Revista de Historia Naval Nº69. Año 2000

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    REVISTE

    HISTORIA NAVAL

    INSTITUTO DE HISTORIA Y CULTURAARMADA ESPAOLA

    NAVAL;1]It ;

    Ao XVIII 2000 N4m 69

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    INSTITUTO DE HISTORIA Y CULTURA NAVALARMADA ESPAOLA

    REVISTADEHISTORIA NAVAL

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    REVISTA DE HISTORIA NAVALCONSEJO RECTOR:Presidente: FernandoRiao Lozano, contralmirante, director del Instituto deHistoria y Cultura Naval.Vicepresidentey Director: RafaelEstrada Jimnez, coronel de Intendencia.Redactor Jefe: JosAntonio Ocampo Aneiros, coronel de Mquinas.Vocales: JosCervera Pery, general auditor y periodista; Hugo ODonnell yDuque de Estrada, de la Comisin Espaola de Historia Martima;Enrique Martnez Ruiz, catedrtico de Historia de la UniversidadComplutense de Madrid.Redaccin, Difusin yDistribucin: IsabelHernndez Sanz, Ana Berenguer Berenguer, Isabel SurezZaccagnini.Administracin: JosLuis Fernndez Puertas, comandante de Intendencia de la Armada; Roco Snchez de Neyra Espuch.DIRECCINYADMINISTRACIN:

    Instituto de Historia y Cultura NavalJuan de Mena, 1, 1.aplanta.28071 Madrid (Espaa).Telfono: 91 379 50 00Fax: 91 379 59 45EDICINDELMINISTERIODEDEFENSAIMPRIME:

    Servicio de Publicaciones de la Armada.Publicacin trimestral: segundo trimestre de 2000.Precio del ejemplar suelto: 650 pesetas (3,9 euros).Suscripcin anual:

    Espaa y Portugal: 2.600 pesetas (15,626 euros).Resto del mundo: 4.000 pesetas (24,04 euros).Depsito legal: M. 16.854-1983.ISSN-0212-467-X.NIPO: 076-00-026-6.impreso en Espaa. - Printed in Spain.CUBIERTAANTERIOR:Logotipo del Instituto de Historia y Cultura Naval.CUBIERTAPosTERIoR:Del libro Regimiento de Navegacin, de Pedro de Medina. Sevilla, 1563.y logotipo de la Comisin Espaola de Historia Martima.

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    SUMARIOPgs.

    NOTA EDITORIAL. 5Iconografa espaola en la defensa hispana de Brasil (1624-1640),por Fernando Gonzlez de Canales y Lpez-Obrero7Submarinos republicanos espaoles bajo mando sovitico (II),por Willard C. Frank, Jr37Cruceros de combate en la II Guerra Mundial, por Jos ManuelGutirrez de la Cmara Sen57Agosto de 1812. El naufragio del navo San Salvador en la bahade Maldonado, por Alejandro N. Bertocchi Morn75Pedro Virgili,cirtjano de la Armada, por Antonio Orozco Acuaviva. 85La historia vivida: El dragaminas Duero, por Jos Manuel Gutirrez de la Cmara97Documento: Escritura notarial del avituallamiento y aparejo de lanao Mara103La Historia Martima en el mundo:Baja del dragaminas Mio, porJos Antonio Ocampo111Noticias Generales115Recensiones 125

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    NOTA EDITORIALLos trabajos que incluye este nmero 69 de nuestra revista, segundo que vela luz en este siglo xxi, parecen buscados con la premeditada intencin de queconstituyan por su cronologa un homenaje a tiempos pasados, que a fin decuentas el relato de sucesos de antao es la historia que tratarnos de conservary avivar aqu.Aunque la Historia est definida segn la R. A. E. primordialmente comola narracin y exposicin verdadera de los acontecimientos pasados y cosasmemorables, no excluye por este ltimo calificativo los hechos sencillos ycallados del deber y trabajo cotidianos, uyos frutos en ocasiones son de

    mayor relevancia que los conseguidos en un momento crtico de decisionesimportantes.En esa lnea considerams obligado despedir con todo nuestro respeto yafecto al contralmirante don Jos Ignacio Gonzlez-Aller Hierro, quien rigidurante los ltimos nueve aos con notable modestia y mayor eficacia losdestinos de este Instituto de Historia y Cultura Naval, dndonos un ejemploincuestionable de cuanto exponemos en esta nota editorial.Con este saludo de despedida abrimos sin reserva nuestra leal y permanente colaboracin al contralmirante don Fernando Riao Lozano, nombradodesde el da 27 del pasado mes de marzo para relevar al contralmiranteGonzlez-Aller, y al que deseamos toda suerte de xitos en esta responsabilidad.Comienzan las colaboraciones con un esplndido estudio, desde un puntode vista artstico-pictrico, de la defensa hispana de Brasil, del capitn denavo Gonzlez de Canales. El profesor Willard C. Frank Jr. nos relata losservicios que en nuestra guerra civil prestaron oficiales rusos en submarinosespaoles, demostrando una vez ms su inagotable y excelente predisposicin a la investigacin de nuestra historia reciente. El capitn de navo Gutirrez de la Cmara expone un riguroso estudio sobre los cruceros de combateen la II Guerra Mundial. Alejandro N. Bertocchi Morn presenta un trabajo debuena factura sobre el naufragio del navo San Salvador y, finalmente, Antonio Orozco Acuaviva nos habla de PedroVirgili, insigne mdico de la Armada,cuyo homenaje acaba de celebrarse muy recientemente en su tierra natal; conlas seciones habituales de La historia vivida, Docwnento, La Historia inartima en el mundo, Noticias generales y Recensiones.

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    ICONOGRAFAESPAOLAEN LA DEFENSA HISPANADE BRASIL 1624-1640)Fernando GONZLEZ DE CANALES Y LPEZ-OBREROCapitn de navo

    IntroduccinLa iconografa de las acciones navales en la defensa hispana de Brasil frente a los ataques holandeses, entre los aos 1624-1640, no tiene parangndentro de la pintura espaola, al recoger todas las acciones importantes llevadas a cabo por las armadas reales en las aguas del Brasil, si exceptuamos labatalla de Lepanto, en que fuerzas combinadas de la cristiandad derrotaron ala flota turca en 1571.En total se han identificado 16 obras que recogen la Recuperacin deBaha, La batalla de los Abrojos y las Campaas de don Lope de Hoces.La incorporacin de la corona portuguesa a la espaola en 1584 con elnombramiento de Felipe II de Espaa, Rey de ambas coronas, trajo para losterritorios portugueses de ultramar el estar sometidos, de la misma forma que

    los espaoles, a la rapia de flotas organizadas y corsarios independientes o alservicio de las coronas de Inglaterra, Francia y Holanda, para obtener pingesbeneficios o estaciones costeras para su desarrollo comercial en especial eldel azcar, y en su conjunto debilitar el poder espaol, abriendo nuevosfrentes que obligarn a la divisin de sus armadas en apoyo de las campaaseuropeas en el mantenimiento del poder continental.Entre la captura de Baha por los holandeses el 8 de mayo de 1624 y lacapitulacin de Taborda, que devolva Recife a la corona portuguesa el 26 deenero de 1654, la guerra brasilea contra Holanda se prolong por espacio detreinta aos, cifra igual, y no enteramente por casualidad, a la que se desarroll en Europa con ese nombre en fechas prximas (1618-1648). A lo largo deeste perodo histrico los neerlandeses, en la cspide de su poder martimo,sometieron a estos territorios a una larga prueba de sangre y fuego en la queBrasil encontr su identificacin espiritual al defenderse con fiereza y tesnante tantas adversidades.No poda ser menos el eco que estos hechos tuvieron en la preocupacin dela corona espaola en su voluntad de conservar la integridad de su imperioatlntico, corno lo demuestra la numerosa documentacin de la poca e iconografa de los hechos de armas ms sobresalientes.La representacin iconogrfica

    Encontramos dos formas iconogrficas en la representacin de estoshechos navales. La primera, personalista, donde los protagonistas son losAo 2000 REVISTADE HISTORIANAVAL 7

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    FERNANDO GONZLEZ DE CANALES YLPEZ-OBREROhombres que combaten, mientras que las embarcaciones pasan a segundoplano. El retrato del hroe ocupa un lugar destacado incidiendo en la intencindel autor que puede ser narrativa, religiosa, esttica, ejemplar, laudatoria, catequtica, etc. El tema se ha idealizado.En contraste con sta, la otra forma es la conmemorativa. En ella,adems de narrar los hechos notarialmente, se une el deseo de ensalzar demanera impersonal al que encarga la obra. El carcter de la pintura es narrativo y la batalla o el combate se representan como una sucesin de escenas,dentro de unos modelos convencionales. El autor se adapta al relato de loshechos, a la exactitud de la topografa y al despliegue de las fuerzas. Losbuques y la mar se transforman en protagonistas; esta ltima, en escenarios develas y mstiles de buques que disparan sus caones entre halos algodonososde humo, que se oscurecen al elevarse el cielo, cargado de nubes, en cromatismos grises y marrones que se confunde con ella. Destaca el amor al detalle, laprecisin en la descripcin de los aparejos, pertrechos y hombres; todo ello enla lnea de la pintura dibujstica y narrativa real. Los buques que combaten sedisparan envueltos en brumas, juegos de luces y formas en las que flameanbanderas, abundando pequeos detalles marineros, que son una verdaderahistoria pintada. Llevan leyenda donde se explica la accin y la disposicin delas escuadras y buques.Antecedentes histricos al asalto holands a El Brasil

    Cuando los holandeses fijaron su atencin en Brasil como punto de partidade una poltica de mayor alcance, arrebatar a la corona espaola el dominiodel Nuevo Mundo, no pecaron de ingenuos en el anlisis de las fuerzas ydebilidades de la corona espaola. El anlisis de la situacin realizado porHolanda parta de las siguientes premisas (1): Cortar las fuentes de donde procedan los caudales de la hacienda real. El abrir un nuevo frente en ultramar producira un debilitamiento en lapresin que ejerca la corona espaola sobre la rebelin de las Provincias Unidas. La lnea de plantaciones e ingenios azucareros, que se extenda a lolargo de 500 kilmetros de costa, era imposible de defender en su integridad. La poblacin de ricos hacendados de origen lusitano no deba de tenerun gran apego a la corona espaola, por lo que era difcil suponerfueran a sacrificar su prosperidad en aras de la continuidad del destinopoltico espaol. Otros estratos sociales, esclavs negros, mulatos y mamelucos, de losque no era de esperar sacrificio en aras de sus patrones; el mundo(1) Hemos seguido en este anlisis a Juan Prez de Tudela y Bueso en su discurso deingreso, ledo el da 3 de febrero de 1974, en la Real Academia de la Historia, sobre la Defensahispana del Brasil contra los holandeses (1624-1 640).

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    ICONOGRAFA ESPAOLA EN LA DEFENSA 1-IJSPANADE BRASIL (1624-1 640)aborigen antropfagos, tupayas e indios de lngua trabada, quese tena como acrrimo enemigo del hombre portugus.

    Un activo, difuso y equvoco contingente de judos y conversos relacionados estrechamente con Amsterdam y que ya haban proporcionadoimportantes informaciones, estadsticas, itinerarios, amn de pilotos yadalides, cuando muchas naves holandesas en el interregno de la treguahaban visitado puertos, carenado en ellos y examinado sus condicionessin que su presencia fuese advertida por los moradores de las ciudades.

