego con

el correr del tiempo poder ponerles nombre y apellido a esos “sobrenombres”. De

modo que, no debe resultar extraño que de los relatos que a continuación se

esbozarán, se identifiquen en algunos casos a los imputados de esa manera.

Luego, y yendo puntualmente a la prueba testifical que hoy nos

convoca, pues de alguna manera resulta ser el núcleo central de esta valoración,

quisiera significar que en el marco de la causa principal y en otras en las que se

investigan hechos similares al presente, se ha privilegiado la prueba testimonial

sobre cualquier otra teniendo en cuenta las especiales características de los hechos

que presentan “(...) modos particulares de ejecución en los que deliberadamente

se borran las huellas, o bien se trata de delitos que no dejen rastros de su

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

123

perpetración, o se cometen al amparo de la privacidad. En tales supuestos a los

testigos se los llama necesarios (...) por la manera clandestina en que se encaró

la represión, la deliberada destrucción de documentos y de huellas, el anonimato

en que procuraron escudarse sus autores (...) No debe extrañar, entonces, que la

mayoría de quienes actuaron como órganos de prueba revistan la calidad de

parientes o de víctimas. Son testigos necesarios” (causa nº 13/84, Sentencia del 9

de diciembre de 1985, Tomo I, pág. 319 Artes Gráficas papiros, Bs. As. 1988).

Expuesto ello, veamos por qué habré de responsabilizar a cada uno

de los imputados en particular.

Ricardo Miguel Cavallo:

Al momento de desarrollar los argumentos tendientes a establecer

que, contrariamente a lo manifestado por él en su descargo cuando delineó su

ajenidad al hecho investigado, haciendo hincapié en la carencia de probanzas que

lo vinculen a él, efectivamente el imputado Cavallo prestó tareas en la Escuela de

Mecánica de la Armada cuando ocurrió el hecho que se investiga en autos, es

oportuno destacar las declaraciones testimoniales de Laura Dora Seoane, Marta

Remedios Álvarez, Daniel Oscar Oviedo, Alfredo Manuel Juan Buzzalino, Juan

Alberto Gaspari, Miguel Ángel Lauletta y de Adriana Rut Marcus, quienes se

expidieron en torno a la presencia de Ricardo Miguel Cavallo en la E.S.M.A.,

como miembro del sector operativo y de inteligencia, en la época del hecho que le

es atribuido, acaecido durante los primeros meses del año 1977, pues como se

expusiera, si bien Hagelin fue privada de su libertad el 27 de enero de ese año, se

pudo comprobar que estuvo allí detenida al menos hasta el mes de abril de 1977.-

Asimismo mencionaron a Cavallo y lo ubicaron en la época del hecho

que se le imputa, como una de las personas que actuaban en la E.S.M.A., Susana

Leiracha de Barros, Osvaldo Barros y Adriana Rosa Clemente -ver Legajos 79 y

131-.

Veamos.

A fs. 11.719/11.723 de los autos principales, declaró Dora Laura

Seoane, quien entre otras cosas refirió “...que fue secuestrada junto a Víctor

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Basterra (...) el día 10 de agosto de 1979 al mediodía de su vivienda sita en la calle

Tuyú N°1244, de Valentín Alsina, Lanús (...) Fueron hasta un Falcon de color

claro (cree que celeste metalizado) que estaba estacionado en la esquina (en un

almacén). Al volante estaba otra persona, con el tiempo, por las fotos sacadas

desde adentro de la E.S.M.A. supo que era Marcelo (posteriormente se enteró que

se trataba de Cavallo)...”.

A fs. 11.738/11.744 también del expediente principal luce copia

certificada de la declaración testimonial de Miguel Ángel Lauletta quien

manifestó “Fui secuestrado el 14 de octubre de 1976 a las 09:30 horas en el

departamento que habitaba mi compañero Pepe y su esposa (...).Todos ellos

permanecían en cautiverio en marzo de 1979, fecha en la que fui liberado,

quedando en un régimen de libertad vigilada. Durante 1979 las visitas a mi

domicilio en el barrio de Nuñez eran periódicas, no más de 10 días (...). A fines de

octubre de ese año me llevaron a la ESMA donde en una reunión con los capitanes

D'IMPERIO Y SUPICICHE y el Teniente CAVALLO, me informaron que tres de

mis compañeras liberadas a ppios. de 1979, habían realizado una conferencia de

prensa en París de la que me dieron una copia (...) Formaban parte del grupo de

tareas de la ESMA además del las personas mencionadas al principio las

siguientes personas (...) Teniente de Navío Ricardo CAVALLO (a) Marcelo o

Serpico...”

Es de hacer notar en este sentido, que Lauletta ya había prestado

declaración ante esta judicatura con fecha 8 de mayo de 2001 (fs. 846 de la causa

nro. 7694/99), oportunidad en la cual manifestó que el mismo día de su secuestro

(14 de octubre de 1976), al llegar a la E.S.M.A., había sido Miguel Cavallo la

persona que le sacó la capucha, reconociendolo por haber sido ambos

compañeros de la Facultad.

Por su parte, a fs. 14.111/14.115 de la causa 14.217/03 prestó

declaración testimonial Marta Remedios Álvarez, quien dijo “...Que fue

secuestrada el 26 de junio de 1976, junto con su compañero Adolfo Kilmann y

Javier Otero y su mujer Rita. Que comenzaron sus salidas de E.S.M.A. en agosto

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

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o septiembre de 1978. Que la última vez que durmió en E.S.M.A. fue en junio de

1979. Que estuvo con libertad vigilada hasta diciembre de 1983(...) Que entre los

que en forma permanente se encontraban en E.S.M.A. estaban (...) Ricardo

Miguel Cavallo “Marcelo” o “sérpico”, (Marcelo luego pasa a inteligencia)...”.

A fs. 14.224/14.228 también del expediente principal, luce la

declaración testimonial de Alfredo Manuel Juan Buzzalino, quien declaró que “...

fue detenido el 25 de junio de 1976, siendo alrededor de la 8 o 7 de la mañana,

sueña el portero eléctrico del dpto. que habitaba en Seguí y Scalabrini Ortiz (...).

Pasados aproximadamente dos o tres meses es llevado a trabajar a un salón que

luego se conoció con el nombre de “El Dorado”(...).Que en esta época empieza a

ver a los oficiales (...) Ricardo Cavallo, alias “serpico”...”.

Asimismo, a fs. 14.394/14.404 de la causa 14.217/03 se agregó la

declaración de Juan Alberto Gaspari, quien manifestó “...Que en cuanto a las

personas que lo secuestraron hacia el mediodía del lunes 10 de enero de 1977 en

el despacho que el abogado Conrado Gómez tenía en la Avenida Santa Fe y

Rodríguez Peña de Buenos Aires (...) resumir que aquélla noche del 10 de enero

de 1977, tal vez ya en la madrugada del 11 de enero de 1977, fue conducido en un

auto Ford Falcon color borravino que manejaba el Teniente de Fragata Ricardo

Miguel Cavallo, alias “Sérpico” o “Marcelo”(...)”

Por otra parte, a fs. 20.929/20.932 del expediente principal declaró

Daniel Oscar Oviedo, manifestado que “...fue detenido el 20 de noviembre de

1978 cuando, a las 19:00 hs., va al Club Unidos de Pompeya, donde tenía una cita

con un compañero de la organización Montoneros... se retira del lugar...Afuera lo

estaban esperando diez o quince personas más, todos armados...Seguidamente lo

tiran al piso del Ford Falcón, boca abajo, y le ponen una capucha. Dos personas se

le ponen arriba. Durante el viaje hasta la E.S.M.A. permaneció en esa posición y

recibió en forma sistemática golpes en la cabeza. Una vez que llegaron a

E.S.M.A. lo quieren bajar del auto (...)Que para septiembre de 1979 recuerda que

el personal de la Marina a cargo directo de centro de detención de la E.S.M.A.

eran Abdala, “Ariel” que era Helicopterista, “Marcelo” que era Cavallo

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126

(...)Vuelven a la E.S.M.A., para fines de 1979. Los oficiales a cargo siguen siendo

los mismos. Cavallo como responsables de pecera...”.

Asu vez, a fs. 35.614/35.619 de la causa ya citada (14.217/03), obra

la declaración de Adriana Rut Marcus quien dijo con relación a Cavallo “...cuando

formó pareja con el padre de sus hijos, Cavallo le manifestó que quería conocerlo

y debieron ir. También recuerda que ella decía mucho que quería estudiar y

recibirse y demás, mientras que Cavallo le contaba un montón de cosas que no

podía compartir con su pareja. Era una situación un poco extraña porque parecía

como que Cavallo se “confesaba” y decía cosas como “me quiero ir”, “quiero

salirme de todo esto”, pero al mismo tiempo reflexionaba que no sabía hacer otra

cosa y que además, la Marína se ocupaba de todo lo cotidiano de su vida, como

cocinar, lavarle la ropa y demás, y que a esa altura de su vida iniciar algo nuevo

sin saber hacer nada, le parecía difícil. Cuando se refirió al episodio de su pareja,

era el año 1981, pues ya había vuelto de Perú. Es posible que también fuera en el

1982 porque recuerda un episodio que coincidió con la guerra de Malvinas. (…)

sabía que Cavallo tenía su “caso” y que la puerta para poder salir del país era él.

(…) tenía que convencerlo a él de que su profesión era lo más importante y la

intención (…) era convencerlo primero de seguir estudiando y si lo cumplía

Cavallo podía interceder por ella. Tenía la sensación (igualmente) de que Cavallo

solo no podía hacer nada, sin la aprobación de Acosta. Luego de estudiar quería

irse del país y fueron juntos a hacer el pasaporte. Cuando pudo salir del país la

llevó hasta Ezeiza, cuando volvió de Perú la fue a buscar y la llevó a la casa de los

padres. Mientras estaba en Perú le envió una carta que la dicente nunca recibió. La

dicente lo volvía como que tenía que convencerlo de una serie de cosas, y tenía la

sensación de que él le contaba algunas cosas personales que hacía que la relación

fuera por ahí, no de amistad, pero que había una complicidad. Era evidente. Había

como una relación entre los apropiadores, los asesinos, los torturadores y

nosotros, que era así como que no podías decir en cualquier lado y a cualquier

persona “este es mi torturador”. Es mucho más claro cuando hay una reja de por

medio. Pero acá se generaron vínculos personales, que borran muchas veces la

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

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reja que debería existir y que clarifica que uno es el dueño de la vida del otro. En

ese contexto donde falta la reja, donde el apropiador aparece como cuidador de

que otra fuerza te secuestre, que se puede ver como perversa o como el lado

humano de las personas, que juega otro rol. Como si fuera una obra de teatro

donde cada uno cumple un rol. Entonces cuando no aparece la reja clarificando los

roles, empiezan a ocurrir estas cosas y aparece la dimensión de las relaciones

interpersonales, uno sabe: el otro es asesino, torturador, etc., pero también es el

tipo que te cuenta que se quiere rajar de todo y no puede (y uno piensa será verdad

o no) y es el mismo que si quiere hacerte mierda te hace y si no, te defiende. Esa

cosa equívoca, cuando uno sabe que toda esa escena no puede ser comprendida

por otro que la ve de afuera, provocaba también esa complicidad, pues era más

facil seguramente hablar con ella y no con una mina que se quiere levantar en la

calle. Igual que a la dicente le sería más fácil hablar con Cavallo y no con un

compañero que nunca fue secuestrado. Esta explicación viene a cuento porque

cuando recibió el llamado de Cavallo, simplemente sabía que tenía que ir (porque

estaba a cargo de el) y además sabía que no le iba a pasar nada. Por razones

difíciles de entender hasta hace poco tenía agendada la dirección de Cavallo en la

calle Aranguren en su agenda personal. En ningún momento se le pasó por la

cabeza decir NO VOY, también para que el tipo se quede tranquilo y no joda más.

Le llamó la atención que le dijera “vení a casa” y era su departamento de verdad.

Igual la siguió llamando hasta la democracia (Cavallo)...Asimismo se le exhiben

las fotografías del Anexo 27 del legajo de Basterra cuidando de ocultar

debidamente el texto que cada una de ellas contiene más abajo y se le pregunta a

la compareciente si puede reconocer las imágenes de las personas que se observan

en ellas y en su caso si puede indicar cuáles eran sus nombres, apellidos o sus

apodos, manifestó...el de fs. 12 es Cavallo...”

Si bien de lo expuesto, surge prístinamente que Cavallo formó parte

del grupo de tareas 3.3.2 en el período de tiempo comprendido entre los años 1976

y 1983, a través del testimonio de Gaspari puede puntualmente situárselo en la

E.S.M.A. en la época en que acaeció el hecho que aquí se le reprocha, pues

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recuérdese que la detención de Gaspari, en la que según sus dichos, participó

activamente Cavallo, ocurrió tan solo unos días antes de la de Hagelin.

Por todo lo expuesto, entiendo que se encuentra suficientemente

probado, que existió una estrecha vinculación del imputado con el suceso traído a

estudio, el cual se le hiciera conocer al tiempo de prestar declaración indagatoria,

ya que por sí mismo o con la colaboración de otros compañeros que integraban el

grupo de tareas 3.3.2 al tiempo en que Dagmar Hagelin fue privada de su libertad

y permanecía en cautiverio en la E.S.M.A., participó del hecho ilícito, razones

éstas por las que deberá responder penalmente por el delito que se le imputa.

Antonio Vañek:

Se tiene por acreditado en autos que el encausado Antonio Vañek, se

desempeñó como Comandante de Operaciones Navales, desde el 4 de enero de

1977 hasta el 15 de septiembre de 1978, con la jerarquía de Vicealmirante. Luego

de ello, pasó a desempeñarse como Jefe del Estado Mayor General de la Armada,

desde el 18 de septiembre de 1978 hasta el 2 de febrero de 1980. Posteriormente,

pasó a retiro.-

Ello indica que para la época en que Dagmar Hagelin fue privada de

su libertad y conducida a la E.S.M.A., Antonio Vañek se encontraba cumpliendo

funciones jerárquicas dentro de la estructura de la Armada Argentina. De modo

que, su descargo que apunta a deslindar su responsabilidad afirmando que en

dicho momento estaba en Puerto Belgrano y que nada tenía que ver con el hecho

imputado, carece de total razonabilidad.

Veamos por qué.

Los dichos de Marta Remedios Alvarez obran a fs. 14.111/115 de los

autos principales y allí expresó que fue privada de su libertad el 26 de junio de

1976, y que permaneció en la E.S.M.A hasta agosto o septiembre de 1978, si bien

luego continuó con un regimen de libertad vigilada. Señaló que encontrándose

privada de su libertad en la Escuela de Mecánica de la Armada pudo ver; entre

otros, al almirante Antonio Vañek. Al respecto señaló que era periódica la visita

de distintos oficiales superiores a la E.S.M.A, y que por medio de ellas los

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

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oficiales miraban donde se torturaba, donde estaban los detenidos, y les hacían

preguntas de carácter personal. Recordó también que en una oportunidad Vañek le

comenzó a hablar, oportunidad en que le preguntó “¿Sus padres son separados?”,

¿Es usted católica?.-

Obran también los testimonios de Norma Susana Burgos de fs.

12.166 y 14.698, de Víctor Melchor Basterra de fs. 8847, 11.024, 12.375, 13.323,

13.240 y 14.501, Alfredo Buzzalino de fs. 14.224, de Mercedes Inés Carazo de fs.

12.417 y 12.041, Lisandro Raúl Cubas de fs. 11.624, 11.038. 11624 y 14.505, con

más el testimonio que obra en el cuaderno de prueba de Daniel Antokoletz, que

corre por cuerda con el legajo respectivo (Antokoletz Daniel), Andrés Ramón

Castillo de fs. 12.204. Liliana N. Gardella de fs. 14.326 de Graciela Beatriz García

de fs. 16.177 de Miguel Angel Lauletta de fs. 11.738 entre otras (todas ellas

obrantes en la causa principal), que dan cuenta que Vañek formaba parte del

andamiaje puesto en funcionamiento mediante el cual se desarrolló la conducta

ilícita en autos-

En este estado de las cosas, nos encontramos en condiciones de

afirmar que existió una estrecha vinculación de Vañek con los sucesos traídos a

estudio, por cuanto se desempeñó como Comandante de Operaciones Navales,

desde el 4 de enero de 1977 hasta el 15 de septiembre de 1978, con la jerarquía de

Vicealmirante; todo ello, mientras la damnificada Dagmar Hagelin estaba siendo

privada de su libertad y permanecía en cautiverio en la Escuela de Mecánica de la

Armada.-

Ello indica que para la época en que Dagmar Hagelin fue privada de

su libertad y conducida a la E.S.M.A., Antonio Vañek se encontraba cumpliendo

funciones jerárquicas dentro de la estructura de la Armada Argentina. De modo

que, su descargo que apunta a deslindar su responsabilidad afirmando que en

dicho momento estaba en Puerto Belgrano y que nada tenía que ver con el hecho

imputado, carece de total razonabilidad.

Veamos por qué.

Los dichos de Marta Remedios Alvarez obran a fs. 14.111/115 de los

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130

autos principales y allí expresó que fue privada de su libertad el 26 de junio de

1976, y que permaneció en la E.S.M.A hasta agosto o septiembre de 1978, si bien

luego continuó con un regimen de libertad vigilada. Señaló que encontrándose

privada de su libertad en la Escuela de Mecánica de la Armada pudo ver; entre

otros, al almirante Antonio Vañek. Al respecto señaló que era periódica la visita

de distintos oficiales superiores a la E.S.M.A, y que por medio de ellas los

oficiales miraban donde se torturaba, donde estaban los detenidos, y les hacían

preguntas de carácter personal. Recordó también que en una oportunidad Vañek le

comenzó a hablar, oportunidad en que le preguntó “¿Sus padres son separados?”,

¿Es usted católica?.-

Obran también los testimonios de Norma Susana Burgos de fs.

12.166 y 14.698, de Víctor Melchor Basterra de fs. 8847, 11.024, 12.375, 13.323,

13.240 y 14.501, Alfredo Buzzalino de fs. 14.224, de Mercedes Inés Carazo de fs.

12.417 y 12.041, Lisandro Raúl Cubas de fs. 11.624, 11.038. 11624 y 14.505, con

más el testimonio que obra en el cuaderno de prueba de Daniel Antokoletz, que

corre por cuerda con el legajo respectivo (Antokoletz Daniel), Andrés Ramón

Castillo de fs. 12.204. Liliana N. Gardella de fs. 14.326 de Graciela Beatriz García

de fs. 16.177 de Miguel Angel Lauletta de fs. 11.738 entre otras (todas ellas

obrantes en la causa principal).-

En este estado de las cosas, nos encontramos en condiciones de

afirmar que existió una estrecha vinculación de Vañek con los sucesos traídos a

estudio, por cuanto se desempeñó como Comandante de Operaciones Navales,

desde el 4 de enero de 1977 hasta el 15 de septiembre de 1978, con la jerarquía de

Vicealmirante; todo ello, mientras la damnificada Dagmar Hagelin estaba siendo

privada de su libertad y permanecían en cautiverio en la Escuela de Mecánica de

la Armada.-

Eugenio Bautista Vilardo:

Se encuentra comprobado en autos, con los alcances que requiere este

estadio procesal, que el encausado Eugenio Bautista Vilardo, colaboró con

Roberto Pérez Froio, en la Cancillería, durante la gestión de Oscar Antonio

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

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Montes, y que se desempeñó como Capitán de Corbeta. Por otra parte, se

encuentra acreditado que entre los años 1977 y 1978 concurría frecuentemente a la

E.S.M.A., donde veía a los prisioneros.

En este orden de ideas y pese al descargo ofrecido por el imputado en

cuanto a que jamás había estado en la E.S.M.A.y que además el abogado Zamora

no dirigía imputación penal alguna en su contra, no menos cierto es que manifestó

que, en la época en que ocurrió el hecho que se investiga, estuvo destinado en el

Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto cumpliendo diversas funciones tales

como Consejero de Embajada e incluso, permaneciendo en funciones diplomáticas

en el exterior.

Y conforme las pruebas reunidas en el marco de la causa principal

conexa con la presente, se desprende que la función de Vilardo, tanto como la de

Pérez Froio dentro de Prensa y Difusión consistía en mejorar la imagen de la

Argentina en el exterior. La historia y los hechos nos muestran que en aquel

entonces el desempeño de las Fuerzas Armadas a cargo del Gobierno de la Nación

era fuertemente cuestionado por parte de diversos organismos internacionales e

inclusive por las autoridades y representantes de otros países. Ese cuestionamiento

se relacionaba justamente con las reiteradas denuncias que se efectuaban en el

extranjero, vinculadas con presuntas violaciones a los derechos humanos que

parecieran sufrir cierta parte de la población civil. Además, algunos hechos, como

el que aquí se investiga, esto es la desaparición de la ciudadana sueca Dagmar

Hagelin y el de las religiosas francesas acaecido en diciembre de 1977,

adquirieron trascendencia internacional debido justamente a la nacionalidad de las

víctimas.-

Tan fuertes fueron estas denuncias, que para septiembre de 1979 y

con motivo de una visita por parte de una Comisión de Derechos Humanos, las

instalaciones de la Escuela de Mecánica de la Armada tuvieron que ser

desalojadas y todos sus detenidos trasladados a una casa en el Tigre donde

permanecieron durante un mes. Esa mudanza temporal tuvo como fin demostrar

que las instalaciones visitadas no presentaban detalles que hicieran sospechar de

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132

las actividades que allí se desarrollaban. Sobre el traslado a la isla del Tigre han

prestado declaración Carlos G. Lordkipanidse, Víctor M. Basterra, Thelma J. de

Cabezas entre otros. Incluso se han publicado libros relacionados con la ubicación

de la casa donde permanecieron durante la visita, cuyo nombre es “El silencio”.-

En ese orden de ideas, teniendo en cuenta que por su carácter de

militar y oficial de la Armada Argentina, su función se encontraba articulada con

el resto de las funciones del Grupo de Tareas 3.3.2 para el logro de los fines

propuestos al tiempo de crearlos, puedo afirmar que conocía acabadamente la

existencia de ese grupo de tareas como así también las actividades que éste grupo

desarrollaba. En ese sentido es dable mencionar que el plan tenido en miras al

tiempo de la creación del G.T. 3.3.2 fue adoptado y hecho propio llevando

adelante distintas actividades enderezadas al logro de un único fin. Esas

actividades operaron como los engranajes de un reloj: cada parte desarrollaba su

labor en razón de haber incorporado el plan como propio y, a la vez, observando y

cuidando que sin margen de error se concrete exitosamente.-

De modo que, sí podemos afirmar que era necesaria la función que

Vilardo cumplía en el exterior para mejorar la imagen deteriorada de la Argentina,

pues esa necesidad ponía de manifiesto que, una realidad acorde con las denuncias

que se venían efectuando subyacía bajo las disimulaciones, negativas o reservas

de las autoridades nacionales.-

No huelga aquí reiterar que, tal como fuera explicado en el ítem

“Cuestiones Preliminares”, la finalidad tenida en miras al tiempo de crear el grupo

de tareas 3.3, se vinculó con una “necesidad” puesta de manifiesto por el gobierno

de facto. Necesidad que se ocupó de organizar, estructurar e integrar de acuerdo

con el objetivo previamente trazado. Así las cosas, todo el aparato de poder estuvo

direccionado a tal fin y a cada quien le cupo una función distinta pero orientada en

el mismo sentido.-

Pareciera entonces que la persona que, formando parte de la

estructura del poder, teniendo la función específica de convencer a los países del

exterior que las denuncias recibidas eran completamente infundadas y carentes de

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

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sustento, pero que a la vez conocía claramente el carácter de “detenidos” que

estaban en la Escuela de Mecánica de la Armada -dependencia que no posee entre

sus objetivos servir de alojamiento para detenidos-; detenidos que pertenecían a

una determinada agrupación política; agrupación que el gobierno al que pertenecía

y que lo había puesto en funciones, se había propuesto eliminar, no pudiera tener

responsabilidad alguna relacionada con su detención, con su mantenimiento en esa

condición, o con su conocimiento de que la detención tenía como fin obtener datos

que permitieran detectar otras personas pertenecientes a las mismas agrupaciones

ideológicas y que para la obtención de esos mismos datos fuera “necesaria” la

aplicación de cualquier método de persuasión.-

Si este fuera un razonamiento acertado debería concluirse entonces

que aquellos a los que puede atribuírsele responsabilidad respecto de estos hechos,

se reduce a un pequeño grupo a un puñado de agentes de la Marina sin tener en

cuenta que ese puñado fue organizado, formado, apoyado, recibió colaboración y

fue ocultado por otros grupos que conocían sus actividades y libremente las

consensuaban.-

No debe olvidarse que el ocultamiento de las actividades del Grupo

de Tareas 3.3 también se reflejaba en los informes que otros organismos

nacionales suministraban a los jueces que intervenían en acciones de Hábeas

Corpus y a personas que bregaban en busca de una respuesta sobre el paradero de

sus familiares.-

Así pues, la disimulación sobre las actividades para-legales del

gobierno en su lucha contra la subversión, no solo se reflejaban “hacia dentro”

sino también “hacia afuera” mediante el Ministerio de Relaciones Exteriores,

donde Vilardo cumplía funciones en Prensa y Difusión.-

Brinda apoyatura a la postura sustentada la declaración de Beatriz

Elisa Tokar (ver fs. 14.741 de los autos principales). En ella ha manifestado haber

sido secuestrada el 21 de septiembre de 1977. Estuvo detenida en la Escuela de

Mecánica de la Armada en el sector que denominaban “Capucha” hasta el mes de

mayo de 1978 cunado comenzó a trabajar en Cancillería prestando servicios en

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Prensa y Difusión hasta principios de 1980. Durante el relato y al ser preguntada

para que diga quién se encontraba a cargo del GT3.3 dijo que “...la cabeza más

visible era el Capitán Acosta, alias “El Tigre”, alias “Santiago”. Que en ese

momento el Director de la Escuela de Mecánica de la Armada era CHAMORRO.

Que saber que CHAMORRO no iba a ceder las instalaciones de la E.S.M.A. para

que funcionara un centro clandestino de detención por si solo. Que el Canciller

Montes, Ministro de Relaciones Exteriores y ANAYA, ambos almirantes de la

Marina conocían perfectamente la existencia de un Centro Clandestino en la

E.S.M.A. Que los primeros dos meses en que la dicente trabajaba en la parte de

difusión de la CANCILLERÍA, había dos “verdes”, sentados frente a una mesa,

en la puerta de la oficina donde la declarante prestaba servicios. Que estos

guardias anotaban los nombres de las personas que entraban y salían del lugar.

Que el director de Prensa y Difución de la Cancillería, el Capitán de la Marina

Pérez Froio, conocía perfectamente la situación, pues incluso visitaba el centro

de detención de la E.S.M.A.. Que también trabajaron con la declarante

GRACIELA GARCÍA (...) y en el “Centro Piloto París” había dos mujeres más

(...) que este centro dependía de la Marina... Que el objeto de este centro era

cambiar la imagen de la Argentina en el Exterior ante la inminencia del Mundial

de Futbol (...) pero en realidad funcionaba como un centro operativo para

detectar el movimiento político existente en el exterior del país y (...) controlar el

movimiento de los políticos argentinos en el extranjero y establecer la existencia

de focos de ideologías izquierdistas...”. Tanto en el caso de Beatriz Elisa Tokar

como de todos aquellos que en alguna oportunidad desempeñaron alguna tarea sea

dentro de la Escuela de Mecánica de la Armada o fuera de ella, esas tareas no

respondían a las características de un contrato de trabajo sino a la utilización de

las personas como mano de obra esclava. En tal sentido han declarado Víctor M.

Basterra. Daniel Oviedo, Miriam Lewin, Julio Margari, Miguel Angel Lauletta,

Carlos Lordkipanidse, Graciela Daleo entre otros.-

Del mismo modo Marta Remedios Alvarez fue obligada a trabajar en

la oficina de Prensa de la Cancillería bajo las órdenes del Capitán Pérez Froio

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quien conocía su condición de detenida (ver fs. 7235 y 14.111 de los autos

principales) Esas tareas nunca le fueron remuneradas.-

Y Graciela Beatriz García (ver fs. 16.177 del expediente 14.217/03)

refirió que “...durante el período que fue sometida al régimen de libertad vigilada

fue obligada a trabajar en Cancillería junto con Elisa Tokar, Cristina Vieyra y

Marta Álvarez, siendo que el Secretario de Prensa de nombre Pérez Froio y el

Canciller Oscar Montes tenían conocimiento de su condición...”.-

Cuadra entonces señalar que, los testimonios colectados a lo largo de

la investigación que lleva adelante esta judicatura, me otorgan los fundamentos

necesarios para sostener que, dentro de la Escuela de Mecánica de la Armada

existían personas que se encontraban privadas de su libertad, respecto de los

cuales sus familiares nada conocían y al intentar obtener información, ésta les era

negada o bien obtenían como respuesta que la víctima no se encontraba detenida a

disposición de ninguna de las fuerzas del país. Sin ir más lejos esto fue lo que

ocurrió con el caso de Hagelin cuando su padre intentó por todos los medios saber

de su paradero.

Y lo cierto es que, conocían sobre su funcionamiento y existencia no

sólo los agentes que formaban parte del G.T. 3.3.2 sino todos aquellos que

pertenecían a la estructura del poder y articulaban su función para el logro de los

fines de aquel.-

Todo ello fue ideado, ordenado, consensuado y conocido por los

oficiales superiores de la Marina entre ellos su Comandante en Jefe Emilio

Eduardo Massera. Partiendo de allí, hacia abajo no resulta posible afirmar que los

inferiores “desconocían”, “ignoraban”, o no “advertían” sobre la situación en la

Escuela de Mecánica de la Armada, máxime en el caso como el presente donde

Vilardo se valió de la mano de obra gratuita que le proveían las detenidas a más

que según alguna de ellas manifestara, concurría frecuentemente a la Escuela de

Mecánica de la Armada.-

Todas estas circunstancias reseñadas tornan verosímiles los

testimonios de las víctimas relacionadas con las actividades del G.T. 3.3 cuya

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136

creación y puesta en marcha, como así su control y aporte de personal fue

pergeniado por la superioridad y concretado a través de los distintos aportes de

agentes de la Marina, sea dentro de la misma Fuerza, sea desde organismos

gubernamentales. Admitir una postura contraria sería admitir sin más que con

excepción del ideólogo y los que materializan el hecho, la responsabilidad se

diluye al punto de no tener en cuenta que han existido aportes sin los cuales el

hecho no hubiera podido cometerse.-

Debemos tener por probado -al igual que se hizo con la Junta Militar-

que el imputado Vilardo tuvo el dominio de estos hechos porque formaba parte de

la organización que los produjo. Que la cúpula de la Marina conocía sin lugar a

dudas las actividades que se desarrollaban en la Escuela de Mecánica de la

Armada. En este sentido declaró Juan Alberto Gasparini, en cuya declaración

testimonial del 30 de abril de 1997 (fs. 148 del Legajo de Norma Esther Arrostito)

relató que estuvo detenido en la Escuela de Mecánica de la Armada entre enero de

1977 y agosto de 1978 y que “...en una de las oportunidades vio al Almirante

EDUARDO EMILIO MASSERA, quien se desempeñaba entonces como

Comandante en Jefe de la Armada (...) en esa oportunidad habló con los distintos

prisioneros, siendo presentado ante ellos por el Capitán de Corbeta JORGE

EDUARDO ACOSTA, Jefe del Campo de Concentración de la ESMA, quien

expresó textualmente que ellos actuaban bajo las órdenes del Comandante en Jefe

de la Marina...”.-

Marta Remedios Alvarez también declaró en este Tribunal que la

Escuela de Mecánica de la Armada recibía la visita frecuente de altos oficiales de

la marina tales como Carpintero, Massera, Torti, Vañek y otros, entre ellos, el

Ministro de Relaciones Exteriores Oscar A. Montes (fs. 14.111 de los autos

principales).-

Prueba de las conclusiones vertidas anteriormente lo constituye lo

ocurrido con el caso que involucra la desaparición de Norma Esther Arrostito.

Este caso en particular da muestras acabadas de que las Fuerzas Armadas no sólo

tenían hegemonía de poder, sino que controlaban los medios informativos con el

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137

fin de desorientar respecto de la información sobre aquellos considerados

subversivos. Surge de una copia de un artículo publicado en el matutino “Clarin”

de fecha 4 de diciembre de 1976 (ver fs. 24 del Legajo 31 “Arrostito, Norma

Esther”) que Norma Esther Arrostito fue abatida en un tiroteo. “...Como

consecuencia del mismo fue abatida la delincuente subversiva Norma Esther

Arrostito (alias “Gaby”), quien era una de las fundadoras y cabecillas de la

organización declarada ilegal en 1975". Del mismo modo lo informó el diario

“La Opinión” (ver fs. 28 del legajo referido) “...En un procedimiento realizado

por las fuerzas de seguridad en Lomas de Zamora al cabo de una eficaz labor de

inteligencia, fue abatida durante la noche del jueves Norma Esther Arrostito, una

de las fundadoras y cabecilla de la organización subversiva ilegalizada el año

pasado y del comando que secuestró y asesinó en 1970 al ex presidente, Teniente

General Pedro Eugenio Aramburu...”. No obstante la información publicada por

distintos diarios del país que daban cuenta de la muerte de Norma Arrostito,

muchos sobrevivientes de la Escuela de Mecánica de la Armada testificaron

haberla visto con vida en ese centro de detención por lo menos hasta inicios del

año 1978.-

Así por ejemplo, Graciela Beatriz Daleo, que fue secuestrada en

octubre de 1977, pudo ver en la Escuela de Mecánica de la Armada a Norma

Arrostito, tiempo después de la fecha en que fue publicada su muerte en los

medios periodísticos. Relató Graciela Daleo que Massera estuvo en la E.S.M.A. a

fines de diciembre de 1977 y fue a verla a Norma Arrostito “...que hacía más de

un año que estaba secuestrada allí. Que el grupo de tareas realizó una maniobra

de prensa, diciendo que la habían matado al momento de su secuestro en

diciembre de 1976. Con esto quiere significar que MASSERA para ir a ver a

Arrostito, tenía que atravesar toda LA CAPUCHA, por lo que indiscutiblemente

vio a los cientos de prisioneros que allí estaban...”( Ver declaración de Graciela

Daleo en el legajo antes citado).

También María Alicia Milia de Pirles ofreció ante la CONADEP su

testimonio explicando que el 2 de diciembre de 1976, Norma Arrostito fue

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138

capturada viva en Capital Federal por un grupo operativo de la E.S.M.A. y que al

día siguiente apareció en la prensa que Arrostito había sido abatida en la zona sur

del Gran Buenos Aires. Que el Teniente Pernía preparó la parodia en el “lugar de

la muerte” derramando en la calle un frasco con sangre del mismo grupo y factor

que Norma Arrostito “...Mientras la noticia de su muerte gana la calle, Norma E.

Arrostito es torturada en el sótano de la E.S.M.A....” (ver fs. 184 legajo citado).

En el mismo sentido brindaron su testimonio Jorge Pomponi, (fs. 186), Nilda

Haydeé Orazi (fs. 188), Pilar Calveiro (fs. 192), Alberto Girondo (fs. 196) entre

otros.-

Del testimonio de Martín Gras ante la CONADEP que luce del legajo

n° 71, particularmente de las fojas 1/59, se desprende que habiendo sido

secuestrado el nombrado el día 14/1/77 en oportunidad de una entrevista con un

amigo y compañero, Pablo González Langarica (secuestrado 4 días antes). En ese

momento lo detienen a él y a su acompañante, Fernando Perera. Fernando Perera,

a quien le fracturaron el cráneo al ser detenido, falleció víctima de las torturas a

que fue sometido pese a su grave estado de salud. Que en su secuestro participó

como Jefe del Operativo el Tte. Juan Carlos Rolón y fue conducido a la ESMA.

Dijo además, que en marzo de 1977 lo comienzan a llevar al sótano a trabajar

junto a otros detenidos en tareas de seguimiento periodístico, archivos, etc.. El

empleo de detenidos en esas tareas surge como resultado de las contradicciones

entre el SIN y el GT, especialmente con el Cap. Acosta. Por ello el GT prescindía

del SIN para inteligencia y realizaba su propia labor. Hasta mayo de ese año el

trabajo de los detenidos en esas tareas era discontinuo. A partir de estas tareas

comienzan a visitar la ESMA altos mandos militares que cumplían con cargos

políticos tales como: el capitán Allara, el capitán Pérez Froio, el capitán Bilardo y

un experto en derechos humanos de la Cancillería, el Embajador Arlía. De allí las

relaciones con el Ministerio de Relaciones Exteriores, donde algunos oficiales de

la ESMA pasaron a cumplir funciones y el auspicio para la creación del Centro

Piloto París. Téngase en cuenta que la nombrada víctima manifestó que el

encargado de este centro era el Cap. Bilardo, siguiendo como objetivo la

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realización de “propaganda blanca” para Argentina en el extranjero. Las tareas

clandestinas en el Centro estaban a cargo del Cap. Perrén, destinado en París,

quien luego sería reemplazado por el Tte. Pernía y el Tte. Yon. Sus tareas eran de

contrainteligencia e infiltración y además se intentó secuestrar en Madrid a ex

diputado nacional Armando Croatto y se falló en atentar contra la vida del ex

diputado provincial Jaime Dri en Roma. Todas las actividades, legales o ilegales,

del Centro eran conocidas por el Embajador Argentino en París, Tomás

Anchorena. El enlace del embajador con el GT era la agregada Elena Holmberg

Lanusse. Este conocimiento de las tareas y una supuesta traición serían las razones

por las cuales Holmberg fue secuestrada y asesinada en Buenos Aires por personal

de la ESMA. Destaca que el GT amplió considerablemente su área de influencia

hacia Paraguay y Uruguay. Tal es el caso del declarante que a fines de 1977 fue

trasladado a Montevideo con motivo de una política de intercambio de prisioneros

políticos realizada entre las Armadas de ambos países. Para esa misma época

Massera adjudica al GT el rol de fuerza de choque en la disputa violenta del poder

interno desatada en la cúpula militar. Esa puja no favorece a Massera y pasa a

retiro inmediatamente. Acosta comprende que los integrantes del GT también

serán trasladados o subordinados al SIN, por lo que trata de lograr destinos

diplomáticos para sus hombres. En ese contexto el Centro Piloto es trasladado a

Madrid a comienzos de 1978. Sobre tales bases Acosta desarrolla una intensa

actividad con cobertura diplomática. En la reestructuración que se da en la

Armada a raíz de la pugna, Acosta comienza a utilizar a los prisioneros para sus

propios fines de inteligencia, sin garantizar la libertad ni la supervivencia, sino la

prolongación de la vida. Así se forman dos grupos de prisioneros que no

corresponden a los que son trasladados inmediatamente una vez detenidos y

torturados. Uno de esos grupos, el más antiguo y estable, es el que el propio

Acosta denomina “grupo de recuperación”. Ya a mediados de 1978 y previsto el

retiro de Massera se vislumbra el desmembramiento del GT de la ESMA. Por ello

Acosta y los demás oficiales deciden considerar a los detenidos colaboradores

como “recuperados” y se plantean una política de libertad gradual. Los

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pertenecientes a uno de esos grupos son puestos en libertad en Argentina y bajo

control. Los pertenecientes al segundo grupo, donde estaba incluida la víctima,

empieza a ser liberada en forma escalonada con destino en países de América y

Europa. Este proceso se extendió desde finales de 1978 hasta mediados de 1979.

Por otra parte los integrantes de la Cámara Federal al dictar sentencia

en la citada causa N° 13/84, “...toda la estructura militar montada para luchar

contra la subversión siguió funcionando normalmente bajo la dirección de los

procesados, sólo cambió la forma de combatir. También integró el plan aprobado,

la garantía de impunidad que recibieron los ejecutores. Se aseguraba que la

ejecución de las acciones se iba a desarrollar sin ninguna interferencia y en la

clandestinidad más absoluta. Para ello, no sólo se utilizaron los recaudos

necesarios para impedir la intervención de los mecanismos usuales de prevención

del delito (ej. área liberada), sino que se adoptó la estrategia de negar la existencia

de los hechos ante todo reclamo de cualquier autoridad o de familiares de las

víctimas, de dar respuestas falsas a los requerimientos de los jueces, de evitar la

publicación por medio de la prensa de las noticias relativas a desapariciones de

personas o hallazgos de cadáveres, de simular investigaciones para esclarecer los

hechos, de instalar importantes centros administrativos para búsqueda de personas

a sabiendas de su inutilidad, de atribuir las desapariciones a genéricos motivos y

enmarcar todo el asunto dentro de una aducida campaña fomentada por los

propios guerrilleros desde el exterior”.-

Por todo lo expuesto, entiendo que se encuentra suficientemente

probado que existió una estrecha vinculación del imputado Vilardo con el suceso

en estudio, el cual se le hiciera conocer al tiempo de prestar declaración

indagatoria, por cuanto desde su función en Prensa y Difusión al tiempo en que

Dagmar Hagelin fue privada de su libertad y permanecía en cautiverio en la

E.S.M.A., ha aportado un auxilio tan necesario como el de aquellos que aplicaban

la tortura, concurrían al procedimiento o mantenían el cautiverio sea en las

dependencias del casino de oficiales de la Escuela de Mecánica de la Armada

como en el Ministerio de Relaciones Exteriores, razones éstas por las que deberá

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141

responder penalmente por el delito que se le imputa.-

Hugo Enrique Damario:

Por las probanzas que seguidamente se expondrán, se encuentra

acreditado que, Damario, Teniente de Navío integró el sector operaciones del G.T.

