Revista Ejercito 831

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    ndice

    Foto:

    DIRECCIN

    DirectorGeneral de Brigada

    Jos ngel ARMADA de SARRA

    Subdirector, Jefe de Colaboraciones yAdministracin

    Coronel Eduardo ORTIZ de ZUGASTI AZNAR

    Jefe de Ediciones

    Coronel Julin BARRIOS BARBERO

    CONSEJO DE REDACCIN

    CoronelesMelndez Jimnez, Ramrez Verdn, Dolz del

    Castellar Alvargonzlez, Izquierdo Navarrete,Dominguez del Valle y Pouts lvarez

    Tenientes CoronelesGarca-Mercadal, Dacoba Cervio,

    Fuente Cobo, Muoz Blzquez,Urteaga Tod

    ComandantesHernndez Calvo, Dez AlcaldeGarca Romera,Ario Astudillo,

    Gmez Reyes yDominguez Snchez

    Suboficial MayorBaena Muoz

    NIPO: 076-10-009-X (Edicin en papel)NIPO: 076-10-010-2 (Edicin en lnea)

    Depsito Legal: M. 1.633-1958ISSN: 1696-7178Correctora de Estilo

    Paloma Prado Caballero.Servicio de DocumentacinEmilia Antnez Monterrubio

    Corrector de PruebasCapitn Jos Manuel Riveira Crdoba

    Diseo Grfico y MaquetacinLuis Angelina Higuera,Miguel Garca Tirado,

    Ignacio Moreno Piqueras yJos Antonio Mndez Bergantios

    Fotocomposicin, Fotomecnica e ImpresinCENTRO GEOGRFICO DEL EJRCITO

    Colaboraciones CorporativasASOCIACIN ESPAOLA DE

    MILITARES ESCRITORES

    Promotor de PublicidadVA EXCLUSIVAS.SL

    Viriato, 69 S-C. 28010 Madrid (Espaa)Telf.: 91 448 76 22 / Fax: 91 446 02 14

    Email: [email protected]: // www.viaexclusivas.com

    Fotografas: MDEF, SEPUB, DECET,Museo del Ejrcito y Esperanza Montero

    REVISTA EJRCITO:C/. Alcal 18, 4. 28014 MADRID.

    Telf.: 91-522 52 54. Telefax: 91-522 75 53

    PresentacinLUIS FERNANDO NEZ MARTNEZ.General de Brigada. Ingenieros. DEM.

    Director del Museo del Ejrcito. 6

    EDTA

    MINISTERIO

    DE DEFENSA

    SECRETARA

    GENERAL

    TCNICA

    La ejecucin del proyecto museogrfico, trmites administrativosJUAN IGNACIO SALAFRANCA LVAREZ.Coronel. Infantera. 8

    La conservacin preventiva en la exposicin permanenteMIGUEL NGEL BONACHE GUTIRREZ.Diplomado en Conservacin y Restauracin de Bienes Culturales. 32

    De condecoraciones y condecoradosCONCEPCIN RODRGUEZ SERRANO.Licenciada en Filosofa y Letras. 40

    Planteamientos museogrficos de las salas temticasMAR GARCA LERMA.Licenciada en Geografa e Historia. 48

    El Departamento de Documentacin del Museo del EjrcitoBELN SANCHIOLI SEZ.Licenciada en Historia del Arte. 62

    Miradas a la exposicin permanente:Las rutas temticas del Museo del EjrcitoMARGARITA SNCHEZ MARTN.Cuerpo Facultativo de Ayudantes de Museos. 22

    El rea de Documentacin.Funciones de la documentacin en el Museo del Ejrcito.Su importancia para el correcto funcionamiento de la institucinLUIS MIGUEL DE LA CHICA OLMEDO.

    Coronel. Infantera. 56

    La exposicin permanente delMuseo del Ejrcito en el Alczar de Toledo

    JUAN IGNACIO SALAFRANCA LVAREZ.Coronel. Infantera. 14

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    JUNIO 2010 AO LXXI. NM. 831

    Archivo Histrico-Cientfico del Museo del EjrcitoCONCEPCIN IBARRETA MARTNEZ.Licenciada en Geografa e Historia. 68

    La Biblioteca del Museo del EjrcitoMERCEDES DE LA CALLE CUBERO.Licenciada en Historia del Arte. 74

    Servicio Fotogrfico del Museo del EjrcitoESPERANZA MONTERO HERNN.Tcnico de Actividades Tcnicas, Mantenimiento y Oficios. 85

    La accin cultural en el Museo: Un reto del futuroIGNACIO MONTOJO PAVA.Coronel. Artillera. 106

    El Departamento de Exposiciones: Un reto para una nueva etapaM CRISTINA GIMNEZ RAURELL.Cuerpo Facultativo de Conservadores de Museos. 118

    Pblico y MuseoCARMEN GARCA CAMPA.Licenciada en Filosofa y Letras. 134

    Planificacin y ejecucin de materiales didcticosKATIA SPIEWAK.

    Licenciada en Pedagoga.ROSA JIMNEZ CURATS.Licenciada en Pedagoga. 150

    Bajo el Alczar imperial de ToledoJOS IGNACIO DE LA TORRE ECHVARRI.Licenciado en Prehistoria e Historia Antigua. 90

    Enfoques didcticos para la enseanza de la Historia MilitarRAQUEL LOZANO MORENO.Licenciada en Historia del Arte.EMILIO ORTIZ GARCA.Licenciado en Historia del Arte.M DOLORES PRIETO LAMO.Licenciada en Ciencias Biolgicas. 144

    Redaccin, Administracin y Suscripciones: Sec-cin de Publicaciones de la JCISAT. C/. Alcal 18,4. 28014 MADRID. Telf.: 91-522 52 54. Telefax:91-522 75 53. Pg. WEB: www.ejercito.mde.es, E-mail: [email protected]; revistaejercito @te-lefonica.net. Suscripcin anual: Espaa 12,02 euros;Europa:18,03 euros; resto del mundo: 24,04 euros.Precio unidad: 2,4 euros.

    (IVA y gastos de envo incluidos)LA VIGENCIA DE LOS PRECIOS

    REFERIDOS SER DURANTE EL AO 2010

    La Revista Ejrcito es la publicacin profesionalmilitar del Ejrcito de Tierra. Tiene como finali-dad facilitar el intercambio de ideas sobretemas militares y contribuir a la actualizacinde conocimientos y a la cultura de los cuadrosde mando. Est abierta a cuantos compaerossientan inquietud por los temas profesionales.Los trabajos publicados representan, nica-mente, la opinin personal de los autores.

    Sumario Internacional 158

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    4 REVISTA EJRCITO N. 831 NMERO EXTRAORDINARIO JUNIO 2010

    En el primero de los dos nmeros especiales

    que esta Revista dedica al Museo del Ejrcito,se hizo un repaso de algunos de los diferentesaspectos que componen la vida interna de unmuseo. Con la finalidad de que el lector quesienta curiosidad por entrar de forma un pocoms profunda en este campo, pueda compren-der con facilidad las ideas que se expresan enlos artculos que componen ambos nmeros yque en su conjunto constituyen un todo, expli-camos de forma somera cmo se organiza estetipo de instituciones.

    Para comenzar citaremos sus cometidos que

    vienen englobados en la definicin que de mu-seo, se da en el Real Decreto 620/1987, por elque se aprueba el Reglamento de los Museos:Son instituciones de carcter permanente queadquieren, conservan investigan, comunican yexhiben, para fines de estudio, educacin ycontemplacin, conjuntos y colecciones de va-

    Luis Fernando Nez Martnez.General de Brigada. Ingenieros. DEM.Director del Museo.

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    lor histrico, artstico, cientfico y tcnico o decualquier otra naturaleza cultural.

    De aqu se deduce que el Museo se debe or-ganizar para desempear una serie de funciones

    dedicadas a los fondos: adquisicin, conserva-cin e investigacin. Estas funciones se desarro-llan en varios aspectos: la incorporacin de fon-dos a la coleccin existente en el Museo, elestudio de estos fondos y su conservacin y res-tauracin para preservarlos del deterioro, man-tenindolos en condiciones adecuadas.

    Hay una segunda faceta directamente rela-cionada con los fondos, su estudio y documen-tacin, ya que no solo se trata de tener una co-leccin de fondos sino que hay que tenerlos

    localizados, tanto en inventario como en suubicacin dentro del Museo; y, por otro lado,se debe reflejar en la documentacin de cadafondo, un conjunto de datos explicativos quemuestren sus circunstancias e inters desde elpunto de vista material e histrico.

    Se seala, adems, la funcin de comunica-cin y exhibicin. Obviamente, una de lasfunciones ms importantes del Museo esmostrar los objetos que tiene atesoradosmostrndolos de forma lgica y com-prensible para el pblico; funcin que

    se cubre a travs de las exposiciones,bien la exposicin permanente quees el primer contacto que el pblicotiene con cualquier museo, bien lasexposiciones temporales que organi-za el propio Museo con sus fondoso con fondos de otras instituciones

    sobre temas monogrficos. Conviene sealarque las exposiciones temporales se han multi-plicado en los ltimos tiempos por ser un pro-cedimiento de atraer la atencin del pblico

    sobre temas relacionados con el objeto de ca-da museo, pero que, por diferentes razones, nose exhiben habitualmente.

    A todas estas funciones hay que aadir otra,lgica en toda institucin, la administrativa,necesaria para el gobierno de su funciona-miento interno, en la que se incluye tambin laseguridad.

    De estas funciones se deducen las reas enque se ha organizado el Museo del Ejrcito ycuyo nombre explica los cometidos que cada

    una de ellas tiene. Investigacin, Documenta-cin, Accin Cultural, Administracin y Seguri-dad.

    De ellas, su composicin, organizacin, mi-siones, contenido y previsiones de desarrollo enlo referente a la nueva etapa que ahora empren-de el Museo, se ha hablado con una cierta pro-

    fusin en el nmero anterior. Tambin seha hablado del transporte del Museo,operacin minuciosa y compleja que harequerido un gran esfuerzo de organi-zacin para que su ejecucin fuese f-

    cil. En el momento de escribir estas l-neas, la operacin est ya tocando asu fin y, podemos sealar que se pre-

    v su culminacin con xito, deforma que la sede de Mndez

    Nez quede definitivamenteen condiciones de entrega.

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    En este nmero extraordinario se explican lasfunciones de las dos reas que no tuvieron refle-jo en el primero y que por razones de equilibrioen el volumen de contenido de ambos nme-ros. Adems se explica cmo se ha concebidola exposicin permanente y las dificultades in-herentes a todo el proceso: desde la seleccinde temas que ilustran la historia del Ejrcito,que por su magnitud ha sido escrita ad hoc porun equipo de especialistas, hasta la seleccin delas colecciones que recoge el Museo.

    Tambin se describe el arduo proceso deejecucin de la museografa en el que intervie-nen cientos de factores, desde el diseo hastalos trmites administrativos de contratacin, pa-sando por factores tan complicados como losdiseos de vitrinas, la climatizacin de aquellasque lo precisen, la iluminacin, la redaccin ypresentacin de los textos explicativos, y tantosotros que no procede mencionar por no hacerexcesivamente prolija esta presentacin.