    En resumen, Brasil se presentaba para los holandeses como un inmensobotn, abierto a sus flotas. Territorio sin cohesin ni capacidad de respuesta,sera base previa de la conquista de la Amrica hispana.Estos presupuestos se demostraron bien fundados desde el principio de lacontienda, con la fcil toma de Baha e igualmente de Pernambuco, y el dilema permanente en la poblacin de luchar o defenderse (2). No obstante, todoslos condicionamientos a favor del invasor fueron anulados porque los brasileos de cualquier condicin crearan un espritu de resistencia hasta conseguirsu liberacin, en un ejemplo de incorporacin de todos los estratos sociales,fieles a su cultura y contrarios a la del invasor (3).A todo esto se uni la voluntad espaola de conservar la integridad de suimperio atlntico y de llevar a cabo las medidas y capacidades necesarias paralograrlo.Toma por los holandeses de Baha de Todos los Santos y ciudad de SanSalvador, capital del Brasil, y su posterior rescateEl hecho histrico (4)

    Ya a principios del 1602, siendo gobernador de Brasil Diogo Botelho,aparecen los primeros inicios de las accions de la piratera holandesa, pues(2) Los indios tapuyas se convirtieron pronto en aliados de los holandeses. El mameluco

    Domingos Calabar se puso al servicio de los anteriores en los momentos ms crticos delcomienzo de la guerra en Pernambuco. Las posiciones de los judos y conversos a favor deHolanda desde el principio de la contienda la recoge Lope de Vega en su obra Brasil redimido.Los hacendados, cuando vieron las alternativas de hundirse en la ruina, combatir al invasor, ocontinuar bajo su dominio la explotacin de sus fazendas, al principio vacilaron, luegorenunciaron ante un coste tan elevado y terrible, y, finalmente, consideraron la posibilidad desometerse: fuese cual fuese el resultado de la contienda, el porvenir del trfico comercial eraincierto ante el futuro que esperaba a las naves portuguesas frente al poder naval holands.(3) Asse entiende con claridad el papel desempeado por los jesuitas durante el conflicto. Otro specto que se debe tener en cuenta es el economicista, de Duarte de Alburquerque yaquellos ricos hacendados que defendan la conservacin de sus riquezas y que fueron modelode conducta para una gran parte de la poblacin. Y, por ltimo, el comportamiento de otroshombres, como el indio Felipe Camarao o el negro Enrique Daz, que sobresalieron por susmritos miliiares, sin tener en cuenta su raza.(4) Enla narracin de todos los hechos histricos bsicamente se ha seguido a FernndezDuro, en su obra Armada Espaola, tomo IV, complementndose con otras fuentes cuando hasido necesario.Ao 2000 REVISTADEHIsTORIA NAVAL 9

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    FERNANDO GONZLEZ DE CANALES Y LPEZ-OBREROya hubo de ser rescatada la tripulacin del Santiago de la isla de FernndoNotonha, abandonada por los piratas que haban capturado dicho navo. Dosaos despus los holandeses atacan con siete naves la ciudad de Salvador deBaha y, aunque fueron rechazados, ya era un aviso de lo que ocurrira conposterioridad. Corra el ao de 1621 (y venca la tregua entre Espaa y lasProvincias Unidas de Holanda), ao en que los mercaderes holandeses, viendola prosperidad de la Compaa de las Indias Orientales, pusieron sus miras enel hemisferio opuesto, instituyendo otra nueva Compaa de las Indias Occidentales, que favorecida y auxiliada por el gobierno, se beneficiase del comercio con Africa y Amrica, lo que significaba que tenan la necesidad de asegurarse como objetivo prioritario la ocupacin de territorios a costa de quien losposeyera, es decir, Espaa y Portugal.

    En este mismo ao llega a Baha, capital de Brasil, ciudad de bastantevecindario, residencia del gobierno general, audiendia, obispado y de intensotrfico comercial con la metrpolis, un nuevo gobernador, Diego de MendozaFurtado. Ante fundadas presunciones sobre la amenaza holandesa procedi areforzar las defensas de la ciudad (5), aunque no lo suficiente para rechazar elataque a la plaza realizado el 8 de mayo de 1624 cuando una flota de 35 navesque mandaba Jacobo Willekens, llevando por vicealmirante a Pedro Heyn ypor general del cuerpo de Infantera de 3.000 hombres a Juan Van Dort, unavez destruidos los fuertes, desembarcaron y tomaron la plaza, huyendo tierraadentro los defensores, sometindola al saqueo y pillaje y cargando el botn encuatro naos que despacharon a su pas como adelanto de la conquista y peticin urgente de refuerzos para asegurarla.Conocida en el mes de julio la prdida de la plaza se decidi rescatarla loantes posible, dando prioridad a esta operacin frente a otras. As se orden elalistamiento rpido de armadas en Cdiz y Lisboa. Los portugueses formaronuna escuadra compuesta de 22 naves, con 4.000 hombres de mar y guerra almando de don Juan de Meneses, donde iba la flor y nata de la nobleza portuguesa. En Cdiz se le unieron la escuadra del Mar Ocano; la del Estrecho, almando de don Juan de Fajardo; la de Vizcaya, de Marn de Vallecilla; la deCuatro Villas, de don Francisco de Acevedo, y la que form el duque de Osuna,que segua llamndose de Npoles, al mando de don Francisco de Rivera, queunida a la de Portugal componan un total de 52 navos, con 1.185 piezas deartillera y 12.566 hombres. Tres de las capitanas eran de ms de 60 caones;una, de 55; dos, de 40, y las dems de 12 a 30. Era su capitn general de mary tierra don Fadrique de Toledo y Osorio, marqus de Villanueva de Valdueza, y maestre de campo general don Pedro Rodrguez de Santisteban,marqus de Coprani. Reunidas las flotas en la isla de Cabo Verde, se dieron a

    (5) Laciudad estaba defendida por una vieja muralla y por el fuerte de San Antonio, quedefenda la entrada de la barra por levante, aunque la gran anchura de sta le restaba eficacia.Aguas de Meninos, Montserrate en la pennsula de Itapagipe, y otros de menor importancia,velaban la defensa del surgidero de los navos y de los accesos a la ciudad alta. En 1623 seinci la construccin del fuerte de San Felipe, situado sobre un arrecife a poca distancia de laplaya. El refuerzo consisti en una tercera fortaleza dotada de artillera y al mismo tiempo elcierre de las bocacalles con barricadas.10 REVISTADE HISTORIANAVAL Nm. 69

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    ICONOGRAFA ESPAOLA EN LA DEFENSA HISPANA DE BRASIL (1624-1640)la vela el 4 de febrero de 1625, arribando a la boca de Baha el 29 de marzo.Cerrado el puerto para evitar la fuga de alguna nao holandesa, y desembarcando 4.000 infantes, despus de sangrientos combates se firmaba la capitulacinel da 30 de abril, quedando recuperada la ciudad, semidestruida y saqueada.Don Fadrique se mostr generoso con los vencidos. Esta jornada fue denominada Jornada dos Vasaihos por la hermandad en las armas de los sbditosde ambas coronas.

    A la derecha don Fadrique de Toledo, que presenta al acatamiento generalun tapiz en el que se ve a Felipe IV armado, coronado de laureles por el condeduque de Olivares y venerado por una Victoria, que le presenta un ramo deojiva, hollando los cadveres de la Hereja, la Ira y la Guerra; el tapiz quesirve de dosel se corona con un escudo en el que se lee: Sed dextera iva. Enmedio, la cura de un herido; a la izquierda, grupos de hombres, mujeres ynios. El fondo en tonos claros, la escena de la batalla, la armada vencedora y

    La obra pictrica

    Recuperacin de Baha del Brasil. Fray Juan Bautista Mayno (Pastrana, 1578-Madrid, 1649).Oleo sobre lienzo, 309 x 381 cm. Ejecutada en 1635. Museo del Prado, Madrid. N. 885.

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    ICONOGRAFA ESPAOLA EN LA DEFENSA HISPANA DE BRASIL (1624-1 640)como en otro el autor, fiel a su calidad de clrigo, quiso llevar su deber decristiano de poner junto a la apoteosis de los reyes de la tierra que representael tapiz, el reverso de la gloria, el herido y la accin caritativa de su cura poruna mujer en un escenario imaginativo, de rocas de cartn, remitiendo asegundo plano las escenas blicas.La obra, de equilibrada composicin, de dibujo muy estudiado, sorprendepor la luz: el tono plido lo envuelve hasta en los primeros planos en una entonacin de azules y ocres y pardos terrosos de la escena de los heridos. Conacierto, el color ha sido considerado su mximo valor.En su poca la crtica del cuadro fue muy favorable, ya que adems detasarse en la alta cantidad de 500 ducados, se le dedican cuatro sonetos (8),aunque su estimacin decreci en el siglo siguiente en el ao 1700 se le tasaen 120 doblones frente a los 500 de Las Lanzas. En la actualidad se reconoce su gran valor, al mismo nivel que el de Velzquez (9).

    Perteneci originariamente a la casa ducal de Osuna, pasando posteriormente a la coleccin del marqus de Almunia y despus a la del Banco Urquijo, donde estuvo expuesto en la Casa de las Siete Chimeneas (10).La obra representa simultneamente diferentes episodios de la jornada amodo de los grabados y dibujos de la poca referentes a un hecho histrico.Recoge una vista panormica de la ciudad y su baha que podra haber sido(8) Incluidos en Elogios al Palacio Real del Buen Retiro escritos por algunos ingenios deEspaa, publicados en 1935. (En edicin dirigida por Antonio Prez Gmez, Valencia, Talleresde Tipografa Moderna, 1949.)(9) Una copia de esta obra se expone en la Embajada de Brasil en Espaa.(10) Catlogode los cuadros, esculturas, grabados y otros objetos artsticos de la Coleccin de la antigua Casa Ducal de Osuna. Madrid, 1969.

    Sitio y empresa de la ciudad de Salvador en Baya de Todos Santos por Don Fadrique de Toledo Osorio, capitn general de la Armada Real y exrcito del Mar Ocano, y Reyno de Portugal. A XXX de abril de 1625, reynando Don Phelippo III. Annimo espaol, s. xvii. Oleo sobrelienzo, 164 x 300 cm. Coleccin marqus de Almunia (Sevilla), n. 254.

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    FERNANDO GONZLEZ DE CANALES YLPEZ-OBREROtomada desde las colinas de Brotas. Ms de la mitad inferior del cuadro estocupado por la ciudad: en primer trmino un valle, en cuyo fondo corre uncamino; en segundo, en el centro del lienzo, el casco urbano con sus murallasy baluartes bordeados por las aguas de un dique. La baha ocupa algo menosde la mitad superior del cuadro, en ella se ve el extremo de la pennsula deItapagipe y en ltimo trmino la isla de Itaparica.En tierra contemplamos con detalle la ciudad y sus alrededores, los campamentos y las tropas que la tienen sitiada, todo ello minuciosamente relatado,observndose detalles tales como defensores que disparan desde la muralla,pelotones de soldados que se dirigen a relevar a la guarnicin de un baluarte,hechos de la vida cotidiana de la poblacin, como negras que lavan ropa a laorilla del dique y otros muchos muy sugestivos, que en su conjunto son unrelato pintado de lo que fue el sitio y rendimiento de la ciudad.En la mar la Armada hispano-portuguesa, con sus estandartes, flmulas ygallardetes ondeando al viento, acaba de entrar en puerto, ocupando toda labaha desplegada en forma de media luna. Unos bajeles acaban de fondear,otros siguen navegando, botes con soldados se dirigen a tierra. Fondeados conlas proas hacia la baha se ven 12 navos holandeses de gran porte, tres de loscuales, escorados sobre la banda de estribor, han sufrido los efectos del fuegode la artillera espaola.En la parte superior unos ngeles sostienen una cinta con la leyenda que dattulo al cuadro. En la parte inferior izquierda, dentro de una tarja de lneasbarrocas, la rosa de los vientos y las leyendas explicativas:

