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La Coronelía Guardas del Rey Año IV NUMERO 21 2006 Año IV NUMERO 21 2006 “Hijos somos del ínclito Marte” Premio Internacional 2005

Revista Coronelía Guardas del Rey nº 21

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Page 1: Revista Coronelía Guardas del Rey nº 21

La CoronelíaGuardas del Rey

Año IV NUMERO 21 2006Año IV NUMERO 21 2006

“Hijos somos del ínclito Marte”

PremioInternacional 2005

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La Coronelía Guardas del Rey 2

DIRECTORCoronel D. Pedro Berzal Fernández

COORDINADOR Y REDACTORTeniente D. José Román del Álamo Velasco

COLABORACIÓN ESPECIALProfesor Dr. D. Guillermo Calleja Leal

COLABORADORESCoronel D. Alejando Hernández MartínezTeniente Coronel D. Carlos Ruiz LaprestaCapitan D. Juan Medrano FernándezSoldado 1ª D. Óscar Sevillano Vergara

FOTÓGRAFOSubteniente D. Jesús Portero CobeńasSdo. Dª Monica Blázquez García

CORRECTOR DE ESTILOCapitán D. Jesús María González del Saac

DISEŃO GRÁFICO Y MAQUETACIÓNTeniente D. José Román del Álamo Velasco Desposito Legal: M-54.655.2002

Http://www.et.mde.es/inmemorial/http://www.coronelia-guardas-del-rey.com

RedacciónRegimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1

Esta revista está abierta a todo el per-sonal que desee colaborar en lamisma. Los trabajos publicados repre-sentan, únicamente, la opinión perso-nal de los autores.

Han pasado unos meses desde nuestro último número, pero las diferentes actividades diariashan retrasado la elaboración de este número, por lo cual pido disculpas.

Por otro lado tengo el placer de comunicar a los lectores que a partir de ahora la revista dispone de supropia página web, http://www.coronelia-guardas-del-rey.com lo cual facilita enormemente la difusión alexterior, que estaba sujeta a limitaciones en la descarga de banda ancha. Ahora con nuestro propio dominio yespacio web con transferencia ilimitada, espero no haya esos problemas.

Este mes además del artículo de nuestro querido Profesor Guillermo Calleja disponemos de otros, enespecial el del Teniente General Bennett que nos ofrece un artículo sobre la historia de los Hombres Frontera,desconocidos en nuestro país.

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Regimiento .................... 4

Unidad de Música........ 5

Batallón de Honores.... 6

Ventana Abierta .......... 7

Místicos y Guerreros .. 11

Historia de losHombres Frontera ..... 15

Nuestra Historia ....... 31

Tecnología ................. 89

WWW y Juegos ........ 91

¿Sabias que..? ............ 93

Humor ....................... 97

Sumario

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Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1

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JURA DE BAN-DERA EN ELINMEMORIAL

DEL REY

El pasado día 17 dejunio se llevo acabo una tradicio-

nal Jura de Bandera para personalcivil. Fueron 112 participantesprincipalmente de la zona geográ-

fica de Madrid, aunque hubomuchos de otras regiones deEspaña que quisieron jurar fideli-dad a la Bandera del RegimientoInmemorial del Rey nº 1.

El acto estuvo presidio porel General Excmo. Sr. D. JorgeViñe Blanco, y al finalizar elmismo la Unidad de Música ofre-ció un concierto que fue la deliciade los presentes. El vino españolse celebró en un marco típica-mente veraniego, como es la zonade la piscina del AcuartelamientoAlfonso XIII.

Regimiento

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Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1

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MES DE CONCIERTOS

Brigada: Julián J.Carrillo Hernández

El día pasado día 20de mayo, la Músicadel Regimiento

junto con las Corales de San

Agustín y de Alcobendas, inter-pretó un concierto en el TeatroMonumental de Madrid. Esteespecial evento constituyó unhomenaje a la esencia de España,recorriendo mediante un extenso

repertorio escogido para la oca-sión, todas las ComunidadesAutónomas a través de piezascorales e instrumentales inspira-das en su folclore tradicional.

Dentro de los actos decelebración del Día de las FuerzasArmadas, la Unidad de Música,participó en la Plaza de España dela ciudad de Sevilla en elEspectáculo de Luz y Sonido.Participaron las AgrupacionesInstrumentales más representati-vas de las Fuerzas Armadas.

Unidad de M˙Úsica

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Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1

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InauguraciónPlaca

Homenaje

Tcol. D. Juan Carlos AneirosGallardo

El pasado día 28 demayo de 2006 unacomisión de nuestro

Regimiento compuesta por elTcol. Aneiros, Cap. Ortiz delPecho, Bgda Serrano y ArtilleroAmarilla asistimos en el Real deSan Vicente (Toledo) al acto deinauguración de una placa dehomenaje al que fuera soldado delRegimiento de Infantería“Inmemorial del Rey Nº 1” ElIlmo. Sr. D. LUIS JIMENEZFUENTES ,Caballero Laureadode la Real y Militar Orden de SanFernando.

El acto estuvo organizadopor la Academia de Infanteríacuya comisión estuvo presididapor el Exmo. Sr. General Directorde la misma D. Cesar MuroBenayas el cual glosó las hazañasque motivaron la concesión de tanalta condecoración. En un climade cordialidad al acto asistió lacorporación municipal así comofamiliares, amigos, y un grannúmero de vecinos.

Lo que hoy me acerca anuestras páginas, quizás por des-conocimiento de la mayoría, escontar los hechos que llevaron aantiguo miembro de nuestroRegimiento a alcanzar la más altacondecoración del Ejército entiempo de guerra y del que todosnos tenemos que sentir muy orgu-llos.

Batallón de Honores

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Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1

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ENCUENTRO MUNDIAL DELAS FAMILIAS EN VALEN-

CIA

Pater Francisco Olivares

Valencia ha sido

durante una sema-

na el centro de

atención de todo el mundo, debi-

do a que en esta ciudad española,

elegida por el Papa, se ha celebra-

do el 5º Encuentro Mundial de las

Familias del 1 al 9 de julio del

2006.

¿Qué son y que pretenden

estos Encuentros? Son una gran

concentración de familias cristia-

nas de todo el mundo, que respon-

diendo a la llamada del Papa se

reunen en unas fechas y lugar

determinado, con el objeto de

celebrar el don divino que es la

familia, rezar juntos, dialogar

sobre temas que afectan a la fami-

lia, convivir, aprender, compartir

y profundizar la comprensión del

papel de la familia para la perso-

na, para la Iglesia y para la socie-

dad. En definitiva tratan de forta-

lecer la identidad de la familia,

basada en el matrimonio, como

lugar en el que las personas reci-

ben el don de la vida y lo necesa-

rio para vivirla con dignidad.

Un poco de historia

La convocatoria de los

Encuentros Mundiales de las

Familias (EMF) fue iniciada por

el Papa Juan Pablo II en el año

1994, con ocasión de celebrarse

ese año el Año Internacional de la

Familia, convocado por la ONU.

Juan Pablo II escribió una

carta especial para el aconteci-

miento, destacando que entre los

caminos que recorre el hombre

durante su vida “la familia es el

primero y más importante”.

Invitaba a las familias a participar

en este primer EMF a celebrar en

Roma durante el mes de octubre

de 1994, bajo el lema “La familia,

corazón de la civilización del

amor”. Desde entonces estos

encuentros se institucionalizan

con una periodicidad de tres años,

alternándose las sedes en distintas

ciudades del mundo.

El segundo EMF tuvo lugar

en Río de Janeiro. El lema fue

“La familia: don, compromiso y

esperanza de la humanidad”. Al

hilo de este lema El Papa insistió

en que “la familia es una comuni-

dad que no puede ser sustituida

por ninguna otra”.

El tercer EMF tuvo lugar en

Roma, en el contexto del Gran

Jubileo del año 2000. El lema de

este encuentro fué “Los hijos, pri-

mavera de la familia y de la socie-

dad”. Juan Pablo II definió a la

familia como un “laboratorio de

humanización y de auténtica soli-

daridad” y añadía, el ser humano

tiene necesidad de la familia,

necesita relaciones interpersona-

les, ricas de interioridad, de gra-

tuidad, de entrega generosa y

éstos se dan especialmente en la

Ventana Abierta

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Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1

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familia.

El cuarto EMF se desarrolló

en Manila en el año 2003, bajo el

lema “La familia cristiana buena

noticia para el tercer milenio”. El

Papa Juan Pablo II no pudo asistir

por razones de salud, pero intervi-

no vía satélite, recordando que “la

familia fundada en el matrimonio

es patrimonio de la humanidad, es

un bien grande y sumamente

apreciable, necesario para la vida,

el desarrollo y el futuro de los

pueblos. “Finalmente Juan Pablo

II dijo: “Me alegra anunciaros

que el quinto Encuentro Mundial

de las Familias tendrá lugar en

Valencia, España, en el 2006”. El

lema sería: “La transmisión de la

fe en la familia”

El quinto Encuentro

Mundial de las Familias

El día 2 de abril del 2005

fallecía el gran Papa Juan Pablo

II, impulsor de estos Encuentros.

Su sucesor Benedicto XVI confir-

maba la convocatoria realizada

por el Papa fallecido en una carta

dirigida al Arzobispo de Valencia

el 17 de mayo de 2005. Así,

España comenzó a prepararse

para este gran acontecimiento que

comenzaría el 1 de julio de 2006.

En su desarrollo, el quinto

Encuentro Mundial de las

Familias ha tenido tres tipos de

actividades: 1) La Feria de las

familias, que ha tenido lugar del 1

al 9 de julio, ha ofrecido la opor-

tunidad a asociaciones, organiza-

ciones y entidades que trabajan en

favor de la familia en todo el

mundo de mostrar su identidad y

actividades. 2) El Congreso teoló-

gico y pastoral, que se ha desarro-

llado del 4 al 7 de julio, en él han

intervenido personalidades rele-

vantes de la Iglesia y del ámbito

de la cultura, y ha sido ocasión

para reflexionar y dialogar sobre

aspectos importantes que afectan

a la familia, y de una forma espe-

cial sobre el lema del Encuentro:

la transmisión de la fe en la fami-

lia. 3) Por último la fase de clau-

sura, durante el fin de semana del

8 al 9 de julio, que fue precedida

por un multitudinario rezo del

Rosario en la noche del viernes, 7

de julio. La clausura fue presidida

por el Papa Benedicto XVI, y

tuvo dos momentos centrales: el

sábado un encuentro Festivo y

testimonial de las Familias, en el

que familias de todo el mundo

dieron su testimonio de la fe y de

su vocación matrimonial y fami-

liar; y el domingo, la Misa con-

clusiva del Encuentro.

Ventana Abierta

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Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1

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Cosas para recordar

Muchas cosas se puede

decir, se han escrito y dicho sobre

este Encuentro Mundial de las

Familias: la participación de

millón y medio de personas, sin

contar los millones que han segui-

do por la radio y televisión, la

colaboración altruista de más de

diez mil voluntarios que han

hecho posible el desarrollo del

Encuentro, la eficaz organización

del evento, en el que han interve-

nido muchas instituciones, entre

ellas el Ejército. Pero lo más

importante ha sido la experiencia

imborrable de las familias y per-

sonas que han asistido, y los

encuentros multitudinarios con el

Papa Benedicto XVI, el Vicario

de Cristo, que es como el gran

Padre al que todos querían ver y

escuchar con atención.

Es de destacar que este ha

sido un encuentro internacional y,

aunque la mayoría de los asisten-

tes eran españoles, han venido

personas y familias de todas las

partes del mundo, lo cual tiene su

mérito por lo que ello significa de

esfuerzo, incomodidades y gasto

económico, pero todo ello ha

merecido la pena para el que lo ha

vivido. En efecto, allí se ha vivido

un ambiente sano y agradable,

que, a pesar de las incomodida-

des, transmitía una magia espe-

cial, paz y alegría. A todos los

presentes y a los que se unían

espiritualmente y a través de los

medios de comunicación, el Papa

les transmitía su gran gozo por

estar allí presente y les decía: “Es

bueno testificar, sin ostentación

orgullosa ni ocultación vergon-

zante, que merece la pena formar

un matrimonio cristiano”.

El Papa Benedicto XVI ha

anunciado el Evangelio, la Buena

Noticia sobre el matrimonio y la

familia, como lo que es, un gran

bien para toda persona, para la

sociedad y para la Iglesia. Es

bueno releer y asimilar lo que el

Papa ha dicho en Valencia. En

síntesis, puede decirse que es un

mensaje donde se ensalza y pro-

pone la vida, el amor y la fe.

La familia, santuario de

la vida

Todos hemos recibido este

don a través de nuestros padres.

Ventana Abierta

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Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1

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El matrimonio indisoluble entre un

hombre y una mujer es el ámbito

donde el hombre puede nacer con

dignidad, crecer y desarrollarse de

un modo integral. La procreación

es fruto del amor. En el origen de

todo hombre está presente Dios, no

existe el azar o la casualidad. La

familia fundada en el matrimonio

tiene esta vocación de acoger, cui-

dar y proteger la vida humana, es

por ello santuario de la vida.

La familia, comunidad de

amor

“Dios que es amor y creó al

hombre por amor, lo ha llamado a

amar. Creando al hombre y a la

mujer, los ha llamado en el matri-

monio a una comunión de vida y

amor”. Ese amor que viene de

Dios, se recibe de los padres. La

familia es lugar privilegiado donde

se tiene la experiencia de ser ama-

dos, donde cada miembro es valo-

rado por sí mismo, no por lo que es

o lo que tiene. Esa experiencia de

ser amados en la familia ayuda a

madurar a las personas, a abrirse a

los demás y a Dios. Por todo ello, la

familia es una comunidad de amor.

La familia transmisora de

la fe

En la familia se reciben y asi-

milan todos los valores que forman

parte y adornan la vida humana,

entre ellos la fe.

“La fe no es una mera heren-

cia cultural, sino una acción conti-

nua de la gracia de Dios que llama

y de la libertad humana que puede

adherirse o no a esa llamada, aun-

que nadie responde por otro, sin

embargo los padres cristianos están

llamados a dar un testimonio creí-

ble de su fe y esperanza cristiana.

Han de procurar que la llamada de

Dios y la Buena noticia de Cristo

llegue a sus hijos.

Todas estas cosas es bueno

tenerlas presentes y recordarlas.

Por todo ello el encuentro mundial

de las familias en Valencia ha sido

una ocasión para reconocer, valorar

y celebrar ese gran bien que es la

familia, y una invitación a todo el

que la acepte a trabajar en pro de

ella.

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“MISTICOS YGUERREROS I”SOHEI

(Las Ordenes del CleroGuerrero Japonés)

José Miguel MartínezDr. en Budo

Dr. en Ciencias Policiales y deSeguridad

Una posición im-portante en la prác-tica del Bu-Jutsu,

considerada por ciertas autorida-des como comparable a la queocupaban los Bushis (GuerrerosSamurai), era la representada porla figura del Monje o SacerdoteGuerrero, quién tuvo un papelpreponderante en la Historia delJapón, no solamente en elPeriodo Heian (Tardío), sino entodos los Siglos cuyo problemáti-co horizonte desemboco en laDinastía Tokugawa.

Es un graso errorpensar, que en Oriente y favore-cida su imagen por la Serie deTV “Kung-Fu” o posteriormentepor distintos Films comerciales,solo existían los Monjes Shaolinde China. Casi todas lasReligiones han asumido a lolargo de la Historia y no sola-mente en Oriente, una posturamilitar en algún momento de suevolución, sobre todo en las eta-

pas tempranas, aquellos senti-mientos de maravilla y de terror,engendrados por las que llama-ron fuerzas desconocidas y quegolpearon al hombre, reforzadaspor el propio instinto de supervi-vencia, contribuyeron a una natu-raleza mística combativa entodos sus comienzos, que fueasumida por ordenes formadaspor Caballeros en Occidente yGuerreros en Oriente, que hicie-ron votos religiosos en su luchapor defender una fe y un código.

Si en las Cruzadas deTierra Santa, se hicieron celebrespor su gallarda valentía y su ferozacometida, ocupando un lugardestacado en la historia, Ordenescomo la de los Hospitalarios lla-mada después de San Juan deJerusalén o de Malta, la de losCaballeros pobres de Cristo oTemplarios y la de los CaballerosSanto Sepulcro, si en China sehicieron celebres por su ferozdominio de las Artes de Combatelos Monjes Shaolines o losMonjes de Wu-Tang, en Japónson famosas las hazañas de losYamabushi (Monjes Guerrerosde la Montaña), de los Komutso(Monjes tocadores de flauta), ode los Sohei (Monjes Samurai),en su lucha por defender sufe y su código, así como la Reglade Anisa (No Violencia).

Esta fe se expresaba pormedio de rituales en unas ocasio-nes o por la fuerza en otras, aun-que y más comúnmente, por lacombinación de las dos, bajo for-mas de combate que se conside-

raban inspiradas de manera divi-na. Durante los periodos prima-rios de la Historia de Japón, sehan podido observar en su pro-fundo estudio, que los Clanes(Uji), tenían un factor religiosomuy predominante, la ascenden-cia del Culto Solar de losYamamoto finalmente alcanzaríaun factor de supremacía sobre elresto de los seguidos, por dife-rentes Clanes existentes y tam-bién, sobre la religión indígenadel Shinto, que formaba unmatrimonio indisoluble con lasincidencias políticas de la época.

Esa realidad política ymilitar, conjuntamente con lapropia religión se expresabanmutuamente y mantenían unamellicidad de intereses, hastabien entrada la era moderna adiferencia de la CulturaOccidental, en la cual se produjo

Colaboraciones

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Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1

Foto muy antigua de un Sohei de la colec-ción de Shihan Thomás, aparecida posterior-

mente en diferentes publicaciones.

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una fractura entre las dos durantelos Siglos XVI y XVII, mientrasque esta fractura no ocurrió enJapón hasta el Siglo XIX e inclu-so está, por haber sido impuestade alguna manera bajo forma deinvasión cultural, no permitióuna fractura de suficiente profun-didad en su tradición, para revo-lucionar el punto de vista delPueblo Japonés.

En el antiguo Japón pre-dominaba lo divino, elEmperador era sumo sacerdotedel animismo chamanístico, queera la raíz del Shinto y despuésde la forma híbrida y sincréticadel Budismo, adoptado de lasfuentes Chinas por la CorteImperial de Nara.

El choque entre aquel yeste no fue excesivamente vio-lento, según algunos historiado-res de la época, el Budismo comoel Taoísmo que también se intro-dujo en Japón proveniente deChina fue “Japonizado”, adap-

tándolo a la concepción nacionalde lo Divino, no obstante lodicho hay evidencia historiológi-ca, de que la introducción delBudismo, no fue totalmente sinderramamiento de sangre, debidoen gran manera a la intervencióndel Clan Soga.

Con el tiempo, elBudismo formó Secta y Escuelas,los partidarios de las cuales for-maban unidades de un marcadocarácter militar, reflejándose enlas crónicas las seis Sectas prin-cipales de Nara.

Es de la derivación de lallamada doctrina Hinayana(Sautantrica), fusionada con pos-terioridad con la Secta SanronKusha, introducida por dosSacerdotes Japoneses en el año658 como derivación de la doc-trina Sarvastivada; de la que sal-dría:

- Hosso fundado por el MonjeDoshi, de la doctrina de la salva-ción del camino medio ( VehículoMedio ), Yogacara con losTemplos importantes e indepen-dientes de Nara,

- Kofuku-ji y Ganko-ji Sanronderivado de la doctrina de la sal-vación Madhyamika ( CaminoMedio ) fundado en la India porNagarjuna y supuestamenteintroducida en Japón por elSacerdote Coreano Eikan esta-bleciendo su núcleo en el TemploHoryu-hi;

- Kegon derivado de la doctrina

Avatamsaka ( Vehículo Mayor ) eintroducido en Japón por Ryubenen el año 736 en el TemploTodai-ji.

- Ritsu de la doctrina Vinaya, quealboreó en Japón en el 754.

En la parte temprana delsiglo XI, los regentes de ClanFujiwara tenían una lealtad fuer-te con un clan llamadoMinamoto, mientras que el ex-emperador Shirakawa trató contremendo favoritismo a otro clanllamado Taira, lo cual originó endiferentes épocas tremendosenfrentamientos, en donde lasArtes Bu-Jutsu probaron su efi-cacia y mejoraron considerable-mente, a fuerza de ponerlas enpráctica en los mejores “Tatamis”conocidos ¡¡¡ Los Campos deBatalla !!!.

Durante esos tiempos,con el aumento en el robo y losotros crímenes, el (Kebiishi -cho) que podríamos definir comouna Agencia de VigilanciaMetropolitana tenía un estimablepoder, pero estos problemas sevieron agravados por los MonjesBudistas, que no solamenteluchaban entre sí, sino que revin-dicaban frecuentes protestas en laCapital.

De entre las diferentesÓrdenes comenzaron a sobresalirlos llamados Sohei (MonjesSamurai), que poco a poco fue-ron formando en sus Templos,verdaderos ejércitos religiosos,que protegieron los Monasterios.

Colaboraciones

La Coronelía Guardas del Rey 12

Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1

Page 13: Revista Coronelía Guardas del Rey nº 21

Entre los grupos más fuertesestaban los Sohei del templo deEnryakuji, que en una ocasión yante las refriegas ocasionadascon los Bushis que enviaba elShogun, envió a miles de Soheicubiertos del Yoroi (armadura)empuñando con diabolica efecti-vidad el Naginata (Alabarda for-mada por un sable medio), en unaimpresionante e imparable entra-da en la Capital, para protestarcontra el ataque al Templo deOnjoji.

Después de diversos com-bates durante un período demuchos años, una confrontaciónenorme y ensangrentada tuvolugar, cuando los Sohei delTemplo de Enryakuji defendie-ron el Templo de Onjoji.

En la lucha, el furibundoempleo del Naginata destelló,cercenando miembros, viéndosecuerpos tendidos por todos lados,miles de Sohei pelearon hastaque el templo de Onjoji, con másde 24.000 escrituras sagradas fuearrasado y se vino al suelo.Anterior a la mitad del Siglo XII,una gran confusión reinaba enJapón y no era poco común queun Emperador gobernara comoun Emperador enclaustrado o pri-sionero, mientras otro Emperadornominal se quedaba en el poder.

En este estado de cosas, elClan Fijiwara controló la situa-ción militar, con su fuerza adqui-rida mediante la ayuda del Clanel Minamoto, paralelamente, el

Clan Taira, obtenía la fuerza de laayuda de numerosos MonasteriosSohei, que culminó en la con-frontación entre el ClanMinamoto y el Clan Taira. La pri-mera insurrección llamadaHogen, vino en 1156 y en ella, elClan de Minamoto fue sofocadoy vencido con su jefe.

El segundo alzamientovino cuando el Jefe del ClanTaira Kiyomori, dejó el capital enun viaje breve y el clanMinamoto aprovechó la oportu-nidad y tomó el control del granpalacio en el capital, en lo quedespués fue conocido como elalzamiento de Heiji. CuandoKiyamori a su regreso al distritode Heian en Rokujara se dio

cuenta de lo sucedido, ataco elgran palacio, durante un tiempola defensa fue bien para el ClanMinamoto, sin embargo cuandoKiyomori dio la impresión deque sus soldados se estaban reti-rando, Minamoto ordeno a sussoldados seguirlos dejando unagujero en sus defensas y el ClanTaira aplastó al enemigo con laayuda de los Sohei del Templo deHiyeizan, mientras esto ocurría,el Emperador Nijo se escapó depalacio disfrazado como unaempleada del servicio.

Durante esa noche deinvierno fría, el Jefe del ClanMinamoto Yoshitomo y tres desus hijos cruzaron las montañasllenas de nieve para obtener la

Colaboraciones

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1985, superado el examen del 3º Menkyo “SENSEI “, foto caligrafiada por Shihan Thomás,Hokansha de la Rama Sohei Miura-Ryu.

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ayuda, Yoshitomno pereció amanos de un traidor entre sus sol-dados, sus hijos Yoritomo yYoshitsune fueron enviados alexilio, Yoshihara, otro de hijosestuvo a punto también de moriry el Clan de Taira gobernó Japón,pero los dos hijos de Yoshitomonunca olvidaron la traición a sufamilia y esperaron tiempo hastaque su edad y su fuerza crecie-ron.

Hay un cuento popularsobre uno de los hijosYoshitsune, el cual dice quecuando era un muchacho de doceaños, recibió de forma confiden-cial las artes de espada de tengu(demonios de montaña) que eranespadachines expertos y experi-mentados en las artes marciales.Un día tuvo que cruzar un puentey se encontró con Benkei, que eraun Sohei del Templo deEnryakuji, Benkei no era ningúnhombre ordinario, poseía unhumor explosivo y era tan fuertecomo el Sansón Bíblico. El Sohei

había sujetado pasar el puente através de coleccionar las espadascomo un peaje, Yoshitsune senegó a pagar el peaje y empezó acruzar el puente mientras tocabasu flauta al mismo tiempo,Benkei enfurecido se movióhacia él con su Naginata peroYoshitsune saltó y golpeó elNaginata con su flauta, el Monjeestaba tan asombrado ante elvalor y la destreza de este niñojoven, que se hizo su criado.

Como conclusión, lasOrdenes Monásticas que vivíanmuy alto en la montaña, con suscohortes belicosas de MonjesGuerreros, fueron conocidos enprincipio como Yamahoshi y pos-teriormente como Yamabushi,contándose entre los grandes pro-tagonistas de la historia de Japóndel Siglo X hasta los Siglos VI yXVII.

Estas Órdenes se habíanevolucionado de grupos de ermi-taños, ascetas y otros hombres“santos”, quienes intentaron des-arrollar poderes internos, para loque seguían el camino de la sole-dad en el Desierto, su búsqueda(shu) para esos poderes (ken)gradualmente se unía en variasmetodologías (do) y eso unido seconocía como el camino de losPoderes Sobrenaturales (shugen-do).

Este Shugendo segúnmuchos sabios de la época “care-cía de fundador”, pero los cróni-cos antiguos mencionan coninsistencias Em-No-Ozuno

(Desaparecido en el 701) fue másconocido con el nombre de En-No-Gyoja (el practicante). En sulucha por defender su fe y sucódigo.

La Doctrina Shingon(Chen Yen en Chino) fue introdu-cida en Japón por Kukai (774-835), mejor conocido comoKobo-Daishi, el título póstumoque le concedió el EmperadorGodaigo. Kuaki había estudiadoel Budismo de la Secta Saanron,había viajado a China y despuéshabía vuelto a Japón, dondefundo el Templo Kongobu-ji enel Monte Koya al sur de Kyoto,donde ordeno a muchos Abadesentre los que se encontrabaSaicho (762-822), un Monje quefue a China también para profun-dizar sus conocimientos de laDoctrina Tendai (T´ien-T´ai den chino) antes devolver al Japón para fundar unaorden Monástica en el MonteHei, en el Templo Enryaku-ji.

En Japón pues losYamabushi (Monjes Guerrerosde la Montaña), los Komutso(Monjes tocadores de flauta) ylos Sohei (Monjes Samurai),celebres por su feroz dominio delas Artes de Combate, son paran-gonables en todos los aspectos alos Monjes Shaolines y a losMonjes de Wu-Tang de China o alos Monjes Kong Sool de Korea,o a cualquiera de las Ordenes deMonjes Guerreros que en el Tibetaun perviven y se entrenan comohace cientos de años.

Colaboraciones

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Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1

Page 15: Revista Coronelía Guardas del Rey nº 21

Historia delos Hombres

FronteraTeniente General John B.

Bennett, L.F./ I.O.C.

La Legión de Hombres deFronteras celebro su primerCentenario en el año 2005. Estetrabajo presento una visión brevepero verdadera sobre la historiade la Frontiersmen Legion, inte-grando una puntualización sobresu trayectoria y sus actividadeshasta el presente, como homenajey respeto a todos aquellos hom-bres que lucharon y dieron su vidapor unos ideales.

Formada a finalesdel año 1904 ofreció sus serviciosal Estado en cualquier momentode necesidad. La Legión ha sidoel centro de muchos mitos. Sehace necesario pues decir la ver-dad sobre la extraordinaria histo-ria de aquellos que sirvieron a lahumanidad, y ofrecieron a menu-

do el sacrificio más grande detodos.

La Legión deHombres de Fronteras ha mante-nido siempre que cualquier perso-na de cualquier edad, color, credo,capacidad o habilidad puede estaral servicio de sus compañeros ycomunidad a través de sus filas.

Introducción

La fuerza deGran Bretaña a través de losaños ha estado en sus individua-listas: hombres que han elegidopensar sus propias ideas y noseguir necesariamente las ideaspreconcebidas de forma indis-cutible.

La Legión deHombres de Fronteras ha atraídosiempre a pensadores individua-listas y excéntricos. En sus prime-ros días atrajo a algunos hombrescon gran energía pero un númeromayor de hombres con grandesinfluencias. Al transcurrir losaños, sus excentricidades handemostrado constantemente suayuda influyente hasta estemomento que solamente quedauna sombra pálida de lo que fuesu propia originalidad. Su decli-nación ha reflejado la declinaciónde la influencia de los británicosen el exterior. Cuando GranBretaña perdió sus colonias, laLegión perdió a sus miembros. Sufuerza en el Reino Unido espequeña y es probablementemucho más fuerte por ejemplo en

Nueva Zelanda donde todavíaprospera como símbolo de losviejos valores que disminuyen enGran Bretaña.

Una nota en unarchivo de la Oficina Colonialperteneciente al año 1930 sobre laLegión de Hombres de Fronteras,escrita por el Coronel H.R.Pownall nos relata un fragmentosobre los miembros de la Legión:

“Tengo ciertoconocimiento sobre la Legión deHombres de Fronteras en estepaís. Son sobre todo, hombres demediana edad o mayores, los cua-les con su sombrero y una fundapistolera con su arma, y evidente-mente su gran crédito y prestigio,tienen el deseo de ofrecer unafunción útil en cualquier emer-gencia pero con un carácterdemasiado independiente paraaceptar los enlaces de la discipli-na del ejército durante la paz”. Encuanto a los hombres con influen-cia y, en algunos casos, con ener-gía a la cual perteneciendo, o apo-yando apasionadamente a laLegión en sus días antes de 1939,formarán parte en sus páginasgloriosas. Los nombres delPríncipe Louis de Battenberg alGeneral Jan Smuts, de ArthurConan Doyle a Edgar Wallace,políticos como Leo Amery, mag-nates de la prensa como elVizconde Burnham, sirvierontodos de forma incondicional enla Legión. Atrajeron a aventure-ros, autores y naturalistas, talescomo F.C. Selous, Kearton,Erskine Childers, etc.

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La Coronelía Guardas del Rey 15

Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1

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El fundador de laLegión no ha sido olvidado yaque el efecto de la Legión deHombres de Fronteras en la histo-ria de Gran Bretaña, del viejoimperio y de la Commonwealthha sido siempre respetada. Es unhecho demostrado que GranBretaña ofreció a los miembrosde la Legión las tareas que fueronemprendidas por lo qué posterior-mente se convirtió en los servi-cios M.I.5 y M.I.6. Entre los añosde las dos guerras mundiales, eraimposible ver cualquier desfile encualquier ciudad en Gran Bretaña(y muchos de sus dominios enultramar) sin la representativapresencia de la FrontiersmenLegion con su distintivo unifor-me.

Otra influencia notable de laFrontiersmen Legion estuvo en laformación del L.D.V. (ServicioCivil de Protección). Los escrito-res han comentado regularmentecómo los miembros de esteServicio Civil de Protección ensus primeros días se rebelaroncontra la autoridad de la Oficinade la Guerra, deseando a menudoir a su propia manera e igualmen-te elegir a sus oficiales por fórmu-las democráticas. Esta indepen-dencia era una influencia directade los métodos de losFrontiersmen. Ciertamente duran-te la primera mitad de su vida, lainfluencia del conjunto de laLegión de Hombres de Fronteras,promocionó las ideas e ideales delpatriotismo reclutando un número

creciente de hombres y enun grado menor, mujeres.La práctica totalidad eranmonárquicos o defensoresde los ideales monárqui-cos, pero todos eranpatriotas. Muchos millaresde Frontiersman realizan-do su último sacrificio

estarían contentos en queeste sacrificio “no se olvida-rá así como se convierte ycrea un Frontiersman.”

El Fundador - RogerPocock

Se ha escrito muchodurante años, centrándose enla persona de Baden-Powell,como creador del movimientoexplorador Scout. Fue un granéxito, que se debe a su “héroenacionalmente honrado”. En

sus inicios la Legión de Hombresde Fronteras tuvo grandes ideaspara ofrecer sus servicios alEstado que pasaban por extender-se más allá y más ampliamenteque las ideas ofrecidas por losexploradores Scouts, pero care-cieron de un héroe nacionalmenteadmirado al frente. ¿Quién era elfundador? Un autor de menorimportancia perteneciente a unafamilia emigrante. No aceptadoen un principio como miembro dela Policía Montada del Noroeste,a la cual accedió con posteriori-dad, había desempeñado serviciosirregulares como explorador enAfrica del sur, finalizando estosservicios con la graduación decabo. En su vida privada, seencontraba muy cercano a su her-mana.

Era mucho más conocidaque su hermano como actriz ydirectora. Sirva de ejemplo el “OhLena divina y dotada Ashwell”como decía George BernardShaw. Más adelante, incluso yadivorciada, participó en la bodade Sir Henry Simson, Duque deYork y vio nacer a su hija laPrincesa y posterior Reina

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Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1

El Capitán Kearton, (1) fue elprimer fotógrafo de fauna sal-vaje que sirvió con distinciónen el 25th Fusiliers Corps(Frontiersmen), conocido comoel "Rey del Wa-wa-Kikuyu"condujo a John Boyes, (2)explorador y aventurero , y a laLegión en África del este entodas las guerras en las queparticipó. El Capitán F.C.Selous, (3) naturalista y caza-dor, murió en acción en Áfricadel este a la edad de 66 años,siendo posiblemente elComandante más viejo de laCompañía fallecido en acción.

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Frontiersmen 1914 Vancouver C.T. P. Ulm

Roger Pocock

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Margaret.

Pocock había persuadidoal Señor de Lonsdale para ocuparel cargo como primer presidente yrepresentante de la Legión, pero,aunque fuera respetado, no fueconsiderado ningún héroe nacio-nal, de hecho “no era más felizque cuando jugaba a los soldados,colocándoles vendas de cobreamarillo, agitando las banderas ylos uniformes coloridos los cualespodían traer los rasgones a susojos.” (Douglas Sutherland).

No podría haber uniformemás exótico usado por un volun-tario que el de la Legión deHombres de Fronteras. En las pri-meras visiones populares un“Frontiersman” era una figuracolorida y exótica.

Eran hombres de club yevidentemente el club Savage erade hecho a menudo su lugar dereunión en donde se discutían losasuntos que afectaban al mundo,no con la energía como parainfluenciar a estos asuntos comofue sostenido este hecho por losque resolvieron por ejemplo,estos temas en el club Carlton.Eran los que se podría describircomo los segundos hijos de lasfamilias influyentes: los que habí-an sido enviadas a los puestosavanzados del imperio y delmundo para consolidar a GranBretaña en el mundo.

Primero de todo, necesita-mos saber el entusiasmo y esfuer-zo del hombre que creó la Legión.En noviembre de 1941 se pudoleer en su obituario en los tiempos

que “Roger Pocock era tanmodesto que pocas personasexcepto sus amigos más cercanospodían conjeturar cual fue suvida, y como siempre fue unaespléndida aventura.”

Ello empieza a ofrecer unacierta idea del carácter de hombredel que comenzamos a plantearsus aventuras. Por supuesto, losobituarios no hablan nunca deningún defecto referido a losfallecidos y se concentran siem-pre en los buenos actos de unhombre. Al principio confiabacon demasiada facilidad. Para élcada inglés era un caballero quese le tomaba por su palabra.Incluso en los tiempos victoria-nos, Roger Pocock hizo que serespetara la autoridad prevista, enla forma del Gobierno y de laOficina de la Guerra, al no permi-tir en la Legión de Hombres deFronteras, que la mayoría de susmiembros compartieran el des-precio generalizado por los círcu-los oficiales.

Pocock conocía a muchoshombres de fama. Incluso en unaocasión se entrevistó con ButchCassidy. Tenía una multiplicidadde amigos y de conocidos, pero esdifícil señalar a muchos realmen-te cerca de él como verdaderosamigos. Nunca se casó; su vida noera la clase de vida que habría tra-ído la felicidad a una esposa.Roger Pocock era conocidonacionalmente y a través delimperio antes de la PrimeraGuerra Mundial como fundadorde la Legión de Hombres deFronteras, una organización de

patriotas que se aseguraban queGran Bretaña estuviera preparadapara defenderse. Se les denomina-ba “los ojos y los oídos del impe-rio”. Durante la guerra muchoshabían pertenecido al 25thFusiliers Corps (Frontiersmen)los cuales habían servido congran valor en África del este.

Los Frontiersmen erantambién famosos por ser las pri-meras tropas británicas en entraren acción en 1914, cuando lasTropas de Manchester se traslada-ron con sus propios caballos cos-teándose los honorarios para ser-vir con distinción en el ejércitobelga. Donde los Frontiersmenvieran una necesidad y un servi-cio en ser satisfecho se detuvierony sirvieron con honor y raramentesolicitaron permiso a la Autoridadcompetente para ello.

Roger Pocock fundó laLegión de Hombres de Fronterasy la defendió en sus años de exis-tencia con gran honor y empeñopero también lo expelió una vez,

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Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1

H.S.H. Príncipe Louis de Battenberg, En1905 ayudará a crear la Legión de

Hombres de Fronteras y nombrará unmiembro de su Consejo para su gobier-

no.