3.3.2., desempeñándose entre 1977 y 1978 como Oficial del G.T. 3.3.2, pasando a

cumplir en los años 1978 y 1979 funciones en el área de Prensa del Ministerio de

Relaciones Exteriores. Que en razón de esa integración a las actividades del

mencionado grupo, cumplió funciones dentro del centro clandestino de detención

de la Escuela de Mecánica de la Armada.

Pero antes de adentrarme en la valoración, aclárese que a Damario, se

lo identificaba bajo los nombres de “Jirafa” y “Carlos” (Ver testimonios de

Amalia Larralde, en cuaderno de prueba Inc. nro. 50; informe producido por Ana

María Martí, Alicia de Pirles y Sara Solarz Leg. Nro. 23/24/31).-

Veamos:

Martín Tomas Gras, detenido el 14 de enero de 1977, en el legajo 71

- anexo 1, señaló a Hugo Damario como “Carlos” o “ Jirafa” y declaró que el

nombrado era uno de los oficiales que realizaba operativos dentro del grupo de

tareas.

A su vez, es Graciela García Romero, detenida el 15 de octubre de

1976 y liberada varios años después, quien en su última etapa como detenida es

obligada a realizar tareas a favor de sus captores en la Cancillería, junto con las

también detenidas Elisa Tokar, Cristina Vieyra y Marta Álvarez, y bajo la

conducción del Secretario de Prensa Pérez Froio y el canciller Oscar Montes, la

que también tuvo en dicha época contacto con Hugo Damario.

Se infiere de todo lo dicho, que Hugo Enrique Damario en su calidad

de oficial de la armada argentina y con el cargo de teniente de navío tuvo una

directa intervención en la actividad represiva que se llevaba adelante desde el

grupo de tareas 3.3.2., y que fuera creada al efecto de privar de su libertad en

forma ilegítima a las personas que fueran identificadas como “objetivos” o

“blancos” en los operativos que eran llevados adelante por grupos armados de

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142

variada cantidad de integrantes, en acuerdo a la trascendencia del la persona que

se buscaba detener. El caso de Dagmar Hagelin es uno de ellos.

Lo expuesto demuestra que fue mendaz al afirmar en su indagatoria

que para la época de los hechos que se investigan no se encontraba en la E.S.M.A.

Por lo demás y en cuanto a su apreciación de que el padre de Dagmar no había

hecho ninguna acusación en su contra, olvida Damario que sí lo hizo el Fiscal que

interviene en autos.-

Por otra parte, también se ha de poner de resalto que otro de los fines

del grupo de tareas era la distorsión u ocultamiento de la realidad que se venía

sucediendo en cuanto a la forma en que se venía realizando lo que fue dado en

llamar “lucha contra la subversión” lo que fue llamado mejoramiento de la

imagen de la Argentina en el exterior, actividad en la que se encontraba

involucrado Damario.

En relación a ello, señálese que, la historia y los hechos nos muestran

que en aquel entonces el desempeño de las Fuerzas Armadas a cargo del Gobierno

de la Nación fue fuertemente cuestionado por parte de diversos organismos

internacionales e inclusive por las autoridades y representantes de otros países.

Ese cuestionamiento se relacionaba justamente con las reiteradas denuncias que se

efectuaban en el exterior vinculadas con presuntas violaciones a los derechos

humanos que parecía sufrir cierta parte de la población civil. Además algunos

hechos adquirieron trascendencia internacional debido a la nacionalidad de las

víctimas, tal como ocurrió con el caso de las religiosas francesas que

desaparecieron en diciembre de 1977 y en el de la mismísima Dagmar Hagelin por

su nacionalidad sueca.-

Los cuestionamientos permanentes en este sentido, provocaron que

para septiembre de 1979 las instalaciones de la Escuela de Mecánica de la Armada

fueron desalojadas y todos sus detenidos trasladados a una casa en el Tigre donde

permanecieron durante un mes. Esa mudanza temporal se debió a la necesidad de

superar exitosamente la visita de una Comisión de Derechos Humanos y para tal

fin fue necesario demostrar que las instalaciones visitadas no presentaban detalles

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

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que hicieran sospechar de las actividades que allí se desarrollaban. Sobre el

traslado a la isla del Tigre han prestado declaración Carlos G. Lordkipanidse,

Víctor M. Basterra, Thelma J. de Cabezas entre otros. Incluso se han publicado

libros relacionados con la ubicación de la casa donde permanecieron durante la

visita, cuyo nombre es “El silencio”.-

Por todo lo expuesto, entiendo que se encuentra suficientemente

probado que existió una estrecha vinculación del imputado con el suceso traído a

estudio, el cual se le hiciera conocer al tiempo de prestar declaración indagatoria,

ya que por sí mismo o con la colaboración de otros compañeros que integraban el

grupo de tareas 3.3.2 al tiempo en que Dagmar Hagelin fue privada de su libertad

y permanecía en cautiverio en la E.S.M.A., participó del hecho ilícito, razones

éstas por las que deberá responder penalmente por el delito que se le imputa.

Carlos Eduardo Daviou:

Más allá de que en su decargo negó conocer a la víctima y haber

tenido cualquier participación en el hecho que damnificó a Dagmar Hagelin, lo

cierto es que, los elementos probatorios reunidos en autos, permiten tener por

acreditado que el imputado Daviou, formó parte del grupo de tareas 3.3.2 con base

operativa en la Escuela de Mecánica de la Armada.

Y teniendo en cuenta que, conforme fuera expuesto, se encuentra

perfectamente acreditado que del secuestro de Dagmar Hagelin participó el grupo

de tareas 3.3.2, que luego de ello permaneció en cautiverio en la E.S.M.A., y que

todo ello ocurrió en el período de tiempo durante el cual Daviou formó parte del

mencionado grupo, es dable concluir que participó en el mismo.

Es oportuno volver a reiterar que que según los testigos Graciela B.

Daleo y Andrés Ramón Castillo “...Este grupo llevaba adelante la planificación y

ejecución de los secuestros, robos de automóviles, saqueos de viviendas, etc.

Operaban en base a los datos obtenidos mediante la tortura, y/o del análisis que

Inteligencia hacía de los materiales obtenidos en operaciones anteriores. Muchos

secuestros se hicieron durante los paseos que sistemáticamente realizaban por la

ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, en los cuales participaba un marcador,

prisionero que accedía a colaborar con los marinos señalando a sus antiguos

compañeros. La planificación de las operaciones se hacía en el salón Dorado

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ubicado en la Planta Baja del Casino de Oficiales. Analizados los datos sobre el

blanco, se asignaban las funciones a cada miembro del grupo: ir al cuerpo, dar el

alto, disparar las armas, hacer la contención, dispersar a los curiosos, disimularse

en las casas y comercios adyacentes al lugar donde se haría el secuestro, etc. (...)

En el grupo OPERATIVO participaban oficiales y suboficiales de la Armada.

Algunos de ellos estaban asignados en esta función con carácter permanente y

otros en calidad de rotativos. Permanecían en la ESMA o en otros campos de

concentración de la Marina: Mar del Plata, Bahía Blanca, por períodos

aproximados de dos meses. Eso garantizaba que la totalidad del arma, en todos sus

niveles y en todos sus miembros participara en la lucha represiva (...) Miembros

de la Policía Federal, Prefectura Nacional Marítima, Servicio Penitenciario y

algunos miembros del Ejército integraron también los grupos operativos.....”.

Conforme el relato que pudo recogerse de las víctimas a través de sus

declaraciones testimoniales, es dable afirmar que cada sector del G.T. 3.3.2 tenía

una función específica que se articulaba con las otras dos para lograr un mismo y

único fin. Ese Grupo de Tareas 3.3.2 estaba conformado no solamente con

personal de la Marina, sino también por personal de la Policía Federal Argentina,

de la Prefectura Naval Argentina, del Servicio Penitenciario Federal y del

Ejército.

Y en este sentido, se encuentra acreditado que Daviou, se incorporó

al Grupo de Tareas 3.3/2 en marzo de 1977 (al término de la comisión de Juan

Carlos Rolón), en carácter rotativo. En tal calidad, participó en los conocidos

"vuelos de la muerte" en junio de 1977, según las expresiones que en tal sentido

refirió Adolfo Francisco Scilingo. Hasta el año 1997 se desempeñaba como

Capitán de Navío en actividad, cuando en forma espontánea se hizo presente ante

sus Superiores (17/11/97) poniéndose a disposición de la fuerza a la luz de "…las

denuncias públicas hechas contra su persona, las que afectan simultáneamente la

imagen de la Armada…" (ver acta de fs. 22 del legajo original de Carlos Eduardo

Daviou).-

En cuanto a la existencia de los llamados "vuelos de la muerte" han

sido varios los testigos que se han pronunciado con respecto a su existencia como

metodología sistemática para hacer desaparecer los cadáveres de aquellos que se

encontraban ilegalmente detenidos en la E.S.M.A. y debían ser eliminados

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físicamente. En tal sentido ha prestado declaración Carlos Alberto García

indicando que al principio de su cautiverio, mientras permanecía "tirado" en el

piso esposado, engrillado y encapuchado, y se escuchaba el número de algún

detenido que iba a ser "trasladado" pensaba "Bueno, por lo menos se salva", pero

eso no era la salvación: era la muerte.-

Martín Tomás Gras en su deposición obrante a fs. 12.028 del

expediente principal, también aludió a los llamados "vuelos de la muerte" y al

procedimiento que se aplicaba en ellos. Explicó que por obvias razones, la

decisión de un "traslado" y la selección de aquellos que iban a integrarlo, así como

la forma en que se llevaban a cabo, y dónde, no eran presenciados por ninguno de

los prisioneros que permanecían en la E.S.M.A. Sin embargo, relató que a través

del testimonio que le suministró un detenido de apodo "Tincho" -hoy

desaparecido- cuya identidad nunca conoció, el procedimiento a seguir a la hora

del traslado era el siguiente: luego de reunidos los prisioneros que iban a ser

trasladados, se los narcotizaba con lo que el la Armada se conocía como

"Pentonaval" (la droga sería Pentotal) y se los cargaba en un camión que los

llevaba hasta un aeropuerto o lugar del cual estaba previsto que despegara un

avión cargado con los prisioneros adormilados. Luego, la aeronave despegaba y

durante el vuelo, se arrojaba a las víctimas al agua. Explicó Martín Tomás Gras

que "Tincho" fue llamado para un "traslado", se le inyectó alguna sustancia que lo

dejó semi-mareado y le relató los detalles que recordaba de su periplo hasta casi

ser subido al avión. Dijo que llegado al lugar del despegue "Tincho" habría sido

reconocido por el "Pedro Bolita" -cuya identidad se desconoce hasta el momento-

y debido a algún tipo de intervención de su parte, fue devuelto a la E.S.M.A.. Gras

recordó que luego de regresar de ese "traslado" "Tincho" durmió por más de un

día y al despertarse pudo trasmitirle todo lo vivido. A raíz de este relato y de otras

circunstancias relatadas por los mismos marinos dentro de la E.S.M.A. los

sobrevivientes pudieron concluir que los prisioneros eran arrojados al mar.-

Por todo lo expuesto, entiendo que se encuentra suficientemente

probado que existió una estrecha vinculación del imputado con el suceso traído a

estudio, el cual se le hiciera conocer al tiempo de prestar declaración indagatoria,

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ya que por sí mismo o con la colaboración de otros compañeros que integraban el

grupo de tareas 3.3.2 al tiempo en que Dagmar Hagelin fue privada de su libertad

y permanecía en cautiverio en la E.S.M.A., participó del hecho ilícito, razones

éstas por las que deberá responder penalmente por el delito que se le imputa.

Juan Carlos Fotea:

En el marco de la causa que lleva el número 18.918/03 del registro de

este Juzgado y Secretaría, donde se investiga el hecho que damnifica a Rodolfo

Jorge Walsh y que ha sido elevado al Tribunal Oral Criminal Federal n° 5, ya

tiene dicho este Tribunal,que tiene por probada la permanencia y participación de

Juan Carlos Fotea en el denominado Grupo de Tareas 3.3/2. Que en razón de esa

integración a las actividades del Grupo, cumplió funciones dentro del centro de

detención clandestino de la Escuela de Mecánica de la Armada.-

La participación en las actividades del Grupo de Tareas 3.3.2 su

calidad de integrante de dicha facción se encuentra acreditada por lo que en tal

sentido ha señalado Ricardo H. Coquet en su legajo 27. Juan Carlos Fotea, de

acuerdo al testimonio señalado, fue uno de aquellos que Jorge E. Acosta sugirió

como posibles candidatos a recibir una distinción o condecoración por parte de

Emilio Eduardo Massera en ese entonces Jefe del Estado Mayor General de la

Armada. Lo dicho no sólo confirma la imputación que se le ha dirigido al tiempo

de considerar reunido el estado de sospecha en los términos del art. 294 del

Código Procesal Penal de la Nación, sino que da cuenta de la extensión e

importancia de la agrupación represiva, que no sólo estaba constituida por

elementos de la misma fuerza sino que agrupaba a elementos de otras fuerzas, que,

de manera coordinada aunaban sus esfuerzos en procura de la obtención de un

único fin.-

“Lobo” o “Fernando” eran los apodos con los que era conocido Fotea

y es señalado de tal modo por Graciela B. Daleo y Andrés Ramón Castillo en el

legajo 61 que reza en su carátula “causa Antokoletz” y señalado con la letra F (ver

fs. 96 de dicho legajo). También se refiere a él Miguel Angel Lauletta en su

declaración obrante en este expediente principal.

Como ya se indicara, se tiene por acreditada su actividad en el grupo

de tareas formado por la Armada Argentina que actuaba con base en la E.S.M.A.

Como consecuencia de ello y teniendo en cuenta el caso que se le enrostra ocurrió

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en el período de tiempo durante el cual Juan Carlos Fotea fue parte integrante del

G.T. 3.3.2 participando activamente en el mismo, se tendrá por acreditada su

vinculación con el hecho imputado, cuya materialidad ya se tuvo por probada.

Es oportuno volver a reiterar que que según los testigos Graciela B.

Daleo y Andrés Ramón Castillo “...Este grupo llevaba adelante la planificación y

ejecución de los secuestros, robos de automóviles, saqueos de viviendas, etc.

Operaban en base a los datos obtenidos mediante la tortura, y/o del análisis que

Inteligencia hacía de los materiales obtenidos en operaciones anteriores. Muchos

secuestros se hicieron durante los “paseos” que sistemáticamente realizaban por la

ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, en los cuales participaba un

“marcador”, prisionero que accedía a colaborar con los marinos señalando a sus

antiguos compañeros. La planificación de las operaciones se hacía en el salón

“Dorado” ubicado en la Planta Baja del Casino de Oficiales. Analizados los datos

sobre el “blanco”, se asignaban las funciones a cada miembro del grupo: “ir al

cuerpo”, “dar el alto”, “disparar las armas”, “hacer la contención”, “dispersar a los

curiosos”, “disimularse en las casas y comercios adyacentes al lugar donde se

haría el secuestro”, etc. (...) En el grupo OPERATIVO participaban oficiales y

suboficiales de la Armada. Algunos de ellos estaban asignados en esta función con

carácter permanente y otros en calidad de “rotativos”. Permanecían en la ESMA o

en otros campos de concentración de la Marina: Mar del Plata, Bahía Blanca, por

períodos aproximados de dos meses. Eso garantizaba que la totalidad del arma, en

todos sus niveles y en todos sus miembros participara en la lucha represiva (...)

Miembros de la Policía Federal, Prefectura Nacional Marítima, Servicio

Penitenciario y algunos miembros del Ejército integraron también los grupos

operativos....”. Tal es el caso que nos ocupa.-

Conforme el relato que pudo recogerse de las víctimas, cada sector

del G.T. 3.3.2 tenía una función específica que se articulaba con las otras dos para

lograr un mismo y único fin. Ese Grupo de Tareas 3.3.2 estaba conformado no

solamente con personal de la Marina, sino también por personal de la Policía

Federal Argentina, de la Prefectura Naval Argentina, del Servicio Penitenciario

Federal y del Ejército.-

Resta señalar que, por otro lado su silencio al tiempo de prestar

declaración indagatoria, en modo alguno logra enervar el peso del plexo

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148

probatorio incorporado en autos.

Por todo lo expuesto, entiendo que se encuentra suficientemente

probado que existió una estrecha vinculación del imputado con el suceso traído a

estudio, el cual se le hiciera conocer al tiempo de prestar declaración indagatoria,

ya que por sí mismo o con la colaboración de otros compañeros que integraban el

grupo de tareas 3.3.2 al tiempo en que Dagmar Hagelin fue privada de su libertad

y permanecía en cautiverio en la E.S.M.A., participó del hecho ilícito, razones

éstas por las que deberá responder penalmente por el delito que se le imputa.

Miguel Angel García Velasco:

Las probanzas colectadas se contraponen con la versión ofrecida por

el imputado en el marco de su declaración indagatoria, en cuanto a que no conocía

a la persona individualizada en el hecho que se le enrostraba y que no había tenido

relación con ella ni intervención o participación en ningún grado respecto del

hecho que la habría afectado.

Veamos.

A él y a su hermano mellizo, Lisandro Raúl Cubas los ubica dentro

de las actividades que tenían como base operativa la Escuela de Mecánica de la

Armada. (ver su testimonio glosado en el legajo de documentación de Antokoletz,

Daniel Victor).-

También mencionan al Teniente García Velasco y a su hermano

mellizo, Oficial de Inteligencia del S.I.N., Rosario Evangelina Quiroga (ver fs.

101 del legajo de documentación de Antokoletz, Daniel Victor).

A su vez vincularon la actuación de un Teniente de Navío de apellido

García Velazco, los testigos Graciela Beatriz Daleo y Andrés Ramón Castillo

cuyo testimonio se encuentra agregado en un legajo que posee identificada con la

letra F y reza "causa Antokoletz".Al mismo tiempo indicaron que tenía un

hermano gemelo oficial de inteligencia del S.I.N.

Expuesto ello, cuadra señalar que, se encuentra acreditado que, tanto

la Escuela de Mecánica de la Armada, como el Servicio de Inteligencia Naval

participaban activamente en las actividades que desplegaban las fuerzas de

seguridad en la llamada "lucha contra la subversión". En ese sentido expresaron

los testigos, que su conocimiento sobre los orígenes del Grupo de Tareas 3.3/2

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

149

fueron obtenidos de las conversaciones mantenidas con el Capitán de Corbeta

D'Imperio que utilizaba habitualmente el nombre de "Abdala" "...el Servicio de

Informaciones Navales (S.I.N.) habría manifestado que la Armada no estaba en

condiciones de cumplir el objetivo asignado, ya que su capacidad operativa no se

adecuaba a la envergadura de la tarea, y la organización Montoneros se

encontraba distribuida en todo el país, no así las fuerzas de la Marina. Según el

informante, el Almirante Massera decidió entonces encomendar a personal de su

confianza, entre los que se encontraba el Capitán de Navío Rubén Jacinto

Chamorro -ascendido luego a contraalmirante-, director de la E.S.M.A., al capitán

de corbeta Menéndez, al capitán de corbeta Acosta y a otros más la organización

de un grupo que dedicara su accionar al aniquilamiento de Montoneros (...) .

La damnificada Silvia Wikinski es uno de los varios ejemplos que

dan cuenta de que el S.I.N. era un grupo que actuaba conjunta y coordinadamente

con el Grupo de Tareas 3.3. Algunos testigos se animaron a decir que entre ambas

agrupaciones existían las rivalidades propias de dos equipos que se disputan su

cuota de poder e influencia.

En el mismo orden de ideas Andrés Castillo en el testimonio obrante

a fs. 89 del legajo 28 correspondiente a Daniel Marcelo Schapira mencionó que

"…Yo se que en una oportunidad García Velasco, perteneciente al Servicio de

Inteligencia Naval, quien era Teniente y tenía un hermano que también era

Teniente y pertenecía al G.T. 3 3, mencionó que esperaban desde hacía tiempo a

GALLI para que fuera a visitar a su madre y que cuando eso ocurrió lo

detuvieron. Este comentario lo hizo el Teniente García Velasco en mi presencia y

la del hermano, a fines de 1977, en el subsuelo del Casino de Oficiales, pienso fue

en agosto de 1977 o septiembre ya que luego nos mudaron al tercer piso".-

Al mismo tiempo es dable indicar que el testigo Ricardo Héctor

Coquet suministró a la justicia al tiempo de prestar declaración ante la Cámara

Federal, un listado de personas que prestaron servicios para el Grupo de Tareas

3.3., que, a sugerencia de Jorge Eduardo Acosta, se iba a elevar a consideración

del Jefe del Estado Mayor General de la Armada de aquel entonces, la posibilidad

de recibir una condecoración por el servicio prestado. Entre los indicados en la

lista se encuentra Miguel Angel García Velasco (ver declaración obrante en legajo

27/124 correspondiente a Ricardo Coquet).-

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150

En el marco de las causas 7694/99 y 18918/03, la defensa técnica de

uno de los hermanos gemelos García Velasco ha procurado deslindar la

responsabilidad de su asistido introduciendo la duda sobre la persona del autor de

los hechos. Básicamente indica que los testigos confunden a sus agresores, pero

no en el sentido que cualquiera podría esperar, sino que puntualiza

específicamente que confunden un mellizo con el otro.-

Y respecto de esto, quiero significar que, la ventaja que pueden tener

los mellizos idénticos al jugar -sin querer o a propósito- con la confusión de su

personalidad, se desvirtúa y pierde su razón de ser cuando en realidad, ambos

participaron y tuvieron actividad o injerencia en un episodio determinado. En este

caso aún cuando los testigos pudieran no señalar con la exactitud deseada cuál de

los dos mellizos lo torturó o lo secuestró, sino simplemente mencionándolo a

través de un apodo -"Dante o "Serra"- no debilita la certeza de la responsabilidad

de MIGUEL ANGEL GARCÍA VELASCO en el hecho investigado, puesto que

pareciera razonable suponer que, si fuera posible dar crédito a los juegos de

gemelos, con sólo argumentar "yo no fui porque estaba en otro destino" sería

suficiente para desmoronar una fuerte convicción sobre su participación en los

hechos. En efecto, tal como ha sido demostrado con los testimonios obrantes más

arriba, tanto uno como otro hermano, aún cuando sus destinos fueran diferentes,

tuvieron injerencia y responsabilidad en la comisión del hecho puesto que

institucionalmente, la actividad de la Armada tenía un solo objetivo, y en ese

sentido, cualquiera que fuera su "destino" lo cierto es que en numerosas

circunstancias, ambos fueron vistos e identificados por personas que

sobrevivieron a su cautiverio y tortura para dar testimonio de su participación.-

Asimismo, aquellos que suministraron y ofrecieron su testimonio

vinculando a Miguel Angel García Velasco, son los siguientes: Mercedes Inés

Carazzo, Ana María Martín (fs. 74 del legajo 31), Lidia Cristina Vieyra (fs. 108

del mismo legajo antes citado); Alberto Eduardo Girondo (fs. 114 del mismo

legajo); Graciela B. Daleo (fs. 131 del mismo legajo).-

Por todo lo expuesto, entiendo que se encuentra suficientemente

probado que existió una estrecha vinculación del imputado con el suceso traído a

estudio, el cual se le hiciera conocer al tiempo de prestar declaración indagatoria,

ya que por sí mismo o con la colaboración de otros compañeros que integraban el

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

151

grupo de tareas 3.3.2 al tiempo en que Dagmar Hagelin fue privada de su libertad

y permanecía en cautiverio en la E.S.M.A., participó del hecho ilícito, razones

éstas por las que deberá responder penalmente por el delito que se le imputa.

Ricardo Jorge Lynch Jones:

Se encuentra acreditado que el 24 de marzo de 1976, el imputado

ostentaba la jerarquía de Capitán de Corbeta y que en enero de 1977 fue destinado

a la Escuela de Guerra Naval, específicamente en la Escuela Aeronaval de Ataque

hasta que en febrero de 1979, fue ascendido a Capitán de Fragata, rango con el

cual permaneció dentro de la fuerza hasta abril de 1984 cuando solicitó y le fue

concedido el retiro voluntario de la fuerza.-

A la luz de los elementos de prueba agregados en las actuaciones,

debe tenerse por acreditada la responsabilidad de Ricardo Jorge Lynch Jones por

su participación en la comisión del hecho detallado al tiempo de recibírsele

declaración indagatoria, de modo que, su descargo en punto a señalar que nunca

estuvo destinado a la E.S.M.A. pierde razón de ser.-

Al mismo tiempo es dable indicar que el testigo Ricardo Héctor

Coquet suministró a la justicia al tiempo de prestar declaración ante la Cámara

Federal, un listado de personas que prestaron servicios para el Grupo de Tareas

3.3., que, a sugerencia de Jorge Eduardo Acosta, se iba a elevar a consideración

del Jefe del Estado Mayor General de la Armada de aquel entonces, la posibilidad

de recibir una condecoración por el servicio prestado. Entre los indicados en la

lista se encuentra Miguel Angel García Velasco (ver declaración obrante en legajo

27/124 correspondiente a Ricardo Coquet).-

En el listado mencionado se observa en el grupo inferior sobre el

margen izquierdo de la hoja en cuarto lugar a "Ricardo Jorge Linch Jones (Hno.

Atómico)".-

En tal sentido, es posible afirmar a esta altura de la investigación que

el imputado no sólo formó parte integrante del Grupo de Tareas 3.3, sino que

además, en función de esa participación el Jefe de dicho Grupo -el procesado

Jorge Eduardo Acosta- habría elevado una consideración para su reconocimiento

al Jefe de la Armada para que reciba una condecoración.-

Por todo lo expuesto, entiendo que se encuentra suficientemente

probado que existió una estrecha vinculación del imputado con el suceso traído a

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152

estudio, el cual se le hiciera conocer al tiempo de prestar declaración indagatoria,

ya que por sí mismo o con la colaboración de otros compañeros que integraban el

grupo de tareas 3.3.2 al tiempo en que Dagmar Hagelin fue privada de su libertad

y permanecía en cautiverio en la E.S.M.A., participó del hecho ilícito, razones

éstas por las que deberá responder penalmente por el delito que se le imputa.

Pablo Eduardo García Velasco:

Ya ha dicho este Tribunal que tiene por probada la permanencia y

participación de Pablo Eduardo García Velasco en el denominado Grupo de

Tareas 3.3/2, en la causa que lleva el número 18.918/03 del registro de este

Juzgado y Secretaría, donde se investiga el hecho que damnifica a Rodolfo Jorge

Walsh y que ha sido elevado al Tribunal Oral Criminal Federal n° 5.

Y, teniendo en cuenta que el operativo de Walsh fue el 25 marzo de

1977 y que, como se dijo, se encuentra acreditado que de él participó Pablo Garcia

Velasco, también podrá vinculárselo con el hecho de Hagelin pues éste se llevó a

cabo contemporáneamente con el de Walsh, a saber, se desarrolló entre el 27 de

enero de 1977 y abril de 1977.

Por estas razones es que su descargo, cuando afirma que desconocía

a Dagmar Hagelin, que negaba su participación en el hecho, y que como lo

acreditaban unos certificados que acompañó, nunca había estado destinado ni en

comisión en la E.S.M.A., se convierte en un mero intento por mejorar su

comprometida situación procesal. Insiste el imputado en que el único testigo que

lo referenciaba con nombre y apellido era Juan Gasparini, pues el resto solo lo

mencionan como García Velasco.

A ello cuadra responder que si así fuera cierto, que como veremos no

lo es, con un testigo me alcanza para tener por acreditada su participación en el

hecho, pues su testimonio no habrá de valorarse aisladamente, sino en conjunto

con el resto de las probanzas aunadas. Y además que, tal como se ha sostenido en

reiteradas oportunidades, es bastante improbable que, teniendo en cuenta la

clandestinidad de las operaciones encaradas en lo que se denominó “lucha contra

la subversión”, surja de modo palmario y evidente que un oficial de la armada

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

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incluya en su foja de servicio una constancia a través de la cual se de cuenta y se

acredite fehacientemente que ha participado de operativos ilegales, con lo cual, no

resulta posible otorgar a dicho certificado la validez probatoria que el imputado

pretende darle a los fines de desvincularlo de su participación en este hecho.-

A propósito de lo que se viene diciendo, habrá de recordarse

entonces la declaración de Martín Tomás Gras, que prestó en esta ciudad de

Buenos Aires el 8 de noviembre de 2004, oportunidad en que señaló que Rodolfo

Walsh fue detenido por integrantes del G.T. 3.3, y que en el operativo había

participado el oficial García Velasco alias “Dante”. Mencionó además, que

cuando el cuerpo de Walsh fue ingresado a la Escuela de Mecánica de la Armada

el testigo se encontraba en el sótano y fue obligado a subir a “capucha” por una

escalera estrecha estando engrillado y esposado. En esa circunstancia es chocado

por quienes se encontraban descendiendo, lo que provocó que se le bajara el

“tabique”. De ese modo pudo ver el cuerpo de un hombre con numerosas heridas

de bala, recibidas como ráfaga en el abdomen. A ese hombre lo identificó como

Rodolfo Walsh. Esas heridas, dijo, parecían recientes. Ese García Velasco con

alias “Dante” le dijo al testigo que había participado en el operativo que terminó

con la muerte de Rodolfo Walsh, pero nunca supo nada relacionado con el destino

que pudo haberse dado al cuerpo. Sabe que en Escuela de Mecánica de la Armada

fueron vistos papeles personales, archivos, una colección del semanario “La CGT

de los Argentinos” y también el último cuento inédito de Rodolfo Walsh “Juan se

iba por el río”. Que los archivos estaban en una oficina de usos múltiples en el

sótano, y un día dejó de verlos, sin saber quien o quiénes se llevaron esos

elementos de allí. (Ver fs. 8454 de la causa Walsh).-

A su vez, obra la declaración testimonial ampliatoria de Graciela

Beatriz Daleo, quien afirmó que fue el grupo del GT 3.3 el que había actuado el

25 de marzo de 1977 en el operativo que culminó con la detención de Walsh, y

supo por boca de otros prisioneros y entre muchas otras cuestiones, especificó que

al represor Pablo García Velasco, “Dante”, lo vio en algunas oportunidades en el

Casino de Oficiales del campo de concentración y supo que tenía un hermano

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mellizo. Que su hermano mellizo sería integrante del SIN, y que “Dante” era

oficial y formaba parte tanto del Sector Inteligencia como de Operaciones, era un

represor que integraba muchos operativos en los que se secuestró a compañeros.

En los primeros meses de 1978 en una fecha que no puede precisar, se decía que

había viajado a España a casarse o a formar pareja con una española.

La participación de Pablo Eduardo García Velasco en este hecho se

ve corroborada además por los dichos de Juan Gaspari o Gasparini, Miguel Angel

Lauletta y Ricardo Coquet. Todos los mencionados permanecieron ilegalmente

detenidos en la Escuela de Mecánica de la Armada hasta que se produjo su

liberación. Particularmente Juan Gaspari o Gasparini ha mencionado que fue

“Dante” el que se llevaba a golpes y a la rastra en numerosas oportunidades a Juan

María Salgado para someterlo a torturas y poder obtener de ese modo la

información necesaria para lograr la captura de Rodolfo Jorge Walsh.

Y además, tal como surge del testimonio de Ana María Martí (ver fs.

8715 vuelta), el mismo día en que fue secuestrada, el 18 de marzo de 1977, fue

trasladada a la Escuela de Mecánica de la Armada por un grupo de personas entre

los cuales reconoció a Alfredo I. Astiz. La trasladaron en un automóvil la hicieron

bajar por una escalera y entrar a una pieza que después conoció como la sala de

torturas n° 13. Una vez en esa pieza, encapuchada, la desnudaron completamente,

la sentaron en un elástico de metal, la pusieron contra la pared, le indicaron que

desde ese momento estaba prohibido decir cómo se llamaba y que cada vez que se

le preguntara quién era debía responder “soy la n° 914". Al quitarle la capucha vio

al teniente Antonio Pernía “...Este salió de la pieza al mismo tiempo que entraba

otro hombre de civil que después supo era el Teniente García Velasco. Este

empezó a pasarle la picana eléctrica por todo el cuerpo al mismo tiempo que la

interrogaba...”. Así, días antes del 25 de marzo de 1977, Pablo E. García Velasco

estaba en la Escuela de Mecánica de la Armada aún cuando del certificado

acompañado, no conste dicha circunstancia.

A su vez, dan también cuenta de su participación en el grupo de

tareas 3.3.2, los dichos de Lidia Cristina Vieyera, quien sostuvo que fue privada

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ilegítimamente de su libertad el día 11 de marzo de 1977, cuando salía del

restaurante "Pipo", ubicado en la calle Montevideo entre Corrientes y Sarmiento,

de Capital Federal, por un grupo de hombres vestidos de civil y armados que la

introdujeron en un automóvil Ford Falcon. Luego fue conducida a la E.S.M.A.,

donde permaneció clandestinamente detenida bajo condiciones inhumanas de vida

y fue torturada. La víctima aseguró que participaron en estos hechos los tenientes

de la Armada Antonio Pernías y Pablo García Velazco y el oficial del Ejército

Julio César Coronel (presentación de fojas 10.050/vta de los autos principales).

Por todo lo expuesto, entiendo que se encuentra suficientemente

probado que existió una estrecha vinculación del imputado con el suceso traído a

estudio, el cual se le hiciera conocer al tiempo de prestar declaración indagatoria,

ya que por sí mismo o con la colaboración de otros compañeros que integraban el

grupo de tareas 3.3.2 al tiempo en que Dagmar Hagelin fue privada de su libertad

y permanecía en cautiverio en la E.S.M.A., participó del hecho ilícito, razones

éstas por las que deberá responder penalmente por el delito que se le imputa.

Carlos Guillermo Suárez Mason

Las pruebas acumuladas me permiten tener por acreditado que Suárez

Mason, integró el Sector Operaciones como personal rotativo en el Grupo de

Tareas 3.3.2 durante el año 1977, más allá de que en su declaración indagatoria se

cierre en afirmar que el día 27 de enero de 1977 revistaba en la Dirección de

Instrucción Naval, División Cursos Externos, ubicado en el Instituto Tecnológico

Buenos Aires (I.T.B.A.) cursando la carrera de ingeniería en sistemas de armas

becado a tal efecto por la Armada y que habiéndose recibido en el I.T.B.A. en

marzo de 1977, se había ido de pase en esa fecha a la Base Naval Puerto Belgrano.

Veamos por qué:

Nilda Noemí Actis Goretta describe de este modo la conformación y

actividad del Grupo de Tareas: Dice que “...los Grupos de Tareas (en adelante

G.T.) que se crean (...) nacen por lo tanto del mando centralizado de las

estructuras naturales de las Fuerzas Armadas y organismos de seguridad, donde

ejército y marina se disputaban la cuota de poder que otorgaba el aparato de

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represión (...) La E.S.M.A. es el mayor asentamiento de la Armada en la Capital

Federal y cuenta con alrededor de 5.000 efectivos. De los cursos dictados allí

para la formación de suboficiales saldrían los “guardias” o “verdes” que

participarían en la represión clandestina (...) Inicialmente el G.T. de la armada

funciona con asiento en el Servicio de Informaciones Navales (S.I.N.) quien

realiza las tareas de inteligencia (...) El grupo operativo estaba formado por

oficiales de Marina, suboficiales, personal de la Prefectura, de la Policía

Federal, del Servicio Penitenciario y oficiales retirados de Marina y Ejército (...

se los podría dividir en fijos y rotativos (...) los “rotativos” eran oficiales de la

Marina en actividad (...) La función principal del grupo operativo era el

secuestro a partir de los datos obtenidos por los oficiales de inteligencia. Con

ellos planificaban detalladamente la operación y distribuían los roles...” (ver

declaración de Actis Goretta de fs. 25 del legajo 62 o 56 “Actis Goretta, Nilda”).-

Otra de las actividades del Sector operativo tenía relación con los

denominados “paseos” “...que consistían en sacar a detenidos en un vehículo a

das vueltas por la ciudad a fin de que señalaran a sus compañeros si

eventualmente los cruzaban por la calle. Para ese efecto formaban una

“columna” con dos o tres automóviles que transportaban, además de dos

detenidos, tres o cuatro operativos cada unos...” (ver declaración de Actis Goretta

del legajo antes citado).-

Da cuenta de la presencia de Suárez Mason en la Escuela de

Mecánica de la Armada, Martín Tomás Gras (ver Legajo 71 Anexo 1) quien lo

incluye también dentro de un grupo de oficiales de la Armada que integraron el

personal rotativo del Grupo de Tareas. A fs. 36 del legajo citado lo señala como

“SUAREZ MASON” o “Hijo de Sam” que era el hijo del general Suárez Mason,

Jefe del I Cuerpo de Ejército y que de allí provenía su apodo. Lo señaló como

operativo.-

En el mismo sentido han prestado declaración las testigos Ana María

Martí, Sara Solarz de Osatinsky y María Alicia Milia de Pirles (ver documento

agregado en el legajo identificado con los números 23, 24 y 31 “Martí Ana María,

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

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Solarz de Osatinsky, Sara y Milia de Pirles” II cuerpo fs.27) al afirmar que

“...Grupo Operativo. Tenía a su cargo ejecutar las acciones necesarias para

secuestrar -o “chupar”, como dicen en su jerga- a los militantes populares. Su

tarea: la caza de hombres. Miembros del Grupo Operativo: (...) Teniente de

Fragata Suárez Mason Hijo de Sam (por ser hijo del Gral. Suárez Mason)...”.-

También puede mencionarse el testimonio de Rosario Evangelina

Quiroga (ver fs. 99 del testimonio obrante en el legajo n° 8 o 96 “Cubas, Lisandro,

Quiroga, Rosario”) en el cual el imputado es señalado como Teniente Suárez

Mason alias “hijo de Sam” miembro rotativo del sector operativo del Grupo de

Tareas 3.3..-

Así pues y a la luz de los testimonios citados es posible concluir que

Carlos Guillermo Suárez Mason participó y formó parte como miembro del

Grupo de Tareas 3.3 con base operativa en la Escuela de Mecánica de la Armada,

como integrante del Sector Operaciones cuya función estaba enderezada a lograr

la aprehensión de quienes el Sector Inteligencia, a través de los datos obtenidos

durante los interrogatorios, señalaban como necesarios. Al mismo tiempo, dicho

sector comandaba acciones denominadas “paseos” tanto en automóvil como a pie,

integradas tanto por personal de las fuerzas armadas como con personas que

estaban secuestradas, para que estos últimos señalaran (“marcaran”) a conocidos o

compañeros suyos.-

En ese orden de ideas las actividades de Carlos Guillermo Suбrez

Mason como miembro del Sector Operaciones del Grupo de Tareas 3.3 se

asociaron a las actividades tendientes a lograr el fin propuesto que se trazara al

tiempo de crearse el Grupo de Tareas.-

En la causa n°13/84 quedó debidamente acreditado que los

Comandantes en Jefe de la Armada, Emilio Eduardo Massera y Armando

Lambruschini, ordenaron un modo de combatir al terrorismo consistente en:

aprehender sospechosos; mantenerlos clandestinamente en cautiverio bajo

condiciones inhumanas de vida; someterlos a tormentos para obtener información

y luego ponerlos a disposición del Poder Ejecutivo Nacional o bien eliminarlos

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físicamente. La “Lucha contra la subversión” se materializó a través del G.T.

3.3/2. Y el hecho que se enrostró al imputado Carlos Guillermo Suárez Mason se

relacionan con su actuación como integrante del Grupo de Tareas 3.3.2. de la

Armada con base operativa en la E.S.M.A., junto con las demás personas aunadas

a esta investigación, y con otras personas que aún no han podido ser identificadas.

Por todo lo expuesto, entiendo que se encuentra suficientemente

probado que existió una estrecha vinculación del imputado con el suceso traído a

estudio, el cual se le hiciera conocer al tiempo de prestar declaración indagatoria,

ya que por sí mismo o con la colaboración de otros compañeros que integraban el

grupo de tareas 3.3.2 al tiempo en que Dagmar Hagelin fue privada de su libertad

y permanecía en cautiverio en la E.S.M.A., participó del hecho ilícito, razones

éstas por las que deberá responder penalmente por el delito que se le imputa.

Roberto Perez Froio:

Pese a la firme negativa del imputado Perez Froio al ofrecer su

descargo, al afirmar que “no pertenecía a ningún grupo de tareas y que nadie lo

había indicado como culpable, ni lo ha mencionado”, sí aclaró que desde marzo de

1976 hasta el comienzo del conflicto con Chile había trabajado en la Cancillería,

donde su función consistía en ser vocero del Canciller, encargándose de armar las

reuniones de prensa del Canciller. Pero omite Pérez Froio dar detalles de qué

funciones realizaba en la Cancillería.

Sin perjuicio de ello, lo cierto es que, se encuentra acreditado que el

imputado Pérez Froio era el Director General de Prensa y Difusión en el

Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la Nación y que su función

concretamente consistía en mejorar la imagen del país en el exterior y conocer la

forma de actuar y procedimiento que seguía la agrupación Montoneros en el

extranjero para vincularse con la prensa de distintos países. Para ello se entrevistó

con diversos detenidos en la Escuela de Mecánica de la Armada, lugar al que

concurrió entre 1977 y 1978. Al mismo tiempo, en Cancillería cumplieron tareas

ordenadas por los aprehensores diversos detenidos ilegales, muchos de los cuales

desarrollaron las mismas -también-, en el exterior (ver testimonios de Beatriz

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Tokar, Graciela García Romero, Marta Remedios Álvarez y Martín Tomás Gras).

