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Documento: YO E IDENTIDAD
En el siglo XVI, esta concepción de YO empieza a cambiar y las fuerzas que lo promovieron fueron:
Secularización: la idea de que la realización ocurría en otra vida fue reemplazada por la idea de que se debía buscar activamente la realización personal en esta vida.
Industrialización: las personas eran consideradas cada vez más como unidades de producción que se trasladarían de lugar en lugar a trabajar, y así tendrían una identidad personal portátil que no estaba encerrada en estructuras sociales estáticas.
Ilustración: la gente comenzó a sentir que podía organizarse y construir identidades y vidas diferentes, mejores, para ellos mismos desechando sistemas de valores ortodoxos y regímenes opresivos. (por ejemplo, la Revolución Francesa y Americana del S. XVIII)
Psicoanálisis: la teoría de Freud, sobre la mente humana cristalizó el concepto de que el YO era incomprensible porque acechaba en las profundidades sombrías del inconsciente. Es probable que este aspecto haya sido el que más ha problematizado los conceptos de Yo e Identidad, ya que atribuye el comportamiento a dinámicas complejas y ocultas profundamente dentro del sentido de cada persona.
YO PSICODINÁMICO
YO INDIVIDUAL Vs. YO COLECTIVO
INTERACCIONISMO SIMBÓLICO: teoría sobre como emerge lo propio de la interacción
humana, que implica el intercambio de símbolos (a través del lenguaje y los gestos) que
suelen ser consensuales y representan propiedades abstractas más que objetos
concretos.
La interacción efectiva se basa en la capacidad de asumir el lugar de otro, lo que implica
verse a uno mismo como lo ven los demás, es decir, como un objeto social “mi”, y no como un
sujeto social “yo”; al ser vistos por los demás como representantes de una categoría, es
probable que el “mi” sea considerado como colectivo “nos”; estas representaciones cambian
por la interacción simbólica.
La psicología social es el estudio de “aquellos productos mentales que son creados por una comunidad de
vida humana y que son, por lo tanto, inexplicables en términos de mera conciencia individual, porque
presuponen la acción recíproca de muchos.” (Wundt, 1916, p.3)
Se ocupa de fenómenos colectivos, como el lenguaje, la religión, las costumbres y los mitos, que no
podrían ser comprendidos en términos de la psicología del individuo aislado.
La sociedad influye en los individuos a través del
autoconcepto, que aparece y se modifica
continuamente por la interacción con la gente; la
interacción involucra símbolos que deben tener un
significado compartido para que sean comunicados
de manera efectiva.
J
Con la interacción efectiva “construimos un autoconcepto que refleja la sociedad en la que vivimos;
estamos socialmente constituidos. (…) Como el autoconcepto proviene de vernos a nosotros mismos
como nos ven los demás (la idea del yo especular), debe haber una intensa correlación entre como
nos calificamos a nosotros mismos y como lo hacen los otros.”
Yo especular: “yo” derivado de vernos a nosotros mismos como nos ven otros.
Sin embargo, las personas no se ven a sí mismas como los ven los demás, sino como piensan que los ven
los demás, “esto implica que en realidad no adoptamos el rol del otro al construir el sentido del ‘yo’;
una lectura alternativa es que el proceso de comunicación en la interacción social es ruidoso e
impreciso. Está influenciado por una serie de motivaciones autoconstruidas (motivos para ver a los
demás, y ser vistos por ellos, de maneras particulares) que conspiran para construir una imagen
inexacta de los otros y de lo que piensan acerca de nosotros. En general las personas ignoran lo que la
gente piensa en realidad de ellas.” (Kenny y DePaulo, 1993)
CONCIENCIA DE SÍ MISMO
La autoconciencia objetiva, es generada por cualquier circunstancia que enfoque si
atención sobre usted mismo como objeto: por ejemplo, estar frente al público o mirarse en un
espejo.
Calificación de la Teoría de la Conciencia de Sí Mismo: tipos de “yo” sobre los que uno puede
tener conciencia:
Yo Privado: los pensamientos, sentimientos y actitudes privadas; este tipo de
autoconciencia genera conductas orientadas a alcanzar sus estándares internalizados.
Yo Público: como lo ven otras personas, la imagen pública; este tipo de autoconciencia
está orientado a presentarse a los demás bajo una luz positiva.
