IDIOMALa revista para mejorar nuestra manera de expresarnos

Barquisimeto, Venezuela

En esta ediciónVicios del lenguajeLa Redacción, estilos de redacciónLa ortografía, uso de los signos de puntuaciónLa comunicación en las organizaciones La oratoria

EDITORIAL Hacer buen uso del lenguaje ha sido un tema que generado gran

cantidad de artículos y trabajos de investigación. Pese a esto, todavía

son muchas las fallas que aún se consiguen en el hablar cotidiano de

la gente; situación que se ve reflejada incluso en el plano profesional.

Es frecuente observar como profesionales de distintas áreas

incurren en errores gramaticales que causan asombro, mas aun

cuando a ese nivel este tipo de errores no deberían existir. En pocas

palabras no se está haciendo un buen trabajo en los primeros años

escolares, ya que es allí donde se dan las primeras enseñanzas de

lectura y escritura.

No es justificable que un médico, un abogado, un ingeniero, u otro

profesional de cualquier otra rama, escriba con errores ortográficos, o

tenga mala lectura; es una situación que deja muy mal parado a una

persona cuando tiene que presentar un informe o tiene que dirigirse a

un público ya sea en una conversación formal o informal.

En esta edición de Idioma se pretende analizar a manera de

ensayo, conceptos básicos relacionados con la comunicación eficaz y

asertiva; así mismo se hará un repaso por la oratoria, vicios del

lenguaje, redacción y estilos de redacción, todo desde un punto de

vista didáctico, y orientado a mencionar aspectos puntuales de cada

uno de ellos.

Es preciso mencionar que constantemente la Real Academia de la

lengua, introduce nuevas palabras en el léxico del idioma castellano, lo

que significa que hay términos nuevos en el lenguaje que

probablemente en otra oportunidad eran inaceptables; esto está

ocurriendo por que las sociedades van haciendo común el uso de

expresiones y términos, que terminan siendo cotidianos, lo que ha

obligado a la academia a hacerlos oficiales e incluirlos en el

diccionario.

Por tal motivo es importante revisar los nuevos aportes que se

hacen al idioma para así no caer en el error de criticar a alguien por lo

que escribe o dice sin antes saber si es una nueva palabra que forma

parte del idioma.

Conociendo El Lenguaje La comunicación como proceso de intercambio de ideas y

opiniones entre dos o más personas, puede ser compleja o sencilla,

según el grado de dificultad que los participantes le coloquen. Si una

persona quiere hacerse entender y su receptor no logra descifrar lo

que quiere decirle, entonces el proceso comunicacional no está

fluyendo como debería, estaríamos hablando de que existen barreras

u obstáculos que están dificultando que el mensaje llegue con

claridad.

El proceso comunicacional se da de forma eficaz cuando cada una

de las personas que intervienen en el puede dar forma y sentido a lo

que el otro le dijo; es decir se logra decodificar el mensaje de tal forma

que se produce una retroalimentación (feedback), y se logran hilvanar

mejor las ideas. Y al ser eficaz y asertivo todo fluye dentro de un clima

de seriedad, respeto, cooperación y entendimiento.

La comunicación puede darse de varias maneras, oral, escrita y por

señas, según sea el caso. En al caso de la comunicación oral, es

importante destacar la oratoria como un don especial que muchos

poseen, y para quienes la han obtenido con el tiempo, debería ser un

tesoro muy preciado. A través de la oratoria se pueden lograr grandes

cosas, se puede lograr unificar criterios, convencer y estimular masas,

arrancar aplausos y hasta lograr histerias colectivas.

El buen orador se expresa bien, su lenguaje es comprendido por la

mayoría de quien lo escucha, conoce el buen pronunciamiento de las

palabras, no atropella el idioma, su discurso es fluido, sin pausa (solo

las requeridas) y sobre todo es capaz de mantener cautiva a su

audiencia por mucho tiempo.

Hablar de oratoria es recordar a grandes líderes que hicieron de su

discurso su carta de presentación, muchos lograron atraer multitudes,

no obstante muchos de ellos decepcionaron con sus acciones, eso ya

es otra cosa, lo puntual aquí es que fueron grandes oradores entre los

cuales cabe mencionar: En la antigüedad a Sócrates quien impresionó

desde joven por la extraordinaria agudeza de sus razonamientos y su

facilidad de palabra, en la era moderna a Martin Luther King, John F.

Kennedy, Ernesto Guevara, Eva Perón, Winston Churchill personajes

estos que destacaron en el ámbito político. Mención aparte merece

Simón Bolívar quien con su discurso logró captar la atención de miles

de personas en todo el mundo, y sumado a su valentía y deseos de

liberar a su patria forjó su gran gesta heroica por todos conocida.

