Ao 11 No 11 Diciembre 2016
Revista de la Asociacin de Exbecarios Catlicos en Alemania
"la democracia debe guardarse de dos excesos: el espritu de desigualdad, que la conduce a la aristocracia, y el espritu de igualdad extrema, que la conduce al despotismo".
Montesquieu
Dra. Patricia Carrera BurneoEmail:[email protected] - Ecuador
3
Carta del Editor
En los ltimos veinte aos hemos observado cambios muy importantes en algunos pases latinoamericanos en lo referente a su estructura poltica. Estos cambios, para un sector de analistas polticos, corresponden ms bien a ac-titudes populistas que democrticas. Los casos ms evidentes los tenemos en los denominados pases Bolivarianos o subregin Andina, mismos que han efectuado modificaciones a sus constituciones polticas.
Sin duda se trata de constituciones con profundo contenido social saludable acordes con el Derecho y la justicia, sin embargo, se ven ensombrecidas por el desmedido populismo de sus gobernantes y su reiterada actitud de eternizarse en el poder.
Eduardo Posada Carb seala que quienes coquetean hoy con el populismo, como lo advierte la publicacin Foreign Affairs, deberan aprender de las experien-cias latinoamericanas . Que la democracia no es un sistema perfecto -de acuerdo- . Que los partidos polticos estn en crisis aqu y acull -nadie lo niega-. Pero ninguno de estos u otros problemas hace del populismo la ruta inexorable para corregir los dficits de la democracia.
Para analizar esta temtica AEBCAMagazin ha propuesto en el presente nmero el tema Populismo y democracia en Amrica Latina. Los articulistas analizan desde la academia las diferentes tendencias y conceptos que hacen de estas formas de gobierno una herramienta para erradicar la inequidad y la pobreza extrema en los pases de la regin.
Se analizan los populismos como parte estructural de una poltica vital que Akkerman (2003:154) citando a Canovan la denomina redencin de la fe. Se ofrece diferentes lecturas para entender el populismo en Amrica Latina y luego se con-cretan algunos casos en pases como Ecuador, Bolivia y Colombia. La campaa y el triunfo de Donald Trump son ejemplos del fenmeno populista y tcticas de la publicidad comercial y, finalmente, se ofrece una reflexin sobre la democracia personalista donde gobiernos personalistas sustentan y legitiman su accin poltica en el carisma del lder.
Le invitamos a usted querido lector, apreciada amiga de AEBCAMagazin a rea-lizar un recorrido a travs de los distintos temas de la presente entrega a fin de entender la fragilidad de los Estados, sus instituciones as como las desigualdades y la falta de oportunidades, caldo de cultivo, en el que florecen gobiernos populistas.
Agradecemos cordialmente a las y los articulistas de ste nmero por su contri-bucin acadmica y voluntaria , cuyas opiniones son de su exclusiva responsabilidad, as como aprovechamos la ocasin para enviarle un grato saludo a todas las perso-nas e instituciones que nos brindaron su colaboracin en el presente ao.
Oswaldo Mata Mera
4
EDITOR:Asociacion Ecuatoriana de Exbecarios Catlicos en Alemania, AEBCA
Direccin:Av. America N24-36 y MercadilloEdificio Radio Catolica Nacional, 3.Piso
Telfonos: 2558 915/916 Ext:519 E-mail: [email protected]: 17 - 15 0082- C
QUITO - ECUADOR
DISEO E IMPRESIN: CYDISEO 0999734067
El contenido de los artculos, no reflejan necesariamente el pensamiento de AEBCA
IndiceCarta del Editor
Populismos
Lecturas recomendadas para entender el populismo en Amrica Latina
Populismo y Democracia - un breve anlisis
Actualidad AEBCA-KAAD
Populismo y desarrollo econmico
Vitaminas para el Espritu Populismo y democracia en Ecuador
Populismo y democracia: una comparacin entre Ecuador y Bolivia
Una mirada sobre el populismo y su relacin con el proceso de Paz actual en Colombia
...desenfoque
Democracia Personalista
...humor
...en contextoLos grandes desafos en el 2017: Desigualdad y Populismo
ABCA en Imgenes
Pg3
5
10
12
13
14
16
17
19
22
24
25
28
29
30
10
5
12
14
16
17
19
22
25
29
30
5
IntroduccIn
Los gobiernos de pases como Venezuela, Ecuador y Bolivia comparten una auto-identifica-cin comn como la nueva izquier-da en la regin. Presidentes como Hugo Chvez, Rafael Correa y Evo Morales surgieron como una alter-nativa adecuada para afrontar la crisis representativa e institucional en la regin, y han ganado elec-ciones consecutivas en las urnas legitimndose con grandes afluen-cias de electores. Asimismo, su desempeo gubernamental ha de-pendido de la movilizacin continua de sus seguidores, principalmente mediante la participacin directa en el proceso de toma de decisio-nes. Estos tres gobiernos particu-larmente establecieron una nueva agenda poltica para gobernar en la regin y han formado una nue-va narrativa de nacionalidad que vincula los objetivos radicales y el sentimiento nacionalista con tradi-ciones de lucha poltica y social (Ellner, 2011: 96).
