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Así cambian vidas los microcréditos Edición enero 2015 • Bogotá Colombia Revista AFP Fundaciones Petroleras La apuesta es por el desarrollo humano El drama de los pueblos indígenas de Arauca

Revista AFP- Enero 2015

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Así cambian vidaslos microcréditos

Edición enero 2015 • Bogotá ColombiaRevista

AFPFundaciones Petroleras

La apuesta es porel desarrollo humano

El drama de los pueblosindígenas de Arauca

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Asociación de Fundaciones Petroleras

DirectoraSandra Milena Rincón Hernández

Asesor integral de proyectosVíctor Hugo Viveros Gutiérrez

Área de comunicacionesPaola Jinneth Silva

TextosAndrés Felipe Motta Jaramillo (Fodc),

Edsón Jahir Torres González (Fundesmag), Paola Jinneth Silva M (AFP),

y Luis Eduardo Celis.

EditorEnrique Patiño

Diseño Gráfico DigitalJair Blanco Colmenares

Revista de la

AFP

2 Revista EneroAFP

Una apuesta en red para el desarrollo y sostenibilidad de los territorios

Somos la AFPLa AFP es una organización sin ánimo de lucro, con 15 años de expe-riencia, que facilita la gestión social de la red de Fundaciones Petroleras a las que representa, y capitaliza sus conocimientos y experiencias para fortalecer el empresariado local, el desarrollo rural-territorial, la partici-pación ciudadana y la protección del medio ambiente.

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Fue creada en 1993 por la voluntad de esfuerzos hechos entre las compañías petroleras que hacían presencia en la región, como Petrocol, Ecopetrol, Total, Esso, Hocol y el gobierno de-partamental del Huila. Actualmente la fundación opera en Huila, Tolima, Putumayo y en el Meta para Hocol.

La Fundación del Alto Magdalena

Nace en 1990 y ha tenido un trabajo con-tinuo en los departamentos de Antioquia, Boyacá, Córdoba y Sucre, donde ejecuta programas y proyectos de Inversión Social de las compañías Oleoducto de Colombia S.A., y Oleoducto Central S.A, especializadas en el transporte de hidrocarburos mediante oleoductos.

La Fundación Oleoductos de Colombia

La Fundación Amanecer, por otro lado, busca contribuir al desa-rrollo humano y a la construcción colectiva del progreso sosteni-ble de la Orinoquia, en Casanare y Meta. Además, pretende in-cidir en el mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades

La Fundación Amanecer

Es, por su parte, una organización sin ánimo de lucro, de carác-ter privado, que lidera procesos económicos, culturales, sociales, ambientales y de fortalecimiento institucional en Arauca, a través de proyectos que buscan mejorar la calidad de vida de las co-munidades.

La Fundación El Alcaraván

Le apuesta a la viabilidad social empresarial y el impulso al desarrollo territorial soste-nible a través de programas que apunten a la educación y la cultura, la competitividad regional, el fortalecimiento socio empresarial, las microfinanzas, el fortalecimiento de la ciudadanía y la democracia.

Fundación Ecopetrol para el Desarrollo regional, Fundescat,

Fundesmag, fue la primera fundación petrolera del país y ya supera los 28 años de trabajo. Nació por voluntad y aportes de su socio fundador Ecopetrol, busca contribuir al desa-rrollo socioeconómico y a mejorar la calidad de vida de las comunidades.

La Fundación Ecopetrol para el Desarrollo del Magdalena Medio

Las seis fundaciones que nos conforman…

Somos una red que trabaja por el desarrollo social, económico y ambiental en los 17 departamentos y 120 municipios donde hacemos presencia.

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M A P A

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Revista de laDiciembre AFP6

Los microcréditos pueden cambiar vidas y darle el impulso definitivo a empresas que transforman con sus acciones a una región. Cuatro ganadores del premio nacional Citi Acción a través de la Fun-dación Oleoductos de Colombia así lo demuestran.

Las microfinanzas

En 1992, una evolución significativa se tejió alrededor del programa de Promoción Socio empresarial y Ambiental de la Fun-dación Oleoductos de Colombia. La idea era que sus microempresarios tuvieran la

oportunidad de acceder a los recursos financieros para invertirlos en sus unidades productivas, pero también para formarse y recibir acompañamiento para el fortalecimiento empresarial

Con ese programa, se logró potenciar el auto-empleo y el empleo, mejorar la seguridad alimenta-ria, contribuir a la erradicación de la pobreza y a la diversificación económica. La idea no era otra distinta a reducir la dependencia de los pobladores a la acti-vidad económica que surge en torno a las zonas de actividad petrolera. Detrás de todo ello había estrate-gias como Núcleos solidarios y Grupos Autogestio-nados de ahorro y Crédito Local.

El microcrédito consiguió mejorar las condi-ciones de vida de las personas. De hecho, gracias a ello, cuatro unidades productivas beneficiarias fueron galardonadas dentro del premio Citi Acción como Microempresarias del año.

ESTOS SON LOS GANADORES:Bebidas y Alimentos de Córdoba (2014)Esta empresa productora de alimentos retoma insu-mos propios del sur de Córdoba. Uno de sus lemas es que no vende productos, sino bienestar, ya que sus suministros son naturales y buscan equilibrar la alimentación de las familias.

La empresa contempla además acciones de res-ponsabilidad social ya que compra materias primas a madres cabeza de familia y realiza actividades orienta-das al bienestar de los empleados. Entre sus produc-

tos se encuentran el jugo de corozo, el guandolo de corozo, la salsa de hortalizas para asados, un vinagre de ají picante, un dulce tropical, el dulce de coco y la ensalada de berenjena.

Asociación de productores de caucho de Zaragoza Antioquia – Asoprocaza (2012)Es una organización comunitaria, históricamente afectada por la violencia y los grupos financiados por el narcotráfico. La organización migró sus orienta-ciones productivas de la ilegalidad a la producción de caucho y miel.