El resultado de la conciencia de uno mismo puede ser cómodo o incomodo,
beneficioso o no; depende de nuestros estándares y referencias para hacer
comparaciones.
AUTOCONOCIMIENTO: se construye de una forma muy similar a la empleada para
construir representaciones de otra gente y utiliza muchos de los mismos procesos.
“Cuando la gente está consciente de sí misma, ¿De qué están conscientes? ¿Qué sabemos sobre
nosotros mismos y cómo construimos un sentido de quienes somos?”
“Los autoesquemas influyen en el procesamiento de la información y en la conducta de
una manera muy similar a la de los esquemas sobre otra gente: la información autoesquemática
“Como la elevada conciencia de uno mismo puede ser estresante o causar aversión, la gente puede
intentar evitar este estado bebiendo alcohol o con medidas más extremas como el suicidio (Baumeister,
1991). Asimismo, se ha identificado que la menor conciencia de uno mismo es un componente clave de la
desindividuación (o desinvidualización): ‘Las personas desindividualizadas presentan un bloqueo de la
conciencia de ellos mismos como individuos independientes y de la supervisión de su propia conducta’
(Diener, 1980. p.210) y, por lo tanto, se pueden comportar de manera desinhibida, impulsiva y contraria a
las normas. Así, se puede implicar la disminución de la conciencia de sí mismo en el comportamiento de
masas y otras formas de inquietud social.”
La información acerca del yo se almacena como nodos independientes específicos de
contexto, de manera tal que diferentes contextos activan distintos nodos y, así en efecto,
diferentes aspectos del yo.
Las personas tienen a tener autoesquemas en algunas dimensiones pero no en otras; son
autoesquemáticas en dimensiones que les resultan importantes, en las que piensan que
son extremas y en las que están seguras de que lo contrario no es válido.
La mayoría de las personas tienen un autoconcepto complejo con una cantidad bastante grande de autoesquemas
separados. “Esta variedad ayuda a que la gente amortigüe el impacto negativo de los eventos de la vida asegurándose
de que siempre hay esquemas de los que pueden obtener una sensación de satisfacción” (Linville, 1985 – 1987); sin
embargo, los autoesquemas demasiado divididos pueden tener algunas desventajas, si algunos son muy positivos,
los eventos pueden causar fluctuaciones anímicas extremas según se produzca una imprimación de un
autoesquema positivo o negativo.
es advertida con más facilidad, está sobrerrepresentada en la cognición y se asocia con un
tiempo de procesamiento más prolongado. Los autoesquemas no sólo describen como somos.
Markus y Nurius (1986) han sugerido que tenemos una serie de posibles ‘yos’: esquemas
orientados al futuro sobre en que nos gustaría convertirnos o sobre en qué tememos que
podríamos convertirnos.”
La discrepancia entre lo real y lo ideal o “lo que debe ser” pueden motivar un cambio para
reducirlas: de esta manera efectuamos la autorregulación. La falta de resolución de la
discrepancia real – ideal genera emociones relacionadas con el abatimiento (decepción,
insatisfacción, tristeza), mientras que la no resolución de la discrepancia real – deber provoca
emociones relacionadas con la agitación (ansiedad, amenaza, temor).
Autorregulación: estrategia que utilizamos para compatibilizar nuestra conducta con un
estándar ideal o un “debería ser”.
Teoría del Enfoque Regulatorio: teoría según la cual un enfoque en la promoción hace que la
gente se oriente hacia construir un sentido de sí misma y un enfoque de prevención hace que la
gente sea más cauta y evite construir un sentido de sí misma.
El hecho de que unas personas se concentren más en la promoción y otras en la
prevención, es una diferencia individual que puede surgir durante la infancia; puede aparecer
un enfoque de promoción si los niños son abrazados y besados por comportarse de una
manera deseada (evento positivo), y si se les retira el amor como forma de disciplina (ausencia
de un evento positivo). Puede surgir un enfoque de prevención si se alienta a los niños a estar
alertas sobre peligros potenciales (ausencia de un evento negativo) y si son castigados y se les
grita cuando se comportan de una manera inconveniente (un evento negativo).
“Contra el fondo de diferencias individuales, el enfoque regulatorio también puede ser influenciado
por el contexto inmediato: por ejemplo, estructurando la situación de manera que la gente se
concentre en la promoción o en la prevención” (Higgins, Roney, Crowe y Hymes, 1994).