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y dimitió dos veces más antes desu muerte. Tenía una vida inusual-mente activa y aventurera, duran-te la cual hizo una multiplicidadde actividades desde ser miembroen la Policía Montada delNoroeste a ser acusado por ejem-plo de asesinato. Administró yregentó veintiocho comerciospero ciertamente no habría podi-do ser considerado un experto enmás que algunos. Para él la “civi-lización es una cosa pobre a quiénha vivido la vida espaciosa deloeste”. Era un aventurero entrelos caballeros victorianos de suépoca que ayudaron seguramentea incrementar los límites delimperio británico, pero sus activi-dades fueron observadas porpocos. Roger Pocock era diferen-te a la mayoría de los aventurerosde su tiempo porque era un pensa-dor, hombre que soñaba sus sue-ños, cuyas tentativas de realiza-ción gobernaron su cabeza y les

daba demasiadas vueltas a menu-do como un Quijote, inclinadoante los molinos de viento.

Estudió muchos temas enprofundidad y podía discutir lamayoría de las cosas de formainteligente y sensata. Era unexperto en caballos y escribiósobre ellos (Horses, 1917). Unamigo lo vio como un caballerojusticiero a través de la vida, trascausas perdidas que ayudaba a lasdamas que realizaban una señalde socorro, exigiendo la entrada ala puerta del castillo. La geologíaera una gran pasión desde unaedad temprana y pensó profunda-mente en el misticismo y lo ocul-to. Sus meditaciones le conduje-ron a lo largo de las trayectoriasindependientes y solitarias haciasus conclusio-nes, y nopublicaba susdiscusiones de

modo que pudieran ser discutidas.

Su Formación

En 1904, aparecióen los periódicos más importantesde Londres un anuncio donde sesolicitaba hombres con experien-cia en trabajos o hombres deacción en el exterior para ponerseal servicio del Estado en épocasde necesidad. El alcance fue pro-longado y más adelante se inclu-yó a las mujeres, sirviendo laLegión de forma honorable yextensa durante sus cien años deexistencia incluyendo a muchoshombres los cuales realizaron suúltimo sacrificio al servicio de laLegión. La letra de este anunciola redactó el propio Roger Pocockque había servido en la guerra

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Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1

Representado aquí con Pocock, el Teniente Coronel D.P. Driscoll (1862-1934), (5) ganó el D.S.O. en la Guerra Boer por susservicios en Wepener, declarándose su valor como legendario. Al finalizar la guerra y llegar a Londres, Roger Pocock le

nombró Comandante de Londres y más adelante líder de la Legión, acompañando al 25th Fusiliers Corps (Frontiersmen) aÁfrica del este en 1915. Roger Pocock con los representantes de Nueva Zelanda en 1935, (6).

El Señor de Lonsdale, (7) primer Presidente de la Legión. Capitán Roger Pocock (8) usando el primer uniforme de losFrontiersmen.

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surafricana y en Canadá con laPolicía Montada del Noroeste.Solamente en su cuadragésimoaño, había vivido tantas aventurasque podía llenar varias vidas.Creó el servicio de correo a caba-llo, a final del siglo XIX desde

Canadá a México cruzando losgrandes desiertos americanos.Incluso había montado para entre-vistarse con Butch Cassidy y sucompañero proscrito, comoencargo para un periódico deLondres. Cassidy había quedadotan sorpren-dido por esteinglés desar-mado queaceptó laen t r ev i s t a .

Las letras en elanuncio escritas en1904 pronto atraje-ron a otros con sedaventurera similar aPocock y la Legiónfue creada.Posteriormente seríaconocida en todoslos confines de latierra.

P o c o khabía estado enRusia como repre-sentante “del ilustre

correo” y había reali-zado trabajos deespionaje de forma

muy acertada. A través de unamigo pudo entrevistarse con elPríncipe Louis de Battenberg, Desu respuesta positiva Pocock seconvenció que alrededor de todaslas fronteras del mundo podíaproporcionar información de

ColaboracionesRegimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1

Capitán R. Pocock, (9) con uniforme del ejército durante la Primera Guerra Mundial. Unicafotografía sin su barba (no permitida por el ejército).La actriz Lena Ashwell, (10) hermana de R. Pocock.

R. Pocock, (11) iniciando la instrucción en un día de campo de la Legión en los años 30.

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Una tarjeta con la fotografía de Pocock, con la leyenda "Roger Pocock novelista y famoso vaquero". Detrás de R. Pocock,en este grupo de Frontiersmen se encuentra J.Y. Tobin, padre de la actriz Tobin. Frontiersmen, montados a caballo en for-

mación de parada.

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necesidad para Gran Bretaña ysus intereses alrededor de todo elmundo. En esos días ante el esta-blecimiento de una organizaciónbritánica de inteligencia, laAutoridad estatal también se con-venció que aquellos hombres acaballo podían proporcionar lamejor fuente de información.

La industria periodísticafue representada entre sus prime-ros miembros a través de H.A.Gwynne, R.D. Blumenfeld, EdgarWallace, y el más interesante deaquellos informadores al serviciodel Estado, Guillermo Le Queux.

Los corresponsales de guerraespecializados, Chandler deEdmund, Capitán Walker Kerton,F.A. MacKenzie y FrederickMoore entraron también a formarparte de la Legión. Pocock alistóa amigos entre autores y viajerosmuy conocidos en aquellos días,tales como Cutcliffe Hyne, que

escribió los libros del CapitánKettle, Morley Roberts y Harryde Windt.

Los políticos comenzarona considerar a la Legión unabuena idea, más conservadoresque liberales, y algunos coninfluencia aceptaron a sus miem-bros, tales como E.G. Pretymanque había servido en el Ministeriode Marina y había mantenido loscontactos navales en la Legión, aligual que Sir Henry Seton-Kerr,miembro para Saint Helens. Eranhombres influyentes con granenergía. Un ejemplo fue Sir Eric

Barrington el cual formaba partedel Foreign Office en 1867 yhabía sido secretario privado,entre otros cargos, de SirSalisbury y el Marqués deLansdowne. Se retiró del ForeignOffice en 1907, donde había ter-minado su carrera como ayudantebajo la Secretaria de Estado para

los asuntos extranjeros. Hombrecon un gran conocimiento delForeign Office ayudó de maneraespecial a promover los interesesde la Legión.

Estos hombres coninfluencia que escribían y habla-ban de la Legión, recuerdan comoen el nº 06 de la calle de Adán enLondres pronto se llenó de unacolección muy variada de marine-ros, soldados de fortuna, vaque-ros, exploradores, etc. los cualesdetrás tenían historias de natura-leza extraña y con vidas en loslados más sombríos de la Ley,dispuestos a alistarse en la Legión

de Hombres de Fronteras, empe-zar una nueva vida de honor y ser-vicio y olvidar la anterior con suserrores y deudas.

El domingo, 01 de enerode 1905, Roger Pocock escribióen su diario de bolsillo,“Comienza el año trabajando parala Liga de Frontiersmen”. Matizar

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El Mariscal Jan Smuts, (15) Primer Ministro de Campo surafricano, condujo las fuerzas contraAlemania en África del este en la Primera Guerra Mundial. El 25th Fusiliers Corps (Frontiersmen)sirvió bajo sus órdenes y creó tal impresión que ayudó a crear más adelante la Legión, declarando

"Ser un Frontiersman es honor bastante para cualquier hombre".

Morley Roberts, (16) viajero y autor de muchos libros de ficción.Guillermo Le Queux, (17) periodista y autor de muchos libros de ficción y de aventura, famoso por escribir "la invasión de

1910". R.D. Blumenfeld, (18) redactor del "Diario Express". Harry de Windt, (19) viajero y autor.

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el nombre utilizado por Pocock:“Liga” y no Legión; y estainexactitud ha sido utilizada pos-teriormente en libros más de unavez. Otro detalle en el diario debolsillo de Pocock era el númeroseis en su lista de miembros: SirWilliam Eldon, abogado. El cualhabía mandado un Batallón en laGuerra Boer, como Sargento. Eraun caballero victoriano, que en unprincipio no aprobó Pocock, aun-que finalmente fue afilado a laLegión y ocupo el cargo deComandante-General en 1909después de una discusión ferozcon Pocock y sus partidarios.Citar a este personaje ya que estu-vo implicado de forma muy efec-tiva en los planes de reforma delejército y fue Consejero Generalde la Legión.

Las discusiones eran muyencontradas en círculos oficialespara hallar la mejor forma parareformar el ejército. Se abogabafirmemente por la fórmula delreclutamiento, pero la trayectoriatomada era la formación delTropas Territoriales. La Legiónindicó claramente que cualquierhombre elegible debía formarparte de las Tropas Territoriales,creyendo que su edad era lomenos importante, para ofrecer suservicio a su país. De hechonunca ha habido barrera en laedad para formar parte de laLegión, y a partir de 1919, se darála bienvenida también a las muje-res, particularmente en NuevaZelanda. También, había unas doso tres docenas de hombres repar-tidos alrededor de todo el imperiolos cuales ocupaban una posición

perfecta para divulgar los boleti-nes de información que podríanser vitales para la Inteligencia yestos podían ser comunicados através de la Legión.

La Legión no tenía unarespuesta al problema de estoshombres muy independientesque enviaban información sinestar preparados quizá paradepurar o realzar cualquierinformación que enviaran.¿Cómo podría la Legión asegu-rarse que la información recopi-lada era verdad? Por ejemplocuando los periódicos como el“Correo Diario” (alentado porlas escrituras de Le Queux)pasaron el límite sobre la “ame-naza alemana” y gente normalcomenzó a ver espías alemanespor todas partes, aunque algu-nas de las historias divulgadasen fuentes oficiales a través dela Legión, fue comunicada contoda sinceridad y veracidad.Otra idea de la Legión, alentadapor muchos Frontiersman quehabían servido como tropasirregulares en la Guerra Boer,era que sus exploradores podrí-an actuar también como fuerzade combate detrás de las líneasenemigas, hostigando sus líneasde comunicación. Esta ideaserá demasiado independiente yavanzada para la Oficina de laGuerra, en aquella época.

La Legión decidió usar ununiforme parecido al usado porlos Frontiersmen de Londres, enlas tierras de ultramar. El resul-tado era notablemente similar,variando solamente el peso del

paño adaptado conveniente parael clima en el que debía serusado. Hoy se usa el mismouniforme con el siguiente lemaen su divisa, “Good GuardThee”. Antes de 1909, laLegión tenía muchos partida-rios pero estuvo cerca de larebelión abierta contra su fun-dador, que no era consideradoun verdadero caballero. Aunqueera un hombre de grandes ideas,Pocock no era un líder nato. Elcomité de Esher así lo habíainformado en las reunionesregulares que condujeron a lacita de Vernon Kell y MansfieldCumming y la posterior forma-ción de los servicios M.I.5 yM.I.6.

Después del asesinato enfebrero de 1908 del Príncipeheredero a la Corona dePortugal, el Rey Edward VIIhabía sido aconsejado en asegu-rar la posición como nuevo reya Don Manoel, el cual tomo eljuramento en su palacio. Lainformación provenía desdedentro de la Legión declarandoque los revolucionarios habíanutilizado para asesinar al jovenrey, un criado del palacio, con-tratado para tal fin. El 27 deenero de 1909, encontrándoseen Londres, Pocock fue a casade un amigo del rey Edward, elMarqués de Soveral, facilitandola información, de lo que estequedó extremadamente agrade-cido. El Marqués de Soveral,facilitó la información a su vezal rey y este igualmente agrade-ció a la Legión esta informa-ción. De este hecho se aprobó

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posteriormente una partida pre-supuestaria de 500 £ al año,para la Legión siendo adminis-trada por Esher.

Las Tropas de Roberts, através del Cuartel General enLondres perteneciente a laFrontiersmen Legion, habíanrecibido una petición desdeBélgica para que estos volunta-rios ayudasen a contener unainminente invasión alemana.Roberts había contactado conlas Tropas de Manchester al tra-bajar en los muelles de la ciu-dad de Manchester. El ReyAlberto I realizando una visitaoficial en Londres, el 24 dejulio, pidió a estos voluntariossu ayuda para unirse al ejércitobelga. Roberts fue a ver alCónsul belga en Londres fir-mando un documento medianteel cual se ponía a disposición deeste país a la FrontiersmenLegion, “en caso de necesidad”.

La Primera Guerra mundial

Las primeras tropas británicasen entrar en acción en 1914eran Frontiersmen.

El 2 de agosto las Tropasde Manchester embarcaron en elpuerto de Folkestone rumbo aOstende usando los Frontiersmensus uniformes de campaña, yacompañados de sus propioscaballos. Al llegar al puerto dedestino el día 4 de agosto, seencontraron con una gran y com-prensible confusión. Trascurridosdos minutos de las ochos horas dela mañana las primeras tropas ale-manas cruzaban la frontera entreBélgica y Alemania. Ostende seencontraba bajo un bombardeoartillero pesado y Roberts fueherido.

Roberts comenta que reci-bió la orden de distribuir y situar

a sus efectivos de la forma quedecidiera más conveniente, des-pués de recibir las oportunas ins-trucciones del Rey. El Dr.McDougall miembro de losFrontiersmen y verdadero artíficepara facilitar la posibilidad detraslado de las tropas británicas aEuropa, comenta cómo fueroncapaces de ayudar a los equiposde transporte bajo bombardeoenemigo, para facilitar el trasladode armas ligeros desde Amberes aOstende. Lograron apoderarsepara ello (término utilizado porun soldado británico) de algunasmotocicletas británicas cargadascon estas armas desde un barco detransporte y adecuarlas para suuso.

Más adelante el Dr.McDougall se hirió gravemente alromperse ambas piernas. Murióen Australia, pero al tener conoci-miento del apuro por el que atra-

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Frontiersman Guillermo D. Kemp, (20) fun-dador de las Tropas de Nottingham.

Manuel Herrera de Hora, (21) aventurero, elcual se proclamaba pirata, mercenario, y

posiblemente alguna vez boer. En la épocatenía nacionalidad alemana, trabajando como

espía infiltrado en la Legión.

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Reginald, Vizconde de Esher, (22) Presidente del Comité de Esher formadopor Haldane en 1906 para aconsejar sobre la reforma y defensa del ejérci-to.Edward Knoblock (1874-1945), (23) miembro de la Legión y amigo de lafamilia de Pocock, fue reclutado en S.I.S. por Compton Mackenzie y sirvió

principalmente en Grecia.

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vesaba su viuda el rey Alberto Ien señal de agradecimiento leconcedió una pensión vitalicia.

Aunque los historiadoresindican que, Gran Bretaña declaróla guerra a Alemania el día 4 deagosto, Gran Bretaña declaró notenía ninguna clase de tropas en elcontinente, es ciertamente reco-nocido el hecho por el cual lasTropas de Manchester pertene-cientes a la Legión de Hombresde Fronteras, tuvieron el honor deser las primeras tropas británicasen entrar en acción y luchar por ladefensa de Bélgica. La historiadel 3me. Lanciers belga admiteque aceptaron entre sus filas a losFrontiersmen, el 16 de octubre,pero Roberts aclaró que estehecho ocurrió realmente en agos-to. En la localidad de De Haanconsiguieron caballos y equipo yfueron alistadas en el 3me.Lanciers como “Ejercito Colonialde Caballería Británica”. Robertsasegura que posteriormente másFrontiersmen provenientes deLondres se unieron a los primera-mente llegados.

Hay muchas historiassobre las hazañas de estos hom-bres. El fundador de la Legión,escribió acerca de una:

“Un soldado de la Legiónde Hombres de Fronteras, llama-do Cowan, encontrándose en elfrente, prefirió utilizar los riflesutilizados por el ejercito alemán,capturando prisioneros alemanespara mantener la provisión demunición adecuada. En una bús-queda a pie, perdió su rifle, pero

persiguió a su víctima dentro deuna trinchera con su bayonetadesarmándole. Una vez consegui-do compro al soldado enemigouna bebida, y después se marcha-ron escoltando al prisionero haciael cautiverio”. ¡Algunas de lashistorias sobre estos Frontiersmanparecen ficción, pero muchas seha demostrado ser verdad!

Comentar sobre los infor-mes de Roberts con respecto a lasactividades de exploración de sushombres. Su historia es algo con-fusa, pero se refiere a un soldadode la Legión de Hombres deFronteras en la batalla del Canalde Yser y el 3me. Lanciers quedefendían el puente de Yser. Serefiere a un combate con seis ale-manes.

“Conseguimos confundir-nos entre ellos en la zonal alta delas trincheras, deslizándonos unoa uno sobre ellos. Agarré mi sabley a través de los accesos en lastrincheras, nos lanzamos sobreellos, pero uno me agarró el sabley nos caímos al fondo, rompién-dose el sable por la hoja y cortán-dome a través de la guarnición.La guarnición de la misma quedóencajada entre la muñeca y mimano que la sujetaba, sin podér-mela sacar. Seguí luchando yluché dos días mas con la empu-ñadura y la guarnición del sablepartido entre la muñeca con lamano herida y lacerada, hasta queencontré un herrero y un médicoque cortaron esta guarnición. Mimano estaba entumecida y con unprofundo corte por lo que el médi-co tuvo que poner puntos en la

herida y vendarla conveniente-mente”. ¡Qué opinión se puedetener sobre hombres como este!.

Antes de la navidad delaño 1914. El Rey Alberto I, cono-ció a los Frontiersmen que serví-an con el 3me. Lanciers belga.Charles Thompson, miembro delQ.M. Regimental recordó que elRey Alberto, después de probarsus raciones y encontrarlas satis-factoriamente buenas, habló aestos soldados en un perfectoinglés. Les comentó que era ungran honor tener a su lado un ejér-cito de verdaderos caballeros bri-tánicos venidos de ultramar paraunirse a su ejército y se sentíamuy honrado y en la obligaciónde devolverles la cortesía presen-tándose ante ellos y hablar direc-tamente con estos. A finales deenero de 1915, se recibe unaorden (probablemente de laOficina de Guerra británica),para disolver la unión con el 3me.Lanciers belga. La Legión deHombres de Fronteras fue nueva-mente transferida al cuadro deejército británico, pero se conce-dió el permiso para usar una cintacon los colores de la banderabelga en su uniforme, en recono-cimiento a su valor y méritos con-traídos, independientemente delas medallas y condecoracionesobtenidas, a aquellos miembrosque habían participado en ladefensa de Bélgica.

Driscoll y el 25th FusiliersCorps (Frontiersmen)

Cuando se declaró la gue-rra, Driscoll, tenía bien preparadaa la Legión como unidad de com-

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bate, con una idea revolucionaria(demasiado revolucionaria para laOficina de la Guerra). Se escribea la Oficina de la Guerra infor-mando sobre el tipo de entrena-miento en combate y su alta cali-dad de los miembros de laLegión, así como el número totalrepartido a través del mundo,numerados en 10.500 efectivos.Driscoll ofreció 1.000 efectivospara trabajar en la costa francesadetrás de las líneas alemanas, enuna acción de combate urbana yrural. Las líneas alemanas en losprimeros meses de la guerra seencontraban muy diseminadas enun país hostil. No hubo maneraque la Oficina de Guerra aceptarala postura de Driscoll el cualdeseaba crear una unidad de futu-ros Comandos formada porFrontiersmen, especializados enla guerra de guerrilla de forma

independiente. Incluso ni al desfi-lar estos hombres, el 8 de sep-tiembre de 1914 delante deGeneral Bethune, el cual informóde manera favorable, que Driscolltenía un magnífico ejército, elcual estaba perfectamente capaci-tado para realizar un trabajo comotropas irregulares.

Por desgracia, la Oficinade Guerra, declinó utilizar estecuerpo especializado, al entenderque todavía debían aplicarse sola-mente estrategias de guerra utili-zadas en las guerras colonialesdel siglo XIX. La situación cam-bió en 1915 cuando Driscoll y el25th Fusiliers Corps(Frontiersmen) se trasladó alfrente de África del este. Debido ala preparación y calidad de estossoldados, este Regimiento fueenviado directamente y de forma

excepcional al combate sin entre-namiento anterior en GranBretaña.

Historia Reciente de la Legiónde Hombres de Fronteras

La idea primigenia como seresaltaba anteriormente, era queeste grupo de leales al Rey y alImperio venidos de todas las par-tes del mismo, actuara como “ susojos y sus orejas ”, informando enlas embajadas británicas sobreaquellas materias que ellos pensa-ran que pudieran afectar de formaadversa a la Corona británica y asus intereses, transcendiendo des-pués más allá, jurando servir alImperio en la persona del Rey yprotegiendo su seguridad nacio-nal si se encontraba amenazada,lo que en la actualidad y en el

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Las Tropas de Manchester, (24) pertenecientes a la Legión de Hombres de Fronteras en acción, en Bélgica en 1914, bajo elnombre “Ejército Colonial de Caballería Británica”.

Teniente General Sir Sam Steele, (25) miembro del N.W.M.P. con una excelente reputación sirvió en la Guerra Boer comoTeniente Coronel. Durante la 1ª Guerra Mundial, como Teniente General, mandó las Tropas Canadienses en Shorncliffe. Su

reputación e influencia fue decisiva en Canadá para la creación y consolidación de la Legión de Hombres de Fronteras. Group “C” Squadron Poverty Bay (Gisborne), Nueva Zelanda, Legion of Frontiersmen, (26). Muchos miembros pertenecientes aNueva Zelanda como voluntarios en la Frontiersmen Legion participaron en numerosos combates en muchos teatros de guerra,

especialmente en Gallipoli y Egipto.Teniente Coronel. D.P. Driscoll (27). Legion of Frontiersmen, D Company of the 49th Bn C.E.F. (Edmonton), (28) bajo el mando

del Comandante de la Frontiersmen Legion, J.D. Willson. Willson fue responsible de reclutar 300 miembros para formar laPrincess Patricia's Canadian Light Infantry.

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recuerdo, se extrapola a través delos I.O.C. ( Comandos ExterioresIndependientes ), a cada uno delos Países con Comando (Delegación ), más, si existeMonarquía reinante.

Es evidente por tanto, elideal primigenio de los Hombresde Fronteras de servir al Rey y através de el al Imperio, siendo deinterés señalar que ello se traslucea través de uno de estos hombresque fue el fundador del movi-miento Scout y que entre otrascosas, creó el juramento que enparte dice: “ Yo prometo, por mihonor, cumplir con mi deber anteDios y el Rey y servir a otras per-sonas en todo momento “, tam-bién creó el lema del Scout “Estar Preparado”,. Baden Powellimpartió por consiguiente almovimiento Scout los mismosprincipios que gobiernan a losHombres de Fronteras.

Acciones de la Legiónde Hombres de Frontera yFechas destacadas

* Nace el Capitán Henry RogerAshwell Pocock (Fundador) eldía 19 de Noviembre de 1865.

* Propuesta de formación de laLegión de Hombres deFronteras el día 24 de diciem-bre 1904.

* Cena inaugural ofrecida porel Conde de Lonsdale el día 10Abril 1905.

* El Almirante HRH PríncipeLuis de Battenberg es nombra-do Miembro del Concilio.

* La Legión es reconocida por

su valía y despliegue, comoórgano auxiliar de laInteligencia Militar ( M.I.R ),en Haldane el 15 de febrero de1906.

* La Legión entra en acción enel levantamiento zulú en Áfricadel Sur (1906).

* La Legión entra en acción enShanghai China (1910).

* “H” Troop. Manchester.Acuden a la llamada de ayudacomo voluntarios del ReyAlberto I de Bélgica, siendo enpremio a su valor nombrados suguardia personal el día 24 dejulio de 1914.

* Apoyo en la defensa deOstend en julio de 1914.

* Se forma el Tercer Escuadrónde Lanceros y entran en accióncontra la caballería alemana(Son las primeras tropas britá-nicas en luchar contra el enemi-go) el 16 de agosto de 1916.

* El Teniente Coronel DriscollDSO. CMG, es comisionadopara formar el 25º Regimientode Reales Fusileros de losHombres de Fronteras (RRF)en diciembre de 1914.

* Se forma el P.P.C.L.I.: 600Hombres de Fronteras se unenen agosto de 1914.

* Se forma el 49º RegimientoLeal de Edmonton. C.E.F. enagosto de 1914.

* El Capitán F.C. Selous DSO.FRGS muere en combate en elEste de Africa bajo dominioalemán con el 25º Fusileros,cuando tenía 66 años el 4 deenero de 1914.

* La Legión entra en acción enla rebelión rand. en Africa delSur (1922).

* El Mayor General Lord Lochasume el mando del Comandode la Legión en 1923.

* La Legión entra en acción enel Cairo (1929).

* Se presenta el color regimen-

Colaboraciones

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Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1

Dentro de la Institución de la Legión deHombres de Fronteras, están integrados

desde las personas más humildes conespíritu de servicio, hasta miembros deCasas Reales y/o Imperiales, como el

Principe Reissa Pahlavi en la foto,durante su ingreso con el General

Bennett

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tal a la Guardia a caballo el 10de mayo de 1931.

* Segunda Guerra Mundial:Los Hombres de Fronteras sealistan individualmente desde33 países (1939 a 1945).

* Crisis Mau Mau (Kenya). ElEscuadrón Monte Kenia entraen acción con el EscuadrónBlindado Independiente delAfrica del Este Asociándose ala acción los Regimientos:

* Real Regimiento deFusileros. * Regimiento Ciudad deLondres. * 49º Leal Regimiento deEdmonton. * 4º Batallón P.P.C.L.I. GranBretaña* 3ª Compañía de Lanceros.Bélgica.* Compañía de InfanteríaLigera Princesa Patricia.Canadá* Compañía Montada LigeraAustralia* 3er. Batallón Legión deHombres de FronterasComando de Texas

Se diseñó el sombrero delmovimiento del tocado de laReal Policía Montada, siendo eltocado de los Hombres deFronteras. En esos tempranosdías, muchos líderes Scout erantambién Hombres de Fronteras.Muchos de los Hombres deFronteras pueden encontrarseen el manual original, entre sus

páginas. Esto es debido, sinduda, a las experiencias delCapitán Pocock en América yAfrica del Sur, así como even-tos similares en la vida de LordBaden Powell.

Tal impacto causaron losideales de los Hombres deFronteras, que persuadieron ahombres de todas las clases aunirse al movimiento. Asídurante el principio de las hos-tilidades armadas en la PrimeraGuerra Mundial, los Hombresde Fronteras ya estaban unifor-mados, aplicándose y entrenán-dose demostrando gran expe-riencia y versados en técnicasde caballería. Estos hombresdespués de haberse preparado,fueron ofrecidos al Ministeriode Defensa como unidad, por elCoronel Driscol.

Su concepto principal erausar a sus miembros como una

unidad especializada operandodetrás de las líneas del enemi-go, en otras palabras, pensar ensu uso como comandos, la ideade Driscol fue rechazada alpensar en métodos lejos delArte de Guerra, sin embargo, laTropa Salford Lancashire com-puesta por 30 hombres, al fren-te del jinete internacionalmentefamoso French de Evelyn,impacientes por salir, realiza-ron un movimiento intrépido.

Sufragando su propio gastoeste grupo de hombres unifor-mados se dirigieron a cruzar elestrecho hasta Calais, para diri-girse posteriormente a Bélgica,donde se encontraron y unieroncon el Tercero de LancerosBelga, convirtiéndose en losprimeros británicos embarca-dos en hostilidades contra losalemanes, ganaron Ypres ocu-pándolo dos veces, siendoFrench de Evelyn herido pormetralla de granada en elsaliente de Ypres. Debido a suvalentía S.M. Alberto I, Rey delBélgica, nombrará su guardiapersonal a los Hombres deFronteras. French de Evelyn,debido a las heridas sufridas,queda invalidado para el servi-cio, en este momento se les per-mite unirse a la Fuerza Aérea,fue precisamente lo que Frenchde Evelyn quería, ya que estabaespecializado y calificadocomo piloto, muriendo a los 42años en combate unos minutosdespués de radiar por antena elArmisticio, se convirtió así en

Colaboraciones

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Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1

En todos los Actos LF/IOCInstitucionales, de concentración de los

diferentes Comandos, la Formación y laCultura Militar brilla con identidad propia cada año. Por ello conservadesde su fundación en 1904 toda laemblemática, tradicional, histórica,

orgánica, social y funcional puramentecastrense, de ideales irreprochables,

magníficos y de gigantesca talla moral

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uno de los últimos hombres, sino el último, en morir en accióncontra las fuerzas alemanas.

Wilbur Taylor Dartnell,Segundo Teniente, sirvió en el25º Regimiento, (Hombres deFronteras), en los RealesFusileros y en el RegimientoCiudad de Londres. El 3 deseptiembre de 1915, cerca deMaktau, (Africa Oriental),durante un combate de la infan-tería contra el enemigo le hirie-ron severamente, el TenienteDartnell herido viendo su situa-ción, y sabiendo que elAskaries alemanes asesinabana los heridos, insistió en seguirluchando, manteniendose vivoen su último puesto bajo unfuerte fuego enemigo. Dio supropia vida para salvar lasvidas de sus hombres heridos ycubrir la retirada de su pelotón,por su valor, se le otorgó la con-decoración militar más alta deGran Bretaña a título póstumo(la Cruz de la Victoria).

Antes en la Guerra, elTeniente Dartnell había tomadoparte en la primera acción enAfrica Oriental cuando el cita-do 25º Batallón de RealesFusileros de los Hombres deFronteras capturaron Bukovadespués de una lucha muy fuer-te durante el verano de 1915.Bukova era la base principal decomunicaciones inalámbricasalemanas en el Africa alemana,con un eslabón directo conBerlín, cuando el pueblo fuecapturado, el transmisor y torrede la antena fueron destruidos

completamente, la Unión Flagse izó en la casa del comandan-te de la guarnición. El TenienteCoronel Driscol y el TenienteDartnell, se fotografiaron jun-tos a este edificio, sosteniendoel estandarte alemán capturado.

La bandera alemana sedevolvió a Inglaterra por el 25ºy se presentó en la OficinaPrincipal Imperial de la Legiónde Hombres de Fronteras, labatalla honra y una placa con-memorativa puede encontrarseen la iglesia Saint Bodolph’s,Bishopsgate, (Londres), otraplaca conmemorativa se locali-za en el foso del Teatro Real,

Drury Lane, (Londres), conme-mora esta el último sacrificiorealizado por Dartnell, encon-trandose el nombre de WilburTaylor Dartnell, el cuál también

puede verse en el CementerioConmemorativo de la Guerra1914-18 al nordeste del peque-ño pueblo de Mombasa y Voien el camino de Mombasa(Nairobi), para aquellos queemprendan un safari en Kenya.Cuando el autor estaba en elúltimo lugar en Voi, hace 45años, éste era un camino delmuram, frecuentemente lavadoa través de lluvias. El trechoentre Voi y Mombassa eraarena, sorprendiendo el verserpientes enrolladas al sol contal profusión que uno no podíaevitar arrollarlas, esta carreterade Mombassa al Lago Victoriaes ahora una carretera moderna.

Los visitantes de la oficinaprincipal de la Torre deLondres de los FusilerosReales, investigando, encontra-ron una bandera grande con unplato color de plata inscrito“Esta bandera imperial alema-na presentada por el TenienteCoronel D.B. Driscol, DSO; losoficiales con mayor rango del25º Batallón Real Fusileros(Hombres de Fronteras) alMayor General Stuart,Comandante de la Fuerza deManiobra Británica del Africadel Este 1915”.

Mil ciento sesenta y seisoficiales y hombres de estegrupo, los Reales Fusileros delos Hombres de Fronteras,conocidos como el Viejo 25º,Inglaterra, llegaron aMombassa, Kenya, el 6 de

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Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1

Emblema que ostentan todos los miem-bros de LF/IOC, desde las fechas de suacción voluntaria en defensa del ReyAlberto I de Bélgica, uniéndose en

Calais al 3º de Lanceros-Para Belgas,con los cuales están hermanados desde

entonces. Todos los miembrosFundacionales de LF/SIOC ESPAÑA son

miembros asimilados del mismo, de laFederación Real de Veteranos del Rey

Alberto I.

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mayo de 1915. El día deNavidad de 1915, sólo sesentade estos hombres sobrevivie-ron. Serían posteriormentereforzados durante los mesesresultantes.

Con una fuerza mínima dedoscientos efectivos, losHombres de Fronteras ganaronotro honor de la batalla deNyangao, en un combate queempieza el 17 de octubre de1915, dirigiendo el fuego ale-mán contra el centro de la líneabritánica, este centro de lascuatro mil setecientas hombresque componían las tropas invo-lucradas, fue sostenido única-mente por doscientos hombresdel 25º Fusileros de losHombres de Fronteras, a finalesdel combate, sólo cincuenta deellos permanecían vivos. Comopunto de interés a reseñar diréque, la historia de la ReinaAfricana, dramatizada porHumphry Bogart y AudreyHepburn, describió una hazañainiciada por los Hombres deFronteras.

Más allá, las hazañas africa-nas de otro británico, el CapitánFrederick Courtenay Selousperteneciente a los SelousScouts, representan los infor-mes entusiastas de las hazañasde este grupo sobre lo cuáles seescribieron varios libros,Selous era un gran amigo delPresidente de los EstadosUnidos, Theodore Roosevelt.Roosevelt dijo de él, “No habránunca un hombre más bienve-

nido como invitado en la CasaBlanca que Selous.” En elmomento de la llegada del 25º aAfrica Oriental, uno de sus ofi-ciales dijo de Selous, que supaciencia y marcado poder eranextraordinarios, losExploradores de Selous forma-rán el modelo para los primeroscomandos en su historia, fueronel modelo en el que se basó laespecialísima Unidad Anti-Terrorista del S.A.S británico,jugando un papel importante enel entrenamiento de los no

menos famosos U.S. NAVYSEALS americanos, el 4 deenero de 1916, Selous a los 66años descubrió un destacamen-to de fuerzas alemanas, el viejoguerrero murió por una bala deun francotirador.

Los americanos no desco-nocían la Legión de Hombresde Fronteras. Incluido en elBatallón, otro oficial, WilliamNorthrup, millonario america-

no, este era un hombre grande ypesaba 336 libras. ¡Se dice quesu espada colgó de un cinturónde 64 pulgadas! Mandaba uncolorido grupo de hombres queservía bajo su mando, tambiéneran incluidos en sus líneas,voluntarios conocidos históri-camente como “ The Old antthe Bold ”, había muchosmiembros raros como volunta-rios, incluyendo a un lacayoreal del Palacio deBuckingham, varios vaquerosde Texas, un naturalista cana-diense, un anterior Generalhondureño el cual ascendió enlos Hombres de Fronteras aSargento, varios rusos quehabían escapado de Siberia,varios exmiembros de laLegión Extranjera Francesa, unfarero escocés, un exploradorártico, un domador de leones yun caricaturista del SundayTimes, aunque no consiguieronalguno de los honores en labatalla donde participó el 25º,vivieron una parte dramática dela batalla mereciendo ser pun-tualizados.

Entre las Primera ySegunda Guerra Mundial, unacierta discordia se impuso entrelos Hombres de Fronteras, ycon ella al principio la divisiónque formó al final un gran des-pliegue, el Comando ImperialExtranjero se separó delComando Imperial, re-bauti-zandose primero en ComandoEuropeo y después enComando ExteriorIndependiente, por otro lado, elComando Imperial, con la pér-

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Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1

Fue la primera Cruz de la Victoriaganada durante la Primera Guerra

Mundial, otorgada póstumamente por elvalor Además, se otorgaron otros

muchos altos premios para reconocer lavalentía de los hombres del 25º de

Fusileros de la Legión de Hombres deFrontera.

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dida del imperio británico, sere-bautizo en Comando de laComunidad de Naciones, cre-ándose posteriormente otrasdivisiones existiendo todavíaotra división internas con laformación en Legión OfFrontiersmen de los distintosComandos Geográficos.

El Coronel en Jefe del LF-IOC, Brigadier Richard WallaceAnnand (Dickie), quién en esemomento fue SegundoLugarteniente (Capitán más tarde,Segundo Batallón, Real InfanteríaLigera Yorkshire), ganó su CruzVictoriana de la siguiente manera,el 15 del mayo de 1940, cerca delrío Dyle, (Bélgica), el SegundoTeniente, Annand infligió fuertesdaños al enemigo con granadas dela mano, estaba herido, pero des-pués de tapar su herida, realizóotro ataque contra el enemigo lamisma tarde, después, cuando laposición se encontraba desespera-da y se solicitó al pelotón su reti-rada, el Teniente Annand descu-brió que su ayudante estaba heri-do y perdido, volvió en seguida ala posición anterior y lo retiró enuna carretilla de mano antes dedesmayarse por la pérdida de san-gre.

Con la pérdida de Imperio, yla formación de la gran Familia deNaciones, la Comunidad deNaciones británica y sus nuevosobjetivos modificaron su enfoquey también el de los Hombres deFronteras sufriendo cambios sus-tanciales.

La Legión de Hombres deFronteras permanece en una dis-ciplina y cuerpo uniforme que usasimbólicamente la misma estruc-tura del Ejército británico, los orí-genes de los hombres deFronteras en la Real PolicíaMontada Canadiense todavía sedemuestra (y con fama) en elUniforme Ceremonial, el masconocido se llama románticamen-te “The Rosemarie Dress”, esidéntico al de la Real PolicíaMontada Canadiense, con laexcepción que la chaqueta es azulmarino con hombreras tipo cade-na correo.

Lamentablemente, estasseudo-divisiones persistenhasta este momento, aunque ladiplomacia educada y cuidado-sa puede prevalecer en el futuroy sanar las heridas infortunadasque se produjeron.