Fue ganadora del premio Citi en la categoría de Banca Comunal gracias a su capacidad para apropiarse de metodologías de apoyo, préstamos y ahorro solidario.

Henry Humberto Marín Herrera (2010)Se trata de una unidad productiva agrícola (legum-brería) reconocida por su trabajo social y altruista. El microempresario combinó adecuadamente el lide-razgo desde las Juntas de acción Comunal, el Conse-jo Territorial de Planeación de Remedios, el Consejo Municipal de Desarrollo Rural y la Asociación de Pro-ductores Integrados de Remedios con la producción de frutas y verduras.

Juan Carlos Osorio Cardona (2011)Este microempresario del nordeste antioqueño se ha especializado en la venta de carne de pescado. Tuvo un crecimiento vertiginoso debido a los precios competitivos, la atención al cliente, buen manejo de los créditos y proyecciones del negocio. Uno de los aspectos más relevantes de este emprendimiento es la generación de empleo y la responsabilidad social empresarial.

hacen crecer en grande2010

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M I C R O E M P R E S A R I O S

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P arte de la gestión de la Fundación Amanecer se ha enfocado en el Desarrollo humano, donde se destacan los

programas y experencias de Micro-crédito y Banca Comunal:

La apuesta a fondo por el microcréditoEn un territorio, que ha sufrido transformaciones poblacionales, económicas y de relacionamiento social, fortalecer los procesos pro-ductivos existentes y convertirlos en nuevos emprendimientos es más que un deber.

En este contexto, la Funda-ción Amanecer desarrolla una

política y capacidades para ser un jugador responsable y competiti-vo en la línea del microcrédito.

De hecho es el mayor reto que se planteó: en materia organi-zacional decidió “alcanzar en 2015 una cartera de 60 mil millones y una gestión de recursos por 100 mil mi-llones”. Para ello, se comprometió a desarrollar capacidades de gestión para servir a las comunidades ru-rales y urbanas con programas de microcrédito de fácil acceso y con atención en 15 oficinas, para conso-lidarse como una de las Instituciones microfinancieras emergentes del país y ubicarse entre las 20 primeras operadoras de Colombia. De igual forma, seguirá tejiendo capital social

en la región y extendiendo los pro-gramas de desarrollo humano, em-presarial y productivo y protección ambiental en tres departamentos de la Orinoquía.

La Fundación Amanecer iden-tificó como una de sus principales líneas de gestión la del microcrédito, en unión con otros programas con enfoque de desarrollo social, ante las dificultades de las comunidades para acceder al crédito en un siste-ma financiero que ha permanecido a espaldas de su realidad social. El microcrédito es hoy una realidad mundial y Amanecer ha ubicado su experiencia en Casanare y Meta.

Una política de microcrédito se apoya en el entorno local, donde

tiende a ser clave la disponibilidad de proveedores de bienes y servi-cios y la existencia de instituciones que cumplen un papel de promo-ción y de soporte. Al crear ventajas y condiciones competitivas en el territorio, se favorece la continuidad y el inicio de proyectos que de otra manera dejarían de existir o nunca se realizarían, a la vez que preserva la tradición social y comunitaria.

La Fundación Amanecer apoya así a las comunidades campesinas y las pequeñas economías familiares, y ha materializado este enfoque a través de alianzas con los gobiernos locales y regionales.

La experiencia de la banca comunalEl acompañamiento de organiza-ciones de base comunitarias y, de manera especial, las Juntas de Ac-ción Comunal, se han convertido en los espacios para desarrollar la Banca Comunal, un programa que permite el acceso de la población a

capital semilla y supera los requisitos del sistema bancario privado. Tan solo en 2013 se crearon 37 bancos comunales, 23 de ellos en Casana-re y 14 en el Meta.

“Uno de sus aspectos más interesantes es que fomenta el desarrollo comunitario a partir de iniciativas de emprendimien-to, autogestión e inclusión en zonas rurales de la región de Orinoquía. Busca, a partir de or-ganizaciones comunitarias base, como las Juntas de Acción Co-munal satisfacer las necesidades reales de las personas desde una idea que funciona desde lo colec-tivo hacia lo individual, al buscar la inclusión de los habitantes para el crecimiento de sus operacio-nes y control de sus advenimien-tos”, explica la fundación. Hoy, el objetivo principal del progra-ma Banca Comunal es generar procesos de autogestión para el financiamiento de iniciativas pro-ductivas y de mejoramiento de la

calidad de vida, con la prioridad principal de apropiar y empode-rar a la comunidad en la solución de sus propios problemas (au-todesarrollo), además de desa-rrollar capacidades de liderazgo, responsabilidad y honestidad, tanto de quienes dirigen el Banco como de sus beneficiarios.

Este programa busca el em-poderamiento y autonomía de las personas y comunidades; microfinanzas para el desarrollo rural y orientar los procesos hacia el desarrollo humano para llegar directamente a las comunidades de escasos recursos con acceso a mejores ingresos, para que tengan oportunidades productivas dignas. Banca Comunal (Banprogreso) cuenta con aliados como Ecopetrol y Equión, que ha empoderado a nivel comunitario a 31 veredas de Tauramena, Aguazul y Yopal en Casanare y a 22 veredas de Villavi-cencio, Acacias, Castilla la Nueva y Guamal, en Meta.

La Fundación Amanecer, en Casanare, ha aportado a la comunidad desde dos pilares de su gestión: el microcrédito y la Banca Comunal. La comuni-dad es la más beneficiada.

Soluciones con futuro

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I N V E R S I O N

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En la vereda Monterralo, ubicada en la vía del Cusiana, en Casanare, 190 familias ya completaron ocho años con su propia banca comunal, que cuenta con el apoyo de la Fundación Amanecer.