Inferencias a partir de nuestra conducta:
Teoría de la Autorpercepción: obtenemos conocimientos sobre nosotros mismos sólo
efectuando autoatribuciones: por ejemplo, inferimos nuestras propias actitudes de nuestra
propia conducta.
Hacemos atribuciones no solo respecto a la conducta de los demás, sino también de la
nuestra, y no hay ninguna diferencia esencial entre las autoatribuciones y las
atribuciones dirigidas a otros; así como construimos una impresión acerca de la
personalidad de algún otro basándonos en que somos capaces de realizar atribuciones
sobre su conducta, podemos construir un concepto de quiénes somos no por
introspección sino porque podemos atribuir internamente nuestra propia conducta.
Los procesos de autopercepción también se pueden basar en imaginarnos
comportándonos de una manera determinada.
Efecto de sobrejustificación: en ausencia de determinantes externos obvios de nuestra
conducta, asumimos que la elegimos libremente porque lo disfrutamos;
Las atribuciones tienen implicaciones importantes para la motivación. La teoría predice
que si alguien es inducido a realizar una tarea por enormes recompensas o duros castigos, el
desempeño de la tarea se atribuye a razones externas y, por ende, disminuye la motivación
para realizarla. Si los factores externos a los que se puede atribuir el desempeño son mínimos o
no existen, no resulta fácil evitar atribuir el desempeño a razones internas como el placer o el
compromiso, y así aumenta la motivación.
La motivación para realizar una tarea puede disminuir y el desempeño en la tarea se puede
deteriorar si hay causas externas evidentes para realizarla: un efecto de sobrejustificación,
que se invierte si el desempeño puede ser atribuido a casusas internas; de hecho hay
pruebas de que otorgar recompensas externas por una tarea que antes estaba
intrínsecamente motivada puede, en realidad, disminuir la motivación y el placer, y empeorar
el desempeño de la tarea.
Paradoja: “se podría controlar el comportamiento antisocial recompensando a la gente, en
lugar de castigarla por comportarse de esa manera.”
Comparación Social y Autoconocimiento: otro medio para aprender sobre nosotros mismos a
parte de la introspección y la autopercepción, es comparándonos con otra gente; siempre nos
interesa el otro y buscamos parecidos para comparaciones válidas para nuestro YO.
Teoría de la Comparación Social: comparación de nuestras conductas y opiniones con las
de otros para establecer la manera correcta o socialmente aprobada de pensar y comportarse.
La gente aprende de sí misma comparándose con otros, para ello, necesita confiar en la
validez de sus percepciones, actitudes, sentimientos y conducta, por lo que busca
personas similares para hacer una comparación; esto se puede interpretar, en cierta
medida, como que la gente fija sus actitudes y autoconceptos en los grupos a los que
siente que pertenece.
En el caso de la conducta, la gente no solo busca similares que desempeñen igual que
ellos, sino que lo hagan algo peor: comparaciones sociales descendentes que les
permite obtener un autoconcepto positivo desde el punto de vista de la evaluación. Sin
embargo, a veces no es posible elegir con quien compararnos (por ejemplo, los
hermanos menores) y se está limitado a efectuar una comparación ascendente, se
puede tener un efecto bastante malo para la autoestima, y para evitarlo se puede
intentar disminuir la semejanza con la otra persona o romper la relación con ella (por
ejemplo, en una competencia el que queda de 2do. Lugar está obligado a comparase
con el 1er. Lugar, pero el que queda de 3er. Lugar puede compararse con los que no
ganaron nada), esto es el modelo del mantenimiento de la autoevaluación de Tesser
(1988).
Modelo del Mantenimiento de la Autoevaluación: modelo por el que las personas que se
ven obligadas a efectuar comparaciones que dañan la estima pueden minimizar o negar la
similitud entre ellas y el individuo criticado, o pueden apartarse de su relación con él.
Teoría de la Autocategorización: teoría de Turner y asociados acerca de cómo el proceso
de categorizarse como un miembro del grupo genera identidad social y conductas grupales e
intergrupales.
Las comparaciones descendentes también tienen lugar a nivel grupal, estos tratan de
compararse con grupos inferiores para sentir que “nosotros” somos mejores que
“ellos”; las relaciones intergrupales son en gran medida, una lucha por la superioridad
de evaluación de nuestro propio grupo respecto a exogrupos relevantes, lo que influye
en el autoconcepto como miembro del grupo (identidad social).
