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Revista de Criminología República Argentina Número IV - Año 2018 Instituto de Criminología Servicio Penitenciario Federal

Revista de Criminología · Prohibida su venta. Distribución gratuita. Se permite la reproducción total o parcial de este libro, su almacena-miento en su sistema informático, su

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Revista de Criminología

República Argentina

Número IV - Año 2018

Instituto de Criminología Servicio Penitenciario Federal

Revista de Criminología

Número IV - Año 2018

Edición 2018. Dirección Nacional del Servicio Penitenciario FederalLavalle 2705 C1190AAA Ciudad Autónoma de Buenos Aires República Argentina(54 11) 4964-8300 www.spf.gob.ar [email protected]

224 p. ; 24 x 19 cm.

Diseño y maquetación: Departamento de Estadística, Censo e Investigación Operativa del SPF

Todos los derechos reservados. Prohibida su venta. Distribución gratuita. Se permite la reproducción total o parcial de este libro, su almacena-miento en su sistema informático, su transmisión en cualquier forma, o por cualquier medio, electrónico, mecánico, fotocopia u otros métodos,con la previa autorización de la Dirección Nacional del Servicio Penitenciario Federal

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Servicio Penitenciario FederalInstituto de Criminología

DirectorEmiliano Blanco

Equipo de investigaciónPablo Ambrogi, Mariano Arrigo, Emiliano Blanco, Ailen Diaz Negro,

Jorge Galli, Fernanda Koser, Federico Sarudiansky.

Equipo de trabajo de campo: Felipe Benegas, Pierina Brandi, Verónica Figueroa Alcorta,

Gabriela Martinez, Gabriela Rojas Breu, Gustavo Sese.

Colaboraciones específicas: Juan Ambrogi, Santiago Flaherty, Vicente Lupis, Flavia Niccia,

Gustavo Rosselli, Cristian Suriano.

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Índice

Prólogo.......................................................................................................................................11

Capítulo I Hacia la construcción de indicadores para un sistema integrado de plan de sentencia.......................................................................................................15

Capítulo II Análisiscuantitativodelperfildelapoblaciónpenal....................................................33

Capítulo III Gestión de internos de alto riesgo ¿Cómo elaborar un sistema de intervención orientado a la protección pública?..........47

Capítulo IVAnálisisgeneraldeperfilesdeinternosconriesgosdecorruptibilidadenelSPF..........83

Capítulo V. Midiendo la corrupción: percepciones del personal.....................................................101

Capítulo VI Perspectivas actuales sobre las actividades laborales en el marco de los sistemas penitenciarios....................................................................111

Capítulo VII Las actividades laborales en el ámbito de las prisiones: del castigo a la auto-sustentabilidad..............................................................................151

Capítulo VIII Implementación de un nuevo modelo, deteccióneintervenciónespecíficapornivelesderiesgodesuicidio...........................173

Capítulo IXPsicodinámica de la violencia intramuros.......................................................................193

Capítulo XLa implementación de sistemas de gestión de calidaden aéreas vinculadas con visitas, las relaciones familiares y sociales............................215

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Prólogo

Es un grato honor para mí presentar esta cuarta entrega de la revista de criminología del Servicio Penitenciario Federal.

Desde el año 2015, el Instituto de Criminología desarrolla una profusa labor de investigación científicadebaseempíricaydocentedevital importanciaenlaresignificacióndelafunciónprofesional, de las prácticas y de la gestión penitenciaria actual.

En efecto, los insumos que ha aportado, promovieron el desarrollo de políticas penitenciarias y prácticas con impactos favorables en la innovación y optimización de las acciones, procesos y procedimientos, así como también de herramientas de evaluación y monitoreo, permitiendo mejorarlaefectividadenlatomadedecisiones.Condatosconfiables,respectoalascondicionesde vida y el cumplimiento de la importante misión social que se nos encomienda: la reducción de la reincidencia, la promoción del desistimiento y la protección de la seguridad pública.

En esta oportunidad, los capítulos que componen esta revista abordan temáticas que profun-dizan aspectos de temas desarrollados en revistas anteriores, y más precisamente hacen foco en el desarrollo de indicadores, técnicas de diagnóstico y evaluación de la gestión peniten-ciaria que permiten mantener la transparencia y el acceso a los resultados de los modelos, enfoques y políticas implementadas.

En particular, reconociendo la relevancia de la evidencia empírica local y la capitalización de la experiencia de los equipos interdisciplinarios, en el Capítulo I se buscará la construcción de una conceptualización orientada a la búsqueda de indicadores para lograr un impacto fa-vorableenlareduccióndelareincidencia,fijandocriteriosobjetivosparaladeterminaciónyabordaje de las necesidades criminogénicas, considerando también la motivación al cambio en un sistema de plan de sentencia.

El conocimiento de las características de la población penal alojada en el Servicio Peniten-ciario Federal, es central para poder desarrollar acciones y políticas adecuadas de cara al cumplimientodeloscomplejosfinesquetienelainstitución.ElCapítuloIIconstituyeunaactualización del capítulo 1 publicado en el Número III de la “Revista de criminología”, y establecelaevolucióndelasvariablessobreelanálisiscuantitativodelperfildelapoblaciónpenal del Servicio Penitenciario Federal.

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El Capítulo III analiza el desafío que implica un abordaje adecuado de internos de alto riesgo, así como también las obligaciones normativas que debe apuntar a cumplimentar la administra-ciónpenitenciaria,intentandoesbozaralgunaspautasespecíficasparalacreacióndeunsistemade protección pública, orientado a gestionar los riesgos que presentarían esos internos y a cons-truirdispositivosdeintervenciónespecíficosenvirtuddeldeberpositivodelSPFcolaborarconel Estado para garantizar la integridad de todos los ciudadanos.

Como respuesta al ingreso sostenido de internos con altos índices de corruptibilidad, relacio-nados con la actividad de las organizaciones criminales y la criminalidad económica, en el año 2016 se creó el Sistema para la Intervención para la Reducción de los Índices de Corrup-tibilidad (IRIC). A dos años de su implementación, en el Capítulo IV se realiza un releva-miento sobre las características generales y vivencias de la población penal allí alojada, y se realizan algunas propuestas en relación a un abordaje orientado al tratamiento penitenciario.

La corrupción es un riesgo del que ninguna organización escapa. Para ser prevenida y sanciona-da allí donde ocurra, el fenómeno debe ser entendido en sus manifestaciones propias dentro de laorganizaciónespecífica,parapoderbrindarunarespuestaadecuada.ElCapítuloVaportaunestudio con datos objetivos provenientes de estadísticas y reportes, o subjetivos de los usuarios y operadores del sistema y sus características que permite encontrar aquellas debilidades y alertas de la institución ante los nocivos efectos de la corrupción.

En el Capítulo VI se realiza el abordaje descriptivo-comparativo de la legislación sobre trabajo de las personas privadas de su libertad alojadas en los sistemas penitenciarios de Latinoamérica, y la naturaleza jurídica que tienen las actividades laborales que se llevan dentro de los estable-cimientos penitenciarios. En el Capítulo VII, desde la concepción criminológica denominada What Works, se analiza la relación existente entre el trabajo que realizan las personas conde-nadas a penas de prisión y la auto-sustentabilidad en el medio libre, permitiendo a la persona adquirir herramientas que le permitan alejarse del delito como medio de vida.

Partiendo de algunas consideraciones teóricas acerca del suicidio dentro de los establecimientos penitenciarios, en el Capítulo VIII se efectúa una descripción general del contenido del modelo deabordaje,deteccióneintervenciónespecíficapornivelesderiesgodesuicidioincorporadosen el nuevo Programa que se está implementando en el SPF y sus resultados.

EnelCapítuloIXsepretendeidentificarelementosquecolaborenenlaprevencióndelasconduc-tas violentas de los internos y efectuar un aporte a la implementación de una lógica preventiva por sobre una reactiva. Para ello se han analizado las características psicológicas de los internos vio-lentosatravésdelosaspectospsicodinámicosdesupersonalidadysehanidentificadolosfactoresdesencadenantesyderiesgoconpotencialsuficienteparaactivarogenerarunaconductaviolenta.

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Teniendo en cuenta la trascendencia que revisten las relaciones familiares para las personas que seencuentranprivadasdesulibertad,lacalidaddelaexperienciadelavisitainfluyeenelordeninterno, en el tratamiento y en el bienestar general. En el Capítulo X, se describe la implemen-tación de los estándares basados en principios de gestión de calidad, para normalizar el ingreso y egreso de visitas y/o ingresos de paquetes a las unidades carcelarias, y brindar un servicio efectivo,enelmarcodelacertificacióndedichosprocesosbajolasnormasISO9001:2015.

Creofirmemente en la importanciade la divulgación científicade los estudiosy análisis debase empírica, de las experiencias en la práctica y su profundización y espero que los artículos que aquí se ofrecen constituyan aportes relevantes para el análisis y la crítica criminológica, así como también constituyan verdaderas herramientas para su utilización o adaptación en los di-versos sistemas penitenciarios actuales. Adentrado este nuevo milenio, la política y las prácticas penitenciarias requieren de la generación de acciones positivas innovadoras, relevantes y tras-cendentes que brinden experiencias de calidad, que favorezcan la creación de nuevos sentidos, accionesyprácticasmáscomprensivasdelasnecesidadesespecíficasdecadapersonasiendomásjustasconsudignidadparaquecumplanmejorsufinalidadresocializadora,impulsadasconunaperspectivadepermanencia,desarrollodehabilidades,autosuficienciayautosustentabili-dad, desterrando la reincidencia o el retorno al delito, proponiendo y favoreciendo verdaderos cambios de vida.

Emiliano BlancoDirector Nacional

Servicio Penitenciario FederalArgentina

Capítulo I Hacia la construcción de indicadores

para un sistema integrado de plan de sentencia

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Hacia la construcción de indicadores para un sistema integrado de plan de sentencia

I- Introducción

Eldesarrollodelpresentetrabajotieneporfinalidadconstruirconceptosorientadosalabúsque-da de un impacto favorable en la reducción de la reincidencia, basada en las respuestas a dos pre-guntas claves: ¿por qué una persona comete delitos? Y por otro lado, ¿cuál sería la intervención más adecuada para promover el desistimiento? Se plantearán de esta manera nuevos aspectos de abordaje que nos apartarían de aquel enfoque orientado principalmente a disminuir aquellos factores de riesgo1 que son estáticos e imposibles de intervenir, al estar éstos descontextualiza-dos y ajenos a nuestra realidad actual.

Deacuerdoaloanterior,estosignificaríaunavanceeneldesarrollodeintervencionesqueseancapaces de promover el proceso de desistimiento.

Este trabajo reconoce, en primer lugar, la relevancia de la evidencia empírica local y capitaliza la experiencia de los equipos interdisciplinarios. De esta manera, se daría espacio a la inclusión de diferentes juicios no sólo en la aplicación, sino también en el diseño de un instrumento es-tandarizado de evaluación. Éste en primer lugar, cumpliría con altos estándares en cuanto a sus propiedades psicométricas y en segundo lugar, resultaría un sistema conformado por evidencia empírica, obrante en la literatura, proyectada en un marco teórico orientado al modelo de riesgo, necesidad y responsividad.

Continuando esa línea de pensamiento, el recorrido de este trabajo se lleva a cabo intentando identificar con técnicas actuariales, propias de la criminología aplicada, las variables de losfactores de riesgo, tanto estáticas como dinámicas, para su posterior abordaje. A su vez, se van fijandocriteriosobjetivosparaladeterminaciónyabordajedelasnecesidadescriminogénicas,considerando también la motivación al cambio. Se entiende por esto último, la predisposición al desistimiento del delito que presentaría una persona alojada en el Servicio Penitenciario Federal. Plan de sentencia

Conforme a lo expuesto, se empezará a hablar de un plan de sentencia. Éste puede ser concep-tualizado como una herramienta clave para reconocer la intervención que debería brindarse a

1. Los factores de riesgo predecirían la futura conducta criminal.

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unapersona,duranteel tiempoqueseencuentreprivadadesu libertad,a losfinesde lograrreducir el riesgo de reincidencia mediante el abordaje de los factores de riesgo (dinámicos), a su vez que se promueve el desistimiento del delito y se garantiza la seguridad pública. Alreferirnosalplandesentenciaesimportantedestacar,queéstenoserefieresóloal“tratamientoindividualizado” sino al conjunto de herramientas, dispositivos, programas, estrategias, metodolo-gías, etc., que, basados en la evidencia empírica, permitiría lograr una adecuada intervención de la personadentrodelsistemapenitenciarioalosfinesdelograrunacorrectareinserciónsocial.

Enrelaciónalprincipioderiesgo,laidentificaciónyclasificacióndelosinternosquepresenta-ríanunaposiblereincidencia,permitiríamaximizarlaeficaciadelaintervenciónalahoradelaimplementación del plan y de los programas dirigidos a una integración social efectiva, gestio-nándosedeestamaneraeficientementelosrecursosconlosquecuentaelsistema.

Enlaactualidad,existesuficienteevidenciaempíricaparasostenerqueaquellosserviciospe-nitenciarios que se ajustan a los principios de riesgo, necesidad y responsividad, son los que poseen los enfoques más acertados en la reducción de la reincidencia.

De acuerdo a lo anterior, y en línea con la misión institucional, la totalidad del plan de sentencia tiene su sustento en el modelo de riesgo, necesidad y responsividad (RNR de aquí en adelante), aunque se complementa en algunos aspectos con el modelo de desistimiento (MD). La base teórica del mismo es la proporcionada por las diferentes investigaciones sobre factores de riesgo llevadas adelante por Andrews y Bonta2. Esto autores señalaron la existencia de ocho factores de riesgo, que se encuentran directamente relacionados con la conducta delictiva y que además mostraron ser los mejores predictores de reincidencia.

Todos los internos deberán contar con una evaluación, que permita determinar los niveles de riesgos que cada uno posee. De esta manera se procede al abordaje de las necesidades crimi-nógenasdelinternodebiendoestablecerseunaplanificación,yaqueelpropósitoprincipalseríadeterminar el nivel de intervención necesario para la reducción de la reincidencia. Es por esta razón, que el plan de sentencia debería contener un estándar mínimo para todos los internos, en especial para aquellos que presentan un alto nivel de riesgo.

De acuerdo a lo expuesto, todos los internos deberán contar con una evaluación que permita determinar los niveles de riesgos que cada uno posee. De esta manera se procede al abordaje delasnecesidadescriminógenasdelinternodebiendoestablecerseunaplanificación,yaqueelpropósito principal sería determinar el nivel de intervención necesario para la reducción de la reincidencia. Es por esta razón, que el plan de sentencia debería contener un estándar mínimo para todos los internos, en especial para aquellos que presentan un alto nivel de riesgo.

2. Andrews.D.A y Bonta.J (1994/2010).The psychology of criminal conduct. Fifth edition.. New Providence. N.J: Anderson.

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Es importante volver a enunciar que los planes de sentencia no deben limitarse solamente a una lista de intervenciones, programas o actividades genéricas en las cuales el interno puede parti-cipar, si no que deberían contener aquellas actividades directamente relacionadas con los resul-tados u objetivos a alcanzar, basadas en la evaluación de riesgos y necesidades, relacionadas en principio con la reducción de la reincidencia. Además, las actividades deberían priorizarse de acuerdo con el nivel de riesgo que presente el interno y deberían ser consonantes con las áreas más fuertemente asociadas con dichas necesidades.

Determinación y abordaje de los factores de riesgo y de los factores protectores: desarrollo e intervención del tratamiento

Paracumplirconlosfinesdeprevenirlareincidenciayprotegeralasociedad,esnecesariocontar con tratamientos individualizados conforme a las necesidades criminogénicas, las necesidades referentes al profiling3 y las cualidades personales de los internos, razón por la cual es fundamental la realización de una evaluación objetiva del nivel de riesgo que pre-sentaría cada sujeto.

De esta forma, los programas institucionales deberían concentrarse en el abordaje de los factores dinámicos asociados al riesgo de reincidencia y otros desafíos que requieren la atención necesaria.

La evidencia empírica sugiere que: “…la acumulación de factores de riesgo en la vida de un indi-viduo está asociada con una mayor probabilidad de involucrarse en comportamiento delictivo…”4

Enestalínea,sehatrabajadoparaidentificarunmarcoempíricoeficaz,queseacapazdeservirde apoyo a las decisiones concernientes al tratamiento de los internos para que éstos logren una integración efectiva en la comunidad. El desafío en la construcción del plan de sentencia está puesto en reforzar claramente el proceso de validación, para informar las decisiones que deben tomar en la construcción del instrumento.

Modelo de desarrollo: Modelo de RNR y Desistimiento

El modelo de desarrollo se basó sobre los postulados de la perspectiva criminológica conocida como What Works -aquello que funciona-. Ésta propone tres principios (riesgo, necesidad y res-ponsividad), que serían los requisitos cardinales que ha de tener un sistema para la implementa-cióndeestrategiasypolíticasefectivasquecoadyuvenenunagestióneficazdelacriminalidada través de objetivos claros, simples y posibles.

3. Investigación del comportamiento del sujeto en base a un análisis dinámico del mismo.4. D. P. Farrington (2007). Childhood risk factors and risk-focused prevention, in The Oxford Handbook of Criminology, 4th ed., M. Maguire, R. Morgan y R. Reiner, eds. Oxford: Oxford University Press. p. 602-640.

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Las técnicas y los modelos propuestos por el What Works5 se ajustaron a las características del medio penitenciario, adoptando su metodología como fuente inspiradora del trabajo que se realiza en el Servicio Penitenciario Federal. A partir de ello, se estableció el siguiente esquema:

R Riesgo

¿Qué sabemos acerca de las características de los internos que están asociadas con la reincidencia?

Identificación de factores de riesgo que no son necesariamente factores causales

Comprender que los factores de riesgo pueden ser estáticos o dinámicos

Identificar objetivamente a los internos de alto riesgo

Reconocer las características del interno que están asociadas con la reincidencia

N Necesidad

Necesidades que son criminogénicas (asociadas con la reincidencia)

Necesidades que pueden ser abordadas con tratamiento u otras intervenciones

Necesidades que varían según el tipo de interno

Necesidades que varían según la edad u otras características especiales

R ResponsividadReceptividad general

Receptividad especifica

En la siguiente tabla se puede observar la conjunción del modelo de riesgo y el de desistimiento. Se advierte que nada impide que ambos modelos puedan trabajarse conjuntamente a la hora de elaborar el plan de sentencia. Para ello, sería necesaria la determinación del nivel de reinci-dencia (mediante los factores de riesgo), como así también la promoción y el desarrollo de las fortalezas y habilidades que presenta la persona.

Principales factores de riesgo - necesidad Indicadores Metas de la intervención

1. Historia de conducta antisocial. Indicadores de participación temprana y continua en actos antisociales en una variedad de situaciones.

Desarrollo de conductas alternativas no crimina-les en situaciones de riesgo.

2. Personalidad antisocial.Indicadores de comportamiento impulsivo, aventurero, búsqueda de placer, agresividad, irritabilidad y propensión a la mentira.

Desarrollo de una aptitud para resolver proble-mas, control de las emociones y habilidad para afrontarlos.

3. Cogniciones antisociales. Indicadores de valores, creencias y racionalización. Reducción de cogniciones antisociales, pensa-mientos riesgosos y creación de alternativas.

4. Actitudes antisociales. Indicadores de amigos delincuentes y aislamiento de otros pares prosociales.

Cambio en el patrón de asociación con terceros, vinculación con pares prosociales.

5. Abuso de sustancias. Indicadores de abuso de sustancias y adicción. Limitación al abuso de substancias y tratamiento de la adicción.

6. Cuestiones familiares. Indicadores de relaciones conflictivas con la familia y la pareja.

Favorecimiento de relaciones positivas y de la habilidad para afrontar los conflictos.

7. Escuela /trabajo.Indicadores de bajo desempeño y poca vincula-ción con la escuela, desempleo e incapacidad de funcionar en el trabajo.

Mejora del desempeño escolar o la satisfacción en el trabajo, según corresponda.

8. Recreación prosocial. Indicadores de poca vinculación con la comuni-dad y actividades prosociales.

Fomento de las actividades y relaciones prosocia-les y aceptación social.

5. Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito - UNODC (2013). Guía de Introducción a la Prevención de la Reincidencia y la Reintegración Social de Delincuentes. New York. Extraído de: https://www.unodc.org/documents/justice-and-prison-reform/UNODC_Social-Reintegration_ESP_LR_final_online_version.pdf.

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Asimismo, como parte de la intervención sería pertinente, en virtud del principio de infor-mación,queelinternotengaconocimientoenloquehacealaplanificaciónyejecucióndelplan de sentencia.

Sobre procesos de validación: variables e indicadores

Paradefinirlasvariables,seconformóunacomisióndetrabajolacualestuvocompuestaporprofesionales de diferentes áreas que realizaron una revisión de la evidencia obrante de los ins-trumentosdeabordajeydelabibliográficapertinente,complementandoelconocimientoylaexperiencia de trabajo que ha tenido la institución en torno a esta temática.

Las variables incluidas se desarrollaron a partir de la revisión, el análisis y la comparación de ciertos instrumentos, por lo que una vez revisados se procedió a contrastar su objetivo, su es-tructura, su gestión y su mecánica. Se recogieron aquellos elementos, que en términos prácticos, fueran funcionales a nuestra propuesta y al contexto en el cual se desarrolla la actividad6.

Elresultadodeesteanálisiscomparado,confirmaloquelacriminologíaensuevidenciainter-nacionalhaplanteadoenrelaciónalaconcurrenciadevariablesparacomprendereidentificarel “riesgo de reincidencia”, situando para este tipo de población la necesidad de una evaluación interdisciplinaria inicial al momento del ingreso.

Encuantoalaseleccióndelgrupodevariablesysudefinición,éstasquedaronestructuradaspara el plan de sentencia de la siguiente manera:

•Historialdeconductaantisocial.•Personalidadantisocial.•Cogniciónantisocial.•Actitudesantisociales.•Abusodesustancias.•Cuestionesfamiliares.•Escuela/trabajo.•Recreaciónprosocial.

Por otro lado, se propuso que los resultados obtenidos con el índice general de riesgo de rein-cidencia se visualicen para quienes necesitan mayor intervención, como modo de poder darle un abordaje adecuado.

Deestamanera,seobtienelainformaciónnecesariapararedefinirlasmetasylosindicadores6. La primera aproximación se realizó con una muestra del Protocolo Clasificación Inicial por Riesgo (CIR 2.0) adaptado reV.4.1 – año 2019 con un registro de 57845 formularios cargados del que se identificara una relación a la concurrencia de 22 variables del CIR muestran una diferencia con una significación de más del 99% entre los grupos de reincidentes y primarios.

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de objetivos para todos los niveles de los factores que se encuentran, en términos conceptuales, dentro de los extremos de la escala propuesta: es decir entre muy bajo y muy alto.

También,eldiseñoevalúaelcomportamientoespecíficoporfactoresderiesgo,realizando,atra-vés del mismo, el contraste de diferencias entre cada medición periódica. Esto da por resultando que dicha herramienta realice también un importante aporte al conocer, mediante instrumentos estandarizados, cuáles son los resultados de la implementación longitudinal de una estrategia de intervención. Esto último permite a su vez generar los insumos que van estar en directa relación conlaplanificaciónylasupervisióndelosprogramasdetratamientollevadosadelanteenlosestablecimientos penitenciarios.

Apartirdelinstrumento,seidentificanlosochofactoresderiesgo,seaccedealriesgopotencialde reincidencia total de dicho interno.

1 Historial de conducta antisocial

Riesgo de Reincidencia

2 Personalidad antisocial

3 Cognición antisocial

4 Actitudes antisociales

5 Abuso de sustancias

6 Cuestiones familiares

7 Escuela/trabajo

8 Recreación pro social

Por último, al contar con un índice que evalúa los riesgos de las situaciones para la intervención, seplantealanecesidaddegenerarestrategiasdeadecuación,metasylogrosespecíficosparaaquelloscasosqueseencuentranfueradelrangodefinido.Estoimplicaríaparalosprogramas,unaadecuaciónorediseñodelasactualesestrategiasylamodificacióndecursosdeacciónes-pecíficosyaquepermitiríaamedianoplazounamejoradeindicadoresderesultadosydelogroen el cumplimiento de los objetivos de los programas de implementación.

Prospección de datos y evaluación: introducción

Para la construcción de los indicadores, se tomaron una serie de notas que hacían referencia a la primera etapa del proceso de construcción de un indicador de reincidencia. Esto se realizó con el mismo espíritu y metodología utilizados para la construcción de los indicadores de riesgo de suicidio,riesgodefugayconflictividaddelsistemadeClasificaciónInicialporRiesgo(CIR)7 . Graciasalaevidenciaempíricarecabada,selogróidentificarunaseriedeindicadoresqueper-mitieron determinar la graduación del riesgo de reincidencia. Estos indicadores constituyen un

7. https://cir.spf.gob.ar/#!/

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elemento esencial para el diseño de un plan de sentencia que permitirá a las autoridades, por un lado, brindar una efectiva intervención sobre los factores implicados: las relaciones familiares, los factores prosociales, la educación, la formación y el trabajo; y, por otro lado, brindar inter-vencionesespecíficas(programas,actividadesyservicios)encorrespondenciaalasnecesidadesindividuales del interno.

Estos indicadores permitirían diseñar políticas orientadas a obtener índices razonables8 en rela-ciónalareincidencia,pensandoenlasnecesidadesespecíficaseindividualesysiendoademás,un instrumento de medición para valorar la efectividad de la ejecución de un plan de sentencia.

La primera ventaja observada es que para la construcción del indicador de reincidencia, los datos utilizados provienen del mismo formulario utilizado para los restantes indicadores (suicidio, fuga yconflictividad).Enlossiguientesapartadossemostrarádeformaconcisalametodologíaemplea-da y algunos resultados preliminares. Estos indicadores fueron desarrollados por diferentes áreas, con participación de expertos en tratamiento penitenciario. A continuación, los enumeramos:

•Identificación•HistorialDelictivo•Informacióndeldelito.•Análisisdeldelito.•Condicionesdehabitabilidad•Educación,capacitaciónyempleabilidad.•Manejofinancieroeingreso.•Relacionescercanas.•Estilodevidaypares.•Abusodesustancias.•Bienestaremocional.•Estilodepensamientoycomportamiento.•Actitudes.•Saludyotrasconsideraciones.

Metodología de la elaboración de un indicador de riesgo de reincidencia

Pasos preliminares

Como ya se mencionará, la primera etapa de elaboración de una metodología respecto de un in-dicador de riesgo de reincidencia se realizó utilizando la información previamente disponible en

8. Damos por supuesto que nadie puede pretender como positivo que exista un índice razonable de reincidencia. Sin embargo utilizamos este con-cepto teniendo en cuenta que en todas las sociedades del planeta se da en mayor o en menor medida el fenómeno de la reincidencia. Asimismo, si queremos realizar un trabajo teórico que pueda ser útil a la gestión pública de la seguridad ciudadana no podemos distanciarnos de la idea de que toda actividad de gestión demanda un proceso en donde los problemas se reducen de forma gradual, paulatina y constante.

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virtuddelsistemaCIR.Elmismo,analizalosindicadoresderiesgodesuicidio,deconflictividady de fuga en base a una entrevista dirigida de más de 100 preguntas.

En este caso, se seleccionó una muestra de 30 internos reincidentes y un grupo de control para determinar si la naturaleza de las preguntas que se les realizan a los internos (diseñadas para ser fácilmente respondidas y luego cargadas en un sistema informático) resultaba adecuada para la elaboración de un indicador de riesgo de reincidencia.

Enconsecuencia,demanera sencilla sepudoestablecerunacorrelaciónsignificativaentreun subconjunto de 22 preguntas y la característica interno primario - interno reincidente. Además, estas interrogantes en sí mismos eran representativos de los ocho factores de riesgo detallados precedentemente.

El diseño

Habiendo comprobado que el diseño de la metodología CIR podría ser aplicable (al menos en sus conceptos generales) al cálculo de un indicador de riesgo de reincidencia, se procedió al diseño de un formulario de preguntas para nutrir al modelo. En la última versión, al momento de la redacción de este informe, el formulario está constituido por ciento noventa y siete (197) preguntas que cubren las siguientes áreas temáticas:

Área temática Cantidad de preguntas

Abuso de sustancias 35

Actitudes 4

Análisis del delito 17

Bienestar emocional 12

Condiciones de habitabilidad 9

Educación, capacitación y empleabilidad 34

Estilo de pensamiento y comportamiento 8

Estilo de vida y pares 18

Historial delictivo 9

Identificación 7

Información del delito 17

Manejo financiero e ingreso 9

Relaciones cercanas 15

Salud y otras consideraciones 3

Total 197

El siguiente paso fue testear la aplicabilidad de los formularios en la práctica. Para esto se encomendó a los responsables de varias unidades la tarea de llenar los formularios con datos reales de los internos.

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Además,serealizaronmodificacionesenelsistemainformáticoquesustentaestetrabajo,debi-do a que la carga de datos se realiza mediante una aplicación web desarrollada especialmente.

Finalmente, se obtuvo una base de datos de 180 formularios completos. Estos fueron los cimien-tos para poder abordar el diseño del indicador de reincidencia.

De los 180 formularios completos, se seleccionaron 128 que cumplían con la cantidad mínima necesaria de respuestas válidas para poder ser considerados. Una selección posterior, aún más exhaustiva, redujo el número a un total de 111 formularios.

Delamuestrafinal,el52%(58casos),fueroninternosreincidentesyel48%restante(53casos)fueron internos primarios, es decir, que no estuvieron alojados en la órbita del Servicio Peniten-ciario Federal previamente.

Reincidentes52%

Primarios48%

Casos utilizados para el diseño metodológico

A partir de este momento, tal como ocurre con el CIR, la metodología toma la forma de un Work in Progress. Dicho de otro modo, creemos que el procedimiento más acertado y el que mejoresresultadosentérminosdepolíticapenitenciariaarroja,eselqueseencuentraalfinalde un largo camino de mejoras y revisiones parciales. La versión que presentamos aquí es simplemente el primer atisbo de solución y, como tal, es pasible de ser perfeccionado y revi-sado un gran número de veces.

Una vez establecidos estos dos conjuntos de datos, el paso siguiente fue valorar numérica-mente las opciones de respuesta que ofrece el formulario. El objeto de esto es simplemente poder establecer un orden en la valoración de respuestas y habilitar el uso de herramientas

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estadísticas a estos conjuntos de datos. Por lo demás, es un paso meramente técnico y que noinfluyeenlosresultados.

A continuación, se calculó el valor numérico de las respuestas a las preguntas para cada uno de los 58 internos reincidentes y 53 internos primarios que tomamos como muestra9.

De las 175 preguntas con opciones numéricas, solamente se pudieron utilizar 153 debido a que enlasrestanteslasrespuestasnobrindanningunainformaciónsignificativaparapoderidentifi-car rasgos característicos de internos reincidentes y no reincidentes.

Con toda esta información, estuvimos en condiciones de cotejar, para cada pregunta del formu-lario, cuál era la respuesta promedio del grupo de los internos reincidentes y compararla con la respuesta promedio del grupo de los internos primarios. El mecanismo de comparación que utilizamos fue una técnica estadística simple llamada “diferencia de medias” que nos permite establecerlasignificanciadecadadiferencia.Estoes,sabersilasrespuestasdeungrupoydeotro son realmente distintas o no. Lo interesante de este método es que esta herramienta brinda un valor exacto de cuán distintas son esas diferencias.

De esta forma, habiendo determinado valores para la respuesta a cada una de las preguntas del formulario y pudiendo establecer la importancia relativa de cada una de ellas para diferenciar al grupodeinternosreincidentesdelgrupodeinternosprimariosfueposibledefinirunindicadorque estableciera de forma razonable el riesgo de reincidencia. A continuación, presentamos al-gunos de los primeros resultados de este indicador. Resultados preliminares

Sobre la base de los 111 formularios considerados como muestra obtuvimos un valor promedio del indicador de 3/10 de riesgo de reincidencia. Para el caso de los internos reincidentes, este valor trepó a 3,6/10 mientras que para los internos primarios resultó de 2,3/10. Es decir, el grupo deinternosreincidentesobtuvounvalor,enpromedio,significativamentemayorqueelgrupode los internos primarios. Los valores se muestran en la siguiente tabla:

Promedio Desvío Valor máximo Valor mínimo

Total 3.1 1.6 6.3 0.2

Reincidentes 3.6 1.5 6.3 0.5

Primarios 2.3 1.3 5.0 0.2

9. Una aclaración sobre el número de preguntas: de las 197 que registra el formulario 175 son realmente cuantificables, es decir, proclives de congeniar con una escala ordinal (por ejemplo, el número de juzgado en el que se tramita una causa no es pasible de ser convertido en un valor ordinal y menos aún tendría sentido considerarlo una variable que incide en el riesgo de reincidencia de un interno.

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En cuanto a la distribución de los valores dentro de cada grupo, el siguiente diagrama de cajas ybigotesnosmuestraqueel75%delosvaloresobtenidosenelgrupodeinternosprimarios(lacaja entera y el bigote inferior) muestran valores menores a un puntaje algo mayor a 3, mientras queaproximadamentesoloelbigoteinferiordelgrupodelosreincidentes(el25%delosrein-cidentes) muestra un indicador con esos valores. Esto es algo esperable: si nuestro indicador de riesgo de reincidencia desea diferenciar a los internos reincidentes de los primarios, los valores deben ser distintos, que es lo que se observa en este caso.

Enbaseaestascifrassedefinenrangosderiesgo:muybajo,bajo,medio,altoymuyalto.Losresultados se muestran en la tabla a continuación:

Nivel de riesgo de reincidencia Cantidad Primarios Reincidentes

Muy bajo 20 13 7

Bajo 17 14 3

Medio 22 13 9

Alto 36 11 25

Muy alto 16 2 14

Total 111 53 58

Observamos que los internos que obtuvieron un nivel de riesgo de reincidencia muy alto, son en su mayoría internos reincidentes. En contraposición, los que tienen un nivel muy bajo del indicador son en su mayoría internos primarios.

Lo mismo ocurre con los rangos bajo y alto. El rango medio muestra valores similares entre ambos grupos.

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Así, para un interno en términos generales (es decir, ignorando si es o no un interno re-incidente), el cálculo del indicador de reincidencia nos brinda una buena aproximación a conocer este aspecto.

Indicadores parciales

Comosemencionóanteriormente,elobjetivodeesteproyectoespodermedirelriesgoydefinir,a partir de su valor, el mejor modo de reducirlo mediante opciones de tratamiento. Desde este punto de vista resulta interesante poder determinar a qué áreas temáticas resultaría provechoso dedicar esfuerzos para lograr un cambio en el comportamiento futuro del interno.

Apartirdeestainquietudsedefinieronnueveindicadoresparcialesquerecogenaspectosespe-cíficosquepuedenservinculadosconunáreadetratamientoespecífico.Estosindicadoresseconstruyeron a partir de un subconjunto de las 153 preguntas del formulario.

Cabe destacar que los indicadores parciales no son mutuamente excluyentes ya que una misma pregunta puede pertenecer a más de un indicador parcial. Estos se muestran en la siguiente tabla:

Indicador Cantidad de preguntas Importancia relativa

Indice de reincidencia. 153 100%

Historia de conducta antisocial. 22 29%

Personalidad antisocial. 24 19%

Cognición antisocial. 10 2%

Actitudes antisociales. 27 16%

Abuso de sustancias. 25 8%

Cuestiones familiares 23 9%

Escuela/Trabajo. 29 20%

Recreación prosocial. 13 9%

Motivación al cambio. 19 10%

Factores dinámicos versus factores estáticos

Otra cuestión de vital importancia para nuestro análisis es si se considera que el aspecto del internoporelqueinterrogacadapreguntaesunacaracterísticapasibledesermodificadaporelprograma de tratamiento o si, en cambio, es inherente a su historia personal.

Esta información resulta fundamental para determinar la potencial efectividad de un plan de tratamiento,quesecentreenaquellosaspectosqueinfluyenenelriesgodereincidenciaqueefectivamente pueden redundar en un cambio en el comportamiento futuro del interno.

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A continuación, exhibimos los resultados arrojados para dos tipos de internos: uno con alto ries-godereincidenciayotroconmuybajonivel.Sedetallagráficamenteelindicadorprincipalylosindicadoresparcialesytambiénlosaspectosdinámicosyestáticos.Confiamosquelautilidaddeesta presentación será evidente a simple vista.

Como se observa de la comparaciónde los gráficos precedentes, los principales factores deriesgo relacionados con la reincidencia en la muestra son: la personalidad antisocial, la historia de conducta antisocial, las actitudes antisociales y por último la cognición antisocial. Estos factores, de acuerdo a lo postulado por Andrews y Bonta 10, resultarían ser los cuatro principa-les factores de riesgo de reincidencia o también llamados los “Cuatro Grandes” y que serían: Historia de Conducta Antisocial; Patrón de Personalidad Antisocial; Cogniciones Antisociales; y Pares Antisociales11, mostrando este dato la certidumbre del sistema.

10. Andrews.D.A y Bonta.J (1994/2010).The psychology of criminal conduct. Fifth edition.. New Providence. N.J: Anderson.11. Quisiera destacarse que, aquello que los autores denominan como “pares antisociales”, nosotros lo hemos referenciado como “actitudes antisociales” siguiendo lo expuesto por Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC) en su Guía de Introducción a la Prevención de la Reincidencia y la Reintegración Social de Delincuentes (p. 41, 2013). Dando por resultado, que los factores identificados, al margen de su denominación, resultarían concordantes.

0

2

4

6

8

10

Indice dereincidencia

Historia deconducta

Personalidadantisocial

Cogniciónantisocial

Actitudesantisociales

Abuso desustancia

Cuestionesfamiliares

Escuela/Trabajo

Recreaciónprosocial

Motivación alcambio

Ejemplo: interno con alto riesgo de reincidencia

Dinámico Estático

0

0,4

0,8

1,2

1,6

2

Indice dereincidencia

Historia deconducta

Personalidadantisocial

Cogniciónantisocial

Actitudesantisociales

Abuso desustancia

Cuestionesfamiliares

Escuela/Trabajo

Recreaciónprosocial

Motivación alcambio

Ejemplo: interno con bajo riesgo de reincidencia

Dinámico Estático

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Formulario e indicadores

El equipo interdisciplinario que diseñó el formulario bajo técnicas de tipo clínico actuarial y continuó profundizando su intervención bajo las directivas del Instituto de Criminología y junto a funcionarios penitenciarios avanzó en la toma y creación de una base de datos que permitiera sistematizar la información.

Eldiseñodelindicadorseconfiguróapartirdelassiguientesetapas::

a) Valoración de las respuestasSólo fueron consideradas las preguntas que admiten respuestas de una lista de opciones (en oposición a las que permiten responder un texto ‘libre’) fueron seleccionadas. Las respuestas fueron valoradas con un puntaje entero entre 0 y 10.

b) Grupos de control: primarios versus reincidentesElobjetivodelindicadorescuantificarelriesgodereincidenciadeuninterno.Así,setrabajóen una segunda etapa de ajuste y validación con un conjunto de 83 internos “primarios”, es decir, que están en el SPF por primera vez y de un conjunto de 495 internos “reincidentes”, es decir, que tienen uno o más ingresos anteriores al SPF además del presente. Probablemente, paralaversióndefinitivadelindicador,sepuedacontarcongruposdecontroluntantomásexigentes, que permitan una diferenciación más precisa de los grupos 12.

c) Significatividad de las diferencias en las respuestasPara cada una de las 153 preguntas se realizó un Test de Hipótesis y se comparó la media de las respuestas para el grupo de los internos reincidentes con la de los internos primarios. Este test (un test T de diferencia de medias con varianzas poblacionales desconocidas y distintas, para aumentar la exigencia del test) permite valorar cuantitativamente cada respuesta y saber sicadaunadeellasesono,yenquégrado,significativamentediferenteenlosreincidentesrespecto de la de los primarios.

d) Selección, normalización y ponderación de las preguntasParacadapregunta,entonces,secontóconunvalorTquemidelasignificatividaddeladiferencia entre el promedio de las respuestas de los reincidentes versus los internos las respuestas de los primarios. Este valor T asigna una probabilidad, es decir un nivel de sig-nificaciónacadadiferencia.

12. El indicador que buscamos construir se basa en las diferencias en las respuestas a las preguntas del formulario que muestran los “prima-rios” versus los “reincidentes”.

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Aspectos técnicos: índices y escalas

Consecuentemente a lo expuesto, observamos que las posibilidades que ofrecen los indicado-resenbasealosíndicesyescalasestablecidos,generanunaresolucióngráficaquesintetizaelcomportamiento de las variables expresadas las cuales ubican la situación de cada caso dentro de una estructura de dimensiones e indicadores. “La escala son instrumentos estandarizados que permiten expresar, en forma numérica, la posición relativa de un objeto en un continuo13”. Se establece así, conforme a la doctrina internacional, una escala de 1 a 5, siendo 1 el valor de menor riesgo y 5 el de mayor riesgo14.Asuvez,sereflejaunabarraqueresultaserelpromediogeneral de los formularios cargados de cada factor considerado.

15

La sistematización, además, permite observar la evolución de las estrategias de intervención pensadas por los responsables en líneas de tiempo lo cual permite llevar adelante análisis longi-tudinales16, como los estudios tipo “tabla de vida”.

13. Campbell, D.T. & J.C. Stanley (1963). Experimental and Quasi-experimental Designs for Research. Chicago. Rand McNally.14. Likert, R. (1932). A technique for measurement of attitudes. Archives of Psychology no. 140. New York. The Science Press.15. https://plandesentencia.spf.gob.ar/#!/16. Goldstein H. (1979). The design and analysis of longitudinal studies. Londres. Academic Press.

5 / 4

4,17 / 3

5,91 / 2

4,86 / 4

1,86 / 2

6,42 / 3

5,09 / 5 5,09 / 4

6,19 / 5

0

1

2

3

4

5

6

7

Indice deReincidencia

Historia deconductaantisocial

Personalidadantisocial

Cogniciónantisocial

Actitudesantisociales

Abuso deSustancias

Cuestionesfamiliares

Escuela /trabajo

Recraciónprosocial

Indicadores de riesgo: Fomulario nº 358Fecha 06-06-2019 5:11 pm

LPU 336919 - Apellido y Nombre: ARANDA VICTOR GASTON

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

2018 2019 2020 2021 2022

Indice de Reincidencia

Historia de conducta antisocial

Personalidad antisocial

Cognición antisocial

Acti tudes antisociales

Abuso de Sustancias

Cuestiones fami liares

Escuela / trabajo

Recreación prosocial

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Conclusión:

Sepuedeafirmarentonces,quelaevaluaciónderiesgosimplicaconocerlaprobabilidadrelati-vadeunofensoralareincidenciayporlotanto,eltratamientoespecíficodeberáhacermayorhincapié en los ofensores de mediano y alto riesgo y no en aquellos que presentan un bajo status del mismo17.

Endefinitiva,elPlandeSentenciaconstituyeunaherramientainformáticadesarrolladaapartirde evidencia empírica que es capaz de medir el nivel de intervención, los avances, los estanca-mientos y/o retrocesos que presentan las personas que se encuentran alojadas en los diferentes establecimientos del Servicio Penitenciario Federal. Esto se vincula con el sistema progresivo, el cual como es sabido tiene su esencia en la fragmentación o distribución de la ejecución de la pena privativa en varios periodos o etapas hasta que la persona recobre su libertad.

De esta manera el Plan de Sentencia constituye un mecanismo de monitoreo de la evolución de lapersonaquepermiteestablecerajustesaltratamientoplanificadosegúnlasparticularidadesde cada caso. El trabajo interdisciplinario, por su parte, resulta fundamental para la apreciación delaevoluciónyenlaplanificacióndelaejecucióndelapena,comoasítambiénparalaelabo-ración de informes a las autoridades requirentes.

En síntesis, el instrumento permite determinar la necesidad de focalización y adecuación técni-ca, administrativa y metodológica, con lo que se asegura el generar un diseño estratégico para responderdemaneramáseficienteacadariesgo.

Cabe destacar que, durante el año 2018 se trabajó en el desarrollo y diseño del sistema de evaluación del Plan de Sentencia, en la generación de un formulario de medición de riesgo de reincidencia y en un manual de carga de los datos con el objetivo de generar herramientas que permitan a los profesionales contar con instrumentos útiles, estandarizados y simples para la toma de decisiones, respondiendo al modelo teórico de la gestión.

17. “…Básicamente, el nuevo paradigma de What Works nos sugiere que la reincidencia y la reencarcelación pueden ser reducidas, puesto que existen ciertos factores que pueden poner al ofensor en riesgo de cometer nuevamente delitos en el futuro. En consecuencia, bajo la técnica estadística de meta-análisis o econometría, se han logrado identificar cuáles son los principios claves para el logro de una intervención o asis-tencia efectiva…”. Servicio Penitenciario Federal. Instituto de Criminología (2015). What work: Lo que funciona para reducir la reincidencia en Revista de Criminología N°1. Extraído de: http://www.spf.gob.ar/drive/repo/general/4201revista_de-criminologia_n1_2015.pdf. P. 17.

Capítulo II Análisis cuantitativo del perfil

de la población penal

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Análisis cuantitativo del perfil de la población penal

Introducción

El conocimiento de las características de la población penal alojada en el Servicio Penitenciario Federal es central para poder desarrollar acciones y políticas adecuadas de cara al cumplimiento deloscomplejosfinesquetienelaadministraciónpenitenciaria.

A partir de la recopilación de datos realizada para el desarrollo e implementación del sis-temadeClasificación InicialporRiesgo (CIR),yde la categorizacióny clasificaciónentornoanecesidades,seobtuvounperfilgeneraldelapoblaciónpenalenrelaciónconlasvariables principales a tener en cuenta en materia de seguridad, tratamiento penitenciario e intervencionesespecíficas.

Debemos mencionar, en tal sentido, que este trabajo está sustentado en las entrevistas realizadas desde 2015 en el marco del sistema de CIR.

La base de datos deducida contiene información de 12.716 internos alojados, actualizada al mes deOctubrede2018.Elvolumendeestamuestraresultaríasuficienteparabrindarunpanoramaadecuado de la actual situación del Servicio Penitenciario Federal.

Este capítulo, es una actualización de uno anterior1 publicado en el Número III de la “Revista de criminología”.Enadición,seproponealfinalunintentodeestablecerlaevolucióndelasvariables a lo largo de los casi tres años completos de información que están disponibles.

Los resultados de esa investigación sobre la totalidad de la población penal alojada son los siguientes:

Datos generales

•Laedadpromediodelaspersonasprivadasdesulibertadesde36años.•El61%delosinternosseencuentranprocesados,el39%restantecondenado.•Cercadel80%deltotaldelosinternosesdenacionalidadargentina.Losdenacionalidadperuanayparaguayasuman,enconjunto,un11%deltotal(conunacantidadsimilardeinter-nos).Losinternosdenacionalidadbolivianarepresentanalrededordel4%deltotal.•El92%delosinternosesdesexomasculino.•Dosdecadatresinternosdeclaransersolteros.

1. Revista de Criminología del Servicio Penitenciario Federal—Instituto de Criminología. Número III, Año 2017, Instituto de Criminología. Dis-ponible en: http://www.spf.gob.ar/drive/repo/general/Revista_de__Criminologia_III.pdf.

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Datos

Se poseen registros de valores de riesgo de 12.716 internos. El cuadro a continuación sintetiza los resultados de la distribución de riesgos computados por el sistema CIR (riesgos de suicidio, deconflictividadydefuga)delapoblaciónbajoanálisis.

Nivel de riesgo / Variable Suicidio Conflictividad Fuga

Bajo 75.8% 66.9% 80.1%

Medio 18.2% 23.1% 13.8%

Medio alto 3.9% 7.9% 4.5%

Alto 1.4% 1.8% 1.2%

Muy alto 0.7% 0.2% 0.3%

Total 100,00% 100,00% 100,00%

75.8

0%

18.2

0%

3.90

%

1.40

%

0.70

%

66.9

0%

23.1

0%

7.90

%

1.80

%

0.20

%

80.1

0%

13.8

0%

4.50

%

1.20

%

0.30

%

0.00%

20.00%

40.00%

60.00%

80.00%

100.00%

Bajo Medio Medio alto Alto Muy alto

Niveles de riesgo en el SPF

Suicidio Conflictividad Fuga

Historial delictivo

•El31%delosinternosestádetenidopordelitosviolentos.•El7%fuedetenidosiendomenordeedad(2%másdetresdetenciones).•El38%tuvocondenaspreviassiendomayordeedad(16%tresomáscondenas).•Deesteúltimogrupo,un90%habíaestadoenprisiónmenosde5años;un7%entre5y8añosyun3%másde8años.•Sóloel6%incumpliómedidasalternativasalaprisión.•El3%tieneantecedentesdedelitosintramuros.•El76%delosinternoscometieronunsolotipodedelito.

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1 delito76%

2 delitos17%

3 delitos 5%

4 o más delitos2%

Casos utilizados para el diseño metodológico

•Deaquellosqueestuvieronenprisióndeformaprevia,el34%estuvoenlibertadmenosde6mesesmientrasqueel29%loestuvoentre6mesesydosaños.El37%estuvomásde2 años en libertad.

más de 2 años37%

entre 6 meses y 2 años29%

Menos de 6 meses34%

Internos reincidentes: tiempo en libertad

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Trabajo y habilidades laborales

•El37%delosinternosnoteníanproblemasdeempleo.•El47%teníaproblemasparainsertarseenelmundolaboral.•El16%presentaseriosproblemasenelmercadodetrabajo.

menos de 2 años52%

más de 2 años31%

nunca trabajó17%

Tiempo transcurrido desde el último trabajo estable

•El17%nuncatrabajó.•El31%llevamásde2añossinuntrabajoestable.•El52%tuvotrabajoestabledentrodelosdosañospreviosasudetención.•El13%delosinternosnotienecapacidadesniexperiencialaboral.•El34%presentalargosperíodosdeinactividad.•El53%nopresentalargosperíodosdeinactividad.

En lo relativo a la actitud hacia el trabajo:

•El54%presentaunabuenaactitud.•El40%tieneunaactitudintermedia.•El6%restanterechazaeltrabajoabiertamente.

Estilo de vida y sociabilidad

•Enel54%deloscasos,losingresosnoprovienendeactividadesdelictivas,el32%delosingresosdeactividadesdelictivassonparciales;enel14%deloscasoslosingresosprovie-nen exclusivamente de actividades delictiva.

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•El 22%de los individuos sevinculan regularmente en elmedio libre con infractores,mientrasqueel29%tienevínculosesporádicos.Porotraparte,el49%notienevínculoscon infractores.•El86%poseeundomiciliofijo.El14%delapoblaciónseencontrabaensituacióndecallealmomentodeladetención(deestos,el39%llevabamásdeseismesesendisposición).•El8%delosindividuospresentarasgosdemanipulaciónfuertesyel30%lospresentaenun nivel intermedio.•El45%integragruposnodelictivosenelmediolibre,mientrasqueun29%noparticipadegrupos no delictivos. El resto presenta una participación intermedia.

Infancia y adolescencia

Con respecto a las variables referentes a la infancia y a la adolescencia de los internos, se des-tacan los siguientes datos:

•El48%delosinternosprovienendehogaresconpadresseparados.•E14%sufrióabandonodelhogaryun9%adicionallosufrióintermitentementedurante algunos períodos.•19%fueronvíctimasdeviolenciadoméstica(másdelamitadensituacionesgraves).•El16%nofinalizóelnivelprimarioyel59%pudoconcluirlo.Sóloel25%completólosestudiossecundarios.Latasadeanalfabetosesprácticamenteinexistente(0,1%).

Secundario completo25%

Primario completo59%

Primario incompleto16%

Escolaridad

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•El73%tuvovínculosconelpadrehastalaadultez(el13%nuncalostuvo).•El89%tuvovínculosconlamadrehastalaadultez(el3%nuncalostuvo).

Estilo de vida y sociabilidad

•• Enel54%deloscasos,losingresosnoprovienendeactividadesdelictivas,enun32%losingresosdeactividadesdelictivassonparcialesyenun14%deloscasoslosingresos provienen exclusivamentede actividades delictivas.•El77%delos internosmantienerelaciónconlosmiembrosdesufamilia locualpuedeconsiderarsecomounaspectopositivo,mientrasqueel9%notienevínculoconsufamilia.•Deltotalqueindicatenerpareja(un60%deltotal),enel16%deloscasossetratadeparejascon antecedentes delictivos.•El22%tienenfamiliaresconantecedentespenales.•Soloel20%tienefuerteapoyofamiliarparaelabandonodeldelito,adiferenciadeel60%quenocuentaconningúntipodesostén.Enelgruporestante(20%),elapoyoesintermedio.

Variables de conflictividad

•El15%delosindividuospresentaheridasconarmas;el8%presentaheridasautoagresivas.•Deltotaldeheridosporarmas,el53%presentaalmenosunaheridaconarmadefuego(y,de estos, la mitad presenta dos o más heridas)•Deltotaldeheridosporarmas,el76%presentaalmenosunaheridaconarmablanca(y,deestos, dos de cada tres presentan dos o más heridas).•El15%delapoblaciónpenaltienesancionesgraves;el6%enmásdetresoportunidades.El4%tienesancionesporhaberdestruidomaterialesyel16%porhaberparticipadoenpeleas con otros internos.•El5%participóenagresionesalpersonalpenitenciario.•Esprácticamenteinexistenteelregistrodecasosdeinternosquehayanagredidoavisitantes(0,3%).

Vulnerabilidad

•El14%delosinternosmanifiestahabersidoabordadohostilmenteporotrosinternosyenel36%deloscasoselagredidopusofinalasituación.Apesardeesto,enel76%deloscasoshuboregistrodeconfrontaciónfísicayenel55%restanteelagredidosolicitóayudaa las autoridades.•Enel60%deloscasoslapercepcióndeldañorecibidoporlaconfrontaciónesleve,el15%esgraveyenel25%restantemoderado.•El8%presentasíntomasdetrastornodepersonalidad(2%consíntomasmuymarcados).•Sóloel9%perteneceagruposprotegidosporcriterioderaza,religión,origenétnicouotra característica.

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Actitudes

•El50%rechazalasconductasdelictivas;el31%presentaunaactitudintermediayel19%restante apoya las mismas.•El3%seoponealaautoridad;el27%tieneunaactitudintermedia,mientrasqueel70%restante la acepta.•El59%avalalasreglasdelacomunidad,mientrasqueel6%lasrechazacompletamente.•El13%noreconocelosmotivosquelollevaronadelinquir,nitampocoelproblemadesuconducta.El22%tieneunaposiciónintermediayel65%reconocelasmotivacionesdetrásde su infracción.

Variables de personalidad

•El53%notiendeaactuarsinpensarenlasconsecuenciasdesusactosamedianoy/olargoplazo.El11%presentafrecuentementeunatendenciaaactuarsinpensar.•Enloquerefiereaaplazarsatisfacciones,el41%delosinternospresentalacapacidaddepoderhacerlo.Asuvez,el10%escompletamenteincapazdeaplazarsatisfaccionesinme-diatas. Esto es consistente con la capacidad de establecer objetivos a mediano y largo plazo, dondeseobservaqueel17%esincapazdehacerseesteplanteoyel45%presentaunaactitudpositiva en este sentido.•El86%nosemuestraagresivoniirritable(sóloel2%delosinternossemostraronenextremo agresivos).

Consumo de drogas

El52%delosinternosdeclaraconsumirdrogasregularmente.Comosepuedeobservarenelsiguiente cuadro, el consumo de drogas está liderado por la marihuana, seguida de la cocaína, los psicofármacos, el alcohol y el paco.

Droga / Consumo Antes del ultimo año Durante el ultimo año

Marihuana 37% 63%

Cocaina 39% 61%

Paco 22% 78%

Alcohol 27% 73%

Psicofarmacos 41% 59%

Inhalantes 52% 48%

Anfetaminas 50% 50%

Otros 53% 48%

Alucinogenos 75% 25%

Opiaceos 57% 43%

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•Deltotalqueindicanconsumirdrogas,un37%consumediariamente,el36%unaodosveces por semana. El resto, menos de una vez por semana.•El10%delosconsumidores“seponenviolentos”bajoelconsumodedrogasyenun22%de los casos no es posible determinarlo.•El42%noreconoceelproblemanisigueningúntratamiento;el32%reconoceelproblema,peronosiguetratamientoalguno;laminoría(26%)reconoceelproblemaysiguetratamiento.

Conductas y pensamientos suicidas

•El9%presentasíntomasdedepresión;el1%contienesíntomasseveros.•Alrededordel10%presentaactualmentediagnósticodealgúntipodetrastornodelestadode ánimo, psicótico o de la personalidad.•Enun10%deloscasossetratadetipologíasdetrastornoquepodríanimplicarriesgodesuicidio.•Sóloel5%tieneantecedentesfamiliaresdesuicidio.•El20%hatenidopérdidasdefamiliarescercanos.•El2%manifestótenerintencionessuicidas.•Entrelosquehanmanifestadotenerintencionessuicidas,un8%tienepensamientoscons-tantesyun18%tienepensamientosprolongadoseneltiempo.•El19%aceptalospensamientossuicidasyel52%presentaunaactitudambivalente.Sóloel29%losrechaza.•Enun47%deloscasos,lamotivacióndetrásdelsuicidioradicaenescapardelosproblemas.•Sóloun21%expresaunplansuicidayel8%hallevadoacabointentosenelúltimoaño.•Delosindividuosquemanifestaronhaberrealizadointentosdesuicidio,el36%lohabríahecho en el último año.

Variables de fuga

Enloquehacealasvariablesaconsiderarcomodeterminantesparadefinirelriesgodefuga,encontramos los siguientes resultados:

•El2%perteneceaalgunafuerzadeseguridad.•El3%tienefamiliaresenalgunafuerzadeseguridad.•El10%seríamiembrodegruposorganizados(20%conunaparticipaciónalta,53%conunaparticipación intermedia).•El8%seríamiembrodegruposarmados(34%conunaparticipaciónalta,55%conunaparticipación intermedia).•Menosdel1%delosalojadospresentatatuajesdepertenenciaaorganizacionescriminales.•El2%presentaantecedentesdefugaoevasión.•El1%manifiestatenerdeseosdefugaoevasión.•El6%delosinternostienefamiliaresdetenidosenlaórbitadelServicioPeniten-

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ciario Federal, en su mayoría son hermanos o parejas. •El1%delosindividuostienenfamiliaresdetenidosenotrosserviciospenitenciariosdelaArgentina, en su mayoría hermanos.