Ciertamente, la historia y los hechos nos muestran que en aquel

entonces el desempeño de las Fuerzas Armadas a cargo del Gobierno de la Nación

era fuertemente cuestionado por parte de diversos organismos internacionales e

inclusive por las autoridades y representantes de otros países. Ese cuestionamiento

se relacionaba justamente con las reiteradas denuncias que se efectuaban en el

extranjero, vinculadas con presuntas violaciones a los derechos humanos que

parecieran sufrir cierta parte de la población civil. Además, algunos hechos, como

el que aquí se investiga, esto es la desaparición de la ciudadana sueca Dagmar

Hagelin y el de las religiosas francesas acaecido en diciembre de 1977,

adquirieron trascendencia internacional debido justamente a la nacionalidad de las

víctimas.-

Tan fuertes fueron estas denuncias, que para septiembre de 1979 y

con motivo de una visita por parte de una Comisión de Derechos Humanos, las

instalaciones de la Escuela de Mecánica de la Armada tuvieron que ser

desalojadas y todos sus detenidos trasladados a una casa en el Tigre donde

permanecieron durante un mes. Esa mudanza temporal tuvo como fin demostrar

que las instalaciones visitadas no presentaban detalles que hicieran sospechar de

las actividades que allí se desarrollaban. Sobre el traslado a la isla del Tigre han

prestado declaración Carlos G. Lordkipanidse, Víctor M. Basterra, Thelma J. de

Cabezas entre otros. Incluso se han publicado libros relacionados con la ubicación

de la casa donde permanecieron durante la visita, cuyo nombre es “El silencio”.-

En ese orden de ideas, teniendo en cuenta que por su carácter de

militar y oficial de la Armada Argentina, su función se encontraba articulada con

el resto de las funciones del Grupo de Tareas 3.3.2 para el logro de los fines

propuestos al tiempo de crearlos, puedo afirmar que conocía acabadamente la

existencia de ese grupo de tareas como así también las actividades que éste grupo

desarrollaba. En ese sentido es dable mencionar que el plan tenido en miras al

tiempo de la creación del G.T. 3.3.2 fue adoptado y hecho propio llevando

adelante distintas actividades enderezadas al logro de un único fin. Esas

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160

actividades operaron como los engranajes de un reloj: cada parte desarrollaba su

labor en razón de haber incorporado el plan como propio y, a la vez, observando y

cuidando que sin margen de error se concrete exitosamente.-

De modo que, sí podemos afirmar que era necesaria la función que

Pérez Froio cumplía en el exterior para mejorar la imagen deteriorada de la

Argentina, pues esa necesidad ponía de manifiesto que, una realidad acorde con

las denuncias que se venían efectuando subyacía bajo las disimulaciones,

negativas o reservas de las autoridades nacionales.-

No huelga reiterar aquí que, tal como fuera explicado en el ítem

“Cuestiones Preliminares”, la finalidad tenida en miras al tiempo de crear el grupo

de tareas 3.3, se vinculó con una “necesidad” puesta de manifiesto por el gobierno

de facto. Necesidad que se ocupó de organizar, estructurar e integrar de acuerdo

con el objetivo previamente trazado. Así las cosas, todo el aparato de poder estuvo

direccionado a tal fin y a cada quien le cupo una función distinta pero orientada en

el mismo sentido.-

Pareciera entonces que las personas que formando parte de la

estructura del poder, teniendo la función específica de convencer al extranjero de

que las denuncias recibidas eran completamente infundadas y carentes de sustento,

pero que a la vez conocía claramente el carácter de “detenidos” que estaban en la

Escuela de Mecánica de la Armada -dependencia que no posee entre sus objetivos

servir de alojamiento para detenidos; detenidos que pertenecían a una

determinada agrupación política,}; agrupación que el gobierno al que pertenecía y

que lo había puesto en funciones se había propuesto eliminar, no pudiera tener

responsabilidad alguna relacionada con su detención, con su mantenimiento en esa

condición, o con su conocimiento de que la detención tenía como fin obtener datos

que permitieran detectar otras personas pertenecientes a las mismas agrupaciones

ideológicas y que para pa obtención de esos mismos datos fuera “necesaria” la

aplicación de cualquier método de persuasión.-

Si este fuera un razonamiento acertado debería concluirse entonces

que aquellos a los que puede atribuírsele responsabilidad respecto de estos hechos,

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

161

se reduce a un pequeño grupo a un puñado de agentes de la Marina sin tener en

cuenta que ese puñado fue organizado, formado, apoyado, recibió colaboración y

fue ocultado por otros grupos que conocían sus actividades y libremente las

consensuaban.-

No debe olvidarse que el ocultamiento de las actividades del Grupo

de Tareas 3.3 también se reflejaba en los informes que otros organismos

nacionales suministraban a los jueces que intervenían en acciones de Hábeas

Corpus y a personas que bregaban en busca de una respuesta sobre el paradero de

sus familiares.-

Así pues, la disimulación sobre las actividades para-legales del

gobierno en su lucha contra la subversión, no solo se reflejaban “hacia dentro”

sino también “hacia afuera” mediante el Ministerio de Relaciones Exteriores,

donde Roberto Pérez Froio cumplía funciones en Prensa y Difusión.-

Brinda apoyatura a la postura sustentada la declaración de Beatriz

Elisa Tokar cuya declaración obra a fs. 14.741 de los autos principales, pues a

través de ella ha manifestado haber sido secuestrada el 21 de septiembre de 1977 y

haber estado detenida en la Escuela de Mecánica de la Armada en el sector que

denominaban “Capucha” hasta el mes de mayo de 1978 cuando comenzó a

trabajar en Cancillería prestando servicios en Prensa y Difusión hasta principios

de 1980. Durante el relato y al ser preguntada para que diga quién se encontraba a

cargo del G.T. 3.3 dijo que “...la cabeza más visible era el Capitán Acosta, alias

“El Tigre”, alias “Santiago”. Que en ese momento el Director de la Escuela de

Mecánica de la Armada era CHAMORRO. Que saber que CHAMORRO no iba a

ceder las instalaciones de la E.S.M.A. para que funcionara un centro clandestino

de detención por si solo. Que el Canciller Montes, Ministro de Relaciones

Exteriores y ANAYA, ambos almirantes de la Marina conocían perfectamente la

existencia de un Centro Clandestino en la E.S.M.A. Que los primeros dos meses

en que la dicente trabajaba en la parte de difusión de la CANCILLERÍA, había

dos “verdes”, sentados frente a una mesa, en la puerta de la oficina donde la

declarante prestaba servicios. Que estos guardias anotaban los nombres de las

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162

personas que entraban y salían del lugar. Que el director de Prensa y Difución de

la Cancillería, el Capitán de la Marina Pérez Froio, conocía perfectamente la

situación, pues incluso visitaba el centro de detención de la E.S.M.A.. Que

también trabajaron con la declarante GRACIELA GARCÍA (...) y en el “Centro

Piloto París” había dos mujeres más (...) que este centro dependía de la Marina...

Que el objeto de este centro era cambiar la imagen de la Argentina en el Exterior

ante la inminencia del Mundial de Futbol (...) pero en realidad funcionaba como

un centro operativo para detectar el movimiento político existente en el exterior

del país y (...) controlar el movimiento de los políticos argentinos en el extranjero

y establecer la existencia de focos de ideologías izquierdistas...”. Tanto en el caso

de Beatriz Elisa Tokar como de todos aquellos que en alguna oportunidad

desempeñaron alguna tarea sea dentro de la Escuela de Mecánica de la Armada o

fuera de ella, esas tareas no respondían a las características de un contrato de

trabajo sino a la utilización de las personas como mano de obra esclava. En tal

sentido han declarado Víctor M. Basterra. Daniel Oviedo, Miriam Lewin, Julio

Margari, Miguel Angel Lauletta, Carlos Lordkipanidse, Graciela Daleo entre

otros.-

Del mismo modo Marta Remedios Alvarez fue obligada a trabajar en

la oficina de Prensa de la Cancillería bajo las órdenes del Capitán Pérez Froio

quien conocía su condición de detenida (ver fs. 7235 y 14.111 de los autos

principales) Esas tareas nunca le fueron remuneradas.-

Y Graciela Beatriz García (ver fs. 16.177 de la causa principal)

refirió que “...durante el período que fue sometida al régimen de libertad vigilada

fue obligada a trabajar en Cancillería junto con Elisa Tokar Cristina Vieyra y

Marta Álvarez, siendo que el Secretario de Prensa de nombre Pérez Froio y el

Canciller Oscar Montes tenían conocimiento de su condición...”.-

Cuadra entonces señalar que, los testimonios colectados a lo largo de

la investigación que lleva adelante esta judicatura, me otorgan los fundamentos

necesarios para sostener que, dentro de la Escuela de Mecánica de la Armada

existían personas que se encontraban privadas de su libertad, respecto de los

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

163

cuales sus familiares nada conocían y al intentar obtener información, ésta les era

negada o bien obtenían como respuesta que la víctima no se encontraba detenida a

disposición de ninguna de las fuerzas del país. Sin ir más lejos esto fue lo que

ocurrió con el caso de Hagelin cuando su padre intentó por todos los medios saber

de su paradero.

Y lo cierto es que, conocían sobre su funcionamiento y existencia no

sólo los agentes que formaban parte del G.T. 3.3.2 sino todos aquellos que

pertenecían a la estructura del poder y articulaban su función para el logro de los

fines de aquel.-

Todo ello fue ideado, ordenado, consensuado y conocido por los

oficiales superiores de la Marina entre ellos su Comandante en Jefe Emilio

Eduardo Massera. Partiendo de allí, hacia abajo no resulta posible afirmar que los

inferiores “desconocían”, “ignoraban”, o no “advertían” sobre la situación en la

Escuela de Mecánica de la Armada, máxime en el caso como el presente donde

Pérez Froio se valió de la mano de obra gratuita que le proveían las detenidas a

más que según alguna de ellas manifestara, concurría frecuentemente a la Escuela

de Mecánica de la Armada.-

Todas estas circunstancias reseñadas tornan verosímiles los

testimonios de las víctimas relacionadas con las actividades del G.T. 3.3 cuya

creación y puesta en marcha, como así su control y aporte de personal fue

pergeniado por la superioridad y concretado a través de los distintos aportes de

agentes de la Marina, sea dentro de la misma Fuerza, sea desde organismos

gubernamentales. Admitir una postura contraria, sería admitir sin más que con

excepción del ideólogo y los que materializan el hecho, la responsabilidad se

diluye al punto de no tener en cuenta que han existido aportes sin los cuales el

hecho no hubiera podido cometerse.-

Entiendo que se encuentra suficientemente probado que existió una

estrecha vinculación de Roberto Pérez Froio con el suceso en estudio y que se le

hiciera conocer al tiempo de prestar declaración indagatoria, por cuanto desde su

función en Prensa y Difusión ha aportado un auxilio tan necesario como el de

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164

aquellos que aplicaban la tortura, concurrían al procedimiento o mantenian el

cautiverio sea en las dependencias del casino de oficiales de la Escuela de

Mecánica de la Armada como en el Ministerio de Relaciones Exteriores.-

Por otra parte, cuadra señalar que, los integrantes de la Cámara

Federal al dictar sentencia en la citada causa N° 13/84, “...toda la estructura militar

montada para luchar contra la subversión siguió funcionando normalmente bajo la

dirección de los procesados, sólo cambió la forma de combatir. También integró el

plan aprobado, la garantía de impunidad que recibieron los ejecutores. Se

aseguraba que la ejecución de las acciones se iba a desarrollar sin ninguna

interferencia y en la clandestinidad más absoluta. Para ello, no sólo se utilizaron

los recaudos necesarios para impedir la intervención de los mecanismos usuales de

prevención del delito (ej. área liberada), sino que se adoptó la estrategia de negar

la existencia de los hechos ante todo reclamo de cualquier autoridad o de

familiares de las víctimas, de dar respuestas falsas a los requerimientos de los

jueces, de evitar la publicación por medio de la prensa de las noticias relativas a

desapariciones de personas o hallazgos de cadáveres, de simular investigaciones

para esclarecer los hechos, de instalar importantes centros administrativos para

búsqueda de personas a sabiendas de su inutilidad, de atribuir las desapariciones a

genéricos motivos y enmarcar todo el asunto dentro de una aducida campaña

fomentada por los propios guerrilleros desde el exterior”.-

Debemos tener por probado -al igual que se hizo con la Junta Militar-

que el imputado Roberto Pérez Froio tuvo el dominio de estos hechos porque

formaba parte de la organización que los produjo. Que la cúpula de la Marina

conocía sin lugar a dudas las actividades que se desarrollaban en la Escuela de

Mecánica de la Armada. En tal sentido declaró Juan Alberto Gasparini, en cuya

declaración testimonial del 30 de abril de 1997 (fs. 148 del Legajo de Norma

Esther Arrostito) el testigo relató que estuvo detenido en la Escuela de Mecánica

de la Armada entre enero de 1977 y agosto de 1978 y que “...en una de las

oportunidades vio al Almirante EDUARDO EMILIO MASSERA, quien se

desempeñaba entonces como Comandante en Jefe de la Armada(...) en esa

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

165

oportunidad habló con los distintos prisioneros, siendo presentado ante ellos por

el Capitán de Corbeta JORGE EDUARDO ACOSTA, Jefe del Campo de

Concentración de la ESMA, quien expresó textualmente que ellos actuaban bajo

las órdenes del Comandante en Jefe de la Marina...”.-

Marta Remedios Alvarez también declaró en este Tribunal que la

Escuela de Mecánica de la Armada recibía la visita frecuente de altos oficiales de

la marina tales como Carpintero, Massera, Torti, Vañek y otros, entre ellos, el

Ministro de Relaciones Exteriores Oscar A. Montes (fs. 14.111 de la causa

principal).-

Prueba de las conclusiones vertidas anteriormente lo constituye lo

ocurrido con el caso que involucra la desaparición de Norma Esther Arrostito.

Este caso en particular da muestras acabadas de que las Fuerzas Armadas no sólo

tenían hegemonía de poder, sino que controlaban los medios informativos con el

fin de desorientar respecto de la información sobre aquellos considerados

subversivos. Surge de una copia de un artículo publicado en el matutino “Clarin”

de fecha 4 de diciembre de 1976 (ver fs. 24 del Legajo 31 “Arrostito, Norma

Esther”) que Norma Esther Arrostito fue abatida en un tiroteo. “...Como

consecuencia del mismo fue abatida la delincuente subversiva Norma Esther

Arrostito (alias “Gaby”), quien era una de las fundadoras y cabecillas de la

organización declarada ilegal en 1975". Del mismo modo lo informó el diario

“La Opinión” (ver fs. 28 del legajo referido) “...En un procedimiento realizado

por las fuerzas de seguridad en Lomas de Zamora al cabo de una eficaz labor de

inteligencia, fue abatida durante la noche del jueves Norma Esther Arrostito, una

de las fundadoras y cabecilla de la organización subversiva ilegalizada el año

pasado y del comando que secuestró y asesinó en 1970 al ex presidente, Teniente

General Pedro Eugenio Aramburu...”. No obstante la información publicada por

distintos diarios del país que daban cuenta de la muerte de Norma Arrostito,

muchos sobrevivientes de la Escuela de Mecánica de la Armada testificaron

haberla visto con vida en ese centro de detención por lo menos hasta inicios del

año 1978.-

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166

Así por ejemplo, Graciela Beatriz Daleo, que fue secuestrada en

octubre de 1977, pudo ver en la Escuela de Mecánica de la Armada a Norma

Arrostito, tiempo después de la fecha en que fue publicada su muerte en los

medios periodísticos. Relató Graciela Daleo que Massera estuvo en la E.S.M.A. a

fines de diciembre de 1977 y fue a verla a Norma Arrostito “...que hacía más de

un año que estaba secuestrada allí. Que el grupo de tareas realizó una maniobra

de prensa, diciendo que la habían matado al momento de su secuestro en

diciembre de 1976. Con esto quiere significar que MASSERA para ir a ver a

Arrostito, tenía que atravesar toda LA CAPUCHA, por lo que indiscutiblemente

vio a los cientos de prisioneros que allí estaban...”( Ver declaración de Graciela

Daleo en el legajo antes citado).

También María Alicia Milia de Pirles ofreció ante la CONADEP su

testimonio explicando que el 2 de diciembre de 1976, Norma Arrostito fue

capturada viva en Capital Federal por un grupo operativo de la E.S.M.A. y que al

día siguiente apareció en la prensa que Arrostito había sido abatida en la zona sur

del Gran Buenos Aires. Que el Teniente Pernía preparó la parodia en el “lugar de

la muerte” derramando en la calle un frasco con sangre del mismo grupo y factor

que Norma Arrostito “...Mientras la noticia de su muerte gana la calle, Norma E.

Arrostito es torturada en el sótano de la E.S.M.A....” (ver fs. 184 legajo citado).

En el mismo sentido brindaron su testimonio Jorge Pomponi, (fs. 186), Nilda

Haydeé Orazi (fs. 188), Pilar Calveiro (fs. 192), Alberto Girondo (fs. 196) entre

otros.-

Del testimonio de Martín Gras ante la CONADEP que luce del legajo

n° 71, particularmente de las fojas 1/59, se desprende que habiendo sido

secuestrado el nombrado el día 14/1/77 en oportunidad de una entrevista con un

amigo y compañero, Pablo González Langarica (secuestrado 4 días antes). En ese

momento lo detienen a él y a su acompañante, Fernando Perera. Fernando Perera,

a quien le fracturaron el cráneo al ser detenido, falleció víctima de las torturas a

que fue sometido pese a su grave estado de salud. Que en su secuestro participó

como Jefe del Operativo el Tte. Juan Carlos Rolón y fue conducido a la ESMA.

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167

Dijo además, que en marzo de 1977 lo comienzan a llevar al sótano a trabajar

junto a otros detenidos en tareas de seguimiento periodístico, archivos, etc.. El

empleo de detenidos en esas tareas surge como resultado de las contradicciones

entre el SIN y el GT, especialmente con el Cap. Acosta. Por ello el GT prescindía

del SIN para inteligencia y realizaba su propia labor. Hasta mayo de ese año el

trabajo de los detenidos en esas tareas era discontinuo. A partir de estas tareas

comienzan a visitar la ESMA altos mandos militares que cumplían con cargos

políticos tales como: el capitán Allara, el capitán Pérez Froio, el capitán Bilardo y

un experto en derechos humanos de la Cancillería, el Embajador Arlía. De allí las

relaciones con el Ministerio de Relaciones Exteriores, donde algunos oficiales de

la ESMA pasaron a cumplir funciones y el auspicio para la creación del Centro

Piloto París. Téngase en cuenta que la nombrada víctima manifestó que el

encargado de este centro era el Cap. Bilardo, siguiendo como objetivo la

realización de “propaganda blanca” para Argentina en el extranjero. Las tareas

clandestinas en el Centro estaban a cargo del Cap. Perrén, destinado en París,

quien luego sería reemplazado por el Tte. Pernía y el Tte. Yon. Sus tareas eran de

contrainteligencia e infiltración y además se intentó secuestrar en Madrid a ex

diputado nacional Armando Croatto y se falló en atentar contra la vida del ex

diputado provincial Jaime Dri en Roma. Todas las actividades, legales o ilegales,

del Centro eran conocidas por el Embajador Argentino en París, Tomás

Anchorena. El enlace del embajador con el GT era la agregada Elena Holmberg

Lanusse. Este conocimiento de las tareas y una supuesta traición serían las razones

por las cuales Holmberg fue secuestrada y asesinada en Buenos Aires por personal

de la ESMA. Destaca que el GT amplió considerablemente su área de influencia

hacia Paraguay y Uruguay. Tal es el caso del declarante que a fines de 1977 fue

trasladado a Montevideo con motivo de una política de intercambio de prisioneros

políticos realizada entre las Armadas de ambos países. Para esa misma época

Massera adjudica al GT el rol de fuerza de choque en la disputa violenta del poder

interno desatada en la cúpula militar. Esa puja no favorece a Massera y pasa a

retiro inmediatamente. Acosta comprende que los integrantes del GT también

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168

serán trasladados o subordinados al SIN, por lo que trata de lograr destinos

diplomáticos para sus hombres. En ese contexto el Centro Piloto es trasladado a

Madrid a comienzos de 1978. Sobre tales bases Acosta desarrolla una intensa

actividad con cobertura diplomática. En la reestructuración que se da en la

Armada a raíz de la pugna, Acosta comienza a utilizar a los prisioneros para sus

propios fines de inteligencia, sin garantizar la libertad ni la supervivencia, sino la

prolongación de la vida. Así se forman dos grupos de prisioneros que no

corresponden a los que son trasladados inmediatamente una vez detenidos y

torturados. Uno de esos grupos, el más antiguo y estable, es el que el propio

Acosta denomina “grupo de recuperación”. Ya a mediados de 1978 y previsto el

retiro de Massera se vislumbra el desmembramiento del GT de la ESMA. Por ello

Acosta y los demás oficiales deciden considerar a los detenidos colaboradores

como “recuperados” y se plantean una política de libertad gradual. Los

pertenecientes a uno de esos grupos son puestos en libertad en Argentina y bajo

control. Los pertenecientes al segundo grupo, donde estaba incluida la víctima,

empieza a ser liberada en forma escalonada con destino en países de América y

Europa. Este proceso se extendió desde finales de 1978 hasta mediados de 1979.

Por todo lo expuesto, entiendo que se encuentra suficientemente

probado que existió una estrecha vinculación del imputado Perez Froio con el

suceso en estudio, el cual se le hiciera conocer al tiempo de prestar declaración

indagatoria, por cuanto desde su función como Director de Prensa y Difusión de la

Cancillería, al tiempo en que Dagmar Hagelin fue privada de su libertad y

permanecía en cautiverio en la E.S.M.A., ha aportado un auxilio tan necesario

como el de aquellos que aplicaban la tortura, concurrían al procedimiento o

mantenían el cautiverio sea en las dependencias del casino de oficiales de la

Escuela de Mecánica de la Armada como en el Ministerio de Relaciones

Exteriores, razones éstas por las que deberá responder penalmente por el delito

que se le imputa.-

Ernesto Frimón Weber:

Se encuentra acreditada en autos la participación de Ernesto Frimón

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

169

Weber como integrante del Grupo de Tareas 3.3/2 con base operativa en la

Escuela de Mecánica de la Armada, desde sus orígenes hasta inicios del año 1979

integrando el Sector Operaciones. También se encuentra comprobado que formó

parte de operativos y que habría colaborado con el Sector Inteligencia reparando

el elemento que los ayudaba a obtener información (“picana”); ello conforme los

testimonios que seguidamente se expondrán:

Julio Alfredo Margari fue privado de su libertad el 17 de noviembre

de 1977 cuando salía de su domicilio en la localidad de Florida, Pcia, de Buenos

Aires por parte de un grupo de personas armadas (Legajo n° 34 de Margari, Julio).

En su relato explicó que pudo reconocer a uno de su captores como un agente de

la Policía Federal Argentina de apellido Weber quien recibía el apodo de “220".

Fue torturado en la Escuela de Mecánica de la Armada y sometido a condiciones

inhumanas de vida; fue obligado a realizar tareas no remuneradas al servicio de

sus captores en el sector imprenta y mantenimiento hasta que fue liberado, lo que

ocurrió en el mes de mayo de 1979.-

En el mismo sentido, es decir, afirmando que Ernesto F. Weber

formó parte del Grupo de Tareas 3.3.2, se ha pronunciado Beatriz Elisa Tokar

cuya declaración se encuentra agregada en los autos principales. Ella fue privada

de su libertad el 21 de septiembre de 1977 en un operativo comandado por el

Teniente Astiz, realizado en Olivos, Provincia de Buenos Aires. Luego de ser

reducida a golpes de puño fue obligada a ingresar a un automóvil y conducida a

un lugar que posteriormente supo que se trataba de la Escuela de Mecánica de la

Armada. La alojaron en una sala contigua con la número 13 donde la golpearon e

interrogaron y entre las personas que estaban allí pudo reconocer a Ernesto

Weber. Con el tiempo, se la obligó a realizar tareas en la Secretaría de Prensa y

Difusión y finalmente fue liberada a fines de 1980.-

Carlos Alberto García fue privado de su libertad por varias personas

armadas y vestidas de civil el 21 de octubre de 1977 en Carapachay cuando salía

de su domicilio. Fue fuertemente golpeado al intentar huir. Fue llevado a la

Escuela de Mecánica de la Armada donde fue recibido a golpes por un suboficial

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170

de apellido Cardo luego de lo cual lo derivaron a la sala de tortura que se la

sindicaba con el número 13, donde fue interrogado mediante la aplicación de

pasajes de corriente eléctrica. Esta sesión se realizó con la presencia de quienes

después reconoció como Héctor Febrés, Ernesto F. Weber, Alfredo Astiz,

Antonio Pernías, Raúl Scheller y algunos miembros del S.I.N. ( ver fs. 8961 y

7778).-

Además de la lectura del testimonio brindado por Rosario Evangelina

Quiroga obrante en el Legajo de Documentación Causa ANTOKOLETZ, Daniel

(ver fs. 84) surge que “...No sólo los oficiales de inteligencia torturaron en la

E.S.M.A. Todos los miembros operativos fijos del G.T. y los encargados de

logística, lo hicieron y algunos de ellos en forma frecuente, como (...) el

Comisario Boero “220" (según decía él mismo y otros oficiales, fue el introductor

de la “picana” en la E.S.M.A.).

También Amalia María Larralde, quien se encontró privada de su

libertad en la E.S.M.A. el período de tiempo comprendido entre 15 de agosto de

1978 a abril de 1979 en su deposición de fs. 12.107/12.164 obrante en los autos

principales, aludió a Ernesto Frimón Weber, como una de las personas que la

mantuvo en cautiverio en dicho centro de detención clandestino. Relató que uno

de los que la secuestró era un Oficial Instructor de la Policía Federal Argentina

que apodaban “220", dado que este había instruido a personal del G.T.3.3/2 sobre

cómo atormentar utilizando corriente eléctrica. Esa persona respondía al nombre

legal de “Wheber” o “Boero”.

En el mismo sentido, y respecto de la identificación de Ernesto

Frimón Weber con el apodo “220" brindó su testimonio Marta Remedios Alvarez

a fs. 14.111 de la causa 14.217/03, la cual fue secuestrada por personal del G.T.

3.3/2 el 26 de junio de 1976 en horas de la madrugada. Dijo que fue llevada a un

lugar que luego identificó como la Escuela de Mecánica de la Armada. En ese

lugar escuchó música a muy alto volumen y pudo darse cuenta que había otras

personas. La esposaron con las manos en la espalda a una columna. La dejaron en

esa posición hasta la tarde. Luego la desnudaron y fue atada al elástico de una

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171

cama por Francis Whamond, Antonio Pernía, Juan Carlos Linarez y Wheber

“220" .Permaneció secuestrada en la E.S.M.A. hasta que se le permitieron salidas

en agosto o septiembre de 1978 pero estuvo en condiciones de libertad vigilada

hasta 1983. Indicó que la última vez que durmió en la E.S.M.A. fue en junio de

1979.

Norma Susana Burgos cuyas declaraciones obran a fs. 12.166 y

14.698 de los autos principales, manifestó que había una persona que arreglaba la

picana al que Acosta lo llamaba “220". Por los dichos de los otros testigos, es

posible concluir que Norma Susana Burgos, se refiere en este caso a Ernesto F.

Weber.

Quien también lo incluye como integrante del Grupo de Tareas 3.3/2

es Miguel Angel Lauletta en su declaración obrante a fs. 11.738 de la causa

principal, señalándolo como personal de la Policía Federal Argentina con la

jerarquía de Subcomisario.

Además, a fojas 4 del Legajo identificado con el número 7

correspondiente a Alejandro Hugo López, obra la declaración que éste prestara

ante la CONADEP el 6 de febrero de 1984. En dicha exposición relató que en el

mes de mayo de 1976 fue incorporado al Servicio Militar destinado en la Escuela

de Mecánica de la Armada. Dijo que en el lugar se hacían cachiporras, redes para

granadas y se construyó lo que se llamaba una “parrilla” que consistía en una

batea de acero con un tubo para introducir gasoil donde se ponían cuerpos para

incinerarlos. Esa actividad se llevaba a cabo en el Campo de Deportes. Dijo que

también se armó una camioneta térmica que pasó a ser lo que denominaban

“Swat”, la que adentro llevaba dos camastros con correas y tenían un equipo de

picanas eléctricas, dos criquets para fijar la parte trasera en el piso y evitar que la

camioneta se moviera cuando se accionaba la picana. Que también se construyó

una camilla aislada en burletes de goma para tortura, que era usada por un sujeto

al que llamaban “220" que se comentaba que era de la Policía Federal Argentina.

También relató este sobreviviente que fue el propio “220" quien le comentó que a

Sergio Tarnopolsky le habían colocado un chaleco anti-balas confeccionado en la

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172

E.S.M.A. con el objeto de probar su efectividad, disparándole.

De modo que, los testimonios anteriormente relatados me conducen a

sostener que Ernesto Frimón Weber estaba emparentado con la picana eléctrica

no solo porque la empleaba con habitualidad con los detenidos sino también

porque se encargaba de su reparación; de allí su apodo “220” que claro está, se

relaciona con el voltaje de la corriente eléctrica: “220".

Resta señalar que, por otro lado su silencio al tiempo de prestar

declaración indagatoria, en modo alguno logra enervar el peso del plexo

probatorio incorporado en autos.

Por todo lo expuesto, entiendo que se encuentra suficientemente

probado que existió una estrecha vinculación del imputado con el suceso traído a

estudio, el cual se le hiciera conocer al tiempo de prestar declaración indagatoria,

ya que por sí mismo o con la colaboración de otros compañeros que integraban el

grupo de tareas 3.3.2 al tiempo en que Dagmar Hagelin fue privada de su libertad

y permanecía en cautiverio en la E.S.M.A., participó del hecho ilícito, razones

éstas por las que deberá responder penalmente por el delito que se le imputa.

Julio Antonio Torti:

Se tiene por acreditado en autos, con los alcances que requiere esta

etapa, que el encausado Julio Antonio Torti, se desempeñó en el año 1977, como

Jefe del Estado Mayor Conjunto. Asimismo, desde el 19 de diciembre de 1977

hasta el 21 de septiembre de 1978 fue Jefe de Operaciones del Estado Mayor

General de la Armada y Comandante de la Fuerza de Tareas 3. Desde esa fecha

hasta el 5 de febrero de 1980, fue Comandante de Operaciones Navales, pasando

con posterioridad a situación de retiro.

Encuentro acertado transcribir aquí lo sostenido por el superior en

oportunidad de pronunciarse el 19 de julio de 2007 al confirmar la resolución de

esta judicatura, a saber: “Tal como se indicara al tratar la situación de Oscar

Montes (…) encuentra el Tribunal que se halla suficientemente acreditado que

Julio Antonio Torti, atento los cargos que desempeñó y su ubicación en la cadena

de mandos de la Armada, “…coadyuvó a la ejecución de las órdenes ilegales

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impartidas por los entonces Comandantes en Jefe de la Armada en cuanto al

modo de combatir el terrorismo, detentando el dominio de los hechos en al menos

uno de los ámbitos de configuración -decisión o ejecución-, fundamento de su

responsabilidad (conf. Günther Jakobs, op. cit.)”.

Expuesto ello y a poco analizar el descargo ofrecido por Torti, debo

decir que ha sido falaz al afirmar que más allá de los cargos que fue ostentando -

los que describió de manera puntillosa-, nunca se había ocupado de la guerra

antisubversiva, pues ésta nunca había sido su responsabilidad. También dijo que

desconocía a la víctima como así también a las circunstancias relacionadas con el

caso y que desconocía la veracidad de lo ocurrido. Lo cierto es que del testimonio

de Rosario Evangelina Quiroga obrante a fs. 47 y 103 del legajo n° 96, que corre

por cuerda, surge que entre los altos mandos que visitaron el predio de la

E.S.M.A., se encontraba el almirante Torti. De modo que, no entiendo cómo una

persona que visita el centro clandestino de detención al que eran conducidas las

personas que eran secuestradas justamente para combatir la llamada “guerra

contra la subversión”, pueda livianamente sostener que no se había ocupado de la

guerra antisubversiva y expresar que desconocía lo que ocurría.

Por todo lo expuesto, entiendo que se encuentra suficientemente

probado que existió una estrecha vinculación del imputado con el suceso traído a

estudio, el cual se le hiciera conocer al tiempo de prestar declaración indagatoria,

ya que al tiempo en que Dagmar Hagelin fue privada de su libertad y permanecía

en cautiverio en la E.S.M.A. se desempeñó como Jefe del Estado Mayor Conjunto

por lo que puede afirmarse que también del hecho ilícito, razones éstas por las que

deberá responder penalmente por el delito que se le imputa.

Rogelio José Martínez Pizarro:

Si bien negó al momento de prestar declaración indagatoria su

participación en el hecho, aclarando que se presentó de pase al Departamento

Sanidad de la E.S.M.A. el día 10 de enero de 1977 y no al grupo de tareas al que

nunca perteneció, y que comenzó su tarea efectiva en ese Departamento en febrero

de 1977 cuando se inició el ciclo lectivo de la escuela, lo cierto es que habrá de

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174

recordarse que, conforme se tuvo ya por acreditado en el marco de las actuaciones

principales, Martínez Pizarro fue médico hasta el 31 de diciembre de 1977, fecha

en que fue promovido a Teniente de Navío, integrante del G.T.3.3.2; a cargo del

Consultorio n° 3 de la E.S.M.A, desempeñándose hasta 1978 en todas las áreas del

Grupo en cuestión.-

Expuesto ello, señálese que conforme los testimonios brindados por

los sobrevivientes que tuvieron contacto con Dagmar Hagelin en la E.S.M.A. y

que ya se valoraran, se encuentra comprobado que ella fue atendida en la Escuela

de Mecánica de la Armada por personal médico que le curó las heridas causadas

por el disparo que le efectuó Astiz.

La permanencia de Martínez Pizarro en la E.S.M.A. se encuentra

acreditada, por lo que es dable concluir que seguramente atendió a la víctima en

autos durante su cautiverio en la E.S.M.A. Veamos.

Cuadra señalar que la presencia de personal médico en la Escuela de

Mecánica de la Armada recibían como denominación especial el apodo de

“Tomy”. Este apodo era común a todos aquellos que ejercían la especialidad, de

igual modo que como los suboficiales encargados de las llaves de las esposas eran

denominados “Pedros” o los guardias eran llamados “Verdes”.-

Su presencia en la Escuela de Mecánica de la Armada se articulaba

con la función específica relacionada con la función y el objetivo delineado al

Grupo de Tareas 3.3 al tiempo de crearlo. Es decir, su especialidad y en

consecuencia su presencia allí encuentra su razón de ser en que el servicio de sus

conocimientos específicos debía ser puesto al servicio de la finalidad perseguida

por el Grupo de Tareas.-

Tal como ha sido desarrollado en el capítulo “Cuestiones

Preliminares” el Grupo de Tareas albergaba el objetivo de remover algunos

elementos considerados indeseables o perjudiciales a la sociedad. Y para lograrlo

era necesario conocer el funcionamiento de las agrupaciones, sus recursos

humanos y financieros, su armamento, lugares de residencia, etcétera para poder

así avanzar contra ellos y conseguir su objetivo.-

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175

El modo de obtener ese resultado se asoció con la aplicación

sistemática de actividades ilegales entre las que pueden mencionarse la privación

ilegal de la libertad, la tortura y el encierro en condiciones inhumanas de vida con

el fin de que las víctimas proporcionen los datos necesarios para poder

desarticular la organización y capturar a todos sus integrantes.-

Los médicos en esta actividad cumplían la función de vigilancia

durante la tortura puesto que eran los que “controlaban” que el estado de salud del

sometido pudiera resistir exitosamente los choques de corriente eléctrica sin que

un paro cardíaco pudiera poner en peligro el éxito de la misión.

Al mismo tiempo se encargaban de aquellos que eran heridos al

tiempo de ser capturados para establecer la gravedad de la lesión y decidir si era

necesario algún procedimiento médico que conservara con vida al herido.-

Y esto es justamente lo que le sucedió a Hagelin. Como se dijo, debió

ser necesariamente asistida por las heridas que presentaba cuando fue conducida a

la E.S.M.A.

Y teniendo en cuenta que en la época en que ella estuvo allí detenida,

también Martinez Pizarro frecuentaba el centro de detención en su calidad de

médico, es fácil concluir que seguramente atendió en sus dolencias a Hagelin.

Los testimonios que permiten temporalmente ubicarlo como médico

en la E.S.M.A. son los de los siguientes sobrevivientes Miriam Lewin, Marcela

Liliana Pellegrino, Víctor M. Basterra, Carlos Lordkipanidse, Rosario Evangelina

Quiroga, Alberto Girondo, Lisandro R. Cubas, Nilda Actis Goretta, Ana María

Martí, Sara Solarz de Osatinsky, María Alicia Milia de Pirles, Martín Tomás Gras,

Graciela Daleo, Graciela García, Marta Remedios Alvarez, entre otros.-

Aclárese que, respecto de la identidad del imputado, Rosario

Evangelina Quiroga (ver en legajo 8 o 96) lo señaló como Dermatólogo del

Hospital Naval nacido en Córdoba; que había estudiado en la Universidad

Católica y que en ese entonces tenía una edad de 35 años. Dijo incluso que su

primer apellido sería Martínez.-

También y si bien el niega su participación como integrante del grupo

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176

de tareas 3.3.2, fue sindicado en ese sentido, como uno de los profesionales que

participara de la atención del parto de María del Carmen Moyano de Poblete, por

Sara Solarz de Osatinzky (ver fs. 12.300/22). La víctima Moyano de Poblete había

permanecido secuestrada en el centro denominado “La Perla” y ya se encontraba

embarazada por lo que fue trasladada por un plazo de un mes aproximadamente a

la Escuela de Mecánica de la Armada donde permaneció encapuchada, con

grilletes en los pies y tirada en el suelo sobre una colchoneta luego de lo cual la

colocaron junto con Ana Castro en la que conocían como la habitación de las

embarazadas. En junio de 1977 comenzaron sus primeras contracciones, por lo

que fue llevada al subsuelo del Casino de oficiales donde dio a luz a una niña. El

parto se desarrolló con la presencia del Dr. Magnacco y del Dr. Martínez. -

La misma Sara Solarz de Osatinsky puso de manifiesto que durante la

sesión de tortura a la que fue sometida a pasajes de corriente eléctrica fue revisada

por un médico al que llamaban “Tomy” quien concluyó en que la víctima se

hallaba en condiciones de seguir siendo torturada.-

A su vez, Andrés Ramón Castillo, privado de su libertad el 19 de

mayo de 1977 mientras se encontraba transitando por la Av. Vernet entre

Senillosa y Av. La Plata en esta ciudad de Buenos Aires, da cuenta que el

operativo por medio del cual fue secuestrado, según supo con el tiempo, estuvo a

cargo de un grupo de hombres vestidos de civil, fuertemente armados que lo

golpearon y lo introdujeron en una ambulancia lo encapucharon y lo

inmovilizaron con esposas y grilletes. Según supo con el tiempo, este grupo estaba

compuesto por el Capitán de Corbeta Paso o Parra alias “León”, un sargento de

Policía Federal Argentina y “Tommy” médico naval.-

Susana Beatriz Pegoraro fue privada ilegalmente de su libertad el 18

de junio de 1977 cuando se encontraba embarazada, en un operativo ordenado,

comandado, dirigido y llevado a cabo por fuerzas del Primer Cuerpo de Ejército.

Susana Beatriz Pegoraro fue trasladada a la Escuela de Mecánica de la Armada

donde se la sometió a condiciones inhumanas de vida y alojamiento y dio a luz

una niña. Ana María Martí, y Sara Solarz de Osatinsky mencionaron que el Dr.

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Martínez médico dermatólogo del Hospital Naval la asistió en el parto en el cuarto

de las embarazadas (ver fs. 12.300/22 7 118/9 Legajo “Luca de Pegoraro,

Incoencia s/ denuncia”). Susana B. Pegoraro permanece desaparecida.-

Con los elementos de convicción antes reseñados entiendo que se

cuentan con elementos suficientes como para tener por acreditado con el grado de

certeza requerido en esta etapa procesal, que Rogelio José Martínez Pizarro, ha

colaborado y formado parte del Grupo de Tareas 3.3 con base operativa en la

Escuela de Mecánica de la Armada teniendo en cuenta su especialidad profesional

la cual fue puesta al servicio de aquella agrupación con el objeto de que pudieran

concretarse los objetivos trazados para el cumplimiento del fin.-

Las declaraciones de los testigos mencionados más arriba son

contestes en indicar que era médico, cuál era su especialidad y hasta indicaron

cuál era su apellido. Demuestran además que ha participado y ha actuado en el

hecho cuya descripción se la ha ofrecido al tiempo de invitárselo a prestar

declaración indagatoria

Así las cosas, se ha de tener como debidamente acreditado que

Rogelio J. Martínez Pizarro en su calidad de médico e integrante del Grupo de

Tareas 3.3/2, el cual dependía del Comandante de la Fuerza de Tareas 3, se

encontraba cumpliendo funciones en la Escuela de Mecánica de la Armada

durante el período en que las víctima fue privada de su libertad sin orden legítima,

mantenida clandestinamente en cautiverio y sometida a condiciones inhumanas de

vida.-

Antonio Pernías:

De acuerdo a lo especificado al tratar el punto relacionado con la

conformación y funcionamiento del Grupo de Tareas 3.3/2 con base operativa en

la Escuela de Mecánica de la Armada, se encuentra probado que Antonio Pernías

tomó parte, como integrante, de aquel grupo, cuyo único fin tenido en miras al ser

creado, se enderezó a la persecución y eliminación de los elementos terroristas que

ya desde la década del ‘60 venían conformándose en agrupaciones más o menos

organizadas, a través de las cuales ejercían acciones delictivas tendientes a lograr

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178

sus propios fines no sólo en cuanto a sus objetivos, sino también en cuanto a su

subsistencia.