E n junio de 2007, la Junta de Acción Comunal de la ve-reda Monterralo conformó la Banca

Comunal. La región había su-frido los rigores de la violencia. Varias familias perdieron seres queridos y durante años se les estigmatizó como simpatizantes de la guerrilla. Hoy, esta vereda aspira a vivir y consolidar un or-den social de convivencia y paz.

Los líderes de la Banca Comunal ofrecen un servicio de microcréditos a un bajo in-terés para apoyar el desarrollo empresarial, el bienestar social y económico de las familias de Monterralo. Lo hacen a tra-

vés de proyectos productivos sostenibles, la autogestión y la promoción de ideas innovado-ras con el fin de reinvertir en programas de beneficio social los excedentes económicos de la comisión empresarial.

Vale la pena recordar que las finanzas del Banco Comunal han recibido el aporte de BP, entre 2007 y 2010. Entre 2007 y 2012, el Banco Comunal de Monterralo ha otorgado 259 créditos a familias de la vereda, por una suma de 539 millones y en 2014 tienen otorgados 89 créditos por 214 millones más. Estos créditos han sido utilizados para proyectos en especies me-nores –como pollos y gallinas–,

fortalecer las tiendas de co-mercio, piscicultura, medios de transporte, ganadería, compra de tecnología en informática y educación de los jóvenes de la vereda.

El Banco Comunal de Mon-terralo es, por otro lado, ágil en estudiar las solicitudes de crédi-to. Hasta hoy, el rembolso de los prestamos es del 99.5%. El interés mensual es del 1%. Hoy, es uno de los 110 bancos comu-nales que existen en Casanare, que junto a otros 32 en el Meta son asesorados por la Fundación Amanecer e impactan de mane-ra positiva la vida de 142 vere-das de familias campesinas con acceso al crédito.

El banco comunalde Monterralo

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C A S O D E E X I T O

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emprendedores Las Fundaciones Petroleras también acompañan, facilitan, capacitan y guían al empresario. Una de esas estrategias es la de propiciar espa-cios en los cuales el país esté representado con personas de todas las regiones. Estas son algunas de sus historias.M iriam Salgado

sabía que los estudios de odontología de su esposo no

serían suficientes para vivir una vejez tranquila. “En vez de espe-rar a que le tiemble el pulso y nos quedáramos sin comida, él se puso a experimentar con las frutas de la región”. Así, Rafael rescató las re-cetas que han pasado por las viejas pailas de las abuelas para llevarlos a la capital antioqueña, donde él y otros 16 empresarios se reunieron para conocer nuevos mercados e intercambiar experiencias.

La Pasantía de Microempre-sarios, espacio propiciado por la Asociación de Fundaciones Petro-leras en convenio con Bancoldex y Ecopetrol bajo el programa de Mi-

crocrédito, “Finanzas para el Desa-rrollo” agrupó a sus empresarios para que durante los días 16 y 17 de octubre del 2014 compartieran experiencias en el sector y resal-taran buenas prácticas, emprendi-mientos y saberes con los empre-sarios del PNUD e Interactuar.

En el espacio participaron in-novadores de Norte de Santander, Arauca, Casanare, Meta, entre otros, todos ellos apoyados por las seis Fundaciones Petroleras, que brindaron la experiencia de dar consejos para coser, truquitos para ahorrar, métodos de producción e innovación con empresarios antio-queños, además de experiencias personales como reencontrase con la familia, viajar en avión o en Metro-cable y apreciar la acogida, limpieza y atención que caracterizan la ciudad.

El encuentro que se realizó en las instalaciones de Interactuar, permitió conocer el Método de Aceleración, motivo de éxito y reconocimiento de esta Corpora-ción, además de visitar diferentes emprendimientos tanto urbanos como rurales, donde los partici-pantes aprovecharon para generar alianzas y compartir sus propios saberes.

Fue así que empresarias como Águeda Rojas y Clara Inés, de la Fundación Alcaraván, lograron una alianza con la empresa Enigma para distribuir sus joyas. Al igual que Nubia, una mujer que vive en el cielo antioqueño, quien a pesar de las condiciones de inseguridad ha encontrado un apoyo en el PNUD. Ella cultiva, vende abonos y cría cerdos en las montañas de la

vereda Granizales, y logró a través de José Édgar Roa de la Fundación Amanecer, que se le facilitara el bulto de cascarilla de arroz más económico.

También se benefició Rosalba Vega, quien se quedó en la casa de una microempresaria de Interactuar con el fin de compartir saberes so-bre insumos, tejidos y costuras.

“Una pasantía, de la cual todos aprendimos que a pesar de las ad-versidades y las condiciones que se tejen en el entorno, los empresarios aportan al cambio del imaginario de inseguridad, su trabajo salva vidas y sus ideas motivan la superación de las dificultades” explica Viany, facili-tadora de la Fundación Amanecer.

De igual forma, en estos espa-cios “surgen contactos de solidari-dad, enseñanza mutua y humildad bien dada, como el intercambio de experiencias y el fortalecimiento de procesos familiares desde la em-presa. Esto es una muestra de que las iniciativas están en el territorio y que es nuestro deber propiciar es-pacios de intercambio y confianza en la gente”. Explica Sandra Rin-cón, directora de la AFP.

Bajo este interés de permitir el acceso a los recursos financieros y el cierre de la brecha económica, hasta la fecha, las Fundaciones han desembolsado 20,098.010.050 de pesos en sus diferentes líneas de microcrédito, con lo que han

beneficiado, desde el 2013 has-ta mediados de julio del 2014, a 2.944 personas; 1.207 hombres y .1737 mujeres, quienes han lo-grado encontrar apoyó financiero para sus ideas.

Pero no solo se trata de un impulso monetario, sino también de capacitaciones, generación de Grupos Autogestionados de Aho-rro y Crédito Local (GACL), Banca Comunal, o asesorías y espacios como la pasantía, que reconocen y permiten a los empresarios am-pliar sus expectativas de trabajo y conocer historias de vida, de la cual destacamos a continuación el caso de los empresarios Rafael Flórez y Damrys Mendoza.

