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I REPÚBLICA . DE LAS LETRAS '

REVISTA 036

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MAASTRICHT Y EUROPA

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I

REPÚBLICA

. DE LAS

LETRAS'

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, REPUBLICA

DE LAS

LETRAS 36

ENERO 1993

SUMARIO Director:

1. EL TEMA Andrés SOREL

Consejo de Dirección: Europa, los escritores Raúl GUERRA GARRIDO Y la cu ltura. Isaac MONTERO

Andrés Sore! 5 Carmen BRAVO-VILLASANTE Gregorio GALLEGO

El derecho de autor europeo: Juan MOLLÁ

de Roma a Maastricht. Santos SANZ VILLANUEVA

Juan Mollá 17 Diseño: Agustín DE LA CASA

2. LAS INSTITUCIONES Redacción 'y distribución : ASOCIACION COLEGIAL

Tratado sobre DE ESCRITORES

la Unión Europea 33 Sagasta, 28, 5. Q

- 28004 Madrid Teléf. 446 7047 - Fax 4461,29 61

Acciones prioritarias defin idas por el Consejo de las Comunidades Europeas 34

Maastricht: La cultura y la Comunidad Europea. Jean Oondelinger 37

Proyecto Piloto de ayuda financiera a las traducciones de obras literarias contemporáneas 38 Los trabajos e informaciones

publicados en REPÚBLICA DE LAS

Informe del Min isterio LETRAS pueden ser

de Cultura 41 reproducidos libremente siempre que se cite su procedencia.

Jornadas de Reflexión 45

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3. LAS INTERPRETACIONES

La Europa de las culturas: JUNTA DIRECTIVA DE LA A.C.E.

El gran reto de la integración Presidente: europea. Isaac MONTERO Jean-Marie Oomenach 51

Vicepresidentes :

Lo específico europeo. Santos SANZ VILLANUEVA

Raúl Guerra Garrido 53 Guillermo CARNEPO

Lo otro es peor. Secretario General: . Andrés SOREL

Miguel García-Posada 57 Vicesecretario :

Apuntes sobre las condiciones Carmen BRAVO-VILLASANTE

de la Unión Europea. Tesorero: Horacio Vázquez Rial 59 Gregario GALLEGO

Europa y la filosofía. Asesor Juríd ico:

José Luis Abellán 63 Juan MOLLÁ

Europa en la literatura vasca. Vocales : Teresa BARBERO

Ignazio Mújica lraola 67 Meliano PERAILE Luis LANDERO

4. LOS TESTIMONIOS Luis MATEO DiEZ

Cultura y nueva Eu ropa. Jesús PARDO

José Luis López Aranguren 75 Jacinto LÓPEZ GORGE

Un punto de vista . Consejeros: Raúl GUERRA GARRIDO

Alfonso Sastre 76 José María MERINO

Jorge Amado 77 Antonio COLINAS Adolfo MARSILLACH

Pierre Bordieu 78 Elena SORIANO

Carlos Fuentes 79 PRESIDENTES SECCIONES

Juan Goytisolo 80 AUTÓNOMAS

Günter Grass 85 Asturias :

Jüergen Habermas 86 Víctor ALPERI

Carlos Saura 87 Andalucía : Rafae l DE CÓZAR

George Steiner 88 Traductores:

Manuel Vázquez Montalbán 91 Estller BENiTEZ

Autores de Teatro:

5. ENCUESTA Lauro OLMO

SOCIOS DE HONOR

Angel María DE LERA Daniel SUEIRO Francisco GARCiA PAVÓN Jesús FERNÁNDEZ SANTOS Eduardo DE GUZMÁN

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REPÚBLICA

DE LAS

LETRAS

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EL TEMA

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EUROPA, LOS ESCRITORES Y LA CULTURA ANDRÉS SOREL

EUROPA es una suma de culturas: celtas, griegas, romanas, árabes, cristianas. Europa es una suma igualmente de historias dramáticas: expol ios de otros pueblos , guerras internas, destrucciones masi­

vas, fanatismos sin cuento. Conformada a través de los siglos por fronteras que más tienen que

ver, a veces, con la violencia y las conquistas militares que con las rea­lidades geográficas y culturales, Europa se encuentra hoy, en cada una de las Naciones que la conforman, con culturas a su vez diferenciadas y enfrentamientos que no siempre son dialécticos, que a veces cobran una dimensión casi apocalíptica, como ocurre en lo que se llamó Yugo­eslavia. En España, catalanes, vascos, gallegos, reclaman su identidad y poder propios. Y a su vez, dentro de los propios pueblos que confor­man una realidad geopolít ica, se dan diferencias marcadas que no se miden por realidades políticas, pero sí por sensibilidades y conceptos que tienen que ver con la vida cotidiana: el sentido de la cultura y has­ta el concepto de la vida andaluza es diferente, sin duda, al castellano, pongamos por ejemplo.

y dentro de esta artifiOsidad de las fronteras, existe una diferencia entre lo que se denomina Europa del Norte y la Europa del Sur.

Igualmente destacamos, en la actual realidad europea, otros aspec­tos:

- La no homogeneidad de la población, debida a las constantes emi­graciones e inmigraciones de los últimos años. Africanos, europeos del Este, latinoamericanos, ocupando gran parte de las ciudades europeas.

- La colonización cultural impuesta sobre todo a través de los medios audiovisuales, y de las grandes cadenas del monopolio norteamericano, que uniformiza la cultura de los países europeos.

- En el aspecto literario, resulta casi imposible concebir una litera­tura propia, cerrasJa sobre sí misma, que no haya recibido influencias de escritores y movimientos de otras literaturas: diríamos más: de otras expresiones y manifestaciones artíst icas - pictóricas, musicales, fol ­klóricas- .

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ANDRÉS SOREL

Puede valer la definición de Eduard Brackeniers, Director de los Ser­vicios de Traducción de la Comisión de las Comunidades Europeas:

"Construida inmediatamente después de la guerra, la Europa de hoy se basa en una idea sencilla: acercar a las naciones que la componen respetando la diversidad de sus culturas y sus lenguas».

Pero sólo hasta cierto punto. Inglaterra no es España ni Alemania Por­tugal, o Suecia Italia, culturalmente hablando. Y todas a su vez están inte­rrelacionadas con la factoría de la cultura del ocio que se expande des­de Estados Unidos, monocultura disuasoria y colonialista contra la que raramente se defienden los políticos europeos. No se trata de potenciar veinte lenguas para ofrecer un mismo producto - "Dinastía» o los teledia­rios de la CNN- como tampoco se trata de tener 20 gobiernos propios para apoyar sin rechistar el llamado Nuevo Orden que desde allí preten­de imponerse. Cada país ha de ser independiente en la creación, no en el concepto, y en la fusión e incorporación de elementos no europeos que la emigración aporta, provenga de donde provenga.

Europa, a su vez, se sitúa en la crisis de la civilización que no nace hoy, que se viene arrastrando y denunciando desde hace largos arlos.

Hace medio siglo, T. S. Eliot, católico, defensor de los valores tradi­cionales de la conservadora sociedad inglesa, intuía ya algunos de los pro­blemas que hoy cuestionan el mundo en el que él mismo creció, se edu­có y desarrolló su gran obra li teraria. Decía:

"Si bien parece claro que el progreso de las civilizaciones conllevará la aparición de grupos culturales más especializados, tal evolución no está exenta de peligros. La especialización cultural puede tener como conse­cuencia una desintegración de la cultura ... Idealmente, cada pueblo y con mayor razón, claro está, cada gran ciudad, debería tener su carácter pecu­liar ... Una cultura mundial que sea simplemente uniforme, no será cultu­ra en absoluto».

Este es, para mí, a la hora de Maastricht, uno de los mayores proble­'mas de la cultura actual, de los retos con que se enfrenta el creador a la hora de plantear el hecho cultural en el ámbito en que su trabajo se desa­rrolla. Todavía hablamos, escribimos, pero la influencia de las nuevas téc­nicas -que van de la información a los juegos, de la planificación eco­nómica al comportamiento sexual o los hábitos alimentarios-, impone, a la mayoría, su ley. La ciudad que habitamos es distinta. No es la vieja aldea en que todos conviven, se saludan , se odian o se aman, pero se conocen, parecen tener un destino común, aceptado, en un orden patriar­cal, de leyes incuestionadas. La ciudad hoy, la gran ciudad, también apa­rece partida en dos. Las constantes emigraciones, subrayábamos, mez­clan etnias, desarrollos, creencias. El uno desplaza al otro. El otro no sabe cómo defenderse, pues la convivencia parece imposible, del uno. Las cul­turas, como los intereses, son antagónicos . Siempre se está al borde del abismo. La paz no es preludio sino del brutal estallido.

El tiempo, la velocidad, también se miden de manera distinta. En pocos años hemos quemado siglos de historia. Y el ser humano, lógicamente, ha de sufrir, desde que nace, esta mutación. Siempre parece estarse ges-

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EUROPA , LOS ESCRITORES Y LA CULTURA

tando una nueva civilización . ¿Qué valores permanecen de las cenizas de la antigua? Lo nuevo, ¿continúa, desarrolla o aniquila? ¿Es enriquecimiento o es decadencia lo que viene? Porque lo contemporáneo tiene validez cuando parte de la raíz, no de la nada. El problema no es la cultura indi­vidual o de elite, sino la colectiva o social. Un genio aislado no es una cul­tura. La propia cultura se debate en una definición vaga, problematiza­da. ¿Hablamos de la cultura con K mayúscula, o con minúscula? ¿De los negocios del barón Thyssen o de las vallas publicitarias y los graffitis menos publicitarios que adornan la ciudad? ¿Del poeta o ensayista que no cono­cen y menos lee el 1 % de la población , o de la revista sensacionalista, amarilla, que buscan el 90% de sus habitantes? ¿ del cine de calidad que contempla ese mismo 1 %, o de los seriales televisivos y concursos de la telebasura -la tele inteligente en una utilización que el poder político y económico realiza para barrer la diferencia, la duda, el desarrollo de la inte­ligencia crítica- que contemplan el 99 por 100 de los ciudadanos?

En España hemos dejado atrás el aislamiento cultural que nos impu­so el franquismo, para arrojarnos de bruces en la influencia del mercado angloamericano . Ya estamos en el orden de la mercantilización como sim­ples bienes de consumo de los productos culturales, y de la nueva cen­sura que obedece ahora no a restricciones políticas sino a imposiciones económicas . Las consecuencias para nuestra individualidad, diferencia­bilidad, no se hacen esperar: dependencia en la producción y el consu­mo de los productos: libros, films, música, deporte, información impues­ta por los grandes trust norteamericanos, que orientan y dirigen nuestra cultura del ocio. Se va borrando nuestro pasado, desaparecen sus Ilue­lIas, suplantadas por las de un país que no tiene pasado ni memoria artís­tica o histórica, y no le importa por tanto esta reconversión salvaje . Nos dejan así sin personalidad propia.

Pero seguimos Ilablando de Maastricht. Estallan los problemas nacionalistas. Pero, ausentes de ideología y

visión de futuro, se limitan a rescatar un idioma, una bandera, un espa­cio político y económico, que inmediatamente se ponen al serv icio del auténtico Imperio.

La cultura española se mueve hoy entre la frivolidad , la acomodación, los discursos inocuos, y el acoso de los medios audiovisuales al gran públi­co : la talevisión es quien verdaderamente «ocupa» el t iempo libre de los ciudadanos. Detrás de ella subyace el mensaje de una sociedad reac­cionaria, machista, embrutecedora: el culto al dinero, a la mujer objeto, la exaltación de la violencia, la ejemplificación del triunfador aunque éste no tenga ningún escrúpulo, el lenguaje de un nuevo fascismo basado en la discriminación y explotación de las razas y pueblos llamados tercer­mundistas , están presentes en la mayor parte de sus programas. En este cuadro, la rebelión del pensamiento Ila pasado a ser soledad. Y si las buro­cracias comunistas saturnizaron la revolución, también en Occidente sue­nan a muerto las campanas de la utopía y la cultura.

¿Cómo, en la Europa de los mercaderes donde resurge otra vez la Gran Alemania, podemos conservar una cultura propia, de síntesis y no de

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A N DR ÉS S OREL

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mímésis, de creación y no de imitación o reproducción? ¿Cómo conser­var la identidad de un pueblo, suma a su vez de influencias de otros pue­blos , cómo desarrollarla en la otredad, hacia el futuro, cómo no dejarle desaparecer en la uni formidad de quienes intentan imponer un mercado único, una mercancía para un ciudadano universal al que se arroja al abis­mo de la muerte plana? El dominio ejercido por unos poderosos centros de información y producción cultural mundial lleva aparejado la destruc­ción de lo propio, lo singular. La ciudad global ahoga la necesidad del inter­cambio cultural, imprescindible para combatir los males de la homoge­neidad . Pero a su vez, los intereses unidos de los europeos pueden, si son capaces de reconocer y alentar sus propias diferencias, crear un espa­cio de resistencia a la agresión que desde el otro lado del Atlántico se produce día a día. Un centro suma de otros múltiples centros de poder que pueda cotrarrestar a los que ya son consti tuidos y dominados por los mercaderes de la fábrica yanqui . Esta es la contradicc ión que funda­men talmente nos mueve, en esta revista, a buscar respuestas o dudas al hecho planteado. Muchas voces encontraremos que defienden la nece­sidad de llevar esta uniformidad o esta concentración de poder hasta el idioma, imponer el inglés como lengua a los europeos - cosa que por otra parte es cada vez más real: las dos televisiones via satélite más vis­tas en Europa ofrecen un 60% de su programación en inglés ; nadie duda que Ilasta en el cerro más oculto de Extremadura o la discoteca más ati­borrada de Tarrasa, se canta en inglés- . Este desafío lingüístico nos hace ver la necesidad de preservar, ayudar, extender, la diversidad de id iomas de nuestra comunidad, no sólo en las leyes, sino en la comercialización e intercambio de sus productos.

Borrar distinciones locales o étn icas es tan perjud icial para quienes las sufren como para los integrantes de la cultura dominante que las impo­ne: todo es empobrecimiento y termina en el caos de la vulgaridad. Defen­der la lengua propia, las costumbres , lo tradicional, a la hora de desarro­llar lo nuevo, es apostar por la propia vida. Hoy día no es sólo un pro­blema ecorógico el luchar por la preservación de la natu raleza, sino por la propia cultura, pues también deben existir los ecologistas culturales dado que ésta sufre idéntica amenaza.

* * * La creatividad tiene sus leyes. Y la relación con la memoria de la cultu­

ra es una de ellas. Y junto a la memoria, la libertad. El ser humano, la colec­tividad, no pueden ser sujetos pasivos de una historia, meros receptores ' de imágenes, consumidores de mensajes . La libertad va implícita a la cre­ación, la libertad como inovación, como transgresión. Porque en el ámbi­to de la cultura , los creadores forman también una mafia, un coto cerrado: son util izados y utilizadores, se apoyan en los aparatos del poder y entr'e ellos se reparten y controlan ese poder: el dinero paga, ellos se someten a su dictado. Y todo el aparato que maneja la cultura, universidades, aca­demias , editoriales, fundaciones públicas o privadas, televisiones, institu­ciones estatales , programas audiovisuales, crítica .. . todo forma parte del

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E UROPA, LOS ESCRITORES Y LA CULTURA

todo: 11ay una interacción, reparto de papeles para que no se escape elmer­cado: el crítico es autor y miembro del aparato editorial , el jur'ado depende para la difusión de la obra de la institución que le paga, el tráfico de auto­res y obras de arte está ligado a la industria y la publicidad y el mercado es la víctima de este mandarinazgo, Cuando se habla de la necesidad de que desaparezca la cultura de las instituciones públicas, incluso el propio Minis­terio que la ampara, - como en España hacen al10ra los responsables polí­ticos del Partido Popular, o quienes les apoyan- y que se convierta la cul­tura exclusivamente en una mercancía más dominada por las privadas, se olvida que el capital nunca es inocente, y que el gusto no es inocente, que favorecer corrientes minoritarias y escasamente productivas, en la lengua o la creación, es a veces la única posibilidad que nos resta para no ser sub­sumidos en la gran basura a que tiende a converti rse el ocio, desnuclea­dos de su independencia, de la indiferencia, desafiante del grito corrosivo y contrastador que el control del mercado impone a la multitud . Para nada nos interesan, ni creemos en ellos, esos medidores de audiencia de pro­gramas. Los más no son quienes llevan razón.

Hoy, el poder dominante cree en la homologación de la cultura, en la superación del antagonismo entre lo nuestro, lo occidental, el norte, el desarrollo, y lo ajeno, el sur, tercer mundo, oriental , como si las desi­gualdades y tensiones espirituales no fueran más fuertes que nunca,Una creencia semejante lleva a la defensa a ultran,?a de la pureza, del ideal étnico, de la superioridad espiritual de Occidente, cuando no al deseo de aniquilar al contrario si éste no es suficientemente pasivo; pureza en la sangre y los principios, siempre antesala de concepciones autoritarias, fascistas. Porque para preservar esa pureza, esa verdad, el Norte erige barrerras mentales y físicas para no contaminarse con las avalanchas pro­cedentes del Sur hambriento y miserabi lizado, El intelectual que acepta ese orden, estado de cosas, se convierte en un retórico, en un funcio­nario cuya misión no es cuestionar o pensar, sino santificar la democra­cia y la cultura del desorden establecido. Antes de morir, Foucault lo expre­só certeramente:

"Pero, ¿qué es la filosofía hoy - quiero decir la actividad filosófica­si no es el trabajo crítico del pensamiento sobre sí mismo? ¿Si no con­siste, en lugar de legitimar lo que se sabe, en tratar de saber cómo y has­ta donde sería posible pensar de otro modo?"

Pero hayal tiempo un empobrecimiento de la cultura: realidad y téc­nica, cibernética y orden producen un anquilosamiento de la razón. Sin tensiones, sin dudas, sin lucl1a de contrarios , sin confrontación espiritual, se llega al vacío, a la asfixia, a la inmovilidad, al abismo de la nada. Y el pensamiento y la cultura se empobrecen: no es apatía, no es pasar de todo , como se dice, es carecer de vida, de enriquecimiento interior y de proyección exterior. Y la civilización desemboca así en la barbarie. A los filósofos, a los creadores, a los críticos, suceden los profesores, los perio­distas transmisores de la vulgaridad que rinde culto a la actualidad, al inte­rés público , al mensaje de lo ya decidido, culto al progreso incuestiona­do, a la información que manda sobre el análisis, al libro de texto cerra-

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do, al manual de redacción incuestionado: son los medios autorizados de enseñanza u opinión.

A los sin esperanza se les deja sin valores éticos, sin utopías. Su úni­ca mirada se posa sobre la televisión asesina: el orden de la barbarie. Muje­res pam la posesión, culto a la violencia, anuncios para consumir sin que se entre en su contenido. Prensa para burgueses o ejecu tivos . ¿Alguien ha analizado un año seguido a quienes "pueden» ir destinadas las pág i­nas del suplemento dominical más vendido, el del periódico "El País»? Art ículos asépticos, una entrevista con un personaje de moda (élite), des­files de trajes o ropa interior, de muebles o casas lujosas, de ciudad o cam­po, anuncios de un ocio concebido siempre para la clase dominante y que ha de incitar a los desposeídos , como la lotería, a la envidia, el sue­fío y la búsqueda, por encima de cualquier otro estímulo, de entrar un día en su posesión.

* * *

Lo fundamental es que comprendamos, desde este rincón de Euro­pa, y a la hora de un Maastricht cuestionado, cómo se hace necesario impulsar lo nacional frente a lo multinacional, pero lo nacional no cerra­do, sino abierto a los aires e influencias del mundo entero. El arte, la cre­ación, Ila de ser para nosotros, alcanzar la importancia que tiene la reli ­gión para el Islam: el lugar donde el espíritu, la independencia del ser huma­no , su aportación envuelta por la duda y la críti ca, se manifiesta de for­ma más originaria, donde la vulgaridad se transmuta en belleza y el modelo publicitario no encuentra ni acomodo ni hogar. En nuestra intimidad pode­mos defendernos del acoso castran te de los asesinos de la belleza y la libeltad , y mantener la posibil idad de que la cultura aliente el fuego del conocimiento, del ser humano, de la vida. Las multinacionales de la indus­tria del ocio quisieran que nadie se opusiera a la manipulación de la cu l­tura. Pero nosotros somos conscientes de que si así no lo hiciéramos , estaríamos prop iciando la muerte absoluta de la cul tura entendida como ,-eflexión, liberación, búsqueda de la belleza, respeto al patrimonio artís­tico propio , indagación de nuevas vías comunicativas, campo de libeltad y abrazo de la tolerancia. Es esta multinacional cultural un reflejo del fun­cionamiento tecnológico e industrial de nuestra era, que, no contenta con buscar el obl'8l'o perfecto en el ámbito laboral, aspira a nuclear tam­bién al ciudadano en un único modelo producto sin hábitos diferencia­dos. Escribe al respecto el paraguayo Roa Bastos:

"En cuanto a la industria del libro , desde las casas madre en las sen­das metropoli tanas y a través de su cadena de fil iales diseminadas en los centros estratégicos de las culturas periféricas, el poder cultural impone las leyes del juego. De este modo, anexa, blanquea y somete a sus dic­tados inversionistas las organizaciones empresariales más sólidas , anti ­guas y prestigiosas, editoriales , canales de edicción y distribución, la anti­gua y noble profesión del librero como guía y orientador de los lectores , sis temas bibliotecarios, producción de libros para la enseñanza, institu-

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ciones especializadas, fundaciones , etc .. . Participa, controla o se apro­pia de todos los medios que pueden contribuir a la expansión de sus nego­cios, cine, radio, televisión, prensa escrita, y de empresas subsidiarias, tales como la industria del papel, impresoras, etc. Pero además dispone a su arbitrio del arsenal de la tecnología moderna, informática, banco de datos, etc, cuyas ramas principales forman parte, incluso, de su compleja malla industrial. En los territorios llamados periféricos, el poder cultural Ila hecho desaparecer casi por completo las editoriales independien­tes empeñadas en mantener el intercambio equilibrado entre las litera­turas nacionales y extranjeras. En tales condiciones, la estrategia ope­rativa del poder cultural, su "filosofía de la acción", determinan una esté­tica del gusto, pueden cambiar incluso , en función de sus intereses, el signo de una cultura".