Sin embargo, y tal como fuera dicho en la causa 13/84, la necesidad

de reacción del Estado ante la situación imperante no era justificativo de la

utilización de cualquier recurso al margen de la ley, cuando, en definitiva, se

poseían los instrumentos legales necesarios como para combatir a la subversión

dentro de los márgenes legales.

De modo que, en el sentido que se viene exponiendo y por los

elementos de prueba que a continuación se destacarán, se encuentra acreditado

que Antonio Pernías entre los años 1977 y 1978, fue integrante del Grupo de

Tareas 3.3.2, con base operativa en la E.S.M.A, y cumplía funciones en el Sector

Inteligencia.

Y no solo ello, pues también se tiene por acreditado que tenía

perfecto conocimiento de que Hagelin se encontraba privada de su libertad y que

estaba siendo mantenida en cautiverio en la E.S.M.A.

Así, conforme los testimonios brindados por los sobrevivientes, el

Sector Inteligencia tenía la función de ubicar y señalar los "blancos" es decir, los

futuras personas que serían secuestradas, gracias a la información obtenida

durante las sesiones de tortura. Los oficiales de Inteligencia tenían a su cargo a los

prisioneros a lo largo del tiempo que permanecían en la E.S.M.A. y eran además

los responsables de los interrogatorios, asimismo intervenían en la decisión de los

"traslados" y en las operaciones de secuestro a cuyo comando estaban algunas

veces.-

Ello me conduce a sostener que su ensayo defensista en punto a que

no recordaba específicamente haber estado en el grupo de tareas 3.3.2 en enero de

1977 se desvanece a poco andar.

Veamos:

Numerosos testimonios dan cuenta que lo que su integración al grupo

de tareas 3.3.2 durante los años 77 y 78. Así, Rosario Evangelina Quiroga declaró

haber visto en la Escuela de Mecánica de la Armada a Antonio Pernías (ver fs. 60

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del legajo de documentación de Antokoletz, Daniel). Y en el mismo sentido se

pronunció Lisandro Raúl Cubas a fs. 19 del mismo legajo de documentación antes

referenciado, quien fue secuestrado el 20 de octubre de 1976.

Es dable mencionar además el testimonio de Miguel Angel Lauletta

quien prestó declaración testimonial a fs. 11.738 de la causa principal (14.217/03)

y señaló haber sido secuestrado el 14 de octubre de 1976 a las 09:30 horas en el

departamento ubicado en México y Yapeyú de Capital Federal. Participaron del

secuestro cinco personas de civil fuertemente armadas que se llamaban entre sí

por sus apodos. Después de esposarlo con las manos a la espalda lo arrojaron

sobre la cama del departamento y comenzaron a golpearlo y a hacerle preguntas.

Lo subieron a un automóvil Ford Falcon y lo llevaron a la Escuela de Mecánica de

la Armada. En un momento del viaje alguien dijo "Selenio vuelvo a casa con dos

paquetes". El testigo además dijo que le quitaron todas sus pertenencias que

colocaron en una bolsa con su nombre y anotaron en una planilla. Se le adjudicó

un número, el 537, que no debía olvidar. Manifestó el testigo que ese mismo día

fueron detenidos la esposa de Da Costa en su trabajo, Laura Tacca de Ahumada.

Dijo además haber visto en la E.S.M.A. otros presos se encontraban en la Escuela

con anterioridad al 14 de octubre de 1976. En esa condición estaban: Marta

Alvarez, Alfredo Burzalino (Bussalino), la "conejo" Inés (María Inés Cobo),

Enrique Tapia, Alejandro Calabria, "Cassius" cuyo apodo obedecía a su parecido

con el boxeador y cuyo nombre legal era Daniel Fernández -conforme la

declaración de Marta Alvarez- y Roberto Ahumada entre otros. Indicó además a

otras personas que fueron secuestrados con posterioridad al 14 de octubre de

1976: Graciela García, Maria Isabel Murgier, Carlos Caprioli, Raúl Lisandro

Cubas, Ana Dvatman, Marta Bazán de Levenson, Mercedes Carazzo, la suegra de

Marta Bazán), Hugo Luis Onofri, Irene Bergman, Pablo Gazzarri, Norma

Arrostito, Silvina Labayrú, Marcelo Kurlat, Federico Ibáñez, Marcelo Cerviño,

Lisandro Raúl Cubas y otros más. También manifestó haber visto en la E.S.M.A.

al Capitán de Corbeta Perren alias "Puma", al Capitán de Corbeta Paso alias

"León", al Teniente de Navío Pernías alias "Rata" o "Trueno", al Teniente de

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180

Corbeta Rioja alias "Fibra", al Teniente de Fragata Alfredo Astiz alias "Rubio" o

"Cuervo" y al Teniente de Fragata Jorge Radizzi alias "Ruger", por mencionar

algunos.

En igual sentido se pronunció Marta Remedios Álvarez, quien fue

secuestrada el día 26 de julio de 1976 junto con su pareja Adolfo Kilmann y con

Javier Otero y su mujer, "Rita" del interior de la casa ubicada en General Paz y

Víctor Hugo, Vicente López, a la cual accedieron por la ventana por parte de

varias personas vestidas de civil. Entre las personas que la secuestraron se

encontraba a quien pudo identificar posteriormente como Antonio Pernías. Fue

llevada a un lugar que luego identificó como la Escuela de Mecánica de la

Armada. En ese lugar escuchó música a muy alto volumen y pudo darse cuenta

que había otras personas. La esposaron con las manos en la espalda a una

columna. La dejaron en esa posición hasta la tarde. Luego la desnudaron y fue

atada al elástico de una cama por Francis Whamond, Antonio Pernías, Juan Carlos

Linarez y Wheber "220". Que luego de un tiempo al que fue sometida a torturas

mediante pasajes de corriente eléctrica Pernías salió de la sala de torturas y al

volver dijo que dejaran de torturarla porque estaba embarazada. Así entonces, la

sacaron de allí y la llevaron a un salón grande en donde estuvo esposada durante

cinco días aproximadamente a una columna, siempre encapuchada. Se le

permitieron salidas en agosto o septiembre de 1978 pero estuvo en condiciones de

libertad vigilada hasta 1983. Indicó que la última vez que durmió en la E.S.M.A.

fue en junio de 1979.

Andrés Ramón Castillo, otra persona que estuvo detenida en la

E.S.M.A. y que recuperó su libertad, manifestó que en una oportunidad el

Teniente Pernía comentó que a un detenido llamado Schapira le habían tirado con

unos dardos que lo desvanecieron y que habían hecho eso para comprobar el

efecto que producía la sustancia con la que impregnaban el dardo y que utilizarían

para detener a una persona (ver fs. 93 de la declaración de Castillo obrante en el

Legajo de Daniel Marcelo Schapira identificado con los números 25 y 28 de color

verde).-

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181

Efectivamente Schapira fue sometido a la experimentación con

dardos envenenados por el Teniente de Navío Antonio Pernías, a fin de descubrir

la dosis exacta de veneno necesaria para inmovilizar a las víctimas en el momento

de ser capturadas, sin llegar a provocarles la muerte (testimonio de Andrés Ramón

Castillo y Graciela Beatriz Daleo de fojas 70/129 del legajo caratulado "Castillo,

Andrés Ramón s/víctima privación ilegal de la libertad", que corre por cuerda, y

de Marta Remedios Álvarez de fojas 14.111/5vta.).

Concretamente, Daniel Marcelo Schapira fue privado ilegítimamente

de su libertad entre los días 7 y 10 de abril de 1977, cuando viajaba en un

colectivo cerca de las Avenidas San Juan y Boedo de la Ciudad de Buenos Aires

(orden internacional de detención remitida por el Juzgado Central de Instrucción

N° 5 de la Audiencia Nacional de Madrid, obrante a fojas 8523, Anexos del

Informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, op. cit., pág.

418 del Anexo I "Listado de personas desaparecidas...", identificado con el

número de actor 04.742, número inter. 05.274, y declaración de Rebeca Daskal de

Schapira de fojas 19/20 del legajo N° 25). Luego fue conducido a la E.S.M.A.,

donde permaneció clandestinamente detenido bajo condiciones inhumanas de vida

y se lo torturó mediante golpes, la aplicación de descargas de corriente eléctrica y

fue sometido a la práctica de experimentos sobre su cuerpo.

En este sentido, Lidia Cohen de Said declaró que Horacio Domingo

Maggio -durante el lapso que permaneció prófugo de la E.S.M.A.- se comunicó

con Andrea Yankilevich de Schapira, informándole que su esposo se hallaba

cautivo en la E.S.M.A., muy delicado de salud, donde había sufrido un infarto a

raíz de las torturas recibidas y que, al momento de su fuga, todavía se hallaba con

vida (declaración de Lidia Cohen de Said de fecha 5 de junio de 1985 ante el

juzgado de instrucción de la Armada Argentina, obrante en el legajo N° 9).

Por otra parte da también cuenta de la participación de Pernías en el

grupo de tareas 3.3.2, Lidia Cristina Vieyra, quien sostuvo que fue privada

ilegítimamente de su libertad el día 11 de marzo de 1977, cuando salía del

restaurante "Pipo", ubicado en la calle Montevideo entre Corrientes y Sarmiento,

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182

de Capital Federal, por un grupo de hombres vestidos de civil y armados que la

introdujeron en un automóvil Ford Falcon. Luego fue conducida a la E.S.M.A.,

donde permaneció clandestinamente detenida bajo condiciones inhumanas de vida

y fue torturada. La víctima aseguró que participaron en estos hechos los tenientes

de la Armada Antonio Pernías y Pablo García Velazco y el oficial del Ejército

Julio César Coronel (presentación de fojas 10.050/vta.).

En el mismo sentido obran los dichos de Marcelo Camilo Hernández,

quien expresó que fue privado ilegítimamente de su libertad el día 10 de enero de

1977, a las 9,30 horas, aproximadamente, cuando llegó al estudio de Conrado

Higinio Gómez, sito en la Avenida Santa Fe entre Callao y Rodríguez Peña,

ubicado arriba de la librería “Fausto”, por un grupo operativo de la Marina

Argentina compuesto por alrededor de quince personas vestidas de civil,

comandado por el Teniente de Navío Juan Carlos Rolón (ver declaraciones de

fojas 598/601vta., 620/2 y 648/9 de la causa N° 1.376/04 de este Juzgado y

Secretaría). Dijo además, que a medida que iban llegando, sus captores los

engrillaban, encapuchaban, esposaban y los mandaban para el fondo del estudio.

Cuando él llegó al lugar, ya había gente en similares condiciones, mientras que el

último en llegar fue Juan Alberto Gasparini, que era el jefe del departamento

financiero de la organización “Montoneros”, en tanto Hernández era el subjefe.

Explicó también Hernández, que pudo identificar a sus aprehensores

como el Capitán Acosta, Whamond, Rolón, Pernías, “Manuel” Benazzi y otro con

cara de boxeador que luego sindicó como Miguel Ángel García Velazco (alias

“Dante”) quienes lo condujeron a la E.S.M.A., donde permaneció

clandestinamente detenido bajo condiciones inhumanas de vida y fue torturado.

Asimismo, la víctima recordó que en el laboratorio de documentación

que funcionaba en el casino de oficiales de la E.S.M.A. le había sacado fotos a las

monjas francesas que estuvieron secuestradas en esa institución, con la bandera de

“Montoneros” ubicada detrás de ellas. Asimismo declaró que, en forma previa a la

realización del mundial de fútbol de 1978, lo llevaron por todo el país para sacarle

fotos a los estadios de fútbol, con el objeto de preparar un audiovisual sobre el

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mundial. También, recordó haber ido a la casa de la actriz y conductora Mirta

Legrand, junto con Acosta, Radice y Massera, para sacar fotos de la fiesta a la que

habían sido invitados esos marinos.

Expuesto ello, a continuación los testimonios que me permiten

vincularlo directamente con el caso de Hagelin, pues como dije anteriormente,

demuestran que tenía perfecto conocimiento de que en la ESMA ella se

encontraba cautiva:

Ana María Martí prestó declaración testimonial en la sede de la

Embajada, en la Ciudad de Berna, Suiza, y aclaró que si bien no había conocido

personalmente a Dagmar Hagelin, por relatos de personas que le merecen fe y que

estuvieron secuestrados en la E.S.M.A. en la misma fecha que estuvo Dagmar

Hagelin -Norma Susana Burgos y Raúl Cubas-, sabía que ella se encontraba

paralizada y que no hablaba normalmente, a causa de las heridas recibidas con

motivo de su secuestro. Señaló además que Burgos le había contado que había

sido autorizada por los Marinos para visitarla en la enfermería varias veces.

Especifió la testigo Martí además que fue secuestrada el 18 de marzo de 1977 y

que en virtud de ello -léase la fecha cercana de su secuestro con el caso de

Hagelin-, tanto otros secuestrados como los oficiales de la Marina mencionaban lo

sucedido con Hagelin. Que en una de las oportunidades en que fue llamada al

subsuelo para un interrogatorio a la oficina de Pernías, le preguntó a Martín Gras,

abogado, que también se encontraba allí, qué salida se le podía dar al caso de

“Dagmar Hagelin” a la vez que le exhibía una nota supuestamente de la Embajada

de Suecia en la Argentina, a lo que Gras le respondió que se la debía dejar en

libertad, para finalmente Pernias referirle que “lamentablemente no era posible ya

que se había cometido el error de matarla” (vid fs. 1709/10).

A su vez, Sara Solarz de Osatinsky, manifestó que si bien no la

había conocido personalmente a Hagelin, sabía de su caso por testigos que le

merecían fe, que habían estado secuestrados en la E.S.M.A. en la misma época en

que estuvo Hagalin, a saber: Norma Susana Bugos quien a su vez le había

referenciado haberla visto en el Casino de Oficiales, semiparalizada a causa de las

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heridas que había sufrido cuando fue secuestrada. A su vez explicó que, habiendo

sido secuestrada en mayo de 1977 tanto otros secuestrados como los oficiales

Acosta, Pernías, Perrén y Astiz hacían comentarios de su caso y que en particular,

Norma Susana Burgos le había referido que Astiz había intervenido directamente

en el hecho (vid fs. 1711/12).

Por todo lo expuesto, entiendo que se encuentra suficientemente

probado que existió una estrecha vinculación del imputado con el suceso traído a

estudio, el cual se le hiciera conocer al tiempo de prestar declaración indagatoria,

ya que por sí mismo o con la colaboración de otros compañeros que integraban el

grupo de tareas 3.3.2 al tiempo en que Dagmar Hagelin fue privada de su libertad

y permanecía en cautiverio en la E.S.M.A., participó del hecho ilícito, razones

éstas por las que deberá responder penalmente por el delito que se le imputa.

Julio César Coronel:

Teniendo en cuenta el desarrollo efectuado al tratar el punto

relacionado con la conformación y funcionamiento del Grupo de Tareas 3.3/2 con

base operativa en la Escuela de Mecánica de la Armada, se encuentra probado

pese a que el imputado Julio César Coronel lo haya negado al momento de prestar

declaración indagatoria, que sí integró el Grupo de Tareas cuyo fin tenido en mira

al tiempo de ser creado, se enderezó a la persecución y eliminación de los

elementos terroristas que ya desde la década del ‘60 venían conformándose en

agrupaciones más o menos organizadas a través de las cuales ejercían acciones

delictivas tendientes a lograr sus propios fines no sólo en cuanto a sus objetivos,

sino también en cuanto a su subsistencia. En este sentido, habrá de recordarse lo

que fue analizado previamente, en el apartado “cuestiones preliminares” que

encabeza la valoración probatoria del presente decisorio.-

La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional

Federal en el marco de la causa 13/84, puso de relieve que la necesidad de

reacción del Estado ante la situación imperante no justificaba de la utilización de

cualquier recurso al margen de la ley, cuando, en definitiva, se poseían los

instrumentos legales necesarios como para combatir a la subversión dentro de los

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

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límites de la legalidad.-

En ese orden de ideas y por los argumentos que seguidamente se

expondrán, se encuentra acreditado que Julio César Coronel formó parte

integrante del grupo de tareas 3.3.2 -Sector Operaciones en comisión- con base

operativa en la E.S.M.A. durante los años 1976 y 1977, proveniente del Comando

de Institutos Militares, con funciones de enlace entre la Armada y el Ejército. Así,

como veremos, lo señalan los testigos que fueron secuestrados, torturados y

mantenidas en condiciones inhumanas de vida por parte de los integrantes de ese

G.T. y sobrevivieron a ello contando ante distintas autoridades lo vivenciado en la

Escuela de Mecánica de la Armada.

Veamos:

A fs. 7235 de los autos principales obra la declaración prestada por

Marta Remedios Álvarez ante la Subsecretaría de Derechos Humanos del

Ministerio del Interior, quien relató que fue secuestrada el 26 de junio de 1976

junto con su pareja Adolfo Kilman “Rita” y el marido de ésta que era conscripto

en la E.S.M.A..Relató que fueron secuestrados de un domicilio en la calle Víctor

Hugo y General Paz que luego de abandonarlo fue volado mediante el uso de un

explosivo. Dijo haber sido torturada mediante la aplicación de pasajes de corriente

eléctrica por su cuerpo, los que únicamente se detuvieron al ingresar a la

habitación un marino que mencionó que estaba embarazada. Explicó que de su

marido se ocupó el Ejército: el “caso” de Adolfo Kilman “lo maneja el Ejército”.

Siguió diciendo “se arma un gran revuelo en esos días porque en un operativo

matan a un compañero de Pernías, de nombre MAYOL, por esto nos golpean (...)

en otro operativo es herido MENENDEZ, sigue estando Policía y Ejército estando

en E.S.M.A., hay mucho descontrol porque quedan sin conducción, en el grupo

estaban ACOSTA, WHAMOND, por el Ejército está CORONEL y por la Policía

está WEBER que le decían “220'” que fue quien llevó la picana a la E.S.M.A...”.-

En la presentación efectuada por Lydia Cristina Vieyra obrante a fs.

10.050 de los autos principales, relató que fue secuestrada el 11 de marzo de 1977

cuando salía del restaurante “Pipo” en Montevideo y Sarmiento de la Ciudad de

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Buenos Aires. Dijo que fue introducida en un automóvil por parte de un grupo de

hombres armados y fue llevada a la Escuela de Mecánica de la Armada donde fue

torturada. En esos hechos participaron Antonio Pernías, Pablo García Velasco y

el oficial del Ejército Julio César Coronel. Estuvo alojada en el tercer piso en el

sector denominado “Capucha” donde permaneció junto con numerosas personas

que estaba en iguales condiciones. Recuperó su libertad el 25 de julio de 1978.-

Rosario Evangelina Quiroga (ver legajo n° 8 también identificado

con el número 96, folio 47 y sstes.), relató que fue secuestrada el día 15 de

diciembre de 1977 en el balneario Lagomar junto a Rolando Pisarello por las

Fuerzas Conjuntas Uruguayas y que luego de dos días de encontrarse privada de

su libertad y de ser torturada con el método conocido como el “submarino” o

colgándola de las muñecas con los brazos atados por la espalda, la condujeron a

una habitación donde le sacaron la venda de los ojos y le presentan a varios

oficiales entre uruguayos y argentinos. Los argentinos le dicen que la van a

trasladar a Argentina en ese mismo momento “...luego supe que se trataba de

miembros del G.T. 3.3.2 que nos fueron a buscar a Uruguay. Sus nombres son:

Tte. de Navío Raúl Schelling alias “Mariano”; Mayor del Ejército Juan Carlos

Coronel alias “Maco”, Oficial de la Prefectura Naval Héctor Fabre “Selva o

Daniel”; miembro del Servicio Penitenciario “Fragote...”. En la Escuela de

Mecánica de la Armada se encontró con Oscar De Gregorio o “...lo que quedaba

de él, puesto que era la quinta parte de la persona que había visto hasta el 16 de

noviembre de 1977...”.-

Del mismo modo y respecto de la actuación de este imputado en el

Grupo de Tareas 3.3.2 y sobre su participación coordinada juntamente con otros

integrantes y oficiales superiores, dan cuenta Sara Solarz de Osatinsky, María

Alicia Milia de Pirles y Ana María Martí en un documento que han publicado y

que figura glosado a fs. 1536/64 de la causa 14.217/03. En dicho documento y

como sobrevivientes de una experiencia que reconoció la muerte para muchos

otros que compartieron cautiverio con ellas, relataron con detalle todo cuanto

pudieron conocer en el tiempo que permanecieron en la Escuela de Mecánica de la

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Armada. Desde las razones de la creación del G.T. 3.3.2, hasta sus integrantes, sus

sectores su forma de operar, sus jefes, sus métodos, etc. Del mismo modo, dieron

cuenta de personas que fueron vistas por ellas en aquel centro clandestino y

explicaron, en cuanto pudieron, lo que fue sobre su destino. También al mencionar

lo referente a lo que ocurrió con Oscar De Gregorio, Rosario Quiroga, Jaime Dri

Rodolfo Pisarello y su esposa, las testigos mencionan que “... fueron secuestrados

en la República Oriental del Uruguay. Para someterlos a apremios ilegales e

interrogatorios viajaron de la E.S.M.A.: Capitán de Corbeta Jorge E. Acosta;

Teniente de Navío Schelling, alias “Mariano”; Mayor del Ejército Coronel alias

“Maco”, Prefecto Favre, alias “Daniel”, Oficial del Servicio Penitenciario alias

“Fragote” .-

También cuadra señalar que, conforme el relato que pudo recogerse

de las víctimas, cada sector del G.T. 3.3.2 tenía una función específica que se

articulaba con las otras dos para lograr un mismo y único fin.-

Y como ya se sostuviera en otros pasajes de este interlocutorio, ese

Grupo de Tareas 3.3.2 estaba conformado no solamente con personal de la

Marina, sino también por personal de la Policía Federal Argentina, de la

Prefectura Naval Argentina, del Servicio Penitenciario Federal y del Ejército. Y

justamente a esta última facción pertenecía Julio César Coronel, tal como se

expusiera anteriormente y tal como lo demuestran los testigos que han volcado sus

dichos en el marco de esta causa, no obstante la firme negativa del imputado en

negar el cargo que se le ha enrostrado.-

Es que si bien, Julio César Coronel pertenecía al Ejército, actuaba en

articulación o enlace con el Grupo de Tareas, el cual dependía del Comandante de

la Fuerza de Tareas 3, y en este sentido se encontraba cumpliendo funciones en la

E.S.M.A. durante el período de tiempo en que la víctima Hagelin fue detenida y

mantenida en cautiverio en dicho centro clandestino de detención.-

Por todo lo expuesto, entiendo que se encuentra suficientemente

probado que existió una estrecha vinculación del imputado con el suceso traído a

estudio, el cual se le hiciera conocer al tiempo de prestar declaración indagatoria,

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188

ya que por sí mismo o con la colaboración de otros compañeros que integraban el

grupo de tareas 3.3.2 al tiempo en que Dagmar Hagelin fue privada de su libertad

y permanecía en cautiverio en la E.S.M.A., participó del hecho ilícito, razones

éstas por las que deberá responder penalmente por el delito que se le imputa.

Carlos Orlando Generoso:

En reiteradas oportunidades, y en el marco de las causas 18.918/03 y

14.217/03 también de trámite por ante esta judicatura, se ha dejado sentado que, se

tiene por probada la permanencia y participación de Carlos Orlando Generoso,

alias “Agustín”, en el Grupo de Tareas 3.3/2.

Efectivamente, está acreditado que integraba el mencionado grupo de

tareas, como suboficial cuya función era la de controlar en forma directa a los

prisioneros. Cuadra señalar que a quienes cumplían esta labor de los denominada

“Pedros”. Así, entre 1977 hasta 1979 y siendo integrante del Servicio

Penitenciario Federal, se desempeñó como Suboficial del Sector Operaciones del

G.T. 3.3.2.

A modo ilustrativo y en relación al control que hacían de los presos,

debe estarse a lo dicho por Miguel Angel Lauletta, quien en su declaración de fs.

11.738 de los autos principales, aludió a la función de aquellos que controlaban a

los detenidos en E.S.M.A. de la siguiente manera: “...Cualquier tipo de

movimiento o intento de comunicación con otros prisioneros era severamente

castigado por los guardias que recorrían el lugar. Algunos de ellos estaban

completamente desequilibrados como el que llamaban el “Pato”, que en una

oportunidad le gritaba a un prisionero “Quién soy?”, cuando el prisionero le

contestó “sos el Pato” comenzó a golpearlo gritándole “No. Soy Dios”. Entrando

a “capucha” sobre la izquierda y antes de doblar hacia la segunda parte de la

“L” había una pieza cerrada con alambre tejido donde se tiraba ropa con la que

los prisioneros se cambiaban por orden de algún suboficial encargado de la

guardia (a todos ellos se los llamaba Pedros y a los guardias genéricamente

verdes)...”.

También de los testimonios brindados por Graciela Daleo y Andrés

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R. Castillo, se desprende en qué consistía la tarea y función de los Suboficiales

dentro de la Escuela de Mecánica de la Armada, específicamente en cuanto

concernía a la actividad del G.T. 3.3/2 “...el resto de personal afectado al GT

3.3/2 eran suboficiales de la Armada. Su función era la de custodia de los

secuestrados, traslado de las comidas desde la cocina hasta el sótano o a la

“capucha”, vigilancia de los desplazamientos de los prisioneros al baño, y

participación como operativos en secuestros y “paseos”. El suboficial a cargo de

las guardias recibía el nombre de “Pedro” (luego cambiado por el de “Pablo”) y

debía su denominación a que estaba encargado de portar las llaves de los

grilletes. El “Pedro” tenía como auxiliar a un “ayudante de Pedro” (luego

“Pablito”), y bajo su mando una dotación de “verdes” (...) En los primeros

tiempos del funcionamiento del “chupadero” de la E.S.M.A., muchos

secuestrados murieron a consecuencia de los castigos infringidos por los

guardias, que luego se jactarían de ello. En varias ocasiones, habiendo un gran

número de prisioneros tendidos en el piso del sótano, los verdes se dedicaron a

hacer recorridos en moto sobre sus cuerpos...” (ver declaración de Castillo,

Andrés Ramón legajo señalado con los números 16 y 32 de color verde fs. 90 y

32.).

Ahora bien, para tener por acreditado que Generoso entre 1977 y

1979 formaba parte del grupo de tareas, se cuenta en autos con los siguientes

testimonios:

Marta Remedios Álvarez -a fs. 6921/6928 de los autos principales-,

refirió que en el procedimiento en virtud del cual se la privó de su libertad el día

26 de junio de 1976, participaron Juan Carlos Linares, Néstor Savio, Antonio

Pernías, “Angosto”, el suboficial Generoso del Servicio Penitenciario Federal

(alias “Fragote”), “Lobo” (perteneciente a la Policía Federal) y Roberto González.

También la declaración testifical de Andrea Marcela Bello, quien

declaró haber sido secuestrada el día 6 de diciembre de 1978 por un grupo

integrado por alrededor de diez personas, entre quienes pudo identificar a

“Miranda”, “Agustín” y “Fafa” (declaración de Andrea Marcela Bello de fojas

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362/vta. del legajo N° 81, caratulado “Varela Cid, Eduardo s/denuncia Jara de

Cabezas, Thelma”, que corre por cuerda). La misma versión dio Bello, cuando en

su presentación obrante a fs. 9588 de los autos principales, reconoció como sus

captores a Raúl Scheller, a un miembro del Servicio Penitenciario Federal llamado

Carlos Generoso -que se hacía llamar “Agustín”- y a Luis D´Imperio, operativo

del que también participó el Capitán de Fragata Jorge Enrique Perrén (fojas

3120/3 de los autos principales).

A ello se aduna la declaración testimonial de Carlos Muñoz, quien

expresó que una vez que fue trasladado a la E.S.M.A.-21 de noviembre de 1978-

fue mantenido clandestinamente en cautiverio, fue torturado mediante golpes en

diversas partes del cuerpo, y aplicación de picana eléctrica mientras estaba atado a

una cama, al tiempo que era interrogado. De acuerdo al relato de la víctima, en

tales torturas participaron el “Gordo Daniel” -que era Prefecto- y otra persona a

quien llamaban “Agustín” (Carlos Orlando Generoso).

A ello todavía puede agregarse que de los dichos de Ana María Martí

y Sala Solarz de Osatinski, obrantes a fs. 28 del legajo n° 23 se desprende la

mención de un tal “Fragote, Agustín” como un suboficial perteneciente al Servicio

Penitenciario Nacional que participaba en el G.T. 3.3.2.-

Asimismo, de la declaración testimonial recibida en la ciudad de

Madrid del Reino de España a Martín Tomas Gras, obrante a fs. 47, del legajo n°

71, anexo 1, se desprende particularmente de la foja 33, que “Fragote, Agustin”

era personal del Servicio Penitenciario Federal, al cual dicho testimonio le asigna

el rol de torturador. También el nombrado refirió, en cuanto al funcionamiento del

grupo de tareas, que el grupo permanente que actuaba como verdadera fuerza de

choque, estaba comandado por oficiales de la marina, pero constituido en su

mayor parte por oficiales y suboficiales de la Policía Federal Argentina, Prefectura

Naval y Servicio Penitenciario Nacional, en un total de entre treinta y cuarenta

personas.-

Expuesto ello, no puedo sino afirmar que los testimonios antes

señalados son contestes en señalar a Carlos Orlando Generoso como un Suboficial

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que desempeñaba sus funciones en la Escuela de Mecánica de la Armada. De

modo que, puede afirmarse que los Suboficiales y en particular Carlos Orlando

Generoso, constituyen un eslabón más en la cadena de mando de la Armada y

dentro de ésta, del Grupo de Tareas G.T. 3.3/2.-

Resta señalar que, por otro lado su silencio al tiempo de prestar

declaración indagatoria, en modo alguno logra enervar el peso del plexo

probatorio incorporado en autos.

Por todo lo expuesto, entiendo que se encuentra suficientemente

probado que existió una estrecha vinculación del imputado con el suceso traído a

estudio, el cual se le hiciera conocer al tiempo de prestar declaración indagatoria,

ya que por sí mismo o con la colaboración de otros compañeros que integraban el

grupo de tareas 3.3.2 al tiempo en que Dagmar Hagelin fue privada de su libertad

y permanecía en cautiverio en la E.S.M.A., participó del hecho ilícito, razones

éstas por las que deberá responder penalmente por el delito que se le imputa.

Víctor Francisco Cardo:

Este Tribunal también tiene por probada la permanencia y

participación de Víctor Francisco Cardo en el Grupo de Tareas 3.3.2 durante el

período comprendido entre los años 1976 y 1979, cumpliendo las funciones que,

dentro del centro de detención E.S.M.A., eran denominadas como "Pedro".

Veamos por qué.

En primer lugar, y tal como se sostuviera cuando se valoró la

situación procesal del consorte de causa, Generoso, las funciones de los “Pedros”

consistían en efectuar un control directo de los prisioneros cuando éstos no eran

requeridos para los interrogatorios. A modo ilustrativo de la forma en que

cumplían este “control”, debe estarse a lo expresado por Miguel Angel Lauletta,

sobreviviente del centro clandestino de detención E.S.M.A, quien en su

declaración testimonial obrante a fs. 11.738 de los autos principales, aludió a la

función de quienes controlaban a los detenidos en la E.S.M.A. de la siguiente

manera “...Cualquier tipo de movimiento o intento de comunicación con otros

prisioneros era severamente castigado por los guardias que recorrían el lugar.

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192

Algunos de ellos estaban completamente desequilibrados como el que llamaban el

“Pato”, que en una oportunidad le gritaba a un prisionero “Quién soy?”,

cuando el prisionero le contestó “sos el Pato” comenzó a golpearlo gritándole

“No. Soy Dios”. Entrando a “capucha” sobre la izquierda y antes de doblar

hacia la segunda parte de la “L” había una pieza cerrada con alambre tejido

donde se tiraba ropa con la que los prisioneros se cambiaban por orden de algún

suboficial encargado de la guardia (a todos ellos se los llamaba “pedros” y a los

guardias genéricamente “verdes”)...”.

También de los testimonios de Graciela Daleo y Andrés R. Castillo,

se desprende cuál era la tarea y la función de los Suboficiales dentro de la Escuela

de Mecánica de la Armada, específicamente en cuanto concernía a la actividad del

G.T. 3.3/2 “...el resto de personal afectado al GT 3.3/2 eran suboficiales de la

Armada. Su función era la de custodia de los secuestrados, traslado de las

comidas desde la cocina hasta el sótano o a la “capucha”, vigilancia de los

desplazamientos de los prisioneros al baño, y participación como operativos en

secuestros y “paseos”. El suboficial a cargo de las guardias recibía el nombre de

“Pedro” (luego cambiado por el de “Pablo”) y debía su denominación a que

estaba encargado de portar las llaves de los grilletes. El “Pedro” tenía como

auxiliar a un “ayudante de Pedro” (luego “Pablito”), y bajo su mando una

dotación de “verdes” (...) En los primeros tiempos del funcionamiento del

“chupadero” de la E.S.M.A., muchos secuestrados murieron a consecuencia de

los castigos infringidos por los guardias, que luego se jactarían de ello. En varias

ocasiones, habiendo un gran número de prisioneros tendidos en el piso del

sótano, los verdes se dedicaron a hacer recorridos en moto sobre sus cuerpos...”

(ver declaración de Castillo, Andrés Ramón legajo señalado con los números 16 y

32 de color verde fs. 90 y 32.).-

Ahora bien, más allá de estas explicaciones genéricas que son de

interés para demostrar la forma en que los guardias se desempeñaban dentro de la

E.S.M.A., varios testigos que han depuesto en el marco de la causa 14.217/03 y

que resultan ser sobrevivientes de la ESMA, han sindicado sin hesitación a Víctor

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Cardo como uno de los tantos “pedros” que cumplían funciones dentro del

indicado centro de detención.

Concretamente, Lisandro Raúl Cubas secuestrado el 20 de octubre de

1976 (ver fs. 25 del legajo de documentación de Antokoletz, Daniel), refirió que

fue llevado durante su cautiverio a la Fundación Salvatori y que allí pudo

reconocer “(…) a miembros del GT 3.3.2 de la E.S.M.A. que trabajaban en la

misma, en tareas de mantenimiento y vigilancia. Pude reconocer al Sub-oficial

Víctor Cardo...”.

Otra de las víctimas que menciona a Cardo como parte integrante de

la estructura que se investiga, es Mercedes Inés Carazo, quien en oportunidad de

prestar declaración testimonial en esta sede (ver fs. 12.041 de la causa principal)

señaló a Víctor Francisco Cardo como uno de los que pudo ver en la Escuela de

Mecánica de la Armada. Habrá de recordarse que dicha víctima fue privada de su

libertad en octubre de 1976.-

También Rosario Evangelina Quiroga a fs. 104 del legajo de

documentación de la causa Antokoletz, Daniel señaló que “...Suboficial Víctor

Cardo. Ejercía de “Pedro” y estuvo en la concentración del seleccionado nacional

durante el mundial de fútbol de 1978...".

A ello se aduna el testimonio de Carlos Alberto García, quien fue

privado de su libertad por varias personas armadas y vestidas de civil el 21 de

octubre de 1977 en Carapachay cuando salía de su domicilio; luego fue conducido

a la Escuela de Mecánica de la Armada donde fue recibido a golpes por un

suboficial de apellido Cardo luego de lo cual lo derivaron a la sala de tortura que

se la sindicaba con el número 13, donde fue interrogado mediante la aplicación de

pasajes de corriente eléctrica.

De lo expuesto precedentemente, surge de modo claro que, dentro de

la Escuela de Mecánica de la Armada existía un grupo de guardias a quienes se

denominaba “Pedro”, además de otros que se llamaban “Verdes”, los cuales en su

mayoría eran alumnos de la E.S.M.A. El jefe de turno de los guardias, llamado

“Pedro”, era el encargado del movimiento de los prisioneros entre el sótano y

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“capucha”, de la disciplina en “capucha”, de las comidas, etcétera. Los “verdes”

según lo manifestó la propia Quiroga a fs. 80 del legajo de documentación de la

causa Antokoletz, “(...) Fueron aleccionados e incitados por los oficiales a actuar

con la máxima ferocidad y crueldad hacia los secuestrados. Algunos de ellos se

distinguieron realmente en su función de verdugos, martirizando y humillando a

los prisioneros engrillados, encapuchados y esposados (…)”

Y también surge que, los testimonios antes señalados son contestes

en señalar a Víctor Cardo como un Suboficial que desempeñaba sus funciones en

la Escuela de Mecánica de la Armada.

De modo que, no puedo sino afirmar que los Suboficiales y en

particular Víctor Francisco Cardo, constituían un eslabón más en la cadena de

mando de la Armada y dentro de ésta, del Grupo de Tareas G.T. 3.3/2.-

Resta señalar que, por otro lado su silencio al tiempo de prestar

declaración indagatoria, en modo alguno logra enervar el peso del plexo

probatorio incorporado en autos.

Por todo lo expuesto, entiendo que se encuentra suficientemente

probado que existió una estrecha vinculación del imputado con el suceso traído a

estudio, el cual se le hiciera conocer al tiempo de prestar declaración indagatoria,

ya que por sí mismo o con la colaboración de otros compañeros que integraban el

grupo de tareas 3.3.2 al tiempo en que Dagmar Hagelin fue privada de su libertad

y permanecía en cautiverio en la E.S.M.A., participó del hecho ilícito, razones

éstas por las que deberá responder penalmente por el delito que se le imputa.

Oscar Antonio Montes:

Se encuentra acreditado en la forma debida que Oscar Antonio

Montes en la época en que ocurrió el hecho que se investiga, ostentaba el cargo de

Vicealmirante de la Armada Argentina, es decir era uno de los comandantes de la

Armada Nacional que dirigía la Fuerza de Tareas 3 y por ello se puede afirmar

que era parte medular de la estructura que detentaba el poder y regía los destinos

del país, y que a su vez había implementado el plan sistemático que se refleja en

esta investigación en el que el centro clandestino de detención que funcionaba en

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la Escuela de Mecánica de la Armada era la base del grupo de tareas 3.3.2.

Resulta oportuno mencionar lo dicho por Horacio Domingo Maggio

mediante una denuncia escrita redactada luego de fugarse de la Escuela de

Mecánica de la Armada. En ella denunciaba lo que ocurría dentro de la Escuela a

la vez que brindaba los nombres de personas secuestradas y de los funcionarios

que tenían a su cargo la tarea de apresarlos, torturarlos para obtener información,

mantenerlos en cautiverio o eliminarlos físicamente. Parte de esa carta se

encuentra agregada a fs. 5/9 del Legajo correspondiente a SAID, Jaime que se

encuentra reservado en Secretaría. Así en dicha denuncia Maggio dijo que “...El

grupo de la E.S.M.A. no sólo se dedica a la tortura, sino por ejemplo lleva a cabo

acciones contra sus “colegas” de Ejército (...) Debo agregar además que en varias

oportunidades se hicieron presentes a los efectos de “visitar” las instalaciones:

“Negro” o “Coara”, nombre con que se lo llama a Massera; El Ministro de

Relaciones Exteriores Montes (...) y otros que por sus uniformes y distintivos

parecían oficiales de alta graduación...”.-

Vale mencionar que Horacio Domingo Maggio fue capturado

nuevamente con posterioridad a producirse su fuga. Dicha captura fue llevada a

cabo por integrantes del G.T.3.3.2 y aún permanece desaparecido.

Algunos sobrevivientes de la Escuela de Mecánica, manifestaron que

los marinos exhibieron el cuerpo acribillado de Horacio Domingo Maggio en el

interior de una camioneta, para persuadir a otros presos de que desistieran de sus

intenciones de fuga (Ver constancia glosada a fs. 153 del legajo n° 9 de Jaime

Eduardo Said, la parte subrayada).

También Graciela Beatriz García (ver declaración testimonial de fs.

16.177) dijo que el Canciller Oscar Montes tenía conocimiento de su condición de

detenida cuando fue obligada a trabajar en Cancillería. Esta víctima fue

secuestrada el 15 de diciembre de 1976 a pesar de haber sido liberada, tanto ella

como su familia continuaron recibiendo advertencias y amenazas.-

Resta señalar que, por otro lado su silencio al tiempo de prestar

declaración indagatoria, en modo alguno logra enervar el peso del plexo

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196

probatorio incorporado en autos.

Por todo lo expuesto, entiendo que se encuentra suficientemente

probado que existió una estrecha vinculación del imputado con el suceso traído a

estudio, el cual se le hiciera conocer al tiempo de prestar declaración indagatoria,

ya que por sí mismo o con la colaboración de otros compañeros que integraban el

grupo de tareas 3.3.2 al tiempo en que Dagmar Hagelin fue privada de su libertad

y permanecía en cautiverio en la E.S.M.A., participó del hecho ilícito, razones

éstas por las que deberá responder penalmente por el delito que se le imputa.

Pedro Antonio Santamaría

Con las probanzas que seguidamente se expondrán, se tiene por

acreditado en autos que en el mes de febrero del año 1976 Pedro Antonio

Santamaría con la jerarquía de Contraalmirante se hizo cargo de la Escuela de

Guerra Naval dependiente del Director de Instrucción Naval.