Pasantías para impulsar

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I N N O V A D O R E S

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El licor para besarRafael Flórez es un empresario cordobés apoyado por la Fundación Oleoductos de Colombia. Su primer invento fue un secador de plátano. Hoy, su actitud creadora lo ha convertido en ejemplo de emprendimiento regional.

Una profesión no asegura la vejez”. Esa fue una de las premisas de Rafael Flórez, odontólogo

titulado, quien un día se despertó preocupado porque con el tiempo “le temblará el pulso” y ya no pu-diera diseñar más sonrisas ni tuvie-se con qué morder.

Pero fue esa inquietud la que lo inclinó a trabajar “por gusto”. Eso lo llevó a esperar todas las noches a que su familia se fuera a dormir para apoderarse de la cocina y experimentar con ollas, agua, frutas y de paso, sacar tiem-po en la complicidad de la noche

para hacer de la cocina de su casa el lugar ideal para trazarse el propósito de crear su propia fábrica de alimentos y bebidas saludables.

Pueblo Nuevo (Córdoba), su lugar de residencia, es uno de los mayores productores de frutas del país, pero el 80% de las cosechas se pierden por falta de comer-cialización. Estas cifras reveladas por Asohofrucol llevaron a Rafael Flórez a pensar en las oportunida-des que se podían generar con los productos que caían por doquier. Pronto compartió la cocina con Mi-riam, su esposa, quien súbitamente había comenzado a despertar en

medio del olor de las ensaladas, conservas, vinagres y jaleas que preparaba su esposo. Así que se unió a la tarea.

A la par de las recetas, Ra-fael tenía otro reto: inventar un producto que enamorara; tomó cursos empíricos, testeó recetas, esperó que el tiempo fermentara la poción, trabajó un mejor sabor y seleccionó el agua “porque la clorificada dañaba el sabor”. Lle-gó a probar, botar y comenzar de nuevo hasta convertirse en un sommelier o catador de su propio sueño. Hasta que logró lo que se había propuesto: inventar el licor para besar.

Se trataba del fruto Bactris minor, que como explica Rafael, es una palma silvestre conocida como corozo, la cual genera un pequeño fruto de color morado, el alimento principal del cual extrae su licor.

Esta fruta, que cuelgan en mi-llares de racimos de las palmeras costeras, suele ser abundante en mayo en Pueblo Nuevo, donde se fermenta en los pisos y se usa para hacer jugos, refrescos, salsas, mer-meladas, chocolate, vino y otros como el guandolo.

Así, precisamente, fue bau-tizado su “licor”, pues “vino tiene connotación a uva. Esto es guan-dolo”. Y así se lo confirmaron los indí-genas Zenú del mu-nicipio de San Andrés de Sotavento cuando lo probaron. El guan-dolo es una palabra que en lengua Zenú significa fermento. Y es un nombre que apoya la cultura y los productos autócto-nos de la región.

La aprobación también la recibió de sus amigos, “Los puse a degustar para que me dijeran cómo se siente un beso al probar un guandolo”. Su teoría del beso, entre risas de picardía y complicidad, la confirma su es-posa, quien asegura que es cierto, pero que solo probándolo se pue-de confirmar su poder.

“En mi familia, yo soy odon-tólogo y estoy seguro de que una alimentación sana define nuestra salud. Mi esposa es licenciada en Ciencias Sociales y maneja lo refe-rente a desarrollo humano; los em-pleados, su familia y la comunidad. Mi hija María José estudia bacterio-

logía y está pendiente de procesos de asepsia y control de calidad de nuestros productos. Y mi hijo Juan José estudia ingeniería industrial y ya tiene diseños innovadores de equipos y máquinas para patentar, como un tanque automatizado para fabricar las bebidas, que filtra, bate, decanta, escalda, pasteriza, enfría y se lava solo”, explica Flórez.

Por supuesto, este esfuerzo que se dio experimentando en la cocina necesitaba un apoyo, que

buscó en la banca privada. “Como no tenía vida crediticia ni bienes personales que me pudieran em-bargar, me negaron un crédito”. Sin desfallecer, e indagando nuevas opciones, conoció la Fundación Oleoductos de Colombia, donde ahora es beneficiario de sus pro-gramas de microcrédito. “Haces pagos cómodos y presupuestados de acuerdo a tus ingresos y sin tan-tos requisitos”, explica.

Esta relación fue más allá de un servicio: el contacto personal y humano que se ha tejido con la Fundación llevó a que creyeran y apoyaran su trabajo, postulán-

dolo al premio de microempresar io exitoso, a participar en el Concurso Na-cional de Emprende-dores y a ganarse el premio del Citi Bank, además de participar en capacitaciones, ta-lleres y pasantías.

Ahora proyecta su empresa (Ali-mentos y Bebidas de Córdoba) como algo más que un negocio. Quiere convertirlo en una compañía con sentido autóc-tono y comprometi-do; por ello, realizó un acuerdo con los pobladores de Cór-

doba para comprar el producto a precio fijo y así contribuir a que se proteja y se preserve la palma de corozo, amenazada por el auge ganadero de la región. Además, amplió su licor a todas las frutas tropicales y hoy genera empleo a cinco personas. Finalmente, trabaja para que sus productos empaca-dos, esterilizados y sin conservan-tes puedan ser degustados a nivel nacional e internacional.

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EL IMPULSO DEL CRÉDITOGracias al préstamo de la Fundación Oleoductos, Rafael Flórez adquirió un computador y un tanque de acero inoxidable que le permite producir mil litros cada mes. Antes, para pro-ducir la misma cantidad ne-cesitaba un año de trabajo. Esos instrumentos le ayu-darán a adquirir su registro sanitario.