    1. Castillo de S. Antonio y Primer Puerto. 2. Puerto donde los enemigostenan sus naues trauadas unas de otras. 3. Fuerte empesado por el Gobernador Diego de Mendona Urtado de que estaua una parte fuera del agua aque los enemigos leuantaron parapeto. 4. Estancias en que pusieron artillera. 5. Fuentes de que se hace aguada para las naus. 6. Trincheras que hicieron de nueuo. 7. Trinchera y estacada que tiraron de arriba abajo. 8. Fuentellamada del fidalgo. 9. Puerta de la Ciudad dicha de Santa Luca en que dems de la fortificacin vieja que ellos aderearon hicieron por de fuera dosbaluartes ms baxos que guarneceran con artillera. 10. Baluarte de que tiraronuna trinchera y estacada hasta cercar con el agua y por la parte de dentro lastrincheras y cortaduras como se ve en el deceo. 11. Plaa baxa en que tenantres pieas pequeas para defensa del dique. 12. Dique con que represaron elagua con su revs... i de estaada. 13. Puerta de la ciudad llamada de MonteCaluario en que hicieron por de fuera los dos baluartes. 14. Trincheras quehicieron para defender la estacada. 15. Fortificacin hecha por los enemigos.16. Colexio de la Compaa de Jess en que en el dormitorio notado connmero 16 pusieron dos piezas de artillera. 17. Ollera de los dichos Padresen que tenan tres piesas. 18. Monasterio de 5. francisco capuchos. 19. Yglesia mayor catedral. 20. Yglesia y casas de la misericordia. 21. Casas del Rey.22. Yglesia de Nuestra Seora de ayes cas (sic). 23. Casas arruinadas y algunas del todo arrasadas por los enemigos. 24. Fuente nueua de que beba la14 REVISTADE HISTORIA NAVAL Nmni. 69

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    iCONOGRAFA ESPAOLA ENLA DEFENSA HISPANA DE BRASJL(1624-1 640)ciudad cubierta con el lago. 25. Fuente de S. Francisco tambin cubierta. 26.Camino para la marina de solamente se seruian teniendo los otros cerados. 27.Diques con que Represaron el agua que estaua en mucha altura. + Conuentode N. S. del Carmen muy denificado por los enemigos. A Alojamiento del Sr.Don Fadrique de Toledo osorio en la manguardia y frente del quartel distantede la Plaza a tiro corto de mosquete. B Quaretel del mastro de campo Antoniomuiz bareto y su tercio. C Quartel de parte del tercio del maestro de campodon ju[an] de orellano. D batera para las naus del enemigo. E batera para laciudad con que se le hio gran dao. F batera que se hio para por ladodescubrir la fuerteficacin de la ciudad. G Casas terraplenadas para hazerespalda a nuestra ynfantera de los golpes de artillera del enemigo y todas lasarruinadas del. H Quartel de las Palmas en que etuuo el maestro de c[ampo]d. Ju[an] de orellano con su tercio de gente portuguesa. 1 batera para laciudad. K Quartel en que estaua una compaa de gente de la tierra. L Quartel del maestro de campo marqus de torrecuso con su tercio de italianos.M Quartel del maestro de campo d. Pedro Osorio y su tercio. N ConuentodeS. benito muy daificado por los enemigos alojamiento del maestro de campod. Francisco de almeyda y su tercio de portugueses. O batera de los y ytallamos que fuei de mucha efeto. P batera con que se hio mucho dao al enemigo. Q Trincheras tiradas por los ytallanos para llegar a la ciudad. R trincherastiradas por los portugueses y castellanos para el mismo efeto. 5 trincherahecha al principio para cubrir la gente. T trinchera hecha al principio. V bateras a las naus del enemigo. X Quartel de yndios de la tierra. Y fuente quellaman de villa viexa de que beue la ciudad. Z naus enemigas que muymaltratadas de nuestra artillera las ms dellas se echaron a fondo. AA Collados que estn a la redonda de la ciudad sindole padrastros y de la mismaaltura que el alto della. BB Castillo que dicen agua de meninos y segundopuerto que tomaron los nuestros. CC Crcel Real. DD gras que siruen desubirlas mercaderas del puerto a la ciudad. EE Casas de Campo obispales.

    Obra de carcter conmemorativo de excepcional importancia, que une a laexactitud histrica y a la precisin topogrfica su excelente calidad dentro dela pintura de la escuela madrilea del Siglo de Oro. Debi de ser ejecutada enfecha inmediata al hecho por encargo de don Fadrique u otros mandos, paraguardar recuerdo de la Jornada dos vasalhos. El autor debi de participar enlas operaciones o disponer de infrmacin de primera mano, documentacindetallada, croquis, apunts, etc. o tomados por algn expedicionario. Por ladescripcin minuciosa de los hechos no es posible atribuirlo a ningn pintorde poca, ya que carece de figuras de gran tamao u otros elementos qepermiten hacerse una idea de su estilo. Se ha sugerido que poda ser de lamano de Flix Castelo (1 1).

    (11) MARCODORTA, Enrique: La recuperacin de Baha por don Fadrique de Toledo(1625). Uncuadro espaol de la poca. Discurso de apertura del Curso Acadmico de 1959-60en la Universidad de Sevilla. Publicaciones de la Universidad. Sevilla. 1959.Existe una copia de ste con el ttulo Sitio e Empresa de Salvador en el Acervo do MuseuNaval e Oceanogrfico do Servicio de Docurnentaao Geral da Marinha de Brasil.Ao 2000 REVISTADE HISTORIANAVAL 15

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    FERNANDO GONZLEZ DE CANALES Y LPEZ-OBREROSitio y empresa de la ciudad de El Salvador en la Baha de Todos Santos

    Annimo espaol, s. xvii. leo sobre lienzo, 67 x 155 cm. Se desconoce suparadero.Recogido por Fernndez Duro (12) como vendido en la almoneda de efectos del duque de Osuna en Madrid en abril de 1896, con la siguiente inscnpcin:

    Sitio y empresa de la ciudad de El Salvador en la Baha de Todos losSantos, por Fadrique de Toledo Osorio, capitn general de la Armada real yejrcito del mar Ocano y reino de Portugal, a XXX de abril. Ao 1625, reinado D. Phelippe III.Campaa de don Antonio de Oquendo

    Despus de la derrota holandesa en Baha, el fracasado ataque a PuertoRico (1625) y a San Jorge de Mina (Angola), los directivos de la Compaaimpulsaron un nuevo ataque a Baha; as en 1627 Piet Heyn pie depalo se present ante la ciudad logrando un buen botn al apresar una flotaportuguesa cargada de azcar y tabaco, pero no pudo tomar la plaza. Estegolpe determin a la corona a enviar refuerzos y a tomar medidas ms radicales como el cierre de los puertos de soberana portuguesa a todo trfico conlos holandeses y al establecimiento de navegacin en flotas para el comercioportugus con que defender el trfico con Brasil de las continuas capturas aque se vena sometiendo. Pero un hecho que iba a ser de gran trascendenciapara la defensa de Brasil fue la captura en septiembre de 1628 de la flota deNueva Espaa en la baha de Matanzas por el citado almirante, del que obtuvoun botn de once millones y medio de reales y mercancas, caudales que serviran a la Compaa para lanzar una nueva campaa en el Brasil (13). Ahora elobjetivo era la conquista de la ms rica y poblada de las capitanas brasileas,Pernambuco, avanzada y emporio de la economa del azcar, paradigma deaquel orden de vida an no cabe decir cultura que se constituy en tornoa lafazenda y el ingenio.El 14 de febrero de 1630 una flota de 67 velas, al mando del almiranteLonck y con 6.000 hombres, capturaba la ciudad de Olinda y, seguidamente,Recife. Los moradores de Pernambuco, al mando de Matas de Alburquerque,se erigieron en bastin de la defensa brasilea en lo que se llam Arraial doBon Jess, emplazado cerca Olinda, transformado muy pronto en base ofen

    (12) FERNNDEZDURO, Cesreo: Armada espaola. Madrid, 1972,t. IV, p. 56.(13) E general de escuadra de Nueva Espaa, don Juan Benavides Bazn, despus depermanecer preso durante cinco aos fue ajusticiado en Sevilla, donde a la puerta de la RealAudiencia se dio el primer pregn: sta es la justicia que el Rey nuestro seor y sus RealesConsejos manda hacer a este hombre por el descuido que tuvo en la prdida de la flota deNueva Espaa, que tom el enemigo el ao pasado de 1628 Quien tal lo hizo, que tal pague .La sentencia se ejecut el 18 de mayo de 1634. FERNNDEZ DURO, Cesreo: DisquisicionesNuticas. Madrid, 1996, volumen II, pp. 276 y ss.

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    ICONOGRAFA ESPAOLA EN LA DEFENSA HISPANA DE BRASIL (1624-1640)siva desde donde los pernambucanos atacaran sin descanso a los holandeses.A partir de ese momento el negocio holands quedara convertido en una guerralarga y cruenta. Al ao siguiente lleg el almirante Hans Pater con 20 navesy 3.500 hombres de refuerzo, se hizo cargo del mando en sustitucin de Lonck,que haba regresado a Holanda.La respuesta del gobierno del conde duque de Olivares no fue tan rpidacomo en el 1624, as que permiti al invasor el reforzarse en tierra. No obstante, a principios de 1631 se despacharon espordicamente auxilios y tropasenviadas en carabelas, hasta que el 5 de mayo parte de Lisboa una flotacompuesta por 16 naos espaolas y cinco portuguesas muy mal dotadas,convoyando 12 carabelas con 1.000 tripulantes, 336 piezas de artillera y3.160 soldados castellanos, portugueses e italianos, al mando del conde deBayolo. La Armada estaba al mando de don Antonio de Oquendo, llevandocomo almirante a don Francisco de Vallecilla. Llegados a Baha en julio sesenta y ocho das despus, y desembarcados los refuerzos para la plaza sealist para socorrer Pernambuco, volviendo a la mar el da 3 de septiembrecon 20 naos de guerra y 36 de impedimenta.Combate de los Abrojos o de Pernambuco. El hecho histrico

    El da 12 el almirante espaol avist a barlovento, 240 millas al este de losAbrojos, a la flota holandesa del almirante Hans Pater, compuesta por 16 delas mejores naves holandesas, reforzadas con 1.500 soldados de Infantera.Oquendo form lnea de batalla y orden a los navos de azcares y a lascarabelas situarse a sotavento de aqulla. La capitana y la almiranta espaolas,en los extremos de su lnea. Iniciado el caoneo, la capitana holandesa enfilcontra la de Oquendo (galen Santiago) y meti el bauprs por la popa; en esemomento mand el general cerrar el timn a la banda y, maniobrando hbilmente, qued abarloado al bajel por barlovento, envindole el humo de loscaones y mosquetes. Vino otro galen holands por el lado opuesto, y comoambas dominaban desde los castillos hacan muchas bajas. En su ayudaacudi un pequeo navo portugus por la proa, que con gran valor y aprovechando su batera de enfilada haca estragos, hasta que el holands cabeceando sobre l lo hundi. Estaba Oquendo sin velas, ni jarcias, ni gente, y en lamisma situacin Pater, cuando un taco inflamado disparado por los espaolesse prendi en la nave enemiga con peligro de comunicarse a la de Oquendo;entonces la capitana de Masibradi capitn Juan de Prado la tom a remolque por la popa alejndola a suficiente distancia para ver volar la enemiga, sinriesgo propio.Por otra parte la almiranta holandesa de Thys, acompaada de un galen,abord a la almiranta espaola de don Francisco Vallecilla (galen San Antonio), que se hundi despus de que ste recibiera dos mosquetazos. Una de lasenemigas se incendi y vol junto a la almiranta, dejando malparada a la almiranta holandesa que, sin embargo, con otra de auxilio rindi al galen SanBuenaventura.Ao 2000 REVISTAIDE HISTORIANAVAL 17