Se ha establecido también, que en el mes de abril de ese mismo año,

el nombrado fue designado Prefecto Nacional Naval, dependiendo del

Comandante en Jefe de la Armada, cargo que ocupó hasta el 5 de febrero del año

1980.-

Habrá de recordarse que el imputado en su descargo básicamente

repitió los argumentos vertidos en su anterior declaración indagatoria, en el

sentido de que, a su criterio, se encontraba probado que, durante el periodo

indicado se desempeñó como Prefecto Nacional Naval, destino no tuvo

vinculación administrativo u operativa con la E.S.M.A. y que la razón de su

permanencia en la E.S.M.A. se debía a su estado policial y fundamentalmente para

asesoramiento en procedimientos policiales pero que no había organizado ni

grupos de tareas, ni unidades de tarea, ni elementos de tarea.

Pero las explicaciones dadas por Santamaría al tiempo de prestar

declaración indagatoria, en modo alguno logran enervar el peso del plexo

probatorio incorporado en autos.-

Como acertadamente lo señaló Jorge Buompadre (ver su libro

“Delitos contra la libertad”, MAVE, Buenos Aires, mayo de 1999) la ley 14.616

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(aplicable en función de la fecha de comisión de los hechos) no definió la tortura

sino que “...sólo hizo una referencia al funcionario público que impusiera a los

presos bajo su guarda cualquier especie de tormento...” la definición quedó en

manos de la interpretación que de ella efectuó la jurisprudencia con más las

opiniones doctrinarias.-

Continuó explicando el autor de marras que “...lo relevante de esa

disposición era que introducía a nuestro ordenamiento penal la figura del

tormento, cuya convivencia con otros atentados contra la integridad personal que

implicaban padecimientos de cierta intensidad, por ejemplo: las vejaciones...”.-

Durante el juicio celebrado por la Cámara Federal que juzgó a la

Junta Militar que gobernó el país durante los años 1976/1983 (la causa N° 13/84),

se trataron muchos casos que contienen una inequívoca vinculación con la

presente investigación. Por ejemplo los hechos que fueron analizados se trataron

de detenciones ordenadas por funcionarios públicos que abusaron de sus

funciones y no cumplieron con las formalidades exigidas por la ley; se ejerció

violencia y amenazas, teniendo en cuenta la “vis absoluta” como la “vis

compulsiva” ejecutadas sobre los damnificados; los acontecimientos estudiados

tienen el mismo modus operandi, “...la actuación de grupos de personas armadas

que respondieron al comando operacional de alguna de las tres fuerzas (en este

caso, la Armada Argentina) -vestidas de uniforme o de civil- que luego de

ingresar a los domicilios de las víctimas, o de interceptarlas en la vía pública, o de

individualizarlas a la salida de sus trabajos, las reducían con el blandir de sus

armas o con la acción física directa, muchas veces en medio de procedimientos

espectaculares, y las conducían a los centros clandestinos de detención. Nunca

mediaron órdenes de detención ni allanamiento expedidas por autoridades

competentes”; el cautiverio sufrido por las víctimas se caracterizó por el

sometimiento de ellas a interrogatorios acompañados de tormentos y por

circunstancias de vida ultrajantes a la condición humana; se acreditó mediante el

dictado de la sentencia de la mencionada causa que “...gran parte de los cautivos

se los sometió a distintos tipos de vejaciones físicas con el propósito de obtener

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198

información, en algunos casos, o de quebrar su fuerza de voluntad, en otros,

cuando ya no había datos que obtener”.

Resulta adecuado mencionar, que las consideraciones efectuadas por

el tribunal de alzada al momento de dictar sentencia en la Causa N° 13 en cuanto

al desarrollo del “autor mediato” resultan aplicables a la persona de Pedro A.

Santamaría con relación a su responsabilidad en el hecho pues resulta posible

afirmar que se ha valido de otra persona para ejecutar la acción típica con relación

al hecho por los que fuera indagado.-

De modo que, encontrándose acreditado en la forma debida que Pedro

Antonio Santamaría se encontraba cumpliendo funciones jerárquicas -Prefecto

Nacional Naval y de la Escuela de Guerra Naval dependiente del Director de

Instrucción Naval- dentro de la estructura de la Armada Argentina en el mismo

período de tiempo en que la damnificada Dagmar Hagelin era privada de su

libertad y permanecía en cautiverio en la E.S.M.A., nos encontramos en

condiciones de afirmar que existió una estrecha vinculación de Santamaría con

los sucesos traídos a estudio, por lo que habrá de responder penalmente por la

comisión del delito que se le imputa

Jorge Carlos Radice:

A través de numerosos testimonios,se encuentra acreditado que Jorge

Carlos Radice perteneció a la plana mayor del Grupo de Tareas 3.3 durante 1976

y por lo menos dos años después, dependiendo en la mayor parte de ese año del

Capitán Jorge Acosta, con las jerarquías de Teniente de Corbeta y Teniente de

Fragata. También se encuentra acreditado con los elementos incorporados al juicio

que participó en diversas operaciones militares y principalmente integró el Sector

Logística.

Se refiere a él Martín Tomás Gras en el Anexo 1 del Legajo

identificado con el n° 71 al indicarlo como ““Radizzi”, “Ruger” o “Gabriel”,

Teniente de Fragata, oficial de logística (...) Contador Público Nacional asimilado

al cuerpo de profesionales del arma. Eximio tirador con armas largas. Un

verdadero asesino nato. En las capturas de detenidos se apostaba como

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

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francotirador. Participó activamente en las tareas represivas y en la corrupción

económica, enriqueciéndose. Pidió la baja. Actualmente es secretario personal y

hombre de confianza de Massera. Torturador...”

También lo vincula a haber integrado el grupo de tareas 3.3.2, Carlos

Alberto Chiappolini quien fue privado ilegalmente de su libertad el 26 de febrero

de 1977 por un grupo de personas vestidas de civil fuertemente armadas que se

identificaron como pertenecientes a Coordinación Federal. Relató que, el grupo

ingresó en el domicilio donde la víctima vivía con su familia. El grupo operativo

estaba dirigido por “Gabriel” (conforme identificación proporcionada por una

vecina que presenció el procedimiento a quien conocía por ser cliente del carrito

donde trabajaba, al que concurría junto con personal de la Comisaría 23). Según lo

manifestado por Héctor Ricardo Coquet en el Legajo 124 murió a consecuencia de

la tortura, sin embargo su cuerpo nunca fue hallado.-

La misma vinculación surge del testimonio de Sara Solarz de

Osatinsky, quien fue privada ilegalmente de su libertad el 14 de mayo de 1977 en

la intersección de las avenidas Bruix y Directorio de la ciudad de Buenos Aires

por varios hombres vestidos de civil, armados que la golpearon y la subieron a un

automóvil esposada y encapuchada. El autor de tales golpes, según refirió, fue el

imputado Radice (ver testimonio de fs. 12.300/22 de los autos principales). Fue

conducida a la Escuela de Mecánica de la Armada donde fue torturada e

interrogada y sometida a condiciones inhumanas de vida, hasta que recuperó su

libertad el 19 de diciembre de 1979.-

Juan Julio Roqué, fue abatido el 29 de mayo de 1977, en un operativo

conjunto llevado adelante por fuerzas militares en el domicilio de la calle El Ceibo

1021, Haedo Pcia. de Buenos Aires (ver legajo 98 declaración de Amalia Norberta

Ousset). En dicho operativo participó Jorge Carlos Radice de conformidad con

los relatos de Elvio, Julio César y Alejandro Vasallo, obrantes en el incidente de

búsqueda de Juan Julio Roqué. Norma Burgos y Martín T. Gras pudieron ver su

cuerpo dentro de la Escuela de Mecánica de la Armada, sin embargo permanece

desaparecido por no conocerse la certeza del destino dado a sus restos.-

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Carlos Bartolomé fue privado ilegalmente de su libertad en octubre

de 1977 y conducido a la Escuela de Mecánica de la Armada donde le fueron

aplicados tormentos y fue sometido a condiciones inhumanas de vida. Fue

liberado a fines de 1978. Durante su cautiverio fue obligado a trabajar en la

empresa Chroma S.A. ubicada en Besares 2025 la cual era frecuentada por Radice

(quien además era su propietario).-

Miriam Lewin fue privada de su libertad el 17 de mayo de 1977 en

Av. del Trabajo y General Paz de esta Ciudad y durante largo tiempo mantenida

en cautiverio en un edificio ubicado en Virrey Ceballos 630 dependiente de la

Fuerza aérea. Luego fue conducida a la Escuela de Mecánica de la Armada donde

permaneció detenida en condiciones inhumanas de vida. También fue obligada a

realizar tareas en un domicilio de propiedad de la familia Radice en la calle

Zapiola 3596 en lo que ella calificó como una reedición de “la Pecera”.-

Rosario Evangelina Quiroga en su relato de fs. 102 del legajo de

documentación de la causa Antokoletz, Daniel dijo que “....Teniente de Navío

Radizzi. Oficial de Logística. Alias “Gabriel” y “ Ruger”. Contador Público

asimilado al cuerpo de profesionales de la armada. Experto tirador con armas

largas. Participó activamente en secuestros, interrogatorios y torturas y en la

corrupción económica, administrando los fondos obtenidos como botín de guerra.

Pidió la baja y se desempeña como Secretario y hombre de confianza de

Massera...”.-

Otras víctimas que dan cuenta sobre la presencia de Jorge Radice en

las dependencias de la Escuela de Mecánica de la Armada, son Mercedes Inés

Carazzo y Alfredo Manuel José Buzzalino (ver fs. 12.417 y fs. 14.224 de los

autos principales respectivamente).-

También se refirió a Jorge Radice como integrante del Grupo de

Tareas 3.3/2, Graciela Beatriz García cuya declaración testimonial se encuentra

agregada a fs. 16.177.-

Surge de la declaración de Silvia Labayrú que prestara en la ciudad

de Madrid, Reino de España (ver fojas 222 del cuaderno de prueba n° 50 y el acta

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201

certificada que obra en el principal a fs. 12.177) que Jorge Rádice se desempeñó

en el Grupo de Tareas de la E.S.M.A. Según pudo recordar su función estaba dada

en materia de logística aunque también participaba de distintos operativos de

detenciones clandestinas. Estaba encargado de todo lo vinculado a la economía del

grupo y fuertemente relacionado a Acosta.

También Amalia Larralde (ver declaración de fs. 342 y sstes. del

cuaderno de prueba n° 50 y su copia certificada agregada en la causa principal a

fs. 12.138/9) señaló a Jorge Radice como integrante del G.T. 3.3.2 y respecto de

él dijo “...RADICHE JORGE Alias “Gabriel” o “Ruger”. Teniente de Fragata.

Oficial de Logística. Torturador. Actualmente secretario personal de Massera...”-

De la lectura del testimonio de Rosario Evangelina Quiroga existente

a fs. 79 del Legajo de documentación de Antokoletz, Daniel, surge que

“...LOGISTICA: su función era el apoyo y aprovisionamiento de los grupos

operativos, el mantenimiento y refacción de las instalaciones del G.T., la

administración de las finanzas (...) Las finanzas del G.T. estaban a cargo de

oficiales de confianza de Acosta, como los Tenientes Spinelli, Radizzi, Savio,

“Norberto”...) .-

Se concluye, a la luz de las referencias apuntadas que Jorge Carlos

Radice formó parte integrante del Grupo de Tareas 3.3/2 y sus actividades en él se

asociaban no solo con lo que era estrictamente del Sector Logística, sino también

con Operaciones y hasta con el Sector Inteligencia, puesto que algunos testigos lo

señalan como torturador. Si bien el sector Logística aparece asociado más a lo

económico, queda probado con lo dicho en “Cuestiones Preliminares” que el

Sector Logística era un elemento esencial y de articulación fundamental para la

actuación y desarrollo de las actividades del G.T. 3.3/2 con base operativa en la

Escuela de Mecánica de la Armada y que el imputado Radice era parte integrante

de él.

Resta señalar que, por otro lado su silencio al tiempo de prestar

declaración indagatoria, en modo alguno logra enervar el peso del plexo

probatorio incorporado en autos.

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202

Por todo lo expuesto, entiendo que se encuentra suficientemente

probado que existió una estrecha vinculación del imputado con el suceso traído a

estudio, el cual se le hiciera conocer al tiempo de prestar declaración indagatoria,

ya que por sí mismo o con la colaboración de otros compañeros que integraban el

grupo de tareas 3.3.2 al tiempo en que Dagmar Hagelin fue privada de su libertad

y permanecía en cautiverio en la E.S.M.A., participó del hecho ilícito, razones

éstas por las que deberá responder penalmente por el delito que se le imputa.

Francisco Lucio Rioja

Se encuentra acreditado que el imputado Rioja, desde el mes de junio

de 1976 hasta fines del año 1977, se desempeñó como Teniente de Navío y Jefe

del Servicio de Inteligencia Naval (S.I.N.) y que luego fue asignado al centro

clandestino de detención dependiente de la Armada Argentina, que operaba en la

Ciudad de Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires.

Ello se encuentra acreditado con los siguientes elementos de prueba:

Miguel Angel Lauletta a fs. 11.738/44 del principal, lo indica al

teniente de corbeta Rioja alias “fibra” como operativo e interrogador del G.T.

3.3.2..

También Rosario Evangelina Quiroga, en su deposición de fs. 105

del Legajo de documentación de la causa Antokoletz, Daniel expresó “... Teniente

alias “Fibra ”. Se cree que su apellido sería Rioja. Participó activamente en

secuestros, interrogatorios y torturas, tareas en las que demostraba especial

ferocidad....”.-

Marta Remedios Álvarez que prestó declaración testimonial a fs.

14.111 de los autos principales, refirió que durante su cautiverio, el que se

mantuvo desde junio de 1976 y por espacio de tres años, vio, entre otras personas,

a “Fibra ” que era Rioja.

En el mismo sentido Alfredo Manuel Juan Buzzalino vertió sus

dichos a fs. 14.224 de la causa 14.217/03. Este testigo, que fue secuestrado por un

grupo armado compuesto por más de diez personas el 25 de junio de 1976 y

liberado, bajo vigilancia, en enero de 1979, indicó que uno de los individuos que

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203

intervino en el procedimiento que finalizó en su secuestro fue Rioja, de apodo

“Fibra ”. Relató además que fue ingresado a un lugar donde se escuchaba la

música en un volumen muy fuerte y a pesar de ello se escuchaban gritos. Relató

haber sido torturado mediante pasajes de corriente eléctrica indicando que quienes

controlaban la picana eran el mencionado Rioja y otro más de apellido Carella,

que mientras lo torturaban se reían y tomaban whisky. Acompañó en esa

oportunidad, un listado de personas vistas en la Escuela de Mecánica de la

Armada.

Se puede destacar también que, Omar Eduardo Cigliutti Meiani fue

privado ilegítimamente de su libertad el día 25 de mayo de 1977, en la Ciudad de

Buenos Aires. Luego fue conducido a la E.S.M.A., donde permaneció

clandestinamente detenido bajo condiciones inhumanas de vida y fue Rioja el que,

según testimonio de Lila Victoria Pastoriza, lo obligó a firmar una serie de

documentación el 8 de noviembre de 1977. Cigliutti Meani fue trasladado a fines

de 1977 y permanece desaparecido.

Amalia M. Larralde cuyo testimonio obra a fs. 12.140 de la causa

principal, señaló “...Oficiales del Servicio de Inteligencia Naval (SIN) integrantes

del G.T. (...) RIOJA . Alias “Fibra ”. Teniente de Navío. Torturador.-

Así pues y a la luz de los testimonios antes colectados, el descargo

ensayado por el imputado Francisco Lucio Rioja, como se puede apreciar, se ve

claramente desvirtuado. En efecto, al momento de prestar indagatoria se remitió a

lo oportunamente expuesto en declaraciones anteriores, cuando indicó que durante

el año 1977 su destino había sido el Servicio de Inteligencia Naval, negando

consecuentemente haber tenido actividad en el grupo de tareas que operaba con

base en la Ex - Escuela de Mecánica de la Armada. Sin embargo, como vimos, los

dichos de las víctimas señalan una realidad diferente a la mencionada por Rioja al

tiempo de recibírsele declaración indagatoria, por lo que se puede afirmar que

tuvo vinculación directa con el hecho que se le enrostra, como oficial de la armada

y parte del servicio de inteligencia naval.

Es de agregarse lo ya dicho en otra oportunidad, en el sentido de la

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204

participación de personal del Servicio de Inteligencia Naval en el Grupo de Tareas

3.3/2 desde los inicios del mismo y que - según el testimonio de Martín Gras - tras

el apoyo público que Massera dio al G.T. 3.3/2 el S.I.N., creó su propio grupo

operativo, para concretar sus propios objetivos. Este testigo también señaló a

“FIBRA” o teniente de navío Rioja como feroz interrogador.

Por todo lo expuesto, entiendo que se encuentra suficientemente

probado que existió una estrecha vinculación del imputado con el suceso traído a

estudio, el cual se le hiciera conocer al tiempo de prestar declaración indagatoria,

ya que por sí mismo o con la colaboración de otros compañeros que integraban el

grupo de tareas 3.3.2 al tiempo en que Dagmar Hagelin fue privada de su libertad

y permanecía en cautiverio en la E.S.M.A., participó del hecho ilícito, razones

éstas por las que deberá responder penalmente por el delito que se le imputa.

Manuel Jacinto García:

Manuel Jacinto García se desempeñó, en la época de ocurrencia del

hecho traído a estudio, en los más altos puestos de comando de la Marina de

Guerra, la que en forma conjunta con el Ejército y la Aeronáutica usurpara el

poder durante el último gobierno de facto y a su vez diseñara las actividades

criminales que ahora son objeto de investigación.

Así, dentro de este ámbito, el nombrado cumplió funciones como

Prefecto Nacional Naval con la jerarquía de Contralmirante, cargo que dependía

del Comandante en Jefe de la Armada; también se desempeñó como Jefe del

Estado Mayor del Comando de Operaciones Navales para luego pasar a la

dirección de la Escuela de Defensa Nacional, dependiente del Ministerio de

Defensa, y finalmente desempeñarse como Jefe de Operaciones del Estado Mayor

General de la Armada.-

Su silencio al tiempo de prestar declaración indagatoria, en modo

alguno logra enervar el peso del plexo probatorio incorporado en autos, por lo que

es posible entonces afirmar que existió una estrecha vinculación de Manuel

Jacinto García con el suceso por el cual se le recibiera declaración indagatoria,

por cuanto ejerció los cargos de Prefecto Nacional Naval, Jefe del Estado Mayor

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

205

del Comando de Operaciones Navales, Director de la Escuela de Defensa

Nacional y Jefe de Operaciones del Estado Mayor General de la Armada, mientras

la damnificada era privada de su libertad y luego permanecía en cautiverio en el

interior de la E.S.M.A.

Y respecto de su conocimiento sobre ésta cuestión, es dable recordar

los testimonios de secuestrados que durante su cautiverio “recibieron la visita” de

aquellos que ocupaban altos mandos en la Fuerza tales como Massera, Montes o

Lambruschini, lo cual evidencia la importancia que tenía para la conducción de la

Armada la actividad del G.T. 3.3.2. y que además conocía de manera cierta todo

cuanto allí sucedía por lo que deberá responder penalmente por el delito que se le

imputa y por el que fuera convocado a prestar declaración indagatoria.

Raúl Jorge González

Se encuentra comprobado que Raúl Jorge González se desempeñó

desde el mes de julio de 1976 hasta mediados del año 1978 como Subdirector de

la E.S.M.A., lo que lo convertía en Jefe del Estado Mayor del G.T. 3.3/2.

En este orden de ideas, deberá volverse a recordar que la base

operativa del G.T. 3.3/2 se encontraba en la Escuela de Mecánica de la Armada,

de la que Raúl Jorge González era su Subdirector y en dicha condición también

jefe del estado mayor del G.T. 3.3/2, por lo que en tal condición mantuvo una

relación directa con todo lo que allí sucedía.

Al efecto y si bien ésto ha sido expuesto hasta el cansancio en el

marco de los autos principales, ha de recordarse que las personas privadas de su

libertad eran llevadas al edificio de la E.S.M.A., correspondiente al Casino de

Oficiales donde se las sometía a tormentos con el fin de obtener información y se

las mantenía en cautiverio, hasta disponer sobre su vida o muerte, todo fuera de

cualquier marco de legalidad o respeto a los principios básicos que hacen a la

condición humana; y en este sentido y tal como ha quedado acreditado en este

interlocutorio, el caso de Dagmar Hagelin no fue una excepción, pues también fue

trasladada a la Escuela de Mecánica de la Armada donde permaneció en cautiverio

hasta, al menos, el mes de abril de 1977, desconociéndose a la fecha su destino

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206

final.

Resta señalar que, por otro lado su silencio al tiempo de prestar

declaración indagatoria, en modo alguno logra enervar el peso del plexo

probatorio incorporado en autos.

Así, habiéndose acreditado en la causa que Raúl Jorge González se

encontraba cumpliendo funciones jerárquicas en la E.S.M.A. -Jefe del Estado

Mayor del G.T 3.3.2 y Subdirector de la E.S.M.A.-, en el mismo período de

tiempo en que la víctima Hagelin se vio damnificada por el accionar de ese mismo

grupo de tareas, puede afirmarse sin hesitación que existió una estrecha

vinculación de Raúl Jorge González con el hecho objeto de análisis, por lo que

deberá responder penalmente por el delito que se le imputa.-

Alfredo Ignacio Astiz:

Se encuentra perfectamente acreditado que, el teniente de Fragata

Alfredo Ignacio Astiz, -alias “Ángel”, “Rubio”, “Alberto Escudero”, “Gonzalo”,

“Cuervo”-, cumplió funciones en el Sector Inteligencia del G.T. 3.3.2., desde

mayo de 1976 a principios de 1979 y que en tal sentido y formando parte de ese

grupo de tareas, el 27 de enero de 1977 lideró el procedimiento que culminó con

la detención de Dagmar Ingrid Hagelin, luego de herirla con un disparo que

provino del arma de fuego que portaba, cargarla en el baúl del vehículo propiedad

de Jorge Oscar Eles, a quien previamente se lo sustrajera haciendo uso de las

mismas armas de fuego, para luego darse a la fuga. La odisea, como se supo

tiempo después, terminó con la conducción de Dagmar Hagelin a la E.S.M.A.

donde permaneció en cautiverio por un período de tiempo, desconociéndose a la

fecha su destino final.-

Pero vayamos por partes.

La vinculación del imputado Astiz con el grupo de tareas 3.3.2, se

desprende de las expresiones vertidas por Alberto Girondo, Martín Tomás Gras,

Beatriz Tokar, Carlos García, Rosario Quiroga, Graciela Daleo, Andrés Castillo,

Lisandro Rolando Cubas, Ana María Martí, Miguel Ángel Lauletta y Carlos

Lordkipanidse, entre muchos otros.

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

207

Es que, si bien se encuentra comprobado en el marco de las causas

que tramitan por ante esta judicatura, que el acusado Astiz participó y lideró

numerosos operativos, reseñaremos solo algunos de ellos, al solo efecto de

demostrar la veracidad de esta afirmación.-

Concretamente, del testimonio de los testigos Graciela Daleo y

Andrés Ramón Castillo (obrante a fs. 7/68 del legajo “Castillo Andrés Ramón s/

víctima de privación ilegal de la libertad”) surge que, Ariel Adrián Ferrari fue

secuestrado el día 27 de febrero de 1977 y que durante el procedimiento fue

herido de gravedad. Daleo y Castillo aseguran que Astiz afirmó haber participado

en el operativo que culminó con la muerte de Ferrari.

Testigos aseguran además, en relación al caso de Ferrari, que en

verdad perdió la vida en el trayecto de su traslado a la Escuela de Mecánica de la

Armada (ver declaración de las testigos María Alicia Milia, Ana María Martí y

Sara Solarz de Osatinsky).-

Con relación al caso de Graciela Silvia Rovin Zuviría de Amado,

quien fue privada de su libertad el 14 de abril de 1977, a la una de la madrugada

por un grupo de ocho personas vestidas de civil y armadas que irrumpieron en su

domicilio de la calle Montevideo 872 4° “F” de la Capital Federal, del testimonio

de la madre de la víctima, surge que uno de los que habría participado en el

operativo fue el entonces Teniente Alfredo Astiz.

También y sobre la permanencia de Rovin Zuviría en la Escuela de

Mecánica de la Armada, se pueden citar los testimonios del padre de la víctima

quien pudo mantener con ella una entrevista puesto que sus captores se lo

permitieron por breves instantes. Durante ella la víctima le mencionó que la tenían

cautiva en algún lugar en la zona de Palermo ya que cuando le sacaban la capucha

podía ver el hospital militar y que la habían trasladado a Zárate para efectuar unos

reconocimientos.

Del mismo modo, Carlos Muñoz, que permaneció privado de su

libertad en la Escuela de Mecánica de la Armada, aludió a esta víctima a quien vio

dentro de las instalaciones de la Marina, individualizándola como “La Gallega”

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208

(ver fs. 8808 de la causa principal) la que fue “trasladada” al enterarse un

integrante del Grupo de Tareas que tenía la intención de fugarse.-

Otro de los casos que dan cuenta de la participación de Alfredo

Ignacio Astiz como integrante del G.T. 3.3.2 es el de Alberto Eduardo Girondo

quien fue privado de su libertad por varios hombres de civil que portaban armas

de fuego el 15 de mayo de 1977 en Parque Chacabuco a resultas de lo cual resulto

herido en su pierna y debió ser intervenido quirúrgicamente.-

Reconoció a la Escuela de Mecánica de la Armada como el lugar

donde fue posteriormente trasladado y mantenido clandestinamente cautivo.

Encontrándose en el lugar inclusive, pudo reconocer al Teniente Astiz como uno

de los que participó en su secuestro. Alberto Girondo se le impuso de condiciones

inhumanas de vida y de alojamiento y recuperó su libertad el 19 de enero de 1979

(ver fs. 279/293 del Legajo 62 perteneciente a Guillermo Raúl Díaz Lestrem).

Inclusive puede corroborar tal extremo María Alicia Milia quien viajó junto a él,

Emilio Dellasoppa quien lo identificó como “Mateo” (ver declaración del Tomo

115 -fs. 48.460/9- remitido por el Juzgado Central de Instrucción n° 5 de la

Audiencia Nacional de España causa 19/97).-

También en lo que se refiere al caso de María Cristina Lennie quien

fue privada de su libertad el 18 de mayo de 1977 y permaneció en la Escuela de

Mecánica de la Armada en condiciones inhumanas de vida y alojamiento hasta

que se produjo su muerte en dicha dependencia, la testigo Silvia Labayrú de

Lennie, al prestar declaración, manifestó haber visto su cadáver en la habitación

n° 13 del subsuelo del casino de oficiales de la Escuela de Mecánica de la Armada

mientras se encontraba detenida allí. Del mismo modo se pronunciaron Graciela

Daleo y Andrés Ramón Castillo en el legajo que lleva las numeraciones 16 o 32 ya

mencionado.-

Respecto de la participación de Alfredo Ignacio Astiz en el operativo

en el que resultara la muerte de María Cristina Lennie, prestó declaración

testimonial Lisandro Raúl Cubas que estaba detenido en aquella dependencia

naval desde el 20 de octubre de 1976 (ver testimonio obrante en el legajo n° 96 de

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209

Cubas, Lisandro y Quiroga, Rosario).-

El caso de Beatriz Elisa Tokar privada de su libertad el 21 de

septiembre de 1977 y finalmente liberada, también ilustra sobre la participación de

Alfredo Ignacio Astiz en el Grupo de Tareas 3.3.2 con base operativa en la

Escuela de Mecánica de la Armada.-

Al respecto, según sus dichos, el operativo en el que se logró su

aprehensión sobre la Av. Maipú en la localidad de Olivos, fue comandado por el

entonces Teniente Astiz. En dicha oportunidad Tokar relató que fue abordada y

sujetada desde atrás por una persona que además comenzó a golpearla, luego la

encapucharon y la obligaron a subir a un automóvil. Fue conducida a un lugar que

posteriormente supo que se trataba de la Escuela de Mecánica de la Armada y se

la sometió a condiciones inhumanas de vida y alojamiento. Permaneció dos días

en una sala vecina a la de torturas que lleva el n° 13 ubicada en el sótano del

casino de oficiales y reconoció en dicha sala y al ya mencionado Astiz. Fue

alojada en “capucha”, con grilletes y encapuchada y se le asignó el número 481

(ver fs. 8961/70 y 7229/34 de los autos principales).-

Fue vista en la Escuela de Mecánica de la Armada por Miriam

Lewin, Graciela Daleo y Carlos García. Su situación de vinculación y vigilancia

con la Marina, pese a tener una suerte de “libertad” que le permitía no permanecer

en el edificio del casino de oficiales y ser en cambio ser obligada a desarrollar

trabajos en el Ministerio de Relaciones Exteriores, se prolongó hasta fines de

1980.-

Del mismo modo, Carlos Alberto García fue privado de su libertad el

21 de octubre de 1977 por un grupo de personas armadas y vestidas de civil

cuando salía de su domicilio en la localidad de Carapachay. Fue golpeado al

intentar fugar de sus captores y obligado a subir a un automóvil encapuchado y

esposado. Ya en libertad reconoció como participante en su secuestro a Alfredo

Ignacio Astiz y a otros, tal como surge de fs. 8961/70 de la causa 14.217/03. A su

vez, mientras permaneció en la Escuela de Mecánica de la Armada fue sometido a

torturas mediante pasajes de corriente eléctrica en la sala identificada con el n° 13

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210

ubicada en el sótano del casino de oficiales, en presencia de Astiz y otros

integrantes del Grupo de Tareas (ver también fs. 7778/80 de la causa 14.217/03

antes citada).-

También manifestó este testigo que mientras duró su permanencia en

el lugar fue alojado en el sector denominado “capucha” esposado y engrillado y

con los ojos cubiertos con un “tabique”. En ese lugar fue permanentemente

maltratado por los denominados “verdes” quienes lo golpeaban y lo quemaban con

cigarrillos. Compartió cautiverio con Amalia Larralde, Julio A. Margari, Graciela

Daleo y Miriam Lewin. Fue liberado en abril de 1981.-

En lo que respecta al caso de Rosario Evangelina Quiroga que fuera

secuestrada el 15 de diciembre de 1977 en Uruguay, la víctima declaró que luego

de dos días de encontrarse privada de su libertad y de ser torturada con el método

conocido como el “submarino” o colgándola de las muñecas con los brazos atados

por la espalda, la condujeron a una habitación donde le sacaron la venda de los

ojos. Que allí le presentaron a varios oficiales entre uruguayos y argentinos. Los

argentinos le dijeron que la iban a trasladar a Argentina en ese mismo momento

“ ...luego supe que se trataba de miembros del G.T. 3.3.2 que nos fueron a buscar

a Uruguay. Sus nombres son: Tte. de Navío Raúl Schelling alias “Mariano”;

Mayor del Ejército Juan Carlos Coronel alias “Maco”, Oficial de la Prefectura

Naval Héctor Fabre “Selva o Daniel”; miembro del Servicio Penitenciario

“Fragote...”. En la Escuela de Mecánica de la Armada se encontró con Oscar De

Gregorio otro secuestrado en la República Oriental del Uruguay que perdió la vida

en la Escuela de Mecánica de la Armada y que permanece desaparecido.

El traslado de Uruguay a la Argentina se llevó a cabo con Jaime Dri,

Rolando Pisarello y su esposa y las tres pequeñas hijas de Rosario Quiroga, las

cuales el Teniente Astiz y un oficial de la Policía que colaboraba e integraba el

G.T. 3.3.2 las llevaron a un colegio en el barrio de Belgrano donde fueron

posteriormente recuperadas por la abuela.-

A su vez, Rosario Evangelina Quiroga, a fs. 101/2 del Legajo de

documentación de la causa Antokoletz, Daniel indicó “...Teniente de Fragata

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

211

Alfredo Astiz: Oficial de Operaciones. Alias “Rubio”, “Cuervo”, Angel”,

Gonzalo”, “Alberto Escudero”. Participó activamente en secuestros,

interrogatorios y torturas y en tareas de infiltración, como la que se llevó a cabo

en el seno del grupo de familiares de desaparecidos que fueron secuestrados por

la E.S.M.A. en diciembre de 1977 junto a las dos monjas francesas en la Iglesia

de la Santa Cruz. Intentó infiltrarse en grupos de exiliados argentinos residentes

en París, operación que fracasó al ser reconocido por una exiliada que había

formado parte del grupo anteriormente citado y que logró salvarse del

secuestro...”.-

A todo ello se aduna el testimonio de Ana María Martí (ver fojas

14.708) quien en la ciudad de Berna en la sede de la Embajada Argentina en la

Confederación Suiza manifestó “...Que el día 18 de marzo de 1977 fue

secuestrada, en la estación Tropezón, cerca de San Martín, Prov. de Buenos

Aires. Que la dicente tenía una cita en el lugar con un compañero. Que trató de

sacar un boleto para dirigirse a la Capital Federal. Que detrás de la persona que

entregaba el boleto había una persona que después supo que era un marino. Que

alguien la agarró de atrás, que esta persona era el Capitán Astiz (...) que había

varios coches estacionados mirando hacia la capital federal. Que la introdujeron

dentro de un automóvil, en el asiento de atrás, en el piso y la taparon con una

manta o trapo. Que el Capitán Astiz comenzó a requisarla, que la dicente le dijo

que no la tocara, respondiéndole el nombrado que “ya no se iba a hacer más la

valiente” cuando la “dieran” con la “CAROLINA...” [Carolina era el nombre con

que se denominaba a la “picana” eléctrica”].-

Ana María Martí suministró una descripción de las cosas que pudo

escuchar durante el trayecto que duró el viaje y brindó una descripción del

recorrido que efectuaron al llegar a un edificio que mucho tiempo después se

enteró que era la Escuela de Mecánica de la Armada. También describió el trato

recibido como así el procedimiento al que fue sometida: dijo que fue fotografiada

por “Pedro” Bolita y le adjudicaron un número: 914. A partir de ese momento no

podía mencionar su nombre y si alguien preguntaba por ella debía decir aquel

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212

número.-

De modo que, la presencia de Alfredo Ignacio Astiz en la Escuela de

Mecánica de la Armada al tiempo en que el hecho que se le impuso en su

indagatoria fue cometido, se encuentra acreditado por los dichos de las personas

que pudieron sobrevivir al régimen que se les impusiera como cautivos de la

Marina. Esos dichos fueron desarrollados en los párrafos anteriores y dan cuenta

que Alfredo Ignacio Astiz, formaba parte de una agrupación denominada Grupo

de Tareas 3.3.2 cuya función era la desarrollada en el capítulo “Cuestiones

Preliminares”.-

Pero como dije anteriormente, no solo se encuentra acreditada su

presencia en la E.S.M.A. y su activa participación en diversos operativos

formando parte del grupo de tareas 3.3.2, sino que también por medio de las

declaraciones testimoniales prestadas en el marco de la presente causa, se ha

comprobado debidamente, que Astiz comandaba el operativo que aquél 27 de

enero de 1977 culminó con el secuestró de Dagmar Hagelin, previo haberla

herido, disparando el arma de fuego que portaba y que utilizó durante todo

momento, para finalmente darse a la fuga, sustrayendo, valiéndose de la misma

arma de fuego que llevaba consigo, el vehículo propiedad de Jorge Oscar Eles que

se encontraba en las inmediaciones del lugar.

Así, sin ánimos de ser reiterativo, habrá de recordarse que los testigos

presenciales Jorge Oscar Eles, Rafael Burgos, Angel Marcelino Fragelli y

Alejandro Yanone, lo vinculan directamente con su intervención en el secuestro

de Dagmar Hagelin describiéndolo fisonómicamente, para luego reconocerlo por

medio de fotografías.

Así, y si bien no habré de volver a transcribir sus declaraciones pues

ellas han sido valoradas in extenso en la parte pertinente a ellas, por razones de

brevedad me remito.

Pero no solo ello.

Porque, también se encuentra comprobado, que ya en el interior de la

E.S.M.A., y mientras Dagmar Hagelin era mantenida en cautiverio, el imputado

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

213

Astiz fue visto en varias oportunidades junto a ella y otras tantas reconoció a viva

voz, a algunos de los detenidos, su directa vinculación a través de su participación

en el caso Hagelin. Veamos.

Lisandro Cubas, señaló que cuando vio a Dagmar Hagelin en la

E.S.M.A., se encontraba con un apósito en la cabeza, pero lúcida y coherente y

ella preguntaba la razón por la cual estaba detenida si en verdad sólo había ido a

ver a su amiga Burgos, a lo que Astiz le respondió que “era una suerte que

estuviera viva por él había sido quien la detuvo y le disparó, aclarando que el

disparo lo había hecho a matar porque se había confundido con María Antonia

Berger” (ver fs. 564/65 como así también los que lucen en copia obrantes a fs.

1388/1405).

Norma Susana Burgos, en sus declaraciones testificales ya reseñadas,

concretamente señaló que “El día de su detención, había sido trasladada a la

habitación que oficiaba de enfermería en el sótano, oportunidad en que le fue

levantada la capucha que tenía y le mostraron a Dagmar Hagelin, quien se

encontraba acostada en una camilla con una herida un poco más arriba del arco

supercilar izquierdo; su cuero cabelludo y su pelo tenían aún la sangre pegada

que habría emanado de esa herida y se encontraba consciente. También en dicho

recinto estaban dos personas de la Armada cuyos nombres sabría tiempo

después: Francis William Whamond y Alfredo Astiz. Que el indicado Astiz,

dirigiéndose a Hagelin, le preguntó como estaba y le dijo que él le había

disparado el tiro que le había rozado la frente. Luego ella misma le preguntó

como estaba y Dagmar le contestó “A pesar de todo, me siento bien”. Al ser

retirada de la enfermería, los oficiales Whamond y Astiz comentaron entre ellos

“el error fue porque la suequita se parece a la Berger” ya que si bien está última

tenía más edad, y era un poco más alta, ambas tenían el mismo aspecto físico”.

A su vez, de la declaración testimonial de Graciela Beatriz Daleo

obrante a fs. 303, se desprende que estando detenida en la E.S.M.A., en febrero de

1978 en el interior de la E.S.M.A. se había realizado una reunión, que presenció

junto con Norma Susana Burgos y Horacio Maggio, en la que se encontraba

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214

presente Alfredo Astiz y donde se iba a tratar del tema de la “suequita” como le

llamaban allí dentro a Hagelin, oportunidad en que Astiz reconoció haber

participado del procedimiento que consumó la detención de Hagelin y señaló que

había sido producto de una equivocación ya que se la habían confundido con

María Antonia Bergés.

Por su parte en declaración testimonial Alberto Eduardo Girondo

señaló que el propio Alfredo Astiz le había reconocido su participación personal

en el secuestro de Hagelin en diciembre de 1977. Así, mientras se encontraba

realizando tareas de traducción en una de las oficinas de la E.S.M.A. se le

apersonó Astiz -pues era habitual que recorriera los distintos ámbitos y comentara

ciertos procedimientos- y “(...) en forma totalmente abierta le manifestó que la

había ido a buscar a la casa de Susana Burgos y que la chica había hecho lo

mismo que el declarante en la oportunidad, aclara, que es la referencia que Astiz

hace al momento de su propia detención ya que al advertir la presencia del

personal militar intentó fugar corriendo siendo baleado en una pierna; agrega

que Astiz textualmente le dijo le tuve que tirar y la trajimos herida” (vid fs. 606).

Martin Tomas Gras, dijo que aproximadamente el 10 de febrero de

1977 pudo escuchar las voces de Astiz y Acosta en las proximidades de la celda

de la muchacha (en referencia a Hagelin). Mucho más tarde supo que a esta

muchacha que era sueca, la llamaban “la suequita”, que había resultado herida en

ocasión de su detención y que había quedado hemipléjica y por ello tenía

incontinencia. Refirió que como se encontraba a cargo de la traducción de

artículos de prensa extranjera sobre la lucha contra la subversión un día, Acosta se

le acercó y le mostró un artículo del diario de lengua inglesa “Buenos Aires

Herald” donde se relataba un incidente, que Acosta calificaba de inaudito. El

incidente que rezaba el artículo era que “un comisario de policía en presencia de

un coronel del ejército y un funcionario de la Embajada Sueca, había confirmado

que tres autos de la marina habían obtenido permiso para operar libremente cierto

día dentro del distrito donde Dagmar Hagelin había sido detenida”.Señaló además

que cuando Acosta le mostró el artículo, había hecho también alusiones al destino

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215

de Dagmar Hagelin refiriéndose al caso como concluido (“una cosa pasada”).

Refirió también que el propio Astiz había hecho referencias al destino de Hagelin

en la primavera de 1978, oportunidad en que le había contado que Dagmar había

sido una de las primeras personas a quienes había detenido y que había quedado

herida, y que Acosta la había trasladado (fs. 355/361).

Sara Solarz de Osatinsky, manifestó que, habiendo sido secuestrada en

mayo de 1977 tanto otros secuestrados como los oficiales Acosta, Pernías, Perrén

y Astiz hacían comentarios de su caso y que en particular, Norma Susana Burgos

le había referido que Astiz había intervenido directamente en el hecho (vid fs.

1711/12).

De modo que y más allá de que al tiempo de prestar declaración

indagatoria, hizo uso de su derecho a negarse a declarar, ello en modo alguno

logra enervar el peso del plexo probatorio incorporado en autos, por lo que no

puedo sino afirmar su íntima vinculación con el hecho imputado.