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‘El mayor riesgo es no trabajar’

En Cúcuta, Fundescat, a través de sus líneas de microcrédito apoya ideas de ne-gocio como el de Damrys. Ella acudió a la Pasantía de Microempresarios realizada en Medellín, junto con otros dieciséis empre-sarios, para mejorar las condiciones de su local de comidas rápidas.

Recuerda que las ve-cinas le decían que se le iban a torcer las manos, que el calor era peligroso y que

se estaba enfermando. “Sí –expli-ca–: trabajar tiene riegos”. Ahora

ella los cuenta: con un insumo de 200 mil pesos que le prestó su cuñada, un asador de arepas que construyó su esposo y un local que monto con sus hijas de 8 y 12 años, logró construir su casa, dos locales, un salón de eventos

y su negocio de comidas rápidas Pauly Arepas.

La situación es dura en Cú-cuta. “Pero solo cuando no se trabaja”, deja en claro Damrys. Su idea comenzó en medio de la crisis económica que atravesaba

su familia; su esposo vendía ga-solina de contrabando y a pesar de que ingresó al Programa de Reconversión Sociolaboral de Fundescat, la ayuda económica que recibió no se hizo evidente en su proyecto.

La vergüenza, un trabajo poco digno y la convicción de que el sustento económico del hogar era responsabilidad del hombre se convirtió en un rechazo a la acti-

vidad de Damrys, quien desde las 3 de la tarde hasta la medianoche vendía empanadas y pasteles en la esquina de su casa, vía principal en Atalaya, Cúcuta.

Un día, recuerda, sus hijas salieron con un fajo de billetes de mil, contentas por las ganan-cias, y se regocijaron mostrán-dole el dinero a su padre. Él, con la vergüenza de no generar ingresos fijos para su familia,

aportó lo poco que tenía en el bolsillo a la iniciativa y desde en-tonces comenzó a trabajar con su mujer.

Con la ayuda de su compa-ñero, Damrys solicitó un présta-mo a Fundescat. Mientras tanto, el barrio creció a la par de su negocio. Se dio la ampliación de locales comerciales y de un salón de eventos, así como de Pauly Arepas, el lugar de fritos y comi-das rápidas que se convirtió en el atractivo de la zona.

El día en que los aderezos, salsas y cremas que acompa-ñan los fritos se terminaron, Damrys revivió una de las rece-tas que había aprendido a pre-parar cuando trabajaba en una panadería: la salsa tártara. Su sabor gustó. Ahora esa receta forma parte del secreto de su éxito. “Mis clientes vienen de la ‘porra’ y esperan horas para poderla probar”, dice. Ahora su nuevo reto es hacer una má-quina que le facilite preparar la receta.

Hoy cuenta con tres perso-nas de planta y toda su familia, que está gustosa de trabajar a su lado. Los sueños de la Universi-dad de sus hijas y de ella junto su pareja de crecer como empresa-rios están ligados al éxito de su negocio.

Su historia de vida hace parte de las experiencias que se tejan en las regiones y de las cuales las Fundaciones Petrole-ras cada día son testigo. “Estos emprendimientos surgen en situaciones de vulnerabilidad. Nosotros apoyamos las ideas que surgen de la población, pero la superación y el éxito se logra por la pasión y el compro-miso del empresario”, explica Sandra Rincón, directora de la Asociación de Fundaciones Pe-troleras.

ANTES

DESPUÉS

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I N N O V A D O R E S

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El desarrollo mejora las condiciones de vida, cubre las necesidades básicas y com-plementarias, y crea un entorno de respe-to de los derechos. Es uno de los mejores medidores de la calidad de vida. Y ya se está implementando a través de escuelas o de la iniciativa de paneles solares.

D otación de escue-las Fundesmag

Las mejoras locativas y la en-trega de dotación

en escuelas de Cantagallo, Ci-mitarra, Rionegro y San Vicente de Chucurí del departamento de Santander, deja en claro que la educación es fundamental en la formación de los niños y jóvenes

del país, así como una apuesta de gran importancia para Ecopetrol y Fundesmag.

Facilitar el acceso al estudio de niños y niñas y mejorar las condi-ciones de sus escuelas y colegios, entregando dotaciones como úti-les escolares, pupitres, computa-dores, tableros, material didáctico), además de paneles solares, ha sido prioridad para Ecopetrol, quien ha

encontrado en Fundesmag un alia-do estratégico en la consecución de estos objetivos.

Escuelas pertenecientes a los municipios de Cantagallo (Sur de Bolívar), Cimitarra, Rionegro y San Vicente de Chucurí (Santan-der) tuvieron este beneficio que contribuyó a mejorar la calidad educativa en cada una de estas instituciones.

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Escuelas municipio Rionegro (Santander) Escuela Vereda Caño 7, Maracaibo, Simonica, Venecia.

Cimitarra (Santander) Escuela Vereda Limoncito, Vereda Filo de Chontarales

Cantagallo (Sur de Bolívar) Escuela José María Cuellar Díaz

San Vicente de Chucurí (Santander) Escuela Puerto Rico, Corregimiento Yarima

Inversión total en escuelas $639 millones de pesos

MEJORAS EDUCATIVAS

El desarrollo humano es la apuesta

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D E S A R R O L L O

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Llega la luz a la escuela El LimoncitoLos paneles solares se han converti-do en la mejor opción para proveer de energía a las diferentes comuni-dades que no tienen acceso a ella.

Es el caso de la comunidad de la vereda El Limoncito, pero espe-cialmente los estudiantes de la es-cuela que lleva su mismo nombre, quienes se están beneficiando de la luz solar por medio de este equipo de energía fotovoltaica.

“Llevábamos 16 años de no te-ner luz en este sector de nuestra ve-reda, pero quienes más sufrían eran

los niños de la escuela, ya que ellos tenían que aguantar mucho calor. Estamos muy agradecidos con Eco-petrol porque gracias a este panel solar ya habrá energía para los venti-ladores nuevos, los computadores y todo lo que hoy están entregando a la escuela para el beneficio de nues-tros hijos”, expresó Wilmar Antonio Torres, presidente de la JAC.

