4

Click here to load reader

Respeta las canas

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Respeta las canas

IGLESIA BÍBLICA BAUTISTA DE VISTA ALEGRE

MINISTERIO DE NIÑOS

CLASE DE ESCUELA DOMINICALRESPETA LAS CANAS

Pasaje bíblico: Levítico 19:32 , Versículo de memoria Pequeños 4 - 7 “1 Timoteo 5: 1 No reprendas al anciano, sino exhórtale como a padre; …”Versículo de memoria Grandes 8 – 11 “Levíticos 19:32 Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová.

Objetivos de la lección: Enseñe a los niños a considerar a los ancianos con reverencia.

Ideas de Lección: ¿ Por qué debemos respetar las personas de edad avanzada, ya sea padres, abuelos, u otro? Simplemente porque ... el respeto por una persona mayor reconoce la bendición de Dios para una larga vida y la sabiduría que viene con la longevidad. Escritura nos dice que Dios requiere esta reverencia de los israelitas. Para Deuteronomio 05:16 dice: "Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da " Este principio válido hoy en día si se trata de un miembro de la familia o no. En esencia, el respeto a las personas mayores se debe, si no para ellos mismos, pero en última instancia por el amor de la voluntad de Dios y el valor que pone en el ancianoInsistiendo sobre la aplicación e interpretación del Cuarto Mandamiento, es esencial determinar el modo conveniente de relacionarse los adultos con sus padres ancianos. No es que se trate de una cuestión de urgente actualidad (que lo es), sino que este aspecto es más decisivo porque está más cerca del propósito original del Cuarto Mandamiento.

Hoy el Cuarto Mandamiento conduce a un abundante número de problemas que tienen lugar en la vida práctica. Coma consecuencia del cuidado de los modernos sistemas de salud la gente vive más tiempo, por término medio, que antes. Esto significa que los hijos mayores, con frecuencia, se van a encontrar con situaciones totalmente nuevas, como pueden ser: el afrontar, al mismo tiempo, una situación o síndrome de "nido vacío" en su propio núcleo familiar, al ver que sus hijos ya crecidos se van y, por otra parte, la presencia de los padres que envejecen. Precisamente en el momento en que ellos, libres de las obligaciones de la crianza de los hijos, podían pensar en una nueva etapa de pareja, se sienten atrapadas por la atención y el cuidado de los padres ya mayores. ¿Qué significa, pues, el Cuarto Mandamiento para esta "generación sándwich"?

De poco nos sirve repetir, simplemente, la necesidad de honra a tu padre y a tu madre. La cuestión, en términos prácticos, es: ¿“Cómo hemos de honrar” a nuestros padres ancianos cuando sus necesidades parecen tan difíciles de solucionar? No se trata únicamente de tomar unas cuantas decisiones y luego cumplirlas. El problema es más complejo. Este tipo de situaciones suele llevar aparejados muchos y difíciles problemas de diversa consideración. De ordinario son complicados problemas sociales, económicos, emocionales y sanitarios con los que tenemos que vernos cuando nos hacemos cargo de estas situaciones. Pero es un deber honrar y respetar a nuestros padres ancianos; en realidad, ellos tienen “derecho” a nuestra estima y respeto.

Pongámonos en una de las situaciones más comunes, cuando resulta evidente que los padres ancianos ya no pueden llevar una vida completamente independiente en su propio hogar. "Honrar" a los padres significa no tomar una decisión unilateral, que luego imponemos, anunciando que así es como tiene que ser. Más bien se deben respetar los sentimientos de los padres, hemos de escuchar sus preocupaciones y sus miedos, y hemos de ayudarles a que tomen sus decisiones mientras mental y emocionalmente sean capaces de hacerlo. Incluso, en casos en que los padres ya no estén en condiciones de tomar decisiones, merecen amabilidad, cuidado y respeto. En otras palabras, los progenitores tienen derecho a ser tenidos en cuenta.

¿Cuándo aplicarse el Cuarto Mandamiento? Esa es la cuestión. Cuando somos adultos entendemos que ayudar a nuestros: padres es una manera de honrarlos y respetarlos. Incluso cuando no sean perfectos -y ¿quién lo es?-, hemos de honrarlos y respetarlos igual. Éste es el meollo del Cuarto Mandamiento. Veamos algunos ejemplos:

