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OO REVISTA IL,USTRADR Director: GUILLERMO ANDREVE "BI5N MIRE ET LA 8 ce—T- b÷O R PARA MARIA ISABEL •ARIAS P. cfl- Del dombo cerúleo Le hicieron los ojos, La tez fina y tersa De espuma sutil; Los labios de rosas, Que en gratos perfumes, Trascienden el alma Del regio pensíL Sus blondos cabellos Remedan undosos, La luz de la aurora Y el tibio arrebol ) . Sus curvas modelan Helénicas formas. Sus tiernas miradas Son chispas de sol. Grabó en ella el arte Con lineas sagradas, Bellezas supremas Con sello inmortal/ Y excelsas virtudes La dieron las Hadas, Candor .é inocencia Y amor al ideal . Su voz es cadencia, Arrullo en el nido, Susurro en la brisa, Del lago rumor, Sus dulces afectos Son luz en el alma, Virtudes sublimes, Perfume en la flor. Mirándola arroba 3' alienta existencias, No cubre su cielo NI un tenue capuz, Despide, cual ángel De ignotas regiones, De nimbos de antorcha: Regueros de luz, iOh ninfa sagrada! Que oficias perenne .En templos de gloria Que creó la pasión; Allí, en tus .altares, Con himnos augustos, Se mezclan mis notas. Mi tierna canción. Par amás 1905 . JULIO ARJONA Q .

REVISTA IL,USTRADR - bdigital.binal.ac.pabdigital.binal.ac.pa/bdp/revistas/heraldo/heralenero1905-2.pdf · Con lineas sagradas, Bellezas supremas Con sello inmortal/ Y excelsas virtudes

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AÑO 11Panamá, República dePanamá, 31de Enero de 1905NUM.26

OO

REVISTA IL,USTRADRDirector: GUILLERMO ANDREVE

"BI5N MIRE ET LA

8

ce—T-b÷O RPARA MARIA ISABEL •ARIAS P.

cfl-Del dombo cerúleo

Le hicieron los ojos,

La tez fina y tersa

De espuma sutil;

Los labios de rosas,

Que en gratos perfumes,

Trascienden el alma

Del regio pensíL

Sus blondos cabellos

Remedan undosos,

La luz de la aurora

Y el tibio arrebol).

Sus curvas modelan

Helénicas formas.

Sus tiernas miradasSon chispas de sol.

Grabó en ella el arte

Con lineas sagradas,

Bellezas supremas

Con sello inmortal/

Y excelsas virtudes

La dieron las Hadas,

Candor .é inocencia

Y amor al ideal.

Su voz es cadencia,

Arrullo en el nido,

Susurro en la brisa,

Del lago rumor,

Sus dulces afectos

Son luz en el alma,

Virtudes sublimes,

Perfume en la flor.

Mirándola arroba

3' alienta existencias,

No cubre su cielo

NI un tenue capuz,

Despide, cual ángel

De ignotas regiones,

De nimbos de antorcha:

Regueros de luz,

iOh ninfa sagrada!

Que oficias perenne

.En templos de gloria

Que creó la pasión;

Allí, en tus .altares,

Con himnos augustos,

Se mezclan mis notas.

Mi tierna canción.

Par amás 1905.

JULIO ARJONA Q.

EL HERALDO DEL ISTMO -10

VIBRACIONES ESLA música, ha dicho un gran genio . es rer desgarrar el alma . Y á su conjuro ví desta-

poesía sin palabras. Ella narra en unlenguaje especial la historia de'mes—Cros más íntimos afectos y conmueve

hondamente todas nuestras cuerdas sensibles.Esas notas Mágicas escapadas de los instrumentos,cual sollozos de un alma enferma, parecen ser laevocación de viejas historias que hiciera un magosublime, y producen en nosotros hondas refleccio-nes.

Yo he creado mientras escuchaba los acordessentidos de un valse de Wadteufel, toda una histo-ria de amor y de lágrimas. En el silencio de laNoche, en la soledad del parque donde tenía lugar-de ejecución por una orquesta magnífica, lossonidos adquírían-mayor dulzura, y parecían murmu-•

ran á mi oído todas las palabras de esa historia.

valse, cuyo nombre por desgracia no recuerdo a principió con un conjunto harmónico desonidos diversos, como la risa alegre y fresca de

—un puñado de muchachas bullidoras. Esta risapoco á poco fué muriendo y la harmonía dió lugará una tristísima sonata cuyas nota: parecían que-

Los años pasaron rápidos y la niña se transfor-mó en una joven bella coa esa belleza ruda y me-lancólica de las aldeanas alemanas . Ulrich era yaun gallardo mozo y el cariño fraternal que los pri-'mos se profesaban, convirtióse en un amor profun-do cuyo idilio tuvo lugar bajo los sauces del Rin yal pié de las encinas magestuosas de la heredad pa-terna. En. esto sobrevino la guerra europea, launión de la fuerza contra el genio, y Ulrich en de-fensa de su patria y en busca de glo ría se alistó enlas. filas de los que marchaban conBlücherSchwartzemberg á combatir á ese león grandiosoque se llamaba Bonaparte.

Desde ese instante el idilio se convi rtió para lavirgen rubia y amorosa en un poema de lágrimacuya estrofa más vibrante se dió cuando una cartade Ulrich agonizante en Montmirail, cartallenade frases tiernas y de gotas de sangre, la hizocom-prender que su amado se iba para siempre, muylejos de los sauces del Rin y de las encinas mages-tuosas de la heredad paterna. Y al llegar la orquesta á este punto, inspirándose en logran concepción del músico alemán, dió sus notas massentidas.

Luego viene un raudal de sonidos tristes quese dilatan. 'Algo así como los toques lentos ypau-sados de un armonio el día en que una noviciato-ma el velo . La joven rubia llora y suscompañe-ras, las muchachas alegres y bulliciosas, llorantambién

El valse había terminado. Para las almasvulgares no había sido aquello mas que un torrentete de harmonías ; para mí era la historia de un co'razón, sencilla, es cierto, pero quizá por lo mismomás expresiva y más dolo r osa . Si por esto vais ácreerme visionario que veo mas allá de lo que realmente hay, melero serlo y poder siempre, por medio de esta doble percepción que no todos poseenadivinar tras lo que se nos ofrece, que es lo mínimosiempre, todo lo que oculto queda, el alma por decirlo así de las cosas, que no se muestra á la mayoría profana é inconsciente, á esos que sólo conprenden las bellezas cuando puestas de manifiestovienen á herir con rudeza sus sentidos v que sonincapaces de percibir un poema en una nota ó dehallar en cuatro líneas rimadas toda una filasofiadel dolor.

Y mientras que aún vagaban en el aire losul-timos acordes de aquel valse emocionante, me ale-jé del sitio en donde tantas sugestiones habíasen-tido, pensando en los corazones muertos en la pri-mavera de la vida, y en las tempranas flores á laque el viento frío y la escarcha asoladoradestro-zan la gentil corola.

carse de entre el grupo aquel de flores primaverales, con perfiles bien marcados,á la rubia senadoraque cantan las baladas melancólicas del norte . Traíala cabellera suelta como Ofelia y cual ésta mostrabaen la mano un ramo de flores . Su sonrisa era melancólica y dulce y su voz semejaba mas bien ungemido . Sollozando comenzó á narrar una histo-ria sencilla, una Pesas historias comunes á la hu-manidad, de amores sin esperanza, de corazones

heridos por el desengaño . Yo sentía unmisterios placer escuchándola . porque

creía encontrar algunos puntos de con-tactó entre sus" desgracias y las mías.Y como el. dolor es común á todos losseres y los dolores tienen todos seme-janza más ó menos grande,_ yo sentíaoprimírseme el pecho-al escucharla.

La historia que narró la virgenrubia fué ésta : su infancia había corridotranquila y reposada en el fondo deuna pequeña aldea alemana. Su pa-dre, un viejo soldado del reino dePru-sin, se ocupaba en labores campestres,y en la noche, durante las largas veladas de invierno sobre todo, se entrete-nía en apurar repetidos bocks de cer-veza y en referir sus hazañas guerrerasy sus gloriosas. campañas al mandodel gran Federico. Ella lo escuchabacon indiferencia y. aún con temor, co-mo si por intuición supiera que la gue-rra sería causa de todas-sus desgracias.En cambio Ulrich, su primo, que secriaba á su lado, sentía inflamarse su

FIESTAS PATRIAS : s . E. EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA SALIENDO DELmente y su corazón oyendo estos rela-

TE 0E~ EL OÍA 3 DE NOVIEMBRE ÚLTIMO tos de proezas fantásticas y luego soña-ba ser guerrero y vencer el sólo cien

turcos bravos como leones.

Masónicamente

El diario de la nocheleía atento San Pedro,detrás del cancel de cedro.cuando oyó parar un coche.Como portero curioso,quiso acudir prontamente,más como santo prudentese detuvo cauteloso.—¿Quién vendrá en vehículo talcon intempestivo empeño

-á turbar el primer sueño

de la corte celestial?Pensó el santo, y esperósin moverse de su sillaá oír sonar la campanilla . . ..La campanilla sonó.Refunfuñando fué á abrir:Era un mortal alto y magroque iba en busca de' un milagro;habló y dijo :—De moriracaba hace media hora,

sin tiempo de confesarse,mi suegra, y va á condenarsela desdichada señoraY á mí tanto me interesaque ene pecados la absuelvasque te ruego la devuelvasla vida, mientras confiesa.Rascóse la calva el santopensando: —i Esta si que es negra,; Por la gloria de su suegra

molestarse un yerno tanto! .;Ni en los más justos lo vi!Y en voz alta y con mal gestopreguntó :—¿No es un pretextopara bu rlarte de mí?—No lo quiera el Padre Eterno,dijo el mortal . Es que sé,con seguridad, que irécuando me muera al infiernoy para morir tranquiloé irme al diablo derechitosaber antes necesitoque no he de estar allí en vilo,con el temor de encontrarcompañia tan amable.—Veo que eres razonable;pasa que vamos hablar,dijo el santo.

tentamentele guió á su porteríay por ser la noche fríale obsequió con aguardiente,Se sentaron y bebierony como hombre de consejoasí habló prudente el viejo:—Diablos mil mis ojos vierony no encontré la razónde que debas condenarte

por fuerza .—Debes fijarte,San Pedro, en que soy masón!