Por todo lo expuesto, entiendo que se encuentra suficientemente

probado que existió una estrecha vinculación del imputado con el suceso traído a

estudio, el cual se le hiciera conocer al tiempo de prestar declaración indagatoria,

ya que por sí mismo y con la colaboración de otros compañeros que integraban el

grupo de tareas 3.3.2 al tiempo en que Dagmar Hagelin fue privada de su libertad

y permanecía en cautiverio en la E.S.M.A., participó del hecho ilícito, razones

éstas por las que deberá responder penalmente por el delito que se le imputa.

Jorge Eduardo Acosta:

Corresponde resaltar en primer lugar, que conforme se dejara

asentado en la causa 13/84 como así también en otros autos de mérito dispuestos

por esta judicatura, no se encuentra a esta altura cuestionado, que Jorge Eduardo

Acosta haya ejercido entre abril de 1976 y principios de 1979 la máxima autoridad

dentro de la Unidad de Tareas, cuya función era la detención de personas por

sospecha de actividades subversivas para su sometimiento a interrogatorios.

Concretamente y si bien son muchos los testimonios colectados en el

marco de la causa 14.217/03 que permiten ubicar a Jorge Eduardo Acosta, en el

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216

centro de detención clandestino “E.S.M.A”, en el período de tiempo comprendido

entre el año 1977 y 1978, como se verá seguidamente resulta por demás elocuente

el que brindó Hernández, pues fue secuestrado días antes de que lo fuera Hagelin,

lo que claramente me otorga fundamentos aún más firmes para relacionarlo

temporalmente con el hecho investigado.

Habrá de recordarse a esta altura que, si bien en su declaración

indagatoria se reconoció como jefe de inteligencia del grupo de tareas 3.3.2, no

efectuó ningún comentario puntual en relación a la desaparición de Dagmar

Hagelin, afirmando que “no podía aportar” ningún “elemento de juicio”.

Y lo cierto es que se encuentra acreditado por frondosos elementos de

prueba no solo que en dicha época el Capitán de Fragata (re) Acosta, se

desempeñó como Jefe de Inteligencia de la Unidad de Tareas 3.3.2, que

funcionaba con base operativa en la Escuela de Mecánica de la Armada, sino

también que estaba perfectamente al tanto de que Hagelin estaba detenida en la

E.S.M.A.

Veamos:

De la declaración de Silvia Labayrú de fecha 31 de julio de 1984

prestada ante la CONADEP obrante en el Legajo Labayrú Silvia número 82 y

número 14, (fs. 3) “...El G.T. 3.3.2 efectuó distintas tareas de infiltración en

distintas instituciones.- Esta actividad se intensificó al tiempo que decaían los

secuestros y desapariciones de militantes políticos. En la mayoría de los casos la

infiltración no fue más allá de simples tareas informativas...”. En la fecha que

Silvia Labayrú consignó los datos relacionados con su secuestro, incluyó a Jorge

Eduardo Acosta como uno de los represores que la habían tenido en cautiverio.

Da cuenta del desempeño de Jorge Eduardo Acosta en la Escuela de

Mecánica de la Armada, Horacio Edgardo Peralta, secuestrado el 26 de agosto de

1976, quien relató “...Refiere que en una oportunidad (...) escucha a quien luego

identifica como Tigre Acosta que gritaba “último turno para fusilamiento” (…)

“T ambién declaró haber sido torturado con electricidad y durante su cautiverio

estuvo engrillado a una bala de cañón. Este testigo fue secuestrado junto con Hebe

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Lorenzo. Ambos brindaron su testimonio el 2 de noviembre de 2004 en la ciudad

de París, República de Francia. Hebe Lorenzo también fue torturada. Fue atada a

una cama, desnuda, y se le descargaron pasajes de corriente eléctrica por el

cuerpo. Dicho accionar fue llevado a cabo por las personas que momentos antes la

habían interceptado saliendo de la casa de sus padres junto con Peralta, y la

introdujeron en un automóvil a punta de pistola. Dijo que permanentemente fue

amenazada de muerte y que siempre se la mantuvo encapuchada y con antifaz y

que durante las sesiones de tortura había un médico presente porque sufrió de

varios paros cardíacos.

También Rosario Evangelina Quiroga (ver fs. 84 del Legajo de

documentación de Antokoletz, Daniel) dijo que si bien el Capitán Acosta tomaba

a su cargo algunos interrogatorios e intervenía esporádicamente en otros,

generalmente los supervisaba todos.

Por su parte Amalia Larralde en un escrito que agregó a su

declaración pero que redactó el 1981 expresó que si bien el Capitán de Corbeta

“Tigre” Jorge Eduardo Acosta era el Jefe de Inteligencia del Grupo de Tareas.

3.3.2, en los hechos era jefe total del G.T.

A fojas 4 del Legajo identificado con el número 7 correspondiente a

Alejandro Hugo López, obra la declaración que prestara ante la CONADEP el 6

de febrero de 1984. En dicha exposición relató que en el mes de mayo de 1976 fue

incorporado al Servicio Militar destinado en la Escuela de Mecánica de la

Armada. En el lugar se hacían cachiporras, redes para granadas y se construyó lo

que se llamaba “parrilla” que consistía en una batea de acero con un tubo para

introducir gasoil donde se ponían cuerpos para incinerarlos. Esa actividad se

llevaba a cabo en el Campo de Deportes. Dijo que también se armó una camioneta

térmica que pasó a ser lo que denominaban “Swat”, la que adentro llevaba dos

camastros con correas y tenían un equipo de picanas eléctricas, dos criquets para

fijar la parte trasera en el piso y evitar que la camioneta se moviera cuando se

accionaba la picana. Que también se construyó una camilla aislada en burletes de

goma para tortura, que era usada por un sujeto al que llamaban “220" que se

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218

comentaba que era de la Policía Federal Argentina. Dijo que el día martes 13 de

junio o julio de 1976 se demoró en el horario de salida y un suboficial le solicitó

que fuera con él al salón a tomar medidas para un trabajo. Al llegar al salón

“dorado” estaban el Teniente de Fragata Savio que le dijo que necesitaba que

reconociera unas cosas que habían sacado en un procedimiento y que tomara

asiento. Que en ese momento estaban Chamorro, Salvio O. Menéndez, Jorge

Acosta y varios suboficiales (…)

Como se dijo anteriormente, un testimonio digno de ser destacado es

el de Marcelo Camilo Hernández, quien expresó que fue privado ilegítimamente

de su libertad el día 10 de enero de 1977, a las 9,30 horas, aproximadamente,

cuando llegó al estudio de Conrado Higinio Gómez, sito en la Avenida Santa Fe

entre Callao y Rodríguez Peña, ubicado arriba de la librería “Fausto”, por un

grupo operativo de la Marina Argentina compuesto por alrededor de quince

personas vestidas de civil, comandado por el Teniente de Navío Juan Carlos

Rolón (ver declaraciones de fojas 598/601vta., 620/2 y 648/9 de la causa N°

1.376/04 de este Juzgado y Secretaría). Dijo además, que a medida que iban

llegando, sus captores los engrillaban, encapuchaban, esposaban y los mandaban

para el fondo del estudio. Cuando él llegó al lugar, ya había gente en similares

condiciones, mientras que el último en llegar fue Juan Alberto Gasparini, que era

el jefe del departamento financiero de la organización “Montoneros”, en tanto

Hernández era el subjefe.

Explicó también Hernández, que pudo identificar a sus aprehensores

como el Capitán Acosta, Whamond, Rolón, Pernías, “Manuel” Benazzi y otro

con cara de boxeador que luego sindicó como Miguel Ángel García Velazco (alias

“Dante”) quienes lo condujeron a la E.S.M.A., donde permaneció

clandestinamente detenido bajo condiciones inhumanas de vida y fue torturado.

Asimismo, la víctima recordó que en el laboratorio de documentación

que funcionaba en el casino de oficiales de la E.S.M.A. le había sacado fotos a las

monjas francesas que estuvieron secuestradas en esa institución, con la bandera de

“Montoneros” ubicada detrás de ellas. Asimismo declaró que, en forma previa a la

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219

realización del mundial de fútbol de 1978, lo llevaron por todo el país para sacarle

fotos a los estadios de fútbol, con el objeto de preparar un audiovisual sobre el

mundial. También, recordó haber ido a la casa de la actriz y conductora Mirta

Legrand, junto con Acosta, Radice y Massera, para sacar fotos de la fiesta a la que

habían sido invitados esos marinos.

Manifestó además, que entre los meses de mayo o junio de 1978, el

Capitán Acosta le presentó a su cuñado, que era sordo por haberse desempeñado

como buzo profesional, quien tenía una casa de fotografía llamada “Antares”;

luego de ello, en el mes de agosto del mismo año, fue asignado para trabajar bajo

la modalidad de libertad vigilada, en la sucursal de Mendoza de esa casa de

fotografías. Allí, trabajó durante tres meses, debiendo pasar diariamente por la

inmobiliaria que funcionaba como la base operativa de los marinos, donde

trabajaba Dellasopa y se manejaba todo lo referente a Chacras de Coria.

Transcurrido ese término, regresó a Buenos Aires y se entrevistó con Radice en

una casa tipo oficina ubicada en la calle paralela a la Avenida del Libertador, muy

cerca de la E.S.M.A., y le pidió que lo dejaran salir del país para viajar a España.

Luego de tres horas, le dijo que Acosta había autorizado el viaje, lo llevó a la

E.S.M.A. y se entrevistó con Acosta, que lo instó a que se portara bien y le hizo

firmar un papel.

Por otra parte, se desprende de los dichos de Alberto Eduardo

Girondo que éste fue privado ilegítimamente de su libertad por hombres vestidos

de civil y armados, cuando transitaba por la zona de Parque Chacabuco de la

Ciudad de Buenos Aires, el día 15 de mayo de 1977, en horas de la tarde. Al

intentar escapar de sus captores, recibió varias heridas de bala en su pierna

izquierda. Luego, fue conducido a la E.S.M.A., donde permaneció

clandestinamente detenido bajo condiciones inhumanas de vida.

De sus dichos, entre otras cosas se desprende que identificó a las

personas que lo interrogaron y golpearon como García Velazco (“Dante”),

Antonio Pernías (“Trueno”) y el Capitán de Fragata Acosta (declaración de

Alberto Eduardo Girondo de fojas 279/293 del legajo Nº 62, perteneciente a

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220

Guillermo Raúl Díaz Lestrem).

Por otra parte, Sara Solarz de Osatinsky, refirió que fue privada

ilegítimamente de su libertad el día 14 de mayo de 1977, mientras esperaba un

colectivo en la esquina de Bruix y Directorio, Capital Federal, por varios hombres

de civil armados los que la golpearon, lesionándola, para luego introducirla en un

automóvil, esposada y encapuchada. Dijo que el autor de tales golpes fue Radice,

quien le produjo una herida cortante en la cabeza con una llave inglesa

(declaración de Sara Solarz de Osatinsky de fojas 12.300/22). Luego fue

conducida a la E.S.M.A., donde permaneció clandestinamente detenida bajo

condiciones inhumanas de vida y fue torturada. Conforme su testimonio, durante

su cautiverio fue torturada e interrogada por Pernías y Acosta (declaración de

Sara Solarz de Osatinsky de fojas 5662/6 del Tomo 19, 20 y 21 de la

documentación remitida por el Juzgado Central de Instrucción N° 5 de la

Audiencia Nacional de Madrid).

Asimismo de los dichos de Andrés Ramón Castillo surge que fue

privado ilegítimamente de su libertad el día 19 de mayo de 1977, mientras

transitaba por la Avenida Vernet, entre la calle Senillosa y la Avda. La Plata, de la

Ciudad de Buenos Aires (véase la declaración prestada por el nombrado en el

juicio celebrado en la causa N° 13/84 ante la Cámara Nacional de Apelaciones en

lo Criminal y Correccional Federal, obrante a fojas 44/7 del legajo N° 25

correspondiente a Daniel Marcelo Schapira). El mencionado, fue conducido a la

E.S.M.A., esposado, en una ambulancia donde también estaba presente Alfredo

Bursalino (en esa época, también secuestrado en la E.S.M.A.). Allí, permaneció

clandestinamente detenido bajo condiciones inhumanas de vida y fue golpeado.

Asimismo, Castillo relató que cuando arribaron a la E.S.M.A. fue conducido a la

sala de torturas N° 13, ubicada en el subsuelo, donde fue interrogado por el

Capitán de Corbeta Jorge Eduardo Acosta (alias “Tigre”, “Santiago” o “Aníbal”)

y el Teniente de Navío Miguel Ángel García Velazco (alias “Dante”).

Beatriz Elisa Tokar de Di Tirro, quien fuera privada ilegítimamente

de su libertad el día 21 de septiembre de 1977, a las 20 horas aproximadamente,

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221

en un operativo que habría sido comandado por Alfredo Astiz. En tal ocasión, la

víctima caminaba por la Avenida Maipú, en la localidad de Olivos, Provincia de

Buenos Aires, cuando un hombre la sujetó desde atrás y comenzó a golpearla.

Luego, la obligaron a abordar un automóvil, con los ojos vendados y

encapuchada; inmediatamente fue conducida a la E.S.M.A., donde permaneció

clandestinamente detenida bajo condiciones inhumanas de vida y fue sometida a

torturas. Asimismo, permaneció durante dos o tres días en una sala de torturas,

vecina a la número 13, en el sótano de esa dependencia naval. Entre las personas

que estaban en esa sala reconoció a Alfredo Astiz, Francies Whamond -quien

sistemáticamente le aplicaba golpes de puño en la cara-, Raúl Scheller, Antonio

Pernías, Héctor Antonio Febres, Jorge Eduardo Acosta, Gonzalo Sánchez,

Ernesto Weber y Roberto Naya. Se desprende también de la prueba obtenida, que

a mediados del mes de abril de 1978, a la víctima le fue comunicado por Acosta

que sería llevada a realizar tareas de oficina al Ministerio de Relaciones

Exteriores, a cargo del Almirante Montes, lo que sucedió en mayo de ese año.

Carlos Alberto García, que fue privado ilegítimamente de su libertad

el 21 de octubre 1977 por un grupo de personas armadas y vestidas de civil,

cuando salía de su domicilio sito en la calle Caxaraville N° 3573 de la localidad

de Carapachay, Provincia de Buenos Aires. En esa ocasión, fue fuertemente

golpeado cuando intentó huir de sus captores; lo encapucharon, esposaron e

introdujeron en un automóvil. Reconoció como partícipes de su secuestro a

Alfredo Ignacio Astiz, Néstor Omar Savio, Héctor Antonio Febres, Antonio

Pernías, Raúl Scheller y Jorge Acosta (véase la presentación obrante a fojas

8961/70).

Oscar Rubén De Gregorio, privado ilegítimamente de su libertad por

las fuerzas armadas uruguayas, el día 16 de noviembre de 1977, en el Sector de

Migraciones del puerto de Colonia de Uruguay, mientras realizaba los trámites

para ingresar al país, fue luego trasladado a la República Argentina por un grupo

de integrantes del grupo de tareas que operaba en la E.S.M.A., quienes finalmente

lo condujeron a dicha dependencia naval, donde permaneció clandestinamente

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detenido, fue torturado y alojado bajo condiciones inhumanas de vida.Los

encargados del traslado de De Gregorio a la Argentina, según el testimonio

brindado por Sara Solarz de Osatinsky, María Alicia Milia de Pirles, Ana María

Martí (fojas 1536/64 de los autos principales) y Rosario Evangelina Quiroga

(fojas 47/103 del legajo N° 96 de Lisandro Cubas y Rosario Quiroga) fueron el

Capitán de Corbeta Jorge Eduardo Acosta, el Teniente de navío Scheller -alias

"Mariano"-, el Mayor del Ejército Coronel -alias "Maco"-, el Prefecto Febres

-alias "Daniel"-, el Oficial del Servicio Penitenciario Federal -alias "Fragote"-.

Finalmente, De Gregorio habría fallecido en la E.S.M.A. el día 25 de abril de

1978.

Rosario Evangelina Quiroga, quien fuera privada ilegítimamente de

su libertad por fuerzas conjuntas uruguayas, el día 15 de diciembre de 1977, a las

8,30 horas aproximadamente, junto con Rolando Pisarello, en la ruta

interbalnearia del balneario de Lagomar, República Oriental del Uruguay.

Primero fue conducida a una residencia en la localidad de Carrasco, donde

permaneció durante dos días y fue torturada mediante la aplicación de golpes y del

método conocido como "submarino" y posteriormente, la trasladaron a la

E.S.M.A.donde fue interrogada por un Oficial de la Marina conocido como el

"Alemán" y por el Capitán de Fragata Jorge Acosta (declaración de Rosario

Evangelina Quiroga de fojas 47/122 del legajo Nº 96).

Expuesto, ello y tal como señalara anteriormente, a continuación

veremos por qué afirmo que Acosta estaba perfectamente al tanto de que Hagelin

había sido secuestrada y que se encontraba en el interior de la E.S.M.A en

cautiverio al tiempo que él era la máxima autoridad al mando de la Unidad de

Tareas:

Martin Tomas Gras, dijo que aproximadamente el 10 de febrero de

1977 pudo escuchar las voces de Astiz y Acosta en las proximidades de la celda

de la muchacha (en referencia a Hagelin). Mucho más tarde supo que a esta

muchacha que era sueca, la llamaban “la suequita”, que había resultado herida en

ocasión de su detención y que había quedado hemipléjica y por ello tenía

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223

incontinencia. Refirió que como se encontraba a cargo de la traducción de

artículos de prensa extranjera sobre la lucha contra la subversión un día, Acosta se

le acercó y le mostró un artículo del diario de lengua inglesa “Buenos Aires

Herald” donde se relataba un incidente, que Acosta calificaba de inaudito. El

incidente que rezaba el artículo era que “un comisario de policía en presencia de

un coronel del ejército y un funcionario de la Embajada Sueca, había confirmado

que tres autos de la marina habían obtenido permiso para operar libremente cierto

día dentro del distrito donde Dagmar Hagelin había sido detenida”.Señaló además

que cuando Acosta le mostró el artículo, había hecho también alusiones al destino

de Dagmar Hagelin refiriéndose al caso como concluido (“una cosa pasada”).

Refirió también que el propio Astiz había hecho referencias al destino de Hagelin

en la primavera de 1978, oportunidad en que le había contado que Dagmar había

sido una de las primeras personas a quienes había detenido y que había quedado

herida, y que Acosta la había trasladado (fs. 355/361).

A su vez Sara Solarz de Osatinsky, declaró que si bien no la había

conocido personalmente a Hagelin, sabía de su caso por testigos que le merecían

fe, que habían estado secuestrados en la E.S.M.A. en la misma época en que

estuvo Hagalin, a saber: Norma Susana Bugos quien a su vez le había

referenciado haberla visto en el Casino de Oficiales, semiparalizada a causa de las

heridas que había sufrido cuando fue secuestrada. A su vez explicó que, habiendo

sido secuestrada en mayo de 1977 tanto otros secuestrados como los oficiales

Acosta, Pernías, Perrén y Astiz hacían comentarios de su caso y que en particular,

Norma Susana Burgos le había referido que Astiz había intervenido directamente

en el hecho (vid fs. 1711/12).

De modo que no puedo sino afirmar que existió una incuestionable

vinculación del encausado con el hecho delictivo aquí analizado, por cuanto como

Jefe de Inteligencia del Grupo de Tareas 3.3/2 estaba a cargo de la ubicación y

señalamiento de los futuros secuestros, dirigiendo y comandando todas y cada

una de las operaciones que el grupo a su cargo realizaba, y el de Dagmar Hagelin

no fue una excepción, razones éstas por las que deberá responder penalmente por

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224

el delito que le fuera enrostrado al momento de recibirle declaración indagatoria.

Orlando González:

Se encuentra probado que el imputado González, alias “Hormiga” y

“Miguel”, formó parte del sector inteligencia del grupo de tareas que con base

operativa en la Escuela de Mecánica de la Armada ejercía su actividad, siguiendo

la orden de exterminio al elemento subversivo, conforme la organización de los

altos mandos de las Fuerzas Armadas, en ese entonces a cargo del Gobierno

Nacional, para el momento en que tuvo lugar el hecho analizado en este decisorio.

Para afirmar ello habré de tener en cuenta las declaraciones

testimoniales de quienes se expidieron en torno a la presencia de aquél en la

E.S.M.A. entre el mes de marzo de 1977 y hasta la llegada de la democracia en el

año 1983.

Veamos.

Carlos Muñoz se pronunció respecto del evaluado del siguiente

modo: "había un fotógrafo Orlando González, alias el hormiga o Miguel. Este

fotógrafo era auxiliar de Inteligencia, trabajaba para el Fotoclub La Marina,

digamos era socio del Fotoclub La Marina y lo representaba en concursos

fotográficos y fue el encargado de sacarle fotos a Thelma Jara de Cabezas, en

Uruguay, cuando Thelma fue secuestrada y el Grupo de tareas trató de que los

medios de información y la gente pensara de que no, que no había sido

secuestrada, sino que lo suyo era, se había ido del país por miedo, incluso hubo un

reportaje en la revista "Para Ti", por este caso". En torno a esta cuestión de las

fotografías de Jara de Cabezas, el testigo dijo que "Orlando González, El hormiga,

me trajo los negativos, yo fui el que los revelé y los copie, dentro de la E.S.M.A."

(testimonios de legajos de Muñoz, Bejerman, Reboratti, Cheula que lleva los nros.

4/74/79/80, fs. visibles nros. 6196 y 83).-

Por su parte, Martín Tomás Gras, secuestrado y trasladado a

E.S.M.A. el 14 de enero de 1977, señaló al ahora evaluado, como una de los

suboficiales que se hallaban integrados al Grupo de Tareas 3.3.2, exponiendo que

el mismo era conocido como "Hormiga" y era auxiliar de inteligencia y fotógrafo,

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225

quien habría realizado una exposición de sus trabajos en el Club Gimnasia y

Esgrima de Buenos Aires y habría participado en varios concursos. (ver Lagajo

N°71, fs. 32).-

Orlando González también fue mencionado por Víctor Melchor

Basterra, quien lo señala en el listado obrante a fs. 102 del legajo del nombrado

como "hormiga" o "Miguel", suboficial, aux. ICIA, ente los años 1979 y 1980. A

la vez, Basterra indicó que Orlando González era "auxiliar de inteligencia y como

tal, su tarea era extraer informaciones, sistematizarlas y ordenarlas". Redordó que

el sindicado solía "llevarles encargos a la sección de documentación o de

fotografía, ordenados por el 2° Jefe de Inteligencia que allí operaba, 'Gerónimo

Dunda', entonces teniente de Navío..." y que en cierta oportunidad en que fue

trasladado al sector “huevera”, que había sido subdividido por paneles, se lo

exhortó para que contara la historia de su vida por escrito -ello en diciembre de

1979-, Orlando González se había presentado ante él, oportunidad en la cual le

gritó que se volviera hacia él, insultándolo y pellizcándolo, a la vez que lo instaba

a que escribiera las verdaderas razones por las que se encontraba allí. Lo expuesto

surge de la declaración prestada el 12/2/85 obrante a fojas 147/9 del legajo

caratulado “Varela Cid, Eduardo s/denuncia Jara de Cabezas, Thelma”

Asimismo, Thelma Jara de Cabezas, en su declaración durante el

juicio en la causa 13/84, cuya copia obra a fs. 232/280 del expediente “Varela Cid,

Eduardo s/denuncia Jara de Cabezas, Thelma”, que corre por cuerda, dio cuenta

de haber tenido contacto con el encartado Orlando González, alias "Hormiga",

durante su cautiverio en la ESMA. Así, dijo que "en junio, un domingo me sacan

para hacerme fotografías por la Panamericana, me saca uno del servicio, de

inteligencia, que le decían "Hormiga" (...) el "Hormiga" me lleva por la

Panamericana y me sacan varias fotos, con la intención de empalmarlo, no se

como es el término correcto, con algún edificio del Uruguay, para hacer...para

mandar al exterior y hacer creer de que yo estaba en el Uruguay...". También

explicó haber sido fotografiada por el mencionado en la República Oriental del

Uruguay, lugar al que fuera llevada a tales fines.

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226

Del mismo modo, Lázaro Gladstein dijo que el Suboficial Orlando

González era la persona a quien conociera como "Miguel", agregando que "el

referido González estaba perfectamente al tanto de lo que ocurría en la Escuela de

Mecánica de la Armada, siendo una de las tareas de dicho suboficial recepcionar a

los detenidos, registrarlos en el libro de entradas, fichas y carpetas, como así

también de anotar las pertenencias que portaban" (confme. fs. 17/18 del legajo

n°76 correpondiente a Gradstein).

Andrea Bello mencionó al imputado -con su apodo "Hormiga"-, al

enunciar al personal que dentro de la Escuela de Mecánica de la Armada se

hallaba con los detenidos (ver fs. 164 vta. de la declaración testimonial de aquella

obrante en el legajo N°76).

También Víctor Aníbal Fatala expresó que cuando arribó a la

E.S.M.A. identificó a las personas que lo estaban torturando, entre las que afirmó

se hallaba "un Suboficial de la Armada apodado 'Hormiga' o 'Miguel", agregando

que la sesión de torturas a las que hacía referencia había durando alrededor de dos

días (confme. fojas 48 de su declaración testimonial agregada en el legajo

correspondiente a los casos 87/88).

En el mismo sentido, se pronunció Enrique Mario Fukman, al

exponer que según recordaba, durante su cautiverio en la E.S.M.A., actuaban

como complemento dentro de inteligencia los suboficales "Leo", que era buceador

naval y el "hormiga Miguel" que era fotógrafo profesional, entre otros. Asimismo,

el nombrado explicó que fue torturado mediante la aplicación de picana eléctrica

por Mariano, quien resultara ser el encartado Scheller, pero que luego de ello, en

los días subsiguientes, "ya en otro lugar del subsuelo, fue sometido a golpes varios

sobre el cuerpo, siempre con el mismo tipo de interrogatorio"...dando cuenta de

que una una oportunidad fue violentamente golpeado por el suboficial llamado

"Hormiga".(ver constancias del legajo N°69, fs. 4/5 y 203/206).

Por su parte, de los legajos CONADEP nros. 5307, 4442 y 3967,

correspondientes a María Alicia Milia, Ana María Marti y Sara Solarz

respectivamente, se desprende que todas ellas mencionaron al imputado como uno

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

227

de los integrantes del Grupo de Tareas que funcionaba en la E.S.M.A., quien en

todos los casos era conocido como el Suboficial "Hormiga".-

Por último, habrá de recordarse que el acusador público, al momento

de expedirse inicialmente en este legajo en los términos del art. 180 del Código

Procesal Penal de la Nación, ubicó a González, desde 1977 hasta el año 1980,

afirmando que se había desempeñado como Suboficial Primero y Auxiliar de

Inteligencia del Servicio de Inteligencia Naval (S.I.N.), reconociendo como

destino, al menos durante el año 1979, a la E.S.M.A. y de que entre 1980 y 1984

había actuado como Suboficial Segundo y Auxiliar de Contrainteligencia de la

jefatura de Inteligencia Naval.

Durante ese período y según constancias del respectivo legajo

personal, el mencionado fue calificado de modo satisfactorio por sus superiores

para ascender al cargo subsiguiente, quienes en muchos casos se corresponden con

personas también imputadas en este legajo, tal el caso de Raúl González y José

Antonio Supicich (ver fs. 89/94).-

Resta señalar que, por otro lado su silencio al tiempo de prestar

declaración indagatoria, en modo alguno logra enervar el peso del plexo

probatorio incorporado en autos.

Por todo lo expuesto, entiendo que se encuentra suficientemente

probado que existió una estrecha vinculación del imputado con el suceso traído a

estudio, el cual se le hiciera conocer al tiempo de prestar declaración indagatoria,

ya que por sí mismo o con la colaboración de otros compañeros que integraban el

grupo de tareas 3.3.2 al tiempo en que Dagmar Hagelin fue privada de su libertad

y permanecía en cautiverio en la E.S.M.A., participó del hecho ilícito, razones

éstas por las que deberá responder penalmente por el delito que se le imputa.

Alberto Eduardo González

Se encuentra acreditado que Alberto Eduardo González formó parte

integrante del Grupo de Tareas 3.3/2 con base operativa en la Escuela de

Mecánica de la Armada, y que cumplía funciones como oficial de Inteligencia.

Según los testimonios brindados por los sobrevivientes que

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228

estuvieron detenidos en la E.S.M.A. y más allá de que ya ha sido expuesto, no

huelga recordar aquí que el Sector Inteligencia “... Estaba conformada por

oficiales de la Armada secundados en sus tareas por suboficiales de la Marina,

personal de Prefectura y Servicio Penitenciario. Los ayudantes eran denominados

los “Gustavos”. Tenía a su cargo el manejo de la información proporcionada por

diversas fuentes así como la que arrancaban a los prisioneros bajo tortura y el

estudio de todos los papeles que estos portaban en el momento de su detención.

Con esta información, los oficiales decidían los secuestros a realizar y luego

seguían el proceso de los detenidos en la E.S.M.A.: interrogatorio y tortura.

Participaban en la decisión de los traslados. Intervenían en operaciones cuando

por su envergadura, lo consideraban oportuno...” (ver testimonio de Nilda Noemí

Actis Goretta obrante en el Legajo 56 o 62).

Son numerosos los testimonios obrantes en la causa principal y en los

legajos que corren por cuerda, que hacen precisa referencia a la actividad de

Alberto Eduardo González dentro de la Escuela de Mecánica de la Armada y

como parte integrante del Grupo de Tareas 3.3.-

Veamos.

Ciertamente, la testigo Actis Goretta señaló al imputado como

Alberto González (“Menotti” o “Navarro”) como Teniente de Fragata alias

“Gato” o “Luis”, como oficial de inteligencia, torturador quien a comienzos de

1979 fue destinado a Inglaterra.-

También Rosario Evangelina Quiroga, a fs. 101 del Legajo de

documentación de la causa Antokoletz, Daniel indicó “...Teniente de Fragata

Alberto González Menotti: Oficial de Inteligencia. Alias “Luis” y “Gato”.

Funcionario en el área de prensa del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Participó activamente en secuestros, interrogatorios y torturas. Formó parte del

grupo que secuestró a las monjas francesas y a los familiares de desaparecidos.

Fue enviado a Inglaterra a cumplir funciones de agregado a la Embajada

Argentina en Londres. Durante el desempeño de esta actividad, fue identificado

por una liberada de la E.S.M.A. y filmado este encuentro por periodistas

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

229

ingleses...”.-

Puede asimismo referenciarse el caso que damnificó a Carlos

Bartolomé secuestrado en octubre de 1977 y obligado a desempeñar tareas en la

empresa “Chroma S.A.” ubicada en Besares 2025 Planta Baja de esta ciudad de

Buenos Aires, propiedad que según información obtenida, le habría sido

apropiada a un detenido. A esa casa donde Bartolomé se encontraba realizando

tareas mientras permanecía en condición de detenido desaparecido, concurrían

asiduamente González Menotti (Alberto Eduardo González), Radice y Acosta.-

En la declaración testimonial prestada por Graciela Beatriz Daleo

obrante en el legajo 43 o 20, surge que mientras a la testigo se le exhibía en el

marco de dicha declaración el Anexo XVII apéndice 27 (donde obran numerosas

fotografías sacadas de la Escuela de Mecánica de la Armada por Víctor Basterra

que pertenecen a distintos funcionarios de la Marina, Policía Federal etcétera, y

que obra en Secretaría), reconoció en una de ellas a (la de fs. 15) a González

Menotti. Según el testigo Basterra, tales fotografías fueron tomadas dentro de la

Escuela de Mecánica de la Armada y posteriormente sacadas de allí sin que sus

captores supieran algo al respecto.-

Las testigos Ana María Martí, Sara Solarsz de Osatinsky y María

Alicia Milia también señalaron al mencionado como integrante del grupo de

inteligencia individualizándolo como Teniente de Fragata Alberto González

Menotti alias “Gato” o “Luis” (Legajo identificado con los números 23, 24, 31

II cuerpo).-

Asimismo Martín Tomás Gras a fs. 28 del legajo identificado bajo el

n° 71 se refiere al imputado indicándolo como Alberto González (Menotti o

Navarro, segundo apellido) “... “Gato” o “Luis. Tteniente de Fragata. Oficial de

Inteligencia. Participó en Operaciones como el secuestro de las monjas

francesas...”.-

También se refirió a él Juan Alberto Gasparini en su declaración

prestada a fs. 11.944 del principal, indicando que un oficial que respondía al

nombre de González Menotti era el encargado de sus interrogatorios agregando

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230

que ello era “...algo normal con relación a los detenidos...” . -

Andrés Ramón Castillo a fs. 12.051 brindó precisiones respecto de

Alberto Eduardo González. Al respecto dijo que pudo verlo durante gran parte del

tiempo que duró su cautiverio. Manifestó que era oficial de Inteligencia y uno de

los “favoritos” del “Tigre” Acosta.

También coincide en cuanto a la identidad del imputado señalándolo

como intergante del G.T. 3.3, Marta Remedios Alvarez ya que mientras

permaneció privada de su libertad vio a varias personas que estaban en forma

permanente en la Escuela. Uno de los mencionados fue Alberto González

Menotti alias “Luis” o “Gato”.-

Graciela Beatriz García, también lo incluye dentro de la nómina de

personal de la marina que desarrollaba tareas en la Escuela de Mecánica de la

Armada (ver fs. 16.177), pues señaló que uno de los que estuvo presente en el

interrogatorio al que fue sometida fue González Menotti alias “Gato”. Estando en

la E.S.M.A. fue sometida a condiciones inhumanas de vida y a malos tratos.

Explicó que la comida era escasa, que los presos eran agredidos por los guardias

en forma permanente y se escuchaba música a todo volumen durante todo el día.

También hizo referencia a unos procedimientos los “paseos” (para que los

secuestrados señales a otros conocidos en la calle y así poderlos secuestrar) y a su

permanencia en un lugar que denominaban “capucha”. También relató que fue

sometida a un simulacro de fusilamiento.

Miguel Angel Lauletta señalo a fs. 11.738 de los autos principales, a

González Menotti (identificación coincidente en prácticamente todos los

testimonios) como uno de los marinos que ultimó a una pareja en plena calle. Esa

pareja estaba presente en el lugar porque habían sido citados y Alberto Eduardo

González simulaba en ese momento ser su cita. Como la cita estaba frustrándose

(porque el rostro del marino no les fue familiar) la pareja no hizo contacto. Luego

de ello ocurrieron los disparos y la muerte. Según Lauletta los fallecidos nunca

fueron identificados.-

Sentado lo dicho, es a todas luces claro que los testimonios antes

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

231

expuestos logran echar por tierra el descargo ofrecido por González cuando señaló

que en el año 1977 no había estado en el país pues había prestado servicios para la

Armada en el exterior, razón por la cual desconocía el hecho que se le imputaba, y

negó su intervención y/o participación como así también las pruebas que se le

imponían.

Por todo lo expuesto, entiendo que se encuentra suficientemente

probado que existió una estrecha vinculación del imputado con el suceso traído a

estudio, el cual se le hiciera conocer al tiempo de prestar declaración indagatoria,

ya que por sí mismo o con la colaboración de otros compañeros que integraban el

grupo de tareas 3.3.2 al tiempo en que Dagmar Hagelin fue privada de su libertad

y permanecía en cautiverio en la E.S.M.A., participó del hecho ilícito, razones

éstas por las que deberá responder penalmente por el delito que se le imputa.

Nestor Omar Savio:

Sin perjuicio de lo manifiesto por Néstor Omar Savio al tiempo de

escuchárselo en la declaración indagatoria, al afirmar que para febrero de 1977 no

estaba en la ESMA, corroboran su presencia y su participación en el Grupo de

Tareas 3.3/2, al menos durante los años 1976 y 1977 los siguientes testigos:

Rosario Evangelina Quiroga brindó su testimonio en el legajo de

documentación de la causa Antokoletz, Daniel (ver fs. 102) donde suministra

información respecto del Teniente de Fragata “Savio” . Manifestó “... Oficial de

logística. Alias “Norberto” y “Halcón”. Participó activamente en el accionar

represivo y en los manejos del botín de guerra, con lo cual se enriqueció

personalmente...”.

Marta Remedios Álvarez, secuestrada el 26 de junio de 1976, cuya

declaración testimonial obra a fs, 14.111 de los autos principales, también

referencia sobre la presencia permanente de este imputado en la Escuela de

Mecánica de la Armada.

Alfredo Manuel José Buzzalino también señaló a Néstor Omar Savio

como integrante del Grupo de Tareas 3.3/2 y precisó que aquel fue uno de los que

participó en el operativo de su secuestro ocurrido el 25 de junio de 1976 en Seguí

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232

y Scalabrini Ortiz en horas de la mañana (ver fs. 14.224/14.228 de los autos

principales). En su testimonio Alfredo M.J. Buzzalino, brindó datos sobre las

características del lugar y usos en cuanto al tratamiento de los detenidos, tales

como el uso permanente de esposas y capucha, tortura mediante pasajes de

corriente eléctrica, golpes en forma permanente y los “paseos”: método mediante

el cual algunos integrantes del Grupo de Tareas 3.3 subían a un detenido a un

automóvil a “pasear” obligándolo a señalar a compañeros, o domicilios donde

poder ubicarlos. Este testigo relató que una de las formas en que se lo torturó,

consistió en pasarle por encima con una motocicleta. Durante su cautiverio pudo

ver a Alejandro Calabria, a José Cacabelos, a Bettina y a Sergio Tarnopolsky

quienes por su condición de judíos recibieron mayor maltrato.

También Miguel Angel Lauletta brindó su testimonio a fs. 11.738 de

la causa 14.217/03, vinculando a este imputado con su actividad dentro del Grupo

de Tareas 3.3 de la E.S.M.A. Dijo que “...el día 20 de octubre de 1976 día de la

cita nacional, al dicente lo suben a un automóvil donde estaba Sabio, al que le

dicen “Halcón”. Del otro automóvil baja González Menotti que tenía la

contraseña puesta. Es así que en la calle había una chica y un muchacho también

con la contraseña puesta que no se acercaron a González Menotti porque no lo

conocían y tal parece que ellos sí se conocían de antes. Pasó el tiempo y como no

aparecía nadie Sabio se baja del auto con un arma y González Menotti hace los

mismo. Cada uno de ellos dispara a cada uno de los dos chicos quienes pierden la

vida en ese momento. Nunca los pudieron identificar...”. De lo antes descripto

puede concluirse que Miguel Angel Lauletta había sido sacado a un “paseo” tal

como llamaban a los procedimientos destinados a que unos secuestrados

“marquen” a compañeros, sus domicilios de éstos o lugares donde poder

ubicarlos.

También se ha referido sobre su actuación en la Escuela de Mecánica

de la Armada, Alejandro Hugo López, cuya declaración se encuentra agregada a

fs. 4 del Legajo identificado con el n° 7 correspondiente a Alejandro Hugo López.

Dicha declaración fue realizada el 6 de febrero de 1984 ante la CONADEP. En

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

233

dicha exposición relató que en el mes de mayo de 1976 fue incorporado al

Servicio Militar destinado en la Escuela de Mecánica de la Armada. Explicó que

en ese lugar se confeccionaban cachiporras, redes para granadas y se construyó lo

que se llamaba “parrilla” que consistía en una batea de acero con un tubo para

introducir gasoil donde se ponían cuerpos para incinerarlos. Que también se armó

una camioneta térmica que pasó a ser lo que denominaban “Swat”, las que adentro

llevaban dos camastros con correas y tenían un equipo de picanas eléctricas, dos

criquets para fijar la parte trasera en el piso y evitar que la camioneta se moviera

cuando se accionaba la picana. Dijo que el día martes 13 de junio o julio de 1976

se demoró en el horario de salida y un suboficial le solicitó que fuera con él al

salón a tomar medidas para un trabajo. Al llegar al salón “dorado” estaban el

Teniente de Fragata Savio que le dijo que necesitaba que reconociera unas cosas

que habían sacado en un procedimiento y que tomara asiento. Que en ese

momento estaban Chamorro, Salvio O. Menéndez, Jorge Acosta y varios

suboficiales. Al tiempo que Savio le extendió unas fotografías que no alcanzó a

ver, fue encapuchado y esposado. Fue golpeado brutalmente por el Teniente Savio

y por los otros presentes. Lo obligaron a cambiarse la ropa militar que vestía por

ropa de civil y luego lo golpearon nuevamente. Estando en el piso le pasaron

varias veces un cuchillo por la espalda produciéndole varios tajos al tiempo que

Salvio Menéndez le decía que lo iban a cortar en pedacitos. La golpiza duró

aproximadamente tres horas. Lo condujeron hacia arriba al piso del tanque de

agua donde alojaban a los presos políticos. Luego lo llevaron a otro lado, lo

colocaron en un camastro y le bajaron los pantalones, y mediante la utilización de

la picana lo interrogaron para que dijera si le había entregado una bolsa de dos

kilos de clavos a Tarnopolsky.

Asimismo, del testimonio de Carlos Alberto García, se desprende que

fue privado ilegítimamente de su libertad el 21 de octubre 1977 por un grupo de

personas armadas y vestidas de civil, cuando salía de su domicilio sito en la calle

Caxaraville N° 3573 de la localidad de Carapachay, Provincia de Buenos Aires.

En esa ocasión, fue fuertemente golpeado cuando intentó huir de sus captores; lo

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234

encapucharon, esposaron e introdujeron en un automóvil. Reconoció como

partícipes de su secuestro entre otros a Néstor Omar Savio (ver la presentación

obrante a fojas 8961/70 obrante en la causa 14.217/03). Luego, fue conducido a la

E.S.M.A., donde permaneció clandestinamente detenido bajo condiciones

inhumanas de vida y fue torturado (ver Anexos del Informe de la Comisión

Nacional sobre la Desaparición de Personas, op. cit., págs. 70 y 71 del Anexo II

“Personas vistas en lugares de detención”, identificado con el número de actor

10.201 y 10.242, respectivamente).