Mantenimiento de vías en siete municipios de SantanderEl desarrollo y progreso de los municipios de la geografía depen-

de en gran parte del estado de sus vías. Ecopetrol, con el apoyo de Fundesmag, y demás aliados estratégicos, le apuestan a su mejoramiento en las diferentes zonas del país.

De hecho, vienen realizando constantes mantenimientos de vías terciarias en siete municipios del departamento de Santander, pertenecientes al área de in-fluencia de la Vicepresidencia de Transportes y Logística de Ecope-trol S.A, en la regional Magdalena Medio, como Cimitarra, Landá-zuri, Bolívar, Simacota, Sabana

de Torres, Puerto Parra y Puerto Wilches, del departamento de Santander, con el objetivo de atender 420 kilómetros de vías.

Para Cimitarra, se han destinado 13 mil 288 galones de combustible para el mejoramiento

de 176 kilómetros de vías, co-rrespondientes a veredas como La india, Guayabito, La Jota, El Brasil, Soplavientos, El Tropezón, Las Margaritas, Altamira, entre otras, las cuales se encontraban en un estado lamentable.

“Anteriormente era muy difícil manejar, se encontraba en muy malas condiciones, mucha piedra, tocaba hacer malabaris-mo sobre todo a los que mane-jamos moto. Hoy eso ha cambia-do”, expresa Héider Hernández, habitante de la vereda El Brasil.

Los trabajos realizados con-sisten en el perfilado y cuneteo de las vías, lo que evitará el estan-camiento de aguas lluvias en las carreteras y permitirá una mejor movilidad por parte de quienes las transitan.

El aporte de Ecopetrol para dichos mantenimientos es de $113 millones de pesos consis-tentes en combustible para la maquinaria que está laborando en cada una de estas vías, la cual

está siendo aportada por la alcal-día de Cimitarra.

Para Carolina Ramos Gutié-rrez, secretaria de Obras Públicas e Infraestructura del municipio, “Ecopetrol ha sido un gran aliado en este gran proyecto ya que se ha podido avanzar en el mejora-miento de vías a las cuales no se había podido llegar y a las cuales no se les había podido realizar esta clase de mantenimiento”.

Algunas de las carreteras a las cuales ya se les ha realizado esta clase de trabajo han sido: Puer-to Yuca – Soplavientos, Cruce El Brasil - Cobaplata - El 30, Entrada al Valiente - Entrada a La India, El Brasil - La India, Cruce Chontara-les - El Porvenir, Cruce Santa Rosa - Predio La Florida, entre otras.

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Machuca Stereo comunica el perdón

E l 18 de octubre de 1998, un grupo ar-mado detonó una carga explosiva en el Oleoducto Central

y provocó un incendio que se extendió a la cabecera urbana del corregimiento Fraguas-Ma-chuca, del municipio de Se-govia (Antioquia). En total, 46 casas se quemaron, y con ellas los sueños y esperanzas de 84 personas que perecieron en el hecho. Hubo 34 heridos y la mitad de las víctimas fueron menores de edad, Los daños en el medio ambiente han sido irreversibles.

Maribel Agualimpia Perea encontró en la comunicación un punto de apoyo para sa-lir de esa situación, así como una forma de reconstruir esos sueños para mejorar las con-diciones de vida de su pobla-ción, además de entretenerla, educarla e informarla.

El 24 de agosto de 1999, Maribel abrió los micrófonos de Machuca Digital Estéreo. En las radios del pueblo se escucharon estas palabras: “Si hay en la tierra violencia y do-lor, también hay en ella música

y amor”. Ese día nació esta emisora que en 2014 cumplió 15 años dándole un aliento de vida y resiliencia a la comuni-dad.

Machuca Digital Estéreo es apenas un cuarto desde donde se ve la montaña verde que queda a la otra orilla del río. Un escritorio, dos conso-las de sonido, dos alimentado-ras de discos compactos, un computador y un transmisor, que son cuidados como un hijo.

Para Maribel y el resto de la población de Machuca, la Emisora Machuca Digital Esté-reo es el medio de comunica-ción desde el cual se generan procesos de articulación entre la comunidad en pro de la realización de actividades lú-dicas y recreativas, además de eventos para recoger fondos para el mejoramiento de las condiciones de infraestructura, tales como el mantenimiento de la vía y el acueducto rural del corregimiento de Fraguas (Machuca) y sus veredas.

Renace la esperanzaEn 2008, diez años después

de la tragedia, Machuca Es-téreo empezó a trasmitir un programa especial titulado “Renace la esperanza”, el cual tenía el enfoque optimista de promover el perdón como herramienta fundamental de reconciliación y convivencia ciudadana. El programa tuvo reconocimiento y aceptación en Segovia y el resto del de-partamento, ya que se difundió a través de Internet con el fin de contar la historia de la tra-gedia en otros lugares.

“No ha sido fácil. Sin em-bargo, gracias al apoyo de la Fundación Oleoductos de Co-lombia, Oleoducto Central S.A. y Oleoducto de Colombia S.A, y por supuesto a su programa radial Construyendo Futuro, ha sido posible posicionar la emisora como un proceso que aporta al desarrollo social comunitario y fomenta el creci-miento integral de las personas. Todo ello ha facilitado mensajes de convivencia familiar, de buen afecto y de solidaridad, lo que ha permitido de alguna manera generar transformación social, familiar y comunitaria”, señala Maribel.

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Ante los hechos de violencia extrema de Segovia (An-tioquia), una emisora logró darle música y amor a una tierra que había vivido el dolor. El programa ‘Renace la esperanza’ apuesta ahora por la reconciliación.

Maribel Agualimpia Perea, Directora de Machuca Stereo.

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Colombia ha maltratado a sus pueblos indíge-nas. LA enorme deuda de respeto con ellos obli-ga a no seguir por la senda de indiferencia ante los dramas que viven. Una mirada al caso de las comunidades indígenas, en especial al pueblo Sikuani en territorio araucano.