Evolución del perfil de la población penal (Enero 2017/ Septiembre 2018)

Como se mencionó en la introducción, la información históricamente recopilada por el CIR per-miteestablecercomparacionesacercadelosperfilesdelapoblaciónpenalalolargodeltiempo. Para que las comparaciones sean metodológicamente válidas, se debe contar con un cúmulo de observacionesconsistenteyrepresentativo,yesoestádisponibleapartirdefinesdelaño2016.Por este motivo, si bien la metodología CIR se desarrolló desde el año 2015, las comparaciones muestran datos desde enero de 2017.

Dentro de los indicadores generales, el índice de riesgo de suicidio muestra valores relativamen-te estables a lo largo del período de análisis:

Nivel de riesgo / Período Enero 2017 Marzo 2018 Septiembre 2018

Muy bajo 65.3 63.8 75.8

Bajo 28.1 28.4 18.2

Medio 4.2 5.1 3.9

Alto 1.7 1.8 1.4

Muy alto 0.8 0.9 0.7

Bajo 93.4 92.2 94

Medio 4.2 5.1 3.9

Alto 2.5 2.7 2.1

93.4 92.2 94.0

4.2 5.1 3.92.5 2.7 2.10.0

20.0

40.0

60.0

80.0

100.0

Enero 2017 Marzo 2018 Septiembre 2018

Indicadores de riesgo de suicidio

Bajo Medio Alto

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Si bien podría observarse una progresiva disminución del riesgo de suicidio a lo largo del tiem-po, la diferencia más acusada está en el aumento de la proporción de los internos con riesgos “muy bajos” a expensas de los de riesgos “bajos”. Esto, en realidad, supone un cambio de poca magnitud debido a que ambas categorías representan riesgos escasos.

Esta categoría muestra una participación consistente en el tiempo: más de 9 de cada 10 inter-nos la integran. Hay, sin embargo, un leve descenso de las categorías de riesgos medio y alto. Enesteúltimocaso,laproporcióncaede2,5%ainiciosde2017a2,1%afinesde2018..Losriesgosmediosmuestrantambiénunmuylevedescensoentreel4,2%deprincipiosde2017yel3,9%deseptiembrede2018.Enamboscasos,lasvariacionessonlevesynodemasiadosignificativas,aunquefaltenobservacionesyquetranscurramástiempoparapoderhablardeuna marcada tendencia.

Elindicadorderiesgodeconflictividadmuestraunatendenciasimilar,peroconvaloresunpoco más contundentes. En este caso, la participación de los riesgos “bajos” en conjunto (es decir, lascategorías“bajo”y“muybajo”) símuestraunaumentosignificativopasandodeun83%enMarzode2018aun90%afinesdeSeptiembredelmismoaño(enenerode2017habíasidode86%).

Nivel de riesgo / Período Enero 2017 Marzo 2018 Septiembre 2018

Muy bajo 54 50 67

Bajo 32 33 23

Medio 11 13 8

Alto 3 4 2

Muy alto 0 1 0

Bajo 86 83 90

Medio 11 13 8

Alto 3 4 2

86 83 90

11 13 83 4 20

20

40

60

80

100

Enero 2017 Marzo 2018 Septiembre 2018

Indicadores de riesgo de conflictividad

Bajo Medio Alto

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Este aumento de participación se produce a expensas, principalmente, del rango de riesgo me-dio, el cual desciende tres puntos porcentuales entre enero 2017 y septiembre 2018, pero tam-bién de los niveles altos de riesgo que, entre marzo y septiembre de 2018, disminuyen a la mitad (de4%a2%). Por el contrario, el indicador de fuga es quizás el que muestra valores más estables.

Nivel de riesgo / Período Enero 2017 Marzo 2018 Septiembre 2018

Muy bajo 76 76 80

Bajo 17 17 14

Medio 5.0 5.3 4.5

Alto 1.4 1.4 1.2

Muy alto 0.5 0.4 0.3

Bajo 93.1 92.9 93.9

Medio 5.0 5.3 4.5

Alto 1.9 1.8 1.5

93.1 92.9 93.9

5 5.3 4.51.9 1.8 1.50

20

40

60

80

100

Enero 2017 Marzo 2018 Septiembre 2018

Indicadores de riesgo de fuga

Bajo Medio Alto

Enefecto,unaproporcióncasiconstante(93-94%delapoblaciónpenitenciaria)muestravaloresbajos o muy bajos de riesgo de fuga.

Adiferenciadel indicadordeconflictividad,enelquepuede inferirseuna tendencia,aquíelcambiomásacusadoesentrelosrangos“muybajo”y“bajo”.Elprimeroaumentadel76%al80%enelperíodoconsiderado,mientrasqueelsegundodisminuyeenconsecuencia.Perolasmodificacionesenlasincidenciasdelosriesgosmediosyaltossonfrancamentemarginalesyoscilan,casisinmodificaciones,enelperíodode21mesesanalizado.

Capítulo III Gestión de internos de alto riesgo

¿cómo elaborar un sistema de intervención orientado a la protección pública?

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Gestión de internos de alto riesgo ¿cómo elaborar un sistema de intervención orientado a la protección pública?

Introducción

El Servicio Penitenciario Federal (SPF) tiene como objetivo fundamental, el de reducir los riesgos de reincidencia y reiterancia, promover el desistimiento del delito y atender a su vez a la seguridad pública.1 De ello se desprende que, además de entablar acciones destinadas a la reducción de la reincidencia y el desistimiento del delito, el SPF tiene otra obligación ineludible que es atender a la seguridad pública, es decir, colaborar con el Estado para garantizar la integridad de todos los ciudadanos y sus bienes, sobre todo, teniendo en consideración el alojamiento bajo su órbita de detenidos con ciertas características que se considerarían de alto riesgo para la seguridad pública.

En este marco, destacamos que, como consecuencia del ingreso al sistema penitenciario de in-ternos vinculados a nuevas y complejas tipologías delictivas, sobre todo aquellas relacionadas al crimen organizado transnacional o nacional, tal y como sostuvimos en un estudio anterior2, de alguna forma, la dinámica de esos nuevos delitos ha hecho quebrar el estatus quo y superado las tradicionales estructuras de los sistemas de justicia criminal, en todas sus facetas. Con respecto a este desafío, la administración penitenciaria debe propender a prevenir las consecuencias ad-versas del crimen organizado y otras formas delictivas complejas, así como también servir como instrumento del sistema de justicia criminal para la lucha contra este fenómeno.

Asíplanteadoentendemosquelosserviciosdeprisiones,paralograrlasfinalidadesquelesonpropias, son responsables de intervenir activamente en la lucha contra el crimen organizado y promover la protección pública de la sociedad, teniendo la obligación de adaptarse a los nuevos desafíos,aggiornarsusestructurasylosdispositivosinstitucionales,afindepodergarantizarunabordajeeficazdeestasnuevasrealidadesdelictivasdeunamaneraeficienteydinámica.

Siguiendo esta línea, iniciaremos el presente trabajo con una descripción respecto a qué se consideraríaninternosdealtoriesgoycómofueronidentificándoseenelmundoalolargodeltiempo,segúnlasdiferentesrealidadesynecesidadesespecíficas.Porotraparte,describiremosalgunos abordajes que se han hecho desde el punto de vista de la praxis de las administraciones penitenciarias para dar respuesta al fenómeno de los internos de alto riesgo. Posteriormente,

1. Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos (Reglas Mandela) - Regla 4 – “1. Los objetivos de las penas y medidas privativas de libertad son principalmente proteger a la sociedad contra el delito y reducir la reincidencia…”.2. Servicio Penitenciario Federal, “Crimen organizado transnacional” en Revista de Criminología, 2015, pág. 104.

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analizaremos el desafío que implica un abordaje adecuado de internos con esas características, así como también las obligaciones normativas a las que debe apuntar a cumplimentar un servicio deprisiones.Porúltimo,intentaremosaproximaralgunaspautasespecíficasparalacreacióndeun sistema de protección pública, orientado a gestionar los riesgos que presentarían esos inter-nosyaconstruirdispositivosdeintervenciónespecíficos.Aclaramosquelapresenteconstituyesolo un punto de partida para pensar la problemática y sus alternativas de acción concreta, pero enmodoalgunosignificaunaposicióndefinitivaocerradaacercadelasaccionesaimplemen-tar, que siempre serán pasibles de ser repensadas, ajustadas y mejoradas, sobre todo teniendo en cuenta las diferentes realidades que pueden darse en cada lugar en particular.

Los internos de alto riesgo en el mundo

La concepción de lo que se entiende por interno de alto riesgo fue cambiando a lo largo del tiempo en función de las problemáticas particulares de cada país, región o administración penitenciaria.

Enprimertérmino,podemosidentificarloconinternosrelacionadosaunextremoniveldevio-lencia dentro de la prisión o, incluso, con la comisión de delitos violentos. Tal es así, que tradi-cionalmenteelgrandesafíodelagestióndelasprisionesteníaqueverconelabordajedeperfilesdeinternosconflictivosoviolentos.Enestesentido,laconcepcióndela“peligrosidad”estuvotradicionalmente vinculada con una concepción clínico-médico – sustentada en ciertas caracte-rísticasyatributospsicológicosdelsujetoquejustificanelriesgodefuturoscomportamientosviolentos, relacionando en este sentido “peligrosidad” con patología–; y, posteriormente como concepto jurídico-penal – como categoría legal por la que conocemos el riesgo de una persona, con historial delictivo o no, de cometer nuevos delitos–.3

Lo cierto es que en los últimos tiempos se ha virado hacia la sustitución del término peligrosidad por el de riesgo, debido a que se consideró que, el diagnóstico clínico de peligrosidad, depende solo de la experiencia de los profesionales que muchas veces puede resultar incompleto. En cambio, las técnicas actuariales han permitido generar protocolos más objetivos y herramientas para la valoración del riesgo de violencia que mejoran los procesos de predicción de la misma. También,permitedarleunaespecificidadalostiposdeviolenciaquesepretendenpredecir,yaquecadatipotienefactoresderiesgoydeprotecciónespecíficos,cuestiónquenoestenidaencuenta al utilizar la peligrosidad para la predicción de cualquier tipo de violencia.4

3. Pueyo Antonio Andrés y Illescas Santiago Redondo, “Predicción de la violencia: entre la peligrosidad y la valoración del riesgo de violencia”, Papeles del Psicólogo, 2007, Vol. 28(3), pp. 157-173.4. Si bien no es materia específica del presente artículo, es interesante destacar que el libro Pueyo Antonio Andrés y Illescas Santiago Redon-do, “PREDICCIÓN DE LA VIOLENCIA: ENTRE LA PELIGROSIDAD Y LA VALORACIÓN DEL RIESGO DE VIOLENCIA”, op. citada, se estableció que: “A diferencia de la peligrosidad, que hemos caracterizado por ser una variable discreta, estática y genérica, que lleva a decisiones “todo/nada” en el pronóstico, el riesgo de violencia es un constructo continuo, variable y específico, que permite tomar decisiones graduadas de pronóstico futuro de violencia. La presencia de peligrosidad en el individuo concentra la estrategia de control y gestión del riesgo en dos tipos de inter-venciones: control situacional (internamiento) y tratamiento terapéutico del sujeto peligroso. La valoración del riesgo amplía las posibilidades de intervención porque permite ajustar los procedimientos de control y minimización del riesgo a los niveles individuales y contextuales del mismo, con lo que se generan muchas posibilidades de intervención adecuadas al pronóstico más probable.”

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Posteriormente,laidentificacióndelosperfilesdeinternosdealtoriesgofuecambiandoamedi-daqueseibanregistrandopersonasdetenidasconperfilesmuydistintosaaquellosrelacionadosúnicamente con la violencia en la prisión o con ciertos delitos violentos como el abuso sexual, el homicidio, entre otros.

Así,podemosmencionarotrosperfiles,comoporejemplodiversosgruposcriminalesquefun-cionaronosiguenfuncionando,comolasorganizacionesllamadasmafiosasdeItalia(LaCosaNostra de Sicilia, la Ndrangheta, La Camorra, La Sacra Corona Unita); las de la zona de Balca-nesyáreaeuroasiática(comolaMafiaAlbanesa,KosovoyMacedonia)ylamafiaturca(Turquíay Asia Central), en la zona de Asia Oriental, las Tríadas (China y Taiwán), los Yakusa (Japón), y en el continente americano, La Cosa Nostra norteamericana en Estados Unidos y Canadá.5

Por otra parte, podemos nombrar otras organizaciones, como el IRA6 en Gran Bretaña, la ETA7 de España, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), las maras en Centroa-mérica, incluso otros grupos que surgieron en el seno de las prisiones, como el Primer Comando de la Capital (PCC), el Comando Vermelho de Brasil o la Nuova Camorra Organizzatta (NCO) en Italia.8 Otros ejemplos pueden ser lo que se conocieron como el cartel de Cali o de Medellín en Colombia; o, también, el Cartel de Sinaola en México.

Si bien no vamos a hacer una caracterización de los elementos distintivos del crimen organi-zado transnacional, ya que eso lo hemos realizado en un trabajo anterior9, si haremos alusión a algunas cuestiones que sirven de referencia para entender los distintos fenómenos a los que nos estamosrefiriendoparapoderidentificaralosinternosde“altoriesgo”.

Existen, por ejemplo, algunas diferencias –aunque nunca la división es del todo tajante– entre lo queseconocecomounamafiayotrasorganizacionescriminales,comoeselcasodelasvincula-dasalnarcotráfico.Lascaracterísticasdelasorganizacionesmafiosassonlassiguientes:controlterritorial, capacidad de orden y dominación, sentido de la jerarquía y la obediencia, secreto e iniciación, dimensión ética y familiar, multicriminalidad, mitos y leyendas, antigüedad y voca-ción de permanencia.10 Por su parte, existen organizaciones criminales que no tienen necesa-riamente una estructura piramidal rígida, tienen tamaños pequeños o grandes, cuyos miembros pueden ser móviles, y los distintos grupos muchas veces no tienen conocimiento entre ellos, las relaciones tienden a ser en red y como nudos o enlaces.

Respecto a la Argentina, si bien desde hace unos años están en boga las temáticas vincula-5. Gayraud Jean-Francois, El G9 de las mafias en el mundo: geopolítica del crimen organizado, 2007, Ediciones Urano.6. Ejército Republicano Irlandés.7. Euskadi Ta Askatasuna (del euskera, “País Vasco y Libertad”).8. Para este último grupo, ver: Gayraud Jean-Francois, El G9 de las mafias en el mundo: geopolítica del crimen organizado, 2007, op. cit.9. Servicio Penitenciario Federal, “Crimen organizado transnacional” en Revista de Criminología, 2015, op. cit.10. Gayraud Jean-Francois, El G9 de las mafias en el mundo: geopolítica del crimen organizado, op. cit., pág. 68.

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das al crimen organizado, existen pocos estudios sobre esto.11 Ahora bien, sin perjuicio de queelnarcotráficonoseríanuevoennuestropaís,seobservaquehubouncrecimientoenlas últimas décadas de las actividades relacionadas a su desarrollo, así como otras tenden-cias antes inexistentes.12

Ahora bien, otro de los desafíos que ha tenido que enfrentar la administración penitenciaria es loquesedenomina“criminalidadeconómica”.Estocontemplalosdelitosfinancieroscometi-dos por bancos, evasión tributaria, fuga ilícita de capitales al exterior, lavado de activos, delitos defuncionariospúblicos(cohecho,enriquecimientoilícito,tráficodeinfluencias,negociaciónincompatible con el ejercicio de la función pública, aceptación de dádivas, exacción ilegal, pe-culado, entre otros), y muchas otras formas de delincuencia.13

Enlaexperienciacomparada,losinternosdealtoriesgofueronidentificadostambiénconotrosperfiles:porejemplo,envariosestadosdelosEstadosUnidosseelaboraronprogramasespecí-ficosparaaquellaspersonasinvolucradasconlaculturadelacalleypandillas,ointernosconconsumo problemático de drogas, o con problemas crónicos de disciplina, o aquellos con alto riesgo de suicidio; internos extremadamente disruptivos, violentos y problemáticos; o graves problemas de salud mental.14

Por otra parte, en lo que respecta a las Unidades de Segregación y Centros de Supervisión Cercana (CSCs) en Inglaterra y Gales15 son lugares que alojan personas bajo un régimen de confinamiento.Cabedestacarqueallíseencuentrannosolopersonasquesonquizáslasmásde-mandantes del sistema, sino también aquellas que tienen riesgo de autolesionarse, o que son un riesgo para otros o para sí mismos, y personas con problemas de alfabetización y/o necesidades especiales por enfermedades mentales y/o físicas.

Como vemos, la caracterización de interno de alto riesgo resulta aún más amplia en estos países, ya que incluye internos con graves enfermedades mentales o con tendencia al suicidio.

Ahora bien, en nuestra opinión, una de las mejores caracterizaciones de los internos de alto ries-goeslaquerealizólaOficinadeNacionesUnidascontraladrogayeldelito,queensumanual

11. Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia, Crimen organizado en Argentina: una mirada con perspectiva democrática y desde los derechos humanos, septiembre de 2014.12. Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia, Crimen organizado en Argentina: una mirada con perspectiva democrática y desde los derechos humanos, op. cit.13. Servicio Penitenciario Federal, Manual anticorrupción del Servicio Penitenciario Federal: una introducción a la prevención de la corrupción en las administraciones penitenciarias, Servicio de Prevención de la Corrupción, 2017.14. Encuesta Nacional de Gestión de Internos de Alto-riesgo, Instituto Correccional Nacional, 2002, ver en: https://www.hsdl.org/?view&-did=451773.15. Dr Sharon Shalev Dr Kimmett EdgarDEEP CUSTODY: Segregation Units and Close Supervision Centres in England and Wales, 2015.

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de manejo de internos de alto riesgo16,losidentificacomoaquellosquesegúnsuclasificaciónrepresentan un riesgo importante para:

•Laseguridad(esdecir,elriesgodefuga).•Laseguridadfísica(esdecir,elriesgoparalaseguridaddelosotros):internosquemuestrancomportamientos peligrosos hacia el personal penitenciario o hacia otros internos. •Laestabilidad(esdecir,elriesgoparaelordendelestablecimientopenitenciario):internosque requieren una gama de medidas de control para asegurarse de que su comportamiento sea acorde a lo establecido en el reglamento del establecimiento penitenciario).•Lasociedad(esdecir,elriesgoaquesellevenactividadesdelictivasfueradelestableci-miento penitenciario): aquellos internos que dirigen actividades relacionadas con el crimen organizado,elterrorismo,eltráficodedrogas,oqueamenacenysobornenalostestigos,alosmiembros del sistema judicial, a los abogados o a los miembros del jurado.

Ahorabien,nuestrotrabajoestáorientadoaidentificar,sobretodoenelmarcodelSPF,alosinternos de alto riesgo y, dentro de este grupo, a los que podrían atentar contra la seguridad pública.Apartirdeesto,podemossostenerquelaidentificacióndelosperfilesdealtoriesgoestuvo vinculada a varias cuestiones (entre las que se incluyó riesgo de suicidio o internos conenfermedadesmentales),lociertoesquelaidentificaciónmásprecisaque,sobretodo,seenfoca a la protección pública, estuvo y está vinculado con la capacidad de orquestar grupos de extrema violencia o con un alto riesgo de impacto dañoso para la sociedad en caso de fu-garse.Ademas,internosvinculadosaorganizacionesmafiosas,internosvinculadosahechosde terrorismo, internos que pertenecen a grupos radicalizados, internos vinculados a grupos paraestatales, internos pertenecientes a grupos de crimen o internos con gran capacidad de fuga. De esta descripción, observamos la gran diversidad de fenómenos criminales que inte-gran a nivel mundial la categoría de interno de alto riesgo. Por último, destacamos que esta clase de internos no necesariamente debe tener conductas violentas, sino que puede generar riesgos a través de la manipulación.

En lo que respecta al funcionamiento de las administraciones penitenciarias, podemos se-ñalar que las organizaciones criminales tienen, cada vez más, un carácter que tiende a lo trasnacional y su funcionamiento, dinámica e impacto trascienden los límites de un Estado. Esporelloquedevienedesumarelevancialareflexiónsobreel impactodelalojamientodeinternosdealtoriesgo,loquepermita,apartirdelanálisisdelaproblemáticaespecíficade cada administración penitenciaria y siempre teniendo en cuenta de los fenómenos que se vienen suscitando a nivel mundial, una intervención adecuada en términos de cumplimiento de los objetivos de la prisión.

16. United Nations Office on Drugs and Crime, Handbook on the Management of High-Risk Prisoners, CRIMINAL JUSTICE HANDBOOK SERIES, New York, 2016.

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Ahorabien,yatenemosunaaproximaciónacercadealgunosperfilesdadosalosinternosdealto riesgo. A continuación, veremos algunas respuestas que se han ofrecido desde la práctica penitenciaria al abordaje de estos riesgos.

Algunas experiencias comparadas para el abordaje de los internos de alto riesgo

a. El confinamiento, asilamiento individual o segregación17

DesdeelSigloXIXseutilizabaelconfinamientoconelobjetivodecambiaraloscondenados,mecanismoatravésdelcualsecreíaquelosinternospodríanreflexionarsobresusactosyconver-tirse en ciudadanos respetuosos de la ley.18HaciafinesdelSigloXXycomienzosdelSigloXXI,el aislamiento solitario prolongado empezó a ser utilizado en las cárceles llamadas “supermax”19 cárceles de seguridad especial, que son centros de detención a gran escala y de alta tecnología, pensadosparalareclusiónestrictaalargoplazodeinternosclasificadosdealtoriesgoy/odifícilesde controlar.20 Esta clase de establecimiento penitenciario fue utilizado principalmente por parte de Estados Unidos, pero también podemos encontrar instalaciones similares - aunque no todas tienen las mismas características- en otros países, como Canadá21, Inglaterra y Gales22, o Dinamarca.23

Ahorabien,laDeclaracióndeEstambuldefinealaislamientodelasiguienteforma:“El ais-lamiento físico de una persona en su celda de 22 a 24 horas al día. En muchas jurisdicciones, se permite a los reclusos salir de sus celdas durante una hora para hacer ejercicio en solita-rio. El contacto con otras personas suele reducirse al mínimo. La reducción de los estímulos no sólo es cuantitativa, sino también cualitativa. Los estímulos al alcance y los contactos sociales ocasionales pocas veces se eligen libremente, suelen ser monótonos y raramente se producen en un clima de empatía”.24

El régimen de aislamiento o de segregación, ha sido objeto de grandes críticas debido a su poder para producir daños en la salud física y mental y en el bienestar, sobre todo de aquellas 17. Para el presente artículo utilizamos los tres conceptos con similar sentido.18. Shalev Sharon, Libro de referencia sobre aislamiento solitario, Centre for Criminology University of Oxford, 2008, pág. 12.19. Forma abreviada de “super maximumsecurity”.20. Shalev Sharon, Libro de referencia sobre aislamiento solitario, op.cit.21. Administrative Segregation: https://www.csc-scc.gc.ca/lois-et-reglements/709-cd-eng.shtml.22. “Segregation” Prison Service Orders (PSOs) 1700; PSI 42/2012 “CLOSE SUPERVISION CENTRE REFERRAL MANUAL”.23. El uso del confinamiento en solitario en Dinamarca está contemplado por el Acta de Administración de Justicia durante la prisión preventi-va (decidido por las cortes) y en el Acta de Ejecución de Sentencias como medida disciplinaria para condenados (decidido por las autoridades penitenciarias). En este sentido, ver Dignity (2017). Discussion papaer: Solitary Confinement as a Disciplinary Sanction – Focus on Denmark. Disponible en: https://dignity.dk/wp-content/uploads/Discussion_Paper_Solitary_Confinement-1.pdf; y Instituto Danés para los Derechos Hu-manos (2018). Report Prior to Adoption of List of Issues – Denmark. Disponible en: https://menneskeret.dk/sites/menneskeret.dk/files/media/dokumenter/monitorering/CAT%20-%20REPORT%20PRIOR%20TO%20ADOPTION%20OF%20LIST%20OF%20ISSUES%20-%20-DENMARK.pdf.24. Declaración de Estambul sobre el Uso y los Efectos del Aislamiento Solitario, adoptada el 9 de diciembre de 2007 durante el Simposio Internacional sobre Trauma Sicológico, citado en Comisión Interamericana de Derechos Humanos, INFORME No. 52/13, CASOS 11.575, 12.333 Y 12.341 CLARENCE ALLEN LACKEY Y OTROS; MIGUEL ÁNGEL FLORES; Y JAMES WILSON CHAMBERS FONDO (PUBLICACIÓN) ESTADOS UNIDOS 15 de julio de 2013.

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personas que presentan patologías preexistentes de salud mental.25 Por estos motivos es que hanexistidofuertescríticasquesemanifiestanencontradelrégimendesegregaciónoais-lamiento, considerando que debería ser usado solo en casos extremos y excepcionales y por períodos cortos de tiempo.

Así, por su parte, la Corte Europea de Derechos Humanos26, el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas27, la Corte Interamericana de Derechos Humanos28 y el Relator Especial de Naciones Unidas sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes29 se han mostrado preocupados por el régimen de aislamiento prolongado. Las Reglas Mandela, establecen que el aislamiento sólo se debe aplicar en casos excepcionales, como último recurso y durante el menor tiempo posible.30

b. Regulaciones específicas

Acontinuación,veremosalgunoscasosderegulacionesydispositivosespecíficosaplicadosainternos de alto riesgo en distintos países:

b.1. Los ficheros de internos de especial seguimiento (FIES) en España

Entre las prácticas utilizadas por las administraciones penitenciarias de España para el abordaje de internos considerados de alto riesgo, se encuentran los llamados “ficheros de internos de es-pecial seguimiento”(FIES)orientados,principalmente,alsiguienteperfildereclusos31:

•FIES-1 (CD) Control directo:internosespecialmenteconflictivosypeligrosos,protago-nistas e inductores de alteraciones regimentales muy graves que hayan puesto en riesgo la vida o la integridad de los funcionarios, autoridades, otros internos o personal ajeno a la insti-tución, tanto dentro como fuera del centro de detención, en ocasión de salidas para traslados, diligencias u otros motivos. •FIES-2 (DO) Delincuencia organizada: internos ingresados en relación con delitos come-tidos en el seno de organizaciones o grupos criminales, como por ejemplo, delitos contra la saludpública(tráficodedrogasoestupefacientes)uotrosdelitosrelacionados(comolavado

25. Shalev Sharon, Libro de referencia sobre aislamiento solitario, op.cit.26. Ensslin, Baader and Raspe v. FRG, DR14 (1978) at Para. 109, citado en Shalev Sharon, Libro de referencia sobre aislamiento solitario, Centre for Criminology University of Oxford, 2008.27. Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas CCPR/C/USA/CO/3, 15 de septiembre de 2006, párrafo 32.28. Corte Interamericana de Derechos Humanos, caso Velásquez Rodríguez v. Honduras, Sentencia del 29 de julio de 1988.29. Report of the Special Rapporteur on torture and other cruel, inhuman or degrading treatment or punishment, Juan E. Méndez, 18 de enero de 2010, A/HRC/19/61, párr. 18., citado en Comisión Interamericana de Derechos Humanos, INFORME No. 52/13, CASOS 11.575, 12.333 Y 12.341 CLARENCE ALLEN LACKEY Y OTROS; MIGUEL ÁNGEL FLORES; Y JAMES WILSON CHAMBERS FONDO (PUBLICACIÓN) ESTADOS UNIDOS 15 de julio de 2013.30. Ver reglas 36,37, 44,45.31. Instrucción N° 12/2011 de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias. Ver en: http://www.institucionpenitenciaria.es/web/ex-port/sites/default/datos/descargables/instruccionesCirculares/CIRCULAR_12_-_2011.pdf.

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de dinero) cometidos por grupos organizados nacionales o extranjeros, y aquellos que cola-boran o apoyan a estas organizaciones.•FIES-3 (BA) Bandas Armadas: personas ingresadas en prisión por vinculación a bandas armadas o grupos terroristas y aquellos que colaboran o apoyan a estas organizaciones•FIES-4 (FS) Fuerzas de seguridad y funcionarios de II. PP: personas que pertenecen o han pertenecido a fuerzas de seguridad o funcionarios, cuya integridad física y seguridad es necesario proteger•FIES-5 (CE) Características especiales: personas con características especiales, entre los que se incluyen diversos subgrupos. Entre ellos, internos con un historial penitenciario dealtaconflictividad,evasiónoviolencia;autoresdedelitosgravescontralaspersonas,lalibertad sexual o relativos a la corrupción que hayan generado gran alarma social; internos pertenecientes o vinculados a colectivos o grupos violentos; internos que sin estar procesados ocondenadosporterrorismoislamistasedistinganporsufanatismoradical,porsuafinidadal ideario terrorista y por liderar o integrar grupos de presión o captación en el centro peni-tenciario; condenados por un Tribunal Penal Internacional; colaboradores de la justicia que apoyan a bandas terroristas u otras organizaciones criminales.

El Fichero de Internos de Especial Seguimiento, es una base de datos que fue creada como una herramienta para disponer de una amplia información sobre determinados grupos teniendo en cuenta la gravedad de su historial delictivo, su conducta dentro de la prisión y/o aquellos que necesitan de protección especial. Fue creado en virtud de Circulares de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias de manera formal en el año 1991. Posteriormente, se hicieron modificacionesmediantelaInstrucciónN°21/9632,N°06/0633 y la 12/2011.34 Por otra parte, se dictaron instruccionesmásespecíficas, como laN°8/201435 sobre “medidas de prevención y deteccióndeprocesosderadicalizacióndeinternosmusulmanes”específicamenteorientadasala regulación de la radicalización y la determinación de ciertos grupos que se incorporaron a los FIES,laN°2/201536sobre“inclusióndelosinternosdelgrupoCdelainstrucciónN°8/2014enelFIEScolectivosespeciales”y,porúltimo,laN°2/201637, que creó el “Programa de inter-vención y tratamiento de procesos de radicalización ideológica”.

En este marco, los FIES tendrían un doble objetivo. Por un lado, debe ser una base de datos que debe actualizarse permanentemente, y para poder lograrlo el control sobre los internos debesermuyalto.Amododeejemplo,podemosmencionarqueelficheroquetienecarácter32. https://boletintokata.files.wordpress.com/2010/06/21-96-circularfies.pdf.33. https://web.archive.org/web/20091213191533/http://www.mir.es/INSTPEN/INSTPENI/Archivos/i-6-seguridad.pdf.34. https://boletintokata.files.wordpress.com/2011/08/circular-fies.pdf.35. Instrucción 8/2014 Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, http://www.institucionpenitenciaria.es/web/export/sites/default/datos/descargables/instruccionesCirculares/Circular_I-8-2014.pdf.36. Instrucción 2/2015Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, http://www.institucionpenitenciaria.es/web/export/sites/default/datos/descargables/instruccionesCirculares/Circular_I-2-2015-Inclusixn_internos_en_fichero_FIES.pdf.37. Instrucción 2/2016Secretaría General de Instituciones Penitenciarias: http://www.institucionpenitenciaria.es/web/export/sites/default/datos/descargables/instruccionesCirculares/Circular_I-2-2016.-_Programa_Marco_de_intervencixn_en_radicalizacixn_con_internos_islamistas.pdf.

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administrativocontienelossiguienteselementosydatostalescomofotografías,filiaciones,penales y procesales, penitenciarios, actividad delictiva, comunicaciones con el exterior y datos procedentes de otras fuentes.38

Porotralado,elFIESimplicaunrégimenespecífico,queconstadeciertasmedidasdeseguridadrelativas al control de internos vinculados a grupos terroristas y otras organizaciones o grupos de delincuencia organizada. Cabe destacar que los internos incluidos en el colectivo Delincuencia Organizada están distribuidos en tres grupos o niveles, en función de su potencialidad delictiva, losqueseclasificanen:nivelsuperior,nivelmedio,nivelinferior.39

Entre las medidas más destacadas, podemos mencionar módulos o departamentos que cuentan con medidas de seguridad adecuadas. Entre ellas se encuentra la permanente observación y control sobre estos internos, durante todas y cada una de las actividades que desarrollan, cui-dándose especialmente la recolección de ciertos datos (relaciones con los funcionarios y demás profesionales del Centro; relaciones con otros internos; rol desempeñado y capacidad de lide-razgo en los grupos organizados o espontáneos que se crean en los Centros; relaciones y posible vinculación con otros grupos del Centro; control sobre el movimiento de sus cuentas de peculio, indagando el origen de aportaciones cuando resulten llamativas, así como las extracciones para otros internos, ex internos o personas vinculadas a estos). Además rotación de los internos; sali-das extramuros limitadas; procedimientos especiales para la autorización de consultas médicas; procedimientos especiales de traslados; normas de intervención de comunicaciones telefónicas y de contacto de familia o allegados; normas referidas al control de publicaciones (revistas, pe-riódicos, libros, etc); normas relativas a la acreditación de parentesco, entre otras.

Los FIES, desde el punto de vista judicial, han tenido algunos cuestionamientos respecto a su legalidad, principalmente, más que nada, en relación al régimen restrictivo que se impone a los internos. En este sentido, si bien hubo cuestiones aisladas que atacaron el régimen y que a partir delasresolucionesjudicialessehanmodificadoalgunascuestionesrelativasalaregulación,locierto es que los órganos jurisdiccionales se han expedido en forma tal que apoyan la aplicación delosmismos.Porejemplo,podemosmencionarunapartedelanálisisdelacircularN°21/96de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, donde se sostuvo que: “(…)resulta jus-tificada la creación de esos archivos con la declaración programática que contiene la circular al hacer referencia a la necesidad de conocer las intervinculaciones de determinados grupos de internos y ejercer un control adecuado frente a fórmulas delictivas complejas y potencialmente desestabilizadoras del sistema penitenciario, pues no puede negarse a la Administración Peni-tenciaria el establecimiento de mecanismos -contemplados en el ordenamiento jurídico- para ha-

38. Las fuentes pueden provenir de los centros penitenciarios, otras unidades de la secretaria general, otras instituciones, otras fuentes acce-sibles al público.39. La inclusión de los internos en los diferentes grupos o niveles determinará que la actividad de control sea más o menos intensa y continua-da. Se establece un marco de seguimiento de perfil descendente desde el mayor control que exige el nivel superior al menos grado de éste cuando el interno se encuentre incluido en el nivel inferior.

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cer frente a cualquier eventualidad en el ejercicio de sus competencias, y es evidente la existencia de internos especialmente peligrosos y conflictivos cuyas interconexiones requieren la utilización de las técnicas informáticas modernas con el fin de contrarrestar la cada vez mayor organización de grupos de delincuentes con notorios interés es en el ámbito penitenciario (….).40

Asimismo,podemosdestacarelfallodelTribunalSupremodeclarólanulidaddelosfiche-ros.41 A pesar de esto, la fundamentación que se dio no estuvo vinculada en sí sobre las condi-cionesdelrégimenespecíficoquefueronseñaladascomoviolatoriasdeladignidadhumana,sino que el régimen había sido regulado mediante circulares o instrucciones y no, por ejemplo, por un decreto. Sin perjuicio de ello, existen dos cuestiones de relevancia: por un lado, que a la fecha de la sentencia (2009), ya la circular 21/1996 que declaró nula había sido derogada por la Instrucción 6/2006, por lo que el Tribunal Supremo anuló una norma que ya estaba derogada.Porotralado,posteriormenteadichasentencia,elrégimenespecíficofueaprobadomedianteRealDecretoN°419/2011yfundamentado,sobretodo,enelhechodequeenlosúl-timos años se ha producido un incremento del número de internos ingresados por actividades terroristas,conespecialrelevanciaysignificaciónenelsupuestodeldenominadoterrorismoyihadista; así como también de los relacionados con delincuencia organizada transnacional y otros que sin estar vinculados a los grupos de terrorismo yihadista o de delincuencia organi-zada internacional, son potencialmente muy peligrosos. Para concluir con el tema referido a los FIES, una de las cuestiones más interesantes es la ins-trucciónmencionadaanteriormenteN°2/2016quecreóelprogramamarcodeintervenciónenradicalización violenta con internos islamitas denominado “Programa de intervención y trata-miento de procesos de radicalización ideológica” orientado a casos de internos radicalizados islamitas, organizaciones violentas, extremistas o que pretenden utiliza el medio carcelario para reclutar personas para sus organizaciones. El Estado español tiene un régimen de intervención específico, orientado a la prevención y desradicalización de losmismos.El fundamento delPrograma está basado en que la administración penitenciaria, además de garantizar la retención y custodia durante el cumplimiento de la pena, tiene la obligación de propiciar un conjunto de actividades directamente encaminadas a conseguir la reeducación y reinserción social de los penados para que, una vez cumplida la condena, el condenado retorne a la sociedad con la ca-pacidad y la voluntad de vivir respetando la Ley Penal. Este deber legal no desaparece respecto a internos vinculados a bandas terroristas y organizaciones criminales. En estos casos, se debe abordarconestrategiasespecíficas.

A partir de distintos instrumentos confeccionados por diferentes Organismos, el documento concluye acerca de:

40. Auto Audiencia Provincial Madrid núm. 32/2002 (Sección 5ª), de 11 enero, JUR 2002\95942, en https://web.archive.org/web/20060721230450/http://www.infoauditas.com/sentencias/jur200295942.htm.41. http://www.derechopenitenciario.com/comun/fichero.asp?id=2056.

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•LanecesidaddeimplementarProgramasbienestructuradosqueesténbasadosenmodelospsicológicos con un componente cognitivo y que permitan una evaluación posterior;•Lanecesariaconsideraciónaldesistimientocriminal;indicarquéfactoresevitaríanlaradi-calización de determinados internos;•Larecomendacióndetenerencuentanivelesindividualesdeintervención,evitandopro-puestas generales y universalistas y de pretendido amplio espectro que no tengas en cuenta las particularidades personales.

Respecto a la radicalización de internos, existen en el mundo varias experiencias compara-das de Programas, entre los que podemos encontrar a los Estados de Dinamarca, Holanda, Alemania, Francia e Inglaterra.42 Finalmente, podemos mencionar el Manual de Naciones Unidas sobre gestión de internos extremistas violentos y la prevención de la radicalización de la violencia en las cárceles.43

c. Régimen del artículo 41 bis italiano

En Italia han tenido el desafío de abordar la problemática de la delincuencia organizada y del terrorismo, pero sobre todo, de la detención de personas relacionadas con delitos de asocia-ciónmafiosa.Aesteperfildeinternosselesaplicaunrégimenespecialquesellama“régimen41-bis”de la Ley del Régimen Penitenciario, creado en el año 1986 y extendido en el año 1992. En términos generales, este régimen consiste en el aislamiento total o parcial del inter-no. El monitoreo de la persona privada de la libertad es constante y se limitan al extremo las salidas fuera de los establecimiento. Además, el contacto con el personal y con los familiares y amigos queda restringido. El régimen establece, respecto a los delitos relacionados con el crimen organizado, que cuando se dan razones serias que alteren el orden y la seguridad pú-blica, se puede suspender totalmente o no, la aplicación de las normas de tratamiento y de los institutos establecidos por ley.

Aligualquelosregímenesantesdescriptos,existieroncríticashaciaesteespecífico.Apesardeesto, el Tribunal Constitucional44 y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos han sostenido la constitucionalidad del mismo.

Ahora bien, en un precedente judicial reciente, la Corte Europea de Derechos Humanos ha establecido violaciones hacia el Jefe de la Cosa Nostra45 al haber sido mantenido el régimen

42. Moreno Lara Christian , “Programa español de intervención en radicalización violenta con internos islamistas en centros penitenciarios” en Archivos de Criminología, Seguridad Privada y Criminalística, año 2018, dialnet, número 20.43. UNITED NATIONS OFFICE ON DRUGS AND CRIME, Handbook on the Management of Violent Extremist Prisoners and the Prevention of Radicalization to Violence in Prisons, CRIMINAL JUSTICE HANDBOOK SERIES, United Nations, New York, 2016, disponible en: https://www.unodc.org/pdf/criminal_justice/Handbook_on_VEPs.pdf.44. TRIBUNAL CONSTITUCIONAL, REPUBLICA ITALIANA EN EL NOMBRE DEL PUEBLO ITALIANO, SENTENCIA N.376, AÑO 1997.45. Fallecido en Julio de 2016.

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de aislamiento en los últimos meses de vida donde estaba agonizando, considerándolo como tratos deshumanos y degradantes.

A partir de esto, el Comité para la Prevención de la Tortura manifestó su preocupación por el régimen italiano 41 bis, en un informe46 el organismo sostuvo que el Estado parte debe revisar el régimen especial de privación de libertad y ajustarlo a las normas internacionales de Derechos Humanos como son las Reglas Nelson Mandela. Asimismo, Amnistía internacional47, en el año 2003, manifestó su preocupación acerca del Régimen de Alta Seguridad 41 bis, explicando que el severo grado de aislamiento del mundo exterior aplicado a los recluidos en relación con el crimen organizado conlleva, en ciertos casos, tratos crueles, inhumanos y degradantes.

El desafío que presentan los internos de alto riesgo para la seguridad publica

Ahora bien, continuando con el análisis de la problemática en cuestión, no podemos dejar de mencionar el gran desafío que representan para los Estados en general y para las administracio-nes penitenciarias en particular, los internos considerados de alto riesgo.

Enestesentido,enloquerespectaalacuestiónespecíficadelcrimenorganizadotransnacional,podemos señalar un pasaje del prefacio de la Convención de Naciones Unidas contra la delin-cuencia organizada transnacional el cual establece que:

(…) cada vez en mayor número y con armas más potentes, se encuentran las fuerzas de lo que denominó la “sociedad incivil”. Se trata de terroristas, criminales, traficantes de drogas, tratantes de personas y otros grupos que desbaratan las buenas obras de la sociedad civil. Sacan ventaja de las fronteras abiertas, de los mercados libres y de los avances tecnológicos que tantos beneficios acarrean a la humanidad. Esos grupos prosperan en los países con instituciones débiles y no tienen escrúpulos en recurrir a la intimidación o a la violencia. Su crueldad es la verdadera antítesis de lo que consideramos civil. Son poderosos y representan intereses arraigados y el peso de una empresa mundial de miles de millones de dólares; pero no son invencibles.

Tampoco podemos dejar de señalar ciertas experiencias comparadas en diferentes países, prin-cipalmente de Centroamérica, donde existen grupos de internos que se pueden denominar como radicalizados que cuentan con regímenes de autogobierno ilegal, en donde priman entornos de violencia y corrupción y donde los propios internos se encuentran en riesgo, al igual que el personal penitenciario. A modo de ejemplo, y siempre dejando en claro que la situación en Ar-gentina no es la misma que la de algunos países de Centroamérica (sobre todo en términos de los

46. Comité contra la Tortura, Observaciones finales sobre los informes periódicos quinto y sexto combinados de Italia, CAT/C/ITA/CO/5-6, 18 de diciembre de 2017.47. Amnistía Internacional, Amnistía Internacional, Informe 2003 - Italia , 28 de mayo de 2003, disponible en: https://www.refworld.org/docid/3edb47d8c.html.

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perfilesdeinternosalojados)podemosmencionarunasituaciónquesirvecomoejemploparapoder pensar circunstancias que debemos prevenir y evitar en nuestro ámbito.

En un estudio llevado a cabo en Panamá, se analizó la problemática central relacionada con ciertas manifestaciones particularmente preocupantes de corrupción en el ámbito penitenciario, haciendo hincapié en la posible formación de un autogobierno dentro de los centros de deten-ción. Se sostuvo que, aunque nunca se haya registrado la existencia de este fenómeno en el país, el crecimiento de las actividades de los grupos criminales organizados podría llegar a constituir la situación ideal para la reproducción de este complejo problema en las cárceles del país tal como sucedió en otros Estados centroamericanos (Honduras, Guatemala y El Salvador). A partir de esto, se expuso el momento en que el Subcomité para la Prevención de la Tortura (SPT) de Naciones Unidas llevó a cabo una visita en el año 2010 en Honduras, dando a conocer la existen-cia de una red de corrupción y descontrol estatal en dos importantes penitenciarías hondureñas. Allí se observó que el escaso personal asignado a ambos centros desembocaba en una situación deautogobiernoendondelasfigurasde“coordinadores”y“subcoordinadores”,eranocupadaspor internos que actuaban como interlocutores entre la autoridad y el resto de la población pe-nitenciaria. El SPT tomó conocimiento de que los coordinadores y subcoordinadores tienen el control del orden y de la asignación de espacios en el interior de cada uno de los pabellones. Esto fue aceptado por el personal penitenciario, quien además reconoció que no tiene acceso a ciertos pabellones tales como aquellos en los que se encuentran los integrantes de las maras. A partir de esto, se tomó consciencia de la existencia de un sistema de corrupción bajo coacción que es aceptado para no sufrir abuso. También se destacó que la corrupción genera un sentimien-todedesconfianzaentrelosciudadanosy,almismotiempo,escapazdeincrementaruncírculovicioso en el que la violación de los derechos de las personas privadas de la libertad fomente la violencia y el fracaso del sistema de justicia criminal.48

Por su parte, el sociólogo Gresham Sykes, realizó una investigación sobre una cárcel de máxi-ma seguridad en el estado de Nueva jersey, donde sostuvo, en relación al orden dentro de una prisión, que el mismo, a diferencia de lo que se sostiene mayoritariamente, no se estructura a partir de un control total por parte del personal penitenciario sobre los internos, porque eso es impracticable. 49Por ello, siempre se genera un vínculo con carácter negociado que implica la tolerancia a ciertas irregularidades y distribución de premios informales a cambio de cierta re-lativa estabilidad en la convivencia.50 Lo cierto, es que en la prisión el personal penitenciario y los internos tienen una mutua interdependencia, por ello es tan importante preparar al personal penitenciario para la gestión adecuada y profesional de los internos de alto riesgo. 48. Oficina de las Naciones Unidas contra la droga y el Delito para Centroamérica y el Caribe en Panamá, Corrupción en el contexto peniten-ciario en la República de Panamá Opinión Técnica Consultiva No. 004/2013, dirigida a la Autoridad Nacional de Transparencia y Acceso a la Información y a la Dirección General del Sistema Penitenciario de la República de Panamá, 25 de julio de 2013.49. Gresham Sykes, La sociedad de los cautivos: estudio de una cárcel de máxima seguridad, Siglo veintiuno editores, 2017.50. En igual sentido GOLDSMITH, Andrew; HALSEY, Mark; GROVES, Andrew (2016). Tackling Correctional corruption. Londres: Palgrave Macmi-llan; citado en Servicio Penitenciario Federal, Manual anticorrupción del Servicio Penitenciario Federal: una introducción a la prevención de la corrupción en las administraciones penitenciarias, Servicio de Prevención de la Corrupción, 2017.

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En la misma línea, el manual de medidas anticorrupción en prisiones de Naciones Unidas, el cual está orientado, claro, a la prevención de la corrupción, nos sirve para pensar los desafíos a la hora de abordar los internos de alto riesgo, se sostiene en referencia a los que pertenecen a grupos de crimen organizado u otras redes, que su impacto sobre la prisión puede ser severo si sus esfuerzos para condicionar, manipular y corromper a otros y para generar redes tanto dentro como fuera de la prisión son exitosos.51

En nuestro país, no solo existen organizaciones criminales de carácter transnacional sino tam-bién organizaciones de carácter nacional, cuyos miembros pueden ser extremadamente vio-lentos y generar hechos de homicidio incluso, entre bandas antagónicas. Por esta razón, es tan importante individualizar a los internos considerados de alto riesgo y crear un dispositivo acorde paraabordarsusriesgosynecesidadesespecíficas.

La Convención de Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional

En línea con lo dicho en el anterior apartado, destacamos que la República Argentina ha sus-cripto a la Convención de Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional y sus protocolos, aprobada por la Ley 25.632 el 1 de Agosto de 2002 y promulgada el 29 de Agosto del mismo año.

Si bien este instrumento internacional regula aspectos relacionados solo a la delincuencia or-ganizada de carácter transnacional52, y con ello no se agota el universo de personas que pueden presentar un alto riesgo, es importante señalar algunas cuestiones relevantes que se relacionan con los compromisos internacionales asumidos por Argentina a partir de la vigencia de esta Con-venciónyquenosayudanareflexionarelroldelaadministraciónpenitenciariaenlaprevencióndeestetipodedelitos.Acontinuación,seexpondránregulacionesespecíficasamododeejemplo.

En primer lugar, podemos mencionar el rol fundamental que tienen los servicios de prisio-nesenposdesatisfacerelArtículo11delaConvenciónespecíficamenteensupunto2.Elmismo establece que:

Cada Estado Parte velará porque se ejerzan cualesquiera facultades legales discrecionales de que disponga conforme a su derecho interno en relación con el enjuiciamiento de perso-nas por los delitos comprendidos en la presente Convención a fin de dar máxima eficacia a

51. UNITED NATIONS OFFICE ON DRUGS AND CRIME, Handbook on Anti-Corruption Measures in Prisons, UNITED NATIONS, Vienna, 2017.52. Se define en el artículo 2 inciso a) de la Convención como “grupo delictivo organizado” a un grupo estructurado de tres o más personas que exista durante cierto tiempo y que actúe concertadamente con el propósito de cometer uno o más delitos graves o delitos tipificados con arreglo a la Convención con miras a obtener, directa o indirectamente, un beneficio económico u otro beneficio de orden material; y en el artículo 3 punto 2) define el carácter transnacional cuando a) Se comete en más de un Estado; b) Se comete dentro de un solo Estado, pero una parte sustancial de su preparación, planificación, dirección o control se realiza en otro Estado; c) Se comete dentro de un solo Estado, pero entraña la participación de un grupo delictivo organizado que realiza actividades delictivas en más de un Estado; o d) Se comete en un solo Estado, pero tiene efectos sustanciales en otro Estado.

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las medidas adoptadas para hacer cumplir la ley respecto de esos delitos, teniendo debida-mente en cuenta la necesidad de prevenir su comisión.

En este sentido, la administración penitenciaria, en caso de que los jueces dispongan la prisión de un interno vinculado a los delitos en cuestión, debe custodiar adecuadamente al mismo para que pueda ser enjuiciado de manera correcta, evitar que el mismo se fugue y, asimismo, impedir que sigan operando las organizaciones desde la prisión.

Por otra parte, y entre las cuestiones más relevantes de la Convención respecto a la gestión de los establecimientos penitenciarios, podemos destacar los siguientes pasajes del artículo 31 destinado a la prevención:

Los Estados Parte procurarán formular y evaluar proyectos nacionales y establecer y pro-mover prácticas y políticas óptimas para la prevención de la delincuencia organizada trans-nacional (artículo 31 punto 1), los Estados Parte procurarán, de conformidad con los prin-cipios fundamentales de su derecho interno, reducir las oportunidades actuales o futuras de que dispongan los grupos delictivos organizados para participar en mercados lícitos con el producto del delito adoptando oportunamente medidas legislativas, administrativas o de otra índole(….)(artículo 31 punto 2).

Los Estados Parte procurarán promover la reintegración social de las personas condenadas por delitos comprendidos en la presente Convención (artículo 31 punto 3). Los Estados Parte procurarán evaluar periódicamente los instrumentos jurídicos y las prácticas administrati-vas pertinentes vigentes a fin de detectar si existe el peligro de que sean utilizados indebida-mente por grupos delictivos organizados (artículo 31 punto 4).

En este contexto, cobra especial relevancia el diseño de políticas destinadas a la protección pú-blica,conelobjetivodeasegurarlosfinesdelprocesopenalevitandoquelosinternosdealtoriesgo se fuguen o entorpezcan los procedimientos, como así también que se cometan activida-des delictivas desde la prisión, colaborando con acciones destinadas a prevenir situaciones de contacto inadecuado de este tipo de internos con víctimas o testigos, entre otros. Por otra parte, en relación al Artículo 31 punto 3 podemos advertir que la responsabilidad de la administración penitenciaria es promover la reintegración social de las personas condenadas por delitos com-prendidos en la Convención.

Porotraparte,cabeseñalarqueexisteunapartadoespecíficodentrodelaConvencióndestinadoa la penalización de la obstrucción de la justicia. Así, el Artículo 23 sostiene que:

Cada Estado Parte adoptará las medidas legislativas y de otra índole que sean necesarias para tipificar como delito, cuando se cometan intencionalmente: a) El uso de fuerza físi-

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ca, amenazas o intimidación, o la promesa, el ofrecimiento o la concesión de un beneficio indebido para inducir a falso testimonio u obstaculizar la prestación de testimonio o la aportación de pruebas en un proceso en relación con la comisión de uno de los delitos com-prendidos en la presente Convención; b) El uso de fuerza física, amenazas o intimidación para obstaculizar el cumplimiento de las funciones oficiales de un funcionario de la justicia o de los servicios encargados de hacer cumplir la ley en relación con la comisión de los de-litos comprendidos en la presente Convención. Nada de lo previsto en el presente apartado menoscabará el derecho de los Estados Parte a disponer de legislación que proteja a otras categorías de funcionarios públicos.

Asimismo, la Convención hace hincapié en la protección de los testigos, como por ejemplo en el Artículo 24 punto 1:

Cada Estado Parte adoptará medidas apropiadas dentro de sus posibilidades para pro-teger de manera eficaz contra eventuales actos de represalia o intimidación a los testigos que participen en actuaciones penales y que presten testimonio sobre delitos compren-didos en la presente Convención, así como, cuando proceda, a sus familiares y demás personas cercanas.

Lodescriptoanteriormentenoshacereflexionarvariascuestiones.Porunlado,quesibiennoes un mandato directo para las administraciones penitenciarias legislar sobre la obstrucción de la justicia, sí nos da una alerta para nuestra actuación en pos de velar para prevenir que eso suceda a partir de actos cometidos dentro de la prisión. Por otra parte, respecto a la protección de testigos53, también las administraciones penitenciarias deben procurar, en la medida de sus posibilidades y atribuciones, que los internos no tengan contactos inadecuados con el afuera que posibiliten un daño a los testigos. Para ello, es posible regular de manera armónica el contacto con el exterior de este tipo de internos de manera tal que puedan mantener su vínculo positivo con sus familiares y allegados, pero previniendo un contacto inadecuado con ciertas personas.

Porúltimo,segúnelArtículo29,otradelascuestionesderelevanciaeslanecesidaddedefinirprogramasdecapacitaciónespecíficamenteconcebidosparaelpersonaldelosserviciosencar-gadosdehacercumplirlaley,incluidofiscales,juecesdeinstrucciónypersonaldeaduanas,asícomo para el personal de otra índole encargado de la prevención, la detección y el control de los delitos comprendidos en la Convención.

De esta forma, podemos observar las obligaciones que ha asumido la República Argentina en ra-zón de la convencionalidad, por lo que estas disposiciones deben tenerse especialmente en cuenta alahoradeelaborarpolíticasespecíficasorientadasalroldelasadministracionespenitenciarias.

53. En Argentina el sistema de protección de testigos se encuentra regulado por el Programa Nacional de Protección a Testigos e Imputados que funciona en el ámbito de la Secretaría de Justicia.

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Una propuesta superadora: del asilamiento del riesgo a la gestión del riesgo

Como hemos visto, la gestión de los internos de alto riesgo constituye un desafío enorme para el sistema de justicia criminal, y la administración penitenciaria debe hacer los esfuerzos nece-sarios para cumplir adecuadamente sus objetivos de reducción de reincidencia y reiterancia, de promoción del desistimiento del delito y de la protección pública, así como también colaborar con la justicia y prevenir la comisión de nuevos delitos dentro de las prisiones.

EsimportanterecordarquelaOficinadelasNacionesUnidascontralaDrogayelDelito–UNO-DC-, como ya mencionamos, ha elaborado el Manual de Gestión de Internos de Alto Riesgo en el primer trimestre de 2016, el cual fue diseñado para la adecuada gestión e intervención de los internos que representan un alto riesgo. En ese marco, mediante la Resolución de la Dirección Nacional del Servicio Penitenciario Federal Nº 2122 del 28 de diciembre de 2016 se aprobó el“Programadegestióndeinternosdealtoriesgo”(BPNN°620),diseñadoparaelabordajeadecuado de estos internos considerados de alto riesgo, teniendo en cuenta los lineamientos establecidos en el mencionado Manual.

En este contexto, destacamos que dentro de los internos considerados de alto riesgo, se ha iden-tificadoungrupoespecíficoquepresentamayorespeligrosentérminosdeprotecciónpública.A raíz de ello resulta necesario que se implementen políticas públicas para enfrentar, disuadir, desarticular o neutralizar el accionar de organizaciones criminales nacionales y transnacionales, internos o bandas organizadas u organización complejas, logrando de esta manera separar al interno de la criminalidad para que una vez dentro de la institución penitenciaria, no siga parti-cipandoenlaactividaddeestructurasdelictivasdedicadasalnarcotráfico,tratadepersonas,trá-ficodearmas,actividadesradicalizadas,entreotras;asícomotambiéncolaborarconlajusticiaen procesos que así lo requieran o bien cuando se encuentran en investigación criminal o judicial por delitos de carácter permanente y/o continuado.

Ahora bien, como hemos visto hasta ahora, se han demostrado los daños que ocasiona el ais-lamientooconfinamientoprolongado,perotambiénesciertoquedebengenerarserespuestasespecíficasparaelproblemadelosinternosdealtoriesgo.

A partir de las experiencias comparadas que fueron desarrollándose en el mundo, podemos tomaraquellascuestionesquenosseanútilesparaidentificarlosriesgosespecíficosquederi-van, sobre todo, del alojamiento de internos que tienen gran poder y se vinculan, con el crimen organizado. Por otra parte, también podemos recabar los problemas que fueron surgiendo en otrospaísesparaelaborarunsistemaquenospermitacumpliradecuadamenteconnuestrosfinesinstitucionales.

Desdenuestropuntodevista,elconfinamientooelrégimenutilizadoenlascárcelesdesuper-

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max, donde los internos están encerrados de 22 a 24 horas al día, no es una alternativa viable para solucionar el problema, debido a los daños comprobados que eso genera. Tampoco el régi-men aplicable en base a los FIES puede aplicarse en nuestro ordenamiento de manera automá-tica, porque nuestra ley, por ejemplo, no permite intervenir comunicaciones sin orden judicial.

En este sentido, sostenemos que la mejor manera de abordar la problemática es pasar del “aisla-miento”delriesgohaciala“gestión”adecuadadelriesgo,realizandointervencionesespecíficassobre los internos lo que nos permita abordarlos de forma adecuada y cumplir con todos los compromisos que la administración penitenciaria tiene. En este sentido, podemos destacar que laasuncióndelaproblemática,asícomosusdificultadesprácticaseselprimerpasoparaempe-zarapensarygenerarherramientasydispositivoseficientes.

Ladificultadenelcontextodenuestropaís,estárelacionadaconqueseubicaalaprisiónsolocomo un medio de rehabilitación de los internos, y se lo relaciona, principalmente, con el cum-plimiento de derechos dejando de lado el aspecto conocido como incapacitación, concepto que implica el apartamiento del sujeto de la sociedad por un tiempo para que no siga cometiendo delitos con impacto en la sociedad, que hace referencia al objetivo de la seguridad pública.