    Para finalizar con la introduccin de este se-gundo grupo de artculos, quiero dejar cons-tancia de varios hechos que, debido en parte ala humildad preconizada por D. Pedro Calde-rn de la Barca en su Aprendiz de soldado,que tan bien conocemos y practicamos los queprofesamos el honroso oficio de las armas,apenas han trascendido al Ejrcito, porque losque en ella participamos somos reacios a ha-blar de nosotros mismos y de nuestros logros.

    El primero de ellos es el resultado de la granobra que se est realizando, resultado que se

    ver en breve tiempo y que har que el Ejrcitose sienta orgulloso de su Museo, pues estar enel grupo de cabeza de los museos nacionales yde los mundiales de su gnero, a pesar de lascrticas de todo tipo bien venidas todas ellasporque hasta de las insidiosas, que tambin lasha habido, se pueden extraer enseanzasque se han formulado y se formularn. Las cr-ticas nos han servido de aguijn para perseve-rar en la consecucin del objetivo marcado.

    El segundo es el enorme esfuerzo personaldesarrollado por todos los que han participadoen el proyecto en los diferentes puestos de tra-bajo y en las distintas funciones que han desa-rrollado. Muchas de ellas tcnicas: conservado-res y ayudantes de museos, documentalistas,muselogos, tcnicos de colecciones, diseado-res, restauradores, bibliotecarios, archiveros, in-formticos o fotgrafos; otros no menos impor-tantes como son los administrativos, auxiliares ypersonal laboral tcnico y de oficios varios; y,

    por ltimo, el personal contratado que ha refor-zado temporalmente al personal del Museo entrabajos tcnicos o en otros que pueden parecerms humildes pero son igualmente necesarioscomo son los de los servicios de limpieza y se-guridad. Es preciso sealar que todos ellos hanmostrado una dedicacin entusiasta durante to-do el desarrollo del proyecto, aun a sabiendasque, en unos casos estaban abocados al trasladosi queran seguir en el Museo, o deban cambiarde destino si al final del trabajo queran seguirdestinados en Madrid.

    6 REVISTA EJRCITO N. 831 NMERO EXTRAORDINARIO JUNIO 2010

    Teniente generalD. Joaqun Navarro Sangrn.Director del Museo,marzo de 1803-marzo de 1817

    Mariscal de campoD. Diego Ollero Carmona.Director del Museo,septiembre de 1889-mayo de 1898

    GeneralD. Teodoro Ugarte Guerrero.Director del Museo,abril de 1910-abril de 1914

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    Tambin hay que resaltar el hechode que, a pesar de que el Museo se haesforzado por cesar en todas sus acti-vidades y enfrascarse exclusivamenteen las dos grandes actividades que de-ba atender el transporte, instala-cin y montaje de la exposicin per-manente, ha resultado imposiblepor el hecho de estar en pleno bicen-tenario del movimiento popular quesupuso la Guerra de la Independenciaque ha llenado de celebraciones yconmemoraciones todo el mbito na-cional. Conmemoraciones para lasque la mayor parte de sus organizado-res han solicitado la colaboracin delMuseo. A pesar del deseo propuesto yaprobado por las autoridades superio-res de permanecer al margen, ha re-sultado imposible y ha habido queconcurrir a ms de quince exposicio-

    nes temporales con fondos del Museo,lo que ha introducido un constanteobstculo en el desarrollo normal delas operaciones (restauracin, embala-je, transporte, almacenamiento) al exi-gir la localizacin de las piezas, sudocumentacin para la exposicin sealando las circunstancias histricasque el objeto tiene dentro del contex-to de la exposicin, su fotografiadopara los catlogos y su posterior inclu-sin en el proceso de transporte.

    Por ltimo, sealar el sentimientode agradecimiento, mudo pero pro-fundo, que el Museo ha experimenta-do con la celebracin de la entregade los Premios Ejrcito en la sede deMndez Nez una vez desalojada.Este edificio de viejo corte, que es ala vez humilde y grandioso, y que haalbergado durante cerca de dos siglosal Museo de Artillera primero y delEjrcito ms tarde, ha sido elegidopara el desarrollo de esta ceremonia,moderna pero ya tradicional en nues-tro Ejrcito y siempre ligada al fomen-to de las actividades culturales endiferentes manifestaciones. Su desa-rrollo ha sido perfecto a pesar de queha habido que disimular de diversasformas sus paredes daadas por el pa-so del tiempo y por mor de la activi-dad expositiva que han desempeado

    durante muchos lustros. Durante laceremonia se present la marchacompuesta para el Museo que fue lar-gamente aplaudida.

    Este gesto del Ejrcito hacia su mu-seo es la confirmacin del apoyo queel centro siente de la Institucin, apoyoque se ha manifestado de muy diversasformas a lo largo de estos aos y sin elcual su actividad seria imposible: no envano es una ms en la relacin de Uni-dades que lo componen.

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    GeneralD. Luis Bermdez de CastroDirector del Museo,1940-1952

    GeneralD. Luis Fernando Nez MartnezDirector del Museo,2005-2010

    GeneralD. Jos Milln AstrayDirector del Museo,1940

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    Dentro de la gran variedad de actuacio-nes que implica la ejecucin de un proyec-to museogrfico, quiz los trmites admi-nistrativos constituyan la faceta ms rida ymenos atractiva de tratar, sin embargo, re-sulta absolutamente necesario detenerse eneste aspecto del proyecto, dada su grancomplejidad y la circunstancia de que, sinun adecuado tratamiento de la burocracia,otros campos de la museografa hubieranresultado intiles por inviables.

    Desde que estoy a la cabeza del Equipodel Plan Museogrfico del Museo del Ejr-cito en el Alczar de Toledo, cada vez queme encuentro con algn compaero, lapregunta es: Cmo va el traslado?, e in-

    variablemente mi respuesta es que ojalse tratara de un traslado, pues con todolo que ello implica, bastara contratar unaempresa de transportes solvente, asegurarconvenientemente los fondos y controlar-los. Pero la ejecucin de un proyecto mu-seogrfico va mucho ms all de un trasla-do, es la constitucin de un museo con unanueva sede, con los fondos del antiguo,ms los que se consideren convenientes pa-ra completar el discurso museogrfico, enla sede nueva.

    Juan Ignacio Salafranca lvarez.Coronel. Infantera.

    Entrada de grupos de la nueva sede delMuseo del Ejrcito

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    Las complicaciones administrativasaumentan al estar implicados dos mi-nisterios, Defensa y Cultura que, aun-que se rijan por la Ley de Contratos de

    las Administraciones Pblicas, tienensus peculiaridades internas, sus normasadministrativas particulares y obligan ala intervencin de elementos de losdos ministerios, a los que es necesariocoordinar.

    En el caso que tratamos, el hechode ocupar una nueva sede, en un edifi-cio histrico, hace necesario enlazartodo el trmite administrativo con dife-rentes asuntos gestionados por cada

    uno de los ministerios implicados quevan, desde la rehabilitacin del Alc-zar y la construccin del nuevo edifi-cio administrativo, a los distintos con-tratos necesarios para la puesta enmarcha del Museo como gestin de lacafetera-autoservicio, transporte defondos, adquisicin de nuevas piezas,solicitud de depsitos a entidades aje-nas al Museo, levantamiento de dep-sitos propios que estaban cedidos aotros museos y un largo etctera que

    iremos viendo a lo largo de estas lne-as.

    La aparicin de unos restos arqueo-lgicos de enorme inters y la decisinde incorporarlos al discurso musesticoconstituye otro factor digno de ser teni-do en cuenta.

    El antecedente remoto de la ejecu-cin del proyecto museogrfico es elacuerdo inicial entre los Ministerios deDefensa y Educacin y Cultura para la

    ocupacin, por este ltimo, del edifi-cio del Saln de Reinos del Palacio delBuen Retiro y el consiguiente trasladodel Museo del Ejrcito al Alczar deToledo, firmado el 24 de julio de1997.

    El antecedente inmediato es el con-curso para la adjudicacin del contratode asistencia para la redaccin del di-seo y direccin del suministro y mon-taje de la exposicin permanente delMuseo del Ejrcito en el Alczar de

    Toledo, publicado en el Boletn Oficialdel Estado N 37 de 12 de febrero de2005. Este concurso presenta una par-ticularidad que va a condicionar enor-

    memente la propia ejecucin del pro-yecto al unir a la redaccin del diseo,la direccin del suministro y montajede la exposicin.

    Hay que sealar que la convocato-ria sealaba un plazo de seis mesespara la redaccin y diez meses para ladireccin. El presupuesto base de lici-tacin era de 300.500 , desglosadosen 210.350 para la redaccin y90.150 para la direccin.

    En el Boletn Oficial del Estado N136 de 8 de junio de 2005, se adjudi-caba este concurso a la UTE IgnacioVicens, Manuel Estrada Diseo Grfi-co, SL, e Ingeniera Cultural, SA, porun importe de 282.500 .

    Por diversas causas, la redaccindel proyecto se retras hasta noviem-bre de 2006 y el cuatro de abril de2007 se convocaba un concurso parala adjudicacin del contrato de sumi-nistro de fabricacin e instalacin de

    la exposicin permanente del Museodel Ejrcito en el Alczar de Toledo,con un plazo de ejecucin de diecio-cho meses y un presupuesto base de li-citacin de 19.304.530,89 .

    Tras la visita a las instalaciones delos posibles participantes en el concur-so, las empresas deban presentar unaserie de muestras de los distintos ele-mentos museogrficos, que fueron eva-luadas por el Equipo del Plan Museo-

    grfico, constituyendo el 40% de lavaloracin, a la hora de adjudicar elconcurso, siguiendo normas internasdel Ministerio de Cultura cuya Geren-cia de Infraestructuras y Equipamientosera el rgano de contratacin; el 60%restante lo constitua la oferta econ-mica.

    El 21 de junio de 2007, se procedia la apertura de ofertas y, tras su bare-macin, junto con la evaluacin de lasmuestras, se adjudic a la empresa Ge-

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    neral de Producciones y Diseo, SA, por unimporte de 16.127.427 .

    El hecho de que el rgano de contratacinfuera el Ministerio de Cultura a travs de su Ge-

    rencia de Infraestructuras y Equipamientos y elbeneficiario final fuera el Museo del Ejrcito,encuadrado en el Ministerio de Defensa, obliga nombrar dos coordinadores de la ejecucindel contrato, uno por cada ministerio, designn-dose a un funcionario de la Gerencia, por partedel Ministerio de Cultura, y al Coronel Jefe delEquipo del Plan Museogrfico, por el de Defen-sa.

    Como se ve, se trata de un proceso de con-tratacin sencillo, dentro de las normas habi-

    tuales que rigen la contratacin en el seno delas administraciones pblicas. Sin embargo,hay que tener en cuenta que el hecho de serlos redactores del proyecto quienes deban di-rigir la ejecucin del mismo, aade un factorpeculiar. Ha de considerarse que la empresaadjudicataria de la ejecucin realiza habitual-mente este tipo de proyectos, estando en lamayora de los casos redactados por la mismaempresa; por ello, ha debido hacer un esfuer-zo de adaptacin a los criterios de los redacto-res del proyecto.

