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EDICIÓN CHILENA ¡revista INTERNACIONAL NUESTRA ÉPOCA N°8 AGOSTO 1986 CONTINUA LA OFENSIVA PACIFICA DEL SOCIALISMO EL MOVIMIENTO DE LOS NO ALINEADOS DESDE DELHI HASTA HARARE PARAGUAY: LA AGONÍA DE UN RÉGIMEN CADUCO EE.UU.: VIENTOS FRESCOS EN EL MOVIMIENTO OBRERO

Revista Internacional - Nuestra Epoca N°8 - Edición Chilena - Agosto 1986

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Revista Internacional(Problemas de la Paz y del Socialismo)PUBLICACION TEORICA E INFORMATIVADE LOS PARTIDOS COMUNISTAS Y OBREROS

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Page 1: Revista Internacional - Nuestra Epoca N°8 - Edición Chilena - Agosto 1986

PROGRAMA DE REDUCCIÓN DE LAS FUERZASARMADAS Y DE LOS ARMAMENTOS CLASICOS

EN EUROPA

(viene del reverso de la contraportada I

frentamiento militar en Europa, los Estados signa-tarios del Tratado de Varsovia estiman que el exa-men de dichas proposiciones podría iniciarse in-mediatamente. Consideran posible convocar con estefin un foro especial integrado por los Estados deEuropa, EE.UU. y Canadá.

Están dispuestos también a que sea extendido elmarco de las negociaciones de Viena sobre la re-ducción mutua de las fuerzas armadas y los arma-mentos en Europa Central, mediante la incorpora-ción a las mismas de otros Estados europeos y elcambio correspondiente del mandato de las nego-ciaciones.

Al declarar su disposición de utilizar todos losconductos y foros posibles con miras al descensomutuo del nivel de enfrentamiento militar a escalaeuropea, confirman a la vez que están interesadosen ver reducidos los armamentos y las fuerzas ar-madas en Europa Central y se pronuncian nueva-mente por una conclusión eficaz de la primera etapade la Conferencia de Estocolmo.

V.

Para aquilatar los verdaderos propósitos de lasagrupaciones político-militares y de los Estados porseparado tiene considerable importancia el proble-ma de las doctrinas militares. Es preciso eliminarlos recelos y la desconfianza mutuos, que han ve-nido acumulándose desde hace años, analizar deta-lladamente las preocupaciones mutuas relacionadastambién con esta circunstancia. En interés de laseguridad en Europa y en el mundo entero, lasconcepciones y doctrinas militares de las alianzasmilitares deben ajustarse a los principios de defensa.

Los Estados signatarios del Tratado de Varsoviadeclaran con toda responsabilidad que no iniciaránnunca ni en ningunas circunstancias las operacionesmilitares contra ningún Estado, sea en Europa oen otra región del mundo, siempre que ellos mis-mos no sean objeto de agresión. Sus propuestasdimanan de su política consecuente encaminada aeliminar la amenaza bélica y crear un mundo establey seguro, del carácter defensivo de su doctrina mi-litar, que presupone el mantenimiento del equili-brio de las fuerzas militares al más bajo nivel po-sible, la reducción de los potenciales bélicos hastael mínimo indispensable para la defensa.

Los mismos propósitos pacíficos de los Estadossignatarios del Tratado de Varsovia les han movidoa proponer la disolución simultánea de ambas alian-zas militares.

Los países miembros de la OTAN declaran a suvez que su alianza tiene carácter defensivo. Asípues, no debe haber obstáculos para las mutuasreducciones considerables de las fuerzas armadasy los armamentos clásicos en Europa.

Al hacer este llamamiento, l,os Estados signatariosdel Tratado de Varsovia no plantean ninguna con-

dición previa para que comience la discusión con-creta de las propuestas contenidas en el mismo.Están dispuestos también a examinar con espírituconstructivo otras propuestas sobre este particularque puedan presentar los Estados miembros de laOTAN y los países europeos neutrales, no alineadosy otros.

Por la República Democrática Alemana

ERICH HONECKER,Secretario General del CC del Partido Socialista

Unificado de Alemania, Presidente del Consejode Estado de la República Democrática Alemana

Por la República Popular de Bulgaria

TODOR ZHIVKOV.Secretario General del CC del Partido Comunista

Búlgaro, Presidente del Consejo de Estadode la República Popular de Bulgaria

Por la República Socialista de Checoslovaquia

GUSTAV HUSAK,Secretario General del CC del Partido Comunista

de Checoslovaquia, Presidente de la RepúblicaSocialista de Checoslovaquia

Por la República Popular Húngara

JANOS KADAR,Secretario General del Partido Obrero Socialista

Húngaro

Por la República Popular Polaca

WOJCIECH JARUZELSKI,Primer Secretario del CC del Partido Obrero

Unificado Polaco, Presidente del Consejode Estado de la República Popular Polaca

Por la República Socialista de Rumania

NICOLAE CEAUSESCU.Secretario General del Partido Comunista Rumano,Presidente de la República Socialista de Rumania

Por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas

MIJAIL GORBACHOV,Secretario General del CC del Partido Comunista

de la Unión Soviética

Budapest, 11 de junio de 1986

EDICIÓN CHILENA¡revistaINTERNACIONALNUESTRA ÉPOCA N°8 AGOSTO 1986

CONTINUA LA OFENSIVA PACIFICA DEL SOCIALISMO

EL MOVIMIENTO DE LOS NO ALINEADOS DESDE DELHI HASTA HARARE

PARAGUAY: LA AGONÍA DE UN RÉGIMEN CADUCO

EE.UU.: VIENTOS FRESCOS EN EL MOVIMIENTO OBRERO

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PROGRAMA DEREDUCCIÓN DELAS FUERZASARMADASY DE LOSARMAMENTOSCLASICOS ENEUROPA

Llamamiento de los Estados signatariosdel Tratado de Varsovia a los Estadosmiembros de la OTAN y a todoslos países europeos

Los Estados signatarios del Tratado de Varsovia,conscientes de la responsabilidad que asumen antesus pueblos y todo el género humano por los des-tinos de la paz en Europa y en el resto del mundo,guiándose por la aspiración a lograr un viraje ra-dical a mejor en la presente situación internacionalcompleja, consideran que hoy como nunca antesse necesitan acciones, enérgicas, las medidas con-cretas que permitan poner coto a la carrera arma-mentista, pasar al desarme efectivo, eliminar laamenaza de guerra.

Los Estados aliados apoyan el programa, presen-tado por la Unión Soviética, de liquidar por com-pleto y en todas partes el arma nuclear y demásarmas de exterminio masivo hasta el fin de nuestrosiglo. Están convencidos de que el cese de las prue-bas nucleares, el desarme nuclear y la inadmisiónde la carrera armamentista en el Cosmos, la prohi-bición y liquidación de las armas químicas y otrasmedidas de desarme tendrían por resultado el esta-blecimiento de una paz más segura para los pue-blos de Europa y de todo el planeta.

Los Estados aliados se pronuncian por el enfoqueintegral del problema del desarme, por que la li-quidación de las armas de exterminio en masa seaapoyada por una reducción considerable de lasfuerzas armadas y de los armamentos clásicos. A lapar que el problema de liberar Europa del armanuclear, el relacionado con la reducción de lasfuerzas armadas y de los armamentos clásicos cobraun carácter particularmente agudo para el presentey el futuro del continente europeo, donde se en-

frentan hoy dos agrupaciones enormes de fuerzasarmadas provistas de armas ultramodernas, con laparticularidad de que algunos sistemas de armamen-tos clásicos, por sus características de combate, seaproximan cada vez más a los medios de extermi-nio en masa. Los mismos Estados se pronuncianpor que las medidas concretas relativas al desarmenuclear, la reducción de las fuerzas armadas y delos armamentos clásicos vayan acompañadas deldescenso correspondiente de los gastos militaresde los Estados.

Guiándose por estas consideraciones, los Estadossignatarios del Tratado de Varsovia dirigen a todoslos demás Estados de Europa, a EE.UU. y al Canadálas presentes proposiciones, que son un complemen-to serio al programa de liquidación de las armasde exterminio masivo, pero al propio tiempo tienencarácter autónomo y su realización bajaría sustan-cialmente el nivel de peligro bélico en Europa.

I.

Los Estados signatarios del Tratado de Varsoviaproponen reducir en grado sustancial todos los com-ponentes de las tropas terrestres y de la aviacióntáctica de ataque de los Estados europeos, así comolas fuerzas y los medios correspondientes de EE.UU.y el Canadá instalados en Europa. Al mismo tiempoque los armamentos clásicos deberían ser reducidostambién los armamentos nucleares de uso táctico-operativo cuyo alcance (radio de acción) llegue a1.000 km.

La zona geográfica de la reducción abarca todoel territorio de Europa, desde el Atlántico hastalos Urales.

Se proyecta llevar a cabo las reducciones de lasfuerzas armadas y de los armamentos clásicos enEuropa de manera gradual, en los plazos conveni-dos y manteniendo constantemente el equilibrio mi-litar a niveles bajados sin perjuicio para la segu-ridad de ninguno. Paralelamente a la reducción delos grupos de tropas y unidades se reducirían tam-bién los armamentos que les son adscritos, incluyen-do los medios nucleares.

En calidad de paso inicial se propone realizar,una vez durante uno o dos años, una reducción nu-mérica mutua de las tropas de los Estados perte-necientes a las alianzas político-militares opuestas,en proporción de 100 a 150 mil hombres de cadaparte. En el marco de esta medida sería muy im-portante reducir la aviación táctica de ataque. In-mediatamente después de ello, los Estados signata-rios del Tratado de Varsovia estarán dispuestos aefectuar nuevas reducciones considerables, comoresultado de las cuales, si los países de la Alianzanoratlántica manifiestan en respuesta la disposiciónanáloga, las tropas terrestres y la aviación de cho-que táctica de ambas alianzas en Europa se redu-cirían, a comienzos de la década del noventa, enel 25%, aproximadamente, en comparación con elnivel actual. Esa reducción significaría más de me-dio millón de hombres de cada parte. Conque lasagrupaciones de fuerzas armadas que se enfrentanen Europa disminuirían en más de un millón dehombres.

Los Estados socialistas aliados se pronuncian porque el proceso de reducción de las fuerzas arma-das y los armamentos de los países pertenecientesa la OTAN y al Tratado de Varsovia continúe tam-bién en adelante. Las reducciones sustanciales delas fuerzas armadas y los armamentos de ambas

(sigue en el reverso de la contra-portada]

¡Proletarios de todos los países, unto s I

REVISTAINTERNACIONAL

(Problemas de la Paz y del Socialismo)

P U B L I C A C I Ó N

T E Ó R I C A E I N F O R M A T I V A

D E L O S P A R T I D O S

C O M U N I S T A S Y O B R E R O S

A P A R E C E D E S D E 1 9 5 8

(336) 8A G O S T O

FORMAN PARTE DEL COLEGIO Y DEL CONSEJO DE REDACCIÓN DE«REVISTA INTERNACIONAL» REPRESENTANTES DE LOS PARTIDOSDE ARABIA SAUDITA, ARGELIA, ARGENTINA, AUSTRIA, BÉLGICA,SOLIVIA, BRASIL, BULGARIA, CANADÁ, COLOMBIA, COSTA RICA,CUBA, CHECOSLOVAQUIA, CHILE, CHIPRE, DINAMARCA, ECUA-DOR. EGIPTO, EL SALVADOR, ESPAÑA. EE.UU., FILIPINAS, FINLAN-DIA, FRANCIA, GRAN BRETAÑA, GRECIA, GUATEMALA, GUYANA,HONDURAS, HUNGRÍA, INDIA, INDONESIA, IRAK, IRÁN, IRLANDA,ISRAEL, ITALIA, JAMAICA, JAPÓN, JORDANIA, LESOTHO, LÍBANO,LUXEMBURGO, MÉXICO, MONGOLIA, PALESTINA, PANAMÁ, PARA-GUAY, PERÚ, POLONIA, PORTUGAL, RDA, REPÚBLICA DOMINI-CANA, RDPY, RFA, RSA, RUMANIA, SENEGAL, SIRIA, SRILANKA, SUDAN, SUECIA, SUIZA, TURQUÍA, URSS, URUGUAY, VE-NEZUELA Y VIETNAM.

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S U M A R I O

EL TRASFONDO DE UNA DOCTRINA AGRESIVALa verdad acerca de la «muerte silenciosa»

COMENTARIO

PROSIGUE LA OFENSIVA PACIFICA DEL SOCIALISMO. Comentario 3H. AXEN (RDA). Nuevo enfoque ante el aprovechamiento de nuestras posibi-lidades 7D. MOLOMZHAMTS (RPM). Fuerza clave del desarrollo dinámico 12E. SCHARF (Austria). Fidelidad a los principios y realidades políticas 18

VIDA PARTIDARIA

G. DEUMLICH (RFA). A tono con los imperativos de la época 24INFORMACIÓN SOBRE NUEVAS EXPERIENCIAS. A. JORGENSEN (Noruega).Aprendemos el arte del diálogo. M. D. AZONHIHO (Benin]. La construcción delpartido, tarea prioritaria • De los documentos • En el espejo de la prensa •G. BURBANO (Ecuador). Un centro científico en acción • Notas breves 29

INTERCAMBIO DE OPINIONES • DEBATES

J. HOFFMAN (Gran Bretaña). Enfoque clasista en la política 35ÁFRICA TROPICAL: COMO SALIR DE LA CRISIS. Reseña de los materiales pre-sentados en la Mesa Redonda, celebrada en Dakar 41

NUESTRA ÉPOCA • ACONTECIMIENTOS • APRECIACIONES

NGUEN VINH (Vietnam). Un período de transición en la vía socialista 49G. MEYERS (EE.UU.). Vientos frescos en el movimiento obrero de EE.UU. 53G. van HOUTEN (Canadá). El tumor maligno del militarismo 59R. GONZÁLEZ (Paraguay). Ante la agonía de un régimen caduco 64U. KRISHNAN, S. P. GUEYE, A. A. at-TAYEB. El Movimiento de los No Alinea-dos de Nueva Delhi a Harare 68J. ZIEGLER (Suiza). Vivir en nuestra diversidad o desaparecer juntos 75

CONTRA LA REPRESIÓN Y LAS PERSECUCIONES. M. M. KAMAL. Una arbitra-riedad judicial en el «oasis de la democracia» 78

PANORAMA BIBLIOGRÁFICO

L. HOLZINGER. Voces que no han enmudecido 79G. COHÉN. Enseñanzas de la historia 81S. MAMONTOV. Cantor heroico de nuestra época 83N. BARTON. El recuerdo de Hiroshima es un llamado a la conciencia 85B. ASOIAN. Con el arma de los hechos 87

ENSAYOS • CORRESPONDENCIA • INFORMACIÓN

8994

Dirección de la Redacción y la Editorial: Thákurova 3, Praga 6, Checoslovaquia.Teléfonos 335-111, 311-14-14, 311-14-16, télex 123 542 WMR.Firmado para la edición el 30 de junio de 1986.Talleres gráficos de la Editorial Rudé pravo.Toda reproducción de los materiales de esta publicación debe hacerse señalándose comofuente Revista Internacional.

PROSIGUE LAPACIFICA DEL SOCIALISMO

HA TERMINADO LA PRIMERA MITAD de 1986,Año Internacional de la Paz, signada por unauge de los pronunciamientos antibélicos enEuropa Occidental y el Japón, el acrecentamien-to de la resistencia a la política militarista delPentágono y la Casa Blanca en los EstadosUnidos y el fortalecimiento de las posicionesde los movimientos de la paz en los países deAsia, África y América Latina. La amplia ofen-siva de paz del socialismo, prestigiosa fuerzadel mundo contemporáneo, fuerza al margende la cual no se puede resolver ningún proble-ma importante de la humanidad, ha dado unpoderoso impulso a la lucha de los pueblos porel cese de la carrera armamentista, por el des-arme y la conjuración de la amenaza de unacatástrofe nuclear.

Defender la paz es la tarea fundamental denuestra época. Eludir la búsqueda de las víaspara conjurar la amenaza militar significa ju-gar a una carta los destinos de toda la civili-zación. En las condiciones actuales ni un soloEstado o grupo de Estados pueden construirsu propia seguridad y su bienestar a base deimponer, valiéndose de la fuerza militar, suvoluntad a otros países y pueblos. Semejantepolítica, llámase «neoglobalismo» o de otro mo-do, carece de perspectivas y es funesta para lahumanidad.

Partiendo de lo señalado, los Estados de lacomunidad socialista han dado una serie depasos importantes orientados a proseguir y de-sarrollar la línea positiva trazada en el encuen-tro que los máximos dirigentes de la URSS yEE.UU. celebraron en Ginebra. Expresando lavoluntad común de los países hermanos, elSecretario General del CC del PCUS, MijailGorbachov, hizo el 15 de enero de este año unaDeclaración que contiene un amplio programaque prevé el desarme nuclear por etapas, asícomo otras medidas eficaces para sanear lasituación internacional con el objetivo de librara nuestro planeta de las armas nucleares hastael año 2000. Este programa fue aprobado total-mente por el XXVII Congreso del PCUS y porlos congresos de otros fraternos partidos co-munistas y obreros; este programa lo hicieronsuyo los comunistas de diversos países, los lu-chadores por la paz y la seguridad de los pue-blos. La opinión pública internacional ha apoya-do activamente la moratoria soviética de losensayos nucleares y los proyectos de eliminarlas armas químicas.

Está muy lejos de ser casual el hecho de quelas iniciativas de paz del socialismo hayan te-nido tan amplia acogida. En las propuestas delos Estados de la comunidad socialista se con-centran los anhelos y demandas de todos cuan-tos están interesados en conjurar la guerra, in-cluidos quienes en modo alguno comparten lasconvicciones comunistas. Esta correspondenciaentre los programas en favor de la paz promo-vidos por el socialismo y las esperanzas y an-helos de los pueblos se manifestó en plena me-dida en los documentos aprobados en la Con-ferencia del Comité Consultivo Político de lospaíses signatarios del Tratado de Varsovia, quese celebró el mes de junio en Budapest.

En el encuentro de Budapest, los más altosdirigentes del partido y el Estado apoyaronplenamente la línea que en política exteriorelaboraran el XXVII Congreso del PCUS y loscongresos de otros partidos hermanos, líneaorientada a fortalecer la paz, eliminar las armasde exterminio en masa y crear un sistema glo-bal de seguridad internacional. Un resultadoimportante de la Conferencia fue la coordina-ción subsiguiente de las posiciones y los pasosprácticos de los Estados signatarios del Tratadode Varsovia en las direcciones principales desu política actual. Esta coordinación se expresóen las propuestas concretas formuladas en elComunicado de la Conferencia y en el Mensajea los países de la OTAN y a todos los Estadosde Europa.

¿Cuáles son los rasgos fundamentales de es-tas propuestas?

En primer término señalemos el carácter in-tegral del programa promovido por los paísesdel Tratado de Varsovia, que prevé poner fina la carrera armamentista en la Tierra, evitarsu extensión al cosmos y lograr el desarme. Lossignatarios del Tratado de Varsovia exhortan atodos los Estados a unir sus empeños en arasdel bien común. ¿Qué se necesita ahora? Larespuesta del socialismo es la siguiente:

— Cesar los ensayos nucleares. Esto sería ungran paso hacia el desarme nuclear, paso queal mismo tiempo es muy fácil de implementary que se convertiría en una barrera para elperfeccionamiento y la creación de nuevos ti-pos de armas nucleares. La moratoria recíprocade la URSS y EE.UU. a las explosiones nuclea-res y el comienzo impostergable de las nego-ciaciones relacionadas con la prohibición totalde los experimentos nucleares, bajo el más es-

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tricto control, serían la vía que conduciría alcumplimiento de esta tarea.

— Lograr, sobre una base recíproca, la eli-minación total de los cohetes soviéticos y norte-americanos de mediano alcance en la zona euro-pea, teniendo en cuenta que Inglaterra y Fran-cia no incrementarán sus correspondientes ar-mamentos nucleares y que EE.UU. no entregaráa otros países sus misiles estratégicos y demediano alcance. Con la eliminación total delos cohetes norteamericanos de mediano alcan-ce, serán retirados también los misiles opera-tivo-tácticos soviéticos de largo alcance desple-gados en territorio de la RDA y Checoslovaquia.

— Alcanzar en las negociaciones soviético-norteamericanas sobre armamentos cósmicos ynucleares acuerdos concretos, que tomen enconsideración los intereses de ambas partes y detodos los demás Estados. Los países signatariosdel Tratado de Varsovia reafirman su fidelidada los tratados y acuerdos concertados en estaesfera y exhortan insistentemente a EE.UU. aobservar irrestrictamente el acuerdo sobre lalimitación de los armamentos estratégicos.

— Eliminar, ya en la presente centuria, untipo de arma de exterminio en masa como laquímica, así como la base industrial para sufabricación. Los Estados signatarios del Tratadode Varsovia exhortan a los países de la OTANa renunciar a sus planes de producir y empla-zar en Europa el arma binaria, variedad espe-cialmente peligrosa de las armas químicas.

Tomando en consideración que la reduccióndel nivel de la confrontación militar en Europaes una de las direcciones decisivas en la luchapor prevenir la amenaza de una guerra, losEstados signatarios del Tratado de Varsoviaproponen reducir sustancialmente todos loscomponentes de las tropas terrestres y de laaviación táctica de ataque de los Estados euro-peos, así como de las correspondientes fuerzasy medios de EE.UU. y Canadá, emplazados enEuropa. Simultáneamente con los armamentosconvencionales deberían reducirse también lasarmas nucleares operacionales con un radio deacción de hasta mil kilómetros. Estas propues-tas abarcan toda la zona geográfica europea,desde el Atlántico hasta los Urales.

Como primer paso se podría reducir recípro-camente —una vez durante uno o dos años—,los efectivos de las tropas de los Estados delas alianzas político-militares contrapuestas, en100-150 mil hombres por cada parte. En el mar-co de esta medida tendría gran importancia lareducción de la aviación táctica de ataque. In-mediatamente después de esto, los Estados sig-natarios del Tratado de Varsovia estarían dis-puestos a seguir haciendo reducciones consi-derables. Como resultado de éstas, y de haberla misma disposición por parte de los paísesde la Alianza del Atlántico Norte, a comienzosde los años 90 las tropas terrestres y la avia-ción táctica de ataque de las dos alianzas euro-peas serían reducidas aproximadamente en un25%, en comparación con el nivel actual, es

decir, en más de medio millón de hombres poi-cada parte.

Además de todo esto, se tiene en cuenta ela-borar un sistema de control efectivo en todaslas esferas y en todas las etapas de la reduc-ción de los armamentos y del desarme, con elempleo de procedimientos y medios, tanto in-ternacionales como nacionales, incluida la ins-pección in situ. Los Estados del Tratado deVarsovia declaran que están dispuestos a discu-tir y adoptar toda clase de medidas adicionalesde control.

Después de la conferencia de Budapest ymanteniéndose invariablemente fiel a la líneade buscar un acuerdo mutuamente aceptable,la URSS propuso una variante intermedia pararesolver los problemas que se examinan en lasnegociaciones soviético-norteamericanas de Gi-nebra:

— llegar al acuerdo de no denunciar el Tra-tado sobre la Limitación de los Sistemas de Mi-siles Antibalísticos por lo menos en el trans-curso de 15 años y limitar los trabajos en laesfera de la Iniciativa de Defensa Estratégicaal nivel de investigaciones de laboratorio;

— limitar a niveles iguales los armamentosestratégicos ofensivos y resolver por separadola cuestión relativa a los armamentos de me-diano alcance que lleguen al territorio de laotra parte, incluidos los cohetes crucero degran alcance con base terrestre.

Al mismo tiempo que la URSS presentaba suproyecto de acuerdo sobre los cohetes de me-diano alcance en Europa, declaró que no au-mentaría el número de estos cohetes en Asia.

A consideración de la comunidad mundial seha presentado también una nueva propuestaconcreta de la URSS: convertir el cosmos enuna esfera de cooperación internacional fructí-fera en aras de la «paz en las galaxias», y noen arena de la «guerra de las galaxias».

LA IMPLEMENTACION DE LAS PROPUESTASde los países socialistas no es una tarea fácilni sencilla. Pero es necesario cumplirla, puessólo el cese de las pruebas nucleares, el logrodel desarme nuclear y la prevención de la ca-rrera armamentista en el cosmos, la prohibi-ción y la eliminación de las armas químicas yotros medios de exterminio en masa, puedenllevar a la creación de un mundo más seguro,tanto para los pueblos europeos como para to-dos los demás pueblos.

Y aquí no se puede dejar de señalar el se-gundo rasgo característico de las medidas pro-puestas por los Estados signatarios del Tratadode Varsovia: su coherencia. El programa de ac-ciones, promovido en la Conferencia de Buda-pest, continúa y desarrolla las iniciativas ante-riores, contenidas en la Declaración del lídersoviético, hecha el 15 de enero, así como enlos documentos de los congresos de los parti-dos comunistas y obreros en el poder. Las ini-ciativas de los países del socialismo dimanande su política consecuente, orientada a la eli-

minación del peligro bélico y la creación deun mundo más estable y seguro; del carácterdefensivo de su doctrina militar, que presuponeel mantenimiento del equilibrio de las fuerzasmilitares al nivel más bajo posible y la reduc-ción de los potenciales militares hasta límitessuficientes para garantizar la defensa. Y tam-bién esta vez ellos declaran con toda respon-sabilidad que jamás, bajo ninguna circunstan-cia, comenzarán acciones militares contra nin-gún Estado, ya sea en Europa o en otra regióndel mundo, si ellos mismos no son objeto deagresión.

Estas mismas aspiraciones de paz informanla propuesta de los Estados signatarios del Tra-tado de Varsovia de disolver simultáneamenteambas alianzas militares.

COMO ES NATURAL, semejante tipo de ini-ciativas originan cierta turbación en los repre-sentantes de los círculos ultras del imperialis-mo de EE.UU. y de otros países de la OTAN.Siguiendo una añeja tradición, de inmediatoles cuelgan el rótulo de simple «propaganda»,cuyo objetivo es engañar a la opinión pública,puesto que, según ellos, sólo la fuerza, y noel desarme, puede garantizar la paz.

Pero, ¿acaso es propaganda que la Unión So-viética desde hace casi ya un año no realicepruebas nucleares? ¿Qué puede ser mejor prue-ba de un enfoque serio y concreto? Y si esto es«sólo propaganda», entonces, ¿cómo calificarlas explosiones nucleares efectuadas ostensible-mente por EE.UU. en los últimos tiempos? Larespuesta es inequívoca: Washington prosigue sucurso hacia la carrera armamentista. Los pro-pios voceros de la Casa Blanca y el Pentágonohan confirmado que sin la realización de talesensayos no se puede perfeccionar los potencia-les bélicos ni crear nuevas armas nucleares.Precisamente por esta razón los países del Tra-tado de Varsovia proponen poner fin a las prue-bas nucleares. Precisamente por esta razón laURSS asumió un determinado riesgo, al pro-rrogar su moratoria unilateral. ¿Acaso son ne-cesarias otras pruebas para convencerse quelas propuestas del socialismo en favor de lapaz no son meras palabras? Son un programaque responde a la propia esencia del nuevorégimen, a sus ideales y valores humanistas.

Los partidarios de la carrera armamentistaa menudo se encubren hoy con el biombo dela seguridad nacional. Pero, en el siglo nuclearcambia el propio contenido de este concepto.En un contexto que se caracteriza por la exis-tencia de las armas nucleares y otros mediosmodernos de exterminio en masa, no puedehaber ninguna seguridad «nacional» o «regio-nal» entendida aisladamente. Y no ayudarán aesto ni el programa de «guerra de las galaxias»ni ningunos otros planes, tal vez más costososy complejos. Hoy en día, la seguridad nacio-nal y regional puede existir únicamente comoseguridad general, es decir, a nivel global. Nopara los búlgaros, los húngaros, los polacos,

los rusos, los norteamericanos, los ingleses, losfranceses o los japoneses, sino para todos.Y esto ya lo han comprendido los políticos ycientíficos que piensan con responsabilidad, losmédicos que ejercen honradamente su humani-taria profesión, los millones de luchadores porla paz. Por lo visto, ya es hora de que tambiénreflexionen quienes no quieren renunciar a suvieja manera de pensar.

Para los partidos gobernantes de los Estadossocialistas signatarios del Tratado de Varsoviala cuestión está clara. Las medidas propuestaspor ellos en Budapest están orientadas precisa-mente al logro de la seguridad para toda lahumanidad. En ellas se reflejan las esperanzasmás profundas de todos los pueblos en una pazsólida, en un mundo sin guerras y sin violen-cia, en el cual todos los países —grandes y pe-queños, socialistas y capitalistas— puedan vi-vir y estructurar sus relaciones partiendo delas condiciones reales de desarrollo, de suspropias nociones y tradiciones. Hay que compe-tir, pero no en la acumulación de armas, sinoen ver quién puede satisfacer mejor, más ple-namente y con mayor consecuencia las nece-sidades de sus pueblos, y asegurar las condi-ciones para la autorrealización del ser humano.

Lamentablemente, hay que constatar que enmuchos representantes de los círculos dirigen-tes de EE.UU. y de algunos de los aliados deWashington en la OTAN aún no se ven signosde que hayan llegado a comprender claramenteque la humanidad no tiene un tercer camino.

Hoy día la aplastante mayoría de la gentecomprende claramente que una guerra nuclear,incluso «local», puede traer mutaciones ecoló-gicas, que llevarán a la muerte de todo ser vi-viente. Pero, también hay que comprender quela propia carrera armamentista, no importa conqué frases acerca de la «paz desde posicionesde fuerza» se encubra, también amenaza la vi-da. De acuerdo con evaluaciones hechas porel Instituto Internacional de Investigacionespara la Paz, con sede en Estocolmo, desde 1975a 1985 los gastos militares mundiales aumen-taron de 507 mil millones de dólares a un mi-llón de millones, aproximadamente. Esta sumacasi duplica el Producto Interno Bruto (PIB)de toda África, constituye el 83% del PIB deAmérica Latina, el 72,5% del PIB de los jóve-nes Estados de Asia y es casi 17 veces mayorque toda la ayuda oficial para el desarrollo.La carrera armamentista agota los recursos ma-teriales y naturales de la humanidad, apartaa los cuadros científicos y productivos más ca-lificados del trabajo creador. Cien millonesde personas en el mundo están dedicadas alos preparativos militares; la cuarta parte delos científicos e ingenieros diplomados de todoel mundo realizan investigaciones y estudiosmilitares; en los principales países capitalistasse utilizan con fines militares del 5 al 10% delas materias primas fundamentales. Si los Esta-dos y los pueblos no aprenden a vivir en paz,

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tendrán que perecer juntos, lo cual puede ocu-rrir en cualquier momento como consecuenciade un error técnico o humano, o, en un futuromás lejano, en un planeta asolado y extenuado.Y ésta no es una visión apocalíptica, sino unaposibilidad completamente real.

EL CESE de la carrera armamentista y elpaso hacia el desarme no sólo aliviarían la ten-sión y eliminarían la amenaza de una catás-trofe nuclear, sino que proporcionarían los re-cursos necesarios para superar paulatinamentela pobreza y el atraso en todo el mundo, ayu-darían a resolver otros problemas globales. Estaes la razón por la cual, todos cuantos estáninteresados sinceramente por la paz y se sien-ten preocupados por los destinos de la huma-nidad, de ningún modo pueden sentirse satis-fechos con las promesas del Departamento deEstado de «analizar» en un futuro incierto laspropuestas presentadas por la Conferencia deBudapest. Al mismo tiempo en Washington y enlas capitales de algunos otros países de laOTAN, determinados círculos tratan de desacre-ditar las iniciativas de los Estados socialistasy debilitar su fuerza de atracción a los ojosde los pueblos.

Suscitan especial inquietud los tenaces inten-tos de las fuerzas militaristas no sólo de tor-pedear cada posibilidad de lograr la concer-tación de nuevos acuerdos que limiten la carre-ra armamentista, sino también de rechazarlos acuerdos existentes en dicha esfera. La Ad-ministración de EE.UU. no escatima palabraspara justificar la negativa del Presidente Rea-gan a observar el Tratado sobre la Limitaciónde los Armamentos Estratégicos OfensivosfSALT-2). Además, acusan constantemente a laUnión Soviética de haber «violado» ciertos pos-tulados del documento. En vista de que no estáen condiciones de presentar pruebas que con-firmen de alguna manera sus palabras —prue-bas que no existen, por cuanto la URSS se haatenido irrestrictamente a los postulados deltratado—, Ronald Reagan ha declarado que losAcuerdos SALT-2 «legalizan la carrera arma-mentista» y que él siempre ha sido contrarioa ellos.

La ambición de lograr a cualquier precio lasuperioridad militar empuja a los representan-tes más belicosos del imperialismo a dar otropaso arriesgado, que socava las propias basesde la estabilidad del equilibrio de fuerzas queexiste en la arena internacional. Se trata delos intentos de atacar el Tratado sobre la Limi-tación de los Sistemas de Misiles Antibalísticosque tenazmente procuran lograr los predicado-res de la «guerra de las galaxias», encabezadospor Gaspar Weinberger, Secretario de Defensade EE.UU.

En verdad, tan sólo la falta de deseo de te-ner en cuenta las realidades del mundo actualpueden explicar la apuesta que hace Washing-ton por la fuerza bruta, el puño nuclear y elterrorismo de Estado, que se justifican desde

las posiciones del hegemonismo y la intoleran-cia ideológica. En distintas regiones del plane-ta la Administración norteamericana emprendeacciones que agudizan aún más las relacionesinternacionales. Sigue valorando la situaciónen el mundo con categorías de ojivas nuclearesy «guerras de las galaxias», a través del pris-ma de la carrera armamentista y el chantajemilitarista, socavando con ello aún más la se-guridad universal y la seguridad de su propiopaís.

EN SEMEJANTE SITUACIÓN, ante cada per-sona se plantea un interrogante: ¿qué posiciónadoptar? Los comunistas valoran altamente lasaspiraciones de millones de seres humanos ha-cia la paz. Pero, al mismo tiempo, consideranque hoy en día no es suficiente con desear lapaz, que no es suficiente con condenar el in-cremento de los potenciales militares, que noes suficiente sólo con ver de dónde parte laamenaza para la humanidad. ¡Es necesario ac-tuar! Y actuar con tenacidad y firmeza.

Las iniciativas humanitarias de los Estadossocialistas crean buenas premisas para un cam-bio radical en todos los asuntos internaciona-les. Sin embargo, las premisas favorables aúnno son un viraje positivo. La amenaza que secierne sobre la humanidad no tiene preceden-tes y para superarla se necesitan también em-peños jamás vistos.

El cumplimiento de esta tarea —garantizarpara los pueblos del planeta una paz justa yduradera y seguridad— exige la estrecha co-operación de todas las fuerzas de la paz. Pre-cisamente por esto se pronuncian el socialis-mo mundial, el movimiento comunista y obrerointernacional, los pueblos de los países inde-pendizados, los movimientos democráticos demasas.

Hoy día los comunistas consideran que esdeber suyo llevar a las amplias masas la com-prensión de que el logro de éxitos realesen el mantenimiento de la paz demanda lacolaboración, sin excepción alguna, de todoslos movimientos, corrientes y grupos que tienenconciencia de la amenaza bélica. Cuanto másrápidamente superen ellos el aislamiento y losprejuicios en sus propias filas, cuanto másplena sea la comprensión mutua, tanto más efi-cazmente crecerán el poderoso potencial de lapaz, la razón y la vida, así como su influenciaen el desarrollo internacional. La no adhesióna las iniciativas de la paz, de donde quiera queellas provengan, únicamente debilita el papely la fuerza de la diplomacia de los pueblos,orientada a garantizar la seguridad universal.Y los comunistas, actuando en sus respectivospaíses, exhortan a marchar bajo las banderasde la paz a todos cuantos realmente no estáninteresados en la carrera armamentista y en elatizamiento de la tensión, incluidos los políti-cos burgueses que están dispuestos a mirarsensatamente las realidades de nuestra época.En el movimiento de la paz no hay enemigos,

sino únicamente participantes con iguales dere-chos, en él hay sitio para todos cuantos quie-ren combatir sinceramente la amenaza de unincendio nuclear.

El programa concreto promovido en la Con-ferencia del Comité Consultivo Político reafir-ma que los Estados socialistas signatarios delTratado de Varsovia parten precisamente deesta concepción de cooperación, la única acep-table en nuestra época. Las propuestas adelan-tadas en Budapest tienen importancia univer-sal. Están dirigidas a todos los Estados en tan-to que partes con iguales derechos en la aspi-ración a garantizar una auténtica seguridadpara los pueblos.

La Conferencia del máximo órgano del Tra-tado de Varsovia otra vez ha demostrado launidad de los países de la comunidad socialistaen su enfoque hacia las cuestiones cardinalesdel desarrollo contemporáneo, su inquebranta-

ble decisión de seguir defendiendo incansable-mente, hombro con hombro, el derecho funda-mental del hombre y de la humanidad: el dere-cho a la paz y a la vida.

El socialismo prosigue su ofensiva en favorde la paz.

GANCHO GANEV,miembro del Colegio de Redacciónde Revista Internacional

y representante del Partido Comunista BúlgaroSANDOR SZORCSIK,

miembro del Colegio de Redacciónde Revista Internacional

y representante del Partido Obrero SocialistaHúngaro

JERZY WASZCZUK,miembro del Colegio de Redacciónde Revista Int er nacional

y representante del Partido Obrero Unificado Polaco

NUEVO ENFOQUE ANTE ELAPROVECHAMIENTO DENUESTRAS POSIBILIDADES

EN BERLÍN, del 17 al 21 de abril, se reunióel XI Congreso del Partido Socialista Unificadode Alemania (PSUA). El camarada Erich Ho-necker, Secretario General del CC del PSUA,presentó en nombre de éste el informe sobrela labor del Comité Central. El presidente delConsejo de Ministros y miembro del Buró Polí-tico del CC del PSUA, Willi Stoph, expuso yfundamentó las directrices para el plan quin-quenal de desarrollo de la economía nacionalde la RDA en el período 1986-1990. Los 2.683delegados eligieron por unanimidad los órga-nos de dirección del partido.

«Nuestro Congreso ha transcurrido con éxitoy ha realizado una labor considerable —dijoErich Honecker en su discurso de resumen—.Sus acuerdos fundamentales marcan el comien-zo de una etapa cualitativamente nueva en laconstrucción de la sociedad socialista desarro-llada en la República Democrática Alemana.

HERMANN AXEN,miembro del Buró Políticoy Secretario del CC del PSUA

Así es como cumplimos rigurosamente el Pro-grama de nuestro partido»1.

HACE QUINCE AÑOS, el VIII Congreso delPSUA (1971) trazó la línea general de la edifi-cación del socialismo desarrollado, con lo queinició una etapa superior en la materializaciónde los objetivos de la nueva sociedad. El Con-greso planteó estas nuevas tareas partiendo delos logros históricos de la clase obrera y losdemás trabajadores de la República dirigidospor el PSUA, así como del hecho de que eltriunfo de las relaciones socialistas de produc-ción suponía el feliz cumplimiento de las ta-reas del período de transición del capitalismoal socialismo. A partir de ese momento, la leyeconómica fundamental del socialismo podíaactuar con más plenitud, pues ante ella seabrían espacios ilimitados. Atendido esto, Erich

1 Neues Deutschland, 22 de abril de 1986.

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Honecker fundamentó en el Congreso la ideadel eslabón central del rumbo emprendido porel partido, de la tarea principal que debía sercumplida al asegurar la unidad de la políticaeconómica y social. Esta tarea había sido for-mulada en los siguientes términos en los docu-mentos del VIII Congreso: «Asegurar la suce-siva elevación del nivel de vida y la culturadel pueblo sobre la base de ritmos elevadosde desarrollo de la producción, mayor eficien-cia, progreso científico-técnico e incrementode la productividad del trabajo»2.

La tarea principal debía ser cumplida en me-dio del despliegue de la revolución científico-técnica. De aquí que ya entonces, hace 15 años,Erich Honecker llamase la atención sobre lanecesidad de pasar del desarrollo preferente-mente extensivo de la economía nacional a sudesarrollo intensivo.

En los años siguientes, la línea del partidodesempeñó el papel de importante fuerza mo-triz del desarrollo socialista de nuestro país.Se fortaleció la economía y mejoró radical-mente la situación material y social del pueblo.Fiel al legado de Ernst Thalmann, el PSUAha venido aplicando en la práctica y desarro-llando de manera consecuente y creadora lateoría marxista-leninista y ha robustecido aúnmás su ligazón con las masas. Se ha elevado laconciencia socialista del pueblo y se ha fortale-cido la unidad moral y política de la sociedad.

A la vista de este ascenso, el IX Congresodel PSUA, celebrado en 1976, marcó la orien-tación de proseguir resueltamente la intensifi-cación socialista y aprovechar en todos los te-rrenos los factores cualitativos de la produc-ción. A la vez, consignó en el Programa delpartido las conclusiones teóricas y políticasderivadas del desarrollo precedente y las nue-vas exigencias: «La sociedad socialista desa-rrollada significa la creación de una poderosabase material y técnica, capaz de asegurar elcrecimiento estable de la economía y una ele-vada productividad y eficacia del trabajo. Loprincipal para llegar a ello es la intensifica-ción de la producción social, para la cual escondición decisiva la conjugación orgánica delos adelantos de la revolución científico-técnicay las ventajas del socialismo. La sociedad so-cialista desarrollada significa una política eco-nómica en unidad indestructible con la políticasocial»3 (subrayado por el autor).

El X Congreso del PSUA (1981) se celebrócuando, por una parte, se producía el desplie-gue impetuoso de la revolución científico-téc-nica, mientras que, por otra parte, se iba agu-dizando la situación internacional. El Congresofijó diez orientaciones básicas de la estrategiaeconómica del partido y llamó a aprovechar almáximo las posibilidades de progreso científico-técnico, al objeto de asegurar con ayuda de

2 Protokoll der Verhandlungen des VIH. Parteitagesder SED. Bd. 1. Berlín, 1971, S. 61-62.

3 Programm der Soztalisttschen Einheitspartei Deutsch-lands. Berlín, 1976, S. 26.

sus últimos adelantos un crecimiento óptimodel poderío económico del país.

Finalmente, el XI Congreso, que acaba decelebrarse, trazó el balance de los 15 años deavance por la senda de la intensificación dela producción y el cumplimiento del Programadel partido. Los años transcurridos desde elVIII Congreso constituyen un período de desa-rrollo particularmente exitoso de la sociedadsocialista en nuestra República.

No ha sido un camino liso y llano. Graciasal esforzado trabajo, a la claridad de objetivosy a la meditada política marxista-leninista, elpartido ha ido resolviendo nuevos y complejosproblemas y superando dificultades. Los dele-gados han escuchado con un sentimiento delegítimo orgullo las palabras del informe delCC de que, «apoyándonos en nuestra estrategiaeconómica hemos conseguido hacer de la in-tensificación de la producción la base decisivadel incremento del potencial económico y ase-gurar firmemente el necesario crecimiento eco-nómico»4. Así lo confirma, entre otros, el he-cho de que el 90% del aumento de la rentanacional (que en 1981-1985 fue de un billón 87mil millones de marcos) se obtuvo merced alincremento de la productividad del trabajo.

Hemos atesorado una valiosa experiencia encuestiones como el progresivo entrelazamientode la ciencia y la producción, la aplicaciónconcentrada de los resultados de la revolucióncientífico-técnica, el aprovechamiento racionalde las instalaciones y el ahorro de energía,materias primas, materiales y tiempo de tra-bajo. Se ha profundizado la cooperación conla URSS y otros Estados socialistas, principal-mente en las áreas decisivas del progreso cien-tífico-técnico, de las que depende el sucesivoaumento del peso de nuestra comunidad en elmundo y que son la garantía de nuestro avan-ce conjunto.

Después del VIII Congreso, y en especial enlos últimos cinco años, el PSUA también haadquirido una rica experiencia en lo tocanteal perfeccionamiento de la planificación cen-tral y la gestión de la economía nacional, asícomo en el desarrollo de la iniciativa de lasempresas y de los órganos administrativos te-rritoriales. En los complejos industriales se hahallado una forma moderna de dirección y or-ganización uniformes de todo el proceso de re-producción, teniendo en cuenta la especificidadde las correspondientes ramas, y que va desdela investigación hasta la venta de la producciónacabada.

Merced al aumento de la productividad se haido elevando el nivel de vida de los trabajado-res de la ciudad y el campo. El pleno empleo,el bienestar de las masas, la instrucción igualpara todos y la salud del pueblo constituyenlas realidades de nuestro país. De 1971 a 1985han sido construidos y modernizados 2,4 millo-

4 Bericht des ZK der SED an den XI. Parteitag derSED. Berichterstatter: Genosse Ertch Honecker. Berlín,1986, S. 21.

nes de apartamentos, lo que ha permitido me-jorar las condiciones de vivienda de más de7,2 millones de ciudadanos. Durante el mismoperíodo, los ingresos reales por habitante sehan duplicado, debido en primer término a laestabilidad de los precios al detall para losprincipales artículos de consumo; tampoco hanvariado los alquileres, las tarifas del trans-porte y el precio de los servicios. Merced a laamplia aplicación de la organización científicadel trabajo, 7 millones de trabajadores son re-munerados ahora según un nuevo sistema, quecombina la cantidad y la calidad del trabajorealizado con diversas primas. El fondo anualde pensiones ha pasado en quince años de9.700 millones a 17.400 millones de marcos.

Ha seguido consolidándose la situación po-lítica interior de nuestra República. Y aunquenuestros adversarios han intensificado la pro-paganda antisocialista y las actividades sub-versivas, entre el partido, el Estado y el pue-blo de la RDA se han establecido unas rela-ciones de sólida confianza. La democracia so-cialista se desarrolla de manera viva y crea-dora sobre la base del centralismo democrático.

La RDA mantiene firmemente su puesto en-tre los diez principales países industrializadosy cuenta a la vez con una agricultura socia-lista desarrollada y moderna. Es un Estadoeconómicamente fuerte, estable y pacífico, si-tuado en el corazón mismo de Europa, en ladivisoria de los dos mundos: el socialista y elcapitalista. La República cumple con honor sudeber clasista, ya que su fortalecimiento yprosperidad muestran las posibilidades del ré-gimen socialista. De este modo, nuestro pueblocontribuye a la plasmación de los ideales dela clase obrera, que en alianza con los cam-pesinos y los demás trabajadores está dandorepetidas y convincentes muestras de que escapaz de dirigir el Estado y la sociedad demanera más eficaz que la burguesía.

En los terrenos que más influyen en las con-diciones de vida del hombre, la sociedad socia-lista ya ofrece en la actualidad una respuestamejor al desafío global de la contemporaneidad.«A la pregunta de qué es en fin de cuentasel socialismo real, tan repetida en el ámbitointernacional, podemos mostrar con orgullo laobra de nuestras manos»5, dijo en el CongresoErich Honecker. La valoración positiva del ca-mino recorrido nos ha impulsado a proseguirnuestra política orientada a dar cumplimientoa la tarea fundamental, manteniendo la unidadde la política económica y social.

LOS DELEGADOS, a la vez que manifestaronsu satisfacción por lo conseguido, subrayaronque es posible y necesario conseguir más. Laépoca actual nos plantea exigencias muy ele-vadas, pues el socialismo está llamado por lahistoria a demostrar que, como régimen social,es mejor que el capitalismo. Con su políticay su ideología, con su práctica y con sus con-

s Ibíd., S. 6.

quistas sociales en bien de los trabajadoresprueba claramente que está a la altura de losrequerimientos de la época. En los cuatro de-cenios transcurridos desde la terminación dela segunda guerra mundial ha venido haciendouna contribución decisiva a la garantía de lapaz. Al mantener la paridad estratégica militar,la comunidad socialista está impidiendo quelos sectores más agresivos del imperialismoconviertan la Tierra en un averno nuclear.

La política de los países hermanos está en-caminada actualmente a conseguir también enel plano económico —en el que por las parti-cularidades del desarrollo histórico hemos te-nido hasta ahora que ir dando alcance al capi-talismo— un nuevo enfoque en el aprovecha-miento de las posibilidades inherentes al régi-men socialista y, tras conquistar posiciones depunta en la productividad del trabajo, modifi-car en beneficio propio la correlación de fuer-zas. Esta es, a la vez, nuestra respuesta a laexigencia de salvaguardar la paz en el mundoentero. Los partidarios de la confrontación conel socialismo tendrán que reconocer que mien-tras se mantenga la paridad son nulas las pro-babilidades de que consigan la superioridadestratégica militar. Pero también tendrán quereconocer la esterilidad de los intentos de po-ner de rodillas al socialismo con ayuda de lacarrera armamentista y aceptar la racionalidadde la única alternativa posible: la competenciapacífica entre el socialismo y el capitalismo.

El XI Congreso ha recalcado una vez másque los comunistas de la RDA están plenamen-te decididos a dar una digna respuesta a estereto. El paso de la economía nacional a unareproducción socialista ampliada de carácterintensivo, realizado en los últimos años, asícomo el perfeccionamiento que ello ha impli-cado de todo el desarrollo social, han estable-cido las premisas del comienzo de una etapacualitativamente nueva en la formación delsocialismo desarrollado.

El XI Congreso planteó la trascendental ta-rea de conseguir la intensificación aceleradade todos los aspectos de la producción. Paraello es preciso vincular las ventajas del socia-lismo con los resultados de la revolución cien-tífico-técnica que se está desplegando impe-tuosamente en el mundo y asegurar un desa-rrollo más rápido y eficaz de las fuerzas pro-ductivas de nuestra sociedad en bien del pue-blo. Ha quedado planteado el objetivo de domi-nar las tecnologías claves, o como se dice enOccidente, las altas tecnologías. Este es hoyel eslabón decisivo de la política económicadel PSUA. La microelectrónica, los sistemasautomatizados flexibles, las computadoras, losrobots, los puestos de trabajo automatizados,la informática moderna, la técnica del láser yla biotecnología adquieren cada vez mayor re-levancia. Por ello, el plan quinquenal prevésu introducción acelerada.

«Las tasas de desarrollo de las fuerzas pro-ductivas en el mundo aumentan sin cesar y

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constituyen para nosotros un reto —dijo ErichHonecker en el Congreso—. Esto significa quedebemos resistir en la carrera contra reloj eir ganando posiciones para situarnos en cabezaen una serie de importantes indicadores, conlo que conseguiremos alcanzar cotas elevadasen los planos económico y social»6. En el pe-ríodo 1988-1990 se proyecta incrementar la ren-ta nacional producida en un 24-26%. Está pre-visto que en las empresas industriales subor-dinadas a ministerios la producción neta y laproductividad del trabajo aumentarán respecti-vamente un 49 y un 51%, en tanto que el gastoespecífico de las principales materias primasy materiales se reducirá anualmente en un 4%,y el de recursos energéticos, en un 3,3%.

Se han proyectado altas tasas de crecimien-to para aquellas empresas que determinan losritmos de la revolución científico-técnica enla RDA y el nivel técnico general de la pro-ducción. La fabricación de bloques e instru-mentos microelectrónicos pasará en cinco añosde 30 a 42 mil millones de marcos. En 1970,en la industria de la República no había ni unsolo robot, mientras que el año pasado ya esta-ban funcionando 57.000. Para finales de estadécada se piensa haber instalado ya otros 75-80 mil, lo que contribuirá a elevar la producti-vidad y a aliviar el trabajo. Se proyecta unrápido incremento del número de puestos detrabajo automatizados, que a finales del quin-quenio se elevará a 85-90 mil.

Al mismo tiempo, el Congreso advirtió quela solución de los problemas del futuro no debeeclipsar en modo alguno los problemas de cadadía. Lo que todavía no ha sido terminado, debeconcluirse obligatoriamente. En la nueva etapade nuestro avance habrá que cumplir tambiénnuevas tareas sociales, lo que exige ante todomayor conciencia en la actuación de los tra-bajadores.

En la intensificación múltiple y acelerada dela producción y en el dominio de las tecnolo-gías claves, el hombre aparece como uno delos factores decisivos del éxito, cosa que elCongreso ha tenido en cuenta de manera con-creta. Al realizar cambios revolucionarios enel desarrollo de las fuerzas productivas, losconstructores del socialismo pueden y debenaplicar sus fuerzas creadoras, su cualificacióny talento en forma más plena, más conscientey productiva. Reviste suma importancia que losadelantos científicos sirvan no sólo para elevarel nivel de la producción, sino también paraun mayor bienestar del pueblo y la sucesivaconfiguración del modo de vida socialista.

Los delegados al Congreso dijeron en susintervenciones que la gente está más intere-sada en su trabajo, actúa en forma más cons-ciente y revela en la práctica sus dotes crea-doras cuando siente que su labor proporcionaopimos frutos y unos resultados sensibles yestables. Esto constituye una poderosa fuerzamotriz para llevar adelante la revolución cien-

6 Ibld., S. 49.

10

tífico-técnica, para la que el socialismo creaunas condiciones sociales adecuadas.

A la par de la estrategia económica, el XICongreso siguió desarrollando la concepciónque preside el trabajo ideológico del PSUA. Sedebatieron pormenorizadamente las tareas deltrabajo partidario, al objeto de vincularlo másestrechamente a la vida de la clase obrera yde todo el pueblo. En el informe del CC seseñala: «A la vista de todas las tareas que nosplanteamos para los años venideros, nos con-vencemos cada vez más de que el papel diri-gente del partido en la construcción del socia-lismo se acrecienta sin cesar... Hoy es másnecesario que nunca estimular el entusiasmolaboral, la adquisición de sólidos conocimien-tos y la maestría profesional de los trabajado-res, inculcarles el interés por la búsqueda delo nuevo y fomentar rasgos tradicionales denuestra clase obrera y de nuestra intelectua-lidad como son la laboriosidad, la escrupulo-sidad y la disciplina. La obra y el pensamien-to revolucionarios se manifiestan hoy en eJinterés por apoyar el progreso científico-técni-co, en la aplicación de nuestra estrategia eco-nómica»7.

Como vemos, las tareas más elevadas de de-sarrollo de la superestructura socialista defi-nidas por el XI Congreso responden al fortale-cimiento de la base económica de nuestro ré-gimen. Tal es la razón de que el informe delComité Central y la discusión en el Congresoconcedieran tanta atención a las cuestiones re-lacionadas con la instrucción pública, la cien-cia y la educación comunista de la joven gene-ración.

El Congreso exhortó a los comunistas y atodos los trabajadores de la RDA a profundizary afirmar la probada alianza fraternal con elpartido y el país de Lenin, con los demás par-tidos comunistas y obreros de los países de lacomunidad socialista. La estrecha cooperacióncon ellos ha sido y sigue siendo la garantíadel cumplimiento de las decisiones del partido.

La presencia en el XI Congreso de la dele-gación del PCUS presidida por el camaradaGorbachov nos ha alentado a luchar por nuevoséxitos. El PSUA y el PCUS se manifiestan uná-nimes en cuanto a los futuros objetivos deldesarrollo socio-económico, la solución prácti-ca de los problemas del momento y las cues-tiones de la política exterior y la defensa. Enesta nueva etapa de nuestro avance, la colabo-ración fraternal de la URSS y la RDA en lasesferas económica, científico-técnica, espiritualy otras se eleva a un nuevo nivel.

Los dos partidos hermanos han acordado ensus últimos congresos las medidas a tomar paraconseguir mediante sus esfuerzos mancomuna-dos la intensificación de la producción, quees el eslabón más importante en la formacióndel socialismo desarrollado. En este plano, lasdecisiones del XXVII Congreso del PCUS re-visten una importancia fundamental para el

7 Ibld., S. 83-84, 86.

perfeccionamiento de las relaciones sociales enla URSS y para el incremento de la fuerza einfluencia del socialismo en todo el mundo.