Page 2: Respeta las canas

Mostrando respeto por los ancianos

Dios nos ha dejado claras instrucciones, en su Palabra, La Biblia, acerca del cuidado del anciano. Para algunos el tener ancianos bajo su cuidado les resulta una verdadera carga.Por eso quiero leer algunas declaraciones bíblicas acerca del tema: “Delante de las canas te levantarás y honrarás al anciano y de tu Dios tendrás temor.” (Lev.19:32) “Honra a las viudas que en verdad lo son. (1ª.Tim. 5:3) “Si alguna viuda tiene hijos o nietos, aprendan estos a ser primero piadosos para con su propia familia y a recompensar a sus padres; porque esto es lo bueno y agradable delante de Dios” (1ª. Tim.5:4) Como dice aquí cuidar de los ancianos es algo que agrada a Dios. No te parece amigo que es una manera muy especial de agradar al Señor? Todos nosotros tenemos una responsabilidad  por los ancianos.En la Biblia encontramos una maravillosa historia de una joven mujer que cuidó a su anciana suegra. Puedes leerla completa en el libro de Rut.Allí se nos cuenta que Noemí, su esposo Elimelec y sus dos hijos emigraron de su país a otro debido a una gran hambre. Vivieron en Moab país donde los dos jóvenes hijos se casaron con mujeres del lugar. Al tiempo falleció el esposo de Noemí quedando viuda pero acompañada de sus dos hijos y dos nueras: Rut y Orfa. Diez años más tarde la tragedia golpeó nuevamente a esta familia y los dos hijos también murieron. Ahora quedaban tres mujeres viudas y solas en la familia.Noemí decidió entonces volver a su país natal; ella oyó que el hambre ya había pasado.Las tres se prepararon para comenzar el camino de regreso pero de pronto Noemí, pensándolo bien, dijo a sus nueras: “Andad, volveos cada una a la casa de su madre; y el Señor haga con vosotras misericordia como la habéis hecho con vuestros esposos y conmigo. Quiera el Señor bendecirlas con otro esposo.” Luego las besó y se despidió de ellas y las tres alzaron su voz y lloraron. Luego de insistir, Orfa al fin decidió quedarse y retornar a su hogar paterno.Trató entonces Noemí de persuadir a Rut para que hiciera lo mismo, pero ella respondió: “No me ruegues que te deje y me aparte de ti, porque a donde quiera que tú fueres iré yo, y donde quiera que vivieres viviré. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios mi Dios; donde tú murieres moriré yo y allí seré sepultada”¡Qué compromiso tan fuerte de cuidar a la anciana y dolida suegra! No sólo eligió estar con Noemí sino también escogió creer en su Dios.Cuando Rut y Noemí llegaron a Belén toda la ciudad se conmovió por causa de ellas y decían: ¿No es ésta Noemí? ¡No podían creer lo que veían sus ojos! Es que volvió sola, pobre y amargada por tanta desgracia vivida! Era el tiempo de la cosecha y Rut dijo a su suegra: “Te ruego que me permitas salir a los campos para recoger espigas para tener qué comer” Noemí le respondió: “Muy bien, hija mía, ve y recoge lo necesario” Rut tomó la responsabilidad de proveer alimento para ambas. Dios la recompensó y la condujo a los campos de Booz, un pariente de su suegro Elimelech.Cada día Rut trabajaba con esfuerzo en los campos regresando al hogar por las tardes con el grano recogido. Compartía con su suegra todo lo acontecido en los campos y escuchaba sus consejos.  Cultivaron una hermosa relación. El corazón de Noemí estaba conmovido por el amor y la bondad de Rut. Dios vio su ardua labor y su compromiso en cuidar a su anciana suegra. También Booz, el dueño de los campos de trigo apreció la disposición y el trabajo de esta joven al cuidar de su pariente Noemí.Dios fue preparando todo de tal manera y bendijo la vida de Rut…poco tiempo después llegó a estar felizmente casada con Booz.  Noemí y Rut regresaron a Belén como dos pobres viudas pero de pronto fueron prosperadas por el casamiento de Rut. Dios honró a Rut por su amor, lealtad y fidelidad hacia su anciana suegra. Los sacrificios que tuvo que hacer para cuidarla no fueron olvidados por Dios. El Señor bendijo su matrimonio y les permitió que tuvieran un hijo. Ahora todas las mujeres en la ciudad decían a la anciana Noemí: “Este niño, será restaurador de tu alma, y te cuidará en tu vejez, pues tu nuera que te ama, lo ha dado a luz y ella es de más valor para ti que siete hijos” Este niño llegó a ser un antecesor de la familia de Jesús en la tierra.

Esta es una historia llena de amor que comenzó con la decisión de una joven mujer de cuidar a una anciana en su familia. Es un ejemplo digno a imitar, Dios se agrada de ello.

Enseñe a los niños a ponerse de pie cuando un anciano primero entra en una habitación. Como cuando una persona mayor hace una visita a su hogar. Entrenar a niños para mostrar honor y cortesía al ofrecer su asiento.Prestarle atención ante sus consejos.Aprender de sus experiencias