¡Já! ;Ja : Grandes papanatassi que sois . malas cabezas!¿No veis que esas son simplezasde frailes y de beatas?Sociedad de buenas gentes

que dormita ya en su ocaso:al limbo iríais, si acaso;con los santos inocentes.i 0 pensais que hay algún malen decir 'i mirad quién viene!"-`¿qué hora es?" "¿Cuántos años tieney poner se un delantal?Eso es todo lo que hacéisen vuestras logias sombrías,y con esas tonteríasni el infierno ganareis.Con que vuélvete á la tierra

-y con toda pompa y brillo,sin que te duela el husilloá tu pobre suegra entierra;que aquí hay mucho de esa críay de más no tengo gana,pues la señora SantaAnaya hizo entrar hasta la mía;que siga esa su destinode mortificar al diabloy adiós, que espero á San Pablopara ir un rato al Casino.— Y podréis asegurarme . . ?—En sintiéndote difuntotomas un coche de puntoy te vienes á buscarme.—Y si muero de repente?—Me pones un telegramay en llegando al cielo Maulla— Cómo?

—Masónicamente!

JUSTO S. LÓPEZ GOMARA

EL HERALDO DEL ISTMO-fi

RICARDO MIRÓAJO muy suave claridad febea libasu numen fioreeiente en puras aguasde Castahaa : y malle Si yendo per fíen-(luya vía ; 111 1 tú, si alguna vez has

e herido por eI rubio flechador! rea] si nntes .de"'zar á los divinns bo,gnes tic la Venus saere~san-

vieses surgir de pronto de entre el recorte delñeque, por arte casual, cabe el rumor de día

;entines aguas de errnyn umbrío y- endeehador,reja una canastilla de frutas y juncales ; si:yes á la provocación de tu palabra ardiente y

' sional . aparecer gozoen y enruseante por las pu-'imas líneas y redondeces vigorosas de su cuetegentil, urea blanca visión como de mujer quesido aneada . llenas de luz. llenad de vida laspilas negras, prtly llena de sombre la perfuma-- ondularte cabellera - y el busto firme, y el pie

.ve y entre las labios húmedos de fuego_ tinaI r isa de pasión l+r•ancesra : si tal aparición lograrver r en unan tarde de madrigales, epithlainios

"ondeles murmurarlos par el viento y los rosales,n plldierasexel :amar :--Esa eS la masa del pee-

!—v sería verdad, porque no tardarías en eseu-ar una como eneeada de harmonías sobre el al-de los lirios y las mas.RICARDO, va en camino del país provneadnr de

a quimeras : avanza con paso firme v entusiasta],leva á eneeta los buenos sueños, las sanas ambi-rles y un acerbo importante que luce come enhaz ele espigas luminosas. de propósitos poli-

'mine y brillantes, y de cuanto hermoso y bello'nsa decir en buen cantar y de cuanto sueña yatases cantar en buen decir.

Venturoso vis je deséale á su joven númen porcolinas- praderas y jardines del ardiente paísla Quimera_ I)esfle la sombra suave y aromá-a de un bosque de rniIdee, noticias y laureles, talz atónito contemple In cinta randa de los rías delo . leche v miel que se entrecruz:en cabe In fu]-de la Aeropólis sagrada : y en las tranquílns y:plus riberas de las aguas divinas ó malditas,

quizás lleno de asombro y de placer, amando y coamovido, vea allí á la adorable Citerea húmeda aúnpor la brillante espuela . á Dafne angustiada y áI 'onanna rigoroea y fresca no lejos del carro deCibeles ; de algún sátiro viejo, lujurioso cuntem•

ple el asedio . enandc atisba por entre las ramasde bus verdes mirtos la bizma y risueña desnr .dezde la naynde entre bes linfas distraída ; allí talvezencuentre el gozoso Tmagéforo coronado de pámpa-nos y flores y acaso sienta entre un bosquecillo

de amapolas y claveles, fiel Dios Bicorne la flautnvibradora.

RICARDO hlraó, Si penetrado de la virtud de l,tconstancia y dueño imperial de c,quclla nuble y ru-da-voluntad, que ce la más hermosa nuutifestaci mude un poder divino, voluntad qae por sí sala subeingeniarse para demoler los muros de los obstácic-los, aparejar navíos para ^rozar los mares ele le'aidesalientos y horadar soberbios tríneles por cut relas montaña= de la indiferencia y por bajo las fluirfundas v1rue:as de la med . iucrí ad á veces zafias,intensa y pertinaz, si sabe así sostenerse ea 1n profunda fe ele sil empeño y de su esfuerzo propia . haymotivos ftendadds para que esprrernos de él y desu joven mus t loe más explendeutes 1'L'sultndueque eeper:use pueden de un ingenio medianucnen-te cultiva rlo.

Rtcaxr.o MIRÓ, es poeta ; y á nuestro jimio esen el arte la promesa lírica de una mañana tlías,tíniidn y modesta que no alcanza á destruir la den-sidad de la neblina eu los valles y collados, peroque deja entrever que al avanzar el día será radien-te, espléndida y feliz.

Tiene delante y por desenvolver todo el editomisterioso de los años en el tiempo que él unir :i pervenir, y firme y tenaz como es de supUpers" quesabrá serio era las huchas de la idea y en la teleraarubiríón de la línea . el color y la forma, no-es deextrañer que el resultarlo final se:l bueno y punta-rabie. constituyendo de este modo un epílogo zuna-lile y venturoso . que condensará :zebra su nombreele poeta e] honor del mérito y I :1s dulces cariciasde la gloria.

Obra Maestra~ L autor insigne ríe "Juan José" ha

JJJ̀ ideaelrt y eterna en cornudas, Súnorns,fáciles }- tieraiisi ralos versos según les1 — rnoneentosdel poema, un drama . tan

í~ítnanirulc Mnnni luitadu ron aquél fine le dióea y- glorie perdurables, romo lo son por el tito-:ron que lees ira bautizado el prieta.

"Juan Prendero'', 11n pescador . t'alletltP, ge--oso y bnnt;ldn, dr. nn pueblecillo de la «meta )e-ntro:], :une al una llell lasa y fumara muchacha,a de otro i UIrinern breve v a gio, dueño de uneslas harma que luchan a. diaria en la soledad ,n-eta de las malres . Une noche, de regreso latina, es emprendida por la galerna ; los débilesrquielluelus, perdido e) gntlier•no, estréllanse con

1 las rocas , Y sus tripulantes perecen entre lasts furiosas_ " .luan Entrrc•rs^f j-` busca : enlnnSf- .•ate el padre de s i novia y lo salva, jugandnssvida, y logra sacar lo á tierra firme, bien que es-lpeado e inútil pare 5iealrire . El vieja pescadore en un atarazo solemne• ít su hija y á su anuro,nrlici.eidn unes aliad Pe tirmes y eternos, Dé 'U

e antes de ser santificados se ven de impruv,;ioos é imposibles prut la Catástrofe.

Un ricacho do la tilden, enamorarlo también de]inda joven, se las cotnpnrie ele, aranera que Ce,'a frente á frente al prometido y al un hermanoella, filie instara y golpea y ultraja . á dele basta

ce-ele manir de ira }' obligarle fe pelear en duele-rilalr de curhillu . Perece el heralnno, y " .luana,nrieeo -- ve en un instant1x perdidos sus sueñosvente n'a y de patriiCn infinita y dichosa . ._.

l'arg'ada la culpa . vuelve el protagouist•t dedenme sanagriurltn á la aldea y vuelve á suss dt• pescadni' abnegado y valiente- Tit'uu

r;eel4 , tal barra, SUS Inlijae y !-h L erat•a7.ú11 ella-}- ardurusu . Ella, la linda levantina, aun-

que frente ti su amor levántase el acusador y té-trico expeetro de su hermano muerto, signe en laCiega perenne adoración de los albores de su ju-ventud

El viejo marinero. paralítico y triste, llora alhijo arrebatado á la vida y no puede odiar al queIn rentó por fatal y terrible designio de la suerte ,.Aquel comienza el poema de Dicenta y aquí comieraza también Chapí .

f

Un preludio muy sc .buio, muy ingenuo. muySir-cera, pase ntu, ven la habilidad y con la lunes-tría propias del Ideen compositor español . los te-nrnS de II tielra u irsiral_ Ih•üucr•o el ambiente sen-C]Iln, •tpacible. srronu y tranquilo de la aldea cadateni ; luego un canto de amor expresado con deli-cioso abaldono : de improviso. alud qua trunca bt•ra-talrneute_ corno el etlnnplimiento de un sino fatal,la melodía. cálida y apasionada ., . .?allí está el dra-1,;a fide iba lí Ofrecerse, rudo y fuerte. eun dise-ños cómicos diestramente mezclados en la acciónprin-'1pat . rindiendo una vez más el debido hurue-naje á nuestrauestra tal/,uelit clásica.