En las directrices del XI Congreso del PSUAse plantea la tarea de elevar el nivel de lacooperación científico-técnica y llevar a lapráctica los acuerdos de la Cumbre Económicade los países del CAME celebrada en Moscúen 1984. Esta tarea habrá de exigir enormesesfuerzos, dijo Mijaíl Gorbachov en nuestroCongreso. El PSUA seguirá guiándose en susactividades por el convencimiento de que launidad y la cohesión de la comunidad socia-lista determinan, hoy más que nunca, las pers-pectivas de progreso social y de consolidaciónde la paz. Las condiciones actuales son máspropicias para la cooperación de los partidoshermanos. La aceleración del desarrollo socio-económico y la elevación sustancial de la pro-ductividad del trabajo permitirán al socialismoconquistar posiciones cualitativamente nuevasy más firmes en los sectores decisivos de lalucha y la competición con el imperialismo.

EL CONGRESO señaló el agravamiento de lasituación internacional en los últimos años. Elacto de piratería perpetrado por EE.UU. contraLibia en vísperas de la inauguración del forode nuestro partido ha venido a confirmar laadvertencia hecha por Erich Honecker cuandodijo que la situación en el mundo puede mo-dificarse hoy repentinamente. Los sectores másagresivos del capital monopolista de EE.UU. yde otros países de la OTAN tratan de invalidarlos resultados de la reunión celebrada por Mi-jaíl Gorbachov y Ronald Reagan y enterrar elespíritu de Ginebra. Están añadiendo nuevasvueltas a la espiral de la carrera armamentistay preparan paso a paso la militarización delespacio. Obsesionados por la demencial idea deque pueden alcanzar la superioridad militarsobre el socialismo, derrotar al nuevo régimensocial y detener el progreso social en la Tierra,los imperialistas se juegan el todo por el todo.Los círculos más reaccionarios están dispues-tos incluso a poner en peligro la existenciamisma de la humanidad.

Los delegados al XI Congreso exigieron quese detenga la mano de los agresivos políticosimperialistas y señalaron como fundamentaltarea del partido «.. .la salvaguardia de la paz,con la que está ligada la perspectiva de unfuturo en condiciones de seguridad»8. Esta ta-rea, como mostró Erich Honecker, es real, y suspremisas residen, en primer lugar, en el rápidocrecimiento del poderío económico del socia-lismo, garantía tanto de su desarrollo interior

. como del mantenimiento de la paridad estraté-gica militar, y en segundo lugar, en la nuevaofensiva de paz de nuestra comunidad. Sumagno programa de librar al mundo para elaño 2000 de las armas nucleares y químicasy su propuesta de crear un sistema omnímodode seguridad internacional y reducir las fuer-

8 Ibíd., S. 6.

zas armadas y las armas convencionales enEuropa alientan a los pueblos, que con cre-ciente decisión están tomando en sus manosla causa de la preservación de la paz.

Por todo el mundo se están extendiendo losmovimientos antibélicos, las acciones conjuntasde una serie de Estados y de distintos sectoresde la opinión internacional contra la aventu-rera política de confrontación de Estados Uni-dos. Esto hace que la lucha por la paz adquieranuevos rasgos. El imperialismo se ha vueltosin duda más agresivo, pero las fuerzas que seoponen a su funesta política militarista se multi-plican con gran rapidez. Paulatinamente seestá formando una coalición mundial de larazón y el realismo.

En el Congreso se escucharon las palabrasde Mijaíl Gorbachov de que no tendemos a Oc-cidente el puño sino la mano abierta. Comoconfirmación de estas palabras, el SecretarioGeneral del CC del PCUS presentó una nuevae importante iniciativa sobre la reducción delas armas convencionales y el desarme. «Nobuscamos vías de entendimiento y de conten-ción de la carrera armamentista por debilidad—subrayó al respecto—. Nosotros necesitamosla paz, pero también la necesitan todos losdemás»9.

Dada la particular agresividad que manifies-tan actualmente la Administración Reagan y loscírculos reaccionarios de otros países imperia-listas, el socialismo empeña todos sus esfuer-zos en la preservación de la paz. Resuena po-tente nuestro llamamiento y no es posible dejarde oírlo: ¡no se puede dejar en manos del im-perialismo los destinos de la paz y de la hu-manidad! Por eso, los comunistas de la RDAconsideran que su deber es «buscar y aprove-char la menor oportunidad de detener la ten-dencia al continuo agravamiento de la amena-za bélica y hacerla retroceder hacia la firmeestabilización de la paz»10.

La política internacional del PSUA y del pri-mer Estado obrero y campesino en tierra ale-mana tiende a lograr la reactivación y la uni-dad de acción de todas las fuerzas de la paz,la razón y el realismo para evitar la guerranuclear mediante medidas eficaces de limita-ción de los armamentos y desarme e impedirla militarización del espacio cósmico. La RDAdesarrollará coherentemente la alianza frater-nal con la URSS y los otros países socialistasy contribuirá al crecimiento del poderío delsocialismo y a la elevación de su prestigio in-ternacional. Nuestra República se solidariza contodos los pueblos que luchan por su liberaciónnacional y social y promueve relaciones deigualdad y amistad con todos los países eman-cipados, a los que presta ayuda en la luchapor un nuevo orden económico internacionalbasado en la igualdad. Abogaremos de maneraconsecuente por la ampliación de las relacio-nes de coexistencia pacífica con los países ca-

9 Neues Deutschland, 19 de abril de 1986.i» Berícht des ZK der SED..., S. 10.

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Page 8: Revista Internacional - Nuestra Epoca N°8 - Edición Chilena - Agosto 1986

pitalistas, mantendremos y profundizaremos eldiálogo político y las relaciones reciprocamen-te ventajosas en base a los principios y lasnormas del Derecho Internacional y la consi-deración de los legítimos intereses recíprocos.

El XI Congreso dio un nuevo impulso a laya probada política de diálogo y cooperacióncon todas las fuerzas interesadas en mantenerla paz. Aprobó, plenamente la iniciativa sovié-tica de suspender las pruebas nucleares comoprimer paso para librar al mundo de las armasatómicas. Asimismo subrayó la apremiante ne-cesidad de detener el despliegue de estas ar-mas en el corazón mismo de Europa, donde seda la más alta concentración de armamentosdel mundo, desmontar gradualmente los siste-mas de armas nucleares ya desplegados ennuestro continente y liquidar todos los misilesde alcance medio aquí instalados. Desde la tri-buna de nuestro Congreso se proclamó la dis-posición del PSUA de desarrollar activamentela iniciativa que avanzara junto con el PC deChecoslovaquia y el PSDA para crear en Europauna zona libre de armas químicas. También nosestamos esforzando para librar a la parte cen-tral de Europa de armas nucleares de teatro.

En las labores del XI Congreso participarondelegaciones de 143 países, entre ellas repre-sentantes de 89 partidos comunistas y obreros,de 34 partidos populares revolucionarios y de-mocráticos y de 19 partidos socialdemócratasy socialistas. Los invitados expusieron sus res-pectivas posiciones en lo tocante a la luchapor la paz, la democracia y el progreso social.El Congreso constituyó una auténtica tribunadel internacionalismo proletario y un amplioforo antimperialista, en el que se procedió aun valioso intercambio de experiencias, parti-cularmente importante hoy, cuando la luchapor la paz está en el centro de todas las ac-ciones de los comunistas, cuya interacción conlas demás fuerzas antibélicas es una necesidadimperiosa.

El Congreso permitió ampliar y robustecerlas relaciones con los partidos socialdemócra-tas y socialistas, relaciones que el PSUA estáfomentando desde hace tiempo. La mayoría de

estos partidos está dispuesta hoy a cooperarcon los partidos comunistas de los países so-cialistas en aras de la paz y la seguridad. Nues-tras posiciones coinciden en la cuestión cardi-nal de que, en las condiciones actuales, la se-guridad sólo puede garantizarse si actuamosjuntos y no unos contra otros.

En el informe del CC del PSUA se señalaque el Gobierno de la RFA apoya la políticadestructiva de la Administración norteamerica-na, circunstancia que viene a complicar susrelaciones con los países socialistas, la RDAentre ellos, y resulta perjudicial para la coope-ración en Europa. La situación en nuestro con-tinente podría mejorar sustancialmente si unEstado de la importancia de la RFA empren-diese el camino de la distensión y se pronun-ciase resueltamente por la limitación de losarmamentos y el desarme. El Congreso acordómantener en lo sucesivo todos los vínculos es-tablecidos entre la RDA y la RFA en el espíritude los principios de la coexistencia pacífica,en los que descansa el acuerdo sobre relacio-nes básicas entre los dos Estados alemanes.Así lo evidencia la Declaración Conjunta Ho-necker—Kohl del 12 de marzo de 1985, en laque se dice que la intangibilidad de las fron-teras y el respeto a la integridad territorial yla soberanía de todos los Estados de Europadentro de sus actuales fronteras son la pre-misa más importante del mantenimiento de lapaz. Y puesto que la intangibilidad de las fron-teras y la integridad territorial de los Estadosson cuestiones cardinales de la garantía de laseguridad en Europa, la inclusión de estos plan-teamientos en la Declaración significa un pasohacia la instauración de un orden de paz enel continente.

EL XI CONGRESO DEL PSUA ha demostradouna vez más que el socialismo real está resol-viendo agudos problemas de nuestra época enbien de toda la humanidad. La República De-mocrática Alemana es un firme bastión de lapaz y el socialismo y un seguro aliado de todoslos que aspiran a un mundo sin armas y singuerras, a un mundo de libertad y progreso.

FUERZA CLAVE DEL DESARROLLODINÁMICO

HACE 65 ANOS Mongolia, país en el que do-minaban las relaciones sociales precapitalistas,abrazó el camino del renacimiento económico,social y cultural. En un período históricamentebreve —de hecho, en vida de una sola genera-

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DEMCHIGUIYN MOLOMZHAMTS,miembro del Buró Políticoy secretario del CC del PRPM

ción—, nuestro pueblo superó el obscurantismomedieval y alcanzó las alturas de la civiliza-ción contemporánea.

¿Qué fuerza hizo posible este ascenso verti-ginoso que atrae la atención de muchos pue-

blos que viven aún la miseria y el atraso? Estapoderosa fuerza motriz es el socialismo.

Basándose en la doctrina marxista-leninistay aplicando creadoramente en las condicionesnacionales las leyes generales del proceso his-tórico descubiertas por ella, el Partido Revolu-cionario Popular Mongol elaboró su estrategiaa partir de la idea leninista de que los paísesantaño atrasados pueden pasar del feudalismoal socialismo soslayando la formación capita-lista. Estas ideas se hicieron realidad en Mon-golia bajo la dirección del partido. Nos enorgu-llecemos de que con nuestra propia experien-cia, y contando con la ayuda fraternal del pri-mer Estado socialista del mundo, hemos podidodemostrar que el capitalismo no es una etapainevitable en el avance gradual de los paísesque se encuentran en la fase preburguesa dedesarrollo.

Esta experiencia es particularmente actual enel contexto de la correlación de fuerzas exis-tente en el mundo, que abre ante los pueblosantaño esclavizados amplias posibilidades pararechazar el capitalismo y optar por una orien-tación socialista. Los nuevos éxitos de la Mon-golia popular, que demuestran las ventajas delsistema socialista, confirman la importanciavital de esta experiencia.

EL XIX CONGRESO ORDINARIO DEL PRPM,celebrado en el pasado mes de mayo, hizo elbalance de las conquistas históricas del parti-do y el pueblo, determinó las tareas a largoplazo de la política interior y exterior, así comolas orientaciones fundamentales del desarrolloeconómico y social del país para 1986-1990.Fue un importantísimo hito político en nuestroavance hacia la culminación de la edificaciónsocialista, tarea que fuera planteada en el Pro-grama del partido adoptado hace veinte años.En los años transcurridos se han dado grandespasos en esta dirección. Pensamos que los si-guientes datos, citados en el congreso, hablanpor sí solos.

Se incrementó considerablemente el potencialeconómico del país. En comparación con 1965,los fondos básicos de la economía nacional au-mentaron en seis veces y, la producción de larenta nacional, en tres veces. En el proceso deindustrialización, se ampliaron los complejossituados en la zona económica central y en elEste de la república. Se crearon nuevas capa-cidades en las industrias de combustible, ener-gía y extracción; los recursos exportables au-mentaron sustancialmente y se elevó el gradode procesamiento de las materias primas agro-pecuarias. Se prepararon obreros y especialis-tas cualificados para todas las ramas de laeconomía nacional. Como resultado, la estruc-tura de la sociedad experimentó cambios posi-tivos, habiéndose acentuado el papel rector dela clase obrera. Las fuerzas productivas se de-sarrollaron paralelamente con el perfecciona-miento de las relaciones socialistas de produc-ción, la intensificación de la educación comu-

nista de los trabajadores y, sobre esta base, laelevación del bienestar material y del nivelcultural del pueblo.

Estos éxitos fueron evaluados de manera ex-haustiva y realista en el Informe del ComitéCentral del PRPM, que presentó en el congresoel camarada Zhambyn Batmunj, Secretario Ge-neral del CC. Sin embargo, en el Informe fue-ron abordados no sólo nuestros éxitos; en élse dio también un profundo análisis marxista-leninista de nuestras posibilidades, dificultadesy problemas pendientes, y se esbozaron clara-mente las vías para acelerar el desarrollo socio-económico del país. Cabe señalar que los pre-parativos y toda la labor de nuestro foro par-tidario experimentaron la enorme influencia delas ideas y el espíritu del XXVII Congreso delPCUS, cuyos resultados fueron enfocados porlos comunistas mongoles como una gran apor-tación al desarrollo creador y al enriquecimien-to del marxismo-leninismo en un nuevo contextohistórico, como un ejemplo inspirador de unaactitud audaz, científicamente fundamentada einnovadora ante la solución de los problemasacuciantes del progreso social.

Nuestro congreso discutió franca y rigurosa-mente los resultados del cumplimiento del sép-timo plan quinquenal del desarrollo de la eco-nomía y la cultura de Mongolia. En este perío-do, la producción social se amplió a ritmos re-lativamente elevados: el volumen de la rentanacional creció el 37% y el incremento medioanual de la producción industrial fue de 9,2%.Aumentó sensiblemente la producción de cerea-les, patatas y legumbres. En la esfera de laelevación del nivel de vida material y cultunlde los trabajadores, fueron cumplidas las tareasfijadas por el XVIII Congreso del partido. Losingresos reales per cepita se elevaron en un12%.

Este desarrollo socio-económico dinámico esfruto del trabajo abnegado del pueblo mongol,al que prestaron una enorme ayuda los Estadossocialistas hermanos, en primer término laUnión Soviética; es resultado de la políticaacertada del PRPM. Pero esto no significa, nimucho menos, que todo fue fácil, que no huboerrores ni defectos. Nuestros éxitos serían mu-cho mayores si hubiéramos sabido movilizarmás plenamente las reservas, aprovechar mejornuestro potencial económico y científico-técnicoy la energía creadora de las masas. Sobre todoesto se habló con toda franqueza en el congreso.

En la ganadería, sector clave de la agricul-tura, los planes de incremento del número decabezas de ganado no fueron cumplidos a causade las pérdidas registradas en 1983-1984. Algu-nos tipos importantes de productos industrialesse fabricaron en volúmenes inferiores a losprevistos. Aunque las inversiones sobrepasaronconsiderablemente las metas planificadas, nose cumplieron en parte importantes tareas re-lacionadas con la puesta en explotación de losfondos básicos. Todavía no hemos logrado ase-

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gurar la debida eficacia y calidad del trabajoen varios sectores de la economía nacional.

Después de subrayar que es necesario conso-lidar todo lo positivo y superar los fenómenosnegativos del quinquenio pasado, el congresoaprobó las Orientaciones Fundamentales delDesarrollo Económico y Social de Mongoliapara 1986-1990. En ellas se tomaron en consi-deración las propuestas y críticas expresadaspor los comunistas y los sin partido durantela discusión precongresual del proyecto de estedocumento, en la cual participaron más de me-dio millón de personas. La tarea principal delnuevo quinquenio consiste en garantizar eldesarrollo de la producción social, elevar sueficacia y, sobre esta base, seguir elevando elnivel de bienestar popular.

El congreso concretó las tareas de la políticasocio-económica del partido y trazó las víaspara cumplirlas. Se prevé aumentar el volumende la renta nacional en un 26-29% y, el de lasinversiones básicas, en un 24-26%. Se seguiráincrementando nuestro potencial industrial: laproducción industrial global crecerá en un 30-34%. Hay que mejorar sustancialmente el su-ministro de energía eléctrica y cubrir por com-pleto las demandas de la economía nacional encombustibles sólidos. Teniendo en cuenta lanecesidad de distribuir racionalmente las fuer-zas productivas, se proyecta ampliar los com-plejos industriales en la zona central y, tam-bién, construir nuevas empresas modernas enel oeste del país.

Se operarán muchos cambios en la agricul-tura: el promedio anual de la producción brutaaumentará un 18-20%. Se adoptarán medidaspara continuar robusteciendo la base materialy técnica y para utilizar más eficazmente losfactores de intensificación en la ganadería.También aumentará considerablemente la pro-ducción agropecuaria, siendo de señalar queno menos del 40% de su incremento nos pro-ponemos obtenerlo elevando el rendimiento delas cosechas. La esencia de la política agrariadel partido consiste en superar en un futuropróximo el desfase entre los ritmos de desarro-llo de la producción agropecuaria y los ritmosbastante altos de crecimiento demográfico.

El bienestar del pueblo es la meta supremade la edificación económica en el socialismo,y en este quinquenio nuestro pueblo percibiráaún más plenamente que la consolidación dela base material y técnica de la nueva sociedadcrea premisas reales para mejorar la vida delos trabajadores, dar cumplimiento a las tareasrelacionadas con el desarrollo social y culturalde la sociedad y afirmar los principios y lasnormas del modo de vida socialista. Se planeaelevar sustancialmente la remuneración del tra-bajo en la producción material y en la esferade los servicios, los ingresos de los miembrosde las asociaciones agropecuarias, así como elmonto mínimo de las pensiones. Continuará am-pliándose la esfera de la asistencia médica y

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de los servicios a la población, se perfeccionaráel sistema de instrucción pública y mejoraránlas condiciones de vivienda. En total, los fondossociales de consumo aumentarán en un 20-25%,y los ingresos monetarios de la población, enun 20-23%.

AL ADOPTAR UN AMPLIO PROGRAMA dedesarrollo socio-económico para los próximosaños, el XIX Congreso del PRPM planteó antetodos los sectores de la economía nacional elproblema clave de mejorar la calidad y la efi-cacia de la producción. Resumiendo podríamosdecir que la esencia de esta tarea consiste enlo siguiente.

Primero. Debido a que en nuestra economía,pese a los altos ritmos de crecimiento de lasinversiones y de los fondos básicos de produc-ción, su rendimiento va a la zaga, el partidoaplicará una política de principios orientada autilizar mejor el potencial productivo existente,canalizar la mayor parte de nuevas inversionesa las obras por concluir y aumentar la propor-ción de las inversiones en la ampliación, mo-dernización y reequipamiento técnico de lasempresas y las explotaciones agrícolas en fun-cionamiento.

Segundo. El consumo de materiales por uni-dad de producción todavía es relativamente altoy los gastos materiales sobrepasan la mitad delcosto del producto social global. El congresoexigió ahorrar al máximo materiales, materiasprimas, combustible, energía y otros recursos,introducir en la producción tecnologías sindesechos o con pocos desechos, perfeccionar elprocesamiento primario de las materias primasy lograr el aprovechamiento completo de lasmaterias primas secundarias.

Tercero. Pese al rápido crecimiento de losrecursos laborales, aún no se han adoptadomedidas para mantener a los cuadros capacita-dos en los sectores más importantes de la eco-nomía nacional. El partido ha planteado queel empleo racional de los recursos laborales yla elevación de la productividad social del tra-bajo no sólo son una importante tarea econó-mica sino también un serio problema social.

Cuarto. La eficacia de la producción dependedirectamente de la calidad de los productos,del trabajo y de los servicios. Consideramosque es necesario elevar los indicadores cuali-tativos en las ramas industriales básicas hastael nivel alcanzado en los países socialistas her-manos.

Quinto. El congreso señaló la estrecha vincu-lación que existe entre la eficacia de la eco-nomía y el progreso científico-técnico. El apre-ciable incremento del potencial científico delos centros de investigación industriales y aca-démicos, de las organizaciones de diseño y delos centros de enseñanza superior del país hacreado las posibilidades para que se eleve supapel en la solución de los problemas socialesurgentes. La base experimental de las investi-

gaciones científicas será robustecida con el finde poder estudiar integralmente los grandesproblemas de la economía nacional. Será mayorel incentivo material y se elevará la responsabi-lidad de los cuadros por la rápida introducciónde los logros científico-técnicos en la produc-ción y la aplicación consecuente de la políticaorientada al progreso técnico.

La nueva etapa de desarrollo económico exigeun enfoque cualitativamente distinto hacia elperfeccionamiento de la administración de laeconomía nacional. Para estimular la iniciativade las empresas y otras organizaciones en loque respecta a elevar la eficacia de la produc-ción, nosotros, teniendo en cuenta los logrosde los partidos hermanos, estamos realizandovarios experimentos económicos. Su objetivo eslograr que los trabajadores participen más ac-tivamente en la planificación y la administra-ción de la producción, elevar el interés de loscolectivos laborales por el resultado final desu trabajo, ampliar los derechos y la autono-mía de los organismos económicos. El congresoseñaló que es necesario sintetizar la experien-cia positiva acumulada en esta esfera y, du-rante el quinquenio, introducir nuevos métodosde gestión en la industria, la construcción, eltransporte, las comunicaciones y los servicios.

La política del partido consiste en mejorarradicalmente la dirección planificada de la eco-nomía nacional. En primer lugar, se trata delograr que los planes sean más argumentadosy equilibrados, que haya más interconexión en-tre los planes sectoriales y territoriales y quela planificación centralizada se conjugue máseficazmente con las iniciativas de abajo. Enrelación con esto, atribuimos mucha impor-tancia a la utilización eficaz de las palancaseconómicas, como el contrato económico, elautofinanciamiento, el mecanismo financiero-crediticio, el sistema de precios y tarifas. Selos debe aplicar con habilidad para elevar laresponsabilidad de los colectivos por la marchade la producción y para que en la distribuciónsiempre se respete este principio socialista:«De cada cual, según sus capacidades; a cadacual, según su trabajo». Hoy, ha adquiridomayor importancia el desarrollo de una nuevamentalidad económica, de la iniciativa y elespíritu emprendedor de los cuadros dirigen-tes, los especialistas y los obreros. El partidoconcede mucha atención a la formación de unclima sano y creador en cada colectivo, ya queve en ello la prenda del éxito en la batalla porincrementar la producción y elevar su calidad,por fortalecer la disciplina, la responsabilidady el orden.

También en el futuro, subrayó el XIX Con-greso del PRPM, el cumplimiento ulterior delas tareas del nuevo quinquenio será determi-nado en mucho por la profundización de nues-tra cooperación con la Unión Soviética y otrospaíses socialistas hermanos. Esta fructífera co-

laboración se asienta en los principios de laayuda mutua socialista y en el espíritu de losdocumentos básicos de la Cumbre Económicade los Países del CAME, y tiene importanciaespecial para la Mongolia popular porque lepermite acelerar su progreso socio-económicoy científico-técnico. Nuestra participación en laintegración económica socialista nos ayuda aconsolidar la base material de la economía na-cional y perfeccionar su estructura, potenciary elevar la eficiencia de la producción, moder-nizar las empresas existentes y crear empresasconjuntas, ampliar la capacitación de los cua-dros.

La RPM desarrolla la cooperación económicacon los países hermanos teniendo en cuentatanto sus propios intereses como los interesesde toda la comunidad socialista. De esto dima-na la tarea de excepcional importancia queplanteó el congreso: esforzarse por que la ayu-da recibida en el marco del CAME sea utilizadacon el máximo rendimiento, cumplir ejemplar-mente los compromisos asumidos. En esto ve-mos hoy uno de los criterios claves del inter-nacionalismo socialista.

ANTE UN PARTIDO MARXISTA-LENINISTA,vanguardia política de la clase obrera y detodo el pueblo, se plantean tanto mayores exi-gencias cuanto más complejas son las tareasde las transformaciones sociales que se requie-ren para crear la nueva sociedad. Nuestro par-tido crece y se robustece como un organismovivo en constante crecimiento. Llegó a su deci-monoveno congreso consolidando la unidad desus filas y ampliando sus vínculos con las ma-sas populares. Hoy, el PRPM tiene más de 88mil miembros, o sea, 15,6% más que duranteel congreso anterior. La composición social denuestro partido es la siguiente: 33,2% son obre-ros; 16,8%, miembros de las asociaciones agro-pecuarias, y 50%, empleados e intelectuales. Alpartido ingresan representantes de todas lascapas trabajadoras, sobre todo jóvenes. El XIXCongreso exhortó a las organizaciones de basea conceder especial atención al aspecto cuali-tativo de la composición del partido, para lo-grar que los comunistas desempeñen el papelde vanguardia en todas las esferas de la vida,llamados como están a ser modelos de firmezaen los principios, de diligencia, de espíritucreador y de intransigencia hacia la autocom-placencia, el estancamiento, el burocratismo yotros fenómenos negativos que frenan el avan-ce de la sociedad.

La aplicación indeclinable de los principiosdel centralismo democrático y de la direccióncolectiva es el primer requisito para elevar elpapel dirigente y organizador del partido, paraprotegerlo firmemente frente a los defectos ylas fallas de carácter subjetivo. El congresoseñaló al respecto la importancia especial delVIII Pleno Extraordinario del CC del PRPM(1984), que demostró la continuidad de la po-

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lítica del partido, su cohesión y su elevado sen-tido de responsabilidad. El espíritu de estePleno fue desarrollado en los lincamientos pos-teriores del Comité Central que contenían unanálisis realista y crítico de diversos aspectosdel trabajo, centrando la atención en los pro-blemas pendientes y las vías para superar lasdificultades.

Teniendo en cuenta que las tareas relacio-nadas con la dirección de la vida social se hanhecho más complicadas, el congreso reconocióque es vital renovar el estilo del trabajo parti-dista y lo fundamental es renunciar a los mé-todos burocráticos y los clichés, ofrecer a lasorganizaciones del partido la posibilidad deasumir responsabilidades y aplicar independien-temente y con espíritu práctico la línea gene-ral del partido y las decisiones de sus organis-mos dirigentes. Al mismo tiempo, es importanteponer fin al formalismo y a las concepcionessimplistas, que se expresan en la espera deindicaciones «de arriba», en promesas pompo-sas, en informes superficiales y en la sustitu-ción del trabajo organizador vivo con el ajetreode las reuniones y la confección de diversosplanes.

El partido es el núcleo y la fuerza rectoradel sistema político de nuestra sociedad. Poresta razón, lejos de suplantar a las organiza-ciones gubernamentales, sociales, económicas yde otro tipo, el PRPM encauza toda su activi-dad dirigente a apoyar y estimular la iniciativade estas organizaciones, a elevar su responsa-bilidad por la implementación de la política delpartido y a controlar los resultados obtenidosa través de los comunistas que trabajan enellas. De acuerdo con esto, en los documentosdel congreso se determinaron las tareas rela-cionadas con el desarrollo subsiguiente de lademocracia socialista y el perfeccionamientodel sistema político de la sociedad, así comodiversas medidas para fortalecer el papel e in-tensificar la actividad de los Júrales fConsejos)de Diputados Populares de todos los niveles,de sus órganos ejecutivos y de otras institucio-nes gubernamentales, de los sindicatos, la Ju-ventud Revolucionaria Socialista, las organiza-ciones femeninas y otras, de las asociacionesvoluntarias de los trabajadores. En primer lu-gar se trata de continuar ampliando por todoslos medios los principios democráticos en sutrabajo y asegurar en la práctica la participa-ción masiva de los trabajadores en la direc-ción de la sociedad.

La meta del partido es lograr que todos losórganos del poder popular, los ministerios ydepartamentos funcionen rápidamente y coneficiencia y tengan una actitud solícita hacialas demandas y necesidades de los trabajadoresmanteniendo contacto diario con ellos. Enfila-mos el mecanismo de la democracia socialistaa una lucha implacable contra toda manifesta-ción de burocratismo y autocomplacencia en el

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trabajo del aparato estatal. La participación delos trabajadores en los órganos de control po-pular se ampliará por todos los medios. Graciasa ello, el control será más eficiente y, al mis-mo tiempo, la gente aprenderá a analizar todoproblema desde las posiciones de los interesesde la sociedad, lo cual constituye precisamentela base de la consolidación de la democraciasocialista.

El congreso prestó especial atención a losproblemas de la política de cuadros del partido.Exigió poner fin a las actitudes que denotabanfalta de principios y a toda manifestación dedepartamentalismo, localismo o compadrazgoen estas cuestiones. Los principales lincamien-tos del partido en esta esfera son los siguien-tes: respetar rigurosamente los principios leni-nistas de selección, distribución y educaciónde los cuadros; asegurar la eficacia en su tra-bajo; conjugar la experiencia de los trabajado-res veteranos con la energía de los jóvenes;perfeccionar el sistema de preparación y reca-pacitación de los cuadros. Se subrayó que eldesarrollo libre de la crítica y la autocrítica,especialmente de la crítica desde abajo, tienesuma importancia para educar a los cuadrosy superar los defectos. Cabe señalar que el par-tido toma como base las indicaciones de Leninacerca de que la crítica debe ser «franca, he-cha con camaradería y ajena a toda diploma-cia y cálculo mezquino»1. El congreso exigióque se cierre el paso a todo intento de amor-dazar la crítica justa y se tomen oportunamen-te las medidas necesarias frente a las observa-ciones y propuestas críticas, informando de losresultados a las masas.

El congreso aprobó la política encaminadaa seguir robusteciendo la disciplina partidista,estatal y laboral; a mantener el orden y la or-ganización; a observar estrictamente las leyessocialistas. Puntualizó que el control y la com-probación por el partido del cumplimiento delas tareas, deben tener como objetivo la luchaincansable por una disciplina consciente. Y enesto les corresponderá un gran papel a lasorganizaciones de base del partido.

A la luz de las nuevas exigencias se deter-minaron, asimismo, las direcciones principalesque seguirá la reorganización del trabajo ideo-lógico, llamado a contribuir a la formación delas condiciones políticas, ideológicas, psicoló-gicas y morales necesarias para llevar activa-mente a la práctica la línea del partido. Con-cedemos especial importancia al desarrollo delpensamiento teórico del partido sobre la basede los principios y la metodología del marxis-mo-leninismo. Se han formulado problemas me-dulares que necesitan profunda elaboración,y es de esperarse que la investigación científi-ca colectiva en estos dominios dará resultadosque incidirán significativamente en el desarro-llo social.

1 V. I. Lentn. Obras Completas, 2a ed., Cartago, BuenosAires, 1969, t. XII, p. 359.

EL XIX CONGRESO DEL PRPM TRANSCURRIÓBAJO LAS BANDERAS del internacionalismoproletario, reflejando los crecientes vínculos delos comunistas mongoles con los partidos her-manos, con todos cuantos luchan por los idea-les del socialismo, la democracia y la paz. Ennuestro foro estuvieron representados los par-tidos comunistas, obreros, democrático-revolu-clonarios y otras organizaciones progresistasde 66 países.

El PRPM, componente inseparable del movi-miento comunista y obrero internacional, sepronuncia por el robustecimiento de su unidadsobre los firmes principios internacionalistasdel marxismo-leninismo. Seguiremos desarro-llando nuestras estrechas relaciones con lospartidos hermanos, intercambiaremos experien-cias con ellos y desplegaremos la cooperaciónen la lucha por los intereses de la clase obrera,por la paz y el socialismo. Y, desde estas po-siciones, concedemos gran importancia al tra-bajo de Revista Internacional.

Nuestro partido considera que su primerísimodeber internacionalista es fortalecer por todoslos medios la alianza fraternal y la estrechacolaboración con el PCUS y con los partidosgobernantes de otros países de la comunidadsocialista, en las diversas esferas de la viday a todos los niveles. El congreso confirmó lapolítica del PRPM, que busca invariablementeampliar y consolidar las relaciones de amistady de cooperación fructífera de nuestra repú-blica con todos los Estados que edifican lanueva sociedad. Apoyamos calurosamente lalucha abnegada de los comunistas, los revolu-cionarios, los patriotas y las fuerzas de libe-ración nacional de diversos países contra elimperialismo y la explotación, por la paz, lademocracia y el progreso social. Los delegadosal Congreso condenaron enérgicamente las ar-bitrariedades, el terror y la represión que lareacción imperialista y los regímenes racistasy fascistas han desatado contra los luchadorespor la libertad.

Desde la tribuna del congreso se expresó elapoyo unánime de nuestro partido y de todoel pueblo mongol al amplio programa presen-tado por la Unión Soviética para garantizar laseguridad internacional, así como a sus inicia-tivas pacíficas y a sus incansables esfuerzospor lograr la reducción y la destrucción de lasarmas de exterminio en masa, incluidas laspropuestas contenidas en la Declaración deMijaíl Gorbachov, Secretario General del CC delPCUS, hecha pública el 15 de enero del añocorriente. La única alternativa para salvar ala humanidad de una catástrofe termonucleares la cohesión de todas las fuerzas democráti-cas y antibélicas en la lucha por hacer realidadestas grandes iniciativas soviéticas, por embri-dar la política aventurera del imperialismo,ante todo el norteamericano, enfilada a incre-

mentar el armamentismo nuclear y militarizarel espacio exterior.

El máximo foro de los comunistas mongolesaprobó la política exterior del partido, cuyameta es asegurar un clima exterior favorablepara nuestra construcción socialista, fortalecerla causa de la paz y la seguridad de los pue-blos. Las posiciones internacionales de la Re-pública Popular de Mongolia se han fortalecidoy se ha dinamizado notablemente su actividaden política exterior. A iniciativa suya, la ONUadoptó varias decisiones políticas importantessobre los problemas de la paz y el desarme,concretamente la Declaración sobre el Derechode los Pueblos a la Paz.

Una de las orientaciones más importantes enla política exterior de nuestro partido y denuestro Estado es su preocupación por fortale-cer la seguridad en Asia, donde hay muchosproblemas políticos complicados y muchos «pun-tos calientes». A este objetivo responden lapropuesta de la RPM de crear un mecanismoque excluya el empleo de la fuerza en las re-laciones entre los Estados de la región, asícomo los encuentros de representantes de par-lamentos, sindicatos y organizaciones juvenilesy femeninas de los países asiáticos, que hantenido lugar durante los últimos años en Mon-golia.

Consideramos que el desarrollo de los acon-tecimientos en el continente y las regionesadyacentes demanda imperiosamente la celebra-ción de un encuentro de representantes de lospartidos comunistas y obreros de Asia, en elque se analizarían los problemas relacionadoscon la salvaguardia de la paz y la estabilidaden esta parte del mundo. El XIX Congreso delPRPM expresó su disposición a trabajar activa-mente en la preparación y la celebración dedicho encuentro, lo cual fue apoyado por losrepresentantes de varios partidos que partici-paron en las labores de nuestro foro.

LOS PLANES PARA EL PROGRESO DINÁMICOde la economía y de la esfera social y culturalde la sociedad, que quedaron encarnados en losacuerdos del congreso, parten del objetivo prin-cipal consagrado en el Programa del partido:acelerar la creación integral de la base materialy técnica del socialismo, columna vertebral deldesarrollo del país y del auge incesante delbienestar popular. Estos planes, que fueron aco-gidos con entusiasmo por los comunistas y portodos los trabajadores de la república, les en-riquecieron con nuevas ideas y robustecieronsu fe en las fuerzas propias y en el rumbocorrecto de la política del partido. Ahora, pordoquier en el país se ha desplegado un trabajoenérgico y coherente para plasmar las tareasplanteadas por el XIX Congreso del PRPM. Elpueblo mongol ve el cumplimiento consecuentede estas grandes tareas como una prenda delulterior progreso y del futuro luminoso de nues-tra patria socialista.

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FIDELIDAD A LOS PRINCIPIOSY REALIDADES POLÍTICAS

ERWIN SCHARF,miembro del Buró Político del CCdel Partido Comunista de Austria (PCA)

AL DEFINIR la posición ideológica y políticade los comunistas, Carlos Marx y Federico En-gels puntualizaron en el Manifiesto del PartidoComunista: «Los comunistas sólo se distinguende los demás partidos proletarios en que, poruna parte, en las diferentes luchas nacionalesde los proletarios, destacan y hacen valer losintereses comunes a todo el proletariado, inde-pendientemente de la nacionalidad; y, por otraparte, en que, en las diferentes fases de desa-rrollo por que pasa la lucha entre el proleta-riado y la burguesía, representan siempre losintereses del movimiento en su conjunto... teó-ricamente, tienen sobre el resto del proletaria-do la ventaja de su clara visión de las condi-ciones, de la marcha y de los resultados gene-rales del movimiento proletario»1.

Estas palabras, que fueron escritas cuandoapenas había surgido el movimiento comunistainternacional, mantienen toda su vigencia y ex-presan lo esencial. Los comunistas, al lucharpor las necesidades inmediatas de los obreros,ven las perspectivas y defienden los interesesdel movimiento en su conjunto. La ideologíacon la que están pertrechados pone al descu-bierto el cuadro general de las interconexionesy contradicciones propias de la sociedad explo-tadora, el de las posibilidades, condiciones yobjetivos de la lucha de clases. El partido delos comunistas cumple una función doble: in-culcar la conciencia socialista en el movimientoobrero y orientar las acciones de las masas porun mundo nuevo, por un mundo mejor. Comoseñalara Marx: los filósofos no han hecho másque interpretar de diversos modos el mundo,pero de lo que se trata es de transformarlo.En nuestro siglo, el marxismo se ha desarrolla-do en el marxismo-leninismo, elemento de enla-ce en la lucha mundial de los partidos comu-nistas, que da a esta lucha cohesión y unamayor eficacia.

El problema del papel de la teoría revolucio-naria fue elaborado a fondo por Lenin en suobra ¿Quiénes son los «amigos del pueblo» ycómo luchan contra los socialdemócratas?, enla cual se expone que la lucha por eliminar el

1 C. Marx, F. Engels. Obras Escogidas, en dos tomos.Ed. en lenguas extranjeras, Moscú, t. I, pp. 34-35.

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sistema de explotación capitalista es posible so-bre la base del marxismo, teoría que descubreel antagonismo de la sociedad explotadora ydemuestra su carácter transitorio. La tarea di-recta de nuestra teoría consiste «en dar unaverdadera consigna de la lucha, es decir, saberpresentar objetivamente dicha lucha como pro-ducto de determinado sistema de relaciones deproducción, saber comprender la necesidad deesa lucha, su contenido, el curso y las condi-ciones de su desarrollo»2.

Así pues, el marxismo-leninismo no es unaconcepción del mundo pasiva ni indiferente,sino que revela el carácter transitorio de lassociedades de clases y establece que la claseobrera es una fuerza motriz, cuya misión con-siste en edificar un régimen social sin clases,el régimen socialista. Al mismo tiempo, el mar-xismo-leninismo es la ciencia de las leyes sobrela naturaleza y la sociedad.

La ideología marxista no es algo estático,dado de una vez y para siempre. El partido dela clase obrera debe tener en cuenta el desa-rrollo político, debe combatir las corrientesideológicas dominantes en la sociedad capita-lista y, a la vez, partiendo del nivel de concien-cia de los trabajadores, despertar en ellos ladisposición a la lucha.

En la práctica ideológica del partido de laclase obrera lo decisivo continúa siendo si tienelugar una adaptación oportunista a los ánimosy al nivel de conciencia existentes en el mun-do del capital, o bien si se intenta desarrollarcon la debida flexibilidad la conciencia de lasmasas sobre la base de una orientación de prin-cipios, movilizándolas a la defensa y el logrode sus propios objetivos. Analicemos estas ten-dencias opuestas en la evolución ideológica apartir de la experiencia de nuestro país.

Para la praxis oportunista es típica la líneade conducta seguida por la socialdemocraciaaustríaca después del colapso de la monarquíade los Habsburgo en 1918. En un contexto quese caracterizaba por los crecientes ánimos re-volucionarios de las masas, inspiradas en laGran Revolución de Octubre y en las insurrec-

2 V. I. Lentn. Obras Completas. Ed. Cartago, BuenosAires, 1969, t. I, p. 346.

clones de Baviera y Hungría, el Partido ObreroSocialdemócrata de Austria (POSDA), gracias auna buena dosis de radicalismo verbal, supoconservar la confianza de las masas que vincu-laban sus esperanzas revolucionarias a la polí-tica de este partido.

A ello contribuyó la situación política de aquelentonces. Los líderes del POSDA pasaron a en-cabezar el Estado. El máximo dirigente del par-tido, Karl Seitz, se convirtió en el primer Pre-sidente de la República Austríaca; Karl Renner,en jefe de Gobierno, y Otto Bauer, en Ministrodel Exterior. Todo esto creó la impresión deque estaba garantizada la victoria de la trans-formación revolucionaria de la sociedad. OttoLeichter, analista socialdemócrata, señalará contono de crítica: «Infortunadamente, la social-democracia austríaca no utilizó su poder contralos partidos burgueses y los cuadros de la con-trarrevolución cuando controló todo el poderpolítico revolucionario y cuando, además deella, no existía ninguna otra fuerza política or-ganizada»3. Mas, esto ni siquiera entraba en losplanes de la dirigencia socialdemJcrata, porcuanto el auge revolucionario de las masas leinfundía más temor que las fuerzas reacciona-rias que obraban con disimulo.

Al principio, la marcha de los acontecimien-tos parecía indicar que era correcto el caminoelegido por los líderes socialdemócratas. En laselecciones de 1923, el POSDA obtuvo 1,3 millo-nes de votos, lo que permitió a Bauer declarar:«¡Con 300 mil votos más y en Austria habrá ungobierno constituido exclusivamente por social-demócratas!»4.

Una combinación muy ilustrativa de radica-lismo verbal e ilusiones encontramos tambiénen el Programa de Linz del POSDA, que fueraadoptado en 1926 y postula lo siguiente: «Sólosi la clase obrera está suficientemente prepara-da para defender la república democrática fren-te a toda contrarrevolución monárquica y fas-cista, y el ejército y otros cuerpos armados delEstado defienden la república incluso en el casode que el poder pase a manos de la clase obreracomo resultado de una decisión tomada por su-fragio universal, sólo entonces, la burguesía noosará sublevarse contra la república y, por con-siguiente, s^lo entonces la clase obrera podráconquistar y ejercer el poder del Estado a tra-vés de la democracia»5.

«Sólo entonces», afirma el Programa con unmatiz de vigilancia revolucionaria. Más aún, es-boza la alternativa a la vía pacífica —la «gue-rra civil»—, si las condiciones llegaran a serdesfavorables. Y, por último, subraya: «Pero sila burguesía se resiste a las transformacionessociales que se plantearía el poder político dela clase obrera, y recurre a una socavación sis-temática de la vida económica, a la oposiciónviolenta y a la conjura con las potencias contra-

3 O. Leichter. Glanz und Ende der Ersten Republlk.Wien, 1964, S. 20.

4 Ibld., S. 36.5 Protokoll des sozialdemokrattschen Partettages 1926.

Wien, 1926, S. 175.

rrevolucionarias extranjeras, la clase obrera severá obligada a quebrar la resistencia de la bur-guesía a través de la dictadura»6.

Sin embargo, el curso real de los aconteci-mientos resultó diametralmente opuesto. Comoera de prever, la burguesía no tuvo miedo deutilizar la violencia, y las fuerzas armadas semostraron dispuestas a obedecerle. En julio de1927, un año después del Congreso que el POSDAcelebrara en Linz, la policía de Viena abriófuego y dispersó una multitudinaria manifesta-ción, concentrada frente al Palacio de Justicia.Pero la socialdemocracia no llamó a la guerracivil. Otto Leichter pregunta: en verdad, «¿ha-bría sido un suicidio entablar el combate enaquella época de auge del movimiento obreroaustríaco, si más tarde, en 1934, el partido, alverse atenazado entre la Italia fascista ya for-talecida y la Alemania hitleriana, y despuésde cuatro años de dessmpleo masivo, se vioobligado a aceptar la última y decisiva batalla?»7.

Sin embargo, tampoco en 1934 el POSDA seatrevió a dar la batalla decisiva. Aún más, fueen aquel período, precisamente, cuando se de-jaron sentir las consecuencias de la mencionadacontradicción entre el radicalismo de palabra yla política capituladora, entre la ideología declase y el accionar oportunista. A la lucha selanzaron los afiliados a la Schutzbund, educa-dos en un espíritu revolucionario de clase, quie-nes fueron apoyados por los comunistas y otrossectores obreros que se inspiraban en las ideasdel socialismo. En cambio los dirigentes social-demócratas no movilizaron al partido, ni llama-ron a la huelga general. Los combates les to-maron de sorpresa. Pero las posibilidades deéxito habían sido perdidas hace ya varios años,particularmente en 1933, cuando se presentó laúltima oportunidad de utilizar la disolución delparlamento como señal para la resistencia ge-neral.

Toda la historia anterior de Austria es la his-toria de la lucha de clases. Desde luego, estepostulado de principio se refiere también a lalucha contra la ocupación de nuestro país porla Alemania hitleriana. Sin embargo, a los co-munistas austríacos nos ha sido siempre ajenoel dogmatismo en la esfera de la teoría. Lavinculamos con la experiencia y los ánimos dela población. Aquí nos encontramos frente a unejemplo diferente de evolución ideológica: sinrenunciar a los principios.

Durante la guerra, los líderes «socialistas re-volucionarios» en la emigración exhortaban porla radio británica a la revolución pangermanay la lucha por una Europa socialista. Con apa-rente consecuencia ideológica no tomaban encuenta la etapa de lucha por la independencianacional de Austria. Los comunistas, por el con-trario, movilizaban a los diversos sectores dela población para el logro de este objetivo. Losaustríacos conocieron, por experiencia propia,lo que eran la ocupación, las privaciones, el

6 Ibfd., S. 176.7 O. Leichter. Op. cit, S. 55.

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terror y la guerra, vieron las consecuencias ca-tasfróficas que el íascismo germano trajo alpaís. El rechazo a todo cuanto era alemán sefue convirtiendo en un fenómeno general, a me-dida que la gente iba tomando conciencia deser austríaco.

Precisamente los comunistas comprendieronla fuerza unificadora de lo que entonces erauna conciencia nacional muy vaga y emotiva.Siendo de señalar que se basaron en estudiosque habían empezado ya en los años 30 con elfin de fundamentar científicamente la idiosin-crasia nacional de Austria y contribuir a la for-mación de nuestra conciencia nacional. En lalucha contra el fascismo, las más diversas agru-paciones, tanto dentro del país como en loscampos de concentración, se cohesionaron entorno a la meta de reconstituir una Patria inde-pendiente, soberana y democrática; surgierontambién formaciones armadas austríacas en lasunidades guerrilleras yugoslavas.

La base ideológica sobre la cual se reconsti-tuyó nuestro país después de la derrota de laAlemania hitleriana fue la conciencia nacionalque, con el apoyo oficial, contribuyó a elevarel prestigio de Austria en la arena internacio-nal. La población de nuestra república se iden-tificaba cada vez más con la nación austríaca.Hertha Firnberg, que fuera Ministra de Cienciasen el Gobierno de Bruno Kreisky, escribe: «Sien 1956 apenas la mitad de los austríacos con-sideraba que Austria era una nación, a media-dos de los años 60, el 70% compartía dichaopinión y, en 1970, el 82%. De acuerdo con laúltima encuesta, realizada en 1980, esta propor-ción alcanzaba ya el 86%»8.

Desde luego, el éxito vino tan rápidamentetan sólo porque los argumentos de los comunis-tas fueron reforzados por la dura experienciaque la gente había acumulado durante las dé-cadas pasadas. Hertha Firnberg escribe a con-tinuación: «Si la Primera República fue un"Estado al que nadie quería", la Segunda Re-pública llegó a ser un "Estado al que todosquerían"». Y, en efecto, como Estado indepen-diente y neutral, Austria se convirtió en un fac-tor de la distensión en Europa. El Partido Co-munista de Austria, con su política perspicaz,hizo un aporte sustancial a este desarrollo.

DESPUÉS DE 1945, en nuestro país se confi-guró un cierto paralelismo con el año 1918,aunque en otras condiciones y formas. Surgie-ron grandes posibilidades de crear sobre basesantifascistas un sistema estatal dominado porla clase obrera. Sin embargo, también en estaocasión, los conductores del Partido Socialistade Austria (PSA) vieron su enemigo principalno tanto en los opresores fascistas de ayer,cuanto en el potencial revolucionario del movi-miento obrero, y al que trataron de apaciguary desviar de las tareas fundamentales. Tambiénaprovecharon su propia influencia en el Estadoy la economía para fomentar ideas ilusorias en

» Die ZuTcunfí, JHnner 1986, S. 30.

la gente. Los dirigentes del PSA lograron des-valorizar a los ojos de la clase obrera los prin-cipios esenciales de la ideología socialista ysuplantarlos con la ideología de la «copartici-pación social» sobre la base del capitalismo.

Durante un período relativamente largo, a lacabeza de Austria estuvo un Gobierno de coali-ción compuesto, en proporciones aproximada-mente iguales, por el Partido Popular [burgués)y el Partido Socialista. A los obreros les incul-caban la idea que, por esla razón, Austria eraya, a medias, un país socialista. Y, en verdad,el capitalismo parecía invisible por cuanto lasgrandes empresas no funcionaban, mientras quemuchas esferas económicas habían pasado aser propiedad del Estado. Pero, las medidasque se tomaban en el país tenían el objetivode restablecer más rápidamente-el capitalismo.A ello contribuyó, asimismo, el Plan Marshall.Amplios sectores de la clase obrera se dejaronconvencer de que el poder estaba en manos dela socialdemocracia, que actuaba, supuestamen-te, en interés suyo.

También dio sus frutos la pérfida táctica delos socialdemócratas que incriminaban a lasautoridades de ocupación los resultados pocosatisfactorios de la política económica, y di-rigían contra ellas, en primer lugar contralas autoridades provisionales soviéticas de ocu-pación, el descontento de la gente. La salidasalvadora a esta situación no la veían en lalucha de clases contra el Partido Popular, sinoen las acciones conjuntas contra las tropas ex-tranjeras que estuvieron estacionadas en el paíshasta la firma del Tratado de Estado. La llama-da «lucha por la liberación» fue publicitadacomo tarea prioritaria. A la postre, empezarona hablar de la comunidad de intereses tambiénen la esfera económica.

Así se echaron las bases de la ideología dela «coparticipación social», la cual se desarro-lló en las décadas posteriores y se afianzó enAustria como ideología dominante. Para hacerlamás convincente, especularon hábilmente conlos éxitos obtenidos en el restablecimiento dela economía austríaca arruinada por la guerra,a lo cual contribuyó, asimismo, la coyunturainternacional favorable. En vista del mejora-miento tangible del nivel de vida, no fue difícilhacer creer a las masas trabajadoras que estedesarrollo era resultado de la colaboración prác-tica de las clases en el marco de la «coparti-cipación social». Las amplias medidas adopta-das en el ámbito de la nacionalización acen-tuaron aún más estas ilusiones entre las masas.

De esta manera, la lucha ideológica en elseno del movimiento obrero austríaco se des-plazó a un nuevo plano. Al caracterizar las ta-reas de los comunistas, el Programa del PCAaprobado en 1982 señala: «Los comunistas, queluchan contra todas las formas de conciliaciónde clases, se pronuncian con toda energía porque cese la "coparticipación" antinatural conel capital. La superación de ésta por el moví-

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miento obrero constituiría un cambio profundo,un viraje en la historia de nuestra patria»9.

En Austria el capitalismo monopolista de Es-tado también se ve afectado por los fenómenosque acompañan a la crisis. Hoy, los obrerosprestan gran atención a lo que dicen los comu-nistas. En un contexto de creciente desempleo,el PCA defiende la creación de puestos de tra-bajo. Sin embargo, se opone a las tendenciasque buscan soluciones sacrificando los salariosy las condiciones de trabajo, y rechaza los in-tentos de mantener un determinado nivel deocupación despidiendo a los obreros extranjeros,aunque tal enfoque tenga eco en ciertos medios.Nuestro partido se pronuncia por la adopciónde medidas anticapitalistas, el mejoramiento dela capacidad adquisitiva de las masas, la reduc-ción de la jornada laboral, una mayor indepen-dencia del comercio exterior frente ;i la Comu-nidad Económica Europea, etc. Al exigir aumen-tos salariales y una reforma del sistema tribu-tario, llamamos la atención sobre el perjuiciocausado por la cooperación entre las clases yprocuramos que la gente comprenda la nece-sidad de la lucha de clases.

La brega política presupone tácticas flexiblesy habilidad para saber aprovechar cada situa-ción en interés de la clase obrera, de los traba-jadores. Es importante partir siempre del gradode madurez política y del nivel de concienciade nuestros aliados. El PCA aspira a cooperarcon las fuerzas democráticas en la lucha contratoda manifestación de neonazismo y en defensade la democracia. Persigue el objetivo de lograrla máxima amplitud política del movimiento porla paz y se pronuncia por una política de neu-tralidad más independiente de las influenciasimperialistas. Con la experiencia adquirida enaños de lucha, los participantes en este movi-miento ven mejor la diferencia que existe entreel imperialismo y el socialismo en la cuestiónde la paz.

La diversidad de la vida social exige constan-temente soluciones concretas que, a primeravista, pueden parecer un menosprecio a los prin-cipios ideológicos porque abordan objetivos par-ticulares, transitorios, y toman en consideraciónlos intereses de los aliados y la resistencia queopone el enemigo de clase, etc. En la luchacontra el capital y la reacción, el Programa denuestro partido exhorta a lograr «la máximaunidad en torno a cuestiones concretas, inde-pendientemente de las divergencias ideológicas».Pero, al mismo tiempo, subraya inequívocamen-te: «así como los comunistas no presentan con-diciones previas, tampoco aceptan que les pre-senten condiciones previas. En interés de launidad combativa contra el capital, no puedenrenunciar al derecho de criticar aquello queperjudica o debilita esta unidad, aquello quedesvía o puede debilitar su orientación anti-capitalista»10.

En el seno de nuestro partido, esta orienta-9 Sozialismus in Osíerreichs Farben. Programm der

Kommunístischen Panel Osterrelchs. Wien, 1982, S. 24.10 Ibld., S. 38.

ción no siempre se consideró indiscutible. Enuna época, los revisionistas esperaban lograrun acercamiento con el Partido Socialista a tra-vés de concesiones ideológicas. Así, en su tiem-po, Ernst Fischer escribió en el órgano teóricodel PCA: «la ideología no es un conocimientocientífico del mundo, sino, como la definieraMarx, la "falsa conciencia", la imagen del mun-do reflejada en un espejo mágico»11. En estecaso, la ideología burguesa —cuya tarea es di-fuminar y embellecer el carácter explotador delas relaciones capitalistas de producción, encu-brir las contradicciones en la sociedad de cla-ses—, una ideología que, de esta manera, creauna falsa conciencia, fue equiparada a la mun-dividencia de la clase obrera, que se basa enel análisis científico de la sociedad capitalistay revela su carácter transitorio.