Al propio tiempo, hay una necesidad urgente de que los organismos que participan en el sistema de justicia (ya sea desde su rol de ejecución o su rol de control), trabajen en conjunto para afrontar el desafío que los internos de alto riesgo presentan en el esquema de la justicia y la seguridad pública.

Por ello, la creación de un sistema orientado principalmente a la protección pública constituye una herramienta necesaria para que la administración pueda cumplir con el conjunto de obli-gacionesquetieneasucargo,elloapartirdelaidentificacióndelosinternosconaltoriesgopara la seguridad pública.

A continuación, pondremos sobre la mesa algunas ideas que pueden ayudarnos a pensar las ca-racterísticas que debería tener un sistema orientado a la protección pública.

Para ello, partiremos de la base de que para elaborar un sistema de intervención se deben tener en cuenta las siguientes premisas:

•Elprincipioderespetoaladignidadhumanaespartedelordenpúblicoyelmásimportanteprincipio para la administración penitenciaria•Losderechosdelosinternospuedenserlimitadosdemaneraproporcionaleidóneaparagestionar el riesgo que representan para la seguridad pública•Elrégimenaplicablenopuedeconsistirsoloenunamodalidaddeconfinamiento•Losinternosdealtoriesgonecesitanintervencionesespecíficasentérminosdenecesidadescriminógenas para la reducción de la reincidencia y reiterancia y la promoción del desisti-

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miento del delito; y otras necesidades como por ejemplo las vinculadas a la salud mental•Laadministraciónpenitenciariadebe resguardara lapersonaparaposibilitarqueestéadisposición de la justicia y así ser debidamente juzgada, y realizar las acciones tendientes a evitar que se cometan delitos dentro de las prisiones•Losprincipiosdeproporcionalidad,legalidad,necesidad,rendicióndecuentasynodiscri-minación, deben guiar las intervenciones sobre el base de evaluaciones individuales.

Pero, entonces ¿cómo hacen los encargados de administrar las prisiones para abordar los desa-fíos que implican los internos de alto riesgo para la seguridad pública y cumplir adecuadamente con todos los objetivos?

La respuesta es lograr un equilibro justo entre las medidas de seguridad para proteger a la socie-dadylaproteccióndelosderechosfundamentalesdelosinternos,siendoambosfinespartedelorden público. Las medidas de seguridad deben ser proporcionales a los daños que se pretenden evitary,sedebetenerencuenta,también,elfinrehabilitadordelapena.

Este equilibrio es más fácil de alcanzar en regímenes donde existen entornos legales de funcio-namiento, de lo contrario, en caso que el personal penitenciario haya perdido casi por completo losespaciosdesupervisióndentrodelaprisión,eldesafíoesmayoryexistenmásdificultadespara lograr cambios en esos entornos.

Por ello es que desde las administraciones penitenciarias se deberían impulsar políticas públicas para abordar los riesgos y necesidades de este grupo de internos, con el objetivo de garantizar el normal funcionamiento del sistema penitenciario y atender a la seguridad pública, promoviendo entornos saludables dentro de las prisiones. En este sentido, se sostuvo que: Todas las medidas restrictivas deben ser proporcionales al riesgo que implican y generar un equilibrio adecuado entre la protección de los derechos fundamentales del recluso y la interferencia legítima del Estado en el ejercicio de sus derechos.54

Hacia la creación de un Sistema de Protección Pública

En primer lugar, cabe considerar que en el ámbito de Argentina, la situación es diferente con respectoaotros.Porejemplo,hastaelmomentonosehandetectadomanifestacionessignifica-tivas de lo que en otros países se conoce como el problema del terrorismo u otros grupos radi-calizados como las maras en Centromérica u otros grupos en Brasil. Ahora bien, la creación de un sistema de protección pública tendrá en cuenta las manifestaciones de la criminalidad que en la actualidad constituyen el desafío de la administración penitenciaria para nuestro país y, por supuesto, la consideración particular acerca de que la propia dinámica de los delitos de los que

54. Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Manual de Seguridad Dinámica e Inteligencia Penitenciaria, Serie de Manuales de Justicia Penal, Naciones Unidas, Nueva York, 2015.

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estamos hablando y que existen en otros Estados, podría, en el futuro, tener un impacto directo en nuestras prisiones. Es por ello que, un sistema de protección pública estaría pensando para la realidad actual y, en el futuro podría ajustarse de acuerdo a las nuevas necesidades y manifesta-ciones de la criminalidad que podría tener lugar en nuestro país.

Aclaradoello,elobjetivodelacreacióndeunsistemadeestascaracterísticas,esidentificaralos internos que pueden requerir un abordaje y seguimiento pormenorizado por el riesgo que presentan y, por lo tanto, deben ser abordados dentro del plan de sentencia55 con un esquema orientado a la protección pública.

Veremos a continuación algunas cuestiones importantes que nos permiten dilucidar y pen-sar acerca de la aplicación práctica de un Sistema de Protección Pública por parte de las administraciones penitenciarias.

7.1. De la concentración y la dispersión

Unadelasprimerascuestionesquedeberíandefinirse,escómoseráladistribucióndelosinter-nos de alto riesgo dentro del sistema penitenciario. Según el Manual de internos de alto riesgo de laOficinadelasNacionesUnidascontralaDrogayelDelito,anteriormentecitado,esadecisióngira en torno a tres cuestiones:

a. si los internos deberían ser alojados en un lugar (concentración).b. si deberían ser separados de la población general (separación).c. si deberían ser separados entre ellos (aislamiento).

Según el Manual de referencia, en la mayoría de los sistemas penitenciarios, se utilizan la concentración, la separación y el aislamiento al mismo tiempo, dependiendo de las evalua-ciones de riesgos y necesidades y de la disponibilidad de recursos como así también estable-cimientos. Sin embargo, el documento establece que “es importante tener en cuenta que las Reglas Mandela identifican al aislamiento prolongado (más de 15 días) o el confinamiento en solitario indefinido como una de las prácticas que deberían ser prohibidas. El aislamien-to total y permanente puede violar obligaciones internacionales de los Estados Miembro del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y la Convención contra la Tortura y otros Tratos crueles, inhumanos o degradantes.”

Siguiendo con lo anterior, el Manual expresa que en algunas jurisdicciones, los internos de alto riesgo están dispersos entre las unidades de mayor seguridad del Estado, mientras que en

55. Cuando nos referimos al plan de sentencia estamos haciendo mención no sólo al tratamiento individualizado sino al conjunto de herra-mientas, dispositivos, programas, estrategias, metodologías, etc.; que basados en la evidencia empírica nos permita lograr una adecuada inter-vención de la persona dentro del sistema penitenciario a los fines de lograr una efectiva integración de la persona al medio libre. Ver Servicio Penitenciario Federal, “Riesgo y desistimiento del delito”, Revista de Criminología, op. cit.

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otras están concentrados en amplios establecimientos de máxima seguridad (“supermax”). Asimismo, existen jurisdicciones, en las que las no existen prisiones de alto nivel de seguri-dad,osoninsuficientes,losinternosdealtoriesgopuedenseralojadosenprisionesregulares,alojado en una unidad de alta seguridad, o alojado en celdas que están amobladas o equipadas para proveer mayor seguridad.

Por lo tanto, la elección de si los internos de alto riesgo estarán alojados mediante el método de la concentración o de la dispersión, dependerá de los recursos y las características de los establecimientos en cuestión.

Sin embargo, la dispersión con una concentración parcial es, por lo general, la opción más utili-zada debido a que evita concentrar a todos los internos de alto riesgo en un sólo establecimiento lo cual trae aparejado algunas ventajas, ya que alojarlos juntos puede aumentar el riesgo de violenciadentrodelaprisiónylaejecucióndeactividadesilegales.Además,podemosconfir-mar que donde se alojan personas vinculadas a organizaciones terroristas puede suceder que se replique su estructura operativa de comando dentro de la prisión manipulando o intimidando al personal lo cual puede representar un riesgo mayor.56

Ahora bien, a nuestro criterio, la mejor forma de abordar a los internos de alto riesgo, por lo me-nos en nuestro ámbito57,conlascaracterísticasdelosinternosqueenlaactualidadsemanifies-tan, sería mediante una concentración, con dispersión parcial. Cabe destacar que nuestro sistema contempla tres establecimientos penitenciarios categoría “A”, por esto las opciones se reducen y sólo pueden alojarse los internos en un mismo lugar, aunque separados por pabellones. Esto implicaalgunasventajascomoeldireccionamientoeficientedelosrecursosqueestaríandesti-nadosaesteobjetivo,ylacapacitacióndelpersonalconestefinconcreto.Ladispersióntotal,impacta negativamente en la administración penitenciaria y en la capacitación del personal que puedetenercontactoconelSistemadeProtecciónPública,almismotiempoquedificultaelseguimiento y monitoreo de las acciones que se implementan. Además, la cantidad de estable-cimientos penitenciarios dispersos a lo largo y ancho del país provoca también un obstáculo adicionalparalaunificacióndecriteriosdetrabajo.Apesardeesto,ydebidoalascaracterísticasespecíficasdeestaclasedeinternos,puederesultarqueenalgunoscasosseanecesarioqueestédisponible la opción para que algunos de ellos se alojen en otros centro de detención de manera dispersa y que esto implique acudir a establecimientos penitenciarios de menor categoría (por ejemplo, “B”), lo que llevaría a tomar las medidas necesarias para gestionar de la mejor manera posible los riesgos que se correrían.

56. United Nations Office on Drugs and Crime, Handbook on the Management of High-Risk Prisoners, CRIMINAL JUSTICE HANDBOOK SERIES, New York, 2016.57. Destacamos que hemos visto que los internos de alto riesgo no son necesariamente violentos dentro de la prisión.

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7.2. Identificación de riesgos de internos de alto riesgo:

Los internos considerados de alto riesgo para la seguridad pública, en líneas generales presentan los siguientes riesgos:

a) Muy altos niveles de riesgos de fuga, ya sea por sus propios miembros o con ayuda de terceros58.b) Muy altos niveles de riesgo extremo de violencia hacia la comunidad o de daño a la misma en caso de fugarse, o de orquestar grupos de extrema violencia dentro de la prisión.c) Muy altos niveles de riesgo de dirigir actividades delictivas desde los establecimientos penitenciarios con impacto en la sociedad. d) Muy altos niveles de riesgo de intimidación o corrupción de testigos, jueces, aboga-dos o miembros del jurado, y de entorpecimiento de los procedimientos por los que se encuentran detenidos.

Dentro de estos niveles de riesgo puede haber distintas subfases que diferencien, dentro de lo que se considera internodealto riesgo, ciertos colectivosespecíficosque seanconvenientesabordarlosdemaneradiferenciada.Porejemplo,puedenestablecerseperfilescomoaquellosqueestán relacionados con una participación destacada en el crimen organizado transnacional o, por el contrario, personas vinculadas a la conducción de organizaciones criminales de carácter na-cional; también por su capacidad de orquestar grupos de extrema violencia o por ser miembros de fuerzas armadas o de seguridad, etc.

Para abordar adecuadamente a estos internos, es necesario que la administración penitenciaria reduzcalasprobabilidadesdeorigendelosriesgosidentificados,paraevitarquelosinternosapartir de la implantación de factores situacionales:

• Obtengan privilegios o beneficios indebidos dentro de la prisión• Manejen el control de los espacios que tiene a cargo la administración penitenciaria, in-cluidas situaciones extremas de autogobierno ilegal • Vulneren los dispositivos de seguridad física y electrónica, procedimental y dinámica• Ingresen objetos prohibidos y restringidos que le permitan seguir cometiendo delitos• Manejen grandes cantidades de información que le permitan vulnerar la seguridad, conti-nuar cometiendo delitos desde la prisión o fugarse• Mantengan un contacto inadecuado con el mundo exterior• Mantengan un contacto inadecuado con los visitantes ya sean familiares, amigos, abogados, etc.

58. Según el Manual de Seguridad Dinámica e Inteligencia Penitenciaria de la UNODC, 2015, se han identificado una gran cantidad de crite-rios para evaluar el riesgo de fuga, los cuales normalmente incluyen los siguientes: • La amenaza que un recluso podría representar para la comunidad si este se diera a la fuga. • La probabilidad de que la persona intentará fugarse, ya sea por su propia cuenta o con ayuda externa. • Antecedentes previos de tentativas de fuga y acceso a ayuda externa. • La naturaleza del delito por el cual se condenó al recluso. • La cantidad y el tipo de delitos previos. • La duración de la condena, la cual normalmente refleja la naturaleza del delito. • La posibilidad de amenaza a otros reclusos y al personal.

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• Mantengan un contacto impropio con el personal penitenciario o civil que trabajen o tomen contacto con el establecimiento

7.3. Clasificación y categorización del interno

Elprimerpasoderelevancia,es identificarquelosriesgosdescriptosenelapartadoanteriorestén presentes en el interno de manera individual.

Resultatrascendentalenesteesquema,generarunsistemadeidentificaciónyevaluaciónquefuncionedemaneraobjetivayefectiva,afindeidentificarindividualmentealinterno.Además,el sistema es importante para asignar correctamente la seguridad que corresponde a cada interno y de esta manera focalizar los recursos sobre quienes más los necesitan. Para ello se deben esta-blecer diversos grados de seguridad conforme a lo que sea necesario para cada uno de los grupos y se debe tener en cuenta que la proporción de los internos que deben ser alojados en condicio-nes especiales debería ser reducida, pudiendo acceder de esta forma al riesgo que presenta cada internoenparticularconelfindegarantizarquecadaunodeelloscuenteconlascondicionesadecuadas de seguridad.

Porotraparte,unacuestióncentralesquelasclasificacionesdebenrepetirseregularmentey,sifuera necesario, se deben realizar ajustes a las medidas y regímenes de seguridad que se aplican alosinternos,sicorrespondiera,segúnlosresultadosdelaclasificación,deconformidadconlasReglas mínimas de las Naciones Unidas para el tratamiento de los reclusos.59

7.4. Procedimiento de incorporación y exclusión al sistema de protección pública

El Sistema de Protección Pública debería tener un procedimiento claro de cómo los internos serán incorporados al mismo, y también de cómo pueden ser excluidos del sistema. Ello implica laevaluacióndeinformaciónconfiablequepermitaidentificarlosriesgosespecíficosenelcasoindividual, así como también un análisis médico y criminológico sobre el interno. Cabe destacar que los riesgos deben ser controlados y monitoreados de manera permanente.

La afectación al sistema puede darse en el momento del ingreso, o al momento de tomar co-nocimiento de la información fundada que, de cuenta de la presencia de un alto riesgo para la seguridad pública o riesgo de comisión de un delito continuado, o luego de un incidente únicodegravedadsuficiente,ocuandoelinternonoharespondidoamedidasanterioresdes-tinadas a reducir los riesgos. En este marco, antes de afectar un interno al sistema, se debe asegurar que todas las opciones con respecto al abordaje y control del mismo hayan sido agotadas o consideradas como inapropiadas por las circunstancias y que el ingreso a este 59. Ver Reglas Mandela - Regla 10 Los sistemas de gestión de los expedientes de los reclusos se utilizarán también para generar datos fiables sobre tendencias y características relativas a la población reclusa, incluida la tasa de ocupación, que sirvan de base para la adopción de deci-siones con base empírica.

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sistema de gestión de internos de alto riesgo es considerado como la opción más apropiada para reducir o abordar su riesgo individual.

Elabordajediferenciadodeesteperfildeinternos,serealizaconelobjetivodeprotegeralpúbli-coyenbasealaidentificacióndelosriesgosynecesidadesindividuales,promoviendoentodomomento que la cantidad de internos alojados en las presentes sea la mínima e indispensable, basada en indicadores objetivos de riesgo.

7.5. Gestión de riesgos

La gestión del riesgo deberá realizarse con un enfoque interdisciplinario, orientada a determinar elgradodeintervenciónquerepresentaenrelaciónalriesgoidentificado,laasignaciónderes-ponsabilidadesrespectodecadaprofesionalylafijacióndemetasdecumplimiento.

Eltipodeperfildeinternosporlogeneralpresentaránecesidadesespecíficas.Ladecisiónparaafectar al sistema a un interno debe permitir:

•Identificarlosriesgosynecesidadesparadesarrollarestrategiasdeabordajeadecua-do de los mismos.•Diagnosticaryproveerapoyoeintervencionesalosinternosconnecesidadesdesaludmen-tal, proveyendo del tratamiento adecuado cuando sea necesario.•Motivarlosacambiarsucomportamiento.•Estabilizarlosfactoresasociadosalriesgo,disminuidoyprepararalinternoparaelretornoa otro alojamiento cuando la supervisión presentada ya no sea necesaria.•Coadjuvaralareduccióndereincidenciayreiteranciaparapromovereldesistimientodel delito, abordando de esta forma el riesgo de reincidencia dentro del esquema de plan de sentencia.

7.6. Medidas del sistema de protección pública

a. Trato digno y humanitario

Los internos de alto riesgo serán tratados en todo momento con el respeto que merece su dig-nidad y valores intrínsecos en cuanto seres humanos, de conformidad con el Artículo 1 de las Reglas mínimas de las Naciones Unidas para el tratamiento de los reclusos, el Artículo 10 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (ICCPR), entre otros.

Como dijimos, las medidas para gestionar los riesgos deben cumplir con el estándar de propor-cionalidad; es decir, que para los casos individuales, las medidas deber ser idóneas y necesarias paraevitarlosriesgosespecíficos.Porello,laafectaciónaciertosderechossolodebeserenla

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medidaestrictamentenecesariaparagarantizarlaseguridadyabordarlosriesgosespecíficosyjamás puede afectarse el principio de dignidad humana en su aspecto ontológico.

b. La conducción de establecimiento penitenciarios seguros

Las autoridades de los establecimientos penitenciarios deben garantizar que estos lugares sean se-guros y que en ellos los internos, el personal, las visitas y las personas externas que se relacionan puedan conducir sus actividades cotidianas sin temer a que sea perjudicado su bienestar físico.

Las políticas de gestión penitenciaria, deben reconocer los potenciales efectos perjudiciales que conllevan el cumplimiento de las medidas de seguridad adicionales a las que los in-ternos de alto riesgo podrían estar sujetos, promoviendo un equilibrio entre las medidas de seguridad,respectodelosderechosfundamentalesyteniendoencuentaelfinrehabilitadorde la pena. Por ello, se debe elaborar un plan de sentencia adecuado a los riesgos y nece-sidadesespecíficosdecadainterno.Deigualforma,losdirectoresdelosestablecimientospenitenciarios deben asegurarse que el personal tenga conocimiento de sus obligaciones y responsabilidades, además de regular la interrelación entre los internos y el personal ac-tuando además como modelos de comportamiento.

c. Categorización del alojamiento y lugar de alojamiento

Con el objetivo de propiciar que los internos estén alojados en entornos adecuados para reducir los muy altos riesgos que representan para la seguridad del establecimiento, la comunidad, ellos mismos o cualquier otra persona, estos deben ser preferentemente alojados en establecimientos de categoría A con las medidas físicas, procedimentales y dinámicas que corresponda. En caso de ser alojados en establecimientos de menor categoría, deben implementarse las medidas nece-sarias para gestionar adecuadamente los riesgos.

Lacategorizaciónde laprioridad,en términos teóricos, se refierea laasignacióndeunacategoría de seguridad a los internos que debe ser la categoría más baja coherente con la gestión de los riesgos relacionados con la seguridad evaluada y, posteriormente, asignarlo a un régimen penitenciario adecuado para la gestión de su nivel de seguridad individual y otros riesgos y necesidades.

Los sectores destinados al alojamiento de este tipo de internos deberán ser preferentemente de una capacidad reducida y de tipo unicelular en la que la distribución sea de un interno porcelda,conelfindepromoveruneficazyeficientecontrolsobrelosmismos.Cadacel-da contará con las comodidades necesarias conforme lo establecido por los reglamentos internacionales en la materia, con arreglo a la particular modalidad de alojamiento de los internos sujetos al presente sistema.

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d. Seguridad física, procedimental y dinámica

Ya dijimos que se deben mantener sobre un balance entre el uso legítimo de las medidas de se-guridad y el respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales de los internos.

Partimos desde la concepción del término “seguridad” en un sentido amplio, incorporando la perspectiva de que “La seguridad en los establecimientos penitenciarios se garantiza a través de medios físicos (como muros, rejas en las ventanas, puertas y cerraduras, sistemas de alar-ma y demás), procedimentales (es decir, procedimientos que se deben seguir, como las normas vinculadas con los desplazamientos intramuros de los reclusos, las posesiones que ellos pueden conservar, y el registro de reclusos y de su lugar de alojamiento, entre otros) y de la seguridad dinámica (la cual requiere de personal alerta que interactúe con los reclusos de manera positi-va y que se involucre con ellos en actividades constructivas, de modo tal que el personal pueda anticipar y prevenir problemas antes de que se presenten)…”60

La seguridad dinámica es uno de los tres componentes de la seguridad de una institución. Los otros dos ejes del “triángulo de la seguridad” son la seguridad física (la arquitectura, los cerraduras, rejas, puertas y muros de la prisión) y la procedimental (las rutinas, procesos y procedimientos de manejo de internos dentro de la institución). La seguridad y el orden de una prisión serán más efectivas cuando los tres elementos del triángulo de la seguridad –(a) seguridad dinámica, en las buenas relaciones entre el personal y los internos; (b) seguridad física, en términos de infraestruc-tura; y (c) seguridad procedimental, como procesos y procedimientos legales y comprensivos- es-tén balanceados. La falta de consideración por alguno de estos tres componentes, en particular la

60. https://www.unodc.org/documents/ropan/Manual_de_seguridad_diagramado_final.pdf.

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seguridad dinámica, o la excesiva dependencia sobre uno de estos elementos, como en la infraes-tructura, posiblemente hará a la prisión insegura para aquellos que viven y trabajan allí y será un riesgo para la comunidad en la que se emplaza el establecimiento de detención.61

d.1. Seguridad física y electrónica

La seguridad física será la correspondiente a la categoría A, adecuada a la categoría de seguridad del interno preferentemente evitando que sea alojado por debajo de la categoría de seguridad que le corresponde. Los sectores de alojamiento y demás sectores comunes, (sector de talleres, pasillos, visitas, etc.) deberán estar provistos de elementos de seguridad electrónica con sistemas de monitoreo compuesto por cámaras de video-vigilancia.

d.2. Seguridad procedimental

A partir de lo expuesto anteriormente, a los internos de alto riesgo se les aplicarán los procedi-mientos que establecen las normas generales. Sin embargo, dado el riesgo que se intenta reducir, para los reclusos con muy alto riesgo para la seguridad pública, se deberían regular procedi-mientosdemaneraespecífica.Porejemplo:

•Ingresoyegreso:controldeentradaysalida,debiéndosepromoverelusodetecnologíaafindeidentificarfehacientementelaidentidaddelinternoqueatraviesedichosector.• Contacto con elmundo exterior: si bienmantener comunicación con sus familiaresy allegados es un derecho del interno, lo cierto es que para evitar que ese contacto sea inadecuado o permita o facilite los riesgos que se tratan de evitar, el mismo puede ser equilibradamente reglamentado. En este sentido, sería conveniente contar con una de-claración jurada del interno que contenga una nómina de las personas con las que se comunica,asícomotambiénestablecerhorariosprefijadosparalasllamadastelefónicas.Las visitas de contacto podrían ser limitadas sólo a los familiares directos, mientras que otros tipos de contacto, como visitantes o abogados, deberían llevarse a cabo a través de locutorio o de contacto diferido.•Traslados:deberíanreducirsealomínimoeindispensable,promoviéndoseaudienciasconlos órganos judiciales a través del uso de video-conferencias. En caso de ser necesario el traslado, el mismo debería hacerse mediante un procedimiento que implique el despliegue de numerosas medidas de seguridad.•Salidasprogramadas:serecomiendaquelassalidasdelosestablecimientospenitenciariosde los internos de alto riesgo se lleven adelante con autorización judicial. •Salidasporurgencia:sóloencasosexcepcionales.Sepodrállevaradelanteunprocedimien-to determinado de traslado de internos de alto riesgo. Por ejemplo, a partir de la suscripción de la autorización por dos profesionales. Esto puede llevarse adelante en caso de que se

61. UNITED NATIONS OFFICE ON DRUGS AND CRIME, Handbook on Anti-Corruption Measures in Prisons, op. cit.

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encuentre en peligro la vida del interno (posibles traslados a hospitales extramuros) y se necesite una decisión rápida, por lo que resulta imposible solicitar la autorización judicial.•Transparencia:conelobjetivodepromoverprocedimientosjustos,igualitariosytranspa-rentes, las decisiones respecto a los internos de alto riesgo deben ser tomadas de manera ob-jetiva e imparcial. Para ello, se tomarán los recaudos para que actúen todos los profesionales necesarios asegurando un procedimiento idóneo. Toda decisión y las medidas tomadas en consecuencia serán debidamente registradas y adecuadamente fundamentadas para posibi-litar controles futuros de las autoridades competentes. Por otro lado, se puede sugerir, que tresprofesionalesdeláreaespecífica,comomínimo,deberánsuscribirenformacolegiadaencaso de tener que pronunciarse sobre requerimientos judiciales o decisiones que se efectúen dentro del régimen interno penitenciario, sobre la conveniencia o inconveniencia en el otor-gamientodebeneficios,salidasextraordinarias,atencionesmédicasextramuros,uotroinfor-me de esta índole, lo deberán realizar en forma colegiada suscripta, como mínimo, por tres profesionalesdeláreaespecífica.Encasosespecíficos,comolaprisióndomiciliaria,deberíaintervenir una comisión permanente.

Estossonalgunospuntosquepodríantomarseencuentaenloquerefierealaseguridadpro-cedimental en un Sistema de Protección Pública. De todos modos, las ideas expuestas en estos apartadospuedenserobjetodeanálisis,reflexiónymejoracontinua.

d.2. Seguridad dinámica

Por otra parte, en materia de seguridad dinámica, es importante destacar que la seguridad tam-bién dependerá del personal penitenciario. Estos deben estar alerta, interactuar y conocer a los internos, desarrollando relaciones positivas con ellos y debe ser consciente de lo que ocurre en el establecimiento penitenciario asegurando que los reclusos se mantengan ocupados en activi-dades constructivas y productivas que contribuyan a su futura reinserción social.

En este marco, es de gran importancia la seguridad dinámica para el análisis de la implementación de un sistema de protección. En este sentido, podemos señalar que tradicionalmente el enfoque que se les ha dado a los internos de alto riesgo consistía en un contacto mínimo con el personal penitenciario. Sobre el particular, el Manual de Seguridad Dinámica e Inteligencia Penitenciaria ya citado advierte que, generalmente, los reclusos buscan controlar o manipular al personal y hacer que realicen actos prohibidos como llevar a cabo acciones para perpetrar una fuga, conse-guir objetos ilegales (drogas, teléfonos celulares, etc.) u obtener ciertos privilegios especiales y/o poderes dentro de la prisión. Respecto a los internos condenados por crimen organizado o terro-rismo, pueden buscar manipular al personal para llevar a cabo actos delictivos serios.

Entonces, ¿cuál es la mejor opción?

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Consideramos que la aplicación de la seguridad dinámica es esencial para el abordaje adecuado de los internos de alto riesgo. Por ello, el personal deberá interactuar con los internos, generando relaciones positivas con los mismos, manteniendo siempre el profesionalismo y el trato cordial. El personal debe ser accesible a los planteos de los internos y deberá considerar los asuntos con celeridad.Además,deberáresolverlosconflictosconprontitud,dandorespuestasclaras,justasyuniformes. A partir de esto, se propone llevar adelante de manera constante reuniones de equipos con el objetivo de compartir y analizar información. Se evitará brindar información sobre la vida privada del personal, así como también generar relaciones inapropiadas entre estos y los inter-nos.Elpersonalquetengacontactoconlosreclusosdeberácontarconcapacitaciónespecíficasobre el manejo de internos de alto riesgo y prevención de la corrupción.

De esta forma, podemos concluir que la relación entre el personal y los internos debe darse en el marco de lo que puede entenderse como «confianza óptima»,esdecir,elgradodeconfianzaquedebe darse en este vínculo. Esta incluye el concepto de «distancia óptima», el cual hace referen-cia a la distancia que se debe mantener en esta relación, la cual no debe ser tan estrecha como para generar riesgos en la seguridad ni tan amplia como para que impida tener conocimiento de lo que sucede en los establecimientos penitenciarios.62

Por estas razones, es absolutamente necesaria la aplicación de la seguridad dinámica en un Sis-tema de protección Pública, teniendo en cuenta que el contacto debe tener mayores cuidados y el personal debe estar capacitado para abordar los riesgos de manipulación y promover de modo constante un comportamiento profesional.

e. Designación de un tutor penitenciario

Con el objetivo de promover la aplicación de la seguridad dinámica, cada uno de los internos dealtoriesgodeberíacontarconuntutorresponsabledesuseguimiento.Estafigurapermitelageneración de lazos de empatía y comprensión, al mismo tiempo que incentiva el compromiso del agente en su rol de tutor participando activamente en las diferentes etapas del tratamiento de los internos. Además, permite construir vínculos saludables, generar sentido de la responsabi-lidad respecto de los alcances de las acciones de la propia conducta y mejorar, en consonancia, los resultados obtenidos en términos de objetivos criminológicos en relación a los programas y acciones de tratamiento y el desistimiento de la conducta delictiva.

Lafinalidaddeltutor,porsuproximidadconlaspersonasprivadasdelibertad,esfacilitarlacom-prensión social, comunicacional e institucional del tutorado respecto de las políticas tendientes a reducir la violencia y generar hábitos que mejoren su calidad de vida. A su vez, esto permitirá al personal alcanzar un mayor entendimiento de las conductas de los internos y contribuirán a la prevención y evaluación de los riesgos asociados con problemas de convivencia u otra índole.

62. Servicio Penitenciario Federal, Manual anticorrupción del Servicio Penitenciario Federal, 2017 op. cit.

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f. El personal penitenciario en el Sistema de Protección Pública

Como ya se dijo, el personal penitenciario debe respetar, proteger, mantener y sostener la dignidad humana de todos los internos. Se lo debe seleccionar teniendo en cuenta su integri-dad, humanidad, capacidad profesional e idoneidad.63 Las condiciones del trabajo deben ser adecuadasconelfindeatraeralosmejorespostulantesyconservarlos.

Unaportesignificativoparareflexionarsobreelpresentepuntoyqueestárelacionadoconlo dicho anteriormente sobre seguridad dinámica, es lo referente a las relaciones entre el personal penitenciario y los internos según la descripción que se hace en el Handbook on Anti-CorruptionMeasuresinPrisons,delaOficinadeNacionesUnidascontralaDrogayelDelito. Allí se parte de la premisa de que en las instituciones cerradas (que son las prisiones), frecuentemente existe un alto grado de dependencia mutua entre el personal y los internos, que engloba elementos cooperativos y coercitivos con un intercambio dinámico que puede ser descripto como un “continuo relacional entre internos y personal”. En un extremo de este continuo, el personal penitenciario ejerce el control total para garantizar la seguridad de los internos, del personal y de todas las personas que estén dentro de la prisión en cualquier mo-mento. En el otro extremo, los internos son los dominantes en la relación de poder y pueden usarlo para corromper a quienes están a cargo de asegurar su custodia. Esto puede generar peligro si parte del personal responde limitándose a un rol pasivo y opta por abandonar sus tareasyresponsabilidades, loquepuededesembocarenunincrementodela influenciadelcrimen organizado dentro de la prisión.

Así es que resulta de suma importancia llevar adelante capacitaciones destinadas a cada uno de los agentes, independientemente de su categoría en relación a la diversidad de grados jerárqui-cos y escalafones, ya que su responsabilidad implica enfrentar múltiples desafíos. El personal penitenciario debe contar entonces con un alto nivel de habilidades interpersonales, y debe man-tener, en todo momento, un alto nivel de los estándares profesionales y éticos. Se deben estable-cerlospasosnecesariosparabrindaralosagenteslasherramientasnecesariasafindeequilibrarlos niveles de stress, acostumbramiento y malestar laboral evitando a su vez las posibilidades que éstos puedan ser manipulados, intimidados o condicionados.

Por otra parte, el personal debe tener a su alcance todas las herramientas de denuncia necesarias al momento de tomar conocimiento de alguna situación irregular, hecho de corrupción y/u otro delito. La misma debe ser comunicada de forma inmediata a las autoridades competentes a tra-vésdeloscanalesdedenunciahabilitadosatalesfines.

La cantidad de personal que se necesita en cada uno de los establecimientos depende de varios

63. Ver Reglas Mínimas de Tratamiento de los recluses, por ejemplo, regal 77.

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factoresentrelosqueseincluyelaclasificaciónyelnúmerodeinternosdetenidos,eldiseñoyla condición edilicia de la prisión y la disponibilidad y funcionamiento del equipo técnico.

Por último, queremos destacar una cuestión de suma trascendencia. Con respecto al abordaje de los internos de alto riesgo, tradicionalmente se planteó la necesidad que el personal que trabaje en contacto directo con ellos, rote constantemente. A nuestro modo de ver, si bien la rotación puede ser un punto favorable para la aplicación de un Sistema de Protección Pública, lo cierto es que debe ser considerada en su razonabilidad. La problemática surge a partir del hecho de que constituye un gran desafío implementar un Sistema de Protección Pública donde la capacitación del personal es esencial como también lo es el ajuste de las distintas cuestiones vinculadas al de-sarrollo de un sistema de estas características. Por ello, la rotación constante del personal puede generar un efecto negativo cuando se han invertido gran cantidad de recursos en capacitación específicaysehandesarrolladobuenasprácticasenposdeunsistemaquefuncioneconaltosniveles de calidad. De esta forma, nuestra propuesta está orientada a que el personal que lleve adelante tareas con internos de alto riesgo no sea alternado constantemente y de manera repen-tina,sinoquelarotaciónsehagaapartirdecriteriosplanificadosyoportunos.Estobuscaevitarefectos no deseados en el normal y buen desenvolvimiento del sistema.

g. Implementación de regímenes constructivos

En línea con lo descripto en los puntos anteriores, un componente esencial de la gestión de la pena es la provisión de un programa de actividades constructivas establecidas dentro de un plan de sentencia. Las políticas de gestión penitenciaria deben reconocer los potenciales efectos per-judiciales que conllevan el cumplimiento de penas de prisión de larga duración y las medidas de seguridad adicionales a las que los internos de alto riesgo puedan estar sujetos. A su vez, estas políticas deben incorporar medidas para proteger y promover la salud mental, por ejemplo, a tra-vés de servicios de asistencia psicosocial y, cuando resulte apropiado, de asistencia psiquiátrica, equivalentes a aquellos disponibles en la comunidad.

En este apartado, cabe destacar las investigaciones de Alison Liebling, relacionadas con el des-empeño moral64ylacalidaddevidaenlasprisiones,quienbuscóidentificarquéfactorestienenmayor incidencia en la calidad de vida dentro de la cárcel y qué hace de la experiencia carcelaria algo más o menos tolerable.65

Respecto a los internos de alto riesgo, se sostuvo que “El objetivo de la reintegración social debería ser central para las políticas y prácticas de todo servicio de prisiones (….) es de

64. Ver, por ejemplo, Liebling, Alison (2011). Moral performance, inhuman and degrading treatment and prison pain. Punishment&Society, Vol. 13, Issue 5.65. Para ver estudios sobre desempeño moral en nuestra institución, ver Servicio Penitenciario Federal, “Midiendo la calidad de vida en tres establecimientos del Servicio Penitenciario Federal”, Revista de Criminología, 2016; y Servicio Penitenciario Federal “Desempeño moral”, Re-vista de criminología, 2017.

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gran importancia que se ofrezcan actividades y programas constructivos a los prisioneros, incluyendo a los de alto riesgo, como parte esencial de su plan de sentencia. Ello también es fundamental para contrarrestar el efecto negativo sobre la salud mental y física del interno del ambiente restrictivo de custodia de los establecimientos de máxima seguridad, en los que probablemente permanezcan por largos períodos. La única diferencia entre los internos de alto riesgo y los demás en lo que respecta a la construcción de regímenes constructivos es la mayor cantidad de consideraciones sobre seguridad que deben tenerse en el desarrollo de las actividades y programas”.66

h. Reducción de reincidencia y reiterancia y promoción del desistimiento del delito

El marco teórico que conduce las acciones institucionales se basa en el modelo de la crimino-logía aplicada, siguiendo los lineamientos del modelo del What Works y las tendencias globa-les en las teorías criminológicas y prácticas penitenciarias. Así, se añadieron los enfoques de Riesgo, Necesidad y Responsividad, y la teoría del desistimiento del delito, con el objetivo de desarrollar programas enfocados en factores protectores que coadyuven al desistimiento en el delito de las personas privadas de la libertad.67

Si bien el enfoque de gestión de los riesgos de los internos está en la protección pública, los modelos teóricos de referencia, deben ser aplicados también a los internos de alto riesgo den-tro del marco de su plan de sentencia, en miras a la reducción de los riesgos de reincidencia y reiterancia y la promoción del desistimiento del delito. Por ello, resulta de suma importancia la implementación de programas adaptados a los riesgos y necesidades criminógenas de esta po-blación, así como también el desarrollo de los factores protectores. Asimismo, los preparativos para el egreso deben efectuarse en estrecha colaboración entre las autoridades penitenciarias y las diversas autoridades involucradas en las actuaciones pos egreso.

Por lo tanto, debe promoverse la aplicación de dispositivos que tengan en cuenta niveles indivi-dualesdeintervencióndeacuerdoariesgosynecesidadesespecíficasdeterminadosenelplandesentencia,alosfinesdedesarrollarunpatróndecomportamientoestableyaceptable,atravésde un abordaje diferenciado.

No obstante, el desistimiento exitoso a largo plazo será gradual y dependerá también de la inver-sión de la sociedad y la reintegración y reconciliación que los individuos (ya en libertad) puedan tener en las comunidades, la familia y amigos.68 Una adecuada asistencia entonces, ayudará al sujetoaperfeccionarmetas,fortalecersusentidodevoluntadyautoeficaciamedianteelapren-dizaje y la implementación de habilidades para el cambio. 66. Bryans, Shane y Atabay, Tomris (2016). Handbook on the Management of High-Risk Prisoners. Viena: ONUDD. Disponible en: https://www.unodc.org/documents/justice-and-prison-reform/HB_on_High_Risk_Prisoners_Ebook_appr.pdf.67. Para un estudio más profundo de la temática, ver: Servicio Penitenciario Federal, “Riesgo y desistimiento”, op cit.68. McAlinden, A. (2016). The reintegration of sexual offenders. IrishProbationJournal 13,5-21.

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i. Registro de eventos y manejo de información

Cada establecimiento en el que se encuentre funcionando el sistema deberá contar, bajo el prin-cipio de la seguridad dinámica, con una base de registro de eventos actualizada y uniforme en relación a los internos incorporados al sistema, actividades que realizan y todo lo concerniente a su vida intramuros, a los efectos de llevar un efectivo control y registro sobre las mismas.

La información sensible de la que tenga conocimiento el personal penitenciario, deberá ser re-servadayresguardada,nodivulgadaytratadaconestrictaconfidencialidad.69

j. Política de promoción de la integridad pública y prevención de la corrupción

Es importante destacar que, para el manejo de internos de alto riesgo, es indispensable contar con unaevaluaciónespecíficaderiesgosdecorrupciónysuconsiguienteplandeacción.Laspolíticasde promoción de la integridad pública son esenciales en un Sistema de Protección Pública.

k. Organismos de monitoreo y seguimiento

Deberán indicarse los organismos de monitoreo y seguimiento de los internos de alto ries-go, así como también las políticas y acciones que se realicen en el marco del Sistema de Protección Pública. Para ello, es indispensable contar con organismos internos y externos de monitoreo y control.

Conclusiones

Alolargodeesteartículosepretendió,enprimertérmino,intentaridentificarelperfildelosinternosdealtoriesgo.Ladefinicióndeestehaidovariandodeacuerdoacadacontextoymo-mentohistóricodondesurgieronperfilesdeinternosquehanrequeridomedidasespecíficasdeabordaje.

Por otro lado, hemos descripto algunas políticas que se han implementado en otras admi-nistraciones penitenciarias, como los regímenes de aislamiento en las prisiones considera-das supermax, o los casos específicos de los ficheros de especial seguimiento (FIES) o el régimen del 41 bis italiano.

Además, hemos realizado un análisis de los desafíos que implican los internos de alto riesgo por su poder disruptivo para la administración penitenciaria. En ese marco, describimos los alcances

69. Gestión de los expedientes de los reclusos Regla 6 – “En todo sitio donde haya reclusos habrá un sistema normalizado de gestión de sus expedientes. Ese sistema podrá consistir en una base electrónica de datos o en un registro foliado y firmado en cada página. Se establecerán procedimientos para velar por una pista de auditoría segura e impedir el acceso no autorizado a la información del sistema y su modificación no autorizada.”

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de la Convención de Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional y las exigencias previstas allí para los Estados suscriptores.

De esta manera, hemos podido observar el gran desafío que produce la necesidad de protección pública, sin olvidar los otros objetivos de la administración penitenciaria: reducir la reincidencia y reiterancia y promover el desistimiento del delito, y el respecto de los derechos fundamentales de los internos.

En ese marco, propusimos aggiornar las estructuras tradicionales de gestión de internos y buscar un equilibrio entre el conjunto de las obligaciones y estándares impuestos a las admi-nistracionespenitenciarias.Ello,atravésdelaidentificacióndelosriesgosespecíficosylacreacióndeunSistemadeProtecciónPúblicacomoformadeintervenciónespecíficaparalosriesgos y necesidades individuales.

Respecto a este último, enumeramos algunos puntos teóricos importantes para su construcción y, aclaramos que el alcance del presente artículo es solo inicial. Pueden existir cuestiones que seanmejorablesoque,alimplementarlas,surjalanecesidaddemodificación.

Finalmente, destacamos que el presente es un punto de apertura a una discusión que obligato-riamente un Estado democrático debe llevar adelante en el entendimiento de que los servicios públicosdebenorientarsealbiencomúnyamejorarlaeficiencia,eficaciaycalidad.

Capítulo IV Análisis general de perfiles de internos con

riesgos de corruptibilidad en el SPF

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Análisis general de perfiles de internoscon riesgos de corruptibilidad en el SPF

Introducción

A partir del registro del nuevo desafío que implica las manifestaciones de la criminalidad orga-nizada y la corrupción en los sistemas de justicia criminal en general, y en las administraciones penitenciariasenparticular,sehandesarrolladomecanismosparagestionarsusriesgosespecífi-cos y por ello, la criminología ha dirigido sus esfuerzos al estudio de estos fenómenos.

Como respuesta al ingreso sostenido de internos con altos índices de corruptibilidad, relacio-nados con la actividad de las organizaciones criminales y la criminalidad económica, en el año 2016 se creó el Sistema para la Intervención para la Reducción de los Índices de Corruptibilidad (IRIC) en el marco del Servicio Penitenciario Federal.

Este sistema constituye un abordaje diferenciado de sujetos privados de la libertad que, por ciertas características particulares –por ejemplo, alto poder adquisitivo, vinculaciones a cri-minalidad económica, crimen organizado, crimen organizado transnacional o con acceso a personas con alto poder político– presentan alto grado de corruptibilidad. Este concepto in-dica, por un lado, la capacidad de algunas personas privadas de su libertad de vulnerar, por medio de actos de corrupción, el adecuado funcionamiento del sistema penitenciario y por otra parte, los riesgos de que éstos sean víctimas de actos de corrupción durante su privación de libertad.1 Estos hechos pueden suscitarse también mediante la utilización de la violencia, y/oatravésdemanipulacióneinfiltración.

Desde su implementación, el sistema IRIC ha sido extendido a espacios de alojamiento dentro del Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza (CPF I), el Complejo Penitenciario Federal II de Marcos Paz (CPF II), el Complejo Penitenciario Federal IV de mujeres de Ezeiza (CPF IV), la Prisión Regional del Norte de Chaco (Unidad 7) y la Unidad 31 de Ezeiza.

Asimismo, a fin de unificar los criterios de aplicación del sistema se aprobaron las “Pautasgenerales de funcionamiento del sistema IRIC”2, estableciendo sus objetivos, pautas de cate-gorización y determinación de alojamiento, modalidad de incorporación al sistema, exclusión del mismo, medidas de seguridad –física, procedimental, dinámica-, transparencia, registro de 1. Revista de Criminología del Servicio Penitenciario Federal—Instituto de Criminología. Número II, Año 2016, Instituto de Criminología. Dispo-nible en: http://www.spf.gob.ar/drive/repo/general/605Revista_de_Criminologia_2016.pdf.2. Boletín Público Normativo N° 671/2018.

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eventos y manejo de información, abordaje de los internos, manejo del personal afectado al Sis-tema, responsabilidad, trabajo coordinado y monitoreo y seguimiento.

A dos años de la implementación del sistema IRIC, nos encontramos en posición de realizar un relevamiento sobre las características generales y vivencias de la población penal allí alojada, y realizar algunas propuestas en relación a un abordaje orientado al tratamiento penitenciario.

Consideraciones teóricas sobre el fenómeno de la corrupción y el crimen organizado

Sibienlacorrupciónnohasidoelobjetoespecíficodedemasiadosestudioscriminológicos,existen ciertos conceptos que guardan cercana relación con ella, que pueden resultar útiles. Es-tos son: delitos de cuello blanco, crimen organizado, y crimen ocupacional.3

Una de las obras de referencia en la materia es El delito de cuello blanco, de Edwin H. Suther-land, cuyo título alude a un tipo “cometido por una persona de respetabilidad y estatus social alto en el curso de su ocupación”.4

Esta perspectiva constituía una novedad en 1949 —año de la primera publicación del libro— cuando no existía la tendencia a considerar a individuos del estrato social más alto, con impor-tantes grados de responsabilidad en la administración de las corporaciones, como susceptibles de ser alcanzados por investigaciones y sanciones. Esto, a su vez, contribuía a que el fenómeno permanecieraenlassombrasyfuerapocoestudiado.Dehecho,elautorafirmóque,porloge-neral, estas personas no eran detenidas ni sometidas al proceso penal, a pesar de que, según sus conclusiones,elcostofinancierodelosdelitosquecometíaneraprobablementemayorqueelde los delitos tradicionalmente considerados como “el problema delictivo”. Además, Sutherland subrayó que estos hechos producen costos sociales de gran escala al traicionar la confianzasocial,generardescréditoenlasinstitucionesengeneralydesconfianzaafuturo,disminuirlamoral colectiva y, en los casos más graves, provocar desorganización social.5

Las teorías más modernas tienden a ubicar al acto de corrupción, y su perpetrador, en un contex-to que suele relacionarse con el accionar de las organizaciones criminales nacionales y transna-cionales, o con el poder encomendado en virtud de la función –crimen ocupacional- que sí han sido objeto de numerosos estudios criminológicos.

Conrespectoalcrimenorganizado,lacorrupciónhasidoidentificadacomounodelosmé-

3. Huisman, Wim y Vande Walle, Gudrun (2015). The Criminology of Corruption. Disponible en: https://www.researchgate.net/publica-tion/267227056_THE_CRIMINOLOGY_OF_CORRUPTION.4. SUTHERLAND, Edwin H. (2014). El Delito de Cuello Blanco. Argentina: Euros Editores, p. 9. (Original en inglés, 1983).5. Manual Anticorrupción del Servicio Penitenciario Federal (2017). Disponible en: http://www.spf.gob.ar/drive/repo/general/Manual_Anti-corrupcion_SPF.pdf.

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todosdelasorganizacionescriminalesparaobtenersusfines6 y mantenerse invisibles a las agencias policiales.7

En efecto, se ha sostenido que existe una fuerte correlación entre el nivel de actividad de organi-zaciones criminales y el nivel de corrupción en un país dado. Aquí, se abona el concepto de que la corrupción y la criminalidad organizada se retroalimentan.8

Siguiendo, desde la perspectiva del concepto de crimen ocupacional acuñado por Clinard y Quin-ney9, cabe hacerse ciertas aclaraciones. En primer lugar que la responsabilidad individual por el acto de corrupción es innegable, pero el contexto organizacional y social no puede ser ignorado y, en segundo lugar, que el acto corrupto no siempre va en contra de los intereses de la organización de la que proviene el actor.10

Así, vemos que las explicaciones que se han dado desde la criminología al fenómeno de la corrupción se hallan en varios niveles agregados, entre los que encontramos el del individuo, el de sus interaccio-nes sociales, el organizacional (que abarca desde la estructura hasta la cultura de la organización) y el institucionalelcualsecaracterizaporlasregulacionespolíticas,económicasyfinancieras.11

Sinembargo,debemencionarseunadelasmayoresdificultadespararealizarunestudiocriminoló-gicodelacorrupción:lafaltadeacuerdosobreladefinicióndeltérmino“corrupción”,ylacalidaddifusa de las víctimas de sus devastadores efectos.

En efecto, este concepto se da una situación similar a la que se presenta con la noción del crimen organizado.Alnoexistirunadefiniciónunívoca,sucomprensiónconceptualhaosciladodesde1920entre dos nociones: una que pone el foco en el qué, es decir, en la actividad o las acciones concretas; y la segunda que enfatiza en quién, direccionado a la organización que la lleva adelante.12

Asimismo, a pesar de los efectos altamente nocivos de la corrupción, la falta de víctimas visibles y surecurrente“justificación”comoalgo“inevitable”enraizadaenlacultura,contribuyealamenorexploración de la criminología sobre el fenómeno.

6. Revista de Criminología del Servicio Penitenciario Federal—Instituto de Criminología. Número I, Año 2015. Disponible en línea: http://www.spf.gob.ar/drive/repo/general/4201revista_de-criminologia_n1_2015.pdf.7. Beare, M.E. (1997). Corruption and Organized Crime: A Means to an End. In B. Rider (ed.) Corruption: The Enemy Within (pp. 65-76). La Haya: Kluwer Law International.8. Van Dijk, Jan y Buscaglia, Edgardo (2003). Controlling organized crime and corruption in the public sector. En: Forum on Crime and Society, vol. 3, Nros. 1 y 2. Disponible en: https://www.unodc.org/pdf/crime/forum/forum3_Art1.pdf.9. Clinard M. B. & Quinney R. (1973). Criminal Behaviour Systems: a typology (2nd ed). New York, Holt, Rinehart and Winston.10. Huisman, Wim y Vande Walle, Gudrun (2015). The Criminology of Corruption. Disponible en: https://www.researchgate.net/publica-tion/267227056_THE_CRIMINOLOGY_OF_CORRUPTION.11. Shover, N, y Bryant, K.M. (1993). Theoretical Explanations of Corporate Crime, in: Blankenship, M.B. Understanding Corporate Criminality. Nueva York: Garland Publishing.12. PAOLI, Letizia (ed.) (2014). The Oxford Handbook of Organized Crime. Oxford, UK: Oxford University Press, pp. 1-2.

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Hacia la construcción de un perfil de los internos del sistema IRIC

La admisión al sistema IRIC se da por la reunión de ciertos parámetros. La persona debe tener riesgo muybajo,bajoomedioenlasvariablesdeconflictividadysuicidiodelsistemadeClasificaciónInicialpor Riesgo (CIR) y presentar, además, dos o más de las siguientes características:

1. Alto poder económico o adquisitivo. 2. Vinculación destacada con grupos de criminalidad organizada o criminalidad organizada transnacional. 3. Internos procesados o condenados por delitos de corrupción, de criminalidad económica o de crimen organizado y crimen organizado transnacional, tales como: lavado de activos, evasiónfiscal,defraudaciónalaadministraciónpública,narcotráfico,contrabando,tráficodearmas, personas u órganos. 4.Capacidadfundadadeinfluiroinfiltrarseenaltasesferasgubernamentalesodepoderpolítico.5.Capacidaddecorromperoinfluir,atravésdedinerouotrosrecursosalaintimidaciónoviolencia, en el desempeño del personal;6. Personas privadas de su libertad que fueran funcionarios públicos al momento de su detención o que lo hayan sido con anterioridad, siempre que hayan tenido acceso a altos niveles de gobierno. 7. Aquellos que reúnan los criterios establecidos por las resoluciones de la Unidad de Infor-mación Financiera 11/2011, del 13 de enero y 52/2012, del 29 de marzo, encuadrándose en el concepto de persona políticamente expuesta

Esta guía para la admisión al sistema se mantendrá hasta tanto se haya desarrollado un sistema para medir objetivamente los índices de corruptibilidad.

Perfiles desarrollados por la doctrina

En principio, cabe destacar que la población IRIC, si bien comparte altos valores de corrupti-bilidad,englobaperfilesquepresentancaracterísticasmuydiferentes.Apartirdeesto,puedendistinguirse dos grandes grupos: los líderes o personas con una participación destacada en orga-nizacionescriminales(ejemplo:narcotráfico)juntoaloscondenadosyprocesadosporcausasde corrupción o delitos relacionados (funcionarios públicos que hayan ocupado cargos en altas esferas gubernamentales, empresarios, sindicalistas, etc).

Dentrodelassimilitudesquepresentanestosdosperfilesencontramosquesueletratarsedeper-sonas con un nivel socio-cultural mayor que el de la población general (alta disponibilidad de recursos) que cuentan con vínculos con personalidades destacadas en ámbitos estratégicos como el político y el judicial, con carisma y una educación superior.

Podemos señalar, como hipótesis, que los líderes de organizaciones criminales vinculadas por ejemploalnarcotráficosonmáspropensosarecurriralrecursodelaviolenciaoextorsiónpara

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materializarsusfinesdelictivos,aunquedentrodelosestablecimientospenitenciariosnopre-senteníndiceselevadosdeconflictividad.EnunestudiorealizadoporlaONUDDsobrelasor-ganizaciones criminales, sobre un total de 40 organizaciones, la violencia fue considerada como esencial para sus actividades en 23 de ellas.13

En este estudio, se examinó la estructura jerárquica de estas organizaciones y se observó la pre-sencia de una “jerarquía rígida”. La organización depende de un jefe que se encarga de tomar las decisiones ejecutivas y que coordina las cuestiones operativas con subjefes regionales, dejando la ejecución de las mismas a otros integrantes de menor rango.

A partir de esto se llega a la conclusión de que tanto los líderes del crimen organizado, como los líderes asociados con actos de corrupción, presentan algunas características propias de la crimi-nalidad de cuello blanco. Algunas de ellas14 son:

1. En la mayoría de los casos se trata de internos primarios15.2. Son, por lo general, hombres que rondan los 50 años de edad.3. Cuentan con títulos universitarios.4.Autoridad:apreciaciónyconfianzaenlapropiaautoridad.5. Hedonismo cultural.6. Rasgos narcisistas de la personalidad: si bien no necesariamente se está ante un trastorno narcisista de la personalidad, pueden encontrarse alguno de sus rasgos en menor o mayor medida. Entre ellos, destacamos la demanda e ilusión de grandeza, falta de compromiso con otrosyunadeficienteempatía.

Comparación de la población IRIC con la población general en el Sistema de Clasificación Inicial por riesgo (CIR)16

En este estudio, el total de la población IRIC es de 121 internos17, mientras que la población general reúne 12.354 internos.

A continuación, realizaremos un relevo de algunos de los datos recolectados a través del sistema declasificacióninicialporriesgo(CIR)delapoblaciónIRIC,yloscompararemosconlosdelapoblación en general.

13. Ver: ONUDD (2002). Results of a pilot survey of forty selected organized criminal groups in sixteen countries. Disponible en: https://www.unodc.org/pdf/crime/publications/Pilot_survey.pdf.14. Eaton, Tim y Korach, Sam (2016). A criminological profile of white-collar crime. En: The Journal of Applied Business Research, Vol. 32, N° 1. Colorado: Clute Institute.15. Un estudio realizado por ACFE reveló que un 87% de los condenados por delitos ocupacionales enfrentaban su primer condena. Associa-tion of Certified Fraud Examiners. (2014). ACFE report to the nations.16. Para más información sobre el sistema CIR, ver Servicio Penitenciario Federal, “Hacia un sistema de clasificación inicial y evaluación de riesgo y necesidad”, Revista de Criminología, 2015, pág. 91.17. Datos a octubre de 2018.

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Datos identificatorios

General IRIC

Estado civil

No hay dato 25,92% 10,74%

En pareja 1,39% 5,79%

Concubinato 6,01% 14,88%

Casado 7,82% 35,54%

Soltero 55,67% 16,53%

Divorciado 1,70% 11,57%

Separado 0,83% 4,13%

Viudo 0,66% 0,83%

¿Tiene hijos menores?

No hay dato 27,79% 2,48%

Si 24,98% 48,76%

No 47,23% 48,76%

¿Cuántos hijos menores tiene?

No hay dato 55,55% 11,57%

No corresponde 33,96% 48,76%

3 ó más 4,53% 14,05%

2 3,24% 15,70%

1 2,72% 9,92%

¿Convive con los hijos?

No hay dato 55,86% 9,92%

No corresponde 33,96% 48,76%

Si 3,49% 4,13%

No 6,69% 37,19%

•Enrelaciónalestadocivil,vemosqueel35,54%delosinternosincorporadosalsistemaIRICseencuentrancasadosformalmentecontrael7,82%delapoblacióntotal.•El55,67%del totalgeneralde losalojadosrefieresersoltero,mientrasque los internossolterosalojadosenelsistemaIRICsonel16,53%.•LosinternosalojadosbajoelsistemaIRICrefierentenerhijosmenoresenun48,76%;enelcasodelapoblacióngeneralessoloel24,98%.

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Trabajo y Habilidades Laborales

General IRIC

Historial de empleo

No hay dato 11,24% 3,31%

Sin problemas 39,73% 87,60%

Con problemas 38,04% 9,09%

Serios problemas 10,99% 0,00%

Tiempo transcurrido desde el último trabajo estable

No hay dato 11,26% 2,48%

Menos de 2 años 49,59% 86,78%

Más de 2 años 24,96% 8,26%

Nunca 14,19% 2,48%

Experiencia y capacidades para trabajar

No hay dato 11,23% 3,31%

Sin largos períodos inactivo 51,83% 91,74%

Periodos inactivos de 2 años o más 25,34% 4,13%

Sin capacitación o experiencia laboral 11,61% 0,83%

Actitud hacia el trabajo en general

No hay dato 11,31% 2,48%

Buena 50,69% 88,43%

Intermedia 32,15% 9,09%

Parcialmente 5,84% 0,00%

No 6,69% 37,19%

•LosinternosalojadosenelIRICnorefierenhabertenidoproblemasdeempleoenun87,60%deloscasos.Enelcasodelapoblacióntotalel39,73%dealojadosinformannohabertenidoproblemas serios de empleo.•Seobserva,asuvez,quelosinternosalojadosenelIRICpresentanunamejoractitudhaciaeltrabajoengeneral,siendoqueel88,43%dacuentadeunaactitudpositiva.Conrespectoaestetipo,sóloel50,69%refierehabertenidounaactitudpositivahaciaeltrabajo.•Encuantoalaexperienciayalascapacidadeslaboralessóloel0,83%delosinternosIRICrefierenotenerninguna,frenteal11,61%delapoblacióngeneral.