En la Segunda GuerraMundial, de nuevo, losHombres de Fronteras camina-ron para ofrecer sus servicios alRey y al País, sin embargo,

aunque las primeras Cruces dela Victoria de la Guerra songanadas por un oficial comisio-nado, a pesar de esto, de nuevoserían ganadas por un Hombrede Fronteras, el BrigadierRichard Annand. Esta fuerzavuelve a entrar en acción comouna unidad. los Hombres deFronteras serán encontrados entodos los servicios existentes.

Aquéllos que eran dema-siado viejos para el servicio delejército activo se ofrecieronpara el servicio con la GuardiaLocal, Servicio Auxiliar deFuego, Servicio de PolicíaEspecial y como Vigilantes delas incursiones aéreas, mientraslas personas más jóvenes odemasiado jóvenes para el ser-vicio del ejército, serán mensa-jeros para el A.R.P., la Brigadade Fuego Auxiliar y el ServicioPolicial, desarrollando así elconcepto tan necesario hoy, dela Reserva Civil.

Aunque los Hombres deFronteras nunca volvieron a

Colaboraciones

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Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1

Washington, anualmente se des-arrolla una concentración de

Comandos Geográficos con susMandos a la cabeza, reflejándoselas diferentes Unidades de esta

Reserva Civil, con las uniformi-dades tradicionales, dependiendo

de las funciones a realizar deDiario, Gala y de Gran Gala

Los miembros de LF/SIOCESPAÑA son considerados ya,como miembros de pleno dere-cho, equiparados plenamente en

todos los ordenes y aspectos,dada su preparación y especiali-

dades en todos los entornossociales.

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entrar de nuevo en combatecomo una unidad, existe unaexcepción, fue una vez más enAfrica Oriental, durante la“emergencia Mau Mau”, en1950. Logan Hook, un miem-bro de los Hombres deFronteras, formó la BrigadaBlindada Móvil y contribuyó ala defensa de la Colonia, esteoficial fue bien conoció por elautor de este artículo en esemomento, durante su periodode servicio activo.

Los Hombres de Fronterasy sus Unidades ganaron en susacciones reales diez Cruces dela Victoria, a través de Oficialesy Suboficiales que pertenecen ala historia escribiendo páginasde gloria y que hoy, conforman

su trayectoria cuasi epopéyica,a saber: Teniente W.T. Dartnelldel 25º Regimiento de fusilerosReales de los Hombres deFronteras, 6º Regimiento de la

Ciudad de Londres, 1915,Coronel C.R.G. Bassett de laNew Zealand Divisional SignalCompany, NZEF, 1915.Sargento J. Ormsby de la RealInfantería Ligera Yorkshire,1917. Brigadier L.W. Andrewdel Segundo Batallón delRegimiento de InfanteríaWellington NZEF, 1917.Comandante M.S.S. Moore del15º Batallón del RegimientoHampshire, 1917. Sargento A.Evans del 6º Batallón delRegimiento Lincolnshire,1918. Comandante R. S.Judson del 1º Batallón delRegimiento Auckland, NZF,1918. Sargento J. Crichton del2º Batallón del RegimientoAuckland, NZF, 1918.Sargento J.D. Hinton delRegimiento Canterbury, NZEF,1941.Segundo TenienteRichard (Dickie) Annand de laReal Infanteria LigeraYorkshire (K.O.Y.L.I.).

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Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1

Los miembros de la LF/SIOC, ya han situado con su preparación y su saber estar el pabellón español entre los más altos, consolidan-do su imagen y encuadrando la enseña nacional, enmarcada al mismo nivel conlas restantes hermanas que forman la LF/IOC. ESPAÑA está hoy equiparada al

mismo nivel que la Federación Real de Veteranos del Rey Alberto I, la LigaNacional de Veteranos del Rey Leopoldo III o la Federación de Ex -Combatientes

de Europa o Coroneles de Kentucky entre otras .

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1580-1583. LA GUE-RRA DE SUCESIÓN

DE PORTUGAL Y LAS CAMPAÑAS

MILITARES DE LASAZORES

Dr. D. Guillermo Calleja LealDr. D. Luis Miguel Falcón

I.- LOS ANTECEDENTES

Antecedentes de la unión dePortugal y Castilla

La unión política de laPenínsula tenía remotos antece-dentes que se remontaban a lostiempos de Roma, y sobre todo, ala Monarquía visigoda; aunquedesde la Baja Edad Media no seplanteaba la unión de Portugalcon España, sino con Castilla.

Los historiadores suelencometer el error de presentar laEspaña de Felipe II, tal como sifuera una potencia política des-arrollada que se anexionó unreino poco vertebrado, pero enrealidad sucedió todo lo contrario.Portugal ya tenía desde el sigloXIII todas las características pro-pias de un Estado nacional de lostiempos modernos, antes inclusoque Francia, Inglaterra y porsupuesto España: Fronteras bien delimitadas con latoma de Faro (1279) y la elimina-ción de la frontera sur musulma-na; y con el tratado de Alcañices(1297), que fija la frontera conCastilla.Posee una gran capital: Lisboa.

Las Cortes portuguesas funcionanen dialéctica política con laCorona, su principal universidadestá en Coimbra y su centro reli-gioso en Alcobaça.

Esta fuerte estructuraciónnacional permitió la superaciónde la crisis sucesoria producidapor la muerte del rey donFernando (1383), cuya dinastía sevio encumbrada con el rey Juan Ide Avis. Precisamente, dichasituación se consolidó a su vezcon la victoria aplastante del ejér-

cito de dicho monarca sobre el deJuan I de Castilla (aspirante altrono portugués) en la batalla deAljubarrota (agosto, 1385), queen Portugal siempre se considerócomo “la batalla” por antonoma-sia y cuyo recuerdo ha quedadopor siempre en el monasterio desu nombre (Batalha). En definiti-va, todos estos factores sentaronlas bases del impresionante des-pliegue en Ultramar que los por-tugueses realizaron en el sigloXV.

A partir de Aljubarrota,Portugal se convirtió en uno delas grandes naciones protagonis-tas de la Historia Universal. Talfue así, que cuando surgieron en

Castilla los problemas sucesoriospor la dudosa actuación deEnrique IV, que desembocaron enuna guerra civil, Alfonso V dePortugal creyó que había llegadoen momento expandirse hacia elEste con la invasión de Castilla,poniéndose a favor de los dere-chos de la reina Juana laBeltraneja, que le parecían legíti-mos.

En la guerra que enfrentóa doña Isabel la Católica y a susobrina doña Juana, lo que seplanteaba en el fondo, como seña-la con acierto Manuel FernándezÁlvarez, era una Castilla que que-ría vincularse a Portugal y otra aAragón: “Si triunfó la corrientefiloaragonesa quizás fuera, entreotras cosas, porque en castillasubsistía el mal sabor de la derro-ta de Aljubarrota y, aún más, por-que con la unión de Portugalparecía que castilla era la subor-dinada”. 1

Por tanto, el primer inten-to serio de unión entre Portugal yCastilla en la Edad Moderna,arrancó principalmente dePortugal. Pero además, no sería elúnico, porque cuando a través delos enlaces entre las dos casas rei-nantes condujeron al nacimientode un príncipe destinado a here-darlo todo, ese príncipe fue donMiguel de Portugal, que en 1499fue jurado heredero por las Cortesde Portugal, de Castilla y deAragón; aunque luego todo fraca-só con su temprana muerte, en1500. 2

Aquella era caracterizadapor la unión de los pueblos en

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Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1

Batalla de Aljubarrota

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Estados nacionales muchomayores y fuertemente cen-tralizados, tal proceso serealizaba mediante conti-nuas alianzas matrimonia-les, quedando las guerras ensegundo lugar. El príncipedon Miguel de Portugal esun buen ejemplo. Aunqueesto no quiere decir quefuera del gusto de todos,pues hubo portugueses queodiaban Castilla y desapro-baban la unión, y tambiénespañoles que lamentaron lamuerte del Príncipe como JuanGinés de Sepúlveda: “…Miguel,nacido para la esperanza de todaEspaña y de tantos Reinos, murióprematuramente, cuando apenashabía cumplido dos años”. 3 Hayque destacar que las uniones deambas dinastías mediante reitera-dos enlaces matrimoniales, indi-can con claridad que se buscabamucho más que amistad entre lasdos naciones.

En la época de los ReyesCatólicos, dos infantas españolastomaron el camino de Lisboa:doña Isabel y doña María. DoñaIsabel se casó primero con el prín-cipe don Alfonso, 4 quien pocodespués murió en Santarem; y alenviudar, lo hizo con Manuel I elAfortunado (O Venturoso) dePortugal. Pero más tarde, al moriresta vez doña Isabel, el rey donManuel renovó la alianza conCastilla contrayendo matrimoniocon su hermana doña María, quecomo veremos le dio muchoshijos y, entre ellos, a la futuraemperatriz doña Isabel y al infan-

te don Luis, padre de don Antonio(Prior de Crato y rival de Felipe IIen los años 80). Pero no acabó ahíla inclinación de don Manuel dePortugal hacia Castilla, pues alquedar viudo de doña María,renovó de nuevo la alianza casán-dose en terceras nupcias con doñaLeonor de Austria, hermanamayor del emperador Carlos V ypor tanto tía de Felipe II.

No hubo nada de azar entodas aquellas alianzas políticasselladas por enlaces matrimonia-les entre ambas casas reinantes;pero además, tales alianzas conti-nuaron en la siguiente genera-ción. Al morir el rey don Manuelel Afortunado, las Cortes castella-nas pidieron a Carlos V, el César,que se casara con la infanta doñaIsabel de Portugal, princesa nietay homónima de Isabel I laCatólica, de la que se decía quetenía todas las virtudes de su ilus-tre antepasada. Y este enlace, delque nacería don Felipe II, se viodoblado por el del rey Juan III elPiadoso de Portugal con la infan-ta doña Catalina, hermana menor

de Carlos V.Por último,

para cerrar esterecuento de enlacesmatrimoniales entrelas dos casas reinan-tes, puede añadirseque, en 1543, la ter-cera generación con-tinuará la mismapolítica de alianzascon la doble boda deFelipe II con doñaMaría Manuela de

Portugal 5 y doña Juanade Austria con el príncipe donJuan Manuel de Portugal.

En definitiva, si desde losprimeros momentos el príncipedon Manuel fue el malogradoheredero de las Coronas dePortugal, Castilla y Aragón, pare-ce obvio que se había hallado elcamino de la unidad políticapeninsular, querido y buscado porambas casas dinásticas reinantes,a través de los enlaces matrimo-niales. En 1499 la situación estu-vo a punto de inclinarse a favordel príncipe don Manuel dePortugal, pero murió en 1500,como quedó antes reseñado; ycomo la situación parecía enton-ces favorecer al príncipe donCarlos, Carlos V hizo un intentodiplomático enviando al padreSan Francisco de Borja a Lisboa.6 Y finalmente, cuando muera elrey Sebastián I de Portugal en labatalla de Alcazarquivir (1578),Felipe II se convirtirá en uno delos pretendientes al trono dePortugal como “el hijo de la por-tuguesa”. Aunque ya en 1543,

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Carlos V y su esposa Isabel de Portugal

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cuando se casó con la infantadoña María Manuela de Portugal,su boda despertó el recelo de unamplio sector del pueblo portu-gués. 7

Es cierto que la vecindadde Portugal y Castilla provocódos conflictos de una enormeenvergadura que supusieron labúsqueda de la unión mediante laviolencia: las batallas deAljubarrota (1385) y de Toro(1476), que tuvieron distinto ven-cedor. Pero a partir de entonces, ysobre todo desde la firma del tra-tado de Tordesillas (1494), ambasCoronas entendieron que la únicagarantía de su grandeza históricase basaba en la buena vecindad;como también que la diplomacia,y no la guerra, era el único cami-no que resolvería sus problemasfronterizos y las zonas de influen-cia en el ámbito de los descubri-mientos geográficos. Por tanto, elentendimiento fue necesario parael reparto de las expansiones oce-ánicas: Portugal en el LejanoOriente y el Brasil; y Castilla, enlas Indias Occidentales. Aunquecon la muerte del rey donSebastián en Alcazarquivir, seactivarán los viejos sueños deunir ambas Coronas en unamisma Monarquía.

Situación política en Españahacia 1580

Durante el siglo XVI,España y Portugal se convirtieronen los Estados más poderosos deEuropa, gracias a sus imperioscoloniales y a una serie de matri-

monios políticos, que entrelaza-ron a las dos dinastías entre sí(Casas Reales de Austria y deAvís) y con el resto de la realezaeuropea.

Fue hacia 1580 cuando

Felipe II, el Rey Prudente, asumióuna política de iniciativa que con-ducirá al Imperio español a sucenit, tanto en dominio territorialcomo en poderío. Por tanto, aban-donó sus anteriores indecisionespolíticas y emprendió su cometi-do con el formidable apoyo de loscuantiosos envíos de oro y deplata de las Indias Occidentales,que alcanzaban su punto máximo.Además, se introdujeron mejorasen el sistema financiero (asientos)que agilizaron notablemente lavida económica.

Por otra parte, la omnipre-sencia burocrática del corruptosecretario don Antonio Pérezhabía sufrido un primer golpe en1579, dejando de ser la figura

clave de la Administración, paraque a partir de entonces lo sea elcardenal Granvela, gran servidordel Rey, 8 quien había demostradosu firme lealtad en los primerosconflictos de Flandes. No obstan-te, Pérez continuará en su cargode Secretario de Estado de SuMajestad, lo cual resulta muy sor-prendente, hasta su caída en des-gracia definitiva, en 1584.

Don Antonio Pérez,madrileño de oscuro nacimiento(1534), era hijo de clérigo ySecretario de Estado por sucesiónfilial desde 1568; no obstante,durante diez años actuó en lasombra como primer ministro.Tras la muerte de don Ruy Gómezde Silva (1573), príncipe deÉboli, intimó con su viuda, damade enorme influencia con la quecompartió una especie de camari-lla donde campaba la corrupción,se vendían los cargos y las pre-bendas, e incluso se mediatizabanlas reales decisiones. 9

Don Juan Escobedo,secretario de don Juan de Austria,incitaba las ambiciones de éste y,sobre todo, la idea de que se casa-ra con la reina María Estuardopara lograr el trono de Inglaterra.Pero su mayor enemigo, donAntonio Pérez, denunció dichoproyecto matrimonial a Felipe II,obteniendo su real consentimien-to para eliminarle por “razones deEstado”.

El 31 de marzo de 1578,Escobedo fue asesinado por ungrupo afecto a Pérez, y según laopinión general, tal magnicidiofue organizado por éste y la

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El sueño de Felipe II, El Greco, 1577

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Princesa de Éboli.10 Más tarde, el28 de julio de 1579, el Rey orde-nará la prisión para ella y su pre-sunto amante, don Antonio Pérez,ante la insistencia de tales rumo-res y por intrigar contra sus inte-reses. 11 Pese a todo, los hilos detodo este turbio asunto siemprefueron manejados en todomomento por el propio Monarcadesde el monasterio de SanLorenzo de El Escorial, que aúnse hallaba en construcción. 12

El hermano de Felipe II,don Juan de Austria, héroe deLepanto y Gobernador de losPaíses Bajos desde 1576, fallecióde fiebre tifoidea hallándoseacampado en Namur; y dos mesesdespués, el 4 de agosto de 1578 seprodujo también la muerte de susobrino Sebastián I el Deseado dePortugal en la batalla deAlcazarquivir. Como veremos acontinuación, tras la muerte delrey portugués y el breve reinadode su tío el cardenal-infanteEnrique I, se desencadenará unaprofunda crisis dinástica en laCasa de Avis por la sucesión altrono, con una enrevesada tramade derechos sucesorios. Felipe II,hijo de la emperatriz doña Isabelde Portugal, aprovechará tal oca-sión para presentarse como firmecandidato y al final logrará launión peninsular que habíanintentado sus abuelos los ReyesCatólicos.

Descendencia de don Manuel Ide Portugal

Manuel I el Afortunado(O Venturoso) de Portugal(Alcochote, 1469/1521), era hijodel infante don Fernando, duquede Viseu, y subió al trono en 1495

por haber asesinado Juan II a suhermano mayor en 1484. Impusoun régimen autocrático y de pro-tección incondicional a la reli-gión, siendo su reinado uno de losmás florecientes de Portugal conlos hombres más eminentes enarmas, letras y ciencias de su his-toria. Expulsó a los judíos refu-giados en Portugal tras haber sidoarrojados de España (1496), paracongraciarse con los ReyesCatólicos y casarse con su hija lainfanta doña Isabel.

El rey don Manuel se casócon doña Isabel en octubre de1497; pero dos años despuésenviudó cuando dio a luz al prín-cipe don Manuel, quien a su vezfalleció en 1500. Con tal fatal cir-cunstancia, el monarca portuguésperdió la esperanza de que su hijofuera el primer rey que uniera lasCoronas de Portugal, Castilla y

Aragón.Luego se unió en matri-

monio con su cuñada la infantadoña María, hermana de la ante-rior, con la que tuvo los siguienteshijos:El príncipe don Juan (1502/1557),que reinará como Juan III elPiadoso desde 1521 hasta sumuerte. Juan III, casado con doñaCatalina de Austria, fue padre delpríncipe heredero don Juan deAvis, quien a su vez tuvo unainfancia muy enfermiza y muriójoven dejando como Príncipeheredero a don Sebastián, que rei-nará como Sebastián I elDeseado (1557-1578), y con él seextinguirá la línea legítima ydirecta de la Casa de Avis.La infanta doña Isabel, casadacon el emperador Carlos V ymadre del rey FELIPE II elPrudente de España y I dePortugal. El rey don Felipe reinóen Portugal desde 1580 hasta sumuerte, en 1598.La infanta doña Beatriz, esposadon Carlos, III duque de Saboya,y madre del célebre general donManuel Filiberto de Saboya.El infante don Luis, duque deBeja y prior de Crato. Fue padrede DON ANTONIO I, hijo bas-tardo suyo y también prior deCrato por herencia suya. DonAntonio, sobrino de Juan III,reinó entre sus seguidores comoAntonio I el Determinado, pri-mero en Portugal en 1580; yluego en las Azores, desde 1581hasta 1583. El infante don Fernando, que notuvo descendencia.

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Manuel I de Portugal

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El cardenal-infante don Enrique,quien fue ENRIQUE I el Castoal suceder a su sobrino SebastiánI.El infante don Alonso, que falle-ció sin dejar descendencia.El infante don Duarte (Eduardo),padre la infanta DOÑA CATALI-NA de Braganza, pretendiente ala Corona al morir su tío EnriqueI y casada con el duque don Juande Braganza. El hijo mayor dedoña Catalina era el Duque deBarcelos y será abuela de Juan IVel Restaurador, VI Duque deBraganza, que reinará en Portugaldesde 1640 hasta su fallecimien-to, en 1656.

Al enviudar de nuevo, elrey don Manuel contrajo matri-monio por tercera vez y esta vezlo hizo con doña Leonor deAustria, hermana del emperadorCarlos V, que le dio dos hijos:El infante don Carlos.La infanta doña María, que secasó con don Alejandro Farnesio,sucesor de don Juan de Austriacomo Gobernador de los PaísesBajos. 13

La muerte de rey don Sebastiánen la batalla de Alcazarquivir

Dos días después de falle-cer el príncipe don Juan dePortugal, su mujer, la princesadoña Juana de Austria, hija delemperador Carlos V, dio a luz alPríncipe heredero don Sebastián,sobrino por tanto de Felipe II. Almorir su abuelo Juan III en 1557,le sucedió como Sebastián I el

Deseado, cuando contaba consólo tres años de edad. LaRegencia quedó primero a cargode su abuela la reina viuda, doñaCatalina de Austria (hermanamenor de Carlos V), hasta 1562; ydespués de su tío el cardenal-infante don Enrique, hasta quepor fin fue declarado mayor deedad en 1568. ¿Por qué el donSebastián emprendió su trágicaaventura africana que le costaríala vida?

Primera teoría: Un reyjoven, místico, impetuoso y aloca-do, decidido a ampliar el Imperioportugués y el Cristianismo.

Los relatos tradicionaleshablan de don Sebastián, débil yenfermizo como su padre.Influido desde su niñez por suseducadores jesuitas, éstos leimbuyeron un espíritu de cruzaday un arraigado fanatismo religio-so. Aquel muchacho soñador y decarácter impulsivo se entregó a lalectura de los libros de caballería

y de los relatos de tantos navegan-tes y descubridores que contribu-yeron a la gloria y la expansióndel Imperio portugués. Su misti-cismo activo y sus deseos deemprender campañas militaresfueron incrementándose con losaños, prefiriendo ser un rey-misionero de espada y arcabuzque un rey dedicado a gobernar asus súbditos y a conservar losextensos territorios ultramarinos.En consecuencia, apenas cumpli-dos los dieciocho años, quiso par-tir a las Indias para ampliar lascolonias y convertir alCristianismo a todos los pueblosque hallara a su paso; mas unosaños después, influido por lashazañas de don Juan de Austria,fue ideando su proyecto de con-quistar el norte de África.

La expedición aMarruecos, en la que donSebastián perdería la vida, estuvoprecedida en diciembre de 1576por las Vistas de Guadalupe, cele-bradas en el monasterio. Elmonarca portugués había pedidoa su tío Felipe II una entrevista yallí se reunieron. Según esta ver-sión, que es la tradicional, elapoyo que don Felipe le concediófue lo que le decidió a pasar elEstrecho, en su obsesión de adue-ñarse de Marruecos y titularse“Rey de Reyes”; y la razón de talapoyo fue que Felipe II, un hom-bre hábil y experimentado, seaprovechó maquiavélicamente dela situación para alentar en suempresa a un monarca portuguésjoven y desequilibrado, que consueños de grandeza se caminaba

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Sebastian I de Portugal

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hacia el desastre y su propiamuerte.

Segunda teoría: La con-quista de Marruecos parecía fac-tible y era muy deseada en aque-lla época y podría aportar unenorme interés estratégico.

Desde la perspectiva euro-pea de 1576, la conquista deMarruecos era una empresa muyatractiva, factible y nada descabe-llada. En España, tras la toma deGranada, no pocos creían quehabía llegado la hora de lanzarse ala conquista de los territorios nor-teafricanos. La propia reina doñaIsabel la Católica dejó en suTestamento a sus sucesores estaconsigna: “… e que no cesen dela conquista de África…”.Después, el cardenal Ximénez deCisneros alentó una campaña quesupuso la toma de Orán, con laque se abrió una serie de conquis-tas del rey don Fernando elCatólico, que llevó la guerra hastaTrípoli.

Carlos V se centró más enel Reino de Túnez, como salva-guarda de las costas italianas, loque provocó el malestar de loscastellanos y que quedó reflejadoen la correspondencia de su espo-sa, la emperatriz doña Isabel dePortugal; aunque su fracaso enArgel, en 1541, vino a frenar lasansias de expansión en el norte deÁfrica.

En cuanto a Felipe II, aprincipios de su reinado planeóuna ofensiva sobre Argel, peroinexplicablemente no fue bien

acogida por las Cortes castella-nas. No obstante, tras conocer lamuerte de su sobrino donSebastián de Portugal y el desas-tre de Alcazarquivir, se interesarámucho en ayudar a los nobles pri-sioneros cautivos al sentirse obli-gado por ser el Monarca máspoderoso de la Cristiandad y tam-bién para ganarse la opiniónpública portuguesa.

El rey don Sebastiáncreyó que la conquista deMarruecos era factible, que era lo

mismo que opinaban muchos desus contemporáneos; aunque otracosa fue cómo se llevó a caboaquella empresa africana, cuyosriesgos le había advertido congran franqueza su tío Felipe II enlas Vistas de Guadalupe.

Se sabe que don Sebastiánde Portugal presionó cuanto pudoa su tío don Felipe en Guadalupe,con el fin de sacarle el máximo

apoyo económico y militar. Peroaunque don Sebastián era elmayor interesado en aquellaentrevista, no sólo debió concer-tarla para obtener apoyo, sinotambién para asegurarse de que supartida al norte de África no deja-ría a su Reino desguarnecido y amerced de un ataque por sorpresade los viejos tercios españoles.Quizás por ello don Sebastiánaprovechó tal ocasión para expre-sarle su deseo de afianzar la alian-za entre ambas Coronas y le pidió

la mano en matrimonio de lainfanta doña Isabel ClaraEugenia, su hija bien amada.

Por otra parte, hay desta-car dos aspectos que entendemosque son importantes.

En primer lugar, donSebastián era un rey joven de 22años de edad, sin experienciapolítica alguna y tenía la mismalínea inestable de su primo donCarlos de Austria, el príncipe

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Imperio de Felipe II

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heredero de España; mien-tras que don Felipe era unmonarca maduro, con 25años al frente del Estado.14 De ahí que el ReyPrudente, con su experien-cia y buena fe, le instararepetidas veces a que per-maneciera en Lisboa aten-diendo los negocios de suReino y de su vastoImperio, y desistiera de laidea de abandonar temporalmenteel trono para conquistar el nortede África. Además, quiso hacerlever que la Corona de Españahabía tenido experiencias muynegativas y su proyecto podríacostarle muy caro.

Y en segundo lugar, lomás importante es que Felipe II sedesplazó a Guadalupe por inicia-tiva de Sebastián I, y que estacumbre puede calificarse como deexcepcional en su reinado, 15 por-que fue la única vez que se reuniócon un rey, lo que demuestra elenorme interés que tenía porPortugal. De ahí que, al enterarsede la muerte de su sobrino y de unbuen número de hidalgos portu-gueses en Alcazarquivir, pusieraen marcha todo su dispositivodiplomático y militar, para conse-guir la herencia portuguesa que lecorrespondía como nieto del reydon Manuel el Afortunado.Además, el propio don Felipe ase-guraría que la empresa dePortugal sería para él la más pre-ciada.

Don Sebastián no escuchólos consejos de su tío, como tam-

poco lo había hecho con algunosde sus ministros y asesores, entreellos, don Francisco de Aldana. 16

Tras las Visitas de Guadalupe,regresó a Lisboa y encontró allí alos emisarios que había enviadoel anterior sultán de Fez, MuleyMuhammad Al-Mutaxakkil, des-tronado por Abd el-Malik, y quienle pedía su apoyo para recuperarel trono. Según la versión tradi-cional, aquel joven e impetuosomonarca no se lo pensó dos vecesy aun desconociendo las razonespor las que el sultán de Fez habíasido depuesto, le prometió deinmediato que le socorrería. Enrealidad, creía que era una empre-sa realizable y que le daría exten-sos territorios de un enorme valorestratégico por su situación en elEstrecho y con costas mediterrá-neas y atlánticas; y sobre todo, enGuadalupe, su tío don Felipe lehabía prometido numerosas tro-pas, jinetes y carruajes para laexpedición, como también elapoyo de Alemania e Italia.Además, ya se había gastado ensu proyecto una gran parte de losfondos de la Real Hacienda dePortugal.

Finalmente, eljoven rey portuguéspartió con una poderosaflota y desembarcó enTánger al frente unpoderoso ejército de17.000 hombres deInfantería, Caballería yArtillería, figurando enél lo más lucido de laoficialidad y de lanobleza lusitana. El

cuerpo expedicionario, tras des-cansar unos días en la playa deTánger, se organizó en fuertescolumnas y marchó acompañadode músicos y bandas hacia el inte-rior del país, para llegar cuantoantes a las fértiles llanuras magre-bíes y a Fez, su capital. Perocuando apenas había recorridounas leguas, se vio forzado acombatir ante los muros de lavieja e importante plaza deAlcazarquivir (Ksar-el-Kebir, elCastillo Grande).

La batalla aconteció el 4de agosto de 1578 y se conoce portres nombres diferentes. Para losportugueses fue la batalla deAlcazarquivir; para los marro-quíes fue la de Wed al Makhazín(río de la podredumbre), porquetuvo lugar a orillas de un río quese llenó de cadáveres de ambosbandos contendientes, despidien-do un hedor inaguantable durantemucho tiempo y originando terri-bles epidemias; y también se le hallamado batalla de los Tres Reyes,porque en ella combatieron tressoberanos.

Fue una batalla muy

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Mapa de las posesiones hispano-portuguesas en tiempos deFelipe II

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encarnizada en la que el ejércitoportugués fue derrotado por com-pleto y donde perecieron muchosmiles de hombres por ambos ban-dos. Un verdadero desastre paralas armas lusitanas, puesto queallí murieron: Sebastián I dePortugal, lo mejor de laCaballería que le acompañaba,muchos familiares suyos y losmás distinguidos miembros de lanobleza portuguesa, su asesor donFrancisco de Aldana, su aliado elsultán depuesto MuleyMuhammad Al-Mutaxakkil ytambién su rival el sultán Abd el-Malik. 17

En aquella época, estabatalla asombró a toda Europaporque en ella combatieron ymurieron tres reyes; 18 y cuandollegó a Portugal la noticia de quesu ejército había sido aniquilado,el pueblo entero se vistió de lutoporque prácticamente toda fami-lia portuguesa había perdido allíalgún miembro. Resulta oportunoañadir que en tan sangrienta bata-lla desapareció don Sebastiáncomo por encantamiento, porquenadie le vio morir ni tampoco sehalló su cadáver. Quizás no llegóa ser identificado por haber sidorobadas sus ricasropas y haberse des-compuesto con granrapidez por las altastemperaturas hastaquedar irreconoci-ble, o bien pudohaber sido pasto delas alimañas salva-jes. Tras la derrota,hubo soldados pri-

sioneros esclavizados que asegu-raron haber identificado el cadá-ver del Rey, cubierto por comple-to de polvo, tinto en sangre y connumerosos y profundos cortesproducidos por gumías moras;pero en realidad jamás pudodemostrarse su muerte ni tampo-co su supervivencia. 19 DonSebastián murió en el campo debatalla, pero aún aceptando laposibilidad de que hubiera sobre-vivido, lo cual es más que impro-bable, su desaparición provocó unconflicto sucesorio que terminará,como veremos a continuación, enun conflicto armado.

Por otra parte, puede aña-dirse que para los descendientesde los judíos expulsados dePortugal en 1496, la derrota por-tuguesa en Alcazarquivir y lamuerte del Rey fueron vistascomo el castigo de Yahvé contrala dinastía real portuguesa porvarias “señales”de Dios: con donSebastián se extinguió la Casa deAvís, su muerte ocurrió donde serefugió la gran mayoría de losjudíos expulsados y los prisione-ros fueron vendidos como escla-vos en los lugares donde residíanlos judíos de Fez. 20

Pero lo más importante esque la muerte de don Sebastiántuvo consecuencias muy gravespara el Reino, al ocasionar unenorme desconcierto en el pueblo,la bancarrota de la Real Hacienday un vacío político que intentó envano resolver su tío el cardenal-infante don Enrique con su coro-nación, provocándose una crisisdinástica y un conflicto sucesorioque don Felipe II solucionará con:la derrota militar de su rival, elPrior de Crato; su reconocimientoen las Cortes de Tomar comoFelipe I de Portugal; y la uniónpeninsular (1580-1640).

Por lo pronto, el rey donFelipe envió a don Pedro deVenegas con una brillante emba-jada a la corte del sultán de Fez,Ahmed El-Mansour (Ahmed elVencedor), con la misión de res-catar al mayor número de hidal-gos portugueses prisioneros yobtener noticias ciertas de algu-nos de los personajes principalesque habían acompañado a donSebastián en su aventura africana.Aunque, en realidad, el motivoprincipal de esta embajada no fueotro que presentarse ante el Reinode Portugal como su protector

tras Alcazarquivir, 21 yprecisamente, con elagravamiento de laenfermedad de EnriqueI.

Entre las perso-nalidades portuguesasprisioneras, se hallabandos pretendientes altrono portugués: donAntonio, prior de Crato;

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y el Duque de Barcelos, primogé-nito de los Duques de Braganza.

Don Antonio logró su res-cate gracias al apoyo del Duquede Medina-Sidonia, por lo que elmagnate andaluz, sin saberlo,hizo un pésimo servicio a su Rey.Aunque más tarde quiso enmen-dar su acción con la promesa deinterceder ante don Antonio paraque llegara a un acuerdo amisto-so. En realidad, Felipe II nunca seopuso a los buenos oficios delDuque de Medina-Sidonia con suprimo el Prior de Crato, porque leinfravaloraba debido a su ilegiti-midad. Por eso, el 23 de septiem-bre de 1579 le escribió desde ElEscorial: “El escribir vos a DonAntonio, mi primo, y al duque deBraganza, me parece que sepodrá suspender por agora por-que (como habéis sabido) donAntonio ha sido declarado ilegíti-mo, y así cesa enteramente supretensión…”. 22

El Duque de Barcelos síera motivo de especial interés porparte de Felipe II. El embajadorespañol logró liberarlo con susbuenas gestiones y don Felipe leordenó que lo llevara a Sanlúcar,señorío del Duque de Medina-Sidonia, a quien le dio instruccio-nes en la misma carta arriba rese-ñada: “…le hospedéis, acariciéisy regaléis como a sobrino mío, aquien tengo el amor que pide lasangre, que, por este respecto, ypor lo que holgaré de verle…”. 23

Además del Duque de Barcelos,el Rey logró el rescate de 80hidalgos por la cuantiosa cifra de

400.000 ducados. 24 En realidad,pretendía tener al Duque deBarcelos retenido en Sanlúcarcomo rehén sin que éste lo supie-ra, pues pensaba que teniéndoleen su poder podría negociar consus padres, los Duques deBraganza, si éstos seguían aspi-rando al trono de Portugal y semantenían hostiles. Sobre estesecuestro encubierto existenmuchas pruebas a través de lacorrespondencia entre Felipe II yel Duque de Medina-Sidonia,recogida por don Gabriel MauraGamazo, duque de Maura, en suexcelente obra titulada “El desig-nio de Felipe II y el episodio de laArmada Invencible” (1957).

El problema sucesorio dePortugal

La muerte de Sebastián Idejó la Casa de Avis sin sucesiónclara en el trono, aunque por elmomento las Cortes portuguesascoronaron sin dificultad al carde-nal-infante don Enrique, últimoAvis superviviente. Don Enrique Iel Casto, hijo de Manuel I elAfortunado, hermano de Juan IIIel Piadoso y tío de don SebastiánI, era un anciano con muy malasalud, pero al advertir los proble-mas sucesorios que se plantearíana su muerte, pensó casarse paradejar descendencia directa de laCasa de Avis; aunque morirá sinhaber conseguido la dispensapapal. Desaparecida la líneadirecta de Juan III al morir sunieto Sebastián I sin hijos, lo quele ocurrirá también a su hermano

don Enrique, la Corona dePortugal será disputada por tres

pretendientes, todos ellos primosentre sí y nietos de don Manuel I:

1.- Doña Catalina de Braganza,Infanta de Portugal y Duquesade Braganza, hija del infantedon Duarte.

2.- Don Felipe II, hijo de la empe-ratriz doña Isabel, nacidaInfanta de Portugal.

3.- Don Antonio, hijo bastardo delinfante don Luis y Prior deCrato.

Doña Catalina deBraganza, hija del infante donDuarte, tenía la desventaja de sermujer, pues la norma sucesoriadaba preferencia a los varones(como hoy en la mayoría de lospaíses con sistema monárquico).Pese a su condición de mujer,aducía tener mayor derecho quesus rivales por descender del reyManuel I por línea masculina; yademás, era una infanta nacida en

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Catalina de Braganza

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Portugal, por lo que el pueblo, elclero bajo y la Compañía de Jesúsestaban a su favor, que no erapoco. Sin embargo, al carecer deejércitos y del apoyo de la noble-za portuguesa, su marido elDuque de Braganza se dejó con-vencer muy pronto por Felipe IIpara que desistiera al trono, reci-biendo a cambio el preciadoToisón de Oro, como agradeci-miento y por su amigable gesto.

Don Felipe II era hijo deCarlos V y de la emperatriz doñaIsabel, nacida infanta de Portugal.Su madre le había transmitidodesde niño un gran amor a su que-rida Portugal y también su idio-ma; 25 y además, estuvo rodeadode portugueses en su infancia yjuventud. Hasta entonces, siem-pre había actuado con gran tactopolítico en las relaciones con elpaís vecino y mostrado un interésmuy especial.

A partir de la muerte dedon Sebastián I, Felipe II procla-mó que sus derechos a la sucesióndel trono de Portugal eran losmejores. El 2 de agosto de 1579,escribió desde El Escorial unacarta al Duque de Medina-Sidonia informándole que habíallamado a personas de ciencia yconciencia, letrados e incluso teó-logos y otras personalidadesextranjeras (para no levantar sos-pechas) con el fin de estudiar elcaso, cuyo resultado le vino a darla razón: “Luego que se entendióla muerte del serenísimo rey dePortugal don Sebastián, mi sobri-no, que Dios haya, di orden deque, por personas de mucha cien-

cia y conciencia, así de estosReinos como de fuera de ellos, semirase y estudiase el derecho quetengo yo a la sucesión de losReinos de aquella Corona (…)habiéndolo hecho con el cuidadoy diligencias que la cualidad delnegocio requería, fueron todosconformes en que, sin ningúngenero de duda, me pertenecejusta y derechamente, por servarón y mayor de días y más idó-neo que otros para el gobiernoque ninguno de los otros que sellaman pretensores”. 26

En sus argumentos, el ReyPrudente “ignora” a su rival elPrior de Crato, porque considera-ba que su condición de hijo ilegí-timo le dejaba sin ningún derechode sucesión al trono; y en cuantoa la infanta doña Catalina deBraganza, creía que su condiciónde mujer la situaba por detrás deél. Sin embargo, su mayor obstá-culo era que carecía de apoyopopular, porque el pueblo portu-gués quería un rey nacido en sutierra y él había nacido enValladolid, siendo considerado enPortugal como castellano y portanto extranjero. En el fondo, talrechazo popular se debía al temora que se diera la absorción dePortugal por parte de Castilla, queya dominaba medio mundo, loque supondría la pérdida de laidentidad nacional portuguesa.