Al fin, podríamos nosotros aiiadir, es concebida la cultura como la ITI: lo que es bueno para su poder y expansión, func iona; lo que no, se suprime o se toma por la fuerza aunque haya para ello que emplem las armas.

* * *

Hoy, el intelectual aparece fatigado, más que desengañado y escép­tico, abonado a la rutina, a la parálisis espiritual. Y ante su Iluida, crecen las mitologías y nacionalismos sustitutivos del conocimiento y la razón. Así se instaura la paz del rebaño: sindical , política, cultural. Uno se pier­de en la multitud y la multitud acoge y protege al uno. La inintelegibilidad en la literatura y el arte es en muchas ocasiones el disfraz que adopta quien no sabe innovar, no puede comunicar. E impotente e impuro, se refugia en el fraude y el desconocimiento de los receptores, adoradores de la igle­sia de la estulticia. Porque en el fondo, todo ciudadano aspira a ser «embaucado", seducido, dominado. Y el creador del hecho cultural acep­ta esa terrible realidad, diciendo cínicamente si se le pregunta sobre el producto tantas veces basura que crea: es lo que le gusta al público, lo que éste pide.

La relación del escl'itor y el artista con el lector y el público viene con­dicionadas en muchos aspectos, por las restricciones, perturbaciones, mediatizaciones y mercantilismos que impone el poder cultural. -públi­co o privado- a través de los medios -informativos, de organización y planificación cultural- que domina. La creatividad artística no es total­mente libre: se halla sujeta a las reglas del mercado y del gusto, que a su vez es modelado por quien controla dicho mercado. Se habla de poder político, menos de poder cultural, pero éste es quizá antesala de aquél.

Queremos intervenir en nuestro presente histórico y reflexionamos sobre la creatividad cultural imaginando posibilidades que al menos apues­ten por una posible salida a la crisis en que la vemos inmersa. La televi­sión , por ejemplo, no es intrínsecamente mala, podía antes bien ser un factor fundamental del progreso. Ocurre como con el ser humano: al nacer no es asesino, sino que se transforma por efecto de leyes de Ilerencia,

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por el medio ambiente, por enfermedad, por marginación, incluso empu­jado por la propia sociedad que luego ha de condenarle . Es pues la uti­lización de los medios lo que convierte a éstos en perversos. ¿Podremos acaso nosotros liberarlos? En cualquier caso, la razón ha de apoyar este utópico principio . Y la sensibilidad apuntarse a la extensión de la cultura, a su transformación en un bien común . Dominar el ocio es hoy el gran reto . Abandonar el campo en que se juega la independencia del ser huma­no sería no una mayúscula traición, sino una tremenda estupidez, pues al fin nosotros también seríamos devorados.

Mayor control por parte de los ciudadanos de los centros de poder. Este es quizá el punto clave de la organización democrática. Convencer a los ciudadanos de que el problema reside en no conformarse con votar cada cuatro años, pasar a ser meros representados, a jugar el papel pasi­vo que se les ofrece, sino ser actores, cada día, del propio proceso cre­ativo y político.

Ha de lucharse igualmente por la descentralización y autonomía de la cultura, en la planificación y en los fondos a ella destinados. Descender al hecho cotidiano y pedir que sea la colectividad la que controle los fondos públ icos. Los grandes fastos no dejan tras de sí sino estelas fotográficas pronto devoradas por el tiempo. Importa más dotar de medios -escue­las, talleres, material, bibliotecas, salas de exposición y debate, formación de profesionales de teatro, vídeo, cine- a una ciudad que hacer de ella capi­tal de la cultura. Crear no es negociar con el traficante de turno la adqui­sición de obras del pasado que él, bajo el barniz de un título nobiliario explo­ta como en tiempos explotaba la propia mercancía del hombre.

Propiedad públ ica de los nuevos sistemas de televisión por cable, saté­lite, etc. No ignoramos la dificultad de esta propuesta para el presente. Pero hay que luchar por el futuro. Y Europa debe buscar que sea la suma de sus culturas la que se ofrezca a los europeos y no los productos cre­ados por los norteamericanos.

La cultura, insistimos finalmente, ha de estar dirigida a todos los c iu­dadanos. No puede establecerse la norma de dos hechos culturales : una cultura elitista diriqida a los privilegiados y otra a la mayoría consumido­m de telenovelas o productos basura. Tentación es de los Gobiernos apo­yar fenómenos minoritarios que puedan ser rentabilizados en procesos electorales o en certámenes internacionales. Apostamos por la cal idad, pero hay que apostar igualmente por la elevación educativa y formativa de la mayoría de la población. Y no disociar las culturas de su entorno, de sus raíces, de sus especificidades.

Como escribe Agustín Girard: «No puede haber una política cultural divorciada del mundo real donde viven las personas: toda la política cul­tural refleja necesariamente un mundo vivo, define sus es fuerzos para alcanzar los objetivos que se ha propuesto. No hay lugar pues para hablar de elites . Similarmente, en tanto que cuando hablamos de cultura ya no nos referimos únicamente a las bellas al1es, tampoco restringimos el con­cepto a ninguna minoría. Cultura significa comunicación en una sociedad inevitablemente interdependiente» .

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EUROPA, LOS ESCRITOR ES Y LA CULTURA

Comenzaba con Eliot estas reflexiones. Con el poeta inglés vaya ter­minarlas: «Una sociedad se encuentra en peligro de desintegrarse cuan­do no hay contacto entre la gente de las distintas áreas de actividad, entre el pensamiento político, científico, artístico, religioso y filosófico ... La eli­te debería ser algo distinto y compuesto de modo mucho más orgánico que una colección de bonzos, caciques y magnates ... Una forma posi­ble de contrarrestar la creciente central ización y politización de las artes y las ciencias, consistiría en impulsar las iniciativas y responsabilidades locales y separar en la medida de lo posible, la fuente proveedora de fon­dos del control sobre su utilización ...

«La unidad de la cultura, al contrario que la unidad de la organización política, no nos exige una única lealtad, lo cual significa que habrá diver­sas lealtades. Es un error pensar que el único deber de un individuo debe­ría ser hacia el Estado y es una fantasía sostener que el deber supremo de cada individuo tendría que ser hacia un Superestado. Pondré un ejem­plo de lo que entiendo por variedad de lealtades. Las universidades no tendrían que ser instituciones meramente nacionales, aunque las finan­cie una nación. Las universidades europeas deberían tener ideales comunes y contraer obligaciones unas con otras . Tendrían que ser inde­pendientes de los gobiernos de los países en que están emplazadas. No deberían ser instituciones para formar una burocracia eficiente o científi­cos capacitados para obtener lo máximo de otros científicos extranjeros. Tendrían que apoyar la preservación del estudio, la búsqueda de la ver­dad, y, en la medida en que el hombre es capaz de ello, la consecución de la sabiduría".

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EL DERECHO DE AUTOR EUROPEO: DE ROMA A MAASTRICHT JUAN MOLLÁ

CABE hablar de un «derecho europeo de autor»? ¿De un dere-j cho de autor de los europeos? ¿Tendrán algún día sentido ple-V no tales expresiones?

Habríamos de empezar preguntándonos de qué Europa hablamos. ¿De la Comunidad Económica Europea, con sus doce miembros? ¿Deja­mos por ahora aparte los otros siete países de la EFfA, Austria, Islandia, Finlandia, Liechtenstein, Noruega, Suecia y Suiza, que entran ya en el «Espacio Económico Europeo»?

¿Y los países de la Europa central y del Este que irrumpen tan inten­pestivamente cuando aún el núcleo primario no acaba de cuajar? Los che­cos, los eslovacos, los húngaros, los' polacos, los estonios, los lituanos, los letones, los rusos que ya han asumido el Convenio de Berna. ¿Habla­mos de la Europa de los Veintisiete?

y aun reduciéndonos a la Europa de los Doce, el panorama no es nada homogéneo: Los anglosajones, los nórdicos, los centroeuropeos y los paí­ses del Sur tie'nen problemáticas e incluso conceptos antagónicos de este derecho. No sólo en el aspecto pragmático o desde las protecciones rea­les, sino hasta en las definiciones básicas, incluso en el nombre de ese derecho. Desde el «Copyright» de los ingleses, hasta la «Propiedad inte­lectual» que se propugna aquí, pasando por el término intermedio «Dere­cho de Autor», que despierta menos suspicacias.

Hablo de nombres, de palabras; pero no en vano. Porque los vocablos o términos suelen ser tan decisivos como definitorios en materia de pro­piedad intelectual.

Así ocurre en el origen de la cuestión.

1. LA EUROPA QUE SE ORGANIZA

No estamos hablando de la Europa histórica o cultural, sino de la Euro­pa que se organiza.

y esa Europa que se llama «Comunidad Económica Europea», es un «Mercado Común» . Y la Europa futura es un «Mercado Interior», nacido

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del Acta Única Europea de 1.985. O un «Espacio Económico Europeo» acordado en 1.991 por el Consejo de las Comunidades. Tiene por obje­to establecer un espacio en donde personas, empresas, productos y capi­tales puedan circular libremente. Esta clave explica casi todos los proble­mas que aquí se plantean.

Otra palabra en el eje de las discusiones y del movimiento de la orga­nización: «propiedad».

El artículo 22 del Tratado de Roma (1.957) advierte: «El presente Tratado no prejuzga en modo alguno el régimen de la propiedad en los Estados miembros». Y como los derechos de autor se conciben como una propiedad, por muy especial y disminuída que se quiera, se entendió que quedaba al margen de la competencia de la Comu­nidad , reducida al ámbito legislativo de los Estados miembros . Y como los derechos de autor se conciben como una propiedad , por muy espe­cial y disminuída que se quiera, se entendió que quedaba al margen de la competencia de la Comunidad, reducida al ámbito leg islat ivo de los Estados miembros.

Pero como explica Gonzalo Samaniego en su trabajo sobre el Estado y la Propiedad Intelectual ante el Mercado Común, pronto se pudo apre­ciar que las legislaciones nacionales reguladoras de los derecllos de autor debían someterse a aspectos comunitarios, especialmente el de la con­secución del Mercado Común:

Por ejemplo, si los titulares de los derechos de autor ejercían las facul­tades que les otorgaban las legislaciones de un modo absoluto, podría pro­ducirse una reducción de determinadas libertades, como la de prestación de servicios , o de circulación de mercancías o de establecimiento, regu­ladas en los artículos 52 a 56 del Tratado.

Lo mismo, en le caso de entidades de gestión que han de apl icar cri­terios diversos según sea la nacionalidad de los titulares ; la diferencia de duración de los derechos post mortem auctoris antes de que pasen al dominio público, y los problemas que giran en torno a este concepto, son especialmente determinantes.

2. EL PROYECTO DE ARMONIZAR EL DERECHO DE AUTOR EUROPEO

Y así se abrió paso lentamente la conciencia de la necesidad de armo­nizar las distintas Legislaciones Europeas sobre derechos de Autor.

Di.go lentamente, porque el proceso fue muy lento en principio, aun­que los últimos años ha entrado en un ritmo de cierta aceleración.

La Comunidad Económica Europea encomendó al profesor Adolf Dietz un estudio para la armonización del Derecllo en Europa ya a principios de los años 70.

Se publ icó con el nombre de «El Derecho de Autor en la Comunidad Europea», en 1.976, tanto la versión francesa que apareció en Bruselas, como la alemana en Baden Baden .

Sin embargo, la tradución española - bastante deficiente por cierto­no fue editada por el Ministerio de Cultura hasta 1983.

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EL DERE CHO DE AUTOR EUROPE O

En esta obra se establecían los fundamentos legales del Derecho de Autor en los nueve Estados que eran entonces miembros de la C.E., se comparaban sus reglamentaciones respectivas, se fijaba la pro­blemática resultante y se formulaban una serie de recomendaciones, unas Conclus iones Generales y un inteligente Programa de Armoni­zac ión.

Se partía de la ventaja que supone la previa concordancia en el origen "ex lege» del Derecho del Autor, y la adhesión a los Tratados Internacio­nales. La armonización en fases sucesivas y la conveniencia de estable­cerla mediante Directrices, en lugar de acuerdos internacionales, han sido las vías por donde se ha comenzado a marchar.

Dietz establecía un programa en fases sucesivas, uniformizando pri­meramente aquellas materias más urgentes y pragmáticas, COITIO la duración de la protección; las normas contractuales básicas imperati­vas en beneficio de los autores para impedir exageradas cesiones de derechos e imponer una participación equitativa; proponía pasar luego a la armonización de la estructura del Derecho de Autor, teniendo en cuenta su dualidad : derecho moral y derechos de explotación; reglas relativas a la paternidad intelectual, al creador COIllO persona física, a la obra colectiva, recomendación de una ley modelo para la vigilancia de la sociedad de autores , percepción y transmisión de los il}gresos pro­cedentes del "dominio ·público pagante» que asegurase la "dimisión social» del derecho de autor, etc ., etc .

Así hasta encontrarnos con leyes naciqnales, idénticas en Illateria de Derecho de Autor en general, en materia de derecllo contractual de autor y de derecho de las sociedades de autores; leyes que abocarían a la arlllo­nización última del Derecho de Autor europeo.

Pero el gran esfuerzo de Adolf Dietz y sus aportaciones básicas sobre el dominio público ·de pago y la proyección social del Derecho de Autor no fructi ficaron en una efectividad inlllediata. Quizá resultaron demasiado idealistas para unos funcionarios y consejeros comunitarios que se halla­ban más preocupados por las nuevas tecnologías y la gran industria que pOI' el verdadero Derecho de Autor.

Se impuso ante todo el principio obsesivo de que son las legislaciones nacionales las que prioritariamente han de regular este derecho. Pero las disparidades entre ellas , ocasionadoras de grandes trastornos en cuanto se plantearon situaciones o negocios a escala supernacional, habrían de resolverse, seguían exigiendo soluciones cada vez más urgen­tes.

Dos fórmulas se presentaban como posibles : a) Establecimiento de una normativa general o Ley de Propiedad Inte­

lectual común. b) Aproximación o. armonización de las legislaciones nacionales median­

te directivas puntuales y limitativas, reducidas a los problemas más fre­cuentes .

y esta última es la fórmula que ha prevalecido en ellJbro Verde sobre Dere­cho de Autor emitido por la Comisión de las Comunidades Europeas .

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3. EL LIBRO VERDE

Pese a su ampuloso título - Carta Verde sobre Copyright y el Reto de la Tecnología- , este documento básico de la D.G. II defraudó profunda­mente, sobre todo en el ámbito del libro.

Publicado en el verano de 1.988 (doce años después que el estudio de Dietz), trata sobre todo del mercado interior y la competencia, y esta orientación queda reflejada en sus propuestas. Pero está relacionado casi exclusivamente con los medios audiovisuales y los programas para com­putadoras y tiende a asegurar la competitividad dentro del Mercado Común y en sus relaciones con el exterior y para evitar que la protección de los autores pudiera llegar a un"monopolio genuino de injusto alcance y dura­ción" .

La protección del autor - sin embargo- ni se menciona, por lo que se la ha llamado con razón "un derecho de los autores sin el autor". Has­ta el extremo de que la única vez que se menciona la creatividad es para expresar el temor de que "una protección excesiva pudiera no sólo limi­tar las posibilidades de su difusión sino conducir a una remuneración exce­sivamente elevada" .

Lo que se protege es el "copyright" entendido como "explotación comercial y pública de una obra" . Se dice que ha prevalecido el concep­to anglosajón, en su definición legal de 1.923 e incluso de la ley Británica sobre Copyright, de 1.989, donde ni siquiera se plasmó el derecho moral como derecho inalienable, dejando la cuestión a la negociación con el apo­yo de las uniones de escritores.

No puedo profundizar en este matiz. Lo cierto es que el Libro Verde no pensó ni en los escritores ni en los artistas , ni tampoco en los libros.

Por eso, en toda Europa se produjo una fuerte reacción en contra de esta Carta tan Verde.

Las reacc iones de los escritores y de las Sociedades de Gestión fren­te al Libro Verde fueron inmediatas. La entidad alemana de recaudación V. G. WORT convocó en Octubre de 1.989 un Congreso sobre el Futuro del Derecho de Auto!" en Europa bajo el lema "GEIST UNO GELD" , «Les ocuvres de L'Esprit et l'Argent" en su versión francesa. Asistí a él, pero las conclusiones se redujeron a formular a la Comisión una serie de medidas de protección.

Por su parte, la Unión Internacional de Editores, reunida en París en su 2.

0 Simposio sobre Derecho de Autor, en Abri l de 1.990 , tomó

el acuerdo de instar a las partes contratan tes del GATI a pronunciar­se sobre las relaciones comerciales en materia de propiedad intelec­tual (TRIPS), para asegurar el máximo nivel de protección del derecho de auto!" basado en principios claros, concretos y fáci les de poner en práctica, fundados en el Convenio de Berna, que permita a los titul a­res de derechos acciones eficaces ante los Tribunales civiles y pena­les con sanciones disuasivas y mediante procedimientos eficaces de arreglo de diferencias.

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EL DERECHO DE AUTOR EUROPEO

Todo ello muestra el grado de tensión alcanzado por esta efervescen­

cia del Derecho del Autor. El Libro Verde dio lugar a la aprobación de la primera Directiva de Armo­

nización de las legislaciones nacionales en materia de Propiedad Intelec­tual : La Directiva 91 / 250/CEE sobre Programas de Ordenador, y éste es realmente el único punto positivo de un documento que significó -sobre todo después de las esperanzas suscitadas por el anibicioso programa

de Adolf Dietz- una frustración importante.

4 . AVANCES

Sin embargo, las autoridades comunitarias parecen haber reflexiona­

do desde entonces sobre las prioridades de una acción comunitaria en

esta materia y más recientemente han ido sometiendo a la consideración del Consejo de Ministros de las Comunidades Europeas un programa de la Comisión sobre puntos concretos.

Los más importantes son: la propuesta de aproximar las iegislaciones sobre el derecho de distribución; el alquiler y préstamo en Bibliotecas, el

tratamiento de los derechos de autor en el marco de la radiodifusión; la armonización de los plazos de duración de los derechos de autor; y el ini­

cio de los estudios para conocer los problemas y las posibles soluciones

que se derivan de la gestión colectiva de los derechos de autor y de la copia privada.

En efecto: Las primeras acciones propuestas en el campo de los Dere­

chos de Autor y Derechos afines por la Comisión Europa fueron :

A) Acciones inmediatas: (1) Propuesta de decisión encaminada a la ratificación o adliesión y a

la conformación por parte de los Estados miembros al Convenio de Ber­na (Acta de París 1971) Y a la Convención de Roma de 26 de octubre de

1961 , antes del 31 de diciembre de 1992;

(11) Propuesta de directiva relativa al derecho de alquiler y de présta­

mo y a ciertos derechos afines; (111) Propuesta de directiva relativa a la copia con fines privados de fij a­

ciones sonoras y audiovisuales; (IV) Propuesta de directiva relativa a la armonización de la protección

jurídica de las bases de datos;

M Propuesta de directiva relativa a la armonización del plazo de vigen­da de la protección mediante los derechos de autor y ciertos dereclios afines;

(VI) Propuesta de directiva encaminada a la coordinación de c i e r-

tas reg las relativas a los derechos de autor y derechos afines aplicables a la radiodifusión vía satélite y por cable .

B) Estudios pospuestos: (1) Derechos morales de los autores .

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(11) Reprografía. (1 11) Droit de suite. IV) Gestión colectiva de los derechos de autor y de los derechos afi­

nes y sociedades de gestión colectiva. El impulso más sustancial a una acción verdaderamente profunda

en favor de la armonización del derecho de autor en Europa lo dió la Direcc ión General X de la Comunidad Económica Europea, al publi­car en marzo de 1989 un documento sobre "Promoción del Libro y la Lectura» , en que se intentaba cubri r las lagunas de la Carta Verde.

y en agosto de 1989, apareció una nueva versión de éste, titulada "El Libro y la Lectura: Un reto Cultural para Europa», donde se volcaba ya en la dirección del libro, tan olvidado por la Carta Verde.

El documento trataba del " libro» como medio impreso y de la promo-ción de la lectura. Abarcaba:

-las actividades de los escritores -la publicación -la traducción -la distribución -la promoción del libro y la lectura. Traslucía el intento por buscar una solución satisfactoria a los proble­

mas más graves: las condiciones de la protección del copyright, los con­tratos con los editores, el derecho sobre préstamos en Bibliotecas Públi­cas y la reprografía.

De todos estos proyectos, los ya desarrollados son: -La Directiva relativa a la armonización de las bases de datos. - La Directiva relativa al derecho de alquiler y de préstamo en bibl io-tecas. -La directiva sobre la armonización del plazo de protección post mor­tem auctoris. Desde junio de 1991, el progreso en la armonización de estas impor­

tantes materias ha ido en aumento.

a) SOBRE LA DURACION POST MORTEM

Existe ya una directiva que fija en 70 años el plazo de vigencia de los derechos de autor después de la muerte de éste; y en 50 el plazo para los derechos afines.