    Tambin resulta peculiar que tratndose deun contrato de suministro, implique la ejecu-cin de una obra lo que lleva consigo una se-rie de particularidades, sobre todo en el segui-miento y las responsabilidades de cada uno delos participantes.

    Otro aspecto que considerar es la enormemagnitud de la obra, no en vano se trata de loque se pretende que sea Museo Militar de re-ferencia en Europa, al nivel, por citar solo dos,de instituciones de la importancia del Imperial

    War Museum de Londres o el Muse de LAr-m de Los Invlidos de Pars.Directamente relacionados con estos dos

    contratos, hay que considerar otros que, aje-nos al plan museogrfico, lo condicionan, es-tn relacionados con l o se influyen mutua-mente. Sin pretender ser exhaustivos, los msimportantes y ms directamente relacionadoscon el proyecto museogrfico son: Obras de rehabilitacin del edificio histri-

    co. Construccin del edificio administrativo.

    Detalle de la fachada lateral del Alczar

    Maqueta del proyecto del Museo en el Alczar

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    Urbanizacin de la explanada de ac-ceso, adecuacin del entorno y jar-dines.

    Realzar el valor de los restos arqueo-lgicos.

    Restauracin de fondos. Personal de apoyo. Reproducciones de piezas. Transporte de fondos y administrativo.

    En cuanto a las obras de rehabilita-cin del edificio histrico y construc-cin del nuevo, se consideraron dosfases del mismo proyecto y han sidoconvenientemente explicadas por elcoronel ingeniero D. Enrique RocabertBielsa en el N 794 de esta Revista.

    nicamente, por lo que afecta al pro-yecto museogrfico, cabe sealar queel inicio de actividades de implanta-cin de los elementos expositivos esta-ba lgicamente condicionado a la en-trega de los dos edificios. Por diversasrazones, se invirti el orden de las fa-ses: la primera, construccin del edifi-cio de nueva planta, se realiz conposterioridad a la segunda, rehabilita-cin del edificio histrico y hasta nopasar a depender del Museo del Ejrci-

    to ambos edificios, no fue posible ini-ciar los trabajos, pues todos los ele-mentos de control, energa y serviciosradican en el nuevo edificio.

    En cuanto a realzar el valor de los

    restos arqueolgicos, lo que ms afectaal proyecto museogrfico es la deci-sin de incorporarlos al discurso delMuseo. Sin embargo, en el aspectocontractual, no tiene ninguna influen-cia sobre la ejecucin de la museogra-fa, pues desde el principio estuvo in-cluido, tanto en la redaccin delproyecto, como en los presupuestos deejecucin.

    La restauracin de fondos es otro

    factor de evidente influencia en el pro-yecto museogrfico. Por una parte, ladecisin inicial era que ningn fondose trasladara a Toledo sin su previa res-tauracin, pero la realidad de los he-chos hizo ver que se saturaba el mer-cado de restauracin, es decir, que lasempresas dedicadas a estos menesteresno podan atender las necesidades delMuseo en el tiempo requerido. Huboentonces que priorizar las restauracio-nes, dando preferencia a los fondos se-

    REVISTA EJRCITO N. 831 NMERO EXTRAORDINARIO JUNIO 2010 11

    Despacho del edificio de nueva planta

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    leccionados para el proyecto museogrfico.Aunque la seleccin de piezas fue previa a lascampaas de restauracin, las mnimas peroconstantes variaciones en esta seleccin, debi-das a causas muy diversas, han obligado a unesfuerzo de coordinacin entre restauradores ymusegrafos, condicionndose mutuamentelos dos procesos contractuales.

    La exigencia de finalizar los trabajos de muse-

    ografa en el tiempo estipulado oblig a la con-tratacin de un equipo de apoyo al plan museo-grfico, que lleg a ser de once personas,adems de las que, de forma permanente, cons-tituyen el equipo. Este es quiz uno de los as-pectos administrativamente ms complejos, porla imposibilidad de proceder a un contrato tem-poral de personas, debiendo contratarse el servi-cio de apoyo al propio plan museogrfico. Porotra parte, las disponibilidades presupuestarias,por un lado, y los retrasos sufridos en la ejecu-cin del proyecto, por otro, obligaron a prescin-

    dir de este apoyo, cuando todava no haba fina-lizado su cometido, repercutiendo sobre el equi-po permanente la carga de trabajo consiguiente.

    Independientemente de las reproduccionesprevistas en el contrato de suministro y ejecu-cin, se percibi la necesidad de duplicar de-terminadas piezas que requeran una mayor es-pecializacin. En este terreno, se repiti elproblema de las restauraciones: los especialis-

    tas dedicados a ello no podan cubrir las nece-sidades del proyecto en el tiempo requerido;dando lugar a que varios lotes del concursoquedaran desiertos debiendo procederse a frag-mentarlos para buscar artesanos capaces deatender a ello, mediante contratos menores,con el consiguiente retraso en el tiempo.

    En cuanto al transporte de fondos, este ha si-do quiz el problema ms grave desde el pun-to de vista contractual, por el desfase entre lasfechas previstas en el proyecto y las fechas rea-les de ejecucin de la museografa, provocan-

    12 REVISTA EJRCITO N. 831 NMERO EXTRAORDINARIO JUNIO 2010

    Sala de juntas y reuniones Proyecto del nuevo edificio junto al Alczar

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    do graves disfunciones que solo labuena disposicin de la empresa adju-dicataria del transporte y las solucio-nes de emergencia adoptadas por ladireccin del Museo han permitidosalvar. As, el condicionante para eltraslado de los fondos era que cual-quier fondo tuviera su ubicacin enToledo antes del movimiento y, en

    principio, los primeros que deban sertrasladados, eran los seleccionados pa-ra la exposicin. Al no estar dispuestoslos elementos museogrficos para reci-birlos, hubo que variar las prioridadese ir desplazando los fondos no expues-tos, con el problema aadido de nodisponerse todava de la totalidad delos almacenes. Por otra parte, la em-presa adjudicataria del transporte erala que dispona de los medios adecua-dos para el movimiento de determina-

    das piezas, de gran peso, volumen ocaractersticas especiales.

    Como resumen, un proceso en prin-cipio sencillo de contratacin, ofrececiertas peculiaridades, entre las quecabe destacar: Intervencin de dos ministerios. Magnitud del proyecto. Redaccin del proyecto por empresa

    ajena a la ejecucin. Direccin facultativa por la empresaredactora del proyecto.

    Condicionamiento a otros contratos. Influencia del desarrollo del proyec-

    to sobre otros contratos.Se trata, indudablemente, de un te-

    ma rido pero, para cualquiera quequiera conocer a fondo todo el procesode ejecucin del proyecto museogrfi-co, es un aspecto importante que teneren consideracin.

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    Control de acceso en la entrada de grupos

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    El complejo proceso de traslado del Museodel Ejrcito, desde su sede en el Saln de Rei-nos del Palacio del Buen Retiro, al Alczar deToledo, no estar completo hasta que quedeinstalada la exposicin permanente. Este cap-tulo del movimiento, condiciona y, a su vez,se ve influido por el resto de operaciones quelleva consigo un proyecto tan ambicioso.

    Para atender al montaje de esta exposicin,ha debido disearse un proyecto museogrficoque se basa en el Plan Museolgico del Museodel Ejrcito en el Alczar de Toledo. Las si-guientes lneas tratarn de esbozar las diferen-tes etapas, los objetivos y los condicionantesque llevan hasta el montaje de la exposicinpermanente con el que culminar todo el pro-ceso.

    Desde que, en 1996, se decide el trasladodel Museo del Ejrcito a Toledo, se siente lanecesidad de que no se limite a un simple mo-

    vimiento de fondos, sino que, sin desperdiciarla riqueza de las colecciones del Museo, seaprovechen las ltimas tcnicas museogrfi-cas, para conseguir un museo que sea referen-cia de los museos militares de Europa.

    Para ello, por orden 247/1997 de 28 de no-viembre de 1997, se crea la Comisin Histo-riogrfica Asesora del Nuevo Museo del Ejr-cito para establecer las bases de los trabajossobre la museologa. En septiembre de 1998,se da la orden de iniciar el proyecto, presen-tndose el 27 de diciembre de 2002 un primer

    Juan Ignacio Salafranca lvarez.

    Coronel. Infantera.

    Planta superior de la plaza de armas del Alczar

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    borrador que fue rechazado por elGrupo de Seguimiento del ProgramaNuevo Museo del Ejrcito, encargn-dose un nuevo borrador a una comi-

    sin formada por cincuenta prestigio-sos historiadores y especialistas, civilesy militares, coordinados por el Subdi-rector General del Patrimonio Histri-co-Artstico, de la Direccin Generalde Relaciones Institucionales de la De-fensa (DIGERINS).

    Los objetivos del Plan Museolgicoson: Exponer la Historia del Ejrcito espa-

    ol como parte de la Historia de Es-

    paa. Presentar la contribucin del Ejrcitoal nacimiento, constitucin y desa-rrollo de la Nacin y el Estado espa-oles.

    Ilustrar la aportacin de los militaresal progreso institucional, social, cul-tural y cientfico de Espaa.

    Potenciar y dar a conocer la culturade la Defensa y la integracin de lasFuerzas Armadas en organizacionesinternacionales.

    El resultado del trabajo de este se-lecto equipo, se plasma en un libroeditado en tres tomos por el Ministeriode Defensa, bajo el ttulo deAproxima-cin a la Historia Militar de Espaa. Es-ta obra, sirve de base al grupo de per-sonas encargadas de redactar el planmuseogrfico que, adems deben teneren cuenta los condicionantes a queobligan la peculiaridad del Museo y lanecesidad de adaptarse al edificio his-

    trico del Alczar de Toledo.En cuanto al primero de los dos, esindudable que se trata de un museoque debe exponer gran variedad decolecciones, con distintos requisitos deexposicin y conservacin, que debenser completados con aquellos fondosde los que carezca, con las reproduc-

    Vista area del Alczar. Junto al mismo se puede ver anexo el nuevo edificio del Museo

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    ciones necesarias, y todo ello apoyado en losms modernos elementos museogrficos.

    Por otra parte, el realizar la exposicin en unedificio histrico, lleva consigo la necesidad derespetar la personalidad del mismo y hacer unaadecuacin espacial que permita mostrar el ma-yor nmero posible de piezas; con dos dificulta-

    des aadidas, una de tipo espacial al estar ocu-pada toda la planta superior del inmueble por labiblioteca de Castilla la Mancha y la segunda de

    tipo expositivo al incorporarlos restos arqueolgicos apa-recidos durante la obra de ex-cavacin para el nuevo edifi-

    cio.El equipo estuvo constitui-

    do por siete personas, licen-ciados en Humanidades, en-cabezados por un oficial delas Fuerzas Armadas que, sal-vo en la ltima etapa, reuna,adems la condicin de ser li-cenciado o doctor en Historia.Ms adelante, cuando la en-vergadura de los trabajos y la

    necesidad de ajustarse a losplazos establecidos obligarona ello, el equipo se vio refor-zado hasta por once especia-listas, documentalistas, fot-

    grafos y tcnicos en la elaboracin de elementosaudiovisuales e interactivos, entre otros.