Conviene destacar que elmonarca español supo formar elmejor equipo en la historia de lostiempos modernos: el Ejército, almando de don Fernando Álvarezde Toledo, III Duque de Alba, y

con figuras relevantes como donSancho Dávila y don Francés deÁlava; en la Marina, don JuanMartínez de Recalde y, sobretodo, don Álvaro de Bazán, mar-qués de Santa Cruz; en diploma-cia, portugués don Cristóbal deMoura; en el centro del Estado, alcardenal Granvela; y como auxi-liares, la alta nobleza gallega, leo-nesa, extremeña y andaluza(como los Condes de Lemos yMonterrey, y los Duques deMedina-Sidonia y Alburquerque),que quedaron encargados de pre-sionar a sus vecinos y amigos, yen muchos casos, a sus parientesde la alta nobleza lusitana delMiño, del Duero, del Tajo y delGuadiana.

Felipe II movilizó sudiplomacia en todos los ámbitos.Su plan consistía en dar lossiguientes pasos: don Juan deZúñiga, su embajador en Roma,

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Fernando Álvarez de Toledo. IIIduque de Alba. Tiziano

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tenía que obstaculizar los intentosdel anciano rey-cardenal EnriqueI para que no obtuviera permisopara casarse; don Cristóbal deMoura tenía que marchar aLisboa como enviado especial,para cumplimentar al rey donEnrique y conseguir que le nom-brara heredero al trono, y de pasoobtener fuertes apoyos en lanobleza y el alto clero; y final-mente, él mismo reclamaría eltrono a la muerte de don Enriquecomo mejor candidato por tenermás derechos, manejando la ame-naza de ir a la guerra sólo si fueranecesario.

Esta misión de Moura decaptar apoyos en la nobleza tam-bién fue encomendada por FelipeII a la alta nobleza castellana:hacer presentes a sus amigos yvecinos de la alta nobleza portu-guesa, haciéndoles ver cuántoganarían si le apoyaran, comotambién lo que les esperaría siafrontaban su terrible cólera. Asílo explicaba el Monarca al Duquede Medina-Sidonia el 2 de agostode 1579 desde El Escorial:“…Será bien que, como de vues-tro, y en la forma que os parecie-re más a propósito, procuréis dedar a entender esta verdad a losportugueses que confinan convuestro Estado: los grandes bene-ficios y comodidades que se leshan de seguir de juntarse con estaCorona, y los inconvenientes ydaños que de lo contrario resulta-rían, que por ser tan notorios losunos y los otros no se refierenaquí”. 27

El Duque de Medina-

Sidonia recibió más tarde unacarta de Felipe II fechada el 9 deenero de 1580 en Madrid, en laque le advirtió sobre el Conde deVimioso, uno de sus mayores ene-migos en Portugal y el principalnoble portugués que siguió lacausa del Prior de Crato: “Pues elconde de Vimioso es vuestroprimo y tan amigo como decís,será muy a propósito que procu-réis de él y de los que vienen en

compañía del Duque, el ánimoque traen, y con el color deldeudo y amistad que tenéis con ély con su padre diréis, como ensecreto y por vía de advertencia,a sus principales criados y ami-gos, que la vá la vida en que elRey de Portugal (Enrique I) sedeclare en su favor, porque tendrála guerra en casa y será la causade la ruina de aquel Reino”. 28

Para el rey don Felipe, laanexión de Portugal era la acciónmás importante de su reinado,

pues representaba el recto cum-plimiento del gran designio atlán-tico que su padre Carlos V, elCésar, había soñado hasta losúltimos días de su agitada vida.No se trataba sólo de Portugal,sino también de un inmensoimperio colonial que comprendíaBrasil en las Indias Occidentalesy la ruta de las Indias Orientales,con todas las plazas que constitu-ían una eficaz talasocracia que sehabía iniciado a principios delsiglo XV: Ceuta (cuyo escudoactual ostenta el de Portugal) -castillo de San Jorge de la Mina -Cabo de Buena Esperanza -Ormuz - India - islas de lasEspecias. Además, el Monarcaera consciente de que la combina-ción armónica de ambos imperiosy de las dos armadas más podero-sos del mundo convertirían eldesignio Atlántico en una inmen-sa posibilidad estratégica. Porotra parte, como en 1580 Francia,Holanda e Inglaterra estabanausentes del proceso colonizador,la unión ibérica suponía ponertoda América en manos de FelipeII, el Rey de las Españas, cuyopoder no podría compararse aningún otro imperio desde lostiempos de Roma hasta nuestrosdías.

El Rey Prudente aspirabaal trono de Portugal, pero la fuer-za de sus argumentos residía ensus ejércitos y sus armadas. Así lovieron con claridad sus contem-poráneos, como el padre Mariana:“Verdad es que las armas estabanen manos del rey Don Felipe quesiempre, y principalmente cuando

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Duque de Medina- Sidonia1550-1615

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el derecho no está muy claro, tie-nen más fuerza que las informa-ciones de los legistas y letrados; yes así de ordinario que entregrandes Príncipes aquella parteparece más justificada que tienemás fuerza”. 29

Es cierto, don Felipe dis-ponía de la fuerza para apoyar susargumentos de heredero al tronode Portugal, pero sólo estaría dis-puesto a emplearla en caso extre-mo. Con todo, la amenaza deinvadir Portugal era real; y aun-que los rebeldes holandeses man-tenían una lucha que parecíainterminable y llevaba casi quinceaños, la guerra había asolado loscampos y las ciudades de losPaíses Bajos, e incluso algunas deéstas habían sufrido horriblessaqueos, como Amberes en 1575.Por tanto, el que nombrara capi-tán general de su ejército alDuque de Alba, indica con clari-dad que formaba parte de su polí-tica de presión y amenaza a losportugueses para obtener suapoyo, e incluso podría calificarsecomo una acción dirigida a ate-rrorizarlos ante una posible inva-sión. 30

Como Felipe II queríaentrar en Portugal sin violencia,ordenó a su enviado especial antela Corte de Lisboa, don Cristóbalde Moura, que lograra que el reydon Enrique le nombrara herede-ro y que las Cortes portuguesas loconfirmaran. Una vez enPortugal, Moura logró que fuerael candidato más firme al tronoportugués, porque supo ganarse alas clases altas haciéndolas ver

que el rey español era el mejorgarante de las rutas oceánicas y laposibilidad de que respaldarafinancieramente al Reino dePortugal y a su vasto Imperio.Además, convenció a los merca-deres portugueses sobre las gran-des ventajas que tendrían en unaépoca de auge de los asentamien-

tos en Brasil, por la protección deFelipe II frente a las incursionesde los corsarios franceses e ingle-ses; y también jugó con la posibi-lidad de que ¡la Casa deContratación pasara de Sevilla aLisboa! Como resultado, no resul-ta extraño el que un amplio sectorde la nobleza y del alto clero com-prendiera las enormes posibilida-des y ventajas de la incorporaciónde Portugal a un Imperio tan fuer-te y poderoso, que entonces aúnno tenía rival.

Si bien las altas clasesquedaron convencidas por losargumentos de Moura, tampocohay que olvidar que él también

empleó el soborno con oro proce-dente de América y repartió títu-los nobiliarios y tierras. En conse-cuencia, el rey-cardenal donEnrique I convocó las Cortes enAlmeirín (1579) para que FelipeII fuera declarado legítimo here-dero al trono y Señor natural dePortugal; aunque luego resultóque no hubo tal declaración por-que los brazos nobiliario y ecle-siástico estuvieron de acuerdo,pero no así el brazo popular, quese negó en rotundo a tener un reyextranjero y menos aún castella-no. Al final don Enrique, que esta-ba muy enfermo y veía próximasu muerte, nombró la llamadaJunta Gubernativa, formada porcinco gobernadores que quedarí-an encargados de la regencia dePortugal a su fallecimiento y denombrar al sucesor. Luego, almorir don Enrique (31-01-1580),los cinco gobernadores señalarána Felipe II que no debía entrararmado en el Reino y que tendríaque esperar el fallo de su resolu-ción. Pero él no estará dispuesto aque sus legítimos derechos a laCorona de Portugal fueran consi-derados por ningún jurado.

Don Antonio, prior deCrato, había nacido en la corte deLisboa, en 1531. Era hijo bastar-do nacido de la relación entre supadre el infante don Luis dePortugal, duque de Beja, y la her-mosa judía conversa doñaViolante Gómez, que muriómonja en un convento. Educadoen Coimbra e investido comoCaballero de la Orden Militar yHospitalaria de San Juan de

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Enrique I, el Rey Cardenal

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Jerusalén, heredó de su padre elcargo de Prior de Crato.

En 1571, su primo donSebastián I le nombróGobernador de las posesiones yfortificaciones portuguesas delnorte de África, en Tánger; yluego en 1578, le acompañó en lacampaña militar del sultanato deFez, asistiendo al desastre de labatalla de Alcazarquivir. A suregreso a Portugal, intentó hacervaler sus derechos al trono; perosus pretensiones fueron negadaspor las Cortes portuguesas, quejuraron como Rey a su tío el car-denal-infante don Enrique.

Como don Antonio erabastardo y para colmo su madreera una conversa, sabía queambas circunstancias iban en sucontra como candidato al trono;por tanto, se esforzó todo cuantopudo en probar ante Enrique I lainexistente boda de sus padres,sin aportar prueba alguna válidani la menor evidencia. Su mayorbaza a favor era la gran hostilidadpopular a un rey extranjero y cas-tellano, presentándose por tantocomo candidato rival de Felipe IIcon el decidido apoyo de las cla-ses bajas portuguesas. Dichoapoyo popular provocará laGuerra de Sucesión de Portugal.

Como la Corona portu-guesa estaba considerada enEuropa como la más rica, en lasucesión al trono de Portugalhabía mucho en juego, y por esose produjo una verdadera vorági-ne de negociaciones diplomáticase intrigas increíbles de todo tipo.

Sin duda, en Londres y en París setemía el enorme incremento quesupondría para la MonarquíaCatólica si Felipe II lograba unirambas Coronas en su persona. Portanto, el rey de Francia, EnriqueIII de Valois, estaba dispuesto aayudar a doña Catalina deBraganza frente a Felipe II.Incluso su madre, Catalina deMédicis, llegó a proponer a laDuquesa que podría contar con elapoyo de su hijo, aunque a cam-bio de la cesión de Brasil aFrancia. Y cuando los Duques deBraganza preguntaron al embaja-dor francés Saint-Gonard sobrelas fuerzas militares que contarí-

an, éste les respondió: “Todas lasque sean necesarias”. En cuantoa Isabel I de Inglaterra, su actitudfue más remisa por temor a queFelipe II tomara represalias y,sobre todo, apoyara al partidocatólico de la reina MaríaEstuardo.

El 24 de junio de 1580, enmedio de este panorama interna-

cional, don Antonio, hombre decarácter díscolo y arrogante,como también muy dado a lasintrigas, con un golpe de audaciase autoproclamó rey de Portugalen Santarem, como Antonio I,ante la aclamación de las gentesallí reunidas y el fervor popular.Después, a mediados de julio,entró en Lisboa como Rey; peroconsciente de no poder enfrentar-se a Felipe II, quien le considera-ba como sobrino ilegítimo deJuan III, no dudó en pedir auxilioa Enrique III y a la reina Isabel I,provocando una afrenta muygrave al monarca español, que nopodía en absoluto tolerar. Traslograr el apoyo de Francia eInglaterra, el Prior de Crato inten-tó por todos los medios mantenerentrevistas y hacer proposicionesa don Felipe, pero éste rechazó talactitud que consideraba como unatáctica dilatoria, disponiéndose aimponer sus derechos de sucesiónal trono de Portugal por las armas.

II.- 1580. LA CAMPAÑAMILITAR DE PORTUGAL

Los preparativos de la campañade Portugal

El rey-cardenal Enrique Ifalleció el 31 de enero de 1580,por lo que su reinado fue muy efí-mero como todo el mundo espera-ba. Su muerte sucedió pocosmeses después de que Felipe IIpusiera en orden los asuntos deEstado con el ascenso del carde-nal Granvela y el primer aleja-miento de don Antonio Pérez.

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Antonio I de Portugal

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Pese a las maniobras y eléxito de don Antonio, la causa deFelipe II fue ganando adeptosdecisivos en Portugal y la simpa-tía de amplias capas de la pobla-ción; y para respaldar sus dere-chos al trono con la fuerza de lasarmas, el monarca español se dis-puso a organizar una fuerza navalde primer orden y un ejércitopoderoso para la invasión del paísvecino. 31 Al efecto, las autorida-des españolas en Italia iniciaronun reclutamiento intensivo, a lavez que se pidieron soldados alImperio y los capitanes realizaronuna excelente labor de captaciónde efectivos por los pueblos y ciu-dades castellanas. En cuanto a losmandos superiores, al concederFelipe II una importancia capitala la campaña militar de Portugal,entregó los planes bélicos a quie-nes consideraba sus mejores capi-tanes para la misma: el Duque deAlba, al frente de las fuerzasterrestres; y el Marqués de SantaCruz, al mando de las fuerzasnavales.

En 1580, don FernandoÁlvarez de Toledo, III Duque deAlba, era un militar anciano de 72años de edad. Por su altivez nocongeniaba con Felipe II, que eraautoritario. Además, las relacio-nes entre ambos eran cada vezmás difíciles y estaban en su peormomento. Don Felipe considera-ba que su misión política y militaren los Países Bajos había resulta-do muy negativa por haber agra-vado la situación; 32 de ahí que elprestigio del Duque fuera muycuestionado. Una vez que Alba

regresó a la Corte, sus interven-ciones en los Consejos de Estadoy de Guerra fueron mal recibidas,como cuando advirtió del granpeligro de haberse enviado a donJuan de Austria sin recursos sufi-cientes en hombres y en dinero.Al acertar, evidenció la culpabili-dad del Rey.

Alba provocó un escánda-lo aún mayor, en presencia deFelipe II, cuando se negó en

rotundo a seguir a don Sebastiánen su aventura africana, porqueno se le confiaba el mando supre-mo del cuerpo expedicionario.Según él, no podía hacer peligrarsu prestigio como militar, tan pro-bado en tantos años y campañas,siguiendo a un príncipe joven yatolondrado. El Monarca le cortóen seco y ordenó su confinamien-to inmediato en el castillo de Albade Tormes.

Pero todo se complicó aúnmucho más por el desaire quecometió al Rey su primogénito,don Fadrique de Toledo, al casar-se con doña María de Toledo sinsu consentimiento, dejando ade-más plantada a doña María deGuzmán, con quien estaba prome-tido y cuya tutora era la reinadoña Ana de Austria. Como Albalo había consentido y la boda sehabía celebrado en su castillo deAlba de Tormes, Felipe II dispusoque fuera confinado en el castillode Uceda (Guadalajara).

Más que los rencores per-sonales, que no eran pocos, lasmayores diferencias entre FelipeII y el Duque de Alba eran de tipopolítico. Enfermo y cansado, Albahabía intentado una audiencia condon Felipe, a lo que se negó. Peroluego, el Monarca antepuso comosiempre los criterios de Estado alas cuestiones personales, nom-brándole jefe supremo de las fuer-zas invasoras de tierra y de mar, yquedando las primeras a sus órde-nes directas. ¿Por qué el Rey leeligió para el mando conjunto delejército y de la armada en laGuerra de Sucesión de Portugal?

Sabemos que Felipe IIconsultó al cardenal Gravuela y adon Cristóbal de Moura, su mejorconsejero en asuntos portugueses.Para el Monarca, Alba al frentedel ejército produciría espanto alenemigo y podría resolver conrapidez el problema de Portugal,que de improviso se había suma-do a otros ya existentes enEspaña. En su despacho a Moura,le dejó bien claro su pensamiento:

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III Duque de Alba

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“Yo he pensado harto…lo que allídice (se refiere a los elogios delsecretario Delgado a Alba) y deuna parte y de otra hay que miraren ello… Si bien le temen tanto,bueno será para espantajo, quepara esto bueno es…” 33 YMoura quedó convencido en queAlba podía aterrorizar a quienesse levantaran en armas contra donFelipe en Portugal, lo que quizásincluso podría evitar la guerra:“… Será Dios servido que no seamenester más sino espantajos”.34

Si Felipe II necesitaba ungeneral que infundiera miedo y aquien no le temblara el pulso, elDuque de Alba era el más indica-do. Precisamente en 1578, conmotivo de los funerales deSebastián I de Portugal, habíacorrido con intensidad el rumorde que Alba le había aconsejadomarchar de inmediato sobreLisboa: “Mejor sería ir a cele-brarlos al monasterio de Belem”.

Por otra parte, 35 la acerta-da elección de don Álvaro deBazán, Marqués de Santa Cruz yCapitán General de Galeras desde1576, vino dada por ser el mejorjefe naval español de entonces.Lo había demostrado tras organi-zar con éxito no pocas armadas ytambién por su actuación en lasjornadas victoriosas de Muros,Vélez, Tetuán y como jefe de laescuadra de reserva en la célebrebatalla de Lepanto (7-10-1571),cuya participación resultó decisi-va.36 Además, Felipe II tuvoespecial cuidado en procurarse

una fuerza naval de primer ordenen la campaña militar de Portugalque iba a empezar y no dudó ni uninstante en darle a Bazán elmando de las fuerzas navales,quien para tal ocasión consiguióreunir 87 galeras y 30 naos en elPuerto de Santa María (Cádiz).

El Secretario de S. M.Delgado preguntó al duque deAlba si estaría dispuesto a ser eljefe del las fuerzas invasoras, nofuera que se lo impidiera su pre-caria salud; a lo que él contestó,con su altivez acostumbrada, quejamás pensaba en sus dolenciacuando se trataba de servir al Rey.

Una vez que aceptó, Alba abando-nó de inmediato su destierro deUceda para incorporarse comocapitán general del ejército de unaguerrido ejército de 20.000 sol-dados que se estaba concentrandoen torno a la plaza de Badajoz. 37

Pero esta nueva oportunidad deservir a Felipe II no significó quevolviera a tener el favor real y,prueba de ello, es que no le per-

mitió entrar en la Corte. El Duque de Alba obtuvo

la aprobación del Soberano paradesignar Maestre de CampoGeneral a don Sancho Dávila 38 ynombró jefe de la Caballería a suhijo don Fadrique de Toledo.Conviene insistir en que laempresa de Portugal fue un asun-to del máximo interés para donFelipe; por ello y de forma muyexcepcional, siguió personalmen-te al ejército en los preparativosde invasión. Así, a finales demayo, mientras proseguía confu-samente el proceso de donAntonio Pérez en Madrid, el Reyse hallaba en Extremadura.

En cuanto al Marqués deSanta Cruz, que se hallaba enton-ces aguardando en el Puerto deSanta María, Felipe II le enviódesde Medellín la orden de opera-ciones: su armada tendría que darapoyo táctico al avance por tierradel ejército del Duque de Alba, yse situaría en el estuario del ríoTajo (“Texo”, en portugués).

El día 13 de junio, en ladehesa de Cantillana, cerca deBadajoz, Su Majestad Católicapasó revista a las tropas delDuque de Alba. Carlos MartínezCampos, general de Artillería,historiador y académico, ofrece lasiguiente descripción:

“Desfilaron ante elmonarca: doce compañías dehombres de armas, cinco de arca-buceros a caballo y otras tantasde jinetes de la costa de Granada;varios destacamentos de los anti-guos tercios de españoles, tres de

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D. Álvaro de Bazán, marqués deSanta Cruz de Mudela.

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italianos, siete recién organiza-dos, los alemanes de Lodrón,sesenta piezas de artillería, 1.300gastadores, 3.500 carros y casiotras tantas acémilas de carga. Alfrente de los núcleos sucesivos:Fadrique de Toledo (con la caba-llería), Mendoza (con la infante-ría española), Médici (con laextranjera), Francisco de Mave(con los cañones)…; y jefe supre-mo del conjunto, el gran duque deAlba, de azul y blanco, que eranlos colores de sus armas”.

A continuación, Martínezde Campos introduce un relato deJ. Almirante: “(Del acto) habíadispuesto con buen orden Sanchode Ávila, en forma de batalla, porarmas y vestidos, por colores ybordados, que hacían florido elcampo verde y más lustroso el solque hería los arneses. Jamás hizotan vistoso lienzo un pintor enFlandes”.

Finalmente, termina así sudescripción de aquella revista delejército:

“Los 20.000 soldadosdesfilaron y emprendieron prontola campaña. Se había pensadoreunir casi 40.000. Pero las levasno proporcionaron lo preciso ydesertaron muchos extranjeros.Esto causó temores en la Corte,aunque el duque de Alba aseguróque la cantidad del contingentesuplía con creces la cantidad, yque un golpe certero en el cora-zón de Portugal daría el frutoconveniente…”. 39

En efecto, el plan de cam-paña consistía esencialmente enmarchar a la ciudad de Lisboa de

forma directa y lo antes posible,para tomarla mediante un ataqueanfibio realizado por las fuerzasterrestres de Alba con el apoyotáctico de la armada de Bazán.Además, las fuerzas invasorasespañolas contaban con el decidi-do apoyo de un amplio sector dela nobleza y de muchos portugue-ses que no aceptaban al Prior deCrato como rey de Portugal.

Inicio de la campaña militar ytoma de Setúbal

Don Antonio de Portugal,para lograr el trono, había solici-tado el auxilio de la Reina de

Inglaterra y del Rey de Francia,que decidieron prestárselo bajocuerda y con tal fin permitieronlevas militares y navales. Por eso,la campaña de Portugal podríaincluso llegar a convertirse en unaverdadera guerra general europea;no obstante, el Duque de Albaaseguró a don Felipe II que lacampaña sería muy rápida y con-tundente, para que no pudiera cre-arse una coalición europea contraEspaña por falta de tiempo.

La campaña militarcomenzó en el mes de julio de1580. Como quedó antes reseña-do, Alba tuvo el mando de lasfuerzas de tierra; y Bazán el de lasfuerzas navales, a las órdenes delanterior. No obstante, convieneadvertir que las galeras que fue-ron confiadas a don Álvaro seríanlas que llevarían a cabo la princi-pal operación de aquella campañamilitar, pues no sólo rendirían lospuertos fortificados de la costaatlántica, sino que también trans-portarían las tropas de tierra paraevitar su marcha a través dePortugal y acortar la duración dela guerra.

En el pasado mes de abril,ambos jefes militares habíanmantenido en Llerena muchasconferencias y Consejos deCapitanes, 40 surgiendo rocesinevitables por el carácter seco yautoritario de Alba, no dado aescuchar consejos de nadie yempeñado en marchar de formadirecta contra Setúbal y Lisboa.Bazán había sido en cambio parti-dario de que las fuerzas terrestresemprendieran dichos ataques,mientras su armada rendiría lassucesivas plazas costeras quehallaría en su derrota (Faro, Lago,Sagres y Villanueva), para nodejar enemigos a su espalda, nipuertos de donde podrían zarparnaves enemigas para atacar losconvoyes españoles.

Bazán no logró convencera Alba, pero según su costumbrese mantuvo obediente. Llegado elmomento, partió a galope deLlerena hacia el Puerto de Santa

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María, donde con la mayor breve-dad alistó su armada, compuestapor 56 galeras y 46 naves meno-res dedicadas al avituallamiento.Varios días después le seguiría suhermano don Alonso al mando deotras 40 naves, como fuerza navalcomplementaria a la suya.

Con el inicio de la campa-ña en el mes de julio, Alba seadentró en tierras portuguesas alfrente de sus Tercios, a la vez queBazán zarpaba con su armada delPuerto de Santa María.

El ejército español entróen Villaviçosa. Luego, las plazasde Elvas (cuya fortaleza era temi-ble) y Olivenza se entregaron alDuque de Alba, quien prontoadvirtió que su Rey contaba enPortugal con fuertes apoyos nobi-liarios y que había un considera-ble y creciente sector de pobla-ción cuya opinión le era favora-ble. Después, Estremoz,Montemar y Landeira siguieron elejemplo de Elvas y Olivenza; yhacia mediados de mes, en unamarcha “relámpago”, las van-guardias del ejército llegaron anteSetúbal. Esta plaza fue ocupadasin apenas dificultad, pero sus tro-pas quedaron detenidas por losfuertes, que contando con el efi-caz apoyo táctico de los galeonesSan Mateo y San Antonio se nega-ron a rendirse.

En cuanto a Bazán, elfuerte viento contrario hizo quetuviera que meter su flota unosdías en Ayamonte, hasta que cam-bió de dirección. Pero durante esetiempo no se mantuvo ocioso,pues tomó la plaza de Faro tras

algunos cañoneos; y el día 13 dejulio escribió a S. M. el Rey anun-ciándole su conquista, y añadien-do que si persistían las causas queretrasaban su partida deAyamonte, su intención no eraotra que pacificar todo el Algarvecon la rendición de todas lasdemás plazas.

Mientras tanto, el ejércitoseguía detenido con el sitio de losfuertes de Setúbal y Alba no deja-ba de maldecir la tardanza de laarmada de Bazán, que resultabatan necesaria para cortar lascomunicaciones enemigas portu-guesas y también para hundir losdos galeones mencionados. Perolo que más le inquietaba era que sise prolongaba el asedio a los fuer-tes, la campaña militar se prolon-garía más de lo esperado y podríaproducirse en Oporto el desem-barco de tropas francesas queacudirían en auxilio del Prior deCrato. En realidad, Alba descono-cía el carácter recto y disciplinadode Bazán, llegando a creer quecon su tardanza pretendía ganarméritos ante el Rey y la Corte rin-diendo plazas, aun a riesgo dehacer fracasar los objetivos prin-cipales de la campaña. De ahíque, preso de impaciencia y depreocupación, escribiera conti-nuas cartas a Felipe II quejándosecon amargura por la tardanza dela armada de Bazán, tal comopuede comprobarse en una deellas con fecha de 22 de julio:

“… No puedo pensar loque le ha movido o no seguir laorden de V. M.… Por cierto, elMarqués pudiera muy bien excu-

sarse el andarse a tomar bicocasy también fuera justo que excusa-ra enviar a su hermano antes dellegar a este puerto, sabiendo queconsiste en la llegada de laArmada la salvación de este ejér-cito y el hacer con ella los efectosque V. M. sabe… Me duele por elMarqués, que es muy buen caba-llero y muy grande amigo mío;pero llegado a este punto, notengo padre ni madre…”.

Quizás Alba se arrepintiódespués de haber escrito estacarta a Su Majestad el Rey, por-que veinticuatro horas después, seavistó desde Setúbal la flota espa-ñola. Las naves españolas embis-tieron contra el San Mateo y elSan Antonio, y tras un fuertecañoneo, fueron tomados al abor-daje; y al poco tiempo, los fuertestuvieron que rendirse al no contarcon el apoyo de ambos galeonesportugueses.

La batalla de Alcántara y latoma de Lisboa

Una vez rendidos los fuer-tes, llegaron a Setúbal noticias deLisboa, que se hallaba en un cre-ciente desorden por una gran agi-tación organizada por donCristóbal de Moura a favor deFelipe II, a quien apoyaba unnúmero creciente de nobles portu-gueses.

Por otra parte, la salud delDuque de Alba había empeoradoal punto de tener que dirigir en losucesivo el avance de su ejércitodesde una litera. Es posible que latoma de los fuertes de Setúbal dis-

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minuyera su enojo por la tar-danza de la flota, aunque nopodía en modo alguno sentirsesatisfecho por haber perdidoun mes durante el asedio a losmismos, cuando con el apoyonaval de Bazán los hubierarendido en sólo unas horas.Pero si seguía o no enfadadopor la tardanza, al menos supodisimularlo cuando convocó elConsejo de Capitanes.

En el Consejo deCapitanes, Alba expuso su nuevoplan de operaciones y que consis-tía en marchar de inmediato porlos caminos que conducían aLisboa para tomarla cuanto antes;y también, no dar tregua alguna alos portugueses porque estabanesperando un convoy de Brasilcargado de pertrechos y dineroabundante para contratar merce-narios y animar la resistencia.Tras exponer Alba su plan, losjefes de su ejército lo apoyaroncon entusiasmo. Sin embargo,Bazán se opuso argumentandoque, no habiendo buques enemi-gos, se debería embarcar las tro-pas y los pertrechos para realizarsu desembarco en las proximida-des de Cascaes, lo cual seríamucho más seguro que un avancepor tierra y además se ganaríamucho tiempo. A continuación,tras no pocas cavilaciones, Albaaceptó el plan propuesto porBazán considerándolo muy jui-cioso y superior al suyo; aunquequizás debió también pensar quesi él marchaba con sus tropas portierra hacia Lisboa, Bazán podíallegar mucho antes por mar y con

un poco de suerte incluso podríarendir la plaza antes de su llegada.Naturalmente, si esto ocurría, lesupondría perder la oportunidadúnica de entregar el trono dePortugal a Felipe II.

El 28 de julio, el ejércitode Alba partió de Setúbal a bordode la armada hacia Cascaes, a lavez que el Marqués de Santa Cruzordenó a su hermano don Alonsode Bazán que se dirigiera con diezgaleones mar adentro por si apa-recía el mencionado convoy pro-cedente del Brasil. Luego, en lamadrugada del día siguiente, lasnaves de Bazán, abarrotadas porcompleto de soldados y pertre-chos, avistaron Cascaes, situadasobre la orilla derecha del estua-rio del río Tajo. Poco después, loscañones de las galeras abrieronfuego contra el puerto, tal como siallí fuera a producirse el desem-barco de las tropas; pero mientrasesto sucedía, las naves de trans-porte realizaban el desembarcodel ejército en la playa. La opera-ción resultó un éxito, puesto quelas fuerzas de Alba se lanzaron deinmediato al ataque de la ciudad yla tomaron al asalto por sorpresa.

El Gobernador de

Cascaes, don Diego deMeneses, logró huir a la forta-leza de la ciudad para conti-nuar la resistencia. Entonces,el Duque de Alba envió uncorneta a la fortaleza para inti-midar a su rendición, sonó undisparo de arcabuz y el emisa-rio cayó muerto. Tres días des-pués, el 1 de agosto, las fuer-zas españolas tomaron la forta-

leza al asalto y el Duque ordenóque Meneses fuera degollado porla muerte del corneta.

Tras la toma de Cascaes,el ejército español se aprestó paratomar Lisboa desde el Oeste,justo por donde los portuguesesjamás lo hubieran imaginado. Lastropas del avanzaron por la orilladerecha del río Tajo hacia abajo yrindieron sin excesivas dificulta-des los fuertes de San Juan y deBelem. 41 Como Felipe II no que-ría presentarse en Portugal comoun extranjero invasor, sino comolegítimo pretendiente al trono, nodejaba de enviar emisarios alPrior de Crato intentando resolverel problema sucesorio a través dela vía diplomática y amistosa.Pero don Antonio, lejos de acep-tar la negociación, le contestabasiempre que prefería morir antesde llegar a un acuerdo amistoso; ymientras tanto, se dedicaba delleno a organizar una fuerza mili-tar para la defensa de Lisboa, conel fin de que las tropas españolasno pudieran entrar en la ciudad yla saquearan. Tales medidas noresultarán necesarias, puesto quedurante toda la campaña las tro-pas españolas casi siempre se

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comportarán en Portugal deforma muy moderada, respetandolas vidas y las haciendas portu-guesas, tal como así lo ordenabanlas reales instrucciones de S. M.Católica don Felipe II. 42

Don Sancho Dávila habíapreparado un plan detallado parael sitio de Alcántara y la entradade las tropas en Lisboa, que sepuso en práctica el célebre día 25de agosto de 1580. El choquearmado se produjo entonces encampo abierto, justo a la salida deLisboa y sobre un puente deAlcántara.

Alba fue sentado en unasilla para que pudiera dirigir per-sonalmente los movimientos delas tropas. Luego, tras unas salvasde artillería, ordenó a los Tercios,al mando de Marco AntonioColonna, que franqueasen elpuente, mientras don SanchoDávila, con varias compañías dearcabuceros, cruzaba aguas arribay amenazaba a las tropas del Priorde Crato por el flanco derecho, ala vez que la Caballería de su hijodon Fadrique debería dedicarse ala explotación de la ruptura.

Es justo reconocer que losportugueses se defendieron congran coraje y valor ante suCapital. Primero rechazaron másallá del puente a la infantería deColonna y luego amenazaron a laretaguardia española. Pero noadvirtieron cómo los arcabucerosde Dávila vadearon el río, y cuan-do se cantó el copo, los portugue-ses huyeron desordenados haciaLisboa, en la que entraron con-fundidos con sus perseguidores.

Aquel mismo día, Bazánse había anticipado forzando laentrada de Lisboa y fondeandosus 60 galeras en el Tajo. Luego,ordenó a sus tropas que desem-barcaran y tras una breve lucha seapoderó de Lisboa. Allí apresómedio centenar de bajeles portu-gueses; y aunque el duelo artille-ro fue vivo y la batalla resultómuy dura en los primerosmomentos, don Álvaro dedicó susmayores esfuerzos en impedir quelos soldados del Tercio de donSancho de Leyva entraran a sacoen la población lisboeta. Se trata-ba de una actitud política muyacertada, ya que si Portugal iba aunirse a España en la figura deFelipe II, carecía de sentido gene-rar odio y resentimiento en lapoblación por los desafueroscometidos por aquellos soldados,que además contravenían lasReales Instrucciones. 43

Final de la campaña militar de1580

A finales de agosto, elcontrol de Portugal ya era efecti-vo por parte de Alba y con la tomade Lisboa se terminó de formaprovisional la campaña militar de1580. En cuanto a los menciona-dos galeones procedentes delBrasil, éstos fueron apresados pordon Alonso de Bazán, por lo queno pudieron auxiliar al Prior deCrato.

La victoria del ReyPrudente parecía completa, peroel azar estuvo casi a punto deimpedirla, pues cayó enfermo de

un proceso gripal en Badajoz ycasi le cuesta la vida en el mes deoctubre. Sin embargo, su cuarta yúltima mujer, la reina doña Anade Austria, no logró superar dichaenfermedad.

Don Antonio de Portugallogró huir a caballo hacia Oportopara continuar allí la resistencia,pero una fuerte columna al mandode don Sancho Dávila le obligó asalir de la Ciudad del Duero yreemprender la huida hacia elinterior. Luego, una pobre campe-sina le escondió hasta que por finconsiguió un barco partidario quele condujo hacia Calais. En sumarcha hacia el exilio, lo primeroque hizo fue visitar París, dondeobtuvo el apoyo de doña Catalinade Médicis, madre de Enrique IIIde Valois, quien escuchó sus pre-tensiones y quedó fascinada consus promesas de grandezas yriquezas; y mientras esto sucedía,su humilde salvadora pagó sugesto generoso con la vida pordelito de alta traición al rey donFelipe.

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Catalina de Médicis

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Obtenido el apoyo deFrancia, el Prior de Crato partióhacia Inglaterra, donde fue recibi-do por Isabel I Tudor, siempredispuesta a dar su apoyo a cual-quier enemigo de España; aunquesu actitud ante don Antonio fuemucho más diplomática que laobservada por la reina madre deFrancia, o quizás más astuta, puesse limitó a darle algunos fondos yla promesa de contar con apoyode aventureros y corsarios. 44

Cuando don Antonio regresó aParís, marchó a las Azores oTerceras 45 con varios barcos por-tugueses adictos a su causa y unafuerte escuadra francesa al mandodel noble florentino FilippoStrozzi;46 y una vez que arribó enel archipiélago, se dedicará porcompleto a preparar su retorno aPortugal. Mientras tanto, laMetrópoli y todo el Imperio por-tugués juraban fidelidad a su ene-migo como Felipe I de Portugal.

La campaña militar delDuque de Alba fue brillante ymuy breve, pues duró menos dedos meses, de ahí que aunqueFrancia e Inglaterra hubieran que-rido intervenir en el conflicto, nohubieran podido por falta de tiem-po. También podría calificarse demuy poco sangrienta, por la esca-sa resistencia que opusieron losleales al Prior de Crato.

La unión ibérica en la per-sona del rey don Felipe incorporólas provincias portuguesas alImperio y los extensos territoriosportugueses de Ultramar: Brasil,la costa de Malabar, Ceilán,

Bengala, Angola, Goa, Macao ylas Molucas. Sólo las islasTerceras continuaron fieles alPrior de Crato con el firme apoyode Francia y en menor grado deInglaterra, siendo el único bastión

que le quedaba para justificar susderechos a la Corona, en contra lavoluntad de la nobleza, del clero,de la población lisboeta y de unabuena parte del pueblo que se sin-tió aliviada por la victoria deFelipe II. Además, los propioshistoriadores portugueses hansido siempre muy críticos con lafigura de don Antonio y sugobierno, como Oliveiras Martinsen su conocida obra “História dePortugal”: … El gobierno delPrior de Crato, era una tiranía deenergúmenos. Habían desertadode la capital los nobles y losricos. Una plebe desvariada tomóposesión de los cargos y de losarsenales. Era el reinado de lademagogia. Lisboa parecía unaciudad antigua. Don Antonio, un

antiguo tirano de la plebe. Losfugitivos, tibios, eran cazados; yuna vez cogidos, eran prendidos yarrestados por las calles, para serobligados a alistarse en las des-ordenadas levas del ejército deLisboa… eran asaltadas lascasas, rapiñas, violencias…Elgobierno lo vendía todo: lugaresy honras, desesperado por nohallar bastantescompradores…”. 47 Ante tanfunesto panorama, no puederesultar extraño que el puebloportugués recibiera a las tropasespañolas como libertadoras. Eneste punto conviene insistir enque las fuerzas terrestres de Albay las navales de Bazán no solieronactuar como invasoras, ni tampo-co hubo ningún caso de saqueo enPortugal como era lo común enaquella época; es decir, actuaroncon moderación en todo lo posi-ble para evitar rencores y mante-ner una sana convivencia.