Recordemos que el mínimo establecido en la Convención de Ber­na era de 50 años. La ley española de 1879 lo establecía en 80 años. La nueva Ley de 1987 lo rebajó primero a 50 años y luego a 60 en el texto definitivamente promulgado. Lo determinó así el Gobierno pues el grupo de expertos que redactábamos el Borrador éramos parti­darios de mantener el plazo clásico de 80 años-propugnado tam­bién por el profesor Dietz en su programa de armonización europea­, ante la evidente tendencia europea a elevarlo, como ya había hecho Alemania, que fue la primera nación europea que fij ó el plazo en 70 años .

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EL DEREC HO DE AUTOR EUROPEO

b) EL PRÉSTAMO BIBLIOTECARIO

La directiva sobre el llamado «Public Lending Right», vigente ya en los países nórdicos, Dinamarca, Alemania, Holanda, etc., es la que lleva más adelanto.

Interesa tanto a editores como a autores, quienes recibirán un canon por el alquiler de libros en las bibliotecas públicas, como compensación por la pérdida de derechos de autor derivada de la lectura en bibl iotecas públicas, de libros que de otro modo se venderían normalmente.

La Comisión de la C.E. E. hizo la Propuesta favorable. El 12 de Febre­ro de 1992, la propuesta fue aprobada por el Parlamento Europeo. Pasó al Consejo de Ministros de la C.E. donde en principio parecía que iba a ser rechazada por la negativa de los ocho países que no conocen este canon o indemnización, principalmente los latinos, que pensaban que ello iba a encarecer el servicio bibliotecario. Hubo una insatisfactoria propuesta de compromiso por parte de la presidencia portuguesa, en la reunión ante­rior de Lisboa, pero finalmente el último Consejo de Ministros llegó a una postura común favorable a este derecho, y sólo queda la formularia apro­bación final del Parlamento Europeo, sobre el nuevo texto .

c) LA REPROGRAFíA

Sobre la remuneración compensatoria por copia privada, objeto prin­cipal de la reciente reforma de la Ley española de 1987, la arrmonización europea parece lejana. Precisamente uno de los argumentos empleados por los enemigos del «canon» del artículo 25 era la escasa extensión del canon en Europa, por lo que solicitaban suspender su implantación aquí hasta que se produjera una Directiva comunitaria que lo impusiera en toda Europa.

Pero tal Directiva parece muy lejana. El Sr. Vestringe, factoru lTl de la D.G. 111 , declaró incluso en las Jornadas Europeas sobre el Derecho de Autor celebradas en Madrid en marzo de 1992 que ni siquiera se había plante­ado aún la posibilidad de real izar tal propuesta.

Es lástima, porque esta remuneración por la reprografía de copia pri­vada, se Ilace de día en día más necesaria, debido a la inmensa cantidad de fotocopias que se realizan en toda Europa y que determina que no se vendan centenares de millones de libros, con gran pérdida para editores y autores; problema ya grave que obstaculiza hoy la edición , y que en un futuro próximo, de seguir así las cosas, puede determinar un verdadero colapso en la publicación de libros técnicos y didácticos .

5. LA GUíA DEL AUTOR EUROPEO

En el marco de la resolución del Consejo de Ministros responsables de asuntos culturales de 18 de Mayo de 1989, relativa a la «Promoción del Libro y de la Lectura» (JOCE C/183 del 20 de Julio de 1989) la unidad «Acción Cultural» regida por Enrica Varese (Dirección General X de Ia.Comi-

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sión Europea) se propuso realizar una «Guía del Au tor y del Traductor en la Comunidad Europea» .

A tal fin, la Comisión de las Comunidades encomendó a doce exper­tos europeos (uno por cada país de la C.E.E.) la labor de recopilar las diver­sas normativas, si tuación de hecho y problemas de autores y traductores en los doce Estados, a fin de asimilar los doce informes, unificarios y rea­lizar posteriormente una síntesis con una doble finalidad: facilitar los tra­bajos de armonización y ofrecer a todos los autores de Europa un instru­mento útil para conocer sus derechos y la forma de ejercitarlos.

Fuí elegido por la Comisión para inteNenir como experto español, jun­to a once destacados juristas de los restantes países (Fabiani por Italia, Le Fanu por el Reino Unido, Nadine Royer por Francia, experta encarga­da de la realización final de la Guía, etc.). En sucesivas reuniónes en Bru­selas ,hemos cotejado y comparado las legislaciones y situaciones de hecho respectivas , en los aspectos del derecho moral, derechos de explotación y demás particularidades del Derecho de Autor, así como de la situación fiscal y régimen social de autores y traductores .

En Septiembre de 1992 presentamos nuestros informes definitivos. Y en enero de 1993 hemos completado y puesto al día las síntesis elabora­das en Bruselas y París. Quiere esto decir que, a falta sólo de la asimila­ción y redacción final de la Guía, ésta aparecerá dentro de muy poco, en la primavera de 1993. Contendrá el estatuto jurídico, fiscal y social de los autOl'es, «carnet de direcciones» y la descripción de la acción legislativa de la Comunidad en el dominio del derecho de autor.

Esperamos que, confOl'me al proyecto, resu lte un instrumento útil y un escalón importante para alcanzar el objetivo de una defensa común y equi­tativa de todos los autOl'es europeos.

6. ULTIMOS PASOS

Enrique de Aresti de la D.G. III de la Comisión de las Comunidades Euro­peas, en una concienzuda aportación a las recientes Jornadas sobre Pro­piedad Intelectual OI'ganizadas por la AC.E. de Cataluña en la Universi­dad de Barcelona trazó un cuadro muy completo y didáctico de las acti­vidades de la Comunidad Europea en orden a la armonización del Dere­CllO de AutOl' y a la creación cultural.

Plantea un panOl'ama optimista dentro del futuro «Espacio Económico Europeo», cuyo acuerdo (1991) prevé que los países de la EFTA pongan su legislación nacional al nivel de protección de la CEE; asuman las reglas comunitarias; y respeten y ratifiquen los Convenios de Berna y Roma antes del 1 de Enero de 1995. (Recordemos que el 10 de Enero de 1993 entra­ba en funcionamiento el Mercado Interior de la C.E.E. yen esa misma fecha se proyectaba la apertura del «Espacio Económico») .

Pero el «Espacio Económico Europeo», de los 19 países que reúnen ambas agrupaciones, no aparece tan firme en el momento en que escribo estas líneas; reticencias, temores e incógnitas se ciernen con razón sobre el proyecto .

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EL DERE CHO DE AUTOR EUROPEO

Advierte Aresti de las dificultades que supone el avance de la tecnolo­gía (tanto de la reproducción de las obras como de la modificación y tele­comunicación de las mismas), y la formidable fuerza de los fabricantes de aparatos y materiales de reproducción y de los radiodifusores. Y prevé que la Comunidad continuará su acción hasta completar el «mercado inter'ior», teniendo en cuenta sus nuevas competencias.

7. MAASTRICHT

El «Tratado de la Unión Europea •• que firmaron los doce miembros de la Comunidad en Maastricht en 1992 (cuyos avatares son bien cono­cidos sin duda por nuestros escritores, que pudieron comprobar de pri ­mera mano sus dificultades en el último Congreso Europeo de Escrito­res celebrado el año pasado en Madrid, cuando la delegación danesa votó contra uno de los puntos básicos -el canon de bibliotecas- pocos días antes que Dinamarca rec llazara en referéndum la adhesión al Tra­tado) introduce un elemento nuevo en el derrotero mercantilista de la Comunidad Europea : -

Su artículo 128 atribuye a la Comunidad la competencia de fomentar la cultura europea. La irrupción ,de la palabra «cultura •• ha querido inter­pretarse como un salto cualitativo importante para los autores europeos.

No sólo porque asegura la acción de la Comunidad en el desarrollo de las culturas de los Estados miembros, sino porque explícitamente «apoya y completa su acción •• en el dominio de " la creación artística y literaria".

Jocllen Kelter, Presidente de la Federación de Asociación de Escrito­res Europeos, lo señalaba así en el último número de la revista «News­letters •• ; «En la cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de Maastricht, casi 35 años después de la firma de los Tratados de Roma, la Comuni­dad Europea se ha dado un Artículo Cultural. Es la primera vez que una Comunidad de Estados tan grande y cultural mente tan heterogénea, se propone efectuar una política cultural propia ••.

No en vano, la 111 Conferencia Europea del Libro, dedicada a «La Euro­pa del Libro ante el Mercado Unico», celebrada en Valencia, «deploraba la insensibilidad comunitaria hacia la especifidad cultural del libro·· e insis­tía en que «la armonización pendiente tenga en cuenta las pecul iaridades de la creación literaria··.

Jean Dondelinger, miembro de la Comisión de las Comunidades, res­ponsable de la Cultura, se ha expresado así: «El Tratado de Maastricht com­porta un compromiso Ilistórico que sobrepasa la sola dimensión econó­mica del Tratado originario, para afrontar la construcción de una Unión polí­tica. Esto permitirá además un anclaje en la cultura de los pueblos de Euro­pa .. . El papel de la Comunidad debe ser contribuir a la estimulación y el desarrollo de las culturas, en el respeto a su diversidad y al principio «de subsidiariedad •• , poniendo en evidencia y preseNando la herencia cultural común».

En esta línea, el Consejo adoptó el 12 de Noviembre de 1992 las «líne­as directrices para la acción cultural de la Comunidad··.

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EL DERECHO DE AUTOR EUROPE O

Enrique de Aresti subraya el criterio limitativo de la acción de la Comu­nidad: el principio de subsidiariedad. «Significa que la Comunidad sólo inter­vendrá cuando su acción sea más eficaz que la de los Estados miembros por separado. Cuando armoniza el derecho de autor únicamente procu­ra que el modo de explotar las obras, y no las obras en sí mismas, sea similar en los países de la Comunidad. La diversidad cultural es un rasgo positivo de los países de la Comunidad y la mejora del nivel de protección de la propiedad intelectual beneficia a todas las culturas de la Comunidad sin distinción».

Pero entre los países menos poderosos de Europa, no puede evitarse el temor de que, también en el terreno cultural, los proyectos de Maas­tricht vengan a suponer una desigualdad de hecho; y que el Mercado Inte­rior apoye el predominio de las industrias culturales más poderosas del Con­tinente.

CONCLUSION

La armonización del Derecllo de Autor europeo sigue su marcha len­ta, pero avanza.

Una Ley única no parece viable ni deseable a medio plazo. Coincidi­mos en eso con Alam Williams en el «Simposio sobre el Futuro de la Edi­ción Europea» celebrado hace pocos meses en Madrid. Pero seguirá la aproximación paulatina entre las legislaciones nacionales. Es preciso que vaya impulsada por una aproximación y solidaridad urgente de las aso­ciaciones de escritores, que deben adelantarse con realidades irreversi­bles.

El Derecho de Propiedad Intelectual debe estar abierto al futuro. Como hemos insistido tantas veces, conseguir que ese derecho sea fiel al con­cepto humanístico y personalista que le da sentido y justi ficación, en el con­texto de su proyección social, frente a las arro lladoras corrientes mercan­tilistas y pragmáticas que imperan, es la tarea y la responsabilidad de cuan­tos intervienen en la creación intelectual y en la estructuración positiva del Derecho de Autor.

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REPÚBLICA

DE LAS

LETRAS

2

LAS INSTITUCIONES

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TRATADO SOBRE LA UNION EUROPEA

ARTICULO 128 TITULO IX CULTURA

1. La Comunidad contribuirá al florecimiento de las culturas de los Estados miembros, dentro del respeto de su diversidad nacional y regional, poniendo de relieve al mismo tiempo el patrimonio cultural común.

2. La acc ión de la Comunidad favorecerá la cooperación entre Estados miembros y, si fuere necesario, apoyará y completará la acción de éstos en los siguientes ámbitos:

- la mejora del conocimiento y la difusión de la cultura y la historia de los pueblos europeos;

- la conservación y protección del patrimonio cultural de importancia europea;

- los intercambios culturales no comerciales;

- la creación artística y literaria, incluido el sector audiovisual.

3. la Comunidad y los Estados miembros fomentarán la cooperación con los terceros países y con las organizaciones internacionales competentes en el ámbito de la cultura, especialmente con el Consejo de Europa.

4. La Comunidad tendrá en cuenta los aspectos culturales en su actuación en virtud de otras disposiciones del presente tratado.

5. Para contribuir a la consecución de los objetivos del presente artículo, el Consejo adoptará:

- por unanimidad, con arreglo al procedimiento previsto en el artículo 189 B Y previa consulta al Comité de las Regiones, medidas de fomento, con exclusión de toda armonización de las disposiciones legales y reglamentarias de los Estados miembros. El Consejo se pronuncia por unanimidad durante todo el procedimiento previsto en el artículo 189 B.

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ACCIONES PRIORITARIAS DEFINIDAS POR EL CONSEJO DE LAS COMUNIDADES EUROPEAS

S OPORTE de la creación, de la difu ­sión del saber y de las ideas, el libro representa un instrumento pedagó­

gico y cultural esencial y uno de los prin­cipales modos de expresión de nuestras cultur-as.

El libro es igualmente un producto de cambios económicos: la Comunidad, y su acción, ha tenido en cuenta la especific i­dad cultural del libro en los capítulos de sus otras políticas.

Uno de los objetivos esenciales de la acción de la COlllunidad es conocer mejor el patrimonio escrito y asegurar su con ser -vación. A este fin el Consejo de Ministros ha propiciado siete acciones prioritarias.

l.-GUIA DEL AUTOR LITERARIO Y DEL TRADUCTOR

En primer lugar, el Consejo ha sol icita­do a la Comisión realizar una guía del autor y del traductor-en la Comunidad, que con­tenga informaciones sobre su estatuto jurí­dico , social y fiscal. La constatación es simple : sin conocer su derecllo, no se puede defenderles .

Esta guía tiene un objeto informativo , las medidas de armonización relativas a los derechos de autor deberán ser propues­tas en el marco de la realización del mer­cado interior.

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Esta guía deberá estar finalizada en la primavera de 1993 y comprenderá: el estatuto jurídico, social y fiscal de los auto-O res y traductores de los e~tados miembros, un «carnet de direcciones» que incluyan fundamentalmente ias sociedades y aso­ciaciones de escritores en la Comunidad y por fin una descripción de la acción legis­lativa de la comunidad en el campo de ios derechos de autor.

Traducida a las n.ueve lenguas comunita­rias , la guía del autor literario y del traductor será uno de los elementos destinados a ali­mentar la campaña de sensibilización del público europeo sobre el libro y la lectura.

2.-PREMIO LITERARIO EUROPEO Y PREM IO EUROPEO DE LA TRADUC­CION

El premio literario europeo y el premio europeo de la traducción son discernidos cada año a propuestas de un jurado inde­pendiente, en ei marco de la capital euro­pea de la cultura.

3.-PROGRAMA DE PUBLlCACION DE ESTADISTICAS. SECTOR DEL LIBRO

La comisión ha decidido realizar un estudio detallado que propone una meto­dología tendente a obtener una estadís-

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tica lo más completa posible de datos comparat ivos entre todos los países a nivel europeo. Tras consultas de la Ofici ­na Estadística de las Comunidades y de las administraciones nacionales, esta metodología será sometida a los profe­sionales de la edición para verificar si los trabajos pueden proseguirse sobre esta base.

4.-BOLSAS A LOS COLEGIOS DE TRA­DUCTORES

Desde 1986 la comisión contribuye a la concesión de bolsas a los colegios de traductores . Actualmente esta acción afecta a cinco colegios: CEuropaisches Ubersetzer Kol/egium de Straelen, le Col/é­ge International des traducteurs littéraires dArles, le Col/egio Italiano dei traduttori let­terari di Procida, la Casa del Traductor de Tarazona, Le British Center for literary translation El Norvvich.

5.-CONSERVAC ION DE LI BROS SOBRE PAPEL ACIDO y UTILlZACION DE PAPEL PERMANENTE

Respecto a la inquietante degradación del patrimonio escrito, hay que tomar en consideración dos aspectos: de una par­te la conservación de los libros y archivos sobre papel ácido, y de otra la promoción para utilizar papel permanente que como su nombre indica, resiste mejor los estra­gos del tiempo. En este contexto, la comi­sión Ila organizado con la presidencia neerlandesa del Consejo una primera reu ­nión de expertos dedicada a este asunto.

6.-ESTUDIO COMPARATIVO DE LAS MEDIDAS DE AYUDA A LA EXPORTA­CION DEL LIBRO

Este estudio destinado a asegurar un mejor conocimiento de las ayudas a la exportación existente en los Estados

ACCIONES PRIORITARIAS

miembros, se ha desarrollado a partir de 1993.

7 .-CAMPAÑA DE SENSIBILlZACION DEL LIBRO Y LA LECTURA

El libro y la lectura juegan un papel esencial en la trasmisión de la riqueza y de la diversidad cultural de Europa y contri­buyen al mejoramiento de los conoci­mientos recíprocos. Así, los Ministros de Cultura han subrayado el lanzamiento de una campaña de sensibilización del públi­co europeo al libro y a la lectura.

Cada país de la Comunidad organiza ya manifestaciones de promoción del libro y de la lectura.

El objetivo de una campaña dirigida al nivel europeo no es sustituir a las campa­¡las nacionales, sino al contrario, reforzar­las, darlas a conocer y conceder a los estados una dimensión europea.

Esta campaña será inaugurada el 22 de abril de 1993 por la ministra de cultura de Dinamarca, y durará dieciocho meses. Par­ticiparán igualmente los países de la Gran Europa y las organizaciones internaciona­les concernientes, tales como el consejo de Europa. El título común para la misma será «el placer de leer».

La comisión, tomará en cuenta ele­mentos comunes destinados a subrayar la dimensión europea de esta acción. El catálogo, realizado en colaboración con el Consejo de Europa, tomará por orden cro­nológico, todos los acontecimientos de promoción del libro organizados en los países europeos durante la duración de la campaña.

Esta campaña será el cuadro ideal para la presentación de estudios o de tra­bajos de dimensión comunitaria actual­mente en curso de real ización : guia del autor literario y del traductor, trabajos sobre el papel ácido y el papel perma­nente, estudio sobre la traducción litera­ria en Europa .. .

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ACCIONES PRIORITARIAS

La comisión, por otra parte, ha pro­puesto a los Estados miembros asegu­ran la traducción y divulgación de los

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estudios realizados en sus países sobre el tema del libro, a los que darán una dimensión europea.

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MAASTRICHT: LA CULTURA Y LA COMUNIDAD EUROPEA

JEAN DONDELlNGER (*)

EL tratado de Maastricht comporta un compromiso 11istórico que va más allá de la dimensión económi­

ca del tratado originario y se comprome­te en la construcción de la unión política. Esto permitirá por otra parte asegurar un enraizamiento en la cultura de los pueblos europeos. Como subraya Milan Kundera, «la cultura es la memoria de los pueblos, la conciencia colectiva y la continuidad his­tórica, el modo de pensar y de vivir» .

Los estados y las regiones conserva­rán la entera responsabi lidad de su políti­ca cultural. Esta no puede ni debe ser dic-

tada bajo ningún concepto y por ninguna instancia supranacional.

El papel de la Comunidad debe ser el de contribuir al estímulo y a la expansión de las culturas en el respeto de su diver­sidad y en el principio «de subsidiarie­dad », preservando la herencia cultural.

A fin de suscitar un debate general la comisión ha presentado, en abril de 1992, sus ideas sobre las nuevas perspectivas de acción cultural de la Comunidad . El consejo ha adoptado el 12 de noviembre último las líneas directrices que inspirarán la acción.

FINALIDADES

- Preservar la memoria de los pueblos europeos y desarrollar su conocimiento. - Favorecer la creación de un ambiente propicio al desarrollo de la cultura en

Europa, especialmente de la creación artística y literaria. . - Contribuir a que Europa participe en el diálogo intercultural sobre la escena

mundial.

El comité económico y social, así como los profesionales consultados, 11an subra­yado igualmente su sostén a las tres fina­lidades propuestas.

El segundo acontecimiento importan­te, que deseo subrayar, es el acuerdo al que ha llegado el Consejo sobre los tex-

(') Miembro de la comisión encargada de los asun­tos audiovisuales y culturales, de información y comunicación.

tos de la directiva y del reglamento con­cerniente a los bienes culturales . El obje­tivo es permitir que los tesoros nacionales que se encuentren lícitamente en uno de los países miembros, puedan ser restituidos a los países de origen. Por otra parte, deter­minados bienes culturales, serán sometidos a una autorización aduanera reconocida por los Doce antes de que puedan ser expor­tados fuera de la comunidad .

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PROYECTO PILOTO DE AYUDA FINANCIERA A LAS TRADUCCIONES DE OBRAS LITERARIAS

CONTEMPORANEAS

Objetivos

Este proyecto piloto tiende, mediante el apoya de una ayuda financiera a las traducc iones. A conceder una mayor difusión de las obras de la literatura contemporánea representativas de la cultura europea.

Publicación y alcance

Por resolución del Consejo JOCE c/ 183 de 18 de mayo de 1989. Publicación anual. Para el año 1993 el JOCE así como los formul arios

deberán estar disponibles a partir del mes de febrero de 1993. Se acuerda la ayuda para la traducción de obras literarias contemporáneas,

tales como novelas, cuentos, obras de teatro, ensayos, libros de poesía, etc. Se concede prioridad a las traducciones de obras de lenguas minoritarias a idiomas de mayor difusión . Hay que destacar igualmente que este proyecto está abierto a las traducciones de los autores de los países firmantes de la Convención Cultural Europea, que depende del Consejo de Europa.

Ayuda Comunitaria

La suma total es de un Mecu para un período experimental de cinco años, lo que representa una dotación anual media de 200.000 Ecus. Esta dotación ha permi tido sostener, Ilasta la presente, alrededor de 55 proyectos por año.

Selección

La selección se efectúa por un grupo consultivo de expertos nacionales independientes.