El drama de los pueblos indígenas de Arauca

En Arauca hay 26 res-guardos, en un área de 128.167 hectá-reas, donde viven sie-te pueblos indígenas:

los Uwa, ubicados al norte de la cordillera oriental, contra el Ne-vado del Cocuy; la comunidad Betoyes, a orillas del río Cravo y en Tame; y los indígenas Si-kuani, Hitnú, Kuiba, Chiricoa y Piapoco.

La Nación U’wa: Los U’wa son un pueblo per-teneciente a la familia lingüística Chibcha. Como consecuencia de la colonización, los U’wa son hallados a principios del si-glo XVI por los lados del actual Tame (Arauca) en un pueblo que los misioneros llamaron San José de Patute, donde crea-ron un ‘Centro de Reducción

de Tunebos’, como ellos lo lla-maron.

Conquistadores, misio-neros y aventureros se dispu-taron los tesoros y las tierras que estos indígenas inicialmente poseían. La creación de res-guardos por parte de la corona, que cubrían amplias zonas de lo que hoy es Casanare, Boyacá y Santanderes, los ayudó, hasta que a principios del siglo XX los U’wa fueron nuevamente alcanzados por los misioneros. En la década de 1980 quedaron arrinconados en las zonas más escarpadas de su región en te-rrenos que no excedían las 20 hectáreas, lo que los obligó a exigirle al Estado que se les de-volvieran sus tierras.

Hoy los U’wa preten-den crear el Resguardo Único U’wa con aproximadamente

210.000 hectáreas. Sin embar-go, algunos territorios, a pesar de poseer títulos que los ampa-ran como resguardos, hoy aún siguen siendo presionados por efecto de la colonización cam-pesina en Casanare, Curripao, el de Angosturas y las comu-nidades de Laguna tranquila y Cerro Alto en Arauca. Igual su-cede en Boyacá por las zonas del Parque Nacional Natural El Cocuy, donde los campesinos siguen ocupando dichas zonas para realizar prácticas ganade-ras.

De su antiguo y gran te-rritorio hoy sólo les quedan pequeñas reducciones repre-sentadas en cuatro resguardos, una reserva y territorios tradi-cionales ubicados en 5 depar-tamentos y distribuidos en 28 comunidades.

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dolorosa, que se mantiene hasta el presente.

Líderes de la Nación U’wa así lo han expresado: “Los moti-vos que impulsa a nuestro Pueblo a rechazar con vehemencia este tipo de proyectos es por la vasta historia amarga, cruel, inhumana y antiecológica que ha dejado la industria petrolera en Colombia: arrasamiento de culturas milena-rias, la más recientemente con la desaparición paulatina de pueblos ancestrales en el departamento de Arauca con el proyecto Caño Limón, en donde además de des-integrar socialmente a los pueblos Sikuani, Betoyes, Hitnú, Iguanitos y Playeros, acabaron con lagunas sagradas, la fauna y la flora”.

L os Uwas señalan que históricamente, las mul-tinacionales han llevado deterioro cultural, social

y del medio ambiente, en cambio de desarrollo. Por eso, siguen manifestado su desconfianza en el gobierno y la industria petrolera.

“Hemos visto cómo en nues-tro territorio, desde los años 90, fecha que inició los proyectos petroleros, se ha incrementado el conflicto armado y social, la pre-sencia militar y la violación a los derechos humanos. Los U’was no creemos en las empresas petro-leras y la palabra del gobierno es para adormecer y tranquilizarnos, pero no para darnos soluciones. Ya nos pasó con el Proyecto Gi-braltar 1, 2 y 3 en el año 2000. No queremos que el gobierno y las empresas petroleras jueguen con nuestras vidas ni con nuestras

futuras generaciones, no quere-mos que jueguen con la natura-leza y el medio ambiente”, han indicado sus líderes.

En medio de esta larga con-troversia y conflictos, Ecopetrol ha mantenido una actitud de concer-tación y dialogo, la cual resume en este pronunciamiento: “A partir de esta experiencia, Ecopetrol esta-bleció la política de realizar diálogos interculturales (tripartitos, porque también participan autoridades es-

tatales) con los pueblos indígenas para relacionarse con sus grupos de interés. La empresa propone participar en el desarrollo sostenible del país y de las regiones con un enfoque territorial (trascendiendo el alcance de las zonas de influencia) y con un compromiso con el respe-to, la promoción y la protección de los derechos humanos. Ello implica que la acción social de la empresa hoy se propone “ir más allá de los mínimos legales”.

El pueblo SikuaniEste relato de la voz de los sikuani sobre su cultura está consignado en el Plan de Salvaguarda del Pue-blo Indígena:

“Los indígenas que pertene-cemos al pueblo sikuani tenemos un proceso histórico de lucha y resistencia por mantener nues-tra identidad como culturas di-ferentes. En el año 1700 se dio

el primer contacto de nuestros antepasados con la compañía de Jesús en los llanos orientales y nos denominaron “Guayvas”, dada en lengua Achagua, que en tiempos pasados fueron nuestros vecinos y así nos denominaban.

Después, en la época de la conquista de los llanos se nos de-nominó “Guahibos”, no solo a los sikuani sino a todos los indígenas

de la región; fue una forma des-pectiva de nombrarnos haciendo referencia a hombres perezosos, sucios, con un comportamiento similar al de un animal, donde se cometieron genocidios y etnoci-dios con el término de “guajibia-das”.

Culturalmente, el pueblo si-kuani se caracteriza por mantener una gran vitalidad cultural a través de estrategias de movilidad y no-madismo, que les ha permitido desarrollar conocimientos ances-trales sobre el control de la na-turaleza y la protección de los re-cursos ambientales, naturales de flora y fauna y de biodiversidad.