Proclamación de Felipe II comoFelipe I de Portugal en lasCortes de Tomar

Repuesto Felipe II de suproceso gripal, entró en Portugalel 5 de diciembre de 1580 y sedirigió a Lisboa, donde la altanobleza portuguesa y sobre todosus rivales los duques deBraganza le rindieron pleito-homenaje. Luego, convocadas lasCortes portuguesas en Tomar, lejuraron Rey el 15 de abril de 1581con el nombre de Felipe I dePortugal, lo que albergó todas lasesperanzas. A continuación,

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Felipe II

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puede verse una descripción decómo transcurrió el juramento dedon Felipe y el de sus nuevos súb-ditos:

“Apoyando sus derechoshistóricos en los arcabuces de losTercios que manda el duque deAlba, Felipe II es proclamado Reyde Portugal en solemne ceremo-nia.- Salió S.M. afuera en suslugares. Salió don Jorge deMeneses y Tentúbal (Setúbal),alférez mayor del reino, con elestandarte real cogido, y en tornode él seis maceros y nueve reyesde armas con sus cotas.

Venía un poco delante deS. M., bien cerca de él, el duquede Berganza, descubierto, con elestoque envainado, muy galán,calzas y jubón de carmesí, capaguarnecida y gorra aderezadacon ricos botones de diamantes.De esta manera subió al cadalso,al cual subían por siete u ochogradas, que estaba cubierto conmuy ricas alfombras y colgado entorno a él, y todo lo demás delpatio de muy rica tapicería de oroy seda. Sentase en una silla, queestaba para este efecto, debajo deun dosel de brocado, y ellacubierta de paño de lo mismo conalmohada en el asiento y los pies,que todo esto estaba más eminen-te que lo llano del cadalso, dosgradas en alto, encima del cualsubió el duque de Berganza muycerca del rey, y de la manera quearriba se ha dicho, quitada lagorra y el estoque en el hombro, yasí todo el tiempo que duró elacto.

…Los procuradores del

reino, que son muchos, estabanfrente de S. M. puestos por suorden, levantados de los bancos ydescubiertas las cabezas el espa-cio de tiempo que duró esto,desde que S. M. salió y se sentó enla silla. Tocaron los instrumentos,los ministriles, trompetas y ataba-les alternativamente. Los delConsejo y la hidalguía dePortugal estaban a un lado deltablado más bajo de los títulos.

Sentado que fue S. M. ypuéstole bien las faldas, que pare-ce le embarazaban como hábitono usado, llegó el camareromayor y le puso un cetro de oropequeño en la mano, y sosegadaun poco la gente salió de entre losdemás obispos el de Leira,Piñeyro, y haciendo la reverenciaa S. M. se puso a un canto deltablado, y vuelto a los procurado-res e hidalgos, les hizo una brevey bien ordenada plática, dicién-doles la mucha merced queNuestro Señor había hecho a estereino en darle por rey y señornatural de él a S. M. que tan dota-do era de tantas y tan buenas par-tes, y que él como a nieto de reydon Manuel le venía derechamen-te la sucesión de este reino, cuyapaz y quietud había deseadograndemente, y que el fin paraque los habían mandado juntar,era para que le jurasen la fideli-dad y obediencia que como lealesvasallos que eran, debían y esta-ban obligados de hacer a su rey yseñor natural, y los naturales deeste reino habían hecho a susreyes sus predecesores, y otrasmuchas cosas a este propósito. Y

la plática acabada, se acercarondelante de S. M. los dos procura-dores de Cortes de Lisboa, uno delos cuales, en voz alta, significó aS. M. el contento con que todaslas ciudades y villas habían veni-do a darle la obediencia y jurarlepor su rey y señor natural, y quetenían gran confianza en NuestroSeñor, que por su causa este reinohabía de ser aquí delante muydichoso y prosperado, y algunascosas a este propósito.

En acabando su razona-miento, llegó el repostero mayor ypuso muy cerca de S. M. un sitia-lito pequeño, cubierto con unpaño de brocado, y una almohadade lo mismo encima, sobre la cualpuso el obispo capellán mayor unlibro misal abierto y una cruz decristal encima, pequeña, y sellegó allí junto con papel y plumaen la mano el secretario deEstado Miguel de Moura. Y llega-ron el arzobispo de Braga y pri-mado de este reino y aun pretendeel serlo de las Españas, y losarzobispos de Lisboa y Evora, yhabiéndose hincado de rodillasdelante del sitialito que he dicho,se levantó S. M. de su silla, y qui-tándose la gorra se hincó de rodi-llas y le tomaron juramento sobreel misal y cruz de que guardaríalos privilegios y fueros de estereino, y volviéndose a sentar, sefueron los arzobispos a su lugar.Y allegó el duque de Berganza yse hincó de rodillas, besó lasmanos a S. M., el cual se la dio yabrazó con la otra levantándoseun poco de la silla. Tras él llegósu hijo el duque de Barcelos e

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hizo lo mismo, y cuando el mar-qués de Villarreal y con los demástítulos por su orden, y acabadoque hubieron, comenzaron a lle-gar los prelados, y el primero fueel obispo de Braga y luego el deLisboa y los demás por su orden,y en acabando llegaron los delConsejo de Estado y otrosConsejos, que fue primero elconde de Matutinos y tras él D.Cristóbal de Mora, a quien hahecho S. M. veedor de la facenda.Acabados los del Consejo, vinie-ron los hidalgos principales, quelos que de estos reinos vinierongalanes D. Rodrigo deAlencastro, y el mariscal su sobri-no, y el comendador mayor deCristus, y así todos los demásvenían con vestidos llanos.

En acabando los hidalgosy alcaldes mayores de castillos,comenzó a llamar por un papel unrey de armas a las ciudades yvillas, y primero a la de Lisboa, ydende que comenzó a jurar elduque de Berganza que fue el pri-mero hasta que acabaron todos,estuvieron dos secretarios escri-biendo los nombre de cuantosiban jurando. Y las palabras ysolemnidad del juramento quetodos habían de hacer, las leyó enun papel al principio el secretarioMiguel de Moura, por cuya causano hubo necesidad de decirlo acada uno de por sí, sino tan sólohacían salva con la mano en suboca y la ponían encima de lacruz y libro e iban a besar la delrey.

Acabado que hubierontodos de jurar, el secretario

Miguel de Mora dijo en voz altaque S. M. aceptaba el juramento ypleito homenaje, que todos lehabían hecho, y un rey de armasel más antiguo le dijo en voz altapor tres veces oíd, oíd, oíd; y elalférez mayor que desde el princi-pio había estado con el estandar-te real en la mano, frontero delrey y en medio del cadalso, dijoen voz alta: Real, Real, Real, porel muy alto y muy poderoso señorel rey D. Felipe nuestro señor. Y aeste tiempo los reyes de armas ytodos los procuradores de Corteslevantaron la voz diciendo: Real,Real, muchas veces. Y habiéndosetocado todos los instrumentos,bajó el dicho señor D. Jorge alfé-rez mayor del cadalso con elestandarte en la mano, y tornó adecir lo que la vez primera, aquien los reyes de armas y procu-radores respondieron lo queantes”. 48

Poco después de lasCortes de Tomar, don Felipe pro-clamó una amnistía general conmuy contadas excepciones, comoel Conde de Vimioso y el Prior deCrato.

Felipe II instituyó la uniónde los dos reinos ibéricos; pero enatención de la autonomía solicita-da por el Reino de Portugal, crea-rá en 1582 el Consejo de Portugalpara garantizar que las adminis-tración y el gobierno de ambosreinos se mantendrían separados,aunque en realidad sólo serviríapara asentir las decisiones delMonarca y la administración por-tuguesa pasaría a disolverse entrela burocracia estatal castellana.Pero por otra parte, también resul-ta oportuno destacar que, pese aque Portugal quedó incorporadoen la Monarquía como una pro-vincia, a partir de 1580 los noblesportugueses ejercieron una mayorinfluencia en la Corte de Madridque los nobles españoles en laCorte de Lisboa.

Tras la batalla deAlcántara, el pueblo portuguésque había apoyado a don Antoniocomprobó que las tropas de Albay Bazán no actuaron como inva-soras, sino con respeto a las vidas,haciendas y costumbres portugue-sas, poniendo además término alos abusos de éste y de sus parti-darios. Pero pese a todas estasacciones dirigidas a todos los por-tugueses para que no se sintieraninvadidos, el Monarca jamáslogró eliminar los recelos del pue-blo portugués. En cuanto a lanobleza y al alto clero, que en sugran mayoría se habían manifes-tado partidarios de don Felipe,comenzaron a darle la espalda y adesentenderse de la tan necesariareorganización de Portugal, alcomprobar con gran decepción

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que los españoles estaban dis-puestos a actuar con justicia y ano concederles privilegios abusi-vos a costa de sus propios compa-triotas.

La inesperada muerte delpríncipe don Diego y la necesidadde que las Cortes portuguesasjuraran Príncipe heredero al pos-trero hijo de Felipe II, el príncipedon Felipe, obligó al Monarca apermanecer en Portugal hastabien entrado 1583, llegando porentonces a pensar en convertir aLisboa en la capital de tan vastoImperio hispano-portugués. Paraentonces, como se verá a conti-nuación, había ya fracasado laintentona de don Antonio sobrelas Azores, siendo derrotada laflota francesa de Strozzi por la deBazán. Quizás fue la última granvictoria naval de España.

III.- 1581. PRIMERACAMPAÑA MILITAR DE

LAS AZORES: LA DERROTA ESPAÑOLA

EN TERCERA.

Importancia de las campañasde las Azores

Reconocido don Felipecomo Rey de Portugal en lasCortes de Tomar, no sólo logró eldominio de toda la PenínsulaIbérica y también de la amplia redportuguesa de establecimientosen las Indias Orientales, África yBrasil, sino que además puso a suservicio la más firme tradiciónnaval de Europa. Portugal llevabamás de un siglo comerciando con

la India por mar y sus barcos tení-an muy merecida fama por susdos características más sobresa-lientes:Su gran tamaño, 49 que eraimprescindible para poder cargarun gran número de mercancías.Su robustez, que también era muynecesaria al tener que hacer largastravesías oceánicas, por elAtlántico y el Índico, y soliendotener unas condiciones de nave-gación muy severas, empleandosólo el velamen.

Con razón, un cronistaespañol de aquella época,Escalante Mendoza, escribía en1575 que “Las naos y galeonesque en Lisboa se labran para susnavegaciones y armadas, son másfuertes que otras ningunas”. Sinembargo, en contraposición atodo esto, la construcción navalcastellana no se había especializa-do en ningún tipo concreto debuque, abarcándolos todos, gran-des o pequeños, para mercadearpor toda Europa y las Indias, yafuera en el Báltico o en el Caribe.Por supuesto que España poseíagaleones, pero el prestigio de supoder en la mar se concentraba enla galera, que era un tipo de buqueinadecuado para la navegaciónatlántica aunque excelente para elMediterráneo, donde en 1571había vencido al Turco enLepanto, en buena parte por laactuación providencial de donÁlvaro de Bazán al mando de laescuadra de reserva. 50

Si el Prior de Crato habíalogrado hacerse fuerte en las islasTerceras o Azores, desde donde

continuaba actuando como sobe-rano “legítimo” de Portugal(Manuel I para sus seguidores)ante las cortes europeas, especial-mente de Francia e Inglaterra,Felipe II pondrá los grandes gale-

ones oceánicos portugueses almando del Marqués de SantaCruz para tomar el archipiélago,único territorio portugués que nocontrolaba y donde su rival trata-ba de organizarse.

Resulta también muyoportuno advertir que los historia-dores que han tratado el reinadode Felipe II, salvo algunas excep-ciones como el general JoséCervera Pery,51 han cometido el

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gran error de restar importancia alas campañas militares de lasAzores, considerándolas comosimples “campañas menores”. Enrealidad, los hechos sucedidosfueron de una gravedad extremapor la enorme importancia geoes-tratégica de las Azores y el apoyoque don Antonio había recibidode Francia e Inglaterra:

Primero. Don Antonio, tras huirde Portugal derrotado en1580, obtuvo de Francia unacuantiosa ayuda económica yuna escuadra muy poderosa; yde Inglaterra, una ayudamenor pero nada desdeñableen dinero y la cooperación decorsarios (como JohnHawkins, Francis Drake, elconde de Oxford, etc.).

Segundo. Las islas de las Azoresestaban en las rutas de laCarrera de Indias. La necesi-dad de hacer escala en ellasdurante el viaje de regreso otornaviaje las había converti-do, desde los primeros tiem-pos de la Conquista deAmérica, en el área de mayoractividad del corso. 52 Hastaentonces, Felipe II (como supadre) había tolerado de muymala gana la presencia de loscorsarios en las Azores, por-que cualquier acción armadaen dicha zona marítima hubie-ra significado la guerra conPortugal. Pero además, lasAzores eran vitales para lacomunicación del doble impe-rio filipino, como lugar dereunión de las flotas proce-

dentes de las Indias para haceraguada, proveerse de víveresy continuar hacia la Península.Para Felipe II era la gran opor-tunidad de eliminar a su rival,el Prior de Crato; y al mismotiempo, era consciente de quela posesión de las Azores daríaun apoyo logístico de unaenorme importancia para losnavíos venidos de la Carrerade Indias desde América y dela Flota del Tesoro desde lasIndias Orientales, así comouna mayor seguridad para lasflotas al no ser utilizados suspuertos por los corsarios.

Tercero. Desde su reducto atlán-tico de las Azores, donAntonio representaba unagrave amenaza para todo elsistema de comunicacionesdel doble imperio peninsular,y además había convertido lasislas en un foco de rebeldía yde incitación permanente parala lucha por la independenciade Portugal. Él y sus seguido-res, aprovechando la lejaníade Portugal, hicieron creer a lapoblación de las Azores que elrey don Felipe había invadido

el Reino con unas tropas sal-vajes y sanguinarias, sacandoa relucir de forma siniestra laleyenda Negra y los Autos deFe del Tribunal del SantoOficio. Tal propaganda intere-sada no tuvo éxito en la isla deSan Miguel, lo que permitiríaa los españoles disponer almenos de una base naval paraapoyar cualquier operaciónque se realizara en las restan-tes islas del archipiélago.

La ambición de don Pedro deValdés hace fracasar la primeracampaña.

En 1581, comisarios de laisla de San Miguel se presentaronen Lisboa para ofrecer su sumi-sión a Felipe II. El Monarca losrecibió y decidió enviar una expe-dición a dicha isla con lossiguientes objetivos: limpiar lasaguas de las Azores de corsarios;tomar posesión de las islas, echarde allí a don Antonio; y evitar quela Flota de las Indias Orientalesque venía al mando de donManuel de Melo (partidario delPrior de Crato), se pusiera en con-tacto con él y sus seguidores. Perocomo la campaña militar dePortugal había durado sólo cuatromeses, en España se pensó que laconquista del archipiélago seríamuy rápida y sin apenas dificulta-des; quizás por ello, los preparati-vos de la expedición no se realiza-ron con la seriedad que requeríaun asunto de tanta importancia.Posiblemente esa fue la razón porla que Felipe II no encargó la

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toma de las Azores al Marqués deSanta Cruz, quien permanecióvigilando los movimientos de losmusulmanes en las tierras de laBerbería, dado que se creía que elSultán de Constantinopla iba aromper la tregua que firmada elaño anterior.

Felipe II envió a donPedro de Valdés a San Miguel,dándole el mando de la escuadrade Galicia y Reales Instruccionespara que limpiase el mar de corsa-rios, recibiera las flotas de Indiaspara que no recalaran en territorioenemigo y evitara que los agentesdel Prior de Crato contactaran conMelo. La escuadra de Galiciaestaba formada por cuatro navesgrandes y dos pequeñas, y trans-portaba 80 artilleros y 600 solda-dos de Infantería.

Mientras tanto, se preparóen Lisboa de forma paralela unaarmada de 12 naves, que quedó alas órdenes de Garcerán Fenollet,cuya misión consistiría en condu-cir al maestre de campo don Lopede Figueroa al frente de una fuer-za de 2.200 hombres, que deberí-an desembarcar en la isla Terceray ocuparla.

El día 31 de junio, Valdésllegó a San Miguel y su goberna-dor, don Ambrosio de Aguiar, leinformó que en la isla Tercera sehabía recibido armas y municio-nes. Aunque Valdés detuvo des-pués una carabela, cuya tripula-ción le aseguró que en Tercerahabía muchos partidarios de donAntonio, pero mal armados. Paraél, esta última información era laválida y en lugar de esperar la

arriba de las flotas de Indias deci-dió tomar la isla Tercera por sucuenta, para que así todo el méri-to y la gloria fueran para él.

Valdés se dirigió con laescuadra de Galicia a Tercera ydesembarcó 350 soldados enPorto Praia, cerca de Angra (hoy,Angra do Heroísmo). Al pocotiempo se produjo el ataque de2.000 portugueses que obligó alos españoles a replegarse, lo cualhicieron, paso a paso, formandocuadros erizados de picas y ala-bardas. Aunque lo que pudo muybien ser una retirada honorable nolo fue, porque los lugareños lan-zaron contra los españoles unosrebaños de bueyes y vacas salva-jes que destrozaron por completolos cuadros y provocaron el con-siguiente desorden en las filasespañolas. En ese momento elenemigo volvió a lanzarse al ata-que, y lo hizo con tanta saña, quese perdieron más de 200 hombresy muchos de ellos fueron pasadosa cuchillo. Un hijo de Valdés y unsobrino de Bazán cayeron allímuertos en combate.

Cuando las flotas deIndias procedentes de TierraFirme y de Nueva España llega-ron con 43 naves, Valdés intentóconvencer a sus capitanes, donFrancisco de Luján y don AntonioManrique, para que se unieran aél y se efectuara un desembarcoconjunto en Tercera. Pero éstos senegaron a arriesgar su preciadocargamento en los azares de undesembarco ofensivo, por lo quecontinuaron hacia la Península.Luego, estas flotas de Indias se

encontraron en su singladura conla armada de Garcerán Fenollet ydon Lope de Figueroa, que les dioagua y regresó a Lisboa para dar-las escolta. Tal acción frustró losplanes de Melo, quien por descui-do de Valdés había logrado entraren contacto con los agentes dedon Antonio y recibió la orden dedirigirse a Francia; pero al finaltuvo que marchar a Lisboa.

Una vez en Lisboa, laarmada de Garcerán Fenollet ydon Lope de Figueroa zarpó denuevo hacia las Azores; pero a lavista del fracaso de Valdés,Figueroa decidió no desembarcarsus tropas, considerando que laguarnición de isla Tercera erasuperior a la que se había estima-do al inicio de la campaña.

Un año después, en marzode 1582, don Rui Díaz deMendoza llegó a la isla de SanMiguel con cuatro naos guipuzco-anas para reforzar su defensa,quedando dichas naves a cargodel almirante portugués donPedro Peijoto da Silva, que seencontraba allí con dos galeonesy tres carabelas. Y dos meses mástarde, nueve naos franceses ataca-ron San Miguel, pero fueronrechazados por las guipuzcoanas,que tuvieron 20 muertos en com-bate.

Conviene destacar que elfracaso de la toma de Tercera porValdés y la retirada de la expedi-ción española de las Azores die-ron tiempo suficiente para que losportugueses rebeldes recibieranrefuerzos, en su mayoría proce-dentes de Francia. Además, como

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la estación estaba muy avanzadapara una nueva expedición en elmismo año, Felipe II ordenó laorganización de una armada, con-forme a la importancia extraordi-naria que habían adquirido lasAzores con la presencia de fran-ceses e ingleses. Para tal ocasión,el Monarca volverá a recurrir a sumejor marino, don Álvaro deBazán, Marqués de Santa Cruz.Por tanto, don Álvaro quedará almando de una flota oceánica degaleones y mercantes armadoscon grandes cañones, e irá aencontrarse con un combate navalsin precedentes, puesto que nuncahasta entonces había habido unabatalla en mar abierto con ungrupo numeroso de barcos desemejante tamaño y fuertementearmados. Será la primera batallanaval en la que participarán gale-ones.

IV.- 1582. SEGUNDACAMPAÑA DE LAS AZO-

RES: BATALLA DE SAN MIGUEL

Reales Instrucciones de FelipeII al Marqués de Santa Cruz

Como quedó antes reseña-do, el Prior de Crato había huidode Portugal a Francia en busca deapoyo, luego marchó a Londrescon el mismo propósito y regresóa París. Fue entonces cuandocomenzó a prepararse en Nantesuna poderosa armada compuestapor 75 navíos de todas las clases y6.000 soldados de infantería,cuyo mando fue encomendado a

un noble “condottiero” florentinollamado Filippo Strozzi, hijo dePietro Strozzi, mariscal deFrancia, y también primo de lareina madre Catalina de Médicis,madre del rey Enrique III deValois. Esta armada francesa,cuyos buques enarbolaban la ban-dera blanca con la flor de lis dora-da, se dividía a su vez en dosescuadras: la que estaba a lasórdenes de Charles Brissac, condede Brissac y maestre de campo deSaint-Soulinne; y la del portuguésConde de Vimioso.

El 16 de junio de 1582, laarmada de Strozzi zarpó de BelleÎlle (Nantes). Se trataba de unaexpedición secreta cuyos objeti-vos eran desconocidos para todoscuantos iban en ella, incluso parael propio Strozzi, a quien EnriqueIII hizo entrega de unas cartas consus Reales Instrucciones que nopodría abrirlas hasta varias horasdespués de haber zarpado.Cuando Strozzi dejó de ver la

costa francesa, rompió los sellosde lacre de aquellos pliegos ysupo entonces que tendría queponer rumbo a las Azores, parareducir a la obediencia a la islaSan Miguel. De acuerdo condichas órdenes del Rey, una vezque el Strozzi asegurara el domi-nio del Prior de Crato en el archi-piélago, tendría que partir con laarmada hacia Brasil para gober-nar dicha colonia portuguesa encalidad de Virrey del “legítimo”rey de Portugal. 53

Pero, las intrigas de donAntonio habían sido seguidasanteriormente de cerca por losagentes de las magníficas redesde espionaje que disponía FelipeII en Francia e Inglaterra.Iniciados los preparativos de laarmada francesa en Nantes, losembajadores de España acredita-dos en Londres y en París habíanprotestado enérgicamente por lainsólita ayuda que se le estaba

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prestando al Prior deCrato, un individuo alque habría que tachar derebelde tras la proclama-ción de don Felipe comoRey de Portugal en lasCortes de Tomar. EnFrancia, ante la indigna-ción del embajador espa-ñol, la muy taimadaCatalina de Médicishabía asegurado que laCorona no tenía nada quever con la expedición,pues las relaciones hispa-no-francesas eran “excelentes” yse trataban sólo eran “aventure-ros” a los que el rey españolpodría castigar como quisiera; yen Inglaterra, Isabel I había res-pondido algo parecido, como sino tuviera tampoco nada que vercon don Antonio, cuando desdehacía lustros venía apoyando a loscorsarios que asolaban las Indiasy había nombrado Almirante yPar del Reino a sir Francis Drake.

Ante tales respuestas,Felipe II comprendió que sólo lequedaba el camino de las armas.Sin pérdida de tiempo, dio unospliegos al Marqués de Santa Cruzcon las siguientes órdenes: queorganizase una armada fuerte y ladirigiese a las islas Terceras; quelas redujera a su obediencia; y quedestruyera a todas cuantas navesse opusieran a su misión, sea cualfuera su procedencia.

De tales RealesInstrucciones, dos de ellas fuerondadas por el Rey en Lisboa confecha de 13 de enero de 1582.Una contenía unas órdenes gene-

rales; mientras que la otra era decarácter confidencial y más explí-cita.

Véanse a continuación lospárrafos principales de las órde-nes generales:

“… Lo que vos, el mar-qués de Santa Cruz, mi capitángeneral de las galeras de España,a quien he proveído por mi capi-tán general de la armada denaves y otros navíos que he man-dado juntar en la costa deAndalucía para ir a la empresa dela isla Tercera por no haber veni-do hasta agora a mi obediencia…Lo primero os encargo que par-táis luego y vais a las mayoresjornadas a Cádiz o Sanlúcar deBarrameda donde se junta ladicha Armada y de camino enSevilla entendáis de D. Antoniode Guevara a quien como sabeishe cometido la provisión de basti-mentos della y la gente de guerraque ha de ir proveída por seismeses… La artillería, armas ymuniciones y otros pertrechos de

guerra para dichaarmada demás de laque tuvieran las navesdella se han de proverpor don Frances deAlava, mi capitán gene-ral de Artillería…Tendréis mucho cuida-do que entre los capita-nes, maestres y gentemareante portuguesa yextrangera de las naosde la armada no hayadiferencias ni se denocasiones los unos a los

otros, por ser esto de tanto incon-veniente a mi servicio, sino quetengan buena correspondencia yconformidad los unos con losotros y que los maestres y marine-ros de los navíos portugueses yextrangeros sean bien tratados yacariciados de los soldados, capi-tanes, oficiales y gente de guerray no se les haga agravio ni deocasión denguna y vayan muyconformes y se correspondan bienpara que con esto y con el buentrato queden aficionados a mez-clarse de buena gana…

“En partiendo con ladicha armada (lo cual habeis deprocurar que en todo caso seapara el dicho tiempo) en el viajepara llegar hasta la dicha islaTercera, usaréis de gran diligen-cia, como conviene el negocio yconfío en vos.

“ Y en caso de que laarmada o navíos que según losavisos que se tienen se van jun-tando en Francia e Inglaterrapara ir a la dicha isla de laTercera, o el socorro della, o a

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Las dos lagunas de Sete Cidades, Isla Terceira

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hacer otros daños, fuesen a ella,tendréis mucho cuidado en impe-dírselo y de salir con la armadaque lleváredes a pelear con laotra armada o navíos y deshacer-los; y en este caso, vos no salta-réis a tierra al invasión de ladicha isla Tercera y estaréis envuestra armada para pelear conla otra y deshacerla…

“Si en el viaje en la martopáredes algunos navíos de cor-sarios con gente de socorro parala dicha isla Tercera procuraréisde combatirlos y tomarlos; y si lohiciéredes de algunos, su por con-fusión de los dichos corsarios ylos que vienen en su compaía opor testigos, pareciéredes quehan muerto agora o antes algúnhombre por roballe, se podránmatar o echar en la mar lostales; y los mismo si confesaren ohubiere testigos que no es esta laprimera vez que salieron a robary robaron, sino que ya lo hanhecho otra vez o otras; y si volun-tariamente no confesaren o testi-ficaren esto, se les dará gran tor-mento para que digan la verdad,si hobiere indicios della; y cuan-do pareciere que son corsariosque esta es la primera vez quesalían a robar por la mar y que nohabían robado ni muerto a nadie,no es seguro matallos; mas losque fueren caudillos se podránmatar y poner otros a galerasperpetuas o darles otra penaextraordinaria semejante; y por-que podría ser que los dichos cor-sarios trajiesen en sus navíosalgunos forzados o esclavos o quelos mismos corsarios los hobiesen

prendido o robado parece queestos no deben padecer de lasdichas penas si ya no parecieseque habían ayudado, o sido enconsejo, o dado algún favor a losdichos corsarios que en tal casotendrían la pena aquellos.

“El oro y plata, perlas yjoyas que los dichos corsarioshobiesen tomado a navíos quevengan de las IndiasOccidentales y Orientales, han deser todo para mí enteramente yasí mismo la artillería, armas ymuniciones que se hobieren ytomaren en sus navíos y lo demásse partirá conforme lo que seacostumbra a hacer…”. 54

Algunos historiadoresextranjeros, siempre atentos amanchar la muy intachablememoria del Marqués de SantaCruz, han tomado la represiónque emprendió en las Azores paraculparle personalmente de las eje-cuciones, tormentos y otras medi-das. No obstante, el texto reseña-do demuestra que sólo hizo cuan-to le ordenó su Rey.

Por otra parte, tambiénconviene destacar que el texto de

este documento se ajusta a lascostumbres de aquella época.Precisamente, los enormes dañosque los piratas y los corsarios oca-sionaban, hacían que se dictaranleyes muy enérgicas contra ellospara infundirles cierto temor a loscastigos. Puede observarse asi-mismo que se habla sólo de “cor-sarios”, cuando en líneas másarriba se hace referencia a “naví-os o armada que según los avisosque se tienen se van juntando enFrancia e Inglaterra” Por tantodon Álvaro tendrá que tratar,como “piratas”: a Filippo Strozzi,al Conde de Brissac y al Conde deVimioso; al Prior de Crato,embarcado como pasajero muydistinguido en la nave capitana, 55

(en la que iba Strozzi y no en laalmirante), según los espías deFelipe II; y a los nobles y capita-nes enviados por Enrique III deFrancia al frente de la gente deguerra.

En definitiva, si el monar-ca francés no había autorizadoaquella expedición, ni tampocopodía oponerse a “designiosaventureros”, se trataba de unaexpedición de piratería. A nuestroentender, todo ello indica queEnrique III creía que una armadade 75 naves de alto bordo tripula-das por franceses resultaría dema-siado poderosa para ser batida poruna armada española, y de ahí quehubiera declarado con el mayordescaro que se trataba de unaarmada de aventureros que ibanpor su cuenta y riesgo.

En cuanto a las instruccio-nes particulares que Felipe II dio

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a don Álvaro de Bazán, éstas sólopodían ser conocidas por él y con-tenían apartados aún mucho másseveros que los anteriores. Enellas se calculaba la represión confrialdad y no había lugar para lapiedad con el enemigo, por lo quesu lectura debió de contrariarlepor su carácter bondadoso y sucondición de caballero español yno de verdugo; pero por encimade todo, se trataban de órdenes desu Rey y él sólo podía obedecerle.

Las líneas más esencialesde estas instrucciones secretaseran las siguientes:

“…El Rey.- Marqués deSanta Cruz, pariente mi CapitánGeneral de las Galeras deEspaña.

“Aunque en la instrucciónmía que os entregará se os dicelargamente lo que habéis dehacer en poner en orden la dichaarmada, y en vuestro viaje, me haparecido demás dello ordenarosen ésta algunas cosas que es bienque váis prevenido y advertido,para que tanto mejor se haga loque conviere a mi servicio y alnegocio.

“Si cuando placiendoDios llegáredes con la dichaarmada a la isla Tercera, no sehubiere reducido y venido a miobediencia y servicio, como es decreer se hará… y si los dellavinieren a mi obediencia o se rin-dieren, antes de saltar a tierra,los recibiréis a voluntad mía.

“Si por los dichos mediosy concierto no se relucieren y rin-dieren ni lo quisieren hacer porbien, emprenderla heis por fuerza

de las armas… Si desembarcadostrataren de concierto los de ladicha isla y vinieren a mi obe-diencia, procuraréis de excusarque no se saquee por la gente deguerra la villa de Praya; y si porestar junto a la mar no se pudieseexcusarlo, podréis permitir, reser-vándose los monasterios e igle-sias.

“Si los de dicha ciudad deAngra, no trataren de concierto yvinieren a mi obediencia y entra-re en ella peleando, paresce queserá forzoso sea saquearla ladicha ciudad, reservándose asímismo los monasterios e iglesiasdel saco.

“Si hubiere en la dichaisla Tercera y la ciudad de Angra,alguna gente extrangera que sehalla metido en ella para su soco-rro, haréis ahorcar a todos losextranjeros como son los france-ses e ingleses; y lo mismo haréisen lo de los franceses que hubie-re en las otras sobredichas islasde Fayal, San Jorge y las demás.

“A todos los frailes quehubieren predicado insolencias yanimado los de tierra a rebelión,como se entiende que lo hanhecho y hacen algunos, haréisprender y traerlos presos en ladicha armada a buen recaudo,para que mande lo que se harádellos y de orden de enviar otrosen su lugar.

“Asimismo haréis prendery traer presa a Doña Violante deCastro, por ser persona principaly rica y muy aficionada a DonAntonio, anima a los de la dichaisla a que tengan su voz y devo-

ción y le sirva, es mucha parte enella y en las demás islas, para quetambién mande lo que se hagadella.

“Y por lo que según seentiende, los bueyes que hay endicha isla de la Tercera, es suprincipal sustento para cultivarcon ellos la tierra, tendréis muygran cuenta y cuidado con lasgentes de guerra que salten entierra no maten ni hagan daño enlos bueyes que hubiere en ella,porque si se diere lugar a ello,padescerían grandes necesidadeslos de dichas islas y perderíanmucho mis rentas.

“Habiéndoos apoderadode la dicha isla Tercera, la ciudadde Angra, el castillo della y losotros fuertes que hubiese y pues-tos en orden y hechos los reductospara la guardia de las desembar-caciones, si conviniere y la gentede guerra que ha de quedar deguarnición en ellos, con la artille-ría, armas, municiones y vituallanecesaria, conforme a lo que estádicho y conviniere, volveréis conla dicha armada y la demás gentede guerra della, no ofreciéndose ono ordenando otra cosa (lo cualhabéis de cumplir) que según elestado de las cosas y lo que con-viniese y si fuese necesario que osdetengáis, os iré avisando de loque hobiéredes de hacer, y vos melo iréis dando siempre de lo quese fuese ofreciendo y que conven-drá proveer y ordenar. De Lisboa,a 13 de Henero (sic) de 1582. Yoel Rey.- Por mandato de S. M.Juan Delgado.” 56

Puede comprobarse que

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tales órdenes particulares no deja-ban a don Álvaro posibilidadalguna a la improvisación o alactuar según su parecer, pues enellas todo estaba previsto al deta-lle y sentenciado de antemano.Por tanto, tenía que ajusticiar sinpiedad a todos los extranjeros quehallara en las Azores; y si las ciu-dades no se rendían, sufrirían elsaqueo sin miramientos. Comoexcepción, el Rey concedía unagracia especial a las iglesias ymonasterios al preservarlos detales saqueos, aunque los frailesserían encarcelados y deportadosa la Península, para luego serenviados a donde él dispusiera.En definitiva, no bastaba con cas-tigar a los que sublevaron a lasgentes de las islas, sencillos cam-pesinos en su mayoría, sino tam-bién a los frailes por haber suble-vado las almas; lo que a Felipe IIiba en consonancia con su títulode Majestad Católica.

La Armada del Océano

Los espías de Felipe IIinformaron que a los 75 navíosfranceses de Strozzi se sumaríanalgunos que pronto zarparían deInglaterra por orden de su Reina.De ahí que, ante semejante poten-cial naval enemigo, las RealesInstrucciones dispusieron que sealistaran 60 naos gruesas y 12galeras entre Cádiz y Lisboa, ade-más de todas las embarcacionesmenores necesarias, como 80 bar-cas de desembarco. En cuanto alos hombres de guerra, se juzgóconveniente el transporte de

10.000 efectivos para dominar laisla Tercera y dejar después cuan-tas guarniciones fueran necesariasen las islas.

La fuerza expedicionariade Bazán no fue exagerada por elnúmero de barcos, hombres deguerra, pertrechos, artillería ymuniciones. Pero tampoco pudohaber sido mayor por las enormesnecesidades que implicaba man-tener una armada en Nápoles paravigilar el posible ataque turco,pese a la tregua firmada dos añosantes; la armada encargada de lavigilancia del Estrecho y de lacosta levantina, por la amenaza dela piratería berberisca; los convo-yes de la Carrera de Indias, tancodiciados por piratas y corsarios;y los continuos transportes detoda clase que iban y venían deFlandes. De ahí que, por necesi-dad, fue necesario emplear algu-nas naves de Guipúzcoa, mientrasse ponían las de Cádiz bajo elmando subalterno de don JuanMartínez de Recalde.

En los primeros días delmes de julio de 1582, la armadade Bazán quedó alistada y dividi-da en dos Escuadras: una almando directo del propio donÁlvaro, que zarparía de Lisboa; yla otra, a las órdenes de Martínezde Recalde, que lo haría de Cádiz.De acuerdo con el plan de campa-ña, la de Lisboa partiría hacia laisla de San Miguel y, antes dearribar, se le uniría la de Cádiz,para operar conjuntamente a lasórdenes de Bazán. No obstante,como veremos, la escuadra deCádiz no llegará a tiempo y no

intervendrá en la célebre batallade San Miguel.

Como todas las armadasde la época, la armada de deBazán estaba compuesta por gen-tes marineras de todas las regio-nes de España (vascos, catalanes,andaluces, castellanos, extreme-ños, etc.), como también de portu-gueses e italianos.

Veamos a continuación larelación de los buques de ambasescuadras y los nombres de losmaestres y capitanes que las man-daron.

Don Álvaro de Bazánmarcharía en un gran galeón por-tugués, el San Martín, buquealmirante e insignia de la armadade Bazán, de 1.200 tons. y arma-do con 48 cañones. El famosomaestre de campo don Lope deFigueroa, quien estaría al frentede las compañías del Tercioembarcado, cerca de 8.000 hom-bres, se encontraría a bordo deotro galeón lusitano, el SanMateo, de 36 cañones y que seráel gran protagonista de la batallade San Miguel. Otro reputadomarino, el Capitán General de laArmada de Guipúzcoa, donMiguel de Oquendo, 58 tendría elmando de una escuadra de mer-cantes armados, mientras que otraescuadra se reuniría a los mercan-tes y buques auxiliares. Hay quedestacar que don Álvaro aportabauna escuadra de galeazas de supropiedad, que armaban unas 50piezas de artillería cada una, yque a diferencia de las que parti-ciparon en Lepanto, solían nave-gar principalmente a vela. Por

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otra parte, según lo previsto ycomo quedó reseñado, a la escua-dra de Lisboa tendría que unirsela de Andalucía, fondeada enCádiz y al mando del mencionadodon Juan Martínez de Recalde,pero no participará en el combatede San Miguel.