    La primera tarea del equipo fue estructurarel discurso museogrfico de la exposicinpermanente, de acuerdo con todos los condi-cionantes hasta ahora expuestos, establecin-dose un discurso histrico que recorriera toda

    la Historia del Ejrcito espaol, reflejando lorecogido en la Aproximacin a la Historia Mi-litar de Espaa, dos salas de introduccin y

    once salas temticas ms,que acogieran las coleccio-nes ms representativas delMuseo.

    De esta forma, el recorridohistrico se estructur enocho salas cuyos ttulos eran:

    1. De la Prehistoria a 1492.

    2. La Monarqua Hispnica.3. Los Primeros Borbones.4. La Revolucin Liberal.5. La Gnesis del Estado

    Liberal (1843-1874).6. La Restauracin (1875-

    1923).7. La Crisis del Siglo XX.8. El Ejrcito del Tiempo

    Presente.Iniciados los trabajos y con

    el fin de adaptarse ms a los

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    contenidos, algunos de estos t-tulos fueron modificados que-dando definitivamente:

    1. Los Ejrcitos antes del

    Ejrcito.2. La Monarqua Hispnica

    (1492-1700).3. La Monarqua Ilustrada

    (1700-1788).4. Liberales y Absolutistas

    (1788-1843).5. El Estado Liberal (1843-

    1874).6. La Restauracin Monrqi-

    ca (1874-1923).

    7. El Siglo XX.8. El Ejrcito en el tiempopresente.

    De ellas, la primera consti-tuye una exposicin temporal,por tratarse de un perodo an-terior a la aparicin de losEjrcitos permanentes y, comotal se exhibe en la sala de ex-posiciones temporales de quedispone el museo.

    Las dos salas temticas de

    introduccin son las de Histo-ria del Museo e Historia delAlczar; siendo las de colec-ciones:

    - Armas blancas.- Armas de fuego porttiles.- Las Banderas.- Historia de la Artillera.- Las Miniaturas.- Condecoraciones.- Patrimonio Etnogrfico.

    - Fotografa histrica.- Coleccin de la Casa Du-cal de Medinaceli.

    - Museo Romero Ortiz.- La Uniformidad del Ejrci-

    to espaol.Una particularidad intere-

    sante del recorrido cronolgi-co, la constituye el hecho deque cada una de las salas estdividida en cinco rutas que re-cogen distintos aspectos de la

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    Armaduras de la sala temtica de la coleccin de la Casa Ducal de Medinaceli

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    Historia Militar de Espaa. Es-tas rutas son:

    1. Espaa y su Historia Mi-litar.

    2. La Organizacin Military sus Hombres.

    3. Los Medios Materiales.4. El Arte de la Guerra.5. Ejrcito y Sociedad.Establecida la estructura

    del discurso museogrfico, elsiguiente paso fue vestir es-te discurso, para lo que se ini-ci el proceso de la seleccinde los fondos que se haban

    de exponer en cada una delas salas, con la idea ya expre-sada ms arriba de mostrar elmayor nmero posible de losque constituyen las coleccindel Museo, completndoloscon los necesarios de otrasinstituciones, para narrar de-terminado acontecimiento dela Historia o para presentar aalgn personaje histrico delque, en la coleccin estable,

    no apareciera ningn recuer-do. Esta labor abarca, por unaparte, una detallada seleccinde los fondos del Museo; porotra, una labor de recupera-cin de sus fondos propiosdepositados en otros museosmilitares e instituciones, y elestudio de los catlogos de lascolecciones ajenas que pudie-ran cubrir esas lagunas sobre

    hechos o personas ya citadas.Todo ello con los condicio-nantes espaciales de adapta-cin al edificio histrico delAlczar de Toledo.

    Llegados a este punto, sepercibi que, pese a la res-trictiva seleccin de fondos,el edificio histrico no erasuficiente para albergar todala exposicin permanente,optndose por, adems de

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    Casaca de gala para grandes solemnidades del capitn generalD. Sebastin Gabriel de Borbn y Braganza, Infante de Espaa

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    exponer la sala 1, anterior a los Ejr-citos permanentes, en la sala de expo-siciones temporales, alojar la sala 8,que corresponde al Ejrcito del tiem-po presente, en el edificio de nuevaplanta, acorde con el tema de la sala.

    Finalmente, quedaron situadas lassalas 2 a 7 del discurso cronolgico,en la planta baja y primera planta delAlczar, las temticas en las plantasstano y semistano del mismo, y lassalas 1 y 8 del discurso cronolgico en

    el edificio de nueva planta, como ya seha dicho.El proceso de seleccin de fondos

    se ha mantenido abierto por la necesi-dad de sustituir aquellos cuya dona-cin o depsito no ha sido posibleconseguir, y por problemas de medi-cin espacial que han obligado a mo-dificar la implantacin varias veces; fi-nalmente el nmero de fondos enexposicin ser de 5951, alojados en905 vitrinas de hasta doce tipos.

    Otra complicada labor del equipoha consistido en la determinacin delos elementos museogrficos necesa-rios para completar, en unos casos,destacar en otros y acercar al especta-dor en todos, el relato histrico que seapoya en las piezas del Museo. Estoselementos museogrficos son de losms diversos tipos: interactivos, audio-visuales, manipulativos, escenografas,dioramas, reproducciones, entre otros.Se han diseado 151 museografas.

    Adems de los fondos y las museo-grafas, el discurso se apoya en grficasdotadas de texto, imagen o texto e ima-gen, por lo que tambin ha sido trabajodel equipo, la redaccin de textos y se-leccin de imgenes con que ilustrarlas grficas. Esta labor ha sufrido lamisma limitacin de espacio que la ex-posicin de fondos o el montaje demuseografa, con la dificultad aadidade que, en muchas ocasiones, la ima-gen idnea para transmitir determinada

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    La organizacin de la nueva exposicinpermanente del Museo del Ejrcito responde aun doble criterio, histrico y temtico, con elresultado de seis salas de discurso histrico,trece salas monogrficas, una exposicin tem-

    poral dedicada a los conflictos blicos desdela Prehistoria hasta 1492 y una sala destinadaa presentar el Ejrcito actual1.

    En el primer grupo de salas, la ordenacincronolgica facilita una aproximacin a loscontenidos de forma secuenciada segn laAproximacin a la Histria Militar de Espaa,guin coordinado por la Subdireccin Generalde Patrimonio Histrico del Ministerio de De-fensa2. A esta lectura lineal de la exposicin sesuperponen cinco rutas temticas que consti-

    tuyen otras tantas propuestas para el usuario.LAS SALAS DEL DISCURSO HISTRICO

    Si bien toda divisin histrica tiene algo deconvencional, son precisamente los grandes pe-rodos histricos (Edad Media, Renacimiento,etc.) los ms reconocibles por el pblico. To-mando como punto de partida esta participa-cin, la sala La Monarqua Hispnica abarca lossiglos XV, XVI y XVII. La eleccin del reinadode los Reyes Catlicos para dar comienzo aldiscurso histrico se basa en el hecho de que

    Margarita Snchez Martn.Cuerpo Facultativo de Ayudantes de Museos.

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    fueron estos monarcas los primeros eninstitucionalizar el Ejrcito, al organizarun cuerpo armado permanente en susti-tucin de las mesnadas medievales.

    Con Carlos V y la casa de Austria, lainstitucin gana en eficacia y compleji-dad para hacer frente a las necesidadespolticas, diplomticas y militares de unimperio de dimensiones planetarias.

    La Monarqua Ilustrada (1700-1788)presenta la etapa de los primeros Bor-bones y la adopcin en Espaa de losplanteamientos ilustrados que aporta lanueva dinasta francesa. El proceso deracionalizacin y centralizacin polti-

    ca y administrativa se dejar sentir confuerza en el Ejrcito. En ese momento,la actuacin internacional de Espaa

    va de la mano de su vecina y aliada, lamonarqua francesa.

    Liberales y Absolutistas (1789-1843)arranca con el gobierno de Carlos IV

    en el que tras un primer perodo deavance de los principios revoluciona-rios la lucha contra la Francia napo-lenica y la restauracin de FernandoVII darn al traste con el incipiente li-beralismo espaol. Este se expresaren su forma ms violenta a travs delfenmeno de los pronunciamientos pa-ra restaurar la Constitucin de 1812 y,sobre todo, en la primera guerra carlis-ta. En este conflicto, liberales y absolu-

    tistas continan con las armas en lamano el enfrentamiento iniciado en lasCortes de Cdiz.

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    Iconos de ruta

    Esquema de contenidos de las salas de recorrido histrico

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    La mayora de edad de Isabel II es el puntode partida de la sala El Estado Liberal (1843-1875) en la que se muestra la difcil consolida-cin de la monarqua parlamentaria. En Europa

    es tiempo de revoluciones que, en el caso es-paol, estar jalonado por el exilio de la reina,la efmera presencia de la dinasta Saboya y lano menos efmera experiencia republicana. Alo largo del perodo asistimos al nacimiento delos partidos polticos en el sentido decimo-nnico del trmino que buscan el apoyo delEjrcito como institucin de prestigio.

    A caballo entre los siglo XIX y XX, La Res-tauracin (1875-1923) se inicia con la vueltaal trono de la dinasta Borbn, esta vez en la

    persona de Alfonso XII. Su reinado y el de suhijo y sucesor hasta la dictadura de Primo deRivera constituyen el hilo conductor de esta sa-la. El Desastre del 98 y las guerras de Marrue-cos, en un contexto internacional marcado porla colonizacin y la Primera Guerra Mundial,forman el complejo entramado blico del per-odo.

    El Siglo XX (1923-1989) es el ttulo de la salaque arranca con la Dictadura de Primo y termi-na en la fecha de la incorporacin de la mujera las Fuerzas Armadas espaolas. La historia

    parece acelerarse: la dictadura, la Guerra Civil,de nuevo una dictadura, la transicin y final-mente la democracia.

    Estas seis salas, situadas en el edificio hist-rico del Alczar de Toledo y cuyos lmites cro-nolgicos hemos comentado brevemente, pue-den recorrerse linealmente o a travs de sus

    rutas temticas. La ltima sala cronolgica, ElEjrcito del tiempo presente, no se ha articula-do en rutas por su ubicacin en el nuevo edifi-cio del Museo del Ejrcito y por tanto fuera

    del recorrido lineal de las anteriores y porplantearse como un espacio de contenidoabierto, como abierto es el presente.