Por todo lo expuesto, entiendo que se encuentra suficientemente

probado que existió una estrecha vinculación del imputado con el suceso traído a

estudio, el cual se le hiciera conocer al tiempo de prestar declaración indagatoria,

ya que por sí mismo o con la colaboración de otros compañeros que integraban el

grupo de tareas 3.3.2 al tiempo en que Dagmar Hagelin fue privada de su libertad

y permanecía en cautiverio en la E.S.M.A., participó del hecho ilícito, razones

éstas por las que deberá responder penalmente por el delito que se le imputa.

Randolfo Luis Agusti Scacchi

Tal como dio cuenta el descargo que brindara oportunamente el

procesado Antonio Pernías en el marco de la causa 14.217/03, también de trámite

por ante esta judicatura, la forma de operar del G.T. 3.3 se componía de oficiales y

suboficiales permanentes y rotativos. Esto resulta además corroborado por lo que

en tal sentido han declarado Martín Tomás Gras, Graciela Daleo, Alberto Girondo

y Andrés Castillo, personas que como se sabe han estado privados de su libertad

en la E.S.M.A. Al mismo tiempo también, diversos sobrevivientes indicaron que

además de los oficiales de la E.S.M.A. estaba el personal del S.I.N. con quienes

había cierta rivalidad.-

En este orden de ideas, parece oportuno transcribir lo que respecto de

Randolfo Luis Agusti mencionó Antonio Pernías en su ampliación de indagatoria

prestada el 22 de mayo de 2006. “... Recuerdo que al inicio de las operaciones a

mediados de 1976, los procedimientos se iban ajustando a los conocimientos

profesionales y a la experiencia adquirida en el accionar contra el enemigo;

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

235

luego y aproximadamente afines de 1976, o inicio del 1977 con la asignación de

Oficiales Rotativos provenientes de diferentes destinos de la Armada, el entonces

Teniente de Navío de I.M. Randolfo Agusti (oficial rotativo en comisión, y de

gran solvencia profesional) bajo la supervisión del Jefe de Operaciones se

implementaron procedimientos operativos, ajustados para diferentes

situaciones, supongo que en base a la experiencia adquirida y la Reglamentación

disponible en aquel entonces. De acuerdo a constancias incorporadas a la Causa

761(cuerpo XI fojas 4 a 9), y firmadas por el entonces Jefe de Estado Mayor

general de la Armada, los Oficiales Rotativos que serían asignados a los

diferentes Grupos de Tareas de la Armada, recibían instrucción acorde según

un programa desarrollado en el Centro de Adiestramiento de Infantería de

Marina, mediante un ciclo de cursos anuales, especificándose la cantidad de

efectivos asignados a cada uno de ellos. La documentación y reglamentación

empleada no estuvo a mi alcance pero supongo que el Jefe de Operaciones

debería tener conocimiento. En cuanto a la detención, registro, interrogatorio,

alojamiento de prisioneros y destino final, desconocía por mi jerarquía la

bibliografía utilizada, pero habida cuenta de los reglamentos que hoy tomaron

estado público, y dado que en general las Unidades contaban con la

reglamentación de otras fuerzas, se procedía de acuerdo entre otros, con lo

ordenado en el reglamento ROP B30 B5 “Prisioneros de guerra” que fuera

acompañado con el pedido de sobreseimiento…”(destacados ausentes en el

original).-

Y entonces más allá de que Agusti Scacchi se cierre en negar su

participación diciendo que ninguna de las pruebas lo vinculaban con el hecho

imputado, que había estado en la ESMA pero solo por dos meses durante el año

76 y que no había formado parte del grupo de tareas, como así también que en

dicha época no existía tal “rotación” como lo sugería Pernías y puntualmente que

en la fecha indicada se encontraba fuera del país, lo cierto es que teniendo en

cuenta las especificaciones indicadas por el procesado Antonio Pernías, no cabe

sino considerar con un grado de convicción suficiente, que el “Curso de

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236

Administración Logística” que consta en el folio 110 del Legajo Personal de

RANDOLFO L. AGUSTI tiene relación con su actividad como rotativo en la

Escuela de Mecánica de la Armada y que consitituye un elemento probatorio con

entidad suficiente como para entender -con el grado de certeza requerido en esta

etapa procesal- que ha participado en el hecho por el cual se le recibió declaración

indagatoria y que efectivamente durante el año 1977 fue personal rotativo del

Grupo de Tareas 3.3 con base operativa en aquella dependencia naval.-

Y no solo me detengo en lo expuesto por Pernías para afirmar ello,

sino también en lo puesto de relieve por Graciela Beatriz García, sobreviviente de

la detención clandestina y la tortura a la que fue sometida durante su permanencia

en el Escuela de Mecánica de la Armada, quien ha prestado declaración

manifestando lo siguiente “…Del mismo modo, refiere que su régimen de

detención fue más duro que el de otros detenidos: por ejemplo, la dicente nunca

pudo ver a su familia en la “quinta” tal como surge de otras declaraciones, ni se

lo ofrecieron. El otro día hablando con su hermana Susana, ella le ayudó a

recordar a la dicente que la primera vez que la dejaron salir de la ESMA sin

nadie que la acompañaran fue para el día que Susana se casó. Esto fue en

diciembre de 1977. Y su secuestro había ocurrido en octubre de 1976. Había

pasado más de un año. Hay cosas concretas -como lo de la frontera- que daba

cuenta del rigor de su régimen de detención y que fueron cosas que no vieron

todos los detenidos sino solo unos pocos. Dice que lo de la frontera fue terrible.

La mandaron allí con Jorgelina Ramus y con Sara Solarz de Osatinsky, con el

argumento de que el compañero de Ana María Martí (de apellido Ramos) tenía

intenciones de sacar a los hijos de la pareja por la frontera y su tarea, entonces,

era “marcarlo”. Las llevó uno de Prefectura que le decían “Espejaime” y unos

“verdes” que estaban a su cargo. Ese tipo “Espejaime” era terrible. Igual el que

le decían “el tano” de apellido Agusti, el cual era un cuadro del S.I.N. formado

en Panamá que consta en su declaración anterior. En la frontera eran

custodiadas por gendarmes que, como conocían su calidad de presas las trataban

muy mal. Estuvieron en la frontera más de una semana, como diez días…” (ver su

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

237

declaración de 17 de julio de 2008). Graciela Beatriz García fue privada de su

libertad en octubre de 1976 y permaneció en esa condición hasta 1979.-

También de la declaración de Alfredo Manuel Juan Buzzalino, surge

una referencia vinculada a Randolfo Luis Agusti. En efecto, a fs. 14.225 vuelta de

los autos principales, la víctima manifestó que entre todos los represores cuyas

actividades pudo comprobar mientras se permaneció en la Escuela de Mecánica de

la Armada clandestinamente detenido estaba el “…teniente de Navío Agusti el que

concurría a la ESMA en forma habitual, pero no era miembro permanente del

grupo…”. Alfredo Manuel Juan Buzzalino fue privado ilegalmente de su libertad

el 25 de junio de 1976 y permaneció clandestinamente detenido hasta el verano de

1979 aunque su libertad no fue total puesto que quedó sometido a una especie de

libertad vigilada.-

La referencia de la formación en Panamá a la que aludió Graciela

García también se corrobora con las consignas volcadas en el Legajo de Personal

cuando se indica que fue instructor en la Escuela de las Américas la cual desde

1946 a 1984 estuvo ubicada en Panamá. En ella se graduaron más de sesenta mil

militares y personal de otras fuerzas de seguridad de casi toda América Latina. El

objetivo de esta Escuela era fomentar y al mismo tiempo ser un instrumento

mediante el cual podía lograrse el entrenamiento de las naciones latinoamericanas

a cooperar con los Estados Unidos a fin de mantener un equilibrio político

dirigido a contrarrestar la influencia creciente de organizaciones populares de

ideología marxista o movimientos sociales de corte izquierdista.-

Varios de los cursos o entrenamientos de la Escuela de las Américas

incluían técnicas de contrainsurgencia, operaciones de comando, entrenamientos

como francotiradores, guerra psicológica, inteligencia militar y tácticas de

interrogatorio. Hace ya varios años que los manuales militares de instrucción de

esta Escuela fueron desclasificados, pero antes eran confidenciales. En ellos

fueron incluidos detalles relacionados con la habilitación de métodos violatorios a

los derechos humanos, como el uso de la tortura, la extorsión o la ejecución

sumaria; se definía como objetivo de control o seguimiento a aquellos

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238

pertenecientes a organizaciones que distribuyesen propaganda en favor de los

grupos extremistas de izquierda o que manifestaran simpatía o apoyo a

manifestaciones o huelgas, o que apoyaran o fomentaran ideas dirigidas a la

acusación sobre el fracaso del gobierno para solucionar las necesidades básicas

del pueblo.-

Por todo lo expuesto, entiendo que se encuentra suficientemente

probado que existió una estrecha vinculación del imputado con el suceso traído a

estudio, el cual se le hiciera conocer al tiempo de prestar declaración indagatoria,

ya que por sí mismo o con la colaboración de otros compañeros que integraban el

grupo de tareas 3.3.2 al tiempo en que Dagmar Hagelin fue privada de su libertad

y permanecía en cautiverio en la E.S.M.A., participó del hecho ilícito, razones

éstas por las que deberá responder penalmente por el delito que se le imputa.

Juan Carlos Rolón

Por los argumentos que seguidamente se expondrán, puedo afirmar

que se encuentra acreditado que el imputado Rolón, para la época en que el suceso

que aquí se investiga ocurrió, se desempeñó como Oficial de Inteligencia del

Grupo de Tareas 3.3/2, como Teniente de Navío. Concretamente cumplió dichas

funciones, desde los orígenes hasta el mes de marzo de 1979.

Veamos:

El testimonio de Marcelo Camilo Hernández, entre muchos otros,

permite vincular al imputado Rolón con su participación activa en el grupo de

tareas 3.3.2.

Pero comencemos por él. Hernández, fue privado de su libertad el 10

de enero de 1977 en Av. Santa Fe y Callao al llegar a las oficinas del abogado

Conrado H. Gómez, acción que fue llevada a cabo por un grupo operativo de la

Marina integrado por unas quince personas vestidas de civil que estaban al mando

del Capitán de Navío Juan Carlos Rolón.-

También aludió a sus actividades en la E.S.M.A. Rosario Evangelina

Quiroga (ver fs. 103 del legajo de documentación de la causa Antokoletz, Daniel)

“ ...Teniente de Navío Juan Carlos Rolón. Oficial de Inteligencia. Alias “niño” y

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

239

“Juan”. Hijo de un Capitán de Corbeta retirado tras un incidente personal con el

Almirante Rojas. Participó activamente en el accionar represivo del

G.T.3.3.2...”.-

Graciela Beatriz Daleo en la declaración prestada ante la Cámara

Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal (obrante a fs.173

vuelta del legajo “Daleo Graciela Beatriz, n° 20 o 43) mencionó a Juan Carlos

Rolón como personal de la Escuela de Mecánica de la Armada que recordaba

haber visto mientras permaneció secuestrada, ubicándolo dentro de las tareas del

Sector Inteligencia.-

María Alicia Milia, Sara Solarz y Ana María Martí también

incluyeron a Juan Carlos Rolón dentro del Sector Inteligencia del Grupo de Tareas

3.3.2 con base operativa en la Escuela de Mecánica de la Armada, al señalar que

también era conocido con los apodos de “Juan” o “Niño” (ver fs. 28 del

documento agregado al legajo 23, 24, 31 correspondiente a Martí, Solarz y

Milia).-

Martín Tomás Gras en su testimonio obrante en el legajo 71 o 18

Anexo 1 a fs. 29 dice respecto de este imputados que era “...Teniente de Navío.

Oficial de Inteligencia. Torturador. Hijo de un capitán de corbeta pasado a retiro

tras un incidente personal con el Almirante Rojas. Está casado con una sobrina

del Ministro de Economía de la dictadura José Martínez de Hoz...”.-

También Juan Alberto Gasparini (actualmente Juan Alberto Gaspari),

brindó su testimonio a fs. 11.944 de los autos principales expresando que si bien

Juan Carlos Rolón siempre fue un oficial de Inteligencia, participó en diversos

operativos. Que era un oficial permanente y no rotativo y que por dicha razón,

durante todo su cautiverio pudo verlo dentro de la Escuela de Mecánica de la

Armada ya que prestaba servicios para ella.-

También Mercedes Inés Carazo a fs. 12.041 señaló a Juan Rolón

como uno de los marinos que vio en la Escuela de Mecánica de la Armada.-

Y si bien en su descargo, se escuda en afirmar que se encontraba de

licencia a partir del 15 de enero de 1977 no habiendo tenido actividad alguna

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240

durante ese período de licencia ordinaria ni en la ESMA ni en ninguna otra parte,

presentándose en el nuevo destino, Base Aeronaval comandante Espora en marzo

de 1977, después de haber cumplido los 45 días de licencia, lo cierto es que tal

como se ha expuesto, se encuentra acreditado que Dagmar Hagelin estuvo en la

ESMA, al menos, durante el mes de abril de 1977 y el testimonio de Lisandro

Raúl Cubas, es vital a la hora de echar por tierra su descargo. Cubas, que fue

secuestrado el 20 de octubre de 1976 y liberado a principios de 1979 cuando pudo

viajar a Venezuela con un pasaje que pagó la Armada Argentina (ver al respecto

testimonios de fs. 11.624, 11038, 11.624 de los autos principales y el agregado en

el cuaderno de prueba de la causa Antokoletz, Daniel, relacionado con el legajo

correspondiente), señaló que la participación de Juan Carlos Rolón en la E.S.M.A.

se habría extendido por lo menos hasta junio de 1978, si se tiene en cuenta la

referencia al reportaje a César L. Menotti antes del Mundial de Fútbol celebrado

ese año en la República Argentina.-

Se destaca también el testimonio de Amalia M. Larralde que a fs.

12.139 de las actuaciones principales lo indicó como Oficial de la Armada

integrante del G.T. 3.3.2: “...ROLON JUAN CARLOS: Alias “NIÑO” “Juan”.

Teniente de Navío. Oficial de Inteligencia. Torturador....”.-

También Norma Susana Burgos, cuyo testimonio obra a fs. 12.171 de

la causa número 14.217/03 enumeró al personal involucrado en las acciones que la

damnificaron mencionando entre otros a “ROLON ”. Dijo que él que respondía a

los apodos de “Juan” o “Niño” y “... que era Oficial de Inteligencia que torturaba

y salía en los operativos, pero era fundamentalmente de Inteligencia...”.-

Por todo lo expuesto, entiendo que se encuentra suficientemente

probado que existió una estrecha vinculación del imputado con el suceso traído a

estudio, el cual se le hiciera conocer al tiempo de prestar declaración indagatoria,

ya que por sí mismo o con la colaboración de otros compañeros que integraban el

grupo de tareas 3.3.2 al tiempo en que Dagmar Hagelin fue privada de su libertad

y permanecía en cautiverio en la E.S.M.A., participó del hecho ilícito, razones

éstas por las que deberá responder penalmente por el delito que se le imputa.

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241

Raúl Enrique Scheller:

Los distintos testimonios colectados y más allá de la firme negativa

en que se cierra el imputado Scheller, afirmando desconocer el hecho que se le

imputa y negando su participación, expresando a su vez que a la fecha del hecho

se encontraba prestando servicios en el rompe hielos muy lejos de Buenos Aires,

me otorgan los fundamentos necesarios para sostener que el imputado que operaba

dentro de la E.S.M.A. bajos los apodos de “Mariano”, o “pingüino”- y que integró

el Grupo de Tareas 3.3.2, mas precisamente desde el 12 de abril de 1977 al 8 de

septiembre de 1979, integrando luego el COPECE desde fines de 1982 a

principios de 1983 (cfr. testimonios de Alberto Girondo, Beatriz Tokar, Carlos

García, Rosario Quiroga, Sara Solarz de Osatinsky, María Milia de Pirles, Ana

María Martí, Enrique Fukman, Carlos Lordkipanidse y Andrea Bello -entre otros).

Veamos:

Uno de los casos que puede señalarse es el que damnifica a Oscar

Rubén De Gregorio quien fue privado ilegítimamente de su libertad por las

fuerzas armadas uruguayas, el día 16 de noviembre de 1977, en el Sector de

Migraciones del puerto de Colonia de Uruguay, mientras realizaba los trámites

para ingresar al país. Luego, fue trasladado a la República Argentina por un grupo

de integrantes del grupo de tareas que operaba en la E.S.M.A., quienes finalmente

lo condujeron a dicha dependencia naval, donde permaneció clandestinamente

detenido, fue torturado y alojado bajo condiciones inhumanas de vida.

Los encargados del traslado de De Gregorio a la Argentina, según el

testimonio brindado por Sara Solarz de Osatinsky, María Alicia Milia de Pirles,

Ana María Martí (fojas 1536/64 de los autos principales) y Rosario Evangelina

Quiroga (fojas 47/103 del legajo N° 96 de Lisandro Cubas y Rosario Quiroga)

fueron el Capitán de Corbeta Jorge Eduardo Acosta, el Teniente de navío Scheller

-alias "Mariano"- , el Mayor del Ejército Coronel -alias "Maco"-, el Prefecto

Febres -alias "Daniel"-, el Oficial del Servicio Penitenciario Federal -alias

"Fragote"-. Finalmente, De Gregorio habría fallecido en la E.S.M.A. el día 25 de

abril de 1978. La víctima fue vista en la E.S.M.A. por las testigos antes

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242

nombradas y también por Carlos Alberto García, por Ricardo Héctor Coquet, por

Alberto Eduardo Girondo, Miguel Angel Lauletta, Graciela Beatriz Daleo, Andrés

Ramón Castillo y María Eva Bernst de Hansen.

En relación a los restos de la víctima y conforme surge del testimonio

de Rosario Evangelina Quiroga de fojas 47/103 del legajo N° 96 correspondiente

a Lisandro Cubas y Rosario Quiroga, el Capitán Acosta le dijo a Quiroga que no

podían entregar el cuerpo a los familiares, por lo que lo cremarían y lo enterrarían

en la fosa común del cementerio de Chacarita.

Otro caso testigo es el de Rosario Evangelina Quiroga, quien fuera

privada ilegítimamente de su libertad por fuerzas conjuntas uruguayas, el día 15

de diciembre de 1977, a las 8,30 horas aproximadamente, junto con Rolando

Pisarello, en la ruta interbalnearia del balneario de Lagomar, República Oriental

del Uruguay. Luego, fue conducida a una residencia en la localidad de Carrasco,

donde permaneció durante dos días. Allí, se la torturó mediante la aplicación de

golpes y del método conocido como "submarino". Posteriormente, la llevaron a

una habitación, le sacaron la venda de los ojos y le presentaron a varios oficiales

argentinos, entre quienes pudo reconocer al Teniente de Navío Raúl Scheller

(alias "Mariano") , al Mayor del Ejército Juan Carlos Coronel (alias "Maco"), al

Oficial de la Prefectura Naval Héctor Febres (alias "Selva" o "Daniel") y al

miembro del Servicio Penitenciario conocido bajo el alias "Fragote" (denuncia de

fojas 8808/8818 de los autos principales).

Ese grupo la trasladó a la E.S.M.A., mientras que el Teniente Alfredo

Astiz y el Subcomisario Roberto González llevaron a sus hijas -secuestradas en

Uruguay el día posterior a su secuestro- a un colegio de monjas ubicado en las

calles Cabildo y Juramento de la Ciudad de Buenos Aires.

En la E.S.M.A., fue interrogada por un Oficial de la Marina conocido

como el "Alemán" y por el Capitán de Fragata Jorge Acosta.

Durante su detención, Rosario Evangelina Quiroga fue obligada,

exclusivamente mientras estuvo alojada en el interior de las dependencias de la

E.S.M.A., a efectuar diversas tareas que le indicaban sus aprehensores, sin recibir

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243

remuneración alguna.

Allí fue vista por Alberto Eduardo Girondo, quien la recordó como la

esposa de Oscar De Gregorio que fue conducida a la E.S.M.A. en el mes de

diciembre de 1977, siendo finalmente liberada (declaración de fojas 82/96 del

Anexo 1 del legajo N° 71, caratulado "Gras, Martín Tomás"), por Graciela Beatriz

Daleo y Andrés Ramón Castillo, quienes indicaron que Quiroga fue secuestrada

en Uruguay, torturada por las fuerzas represivas de ese país y, luego, fue

entregada a la E.S.M.A. (declaración de fojas 7/71 del legajo correspondiente a

los casos 16 y 32, caratulado "Castillo, Andrés Ramón s/víctima privación ilegal

de la libertad"). Su presencia en esa dependencia naval también fue confirmada

por Carlos García y Miriam Lewin (menciones realizadas a fojas 8965vta. y

8966vta., respectivamente).

Finalmente, fue liberada junto con Lisandro Raúl Cubas, oportunidad

en la que viajó a Venezuela con un pasaje comprado por la Armada Argentina en

la agencia Cavisa (Compañía Argentina de Viajes Internacionales S.A.) (ver

declaración testimonial de Rosario Evangelina Quiroga de fojas 47/122 del legajo

Nº 96).

También es importante destacar los dichos de las personas que

refieren al caso de Susana Beatriz Siver de Reinhold, pues lo vinculan con la

figura del imputado Scheller. Veamos: La víctima fue privada ilegítimamente de

su libertad por personal del Servicio de Inteligencia Naval, en un procedimiento

llevado a cabo el día 14 de agosto de 1977, a las 16 horas aproximadamente, en el

domicilio ubicado en la calle Pisco N° 67, de la localidad de Haedo, Provincia de

Buenos Aires, perteneciente a la familia Reinhold (declaración de Isaac Siver de

fojas 104/106, de Augusto Miguel Reinhold de fojas 189/190 vta. y de Augusto

Ludovico Reinhold de fojas 173/6vta. del legajo Nº 60 correspondiente a

Alejandro Roberto Odell). Presenciaron el procedimiento Augusto Miguel

Reinhold -cuñado de la víctima- y la tía abuela de Marcelo Carlos Reinhold

(esposo de la víctima), Sra. Mercedes Aragunde de Torres, quien actualmente no

se hallaría con vida. En el momento de su secuestro, Susana Siver se hallaba

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244

embarazada de cuatro meses. Fue trasladada a la E.S.M.A., donde fue sometida a

condiciones inhumanas de vida, permaneciendo detenida en ese lugar a

disposición del S.I.N.

Fue vista allí por Sara Solarz de Osatinsky y Ana María Martí (fojas

140/1 y 296/9), Andrés Ramón Castillo (fojas 325/330 del legajo Nº 60,

caratulado “Odell, Alejandro Roberto”) y Silvia Wikinsky, quien manifestó

haberla visto durante su cautiverio junto con su esposo, Marcelo, describiéndola

como una mujer rubia, de tez muy blanca, delgada, de estatura baja y embarazada.

Debe remarcarse, además, que los testimonios de los testigos son

coincidentes en cuanto a la circunstancia de que Susana Siver de Reinhold debió

ser trasladada al Hospital Naval, a los efectos de practicarle una cesárea.

En este sentido, la testigo Sara Solarz de Osatinsky declaró haber

conocido a Susana Siver de Reinhold en la E.S.M.A., quien al momento de su

detención cursaba un embarazo de aproximadamente cuatro meses, siendo que a la

testigo se le permitía asistir a las secuestradas embarazadas. Agregó que la víctima

permaneció alojada en el lugar denominado “capuchita”. Asimismo, indicó que,

un día domingo del mes de enero de 1978, Siver de Reinhold comenzó a sufrir

dolores de parto y, dado que el Dr. Magnasco se encontraba de vacaciones y era

quien habitualmente atendía los partos dentro de la E.S.M.A., Scheller fue a

buscar al jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Naval de Buenos Aires,

quien diagnosticó que a Susana Siver de Reinhold debía practicársele una cesárea

en un hospital. Describió a este galeno como un hombre gordo, de cara redonda,

con anteojos. En consecuencia, la trasladaron al Hospital Naval donde dio a luz

una niña a la que llamó Laura, luego de lo cual fue inmediatamente devuelta a la

E.S.M.A., aún bajo los efectos de la anestesia. Susana Siver de Reinhold pudo

permanecer alrededor de quince días con su hijita, amamantándola. Unas horas

antes de ser trasladada, escribió una carta a los abuelos de la niña, a quienes

supuestamente entregarían la criatura. Luego, se llevaron a Siver de la E.S.M.A. y,

posteriormente, el subprefecto Héctor Febres -encargado de la custodia de las

embarazadas y de los niños nacidos en cautiverio- avisó a las otras embarazadas

Page 245: Resolución completa: elevan a juicio oral la causa por la desaparición de la joven sueca Dagmar Hagelin

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245

que se llevarían a la criatura. Esa misma noche, el jefe de guardia apodado “Pedro

Bolita” -jujeño, de ojos achinados- se llevó a la niña, la que nunca fue entregada a

sus abuelos. Durante su cautiverio, Siver era conocida con el apodo de “Susanita”,

tal como suscribió la tarjeta navideña entregada a Solarz de Osatinsky junto con

las demás mujeres embarazadas (declaración de Sara Solarz de Osatinsky de fojas

296/9 del legajo N° 60 correspondiente a Alejandro Roberto Odell, y de fojas

12.300/22).

En igual sentido, declararon Andrés Ramón Castillo y Graciela

Beatriz Daleo, aunque refirieron que fue el Dr. Magnasco quien practicó la

cesárea a “Susanita”, en el Hospital Naval, donde dio a luz en el mes de enero de

1978 (testimonio de fojas 70/129 del legajo caratulado “Castillo, Andrés Ramón

s/víctima privación ilegal de la libertad”, que corre por cuerda). Su presencia en la

E.S.M.A. también fue confirmada por Carlos García (mención realizada a fojas

8965vta.).

Por otra parte, Gonzalo Sánchez reconoció haber participado en un

operativo “antisubversivo” en la localidad de Haedo de la Provincia de Buenos

Aires, entre mediados de 1977 y el mes de noviembre de ese año. Indicó que en tal

ocasión permaneció apostado en una esquina armado y vestido de civil, con el

objeto de “cerrar” la zona. Asimismo, recordó que en esa oportunidad hubieron

disparos de arma de fuego, aunque no precisó si alguna persona resultó detenida

como consecuencia de ese procedimiento o si hubieron “bajas” de alguna de las

dos partes. Además, refirió que se hallaban presentes en el lugar personal de la

Policía de la Provincia de Buenos Aires, uniformados y de civil, camionetas de

infantería de Marina con personal uniformado y muchos integrantes de la

E.S.M.A. (declaración testimonial de Gonzalo Sánchez de fojas 111vta./3 del

legajo N° 62 de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional

Federal, caratulado “Moyano, Arnaldo del Valle; Moyano, Edgardo Patricio;

Altamirano, Elba; Moyano, Juan Pablo”, que corre por cuerda). La nombrada

víctima, aún permanece desaparecida.

Así las cosas y teniendo en cuenta que para la época en que Dagmar

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246

Hagelin estuvo privada de su libertad en la E.S.M.A., que como se afirmara se

tuvo por acreditado que ocurrió, al menos hasta el mes de abril de 1977, Scheller

también se encontraba cumpliendo funciones en el grupo de tareas 3.3.2 con base

operativa en dicho centro clandestino de detención, esta Magistratura considera

que se ha reunido la prueba suficiente para afirmar que existió una incuestionable

vinculación del encausado con el hecho delictivo aquí analizado y que es objeto de

imputación.

Por todo lo expuesto, entiendo que se encuentra suficientemente

probado que existió una estrecha vinculación del imputado con el suceso traído a

estudio, el cual se le hiciera conocer al tiempo de prestar declaración indagatoria,

ya que por sí mismo o con la colaboración de otros compañeros que integraban el

grupo de tareas 3.3.2 al tiempo en que Dagmar Hagelin fue privada de su libertad

y permanecía en cautiverio en la E.S.M.A., participó del hecho ilícito, razones

éstas por las que deberá responder penalmente por el delito que se le imputa.

Expuesto ello, a fin de abonar aún más lo sostenido en relación a cada

uno de los imputados, habré de referirme al testimonio de una sobreviviente que

menciona a varios de los imputados antes mencionados, delineando entre otras

cosas, el período de actuación y su sobrenombre, a saber:

Graciela Beatriz Daleo en el marco de la causa Walsh, refirió que

conoció y “sufrió” personalmente a todos los imputados que en dicho hecho

habían intervino, muchos de los cuales, como vimos anteriormente, también

intervinieron en el hecho que damnifica a Hagelin, por cuanto como ya se afirmó,

fueron casi contemporáneos entre sí: el de Walsh, ocurrió un mes y medio

aproximadamente después al de Hagelin. Dijo entonces que: Acosta era Jefe de

Inteligencia del GT, del que formó parte desde sus orígenes hasta por lo menos

1979 en que fue destinado a Sudáfrica. Si bien señala esto quiere dejar en claro

que el hecho de que lo hayan destinado a Sudáfrica no significa que haya quedado

desvinculado del GT. En cuanto a Alfredo Astiz, lo conoció como miembro del

Sector Operaciones del GT, con similar recorrido que Acosta. También él fue

destinado a Sudáfrica. En cuanto a Julio César Coronel, le consta que formó parte

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247

del GT en ese año 1977 y durante 1978 por lo menos. En cuanto a Héctor A.

Febres, miembro de la Prefectura integraba el sector inteligencia del GT y formó

parte del grupo, porque le consta y por referencia de otros compañeros

secuestrados antes que la dicente, Febres formó parte del grupo de tareas,

prácticamente desde sus inicios y cuando la dicente fue dejada en libertad y por

declaraciones de sobrevivientes secuestrados con posterioridad a la libertad de la

que habla y cuyos testimonios conoce, por lo menos hasta 1981 siguió integrando

el Staff represivo de la ESMA. De Febres quiso agregar que además de su función

de torturador y secuestrador que compartía con los demás represores, tenía la

específica tarea de estar a cargo de las prisioneras embarazadas y del tratamiento

de los niños nacidos durante el cautiverio de sus madres. Con respecto a Jorge

Radice, también lo conoció como integrante del GT en el que estuvo como

miembro activo del sector logística y según sus propias manifestaciones como un

activo participante en operativos de secuestro donde se jactaba de ser el mejor

francotirador que tenía el GT y dejó de ser visto frecuentemente en la Escuela de

Mecánica de la Armada cuando pasó a desempeñarse como secretario u hombre

de confianza del genocida Massera, cuando éste se lanzó a su campaña política y

en esa circunstancia Radice, se desempeñaba en las oficinas de Massera en la calle

Cerrito, lugar al que en 1978 el propio Radice la llevó en varias oportunidades

para que ordenara para su archivo una serie de pedidos de audiencia que había

recibido Massera cuando era Comandante en Jefe de la Armada. En cuanto al

represor Pablo García Velasco, “Dante”, lo vio en algunas oportunidades en el

Casino de Oficiales del campo de concentración y supo que tenía un hermano

mellizo. Que su hermano mellizo sería integrante del SIN, y que “Dante” era

oficial y formaba parte tanto del Sector Inteligencia como de Operaciones, era un

represor que integraba muchos operativos en los que se secuestró a compañeros.

En los primeros meses de 1978 en una fecha que no puede precisar, se decía que

había viajado a España a casarse o a formar pareja con una española. En cuanto a

Jorge Vildoza, supo que fue el Jefe del GT desde sus orígenes hasta febrero de

1979, por sus propios dichos y otros miembros del GT, y supo que era activo

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248

participante en secuestros interrogatorios y torturas, y por los propios relatos de

otros represores participó en el intento de secuestro de Daniel Vázquez en los

primeros días de diciembre de 1978 en el que según el relato de los represores, y

dado que Daniel se resistió al secuestro fue acribillado a balazos. El hecho habría

ocurrido en un lugar de la zona sur de la Capital Federal. Reconoció a Vildoza sin

ninguna duda cuando en 1980 Norma Burgos lo reconoció como miembro del

staff de la Armada, personal diplomático destinado en Londres igual que a

Alberto González alias “gato” y al suboficial Víctor Cardo “morrón” que se

desempeñó como “pedro” dentro del equipo represivo. En cuanto a Juan Carlos

Rolón, lo conoció personalmente en febrero o marzo de 1978 cuando como oficial

de inteligencia se hizo cargo de “pecera”. Por los propios dichos de Rolón y de

compañeros secuestrados, supo que antes de esta fecha en que la dicente lo

conoció había participado activamente del GT como secuestrador y torturador. En

cuanto a Antonio Pernías, lo conoció con el alias de “trueno” “Martín” o “rata”,

es el represor que le aplicó la picana eléctrica y el que dirigió los simulacros de

fusilamiento a los que fue sometida y el que la golpeó. Formaba parte de

Inteligencia del GT, y estaba a cargo de “pecera” hasta los primeros meses de

1978 en que fue enviado a Europa para actuar en el Centro Piloto París. Le consta

que Pernías fue activo miembro del GT desde sus orígenes por sus propios dichos,

que participó en numerosos secuestros y torturas. Ernesto Frimón Weber alias

“220" “Rogelio” o “Armando”, miembro de la Policía Federal Argentina, que

formó parte del GT desde sus orígenes según sus propios dichos y le enseñó a usar

la picana a los marinos era Operativo del GT y quien personalmente dio inicio al

secuestro de la dicente. Participó de numerosos secuestros. Pedro Salvia, también

miembro de la Policía Federal Argentina a quien conoció como “Angosto”

formaba parte de Operaciones del GT y según él mismo y otros represores le

manifestaron fue uno de los que intervino en el secuestro de la declarante. Carlos

Orlando Generoso a quien conoció como “Agustín” o “Fragote”, formaba parte

de Operaciones, era miembro del SPF y le consta que durante todo el tiempo de su

cautiverio en 1977 y principios de 1979 por lo menos, formaba parte del GT.

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249

Según él mismo le dijo actuaba en otros centros clandestinos, mencionó un lugar

denominado “La ponderosa” y según el mismo le dijo estuvo en contacto con un

prisionero desparecido “loco Nicolás” que estaría secuestrado en un centro

clandestino dependiente de la Policía Federal Argentina. Juan Carlos Linarez,

miembro de la Policía Federal Argentina, integraba el sector operaciones del GT,

por lo menos desde el año 1977 y por testimonios de compañeros que

permanecieron secuestrados luego de que la dicente recuperara su libertad, supo

que permaneció en el GT. Este represor la llevó a fines de 1978 al Departamento

Central de Policía a tramitar el pasaporte. Gonzalo Sánchez, a quien conoció como

“chispa” u “Omar” era un miembro de la Prefectura Naval Argentina, arquitecto

naval, miembro del sector operaciones y según sus dichos estaba desde los

orígenes del GT hasta principios de 1979 donde según él contó, que iban a

mandarlo a España a Galicia, a supervisar la construcción de unos barcos que la

armada compraría a España. Calculó que un año atrás, si bien no pudo precisar

exactamente esa información, cree que en Carmen de Patagones, donde estaría

radicado o trabajando, fue escrachado por algunos vecinos, y se compromete a

precisar esta información, pues sabe que este represor estaría prófugo. Juan

Carlos Fotea, lo conoció como miembro del sector operativo del GT en el que

actuó durante todo el tiempo que la dicente estuvo secuestrada, era un activo

secuestrador y él mismo alardeó de ser un chofer operativo especialmente

entrenado y decía que era capaz de dar vuelta en “U” en un vehículo a altísima

velocidad. Si bien la dicente lo conoció como “Lobo” o “Fernando” cuando

apreció su foto en 1984 o 1985 cuando fue detenido como integrante de la banda

del represor Raúl Guglielminetti en España se enteró cuál era su nombre

verdadero. En razón de su carácter de parte testimoniante por terrorismo y

genocidio en la Audiencia Nacional n° 5 de Madrid, aportó a este Juzgado

información acerca de los movimientos de este represor en España que constan en

el sumario de esa causa: aporta entonces dos fojas impresas en computadora

indicando las fojas 19051/52 del expediente donde constan datos de filiación del

represor Juan Carlos Fotea, y en otros tomos y folios figuran datos de distintos

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250

domicilios donde este personaje habría declarado en migraciones u otros

organismos donde realizó trámites en España. Por orden de Su Señoría, se agregan

esas fojas como útiles en este sumario. Enrique Yon “Sergio” o “Cobra” lo

conoció cuando la dicente fue secuestrada. El era Jefe de Operaciones ya que su

antecesor y luego sucesor el Cap. de Corbeta Jorge E. Perrén estaba destinado al

Centro Piloto París. Yon era del sector operaciones y según sus propias

manifestaciones, él asistió a las sesiones de tortura a las que la dicente fue

sometida. En París Yon también habría tenido un destino oficial, ayudante del

Agregado Naval, y también encargado de tareas de prensa, según lo que Yon

contó. Según las propias manifestaciones de Perren, que en este momento no

puede precisar en qué expediente, él dejó la jefatura de Operaciones el 26 de

marzo de 1977 y Yon se habría hecho cargo de ese sector. A su vez, Perren volvió

a hacerse cargo de Operaciones en los primeros meses de 1978. En cuanto a

Roberto Naya lo conoció bajo alias “Paco” “Hernán” o “Carretilla” como

miembro del sector operaciones del GT, era del SPF y según él mismo contaba, su

hermana también era del SPF y en una oportunidad recordó que le pidió a un

prisionero, no recuerdo cuál que le preparara las bases de una monografía y

bibliografía para que pudiera aprobar uno de sus cursos. Naya era un operativo

muy activo. En cuanto a Generoso agregó que por sus propios comentarios él

habría participado en el operativo en el que fue asesinado el sacerdote Carlos

Mujica el 11 de mayo de 1974. Dijo que en el Juicio por la Verdad de Walsh se

había convocado a un Juan Carlos Coronel que negaba enfáticamente haber tenido

alguna vinculación con los hechos, y Patricia Walsh convocó a algunos

sobrevivientes para que precisaran si el que concurría a la audiencia era o no era

aquel represor. Así, fue reconocido por Carlos García.-

Hugo Héctor Siffredi:

Al tener que referirme a la responsabilidad que en este caso le cupo a

éste imputado, considero que se encuentran reunidos los elementos de convicción

suficientes, como para tener por acreditado, al menos en lo que a esta etapa

procesal respecta, que Hugo Héctor Siffredi es "prima facie" responsable por el

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

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hecho por el que fue indagado.

En primer lugar debo decir que conforme surge de su legajo de

servicios, se encuentra perfectamente acreditado que imputado Siffredi cuando

ocurrió el hecho que se investiga en autos, se desempeñaba en el Servicio de

Inteligencia Naval; cumpliendo allí funciones, más precisamente desde el 10 de

febrero de 1977 hasta el 26 de febrero de 1980; luego de lo cual continuó su

carrera militar en la Marina, con los correspondientes ascensos hasta obtener el

grado de Vicealmirante; para finalmente pasar a situación de retiro voluntario en

febrero de 2004.

Pero Siffredi en el descargo negó su participación en el hecho,

centrándose básicamente en dos argumentaciones. La primera de ellas es que a la

fecha en que el hecho ocurrió -lo cual circunscribió en fecha 27 de enero de 1977-

no se encontraba en la zona -léase El Palomar, Provincia de Buenos Aires- y que

no pertenecía a ninguna dependencia que pudiera tener alguna relación con

cualquier actividad que pudiera haber damnificado a la mencionada Hagelin a

quien no la había conocido, ni la había visto en ninguna circunstancia ni por

ningún motivo. Pero lo cierto es que tal como se ha valorado a lo largo de esta

extensa resolución en el item correspondiente “de la materialidad”, esta judicatura

entiende que se encuentra comprobado que la víctima Hagelin si bien fue

secuestrada como correctamente lo indicó el imputado el día 27 de enero de 1977,

fue trasladada a partir de ese momento a la ESMA donde permaneció privada

ilegítimamente de su libertad, al menos hasta el mes de abril de 1977 y para esa

fecha, como vimos, Siffredi sí se encontraba prestando funciones en el Servicio de

Inteligencia Naval, pues conforme se afirmara allí estuvo asignado desde el 10 de

febrero de 1977; lo que él mismo reconoció.-

De modo que, esta argumentación no se condice con los elementos

probatorios que al respecto se han valorado por lo que carece de absoluta

razonabilidad.-

En otro orden de cosas, Siffredi se cierra en su descargo en afirmar

que, si bien a partir del mes de febrero de 1977 comenzó a prestar funciones en el

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252

Servicio de Inteligencia Naval, lo cual se extendió hasta el año 1980, sus tareas

eran netamente administrativas y que de ninguna manera había intervenido en

ningún delito, ni mucho menos en detenciones ilegales, torturas o cualquier otro

vinculado con el combate contra la denominada subversión terrorista.

Y al respecto cuadra señalar en primer lugar que en el marco de la

causa principal, se acreditó que, tanto la Escuela de Mecánica de la Armada, como

el Servicio de Inteligencia Naval (S.I.N.), participaban activamente en las

actividades que desplegaban las fuerzas de seguridad en la llamada "lucha contra

la subversión". En ese sentido expresaron los testigos, que su conocimiento sobre

los orígenes del Grupo de Tareas 3.3/2 fueron obtenidos de las conversaciones

mantenidas con el Capitán de Corbeta D'Imperio que utilizaba habitualmente el

nombre de "Abdala" "...el Servicio de Informaciones Navales (S.I.N.) habría

manifestado que la Armada no estaba en condiciones de cumplir el objetivo

asignado, ya que su capacidad operativa no se adecuaba a la envergadura de la

tarea, y la organización Montoneros se encontraba distribuida en todo el país, no

así las fuerzas de la Marina. Según el informante, el Almirante Massera decidió

entonces encomendar a personal de su confianza, entre los que se encontraba el

Capitán de Navío Rubén Jacinto Chamorro -ascendido luego a contraalmirante-,

director de la E.S.M.A., al capitán de corbeta Menéndez, al capitán de corbeta

Acosta y a otros más la organización de un grupo que dedicara su accionar al

aniquilamiento de Montoneros (...)”.