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    FERNANDO GONZLEZ DE CANALES YLPEZ-OBRERONinguna de las restantes naves, ni holandesa ni espaola, hizo vela paraabordarse, limitndose a caonearse a distancia.El combate, que dur desde las nueve de la maana hasta las cuatro de la

    tarde, se sald con 585 muertos y 200 heridos, dos galeones hundidos y unopreso. Por parte holandesa se calcul que haban perdido ms, con la capitana y dos grandes naves muy reforzadas. La misin de socorrer Pernambucose pudo cumplir el da 17 sin que los holandeses intentaran de nuevo impedirlo.La Armada regres a Lisboa anibando el 21 de noviembre del mismo ao,siendo muy aplaudido su comportamiento. Se publicaron numerosos impresosdel hecho y el mismo Oquendo orden pintar el combate y regalrselo al Rey.La obra pictricaCombate de los Abrojos o de Pernambuco, 1631

    En varios inventarios del siglo XVII se menciona este combate de Oquendoen una serie de cuatro lienzos salidos del obrador de Juan de la Corte, encargados por el propio Oquendo y donados por l mismo al rey Felipe IV, el cualno les debi prestar mucha atencin por el hecho de que nunca llegaron a tenermarco y ocuparon lugares de paso en el Alczar de Madrid: en el ao 1636, enel passo que ba de la galeria de los trucos a la de mediodia y en 1686 en eltransitto sobre la primera escalera. En 1700 se tasan en Testamentara delRey Carlos II los cuatro en seis doblones (14).El catlogo de la exposicin Arte y Saber. La cultura en tiempos deFelipe III y Felipe IV seala que las vistas 1 y IV desaparecieron en el incendio de la Nochebuena de 1734 que asol el Alczar (15). Sin embargo, en elCatlogo-Gua del Museo Naval de Madrid se indica que forman parte de lacoleccin del marqus de Santillana; en la actualidad pertenecen al duquedel Infantado (16). La vista II pertenece a la coleccin Argentaria, Madrid, yla III se expone en elMuseo Naval de Madrid desde el ao 1853 (17).

    (14) En trnsito sobre la primera escalera. 873. Quattro lienzos yguales de a dos varas ymedia de largo y vara y tres cuartas de altto. Sin marcos todos quattro la Vatalla Naval que tubodon Antonio de Oquendo en los mares del Brasil Contra olandeses el ao de mil seiscientos ytreinta y uno tasados en 6 doblones. FERNNDEZ BAYTON, Gloria: inventarios Reales. Testamentara del Rey Carlos Ii, 1701 -1 703, t. II, Sitio Real del Buen Retiro. Madrid, 1985.(15) Catlogo de la exposicin Arte y Saber. La cultura en tiempos de Felipe III yFelipe IV. Valladolid, Palacio de Villena, 15 de abril-27 de junio de 1999. La nota est redactada por Mara Luisa Gmez Nebreda.(16) Existe un error en la numeracin de las vistas en el Catlogo-Gua. Son propiedaddel marqus de Santillana, adems de la vista 1 la IV, y no la II como se seala, que pertenece ala coleccin Argentaria. GONZLEZ-ALLER, Jos Ignacio: Catlogo-Gua del Museo Naval deMadrid. Madrid, 1996, p. 49.(17) En el Museu Naval e Oceanogrfico (Servicio de Documentaao da Marinha deBrasil) existen copias de estas dos vistas, realizadas por Mara del Olvido Lias Gaspar. De lasvistas 1 y IV slo se dispone en la actualidad de fotocopias.18 REVISTA.DE HIsToRIA NAVAL Nm. 69

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    ICONOGRAFA ESPAOLA EN LA DEFENSA HISPANA DE BRASIL (1624-1640)En todas las vistas aparecen los galeones holandeses con bandera tricolor yla Armada espaola con empavesadas rojas y banderas blancas, con escudo dearmas: unas las reales de Espaa, otras la de Portugal y algunas, sencillamen

    te, la cruz de Borgoa, o sea, el aspa de San Andrs. La capitana y almirantala tiene igual a popa y en el palo mayor. A estribor en el alczar la capitana elestandarte real rojo de los Oquendo, con escudo y esfinges, en el trinquetegran flmula y en la popa exteriormente pintada la imagen de Santiago acaballo.

    Representa la aproximacin de una y otra armada. La armada holandesa,en la parte superior, forma en una lnea de combate: a la derecha, la capitana;en el centro, la almiranta. En la parte inferior del lienzo, a sotavento de laholandesa, la Armada espaola forma en dos lneas de combate, ambas protegiendo a los navos de azcares y carabelas, que se sitan a sotavento. Lacapitana, con el estandarte de Oquendo, a la derecha de la lnea, ms cercana ala holandesa; la almiranta a la izquierda, en la cola de la otra lnea.En la parte inferior, la inscripcin siguiente:LA ARMADA DEL REY NROS. AVISTAA DE OLANDADISPARA D. ANTONIO DE OQUENDO UNA PIEZA PARA QUE SUS GALEONES TOMENLOS... DE ENFORMA DE BATALLA LOS NAVOS DE AZUCARES Y CARA-VELAS DEL SOCORRO SE ABRIGAN DELA ARMADA.

    Vista n. 1. Juan de la Corte (1597-1660). leo sobre lienzo, 150 x 224 cm. Coleccin delmarqus de Santillana. N. 891.

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    FERNANDO GONZLEZ DE CANALES Y LPEZ-OBREROUna cartela situada abajo a la izquierda del lienzo indica con letras la situacin de las naves.A: Cpptn. de Espaa. B: Cappna de Olanda. C: Almiranta de Espaa. D:Almiranta de Olanda. E: galen San Buenaventura. F: galen del enemigo.G: galen que acompa a la capitana de Olanda. H, 1, L: navos de azcares ycarabelas del socorro que estn abrigadas de la Armada?

    Est firmado en la vela de la ltima carabela de la esquina inferior izquierda: Fecit Juan de la Corte.En la parte superior del lienzo las lneas de combate holandesa y espaolanavegan a cerrar distancias para el combate al can, A la derecha las capitanas espaola galen Santiago y la holandesa, que con un galen en suapoyo navegan hacia la espaola para abordarla. En sus proximidades, en elcentro, la capitana de Masibradi. A la izquierda la almiranta holandesa almirante Thys acompaada de un galen se aproxima a la almiranta espaola de don Francisco de Vallecilla galen San Antonio y en las inmediaciones de sta el galen San Buenventura. En la parte inferior del cuadro losnavos de azcares y carabelas.

    (18) Podra corresponder al n. 67 del Inventario del rescate del incendio del Alczar.GMEZNEBREDA, Mara Luisa: op. cit.

    Vista n. 2. Juan de la Corte (1597-1660). leo sobre lienzo, 150 x 224 cm. Firmada: FecitJuan de la Corte. Coleccin Argentaria. N. 37 (18).

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    ICONOGRAFA ESPAOLA EN LA DEFENSA HISPANA DE BRASIL (1624-1640)En su esquina superior izquierda, pequea rosa de los vientos y la numeracin II. Debera tener una inscripcin en la parte inferior, que est cortada. Sutexto podra ser parecido al siguiente:j,LA CAPITANA DE OLANDA VASE ABORDAR A LA CAPITANA DEESPAA, LA CAPITANA DE MASIBRADI BA A AYUDARLA. LA ALMIRANTA DE OLANDA Y OTRO GALEN VASEN ABORDAR A LA ALMIRANTA DE ESPAA. EL GALEN SAN BUENAVENTURA VASEAYUDARLE?Una cartelasituadaabajoa la izquierda del lienzo indica con letras la situacin de las naves:A: cpptn. de Espaa. B: cappna. de Olanda. C: almiranta de Espaa. D:almiranta de Olanda. E: galen San Buenaventura. F: galen del enemigo. G:galen que acompao a la capitana de Olanda. H, 1, L: navos de azcares ycarabelas del socorro que estn abrigadas de la Armada.

    En la parte superior contina el combate al can entre las dos lneas; lams lejana, la holandesa. En la esquina superior derecha los navos de azcares y carabelas se alejan del combate.Abajo, a la derecha, las capitanas abarloadas: a barlovento la espaola; laholandesa, envuelta en llamas. Otra nave holandesa se aproxima por el costa-

    Vista n. 3. Juan de la Corte (1597-1660). leo sobre lienzo, 150 x 224 cm. Museo Naval deMadrid. N. 4.805.

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    FERNANDO GONZLEZ DE CANALES Y LPEZ-OBREROdo opuesto de la espaola. Acuden a apoyar a la capitana espaola un pequeonavo portugus, a la derecha, y a la izquierda la capitana de Masibradi. En elcentro otro galen holands acude en auxilio de su capitana.A la izquierda la almiranta espaola se hunde envuelta en llamas en uninde un galen holands. En sus proximidades la almiranta holandesa captura algalen San Buenaventura.En su esquina superior izquierda pintada una pequea rosa de los vientoscon el nmero III.En la parte inferior, la siguiente inscripcin:

    COMBATE NAVAL OCURRIDO EL 12 DE SEPTIEMBRE DE 1631SOBRE LA COSTA DEL BRASIL EN QUE LA ARMADA ESPAOLA,MANDADA POR DON ANTONIO DE OQUENDO, VENCI Y DESTROZ ALA HOLANDESA BAJO LAS RDENES DEL GENERAL HANS PATER,QUE MURI EN LA ACCIN.

    Esta inscripcin se sobrepone a otra, que se entrev debajo de sta. Larestauracin del cuadro permitir descubrir la original.Una cartela situada abajo, a la izquierda del lienzo, indica con letras lasituacin de las naves:A: cappa de Espaa. B: capp de Olanda. C: galen del enemigo. D: navoplazeres menor. E: capitana de Masibradi. F: almiranta de Espaa. G: almiranta de olanda. H: galen que acompa a la almiranta de olanda. 1: galen SanBuenaventura. L, M, N: carauelas de socorro y navos de azcares que estn abarlovento.

    Vista n. 4. Juan de la Corte (1597-1660). leo sobre lienzo, 150 x 224 cm. Coleccin marqusde Santillana. N. 893y) REVISTA DE HISTORIA NAVAL Nm. 69

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    ICONOGRAFA ESPAOLA EN JA DEFENSA HISPANA DE BRASIL (1624-] 640)Representa una fase posterior del combate. En la parte superior contina elduelo a can entre las escuadras.A la derecha sigue el combate de las capitanas; la de Oquendo abordada

    por la otra capitana y un galen. A su derecha el pequeo navo portugus laauxilia descargando sus bateras en enfilada sobre el holands. Este, cabeceando sobre l, lo echa a pique. La capitana de Masibradi da remolque a la almiranta espaola para alejarla de la capitana holandesa, con gran fuego a bordo.A la izquierda la almiranta espaola se va a pique y el galen San Buenaventura queda entre la almiranta enemiga y el galen que lo acompa.En la parte inferior, la siguiente inscripcin:D. ANTONIO DE OQUENDO, ABORDADO ENTRE LA CAPITANA Y

    OTRO GALEN EL MAYOR ENEMIGO. BA A SOCORRERLE EL NAVOPLAZERES, MENOR Y ECHALE LUEGO A PIQUE EL ENEMIGO. SOCORRELE LA CAPITANA DE LA ESCUADRA DE MASIBRADI. ABORDAN LAALMIRANTA Y OTRO GALEN CON LA NUESTRA. SOCORRELA ELGALEN SAN BUENAVENTURA. VASE A PIQUE NUESTRA ALMIRANTAY QUEDA EL SAN BUENAVENTURA ENTRE LOS ENEMIGOS Y ELGALEN QUE ACOMPA LA ALMIRANTA DEL ENEMIGO.Una cartela situada abajo, a la izquierda del lienzo, indica con letras lasituacin de las naves:A: cappa de Espaa. B: cappa de Olanda. C: galen del enemigo. D:navo Plazeres menor. E: capitana de Masibradi. F: almiranta de Espaa. G:almiranta de olanda. H: galen que acompa a la almiranta de olanda. 1: galenSan Buenaventura. L, M, N: carauelas de socorro y navos de azcares queestn a barlovento?