La relación de los buques,antes reseñada, demuestra que elnúmero de naves era inferior a laarmada de Strozzi y que la victo-ria del Marqués de Santa Cruz enla batalla de San Miguel no sedeberá a la supuesta superioridaddel galeón sobre las naves ligeras,tal como han querido falsamentejustificar los historiadores france-

ses e ingleses; sino a que Bazánera un almirante profesional, deenorme valía probada y con granexperiencia en combates navales,mientras que Strozzi que era unnoble aventurero florentino queobtuvo el mando por su parentes-co con Catalina de Médicis.

Primero. La escuadra de donJuan Martínez de Recaldeno entró finalmente encombate, por lo que nodebe ser tenida en cuentaen la relación de fuerzas.

Segundo. Al final, don Álvarosólo dispuso de tres galeo-nes reales: el San Martín

(1.200 tons.), el San Mateo(600 tons.) y el Concepción(520 tons.).

Tercero. Salvo los tres galeonesmencionados, el resto delos buques de la flota deLisboa eran “naves lige-ras”, como se las llamabaen aquella época, y muysimilares a las de Strozzi.La mayor era la Juana, unaurca que arqueaba 353tons., mientras que lasotras naves oscilaban entrelas 150 y las 326 tons. Lasurcas flamencas eran pesa-das, lentas y de difícilmaniobra, más panzudas y

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más propias para transpor-tar mercaderías que para elcombate naval. Los pata-ches, no llegaron a arquear-se por ser barcos demasia-do pequeños.

Acciones preliminares a labatalla naval de San Miguel

El martes 10 de julio de1582, al amanecer, el Marqués deSanta Cruz izó su estandarte en elbuque insignia, el galeón SanMartín, y luego ordenó a sus bar-cos que se hicieran a la vela.Según la costumbre y estabaordenado, el buque insignia dis-paró un cañonazo que fue respon-dido por los tres de cada uno delos barcos a medida que leseguían detrás. Luego, la escua-dra de Lisboa pasó la desemboca-dura del río Tajo (“o río Texo”, enportugués), se alejó hasta perderde vista Lisboa y hacia las siete dela mañana arrumbó al Oesteponiendo proa a las islas Terceras,situadas a 220 leguas de distancia.Más tarde, al mediodía, cuandohabía recorrido 14 leguas, selevantó fuerte vendaval delNoroeste que la obligó a devirarmás al Sur, porque los aparejos deaquella época no permitían ceñir.Al día siguiente, el vendaval arre-ció aún más, con mar de arbolada.A pesar de la tormenta y de losbalanceos producidos por lasenormes olas, la Flota de Bazánnavegó 16 leguas, aunque se dis-persaron sus escuadras.

Al amanecer del jueves,día 12, roló el viento más al

Norte. Sosegada un poco más lamar, se hizo recuento de los bar-cos y pudo comprobarse que sólohabía 27, ya que los restantes des-aparecieron durante la noche, y de4 jamás se supo. Pero lo peor fueque sólo iba la mitad de la tropaprevista, puesto que una de lasnaves desaparecidas transportabatres compañías de desembarco yotra llevaba todo el material sani-tario de la expedición. Hubo un

quinto buque, el galeónAnunciada del capitán don Juande Simón, que tuvo una vía deagua y con no pocas dificultadespudo regresar a los astilleros deLisboa.

El día 13, al salir el sol, setomó la altura meridiana y secomprobó que la flota había des-viado grado y medio más al Surde la situación calculada por esti-ma. Luego, al atardecer, pudocorregirse el rumbo al soplar elviento del Suroeste y la singladu-

ra terminó con un recorrido de 20leguas.

En los días siguientes,desde el 14 al 21 de julio, el tiem-po mejoró y se navegó a favor delos vientos que rolaban entre elNordeste y Nornordeste, lográn-dose alcanzar 26 leguas en algunasingladura (como la del día 19).

El día 19, a las 6 de lamañana, el serviola cantó tierra ypudo divisarse con claridad la islade San Miguel. Pero no pudo arri-barse a ella antes de la nochedebido al escaso viento que había.Don Álvaro envió una pequeñaembarcación a tierra, al mandodel capitán Aguirre; mas fue apre-sada por los franceses, cuya flotahabía fondeado al otro lado de laciudad Punta Delgada (PontaDelgada) y se mantenía oculta.

El día 21, Bazán mandódos pataches a Punta Delgadapara notificar su llegada alGobernador y decirle al almiranteportugués don Pedro Peijoto quese uniera a su escuadra; y durantela noche del 21 al 22, la corrientederivó la flota hacia las islas.

El día 22, hacia las 9 de lamañana y con la ayuda de unasuave brisa del Sureste, la flota deBazán recaló en Villafranca(Vilafranca), donde logró reagru-parse e hizo aguada, pero la deStrozzi se encontraba en lasAzores desde el pasado día 16.Don Álvaro envió un esquife convarios hombres, a las órdenes delalférez Medinilla, para averiguarsi la isla era o no fiel al rey donFelipe II. De regreso, Medinillacomunicó que habían sido recibi-

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dos con algún que otro arcabuza-zo y gritos de “¡Viva donAntonio!”.

En esto llegó una carabelaque comunicó que había salido deLisboa con otras dos carabelas ydos naos, pero que dichas carabe-las habían sido apresadas por losfranceses. Luego, uno de los pata-ches de descubierta regresó einformó que los dos patachesenviados a Punta Delgada habíansido también apresados.

Ante la clara evidencia dela presencia de la armada france-sa, don Miguel de Oquendo fuedestacado para reconocerla,encontrándola en Punta Delgada,doce millas al Oeste, donde contóhasta 56 barcos fondeados.Aunque la flota de Strozzi eramuy superior en número, el pro-medio de tamaño de los buquesera menor que el de los españolesy portugueses por el escaso cala-do de los puertos franceses, aun-que con la ventaja de ser muymaniobrables y excelentes vele-ros.

Al regresar Oquendo,Bazán ordenó acelerar la aguada

para zarpar lo antes posible haciaPunta Delgada. Antes de la parti-da, don Álvaro convocó unConsejo en el San Martín, en elque convino el plan a seguir:

1º.- No esperar la llegadade la escuadra de Cádiz y entablarcombate cuanto antes contra laflota francesa, aunque fuera muysuperior en número.

2º.- Hacer un reconoci-miento prudente de la costa paracerciorarse si habría o no algunaflota que pudiera impedir el des-embarco.

3º.- Desembarcar final-mente las tropas con don Lope deFigueroa al frente, para someterlas ciudades principales e la isla a

la obediencia del Rey. Poco más tarde, al avanzar

la flota de Bazán hacia PuntaDelgada, apareció de pronto la deStrozzi. De aquellas más de 60embarcaciones enemigas fondea-das, 32 de ellas eran de las queentonces se llamaban “navesgruesas” (o “velas gruesas”); esdecir, de su arqueo superior a 600toneladas. Todas tenían las carac-terísticas de las naves francesas,salvo 3 de ellas que habían sido

armadas en Inglaterra y tripuladaspor ingleses, como se comprobarámás tarde.

La superioridad enemigaera evidente, pues la flota españo-la sólo sumaba 27 embarcacionesde todas las clases y el transportarcerca de 8.000 hombres de guerraa bordo dificultaba en gran medi-da su libre maniobra. No pudien-do desembarcarlos ante el enemi-go, don Álvaro tuvo que mante-nerlos a bordo, aun sabiendo quecuando se iniciara el cañoneo nopodrían prestar ningún servicio,contribuyendo sólo a estorbar enel combate y a aumentar el núme-ro de bajas.

Aprovechando la débilbrisa, ambas formaciones navalesmaniobraron para ganar barloven-to y tomar las mejores disposicio-nes de maniobra, según las reglastácticas de entonces y tan distin-tas de las actuales. Con la flota deStrozzi en alta mar, don Álvarodecidió que su flota adoptara eldespliegue habitual para una for-mación de galeras, organizandouna formación cerrada en línea defrente. El galeón San Martín,como buque insignia de donÁlvaro, ocuparía el centro de laformación flanqueado por los bar-cos más poderosos; y a continua-ción, lanzó sus barcos a la lucha.

A diferencia de las galerasque usaban los remos para atacaren cualquier dirección sin preocu-parse del viento, los galeones eranpropulsados sólo por el velamende su aparejo en cruz y de ahí quepodían quedar inmóviles si nohabía viento suficiente. Eso fue lo

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Galeon

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que sucedió de forma inesperada:la intensidad del viento disminu-yó con gran rapidez hasta encal-marse por completo. Por ello,ambas escuadras quedaron inmó-viles; y más tarde, con la brisa dela noche, la francesa regresó alabrigo de su fondeadero de PuntaDelgada, y la de Bazán permane-ció mar fuera corriendo bordadasy en espera del amanecer, comomeciéndose suavemente frente aPunta Delgada.

Luego, a medianoche,mientras las embarcacionesmenores prestaban servicio dedescubierta avistaron una pinazaen la que bogaban cuatro solda-dos y dos marineros vascos quelograron salir de la fortaleza dePunta Delgada con noticias delGobernador sobre la situación dela isla en tierra. Al ser conducidosante don Álvaro, le pusieron altanto de los acontecimientos:

1º.- El día 15 los franceses habí-an desembarcado 3.000hombres en la isla, saquean-do la villa de La Laguna ytomando Punta Delgada,salvo su castillo.

2º.- La población de la isla sehabía sublevado contraFelipe II al saber que lohabía hecho la isla Tercera.

3º.- El Gobernador se mantuvofiel al Rey, pero murió enuna escaramuza junto a donLorenzo de Noguera y dosdocenas de soldados.

4º.- La flota del almirante portu-gués don Pedro Peijoto, quehabía fondeado en la radameses antes, había sido inuti-

lizada para que no cayera enmanos de los franceses, sien-do hundidas las naves gui-puzcoanas y varados en losescollos los dos galeones.

4º.- Peijoto logró escapar en unpatache y se dirigió a Lisboapara dar cuenta de la revuel-ta de la isla y del desembar-co francés.

5º.- Las tripulaciones de los bar-

cos y el resto de la guarni-ción, sumando más de 500hombres, se había refugiadoen el castillo y seguía resis-tiendo a pesar de las intimi-daciones y de sufrir duroscañoneos.

El día 23, hacia las 11 dela mañana se levantó la brisa porel Sudeste y las embarcacionesfrancesas, situadas a barloventode las españolas, pusieron rumbohacia el Sur como si se dirigieranhacia la isla de Santa María, conel fin de ganar espacio a favor delviento. Tal maniobra se comprobóunas horas después cuando, algirar a estribor, arrumbaron al

Nordeste para situarse en popa dela escuadra española.

Colocada la flota de donÁlvaro a sotavento, no quedabaen condiciones favorables paracombatir, pero sus barcos orzarontodo cuanto les permitió el apare-jo para aguantar el envite, auncuando cada uno tendría queluchar al menos contra dos ene-migos. Pero por la tarde, cuandoel inicio de la batalla parecía yainminente, comenzó a ceder elviento hasta convertirse en unasuave brisa que rolaba hacia elEste. Quizás por ello, las navesfrancesas cayeron sobre baborponiendo de nuevo rumbo haciael Sur; es decir, siguieron elmismo rumbo que las españolas,navegando bordo a bordo con unaseparación de media legua, talcomo si se dirigieran a la isla deSanta María. Así pasaron lanoche, siempre navegando laarmada francesa a barlovento.

El martes día 24, al ama-necer, la situación continuó igual.Es decir, volvió a soplar el vientodel Sudeste, favorable por tanto alos franceses, ya que precisamen-te al estar a barlovento podíanpresentar o rehusar combatecuando les conviniera, mientrasque los españoles para ir sobre elenemigo tenían que hacerlo nave-gando de bolina, esto es, en zig-zag.

Pese a todo, el enemigoaún no se decidía a presentar bata-lla, por lo que ambas formacionesnavales se pasaron el día nave-gando continuamente de SanMiguel a Santa María. Por otra

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Urca

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parte, como el viento venía deSan Miguel, cuando navegabande orza caían cada vez más haciatierra, provocando por tanto elcansancio general con tantamaniobra. De ahí que a las 4 de latarde la flota española se hallabatan cerca de la costa, que donÁlvaro ordenó virar por avanteaceptando el combate, pese a sudesfavorable posición al tenerencima a las naves enemigas y abarlovento. Strozzi, al ver lamaniobra emprendida por laescuadra de Bazán, mandó amo-llar para aprovechar el momentoy atacar. El ataque lo efectuaronlos buques franceses en trescolumnas contra la retaguardia,que estaba al mando de donMiguel de Oquendo con sus cinconaves guipuzcoanas, quien dio lavuelta para presentar batalla.

Sucedió que, al pasar lanave capitana y los otros buquesfranceses a contrabordo de lasnaves guipuzcoanas, intercambia-ron una andanada de artillería,aunque sin que se produjeramucho daño. Mientras esto ocu-rría, los galeones San Martín ySan Mateo, que habían terminadode cambiar su rumbo, 59 orzaroncuanto les permitió el aparejo y sedirigieron directamente y conviento a favor contra los francesessobre todo para cubrir las navesguipuzcoanas de Oquendo, ya queéstas eran ligeras y estaban pocoarmadas para sostener el encuen-tro de los poderosos navíos ene-migos. La presteza de ambosgaleones en cerrar la formaciónhizo fracasar aquel ataque, y los

buques franceses se vieron enton-ces obligados a retirarse condaños, aunque conservando elbarlovento. Según un testigo pre-sencial, ambos galeones españo-les lanzaron una andanada breve,aunque tan fuerte, que los navíosfranceses que iban en vanguardiatuvieron que desviar el rumbo; yluego, sin recibir ningún daño,repitieron con otra andanada aúnmayor que causó enormes estra-gos, provocando además el hundi-miento de un bajel al día siguien-te. En realidad, pese a dicho testi-monio, los franceses en su retira-da dejaron atrás un barco españolcon vías de agua bajo la línea deflotación.

Por lo avanzado de lahora, después no pasó nada. Peroentre la noche de aquel día 24 y eldía siguiente, don Álvaro invirtióla comprometida situación en laque las condiciones meteorológi-cas habían puesto a su escuadra,mediante una genial maniobra demuy alto riesgo que requería unagran pericia por parte de pilotos ymareantes.

Sucedió que, durante laoscuridad de la noche y sin luna,ambas escuadras se apartaban dela costa y se adentraban en la mar,

pues si el viento se calmaba depronto, los barcos podrían acer-carse a tierra demasiado y congran peligro. De pronto, donÁlvaro pensó que la única formade situarse a barlovento del ene-migo sería pasando entre él y laisla de San Miguel. Era unamaniobra muy osada para ganarbarlovento y que debía empren-derse con toda cautela para que elenemigo no se diera cuenta; peroasimismo muy arriesgada, puesrequería navegar con las lucesapagadas en aquella noche oscu-ra, con el riesgo de que las pro-pias naves de la escuadra colisio-nasen entre sí. Pese a tales dificul-tades, la maniobra resultó unéxito y sin más consecuencias quela pérdida de dos “naos esterli-nas” cargadas de alemanes, queabordaron y se fueron a pique,pues jamás se supo de ellas nitampoco de sus hombres.

En consecuencia, la situa-ción había cambiado en la albora-da del día 25, encontrándose losespañoles con el viento a favor, abarlovento de la flota de Strozzi;y además, la formación francesaestaba en desorden, al habersededicado a reparar las averías delcombate de la tarde anterior. DonÁlvaro volvió a formar sus barcosen línea de frente y dio la ordende ataque. Pero en aquel crucialmomento, no pudo aprovechar tanmagnífica oportunidad que élmismo había creado con la men-cionada maniobra, ya que a las 9de la mañana, el buque en el queiba embarcado don Cristóbal de

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Eraso, su lugarteniente en elmando, pidió auxilio al quedardesarbolado su palo mayor. Alcomprobar Bazán que perderíauno de sus barcos más importan-tes, decidió no proseguir el ataquey el San Martín viró para remol-carlo. El resto de toda esta jorna-da infructuosa fue empleado enuna serie de maniobras y regateosque fueron preliminares al verda-dero combate naval, que se des-arrollará con gran violencia al díasiguiente.

La batalla naval de San Miguel

El jueves 26 de julio de1582, amanecieron ambas flotas atres millas una de otra, y a 18millas de la isla de San Miguel. Almediodía, el viento saltó de pron-to y bruscamente al primer cua-drante, fijándose definitivamenteen el Nornordeste y poniéndose afavor del bando francés al dar depopa a sus barcos. Al conseguirbarlovento, 60 Strozzi consideróque era el momento idóneo parapresentar batalla. En vanguardiaiban cinco galeones: la nave capi-tana de Strozzi, a cuyo lado seencontraba el Conde de Vimioso;la nave almiranta del Conde deBrissac; 61 y tres inglesas.

Después del mediodía, alNorte de la isla, las dos flotasnavegaban en formación de líneaseparadas por dos o tres millas yen cursos paralelos, pero contra-rios. Los cinco galeones partida-rios del Prior de Crato desfilarona contrabordo de la urca SanPedro, de don Francisco de

Bobadilla, de la nave capitana delMarqués de Santa Cruz y delgaleón San Mateo del maestre decampo don Lope de Figueroa. 62

Luego, los cinco galeones lanza-ron unas andanadas sobre la urcaSan Pedro y la almirante, paraluego caer todos sobre el tercergaleón de la formación, el SanMateo, creyendo que podrían ais-larle de la línea española.

Existe otra versión, segúnla cual el galeón portugués SanMateo se salió de la formación yse dirigió hacia la flota francesa,tal como si Figueroa hubiera que-

rido romper la formación pararetar a los franceses y buscar sugloria personal. Sea como fuere,lo cierto fue que el galeón se con-virtió entonces en un blanco muyvulnerable.

Strozzi no lo pensó dosveces. Durante las anteriores jor-nadas su táctica había consistido

en atacar los barcos más alejadosde la flota española con la espe-ranza de separarlos y batirlos unoa uno. En aquellos momentos, sele presentaba su mejor oportuni-dad y precisamente con el segun-do buque más importante de laflota española. Por eso, ordenó asu propio buque, al de su lugarte-niente Brissac, y a los otros tresque se dirigieran a cobrar la piezaque se les había puesto a tiro.

El galeón de Strozzi fue elprimero que abrió fuego con suartillería, hizo una virada a babory embistió el bauprés del San

Mateo. Don Lope de Figueroa,que hasta el momento se habíacontenido de responder al ataque,esperó hasta que dicho buquefrancés se colocó a su lado, aestribor, y entonces le lanzó unaandanada completa y a quemarro-pa con todas las piezas de dichocostado.

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Mientras esto ocurría, elgaleón de Brissac se colocó ababor y su tripulación se aprestóal abordaje, y los otros tres galeo-nes dispararon al San Mateo porla parte de proa y popa, situándo-se después a popa, por ser la partemenos protegida y desde la que elgaleón español no podía en modoalguno devolver los golpes, ini-ciándose desde allí un castigoconstante e impune contra su cas-tillo de popa.

Cercado por los dos galeo-nes franceses y los tres ingleses,el San Mateo había iniciado sugesta y protagonizado aquellabatalla naval. Luego, los galeonesde Strozzi y Brissac se fueronacercando al San Mateo, el prime-ro a estribor y el segundo a babor,con intención de abordarlo comoqueda reseñado; para lo cual, selanzaron cables con garfios a lasbordas del San Mateo desde el deStrozzi. Cuando ambos galeonesse hallaban ya muy cerca para ini-ciar el abordaje, Figueroa ordenódisparar toda su artillería contraellos, produciéndoles gravesdaños; y luego, situó tiradoresescogidos en las gavias, que alabrir fuego barrieron las cubiertasfrancesas, que quedaron sembra-das de muertos y heridos.

Los de Figueroa se batie-ron en combate desigual con granheroísmo, sin que nadie diera lamenor muestra de cansancio odesaliento. Uno de aquellosvalientes soldados nos ha dejadoun relato de tan feroz combate:“… y siendo nuestro dicho galeóncercado de cinco galeones enemi-

gos, comenzó a pelear con todoscinco, y demás desto fueron refor-zados de infantería que bajelesmedianos venían a posta carga-dos de gente, sólo para reforzarsus galeones, y como el viento lesera a ellos a favor, nuestra arma-da, que estaba a sotavento, no nospodía socorrer si no era dandobordos, de suerte que no podíaser con ninguna brevedad elsocorrernos. Peleose de estamanera de cuatro o cinco horas

del día, dejando a la considera-ción del que esto supiere y enten-diere de cómo debió ser. FueNuestro Señor servido de dartanto valor y gracia a D. Lope deFigueroa y a D. Pedro de Tassis ya los caballeros, aventureros ysoldados que adentro estaban,que serían en todos hasta 250,que habiéndoles echado fuego demuchas bombas y artificios del ypegándole en el galeón por másde veinte partes y habiéndoletirado más de quinientos tiros deartillería y trayendo el dichoPhelipe Stroz (Philippe Strozzi) yconde de Vimioso en su Capitana400 soldados escogidos sin másde 120 caballeros aventureros

para el efecto de embestir condicho galeón San Mateo y que suAlmiranta (el galeón de Brissac)se le puso al lado con otros 400soldados y siendo estos dichoscinco galeones tan grandes y tanbien artillados como el SanMateo se defendió de todos elloshabiendo peleado cerca de cuatrohoras sin tener ningún favor niayuda de ningún bajel de nuestraarmada…”. 63

El San Mateo aguantódurante dos horas el castigoimplacable y devastador al que lesometieron los cinco galeones dela flota francesa. Tal fue así querecibió más de 500 impactos deartillería y quedó convertido enuna especie de “boya flotante”,desarbolado por completo demástiles y aparejos. Además, sólola mitad de su tripulación y de lossoldados estaba en condiciones decombatir, pues el resto de loshombres estaban muertos o heri-dos. Pese a todo, el San Mateo nomostraba el menor indicio deaflojar su defensa y sus hombrescontinuaron combatiendo conbravura. En cuanto a los cincogaleones enemigos, éstos comen-zaron a separarse del San Mateoal quedar muy quebrantados debi-do a las numerosas vías de aguaproducidas por los cañonazos,amenazando éstas con llevarlos apique. 64

Durante esas dos horas decombate, el resto de la flota deBazán había efectuado con enor-me esfuerzo una maniobra devirada en contra del viento. Laprimera escuadra en llegar al

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Maqueta galeón San Mateo

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lugar del combate fue la de reta-guardia, formada por los mercan-tes armados de don Miguel deOquendo, Capitán General de laArmada de Guipúzcoa.

A partir de aquí, será pre-ciso exponer dos versiones muydiferentes del final de FilippoStrozzi, que fue lo que pondríatérmino al combate naval. La pri-mera versión corresponde aFernando de Cambra, uno de losprincipales biógrafos de Bazán; yla segunda, es la que ofrecenalgunos historiadores actuales,como José Ramón CumplidoMuñoz. 65 Según parece, lasdivergencias vienen dadas por laconfusión del buque abordado porOquendo y sus hombres, ya queen la primera versión se trata delgaleón de Brissac, nave almirantade la flota francesa; y en la segun-da versión se trata del galeón delpropio Strozzi, quien iba con elConde de Vimioso, que era lanave capitana de la flota francesay no en la almiranta. Pero tambiénpodrán observarse otras muchasdiferencias que hacen muy distin-tos ambos relatos de la mismabatalla de San Miguel.

Primera versiónCuenta Fernando de

Cambra que la urca Juana, de 353tons. y al mando del capitán donPedro de Galagarza, aunque lle-vando a abordo a Oquendo, fue elprimer buque que llegó en auxiliodel San Mateo. Sin amainar velas,Oquendo lanzó su barco y loencajó entre el galeón español y elde Brissac. 66 Luego, se produjo

el abordaje de dicho galeón fran-cés, siendo cortados los cables deabordaje que trababan a los dosgaleones combatientes, y con elcorrespondiente saqueo, como elpropio Oquendo relatará al secre-tario de Estado Delgado: “… dela primera ruciada, le matamos50 hombres, los mejores quetenía, de que cobraron muchotemor y espanto… y fue saqueadala dicha Almiranta por nuestragente de mar y guerra y puesta mibandera de campo en su popa ysus insignias en la nuestra colga-das al uso de guerra…”. 67

Mientras la escuadra deStrozzi atacaba la línea española,que mantenía su formación, enbuen orden, seguía la lucha encar-nizada protagonizada por el SanMateo.

Realizado el abordaje dela almiranta francesa, tras una for-midable acometida de los hom-bres de don Lope de Figueroa, elConde de Brissac logró huirembarcando en una nave ligera,aunque por poco tiempo, puesluego morirá. Llegó entonces elgaleón San Martín de Bazán,

quien al ver que sus buques esta-ban tan bien empleados, no quisoquitarles el justo mérito de la vic-toria.

Luego, tras comprobarStrozzi con estupor que el SanMateo no sólo había resistido laembestida conjunta de los cincogaleones, sino que además habíaabordado el galeón de Brissac,ordenó en el suyo que se largaranlos garfios de abordaje. Por tanto,su barco se fue separando paraprimero distanciarse y despuésembestir, o bien volver la popa silo requerían las circunstancias.

Desde el comienzo delcombate, el San Martín se habíadedicado a maniobrar en socorrode las naves más comprometidas,lanzar andanadas sobre las enemi-gas y acudir allí donde su presen-cia fuera más necesaria. 68 Perocuando el galeón de Strozzicomenzó a orientar su aparejopara adquirir arrancada, el SanMartín le fue encima y lo abordópor la banda de estribor, uniéndo-se en el abordaje la naveCatalina. De pronto, un centenarde hombres de guerra y marinería,con el valiente capitán Labastidaal frente, se lanzó aullando y ensu primera acometida logró llegarhasta el castillo de popa, donde unsoldado anónimo mató a sablazosa Filippo Strozzi. Aquella acciónpuso fin a la aventura y a la pro-pia vida del jefe supremo de laarmada francesa, primo de lareina madre Catalina de Médicis,valido de don Antonio y quienincluso pudo haber llegado a con-vertirse en virrey del Brasil si el

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San Mateo

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Destino le hubiera favorecido.

Segunda versiónLa urca Juana y un mer-

cante armado fueron los primerosen acudir en socorro del SanMateo y en lanzar una andanadacontra el buque de Strozzi. Trasellos llegó la nave de don Miguelde Oquendo, quien la lanzó entreambos galeones, el de Strozzi y elde Figueroa, cortando los cablesde abordaje que trababan ambosgaleones. A continuación, lanzóuna andanada completa contra elfrancés matando a 50 tripulantes.Y finalmente, Oquendo ordenólanzar los garfios de abordaje y élmismo lideró el asalto, llegandola lucha cuerpo a cuerpo hasta elcastillo de popa, donde se logrócapturar la bandera y Strozzi reci-bió una grave herida de bala queresultaría mortal.

Conquistado el castillo depopa, Oquendo ordenó a sus hom-bres que regresaran de inmediatoa su barco, y abandonó a los fran-ceses supervivientes a su suerte,ya que aquel galeón tenía grandesvías de agua y se estaba hundien-do de forma irremediable.

Cuando el combate sehabía generalizado, la toma alabordaje y abandono del galeónStrozzi representaron los momen-tos más decisivos. Por entonces,los barcos de ambas flotas habíanroto su formación y cada barco,según sus propias circunstanciasse limitaba a una misma opera-ción: buscar un oponente, abrirfuego, trabarse con los garfios ypasar al abordaje.

En medio de aquella con-fusión, según esta versión delcombate, el galeón de don Álvarobuscó al de Strozzi, que navegabaa la deriva. Una vez localizado,don Álvaro ordenó su abordajepara saquearlo, pese a que hacíaagua con riesgo de irse de unmomento a otro a pique.Finalmente, tras cinco horas decombate, Strozzi no estaba encondiciones de continuar la lucha,

pues estaba gravemente herido,con 400 muertos sobre la cubier-ta, numerosos heridos y su buquehundiéndose. Una vez capturado,fue llevado a bordo del SanMartín para entregar su espada yrendirse; pero no llegó a hacerlo,pues murió mientras era conduci-do ante Bazán.

Ya sea una u otra versión,Strozzi y Brissac murieron encombate (el primero a sablazos opor un disparo); y lo mismo leocurrió a Vimioso, que cayó gra-vemente herido y falleció 48horas después. 69 Perdidas lasnaves capitana y almiranta, losbuques franceses renunciaron a lalucha y la mayoría huyó de formaun tanto precipitada en distintasdirecciones. En cuanto a los bar-cos españoles, algunos se halla-

ban en trance de hundirse por susnumerosas averías (como el SanMateo y la Juana); y precisamen-te por ello, resultó imposible lapersecución de las naves enemi-gas y el hundirlas a todas.

Esta batalla naval tan por-fiada aconteció el 26 de julio de1582 ante la isla de San Miguel,por lo que tomó su nombre; ycomo balance final, cabe destacarque la armada de francesa deStrozzi perdió 11 naves grandes ytuvo unos 1.500 muertos y cientosde heridos; mientras que la deBazán no perdió ninguna embar-cación, aunque todas las navesquedaron dañadas, y tuvo sólo224 muertos y más de quinientosheridos (entre unos 550 y 533).Fernández Duro escribió que lagran desproporción de fuerzasenalteció el crédito del Marquésde Santa Cruz como uno de losgrandes capitanes de su época,que sin duda ya tenía y no erapoco; aunque a dicha manifiestasuperioridad de la flota de Strozzihabría que añadir también que lade Bazán se vio obligada a com-batir en pésimas condiciones altener siempre el viento en contra.70

Toma de la isla de San Miguel yregreso triunfal a Lisboa

Después de la batalla deSan Miguel, los alrededores de laisla quedaron libres de naves ene-migas; pero por razones que des-conocemos, don Álvaro no orde-nó el desembarco en la isla de SanMiguel hasta el día 31 de julio,

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cinco días después, realizándoseentonces en Villafranca.

Tras la derrota de Strozzi,los ánimos de los pobladores de laisla estaban tan abatidos que ape-nas opusieron resistencia. Comoel Prior de Crato se había refugia-do en la isla Tercera unos díasantes, resultaba necesario un buenescarmiento para él y sus segui-dores. Pero por encima de todo,Bazán había recibido unas RealesInstrucciones de Felipe II en lasque le ordenó reprimir con durezalas tropelías cometidas por donAntonio y sus mercenariosextranjeros; por tanto, en cumpli-miento de las órdenes de su Rey,dispuso la formación de unConsejo de Guerra contra todoslos prisioneros de la armada deStrozzi y los seguidores del Priorde Crato, considerándose a losprimeros como “piratas” y a lossegundos como traidores a su ver-dadero Soberano.

El 1 de agosto don Álvarofirmó sentencia, resultando con-denados 80 caballeros prisioneros(20 de ellos señores) a ser “públi-camente degollados” y que todoslos soldados y marineros mayoresde 17 años de edad fueran “aor-cados”. 71 Aquel mismo díaescribió a Felipe II informándolesobre la represión que habíaemprendido conforme a susReales Instrucciones; y añadióque de acuerdo con las mismashabía detenido a un fraile y a unclérigo en Punta Delgada, comotambién a otros tres frailes porhaber sido grandes amotinadoresen la montaña de la isla, para con-

ducirlos a todos a España. Mientras eran castigados

los rebeldes, una carabela portu-guesa arribó a la isla procedentede la isla Tercera. Aquella naveportaba una carta de don Manuelda Silva, en la que pedía condi-ciones para rescatar a los prisio-neros y ofrecía a cambio sumasimportantes y la libertad de algu-nos prisioneros españoles y portu-gueses partidarios de Felipe II.Bazán respondió “que no teníaaquella por guerra y que comocontravenidores de las paces quehay entre S. M. el Rey de lasEspañas y el de Francia haríaahorcar o degollar, según su cate-goría, a cuantos tomare”. 72

Estaba claro, si Enrique III deValois había considerado que lasrelaciones hispano-francesas eranexcelentes y que la expediciónfrancesa de Strozzi no tenía nadaque ver con la Corona de Francia,puesto que se trataban de aventu-reros que iban por su cuenta yriesgo, pudiéndolos ajusticiarFelipe II como le viniera en gana,el Consejo de Guerra no pudoconsiderarlos súbditos del monar-ca francés ni tampoco corsarios,por lo que los condenó a la penade muerte por piratas. En cuanto alos seguidores de Strozzi, fueroncondenados a muerte por traido-res, tal como habían sido previa-mente advertidos.

Pero a pesar de que la res-puesta de don Álvaro pudieraparecer una negativa rotunda, élmismo escribió a Felipe II el 8 deagosto informándole que no habíaquerido despachar aún la carabela

portuguesa, porque estaba espe-rando de un momento a otro lallegada de la flota de Andalucíaque había salido de Cádiz, lo cualatemorizaría a la tripulación decarabela portuguesa y quizás asípodría llegarse a un acuerdo conla isla Tercera para lograr susumisión sin combatir.

Al día siguiente, la escua-dra de don Juan Martínez Recaldefondeó por fin en la rada arenosade Punta Delgada. De las 21embarcaciones que habían zarpa-do de Cádiz, 6 de ellas habíantenido que regresar a las pocassingladuras por tener importantesaverías; y en cuanto a las 15 res-tantes que lograron llegar, desdeCabo San Vicente habían seguidouna derrota más al Sur que lanavegada por la escuadra de donÁlvaro y padecido las furias delrudo viento del Suroeste, quedan-do dispersas y sacudidas por olas

gigantescas. Cuando éste compro-bó el gran deterioro de sus cascos,creyó que con aquellos barcos nopodía emprender una campaña

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Cabo San Vicente

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muy dura, como esperaba que lofuera la de la isla Tercera. Portanto, decidió invernar en Lisboay organizar allí una nueva armadapara el año siguiente.

Por otra parte, tras pacifi-car la isla, don Álvaro ordenó quese fortificase de nuevo el castilloy se repararan los daños sufridosen ataques anteriores; luego dejóuna guarnición de 2.500 hombres,con abundantes armas y pertre-chos, en previsión de un posibleataque enemigo; y finalmenteesperó la llegada de la Flota deIndias, para partir con su armaday escoltarla rumbo a Lisboa, adonde arribó el 15 de septiembrede 1582. En cuanto al Prior deCrato, tras la ocupación de SanMiguel por los españoles, creyóque Bazán emprendería de inme-diato la conquista de Tercera, ypor eso huyó de forma apresuradacon varios barcos adictos que lellevaron de nuevo a Francia.

La armada de Bazán con-dujo a Lisboa como trofeo de gue-rra la nave capitana francesa deStrozzi, apresada en el combatedel 26 de julio, y al entrar en elpuerto, halló la Ciudad del Tajotoda engalanada.

Desde los balcones dePalacio, Felipe II pudo presenciarel espectacular arribo de la arma-da del Marqués de Santa Cruz,que llegaba victoriosa de la isla deSan Miguel. Sin pérdida de tiem-po, le concedió audiencia y, pesea ser muy parco en elogios, fuemuy pródigo e incluso le conce-dió con gran solemnidad laEncomienda de León, que poco

antes había quedado vacante porfallecimiento del Marqués deVélez. 73 A pesar de la gran victo-ria, no estaba contento del todo.No podía reprochar nada a donÁlvaro, que había combatido enuna proporción de uno contra dos;pero, en el fondo se sentía defrau-dado por no haberse completadola campaña con la toma de la islaTercera, que quedaba para la pró-xima. Por ello, aunque la Corteesperaba que el Monarca ordena-ra al Marqués de Santa Cruz quese cubriera en su presencia comoGrande de España, no lo hizo,manifestando públicamente quetal gran honor se lo concederíamás adelante, cuando todo elarchipiélago de las islas Tercerasestuviera bajo su soberanía.

V.- 1583. TERCERACAMPAÑA DE LAS AZO-

RES: BATALLA DE TERCE-RA

Los preparativos de la últimacampaña militar de las Azores

Después de la célebre jor-nada de San Miguel, los espías deFelipe II le informaron queFrancia estaba preparando unaarmada aún mucho más poderosaque la anterior; por tanto, elMonarca decidió que urgía orga-nizar una armada mucho másfuerte que la anterior y entregarde nuevo el mando a don Álvarode Bazán.

En efecto, Catalina deMédicis, de carácter violento ymuy rencorosa, cuando supo el

inesperado desastre de SanMiguel y la muerte de su primoFilippo Strozzi, en un arrebatocolérico logró que su hijo dictaradisposiciones para organizar unanueva Armada que vengara tanhumillante derrota. Aunqueluego, una vez calmada, estuvoreflexionando con frialdad y llegóa las siguientes conclusiones:Los arrebatos de cólera podíanservir como desahogo, pero jamáscomprometer la tranquilidad de laCorona de Francia.Fracasado el golpe y muertoStrozzi, no resultaba fácil encon-trar un allegado de confianzainquebrantable para intentar denuevo la operación de Brasil.No compensaba ayudar a donAntonio y ganarse la enemistadde España.En caso de que el Prior de Cratolograra o no su ambición de reinaren Portugal, eso era algo que noreportaría ningún beneficio aFrancia.Si la fracasada expedición ante-rior se había emprendido, fue sólopor las grandes ganancias quepodrían obtenerse en Brasil; peroeliminada tal posibilidad por la

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Isla Terceira, vista satelite

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derrota naval, carecía de sentidoemprender otra fuerte expedición.