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Estilo de Vida y Sociabilidad

General IRIC

Ingresos provenientes de actividades delictivas

No hay dato 10,99% 3,31%

No 45,58% 57,02%

Sí 13,11% 12,40%

Parcialmente 30,32% 27,27%

Vínculos con infractores

No hay dato 11,26% 2,48%

No 40,50% 55,37%

Esporádicamente 28,75% 32,32%

Regularmente 19,49% 9,92%

¿Presenta rasgos de manipulación?

No hay dato 11,32% 2,48%

No 52,24% 63,64%

Sí 7,33% 14,05%

Intermedio 29,11% 19,83%

¿Integra grupos no delictivos?

No hay dato 11,45% 2,48%

Intermedio 22,81% 19,83%

Participa 39,55% 67,77%

No participa 26,18% 9,92%

•Seobservaqueel55,37%delosinternosalojadosbajoelsistemaIRICnopresentanpredis-posición a tener vínculos con infractores en la vida libre. En el caso de la población general lanovinculaciónesde40,50%delosinternos.•LosinternosIRICquepresentanrasgosdemanipulaciónduplicanencantidadalosinternosde la población general que los presentan.•El67,77%delosinternosIRICpresentanmayorpredisposiciónaintegrargruposdelicti-vos.Enelcasodelapoblaciónengeneral,soloel39,55%afirmaparticiparenestosgrupos.

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Infancia y Adolescencia

General IRIC

Padres separados

No hay dato 11,19% 2,48%

No 47,60% 75,21%

Sí 41,21% 22,31%

Abandono del hogar

No hay dato 11,28% 2,48%

No 68,23% 91,74%

Breves períodos 7,92% 1,65%

Sí antes de los 12 años 1,23% 1,65%

Sí entre 12 y 17 años 11,35% 2,48%

Violencia doméstica

No hay dato 11,267% 2,48%

No 72,00% 93,39%

Excepcionalmente 8,26% 2,48%

Sí, grave 8,48% 1,65%

Abandono escolar

No hay dato 11,61% 2,48%

Secundario completo 22,02% 76,03%

Primario completo 51,76% 19,83%

Primario incompleto 14,54% 1,65%

Analfabeto 0,07% 0,0%

Vínculo con el padre

No hay dato 11,57%, 2,48%

Nunca 10,77% 3,31%

Hasta adultez 65,85% 88,43%

Hasta 12 años o menos 11,82% 5,79%

Vínculo con la madre

No hay dato 11,28% 2,48%

Nunca 2,27% 1,65%

Hasta adultez 80,18% 95,04%

Hasta 12 años o menos 6,11% 0,83%

•LasrelacionesfamiliaresdelosinternosIRICsonsignificativamentemásestablesquelasdelapoblacióngeneral,especialmenteenloquehacealarelaciónconelpadre.El88,43%de los internos del IRIC mantuvo vínculos hasta la adultez con el mismo, mientras que de lapoblacióngeneralsóloel65,85%.Además,losinternosIRICraravezhanexperimentadoviolencia doméstica.•Conrespectoalaeducación,el76,03%delosinternosIRIChafinalizadoelnivelsecun-dario,mientrasquesóloel22,02%delapoblacióngenerallohaconcluido.

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Relaciones Interpersonales y Familiares

General IRIC

Relación con la familia

No hay dato 11,28% 2,48%

Intermedio 13,02% 3,31%

Mantiene vínculos 70,01% 92,56%

Inexistente 5,70% 1,65%

Pareja con antecedentes delictivos

No hay dato 52,08% 9,09%

No corresponde 6,78% 25,62%

No 34,81% 60,33%

Sí 6,33% 4,96%

Familiares con antecedentes penales

No hay dato 11,20% 3,31%

No 67,30% 87,60%

Sí 21,50% 9,09%

Apoyo familiar para abandonar el delito

No hay dato 11,44% 4,13%

No 14,44% 6,61%

Sí 53,85% 76,03%

Intermedio 20,27% 13,22%

•El 92,56%de los internos IRICmantienen relación con sus familiares,mientrasque el70,01%delosalojadosmantienenvínculosconfamiliares.•Enrelaciónalapoyofamiliarparaelabandonodeldelito,losinternosIRICpresentaríanmejoresindicadores,evidenciandoun76,03%,encontraposiciónalapoblacióngeneralquemuestrasoloun53,85%.

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Conflictividad

General IRIC

Herida provocada por armasNo hay dato 11,02% 0,00%No 71,76% 99,17%Sí 17,23% 0,83%

Cantidad de heridas de armas de fuego

No hay dato 0,93% 0,00%No corresponde 81,97% 99,17%1 4,48% 0,00%Ninguna 7,66% 0,83%

2 o más 4,96% 0,00%

Cantidad de heridas de arma blanca

No hay dato 0,86% 0,00%No corresponde 81,98% 99,17%1 3,69% 0,83%Ninguna 4,10% 0,00%2 o más 9,37% 0,00%

Heridas causadas por autoagresiónNo hay dato 11,11% 0,00%No 80,60% 100,00%Sí 8,29% 0,00%

Cantidad de heridas por actos de autoagresión

No hay dato 6,95% 0,00%No corresponde 90,86% 100,00%3 o más 1,17% 0,0%

1,01% 0,0%

Alteración grave al régimen disciplinario

No hay dato 14,90% 0,83%No corresponde 10,79% 85,95%No 61,46% 13,22%3 o más 5,35% 0,00%1 o 2 7,50% 0,00%

Destrucción de materiales

No hay dato 15,13% 0,83%No corresponde 10,79% 85,95%No 70,82% 13,22%Sí 3,26% 0,00%

Agresión a visitantes

No hay dato 15,16% 0,83%No corresponde 10,79% 85,95%No 73,72% 13,22%Sí 0,32% 0,00%

Pelea con otros internos

No hay dato 15,07% 0,83%No corresponde 10,79% 85,95%No 60,20% 9,92%

13,95% 3,31%

Agresión al personal penitenciario

No hay dato 15,08% 0,83%No corresponde 10,79% 85,95%No 68,91% 12,40%Sí 5,22% 0,83%

•Enrelaciónalconjuntodevariablesquehacenalaconflictividad,observamosquelospor-centajes de los internos IRIC son mucho más bajos en general, agregando que ningún interno IRIC presenta indicadores de autoagresión.

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Riesgo de fuga

General IRIC

¿Es miembro de grupos organizados?

No hay dato 13,34% 0,83%

No 74,24% 30,58%

Sí 12,42% 68,60%

Grado de participación en el grupo organizado

No hay dato 67,68% 2,48%

No corresponde 19,91% 28,93%

Moderado 6,12% 50,41%

Bajo 3,74% 0,83%

Alto 2,56% 17,36%

¿Es miembro de grupos armados?

No hay dato 13,54% 0,83%

No 77,39% 53,72%

Sí 9,07% 45,45%

Grado de participación en el grupo armado

No hay dato 70,65% 1,65%

No corresponde 20,27% 52,89%

Moderado 4,89% 32,23%

Bajo 1,04% 0,00%

Alto 3,15% 13,22%

•RespectoalapertenenciaagruposorganizadosvemosquelapoblaciónIRICpresentaunporcentajemuyporencimadelapoblacióngeneral.El68,60%delosinternosIRICintegraalgúntipodeorganizacióncriminal,mientrasquesóloel12,42%deltotaldepoblaciónesmiembro de alguna de ellas.•Respectoalgradodeparticipaciónenelgrupouorganizaciónqueintegraría,seobservaquelosinternosIRICreflejanmayoresvaloresenelnivelalto.Nivelaltodegradodeparti-cipaciónengruposorganizados:poblacióngeneral2,56%,internosIRIC17,36%;nivelaltodegradodeparticipaciónengruposorganizados:3,15%delapoblacióngeneraly13,22%de los internos IRIC).

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Variables de Personalidad

General IRIC

¿Actúa sin pensar?

No hay dato 11,24% 2,48%

No 49,65% 76,03%

Ocasionalmente 30,45% 21,49%

Con frecuencia 8,97% 0,00%

¿Puede aplazar satisfacciones?

No hay dato 11,25% 3,31%

No 8,17% 3,31%

Sí 39,07% 68,60%

Intermedio 41,51% 24,79%

¿Tiene objetivos a mediano plazo?

No hay dato 11,27% 2,48%

No 14,03% 0,83%

Sí 41,46% 80,99%

Intermedio 33,25% 15,70%

Comportamiento agresivo

No hay dato 11,33% 2,48%

No 74,93% 88,43%

Sí 2,40% 0,00%

Intermedio 11,33 9,09

•SeobservanmenoresnivelesdeimpulsividadenlapoblaciónIRIC(76,03%delosinternosIRICnoactúansinpensar,frenteaun49,65%delosdemásinternos).•LosinternosIRICtienenmayorcapacidaddeplanificaciónrespectoalapoblacióngene-ral.El80,99%delosinternosIRICrefieretenerobjetivosamedianoplazo,mientrasquesóloel41,46%deltotaldelapoblaciónhacereferenciaaestos.•LosinternosIRICnopresentanuncomportamientoagresivo.

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Estudio de desempeño moral en el módulo VI del Complejo Penitenciario Federal

Conelobjetivodeidentificarlosnivelesdecalidaddevidaalinteriordecadaestablecimientopenitenciario a partir de la percepción de los internos para conocer las fortalezas y debilidades de cada uno de ellos, en torno al concepto de desempeño moral18 como herramienta para la aplicacióndepolíticasespecíficasy localizadas, se realizaron640encuestasenelComplejoPenitenciario Federal I, 71 de ellas en el módulo VI, afectado algunos pabellones al sistema IRIC y otros al Programa Protin.19 El relevamiento fue realizado entre julio y octubre de 2018.

A continuación se exponen algunos de los resultados que son de interés para el presente estudio:

•LosinternosdelMóduloVItieneníndicesmásaltosdeeducaciónsuperiorquelosdemásinternos,teniendoun23,3%deellosuntítulouniversitariooterciario.•Enlíneasgeneralespasanporprimeravezporlaprisión.•Enrelaciónalasdimensionesrelacionalesdelcuestionariodecalidaddevida,vemosqueel85,7%delosinternosdelMóduloVIrefieresertratadoconrespeto.•Un75,7%manifiestaquelasrelacionesentreagenteseinternossonbuenas.•Conreferenciaalaseguridad,el91,2%delosinternosdelMóduloVIaseguranosermo-lestado ni amenazado por los demás internos del establecimiento.•Delanálisisdetodoslosítemsquecomponenelcuestionarioresultaqueel57%delosin-ternosdelMóduloVIleotorganunacalificaciónpositiva(entre7y10puntos)alacalidadde vida dentro del módulo VI. •ComoaspectosnegativosquedeberánserobjetodemejoradentrodelmóduloVI,podemosseñalar la oferta de actividades.

Abordaje del perfil desde el punto de vista tratamental

Debemos señalar que el sistema IRIC se focaliza en el riesgo de corruptibilidad. Si bien forma parte del Plan de Sentencia, no es un programa de tratamiento o un dispositivo orientado directamente a la intervención en relación a las necesidades criminógenas de los internos allí alojados.

Lacaracterizacióndeunperfilcriminológicodedeterminadocolectivodeinternosresultaútildebido a que posibilita una adecuada evaluación y análisis de los riesgos y necesidades de quie-nes se encuentran condenados por su participación en estos delitos en pos de diseñar planes de sentencia que reduzcan los riesgos de reincidencia, mejoren las probabilidades de reinserción o incentiven el desistimiento del delito.

18. Para un mayor análisis del concepto de desempeño moral y el estudio de calidad de vida en nuestras prisiones, ver Servicio Penitenciario Federal, “Midiendo la calidad de vida en tres establecimientos del Servicio Penitenciario Federal”, Revista de Criminología, 2016; y Servicio Penitenciario Federal “Desempeño moral”, Revista de criminología, 2017.19. Programa de tratamiento interdisciplinario, individualizado e integral.

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Cuando nos referimos al plan de sentencia estamos haciendo mención no sólo al tratamiento individualizado sino al conjunto de herramientas, dispositivos, programas, estrategias, metodo-logías, etc. que basados en la evidencia empírica que nos permita lograr una adecuada interven-cióndelapersonadentrodelsistemapenitenciarioalosfinesdelograrunaefectivaintegraciónde la persona al medio libre.20

A partir de lo hasta aquí analizado, proponemos los siguientes lineamientos:

•Losprogramasdebenestarenfocadosenbasealmodeloderiesgo-necesidadyresponsivi-dad junto al modelo de desistimiento del delito.•Debenhacerseevaluacionesderiesgodereincidenciaparaunabordajeadecuadodelosfactores asociados a dicho riesgo que permita trabajar sobre las necesidades individuales, así como también de los factores protectores que faciliten la reintegración del interno.•Resultabeneficiosofomentarlasactividadesylasrelacionesprosociales.•Sevaloraqueelinternocondenadotomecontactoconlacomunidad.Todasaquellasaccionespositivasenbeneficiodelacomunidad–seatrabajocomunitario,donacionesoelsimpleacer-camiento, o reparaciones no patrimoniales- deben ser fomentadas, facilitadas y recompensadas.•Losprogramasqueenvistadelaespecificidaddeestetipodecriminalidadsedesarrollen,deben ser aplicados conjuntamente con los programas ya existentes.•Puederesultarenriquecedorincorporarlalógicadelajusticiarestaurativa,paraayudaralosinfractores a entender las consecuencias de sus acciones y enmendar los daños del delito.21

20. Ver Servicio Penitenciario Federal, “Riesgo y desistimiento del delito”, Revista de Criminología, 2017, pág. 5121. “La justicia restaurativa está basada en el principio de que las respuestas más eficaces a la delincuencia son aquellas que hacen que los delincuentes rindan cuentas de su conducta de una manera que les reintegre en la sociedad en vez de aumentar su sentido de aislamiento y estigma”, en UNODC, Guía de Introducción a la Prevención de la Reincidencia y la Reintegración Social de Delincuentes, Pág. 110.

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Conclusión

Hasta aquí, hemos tratado de mostrar cómo el Servicio Penitenciario Federal ha trabajado sobre eldesafíoconcretodehabercomenzadoaalojarinternosconcaracterísticasespecíficasquelaadministración penitenciaria no estaba acostumbrada a gestionar.

Estos internos, con altos riesgos de corruptibilidad, son incorporados al sistema IRIC como forma de garantizar ciertos estándares adecuados de funcionamiento del sistema penitencia-rio. Esto ha sido así, debido a que determinadas formas de criminalidad requieren respuestas igualmenteespecíficas.

A lo largo del estudio, hemos intentado mostrar algunos datos sobre las características generales y vivencias de la población penal allí alojada.

Ahora bien, uno de los grandes desafíos de la administración penitenciaria, está relacionado con elpuntoespecíficodelareduccióndelareincidenciaylapromocióndeldesistimiento.

Elmáximodesafío,consisteengenerarprogramasespecíficosorientadosaabordarestosnuevosperfilesapartirdelanálisisdelosriesgosynecesidadesdelosinternosparapodercrearunarespuesta objetiva adecuada que tienda a cumplir con los objetivos de la administración peniten-ciaria,siendoseacapazdereflejarseenlosplanesdesentenciaindividuales.

Capítulo V Midiendo la corrupción: percepciones del personal

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Midiendo la corrupción: percepciones del personal

Introducción

La corrupción es un riesgo del que ninguna organización escapa. Para ser prevenida y sancionada allí donde ocurra, el fenómeno debe ser entendido en sus manifestaciones propias dentro de la organizaciónespecífica,parapoderbrindarunarespuestaadecuada.

El primer paso para diseñar una política de prevención y lucha contra la corrupción, debe ser el de conducir un estudio de los riesgos de corrupción dentro de la institución. 1

Un estudio de estas características permite encontrar las debilidades y alertas de la institución, ante los nocivos efectos de la corrupción. Los datos que se tomen en consideración para un estudio relacionado con la medición de la corrupción podrán ser objetivos, provenientes de es-tadísticas y reportes, o subjetivos, recopilados de las percepciones que los usuarios y operadores tengan del sistema.

Existenmúltiplesherramientasparamedir lacorrupción,perotodasellasdifierensustancial-mente la una de la otra. Las diferencias entre uno y otro indicador están en la extensión de la muestra, aquello que se mide, la metodología empleada y el rol de los actores relevantes (sean internos o externos) que desempeñan en la medición. 2

Los principales tipos de indicadores de la corrupción son3:

•Indicadoresbasadosenlaspercepcionesyenlaexperiencia.•Indicadorescimentadosenunabasededatosycomplejos.•Indicadoresindirectos.

Los basados en las percepciones son los más frecuentemente usados, de hecho, el comúnmente más citado es el índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de Transparencia Internacional.

El IPC se basa en las percepciones que tienen sobre la corrupción los expertos y los ciudadanos de un país dado. Otra particularidad de este indicador es que es compuesto, sus resultados son informados por varios índices y datos provenientes de múltiples fuentes.

1. Podmore, John (2017). Handbook on Anti-Corruption Measures in Prisons. Viena: ONUDD.2. PNUD (2008). A users´guidetomeasuringcorruption.Oslo: Centro para la gobernanza del PNUD.3. Ibídem.

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Este tipo de indicador resulta útil porque no depende de la habilidad de los mecanismos de con-trol para detectar actos de corrupción, ni tampoco del reporte de la prensa de estos casos para obtener resultados válidos. De hecho, hay una correlación entre indicadores basados en percep-ciones y otros basados en experiencia, como el Barómetro Global de la Corrupción.4

Endefinitiva, losdiferentesindicadoresdelacorrupcióndebenservistoscomocomplemen-tarios entre sí, la elección entre uno y otro dependerá del contexto y los objetivos del estudio.5

Estudio de percepción de la corrupción en el Servicio Penitenciario Federal 6

A partir del reconocimiento de que la corrupción socava los objetivos fundamentales de la Ins-titución —protección pública, desistimiento del delito y reducción de la reincidencia y reiteran-cia—, perjudica el pleno ejercicio bajo el principio de normalidad de los derechos de las perso-nas privadas de su libertad, e impide la generación de un ambiente laboral adecuado, es que se ha asumido el compromiso de abordar esta temática y dar una respuesta efectiva.

Consecuentemente, desde el 2014 se ha implementado un plan de acción de promoción de la integridad pública, prevención y lucha contra la corrupción. Habiéndose desarrollado medidas tales como la creación de un código de ética propio, la implementación de un sistema de denun-cias de casos de corrupción y la protección correspondiente a los agentes que denuncien. Ade-más, de la constante capacitación del personal en materias asociadas a la ética, la transparencia y la prevención de la corrupción, entre otros. Lo cierto es que se ha ido rompiendo el tabú que existió siempre en relación a la temática de la corrupción.

Las políticas anti-corrupción deben ser evaluadas para conocer su efectividad y permitir su co-rrección y ampliación allí donde sea necesario, se trata de un trabajo constante y cíclico.

Teniendo ello en mente, se decidió realizar un estudio sobre la percepción del personal sobre ella dentro de la Institución.

A través de este estudio se buscó conocer las percepciones, expectativas y representaciones sobre la corrupción en general y dentro del Servicio Penitenciario Federal. Además, se intentó tener conocimiento acerca de las políticas públicas desarrolladas dentro de la institución para prevenirla y la apreciación que el personal penitenciario tiene sobre las causas y daños que la misma genera. Los resultados contribuyen a detectar la percepción real del personal vinculada a dicha temática, así como también el conocimiento de las acciones desarrolladas y de los cana-

4. Lambsdorff (2006). Measuring Corruption –the validity and precision of subjective indicators. En: Measuring Corruption (pp. 81-100). Alder-shot: C. Sampford et al. Ashgate Publishing.5. PNUD (2008). A users´guide to measuring corruption.Oslo: Centro para la gobernanza del PNUD.6. Algunos resultados de este estudio han sido publicados previamente en: Blanco, Emiliano (2017). Prevention of corruption in the Argentine Federal Prison Service. En: Advancing corrections. Journal of the International Corrections and Prison Association, Edition No. 5 (pp. 141-150).

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les de denuncia. Al tiempo que advierte sobre el nivel de conciencia presente entre los agentes penitenciarios sobre temas de ética pública y transparencia, permitiendo comprender de forma más adecuada la problemática que existe con respecto al diseño de políticas institucionales orientadasaabordaresteconflicto.

Se reconoce que este tipo de estudio, al medir percepciones y no datos objetivos, puede ver su validez afectada por el sesgo de la muestra. Por esta razón, se dispuso que el formato de reco-lección fuera a través de una encuesta anónima, tomando un porcentaje representativo de la composición de las unidades en estudio.

Laversiónfinaldelaencuesta,quecuentacon30ítems,fuetomadaenunaprimerainstanciaencuatro complejos de la zona metropolitana, cuyos resultados serán expuestos en el presente artículo.

Muestra

Laprimeraetapafueconducidaafinalesdelaño2017,conelpersonaldeloscomplejospeniten-ciarios de la zona metropolitana. La muestra inicial fue de 610 agentes. Sin embargo, sobre este total de encuestas, se obtuvieron resultados analizables de 516 agentes. La diferencia numérica se explica en la falta de respuesta por parte de la persona o, en el caso de algunas preguntas, la devolución fue anulada debido a un error en la interpretación de algunas preguntas por parte de los encuestados; lo que impidió conocer cuál era la opción elegida.

Así, la muestra fue la siguiente:

% N

CPF CABA 24,8 128

CPF I 39,5 204

CPF II 25,6 132

CPF IV 10,1 52

Total 100,0 516

La muestra total por complejo a su vez fue dividida de forma representativa de su composición actual, según la antigüedad y la jerarquía de los agentes, y entre aquellos que tienen contacto con los internos y los que no.

Antigüedad % N

Menos de 5 años 31,8 164

Entre 5 y 9 años 30,4 157

Entre 10 y 19 años 31,8 164

Más de 20 años 4,1 21

NS/NC 1,9 10

Total 100,0 516

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Jerarquía % N

Oficial 14,1 73

Suboficial 84,1 434

NS/NC 1,8 9

Total 100,0 516

Contacto con los internos % N

Si 69,6 359

No 26,9 139

NS/NC 3,5 18

Total 100,0 516

Percepciones sobre la corrupción en Argentina

La primera parte de la encuesta estaba conformada por preguntas que apuntaban a saber qué grado de corrupción creen los encuestados que existe en el país. Sus causas, consecuencias, y cuáles son las áreas de mayor riesgo.

Tambiénseincluyeronpreguntasparaevaluarlaconfianzaquetienenlosagentessobrelosorganismos de control y los mecanismos de denuncia.

Enpromedio,el70%delosagentespenitenciariosencuestadosindicaronqueArgentinacomopaís sufre de altos niveles de corrupción. Este resultado representativo de las percepciones de la población general, se emparento al obtenido por la Argentina, que obtuvo un puntaje de 40 /100 en el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional en el año 2018.7

Apesardelaaltapercepcióndecorrupción,lamayoríaestimaquesepuedecombatireficien-temente.Alrededordel56,8%opinaqueexistenmedidasadecuadasparacombatirlacorrup-ción que pueden ser implementadas.

El gran problema de la lucha contra la corrupción según nuestros agentes es la invisibilidad deloscasos.Un86,6%delosencuestadosopinóquelacantidaddepersonasinvolucradasenlacorrupciónesmuchomayordeloquesesabe.Enesamismalínea,un76,6%delosagentescree que todos los niveles de la administración pública están afectados por este problema.

Como agravante al desconocimiento generalizado que rodea a los actos de corrupción, los agentes creen que la mayoría de los hechos que sí se conocen no son reportados. Un 74,8%estimóqueenArgentinaloscasosdecorrupciónnosondenunciadosporaquellosque los conocen.

7. https://www.transparency.org/country/ARG.

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Másaún,enaquelloscasosenquesísedenuncia,el73,4%estimaquenosellegaaunjuicio,y que tampoco responsabiliza a los involucrados.

En cuanto a las áreas de riesgo, se incluyó un listado con algunas instituciones y se les pidió a los agentes que las ordenaran según la percepción del grado de corrupción que tienen de cada una de ellas. De las instituciones incluidas, las 4 más corruptas según la percepción de los encuestados son:

1.Sindicatos(87,4%).2.Congreso(83,3%).3.PoderJudicial(82,2%).4.PolicíaBonaerense(78,1%).

Para conocer qué es lo que los agentes consideran sobre la corrupción se les brindó una serie de actos que, o bien implican acciones de corrupción o faltas a la ética pública. A partir de esto, se les solicitó que indicaran si los consideraban o no como actos de corrupción y la gravedad de los mismos.

La mayoría entendió que todos los actos descriptos caían en la corrupción. Sin embargo, se detectó una mayor tolerancia respecto de actos de nepotismo, infracciones impositivas y la uti-lizacióndeinfluenciasparaagilizartrámites.

Acerca de las causas de la corrupción, los agentes encuestados estimaron que las 3 causas principales son:

1.Unsistemajudicialineficiente.2. Falta de valores éticos.3. Falta de transparencia en las decisiones políticas.

Por otro lado, según los resultados obtenidos, las 3 principales consecuencias de la corrupción son:

1. Pobreza.2. Violación de derechos humanos: pérdida de derecho a salud, educación, seguridad, etc.3. Pérdida de la igualdad ante la ley.

Respecto a las causas y las consecuencias, es necesario hacer una aclaración que ya hicimos alprincipiodelartículo.Conrespectoalasdecorrupción,el61,4%delasrespuestasfueronanuladas debido a un error en la interpretación de la pregunta por parte de los encuestados. Las selecciones fueron múltiples sin seguir la pauta jerárquica de respuestas. “¿Cuáles son, a su jui-cio, las principales causas de la corrupción actualmente en la República Argentina? Seleccione solamente una opción por columna en orden de importancia (1° causa: la más importante). Puede seleccionar hasta tres opciones en total.” Lo mismo sucedió con la pregunta referida a lasconsecuencias,endondeel59,7%delasrespuestasfueronanuladasdebidoaunerrorenlainterpretación de la pregunta por parte de los encuestados. Las selecciones fueron múltiples sin

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seguir la pauta jerárquica de respuestas. “¿Cuáles son, a su juicio, las principales consecuencias de la corrupción actualmente en la República Argentina? Seleccione solamente una opción por columnaenordendeimportancia(1°causa:lamásimportante).Puede seleccionar hasta tres opciones en total.” Por ello, los datos obtenidos no son representativos de la muestra.

Percepción de la Corrupción en el Servicio Penitenciario Federal

En general, las percepciones sobre la corrupción dentro del Servicio Penitenciario Federal son algomásbenévolasquerespectoelpaís,conunpromediode22%,delosagentesqueconsideraque el nivel de corrupción es alto. Sin embargo, las tendencias en relación a la invisibilidad de los casos de corrupción, su inadecuada persecución y sanción, son las mismas.

El22%delosencuestadosaseguróhabertomadoconocimientodeunactodecorrupciónensuárea de trabajo y aproximadamente la mitad señala haber denunciado ese hecho. A partir de esto, se les solicitó a los agentes que eligieran de un listado los dos motivos más importantes por los cuales no habían reportado el hecho. Esos motivos fueron la falta de pruebas y el miedo a represalias.

Asimismo, al preguntarles acerca de si creen que en general los hechos de corrupción son de-nunciados por los agentes, la respuesta obtenida fue negativa. Un porcentaje apenas mayor al 22%indicócreerquelosagentesdenuncianloshechosdecorrupcióncometidosdentrodelaórbita del Servicio Penitenciario Federal. Al mismo tiempo, consideran que la principal razón por la cual no se llevan a cabo las denuncias es por temor a sufrir represalias.

También se les preguntó a los agentes si sabían ante quién se debía denunciar este tipo de hechos, y de ello resultó que:

•El40%indicósaberantequiéndenunciarhechosdecorrupción.• Los canales de denunciamás conocidos por los agentes son: la oficina anticorrupción,asuntos internos, la línea directa de denuncias por hechos de corrupción (0800-222-7738), juzgadosyfiscalías.

Asimismo,un46%opinaquelasdenunciasrealizadasporactosdecorrupciónterminanconlasanción de los responsables.

Para conocer el nivel de difusión que han tenido las políticas llevadas adelante por el Servi-cio Penitenciario Federal para combatir la corrupción, se pidió a los agentes que indicaran qué acciones conocían.

De ello surgió que las 5 medidas más conocidas para combatir la corrupción, implementadas en el Servicio Penitenciario Federal son:

1. Código de Ética para el Personal del SPF.2. Programas de bienestar del personal.

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3. Capacitaciones en materia de ética, transparencia y prevención de la corrupción.4. Creación del Servicio de Prevención de la Corrupción.5. Monitoreo e inspección de procedimientos en establecimientos penitenciarios.

Sinembargo,quedamuchoporhacerrespectodeladifusión.Aunquenotoriamenteun60%refirióhaberrecibidounaomáscapacitacionessobrecuestionesdeéticayprevencióndelacorrupción;yalgomásdel73%elconocimientodelCódigodeÉticaparaelPersonaldelServicio Penitenciario.

Además,el54%delosagentesindicaronquelasmedidasimplementadashansidoeficientesensusobjetivos.El32%afirmóqueelniveldecorrupciónenelSPF,enesemomento,eramenoraldelos3añosanterioresy,un46,3%sostuvolomismoconrespectoalosúltimos5años.

Por otro lado, se les pidió a los agentes que seleccionaran 3 cuestiones que consideren que deben ser resueltas dentro de la institución prioritariamente. Como resultado se obtuvo:

1.LlevaradelanteunaseleccióneficientedelpersonalqueingresaalSPF.2. Fomentar una cultura ética para combatir la corrupción.3. Dotar de mayores recursos materiales a las unidades.

El64%delosagentesconsideraqueelpersonalcorruptodebeserdesvinculadodelainstitución.

Con respecto a las consecuencias de la corrupción, se les ofreció un listado de posibles con-secuencias sobre la institución para que señalaran cuáles creen que se han materializado. Los agentes estimaron que la corrupción ha entorpecido el correcto funcionamiento de la institución, la seguridad de los establecimientos penitenciarios, la calidad del ambiente laboral, y, en menor medida, la reinserción de los internos.

Dentrodelosfactoresderiesgoespecíficosdelámbitocarcelario,seobservóquelosinternosconaltopoderadquisitivopuedeninfluirenlasdecisionesquelosafectandirectamente,siendoaltamente disruptivos para el sistema y que existen prácticas extorsivas entre internos que per-miten la creación de ámbitos de violencia.

Finalmente,grancantidaddelosagentesencuestadosafirmaquelosmayoreshechosdecorrup-ción, tienen que ver con las compras y contrataciones del Estado y el ingreso de estupefacientes y de teléfonos celulares a los establecimientos penitenciarios.

Percepciones de terceros

Por último, se les consultó a los agentes acerca de cómo creen que la sociedad ve al Servicio Penitenciario Federal respecto de la problemática de la corrupción. Las respuestas evidencian resultados negativos, pero concordantes con las percepciones generales arrojadas por Transpa-rencia Internacional. Los agentes señalaron que ese puntaje es alto.

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Conclusión

El estudio de percepción de la corrupción, es una herramienta importante a la hora de poder determinar cuestiones centrales relacionadas con los riesgos en cuanto a la gestión, se denota un avance en el conocimiento de las cuestiones relacionadas con la ética pública y la lucha contra la corrupción.

En este sentido, se han impulsado acciones tendientes a prevenir la corrupción, como ser: apro-bación del Código de Ética para el Personal del Servicio Penitenciario Federal, creación del Servicio de Prevención de la Corrupción dependiente de la Dirección Nacional; aprobación del Plan de Acción del Servicio de Prevención de la Corrupción; publicación del Manual Antico-rrupción del Servicio Penitenciario Federal. Una introducción a la prevención de la corrupción en administraciones penitenciarias; creación de una línea directa de denuncias para casos de corrupción (0800-222-7738), conjuntamente con su protocolo de denuncia; creación de las nor-mas de protección del personal que denuncia; creación del Servicio de Monitoreo e Inspección de Establecimientos Penitenciarios; aprobación del sistema de Monitoreo del Servicio de Ali-mentación–SiMSA–conelobjetodefavorecerlatransparenciayuncontroleficienterespectodel servicio de alimentación-; jerarquización de Asuntos Internos e Inteligencia Penitenciaria, implementación del Sistema de Intervención para la Reducción de Índices de Corruptibilidad (IRIC); incorporación como obligatorios contenidos sobre integridad pública en los cursos de ingreso y ascenso del personal penitenciario.

Cabe destacar también, que a raíz de la presente encuesta se han implementado y fortalecido cuestiones que ya se venían trabajando en relación a la promoción de la integridad pública y la prevención de la corrupción. Actualmente, se está trabajando en la implementación de un sistema de gestión de calidad y trasparencia para el procedimiento de compras y contrataciones del SPF y regularización de las licitaciones; se han implementado políticas para mejorar la se-guridad procedimental en los establecimientos penitenciarios y se ha fomentado la capacitación del personal y se están llevando a cabo cursos a través de la plataforma virtual del SPF con el objetivo de borrar distancias y poder llegar a todas las Unidades. Además de lo descripto ante-riormente, se ha creado también un protocolo de protección administrativa para poder proteger a los agentes en cuestiones de represalias.

A partir de lo expuesto en este capítulo, llegamos a la conclusión de que se debe continuar con el desarrollo de la política anticorrupción iniciada y la misma debe profundizarse y expandirse hacia todos los establecimientos penitenciarios. Asimismo, se debe continuar capacitando al personalatravésdecampañasdedifusióndepolíticasinstitucionalesparaestablecerysolidifi-car una cultura ética entre los propios agentes del Servicio Penitenciario Federal.

Capítulo VI Perspectivas actuales sobre las actividades

laborales en el marco de los Sistemas Penitenciarios

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Perspectivas actuales sobre las actividades laborales en el marco de los Sistemas Penitenciarios

Introducción

El objetivo del presente trabajo es realizar un abordaje descriptivo-comparativo de la legislación sobre trabajo de las personas privadas de su libertad alojadas en los sistemas penitenciarios de Latinoamérica, y la naturaleza jurídica que tienen las actividades laborales que se llevan dentro de los establecimientos penitenciarios.

En primer lugar analizaremos, de forma sucinta, la evolución histórica del concepto de trabajo en prisión1, para entender su alcance en términos penitenciarios y observar cómo han repercuti-do estas ideas en las normas que regulan la ejecución de las penas.

En segundo lugar, indagaremos acerca de la relación entre trabajo carcelario y función de la cárcel,atendiendoalafinalidaddelapenaprivativadelalibertady,paralelamente,alasobliga-ciones de los Estados de promover y garantizar el acceso al trabajo y velar por los derechos de los internos que realizan actividades laborales

Porúltimo,reflexionaremossobrelospuntosdecontactoentrelalegislaciónlaboral,lalegisla-ciónpenalylalegislaciónadministrativa,conlafinalidadderepensarelalcanceyloslímitesdelos derechos de las personas que realizan actividades laborales en contextos de encierro. Dicha reflexiónconllevará,inexorablemente,apensarlaspenasdetrabajocomunitarioysurelacióncon las doctrinas más extremas en términos de reconocimiento de derechos del trabajador.

Consideraciones respecto al marco conceptual histórico del trabajo en prisiones.

Resulta ineludible esgrimir algunas consideraciones respecto a la evolución de las penas y su incidencia sobre el trabajo de las personas privadas de su libertad. Ello responde, por una parte, a que el desarrollo de la actividad laboral ha sido fundamental en la génesis del derecho penal y, por otra parte, a que las concepciones sobre el castigo han estado (desde antaño) asociadas a procesos y contextos históricos, sociales y económicos.

1. Utilizaremos las expresiones Trabajo en Prisión o Trabajo Carcelario, otorgándoles el sentido del trabajo realizado por las personas privadas de su libertad en contexto de encierro, y más específicamente en prisiones o cárceles, quedando fuera del alcance de este texto el realizado en institutos de salud mental.

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114

Las doctrinarias más relevantes al respecto son las siguientes:

Trabajo como castigo, de naturaleza cruel y aflictiva

Cabe destacar que el trabajo aparece históricamente vinculado al sistema de penas, incluso antes de la aparición de los sistemas penitenciarios, dado que en el pasado constituía la esencia propia del castigo, siendo la privación de la libertad un simple instrumento para asegurar el esfuerzo humano .2

Durante la Antigüedad y la Edad Media, las penas de trabajo forzado se anexaban al catálogo de penas corporales, asumiendo una de las formas de castigo más importantes. Los penados reali-zabantrabajosdeextraordinariadureza;yaseaenbeneficiodelestadooconlamerafinalidadde atormentarlos y hacerlos sufrir.

Actualmente, la prohibición del trabajo forzoso se encuentra en casi todas las legislaciones na-cionales e internacionales. Al respecto, podemos mencionar el Convenio de la OIT 3 de 1930; el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos4; y las Reglas Mínimas para el Tratamiento de Reclusos de Naciones Unidas5, entre otras.

Trabajo utilitario

Esta concepción, nacida en la edad moderna, se enmarca en la sustitución de la aparatosidad de los castigos medievales por consideraciones utilitarias. Aquí, como bien lo resaltan Rusche y Kir-chheimer6, el poder político devino consciente del valor potencial de la fuerza de trabajo del penado. A ello se suma también el cuestionamiento religioso de las penas corporales7. Consecuen-temente, aparecen dos ideas de gran relevancia: la concepción preventiva de la pena y la búsqueda deunbeneficiosocialdeltrabajodelospenados.Así,comienzaapredominareltrabajocarcelariogratuito en obras públicas: construcción de carreteras y puentes, trabajo en minas y canteras.

Trabajo correctivo

Paralelamente al fenómeno anterior y como consecuencia de los cambios sociales generados por el capitalismo, apareció la necesidad de control de una nueva masa de población empobrecida y desarraigada debido a la crisis feudal. El surgimiento de sistemas capitalistas de pastoreo, generó el desempleo de masa trabajadora agrícola. Por ello, una gran cantidad de vagabundos, mendigos y delincuentes se transforman en sujetos-objetos de la sanción penal.2. Arévalo, Luis Fernandez y NistalBurón Javier, Derecho Penitenciario, Arazi S.A., 2016, Reino de España.3. El Convenio sobre trabajo forzoso no lo permite bajo ciertas excepciones, de las que se encuentra excluido el trabajo de los penados.4. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, Artículo 8 inc. A, B, C, I.5. Reglas Mínimas para el Tratamiento de Reclusos, (Reglas Mandela) Regla 97.6. Melossi, D. y Pavarini, M., “Cárcel y Fábrica, Los Orígenes del Sistema Penitenciario”, Siglo XXI Ed.7. Centre d’Iniciatives per a la Reinserción, El trabajo en las Prisiones Europeas, Barcelona Reino de España, Pág. 59.

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AfinalesdelSigloXVI,conlacrisiseconómicacausadaporlasguerrasdereligionesylasnue-vas formas de comercio, apareció la necesidad de contar con mano de obra. Ese fue el origen de las casas de corrección en Inglaterra y Holanda8 y de las galeras en España.

Para evitar que esta situación se repita en la actualidad, es que las Reglas Mínimas de Naciones Unidas y la gran mayoría de las legislaciones sobre trabajo en cárceles del mundo occidental establecen la onerosidad del mismo.

Trabajo Humanitario

El advenimiento de esta concepción, que pone en el centro las necesidades de la persona pri-vadadesulibertad,produjounconflictoentreeltrabajorealizadoenlasprisionesyeltrabajoen obras públicas, derivado de las tensiones entre el utilitarismo y las propuestas correccio-nalistas. En estas condiciones, el trabajo penal pasó de ser la esencia de la pena a convertirse en un elemento residual.

Trabajo Re

La introducción del retribucionismo y del correccionalismo produjo grandes cambios en la con-cepción del trabajo penal. Nacen, así, dos tendencias: para el retribucionismo, el trabajo penal pasará a ser impuesto como un plus de dolor. Para el correccionalismo, por otra parte, el trabajo delospenadosesunodelosfactoresquedebenayudaralarehabilitación.Lafinalidaddeestaconcepción es convertir a los espacios de encierro en productores de hombres disciplinados y adaptados a las condiciones de los mercados de trabajo.

Apartirdeesto,puedeafirmarsequeelquiebreenrelaciónconeltrabajodelaspersonaspri-vadas de la libertad ha tenido lugar en el momento en que el mismo comenzó a concebirse como un elemento residual de la pena y, por sobre todo, cuando la cárcel comenzó a utilizarse como mecanismo de control social9 , en la época de la primera revolución industrial. Desde ese momento, el trabajo de los internos fue concebido con una función de adoctrinamiento de los colectivos poblacionales más vulnerables: debía permitir que los mismos puedan adquirir ha-bilidades para desempeñarse en el medio libre, fundamentalmente en trabajos de mano de obra que la economía demandaba.

Esta concepción del trabajo de los internos, como vimos, fue reinterpretada con el adveni-miento de las teorías “Re”. A partir de aquí, éste comenzó a tener un cariz de instrumento resocializador y rehabilitador.

8. Melossi, D. y Pavarini, M., “Cárcel y Fábrica, Los Orígenes del Sistema Penitenciario”, Siglo XXI Ed.9. Melossi, D. y Pavarini, M., “Cárcel y Fábrica, Los Orígenes del Sistema Penitenciario”, Siglo XXI Ed.

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Concepción actual: Las actividades laborales como factor para la reducción de la reincidencia y desistimiento del delito.

Las teorías Re se desarrollaron entre las décadas del ‘50 y ’60, conjuntamente con el apogeo del New Deal norteamericano. Sin embargo, en los años 70 se generó una nueva corriente que tuvo gran impacto, tanto en la concepción de las penas privativas de la libertad como, en con-secuencia, sobre las concepciones vigentes acerca del trabajo en prisiones: Este movimiento se denominó “Nothing Works”.Sumáximafundamentalafirmaquenadadelorealizadoenprisión tiene incidencia sobre la conducta de las personas privadas de su libertad y la reduc-ción del delito. A partir del advenimiento de esta teoría, la cárcel comenzó a tener un aspecto principalmente incapacitador y, como consecuencia, los programas destinados al trabajo de los internos fueron perdiendo relevancia.

Con posterioridad a esta concepción, la cual generó una explosión del encarcelamiento (con todos los problemas que ello trae asociado en términos de gestión de los sistemas carcelarios) y una pauperización en las condiciones privativas de la libertad (con fuerte impacto en el tra-bajo de las personas privadas de su libertad) se fue generando una nueva concepción acerca de la cárcel y, sobre todo, una nueva concepción del trabajo en prisión, el cual fue designado como “What Works”.

A partir de estudios basados en técnicas derivadas de las ciencias sociales, se encontraron distintos factores asociados con la reincidencia criminal, uno de los cuales es la capacidad de auto-sustento. Desde entonces, se comenzó a interpretar el trabajo de las personas priva-das de la libertad como un elemento de gran relevancia con respecto a la reducción de las probabilidades de reincidencia.

Coetáneamente, también se fue generalizando –a nivel internacional- la idea de que el trabajo es un derecho de todas las personas –por ende, también de las privadas de su libertad- y que, como tal, debía garantizarse para este colectivo el acceso en condiciones análogas al medio libre. Este nuevo concepto se reconoce hoy en día mediante el principio de normalidad.10

A partir de esto, llegamos a la conclusión de que las concepciones más avanzadas en la materia son fruto de la conjunción de estas dos ideas: el trabajo de las personas privadas de su libertad es un elemento de gran relevancia para poder reducir las probabilidades de reincidencia y, además, es un derecho.

La regulación normativa a nivel internacional del trabajo penitenciario

Este se encuentra contemplando en varios instrumentos internacionales de Derechos Humanos. Entre ellos, podemos nombrar el Convenio Internacional de Derechos Civiles y Políticos, Con-

10. Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de Los Reclusos Regla 99. 1 La organización y los métodos de trabajo en el establecimiento penitenciario se asemejarán todo lo posible a los que se apliquen a un trabajo similar en el exterior, a fin de preparar a los reclusos para la vida laboral norma.

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venio Internacional sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales11; Declaración Ameri-cana de Derechos y Deberes del Hombre; Convención Americana sobre Derechos Humanos12. Estos han sido suscriptos por todos los Estados de la región y tienen como objetivo señalar los lineamientos generales que deben seguirse en la regulación del trabajo penitenciario.

Además, se tiene en cuenta a las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos (Reglas Mandela). Estas normas constituyen un código penitenciario13, mínimo de reconocido valor, y carácter orientativo en términos de doctrina internacional.14

Naturaliza jurídica del trabajo en prisión

La existencia de un consenso dentro de la comunidad internacional nos permite sostener que el trabajo penitenciario se encuentra comprendido dentro del catálogo de acciones que las adminis-traciones penitenciarias de los diferentes Estados –en este caso, los de esta región- deben llevar adelante. El objetivo de las administraciones será el de mejorar las posibilidades de resociabili-zación de los sujetos privados de su libertad para reducir las diferencias entre la vida en prisión y la vida fuera de ella.

A partir del último objetivo nombrado se proyecta la asimilación de la organización, condicio-nes y métodos de trabajo penitenciario a los del medio libre. Sin embargo, la ausencia de una definiciónexpresaysobrelaqueexistaciertoconsensoacercadelconceptodetrabajocarcela-rio genera problemas de interpretación y aplicación de las normas de los distintos Estados que regulan el trabajo en esas dos esferas.

Con la Revolución Industrial, ocurrida en el Siglo XVIII, surgió la necesidad de una regulación ju-rídica especial respecto al trabajo. Este ordenamiento obligó al sistema laboral a adaptarse a nuevos paradigmas, hasta ese momento desatendido. El más importante de los cuales ha sido el respeto a la dignidad del hombre y la protección de los trabajadores. Así comienza a desarrollarse el Derecho al Trabajo,cuyafinalidadprimordialfue(yes)ladelimitarlasposibilidadesdelempleador,quehastaese entonces, era el encargado de establecer a discreción las condiciones de empleabilidad.

Ensuevolución,elderechodeltrabajomoldeó,desarrollóyregulóespecíficamenteloselementosde la relación de trabajo: contrato de trabajo, requisitos, registros, modalidades, derechos y obli-gaciones de las partes, remuneración, convenios colectivos, régimen legal de las asociaciones de los trabajadores, etc. En paralelo, comenzaron a regularse también, los subsistemas del derecho de la seguridad social (jubilaciones y pensiones, contingencias patológicas, prestaciones familiares, 11. Ambos instrumentos son tratados legalmente vinculantes para todos los países iberoamericanos que los han ratificado o aceptado.12. Ambas Declaraciones tienen especial vigencia en el ámbito regional latinoamericano.13. Debe advertirse que no pueden ser calificadas como fuentes internacionales por carecer de valor normativo en el sentido jurídico estricto.14. En este sentido, podemos decir que la regulación internacional se ha establecido sobre denominadores comunes considerados como prin-cipios fundamentales, a saber: 1 Debe tender a la resocialización del recluso; 2. Debe organizarse de manera similar al trabajo llevado a cabo en el medio libre; 3. Constituye un derecho del interno y puede ser una obligación del condenado; 4. Tiene carácter formativo.

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desempleo). Sin embargo, como las personas privadas de la libertad estaban por fuera del sistema de regulaciones que se aplicaba a las personas en el medio libre, lo que ocurría en las prisiones estabaregladoporleyesyreglamentosespecíficamentedesarrolladosparalasmismas.

A partir de la generalización y normativización de la noción de “trabajo como derecho, equipa-rado al medio libre”, comenzaron a generarse colisiones entre las normas que regulan la función penitenciaria orientadas hacia la seguridad y las normas que regulan el trabajo, las cuales están dirigidas a abordar los desequilibrios existentes entre los trabajadores y los empleadores y a garantizando las condiciones mínimas laborales.

Asísededucequelaprincipalcuestiónaresolver,esconfirmarsielDerechoLaboralseaplicaen los establecimientos penitenciarios.

A pesar de que no hay una respuesta general sobre la cuestión planteada, veremos a continua-ción, cómo se ha tratado la misma en diferentes legislaciones:

En términos generales, estas suponen que la relación de trabajo se origina normalmente con la celebración de un contrato y, excepcionalmente, por imposición de la ley. Esta peculiaridad es la que se aplica en el ámbito que nos compete, debido a que la relación laboral penitenciaria nace de la determinación legal derivada del ius puniendi estatal.

La relación laboral penitenciaria está constituida por dos sujetos. Por un lado, se encuen-tra la administración penitenciaria u órgano específico y, por otro lado, el administrado condenado o procesado.

Respecto a la capacidad para contratar de las personas privadas de libertad, debemos hacer una salvedad. Si bien no todas las legislaciones conllevan inhabilitaciones de disposición y adminis-tración de bienes en las penas impuestas por los tribunales, debemos (cuanto menos) detenernos un instante en este instituto, pues tendrá efectos al interior del trabajo penitenciario -sea cual fuere la modalidad del mismo-: afectará la capacidad para celebrar contratos de trabajo o bien para celebrar locaciones de obras o servicios.

En este orden, debemos señalar que tal prohibición tiene raigambre en la concepción doc-trinaria francesa que consideraba a la interdicción como una pena accesoria a la principal, otorgándole entonces un sentido represivo. Sin embargo, en la actualidad tal concepción se ha abandonado y tal prohibición, en caso de existir, debe ser considerada como una pro-tección al condenado, ya que la misma viene a subsanar un estado de incapacidad. En este sentido, las personas condenadas pueden, mediante sistemas específicamente regulados,celebrar distintas clases de contratos.

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En el caso argentino, por ejemplo, el artículo 12 del Código Penal15 contiene una norma de este tipo, que tiene efectos directos en la capacidad jurídica para contratar.

A partir de esto, se puede observar que nos encontramos ante una relación jurídica que existe entre una persona privada de su libertad y la administración penitenciaria y que, en general, esta reglada mayoritariamente por el Derecho Administrativo. Dicha relación proviene del conocido iuspu-niendi, que coloca al Estado como sujeto activo de la relación y al condenado como sujeto pasivo.

Noobstante,cabedestacarquealasentenciafirmesobrevienentransversalmentederechosfun-damentales inherentes al hombre que la misma jamás podría restringir o limitar.

La administración penitenciaria, entonces, debe atenerse a administrar las restricciones alcanza-das por la sentencia y garantizar el ejercicio de los derechos fundamentales del hombre. Esta si-tuación, conlleva necesariamente a que la relación jurídica originaria de derecho administrativo adquiera (cuanto menos) un carácter especial, pues en el ejercicio de tales derechos (además de los necesarios para la integración social) comienza a friccionar los límites y alcances de las rela-ciones jurídicas que se desprenden del sistema de la institución con los derechos del medio libre.

Esasí,quelanodefiniciónespecíficadelanaturalezajurídicadelarelaciónlaboraldelasper-sonas privadas de su libertad deviene en algo muy complejo y difícil de desentrañar, justamente por la confrontación de los sistemas jurídicos que imperan al interior de una prisión y fuera deella.Consecuentemente,estadefiniciónnospermiteafirmarquenosencontramosanteunarelación sui géneris, en la que deben contemplarse y amalgamarse todas las cuestiones que se encuentran en juego en el trabajo en prisión.

15. Artículo 12 del CPA: “La reclusión y la prisión por más de tres años llevan como inherente la inhabilitación absoluta, por el tiempo de la condena, la que podrá durar hasta tres años más, si así lo resuelve el tribunal, de acuerdo con la índole de delito. Importan además la priva-ción, mientras dure la pena, de la patria potestad, de la administración de los bienes y del derecho de disponer de ellos por actos entre vivos. El penado quedará sujeto a la curatela establecida por el Código Civil para los incapaces”.

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Análisis del abordaje legislativo del trabajo en cárceles en Iberoamérica

En los parágrafos anteriores hemos desarrollado los principios generales rectores del trabajo de las personas privadas de su libertad que establecen los instrumentos internacionales de Derechos Humanos y que, como tales, son de aplicación en todos los países de la región.

Ahora bien, entendiendo que ellos mismos se tratan de normas de naturaleza programática, nos corresponde, ahora, realizar un análisis descriptivo de las reglas que regulan esta materia en cada uno de los países. Para ello, tomaremos las leyes y/o reglamentos de distintos países de Latinoamérica e indagaremos sobre las soluciones que ofrece cada una de sus legislaciones:

Marco Jurídico

País Ley Reglamento Penitenciario Código Penitenciario y Carcelario Legislación

Argentina Ley 24.660/96 Decr. 396/99 y 303/96 Ley de Contrato de Trabajo (LCT)

Bolivia Ley 2298/01 Dec. 26715/02 Ley general del trabajo.

Brasil Ley 7210/84 Consolidação das Leis do Trabalho (CLT)

Chile Dec. Jus. 518/98 Código Laboral

Colombia Ley 65/93 Código Laboral

Costa Rica Dec. Leg. 4762 Reg. Tec. 33876J Código de Trabajo

Ecuador Decreto No. 1674 Ley No. 95 Código del Trabajo

El Salvador Dec. Leg. 1027/97 Dec. Leg. 1027/97 Código del Trabajo

Guatemala Decr. 33/06 Decr. 33/06 Código del Trabajo

Honduras Decr. 64/12 Código del Trabajo

México Ley Fed. Reg. Centros Código Laboral y Ley Federal

Nicaragua 173/84 Código del Trabajo

Panamá Ley 55 Dec.393/05 Código Laboral

Paraguay Ley 210/70 Código de Trabajo

Perú Ley 654 OIT y leyes laborales.

Rep. Dom 224/48 Código del Trabajo

Uruguay Ley Mod./05 Leyes Laborales.

Venezuela Go 36975/00 Ley Orgánica del Trabajo.

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Naturaleza jurídica de la relación laboral penitenciaria

Naturaleza Jurídica*

País Relación Especial Relación Administrativa (cE) Relación Laboral (Rem)

Argentina Si

Bolivia Si

Brasil Si

Chile Si Si

Colombia Si

Costa Rica Si

El Salvador Si

Guatemala Si

Honduras Si

Mexico Si

Nicaragua Si

Panamá Si

Paraguay Si

Perú Si

Rep. Dom Si

Venezuela Si(cE) significa con equiparación a legislación laboral común.(Rem) implica remisión al derecho laboral común.

*Debe advertirse, que con excepción de El Salvador y Panamá que expresamente definen la naturaleza jurídica, las restantes categorías, y la inclusión de cada país en ellas, entendemos que puede ser materia de discusión.

Como suele señalarse, el Derecho Laboral forma parte del Derecho Privado integrado por normas de orden público, que se justifica por la desigualdad del poder negociador entre las partes y la aplicación del principio protectorio, pero esto, ¿se puede transpolar al tra-bajo en prisión? Veamos.

Engeneral,laslegislacionesdelaregiónnodefinenexpresamentelanaturalezajurídicadela relación de trabajo en el ámbito carcelario. Esta situación, nos deja estancos en una con-cepción sui generis, como mencionamos precedentemente, con todo lo que ello implica en términos de los efectos jurídicos de la relación laboral penitenciaria. Pero si aplicáramos los principios del derecho del trabajo, ello nos remitiría a presumir16 el trabajo carcelario como realizado bajo relación de dependencia17, dejándonos en consecuencia, frente a un contrato de trabajo por tiempo indeterminado .18

16. Por ejemplo: Art. 24, Código Sustantivo de Trabajo, Colombia; Art. 66 Código de Trabajo de Panamá; Art. 19 Código de Trabajo de Bolivia; y Art. 18 Código del Trabajo de Costa Rica.17. Todos los Códigos de Trabajo y/o Leyes Laborales de la Región, establecen la relación de dependencia como requisito esencial del contra-to de trabajo.18. Artículo 25, Código de Trabajo de Costa Rica.

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Como excepción podemos mencionar la normativa de Panamá y El Salvador. El Artículo 307 del Reglamento Penitenciario de El Salvador establece que: “Se entiende por relación laboral especial penitenciaria, aquella que surge entre los internos condenados y la administración penitenciaria como consecuencia del desarrollo de actividades laborales de producción”. Y, en el mismo sentido, el Artículo 223 del Reglamento de la Ley 55 de 2003 de Panamá menciona que “la relación jurídica del trabajo penitenciario, tiene naturaleza especial…”. Esto viene a solucionar 19elconflictonormativoexistenteentrelasrelacionesjurídicasplenamenteinsertasen la órbita jurídica laboral y aquellas no incluidas.

Asimismo, debe agregarse que en ambas legislaciones las relaciones laborales especiales se mantienen vigentes en tanto el trabajador realice su actividad en los talleres propios de la admi-nistración penitenciaria. Si el mismo lo hiciera en alguna dependencia de la empresa privada o realizare una actividad distinta, la naturaleza de la relación laboral sería la que opera para cual-quier trabajador del medio libre.

Chile, por su parte, ha adoptado un sistema alternativo. Si bien no regula la naturaleza jurídica de la relación laboral penitenciaria, deja la posibilidad para que esto pueda ser reglamentado por medio de Convenios con terceros (Art. 71 del Reglamento Penitenciario Chileno). Además, para los casos de trabajos subordinados a proyectos convenidos por terceros con la administración penitenciaria, se aplica la legislación laboral común (Art 64 Reglamento Penitenciario Chileno). Sin embargo, se restringe el derecho a huelga, a la sindicalización y a la negociación colectiva (Art. 70 Reglamento Penitenciario Chileno).

Respecto a la regulación equiparada o no con la normativa laboral común, debemos destacar los casos de Brasil, Venezuela y Paraguay, que han adoptado extremos totalmente opuestos.

Así, mientras que las legislaciones de Brasil y Venezuelaexpresamenterefierenaqueeltrabajopenitenciario no está sujeto a las Leyes de Trabajo20, la de Paraguay establece que la organiza-ción del trabajo, sus métodos, modalidades, jornadas de labor, horarios medidas preventivas de higiene y de seguridad responderá a las exigencias técnicas y a las normas establecidas en la legislación inherente al trabajo libre21.

En Perú, por su parte, el artículo 105 del Reglamento del Código de Ejecución Penal establece: el “trabajo penitenciario no genera vínculo ni relación laboral algunos”.

En España la Ley Orgánica General Penitenciaria establece en el Artículo 26 que “El trabajo será considerado como un derecho y como un deber del interno, siendo un elemento fundamen-19. Solución similar ofrece la legislación española, con el Real Decreto, catálogo normativo que cuenta con pros y contras, pero esto excede el alcance de este trabajo.20. Artículo 28 de la Ley 7210/84 y mod. y art. 16 de la Ley de Régimen Penitenciario, correspondientemente.21. Articulo 42 Ley 210/70 Paraguay.