Semejantes puntos de vista no son sino unremanente del objetivismo contemplativo. Eneste caso, se ignora totalmente el contenidoconcreto y el significado del conocimiento mar-xista-leninista como guía para la acción revo-lucionaria. La naturaleza científica del marxis-mo-leninismo se manifiesta en el hecho de quefundamenta la teoría y la táctica de la luchade clase del proletariado y orienta a la claseobrera al derrocamiento del capitalismo y laedificación del régimen social socialista. Ade-más, en el socialismo se dan las premisas másfavorables para que la ideología socialista seacientífica, por cuanto los intereses de toda lasociedad coinciden con las pautas de desarrollodeterminadas por la ciencia, aunque, desde lue-go, nada garantiza un eventual atraso de laconciencia social respecto a la etapa alcanzadaen la vida social.

El hecho de que los criterios predicados porFischer y sus acólitos llegaran a constituir unproblema para el PCA, se debió asimismo a lapoderosa influencia de los medios burgueses deinformación social. Movidos por su afán de ase-gurar la superioridad ideológica de la clase do-minante, no vacilaron en intervenir en la polé-mica entre los marxistas-leninistas y los revi-sionistas. Jamás antes las clases dominantestuvieron a su disposición medios tan amplios,masivos y refinados para manipular la concien-cia de la gente. Jamás antes a estos medios—desde el teatro, las instituciones educaciona-les, los libros y otras publicaciones hasta laradio y la televisión— se les concedió tan in-menso poder, que fue utilizado inescrupulosa-mente para defender los pilares de la sociedadde clases. Esto explica, en parte, por qué enAustria los comunistas, aunque sus objetivossociales y políticos son científicamente funda-mentados, van extendiendo muy lentamente laesfera de influencia de sus puntos de vista. Lademagogia de la «coparticipación social» tienehoy una incidencia más fuerte que en el pasado.

En el artículo «La televisión reemplaza a lacensura», publicado en Die Zeit, semanario bur-gués de Hamburgo, se reproducen las siguien-

a Weg una Zlel, Mal 1965, S. 353.

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tes palabras de Neil Postman, un analista norte-americano de los medios de comunicación so-cial: «Cuando un pueblo se deja distraer contrivialidades, cuando la vida cultural se midecon nuevos criterios —como una serie intermi-nable de actividades recreativas, como una gi-gantesca fábrica de recreaciones—, cuando losdebates públicos se convierten en palabrería hue-ra, cuando los ciudadanos se convierten en sim-ples espectadores y sus asuntos públicos se de-gradan hasta el nivel de un espectáculo de va-riedades, la nación está en peligro y la muertede la cultura es ya una amenaza real». Estaaseveración se ilustra con el ejemplo de la tele-visión: el problema central no reside en los pro-gramas recreativos en cuanto tales, sino en elhecho de que se dan como un entretenimiento,formando de esa manera otras esferas de lavida. «La televisión —escribe otro analista bur-gués— hace que el espectador sea cada vezmenos capaz de distinguir entre lo real y loirreal, entre lo interno y lo externo, entre loconocido y lo sugerido»12.

En otros términos, la sociedad capitalista, quetanto se enorgullece de su pluralismo, fomentaen realidad una mentalidad burguesa uniforme.Los comunistas deben contrarrestar enérgica-mente semejante manipulación de la concienciade las masas. Por eso es tan importante lucharen defensa de nuestra ideología, la ideologíamarxista-leninista. Lenin no admite en este casola más mínima concesión. En su obra ¿Quéhacer? escribe con claridad meridiana que nocabe ningún compromiso entre la ideología bur-guesa y la ideología socialista: «No hay términomedio ( . . .jamás puede existir una ideología almargen de las clases ni por encima de éstas).Por eso, todo lo que sea rebajar la ideologíasocialista, todo lo que sea alejarse de ella, equi-vale a fortalecer la ideología burguesa»13.

AL ESTUDIAR LA HISTORIA del Partido Co-munista de la Unión Soviética, causa verdaderaimpresión ver cómo, a lo largo de decenios depobreza, de guerra civil y de hostilidad imperia-lista, así como durante la edificación socialista,la segunda guerra mundial y los años de la«guerra fría», el partido mantuvo su fidelidada los principios ideológicos. Y todo esto a pesarde que tuvo que concentrarse en el cumplimien-to de tareas políticas corrientes, en un contex-to que no favorecía la aproximación a los idea-les socialistas.

Se debe tener en cuenta que también hoy losesfuerzos que la Unión Soviética y otros paísessocialistas se ven obligados a hacer en la esferade la defensa, a fin de oponerse a la agresivi-dad de las potencias imperialistas, en modo al-guno contribuyen a materializar a plenitud losobjetivos socialistas. Los Estados de la comuni-dad socialista afrontan, asimismo, problemasengendrados por las secuelas políticas del pa-

12 Die Zelt. 18 Oktober 1985, S. 73-74.13 V. I. Lenin. Obras Completas, 2a ed., Cartago, Buenos

Aires, 1969, t. V, pp. 439-440.

sado, por la estructura demográfica y económi-ca, por las presiones externas. Se sabe tambiénque las tareas políticas corrientes en los paísesdel mundo nuevo no siempre fueron abordadasde acuerdo con la orientación ideológica funda-mental: hubo errores y fallas. Nosotros sabemosque los partidos hermanos de estos países losevalúan con un espíritu autocrítico, sacan laslecciones pertinentes del pasado y están resuel-tos a materializar más plenamente los idealessocialistas. Tal actitud es importante para elu-cidar el concepto de socialismo real en nuestraactividad ideológica.

Problemas nada fáciles crean, a su vez, lasolidaridad y la ayuda a los movimientos deliberación nacional y a los pueblos que se hansacudido el yugo colonial. Hay quienes pien-san que esta ayuda, incluyendo la que se prestaen armas para repeler las agresiones imperia-listas y consolidar la independencia, está enpugna con la orientación general de salvaguar-dar la paz. La opinión pública en los paísescapitalistas no siempre puede ver que las me-didas adoptadas por los países socialistas sonnecesarias y justas. Y de esto se vale la pro-paganda antisoviética. A veces es difícil expli-carse, si no se toma en cuanta la perspectivahistórica, la razón de tales o cuales decisionespolíticas, y comprender que ellas, lejos de con-tradecir, corresponden a la ideología socialista.Por ejemplo, la ayuda a Afganistán se inscribeen la misma línea de vanguardia de la luchaantimperialista, que la solidaridad con el pue-blo de Vietnam y otros pueblos en su batallarcontra la agresión imperialista.

Desde luego, en la lucha política de clasesque se desarrolla a nivel mundial, el enemigoexagera y tergiversa las dificultades que en-frenta la comunidad socialista. La propagandaburguesa utiliza por todos los medios la faltade información y las debilidades ideológicas denuestro movimiento. La guerra psicológica eideológica que sostiene el capitalismo, está im-pregnada de anticomunismo. Sus más sórdidosespecímenes son propalados por la radio y latelevisión, por el cine y la prensa sensaciona-lista. Películas de mala calidad, como «Rambo»o «Rocky», incitan a cierta gente, especialmentea los jóvenes, a cometer excesos antisoviéticos.«Rocky» pinta el modo de vida soviético concolores tan negros que incluso la conservadoraWall Street Journal considera que este filme esproducto de la psicología de la «guerra fría».El anticomunismo se ha infiltrado también enla publicidad, que inculca nociones primitivasy repelentes sobre los países socialistas, nocio-nes como aquella del «imperio del mal» inven-tado por Reagan. Esto explica, en particular,por qué la gente aún cree en el infundio de las«dos superpotencias» y el «imperialismo sovié-tico».

La Austria neutral cumple determinadas fun-ciones en la «guerra psicológica». Los partidosprogubernamentales justifican su anticomunis-mo alegando pertenecer al sistema social «de

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Occidente». Puede decirse que ellos recurrenal freno ideológico para contrarrestar la neutra-lidad de nuestro país en política exterior. Másaún, los medios de información de Austria tie-nen la misión —que les fue impuesta no sólopor el Gobierno, sino también por presiones delas principales potencias imperialistas— de in-fluir ideológicamente, y en determinada direc-ción, en los países socialistas vecinos. Con unenvoltorio aparentemente inofensivo de objeti-vidad y neutralidad, les ofrecen el veneno delanticomunismo, que tiene mayor impacto cuandoestos Estados enfrentan graves problemas, comoocurrió en Hungría en 1956, en Checoslovaquiaen 1968 y en Polonia a comienzos de los años 80.

El rumbo hacia la «guerra fría» es peligrososobre todo ahora, en el contexto de la luchauniversal por la paz. Sin embargo, una barrerapoderosa que se interpone en el camino de to-dos cuantos atizan el odio en las relacionesentre los pueblos, es la fuerza de atracción dela¡ comunidad socialista y de su política exteriorinspirada en los principios de la coexistenciapacífica. Esta política también tiene ecos posi-tivos en los países capitalistas. Pues, el ejem-plo del socialismo realmente existente demues-tra que la lucha por liberar al hombre de laexplotación y la opresión, así como por erradicartoda forma de discriminación según la raza, lareligión, el sexo o la nacionalidad, está vincula-da estrechamente a una política de paz en lapalestra internacional.

Un tema permanente de la propaganda anti-soviética son el poderío del Ejército Soviético,sus armas nucleares, sus cohetes SS-20 y susmisiles intercontinentales. Sin embargo, las últi-mas propuestas de la URSS sobre desarme ydistensión, que fueron presentadas tan convin-centemente por el camarada Mijaíl Gorbachov,indican que hoy, como ayer, la Unión Soviéticaconsidera que su misión es salvaguardar la pazmundial. Las prioridades político-militares for-zosas, que están ligadas a la búsqueda de com-promisos en aras de preservar la paz, no signi-fican concesiones ideológicas.

Esta posición encontró su reflejo en la nuevaredacción del Programa del PCUS, que puntua-liza: «Desde el punto de vista de las condicio-nes internas, nuestra sociedad no necesita ejér-cito. Sin embargo, mientras existe el peligrode guerras agresivas y conflictos bélicos provo-cados por el imperialismo, el Partido dedicaráfi ja atención a reforzar el poderío defensivo dela URSS y su seguridad.. .»14.

Otro ejemplo de esa fidelidad a los principiosideológicos es aquel capítulo del Programa queanticipa el futuro del Estado soviético: «Con-forme maduren las premisas económicas, so-ciales e ideológicas indispensables, se incorpo-ren todos los ciudadanos a la administración,con la existencia de adecuadas condiciones in-

M Programa del Partido Comunista de la Unión Sovié-tica. Nueva redacción. Boletín de Información, J* 9, Ter-cera edición, Ed. Internacional Paz y Socialismo, Praga,1986, p. 52.

ternacionales, el Estado socialista, como lo se-ñalara Lenin, se convertirá paulatinamente enforma de tránsito "del Estado al no Estado".La actividad de los órganos estatales tomará uncarácter no político, desaparecerá gradualmentela necesidad del Estado como institución polí-tica especial»15.

En una palabra, la fidelidad a la doctrinamarxista-leninista significa desarrollarla con unespíritu creador y fundamentar las vías paraplasmar los ideales socialistas de la clase obre-ra, tomando en consideración la situación his-tórica concreta.

EN VISTA DE LOS PELIGROS que amenazanla paz, pensamos que sería muy importante paralos comunistas analizar colectivamente la situa-ción internacional y elaborar una orientaciónpara las acciones conjuntas. La última vez estosucedió en 1976, cuando los representantes delos partidos comunistas y obreros de Europa sereunieron en Berlín. En el documento final deeste encuentro se subraya la importancia de lapolítica de coexistencia pacífica y se señalaque ella crea «las mejores condiciones para eldesarrollo de la lucha de la clase obrera y detodas las fuerzas democráticas, para afincar elinalienable derecho de cada pueblo a elegiry emprender libremente su vía de desarrollo,para la lucha contra la dominación de los mo-nopolios, por el socialismo»15. Hoy sabemos quela política que sigue Reagan, hacia la confron-tación y la carrera armamentista, se explica,y no en último lugar, por la influencia que lapolítica de paz y distensión internacional ejerceen el progreso social. La respuesta del impe-rialismo es la revancha social.

En esta situación es importante continuarestudiando y desarrollando nuestra ideología,la ideología marxista-leninista, que asegura lacoordinación de las acciones y cohesiona a lospartidos comunistas. La elaboración colectiva yel desarrollo de la doctrina de Marx, Engels yLenin es obra de los esfuerzos mancomunadosde los partidos hermanos, que se fundamentanen la experiencia y los conocimientos de lascondiciones específicas de sus respectivos paí-ses. Este espíritu colectivo está llamado a des-tacar y defender, diciéndolo con las palabrasya mencionadas del Manifiesto del Partido Co-munista, «.. .los intereses comunes a todo elproletariado, independientemente de la nacio-nalidad».

Hoy, cuando la confrontación entre el socia-lismo y el capitalismo hace necesario intensifi-car la interacción de las fuerzas antimperialis-tas, cuando se hace cada vez más estrecha lainterconexión entre esta confrontación y la lu-cha de clases en cada país por separado, ad-quiere especial importancia el trabajo colectivode los comunistas en la esfera de la ideología.

W Ibfd., p. 26.16 Conferencia de partidos comunistas y obreros de

Europa. 1977. Boletín de Información, Na 12, Ed. Interna-cional Paz y Socialismo, Praga, 1976, p. 6.

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VIDA PARTIDARIA

A TONO CON LOSIMPERATIVOS DE LA ÉPOCA

GERD DEUMLICH,miembro del Presidium y del Secretoriadode la Dirección del Partido Comunista Alemán (PCAj

EL VIII CONGRESO del PCA transcurrió bajo elsigno del centenario del nacimiento de ErnestoThalmann. Se celebró en mayo último en Ham-burgo, ciudad donde nació, y no simplemente pararendir un tributo formal con motivo de esa efemé-ride. sino por consideraciones llenas de un sentidoprofundo. En nuestros días, que exigen del partidocomunista saber responder a los numerosos interro-gantes nuevos que plantea la vida política, socialy espiritual de un país tan altamente desarrolladocomo la República Federal de Alemania, el PCA hadado pruebas de su sólida conexión con las tradi-ciones del movimiento obrero revolucionario alemán.Por cierto -que todo no se redujo a las reminiscen-cias retóricas evocadas por el pasado glorioso. Lafidelidad a los principios que forman la esenciade los legados de Thalmann —correspondencia dela política nacional con los intereses de la claseobrera, internacionalismo proletario, alianza indiso-luble con la Unión Soviética y el mundo socialista—es una condición imprescindible para la actividadcreativa del partido, acorde con el espíritu de laépoca. Estas son nuestra experiencia segura y labase vital de nuestro rumbo.

El lema del VIII Congreso —«Por una nueva po-lítica: un mundo exento de armas nucleares y tra-bajo para todos»— expresa las necesidades más im-periosas del pueblo. En el Informe de la Direccióndel partido, presentado ante más de 800 delegados(con voz y voto y sin el derecho a votar) e invita-dos al Congreso por el Presidente del PCA, HerbertMies, se destacan a primer plano las tareas cen-trales de la etapa contemporánea. En las Tesis delCongreso tituladas «Nuevas cuestiones de la luchapor la paz y el trabajo, por un viraje democrático»se analizan circunstanciadamente los procesos de

la vida internacional e interior. Las respuestas da-das a los problemas nacientes pertrechan al par-tido de armas ideológica y política. Ambos docu-mentos, el Informe y las Tesis, fueron aprobadospor consenso. Se adoptaron unánimemente variasresoluciones especiales sobre diversos aspectos dela labor del partido.

LA COYUNTURA MUNDIAL y la situación de nues-tn¿ país son tales que, por muchas y multifacéticasqut> sean nuestras tareas actuales, la lucha por lapaz es la obra principal de los comunistas. Al par-ticipar en ella, el PCA actúa en unas circunstanciascaracterizadas, de un lado, por la tirantez, el creci-miento real de los peligros implicados en la polí-tica imperialista de carrera de los armamentos yde confrontación, y de otra parte, por la concien-cia, muy difundida ya, de que es posible eliminaresos peligros.

El VII Congreso del PCA (enero de 1984) se inau-guró varias semanas después de que el imperialis-mo estadounidense, con el activo apoyo del Gobier-no federal procediera al emplazamiento de misilesPershing-2 en nuestro país. El movimiento pro pazabarcó a millones de personas en toda la República,pero no pudo conseguir su objetivo: impedir lainstalación del arma nuclear de primer golpe. Esemovimiento, entre cuyos participantes son muchísi-mos los que no tienen la experiencia suficientepara hacer frente al militarismo y a la política deguerra, se vio entonces en trances difíciles. Loscírculos gobernantes vaticinaban que iba a agonizar.Sin embargo, el PCA orientó a proseguir la lucha.

En el VII I Congreso pudimos hacer constar elacierto de esa orientación. El movimiento por lapaz, después de experimentar cierto descenso quesiguió a su auge, ha pasado a ser mucho más am-plio y ha adquirido formas constantes. H. Mies pudodeclarar: «Es un fenómeno nuevo e importante ennuestro país la aproximación del movimiento obrerocon el movimiento en defensa de la paz. Entre lospartidarios activos de la paz figuran diversos gru-pos profesionales, pedagogos, médicos, artistas, ju-ristas y, ante todo, científicos e intelectualidad téc-nica. Como antes, están ampliamente representadosen el movimiento pro paz los creyentes, deportistas,mujeres y jóvenes. Abarca no sólo el PSDA sinotambién los círculos de pensamiento realista delPDL y la UDC.. . El movimiento pro paz ha alteradofundamental e irreversiblemente el paisaje políticoen la República Federal, y su tarea principal hacede él, aún más que antes, un movimiento de lamayoría del pueblo».

Tanto las conclusiones del Informe como la dis-cusión sostenida en el Congreso han reflejado diá-

fanamente la vigorizaclón real de las posiciones yel reconocimiento del papel de los comunistas enese movimiento, el enriquecimiento de nuestra ex-periencia debido a la actividad práctica en favorde la paz.

Este desarrollo se explica, claro está, no sólopor la necesidad de dar una réplica al nuevo retolanzado por los promotores imperialistas de la ca-rrera armamentista. Es importante que los partici-pantes en el movimiento, lejos de desesperarse, sehayan alzado para hacer frente a la amenaza agra-vada que implican, ante todo, el proyecto reaganistade militarización del espacio cósmico ( IDE) y laadhesión precipitada a la misma del Gobierno fede-ral. El alineamiento de las fuerzas sociopolíticasen la RFA se distingue por dos circustancias.

Es cada vez más evidente que sólo un pequeñogrupo, representante de las fuerzas más reacciona-rias del imperialismo de la RFA, se orienta a pres-tar el apoyo incondicional al imperialismo norte-americano, subordinando los destinos del país a undictado aventurero. Entre los opuestos a la partici-cipación en la IDE figuran incluso algunos círculosinfluyentes del gran capital.

La base de la resistencia al engendro demencialmás reciente de la carrera de armamentos imperia-lista se ha extendido en comparación con el períodoen que fue objeto del enfrentamiento la instalaciónde misiles Pershing-2. Entre los factores que lopropician no es el menos importante el aumentocuantitativo y cualitativo del apoyo que se prestaa las iniciativas soviéticas de largo alcance rela-cionadas con el desarme, a los planes soviéticosde desembarazar a la humanidad del arma nuclearhacia el año 2000, de prohibir el arma química yotras armas de exterminio en masa y reducir losarmamentos clásicos. Bajo la influencia de la ofen-siva pacífica de la URSS, por una parte, y de lasacciones agresivas de EE.UU., por otra, va crecien-do el entendimiento respecto a la fuente de ame-naza bélica. La lucha por la paz cobra vigor, cuan-do las propuestas pacíficas de la URSS y las ini-ciativas similares de la RDA, dictadas por la con-ciencia de la responsabilidad, son consideradas porciudadanos de nuestro país como testimonio de quees posible la realización de sus propios anhelos.

En esas circunstancias, el Congreso del PCA, ha-ciendo hincapié en los intereses nacionales de larepública, elaboró los principios de la nueva polí-tica en lo tocante a la seguridad. Tenemos en cuen-ta que la RFA con su gran potencial económico ypeso político carga con una responsabilidad particu-lar por el mantenimiento de la paz. Sus decisionestienen incidencia considerable sobre la posición deotros Estados eurooccidentales miembros de laOTAN; el mismo Washington no puede pasar poralto el rumbo tomado por Bonn. Nuestro partidotrata de conseguir por tanto que todas las fuerzaspolíticas y sociales de nuestro país, incluyendo losmedios gobernantes, enfoquen con óptica nueva elproblema del mantenimiento de la paz.

Hoy es cada vez más obvio: en lugar de enfren-tarse, el Este y el Oeste tienen que ser partenairesen la esfera de la seguridad. Esta podrá alcanzarse,en las condiciones radicalmente cambiadas, no por

la fuerza militar sino exclusivamente por mediospolíticos. La conciencia de estas máximas, comose decía en el Congreso del PCA, deberá ser parala República federal «una inspiración para aplicaruna política exterior independiente, es decir, pací-fica y soberana». Así pues, exigimos que los círcu-los gobernantes den una respuesta constructiva alas proposiciones de la Unión Soviética y de la RDA,llamamos al Gobierno y al Parlamento a adoptaruna «Carta de la Paz» y a respaldarla inmediata-mente con acciones prácticas. El congreso las for-muló de la manera siguiente:

— influir sobre la Administración de EE.UU. yexigirle públicamente que adhiera a la propuestaconstructiva de la Unión Soviética sobre la renun-cia a todas pruebas nucleares y acepte concertarel acuerdo correspondiente;

— anular el acuerdo secreto sobre la participa-ción de la RFA en la realización del programade IDE;

— contribuir a que se retiren del territorio denuestro país los Pershing-2 ya emplazados y seaimpedido el emplazamiento de los misiles de cru-cero, haciendo de este modo un aporte a la liqui-dación de los misiles de alcance medio en Europa;

— respaldar todos los esfuerzos encaminados acrear en Europa una zona desnuclearizada de con-formidad con la propuesta de Palme ';

— hacer todo lo posible para crear en EuropaCentral una zona exenta de armas químicas, actuaren pro de la prohibición de los armamentos quími-cos y su destrucción total en el mundo entero; noautorizar nunca el almacenamiento de nuevos agre-sivos químicos norteamericanos en territorio de laRFA;

— contribuir al desarrollo consecutivo de las re-laciones de paz y colaboración con los países so-cialistas sobre la base y en el espíritu de los tra-tados y acuerdos concertados entre Estados euro-peos.

Naturalmente que el PCA, en sus intentos delograr un viraje cardinal en la política de seguridadno confía exclusivamente en una actitud más pru-dente del Gobierno. Pero quienes se manifiestanpor una política nacional de amplia resonancia nopueden negarse a presentar enérgicamente exigen-cias constructivas incluso a un Gobierno de dere-cha. Ser enérgico significa en este caso, ante todo,seguir reforzando por todos los medios el movi-miento pro paz, movilizar en grado máximo a lapoblación para que participe en todas las accionesplaneadas para el año en curso.

Al coordinar estos esfuerzos, nos encontramosuna vez más con el problema de las probabilidadesde éxito. Resolverlo es posible sólo sobre la basede orientaciones seguras y de una lucha tenaz. Laconclusión hecha por el Congreso no es en modoalguno declarativa sino realista, pues refleja eldesarrollo real de los sucesos a escala nacional einternacional: «Los comunistas de la República fe-deral pertenecemos a las fuerzas de la paz y delprogreso. Al compartir las preocupaciones y temo-

1 O. Palme: antiguo primer ministro de Suecia quemurió trágicamente a raíz de un atentado cometidoen Estocolmo en íebrero de 1986. —N. de la Red.

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res de los pueblos, no dejamos de ser optimistas,de confiar en el futuro. Estamos convencidos deque las fuerzas motrices principales del desarrollosocial de nuestra época —el sistema socialista mun-dial, el movimiento obrero revolucionario, los pue-blos emancipados del yugo colonial y los movimien-tos pro paz y democráticos— tienen todas las po-sibilidades para seguir elevando su influencia. Esta-mos convencidos de que pese a las fronteras declase y a las diferencias de los sistemas sociopolíti-cos puede crearse una coalición universal de larazón capaz de salvaguardar la paz e impedir elenf rentamiento ».

Los representantes de 58 partidos hermanosy movimientos de liberación de todos los continen-tes que intervinieron en el Congreso dieron unafirmeza aún mayor a esa convicción. En sus mani-festaciones se reflejaron tanto la gran variedadcomo la orientación única de la lucha que libranlas fuerzas revolucionarias de nuestros tiempos yel significado histórico de la misma.

La experiencia enseña de día en día cuan impor-tante es orientarse exactamente en la correlaciónde fuerzas cambiante de la reacción y el progresomundiales. De ahí dimanan el gran interés por eldesarrollo del socialismo real y las simpatías conlos éxitos y adelantos de los países socialistas. Seotorga una atención especial a los factores y lasperspectivas de aceleración del desarrollo socio-económico de la Unión Soviética, determinados porel XXVII Congreso del PCUS, así como a la conti-nuación consecuente, de conformidad con las reso-luciones del XI Congreso del PSUA, de una políticasocioeconómica coordinada en la RDA. Atendemosa todo ello al reflexionar sobre cómo debe ser nues-tro rumbo.

Es del dominio público lo mucho que significa elsocialismo para asegurar la paz y resolver los pro-blemas globales de la humanidad. Esa significaciónse puso de manifiesto durante la labor de nuestroCongreso sobre el fondo de un acontecimiento ex-traordinario. La noticia de la avería ocurrida en lacentral nuclear de Chernobil, en la URSS, alarmóa los comunistas y a vastos sectores de población,originando el sentimiento de compasión y solidari-dad con el pueblo soviético. Puesto que la políticade la RFA en materia de energía nuclear está de-terminada por los intereses de la ganancia capita-lista y por las ambiciones militares, y el aprovecha-miento de la nueva tecnología se asocia al carácterdel régimen social, se comprenderá que a los co-munistas nos importa saber qué conclusiones sacael Estado socialista de dicha avería. Produjeron unaprofunda impresión la franqueza y el carácter cir-cunstanciado de la información proporcionada a losdelegados al Congreso por el jefe de la delegacióndel PCUS, miembro suplente del Buró Político delCC del PCUS, Borís Eltsin. La intervención del re-presentante soviético correspondió enteramente alespíritu de la confianza que tenemos en la URSS,recalcando una vez más el enfoque constructivosoviético de todos los problemas de vital importan-cia para la humanidad.

Esto es tanto más importante por cuanto loscírculos reaccionarios en el Gobierno y en los me-

dios de información masiva aprovecharon la averíade la central nuclear de Chernobil para atizar lahisteria antisoviética. Se afanaron por desahuciarla comprensión, que se está generalizando tambiénen nuestro pueblo, de que la Unión Soviética es unEstado pacífico que propugna, con el sentido de laresponsabilidad, un mundo exento del arma nuclear.La declaración hecha por la Dirección del PCA envísperas del congreso, el Informe presentado al mis-mo, el discurso del jefe de la delegación del PCUSy la propia discusión no tardaron en dar una ré-plica contundente a esa campaña, E. Weber, elegidavicepresidenta del PCA, recordó las enseñanzas his-tóricas del hostigamiento anticomunista; no se pue-de permitir, dijo, que se imponga la opinión de quese ha asestado un golpe a las nociones de los co-munistas relativas al mundo del mañana.

EL VIII CONGRESO DEL PCA examinó los proble-mas acuciantes de política interior, sociales y eco-nómicos. La coalición de las fuerzas de derechaque ejerce el poder en Bonn y las uniones empre-sariales aplican una política económica que, lejosde reducir el paro forzoso que afecta a más de unmillón de personas, contribuye a la propagación deuna nueva pobreza. Han suprimido importantes con-quistas sociales de los trabajadores, y, además, sehan empeorado radicalmente las condiciones políti-cas y jurídicas de lucha de la clase obrera y delos sindicatos. Como es natural, todo eso provocóchoques violentos. Echando una mirada retrospectivadiscernimos la etapa en que se perfilaron visiblemen-te indicios de un ascenso de las acciones obreras.

En esa situación es importante que el partidoobrero marxista no se limite a sacar a luz las basesde clase y los objetivos de la estrategia del grancapital, la cual socava el tan prolongado dominiode la fe en la «coparticipación social». Los comu-nistas deben en primer lugar plantear alternativascapaces de hacer posible el paso de la defensa aun viraje en el desarrollo social. El eslabón clavees en este caso la lucha por el derecho al trabajo.

Como patentiza la experiencia, las soluciones efi-caces no son posibles sino a raíz de acciones com-bativas. Por ello sigue siendo actual la tarea deconseguir la anulación del acta parlamentaria quelimita el derecho a la huelga y la prohibiciónde los lock-out. Las reivindicaciones primordialespara el próximo período son:

— reducción de la jornada de trabajo, o sea,concretamente, paso a la semana laboral de 35 ho-ras manteniéndose intactos los salarios. Es precisotratar de conseguirlo en un enfrentamiento directocon la patronal al negociarse los acuerdos sobretarifas;

— realización de programas estatales de ocupa-ción por un monto de 100.000 millones de marcos.Hay que obligar al Gobierno a abandonar su ante-rior posición de preocuparse ante todo por el mejo-ramiento de las posibilidades de obtener ganancias,así como de las condiciones de inversión de capitales para racionalizar la producción;

— elevación de la capacidad adquisitiva de lasmasas mediante el aumento de los salarios o suel-dos que compense la reducción de los ingresos

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reales; aquí se supone también el incremento delos subsidios de desempleo, las pensiones y la asis-tencia social.

Los recursos necesarios para satisfacer dichasreivindicaciones directas pueden encontrarse si dis-minuyen los gastos en armamentos y los superbe-neficios de los consorcios. Otras propuestas cons-tructivas nuestras estipulan el crecimiento cualita-tivo de la economía, la nacionalización de las ra-mas clave de la industria, la aplicación de progra-mas tecnológicos bajo un control democrático y unaparticipación más amplia de los trabajadores en laadministración a todos los niveles de la vida eco-nómica. Planteamos también una política estructu-ral e inversionista democrática y un cambio deorientación de los vínculos económicos internacio-nales.

El PCA atribuye una importancia particular a lalucha contra el paro forzoso masivo. Testimonio deello son las alternativas concretas adelantadas porvarias organizaciones comarcales y locales del par-tido: «Programa para la región del Ruhr», «Puestode trabajo—Hamburgo», programas para los con-sorcios Siemens y Daimler Benz, para la industriadel acero, etc. En el informe al congreso se seña-laba: «Los comunistas hemos sido siempre comba-tientes de vanguardia por el empleo completo y nocejaremos nunca en esta lucha. Hemos presentadoproposiciones realistas acerca de cómo se puedehoy acabar eficazmente con el desempleo de masas.Sabemos que se logrará asegurar el empleo totalsólo cuando deje de brotar para siempre la fuenteque engendra una y otra vez el desempleo, o sea,cuando deje de existir el sistema capitalista. En laRDA socialista y en la Unión Soviética socialista,el paro no existe. Pero es obvio para nosotros queno se puede esperar la llegada de tiempos mejores,hay que conquistarlos».

El VIII Congreso tuvo todas las razones para po-ner especial énfasis en la lucha por los derechosdemocráticos. Entre los fenómenos nuevos de lavida del país figura el siguiente: la estrategia dela derecha, además de plantear la liquidación delos logros sociales, tiene por objeto restringir con-secutivamente la democracia. Ha lanzado todo unconjunto de proyectos diversos, desde la limitacióndel derecho a la huelga hasta un paquete de nuevas«leyes de seguridad». La esencia del problema nose reduce aquí a poner al desnudo con eficacia losplanes y propósitos de los reaccionarios.

Los casos de violación de los derechos individua-les y colectivos, más frecuentes ahora, la corrupciónde los potentados y las asechanzas neonazis tropie-zan hoy, por regla general, con estados de ánimodemocráticos y antifascistas suficientemente desa-rrollados. Sin embargo, llevan aparejada todavíaa menudo la sensación de la impotencia ante elmenosprecio de la voluntad de los ciudadanos prac-ticado por los medios dominantes. Sirvan de ejem-plo las tentativas de pasar por alto las protestascontra la participación de la RFA en el programade IDE o contra los atentados al derecho dehuelga. La experiencia del PCA acredita la posibi-lidad de hacer frente a la arrogancia del poder yobtener éxitos; vale la pena mencionar la supera-

ción parcial de la práctica de «interdicciones pro-fesionales», la réplica dada al proyecto antidemocrá-tico de censo de la población, etc. El VIII Congresodeclaró explícitamente: «Si la mayoría gubernamen-tal y parlamentaria o el propio Gobierno, en casode actuar prescindiendo del parlamento, desatien-den la voluntad de la mayoría del pueblo, entonceses necesario intensificar la lucha extraparlamenta-ria, empeñar esfuerzos para conseguir la renova-ción democrática del régimen parlamentario».

Sea como fuera, hay que salir al paso de lasleyes antidemocráticas, luchar por que sean anu-ladas, aspirar a una realización más amplia de lademocracia directa vía referendums populares yaudiciones cívicas, a garantizar el status democrá-tico de los medios de información de masas. Espreciso velar en todo momento por que se manten-gan y amplíen los derechos de los trabajadores yde los sindicatos, pues el grado de libertad de ac-ciones del movimiento obrero determina cómo sonobservados los derechos democráticos de todos losciudadanos.

Nuestro congreso celebrado nueve meses antes delas nuevas elecciones al Bundestag2 formuló lastesis fundamentales de la plataforma electoral delpartido. Al «viraje a la derecha», planeado y reali-zado, con más o menos éxito, por la UDC/USC yel PDL, oponemos la concepción de una políticanueva, cuyos aspectos básicos son: garantía de lapaz, desarme, trabajo para todos, democracia.

La clara aspiración a ampliar el entendimientologrado sobre estos aspectos entre todas las fuer-zas situadas a la izquierda de la UDC/USC, entrelos comunistas y los socialdemócratas, la aproxima-ción de los «verdes» con el movimiento obrero, lasacciones de los sindicatos, de los jóvenes, mujerese intelectuales, todo esto indica la posibilidad deintensificar considerablemente la presión extrapar-lamentaria a favor de la nueva política. Al propiotiempo aparecen probabilidades reales de sustituirla coalición gubernamental derechista en las pró-ximas elecciones al Bundestag. Tras ella se en-cuentran, claro está, influyentes círculos reaccio-narios de la RFA y EE.UU. Por consiguiente, hayque fomentar en las masas los estados de ánimofavorables a la aplicación de la nueva política. Lavía más eficiente consiste en desarrollar los movi-mientos extraparlamentarios.

Los comunistas consideramos que también des-pués de las elecciones al Bundestag se deberá in-tensificar la presión en beneficio de dicha política,sean cuales fueren la correlación de fuerzas en elParlamento y el carácter de la coalición gobernante.En opinión de los comunistas, la solución óptimasería un gobierno encabezado por el PSDA, quecolabore en una u otra forma con el partido de los«verdes». Esto correspondería a cómo representa-mos la interacción de las fuerzas situadas a la iz-quierda de la UDC/USC. Por ello el PCA apoyaráen las elecciones al Bundestag a los candidatosde la Lista de la paz, alianza que ha nacido delmovimiento pro paz y que procura convertirlo enfactor decisivo de la lucha electoral. Los comunis-

2 Las elecciones deberán celebrarse el 25 de enerode 1987. —N. de la Red.

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tas colaboran sobre una base paritaria con los cris-tianos, los liberales de izquierda, los socialistas de-mocráticos y los independientes en el marco deesa alianza. Los votos emitidos en favor de la Listade la paz significarán el reforzamiento de la in-teracción de los círculos democráticos.

Así pues, al tiempo que fomenta los movimientosextraparlamentarios, el PCA se propone realizar unaenérgica campaña electoral en beneficio de lasfuerzas de la paz. Y también planteará sus propiasiniciativas encaminadas a elevar más el prestigiode los comunistas y consolidar las filas del partido.

EL VIII CONGRESO tuvo la importante particula-ridad de dar cima a una gran etapa de la luchapor fortalecer y consolidar el PCA. En primer lugar,se discutió en el partido durante casi un año elproyecto de Tesis del congreso. En segundo lugar,se coronó con el éxito la Promoción thalmannianao campaña por conseguir la adhesión de nuevosafiliados. Esos esfuerzos interconexos han dado re-sultados positivos en muchos aspectos:

— al discutir las Tesis, todos los miembros delpartido, ante todo, los jóvenes, que no pudieronparticipar en la amplia discusión sobre el Programadel partido de 1978, conocieron mejor las bases dela mundividencia comunista y de la política deter-minada por ella;

— la discusión en torno a las Tesis fue un am-plio proceso de formación democrática de opinionesy de asimilación de la experiencia acumulada. Losgrupos partidistas hicieron centenares de propues-tas, contribuyendo a profundizar el contenido delas Tesis y a convertirlas en un documento capazde responder a los nuevos interrogantes y de estemodo completar el Programa del partido sin su-plantarlo;

— el estudio intenso de las bases de nuestramundividencia y política y el activo trabajo des-plegado por los comunistas en movimientos diversoscontribuyeron a imprimir un carácter más enérgicoa la labor de atracción de nuevos afiliados.

La Promoción thalmanniana, realizada por acuer-do del congreso anterior, revistió la forma de emu-lación entre cuencas, distritos y grupos partidistas.Desempeñó un gran papel en la vida del partido y,congruentemente, dio un resultado impresionante.La dirección del partido pudo comunicar al VIIICongreso: «El PCA cuenta hoy con 57.802 afiliados.Los objetivos que planteamos al realizar la Promo-ción se han conseguido en el 100,3%». En el actode entrega de galardones a los grupos y organiza-ciones comarcales y distritales del partido que ha-bían obtenido los mejores resultados se declaró:se ha admitido en el partido a 10.282 hombres ymujeres, en su mayoría jóvenes; más del 55% deellos son hijos de familias obreras; más de mil per-sonas se afiliaron al partido en las empresas; sehan formado más de 200 grupos nuevos, y no pocosde ellos en el sector productivo; más de dos terciosde los nuevos miembros tienen menos de 30 años;el 42,6% de los nuevamente admitidos son mujeres.

El partido se propone seguir incrementando elnúmero de sus militantes. Lo mismo que en tiemposde la Promoción thalmanniana, aspira a lograr que

sus organizaciones planteen tareas combativas, am-plias y, al mismo tiempo, realistas; que hagan todolo posible para consolidar lo alcanzado. Desempe-ñan un papel de primer orden en este plano losesfuerzos ideológicos y organizativos, ante todo laelevación del nivel de la dirección partidista. Ocupaun lugar importante la labor entre la juventud, laacción conjunta con las uniones juveniles socialis-tas —Juventud Obrera Alemana Socialista, Uniónestudiantil marxista Espartaco, organización infantilsocialista Jóvenes Pioneros—, así como el trabajoentre las mujeres. Y, por supuesto, se persigue re-forzar de manera consecuente nuestra base en lasempresas.

La actividad en la esfera productiva fue objetode meditaciones y de un análisis crítico en elcongreso. Extender las posiciones del partido dondeestá concentrada la clase obrera sigue siendo desdehace varios años nuestra tarea cardinal. El congresodispuso crear hasta el fin de los años 80 en laesfera productiva otros 200 grupos del partido,y formar continuamente en las empresas nuevosnúcleos de activistas (forma primaria de asocia-ción, que precede a la creación de grupos de pro-ducción). Otra decisión importante en este planoobliga a lograr que hacia el 1 de octubre del co-rriente, Unsere Zeit, periódico de los comunistas,vuelva a aparecer también los lunes.

LA POLÍTICA que mira al futuro, elaborada porel VIII Congreso, y las tareas a cumplir para seguirconsolidando el partido encuentran una caracterís-tica brillante en la conclusión que hace el Informe:el PCA de 1986 no es una fuerza aislada; es unpartido que goza de la influencia en muchos movi-mientos sociales de nuestro país y ha ganado elrespeto y confianza de fuerzas democráticas muyvariadas. Tal es la conquista más importante, quedeberá ser desarrollada en la nueva etapa. Perolos rasgos característicos del PCA no se circunscri-ben a ello. Es también un partido que rebosa deenergías creativas, que analiza con espíritu críticoy autocrítico sus propias debilidades y consideracomo natural la sana pugna de ideas en lo tocantea su futuro desarrollo y al papel que correspondea los comunistas en la actualidad germanooccidental.

La marcha y los resultados del congreso permi-tieron a H. Mies declarar en sus palabras de con-clusión: «Testimonio de la fuerza del PCA es queéste, como se ha destacado en los debates del con-greso, lucha con los esfuerzos mancomunados, enun frente único, por poner en práctica su líneapolítica. A esta lucha no existe alternativa. Al mis-mo tiempo, el congreso recuerda la necesidad deactuar siempre y de manera consecuente en prode la unidad y cohesión a base de nuestros princi-pios y de la política aprobada, no cerrar los ojosante los problemas y las divergencias de opinionessino darles solución sucesivamente... Los resultadosdel VIII Congreso del partido han confirmado queel PCA no sólo comprende sino que también plas-ma los imperativos de la época. Tiene una orienta-ción clara, tesis de programa político profundamenteanalizadas y aprobadas, una concepción y una líneapolítica íntegras».

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INFORMACIÓN SOBRE NUEVAS EXPERIENCIAS

NUESTRAS ENTREVISTAS

APRENDEMOS EL ARTE DEL DIALOGO

ARNE JORGENSEN,miembro de la Dirección Centraly el Comité Ejecutivo del PartidoComunista de 'Noruega (PCN)

U. ¿Qué es lo que caracteriza hoyal movimiento antibélico de No-ruega? ¿Qué papel desempeñanen él los comunistas?

— En los últimos años, al agu-dizarse la situación internacionale intensificarse la agresividad delimperialismo, el movimiento de lapaz de nuestro país se ha desa-rrollado sensiblemente y ha con-solidado sus posiciones. La orga-nización «¡No a las armas atómi-casl»1, que agrupa a los partida-rios de la paz independientementede su adscripción partidaria y desus concepciones religiosas, es laque tiene más peso en dicho mo-vimiento. A iniciativa suya se ce-lebran encuentros, seminarios ymanifestaciones contra el arma-mentismo nuclear.

La acción más importante delmovimiento ha sido la recogidade firmas al pie del llamamiento«¡No a las armas atómicas, poruna zona desnuclearizada en elNorte respaldada por el correspon-diente acuerdo!». En esta campañase reunieron 540.000 firmas, y eltexto del llamamiento fue entre-gado al Gobierno y al Storting(Parlamento). También le prestósu respaldo el Congreso de laUnión Central de Sindicatos deNoruega. Para comienzos de esteaño, más de 100 municipios sehabían declarado zona desnuclea-

1 Movimiento nacional que cuentacon unas 300 secciones en todo elpaís. —W. de la Red.

rizada. Los habitantes de 18 deellos proclamaron que no tolera-rían el anclaje en sus puertos debuques de guerra con armas nu-cleares a bordo. Todos estos he-chos, al igual que los sondeos dela opinión, muestran que las ideasde la prohibición de las armasnucleares y la supresión de loscorrespondientes arsenales soncompartidas por la mayoría delpueblo noruego.

Los comunistas siempre han de-fendido consecuentemente la cau-sa de la paz, y en la actualidadparticipan en las actividades demuchas organizaciones antibélicas.El partido propugna la unión detodas las fuerzas progresistas enla lucha por el mantenimiento yla consolidación de la paz. Con-sideramos que no existe una alter-nativa razonable al desarme y ala política de coexistencia pací-fica. Los comunistas llaman a lu-char por la inmediata prohibiciónde todos los ensayos nucleares,contra la incorporación del paísa la estrategia global de EE.UU.y los peligrosos preparativos dela OTAN en nuestro continente,por la contribución de Noruegaal fortalecimiento de la seguridadeuropea y al alivio general de latensión internacional. El PCN pro-pone la formación de una comi-sión encargada de determinar lasvías concretas para dar solucióna estos problemas y en la queestarían representadas todas lasfuerzas políticas, así como el mo-vimiento nacional contra la guerra.

Los numerosos grupos que par-ticipan en este movimiento coin-ciden en cuestiones de principio,como son la necesidad de lucharcontra la carrera armamentista,

por el cese de los ensayos dearmas nucleares y la eliminaciónde las mismas. Entre los partida-rios de la paz hay, naturalmente,personas de ideas políticas muydistintas, hecho sumamente im-portante y positivo, pero que tam-bién da origen a discrepancias,que son frecuentemente aprove-chadas por nuestros adversarios.Así, por ejemplo, se sigue utili-zando la tesis de «las dos super-potencias», con la que se quieredar a entender que EE.UU. y laUnión Soviética son igualmenteresponsables de la carrera arma-mentista y del agravamiento dela tensión. Semejante actitud de-bilita al movimiento de la paz ydesorienta a algunos de sus par-tidarios.

Para combatir tales infundios serequiere una información concre-ta y veraz. Proporcionarla consti-tuye una importante tarea de laprensa comunista. Nuestras publi-caciones explican la verdadera si-tuación y esclarecen ante todo elsentido y la finalidad de las ini-ciativas soviéticas en favor de lapaz. Nos esforzamos por dar aconocer más ampliamente a losdefensores de la paz y a la opi-nión pública las informaciones queayudan a distinguir la verdad dela mentira. Los comunistas consi-deran que la participación en elmultifacético y heterogéneo mo-vimiento antibélico es, a la vezque un deber, un importante logrodel partido. Al defender nuestrasconcepciones en el seno de dichomovimiento no lo hacemos en plande mentores, sino que aprendemosa entablar diálogo y a estableceruna cooperación constructiva. Paranosotros es una escuela políticacuyas enseñanzas resultan útilespara el movimiento obrero y paralas otras esferas de actividad delpartido.

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•. Como es sabido, antes de laselecciones parlamentarias de 1985,el movimiento antibélico noruegose planteó como objetivo lograrque la mayoría de los nuevos di-putados fuesen elegidos entre laspersonas que se oponen a las ar-mas nucleares. ¿Consiguen los de-fensores de la paz influir en laposición del Gobierno y de losprincipales partidos políticos anteestas cuestiones, sobre todo cuan-do se trata de la participación deNoruega en la Iniciativa de Defen-sa Estratégica?

— Las dimensiones adquiridaspor el movimiento antibélico enel país han influido sin duda endiversos partidos políticos, inclusoen aquellos que apoyan a la OTAN.Así, el más importante de ellos,el Partido Obrero Noruego, comen-zó a pronunciarse en favor de unaEuropa Septentrional desnuclearl-zada. Hoy, la mayoría de los par-lamentarios se muestra de acuer-do con la propuesta de crear di-cha zona libre de armas nuclea-res. Con el nuevo gabinete, entrelos partidarios de la paz cundióla esperanza de que, finalmente,el Gobierno daría una respuestapositiva a esta exigencia2. Res-pecto a la IDE, la posición delParlamento es tan inequívoca queincluso el partido conservadorHoyre se vio obligado, al llegaral poder, a decir «no» a la insta-lación de armas nucleares en elespacio exterior, pese a que elGobierno anterior había preferido,con tal de no provocar una reac-ción negativa de EE.UU., «no opo-nerse a la IDE en tanto que pro-grama de investigaciones».

• ¿Qué acogida ha tenido en elmovimiento antibélico noruego elprograma de liquidación de lasarmas nucleares propuesto por laURSS?

— Las iniciativas soviéticas enfavor de la paz expuestas en laDeclaración de Mijaíl Gorbachovdel 15 de enero han sido acogidasen Noruega con satisfacción. Supuesta en práctica libraría a la

2 A comienzos del pasado mes demayo, el Gobierno Willoch presentósu renuncia al negarse el Stortlng aaprobar su programa de austeridad.El nuevo Gobierno lo encabeza GroHarlem Brundtland, líder del PartidoObrero Noruego. —¡V. de la Red.

Tierra de las armas nucleares yapara el año 2000. Las organizacio-nes antibélicas del país han salu-dado la propuesta de la URSS deconvenir el cese de todos los en-sayos nucleares y la moratoriaunilateral anunciada por ella. Lanegativa de EE.UU. a seguir elejemplo ha suscitado la indigna-ción de la inmensa mayoría de lapoblación. Hasta el anterior pri-

mer ministro, Kare Willoch, co-nocido por sus ideas conservado-ras, pronorteamericanas y pro-atlantistas, se mostró sumamentecrítico ante la actitud adoptadapor Estados Unidos. El programade saneamiento del clima interna-cional avanzado por el XXVII Con-greso del PCUS responde en suconjunto a los objetivos del mo-vimiento antibélico de Noruega.

LA CONSTRUCCIÓN DEL PARTIDO,TAREA PRIORITARIAMartin Dohou AZONHIHO,miembro del Buró Político del CCdel Partido de la RevoluciónPopular de Benin (PRPB]

H El II Congreso Nacional delPRPB, celebrado en 1985, definióla construcción del partido comouna de las tareas más importantes.¿Podría decirnos cuál es la situa-ción actual en este aspecto y cuá-les son la composición social y laestructura del partido?

— Para desarrollar la revolu-ción beninesa necesitamos un par-tido fuerte y actuante, que cuentecon el apoyo de la mayoría delpueblo. Ahora se trata de consoli-dar nuestras conquistas, de trans-formar gradualmente la revolucióndemocrática popular en revoluciónsocialista. El avance progresivono puede asegurarse sin una van-guardia marxista-leninista que di-rija este proceso.

Ante todo es preciso incremen-tar cuantitativamente las filas delpartido. Su composición social re-fleja el nivel actual de desarrollode nuestra sociedad, el grado deconciencia y de actividad políticade las diferentes clases y capastrabajadoras. En la actualidad, elcampesinado representa más del80% de la población activa; laclase obrera es todavía poco nu-merosa. Aún no ha terminado enel país el proceso de formaciónde una estructura social moderna.A medida que se vayan resolvien-do los problemas de la configura-ción de la nueva sociedad, la com-posición del partido habrá de co-rresponder mejor a su vocación

de organización revolucionaria detipo proletario, cuya actividad seasienta en los principios del mar-xismo-leninismo.

Pero es ya un hecho incontes-table que el PRPB agrupa en susfilas y en torno suyo a los mejo-res representantes de las masastrabajadoras: obreros, campesinos,artesanos, soldados, empleados eintelectuales patriotas, civiles omilitares, a todos los que luchanresueltamente para liberar defini-tivamente a nuestro país de la do-minación extranjera y asegurar sudesarrollo por la vía del socia-lismo.

Los Estatutos prevén la edifica-ción del partido ateniéndose alprincipio territorial y de lugar detrabajo. Por el momento, la forma-ción del partido ha terminado enlo fundamental solamente a nivelde los escalones medios y supe-riores. Todavía no hay organiza-ciones de base en las empresas,los servicios, las guarniciones, loscentros de enseñanza media y su-perior, en los lugares de residen-cia. A nivel distrital y provincialsólo existen por ahora estructurasprovisionales. Dicho en otros tér-minos, la edificación del partidotodavía no ha terminado. El IICongreso del PRPB ha acordadola creación de las estructuras pre-vistas por los Estatutos a todoslos niveles.

•. ¿A qué se debe esta situación?¿Cuáles son los obstáculos queimpiden crear las organizacionesde base? ¿Cómo se piensa resol-ver con rapidez los acuciantesproblemas de la construcción delpartido?

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— Mi opinión es que no existeningún obstáculo que se opongaa la creación de las organizacio-nes de base. De lo que se trataes de establecer las prioridades.Antes habíamos tenido que dedi-car la atención principal a la rees-tructuración del aparato del Esta-do y de la economía nacional,tareas que, como usted compren-derá, eran sumamente complejas.Lo que hemos hecho hasta ahoraen este plano es mucho. Nuestrapolítica, orientada a conseguir laauténtica independencia nacional,se ganó el apoyo del pueblo y fuela determinante de la participa-ción de las masas en la actividadtransformadora revolucionaria.

Ahora podemos abordar de lle-no los problemas de la construc-ción del partido, problemas cuyocarácter imperioso nunca hemosolvidado. En este aspecto habráde desempeñar un importante pa-pel la reestructuración de los ór-ganos centrales del partido sobrela base de las orientaciones da-das por el Congreso. Antes de sucelebración, el aparato del ComitéCentral lo integraban doce comi-siones de trabajo, presididas pormiembros del Buró Político. Perodichas comisiones no podían ase-gurar con la eficacia deseada ladirección partidaria en las distin-tas esferas de la vida social yeconómica del país, pues las fun-ciones administrativas se imponíana las tareas ligadas al fortaleci-miento del papel dirigente delpartido.

El objetivo principal de la rees-tructuración es liberar a los máxi-mos responsables del partido delas tareas corrientes de gestiónde la economía y del Estado para

poder consagrarse prioritariamen-te a la edificación del partido,a la dirección política de la socie-dad y al control del cumplimien-to de las tareas planteadas por larevolución.

Cada uno de los siete departa-mentos creados en lugar de lascomisiones estará encargado decontrolar la labor de varios mi-nisterios y la de ellos mismosserá coordinada por un Secreta-riado, lo que permitirá al CC yal Buró Político disponer en cual-quier momento de datos precisospara seguir al día la situación enel país y adoptar decisiones fun-dadas.•. ¿Cuáles son las tareas princi-pales que se asigna el PRPB enel área del trabajo ideológico, eldesarrollo del sistema político delpaís y la afirmación de la orien-tación socialista?

— Ante todo habrá que organi-zar el estudio sistemático delmarxismo-leninismo por todos losmiembros del partido, al objetode esclarecer la línea general delPRPB y las particularidades de larevolución beninesa, cohesionar alas masas y movilizarlas para lu-char por el progreso de la socie-dad por la vía socialista. Con estefin nos proponemos asegurar lapublicación regular de Handoria,revista teórica y política del Co-mité Central, crear una Secciónde Estudio e Investigación de larealidad beninesa a la luz delmarxismo-leninismo y organizaruna Escuela del Partido con vis-tas a la preparación de cuadrosideológicos, de propaganda y dedirección; además es preciso asu-mir el control de la enseñanza

de las ciencias sociales en laescuela media y en los estableci-mientos universitarios y convertirlos medios de comunicación socialen instrumentos de educación po-lítica de las masas y de propa-ganda de la línea económica, so-cial y cultural del partido.

El sistema político de nuestropaís ha experimentado desde oc-tubre de 1972 ' profundos cam-bios. Se ha llevado a cabo unareforma administrativa, que hadado origen a una red de órganoslocales del poder del Estado, enel marco de los cuales las masaspopulares en las aldeas, ciudades,comunas, distritos y provinciasejercen el poder y administransus asuntos, ya sea directamenteo a través de representantes ele-gidos por ellas. El hecho más re-levante ha sido la aprobación enagosto de 1977 de la Constituciónde la República Popular de Benin,Ley Fundamental del país que con-sagra el paso del Estado a la eta-pa de la democracia revoluciona-ria constitucional.

En los últimos años han sidocreadas distintas organizacionessociales, que son puntales del po-der popular, funcionan bajo la di-rección del partido y aseguran suligazón con las masas. El PRPBcomprende que la consolidaciónde todas estas conquistas y de laorientación socialista del país de-penden de la edificación del par-tido, de su fortalecimiento ideoló-gico y orgánico y de la elevaciónde su papel de vanguardia.

1 En octubre de 1972, un grupo deoficiales patriotas, encabezados porel actual Presidente de Benin, Ma-thieu Kérékou, tomó en sus manosel poder en el país. —N. de la Red.

DE LOS DOCUMENTOS

Martinica

¡NINGÚNCOMPROMISOCON LA DERECHA!