La teoría de la Autocategorización, como extensión de la teoría de la identidad social,
muestra que el proceso consiste en que las personas que sienten que pertenecen a un
grupo se categorizan como miembros del grupo e internalizan automáticamente los
atributos que describen al grupo; si el grupo es positivo, los atributos son positivos, y
por ende el YO es positivo.
Reflejarse en la Gloria Ajena: mencionar a gente importante para vincularse con gente o
grupos atractivos y, así, mejorar la impresión que otra gente tiene de uno.
YO E IDENTIDADES: pensar en el YO como una sola entidad diferenciada es inexacto, es
más preciso pensar que el autoconcepto contiene un repertorio de identidades
relativamente independientes y a menudo bastante variadas, cada una de las cuales
con su propio caudal circunscrito de autoconocimiento. Es probable que estas
identidades se originen en las vastas series de relaciones sociales diferentes que
forman, o han formado, los puntos de anclaje de nuestras vidas, desde las relaciones
personales estrechas con amigos y la familia, las relaciones y los roles definidos por
grupos de trabajo y por profesiones, hasta las relaciones definidas por etnia, raza,
nacionalidad; la gente con muchos aspectos independientes del YO tiene mayor
autocomplejidad que la gente con sólo unos aspectos, relativamente similares, del yo.
Identidad Social: parte del concepto de uno mismo que deriva de nuestra pertenencia a
grupos sociales.
Identidad Personal: yo definido en términos de atributos personales únicos o relaciones
interpersonales únicas.
Clasificaciones del YO y de la Identidad
Dos Clases Generales de
Identidad (Tajfel y Turner, 1979)
Identidad Social Que define el YO en términos de grupos de membrecía o de
pertenencia.
Identidad Personal
Que define el YO en términos de
relaciones y rasgos personales
idiosincrásicos.
Tres Formas de YO (Brewer y
Gardner, 1996)
YO Individual Definido por los
rasgos personales que lo diferencian
de todos los demás.
YO Relacional Definido por las
relaciones diádicas que asimilan el yo a otras personas
significativas.
YO Colectivo Definido por el
grupo de pertenencia que
diferencia el “nosotros” del
“ellos”
Cuatro Tipos de Identidad
(Brewer, 2001; Chen Boucher y
Tapias, 2006)
Identidades Sociales Basadas en
la Persona Ponen el acento en la manera en que cada miembro del
grupo internaliza las propiedades del
grupo como parte del autoconcepto.
Identidades Sociales
Relacionales Definen el YO en
relación con otras personas
específicas con las que uno interactúa
en un contexto grupal.
Identidades Sociales Basadas
en el Grupo Equivalentes a la identidad social que se definió
antes.
Identidades Colectivas
Hacen referencia a un proceso por el que los miembros del grupo no solo comparten
atributos autodefinitorios, sino
que también emprenden acción
social para forjar una imagen de lo que el
grupo significa y como es
representado y visto por todos.
El YO Relacional es interesante. Si bien en un sentido es una forma de YO interpersonal,
también se lo puede considerar un tipo particular de YO colectivo; la caracterización del YO
varía según cambia el contexto, pues para cada contexto se presentan atributos específicos.
Clasificación de los Tipos de YO y Atributos según el tipo de identidad y el tipo de atributos. Atributos de la Identidad Atributos de la Relación
Identidad Social
Yo Colectivo Conjunto de atributos compartidos con otros y contrastados con un exogrupos especifico o con los exogrupos en general.
Yo Colectivo Relacional Conjunto de atributos que especifican la relación entre el yo como miembro endogrupo y otros específicos como miembro endogrupo o exogrupos.
Identidad Personal
Yo Individual Conjunto de atributos únicos del YO y contrastados con otros individuos específicos o con otros individuos en general.
Yo Individual Relacional Conjunto de atributos que especifican la relación entre el yo como individuo único y otros como individuos.
Sensibilidad Contextual del YO y la Identidad: la gente se describe a sí misma en forma
diferente e, incluso, se puede comportar de manera diferente, en distintos contextos; la idea
de que tenemos muchos YOS y de que los factores contextuales pueden hacer aflorar
diferentes YOS tiene una serie de ramificaciones. Los constructivistas sociales han sugerido que
el YO es totalmente dependiente de la situación.