    La riqueza y heterogeneidad de las coleccio-nes del Museo han permitido ilustrar las rutascon fondos muy variados, sin pasar por alto elesfuerzo por incrementar los fondos museogr-ficos a travs de una poltica de adquisicionesy de solicitud de depsitos. La secuencia expo-sitiva alterna piezas originales con recursosmuseogrficos, grficos y textuales: interacti-

    vos, audiovisuales, programas informticos,manipulativos, sistemas de audio, reproduccio-nes y escenografas jalonan el recorrido permi-tiendo al visitante profundizar en contenidosconcretos o bien ofrecindole una experienciadirecta de contacto con una poca o situacindeterminadas.

    ARTICULACIN DE LOS CONTENIDOS.

    LAS RUTAS TEMTICAS

    Al sistematizar los contenidos en salas cro-nolgicas y rutas temticas, se potencia una

    lectura transversal de la exposicin que cadavisitante puede disear de acuerdo con suspreferencias. Cada una de las rutas identifi-cadas grficamente con un icono incide endistintos aspectos de la Historia del Ejrcito.

    La ruta 1, Espaa y su Historia Militar estdedicada a la historia poltica en su sentido

    Levita y sable de S.M. Alfonso XII nio

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    ms acadmico. Sirve de introduccina cada una de las salas al ofrecer elentramado bsico de la Historia de Es-paa, sus formas de gobierno y lo

    esencial de su poltica interior y exte-rior. Al trabajar los contenidos de estaruta, el Equipo Tcnico responsablede la Exposicin Permanente se haacercado a la Historia sin complacen-cias ni complejos, sin adornar sucesosdel pasado ni obviar episodios inc-modos para una correccin polticapoco respetuosa con el rigor histrico.

    Entre los fondos que se exhiben pa-ra ilustrar esta ruta, destacan aquellos

    asociados a la imagen del poder:pintura de aparato, esculturas y otraspiezas (uniformes, armas, filmacio-nes,) vinculadas a los protagonistasdel perodo. El recorrido de esta rutaconstituye un acercamiento a las dis-tintas formas de gobierno de la Histo-ria de Espaa, al tiempo que abordaotros contenidos ms conceptualescomo es el caso del fortalecimientodel vnculo entre monarqua y miliciaa finales del siglo XIX a partir de la fi-

    gura del rey-soldado.La ruta 2, bajo el ttulo La organiza-

    cin militar y sus hombres aborda tantoaspectos institucionales de la Historiadel Ejrcito (reformas, fundacin decuerpos, enseanza y formacin mili-tar, uniformidad y smbolos y valoresmilitares) como aquellos directamentevinculados con el modo de vida de lamilicia: formas de reclutamiento, vidaen el cuartel, etc. Buscando la compli-

    cidad con el visitante y la vinculacincon la experiencia vivida, se ha presta-do una atencin preferente a los temasrelacionados con la tropa. No pode-mos olvidar que, hasta el ao 2002,gran parte de la poblacin masculinaespaola realizaba el servicio militarobligatorio. Acciones como tallarse,comer de rancho, jurar bandera o li-cenciarse resultarn familiares para nu-merosos visitantes que fueron quintosen su momento.

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    Utensilio para tallaje delos quintos.Diputacin Provincialde Lugo, 1856.

    Bombo del ltimo sorteo

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    Algunas de las piezas seleccio-nadas para presentar estos temasson fondos documentales y bi-bliogrficos del Museo: las Rea-

    les Ordenanzas, legislacin mili-tar, l icencias de soldados,cartillas militares, etc. Uniformes,banderas y condecoracionescuentan tambin con su espacioen esta ruta, adems de grabadosy fotografas de academias. Di-versas museografas muestran,por ejemplo, en qu consista elrancho del soldado en el sigloXVIII, los procedimientos de sor-

    teo de quintos o cmo era undormitorio de tropa de principiosdel siglo XX.

    Los medios materiales emplea-dos por el Ejrcito a lo largo delos siglos, constituyen el argu-mento de la Ruta 3. Tres grandesbloques de contenido arma-mento, construccin y fortifica-cin y ciencia y tcnica militaren los que se hace patente el pro-ceso de avance tcnico en armas,

    vehculos, sistemas de comunica-cin, etc. Recorriendo transver-salmente esta ruta en todas lassalas cronolgicas, es posible,por ejemplo, contemplar la evo-lucin desde los primitivos tel-grafos pticos hasta los modernossistemas de comunicacin porsatlite.

    En esta ruta se exhiben piezasde artillera, armas blancas y de

    fuego de las distintas pocas y,mediante planos de poca, fotosareas y programas informticos,una muestra de los trabajos defortificacin de los ingenieros mi-litares desde el siglo XVI. A travsde mapas didcticos y otros re-cursos, el visitante podr conocerel emplazamiento y dedicacinde las fbricas militares a lo largode los siglos y su contribucin altejido industrial espaol.

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    Maqueta de ciudad fortificada sistema Vauban, s. XVII

    Can corto Igne et Arte. Sistema Gribeauval, 1791

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    En la Ruta 4, El arte de la gue-rra, se presentan los plantea-mientos estratgicos y tcticosvigentes en cada perodo as co-

    mo los principales conflictos ar-mados con participacin espa-ola. Episodios poco conocidospara el gran pblico, como laparticipacin de voluntarios es-paoles en la Primera GuerraMundial, encuadrados en la Le-gin Extranjera francesa o la pre-sencia de militares espaoles enla guerra de Vietnam cuentancon su espacio en esta ruta.

    La pintura de historia comoEl juramento a las banderas deCastellano o La batalla de Te-tun de Palmaroli ilustra loscontenidos de esta ruta juntocon retratos, armas y trofeos deguerra. Una serie de dioramasconcebidos como teatros virtua-les presentan al visitante algunasde las batallas ms importantesde la Historia de Espaa.

    Pero la guerra no se vive ni-

    camente en el campo de batalla:se propone tambin un acerca-miento a la guerra en la literatu-ra, en la prensa, en el arte, en lamemoria de quienes la vivierony de las generaciones siguientes.La propaganda de guerra, en for-ma de proclamas, canciones,carteles o, en poca ms recien-te, el cine y los medios audiovi-suales est presente en la exposi-

    cin. En especial, en aquellosconflictos como la Guerra de laIndependencia o la ltima Gue-rra Civil que han generado unagalera de mitos de amplia vi-gencia. Personajes, aconteci-mientos e ideas adquieren el va-lor de referentes colectivoscapaces de generar adhesiones orechazos y que, en su momento,se presentaron como modelos deconducta.

    Dibujo del autor deEl Arte de la Guerra, Sun Tzu

    Reproduccin de un soldado decaballera ligera del Reino de Granada.Time Machine

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    La Batalla de Tetun. Vivente Palmaroli y Gonzlez. 1870

    Fotografa del Alczar durante el asedio en la Guerra Civil

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    Ejrcito y sociedades el ttu-lo de la Ruta 5, en la que seplantea la vinculacin entreuno y otra. A la hora de dar a

    conocer las aportaciones cien-tficas, tcnicas y culturalescon que el Ejrcito ha contri-buido al desarrollo social, sehan tenido en cuenta tanto losgrandes avances en los trans-portes o en la Medicina comootras aportaciones, sin dudamenos espectaculares, peroque han calado profundamenteen nuestra sociedad. Es el caso,

    por ejemplo, del papel alfabeti-zador de la milio la existenciaen nuestro vocabulario de nu-merosos trminos de origencastrense.

    Obras literarias, histricas yartsticas realizadas por milita-res, novedosos tratamientos sa-nitarios, proyectos que han te-nido su desarrollo en el mundocivil como la vacuna contrala viruela, escafandra autno-

    ma o el TALGO tienen su es-pacio en esta ruta en la que he-mos dedicado tambin unespacio al mundo del juguete.

    En efecto, todo aconteci-miento social, poltico o cultu-ral tiene su repercusin en losjuguetes, puesto que estos noson sino una reproduccin a es-cala del universo adulto. En to-das las pocas los nios han ju-

    gado con soldaditos, espadas yarmas confeccionadas por ellosmismos. A partir del XVIII y es-pecialmente en el XIX, asistimosa la fabricacin artesanal de ju-guetes destinados al pblico in-fantil. De ah la exhibicin enesta ruta de una seleccin desoldaditos de plomo, de hojala-ta, cromos, recortables, etc, re-lacionados con el mundo mili-tar.

    Reproducciones de carteles de la Guerra Civil, 1936-1939

    Distintas plantas del edificio histrico

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    NOTAS1 M. Snchez Martn, M. et alii.

    El programa de de exposicindel Museo del Ejrcito. Revista

    Museos, Ministerio de Cultura,2007, 3, pp. 110-119.

    2Aproximacin a la Historia Mili-

    tar de Espaa, DIGERINS, Mi-nisterio de Defensa, 3 vol., Ma-drid, 2006.

    3 Guerrero Acosta, J.M. La nuevaexposicin del Museo del Ejr-cito, Revista Ejrcito, 2007,794, pp. 49-53.

    CONCLUSIN

    Estas cinco rutas temticas,cuyo contenido se ha expuestosomeramente, no se conciben

    como aspectos aislados sinocomo cinco formas de mirar uncontenido unitario. Historia po-ltica, institucional, tecnolgi-ca, blica y social son otrastantas facetas de una exposi-cin intencionadamente poli-drica. As, al hilo de las refor-mas mili tares han surgidonuevos cuerpos que, a su vez,responden a necesidades tcni-

    cas especficas y a un contextointernacional cambiante.El Equipo del Proyecto Mu-

    seogrfico ha trabajado parapresentar estos argumentos atravs de mltiples recursos. Ala exhibicin de fondos delMuseo se suman elementosgrficos y textuales e instalacio-nes museogrficas. La exposi-cin permanente est dirigida atodo tipo de pblico sin una

    formacin especfica en histo-ria militar, por lo que se ha rea-lizado un importante esfuerzopara comunicar sus contenidosde una forma didctica, atracti-va, rigurosa y cercana3.

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    INTRODUCCINDesde sus orgenes, los museos tienen

    como base la salvaguarda de sus fondos.El estado de conservacin de los diferen-tes objetos que custodia un museo es pri-mordial ya que, sobre estos mismos ele-

    mentos, se apoyan y se desarrollan todaslas labores paralelas, pero igualmente pri-mordiales, que dan sentido al museo dehoy en da. El estudio e investigacin, ladocumentacin, la divulgacin, etc, ascomo la interaccin con otras sedes y or-ganismos, son actividades que se apoyan,directa o indirectamente, en las piezas ycolecciones que posee o sobre las que tra-ta un determinado museo.

    Centrados en esa salvaguarda, el mu-

    seo ha de poner especial mimo en la con-servacin de sus fondos. Lejos quedan de-bates desorientados sobre lo que era lcitoguardar en un museo y, en consecuen-cia, lo que era susceptible de conservarse.Conceptos como el de obra de arte, suvalor como tal o su valor en relacin conla calidad tcnica y con la materia primade su factura, son cuestiones que han pa-sado a ser secundarias, incluso insignifi-cantes, en la filosofa del museo contem-porneo.

    Miguel ngel Bonache Gutirrez.Diplomado en Conservacin yRestauracin de Bienes Culturales.