La comisión ha preconizado la extensión de este proyecto piloto más allá de las obras literarias , al objeto de incluir igualmente obras de historia y otros textos de caracter cultural.

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INFORME DEL MINISTERIO DE CULTURA

«EL SECTOR CULTURAL EN ESPANA ANTE EL PROCESO DE INTEGRACION EUROPEA»

ANTECEDENTES Y EVOLUCION DE LAS POLlTICAS CULTURALES SUPRANA­CIONALES

LA idea de una ordenación de las rela­ciones culturales supervisada desde organismos intergubernamentales

aparece públicamente con la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. Según el texto adoptado por las Naciones Unidas, «toda persona tiene el del'echo a participar libremente en la vida cultural de la comunidad». La proclama­ción de este derecho garantiza el con­senso para aquellas iniciativas destinadas a Il acerlo prevalecer y que sólo pueden alcanzar su máxima eficacia si se apoyan mutuamente a través de las frontems de los estados .

En un contexto donde invariablemen­te se otorga prioridad a los temas milita­res , económicos y jurídicos, la presencia de los temas culturales en las agencias internacionales es ya un pequeño milagro. La asignación de presupuestos para la actividad propiamente cultural de la UNES­CO, el Consejero de Europa y la CE sue­le decepcionar e incluso desmoralizar a quienes han luchado por ellos. Por este motivo, la cultura debe refugiarse o camu­flarse a menudo bajo rúbricas de educa-

ción, asuntos sociales, innovación y tec­nología, promoción juvenil o desarrollo territorial.

La CE destina una fracción simbólica a los asuntos culturales. Por otra palte, sola­mente un 20% de presupuesto de UNES­CO se destina a este cometido, y un 5% del disponible en el Consejo de Europa.

En conjunto se puede decir que las políticas culturales supraestatales han tenido un desarrollo limitado y se han planteado tímidamente como comple-­mento y compensación de lo educativo y asistencial. En muchos casos, lo que ha sacudido las conciencias de comisiones parlamentarias u organismos de control no han sido las consideraciones cultura­les, sino la frustración ante problemas sociales sin respuesta a los que se apli­can estrategias culturales como último recurso. Tal es el caso de las situaciones conflictivas en las comunidades, en temas como la mujer, la disidencia juvenil o las minorías culturales o religiosas, la rege­neración urbana, etc.

En lo que se refiere a la coherencia doctrinal, el pensamiento y la labor de la UNESCO, el Consejo de Europa y la CE, los dos primeros organismos han tenido una trayectoria similar, y a ellos se ha aña­dido el tercero en etapas más recientes.

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INFORME DEL MINIST E RIO DE C ULTURA

Se pOdría decir que se parte de una noción de cultura como patrimonio y bellas artes. Las consideraciones sociales de los años 50 y 60 inducen las políticas de ani ­mación cultural por las que se acerca el ciudadano a la obra de arte. A finales de los sesenta se rechaza el servilismo impli­cado en la noción anterior y se recupera un sentido Ilumanista en la acción cultu­ral. De esa época provienen los acentos en la cultura como dimensión del desa­rrollo económico, cultura y territorio, cul­tura e identidad, cultura y desarrollo endó­geno, etc . La crisis económica y social de los 70 provoca una ruptura con los aspec­tos más ideológicos de la filosofía prece­dente, en base a reinterpretar la noción de cultura y "desarrollo integral ». Según los nuevos criterios , que en muchos aspec­tos perduran hasta nuestros días, se tra­ta de desenmascarar la realidad de las relaciones ent re cultura y economía, abriendo la veda moral a la explotación económica de la cultura.

La política cultural deja de ser un eco­museo para las utopías sociales del siglo XX y se transforma gradualmente en un sec­tor económico más. La dimensión cultural del desarrollo se interpreta como la apor­tación de la cultura al PIB y a la estimula­ción de sectores y territorios aletargados para que se incorporAn al "progreso».

No obstante, dentro del sector público en geneml y en los organismos interna­cionales en particular se observan impor­tantes focos de resistencia doctrinal a la ola economicis ta. Ello no se debe solamente al carácter soft de los temas culturales. Unas dosis de pensamiento keynesiano inllerente a la actividad de los organismos internacionales y la necesidad de enlazar con discursos anteriores (aunque sea r..or fidelidad gener-acional de los autores de las políticas culturales), confieren a las filoso­fías de finales de los 80 un tono desigual.

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Se mezclan conceptos de un profun­do humanismo con respecto a ios dere­chos culturales de los ciudadanos en el año 2000, junto a declaraciones en favor del desembrague de la función públ ica en la cultura. Se proclama que la cultura ha dejado de ser una realidad residual en el pensamiento de final de siglo pero se le continúa negando el tratamiento polít ico y administrativo que le correspondería a tenor de esas afi rmaciones. Estas contra­dicciones no se deben únicamente a la inmadurez doctrinal de la nueva etapa sino también a los problemas de diseño de nuevas políticas culturales de los organis­mos supraestatales en la nueva arqu itec­tura política y económica internacional.

LAS COMUNIDADES EUROPEAS

Las Comunidades Europeas constitu­yen el tercer gran organismo interguber­namental con programas relacionados con el desarrollo cultural.

Con la firma del nuevo tratado de Unión Europea, aprobado por el Consejo Europeo el 11 de diciembre de 1991 en Maastricht, el tratamiento de la CE res­pecto a las competencias sobre los asun­tos culturales ha sufrido un importante cambio.

Para que este tratado sea efectivo es necesaria su ratificación por parte de los parlamentos de los estados comunitarios, aprobación que se Ilará durante el arlO 1992 sin que sea previsible que haya muchos cambios en el texto provisional.

La diferencia fundamental en lo que hace referencia al sector cultural entre el Tratado de Roma de 1957 y el de Maas­tricht de 1991 es que en este segundo se contempla por primera vez la cultura como competencia comunitaria.

A pesar de que en el Tratado de Roma se excluían las competencias directas

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I NFOR M E DEL MINIST ERIO DE CU LT UR A

sobre asuntos culturales, una de las Direcciones Generales de la Comisión (la DG X) tiene como cometido explícito el tra­tamiento de la información, la comunica­ción y la cultura.

La voluntad de intervención de la CE en asuntos culturales se ha hecho explícita finalmente con el Tratado de Maastricht.

El artículo 12 del título IX es el que men­ciona por primera vez cuál ha de ser la intervención de la CE en el sector cultural. Esta ha de contribuir al florecimiento de las culturas de los estados miembros, respe­tando las peculiaridades de esta cultura nacional «poniendo de re lieve al mismo tiempo el patrimonio cultural común».

El principio que ha de seguir la actua­ción de la CE es el de la subsidiariedad, sin que su acción se superponga a la de los estados miembros y favorezca la coo­peración entre ellos y «si fuese necesario, apoyará y contemplará la acción de éstos» en los ámbitos siguientes:

- la conservación y protección del patrimonio cultural de importancia europea;

- los intercambios cul turales no comerciales;

- la creación artística y literaria, inclui­do el sector audiovisual.

Asimismo, «la CE ha de fomentar la cooperación con terceros países y con las or-ga¡ ¡izaciones internacionales compe­tentes en el ámbito de la cultura, espe­cialmente con el Consejo de Europa» .

Otro punto incluido en este nuevo Títu­lo es el de que la Comunidad ha de tener en cuenta «los aspectos culturales en su actuación en virtud de otras disposiciones» del nuevo Tratado. Es decir, no sólo ha de contemplar la cultura en aquellos aspectos que la afecten directamente sino que es necesario hacer una «lectura cultural» del resto de las disposiciones comunitarias.

Uno de los aspectos más conflictivos en el momento de llegar a un acuerdo ha

sido el de cómo se han de tomar las reso­luciones que afecten al sector cultural. Finalmente se acordó que era necesaria la unanimidad, io cual es un obstáculo para la agil idad reglamentaria, siendo inlpres­cindible en consenso para tomar cualquie¡' resolución.

A) Actuación directa.

De forma directa, la DG X puede pro­poner determinadas formas de ordenación específica del sector. En esta última moda­lidad se ha llevado a cabo programas basados en la intervención de la Comuni­dad en los aspectos profesionales, indus­triales y patrimoniales de la cultura. Tam­bién se han desarrollado iniciativas singu­lares en diversos campos de la actividad artística:

a) La Orquesta Juvenil de la Comuni­dad Europea, la Ópera Juvenil, la Orques­ta de Jazz, el Teatro de Europa, las Ciu­dades Europeas de la Cultura, el Año Europeo del Cine y la Televisión, el Con­curso para Jóvenes Guio,nistas de Cine y Televisión, el Premio Li terario de la Comu­nidad Europea o los fondos para las «Cele­braciones Europeas» en distintas ciudades de los países que ostentan la presidencia del Consejo Europeo.

b) En ámbito de lo profesional se han financiado actividades de formación com­plementaria para traductores, compositores, coreógrafos y tutores musicales. Así mismo, la DG X ha contribuido a la financiación del Diploma Europeo de Gestión Cultural.

c) El fondo Europeo de Monumentos y Paísajes concentra su acCión en las muestras patrimoniales con cierta dimen­sión europea y su distribución se realiza de acuerdo con criterios anuales. En 1990 se trató de emplazamientos históri cos, en 1991 de edificios de origen industrial, agrícola o artesano, y en 1992 el criterio

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INFOR ME DEL M INIS TERIO DE CULTURA

rector incide en los espacios públ icos en centros urbanos de carácter histórico.

d) El Programa Media, que tiene por objetivo la protección del espacio audio­visual europeo. Sus campos de acción son la formación, financiación, producción y distribución de cine y vídeo.

B) Actuación indirecta.

En el ámbito de la influencia indirecta en el sector cultural, la CE cuenta con el Programa de DesarTollo Regional incluido en el FEDER, basado en tres objetivos:

a) Promover un ajuste estructural en las regiones subdesarrolladas.

b)Transformación de reg iones para promover la cooperación transfronteriza o el desarrollo de zonas urbanas de tradición industrial .

c) Desarrollo rural. Este Fondo ha financiado programas

de contenido cultural siempre que se ha demostrado que la instaiación de equipa­mientos y servicios culturales podía con­tribuir a la restauración estructurai del terr'itor'io (rellabilitación arquitectónica, explotación tu rística de bienes culturales, proyectos artesanales y artísticos).

POI' su parie, el Fondo Social Europeo tiene· por' objeto primordial la formación ocupacional para la capacitación de tra­bajadOl'es en paro, la movilidad laboral y la integraciónlabOl'al de los jóvenes. Diversos proyectos cul turales europeos han tenido acceso a este Fondo a través de progra­mas formativos, siempre y cuando se halla demostrado que ciudadanos sin empleo podían gozar de opor'tunidades de rein­ser'ciónlaboral a través del aprendizaje (en prácticas) de oficios artísticos o auxiliares en los establecimientos y servicios cultu­rales. ConseNatorios, escuelas de arte, teatros con personal auxiliar en fOl'mación, orquestas, centros culturales y proyectos

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de comunicación local, entre muchos otros, han recibido financiación del FSE.

El FSE puede tener una incidencia cul­tural muy importante, en tanto que los clientes de muchos de sus programas de inserción profesional son personas en una edad culturalmente muy activa. La opor­tunidad de formación que se abre con los programas del FSE permite agregaciones de jóvenes que tienen la oportunidad de canal izar su expresión cultural. Aunque las escuelas-taller o las aulas ocupacionales no tengan un contenido cultural directo, son vehículos importantes de «integración cultural» para un sector de bajq poder adquisitivo pero alto sentido de la discri­minación estética) protagonista de una crí­tica activa a la sociedad.

Especial interés puede tener en un pró­ximo futuro el papel del FSE en la fo rma­ción y reciclaje de personal de organiza­ción y gestión cultural. En este mismo ámbito, el programa Erasmus -también dependiente de la DG V- ha facilitado ya intercambios de postgraduados en mas­ters de gestión cultural , en los que ha tomado parte una universidad espaí'iola.

También han tenido una inc idencia indirecta en el ámbito cultural las directri­ces referidas a tres grandes temas: la regu­lación sobre la importación y la exporta­ción de obras de arte, ellVA ap licado a los bienes de consumo cultural y los asuntos referidos a la propiedad intelectual y a los derechos de autor.

La actividad audiovisual y el libro, los dos sectores «industriales» por excelencia en el ámbito cultural, continuarán siendo merecedores, sin duda, de los mejores esfuerzos de la CE en los próximos años. En secciones posteriores , se analizarán en detalle los programas y actividades de la CE así como las perspectivas jurídicas, políticas, económicas y técnicas ante el Acta Única.

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JORNADAS DE REFLEXiÓN SOBRE EL SECTOR CULTURAL ESPAÑOL Y

EL PROCESO DE INTEGRACiÓN EUROPEA.

PERSPECTIVAS ANTE EL TRATADO DE MAASTRICHT

LIBRO E INDUSTRIA EDITORIAL

CARACTERISTICAS DEL SECTOR * Producción/Edición

- España está entre los 10 países del mundo con un mayor número de títulos editados, según la UNESCO.

- Títulos: durante el período 1975-88, el aumento del número de títulos editados experimentó un crecimiento continuo (150%).

- Tirada media: la tirada media des­cendió de 8.300 ejemplares por título en 1975 a 5.500 en 1988.

- Ejemplares: durante el mismo perió­do, el nLlmero total de ejempl3l'es aumen­tó inicialmente (de 1975 a 1981) para des­cender después, de forma que las cifras de 1988 son casi las mismas que las de 1975 .

- Materias: claro liderazgo del área de Li teratura (con un 30% del total de títulos publicados) , seguida del grupo del libro técnico y científico (17 %). El libro de tex­to y el libro infantil mantienen una elevada tirada media.

- Id iomas de publicación: fuerte incl'emento de la edición en catalán, eus­kera y gallego, aunque con una tirada media que en ningún caso supera los 3.500 ejemplares por título.

- Traducciones: España es uno de los países europeos con un mayor peso de las traducciones sobre el total de títulos publi-

cados. El 64% de las obras traducidas son del área de Literatura. Unas 2/3 partes de las traducciones publicadas en España lo son del inglés.

- Valor de la producción editorial : unos 150.000 millones de pesetas apro­ximadamente. En pesetas constantes representa una reducción de la facturación del sector en relación a la de 1975, a pesar de que el aumento del precio medio del libro durante el período 1975-88 es supe­rior al incremento del IPC.

- Exportaciones: España es el cuar­to país del mundo por volumen de libros exportados. El sector exterior aporta casi un 25% del valor total de la producción editorial. A partir de la crisis del mercado latinoamericano (a principios de los 80), las exportaciones españolas han poten­ciado otras áreas geográficas (sobre todo el mercado europeo) y han modificado los componentes del producto exportado (aumento de los encargos de edición). Por otro lado, en los últimos años, se ha transformado el tipo de relación comer­cial con Latinoamérica, realizándose el proceso de reproducción en los países de destino, aunque la edición original sea española.

- Empresas: de un total de 550 em­presas editoriales, hay 14 grandes (un 3% del total), 173 medianas (31 %) y 363

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JélRNADAS DE REFL EXiÓN

pequeñas (66%), en func ión del volu­men de negocio (las grandes empresas serían aquel las que facturan más de 3.000 millones de pesetas al año, las medianas entre 100 Y 3.000 millones, y las pequeñas menos de 100 millones anuales).

- Empleo: unos 12.000 puestos de trabajo (editoriales+distribución+puntos de venta).

- Concentración geográfica de la producción: Madrid y Barcelona se repar­ten más del 70% de los libros editados.

- Progresiva concentración empre­sarial: los cuatro grandes grupos edito­riales españoles (Planeta, Anaya, Timón y Bertelsmann) controlan aproximadamen­te la mitad del mercado editorial. De una clasificación de las primeras 60 editoriales por volumen de facturación, las 10 pri­meras aglutinan el 66% de los ingresos totales y el 43% del total de empleados.

- Proceso de concentración verti­cal: para asegurar el dominio del merca­do: en algunos casos , los grandes grupos añaden a sus casas matrices de edición talleres de artes gráficas , cadenas de dis­tribución y puntos de venta.

- A partil' de mediados de los años 80 empieza a ser importante la penetración de capital extranjero, situándose dos grupos transnacionales (Bertelsmann y Hachette) entre los 5 grandes grupos de cabeza, a pesar del posterior fracaso de Hachette con Salvat.

* Distribución - Ambito muy atomizado y necesitado

de una regularización específica, a pesar de la reconversión emprendida durante los últimos allos .

- Dado el enorme número de puntos de venta (más de 40.000) y la actividad local de la mayoría de distribuidores, el editor suele trabajar con varios distribuidores, a la vez para poder llegar al mayor número posible de 'puntos de venta.

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- Concentración del volumen de facturación en un número cada vez más reducido de empresas, lo que obliga a desaparecer a otras menores: la distribución queda así polarizada de acuerdo con los intereses de los grandes grupos editoriales (papel clave de la exclu­sividad de fondos).

* Puntos de venta Comparado con los sectores de la edi­

ción y la distribución, el sector librero tie­ne una rentabilidad baja y una estructura empresarial frágil.

- Necesaria distinción entre las librerí­as dirigidas por profesionales del libro y las librerías-papelerías: sólo un 15% de las librerías venden exclusivamente libros.

- Conflicto de intereses por la venta directa editor-lector (libros de texto) y por la competencia de otros puntos de venta (quioscos y grandes almacenes).

CONSECUENCIAS Y TENDENCIAS

- Producción con una larga tradic ión, altamente profesional pero en permanen­te reestructuración.

- Progresiva integración en el circuito editorial europeo (especialización en pro­ductos de baja-media tirada) .

- Mercado interior consolidado pero sin crecimiento.

- Importanc ia del mercado ex­terior.Lat inoamérica (el gran mercado potencial) está siendo sustituido paulati­namente por el mercado europeo.

- Creciente ol igopolización del sec­tor: consolidación de unos pocos gran­des grupos, cris is de las editoriales me­dias y mantenimiento de un gran nú­mero de pequeñas ed itoriales espe­cializadas.

- Progresiva importancia del peso de las inversiones de grupos extranjeros (europeos), especialmente en la produc­ción ¡edición y la distribución.

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- Fuerte dependencia tecnológica de Alemania y Japón.

- Polarización territorial muy acusada de la producción editorial en Cataluña y Madrid.

- Tendencia a la transformación de la gestión de los puntos de venta: ampliación de la estrategia para captar al comprador potencial (sólo el 24% del total de libros comercial izados lo son en las librerías clá­sicas) .

-Insuficiente inversión en los puntos de venta y necesidad desde una mayor per­sonalización del librero.

- Tendencia a la desaparición de las dis­tribuidoras de ámbito local o a su transfor­mación en filiales de las distribuidoras de ámbito estatal. Progresiva Oligopolización

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JORNADAS DE REFLEXiÓN

de la distribución de la mano de los gran­des grupos editoriales. Importancia de la concentración vertical del sector.

- Tendencia a una mayor agilidad de la distribución, causada por el volumen cre­ciente de novedades que se lanzan al mer­cado y por la reducción drástica de los tiempos de exllibición y realización del beneficio.

- Probable acercamiento al modelo francés de venta minorista (más que al anglosajón): complementariedad de pequeñas librerías altamente profesiona­lizadas con la venta en quioscos y gran­des superficies.

- Mantenimiento de grandes grupos editoriales independientes junto a otros integrados en consorcios multimedia.

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JORNAD A S DE R EFLE XiÓN

Tableau 3. - CHIFFRE D'AFFAIRES LIVRES PAR HASrrANT DANS LES 12 PAYS DE LA C.E.E.

C.A. 1989 Populalion C.A./hab. C.A./hab. T.T.C. 1989 1989 1989

FF FF ECU (10' Iranes) (10' habilanls)

Allemagne 38520 61.5 630 90 OelgiQue 2430 9.9 246 35 Danemark 1790 5.1 350 50 Espagne 14280 39.0 ~66 52 France 20100 55 .9 360 51 Grece 1 450 10.0 145 21 lr1ande 560 3.5 158 23 Italie 14 300 57.4 249 35 Luxembourg 140 0.4 382 54 Pays· Bas 4 580 14.8 306 44 Portugal 1 200 10,3 117 17 Royaume·Uni 18050 57.1 316 45

Tolal 117 410 324 ,8 361 52

SoUfce : BIPE Conseil

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, REPUBLICA

DE LAS

LETRAS

3

LAS INTERPRETACIONES

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LA EUROPA DE LAS CULTURAS: EL GRAN RETO DE LA INTEGRACiÓN EUROPEA

JEAN-MARIE DOMENACH (*)

CRISIS de Europa: guerra en un país pluricultural. Dificultad para la acep­tación por todos los países euro­

peos del Tratado de Maastricllt. Problemas monetarios y de comercio. Europa duda de sí misma. Tiene man­

tequilla, pero no ideas. Nació Europa de tres catástrofes, y ha

ido de crisis en crisis. Se construye sobre escombros. Realmente es con el Renaci­miento con quien se desarrolla. Ahora, en la presente crisis de ideas, debiera tener un tercer Renacimiento.

El es píritu europeo nun ca se ha cerrado sobre sí mismo, mientras otras culturas -la musulmana por ejemplo- se detienen en su camino. Europa nunca ha cesado de cuestionar sus dogmas, su propia vida. Esto es lo que puede dar­nos confianza para que se haga en el futuro.

¿Seremos capaces de transformar la necesidad en destino?

Esta Europa comunitaria nació entre el año 40 y el 44, en la Resistencia, en Alger', en la Francia libre. Europa se cons­truyó , nació de un acto espiritual, de una reconciliación entre Alemania y Francia,

(') Profesor honorario y Director del programa. Jean Mone! de rEcole Politechnique. Tomado al magnetofón.

propuesta por quién estaba en el campo de los vencedores.