La fábula aparece con una naturalidad y unintéres atractivos. II poeta y el músico ofr•écen-se en conjunción felicísima . Anua la hija del veaterano del toar. canta en una 1'uminza tierna ySentida su pasión sin eapel• :Iilzas, y ente ella Segtli -dat un dúo cómico, graciusísieau, presenta el Con-traste aafut•tun-edo dedos acciones paralelas dentrodel miento asunto.

El efecto en el público es irresistible y los au-tores son llamados á escena y el nú¡nero repetirlo.

La suerte del nuevo drama 1iríeo estaba gana-' da . V un ven tus pescadores entre expluui .rnes de

júbilo de bis que esperan_ Entonces destácase do-liente cuino lam ente de. cerillo, sin consuelo, lavoz de "Juan Francisco" que viene entre ellos y

sus ansías de amor, recogidas por el músico usi'•-ne, son repetidas en uu tutti brillantísimo y -, atulente . . . .El amor vente á la fatalidad.

En el segundo acto predomina el elemento drn -mático. El coro lúgubre, triste, sombrío do lospescadores que acuden á la ermita el día del niei-vers:arie del horrible naufragio. es sencillamenteuna maravilla. Sobre el toque funeral de las en t ra.panas que doblan á muerto, las voces apagadas yquejumbrosas como que subrayan su ritmo solein- -ne y siniestro. Este es para mi uno de los momen-tos más felices de la partitura y uno de los hallaz-gos frecuentes de Chapí.

Casi en seguida el libretista reclama sil lee de

El pescador anriaeo y paralítico relata le c

s-trefe en unas quintillas admirables, fáciles . gcales, snberbias . . .i Aunque Dicenta no quien;y será siempre un poeta orgulloso cíe la 1 ' 1 •t '-panda!

El desenlace se adivina_ Esto será sin

d 1el defecto de esta obra respetable. Viene ráf• :•itubrutal, sangriento. "luan Francisco", segur dr'sea' armado siempre, echa á tierra con otra teta- i elespuñalada al odioso rival que persigue á la me zer eansiadas por ambos, por mediosinfarnesy repugne . :e s--ites . . .Por segunda vez devuelve la vida al alee r-no paralítico a quien sacara de las ulas .d,deri lanos atrás, después ele entregarle, sin (pié-elLurte su hacienda toda_ Este perdona -al mate,.de su hijo : pera el héroe del poema debe piel ; 1,y . . parte en un falucho contrabandista para ; .ivolver . . .He aquí el drama lírico estrenase('y . lié :oc luí un palido reflejo de la enrocion que ah.-d-e:eperto en el público .

EDUARDO 3IWUZ

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EL HERALDO DEL ISTMO-12

~i 9srtitnIfo úei JaeafTendido perezosamente sobre el ancho diván

de terciopelo carmesí, José Antonio Conde seguíacon disaraida mirada las azules espirales de humoele su cigarro que subían caracoleando y esfumán-dose hasta desvanecerse por fin antes de llegar a!Cielo-raso de la amplia habitación que Ie servia deelite dir.

Sobre las paredes, en artístico desorden, habíalienzos inconclusos ; bocetos de viejos de semblan -tes bíblicos ; cabezas viciosas de hombres abyectos;rastros tristes de mujeres que habían sido vencidaspor la miseria, y cuerpos flácidos de niñas cuyos

go que no hubiera tenido precedente en la historiadel Arte. Escogería la muerte de Desdémona enel instante en que la bella veneciana se desplomabalbuceando : Muero inocente!

La boca de Desdémona debería estar entre-abierta por una mueca extraíña de Golee ; un lige-ro extreruecimiento'y un Iargo suspiro son las úni-cas señales que acusan que ha pasade á la vidaeterna. Las suerosadas carnes de Desdémona co-mienzan á tornarse lívidas y rígidas_ En suma:quería qque en su lienzo se advirtiera la transicionde la vida á la muerte ; que las carnes se vieran pa-

lidecer paulatinamente ; quería que entorno de su cuarto flotara un ambientesofocante de tragedia, unido al perfumemisterioso de la carne joven quedeja devivir

Por largo tiempo acarició en su men-te aquella idea sin atreverse á darle for--na -práct?ca : Temía una derrota intimay su orgullo de. artista aplaudido se su-blevaba furioso.

L'llaa era dócil como la cera blanca y riendocandorosamente convino en complacerlo en lo quele pedía.

Todos Ins días Julia Cardenal comenzaba á des-nudarse mientr:_s una sonrisa emb Ira-zosa abría su .boca y las tintas del ruborteñían sus mejillas. Y cuando npareciaradiante. en tilda su deenudez aquelcuerpo correctísimo de Venas de Yilo,embelle•'idn por el suave Tulgor' que -diaba su almablanc:s y casta . hasta elladoblaba la frente como avergonzada desu propia bel lea . Después se tendía so-bre el amplío canapé. medio tapada conun fino cubertor para que José Antonioarreglara conr-enienteniente tos ulieguesde la tela que la cubría con timidez coartoavergonzada de interponerse entre losajes y los suaves encantos ele la joven;luego él le dabas abandono á la cab -,a.butgnidez á las extremidades y entoncesretirándose continuaba febril la obra enla cual trabajaba col: tanto ardor. Siem-pre que remataba con pureza una líneaó daba un toque feliz, se echaba haciaatrás para ver PI efecto y orgulloso ycontente corría donde Julia y lc daba unbeso en la frente.

``o descansaba de trabajar un mo-mento y laobra seguía adelante rápida-mente, llenando el alma del artista y de la modelode un gozo infinito.

Un día José Antonio Conde recibió un telegra-ma de su padre que decía : "José Antonio : Tu ma-dre se muera".

José Antonio arrea% precipitadamente unamaleta, y llena el alma de la profunda pena que lecausaba la fatal noticia se despidió de Julia con unbeso largo, y tomó un coche que debía conducidoá la Estación .

A los pocos días Julia Cardenal recibió un]cart-t de su esposo. Le decía que su madre se ha.bía mejorado notablemente con su presencia y queya estaba fuera de riesgo ; terminaba pididndolenoticias de Desdémona . Le preguntaba si !a habíavisto, si siempre encontraba el cuadro bueno ..

La segunda carta no se hizo esperar . Le participeba que su permanencia al lado de sus padresdur:u•ia un mes por lo menos ; que su ora trenaquería q ue se separan de su la lo pretextcamin quetemía una gran desgracia, pero le pronretí:i con-vencer pinte á su madre del ningún fundamentoque teman sus temores, Terminaba preRnntán-dale por su Desdémona, y le recomendaba fuesela cuidaray visiten. todos loa días litnpiúr :doleel polvo cuidadosamente ..

Al fin Julia Cardenal recibió un tele grana : enel cual José _c ntonio Conde le anunciaba que salísen ese momento y debla llegar en el tren de la talde. Ella salió á recibirlo á. la escalera y se confitadieron en un estrecho y ternísimo abrazo púa-queera la primera vez que se separaban desde el dicho-so dia ea que se unieron para siempre . _ _.

—Cómo está mi Desdémóna . Julia? Fué laprimero que preguntó José Antonio ..

—Buena. hombre, buena, replicó ella y r„nti•nuó : Sabes que inc estoy poniendo celoea de 11muerta?

—Ball! no seas tonta, dijo él con en riña. y Sol•tándose de sus brazns so dirigid al Estudio . impa-ciente por volver á contemplar su obra predile. ta,

Llegó delante del caballete y descubrió I'l coa•dro ; retiróse toros cuantos pases y quedó aterrarinado . . ..

ra quea no en su cuadro, ni esa la obra di- tautos desvelas . Habrra pintado una Desdémonamuerta, cuya boca entreabierta par un geeto ex4tu-die dejaba adivinar el profundo dolor que le causó la injusta acusación del sér adnrado . triunfani2sobre los dolores físicos de su muerte ; había pintado carnes do demacradas . amarillas y rígidas : cara

PROCESIÓN CIVICA DEL 3 DE NOVIEMBRE . DARADE-LA COLUNIA CRINA

nas quietas y dormidas de muerta, y aquella bacano acusaba dolor, y bajo aquellas carnes, un tantopálidas, se vela circular la vida . Su Desdémonaestaba dormida pero no muerta . Había pretendído pintar una mujer que acaba de ranle y habíapintado una anémica, Y se mesaba desesperadamente los cabellos al ver derrumbarse eu unmomento el castillo formado á costa de tantas faLigas y desvelos _ _ . ..

Pero

Cómo era que él no Leida notaSlp gintes tales inglerfecciunes. ¿Cómo era que aquella

'1 fin se decidió y preparó el basti-dor'porque sabia 9ue iba á triunfar ; peroentonces un obstaculo en el cual no ha-bía pensado se alzó delante . de él con los

'brazas abiertos como cerrándole el paso . . Dónde podría encontrar un modelocomo lo necesitaba? - . Las que le habíanservido hasta la fecha eran heteras im-púdicas la tea ves de cuyas carlees vi-obesas.: se entreveía el fuego implacableque las devoraba en silencio ; niñas vír-.y,

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_ genes que aún no habían acabado de fol . -FIESTAS PATRIAS . PROCESIÓN CIVICA EL 3 DE NOVIEMnRE . CABALGATA

maree, y el necesítaba una mujer, unaDE JÓVENES REPRESENTADO LAS NACIONES AMIGAS . mujo) » llenamente modelada pele p urria.

con esa pureza que se extiende a las If-rostros de bocas abiertas y ojos asombrados, de- neas más insignificantes y á las medias tintas másd.de á los curiosos que se desnudaban inecentearme,- pálidas . _ . Entonces pensñ en Julia, su dulce y sute pava llevar el precio de su trabajo á la madre certísima esposa . Nadie mejor qua ella podríaciega ó al hermanito enfermo,

ayudarlo á salir triunfen-te en aquella ocasión.