Tales reflexiones de laReina Madre explican por qué alprincipio se habló de armar unaarmada de 100 naves (las infor-maciones de los espías eran cier-tas), y al final la Corona deFrancia sólo aportó 14 galeones yalgunas naves menores, que entretodas transportarían unos 2.000soldados franceses, 100 piezas deartillería y abundante pólvora ymunición. Esta vez, el mando deesta flota francesa fue encomen-dado al “monsieur” de Chartres,Gobernador de Dieppe.

Mientras tanto, Bazán sedisponía a organizar su armada enLisboa, compuesta por 98 navesde todas las clases (20.000 tons.en total), que transportarían algomás de 10.000 hombres de guerray 4.000 de mar (15.000 en total),y vituallas para cuatro meses. Enesta ocasión, como en tantas otrasen las que había organizado arma-das, siempre dio muestras detener espíritu previsor y de preo-cuparse de hasta los más mínimosdetalles, no sólo en operacionesbélicas, sino también en los viajesy en el régimen interior de losbarcos. Además, con sus órdenesminuciosas reglamentó por com-pleto la vida a bordo, anticipándo-se en dos siglos a las célebresReales Ordenanzas de la Armada,que prácticamente no añadieronnada nuevo que él no hubiera pre-visto. Pueden verse a continua-ción algunas de las disposicionesque dio a sus gentes, en vísperasde hacerse a la mar:

“…Que todos los solda-dos y personas que van en el ejér-cito sirvan y acudan debajo desus banderas que les han señala-do, sin salir de la orden que lesdiere, a pena de ser castigados.

“Que ningún soldado sedescomponga en obra ni en pala-bra, en desacato de Dios nuestroSeñor, ni de la Santa Iglesia yministros della, a pena de ser gra-vísimamente castigado.

“Que ningún soldadoreniegue ni blasfeme del nombrede Dios nuestro Señor, ni de subenditísima Madre, y que talhiziese sea castigado a cuatroaños de galera.

“Que ningún soldadoentre con violencia en los templosni monasterios, ni toque a lasagrada custodia del SantísimoSacramento ni relicario, ni imá-genes so pena de vida.

“Que ningún soldado decualquier calidad sea osado areñir cualquier pendencia vieja,ni a vengar injuria que otro lehaya hecho por lo pasado, duran-te la jornada, y un mes después, apena de vida.

“Que ningún soldado sedesmande ni aventaje, sin ordende la cabeza que llevare, sinoseguir sus capitanes con granorden, a pena de que será casti-gado.

“Que ningún soldadovaya amancebado en la armada,a pena de galera; y a ella cienazotes en torno de la armada.

“Que ningún soldadogrite pidiendo picas ni cuerdas, nidiciendo que se le ha acabado la

pólvora, sino que lo diga a losoficiales que llevare, ni soldadoque pase palabra…

“Que ningún soldado jue-gue los vestidos ni armas, ni jue-gue sobre su palabra, a pena detres años de galeras.

/…/ “Que cuando el galeón

“San Martín”, en que va mi per-sona y va por Capitana destaarmada, hiziese señal de partir,os apercibiréis, de manera, queen tocando la trompeta lo hagáissin perder tiempo.

/…/ “Que habiéndose de pele-

ar, han de tener en cuenta con loordinario que se suele hacer, deapercibir los lombarderos y bal-des y medias botas de agua yvinagre, como es costumbre contodos los demás reparos que sehacen, así del fajamiento de lasnaos con bonetas y velas viejas ymantas mojadas para la defensadel fuego que se suele arrojar,mandando así mesmo que ningu-na persona de calidad que sea, nicapitán Alférez ni sargento, sevaya abajo al tiempo de pelear,con achaque de la artillería, sinoque esté cada uno en el lugar quele toca, pues en la artillería ha dehaber persona diputada, paraaquéllos, y aquélla residirá yasistirá con la artillería.

“Que vayan todos en lapaz y concordia y no se revuelvanunos contra otros, ni causenrumor ni alteración, que es degran inconveniente, ni nadie echemano a ningún género de arma enel navío que fuere, so pena de

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muerte, ni los soldados se empa-chen con los marineros ni con lagente mareante.

“Asimismo ordeno ymando que en el tomar de lasraciones dejen los soldados dar-las a los que llevan a su cargo lasvituallas, sin que bajen a lastomar ni escoger por fuerza,como otras veces lo han hecho ypara esto se halle el sargento oalgún cabo de escuadra de lascompañías, por lo que no haganingún desconcierto…”. 74

La travesía a las Azores

La armada de Lisboazarpó el 23 de julio de 1583rumbo a la isla Tercera y lo hizocon los mejores capitanes de tie-rra y mar que pudieron reclutarse:don Cristóbal de Eraso, don JuanMartínez Recalde, el heroico donLope de Figueroa, don Franciscode Bobadilla y otros nombres. Enaquella época, la partida de unaarmada a la guerra solía celebrar-se como una gran fiesta, ponién-dose las tripulaciones sus mejoresuniformes. Resulta fácil imagi-narnos en aquel día de veranocómo el sol doraba el blanco case-río lisboeta, el rechinar de loscabrestantes cobrando las pesadascadenas de las anclas, las vocesde mando y los silbidos de loscontramaestres, las velas multico-lores con insignias y emblemasmuy al gusto de la época que seizaban con lentitud, y el flamearal viento de banderas, gallardetesy pendones. Al disparo del galeónSan Martín, buque almirante o

insignia de Bazán, ordenando elinicio de la maniobra, respondíanlas demás embarcaciones con lostres cañonazos de rigor, mientrastodo el vecindario lisboeta, a lolargo del desembarcadero, acla-maba con entusiasmo a los quepartían y hacía coro a los vivas delas dotaciones.

La corriente de mareasaliente y el suave viento delLevante empujaban la armada delMarqués de Santa Cruz río abajoen perfecta formación. Abrían lamarcha las 12 galeras de donDiego de Medrano, que podíannavegar con independencia delviento gracias a sus filas de reme-ros; detrás iba el San Martín; y elresto de las embarcaciones mar-chaba a continuación.

Ante la armada de Bazánfueron desfilando las riberas delTajo, y fue despedida con unasalva de culebrinas desde la tanhermosa y señorial torre cuadradade Belem, al igual que un pocomás tarde lo hizo Forte Velho(Fuerte Viejo). En el convento

bautizado con el nombre simbóli-co de Boa Viagem (Buen Viaje)se vieron agitar pañuelos.Después, cuando la punta sobre laque se yergue Forte de San Xulián(Fuerte de San Julián) dejó al des-cubierto la preciosa villa deCascaes, la flota maniobró parasalvar la peligrosa barra entre losdos Cachopos, para evitar enca-llar en la arena y salir a la marlibre. Pero como las aguas esta-ban muy calmadas por el vientoterral, apenas podía distinguirse labarra, salvo por una ligera tenden-cia a aumentar el oleaje, constitu-yendo un serio obstáculo para unaarmada tan numerosa que navega-ba en conserva y sin más propul-sión que el viento, salvo las gale-ras.

Tras pasar la barra, la flotatomó su formación de travesía. 75

Las galeras continuaron en van-guardia, avanzando con rapidez alacompasado golpe de remo;mientras que las otras 84 embar-caciones arrumbaron al Oeste,cortando pausadamente las aguas,

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y la brisa del Nordeste hinchabasu velamen.

Por la noche disminuyó elviento, lo que redujo la marcha,quedando rezagadas las urcas fla-mencas, más panzudas y lentas.Se encendieron los fanales en losalcázares de popa para evitar coli-siones y Bazán, tras dar las dispo-siciones oportunas, se retiró parareleer las Reales Instruccionesque le había entregado Felipe II.

Su Majestad Católicahabía firmado sus RealesInstrucciones el día 17 de junio de1583, en el Real Monasterio de ElEscorial. En ellas, le ordenaba adon Álvaro que, antes de emplearla fuerza, intimidase a los natura-les de la isla Tercera a una rendi-ción, garantizándoles en tal caso:vidas, haciendas y el perdóngeneral a sus culpas o rebeldíaspasadas; y que dijera a los extran-jeros que podrían partir de la islacon armas y ropas, siempre queentregaran los fuertes sin oponerresistencia. Tan magnánimas ymuy razonables proposicionesdebían ser dadas “por algúnbajel, con un par de buenos reli-giosos y algún honrado soldado,pudiendo ser naturales portugue-ses…”. Mas si éstos no fueranescuchados, debían de añadir alos isleños: “… que toman elfuego y el cuchillo con sus manosy que todo el mal y daño que lespodrá sobrevenir sea a su culpa yno a mi cargo ni al vuestro…,pues claro está que si tras esto sepusiera en resistencia y se entra-re por fuerza de armas, no sepodrá excusar que pasen por las

leyes de la guerra que tan mereci-das tendrán…”.

Las leyes de guerra a lasque se refería el rey don Felipeconsistían en la aplicación demedidas similares a las emplea-das el año anterior en la jornadade San Miguel. Así, por ejemplo,ordenaba a don Álvaro: “Sihubiese en la isla Tercera algunagente de franceses e ingleses quehaya ido o metido en ella para susocorro, haréis ahorcar a todoslos extranjeros como son france-ses e ingleses…”.

El día 26, tres días des-pués de zarpar de Lisboa, el vien-to soplaba cada vez con menosfuerza y Bazán ordenó a donDiego de Medrano que se adelan-tase con sus 12 galeras al gruesode la armada, por cuanto “…haciendo buen tiempo no pareceque conviene que por aguardar laconserva de las naos ni por otracausa ninguna hayan de perderlas galeras ni una sola hora detiempo con que pudieren mejorar-

se, pues en tal golfo y de tal mar,lo mejor es pasarlo presto…”.Fue una decisión acertada y pro-pia de un buen marino y conoce-dor del Atlántico, pues con ellaprocuró dar mayores seguridadesa las naves con menores condicio-nes marineras en aquellas aguas.

Al día siguiente se rompióel timón de la Santa María de laCosta quedando al garete, singobierno alguno. Entonces, paraevitar el retraso de la expedición,don Álvaro dispuso que toda lagente de guerra fuera repartidaentre los pataches, que se abarlo-aron para el trasbordo de lamisma. Luego, la nave quedó enreparación con la orden de mar-char a Lisboa en cuanto estuvieraen condiciones de gobernar.

Continuó el tiempo deexcesiva bonanza y por fin el 3 dejulio el grueso de la armada divi-só la isla de San Miguel. Perocuando todos creyeron que prontollegarían a su fondeadero y estarí-an allí seguros, sobrevinieron sen-

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das calmas chichas, alternadascon vientos terrales y de bordadaen deriva. Tales contratiemposprolongaron la navegación diezdías más, puesto que el día 13 fuecuando se pudo fondear alrededorde Punta Delgada, donde se halla-ban las galeras desde hacía yaquince días.

La Armada es recibida con hos-tilidad en la isla de Tercera

Debido a que la expedi-ción había sufrido tan excesivasdemoras, las operaciones en laisla de San Miguel cobraron unaactividad infrecuente en aquellaépoca, pero había que evitar eltener que esperar a que cambiarael tiempo, cargando los Ponientesque siempre preceden al equinoc-cio.

En San Miguel embarca-ron 2.000 hombres, quedaron entierra algunos que enfermaron enla travesía y finalmente, el día 22de julio, cuando las brisas comen-zaron a ser favorables, la armadade Bazán se hizo a la vela yarrumbó a la isla de Tercera.

El año que había transcu-rrido desde la toma de San Miguely empleado en la necesaria orga-nización de la armada de Lisboa,sirvió para que se construyeranfuertes a lo largo de la costa conla ayuda de los franceses e ingle-ses que llegaron en la flota a laque hemos hecho referencia. Así,cuarenta y ocho horas después dearrumbar a la isla, la expediciónse situó por detrás de la ciudad deSan Sebastián y de pronto se pro-

dujeron numerosos cañonazos delos fuertes contra el galeón SanMartín.

Pese al hostil recibimien-to, don Álvaro se dispuso a cum-plir las Reales Instrucciones quele dio Felipe II, para lo que envióa un “soldado honrrado y untrompeta” con un “recado” paralos rebeldes en los siguientes tér-minos: “Don Álvaro de Bazán,Marqués de Santa Cruz,Comendador Mayor de León,Capitán General desta armada yexertº. del Rey Don Felipe nro.(Primero) Señor a todos losmoradores y estantes en la isla dela Terzera y en las demás circun-vecinas, así naturales comoextranjeros. Bien savéis que suMajestad siempre como es suce-sor legítimo de los Reynos dePortugal, islas e Indias y de lasdemás partes pertenecientes a suCorona y que aviendo de ser ove-decido por Soberano Rey y Señornatural; algunas destas islas des-

viándose desde conocimiento yadmitiendo en su compañía gen-tes diversas en naturaleza y reli-gión han inspirado contra laMajestad Real e incurrido en cri-men Lexe majestatis divina yhumana, digno de ejemplo y cas-tigo, con todo esto, su majestadmovido de celo cristianísimo yusando de su acostumbrada cle-mencia por servicio de Dios nues-tro Señor e por evitar efusión desangre, considerando que cadadía crece la obstinación y el des-ervicio, y que es negozio queincumpla la Real conciencia labrevedad del remedio por quitarde delante de nuestros ojos unvivo ejemplo de desobediencia,aviéndose procurado por todaslas vías posibles el remedio yahora últimamente usando desuma benignidad su majestadconcede y aze gracia a todos losvezinos y estantes en dha. Isla yen las demás, perdón general,otorgando juntamente con lasvidas seguridad de los vienes yhazienda, asegurando demásdesto que no serán dados a sacoen ninguna manera, antes seránamparados en los comercios esosiegos, con tal que sin hazerresistencia alguna se quieran ren-dir y sujetar a su obedienciacomo a su Rey y Señor naturaladmitiendo y dejando desembar-car en tierra toda la gente queviene en esta Rl. Armada y demásdesto en nombre de su Magd.ofrezco que a todos los Francesesy los demás extranjeros que qui-sieren salir libremente con sushaziendas, armas y banderas, les

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daré embarcación si de su volun-tad quisieren entregar los fuertesque en su poder tuvieren, dejandollanamente la dha. Isla y yo, eldho. Capitán General en nombrede su Magd. y por su real palabraprometo guardar y cumplir esteedicto público en todo y por todocon protestación que no cum-pliendo y haziendo todo en él con-tenido perseverando en su duraobstinación y por el poder que su

Magd. en este caso me concededesde luego los doy por enemigosrebeldes contra su Rey y comotraidores les protesto, que losdaños públicos, castigos, muertese destrucciones que se hizierensobre los que no acudiesen a darla obediencia a su Magd. real, nia cargo mío, sino a culpa de lostales reveldes, y por justificacióndesto y confusión de su maldad yperpetua deshonra les hago estemandato hecho en el GaleónCapitana desta Armada a veinti-trés de Julio de mil quinientosochenta y tres”. 76

Las magnánimas propues-tas de don Álvaro y el amplio per-dón, tanto para los isleños comopara los mercenarios extranjeros,no fueron aceptadas; por tanto nole quedó otro remedio que some-ter la isla con la fuerza de lasarmas y aplicar los castigoscorrespondientes, en recto cum-plimiento de las RealesInstrucciones que había recibido.

Por otra parte, conviene

añadir que la población de la islase hallaba muy cansada de donAntonio y de toda la caterva dehombres armados ambiciosos yaventureros que le seguían en suspretensiones. Para satisfacer lasansias de su séquito y de sus mer-cenarios hubiera hecho falta unaenorme cantidad de oro y plata;pero aquel diminuto “reino” for-mado por nueve islas minúsculas,sólo podía ofrecerles: abundanteganado vacuno, pesca y hermosasmujeres, creándose no pocos con-flictos entre los padres y los mari-dos de ellas y los aventureros y

gentes de armas. Por todas estascosas, los agricultores, los comer-ciantes y los ganaderos estabanmás que hartos de los continuosabusos de aquellos intrusos, ymaldecían la hora en que se lesocurrió tomar partido a favor delodiado Prior de Crato.

Cuando se presentó laarmada del Marqués de SantaCruz, la opinión de los isleños nocontaba para nada. Don Manuelda Silva, conde de Torres-Vedras,nombrado Gobernador Generalde las islas Terceras por donAntonio, era por tanto quien man-daba en la isla, aunque sólo lofuera nominalmente, ya que quie-nes verdaderamente tenían elpoder militar y daban las órdeneseran dos franceses: “Monsieur”de Chartres y “le sieur” deChantilly, cuñado del todopodero-so duque de Guisa. Ambos eranexcelentes militares, se habíancomprometido en la aventura yconsideraban que rendirse sincombatir sería deshonroso; portanto, ante la intimidación de donÁlvaro, su respuesta fue a caño-nazos. Así dio inicio la jornada dela isla de Tercera, que tanta gloriaproporcionaría al Marqués deSanta Cruz.

Toma de la isla de Tercera yrepresalias posteriores

El grueso de la armada deBazán se adentró en la magníficabahía de Praia, que por su enormeamplitud permitía que una flotatan numerosa como aquellapudiera maniobrar con cierta tran-

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quilidad, fondear a cualquier dis-tancia de la costa e incluso mante-nerse lejos de la artillería enemi-ga. 77

Consciente don Álvaro deque efectuar un desembarco anteuna plaza tan bien defendidaresultaría peligroso, creyó necesa-rio dar un golpe de audacia. Así,una vez que situó la armada fren-te a Porto Praia, simuló un ataquedirecto, tal como si el plan fuerabatir primero los fuertes a caño-nazos y luego desembarcar lastropas para tomar la ciudad alasalto. En efecto, aquel día 25 dejulio, al anochecer, la flota abriófuego nutrido contra los fuertesprincipales de la ciudad descon-certando a los defensores, al estaréstos acostumbrados a que lasoperaciones se suspendieran porla noche. Tras la sorpresa inicial,la artillería de los fuertes contestócon gran energía, mientras lasgentes de guerra corrieron hacialos reductos y trincheras construi-das cerca del desembarcaderopara tomar posiciones, creyendoque el desembarco sería inminen-te.

Tal maniobra de distrac-ción dio el resultado esperado.Mientras se realizaba aquel dueloartillero, una pequeña flotilla for-mada por pequeñas galeras (enuna de ellas iba el propio donÁlvaro), pataches y pinazas, seencargó de trasladar a la mayoríade las tropas a una pequeña ense-nada situada como a media leguaal Este de Praia, un lugar diame-tralmente opuesto al esperado porel enemigo.

Hacia las 3 de la madruga-da del día 26, aquellas tropas ini-ciaron la operación de desembar-co, teniendo primero que vencerla resistencia de cuatro compañíasfrancesas y portuguesas que sehallaban allí atrincheradas.Luego, con las primeras luces deldía, aquel contingente de cerca de

4.000 efectivos de los Tercios dedon Lope de Figueroa había yaembarcado. Entre aquellos bravossoldados españoles destacarán,sobre todo, el alférez don Alonsode Xerez y el capitán don Antoniode Pazos; el primero dirigirá lastropas que tomarán el fuerte prin-cipal por asalto y plantará la ban-dera en lo alto; y el segundo ten-drá el honor de ser quien tomarálos reductos de la playa.

Don Álvaro desembarcócon la alborada. Poco a poco, losrebeldes comenzaron a retroce-der, pese a los auxilios que les lle-gaban con rapidez de la ciudad,mientras que los españolesampliaban el círculo de terreno de

la cabeza de playa. Fue una luchamuy dura, tal como lo narró untestigo de la jornada: “… ya queempezaban a cargar muchos ene-migos a los nuestros escaramu-zando con ellos tan valerosamen-te, hasta ponerlos tres cuartos delegua más lejos de la marina…peleando siempre muy valerosa-

mente dando cargas y recibiéndo-las, ganando o perdiendo losnuestros una eminencia de mane-ra que fue menester que elMarqués, que estaba en la frentede sus escuadrones se mejorasedos veces con ellos para dar calora su arcabucería…”. 78

A través de este relato dela operación de desembarco,podemos imaginarnos a Bazán,quien con gran valor cargó alfrente de sus gentes “para darlescalor” y resolviendo así unmomento crítico o en cierto modocomprometido.

Ante el formidable avancede las tropas españolas de desem-barco, y pese a las dificultades del

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Modelo de casco de galeón o nao española, (ca. 1550)

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terreno y el arrojo de los hombresde armas franceses, los partida-rios de don Antonio quisieronrepetir la misma táctica que tanbuenos resultados les había dadodos años antes, cuando el desem-barco de don Pedro de Valdés alfrente de 350 hombres en PortoPraia. Así sucedió, reunieron unas500 reses (bueyes, toros y vacas)que, azuzadas y enloquecidas porel estruendo de numerosos arca-buzazos disparados a la vez, selanzaron en tropel a desbaratar lasformaciones atacantes. Pero donÁlvaro estaba prevenido porquesabía lo ocurrido a Valdés y a sussoldados, y ordenó a sus soldadosque abrieran filas para dejar pasoa las reses; y después, una vez quepasó la manada, éstos cerraronfilas y así quedó burlada la estra-tagema enemiga.

La lucha continuó todo eldía 27 porque los defensoresdefendieron el terreno palmo apalmo. Aunque al día siguiente,Bazán avanzó rompiendo las últi-mas resistencias de Porto Praia; ymás tarde, cuando Figueroaocupó la villa de San Sebastián,Bazán entró victorioso en Angra,la capital de la isla, donde el capi-tán de Galeras se apoderó de 30naves portuguesas enemigas queestaban allí fondeadas y que habí-an sido abandonadas por sus tri-pulaciones.

Con la rendición de la islade Tercera se logró la conquistadel Archipiélago de las Terceras,ya que después la Armada delMarqués de Santa Cruz empren-derá operaciones que hoy podrían

calificarse como de pacificación ode policía, aunque se harán enton-ces al uso de aquella época. Una

vez rendidas todas las fortifica-ciones, se hizo recuento de la arti-llería capturada al enemigo, queascendió a 300 piezas, lo quesuponía una enorme masa artille-ra para la época, observándoseque algunas tenían el escudo deFrancia y otras el del gran Turco.Además, don Álvaro liberó anumerosos cautivos encarceladospor haberse negado a reconocer alprior de Crato como rey dePortugal; y entre los liberados seencontraban: el capitán don Juande Aguirre, quien el año anteriorhabía sido apresado con su pata-che al intentar parlamentar; 42españoles y 20 portugueses.Además, conforme a las RealesInstrucciones, permitió que la ciu-dad fuera entregada al saqueo porespacio de tres días completos, desol a sol.

En cuanto a los franceses,los supervivientes lograron reti-rarse a un campo atrincherado

que habían construido en lugarfavorable, como a unas tresleguas de Angra. Después, envia-ron parlamentarios para mostrar aBazán cartas patentes que leshabían expedido el rey EnriqueIII de Francia y su maquiavélicamadre Catalina de Médicis, ypedirle que les dejase regresarcon sus naves, armas y bagajes,como también a todos los portu-gueses que quisieran acompañar-les. Pero él no quiso recibirles y através de don Pedro de Padilla lescontestó que, por haber desoídosu primera llamada a la concor-dia, serían castigados sin contem-placiones. Tal como se les habíaadvertido.

Tras retirarse los parla-mentarios franceses, el Marquésde Santa Cruz dio las órdenesoportunas para asaltar el últimoreducto francés. Fue entoncescuando los franceses rebajaronsus altivas pretensiones y envia-ron un nuevo parlamentario parasolicitarle las condiciones de surendición; a lo que Bazán, perdo-nándoles su castigo a morir en lahorca, les contestó con gran mag-nanimidad y caballerosidad:Todos los franceses deberánentregar sus armas, banderas,pífanos y municiones.200 de ellos serán castigados agaleras.Los restantes, sin más bagaje quelo puesto, serán repatriados a lacosta francesa en naves españo-las; y para garantizar el regreso deéstas, algunos de los jefes princi-pales quedarían en calidad derehenes.

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Chartres aceptó las condi-ciones de Bazán. Al día siguiente,28 de julio, desarmó a sus tropas,que se encerraron en sus cuarte-les, y marchó con sus capitanes abesar su mano. Bazán los recibiócon las mayores consideracionesdebidas a un enemigo que sehabía batido bien, pese a que sucausa fuera tan poco estimable, ycumplió cuanto había prometido:los franceses fueron repatriadosen naves vizcaínas a la costa fran-cesa y Chartres quedó comorehén hasta el regreso de las mis-mas.

Al Marqués de Santa Cruzsólo le quedaba prender alGobernador General de lasTerceras, don Manuel da Silva,conde de Torres-Vedras, máximoresponsable de la insurrección afavor del Prior de Crato. DonManuel, “disfrazado con unacapa larga, a modo de hombrevulgar” (campesino), andabahuido por los montes y valles dela isla intentando embarcar encualquier nave que le permitieraescapar del castigo que le espera-ba por traidor. Dice la leyendaque le entregó una esclava a laque había cautivado tiemposantes; pero lo que sucedió en rea-lidad fue que un soldado delmaestre de campo don Franciscode Bobadilla lo prendió mientrasdescansaba bajo un árbol en lamontaña.

Con la detención delGobernador General, la campañamilitar quedó virtualmente finali-zada. Así, mientras el AuditorGeneral de la Armada de Bazán,

el licenciado Mosquera deFigueroa, emprendía las diligen-cias del proceso de los culpablesde la rebelión de las Azores, donÁlvaro envió embarcaciones yfuerzas a las órdenes de donPedro de Toledo, que en pocosdías redujeron a la obediencia lasislas de Fayal, Graciosa y Flores,sin grandes pérdidas ni dificulta-des dignas de mención.

Las sentencias que reca-yeron se publicaron, cuyos casti-gos impuestos en cada caso parti-cular fueron los que figuran acontinuación:

“A las islas y particularesde las mismas, se ordenó en per-dimiento de los frutos, rentas yhaziendas grazias e privilegios elibertades concedidas por losReyes antecesores…También pro-nunció que fuera la moneda deDon Antonio quemada pública-mente y que ninguna persona usedella so pena de muerte.

“Manuel Silva, que seintitulaba conde de Torres-bedraspor tirano, matador, alvorotador,rovador y recogedor de Herejes,fue degollado, y la cabeza puestaen la plaza pública colgada en ellugar en donde él mandó poner lacabeza de Melchor AlonsoPortugués, porque dijo que era suRey natural la Majestad del ReyFelipe ntro. sr.

“Manuel Sereda, queestuvo en Francia y vino conStrozzi el pasado año y salió des-pués con una armada comoCapitán General y fue a rrovar aCabo Verde, fué degollado.

“Amador Viera, que vino

con el título de embajador de sumajestad y fingiendo ser leal, des-cubrió todos los leales que habíaen la isla y los denunció… a éstese le cortó la cabeza por traidor ycondenó en perdimiento de bienesa sus hijos infames.

“Domingo Miguel, juezordinario que fue de dicha ciudade hizo justizia de muchos leales…fué ahorcado.

“Pero Cota, Capitán deD. Antonio, público amotinadorque tenía a su cargo una trinche-ra, fué ahorcado.

“Bernardino de Tavora,capitán de infantería a cuyocargo estaba la fortificación, fuéahorcado.

“Antonio HernándezBaroso, alborotador que inzitó atomar armas contra su Majestad,fué ahorcado.

“Arias de Povas, capitánde una compañía… fué ahorcado.

“ Gonzalo de Pitá, públi-co perseguidor de leales… fuéahorcado.

“Martín Díaz Pilatos, quepúblicamente a voces persuadía atodos que siguiesen a D. Antoniocuando vino Don Pedro de Valdésa esta Isla, entró en la ciudad conuna caveza de castellano, y espúblico que comía hígados decastellanos, fué ahorcado y hechocuartos y condenado en los bien-es como los demás.

“Baltasar, mulato prego-nero que echava los bandos y exe-cutaba sus pregones y las justi-cias que se hacían por Manuel deSilva entretegiendo en sus prego-nes palabras de mucho desacato

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contra su Majestad, fué ahorcadoy hecho cuartos.

“Domingo de Toledo,capitán de una fortaleza, porpúblico amotinador y decía siem-pre viva el Rey Don Antonio, fuéaorcado.

“Gaspar Alvarez, mare-ante que desde que estas islas serevelaron, iva y venía aFrancia… fué escandaloso y granamotinador, por tal, fué aorcado.

“Gaspar de Gamboa,corregidor de la ciudad de Angra,por aver condenado a muerte enconformidad con los demás de suvando a Melchor Alfonso, fuéaorcado públicamente y condena-do en perdición de bienes comolos demás…”. 79

Así terminó la últimacampaña militar en la que donÁlvaro de Bazán, Marqués deSanta Cruz, con muy escasas pér-didas, logró implantar en las islasTerceras o Azores la obediencia alrey don Felipe II de España y I dePortugal; y también, concluyó laGuerra de Sucesión de Portugal.

EPÍLOGO

Iniciada en Portugal laGuerra de Sucesión con la derrotadel Prior de Crato (Antonio I parasus seguidores) en 1580 y termi-nada con la pacificación de lasTerceras o Azores en 1583, FelipeII aseguró para sí el Reino dePortugal, con una inmensa cadenade establecimientos coloniales,que unidos a las ya de por sí enor-mes posesiones españolas, le con-virtieron en uno de los monarcas

más poderosos de la Historia. Fueentonces cuando empezó a decir-se que “en sus dominios no seponía el sol”.

Tras la conquista de lasAzores, la fama de don Álvaro deBazán fue mayor que nunca.Sabemos con certeza que durantesu estancia en las islas Terceras,ya tenía en mente la idea de orga-nizar y dirigir la Empresa deInglaterra. Si se quisiera buscarlos orígenes de la FelicísimaArmada, sería necesario remon-

tarse a la carta que envió el 9 deagosto de 1583 a Felipe II desdela ciudad de Agra, capital de laisla de Tercera: “Las victorias tancumplidas como ha sido Dios ser-vido dar a V. M. en estas islas,suelen animar a los Príncipes aotras empresas y puesto que Ntro.Sr. hizo a V. M. tan grande Rey,justo es que siga agora estaVictoria, mandando lo necesariopara que el año que viene se hagala de Inglaterra… y pues se hallatan armado y con ejército tan vic-torioso no pierda V. M. esta oca-sión y crea que tengo ánimo parahacerle Rey de aquel reyno y aunde otros… Bien sé que no faltaráquien represente a V. M. muchas

dificultades así de socorro deFrancia como de falta de dine-ros… Torno a suplicar a V. M. seanime y emprenda esta jornada,que yo espero salir della como delas demás que he hecho en servi-cio de V. M.…”.

El día 13 de septiembre,Felipe II le contestó dándole lasgracias por la victoria de lasTerceras, y al final mencionó laproyectada Empresa deInglaterra en los siguientes térmi-nos: “… también os agradezcomucho lo que me decís en la cartade vuestra mano ofreciéndoos anueva empresa y cual la propo-néis para otro año. Cosas son enque no se puede hablar con segu-ridad desde agora, pues depen-den del tiempo y ocasiones quehan de dar la regla después. Maspor sí o por no mando hacer laprovisión de bizcocho que vengade Italia y dar la prisa que sepuede a la fábrica de galeones yel asiento de las naos deVizcaya…”. 80

Dos días después, trasveintisiete días de ardua navega-ción, con mares gruesas y vientoscontrarios, la armada de Bazánregresó a Cádiz. Nada más llegar,el Marqués de Santa Cruz recibióla orden de marchar de inmediatoa Madrid, donde le esperaba donFelipe II para escuchar de sus pro-pios labios todos los detalles de labatalla de Tercera y los sucesosposteriores que allí acontecieron.Por tanto, don Álvaro se dirigió aMadrid y recibió a su paso por tie-rras andaluzas y castellanasnumerosas muestras de afecto y

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de entusiasmo por su victoria enla campaña de las Azores.

El Rey recibió al Marquésde Santa Cruz en el Alcázar y eli-gió aquella ocasión para ordenar-le que se cubriera como Grandede España, nombrándole ademásCapitán General del Mar Océano;y también dispuso que se canta-sen tres Te Deum consecutivos enel monasterio de El Escorial.Desconocemos si ambos hablaronen Madrid sobre la Empresa deInglaterra, aunque debió ser lomás probable. Si así fue, lo man-tuvieron en secreto. Como FelipeII se hallaba por entonces muypreocupado con los asuntos deFlandes, que no marchaban bienpor las intrigas inglesas, debió dedejar el proyecto para una mejorocasión, aunque sin abandonarlo.81

Por otra parte, sabemosque el Rey intentó retener por mástiempo don Álvaro, pero éste que-ría regresar cuanto antes a Lisboa,quizás porque siempre vio aMadrid como una villa con pre-tensiones de Corte, o porque leabrumaba la tristeza del monaste-rio de El Escorial, o bien porambas cosas. Pero además, lavida del Marqués de Santa Cruzestaba hecha para la mar y la bata-lla y no lo estaba para la vidapalaciega, tan dada a la intriga, laenvidia y los correveidiles quetanto detestaba. Además, tenía yaen la mente la idea de organizar laexpedición contra Inglaterra enLisboa.

Don Álvaro de Bazánmurió en Lisboa, en 1588, antici-

pándose diez años a Felipe II; ypor tal circunstancia, no pudoultimar los preparativos necesa-rios para la gran armada de laEmpresa de Inglaterra y coman-darla. Su fama era inmensa ycomo ejemplos del fervor popularque tenía, dos grandes figuras dela Literatura española le dedica-ron dos conocidos epitafios:

No en bronces, que cadu-can, mortal mano,

Oh Católico Sol de losBazanes

Que ya entre gloriosos capita-nesEres deidad armada, Martehumano,Esculpirá tus hechos, sino envano,Cuando descubrir quiera tusafanesY los bien reportados tafetanesDel turco, del inglés, del lusita-no.El un mar de tus velas coronado,De tus remos el otro encaneci-do,Tablas serán de cosas tan extra-ñas.De la inmortalidad el no can-sadoPincel las logre, y sean tushazañasAlma del tiempo, espada delolvido.

Luis de Góngora y Argote,1588.

El fiero Turco en Lepanto,En la Tercera el Francés,Y en todo mar el InglésTuvieron de verme espanto.

Rey servido y patria honradaDirán mejor quién he sido,Por la cruz de mi apellidoY con la cruz de mi espada.

Lope de Vega y Capio, 1588. 82

En cuanto a don Antonio,el Prior de Crato, mientras quesus partidarios o servidores eranajusticiados, él se hallaba viajan-do constantemente entre Dieppe(donde tenía su residencia) yParís. Allí en la Corte siguió cons-pirando e intrigando todo cuantoquiso, aunque buscando ayudasen vano, porque acababa de per-der las islas Terceras, su últimobastión, y sin esperanzas de recu-perarlas. Finalmente, el 26 deagosto de 1595, don Antoniofalleció en París, lo que puso tér-mino a tantas actividades conspi-rativas.

Felipe II regresó a España,bien entrado 1583. Había conse-guido su gran sueño, que era dar alos reinos de Castilla y Portugal laexpansión en Ultramar como des-tino común y la predicación delEvangelio como consigna; pero laposesión de Portugal, tras la cam-paña militar del Duque de Alba,dejó allí muy marcada la imagende una España invasora y opreso-ra. Aunque la incorporación dePortugal a la Monarquía Católicafue uno de los sucesos más desta-cados del reinado de Felipe II, talunión terminará estallando comouna bomba de relojería retardadaen 1640, tras llevar sólo algo másde un siglo de existencia. Para losportugueses y especialmente para

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los lisboetas, aquella unión sehabía emprendido por las armas yse sentían oprimidos al ver cómosu patria convertida a efectos enuna provincia del Imperio espa-ñol.

Anteriormente había exis-tido un sentimiento de identidadde destinos de castellanos y por-tugueses, por lo que se llegó acreer que Felipe II se había con-vertido en el Rey de los puebloshispanos por una razón superior:el designio de la DivinaProvidencia. No obstante, convie-ne recordar que a raíz de la muer-te del rey don Sebastián enAlcazarquivir, la sucesión dePortugal fue un tema que suscitóuna fuerte controversia tanto enPortugal como en Castilla, sobretodo, si dicha incorporación serealizaba por la vía militar y nopor la vía jurídica y de la negocia-ción amistosa.

Los partidarios del Priorde Crato difundieron como propa-ganda la idea de resistencia, pre-sentando como modelo a losmoriscos de las Alpujarras, aquienes tanto costó someter apesar de carecer de un Estado pro-pio; y también a los rebeldes delos Países Bajos. Pese a todo, laresistencia portuguesa duró bienpoco, y prueba de ello es que donAntonio careció de un mínimoapoyo serio para la defensa deLisboa contra las tropas delDuque de Alba, ni tampoco unfirme apoyo en el Norte dePortugal contra el acoso al que lesometió don Sancho Dávila.

Desde el principio FelipeII quiso ganarse la simpatía de losportugueses y no herir sus senti-mientos, para lo que les prometiómuchas ventajas a partir de launión de ambas Coronas. En lasCortes de Tomar les prometiósolemnemente que jamás daríacargos del Reino y de Ultramar aningún castellano, lo cual cum-plió. También se comprometió avisitar con frecuencia Portugal yno lo hizo; sin embargo, lo peorque hizo para los portugueses fueel hecho de perder Lisboa su capi-talidad y convertir el Reino enuna provincia.