A diferencia de lo ocurrido enlas elecciones parlamentarias delpasado mes de marzo en Francia,en sus «departamentos de ultra-mar» el triunfo ha correspondido

a la izquierda'. En una resolu-ción del CC del Partido ComunistaMartiniqués (PCM) se analiza la

1 La izquierda conquistó en Marti-nica dos de las tres actas que co-rresponden a su patria en la Asam-blea Nacional francesa y la mayoríade los puestos en el Consejo Regio-nal. El Partido Comunista Reunionestiene dos diputados en el Parlamen-to francés, y las fuerzas de izquierdade Guadalupe y Guayana encabezanlos respectivos Consejos Regionales.—N. de la Red.

situación creada por este hechoy se marca el rumbo de la ulte-rior actividad de los comunistas.

Tras la llegada de la derechaal poder en Francia se produceuna nueva situación política, se-ñálase en el documento. El PCMproclama su oposición resuelta ala mayoría parlamentaria france-sa. El partido no reconoce ningúncompromiso, ninguna «cohabita-ción» con el poder de la derecha.Por intermedio de sus represen-tantes, particularmente en el Con-

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sejo Regional, bregará por el cum-plimiento del programa electoralde las fuerzas de izquierda, orien-tado al ascenso de la economíay de la cultura, a la ampliaciónde los derechos de nuestro país.El PCM llama a las masas po-pulares de Martinica a defenderlas conquistas sociales.

Para librar con éxito esta lucha,el pueblo necesita un Partido Co-munista fuerte e influyente. Loscomunistas, promotores de la listaúnica de la izquierda, se esfuer-zan consecuentemente por robus-tecer la alianza de las fuerzaspatrióticas y contribuir al logrode sus objetivos programáticos. ElPCM, a la vez que permanece fiela sus compromisos de aliado, si-gue trabajando para explicar suplataforma política y conseguirque se haga realidad el lema es-tratégico del partido, que reivin-dica un régimen de autonomíademocrática.

En la resolución del CC del PCMse enfatiza la necesidad de per-

feccionar la propaganda y la laborideológico-educativa del partido ylograr su fortalecimiento orgánico.También se plantea el mejora-miento de la preparación de loscuadros ideológicos, la promociónde jóvenes comunistas a los pues-tos de dirección y la incorpora-ción de las masas populares, prin-cipalmente de la juventud, a lalucha contra el neocolonialismo,por un desarrollo independiente ypor la dignidad nacional de Mar-tinica.

Turquía

UNIDOS CONTRALA AMENAZABÉLICA

Las bases militares de EE.UU.en Turquía sirven al imperialismonorteamericano de cabezas depuente para sus actos de agresión

en el Oriente Próximo, se dice enun llamamiento del Comité Cen-tral del Partido Comunista de Tur-quía. Después de su ataque a Li-bia, la Administración Reagan sepropone utilizarlas contra Siria eIrán.

El pueblo turco ofrece una re-sistencia creciente a la utilizaciónde su país como base de agresión.El llamamiento exhorta a los par-tidos de oposición, sindicatos yotras organizaciones de masas adejar a un lado sus divergenciasy unirse para luchar contra elpeligro bélico. Es preciso estable-cer un control nacional de lasactividades que se están desarro-llando en las bases norteamerica-nas. Las fuerzas progresistas, se-ñala el documento, deben presio-nar al Gobierno y hacer todo loque esté a su alcance para quela indignación del pueblo ante lapolítica agresiva del imperialismonorteamericano pueda exteriorizar-se en potentes acciones de pro-testa.

EN EL ESPEJO DE LA PRENSA

«Pravda»

COMO MARCHA LAREESTRUCTURACIÓN

El XXVII Congreso del PCUS ca-lificó de extremadamente impor-tante la reestructuración del tra-bajo partidario y económico. ¿Có-mo puede llevarse a cabo con elmayor éxito posible? ¿Qué expe-riencias de trabajo según el nuevoestilo merecen atención y debenser difundidas? ¿Qué obstáculosse oponen a la reestructuración?A estas cuestiones está dedicadala encuesta realizada por Pravdaentre obreros, koljosianos, ingenie-ros y técnicos, científicos, dirigen-tes de los ministerios y departa-mentos y funcionarios del partidoy de los soviets.

El pasado mes de mayo comenzóa publicar el periódico las res-puestas obtenidas, en las que sedestaca que en esta cuestión noes posible limitarse a la soluciónde los problemas organizativos ytecnológicos. Se requiere un pro-ceso de reconsideración, de rees-tructuración de la conciencia y lapsicología de cada trabajador yde los colectivos laborales en suconjunto.

Así, por ejemplo, M. Shever, jefe

de equipo de la agrupación «Ob»(Novosibirsk) de la industria delcuero y del calzado, habla de lanecesidad de lograr que cadaobrero esté interesado en el cum-plimiento de los planes del colec-tivo. En la «Ob» se estimula a lostrabajadores a acudir en ayudade los que trabajan a su lado yya se considera una cuestión deprestigio «ensanchar» los «cuellosde botella». El éxito de la empre-sa iniciada depende, según Shever,de la conciencia obrera de cadauno.

La reestructuración, opina E. Vi-nográdov, ingeniero diseñador dela sección de generadores hidráu-licos del Instituto de Investiga-ción Científica de la agrupación«Elektrosila» (Leningrado), no pue-de llevarse a cabo sin una am-pliación real de las atribucionesde las empresas y los colectivosde científicos. El reequipamientode la producción constituye unagran reserva para la elevación delrendimiento del trabajo. ¿Acasoes normal, pregunta, que un dise-ñador se vea obligado hoy en sutrabajo a guiarse no por los últi-mos adelantos de la ciencia y latécnica sino por el equipamientodisponible? Todos están a favorde los cambios, pero ¿cómo de-rrotar en la práctica al burócratay al demagogo, que recurren a una

fraseología «correcta» pero utili-zan métodos inservibles? Ahí esdonde, a juicio de Vinográdov,reside el quid de la cuestión.

L. Kojany, presidente de una delas agrupaciones agro-industrialesde distrito de la región de Kok-chetav (República Socialista So-viética de Kazajia), plantea elproblema de la autonomía del di-rigente. Considera que si no hayconfianza, si no se suprimen lostutelajes mezquinos de las orga-nizaciones superiores no puedentener éxito los cambios que seimponen.

El problema de la responsabili-dad de los cuadros, tanto del par-tido como de la economía, es plan-teado en numerosas respuestas.Así, el primer secretario del Co-mité Urbano del PCUS de Astracán(RSFSR), V. Kuchúmov, señalaque, sin eximir de culpa a losórganos del partido por las defi-ciencias en la producción, a quienen primer lugar hay que exigirleresponsabilidades es a los -que di-rigen de forma inmediata tal ocual sector y reciben el correspon-diente salario. Por otra parte, en-tre los factores que frenan lareestructuración, cita la «cobardíadel cargo», aludiendo a los secre-tarios de comités del partido queadmiten métodos viciados de di-rección.

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Y. Litvintsev, primer secretariodel Comité Regional del PCUS deTula (RSFSR), formula en los si-guientes términos los principiosbásicos del trabajo con el nuevoestilo: enfoque sistémico, métodode acción concreta, valoración se-gún el resultado práctico. En elComité Regional se lucha resuel-tamente contra el papeleo y lamanía de las reuniones; se ha su-primido una serie de cargos y di-

suelto diversos «estados mayores»creados sin necesidad. Cada sec-ción y cada miembro del aparatotienen un sector de acción con-creto y responden de él. Lo prin-cipal es trabajar sobre el terreno,consolidando en los comités delpartido, las organizaciones de basey los colectivos laborales el climade rigor principista y elevadasexigencias creado por el Congreso.

El debate desplegado en las pá-

ginas de Pravda y los intercam-bios de opiniones y experienciasde trabajo partidario en las nue-vas condiciones reflejan la deter-minación de los comunistas sovié-ticos de luchar ya hoy, como haexhortado el XXVII Congreso delPCUS, por un viraje radical y unasensible aceleración en todas lasesferas de la vida del país y porabrir amplio campo a la energíacreadora de las masas.

A PETICIÓN DE LOS LECTORES

UN CENTRO CIENTÍFICO EN ACCIÓNContinuando la serie de publicaciones sobre los centros de investiga-ción científica de los partidos hermanos, iniciada en 1985 a peticiónde los lectores, presentamos en este número al Instituto de Investiga-ciones y Estudios Socioeconómicos del Ecuador (INIESEE). De él noshabla Gandhi BURBANO, subdirector del mismo y miembro del ComitéEjecutivo del CC del Partido Comunista del Ecuador (FCE).

— La creación de este Institutoobedece a un viejo anhelo denuestro partido, que desde hacemuchos años venía sintiendo lanecesidad de disponer de un cen-tro que contribuya a una inter-pretación marxista-leninista de larealidad ecuatoriana y a elevar elnivel teórico de nuestros cuadros.Por eso es que el X Congreso delPCE, reunido en 1981, aprobó lacreación de un Instituto marxista-leninista adjunto al Comité Cen-tral. Dos años después, el Insti-tuto fue creado como organiza-ción privada sin fines de lucro.Forma parte del Consejo Nacionalde Ciencia y Técnica [CONACIT),organización dirigida por el Esta-do y destinada a orientar el tra-bajo de los institutos de investi-gación del país, lo cual nos per-mite una actividad legal, dentro,claro está, los cánones estableci-dos en los Estatutos, aprobadospor el Gobierno.

El Instituto está dirigido por unConsejo Directivo que conformaun personal de siete compañeros.El director es el compañero JoséJavier Garaicoa, miembro del Eje-cutivo del CC de nuestro partido.El Instituto cuenta con un ConsejoAsesor de veinte miembros, queson dirigentes del PCE, líderes delmovimiento obrero, representantesde la intelectualidad del partido.El nos ayuda a elaborar planesde trabajo, a escoger personal

para la investigación. Aspiramosa ampliar considerablemente susactividades.

Todos los que trabajan en elINIESEE lo hacen voluntariamen-te, sin percibir remuneración al-guna. En las mismas condicionespresta su colaboración un grupode científicos ecuatorianos, algu-nos de los cuales no son miem-bros del partido. El Instituto tam-bién tiene relaciones de colabora-ción con otros centros similaresque existen en nuestro país. Porejemplo, hemos establecido estre-chas relaciones de colaboracióncon el Instituto de FormaciónObrera y Campesina, orientado porla Democracia Cristiana. Aprove-chando estos vínculos podemosasegurar la publicación de nues-tros trabajos, pues carecemos deimprenta y de fondos propios.

El Instituto ha planeado unaserie de actividades en varios ór-denes. Dedicamos gran atención ala investigación histórica, al sur-gimiento y desarrollo del movi-miento obrero, a la difusión delas ideas del comunismo científicoen el Ecuador. Recordaré en esteplano el estudio realizado sobrela personalidad y la obra delDr. Belisario Quevedo [1885-1921),humanista ecuatoriano que fueuno de los precursores del socia-lismo en el Ecuador y nos dejóun análisis crítico de la revolu-ción liberal de 1895. El Instituto

celebró en el curso de esta inves-tigación una mesa redonda, quefue la primera vez que nuestroInstituto nació a la vida públicay constituyó un evento destacadoen la vida social del país. Partici-paron en la mesa redonda muchosdirigentes políticos, sindicales yculturales de distintas adscripcio-nes partidarias. La Universidad deGuayaquil nos ayudó a publicarun folleto con los materiales dela investigación.

El Instituto ha preparado y pu-blicado el libro La Revolución deMayo de 1944 y la fundación dela Confederación de Trabajadoresdel Ecuador, que ha tenido granresonancia en los medios políticos,sindicales y culturales del país ycuya aparición se ha hecho coin-cidir con el 40° aniversario de larevolución que mediante una in-surrección armada puso fin a ladictadura pro-yanqui de Arroyodel Río. Al calor de la revoluciónsurgió una serie de organizacio-nes progresistas y democráticas,entre las que cabe destacar laConfederación de Trabajadores delEcuador (GTE), central sindicalque desempeña un importante pa-pel en la vida nacional y en laque los comunistas desarrollanuna labor eficaz.

El pasado mes de mayo se con-memoró el 60° aniversario de lafundación del Partido Socialista,primer partido genuinamente pro-letario de nuestro país y que apartir de 1931 pasó a denominar-se Partido Comunista del Ecuador.Al tema de esta memorable fechaha dedicado sus esfuerzos un gru-po de prestigiosos camaradas. Losresultados de esta investigaciónnos permitirán sentar las basesde futuros estudios para escribirla historia del PCE. Se trata logi-

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camente de un trabajo a largoplazo que habrá de exigir la má-xima dedicación.

Otro plano importante de nues-tra actividad es el de la ayudaque prestamos a los sindicatos enla educación y preparación decuadros. Hemos realizado semina-rios de capacitación de instructo-res sindicales en Guayaquil y Qui-to, al objeto de que luego orga-nicen cursos de educación sindicalen sus respectivos federaciones,sindicatos, asociaciones, etc. Nues-tro Instituto colabora con laEscuela Sindical Nacional de laCTE y ayudamos a organizar cur-sos básicos de preparación sin-dical. Los comunistas atribuimosgran importancia a este trabajo,que contribuye a desarrollar laconciencia de clase de los traba-jadores y a llevar la ideología re-volucionaria al seno del movi-miento obrero.

Ahora estamos ayudando a laCTE a realizar una encuesta enlas organizaciones sindicales, quepermitirá disponer de un cuadroreal de la situación sindical, delos problemas y necesidades dela organización, de la actividady preparación de sus cuadros.

Los esfuerzos de nuestros ca-

maradas se centran este año enla preparación del XI Congresodel PCE, que tiene la tarea depreparar el nuevo programa delpartido. El actual fue aprobadoen 1968. La necesidad de actuali-zarlo se debe a que desde enton-ces se han producido sensiblescambios en la vida económica,social y política del país. Consi-deramos un deber nuestro prestaren este aspecto la máxima ayudaal Comité Central. Hemos creadogrupos de trabajo para investigarla realidad ecuatoriana en susdiversos aspectos. Queremos estu-diar los relacionados con la pe-netración del imperialismo ennuestra Patria, el desarrollo delas relaciones sociales capitalistasy del capital financiero, la situa-ción de los distintos sectores dela población. En torno a esta te-mática vamos a preparar semina-rios y grupos de estudio que,como esperamos, ayuden a la di-rección del partido a elaborar elnuevo programa teniendo en cuen-ta las realizaciones del pensamien-to científico marxista-leninista.

Por lo que respecta a estos de-bates ya tenemos cierta experien-cia. Recordaré el seminario teó-rico internacional celebrado en

octubre del año pasado sobre elpapel de los indígenas de Amé-rica Latina en el movimiento deliberación nacional. En dicho se-minario participaron científicosde siete países y representantesde más de 40 organizaciones in-dígenas del Ecuador. El tema esde palpitante actualidad paranuestro país. Las ideas y conclu-siones del seminario serán unaporte al desarrollo de la cues-tión nacional y del problemaagrario durante la elaboración delprograma. Aspiramos a publicaruna recopilación de las ponenciaspresentadas.

En estos tres años, el INIESEEha establecido relaciones conotros centros similares de los par-tidos hermanos, singularmente conlos de la Unión Soviética, la RDA,Cuba y otros países de la comu-nidad socialista, así como de va-rios países latinoamericanos. Nos-otros aspiramos a intercambiarcon ellos planes, experiencias, in-vestigadores y resultados de lasinvestigaciones, lo que nos ayuda-rá sin duda a estudiar los pro-blemas socioeconómicos y políti-cos del mundo contemporáneo ala luz de un desarrollo creadordel marxismo-leninismo.

NOTAS BREVES

BANGLADESH

Varios partidos de izquierda y de-mocráticos, entre ellos la Liga Awa-ml, el Partido Nacional Awaml y elPartido Comunista, han hecho pú-blica en Junio su protesta ante lasmedidas represivas adoptadas porlas autoridades multares contra unaserle de periódicos del país, entreellos Ekota, órgano del PCB, y hanexigido la libertad de los periodis-tas detenidos y la supresión de lacensura de prensa.

BRASIL

La Dirección del Partido ComunistaBrasileño ha acordado no presentarcandidatos a gobernadores y al Se-nado del Congreso Nacional en laselecciones que habrán de celebrarseel 15 de noviembre, a la vez quereconoce la conveniencia de que loscomunistas participen en coalicio-nes con los partidos que apoyan alpresidente José Sarney: el Partidodel Movimiento Democrático Brasile-ño y el Partido Frente Liberal.

COLOMBIA

En las elecciones presidencialesdel 25 de mayo, 320.000 electoresdieron su voto a la Unión Patriótica,coalición de las fuerzas de izquier-da de la que forma parte el PartidoComunista Colombiano, lo que mues-tra la transformación de esta coali-ción en una gran tuerza políticadel país.

CHIPRE

Según informa el Comité Centraldel Partido Progresista del PuebloTrabajador de Chipre, el XVI Con-greso del AKEL tendrá lugar del 26al 30 del próximo mes de noviembre.

En las elecciones de alcaldes yconsejeros municipales, en 9 de las18 grandes ciudades de Chipre hanresultado elegidos alcaldes los can-didatos del AKEL. La proporción delos votantes del partido en Nlcoslapasó del 21 al 25 por ciento, lo quedio a los comunistas siete de las 26concejalías del ayuntamiento de lacapital.

ECUADOREn las elecciones parciales del 1

de junio al Parlamento y a los ór-ganos locales de poder, el FrenteAmplio de Izquierda, del que formaparte el Partido Comunista del Ecua-dor, recogió 136.000 votos, lo queha permitido aumentar en dos dipu-tados su representación en el Con-greso Nacional.

MOZAMBIQUEEn la ciudad mozamblqueña de

Inhambane se reunieron representan-tes del Partido FRELIMO, del MPLA—Partido del Trabajo y del PartidoCongolés del Trabajo para Intercam-biar experiencias y examinar lascuestiones relacionadas con el per-feccionamiento del control partida-rio y el desarrollo de los lazos in-ternacionales de los tres paísesamigos.

RDAEn Berlín se ha celebrado la fiesta

tradicional del diario Neues Deutsch-land, órgano del CC del PSUA, enla que participaron representacionesde 33 periódicos de partidos herma-nos.

INTERCAMBIO DE OPINIONES • DEBATES

ENFOQUE CLASISTAEN LA POLÍTICAAlgunos problemas teóricos

JOHN HOFFMAN,filósofo, profesor de la Universidad de Leicester(Partido Comunista de Gran Bretaña)

EN LA GRAN BRETAÑA DE HOY, algunos de losque proclaman su fidelidad al marxismo, arguyencon frecuencia que la lucha política no es necesa-riamente lucha de clases. Sustentan que analizarla política desde posiciones clasistas significa in-currir en un «reduccionismo» vitando que sólo pue-de debilitar el carácter popular y democrático delos movimientos por los cambios '. Una versión ex-trema de este argumento sostiene que la propia con-cepción de liderazgo o hegemonía de la clase obreraes por su naturaleza «vanguardista», «autoritaria»y «antidemocrática»2. Tal posición requiere una ré-plica, por lo menos, por tres razones.

Primero, la concepción de que los movimientospolíticos sólo pueden ser «amplios» cuando carecende una base de clase, tiene cierta influencia enGran Bretaña no sólo entre los socialistas sinotambién entre algunos comunistas.

Segundo, esta posición ideológica es esencial co-mo parte del ataque general contra la tradiciónclásica marxista en su conjunto y contra los logroshistóricos obtenidos por los marxistas en la prác-

1 Véase, por ejemplo, Marxlsm Today, Aprll 1984,pp .25-29; May 1984, pp. 29-32; February 1985, pp. 25-29.

2 E. Laclau, C. Monfíe. Hegemony and Soctalíst Stra-tegy. .. London, 1985, pp. 55-56.

tica. En julio de 1978, la revista Marxism Todaypublicó un artículo clave de Louis Althusser sobrela «crisis del marxismo». El artículo afirmaba queel análisis tradicional de la política y la sociedad,basado en las ideas de Marx, Engels y Lenin, essumamente inadecuado y que en la práctica estainadecuación teórica ha repercutido negativamenteen las «formas existentes del socialismo»3. Mas re-cientemente, empezaron a argumentar que los prin-cipios leninistas de organización estatal «no sondemocráticos», que, en lugar de ir desapareciendo,el Estado en el socialismo se ha convertido en una«gigantesca e hinchada fuerza burocrática que haabsorbido a casi toda la sociedad civil»4. Estas de-claraciones «libertarioizquierdistas» (de la palabrafrancesa «libertaire»: aspiración a una libertad ili-mitada] son reminiscencias de los ataques anar-quistas contra Marx en los tiempos de la PrimeraInternacional.

Hay también una tercera razón para que los fun-damentos teóricos de la política y la lucha de cla-ses requieran nuestra atención. El hecho es queesta cuestión es bastante compleja, y su compleji-dad conceptual se pone claramente de relieve cadavez que ocurren nuevos fenómenos. Los cambios enla composición de la clase obrera y la apariciónde los nuevos movimientos sociales inducen a algu-nos a cuestionar la pertinencia y lógica de los«viejos» preceptos marxistas clásicos. Ahora, cuan-do bajo el impacto de la crisis se opera un pro-ceso de reestructuración radical en la sociedad ca-pitalista, aquellos que rechazan la «política de cla-ses» explotan la complejidad del problema de talmanera, que esto tiene efectos divisionistas y per-judiciales para la izquierda británica.

Ya en los años 80 del siglo pasado, Engels señalólas dificultades de los socialistas de aquel períodopara asimilar la teoría materialista de la política5.Se debe decir que incluso un teórico marxista tan

3 Marxism Today, July 1978.4 G. Hodgson. Oversíating the State. Marxtsm Today.

June 1984, p. 20; S. Hall. The State-Socialism's Oíd Ca-retaker, Ibld. November 1984, p. 24.

5 Véase: De Engels a Sorge, Londres, 29 de noviembrede 1886; De Engels a Florence Kelly-Wlschenewetsky,Londres, 28 de diciembre de 1886; Ibíd., 27 de enerode 1887. Marx y Engels. Correspondencia, Cartago, Bue-nos Aires, 1957, pp. 293, 295, 296.

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destacado como Antonio Gramsci no logró trazaruna línea divisoria consecuente entre Estado y so-ciedad, entre política y su base de clase6. Sin em-bargo, pese a la complejidad del problema, los fun-dadores del marxismo nos pertrecharon con concep-tos vitales que nos pueden ayudar a dar una res-puesta fundada a las aseveraciones de que un aná-lisis de clase de los acontecimientos políticos esconsustancialmente «limitador» e imperdonablemen-te «reduccionista».

Política y economía: el problemade la abstracción

Lo central en el problema del análisis de la lu-cha de clases es la cuestión de la política y laeconomía. ¿En qué sentido pueden ser separadasla política y la economía? Ellas no son idénticas,pero, ¿cuál es la relación entre las dos? ¿Por quées posible decir que la lucha de clases es esencial-mente política?

La relación entre política y economía fue anali-zada por Gramsci en sus Cuadernos de la cárcel.Su observación acerca de que la diferencia entresociedad política y civil puede ser sólo «metodoló-gica», es decisiva. Tanto los liberales de derechacomo los sindicalistas de izquierda se equivocan—observó él— al tratar esta diferencia como sifuera «orgánica». Este célebre comentario significaque economía y política sólo pueden ser distingui-das en términos analíticos. En el mundo real, su-brayó Gramsci, «la sociedad civil y el Estado sonla misma cosa»7, en otras palabras, no pueden serseparados empíricamente. Pero incluso, para Gramscifue extremadamente difícil hacer una diferencia-ción entre política y economía en el plano pura-mente analítico8. Criticó con razón al idealista ita-liano Benedetto Croce y a su criterio de la políticacomo una «pasión». Sin embargo, Gramsci no logróresolver adecuadamente el problema de cómo lapolítica puede, a la vez, tener sus raíces en la eco-nomía y estar separada de ella 9.

La razón de esta insuficiencia se la debe buscaren la tendencia, que existía en aquellos tiemposentre algunos círculos marxistas de Occidente, a ig-norar El Capital de Marx como un trabajo de granimportancia filosófica. Lo central en esta obra esel concepto de abstracción, que constituye la claveno sólo para el análisis de la mercancía, sino tam-bién para la comprensión científica de la relaciónexistente entre política y economía y, por consi-guiente, entre política y su base de clase. Por quéeso es así lo podremos comprender mejor si recor-damos cómo Marx usara en sus primeros trabajosel concepto de abstracción. En su Crítica de la fi-losofía del Estado de Hegel, escrita en 1843, indicóque antes del surgimiento del capitalismo a nadiese le habría ocurrido a distinguir en serio entre

6 Para más detalles véase: J. Hoffman. The GramsclanChallenge, Oxford, 1984, ch. 4.

7 A. Gramsci. Selectlons frorn the Frisan Notebooks,Lawrence and Wishart, London, 1971, p. 160.

« Véase J. Holfman. Op. cit., pp. 94-95.9 A. Gramsci. Op. clt., pp. 123-124.

política y economía, porque en la polis griega, losdespotismos asiáticos o en los feudos medievales,la propiedad, el comercio y la sociedad eran con-siderados como fenómenos económicos en la mismamedida que los fenómenos políticos. Marx dijo que«La abstracción del Estado político es un productomoderno» (es decir, del capitalismo). ¿Por qué?Porque «la abstracción de la vida privada única-mente pertenece a los tiempos modernos»10. Nos-otros vemos, señala Marx, «el poder de la propiedadprivada abstracta sobre el Estado político»11. ¿Quésignifican estas fórmulas?

El análisis hecho en El Capital ofrece la llavepara su comprensión. Marx escribe que, una vezinstaurado el capitalismo después de un largo pe-ríodo de saqueo y pillaje, el Estado parece «alejar-se» de la vida social en el sentido de que la com-pulsión ciega de las fuerzas del mercado reemplazael uso abierto y explícito de fuerza como principalmétodo para disciplinar a los productores. La pro-piedad «conserva su forma puramente económicadespojándose de todo su ropaje y de todos susvínculos políticos y sociales anteriores»12. De estamanera, la «abstracción» del Estado respecto de lasociedad significa esa separación de la economíarespecto de la política que constituye un rasgo tancaracterístico del capitalismo.

Sin embargo, aplicado a la relación entre eco-nomía y política, el concepto de abstracción tienetambién un sentido más profundo. Vemos en ElCapital cómo, en el proceso de intercambio de mer-cancías, el trabajo invertido en su producción esabstraído de su contexto social, por cuanto dos pro-ductos completamente diferentes (si tomamos uncaso de simple intercambio) tienen que ser iguala-dos en términos de valor antes de que ocurra elintercambio. Marx denomina el trabajo encarnadoen la mercancía como «abstracto», y señala quebajo la producción mercantil «una relación socialconcreta establecida entre los mismos hombres» (laque, lógicamente, supone todo tipo de producción)asume a los ojos de ellos «la forma fantasmagóricade una relación entre objetos materiales»13. La mer-cancía aparece ante nosotros como mera «cosa»precisamente por la razón de que en el proceso deintercambio se ve «abstraída» de las relaciones so-ciales que supone su producción. Al mirar simple-mente un rand, moneda de oro de Sudáfrica, ¿a quiénse le ocurriría que representa los horrores del apar-theid?

Este proceso de abstracción se manifiesta tam-bién en la relación política—economía. Las mercan-cías y los propietarios de las mercancías puedenaparecer como meras «cosas» e «individuos atomís-ticos», fuera de su contexto social concreto, sólosi el Estado aparece como si estuviera apartadodel mercado, de modo que, aparentemente, lastransacciones e intercambios puedan tener lugarcomo puras expresiones de la «libre voluntad». Por

10 C. Marx. Crítica de la Filosofía del Estado de Hegel.Ed. Política, La Habana, 1966, p. 59.

» Ibídem, p. 155.12 C. Marx. El Capital. Cartago, Buenos Aires, 1956,

t. III, p. 536." Ibíd., t. I, p. 62.

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esta razón, señalaba Marx en 1843, el Estado seabstrae de la sociedad sólo en los «tiempos moder-nos». Únicamente en el capitalismo, las «sutilezasmetafísicas y los resabios teológicos» de la produc-ción marcantil alcanzan un nivel en el que se esta-blece el mundo del mercado aparentemente autó-nomo 14.

De esta manera, Marx señala en el concepto dela abstracción la noción de «fetichismo», engañoy absurdidad. Sin embargo, aunque el trabajo abs-tracto crea la impresión de que las mercancías sonmeras «cosas», el hecho es que las mercancías sonproducto del trabajo social. De igual manera, elEstado tiene sus raíces en la economía pese a laaparente autonomía de que disfruta.

De allí que el problema examinado pueda ser for-mulado en los siguientes términos: como resultadodel desarrollo del modo capitalista de producción,política y economía han llegado a diferenciarsemás ostensiblemente que nunca antes. Siendo así,sólo cuando aceptamos el fetichismo inherente alsistema capitalista como valor nominal, podemosadmitir que política y economía existan separadas,como entidades «abstractas», y que la política tengala fuerza mística de un esfuerzo creador indepen-diente de la economía. ¿Cuál es entonces el verda-dero carácter de su diferenciación? Si la aparienciaabstracta es engañosa, ¿cuál es la realidad concreta?

La política, expresión concentradade la economía

Al analizar la producción capitalista, Marx ca-racteriza el Estado como la «expresión concentradade la sociedad burguesa»15. En El Capital dice queel poder del Estado es la «fuerza concentrada yorganizada de la sociedad»16. Esta definición de lapolítica como «expresión concentrada de la econo-mía» fue reiterada por Lenin 17. Y es una definiciónsumamente valiosa porque ayuda a centrar la aten-ción en las realidades básicas que, bajo el capita-lismo, son mixtificadas y, a la vez, se revelan através de los fenómenos sociales y políticos de lavida cotidiana. Tiene particular importancia el he-cho de que la categoría «concentración» nos acercadirectamente a la cuestión del contenido de clasede la política.

Marx rompe decididamente con el voluntarismode la tradición liberal demostrando que las gentesentran en relaciones sociales que son independien-tes de su voluntad, y no permanecen como indivi-duos aislados en una especie de «estado natural»presocial.

El concepto marxista de «relaciones» está vincu-lado con el concepto marxista de «concentración».Marx insistía en que las relaciones sociales sonsiempre «definidas», porque están en menor o mayor

i" Véase Ibíd., p. 11.>5 C. Marx. Grundrisse, Penguln Books, Harmondsworth,

1973, p. 108.16 C. Marx. El Capital. Cartago, Buenos Aires, 1956,

t. I, p. 602.w V. I. Lenln. Obras Completas, 2a ed., Cartago, Buenos

Aires, 1971, t. XXXIV, p. 364.

grado organizadas. Se puede decir que esta organi-zación —tanto social, como política o cultural—«expresa en forma concentrada» las relaciones so-ciales. Esto se logra concentrando dichas relacio-nes en torno a normas concretas de conducta, areglas y objetivos para la acción organizada, etc.El grado de concentración en las formas de orga-nización depende de las esferas de actividad socialque abarquen estas normas y objetivos. ¿Se aplicansolamente a pequeños grupos [familias y amigos)o a grupos más amplios, por ejemplo, a la gentede una localidad o región? ¿Son esas normas y ob-jetivos sumamente especializados y expresan la or-ganización de una sola forma de actividad (ponga-mos por caso, la recreación o la educación), o sonmás generales por cuanto determinan las reglasde dirección de la sociedad en su conjunto?

Estos interrogantes se puede contestar así: cuantomás generalizada y extendida sea la esfera de ac-tividad que la organización regule, tanto más «con-centradas», valga la expresión, serán las relacionessociales. Marx se refiere al Estado como expresiónconcentrada de la sociedad burguesa, en particular,por la razón de que el Estado es una instituciónpor medio de la cual una clase dominante es capazde «dar satisfacción a sus intereses en forma ge-neral, es decir, en forma que sea compulsoria paratoda la sociedad»18. El Estado es una organizaciónen la cual los intereses de una clase están encar-nados de la manera más plena y generalizada; elEstado es el medio a través del cual esta clasepuede proyectar sus intereses a la sociedad en suconjunto. El Estado lleva hasta el fin la concentra-ción de poder, que existe a nivel intermedio e in-ferior, haciendo posible que una clase impongatotalmente su voluntad a las demás clases rivales.

El análisis de Marx es decisivo para analizar elargumento relativo a la inadecuación teórica delenfoque clasista de la política. Aquí, contrariamen-te al criterio liberal de que las clases no son másque aglomeraciones casuales de individuos abstrac-tos, se contrapone el hecho de que las clases apa-recen como grupos sociales organizados, que estánen conflicto entre sí como consecuencia de sus re-laciones antagónicas hacia los medios de produc-ción. Las organizaciones que reflejan los interesesde una clase son económicas y, a la vez, políticas,por lo menos embrionariamente. Y cuanto mayor esel grado en el que el interés fundamental de unaclase se halla concentrado en estas organizaciones,tanto más político es su carácter.

De allí que el propio concepto de clase comoentidad exclusivamente «económica», esté en con-tradicción con las premisas básicas del materialis-mo histórico. Tal concepto rompe con la idea deMarx de que los individuos siempre entran en de-terminadas relaciones en torno a intereses organi-zados, y se vuelve a las nociones fetichistas libe-rales de la clase como conjunto de individuos abs-tractos. Las clases son necesariamente entidadeseconómicas y a la vez políticas. Cuando los intere-ses de una clase están lo suficientemente concen-trados como para hacer posible su proyección a

18 C. Marx, F. Engels. Obras Escogidas en dos tomos,Progreso, Moscú, t. II, p. 497.

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través del poder «universal» del Estado, esta clasese convierte en clase gobernante.

Puesto que «la política es la expresión concen-trada de la economía» y, el Estado, la «expresiónconcentrada de la sociedad», podemos diferenciarconcretamente entre política y economía, entre Es-tado y sociedad, sin mixtificar su relación comomera abstracción. Por esta vía podemos comprenderel hecho de que toda lucha de clases es necesaria-mente política y que toda lucha política expresalos intereses concentrados de una clase.

El concepto de «concentración» también hace po-sible rechazar la acusación de que un análisis cla-sista de la política es imperdonablemente «reduc-cionista» por su carácter. La política es una nociónespecífica y concreta porque ofrece una expresióngeneralizada de las relaciones sociales al más altonivel a través de la organización del poder estataly en conexión con las actitudes que tienen haciaella todas las clases y capas. Ninguna otra institu-ción encarna los intereses clasistas en el mismogrado y del mismo modo que el Estado. Pero, pre-cisamente por que la política «es la expresión con-centrada de la economía», no puede existir comoun campo puramente autónomo. Si la política noestuviera arraigada en las amplias relaciones socia-les que ella concentra, en general, no podría existir.

El concepto de «concentración» vierte luz sobreel hecho de que en cada etapa de la formación yel desarrollo de una clase sus intereses son expre-sados de manera cada vez más generalizada a tra-vés de sus distintas organizaciones, hasta que seaposible extenderlos de la manera más completa yconsecuente a toda la sociedad. Por lo tanto, lamagnitud de un movimiento, sea progresista o reac-cionario, no entra en contradicción con su basede clase, como afirman algunos voceros de la iz-quierda británica. Por el contrario, cuanto más só-lido sea un movimiento político, tanto más desa-rrollados y profundos serán los intereses que ex-prese. Un movimiento se politiza a medida que laclase (o las clases) cuyos intereses encarna, con-solide y amplíe su influencia en toda la sociedad.

Política de clase y naturaleza engañosade la forma

He señalado anteriormente que uno de los fac-tores que en Gran Bretaña agravan la complejidaddel problema de la política y la lucha de claseses el desarrollo del movimiento por la paz, así comode los nuevos movimientos sociales: por la emanci-pación de la mujer, la protección del entorno, losderechos de los negros, cuyo carácter de clase enmodo alguno es obvio. Factores tales como la per-tenencia al sexo femenino o a un grupo étnico, asícomo consideraciones sociales o humanas más am-plias que las de clase, constituyen rasgos determi-nantes de esos movimientos democráticos generales.Por lo tanto se afirma que en este caso no esposible ni apropiado un análisis de clase: todo In-tento de presentar estos movimientos a la luz deuna clase sólo limitaría su magnitud y eficacia.

A nuestro juicio, esta opinión es poco convincente.La amplitud de un movimiento, tanto desde el punto

de vista de su composición social como de las ta-reas en torno a las cuales se organiza, no excluyeun análisis de clase ni la revelación, en cada casoconcreto, de la actitud objetiva de esos movimien-tos ante la política seguida por los círculos reac-cionarios y ante la lucha por el progreso social.

El movimiento contemporáneo por la paz es, in-dudablemente, el más amplio movimiento popularde la posguerra. Agrupa a la gente sobre la basedel interés común por conjurar la guerra nuclear,independientemente de la clase o el estrato sociala que pertenezca. Cualesquiera que sean sus crite-rios ideológicos y sus posiciones clasistas, los par-tidarios de la paz tienen un sólo objetivo: la super-vivencia de la humanidad. La influencia del movi-miento y, por ende, su eficacia dependen de lamagnitud que tenga.

La carrera armamentista jamás ha aportado nipuede aportar beneficios a la clase obrera. Estanada perderá, por el contrario, saldrá ganando conlos éxitos del movimiento por la paz, que se es-fuerza por detener la carrera de los armamentos,en primer lugar los nucleares, y lograr el desarme.Cuanto más activa, amplia y eficaz sea la partici-pación de la clase obrera —especialmente de suparte organizada— en las acciones por la paz, contanto mayor éxito las fuerzas antibélicas podráninfluir en la política de los gobiernos. Al anhelarla paz y luchar por ella, la clase obrera no seguía por motivos ocultos. En efecto, en nuestrosdías, el mantenimiento de la paz es una premisapara el logro por la clase obrera de sus objetivossociales.

Esta es la razón por la cual en esta cuestión losintereses de la clase obrera y los de la sociedad ensu conjunto no pueden objetivamente entrar en con-flicto. Cualesquiera intentos de obtener ventajas declase subjetivas y temporales en la lucha por la pazson poco perspicaces y estériles, se inspiran en elsectarismo y, en definitiva, perjudicarán a la claseobrera y al movimiento antiguerra, a sus metas eintereses coincidentes. Vemos, pues, que una eva-luación sopesada del movimiento por la paz, en elque participa gente procedente de todas las clasesy estratos de la sociedad, sólo podrá ser realistasi se hace sobre la base de un análisis clasista.

Puede decirse que la salvaguardia de la paz y laemancipación de la mujer, la ecología y los dere-chos de los grupos étnicos, representan no simple-mente problemas democráticos generales sino tam-bién de clase, en cuya solución debe insistir laclase obrera. En efecto, si la clase obrera británicano logra incorporarse activa, coherente y exitosa-mente en la lucha democrática general, el potencialdemocrático de los amplios movimientos socialesdel país seguramente se verá restringido por lastendencias separatistas, elitistas y divisionistas, ine-vitable aporte de otras clases y capas que partici-pan en ellos.

El carácter de un movimiento social depende, endefinitiva, de los intereses clasistas a los cualessirve objetivamente. Sin embargo, no puede aseve-rarse que el carácter de clase de los amplios movi-mientos, que abarcan a gente perteneciente a dife-rentes clases y estratos, es un simple reflejo de su

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composición social. Los movimientos a los que seincorporan obreros no están obligatoriamente alservicio de los intereses del proletariado. Por otrolado, los movimientos a los que se incorporan, juntocon los obreros, estratos no proletarios tendrán quedesempeñar un papel crucial en la lucha por lademocracia y el socialismo. El problema central esel de sus metas objetivas, y no el de su composi-ción como tal.

Por ejemplo, en las postrimerías de los años 60,parte de obreros portuarios de Londres apoyó elllamamiento de la derecha de repatriar a los in-migrantes negros. El carácter de clase de este mo-vimiento, pese a la participación de los obreros,no fue proletario ni mucho menos. Se podría men-cionar muchos otros ejemplos de cómo ciertas fuer-zas lograban impulsar a los obreros a acciones or-ganizadas en contra de sus propios intereses cla-sistas fundamentales. Por otro lado, la sola parti-cipación de los estratos no proletarios en los mo-vimientos por la paz o antirracista no los debilitani divide a condición de que el papel rector de laclase obrera en la lucha democrática general seconsolide, lo que permite promover a primer planosu orientación contra los círculos reaccionarios. Deesta manera, pueden cimentarse los intereses co-munes de quienes tienen un enemigo también común.

Al referirnos a la lucha de la clase obrera porlas transformaciones sociales y a su política dealianzas, conviene recordar la definición clásicaque del movimiento proletario dieran Marx y En-gels. En el Manifiesto del Partido Comunista nose habla de él simplemente como de un movimien-to compuesto sólo por obreros. Todo lo contrario:«El movimiento proletario es un movimiento propiode la inmensa mayoría en provecho de la inmensamayoría»19.

Sin embargo, los proletarios como tales no consti-tuyen la «inmensa mayoría» en todas partes. Porejemplo, se puede afirmar, teniendo en cuenta ladefinición «estricta» de clase obrera (que compartenaún algunos partidos comunistas de Europa Occi-dental, pero no el PCGB) que, incluso hoy, en mu-chos países capitalistas desarrollados el proletaria-do no forma la «inmensa mayoría» de la población.Evidentemente, la cuestión no radica en cuántosobreros participan en los movimientos sociales(aunque este factor tiene importancia sustancial):lo vital es la medida en que el proletariado puedeejercer el liderazgo del movimiento, en tanto queclase cuyas aspiraciones revolucionarias y cuyos in-tereses son más profundos y consecuentes que losde otras clases y capas, con las cuales ella buscala unidad a fin de lograr objetivos inmediatos.

Esto nos acerca al meollo de la tesis leninista dela hegemonía de la clase obrera en el proceso re-volucionario. El proletariado no puede conquistarel liderazgo y conducir la revolución, a través desus diferentes etapas, hasta la victoria decisiva, siantes no llega a ser un luchador de vanguardia porla democracia, contra las injusticias y la opresiónque sufre la sociedad en su conjunto, si antes nologra unir a todos aquellos contra quienes está en-

19 C. Marx, F. Engels. Obras Escogidas en tres tomos.Ed. Progreso, Moscú, 1973, t. I, p. 121.

filada una forma particular de dominación de clase.Los movimientos sociales son movimientos de ma-

sas, y el propio concepto de «movimiento de masas»implica la participación de personas procedentesde diferentes clases y capas. Estos movimientos seconvierten en los de la inmensa mayoría y en inte-rés de la inmensa mayoría cuando la clase obrera,que va a su vanguardia, es lo suficientemente in-fluyente como para conducirlos por una vía demo-crática y socialista. De allí, como subrayara Lenin,el gran daño que suponen las concepciones espon-táneas, que reducen la cuestión del interés de cla-se a la «actividad independiente» de los obreros.La famosa tesis leninista acerca de la concienciasocialista introducida «desde afuera» implica lacomprensión de cómo la ira y la protesta popula-res pueden canalizarse en un movimiento que, enresumidas cuentas, sea capaz de desafiar las es-tructuras básicas de la «sociedad oficial», esto es,el poder cada vez más concentrado y centralizadodel capital en su conjunto. La actividad y la par-ticipación de los obreros en acciones concretas sonalgo importante, pero tiene un significado decisivola cuestión atinente al liderazgo de clase por elmovimiento obrero.

Precisamente por que la «hegemonía del proleta-riado» presupone un movimiento de «masas», y nosimplemente de los miembros de una clase, surgeotra cuestión que debemos considerar, la relativaa la discrepancia que existe entre el contenido declase de los movimientos y su forma política.

Hemos subrayado anteriormente que la realidadde un poder de clase se hace evidente tan prontorompemos con las apariencias abstractas del capi-talismo y analizamos la manera en que los intere-ses sociales antagónicos se concentran en las for-mas de organización. Pero el verdadero carácterde esas organizaciones aún permanece enmascaradopor las convenciones, la ideología y las institucio-nes de la sociedad burguesa. Y esta circunstanciahace que «corresponda al sentido común» la ideade que política y economía, clases y Estado son es-feras que se abstraen entre sí, o sea, aquella dife-rencia que Gramsci había descrito como aparente-mente «orgánica». Así, la lucha en torno a las cues-tiones del salario y el empleo parece ser más cla-sista por su carácter, por cuanto está arraigadafirmemente en los intereses económicos, en tantoque la lucha por la paz y los problemas ecológi-cos aparece como más «política» (por cuanto, obvia-mente, no afecta intereses económicos concretos).Sin embargo, las formas engañan.

La cuestión de los intereses de clase que defien-de un movimiento puede resolverse sólo medianteun análisis científico que, teniendo en cuenta elorigen social de los participantes, las consignas queavanzan y la ideología que profesan, vaya más allá.Dada la necesidad para cada clase de gobernar ennombre de la sociedad en su conjunto, nunca esevidente, por las consignas que un movimiento adop-te o los llamamientos ideológicos que haga, cuáles su carácter específico de clase. Al respecto, Leninrecalcó la necesidad de realizar un trabajo teóricoy científico en el movimiento revolucionario.

La clase obrera podrá instaurar el socialismo a

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condición de que represente con éxito los Interesesde toda la humanidad, pero esto sólo es posiblecuando la lucha contra la explotación capitalistase halla vinculada coherentemente con las luchasy aspiraciones de otras clases y capas sociales através de una estrategia que identifique con preci-sión las tareas históricas específicas de un movi-miento en cada etapa dada. Las formas popularesde toda lucha política exitosa parecen negar sucontenido concreto de clase, debido a que las con-signas con frecuencia se presentan en forma ge-neral. El problema se agrava por el hecho de quela sociedad burguesa trata, naturalmente, de dividirlos diferentes tipos de lucha en categorías «econó-micas» y «políticas», lo cual hace aún más difícilenfocar la lucha política como lucha entre diversasclases, cada una de las cuales intenta proyectarsus intereses particulares como una expresión delos intereses de toda la sociedad, aunque sólo losintereses de la clase obrera responden objetivamen-te a los de esta última.

Así, pues, la afirmación de que los movimientospolíticos liberadores no tienen necesariamente unabase de clase es peligrosa porque admite sin espí-ritu crítico la apariencia fetichista del sistema ca-pitalista. Al subrayar la autonomía de dichos mo-vimientos y al negarse a seguir adelante, los par-tidarios de estos criterios pasan por alto la nece-sidad de asegurar que los múltiples elementos dela lucha popular converjan de tal manera que co-hesionen a los más amplios sectores de la sociedadcontra el capital monopolista. Un análisis clasistade la política ayuda a elaborar una táctica quepermite unificar las distintas tendencias en tornoa la causa emancipadora común: es un análisis quesiempre busca ir más allá de las formas de la luchapolítica para Identificar la expresión concentradadel Interés clasista que yace en la base de estalucha.

Fl poder de la clase

La renuncia a la política de clase no sólo con-duce a la división y fragmentación de los movimien-tos aparentemente «autónomos», sino también haceImposible comprender el papel del Estado en tantoque instrumento del poder de una clase.

Un tema dominante en algunos «marxistas» es surechazo de lo que ellos denominan «estatismo», sopretexto de que la propia concentración del poderestatal es opuesta a la democracia y la libertad.Se arguye que los tories británicos han ganado elapoyo popular para la Idea de «reducir la esferade actividad del Estado», y que éste es un conceptoque la Izquierda tiene que hacer suyo20. Sin em-bargo, la retórica neoliberal de los tories de laThatcher es pura demagogia, que admite que elEstado existe, como una especie de cuerpo extraño,por encima de una sociedad de individuos «libres»,«atomísticos». Pero un análisis clasista demuestraque el Estado no se encuentra «al margen» de lasociedad sino que, por el contrario, corona toda

2" S. Hall. Op. clt., p. 24.

una jerarquía de concentraciones intermedias delpoder de una clase. La fuerza del Estado no resideen las expresiones electorales de individuos abs-tractos, sino en la promoción de los intereses cla-sistas. Por eso sería correcto decir que en GranBretaña el Estado, pese a su aparente autonomíay neutralidad, es en esencia, un instrumento de losmonopolios.

Se podrá cambiar esta situación sólo a condiciónde que contrapongamos al poder concentrado de laclase capitalista el poderío concentrado de la claseobrera y de las fuerzas aliadas a ella. Y en estabatalla de clases, el papel clave del Estado, queactúa bajo la influencia del pueblo, consistiría encomenzar el proceso de reestructuración de la eco-nomía sobre la base de un programa de nacionali-zaciones y control público. La lucha por el socia-lismo no podrá triunfar definitivamente, si el poderpolítico no está concentrado en manos de la claseobrera, lo cual permitirá asentar a la sociedad ensu conjunto sobre las estructuras jurídicas y losconceptos ideológicos del sistema socialista en desa-rrollo.

Desde luego, viéndolo en perspectiva, el rasgo dis-tintivo del poder político de la clase obrera con-siste en su necesaria autodisolución. Pero el poderpolítico no se puede dispersar en las institucionespuramente sociales de una sociedad sin clases an-tes de que, en su conjunto, no sea primero concen-trado en el Estado de la clase obrera. Más aún, elproceso de desaparición paulatina del Estado puededesarrollarse bajo la dirección de los marxistassólo por una vía que fortalezca al sistema socialistaplanificado.

Una fe ingenua en que los movimientos políticosreflejan la voluntad autónoma de individuos com-pletamente libres y no constituyen la expresiónconcentrada de las fuerzas de clase, lleva a los«libertarios de izquierda» a rechazar el marxismoso pretexto de que —¡por trágico que parezca! —la clase obrera no puede emancipar a sí misma sinutilizar el poder político2I. Este punto de vista setraduce lógicamente en el argumento de que el II-derazgo de la clase obrera es por naturaleza auto-ritario (supuestamente) y debe ser combatido atoda costa. Nada tendría de sorprendente si, en unfuturo, los antiguos «libertarios de izquierda» seven algún día en una compañía reaccionaria bas-tante extraña.

Los marxistas abordan constantemente la cuestiónde la política y la lucha de clases. La investigaciónteórica de este problema implica complejidades muyreales, pero ellas no son insuperables. La herenciade los clásicos del marxismo es una fuente de con-ceptos vitales, a los que recurrimos para desarro-llar nuestra estrategia, nuestra táctica y nuestrateoría política. El objetivo de este desarrollo crea-dor consiste en permitir a los comunistas desempe-ñar plenamente su papel en la lucha por conquistary fortalecer el poder de la clase obrera, esforzán-dose por traducir los ideales comunistas en la rea-lidad.

21 Véase más detalles en The Morníng Star, January14, 1985.

ÁFRICA TROPICAL: COMO SALIR DE LACRISISRESEÑA DE LOS MATERIALES PRESENTADOS EN LA MESA REDONDA, CELEBRA-DA EN DAKAR, SOBRE «DESARROLLO ACTUAL EN ÁFRICA Y LOS PROBLEMASDE LA DEMOCRACIA»

En este encuentro científico internacional, organizado conjuntamente por R e v i s t a I n t e r n a c i o n a ly el órgano teórico del Partido de la Independencia y del Trabajo de Senegal (PITS), la revista 6 es tu,se analizaron los problemas más candentes del desarrollo actual de los países de África Tropical: el es-tado crítico de la economía y la grave situación de las masas populares, la inestabilidad política y laviolación de los derechos democráticos de los trabajadores en varios países. Asistieron a la Mesa Re-donda delegados del PITS y de otros partidos políticos de Senegal, entre ellos de la Liga Democrática-Movimiento por el Partido del Trabajo (LD—MPT), de la Alianza Nacional Democrática de Senegal (ANOS),del Partido por la Liberación del Pueblo (PLP) y del gobernante Partido Socialista de Senegal (PSS),así como de los sindicatos, de diversas organizaciones sociales y círculos científicos del país. En la dis-cusión intervinieron representantes del Partido Comunista Francés y de las revistas marxistas T h eA f r i c a n C o m m u n i s t (África del Sur) y New H o r i z o n (Nigeria). Los organizadores del simposiorecibieron por escrito los informes del Partido Comunista Sudanés (PCS), el Partido Obrero de Etiopía(POE) y el Instituto de África de la Academia de Ciencias de la URSS, cuyos representantes no pudie-ron llegar oportunamente a Dakar debido a los obstáculos puestos por las autoridades senegalesas.A continuación insertamos una reseña de los materiales discutidos en la Mesa Redonda sobre «Desarrolloactual en África y los Problemas de la democracia».

LOS ESTADOS AFRICANOS, muchos de los cualesemprendieron la vía del desarrollo independientehace más de un cuarto de siglo, tienen riquísimosrecursos naturales y humanos, pero se debaten hoyen una profunda crisis social, económica y política.El rápido crecimiento de la población, especialmen-te en las ciudades ', no va acompañado del corres-pondiente crecimiento de la producción industrialy agropecuaria. El rendimiento de los cultivos ali-menticios básicos es aquí el más bajo del mundo,y las cosechas de cereales no cubren ni siquiera lamitad de las demandas domésticas, lo cual incideen un incremento constante de las importaciones dealimentos. El hambre, agravada por los largos añosde sequía, sigue siendo un terrible problema paralos países subsaharianos.

El problema de la deuda externa se encuentraen el epicentro de la agudización de la crisis: nosólo frena el desarrollo económico y aumenta la

1 Entre 1960 y 1980, el crecimiento demográfico anualde África fue del 2,6%, siendo el de la población urba-na de 5,1%. Si en 1960 en las ciudades vivía el 18%de la población, en 1980 ya era casi el 30%. —N. dela Red.

pobreza, sino que también condena a los Estadosafricanos a una dependencia aún mayor y es otrafuente de su inestabilidad política.

El dogal de la deuda

Estos problemas fueron analizados en el informede Ablaye DIAGNE (PITS), quien señaló que la deu-da externa de los Estados subsaharianos crece in-cesantemente desde los años 70. Su deuda totalizó9,1 mil millones de dólares en 1970, y, antes definalizar 1981, ya era de 81,6 mil millones. Entre1971 y 1981, los ritmos de crecimiento de la deudaafricana fueron 5% más altos que los de AméricaLatina, y eso sin tener en cuenta la deuda externacontraída a corto plazo y los créditos obtenidosdel Fondo Monetario Internacional (FMIJ, de lospaíses. africanos vecinos y de las compañías, priva-das, lo cual constituye no menos de la mitad deltotal de la deuda «oficial».

Los países de la Organización de la Unidad Afri-cana (OUA) celebraron en julio de 1985 una con-ferencia cumbre en Addis-Abeba, con el fin de for-mular una plataforma común para renegociar los

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empréstitos y el pago de la deuda externa. Allí seseñaló que la disminución de los ingresos por con-cepto de las exportaciones hace más difícil el cum-plimiento de los compromisos relacionados con ladeuda: entre 1971 y 1981, las exportaciones se in-crementaron sólo el 2,1%, en tanto que los ingresosen este rubro incluso disminuyeron como resultadode la caída de los precios de las materias primasexportables. Al mismo tiempo, los precios de losproductos alimenticios importados aumentaron tantoque ahora absorben la mayor parte de las entradasen divisas 2.

Ablaye DIAGNE examinó asimismo las causas deeste crecimiento colosal de la deuda y señaló, enprimer lugar, el mecanismo de la división capita-lista del trabajo, bajo el cual tiene lugar una cons-tante transferencia de los recursos económicos deÁfrica al área del capitalismo desarrollado comoresultado de las operaciones de las transnacionales.Hay una mayor dependencia tecnológica y financierade los países africanos respecto de las transnacio-nales, pues éstas procuran obtener los máximosbeneficios, sin preocuparse de los problemas deldesarrollo de dichos países.