La Europa de la geografía está muy poco delimitada. La Europa del deseo es más vasta que la Europa de los 12: abar­ca a todos los que quisieran entrar en esta Agrupación.

Europa no se puede encerrar en sí mis­ma. La única definicióR de Europa es espi­ritual , cultural. Una frase de Valery "Cual­quier raza, tierra que haya sido romaniza­da, 'cri stianizada y sometida a la discipli­na de los griegos es europea" , es válida, pero yo aíladiría que los Derechos del Hombre están en la base de la moderni ­dad europea. Una voluntad pOlítica se tie­ne que inscribir entre la política y la tradi­ción. Es la cultura la que está en la base de la política.

La industrialización. La cultura ha entrado en el ciclo de la

producción- consumo. Se ha industriali­zado. Nuestras culturas no han sido capa­ces de responder a la demanda de las masas, sobre todo en Francia. Es en Esta­dos Unidos donde se ha producido la

. revolución de la masificación de la cultu­ra. La cultura es un fenómeno de masas y plantea problemas económicos y polít i­cos.

Eurodislandia es un fenómeno de cul­tura de masas.

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J E AN-MARIE DOMENACH

La cultura no puede ser para una éli­te , es un fenómeno de masas . La de éli­te es abstracta , sofisticada. Y la popu­lar ha ocupado un mundo que hemos dejado desierto . Y esta crisis de imagi­nación es la que me preocupa. No hemos sido capaces de mantener la ima­ginación crist iana, católica, que ha ido declinando.

Tenemos la ley del precio único, por­que el libro no debe someterse a las leyes de mercado. El Estado debe preservar y ayudar al libro, porque el libro está per­manentemente amenazado.

Problemas de lenguas minoritarias, en situación de inferioridad. Debemos pro­tegerlas , si no queremos que desaparez­can. Soy partidario de un pluralismo lin­güístico. En Estrasburgo se hablan 9 idio­mas: a veces en ias reuniónes hay 10 personas pam 10 idiomas. Es la torre de

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Babel. Problema difícil, insoluble, salvo que se opte por ia razón, aprender un inglés básico. Y otra lengua europea. Y debe aprenderse en las escuelas de la comunidad. Obligar ai aprendizaje de otro idioma que no sea el suyo.

Hay que luchar en Europa contra su gran problema, el nihilismo.

Nos hemos separado de la historia. Europa ha hecho la historia y ahora es in­capaz de establecer el orden en la histo­ria. Hemos de entrar en la historia por medio del sujeto europeo, si no, nos vere­mos exiliados.

Hemos de ser como los revoiucionarios del 79, inventar la historia aún no conoci­da, lo que la historia no ha conocido, explo­rar un camino ignorado. Una Europa en la que la guerra sea imposible, una Asocia­ción de naciones sin hegemonía de nin­guna de ellas sobre las demás.

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LO ESPECíFICO EUROPEO RAÚL GUERRA GARRIDO

Lo esencial de cualquier ente, o sea su esencia, es aquello que de específico tiene; y cuando habla­

mos de Europa el dar con ese mínimo común múltiplo, propio, original y expor­table, se nos hace muy cuesta arriba. El tratado de Maastricllt no entra en tal ave­riguación, tan solo propicia la similitud en los parámetros económicos, y aunque renuncia a la búsqueda de su espíritu con un deje de añoranza de forma involunta­ria nos da una pista: por una vez no con­funde el espíritu con el dinero. En su cláu­sula de cultura reconoce que ésta no pue­de ser tratada como las demás cuestio­nes comunitarias y que debe relacionarse (o incluirse) como en un todo con las del res to de los paises europeos. Un todo que no es identidad unívoca sino ámbito de lo no idéntico o de la diversidad de identidades. A la exigua luz de la cláusu­la cultural de Maastricht y del Encuentro Internacional sobre la Novela en Euro­pa(*) , uno aventura su tesis sobre tan volá­ti l como fragante esencia.

La mejor forma de no entenderse, es tratando de defini r los sobreented idos comúnmente aceptados : Novela es todo

(' ) Cen tro Cultural Conde Duque. Madrid. Enero- 92 . Coordinador R.G.G.

libro en cuya portada. bajo el título del mismo, figura el epígrafe novela, y Euro­pa es esa mínima península occidental del continente asiático que en los atlas se rotula con el nombre de Europa. Lo difí­cil de sobreentender es en qué consiste lo específico europeo. De inverosímil con­torno y heteróclita geología, no parece ser en lo geogr'áfico en donde radique tal esencia; quizá en la historia, puesto que es la historia quien ha creado a Europa, pero la interrelación de las piezas que componen su complejo rompecabezas (en sentido estricto) es tan contradictoria como la progresión histórica de cada una de ellas. en donde el lento declive de la esclavitud, la lucha contra la injusticia y la Declaración de los Derechos del Hom­bre , por poner ejemplos, alternan con quema de brujas, xenofobia y explota­ción del proletariado. Guerras y naciona­lismos, en versos de Miguel Hernández: «Un fantasma de estandartes! una ban­dera quimérica! un mito de patrias: una! grave ficción de fronteras». La cita litera­ria no es un simple recurso estético sino también un recurso interpretativo. Cada uno se crea sus propios ancestros y cul­turalmente es primogénito de aquellas lecturas que fueron transformando su curiosidad en forma propia de ver la vida. Ningún pariente más próximo que el autor

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RAÚL GUERRA GARRIDO

cuyo texto nos emociona, con quien nuestros sentimientos se ahondan y nues­tros afanes se agudizan: aproximación radical puesto que con ellos nos solidari­zamos en busca de la verdad, la belleza y las fuentes del Nilo. Para el lector avi ­sado, más ávido de emociones que de conocimientos , tanto monta Shakespea­re como Lope, monta tanto Tolstoi como Cervantes , e igual le importa Pessoa como Lorca: sus autores predilectos son su patria y patrimonio, y lúcido decide que la denominación de origen es buena para los vinos de crianza, pero no para la buena crianza de una personalidad. Espa­ña tiene una experiencia fundamental en el tema que nos ocupa; es un ingredien­te del mundo hispánico que con Hispa­noamérica conforma, el menor en dimen­siones físicas, pero clave de bóveda de que depende su unidad por ser origen del mismo, unidad fragmentada en cien variantes, mil veces puesta en entredi­cho, enfrentada entroe indignos e indigna­dos, pero a la larga integramente trans­parente poro una razón última o si se quie-

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re primera: la lengua. Un idioma común es seña de identidad indeleble, capaz de resistir los más duros agravios. Europa no posee una transparencia equivalente pero su opacidad, incluida aquella pro­ducto de sus múltiples verbos, no es som­bra tan desviadora de rumbos como pare­ce sí, por analogía a lo dicho con el mun­do hispánico, recurrimos a la más noble utilización de la palabra escrita, a la lite­ratura. El paralelismo entre lengua y lite­ratura es axioma que no necesita testigo de cargo. Y siendo la novela el género lite­rario cuyo hábito y virtud es el de frag­mentar la realidad, uti lizando la anécdota como metáfora iluminadora del todo vital de donde procede, la tentación de elegirla como brújula y guiño cómplice es , ade­más de obvia, irresistible. De ahí que uno crea que Europa es una novela, fórmula simplificada de la atrevida hipótesis de considerar que el mejor método de inda­gación en lo específico europeo sea a tra­vés de la narrativa que sus ciudadanos 11an escrito , escriben y, toquemos made­ra,seguirán escribiendo.

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LO OTRO ES PEOR

MIGUEL GARCíA-POSADA

LA verdad es que los enemigos del Tra­tado de Maastricht se han empleado a fondo y con bastante éxito. Cuando el

"no» ganó en Dinamarca por escaso por­centaje, fue una victoria suya; pero cuando el "sí» ganó en Francia, también por poco margen, parece que fueron ellos los que vol­vieron a ganar. Las tormentas financieras de estos (¡Itimos tiempos se dirían conse­cuencia de Maastricht. Cuando escribo estas líneas, los ingleses han decidido congelar la ratificación del tratado, y ya sus enemigos se han aprestado a decla­rar que Maastricht ha muerto .

En estas circunstancias, qué sentido tie­ne hablar de la cultura y Maastricht. Al fi lo del ¡'eferéndum francés publiqué un artí­culo en El País, El asalto de Mastrique, invocando a Lope de Vega y su comedia (excelente, por cierto; hay una versión moderna de Alfonso Sastre, que está publicada por la editorial Hiru, de Fuente­rrabía, aunque con título distinto, Asalto a una ciudad, y la compañía Teatro Corsa­rio, de Valladolid, la lleva representando desde hace dos años). Tal como están las cosas ahora mismo, parece como si el asalto se hubiera resuelto ya con el triun­fo de quienes no quieren saber nada de Maastricht .

Los argumentos contra el Tratado han sido todos. Los nacionalistas de diverso

pelaje, desde la extrema derecha al con­servadurismo tradicional, han hablado de reducción o mengua de la soberanía nacional. Y es verdad : el fin de Maastricht es, a largo plazo, el final (valga el juego de palabra) de las soberanías nacionales. Lo cual a mí me parece excelente, convenci­do como estoy de lo repugnante a la razón que es todo nacionalismo, com6 todo racismo. Parte de los antiguos sectores comunistas objet~m que Maastricht signi­fica el triunfo irreversible del mercado, la imposibilidad de una política social pro­funda de corte europeo y la hipoteca de las naciones pequeñas a las grandes, bajo la férula de la todopoderosa moneda única. Cuando se oyen estas argumenta­ciones, uno duda del mundo en que se encuentra. El capital ismo está instalado para rato en Europa y, con Maastricht o sin Maastricht, va a seguir estándolo . No sé por qué la posibilidad de ser verdadera­mente internacionalistas conspira contra la posibilidad de una política social. Por qué va a podérsela reivindicar, y se ve que se puede poco, en Asturias y, sin embargo, no van a poder plantearse, con alguna garantía mayor de éxito, las reivindicacio­nes sociales en todo el territorio de la Comunidad . La hipoteca de España a Ale­mania o a Francia no es de hoy, y son otras medidas las que han de adoptarse (entre

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MIGU EL GARCíA -P OSADA

ellas la preparación adecuada del capital humano, que no se conseguirá con las desastrosas reformas educativas en cur­so) si se quiere evi tar esa relación subor­dinada.

En cuanto al triunfo de la moneda y del monetarismo, estamos en lo que estamos: el capi tal ismo es malo, pero la experien­cia histórica dice claramente que durante mucho tiempo tendremos que convivir con él. Es del más elemental sentido común tratar de Il umanizal'lo (yen estos tiempos se ha hecho poco por quienes entre nosotros tenían responsabilidades para (e Ello) y humanizarlo a escala internacio­nal , entre otras razones porque interna­cional- multinacional- es el despliegue del capitalismo. El espacio real de la historia es hoy ya continental. A nada conduce pretender nacionalizarlo: vana pretensión. Maastricht es un salto cualitativo en el pro­ceso de unificación europeo que surgió tras el desastre de la Segunda Guerra Mundial . No identifiquemos unívocamen­te las estructuras económicas y las políti­cas . Los padres de la unidad europea eran, sí, burgueses, pero burgueses llenos de horror ante el fascismo y el nacionalis­mo. No sé pOI' qué la izquierda, que tan­to combatió ambas plagas, va a darle la espalda a ese proceso.

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Dicho esto, el artículo 128 del Tratado, que es el que se dedica a la cultura, cobra cierto sentido. Que exista una efectiva cooperación cultural entre los Estados miembros, que pueda haber intercambios culturales no comerciales y que Europa divulgue por sus territorios su propia pro­ducción literaria y audiovisual (pensemos, por ejemplo, en el cine, hoy casi arrasado por las distribuidoras norteamericanas), como se señala en ese artículo, me pare­cen, todos, avances tan notables que discutirlos da casi grima. Claro que algu­nos de los enemigos de Maastricht, los más sutiles o los más ingenuos, dicen que ellos no se oponen a esto, que se puede ser europeo sin pasar por la aduana de Maastricht. Pues no; este es el error. Tal como están las cosas planteadas, si Maastricht se derrumba, el proyecto de una Europa unida (con todo el capitalismo que se quiera encima) también se derrum­bará. Y esto me parece gravísimo. Lo demás es hablar por hablar, que siempre se puede. Hablar, invocar las gloriosas tra­diciones y retirarse cada uno a su aldeíta, a ser posible bajo los robles, fresnos, oli­vos y demás plantas seculares, yescuchar al vate del lugar proferir endechas patrias. Pero ese cuento ya nos lo sabemos. 0, por lo menos, algunos nos lo sabemos.

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APUNTES SOBRE LAS CONDICIONES ,

DE LA UNION EUROPEA HORACIO V ÁZQUEZ RIAL

CON la celebración de los refe­rendos de ratificación -o de rechazo- del Tratado de Maas­

tricht se hizo más evidente que nunca la necesidad de un debate profundo y honesto de las condiciones en que se está realizando la unidad europea. El diagnóst ico de los males que aquejan al proceso, puestos de rel ieve por el Tratado, pero no creados por él, exige una nueva lectura de la realidad, tan alejada de los principismos y las ex ­presiones de deseos de los días del Tratado de Roma, como de las profe­siones de fe generales acerca de los benefi cios y las desventaj'as de la unión para unos u otros países, del es tilo de las que suelen hacer los par­tidos políticos, donde demasiados asuntos deciden en función de intere­ses inmediatos y de grupo cuya satis­facc ión pueda brindar beneficios elec­torales a corto plazo .

Las condiciones en que hoy se desa­rrol la la unión son muy distintas de aque­llas en que nació y floreció, en una época ya remota, el proyecto de una Europa sin fronteras interiores: acabó la guerra fría, quebró la URSS. y los Estados Unidos ya no ocupan el lugar de potencia hegemó­nica; además, el mercado mundial se es­tablece en formas no previstas y las rela-

ciones entre los países industrial izados y el Tercer Mundo han cambiado de base.

La desaparición de la Unión Soviética, cuya existencia explicaba a muchos la necesidad pOlítica de una federación europea de vocación occidental, muy próxima a los Estados Unidos, introdujo un factor de distorsión, al_cambiar radi ­calmente el rol de América en las relacio­nes internacionales y alterar el sentido de la mayoría de las alianzas en Occidente, haciéndolas inútiles en no pocos casos.

La crisis económica interna redujo el peso de los Estados Unidos en la com­petencia mundial, a la vez que Alemania -a pesar de los costes de la reunifica­ción- y Japón pasaban a ocupar un puesto dominante en la jerarquía de las naciones.

Por otra parte, si la teoría marxiana no ha perdido validez en un buen número de sus aspectos, es cierto que la realidad ha demolido el modelo, propugnado por el marxismo vulgar, en el que los modos de producción se sucedían como conse­cuencia de la lucha de clases, yen el que sólo se atribuía un papel marginal al desarrollo de los medios de producción, es decir, al avance tecnológico.

Ese modelo permitía presentar el final del capitalismo como obra de un proleta­riado en ascenso, capaz de hacerse con

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HORACIO V ÁZQ U EZ R I AL

el poder político, y la liquidación de las estructuras feudales como obra de una burguesía en ascenso que llegaba a con­trolar el conjunto social después de suce­sos concretos como los de 1776 ó 1789.

Lo cierto es que ni, terminadas las etapas colonial e imperialista stricto sen­su, se ha cerrado el ciclo capitalista, ni la clase obrera ha tomado efectivamente el poder en ningLln país, ni el final del pro­ceso estará seguramente en manos de ninguna de las clases sociales hasta aquí en pugna.

A guisa de ejemplo, para ilustrar lo dicho, permítasenos el recurso al antiguo paralelo, del que seguramente se ha abu­sado a partir de las especulaciones de Rostovtzeff, de las transiciones de nues­tra época con las que caracterizaron el final del Imperio Romano, cuyo deterioro fue tradicionalmente atribuido por los his­toriadmes estal inistas a la acción de la «clase» de los esclavos. Si se observa el proceso real, se ve que, mientras fue posible sustituir esclavos por medio de la guerra, es decir, mientras las legiones romanas tomaron en las fron teras los pri­sioneros necesarios para garantizar un rápido reemplazo de los esclavos inútiles, éstos no fueron sino medios de produc­ción, meras herramientas, tan baratos y eficaces que no se experimentó la nece­sidad de generar nuevas tecnologías que permitieran prescindil" de ellos hasta que fue demasiado tarde. Cuando ya no se pudo segui r suplantando un esclavo inú­tilo un muerto por otro, hubo que con­vertirlos en hombres, dándoles la posibi­lidad de reproducirse. El sistema resultó tan complejo como rentable y acabó por colapsarse, con las consecuencias por todos conocidas.

Adam Schaff, en el mismo sentido, pronosticaba la desaparición del prole­tariado en cuanto tal, como consecuen­cia del desarrollo tecnológico . La bur­guesía, como clase, se está extinguien-

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do ante nuestros ojos, siendo relevada en la administración del capital por una casta tecnocrática: el capital, en su más alto nivel de abstración conocido, care­ce de propietarios individuales capaces de decidir su destino fuera del ámbito de grandes corporaciones, cuyo carácter supranacional impl ica una superación de facto del fenómeno del dominio de unos países sobre otros, del imperialis­mo tal como era entendido hasta ahora, librando las diferencias entre Estados nacionales a su nivel de desarrollo tec­nológico, y la extensión del mismo a las garantías de estabilidad pOlítica que cada régimen pueda ofrecer en el plano local .

En la medida en que los Estados hagan dejación de sus funciones de pro­tección y arbitrio, entraremos en un perí­odo en que las relaciones se establezcan directamente entre el capital y los com­ponentes de la sociedad civil.

En el seno de la Comunidad Europea, esa dejación de funciones se da en razón de la delegación de las mismas hacia una instancia de soberanía superior a los Estados miembros.

Los Estados' nacionales europeos, sea cual fuere el destino final de la Unión, ya no serán los mismos que eJ"an <mtes del derrumbe del muro de Berlín : serán más débiles y no tendrán un pONenil" irre­mediablemente socialista : formarán palie inseparable del mercado mundial, sin posibles experiencias autárquicas ni legalidades particulares.

En 1972, con el encuentro de Nixon y Nao Zedong en Pekín , se inició un proce­so que iba a culminar con el reconoci­miento público, por parte de Mijaíl Gorba­chov, ante sus conciudadanos y ante la prensa occidental, de que lo que se había estado haciendo en la URSS desde 1917 no era «la construcción del socialismo» .

Si la Modernidad, como cabe afirmar siguiendo a Vallerstein, tiene como rasgo

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HORACIO VÁZQU EZ RIAL

histórico dominante la instauración de la economía- mundo (y el capitalismo, según Lukacs, en glosa a Marx, el establecimien­to del mercado mundial), sólo ahora pode­mos hablar de su fin. La Modernidad sólo se completa con la estensión del capital is­mo a todo el globo.

La Unión Europea de Maastricht, dis­tinta de la de Roma, ha de crecer en el marco de un mercado mundial ilimitado, por cuyo dominio deberá competir con los Estados Unidos.

En ese mercado, las relaciones entre clases y entre naciones tienen que ser diferentes : los proyectos ligados al enfrentamiento del proletariado con la burguesía en su forma tradicional ya no tienen sentido, y quienes crean en el pro­greso deberán elaborar un nuevo mode­lo de transformación: las relaciones entre naciones tienen más de un camino a seguir.

Los Estados europeos tienen dos obciones: la de permanecer dentro de la Comunidad, sentándose a la mesa de las

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negociaciones futuras con un voto propio de valor político idéntico al aleman, cual ­quiera sea el esfuerzo necesario para ello o salir de la Comunidad, excluyéndose de las decisiones políticas generales, pero ello dependiendo igualmente del poder indis­cutible del Bundesbank. Porque está claro que los movimientos de capital en el Viejo Mundo están en gran medida sometidos a las pautas monetarias que fije la institución bancaria alemana.

En el exterior de la Comunidad, la supervivencia estará vinculada, indisolu­blemente, a la de los Estados Unidos como potencia alternativa. A ese camino apunta buena parte de los conservado­res británicos opuestos a la ratificación del Tratado de Maastricht.

No se trata de diferencias esenciales de modelo económico, pero sí de mode­lo político.

En el mercado mundial sin países socialistas, no hay enemigos: hay, en cambio, buenos; mejores, malos y peo­res amigos.

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EUROPA Y LA FILOSOFíA

JOSÉ LUIS ABELLÁN

EL Tratado de la Unión Europea, más conocido por el nombre de la ciudad holandesa donde se apro­

bó -Maastricht- , representa un salto cualitativo en la construcción de Europa, el cual constituye a su vez un proceso de aceleración histórica promovido por la ini­ciativa de los Estados miembros en la Comunidad Europea.Traducido a térmi­nos simples, esto significa que ese salto cualitativo tiene mucho de voluntarismo político y que no se corresponde parale­lamente con un crecimiento de la madu­rez ciudadana que le sirva de sustento, como ha sido palpablemente comproba­do en las consultas del1locl'áticas que al respecto se han Ilecllo en diversos paí­ses europeos. El «no» danés, el estrecho margen del «sí» francés, las reticencias de los británicos, la doble devaluación de la peseta y las salidas del SME de Italia y de Inglaterra, son suficientemente sinto­máticas de lo que decimos.

El énfasis puesto por la voluntad políti­ca ha llevado a incentivar los procesos de convergencia que conducen precisamen­te a la unidad política y monetaria, dejando en segundo término las cuestiones huma­nas y culturales. Es cierto que España ha dado un impulso a la ciudadanía europea, al prolongar el derecllo a la libre circula­ción de las personas - y no sólo de los tra-

bajadores-, así como la extensión del derecho de residencia y de elección en los sufragios municipales, pero no es menos cierto que esa ciudadanía se entiende a nivel jurídico-político, social y económico, lo que tiene muy poco por ver con el sen­timiento humano de pertenencia e identi­dad dentro de una determinada comuni­dad. Esto último sólo puede ser incentiva­do desde un proceso cultural que estime prioritarios los sentimientos y valores com­partidos por el conjunto de la colectividad europea.