Don Cristóbal de Mouraaconsejó al rey don Felipe quedejara como representante suyoen Portugal a la emperatriz María,viuda de Maximiliano II, quienllevaba algún tiempo refugiada enMadrid; pero al final dejaría alarchiduque Alberto, hijo de ésta,quien sería el futuro esposo de suhija predilecta la infanta doñaIsabel Clara Eugenia. No hubo

una gran oposición, quizás porquelos lisboetas notaron muy prontolas ventajas de la desaparición delas aduanas de los puertos secosque tan acorralados los teníancontra la mar. Por otra parte, con-viene añadir que en Brasil y en lasdemás colonias se aceptó, comohechos consumados, la proclama-ción del rey don Felipe II comoFelipe I de Portugal en las Cortesde Tomar; por tanto, salvo en lasAzores, don Antonio no pudo lle-var la resistencia.

A pesar de que laMonarquía del Rey Prudente sehabía abierto a una nueva etapa decara al Océano, en la que la pose-sión de Lisboa era esencial, él nose dio cuenta en toda su dimen-sión y marchó a su refugio de ElEscorial. Lo hizo por su carácterreservado y muy dado a apartarsedel mundo, aunque no del poder;justo lo contrario a su padre,Carlos V, que siempre fue muyviajero. Sin duda, fue un graveerror no regresar a Lisboa, adonde había prometido ir a menu-do. Puede decirse que cambió: laexpansión por el refugio; el bulli-cio cortesano por el silencio y elcanto de los religiosos; la mar porlas desnudas rocas escurialenses;y en definitiva, la cosmopolitaLisboa que le había dado laFortuna tras la batalla deAlcazarquivir, por el monasteriode El Escorial, una obra faraónicacuya construcción terminaría alaño siguiente. Si Lisboa represen-taba el futuro brillante de laMonarquía, El Escorial significa-ba el regreso al pasado; esto es, el

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lugar donde reposaban los restosde su padre, el César, sus esposas(doña María Manuela dePortugal, doña Isabel de Valois ydoña Ana de Austria, exceptodoña María Tudor), 83 algunos desus hijos (entre ellos, don Carlos)y su hermano don Juan deAustria.

Si el rey don Felipe habíapartido de Lisboa el 13 de febrerode 1583 para no regresar jamás,cuarenta días después, sin pasarpor Madrid, el 24 de marzo a lasonce de la mañana entró en elmonasterio de El Escorial parainspeccionar el avance de susobras, que concluirán el 13 deseptiembre de 1584. Felipe II deEspaña y I de Portugal, un monar-ca meseteño y burócrata, habíaregresado a su refugio místicodesde donde continuaría ejercien-do su enorme poder y dirigiendosu Imperio. Así lo quiso y quizásno pudo ser de otra manera.

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1 FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, Manuel:Felipe II y su tiempo. Madrid, EspasaCalpe, 1998, pp. 515-516.2 El príncipe heredero don Miguel dePortugal era hijo del rey don Manuel I elAfortunado y de la princesa doña Isabelde Castilla.3 SEPÚLVEDA, Juan Ginés de:Historia de Carlos V. Pozoblanco, E.Rodríguez Peregrino (ed.), 1995, tomo I,pág. 31.4 El príncipe don Alfonso de Portugalmurió poco después de casarse con doñaIsabel, a causa de una caída de caballoen Santarem, lo que provocó una leyen-da que perduró hasta los tiempos deFelipe II.5 Felipe II se casó cuatro veces por moti-vos de viudedad. Primero, en 1543, condoña María Manuela de Portugal(Coimbra, 1527 / Valladolid, 1545);luego, en 1556, con su tía la reina doñaMaría Tudor de Inglaterra (Greenwich,1515 / Londres, 1558); más tarde, en1559, con la princesa doña Isabel deValois (Fontainebleau, 1546 / Toledo,1568); y en 1570, con su sobrina carnaly nacida en España, doña Ana de Austria(Cigales, 1549 / Badajoz, 1580).Finalmente, se planteó casarse con lareina Isabel I de Inglaterra, pero el com-promiso matrimonial no llegó a realizar-se. 6 El marqués de Bombay, que en 1539había asistido a la muerte de la empera-triz doña Isabel de Portugal, dejó la vidacortesana por el sacerdocio. Su hijo donFelipe tenía entonces doce años de edad.7 El marqués de Villarreal se opusoarguyendo que no sería conveniente,

porque sería “dar Portugal a Castilla”.Carta del emperador Carlos V a su hijoFelipe II. Yuste, 8-08-1557. Corpusdocumental de Carlos V. Salamanca, ed.de Manuel Fernández Álvarez, 1973-818 Don Nicolás Perrenot de Granvella,primero obispo de Arras y luego carde-nal, fue uno de los mejores legados queCarlos V dejó a su hijo Felipe II.Apartado de la Corte, este último lellamó en 1579, convirtiéndose en el granministro de la Monarquía. 9 Doña Ana Mendoza de la Cerda, prin-cesa de Éboli (Cifuentes, 1540 -Pastrana, 1592).10 Juan Escobedo nació en Colindres(Santander). Bajo la protección delPríncipe de Éboli consiguió del Rey elnombramiento de Secretario del Consejode Hacienda; y luego, en 1569, el dealcaide del castillo de San Felipe y de lasCasas Reales de Santander. En 1574,Escobedo fue recomendado por AntonioPérez, secretario del Rey, para ocupar elcargo de secretario de don Juan deAustria, Gobernador de los Países Bajos.En realidad, su nombramiento fue paravigilar a don Juan, pero después se con-virtió en uno de sus más fieles partida-rios. Escobedo reunió pruebas de losnegocios ilícitos y del apoyo que Pérez yla Princesa de Éboli daban a los rebeldesflamencos. Pérez denunció a Escobedoal Rey como el instigador de maniobraspolíticas de don Juan de Austria; perotemiendo ser denunciado, ordenó el ase-sinato de Escobedo el 31 de marzo de1578 y fue juzgado un año después. Sumuerte inspiró coplas y romances, comoeste ejemplo del duque de Rivas: “Enaquella corta calle/ más bien callejónestrecho/ que por detrás de la iglesia/sale frente a los Consejos/ se halló ten-dido un cadáver/ de un lago de sangre almedio./ Con dos heridas de daga/ en elcostado y en el pecho,/y como ricoostentaba/ la cadena de oro al cuello/ ymagníficos diamantes/ en los puños y enlos dedos/ que obra no fue de ladrones/se aseguró desde luego/ el horrible ase-sinato/ que a Madrid cubrió deduelo…”. Su hijo Pedro Escobedo fue

Secretario de Felipe II y en su casa deColindres fue hospedada doña Bárbarade Blomberg, madre de don Juan deAustria.11 Según la opinión popular, AntonioPérez era el amante de la Princesa deÉboli y Felipe II pretendía sus favores;por tanto, ambos rivalizaban por ella. 12 El monasterio de San Lorenzo de ElEscorial fue fundado en 1561 para con-memorar, con su planta de parrilla gigan-te, la victoria de San Quintín (10-08-1557). 13 Alejandro Farnesio fue el mejor gene-ral con que pudo contar Felipe II tras lamuerte de su hermano don Juan deAustria, en 1578. Gobernador insigne delos Países Bajos, no sólo cosechó triun-fos constantes n el campo de batalla,sino que demostró su talento de estadis-ta al crear la Unión de Arras, origen de laactual nación belga. 14 El emperador Carlos V confió elgobierno de España a su hijo Felipe II en1551.15 Carlos V había mantenido muchasentrevistas en la cumbre: tres veces conEnrique VIII de Inglaterra, cuatro conFrancisco I de Francia, cinco conClemente VII y dos con el papa PauloIII, siendo huésped de las cortes deLondres y de París. Felipe II no siguióesta práctica diplomática y prefirió,como medida de gobierno, enviar repre-sentantes a la acción directa. Así loexplicó a su hija doña Catalina Micaelapara que convenciera a su marido elDuque de Saboya. Por ejemplo, en lasVistas de Bayona de 1565 concertadascon la reina Catalina de Médicis, delegóen su esposa doña Isabel del Valois y enel Duque de Alba. La única vez que seentrevistó personalmente con un rey fuecon don Sebastián en Guadalupe. 16 Felipe II colocó en la Corte portugue-sa a don Francisco de Aldana, gran poetay militar, en calidad de asesor de susobrino el rey don Sebastián. 17 En aquel feroz combate que terminóhacia la una de la tarde, un renegado por-tugués, Sulayman del Pozo, ocultó la

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muerte del sultán Abd el-Malik para evi-tar la desmoralización de sus tropas.18 Una leyenda dice que don Sebastiánle dijo a sus tropas que no lucharían,pues lo haría la misma Cruz contra laMedia Luna. Los soldados se marcharonde Alcazarquivir y al regresar vieron conestupor que la batalla había sido ganadapor sus adversarios y que su Rey habíadesaparecido. 19 La misteriosa desaparición originó elmito del “sebastianismo”, fomentado porlos portugueses por la nostalgia del reyperdido y que guarda relación con lasprofecías de un tal Bandarra, que asegu-raba que regresaría algún día para reinaren Portugal. Esto hizo que en distintasépocas “apareciera” bajo distintas for-mas. Así, cuando un viajero asegurabahaber visto a un ermitaño en el desiertoo entregado a la oración y la penitencia,se planteaba de inmediato la posibilidadde que podría tratarse del rey desapareci-do. Una de las supuestas “apariciones”fue protagonizada por un pastelero deMadrigal, que dio lugar al tema literariode la obra dramática de José Zorrilla y lanovela histórica de Manuel Fernández yGonzález. 20 Según la tradición judía deMarruecos, don Sebastián oró ante elaltar la víspera de la batalla prometiendoque, si vencía, pasaría a cuchillo a todoslos judíos que no se convirtieran al cris-tianismo. Dos judíos prisioneros de losportugueses huyeron y lo contaron a losjudíos de las comunidades de Tánger yAlcazarquivir, quienes se encerraron ensus sinagogas para orar e implorar laprotección de Yahvé. La derrota de losportugueses, ocurrida el 4 de agosto de1578 (día 1 de Elul del año 5.388 de laera judaica), evitó el degüello de milesde judíos dispuestos a morir antes queabdicar de su religión, por lo que lascomunidades de Fez, Tetuán, Tánger yotras ciudades del norte de Marruecosquisieron conmemorar aquel día de sal-vación, designándolo como día de purim(llamado Purim Sebastiano o Purim deCristianos), para ellos y sus descendien-tes. Esta festividad se celebraba anual-

mente con el cierre de los negocios, sintrabajar y dando limosnas a los pobres.En la sinagoga tetuaní de Tefilá Pintada,solían tirarse monedas al suelo despuésde la lectura del séfer torá, para que losniños las recogieran y estuvieran ale-gres; y además, se daban regalos a losniños, se hacía una comida y se leía elMeguilá de los Reyes en hebreo (existenvarias versiones), que es el relato de laderrota y muerte de don Sebastián comoun milagro de Yahvé. Hoy esta festivi-dad se celebra el día 1 de Elul en lassinagogas de Tánger y en otras sinago-gas de la diáspora judeo-marroquí (comoen Caracas) y se sigue leyendo elMeguilá. 21 El embajador Pedro de Venegas mar-chó a Fez con otra misión, aunque secre-ta: comprobar el estado del país y supoderío militar. Pero en 1579 Felipe IIno estaba en realidad interesado en con-quistar Marruecos, pues había centradosu atención en Portugal. Matías deVenegas, familiar del embajador espa-ñol, hizo un informe al Rey asegurándo-le que la conquista resultaba muy facti-ble.22 DUQUE DE MAURA (Gabriel

Maura Gamazo): El Designio deFelipe II y el episodio de la ArmadaInvencible. Madrid, Javier Morata edi-tor, 1957, pág. 60.

23 Ibidem, pág. 45.24 Ibidem, pág. 47.25 La Emperatriz se despedía cariñosa-mente de su marido, Carlos V, con estafórmula: “Beijo as maos de VosaMagestade” (Beso las manos de VuestraMajestad).26 Carta de Felipe II al Duque deMedina-Sidonia. El Escorial, 2-08-1579.Cita de: DUQUE DE MAURA: Ob. cit.,pág. 42. 27 Carta de Felipe II al Duque deMedina-Sidonia. El Escorial, 2-08-1579.Ibidem, pág. 43.28 Carta de Felipe II al Duque deMedina-Sidonia. Madrid, 9-01-1580.Ibidem, pág. 57.

29 MARIANA, Padre: Historia deEspaña. Madrid, Andrés Ramírez (ed.),1782. Tomo II, pág. 790. 30 En 1539 la emperatriz doña Isabel, ensu lecho de muerte, temió que su maridoinvadiera Portugal. Como paradoja no lohizo Carlos V, que fue un rey-soldado, ylo hará su hijo Felipe II en 1580, que eraun rey-burócrata. 31 Como las bases se hallaban muycerca, no hubo problemas logísticos nitampoco económicos. Pero sólo se logróreunir la mitad de los efectivos proyecta-dos para las fuerzas de tierra, que esta-ban al mando del Duque de Alba. Noobstante, eran tropas de gran calidad. 32 En realidad, no toda la culpa fue suya,pues su rigor fue impuesto desdeMadrid.33 DÁNVILA, Alfonso: Felipe II y lasucesión de Portugal. Madrid, 1956,pág. 231.34 Ibidem, ut supra.35 El Duque de Alba estaba consideradocomo un gran militar y un mal político.36 Don Álvaro de Bazán era especialistaen las tácticas de galeras. En la batalla deLepanto, donde tuvo el mando de laescuadra de reserva en retaguardia, entrópor una abertura en la línea frontal deldespliegue enemigo y en última instan-cia, dio la victoria a la Santa Liga. Enpremio a su actuación, Felipe II le con-cedió el título de Marqués de SantaCruz.37 FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, Manuel:Ob. cit., Pág. 527.38 El Maestre de Campo General venía aser lo que hoy es el Jefe del EstadoMayor del Ejército (JEME). 39 CIERVA Y HOCES, Ricardo de la:

Historia Militar de España. Tomo III.Madrid, Planeta, 1984, pp. 127-128.

40 En los Consejos de Capitanes toma-ban parte los jefes y oficiales de las fuer-zas terrestres y navales, que daban suopinión sobre los planes de operaciones.41 La famosa Torre de Belem es unpequeño fortín con aire medieval que

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formaba parte de una línea de fortifica-ciones. Construido por don Francisco deArruda, es uno de los ejemplos másrepresentativos de la arquitecturamanuelina. Su edificación empezó en1514 por orden de Manuel I elAfortunado, para defender el puerto deRestrelo y la costa desde Cascaes aLisboa. Situado en la desembocadura delTajo, en el barrio de Belem, era el centrode recaudación de impuestos para laentrada en la ciudad de Lisboa.42 En el mes de agosto, el papa GregorioXIII quiso intervenir y envió al cardenalRiarsio como legado, para que recabaralas aspiraciones de los pretendientes a laCorona de Portugal, pues quería la pazante el peligro de una conflagracióngeneral y demostrar la importancia de laIglesia como árbitro en los grandes con-flictos de la Cristiandad. Felipe II se sin-tió ofendido por la intervención pontifi-cia y se negó a su arbitraje. Riarsio leamenazó con retirar a la Monarquía laayuda económica del subsidio del clerocastellano. Don Felipe, siempre tan res-petuoso con Roma y después de haberhecho tanto por la Iglesia, escribió alPapa en tono amenazador diciéndole queiba a enviarle al Marqués de Alcañicespara poder decidir cómo actuar conRoma en o sucesivo. 43 Como la batalla de Alcántara tuvolugar tan cerca de Lisboa, de haber que-rido las tropas españolas saquear la ciu-dad, ni Alba ni tampoco Bazán lo hubie-ran logrado impedir.44 Más adelante se tratará con detalle elviaje de don Antonio a Francia eInglaterra.45 El archipiélago de las Terceras(Açores o Terceiras en portugués) es elque hoy conocemos como archipiélagode las Azores. Está dividido en tres gru-pos: occidental: Corvo y Flores; central:Graciosa, Fayal, San Jorge, Tercera yPico; y oriental: San Miguel y SantaMaría. Se llamaron Terceras por habersido descubiertas después de lasCanarias y Cabo Verde.46 Mas adelante se hará continua refe-

rencia a Filippo Strozzi, cuando se tratela segunda campaña de las Azores y labatalla naval de San Miguel (26-07-1582), que fue la primera en la que par-ticiparon galeones. 47 Cita de: DE CAMBRA, Fernando P.:D. Álvaro de Bazán. Almirante deEspaña. Madrid, Editora Nacional, 1943,pp. 189-190. 48 CIERVA Y HOCES, Ricardo de la:

Ob. cit., tomo III, pp. 131-134.49 No eran raros los buques de 1.000toneladas.50 Ver nota nº 36.51 Ver: CERVERA PERY, José: LaEstrategia Naval del Imperio. Madrid,San Martín, 1982.52 En los primeros tiempos de la epope-ya conquistadora de América, la mayoríade los corsarios que operaban en lasAzores eran franceses. 53 El nombramiento de Strozzi comoVirrey del Brasil fue una intriga muypropia de los Médicis. Con el pretexto deapoyar los derechos dinásticos del Priorde Crato y proteger sus intereses enBrasil, Francia pretendía dominar endicha colonia y abandonarle después,dejándole sólo el dominio de las islasAzores. 54 CAMBRA, Fernando P. de: Ob. cit.,pp. 204-206.55 Strozzi iba también en la nave capita-na de la armada francesa y no en la almi-ranta o buque insignia, como en el casode Bazán.56 CAMBRA, Fernando P. de: Ibidem.,pp. 207-209.57 Ambos galeones tenían el mismonombre, según la relación que ofreceFernando de Cambra. Ver: CAMBRA,Fernando de: Ob. cit., pp. 112-215.58 El gran marino vasco don Miguel deOquendo, fue el padre de otro ilustrealmirante español, don Antonio deOquendo.59 Siendo más pesados los galeones, tar-daban más en virar por avante.60 Como quedó antes reseñado, en los

tiempos de la navegación a vela, laescuadra que consiguiera barlovento,podía aceptar o rehusar libremente labatalla según le fuera o no conveniente. 61 La nave almiranta de Brissac era unade las más aguerridas de la armada deStrozzi. Era un galeón francés que pose-ía 30 cañones de bronce de gran calibre,300 tiradores excelentes y marinerosveteranos. 62 De acuerdo con las características delos combates navales de aquella época, apartir de ese momento era cuando se pro-ducía una serie de encuentros parcialesen los que todos dependían del valor per-sonal de la gente de guerra. Después delanzarse alguna andanada, las embarca-ciones se abarloaban, bordo contrabordo, y tras lanzar los garfios se abor-daban empleándose con mucha mayoreficacia los sables, las hachas, los cuchi-llos y toda clase de instrumentos contun-dentes y punzantes, que las propiasarmas de fuego, precisamente por la len-titud de éstas en cargar, su inseguridadde disparo y su escaso alcance. Eso fuecuanto ocurrió como veremos a conti-nuación. Lógicamente, la mayor preocu-pación de don Álvaro era poder situar suflota en las condiciones más favorables,para que sus naves pudieran elegir a laenemiga que tendría que abordar en elmomento más oportuno.63 CAMBRA, Fernando P. de: Ob. cit.,pp. 225-226. 64 Mal le fue a los tres galeones ingle-ses. Uno se hundió cuando apenas estabaa 50 metros, otro a media legua máslejos y el restante embarrancó en la playapara no irse también a pique.65 En la red de Internet: http://club.tele-polis.com/mgarciasa/docs/terceira.htm

http://www.revistanaval.com/arma-da/batallas/snmiguel.htm

66 La nave almiranta del Conde deBrissac era una de las más aguerridas dela armada de Strozzi. Se trataba de ungaleón francés que poseía 30 cañones debronce de gran calibre, 300 tiradoresexcelentes y marineros veteranos.

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67 DE LA CIERVA, Ricardo de la: Ob.cit., tomo III, pp. 137-138.68 Algo parecido ocurrió años antes enla batalla de Lepanto (7 de octubre de1571), donde la actuación del Marquésde Santa Cruz resultó decisiva. 69 El Conde de Vimioso, aun malherido,tuvo tiempo suficiente para dar muchainformación de interés. 70 Algunos historiadores han creído queBazán debió esperar la llegada de laescuadra de Andalucía, que estaba almando de don Juan Martínez de Recaldey que había sido lanzada más al Sur porun temporal. Pero esta escuadra arribó alas Azores el 9 de agosto (la batalla fueel 26 de julio), por lo que huelga pensarque la escuadra de Lisboa hubiera podi-do permanecer a la espera durante dossemanas, sin bases ni refugios, frente auna flota enemiga que la doblaba ennúmero y un litoral sembrado de enemi-gos. 71 CAMBRA, Fernando P. de: Ob. cit.,pág. 232.72 Ibidem, ut supra. 73 Felipe II concedió la Encomienda deLeón a don Álvaro de Bazán, retirándolelas Encomiendas de Alhambra y LaSolana. No obstante, éste salía ganandocon el cambio, porque la Encomienda deLeón suponía una renta de 20.000 duca-dos, mucho más que las dos juntas queperdió. 74 CAMBRA, Fernando P. de: Ob. cit.,pp. 236-238.75 Tan sólo embarrancó la Santa Maríadel Socorro, que colisionó con un bajo;aunque luego con la pleamar logróponerse a flote por sus propios medios yregresó a Lisboa. 76 CAMBRA, Fernando P. de: Ob. cit.,pp. 243-245. Creímos muy oportunoexponer íntegramente este documento,puesto que prueba que las propuestasque hizo don Álvaro en nombre del Reya los isleños y extranjeros no podían sermás magnánimas en aquella época paraun pueblo sublevado y mercenariosextranjeros; y asimismo demuestra la

falsedad de las acusaciones de crueldadque hicieron los historiadores propaga-dores de la Leyenda Negra contraEspaña. 77 El único peligro que tenía la armadade Bazán era que se produjera un bruscosalto de viento a los primeros cuadran-tes; pero tal contratiempo resultaba muypoco frecuente en aquella época del año.78 CAMBRA, Fernando P. de: Ob. cit.,pp. 248-249.79 Ibidem, pp. 252-253. Este documentose encuentra en la Sección deManuscritos y Libros Raros de laBiblioteca Nacional de Madrid.80 Ibidem, pp. 256-257.81 El 13 de enero de 1586, Bazán escri-bió de nuevo al Rey para insistir en lanecesidad de organizar una armada con-tra Inglaterra, recordándole que las tre-guas no habían evitado los agravios y losdesafueros de los ingleses; ya que en losúltimos meses Isabel I había enviado tro-pas a los Países Bajos para auxiliar a losrebeldes y los corsarios habían causadodaños por más de millón y medio al trá-fico español, entre otros actos hostiles.Esta carta fue decisiva, porque el día 24del mismo mes don Juan Idiazque,Secretario del Rey, le contestó por ordende S.M. desde Gandía, pidiéndole unproyecto secreto por escrito. El día 26,Felipe II le escribió de nuevo desdeValencia, para ordenarle que prepararauna fuerte armada en Lisboa. Al final,Bazán no mandará la Felicísima Armadaen la Empresa de Inglaterra, pues falle-cerá en 1588, ocupando su lugar elDuque de Medina Sidonia. 82 Don Lope de Vega sirvió como solda-do a las órdenes del Marqués de SantaCruz.83 No incluimos su matrimonio conMaría Tudor, reina de Inglaterra, falleci-da Londres en 1558 y que en realidad fuesu segunda esposa tras doña MaríaManuela de Portugal.

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Tecnología

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¿Cómo funciona la nueva tecnología SED-TV?

La tecnología que desbancará alas TV de Plasma y LCD

Conoce todos los detalles sobre los nuevostelevisores que parecen destinados a desban-car a las pantallas de Plasma y LCD gracias asu mejor calidad y fiabilidad.

Adios al tubo

Con el paulatino crecimiento de la implantaciónde las tecnologías LCD y Plasma en el mercado

de los televisores de pantalla plana, parece que la tecnología de “tubo” de toda la vida puede tener los díascontados.

Sin embargo, la nueva SED-TV viene a darle un nuevo enfoque a esta tecnología, ofreciendo todas las ven-tajas de las voluminosas televisiones de tubo, sin la desventaja del tamaño.

En sí, la tecnología SED (Surface-conduction Electron-emitter Display, o Pantalla de emisión de electronespor conducción de superficie) no es nueva, ya que fue patentada por la japonesa Canon en los años 80.

La SED-TV no es más que una televisión de tubo... pero sin el tubo.

Para entender cómo funciona, primero debemos dar un paso atrás y ver cómo funcionan las televisiones CRT(Tubo de Rayos Catódicos), las de toda la vida.

Tecnología probada

Las CRT se basan en la conducción de electrones lanzados por un tubo gracias a un campo magnético varia-ble. Estos electrones realizan un barrido de la pantalla, excitando el fósforo que se encuentra en su superfi-cie, consiguiendo colores vivos y un gran contraste.

Esta tecnología, muy fiable y estudiada, cuenta con unos pocos problemas, entre los cuales destaca la nece-sidad de una profundidad notable para ubicar el tubo. También tiene un consumo superior al de las pantallasplanas, y en modelos antiguos la definición podía empeorar cuando nos acercábamos a las esquinas de la pan-talla.

Ahora, la tecnología SED le da una vuelta de tuerca a los televisores CRT, aprovechando sus ventajas y libran-dose de sus inconvenientes.

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Tecnología

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Matriz de emisores

Se trata de sustituir un emisor de electrones y un campomagnético para dirigirlos, por una matriz de miles deemisores de electrones que dirigen sus flujos de electro-nes a puntos concretos de la superficie fosforescente dela pantalla (pixels), imitando así la tecnología LCD o dePlasma (un emisor, un pixel). Con esto conseguimos gro-sores y consumos similares a los de sus competidores.

La diferencia radica en que al aplicar la tecnología deemisión de electrones, obtenemos unas imágenes demejor calidad en todo lo referente a colores y contraste,mejorando también la cuestión del ángulo de visión, quehace variar la calidad de la imagen en las pantallas LCDpero no así en las SED.

Tampoco sufre de “quemaduras” en pantalla si dejamos una imagen estática durante un tiempo como en laspantallas de plasma, ni tiene tanta tendencia a sufrir de pixels defectuosos como las LCD, y su vida útil esmás larga.

Entonces, ¿a qué estamos esperando para enterrar las pantallas de plasma y LCD?

Coste elevado... de momento

Lo primero, a que su coste seaaccesible para todos los bolsi-llos. Las SED-TV de momentotienen precios de fabricaciónprohibitivos por lo novedoso de

la tecnología. Ya se sabe, cuando no hay suficientes compañías que fabrican componentes, estos tienen unprecio elevado.

Es por ello que la primera compañía en fabricar una SED-TV, Toshiba-Canon, ha decidido postergar su lan-zamiento hasta 2007, esperando obtener costes de fabricación más reducidos para así poder competir de iguala igual con las pantallas LCD y plasma.

Tendremos pues que esperar al año que viene para ver si la tecnología de nuestros televisores está a punto dedar un vuelco que no se daba desde la introducción de las primeras pantallas planas.

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WWW y Juegos

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Estudio a nivel europeo, 7 de cada 10 conductores españolesplanifican sus viajes por Internet

Una encuesta realizada por ViaMichelin y la consultoraOpinionWay, sobre los hábitos de los conductores a la hora depreparar sus desplazamientos por carretera, revela que el 71%de los españoles entran en la Red a planearlos.

ViaMichelin, filial del Grupo Michelin dedicada a la prestación deservicios digitales de ayuda al desplazamiento, y la consultoraOpinionWay han dado a conocer un estudio realizado en Europa,entre el 12 y el 20 de enero de este año, sobre las expectativas yhábitos de los conductores a la hora de preparar sus desplazamientos por carretera.

Los encuestados son 3.200 conductores europeos con edades comprendidas entre los 18 y 60 años y residen-tes en España, Francia, Gran Bretaña, Alemania e Italia.

El estudio se extrae el uso creciente de Internet para planear los viajes. “Casi 7 de cada 10 conductores pre-paran sus itinerarios por adelantado con ayuda de una página web”.

Los GPS

La encuesta revela que los conductores europeos (tanto hombres comomujeres) muestran interés por la información turística de abordo “pri-mando las modalidades enriquecidas (fotos y comentarios sobre loslugares de interés turístico)”.

El 53 por ciento de ellas ha oído hablar de los PND (Sistema de nave-gación portátil) o GPS frente al 59 por ciento de los hombres, y el 26por ciento ha visto ya alguno en funcionamiento, frente al 42 por cien-

to de los hombres.

El estudio hace referencia a los conductores profesionales, que consideran el uso de la tecnología, un factorindispensable en la preparación de sus desplazamientos. Estos grandes usuarios de la carretera tienen unasprácticas de preparación y de guiado distintas de los demás conductores. Como sus circunstancias les obligana viajar frecuentemente, dedican menos tiempo a preparar sus itinerarios con mapas (65 por ciento frente a72 por ciento), aunque aseguran utilizar más los sistemas GPS (23 por ciento frente a 16 por ciento).

El 63 por ciento (frente al 56 por ciento) de los conductores profesionales ha oído hablar de los PND y

los utilizan ya mucho más que la media. Los consideran más útiles, incluso indispensables, que los

demás conductores. El 66 por ciento de ellos, llega a afirmar que gracias a ellos ha recuperado el pla-

cer de conducir

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WWW y Juegos

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Heroes of Might and Magic V

Una saga mítica dentro de la estrategia fan-

tástica por turnos, reaparece con nuevos

desafíos y suculentas novedades, para

reclutar nuevos héroes y criaturas

Si existe una saga mítica en el género de la estrategia porturnos ambientada en un mundo fantástico esa es, sinduda, Heroes of Might & Magic. Entre 1995 y 1998 apare-cieron los tres primeros títulos, cada uno mejor que el

anterior. El Heroes IV, tardó cuatro años en aparecer, pero el retraso no conllevó ninguna mejorasustancial, sino más bien lo contrario. Fue un juego irregular que no satisfizo a la gran parte de losseguidores. Este hecho influyó, quizás, en la quiebra al año siguiente de la compañía desarrolla-dora del juego, 3DO. Afortunadamente, Ubisoft compra la franquicia Might & Magic y presenta eneste 2006 la quinta entrega del juego, con la promesa de devolverle la jugabilidad de la segunda ytercera parte, y, como principal novedad, con el abandono definitivo de la perspectiva 2D paraentrar de lleno en el mundo 3D.

El modo campaña, enel que se desarrollaesta historia, consta de6 partes con más de 30misiones en total.

El modo multijugadorrecupera el aclamadomodo Hot Seat, en elque varios jugadorespueden jugar en unmismo ordenador,añadiendo soporteonline para jugar porInternet con otrosjugadores.

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Sabias que .........

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………Acercarse a una fracción de la veloci-dad de la luz requiere ingentes cantidades deenergía, e incluso así un viaje a la estrella máscercana se transformaría en una jornada demiles de años. Este hecho de la vida significamalas noticias para los cineastas que estánpresionados a contar sus historias en un tiem-po limitado. El público desea identificarse conlos protagonistas durante la historia, y no veral tataranieto de Harrison Ford llegando aAlpha Centauro luego de un viaje multigenera-cional en una nave-arca. Los guionistas nece-sitan un método rápido para ir de un lado alotro del universo.

Una posible solución, si no es posiblemoverse en el espacio a velocidades mayoresque la de la luz, es la de cambiar la mismaestructura del espacio tiempo.

Para entender este concepto usemos lapopular imagen de una civilización de hormi-gas viviendo en la superficie de una esfera.Supongamos que estamos en un punto de laesfera y queremos viajar al exactamente elopuesto. En el mundo en el que viven las hor-migas sería necesario recorrer la superficie dela esfera. Pero existiría otro método estable-ciendo una especie de puente interno queconectara las dos posiciones, acortando deesa manera el camino y el tiempo para reco-

rrerlo. Los llamados agujeros de gusano secomportan como esos puentes. Son solucio-nes de la geometría del espacio-tiempo, utili-zando la teoría de la relatividad general quepermiten ligar dos regiones muy separadas enel espacio.

Los agujeros de gusano fueron presentados alpúblico no versado en los intrincados proble-mas de la física teórica relativista cuando CarlSagan publicó su novela Contacto. Saganestaba decidido a mostrar un método plausiblepara moverse a velocidades mayores que lade la luz y consultó con astrofísicos teóricossobre el problema. Los modelos sobre los agu-jeros de gusano existían desde hace tiempo,pero el consenso general era que estos obje-tos serían extremadamente inestables, y unavez creados tenderían a colapsarse antes depoder enviar cualquier mensaje o viajero a tra-vés de ellos. Los físicos Michael Morris, KipThorne y Ulvi Yurtsever al describieron comocrear un agujero de gusano estable (evitandosu colapso) y al mismo tiempo que puede serusado como máquina del tiempo.

Una civilización avanzada sería capazde manipular el espacio-tiempo a dimensionesdonde existe la llamada “espuma cuántica”, lasdistancias más pequeñas que podemos conce-bir en la física. En esas escalas los agujerosde gusano se crean espontáneamente por uninstante para luego desaparecer. Es posible, almenos en teoría, expandir un agujero de gusa-no a dimensiones microscópicas entregandoenergía y mantenerlo estable, a través de lallamada “materia exótica”, una sustancia tienemasa negativa, pero que nunca ha sido obser-vada en el universo conocido, pero que teóri-camente puede ser creada “de la nada” cuan-do el espacio y el tiempo se curvan de lamanera adecuada. Las dos puertas del aguje-ro se podrían separar a velocidades menoresque la de la luz, alejándolas arbitrariamente, y

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permitiendo mientras tanto la comunicacióninstantánea entre los dos puntos.

En el cine han aparecido recientementelos agujeros de gusano como medio de trans-porte. Los agujeros de gusano son el métodoelegido para transportarse entre los 125 dife-rentes universos en El Único (The One, 2001).Aunque no mencionados por su nombre, en lapelícula Stargate (Stargate, 1994) se descubreen una excavación en Egipto lo que parece seruna gigantesca rueda de metal. De una mane-ra misteriosa, cuando se alinea cierta secuen-cia de símbolos correctamente, se abre el por-

tal para un viaje a un planeta desértico (al“otro extremo de la galaxia”), donde un grupode descendientes de humanos se mantienencomo esclavos de un extraterrestre, que resul-ta ser el dios egipcio Ra. El dispositivo tienelas características (dicho esto de manera muyliberal) para ser un agujero de gusano.

En una aproximación mucho más seriatenemos la versión cinematográfica deContacto (Contact, 1997). En ella los habitan-tes de un planeta que orbita la estrella Vegaenvían a la Tierra la información para construiruna “máquina” que permite viajar creando unagujero de gusano en su interior.

En ambos casos se establece unaespecie de comunicación entre dos puntosalejados en el espacio que permite el viaje ins-tantáneo.

Aunque matemáticamente es posible plantear-se la existencia de este tipo de estructuras enel universo, lo cierto es que no sabemos sirealmente las podríamos fabricar, o si es posi-ble crear las condiciones para que existan.Pero lo más grave es las implicaciones queimplicarían si fuera posible tener un agujero degusano que sirviera para movernos a velocida-des mayores a la de luz. Su construcción sig-nificaría crear una máquina del tiempo, desta-pando la caja de Pandora de las paradojastemporales, donde por ejemplo podríamostener un universo donde los efectos precedie-ran a sus causas.

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……Artistas más y menos consagrados, hanplasmado en sus obras ingenios voladores,algo inimaginable en la época en las que fue-ron realizadas, de no ser que fueran incluidasen las ellas porque en realidad fueron obser-vadas.

Aquí hay una pequeña muestra:

Aquí les dejo la otra historia. Los fres-cos de Decani:

El Monasterio de Decani fue mandado

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construir por el rey serbio

Esteban Uros en el año 1327. La

datación de sus frescos corres-

ponde al año 1350.

Las cinco naves de la

basílica están coronadas por una

gran cúpula de cama rectangu-

lar, asentada sobre grandiosos

arcos e intrincadas columnas.

No sólo sorprenden las grandes

dimensiones de la construcción

(36 metros de largo por 29 de

ancho y de alto), sino algunas de

las extrañas y enigmáticas pintu-

ras que hay en su interior.

Son bien conocidos por todos

los frescos en los que una extra-

ña nave de forma ovalada es

pilotada por un hombre que

parece manipular los mandos.

Mientras, debajo, decenas de

testigos observan la escena ate-

morizados.

Tales imágenes pertenecen al

fresco de la Crucifixión de

Jesucristo. Junto a la imagen del

Salvador aparece la Virgen

María con el niño en sus brazos,

viajando en un extraño artefacto

que parece elevarse en el cielo.

Igual de extraño es que Adán y

Eva se encuentren representa-

dos en una especie de nave

redondeada de vistoso colorido.

Consultados los monjes

de Decani, estos respondieron

que aparentemente los dibujos

de las naves son pinturas del Sol

y la Luna durante el eclipse solar

que habría ocurrido al ser crucifi-

cado Jesucristo.

Lo que los devotos monjes no

lograr entender y menos explicar

es que el relato habla de tres

horas de tinieblas sobre el

Calvario y un eclipse dura tan

solo unos minutos y que además

el Sol y la Luna salen por el Este

y no por el Oeste como lo mues-

tra el mural.

Todos los muros de esta

iglesia, única en su estilo pictóri-

co, están cubiertos de imágenes

que representan escenas del

Antiguo Testa-mento mezcladas

con fantásticas naves y mitológi-

cos animales. Muchas de las

mismas hacen referencia a los

milagros de Cristo (especialmen-

te a la Resurrección), además

de 33 escenas del Juicio Final

que se hallan en el muro Oeste

de la basílica.

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