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tal del tratamiento”. Para así en el Artículo 27 de la misma norma establecer que: 1. El trabajo que realicen los internos, dentro o fuera de los establecimientos, estará comprendido en alguna de las siguientes modalidades: a) Las de formación profesional, a las que la administración dará carácter preferente. b) Las dedicadas al estudio y formación académica. c) Las de producción de régimen laboral o mediante fórmulas cooperativas o similares de acuerdo con la legislación vi-gente. d) Las ocupacionales que formen parte de un tratamiento. e) Las prestaciones personales en servicios auxiliares comunes del establecimiento. f) Las artesanales, intelectuales y artísticas.

De esta forma, se puede observar que la ley contempla al trabajo y consecuentemente a la rela-ción laboral como un medio e instrumento para lograr la preparar a los internos al momento de su regreso al medio libre, inscribiéndose consecuentemente en el tratamiento penitenciario22.

Definición de “trabajo penitenciario” y su función en el tratamiento penitenciario

Enlaslegislacionespenitenciariasexaminadas,difícilmenteaparezcaunadefinicióngenéricade lo que se considera trabajo, o bien, una descripción de las actividades laborales que se entenderán como trabajo.

En general, y por imperio legal, las actividades laborales carcelarias no persiguen metas es-trictamente económicas, lo que conlleva en la mayoría de los casos a que los talleres no sean eficientesentérminoscomerciales,industrialesyeconómicos23.

Lasdefinicionesdeltrabajocarcelario,entonces,tienenqueverconlarealizacióndeactividadesproductivasquetenganrelevanciaparaelfinresociabilizadordelapena.

Sin embargo, al estar la organización del trabajo a cargo de la administración penitenciaria, las actividades comprendidas en ese concepto, están relacionadas a los talleres que existían histó-ricamente en las prisiones. Esta cuestión, que no es menos que la clásica coyuntura relacionada a la productividad en términos de resociabilización, opera en relación con el sujeto y con el sistemabajo las lógicas de “cárcel-fabrica” y“control social”.

Las actividades intelectuales o artísticas generalmente no se encuentran reguladas bajo el criterio de trabajo carcelario y se las interpreta y regula como actividades terapéuticas u ocupacionales.

En Costa Rica, el Artículo 39 del Reglamento Técnico Penitenciario establece que se entenderá por trabajo el que se realice en las modalidades de formación profesional o técnica, estudio o formación académica y prestaciones en servicios auxiliares de los centros, e interesantemente

22. Cfr. Arévalo, Luis Fernandez y NistalBurón Javier, Derecho Penitenciario, Arazi S.A., 2016, Reino de España.23. En este sentido, podemos señalar que en la mayoría de los casos la producción se encuentra limitada, existen problemas logísticos y mu-chas veces, los talleres se encuentran dirigidos por personal penitenciario con escasa preparación en el área que desarrollo laboral y a esto se anexa, que es meramente azaroso contar con trabajadores capacitados en la materia.

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agrega, a las artesanales, producción intelectual, literaria y artística. Asimismo, contempla las actividades de dirigencia u organización permanente de actividades orientadas a la población penal y la prestación de servicios laborales a empresas, instituciones públicas y privadas, por cuenta propia o proyectos institucionales.

Las actividades laborales en el caso de México24 y Paraguay25 contemplan las agropecuarias, servi-cios y comisiones en talleres y, sí resultasen productivas, las actividades artísticas o intelectuales.

Por su parte, la ley de ejecución penal argentina, Nº 24.660, prevé en su art. 113: “En el caso de que ejerciten o perfeccionen actividades artísticas o intelectuales, estas podrán ser su única actividad laboral si fuere productiva y compatible con su tratamiento y el régimen del estable-cimiento”.Dichanormasecomplementaconlafinalidaddecreacióndehábitoslaborales,lacapacitación y la creación26 que este texto normativo le otorga al trabajo carcelario.

Ahora bien, según entendemos, la expresión más importante de la creatividad humana la cons-tituyen obras de carácter intelectual y, por ende, toda creación o invención debe contar con protección legal. A modo de ejemplo podemos mencionar quen Argentina ello se deriva del art. 17 de la Constitución Nacional.

En consecuencia, puede esgrimirse que este derecho se correlaciona con el deber del estado de, en la medida de las posibilidades y sujeto, obviamente, a la regla de razonabilidad, poner a disposición de las personas privadas de su libertad las condiciones para que pueda trabajar en actividadesartísticas,didácticasocientíficas.Lamásbásicaeineludibleobligaciónconsisteen,por lo menos, otorgar un lugar para que puedan trabajar.

Sin embargo, queda abierto el interrogante respecto a quién corresponde la propiedad y el productofinaldelaobra.Porlogeneral,laslegislacionespenitenciariasnosonclarasalres-pecto y, ante el vacío legal, entendemos que debemos apoyarnos en otro cuerpo normativo para desentrañar estas cuestiones.

En Argentina, los derechos de propiedad intelectual27 son aquellos que se les concede a los au-tores sobre sus obras, es decir que son el reconocimiento legal del esfuerzo intelectual aplicado a una creación artística original. Tal reconocimiento, sin embargo, no abarca el soporte(papel, tela, etc.) sobre el cual se ha efectuado la misma, ya que en ese caso se rige por las reglas del de-rechocivilcomún,específicamente,porlosderechosreales.Laobra,entonces,eselcontenido.Por ende, si el soporte no es de propiedad del autor, y lo es -como en el contexto que nos convo-

24. Artículo 96 Reglamento de Centros Penitenciarios.25. Articulo 41 Ley 210/70.26. Art. 108 Ley 24.660.27. El art. 17 de la Constitución Nacional Argentina establece que: “Todo autor o inventor es propietario exclusivo de su obra, invento o descu-brimiento”. Esta norma representa el fundamento esencial, dentro del derecho interno, de la protección legal de la propiedad intelectual. Por sobre este ordenamiento nacional, están las normas internacionales, fundamentalmente el acuerdo Tripss -Adpic-, que regulan lo relativo a la materia. Según el art. 75 inc. 22 de la Constitución Nacional, este tratado tiene jerarquía superior a las leyes. Por su parte, en el plano interno, la regulación de la propiedad intelectual se realiza a través de la ley 11.723. En ella se especifican los modos, alcances y restricciones inherentes a la propiedad intelectual.

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ca-delaadministraciónpenitenciaria,estamosfrenteaotragamadeconflictos.Sintéticamente,analizaremos las variables problemáticas, siempre bajo la perspectiva de confrontar las normas penitenciarias y los alcances de las mismas.

La teoría del derecho de propiedad intelectual nos indica que de una obra derivan, a favor del au-tor, dos tipos de derechos de distinta naturaleza. Por un lado, existen los derechos de contenido patrimonial,loscualescomportanaspectosmaterialesopatrimonialesqueconfierenalautorlafacultad de explotarla económicamente. Este derecho, si bien es de igual alcance que el derecho de propiedad, a diferencia del dominio tradicional se extingue con el paso del tiempo. Las accio-nes que el autor puede realizar son: distribución, cesión, publicación, reproducción, traducción, autorización, exposición al público, etc. Por otro lado, existen derechos de contenido extrapatri-monial que conforman, principalmente, los derechos morales de autor. Los mismos tienen como finalidadprotegerlapersonalidadcreativadelautor.Enestecaso,losderechosson:derechoalinédito, integridad y paternidad y se caracterizan por ser imprescriptibles e inalienables28.

A su vez, pueden existir obras colectivas y obras en colaboración. En el primer caso, los coau-tores son condóminos de la obra y, con respecto a su explotación, rigen las normas civiles sobre condominios. En caso de que se realice por medio de participaciones anónimas, la titularidad de la misma recaerá en la persona física o jurídica que asumió la iniciativa de su creación. Con respecto a las obras en colaboración, son titulares todos los colaboradores. En este caso, como siempresonidentificableslosrealizadores,todosellossonpropietarios.

Bajo este orden de ideas, queda entonces desentrañar la pertenencia del producto de la obra, para lo que debemos indagar inevitablemente, la diferencia de status jurídico entre las personas procesadas y condenadas.

Sibienelestadodeprocesamientoseadquiereexistiendoelementossuficientesquehaganpre-sumir la comisión de un delito, el imputado conserva la presunción de inocencia29. Por su parte, la prisión preventiva, en cuanto a su naturaleza jurídica, no es una pena sino una medida cautelar que tiene por objeto asegurar la presencia del imputado dentro del proceso y que este se desarro-lle con normalidad. En este sentido, resulta obvio que las obras intelectuales por ellos creadas son de su propiedad. Además, tienen el goce exclusivo tanto de los derechos patrimoniales, como de los derechos morales que se derivan de la misma.

En el derecho argentino, por ejemplo, al tener una naturaleza jurídica análoga al dominio, los derechos de propiedad intelectual ingresan al patrimonio del autor desde el momento mismo de la creación. Las formalidades son al mero efecto declarativo y, además, su incumplimiento acarrealasuspensióndelasacciones.Perodeningunamanerainfluyensobrelapropiedadensí.

28. Convenio de Berna.29. Argentina: Artículo 18 de la Constitución Nacional.

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Al ingresar en el patrimonio de las personas condenadas, cualquier acto jurídico que se realice so-bre ellos debe ser otorgado por el curador (como consecuencia del régimen de curatela al que este está sometido). Por consiguiente, cualquier acto jurídico otorgado (únicamente por el condenado) es nulo porque este tiene vedada tanto la administración como la disposición de sus bienes.

Endefinitiva,lapersonacondenada,sibienadquierelapropiedaddelaobraconelhechocrea-tivo, no puede contratar sobre ella por la incapacidad que pesa respecto de su persona (art. 12 C.P.A). En principio, en base a los argumentos que hemos dado, la obra pertenece a su autor. En este caso, el sólo hecho creativo hace que ingrese en su patrimonio. A partir de ese momento, por las restricciones del Art. 12 C.P.A, la administración de la misma pasa a manos del curador, siendoineficazcualquieractorealizadoporelcondenado.Además,elsólohechodefacilitarel lugar para confeccionarla o suministrar los materiales por otra persona jurídica (de carácter público o privado) no genera una variación de la situación descripta. No obsta destacar que nos referimos únicamente a los derechos patrimoniales, ya que ninguna duda cabe respecto a la pro-piedad de los de naturaleza moral.

Modalidades del Trabajo Carcelario

El principio general del derecho del trabajo es que el contrato de trabajo se entenderá celebrado por tiempo indeterminado, salvo que su término resulte de las siguientes circunstancias:

a)Quesehayafijadoenformaexpresayporescritoeltiempodesuduración.b)Quelasmodalidadesdelastareasodelaactividad,razonablementeapreciadas,asílojustifiquen.

Dentrodelasdiversasmodalidadescontractualestenemoslassiguientes:contratosaplazofijo,de temporada, de trabajo eventual, de equipo, de tiempo parcial y de aprendizaje o formación.

Loslegisladoresenmateriadetrabajocarcelarionohansidoclarosalmomentodeespecificarlasmodalidades que adopta el mismo en contextos de encierro. Sin embargo, entendemos que este espíritu seguido -no adoptar taxativamente ciertas modalidades de trabajo en el medio libre- por los legisladores, es un argumento que no puede ser apartado con simpleza, máxime si se piensa que las modalidades de trabajo de la legislación común podrían quizás importar una solución más coherente para ciertas actividades o problemas puntuales de determinado país en las rela-ciones laborales que yacen en contextos de encierro.

En consecuencia, cada Estado, según entendemos, ha ido adoptando (y regulando) distintas modalidades dentro del proceso de actividades desarrolladas en las prisiones. Esto ha derivado, en el mejor de los casos, en compendios reglamentarios y categorizaciones desarticuladas, que si bien pueden tener éxito en el corto plazo, devienen problemáticas en el todo y a largo plazo, incluso en términos procesales y a niveles jurisdiccionales y de competencia.

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Por añadidura, el argumento se centra en que si se extienden los extremos conceptuales del tra-bajo carcelario, también deben hacerlo las cuestiones de competencia y jurisdicción para dirimir losconflictosqueemanendeesarelaciónlaboral.Enotraspalabras,silanaturalezajurídicadeltrabajo carcelario es discutida, entonces, también habrá que considerar la justicia interviniente. Se colige, así, que a determinada naturaleza jurídica, deberá entender correlativamente la jus-ticia contencioso-administrativa del trabajo y seguridad social o bien, de ejecución penal. En consecuencia, podemos observar que, por forzar los estándares normativos, a la cuestión se le debenadicionarconflictosprocesales.

Veamosgráficamenteelargumentoesgrimido.Lasmodalidadesqueprevalecenenlaregiónporimperio de la ley son:

Modalidades del Trabajo en las legislaciones de ejecución penal

País Centralizado en la adm. Pen. Relación Dependencia Cuenta Propia Sistema Cooperativo Sistema Societario

Argentina Si Si

Bolivia Si Si Si Si Si

El Salvador Si Si

Rep. Dom Si

Costa Rica Si Si

Colombia Si

Guatemala Si

México Si

Paraguay Si

Perú

Brasil

Venezuela Si

Nicaragua Si

Chile Si Si Si

Panamá Si Si Si

Honduras Si Si

Se destaca el empleo de distintos sistemas normativos, cada uno con obligaciones, deberes y efectos jurídicos totalmente distintos sobre –en el fondo- la misma actividad laboral que preten-de la mejor reinserción de los sujetos privados de su libertad.

Más aún, ello también genera efectos en la práctica penitenciaria: A distintas modalidades de tra-bajo, distintos problemas que la administración penitenciaria debe enfrentar. Y debe añadirse que, en general, no se cuenta con profesionales capacitados para ello, ni existen realmente posibilidades sistemáticas de atender el universo contractual que implica la fusión de tales sistemas jurídicos.

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Bajo la pretensión de fortalecer el argumento, observemos ciertos ejemplos otorgados por lasnormasespecíficas.

La legislación chilena considera que las actividades laborales consisten en trabajos por cuenta propia (forma independiente), destinados a la manufactura o fabricación de especies o bien tra-bajos subordinados ejecutados en el marco de actividades productivas o de capacitación que se ejecuten al interior de los establecimientos.

Honduras establece, en su Artículo 76 del Decreto 64/12, que las actividades comprenden el trabajo coordinado y desarrollado en los centros penitenciarios, el trabajo comunitario es el ordenado por el Juez de Ejecución y el contratado es aquel que solicitan personas naturales o jurídicas de carácter privado dentro de los centros penitenciarios.

En Bolivia, de acuerdo con en el art. 183 de ley de ejecución penal y supervisión, se prevé que el mismo estará centralizado por la administración bajo relación de dependencia, por cuenta propia del condenado o bien mediante sistema cooperativo o societario, entre otras.

Para analizar esta cuestión, podemos hacer referencia a los talleres autogestivos o cooperativos. A modo de ejemplo de los posibles limitantes normativos, podemos mencionar: la incapacidad para integrar consejos directivos, inhabilitaciones especiales o generales para administrar y dis-poner bienes, imposibilidad de suscripción de convenios o contratos, o bien, problemas de uso de espacio físico o bien, pago de cánones por su uso.

Análogamente, los talleres de esta índole pueden generar que las personas privadas de su liber-tad que trabajen en ellos, puedan acceder a mejores bienes y condiciones que el promedio de la población penal (más dinero, mayor contacto con el exterior, menos vigilancia en determinados momentos, etc.). Esto inevitablemente genera un subsistema que mal administrado puede termi-nar gobernando la prisión30 .

Con esto, sólo queremos resaltar que la incorporación de nuevas modalidades de trabajo en con-textos de encierro, deben estar atentamente legislada, debe contener los incentivos adecuados y debenexistirprotocolospenitenciariosespecíficosparasudesarrollo.

El deber y la obligatoriedad del trabajo del penado

La mayoría de los Estados entienden que el trabajo de los condenados o penados es obligatorio31.

30. Al existir más dinero, por ejemplo, se incrementan las circunstancias de extorsión o pagodefavoresya sea entre la población penal, o entre ésta y el personal penitenciario. Por otro lado, el acceso a estos puestos de trabajo pueden generar un sistema de violencia, ya que accederá el más fuerte y no necesariamente el más apto. 31. Paraguay (art. 39 Ley 210/70), Brasil (art. 31 Ley 7210/84 y mod.), República Dominicana (art. 57 Ley 224/48), Colombia (art 100 Ley 65/93), Argentina (art…. Ley 24.660), Colombia (art. 100 Ley 65/93, Código Penitenciario y Carcelario).

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No obstante, dicha obligación no debe confundirse con trabajo forzado32.

Por su parte, otras legislaciones consideran al trabajo un derecho y un deber33 de las personas privadas de su libertad.

A partir de las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos, se pueden deducir algunos principios normativos del trabajo penitenciario:

a)Noserádecarácteraflictivo.b) Contribuirá, por su naturaleza, a mantener o aumentar la capacidad del recluso para ganar-se la vida honradamente tras su puesta en libertad c) Debe organizarse de manera similar que en el medio libre; d) Debe se productivo e) Deber presentarse como una oportunidad, y f) Debe tener carácter formativo.

De esta manera, podemos expresar lo siguiente: siendo la actividad laboral uno de los componen-tesdelapena,lafinalidadresocializadoradeeste,derivanecesariamentedelafinalidadúltimaresocializadora de la pena.

Por otra parte, en cuanto a la organización del trabajo en las cárceles, la manda de las Reglas Mí-nimas proyecta la integración del trabajo penitenciario en el trabajo general, tanto en sus aspectos directivos y organizativos, como en sus procesos técnicos, económicos y sociales. Esto no supone una asimilación total, pero requiere que ambos se organicen, por lo menos, sobre bases similares.

El trabajo también es un derecho y un deber. La primera noción no genera grandes inconve-nientes interpretativos, dado que es una extensión de la idea de que la privación de libertad no afecta los derechos básicos, sino solo en lo indispensable para cumplir la privación misma a la que es sometido el sujeto.

Sin embargo, la noción de trabajo como deber puede generar problemas. Ahora bien, y de acuerdo con lo que resalta Arzamendi, “no es correcto afirmar que la obligatoriedad del trabajo peniten-ciario sea un principio general de la regulación internacional, sino que debe entenderse por tal tan sólo la posibilidad de su imposición obligatoria, en ciertos supuestos y concurriendo determi-nados requisitos; posibilidad que no se halla en la línea de asimilación del trabajo penitenciario al realizado en el medio libre”34 .

32. Los Convenios de la OIT ya han manifestado esta diferencia y la doctrina internacional ya lo interpreta en este sentido.33. Honduras (art. 45 Dec. 64/12, Venezuela (art 15 Ley de Régimen Penitenciario), Perú (art. 65 del Código de Ejecución de Penas), Panamá (art. 55 Ley 55), Guatemala (art. 17 Dec. 33/06), expresamente establecen normas de esta índole.34. De la Cuesta Arzamendi, José; “La regulación internacional del trabajo penitenciario”; en “Doctrina Penal. Teoría y práctica en las ciencias sociales”; Nº 19, julio-septiembre 1982; Año 5, .; p. 416.

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En este sentido, es importante lo expresado por De la Villa: “La evolución de las ciencias pe-nales ha llevado, hoy, a la repulsa del tradicional trabajo forzoso y a la admisión de un trabajo obligatorio de los penados, que se caracteriza por las siguientes notas: Es un trabajo-actividad o trabajo-resultado, y no un trabajo-esfuerzo… por tanto, retribuido… Es un trabajo como no puede considerarse como pena, o, al menos, no como pena principal, sino que se establece como factor elemento de reeducación social, que acompaña a la privación de libertad” 35.

Por último, la noción de carácter formativo está claramente en línea con el objetivo resociali-zador: el trabajo contribuirá, por su naturaleza, a mantener o aumentar la capacidad del recluso para ganarse la vida honradamente tras su puesta en libertad.

Equiparación de los derechos de los trabajadores en el medio libre con los trabajos en prisión

1) Consentimiento, capacidad, y causa.

La teoría del derecho del trabajo presupone ciertos requisitos para que se valide o perfeccione el con-trato de trabajo, entre ellos podemos mencionar el consentimiento, la capacidad, el objeto y la causa.

Respectoalconsentimientonoencontramosdificultadesnormativasenelanálisisdeltrabajoenprisiones.Elmismopuedeserdeformaescritaoverbalyendefinitivaesloqueocurrecuandouninternomanifiestasuvoluntaddetrabajar.

La causa es entendida, doctrinariamente, como aquello que determina que el negocio jurídico se celebre.Sinembargo,sueledistinguirseentrecausafuenteycausafin.Estadisquisiciónasumeespecial importancia en el ámbito carcelario y no así en el marco de un contrato de trabajo.

Lacausafuenteeselmotivoquellevaalaspartesacontratar,mientrasquelacausafineselpropósito que persiguen las partes al contratar. En el trabajo en contextos de encierro, la primera cuasarespondealaimposicióndeunapenaprivativadelalibertadsiendolafinalidadlaforma-ción y la generación de hábitos para mejorar las condiciones de reinserción.

En este sentido, el objetivo último de las actividades laborales es uno de los aspectos más impor-tantesenloquerefierealprocesodeintegraciónsocialysuorganizaciónnoserealizaentornoa laobtencióndebeneficioseconómicossinoque tiende fundamentalmentea lacreacióndehábitos y responsabilidades. Esta es una visión realista de las actividades laborales en el ámbito de las prisiones como un factor estimulante y dinamizador para el interno, y que aspira a logar el desistimiento del delito revalorizando sus aptitudes personales.

35. De la Villa, Enrique; “La inclusión de los penados en el derecho del trabajo”; en “Revista de Política Social”; Nº 71, julio-septiembre de 1966; p. 195.

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Lo que se debe tener en cuenta es que las actividades laborales hacen a la constitución de iden-tidad individual y social, un organizador de los procesos productivos, reproductivos y creativos, propios del ser humano.

La capacidad, por su parte, es la aptitud de la persona para adquirir y ejercer derechos y contraer obligaciones y, a su vez, con una lógica tutelar establece taxativamente ciertas incapacidades. Con esta lógica tutelar, muchas veces se añade a la pena cierta incapacidad de hecho relativa36, que impide a las personas privadas de su libertad contratar libremente. Esta cuestión no genera efectos en la relación jurídica-administrativa, pero sí en la jurídica-laboral.

Las regulaciones analizadas anteriormente presentan vacíos legales respecto a la capacidad que tienen los internos para contratar. En algunas legislaciones, como la chilena, se asume la posibili-dad de que los internos sean contratados por empresas privadas y en otras, como es el caso de la legislación colombiana, se presupone que la contratación deberá ser con la propia administración.

El vacío legal existente respecto a la capacidad de los internos para contratar puede comportar, enaquellaslegislacionesqueremitenalderecholaboralvigente,unserioconflictoenlavalidezjurídica contractual y, también, incurrir en faltas graves que la ley laboral suele proteger.

Como veremos en los puntos venideros, también tendrá injerencia en cuanto a la posibilidad de asociarse colectivamente.

Remuneración

En la literatura penitenciaria suele hablarse de Peculio, que no es otra cosa que el salario o re-muneración que percibe el trabajador condenado por las actividades laborales que desarrolla.

Algunas legislaciones, como la argentina, no contemplan la contraprestación recibida por el traba-jo en contextos de encierro de la misma forma que se hace en el medio libre. Esta diferenciación es un claro indicador de que, si bien el trabajo es un derecho y debe estar asimilado a la ley laboral, la relación jurídica es de naturaleza particular y la igualación exacta en derechos y deberes genera grandes distorsiones en los sistemas. No por nada el legislador realiza esta disquisición en una de las cuestiones claves de la relación laboral, como lo es el salario. De todos modos, existen legisla-ciones relativamente actuales que utilizan el término salario, como es el caso de Panamá.

Por otro lado, hay legislaciones relativamente actuales que utilizan el término salario, como es el caso de Panamá.

36. Chile en el art. 32 y 80 Código Penal y Argentina, Art. 12 Código Penal.

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Continuando con el análisis propuesto, debemos expresar otro problema que surge a la luz de las normas de ejecución penal respecto al salario o remuneración, ya que, en general, sólo se mencio-na siguiendo la lógica de la normativa internacional que el trabajo debe ser remunerado o bien, se agrega, que ha de ser equitativo, como puede ser el caso de Paraguay37 y Colombia 38. Debemos advertir, en este sentido, que esta categorización puede ser salvada o regulada posteriormente por otra norma de menor jerarquía.

Sin embargo, otros países adoptan como estándar normativo el monto del Salario Mínimo Vital y Móvil39 que impera para el trabajo libre (Nicaragua )40.

En Argentina41, Honduras42 y Brasil43 se establece que el peculio no debe ser inferior a tres cuar-tas partes (¾) del Salario Mínimo Vital Móvil. En República Dominicana, las remuneraciones son establecidas por la autoridad penitenciaria, pero los montos no pueden ser superiores ni inferioresaun50%delostrabajosenlavidalibre44.

En Panamá, en tanto opere la relación laboral especial, la normativa establece que el trabajo de los internos será retribuido proporcionalmente a su cantidad y calidad, teniéndose en cuenta la dificultadtécnicaylapenosidaddeacuerdoconlasmodalidadesdetrabajo.Comobaseparael cálculo, que puede hacerse por unidad de tiempo, por tareas o por piezas y sobre el trabajo efectivamente realizado, se toma el salario mínimo 45.

Jornada de trabajo

En el fuero normativo, la jornada laboral suele estar equiparada a los estándares de la vida libre y,segúnentendemosdelanálisisdelaslegislaciones,talprescripciónnoconllevadificultadesnormativas con el derecho laboral común.

En el medio libre, el tiempo de trabajo, es decir su duración, es un elemento esencial que no puedeseralteradoporelempleador.Loquesepuedemodificaresladistribucióndelmismoporcuestiones funcionales. Esto opera de igual manera en el trabajo en prisión, aunque el Director del Establecimiento puede alterarlo en base a cuestiones de técnica penitenciaria o presupuestaria.

37. Art. 45, Ley 210/70.38. Art. 86, Ley 6539. Se entiende como la menor remuneración que debe percibir en efectivo el trabajador, sin cargas familiares.40. Art. 77, Ley 473/03.41. Art. 120, Ley 24.660.42. Art. 77 Dec. 64/12.43. Art. 29, ley 7210/84.44. Art. 60, ley 224/48.45. Arts. 232 y 233 del Decreto 393/05.

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Jornada de Trabajo

País Máxima legal o medio libre 8 horas Diurna** Horario de Reg.

Car Reducida Sin Mención específica*

Argentina Si Si

Bolivia Si

Brasil Si Más de 6

Chile Si

Colombia Si

Costa Rica Si

El Salvador Si Si

Guatemala Si

Honduras Si

México Si Si

Nicaragua Si

Panamá Si Si

Paraguay Si

Perú Si

Rep. Dom Si

Venezuela Si

*Con este apartado queremos hacer referencia a que las leyes no lo establecen taxativamente, sin embargo por la lectura del todo, entende-mos que la jornada se equipara a la regulada por la legislación común.** Si bien desde antaño puede asumirse que la jornada diurna coincide con el horario del régimen penitenciario, el vacío legal al respecto, puede llevar a diferentes interpretaciones o ideas. De allí, que entendamos que oportuna la opción Guatemalteca de incluirlo en la norma.

Sentada la información normativa referida a la jornada debemos mencionar en este punto algu-nas cuestiones relativas a la práctica penitenciaria.

En la práctica penitenciaria suele suceder que la jornada laboral coincide con la apertura y cierre de los sectores de alojamiento, es decir que, salvo excepciones, la actividad laboral sucede durante el día y se encuentra comúnmente estandarizada en 8 horas. Por lo general, esta situación conlleva a superposiciones horarias con otras actividades como las educativas o culturales. Esto, según entendemos, va en detrimento de la capacitación o aprendizaje, debido a que los internos opten, posiblemente, por actividades remuneradas resignando proyectos intelectuales. Debemos recordar que el sentido que en la región se le da al trabajo carcelario es, ante todo, el de formación y hábito.

Descuentos y Embargabilidad.

A diferencia de lo estipulado en el Derecho Laboral y de la Seguridad Social, las normas peni-tenciarias llevan consigo la regulación de los siguientes descuentos o porcentajes distributivos:

a) Sufragar gastos que incurre el Estado para el sostenimiento de las personas privadas de su libertad:Chile(10%),Honduras(20%),Paraguay(25%),RepúblicaDominicana(10%),Perú

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(10%),Argentina(25%),Brasil.b) Formación de fondos de ahorro o reserva:Chile(15%),Honduras(20%),Argentina(30%),Paraguay(30%),Panamá(10%sitrabajasenfueradelcentroy10%silohiciesenalinterior),RepúblicaDominicana(30%),Brasil(restosobrantetrascubrirotrosítems),México.c) Dependientes o familiares del trabajador/a o Alimentos:Chile(10%),Honduras(40%),Paraguay(35%),Panamá(40%sitrabajasenfueradelcentroy20%silohiciesenalinterior),RepúblicaDominicana(50%.Encasodenoexistirfamiliarespasaalfondodereserva),Perú(90%),Brasil(noestableceporcentaje),Argentina(35%46).d) Reparación del daño por responsabilidad civil proveniente de la comisión del ilícito: Chile (15%),Honduras(20%),Paraguay(10%),Panamá(30%sitrabajasenfueradelcentroy10%silohiciesenalinterior),Brasil(noestableceporcentaje),Argentina(10%47)e) Gastos personales:Panamá(20%sitrabajasenfueradelcentroy10%silohiciesenalin-terior),RepúblicaDominicana(10%),Brasil.

En cuanto al fondo destinado a costear los gastos de la manutención de los reclusos en los establecimientos penitenciarios, se ha planteado, en el caso de Argentina, la inconstituciona-lidad de esta norma, pues se interpreta que no puede trasladársele a la persona privada de la libertad una carga que es enteramente estatal. Actualmente, el fondo de reembolso, como se conoce a este inciso, ha sido reconocido como inconstitucional por los Juzgados Nacionales de Ejecución Penal los cuales, mediante Resolución Conjunta de fecha 14/04/08, ordenaron disponer que se acredite en el fondo de reserva las sumas correspondientes a los descuentos ya realizados en función del Artículo 121 “c” de la Ley 24.660 y abstenerse de continuar efec-tuando el mencionado descuento. Sin embargo, la Cámara Nacional de Casación Penal, SALA III, en la causa “Villafañe, Ariel José s/recurso de casación”, del 08 de Octubre de 2009, no ha entendido esta cuestión de la misma forma.

Debemencionarse,talcomoveremosmásadelante,quelaespecificidadrespectoalosdescuen-tos realizados al trabajador en prisión contiene material de relevancia, máxime en términos de vinculación con descuentos a realizarse por imperio de la normativa concerniente a los subsis-temas de seguridad social.

Enfermedad, Accidentes laborales e Indemnización

Las enfermedades y los accidentes de los que se ocupa el Derecho Laboral son los inculpables, es decir que no son las afecciones que padece el trabajador y que lo imposibilitan a trabajar, cuyo origen tiene que ver con el riesgo genérico de la vida y no con los riesgos del trabajo. Cuando un accidente o enfermedad tiene vinculación con el trabajo, entonces entiende la normativa que regulan los riesgos del trabajo.

46. Según Código Civil de la Nación Argentina. Sí no existe deber alimentario, ese porcentaje se destina al fondo propio.47. Sí no hay indemnización que cubrir, ese porcentaje se destina a prestación de alimentos.

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En la legislación comparada penitenciaria de la región existen dos sistemas para abordar las enfermedades y accidentes de trabajo sufridos por personas privadas de su libertad. Mientras al-gunos países se deciden por realizar derivaciones directas a lo establecido en el régimen laboral general,otrostienenregulacionesespecíficasyestablecenquémedidasdeseguridadindustriale higiene deberán adoptarse.

a) Conforme a las leyes laborales del país: Paraguay48, Argentina49, República Dominicana50, Venezuela51, Nicaragua52.b) Reglamentación especial: México53, Costa Rica54, Chile55, Panamá 56, El Salvador 57, Colombia 58.

En los contextos de encierro, el alcance del concepto de los riesgos genéricos de la vida delderecholaboralseparticulariza,máximesientendemosqueconfluiríaenestesentidoelempleador con el garante de la integridad física de las personas privadas de su libertad: la administración penitenciaria.

Amododeejemplo,podemosmencionarqueparaqueseconfigurecomoinculpableunaenferme-dad o accidente, la misma debe carecer de intención (acto doloso). Si bien, la interpretación al res-pectodebehacersedeformaampliaenbeneficiodeltrabajador,debenexcluirselosaccidentesoenfermedades producidas por temeridad prácticamente intencional o por culpa grave de la víctima.

Ahora bien, en los contextos de encierro frecuentemente nos encontramos con situaciones de auto-lesiónoconcircunstanciasqueconfiguranunestándarderiesgomayorqueelutilizadoporel Derecho Laboral. A partir de esto, podemos preguntarnos si las enfermedades y los accidentes derivan de estas circunstancias inculpables.

La jurisprudencia del derecho del trabajo –bajo las premisas del contrato de trabajo y relación de dependencia- en Argentina59 señala desde hace tiempo que tanto el alcoholismo, el consumo de drogas e incluso, las secuelas de una tentativa de suicidio son consecuencias de componentes

48. Arts. 42, 50 y ss.; ley 210/70.49. Arts. 130 a 132, ley 24.660.50. Art. 67, ley 224/48.51. Art. 16, ley de Reglamento Penitenciario.52. Ley del Régimen Penitenciario y de Ejecución Penal.53. Art. 102, inc. 6 del Reglamento de Centros Penitenciarios. La administración penitenciaria es la encargada de velar por la seguridad e higiene laboral y por garantizar una atención adecuada.54. Ante incapacidad temporal por enfermedad, se suspende la relación laboral (Art. 43 del Reglamento de Centros de Readaptación Social).55. Del Art. 65 del Reglamento Penitenciario, se colige que será materia de acuerdo en convenios y contrataciones específicas.56. Arts. 239 y 240 del Decreto 393/05.57. Arts. 312 y 313 del Reglamento Penitenciario.58. Art 86 Ley 65/93 y Mod.59. Fallo “Tapia, Ciro v Empresarios Transporte Automotor de Pasajeros SA s/despido” (CNAT Sala II. 8/2/2000.).

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psicológicos u sociales, y por ende debe reputarse tales afecciones como inculpables.60 A partir de esto, se entiende que los empleadores, en la esfera laboral del medio libre, tienen en cuenta mayor cantidad de prerrogativas a la hora de considerar el otorgamiento de trabajo, mientras que aquel que pretende acceder a un determinado puesto laboral deberá someterse a más controles médicos y de salud mental. Esto no podría llevarse a cabo en un sistema penitenciario, debido a las cargas propias que le compete a la prisión en su calidad de servicio público.

A partir de lo expuesto anteriormente, no se pretende discutir el alcance normativo o la inter-pretaciónjudicial,nitampocojustificaronolasprácticasdeaccesoalempleo.Simplementesebusca señalar que en un contexto de encierro (si se entiende que existe relación de dependencia entre la administración penitenciaria y los internos que trabajan) esta situación se agudiza y ge-neraseriosconflictosentrelasnormas.

Creemos sin embargo, que estos inconvenientes normativos son fruto de la pretensión de ex-tender los extremos de las relaciones jurídicas. Entendemos, consecuentemente, que dadas las condiciones materiales y normativas que imperan en los contextos de encierro, los accidentes o enfermedades inculpables, deben ser abordados por las prestaciones de la seguridad social.

Distinto es el caso de los accidentes y enfermedades derivados del trabajo. En general, las leyes de riesgos de trabajo conllevan como principal objetivo la disminución de siniestros mediante la prevención de determinados hechos por medio de la adopción de medidas de higiene y seguridad industrial.

En general, suelen imponer un seguro obligatorio que deben contratar en entidades aseguradoras especializadas en riesgos de trabajo.

Entendemos que el alcance pretendido por las legislaciones penitenciarias (especialmente, las que denominamos como régimen especial en el agrupamiento previo) conlleva a esta categoría de accidentes y enfermedades. Y, asimismo, aparecen como una carga que la administración pública no puede obviar.

Respecto a los accidentes alcanzados por estas normativas, debemos hacer una salvedad con los accidentes “in itinere”,yaqueenelcontextodeencierropuedesurgirunconflictonormativo.Elmismo es el que puede suceder en el trayecto entre el domicilio del trabajador y el lugar de tra-bajo. En el contexto de encierro, si bien puede existir la necesidad de un desplazamiento entre el sector donde se aloja el interno y el de los talleres laborales, la responsabilidad del traslado es de la administración penitenciaria, que debe garantizar la integridad física y no de la aseguradora de riesgodetrabajo.Esteconflictonormativo,puedesalvarseconlaespecíficaregulaciónalrespecto.60. Escarlon, Quintín c/ Saldaño, Rubén s/ Despido” Mag. Votantes: Guiborg-Lasarte CNAT Sala 3, 29/05/1991 - Bogado, Antonio c/ AVACA S.A. s/ cobro de pesos. Art. 212 TORCT. Magistrados: Perugini. Abdelnur. Lescano. (CNAT Sala IV. 15/12/1986) - Villegas Nicolas Evaristo C/ Siembra Seguros de Vidas A. S/ Cumplimiento de contrato (CamApel Neuquén 7/07/2005).

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Todo esto, además, tiene efectos al momento de entender la operatividad de las indemnizacio-nes. Parece indiscutible que se siga un monto indemnizatorio para aquellos daños originados por el trabajo realizado en los talleres de la prisión, máxime si no se han seguido, por ejemplo, los estándares que indican las normas de seguridad e higiene. No así que sea viable para los daños derivados de una autolesión, por ejemplo, dela que sobrevenga una incapacidad absoluta (cada ley laboral establece el porcentaje de incapacidad para la determinación en absoluta o relativa).

Extinción o Suspensión de la relación laboral penitenciaria

Elderechodeltrabajoprevécaracterísticasparticularesparalainterrupcióntemporalodefiniti-va del contrato de trabajo.

Con laespecíficaexcepcióndeCostaRica61; El Salvador62 y Panamá63, las legislaciones de ejecución penal no prevén tales cuestiones, ni tampoco remiten particularmente en este aspecto a la legislación laboral común. Este es otro indicador, según entendemos, de que el espíritu del legislador de ejecución penal nunca ha sido el de enmascarar o regular una relación de depen-denciabajolafiguradelcontratodetrabajo.

En la legislación costarricense, la suspensión de la relación laboral se contempla por incapa-cidad por enfermedad temporal, licencia por maternidad, cumplimiento de sanciones peniten-ciarias, traslado de la persona a prácticas judiciales o cualquier otra diligencia, aplicación de medida cautelar. En cambio, el cese de trabajo se contempla por decisión expresa del privado de libertad, discapacidad permanente, recomendación médica, cumplimiento de pena o cambio de medida cautelar de prisión preventiva.

El Salvador, por su parte, contempla para la suspensión: mutuo acuerdo, incapacidad temporal del interno, maternidad, sanciones disciplinarias, fuerza mayor temporal, razones de tratamien-to, traslado del interno por más de 30 días, permisos de salida. La extinción opera por mutuo acuerdo, expiración de la obra, invalidez grave o muerte del interno trabajador, por fuerza ma-yor, enfermedad mental sobreviniente, libertad, cuestiones de tratamiento, contratación con em-presas, traslados por más de 30 días, razones disciplinarias y de seguridad, renuncia del interno.

En la legislación panameña la suspensión se contempla por las siguientes causas: incapacidad por enfermedad, maternidad y gravidez, fuerza mayor, razones de tratamiento y cuestiones estrictamente penitenciarias. La extinción se operará por mutuo acuerdo, renuncia, culmina-ción de tarea, incumplimiento de las obligaciones, muerte, ineptitud, fuerza mayor y razones estrictamente penitenciarias.

61. Art. 43 a 45 del Reglamento de los Centros de Adaptación. 62. Arts. 312 a 313 del Reglamento Penitenciario.63. Arts. 239 y 240 del Decreto 393/05.

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Descanso diario y semanal. Feriados y Vacaciones

En el Derecho Laboral, el descanso es el tiempo en que el trabajador reposa y se recupera física y psíquicamente de la fatiga producida por la realización de la tarea. El mismo tiene una función higiénica y biológica y, también, permite gozar de tiempo libre para dedicar a su familia, al es-parcimiento, al deporte o a desarrollar actividades sociales y culturales. Así, el descanso diario es el que se da entre dos jornadas o en la misma jornada y el semanal, como su nombre lo indica, el que se otorga luego de la semana laboral.

Enelmediolibre,siuntrabajadorporsuactividadrealizalaactividaddurantelosfinesdesema-na, tendrá luego el respectivo descanso compensatorio, sin perjuicio del pago que le corresponda en caso de prestar tareas en horas suplementarias por tal concepto.

En las prisiones, los descansos diarios y semanales suelen estar estipulados por el régimen pe-nitenciario y, a su vez, deben estar articulados con otras actividades. Cualquier movimiento de una persona en el interior de una prisión conlleva a destinar agentes para ello y es por esto que las actividades deben estar estipuladas con cierta cronicidad.

En los establecimientos penitenciarios difícilmente existen actividades laborales fuera de las de limpiezalosfinesdesemana,puesengeneralescuandosucedenlasvisitasdelosfamiliares,yen general las jornadas de trabajo son de corrido hasta el reintegro.

Así, se llega a la conclusión de que tanto las legislaciones como los reglamentos de Ejecución Penalnoregulanconespecificidadestascuestiones,dejándololibradoalrégimenpenitenciariooalderechocomún,locualgeneranuevamenteconflictos.

Otro aspecto álgido el menos en materia doctrinaria es el descanso anual, es decir, las vacaciones.

LaOITdefinealasvacacionesanualesremuneradas,comoun número previamente determina-do de jornadas consecutivas, fuera de los días festivos los días de enfermedad y convalecencia, durante los cuales, cada año, llenando el trabajador ciertas condiciones de servicios, inte-rrumpe su trabajo y continúa percibiendo su remuneración. El Convenio 52 de la OIT de 1939, establece que el trabajador tendrá derecho, después de un año de servicio continuo, a gozar de vacaciones anuales pagas de 6 días laborales, por lo menos.

Consecuentemente, el Derecho Laboral establece mecanismos basados, sobre todo, en la anti-güedadyeneltiempomínimotrabajadoenunañoparapoderfijarlacantidaddevacacionesque corresponde a cada trabajador. A su vez, por la naturaleza y función del descanso, se pro-híbe la acumulación del período vacacional (aunque existen dependiendo de las legislaciones posibilidades de fraccionamiento).

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En las legislaciones de ejecución penal analizadas hasta aquí, se omite la regulación sobre el descanso anual, o bien, se remite al derecho común vigente. Únicamente el Reglamento Peni-tenciario de El Salvador estipula, en el Art. 310 Inc. F que el interno deberá recibir descanso semanal y anual.

Nuevamente,nosencontramosfrenteaotrocúmulodeconflictosnormativos.Algunascorrien-tes doctrinarias entienden que en los casos donde las legislaciones remiten al Derecho Laboral general (Argentina, por ejemplo) se le deben otorgar vacaciones al interno trabajador. Ahora bien, la doctrina contraria explica que, en su alcance físico, esto sería difícil de llevar adelante porque atentaría contra los principios y lógica de tratamiento penitenciario. Como solución in-termedia surge la opción de pagar compensatoriamente por el no goce vacacional.

Este debate, nuevamente, deviene en la desnaturalización de ciertos institutos y por supuesto, nos estanca en dilemas no tan productivos. Si la naturaleza del descanso anual obedece a cri-teriosbiológicosehigiénicosentonceselpagodedineroenconsecuencianosatisfacetalfina-lidad.Silafinalidaddeltratamientopenitenciarioeslarehabilitación,atravésdeltrabajoylaeducación, entonces el incentivo vacacional atentaría contra ello.

Así las cosas, creemos entonces que la remisión a normas de orden público tiene que ver con un carácter tuitivo, y entonces con el establecimiento de estándares mínimos de protección.

El regular cuestiones de esta índole implica un análisis del todo y la determinación de incentivos acordes,queenconsecuenciareflejelaintenciónclaradelosalcancesdelosderechos.Creemosqueno es posible replicar lógicas delmedio libre en aquellos beneficios que intuitivamenteentendemos como primordiales, y si la intención es aquella, entonces debemos contar con esta-tutos normativos completos, es decir, sin vacios legales ni contradicciones.

Derecho Colectivo de Trabajo

El derecho del trabajo relativo a la organización sindical, a la negociación colectiva y a los con-flictoscolectivosymedidasdeaccióndirectos(talescomolahuelga)deltrabajoesdenominadoDerecho Colectivo. Básicamente, puede decirse que este derecho regula las relaciones entre sujetos colectivos y un grupo de empleadores o una entidad representativa.

Tal como venimos expresando, la equiparación absoluta de los derechos de los trabajadores en la cárcel y en el medio libre puede generar serios inconvenientes. Creemos que debe tomarse con extrema cautela la incorporación de derechos colectivos a efectos de no generar problemas en la dinámica penitenciaria, máxime si se permite por ejemplo el derecho a huelga.

Por la propia naturaleza y características del trabajo de las personas privadas de su libertad, en-tendemos que las legislaciones no han previsto el derecho a huelga. La legislación chilena, por

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ejemplo, que equipara la relación laboral carcelaria con la de la vida libre, expresamente niega el derecho a huelga (Art. 70 del Reglamento Penitenciario).

Al respecto, debe decirse que en la práctica carcelaria la huelga tiende a ser utilizada por laspersonasprivadasdelibertadparaexigirbeneficiosjudicialesoreclamarpormejorasen las condiciones de detención. Estas cuestiones en general tienden a ser resueltas por la administración penitenciaria.

El otorgamiento de autorización para sindicalizarse puede nuevamente conllevar a una des-naturalización del instituto. Es decir, la asociación sindical implica una agrupación per-manente de trabajadores que ejerce una actividad profesional o económica para la defensa y promoción de los intereses de los trabajadores. En el contexto carcelario, tal asociación puede conducir a que los reclamos efectuados tengan que ver más con condiciones de de-tención que con las condiciones laborales.

Además, al interior de una prisión conviven distintas actividades, como pueden ser la in-dustria del calzado y la fabricación de muebles. Así, los intereses de cada actividad quizás no sean los mismos y, probablemente, ya estén representados en el medio libre, por lo que restaría en estos casos, pensar si en el marco carcelario se aplican los convenios colectivos detrabajoysusmodificaciones.

Subsistemas de Seguridad Social

El Derecho de la Seguridad Social es el conjunto de normas jurídicas que regulan la protección de las contingencias sociales, como la salud, la vejez, y la desocupación. Se trata de casos de necesidad biológica y económica.

A diferencia del Derecho Laboral, el sujeto que goza del Derecho de la Seguridad Social es aquel que habita en la comunidad de un país determinado aunque no trabaje nunca y que cuenta con métodos y técnicas jurídicas propias.

El Derecho a la Seguridad Social se funda en la necesidad de la comunidad de alcanzar un pleno estado de justicia social, es decir que no tiene un origen contractual. Dentro de los principios que lo rigen están: solidaridad, subsidiaridad, universalidad, integralidad e igualdad.

Los subsistemas más comunes del derecho de la seguridad social son las jubilaciones y pensio-nes, el seguro de desempleo, las asignaciones familiares y los seguros de salud.

Las legislaciones de ejecución penal suelen remitir a las leyes vigentes de seguridad social y,

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en ningún caso, surge de estos ordenamientos jurídicos alguna disposición que impida aplicar los subsistemas de seguridad social en la órbita del trabajo en cárceles. Fuera de ello, a nivel doctrinal nos encontramos con la disyuntiva de si deben o no aplicarse los institutos descriptos al trabajo en prisión.

Entendemos que, dado que los sujetos del derecho de la seguridad social son todos los hombres, bajo reglas legales generales debe incluirse a los trabajadores en prisión en tales subsistemas. Sin embargo, en tanto contexto carcelario y características de los grupos penales, se requieren inflexiblementedisposicionesespeciales.

Debe aclararse que las contingencias cubiertas y prestaciones del derecho de la seguridad social son, de forma general, cargas propias del Estado. Como consecuencia, suele confundirse la obli-gación estatal en el cumplimiento de derechos de las personas privadas de su libertad, con las cargas del empleador y, más aún, cuando lo es el Estado.

Si analizamos los descuentos que suelen ser aplicados por imperio de la ley de ejecución penal (Punto 4), nos encontramos que muchos tienen su raigambre en el derecho de la seguridad social.

Organización del trabajo en cárceles

Organización del Trabajo

País Administración Penitenciaria Ente descentralizado Sociedad Mixta

Argentina Si

Bolivia Si

Brasil Si

Chile Si

Colombia Si Si

Costa Rica Si

El Salvador Si

Guatemala Si

Honduras Si

Mexico Si

Nicaragua Si

Panamá Si

Paraguay Si

Perú Si

Rep. Dom Si

Venezuela Si

Tal como puede apreciarse en el cuadro que antecede, la mayoría de los países que integran la

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región han optado por los sistemas en los cuales la propia administración penitenciaria, a través deunáreaespecíficaodelasdireccionesdeloscentrospenitenciarios,organizaneltrabajoenprisión. Puede, como en el caso de Panamá o Chile, celebrar convenios o acuerdos con empre-sas, personas físicas o jurídicas para brindar trabajo a las personas privadas de libertad.

Argentina, inspirada en el sistema español64, crea mediante Ley 24.372 de 1994 el Ente de CooperaciónTécnicayFinancieradelServicioPenitenciarioFederal,quetienecomofinalidadla de propender al mejor funcionamiento y la modernización de los métodos operativos de los talleres de laborterapia65 para los internos alojados en jurisdicción de la Dirección Nacional del Servicio Penitenciario Federal66. Dicho organismo (en adelante ENCOPE), funciona con el carácter, derechos y obligaciones de las personas jurídicas de derecho público67.

El ENCOPE, entonces, es el encargado de organizar y administrar las modalidades del trabajo que realizarán las personas privadas de libertad, como así también el encargado de potenciar, ampliar y mejorar los talleres productivos de los establecimientos penales. Para esto, cuenta primordialmente con una partida presupuestaria que es destinada a generar cupos de trabajo en cada una de las prisiones.

El personal que integra el ENCOPE, consejo directivo, comisión revisora y la asamblea de delegados cuenta con capacidades penitenciarias, pero no siempre con las acordes para el geren-ciamiento de tal empresa.

Nicaragua, en el Artículo 79 de la Ley 473/2003, crea el Centro Nacional de Producción Peni-tenciario, un ente desconcentrado con capacidad propia para adquirir obligaciones y derechos, cuyo objeto primordial constituye esencialmente en contribuir a la función social de reforma del privadodelibertadyalfinanciamientodelasactividadesdelSistemaPenitenciarioNacional.Adiferencia del ENCOPE argentino, la junta directiva que dirige el Centro se encuentra integrada porpersonasdedistintosámbitosperoquetienenfinalidadesencomún.

Colombia, por su parte, establece en el Artículo 90 del Código Penitenciario y Carcelario la constitución de una Sociedad de Economía Mixta68, llamada Renacimiento, cuyo objeto será la producción y comercialización de bienes y servicios fabricados en los centros de reclusión. Asimismo, dicha sociedad está convocada a “estimular la creación y funcionamiento de coo-perativas, en cuyas Juntas Directivas se dará asiento a un representante principal con su res-pectivo suplente de los internos escogidos entre quienes se distingan por su espíritu de trabajo 64. Real Decreto 326/95, que crea el Organismo Autónomo de Trabajo.65. Nótese que el texto de la ley utiliza laborterapia, que proviene de antaño como actividad ocupacional y terapéutica, de carácter no pro-ductivo ni con finalidad económica.66. Art. 1, Ley 24.372.67. Art. 2, Ley 24.37268. El Gobierno Colombiano mantiene más del cincuenta por ciento (50%) del capital accionario.

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y colaboración y observen buena conducta, siempre que no registren imputación o condena por delito grave”69. Según se expresa en la misma normativa: “Renacimiento, podrá también financiar microempresas de ex reclusos que hayan descontado la totalidad de la pena, cuando así lo ameriten por su capacidad de trabajo demostrada durante el tiempo de reclusión y con la presentación de los estudios que le permitan su financiación”70.

Esta solución nos parece muy interesante, pues aborda uno de los factores que mayor inci-dencia tiene sobre la reincidencia: el trabajo fuera del establecimiento penitenciario. Creemos que todos los esfuerzos que se realizan en el interior de los establecimientos devienen vanos y estériles si no se replican al exterior de la prisión. Por esto se destaca la propuesta colombia-na,yaestosesuman,además,ciertosbeneficiostributariosaempresasparalaparticipaciónde proyectos, que puede derivar en una contratación de las personas que están próximas a su egreso.

Relación de la función de la cárcel y el rol del trabajo de las personas privadas de libertad

Si observamos detenidamente, podemos ver que todos los pactos y reglas internacionales existentes (y la mayoría de las Constituciones), dan a la cárcel una función de resocialización, rehabilitación y reinserción social. A esto, además, debemos adicionar la noción de cumplimiento de derechos. Por otra parte, debemos tener presente que, como clave de una estrategia de seguridad pública, las prisiones deberían aparecer como parte de la política criminal estatal y, en consecuencia, tener las funciones de castigo de las personas que han cometido un delito (política criminal represiva), fundamentalmente, y evitación de la reincidencia (política criminal preventiva).

A partir de esto y atendiendo a todo el espectro de objetivos que se le plantea al sistema pe-nitenciario,entendemosquelafinalidaddereinserciónsocialdeberíadesarrollarsesobredospremisas fundamentales: reducción del delito-abordaje de los factores vinculados con la crimi-nalidad- e Inserción social de los condenados- a partir del acceso y cumplimiento de derechos básicos de las personas encarceladas-.71

De aquí, que el trabajo no es el único instrumento a tener en cuenta en términos de reducción del delito e inserción social, sino que el tratamiento penitenciario de los internos debe determinarse y abordarse integralmente,enconsideracióndelosriesgosynecesidadesespecíficasdecadaunodeellos.

69. Art. 91 Código Penitenciario y Carcelario.70. Art. 91 Código Penitenciario y Carcelario.71. Ahora bien, los factores que mayor incidencia tienen sobre el delito son: 1. Capacidad de auto-sustento económico. 2. Vivienda. 3. Com-posición y situación familiar. 4 Acceso al trabajo. 5. Acceso a la educación. 6. Acceso a la salud. 7. Abuso de estupefacientes. 8. Abuso de alcohol. 9 Patologías psiquiátricas o psicológicas. 10. Capacidad de controlar los impulsos. 11 Historia criminal. 12 Prevalente vinculación entre estos factores y la comisión de delitos.

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Para ello, previo a cualquier otra situación, se requieren condiciones indispensables en términos penitenciarios:

•Ausenciadesobrepoblación.•Buensistemadeclasificaciónyalojamiento.•Adecuadaspolíticasdereduccióndelaconflictividadylaviolencia.

Ahora bien, en general, los sistemas penitenciarios de los países iberoamericanos (y también a nivel mundial) se caracterizan por tener en sus prisiones alojadas más personas procesadas que condenadas y, muchas veces, la población carcelaria supera a la cantidad que la infraestructura del sistema permite administrar adecuadamente.

Por una parte, el sistema está funcionando para prisiones preventivas y, de acuerdo a cómo se encuentran diagramados normativamente, ellos no deberían alojar mayor cantidad de procesa-dos que de condenados. Debe recordarse que el debate se centra en el fundamento de la pena, y no en el fundamento de la prisión preventiva.

Por otra parte, también nos enfrentamos con el problema del exceso de población carcelaria. Así, si bien se exige a los sistemas penitenciarios de la región que garanticen el acceso a todos los derechos básicos de los internos (el derecho a trabajar, en lo que respecta al presente infor-me), es materialmente imposible para las administraciones cumplir con esta norma si carecen de la infraestructura adecuada. Y cuando, como es el caso de la mayoría de los sistemas regionales, esa infraestructura se encuentra desbordada, los esfuerzos relativos al cumplimiento de cual-quieradelosdemásobjetivossonineficaces.

Redención de Pena por Trabajo

Consiste básicamente, en la posibilidad de reducir el tiempo de privación de libertad a tra-vés del trabajo realizado.

Podemos citar, en este sentido, a Uruguay72, Guatemala73, Colombia74, Ecuador75 y Costa Rica76.

Entendemos,queesteinstitutodesnaturalizaelconceptodepenaysuejecución.Creemosfirmementeque el análisis de las circunstancias laborales y educacionales, entre otras, debe tener importancia al momento de la determinación de la pena y, eventualmente, de la decisión sobre la libertad anticipada. 72. Art. 13, Ley de Reforma y humanización del Sistema Penitenciario. Establece que cada 2 días de trabajo, se descuenta 1 de reclusión.73. Art. 145, Reglamento Penitenciario 33/0674. Art. 82, ley 65. Cada 2 días de trabajo, se descuenta 1 día de reclusión.75. Art. 33 y 34 del Código de Ejecución de Penas y Rehabilitación Social.76. Arts. 46 y ss., Reglamento Penitenciario.

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En términos criminológicos la sola conceptualización de trabajar en un taller no obedece estric-tamente a la satisfacción del programa universal de rehabilitación.

De todos modos existe, al menos teóricamente, un serio problema -sin detenernos en el algorit-mo- al cambiar días trabajados por días de prisión. No se escapa de este comentario el factor re-lacionado a que muchas veces este tipo de regulaciones obedecen a necesidades de emergencia carcelaria, especialmente vinculadas a la sobrepoblación.

Las penas de Trabajo Comunitario

Doctrinariamente77, suele vincularse la pena de trabajo comunitario78 con la historia del trabajo carcelario.Enlaactualidad,enlospaíseseuropeos(específicamenteenEuropadelNorte),seestá aplicando esta pena como alternativa a la pena privativa de la libertad.

Lapenadetrabajocomunitario,quepordefiniciónsondecumplimientoenlibertadparaevitarlos efectos desocializadores de la pena en custodia, sobrelleva la obligación de trabajar ambula-toriamente, en tiempo de ocio,sinremuneraciónyenbeneficiodelacomunidad.

Las características han sido principalmente descriptas en el famoso Informe de Wootton79, y en distintos informes80 realizados en Inglaterra y Gales: el trabajo debe ser público (que no se de-sarrolle en una institución cerrada o en un medio penal o penitenciario), consentido (no puede ejecutarse forzosamente contra la voluntad del sujeto) no remunerado (aunque puede preverse gastosdemanutencióny transporte), constructivo (enbeneficiode la comunidad), yquenocompita con el mercado laboral.