Ocupaba el centro del estudio un hermoso bas-tidor que representaba la muerte de Desdérnpna,a.,da por el celoso Otelo. Desdémona parecía dor-mir_ Su bona, que comenzaba á. tornarse lívida,una boca abierta desesperadamente pidiendoaire, estaba marcada por una mueca dolorosa.

Atrás, Otelo, con las cejas contraídas, empufiando febrilmente un puftal que llevaba en elcinto, posaba su mirada feroz sobre el pálido rostrod; la muerte . A. trap es de su frente se veía bullirla ola avasalladora de sus injustos celos. ; una satis-facción infinita. fruto de su brutal venganza, yallá, como comienzan it aparecer las primeros lu;

de una aurora de invierno, se adivinaba algott'l vez pudieran ser los albores de un nrrepea-

iento tardío_

José Antonio Conde era un joven artista degrandes esperanzas. Armado de unos cuantos pire-..t_ -e r una paleta se arrojó al redondel de la lu-cha, y su peregrinación á trapes de las sendas delArte, mas escabrosas ruanda se principian, fuéuna marcha triunfal_ Había logrado trasladar alsus lienzos expresiones tristísimas bajo_ las cualesse adivinaban historias mudas de dolores asesinos;rostros de niñas inocentes en cuyas frentes blancas;e traslucía la pureza de sus almas castas y pláci-das corno las noches de luna . De ovación en ova-ción, defd iunfo en triunfo había llegado á 1=a metaarrebataL, .do el primer premio de la exposición de

:Anos de los viejos maestros cncanceldes en¡luchas de la inteligencia.

A Ilesa' . ele todo aquello él no estaba contento.$u orgullo de artista, su orgullo de artista que'Sieute y se encuentra capaz de trasladar al llene o,intactas, las creac:ioues de su mente, le pedía anís.Tríenin una vez podía haber sido obra de la .ra-sualidad, -v él quería triunfar dos, tres, cuatro ve-ces ; quería triunfar siempre . . . . . . .

Entonces concibió la idea de hacer unn obrasublime, extraordinaria, una cosa nunca vista, aal-

en-FIESTAS PATRIAS.

EL HERALDO DEL ISTMO -13

obragigauto de la cual no había apartado los ojosun momento durante tíos meses cuztsecutivos y queélseimaginaba representativa de un dolor• horri-ble e instantáneo se le aparecía ahora como un cua-dro bello pero sin ninguna expresión? La escenasiniestra que él llevaba en la mente horrorizaba ylaque había pintado enternecía . . . . --

l'or qué? se preguntaba sin cesar, por qué/ . ..

Al fin la luz se hizo, y él dobló la frente porqueorar! t'nico culpable,

Durante más de dos meses había trabajado sinzr en su grandiosa convención : pero ay! su vis-ansadn con la continuidad de aquel trabajoInflador se hizo incapaz de apreciar la diferen-que existía entre lo que pintaba y lo que forjóantasía. Cuando entornaba los ojos para esttt-el cuadro en conjunto lo encontraba sublime

loe veía que el llenaba po• completo su cere-

Hoy. despues de un descanso de un mes, des-s de ton largo paseo por el campo, en donde á.s con su ideal talvez lo había embellecido uno más en sus horas de sueñes, al presentarsetete de su cuadro la frialdad de la pintura leta helado el alma, produciéndole una decep-1 horrible.

Su Desdémona tenía vida, y eso le probaba quera tan sólo un copiador vulgar . Y la sombraal prematura impotencia y de su inespere .da de-:;% so le prosent :tbet ante los ojos terrible y asus-Ir a . .

Sus noches eran febriles y se revolvía en el le-sin poder conciliar el sueño. .a veces quería

tincar su obra pitr.t corregirla puco á puco, ytirándose delante de Julia Cardenal armado depinceles, le decía:]Iás, más dolor . . Nó ; así nó, } tiraba la pa-:d suelo y salía desesperado del estudio.

Entonces Julia lloraba su abandono . con la ea-a escondida entre las manos, sublime en mediosu desnudez como la bella enamorada del ReyItaca . ..

Si yo pudiera conseguir una modelo, pensóvez José Antonio Conde . Una modelo muer-

pero muerta sufriendo un dolor• moral horribleto la infeliz Desdémona . Y aquel deseo vagorincipto, fue h tcién 1u .ie avasallador y único ennente. Era una idea tenaz que le golpeaba .4bro con el repiqueteo incesante é irresistibletimbre de uta despertador.

La Aurora lo sorprendió en el lecho con losabiertas atormentado por el terrible pensa-

nto que lo torturaba, oprimiéndolo con su im-trablegtrra . Si yo pudiera encontrar una mu-

ntuerta 1 . . ..

Ya no le dirigía la palabra á Julia Cardenal, yndo entraba al estudio sus ojos de lo o se posa-sobre la obra abandonada y una lágrima le

taba el rostro. Huía de los amigos y lahe se le oía hablar solo y gesticular como unnomani eco.

Fue al amanecer de una terrible noche de des-y de dolor. Se levantó con los ojos abiertos

yectados : con el semblante iluminado por unarisa horrible y fatí'lica . Por entre las corri-cortinas entraba la luz de la mañana con Lin-de crepúsculo.

h, yo tendré modelo! dijo riendo horrorosate. Y andando de puntillas se dirigió á la al-de su esposa. Julia Cardenal sonreía, soliando

cá con el praxitno t riunfo de su querido esposo.Antonio se detuvo al pié del lecho y mnrmu-

Desdémona, vas á morir

La . ;úrea se revolvió en el lecho y abrió los

Jc ' -é A :a'sn'o, musitó dulcemente.

Pt , ?l r rn,aneció mudo con la aterradoraad ti -et re el semblante de su esposa.— ;e l t aFS, por Dios, José Antonio ? Qué te

,,

ella asustada, mientras se incorpo-. e. eche-

--`

t l+' [ t9 ? Y eres tú, perjura, quien lot . .ta ,

Qué tengo? Sed de venganza . horrible de-seo de muerte que tú tan sólo puedes aplacar. Yavanzó hacia Julia extendiendo sus brazos deatleta.

Ella retrocedía aterrada, con los ojos abier-tos. como buscando un abrigo entre los cortinajesdel lecho, pero al fin la pared le cerró el paso.

Entonces José Antonio avanzó, rojo de ira,echando espumarajos por la boca y tomándola poruna mano la atrajo hacia sí y la apretó con furia

Ella se defendía forcejeando con desespera-ción entre sus brazos que cada vez estrechaban

A ellaDEDICATORJA DE t)N RETRATO

Así cual queda mi sombraEn este cartón impresa,Y me abate la tristezaCuando mi labio te nombra,

Graba tú, de igual manera,Mí nombre en tu pecho ardiente:Si recuerdas nI ausetnteLanza un suspiro siquiera!

RECTOR CONTE 13.

Panamá, Enero 7—1905.

FIESTAS PATRIAS : eL ARROJAO PASANDO DE RODILLAS EL SEGUNDODE LA TARDE EL DIA 4 DE NOVIEMBRE

ntás el anillo de hierro con que la ahogaban, ycuando ya no pudo resistir, hundió snssus son-rosadas uñas en el pecho de José Antonio comoúltimo medio de defensa.

Aquello acabó de enfareeeral loco, que hacien-do un supremo esfiterzo oprimió, oprimió el cuerpode Julia Cardenal hasta que los huesos crugieron yla joven dobló la cabeza sobre su peche sudoroso.

José Antonio abrió los brazos y la dejó caer :estaba fatigado . _ . Permaneció unos cuantosminutos inmóvil : luego. tomando nuevamente elcuerpo de su esposa se dirigió al estudio y lo ten-dió sobre pl ancho canapé. medio tapado con elfino cobertor.

El primer r••tyo de sol lo encontró trabajandofebrilmente en la obra tremenda que ideara en sussueños de artista aplaudido.

Reía feliz con risa de locomodelo que necesitaba .

J. OLLF.R.

Eterno triunfot.e- x4sr nn.Tsal

Tu nombre, multitud aclamadora,Ufana lo pronuncia por doquiera,Y su sangre por tí también vertieraSi. en la lid, tu no fueres vencedora.

porque ya tenía el

LauroPARA GWLL~71?+G ANDRQVe,

Brotaron á su influjo las flores en el huerto : -hadas sonrientea puras, vinieron ú regarla .poniéndoles perfumes dé sus labios abiertosy* formando amarosas delicadas guirnaldas.

Cantaron con las liadas•das aves en el huerto;cual choque de rubíes, diamantes y esmeraldas,golpeaba el arroyuelo en matinel conciertoy voces argentinas surgieron de las aguas.

Levantaron el vuelo las hadas sonrientes:con emoción unieron sobre su sien guirnaldas.formando así una sola sobre su bella frente .

Y las aves regaron de sus cantos las galasY aspirando el efluvio del perfumado zimbienteabesó su frente augusta el lampo cíe las aguas . ,

Enero 1905.

Nuestros Agentes

En Colón, Sres. Alberto Mendoza y Erasmo.Méndez.