Una forma extrema de esta posición es el argumento de que no llevamos el
autoconocimiento en nuestra mente como representaciones cognitivas, sino que más bien
construimos YOS desechables a través de la conversación.
Oakes (1999) ha propuesto una versión menos extrema, este autor no enfatiza el papel
de la conversación, pero sostiene, aun así, que el autoconcepto es muy dependiente del
contexto; una posición intermedia consiste en argumentar que la gente no tiene
representaciones cognitivas del YO que llevan en su mente como principios organizadores de la
percepción, la categorización y la acción, sino que estas representaciones son efímera o
duramente modificadas por factores situacionales.
“El hecho de que tengamos muchos YOS se debe
mantener en perspectiva. Si bien podemos tener
una diversidad de YOS relativamente
independientes, debe haber un grado de
integración y coherencia autoconceptual que
aporte un tema continuo para nuestras vidas: una
‘autobiografía’ que entrelace nuestras diversas
identidades y YOS en una sola persona” y así
lograr un funcionamiento efectivo.
TEORÍA DE LA IDENTIDAD SOCIAL: teoría sobre la pertenencia a grupos y las relaciones
intergrupales basada en la Autocategorización, la comparación social y la construcción
de una autodefinición compartida en términos de propiedades que definen al grupo.
Procesos de Proyección o Prominencia de la Identidad Social: en cualquier situación dada,
nuestro sentido del YO y las percepciones, los sentimientos, actitudes y conductas asociados
dependen de si es la identidad social o personal y de que identidad social o personal específica
es la base psicológicamente prominente del autoconcepto. El principio que rige la proyección o
prominencia de la identidad social gira sobre el proceso de categorización social y la
motivación de la gente para comprender y reducir la incertidumbre sobre sí misma y sobre los
demás, y sentirse relativamente positiva acerca de sí misma.
Consecuencias de la proyección y prominencia de la identidad social: cuando una
categorización se vuelve psicológicamente prominente, las percepciones de las personas sobre
sí mismas y los demás se despersonalizan, es decir, que las personas ya no se consideran a sí
mismas ni a los demás como individuos multidimensionales singulares, sino como simples
encarnaciones del prototipo de la categoría; además la gente también piensa, siente, cree y se
comporta en términos del prototipo relevante.
El carácter real de la conducta depende del contenido específico del prototipo
relevante (que clase de persona describe el prototipo) y de las creencias u opiniones de la
gente acerca del carácter de las relaciones intergrupales. Esto hace referencia al hecho de que,
como los grupos definen la identidad social, y esta define nuestro autoconcepto, las
implicaciones de evaluación de un grupo especifico (el estatus, el prestigio y la consideración
en que es tenido) rige la estima en la que otros no tienen. Esto puede afectar, además, la
estima que nosotros mismos nos tenemos.
Por esto, la gente se esfuerza por pertenecer a grupos positivos o por proteger o
aumentar la estima del grupo al que pertenece. Si la evaluación social es desfavorable, se
podría intentar abandonar el grupo, lo que suele ser muy difícil porque los limites psicológicos
entre los grupos puede, efectivamente, ser impermeable o infranqueable.
MOTIVOS INTERNOS: como el yo y la identidad son puntos de referencia tan críticos
para la vida adaptativa, la gente esta muy motivada para asegurar el conocimiento de sí
mismos.
Teoría de la Autoafirmación: teoría según la cual la gente reduce el impacto de la amenaza al
concepto de sí mismo concentrándose y afirmando su competencia en alguna otra área.
Esta teoría es una muestra clara de los motivos del automejoramiento, las personas se
esfuerzan por afirmar claramente aspectos positivos de quienes son, lo que se puede hacer de
manera ostensible, vanagloriándose, o más sutilmente, a través de la racionalización o a través
de indirectas. La necesidad de autoafirmación es particularmente fuerte cuando un aspecto de
la propia autoestima ha sido dañado. La autoafirmación depende de la necesidad de la gente de
mantener una imagen global de sí misma que la caracterice como competente, buena,
coherente, unitaria, estable, capaz de libre acción, capaz de controlar resultados importantes,
etc.
AUTOESTIMA: conjunto de sentimientos y evaluaciones sobre uno mismo.
Egotismo automático: una autoimagen muy favorable, una excesiva importancia a sí mismo.
Las personas que no presentan estos sesgos tienen tendencia a la depresión y otros
tipos de enfermedad mental.
Un sesgo de positividad autoconceptual basado en ilusiones positivas es
psicológicamente adaptativo.