Si bien este sistema, en cierta forma, ha sido acogido por algunas legislaciones de la región, tan-to la regulación como el espíritu de las mismas distan en demasía de las aplicadas en el mundo anglosajón.Másaún,lasinstitucionesqueejecutanyadministransondisímilesenfilosofíaymetodología,loquehacenuevamenteineficiente,enesteladodelglobo,estetipodesancionespenales. Un ejemplo de la forma particular de aplicación de este sistema es la suspensión de juicio a prueba que contiene el Código Penal de Argentina.81

Otro caso relevante en la región es el de Chile. La posición de este Estado, sin perjuicio de lo

77. Mayormente en Inglaterra y Gales, encontrando como antecedente las penas communityservice. Existen otras concepciones, como por ejemplo las que encuentran como antecedente directo el trabajo utilitario para suplir la privación de la libertad por multas impagas tal como sucedía en la Alemania medieval.78. Las communityservice encuentran su origen en la Inglaterra de Elizabeth, en 1602 y el conocido Informe de Wotton de 1970.79. Advisory Council on the Penal System Non-custodial and Semi-custodial Penalties,1970, Londres.80. Informes realizados por Comisiones del Home Office. Criminal Justice Bill, Criminal Justice Act81. Art. 73 y siguientes del CP. Tengamos en cuenta que, en este, los trabajos en beneficio de la comunidad se realizan no para cumplir una pena, sino a efectos de la suspensión de la suspensión –y terminación en caso de cumplimiento de los mismos- del proceso penal.

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anteriormente mencionado, se ajusta mejor a los parámetros conceptuales que se pretenden con estas penas. Chile, en su Ley 20.603 Art. 10 establece que “La pena de prestación de servicios en beneficio de la comunidad consiste en la realización de actividades no remuneradas a favor de la colectividad o en beneficio de personas en situación de precariedad, coordinadas por un delegado de Gendarmería de Chile. El trabajo en beneficio de la comunidad será facilitado por Gendarmería de Chile, pudiendo establecer los convenios que estime pertinentes para tal fin con organismos públicos y privados sin fines de lucro”.

El Art. 11 de la misma ley establece que tal pena “podrá decretarse por el juez si se cumplen, copulativamente, los siguientes requisitos:

a) Si la pena originalmente impuesta fuere igual o inferior a trescientos días.b) Si existieren antecedentes laborales, educacionales o de otra naturalezasimilar que jus-tificaren la pena, o si los antecedentes personales del condenado, suconducta anterior y posterior al hecho punible y la naturaleza, modalidades ymóviles determinantes del delito permitieren presumir que la pena de prestación de servicios en beneficio de la comunidad lo disuadirá de cometer nuevos ilícitos.c) Si concurriere la voluntad del condenado de someterse a esta pena. El juez deberá in-formarle acerca de las consecuencias de su incumplimiento. Esta pena procederá por una sola vez y únicamente para el caso en que los antecedentes penales anteriores del conde-nado hicieren improcedente la aplicación delas demás penas sustitutivas establecidas en la presente ley”.

Enelmismocuerpolegal,seregulaladuracióndelapenadeprestacióndeserviciosenbenefi-ciodelacomunidadfijandoelalgoritmobase82.

En orden a los objetivos que se le imponen a las penas –y a la cárcel como pena más emble-mática- este tipo de sanción penal es de gran interés; pero, al igual que lo que ocurre con el trabajo penitenciario, las carencias, lagunas, superposiciones y contradicciones normativas nos retrotraen a cuestiones fundamentales tales como cuál es el alcance de la misma y, sobre todo, cuál es su relación con la legislación laboral y de seguridad social vigente. Por la rele-vancia de la misma, es de suma importancia tenerlas en cuenta si se pretende avanzar en el sentido de su implementación.

Las expectativas laborales de las personas que realizan trabajos en prisión

El trabajo penitenciario, como componente relevante de la ejecución individualizada de la pena,

82. Art. 12 Ley 20.603 (Chile): Cuarenta horas de trabajo comunitario por cada treinta días de privación de libertad. Si la pena originalmente impuesta fuere superior a treinta días de privación de libertad, corresponderá hacer el cálculo proporcional para determinar el número exacto de horas por las que se extenderá la sanción. En todo caso, la pena impuesta no podrá extenderse por más de ocho horas diarias.

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tendrá como función generar hábitos y responsabilidades laborales y consecuentemente fortale-cer las expectativas para que la persona pueda mantener o aumentar la capacidad para ganarse la vida honradamente tras su puesta en libertad.83

Ahora bien, cabe preguntarse ¿De qué manera el trabajo penitenciario cumple con su función?. Para esto, la evidencia empírica nos brinda la posibilidad de contrastar la teoría con la realidad.

Los datos que se muestran a continuación corresponden a evidencia de campo84, cuya obtención se obtuvo a partir del relevamiento de 802 internos alojados en el Complejo Penitenciario Fede-ral 1 –Ezeiza- , El Complejo Federal CABA –Devoto- y el Complejo Federal Jóvenes Adultos.

En cuanto al género, la muestra se compone de 777 masculinos, 10 femeninos, y 17 que no en-cuadraron en ninguno de esos géneros o no respondieron.

Encuantoalafranjaetaria,lapoblaciónsecomponedeun24,3%deentre18a21años,un23.8%deentre22a30años,un26,6%deentre31a40años,un14,3%entre41a50años,un8,5%entre51añosymasyun2,5%quenorespondió.

Delamuestraanalizada,el61.6%seencontrabatransitandosuprimeraestadíaenpri-sión,el36.3%yahabíatenidoalgunaexperienciaenestablecimientoscarcelariosyel2,1%nocontestó esta pregunta.

Respectoasusituaciónprocesal,el70,3%seencontrabanprocesadosalmomentodelreleva-miento,el26,3%estabancondenadosyel3,4%nodiorespuestaalapregunta.

Veamos entonces, como se manifiesta la función del trabajo penitenciario conforme la evidencia obtenida:

¿Trabajas o trabajaste alguna vez dentro de la cárcel a cambio de una contraprestación dineraria?

% Menos de 1 año en la carcel % Mas de 1 año en la carcel %

SI 59,6 25,9 78,6

NO 34,8 69,3 17,4

NS/NC 5,6 4,8 4,0

TOTAL 100,0 100,0 100,0

¿Cuál de las siguientes frases consideras más adecuada respecto a tu aprendizaje en ese trabajo?

83. Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos (Reglas Mandela)Regla.84. El estudio fue realizado entre los meses de agosto y noviembre de 2018 y fue llevado a cabo por el equipo de investigación del Instituo de Criminologia y la Dirección Principal de Trato y Tratamiento ambas dependencias del del Servicio Penitenciario Federal.

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%

Aprendí mucho y me siento perfectamente capacitado para desarrollar este trabajo 49,8

Aprendí varias cosas pero todavía me falta capacitarme mas 29,9

Solo aprendí las cuestiones básicas de ese trabajo 13,8

No aprendí nada realizando este trabajo 3,3

NS/NC 3,2

Total 100,0

¿Qué posibilidades crees tener de encontrar un trabajo similar al que hacías en la cárcel?

%

Creo que tengo muchas posibilidades 42,1

Creo que tengo algunas posibilidades 18,6

Creo que tengo pocas posibilidades 9,5

Creo que no tengo ninguna posibilidad de conseguir ese trabajo 8,2

NS/NC 21,6

Total 100,0

En términos generales, consideras que conseguir cualquier tipo de trabajo afuera será…

%

Muy fácil 14,2

Fácil 12,6

Ni fácil ni difícil, un punto medio 38,8

Difícil 19,8

Muy difícil 8,7

NS/NC 5,9

Total 100,0

¿Cuánto tiempo consideras que vas a tardar en conseguir algún trabajo o changa cuando salgas?

%

Si, será mejor 70,7

No, será peor 5,0

Será igual 5,6

NS/NC 18,7

Total 100,0

En consecuencia, podemos decir que la evidencia empírica avala la función actual de las activi-dades laborales dentro de las prisiones. Este abordaje del factor de riesgo trabajo, permite que

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la persona adquiera estabilidad laboral mediante la adquisición de hábitos, responsabilidades y habilidades,porloquesesepresentacomounanecesidadcriminogénicadeespecificainterven-ción a la hora de lograr la reducción de la reincidencia.

El lograr que las personas se sientan capacitadas para conseguir un trabajo y que perciban que su paso por la prisión puede servir para mejorar sus expectativas laborales demuestra que no sólo se interviene en el desempleo sino también en la estabilidad laboral.

Esta es una visión realista de las actividades laborales dentro de las prisiones como un factor dinámico que permite revalorizar las aptitudes de la persona.

Consideraciones Finales

Tal como hemos expuesto, en la actualidad existe una nueva propuesta para considerar a lo conocido como cárcel. En ella lo que se pretende es, garantizar el acceso a los derechos funda-mentales de las personas privadas de su libertad y, por medio de este proceso de inserción social, abordar las distintas necesidades de los internos, básicamente, de los factores más asociados con la reincidencia criminal; uno de los cuales, claro está, es la capacidad de conseguir trabajo y de poder auto-sustentar sus necesidades materiales prioritarias.

Esta nueva consideración acerca del trabajo penitenciario le da al mismo una serie de caracterís-ticas y condiciones particulares que deben ser tenidas en cuenta, a saber:

•Resultafundamental,almomentodedecidirelencarcelamientopreventivodeunapersona,considerar el factor de que esté trabajando. Ello, en atención a la dimensión de necesidad y riesgo que expresamos, podrá servir para determinar sentencias en la comunidad y evitar el encierro y todos los problemas que conlleva.•Sibiennodebenconcebirseentérminosdegananciaeconómicalostalleresalinteriordelaprisión, debe considerarse que la remuneración que perciben los trabajadores en la mayoría de los sistemas penitenciarios proviene de asignaciones presupuestarias, por lo que debería pensarseenlaeficienciaylosresultadosentérminosdereduccióndelareincidencia.•Sibienesnecesariaunareformalegislativa,nodebeolvidarselarelaciónadministrativapre-existente. Por ende, habida cuenta esa especialidad, debe atenderse a las mejores posi-bilidades de la administración, el sujeto administrado, y las diferentes modalidades y acceso a los institutos que el derecho de la seguridad social exige. Tampoco deben, en nuestra opinión, aplicarse directamente las reglas de la legislación laboral común, sin atenderse a las particularidades del trabajo en cárceles. Entendemos que la normativa de Panamá y El Salvador pueden ser tomadas como ejemplos para discusiones y debates consiguientes.

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Perodebemosaclararquelameradefinicióndelanaturalezajurídicadelarelaciónlaboralexistente, tampoco soluciona los problemas de estándares e institutos de manera universal. •Debepensarseenfomentarlalógicadecooperativas,talleresautogestivos,sistemasdecu-ratelaseincrementarselaofertadecapacitaciónlaboral,conlafinalidaddedotaralasperso-nas privadas de su libertad no sólo de mayores capacidades para desenvolverse en el mercado laboral, sino también para garantizar la continuidad de las tareas laborales cuando recupere la libertad. En este sentido, la propuesta colombiana resulta de particular interés. •Debenpensarseinstrumentoslegalescompletos,quereflejenladecisiónpúblicadeloquese quiere hacer en materia de tratamiento y rehabilitación penitenciaria. Entendemos, que los vacíos legales o las simples remisiones conllevan a distintas interpretaciones jurídicas que muchas veces están teñidas de concepciones políticas o sectoriales y no de criterios propios de la ciencia o de gestión de espacios carcelarios.•Debenrealizarseestudioscientíficos,estadísticosydecampo,paradeterminarlaeficienciade los programas de trabajo respecto a índices de reincidencia.•Losprogramasdecapacitaciónlaboraldeberánincluirlainserciónlaboralalosfinesdereducir la reincidencia. •Debenrealizarsecampañasdeconcientizaciónypolíticasdeincentivoparaquelasociedadconozca sobre los programas de trabajo en prisiones y su consecuente efecto en las personas. Es vital para el éxito de tales programas, en términos de reinserción y reducción de reincidencia, que la sociedad sepa cómo y por qué se está invirtiendo su dinero en determinadas políticas. •Debepensarseenlanecesidaddedesplazarciertasexigenciasactualesrespectodeltrabajoen prisión (inserción en la lógica del contrato de trabajo, empresas privadas, etc.) hacia sis-temas alternativos a la prisión y post-penitenciarios que estén a cargo de un servicio público específico,comopodríaserlaDirecciónNacionaldeReadaptaciónSocial–enelcasodeAr-gentina-, y que, a su vez, estas instituciones articulen su accionar con otras agencias estatales, ONGs y asociaciones civiles. Ello en estricto correlato con la idea de que, si el problema del delito es un problema de todos, entonces los esfuerzos deben ser orientados a generar una única política criminal donde todas las agencias estatales, no gubernamentales, asociaciones civiles, organismos de control, académicos y la sociedad participen en las decisiones perti-nentes.

Por último, quisiéramos mencionar que, si bien se han tratado cuestiones que exceden lo que estrictamente sería el trabajo en prisión, ello se debe a que la cárcel y el delito, como cuestiones complejas que son, no pueden abordarse, en ninguno de sus aspectos, desde miradas sesgadas o compartimentadasacuestionesespecíficas.Enrealidad,sipretendemosgarantizarunabordajejusto,equilibradoyeficazselodeberealizardesdeunaperspectivaqueaglutinelasdiferentesproblemáticas en juego.

Capítulo VII Las actividades laborales

en el ámbito de las prisiones:del castigo a la auto-sustentabilidad

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Las actividades laborales en el ámbito de las prisiones:del castigo a la auto-sustentabilidad

Introducción

Asícomolafuncióndelasprisionesylafinalidaddelapenahanvariadoalolargodeltiempo,el trabajo en las instalaciones penitenciarias no fue ajeno a los distintos cambios de paradigma que acompañaron a la concepción de la pena.

Desde el trabajo como castigo, hasta el advenimiento de las teorías abolicionistas, las tareas que desarrollan las personas privadas de la libertad han sido un tema de vital importancia en el ámbito de la ejecución de la pena. Más aún cuando la prohibición de utilizarlas como castigo derivó en que sean empleadas como un elemento positivo dentro del régimen1.

Con el devenir del tiempo, se empezó a percibir que las prisiones no daban los resultados es-perados en términos de resocialización. Como consecuencia, surgió la corriente denominada Nothing Works, que instaló la sensación de que los establecimientos penitenciarios no son lo su-ficientementeeficacesparamodificarlaconducta,reducirlareincidenciaygarantizarseguridadpública. Esta situación llevó a una pauperización de los sistemas correccionales, e inevitable-mente a un deterioro del trabajo de las personas privadas de la libertad.

Muchasopinionesseexpresaronsobrelafinalidadquedebenteneresastareas:desdeeltrabajocomo parte del castigo2 hasta la concepción actual como medida alternativa a la prisión y en beneficiodelacomunidad,conunaclaratendenciaformadorayeducativa3, centrada en lograr que la persona pueda lograr la auto-sustentabilidad al reintegrarse a la comunidad.

Sin embargo, y más allá de lo interesante que resulta la aplicación de sentencias basadas en trabajos para la comunidad, de su vínculo con el presupuesto destinado a las administraciones penitenciarias y su relación con la disminución de la reincidencia, en este documento analizare-mos la relación existente entre el trabajo que realizan las personas condenadas a penas de prisión

1. Dirk Van Zyl Smit – Sonja Snack, en Principios de Derecho y Política Penitenciaria Europea, Tirant le Blanch, Valencia 2013, pág 303.2. Aunque se conocen prácticas mucho más antiguas, fue en el siglo XVI cuando, de una manera cada vez más explícita, los jueces empezaron a sentenciar a los reos a servir forzosamente a la Corona, y, a partir de la segunda mitad del XVIII, al trabajo en obras públicas.3. Un ejemplo de ello lo presenta Nueva Zelanda. Allí las personas sentenciadas a penas basadas en labores comunitarias ascienden a 30.000 en comparación con las 8500 que se encuentran en prisión. http://www.corrections.govt.nz/working_with_offenders/community_sentences.html.

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y la auto-sustentabilidad en el medio libre, al facilitarles herramientas que le permitan alejarse del delito como medio de vida.

Muchasvecesseafirmaquelastareasquedesarrollanlosinternosestánenmarcadasdentrodelderechoatrabajarensufazmásbásicayelemental.Parajustificarestapostura,seutilizaronadiversos instrumentos internacionales y la más simple interpretación que se les puede dar. Así, se entendió que debía ser igual al que desempeñan las personas en el medio libre, perdiéndose de vista la concepción del trabajo como una de las herramientas con las que cuenta el trata-miento penitenciario, sobre el cual descansa la pena. De este modo, la pena se piensa solamente como una cuestión espacio-temporal. La persona debe permanecer un tiempo determinado en un lugar ajeno a su elección, pero con las mismas características que en el medio libre.

A su vez, la generalización y normativización del concepto de “trabajo como derecho equi-parado al medio libre” generó colisiones entre las normas que regulan las tareas que rea-lizan las personas privadas de la libertad –orientadas hacia la reducción de la reincidencia y la protección pública- y aquellas que regulan en el trabajo el medio libre –destinadas a abordar los desequilibrios entre trabajadores y empleadores y a garantizar las condiciones mínimas de confort-.

Sin embargo, una nueva mirada sobre la persona, dispuesta a abordar de manera seria sus nece-sidadesespecíficas,diolugaranuevaconcepcióncriminológicadenominadaWhat Works. Esta nueva corriente, basada en estudios derivados de las ciencias sociales y utilizando técnicas eco-nométricas, logró encontrar distintos factores que inciden en la reducción de la reincidencia cri-minal,comolaobtencióndehabilidadesfinancierasylaadquisicióndeconocimientoslaborales,ambos,conelfindeposibilitarlaauto-sustentabilidadenlacomunidad.

De esta manera, la auto-sustentabilidad en el ámbito del tratamiento penitenciario puede ser entendida como la capacidad de realizar actividades básicas de manera independiente, siendo una de esas acciones la generación de ingresos, conjuntamente con el mantenimiento de las re-laciones sociales, entre otras4.

El planteo que aquí se propone excede la visión simple y acotada sobre la disyuntiva entre el trabajocomopenaocomoderecho,yaspiraaotradiscusión,centradaenlafinalidaddeltrabajoque realizan las personas alojadas en las prisiones con miras a lograr la auto-sustentabilidad en el medio libre tras su egreso.

Para esto, será necesario contemplar brevemente los cambios por los que han atravesado los sistemas penitenciarios más avanzados y el abandono de la concepción de resocialización para

4. Molleman, T, Self-sufficiency of inmates, WODC, The Hague – Netherlands, 2014, Cahiers 2014-18.

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dirigirse hacia una más completa de la función de las administraciones correccionales como mecanismos encargados de la seguridad pública.

Hacia un nuevo concepto de la función del trabajo en los establecimientos penitenciarios

Comodijimos,elpapeldeltrabajoenlasprisioneshafluctuadojuntoconlaconcepcióndelapena y el paradigma criminológico existente en un determinado momento5. Así, el rol de las industrias de la prisión fue cambiando radicalmente: considerado en el siglo XVIII principal-mente como un medio de castigo “para reformar la conducta equivocada”, más tarde pasa a ser concebido como un importante componente en el proceso de resocialización.

Diversos estudios revelan que muchas de las personas que ingresan al sistema penitenciario carecen de empleo y tienen además escasa experiencia y habilidades laborales6. Asimismo, la precariedadlaboralhasidoidentificadacomounimportantefactorderiesgodinámicodentrode la población penal7. Su importancia fue ampliamente reconocida, en tanto que este factor es considerado relevante a la hora de abordar las necesidades de la mayoría de las personas conde-nadas8. De esta forma, las tareas que se realizan en las prisiones recibieron un renovado interés en diferentes servicios penitenciarios, más aun cuando la carencia de aptitudes es un factor de vital relevancia para que el individuo pueda volver al medio libre sin tener que acudir al delito como medio de subsistencia9.

Enestesentido,elempleoformapartedeunaseriedefactoresqueinfluyenenun70%enlaprobabilidad de reincidencia. De hecho, según analistas que trabajan en programas de sentencias basados en la comunidad, parece ser el factor más importante en su prevención10.

La concepción del trabajo como herramienta del tratamiento y como instrumento destinado a la reducción del ocio ha sido receptada en nuestro ámbito por la Comisión Interamericana de Dere-chos Humanos en los Principios y Buenas Prácticas sobre la Protección de las Personas Privadas de Libertad en las Américas. El Principio XIV dice que: “Toda persona privada de libertad tendrá derecho a trabajar, a tener oportunidades efectivas de trabajo, y a recibir una remune-

5. Cfr. Funke, G. S., Wayson, B. L., & Miller, N. (1982). Assets and liabilities of correctional industries. Lexington, Massachusetts: Lexington Books.6. Glaser, D. (1964). The effectiveness of a prison and parole system. Indiana: Bobbs-Merrill. - Guynes, R., & Grieser, R. C. (1986). Contempo-rary prison industry goals. In American Correctional Association (Ed.), A study of prison industry: History, components, and goals (pp. 19-29). College Park, Maryland. Y Taggart, R. (1972). The prison of unemployment. Baltimore, Maryland: The John Hopkins University Press.7. Andrews, D. A., & Bonta, J. (1994). The psychology of criminal conduct. Cincinnati: Anderson. - Gendreau, P., Little, T., & Goggin, C. (1996). A meta-analysis of the predictors of adult offender recidivism: What works Criminology, 34, 575-607.8. Andrews, D. A., Bonta, J., & Hoge, R. (1990). Classification for effective rehabilitation: Rediscovering psychology. Criminal Justice and Beha-viour, 17, 19- 52.9. Gillis, C., Robinson, D., & Porporino, F. (1996). Inmate employment: The increasingly influential role of generic work skills. Forum on Correc-tions Research, 8 (1), 18-20. 10. Learning for Resettlement and Reintegration (2010). Internet: http://ec.europa.eu/education/grundtvig/doc/conf11/doc3-esf_en.pdf.

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ración adecuada y equitativa por ello, de acuerdo con sus capacidades físicas y mentales, a fin de promover la reforma, rehabilitación y readaptación social de los condenados, estimular e incentivar la cultura del trabajo, y combatir el ocio en los lugares de privación de libertad. En ningún caso el trabajo tendrá carácter aflictivo”11.

En el mismo sentido, las Reglas Penitenciarias Europeas establecen que “El trabajo en prisión se considerará como un elemento positivo del régimen penitenciario (…)”12 y que las autori-dadespenitenciariasseesforzaránporofreceruntrabajosuficientementeútil13. A su vez, de las reglas 26.3 y 26.5 se desprende que el trabajo debe aspirar a que el interno pueda mantener o aumentar la capacidad para ganarse la vida después de salir de la prisión, y que el trabajo debe incluir una formación profesional a los detenidos que estén en condiciones de aprovecharlo14.

De lo expuesto, puede verse que las actividades laborales dentro de la prisión se correlacionan exclusivamenteconeltratamiento.Sufinalidadesgenerarhábitos,habilidadesyresponsabili-dades que le permitan a la persona ingresar al mercado laboral después de su permanencia en el sistema penitenciario. Así fue resuelto el Tribunal Constitucional Alemán, al decir que “en la medida que el Estado tiene el deber constitucional de facilitar la reinserción social de los reclusos y que el trabajo de los internos ha sido uno de los medios elegidos para conseguir tal finalidad”15.

Anteriormente, el papel del trabajo en las prisiones había sido concebido como un importante componente en el proceso de resocialización16. Pero la falta de resultados de los programas co-rreccionales en la reducción de la reincidencia culminó, como se mencionó, en el Nothing Works expuesto por Martinson en 197417. Dicho autor criticó los diferentes programas correccionales, debiendo reconocerse las falencias existentes a la hora de abordar las necesidades de las perso-nas privadas de la libertad y ,en consecuencia, proceder a una reformulación de aquellas cosas que no estaban dando los resultados deseados. Los talleres de trabajo no estuvieron exceptua-dos,yserepensósuconcepciónalosfinesdeproporcionarhabilidadesyhábitosdeempleoquecontribuyesen con la persona al momento de regresar al medio libre18.

Así, una de las principales reformas que se introdujeron en los sistemas penitenciarios fue el 11. Principios y Buenas Prácticas sobre la Protección de las Personas Privadas de Libertad en las Américas (Documento aprobado por la Comisión en su 131º período ordinario de sesiones, celebrado del 3 al 14 de marzo de 2008), Principio Nro XIV. “Trabajo” –El destacado nos pertenece.12. Reglas Penitenciarias Europeas, 26.1 http://justicia.gencat.cat/web/.content/documents/arxius/sc_5_024_10_cast.pdf.13. Reglas penitenciarias Europeas 26. 2 http://justicia.gencat.cat/web/.content/documents/arxius/sc_5_024_10_cast.pdf.14. Cfr. Reglas Penitenciarias Europeas 26.3 y 26.5 http://justicia.gencat.cat/web/.content/documents/arxius/sc_5_024_10_cast.pdf.15. Cfr. Bverf G – 2BvR 441/90 1 de julio de 1988 – En Dirk Van Zyl Smit – Sonja Snack en Principios de Derecho y Política Penitenciaria Eu-ropea, Tirant le Blanch, Valencia 2013, pág 297. http://www.bundesverfassungsgericht.de/DE/Das-Gericht/Gericht-und-Verfassungsorgan/gericht-und-verfassungsorgan_node.html;jsessionid=DF76EF6A32F3BD20FBB8411D1C091B2F.2_cid393.16. Funke, G. S., Wayson, B. L., & Miller, N. (1982). Assets and liabilities of correctional industries. Lexington, Massachusetts: Lexington Books.17. Martinson. R. (1974). What works? Questions and answers about prison reform. The Public Interest, 35, 22-54.18. Fabiano, E., LaPlante, J., & Loza, A. (1996). Employability: From research to practice. Forum on Corrections Research, 8 (1), 25-28. Y Funke, G. S., Wayson, B. L., & Miller, N. (1982). Assets and liabilities of correctional industries. Lexington, Massachusetts: Lexington Books.

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cambiodelconceptodelaresocializacióncomofinúltimodelasagenciascorreccionalesporunenfoque más abarcativo de la función de las prisiones como integrantes de la red de seguridad pública19.Deestaforma,eldeclivedelidealdelaresocializaciónsemanifiestaenelhechodeque las metas de las instituciones penales muestran una reducción en el interés por la reinserción social de los detenidos, con una fuerte impronta en el aspecto de la seguridad carcelaria.

Por su parte, la evidencia empírica demostró que el paradigma de la resocialización, fundamento de la pena y cuya utilización se presentaba como un ideal inalterable, estaba en franca decaden-cia, aunque cabe señalar que su presencia sigue haciendo eco en los oídos de los funcionarios de estas latitudes20.

Así las cosas, se comenzó a vislumbrar que el trabajo de las personas privadas de la libertad constituíaunelementodegranrelevanciaa losfinesdereducir lasprobabilidadesdereinci-dencia. De esta manera, y al concebirse a las prisiones como un verdadero instrumento de pro-tección pública, los diferentes sistemas penitenciarios se vieron obligados a generar programas eficientesyeficacesdetrabajoparalosinternos,conelobjetodeincidirenlareduccióndelareincidencia y el desistimiento del delito.

De esta manera, diseñaron programas con diversos objetivos en torno al empleo intramuros. Estos programas no sólo se centran en el detenido, sino que se vinculan con las instituciones penitenciarias y con la sociedad. Así, los objetivos enmarcados dentro de la labor de los internos contribuían a un adecuado y seguro21 nivel de funcionamiento de las prisiones, empezando a asimilarse la vida dentro de estas a la del medio libre. Estos objetivos estaban dirigidos princi-palmente a la reducción del tiempo ocioso, la estructuración de actividades diarias, etc.22

Laactividadlaboralempiezaaserconcebidacomounodeloscomponentesdelapenaysufinali-dad deriva necesariamente en la reducción de la reincidencia. Ejemplo claro de ello es el carácter formativo, que está claramente en línea con el objetivo de generar hábitos y responsabilidades: las tareas realizadas dentro de las prisiones deben poder brindarle al interno capacidades para desen-volverse y sustentarse cuando recupere su libertad, brindándole mejores condiciones para que se convierta en un ciudadano respetuoso de la ley y útil en el empleo de sus habilidades sociales.

19. David, Garland: “The Culture of Control Crime and Social Order in Contemporary Society, 2001, The University of Chicago Press, Chicago, Oxford University Press. Great Claredon Street, Oxford.20. Respecto de la idea de resocialización y el cambio de paradigma ver. David, Garland: “The Culture of Control Crime and Social Order in Contemporary Society”, 2001, The University of Chicago Press, Chicago, Oxford University Press. Great Claredon Street, Oxford.21. Se ha comprobado que los internos que trabajan dentro de las prisiones pueden adaptarse mejor a la vida institucional, y que el trabajo en los centros de detención contribuyó a la reducción de las sanciones internas en relación con otros detenidos que no participaban de los progra-mas de empleo. (Maguire, K. 1996 - Prison industry programs and inmate institutional behaviour. Forum on Corrections Research, 8 (1), 39-42).22. La reducción del tiempo ocioso fue la meta que se impuso desde que se empezaron a implementar los programas de trabajo para ofenso-res, dado que de este modo se aborda la importante función de custodia que consiste en generar una ocupación constructiva para los internos mientras están en prisión.(Maguire, K. 1996 - Prison industry programs and inmate institutional behaviour. Forum on Corrections Research, 8 (1), 39-42. Y Greiser, R. C. (1996). Public and private sector partnerships in prison industries and offender employment. Forum on Corrections Research, 8 (1), 43- 45.

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Losinvestigadoresidentificanvariadasfuncionesdeltrabajocarcelario,ensumayoríamuypositivas:

•Lafuncióneducativa(aprendizajedelaestructuracióndeltiempodelavidacotidiana,pau-tas de autodisciplina, pautas colectivas, otras todas importantes para la reinserción social de los detenidos).•Disminuyelaposibilidaddeinestabilidademocionaldelaspersonasprivadasdelibertad.•Aldisminuirelociocolaboraenreducirlaconflictividad.•Puedeserimportanteparagenerarvaloresquevinculenesfuerzoyrecompensasmoneta-rias, algo fundamental para lograr una autonomía individual.•Mejoralaautoestima23, como así también ayuda a ocupar y estructurar el tiempo y la vida cotidiana de las personas privadas de la libertad24.

El trabajo resulta inherente a toda actividad realizada en el interior de las prisiones (formativa, recreativa, cultural, terapéutica, laboral), al menos en lo que respecta a los sistemas peniten-ciarios de laUniónEuropea e implica una finalidad de retorno normalizado y de reingresoprogresivo en la comunidad. No tiene sentido llevar a cabo un trabajo limitado a la subsistencia económica o a pasar el tiempo de forma útil: para ello bastaría hallar fondos para subvencionar económicamente cada día de estancia en prisión e impartir actividades lúdicas que evadan al internodelarealidadpenitenciaria.Elobjetivofinalvamásallá:contribuiradevolveralinternoal circuito laboral en condiciones mejores que las anteriores a su ingreso en prisión, o cuanto menos haber evitado el deterioro y la pérdida de hábitos y aptitudes imprescindibles para ejercer un puesto de trabajo en el medio exterior25.

Sepuedeobservarentoncesquelafinalidaddeltrabajodelaspersonasprivadasdelalibertaddista notoriamente de la que se circunscribe en el medio libre, dado que la primera tiene por objeto mejorar las posibilidades de desarrollo una vez que la persona abandona la prisión, reducir la reincidencia y colaborar con la seguridad pública, en tanto que la segunda se basa enunacontraprestaciónquerealizanlaspartesenrazóndeunintercambioquetieneunfinnetamente económico.

Los sistemas penitenciarios más avanzados han tomado esta idea. El Servicio de Prisiones de In-glaterra,porcaso,entiendequeeltrabajodebeestarestrechamentevinculadoalaplanificaciónde la sentencia para garantizar que el empleo, las habilidades y las intervenciones de entrena-miento se interrelacionen en el contexto de otras actividades tendientes a la rehabilitación, para la adecuada formación, adquisición de hábitos y responsabilidades.

Pero eso no es todo. Existe una adecuada evaluación del riesgo de la persona y el trabajo que

23. Organización Internacional del Trabajo, “El trabajo dentro de las cárceles y la inserción laboral de las personas liberadas del sistema penitenciario”.24. Miguélez, Fausto, Trabajar en prisión, Icaria Editorial, Barcelona, 2007; pp. 12 y 53 y ss.25. Centre d’Iniciatives per a la Reinserción, El trabajo en las Prisiones Europeas, Barcelona Reino de España, Pág. 59.

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desarrollará dentro de la prisión, para evitar que se vea afectada la seguridad de los demás inter-nos y del personal26.

Por su parte, el servicio Correccional de Canadá entiende que el trabajo y las actividades dentro de los establecimientos tienen como objetivo capacitar a los detenidos y proporcionar un con-junto de herramientas para facilitar la reinserción social27.

Finalmente, el Departamento Correccional de Nueva Zelanda, al referirse al trabajo en el con-texto de las prisiones toma en cuenta que el principal objetivo es reducir la reincidencia, dado que los estudios demuestran que aquellas personas que han estado privadas de la libertad y en-cuentran un empleo estable a su egreso tienen menos probabilidades de volver a delinquir. Para ello, los programas establecen una serie de iniciativas para generar o mejorar las habilidades laborales de los detenidos y su formación mientras cumplen su condena28.

El viejo principio de resocialización pasó entonces a ser superado por el paradigma de la re-duccióndelareincidenciaylaseguridadpública,acompañadodetratamientosespecíficosentorno a la adquisición, desarrollo y, en lo posible, perfeccionamiento de habilidades y actitudes positivas hacia el trabajo, para lograr un cambio de comportamiento que facilite el reingreso la comunidad.Comoveremosacontinuación,lafinalidaddeltrabajonoselimitóalaadquisiciónde habilidades, sino que se buscó un objetivo superador de acuerdo con los nuevos postulados criminológicos.

El trabajo en prisiones y la auto-sustentabilidad

Como resultado del desarrollo de la nueva concepción criminológica denominada What Works29 sehanidodiagramandoobjetivosbasadosespecíficamenteenlapersonadelinfractoryensureintegro al medio libre. Así, dentro del modelo de riesgos y necesidades, podemos encontrar que el trabajo en prisión pasó a ser pensado en función del retorno de la persona a la comunidad. Para ello, se propuso que las labores desarrolladas en las prisiones tengan por objetivo generar hábitos positivos de trabajo, otorgando tareas reales que sirvan de experiencia, y contribuyan a la formación profesional. Sin embargo, la demarcación de objetivos no se detuvo allí, sino que se propone como meta a lograr que el detenido, a través del dinero que recibe por sus labores, pueda generar para sí mismo una capacidad de gestión de sus ingresos30.

26. England – Ministry of Justice, National Offenders Management System (NOMS), Prison Service Order 06/12 - En el mismo sentido ver Ministerio de Justicia del Reino Unido “Breaking the cycle: effective punishment, rehabilitation and sentencing of offenders 07/12/2010 ”.27. http://www.alterjustice.org/u9/travail_activites.html y http://www.csc-scc.gc.ca/lois-et-reglements/730-cd-fra.shtml#s2k.28. http://www.corrections.govt.nz/working_with_offenders/prison_sentences/employment_and_support_programmes/employment_activities.html.29. Para poder tener un mejor conocimiento acerca de los postulados del What Works, ver “What Works: Lo que funciona para reducir la reincidencia” en Revista de Criminología del Servicio Penitenciario Federal – Instituto de Criminología, Año I – 2015 (7 – 42).30. Guynes, R., & Grieser, R. C. (1986). Contemporary prison industry goals. In American Correctional Association (Ed.), A study of prison indus-try: History, components, and goals (pp. 19-29). College Park, Maryland.

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Pruebadelodichoesqueamediadosdeladécadade1970latemáticadelaeducaciónfinancieraemergió dentro de la literatura de los programas correccionales, generalmente bajo la denomina-ción de educación para el consumo, desde los programas para infractores juveniles31 hasta aque-llos pensados para las mujeres privadas de libertad32. De esta manera, comenzó la educación del consumidorconelfindeprepararalosinternosparaelreingresoalacomunidad.Así,sesostuvoquelaeducaciónparaelconsumoconstituíalaotracaradelamonedadelaspectofinanciero33.

Esapartirdelaño2000cuandolaideadetratarlagestióndehabilidadesfinancierasentrelaspersonas detenidas tomó mayor interés34: se enfatizó en el diseño de intervenciones integrales basadas en la atención y asistencia continua de las personas dentro y fuera de la prisión.

Existe consenso respecto de que la preparación para la reintegración debe comenzar antes de la puesta en libertad. Después de su regreso a la sociedad, las intervenciones deben apoyar la transición inmediata de la prisión a la comunidad, reforzar los logros obtenidos a través del tratamiento penitenciario y continuar hasta completarlo de manera satisfactoria, en vista a la reintegración35. Este enfoque es conceptualizado como “asistencia global” en el marco de los sistemas de intervención36.

Todas las intervenciones, independientemente de su método, se administran mejor como parte deunprogramaintegraldiseñadoparahacerfrentealasnecesidadesydesafíosespecíficosqueindividualmente presenta la persona. De esta manera, se ha puesto mayor atención a los trata-mientosenfocadosenlasfortalezaspersonalesydelacomunidad,conelfindeayudaraquienesestán transitando su regreso a la sociedad37.

Las necesidades primarias criminogénicas que deben ser atendidas por los servicios correccio-nales están vinculadas con la educación, el empleo, el alojamiento, el consumo de drogas y el alcohol, la salud mental, las redes sociales, las habilidades cognitivas y las actitudes. Estos fac-toresderiesgosondinámicos,loquesignificaquesonsusceptiblesdecambio38.

31. Spencer, G. L., & Siler, T. (1974). Survival education. California Youth Authority Quarterly, 27, 35-39.32. Thomas, R. (1981). De-institutionalization - Managing independent living: An adult education program for incarcerated women. Journal of Correctional Education, 32, 11-14.33. Brooks, T. (1980). Consumer education for the incarcerated: The state of the art. Journal of Correctional Education, 31, 4-7.34. Cfr. Lindsay Larson Call, W. Justin Dyer, Angela R. Wiley, and Randal D. Day, Inmate Perceptions of Financial Education Needs: Suggestions for Financial Educators, Volume 24, Issue 1 2013 Association for Financial Counseling and Planning Education.35. Fox, A. 2002. “Aftercare for Drug-Using Prisoners: Lessons from an International Study”, The Probation Journal, 49, 120-129.36. Borzycki, M. and E. Baldry. 2003. “Promoting Integration: The Provision of Prisoner Post-release Services”, Trends and Issues in Crime and Criminal Justice, No. 262, Canberra: Australian Institute of Criminology. Y Borzycki, M. and T. Makkai. 2007. “Prisoner reintegration Post-relea-se”, Canberra: Australian Institute of Criminology, March 2007.37. Maruna, S. and T. LeBel. 2002. “Revisiting Ex-prisoner Re-entry: A Buzzword in Search of a Narrative.” in S. Rex and M. Tonry (eds), Reform and Punishment: The Future of Sentencing, Portland: Willan Publishing. 158-180.38. Harper, G. and C. Chitty. 2004. “The Impact of Corrections on Re-offending: A Review of ‘What Works’. Third edition. London, UK: Research, Development, and Statistics Directorate, Home Office.

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Asimismo,evidencióquemuchos infractores tienenseriasdificultadesparacompetiry teneréxitoenlacomunidad.Unadeellaseslafaltadecapacidaddeplanificaciónogestiónfinan-ciera39 a raíz de que la gran mayoría de quienes ingresan a las prisiones lo hacen con deudas económicas, las cuales deben afrontar tras su liberación40.

Muchasdelaspersonasquealsalirdeprisióncontabanconpocoapoyofinancierosevenim-posibilitadasdeencontrarunmododevidaadecuado.Lainsuficienciaderecursos,comoasítambién la carencia en su manejo acompañada de una falta de habilidad y capacitación laboral, dificultanlaauto-sustentabilidad41.

En este sentido, se puede decir que existe un panorama sombrío cuando se yuxtaponen las si-tuaciones económicas de las personas que ingresan al sistema penal con la población general. Inmediatamenteantesdesuingresoaprisiónel72%delosinternospercibíanalgúntipodebe-neficiosocial,encomparaciónconel13,7%delapoblacióneconómicamenteactiva.Delmismomodo,el10%deloshogaresdepertenenciadelosinternosteníanmúltiplesdeudas,odeudasdemagnitudesimportantes.Porotraparte,el48%delosdetenidosteníaunhistorialdedeudas.Labibliografía también reconoce el efecto potencialmente perjudicial de la prisión en cuanto a los ingresos económicos de los detenidos42.

Sialasdificultadeslaboralesyamencionadasselessumanlosinconvenientesenelmanejodelagestiónfinanciera,lasituaciónnopuedemásqueconcluirenunreingresodelapersonaalsistema penal. A tal punto que un estudio realizado en los Estados Unidos sobre la percepción quetienenlosinternosacercadelasnecesidadesentornoalaeducaciónfinancierarevelóquelos entrevistados manifestaron que están en esa situación por cuestiones de dinero43. Asimismo, entre los temas de mayor interés que demostraron los participantes destacan la inversión en el mercado,elempleoautónomo,lagestióndelpresupuesto,elahorro,ylacalificacióncrediticia44.No obstante, la carencia del conocimiento sobre gestión de ingresos no se limita solamente a la lectura de los estudios empíricos, sino que debe ser analizada y tratada en miras a la reducción delareincidencia.Elbrindaroportunidadesdeaprendizajesobremanejodelagestiónfinan-39. Y. Dandurand y otros, Conditional Release Violations, Suspensions and Revocations: A Comparative Analysis (Vancouver, International Cen-tre for Criminal Law Reform and Criminal Justice Policy, 2008), p. 8; y Griffiths, Dandurand y Murdoch, The Social Reintegration of Offenders and Crime Prevention, p.40. Cfr. Paul A Jones, Financial Skills Training at HM Prison, Liverpool” 2006.41. Cfr. Baldry, E., D. McDonnel, P. Maplestone, and M. Peeters. 2002. Ex-prisoners and Accomodation: What Bearing do Different Forms of Housing Have on Social Reintegration of Ex-Prisoners? Paper presented at the Housing, Crime and Stronger Communities Conference conve-ned by the Australian Institute of Criminology and the Australian Housing and Urban Research Institute, Melbourne, 6-7 May 2002. Y Lewis, Sam, Julie Vennard, Mike Maguire, Peter Raynor, Maurice Vanstone, Steve Raybould, and Andrew Rix. 2003. Resettlement of Short-Term Priso-ners: An Evaluation of Seven Pathfinders. London, UK: Research, Development, and Statistics Directorate, Home Office.42. Fletcher, D. (2003). ‘Employers, recruitment and offenders: the emergence of a new challenge for policy makers’. British Journal of Commu-nity Justice, Vol 2, No 1 Summer (pp13- 24). Y Ritchie, H., Casebourne, J. and Rick, J. (2005). Understanding workless people and communities: a literature review, DWP Research Report 225 Leeds: HM Stationery Office.43. Lindsay Larson Call, W. Justin Dyer, Angela R. Wiley, and Randal D. Day, Inmate Perceptions of Financial Education Needs: Suggestions for Financial Educators, Volume 24, Issue 1 2013, 2013 Association for Financial Counseling and Planning Education.44. Ibidem.

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ciera constituye una herramienta vital para hacer frente a los desafíos que se le presentan a la personacotidianamenteensuvidaenprisióny,másespecíficamente,almomentodesupuestaenlibertad.Deestamanera,eltratamientodenecesidadestendientesalmanejodelasfinanzasproporciona una oportunidad para adquirir habilidades y competencias que pueden ayudarlos a mejorar su empleabilidad.

El Servicio Correccional de Canadá, mediante la aplicación de la escala CRNMS inmersa dentro delprogramaCorcan,procedióaidentificarentrelasnecesidadesmásrelevantesdelosinternoslasdeficienciaslaboralesylacarenciadehabilidadesparalagestióndelosingresos45.

Por su parte, el Servicio Correccional de Nueva Zelanda incluyó dentro del Inventario de Ne-cesidadesCriminogénicas(CriminogenicNeedsInventory–CNI-)alaproblemáticafinancieracomo una de las cuestiones a tratar en el marco de la reducción de la reincidencia46.

La vinculación entre el desarrollo de las habilidades laborales y la capacitación en el manejo de lasfinanzas resulta clave a lahorade abordar la auto-sustentabilidad.Estar empleadoesclave para que los internos puedan adquirir hábitos y responsabilidades que les permitan ganar su sustento en el medio libre. Esto no alcanza, sino que debe ir acompañado de programas que lespermitanlograrsuestabilidadfinancieraparapoder,finalmente,desistirdeladelincuencia.Sinembargo,elabordajedelagestióndefinanzasconmirasalaauto-sustentabilidadnoesunanecesidad que sólo se relaciona con la formación o adquisición laboral, sino que debe integrar-se a los programas educativos que combinan educación formal tradicional47 con formación en diferentes áreas como vivienda, relaciones, economía personal y familia, etc., y que son consi-deradoscomoeficaces.

Así, la reintegración social hace necesaria la seguridad económica en el sentido de que las per-sonas que recuperan su libertad necesitarán un conocimiento básico del modo de administrar susfinanzasydeasumirsuresponsabilidadporlasmismas.Losprogramasqueayudanalosinternosaaprenderestosconocimientossirvenparasobrepasarlasdificultadesdelareintegra-ciónsocialyenparticularlasdificultadesparaobtenerviviendaytrabajo.Porello,aprenderamanejar el dinero es un tema vital para lograr independencia económica del delito.

Adquirir los conceptos básicos es uno de los elementos importantes para lograr auto-sus-tentabilidad; la información simple respecto del diseño de presupuestos personales es una habilidad que puede ser la base de un buen hábito para lograr esa meta. Por ejemplo, calcular 45. El programa Corcan encontró que un 52,1% de los internos presentaban dificultades en el manejo de sus recursos económicos. - http://www.csc-scc.gc.ca/research/r69e-eng.shtml.46. http://www.corrections.govt.nz/resources/risk-assessment-of-recidivism-of-violent-sexual-female-offenders/criminogenic-needs.html.47. El estudio realizado en la Prisión de Liverpool en el año 2006, “Financial Skills Training at HM Prison, Liverpool” evidenció que para lograr el objetivo propuesto por el curso de educación financiera, en primer lugar se debía trabajar en estrecha vinculación con el equipo de educación a los fines de evaluar las necesidades que hacen a la educación formal. Paul A Jones, Financial Skills Training at HM Prison, Liverpool” 2006. file:///C:/Documents%20and%20Settings/Mama/Mis%20documentos/Downloads/FST-CAB-North_Liverpool_Final_20071%20(2).pdf .

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la cantidad a tener en cuenta para pagar el alquiler, la comida, el entretenimiento, el trans-porte y todos los extras que se necesitan en la vida cotidiana es una lección que puede servir para gestionar los ingresos personales en la vida en el medio libre. Aprender cómo gastar el dinero de acuerdo con un presupuesto puede ayudar a los internos a soportar las presiones de recurrir a actividades ilegales.

Un estudio realizado en el Reino Unido indicó que menos de un tercio de los encuestados no estaban seguros o estaban muy inseguros acerca de la gestión de su dinero. A su vez, casi dos terciosdelaspersonasentrevistadasenprisióndijeronquetuvierondificultadesparaabonarsusimpuestos,obienteníanproblemasfinancierosantesdeestardetenidos48.

En las prisiones regionales de West Virginia en los Estados Unidos se llevó a cabo un proyecto pilototendienteapromoverlaeducaciónfinancieraconmirasareducirlareincidencia.Setratóde un curso mediante el cual se abordaban situaciones críticas como el desendeudamiento, el evitar contraer deudas, el mantenimiento de un presupuesto mensual, la emisión responsable de cheques y el ahorro para emergencias. De un total de 782 internos que se inscribieron en el programa,el73%completóelcursoydeesosinternosseevidencióquedespuésdeseisañossólo dos reingresaron al sistema penal49.

En este sentido, se pudo evidenciar que los talleres destinados al desarrollo de habilidades financierasen Inglaterrahan sidocomplejos,pero lo ciertoesqueestas capacitacionesnosólosecircunscribieronalentendimientodelassituacionesfinancieras,sinoqueseampliósu ámbito tendiendoa lograr el cambioen el comportamientofinancierode los internos50. El mismo servicio de prisiones de dicho país (NOMS)51, mediante la utilización del sistema OASyS52,identificóen2006queel23%delosinternosqueseencontrabanbajosupervisióndel Servicio de Probation presentaban una necesidad criminogénica vinculada a la gestión financieraydeingresos.Deestemodo,lagestióndefinanzasydeudashasidoidentificadacomounaherramientaclaveparareducirlareincidencia.Másdel50%deloscondenadosapenasdecortaduracióninformaronquealsalirdelaprisióncontabanconsuficientedinero,lo cual constituía un factor clave en la detención de la reincidencia53.

La universidad de Arkansas, en un estudio publicado y realizado en la Prisión de Little Rock en 2014,identificóquelaeducaciónfinancieradelaspersonasalojadasenprisiónerainferiorala

48. Bath, C., y K. Edgar. Time is Money: Financial Responsibility after Prison. London: Prison Reform. Trust and UNLOCK, 2010. Disponible en www.prisonreformtrust.org.uk/Portals/0/Documents/Time%20is%20Money_8a_Layout%201.pdf.49. http://csgjusticecenter.org/reentry/media-clips/wv-jail-inmates-offered-financial-education-course-designed-to-curb-recidivism/.50. Paul A Jones, Financial Skills Training at HM Prison, Liverpool” 2006. file:///C:/Documents%20and%20Settings/Mama/Mis%20documen-tos/Downloads/FST-CAB-North_Liverpool_Final_20071%20(2).pdf .51. National Offender Management Service.52. Offender assessment system.53. Centre for Regional Economic and Social Research, Review of offender financial capability support: key messages, March 2010.

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delapoblaciónengeneral.Elestudioevidenciaquelaenseñanzaenmanejodefinanzasydineroes crucial para evitar la recaída y las altas tasas de reincidencia. Al menos la mitad de los casi 600.000 detenidos que recuperan su libertad en los Estados Unidos de América reingresan al sis-tema penitenciario en el plazo de tres años. Muchos vuelven a los barrios del centro de la ciudad, donde los niveles de ingresos son bajos, los empleos son escasos, y los índices de delincuencia sonaltos.Deestamanera,lainvestigaciónexpresaquelaenseñanzadehabilidadesfinancierasno sólo colabora a lograr una nueva forma de vida para las personas recientemente liberadas, sino que puede ayudar a reducir la reincidencia54. De ahí que entre sus conclusiones se sugiere fuertementelanecesidaddelograrlacapacitaciónfinancieraparalosinternosqueestánapuntode reintegrarse a la sociedad, pues el regreso con nulo o escaso conocimiento y capacidad en el manejodelasfinanzasconducealreingresoaprisióncasiinevitablemente.

Otro estudio llevado a cabo en la Universidad de Idaho demostró la importancia de la educación ycapacitaciónsobrelasfinanzasenloquerefierealauto-sustentoy,consecuentemente,enlareducción de la reincidencia. En el período 2009-2012, se capacitaron 687 internos en temas re-feridos.Elimpactodeesteprogramaradicaenqueel83%delosexinternoshabíanmantenidosu libertad, pasando a asistir a la escuela, y consiguiendo trabajos estables55. El programa de perfeccionamiento destinado al mejoramiento de las labores en prisión, llevado a cabo también en los Estados Unidos, tenía como objetivo atender las necesidades de empleo yfinancierasdelosinternos.Deestamanera,eldispositivoaspirabaaqueseanempleadosyadquierandinerodurantesupermanenciaenprisión,conelfindeobteneralgunosahorrosparasuregresoalacomunidad.Elresultadodemostróunareduccióndeentreel5%yel10%enlatasa de reincidencia56.

Sin embargo, la auto-sustentabilidad no debe ser abordada de manera aislada. Se han realizado investigacionesrespectodequéindicadoressevinculanconlaauto-suficienciaydequémanerapueden funcionar como una aproximación para el tratamiento de esta necesidad. La conducta pro-social, la presencia de episodios de violencia, la carencia de habilidades sociales, la auto-confianza,laindependencia,laira,laansiedad,elestrésyladepresiónhansidovistoscomoindicadoresquepresentanlosinternosalahoradeanalizarlaauto-suficiencia57.

54. University of Arkansas at Little Rock. “Financial literacy: New front in the fight against chronic recidivism in the U.S.?.” Science Daily. Scien-ce Daily, 18 June 2014. www.sciencedaily.com/releases/2014/06/140618163924.htm - http://www.sciedupress.com/journal/index.php/ijfr/article/viewFile/7836/4666.55. Karen Richel , Introducing Inmates to Extension Through Financial Education and Experiential Learning Tools , Journal of Extension Univer-sity of Idaho, June 2013, Volume 51, Number 3, Article # 3IAW5. http://www.joe.org/joe/2013june/iw5.php.56. Al respecto ver: Smith, C. J., J. Bechtel, A. Patrick, R. R. Smith, and L. Wilson-Gentry. 2006. Correctional Industries Preparing Inmates for Re-entry: Recidivism and Post-Release Employment Washington, D.C.: National Institute of Justice, U.S. Department of Justice. Y Smith, C. J. 2002. A National Evaluation of the Effects of the Prison Industries Enhancement Certification Program (PIECP); results of a Feasibility Study. Baltimore (MD): National Correctional Industries Association.57. Molleman, T, Self-sufficiency of inmates, WODC, The Hague – Netherlands, 2014, Cahiers 2014-18.

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El peculio como herramienta para el inicio de la auto-sustentabilidad en el medio libre

Las medidas que pueden tomarse para lograr la auto-sustentabilidad pueden hacer una contri-bución directa o indirecta a la persona del detenido. Algunas medidas que han sido estudiadas estándirigidasaestimulardemaneradirectalaauto-suficiencia.Otrasmedidas,demanerain-directa, buscan crear un ámbito o circunstancias en las que se desarrolle con mayor facilidad el comportamientoauto-suficiente.

Existendiversasherramientasqueno sóloapuntanal conocimientode lasfinanzas sinoqueresultanaplicablesalacapacitaciónfinancieraalosfinesdelograrlaauto-sustentabilidad.Así,conjuntamente con los talleres, la entrega de material de lectura, el manejo de simuladores de dinero, la asistencia y asesoramiento dentro de las prisiones por parte del personal, el peculio (ingreso que perciben los internos por las labores realizadas dentro de las prisiones) puede cons-tituirse en un instrumento de importancia a la hora de gestionar dispositivos tendientes a lograr el auto-sustento en el medio libre.

El peculio no cumple una mera función económica. Simboliza los logros concernientes a las ha-bilidades y responsabilidades que se van adquiriendo diariamente a través de los diversos pro-gramas de tratamiento. Recordemos que en general y por imperio legal las actividades laborales carcelarias no suelen perseguir metas estrictamente económicas, lo que conlleva en la mayoría de loscasosaquelostalleresnoseaneficientesentérminoscomerciales,industrialesyeconómicos.

EnlaRepúblicaArgentina,delaretribuciónquepercibeelinterno,un30%sedestinaaconformarun fondo propio que le será entregado a su salida (Art. 121 inc. d) Ley 24.660). Este fondo de reservaqueseentregaalmomentodelalibertadtiendeadotarlodeauto-suficienciaeconómicadurante un tiempo determinado, facilitando la transición y/o adaptación en el medio libre hasta la obtención de un empleo, conforme las habilidades y responsabilidades adquiridas durante su permanencia en el establecimiento penitenciario. Un sistema similar existe en Suecia, en donde funcionan dos centros penitenciarios en los que se construyen casas pre-fabricadas. En estos casos, alosinternosselesabonaunasumadedinerodelacualpuedenguardarel25%,mientrasqueelotro75%sedestinaalpagodedeudas,alasfamilias,yaprepararseparalapuestaenlibertad58.

El empleo posterior a la obtención de la libertad es, conjuntamente con la adecuada gestión de los recursos, uno de los elementos más importantes para que una persona pueda tener una transi-ciónexitosaenlacomunidad.Quieneshanrecuperadosulibertad,confrecuenciaidentificanelempleoyelmanejodesusfinanzascomounodelosfactoresmásimportantesensusesfuerzospara mantenerse libres de crimen después de su encarcelamiento59. 58. Dirk Van Zyl Smit – Sonja Snack en Principios de Derecho y Política Penitenciaria Europea, Tirant le Blanch, Valencia 2013, pág 298.59. The Council of State Governments, Justice Center, National Reentry Resource Center, What Works in Reentry Clearinghouse: Employment en http://whatworks.csgjusticecenter.org/focus_areas/employment-topic.

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No puede soslayarse que tras salir de la prisión las personas deben enfrentar innumerables obs-táculosqueimpidenodificultansureinserciónsocial60. Si bien pueden aparecer como no re-incidentes en los sistemas de medición, aún pueden verse envueltos en actividades colindantes con lo ilícito. Los trabajos post-carcelarios suelen ser de tipo informal, como por ejemplo venta ambulante, pero representan una buena forma de trabajo, opuesta al delito61.

Noobstante,estenoeselúniconiprincipalobjetivo.Conjuntamenteconlaauto-suficienciaencontramos que el fondo de reserva cumple un rol fundamental a la hora de reducir la reinci-dencia. La suma que se genera en ese concepto tiende a generar una independencia económica que va entre los tres y seis meses, periodo que coincide con el lapso en que existen altas proba-bilidades de que la persona vuelva a cometer un delito.

Estudios realizados en el Reino Unido han determinado que sobre 5.500 internos masculinos deentre18y50años,unnúmerode2.155,esdecirel39,2%,reingresóaprisióndentrodelos12 meses posteriores a su egreso, siendo 1.735 las personas que reingresaron a la prisión entre 122 y 135 días luego de la obtención de su libertad62. Por su parte, el Departamento de Justicia de Estados Unidos pudo establecer que sobre un total de 404.638 personas que obtuvieron su li-bertaden2005,aproximadamenteel30%fuerondetenidasnuevamentedentrodelosseismesesposteriores a lograr su libertad63. Finalmente, el Departamento Correccional de Nueva Zelanda pudodemostrarquedelaspersonasquerecuperansulibertad,un11%regresaalaprisióndentrodelostresmeses,yun18%dentrodelosseismeses64.Dentro de esta lógica podemos determinar que el trabajo en prisión se asienta sobre los siguien-tes principios:

1.Sebasaenladignidaddelapersona,todavezquesufinalidadeslograrunaefectivaau-to-suficiencia,paraquepuedaserindependientesintenerquerecurriraldelito.2. Debe organizarse de manera similar al trabajo en el medio libre, y de acuerdo con el prin-cipio de normalidad.