    Combate de los Abrojos, de la coleccin BenavidesEn la almoneda de efectos de la casa ducal de Osuna, que se celebr en

    Madrid en abril de 1896, se vendieron dos lienzos citados por Fernndez Duroe identificados en la coleccin Benavides. Se encontraban inventariados conlos nmeros 49 10-128 y 49 10-129 en 1973 en el Archivo Moreno, ubicado enel Instituto de Restauracin. En la actualidad se desconoce su paradero (19).Vistan. 1.Representa el inicio del combate. A la derecha, la capitana espaola a laque se acerca la holandesa acompaada de otro galen. A la izquierda la almiranta espaola; la almiranta holandesa y otro galen la abordan.(19) FERNNDEZ DURO, C.: Armada espaola, t. IV, p. 126. Madrid, 1972 y PRIETOFERNNDEZ DEL CAMPO, Jos: La pintura de tema blico del siglo XVII en Espaa (tesis).Universidad Complutense de Madrid, 1993, respectivamente. GMEZ NEBREDA, M. Luisa enOp. cit., seala que estos dos cuadros fueron encargados por Oquendo para l, y que posteriormente, los cuatro citados anteriormente, los encarg para regalo a Felipe IV con intencinpropagandstica de prestigio ante el Monarca.

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    ICONOGRAFA ESPAOLA EN LA DEFENSA HJSPANA DE BRASIL (1624-1640)RANTA Y QUEDA SAN BUENAVENTURA ENTRE LOS ENEMIGOS Y ELGALEN QUE ACOMPA LA ALMIRANTA DEL ENEMIGO.

    Los lienzos corresponden a la pintura que hemos llamado conmemorativay son un ejemplo de las capacidades y limitaciones del autor y de su escuela;muestran el estilo caracterstico de sta, seco, lineal, desabrido y arcaic,estrechamente vinculado a los modelos flamencos y holandeses.Los valores iconogrficos y documentales de los cuadros son de alto intershistrico, ya que son representaciones casi nicas de la arquitectura naval de lapoca; se observan galeones de diversos tipos, artillera, fanales, pavesadas, etc.,empavesadas, banderas y el estandarte de los Oquendo en la capitana.Su inters histrico es muy superior al estrictamente pictrico, que no pasade mediano, como sucede en los cuadros de batallas del autor, fros e hierticos, con evidentes arcasmos. No obstante, por su tema e inters descriptivoocupan un lugar destacado en la pintura del siglo XVII.Estandarte real de los OquendoSegn tradicin familiar, pertenci a Antonio de Oquendo (20).

    (20) Por los materiales empleados, de finales del siglo xvi, y al aparecer el escudo dePortugal posteriormente a los del resto de las armadas reales, indica la posibilidad de que ste

    Annimo espaol siglo xvii. leo sobre lienzo, 162 x 244 cm. Coleccin Benavides. N. 36.Comentario artstico a los cuadros del combate de los Abrojos

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    FERNANDO GONZLEZ DE CANALES Y LPEZ-OBRERO

    Permaneci en la casa solariega de don igo de Arteaga y Marn, marqusde Santillana de Lazcano en Beasain (Guipzcoa), por donacin de su padre donIigo de Arteaga y Felguera, teniente general del Ejrcito, almirante de Aragn,duque del Infantado y patrono del Museo Naval, hasta que fue depositado enste el 22 de noviembre de 1991. Se coloc en la vitrina actual en 1995.Estandarte de seda adamascada, de color rojo carmes; prcticamentecuadrado, aunque ligeramente apaisado (3,35 m de alto por 3,90 m de ancho),est compuesto de seis lienzos cosidos. Muestra en el centro el escudo realcon los blasones de Felipe II Castilla, Len, Aragn, Dos Sicilias, Jerusaln, Navarra. Austria, moderno y antiguo de Borgoa y Bramante. En el centrofuese confeccionado por orden de Miguel de Oquendo (*l588), capitn general de la escuadrade Guipzcoa, previamente a la anexin de Portugal a los dominios de Felipe 11(1580;) y, portanto, arbolado sucesivamente por Miguel de Oquendo en la campaa de las Azores (1582), enel desembarco y conquista de la isla Tercera (1583) y en las acciones del canal de La Manchade 1588, integrado en la Gran Armada contra Inglaterra. El hijo del anterior, Antonio, (1577-1640), capitn de la Armada del Mar Ocano, lo iz en las campaas del saco de Cdiz (1604),Cantbrico (1607), el sitio de Mrmora (1628) y los combates de Pernambuco (1631), y de lasDunas (1639), GONZLEZ-ALLER, Jos Ignacio: Catlogo-Gua del Museo Naval de Madrid.Madrid, 1996. p. 148.

    Annimo espaol siglo xvn. leo sobre seda, 335 x 390 cm. Museo Naval, Madrid. N. Inv.: 4202.

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    ICONOGRAFA ESPAOLA EN LA DEFENSA HISPANA DE BRASIL (1624-1640)los escudones de Flandes, Tirol y las quinas de Portugal y estando en punta elde Granada, todo ello orlado por el collar de la orden del Toisn de Oro ytimbrado por la corona real, a su drcha un Cristo crucificado con la VirgenMara y Sn Juan, y a su izquierda el apstol Santiago empuando espada enactitud de someter a un infiel derribado en el suelo que se propone con suadarga lobulada y que porta en su diestra un alfanje roto; a la altura de sta lacabeza enturbantada, separada de su tronco. Oro y plata en los metales delescudo y las aureolas de los santos. Una greca de motivos vegetales u oriaromana, rematada con flecos de seda roja y amarilla, enmarca el conjunto,cuyo borde derecho conserva su correspondiente vaina para la driza, con objeto de ser izado en asta afirmada al costado de estribor del castillo de popa delgalen o nao insignia, tal como se acostumbra en ocasin de combate durantelos siglos XVI y XVII. Los motivos de la Virgen y San Juan a ambos lados delCrucificado era una advocacin entre los hombres de mar de la poca; seobserva en el atlas de cartas nuticas del Mediterrneo del cartgrafo Oliva.Esta representacin de Santiago Matamoros era motivo principal de los estandartes, tal como se observa en la obra de Francisco Pacheco, pintor de stospara las flotas de Nueva Espaa y Tierra Firme.Campaa de Lope de Hoces en Brasil y las Antillas septiembre de 1635-febrero de 1636)El hecho histrico

    Con la ayuda que supusieron las tropas mandadas por el conde Bagnuoli,de la flota de Oquendo, Alburquerque logr mantener controladas a las tropasholandesas en la plaza de Recife hasta abril de 1632. En esas fechas los invasores lanzaron una ofensiva sostenida con la que lograran apoderarse de lacosta brasilea hasta el cabo de San Agustn. Al final de este ao ocupaban lascapitanas de Ro Grande y Paraiba y hacan precaria la situacin del AITaialdon Bon Jess, mientras que los moradores, ante la escasa reaccin de laMonarqua, empezaron a pensar en pasarse al otro bando. En marzo de 1635toman Porto Calvo y atacan las dos ltimas posiciones lusitanas en Pernambuco: el Anal, que se haba sostenido sobre Arrecife, y el fuerte de Nazar, en elcabo de San Agustn. Alburqueque tuvo que retirarse al pantanoso territorio deAlaogas, acompaado por 7.000 personas.Por fin, despus de muchas dilaciones, el 7 de septiembre de ese ao(1635) zarpaba de Lisboa la armada al mando de don Lope de Hoces, y con elnombramiento de don Luis de Rojas para sustituir a Alburquerque en la guerraterrestre. Estaba compuesta por dos escuadras: la de Castilla (seis galeones yun patache), destinada a desalojar a los holandeses de Curaao, una vezconcluida la misin en Brasil, cuyo almirante era don Jos de Meneses, y la dePortugal, mandada pr don Rodrigo Lobo con don Juan de Sequeira de almirante. Entre ambas y el convoy de transportes sumaban 30 velas. Transportaban 4.000 hombres. Tras una escala en Cabo Verde se dirigi a recalar enArrecife (26 de noviembre de 1635), donde haba nueve naos holandesas en elAo 2000 REVISTADE HISTORIA NAVAL 27

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    FERNANDO GONZLEZ DE CANALES Y LPEZ-OBREROpuerto. Por no haber agua suficiente para los galeones grandes de combate seresolvi no atacarlos. Continu la armada hacia el sur en demanda de un lugaridneo para desembarcar la tropa. Una flota holandesa compuesta de oncebajeles intent impedirlo, no obstante ste se produjo en las Lagunas a suvista, desembarcando parte de la tropa al mando de don Luis de Rojas. Laarmada y el convoy continuaron el trnsito a la baha de Todos los Santos,donde tom tierra el resto de la fuerza.En febrero del ao siguiente don Lope parti para Europa convoyando laflota anual portuguesa del azcar, con la capitana, almiranta y un patache avanguardia de las otras naos, siendo atacada por ocho naos de Holanda durante los das 19 y 20 de este mes; caoneronse de sol a sol. La accin se saldcon la retirada de los espaoles quienes, con visibles daos en la arboladura,regresaron a Lisboa.En la Corte se tuvo por venturosa la jornada en razn del cuidado que sedaba a la guerra del Brasil. Y para conmemorarlo se encargaron a Juan de laCorte seis grandes lienzos, representando los principales episodios y explicados al pie con inscripciones, para decorar el palacio del Retiro.La obra pictrica

    La campaa se relata en cinco secuencias.En los Inventarios Reales. Testamentara de Carlos II aparecen cinco grandes combates protagonizados por don Lope de Hoces (21), que son losmismos que posee el Museo Naval de Madrid, y que fueron depositados por elMuseo del Prado en 1932 (22).Cesreo Fernndez Duro (23) seala la existencia de seis lienzos quehoy se hallan en la Galera del Ministerio de Ultramar. A uno de ellos se le(21) 644.Otra de las tres varas de largo y dos de alto (250 x 167 cm) con una marina delos sucesos de don Lope con marco negro tasada en cinco doblones. 645. Una marina delmismo tamao y calidades de los sucesos de don Lope en Jaraguay tasada en cinco doblones.

    756. Otra de tres varas de largo y dos de alto (250,5 x 167 cm) con una batalla naval de Onzenavos por Lope de Ozes con marco negro tasada en quatro doblones. 757. Otra Batalla demar del mismo tamao y calidades y nmero de navos de don Lope de Ozes tasada en quatrodoblones. 758. Otra pintura del mismo tamao y calidades de otra Batalla naval de don Lopede Ozes tasada en cuatro doblones, FERNNDEZBAYTON, Gloria: bide,n.(22) Depositadospor el Museo del Prado (Real Orden de 10 de octubre de 1932 del Ministerio de Instniccin Pblica y Bellas Artes), en unin de otros, todos de Juan de la Corte, estoscinco corresponden a la Campaa de Lope de Hoces en Brasil y las Antillas en 1635 (n. mv.del 4581 al 4585); otro, Combate naval entre espaoles y turcos (n. de mv. 950) y otro,Expulsin de los holandeses de la isla de San Martn, 1633 (n. de mv. 4.586), a cambio detres medallones ovalados pintados al temple por Francisco de Goya. Se colg toda la serie enel Archivo-Museo D. Alvaro de Bazn, El Viso del Marqus (Ciudad Real) en noviembrede 1933 con la siguiente nomenclatura: P 2566, Annimo una tachadura encima de Juan dela Corte. Expedicin de don Lope de Hoces en Brasil, 1,66 x 2,41 m. Palacio del Viso delMarqus. En la revisin ordenada por el fiscal instructor de la Fiscala del Reino, continuabaen el mismo lugar junto con otros del mismo tema (Acta de 19 de enero de 1979). Se trasladatoda la serie al Museo Naval de Madrid en 1993.(23) Armada espaola, t. IV, pp. 130-131.28 REVISTADE HISTORIANAVAL Nm. 69

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    ICONOGRAFA ESPAOLA EN LA DEFENSA H SPANA DE BRASIL (1624-1640)cort la leyenda para colocarlo sobre la puerta; las de los otros rezan connmeros 683, 684, 685, 687 y 2.566, que fueron pintados por Juan de la Cortey decoraron el Palacio del Buen Retiro.