Otra causa reside en que muchos Estados africa-nos no utilizan los créditos para desarrollar laproducción, sino para implementar proyectos faraó-nicos, que no son prioritarios para la infraestruc-tura (vías de acceso, centros de conferencias inter-nacionales), y también para fomentar el sector pri-vado. De hecho, una gran parte de los préstamoscontribuye a la consolidación de la burguesía buro-crática parasitaria, que va penetrando cada vezmás en el aparato administrativo.

Las tensiones internacionales, que se van agudi-zando por culpa de Washington, también obstaculi-zan en grado considerable la solución de los pro-blemas que enfrenta África. Una seria causa de lacrisis que azota a muchos países del continente esla militarización y la carrera armamentista a laque los ha arrastrado el imperialismo. Choques fron-terizos y guerras civiles absorben capitales, impi-den el desarrollo de áreas útiles para la agricul-tura y ricas en minerales. La importación de arma-mentos alcanzó colosales proporciones y en 1984su monto sobrepasó por primera vez los egresosde los países africanos por concepto de importaciónde cereales.

Seydou CISSOKHO, quien falleció prematuramenteen marzo último y a la sazón ocupaba la presiden-cia del Partido de la Independencia y del Trabajode Senegal, dio una perspicaz evaluación políticade la crisis económica y de su núcleo que es lacreciente deuda externa. Vinculó estos problemascon la herencia del colonialismo y la situaciónneocolonial presente, y señaló que el responsabledirecto es el imperialismo que socava los propioscimientos del desarrollo de los Estados africanos.Al mismo tiempo, condenó enérgicamente las acti-vidades antipatrióticas de la burguesía burocrática,

2 Según datos de la Comisión Económica de la ONUpara África, a finales de 1985, la deuda externa de lospaíses del continente totalizó los 162 mil millones dedólares y los intereses pagados, 19,5 mil millones, o sea,el 22,3% del total de los ingresos provenientes de lasexportaciones. —N. de la Red.

que exporta capitales del país y los deposita enbancos extranjeros.

Debido al endeudamiento, las instituciones finan-cieras internacionales y, a través de ellas, los go-biernos imperialistas controlan la economía y lapolítica de los Estados africanos, en tanto que elservicio de la deuda, que el PITS define en susmateriales como una «nueva esclavitud», es un pe-sado fardo que recae ante todo en los trabajadores.

Roger TRUGNAN, jefe de la sección de Áfricadel CC del Partido Comunista Francés, expresó quelos círculos gobernantes de su país estarían dis-puestos, según palabras del Presidente Fran§oisMitterrand, a estudiar la posibilidad de revisar losplazos de amortización de la deuda. Sin embargo,esta solución tan sólo agrava la enfermedad y au-menta la dependencia de los países de África res-pecto de los bancos y el FMI, los cuales exigen,a cambio, que se eleven los precios, se congeleno recorten los salarios y los gastos sociales, seprivaticen las empresas del sector estatal y se adop-ten otras medidas en detrimento de la soberaníanacional, las perspectivas de desarrollo y las de-mandas vitales de la población.

Los participantes en la Mesa Redonda subrayaronque la deuda externa, el hambre y otros problemasson más bien políticos que económicos, y en estecontexto recordaron la tesis de Lenin de que, aun-que la economía es primaria con respecto a lapolítica, esta última desempeña un papel rector por-que sólo las transformaciones políticas pueden traersoluciones radicales a los problemas económicos.En este caso concreto se trata ante todo de lanecesidad de combatir el injusto orden existenteen la economía capitalista mundial, así como losmodelos neocolonialistas de desarrollo en los pro-píos Estados africanos.

Yoro DE, representante de la LD—MPT, enumeróen su intervención algunas leyes de un modeloalternativo para la economía del período de transi-ción de países como Senegal: organización e incor-poración de las masas populares a las transforma-ciones económicas, participación del sector privadonacional en el desarrollo de las fuerzas producti-vas, empeños por elevar la productividad del tra-bajo social y el bienestar popular, cooperación pri-oritaria con los países que tienen una estrategiaeconómica similar.

Dapo FATOGUN, director de la revista New Hori-zon, se refirió a los efectos nefastos que tuvo paraNigeria el dominio de la burguesía burocrática encolusión con las corporaciones transnacionales. ElEstado no tomó medidas eficaces para fomentar laagricultura y la industria nacional y esto llevó alpaís a una situación de crisis. Las transnacionalesy la burguesía intermediaria también ejercieron fuer-tes presiones sobre el actual Gobierno insistiendoen que aceptara los empréstitos leoninos del FMI.Pero los sindicatos afiliados al Congreso Nigerianodel Trabajo y otras fuerzas progresistas exhortarona las masas a oponerse a estos planes. Después deuna amplia discusión nacional que patentizó la po-sición antimperialista del pueblo, el Gobierno deIbrahim Babangida, que llegó al poder en 1985, noaceptó las duras condiciones del FMI.

Legesse LEMMA, subjefe de departamento del CCdel POE, habló de las medidas concretas que setomaron en Etiopía para eliminar las consecuenciasde la sequía y la crisis económica. El partido y elGobierno depositaron sus esperanzas en el desarro-llo y la modernización de la agricultura, en unamayor productividad del trabajo y en la expansiónde las exportaciones. En el país se creó y ya estáfuncionando un sistema de educación agrícola, com-puesto por «Agarfa», centro de capacitación enmétodos avanzados de agricultura y ganadería queagrupa a cerca de 8 mil campesinos, el Instituto«Yekatit-25» que estudia los problemas y las víasde cooperación y la Universidad de Agronomía deAlemaya. Se hacen esfuerzos por ampliar la redde cooperativas y empresas estatales agrícolas. Se-gún el plan para 1984-1994, más del 50% del cam-pesinado se organizará en cooperativas, en tantoque las granjas estatales tendrán 500 mil hectáreas.El objetivo de la política agraria del Partido Obrerode Etiopía es crear la base para la transformaciónsocialista del campo, asegurar la autosuficienciaalimentaria y elevar el nivel de vida de la pobla-ción.

Los representantes del gobernante Partido Socia-lista de Senegal, del Grupo de Reflexión por un Se-negal Nuevo (GRSEN) y del Club Nación y Desa-rrollo de Dakar reconocieron que el país hace fren-te a graves problemas económicos, pero intentaronde reducirlos a los efectos de la situación de cri-sis internacional. Más aún, defendieron la políticadel Gobierno senegalés declarando que las críticasde la oposición son incorrectas y que esta últimano ofrece una alternativa realista para salir de lacrisis.

Cambios en la estructura social

Los participantes en el encuentro señalaron quela búsqueda de alternativas científicamente funda-mentadas al actual estado de la economía africana,así como a la creciente inestabilidad política enalgunos países, requiere un estudio de los cambiosa realizar en la estructura social y de los procesosmediante los cuales las instituciones políticas seirán adaptando a ellos.

Los cambios en el sistema socio-económico de lasociedad, originados por la consecución de la inde-pendencia y la elección de una orientación políticapor los jóvenes Estados, ejercen la influencia mássustancial en el proceso de formación de las clasesen África. Allí donde se adoptó una perspectivasocialista, la estratificación del campesinado es con-tenida por la política de cooperativización y lacreación de granjas estatales, mientras que en lospaíses con regímenes proburgueses la diferencia-ción social se acelera y profundiza como resultadodel crecimiento de la empresa privada, tanto en laciudad como en el campo, y de la formación dela gran burguesía.

El número de personas ocupadas en la agriculturadisminuye de manera constante en la estructurade la población económicamente activa del conti-nente, concomitantemente con el aumento de losocupados en la industria y los servicios. Según da-tos de la OIT referentes a 39 países, en 1980 el

66,8% de la población trabajaba en la agricultura,el 13,9% en la industria y el 19,3% en los servicios3.

Como vemos, los campesinos siguen constituyen-do la mayoría de la población de los países africa-nos. El proceso de estratificación se desarrolla ac-tivamente a la par que se mantienen la economíade subsistencia y las estructuras tradicionales enel campo. Casi la mitad de la población económica-mente activa del continente está formada por pe-queños productores rurales que utilizan aperos pri-mitivos. De ellos salen las capas de medianos ygrandes agricultores que utilizan métodos capita-listas en el agro. Su proporción es relativamentealta en países como Kenia, Senegal, Nigeria y Sud-áfrica, donde el trabajo de los obreros agrícolas seemplea ampliamente en las granjas y plantacionescapitalistas.

En las localidades rurales se desarrolla tambiénuna capa semiproletaria, constituida por los traba-jadores de la economía familiar y los obreros tem-poreros, que trabajan parte del año en la ciudady el resto del tiempo, en sus parcelas. Pero suscondiciones de empleo y trabajo no permiten in-cluirlos totalmente en la clase obrera de África.

En el período de desarrollo independiente loscambios más esenciales han tenido lugar precisa-mente en el seno de la clase obrera. Para 1980había casi 20 millones de proletarios y su propor-ción entre la población económicamente activa pa-saba del 12%. Según algunas estimaciones, en lospaíses emancipados de África (sin Sudáfrica y Na-mibia), los obreros constituyen alrededor del 70%de los asalariados.

Los cambios cualitativos operados en la composi-ción del proletariado africano en el período de desa-rrollo independiente son no menos importantes. Hadisminuido la proporción de temporeros que siguenmanteniendo estrechos vínculos con el campo. Seelevó el nivel de educación y calificación. Se regis-tra un incremento numérico absoluto y relativo delproletariado industrial y de su concentración. Au-mentó considerablemente el número de obreros in-dustriales: para 1980 llegó casi a los 8 millones(el 40% del total de la clase obrera].

La dialéctica del desarrollo del proletariado afri-cano es determinada, en primer término, por facto-res internos: el grado y la naturaleza del desarrollode la producción nacional, la participación de losobreros en la política, la maduración de los rasgosde clase proletarios y la labor educacional que rea-liza gente procedente de grupos sociales más ins-truidos y que mantiene posiciones proletarias. Perolos factores externos —la influencia del movimien-to obrero internacional y de la práctica del socia-lismo real— también tienen gran significado.

La creciente concentración de la clase obrera,tanto territorial como en la producción, es un fac-tor importante que contribuye a su organización yactividad. Los cambios en la composición y la es-tructura del proletariado africano contribuyen a laelevación de su conciencia de clase, a la amplia-ción del movimiento sindical, a la formación de

3 Los indicadores mencionados aquí y a continuaciónse refieren, en lo fundamental, a los años 1960-1980,pues no existen estadísticas posteriores. —N. de la Red.

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partidos democráticos revolucionarios y al fortale-cimiento de sus posiciones ideológicas, al desarro-llo del movimiento comunista en el continente. Laclase obrera de África se va convirtiendo en unaimportante fuerza en la lucha revolucionaria anti-imperialista.

Los cambios económicos y sociales afectan tam-bién a la burguesía africana, cuya formación se vecomplicada tanto por la coexistencia de diferentesestructuras económicas y sociales y los rezagos dela época del yugo colonial, como por el dominiode los monopolios foráneos. De manera correspon-diente son diferentes el peso específico y la com-posición de la burguesía en los diversos países. Sien Sudáfrica el capital monopolista de la minoríablanca mantiene posiciones dominantes, en la mayo-ría de los países del África Tropical la gran bur-guesía apenas está apareciendo y, por lo general,tiene que contentarse con desempeñar papeles se-cundarios, como las actividades intermediarias, elcomercio y los servicios, padeciendo la dependen-cia extranjera.

Se acentúa la diferenciación entre la burguesía,por cuanto sus sectores más afortunados avanzansin reparar en medios —la corrupción, el favoritis-mo, los altos cargos lucrativos—, y engrosan lasfilas de la burguesía burocrática, capa reaccionariay antipopular que constituye la base social de losregímenes procapitalistas y neocolonialistas. Otrossectores se niegan a aceptar su status dependiente y,en situaciones concretas, están con las fuerzas pro-gresistas, aunque sus posiciones son bastante vaci-lantes porque los límites entre la burguesía buro-crática y la nacional son relativos y fluctuantes.

La burguesía burocrática se forma entre los altoscargos administrativos, la cúpula de los partidos yel personal científico-técnico burocratizado, que confrecuencia utilizan sus puestos y su influencia enáreas vitales para hacer fortuna y adquirir poder.Esta élite constituye una parte insignificante de lapoblación económicamente activa de África, perotiene influencia decisiva en los procesos económi-cos y sociales de los países que han optado porla vía capitalista de desarrollo.

Las capas medias urbanas, incluida la pequeñaburguesía (pequeños propietarios y comerciantes,artesanos y dueños de establecimientos de serviciosa la población), los empleados de las empresaspúblicas y privadas, los trabajadores de nivel me-dio en el campo de las artes, la ciencia y la téc-nica, los estudiantes y oficiales del ejército, sonun componente importante en la estructura de lasociedad africana. Hacia los años 80, los empleadose intelectuales del continente totalizaban, aproxi-madamente, 9 millones, de los cuales más de 3,6millones vivían en los países del África Tropical.

En la región subsahariana habita la inmensamayoría de estratos intermedios y elementos des-clasados (lumpenproletarios y pobres] de África,que incluyen personas aptas para el trabajo, espe-cialmente jóvenes (con frecuencia, instruidos), queno tienen ocupación definida y viven de trabajosocasionales y temporales. Este sector tiene un po-tencial peligrosamente explosivo. La reacción inten-ta utilizarlo para atacar a los regímenes progresis-

tas, pero las fuerzas revolucionarias tienen que tra-bajar con esta gente y ganarla para su causa.

Al definir la estructura actual de la sociedadafricana, los participantes en la discusión señalaronel entrelazamiento en su seno de las relacionesclasistas con las tradicionales. A esto se refirieron,en particular, Ali Ahmed at-TAYEB (PCS) y LegesseLEMMA. En este contexto, la solidaridad de clasese enfrenta a menudo con la de clan, etnia o con-fesión religiosa, en tanto que la elevación de laconciencia de clase se ve frenada por diversos pre-juicios y prevenciones.

instituciones políticas y democracia

La organización política de la mayoría de Esta-dos africanos difiere de la de los países capitalistasindustrializados. Entre sus rasgos específicos hayque mencionar, entre otros, el papel excepcional-mente grande de las instituciones oficiales, la fu-sión del aparato de los partidos gobernantes conel de Estado y la convivencia de formas modernasy tradicionales de la vida social.

Las orientaciones fundamentales del desarrollosocial de los países de África se reflejan en suspartidos políticos. Por un lado, hay partidos queabogan por una perspectiva socialista (partidos co-munistas y obreros y democráticos revolucionarios)y, por otro, los que se pronuncian por la vía capi-talista (partidos burgueses, proburgueses y social-reformistas).

Los problemas de la democracia están vinculadosdirectamente con la naturaleza del régimen impe-rante en cada país. Fodé NDIAYE (PITS) señaló ensu intervención que las formas del poder en lospaíses de orientación proburguesa pueden variarpero, como regla general, se diferencian poco ensu esencia. Varios Estados tienen regímenes uni-partidistas que se mantienen por medio de la repre-sión, por ejemplo, Zaire o Cote d'Ivoire. Hay «de-mocracias pluralistas ilimitadas», ampliamente pu-blicitadas, como la de Senegal. Sin embargo, tam-bién en este caso se forma el sistema de un partidoproburgués dominante. La oposición no tiene posi-bilidad de ejercer una influencia notable en elcurso político y, prácticamente, no puede triunfaren las elecciones, cuyos resultados son habitual-mente falsificados por las autoridades.

Los problemas de la democracia suscitaron unaviva discusión en la Mesa Redonda. Los vocerosdel Partido Socialista de Senegal afirmaron que ensu país reina la más «completa democracia», quese expresa en la existencia de 16 partidos, la liber-tad de prensa, etc. Babacar SINE (PSS) declaró queel pluralismo es el principal mérito del sistemasenegalés y no ocultó que se trata de una demo-cracia burguesa, reconociendo así la esencia cla-sista del pluralismo político, cuyo objetivo es en-cauzar la actividad de las fuerzas sociales progre-sistas a debates fútiles y someterlas a las reglas dejuego político impuestas por las capas explotadoras.No fue casual que los partidarios del PSS susti-tuyeran el problema fundamental de la esencia dela democracia en Senegal con llamamientos abs-

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tractos a un «diálogo democrático con las auto-ridades».

Malamine KOUROUMA, de la Facultad de CienciasJurídicas de la Universidad de Dakar, avanzó unaconcepción extraclasista abstracta de democraciaproponiendo hallar algo intermedio entre democra-cia burguesa y socialista, llegar a la concordia na-cional y poner fin al deslinde entre izquierda yderecha en el país. El orador censuró a la oposi-ción por su supuesta falta de deseo de participaren la solución de los problemas del desarrollosocio-económico de Senegal, y declaró que lo másimportante para los países africanos es asegurarel mínimo necesario para la supervivencia del pue-blo, lo cual exige esfuerzos conjuntos o, por lomenos, un diálogo que respete las divergenciasideológicas y políticas.

Los delegados del PITS sometieron a una críticabien argumentada la esencia de la democracia se-negalesa definiéndola como una democracia parala minoría bajo la cual los intereses de las masaspopulares se encuentran subordinados a los de laélite gobernante. No puede haber democracia, dijoFodé NDIAYE, sin la libre expresión de la voluntaddel pueblo y la participación de las masas en laadministración de los asuntos del país. Es imposi-ble hablar de democracia si los trabajadores nogozan de genuinos derechos económicos, políticosy sociales.

Essop PAHAD (revista Ajrican Communist) de-mostró en su discurso la falsedad de los razona-mientos de que se valen los vindicadores de la «de-mocracia occidental». En nombre del Partido Comu-nista Sudafricano expresó su rotunda condena alas potencias imperialistas, especialmente a EstadosUnidos, que se permiten lucubrar hipócritamente entorno a los derechos humanos pero se niegan aaplicar sanciones efectivas contra Pretoria cuandose trata del apartheid, la más denigrante ofensaa la democracia en el mundo. La liberación de Áfri-ca del Sur, expresó, contribuiría a consolidar y sal-vaguardar la independencia y la soberanía de todoel continente, y sería un aporte considerable a lalucha contra la explotación neocolonialista e im-perialista.

Dapo FATOGUN informó que las fuerzas progre-sistas de Nigeria se están preparando para discutirampliamente acerca del tipo de democracia quenecesita su patria para satisfacer las demandasvitales del pueblo. Los sindicatos marchan a lavanguardia de la lucha contra la reacción, los mo-nopolios imperialistas y sus agentes locales, porcuanto los partidos políticos hasta ahora están pro-hibidos en Nigeria. Las organizaciones juveniles, so-bre todo las estudiantiles, también batallan enérgi-camente. New Horizon, la revista de los marxistas-leninistas nigerianos, hace su aporte al análisis yla explicación de las condiciones y tareas de laetapa actual.

Durante el intercambio de opiniones, se comparóen reiteradas oportunidades la situación de los paí-ses con regímenes neocolonialistas y proburgueses yla de los países de orientación socialista goberna-dos por demócratas revolucionarios, y en los cuales

los partidos en el poder ejercen su papel dirigenteen el marco de un sistema político que asegura elfuncionamiento eficiente tanto del Estado como delos sindicatos, las organizaciones juveniles, feme-ninas y otras instituciones sociales de masas.

Los partidos demócratas revolucionarios están enproceso de formación y desarrollo, constituyendocoaliciones políticas específicas o bloques de fuer-zas progresistas. Con frecuencia son el único par-tido político en sus respectivos países, pero tam-bién existe la práctica de crear frentes nacionalesde partidos afines, que representan a diversas capassociales (como en la República Democrática de Ma-dagascar). Dichos frentes apoyan un programa gu-bernamental común.

Al mismo tiempo, en los países de orientaciónsocialista es evidente la tendencia a formar y for-talecer los partidos de vanguardia de los trabaja-dores, con un programa y una estructura internamás precisos que los de los frentes nacionales.Estos partidos ponen énfasis en el poder popular,teniendo en cuenta, en lo fundamental, la incorpo-ración de las masas a la dirección de la sociedadcon el fin de asegurar su desarrollo de acuerdocon los intereses vitales del pueblo.

La experiencia ha demostrado, señalaron muchosoradores, que la esencia progresista y humanistade la democracia no la determinan, por principio,ni el pluralismo político ni el sistema unipartidista.La democracia va más allá del reconocimiento for-mal de los derechos y libertades y presupone suejercicio real y garantizado en todas las esferasde la vida. Por más desarrolladas que estén lasinstituciones democráticas, mientras subsistan la ex-plotación y la desigualdad económica, social y étni-ca y el poder sea detentado por la burguesía buro-crática y los círculos neocolonialistas, la democra-cia tendrá, inevitablemente, un carácter hipócritay limitado.

La auténtica democracia implica la participaciónamplia y constante de las masas populares en lavida política y social, y sólo esto puede contribuirefectivamente a los éxitos de la revolución demo-crática nacional y a la liberación de los paísesafricanos de la opresión imperialista.

Elevando e\ papel de las masas

La importancia del factor humano ha crecido in-conmensurablemente en nuestra época revoluciona-ria. Se tiene en cuenta tanto el papel creador delas masas populares —en la producción, en lastransformaciones sociales y políticas y en la crea-ción de los valores culturales— como el papel delindividuo. Este tema fue abordado en el informede Aída Moseiko, candidata a Doctora en Filosofíay colaboradora científica superior del Instituto deÁfrica de la Academia de Ciencias de la URSS.

Las teorías reformistas burguesas acerca del pa-pel clave que un «gran hombre» o una «élite ins-truida y occidentalizada» desempeñan en la cons-trucción nacional, se dice en el informe, se encuen-tran vinculadas estrechamente a la ideología y la

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estrategia social del neocolonialismo. Tales teoríasaseveran que los países africanos se pueden moder-nizar sólo cuando la élite cumple las funciones de«hombres de acción», similares a las de los hom-bres de negocios y empresarios en los países capi-talistas. Es un intento de «demostrar» que existeuna identidad de objetivos de la élite africana yde los círculos tecnócratas burgueses de Occidente.

Aunque estas teorías contienen un núcleo racio-nal —la idea de la creciente importancia de lagente instruida en las transformaciones naciona-les—, en su conjunto son reflejo de un estrechoenfoque clasista al evaluar el papel de las masaspopulares y de los intelectuales, así como el carác-ter de sus relaciones.

La preparación y reciclaje de los cuadros nacio-nales de la intelectualidad científica y científico-técnica es un problema clave en África. Y es com-plicado porque con frecuencia los especialistas nopueden conseguir un trabajo adecuado a sus cono-cimientos. El resultado es su descalificación o supérdida a través del mecanismo de la «fuga de ce-rebros» a los países capitalistas industrializados.Otro aspecto de la cuestión es que el personal ca-lificado tiende a burocratizarse, porque las univer-sidades se convierten a menudo no sólo en centrosde actividad científica, educacional y cultural, sinotambién en arena de lucha por el poder, por la in-fluencia política o técnico-administrativa.

La intelectualidad nacional progresista de lospaíses africanos está con los trabajadores y ayudaa instruir y politizar a las masas. Esto último essumamente importante porque, «cuanto mayor es elalcance, cuanto mayor es la amplitud de los acon-tecimientos históricos, tanto mayor es el númerode hombres que participan en estas acciones; y, ala inversa, cuanto más honda es la transformaciónque deseamos realizar, tanto más debemos suscitarinterés por ella y una actitud consciente hacia ella,convencer de esta necesidad a nuevos millones,a decenas de millones»4.

Los comunistas sudaneses realizaron esta laborde esclarecimiento entre las masas a lo largo delos 16 años del sangriento régimen de Nimeiry. Lainsurrección de marzo de 1985 que puso fin a ladictadura, señaló Ali Ahmed at-TAYEB, fue una ac-ción creadora y heroica de las masas popularesde Sudán, fruto de un complicado proceso de luchaque se desarrolló de lo simple a lo complejo, hastaque las contradicciones condujeron a una explosiónrevolucionaria.

La victoria de marzo confirmó lo acertado de latáctica del PCS, poniendo de relieve la total in-consistencia de los criterios de los círculos peque-ñoburgueses que cuestionaban la viabilidad de laconsigna de las acciones de masas. Tratando desupeditar el desarrollo del movimiento popular asus propias evaluaciones y nociones subjetivas, es-tos círculos cultivaban en el seno de las masas ladesesperación y una actitud expectante: llegará elmomento en que el país será salvado por un aven-

4 V. I. Lenln. Obras Completas, 2a ed., Cartago, BuenosAires, 1971, t. XXXIV, p. 229.

turero, que matará a Nimeiry, o por un grupo degolpistas.

En la presente etapa, tiene particular importan-cia determinar correctamente cuáles son las fuerzassociales y políticas capaces de cumplir las tareasestratégicas de la revolución democrática nacional:en Sudán, son la clase obrera, el campesinado, losintelectuales, y oficiales del ejército de mentalidadrevolucionaria, la burguesía nacional.

Los comunistas consideran que, por cuanto losobjetivos de la revolución sudanesa coinciden conlos intereses de varias clases y estratos sociales,es necesario unir a todas las fuerzas en un frentedemocrático de lucha contra el imperialismo y elorden neocolonialista. Desde luego, la cuestión dequién puede encabezarlo depende de la situaciónconcreta. En Sudán, este papel corresponde a laclase obrera, que es la más interesada en la edifi-cación del socialismo y, por consiguiente, lucha dela manera más consecuente por la creación de laspremisas del socialismo en el curso de la revolucióndemocrática nacional. Al mismo tiempo, el papeldirigente de una clase no puede imponerse a lasmasas: es necesario convencerlas de que precisa-mente los obreros están dispuestos y son capacesde encabezar la lucha por la democracia, por lastransformaciones sociales radicales en interés detodo el pueblo.

Algunos oradores subrayaron que, en vista deldesarrollo insuficiente del proletariado africano, laintelectualidad revolucionaria y las capas mediaspueden ser, y con frecuencia se convierten, en lafuerza dirigente de la revolución democrática na-cional. Sus organizaciones son capaces de encabe-zar la lucha de las masas populares contra el im-perialismo, el neocolonialismo, el racismo y el apar-theid. Así, Essop PAHAD señaló la popularidad sinprecedentes del Congreso Nacional Africano, la másantigua organización del movimiento liberador queagrupa a capas medias e intelectuales progresistas,y su sólida alianza con el Partido Comunista Sud-africano, alianza forjada en el fragor de las bata-llas. Las acciones revolucionarias de las masas po-pulares contra el apartheid convergen hoy en elFrente Democrático Unido (FDU), integrado porunas 700 organizaciones no racistas que tienen cer-ca de 2 millones de miembros.

A este respecto se mencionó que ya el II Con-greso de la Internacional Comunista había adoptadola propuesta de Lenin de que los comunistas deOriente debían trabajar en las diversas organiza-ciones de masas, participar en acciones conjuntascon las fuerzas antimperialistas no proletarias y,manteniendo la independencia del movimiento co-munista, aceptar alianzas con los elementos pro-gresistas y democrático-burgueses, debiendo «consi-derar con cuidado y atención especiales»5 los sen-timientos nacionales y las creencias religiosas delas masas trabajadoras.

La experiencia de las revoluciones nacional-libe-radoras y democrático-nacionales ha demostrado queno se puede hacer caso omiso de ningunas organi-

5 Ibíd., t. X X X I I I , p. 297.

zaciones, incluyendo las nacionalistas y religiosas quepueden desempeñar un papel esencial en condicio-nes concretas. Al propio tiempo, ante África seplantea hoy un problema crucial: el del papel delpartido político que actúa como vanguardia diri-gente de las masas. Del carácter, la esencia cla-sista y la cohesión de esta organización dependenel grado de participación activa de las masas enla lucha revolucionaria y, en definitiva, la victoria.

La vinculación con el pueblo y su apoyo es elcriterio clave para valorar la fuerza y la eficaciade una organización política. No es casual que to-dos los partidos, regímenes y agrupaciones se es-fuercen por ganarse el mayor número posible deadeptos. Pero la discusión demostró que existen dosconcepciones diametralmente opuestas de esta la-bor: la concepción progresista, marxista-leninista,cuya esencia consiste en desarrollar la concienciade las masas, y la concepción reaccionaria, burgue-sa, que trata de manipular la conciencia de lasmasas.

Lenin consideró que en el frente educacional latarea de los comunistas en los países coloniales ydependientes consiste en «despertar a las masastrabajadoras a la acción revolucionaria, a la acciónindependiente y a la organización, cualquiera seael nivel en que se encuentren; en traducir la autén-tica doctrina comunista, concebida para los comu-nistas de los países más evolucionados, al idiomade cada pueblo.. .»6.

Esta es la orientación que procuran seguir hoylos partidos comunistas y democráticos revolucio-narios de África. Por ejemplo, en Etiopía, señaló elrepresentante del POE, la prensa partidista, la es-cuela política «Yekatit-66» y los cursos breves demarxismo-leninismo contribuyen a la consecución deeste objetivo. En todas las empresas del país seorganizaron círculos de discusión, a fin de analizarregularmente los problemas actuales de la vida po-lítica. Son dirigidos por funcionarios del partido,muchos de los cuales tienen una sólida preparaciónideológica y teórica.

El trabajo de los revolucionarios africanos entre lasmasas se ve dificultado por el hecho de que tienenque realizarlo entre personas con diferentes nive-les de conciencia política y educación general, quea menudo actúan bajo el influjo de tradiciones étni-cas y religiosas. Es necesario tener en cuenta todasesas diferencias para poder determinar las formasespecíficas que permitirán ejercer influencia encada grupo de la población según su edad y pro-fesión. En Etiopía, esto se logra a través de lasorganizaciones de masas: sindicatos, asociacionesde campesinos, de jóvenes, de mujeres, de habitan-tes urbanos, de intelectuales.

La labor de las organizaciones de masas incluyecuestiones políticas, económicas e ideológicas y abar-ca virtualmente a toda la población adulta. La am-plia participación de las masas populares en la vidasocial y política y su actividad revolucionaria pro-porcionan la base para el sistema político radical-mente nuevo, que está surgiendo desde la constitu-

6 Ibíd., t. XXXII , p. 144.

ción de la República Popular Democrática de Etiopía.En el último mes de junio, todo el pueblo discutióel proyecto de Constitución de la República. Paraeste fin fueron creados 25 mil clubes especiales enla ciudad y el campo.

Los participantes en la Mesa Redonda de Dakarseñalaron que para solventar con éxito los proble-mas que enfrenta África tienen excepcional impor-tancia no sólo la activación de las clases y capassociales, sino también la formación de una actitudindividual hacia la vida. Esto significa desarrollaren cada ser humano la necesidad y la capacidadde elegir conscientemente su manera de actuar yel camino a seguir en la vida, de acuerdo con jui-cios de valor bien definidos. Los rápidos cambiosoperados en el proceso de construcción nacionalarrancan a muchísimas personas de su medio am-biente habitual y tradicional y les obligan a buscarsu lugar en la nueva vida. La tarea difícil, perovital y noble, de la actual generación de revolucio-narios africanos, consiste en impedir que las gentesse conviertan en meros espectadores, en ayudarlesa participar con interés, iniciativa y espíritu creadoren la edificación de esta nueva vida.

Solidaridad internacional

Los factores externos ejercen un creciente im-pacto en el desarrollo de los procesos económicosy sociales, así como en la correlación de fuerzaspolíticas en África. El imperialismo, en primer lu-gar el norteamericano, ha desatado contra los paí-ses independizados de Asia, África y América La-tina una ofensiva de gran magnitud, simultánea-mente en los frentes militar, político, económico eideológico. Hace poco esta política ha sido funda-mentada teóricamente como la concepción del «neo-globalismo», que justifica y hasta fomenta la inje-rencia directa, incluso armada, de EE.UU. en cual-quier parte del Tercer Mundo donde considere queexiste una amenaza para sus «intereses vitales»,es decir, para sus ambiciones globales.

Al mismo tiempo se intensifican los esfuerzos porimponer a los países en desarrollo diversas varian-tes del modelo neocolonialista de crecimiento, adap-tándolo a las condiciones actuales. En la esferaeconómica, se depositan las esperanzas en la ex-pansión de las actividades de las transnacionales ylas instituciones financieras internacionales, así co-mo en el estímulo a la empresa capitalista privadalocal. En la esfera política, se hace propaganda ala llamada democracia guiada, del tipo burgués-nacionalista, con un curso externo orientado incon-dicionalmente hacia las potencias imperialistas. Enla esfera ideológica, se predica la «norteamericani-zación» y la glorificación de los «valores» burgue-ses, sobre todo los norteamericanos.

En este contexto adquiere especial actualidad laconcepción estratégica de unificar todas las fuerzasantimperialistas, que Lenin expusiera en su informeante los comunistas de Oriente en noviembre de 1919.La dialéctica de esta concepción radica en querevela los aspectos más significativos y vitales de

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la solidaridad en cada período histórico. Hoy endía, los problemas del renacimiento socio-económicode los países emancipados, la lucha por eliminarlos restos del colonialismo y el racismo y ponerfin a la dominación neocolonialista están relacio-nados con el cumplimiento de la tarea clave denuestros días: conjurar el peligro de una catástrofetermonuclear, lograr el desarme y asegurar unapaz perdurable y garantizada. El principio milita-rista de rearme en vez de desarrollo, debe cederel paso al principio de desarme para el desarrollo.

La solidaridad internacional es sobre todo nece-saria para los pueblos africanos que combaten he-roicamente contra el racismo, el neocolonialismo yla injerencia imperialista. El apoyo internacionalistaprestado al pueblo sudanés por las fuerzas progre-sistas y democráticas del mundo —subrayó Ali Ah-med at-TAYEB— desempeñó un gran papel en elderrocamiento de la dictadura de Nimeiry, testa-ferro del imperialismo internacional y de la reac-ción árabe.

En nuestra época revolucionaria, en este períodode profundos cambios y de auge de la lucha porla liberación nacional y social, dijo Roger TRUGNAN,tiene excepcional importancia que la clase obreray todos los pueblos comprendan el significado dela solidaridad y de su comunidad de intereses. Estatarea se la plantea el Partido Comunista Francésque, pronunciándose por los intereses de su paísy por una perspectiva socialista para Francia, ex-horta a sus compatriotas a apoyar las propuestasque ha hecho para combatir contra la miseria yel hambre en el mundo entero, por una cooperacióninternacional en pie de igualdad y libre de ambi-ciones hegemonistas.

Los comunistas franceses, subrayó el orador, siem-pre han estado al lado del pueblo, y consideranque su lucha tiene importancia decisiva tanto ensu propio país como en los países de África. ElPCF rechaza las lucubraciones de quienes predicanun atraso fatal para todo el continente, contra elcual nada se puede hacer, salvo la caridad. África,con sus enormes recursos humanos y materiales,en modo alguno está condenada a una pobreza per-petua. Lo que está condenado es el orden engen-drado por la época colonial, que hoy las transna-cionales tratan de resucitar.

Las propuestas concretas del PCF parten de lanecesidad de prestar una ayuda urgente a los pue-blos africanos: los excedentes alimenticios de la CEEdeben ser utilizados para combatir el hambre, lasdeudas deben ser anuladas, los presupuestos mili-tares deben ser recortados en el 10% y se debegravar con impuestos adicionales a los productoresde armas, utilizando los recursos así obtenidos parael desarrollo. Por último, Francia debe concluir

acuerdos equitativos a largo plazo con los paísesen vías de desarrollo.

Muchos participantes en la Mesa Redonda señala-ron las amplias posibilidades que abre para losEstados africanos su cooperación con la URSS yotros países socialistas. Los intentos de algunos re-presentantes del gobernante PSS de minimizar laimportancia de los vínculos soviético-africanos adu-ciendo indicadores puramente cuantitativos, en com-paración con la «ayuda» de Occidente, fueron re-batidos como infundados. Amath DANSOKHO, Secre-tario General del PITS, subrayó que esta cooperaciónes valiosa sobre todo por el hecho de que se basaen los principios de la igualdad, toma en conside-ración los intereses de las partes y constituye unnuevo tipo de relaciones internacionales.

Además, no son convincentes los datos estadísti-cos que algunos utilizan en sus esfuerzos de mini-mizar la magnitud de la cooperación soviético-africana. He aquí algunos datos citados por el re-presentante de la URSS en el período extraordina-rio de sesiones de la Asamblea General de la ONUdedicado a África, que se reunió a finales de mayodel año corriente.

La Unión Soviética tiene acuerdos interguberna-mentales de cooperación económica y técnica con37 países africanos. Más de 330 obras ya han sidoedificadas y puestas en explotación con la asisten-cia de la URSS, y cerca de 300, se construyen oserán construidas. Más de 450 mil especialistas yobreros calificados han sido preparados para lospaíses africanos gracias a la ayuda soviética. Másde 30 mil africanos se han graduado en centrosde enseñanza superior o media especializada de laURSS, y otros 22 mil están cursando sus estudios.La Unión Soviética prestó su asistencia para crearunos 100 centros docentes en África. Siendo de se-ñalar que la URSS no busca privilegios, concesio-nes o el control de los recursos naturales de lospaíses africanos.

La lucha por la democratización de las relacio-nes económicas internacionales y por un nuevo or-den económico internacional, señalaron los parti-cipantes en la Mesa Redonda, es un componentede la verdadera liberación de los Estados de África.Pero, lo fundamental es cambiar el orden existente,la estrategia de desarrollo del propio Estado. Laorientación socialista, que supone una lucha re-suelta contra la reacción interna y externa, ofreceuna alternativa realista a la explotación capitalistay neocolonialista de los pueblos del continente. Lasfuerzas progresistas de África se oponen a los acuer-dos leoninos con las potencias imperialistas y exi-gen una cooperación internacional en pie de igual-dad, se pronuncian por la solidaridad de todos lospueblos en aras del triunfo de la paz y el progresosocial.

NUESTRA ÉPOCA • ACONTECIMIENTOS • APRECIACIONES

UN PERIODO DETRANSICIÓN EN LA VIASOCIALISTA

NGUEN VINH,miembro del CC del Partido Comunista de Vietnamy director del Instituto del Marxismo-Leninismoadjunto al CC del PCV

CUARENTA Y UN AÑOS nos separan de la Revo-lución de Agosto, que abrió una nueva etapa en lahistoria del pueblo vietnamita. Ha sido éste un ten-so período de transformaciones democráticas y so-cialistas, de resistencia frente a las agresiones arma-das del imperialismo internacional y sus lacayos.El Partido Comunista, que encabezó la lucha por launificación, la independencia y la libertad de nues-tra Patria, condujo al pueblo a la victoria y luego,en su IV y V congresos, trazó la línea de la revolu-ción socialista en todo Vietnam, línea que sigueninvariablemente los trabajadores de la república.El próximo Congreso del partido, el sexto, hará unbalance de lo realizado y fijará las tareas del ulte-rior progreso social y económico. Echando una mi-rada retrospectiva, se ven más claramente las pecu-liaridades del avance de nuestra sociedad hacia elsocialismo, así como los logros, las dificultades ylas vías para superarlas.

La experiencia de los países en los que ha triun-fado la revolución socialista confirma palmariamen-te la conclusión de los clásicos del marxismo-leni-nismo de que es necesario un período de transicióndel capitalismo al socialismo. Porque, a diferenciade las demás formaciones socio-económicas, cadauna de las cuales madura en las entrañas de laanterior, la formación comunista (y su primera eta-pa, el socialismo) no nace en el capitalismo quele precede. Este tan sólo prepara las condicionesmateriales para ella. Refiriéndose a Vietnam, dondeel capitalismo estaba poco desarrollado, se trata deavanzar al socialismo desde un pasado colonial ysemifeudal, soslayando las formas desarrolladas delcapitalismo. Se comprende pues, que el período detransición en nuestro país será bastante largo.

La transformación de la sociedad sobre bases nue-vas comienza después de que las clases explotadorashan sido apartadas del poder y se instaura la dic-tadura del proletariado. Pero, el socialismo no surgede inmediato, sino que para ello se requiere unperíodo prolongado, «porque reorganizar la produc-ción no es cosa fácil , porque los cambios radicalesen todos los órdenes de la vida necesitan tiempo yporque la poderosa fuerza de la costumbre de ma-nejar las cosas de un modo pequeñoburgués y bur-gués sólo será vencida mediante una lucha largay tenaz»1.

Es natural que la duración, el contenido históricoconcreto y las formas del período de transición seandiferentes en los distintos países. Son determinadospor el curso del proceso revolucionario, el nivel dedesarrollo económico y social de la sociedad, elgrado de participación popular en la edificación dela vida nueva, la fuerza del partido de vanguardia,la calidad de su preparación ideológica y teórica,las peculiaridades de la situación internacional, etc.Todos los factores mencionados configuran la espe-

1 V. I. Lenin. Saludo a los obreros húngaros. ObrasCompletas, 2a ed., Cartago, Buenos Aires, t. XXXI, p. 257.

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cificidad de las transformaciones en uno u otro país.Vietnam tiene, por supuesto, sus propias peculiari-dades. Pero, la práctica testimonia que el avancefirme, la superación de las dificultades de creci-miento y la solución de las contradicciones que vansurgiendo se fundamentan en la aplicación de lasleyes generales de la construcción socialista.

En este plano, nos parecen esenciales las tesis yconclusiones hechas por el Partido Comunista de laUnión Soviética. La nueva redacción de su Progra-ma, aprobada por el XXVII Congreso del PCUS, des-taca la inmensa trascendencia de leyes como elpoder de los trabajadores guiados por la clase obre-ra; la dirección de la sociedad por un Partido Co-munista pertrechado con la ideología del socialismocientífico; la consolidación de la propiedad socialsobre los principales medios de producción y, sobreesta base, el desarrollo planificado de la economíaen beneficio de todo el pueblo; la materializacióndel principio «de cada cual según sus capacidades,a cada cual según su trabajo»; el impulso de la de-mocracia socialista; la igualdad de derechos y laamistad de todas las naciones y nacionalidades; ladefensa de las conquistas revolucionarias frente alos atentados del enemigo de clase.

Dichas leyes se manifiestan en cada etapa de laconstrucción socialista, pero el período de transi-ción tiene peculiaridades que hay que comprendery tener en cuenta en la actividad práctica. Nosotrosconsideramos que para cumplir las tareas del pe-ríodo de transición en todas las esferas de la vidasocial el principal instrumento es la dictadura delproletariado, o sea, la realización del poder de laclase obrera que actúa en alianza con los demástrabajadores. Sólo por esta vía es posible incorporarlas masas a la edificación socialista, neutralizar de-finitivamente la influencia que ejerce sobre ellasla burguesía, aplastar la resistencia de las clasesexplotadoras derrocadas y rechazar la agresión ex-terna.

El socialismo consolida sus posiciones

Los cambios progresistas originan una encarnizadaresistencia de la clase capitalista derrotada, peroaún no destruida por completo. La lucha abarca to-das las esferas de la vida social. Y es una luchasin cuartel, cuyo principio es: «quién vence a quién».

En nuestro país, las particularidades de esta con-frontación se encuentran condicionadas por las pe-culiaridades del proceso histórico. En Vietnam delNorte, que triunfó en la guerra de resistencia contralos franceses, las transformaciones socialistas co-menzaron en 1954, mientras que en el Sur fue nece-sario batallar tenazmente contra la agresión del im-perialismo norteamericano, por la salvación de laPatria y la liberación nacional. Sólo después de lareunificación del país, en la primavera de 1975, y laproclamación de la República Socialista de Vietnam,el 2 de julio de 1976, se inició la transición a laedificación socialista en todo el país.

Para aquella época, en el Norte ya se habían eli-minado, en general, las clases explotadoras, conso-

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lidado las relaciones socialistas de producción ycreado las bases materiales y técnicas de la nuevasociedad. Al mismo tiempo, se desplegaba la revo-lución ideológica y cultural y se iba elevando elnivel material y cultural de la población. Sin em-bargo, la economía nacional permanecía en la órbitade la pequeña producción.

El Sur, en cambio, acababa de liberarse del yugoneocolonial. Por cierto, el capitalismo había alcan-zado allí una etapa de desarrollo más alta que enel Norte, pero también predominaba la pequeñaproducción mercantil.

Desde entonces, la reestructuración de la sociedadsobre principios nuevos se amplía y va adquiriendoun carácter cada vez más profundo. El partido con-sidera que el contenido fundamental de este pro-ceso radica en crear, sobre la base del Estado dela dictadura del proletariado, un sistema de gestióneconómica colectiva de los trabajadores; en movili-zar las masas populares para acometer simultánea-mente la realización consciente y activa de tresrevoluciones: en la esfera de las relaciones produc-tivas, en el terreno científico-técnico y en el campoideológico y cultural. Con la particularidad de quela revolución científico-técnica es la tarea clave yla industrialización socialista, el objetivo central detodo el período de transición.

Las antiguas relaciones de producción se estánreestructurando sobre principios socialistas; en lofundamental se han eliminado las distintas formasde explotación y creado dos sectores en las ramasclave de la economía: el estatal y el cooperativo2,que se amplían y consolidan de manera constante.Se va restableciendo y fortaleciendo paulatinamentela base material y técnica de la economía nacional,se están construyendo importantes obras —varias delas cuales ya han sido puestas en servicio— en laindustria, la agricultura y el transporte. Se desarro-lla la producción agropecuaria, especialmente la ali-mentaria; se satisfacen las demandas mínimas delos trabajadores en alimentos; se han creado variossectores industriales nuevos; se desarrollan de ma-nera dinámica la prospección y extracción de petró-leo y gas. En los últimos años, se ha registradocierto progreso en las exportaciones. Las tareas enla esfera de la ciencia, la técnica, la educación yla cultura se vinculan de manera cada vez más es-trecha a los problemas de la construcción y la ges-tión económicas. Cada año, la vida socio-económicanos da más y más ejemplos de una actitud nuevahacia el trabajo, sobre todo en las localidades y enlas colectividades laborales.

Tenemos todas las condiciones necesarias paraseguir consolidando el nuevo régimen. En nuestropaís se afirmó sólidamente una dictadura del pro-

2 El proceso de cooperativización en todo Vietnam sedesarrolló por etapas. En el Norte, la colectivizacióndel campesinado concluyó, en lo esencial, en 1960. Enlas zonas litorales de Vietnam Central y en la MesetaCentral, o sea, en las regiones controladas por el FrenteNacional de Liberación de Vietnam del Sur, donde enlos años de la lucha armada se habían realizado trans-formaciones socio-económicas, la cooperativización ter-minó en 1978-1979. En las provincias del Sur, en lo fun -damental , en 1985.

letariado que ha salido airosa de duras pruebas enel crisol de una lucha que se prolongó por muchosaños. El pueblo vietnamita es conocido por sus tra-diciones revolucionarias, su espíritu de libertad ysu disposición de servir abnegadamente a la Patria.El Partido Comunista (más de un millón 800 milafiliados), vanguardia marxista-leninista de los tra-bajadores, templada y experimentada en la lucha,tiene el amor y la confianza absoluta de las masas.Las posiciones clave en la economía nacional lepertenecen al Estado que concentra en sus manoslos principales medios de producción y las palancasdecisivas en el campo de la propaganda, la enseñan-za y la cultura. En el curso de las transformacionesrevolucionarias hemos atesorado una experienciarica y valiosa. Se fortalece la cooperación con laUnión Soviética y otros países fraternos, al igualque con las más vastas fuerzas progresistas del pla-neta. Podemos concluir que el socialismo va ganandoposiciones cada vez más firmes en nuestro país.Y este proceso coincide con las tendencias objetivasde la historia.

Por supuesto que el PCV no cierra los ojos a lasdificultades y las fallas. Hasta hoy, la economíavietnamita se caracteriza por una base material ytécnica débil, el predominio del trabajo manual y labaja productividad. Es pequeña la parte correspon-diente a la gran industria, especialmente la pesada,que todavía no está en capacidad de proporcionarmedios de producción a la economía nacional. Laindustria y la agricultura no están vinculadas comodeberían estarlo, no forman una estructura única.Por ahora es imposible asegurar la reproducciónampliada y satisfacer todas las demandas vitalesde la población solamente a expensas del productonacional bruto, sin atraer recursos desde el exterior.Está insuficientemente articulado el sistema de ges-tión económica. Se dejan sentir el burocratismo, elcentralismo excesivo y el departamentalismo.

La vía principal para superar las dificultades pasapor la incorporación activa del pueblo a la edifica-ción socialista. «El Estado de la dictadura del pro-letariado debe desarrollar el derecho de los traba-jadores a la gestión colectiva,. .. conjugar de lamanera más estrecha la transformación con la cons-trucción a fin de formar nuevas relaciones de pro-ducción, crear fuerzas productivas, afirmar el nuevorégimen, la nueva economía y la nueva cultura,educar el nuevo hombre socialista»3.

Nuestra tarea es convertir la producción pequeñay atrasada en una gran producción socialista, llevaradelante la industrialización y seguir transformandola agricultura sobre bases colectivistas. Como en-señaba Lenin, el socialismo debe vencer al capita-lismo precisamente por una mejor organización ydirección.

Esta es la razón por la cual los plenos del CCdel PCV celebrados en los últimos tres años, hanadoptado una serie de medidas encaminadas a re-organizar la economía, crear un mecanismo econó-mico dinámico que permita movilizar todas las ca-pacidades productivas y aprovechar las reservas la-borales, los recursos naturales y otras riquezas na-

3 Disposición del IV Pleno del CC del PCV, del 24 dejunio de 1983. Hanoi, 1983, p. 17 (en vietnamita) .

clónales. Se garantizará el paso definitivo a unsistema de dirección, cuyo eslabón central será laplanificación conjugada con la autogestión econó-mica, la independencia y la iniciativa de los colec-tivos laborales.

La tarea prioritaria: defenderla independencia

El rumbo socialista de nuestro país ha encontradosiempre la encarnizada resistencia del imperialismoy de la reacción interna y externa, que no abando-nan sus esperanzas de restaurar el capitalismo yaprovechan toda oportunidad para debilitar el poderdel pueblo. En la actualidad, la defensa de la inde-pendencia y la soberanía nacionales sigue siendouna tarea primordial. Nos vemos obligados a hacerfrente a los agresores extranjeros y sus cómplicesen el interior. La propia vida confirma constante-mente que es correcta esta conclusión, a la quellegó nuestro partido: «el carácter agudo y com-plejo de la lucha de clases en el contexto de lastransformaciones socialistas se manifiesta no sóloen la lucha por convertir a los elementos burguesesen trabajadores, sino también en la lucha contralos elementos hostiles al socialismo que tratan detorpedear las transformaciones socialistas»4. Los ad-versarios del Vietnam popular en el exterior hacenbloque con todos los elementos reaccionarios delinterior y les incitan a la subversión.

Lamentablemente, éste es el enfoque político denuestra vecina del Norte, China, que impulsa a losEstados de la ASEAN, especialmente a Tailandia,a enfrentarse con Vietnam, Laos y Kampuchea. Enterritorio chino se da refugio a la contrarrevoluciónvietnamita y desde allí se infiltran en nuestro paísbandas armadas. Pequín sigue apoyando la actividadterrorista de la sangrienta camarilla de Pol Pot ex-pulsada de Kampuchea y no ha cejado en sus in-tentos de reanimar el cadáver político de la llamadaKampuchea democrática. La guerra subversiva contraVietnam abarca todas las esferas: política, económi-ca, ideológica y cultural. Su objetivo es extenuarnuestro país, provocar desórdenes y subordinar a lospueblos de Vietnam, Laos y Kampuchea a la influen-cia de China.

Sin embargo, es imposible tomar por sorpresa alpueblo vietnamita, que se mantiene vigilante y estádispuesto a combatir con decisión cualquier pérfidodesignio. El nuevo régimen es sólido, y nadie serácapaz de dar marcha atrás a su desarrollo. Le Duan,Secretario General del CC del PCV, señalaba: «Te-nemos suficientes fuerzas espirituales y materialespara cumplir con éxito dos tareas estratégicas:construir el socialismo y defender la Patria»5. ElEstado seguirá fortaleciendo la capacidad combativade sus Fuerzas Armadas, garantizando la seguridadnacional y repeliendo resueltamente toda acciónsubversiva contra la república.

Apoyamos la posición que el Gobierno soviético

4 III Congreso del Partido de los Trabajadores de Viet-nam [nombre del PCV hasta diciembre de 1976. — N. dela Red.). Hanoi, 5-12 de septiembre de 1960.

5 Nan dan, 27 de febrero de 1986.

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expuso en su Declaración de abril de 1986: la basepara mantener relaciones de amistad y fortalecerla confianza y la comprensión mutua entre los pue-blos de Asia y el Pacífico puede y debe ser el desa-rrollo de una cooperación equitativa y abierta paratodos, y no la confrontación de los países. Con esteenfoque —en el que están interesados todos lospueblos— no puede haber lugar para la creaciónde bloques, contrabloques o todo tipo de «ejes» y«triángulos», para la formación de agrupaciones ce-rradas, el proteccionismo y las medidas discrimina-torias en las relaciones comerciales y económicas.

Peculiaridades de la confrontaciónde clases

La solidez del nuevo régimen y su consolidaciónrelativamente rápida pueden explicarse en ciertamedida por el hecho de que el capitalismo en Viet-nam no alcanzó altos niveles de desarrollo. Opri-mido por el imperialismo internacional, el capita-lismo vietnamita era débil política y económica-mente. En el Norte, la burguesía nacional, que poseíauna propiedad bastante modesta, se subordinó ensu mayoría a las transformaciones socialistas, sinque fuera necesario recurrir a la violencia. La revo-lución se consumó por la vía pacífica. En el Sur,la burguesía intermediaria se desprestigió completa-mente ante los ojos del pueblo debido a su colabo-ración con el imperialismo norteamericano. Despuésde la liberación, muchos representantes de esta cla-se explotadora, lo mismo que numerosos terratenien-tes feudales huyeron al exterior, donde hasta hoysirven celosamente a sus amos de allende el océano.La emigración reaccionaria no tiene escrúpulos paraorganizar sabotajes y actos subversivos contra larevolución vietnamita y su propio pueblo. El restode los capitalistas del Sur aceptaron las demandasdel nuevo poder.

Las transformaciones socialistas minaron las baseseconómicas del capitalismo. Muchas grandes empre-sas privadas pasaron a ser propiedad del Estadoo se convirtieron en empresas mixtas, mientras quelas medianas y pequeñas, dedicadas fundamental-mente a la producción de artículos de amplio con-sumo u ocupadas en la esfera de los servicios, hanquedado temporalmente en manos privadas, perofuncionan bajo la dirección y el control del Estado G.

Sin embargo, como consecuencia de las dificulta-des objetivas del desarrollo y debido a nuestrasfallas administrativas, la burguesía, especialmente lacomercial, ha podido recuperar en cierta medida susfuerzas y consolidar sus posiciones. Dispone todavíade un considerable potencial económico y mantienerelaciones con el capital internacional.

Los elementos burgueses obstaculizan por todoslos medios los cambios socialistas. Se oponen al re-gistro y el control, dispersan su propiedad y recu-rren a toda clase de estratagemas para burlar la

6 Según la línea del PCV, durante algún tiempo en larepública se mantendrá una economía multlsectorlal (enel Norte, tres sectores: público, colectivo e individual;en el Sur, además de los mencionados, el mixto y eldel capital privado). —N. de la Red.

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ley y obtener el máximo de beneficios. Especulan,elevan artificialmente los precios de la venta al pormenor y bajan los de la compra al por mayor, tra-tan de evadir impuestos, malversan los recursospúblicos, falsifican la moneda y utilizan formas ca-mufladas para explotar a los trabajadores. No tienenescrúpulos en dedicarse al contrabando de divisas,oro, plata y drogas, tienen nexos criminales conhombres de negocio extranjeros, incitan a las per-sonas inestables a emigrar, ayudándoles a abandonarel país por canales secretos. Incluso tratan de so-bornar a algunos cuadros, buscando desviarlos desus firmes posiciones de clase. En otras palabras,los representantes de las clases explotadoras, quetodavía subsisten, para lograr sus objetivos egoístas,aprovechan de manera criminal las dificultades quesurgen en la vida del pueblo.