60. Espinoza, O., Martínez, F., Viano, C., Villagra, C. Volver a Confiar. Caminos para la Integración Post Carcelaria, Centro de Estudios en Seguri-dad Ciudadana, Universidad de Chile, disponible en http://www.cesc.uchile.cl/serie_estudios_20.htm y ; Villagra, C. (2008) Hacia una Política Post Penitenciaria en Chile, Santiago: Editorial Ril.61. Villagra, C., Aguilar, L., Landabur, R. y Sánchez, M. (2010) ‘Tratando de Dejar el Delito: Aprendizajes de un Programa Piloto de Reinserción Post Carcelaria en Chile’ en Revista Electrónica Debates Penitenciarios N° 12, disponible en http://www.cesc.uchile.cl/ publicaciones/deba-tes_penitenciarios_12.pdf).62. Cfr. Darrick Jolliffe - Impacto de la Cárcel en la Reincidencia – University of Leicester. - De acuerdo a Hedderman, en Inglaterra y Gales la situación es similar, puesto que “las tasas de recondena muestran que en penas de 12 meses o menos, más de la mitad de las personas vuelve a la cárcel en menos de un año (59%).- Hedderman, C. (2011) Reflexiones sobre la Experiencia Británica en Materia de Sentencias y Reduc-ción de Reincidencia , Documento de Trabajo, Seminario Reincidencia v/s Reinserción: Impacto de la Cárcel, Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana, Universidad de Chile. 63. Matthew R. Durose, Alexia D. Cooper, Ph.D., and Howard N. Snyder, Ph.D “Recidivism of Prisoners Released in 30 States in 2005” - U.S. De-partment of Justice - Office of Justice Programs Bureau of Justice Statistics April 2014 - http://www.bjs.gov/content/pub/pdf/rprts05p0510.pdf.64. http://www.corrections.govt.nz/resources/reconviction-patterns-of-released-prisoners-a-48-months-follow-up-analysis/overall-recidi-vism-rates-48-month-follow-up.html.

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3. Constituye un derecho de la persona y en algunos casos una obligación del condenado.4. Su carácter es formativo.5. Tiende a generar hábitos en la persona.6. Es una herramienta más dentro del tratamiento, tendiente a lograr la auto-sustentabilidad delapersonayenconsecuencialaseguridadpúblicaalosfinesdeevitarlareincidencia.

En nuestro sistema, existe la posibilidad que el interno de manera excepcional perciba anticipa-damenteun30%delfondodereserva,conlaautorizacióncorrespondiente.Elart.127delaley24.660 establece que la administración penitenciaria podrá autorizar que se destine como fondo disponiblehastaunmáximodel30%delfondopropiomensual,siemprequeelinternohayaalcanzadocomomínimolacalificacióndeconductabuena.Lafinalidaddelretiroeslaadquisi-ción de artículos de uso y consumo personal que autoricen los reglamentos.

Sin embargo, la realidad demuestra que las autoridades judiciales desvirtúan la función del fon-do de reserva autorizando su retiro anticipado y colaborando con la gestación y mantenimiento de una economía informal. Los montos percibidos anticipadamente suelen tener diferentes des-tinos. Los principales son:

1. La familia del interno.2. Integrar el disponible para artículos de uso y consumo personal que autoricen los regla-mentos dentro de las “cantinas” que tienen los establecimientos.3. La realización de transferencias entre los mismos internos.

Esta situación representa un problema debido a que:

•Alobtenersulibertadelinternonotienelacantidaddedineronecesariaparaafrontarlatransición y/o adaptación en el medio libre hasta la obtención de un empleo.•Segeneraunaeconomíainformal,yaquemuchasvecesloadquiridoenlascantinassueleser moneda de trueque por otros elementos que pueden provenir del medio libre como tam-bién del ámbito intramuros. Esta situación también puede verse agravada por las transferen-cias entre internos.•Sedesvirtúalafinalidaddelfondodereserva,acrecentándoseelriesgodeposibilidadesdereincidencia.•Laadministraciónpenitenciarianotienemediosparadeterminarcuálessonlosmotivossub-yacentes que originan las transferencias entre internos, lo que puede derivar en situaciones donde algún grupo de internos puedan presionar a otro/s para obtener ventajas económicas.

Por otra parte, tal como se dijo, el retiro anticipado del fondo de reserva es una facultad de la administraciónpenitenciaria(art.127Ley24.660),ysufinalidadesladeincentivaralinternoa

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mantenerunabuenacalificaciónenconducta,obienmejorarla.Estosólopuedelograrseatravésdelcumplimientodelosobjetivosqueseplanifiquenparaeltratamiento,duranteeltiempoenelcual la persona deba permanecer cumpliendo su condena.

Sin embargo, la facultad arrogada por los jueces de permitir el retiro anticipado de las sumas establecidasenlosfondosdereservahadesvirtuadoestafinalidad.Lasautorizacionesjudicialeshacen que la persona comience a retirar el dinero sin haber llegado a realizar a la mitad del tra-tamiento, y echan por tierra el objetivo incentivador del retiro anticipado del fondo de reserva, dado que ya no resulta exigible que el interno tenga una buena conducta.

Endefinitivapodemosseñalarlassiguientesconsecuenciasdelretiroanticipado:

1. Incrementa la posibilidad de reincidencia.2. Genera y mantiene una economía informal tanto intra como extra muros.3. Aumenta las posibilidades que derivar en situaciones donde algún grupo de internos pue-den presionar a otro/s para que obtengan ventajas económicas.4.Desvirtúaelfinincentivadordelart127delaley24.660.5.Acrecientaelriesgodeconflictividad,dadonoseexigealosinternosquetenganunadeter-minada conducta dentro de las instalaciones penitenciarias para el retiro anticipo del fondo.6.Desvirtúalafinalidaddeltrabajoenlasprisiones,porquenopermitelageneracióndehábi-tosyresponsabilidadesenelmanejodelasfinanzas,evitandoquelapersonapuedaadquirirla capacidad de auto-sustentarse.

Conclusión

Los objetivos preferentes del tratamiento de los infractores son sus necesidades criminogénicas. Así entonces, es sabido que tanto las habilidades laborales como las atinentes al manejo de las finanzasnosonlasúnicasnecesidades65 que debe abordar el tratamiento penitenciario. Existen otras problemáticas como el abuso de estupefacientes, el manejo de la ira, la falta de educación formal, las cogniciones antisociales, entre otras, que deben ser tratadas.

Enestesentido,launidaddeasistenciasocialdelReinoUnidoidentificólossiguientesfactores:la educación, el empleo, el abuso de drogas y alcohol, la salud mental y física, las actitudes y auto-control, la institucionalización y habilidades para la vida, el alojamiento, el apoyo y el ma-nejofinanciero,ylasredesfamiliares66.65. Las necesidades criminógenas son aspectos de una persona o de su situación que cuando cambian están asociados con los cambios de la conducta delictiva. Las necesidades criminógenas son factores de riesgo dinámicos. - Andrews, D.A.; Bonta, J. y Hoge, R.D. (1990). Classification for effective rehabilitation: Rediscovering psychology. Criminal Justice and Behavior, 17, 19-52.66. Directorate General for Education and Culture, European Commission, Prison education and training in Europe - a review and commentary of existing literature, analysis and evaluation, May 2011 Job Number: J30258318, 30 St Paul‟s Square Birmingham B3 1QZ.

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Sin embargo, como bien se ha señalado, muchas de las personas que ingresan al sistema de prisiones no poseen habilidades y hábitos laborales, a lo que se agrega la carencia en el conoci-mientoymanejodelasfinanzas.

Contarconunaeducaciónycapacidadfinancieraesunadelastantasnecesidadesaabordarporel tratamiento penitenciario, como lo muestran los estudios citados. No debe perderse de vista quelafinalidaddeltratamientoesladeprepararalaspersonasentodaslascompetenciasqueson imprescindibles para la vida social.

Así,unprimerpasoparanuestrosistemalopuedeconfigurarlarealizacióndeunestudioserioypormenorizadosobrelosconocimientosyhabilidadesfinancierasdelapoblaciónpenaldelsiste-ma federal. Posteriormente, y de acuerdo a las necesidades detectadas, la creación de un progra-madeeducaciónycapacitaciónfinancierapodríarepercutirfavorablementetantoenlapersonadel infractor, quien contaría con una herramienta más para poder desempeñarse en el medio libre, como en la comunidad, dado que evitar la reincidencia repercute en el gasto público.

Para eso, sería importante que las administraciones penitenciarias cuenten con instrumentos de mediciónquepermitanregistraryanalizarlasoperacionesfinancierasquerealizanlosinternos.De esta manera, la persona podrá observar y a su vez analizar su propio comportamiento eco-nómico,yentenderloserroresy/odificultadesqueselepresentan.Seráenbaseaesteanálisisque podrán generarse programas de estímulos e incentivos para fomentar conductas económi-camente racionales67, capaces de desarrollar conductas previsoras adecuando los gastos con los ingresos y consolidando la auto-sustentabilidad.

Es deseable que una vez en libertad las personas puedan tomar el control de aspectos como la vivienda, dinero y empleo. Por lo tanto, la preparación para esta transición es crucial y ameritaunaintervenciónenelmanejodelasfinanzas,porlocualconsideramosquelospro-gramas de pre-egreso deben contemplar la posibilidad de incluir la educación y capacidad en elmanejodelasfinanzas.

No se trata de otorgar trabajo en condiciones de igualdad al medio libre, simplemente se debe superar esa concepción que poco ha aportado a la seguridad pública para ir en línea con las mejores prácticas internacionales, apuntando a reducir los índices de reincidencia, promover el desistimiento del delito y atender a la protección pública.

Por otro lado, se ha demostrado que el pago por el trabajo realizado en los centros penitenciarios puede desincentivar la participación en programas de educación y/o formación. En la prisión de 67. Una medida a proponer podría ser entregar al momento de su egreso una suma proporcional a la ahorrada, ampliándose el porcentaje cuanto mayor sea la suma resguardada. Otra medida puede referir a la entrega de un adicional salarial para aquellos internos que realicen tareas en talleres que importen una mayor o especial productividad económica.

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Valonia, en Indiana, Estados Unidos, por ejemplo, cuando las oportunidades de formación y tra-bajo estuvieron disponibles, la evidencia demostró que existe una fuerte preferencia por el tra-bajo, en tanto los ingresos por las labores penitenciarias resultaron ser más interesantes que los incentivos abonados para lograr la participación en los programas de educación y formación68.

En el Reino Unido existía una situación similar, que se solucionó equiparando los incentivos por participar en los talleres de formación de educación y formación con las sumas que se abonan por la realización de labores dentro de prisión69.

Asimismo, las labores realizadas en los diferentes talleres que se realizan en los centros peni-tenciarios deben ir acompañadas de una adecuada formación y capacitación en la gestión de recursosfinancierostendientesalograrquelapersonapuedalograrlaauto-sustentabilidadenelmedio libre, que le permita tener una vida digna y ajena al delito.

Se trata entonces de superar la visión asistencialista que se tiene hacia las personas privadas de la libertad, para enfocar todos los esfuerzos en torno a un verdadero trato digno del individuo, donde el desarrollo de sus habilidades y la estimulación de su potencialidad constituirán metas para lograr una efectiva independencia del delito como medio de vida.

Entonces, la anacrónica concepción de la reinserción social, que se respaldaba en la educación formal y el trabajo, ha sido superada por los nuevos postulados que entienden al tratamiento penitenciario como un conjunto de herramientas destinadas a abordar la/s problemática/s es-pecífica/squepresentalapersona,tendiendoalograrquepuedavivirdignamenteenelmediolibre. De allí que hablar de trabajo en iguales condiciones a las del medio libre, sin entender su especificidaddentrodeltratamientopenitenciario,nodejadeserunapobrereivindicacióndelavetusta idea de reinserción social, vacía de contenido, reduccionista y alejada de la concepción del ser humano, entendido como un conjunto de necesidades, emociones, cogniciones, experien-cias y creencias, sobre las que se debe trabajar para brindar la asistencia necesaria, y lograr una mejor calidad de vida.

Preparar a las personas para su regreso a la sociedad de manera segura para ellas y para toda la comunidad es una de las principales tareas de las instituciones penitenciarias. Una cuestión que no termina en las prisiones, ya que la contención post-penitenciaria contribuye a un regreso exitoso al medio libre.

68. Schoenaers, Prof F. (promoteur), D. Delvaux, C. Dubois, S. Meherbi (chercheurs), Recommandations pour une améliorationde l‟enseigne-ment et de la formation en prison en Communauté française (Belgium). Internet: http://www.kbsfrb.be/uploadedFiles/KBSFRB/05%29_Pictu-res,_documents_and_external_sites/09%29_Publications/PUB2009_1963_RecommandationsPrisons.pdf.69. Centre for Social Justice (2009) Breakthrough Britain: Locked Up Potential A strategy for reforming prisons and rehabilitating prisoners. Internet: http://www.centreforsocialjustice.org.uk/client/downloads/CSJLockedUpPotentialFULLrEPORT.pdf.

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La disminución de la reincidencia no es entonces sólo una cuestión de las agencias correccio-nales, sino que involucra una verdadera política de estado donde todas las instituciones deben verseinmiscuidas,yentiendanverdaderamenteloquesignificaeladecuadotratamientopeni-tenciario, que lejos de sostener de manera vacía la ya fracasada idea de reinserción social dirija sus recursos y esfuerzos en pos de un desafío único: lograr efectivamente la seguridad publica en todos sus aspectos.

Capítulo VIII “Implementación de un nuevo modelo de detección e intervención específica

por niveles de riesgo de suicidio en el ámbito del

Servicio Penitenciario Federal”

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“Implementación de un nuevo modelo de detección e intervención específica por niveles de riesgo de suicidio en el ámbito del Servicio

Penitenciario Federal”

Introducción

La reducción de la violencia y de los fallecimientos dentro del ámbito penitenciario es una polí-tica central de la gestión1, que se traduce, entre otras acciones, en una nueva forma de detección yabordajeespecíficodelriesgodelsuicidio.

En este sentido, en el año 2018, desde el Servicio Penitenciario Federal se elaboró el “Programa dedeteccióneintervenciónespecíficapornivelesderiesgodesuicidioparapersonasprivadasde libertad alojadas en el ámbito del Servicio Penitenciario Federal (SPF)”2. El mismo fue desa-rrollado sobre la base del modelo de riesgo y permite analizar todas las variables que inciden en loscasosdesuicidio,intentosdesuicidioylesionesauto-infligidasdentrodelaprisión.

El objetivo del Programa es garantizar un amplio y comprensivo abordaje de la temática, aten-diendo a los factores situacionales y aspectos centrales como la detección rápida, el adecuado manejo de información relevante, la capacitación del personal para el manejo de factores que modifiquenelriesgo,laactuacióncoordinadaentrelasdistintasáreasinvolucradasenelabor-daje de la cuestión, y la promoción de estándares de desempeño moral en nuestras prisiones.

En el presente estudio partiremos de realizar algunas consideraciones teóricas acerca de la cues-tión del suicidio dentro de los establecimientos penitenciarios. Luego, haremos una descripción general del contenido del nuevo Programa que se está implementando en el SPF. Asimismo, mostraremos algunos de los resultados obtenidos en general y expondremos algunos detalles so-bre su implementación en el Complejo Penitenciario Federal I-Ezeiza3. Por último, cerraremos con algunas conclusiones.

1. Desde el 2014 se comenzó a clasificar los fallecimientos dentro de nuestro ámbito en las siguientes categorías: naturales, violentas (entre las que encontramos el homicidio, el homicidio en riña, el suicidio y la manifestación violenta seguida de muerte). Para un estudio profundizado de la temática, “Reducción de muertes en contexto de encierro” ver Revista de Criminología, Instituto de Criminología, Servicio Penitenciario Federal, 2016.2. Fue publicado el 19 de febrero de 2018 mediante Boletín Público Normativo N°668.3. Establecimiento penitenciario que durante el 2017 había tenido el mayor índice de suicidio.

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Consideraciones teóricas respecto del nuevo programa aprobado

El suicidio puede tener lugar como resultado de una compleja interacción de factores biológi-cos, genéticos, psicológicos, ambientales y sociológicos. Sin embargo, el ámbito penitenciario presenta características particulares que deben ser contempladas para reducir los índices de fallecimientos en prisión.

Segúnlabibliografíacientíficaenrelaciónaltemadelsuicidio,nosecuentaconlacapacidadpara predecir con precisión si una persona realizará un intento suicida o cometerá suicidio, sin embargo, todo el personal del establecimiento penitenciario junto a los profesionales de la salud, estaránenmejorposiciónparaidentificar,evaluarytratarlaconductapotencialmentesuicidasisecuentaconunprogramadeacciónespecífico,conlacorrespondientecapacitación.Porlotanto, si bien no todos los suicidios se pueden prevenir, el nuevo programa parte de la premisa de que se priorizará la reducción sistemática de estas muertes, a través de la implementación de programas integrales de prevención del suicidio en los centros penitenciarios.

Ahora bien, en el anterior “Programa de Prevención de Suicidios en todos los establecimientos del Servicio Penitenciario Federal”, vigente desde el año 2012, el foco estaba puesto en aquellos casos de alto riesgo de suicidio, y se fundaba en una lógica de abordaje psiquiátrico del sujeto, quedando sin una adecuada consideración los otros niveles de riesgo de suicidio, ni tampoco la modificaciónquepuedeproducirseenlosindividuos–y,enconsecuencia,enlosriesgos–comoconsecuenciadelainfluenciadelosfactoressituacionales.

En este sentido, investigaciones sobre suicidios en prisiones determinaron que los factores rela-cionados con las enfermedades psiquiátricas han sido sobrevalorados, al igual que se establece en aquellos estudios realizados en la comunidad. Según se plantea, debería formularse una teoría general que sea capaz de considerar tanto las dimensiones individuales como las situacionales en los estudios sobre suicidios ocurridos en la prisión. 4

Porestasrazones,debiómodificarselalógicabasadasoloenlosfactoressubjetivoseimple-mentarse un programa de prevención de suicidios que contemple la variabilidad del riesgo, de maneradepoderdetectarcasosdemodificacióndelosmismos,ysuabordajeadecuado.Porlotanto,enlaconductasuicidanosoloinfluyencuestionesindividuales(quepuedentenerqueverconpatologíaspsiquiátricasoconflictosfamiliares),sinoquecobranespecialrelevancialosfactores ambientales, que pueden tener que ver, por ejemplo, con las dinámicas de convivencia dentro del establecimiento.

De acuerdo a investigaciones sobre suicidio en prisiones, realizadas en Reino Unido, tres cues-tiones son de especial relevancia para entender mejor la problemática :5

1-La noción de vulnerabilidad2-La relevancia de factores situacionales o ambientales 3-La gestión y prevención de suicidios y/o intentos de suicidio en establecimientos penitenciarios.4. Liebling Alison (1992), Suicides in prision, Ed. Routledge, London.5. Liebling Alison (1992), Suicides in prision, Ed. Routledge, London.

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Sobre el primero de los puntos, cabe señalar que las prisiones concentran grupos considerados tradicionalmente como vulnerables6 –hombres jóvenes, personas con enfermedades mentales, personas socialmente segregadas o aisladas, personas con adicciones, y personas que han tenido intentos previos de suicidio.7

Enloquerespectaacaracterísticasespecíficasdelaspersonasprivadasdelalibertad,podemosagregar a ese listado a los internos con condenas largas o perpetuas.

Ahora bien, estudios muestran que los grupos considerados “vulnerables”, y que por lo tanto tienen una mayor propensión al suicidio, tienen experiencias y perciben su situación de modo distinto al resto de los internos, en términos de contacto con el exterior y varios aspectos de su vida diaria en el encierro. Para estos grupos, las relaciones con otros reclusos pueden ser difíci-les y atemorizantes, por lo cual aquellos sujetos con intentos de suicidio son más propensos a no tener amigos y quedar aislados a lo largo de su sentencia. Una cultura de explotación y victimi-zación deja a aquellos con menos recursos y fortalezas en la base de una jerarquía, por lo que a veces la autolesión es la única forma en la que resultaría posible manipular un ambiente hostil.8

En consonancia con lo anterior, podemos decir que el impacto psicológico de la detención y del encierro, la abstinencia causada por el abuso de drogas, la expectativa de una condena ex-tensa y el estrés diario de la vida en contexto de encierro, son cuestiones que pueden exceder la capacidad de manejo y adaptación de un sujeto, más aún en el caso de individuos de mayor vulnerabilidad.9

Entre los aspectos del entorno penitenciario que más afectan las tasas de suicidio se encuentran: la seguridad, las relaciones, el cuidado de los vulnerables y las oportunidades de trabajar en el propio desarrollo personal. Es decir, los factores situacionales deben ser especialmente tenidos en cuenta en el contexto de prisión, más allá de las cuestiones individuales que nunca pueden dejar de considerarse, ya que éstos inciden disparando cuestiones subjetivas que pueden llevar a la persona a decidir suicidarse o autolesionarse o elevando, de forma rápida, los niveles de riesgo de suicidio.

En relación a lo anterior, se destacan dos cuestiones a modo de resumen. En primer lugar, en prisión siempre encontramos grupos de internos vulnerables y, por lo tanto, con mayores niveles de riesgo de suicidio, pero estos riesgos pueden elevarse a partir de las experiencias que se dan 6. Liebling Alison, “Vulnerability and prison suicide”, The British Journal of Criminology, Vol. 35, 1995.7. Gran cantidad de grupos de la población penal comparten características que están asociadas al mayor riesgo de suicidio en la comunidad: eventos adversos en la vida, relaciones interpersonales negativas, desventajas sociales y económicas, adicción al alcohol y las drogas, contacto con agencias de justicia penal, mala historia educativa y laboral, baja autoestima, poca capacidad de resolución de problemas y bajo impulso motivacional.8. Liebling Alison (1992), Suicides in prision, Ed. Routledge, London.9. Organización Mundial de la Salud, PREVENCIÓN DEL SUICIDIO EN CÁRCELES Y PRISIONES, Departamento de Salud Mental y Abuso de Sus-tancias, Ginebra, 2007

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en el día a día en prisión. En segundo lugar, podemos decir que existen personas privadas de la libertad que, sin tener elevados riesgos de suicidios en el comienzo, pueden presentarlos debi-do a la existencia de los factores situacionales que elevan estos riesgos. Es decir, los factores situacionales pueden elevar los riesgos de aquellas personas privadas de libertad de nivel bajo o muy bajo.

Relacionado con lo dicho anteriormente, cobran especial relevancia los estudios sobre desem-peño moral y calidad de vida en prisiones. El concepto de “desempeño moral” fue elaborado por Alison Liebling a lo largo de sus investigaciones llevadas adelante en el Reino Unido10. El concepto implica que la dimensión moral dentro de los establecimientos penitenciarios puede tenertantaomásinfluenciaqueladimensiónnormativaeneléxitodeltratamiento.Deacuerdoa diversos autores, los establecimientos penitenciarios representan lugares en los cuales el trato de agentes y personas privadas de libertad y las relaciones sociales revisten gran importancia, por lo que, una vez garantizado un umbral de accesos a derechos básicos y condiciones ma-teriales de las personas privadas de libertad, la trama de convivencia que se desarrolla en los establecimientos penitenciarios desempeña un rol principal en cómo se experimenta la calidad de vida dentro de la cárcel.

El análisis empírico realizado, buscó indagar las formas y las particularidades de las relaciones entre agentes e internos en diversos módulos penitenciarios, con el objetivo de conocer con ma-yor profundidad la trama moral de la cotidianeidad carcelaria.11

Los resultados indicaron que puntajes bajos en indicadores de “desempeño moral” expresan cli-mas de “alta tensión emocional” y angustia en las unidades. En dichos lugares la pena transcurre con altos niveles de padecimiento emocional y psíquico para los internos. Análisis estadísticos han detectado niveles de correlación entre indicadores de “desempeño moral” y tasas de suicido dentro de las unidades. Por lo tanto, se establece que cuanto mejores sean los niveles de calidad de vida de los internos, menos serán los niveles de angustia, teniendo esto un impacto sobre el riesgo de suicidio.

En este sentido, desencadenantes situacionales o agentes provocadores pueden ser decisivos en un intento de suicidio en sus diferentes etapas, dependiendo de la vulnerabilidad del interno y del nivel de estrés que esté atravesando. Por ejemplo, el miedo experimentado en prisión por un interno puede actuar como estresor, funcionando como catalizador de la acción suicida una vez que éste alcanza cierto nivel.

10. Liebling, A., & Arnold, H. (2004), Prisons and their moral performances: A study of values, quality, and prison life, Oxford: ClarendonPress; Liebling, Alison (2011). Moral performance, inhuman and degrading treatment and prison pain. Punishment&Society, Vol. 13, Issue 5.11. Para un mayor análisis del concepto de desempeño moral y el estudio de calidad de vida en nuestras prisiones, ver Servicio Penitenciario Federal, “Midiendo la calidad de vida en tres establecimientos del Servicio Penitenciario Federal”, Revista de Criminología, 2016; y Servicio Penitenciario Federal “Desempeño moral”, Revista de criminología, 2017.

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Siguiendo entonces con el hecho de cómo se vive la experiencia del encarcelamiento por parte de los internos, podemos señalar que a veces los mismos realizan “gestos autolesivos”, como “gritos de auxilio”, en un esfuerzo para provocar una solución a su difícil situación o llamar la atención sobre ella. Frente a estos “gestos”, que serían una especie de declaración de falta de recursos, muchas veces ocurre que no se acude en su ayuda. Esta situación, sin ninguna intervención, llevará al interno a la determinación más peligrosa de consumar el suicidio. Por otro lado, están los casos de aquellos que omiten el “grito de auxilio” y proceden directamente por el camino del suicidio, sin siquiera animarse a manipular su propio rescate.

Por otra parte, en relación a los suicidios en prisiones, es interesante destacar que muchas veces se trata de personas que no necesariamente presentan un desorden mental, pero se encuentran atravesandodificultadespsicológicas.Sepodríadecirquelossuicidiosdelaspersonasprivadasde su libertad – por lo menos entre los jóvenes- se deben en gran medida a la falta de capacidad de adaptación. Respecto de la solución que se prestaba desde las áreas médicas, esta consistía en darle a los internos la opción de una internación, pero desde nuestra perspectiva creemos que es importante reconocer que las soluciones no médicas deben ser impulsadas en una estrategia de prevención de suicidio, para que de esta manera el abordaje del mismo sea efectivo.12

Másalládeloanteriormentemencionado,laidentificacióndeproblemasmentalesenelmo-mento del ingreso a la prisión es de suma relevancia para poder abordar los riesgos de suicidio conintervencioneseficaces,yaquesereconocequelashorasinicialesdelingresoaprisiónylosmomentos previos al juicio son especialmente estresantes. En función de lo expuesto, existen circunstancias en que una evaluación de riesgo de suicidio puede ser especialmente indicada. El“Programadedeteccióneintervenciónespecíficapornivelesderiesgodesuicidioparaper-sonas privadas de libertad alojadas en el ámbito del Servicio Penitenciario Federal” contempla realizar dicha evaluación a todas las personas privadas de la libertad, en las circunstancias que se describen a continuación (por ser indicadores especialmente relevantes):

•Evaluacióndeingresoalestablecimientopenitenciariodentrodelasprimeras24hs.•Antecualquieremergencia,crisis,ocambiosabruptosenlapresentaciónclínica.•Antesdecualquiercambioenelestadodesituación(desdecambiosdealojamiento,proxi-midad de la condena, egresos del establecimiento, etc.) •Antelafaltademejoríaogradualempeoramientoapesardetratamientos.•Antereaccionesnegativasodeanticipaciónfrenteasituacionesdepérdidassignificativasen el ámbito de las relaciones interpersonales o que resulten estresantes psicosocialmente (p. ej.divorcio,pérdidasfinancieras,problemaslegales,personales,vergüenzaohumillación).•Antelaaparicióndeunaenfermedadclínica(especialmentesiesdeamenazaparasuvida,siescausaldedesfiguraciones,oestáasociadaadolorseveroodiscapacidadfuncionalejecutiva).

12. Liebling Alison (1992), Suicides in prision, Ed. Routledge, London.

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Por otra parte, la evaluación de los internos debe tener especialmente en cuenta:

•Ideaseintentosdesuicidioenelpasado.•Tratamientopsicofarmacológicoanterior.•Ideaciónsuicidaactual.•Pérdidasignificativareciente.•Historiadecomportamientosuicidafamiliar.•Intentodesuicidioendetenciónanterior.

Por su parte, en relación al suicidio y sus características, el nuevo Programa hace hincapié en la diferenciación de:

1. Ideas de muerte: consiste en el pensamiento sobre la muerte y/o el “estar” muerto, lo cual no implica necesariamente intenciones de morir ni de suicidio.2. Ideación suicida: es la presencia de la idea de auto provocarse la muerte; lo que puede acompañarse o no de la intención de cometer este acto.3. Intencionalidad suicida: consiste en la decisión tomada de auto provocarse la muerte.4. Plan suicida:serefierealaestructuracióndelcómo,cuándo,dóndeymedioautilizar.5. Acto suicida: consiste en llevar a cabo la acción con la cual la persona pretendió auto pro-vocarse la muerte. Puede resultar fallido o desencadenar en suicidio consumado.6. Amenaza suicida: consiste en proferir expresiones sobre auto provocarse la muerte. Pue-den existir o no intención o plan suicida.7. Suicidio consumado: acto suicida mediante el cual se obtiene la muerte.

Por todo lo expuesto hasta aquí, la prevención de suicidios en establecimientos penitenciarios, sobre la base del modelo de riesgo, debería priorizar: los factores situacionales o ambientales, al considerar la prisión como generadora de angustia y estrés; la noción de vulnerabilidad, los factores protectores, la seguridad dinámica y las situaciones desencadenantes.

En este sentido, las administraciones penitenciarias deben destinar grandes esfuerzos para que la persona sea tratada correctamente y procurar su bienestar.

Cabe destacar que una adecuada prevención y control del suicidio requiere de medidas que van desde el tratamiento efectivo de desórdenes mentales hasta el control de factores situacionales, entre otras. El trabajo implica la intervención de la totalidad del personal penitenciario, inde-pendientemente de su función.

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Detección e intervención específica por riesgos de suicidios en el nuevo Programa del SPF

a. Sistema de Clasificación Inicial

Desde el Servicio Penitenciario Federal ya se había empezado a trabajar en instrumentos que evalúen y midan, de manera objetiva, ciertos riesgos, sobre todo al momento del ingreso. Así, secreóelSistemadeClasificaciónInicialporRiesgos(CIR),elcualpermiteatravésdelatomadeunformularioidentificarlosriesgosdeconflictividad,fugay,elquenosinteresaparaesteartículo, el riesgo de suicidio.

SibienelCIRpuedeserutilizadoparadiversosfinesquepermitanalaadministraciónpeniten-ciaria tomar decisiones informadas y objetivas, se ha elaborado teniendo presentes dos funcio-nes principales:

1: Como instrumento de identificación de riesgo2: Como instrumento de evidencia empírica, que a partir de su análisis permitirá examinar, escudriñar y modificar, en su caso, los enfoques existentes.

El formulario CIR se le toma al interno, en general, al momento del ingreso al sistema peniten-ciario,quemayormentesedaenlasAlcaidías(establecimientosespecíficamentedestinadosarecibir los ingresos o a gestionar los comparendos).

Los estudios y el consejo de la doctrina especializada proponen la adopción de revisiones duran-te las primeras 48 horas desde el ingreso, pues son las reconocidas como críticas. Asimismo, se capacitaron y se entrenaron a profesionales para trabajar en el programa.

Enrelaciónalasvariablesenposdelaidentificacióndeestosriesgospotenciales,seestablecie-ron indicadores que quedaron establecidos en 5 niveles (Muy Bajo, Bajo, Medio, Alto y Muy Alto).Paraestimar losvalores límitesydefinir lapresenciadecadasituación,serecurrióalcálculo del promedio y el desvío estándar. 13

Este sistema tiene, ante todo, la capacidad de predecir casos potenciales de suicidio o auto-agre-siones, lo cual permite un primer abordaje en términos de gestión, manejo, registro, intervención y análisis, conjuntamente con su retroalimentación.

Ahora bien, una vez que la persona deja alguna de las Alcaidías y es trasladada, por ejemplo, a un Complejo Penitenciario, allí se realiza generalmente una nueva evaluación CIR, lo que da una nueva perspectiva respecto al riesgo de suicidio.

13. Nota: es importante destacar que a medida que se fue haciendo un aprendizaje en el relevamiento, la brecha entre entrevistas e indicado-res obtenidos se fue reduciendo sustantivamente.

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En muchas ocasiones existen diferencias entre los resultados que se arrojan en el formulario tomado en la Alcaidía respecto a la nueva evaluación en el Complejo Penitenciario, y ello, en general está dado por los distintos momentos en que el formulario es tomado. En este sentido, podemos destacar que el riesgo de suicidio tiene un carácter dinámico y, como hipótesis, pode-mos plantear que, la diferencia puede estar dada por la angustia de los primeros momentos de la detención, que los internos no se han comunicado con su familia, la incertidumbre hacia donde van a ser traslados o si recuperarán la libertad en el corto plazo, la abstinencia en caso de ser consumidores de estupefacientes, entre otras razones. Por ello es que, una vez llegados al Com-plejo, la incertidumbre en líneas generales disminuye porque ya tuvo contacto con su familia y sus abogados, entre otras cuestiones.

VemosentoncesaniveldelSPF,enloqueserefierealriesgodesuicidioyalgrupodevariablesque integran este indicador, las siguientes características:

●Enrelacióna“actitudypensamientossuicidas”,seobservaunamplioporcentajeporde-bajo el promedio general, datos que expresarían escasos registros hacia una actitud suicida.●Respectosiposeen“antecedentesfamiliaresdesuicidio”vemosqueel92,49%,noposeenantecedentesfamiliaresdesuicidioyel7,51%querefierenaaquellosqueposeenanteceden-tesfamiliaresdesuicidio,exponenenun100%quenotendríanpensamientosde“actitudypensamientos suicidas”.●Entrelosqueexpresaron“actitudopensamientossuicidas”vemosquela“duracióndeesospensamientos suicidas” muestra un porcentaje que da cuenta que en su mayoría son breves, por sobre prolongados y constantemente.●Enrelaciónalos“IntentosdeSuicidio”vemosqueel9,24%,manifestóalgunatentativadesuicidio,reflejandoenelúltimoañoun3,12%.

Entonces, la administración penitenciaria tiene más herramientas para detectar los riesgos de suicidios. Es indispensable, por ello, el establecimiento de modelos objetivos de categorización yalojamientodeinternos.Apartirdelacategorización—oclasificaciónprimaria—,seesta-blece, de forma objetiva, el riesgo del interno. Una vez determinado el mismo, también debe desarrollarseunsistemadeclasificaciónquepermita,deformaobjetiva,ladeterminacióndelalojamiento del interno que debe ser apto para abordar sus riesgos y necesidades.

Por último, cabe destacar que, la evaluación del riesgo de suicidio no se agota en los resultados que arroja el sistema CIR, sino que, a partir de febrero de 2018, como se dijo, se derogó el ante-rior Programa de Prevención de Suicidios y se aprobó el nuevo “Programa de detección e inter-venciónespecíficapornivelesderiesgodesuicidioparapersonasprivadasdelibertadalojadasen el ámbito del Servicio Penitenciario Federal”. Dicho programa contiene una “Ficha de Ingre-sodeSaludMental”queseconstituyecomounaherramientamásespecíficayespecializadade

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detección del riesgo14 de suicidio y que se debe tomar a la totalidad de los internos. Veremos en el apartado siguiente con más detalle el nuevo Programa.

b. El nuevo Programa

El anterior programa de prevención de suicidios, más allá de que solo estaba abocado a los riesgos altos y se enfocaba en los aspectos individuales o psiquiátricos del sujeto, tampoco tenía indicaciones precisas de intervención en relación a los riesgos detectados.

El nuevo Programa se constituye como una herramienta de detección, ya que el mismo con-templaunprotocolodedeteccióneidentificacióndelriesgodesuicidioy,asuvez,comounaherramienta de intervención, ya que establece de forma exhaustiva cuál es el procedimiento a seguirunavezidentificadoelnivelderiesgodesuicidio,entodosloscasos,desdeelnivel1al5. Su objetivo principal es implementar un programa institucional en materia de detección de riesgo desuicidio,demanerataldereducirlaviolenciayconflictividad,losfallecimientosacausadesuicidioypromoverestándaresmoralesydecalidadenprisiones.Susobjetivosespecíficosson:

•Propiciareltrabajointerdisciplinariodentrodelmarcodela“seguridaddinámica”.•FomentarelfuncionamientodelProgramaenredydemanerainterdisciplinaria.•Detectaraquellaspersonasprivadasdelibertadconproblemasespecíficosquepuedande-rivar en una conducta autolítica, aplicando sistemáticamente pautas de intervención a los mismosafindeevitareldesenlaceenunaconductasuicida.•Determinarclaramenteelprocesoypautasdeintervenciónporpartedelosdistintosprofe-sionales de vigilancia, tratamiento y sanidad. •Llevaracaboaccionespreventivasenfuncióndeladisminucióndelnúmerodecasos.•Propiciareldesarrollodefactoresprotectoresdisminuyendolosfactoresderiesgo.•Generardispositivosdecapacitaciónparaelpersonal.

En sintonía con lo dicho anteriormente, el eje para el análisis de cada uno de los niveles de ries-go deberá girar en torno a cinco factores fundamentales a saber:

1. Seguridad dinámica: resulta imprescindible que el personal penitenciario esté capacitado para desarrollar buenas relaciones personales con los reclusos, como así también comprender su problemática, ofrecerles ayuda con empatía e involucrarse a través del dialogo. 2. Intercambio de información entre las áreas: la información detectada deberá circular a findequecadanecesidadpuedaservehiculizadaporeláreaoáreascorrespondientes.3. Evaluación periódica de conducta y estado de las personas privadas de libertad. 4. Capacitación del Personal. 5. Estándares de desempeño moral.

14. Podríamos decir que es una herramienta de actualización de riesgo de fuente especializada

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Entonces, como dijimos, la planilla de salud mental debe ser tomada a la totalidad de los inter-nos. En este sentido, el formulario CIR y sus resultados son un elemento complementario que debe tenerse en consideración para el diagnóstico en el marco del nuevo Programa.

A continuación, podemos ver los distintos riesgos que pueden detectarse a partir de la imple-mentacióndelnuevoprogramaycuálessonlaspautasobjetivasqueestablecenlaclasificaciónde los distintos riesgos estipulados:

Por ello, es importante que la totalidad de los internos sean evaluados en el marco del presente programa. Por ejemplo, en caso de tener un riesgo nivel 1 pero presentando algún factor desencadenante que pueda hacer elevar el riesgo, los profesionales deben trabajar bajo el principio de la seguridad dinámica, detectando el hecho y previniendo cualquier tipo de consecuencias indeseada.

Nivel 5(Riesgo muy alto)

Nivel 4(Riesgo alto)

Nivel 3(Riesgo medio)

Nivel 2(Riesgo bajo)

Nivel 1(No evidente)

• Presente al menos uno (1) de los siguientes ítems:• Actual ideaciónsuicida /intenciónsuicida /plan suicida /intento concreto de suicidio.• Desesperanza. (*)• Riesgo cierto e inminente

• Presente al menos uno (1) de los siguientes ítems:• Actual ideación de muerte• En las últimas dos (2) semanas:• Intento autolesivo grave.• Antecedentes de ideación suicida /intención suicida /plan suicida /intento concreto de• suicidio /ideación de muerte• Desesperanza (*).

• Presenta alguno de los siguientes ítems:• Hace más de dos (2) se-manas y menos de dos (2) años:• Antecedentes de ideación suicida /intención suicida /planificación suicida/ideación • muerte /intento concreto de suicidio/ intento autole-sivo grave.

• Presente al menos uno (1) de los siguientes ítems:• A) Hace más de dos (2) años: • Antecedentes de idea-ción suicida /intención suicida /plan suicida /in-tento concreto de• suicidio /ideación de muerte• B) En los últimos tres (3) meses: • Inteno aulesivo leve o he-ridas cortantes superficiales.

• No presenta ninguno de los siguientes ítems:• Actual ideación suicida /intención suicida /plansuicida /intento concreto de suicidio/• Ideación de muerte. • Antecedentes de ideación suicida /intención suicida/ plan suicida /intento con-creto de• suicidio /ideación de muerte /desesperanza (*)

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ElProgramacontempla5nivelesderiesgodesuicidioyestableceunprotocoloespecíficoaimplementar según cada nivel.

Nivel 5(Muy alto)

Nivel 4(Alto)

Nivel 3(Medio)

Nivel 2(Bajo)

Nivel 1(No evidente)

Inclusión en el Programa de Detección Riesgo de Suicidio en Custodia (duración de 8 meses).

Inclusión al Programa de Detección de Riesgo de Suicidio en Custodia, (duración de 8 meses).

Inclusión en el Programa de Detección de Riesgo de Suicidio en Custodia (duración de 8 meses).

No reúne criterios para la inclusión en Programa de Detección de Riesgo de Suicidio en Custodia.

No reúne criterios para la inclusión en Programa de Detección de Riesgo de Suicidio en Custodia

Derivación psiquiátrica a Sede-Prisma, Hospital Zonal o recurso externo disponible.

Alojamiento: Pasará a es-tar alojado en un espacio acondicionado acorde a su riesgo

Alojamiento: Común, evitando el aislamiento Alojamiento: Común Alojamiento: Común

Nivel de supervisión u observación: Disposi-tivo de Observación Permanente. Se realizará de forma directa y podrá ser complementado a través de cámaras de video. Vigilancia a cargo del Área de Seguridad, el tratamiento a cargo de Salud Mental y el se-guimiento por todas las Áreas de tratamiento

Nivel de supervisión u observación: Dispositivo de Observación Minu-ciosa. La vigilancia estará a cargo del personal de seguridad que será capacitado en la temá-tica y consistirá en la observación a intervalos regulares y periódicos.

Nivel de supervisión u observación: No requiere dispositivo de observa-ción específico

Nivel de supervisión u observación: No requiere

Nivel de supervisión u observación: No requiere

Tratamiento psicológico y psiquiátrico

Tratamiento psicológico y psiquiátrico

Seguimiento psicológi-co y psiquiátrico por 8 meses

Seguimiento psicológico y psiquiátrico por un periodo de 3 meses.Exploración mediante “Desempeño mo-ral”: Identificación de fortalezas y debilidades de “climas morales y emocionales” que tras-curren en lo cotidiano en el establecimiento en particular.Implementación de abordaje mediante la Seguridad Dinámica: Fortalecimiento de la comunicación entre agentes penitenciarios, como así también con la población penal, con el fin de detectar riesgos y necesidades.

No requiere indicaciones terapéuticas específicas.Exploración mediante “Desempeño mo-ral”: Identificación de fortalezas y debilidades de “climas morales y emocionales” que tras-curren en lo cotidiano en el establecimiento en particular.Implementación de abordaje mediante la Seguridad Dinámica: Fortalecimiento de la comunicación entre agentes penitenciarios, como así también con la población penal, con el fin de detectar riesgos y necesidades.

Cabe destacar que la evaluación del riesgo de los internos deberá ser informada a todo el per-sonal que tome contacto con los internos de inmediato para una profunda comprensión de las situaciones, de las características personales y de la información presente.

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Unavezidentificadoelriesgoprobable,laintervenciónsedaapartirdelosriesgosregistradosy de los factores situacionales que rodean al sujeto, dado que el riesgo hace referencia a eventos potenciales y a la probabilidad de que terminen ocurriendo, a las consecuencias o a la combina-ción de ambos.

Este riesgo es expresado en términos que consideran la combinación de las consecuencias de los eventos y sus probabilidades de ocurrencia, respecto del adecuado manejo del riesgo de suicidio y autolesiones de las personas privadas de libertad, que resulta de suma importancia.

Dentro de esta lógica de abordaje, resulta esencial trabajar en los aspectos de cercanía y diálogo entre el personal penitenciario y las personas privadas de libertad, y el correcto uso de la infor-mación,paraquepuedanidentificarseydarrespuestaanteloscasosdeposibleelevaciónderies-go de suicidio y autolesiones, atendiendo a los factores situacionales y garantizando los aspectos centralesatenerenconsideración:detecciónrápidadeelevaciónomodificaciónderiesgodesuicidio; adecuado manejo de la información relevante en relación con estos aspectos; capacita-cióndelpersonalparaladetecciónyevaluacióndefactoresquemodificanelriesgodesuicidio;y actuación coordinada entre las distintas áreas involucradas en el abordaje de la cuestión.

En este sentido, el Programa establece como indispensable la capacitación del personal en de-tección y gestión del peligro, así como también en seguridad dinámica. El rol del personal penitenciario y la necesidad de que esté capacitado en desarrollar buenas relaciones personales con los reclusos, como así también comprender su problemática, ofrecerles ayuda con empatía e involucrarseatravésdeldiálogo,constituyeunejecentraldelaeficienciayeficaciadecualquierprograma de intervención en este sentido.

Datos y Resultados

A continuación, se analizarán algunos datos para mostrar los resultados luego de la implementa-cióndel“ProgramadeDeteccióneIntervenciónEspecíficaporNivelesdeRiesgodeSuicidio”enel año 2018.

Tasa de mortalidad al 31/12/2018

33,6040,44

58,1244,92 47,97

36,01 30,09 32,78 30,69

0,00

20,00

40,00

60,00

80,00

100,00

2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018

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La tasa de mortalidad del año 2018 fue de 30,69 cada 10.000 internos, denotando una reducción enelordendel27,43%conrespectoalatasaalcanzadaenelaño2012.Cabeseñalarqueenestatasa están comprendidas las muertes naturales, por homicidio, por homicidio en riña, por mani-festación violenta seguida de muerte y, también, por causa de suicidio.

En relación a este último dato, destacamos que en relación a los suicidios correspondientes al año 2018 (hasta el 18/12/2018), fue de 2,99 cada 10.000 internos, es decir la más baja desde el año 2009. Respecto del valor máximo alcanzado en el año 2012 se observa una disminución del 9,25%encuantoalacantidaddesuicidios.

Tasa de suicidios al 18/12/2018

7,589,45

8,30

12,2410,21

6,72 7,795,47

10,96

2,99

0,00

3,00

6,00

9,00

12,00

15,00

2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018

Cabe destacar que a diciembre de 2018 había 276 internos incorporados al programa y se dismi-nuyóenun69,23%lacantidaddesuicidiosrespectoalaño2017.

La experiencia de la implementación del nuevo Programa en el Complejo Penitenciario Federal N°1- Ezeiza

TomandoahoralaaplicaciónespecíficadelprogramaenelComplejoPenitenciarioFederalNº1,destacamos que en este establecimiento comenzó una exhaustiva labor para lograr, a través de la implementación del mismo, un adecuado manejo del riesgo de suicidio y autolesiones. Desde su iniciación,sehanlogradoreducir laconflictividady laviolenciaencontextodeencierro,consolidándose como una efectiva herramienta de prevención.

La actuación del personal penitenciario se centró en los cinco ejes fundamentales que se propo-nen en el protocolo: la seguridad dinámica; el intercambio de información entre las áreas intervi-nientes; la evaluación periódica de conducta y estado de los privados de libertad; la capacitación del personal y los estándares de desempeño moral.

En el marco de la ejecución del programa, en el período comprendido entre enero y diciembre de 2018, se registró una disminución de los casos de hechos consumados, pasando de diez casos en el 2017 a un caso en el 2018.

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177

305

213

7298 121 10346

5 3 10 10

100

200

300

400

2015 2016 2017 2018

Comparativo por año

Indicación Intento Hechos consumados

Por otro lado, se puede observar que, en relación a aquellos internos que presentaron ideación suicida y aquellos que presentaron intentos, en virtud de la detección e intervención temprana por medio del programa a través de la gestión de los riesgos, se pudo reducir las posibilidades de que aquellos internos que se encontraban en un nivel de riesgo medio, alto y muy alto lleguen a consumar el hecho.

Puntualmente, respecto de lo ocurrido en CPF I, durante el año 2018, se observa lo siguiente:

15

9

6

15

23

2

3

7

4

6

7

1

11

4

1

4

3 3 1

0 0 0 0 0 0 0 0 01

0 00

4

8

12

16

Ener

o

Febr

ero

Mar

zo

Abril

May

o

Juni

o

Julio

Agos

to

Sept

iembr

e

Octu

bre

Novi

embr

e

Dicie

mbr

e

Ideación Intento Hechos consumados

Tabla Gráfica de Ideación, intento y hechos consumados de suicidio en el 2018.

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En enero de 2018, se puede observar que 15 internos presentaron ideación suicida y siete rea-lizaron intentos de suicidio. Para diciembre del mismo año, se ve que seis internos presentaron ideación y un interno realizó un intento autolítico. Se observa entonces una disminución de la ideación e intentos suicidas desde la implementación del programa.

Estoserealizóconunprogramaespecíficodecapacitaciónysensibilizacióndelpersonalsobrela temática, la utilización de la seguridad dinámica como dispositivo esencial, el trabajo en equi-po y el establecimiento de que cada uno de los agentes del personal penitenciario como agente de prevención.

Cabe destacar que el 10 de septiembre del 2018, se llevó a cabo una jornada en el Museo Peni-tenciario Argentino en el marco del “Día Mundial para la Prevención del Suicidio”, jornada que ayudó a la difusión de información relevante en relación a la temática.

Abordaje de los episodios de autolesión en el Complejo Penitenciario Federal I- Ezeiza

Ahora bien, veremos, por último, cómo es el dispositivo de trabajo respecto de los episodios de autolesión.

En este sentido, en caso de que exista un desencadenante que haga presumir un riesgo cierto e inminente (autoagresión, amenaza suicida, disforia o impulsividad, exaltación psicomotriz, heteroagresión, tentativa de ahorcamiento), el interno es llevado en un primer momento al Hos-pital Penitenciario Central, como forma de sacarlo de cualquier factor situacional que pueda estar actuando como desencadenante. Entre esas 24 o 48 primeras horas puede ser medicado, mientras es monitoreado constantemente.

Allí se trata de determinar si:

• Existió un comportamiento autolesivo sin intencionalidad suicida. • Existió un comportamiento con intencionalidad suicida.

En el primero de los casos, se trata de autolesiones sin intención suicida, que están relacionadas con la destrucción del cuerpo por parte de la persona (lesiones, quemaduras, sobredosis, etc.), sin la intención de provocarse la muerte. Este aspecto está relacionado con las llamadas conduc-tas parasuicidas o gestos suicidas, que hacen referencia a conductas aparentemente suicidas, peroquenotienencomoobjetivolamuertesinootrosfinesentrelosquesepuedenencontrar:cambios en el entorno, pedidos de ayuda o incluso la manipulación. El parasuicidio puede en-tonces entenderse como el “aparente intento de suicidio sin la intención real de suicidarse”15. Se daría en estos casos, un comportamiento que tendría un carácter instrumental, es decir a

15. https://en.oxforddictionaries.com/definition/parasuicide.

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través de la conducta se solicitaría por ejemplo ayuda, castigo o atención, entre otros. Las au-tolesiones, pueden darse, entonces, de forma intencional y voluntaria, produciéndose un daño físico, expresándose como impulsividad o cuadro de disforia.

En el caso de que se determine que el comportamiento no fue con intencionalidad de provocarse la muerte, en el momento del alta se realiza una nueva evaluación del riesgo y se procede según las pautas establecidas en el Programa. En caso que se determine la participación de factores situacionales,serealizarán tareasespecíficasparagestionar,suabordajedemaneradepoderintervenir en dicho riesgo en particular.

Por otra parte, en caso de que haya habido un intento de suicidio y se determine una intención real de darse muerte, se comienza a intervenir de acuerdo al nivel de riesgo que haya arrojado el programa.

La diferenciación descripta anteriormente permite un abordaje terapéutico acorde. Una cuestión central, que debe remarcarse, es que en muchas ocasiones los comportamientos autolesivos pue-den no tener intencionalidad suicida pero el sujeto puede utilizar medios letales para llevarlos a cabo. Por esta razón es que jamás debe minimizarse un comportamiento de estas características y debe tomarse y darse intervención con responsabilidad, seriedad y prontitud.

En este sentido, se ha sostenido que: “…los intentos suicidas, independientemente de su mo-tivación, pueden resultar en muerte, aun si no era la intención original. Debido al número limitado de métodos disponibles, los reclusos pueden escoger métodos muy letales (por ejem-plo, ahorcamiento) incluso en ausencia de un verdadero deseo de morir, o porque no saben lo peligroso que es el método. Los intentos con menos intención de suicidio deben ser vistos más bien como expresivos que como intencionales, es decir, como una forma disfuncional de comunicar un problema. La respuesta correcta sería investigar los problemas del recluso en lugar de castigarlo. La indiferencia hacia las conductas auto destructivas o el castigo a los reclusos con conductas autodestructivas a través de la segregación, pueden empeorar el problema requiriendo que el recluso tome riesgos cada vez más dramáticos. Por lo tanto, los programas que propician la supervisión estrecha, apoyo social y acceso a los recursos psico-sociales son igualmente fundamentales para los reclusos que actúan para llamar la atención y que son potencialmente auto destructivos.” 16

Por otro lado, un aspecto relevante a tomar en cuenta es que aunque la impulsividad de los inten-tos de suicidio de los más jóvenes puede llevar a que el personal crea que no son intentos serios o genuinos, debe evitarse esta propensión pues sería una asunción errónea. En prisión, los jóvenes se suicidan a un ritmo mucho mayor que cualquier otro grupo, siendo la motivación más común una mezcla de escape y comunicación. Los jóvenes que tendrían un mayor riesgo son aquellos

16. Organización Mundial de la Salud, PREVENCIÓN DEL SUICIDIO EN CÁRCELES Y PRISIONES, op. Cit.

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que no pueden generar sus propias soluciones a sus problemas.17 Por ello, es importante tomar siempre en consideración los intentos de suicidios para permitir un abordaje inmediato y profe-sional por parte de la administración penitenciaria.

Conclusión

Este trabajo hizo referencia al nuevo “Programa de detección e intervención específica porniveles de riesgo de suicidio para personas privadas de libertad alojadas en el ámbito del Servicio Penitenciario Federal” aprobado en el año 2018.

Posteriormente, se hicieron ciertas consideraciones teóricas sobre el suicidio en prisiones, que fueron la base para la elaboración del mismo.

Asimismo, se describieron las principales cuestiones y directivas establecidas en el programa. El mismo toma en cuenta, sin dejar de considerar los aspectos individuales del sujeto, los factores situacionales, asociados a las particularidades del contexto de encierro y que se encuentran incluidos dentro de la noción de “desempeño moral”. El poder incluir estas nociones permite comprender la complejidad del mundo carcelario a partir del rol de los valores y la calidad de vida de las personas en un contexto de encierro.

Elanálisisdelosdatosarrojóresultadossignificativamentepositivosenrelaciónaladisminucióndelossuicidiosconsumadosapartirdelaclasificacióneintervenciónacordeanivelesderiesgo,tanto a nivel general como en la implementación realizada en el Complejo Penitenciario Federal n°1deEzeiza.

Hemos tratado de compartir nuestra experiencia, esperamos que el presente sea útil para disparar reflexiones,debatesymejorascontinuasenrelaciónalaproblemáticadelosfallecimientosacausa de suicidios en prisión.

17. Liebling Alison (1992), Suicides in prision, op. cit.

Capítulo IX Psicodinámica de la violencia intramuros

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Psicodinámica de la violencia intramuros

Introducción

Resolver el problema de las conductas violentas de los internos representa uno de los grandes desafíos de la función penitenciaria. De ahí que revistan particular importancia las medidas que seadoptenconelfindealcanzarsureducción.

Actualmente, la adopción de distintas intervenciones basadas en la Seguridad Dinámica ha arroja-do resultados favorables, pues facilitaron la profundización de indagaciones diagnósticas que brin-dan herramientas para poner en marcha mecanismos idóneos para su prevención y anticipación.

No obstante, la anticipación de hechos violentos entre internos, y entre éstos y el personal, si-gue siendo una asignatura pendiente. En ese contexto, esta producción, que tiene como norte la identificacióndeelementosquecolaborenenlaprevención,intentasignificarunaportealaim-plementación de una lógica preventiva por sobre una reactiva. Es por ello que se han investigado las características psicodinámicas de los individuos caracterizados como violentos y se las ha sopesado con variables sociales, institucionales y criminológicas estudiadas precedentemente por el Instituto de Criminología de este Servicio Penitenciario Federal.

En concreto, se han analizado las características psicológicas de los internos violentos a través delosaspectospsicodinámicosdesupersonalidadysehanidentificadolosfactoresdesencade-nantesyderiesgoconpotencialsuficienteparaactivarogenerarunaconductaviolenta.

Para ello, se realizó un estudio empírico en una muestra intencional de veintiún internos identi-ficadoscomoconflictivos y violentos por estudios llevados adelante previamente por el Servicio Penitenciario Federal. En efecto, se consideraron tanto la selección de internos con antecedentes de violencia provista por el CIERN1comolosresultadosarrojadosporelSistemadeClasifica-ción Inicial por Riesgo (CIR)2compatiblesconriesgodeconflictividadaltoomuyalto.

Los internos referidos se encuentran alojados en unidades penitenciarias con sector cerrado del área metropolitana y cuyas edades promedian los 33,5 años -con registro de dos modas estadís-ticas respecto de la edad: 29 y 41 años-.

1. Esta base consiste en la Clasificación de Internos con Elevados Índices de Riesgo y Necesidades.2. El CIR es un instrumento de clasificación objetiva que evalúa riesgo de fuga, conflictividad y suicidio. De sus resultados se desprenderán cuestiones vinculadas a la categorización y alojamiento.

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Se seleccionó como instrumento de evaluación el Psicodiagnóstico de Rorschach, en tanto cuen-ta con un profundo desarrollo en nuestro país, tiempo prolongado transcurrido desde su presen-tación y una amplia difusión. Tales factores han dado lugar a numerosas investigaciones que avalan la efectividad de la técnica en sus diferentes ámbitos de aplicación (clínico, jurídico, laboral, educacional, vocacional, deportivo, etc.) y permiten asegurar que la misma evalúa o mide aquello que promete medir y que lo hace con exactitud y objetividad. En resumen, cuenta convalidezyconfiabilidad.

Desarrollo

1.- Puntos de partida:

Primeramente, debemos destacar que este trabajo recupera el concepto de violencia sostenido porlaOrganizaciónMundialdelaSalud,entantorefierealusointencionaldelafuerzafísica,deamenazas contra uno mismo o dirigidas a otra persona, grupo o una comunidad que tiene como consecuencia, o es muy probable que tenga como consecuencia, traumatismos, daños psicológi-cos, problemas de desarrollo o la muerte (OMS 2002).

Deahíque,detaldefinición,puedenextraersecuatroelementos:

a) su carácter intencional;b) las consecuencias negativas o el riesgo que implica; c) su patrón vincular y;d) su variedad expresiva.