En Bocas del Toro, Sr. Gonzalo Santos K.En Emperador, Sr . Florencio Casis.En el Darién, Sr. Luis Muñoz V.En Chitré, Sr . Victor 3[. Julian P.En Aguadulce. Sr. Eduardo PedreseItiEn Penonomé, Sr. Héctor Conte B.En Soná, Sr. César• A. Pardini.

El mundo recorriste triunfadora!

En Guayaquil (Fleuador), Sr. Ramón%.Nada hubo que á. tu empuje resistiera ;

llarino.Y del Error, con ademán de fiera,

En San José de Costa Rica, Sr. Pedro CieAl Progreso libraste en feliz hora.

Guardia.En Puntarenas (Costa Inca), Sr . Aníbal

Martínez .

+.Agente General en toda la provincia de í,.

Src tos, Sr. Demetrio Quintero C.Agente General en toda la provincia de Chi .

rigq{, Sr.Manuel Balbino Alvarado.'Agente General en toda la provincia de Ve-

taguas, Sr. Weuceslao Bustos.

A Icanzaste por fin la ansiada metaTuyo es el Porvenir : nada te inquiete..audaz conquistadora del Presente!

+No dejes de abogar por la Justicia,

Arroja de tu seno la estulticiaY serás poclerosa eternatnente!

Guayaquil—19( q$

ALFREDO FERAIDEZ RAMIREZ

HERALDO DEL ISTMO-14

POR EL RE/INDIOS, Colonia, que aprendí á amaren Heine, y que me eres grata por tucatedral portentosa; por el agua queinventó Ferina, y por mi amigo Jo-

han Fasthenrath ; que traduce á los poetas espano-les y ha llevado al zorrilleseo Don Juan Tenorioá hablar en el idioma del Doctor Fausto. Te sa-ludo por las once mil, vírgenes que desembarcaronen tu suelo, guiadas ,por la divina Ursula ; por Con-rado Hochsteden, tu arzobispo, por el arquitectode tu fábrica sagrada, que entró en tratos con elDiablo antes que el amante de Margarita ; po r elbravo obispo angelbert de Falkenbourg, y po r elHernian Gryn, cuyas armas aún he podido con-templar esculpidas en tu rathaus . Llevo de tí lavisión de tus puentes de barcas- del domo labradoque erige al firmamento sus oraciones de piedadarmoniosa, y de tu severa iglesia, hermana góticade las maravillas de Burgos, de París, de las anti-guas basílicas de las ciudades que antaño sabíanorar católicamente ; el magnífico esplendor moder-no de tu construcciones, de tus paseos entrevistos,y de una Emperatriz Augusta, marmórea y sere-na, sentada sobre su blanco pedestal, ante unplantío casi heraldizado de tulipanes multicolores.

¡El Rhin! Y siempre la vasta sombra hugue-na, por todas partes . Y la sombra de otro colo-so, Wagner, y las armoniosas baladas de tantospoetas. Permitid que por primera vez cite versosá propósito de un poeta que me es íntimamentepersonal y querido :

. . .la celesteGretchen ; claro de luna : el aria- el nidodel risueñor: y en una roca agreste,la luz de niew que del cielo llegay baña á taehermosura que suspira,la queja vaga que l la noche entregaLoreley en la lengua de lp, lira.Y-sobre el agua azul el caballeroLohengrin ; y su cisne . cual si fueseun cincelado témpano viajero,con su cuello enarcado en forma de S.Y del divino Enrique Heine un cantoá la orilla del Rhin ; y del divinoWolfang la larga cabellera, el manto;y de la uva teutona el blanco vino.

El vaporcito flamante y elegante, sale por elrío, hacia Maguncia . Miro á un lado la campiñaverde y á otro la fila de grises edificios comercia-les y marítimos . .Hay una que otra chimenea quelanza su humo . Se oye el rumor de la ciudad y álo lejos el agudo clamor de una sirena . Y antesde las últimas villas y chalets que señalan el tél -mino de la población, alcanzo á divisar una espe-cie de gigantesco guerrero, rey de piedra. un me-numer tal burgrave que aparece corno una evoca-ción de la pasada feudalidad teutónica.

Y comienza el desfile de castillos, de esos cas-tillos de cuento y de grabado que han deleitadonuestra infancia en páginas de dorados libros, enMitigues almanaques, ó en ornamentados keepsa-kes. Y sobre las torres arruinadas, ó sobre las

:radas almenas, pasa el vuelo de las tradicio-nes legendarias.

Y es eI pasado recóndito, la prodigiosa EdadMedia "enorme y delicada", ó los nombres ereayer. resplandecientes de gloria y sonoros do nr-monía . He aquí ya Bonn, que más altas que sucastillo de Poppeisdorf levanta dos banderas degloria : Arndt, Beethoven. He aquí las siete mon-tañas. á un lado, y á otro el de r ruido Godesbeg;y una vasta procesión de póeticas resurreccionesempieza . ¿Son cincuenta nombres? ;Son deisnombres? ¿Son mil? Son un mundo de c reacio-nes de la historia, de fantasía popular y de la ce-leste potencia de los maestros de la lila y del arpa.Y sucede que. á menudo, mientras vais pensandoen ama brumosa soñaeión, ó mirando con los ojosde vuestra mente las figuras de luz de luna no .cidas de la melodía de los poemas . pasa de pron-to ante vuestros carnales ojos, por la cultivado ri-bera, á perdelse eh la negrura de un túnel, unalocomotora que arrastra su caudal de vagones.Cuando Hugo vino, todavía no había ferrocarrilesen estas regiones que sintieron antaño el pna de

los dragones y de los gigantes, El maestro reco-gió muchos ecos de las sagas rhenanas . y los repi-tió y aprisionó en la prosa suya, hecha como conlas mismas rocas duras de los montes y de los ci-mientos indestructibles de los castillos señoriales.Pero las leyendas son innumerables y vencen alpaso de los siglos, 'Su gran enemigo, el progreso,apenas las toca y transforma . Lo que es estudiofolklórico para los eruditos, vive y palpitasiempre en la imaginación y en el corazón popula-res, y en el santuario de los incontaminados poe-tas .

. . . .Gryn, el matador de leones, pasa . Surgenentre las viejas piedras, en las leyendas ciudada-nas, testas de fieros arzobispos, ó de duros y seve-ros burgomaestres, Sobe r bios ba'didos son ama-dos, antes que Hernani, por deliciosas y delicadascastellanas . Entre huestes semejantes á perrosrabiosos, florecen dulces rubias que melifican elespanto de las torturas y earnicerías . Caballerosque parten en peregrinación á Palestina, son sal-vados de las desgracias por el Señor, á quien ele-van capillas votivas . El milagro florece como enJacobn de Voragine ; hay dragones como en la vi-da de los santos y gigantes como en las Mil ji unaATOC rtes. y aparecidos como en los cuentos del pue-blo . Mujeres ideales, de ojos azules, son lirios defelicidad y rosas de consagración . Bárbaros ve-lludos corno osos y fe roces como tigres, se muerende amor por las blancas y finas adoradas . Prince-sas de lánguidos cuellos cantan ro'nanzas aconpa-ñandose con el arpa ente reyes paternales, de lar-gas barbas y ojos pensativos Peregrinos tocan álas puertas de loe castillos en noches tempestuosas. Los alquimistas hacen el orne en sus noctur-nas tareas . Los templarlos combaten. ó emplazanen la hoguera, sus verdugos, ante el tribunal deDios . Los cuernos de caza hacen resonar loe bos-ques y los rudos cazadores persignen en caballoscomo huracanes, ciervos y- jabalíes . Lurley, Lo-

Carnaféo¿Quién no le rinde emite á tu hermosura

Y ante ella de placer no se enagena,Si hay en tu busto líneas de esculturaY hay en tu voz acento§ de sirena?

Dentro de tus pupilas centelleantes,Adonde nunca se asomó un reproche,Llevas el resplandor de los diamantesY la sombra profunda de la noche.

Hecha ha sido tu boca purpurinaCon la sangre encendida de la fresa,Y tu voz con blancuras de neblinaDonde quedó la luz del sol impresa.

Bajo el claro fulgor de tu miradaComo rayo (le sol sobre la onda.Vaga siempre en tu boca perfumadaLa sonrisa inmortal de la Yeeonda.

Desciende en negros rizos tu cabelloLo mismo que las ondas de un torrentel'or las líneas fugaces de tu cuello -Y el jaspe sonrosado de tu frente.

Presume el eoraeón que te idolatraComo á una ioWn de la antigua Grecia,Que tienes la belleza de CleopatraY la virtud heróicti de Lucrecia.

Mas no te amo. Tu hermosur a encierraTan sólo para mí focos de hastío , -¿ Podrá haber en los lindes de la tierraUn corazón tan mue rto como el mío?

relay, envuelta en gasa lunar, melodiosa, amorosa,peligrosa, la mujer, la ilusión, la sirena, se sientaen su roca.