La cultura es la cenicienta de Maas­tricht, y dentro de ella el aspecto filosófi­co de construcción de la Comunidad Europea constituye un déficit que lastra la totalidad del proyecto. La cuestión es grave, porque la filosofía ha sido quizá la seña de identidad más definitoria de la cultura ~uropea. Desde que Tales de Mileto inició en las costas griegas ese peculiar modo de reflexión que llamamos fi losofía y Sócrates lo elevó a estatuto epistemológico de lo que hoyes la cultu­ra occidental, dicha disciplina ha tenido el protagonismo de los mismos y ha consti­tuído la directriz fundamental de su desa­rrollo histórico.

En definitiva, una construcción de la Unión Europea donde la fi l o~ofía ha dejado de existir o se ha relegado a un

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JOSÉ LUIS ABE LLÁN

lugar casi simbólico en los planes de estudio, carece de uno de los elementos sustantivos que permitan llevar a buen puerto el proyecto. La gravedad de la situación es tanto mayor en cuanto que el problema afecta al conjunto de los países que hoy integran la Comunidad, y el déficit filosófico de cada uno de los Estados miembros se traslada al pro­yecto compartido de la Unión Comunita­ria. No se trata, por lo demás, de un déficit que afecte sólo algunos de nues­tros países, sino a todos ellos, siendo particularmente relevante que Alemania, el país que ha llevado la batuta filosófica europea desde el siglo XVIII , se encuen­tre hoy en ese aspecto, en una situación nada envidiable.

Es necesario, pues, recuperar la filo­sofía en todas sus dimensiones si quere­mos que el fin propuesto llegue a buen término saludablemente. Y la primera de esas dimensiones, debe ser el de los pIa­nes de estudio, pues la formación de un ciudadano europeo a la altura de nuestra época es inconcebible sin un conoci­miento de lo que ha sido el nervio de nuestra tradición cultural. El ági l manejo de los conce¡Jtos y del razonamiento, el uso valorativo del juicio y el conocimien­to de las doctrinas y movimientos filosó­ficos más importantes, constituye parte fundamental de nuestro bagaje intelec­tual. Además, todo eso constituye la médula de nuestro legado histórico, y no puede olvidarse que la historia común es el sustrato sobre el que debe basarse el sentimiento de ciudadanía. Desde el Imperio romano, que puso los cimientos de una primera comunidad, hasta Carlo­magno y el Sacro Romano Imperio, los países europeos no han dejado de per­seguir el ideal de la unión europea, que Napoleón Bonaparte intentó traducir a términos laicos , si bien fuera bajo un imperio despótico que traicionaba su propio impulso. La pasión por la unidad

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se apoderó de Alemania que, bajo la compulsión de sus propios demonios familiares, no hizo sino traer el desastre por dos veces consecutivas en el pre­sente siglo. El imperativo de la unidad ha estado subyaciendo desde los primeros siglos de la era cristiana en los proyectos políticos que han constituido parte sus­tancial del continente europeo; de aquí la importancia de la historia en la forja de una ciudadanía común y compartida, pues sólo esa historia común puede ali­mentar el proyecto de un «hombre euro­peo» que se sienta europeo antes que francés, español, belga o italiano. En un momento en el que la historia parece batirse en retirada en los planes de estu­dio, recordarlo es importante .

Pero mucho menos debe olvidarse que parte sustancial de esa historia es la historia de la filosofía, puesto que el pro­yecto filosófico - en su protéica y múlti­ple variedad- constituye el lazo de unión para la pluralidad nacional en que durante la Edad Moderna va a diversifi­carse la vieja Europa, de tal manera que la conjunción copulativa que fi gura al frente de este escrito bien pudiera tras­tocarse en otra de equivalencia. «Europa y la fi losofía» es «Europa o la filosofía», puesto que ambos términos están tan inextricablemente unidos que separarlos es imposible. Europa es la filosofía, y si ahora queremos diferenciarlos - en pro de un pragmatismo mal entendido­habremos cometido un error de incalcu­lables y nefastas consecuencias. La denuncia no es inane ni baladí en un momento en que la «americanización» (entiéndase, «norteamericanización») sufrida por el continente tras la 11 Guerra Mundial t iende a dar prioridad a los aspectos comerciales, economlcos , administrativos y pol íticos, minusvalo­rando los problemas teóricos y filosófi­cos que anidan bajo el proyecto de la construcción europea. No se trata aho-

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ra de caer en el extremo opuesto, des­considerando la importancia de los cita­dos niveles, sino de situar ambos en su justo término, de modo que la atención prestada a lo económico-político no redunde en menosprecio de lo cultural filosófico.

Está fuera de lugar que yo ahora ini­cie aquí un examen pormenorizado y en profundidad de esos aspectos, aunque sin duda me parece muy útil hacer un breve repaso de algunos de los proble­mas filosóficos que subyacen al proyec­to de construcción de la Unión Europea. El primero de ellos nos lo sirve en ban­deja el nacionalismo exarcerbado que se ha producido en algunos de los paí­ses del Este, pues, sin que sea preciso llegar a los extremos del caso yugoesla­va , es evidente que nos encontramos ante una crisis del Estado-Nación como forma política que ha configurado la his­toria reciente de Europa; crisis que pone en entredicho el sujeto Ilistórico prota­gonizado por la «moderniddd», lo cual obliga a una nueva reflexión filosófica sobre el estatuto jurídico-político de la construcción europea. El tema está, por lo demás , íntimamente relacionado con la cuestión de las identidades cul.turales -tanto An un nivel nacional como en el intraestatal o supraestatal- y el proble­ma de una homogeneización de la vida social, que repercute lo mismo en el orden económico -producción de artí­culos en serie- que en el jurídico - igual­dad de derechos- , afectando a los plan­teamientos tradicionales de los dere­chos Ilumanos, sean de los individuos o de los pueblos. Es obvio, pues, que la problemática de las identidades cultura­les no puede tratarse sin plantearse a su vez la cuestión de las diferencias, ya sean locales , regionales, nacionales , supraestatales ...

Este último punto nos permite vislum­brar la profundidad filosófica del proble-

EUROPA Y LA FILOSOF íA

ma. Es frecuente que el tema de la iden­tidad cultural se plantee desde la pers­pectiva psicológica, psicoanalítica o antropológica, sin caer en la cuenta de que está implícito en él una cuestión filo­sófica de la máxima envergadura, puesto que el principio de identidad es uno de los llamados «primeros · principios» y constituye uno de los fundamentos del pensar occidental. El principio de identi­dad, junto con el no-contradicción y el de tercio excluso, son la base de toda la tra­dición filosófica que se inició en Europa y se ha extendido después al conjunto de la cultura occidental. Por eso, una medi­tación sobre cualquiera de ellos puede traer transformaciones gravísimas a los demás órdenes de la vida y de la socie­dad.

La reflexión sobre el principio de iden­tidad nos obliga a examinar sus relacio­nes con el principio de diferencia. Hoy se proclama a bombo y platillo el ~( derecho a la diferencia», un aspecto que está estre­chamente relacionado con el pluralismo de la sociedad occidental; con la salva­guardia de sociedades agrarias que tie­nen costumbres, ritos y pautas muy diversas; y con la protección a tradiccio­nes artesanales hondamente arraigadas en pueblos y culturas locales muy varia­das. Un mercado, dominado por las mul­tinacionales y su producción estandariza­da, representa un atentado flagrante contra tales «diferencias» , que constitu­yen precisamente la riqueza de la cultura europea. ¿Como proclamar la identidad europea sin hacer dasaparecer esas otras identidades - nacionales, regiona­les, locales, etc.- que dan alma, vida y variedad al continente europeo?

Al objeto de esclarecer el problema, he llamado la atención en otro lugar sobre la importancia del principio de complemen­tariedad, del que poco o nada nos dice la tradición filosófica europea. Una profundi­zación sobre su sentido y sus múltiples

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JOSÉ L UIS AB ELLÁN

aspectos y correlaciones supone una revolución fi losófica aún pendiente. Algu­nos pensadores europeos - Habermas, Vattino, Lyotard ... - han llamado la aten­ción sobre ello, pero el conflicto aún está ahí. Meditar sobre él supone hallar la con­ciliación entre Ilustración y Posmodemi-

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dad, algo que se ha presentado hasta ahora como incompatible. La solución al conflicto afecta al corazón de la construc­ción de una Europa unida; se trata, evi­dentemente, de una cuestión que impl ica a la fi losofía y que sólo desde la filosofía puede encontrar salida.

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EUROPA EN LA LITERATURA VASCA

IGNAZIO MÚJICA IRAOLA (*)

TENGO la impresión de que las influencias europeas en la literatu­ra vasca han fluctuado muy a sal­

to de mata a lo largo de su historia, y no porque no existan, sino por el hecho de que no se han dado de una forma con­tinuada ni intensa. Ahora bien, negarlas sería un error que desgraciadamente se comete con más asiduidad de la que . cabría esperar, más por ignorancia y fal­ta de planteamiento que por otra cosa, incluso en el sistema educativo actual, donde nuestra literatura se estudia sin ningún tipo de entronque, sin padre ni madre, como si por generación espon­tánea hubiera surgido, olvidando, qui­zás , que ya el primer libro escrito en vasco obedecía, entre otras cosas, a un deslumbramiento muy común en los europeos de la época por la imprenta. Efectivamente Detxepare fue quién pri­mero recibió el influjo europeo, ya por el acto de publicar en una lengua que nunca antes había sido impresa, como por la naturaleza misma de su poesía, que junto a un fuerte sustrato popular autóctono, también se entronca con la lírica provenzal y Franyois Vi llon, como

• Del Galeusca, IX Encuentro de Escritores.

Galera 92.

recientemente ha escrito el navarro _Gil Bera, pero también con el Arcipreste de Hita, aunque a Gil Bera no le guste demasiado.

y digo que la influencia europea se ha dado a salto de mata porque ni todos los movimientos literarios o de pensamiento tienen su representante vasco, ni en el caso que lo tenga tam­poco existen grandes nóminas de ads­cripciones donde poder co ntrastar recursos y carencias . Si Lutero tradujo la Biblia y consiguió unificar la lengua alemana con ello, también en Beraskoit­ze tuvimos nuestro Lutero particular que tradujo el Nuevo Testamento, pero que no tuvo la misma fortuna que su maes­tro en cuanto a la unificación del idioma, sin duda porque sus respectivas comu­nidades poseían condic ionamientos muy diferentes, pero también porque los cam inos emprendidos en ambos casos también lo eran.

Tengo también la impresión de que, además de a salto de mata, las influen­cias europeas en la literatura vasca han pasado siempre por el tamiz de las dos grandes li teraturas que tenemos a nuestro lado, la francesa y la española. La influencia de ambas ha sido desme­surada entre nosotros. También es ver­dad que los jóvenes que se instruyen

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IGNACIO M ÚGIJA IRAO L A

en el País Vasco, incluso en ikastolas, aprenden literatura en su mayoría siem­pre mediatizados por la historia de la literatura española. Y yo no tengo nada contra esta literatura, pero me parece que si ha de estudiarse el romanticismo es mejor estudiar a Hólderlin o Novalis que a Espronceda y sus 100 cañones por banda. Y no estaría mal que si de estudiar el barroco y el clasicismo del siglo XVII se t rata, junto a Boileau y Quevedo enseñáramos también que existió en Maule, Zuberoa un señor que escribió poesía y un art poetique antes que Boileau, y que se llamó Oihenart, del cual este año recordamos el 400 aniversario de su nacimiento. Es posi­ble que de tal forma no se nos quedara esa cara de marcianos que a veces se nos dibuja al presentarnos en nuestro propio pueblo.

La revolución francesa generó una influencia pero a la contra, es decir que hubo mucha literatura para preservar al vasco de aquel cataclismo que pudo ser el sigio de la luz. Como ejemplo podemos nombrar a Juan Bautista Ag i­rre que desde su txoco de Asteasu avi­saba a sus fe ligreses de aquello que debía de haber pasado en París , cuan­do la idolatría había cegado al hombre hasta tal punto que fue capaz de negar la existencia de Dios y elegir como dio­sa a la Razón representándola con for­ma de emakume limuri zikin bat, es decir una mujer licenciosa y deshones­ta. Y repite varias veces lleno de horror que la pasearon en andas por las calles de aquel dantesco París , muest ra y exposición de todos los pecados. Y es que qu izás Carpentier tuviera razón cuando en su novela El siglo de las luces pusiera en boca de uno de sus personajes aquella descripción de los vascos continentales de la época de la ilustrac ión : «Esos vascos de gestos pausados, con cuellos de toro y perfiles

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caballunos ( .. .) eran tenaces en la con­servación de sus tradiciones. Nadie los aventajaba en urdir tre tas para oir misas clandestinas, llevar hostias en las boinas, ocultar campanas en pajares y hornos de cal y armar altares a hurtadi­lIas .. . »

y no me extraña que así lo dijera, pues me parece que todavía hoy exis­ten vascos que siguen escond iendo hostias bajo sus bo inas . Ya que en algunas ikastolas o institutos, e incluso en algún librito para niños que no quiero nombrar, se habla de la Revolu ción Francesa como algo nefasto para el pueblo vasco. Y es cierto que los vas­cos de iparralde perd ieron libertades y fueros, yeso sin duda hace falta decirlo, pero ei restringir a eso la revolución francesa como si no hubiera traído el fin del régimen feudal y la declaración de los derechos del hombre p.or ejemplo me parece grave.

El siglo XIX con su preocupación por lo popuiar y castizo hizo que hombres tan europeos como Humbolt, el prínci­pe Bonaparte, Van Eys , Vinson, Spen­cer Oogson y otros se interesaran por nuestro id ioma y en .algunos de los casos nos enseñaran cómo se debían publicar nuestros propios clásicos. La narrati va románt ica, sin embarg o . se hizo en su mayoría en castellano, com­puesta de leye ndas , normalmente seguidas de apologías de la lengua que no utilizaban.

En el siglo XX justo años antes de la guerra civil ex isti eron dos poetas influidos por Europa que fueron Laua­xeta y Lizardi, influidos por una con­cepc ión románti ca de la literatura, y por los simbo li stas f rances es . En narrativa tendremos que esperar a Txi­Ilardeg i para hab lar de una p rosa moderna. Y será el existencialismo su espejo Europeo. En esta etapa moder­na de la literatura vasca, existe o por

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lo menos ha existido un complejo de esto no esta hecho he de hacerlo sin reparar en si es lo que realmente quiero expresar o es para lo que real­mente se vale. Es una especie de apuesta contínua esa de no hay nin­gún libro de tal tendencia, yo lo escri­biré, la gente se va colocando. En los años setenta de todas formas tengo la impresión de que el eje central de las influencias pasó a Sudamérica.

Pero no quisiera dejar de expresar en este pequeño trabajo mi convenci­miento de que la intercomunicación y el encuentro en Europa son posibles en literatura como en otras cosas. Y que mi esperanza es, sin duda, la traduc­ción. Hoy en día existen ya una serie de

EUROPA EN LA LITERATURA VASCA

traducciones al euskera que poco a poco llegan a un nivel envidiable. Los escritores deberíamos ponernos en contacto y trabajar juntos con los tra­ductores para que el esfuerzo de estos no caiga en terreno baldío y sigamos escribiendo como cuando Stevenson, Fl aubert, Melville, Siciascia y otros muchos no estaban traducidos. Y pien­so sinceramente que en esta dinámica nos estamos quedando atrás. Es impor­tantísimo por otra parte una selección y un plan de traducción de las obras europeas y mundiales al vasco, y cuidar su traducción tanto como las obras ori­ginales. La modernización de nuestra literatura y de nuestra escritura está en juego.

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, REPUBLICA

DE LAS

LETRAS

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LOS TESTIMONIOS

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CULTURA Y NUEVA EUROPA

JOSÉ LUIS LÓPEZ ARANGUREN

QUIENES crearon la Comunidad Económica Europea no pensaron en la cultura. Me temo que la

atención que lentamente empiezan a dedicarie ahora nace de la voluntad de darle una mayor seriedad , una mayor prestancia. La necesidad de sustentar el nuevo orden internacional en una comu­nidad cultural parece lógica. Aunque sos­pecho que esta comunidad es imposible si se la quiere poner al servicio de la Comunidad Económica programada. Porque, ¿cómo va a corregir la cultura la rival idad económica que existe entre los países de la Comunidad o el. temor al ascenso de Alemania? Si lo hiciera, supongo que sería puesta en cuestión por los creadores de la Comunidad Eco­nómica. Así que ahí hay una contradic­ción, hoy por hoy, insoluble.

Una cultura integradora necesita de un fundamento filosófico y del compro­miso ético. Lo cual se opone al oportu­nismo , a la lucha competitiva, a la cien­. cia al servicio de la tecnología, a la aten-

Tomado, fragmentariamente, de «Europa n.º 2 ....

ció n a lo inmediato, al argumento del poder y del éxito como valores primor­diales. En estas condiciones es lógico que se produzca el vacío. La cuestión está en que ése es nuestro punto de vis­ta, pero me temo que no lo sea el del Poder. El imperialismo ha resuelto siem­pre estos problemas a su manera. Euro­pa parece hoy que será, más pronto o más tarde} una Europa de fronteras cerra­das o, cuanto más, entreabiertas . Por ejemplo, el incremento demográfico de Africa en general y la división del exteso Este de Europa, unido a la realidad eco­nómica de aquellos países, producirán gl"andes tensiones. Pero se preferirá no dejar entrar a los inmigrantes antes que ayudar solidariamente al desarrollo eco­nómico de esos países. Porque eso impli ­caría la existencia de una solidaridad europea y mediterránea, que no es com­patible con los valores supremos de una sociedad neoliberal de mercado. Más o menos tarde, algo habrá que hacer, supongo.

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UN PUNTO DE VISTA

ALFONSO SASTRE

PODRíA llamarse «geocultura» - ¿o ya se llama y yo no lo sé?- a la consideración científica de la cultu­

ra por áreas territoriales, cuencas marít i­mas y sistemas orográficos y fluviales, independientemente de los mapas políti­co-administl-ativos . El objeto de tales estudios existe ... itodavía! Hay culturas varias y res istentes contra la homogenei­zación, contra la muerte entrópica; con­tra esa nivelación por la Cocacola, dirigi­da y administrada por el Gran Hermano de Washington . Mi punto de vista está tan lejos del cosmopolitismo como del casti ­cismo; lo he dicho muchas veces. Pues bien, desde As te punto de vista puedo reclamarme de la cultura mediterránea como el «caldo» en el que he nacido: pro­cedemos de la cultura que se coció en esas riberas, yen la masa de nuestra san­gre hay una palie muy considerable de grecorromanidad, judeocri stianismo e Islam. ¿Y qué tiene que decir esta cultu­ra hoy -para el futuro- frente a las impo­siciones invasoras del empirismo y del pragmatismo anglosajones?

Tiene que decir algo muy necesario para la supervivencia de la especie, sólo posible si evitamos la pauperización pro-

Tomado de "Mediterráneo» nQ 2.

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gresiva y galopante del fenómeno huma­no, asfixiado por la miseria espiritual, y en grandes áreas del mundo por la pobreza infini ta. Desde este área nues­tra es preciso reivindicar los fueros de la Utopía, del hombre poético frente al hombre robotizado. No quiefO decir que «el anglosajón» sea el malo de esta pelí­cula. La resistencia contra la nivelación «more norteamericano» tiene sus puntos de resistencia en los mismos Estados Unidos. (Chomski es, en este sentido, un intelectual mediterráneo; apuesta contra el empirismo y por Descartes; por la ide­alización como un momento de la inves­tigación científica) .

Desde los territorios del arte -y muy es pec ialmente del t eatro- te nemos mucho que decir afirmándonos como particularidad frente a los dictados de las grandes corporaciones mercant iles. Ade­lantados del sur y portavoces de la huma­nidad enmudecida, la intuición y la ima­ginación son nuestras armas esenciales . Aproximación sensori al a las cosas. Espontaneidad como un valor irrenun­ciable. El proyecto de lo imposible. El amor a la verdad. "Aquí, junto al mar lati­no, digo la verdad. Siento en agua, acei­te y vino yo mi antigüedad». (Rubén Daría: un nicaragüense que se descubrió en Mallorca) .

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JORGE AMADO

Durante mi reciente estancia en Brasil , en profundo contacto con el pueblo, no sólo con los intelectuales sino con los que soportan el peso inmenso de las desgracias nacionales, sentí que Europa - el concepto de Europa que ha tomado forma en el transcurso de estos últimos años- representa hoy una esperanza.

I V LOS TESTI MO N l OS

aunque débil Y lejana. Muchas personas me han hablado del sueño de una Euro­pa económica y cultural mente fuerte y unida -unidad hecha de sus diversida­des- como de un dique contra las pre­tensiones de dominio mundial de Esta­dos Unidos: el pueblo brasileño todavía no ha curado las llagas abiertas en su vida polít ica, económica y cultural por el famoso imperialismo norteamericano, famoso, voraz, e implacable.

Testimonios tomados de «El País». 25 de Enero 1993

Extra sobre Europa.

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IV LOS T E STI MON IO S

PI ERRE BOURDIEU Sociólogo francés

"La pequeña burocracia que tricotaba pacíficamente en sus empleos va a ser barrida, y su sucesora puede ser [a Pren­sa, que es hoy [a gran fuerza histórica, con más poder que [os mismos gober­nantes. Se dice que [a competencia, e[ liberalismo lleva consigo e[ pluralismo. No es cierto. A [o que lleva es a [a homoge­neidad, [as publ icaciones se roban a [os­periodistas, se roban [as ideas y acaban todos haciendo prácticamente [o mismo·· .