En cambio, un exceso en la sensación de cuan maravilloso es uno no es exasperante
sino también mal adaptativo, porque no coincide con la realidad.
Tener un sentido exacto del YO también es importante, pero no tanto como sentirse
bien respecto a uno mismo. En general, parece que el sesgo de positividad autoconceptual
es lo suficientemente pequeño como para no amenazar demasiado la exactitud
autoconceptual, y al parecer la gente interrumpe sus autoilusiones cuando debe tomar
decisiones importantes.
Una autoimagen positiva y la autoestima asociada es un objeto importante para la
mayoría de las personas la mayor parte del tiempo.
La búsqueda de la autoestima tiene cierta generalidad transcultural; es un reflejo de la
conexión social exitosa.
Amenazas al Autoconcepto Formas de sobreponerse a las amenazas Fracasos: pueden variar de no aprobar una prueba, fracasar en una entrevista laboral, o un matrimonio que termina en divorcio.
Escape: retirada física de la situación de amenaza
Inconsistencias: eventos positivos o negativos inusuales e inesperados que nos inducen a preguntarnos qué clase de personas somos.
Negación: beber alcohol, consumir drogas, comportamientos riesgosos nada más por divertirse.
Factores de Estrés: eventos súbitos o duraderos que parecen superar nuestra capacidad de sobrellevarlos (un duelo, familiar enfermo, excesivo trabajo)
Minimización de la Amenaza: (estrategia más constructiva) se reevalúa el aspecto del YO amenazado o se reafirman otros aspectos del YO.
Autoanticipación del mal desempeño: (self-handicapping) hacer públicamente atribuciones externas por adelantado sobre nuestro previsto fracaso o mas desempeño en un evento venidero.
Autoexpresión: escribir o hablar acerca de las reacciones emocionales y físicas a las amenazas autoconceptuales puede ser un mecanismo muy útil para sobreponerse.
Ataque de la Amenaza: se puede confrontar la amenaza desacreditando su base (“esta no es una prueba válida de mi capacidad”); negando la responsabilidad personal por la amenaza (“el perro se comió mi ensayo”); dando excusas para el fracaso antes del evento (en camino a un examen anunciando que tiene una terrible resaca *autoanticipación del mal desempeño*); o tomando directamente el control del problema (buscar ayuda profesional)
Autoestima e Identidad Social: al identificarse con un grupo, el prestigio y el estatus del
mismo en la sociedad se anexa al autoconcepto, por lo que la autoestima está
estrechamente ligada a la identidad social; es menos probable una autoestima positiva al
identificarse con un grupo estigmatizado, sin embargo, los miembros de estos grupos son
sumamente creativos al evitar las consecuencias sobre la autoestima de pertenecer a ese
grupo.
En la práctica y de acuerdo con la teoría de comparación social, pueden darse varios
resultados cuando la autoestima interactúa con la identidad social. Esto depende del
estatus relativo percibido por los exogrupos con los que nuestros diversos grupos de
pertenencia se suelen comparar. Las identidades étnicas y raciales son fuentes significativas
de autoestima mediada por la identidad social.
Diferencias Individuales: “los críticos han argumentado que la baja autoestima puede ser un
producto de las condiciones estresantes y alienantes de la sociedad industrial moderna, y que
el ‘movimiento’ de la autoestima es como reordenar las sillas en la cubierta del Titanic, y solo
produce individuos egoístas y narcisistas.”
Violencia y Niveles de Autoestima: hay una creencia de que una baja autoestima es
responsable de una serie de problemas personales y sociales, como el crimen, la delincuencia,
el abuso de drogas, embarazos no deseados, bajo rendimiento escolar, etc. Sin embargo, se ha
encontrado que la autoestima individual tiene a variar de moderada a muy alta y no de baja a
alta, por lo que hay poca evidencia de que esto cause dichos males a la sociedad, por el
contrario la violencia se asocia con una alta autoestima, específicamente la violencia parece
estallar cuando individuos con una alta autoestima ven amenazada su elevada autoimagen.
Pero esto no se da en todas las personas con alta autoestima, algunos tienen una tranquila
confianza en sí mismos y no son hostiles, mientras que otros son arrogantes, presuntuosos y
sumamente autoritarios; estos últimos se sienten especiales y superiores a los demás, y en
realidad tiene la autoestima bastante volátil, son narcisistas, y se ha observado que estos
individuos son más proclives a la agresión en respuesta a una amenaza del YO, lo que causa los
problemas adaptativos interpersonales.