La lucha sin cuartel entre las dos vías de desa-rrollo es determinada también por otra circunstan-cia muy significativa: la amplia difusión de la pe-queña producción mercantil. El campesinado, losartesanos y los pequeños comerciantes constituyenla mayoría de la población vietnamita. Fueron lafuerza principal en la revolución nacional, demo-crática y popular y siguen siendo, en su masafundamental, aliados de la clase obrera en el pe-ríodo de transición al socialismo. La alianza entreobreros y campesinos es la base más importantepara todas nuestras realizaciones.

Al mismo tiempo, no debe olvidarse que la natu-raleza social de los pequeños productores es dual.Esta circunstancia fue señalada ya por el III Con-greso del PCV: «El trabajo es el rasgo fundamentalque determina su naturaleza. Desde este punto devista, son capas de la población que están por elsocialismo, los aliados más seguros y más próximosde la clase obrera en la revolución socialista. Pero,al mismo tiempo, ellos representan a los pequeñosproductores de mercancías, que desarrollan una eco-nomía individual. Desde este punto de vista, en ellosse observa, en mayor o menor grado, la tendenciaa un desarrollo capitalista espontáneo, que se ma-nifiesta con especial nitidez en las capas altas delcampesinado medio acaudalado, en parte de los pe-queños propietarios y en los pequeños comercian-tes»7.

La experiencia del Norte y del Sur demuestra queson justamente los campesinos medios, que poseenfondos productivos, ganado, aperos y hábitos de tra-bajo, los que se encuentran ante un dilema y vacilancuando se trata de avanzar hacia el socialismo. Comoregla general, gran parte de los pequeños comer-ciantes están influenciados por la burguesía y, a me-nudo, con sus acciones provocan desórdenes en laesfera de la producción y la distribución. Algunosde ellos se convierten en nuevos ricos.

¿Qué táctica ha escogido el partido respecto aestas clases y capas de la población? Por una parte,luchar contra quienes abrazan posiciones abierta-mente antisocialistas y, por otra, cambiar la propianaturaleza social de estas personas, convirtiéndolasen trabajadores que compartan los principios bá-

1 III Congreso del Partido de los Trabajadores de Viet-nam, p. 52.

sicos del nuevo régimen, mediante la transforma-ción de la pequeña producción sobre principios so-cialistas y la incorporación voluntaria y gradual delos campesinos al trabajo colectivo, utilizando paraello formas flexibles.

Nos hemos persuadido en la práctica de que, parasuperar el carácter espontáneo pequeñoburgués, esnecesario seguir consolidando el sector socialista dela economía y perfeccionando la gestión económica.Las tareas inmediatas son: asegurar para este sec-tor posiciones dominantes en el mercado, estabili-zar gradualmente los precios, reorganizar el comer-cio y el sistema de acopios de tal manera que elEstado disponga de la mayor parte de la produc-ción mercantil de la agricultura y la explotaciónforestal, la pesca, la pequeña industria, la artesaníay todo cuanto produzcan las empresas estatales.

Seguiremos desplegando una gran labor esclare-cedora y educativa. Esto ayudará a la gente a com-prender más claramente que la falta de alimentosy el desempleo son consecuencia directa del anti-guo régimen social; que la especulación, el contra-bando y otros fenómenos ilícitos concomitantes conel afán de lucro inherente a la propiedad privada,causan un serio daño al país, y que la desorganiza-ción y el egoísmo son incompatibles con la moralde los constructores de la nueva sociedad.

Nada podrá detener el avance progresivo

En la esfera política e ideológica, nuestro enemi-go de clase ataca todos los días y a cada hora elcurso del Partido Comunista, cuestionando el aciertode la opción hecha por nuestro pueblo, denigrandola vía socialista de desarrollo e intentando resucitarla oposición política interna. Procura desacreditara los dirigentes de la república, provocar una divi-sión entre el partido y las masas, debilitar la alian-za de los tres países hermanos de Indochina, rom-per los vínculos que unen a Vietnam con la UR6Sy otros Estados de la comunidad socialista, aislarnosdel movimiento revolucionario mundial y deformarla clara imagen de la revolución vietnamita antelos ojos de la humanidad progresista.

Se trata de imponer a los vietnamitas ideas ex-trañas y el modo de vida del otro lado del océanoque supone el enriquecimiento de unos a cuentade otros, el afán de lujo y el libertinaje. Los ene-migos tratan de utilizar para sus fines egoístas tam-bién la religión, y buscan reanimar los prejuiciospatriarcales contraponiéndolos a la realidad socia-lista. Quisieran que nuestra cultura obedezca a pa-trones «occidentales» y tienden sus redes sobre todopara la juventud.

El partido analiza constantemente la situación.El Informe Político al V Congreso del PCV señalaba:«En estos momentos, en la esfera de la cultura, laideología y el modo de vida se libra una lucha dia-ria, y en extremo complicada, entre dos vías: lanueva y la vieja, la avanzada y la atrasada, la pro-gresista y la reaccionaria, y nosotros no podemossubestimar esta lucha»8.

La confrontación de las fuerzas revolucionarias y8 V Congreso del Partido Comunista de Vietnam. Hanoi,

27-31 de marzo de 1982.

contrarrevolucionarias en Vietnam está estrechamen-te vinculada a los agudos y encarnizados enfrenta-mientos de clase en todo el planeta. Creyendo po-der recuperar sus posiciones, el imperialismo y lareacción internacional aún no han sacado las en-señanzas del pasado y tratan de navegar contracorriente. La situación en el mundo se ha agudizadocomo nunca debido a la peligrosa política de loscírculos gobernantes de EE.UU. que buscan alterarel equilibrio militar-estratégico establecido en elmundo, extender la carrera armamentista al espacio,imponer la voluntad suya a los países soberanos einmiscuirse groseramente en sus asuntos internos.

Sin embargo, nada podrá detener la tendenciaal desarrollo progresivo. La imagen del mundo con-temporáneo ha experimentado y experimenta pro-fundos cambios como resultado del impresionantefortalecimiento de las corrientes revolucionarias denuestra época y su poderosa influencia en todoslos aspectos de la vida de la humanidad.

Los congresos de los partidos comunistas y obre-ros de los países socialistas, celebrados reciente-mente, determinan las tareas relacionadas con elconsiderable incremento del potencial socio-econó-mico de los Estados hermanos. Nosotros tambiénlo haremos en nuestro próximo congreso. El logrode los objetivos trazados contribuirá, sin duda algu-na, a que se siga modificando la situación interna-cional y dará nuevo impulso a la lucha de los pue-blos por la paz, la independencia, la democracia yel socialismo.

La República Socialista de Vietnam seguirá conso-lidando sus lazos de amistad y su multifacéticacooperación con la Unión Soviética y otros paísessocialistas, desarrollando la solidaridad y la frater-nidad militante con Laos y Kampuchea y ampliandolas relaciones interestatales sobre los principios dela independencia, la soberanía y el beneficio mutuo.Esto garantizará el avance exitoso de nuestra Patriahacia el socialismo, así como la victoria sobre lasfuerzas de la contrarrevolución y la reacción.

VIENTOS FRESCOSEN EL MOVIMIENTOOBRERO DE EE.UU.

GEORGES MEYERS,miembro del Buró Político del CCdel Partido Comunista de los EE.UU.

EN SU INFORME sobre el Estado de la Naciónque dirigió al Congreso de EE.UU. en febrero, elPresidente Reagan declaró que la economía deEE.UU. «es más sana que lo que ha sido durante

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décadas». En lo que se refiere a la bolsa de valo-res, allí sí se registraron nuevos aumentos. Conti-nuaron elevándose vertiginosamente los beneficiosde los más grandes bancos y corporaciones. Unainyección de centenares de miles de millones dedólares mantuvo la prosperidad en la industria «dela defensa». Es verdad que en los Estados Unidosde Reagan los ricos se hacen aún más ricos. Pero,¿qué sucede con los trabajadores? Para ellos, lasrealidades de la vida presentan justamente el re-verso de la medalla.

Su nivel de vida ha descendido de manera drás-tica. A partir de 1977, el promedio de los ingresosdestinados a gastos personales ha disminuido real-mente, como mínimo, en el 13%, y 34 millones depersonas (14,4% de la población) viven en la mayormiseria. Millones de ciudadanos sin hogar se venforzados a vivir en las calles. Un reciente estudiorealizado por el Departamento de Comercio revelóque más de los dos tercios de las familias norte-americanas viven muy por debajo del nivel deter-minado por el propio Gobierno como «aceptable».

La actual Administración despilfarra miles de mi-llones de dólares maquinando «guerras de las ga-laxias» y otras aventuras militares. Sólo en 1987se prevé gastar 303 mil millones de dólares enproyectos militaristas. Al mismo tiempo, los gran-des recortes a los fondos para las necesidades so-ciales han agudizado la crisis en el campo de lasanidad, la educación, la construcción de viviendas,la agricultura y los programas de ayuda a los de-sempleados y necesitados. Los impuestos a los ricosy las corporaciones disminuyeron en el 20%, mien-tras los impuestos a los trabajadores subieron en lamisma proporción.

Después del mensaje optimista del Presidente alCongreso, el débil ascenso registrado en el cicloeconómico comenzó a declinar. Tuvieron lugar nue-vos cierres y despidos en las industrias del auto-móvil, el acero y otras ramas básicas. La industriadel petróleo sufre una depresión. Los títulos de losartículos aparecidos en AFL-C10 News ofrecen uncuadro más preciso del «estado de la nación» eneste año: «La recuperación económica patina. Lacrisis del empleo se profundiza en 25 Estados»;«Lento crecimiento aumenta el peligro de nuevarecesión»; «Las corporaciones utilizan la reducciónde los impuestos para aumentar sus ganancias yno los empleos»; «La ola más alta de desempleoen la era reaganiana».

El desempleo se mantiene a niveles permanente-mente altos, que sólo hace unos cuantos años atráseran considerados propios de los períodos de seriarecesión. La Oficina de Estadísticas Laborales deEE.UU. admite que para marzo de 1986 la tasa ofi-cial de desempleo fue del 7,2% de la poblaciónactiva (o sea, de 8,5 millones de personas). Sinembargo, hace ya tiempo los datos oficiales susci-tan sospechas. Los economistas en materia de tra-bajo estiman que el número de «gente sobrante»se acerca a los 15 millones. Como se sabe, el Go-bierno no toma en cuenta para nada a los 2 millo-nes de «desesperados» que ya han perdido las es-peranzas en una búsqueda vana de empleo. Millones

de norteamericanos se ven obligados a trabajar amedio tiempo. Si una persona está ocupada aunquesólo sea una hora a la semana, ya no se lo cuentaentre los desempleados.

En un informe de la dirección de la AFL-CIO asu reciente convención (octubre de 1985) se handetallado gráficamente los sufrimientos que el de-sempleo impone a los trabajadores y sus familias:«El desempleo tiene efectos terribles para la vidade la gente en términos de estabilidad social yconsecuencias para su salud. La pérdida del tra-bajo está estrechamente ligada con la depresión,el insomnio, la pérdida de la confianza en sí mis-mo, los problemas matrimoniales, el divorcio y elmaltrato a los hijos. El profesor Harvey Brennerde la Universidad de John Hopkins estableció queun incremento del desempleo en el 1,4% fue lacausa directa de 51.570 muertes, incluyendo 26.440ataques del corazón, 1.740 homicidos y 1.540 suici-dios. Este aumento fue el responsable directo de7.660 ingresos adicionales en las prisiones de losEstados y de 5.520 hospitalizaciones en los mani-comios de los Estados»1.

Sólo un tercio de los desempleados oficialmenteregistrados tienen derecho a un subsidio inadecuadoy por un breve período. El resto se ve obligadoa confiar en la caridad, la ayuda familiar o laslimosnas de la asistencia social.

El gran capital pasa a la ofensiva

La crisis estructural que afectó a las industriasbásicas tiene una influencia funesta en las comu-nidades obreras. Un informe preparado en febrerode 1986 por el Departamento de Estimaciones Tec-nológicas, instituido por el Congreso, ha constatadoque en cinco años, de 1979 a 1984, se eliminaron11,5 millones de empleos debido al cierre de fábri-cas, minas y otras plantas. Desde 1979 se ha supri-mido el 50% de los empleos en las principales em-presas de la industria del acero y una terceraparte, en las de la industria automotriz. Dos terciosde los trabajadores de las minas y la industria delcobre han perdido su trabajo, mientras que nuestropaís importa el 90% del cobre desde Chile, gober-nado por el régimen fascista de Pinochet.

La causa principal de esta desastrosa situaciónes la exportación masiva de capitales por las trans-nacionales y los bancos de EE.UU. En su avidez porobtener máximos beneficios, los transfieren a cual-quier país donde los sindicatos sean débiles y lossalarios bajos, donde no haya derecho a la huelga,las concesiones tributarias sean ventajosas y noexistan regulaciones molestas en materia de saludy seguridad del trabajo. Se da preferencia a los«Estados clientes» donde brutales dictaduras mili-tares se mantienen en el poder sólo gracias a laasistencia militar y económica del Gobierno deEE.UU.

Un estudio especial aparecido en Business Week,

1 Report of the Executive Council of the AFL-CIO.Sixteenth Convention, Anaheim. Washington, 1985, p. 134.

órgano de los círculos de negocios, describe una«nueva variedad de compañías» en EE.UU.: «.. .firmasmanufactureras que manufacturan poco. Importanpiezas de repuesto o productos acabados de paísescon bajos salarios, pegan en ellos sus propias mar-cas y los venden en América». La revista mencionaalgunos ejemplos. Por ejemplo, para finales de esteaño la General Electric (G.E.) va a cerrar sus últi-mas plantas de televisores en EE.UU. La G.E. pro-ducirá todos sus aparatos de aire acondicionado enCorea del Sur. Ya importa sus hornos de microondasdel Japón. Importa también la mayor parte de suselectrodomésticos, así como un porcentaje sustan-cial de sus generadores pesados y sus dinamos, deempresas extranjeras que le pertenecen o con lascuales tiene acuerdos de licencias altamente bene-ficiosos para ella. Hace poco la G.E. se fusionócon otro gigante de la industria electrónica, la Ra-dio Corporation of America, con el fin de sacarla mayor tajada posible del pastel de la «guerrade las galaxias».

Cabe señalar que de los 10 millones de puestosde trabajo creados entre 1979 y 1984, la mayoríacorresponde a la esfera de los servicios, el comerciomayorista y minorista, las instituciones financieras,etc. Estos sectores se caracterizan por su bajo nivelde salarios y sindicalización. Los obreros que hanperdido su trabajo en la industria, se ven obligadosa aceptar salarios reducidos en un 30-40% con res-pecto al que percibían anteriormente. Además, unalto porcentaje de los nuevos empleos correspondea personas que trabajan parte de la jornada y aobreros «temporales», que reciben salarios muchomás bajos, están privados de todo privilegio y tie-nen protección sindical insignificante o carecen porcompleto de ella.

El desmantelamiento por Reagan del Sindicato deControladores del Tráfico Aéreo dio luz verde a laintensificación de la ofensiva antiobrera. Tan pron-to como fue elegido, Reagan comenzó a derogartodas las leyes conquistadas por los obreros duran-te los últimos 50 años y llamadas a asegurar enalgún grado la protección del derecho al trabajo.Nunca satisfechas, las corporaciones están presio-nando al Congreso para que adopte una nueva legis-lación antiobrera, que revoque el derecho de loshuelguistas a organizar piquetes.

Reed Larson, líder ultraderechista de la organi-zación antisindical, «Comité por el Derecho al Tra-bajo» (con salarios reducidos, agregan los obreros),señaló con satisfacción en la revista IndependentCoal Leader, editada por las compañías mineras,que «había aparecido un nuevo e influyente aliadoen la lucha contra las demandas excesivas de lossindicatos. Es la Comisión Presidencial para Pro-blemas del Crimen Organizado. Ella, que se ha uni-do con el FBI y el Departamento de Justicia deEE.UU., se ocupa ya de una relación impresionante»de cuestiones, y apoya a la mencionada legislaciónantiobrera.

El gran capital no deja de buscar nuevas víaspara atacar a los sindicatos, reducir los salarios yempeorar las condiciones de trabajo. Por ejemplo,las corporaciones lanzaron una campaña nacional

por el establecimiento del sistema de salarios de«dos niveles». Lo que pretenden es forzar a lostrabajadores a aceptar que los nuevos obreros con-tratados realicen el mismo trabajo, pero recibansalarios inferiores. Los sindicatos ven en esto unaseria amenaza no sólo para las tarifas salarialesexistentes, sino también para la unidad de los tra-bajadores. Muchos sindicatos nacionales declararonque ni siquiera van a considerar semejantes pro-puestas.

La «contratación al margen» es otra maquina-ción utilizada contra los sindicatos con miras areducir los salarios. El trabajo que antes era reali-zado por los trabajadores de una u otra empresa,afiliados a un mismo sindicato, ahora se hace «almargen», encargándolo por partes a empresas conbajos salarios y no sindicalizadas. La «contrataciónal margen» amenaza los propios cimientos del sin-dicalismo industrial. La Administración Reagan haceotro tanto en las empresas públicas a través dela «privatización», es decir, cediendo sus responsa-bilidades a las compañías privadas para así poderobtener beneficios.

En los años 80, los tribunales concedieron a lascorporaciones el derecho de abrogar los convenioscon los sindicatos mediante la simple declaraciónde bancarrota. De esta manera, pueden inmediata-mente imponer grandes recortes salariales y norespetar los convenios laborales. Los bancos conspi-ran frecuentemente con las compañías, que utilizanesta indignante práctica para presionar a los obre-ros. La práctica es la siguiente. Una compañía reci-be préstamos de un banco. Luego, éste anuncia queno le concederá más crédito hasta que la compañía«no sea más rentable». La empresa exhorta inmedia-tamente al personal a hacer «sacrificios» para «sal-var la compañía y sus propios puestos de trabajo».Incluso la amenaza de declararse en bancarrota esutilizada para obligar a los trabajdores a aceptarla «cooperación», independientemente de si la em-presa es rentable o no.

Veamos otra maquinación contra los sindicatos:las compañías, aún antes de que ellas considerenel problema de las nuevas inversiones para la mo-dernización de la planta, exigen que los sindicatosacepten un recorte salarial, que por lo general es,como mínimo, del 20%. Luego demandan que elmecanismo de arreglo de los conflictos sea elimi-nado para solucionar las controversias por mediode la «coparticipación» entre los obreros y la ad-ministración. Su siguiente requerimiento es que elsistema de clasificación profesional sea anulado.Esto le permite a la empresa trasladar indiscrimina-damente a los trabajadores de un puesto de trabajoa otro. Esta práctica, que fuera impuesta por pri-mera vez por la General Motors al Sindicato Unifi-cado de Obreros de la Industria del Automóvil an-tes de comenzar la construcción de la nueva plantade Saturn, se ha extendido a otras compañías eindustrias.

En los años 50, durante la «guerra fría», el golpeprincipal se asestó contra el sistema de los sindi-catos de taller. Ahora, las corporaciones otra vezse han lanzado al ataque en un nuevo esfuerzo por

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destruirlo. Muchas de ellas insisten en que los con-flictos laborales sean regulados sólo por «gruposcon la participación de los obreros y la adminis-tración», lo cual no es sino una variedad del sin-dicalismo controlado por las compañías. En todoel país, los empresarios se niegan a resolver in-cluso los conflictos más sencillos a nivel de taller.Por doquier ya se han acumulado literalmente mi-les de litigios pendientes.

La ofensiva en gran escala contra los sindicatosfue lanzada también bajo la consigna de «hacercompetitivas» las mercancías norteamericanas, fren-te a las importadas de los países con bajos sala-rios. En muchos casos, esa «competencia» provienede fábricas y plantas extranjeras pertenecientes alas propias transnacionales y a los bancos de EE.UU.Se trata de un intento de «transnacionalizar» lasrelaciones laborales y reducir los salarios y lascondiciones de trabajo de los obreros de EE.UU. aun denominador común lo más bajo posible.

Más de mil firmas que dan «consultas acerca deproblemas laborales» están diseminadas por todoel país. Integradas por abogados, especialistas enpublicidad, psicólogos y otros profesionales, estasfirmas tienen la función de aconsejar a las corpo-raciones sobre cómo hacer fracasar las huelgas,dominar a los sindicatos y bloquear la sindicaliza-ción. En caso de necesidad, contratan a esquiroles,bandidos armados, provocadores y espías, alquilanvehículos blindados para romper las huelgas. Elempleo de la policía de a pie y de a caballo y deguardias nacionales es algo común y corriente entodas partes del país.

La incorporación de los trabajadores no organi-zados a los sindicatos es ahora un problema impor-tante. El número de miembros de la AFL-CIO seredujo del 24% al 18% del total de asalariados.A pesar de que durante los dos últimos años másde un millón de trabajadores ingresaron a los sin-dicatos, el número total de afiliados continuó dis-minuyendo. Esto se debe tanto a la crisis estruc-tural que privó de empleo a millones de trabajado-res en las industrias básicas (con un alto nivel deorganización), como a la intensa campaña anti-sindical de las corporaciones.

Respuesta a las arbitrariedadesde los monopolios

Con la firme decisión de continuar luchando, lostrabajadores están rechazando los ataques masivoscontra su nivel de vida y sus derechos sindicales.Sus ánimos se reflejan en las batallas huelguísticasque tienen lugar en todas partes del país: en lasindustrias del acero y del automóvil, cárnica y ali-mentaria, en la minería, la química, la construcciónde maquinaria, el transporte, los astilleros. La in-dustria armamentista tampoco es una excepción.

Se puede mencionar ejemplos brillantes de estalucha.

Durante un mes 8.500 miembros del SindicatoUnificado de Trabajadores del Acero realizaron unahuelga en siete empresas de la Wheelling—Pittsburg

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Steel Co., como respuesta a la decisión arbitrariade la empresa de, una vez declarándose en banca-rrota, anular el convenio con el sindicato, reducirdrásticamente los salarios y hacer caso omiso delas normas de trabajo establecidas.

Los trabajadores de los astilleros de Bath (Esta-do de Maine] llevaron a cabo una combativa huelgade varios meses contra los intentos de imponerlesel sistema de remuneración de «dos niveles».

Durante 15 días estuvieron en huelga 60.000 tra-bajadores de la Chrysler Corporation, a fin de im-pedir la reducción de los empleos como resultadode la «contratación al margen».

Los miembros del Sindicato Unificado de Traba-jadores de la Industria del Automóvil pararon unagran fábrica de montaje de la Chrysler en St. Louis.Esta huelga no permitió a la compañía imponer unprocedimiento de arreglo de los conflictos que hu-biera debilitado la capacidad del sindicato de defen-der los intereses de los trabajadores a nivel detaller.

La huelga de mineros en la región de los Apala-ches se extendió a muchas minas pertenecientes ala compañía Massey Goal. Durante un año los obre-ros opusieron valerosa resistencia a la policía delEstado y a los mercenarios de la compañía, arma-dos y pertrechados con vehículos blindados.

8.500 miembros del sindicato de la industria demaquinaria realizaron una huelga contra la UnitedTechnologies en Hartford (Estado de Connecticut).Esta compañía, la principal fabricante de motorespara aviones, estuvo hasta hace poco encabezadapor el general Alexander Haig, antiguo Secretariode Estado.

En la planta de la General Electric en Lynn (Es-tado de Massachusetts), la patronal comenzó a per-seguir sistemáticamente a los activistas sindicalesde taller. Una exitosa huelga de dos semanas laobligó a renunciar a semejante práctica...

Las estadísticas oficiales del Gobierno no reflejanel número total de participantes en el movimientohuelguístico. Por cuanto los monopolios han des-truido el sistema de convenios a nivel sectorial,los trabajadores se ven obligados a luchar contracada compañía por separado y, con frecuencia, encada empresa. Como resultado, en muchas huelgasparticipan menos de mil obreros. Y la Administra-ción Reagan decidió no incluir dichas huelgas ensus estadísticas.

La solidaridad se ha convertido en una consignadel movimiento sindical. Las huelgas y otras luchasson apoyadas rápidamente por el movimiento obreroy sus aliados. Las organizaciones locales y los ór-ganos centrales de los sindicatos recogen en lasempresas y las comunidades obreras dinero, ali-mentos, ropa y medicamentos para los huelguistasy sus familias. Cuando los piquetes son atacados,acuden en su ayuda los camaradas de otros sindi-catos. En cierta ocasión, la compañía Wheelling—Pittsburg Steel intentó abrir sus empresas a losesquiroles, pero centenares de mineros y otros obre-ros se adhirieron al bloqueo de las entradas delas fábricas.

Un reciente ejemplo de solidaridad fue la huelgaque 50 mil ferroviarios declararon en abril pasadoen apoyo a la lucha de sus camaradas contra lasacciones antisindicales emprendidas por la MaineCentral Railroad, propiedad de la familia monstruo-samente rica de los Mellon.

Incluso Lañe Kirkland, Presidente de la AFL-CIO,y otros líderes de las centrales nacionales y lossindicatos de muchos Estados ahora consideran ne-cesario unirse a los piquetes para demostrar suapoyo a los huelguistas.

Cambios en los sindicatos

La combatividad de la clase obrera ha ejercidouna profunda influencia en todo el movimiento sin-dical. En éste aún se deja sentir la política de«coparticipación de clases» y proimperialista, perosus partidarios han tenido que pasar a la defensivaAhora son mucho más fuertes esas tendencias po-sitivas que surgieron con la histórica marcha delos 500 mil realizada el 19 de setiembre de 19812,en el Día de la Solidaridad.

Estas tendencias se reflejaron en la última Con-vención de la AFL-CIO, a la que ya nos hemos re-ferido y que el Secretario General del Partido Co-munista de los EE.UU., Gus Hall, caracterizara como«la más antimonopolista, la más antirracista, la másIntransigente respecto a las transnacionales y lamás independiente políticamente».

La paz fue el tema principal de los debates. Sepresentaron numerosas resoluciones llamando a re-ducir los armamentos nucleares, congelar las armasnucleares y ratificar los Acuerdos SALT-2. Una re-solución exhortando a la reconversión económicade la producción de armas en favor de la produc-ción civil fue propuesta por el Departamento deSindicatos Industriales de la AFL-CIO. Una resolu-ción similar fue presentada por el Sindicato deTrabajadores de la Industria del Automóvil.

El informe de la dirección de la central sindicala la convención critica los gastos militares des-pilfarradores y llama a la unidad con las fuerzasde la sociedad en acciones políticas que tenganpor objetivo reducir el presupuesto de guerra. Enuna resolución adoptada por la convención se de-clara que no hay justificación para empujar alpueblo a la pobreza mediante la reducción de losfondos para las necesidades sociales, y se subraya:«Nosotros rechazamos el argumento de que no hayotra opción que no sea elegir entre el bienestargeneral o la defensa común»3.

Por primera vez en la historia de la AFL-CIO yde su predecesora, la AFL, la convención rehusósolidarizarse con la política del imperialismo deEE.UU. Por una aplastante mayoría de votos, losdelegados rechazaron el llamamiento de la direc-ción de apoyar la política de Reagan en Centro-américa y exigieron un arreglo político y no militar

2 En este día, la AFL-CIO patrocinó una marcha ma-siva a Washington con la consigna «Por Trabajo y Jus-ticia». —N. de la Red.

3 AFL-CIO. Resoluttons, Síxteenth Convention. Washing-ton, 1985, p. 13.

de la situación en torno a Nicaragua. La votaciónfue precedida por un violento debate durante elcual el Departamento Internacional de la AFL-CIOfue públicamente criticado por sus notorios víncu-los con la CÍA.

Después de la convención, 27 líderes de los sin-dicatos nacionales se opusieron enérgicamente alas exigencias de Reagan de que el Congreso auto-rizara 100 millones de dólares adicionales para los«contras» de Nicaragua. Sólo cinco dirigentes depequeños sindicatos se pronunciaron en apoyo aReagan. Lañe Kirkland guardó un elocuente silencio.

La convención demostró la creciente oposicióndel movimiento sindical al racismo y la discrimina-ción de la mujer. Los delegados reafirmaron la de-manda de eliminar la discriminación en la contra-tación y respetar el principio de salario igual portrabajo igual. Fue criticada acerbamente la políticaracista de la Administración Reagan.

Los sindicatos intensificaron su campaña contrael apartheid en Sudáfrica. Recientemente, la AFL-CIO y la Unión de Trabajadores de las Minas lan-zaron un boicot nacional contra la compañía ShellOil por sus actividades en África del Sur. El díadel 25° aniversario de la matanza de Sharpeville,se organizaron multitudinarios mítines anti-apartheiden las siete ciudades más grandes del país.

La lucha económica y política de la clase obrerase ha convertido en un todo único. Esto es másevidente que nunca, y la causa es la política anti-sindical y racista de la Administración Reagan.Desde que Ronald Reagan fuera electo a la presi-dencia, en 1980, el movimiento sindical ha intensi-ficado sus actividades en la esfera política. A pesarde la falta de una formación política que sea in-dependiente de uno de los dos partidos burgueses, elmovimiento está fortaleciendo activamente su apa-rato político en las bases.

Los sindicatos canalizan sus actividades electo-rales a través del Partido Demócrata. Pero, además,en cada sección local de los sindicatos y en susconsejos centrales se han organizado Comités deAcción Política destinados a explicar los problemasa los trabajadores, impulsarles a registrarse en laslistas electorales y votar por los candidatos apoya-dos por los sindicatos. Entre elecciones, los comitésdesempeñan un papel clave en la organización delapoyo masivo a la legislación protradeunionista.

En vísperas de las elecciones al Congreso, quetendrán lugar en el mes de noviembre de este año,los sindicatos trabajan en contacto con la comu-nidad afro-norteamericana y otros elementos demo-cráticos, en un esfuerzo por arrebatar el controldel Senado a Reagan y al Partido Republicano. Almismo tiempo, hay esperanzas de poder fortalecerlas posiciones de las fuerzas anti-Reagan en laCámara de Representantes.

Aunque los sindicatos trabajan en el marco delsistema bipartidista, se vuelven cada vez más críti-cos frente al Partido Demócrata, porque son cons-cientes de que tampoco se puede confiar en suapoyo eficaz en la lucha contra las grandes cor-poraciones. La AFL-CIO se ha reservado el derecho

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de intervenir en el proceso de selección de loscandidatos durante las elecciones primarias. Estaactitud irritó al aparato del partido tanto de losdemócratas como de los republicanos, que conside-ran que eso es prerrogativa exclusiva suya.

En los círculos sindicales se debate con calor elproblema de la independencia política. Bajo la cre-ciente influencia de concepciones socialdemócrataslas fuerzas centristas se han escindido. Algunosabogan por trabajar en el seno del Partido Demó-crata a fin de «capturarlo». Otros, se pronuncianpor fundar un partido independiente, puramentesocialdemócrata, aunque con una base reducida. Entanto que unos terceros, junto con las fuerzas deizquierda, consideran que es necesario crear unaorganización política dirigida por los sindicatos.Un partido de este tipo trabajaría también con lascomunidades afro-norteamericana y latinoamericana,con otras minorías étnicas oprimidas racialmente,así como con el movimiento por la paz, el movi-miento femenino por la igualdad y otros movimien-tos democráticos que forman parte de la coaliciónantimonopolista.

Imperativos internacionales

Hay una mayor comprensión de la amenaza quecrean las transnacionales norteamericanas al influiren la política exterior de EE.UU. La oposición cadavez más amplia a la política del imperialismo esta-dounidense se combina con la aspiración a hacermás estrecha la cooperación internacional de lossindicatos.

La protesta contra la política de Reagan en Cen-troamérica, —hecho evidente en la Convención dela AFL-CIO— está condicionada en grado conside-rable por la exportación de capitales norteamerica-nos a estos países. En el informe oficial a la con-vención se señala que «la exportación de capitaly tecnología... que perjudica a la economía deEE.UU., no debe ser promovida»4. La convenciónllamó a poner fin a toda política del Gobierno queestimule las inversiones de las transnacionales enel exterior, por ejemplo, a la política tributaria quefacilita esas inversiones, o al seguro de nacionali-zación. «Los intereses de los obreros, tanto nacio-nales como extranjeros, no se verán favorecidos sise ofrece una mayor protección a los círculos denegocios internacionales»5.

Richard Trumka, Presidente del Sindicato Unifi-cado de Mineros, fue invitado a la convención. Alhablar ante los delegados, declaró: «Ha llegado lahora de que luchemos por una política exterior queapoye a los trabajadores del mundo entero», y aña-dió: «si no lo hacemos, nos veremos a nosotrosmismos bajo el fuego de las corporaciones-especu-ladoras». Trumka condenó la política exterior deEE.UU., subrayando que ella está llamada a «ase-gurar a las corporaciones-especuladoras el controldel mundo» y «apoya a dictadores de toda laya quecrean un buen clima para los negocios manteniendo

4 Repon of the Executtve Councll of the AFL-CIO.Sixteenth Convention, Anahetm, p. 163.

s Ibtdem.

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salarios bajos e impidiendo a los trabajadores orga-nizarse». El discurso de Trumka fue acogido conuna cálida ovación por los mil delegados a la con-vención.

Después de la convención, la AFL-CIO se adhirióa la posición del Sindicato Unificado de Electricistas(encabezado por líderes progresistas] en apoyo delproyecto de ley presentado por el congresista DonPease, el cual prevé interrumpir la ayuda norte-americana a todo país que niegue el derecho fun-damental de los trabajadores a organizarse en sin-dicatos y declararse en huelga. El proyecto de leyse basa en el criterio de que «las importacionesde los países donde son pisoteados los derechosinternacionalmente reconocidos de los trabajadores,socavan las condiciones de vida y trabajo tanto enlos países en vías de desarrollo como en EE.UU.,porque las corporaciones internacionales indisponena unos trabajadores contra otros reduciendo al mí-nimo los costos de producción».

Al pronunciarse en favor del proyecto de Pease,los dirigentes sindicales más prestigiosos denuncia-ron el apoyo de EE.UU. a los gobiernos derechistasen Chile, Corea del Sur, Taiwan, Turquía y las Fi-lipinas (las sesiones tuvieron lugar antes de lacaída de Marcos), todos ellos receptores de las in-versiones de las transnacionales norteamericanas.Lañe Kirkland envió una carta abierta al PresidenteReagan exigiendo que ponga fin a toda ayuda a ladictadura de Pinochet en Chile, porque este régi-men priva a los trabajadores de sus derechos fun-damentales.

En los sindicatos se discute ampliamente cómofortalecer las relaciones con los trabajadores deotros países capitalistas desarrollados, de las na-ciones en vías de desarrollo y de los Estados so-cialistas. A este respecto, se intensificó la críticaal Departamento Internacional de la AFL-CIO, asícomo a los satélites sindicales de la CÍA, por ejem-plo, el Instituto Americano para el Desarrollo delSindicalismo Libre. Se cuestionó también la parti-cipación de funcionarios sindicales en las organi-zaciones proimperialistas como el Comité para elPeligro Presente y la Fundación Nacional para laDemocracia.

En la reunión de invierno del Comité Ejecutivode la AFL-CIO, varios dirigentes abordaron el pro-blema de la lucha contra las transnacionales. Seconvocó una conferencia de prensa para discutiresta cuestión específica. Al hacer uso de la palabra,el líder del Sindicato Internacional de Trabajado-res de las Industrias Petrolera, Química y Atómicase refirió a los intentos del consorcio germano-occidental BASF de aplastar a las organizacionessindicales en tres plantas que tiene en EE.UU. Undirigente del Sindicato Internacional de Trabajado-res del Cemento subrayó que la cooperación inter-nacional de los sindicatos era necesaria, entre otrascosas, porque el 40% del cemento utilizado enEE.UU. es producido por compañías francesas ygermanooccidentales. Un representante del Sindicatode Trabajadores de las Comunicaciones señaló tam-bién que el carácter internacional de la industriade las comunicaciones plantea la necesidad de man-tener contactos con los sindicatos de otros países.

Insistió en que deben eliminarse las barreras queimpiden los encuentros con los sindicatos dirigidospor los comunistas. «Por ejemplo —dijo—, son im-portantes los contactos sindicales entre EE.UU. yla URSS. ¿Por qué no establecer la cooperación?».

Pese a la política oficial de la AFL-CIO, el añopasado visitaron la Unión Soviética más dirigentessindicales de Estados Unidos que en los 20 añosanteriores. Las centrales sindicales de EE.UU. co-operan con las de Nicaragua, afiliadas a la FSM,en la defensa de la democracia en este país.

TODO LO SEÑALADO confirma que es correctoel Programa Sindical de nuestro partido, cuyo pri-mer proyecto fuera publicado el año pasado. ElPrograma señala aue soplan vientos frescos en lasfilas del movimiento obrero. Fermentación y revita-lización comienzan a reemplazar el estancamientoy la declinación que trajo la «guerra fría» de losaños 50. Las crecientes presiones desde abajo ori-ginan un auge del espíritu combativo.

El Programa subraya el papel de los comunistasen este nuevo contexto: «El movimiento obrero or-ganizado necesita al Partido Comunista por muchasrazones... Porque, debido a nuestra política prole-taria, somos la chispa del movimiento sindical. Nues-tra doctrina científica —el marxismo— ha demos-trado claramente el irreconciliable conflicto queexiste entre el capital, que busca los máximos be-neficios, y la clase obrera, que busca una vidadecente.

«Siendo partidarios de esta doctrina, rechazamosconsecuentemente los .subterfugios como los acuer-dos basados en las concesiones, el principio de larepartición de las ganancias, los Círculos de Contri-bución a la Calidad de la Vida y los programas deventa prioritaria de las acciones de las compañíasa sus obreros y empleados, en tanto que solucionesilusorias de problemas como el cierre de las em-presas y los despidos masivos. En todas las rela-ciones con las corporaciones, abogamos por unaposición de lucha de clases, sean el apoyo a lasreivindicaciones en los lugares de trabajo o la lu-cha en la mesa de las conversaciones o en la arenapolítica...

«Como comunistas, abogamos por mantener estre-chos vínculos fraternales con los sindicatos de otrospaíses, pues esas relaciones son mutuamente bene-ficiosas.

«El movimiento sindical logra sus más grandeséxitos cuando los comunistas y otras fuerzas deizquierda trabajan en armonía con los socialistasy otras fuerzas de centros sobre la base de pro-gramas acordados en común. Nos esforzamos porrevitalizar este proceso, que es esencial para revi-talizar el movimiento sindical»6.

El papel positivo y constructivo de los comunis-tas en el movimiento obrero va ganando un cre-ciente reconocimiento en todos sus niveles. Y esto,también, es una prueba de que en él «soplan vien-tos frescos».

6 Organtzed Labor. A Draft Traáe Union Program.Communlst Party. New York, 1985, pp. 29-30.

EL TUMOR MALIGNODEL MILITARISMO

Gerry van HOUTEN,miembro del CC, Director de Investigaciones del CCdel Partido Comunista del Canadá

DURANTE los dos años transcurridos desde queasumió el poder el gobierno conservador encabezadopor B. Mulroney se perfiló netamente un viraje a laderecha en la política interior y exterior del Ca-nadá. Se ha puesto rumbo al establecimiento de unrégimen de «libre comercio» con EE.UU., con susecuela de la acusada reducción de varios progra-mas sociales, incluido el seguro de desempleo. In-crementando el número de desempleados y bajandoel nivel de vida de quienes trabajan, los conserva-dores esperan tener amplias reservas de mano deobra barata, hacer más dura su explotación y elevarla competitividad de los monopolios canadiensesque soporten el paso al «libre comercio».

El Gobierno se esfuerza por atar más firmementeel país a la política militar y exterior estadouniden-se, a la carrera armamentista espoleada por Wa-shington. El elemento clave de los planes del im-perialismo norteamericano que tienen por objetoavasallar al Canadá es su industria de guerra, con-vertida prácticamente en rama del complejo militarindustrial de EE.UU.

El movimiento obrero y progresista de nuestropaís y los partidarios de la paz se dan cuenta cadavez con mayor inquietud de la ligazón existenteentre el «libre comercio», el cercenamiento de losprogramas sociales, la militarización de la economíay la subordinación del Canadá a los intereses delimperialismo norteamericano. La lucha por la pazpersigue por tanto no sólo el cambio de la orienta-ción del Gobierno, sino que también plantea el ob-jetivo de limitar la actividad de la industria de gue-rra nacional y del complejo militar industrial estado-unidense.

Prepotencia del «vecino poderoso»

Como es notorio, el término «complejo militar in-dustrial» se difundió ampliamente después de queel presidente norteamericano D. Eisenhower lo em-pleara, al abandonar su puesto en 1961, para desig-nar la fusión creciente de los intereses de los círcu-los militares y los monopolios especializados en lafabricación de armas. Los marxistas profundizaronla significación de este término, de modo que ennuestra interpretación refleja también el hecho de

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que los sectores militaristas del capital monopolistahan logrado ejercer una influencia considerable so-bre el Estado, hasta controlarlo, y tienen el impactopolítico e ideológico correspondiente sobre toda lasociedad capitalista. Resumiendo, el complejo mili-tar industrial es la médula en extremo reaccionariay militarista del capital monopolista de Estado, esla base material del militarismo. El fascismo de losaños 30 tuvo raíces sociales similares. A semejanzade aquel fascismo, el complejo militar industrialde hoy procura resolver manu miütari los proble-mas del capitalismo.

Al asumir el poder la Administración Reagan, seprodujo en la vida política de EE.UU. un viraje deprincipio: el complejo militar industrial dejó de seruna parte subordinada del capital monopolista parapasar a ocupar las posiciones dominantes. El rasgodistintivo principal de esa Administración es la ace-leración sin precedentes de la carrera armamentistaal objeto de obtener la superioridad militar sobrela Unión Soviética. En la actualidad se invierte enlas atenciones militares el 13% de la producciónde artículos de uso duradero, frente al 5,5% en 1973.Esto es casi lo mismo que en 1967, cuando estabaen su apogeo la guerra contra Vietnam.

El Canadá es particularmente sensible a la presiónde EE.UU., pues a éste le corresponden los trescuartos de las inversiones extranjeras en nuestropaís. La Comisión Real sobre la Concentración deCorporaciones señalaba ya en su informe de 1978que «en la industria canadiense, la parte de las em-presas poseídas por extranjeros es mayor que encualquier otro país desarrollado»1 y por ello «elsector industrial es la esfera más débil de la eco-nomía»2. Las corporaciones transnacionales norte-americanas controlan de hecho la mayoría de lasramas de tecnología ultramoderna, les pertenece lamitad del capital invertido en las mismas.

PARTE DE LA PROPIEDAD EXTRANJERAEN LAS RAMAS DE ALTA TECNOLOGÍA

Rama Porcentaje

Productos químicos industrialesPlásticos y resinas sintéticasArtículos farmacéuticosMedios de comunicaciónArtículos electrotécnicos

6983843986

Artículos de oficina y equipo de almacenesIndustria aeronáutica y astronáutica 55Total, todas las ramasde la industria transformadora 50

Fuente: Statistics Canadá, Manufacturing Industries ofCanadá, Ottawa, 1980.

La prepotencia del capital norteamericano en elCanadá en combinación con el carácter desventajosode sus relaciones comerciales con EE.UU. despoja alos canadienses de miles de puestos de trabajo, agra-va los problemas de la balanza de pagos y socavalas posiciones de la moneda nacional. Sin embargo,

1 Report of the Royal Commission on Corporate Con-centratíon. Ottawa, 1978, p. 4.

2 Ibíd., pp. 191-192.

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una parte considerable de los monopolios canadien-ses se conforman gustosamente con esta situación,estimando que la subordinación al «vecino poderoso»les facilitará el acceso al mercado de EE.UU. y lesproporcionará algo de las ganancias que Washing-ton extrae saqueando a otros países.

Obtener información sobre la industria de guerraen el Canadá es más difícil que en Estados Unidos.En nuestro país no existe una estadística al alcancede todos que informe por separado de los suminis-tros de guerra y los de otra índole de tal o cualcorporación, salvo que alguna tenga a bien publicaresos datos. El Gobierno federal calla premeditada-mente tales informaciones. En los últimos años del60 dejó de publicar datos sobre el volumen del co-mercio entre el Canadá y EE.UU. determinado porel Acuerdo sobre la producción conjunta con finesde defensa de 1958. Es evidente a todas luces quelas autoridades quieren disimular las verdaderasproporciones de esa cooperación militar, de la parti-cipación de nuestro país en la carrera armamentista,de la traición a sus intereses nacionales en benefi-cio del Pentágono y de los monopolios transnacio-nales. Pero algunos hechos que han pasado a serdel dominio público permiten sacar determinadasconclusiones.

Proveedores de instrumentos de muerte

Alrededor de 150-200 firmas canadienses fabricanarmas y se lucran con los suministros militares.Para la industria de guerra es típico lo siguiente:las compañías en propiedad canadiense son más pe-queñas que las extranjeras y se dedican, en lo fun-damental, a suministrar piezas y bloques, y las mayo-res corporaciones pertenecen, por regla general, alcapital extranjero, ante todo norteamericano. Granparte del material de guerra es producida por lasempresas aerocósmicas, electrónicas y de transporte,así como por la industria de medios de comunica-ción. Las tres primeras ramas se encuentran prin-cipalmente en manos de firmas extranjeras, que ocu-pan posiciones bastante sólidas también en la última.

La mayoría de las compañías productoras de ar-mas emplean material técnico ultramoderno. Sietede las doce firmas rectoras han mejorado su posi-ción entre las 500 corporaciones mayores del Ca-nadá. Esto no significa en modo alguno que lasdemás hayan sufrido. Por ejemplo, la Spar Aerospa-ce ha logrado incrementar en el 564,2% sus ganan-cias durante el último lustro.

Desde hace muchos años existe en el Canadá ungrupo bastante estable de exportadores militaresprincipales, con la particularidad de que ya en losprimeros años del 80, el 60% de lo que costaba esaexportación correspondía sólo a las 10 firmas si-guientes: Canadair, Canadian Marconi, Litton fys-tems, General Dynamics Manufacturing, Bristol Aero-space, Spar Aerospace, Pratt & Whithey of Canadá,De Havilland Aircraft, Computing Devices of Canadá(Control Data Corp.) y CAE Electronics. La exporta-ción de equipo militar tiene una importancia deci-siva para ellas: la parte de sus ingresos proceden-

tes de la misma fluctúa entre el 50% [Spar Aero-space) y el 95% (Computing Devices oí Ganada).Las firmas canadienses están interesadas en la ca-rrera armamentista tanto como las compañías deotros países orientadas a la producción de mediosde guerra.

Dada la dependencia actual, la militarización dela economía estadounidense incide inevitablementesobre nuestro país. Se deja sentir también la pre-sión política que Washington ejerce sobre Ottawapara conseguir el apoyo ilimitado a los planes mi-litaristas de EE.UU. Espoleó un crecimiento consi-derable de la industria de guerra canadiense la fir-ma del ya mencionado Acuerdo sobre la producciónconjunta con fines de defensa, que suprime las li-mitaciones comerciales para la producción militar,estimula las firmas basadas en nuestro país parala obtención de contratos militares en Estados Uni-dos y obliga a «concentrar la producción, así comolas investigaciones y proyectos en las esferas máseficientes de la industria transformadora canadien-se». Salvo raras exepciones, se trata de la produc-ción con fines bélicos, que suministra piezas y blo-ques para los sistemas de armamento diseñados yfabricados en EE.UU.

La dinámica del comercio exterior canadiense dematerial de guerra presenta los indicadores siguien-tes. En 1979 se evaluó en 900 millones de dólares,y cuatro años después ascendía ya a 3.000 millones.El partenaire principal es Estados Unidos. Segúndatos de 1983 (no disponemos de otros más recien-tes), le correspondieron el 74% de la exportacióny el 95% de la importación en dicha esfera, encomparación con el 61% y el 88%, respectivamente,registrados a comienzos de los años 703. Según lascláusulas contractuales, el Canadá debería poder ex-portar a EE.UU. tanto material de guerra comoimportar. En realidad, el balance es completamentedistinto. De 1979 a 1982, la exportación de equipomilitar canadiense aumentó en el 37%, como pro-medio anual, mientras que la importación arrojóun incremento del 70% anual4. Esto fue principal-mente consecuencia de la presión ejercida por Wa-shington sobre el Gobierno canadiense para obli-garle a acrecentar los gastos en la modernizacióny ampliación de las fuerzas armadas, a elevar elaporte del país a la OTAN y al NORAD (Mandounificado de la defensa antiaérea de América delNorte). Como quiera que la industria de guerra delCanadá desmerece técnicamente de la estadouniden-se, las autoridades se ven precisadas a cubrir unaparte considerable de la necesidad en armamentosimportándolos de EE.UU.

Avasallamiento voluntario

Tanto el Gobierno federal como el «gran negocio»lo aceptan por consideraciones políticas y econó-micas. Para los industriales, el presupuesto militargarantiza un mercado de venta. En el ejercicio fi-nanciero de 1978-1979, los gastos militares repre-

3 The Financial Post, December 1, 1984.« Ibíd.

sentaron 4.100 millones de dólares, y al cabo decuatro años se duplicaron con creces, llegando aconstituir 9.200 millones. De 1980 a 1984 se compra-ron 6 buques patrulleros (5.500 millones de dólares),136 aviones de caza CF-18 (4.900 millones), armasde infantería (231 millones) y aparatos de visióninfrarroja (85,8 millones).

El papel del Estado en la producción militar noes en modo alguno pasivo. El Gobierno federal ylos gobiernos de varias provincias poseen empresasproductoras de material de guerra. Pero el Estadose encarga de administrar sólo las compañías quelos industriales privados consideran arriesgadas des-de el punto de vista de la rentabilidad. Natural-mente que ellos se ofrecen gustosamente a comprarcompañías de este género a condición de que seanrentables, es decir, después del pago de las deudasa cuenta de los contribuyentes.

La compañía Spar Aerospace, por ejemplo, fuesección de la firma De Havilland hasta que la com-prara, en 1968, L. Clarke, ahora presidente de laprimera, que ha demostrado ser muy rentable mien-tras la segunda está sumida en deudas. Es curiosoque en los años 70 Clarke presidiera la Comisiónespecial para la industria electrónica canadiense yabogara por la ayuda estatal a las firmas de lamisma. Una de esas firmas fue, precisamente, laSpar Aerospace. íe le concedieron, en particular,por conducto del Consejo nacional de investigacio-nes, 110 millones de dólares para poner a punto unsistema de dirección a distancia por medio de ma-nipuladores (Canadarm o mano del Canadá) parala nave espacial reutilizable norteamericana segúnel programa Shuttle.

Al determinar al beneficiario de la ayuda delEstado, el Gobierno federal, siguiendo el consejode la Comisión de Clarke, se guió por el criterio de•que «el factor más importante no es la pertenenciade una corporación sino su modo de actuar»5. Dichode otro modo, se recomendó al Gobierno impedir ladiscriminación de las firmas pertenecientes al capitalextranjero. Pero así fue como procedieron, en efecto,las autoridades desde hacía varios años. La corpora-ción transnacional Litton Systems, que produce sis-temas de guiado de misiles de crucero, ha obtenido72,5 millones de dólares para la compra de equiposbásicos, las investigaciones y el desarrollo.

Estos últimos años han aumentado considerable-mente los incentivos financieros para las firmas deorientación militar. En el ejercicio financiero de1977-1978 se otorgaron a título de subsidios segúnel Programa de aumento de la productividad de laindustria de defensa más de 43 millones de dólares;en 1981-1982, esos subsidios se elevaron a 155 mi-llones, y pasan de 200 millones en la actualidad.La revista Canadian Machinery and Metalworking,partidaria celosa del aumento de los gastos milita-res, dijo que «el objetivo principal del programa escontribuir al crecimiento de las exportaciones re-lacionadas con la defensa»6.

5 A Report by the Sector Task Forcé on the CanadianElectronics Industry. Ottawa, 1978, p. 19.

6 Canadian Machinery and Metalworking. September1983, p. 37.

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Las autoridades dedican una atención especial aunas 30 compañías particulares, seleccionadas espe-cialmente para implantar en el Canadá tecnologíasmilitares «de clase mundial», que deben convertirseen ciertos «centros de excelencia». Con ello el Go-bierno aplica una política consciente de reprivati-zación y militarización simultáneas. Es de repriva-tización, porque dichos centros tienen que ampliarlas compras de material de guerra a las compañíasprivadas reduciendo a la vez la parte de las empre-sas estatales; y de militarización, porque son esti-muladas las corporaciones >que hayan incrementadosus inversiones en la producción militar. Así, laIngersoll Machine & Tool obtuvo del Gobierno uncontrato exclusivo para el suministro de cápsulasde proyectiles a las fuerzas armadas canadiensespor haber invertido 5 millones de dólares en equi-pos nuevos y ensanchado las superficies de pro-ducción.

Desempeñan un papel notable como medio desubordinar la industria de guerra canadiense a losintereses del Pentágono el Programa de producciónconjunta con fines de defensa y el Programa deproyectos conjuntos de defensa. Tienen por objetoasociar las compañías que actúan en el Canadá alas investigaciones y proyectos destinados para eldepartamento de guerra estadounidense. Con el finde argumentar esos programas se alega, además deconsideraciones políticas, que ellos coadyuvan a laexportación de material de guerra canadiense. Comoseñalaba la ya citada revista, «son uno de los facto-res clave de la rentabilidad para muchas empresasorientadas a la defensa, ya que les facilitan el acce-so al inmenso mercado de defensa del otro ladode la frontera»7. De ello se preocupan institucionesgubernamentales centrales: la Sección de programasde defensa del Departamento de relaciones exterio-res y el Departamento de industria, comercio y ne-gocios. Se edita bajo sus auspicios el Manual deproducción de defensa del Canadá, de 127 páginas,donde están enumeradas más de 90 compañías y sedescriben detalladamente sus productos. En otra edi-ción del mismo tipo se señala que muchas firmascanadienses «han creado una base considerable paratrabajos de tipo militar como subcontratistas de lasgrandes compañías madre canadienses en virtud delPrograma de producción de defensa conjunta deEE.UU. y el Canadá»8.

El Gobierno actúa a veces por su propia cuenta,por intermedio de la Corporación de comercio ca-nadiense, perteneciente al Estado, en tanto que ofi-cina de contratos de la industria de guerra. Asi,en 1985 recibió de la Marina de Guerra de EE.UU.para la Litton Systems un contrato por valor de61,6 millones de dólares USA con vistas a la fabri-cación de computadoras de navegación para misilesde crucero Tomahawk.

Los departamentos gubernamentales suelen justifi-car la participación del Canadá en la carrera arma-mentista diciendo que el desarrollo de la produc-ción militar es ventajosa por crear puestos de tra-

^ Ibld., p. 41.8 Canadtan Defence Indusíry, Ottawa, 1984, p. 18.