"Uno de [os grandes problemas con­temporáneos es e[ de cómo [os periodis­tas, [os intelectuales pueden recuperar e[ domino de su modo de producción. Les pasa [o mismo que a [os trabajadores que [o han perdido, como [os investigadores. [os eruditos. Y [a responsabilidad de decir todo eso es de [os diarios. Los periodis­tas tienen que saber que son e[ primer poder, e[ poder por encima de todos [os poderes».

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España reúne toda una simbología. [os judíos. [os mozárabes .. . Los países del Sur van a tener que defender sus intereses contra [os poderes dominan­tes en Europa, y por el lo van a tener que expresar [os anhelos de [os dominados del mundo. ¿Por qué son progresistas [os intelectuales? Porque son [os domi­nados entre [os dominantes. Tienen mucho del mundo dominante, con fre­cuencia son de origen burgués, propie­tarios de un capital, e[ c.u [tura[, que rinde buenos beneficios, y pese a todo, sien­ten [a necesidad de complicar [a vida a [os dominantes . Para ello se apoyan en [os dominados, aunque habitualmente en forma ambigua, [o que explica que traicionen o exploten para su provecho [as revoluciones. E[ caso de [a URSS es paradigmático: son [os intelectuales [os que se apropiaron y desviaron [a revo[u­ción bo[chevique» .

Testimonios tomados de «El País» 25 de Enero 1993

Extra sobre Europa

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CARLOS FUENTES

Sí somos el extremo Occidente, lo más europeo que Europa tiene fuera de Europa; pero somos una Europa multirra­cial y policultural . De allí la urgente nece­sidad europea de ver su rostro iberoame­ricano como un presagio y, acaso, una lección. Durante 500 años, los latinoame­ricanos hemos vivido una historia de mestizajes basados en en la aceptación del otro y el reconocimiento de su cultu­ra. Idéntico desafío conocen hoy los europeos. Nuestra experiencia ha sido determinante: al excluir, nos empobrece­mos; al incluir, nos enriquecemos. Las culturas perecen en el aislamiento. Se animan y enriquecen con el encuentro con otras culturas .

No hay sociedades ni culturas puras. Todos venimos de otra parte: si negamos el derecho de coexistencia a cualquier grupo humano, nos lo negamos a noso­tros mismos.

Durante 500 años, Occidente paseó su cultura, su política y su economía por todo el mundo, sin pedirle permiso a nadie. Hoy, los pueblos de la periferia le devuelven el favor a Occidente: llegan a Madl'id y Berlín , a Londres y Nápoles, a París, Rostock y Algeciras ... Portan una

IV LOS T ESTIMONIOS

bandera que dice: «Estamos aquí por que ustedes estuvieron allá».

La presencia del otro, el otro y su cul­tura, nuestra capacidad de dary recibir, de convivir con el hombre y la mujer de otra raza, otro credo, otra cultura, serán los desafíos más radicales para nuestra pro­pia humanidad, europea y americana, en el siglo XXI. Corremos el peligro de repetir los holocaustos y denigrar nuestra Iluma­nidad mediante la xenofobia, el racismo, el antiislamismo, el antisemitismo.

Europa debe ver a Latinoamérica y a Angloamérica, y nosotros a ustedes, para reflejar nuestra verdadera humani­dad en los espejos de la policultura mul­tiétnica, del mestizaje y de los conflictos urbanos. Quizá, si reconocemos la comunidad de nuestros problemas, encontremos también, a pesar de los distintos grados de desarrollo, o quizá gracias a ellos, la voluntad para la coo­peración en un mundo en el que la seguridad no sólo 'se definirá en térmi­nos mil itares, sino sobre todo en térmi­nos económicos, sociales y culturales. Pues como dice el estadista sueco, mi amigo Pierre Schori: «¿Cuánta pobreza soporta la democracia, cuánto subde­sarro llo tolera la seguridad global?».

Testimonios tomados de «El País». 25 de Enero de 1993

Extra sobre Europa

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IV LOS TESTIMONIOS

JUAN GOYTISOLO

La Europa que aspira al horizonte uni­tario de Maastricht -ufana de su actual estatus de club de países ricos con dere­cho reservado de admisión- parece cimentar su cohesión interna cerrándose a los dramas y tragedias que acaecen no obstante a su vista. Pero las medidas policiales y representativas destinadas a contener al invasión de inmigrantes no conseguirán por sí solas dicho objetivo: aunque en condiciones cada vez más degradantes, los metecos siguen y seguirán apechando con los trabajos más peligrosos y duros que los nativos rechazan.

A esta realidad, vigente en gran parte del ámbito comunitario, habría que añadir el efecto perverso de la televisión por satélite al servicio descarado del consu­mismo.

El problema de los emigrados consti ­tuye el primer y decisivo desafío al que se enfrenta Europa. La nueva casa común europea 'diseñada por los políticos se convertirá en una realidad dentro de un

EL COLOQUIO DE ESTRASBURGO y JUAN GOYTISOLO

En noviembre del año pasado (1991) se celebró en Estrasburgo el coloquio El deseo de Europa. Impresiones del Sur. Al clausurarlo, veinticinco intelectuales,

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poco Y los dirigentes de la Comunidad deberán decidir si su territorio será cultu­ralmente homogéneo, esto es, un coto reservado a los ciudadanos de los paises miembros del Club, como preconizan los europeístas a ultranza, o bien abierto a la dinámica y variedad cultural del mundo moderno.

En otras palabras: escoger entre un proyecto conservador, fundado en una visión estática de Europa como monu­mento y summum de la civi lización y orientado a una gestión prudente de su patrimonio, y otro articulado a partir del cambio y la conciencia de la caducidad concomitante a lo moderno; al hecho de saber que la cultura no puede ser hoy exclusivamente francesa, inglesa, alema­na, ni siquiera europea sino plural, mesti­za y bastarda fruto del intercambio y la ósmosis, fecundada por el contacto con mujeres y hombres pertenecientes a hori­zontes lejanos y diversos .

Quienes nos consideramos herederos de la Declaración Universal de los Dere­chos del Hombre y el Ciudadano debe­mos oponer una alternativa político cultu­ral a la Europa homogénea concebida como baluarte y al retorno solapado al ius sanguinis.

entre los que se encontraban Juan Goy­tisolo, Pierre Bourdieu, Claudio Magris, Abdelwahab Meddeb, Pierre Mertens y Cees Nooteboon, firmaron el Manifiesto de Estrasburgo, destinado a «alertar a la opinión frente a los peligros que corre Europa con el actual clima de xenofobia y de fanatismo nacionales» .. . .

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- En este coloquio se plantea la cues­tión de la Europa futura y se intenta loca­lizar sus fronteras. En "Paisajes después de la batalla" usted planteaba este mismo tema en un plano literario, presentando una nueva metrópolis meteca en la que desaparece la noción de localidad.

¿ Coincide ésta con su visión perso­nal, y no literaria?

- Poco antes de que España entra­ra en la Comunidad, yo dije que si íba­mos a entrar en la tradición del huma­nismo me parecía magnífico, pero que si entrábamos en un club de ricos con derecho reservado de admisión me parecía lamentable. Con los trastornos que ha habido, hay algunos escritores como Milan Kundera que quieren res­catar a países como Eslovenia y Croa­cia para la Europa fortaleza . Dicen que pertenecieron al imperio austro- húngaro y relegan a los demás a las tinieblas de una Europa salvaje. Pero esta gente, que ahora condena a Serbia, no ha dicho nada de la represión que desde hace años los serbios ejercen contra los albaneses de Kosobo. Entonces se da uno cuenta de que hay una Europa buena, culta, civilizada, que hay que salvar, y otra que es r·echazada. No hablemos ya de los pogroms que se están Ilaciendo contra los gitanos en toda Europa, es el regreso del nazismo. Yo creo que ésta es una de las causas por las que hay que luchar. El que se esté quemando residencias de inmi­grantes, el que todos los días haya muertos en el estrecho de Gibraltar, que se está convirtiendo en el estrecho de la muerte. Se alzan los muros y , a la vez, no se intenta integrar. Se habla de reimplantar el derecho de sangre. Vol­vemos a la historia española, a los estatutos de limpieza de sangre. ¿Hacia qué Europa vamos?

IV LOS TESTIMONIOS

- ¿El coloquio de Estrasburgo significa su primera aparición política para hablar sobre este tema?

- No me gusta aparecer en actos extraliterarios, pero la situación me pare­ce lo suficientemente grave como para dar la voz de alarma. Lo que está pasan­do en Yugoslavia puede pasar dentro de unos meses en la URSS, y este proceso amenaza con liban izar regiones enteras del mundo. Mientras, dentro de Europa, vivimos un egoísmo desenfrenado, un rechazo de las minorías. El nuevo orden mundial me parece una caja de Pandora de la que sale lo peor del ser humano.

- En realidad, por ahora los gobiernos europeos sólo dicen que hay que cerrar las fronteras para integrar mejor a los que ya están dentro.

- Mire, vivo en Francia y Le Pen ha conseguido que la inmigración se convier­ta en el tema central de las elecciones. Ha triunfado. Desde la primera ministra hasta la derecha hablan de" los colores», del derecho de sangre y de organizar charters humanos. Cabe recordar que sólo tras la solución final, el exterminio de los judíos, Europa se sintió culpable. Hubo que matar a seis millones de judíos y ahora Israel se ha convertido en el confesionario exclusi­vo del dolor europeo. Puedes matar a trescientos mil árabes, como ha ocurrido en la carnicería del Golfo, y no pasa nada, la gente aplaude.

- ¿ Cree que ha llegado el momento de que los intelectuales asuman una pos­tura de compromiso?

- Yo no sé qué impacto puede tener la simple voz de la razón en este tiempo. La izquierda está en un estado de deli­cuescencia, pero tiene la ventaja de haber terminado con la hipoteca del

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IV LOS TESTIMONIOS

socialismo real. Yo en los años 60 ya tenía una conciencia muy clara de lo que era aquello. Ahora, al haber un sistema único , un imperio único, me he radicali­zado totalmente. Después de la guerra del Golfo me he convertido en un crítico radical del sistema global del nuevo orden mundial.

- ¿ También aplica esta crítica a la celebración del Quinto Centenario?

- Si Blanco White hubiese sido fran­cés o inglés y el Quinto Centenario tam­bién, sus obras, perseguidas con la no traducción por la ideología nacional cató­lica, hubiesen sido reeditadas .

Todos sus escritos sobre la indepen­dencia de las colonias americanas lo serían , para demostrar que hubo alguien que desde el principio tomó partido por la independencia de las colonias . Pues

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bien, en España se le sigue consideran­do un traidor. Ni siquiera se le cita. El país sigue hablando del maestro Trovar, el maestro Laín, Aranguren ... Es curio­so, todos el los eran franquistas en su juventud. Tampoco se cita a Cernuda y apenas a Valle o a Clarín. Y ya que hablamos de citar, creo que Octavio Paz o Cernuda decían que en España la crí­tica se pasea de la Academia al café . .. y una cosa es lo que se piensa, otra lo que se escribe y otra lo que sale publ icado. Hay una especie de esquizofrenia nacio­nal. Existen autores que admiras en secreto pero que no puedes decir que te gustan porque el caciquismo que reina te aparta.»

"El Sol». 12 de Noviembre de 1991

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GÜNTER GRASS

Hace un año todavía yo era conside­rado en este país como el que presagia­ba cosas terribles, como el que lo veía todo negro. Hoy, ya nadie más osa decir nada de esto, puesto que mis presagios han sido con creces superados por la realidad. Mi problema es que yo no pue­do alegrarme de haber tenido razón.

Hoy en día, por temor al Tercer Mun­do y a lo que sucede en Europa oriental la unificación europea lleva aparejada una idea de amurallamiento interno . Y ésta es una actitud inhumana que en absoluto va a solucionar los problemas sociales. Aquí en Alemania, los gitanos vuelven a ser perseguidos. En Italia se niega el ¡Jaso a los albaneses, en España a los marroquí­es ... y Europa sólo podrá soprevivir si permanece abierta. Sus mejores épocas han sido aquéllas en las que se ha visto a

IV LOS TESTIMONIOS

sí misma como un gran crisol de culturas. Los europeos aún necesitan escrito­

res como Unamuno, dotados de una gran intensidad reflexiva no desprovista a la vez de ironía y poseedores de una veta fi losófica desde la que es posible afrontar las lacras y los desvelos humanos. Euro­pa se enfrenta a una época crucial en la que pensadores de la talla de Unamuno pueden servir de guías.

La crisis económica se repite; pero ahora no se dan los mismos índices de desocupación entre la población joven. Lo que sí me parece peligroso es que la izquierda que se manifestó por ejemplo la guerra del Golfo no lo haya hecho aho­ra con los sucesivos brotes de xenofobia. Esto puede querer decir que la población es receptiva a las pretensiones populistas de la derecha. También es peligroso que justamente los políticos hayan sido los responsables de hacer del problema de asilo un tema de discusión electoral.

«El Mundo». 19 de Octubre 1992

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IV LOS TESTIMONIOS

JÜRGEN HABERMAS Escuela de Franfurt

La apertura del gran mercado euro­peo suscitará una mayor movilidad hori­zontal y una multiplicación de los contac­tos entre las diferentes nacionalidades. Además, la inmigración procedente de Europa del Este y de las regiones pobres del Tercer Mundo fomentará la diversidad cultural de nuestras sociedades. Ello pro­vocará, sin duda, tensiones sociales. Si son tratadas de manera productiva, esas tensiones pueden, no obstante, promo­ver una movi lización política que dará impulso a movimientos sociales de un nuevo tipo (como el movimiento pacifista, el movi miento ecologista o el movimiento feminista) que se forman ya hoy en el inte­rior de los Estados-naciones. La impor­tancia de cuestiones políticas relativas al mundo cotidiano se verá entonces refor­zada. Al mismo tiempo, aumenta la pre­sión de ciertos problemas para los que no hay más solución que la coordinación a nivel europeo. En estas condiciones, pOdríamos asistir a la constitución de relaciones de comunicación en el interior de espacios públicos de dimensión euro­pea que formarían un contexto favorable tanto para los Parlamentos de las regio­nes que se unieran, como para un Parla­mento europeo cuyas competencias hubieran sido reforzadas.

Hasta ahora, la política de la Comuni­dad Europea, como tal, ha sido muy pocas veces un elemento importante de discusión pública en el seno de los Esta­dos miembros. Las opiniones públicas nacionales están todavía muy aisladas

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culturalmente unas de otras. Se arraigan en contextos dentro de los cuales las cuestiones políticas no adquieren signifi­cación más que sobre el transfondo de una historia nacional propia. Sin embar­go, en el futuro, pOdríamos asistir a la diferenciación de las culturas nacionales por una parte, y de una cultura política común, por otra.

A este respecto, las elites culturales y los medios de comunicación tendrán un importante papel que desempeñar. A dife­rencia de Estados Unidos, el patriotismo constitucional europeo debe ligarse a prin­cipios jurídicos universalistas únicos, a par­tir de perspectivas diferentes impregnadas por las historias nacionales.

En este contexto , nuestra tarea no es tanto reafirmarnos en nuestros orígenes comunes en la Europa medieval, como desarrollar una nueva conciencia pOlítica que corresponda al papel que Europa desempeñará en el siglo XXI. Hasta el momento, la historia no ha concedido más que una única oportunidad a los imperios que se han creado y deshecho. Esto vale tanto para los imperios de la Antigüedad como para los Estados modernos como Portugal, España, Ingla­terra, Francia y Rusia.

Europa parece librarse de esta regla, puesto que hoy se le concede una segunda oportunidad. No obstante, ya no podrá explotarla adoptando una políti­ca de potencia propia de otra época, sino haciendo suyas nuevas premisas, a saber, la búsqueda de una comprensión mutua con otras culturas y la inquietud por aprender algo de ellas.

"El País». 25 de Enero 1993.

Extra sobre Europa.

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CARLOS SAURA

¿Podemos tener una gran cultura comLln? Nadie habla de ello. Y a mí me gustaría ir más lejos de ia simple unifica­ción económica. Quisiera que se hablara mucho más de cultura, de educación, de un buen uso del tiempo libre, de una ade­cuada programación de las televisiones ...

La televisión es un medio extraordina­rio de difusión, pero que, en definitiva, está destruyendo la capacidad de inventi­va de los niños, los convierte en zombies, en pequeños monstruos agresivos. Es un medio maravilloso, que está en manos de comerciantes que no sienten demasiado respeto por la imagen y que tienen el objetivo de vender el producto. Ya sé que Europa poco puede hacer, por que los intereses económicos que hay detrás son enormes, pero no pierdo la esperanza. Si Europa se organizara, y tiene suficiente

IV LOS TESTI MON lOS

talento, suficiente material y suficiente de todo para hacerlo, podría ocupar los espacios necesarios de una manera más inteligente que como se hace en Estados Unidos, donde no existe ningún control. Esa libertad de expresión, que me parece maravillosa, Ilay que saber utilizarla, hay que entenderla con inteligencia.

De lo que se habla es de la Europa de dos velocidades. En cultura, ¿qué dos velocidades hay? No quisiera entenderlo, pero lo entiendo: o te ponen en el pelotón de los torpes o en el de los listos. "La úni­ca solución es saber combinar el destino común con el individual, que es el que más me interesa. Y aunque soy muy indi­vidualista, cada vez me parece más impensable el destino de uno sin contar con el destino del otro. Todo el mundo tiene que ceder un poco. Ésta es la ver­dadera utopía de Europa.

"El País». 25 de enero 1993.

Extra sobre Europa.

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IV LO S TESTIMONIOS

GEORGES STEINER

Es posible que una gran cultura no se reponga nunca de las pruebas que atra­viesa. No hay que olvidar, pese a todo, que Europa, en una treintena de años, desde agosto de mil novecientos catorce a agosto de mil novecientos cuarenta y cinco , aniquiló a setenta y seis millones de Ilombres, mujeres y niños en guerras, en campos, en hambres y en marchas forza­das. Esto ha pasado aquí mismo, en Europa, en este siglo ... ¿No es algo inde­cente creer que deberíamos poder repo­nernos con seguridad, con rapidez y bien de tantas matanzas?

Pero, por otro lado, podría ser que nos halláramos quizás en vísperas de una gran renovación. Si se me hubiera dicho hace unos años que habría un nuevo Stendllal no lo habría creído. Sin embar­go, Leonardo Sciascia, que murió hace poco menos de tres años, es a mis ojos el Stendllal de nuestra época. De la mis­ma forma, no creo verdaderamente lo que es de buen tono repetir sobre la decadencia de la novela francesa. Es cierto que la desconstrucción, el postes­tructural ismo son bizantinismos - casi en el sentido exacto del término-, es decir, juegos de mandarines que bailan sobre las ruinas de las bibliotecas .

Pero eso no excluye que una grandí­sima novela esté apunto de escribirse en la calle de al lado. CI'80 que el público

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espera algo de este género. Pero no podemos saber lo que sucederá.

Los científicos están llenos de espe­ranza y de confianza en sus conquistas futuras y en la aceleración de su progreso. Hay incluso músicos que dicen que entra­mos en universos de sonidos que ni Mozart ni Bach habrían sospechado, y arquitectos que afirman que los nuevos materiaies permiten creaciones imposibles hasta ahora. A su lado, la literatura sigue siendo una dama inmensamente cargada de pasado, un poco fatigada, menos inge­nuamente optimista. Espero equivocarme. Pero no veo en lo inmediato lo que daría a la juventud un horizonte de esperanza.

- Los estudiantes a los que enseñaba yo en otros tiempos tenían todos venta­nas sobre la esperanza: Mao, o Allende, o Dubcek, o el sionismo. Existía siempre un lugar en el que se luchaba para que cambiara el mundo. Supe que eso había terminado el día en que mis estudiantes me dijeron a propósito de El Salvador: "Si marchamos a luchar con los revoluciona­rios, más tarde terminaremos en un cam­po staliniano; si nos sumamos a los con­tras es el peor de los neofascismos. No nos interesa eso.» Hoy prefieren su vida privada y dejan en el poder a la mafia. Esa es la verdadera crisis de la democracia.

-No estamos aún más que en el comienzo del postmarxisnio. El hundi­miento de esta esperanza que se ha con­vertido en horror deja residuos que van a arder todavía mucho tiempo.

Tomado de "ABC»

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MANUEL VÁZQUEZ MONTALBÁN

No ha sido así. El Mercado Único ha generado sectores nacionales agravia­dos, a veces campesinos, a veces indus­triales, que no asumen recortes de pro­ducción y de empleo que responden a altos designios de mercaderes, políticos y burócratas. Ni siquiera la interrelación mediática ha ido mucho más allá que el festival de la canción de Eurovisión y la facilidad con que los aficionados de cada país memorizan jugadores de fútbol de la Bundesliga o de la Copa de Inglaterra. Tampoco el turismo, que ha conseguido sobre todo un flujo Norte- Sur, ha servido para que fraguase una conciencia de pai­sanaje europeo.

y es en ese territorio, no siempre reprimido, de la memoria histórica y de la sabiduría convencional, donde menos se ha actuado para construir un proyecto de Europa. Cada Estado europeo ha segui­do fiel a su autosatisfacción histórica, construida a costa de la insatisfacción histórica de los demás. En cuanto a la sabiduría convencional: lo que es tópico es mito. Mientras laselites del poder eco­nómico, político y burocrático han pacta­do una cultura retórica sobre Europa, fomentada por congresos y simposios perfectamente inútiles , con esa perfec­ción que sólo suele alcanzar la inutilidad, ni se ha construido un aparato educativo

IV LOS TESTIMONIOS

básico común, ni una industria cultural europea capaz de ayudar a una identifi­cación.