    Detalle de una zona de los restos arqeolgicos

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    EL PROTAGONISTAHoy por hoy, est unnimemente

    asumida la definicin de biencultural, trmino con el que se desig-

    na a cualquier objeto de inters patri-monial general. La categora de biencultural abarca valores tales como eldocumental, el simblico, el etnogr-fico, el histrico, el arqueolgico, yun largo etctera. Esta amplia pers-pectiva explica la gran variedad de te-mticas y especializaciones de las co-lecciones de los museos en laactualidad.

    Bien cultural puede designar a un

    objeto o bien mueble, as como a unelemento inmueble como puede ser unyacimiento arqueolgico, o inclusopuede hacer referencia a un conjuntode ellos. En cualquier caso, son unaherencia recibida que nos permite de-sarrollar un conocimiento sobre elbien mismo y sobre las circunstanciasy el momento histrico que le dieronorigen.

    Por todo esto, debemos tener pre-sente nuestra condicin de receptores

    y sobre todo la de transmisores de unlegado, el cual es un privilegio y unagran suerte que haya llegado hasta no-sotros. Son muchos los factores quehan de coincidir para que un elementocorrespondiente a una realidad desa-parecida perdure en el tiempo.

    Al recibir un determinado legadoadquirimos, adems, la responsabili-dad de trasmitir a generaciones futurasesta herencia para su disfrute y para un

    posible estudio y aprendizaje ulterior(que podr superar las expectativaspresentes).

    CONSERVACIN-RESTAURACINA la hora de describir las posibilida-

    des de actuacin, para la conservacinde un objeto, es necesario referirnos atrminos clsicos como el de restaura-cin. Tradicionalmente, esta labor seasocia a una actuacin directa sobre lapieza, es decir, a una intervencin fsi-

    ca que tiene como objetivo el de recu-perar y asegurar los valores materialesy estticos de un elemento para sutransmisin futura. Esta labor sigue te-

    niendo vigencia, pero el alcance desus lmites ha sido definido conforme aunos criterios que difieren sustancial-mente de planteamientos pasados. Cualquier actuacin actual ha de

    fundamentarse en el respeto y reco-nocimiento del original frente a losposibles aadidos o aportes mate-riales.

    Una actuacin ser lcita cuando res-ponda a unas necesidades bien fun-

    damentadas. Esta posible intervencin, por otro la-do, siempre responder a un estudiominucioso y multidisciplinar (posiblecomisionado que valore una pro-puesta determinada).

    Cada intervencin debe contemplarsu reversibilidad prctica y esttica.

    En cualquier caso, una propuesta deactuacin ha de tender a la mnimaintervencin precisa.

    Cada tratamiento contar con la m-

    xima documentacin que asegure laidentificacin tcnica de cada opera-cin.

    EL ENTORNO COMOPOSIBLE AGENTE DE DETERIORO

    Las piezas llegan hasta nosotros enun determinado estado de conserva-cin. La calidad y pureza con la queun material, constituyente de una pie-za, ha perdurado en el tiempo, respon-

    de a innumerables factores y condicio-nantes de su entorno que son losltimos responsables de su estado ac-tual.

    Un material puede responder conuna dinmica de deterioro frente a unmedioambiente perjudicial. De hecho,debido a las circunstancias que losafectaron, son ms los materiales per-didos a lo largo de la Historia que loselementos que han sobrevivido has-ta un momento concreto.

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    Son pocas las veces que un objeto est reali-zado con un solo material. Una pieza puede es-tar constituida incluso con materias de naturale-zas diferentes. Por otro lado, cada material

    cuenta con unos parmetros ambientales idne-os para su ptima conservacin; por este moti-vo es complicado establecer los valores idealesde humedad, temperatura, acidez, intensidadlumnica, etc para establecer el medioambienteindicado para una determinada pieza.

    En entornos naturales, estos parmetros es-tn presentes con valores que suelen guardarpoca estabilidad y, adems, tienden a interac-tuar unos con otros en un frgil equilibrio. Estainteraccin de factores multiplica generalmen-

    te el potencial de deterioro sobre los materia-les a los que afectan.Cada material tiende a adaptarse a las con-

    diciones medioambientales que lo rodean. Almargen del envejecimiento natural y espont-neo de los diferentes materiales, es en estemomento de adecuacin cuando la materiasufre un desgaste fsico y qumico que puedellegar a ser grave.

    Este fenmeno natural de ajuste puede en-traar un peligro de deterioro irreversible queincluso puede llegar a suponer la prdida ma-

    terial de un elemento cuando este no logreuna estabilizacin.

    En consecuencia, adems de contar con unentorno idneo, es primordial que las posiblesvariaciones en sus parmetros se sucedan demanera gradual y en un intervalo de valores loms pequeo posible, pues cuanto ms establey constante sea un determinado entorno, msfcil ser la estabilizacin de un material en l.

    De una forma somera, los principalesagentes ambientales que tener en cuenta son:

    la humedad relativa, que es consecuencia dela relacin que se establece entre la cantidadde humedad presente en un ambiente deter-minado con las posibles oscilaciones de tem-peratura; y la contaminacin ambiental, queregistra las sustancias ajenas en suspensin oincluidas en el aire que rodea a un elementodeterminado.

    Estos parmetros afectan a todos los mate-riales presentes en una pieza, en especial a losde origen orgnico por su capacidad higrosc-pica y su potencial capacidad de oxidacin.

    Imagen representativa del edificio histrico delMuseo. Carlos V dominando a Furor. Copia, sita enel patio del Edificio Carolino

    Columnata de la construccin histrica

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    La humedad, en relacin con latemperatura, no solo es el activador yel medio donde se pueden desarrollarprocesos qumicos y fsicos de des-

    composicin sino que, adems, puedepotenciar la proliferacin de coloniasbiolgicas.

    CONSERVACIN PREVENTIVADe todo lo anterior es lgico dedu-

    cir que una forma de preservar un ele-mento o bien cultural es la de propor-cionarle un entorno estable yadecuado en el que los diferentes ma-teriales se encuentren estabilizados.

    Adems de constituir una medida pre-ventiva, de esta forma ser posible fre-nar, e incluso detener, un proceso acti-vo de deterioro.

    Esta labor sigue estando incluidadentro de la definicin de restaura-cin-conservacin, pudindola califi-car como una intervencin o restaura-cin pasiva, desde el punto de vista deque esta accin no implica una mani-pulacin directa o aporte material ex-tra a un bien determinado.

    Por supuesto, este tipo de actuacio-nes, pasiva y activa, no son excluyen-tes, de hecho, suelen complementar launa a la otra. Resulta evidente, tam-

    bin, que detener de forma pasiva unproceso de descomposicin es funda-mental y tiene siempre un carcterprioritario para atajar posibles conse-

    cuencias irreversibles.Todo lo referido tiene una relacin

    directa con la conservacinpreventiva, trmino que hace alusinal conjunto de cuidados constantesrespecto al entorno o el espacio en elque est ubicado un bien cultural. Es-tos cuidados abarcan desde las necesi-dades de exposicin y almacenaje,hasta la forma de manipulacin de laspiezas.

    Una de las razones de ser y finalida-des del Museo, adems de la salva-guarda de sus fondos y un largo etc, esla funcin divulgativa y didctica desus contenidos. El acceso y la exposi-cin pblica de sus colecciones hande compatibilizarse con todas las ne-cesidades de conservacin de las pie-zas en cuestin.

    En el caso de una exposicin per-manente es muy importante estableceruna especial atencin a todos los fac-

    tores que van a afectar a cada uno delos objetos, precisamente, por el carc-ter duradero de las condiciones de suexposicin.

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    Columnata de la edificacin contempornea que ilustra la integracin y modernizacin de lasinstalaciones del Museo

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    Como ya hemos visto, marcar las caracters-ticas idneas del medioambiente para un obje-to concreto es complicado cuando este estfacturado con diferentes materiales que pue-

    den tener necesidades muy diferentes. Esta cir-cunstancia es muy frecuente en las coleccionespropias de un museo multidisciplinar como elnuestro. Por otro lado, esta particularidad tam-bin surge cuando la seleccin de piezas de laexposicin responde a un discurso histrico,como sucede en parte del recorrido del Museodel Ejrcito, en donde nos encontramos espa-cios y vitrinas mixtas en cuanto a la temtica ynaturaleza de las piezas que presentan.

    EXPOSICIN Y CONSERVACINEN EL MUSEO DEL EJRCITOClimatizacinLa forma de controlar las condiciones me-

    dioambientales de un espacio concreto es me-diante la climatizacin del mismo. Lgicamen-te la determinacin de los valores msapropiados en esa climatizacin vendrn defi-nidos por los materiales ms sensibles y, enconsecuencia, se procurarn parmetros res-trictivos con el fin de preservar todos los mate-riales relacionados espacialmente.

    En el caso concreto de nuestra exposicin,las diferentes ubicaciones presentan muchoscondicionantes y dificultades debido a las pe-culiaridades del edificio histrico; encontra-

    mos, por ejemplo, espacios con caractersticasmuy variadas como puede ser la gran dispari-dad en cuanto al volumen cbico de las dife-rentes salas.

    La climatizacin de las piezas en la exposi-cin permanente se basa en la climatizacindel propio edificio. Por tanto las piezas exentasy las que se han ubicado sobre peanas y plin-tos sin campanas, estn sometidas de forma di-recta a la climatizacin de sala.

    Para las piezas dentro de vitrinas cerradas,

    la renovacin de aire de los espacios expositi-vos de las mismas se realizar mediante un sis-tema de impulsin filtrada del aire presente enla sala, por lo que, aunque de manera indirec-ta, las piezas dentro de vitrina tambin depen-dern de la climatizacin de la sala correspon-diente.

    En el caso de materiales especialmente sen-sibles o delicados, que precisen condicionesdiferentes a las de la climatizacin de sala,existe la posibilidad de una climatizacin es-pecfica. Un porcentaje de vitrinas estn dota-

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    Aparato de climatizacin. Existenvitrinas con mini-clima: Incidiendo enel control de la humedad y latemperatura presente en el espacioexpositivo, es posible establecer unascondiciones medioambientalesespecficas para las piezas que contieneun mueble determinado

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    das de un mini-clima independienteque controla las condiciones de hume-dad y temperatura dentro del espacioexpositivo.

    IluminacinPara la apreciacin de los valores

    estticos de los objetos en exposicin,es necesaria la iluminacin de los mis-mos. Frente a este factor (la luz), denuevo son los materiales orgnicos losque muestran una mayor sensibilidad:textiles, papel y pieles, as como poli-cromas y tintes, en especial los de ori-gen vegetal, son, junto al material foto-grfico, los ms delicados. La luz

    visible, las radiaciones ultravioletas ylas infrarrojas provocan un fenmenode foto-oxidacin en estos materialesque es directamente proporcional a laintensidad lumnica y al tiempo de ex-posicin. La foto-oxidacin es respon-sable de la descomposicin fsica yqumica de las superficies sobre lasque incide. Este fenmeno implica de-coloraciones, fragilidad y prdida ma-terial. Por este motivo la intensidad enla iluminacin de cada pieza ha de

    ajustarse a la estrictamente necesariapara su apreciacin.