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bajo. El periódico The Globe and Mail escribió losiguiente en sus comentarios sobre las afirmacionesde este género: «Cuando un contrato ha sido firma-do, en los comunicados de las fuerzas armadas parala prensa se gasta no menos tinta en palabras acercadel número de puestos de trabajo que en la des-cripción de un equipo nuevo»9. Pero la verdad esque los recursos invertidos en la construcción deviviendas y en el mejoramiento de los sistemas edu-cativo y sanitario crean incomparablemente máspuestos de trabajo que la fabricación de máquinase instrumentos de muerte. Según cálculos de la Ofi-cina de Estadística gubernamental de EE.UU., la in-versión de 1.000 millones de dólares da lugar a187.000 puestos de trabajo nuevos en el sistema deinstrucción pública, a 139.000 en la sanidad, a 100.000en la construcción, a 86.000 en la esfera de servi-cios públicos y a 76.000 en la industria de guerra.Hasta la revista Fortune, vocero del «gran negocio»estadounidense, ha reconocido que «La política conrespecto a la industria de guerra no es particular-mente eficaz... Según cálculos de economistas, lainversión de recursos análogos en la economía civilpodría originar alrededor del 25% más puestos»10.El hinchamiento de los gastos militares significatambién el descenso del nivel de vida del pueblo,el aumento del déficit presupuestario colosal y lasaltas tasas de interés, lo que en fin de cuentas con-duce al letargo en muchas ramas, excepto las orien-tadas a las atenciones militares.

En el Canadá tropezamos con problemas análogos,ya que gran parte de ellos se importan directamentede EE.UU. Son el déficit presupuestario, la desocu-pación, el crédito muy costoso, la reducción de lasasignaciones para las necesidades sociales. Por ejem-plo, a mediados de 1984 se estaban realizando ennuestro país unos 60 proyectos de carácter militarcuyo coste global ascendía a 15.000 millones de dó-lares. Esto significa la pérdida de 600 dólares percapita —por cada varón, mujer y niño— para lasanidad, la educación, la construcción de viviendas,escuelas e instituciones de puericultura y otras ne-cesidades sociales.

Para los habitantes de nuestro país, la participa-ción en la carrera armamentista supone el empeora-miento de las condiciones de vida. Mas para losmonopolios canadienses, la asociación con el com-plejo militar industrial de EE.UU. es altamente be-neficiosa. No quieren por tanto resistir en serio ala prepotencia estadounidense, y las autoridades ca-pitulan fácilmente ante la presión de Washingtonen la mayoría de los importantes problemas econó-micos y políticos. No tiene sentido hacer distinciónentre las corporaciones del Canadá y de EE.UU. Lasfirmas militares, sean canadienses o transnaciona-les, procuran sacar la mayor ganancia posible delnegocio de las armas. Es del todo lógico que pro-pugnen con mucho celo el incremento de los gastosmilitares y la política exterior de Reagan. La carre-ra armamentista es consustancial al antisovietismo.Este último no sólo expresa el odio profundo, basa-do en los intereses de clase, del imperialismo al

9 The Globe and Malí, July 7, 1984.10 Fortune, AprU 30, 1984, p. 42.

socialismo, sino que también sirve para justificarla carrera de los armamentos, es una hoja de parradestinada a disimular el enriquecimiento descaradode los monopolios.

Hay que cambiar el rumbo

Beneficiadas por la integración orgánica en elcomplejo militar industrial de EE.UU., las firmascanadienses que se orientan a la producción de ma-terial de guerra estiman que su experiencia debeextenderse a toda la economía nacional y por ellopropugnan la política de «libre comercio» con Esta-dos Unidos, en extremo peligrosa para la indepen-dencia económica y política de nuestro país. Paraser exactos, señalemos que la influencia de la indus-tria de guerra sobre la vida económica y políticadel Canadá es visiblemente menor que la ejercidapor el complejo militar industrial en EE.UU. Ottawagasta en atenciones militares cerca del 9% del pre-supuesto, mientras que Washington invierte en ellasmás del 25%. La Administración estadounidenseasignó en 1983 para las investigaciones y proyectosmilitares 30.000 millones de dólares (canadienses),frente a unos 200 millones gastados por el Canadá.También en nuestro país hay un grupo de firmasespecializadas principalmente en la producción deguerra, pero la mayoría de las compañías no depen-den de ella tanto como en EE.UU.

Por consiguiente, la parte de la clase gobernanteque propende al realismo, considerando la coexis-tencia pacífica como la única alternativa sana yviable a la guerra nuclear, tiene en el Canadá unpeso mayor en la determinación de la política ex-terior y militar, en comparación con los círculosanálogos de EE.UU. Esto explica por qué algunospolíticos —entre ellos, el ex primer ministro P. Tru-deau— no aceptan los aspectos agresivos del rumboseguido por la Administración Reagan, especialmen-te respecto a la Unión Soviética y a los movimien-tos de liberación nacional.

Sin embargo, el actual gobierno conservador da aentender Claramente su disposición de continuarsubordinando los intereses nacionales al imperia-lismo de Estados Unidos, de participar en la carreraarmamentista y hacer concesiones a aquellos mono-polios canadienses que aspiran a una integraciónmás profunda en el business estadounidense. Segúnmanifestaciones de M. Wilson, ministro de Hacienda,«se proyecta dedicar una atención primordial a ladefensa nacional, si bien nos encontramos con unasituación económica extremadamente difícil»11. ElGobierno nombró inicialmente ministro de defensaa R. Coates, conocida figura de la derecha. Inclusoel periódico proconservador The Globe and Mail lollamó «perro de aguas al servicio de los militares»,característica por completo aplicable también a susucesor, E. Nielsen.

Se han tomado varias medidas para vigorizar losvínculos político-militares con EE.UU. En vista dela fuerte oposición de los círculos sociales canadien-

11 M. Wilson. A New Dlrectlon for Canadá. Ottawa,1984, p. 83.

ses a los planes reaganistas de «guerra de las ga-laxias», el Gobierno tuvo que renunciar, en setiem-bre de 1985, a la participación directa en la «inicia-tiva de defensa estratégica». El Partido Comunistadel Canadá advirtió, empero, que quedaba abiertala puerta para asociarse indirectamente a ella otor-gando subsidios estatales y otra asistencia financieraa las firmas que recibieran los contratos correspon-dientes en EE.UU. W. Kashtan, Secretario Generaldel PCC, hizo ver que «esta operación envolverá porla puerta de servicio al Canadá en el programa de"guerra de las galaxias" con todas sus consecuen-cias serias», y que para los comunistas canadienses,«la batalla contra la participación directa o indi-recta del Canadá en ese programa dista mucho dehaber terminado»12. No bien habían transcurridounos cuantos meses, las acciones del Gobierno pu-sieron de manifiesto lo bien fundado de aquellaadvertencia.

La opinión pública del país estuvo muy preocupadapor la venta, en diciembre de 1985, de la firmaDe Havilland, entonces propiedad del Estado, a lacorporación estadounidense Boeing. Para salvar dela bancarrota a dicha firma, se invirtieron en ellarecursos públicos por un monto de 760 millonesde dólares. Y luego ocurrió que, de un plumazo, seentregó al complejo militar industrial de EE.UU. unacuarta parte de la industria aerocósmica canadiense.El carácter cínico de este «regalo», ya de por síindignante, se acentúa por la circunstancia de quesu destinatario figura entre los principales proveedo-res en el marco de «guerra de las galaxias». A mayorabundamiento, es precisamente Boeing la que fabri-ca los misiles de crucero que se ensayan en elCanadá.

Parece más funesta aún la disposición del Gobier-no para aceptar que el Canadá se asocie a los pla-nes de «guerra de las galaxias» del Pentágono porintermedio del NORAD. En 1981 se excluyó delacuerdo con EE.UU. la cláusula que prohibía la ins-talación de los medios de defensa anticoheteril enterritorio canadiense. La razón de esta correcciónse ha puesto en claro ahora. Dirigentes militaresde EE.UU. y el Canadá han ultimado el estudio de-nominado Arquitectura de la defensa estratégica enel año 2000 (ADE), que estipula la reorganizaciónen dos fases del NORAD. Durante la primera, el sis-tema de aviso temprano envejecido será reemplazadopor un nuevo complejo de observación radar. Losconsorcios encabezados por Spar Aerospace y Cana-dian Astronautics han recibido los primeros contra-tos para elaborar medios técnicos destinados a lossatélites de dicho complejo. La segunda fase de laADE supone el despliegue de un sistema de defensaanticoheteril en el Norte del Canadá, contrariamen-te al Tratado soviético-norteamericano de 1972 sobrela limitación de los sistemas de este tipo.

En noviembre de 1985, el Pentágono volvió a invi-tar al Canadá a asociarse con los planes de «guerrade las galaxias» y, concretamente, a participar enla planificación de la defensa anticoheteril. Estainvitación, que coincide exactamente con la segundafase de la reestructuración, se transmitió por con-

12 Canadlan Tríbune, September 16, 1985.

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ducto del NORAD. Hace poco, el acuerdo concer-niente al NORAD se prorrogó por cinco años más,a contar desde la visita de B. Mulroney a EE.UU.en marzo de 1986, sin restituir la cláusula que pro-hibía la participación del Canadá en un sistemaactivo de defensa antocoheteril. Por consiguiente,no está descartada la posibilidad de que nuestropaís sea arrastrado a los planes de «guerra de lasgalaxias» a través del Mando unificado. Las actua-les declaraciones sobre la no participación en ellosa nivel estatal tienen por objeto adormecer la vigi-lancia del pueblo canadiense y del poderoso movi-miento pro paz, cuyas filas se amplían con rapidez.

Ante la política del Gobierno conservador, que atacada vez más estrechamente al Canadá a la máquinamilitar estadounidense, el movimiento obrero, asícomo otras fuerzas progresistas y amantes de la pazse ven precisados a intensificar la lucha por unapolítica exterior independiente, por que dejen devenderse los intereses nacionales. Todavía no estarde para hacer cambiar el peligroso rumbo actual.En la perspectiva inmediata es sobre todo importan-te obligar al Gobierno a abstenerse de participar,directa o indirectamente, en el programa reaganistade «guerra de las galaxias». Otros puntos del ordendel día son la conversión del país en zona des-nuclearizada y la anulación de los acuerdos conWashington sobre las pruebas de misiles de cruceroy la producción conjunta con fines de defensa.

Consideramos que el Canadá debe romper susvínculos con el complejo militar industrial de EE.UU.,empezando por la nacionalización de la industriade guerra y su paso a los cauces de paz, aplicar unapolítica exterior soberana, poner en práctica pro-gramas de desarrollo económico independiente.

ANTE LA AGONÍADE UN RÉGIMEN CADUCO

ROGELIO GONZÁLEZ,miembro del CCdel Partido Comunista Paraguayo (PCP)

MARZO, ABRIL, MAYO DE 1986. Asunción está enplena efervescencia. Miles de personas salen a lascalles de la capital paraguaya, a despecho del esta-do de sitio implantado desde hace más de tres dé-cadas, para exigir democracia, cese de la represión,pan y trabajo y el derrocamiento inmediato de ladictadura fascista de Stroessner.

Las autoridades han movilizado a todo el aparato

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represivo y disuelven a los manifestantes a tiros,garrotazos y con bombas de gases lacrimógenos,los arrojan a las cárceles. Pero la paciencia del pue-blo paraguayo ha llegado a su límite. La lucha vaen ascenso y la tiranía está agonizando.

El dictador Stroessner es uno de los más típicosrepresentantes de los tiranos latinoamericanos, ama-mantados e impuestos en nuestro continente por elimperialismo norteamericano. El general fascista seadueñó del poder en 1954 y ha convertido a miPatria en un inmenso campo de concentración. To-dos estos años se ha venido sosteniendo graciasexclusivamente a la ayuda de los sectores más reac-cionarios de Estados Unidos. La camarilla gobernan-te está vendiendo al por mayor y al por menor elpatrimonio nacional de Paraguay, país rico en pe-tróleo y uranio. Casi todos los recursos naturalesdel país han pasado a manos de seis grandes trans-nacionales. El propio dictador, sus testaferros y com-pañías extranjeras acaparan el 77 por ciento de lasmejores tierras. Al mismo tiempo, 1.200.000 para-guayos (de un total de 3,9 millones] están condena-dos a vivir en la miseria. Uno de cada tres para-guayos ha tenido que huir del país para salvarsedel hambre y las persecuciones.

La economía paraguaya se halla sumida en unalarga y profunda crisis. El desempleo afecta al 30%de la población activa. El salario medio no llega ala tercera parte del mínimo vital. Sigue creciendola deuda externa, y el pago de la misma se llevamás de la mitad del valor de las exportaciones, lascuales se reducen sin cesar. Se están paralizandola construcción y la producción de carne, textilesy otros artículos tradicionales de exportación. Pro-sigue la escalada de los precios. El déficit perma-nente de la balanza comercial y de pagos, la esca-sez de divisas, el creciente endeudamiento externoatestiguan la incapacidad del régimen para enfren-tar la crisis económica.

La corrupción, estimulada por Stroessner, está lle-gando a límites intolerables. Robos escandalosos tie-nen lugar en la administración pública: siete millo-nes de dólares han desaparecido misteriosamente dela Caja de Jubilados; otros tantos de Impuestos In-mobiliarios; 30 millones de dólares del Banco Na-cional de Trabajadores; evasión de 100 millones delBanco Central del Paraguay, enviados al exterior;desaparición de grandes sumas en la Administra-ción Paraguaya de Alcoholes y otros organismospúblicos. El gran contrabando oficializado levantala indignación y las protestas de amplios sectorespolíticos y sociales.

TODA LA VIDA POLÍTICA del país está impregna-da de demagogia, engaño y desorientación. Los me-dios de difusión masiva, entre ellos una treintenade estaciones de radio, cantan loas día y noche alvenal y corrupto régimen stronista y vomitan susponzoñas calumniosas contra los comunistas, contrala Unión Soviética, Cuba y demás países socialistas,contra los países no alineados, empleando todo elarsenal de infamias que proporcionan las agenciasinformativas de EE.UU. y la CÍA. Diariamente, lahora del «Coloradismo con Stroessner», que se trans-mite en cadenas, incita a la represión contra lospatriotas paraguayos, especialmente contra los co-munistas y los dirigentes y militantes de la oposi-ción que mantienen una postura democrática con-secuente.

La televisión, la radio y la prensa escrita que elGobierno y sus partidarios monopolizan, son emplea-das como instrumentos de una barullenta, provocati-

va e histérica campaña contra las fuerzas progre-sistas con vistas a desinformarlas, intimidarlas, di-vidirlas y paralizarlas. La repetición constante delas mentiras acerca de «la paz y el progreso en quevive el país» consigue engañar y desorientar a unaparte de la opinión nacional e internacional. Stroess-ner aplica consecuentemente las enseñanzas de sumaestro, el que fuera ministro de propaganda deHitler, Goebbels, quien afirmaba que hay que mentirgrande, muy grande, para que el pueblo crea, porlo menos, una parte de las mentiras. Esto explicapor qué los jerarcas del régimen, y en primer tér-mino el jefe de la tiranía, en sus discursos y men-sajes de corte nazi se autoproclaman como los con-tinuadores de las obras progresistas de los proceresparaguayos, doctor Rodríguez de Francia y los López.

Mientras rematan e hipotecan las riquezas y lasoberanía del país, se presentan como «defensores»de la independencia nacional; mientras desencade-nan una furiosa ola represiva, declaman su amor ala «democracia representativa» y su «vocación deservicio» en bien de la patria. Esta turbia maniobrademagógica suscita una indignación creciente entredistintas capas de la sociedad paraguaya. El arzo-bispo de Asunción, monseñor Ismael Rolón, dijoabiertamente por Radio Ñanduti que «el puebloparaguayo se está cansando de tanta mentira y detanto sufrimiento»1.

La vida política del Paraguay se caracteriza enlos últimos años por una brusca agudización de lascontradicciones de clase, una polarización de lasfuerzas y un ascenso de la lucha antidictatorial deliberación. Se ha contraído sensiblemente la basesocial del régimen, que ahora se apoya tan sóloen las fuerzas armadas y el aparato represivo. Con-tra la tiranía se alzan no sólo los trabajadores, sinotambién representantes de todos los partidos bur-gueses, incluidas distintas fracciones del PartidoColorado, círculos empresariales y la Iglesia Cató-lica. Ha fracasado la política componendista bur-guesa de «convencer» a Stroessner y su séquito paraproceder a una «apertura democrática». Las tímidaspropuestas en favor de reformas limitadas han sidoenfrentadas por medidas represivas. La dictaduraha cerrado aún más las pocas posibilidades de acti-vidad legal de la oposición, de las organizacionessindicales y sociales no sometidas, pero no ha con-seguido quebrar la voluntad de los patriotas, queluchan valerosamente para liberar a su Patria, piso-teada por una camarilla traidora a los interesesnacionales.

La propia dictadura empuja objetivamente a lasfuerzas opositoras de las más distintas tendenciaspolíticas a buscar la unidad, ese instrumento eficazpara acabar con el odiado régimen. En el país seestán produciendo en pocos meses hechos que du-rante décadas no se produjeron: la unidad sin ex-clusiones en la acción enfrentada al régimen y sussicarios, unidad expresada en los hechos que hanconmocionado al país en los últimos meses. A des-pecho de las incesantes represiones y el terror, elmovimiento democrático ha logrado los primeroséxitos palpables, como ha sido la liberación de mu-chos presos políticos y gremiales. En este caso, lasolidaridad internacional ha jugado un papel muyimportante y se ha evidenciado, una vez más, la pu-jante y poderosa fuerza de la solidaridad proleta-ria, de todas las fuerzas antiimperialistas y progre-sistas.

1 Granma, B de mayo de 1986.

LA GRAVE CRISIS ECONÓMICA en que se encuen-tra sumido el país y que ha originado un descon-tento generalizado, el ascenso del movimiento de-mocrático y la creciente tendencia a su cohesiónestán creando condiciones favorables para derrumbarla dictadura.

Los más distintos sectores del pueblo van cobran-do conciencia de que se trata de la supervivenciade los paraguayos como nación, de la defensa dela dignidad pisoteada de nuestra Patria. Esta con-ciencia se manifiesta en los hechos, en la calle, enla lucha de todos sin excepción, no sólo de los tra-bajadores, sino también de sectores avanzados dela burguesía nacional no comprometidos con lastransnacionales imperialistas, inclusive militares yreligiosos honestos y patriotas. De acuerdo a la ex-periencia de las décadas del 302, sabemos que esossectores pueden acompañar y acompañarán a lasfuerzas motrices de la revolución paraguaya: la cla-se obrera, el campesinado y las capas medias pro-gresistas y revolucionarias.

El régimen fascista está llegando al ocaso. Esinevitable su derrumbe. No ha podido sustraerse ala implacable rueda del tiempo y a la evolución dela historia, cuyo protagonista principal, el pueblo,se alza contra él.

Pero la experiencia acumulada en más de tresdécadas de luchas y sacrificios enseña a las masasque deben recurrir a medidas concretas como es laorganización de la autodefensa activa, para influiry decidir el desarrollo hacia el proceso de un levan-tamiento general capaz de derrocar a la dictadurade Stroessner y no permitir el continuismo de otradictadura como recambio.

Sólo una lucha más enérgica evitará cualquiertrampa al pueblo. Así lo entienden sectores sindica-les, campesinos, estudiantiles, profesionales, de lospartidos políticos, de la Iglesia, que apoyan el granmovimiento antidictatorial que se despliega con unarapidez inusitada fuera de todo cálculo, a pesar delrecrudecimiento de la represión, que ha ocasionadovarios muertos, decenas de heridos y centenares dedetenidos en unos pocos días del pasado mes demayo.

A juzgar por todo, Washington está empezando acomprender lo que ocurre en el Paraguay y se dacuenta de que su fiel sátrapa tiene los días conta-dos. El propio Stroessner, comprometido a los ojosde la opinión mundial por sus feroces represiones,ya no conviene a sus protectores norteamericanos.Se está empezando a buscarle un sustituto, más có-modo para la Casa Blanca. En los últimos meses hadesarrollado una febril actividad la embajada deEE.UU. en Asunción. El embajador norteamericano,Clyde Taylor, se comporta con el desenfado propiode los funcionarios del departamento de Estado einterviene descaradamente en los asuntos internosdel país de acogida. Se entrevista sin tapujos conrepresentantes de la oposición e incluso, según co-munican las agencias informativas de otros países,participó el 24 de abril en una manifestación deprotesta que tuvo lugar en Asunción3. A finales delmismo mes se entrevistó con representantes de lospartidos firmantes del Acuerdo Nacional4 , con co-

2 Referencia a la insurrección de febrero de 1936 que,apoyada por las masas populares, llevó al poder al Go-bierno de Rafael Franco (1936-1937), el cual llevó a cabouna serie de reformas progresistas. — N. de la Red.

3 Véase: Informe Latinoamericano, 9 de mayo de 1986p. 207.

4 Integrado por los partidos Liberal Radical Auténtico,Revolucionario Febrerista, Democrlstiano y otros parti-dos opositores. —N. de la Red.

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lorados «renovadores» y con representantes de otrosmedios opositores.

En el curso de estos intercambios de opiniones,cada interlocutor del embajador escuchó lo que que-ría oír, pero a todos se les dijo que Estados Unidosdesea la democracia. Taylor entregó a los entrevis-tados un resumen de un reciente discurso de GeorgeShultz, en el que se dice sin ambages que EstadosUnidos no tiene la intención de seguir apoyando aStroessner. Ahora, dijo el secretario de Estado, losparaguayos «pueden» ansiar la democracia, y añadióque el apoyo de Estados Unidos y otros países pue-de ser decisivo, que para lograr la paz social seprecisan la reconciliación y la amnistía y el apoyode los poderes autónomos, como militares e Iglesia 5.

Como vemos, la receta ha sido extendida y lasentencia dictada contra el antiguo «mejor amigo yaliado». La historia se repite. Recordemos la suerteque han corrido el dictador haitiano y otras muchasmarionetas de Washington en América Latina y Asia.

Las proporciones de la lucha antidictatorial y laactitud, sin duda conocida por Stroessner, de susamos han llenado de pánico al «presidente vitali-cio». Se ha sabido que el dictador ha llegado a unacuerdo secreto con Taiwan para garantizarle unrefugio seguro en esa isla, sin peligro de ser extra-ditado. La noticia fue para los funcionarios públicosy aprovechadores del régimen corrupto como unamecha encendida cerca de un polvorín, y han co-menzado a tramitar con urgencia la venta de suspropiedades inmuebles, acciones y otros patrimo-nios mal habidos, al objeto de estar listos para lafuga del país. Saben muy bien cuántas lágrimas ysufrimientos han costado al pueblo sus fechorías yconocen las fuerzas y energías revolucionarias quese han acumulado bajo décadas de estado de sitio,hambre y represiones.

Alemania Federal aparece también como otro in-teresado en salvar a Stroessner de rendir cuentas asu pueblo y le ofrece asilo en Baviera «para un tra-tamiento». Pero en el caso de la REA los interesesson mayores: influir en los medios políticos para-guayos para evitar un cambio profundo, que pondríaen supuesto peligro a miles de alemanes, entre ellosa muchos criminales nazis refugiados en Paraguaydespués de la derrota de la Alemania hitleriana.

También circulan rumores de que el tirano se dis-pone a pasar sus últimos días en Corea del Sur.Como vemos, la camarilla gobernante prepara dife-rentes «escenarios», teniendo en cuenta la experien-cia de Jean-Claude Duvalier en su fuga de Haití.Pocos son los que en nuestros días están dispuestosa brindar asilo a verdugos.

EL PROCESO DEMOCRATIZADOR en países delCono Sur favorece el desarrollo del movimiento re-volucionario en Paraguay. «El Partido ComunistaParaguayo —decía el camarada Julio Rojas, PrimerSecretario (interino) del CC del PCP— consideraque van madurando las condiciones para la revolu-ción democrática de liberación nacional en nuestropaís, en una situación internacional favorable paranuestra Patria, que ahora no está cercada por dic-taduras cómplices de Stroessner sino rodeada porgobiernos democráticos en el Cono Sur y por unaopinión pública sensible a nuestras luchas»6.

En el seno del pueblo paraguayo también van

5 Véase: Informe Latinoamericano, 9 de mayo de 1986.G Adelante, 1985, Na 228.

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madurando con rapidez las condiciones subjetivas.Los trabajadores ya no toleran la opresión econó-mica y política a que son sometidos. Hay mayorconciencia entre los obreros de la necesidad de laindependencia de clase y de la unidad por encimade las diferencias partidistas.

Los participantes en las grandes manifestacionesque se extendieron en marzo, abril y mayo por lasciudades paraguayas exigían no sólo mejores con-diciones de vida y trabajo sino también la demo-cratización de toda la vida de la sociedad, el cesedel terror y la violencia y el derrocamiento de ladictadura.

La ancestral lucha de los campesinos por la tierra,contra los desalojos y la violencia del ejército yla policía, ha adquirido en los últimos tiempos unagran envergadura. Pasando sobre las viejas prácti-cas que los mantenían divididos por colores parti-distas, entre los trabajadores del campo se va abrien-do paso la tendencia a la cohesión. Buena pruebade ello han sido la concentración combativa de sietemil personas en el departamento de Ka'aguasú, lade ocho mil en la capital y la de unas cinco milen el pueblo de Alfonso Lomas, así como la granconcentración de San José de los Arroyos, brutal-mente baleada por la policía.

Las capas medias, los estudiantes y un importan-te sector de la burguesía nacional, que tambiénsufren las consecuencias del continuismo del régi-men antinacional y entreguista, respaldan resuelta-mente la lucha de los obreros y los campesinos.Inclusive los que lo apoyaban comienzan la retiradadel seno de los torturadores y asesinos. Se percibeuna profunda división en el partido gubernista, enel que muchos grupos se oponen abiertamente a latiranía. Crece rápidamente el campo antidictatorial.Penetra en la conciencia de la mayoría de la pobla-ción la consigna del Partido Comunista de que latarea más importante de todos los patriotas para-guayos es el derrocamiento de la dictadura fascista.

EN ESTA ABNEGADA, firme y larga lucha que leha tocado a nuestro partido en la más rigurosaclandestinidad, desde su fundación en 1928, ha teni-do que sortear grandes peligros y ha perdido a valio-sos dirigentes y militantes. Al PCP se le puede apli-car muy bien lo dicho por Mijaíl Gorbachov, en elXXVII Congreso del PCUS, de que «el movimientocomunista en la parte no socialista del mundo siguesiendo el principal objeto de presión política y per-secuciones por los sectores reaccionarios de la bur-guesía. Todos los partidos hermanos se hallan bajoel fuego permanente de la propaganda anticomu-nista que no duda en recurrir a los medios y pro-cedimientos más vergonzosos. Muchos partidos tra-bajan en la clandestinidad, sufren verdaderas perse-cuciones y represiones. Los comunistas no puedendar un paso sin una lucha que requiere tambiénvalor personal»7.

El PCP aplica consecuentemente una política deunidad de todas las fuerzas antidictatoriales y de-mocráticas. Nuestra posición quedó claramente ex-puesta en el Manifiesto de la Comisión Políticadel CC, en el que se dice: «las fuerzas democráticasy patrióticas de nuestro país enfrentan la tarea másurgente: la destrucción de la dictadura fascista.

7 M. Gorbachov. Informe Político del Comité Centraldel PCUS al XXVII Congreso del Partido Comunista dela Unión Soviética. Boletín de Información, Ed. Interna-cional Paz y Socialismo, Praga, t& 9 de 1986, Primeraedición, pp. 97-98.

Para ello es necesaria la formación de una fuerzacapaz de derrotar al continuismo dictatorial e im-poner la libertad. Nuestro partido ha expresado...que un verdadero frente amplio contra la dictadurasólo puede ser organizado a través del desarrollode las luchas unidas y organizadas de la clase obre-ra, de los campesinos, estudiantes, maestros, em-pleados, intelectuales y artistas, comerciantes e in-dustriales nacionales sobre la base de acuerdos con-cretos entre todas las fuerzas opuestas a la cama-rilla nazi de Stroessner.. . En estas condiciones esnecesario prepararse activamente para derrocar a ladictadura combinando todas las formas de lucha,con miras al levantamiento general del pueblo»8.

Esta posición de principio ha sido reafirmada enel Manifiesto del CC de nuestro partido del 25 deenero de 1985: «La cuestión fundamental gira entorno de cómo desplazar a la dictadura y reempla-zarla por un Gobierno provisorio civil-militar, inte-grado por todas las fuerzas antidictatoriales, quegarantice amplias libertades al pueblo y convoquea una Asamblea Nacional Constituyente para laaprobación de una Constitución democrática»9.

En el manifiesto se señala asimismo que es nece-sario prestar mayor atención a la unidad, cohesióny organización de todas las corrientes antidictatoria-les, a la creación y el desarrollo de comités unita-rios en los lugares de trabajo, vivienda, en el cam-po, en los centros de estudio, en todas partes, conbase en las mínimas coincidencias democráticas.

El PCP se propone redoblar los esfuerzos por lalibertad de todos los presos políticos, el levanta-miento del estado de sitio, el retorno de todos losexiliados sin exclusiones; por salvar la vida y libe-rar a Antonio Maidana y Emilio Roa (comunistas),Agustín Goiburú (colorado), Esther Ballestrino (fe-brerista); por el esclarecimiento de la suerte corridapor Miguel Ángel Soler, Derliz Villagra, Martín RolónCenturión, Diego Rodas y centenares de desapareci-dos después de ser detenidos por la policía stronista.

A nuestra lucha falta mayor comprensión, decisióny coraje para desenmascarar y aislar a los divisio-nistas, componendistas con el régimen y frenadoresde la lucha de masas, a los partidarios del conti-nuismo dictatorial proyanqui, a los que se proponenhacer promesas al pueblo para trampearlo, poster-garlo una vez más. Necesitamos impulsar más lalucha de masas y lograr que las comisiones unita-rias promuevan las reivindicaciones económicas másurgentes e impulsen la lucha contra la dictadura.El PCP se plantea como objetivos ganar la plenaconfianza popular y contribuir a disipar los prejui-cios, evitar hacer cualquier similitud de los amigosno comunistas con los anticomunistas y antisovié-ticos.

Nuestra lucha nacional, que recibe la solidaridadinternacional, debe reforzar recíprocamente la so-lidaridad antiimperialista con Nicaragua, Cuba, Libia,Líbano, con todos los pueblos que luchan por suliberación nacional y social, por la paz, la demo-cracia, la soberanía nacional, el progreso y el so-cialismo.

El partido se prepara para todas las formas delucha que sean necesarias de acuerdo a las condi-ciones concretas y con miras a tumbar esta dicta-dura o cualquier otra que la sustituya y alcanzar

8 Manifiesto. Comisión Política del Comité Central delPCP, agosto de 1981, pp. 11-12.

9 Manifiesto. Unidos conquistemos la libertad, la pazy la ¡usticia social. 25 de enero de 1985, p. 11.

a construir un país acorde al nivel histórico denuestra época.

Queremos incorporar al partido a muchos nuevoscombatientes, a los jóvenes y a las mujeres, a losmejores hijos de la clase obrera y el pueblo, aca-bando así con el retraso que tenemos en este aspecto.

La dirección del partido ha iniciado una luchafirme y consecuente con espíritu crítico y autocríti-co contra el viejo estilo liberal y practicista de tra-bajo y de dirección. Combatimos las violaciones delos principios y normas de vigilancia y seguridady sostenemos con tesón la lucha ideológica contralas manifestaciones de oportunismo, de sectarismo,de conciliación recíproca ante las deficiencias o fa-llas en la actividad del partido, ante la pasividad,blandenguería e indolencia. Queremos combatir esosfenómenos malsanos que menoscaban y socavan lanecesaria disciplina férrea y consciente del partido.

Para que nuestro partido logre cumplir su funcióncomo real fuerza política, debemos superar malesque arrastramos desde hace décadas. Hoy día nobasta seguir culpando de esos males a las ideas yprácticas enemigas introducidas en su tiempo porel renegado Creydt10 en el partido.

Las posiciones oportunistas de izquierda y de de-recha, sectarias y seguidistas han debilitado el con-tacto del partido con las masas, han dificultado laaplicación consecuente de la línea del partido, cuyocentro de actividad siempre debe ser la clase obrera,la lucha por su unidad y conciencia clasista, el de-sarrollo de las luchas campesinas, el esfuerzo poratraernos a las clases medias avanzadas y por laformación del frente nacional antidictatorial, capazde realizar el cambio democrático en nuestro paísy abrir cauces hacia las transformaciones profundascon vistas al socialismo.

El partido ha iniciado la lucha por fortalecer losvínculos con las masas en el interior del país ytambién en el exterior, donde reside una terceraparte de la población paraguaya. Los comunistascomprenden que sólo con las masas se soluciona-rán las dificultades. La intransigencia en los prin-cipios exige la lucha sin cuartel contra la indisci-plina, la violación de secretos del partido, el espí-ritu grupista, la chismografía, enfermedades contraí-das principalmente por el largo exilio, la clandes-tinidad, las persecuciones y la deficiente capacita-ción ideológica y que han contagiado a una buenaparte del cuerpo del partido. La cabeza y la partesana del aparato del partido han hecho el compro-miso firme de cambiar a fondo el contenido y elestilo del trabajo.

EL PARTIDO debe prepararse para pasar de laclandestinidad a la legalidad, y para ello movilizaa todos sus cuadros, inclusive a los que por diver-sas causas quedaron desligados de sus organizacio-nes. Los comunistas paraguayos saben que sólo conespíritu marxista-leninista, con una política de prin-cipios, de corrección, de exigencia consecuente po-drán cumplir las tareas ¡que tienen planteadas. Lamisión patriótica e internacionalista de nuestro par-tido es cumplir con honor su deber revolucionarioante la clase obrera y el pueblo paraguayos y anteel movimiento comunista internacional, llevando afeliz término la revolución democrática, agraria yantiimperialista con ulterior desarrollo al socialismo.

10 Tras conseguir llegar a la dirección del partido,O. Creydt trató de liquidarlo. El y sus escasos seguido-res fueron expulsados del PCP. —N. de la Red.

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EL MOVIMIENTO DE LOS NOALINEADOS DE NUEVADELHIA HARARE

Unni KRISHNAN,miembro del Consejo Nacionaldel Partido Comunista de la Indiay representante del PCIen Revista Internacional

Semou Pathé GUEYE,miembro del Buró Político del CC del Partidode la Independencia y del Trabajo de Senegaly representante del PITSen Revista Internacional

Ali Ahmed at-TAYEB,representante del Partido Comunista Sudanésen Revista Internacional

A FINALES DE AGOSTO, en Harare, capital dela República de Zimbabwe, comenzará sus laboresla VIII Conferencia de Jefes de Estado o Gobiernode los Países No Alineados. La celebración de estanueva cumbre del Movimiento de los No Alineadoscoincidirá con un aniversario muy significativo: losprimeros 25 años de su existencia y actividad.

Desde la I Conferencia, celebrada en Belgrado(septiembre de 1961), el Movimiento de los No Ali-neados ha recorrido un enorme camino y, hoy,agrupando a más de 100 países con una poblaciónque pasa de los 1.500 millones de habitantes, se haconvertido en un importante factor de las relacio-nes internacionales. La lucha conjunta de los Esta-dos no alineados, los países del mundo socialistay todas las fuerzas progresistas y democráticas delplaneta se ha visto coronada con grandes victoriasen el camino de la emancipación política y econó-mica de los pueblos de Asia, África y América La-tina, del reforzamiento de la independencia y lasoberanía de los jóvenes Estados. La actividadmultifacética y en favor de la paz que desarrollaeste Movimiento, que considera la coexistencia pa-cífica como norma universal de las relaciones entrelos Estados y se pronuncia contra la carrera arma-mentista y la amenaza nuclear que se cierne sobrela humanidad, se ha granjeado el amplio recono-cimiento de la comunidad internacional. Se hacecada vez más acentuada la orientación antimperia-lista de los no alineados.

Sin embargo, no es un secreto que en la activi-

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dad del Movimiento hay todavía puntos vulnerablesy aspectos débiles, que tienen su raíz en el carác-ter social asaz heterogéneo de sus participantes,en su diverso nivel de desarrollo económico y po-lítico, en su diferente enfoque hacia la soluciónde los agudos problemas internacionales y en susdistintos criterios sobre lo que deben ser los obje-tivos y tareas del Movimiento. El imperialismo y lareacción ejercen una presión en todos los frentessobre los países no alineados a fin de socavar suunidad y hacerles abandonar sus posiciones antimpe-rialistas, tratando para ello de sembrar la discordiay debilitar la eficacia de sus pronunciamientos con-juntos, que constituyen un ejemplo palmario decómo, en aras de objetivos comunes y nobles, pue-den cooperar y actuar mancomunadamente paísescon diferentes sistemas socio-económicos.

Cada cumbre del movimiento atrae la atenciónde todos los continentes, por cuanto en ella seexaminan cuestiones medulares para los destinosde los pueblos, se elabora un programa muy deta-llado de las acciones internacionales de muchasdecenas de Estados para muchos años adelante yse analizan los problemas políticos, sociales y eco-nómicos más candentes del mundo en desarrollo.Los jefes de Estado o Gobierno elaboran en estosencuentros enfoques y soluciones colectivos y coor-dinados, dan respuesta a las cuestiones planteadaspor la vida, por el propio desarrollo mundial.

Hace más de tres años esta labor pluridimensio-nal la realizó la VII Conferencia de los Países NoAlineados reunida en la capital india de NuevaDelhi. En vísperas de la nueva cumbre —esta vezen la tierra de Zimbabwe independiente— ha au-mentado sobremanera el interés de la opinión pú-blica internacional hacia la actividad desplegadapor el Movimiento de los No Alineados en los últi-mos años. El presente comentario tiene el propó-sito de atraer la atención hacia algunos de susaspectos más importantes en el período transcurridode Nueva Delhi a Harare.

El problema más importantede la humanidad

En la memoria aún está fresca la exhortación dela Declaración de Nueva Delhi, que fuera aprobadapor la VII Cumbre del Movimiento de los No Ali-neados: «.. .En nombre de la mayoría de la comu-nidad mundial, los países no alineados demandandetener inmediatamente el deslizamiento hacia unconflicto nuclear, que amenaza el bienestar de lahumanidad no sólo en el presente, sino también elbienestar de las generaciones futuras». Este docu-mento, que trasuntaba preocupación por los desti-nos de la civilización, revelaba cuan nefasto es elcurso hacia la confrontación y la guerra, y llamabaa los miembros de la comunidad internacional, es-pecialmente a las grandes potencias, a adoptar«soluciones sensatas». Los estadistas reunidos enNueva Delhi proclamaron su decisión de hacer todolo posible para contribuir al saneamiento del climapolítico mundial.

Al propio tiempo, hay que señalar de inmediato

que después del encuentro de Nueva Delhi, y porculpa de los círculos más agresivos del imperialis-mo, sobre todo el norteamericano, se registró unincremento sin precedentes de la tensión interna-cional. La Administración Reagan ha rechazado laspropuestas sensatas y realistas promovidas por laURSS con miras a contener la carrera de los arma-mentos nucleares, así como otras iniciativas sovié-ticas en favor de la paz. Washington, procurandocambiar en favor suyo la pandad estratégica, inicióel despliegue de los nuevos cohetes norteamerica-nos de mediano alcance en Europa Occidental, con-tinuó incrementando febrilmente su actividad mili-tarista y realizando actos de agresión en muchasregiones del mundo, pese a las protestas de lospaíses emancipados y de la opinión pública inter-nacional. Sobre el Movimiento de los No Alineadosy su presidente, la India, recayó una misión excep-cionalmente difícil: hacer realidad el mandato deNueva Delhi en favor de la paz, pero en las con-diciones menos favorables para ello.

Sin embargo, la vida ha demostrado que, pesea los vientos de guerra fría impulsados por el impe-rialismo, el Movimiento de los No Alineados supodurante estos años defender, con tenacidad y fir-meza, su línea de principios en los asuntos inter-nacionales: su política en defensa de la paz, de laseguridad de los pueblos, del retorno a la disten-sión, contra el colonialismo y el neocolonialismo,por un nuevo orden económico internacional y porun nuevo orden en la esfera de la información.

Por iniciativa de la extinta Primera Ministra dela India, Indira Gandhi, ya en el otoño de 1983tuvieron lugar en Nueva York representativos en-cuentros «informales» entre los estadistas de lospaíses no alineados, así como de varios Estadossocialistas y capitalistas, que asistían a la XXXVIIIAsamblea General de la ONU. Estas entrevistas te-nían como objetivo la búsqueda conjunta de víaspara debilitar la tensión internacional y resolverlos problemas económicos más agudos del mundoen desarrollo. Al promover a primer plano las ta-reas del desarme y el yugulamiento del peligronuclear, sus participantes destacaron la necesidadde analizar dichas cuestiones en estrecha vincula-ción con los objetivos del desarrollo económico ysocial de los países del Tercer Mundo.

Y también en lo ulterior desde la tribuna de laOrganización de las Naciones Unidas resonó clara-mente la voz del Movimiento de los No Alineados,llena de preocupación por la paz. Estados que in-tegran este movimiento fueron autores de resolu-ciones atinentes a la reducción de los presupuestosmilitares y a la interrelación entre desarme y desa-rrollo, así como coautores de resoluciones sobre elcongelamiento de los armamentos nucleares, la pro-hibición de utilizar las armas nucleares, la preven-ción de una guerra nuclear, etc. En el último, elcuadragésimo período de sesiones de la AsambleaGeneral de la ONU, se adoptó una resolución ela-borada por ellos, tomando en cuenta las propuestasde la URSS y de algunos otros países, en la quese exhortaba a prevenir la carrera armamentistaen el cosmos. La resolución fue apoyada por 151Estados. Durante la votación se abstuvieron, tan

sólo, Estados Unidos y el régimen títere de Grana-da, obsecuentemente fiel a su amo.

Durante estos años, la actividad de los países noalineados en favor de la paz se ha enriquecido conuna nueva y positiva experiencia. Por iniciativa deun cierto número de influyentes miembros del mo-vimiento, y con su participación directa, por pri-mera vez en las relaciones internacionales se hadesarrollado una nueva forma de diplomacia co-lectiva, cuando estos Estados, junto con otros paí-ses, se pronuncian sobre un problema cardinal parala humanidad: el de la guerra y la paz. Todo co-menzó en la primavera de 1984 con una declaraciónconjunta adoptada por los líderes de la India, Ar-gentina, Grecia, México, Suecia y Tanzania, que ex-hortaba a las potencias nucleares a poner fin com-pletamente a los ensayos, la producción y el em-plazamiento de las armas nucleares, así como de sussistemas de lanzamiento, a congelar los arsenalesnucleares e iniciar de inmediato su reducción. Al-gunos meses más tarde «los seis» se dirigieron ala opinión pública mundial con la Declaración deNueva Delhi, insistiendo nuevamente en el cese in-mediato de la carrera armamentista. Los líderes decuatro países no alineados —la India, Argentina,Tanzania y México '—, de la Suecia neutral y deun país miembro de la OTAN, Grecia, destacabanespecialmente el peligro de la militarización delespacio cósmico y llamaban a renunciar a los en-sayos de todos los tipos de armas nucleares y aconcertar lo más rápidamente posible un acuerdosobre la prohibición total de las pruebas nucleares.«Este acuerdo —se decía en la Declaración— seríaun gran paso en el camino hacia el cese del per-feccionamiento ininterrumpido de los arsenales nu-cleares».

La diplomacia colectiva de estos seis países me-reció la aprobación del Movimiento de los No Ali-neados, que vio en esta nueva iniciativa una posi-bilidad real de avanzar en la lucha contra la ca-rrera armamentista. La actividad de «los seis deNueva Delhi» contribuyó al diálogo soviético-norte-americano, tan importante para los destinos delmundo. Las propuestas promovidas por ellos res-pondían «al espíritu y la letra» del enfoque gradualdel Movimiento de los No Alineados en torno a losproblemas del desarme. Los No Alineados insisten,en primer término, en la prohibición de utilizar lasarmas nucleares en cualesquiera circunstancias yen el cese de sus ensayos, y rechazan resueltamentelos siniestros planes de añadir una nueva vueltaa la espiral de la suicida carrera armamentista.

El Movimiento condena toda actividad militarista,así como los preparativos bélicos no sólo a nivelglobal, sino también regional. Esta actividad fuecriticada acerbamente, en particular, en el Encuen-tro de Ministros de Relaciones Exteriores de losPaíses No Alineados del Mediterráneo, con la par-ticipación de la Organización para la Liberación dePalestina, que tuvo lugar en el otoño de 1984 enLa Valetta, capital de Malta. La declaración adop-tada en tal ocasión señalaba el peligro que para

1 México tiene en el Movimiento de los No Alineadosel status de observador. —N. de la Red.

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los países de la región representaba la alianza es-tratégica entre EE.UU. e Israel. Los Estados no ali-neados demandan que en esta y otras partes delmundo se creen zonas de paz libres de armas nu-cleares. Las iniciativas pacíficas de los países noalineados contribuyen invariablemente a los intere-ses de la seguridad general y se distinguen por supreocupación por los destinos de la distensión in-ternacional, que en el primer lustro de los años 80se ha visto sometida a duras pruebas.

Sobre el trasfondo de esta etapa excepcionalmen-te compleja del desarrollo mundial, han sido res-plandores de esperanza los signos de viraje que seperfilaron a mediados del decenio en las relacionessoviético-norteamericanas: primero, la reanudaciónde las negociaciones sobre los armamentos nuclea-res y cósmicos y, luego, en 1985, el encuentro deMijaíl Gorbachov, Secretario General del CC delPCUS, con el Presidente de EE.UU., Ronald Reagan,celebrado en Ginebra. La reanudación del diálogoentre las dos potencias fue acogida con beneplácitopor la Conferencia de Ministros de Relaciones Ex-teriores de los Países No Alineados, reunida enseptiembre de 1985 en Luanda, capital de la Repú-blica Popular de Angola. La Declaración Final dela Conferencia exhortaba a las potencias nuclearesa reafirmar su «voluntad política» de yugular lacarrera armamentista con medidas concretas orien-tadas a la concertación de un acuerdo global queprohibiera a perpetuidad las pruebas de todos lostipos de armas nucleares. El Movimiento de los NoAlineados insiste en esto desde su fundación. Enel documento de la Conferencia de Luanda tam-bién se subraya, especialmente, la necesidad deimplantar una moratoria a todas las explosionesnucleares, a fin de favorecer la marcha de las ne-gociaciones.

Como es conocido, hasta el presente la UniónSoviética, y sólo ella, ha adoptado unilateralmentemedidas reales en esta dirección. Se prorrogó nue-vamente, hasta el 6 de agosto del año en curso,la moratoria de la URSS, ya vigente desde agostode 1985, sobre todos los tipos de explosiones nu-cleares. Al proceder de esta manera, Moscú nosólo ha demostrado una auténtica preocupación porlos intereses de la paz universal y un deseo sincerode recorrer la parte del camino que le correspondepara concertar un acuerdo que prohiba todas laspruebas de las armas nucleares, sino que ha dadoun ejemplo al tomar en cuenta con suma atenciónlas posiciones que mantienen en esta cuestión losno alineados y otros países adictos a la paz. Losmás altos dirigentes soviéticos han expresado sudisposición a aceptar la propuesta, hecha en laDeclaración de Nueva Delhi, de conceder ayuda enel control del cese de las pruebas nucleares, si,como es natural, ella es aceptada asimismo por laotra parte. En la capital soviética han acogido tam-bién positivamente la idea promovida por «los seis»de crear un mundo seguro, sin armas nucleares,idea tan en consonancia con la concepción de crearun sistema global de seguridad internacional, quefuera proclamada por el XXVII Congreso del PCUS.

En los países en desarrollo se ha valorado alta-

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mente el programa propuesto por la URSS paraeliminar por etapas las armas nucleares, hasta lle-gar a su eliminación total y universal hacia elaño 2000, que deberá ir acompañado con el acuerdosimultáneo de prohibir el desarrollo, las pruebas yel despliegue de las armas cósmicas de ataque. ElMinistro de Relaciones Exteriores y Culto de laArgentina, Dante Caputo, la considera la iniciativamás importante de todas las propuestas que hastahoy día han sido presentadas en este terreno. ElBuró de Coordinación del Movimiento de los NoAlineados, reunido en Nueva Delhi en abril del añoen curso, saludó el grandioso programa soviéticode paz. En la Declaración Política adoptada en talocasión se puntualiza que los objetivos de este pro-grama en medida considerable están en consonan-cia con !a posición que los países no alineadosmantienen de manera consecuente en el enfoquede dichos problemas.

En suma, durante los últimos tiempos los pueblosy Estados amantes de la paz han hecho mucho parasanear el clima internacional. Empero, la Adminis-tración Reagan demuestra invariablemente una acti-tud negativa hacia todas las medidas que van enfavor de la paz y el desarme. En los polígonosnorteamericanos retumban las explosiones nuclearesy Washington ha comenzado a materializar los pla-nes de «guerra de las galaxias». Estados Unidosambiciona dejar sin contenido la propia esencia deldiálogo soviético-norteamericano: el yugulamientode la carrera armamentista y, en perspectiva, sutotal eliminación.

En el contexto de las realidades de la segundamitad de los años 80, el Movimiento de los No Ali-neados actúa junto con otras poderosas fuerzasantibélicas. Al mismo tiempo que subraya la urgen-cia de tomar medidas para normalizar la situacióninternacional y expresa su profunda inquietud porla ausencia de una disminución perceptible de latensión, sobre todo en los últimos tiempos, movilizaa los pueblos, los gobiernos y la opinión públicacontra los peligrosos proyectos del imperialismo.Los no alineados consideran que la eliminación dela amenaza de catástrofe nuclear es el problemamás importante que se plantea ante la humanidad.

Las prioridades de Luanda

Entre las cumbres de los países no alineados seconvoca otro encuentro muy representativo: la Con-ferencia de Ministros de Relaciones Exteriores, cuyatarea es velar por el cumplimiento de los progra-mas aprobados por los dirigentes políticos, armoni-zar las resoluciones adoptadas en las cumbres conlos nuevos problemas que se plantean ante la comu-nidad mundial y los países integrantes del movi-miento y, de esa manera, determinar con mayorprecisión las prioridades de su actividad corrientey perspectiva. En el período que analizamos sereunió la Conferencia de Luanda, a la que ya noshemos referido. En sus labores participaron 101 paí-ses (60 delegaciones estuvieron presididas por lostitulares de relaciones exteriores). Para la época

en que se celebró este foro, por los canales delmovimiento se hablan realizado varias actividades:Conferencias de Coordinación de los No Alineadosen la ONU y reuniones del Buró de Coordinación.Estas últimas estuvieron dedicadas a problemas pun-tuales como: la situación en América Central y entorno a Nicaragua, con motivo de las acciones agre-sivas de EE.UU.; la concesión de la independenciaa Namibia; la ocupación por Israel del Sur del Lí-bano; etc. De conformidad con las resoluciones dela Conferencia de Nueva Delhi se había constituidola «comisión de los ocho» para el problema pales-tino. Los Ministros de Información de los países noalineados habían examinado en Yakarta las cues-tiones relacionadas con la lucha contra «el impe-rialismo informativo»2, así como los planes paraseguir coordinando los empeños de los no alineadosen la esfera de la información.

En Luanda se dio nuevo impulso a la actividadde los no alineados, subrayándose la continuidadde los principios formulados anteriormente, así comola actualidad de las resoluciones de la Conferenciade Nueva Delhi (1983). Al propio tiempo, los resul-tados del encuentro de Luanda evidencian que, to-mando en cuenta los acontecimientos de los últimosaños, sobre todo en el Sur de África, el movimientoconsidera necesario insistir con renovada energíaen la urgencia de resolver los problemas pendien-tes en la esfera de la descolonización.

Según datos de la ONU, en el mundo existentodavía unos 20 territorios en fideicomiso o colo-nias. Entre ellos Namibia, las tierras palestinas, al-gunos territorios del Caribe, Micronesia, Puerto Rico,las Islas Bermudas y Malvinas, el atolón de DiegoGarcía, etc. En violación a la Declaración sobre laConcesión de la Independencia a los Países y Pue-blos Coloniales, adoptada hace más de un cuartode siglo por la Asamblea General de la ONU, enalgunos de los territorios coloniales se crean basesmilitares del imperialismo y polígonos para ensayararmas nucleares. La ocupación de Namibia por elrégimen racista de Sudáfrica y el hecho de queel pueblo árabe de Palestina se haya visto privadode sus legítimos derechos, incluso el de crear supropio Estado en su tierra natal, constituyen vio-laciones flagrantes del derecho a la autodetermina-ción de los pueblos.

Los países que participaron en el foro centra-ron su atención en los problemas del Sur de África,donde la política del régimen racista y sus protec-tores norteamericanos ha creado una situación ex-traordinaria, una situación de crisis. El Movimientode los No Alineados reiteradas veces ha planteadocon insistencia en los foros internacionales la des-colonización de Namibia, la erradicación del sistema

2 Este término que en los últimos años se encuentracada vez con mayor frecuencia en los documentos delMovimiento de los No Alineados, se refiere a una pe-culiar forma de la lucha ideológica del imperialismocontra el socialismo mundial, el movimiento de libera-ción nacional y todas las fuerzas de la paz, la demo-cracia y el progreso. En esta lucha se utilizan amplia-mente los medios de información de masas y de pro-paganda. El blanco principal del «imperialismo infor-mativo» son los países emancipados de Asia, África yAmérica Latina.

del apartheid en Sudáfrica y el rechazo a las agre-siones de Pretoria contra los países vecinos. El pro-pio hecho de que la Conferencia de Ministros deRelaciones Exteriores se haya celebrado en la capi-tal angoleña fue considerado por sus participantescomo una expresión de solidaridad con el «Estadoque marcha a la vanguardia de la lucha contra elabominable sistema del apartheid». La Conferenciacondenó enérgicamente las agresiones de los racis-tas, así como sus acciones de desestabilización po-lítica y económica contra Mozambique, Botswana,Lesotho y, en general, contra los Estados de la«línea del frente», y exigió la adopción de sancio-nes globales y vinculantes con respecto a la Sud-áfrica racista e Israel.

Las delegaciones condenaron el régimen del apar-theid por su bárbara política de opresión, represióny discriminación contra la aplastante mayoría dela población de Sudáfrica. Sólo la erradicación delsistema del apartheid y la creación de una sociedaddemocrática y no racial, se decía en la DeclaraciónFinal, pueden ser una base segura para un arreglojusto y duradero de la situación en este país. Fueobjeto de la condena general la tan cacareada po-lítica de «cooperación constructiva», que sigue Es-tados Unidos con respecto al régimen sudafricano,política que ha desatado por completo las manosde los racistas. Desde Luanda se exhortó a todoslos Estados a no limitarse únicamente a expresarsu solidaridad con la lucha emancipadora de lospatriotas, sino también a prestarles una ayudaefectiva.

Los participantes en el encuentro se interesarontambién por una serie de grandes calamidades so-ciales y económicas que se han abatido sobre elcontinente africano. La sequía y las perspectivasde hambre que amenazan la vida de decenas demillones de personas, a mediados de los años 80han revelado con una fuerza sin precedentes todala profundidad y el dramatismo de los problemasa los que se enfrentan los jóvenes países africanos.Estos problemas, engendrados por el pasado colo-nial, son reproducidos por la explotación neocolo-nial y se profundizan por efecto de la crisis de laeconomía capitalista mundial. Hoy en día, el fardode la deuda ejerce una influencia particularmentenegativa. El pago de la deuda externa a los acree-dores imperialistas en ocasiones supera los ingresosanuales que por concepto de las exportaciones re-ciben algunos Estados de África.