El conflicto de la nacion U’wa con la industria petroleraDesde el descubrimiento de los yacimientos petrolíferos en 1983 en una zona que coincide con el territorio U’wa –en el llamado Bloque Samoré–, este pueblo ha emprendido una lucha por la defensa de su integridad cultural. Ha sido una confrontación larga y

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La región del Catatumbo alberga la producción de pe-tróleo más antigua de Colombia, junto con la del Mag-dalena Medio, pero sus niveles de desarrollo son pre-carios, lo cual plantea el serio interrogante sobre cómo lograr desarrollo y convivencia en la región.

El Catatumbo, en Norte de Santander, supera ya los 200 mil habitantes y es una zona de gran im-portancia geoestratégica

debido a su condición de frontera con Venezuela, así como su cerca-nía al Lago de Maracaibo, pues se convierte en un punto de interco-nexión de toda la infraestructura energética, de transporte, ambien-tal, social e industrial que requiere el comercio transnacional. Pero vive un nivel de desarrollo precario.

Y eso que en la región hay 114 especies de mamíferos; 53 nuevas subespecies de aves de un total de 616 subespecies; 17 especies de lagartos; 47 de ser-pientes; 6 especies de tortugas; una de cocodrilo; 19 especies de anfibios y 77 especies de peces. Se han encontrado cerca de 541 especies y subespecies de aves en el Catatumbo. Además, es el último relicto de bosque húmedo tropical existente en el nororiente del país. También ha sido un lugar de extracción de petróleo.

El Catatumbo se convirtió en uno de los primeros rincones de la explotación petrolera en Colom-bia, con petróleo en abundancia

y de alta calidad cuando en 1918 se aprobó la llamada Concesión Barco, propiedad del general Vir-gilio Barco, con la finalidad que una única empresa, Compañía de Petróleos de Colombia SA (con capital estadounidense), tuviese el derecho a explotar, procesar y dis-tribuir o comercializar el petróleo encontrado. En 1936, la Conce-sión pasó a manos de las empresas estadounidenses Texas Petroleum Company y Mobil Oil. La deman-da de petróleo internacional era creciente y se necesitaba realizar la obra de un oleoducto que pudiese llevar petróleo desde el Catatum-bo a la Costa Atlántica y así poder ser distribuido a gran distancia.

Desde el inicio de la lucha ar-mada de las guerrillas en los años 60 y 70 la presencia guerrillera del ELN y las FARC tuvo su resonancia. Con el crecimiento del poder de estos grupos en la región las operaciones de los paramilitares de las AUC (Au-todefensas Unidas de Colombia) en los años 80 y la intensificación del conflicto armado en la región, hubo un alto impacto humanitario y en derechos humanos.

Desde mediados de la déca-da de los ochenta, el ELN inició

ataques a la infraestructura petro-lera, principalmente el oleoducto caño Limón-Coveñas, para pro-testar contra las políticas petro-leras del país. Desde entonces, según el Ministerio del Medio Ambiente, más de 450 millones de litros de petróleo derramado en esos atentados han contami-nado los ríos Arauca, Catatum-bo, Magdalena, Tarra, Tibú, Ité y Putumayo. Entre 1999 y 2004 se perpetraron 10 mil asesinatos, 200 masacres, más de 800 desa-pariciones forzadas y cerca de 130 mil personas fueron desplazadas.

Las protestas desarrolladas en la región del Catatumbo en 2013 tuvieron como principal exigencia la constitución de una Zona de Reserva Campesina, que respaldaría la economía cam-pesina como modelo productivo y sostenible para la región y sus habitantes, incidiría en la sobera-nía y seguridad alimentaria y en la autonomía de los pobladores para decidir sobre el territorio de ma-nera más directa y determinante. Hoy, es urgente concertar con la comunidad para disipar las huellas del pasado reciente y construir un nuevo rumbo.

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En Tuchín – Córdoba, en la tierra en la que se trenza esperanza a través de la caña flecha se gestó una de las experiencias más significativas de liderazgo abanderada por jóvenes: la Escuela de Líderes Comunitario Zenú – Alicozet.

Cuando los líderes se forman

L as Escuelas de Lide-razgo y Gobierno son organizaciones de segundo nivel que forman a líderes de

diferentes organizaciones para la participación ciudadana, el control social y la incidencia po-lítica. La Fundación Oleoductos de Colombia, a través de su programa de Fortalecimiento Institucional, formó a un grupo de personas en Conocimientos académicos en gestión pública y participación ciudadana me-diante módulos académicos aprobados por la secretaría de Educación de Antioquia.

La promoción de este pro-ceso de 344 horas de aprendi-zaje se tradujo en la conforma-ción de la Escuela de Liderazgo de San Andrés de Sotavento (Lidersa). Sin embargo, los jóvenes del entonces corregi-miento de Tuchín gestaban ante la Asamblea departamental de Córdoba, de la mano de las or-ganizaciones sociales, la idea de convertir a Tuchín en municipio.

En 2008, Tuchín, actual cuna del Sombrero Vueltiao, se elevó a la categoría de munici-pio. Ya Tuchín era municipio y quedaban por delante muchos retos y responsabilidades. Lo primero, y que generó lo que se ha hecho hasta ahora, es la confianza otorgada por los más adultos, quienes vieron en ellos empeño y responsabilidad y les permitieron orientar la orga-nización y posicionarla, señala Wilder Bravo, actual presidente de la organización.

Alicozet ha formado a cien-tos de líderes replicando los conocimientos adquiridos por parte de la Fundación Oleoduc-tos de Colombia, ha generado acciones de rescate de la me-moria indígena Zenú, asesora-do a Juntas de Acción Comunal y su articulación con cabildos indígenas, ha impulsado festiva-les de caña flecha y sombrero Vueltiao, acompañado a artesa-nos en la dignificación de su ofi-cio y han liderado la estrategia Otra Villa Otro Producto, que busca la consolidación empre-sarial de la producción de arte-sanía en cañaflecha

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