La damnificada Silvia Wikinski es uno de los varios ejemplos que

dan cuenta de que el S.I.N. era un grupo que actuaba conjunta y coordinadamente

con el Grupo de Tareas 3.3. Algunos testigos se animaron a decir que entre ambas

agrupaciones existían las rivalidades propias de dos equipos que se disputan su

cuota de poder e influencia.

Y en segundo lugar que, a lo largo de todas las declaraciones de

cualquier tenor recibidas en el marco de la causa principal, han sido solo unos

pocos los imputados que habiendo accedido a ofrecer descargos, reconocieron que

su tarea era operativa o de acción dirigida a exterminar a los subversivos. Todos

los demás, como Hugo Héctor Siffredi, brindaron un tibio relato relacionado casi

exclusivamente con que tan solo cumplían con tareas administrativas o asociadas

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

253

más a la teoría que a la práctica. Empero, por lo expuesto y por las razones que

seguidamente se expondrán, los dichos del acusado en este punto deben ser

interpretados como meros intentos de su parte por mejorar su comprometida

situación procesal.

Es que, teniendo en cuenta que aún cuando no se cuenta en autos con

constancia documental o testimonial que indique directamente que Siffredi

participó, ordenó o dispuso la acción de operativos o de actividades de

inteligencia destinadas a obtener información de los cautivos, o el alojamiento de

los prisioneros dentro del Casino de Oficiales, no huelga reiterar aquí que, tal

como fuera explicado en el ítem “Cuestiones Preliminares”, la finalidad tenida en

miras al tiempo de crear el grupo de tareas 3.3, se vinculó con una “necesidad”

puesta de manifiesto por el gobierno de facto. Necesidad que se ocupó de

organizar, estructurar e integrar de acuerdo con el objetivo previamente trazado.

Por lo que bien puede sostenerse que todo el aparato de poder estuvo direccionado

a tal fin y a cada quien le cupo una función distinta pero orientada en el mismo

sentido.-

Pareciera entonces que las personas que formando parte de la

estructura y más allá de que quizás no hayan ejecutado de propia mano delitos

como el que se ahora se le reprocha a Siffredi, por su condición, mal podía

desconocer qué actividades llevaba a cabo el grupo de tareas 3.3.2.; máxime si se

tiene en cuenta aquello que fue sostenido anteriormente relacionado con la

vinculación existente entre el SIN y el grupo de tareas 3.3.2.-

De lo contrario, debería concluirse entonces que sólo podría

atribuírsele responsabilidad respecto de estos hechos, a un pequeño grupo de

agentes de la Marina, sin tener en cuenta que ese puñado fue organizado, formado,

apoyado, recibió colaboración y fue ocultado por otros grupos que conocían sus

actividades y libremente las consensuaban.-

Y lo cierto es que, conocían sobre su funcionamiento y existencia no

sólo los agentes que formaban parte del G.T. 3.3.2 sino todos aquellos que

pertenecían a la estructura de la Armada y articulaban su función para el logro de

los fines de aquel.-

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254

Pues además todo ello fue ideado, ordenado, consensuado y conocido

por los oficiales superiores de la Marina entre ellos su Comandante en Jefe Emilio

Eduardo Massera. Partiendo de allí, hacia abajo no resulta posible afirmar que los

inferiores “desconocían”, “ignoraban”, o no “advertían” sobre la situación en la

Escuela de Mecánica de la Armada.-

Todas estas circunstancias reseñadas tornan verosímiles los

testimonios de las víctimas relacionadas con las actividades del G.T. 3.3 cuya

creación y puesta en marcha, como así su control y aporte de personal fue

pergeniado por la superioridad y concretado a través de los distintos aportes de

agentes de la Marina, sea dentro de la misma Fuerza, sea desde organismos

gubernamentales. Reitero, admitir una postura contraria, sería admitir sin más que

con excepción del ideólogo y los que materializan el hecho, la responsabilidad se

diluye al punto de no tener en cuenta que han existido aportes sin los cuales el

hecho no hubiera podido cometerse.-

Por otra parte, cuadra señalar que, los integrantes de la Cámara

Federal al dictar sentencia en la citada causa N° 13/84, “...toda la estructura militar

montada para luchar contra la subversión siguió funcionando normalmente bajo la

dirección de los procesados, sólo cambió la forma de combatir. También integró el

plan aprobado, la garantía de impunidad que recibieron los ejecutores. Se

aseguraba que la ejecución de las acciones se iba a desarrollar sin ninguna

interferencia y en la clandestinidad más absoluta. Para ello, no sólo se utilizaron

los recaudos necesarios para impedir la intervención de los mecanismos usuales de

prevención del delito (ej. área liberada), sino que se adoptó la estrategia de negar

la existencia de los hechos ante todo reclamo de cualquier autoridad o de

familiares de las víctimas, de dar respuestas falsas a los requerimientos de los

jueces, de evitar la publicación por medio de la prensa de las noticias relativas a

desapariciones de personas o hallazgos de cadáveres, de simular investigaciones

para esclarecer los hechos, de instalar importantes centros administrativos para

búsqueda de personas a sabiendas de su inutilidad, de atribuir las desapariciones a

genéricos motivos y enmarcar todo el asunto dentro de una aducida campaña

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255

fomentada por los propios guerrilleros desde el exterior”.-

Debemos tener por probado -al igual que se hizo con la Junta Militar-

que el imputado Siffredi tuvo el dominio de estos hechos porque formaba parte de

la organización que los produjo.

A ello aún se aduna que el procesado Capdevilla manifestó a través

de una presentación, que quería entregar una lista del personal militar superior de

la Armada y Prefectura Naval que conoció como integrantes del G.T 3.3.2 con

asiento en la Escuela de Mecánica de la Armada entre 1979 y 1981, lapso en el

cual estuvo destinado en el Servicio de Sanidad, dependencia del Departamento

General de la Escuela de Mecánica de la Armada y al respecto consignó:

“Vicealmirante Hugo Héctor Siffredi (apelativo Pancho), Inteligencia,

Operaciones y enlace con el Servicio de Inteligencia Naval.”.-

Por todo lo expuesto, entiendo que se encuentra suficientemente

probado, que existió una estrecha vinculación del imputado con el suceso traído a

estudio, el cual se le hiciera conocer al tiempo de prestar declaración indagatoria,

ya que por sí mismo o con la colaboración de otros compañeros que integraban el

grupo de tareas 3.3.2 al tiempo en que Dagmar Hagelin fue privada de su libertad

y permanecía en cautiverio en la E.S.M.A., participó del hecho ilícito, razones

éstas por las que deberá responder penalmente por el delito que se le imputa.

VII. Calificación Legal.

En primer lugar, en relación a Ricardo Miguel Cavallo, Eugenio

Bautista Vilardo, Hugo Enrique Damario, Carlos Eduardo Daviou, Juan Carlos

Fotea, Miguel Angel García Velasco, Ricardo Jorge Lynch Jones, Pablo Eduardo

García Velasco, Roberto Perez Froio, Ernesto Frimón Weber, Antonio Vañek,

Julio Antonio Torti, Rogelio José Martínez Pizarro, Antonio Pernías, Carlos

Orlando Generoso, Victor Francisco Cardo, Jorge Carlos Radice, Manuel Jacinto

García, Raúl Jorge González, Jorge Eduardo Acosta, Orlando González, Alberto

Eduardo González, Néstor Omar Savio, Randolfo Luis Agusti Scacchi, Juan

Carlos Rolón, Hugo Héctor Siffredi y Raúl Enrique Scheller; las actuaciones

habrán de ser elevadas a juicio en orden a la comisión del delito de privación

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ilegal de la libertad agravada cometido en perjuicio de Dagmar Ingrid Hagelin, en

calidad de partícipes necesarios; conducta prevista y penada por el art. 144 bis

primer párrafo con el agravante del último párrafo que remite a los incisos 1° y 5°

del art. 142 del C.P, texto según Ley 14.616.

Tal fue el criterio sostenido por la Sala II de la Excma. Cámara del

Fuero al confirmar parcialmente el procesamiento dictado respecto de los

indicados en el párrafo precedente, al expedirse con fecha 16 de septiembre de

2009 en el marco del expediente nro. 27.989 (Reg. 30.370) y en la misma fecha en

el expediente nro. 28.171 (Reg. 30.371) al resolver en lo relativo a Hugo Héctor

Siffredi.

En tal sentido, el Tribunal de Alzada sostuvo en esa oportunidad:

“…en la privación ilegal de la libertad a la que fuera sometida Dagmar Ingrid

Hagelin, que se encuentra debidamente acreditada conforme lo desarrollado

anteriormente, los encausados brindaron una colaboración necesaria en su

verificación manteniendo en el tiempo con su accionar su verificación. Así, y

respecto de quienes luego se dirá, el auto de procesamiento dictado habrá de ser

confirmado, recalificándose la conducta atribuida por aquélla prevista y penada

por el art. 144 bis primer párrafo con el agravante del último párrafo que remite a

los incisos 1° y 5° del art. 142 del C.P, texto según Ley 14.616, que prevé una

pena de dos a seis años de prisión o reclusión” (Reg. 30.370).

En segundo lugar, en relación Alfredo Ignacio Astíz, Julio César

Coronel, Oscar Antonio Montes, Pedro Antonio Santamaría, Francisco Lucio

Rioja y Carlos Guillermo Suárez Mason, el expediente será elevado a juicio, en

orden a la comisión de los delitos de privación ilegal de la libertad agravada por

haber sido cometida por funcionario público y sin las formalidades establecidas

por la ley, en concurso real con homicidio simple en grado de tentativa, en

concurso real con robo de automotor con armas consumado, en calidad de

partícipes necesarios, de conformidad con lo normado por los artículos 55, 144

bis, inciso 1° y último párrafo, 142, incisos 1°, 79 y 166 inciso 2 del Código

Penal, de acuerdo al texto de la ley 14.616.

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257

Tal postura, se adecua a aquella que esta judicatura adoptó con fecha

22 de abril de 2009, al dictar el procesamiento de los indicados en el párrafo que

antecede.

Es así, que en lo atinente a los últimos seis nombrados, en aquel

decisorio el suscripto efectuó el siguiente análisis, por separado, de cada una de

las figuras penales que se aplicarían y de la manera en que concurren:

De la privación ilegal de la libertad agravada por haber sido

cometidos por funcionario público y sin las formalidades establecidas por la ley:

Cabe señalar que desde el inicio de las actuaciones fue criterio del

Tribunal que todo tipo de permanencia ilegal en el centro clandestino de detención

que funcionaba en la Escuela de Mecánica de la Armada constituía de por sí y

dadas sus características, el delito de imposición de tormentos. Lo cierto, sin

embargo, es que el Tribunal de Alzada, al pronunciarse en torno a esta cuestión ha

sostenido que únicamente se tendría por verificada esa figura penal en aquellos

casos en los que los elementos colectados permitieran sostener que la víctima

había sido objeto de la aplicación de algún mecanismo de tortura, más allá de las

condiciones de vida y alojamiento en ese lugar, motivo por el cual en esta

oportunidad entiendo corresponde reeditar ese razonamiento a los efectos de la

presente calificación.

Sentado ello, la calificación que se considera adecuada para el caso

de autos es la de privación ilegítima de la libertad, prevista en el artículo art. 144

bis, inciso 1° del Código Penal, con el agravante enunciado en el inciso 1° del art.

142 del mismo cuerpo legal, que se aplica en función de lo dispuesto por el art.

144 bis último párrafo del Código Penal.

En esa dirección, es dable señalar que conforme enseña destacado

sector de la doctrina, según la Comisión redactora del Código Penal de 1891, esta

disposición se hace necesaria para asegurar la garantía declarada por el artículo 18

de la Constitución Nacional, de que nadie puede ser arrestado sino en virtud de

orden escrita de autoridad competente. (Sebastián Soler, Derecho Penal

Argentino, tomo IV).

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258

El antecedente normativo resulta del art. 147 del Código Italiano,

figura que habría sido para nuestra ley casi literalmente copiado del digesto

aludido y el delito consiste concretamente en “privar a alguno de su libertad

personal”, de manera que los principios que informan a la figura contenida en el

artículo 141 del C.P., son aplicables a esta forma legal, de la cual aquélla viene a

constituir el tipo básico.

Así las cosas, Sebastián Soler en la obra citada “ut supra”, explica

que la ley en este caso reprime el hecho cometido con abuso de funciones. Este

abuso puede asumir tanto un aspecto jurisdiccional, como un carácter substancial.

Por tanto, hay abuso en el primer sentido cuando ordena o dispone la privación de

la libertad un funcionario público que no tiene facultades para ello. Pero el hecho

de tener facultades genéricas de ningún modo implica que el funcionario muñido

de ellas sea dueño de tomar cualquier medida. El hecho de éste puede ser

sustancialmente abusivo también, como ocurre cuando alguien es detenido sin la

existencia de alguna expresa disposición procesal.

También es ilegal la privación de libertad cumplida sin las

formalidades prescriptas por la ley. Así el funcionario genéricamente competente,

que en el caso concreto no abuse de su función, puede aún incurrir en este delito si

no observa las formalidades debidas, por la sencilla razón de que esas

formalidades, algunas de carácter constitucional, son garantías preestablecidas

contra el abuso (orden escrita).

A esta altura, resulta claro entonces que del hecho ventilado en este

legajo, se comprueba la efectiva violación a la garantía constitucional contenida

en el artículo 18, cometida mediante el abuso de las funciones que los imputados

de marras poseían al momento de ocurrencia del mismo.

Así entonces, se entiende que la conducta desplegada por los

encausados, ha sido llevada a cabo en función de aquel aspecto jurisdiccional que

puede adoptar el tipo penal analizado, conforme enseña la doctrina; es decir, que

tanto al tiempo en que se habría dispuesto la orden de privación de libertad de la

víctima, como al momento en que se hizo efectiva aquella disposición, los

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

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imputados y sus respectivos superiores, no poseían facultades para ello.

No obstante, y aún en la inteligencia de que éstos poseían algún tipo

de facultad genérica que les permitiera privar de libertad a la víctima, ello no

quiere decir en modo alguno que los mismos, dotados del ámbito de

determinación que otorga el ejercicio de funciones públicas, pudieren adoptar

cualquier medida, con lo cual la agravante subsiste sin más.

Ahora bien, véase que por otra parte la figura contenida por el

artículo 144 bis del Código Penal, prevé expresamente una elevación de la escala

punitiva, en el caso en que la privación de libertad cometida en abuso de

funciones concurriere con alguna de las circunstancias enumeradas en los incisos

1°, 2°, 3° y 5° de la norma mencionada por último.

Al respecto, del análisis de los hechos que surge de las pruebas

colectadas en autos, se desprende claramente que la privación ilegítima de libertad

sufrida por la víctima fue perpetrada mediante violencia física ejercida sobre su

persona, extremo que constituye el primer supuesto del artículo 142 del Código de

fondo; con lo cual queda comprendido el evento traído a estudio, dentro de

aquella previsión legal al que reenvía el artículo 144 bis “in fine”.-

Sobre ello, cabe señalar que la violencia es la fuerza física (vis

absoluta), consistente en el ejercicio de una energía física aplicada sobre el cuerpo

de la víctima, o de un tercero que interviene para impedir u obstaculizar la

realización del hecho.

| Dicho ello, debe repararse, como ya se adelantara, en que la figura

descripta, es una privación de la libertad en los términos previstos por el artículo

141 del mismo cuerpo legal, pero que se especializa por la calidad de funcionario

público del autor.

Por ello, debe decirse que la libertad mencionada tiene un sentido

corporal, es decir; que es su menoscabo lo que constituye el fundamento de su

punibilidad.

En el caso bajo estudio, dicho elemento se encuentra por demás

satisfecho, teniendo en cuenta para ello que para concretar la figura no es

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260

necesaria la inmovilidad en el espacio, ni la abducción, quitando a la víctima del

lugar de donde se la aprehende, ni el encerramiento, por cuanto es suficiente “que

se restrinja cualquier libertad del movimiento, aunque quede a disposición de la

víctima cierto grado de libertad ambulatoria. La anulación de cualquier

manifestación de la libertad corporal queda, pues, comprendida en el tipo. Éste se

da tanto cuando el agente impide a la víctima desarrollar libremente su actividad

corporal, como cuando se le impone una determinada actividad corporal, o sea,

son típicos tanto los impedimentos a los movimientos como la imposición de

movimientos” (Creus, Carlos: Derecho Penal, Parte especial, 6 edición actualizada

y ampliada, Astrea Tomo I, pag. 277).

Puede agregarse además, que el bien jurídico objeto de protección en

su forma básica, es la libertad de movimiento, que supone una concreción de la

libertad personal a partir de la variable atinente a la esfera social en que aquélla se

desenvuelve, que en este caso posee una clara connotación espacial (conforme

Diez Ripolles, J.L., Comentarios al Código Penal. Parte Especial, Valencia 1997,

T.I, p. 714).

De este modo lo que se protege es la libertad física de las personas en

su sentido amplio, siendo éste entendido como la libertad de movimiento corporal

y la de trasladarse de un lugar a otro (Sentido que encuentran de modo coincidente

autores tales como Soler, Núñez, Creus, Buompadre y Estrella).

En síntesis puede concluirse, conforme lo enseña Edgardo Alberto

Donna, en su obra “Delitos contra la libertad”, página 129, que la privación

ilegítima de la libertad puede darse trasladando a la víctima a otro sitio o no,

encerrándola en algún lugar, impidiendo que la víctima efectúe ciertos

movimientos corporales o su locomoción o impidiéndole determinados

movimientos.

Por otra parte, la ilegalidad requerida por el tipo impone que la

privación sea un verdadero ataque a la libertad por no mediar el consentimiento de

la víctima a limitar sus movimientos y tratarse de una imposición no contemplados

en causales de justificación, o que hallándose comprendida dentro de alguna de

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261

ellas, el agente prive de la libertad abusivamente, sea más allá de la necesidad

justificada o por medio de procedimientos prohibidos por la ley.

Así, en el hecho analizado, se determinó la actuación de un grupo de

personas armadas que respondieron al comando operacional de la Armada

Argentina, los cuales blandiendo su armamento lograron reducir su “blanco”, en

este caso, Dagmar Ingrid Hagelin, para conducirla luego a la Escuela de Mecánica

de la Armada oportunidad en que se la sometió a condiciones inhumanas de vida y

donde permaneció clandestinamente privada de su libertad durante algunos meses.

Es oportuno hacer referencia a una cuestión que abordó también la

Cámara Federal, relacionada con el interrogante de si aquellos que fueron

aprehendidos y alojados clandestinamente en la Escuela de Mecánica de la

Armada, revestían la calidad de “presos” que exigía la figura legal. Los

integrantes de la Sala al tiempo de dictar sentencia expresaron que “las víctimas

eran presos en la terminología legal, toda vez que fueron aprehendidos y

encerradas por funcionarios públicos que, de acuerdo a las leyes vigentes, tenían

facultades para hacerlo. La circunstancia de que esas detenciones no hubiesen

sido llevadas a cabo de acuerdo con las prescripciones legales -lo que también es

motivo de reproche-no cambia la categoría de “presos”. Para la figura penal en

análisis, resultaba indiferente que hubieran sido o permanecido legal o

ilegalmente detenidos...”.

De la tentativa de homicidio:

Otro de los tipos penales en que recae la conducta llevada a cabo por

los imputados, es aquella que se encuentra receptada en el artículo art. 79 del

Código Penal, la que ha quedado en grado de tentativa (art. 42 del mismo

ordenamiento penal).

Dicha norma castiga “(…) al que matare a otro (…). La acción típica

es, pues, la de matar, es decir extinguir la vida de una persona (…)” (Creus,

Carlos, Derecho Penal, Parte Especial, tomo I, Editorial De Palma, 1999, pág 8).

Al respecto debe señalarse además que a través de dicha norma “se

protege pues, a la vida humana, en forma amplísima, desde el momento de la

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262

concepción hasta la muerte natural (…)” y que “(…) No es necesario que el sujeto

pasivo reúna determinadas condiciones, no es precisa la vitalidad. Hay homicidio

tanto si se mata a un ser bien constituido como si la acción se ejecuta contra un

sujeto cuya muerte a corto plazo es segura. El que mata a un agónico o a un

condenado a muerte, comete homicidio (…)” (Sebastián Soler, Derecho Penal

Argentino, Tomo III, Ed. Tea, 1999/2000, pág 10 y ss).

Expuesto ello, señálese que tal como ha sido sostenido en infinidad

de oportunidades en otros interlocutorios que se dictaron en el marco de las causas

que tramitan ante esta judicatura, la actuación de grupos de personas armadas que

respondieron al comando operacional de alguna de las tres fuerzas (en este caso, la

Armada Argentina) -vestidas de uniforme o de civil-, consistía en que, luego de

ingresar a los domicilios de las víctimas, de interceptarlas en la vía pública, o de

individualizarlas a la salida de sus trabajos, las reducían blandiendo sus armas o

con la acción física directa, muchas veces en medio de procedimientos

espectaculares, y las conducían luego a los centros clandestinos de detención.

De hecho, nunca mediaron órdenes de detención ni allanamiento

expedidas por autoridades competentes y el cautiverio sufrido por las víctimas se

caracterizó por el sometimiento de ellas a interrogatorios acompañados de

tormentos y por circunstancias de vida ultrajantes a la condición humana.

Así, se sostuvo en la sentencia de la causa 13/84, que “... a gran parte

de los cautivos se los sometió a distintos tipos de vejaciones físicas con el

propósito de obtener información, en algunos casos, o de quebrar su fuerza de

voluntad, en otros, cuando ya no había datos que obtener”.

De ello se desprende entonces que, la finalidad buscada por los

grupos de tareas, y en este caso en particular por el 3.3.2 con base operativa en la

Escuela de Mecánica de la Armada, era localizar “los blancos” para luego,

privarlos de su libertad y finalmente por medio de tormentos, valerse a través de

sus dichos, de información que consideraban útil para combatir la llamada “guerra

contra la subversión”.

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263

Lo cierto es que, en el caso de Dagmar Hagelin con el devenir de los

acontecimientos, la finalidad antes indicada parece haber tomado y encontrado un

rumbo distinto y es por ello que habré de aplicarle también la figura penal de

homicidio, aunque en grado de conato.

Habrá de recordarse que aquél día 27 de enero de 1977, Dagmar

Ingrid Hagelin al notar la presencia de las fuerzas armadas de seguridad prontas a

apresarla, comenzó a correr velozmente, lo que motivó que Alfredo Astiz -a cargo

del procedimiento que estaba siendo realizando por el grupo de tareas 3.3.2, al que

él pertenecía-, se agachara, apoyara firmemente su rodilla en el piso, apuntara con

el arma de fuego que portaba en dirección a la víctima, y efectuara un disparo que,

impactó en su cabeza.

Esta afirmación está fundamentalmente sostenida por los dichos de

los testigos en general y en particular por Juan Carlos López quien señaló “uno de

ellos, medio rubio, todo despeinado, esgrimiendo un arma corta se agachó, se

pone de rodillas, le tira y le dice: te pegué” y por Ángel Fragelli, quien declaró

“un rubio (…) se arrodilló y efectuó dos disparos, cayendo herida la mujer que

corría, lo que evidentemente puso contento al individuo que gritaba: le di, le

pegué”. Este último testigo, reconoció a esta persona rubia que efectuó el disparo,

como Alfredo Ignacio Astíz.

Y en este orden de ideas, debo decir que Astíz, no realizó cualquier

disparo, sino uno que, a mi juicio, lejos estaba de intentar simplemente lastimarla

para detener la huida que había emprendido. El disparo que salió de su arma de

fuego, a mi juicio no tuvo otra finalidad más que acabar con su vida. Pero si se

quiere pensar todavía que no tuvo esa finalidad, está claro que debió, al menos,

pensar que ello podría haber ocurrido.

Tal postura por varias razones.

En primer lugar porque se encuentra comprobado por los dichos de

los testigos que presenciaron el operativo que Dagmar Hagelin no portaba ningún

arma de fuego, mientras que, como se sostuvo anteriormente sí lo hacía el grupo

de personas que la perseguía, que como también se reseñara estaba compuesto por

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264

dos, tres o cuatro personas. Esta particular circunstancia, la colocaba a ella en una

situación de desigualdad frente a sus agresores. Lo que demuestra que, en esta

situación, no era necesario que para frenarla en su huida se emplearan las armas

de fuego.

Pero si aún se quiere sostener ello, esto es que sí era necesario el

empleo del arma de fuego para evitar que huyera, siendo la finalidad haber

querido simplemente lastimarla, bien pudo haberle disparado a otra parte del

cuerpo como ser sus piernas por poner un ejemplo. Pero no, Astiz escogió otro

órgano y no uno cualquiera, sino uno tan vital como fue la cabeza de la víctima. Y

digo que bien pudo haberle disparado a otra parte del cuerpo menos lesiva, si se

tiene en cuenta que el arma que le causó la herida en la cabeza a Hagelin, no

estaba en manos de un hombre cualquiera, sino en manos de quien por su

profesión, actividad que desarrollaba y gran experiencia en el tema, seguramente

sabía como manejarla.

Otra de las razones que me llevan a realizar esta afirmación, la

encuentro en la declaración de Lisandro Cubas, quien señaló que cuando vio a

Dagmar Hagelin en la E.S.M.A., se encontraba con un apósito en la cabeza, pero

lúcida y coherente y ella preguntaba la razón por la cual estaba detenida si en

verdad sólo había ido a ver a su amiga Burgos, a lo que Astiz le respondió que

“era una suerte que estuviera viva por él había sido quien la detuvo y le disparó,

aclarando que el disparo lo había hecho a matar porque se había confundido con

María Antonia Berger” (ver fs. 564/65 como así también los que lucen en copia

obrantes a fs. 1388/1405).

Lo cierto es que, sin embargo, el tiro de gracia que Astiz asestó en la

cabeza de Hagelin, y si bien se desconoce con exactitud la gravedad de la lesión

que le ocasionó, no logró acabar con su vida.

De modo que, tras esto, fue introducida por la fuerza en el interior del

baúl del auto del vecino Eles, mientras ella se resistía, hasta que finalmente se

dieron a la fuga y así fue conducida a la Escuela de Mecánica de la Armada

donde, como ya se afirmó, permaneció en cautiverio por un período de tiempo que

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Poder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la NaciónPoder Judicial de la Nación

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duró al menos hasta el mes de abril de 1977, habiendo sido vista en el sector de

enfermería, en el tercer piso, desconociéndose finalmente su destino.

En consecuencia y como no puede sostenerse, al menos de momento,

la efectiva muerte de la víctima, el delito quedó en grado de conato.

Y para abonar aún más todo lo expuesto, resulta ilustrativo lo

sostenido por Marcelo Sancinetti en su obra “El Derecho Penal en la Protección

de los Derechos Humanos”, Editorial Hammurabi, quien a través de una posición

crítica respecto de la calificación legal que otrora se escogiera al momento de

calificar la conducta de Astiz en la presente causa, que, como es conocido devino

en que en un primer momento la Cámara del fuero sostuviera que el hecho había

prescripto, señaló que “(…) Si uno mira aún una vez más, sin embargo, el hecho

concretamente cometido (…) había también una calificación obvia que impedía la

prescripción en el caso “Hagelin”. Y es que, en este episodio, hasta el mismo

acto del ejecutor directo constituía una clara tentativa de homicidio y no una

mera “lesión corporal” cuya entidad se discutía entre “grave” y

“gravísima”.Quien pone la rodilla en tierra y dispara a la cabeza de una persona

que corre, no puede descartar “ex ante” -cualquiera que sea el lugar del impacto

del proyectil (sien u oreja)-, el riesgo obvio de muerte, y mucho menos puede

hacerlo el autor mediato que da la orden de obrar de ese modo. Por consiguiente

(…) se trataba en verdad de una tentativa de homicidio” (página 251/ vta.)

Del robo con armas:

Como expresara precedentemente, habré de aplicar al presente caso

también la figura penal de robo, con el agravante de haber sido cometido mediante

el uso de arma de fuego, tipificada en el art. 166 inciso 2 del Código Penal.

Cuadra entonces destacar al respecto de la figura penal escogida que

“El robo es (…) un hurto agravado por la violencia que se ejerce como la fuerza

en las cosas o como la violencia sobre las personas” (Creus Carlos, op. Cit pág

418 vta.).

Yendo entonces puntualmente a la figura penal de hurto, es dable

señalar que para que se configure objetivamente se requiere en primer lugar que

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“ocurra el desapoderamiento de quien ejercía la tenencia de la cosa, lo cual

implica quitarla de su esfera de custodia que no es otra cosa que la esfera dentro

de la que el tenedor puede disponer de ella (…) hay desapoderamiento cuando la

acción del agente, al quitar la cosa de aquella esfera de custodia, impide que el

tenedor ejerza sobre éstas sus poderes de disposición (…) Pero el

desapoderamiento del tenedor no basta, es necesario el apoderamiento material de

la cosa por parte del agente (…). El apoderamiento se caracteriza por la

posibilidad de que el agente pueda realizar sobre la cosa actos materiales de

disposición y que haya tenido su origen en la propia acción por haber carecido

antes de ella (…)”. Creus Carlos, op, cit págs. 391 y ss.

El aspecto subjetivo se caracteriza por “la voluntad de someter la

cosa al propio poder de disposición; no es necesario querer desapoderar al

tenedor: es necesario querer apoderarse de aquella (…). Creus, Carlos, op. Cit

pág. 393.

Y resta entonces definir cuál es el objeto del delito. “El objeto del

apoderamiento es una cosa mueble ajena. Los datos con que se caracteriza a la

cosa como objeto del delito son su corporeidad y su valor patrimonial (…) el dato

del valor patrimonial significa que esté incorporada a un patrimonio y para que

ello ocurra es necesario que se trate de una cosa apropiable por las personas para

satisfacer sus necesidades, utilidades, o placeres (…). La cosa objeto (…) debe ser

mueble y para que ello ocurra es suficiente con que pueda ser desplazada de modo

que permita su apoderamiento por el agente (…). La cosa mueble tiene que ser

parcial o totalmente ajena (…) y cosa ajena es toda aquella que pertenece a un

patrimonio que no sea el del agente; es totalmente ajena cuando éste no tiene ni

una parte ideal de ella en comunidad con sus propietarios (…) (Creus, Carlos op

cit pág, 394 y ss).

Finalmente en relación a cuando se consuma el delito ello ocurre

“con la completitud del apoderamiento de la cosa, es decir, con la creación de las

posibilidades de disposición de ella por parte del agente” y respecto de la

culpabilidad se ha dicho que “el dolo requiere el conocimiento de las

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circunstancias típicas, incluidas las que componen los elementos normativos

(ajenidad de la cosa e ilegitimidad del apoderamiento)” (Creus Carlos, op, cit pág

398/9).

Por otra parte, y “Para que se de la agravante el robo, debe haber sido

cometido con armas, lo cual acarrea dos consecuencias en la interpretación de la

norma: a) el arma debe haber sido utilizada o empleada por el agente en una

efectiva acción violenta o intimidatoria para doblegar o evitar la resistencia de la

víctima de esa acción, disparándola, apuntando con ella, blandiéndola, o

mostrándola significativamente (…) y b) el arma debe haber sido utilizada en la

consumación del hecho, esto es, en la etapa ejecutiva del apoderamiento hasta su

consumación (…)” (Carlos Creus, op, cit, págs. 432 y 433).

Expuesta la doctrina, vayamos puntualmente al caso concreto.

En el caso traído a estudio, los autores se apoderaron de un vehículo

propiedad de Jorge Oscar Eles, valiéndose para ello del uso armas de fuego,

logrando de esa manera, intimidarlo.

Efectivamente, las probanzas colectadas en autos me permiten tener

perfectamente por acreditado, que el día 27 de enero de 2007, personal del grupo

de tareas 3.3.2, portando armas de fuegos y dirigidos por Alfredo Ignacio Astiz, se

presentó en el barrio donde vivía la familia Burgos y luego de herir a Dagmar

Hagelin, interceptaron al vecino de la zona, Jorge Eles, y amenazándolo,

blandiendo las armas de fuegos que portaban, le exigieron la entrega del vehículo

de su propiedad marca Chevrolet 400 dominio C-086838 que se encontraba en el

garage de su vivienda sita en Pampa 1769 de la localidad bonaerense “El

Palomar”, lo que así ocurrió.

Se encuentra además acreditado que una vez en poder del auto,

cargaron en el baúl de él a Hagelin y se dieron a la fuga a bordo del vehículo, para

finalmente serle restituido a los varios días.

Y no solo el propietario da cuenta de ello, sino también los testigos

Josefa Cetrángolo de Bonina, Juan Carlos López, Juana Lauryncwicz de Eles,

Angel Marcelino Fragelli y Alejandro Yanone, cuyas declaraciones ya fueran

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citadas y valoradas oportunamente. A su vez se encuentra reservado en Secretaría

el sumario policial que se labrara con motivo de la denuncia que Eles formulara

ante la comisaría de El Palomar por el robo de su vehículo.-

Las circunstancias que me permiten acreditar que el robo se perpetró

haciendo uso de armas de fuego, lo constituyen no solo los dichos de los testigos y

las actas existentes, que dan cuenta de haberse encontrado en la zona en que se

produjo el hecho, rastros de disparos de armas de fuego. De modo que, más allá

de que no se hayan secuestrado las armas de fuego, a mi juicio, el agravante ha

quedado configurado.

Apoya lo expuesto, lo que al respecto la Cámara de Apelaciones en lo

Criminal y Correccional señaló, a saber: “Si bien no existió secuestro de arma de

fuego, las manifestaciones del encargado del local desapoderado, en punto a que

dos de los autores las esgrimían, cuya descripción aportó en parcial correlato

con las expresiones de los preventores que refieren haber escuchado un disparo

en el curso de la persecución de los tres sospechosos (…) circunstancia también

apreciada por un testigo, permite dar por cierta la utilización de armas para

consumar el despojo, cuya aptitud al menos de una de ellas, se patentiza con los

testimonios señalados” (Navarro González Palazzo, Filozof. 14.754_5 ARAOZ,

Juan S. 11/10/00 Boletín Int. De Jurisprudencia N° 4/2000, pág. 21).

El hecho se encuentra consumado por cuanto, tras haberse apoderado

del bien, los autores dispusieron de él, al haber salido de la esfera de custodia de

Eles. Da cuenta de ello que, el vehículo le fue devuelto a los varios días.

Finalmente quiero señalar que, tal como acertadamente lo sostiene

Marcelo Sancinetti en su obra “El Derecho Penal en la Protección de los Derechos

Humanos” “(…) Si se consideraba a Astiz como responsable del hecho del

secuestro, no se entiende cómo podía ser desvinculado del apoderamiento de un

automóvil que conocía ajeno y en el que era introducida la secuestrada” (pág 244).

Del concurso escogido:

Más allá de que a primera vista podría sostenerse la existencia de un

concurso ideal entre las figuras de privación ilegal de libertad agravada y robo

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269

agravado, por cuanto bien podría conectarse la finalidad tenida en miras al

momento del hecho, que habría existido entre dichas figuras penales, esto es, una

vez privada de su libertad era necesario sacar a Hagelin del lugar de los hechos y

para ello y sólo para ello se valieron del automotor del vecino Eles, lo cierto es

que, a poco reflexionar y a la luz de cómo se desencadenaron posteriormente los

acontecimientos, entiendo que la sustracción del vehículo, no solo tuvo esa

finalidad sino también la de valerse del bien en cuestión él. Sostengo esto por

cuanto, recuérdese que el vehículo no apareció inmediatamente, sino hasta varios

días después del secuestro de Hagelin, lo cual demuestra que los autores

dispusieron efectivamente de él.

Estas razones me conducen a entender que los hechos son escindibles

e independientes entre sí y también respecto del delito de homicidio simple en

grado de tentativa, dándose por satisfechos los extremos establecidos en el art. 55

del Código Penal, esto es un concurso real entre ellas.

Ello así porque se configura “...el requisito de pluralidad de hechos

independientes que caracteriza al concurso real de delitos, dado que no se está en

presencia de “una y de la misma acción” que contenga la múltiple lesión de la ley,

caso en que el requisito de pluralidad de hechos independientes siempre se

cumple. No siendo dable dudar de que en el plano jurídico se violaron dos bienes

protegidos, y en el material se realizaron hechos objetiva y subjetivamente

distintos...no es dable confundir “identidad de designios” con “unidad de

designio” (Registro N° 3326.4 “Diamante, Gustavo s/recurso de casación” Fecha:

26/4/01, Cámara Nacional de Casación Penal, Sala IV, Causa 1900).

Entendiendo haber dado cumplimiento con las exigencias contenidas

en el art. 351 del Código Procesal Penal de la Nación y por así considerarlo

ajustado a derecho en función de las pruebas colectadas y las normas procesales

vigentes, corresponde y así;

RESUELVO:

I) NO HACER LUGAR A LOS SOBRESEIMIENTOS

postulados respecto de Ricardo Miguel Cavallo, Eugenio Bautista Vilardo,

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Hugo Enrique Damario, Carlos Eduardo Daviou, Juan Carlos Fotea, Miguel

Angel García Velasco, Ricardo Jorge Lynch Jones, Pablo Eduardo García

Velasco, Ernesto Frimón Weber, Julio Antonio Torti, Rogelio José Martínez

Pizarro, Antonio Pernías, Carlos Orlando Generoso, Victor Francisco Cardo,

Jorge Carlos Radice, Manuel Jacinto García, Raúl Jorge González, Jorge

Eduardo Acosta, Orlando González, Alberto Eduardo González, Néstor Omar

Savio, Randolfo Luis Agusti Scacchi, Juan Carlos Rolón, Hugo Héctor Siffredi

y Raúl Enrique Scheller, COMO ASÍ TAMPOCO A LAS OPOSICIONES

FORMULADAS RESPECTO DE LOS REQUERIMIENTOS DE

ELEVACIÓN A JUICIO POSTULADOS POR EL ACUSADOR PÚBLI CO

Y LAS QUERELLAS.

II ) CLAUSURAR LA INSTRUCCIÓN de la presente causa N ̊

17.534/08 en forma parcial y en relación a los hechos e imputados que a

continuación se enunciaran, disponiéndose en consecuencia;

a) ELEVAR A JUICIO las presentes actuaciones registradas bajo el

nro. 17534/08 en relación a Ricardo Miguel Cavallo, Eugenio Bautista Vilardo,

Hugo Enrique Damario, Carlos Eduardo Daviou, Juan Carlos Fotea, Miguel

Angel García Velasco, Ricardo Jorge Lynch Jones, Pablo Eduardo García

Velasco, Roberto Perez Froio, Ernesto Frimón Weber, Antonio Vañek, Julio

Antonio Torti, Rogelio José Martínez Pizarro, Antonio Pernías, Carlos

Orlando Generoso, Victor Francisco Cardo, Jorge Carlos Radice, Manuel

Jacinto García, Raúl Jorge González, Jorge Eduardo Acosta, Orlando

González, Alberto Eduardo González, Néstor Omar Savio, Randolfo Luis

Agusti Scacchi, Juan Carlos Rolón, Hugo Héctor Siffredi y Raúl Enrique

Scheller; en orden a la comisión del delito de privación ilegal de la libertad

agravada cometido en perjuicio de Dagmar Ingrid Hagelin, en calidad de

partícipes necesarios.

b) ELEVAR A JUICIO las presentes actuaciones registradas bajo el

nro. 17534/08 en relación a Alfredo Ignacio Astíz, Julio César Coronel, Oscar

Antonio Montes, Pedro Antonio Santamaría, Francisco Lucio Rioja, y Carlos

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Guillermo Suárez Mason, en orden a la comisión de los delitos de privación

ilegal de la libertad agravada por haber sido cometida por funcionario público y

sin las formalidades establecidas por la ley, en concurso real con homicidio simple

en grado de tentativa, en concurso real con robo de automotor con armas

consumado, en calidad de partícipes necesarios.

III) Notifíquese a las defensas y a las querellas mediante cédulas de

urgente diligenciamiento en las que, debido a la extensión de este decisorio, solo

deberá consignarse la parte dispositiva del presente auto de elevación a juicio,

haciéndoseles saber a los interesados que podrán retirar por Secretaría una copia

íntegra del mismo en soporte digital.

Oportunamente, líbrense despachos de estilo y comunicaciones vía

mail a las Unidades del Servicio Penitenciario Federal que correspondan,

poniendo en su conocimiento que los procesados mencionados en este resolutorio

que se encuentren detenidos, deberán quedar anotados a exclusiva del Tribunal

Oral Federal n̊ 5 en lo que concierne a estas actuaciones e oficios a las

dependencias policiales y al Patronato de Liberados a fin de efectuar idéntica

comunicación respecto de aquellos procesados que cumplen detención

domiciliaria.

En su oportunidad expídase la minuta de estilo y remítanse a dicho

tribunal copias certificadas de las actuaciones correspondientes.

Ante mi:

En la misma fecha se cumplió con lo ordenado. Conste.-

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En del mismo notifiqué al Sr. Fiscal y firmó. Conste.-