    El lienzo sexto podra corresponder al Combate naval de espaoles yturcos (nm. 950), que tambin se deposit en el Museo del Prado.Gervasio de Artiano y Baldcano cita slo a los correspondientes a losnmeros 683 y 686 en el Museo del Prado, indicando que el ltimo tiene unfondo de paisaje que resulta, en su conjunto, sumamente original e interesante.Ambos son muy curiosos bajo aspectos de tctica naval.

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    Vista n. 1. Juan de la Corte (1597-1660). leo sobre lienzo, 167,2 x 241,8 cm. Museo Naval,Madrid. N. mv.: 4581.Recoge la recalada en Recife, en cuyo puerto haba surtas 11 naos holandesas; por no haber agua suficiente para los galeones se renunci a atacarlos.En primer plano la armada de don Lope, con treinta velas, desfila delantede la holandesa, que se protege en la playa con once navos bajo sus bateras;en tierra a la derecha se puede observar los cables arriados. En vanguardia dela armada espaola cuatro galeones de gran porte que protegen el grueso. Unamar en calma separa las dos flotas; en una actitud ofensiva la espaola cao

    neando a distancia, la holandesa esttica a la defensiva, fuera del alcance de laartillera. Dos naos navegan a refugiarse en la costa bajo la proteccin de losfuertes. Pataches de menor calado navegan en descubierta.Todos los galeones llevan bandera blanca, con la diferencia de tener unaslas armas reales de Espaa, otras las de Portugal y algunas, sencillamente, laAo 2000 REVISTADEHIsToRIA NAVAL 29

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    FERNANDO GONZLEZ DE CANALES.Y LPEZ-OBREROCruz de Borgoa, o sea, el aspa de San Andrs. La capitana ostenta en el topeestandarte blanco con fleco rojo, escudo de armas reales en el centro y, enlnea inferior, dos escudos menores con los blasones del general. En el sitio depreferencia, sobre la borda, se ve a estribor el estandarte rojo con un crucifijoen el centro, las imgenes de la Virgen Mara y de Santiago a caballo a amboslados, y bajo stas dos escudos de armas reales. Los holandeses arbolanbanderas tricolores.En la parte inferior izquierda, en rojo: 2564 y en blanco 683.Cartela de la parte inferior:

    Reinando en Espaa el Rei nvestro seor don Felipe Cuarto, el Grande,don Lope de Hoces i Crdoba, de sv Consejo de Guerra i Jvnta de Indias iCapitn general de la Armada de las dos coronas de Castilla i Portvgal, salide Lisboa 7 de septiembre del ao 1635 con el socorro que llebo al Brasil,i a 26 de Noviembre lleg sobre Pernanbuco con intento de qvemar la armadadel enemigo, que tena svrta la plaia. retirsele arriando los cables i metiendo-se debajo de sus fortificaciones, i don Lope fu sobre l hasta que le falto elfondo, por ir en mvcha agva las dos capitanas de Castilla y Portugal, y loscuatro galennes de armada que llebaba.

    Nana el desembarco de la tropa al mando de don Luis de Rojas ante laoposicin holandesa.En el centro la flota de don Lope intercepta a la holandesa, que asoma porla derecha. En segundo plano, en tierra, se desembarcan los refuerzos con la

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    Vista n. 2. Juan de la Corte (1597-1660). leo sobre lienzo, 161,7 x 245 cm. Museo Naval,Madrid. N0 mv.: 4582.

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    iCONOGRAFA ESPAOL4 EN LA DEFENSA HISPANA DE BRASIL (1624-1640)oposicin de las fuerzas de caballera e infantera enemiga; a la derecha casien el horizonte aunque no se ve con nitidez, est escrito y se seala lapunta de Jaraguay. El autor resalta la accin en el arrojo de la fuerza de intercepcin ante otra de mayor tamao, que no de porte, que protege el desembarco. Todos los buques se engalanan de la misma forma que en la vista anterior.En la esquina inferior izquierda,en rojo: 2566y, en blanco, a la derecha: 684.Cartela de su parte inferior:

    Pasa don Lope a la punta del Jaraguay en aquella costa, donde surgi alos 26 de dicho mes, echar el socorro adonde estaba Matas de Alburquerque, que gobernaba las armas de ella, y vista del enemigo, que se hallabacon su caballeria y infanteria en la Paripuera, donde estaba fortificado, lehecha el socorro, Viendolo, viene su armada a estorbarlo, de once urcas gruesas y dos lanchas, y estuvo ene este intento hasta 5 de diciembre, y no pudiendo estorbar que se desembarcase, se retir este dia y se fu, y don Lope partide all 7 del dicho para la Baha de Todos los Santos, dejando desembarcadotodo el socorro y don Luis de Rojas fortificado.Las vistas III, IV y V recogen el combate que sostuvo entre los das 19y 20 de febrero de 1636 cuando se diriga a Lisboa, con su armada, compuestapor la capitana, almiranta y un patache que convoyaba a la flota anual portuguesa del azcar contra una armada holandesa compuesta por ocho naos. La

    accin termin con la retirada holandesa despus de estar caonendose de sola sol.

    Vista 11.03. Juan de la Corte (1597-1660). leo sobre lienzo, 164,5 x 247, 8 cm. Museo Naval,Madrid. N.0 mv.: 4583.Ao 2000 REVISTA DE HISTORIANAVAL 31

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    FERNANDO GONZLEZ DE CANALES Y LPEZ-OBREROEn un primer plano dos galeones de don Lope, de gran porte, navegan aproa y popa de un patache, uno de ellos sin trinquete la almiranta, el otro,la capitana. La accin ocupa todo el lienzo en una abigarrada multitud de naosde ambas escuadras en combate. La fiereza del combate se refleja en el humoy resplandor de los caonazos, los incendios y los agujeros de las velas.La capitana ostenta en el tope estandarte blanco con fleco rojo, escudo dearmas reales en el centro y en lnea inferior dos escudos menores con losblasones del general. En el sitio de preferencia el mismo estandarte de lasvistas anteriores perforado por dos balas de can. La almiranta y el patachebandera blanca en la popa, y el primero, tambin en el tope del trinquete. Losgaleones holandeses bandera tricolor en los topes y roja en la popa.En la esquina izquierda, en blanco: 684.Cartela de su parte inferior:Arriba el enemigo a peleari empizase la batalla; peleose este dia desdeqve sali el sol hasta qve se puso,: desviose el enemigo; qued nuestra almiranta sin mastelero mayor desaparejada como la capitana, i la armada delenemigo de la misma forma.

    En la amanecida las naos combaten alrededor de la almiranta y la capitana.La composicin no deja ningn espacio al reposo: toda ella es movimientopropio de un combate naval, los gallardetes, estandartes y banderas queflamean al viento, los brillantes rizos de las estelas de las naos y los aparejos atodo trapo. Todo gira alrededor de un patache en un torbellino de accin, a un

    Vista n. 4. Juan de la Corte (1597-1660). leo sbre lienzo, 164,3 x 284,6 cm. Museo Naval,Madrid. N. mv.: 4584.

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    ICONOGRAFA ESPAOLA EN LA DEFENSA HISPANA DE BRASIL (1624-1640)lado los galeones de mayor porte; al otro, los de menor, dos combates diferentes dela misma batalla.Las banderas y estandartes iguales que en la vista anterior.

    En la esquina inferior izquierda, en blanco: 685.Cartela de su parte inferior:Vuelve don Lope a pelear el dia sigviente, a 20, desde antes qve saliese elsol, i habindose aparejado aqvella noche, antes, lo mejor qve se pudo. laalmiranta i capitana, pelean hasta mediodia en la forma qve parece.Vistan.5Una vista posterior del combate: la capitana en medio de los enemigos, laahniranta y el patache alejndose del combate por la parte derecha.Las banderas y estandartes iguales que en la vista n. 3.En la esquina inferior izquierda, en blanco: 687.Cartela de su parte inferior:El dicho dia 20, a las doce, estando peleando como se demuestra en elcuadro antecedente, aprieta el enemigo a nuestra almirante, y don Lope orden qve le dijesen qve pasase delante de la capitana y el patache con ella. enpasando, qveda don Lope con su capitana en medio de la armada del enemigo,y pelea con ella hasta cerca de ponerse el sol, qve se retir el enemigo.

    Vista n. 5. Juan de la Corte (1597-1660). leo sobre lienzo, 165,7 x 248 cm. Museo Naval,Madrid. N. mv.: 4585.Ao 2000 REVISTA DE HISTORIANAVAL 33

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    FERNANDO GONZLEZ DE CANALES Y LPEZ-OBREROComentario artstico

    Al estar realizados por la misma mano, los comentarios realizados anteriormente para el Combate de los Abrojos son de aplicacin a estos cuadros.El ltimo esfuerzo

    Una vez que hubo desembarcado en las Lagunas don Luis de Rojas, comose ha indicado anteriormente, avanz hacia el norte capturando Porto Calvoen 1636, pero fue derrotado en Mata Redonda, en cuya accin encontr lamuerte. Tom el mando el conde de Bagnuoli, que inici un nuevo tipo deguerra: enviar por todo el territorio enemigo patrullas que incendiaban y arrasaban las plantaciones y sementeras.La Compaa consider que era necesario hacer un ltimo esfuerzo pararematar la empresa. As, en agosto de 1636 era designado gobernador deBrasil Juan Mauricio de Nassau, vstago de la familia de Orange, conde deNassau, que lleg a Recife el 23 de enero de 1637, con un refuerzo de 2.700hombres, lanzndose seguidamente al asalto de Porto Novo, donde derrot alconde Bagnuoli, que se tuvo que retirar a la otra orilla del ro San Francisco.Este hecho fue el acicate en la Corte espaola para activar-tos preparativos deuna gran armada restauradora.Ante la noticia de la llegada de una poderosa flota espaola y el sopesarque con la toma de Baha se derrumbara la resistencia, Nassau se convencide que era necesario apoderarse de la plaza. Una escuadra formada por 30 navosy otras embarcaciones menores desembarc 3.600 infantes y 1.000 auxiliaresindios el 15 de abril de 1638. El asalto holands fracas con muy gravesprdidas ante la heroica defensa dirigida por el conde Bagnuoli, por delegacin del gobernador Silva y animada por el obispo de la ciudad. Las fuerzasholandesas se replegaron desordenadamente a sus buques en la noche del 25al 26 de mayo, dejando en el campo municiones, armas y vituallas.La escuadra restauradora, al mando de don Fernando de Mascarenhas,conde de la Torre, estaba formada por 41 velas, 23 de Portugal al mando de donFrancisco Melo de Castro y don Cosme de Couto Barbosa, almirante, y 18 deCastilla al mando de don Juan de Vega Bazn y don Francisco Daz Pimienta,almirante, y con 5.000 hombres de Infantera; la mitad del tercio anfibio organizado por don Lope de Figueroa en el reinado de Felipe II. Llegados a Baha,y una vez acrecentadas sus fuerzas con las allegadas en navos desde BuenosAires, las Azores y Ro de Janeiro, sali para Recife, plaza que por tierra sitiaban los portugueses. Los holandeses trataron de evitar el desembarco saliendoa su encuentro con 36 navos al mando del almirante Loos, y el da 12 deenero de 1640 trabaron combate entre Tamarac y Goiana. Muri el almiranteholands yndose a pique la capitana y cinco navos ms. Se repiti la accinal da siguiente frente a Parayva, otra vez el 14 y una cuarta y ltima vez el 17 ala altura de Ro Grande. No hubo vencedores ni vendidos, aunque los holandeses consiguieron alejar al enemigo de la plaza de Recife y ello oblig a34 REVISTADE HISTORIA NAVAL Nm. 69