Si partimos del hecho de que la oratoria es el arte de hablar con

elocuencia, estos líderes supieron ser elocuentes y por eso llegaron a

ser lo que fueron. No es casualidad convencer o llevar a muchas

personas a pensar o a hacer lo que uno quiere si no se tiene el

discurso apropiado, las palabras que convencen, las que tocan la fibra

de quien escucha; es tener el verbo libre, las frases que atraen, el

discurso que enamora, de eso se trata la oratoria.

Al igual que la comunicación oral, la comunicación escrita es hoy

más que nunca una herramienta imprescindible en la vida de la

personas. Sin embargo pese a los adelantos tecnológicos, es penoso

ver como a través de las distintas redes sociales, el buen uso del

lenguaje va en franca decadencia. Las personas se valen de los

recursos que les da la tecnología para modificar el sentido de las

palabras, lo que hace del uso del lenguaje un adefesio gramatical.

Es común ver como se omiten signos de puntuación, así como

palabras mal escritas; todo ello producto de la mala preparación que

tienen las personas en el buen uso de la ortografía. Si un texto se

escribe omitiendo signos de puntuación, será como leer algo sin

sentido; las frases carecerán de toda lógica y se perderá el objetivo

principal de aportar una información.

La ortografía es a la escritura, como el aliento al habla, reza un

dicho conocido, es un valor agregado intrínseco, que da cuerpo y

consistencia a un artículo. Garantiza a quien escribe tener amarrado al

lector quien puede poner el tono a las palabras de acuerdo a lo que le

va presentando el texto.

El uso de la ortografía no es nuevo, así en el siglo XV Nebrija

escribe su Gramática de la lengua castellana y fija en ella la primera

norma ortográfica que reproduce y retoca el humanista Gonzalo

Correas en el siglo XVII.  Aquí se consagra que la diferencia entre b

y v es sólo ortográfica pero no fonética. En 1741 la Real Academia

Española publica la Ortografía que está prácticamente vigente hasta el

siglo XX. En el año 1959 la Academia publica las Nuevas Normas de

Prosodia y Ortografía que se distribuyen por las estaciones de radio,

por las redacciones de los periódicos y se pactan con las otras

academias de la lengua del continente americano lo que garantiza su

cumplimiento y asegura un único criterio para la lengua literaria

impresa. Aquí reciben el mismo tratamiento tanto las normas referidas

a la escritura de las palabras como las referidas a los demás signos

que necesita la escritura.

Si bien es cierto que los signos de puntuación le dan gran sentido a

un artículo, no es menos cierto que la redacción es un recurso

indispensable para darle coherencia y sentido a lo que se escribe. Una

redacción es una composición escrita sobre algún tema, requiere de

un conjunto de ideas organizadas y bien estructuradas; para

conformar un texto sobre lo que un autor quiere expresar.

Así como existen grandes oradores, también hay grandes

redactores; personas con una gran facilidad para plasmar en un papel

o en una computadora sus ideas, logrando cautivar con sus escritos a

los más exigentes. La redacción requiere estilo, habilidad en el uso

del lenguaje y sobre todo estar en sintonía con el área a la cual se

hace referencia.

La redacción es algo que se supone deberíamos aprender desde la

escuela, y ya en la etapa adulta una persona no debería tener

problemas en redactar con naturalidad y fluidez. Sin embargo la

realidad es otra y pareciera que ya no se toma tan en serio el enseñar

a redactar; situación que queda al desnudo cuando se leen trabajos de

estudiantes a nivel universitario… se siente pena ajena al ver la

precaria redacción, amén de los “horrores” ortográficos.

En contraposición a esto y en hora buena, existen personas que

han salido a la defensa del buen uso del lenguaje y nos regalan cual

inspiración de un poeta, grandes escritos que reivindican la redacción.

La redacción tiene variantes interesantes que hay que mencionar;

existen diferentes tipos entre los cuales están: La redacción

académica, relacionada con trabajos del quehacer universitario y

científico, es decir monografías, tesis de grado, trabajos de

investigación, entre otros. En este tipo de redacción hay una infinidad

de temas a tratar, de acuerdo a las ciencias existentes, y por lo

general existen estrictas normas que deben cumplirse como por

ejemplo el tipo de letra a usar, entre otros requisitos.

Otro tipo de redacción a mencionar es la redacción literaria, en

donde surge la expresión artística como elemento principal; y los

sentimientos forman parte de la obra, aflorando un sinnúmero de

emociones e ideas del autor. En ella existe libertad para expresarse, y

el autor decidirá que es lo que quiere transmitir, o simplemente

expresar una opinión sobre un tema determinado.