    Para evitar y minimizar estos efec-tos, en el diseo de la exposicin per-manente se ha establecido como ni-ca fuente de iluminacin la luzartificial. La luz artificial es terica-mente ms fcil de controlar que laluz natural. Se trata de restringir lafranja del espectro lumnico, limitn-dola al tramo visible, til para la ob-

    servacin. De esta forma se pretendeminimizar los posibles efectos nocivosdel espectro completo.

    En la eleccin del tipo de ilumina-cin es necesario valorar, adems, lacalidad y la fidelidad de la reproduc-cin cromtica, es decir, la aprecia-cin correcta de formas, colores y tex-turas. Con este objetivo ha de cuidarsela naturaleza de las fuentes lumnicasempleadas y las posibles correccionesmediante filtros.

    Como ya hemos dicho, el grado devirulencia del fenmeno de foto-oxida-cin depende de la intensidad lumni-ca que recibe la superficie de un deter-

    minado objeto. Un gran problema quese plantea en toda exposicin perma-nente es el carcter acumulativo quetiene este proceso. Es aconsejable, portanto, limitar al mximo el tiempo deexposicin al que se ven sometidas laspiezas. Existe la posibilidad de limitarlas horas de exposicin mediante lainstalacin de un sistema de ilumina-cin provisto con detectores de pre-sencia, de forma que cuando una zona

    no est siendo visitada la luz se desco-necte automticamente. Esta medidaest presente por ejemplo en la sala te-mtica de Vexilia, donde se muestrauno de los conjuntos de piezas msdelicados del Museo del Ejrcito.

    Para minimizar el deterioro por fo-to-oxidacin tambin se puede plante-ar una poltica de rotaciones de unaspiezas por otras similares que apoyende igual forma el discurso que se quie-re desarrollar. El proyecto museolgi-

    co, cuando ha sido posible, incluye enla seleccin de fondos hasta tres rota-ciones para las piezas ms sensibles. Elejemplo lo tenemos de nuevo en el ca-so de las banderas. Dentro del diseode las vitrinas especficas para estostextiles, la Direccin Facultativa haaportado un mueble expositor provistode espacios de almacenamiento paralas piezas de rotacin. Este tipo de vi-trina atiende adems las necesidades

    de climatizacin, ya que tanto el espa-cio expositivo de la vitrina como losespacios de almacenamiento ubicadosbajo el mismo, estn comunicados conel fin de que las condiciones medio-ambientales sean iguales. De esta for-ma se pretende manipular las piezas lomnimo imprescindible, evitando mo-vimientos a los almacenes, y salvar laposible necesidad de readaptacin yestabilizacin de los materiales en otroentorno.

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    Volviendo a la iluminacin de la exposicinpermanente, como ya se ha explicado, la muse-ografa del nuevo Museo del Ejrcito en el Alc-zar de Toledo comprende una exposicin mixtay heterognea, en cuanto a los materiales queconstituyen las piezas en exposicin. Estas pie-zas comparten salas e incluso vitrinas en mu-chos casos, por lo que se les han de aplicar gra-dos de iluminacin restrictivos, atendiendo a lasnecesidades de los materiales ms sensibles.

    As pues, la iluminacin ambiental de salatender a ser baja por defecto y se reforzar, deforma puntual, sobre las piezas con factor dedeterioro medio o bajo con el fin de potenciar

    sus valores estticos. Es importante tener encuenta el carcter aditivo de la luz que recibeuna superficie de dos o ms fuentes de ilumi-nacin distintas. Por este motivo deben reali-zarse registros de la resultante de luz que inci-de sobre las superficies y no solamentemediciones de las fuentes de iluminacin.

    Este complemento lumnico atender ade-ms a la comodidad del visitante. El aumentode luz ser moderado en cualquier caso, deforma que se evite la fatiga visual del especta-dor por cambios bruscos en la intensidad.

    En el discurso museolgico, los posibles in-crementos lumnicos se realizarn de formagradual de un objeto al siguiente mediante eluso de luces reguladas, difusas, tamizadas, fil-tradas, indirectas, etc, controlando tambinmolestos efectos de deslumbramientos, refle-jos, sombras, etc.

    Los diferentes sistemas referidos de climati-zacin e iluminacin en el Museo del Ejrcitoestn centralizados y controlados mediante unsistema informtico por zonas topogrficas.

    El encendido y apagado de los diferentes sis-temas (iluminacin y mini-clima), su regula-cin, la renovacin de aire en vitrinas cerradas,

    etc estn tambin controlados y registrados enpaneles de control centralizados.Soportes y VitrinasLos soportes son los encargados de adecuar

    la fijacin segura e inocua de cada una de laspiezas en su ubicacin de exhibicin.

    En cuanto a la adecuacin fsica de las dife-rentes piezas en sus vitrinas y soportes, es im-portante procurar un entorno neutro e inertepara los materiales constitutivos de los objetosque contienen o soportan. Con este fin, los ma-teriales de construccin de los muebles y m-

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    Motor de impulsin de aire. Todas lasvitrinas cerradas cuentan con un sistema derenovacin de aire. De esta forma sepretende equiparar la climatizacin

    controlada de la sala con la del interior delespacio expositivo

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    UN MUSEO DE COLECCIONESA lo largo de dos centurias el Museo del

    Ejrcito ha sido y es depositario de un rico yvariado legado patrimonial, un museo de co-lecciones en el que destacan aquellas especfi-cas de la cultura militar. Estas colecciones vana conformar buena parte de las denominadassalas temticas del nuevo Museo. En ellas losobjetos se presentan al visitante de forma msconcreta, monogrfica, sistemtica y ordena-da, con una lectura diferente de las piezas ex-puestas en las salas histricas, pero que, enla-zando con ellas, descubren nuevos aspectos yamplan el conocimiento sobre las mismas.

    Segn vemos en los expedientes de ingresode piezas, que custodia el Archivo Histricodel Museo, durante aos la donacin al Mu-seo de objetos personales de militares falleci-dos por parte de sus familiares fue, adems delhomenaje y reconocimiento, una forma habi-

    tual de ingreso. Estas piezas pasaban directa-mente a formar parte de la coleccin perma-nente del Museo exponindose en la vitrinacorrespondiente, donde dichas condecoracio-nes aparecan bien prendidas de la casaca deluniforme (si este formaba parte de la dona-cin) o en la base de la vitrina junto a otrosobjetos donados. Si hacemos un recorridomental del Museo del Ejrcito tal y como loconocimos, en la sala dedicada a la Guerra dela Independencia veamos las insignias borda-das en la casaca de Blake o las de Agustina

    Concepcin Rodrguez Serrano.

    Licenciada en Filosofa y Letras.

    Cruz Laureada de San Fernndo

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    Zaragoza y Domnech, Agustina deAragn. En la de Ultramar, la Laurea-da de Saturnino Martn Cerezo, hroede Baler. En la sala de Guerra Civil,

    encontrbamos las condecoracionesde Queipo de Llano, Rodrigo, Orgaz,Asensio Cabanillas, Goded, de los her-manos Montel Touzet, Barber o PinillaBarcel; otras colgaban de la guerreradel uniforme como las de Angosto oen el uniforme de gala del teniente co-ronel Jos Mayo Gonzlez.

    Si atendamos al Arma a la que per-teneca el militar condecorado, en lallamada Planta de Artillera veamos

    las de Goossens y Ponce de Len,Diego Ollero Carmona o las del capi-tn laureado Luis Fernndez Herce.En la de Caballera estaban aquellasde Fernando Primo de Rivera, Mane-lla y Corrales, Milns del Bosch oSanz Balza. En la Planta de Ingenieroslas de Zarco del Valle o LaureanoSanz y Soto. En la llamada de SanidadMilitar podamos verlas prendidas enel uniforme de Gmez Ulla, en la saladedicada a la Guardia Civil, la Laure-

    ada sobre el uniforme del capitnSantiago Corts. Adems de los con-decorados de Infantera, en el Salnde Reinos y Saleta de la Reina: Dabny Ramrez de Arellano, Rey y Caballe-ro, Gmez Zamalloa o Rodrguez delBarrio.

    A falta de recursos interpretativosque facilitasen su comprensin parapoder apreciar aquel legado, el visi-tante del Museo tena que ser un co-

    nocedor no solo de la historia militarde Espaa sino tambin de su sistemapremial. Atendiendo a los resultadosdel Estudio sobre Pblico encargadopor la Subdireccin General de Patri-monio Histrico del Ministerio de De-fensa en el ao 2004, los encuestadosincidan en este hecho y reclamabanpara el nuevo Museo de Toledo unamayor comprensin del objeto ex-puesto en particular y del discurso engeneral.

    NUEVOS PLANTEAMIENTOS,NUEVOS CONTENIDOS

    Siendo conscientes del hecho deque, en cuanto a la presentacin de las

    piezas, las maneras de exponer son tri-butarias de las maneras de pensar, sehacan necesarios nuevos plantea-mientos en las nuevas instalaciones,tanto de la articulacin del espacio ex-positivo como de sus contenidos. Enconcreto, para la sala temtica de Con-decoraciones, partiendo del texto ini-cial y una primera seleccin de piezascontenidas en el Plan Museolgico delNuevo Museo del Ejrcito que realiz

    Carlos Lozano Liarte (2003), fue en elproyecto de ejecucin de la coleccinpermanente en junio de 2005, tras ladecisin de dedicar una sala indepen-diente para la exposicin de las conde-coraciones, cuando se dise la saladedicada a esta coleccin. Desde esemomento, el espacio expositivo se arti-cul en dos grandes mbitos que serel recorrido que ofrecemos al futuro vi-sitante del Museo.

    En el primero podr contemplar las

    llamadas rdenes de Mrito, surgidasde la necesidad del monarca de pre-miar y distinguir a sus sbditos, tantolas que recompensan mritos militaresentre ellas destacamos la prestigiosay reconocida Real y Militar Orden deSan Fernando, la Real y Militar Ordende San Hermenegildo, la Orden delMrito Militar, la Orden del MritoNaval y Orden del Mrito Aeronuti-co como las que premian mritos ci-

    viles como la Real y Distinguida Or-den Espaola de Carlos III, La OrdenAmericana de Isabel la Catlica, Or-den Civil de Beneficencia, Orden Civilde Mara Victoria, la Orden Civil deAlfonso XII, Orden del Mrito Civil, etc. Y centrndonos en cada una de lasvitrinas en las que se van a exponer,podremos observar la evolucin de losdiseos en cada poca. Cada vitrinaadems ir acompaada de un panelinformativo o grfica donde se explica

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    drid, recibi en 1845 la misma insignia que ha-ban recibido sus compaeros dos aos antes.

    Y para documentacin de piezas correspon-dientes a rdenes civiles, destacamos los Ttu-los de Caballero (1902) y de Comendador Or-dinario (1922) de la Orden Civil de Alfonso XIIa favor de D. Eliseo Sanz Balza. Esta orden, re-flejo de la profunda renovacin cultural y do-cente habida durante el reinado de don Alfon-so XIII, se cre en 1902 y estuvo destinada apremiar servicios relevantes realizados en loscampos de la cultura, ya que el mencionadoejerci el profesorado durante muchos aos,teniendo la fortuna de contar con esta conde-coracin en el Museo, entre las donadas por

    los familiares del coronel de Caballera.