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    ICONOGRAFA ESPAOLA EN LA DEFENSA H1SPANA DE BRASIL (1624-1640)levantar el cerco, ante la ineptitud de Mascarenhas, que volviendo a Espaavino a ser destituido y preso.Esta fue la ltima accin naval espaola, de la cual, como era de esperar,no qued recuerdo iconogrfico.Conclusin

    El hecho histrico es difano en cuanto al esfuerzo llevado a cabo por laCorona espaola para conseguir la expulsin de los holandeses del Brasil,como lo indica inequvocamente la carta de Felipe IV, en respuesta a laconsulta de 22 de mayo de 1635:Ya he dicho a mi prima y a todos los ministros de Portugal que de ninguna manera he de perder el Brasil y la religin en l, por dificultades ni aunimposibilidades; porque la causa es de Dios... (24).Pero si el resultado de las operaciones no fue todo lo eficaz que se deseaba,no se puede achacar a la falta de voluntad de la Corona, como hemos vistoanteriormente, sino a que sta se debata entre la casi asfixia econmica y lanecesidad de asegurar la llegada de los galeones de las Indias con los caudales, lo que haca necesario disponer de una fuerza naval superior a la de laArmada del Mar Ocano.La muestra iconogrfica que hemos reseado anteriormente es sin dudatestigo de este esfuerzo y voluntad, al poner en manos de artistas insignes larepresentacin de estos hechos y su exposicin posterior en el Saln deReinos del Palacio del Buen Retiro.

    BibliografaAMARAL, Rubn: Guerras navais contra os holandeses no Brasil. Iconografiaespanhola do sculo XVII. Instituto Arqueolgico, Histrico e Geogrfico

    Pernambucano, Vol. LV, anno de 1983.ARIZMENDI,Ignacio de: El almirante D. Antonio de Oquendo. San Sebastin,1981.ARTIANOy BALDCANO,Gervasio de: La arquitectura naval espaola (enmadera). Madrid, 1920, lmina XLVIII. Marinas del siglo xvii.Catlogos del Museo Naval.Catlogo de Pinturas del Museo del Prado. Madrid, 1996.FERNNDEZ BAYTON, Gloria: InventariosReales. Testamentaradel rey Carlos II,1701 -1 703, Tomo II, Sitio Real del Buen Retiro. Madrid, 1985.FERNDEZDURO,Cesreo: Armada espaola, tomo IV. Madrid, 1972. Disquisiciones Nuticas, Vol. 1. Madrid, 1996.GMEZ HERRERA,Mara Luisa: Catlogo Exposicin. El final de la guerra deFlandes (1621-1648). Fundacin Carlos de Amberes. Madrid, 1998.

    (24) Archivo General de Simancas... 1478 f8.Ao 2000 REVISTADE HISTORIANAVAL 35

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    FERNANDO GONZLEZ DE CANALES Y LPEZ-OBREROHistria Naval Brasileira, segundo volumen, tomo JA. Ro de Janeiro, 1990.MARCO PORTA,Enrique: La recuperacin de Baha por Don Fadrique de Tole

    do (1625). Un cuadro espaol de poca. Sevilla, 1959.PREz DETUDELAY BUESO,Juan: Sobre la defensa hispana del Brasil contralos holandeses (1624-1640). Real Academia de la Historia. Madrid, 1974.PRIEGO FERNNDEZ DEL CAMPO, Jos: La Pintura de tema blico del siglo XVIIen Espaa. (Tesis). Universidad Complutense de Madrid, 1993. La pintura de tema blico en la teora del arte del siglo xvii. Militaria.Revista de Cultura Militar, n. 6. Madrid, 1994.PRIETO Y LLOVERA,Patricio: La nota naval militar en el palacio del BuenRetiro, Revista General de Marina. Junio, 1947.RAHN PHILLIPS,Carla: Seis galeones para el rey de Espaa. La defensa imperial a principios del siglo XVII. Madrid, 1991.

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    SUBMARINOS REPUBLICANOSESPAOLES BAJOMANDO SOVITICO II)Situacin de la Flota republicana y de sus submarinosa 25de septiembre de 1938

    Willard C. FRANK, Jr.Oid Dominion UniversityNorfolk, Virginia, USA.

    PresentacinLos dos informes que figuran a continuacin, redactados por el comandante de submarinos soviticos Guerman Kuzmin en septiembre-octubre de 1938,al finalizar su destino en la Marina republicana, ofrecen una detallada visinde esta Marina. Hace hincapi, especialmente, en la valoracin de los mandosnavales y de las dotaciones, prestando especial atencin a las de los submarinos, con las que se compenetr y a las que pudo enjuiciar a lo largo de un

    perodo de casi ocho meses de servicio en Espaa.Hasta el regreso del submarinoC-4 y posteriormente del C-2, desde puertosfranceses del Atlntico hasta Cartagena el 23 de abril y el 26 de junio de 1938,slo permaneci operativo el C-1 en las filas de la Repblica espaola. Lallegada de estos dos submarinos desde Francia no mejor mucho la situacin,puesto que estos tres buques, incluyendo los dos que acababan de realizar recorridos y reparaciones urgentes en Francia, necesitaban llevar a cabo obrasimportantes, dado que muchos de sus equipos se encontraban inoperativos ofuncionando con escasa fiabilidad. Ninguna de estas tres unidades se encontraba verdaderamente lista para el combate. Pasaron mucho tiempo inmovilizadasen reparacin, sin que los correspondientes talleres de la Base de Submarinosde Cartagena pudiesen disponer de nuevos repuestos. En la Marina republicanase contaba con muy pocos especialistas en submarinos y no se dispona deoficiales de confianza y bien preparados para dotar debidamente estos buques.La moral de las dotaciones de los submarinos y la del personal de los talleresera baja. Los corazones de los tcnicos especialistas de la Base de Submarinoslatan muy lejos del esfuerzo de guerra. Sin embargo, la guerra continuaba y senecesitaban los submarinos para misiones de guerra. En vista de estas condiciones, la Unin Sovitica envi nuevamentejvenes comandantes de submarinos para rellenar este vaco y obtener una valiosa experiencia.El primero de los recin llegados en 1938 fue el kapitan-leitenant (gradoligeramente inferior al de capitn de corbeta) Guerman Yu. Kuzmin, destinadoa Espaa en marzo de 1938. Utiliz el seudnimo de capitn de fragataCarlos Murato mientras prest servicio en la Marina republicana. KuzminAo 2000 REVISTADE HISTORIANAVAL 37

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    WILLARD C. FRANK, JR.fue auxiliado en su tarea mediante los servicios de un intrprete, SemenGankin, cuyo hermano era tambin intrprete de las dotaciones de carros decombate soviticos, y de los de su segundo comandante, kapitan-leitenantSergei Prokofyevich Lisin (capitn de corbeta Sergio Len), que se estabapreparando para obtener su calificacin de especialista en submarinos y queposteriormente fue promovido al empleo de kapitan 1 ranga y obtuvo el ttulode Hroe de la Unin Sovitica. En junio se agregaron a Kuzmin dosnuevos comandantes de submarinos, Ivan Grachev (Juan Garca) y VladimirEgorov (Juan Valds), que relevaron a Ivan Burmistrov en el C-4 y a Nicolai Eguipko en el C-2, los cuales regresaron a la Unin Sovitica.Kuzmin mand el C-J desde marzo a junio y posteriormente el C-4, peridicamente de junio a septiembre, que acababa de terminar sus reparaciones enCartagena. Llev consigo en ambos mandos al intrprete Gankin y al segundocomandante Lisin. A lo largo de estos periodos, Kuzmin qued asombrado porla falta de adiestramiento de las dotaciones y por la cantidad de fallos que seproducan en los equipos. Esta misma impresin fue la obtenida por Grachev,que mand el C-1 de julio a octubre de 1938, y por Egorov, al mando del C-2durante gran parte del segundo semestre de 1938 y cuya experiencia se expone en la tercera parte de este trabajo.Las misiones desarrolladas por estos submarinos incluyeron patrullas ofensivas de caza frente al estrecho de Gibraltar y a Palma de Mallorca, tratandoespecialmente de localizar buques de guerra nacionalistas para atacarlos, deproteger el trfico martimo entre la zona central y Catalua, y llevar a cabomisiones de enlace con la aislada Menorca. Aunque estas operaciones mantuvieron alertadas a las defensas antisubmarinas nacionales, no tuvieron efectosestratgicos significativos en el curso de la guerra.En los informes de Kuzmin, hallados en los archivos rusos, ste se presentaba a s mismo como una voz solitaria, que expona el peligro de un submarino tomando parte en operaciones con equipos defectuosos y con una dotacinmal preparada, y cuyas quejas no eran escuchadas por el jefe de la Flota, LuisGonzlez Ubieta, en tanto que al mismo tiempo tena que discutir incesantemente con el jefe del Estado Mayor, Pedro Prado, para que le permitiese retirar al C-4 durante tres das de sus operaciones a fin de llevar a cabo su adiestramiento. Pero ni siquiera el asesor naval sovitico de Prado, kapitan-leitenantSamuil Sapozhnikov, apoyaba las peticiones de Kuzmin para mejorar su preparacin, lo que viniendo de un compaero, oficial naval sovitico, amargaba aKuzmin. Este informaba tambin de la constante tensin entre l y el comisariodel C-4, auxiliar de mquinas Manuel Marcote Toba. Kuzmin opinaba que larealizacin segura de una misin exiga una sustancial elevacin del nivel depreparacin del material y del personal, factores ambos por los que discutacon las autoridades superiores, en tanto que Marcote era partidario de noarriesgar un submarino defectuoso en misiones de naturaleza discutible y de noexponer a las autoridades superiores la falta de preparacin del buque. Kuzminllegaba a la conclusin de que, si el submarino sobrevivi, fue gracias a su gransuerte. Sintindose frustrado y carente de apoyo, Kuzmin regres a la Unin38 REVISTADE HISTORIA NAVAL Nm. 69

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    SUBMARiNOS REPUBLICANOS ESPAOLES BAJO MANDO SOVITICOSovitica en octubre de 1938. Tanto Guerman Kuzmin como su intrprete,Semen Gankin, murieron en la segunda Guerra Mundial.Al final de su estancia en Espaa, Kuzmin redact los dos informes quefiguran a continuacin sobre la situacin de la Flota republicana y de la desus submarinos, el 25 de septiembre de 1938, con mordaces crticas haciamuchas personas de la Marina republicana que, ciertas o no, muestran elestado de nimo de Kuzmin y algo sobre las condiciones y actitudes existentes entre los submarinistas republicanos en el cada vez ms sombro ao de1938 para la Repblica. Resulta afortunado que Kuzmin nos ofrezca unavisin de la situacin en los tres submarinos, incluido el C-1, que fue hundido en ataque areo en Barcelona en la noche del 8 al 9 de octubre de 1938,poco despus de que Kuzmin hubiese redactado esa parte de sus informes.