Por otro lado, en el contex-to mundial el populismo tambin tom protagonismo en la ltima dcada. En Europa, desde los partidos o movimientos polticos, en Francia con el partido National Front, Party for Freedom (PVV) en los Pases Bajos, el Freedom Par-ty (FP) de Austria, son partidos que desafan el statu quo desde la extrema derecha adoptando una postura populista y antiinmigrante; mientras que en el sur de Europa, partidos como Podemos de Espa-a, Syriza en Grecia y el Movimien-to Cinco Estrellas de Italia tienden a atacar el sistema desde la izquier-
*Ana Sofa Castellanos
Populismos
da-socialista y progresista. De igual manera, en Estados Unidos, el po-pulismo entr en la escena poltica desde el surgimiento de lideraz-gos populistas como el presidente electo Donald Trump, cuyo estilo poltico ha sido calificado como tal porque representa la ruptura con el statu quo, y su retrica enfatiza la posibilidad de introducir cambios radicales y estructurales en el sis-tema poltico y combatir los enemi-gos, tanto internos como externos.
De acuerdo a varios acadmicos de las ciencias sociales y la ciencia poltica en particular (Laclau 2005; Panizza 2005; Canovan 2009; De la Torre 1997, 2013; Ellner 2011;
Freindenberg 2007, 2011, 2012) el populismo aparece como una es-trategia poltica frente a la crisis de representacin y de legitimidad de los partidos polticos, a la falta de eficiencia del aparato institucional y a crisis econmicas-financieras. Tres elementos que dieron como resultado que amplios sectores de la poblacin se vean afectados per-diendo empleos y dando lugar a la aparicin de figuras polticas cono-cidos como outsiders que aprove-chan las emergentes nuevas bases sociales y sus demandas excluidas.
La reflexin en este artculo gira en torno al estilo de (1) liderazgo, a (2) la retrica manipuladora que se expresa a travs de un discur-so polarizado entre el bien versus el mal, y (3) la configuracin de movimientos o partidos populis-tas. A partir de la introduccin de algunas definiciones relevantes en el debate acadmico para descifrar la dinmica populista se desarrolla un breve anlisis sobre los lderes de esta tendencia poltica que han emergido durante la ltima dcada
Para Margaret Canovan (1999: 3) el populismo en las socieda-des democrticas modernas es visto como la apelacin directa al pueblo en contraste con la es-tructura de poder establecida y las ideas y valores dominantes de la sociedad.
6
en la regin andina, y el algunos ca-sos representativos alrededor del mundo. La intencin es promover la discusin sobre el populismo como un fenmeno social y poltico an vigente, en la regin surameri-cana, latinoamericana y el mundo.
Qu podemos entender por populIsmo?
Qu sugiere la literatura per-tinente sobre la definicin de po-pulismo? Para Margaret Canovan (1999: 3) el populismo en las so-ciedades democrticas modernas es visto como la apelacin directa al pueblo en contraste con la es-tructura de poder establecida y las ideas y valores dominantes de la sociedad. Por otro lado, de acuerdo con Waisbord (2011: 99) este est frecuentemente asociado con cier-to estilo de liderazgo e ideologa poltica que moviliza masas duran-te perodos histricos especficos. Mientras que para Di Tella (1997: 196) el populismo puede definirse como un movimiento poltico basa-do en la movilizacin de un sector popular no organizado de manera autnoma, dirigido por una elite arraigada entre los niveles medios y altos de la sociedad y mantenida unida por un vnculo carismtico y personalizado entre el lder y los electores.
Empero, los esfuerzos acad-
micos para definir el populismo se han centrado principalmente en tres enfoques principales: es-tructuralista, econmico y poltico-
institucional. Tal y como resume Hawkins (2009: 3) en su trabajo, el enfoque estructuralista enfatiza los orgenes sociales del populismo, que estn asociados con las etapas del desarrollo, especialmente el in-tento de industrializacin en pases situados en la periferia de la eco-noma mundial. Segundo, Hawkins (Ibd.) seala la perspectiva econ-mica que define el populismo de acuerdo a los resultados de polti-cas pblicas, especficamente eco-nmicas de corto plazo, que atraen a los sectores ms pobres de la poblacin. Y tercero, la perspectiva poltico-institucional que describe al populismo como un estilo pol-tico que combina un liderazgo ca-rismtico con una organizacin po-bremente institucionalizada, bajo estima por las insti