Antorchas llameantes brillan entre los peñas.cos . San Clemente libra á la suave Ina, de la fu.ria del río y de los bandidos. Uta, muere abraza.da á su amante Riechenstein, en un sucidio amo•roso que ha de ser, corrriendo los tiempos, un común fait dieces. El arzobispo llano, á quien lahistoria alaba y la leyenda vitupera . amere porcastigo de Dios, á causa de su mal cometo', comi-do por les ratones . El conde Eppe encuentra enuna montaña á una bella joven robada por un g¡.gante ; y con ayuda de la Santísima Trinidad salvaá la dama y echa al monstruo en un precipicio endonde muere despedazado. La enorme persona deCarie Magno aparece aquí, allá Su hija Emmscasada contra su voluntad, va habitar coi, sueposo Eginardo, en el campo ; luego el Emperadorante ellos, un día que les encuentra por casualidad, y les recono:e. felices, les perdona y los llevaá su palacio . El mismo César sale, de nuche, eaexcursiones, con el bandido Elbegart . que es unbandido cuerdo y valiente. Condes violentos y ca-prichosos son vencidos en sus mansiones feudalespor la unión de los comerciantes de las ciudadescoligadas. El caballero de Stanferberf se enamo-ra de una ondina y es co rrespondido : luego esofiel á su juramento de amor y es castigado portascólera de las ondas vengadoras . Una sirena discreta y hacendosa, vaá hilar en la tueca . á la casade un joven que se apasiona por ella . Una nochela sigue. la ve entrar en las aguas del Rhin, y timere al lanzarse tras ella en los cristales del río. Lasespíritus salen ele las tumbas á amonestar á loscaballeros demasiado tunantes . Lobos furiosiscastigan á las profetisas que, enamoradas de loshombres, pierden su castidad y su dón pitónicoBodegas ocultas guardan- un vino de dioses queinútilmente es buscado en los campos misteriososEl Diablo, Satanás, en persona, sale de sus alacos y entra en tratos con las personas que andaen apu ros y dificultades. y las saca de ellos . á traeque del alma y de la salvación eterna . Pelro nues,tra Señora suele aparecerá tiempo con su podermanda á los infiernos al pe r velso Demonio. Unajoven pintor ve de noche renovarse en Oppe-meins, entre esqueletos, una batalla entre suecosy españoles, de la guerra de Treinta Años . Unadiestra caballería conduce á la dama que la montay á la que se quie r e casar por fuera . á la mansiónde su amante, Y cien y cien más paginas . de sangre y de bruma, de luz pálida ó de resplandoresrojos, hasta llegará esa Maguncia famosa en quenació el hombre que después de Lucifer ba hechomayor competencia al Creador : Gutem herg.

Desfile de castillos, desfile de leyendas, revuelo de poesía y de canto lírico, en este viaje deboras, por el ato sereno, eternamente perfumado porel vino pálido que dan las viñas de sus orillas . Ycanta Adeilada von Stm'terfoth : "Del polvo de laruina nace en el Rhin una vida más bella . Giranlos espíritus que por tanto tiempo han descansadoen las tumbas ; resuenan las canciones con extraños saludos que yo debo repetir suavementemis canciones y en mis ensueños . Cuando veo volar al pájaro en las altu r as del asul del aire ; cuan(lo veo deslizarse los balees en la lejanía dalasbrumas grises, me parece que dice palabras el pajaro al hender los espacios, y otras palabras escuello al rápido paso de la embarcación ." Y yo tacobién, peregrino del Arte, de americanas tierrashecho al sol y al canto de la vida 'atine, he puesto el oído atento á esas palabras de las aves y delas barcas germánicas, y de esa bruma he vistosurgirla eterna gracia de las alunas a lades, lavirtud de la sagrada poesía, á la cual no venceranni los odios humanos, ni las sequedades de los íntereses modernos, ni la 'Mediocridad de las chatascabezas (le los regeneradores igualitar ios. Pues lasoberanía del espíritu se basa en lo que está másallá del bien y del mal, más allá de nuestro plane

JUMAN DEL CASAL .

ta mismo y de nuestros conceptos de verdad ydementira: en lo infinito, en lo absoluto,

París, 1904 .

RUBÉN DARÍO

EL HERALDO DEL ISTMO -15

SIEMPRE LO MISMO!NOCTURNO 111

A DON LADISLAO SOSA

Más allá de un cielo augusto por el supremolelo de sus profundos límites ; más allá de lasespumantes y veloces : más allá de las mon-

as que horadan el espacio, más allá y más allá,ensaay.iento en viaje temerario y terno buscatoso lo que el alma presiente . lo que el alma"a, aquello que. tal vez, más cerca se halla queu á sí, como en asecho, espera. la mano felizha de asirlo y retenerlo en la angustiosa lucha

un empeño audaz.

Es orla noche letabunda y bella . Fuera de mizetas destartalado y solo, observo que salpicanondulante } ténue manto del silencio, con ca-lleos como ele lentejuelas luminosas, un enjam-

de ruidos confusos, varios, indistintos, queTetan y toman una proporción en mis oídos cualuna leve y apasible orquestación que va y sic:-que se enrarece y se dilata, que baja del cielo,

sube de la tierra, y que siempre undívaga y flo-te, remeda palabras raras y sombrías, gritospavor y suspiros de pasión, toques de puertas yentes comprimidos y un no se qué de mugir destias y de chirriar de insectos que dejan perple-y en suspenso el alma, y llenan de ilusión y desterio el pensamiento.

Siéntese entonces como una dilatación de sen-nientos en la hosca soledad de los recuerdos;y concentración de odios adormidos y languidezesperanzas mal soñadas, coronando la impasibi-ad del ensueño nunca vencido, la inmensa man-a de polvos luminosos en que se tornan las ansíasportales y que luego,cual recompensa de los ha-s, matizan y abrillantan las divmas purezas delníritu y las ideas triunfantes y eternales

En horas de la noche siempre es el amor unalabra grande y sugestiva ; el corazón empareda-calla sus tormentos, sus glorias, rencores y de-

is. y como en gas abrasador y denso, trasmite ácabeza no sé qué de comprensión doliente quoasoma en las húmedas pupilas y se esconde eníntimo del alma.

La noche y el amor! ; Ah, si .—me dije—pro--tiesos factores de la vida ! conozco á los dos haecho tiempo ; lo bueno y lo malo en ellos se con-nde, y no resultan inútiles jamás . Un día mejo la una:-cánta siempre poeta! y á su vez me

dijo el otro : cuándo eres rico, majadero? y me que-de en suspenso, indeciso y cavilando entre las al-ternativas de mis líricos anhelos y la voz cascadade la realidad de mi destino.

Ha tiempo los conozco—me repetí por vez última, acabando de desdoblar una carta cuyo conte-nido no me era fácil recordar,—y si ellos algunavez me han engañado, la culpa estuvo en mi queme propuse andar sin itinerario y nin guía de lascomarcas en donde recibí las heridas que ni ma-nos,ni ungüento ni elixir alguno han podido borrarlas cicatrices.

Bebe, bebe el nepente! decíase una fosca nocheel poeta del pájaro fatal —y yo me dije : lée, Me,que quizás con el peso de las horas de la noche ycon el- despertar silencioso y melancólico de otrostiempos y otras horas que no volverán jamás, pue-das sumergirte en el sopor de los hastíos y en la*quietud profunda que ni espera ni la esperan.

Y pásenle á leer por quincuagésima vez aquellasu carta de circunlocuciones enredosas y de dic-ción ene delataba la altivez de su índole gentil, yrecorté aquella inhumada fe que el responso escu-chó de mi desprecio y aquellas floridas y dulcísi-mas mentiras que más se adoran cuanto más se en-gañan y más se quieren cuanto más se esperan.

; Qué bendición del cielo! la palabra del sabioes santa y es divina : nihil norman sub solo, ; verdadtremenda! siempre lo mismo!

•Y mostraré flaqueza en la memoria si aseguroque en otras viejas noches amé, volé, luché conbrío en busca de lo nuevo. lo raro y lo inmortal?¿y que contemplé la virtud con indolencia y frenteá frente provocando al vicio, huroneando en suseno de miserias, encontré más de una tristezabendita de los ángeles y más de una flor no mar-chita todavía!

Pero nada hallé en mis locos viajes al país dela Esfinge misteriosa, y solo entonces y después deleer su carta, supe y encontré en amor lo que esmuy viejo ; solo supe en arte encontrar lo que esplebeyo y deleznable lexedumbre aquello que yosoñé durable y eternal.

En aquella antigua noche ella me escribía :—"Es imposible lo que tú ambicionas, y tu esperanza

sería mejor que notase y arraigara en otra i, : rte;yo no amo ni he pensado en ello, pero saber :• quemi propósito es ser lib . e todavia ."

Y por extraña casualidad que fué para mi unavirgen provechosa y buena supe que él le &eta áella :—"Es imposible continuar en estas cosa,, tuesperanza y la mía necesitan dP. otro ambiente enque puedan flotar sin el temor del hastío y la ir .-constancia de las horas : deploro que así lo exijami Destino ; confórmate mi bien, pero yo nl medecido todavía ."

Y volviendo á releer la vieja carta cuyas letrasdescoloridas y borrosas por el tiempo . ya no entu-siasmaban mi gélida memoria ni conmovían mi al-ma indiferente, como en los días de mocedad flo-rida en que sorprendieron y cautivaren mi ardien-te fantasía ; volviendo á leer la mentirosa cartapensé sin inmutarme :—Siempre así lo mismo, sony- serán los resultados del amor: Nadie escaparádel tributo forzoso de pesar ; y al llevar la Luir rade nuestras ansias al tabernáculo donde la paraHostia derrama sus gracias infinitas al son de losepinicios del amor, mas de un piadoso y Uta idocreyente en sus genuflexiones y plegarias reeerdani, corno s o, las tiernas y dulcísimas mentiras,que en varias horas y en distintos años, y siempreigual y siempre lo mismo . dieron forma y expre-sión á tristezas que murieron errabunda ., r quesiempre igual y lo mismo siempre, abrieron sitio ylevantaron arcos tiara darle paso franco y tr .unfa-dor á nuevas esperanzas y deseos en la, amplitudbrillante. mágica y suprema del aro que se re-nueva y no perece.