Características de las Personas con Alta y Baja Autoestima
Autoestima Alta Autoestima Baja
Persistentes y resistentes frente al fracaso Vulnerables al impacto de los eventos
cotidianos
Estables emocional y afectivamente Tienen amplias fluctuaciones del estado de
ánimo y el afecto
Menos flexibles y doblegables Flexibles y doblegables
Persuadidas e influenciadas con menos facilidad
Fáciles de persuadir e influenciar
No hay conflictos entre desear y obtener éxito y aprobación
Desean el éxito y la aprobación, pero escépticos al respecto
Reaccionan positivamente ante una vida feliz y exitosa
Reaccionan negativamente ante una vida feliz y exitosa
Tienen un autoconcepto completo, consistente y estable
Tienen un autoconcepto vago, inconsistente e inestable
Orientan la motivación al automejoramiento Tienen una orientación autoprotectora de la
motivación.
Diferencias asociadas con el rasgo de autoestima:
1. Confusión del Autoconcepto: la gente con autoestima alta tiene una reserva más
completa, consistente y estable de autoconocimiento que la gente con autoestima
baja;
2. Orientación a la Motivación: la gente con autoestima alta tiene una orientación hacia el
automejoramiento o realce de la autoestima en la que capitaliza sus rasgos positivos y
busca el éxito (promoción), mientras que la gente con autoestima baja tiene una
orientación autoprotectora en la que trata de remediar sus defectos y evitar fracasos y
reveses (prevención).
AUTOPRESENTACIÓN Y MANEJO DE LA IMPRESIÓN: el YO se construye, modifica e
interpreta en la interacción con las demás personas, y como el YO que proyectamos
tiene consecuencias sobre las reacciones de los demás, intentamos controlar el YO que
presentamos.
Autopresentación: esfuerzo deliberado por actuar de manera que crean una impresión
particular, en general, favorable, de nosotros mismos.
Manejo de la Impresión: utilización de las personas de diversas estrategias para hacer que
otros las vean bajo una luz positiva.
Autosupervisión: supervisión cuidadosa de cómo nos presentamos a nosotros mismos. En
la autosupervisión, hay diferencias situacionales e individuales.
La gente se comporta de modo diferente en público que en privado; las diferencias
individuales de autosupervisión sugiere que aquellos con alta autosupervisión adoptan una
Autopresentación estratégica, porque modelan su conducta para proyectar la impresión que
creen que el público o la situación demandan, mientras que aquellos con baja supervisión
adoptan una Autopresentación expresiva, porque su conducta responde menos a demandas
contextuales cambiantes.
DIFERENCIAS CULTURAS DEL YO Y DE LA IDENTIDAD
Diferencias entre el YO Independiente y el YO Interdependiente
YO Independiente YO Interdependiente
Autodefinición
Individuo único, autónomo, separado del contexto,
representado en términos de rasgos, sentimientos,
pensamientos y aptitudes internos.
Conectado con otros incluido en el contexto social, representado en
términos de roles y relaciones.
Autoestructura Unitario y estable,
consistente en situaciones y relaciones.
Fluida y variable, cambiante según las
situaciones y relaciones
Autoactividades
Ser singular y autoexpresivo, actuar de
acuerdo con sus creencias y sentimientos internos, ser
directo y autoasertivo, promover sus propios
objetivos y su diferencia respecto de los demás.
Pertenecer, adaptarse y actuar apropiadamente
respecto de los roles, y las normas del grupo, ser
indirecto y no confrontar, promover los objetivos del
grupo y la armonía del grupo.
Las culturas occidentales, como Europa occidental, Norteamérica y Australia, tienden a
ser individualistas, mientas que la mayoría de las demás culturas como las de Asia, Sudamérica y
África, son colectivistas; la gente de culturas individualistas tiende a tener un YO
Independiente, mientras que las culturas colectivistas tienen un YO interdependiente. Si bien
en ambos casos la gente busca un sentido consistente de quien es, el YO independiente se basa
en un concepto autónomo del YO, separado de otras personas y revelado a través de los
pensamientos y sentimientos internos de uno. El YO interdependiente se basa en la conexión y
las relaciones de uno con otra gente, se expresa a través de los roles y relaciones.