    En relacin a la documentacin de piezas

    instituidas como recompensa por acciones du-rante la Guerra de la Independencia, nos en-contramos en el Archivo Histrico del Museocon documentos de concesin, cdulas deconcesin de cruces y medallas como la otor-gada en 1820 a Manuel Turiel soldado de laquarta compaa del Primer Batalln del expre-sado Real Cuerpo (Reales Guardias de Infante-ra) Que con las armas en la mano contri-buyeron al feliz xito de las acciones de Mora yConsuegra. Aunque el Museo cuenta con laCruz de distincin de Mora y Consuegra.

    Otro documento de inters para la contextua-lizacin de las piezas expuestas en la sala, es elfechado en 1815 y que hace referencia a laCruz del Ejrcito del duque de Alburquerque ode Extremadura, en el que los generales delEjrcito de Extremadura piden en consecuen-cia a S.M. que se digne conceder a la memoria

    particular del Duque lo que sea de su soberanoagrado, y a los dems individuos militares delExrcito una cruz de distincin, cuyo diseoacompaan, haciendo una preciosista des-cripcin de la misma que pasamos a transcribirconsiste en quatro brazos, cada uno de losquales tiene tres puntas o aspas esmaltadas enblanco las de los extremos, y la intermedia en

    azul celeste claro y oscuro por mitad, dividida

    esta por un filete de oro, y en su remate tiene un

    globito del mismo metal, menos en la del brazosuperior que lleva una corona ovalada de laurel;y todos quatro rematan en un escudo ovaladoen que se representan pintadas en tierra las co-lumnas de Hrcules, una porcin de mar, unanave en actitud de naufragar, y el horizonte conalgunos celages, y en su reverso se encuentra unojo en oro mate del que salen varios rayos; le-yndose en el exrgo de la cara principal del es-cudo el lema sobre azul claro Salv la naveque zozobrara; y en el reverso Al Duque de

    Alburquerque y su Exrcito; debiendo llevarse

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    Guerra de la Independencia.Anverso y reverso de la Cruz dedistincin al Ejrcito del Duquede Alburquerque o deExtremadura

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    en el ojal de la casaca o chaqueta pendiente decinta blanca con filetes de azul celeste oscuroen sus cantos y centro, compuesto cada uno dela sptima parte de su ancho.

    En relacin a acciones durante la PrimeraGuerra Carlista, encontramos propuestas deconcesin por alguna accin concreta, comoaquellos soldados que por la accin y toma delos Fuertes de Tales, que por Orden Generalde 15 de agosto de 1839, fueron propuestos

    para ser distinguidos con la Cruz Sencilla deMara Isabel Luisa.Y otros documentos de inters, como aquel

    que hace referencia a la Guerra de Filipinas,como una carta de la Comisin Liquidadorade la Brigada de Tropas de Administracin Mi-litar de Filipinas al soldado Marcelo AdrinObregn, donde dice: En consideracin a losimportantes servicios prestados por las fuerzasdel Ejercito destacadas en Baler (Filipinas) ydel heroico comportamiento observado en losdiferentes hechos de armas ocurridos en la de-

    fensa de dicho pueblo desde el 8 de agosto de1898 hasta el 2 de junio de 1899 el Rey q. D.

    g. y en su nombre la Regente del Reino ha te-nido a bien conceder a los Oficiales, Clases eindividuos de Tropa comprendidos en la si-

    guiente relacin .Fotografas. Otra manera de contextualizar

    la pieza expuesta es a travs de las imgenesfotogrficas. As, fotografas de estudio de mili-tares condecorados, entre las individuales des-tacamos, de entre las ms antiguas, una del re-

    conocido fotgrafo Laurent que capt laimagen del anciano teniente general de Arti-llera Atanasio Alesn y Cobos (1795-1871). Sinos fijamos en sus condecoraciones podemoshacernos una idea de los hechos histricos porlos que mereci reconocimiento durante su vi-da militar. Otra fotografa de inters es el retra-to del joven capitn de Infantera Francisco Vi-

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    Retrato del general de Artillera Atanasio Alesn yCobos(1795-1871), fotografiado por J. Laurent conmedallas de distincin de la Guerra de laIndependencia y Primera Guerra Carlista. y deCaballero y Gran Cruz de la Real y Militar Orden de

    San Fernando en 1841

    Capitn de Infantera Francisco Villar Jordana con laMedalla Militar de Marruecos (1916) y pasador de Meli-lla

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    llar Jordana con la Medalla Militar de Marrue-cos. Esta insignia fue creada en 1916 en cate-gora de plata para generales, jefes y oficiales.Para dicha medalla se crearon tres pasadores

    Melilla, Tetun y Larache, que delimi-tan la zona de actuacin del militar condeco-rado. A partir de 1941 esta medalla cambi sudenominacin por Medalla de Marruecos.

    Entre las imgenes de grupo de militarescondecorados, nos llama la atencin aquella

    fotografa en la que aparecen unos soldados dela Guerra de Cuba condecorados con sus fla-mantes medallas de plata de la Orden del M-rito Militar, creada en 1868 para las clases detropa. (imagen central).

    Una manera ms de contextualizar las piezasexpuestas es a travs de imgenes de actos de

    imposicin, tanto de concesiones individualescomo colectivas. Las escasas imgenes de estetipo con las que cuenta la coleccin estable delMuseo, ha hecho que hayamos tenido que re-currir a otras instituciones para su reproduccincomo la Fundacin Gasselec de Melilla o el Ar-chivo Fotogrfico de La Legin. Son quiz enestas imgenes de tanto valor iconogrfico, casidiramos antropolgico, donde los no iniciadostenemos la imagen del reconocimiento mscercano y entraable. Entre las imposiciones attulo individual, destacamos la imagen en la

    que se ve a D. Alfonso XIII imponiendo al te-niente de Infantera de Regulares de Ceuta LusBaquera lvarez, la Cruz Laureada de San Fer-nando de 2 Clase, concedida por su valor en la

    accin de Koba Darssa, Marruecos, en 1924. Otambin aquella en la que el entonces prncipedon Juan Carlos impone la Medalla del EjrcitoIndividual al capitn de Infantera Rafael deCrdenas Gonzlez; siendo la mxima recom-pensa y concedida con carcter muy excepcio-

    nal a quienes en tiempo de paz realicen algnhecho o hechos que supongan valor distingui-do, unido a virtudes militares y profesionalessobresalientes.

    Con antecedentes dignos de estudio aparte,la concesin de una recompensa militar a titulocolectivo nace para la Orden de San Fernando

    en 1920. Como distintivo personal para aque-llos que ganaron la Laureada para su bandera,se borda en la bocamanga izquierda del unifor-me una orla de ramas de laurel con el nombre yfecha de la accin. La Medalla Militar Colectivasurge en 1922, y se lleva una insignia bordadaen cuyo centro de color rojo aparece el emble-ma de la unidad o lugar de la accin. Comodistintivo de la bandera de la unidad condeco-rada y para ambas recompensas se instituye lacorbata, cinta con los colores de la orden y lainsignia bordada en uno de los extremos.

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    Retrato colectivo. Grupo de soldados fotografiados en Cuba, lucen una o varias cruces del Mrito Militar para las Clasesde Tropa, que se instituy en 1868

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    La condecoracin representada. Ha sido principalmente en los retratos al leoque forman parte de la coleccin estable del Museo, donde hemos encontrado la

    forma ms curiosa y directa de contextualizar las piezas: las condecoracionesque lleva el militar retratado son la imagen pintada de la misma pieza, que a suvez, forma parte de la mencionada coleccin.

    Con numerosos ejemplos, pretendemos que sea en la base de datos de conde-coraciones situada en la sala, donde esta relacin sea presentada al visitante.

    CONCLUSINEn estos dos aos de trabajo en el desarrollo de la museografa de la Sala de

    Condecoraciones, hemos apostado por la necesaria difusin de contenidos cien-tficos, para que el conocimiento de la Historia Militar de Espaa y de quienes lahicieron, sirva de punto de encuentro con un Ejrcito integrado en la sociedad ala que sirve.

    Imposiciones personales. El rey don Alfonso XIII abraza al teniente de Infantera de Regulares deCeuta Luis Vaquera lvarez, despus de imponerle la Cruz Laureada de San Fernando de SegundaClase, 1924. El entonces prncipe don Juan Carlos impone la Medalla del Ejrcito Individual alcapitn Rafael de Crdenas, El Aain 1974.

    (Archivo Fotogrfico de la Legin; el Tercio. Jos Montes Ramos, Ed. Agualarga, pag. 44)

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    GNESIS Y JUSTIFICACINDE LAS SALAS TEMTICAS

    Ubicadas en las plantas stano y semista-no del Alczar de Toledo, en el nuevo Museodel Ejrcito, las salas temticas surgen comouna propuesta alternativa a las salas histricasy nacen como consecuencia de la inquietudque provoca el conocimiento de la Historiacon un recorrido verstil, en este caso el con-tado a travs de los objetos que han formadoparte de la vida militar durante siglos, comoson las armas, los uniformes, las condecora-ciones o las banderas.

    Este itinerario ilustra sobre la evolucin decolecciones dispares y pone de manifiesto c-mo, en la mayora de las ocasiones, sus refor-mas y sus avances han ido unidos a los cam-bios polticos y a los progresos de la tcnica.

    Las propuestas museogrficas, como en lassalas del discurso histrico, se han visto condi-cionadas por la estructura arquitectnica del

    propio edificio y la peculiaridad de cada unode los objetos. El objetivo final ha sido aplicarlos conocimientos museolgicos para lograruna exposicin con las condiciones ptimasde presentacin.

    El diseo de vitrinas se ha visto supeditadoal tamao de las piezas y a las exigencias deconservacin. Los paneles de informacin reservados para textos informativos y elemen-tos grficos se han concentrado, salvo ex-cepciones, en las grficas de presentacin dela sala y en las denominadas grficas de gru-

    Mar Garca Lerma.Licenciada en Geografa e Historia.

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    po, dedicadas estas ltimas a transmitirlas ideas fundamentales de cada agru-pacin temtica.

    Aun as, el perfil de los espacios te-mticos no rene un carcter unitario,ya que, por su contenido, se estructu-ran en dos grandes bloques: el forma-do por salas que agrupan piezas deuna misma disciplina, como la artille-ra, banderas, uniformidad, miniaturas,condecoraciones, fotografa histrica,

    armas blancas y armas de fuego; y elcreado por colecciones variadas, comolas que forman la coleccin Museo Ro-mero Ortiz, Patrimonio Etnogrfico,Historia del Alczar, Historia del Mu-seo o la Coleccin Medinaceli.

    En cualquier caso, todas han mante-nido un perfil individualista y se hanproyectado de forma independiente,desvinculndose unas de otras hasta elpunto de poder ser contempladas de

    manera autnoma.Las salas temticas se han situadoen las plantas stano