Yo te amo ó no te amo ; es á. él ó 'es á ella : essiempre igual . lo mismo siempre- repetí con iinlV-lencia, en tanto que en el alero del tetado escecha-ba el madrugador y matutino arpegio de do-. par'das avecillas, y pensé que . c romo ellas, otras quizáá un tiempo y de Macee . y de pasión veneidac ha-cían lo mielan y siempre igual.

antasíaPARA CHISTOSAS. INART1NEZ

SIMON RIVAS

Qué engalanado está el campo!La mañana perfumadanos brinda romanza alada,Y allá en la cumbre elevadaCuaja la nieve su manto.

Un labriego en su cabaña,En ese albergue sombrío,—Triste cual sepulcro frío —Escucha cantar al ríoLa canción de la montaña.

Viste liquen la pradera,Gramas, helechos y flores,Y ofrecen los ruiseñores,Bucólicos trovadores,Aria de amor plañidera.

El verdinegro palmar,Rico albergue de las aves,Juega con las brisas suavesQue huyeron de blancas navesAllá en el inmenso mar.

Las alboradas son belfas:;Qué universal movimiento!Todo es cadencia y acentoCuando allá en el fiamameutoVan á hundirse las estrellas.

Entre el perfume y el canto,Juego de amor y ambrosía,Entre alegre sinfonía.Le abre las puertos al díaEl sol con sanguíneo manto.

Ya vino la realidadA ofrecer triste concierto:Ya parece el campo yerto;Hay fatigas del desierto,;Qué triste está la heredad !

Un fuerte sol ya calcina,El ansia del oro es mucha,Ya nuevamente se escuchaDe la humanidad la luchaSiempre menguada, mezquina.

Es que al fin de nuestra vidaTerrible y fiero es el hado :Qué triste que está el pasado,

El porvenir qué enlutado,Todo á morir nos convida!

Ay . . . . ! quién pudiera tenerEn nuestra pobre existenciaAlboradas con frecuencia,Para arrojar la inclemenciaQue aniquila nuestro ser.

.lurio ARJONA Q .

Panamá : 1905 .

Ella!A MI AMIGO J Q

Yo la conozco, más no se dondecoma ni cuando fué que la vi;se que á tus ojos ya no se esconde,que si las llamas, á ti responde,y que te adora con frenesí.

Ella es airosa, de tez morena,de bellas curvas, talle gentilsus gracias todas son gentilsirena,quizá es más bella que aquella Helenapor quién murieron troyanos mil.

Cuentan personas bien enteradasque si ella cruza por el vede].todas las flores ya marchitadasrecobran vida con sus miradasque son de un ángel no de mujer.

Cuando se asoma por la mañanaen la rotonda que dá al jardín,las aves trinan alegre diana,in :uuvrora ríela su luz de grarrtsobre la estela de aquel confín.

Esa es la hermosa de tus ameres,la casta virgen que sueñas tú :en su camino, riégale flores,cuyos perfumes cuyos cok.res,sean el emblema de la virtud.

Enero 1905 .i'Euao VID AL E .

Recreos científicosUN HUEVO FRESCO EN UNA BOTELLA

Tómese un huevo que esté bien fresco y mét .u ien un cacharro lleno de vinagre, de modo que quede enteramente sumergido . Al cabo de doce horasel huevo estará blando y elástico, y con un pocode cuidado puede hacérsele entrar en una botellacuya boca sea algo más chica que la circunferen-cia del huevo.

Hecho esto, llénese la botella con una soluciónde sosa en agua, y á las pocas horas el huevo esto_rá otra vez tan dura como curando se compró.Entonces-se vacía el líquido, se deja la bote l la enun sitio en donde se seque pronto interiormente, ycuando haya desaparecido toda la humedad se ta-pa y lacra. Es muy sorprendente, para quien noconoce el procedimiento., ver una botella conte-niendo un huevo que parece imposible haya pnai-do entrar co ella.

RECREACIONES INTELECTUALES29—JERO..LÍFIOO.

30—SALTO I)7. CABALLO. L. E. A.

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EL HERALDO DEL ISTMO -16

NotasNUESTRO BUEN COMPAÑERO

Alejandro Dutary (Romeo), se ha retirado de laRedacción de esta Revista donde tanto se le esti-ma y donde todos sentimos sinceramente su ausencia, esperando que muy en breve, desapareci-das las causas que lo obligan á separarse, volva-mos de nuevo á tenerlo á nuestro lado.

DE REGRESOde los Estados Unidos está en esta capital, el dis-tinguido hombre público señor doctor Eusebio A.Morales, á quien nos complacemos en saludan

HEMOS VISTOcarta de Darío Herrera dirigida desde de Parle ultimamente á nuestro buen amigo Don Juan Anto-nio Guizado. Nuestro querido compañero escritedesde una casa de salud en que convalece rápida-mente de la grave afección cerebral que le atacó ásu llegada á la gran ciudad . De acuerdo con laopinión facultativa Darío podrá en breve, comple-tamente restablecido, encargarse del Consulado enSaint-Nazaire, puesto conque fué distinguido pornuestro gobierno.

Al felicitarnos por el feliz suceso de su cura-dejamos constancia de la hidalga conducta

observada para con el ilustre literato, honra ale lasletras patrias, por otro amigo muestro- Don Rober-to Lewis, Cónsul General de la República en Parísy pintor de gran mérito.

DE SU GIRA POR EUROPAha regresf lnhace poco don Pablo Pinel, caballe-roso amigó nuestro, agente en esta capital de laDarien Gold Mining Co. Lmtd,

HOY kN LA TARDEsigue para Aguadulce el Gederal don EstebanHuertas, después de una corta estadía en la capi-tal, adonde vino en asuntos relacionados con suetareas agrícolas. Grato nos fué estrechar la ma-no de istmeño tan distinguido. á quién deseamosprosperidad en el campo del Trabajo.

AGRADECEMOSá la señorita Elvira Ayala y al señor Martín Al-manza C. las generosas frases que al tratar de es-ta Revista estampan en cartas particulares que deellos hemos recibido.

DENTRO DE POCOS DÍAS- debemos recibir el,primer número de E. Eco de laModa, correspondiente al mes que finaliza, y ense-ga7ida procederemos á distribuirlo entre nuestros.uscriores.

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DE MAXIMO SOTO HOLL,

está á la venta en casa de losSeñores Benedetti Hermanos,Botica y Librería "La Unión",al precio de $0.50 el ejemplar.

3l—.JF.ROGLIFICO COMPRIMIDO.

:Mari

-32.—CHARADAEs pronombre mi tercera,

artículo es mi segunda;cortanteprinaera y doscuando en combates abunday reluciente el acero_

Mi todo es muy prima cuarta,como afirma tres y das,por eso le ruego á Diosme tenga un amor sincero. - G. G.L.

Las primeras soluciones que recibamos de es-tas Recreaciones, serán premiadas con las siguien-tes obras:

29. "Crítica Sintética", de Puig Verdeguee,30. "Los Amores de Catalina de Médicie" de

J. B. Enseñat.31. "María Magdalena", de Roehefhun une.32.—"Azucena?, de Carlota Braemé.Las soluciones deben remitirse á la Tipografía

Casís y Cía . un día después de la salida del perió-

- diceSi oluciones de las Recreaciones del núm.'ro ar-terior :

26. Lavado27. Maduro.27. Chagres, lfensahé, Pacora, Atalaya . Old

Ea nl., Aguadulce, Horconci tos.Obtuvoplemiospor toas estas soluciones el

señor Olegario Heuriquez .

'Enviaron soluciones además:De la 27. Mariano Sosa y 3f . ambula L.De la 21. 'bel Bravo, A . Cordones . U . Miró

Denis, J . de D. Go7záles Prado . José 13 . Calvo,.Jorge L. Paredes, , Manuel G . L:am .s y .L 3LGuardia.

FOLLETIINi DE EL HERALDO DEL ISTMO -- 2

D&TVANOVELA DE PASION

DE JEAN DE LA HIPE .TRADUOCION Da EVERARDO VELARDE

CAPITULO PRIMERO.

1

Omnla vinelt AmorVl ineado.

(Confilruacióni

lera en forma de rer•o'in partía dt•sde los entresue-los hasta los tilerns haeirndo meseta á ende uno eleloe dos pisas, (01)Umic :íntiose las 1' ' Frl•es ron el curepn (petral del esecilla ó r'•preeentele1n una habit ;t-eitín distinta y * veteada . según que las puertas es-tu"ieeen pt'at'tic•a I deo ó el in-1'ma'las De esta suel-te arreglado el castillo "olía el anublen aislarse enla torre sur, separado .lc• los departementes ocupa-do . por los criados, y Blanca, á su g _sao . entrar en'la habitación de Jacebo ó eneel•t•aree en su cuarto,sin que nadie se apercibiese de ello . Además delas euetro escaleras de las torres (dos de éstas per-me necíin desocupnrhiea . una grande eomuomabala portada ó frota ie:'Irh, dt•-la parte c entral c'on .elprimer piso•en donde estaban el comedn]' y el salón,y con el segundo. en donde se encontrabcin, deun lado, los cuino . de los criados y del otro, lahabitación de Jacobe

-\sl, pues desde la llegada de Blanca, sinteticeron los goznes de (mollee que n . hablan sido ab¡er-

~qs is hacia años, y Vt'llt'Inr1S itera antes rondt'11ades#•urna entra]' a torrentes la lUz del sal en piezasen donde, muelo tiempo hn'•í't . ••l air' .3 .' fuera nohabía penetrado - Todo rejuveneri ;' -inclusive elnliemn criado, pues Binnra de,'idió al 'ertiguerode la iglesia de Baillaury á d .'rle su hija Luisaprometiéndole hacerla su doncella y dedicarla á suservicio.