La redacción periodística por su parte se caracteriza por el relato

de noticias y sucesos reales, así como opiniones de algunos hechos.

En los periódicos destacan los columnistas, personas que escriben

artículos a título personal, entre los cuales se puede encontrar muy

buena narrativa. Sus relatos van desde un tema netamente político

hasta temas relacionados con la cultura o con cualquier otro tópico de

interés general.

El periodismo, también se

vale hoy en día de una herramienta muy útil como la informática, y

gracias a ello los artículos pueden leerse sentado frente a una

computadora solo moviendo un dedo.

O hay quienes prefieren seguir haciéndolo a la manera tradicional,

hojeando el diario, acompañado de un delicioso café, o en alguna otra

parte del hogar donde no sea perturbado.

La redacción formal o administrativa, como su nombre lo indica es

un tipo de documento formal, es decir poseen un formato

preestablecido, y en el, el autor debe ceñirse a lo que se le pide sin

expresarse en lenguaje personal. Ejemplo de ello son documentos,

currículos, y demás escritos de los sitios de trabajo.

Por último hay que mencionar a la redacción técnica, la cual se

refiere a escritos propios de alguna disciplina; en ellos el lenguaje

utilizado es único y exclusivo del ámbito al cual se hace referencia. Es

por ello que para una persona que no tenga conocimiento del tema

tratado, o no exista ningún interés en el mismo, difícilmente podrá

entender un escrito de esta naturaleza. Un texto jurídico es ejemplo de

este tipo de redacción, el cual solo podrá ser entendido por un

abogado u otra persona con conocimiento de leyes.

Así sucesivamente muchos otros escritos de es te tipo están

dirigidos a un público exclusivo, muchos de los cuales son de gran

prestigio y ocupan un lugar importante en las principales bibliotecas

del mundo.

Existe un tema muy importante al que se debe hacer referencia o

más bien ahondar en el con responsabilidad, se trata de un error muy

común que se encuentra en los escritos y son los vicios del lenguaje.

Son términos inadecuados, formas incorrectas de escritura que

dificultan la interpretación de un mensaje o un escrito.

Algunos vicios del lenguaje

La belleza del lenguaje es ilimitada, Homero, Shakespeare, Víctor

Hugo, J.L Borges, García Márquez, Rómulo Gallegos, Andrés Eloy

Blanco, Pablo Neruda y muchísimos más, fueron excelentes

exponentes de distintos géneros literarios. Su carta de presentación

fueron sus escritos, sus relatos, y todos sintieron un profundo respeto

por el lenguaje; sus obras lograron cautivar a miles de personas y aun

lo siguen haciendo.

Corresponde a las nuevas y futuras generaciones no dejar que el

buen uso del lenguaje pase a ser un tema de poca importancia, se

debe sembrar en los niños el amor por las letras, el respeto por la

escritura. Debe rescatarse la lectura en físico, es decir libros que las

personas puedan tocar, hojear, y no solo leer a través de las nuevas

herramientas tecnológicas, que por supuesto no dejan de ser útiles; lo

importante es establecer un equilibrio y dar cabida a cada herramienta

cuando sea necesario.

Las normas establecidas para el buen uso del lenguaje no se

hicieron para obstruir o fastidiar a quien escribe, son un recurso muy

valioso para lograr buenos escritos, para hacer que un relato sea

entendible por todos los que lo leen. Con el uso de los signos de

puntuación podemos darle vida a un artículo, se puede hacer llorar,

reír y sumergir al lector en una historia que parezca suya.

De igual manera seguir al pie de la letra las normas de redacción,

nos abre caminos para ganar adeptos y seguidores de nuestros

relatos, un buen escritor siempre será recordado por su destreza para

escribir y sea cual sea el estilo de redacción siempre habrá un público

para el.

.

Mención especial merece un buen orador, ya que de su buena

oratoria dependerá el que mucha gente lo siga; su capacidad de

hilvanar ideas coherentes y fluidas son un arma poderosa para atraer

seguidores. El buen orador posee buena dicción, voz audible,

excelente pronunciación de las palabras, no divaga ni pierde el hilo de

su discurso, y sabe dar lectura sobre lo que la gente quiere escuchar.

Ha sido un breve paseo por los maravillosos recursos con que

cuenta el lenguaje, serían interminables las líneas que habría que

escribir para resaltar sus bellezas y el mundo que podemos descubrir

a través de una obra escrita o un discurso hablado.

Deivi Gutiérrez