A su vez que, previo a adentrarnos en el desarrollo, es necesario realizar algunas aclaraciones respecto de algunos de los conceptos que se utilizarán.

Conesefin,esmenesterresaltarquesoloseanalizarálaviolenciafísicaenelplanovincular,porlo que se priorizará la ejercida hacia terceros, sean éstos otros internos o personal penitenciario.

También que por agresividad se entenderá una respuesta adaptativa que compromete la estructura psicobiológica del ser humano y que forma parte de las estrategias de afronta-miento de éste; debiendo señalarse que, a diferencia de aquélla, la violencia tiene un carác-ter destructivo sobre las personas y los objetos, y supone una profunda disfunción social (Miotto, 2011).

Asimismo, conocer las características preponderantes de la personalidad del interno violento, su estilo de vida, modalidad vincular y otros aspectos pueden contribuir a evitar la repetición de sucesos o bien, predecirlos. A su vez, aprehender el modo en el que la conducta violenta

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opera y el peso en la economía psíquica de los implicados permitirá abonar abordajes que apelen a la responsabilidad.

Finalmente, detectar factores psicodinámicos como los mencionados en el párrafo anterior, per-mitirá acceder al diseño de intervenciones en múltiples niveles que iluminen sobre los factores situacionales y protectores cuyo tratamiento impacte sobre el sujeto y coadyuve al desarrollo de estrategiasbenéficasyadaptativastantoparasícomoparasuentorno.

2.- Variables psicológicas y su correlato conductual:

Se presentarán en este apartado las características psicodinámicas (con nivel de inferencia destacado) que ha arrojado el estudio mencionado y se desarrollarán los hallazgos obtenidos en las evaluaciones.

a.- Apreciaciones generales

En todos los casos se hallaron funciones psíquicas, básicas y superiores conservadas, orienta-ción alo3 y autopsíquica4 dentro de los parámetros esperables. Tampoco se registraron indicado-rescompatiblesconorganicidad.Enun5%deloscasossedetectóunalevebradipsiquia5.

b.- Funcionamiento cognitivo e intelectual

Enel100%delosprotocolosanalizadosseobservóunniveldeproductividadbajo,esdecir,pordebajo de lo esperado. Esto da cuenta de un rendimiento intelectual empobrecido que se refuer-za por ansiedades persecutorias, además de escasos recursos simbólicos, rigidez de pensamiento y pobreza asociativa, entre otros.

Porotraparte,seobservóqueelestilodepensamientopuededevenirteóricoenun86%deloscasosestudiados,endetrimentodelsentidocomúnypráctico(enun90%).Esdecir,este86%busca abarcar el todo pero reviste fallas en el análisis y síntesis de la información que recoge. Lomencionado,asuvez,interfiereenelajustesocial,entantoentorpeceellazoconelmedio,la capacidad de hallar soluciones prácticas a los problemas de la vida cotidiana y el logro de acuerdosyconsensosenlaresolucióndeconflictos.

Asimismo, ha sido posible apreciar discursos desafectivizados respecto de determinados hechos que se presumen con un alto valor emocional. Al respecto, es importante destacar que esta mo-dalidad discursiva no es indicativa de ausencia de afecto, sino de un nivel defensivo elevado y

3. Contenido de la consciencia relativo al mundo exterior.4. Relativo al contenido de la consciencia de sí mismo.5. Curso de pensamiento levemente enlentecido.

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rígido que aumenta el riesgo de aparición de conductas violentas pues, si fracasa la defensa, la descarga podría ser masiva y transformarse en un acto violento.

c.- Dificultades en la regulación emocional

Otrorasgoquesurgióconmarcadapresenciafueunabajaeficaciadelainstanciayoica.Estocobra incidencia en la regulación emocional. En este sentido, cabe mencionar que su funciona-mientoapareceinadecuadoenel53%deloscasosestudiados.

En efecto, se observó marcada rigidez de pensamiento y escasa capacidad de expresión adapta-tivadeemocionesyafectos,hechosubsidiarioconunniveldedisociaciónelevadoenun53%de los casos. Este elemento actúa en desmedro de las capacidades psíquicas del interno en tanto implica un gasto de energía en detrimento de la integración yoica6.

Lo dicho se condice con expresiones caracteropáticas que se pueden asociar con falta de identi-ficacióndeemocionespropias(alexitimia)ylaconsecuentedificultaddeelaborarlasdemaneraadecuada; también con la ausencia de sentimientos de culpa, refractariedad al cambio y al mo-vimiento subjetivo.

Los elementos referidos facilitan la actuación (pasajes al acto o acting out7, susceptibles de traducirse en conductas auto y/o heteroagresivas) y aumentan la probabilidad de ocurrencia de actos violentos, erigiéndose éstos en factores de riesgo destacados.

Enefecto, lasdificultadesen laregulaciónemocionalestarándadasporelambienteynodemanera intrapsíquica8:esdecir,elconflictoentredostendenciasopuestasdentrodeunmismoindividuo se externalizará y pasará a ser entre el sujeto y el contexto. De ahí que el contexto sea el marco de contención.

Ahora bien, este rasgo se combina con otro: el esfuerzo de control y disociación, incrementado enun53%deloscasos,nopuedesersostenidosiadvienendeterminadoseventosqueimpliquencompromiso emocional de algún tipo. Por ejemplo, ante la emergencia de problemáticas vincu-lares (familiares, de pareja, etc.) probablemente advenga el fracaso en la regulación emocional y con éste, el acto impulsivo o violento.

Esto supone un factor de riesgo, puesto que aquellos eventos desencadenantes cuentan con un umbral muy bajo de tolerancia. Por este motivo, se puede oponer como factor protector inter-venciones que permitan anticipar estos eventos disruptivos. Por ejemplo: se han relevado facto-

6. Neutraliza las ansiedades mediante diversas modalidades de manejo de conflicto, eliminando una fuente de peligro y tensión.7. Conducta actuadora.8. Proceso que ocurre en la psique. Se refiere al conflicto surgido entre dos tendencias opuestas dentro de uno mismo.

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res desencadenantes recurrentes tales como la demora del ingreso de la visita, complicaciones con la percepción del peculio o con la atención de diversas áreas.

Por lo tanto, poder establecer diálogos que anticipen una problemática determinada, aún sin la capacidad resolutiva plena o parcial, es sustancial para operar efectos preventivos.

Ensuma,laeficaciadelainstanciayoicaestaríadisminuida,particularmente,enpresenciademociones afectivas y de elementos ansiógenos9 o estresógenos10significadoscomotalesporlos examinados.

d.- Déficits de recursos simbólicos

El fracaso en la regulación emocional desarrollado en el apartado anterior se observó acompa-ñado,enun57%deloscasos,pordéficitsderecursossimbólicos,decapacidaddeinsight11 y de implicación subjetiva.

Estadefiniciónsetraduceenobstáculosparapoderidentificaremocionesyestadosefectivosyla posibilidad de interrogarse respecto a actos propios. A su vez, afecta la posibilidad de hallar modos de resolución de aquello que perturba, por lo que es esperable que los impulsos sean, o bien controlados con esfuerzo, o bien descargados de manera directa en el acto.

Por otra parte, se evidenció una baja capacidad asociativa, creativa e imaginativa. Esto redunda en un mundo interno pobre en pos de una necesidad de acción tras períodos de latencia asocia-dos a la apatía, conectado a características caracteropáticas (entidad patológica, un trastorno que se caracteriza por la preponderancia de un determinado rasgo de carácter que “invade” la conducta), no depresivas en el sentido clínico del término.

Lo dicho convoca otra situación de riesgo: el aislamiento prolongado y todo aquello que reduz-calacapacidaddeaccióndelosinternoselevanlagestacióndeconflictoscuyofinúltimoesromper con aquella apatía por medio de actuaciones.

e.- Alteraciones en la afectividad

Sehallaronbajosnivelesderegistrodelasemocionesysentimientosenel86%delossujetosestudiados,juntocondificultadesparaexpresióndeafectosenformaadaptativaymediatizadaporelpensamientoenun57%deloscasos.

9. Provoca ansiedad o angustia.10. Provoca estrés.11. Tomar conciencia en forma súbita de una realidad.

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Así, la relación emocional no llegaría a tener una orientación afectiva adecuada hacia el am-biente: ante determinados eventos se pueden presentar respuestas con tono disonante. Por ejem-plo, enojo o indiferencia frente a eventos generalmente asociados a otras respuestas afectivas tales como tristeza, angustia, temor, etc.

Enel100%delosprotocolosestudiados,losindicadoreshalladossugirieronausenciadean-gustiaeíndicesdeconflictointerno(intrapsíquico).Deestamanera,elpadecimientopsíquicodebeserdecodificadoapartirdeexpresionesalejadasdelmismo:enojo,actuacionesimpulsivas,toxicofilia,autooheteroagresiones,etc.

Por lo dicho, es esperable que cualquier problemática a nivel vincular se erija como situación deriesgodadoque laelaboracióno tramitacióndeesteconflictovaa requerirunpartenaireexterno.Asimismo,laausenciadeindicadoresdeconflictopsíquicodacuentaderasgoscarac-teropáticos12 compatibles con la actuación.

Laresponsividadalosestímulosafectivosseobservóconservadaenel57%deloscasos:esdecir,larecepciónesadecuadaperosuintegraciónyexpresiónadmitedificultades.Deestama-nera, aumenta la probabilidad de responder de forma inadecuada y desmedida (desregulada) y sedificulta,asuvez,asociarestarespuestaalestímuloqueladisparó.

f.- Aspectos primarios

Enunporcentajealto(72%)seobservaronindicadoresasociadosaaspectosinmadurosdelapersonalidad (no asimilables a un Trastorno Generalizado del Desarrollo) que se vinculan con la presencia de diversos aspectos infantiles, primarios.

Fueapreciableunadificultadmarcadaparaaceptarqueelentornotieneunalegalidadpropiaquees inmune a los propios requerimientos. Estos internos suelen admitir que es el entorno el que debe a adaptarse a ellos y, cuando de manera coercitiva el mismo impone límites, lo viven como un capricho del otro. Esto ocurre, por ejemplo, con la imposición de la pena: lejos de vivirla como una consecuencia del propio acto es sentida como un capricho desmedido del otro.

De esta manera, como todo es atribuido a un agente causal e intencional, y no a los códigos normativos,cualquieracciónquesignifiqueunaprivaciónesvividacomounaagresión.Portanto, es probable que advenga una respuesta a esta agresión: es decir, una conducta violenta. Así, determinados eventos tales como la recepción de testimonios de sentencia inesperados, por ejemplo, constituyen situaciones de riesgo.

Por otro lado, se evidencian indicadores de aloplastía. Es decir, la falta de adaptación al medio en

12. Entidad patológica, un trastorno que se caracteriza por la preponderancia de un determinado rasgo de carácter que “invade” la conducta.

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los términos impuestos por éste, en pos de la exigencia de que sea el medio el que se adapte a uno.

Finalmente, se observan elementos que dan cuenta de una baja capacidad de empatía. Por un lado, porque tal como ya se mencionó no hay un registro adecuado de la propia experiencia inter-na(emociones,pensamientos,sentimientos,etc.).Porelotro,porladificultadparadescentrarse.

Finalmente, se observan elementos que dan cuenta de fallas en el ajuste social vinculadas con el oposicionismo, hecho relacionado estrechamente con lo dicho anteriormente.

g.- Presencia de impulsividad

Así comoanteriormente se dio cuentadedificultades en el control de los impulsos, en esteapartadocabedestacarque,améndeaqueldéficitenlaregulación,sehapodidoconstatarqueel48%delamuestrapresentaunexcesodeimpulsividadydevidainstintivacapazdeirrumpiren conductas agresivas.

Su emergencia está asociada a sentimientos de enojo, bronca interna o irritabilidad. Dado que esto no se articula con angustia, en lugar de encontrar una expresión sintomática, susceptible de ser enmarcada por el lenguaje, encuentra una resolución primaria con las siguientes caracte-rísticas:bajoumbraldeimpulsividad,necesidaddegratificacióninmediatadelasnecesidades,apuro por expresarse, baja tolerancia a la frustración y tendencia al acto.

Estanecesidaddegratificación inmediatapuedeservivenciadaporelpersonalpenitenciariocomo un exceso de demanda. Al respeto, cabe aclarar que si bien responder a esta demanda pue-de incrementarla, también es cierto que parte del trabajo consiste en brindar herramientas para aumentar la capacidad de espera. De lo contrario, si se mantiene una respuesta indiferente frente a la demandaynoseoponenrecursosparaadquirirlacapacidaddepostergarlagratificación,talincapacidaddegratificaciónsetransformaenunasituación de riesgo.

Pues, si la demanda por la vía discursiva fracasa, advendrá la demanda por la vía del acto: por ejemplo, generación de focos ígneos, destrucción de bienes materiales, expulsión violenta de internos, agresión a personal, etc. Es decir, la actuación violenta cobra un valor de expresión y descarga. Tras frustrar la demanda, es dable considerar acotarla, organizarla y reconducirla de manera funcional y atendiendo a los tiempos previstos.

Estapreponderanciadelavidainstintivanoesreconocidaniaceptadaporelinternoenun24%de los individuos estudiados, es decir, no hay registro psíquico de la misma. De esta manera, se facilita su actuación de forma disociada y, por lo tanto, de forma más temeraria y peligrosa.

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Ensuma,considerandolafrecuenciaacumulada,el72%delosinternosviolentospresentanuncaudal de impulsividad elevado y esto es predictor de conductas de riesgo.

h.- Dependencia vincular:

Enel100%delapoblaciónseobservanindicadoresquedancuentadequenohayunaelabo-ración de los vínculos tempranos que permita acceder a un nivel de independencia adecuado. Asimismo,haocurridoen lasentrevistaselsurgimientodefiguras tempranasexcesivamenteidealizadas,esdecir,sinfallasnifisurasquepudiesencuestionarlas.Estaidealización,defensi-va, da cuenta de falta de madurez en el establecimiento de relaciones interpersonales.

Ejemplodelomencionadoeslamarcadanecesidaddeerigirsecomofigurapotenteconcapaci-dad de sostener y proveer -sobre todo, ante madre y/o parejas- aun cuando eso comporte actos de riesgo extremo. Interrogar este modo vincular y reestructurarlo cobra importancia a la hora de operar cambios subjetivos en orden al delito como medio.

En este sentido, cuando intramuros los internos se ven implicados en situaciones de impotencia (contrarias a la posibilidad de ejercer el rol de proveedor o de sostén) éstas adquieren un status de riesgo elevado. Ejemplo de esto son los llamados de la familia en los que se comunican las dificultadeseconómicasqueatraviesan.

Esta modalidad vincular puede hallar su origen en un tipo de apego inseguro, solidario de diver-sas formas de abandonos precoces, hayan sido éstos parciales, totales o implícitos. Tal situación obstaculiza la construcción de la identidad independiente y madura, en tanto que el soporte inicial ha sido fallido.

La conducta violenta, en este sentido, muchas veces está asociada a prácticas vinculares disfun-cionales como un modo inadecuado de buscar una separación o independización. Se pueden ob-servar formas operacionalizadas de esta problemática: por ejemplo, relaciones marcadas por la dependencia,temoralabandonoelevado,resolucióndeconflictosvincularesmedianteelpasajeal acto o la actuación violenta.

Esimportantedestacarqueescondiciónparaquetengalugarunafiguradeautoridad,dadoradelaley,queestesosténprimarioseaeficaz.Enestapoblaciónsedetectanfallasenambosaspec-tos:unapegodisfuncionalinicialyconflictosconlaautoridad.

i.- Niveles de aspiración disfuncionales

En la totalidad de la población estudiada el nivel de aspiración ha sido evaluado como disfuncio-nal en dos sentidos inversos: o bien, el nivel de aspiración y avidez es excesivo para los recursos

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propiosdisponibles,obiennohaysuficienteaspiraciónparadichosrecursos.Enelprimercaso,la urgencia por satisfacer aquella ambición cataliza el acto violento -que suele darse en clave delictiva-. En el segundo, provoca un estado de aburrimiento que, como se ha mencionado ante-riormente, es predictor, también, de actuaciones violentas que quiebren ese equilibrio. Dado que toda vez que el empobrecido mundo interno del sujeto descarta la vía depresiva y sintomática, se facilita esta vía actuadora.

Correlato con otros estudios empíricos

En este apartado se expondrán las correlaciones entre las variables estudiadas y las inscriptas en las siguientes dimensiones: criminológica, socio-institucional y vincular, desarrolladas en otrosestudiosempíricosllevadosacaboporelInstitutodeCriminologíaconelfindediseñarygenerarcriteriosparalaClasificaciónInicialporRiesgo(CIR).

ElCIResuninstrumentodeclasificaciónobjetivasostenidaencriteriosevidentes,explícitosybasadoseninvestigacionescientíficassujetasalcumplimientodeestándareséticos.Deestacla-sificaciónsedesprenderáncuestionesvinculadasalacategorizaciónyalojamiento,atendiendoa una lógica de seguridad y reducción de violencia. Este instrumento considera particularmente lasvariablesestáticasyevalúariesgodefuga,conflictividadysuicidio.Enesteapartado,seatiendenalasvariablesconcurrentesconelriesgodeconflictividad.

La importancia de establecer esta correlación radica en poder advertir indicadores que se presen-ten en forma conjunta con importancia estadística, toda vez que esto permite avizorar posibles relaciones causales o con-causales a los efectos de diseñar futuras intervenciones.

a.- Dimensión criminológica

A partir del análisis de las muestras censadas por los estudios enmarcados en la generación del CIR, se ha hecho posible extraer aspectos asociados a la población violenta. Se consideran los desvíos estadísticos respecto a la población penal general, factibles de ser analizados a la luz de la caracterización psicológica estudiada en el capítulo anterior.

En este sentido se halló lo siguiente:

•Mayorcantidaddeantecedentescriminológicos-considerandolosdelitosviolentosynoviolentos- que la población general.•Inicioenlatransgresiónalaleypenalmástemprano.•Aumentoenlaperseveranciaenlasconductasdelictivas:esdecir,sehaverificadounama-yor reiterancia y reincidencia.•Intervalobreveentredelitos-bajaconsolidacióndeltiempoenlibertad-.

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•Encuantoalapresenciadecomportamientosintramuroscompatiblesconviolencia,sehaevaluado una participación más frecuente en hechos de alteración grave del orden interno, mayor número de antecedentes de peleas con otros internos, de agresiones al personal, de destrucción de bienes, mayor ocurrencia de delitos intramuros, rechazo autoridad.•Menorreconocimientodeproblemáticadelictiva13.•Mayorprevalenciadeheridasdearmadefuegoydearmablanca.

Estas cualidades criminológicas dan cuenta de las problemáticas psicológicas que se han estu-diado. Es que en el inicio temprano de la transgresión de la norma, en una etapa evolutiva (la adolescencia) signada por la necesidad de elaboración de los vínculos primarios y la construcción de la propia identidad, el delito puede ser asimilado como una fórmula posible, aunque fallida.

Asuvez,larepeticióndelaconductadelictivadacuenta,también,delasdificultadesenladeelaboración de las mismas en consonancia con la rigidez de pensamiento, la impulsividad, la baja tolerancia a la frustración y la escasa o nula asunción de responsabilidad de sus actos.

Por otra parte, la falta de mentalización (escasa posibilidad de simbolización y de asociación e integración) de determinadas variables (impulsividad, afectividad, angustia, etc.) y la ausencia de registrodeconflictopsíquicosoncompatiblescon laactuaciónviolentaexpresadaen lostérminos antedichos.

Lo mencionado anteriormente es factible asumirlo como generador de conductas de riesgo que explican la mayor frecuencia de heridas de arma de fuego y de arma blanca. Éste constituye un indicadorelocuenteyobjetivabledeviolencia.Conformelasestadísticasobservadas,el64%delapoblaciónpenalconcaracterísticasdeviolenciatieneheridasdearmablancafrenteal14%de la población general.

Por otra parte, el rechazo a las figuras de autoridad se correlaciona con la aloplastía y la dificultad de descentramiento. La autoridad no es sancionada como tal en la población de referencia, sino que es percibida como una imposición del orden del capricho y la privación. De esta manera, la función de la ley como tal queda degradada a un recurso de manipulación interpersonal.

Por lo antedicho, se instala la violencia como un mediatizador vincular errado al servicio de compensarlasfallasenlaregulacióninternaquedificultalainternalizacióndelaley.Enestesentido, la limitación simbólica que ofrece la ley, en tanto ordenador, es reemplazada y asumida como un elemento coercitivo, violento, amenazante y persecutorio.

13. Si bien este rasgo no es estrictamente conductual, en tanto se desprende del discurso manifiesto (y no sólo se infiere de la administración de diversas técnicas psicodiagnósticas) se lo considera dentro de la conducta verbal.

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Tal situación implica que, al no aceptar un corpus normativo que permita la convivencia del conjuntosocial,elconflictoseresuelveenelplanointerpersonalypormediacióndelafuerza.Sobre esto se instalan creencias grupales que admiten cierto nivel de cohesión social, pero para cadagrupoenparticular,aunquelavigenciayeficaciadeestascreenciasynormasasociadassesoporta en la conducta violenta.

Por otra parte, dada la dependencia vincular ya desarrollada, el nivel de adherencia a estas creencias es elevado y no se presenta como susceptible crítica alguna. Se trata de reglas que rápidamentesonnaturalizadas,cuyocuestionamientoresultamuydificultoso.Deestamane-ra, se asiste a peleas “administradas” o reguladas por códigos internos, donde quienes parti-cipan de ellas en muchas ocasiones no eligen hacerlo, sino que les es ordenado por el sistema reglado de convivencia.

De allí que existan internos que participen de peleas sin motivaciones emocionales ni desregu-lación aparente. Contrariamente, se observa un acatamiento a un orden interno-informal pero efectiva que imprime el sello de la dinámica grupal.

Otro ejemplo radica en el ingreso al pabellón de un interno sin referentes que puedan in-cluirlo en un grupo de pertenencia: el despojo de los bienes e incluso la agresión física concurrente es “algo que hay que hacer” (Sic). Los internos sostienen que ellos no desean hacerlo pero que esas reglas no las pusieron ellos, simplemente corresponde en tanto así lo demanda esta subcultura.

b.- Dimensión socio-institucional

Este punto toma como punto de referencia la permanencia en dos instituciones nucleares de inserción y funcionamiento social como lo son la educación y el trabajo. La importancia de esto radica en la convocatoria y retención en el entramado social amparado y regulado por un marco normativo positivo y protector del sistema de creencias de un conjunto social mayor.

1.- Historial laboral

Se antepone como primer dato que los internos violentos poseen largos períodos de inactividad laboral(dosañosomás)enun100%másqueelpromediodelapoblaciónpenal.Porotraparte,el38%delosinternosviolentosnohantenidoexperiencialaboraldeningúntipo,locualimpli-caundesvíode25puntosrespectoalapoblacióngeneral(13%).

La actitud frente al trabajo es radicalmente distinta en las dos muestras. En efecto, es buena parael26,5%delosinternosviolentos,locualrepresentalamitaddelaqueseobservaenelpromediodelapoblacióngeneral-el51%-.Elrechazoaltrabajo,enelotroextremo,seobserva

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enel22%delapoblaciónviolenta-frenteal5%-.Esdecir,seevidenciaunrechazocuatrovecesmayor en la primera población que en la segunda.

Esto se correlaciona con variables psicológicas. En efecto, el trabajo representa un contravalor en función del nivel de aspiración disfuncional,latoleranciaalafrustraciónylasdificultadesseñaladasrespectodelaincorporacióndefigurasdeautoridadcomoordenadoras.Enpalabrasde los internos,eldelitoofreceunbeneficioeconómicosuperiorenun lapsode tiempomásbreve. Aceptar el marco regulatorio propio de la dinámica laboral implica poseer tolerancia a la espera, contar con un mundo interno rico que permita generar deseos o propósitos y postergar su gra-tificación;aceptarlalegalidadajenafueradelalcancedelasnecesidadespropiasyaceptarlasautoridades correspondientes al ámbito en particular que funcionen como ordenadores. Estas condiciones,entreotras,difierendelascaracterísticaspsicológicashalladas.

2.-Trayectoria escolar

Enestepuntonoseobservandiferenciassignificativasencuantoalaincorporaciónalsistemaeducativo en las poblaciones de referencia. No obstante, en la capacidad de retención y perma-nencia se advierte una marcada coincidencia entre la edad de inicio de la carrera delictiva en la población violenta y la correspondiente a la deserción escolar.

Nuevamente,estoserelacionaconelconflictopropiodelamatrizvinculardurantelaadolescen-cia en conjunto con la falta de recursos internos simbólicos mencionada para su elaboración. La falta de retención del sistema educativo agrava el cuadro toda vez que es una fuente de regula-ción externa, en la medida que en el tipo de personalidad estudiada, en las que los mecanismos adaptativosnologranunniveldeadecuaciónbeneficiosoniparaelsujetoniparasuentorno,lasmedidas de contención, control y regulación externas cobran mayor importancia al momento de adquirir herramientas de inserción social.

c.- Dimensión Vincular

Se incluyen en esta dimensión los vínculos primarios y secundarios. Se observa que entre los segundoshaypreeminenciadeparespuesnoseobservan lazossignificativosconfigurasdeautoridad (docentes, personal de salud, referentes exogámicos, etc.).

1.-Vínculos primarios

Los vínculos primarios surgen debilitados en mayor proporción que los encontrados en la pobla-ción general. Esto se desprende del estudio de las Historias Criminológicas, de las evaluaciones psicodiagnósticas realizadas y, en otro orden, de indicadores estadísticos realizados a la muestra estudiada para la generación del CIR.

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Respectodeestosúltimos,sepuedeobservarqueelabandonodelhogaressignificativo:el40%de los internos con características violentas ha protagonizado fugas del hogar, habiéndolo hecho de forma radical en la mitad de los casos. Esto se contrapone con porcentajes menores para la poblaciónpenalgeneral:el28%registraantecedentesdefugasinqueseasignificativoelnúme-ro de sujetos que lo ha hecho en forma absoluta.

La precariedad en los vínculos primarios se profundiza si se observa el apoyo familiar para abandonarlaactividaddelictiva.Losvínculosprimariosdel27%delosinternosdeestapobla-ciónnolosapoyanalmomentodediscontinuarlaactividaddelictivayel33%lohacedemaneraparcial. Esta cifra supera lo registrado para la población penal general, que no cuenta con este apoyoenun18%ypresentaapoyoparcialenun19%.

La identificación temprana respecto a la transgresiónpenal se observa también en elmayorporcentaje de familiares directos con antecedentes penales para la población con características violentas:el38%.Estoeseldobledeloqueseobservaenlapoblaciónpenalgeneral:el19%.

Se advierte que el delito tiene un valor fundamental en la economía psíquica de la población es-tudiada,puesconstituyeunaelecciónparticular,ratificadatantoporelidealcomoporrespondera una fórmula que se ajusta al índice de aspiración detectado: obtener con pocos recursos (sim-bólicos,económicos,culturales,educativos,etc.)unbeneficioambiciosoenclavedeurgenciaypremura. Por tanto, es vital en términos de prevención atender a este nivel de aspiración que se recorta de manera particular en la población de referencia.

2.-Vínculos secundarios

Respecto de los vínculos secundarios (es decir, que devengan del proceso de socialización se-cundaria) surgen importantes elementos. Un predictor potente de conductas transgresoras se basaeneltipodeidentificacióncongruposdepares.El34%delapoblacióndeinternosvio-lentos tiene vínculo con grupos no relacionados al delito. La población general, en cambio, mantienecontactocongruposnodelictivosenun68%.

No solo es menor el contacto en cantidad sino también en intensidad, lo cual da la pauta de una identificaciónmásfuertedelosinternosviolentosconparesasociadosalatransgresióndelaley penal. Al respecto, se observa que los mismos sostienen un contacto regular con estos en un 43%,encontrasteconel17%quepresentalapoblaciónpenalgeneral.

Por otra parte, la participación en grupos organizados armados en grado alto es siete veces más frecuente en la población penal con características de violencia que en la población penal general.

De estos últimos dos párrafos se puede inferir que tanto la frecuencia como la intensidad indica

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unpatrónidentificatorioconparesenfunción,almenosparcial,delatransgresiónalaleypenal.

Como se mencionó previamente, la actuación es característica en esta población. Por tanto, la identificaciónconotroseestablecetambiénrespectodelasconductasynoaelementospropiosdel mundo interno (pensamientos, emociones, registros vivenciales, etc.). Esto también se ve facilitado por la falta de empatía característica.

A su vez, el delito y, particularmente, el tinte violento del mismo, es un elemento generador de lazo: el compromiso afectivo que comporta por el riesgo asumido y vivido y la alianza al respecto generada son los precursores de estos vínculos de pares. Es la conducta violenta (el delito, por ejemplo) la que nuclea, agrupa y genera un entramado. Es elocuente mencionar que estos internos suelen considerar “familia” a aquellos compañeros de causa o de hechos violen-tos. Ampliar las posibilidades de dicho mundo interno puede permitir otro tipo de vínculos que debiliten el acto violento.

3.-Modalidad vincular

La manipulación como rasgo particular surge como propio de la población violenta, si se com-para con la general. Es que la presencia de este rasgo es cuatro veces mayor en la primera po-blación:un24%encontrasteconun6%.Deestamanera,eldesvíoiluminaesteaspectoyleotorgaimportancia.Noobstante,esimportantedestacarqueel74%delosinternosviolentosnoposee estos rasgos de forma acusada,puesel40%lospresentasoloenformaparcialyel34%directamentenolospresenta.Lapoblacióngenerallospresentaenformaparcialenun27%ynolospresentaenun65%.

Esto es posible correlacionarlo con las variables psicológicas explicadas: la restricción afectiva, laausenciadeempatía,labajatoleranciaalafrustraciónlasdificultadesenelajustesocialylasfallas en la vinculación temprana favorecen que un semejante pueda ser abordado como objeto amododemedioparaunfin.

4.- Medidas de protección:

Dado lo desarrollado previamente, es dable concluir que las medidas de protección deberán serexternas.Esdecir,seobservandéficitsenlaregulacióninternadelossujetosestudiados,por lo que esta función, en principio, deberá ser compensada desde afuera. Ahora bien, esto nosignificaqueno sedeba trabajarenposdeadquirirherramientasquepermitanmejo-rar esta regulación emocional endógena y disminuir el nivel de dependencia del marco de contención. En ambos sentidos se distinguen las siguientes medidas de protección que se proponen a continuación.

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a.- Adecuada modalidad comunicacional

Muchas de las variables psicodinámicas desarrolladas conducen a asimilar la violencia como una forma desadaptativa de comunicación. En efecto, la impulsividad, los recursos simbólicos insuficientes,ladependenciavincular(yconlamisma,lafuertepredisposiciónaserinfluencia-dos) y la tendencia a la actuación son algunas de estas variables.

Asimismo,laviolenciaentérminosdecomunicaciónresultaeficazporcomportarunarespuestainmediata y masiva, por lo que este rasgo termina siendo incrementado. Por lo tanto, oponer otros canales y desestimar aquel permite disminuir la probabilidad de emisión de la conducta violenta.

En este sentido, cobra relevancia la posibilidad de sumar al sistema de audiencias espacios propiciospara lacomunicaciónqueadmitaunniveladecuadodefluidezyóptimaceleridad.Por caso, dispositivos interdisciplinarios y transversales al área de seguridad y a la tratamental pueden ser recursos de alto valor disuasivo.

b.- Aumentar el nivel de autonomía

Dado que la violencia muchas veces es una fórmula compensatoria de la impotencia y la priva-ción, diseñar espacios donde se incrementen, paulatinamente, los niveles autonomía y su conse-cuente evaluación, es un factor protector.

c.- Ampliar el número de actividades

Esto se vincula con la personalidad de acción ya destacada y el aburrimiento de caracter14 opático. De esta manera, las actividades que promuevan la acción son protectoras en tanto neutralizan di-cho aburrimiento al tiempo que incrementan la autonomía y permiten un uso adecuado del tiempo.

d. -Invertir el circuito de activación restrictivo

Al respecto, es importante observar que el circuito de activación detectado en la población vio-lenta es disfuncional: es decir, la restricción en la circulación de la misma, justamente por su condición violenta, es predictora de la elevación de estos episodios de violencia.

e.- Promover la Seguridad Dinámica

Esta ofrece un espacio privilegiado para generar canales de comunicación adecuados y tempranos. Por lo tanto, sea cual sea su operacionalización, constituirá un factor protector por excelencia.

14. Entidad patológica, trastorno con determinado rasgo de carácter que “invade” la conducta.

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f.- Abordajes específicos con el exterior

Comoyasedesarrollóanteriormente,elentornoexternosuelegenerarconflictosextremoscom-patibles con la violencia, justamente, por el nivel acusado de dependencia. Por tanto, incluir en la asistencia objetivos tales como la concientización, sensibilización y discontinuación de diná-micas disfuncionales sería un recurso valorable a la hora de reducir la violencia.

g.- Incorporar objetivos terapéuticos tendientes a revertir las dificultades detectadas

Másalládeplanesdeacciónintegrales,esimportantelaincorporacióndeobjetivosespecíficosparareducirlaviolenciaalespacioterapéuticobrindadoporeláreaespecífica(sanidad).Estosobjetivos se desprenderán de las variables detectadas ut supra.

h.- Aplicar estrategias de intervención articulada y global

En este sentido, las fracturas discursivas son promotoras del acto violento. Por lo tanto, es fun-damental que no haya contradicciones entre sectores, al tiempo que la problemática de la violen-cia sea asumida como competencia tanto del área de seguridad como de las áreas de tratamiento.

i.- Favorecer la anticipación de estímulos ansiógenos

Dado el bajo umbral del interno violento para que un estímulo resulte disruptivo, es necesario contar con dispositivos o acciones que permitan prevenir dicho estímulo y disminuir su impacto. Ejemplo de ello, la recepción del testimonio de sentencia por parte del interno podría contar con un protocolo protector. Es importante insistir en que el tono afectivo puede no concordar con la gravedad del impacto. Por lo mismo, es menester disponer de este tipo de protocolos. Esto se aplica también a otros eventos: demoras previstas en el ingreso de las visitas, cercanía de even-tos estresógenos (aniversarios, fechas festivas, etc.), el pasaje a un penal de adultos, etc.

Conclusiones

Elpresenteestudiopermiteplasmarlascaracterísticaspsicológicasdelosinternosidentificadoscomo violentos a través de los aspectos psicodinámicos de su personalidad. Estas variables con-figuranperfiles asociados a déficits psíquicos.

Esto se reconoce en las principales características expuestas: pobre funcionamiento intelectual ycognitivo,desregulaciónemocional,recursossimbólicosinsuficientes,restricciónyalteraciónafectiva, constitución psíquica inmadura, impulsividad, patrón vincular dependiente, nivel de aspiracióndisfuncional,faltaderegistrodeconflictosinternoseinadecuadaintegraciónyoica.Asociadas a estas variables surgen otras, como la baja capacidad de empatía, la adaptación

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aloplástica,laalexitimia(Faltadeidentificacióndeemocionespropias.),conductasactuadoras(acting out y pasaje al acto), escasa tolerancia a la espera y tendencia al aburrimiento, que tiene como correlato la búsqueda de sensaciones en forma temeraria.

Este conjunto de rasgos impacta en el tipo de adaptación y ajuste a la realidad, la modalidad vincularylaresolucióndeconflictos,entreotrosaspectos.Deestamanera,laregulaciónemo-cionalsueleapoyarseenmarcosdecontenciónexternayelentornotieneunainfluenciadestaca-da. Esto se advierte, por ejemplo, en el nivel elevado de dependencia y la adherencia acrítica a sistemas de creencias ajenas a la moralidad social que fundamenta el marco normativo positivo.

Estas variables psicológicas correlacionan de manera positiva con el lazo que genera el evento violento: es decir, facilitan que el acto violento fomente el vínculo entre pares y geste un en-tramado particular. La violencia no se agota en el plano subjetivo sino que el interpersonal y el grupal se imponen a la hora de dilucidar la génesis de la violencia.

Por otra parte, esta investigación permite ubicar factores de riesgo. En efecto, las variables psi-cológicasinscriptasenlalógicadeldéficitconstituyenensímismasfactoresderiesgo:estoesasí en tanto la conducta violenta asume una forma de vinculación, de expresión afectiva, de des-carga emocional y ofrece una vía de comunicación particular. Es decir, aquellas variables son la matriz generadora de riesgo porque ubican a la violencia en un lugar compensatorio y funcional.

De esta manera, dada la matriz de vulnerabilidad expuesta, todo evento que desafíe la adaptación tendrá un valor estresógeno o ansiógeno: es decir, constituirá un posible factor desencadenante.

Asimismo, dicho evento tendrá elevada probabilidad de ser vivenciado como una agresión di-rigida, cuyo partenaire sería la respuesta violenta. Es que no se llega a considerar la posibilidad de que haya eventos que no tengan un agente causal en el cual depositar la frustración, por lo quelosfactoresderiesgo-talescomolasdificultadesparaelaborarelestímulodisruptivo,lavivencia persecutoria del mismo y la falta de regulación emocional- convertirán el estímulo perturbador en factor desencadenante.

Es preciso mencionar, no obstante, factores disparadores relevados tales como: la demora del ingreso de la visita, complicaciones con la percepción del peculio o con la atención de diversas áreas,problemáticasfamiliaresysociales,disputasconvivencialesconelfindedistribuirrolesy poder, etc.

Por todo lo antedicho, la prevención se ofrece como plan de intervención privilegiado que de-berá soportarse en medidas de protección sobre la base de cuatro niveles: social, institucional, grupal e individual. En el social, se proponen medidas tales como promover abordajes con el exterior que permitan

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neutralizar eventuales factores desencadenantes y alterar dinámicas disfuncionales que redun-den en la predisposición a la conducta violenta.

En el institucional, generar canales de comunicación basados en la palabra, anticipar los estímu-losquepuedanserdisruptivos,ampliaryadecuarloscanalesdecomunicaciónfluidos,alterarcircuitos de activación disfuncionales y restrictivos y sostener intervenciones articuladas y glo-bales en el marco de la Seguridad Dinámica.

En el nivel grupal, reestructurar sistemas de creencias que sostienen la violencia como regulador vincular y generar fórmulas de comunicación basadas en la palabra.

En el plano individual, incrementar el nivel de autonomía y, a partir del trazado de objetivos terapéuticos, revertir las variables psicológicas ya desarrolladas que fundan la matriz de vulne-rabilidad desarrollada.

Lageneracióndeperfilesdeinternosviolentos,porlotanto,esvitalparaestablecerlíneasdeacción inscriptas en una lógica preventiva. Por otra parte, es condición para poder desarrollar un sistema predictivo de violencia altamente sensible a indicadores de riesgo. Será este el objetivo de ulteriores estudios.

Anexo

Factores de riesgo compatibles con indicadores arrojados por el Psicodiagnóstico de Rorschach

Factores de riesgo (endógenos) % Manifestación habitual

Instancia yoica ineficaz 53% Falta de control, planificación, regulación emocional, etc.

Impulsividad 72% Hétero/autoagresiones

Mundo interno empobrecido 57% Aburrimiento, falta de capacidad ideativa, imaginativa, etc.

Ausencia de empatía 57% Falta de registro del otro en tanto semejante

Baja tolerancia a la frustración 72% Agresividad/demanda frente a algo sentido como privación

Alexitimia 86% Falta de registro de las emociones

Tendencia a la actuación 56% Pasaje al acto/acting out

Índice de aspiración disfuncional 100% Ambición desmedida en contraste con recursos disponibles

Labilidad afectiva 90% Alternancia entre inexpresividad y respuestas explosivas

Necesidad de gratificación inmediata 72% Exigencia de que se satisfagan con premura sus demandas

Aloplastía 70% Dificultad para observar normas y la autoridad

Alteraciones en la expresión afectiva 90% Expresión afectiva restringida y disonante

Patrón vincular inmaduro 100% Dependencia, idealización de vínculos tempranos

Inmadurez psíquica 72% Dificultad para descentrarse e incapacidad para esperar

Baja capacidad de insight 57% Escasa capacidad para implicarse y responsabilizarse

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Escasos recursos simbólicos 57% Uso limitado de la palabra. Escasa capacidad asociativa.

Ausencia de registro de conflicto 100% Ausencia de angustia

Fallas en el ajuste social 87% Desadaptación y conductas antisociales

Algunos indicadores estadísticos relevantes arrojados por el Psicodiagnóstico de Rorschach

Indicadores aumentadosW 86%

W/M 81%

CF 57%

F% 53%

FM 48%

F% ext 43%

Indicadores disminuidosN°R -100%

O% -95%

Fc -91%

P% -91%

D -90%

I.R -81%

C' -62%

M -57%

m -57%

F+% -53%

F+ext% -48%

86,00%81,00%

57,00%53,00%

48,00%43,00%

0,00%

20,00%

40,00%

60,00%

80,00%

100,00%

W W/M CF F% FM F% ext

-100,00%-95,00%

-91,00% -91,00% -90,00%-81,00%

-62,00%-57,00% -57,00%

-53,00%-48,00%

-100,00%

-80,00%

-60,00%

-40,00%

-20,00%

0,00%N°R O% Fc P% D I.R C' M m F+% F+ext%

Capítulo X La implementación de sistemas de gestión de calidad en aéreas vinculadas con visitas,

las relaciones familiares y sociales

217

La implementación de sistemas de gestión de calidad en aéreas vinculadas con visitas, relaciones familiares y sociales

Introducción

La importancia de las visitas que reciben los internos en prisión han sido objeto de numerosos estudios, los cuales sugieren que los efectos virtuosos inciden en la probabilidad de reincidencia.

Durante la privación de la libertad, las visitas de familiares y allegados son una forma de es-tablecer, mantener, o mejorar redes de contención social. El fortalecimiento de los vínculos socialesnosóloesimportanteporqueprevienelaauto-identificacióncriminal,sinoporquealmomento del egreso muchos internos dependen de amigos y familiares para tener un empleo, asistenciafinancierayvivienda1.

Enartículosanterioreshemosvistocómoinfluyelacalidaddelaexperienciadelavisitaenelorden interno, en el tratamiento y en el bienestar general de las personas privadas de libertad.

Respecto al orden interno, en el artículo titulado “Una aproximación a la visión de los internos sobre la violencia intramuros”, se advirtió que “es imprescindible que el espacio de las visitas y el contacto fundamental de los internos con su círculo íntimo, sea de absoluta seguridad. Esto permite evitar la percepción de que la cárcel es un lugar ‘violento’, donde ni siquiera el espacio de visitas se puede considerar como totalmente seguro”2.

Ahora bien, en lo atinente a la efectividad del tratamiento y el bienestar de los internos, en los últimos años han cobrado relevancia los estudios sobre la calidad moral de las prisiones, su cli-ma ético y las percepciones que al respecto tienen los reclusos.

Entre estos estudios se destacan los de desempeño moral desarrollados por la Doctora Alison Liebling, del Centro de Investigación de Prisiones de la Universidad de Cambridge (Reino Uni-do), para conocer la calidad de vida que los reclusos experimentaban y/o percibían dentro de los establecimientos penitenciarios.

De estos estudios surge que “la experiencia que vive una persona que se encuentra privada de su libertad dependerá de una gran diversidad de factores, relacionados principalmente con el

1. Departamento Correccional de Minnesota (2011). Los efectos de las visitas en prisión sobre la reincidencia. Disponible en: https://mn.gov/doc/assets/11-11MNPrisonVisitationStudy_tcm1089-272781.pdf.2. Revista de Criminología del Servicio Penitenciario Federal—Instituto de Criminología. Número I, Año 2015, Instituto de Criminología- Servi-cio Penitenciario Federal. Disponible en línea: http://www.spf.gob.ar/drive/repo/general/4201revista_de-criminologia_n1_2015.pdf.

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establecimiento penitenciario que se le asigne. Las condiciones materiales y el acceso a dere-chos básicos, las relaciones entre las personas que lo habitan y la posibilidad de mantener con-tacto con la familia, entre otros, marcarán importantes diferencias en la ejecución de la pena y el modo en que ésta es experimentada”3. (Liebling, 2004; Goffman, 1987; Sparks, 1996)…

Deestamanera, lanociónde“desempeñomoral” refierea la capacidadquepuede tenerunestablecimiento penitenciario de crear un ambiente favorable. Los aspectos más relevantes de la vida en las prisiones incluyen el trato y las relaciones interpersonales, la importancia de ges-tionar una relación de calidad con la visita, el sentido de justicia, el ejercicio de la autoridad, la legitimidad interior y como la experiencia del encarcelamiento es vivida por los que allí se en-cuentran, tanto internos como funcionarios y visitantes, marcando en estos aspectos importantes diferencias en lo que hace a la ejecución de la pena, y el modo en que ésta es experimentada.

Entendiendo que la consideración a los diferentes visitantes incide de forma cierta en la “ca-lidad de vida” que los internos experimentan dentro de los establecimientos penitenciarios, se ha desarrollado desde el Instituto de Criminología, a partir del año 2016, una adaptación local de dicho estudio a partir de una serie de dimensiones empírico-conceptuales, catalogadas como “dimensiones de régimen” y “dimensiones relacionales”. Estas se utilizan para explorar no sólo las condiciones materiales/objetivas y el acceso a derechos, sino fundamentalmente con la for-ma en que esos derechos son entregados por la institución, es decir, con la modalidad en que se construye y se desarrolla la relación social entre el personal y los internos, considerando además como resulta la vinculación de los visitantes con la institución penitenciaria.

En este contexto podemos destacar, a partir de los estudios de desempeño moral realizados en el Complejo Penitenciario Federal I (Unidad Residencial III y V) y la Unidad 314, el descontento por parte de los internos respecto a las visitas y el tiempo de duración.5

Por otra parte, los estudios llevados a cabo en el Complejo Penitenciario Federal III y el Complejo Penitenciario Federal V revelaron, de acuerdo a la percepción de la población penal,problemáticasvinculadasconeltiempodelasvisitas.Losreclusosmanifiestantenerla impresión de que sus visitas no son bien tratadas por los agentes y la gran mayoría está insatisfecha con la frecuencia, la duración y los trámites que deben realizar los visitantes para ingresar a la unidad.6

Fue a partir de estos estudios, y en el marco del Programa de Calidad del Ministerio de Justicia y

3. Liebling, Alison (2004). Las prisiones y su desempeño moral. Oxord: Oxford University Press.4. Ver Servicio Penitenciario Federal, “Capítulo I Midiendo la calidad de vida en tres establecimientos del Servicio Penitenciario Federal”, Re-vista de Criminología Número II, 2016.5. Ver Servicio Penitenciario Federal, “Capítulo I Midiendo la calidad de vida en tres establecimientos del Servicio Penitenciario Federal”, Re-vista de Criminología Número II, 2016.6. Ver Servicio Penitenciario Federal, “Capítulo III Desempeño moral”, Revista de Criminología Número III, 2017.

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Derechos Humanos7, que se llevó adelante la implementación de un sistema de gestión de calidad en áreas vinculadas con los visitantes y con las relaciones familiares y sociales. Este trabajo se desa-rrolló con la meta de instrumentar acciones para lograr un servicio público de calidad, en línea con las mejores prácticas internacionales. Se establecieron criterios normalizados de funcionamiento, impulsando un modelo organizativo sustentado en modernas técnicas de gestión con el objeto último de mejorar los estándares de atención a las personas que se acercan a los establecimientos penitencia-rios, buscando mantener vínculo con una persona privada de libertad.

Medidas implementadas

Como consecuencia de los resultados derivados de las entrevistas e investigaciones, en las que las temáticas relacionadas con las visitas y el contacto familiar adquirieron gran relevancia, y teniendo en cuenta la trascendencia que revisten estas relaciones para las personas que se en-cuentran privadas de su libertad, se tomaron las siguientes decisiones:

•SecreólaDireccióndeVisitas,RelacionesFamiliaresySociales;•Seimplementaronestándaresbasadosenprincipiosdegestióndecalidad,paranormalizarel ingreso y egreso de visitas y/o ingreso de paquetes a las unidades carcelarias, brindando un servicioefectivo.EstosserviciosestáncertificadosbajolasnormasISO9001:2015.

Método de evaluación de los resultados

Sobreestenuevoescenario,sefijaronmetasprecisasteniendocomoprioridadeldesplazamientode los criterios subjetivos y el fortalecimiento de decisiones objetivas, sistematizadas y medi-bles, por tanto, ajustables y con posibilidades constantes de ser mejoradas.

Para ello, se evaluaron los siguientes vectores de calidad8:

1) Seguimiento del objetivo de desempeño y mejora (se miden tiempos del ingreso del pro-ceso de visitas), 2) Percepción del usuario (se mide mediante encuestas la información primaria del usuario como sugerencias, necesidades, etc.), 3) Planillas de riesgos (se analizan los riesgos del proceso) y Planillas de acciones correctivas (se evalúan las oportunidades de mejora de diversas fuentes).

De esta forma, se obtuvo un cuadro de situación, el cual puede ser mejorado y corregido.Paraestefin,secompararonestadísticasdevisitasdelprimersemestrede2018ylosresultadosobtenidos en igual período de 2017.

7. Resolución Nº 428 del M.J. y D.H. Política de Calidad del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.8. Informe de Gestión de Calidad del área de Visitas. Noviembre de 2017. Dirección de Visitas, Relaciones Familiares y Sociales.

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Resultados

Bajo el principio de normalidad, el derecho a la visita debe ser asegurado y resguardado tanto para las personas alojadas en el establecimiento carcelario como para quienes los visitan.

Tiempo de ingreso de la visita

Así,sefijólametadereducireltiempodeingresodelosvisitantes,elcualsecontabilizadesdeelmomentoenquesepresentanenventanillaparasuidentificaciónhastaquelleganalsalón,entreun5%yunumbraldecumplimientodel2,5%.

Paraello,seestablecióuntiempoestándarsignificativoseleccionadodelasmediciones,respec-to del cual se observan las medias estadísticas en minutos obtenidas hasta el momento, lo que permitió observar el alcance o no de las metas propuestas para este objetivo.

Debe tenerse en cuenta que en la zona metropolitana la población penal es más numerosa, lo que implica una elevada concurrencia de visitantes y, por esta razón, el tiempo de espera es mayor.

Unidad Tiempo inicial(en minutos) Objetivo Tiempo alcanzado

(en minutos)Cumplimiento

de la meta

C.P.F.1 56,37 - 3’ 48,03 SI

C.P.F.2 60,38 - 3’ 54,92 SI

C.P.F.C.A.B.A. 20,05 - 2’ 13,84 SI

C.P.F.J.A. 27,75 - 2’ 24,24 SI

C.P.F.IV 35,13 - 3’ 16,38 SI

U.19 9,81 Mantener 6.21 SI

U. 21 8,67 Mantener 5,94 SI

U.31 14,17 - 2’ 7,43 SI

U.34 9,10 Mantener 3,85 SI

En la zona metropolitana, la estandarización de las actividades del servicio de visitas, la incor-poración de mejoras estructurales, la capacitación profesional del personal penitenciario y la aceptación del sistema de gestión de la calidad como herramienta arrojaron resultados positivos.

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221

Por su parte, en la zona centro también se consiguió la meta:

Unidad Tiempo inicial(en minutos) Objetivo Tiempo alcanzado

(en minutos)Cumplimiento

de la meta

U.4 34,00 - 2’ 21,25 Si

U.13 22,08 - 3’ 5,00 Si

U.30 32,33 - 3’ 26,75 Si

U.25 2,00 Mantener 2 Si

A.Senillosa 23,66 Mantener 23 Si

U.5 6,67 Mantener 5 Si

Respecto del grupo de unidades que integran la región del noroeste argentino (NOA), vemos que los resultados fueron los siguientes:

Unidad Tiempo inicial(en minutos) Objetivo Tiempo alcanzado

(en minutos)Cumplimiento

de la meta

CPFIII 33,86 - 3’ 27,5 Si

U.8 19,55 - 2’ 15 Si

U.16 12,43 - 2’ 6,28 Si

U.22 6,75 Mantener 6,32 Si

U.23 11,19 - 2’ 9,69 Si

En relación al conjunto de establecimientos de la región del Nordeste Argentino (NEA), se re-gistraron los siguientes resultados:

Unidad Tiempo inicial(en minutos) Objetivo Tiempo alcanzado

(en minutos)Cumplimiento

de la meta

U.7 15,52 - 3’ 4,86 Si

U.10 9,7 Mantener 8,89 Si

U.11 10,63 Mantener 7,17 Si

U.17 14,38 Mantener 14,44 Si

U.35 5,25 Mantener 3,9 Si

Observando los resultados en la región sur, advertimos los siguientes resultados:

Unidad Tiempo inicial(en minutos) Objetivo Tiempo alcanzado

(en minutos)Cumplimiento

de la meta

U.6 19,70 - 3’ 18,09 Umbral cumplimiento

U.12 21,15 - 3’ 30,83 No

U.14 18,18 - 3’ 11,38 Si

U.15 3,00 Mantener 2,55 Si

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Este análisis, además, permitió establecer los establecimientos en los que aún no ha sido posible el alcance de estos objetivos, como es el caso de la Unidad 12 - Colonia Penal de Viedma- y la Unidad 6 - Instituto de Seguridad y Resocialización-. Atendiendo éstas situaciones de manera conjunta con los responsables de visitas, se determinaron las causas detrás de ello, y se dispusie-ron acciones correctivas, cuyos resultados serán evaluados con posterioridad.

Por último, se aclara que los resultados registrados se corresponden con las cifras informadas por las distintas unidades a octubre del 2018.

Experiencia de los visitantes

Como indicador de la experiencia de los visitantes, se midió la cantidad y profundidad de las desaprobacionesdeestos.Seimpusolametadedisminuiresasquejasenun10%.

Cabe destacar que, si bien se han registrado quejas en las encuestas realizadas a los visitantes, el nivel de satisfacción general siempre rondó los resultados entre “alta” o “muy alta”, valores que se mantienen actualmente.

Afindelograrlametaimpuesta,sebrindóinformaciónclarayprecisasobreeldesarrollodelavisita, los horarios, los procedimientos de registro y control obligatorios para los visitantes y/o paquetes a través de una página web abierta al público en general, y se incorporó la exhibición de cartelería moderna y amigable.

Por otro lado, se hizo hincapié en llevar adelante la atención adecuada de las visitas, sobretodo depersonascondificultadambulatoria,mujeresembarazadas,madresconniñospequeños,etc.Se han llevado a cabo también adecuaciones edilicias en la mayoría de los establecimientos.

Lossiguientesgráficosdemuestranlarecepciónpositivadelosusuariosdelasmedidasimplementadas:

0

20

40

60

80

100

CPF I CPF II CABA CFJA CPF IV U19 U21 U31 U34

PercepciónZona metropolitana

Nov 17 Feb 18 Jun 18

Revista de Criminología - Número IV- Año 2018

223

0

20

40

60

80

100

Nov 17 Feb 18 Jun 18

PercepciónZona centro A

U4 U13 U30 U25

0

20

40

60

80

100

Nov 17 Feb 18 Jun 18

PercepciónZona centro B

A. Senillosa U5

0

20

40

60

80

100

Nov 17 Feb 18 Jun 18

PercepciónZona NOA

CPF III U8 U16 U22 U23

Instituto de Criminología - Servicio Penitenciario Federal

224

0

20

40

60

80

100

Nov 17 Feb 18 Jun 18

PercepciónZona NEA

U7 U10 U11 U17 U35

Asimismo,seharegistradounadisminucióndel12,5%enlacantidaddehechosdeviolenciapor causas o a consecuencia de inconvenientes en el área de visitas.

En el siguiente cuadro vemos evidencia de ello:

Periodo Autoagresión/tva. de suicidio AOI/ Lesiones AOI AOI/Incendio Total Población

alojadaTasa cada

100.000

Ene - ago 2017 1 1 3 3 8 11.726 68

Ene - ago 2018 2 1 3 1 7 12.483 56

En cuanto a las presentaciones de recursos de habeas corpus en el área de visitas, durante el año 2017, se registraron un total de 77 presentaciones, mientras que durante este año (2018) y a la fecha se han registrado sólo 30.

31

10

3

35

24

1 00

84

0

63

63

0

10

20

30

40

U8 CPF IV CPF III U10 U31 CABA U5 U6

2017 2018

Revista de Criminología - Número IV- Año 2018

225

Conclusión

Los estudios del desempeño moral de las prisiones fueron concebidos como una herramienta de evaluación de los establecimientos penitenciarios para conocer aspectos que no resultan fácilmen-teidentificablesdelaexperienciadeencierro,y,porestarazón,fuereplicadoennuestrasunidades.

Por otro lado, la implementación del sistema de gestión de calidad permite establecer paráme-trosobjetivosdemedición,identificardebilidadesdelsistemay,enconsecuencia,desarrollarlas mejoras necesarias.

Con los avances producidos y presentados en este análisis, se puede mostrar empíricamente que la calidad de la atención brindada a cada uno de los visitantes incide ciertamente en la calidad de vida y en la capacidad del establecimiento penitenciario para crear un ambiente favorable. En este sentido, Liebling explica en su trabajo: “Algunos argumentan que los criterios para de-sarrollar una buena calidad de vida en prisión tienen que ver con las condiciones de vida y los bienes materiales –acceso a duchas y teléfonos, tiempo pasado fuera de la celda, higiene. No menospreciamos la importancia de estas condiciones (…) Sin embargo, nuestra preocupación no está relacionada con aspectos fácilmente reconocibles de la experiencia carcelaria sino con percepciones y experiencias subjetivas de “justicia”, “seguridad”, “trato justo”, entre otras (…) Llamamos a esas dimensiones en conjunto como el “desempeño moral” de la cárcel (…) Cómo son entregados los bienes materiales y de qué forma se vive constituyen por encima de un mínimo umbral de derechos, dimensiones clave de la vida en la cárcel. Esto es lo que los internos y el personal penitenciario nos dijeron en las entrevistas realizadas. Es en estas áreas de la vida carcelaria donde encontramos diferencias significativas a través del tiempo y entre distintos establecimientos. Estas son las cosas que importan ”.9

En este sentido, hemos observado que la implementación de un sistema de gestión de calidad en áreas vinculadas con visitas, relaciones familiares y sociales, provocó una mejora en los indica-dores que miden la tensión emocional y angustia de los internos.

Asimismo, advertimos cómo la mejora en los estándares de atención relacionada con ciertos aspectos de la cotidianeidad de la vida de los internos, las visitas y el personal, permitió incre-mentar la efectividad en la toma de decisiones respecto a las condiciones de vida. Esto se puede observardebidoaque,alidentificarproblemáticasespecíficas,sepudoactuarenformapreven-tiva,evitandolaintensificacióndesufrimientoyatendiendoatiemposituacionesquepodríanhaber llevado a escaladas de violencia o autoagresión.

9. Liebling, Alison (2004). Las prisiones y su desempeño moral. Oxord: Oxford University Press.

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