-Después, poro á poco. terminada In instala-

ción, Blanca recobró la trae 'adietad dedicándoseá luía vida de abnegarían y calma entre su nbuelo,el señor de Biseon-Chantal . Herían() ruyn perfilha•'íti reoorder á Tolstnv . c•nvoe ojee cla v os mira-ban corno si qu isiesen escudriñar el f,in,lo de lesalmas, y quien, desde algunos años atrás se habíadelie-ido á trabajos filusáiros, preparando un for-midable toma l nitin do val la omnipotencia divinav líniea tu- la Voluntad . y el amigo Javo'lo, jovende efébea bellez ;l, sonador, de penen mie•lto arillo-.nioso y rítmico, que pa•abtt los días ele tiempo des-(* jade y hermoso vagabundeando por la nnntaña,

rus Blas de invierno leyendo los post ls de todasente edades. De le vida este joven noble é ingénitono sabía má4 que In que leía en los pnemns de susautores favoritos : Virgilio v Tibulo -pues sir padreadoptivo le había enseñado perfectamente el latín—Ronsard, La Fontairte, Lanntrtine, Virtor Hugo,Leconte de Lisle . .Verlaine . ..

Y Blanca soñ Iba .

.Después de h tber evocada el pasado c echado

que hubo una mirada al presente, dejó vagar suimaginación soñando en el porvenir.

Trató de leer lo que le aguardaba en el eurodo In existencia : mas al llorar a uf . Permanecióp.rnle•j', romo ni, sabio an! • j .rc>_lí(i' ces que le sondesconocidos

Mas tarde . ru-Indo, obligada por la soledad áreplegarse en sí misma y á estediar e, se conoznamejor, podrá entonces razonar acerca de su deci-sidn y abnegación . descubrir las cansas que le es-

' 1 nrnIt ts t- que le hacen aret:tnr la c'nrga comoton leeeifieio . y s e r en fin q u e sil carácter y sus as-i'¡rae¡rin •s pu'»leit eneolltrllr. sc•lnineltte en la8 (•11'-

u i - • • ' " Ir de- , * ,

e--

la, •tbundantes y•, . 'r let'l, B •tarar( ionl's

I't.r- l ee Blanca un bah a '•ido hecha pera elib.l .rtn sufrido d' ni ; -ia,1, con rl esc'rpti-

c¡-,, .0 y la corrupción trívola de los salones, que

no habrían (emprendida la Piedad y el Amor,—esas dos (alumnas del frágil y estrecho puente quese Ilnme Vida—como su carácter la llevaba á cera-prenderlas. Para los hombres Blanca habría sidouna (chicuela romántica : las mujeres habrían dichode ella, sonrientes de benévola piedad : "Bah! unahistérica, he ahí toda :" la opinión general la ha-bría tratado de "comedianta coqueta" . y la gentedel pueblo de "mujer mala", de "perdida",sin saberque no era sien una niña ingénita, en quien lit edu-carióll medio mística . medio sensual del convento,había fortificado sus tendencias naturales.

Sola entre un joven y un viejo preocupados decosas distintas, libre en consecuencia de dejarsearrastrar por sus gustos, de no contrariar sus in-elinariunes y empujada además pof su nat r u'alezaesencialmente predispuesta á acciones que el mun-do habría severamente condenado . Blanca debíaser rel•ttivamente feliz, toda vez que PR esa sole-dad á lit cual su destine la ataba, sus más sublimesentusiac:m le y sus más sensuales ' apetitos no de-bían encontrar para en saciedad intelectual y físi-ca ni ditrultad rs ni obstáeuloa,

Iba á vivir de acuerdo con la Naturaleza y nósegún las mezquinas exigencias ó convenienciashuin:teas . .

•Tres golpes dados en la puerta de su bondiir

sacaron á Blanca de sus quiméricos ensueños.Adelante:La puerta abrióse y Luisa avanzó teniendo en

sus menee la taza de leche caliente que tomaba tu-das las mañanas su dueña.

— Mi abuelo se ha levantaddl—Sí, señorita.—BienBlanca bebió rápidamente á pequeños tragos

y poniendo lit taza en el esientu que Luisa le o£re-eta :

—Puedes retirarte . la dijo.Deereudio á su muerto. se echó una mantilla

por la cabeza y atravesó el salón y el comedor di-rigiénd"se á la torre sur. Torró á la portezuela quecomunicaba el primer piso de la torre con el co-medor y el señor de Bisson-Chnntal vino á abrir .

—No, hija mía, te pido únicamente que hagassilencio.

Y el anciano tomó la pluma.Blanca se levantó y dió una vuelta al redc-rior

del cuarto. Los muros estaban todos entapiz ' . ;ciarde libros,amontonados con orden sobre estante .- deroble. Había allí, en su lengua original, toda lesobras de los filósofos y hombres de ciencia más re-nombrados . Pergaminos y manuscritos arrolla-dos estaban apilados en un rincón sobre el eiu rri-ruedo, y otros de encuadernación dorada bríll :,i,ancon los rayos de un claro sol que se entraban poruna -ventana sin cortinas, inmensa, por donde seveía todo el valle de Baillaury, con las enee.e deCollioure que se destacaban allá á lo lejos suore elmar azul . -

Manea contempló un momento el soberbio psisaje y luego. volviendose hacia el señor de Bis.un-Chanta] le dijo:

_Buenos días, abuelo : voy á pasear, . . . 1 al-muerzo estará á las once . . . no os sorprendáis si oísla campanilla sonar un puco antes que de costum-bre .,-

—Bien, bien, dijo el anciano sin'rhprensenadisk.

—Blanca salió . • De pié sobre las grandes gen•das del castillo, respiró con delicia, el aire de lamañana.

El camino que conducía á Baillaury se extvndía ante su vista resplulldecieutt'tedo de luz. Lasprimeras casas del lugar elevábanse á una centeeade metros del castillo. Sus piedras viejas, roídas yrecortadas ó hendidas, en donde, por partes .el yr:e,se había caído. semejaban al sol pedazos de oro, decobre y de brenca . De aquí y de allá un ladrilloque se deshacía lentamente en una polvareda roja.representaba manchas y rebab ;is de Sangre, y lescauros de las casas cantaban á la luz con voz devieja. temblorosa, un tanto doliente. pero fuerte Iaún viva. Blanca se dirigió huela el lugar . A supaso las mujeres la saludaron. Delante ¿e les .;puertas, algunas niñas lavttb,tti lee ropa de la tulía en las cubetas levantada . suba- pequeños cebe-

, Retes, pudiéndose ver entre sus dedos ehorrenr elagua y las gotas detenidas que. enseguida tapia,una tras otra, tomar sobre la piel loa colores t a l .rdel iris: habríase dicho aderezo . de tliunlantes y deperlas. Las gallinas pecoreaban eu medio d lacalle, y al pié de un árbol, en un corral, un he :en :-so perro soñaba. al sol. Pon los ojos uletlio cierva . ; c.y la boca sobre las patas . levantando ante . v- .•, 'sja cabeza para pillar bruscamente . ceta sin í t •seco de mandíbulas, las moscas que ensote : . , .tmuy cerca de su hocico, volviendo en seguida 1 1indiferente inmovilidad.

Con una sonrisa de satisfacei 'ñ' por el c•'lánguido y apacible que la en vol tít . Blancapondía los buenos días, miranda divertida t eu,hasta que llegó delante de la pequeña ighe.aa ,h-ilugar. Allí no se decía la misa mas que ue

zpor año por un vicario de Collíenre que oil .-rab ruBaillaury. Blanca empujó la pesada puerta t, trdada de hierro y entró suavemente.

II

A esta hora el fundo del pequeño santunri" ce-'taba sombrío. Por las ventanas del curo penetraba solamente un rayo de sol que esparcía sobre elaltar una luz dulce. verde. que jugaba sobre el ornde los candelabros y sobre lata pétalos de flores ar-tificiales, hm:leudo resplandecer la blanca y bor-dada sabanilla .

(Continucrrd)

—Buenos días, abuelo.Y la niña ofrec.ó su frente al anciano, que de-

positó en ella un beso.—Traba jale?—Sí. hija mía- dijo el filósofo sentándose en

un ancho sillón delante de una mesa cargada delibros y de papeles.

—Siempre vuestra gran obra sobre la Volun-tad?

—Sí, hija mía : espero haberla terminado den-tro de un año : ella será la obra de mi vida . . ..después aguardaré la muerte con tranquilidad . . , .

Blanca hizo un gesto.—Siempre vuestras lúgubres ideas . . .todavía

no vais á morir, abuelo

. ..—Es posible, hija mía, porque desde que tú es-

tás en el castillo, me parece que adquiero algo detu juventud

El anciano acariciaba ron su larga y huesosamuno su blanca barbas, y sus ojos sonreían á la mi-rada alegre de la niña . Después de haber contem•piado á Blanca por un instante, se volvió haciasus papeles y dijo:

—Estoy al fin de un capítulo, quiero terminar•lv hoy . . . .

—Lo cual significa, replicó la niña riéndose,que me puneis á la puerta?

Para melar y

embellecer el Cabello

Las siete hermanas

. .S.INHERLI110

Una famila entera

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