    Los informes de Kuzmin arrojan luz sobre el funcionamiento interno de laMarina republicana, sobre los problemas de su material y especialmente sobre supersonal, desde los puntos de vista ideolgico y poltico y de sus disensiones,animosidades y derrotismo, que constituyeron factoresprincipales de la debilidadde la Marina republicana como instrumento de guerra. La animosidad entremuchos mandos navalesrepublicanos y sus asesores navales soviticos,tan claramente puesta de manifiesto en estos informes, fue nicamenteun factor ms de lamuy profunda desunin en las filas del personal naval de la Repblica.Naturalmente, los sombros puntos de vista de Kuzmin son los de unextrao que lleg a la Marina republicana para imponer su autoridad y seencontr con unas condiciones que le hicieron muy difcil obtener el debidorespeto. Aunque muchos informes soviticos coinciden con las estimacionesde Kuzmin, debe admitirse que la obtencin de una imagen totalmente exacta de las condiciones existentes dentro de la Flota republicana espaola y desus submarinos, exigira contar adems con las perspectivas de los hombresa los que Kuzmin hace objeto de tan duros juicios. Resulta lamentable que,despus de haber transcurrido sesenta aos desde aquellos acontecimientosy habida cuenta lo poco que escribieron los vencidos sobre su historia, seaprcticamente imposible conseguir ya en lo sucesivo tales perspectivas.Los textos de estos dos informes y los documentos publicados en la primeraparte de este trabajo, estn escritos en borradores a mano partiendo de los cualesse mecanografiaron y editaron los informes finales redactados por otras personas de la burocracia naval. Los prrafos existentes en los borradores originalesque fueron tachados por los editores para que no apareciesen en las copiasmecanografiadas que haban de ser distribuidas, se han considerado no obstante,frecuentemente de gran inters, por lo que se han conservado en esta traduccincruzando los prrafos correspondientes mediante un trazo. Las correcciones deestilo que se han llevado a cabo en las traducciones no se han sealado. Lasnotas a pie de pgina son mas y no forman parte de los textos originales. Laidentificacin de las personas que aparecen en estas notas normalmente se haconfirmado mediante datos bastante fiables obrantes en los archivos, sin embargo, en algunos casos esta identificacin ofrece algunas dudas, por lo que quedaabierta a posibles correcciones, cuya notificacin sera muy de agradecer.

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    WJLLARDC. FRANK, fR.DOCUMENTOS

    Rossiiskii GosudarstvennyiVoennyi ArckhivArchivo Militar Estatal Rusoopis 1, delo4S,Inventario CarpetaDoldad

    Ob obstanovke y Ispanskom Respublikanskom Flotena 25 sent. 1938 g.Informe

    [Sobre la situacin de la Flota republicana espaola.25 sept. 1938]Informe del kapitan-leitenant capitn de corbeta) camarada Kuzmin.13 de octubre de 1938

    Composicin de la Flota republicana:El 25 de septiembre de 1938, el estado de los buques de la Flotarepublicana espaola era el siguiente: a finales de agosto el cruceroLibertad sali de dique, sin haber terminado todava sus reparaciones. Se esperaba que stas hubiesen estado listas el 1 de octubre. Elcrucero Miguel de Cervantes var en dique del 16 al 18 de septiembre permaneciendo en l unos 10 15 das. No obstante, despus deestas reparaciones no fue capaz de dar una velocidad superior a 24nudos. El crucero Mndez Nez y siete destructores estaban ensenicio y se esperaba que otrs dos terminasen sus reparaciones enoctubre. ElJosLuisDczsecncontrabatambinreparandocnCibrituryseesperabaqueestuvieselistoenoctubre. El resto de losdestructores se encontraban realizando obras y no se esperaba quequedasen listos en plazo prximo. Dos viejos destructores de la claseLazaga estaban terminando sus reparaciones, si bien no era posibleconsiderarlos como unidades combatientes, dado que haban derealizar reparaciones constantemente debido a las deficientes condi

    ciones de sus calderas.18 rey El submarino C-J, qucscsuponaibaasalirdeobrascl1dcoctubrc,result hundido-en Barcelona a consecuencia de unbombardeo de aviones fascistas. El submarino C-2 se encontraba enservicio y con base en Barcelona. El C-4 entr en obras el 15 de

    Fond 35082,Fuente listy 18-26Pgina

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    SUBMARINOS REPUBLICANOS ESPAOLES BAJO MANDO SOVITiCOseptiembre por un periodo de dos meses. Tres lanchas torpederas seencontraban en reparacin, esperndose su entrada en servicio paraoctubre.

    Los siguientes oficiales constituan nuestro grupo de asesoresnavales: camarada Piterskii asesor del jefe de la Flota, adems deljefe interino del grupo asesor naval; camarada Sapozhnikovasesor del jefe de Estado Mayor de la Marina; camarada Tsypanovich, asesor del jefe de la base naval de Cartagena; camaradaZhukov asesor del jefe de la flotilla de destructores; camaradaSnitko asesor del jefe de la segunda semi-flotilla de destructores;camarada Grachev comandante del submarino C-1; camaradaEgorov comandante del submarino C-2 (1).Actitud hacia nuestro personal (2)

    La actitud hacia nuestro personal por parte de la marinera hasido siempre muy buena. Cuando alguno de nuestros camaradas seencuentra a bordo de un buque en la mar, los marineros se sientenseguros de no ser traicionados. Existe una confianza total hacianuestra gente.Sin embargo, la actitud de los oficiales hacia los rusos es diferente. Los de la parte ms progresista de los marinos del CuerpoGeneral, desean trabajar en estrecha coopracin comprendiendo19 lasrazones de nuestro papel y de nuestra asistencia. Pero estosoficiales no son numerosos. Otra parte del personal de este cuerpo, tambin pequea, se muestra abiertamente hostil hacia nuestros camaradas. Comentan entre ellos y a veces delante de losrusos que si la guerra ha durado tanto tiempo ha sido a causa de lapresencia de stos en Espaa, pues si ellos no estuviesen aqu, laguerra habra terminado hace ya largo tiempo. Aunque no hablan

    (1) Elkapitan III ranga (capitn de fragata) Nicolaii Alekseevich Piterskii, se encontrabaen Espaa desde diciembre de 1937 como asesor del capitn de corbeta Luis Gonzlez de Ubietay Gonzlez del Campillo, jefe de la Flota; el kapitan-leitenant (capitn de corbeta) SamuilGregorevich Sapozhnikov se encontraba en Espaa desde enero de 1938 como asesor del capitnde corbeta Pedro Prado Mendizbal, jefe del Estado Mayor de la Marina; el starshii-leitenant(teniente de navo) Vasilii Andreevich Tsypanovich, se encontraba en Espaa desde enero de1938 como asesor del capitn de navo Antonio Ruiz y Gonzlez, jefe de la Base Naval de Cartagena; el kapitan-leitenant (capitn de corbeta) Evguenii Nikolaevich Zhukov, se encontraba enEspaa desde junio de 1938 como asesor del capitn de corbeta Jos Garca Barreiro, jefe de laflotilla de destructores; el kapitan III ranga (capitn de fragata) Mikhail Vladimrovich Snitko,se encontraba en Espaa desde junio de 1938 como asesor del teniente de navo Femando OlivaLlamusi, jefe de la segunda semi-flotilla de destructores; el starshii-leitenant (teniente denavo) Ivan Vasilevich Grachev, se encontraba en Espaa desde junio de 1938 como comandante del submarino C-J; el kapitan-leitenant (capitn de corbeta) Viadimir AlekseevichEgorov, se encontraba en Espaa desde junio de 1938 como comandante del submarino C-2.(2) Significa personal sovitico.Ao 2000 REVISTADE HISTORIA NAVAL 41

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    WILLARD C. FRANK,iR.sobre cul pudiera ser el resultado de esta terminacin, sta quedaclara sin necesidad de palabras.Por ltimo, la mayor parte del personal del Cuerpo General semuestra corts en las relaciones con nuestra gente y son siempremuy educados y atentos, pero esta actitud no es sincera. En su fuerointerno, les disgusta la presencia de los rusos. En sus conversacionestratan de desacreditar a nuestros camaradas, recurriendo incluso a lamentira. Incluso, los comisarios polticos decan que Espaa es lanacin ms culta al tiempo que comparan a nuestros camaradas consus oficiales. Estas conversaciones se iniciaban frecuentemente por20 elpropio jefe de la Flota (3), el cual, desde hace poco tiempo notoma nunca en consideracin las opiniones de losrusos nuestroscamaradas *). Por ejemplo, l dijo que los asesores rusos simplemente han venido aqu a aprender y a adquirir experiencia parautilizarla en favor de su propio pas, aadiendo tambin que elhonor de los oficiales espaoles no les perniite tener asesores.Ultimamente, este grupo de oficiales, al tiempo que ignoran anuestros camaradas, tratan de no darse por enterados en absoluto desu presencia. Cuando nuestros camaradas se dirigen a ellos con alguna sugerencia, no slo no discuten, sino que incluso se muestran deacuerdo con ellos, para despus hacer lo que les viene en gana. Nonos informan de las salidas de sus buques, a pesar de conocerse staspor todo el mundo. No quieren que conozcamos sus rdenes deoperaciones. Cuandolespedimosnoticias,noscontestansiemprequenolashay,apesardeestarellosinformadosdotodo. Nuestroscamaradas son los ltimos en enterarse de las salidas de los buques.A finales de agosto el jefe de la Flota recibi orden del Gobierno debombardear Castelln, no informando de ello al camarada Piterskii,a pesar de habrselo preguntado ste. El jefe de la Flota no ejecutesta orden. Cuando se le orden comparecer en Barcelona paraexplicar el incumplimiento de la orden, manifest que la operacinfue imposible de ejecutar y que el camarada Piterskii fue de estamisma opinin. El jefe de la Flota no tiene en cuenta las opinionesde nuestros comandantes de submarinos, pero sin embargo confa enlas del jefe de la flotilla de submarinos (4), persona muy hostilhacialosrusos nosotros. Cuando en agosto septiembre ocurri unaccidente en el submarino C-] y su comandante, el camaradaGrachev, gracias a su accin correcta evit la destruccin del buque,el jefe de la Flota inform en una carta particular al jefe del Estado

    (3) Capitn de corbeta (capitn de navo habilitado) Luis Gonzlez de Ubieta y Gonzlezdel Campillo.(*) Nota: Kuzmin primero escribi las palabras tachadas, y despus cambi el texto a otraspalabras. Entonces, las palabras tachadas vienen antes que las palabras sustituidas.(4) Capitn de corbeta (capitn de fragata habilitado) Jos Nez Rodrguez.42 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Nm. 69

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    SUBMARiNOS REPUBLiCANOS ESPAOLES BAJO MANDO SOViTICOMayor de la Marina (5) que el submarino se comport cobardemente durante el accidente y que de no haber sido por su maquinista (5 bis) se hubiera perdido. Obviamente, todas estas conversaciones tienen por objeto desacreditar a nuestros camaradas. El jefede la Flota no tiene en cuenta las opiniones de su asesor el camarada Piterskii y le ignora. Por otra parte, el propio camarada Piterskii, como representante de un gran pas, no fue capaz de mostrarsuficiente firmeza a fin de que les respetasen a l y a nuestroscamaradas y tomasen en consideracin sus opiniones. Esta clase deactitud hacia nuestra gente por parte de ese grupo del Cuerpo21 Generalno se debe a que losrusos nosotros nos hayamos desacreditado, sino nicamente al hecho de que losrusos nosotros estemos impidindoles alcanzar un acuerdo con los fascistas paraterminar rpidamente la guerra.Caractersticas de algunos grupos del personal del Cuerpo General

    La mayora de los oficiales de la Flota republicana espaola nose encuentran en las mismas condiciones en que se hallaban alcomienzo de la guerra. Ahora se encuentran suficientemente entrenados para combatir en una guerra, si bien los que figura