Construir el imaginario europeo como un paraíso desarrollista dotado del sus­trato cultural y más plural y rico del uni­verso no me parece fácil en estos momentos de recesión y de Ilamada .a la puerta del orfelinato de los Doce de los huérfanos abandonados por la URSS y llamados a convertirse en los criados que llegaron del Este.

No, pido, pues, que la propuesta de un imaginario lúcido y forzadamente soli­dario sea asumida por los lívidos triunfa­listas del pasado. Como todo ejercicio de conciencio extema crítica, la vanguardia pasa no por pretender delimitar la ver­dad, sino por no contarnos más mentiras los unos a los otros. Y para empezar, parafraseando a Georges Arnaud en su prólogo a El salario del miedo (<<Guatema­la no existe, lo sé porque viví allÍ»), hemos de asumir que Europa aún no existe, y lo sabemos porque vivimos en ella.

Testimonios tomados de «El País». 25 de enero 1993. Extra sobre Europa.

Premio Europeo de Literatura 1992 por su novela «Galindez», Vázquez Mon­talbán declaró al recibirlo:

«Acepto el premio como símbolo de una futura cultura europea, que tiene que ser profundamente mestiza: euroasiática, euroafricana, euroamericana .. . "

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;

REPUBLICA

DE LAS

LETRAS

5

ENCUESTA

-¿ Cuál crees que es el estado de salud de la Cultura en general y especialmente de la Literatura y el Arte en Europa?

-¿Sabes algo del Tratado de Maastricht en relación con la cultura?

-Cultural y literariamente, España ¿debe incli­narse únicamente hacia Europa o también hacia lberoamérica?

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JOSÉ JAVIER ALEIXANDRE Escritor

- No tengo base suficiente para juz­gar.

- Ni en relación con la cultura, ni en relación con nada. Desconozco total­mente el contenido del Tratado.

- También hacia Iberoamérica.

JOSÉ BRIZ Director de Cine. Escritor.

- El progresivo proceso de lo que se conoce como «homogeneización" -en­tendida como sujeta a modelos nortea­mericanos-, vulgarización en suma, de la actual Cultura europea, incapaz, por otra parte, de integrar las peculiaridades resultantes de las identidades de la Cul­tura que cada uno de los países, parece conducirnos a un preocupante estado de analfabetización, paradójicamente, en varios idiomas.

- El susodicho Tratado, que conozco, no maneja, en relación con la Cultura,

, más que tópicos manidos e inoperantes.

- España es una nación mestiza y alcanza su plenitud cultural en el conjun­to de las naciones con las que comparte la lengua española.

La cultura española puede y debe proyectarse en Europa y en el resto del mundo, pero sólo con Iberoamérica pue­de trascender.

V ENCUESTA

PASCUAL CERVERA GIMENO Director de Cine y 1V

- Difícil diagnóstico. La comunicación es mínima. En literatura sólo se traducen las obras de las que se espera una res­puesta comercial y que normalmente vienen precedidas de un lanzamiento publicitario a gran escala. El resto es silencio.

- En Arte, el criterio mercantil también prevalece sobre cualquier otro, con la excepción de alguna exposición de algún santón al ser posible recién falleci­do y de escasos francotiradores que se arriesgan a cruzar las fronteras en busca de nuevos mercados.

Ni de la europea, ni de la marciana, ni de la venusina, ni la de otras galaxias. Perdón por mi ignorancia.

Sin pecar, ni remotamente de re­cuerdos imperialistas, la cultura y el idio­ma nos llaman a Iberoamérica... Por domicilio a nuestros vecinos. Una cosa no quita la otra, ni lo cortés ni lo valiente.

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V EN CU ESTA

JULIO DIAMANTE Director de Cine.

- Evidentemente, resulta muy difícil hacer un balance de la obra de los escritores y artistas europeos actuales, en conjunto . Para empezar existe la ambigüedad sobre la palabra Europa. ¿Se refiere a la Europa del Atlántico a los Urales o a la constituida por los países miembros del club C.E.E.? La primera es un campo de desigualdades, desgarra­mientos, enfrentamientos .. . La segun­da, de pensamientos light y egoísmo. El dominio monopolístico, especialmente de monopolios ajenos a Europa, es cada vez más fuerte .

Por todo ello, no parece aventurado considerar que la situación es muy poco saludable.

- Hasta donde conozco los acuerdos de Maastricht, éstos, en materia cultural, se limitan a unas afirmaciones vagorosas de escasa utilidad de cara a los problemas reales de la -Cultura en la Comunidad Europea.

Cuando, por ejemplo , se muestra en ellos interés por el desarrollo de la pro ­ducción audiovisual europea y las difi­cultades de compet ir' con E.E.U.U . y Japón, la preocupación no está expre­sada de manera que quede claro que este gravísimo problema cultural va a ser afrontado con la energía adecuada.

- Eticamente, estéticamente, social­mente, políticamente es fundamental mantener también una fuerte relación con Hispanoamérica.

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JOSÉ DíAZ GÓMEZ Pintor.

- Goza de buena salud.

- No tengo información al respecto .

- También hacia Iberoamérica.

JORGE FERRER-VIDAL TURUL Escritor y traductor.

- Tan desesperadamente grave como en España. El Arte y la Literatura han sido ya desplazados - yo creo que de modo irreversible- por los medios audiovisua­les. Arte y Literatura fomentan exigencias peligrosas para cualquier estado que hoy llaman de Derecho. Conducir rebaños de borregos en trance de obnubilación per­petua mediante video-juegos y ordena­dores, es mucho más sencillo. Este año SS.MM . los Reyes de Oriente han gasta­do 40 mil millones de pesetas en video­juegos. Lo que no dice la prensa es cuán­to han invertido en comprar libros. Imagi­no que en el resto de Europa habrá ocu­rrido algo parecido, a manos de Papá Noel. Excepto, claro, la gente de la ex­Yugoeslavia y ex-países del Este, Rusia incluida.

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- Nuestros políticos no se han digna­do dar a [os ciudadanos [a más mínima explicación coherente de [o que pueda ser Mastrique. Y [o poco que han dicho - yo confieso mi torpeza- no [o he enten­dido. Nuestros periódicos han subrayado exclusivamente [a entidad económica del Tratado, con sus problemas monetarios, de mercado, de aranceles aduaneros, problemas laborales, etc. Ni en [a prensa española ni en [a inglesa, francesa e ita­liana, a [as que tengo acceso cotidiano, jamás he leído ni una línea referente a [a cultura de Mastrique.

- Por descontado no debemos olvidar nunca a [beroamérica. Es más, creo que resulta en gran tristeza que españoles e iberoamericanos nos conozcamos de modo tan insuficiente. Los medios que se ocupan de algo (poco, pero algo) de Cultura, Arte y Literatura, ded ican tres veces más espacio a literaturas europe­as en cualquier lengua que a [a produc­ción de [os iberoamericanos. Parece como si escribir en castellano o portu­gués fuese una insuperable desventaja o una enfermedad vergonzante e inconfe­sable. Solo nos faltaba e[ Mastrique para convertirnos en e[ país más hortera de [a humanidad. Sorry but that's what i think .. . Escribámos[o así, a ver si [a gen­te se entera.

RAFAEL FLÓREZ, EL ALFAQUEQUE Escritor y Periodista.

V EN CUESTA

- Mediocre que también es una enfer­medad congénita, pero creo que se recu­perará hacia rumbos parecidos a [as épo­cas señeras.

- Creo que se trata de una cuestión de mercaderes y políticos cuyos resultados ya estamos viendo, sin mucho presenti­miento, con respeto para mi paisano Lope de Vega que escribió con e[ talento de su época.

- Esencia y presencia en [os dos con­tinentes , cuestión tantas veces debatida pero que nunca se debe [imitar a postu­ras unilaterales.

JORGE KLEIMAN Pintor y arquitecto .

'- ... «Como sabe, nuestros soldados y Marte no son [os únicos que od ian [os libros, todo nuestro siglo, no sé porqué fatal idad, detesta [a cultura más que ningún otro ".. . (Phi[ip Me[anchton en una carta Wi[he[m Reiffenstein, 1527; mencionada por André Chaste[ en «E[ saco de Roma, 1527", Ed. Espasa Arte). Siempre ha parecido así, y sin embargo, visto desde hoy, e[ XVI resu[­ta un siglo deslumbrante en [o cu[tural. Tengo [a esperanza que [o mismo suce­derá con nuestra época, aparentemen­te tan ecléctica, desordenada y salvaje como aquélla.

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V ENCUESTA

Ninguna superestructura debe inter­venir en el campo de la creación . Eviden­temente, no se puede indicarle el camino a un explorador, pero sí ayudar a que sus descubrimientos se conozcan. Transcribo un resumen de Sergi Mari aparecida en la revista Madrid Debate N° 18 de junio de 1992 : «La comunidad promoverá el conocimiento y la difusión de la cultura y de la Ilistoria de los pueblos europeos, la salvaguarda de la diversidad del patrimo­nio (cultural) europeo , la promoción de los intercambios culturales , (y) la creación artística, en particular en el sector audio­visual" . Los paréntesis son míos. Sergi Mari es colaborador del grupo de Izquier­da Uni taria en el Parlamento Europeo.

- Creo que la necesidad perentoria de que se produce la caducidad de los lími­tes que separan los países y de las di fe­rencias lingüísticas que alejan a las per­sonas. Asimilemos ya que la humanidad es una sola, que la tierra es nuestro mal­tratado llagar y que esto no implica en absoluto una uniformización en lo cultural sino un enriquecimiento en la diversidad. La Comunidad Europea es sólo un paso en la buena dirección: con todos los defectos que pueda tener su proyecto, es lo que lenemos y es mejorable sobre la marcha. Por lo tanto pienso que hay que «incljnarse» hacia todos los lados para compartir las experiencias universales .

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J. MARTíN ELlZONDO Escritor.

- Deplorable ambos. Muchas veces el Arte en manos de una especulación feroz olvida sus postulados más esenciales. Atenuando este condicionamiento en la Literatura sufre sin embargo de una des­humanización propiciada por filosofías alejadas de cualquier compromiso res­ponsable.

- Nada como no sea alguna forma de mecenazgo que apareciese en el entra­mado de la grande banca y por ende sometido a ella.

. -También Ilacia Iberoamérica. No se concibe ei descartarla de nuestro ámbito cultural.

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ALFONSO MARTíNEZ-MENA Escritor. Abogado.

- Sin ánimo de pontificar, apunto que se está tribializando el significado de la palabra Cultura, y esto es conse­cuencia de una suerte de manejo demagógico que tiene el trasfondo de la vulgarización general de la educación en lo que respecta a las facultades inte­lectuales y morales . En todos sitios se homogeneiza por lo bajo cuando se margina. De cualquier forma las pecu­liaridades culturales de los pueblos que conforman esa difusa Europa cultural se debaten tím idamente en sus própios ámbitos, y la Cultura europea es una entelequia a la espera de defenderse -no lo intentan seriamente- de foráneas influenc ias que están en la mente de todos. También aisladamente -mimetis­mos aparte- Lite-ratura y Arte se deba­ten en confuso ceremonial, sin claras perspectivas de revitalización, preteri­dos frente a otms «cuestiones" equivo­cadamente más acuciantes .

Espero que el mamotreto de Maas­t ri cht le haya aclarado a alguien, más que a mi, los aspectos relacionados con la Cultura, que personalmente me parecen imprecisos e insuficientes.

Esto desde una lectura muy superficial. No me ha sido posible hacer otra; pero tampoco he leído comentarios al respec­to que pudieran proyectar luz sobre el particular en la medida que se han escri ­to sobre otros aspectos del texto.

V ENC UEST A

-Para España ese asunto claro: somos Europa ya la vez una unidad cul ­tural y especialmente literaria con Hipa­noamérica, donde necesitamos hacer el gran esfuerzo de biunívoca proyección que demanda la lengua común, patri­monio unificador que hay que mimar y cultivar con entrega y dedicación. Tene­mos pues dos grandes retos: el de Europa y el de Hispanoamérica, y ambos importantísimos e irrenuncia­bles.

RAFAEL MORALES CASAS Escritor. Profesor Universitario. Uubi­lado)

-Creo que actualmente existen es­critores y artistas europeos -incluidos los españoles- verdaderamente importan­tes, aunque por desdicha la Cultura sigue siendo la Cenicienta de las preocu­paciones estatales.

-No se nada e ignoro si es porque no estoy bien informado o porque nadie se puede informar de lo que no existe. De todos modos, es de esperar que la desaparición de las fronteras sea bene­ficioso para el intercambio cultural.

-España tiene que estar presente por derecho propio en la Cultura Europea que tanto Ila contribuido a formar. Pero cultural y literariamente, España e Ibero­américa deben de ser la misma cosa. Como dijo Unamuno, el idioma es la san­gre del espíri tu.

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V ENCUESTA

CARLOS.MURCIANO Escritor.

-Nuestro conocimiento del Arte y la Cultura europeos no es muy preciso. Queremos creer -creemos- que su esta­do de salud es bueno y en algunos paí­ses, óptimo. Pero ¿tenemos bases fun ­dadas para referirlo, v.g., a Finlandia o a Luxemburgo? Europa una sigue siendo una entelequia, no sé por cuanto tiempo. y el trasvase cultural, que las barreras lingüisticas obstaculizan , aún deja mucho que desear.

-Ni con la Cultura ni con todo lo demás. ¿Mea culpa?

-Que España se incline hacia Ibero­américa no es una opción, sino una obligación. Europa nos queda más cer­ca , y bien está que nos integremos en ella, puesto que europeos somos, pero Iberoamérica - y, sobre todo, Hispanoa­mérica- carece de esas barreras que más arriba nombro. Ahí no existen muros de derribar, sino manos que estrechar, voces que escuchar. Somos una sola patria, por gracia de la lengua. No se trata de maternalismos trasno­chados, sino de fratern idades vivas .

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ANTONIO DE OLANO Periodista.

- Como decía Marañón de un ilustre paciente: «Tiene una mala salud de hie­rro». Creo que en general, va a sali r de la UVI con nuevas fuerzas. La­mentablemente, todavía, el Mercado Común no se ha ocupado de esas «mi­nucias».

-Nada. No se ni de que trata «eso» de Maastricht ni en donde está ese lugar. Creí que se trataba del señor Maastricht, ministro de algo.

-Más que «también» antes de Iberoa­mérica. Sus gentes nos han «coloniza­do» culturalmente. ¿Por qué no de­volverles la visita?

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MELlANO PERAILE Escritor.

-En Europa hay unas pocas gentes cultas y una enorme masa embrutecida a medias por los regímenes políticos y los medios de comunicación .

En lo tocante a la literatura valiera más que la masa fuera analfabeta, a la vis­ta de lo que lee.

-Del Tratado de Maastricht sólo sé lo que he podido sacar de esos monos de Pol icias y Ladrones que nos ha traído la T.V. Sospecho, por los indicios, que lo de Maastricht es un Club de capitalistas para los cuáles la única cultura es la de la ganancia.

-Somos europeos geográficamente, e hispanoamericanos por razones de lengua. Así que debemos seguir en nuestro sitio, participando de lo uno y de lo otro.

LORENZO PERAILE GÓMEZ Catedrático de I. B.

- Hasta donde conozco, diría que el estado de salud de la Cultura en Europa es más bien preocupante aunque lo sea algo menos en algunos países del Cen­tro y Norte europeos. A la gente, en

V ENCUESTA

general, la Cultura - así, con mayúscula­le importa mas bien poco. En las socie­dades de lo material y del consumo que habitamos, la Cultura ocupa muy poco sitio porque no se considera necesaria. La mayoría de los ciudadanos nace, crece, ilestudia!!, vive muchos años y muere sin que la cultura apenas le haya rozado. Hay, sin embargo, una pseudocultura que sacia las necesidades de distrac­ción, de entretenimiento de la mayor par­te de los ciudadanos europeos .

-El Tratado de Maastrichr esconde, bajo la idea plausible de una Europa sin fronteras, un egoísmo económico tre­mendo. La excusa es presentar una potencia económica que pueda enfren­tarse a los EE. UU .. La realidad es que divide a Europa en países ricos y pobres. ¿Como afecta o puede afectar todo esto a la Cultura? Supongo que a Maastricllt la Cultura le importa un bledo. Quizá lo único que pueda salir algo beneficiado con tal tratado sea la parte de la Cultura que tiene que ver más con la industria, sobre -todo el cine: se que hay medidas proteccionistas con respecto al cine europeo y frente al de los Estados Unidos.

-Entiendo que es necesario razonar que Espa¡"ía, país europeo, no deba jamás perder de vista a Iberoamér·ica .

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V ENCUESTA

RICARDO ZAMORANO Pintol'-Profesor

-Un estado de saiud más bien enfermi­zo. Ciertamente existe una gran cantidad de acontecimientos culturales, jamás se ha escri to o pintado tanto como en nuestros días. Pero la cultura es un renejo de la sociedad que caracteriza nuestro tiempo: la sociedad' de consumo. Si comparamos nuestra época con otras épocas del pasa­do, los afias veinte o treinta, la pujanza de los movimientos artísticos de los grandes creadmes, la actualidad se nos muestra bastante mediocre. El mercantilismo, la autocompiacencia almárqueting, han con­tribuido poderosamente a esta de­cadencia.

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- Hasta ahora no me he leído ninguna infmmación sobre ei tema. A los gobiernos les interesa más el problema de los comer­ciantes que de la Cultura. Parece ser que solamente el séptimo arte va a salir favore­cido al poder competir con el poderoso monopolio Norteamericano.

- Creo que en el campo de la literatu­ra debe inclinarse más hacia los países Hispanoamericanos por tener una len­gua común, en las demás artes indistin­tamente, la música, artes plásticas, cine, teatro , etcétera.

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,

REPUBLICA DE LAS LETRAS ,

NUMERaS PUBLICADOS

13. Los ESCRITORES y LA LEY DE PROPIEDAD INTELECTUAL.

14. ESCRIBIR: VOCACiÓN Y PROFESiÓN.

15. Los ESCRITORES Y LA ENSEÑANZA DE LA LITERATURA.

1. Extra. LA GUERRA CIVIL. CULTURA Y LITERATURA.

16. LA EDICiÓN EN ESPAÑA.

17. LA CRíTICA LITERARIA.

2. Extra. LITERATURA FINLANDESA.

18. ÚLTIMAS TENDENCIAS DE LA LITERATURA ESPAÑOLA (1). 19. ÚLTIMAS TENDENCIAS DE LA LITERATURA ESPAÑOLA (2). 20. LEY DE PROPIEDAD INTELECTUAL.

21. PORTUGAL Y ESPAÑA: DOS SOCIEDADES, DOS TRANSICIONES, DOS LITERATURAS.

22. LA SITUACiÓN DE LAS LETRAS ESPAÑOLAS: LA NOVELA. EL CUENTO.

3. Extra. LITERATURA NEERLANDESA.

23. LA SITUACiÓN DE LAS LETRAS ESPAÑOLAS: LA POEsíA. EL TEATRO.

24. MEDIO SIGLO DE LITERATURA ESPAÑOLA (1). 25. MEDIO SIGLO DE LITERATURA ESPAÑOLA (2).

4. Extra. LITERATURA SUECA.

26. 1492-1992: 500 AÑOS DE HISTORIA.

27. TRADUCCiÓN Y CREACiÓN LITERARIA.

28. PERESTROIKA Y LITERATURA.

29. EL ESCRITOR: SU ESTATUTO SOCIAL Y SU PAPEL EN EL DESARROLLO DE LA

CULTURA.

30. ESCRITORES y TELEVISiÓN.

31 . LA AVENTURA DE ASOCIARSE. PASADO, PRESENTE Y FUTURO DE LA ACE .

5. Extra. LA RUTA DEL NORTE. LITERATURA NORUEGA.

32-33. EL 92: LITERATU RAS DE ESPAÑA y AMÉRICA.

34. Los TALLERES LITERARIOS.

35. EL TEATRO SE ESCRIBE HOY (PRIMER CONGRESO DE LA ASOCIACiÓN DE

AUTORES DE TEATRO).

36. MAASTRICHT y EUROPA: UN DEBATE PARA LA CULTURA Y LA LITERATURA.

37. Los TALLERES LITERARIOS 11.

REPÚBLICA DE LAS LETRAS. ACE . CI SAGASTA, 28, 5.0

Teléfono 446 70 47. Fax 446 29 61 . 28004 Madrid

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INDICE DE ILUSTRACIONES

P ORTADA: "Hombre leyendo la Biblia", de Henry Braekeleer. Museo de Bellas

Artes de Bélgica.

P AGINA 13: "Ragguaglio delle nozze della maestá di Filippo Quinto e di

Elisabetta Farnese".

P AGINA 27: "Cirongilio de Tracia".

P AGINA 36: "La Conjuración de Catilina y la Guerra de Yugurta".

P AGINA 39: "Vida y hechos del ingenioso hidalgo don Quixote de La

Mancha".

P AGINA 48: "Jennig's Landscape annual on tourist in Spain for 1837.

Biscay and the Castiles's".

P AGINA 55: "Biblia. NT. Apocalipsis".

P AG INA 61: "Biblia. NT. Apocalipsis".

P AGINA 66: "Vida y hechos del ingenioso cavallero Don Quixote de la

Mancha".

P AGINA 69: "Recopilación subtitulissima intitulada

Ortographia practica".

P AGINA 77: "Libro de albaranes de la reina Leonor de Sicilia".

P AGINA 83: "Breviario de Isabel la Católica".

P AGINA 89: "Relación de Michoacán".

PAGINA 99: "Santo Tomás de Aquino, Instrucción de Príncipes".

PAGINA 103: "Hernán Cortés, Carta de relación enviada a S. Majestad el

Emperador" .

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