Ya en el verano del año pasado, los dirigentesde los países del continente trazaron medidas parasuperar las consecuencias de una sequía sin pre-cedentes. «Reconocemos —se decía en la Declara-ción Económica del XXI período de sesiones de laOrganización de la Unidad Africana, reunido enAddis-Abeba— que los esfuerzos colectivos de losEstados miembros constituyen el medio más impor-tante para luchar contra la actual crisis... Sin em-bargo, sus magnitudes son tales, que la ayuda quepreste la comunidad internacional a estos empeñosadquiere un carácter imperativo». Este enfoque sereflejó asimismo en la Conferencia de Luanda. Seaprobaron las medidas adoptadas anteriormente poriniciativa del Movimiento de los No Alineados para

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aliviar la situación de los países afectados por lasmalas cosechas; se adoptó un plan de acción des-tinado a elaborar programas y proyectos especialesde desarrollo de la producción alimentaria y a lu-char contra la sequía como un objetivo a largoplazo. La Conferencia llamó a la comunidad inter-nacional a prestar su asistencia para erradicar lascausas profundas que engendran semejantes cataclis-mos, y demostró la decisión de no permitir la repe-tición del drama africano.

Teniendo en cuenta el papel de este continenteen la batalla antirracista y antimperialista contem-poránea, las tareas socio-económicas apremiantesque se plantean ante sus pueblos y el prestigio delgrupo africano, el mayor del Movimiento de los NoAlineados (51 países], se decidió escoger como se-de de la VIII Conferencia Cumbre a un Estado dela «línea del frente», Zimbabwe, cuyo Primer Minis-tro, Robert Mugabe, deberá ocupar la presidenciadel movimiento.

Amenaza del terrorismo imperialista

Mientras más ampliamente se despliega la luchaemancipadora de los pueblos de Asia, África y Amé-rica Latina, más provocadora y agresiva es la con-ducta del imperialismo. En los últimos foros de losNo Alineados se ha expresado reiteradas veces unaprofunda inquietud por las continuas y crecientesinjerencias imperialistas, así como por las provoca-ciones y los actos de desestabilización contra lospaíses no alineados, sin hablar ya de las agresionesarmadas directas.

Al intervenir en la Conferencia de Nueva Delhi,en 1983, el difunto Primer Ministro de Granada,Maurice Bishop, advirtió proféticamente acerca del«terrorismo imperialista», que amenaza a su patriay a otros pueblos de los Estados liberados. Y esapequeña isla se convirtió en la primera víctima enel período que estamos examinando. La agresiónde EE.UU. contra Granada fue un eslabón en lacadena de crímenes del imperialismo norteamerica-no en la región latinoamericana y afro-asiática. Hoyen día, todo Estado no alineado y en desarrollo, sisigue una política independiente, puede ser víctimade los ataques de la reacción internacional.

El Movimiento de los No Alineados denuncia con-secuentemente los incesantes actos de agresión deEE.UU. en América Latina y el Caribe: la guerrano declarada contra Nicaragua, la injerencia en ElSalvador y las acciones hostiles contra Cuba. Enel Cercano Oriente y África, Washington mantieneconstantemente bajo su mira a un gran grupo deEstados antimperialistas. Se trata, ante todo, de Li-bia, Siria, Angola, Mozambique, Zimbabwe y algunosotros países de la «línea del frente». Las potenciasde la OTAN pisotean burdamente la soberanía dela República de Chipre. En Asía, con la participa-ción abierta del Pentágono y la CÍA, se mantienenguerras encubiertas contra Afganistán y Kampuchea.Podría seguirse esta relación por cuanto, con laproclamación por la Administración Reagan de lallamada doctrina del «neoglobalismo», la perspec-tiva de ser incluidos en la «lista negra» amenaza

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también a otros gobiernos que no convienen a Wa-shington.

El propio Movimiento de los No Alineados esobjeto de presiones por parte de los círculos impe-rialistas que, inmediatamente después de NuevaDelhi, en cierta manera trataron de poner «buenacara», con la esperanza de que al pasar la presi-dencia del movimiento de Cuba a la India, cambia-ría la orientación de los no alineados y los haría«auténticamente equidistantes», es decir «neutrales»,con respecto al imperialismo. Por cuanto esto noocurrió, y no podía ocurrir en vista de la natura-leza antimperialista del propio movimiento, los ata-ques y calumnias en contra suya adquirieron el ca-rácter de una maligna campaña, a la que dio co-mienzo el Presidente Reagan en la XXXVIII Asam-blea General de la ONU. Allí el primer mandatarionorteamericano dijo: «Los gobiernos clientes de laUnión Soviética, que hace ya tiempo han perdidosu independencia, han afluido al Movimiento de losNo Alineados y, al encontrarse en él, trabajan con-tra sus auténticos objetivos»3. En este caso, la ca-careada tesis de la «amenaza soviética» se utilizatambién como camuflaje para permitir a EE.UU. es-capar del fuego de la crítica de los Estados noalineados, que cada año se hace más aguda.

La ocupación por Estados Unidos de la pequeñaisla de Granada fue valorada justamente por elmundo en desarrollo como la señal para una am-plia ofensiva de la reacción imperialista contra lospaíses soberanos e independientes y contra el mo-vimiento de los no alineados en su conjunto. Losacontecimientos subsiguientes tan sólo confirmaronque, bajo la bandera de la lucha contra el «terro-rismo internacional», Washington despliega una cam-paña de excepeional intensidad para desestabilizara los Estados independientes y pone sus miras enel empleo cada vez más amplio de la fuerza armada.La agresión de EE.UU. contra Libia, un acto deterrorismo de Estado sin precedentes, es una nuevaadvertencia a la comunidad mundial de qué peli-gros entraña la política del imperialismo norte-americano. De allí la creciente importancia de lasacciones conjuntas de los países adictos a la pazy de los pronunciamientos unitarios de los comu-nistas y de todos los patriotas y demócratas contrala política criminal y militarista de Estados Unidos.

También es grande el peligro de las llamadas«operaciones secretas» de las fuerzas imperialistascontra el Movimiento de los No Alineados. El pe-riódico indio National Herald informaba que parasocavarlo desde adentro, el Consejo de SeguridadNacional de EE.UU. había elaborado un programaa largo plazo. Dicho programa no sólo prevé debi-litar el papel de miembros de tanto prestigio entrelos no alineados como la India, Cuba, Argelia, Tan-zania y Nigeria, sino también presupone controlarel movimiento. La estrecha coordinación de las ac-ciones subversivas deberá realizarse con la partici-pación directa de la CÍA y otras organizacionesnorteamericanas gubernamentales y no gubernamen-tales. A la luz de estos proyectos, desearíamos re-

3 Citado según: Far Eastern Economía Revlew, Octo-ber 13, 1983, p. 20.

cordar, asimismo, que el imperialismo no está dis-puesto a renunciar a sus planes de eliminar físi-camente a los líderes de los países no alineados,y también de otros Estados, que no les son conve-nientes. A manos de asesinos a sueldo cayeron laPrimera Ministra de la India, Indira Gandhi, quegozaba de enorme prestigio como presidenta de losNo Alineados, y el Primer Ministro de Suecia, OlofPalme. Se atentó contra la vida de otro de los fir-mantes del documento de «los seis de Nueva Delhi»,el Presidente de la Argentina, Raúl Alfonsín. Unpeligro real de muerte amenazó al líder de la re-volución libia Muammar el Gaddafi, cuyo país fuebombardeado bárbaramente por la aviación norte-americana.

El Movimiento de los No Alineados mantieneindeclinablemente una posición decidida y de prin-cipios respecto a las acciones subversivas y a todainjerencia foránea. El Buró de Coordinación con-denó la pérfida agresión de EE.UU. contra Granaday exigió la retirada inmediata de las tropas ex-tranjeras de la isla. Hace poco, en la Conferenciadel Buró en Nueva Delhi, que se había reunido parapreparar la nueva cumbre, resonó su enérgica vozen defensa de Libia. Fueron condenados EstadosUnidos y su más estrecho aliado, Gran Bretaña. Eltono acusatorio de la intervención que con estemotivo hiciera el Ministro de Relaciones Exterioresde la India en el Consejo de Seguridad de la ONUfue tan fuerte, que el representante de EE.UU. noencontró nada mejor que amenazar nuevamente alMovimiento de los No Alineados, tildándolo de sertradicionalmente «unilateral»4.

Al expresar su solidaridad con la Yamahiriya Li-bia, los no alineados demandan que EE.UU. pongafin a los atentados contra la soberanía y la inte-gridad territorial de este país árabe, así como com-pense inmediata y totalmente las pérdidas materia-les y humanas que sufrió Libia como resultado delos bombardeos norteamericanos. Los no alineadosexigen, que EE.UU. renuncie a las acciones hostilescontra Libia, que ya amenazaron la paz y la segu-ridad en el Mediterráneo y complicaron seriamentela situación internacional.

Dificultades de la lucha en el frenteeconómico

En el último cuarto de este siglo, la desastrosasituación económica de los países en desarrollo seha convertido en un gran problema global. La crisisde la economía capitalista mundial ha adquirido ensu periferia formas particularmente indignantes ymonstruosas. El fardo de la deuda externa de lospaíses latinoamericanos y afro-asiáticos a los ban-cos capitalistas amenaza con pasar la cota del bi-llón de dólares; se intensifica la estagnación demuchas economías nacionales. Un estudio de la si-tuación de 83 países en desarrollo, realizado en elmarco de la ONU, demostró que el año pasado 49de ellos (con una población de 700 millones de ha-

4 Véase International Herald Tribune, April 26-271986.

hitantes] habían tenido un ingreso per cápita yade por sí muy bajo, o bien, que éste incluso habíadisminuido 5.

En general, es poco probable que el enorme des-fase económico entre las potencias capitalistas in-dustrializadas y los países subdesarrollados puedaser superado mientras sigan vigentes las leyes delcapitalismo y las imposiciones del mercado capita-lista mundial, que obligan a los productores de ma-terias primas a vender sus artículos a precios su-mamente bajos y, al mismo tiempo, a aceptar comoalgo justo las prohibiciones proteccionistas en losmercados de las antiguas metrópolis. El origen deeste desfase en el nivel de los ingresos per cápita,cuya proporción pasa de 10:1, se encuentra en lapolítica rapaz del imperialismo, que explota a lospueblos de los Estados en desarrollo y se enriquecea costa suya.

El Movimiento de los No Alineados hace constarque desde la Cumbre de Nueva Delhi no ha mejo-rado la situación económica. No se ha registradoningún avance en la solución de los problemas me-dulares de la economía mundial y los países deÁfrica y América Latina se encuentran sumidos enuna crisis económica sumamente aguda.

Los países no alineados mantienen un curso orien-tado a la transformación profunda de la injustasituación económica existente y su sustitución porun nuevo orden económico internacional (NOEI] .Al considerar a la economía mundial como un todointerdependiente, se plantean como ob;etivo ponerfin a la desigualdad de los nexos económicos conlos centros capitalistas. Para ello es necesario lacooperación y el diálogo en el marco de la ONU,lo cual, en opinión de los países no alineados, abrela perspectiva de resolver los problemas económi-cos y sociales que se plantean ante ellos.

La orientación hacia el NOEI, que se abre caminotenazmente de?de hace más de diez años, fue con-firmada también en la cumbre de Nueva Delhi. In-mediatamente después de ésta, en la capital de laIndia se reunió una conferencia de ministros, querepresentaban a los cuatro grupos regionales delMovimiento de los No Alineados: Asia. África, Amé-rica Latina y Europa. Sus participantes exhortarona los principales países capitalistas a tomar lasmedidas necesarias para establecer un nuevo ordeneconómico. Enviados especiales del movimiento sedirigieron a las capitales de los países capitalistascon el fin de lograr algún avance en el plano delas «negociaciones globales» sobre energética, ma-terias primas, comercio y crédito, que ya fueranpromovidas por la VI Cumbre de los No Alineados(La Habana. 1979). También se planteó el ob;etivode ejercer determinada influencia en la posiciónde los participantes en el encuentro que «los siete»mantuvieron en la ciudad norteamericana de Wi-lliamsburg (3983). Sin embargo, tampoco en estaocasión se logró reanimar el llamado «diálogoNorte—Sur», estancado desde hace ya muchos años.Las potencias capitalistas acogieron con un altanero

5 Véase ibld., May 20, 1988.

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silencio los empeños de los partidarios de rees-tructurar los nexos económicos internacionales.

En los años transcurridos, otra iniciativa del forode Nueva Delhi, la convocatoria de una conferenciamonetaria mundial, también ha tropezado con unaposición abiertamente obstruccionista. Los hechosdicen que en los encuentros anuales de los diri-gentes de las principales potencias capitalistas lapauta la marca Washington, que en general acogecon gran desdén y hostilidad cualquier iniciativadel Tercer Mundo. Como resultado, se presta cadavez menor atención al conjunto de problemas vincu-lados con la situación catastrófica de los paísessubdesarrollados. Expresando su descontento con losresultados del reciente encuentro que «los siete»celebraron en Tokio y, obviamente, teniendo encuenta al Presidente Reagan, el Primer Ministro deMalasia, Mahathir Mohamad, declaró: «Es de lamen-tar que las personas más poderosas no sientan lanecesidad de trabajar con el Sur o tomar en con-sideración sus problemas»6.

Como respuesta a la política de gran potenciade los «capitanes» del mundo capitalista, que pasanpor alto las demandas e intereses legítimos de losEstados en desarrollo, el Movimiento de los No Ali-neados ha modificado de manera correspondientesu programa económico. Ahora se hace mayor hin-capié en los planes de autoabastecimiento colectivo,lo cual, en particular, se reflejó en la Conferenciade Luanda y en la reunión del Buró de Coordina-ción celebrada el mes de abril en Nueva Delhi.Después de señalar una serie de logros en la orga-nización de la cooperación regional y de otro tipoentre los países no alineados, la Conferencia deLuanda formuló nuevas tareas con vistas a materia-lizar los proyectos económicos conjuntos y adoptóun programa de acciones en punto a los nexoseconómicos. Este último es considerado como unaespecie de «contrapeso» para celebrar negociacionescon las potencias capitalistas. Al propio tiempo, elMovimiento de los No Alineados está convencidoque una solución eficaz de los problemas contem-poráneos de la economía mundial sólo puede ha-llarse con los empeños conjuntos de todos los países.

Atrae la atención la posición de un grupo deEstados no alineados en las cuestiones de la deudaexterna. Como es conocido, a comienzos de 1985el Presidente de los Consejos de Estado y de Mi-nistros de la República de Cuba, Fidel Castro, pro-puso la anulación de la deuda externa de los paíseslatinoamericanos o la implantación de una morato-ria al pago de la deuda. Esta iniciativa impulsó lalucha contra la explotación imperialista de que esobjeto el mundo en desarrollo y contribuyó a quetambién en el Movimiento de los No Alineados sediscutiera ampliamente las formas de librarse deldogal de la deuda externa.

Una resolución especial de la Conferencia deLuanda, al tiempo que reconoce la obligación depagar la deuda, subraya el carácter «insoportable»de estas obligaciones financieras y la necesidad deldiálogo para buscar una solución iusta y duraderaa la crisis de la deuda. A los países liberados seles propone, en particular, lograr que se limite el

6 IWd., May 9, 1986.

pago por el servicio de la deuda, que deberá serproporcional a los ingresos procedentes de las ex-portaciones y que se necesitan para el desarrolloy para la satisfacción de las demandas económicasy sociales de cada país. Es prácticamente imposiblepagar la deuda en las actuales condiciones, pues,el mecanismo del endeudamiento y las maquina-ciones y arbitrariedades con las tasas de interésllevan, con frecuencia, a un drenaje de recursos alos centros capitalistas, y el intercambio desigualy la amplia utilización de métodos discriminatoriosen el comercio contribuyen a la expoliación de lospaíses en desarrollo. De allí la necesidad de adop-tar grandes soluciones, sobre todo en la esfera dela reestructuración de las relaciones económicas in-ternacionales sobre bases justas y democráticas —elestablecimiento del NOEI—, en lo cual insisten in-variablemente los países no alineados y sus aliadosen el mundo socialista.

En su Declaración Económica, la Cumbre de Nue-va Delhi subrayó que en las negociaciones sobrelos problemas económicos globales era importantemantener un enfoque que se basara en una «nuevaconcepción de la seguridad internacional». En suma,se trataba de reconocer los intereses comunes detodos los pueblos y países en materia de pro-greso económico. Como demuestra la experiencia,en el período transcurrido el Movimiento con de-masiada frecuencia ha tenido que enfrentarse a unaconcepción diametralmente opuesta: el enfoque im-perialista. Reiteradas veces se ha visto amenazadala seguridad económica de sus miembros. PrimeroNicaragua, y después Libia, han sido blanco de laguerra económica de EE.UU. Reiteradas veces se hanadoptado embargos comerciales y otras sancionescontra muchos Estados africanos, asiáticos y latino-americanos. De allí que sea lógica la profunda pre-ocupación de la comunidad mundial ante esta situa-ción. Es de destacar que en estas cuestiones lospaíses no alineados y socialistas, por lo general,actúan juntos. Por ejemplo, hace muy poco la URSSy Angola se pronunciaron por la convocatoria de uncongreso mundial sobre los problemas de la seguri-dad económica, en el cual se podría analizar inte-gralmente todo cuanto dificulta las relaciones eco-nómicas mundiales. Ambas partes volvieron a su-brayar la necesidad perentoria de un arreglo justodel problema de la deuda externa del mundo endesarrollo, originado por la política del neocolonia-lismo.

•AL ANALIZAR el camino recorrido de Nueva Delhi

a Harare, es posible ver claramente que, como enlos períodos anteriores, la actividad en defensa dela paz y los pronunciamientos antimperialistas delMovimiento de los No Alineados se han inscrito enel cauce común de la lucha de las fuerzas progre-sistas y democráticas del planeta. Los partidos co-munistas y obreros valoran positivamente el aporteque los países no alineados hacen a esta lucha,sus iniciativas en favor de la paz y muchas otrasimportantes propuestas suyas, el papel del no ali-neamiento como un factor global independiente enel sistema de las relaciones internacionales contem-poráneas.

El enfoque de principio hacia el problema dela descolonización, la defensa por el Movimientode los No Alineados de los intereses y derechossoberanos de los Estados independizados, la defensade los objetivos del nuevo orden económico inter-nacional y la decisión de yugular la carrera delos armamentos, en primer término los nucleares,no sólo encuentran la comprensión de los comu-nistas y de otras fuerzas progresistas, sino quecoinciden directamente con sus anhelos.

Durante ya muchos decenios los partidos herma-nos batallan tenazmente por la paz, la seguridady la auténtica independencia de los pueblos. Preci-samente los comunistas exigen que los círculosgobernantes de ios países de Asia, África y AméricaLatina den un contenido real y materialicen eficaz-mente los principios antimperialistas y anticolonia-listas del Movimiento de los No Alineados en lascuestiones políticas, económicas y sociales. En estanueva etapa del Movimiento, que se abre en su VIIIConferencia Cumbre, adquiere aún mayor importan-cia la cooperación de las fuerzas democráticas yprogresistas, de todos los pueblos y gobiernos, queestén dispuestos a defender el porvenir pacífico dela humanidad y los ideales de la libertad y la de-mocracia.

VIVIR EN NUESTRADIVERSIDADO DESAPARECER JUNTOS

JEAN ZIEGLER,Profesor de la Universidad de Ginebray miembro del Buró de la Internacional Socialista

ios recientes congresos de los partidos comunistasy obreros de los países de la comunidad socialistacontaron con una amplia representación de partidossocialistas, social-demócratas y laboristas de dife-rentes regiones del globo. El XXVII Congreso delFCUS señaló que, pese a las profundas discrepanciasideológicas entre comunistas y social-demócratas,pese a que no sean iguales ni equivalentes sus ex-periencias y adelantos, el conocimiento sin prejui-cios de las posiciones y criterios de unos y otros es,incuestionablemente, útil para comunistas y social-demócratas. En primer término, para impulsar la lu-cha por la paz y la seguridad internacional. Desdehace varios años nuestra revista concede sus páginasa destacados representantes de la social-democraciamoderna. En el presente número, insertamos unaentrevista concedida por lean Ziegler, destacadafigura del Partido Social-Demócrata de Suiza, miem-

bro del Buró de la Internacional Socialista, profesorde la Universidad de Ginebra y de la Sorbona, autorde varios libros dedicadas a los problemas de lospaíses en desarrollo y a la política mundial quiencomparte sus opiniones acerca de una serie de im-portantes problemas internacionales.

B. Profesor Ziegler, Ud. es conocido en Suiza y enel extranjero como un científico que se ocupa delos problemas de los países africanos y latinoameri-canos. ¿En qué medida el cese de la carrera arma-mentista podría mejorar su situación?

— ¡En gran medida! Existe una relación directaentre los gastos militares en el mundo, que en 1985se acercaron al billón de dólares, y la deuda externade los 122 países del Tercer Mundo: 980 mil millo-nes de dólares. Esta deuda impone sacrificios inhu-manos a los pueblos del Tercer Mundo. Una de lasprincipales contradicciones del orden mundial exis-tente es la contradicción entre el crecimiento con-tinuo e incontrolable de los gastos militares, poruna parte, y la creciente pauperización del TercerMundo, por otra.

Los recursos exorbitantes que se invierten en ar-mamentos guardan cada vez menos relación con lasnecesidades legítimas de defensa. Las grandes po-tencias disponen en estos momentos de 50 mil ojivasnucleares capaces de destruir varias veces el pla-neta. El continuo superarmamentismo contradice des-de hace mucho el simple sentido común. Es alimen-tado por el temor mutuo, pero también por las ten-tativas de asegurarse la superioridad militar, quees a todas luces ilusoria.

Es verdad que en esta espiral, Estados Unidos hasido generalmente el primero en producir los arma-mentos nucleares más sofisticados, mientras que laUnión Soviética se ha esforzado por establecer laparidad. Pero hoy ya no es suficiente determinarquién es el instigador. Repito: hemos arribado a unasituación absurda. El superarmamentismo crea peli-gros cada vez menos controlables y devora inmensosrecursos naturales, humanos y financieros. El pueblonorteamericano lo pagó con 200 mil millones de dó-lares de déficit presupuestario en 1985 y, el pueblosoviético, con toda clase de restricciones socialesy económicas. Y si se hacen realidad los planes de«guerra de las galaxias» —esta demencia suprema—,ello supondrá una nueva aceleración de la espiraldel armamentismo y las amenazas que se ciernensobre el planeta se tornarán aún menos controlables.

Al mismo tiempo, continúa empeorando la situaciónde la mayoría de los países del Tercer Mundo. Se-gún la FAO, en 1984 más de 1.200 millones de sereshumanos sufrían de subalimentación crónica y, hastael año 2000, están condenadas a morir de hambre250 millones de personas. Para los países más po-bres, los términos de intercambio comercial son ac-tualmente muy desfavorables, sobre todo porque hanbajado notablemente los precios de sus principalesproductos de exportación. Así, de 1979 a 1982. elprecio del café bajó en el 20%; el del azúcar, enel 37, y el del cacao, en el 50%. La situación de lospaíses subdesarrollados se agrava igualmente en ra-zón de los conflictos regionales y las grandes com-pras de armas: sólo los Estados africanos han gas-

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tado con este fin 16 mil millones de dólares en 1985.En resumen, el superarmamentismo se hace en granmedida en detrimento de los pueblos del Tercer Mun-do, condenando a algunos de ellos a una lentadesaparición.

B. En estos momentos se han difundido en Occidenteideas pesimistas en cuanto a las posibilidades deldesarme y a la solución de otros problemas globalesgraves. ¿Qué opina Ud. a este respecto?

— Pese a la complicada situación mundial, existensoluciones. La condición decisiva para su realizaciónes el retorno a la distensión. Este punto de vista noes únicamente mío, es el dominante en la Interna-cional Socialista. Todas las cuestiones a las cualesla Internacional concede una atención prioritaria nopueden ser solucionadas más que en las condicionesde la distensión y en un clima de confianza mutuaentre las grandes potencias. Es necesario arreglarlos conflictos regionales, particularmente en AméricaCentral, reducir de manera radical los armamentosnucleares, prevenir la militarización del espacio, ase-gurar el respeto general a los derechos del hombre,descolonizar África del Sur y crear condiciones parael desarrollo integral del Tercer Mundo.

Considero muy positivp el hecho de que en elXIII Congreso de la Internacional Socialista (Ginebra,1976) haya sido elegido presidente una personalidadnotable: Willy Brandt. Brandt es un enemigo con-vencido de la guerra, un hombre fiel a su pasadoantifascista. Muchos de sus correligionarios fueronelegidos igualmente a los órganos dirigentes. Ade-más, los partidos socialistas se reforzaron sensible-mente en una serie de países de Europa Occidental,particularmente en Portugal y España donde cayeronlos regímenes fascistas. Los militantes del movimien-to tienen la voluntad de intensificar las actividadesde la organización, en primer lugar su participaciónen la lucha por la paz, la seguridad y el arreglo delos conflictos regionales.

A principios de 1978 fue creado un grupo de tra-bajo particular de la Internacional Socialista para eldesarme, el cual comenzó a buscar los canales paramejorar el clima internacional y renovar el diálogoentre el Este y el Oeste. Al mismo tiempo, la Inter-nacional Socialista empezó a prestar mayor atenciónal desarrollo de los acontecimientos en el TercerMundo y a los contactos con los movimientos de li-beración nacional. En 1980, nuestra organización de-claró por primera vez su solidaridad con el Gobiernode Nicaragua y comunicó su posición a la Adminis-tración de EE.UU.

El acceso de Reagan al poder, la instalación delos Pershing y los Cruise en Europa, la proclamacióndel proyecto de «guerra de las galaxias» hicieron quela Internacional Socialista se preocupara más y másde la seguridad internacional. He notado cierta irra-cionalidad de la política actual norteamericana. Estairracionalidad se manifiesta, sobre todo, en los pro-pósitos de dar un salto cualitativo en la esfera bé-lica, mediante la militarización del espacio, y tam-bién en la guerra sicológica que lleva a cabo EE.UU.partiendo de una falsa percepción del mundo. Todoello repercute muy negativamente en las relaciones

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entre la URSS y EE.UU. Cierto que en el pasadoestas relaciones también eran conflictivas, pero meparece que hoy asistimos a una renuncia deliberadade EE.UU. a la distensión. Pero, la Unión Soviéticasigue siendo su contraparte principal e indispensableen toda negociación sobre desarme.

No soy comunista ni, probablemente, lo seré jamás.Soy social-demócrata y ciudadano de un pequeñopaís neutral situado en el corazón de Europa. Muchosaspectos de la política interior y exterior de la URSSencuentran mi oposición. Pero, me siento profunda-mente preocupado por la guerra sicológica que des-pliega en estos momentos la Administración Reagancontra la Unión Soviética. No la considero razonable.Pues, en la era nuclear la negativa al diálogo y laguerra sicológica constituyen una actitud totalmenteabsurda. En una guerra nuclear la única que sal-dría ganando sería la muerte. Tengo familia e hijos.Y, como todos, quiero que ellos vivan.

Insisto: para todo socialista y para todo demó-crata existe hoy una prioridad absoluta: ayudar arestablecer la distensión, ayudar a construir las re-laciones internacionales sobre bases razonables. LaConferencia de Helsinki fue un momento positivopara el clima político de Europa, especialmente por-que el Acta Final proclamó la inviolabilidad de lasfronteras en el continente y la necesidad de respe-tar en todas partes los derechos humanos. Lamen-tablemente, muchos proyectos adoptados en Helsinkino se han hecho realidad. Es necesario reencontrarel espíritu de Helsinki.

B. ¿Cómo aprecia Ud. en este plano los esfuerzosde la URSS por lograr acuerdos concretos conEE.UU., en particular la cumbre soviético-norteameri-cana en Ginebra y las propuestas formuladas en laDeclaración de Mijaíl Gorbachov del 15 de enero ydesarrolladas posteriormente por el XXVJI Congresodel PCUS?

— Los contactos directos entre los dirigentes delas dos grandes potencias siempre son útiles. El en-cuentro de Ginebra es indudablemente una etapaimportante para renovar su diálogo. Gracias a latelevisión, millones de personas pudieron ver quela paz está en juego y comprender la gravedad delproblema. Pero el problema no está resuelto. Gine-bra originó una esperanza inmensa, mas no reportóresultados concretos.

Las propuestas soviéticas del 15 de enero de 1986me parecen razonables. Yo no sé si estas propuestasforman parte —como dijo Reagan— de un «complotpropagandístico». Es posible que la reducción de losarsenales nucleares y su eliminación mediante undesarme mutuo, sincrónico y controlado hasta elaño 2000 parezca una utopía. Pero, mi respuesta alas propuestas de Gorbachov es: aprovechémoslas,comencemos por dar un primer paso, discutámoslasjuntos. En Occidente existe la opinión pública, quedebe movilizarse y poner fin a la guerra sicológica.La ley de la jungla gobierna hoy las relaciones in-ternacionales. Pero, en la jungla no hay porvenirpara ningún pueblo. Repito: soy parte de los milesde millones de personas que habitan la Tierra. Quierovivir y por eso lucho por la paz. La paz no puede

ser conseguida sino a través del diálogo, la nego-ciación y el desarme. Y jamás a través de la con-frontación, la calumnia y el rechazo a la otra parte.

B ¿A su criterio, qué contribución puede hacer laInternacional Socialista al restablecimiento de ladistensión?

— Esta contribución puede ser muy importante.Aunque la Internacional no es un organismo inte-restatal, tiene una gran fuerza política, diplomáticay moral.

He mencionado ya nuestros esfuerzos por resta-blecer las relaciones de confianza entre los Estadoseuropeos, nuestras tentativas de influir en la Admi-nistración norteamericana en cuanto a su políticaen Centroamérica, la oposición al proyecto de «gue-rra de las galaxias» y la lucha por el respeto delos derechos del hombre en Occidente y Oriente.La Internacional Socialista y los partidos afiliadosa ella conceden gran atención al establecimiento yla ampliación de los contactos con la URSS y losdemás Estados del Tratado de Varsovia, pese a lasprofundas divergencias que existen entre ellos y lospartidos en el poder en dichos Estados. Se trata,en primer lugar, de los derechos del hombre y lasformas que adopta el Estado. También tenemos elasunto de Afganistán. Sin embargo, hay cooperacióny voluntad recíproca de continuar el diálogo.

En el interior de la Internacional no hay un enfo-que común, no hay unanimidad en todas las cuestio-nes clave de la vida internacional. Y esto es natural:la Internacional Socialista está integrada por 49partidos por los que votan más de 80 millones depersonas. Estos partidos trabajan en condiciones di-ferentes. Entre ellos hay algunos grandes y muyinfluyentes como el PSDA (cerca de un millón deafiliados), el Partido Socialista de Austria (700 milmiembros), pero hay también partidos pequeños co-mo el nuestro con sus 52 mil militantes, sin hablarya de las formaciones jóvenes y poco numerosas enlos países africanos. Es comprensible que esta com-posición como tal implique ciertas divergencias.

A mí personalmente, me parece inadmisible la ideade que Europa pueda convertirse en teatro de unaguerra nuclear «limitada». Tampoco puedo admitirque los misiles se instalen en países, cuyos gobier-nos nacionales carecen de fació del derecho a vetarsu utilización. Pero esta posición adoptada por lamayoría de los partidos integrantes de la IS no escompartida por todos sus miembros. Por esta razónes temprano todavía para hablar de una unidad totalde criterios en el interior de la Internacional So-cialista. Por ejemplo, el Partido Socialista Francésapoya la instalación de los Pershing. No obstante,la tendencia fundamental, representada por Brandt,la social-democracia oestealemana, la sueca, la aus-tríaca, etc. es la que se opone a la nuclearizaciónde Europa y a la «guerra de las galaxias», y abogapor negociaciones razonables con la Unión Soviéticay otros países de la Europa del Este a fin de avan-zar hacia un desarme progresivo, sincrónico, mutuoy controlable.

B, Ud. ha dicho que la Internacional Socialista sepropone luchar por la regulación de los conflictos

regionales, particularmente en América Central. ¿Cuá-les son, a su juicio, las condiciones más importantespara restablecer la paz en esta zona?

— En primer término, Estados Unidos debe renun-ciar a su política agresiva respecto a Nicaragua.De 1961 a 1979, el pueblo nicaragüense perdió a 60mil personas en su lucha contra la dictadura patri-monial de Somoza, un delincuente común que sa-queaba su país con ayuda de Estados Unidos.

Dos años después de que esa sangrienta dictadurafuera derrocada por el pueblo, dirigido por el FrenteSandinista de Liberación Nacional, Nicaragua esatacada por mercenarios financiados y armados porla CÍA: los 12 mil somocistas refugiados en Hondu-ras y Costa Rica. Mientras tanto, Estados Unidosprocede al bloqueo y el minado de los puertos nica-ragüenses. Vi con mis propios ojos el portavionesKennedy a pocas millas de la costa atlántica deNicaragua.

Es una guerra de agresión contra un pueblo inde-pendiente, contra un Estado soberano, una guerraque nada puede justificar y que sólo sirve paramantener los privilegios de las transnacionales norte-americanas en América Central. Y éstas, ciertamente,tienen miedo a los cambios sociales en esta partedel globo. Temen que, después de Nicaragua, se li-beren El Salvador, Honduras y Guatemala.

La Administración norteamericana «justifica» supolítica por el hecho de que Nicaragua es supuesta-mente un «satélite de Moscú» que amenaza las fron-teras meridionales de EE.UU. En realidad, Washing-ton no quiere aceptar que el pueblo de ese país,igual que el pueblo de Cuba, ha optado por la víade la liberación nacional y la construcción de unrégimen socialista democrático. El socialismo ha re-portado cambios inmensos a los cubanos. Es eviden-te que en los 27 años transcurridos desde la Revo-lución, este país otrora miserable, como los otrospaíses de América Latina, donde los niños moríande hambre y la inmensa mayoría de la poblaciónera analfabeta, ha logrado éxitos impresionantes:hospitales en todas partes, reforma agraria, dignidadhumana. Mientras tanto, Washington no deja de re-petir que Cuba forma parte del «imperio del mal»y es un bastión de avanzada que tiene Moscú enel Hemisferio Occidental...

Las afirmaciones de la Administración norteameri-cana de que el Gobierno de Nicaragua se mantieneen el poder tan sólo gracias al apoyo de la URSSy Cuba son completamente absurdas. Durante misdiferentes viajes a Nicaragua, me he convencido deque allí está en el poder un gobierno independiente,que goza de un apoyo popular real, salvo el de laburguesía compradora.

Para terminar, quisiera citar una frase magníficaque pertenece a Tomás Borge, uno de los coman-dantes sandinistas. En julio de 1979, poco tiempodespués de la victoria del Frente Sandinista de Li-beración Nacional, el Presidente norteamericano,Cárter, envió una carta a la dirección del FSLN se-ñalando que los sandinistas habían vencido y queEE.UU. había cometido un error al apoyar a Somoza.Cárter declaró que Estados Unidos reconocería di-plomáticamente al nuevo Gobierno si Nicaragua ce-

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lebraba de inmediato elecciones y promulgaba unaConstitución representativa. Borge respondió: «SeñorPresidente, nuestro pueblo ya ha votado. Ha votadocon su sangre».

Muchos nicaragüenses han ofrendado su vida porla revolución. Y siguen cayendo todos los días enlas fronteras, sobre todo los jóvenes combatientesdel ejército sandinista. Ellos votan con su propiasangre por el socialismo, la independencia y la de-mocracia.

B. En la Editorial Progreso, de Moscú, sale próxi-mamente el libro "El año 2000: ¿el f i n dela humanidad? Diálogo E st e—O est e", queUd. escribiera con el científico soviético Yuri Popov.¿En Suiza hay personas que consideran que estoes un riesgo para su reputación?

— En Suiza, el anticomunismo es violento. Tenercomo coautor a un soviético y, más, en un libro quese va a publicar en la Editorial Progreso, representaen efecto cierto riesgo para mi imagen social. Pero,estoy acostumbrado a las agresiones de la derecha.En más de una ocasión fui objeto de ataques pormis obras (por ejemplo, por el libro Una Suiza librede toda sospecha). Pertenezco al ala izquierda delPSDS, estoy en contra del «secreto bancario» que

permite depositar en los bancos suizos los capitalesobtenidos por medios criminales. Estoy en contrade la dominación de la oligarquía financiera y lastransnacionales en la vida pública de mi país.

Pero lo esencial es otra cosa. Ahora, cuando ape-nas quedan 14 años hasta el fin de la centuria, en-caramos una opción: o bien aprendemos a vivir enun mismo planeta, pese a todas nuestras diferenciasy divergencias, o bien desaparecemos juntos en lasllamas de una conflagración nuclear. Vivimos enun mundo de locura. En cualquier momento la hu-manidad puede ser exterminada. Hacer comprenderesta verdad simple al mayor número posible de per-sonas es tarea de los intelectuales..

En el presente, los contactos entre los especialis-tas en ciencias sociales del Este y el Oeste siguensiendo muy limitados. Espero que nuestro libro ayu-de a ampliarlos: es un diálogo crítico, conflictivo yútil entre dos científicos que representan dos socie-dades con formas de gobierno e ideologías opuestas.Insisto: el diálogo y la discusión de los problemasson la única vía para buscar una salida a la situa-ción actual. Renunciar a la hostilidad mutua, pesea todas las diferencias existentes, es condición fun-damental para la paz y, por consiguiente, para lavida de la humanidad.

CONTRA LA REPRESIÓN Y LAS PERSECUCIONES

UNA ARBITRARIEDAD JUDICIAL EN EL «OASIS DE LA DEMOCRACIA»

LA CORTE SUPREMA de Seguridad del Estado dela República Árabe de Egipto ha terminado la vistade la llamada «causa del Partido Comunista Egip-cio». La encuesta y el proceso se han prolongadodesde 1979. i esenta personas, incluidos dos ciudada-nos sudaneses, fueron acusados de «fundar y dirigir»el PCE, violando así la «Ley sobre los partidos» quefuera adoptada durante el régimen de Sadat, des-pués de las acciones populares de masas que tuvie-ron lugar en enero de 1977.

El fiscal pidió la máxima pena: 25 años de tra-bajos forzados. Sin embargo, la Corte, que se habíaconstituido conforme a las leyes de emergenciadecretadas después del asesinato de Sadat, y que,a decir de las autoridades, ya no están vigentes,no pudo encontrar pruebas de la culpabilidad delos patriotas. Entonces, se recurrió a una ley dela época del rey Faruk, que califica como delito,no ya la distribución sino la simple posesión demateriales que critiquen al régimen gobernante. Esverdad que muchos de los acusados habían tenidoen su poder materiales de esta índole. Pero, aunquela mayor parte de éstos había sido editada legal-mente por una organización política oficialmentereconocida, el Partido Nacional Progresista Unionis-ta, 34 personas fueron sentenciadas a uno, dos otres años de cárcel con trabajos forzosos. Entreellos hay obreros, estudiantes, maestros, ingenieros,

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abogados, periodistas, veteranos del movimiento deliberación nacional y comunista, dirigentes del Par-tido Nacional Progresista Unionista, que habían sidoperseguidos y arrestados en repetidas ocasiones du-rante el Gobierno de Sadat. Aunque a algunos deellos se les había presentado una sola acusación,fueron condenados según dos artículos del Código,lo cual es contrario a la ley.

Voceros del actual régimen egipcio aseveran quenuestro país es un «oasis de la democracia» en elmundo árabe. Pero el régimen cuenta con todo unarsenal de leyes y disposiciones represivas, a lasque recurre constantemente en un intento de aplas-tar las crecientes protestas de las fuerzas democrá-ticas y progresistas. El proceso judicial que acabade concluir constituye un acto de represión abiertacontra auténticos patriotas, que luchan por la li-bertad, la democracia y el progreso social, contrala política de dependencia respecto al imperialismode EE.UU.

La opinión democrática mundial protesta por laignominiosa sentencia dictada por los tribunalesegipcios y exige la libertad de los patriotas inocentes.

MOHAMED MAGDI RAMAL,representante del Partido Comunista Egipcio

en Revista Internacional

PANORAMA BIBLIOGRÁFICO

VOCES QUE NO HANENMUDECIDOMEMORIAS SOBRE LA LUCHA

DE LOS ANTIFASCISTAS AUSTRÍACOS

EN LOS AÑOS DE LA SEGUNDAGUERRA MUNDIAL

M a x M u c h i t s c h. DIE ROTE STAFETTE —VOM TRIGLAV ZUM HOCHSCHWAB. Wien,Globus, 1985. 499 S.

L i s a G a v r i c . DIE STRASSE DER WIRK-LICHKEIT — BERICHT BINES LEBENS. Berlín,Nenes Leben, 1984. 314 S.

M a l i F r i t z , H e r m i n e J u r s a . E S LEBEDAS LEBEN —TAGE NACH RAVENSBRÜCK.Wien, Verlag für Gesellschaftskritik, 1984.122 S.

M a r g a r e t e S c h ü t t e - L i h o t z k y . ERIN-NERUNGEN AN DEN WIDERSTAND. 1938 bis1945. Hamburg, Konkret Literatur, 1985. 200 S.

DER HIMMEL IST BLAU. KANN SEIN. Frauenim Widerstand Osterreich 1938-1945. Wien,Promedia, 1985. 272 S.

EL CUADRAGÉSIMO ANIVERSARIO del fin de lasegunda guerra mundial, fecha ampliamente cele-brada por la opinión pública mundial, recordó demanera impresionante el aporte decisivo de laUnión Soviética y sus Fuerzas Armadas a la victoriaobtenida por los pueblos amantes de la libertadsobre el fascismo germano y el militarismo nipón.El primer Estado socialista del mundo hizo lo má-ximo posible para salvar a Europa de la esclavitud

nazi y para que los pueblos europeos recuperaransu soberanía y su independencia nacional.

Todas las fuerzas auténticamente patrióticas delos países europeos ocupados participaron en laresistencia a los invasores hitlerianos. Sin embargo,es de lamentar que la lucha de los antifascistasaustríacos, en cuyas primeras filas marcharon loscomunistas, no haya sido estudiada de manera ade-cuada ni reflejada debidamente en la literatura,y aún permanezca desconocida para muchas per-sonas. La aparición en los últimos tres años devarios libros que han llenado esta laguna es unhecho en verdad satisfactorio. Es digno de señalar-se que estos libros, publicados independientementeuno de otro, por primera vez muestran el papel dela mujer en la Resistencia antifascista.

QUISIERA COMENZAR mi reseña sobre los cinconuevos libros arriba mencionados con el Relevo rojo:desde Triglav hasta Hochschwab. Max Muchitsch,uno de los jefes de la guerrilla de Leoben-Donawitz,al preparar esta voluminosa recopilación de 500páginas por encargo de la Comisión de Historiaadjunta al CC del Partido Comunista de Austria,decidió mostrar los acontecimientos de aquellostiempos tal como los vivieron y sufrieron sus pro-tagonistas. El libro, cuya figura central es el tra-bajador consciente de su misión de clase e intrépidoejecutor de la misma, abarca las principales etapasde la lucha contra el nazismo en Carintla y AltaEstiria, desde la prohibición del Partido Comunistaen 1933 por el Gobierno clerical-fascista de Dolfusshasta la liberación de la región de Leoben-Donawitzpor las fuerzas antifascistas y la llegada del Ejér-cito Soviético.

Esta recopilación es un modesto tributo al grupoguerrillero de Leoben-Donawitz, que luchó bajo ladirección de los comunistas Sepp Filz, Sylvester Hei-der (caído en combate) y el propio Max Muchitsch.Los guerrilleros, que habían decidido oponer resis-tencia armada al régimen hitleriano, sólo podíancontar con su propia abnegación sin límites, la redde enlaces que habían creado entre la población

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local y las armas almacenadas por ellos mismos.Este capítulo de la Resistencia antifascista, que

aún no ha sido valorado merecidamente en nuestropaís, es el eje de toda la narración. Ante el lectorse sucede toda una serie de episodios escritos conun lenguaje vivo. El relato «La liebre, la zorra yel guerrillero» tiene incuestionable valor literario.Su autor, Sepp Filz, cuenta cómo fue herido grave-mente en un tiroteo con los fascistas y se salvóde sus perseguidores con ayuda de Max Muchitsch.La brillante descripción que hace el antiguo guerri-llero de esos hechos pasados permite al lector sen-tirse testigo presencial de los mismos. Las memo-rias de Muchitsch tienen cualidades similares, aun-que como compilador él considera importante notanto el mérito literario como el relato preciso yexhaustivo del aporte de centenares de antifascis-tas a la liberación de su patria, que en aquellosterribles años se hizo aún más entrañable para ellos.

Pese a que la mayoría de los materiales fueronpreparados por el propio Muchitsch, se puede decirque su libro es un trabajo colectivo. El compiladorlogró convencer a muchos camaradas suyos de querecordaran sus experiencias de la Resistencia y lascontaran detalladamente. Muchitsch trata con sumocuidado estos materiales, considerándolos documen-tos que reflejan la verdad histórica sobre las haza-ñas de obreros revolucionarios, que lucharon heroi-camente —sin pensar en la gloria— y sacabanfuerzas del internacionalismo proletario, pues, creíanfirmemente en la inevitable victoria de la UniónSoviética sobre la Alemania hitleriana.

EXTRAÑOS son a veces los caminos a través delos cuales sale a la luz aquello que parecía sumidoen el olvido. Tal es el caso del libro de Lisa GavricEl camino de la realidad: reportaje sobre una vida,editado por la editorial berlinesa Neues Leben. Suaparición se debe en mucho a la redacíora UllaPlener, quien preparó los materiales para la im-prenta y escribió el epílogo. Ulla Plener se interesópor la vida de la comunista austríaca Lisa Gavricdespués de haber leído un artículo sobre ella pu-blicado en una revista juvenil soviética. La hija deGavriC, que vive en la Unión Soviética, entregóquince cartas a dicha revista después de la muertede su madre. Las cartas relatan la historia de estaextraordinaria mujer, a la que las circunstanciasle obligaron a enviar a su única hija a la casainfantil internacional de Ivánovo.

Ulla Plener prosiguió sus búsquedas y establecióque Lisa Gavrié (1907-1974) había sido hermana deTrude Bechmann, una actriz muy conocida en laRDA. Y resultó que ella tenía el manuscrito de unlibro escrito por Lisa en los años 60. Así aparecióEl camino de la realidad, impresionante narraciónsobre la vida de una mujer que se consagró almovimiento obrero internacional y jamás traicionósus convicciones, ni siquiera cuando fue torturadaen la Gestapo.

El destino de Lisa no fue determinado por suorigen. Había nacido en una familia burguesa que,para decir la verdad, después de la caída de lamonarquía austro-húngara vivía en la pobreza. Lisatuvo que ganarse el pan desde muy joven. Entró encontacto con exiliados progresistas, la mayoría deellos de tendencias comunistas. Lisa se trasladó aParís, donde hizo amistad con varios comunistasyugoslavos, uno de los cuales, Milán Gavric, llegóa ser su esposo. La joven pareja fue a vivir a Yugo-slavia donde se incorporó al trabajo político clan-destino. Después que el grupo comunista dirigido por

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Milán fuera descubierto, Lisa logró escapar a París.Cuando estalló la rebelión fascista en la España

Republicana y los franquistas abrieron las hostili-dades con la ayuda militar de la Alemania hitleria-na y la Italia de Mussolini, Lisa decide irse a Espa-ña como enfermera. Así se separa de su hija queestaba por entrar a la escuela.

El libro no sigue un orden cronológico. Es uncaleidoscopio de acontecimientos, que la autora ibarecordando mientras estuvo encerrada en las maz-morras de la Gestapo. Estos recuerdos le dabanmayor fuerza moral para mantenerse firme durantelos interrogatorios y eran como una especie deconfesión ante su hija. Algunos capítulos de sulibro, de haber sido escritos en otros tiempos, hu-bieran alcanzado alturas verdaderamente épicas.Pero la abnegación de la joven enfermera apareceen sus sencillos relatos como algo natural. Conigual sencillez, Lisa habla de su participación enla Resistencia francesa, de cómo ella y otras jó-venes recogían información entre los soldados de laWehrmacht, que luego era utilizada en los periódi-cos antifascistas, y divulgaban materiales de pro-paganda.

El partido envía nuevamente a Lisa Gavric a Aus-tria donde, haciéndose pasar por una francesa quehabía llegado en busca del trabajo, debía ayudar aimpulsar la lucha contra el nazismo. Denunciadapor un traidor, íue arrestada por la Gestapo y lle-vada al campo de concentración de Ravensbrückjunto con otras personas que debían ser extermi-nadas.

Fue allí donde Lisa sintió profundamente esa granfuerza —capaz de «mover montañas»— de la soli-daridad intemacionalista y de la abnegación de loscomunistas. Y esta fuerza le salvó de una muertesegura a ella, una mujer que había consagrado suvida a la lucha revolucionaria. Como resultado deuna arriesgada operación, Lisa y otras dos mujeres,también condenadas a desaparecer por las S.S.fascistas, fueron escondidas en lugar seguro y, des-pués, enviadas fuera de Ravensbrück.

Al reflexionar en todo esto hoy, al cabo de cua-renta años, uno no puede menos que maravillarse:¿cuál era la fuente de esa devoción a los ideales yde ese heroísmo? El libro directa o indirectamentenos hace comprender cuan importante fue el ejemplode la Unión Soviética, en la cual los trabajadoresvelan la encarnación de sus anhelos y sus espe-ranzas.

EL LIBRO Viva la vida: días después de Ravens-brück comienza justamente allí donde Lisa terminasu narración, es decir cuando recupera la libertad.Sus autoras, las comunistas Malí Fritz y HermineJursa, también participaron activamente en la Re-sistencia (la primera, sobre todo en Francia y, lasegunda, en Austria) y pasaron por el infierno delas prisiones y los campos de concentración nazis.Lograron escapar durante la evacuación de Ravens-brück. Ante ellas se abría la libertad. Hicieron sucamino, principalmente a pie, a través del caosde la huida de las tropas fascistas y de la pobla-ción civil. Su larga y difícil marcha desde Ravens-brück hasta Viena pasó por Eberswalde, Francfortdel Oder, Cottbus, Dresde, Nuremberg y Passau. Ensu camino se encontraron con nazis inveteradosque tenían una fe ciega en la «solidez» del fascis-mo, incluso en su agonía, y con soldados soviéticosque invariablemente ayudaban a estas dos valientesmujeres.

Los recuerdos de las autoras sobre este períodoúnico de su vida van acompañados lógicamente deserias reflexiones. En un pasaje del libro leemos:«Todavía oigo, como si fuera ahora, la voz de unalemán —de los volksdeutsche * preguntándomeamargamente.. . por qué él tenía que pagar todoslos crímenes cometidos por los de "arriba"». Esuna pregunta que, si se la hubieran hecho opor-tunamente muchos alemanes, habría permitido pre-venir el desastre a través de la resistencia de todosaquellos a quienes esto preocupaba.

«¿Hermine, fue justa tu conducta en aquel en-tonces, en 1939? ¿Podrías decir ahora, después detodo lo ocurrido, que habrías hecho lo mismo? ¿Ohabrías preferido estar al margen? Por supuesto,haría lo mismo, esa conducta fue justa en aquellostiempos, muchos en Austria hicieron lo mismo. ¡Quéhubiera sido de nosotros sin esta lucha! .. En eseentonces no pude actuar de otra manera y hoy,haría exactamente lo mismo» (pp. 94-95).

Esta es la razón por la cual el régimen nazi fueincapaz de lograr sus propósitos —exterminar atodos los antifascistas— pese a los más refinadosmétodos de control y opresión. Todo lo contrario,la Resistencia fue adquiriendo cada vez mayoresproporciones. Al verse ante la opción de conservaro perder su dignidad humana, los comunistas y mu-chos otros que apreciaban su honor y libertad, eli-gieron inequívocamente lo primero.

EN EL LIBRO Recuerdos sobre la Resistencia de1938-1945, Margarete Schütte-Lihotzky escribe quepara ella luchar contra el fascismo fue algo natu-ral, aunque en ese entonces ella todavía no eracomunista. Los esposos Schütte, antes de instalarseen Turquía, donde establecieron contactos con losenlaces del PCA e ingresaron en el partido, habíantrabajado en la URSS durante siete años, es decir,habían visto con sus propios ojos la construcción delsocialismo y, más aún, habían participado en ella.Personas como los Schütte fueron muy necesariasal Partido Comunista de Austria cuando Érwin Busch-mann (Gerber en la clandestinidad) logró formarla tercera Dirección Central del partido en Vienay entrar en contacto con numerosos grupos de laResistencia.

En 1941, Margarete salió de Turquía hacia Vienacon la misión de entregar a Gerber informes de laDirección del PCA en el extranjero y, a su vez,recoger noticias sobre la actividad de la Resisten-cia austríaca. El pretexto para el viaje fue el deseode Margarete de ver a su hermana. Durante 25 días,ella realizó un trabajo clandestino sobre el cualsus familiares no tenían la menor sospecha. Perola Gestapo la arrestó poco antes de su salida deAustria, durante el último encuentro que sostuvocon Gerber: la había denunciado un agente provo-cador infiltrado en la organización. Comenzó unanueva etapa de la Resistencia, no menos importan-te que la primera, y Margarete soportó con dignidadtodas las pruebas...

ME GUSTARÍA concluir esta reseña con el libroEl cielo es azul. Puede ser. (Las mujeres en la Re-sistencia austríaca, 1938-1945.) Sus autoras son KarinBerger, Elísabeth Holzinger, Lotte Podgornik y Lis-beth N. Trallori, pertenecientes a la generación deposguerra. Este libro es un vasto estudio realizadoa través de las entrevistas concedidas por más de

* Volksdeutsche — en la Alemania fascista se llamabaasí a los alemanes que no vivían en el territorio deAlemania.

cien mujeres de diferentes orientaciones políticas,que participaron en la lucha contra el fascismo.

Escrito en la forma de «historias narradas», ellibro ofrece un amplio panorama de la Resistenciaen Austria, habiendo salvado para las generacionesvenideras muchos testimonios orales hasta ahoradesconocidos. A la luz de los hechos recogidos,sería justo revalorar la contribución de la mujera la lucha contra el odiado enemigo, porque sumisión no fue de carácter auxiliar como se creíahasta ahora. La mujer desempeñó un papel claveen muchas esferas de la lucha tanto porque tuvoque reemplazar al hombre como en virtud de laspeculiaridades del carácter femenino.

Veinte mujeres de la Resistencia relatan sus re-cuerdos en las páginas de este libro, muchas deellas por primera vez. Las compiladoras, con sumadelicadeza, han conservado el estilo y el lenguajede las entrevistadas. La mayoría de ellas conside-raban la lucha contra el fascismo como un debernatural suyo. La comunista Agnes Primocic, escribeque había prometido a su esposo, llamado a lasfilas de la Wehrmacht, cuidar de sus hijos y, porellos, estar al margen de todo trabajo político. Pero,agrega, que cuando desde un campo de concentra-ción le pidieron conseguir ropas y, de ser posible,algún arma para 17 presos que se preparaban aescapar, ella aceptó cumplir esta misión.

Al lector le fascinará el hecho de que estas mu-jeres hablan de sus actividades, que pueden serincluidas entre las grandes hazañas de la historiade la humanidad, como algo natural y sin la menorsombra de presunción. Gentes de este temple sonla sal de la tierra. Y es que a ellas se vinculanlas esperanzas de que lograremos salvar a nuestroplaneta de una guerra nuclear.

.. .LOS CINCO LIBROS reseñados no sólo muestranconvincentemente el papel organizador y dirigentede los comunistas en la lucha antifascista de lospueblos de Europa por su liberación, sino que elu-cidan que en la lucha política y social del presen-te es asaz importante saber en qué pilares apoyarsey qué tradiciones continuar.

LUTZ HOLZINGER,funcionario del CC del Partido Comunista

de Austria

ENSEÑANZAS DE LA HISTORIAN o r e e n B r a n s o n . HISTORY OF THECOMMUNIST PARTY OF GREAT BRITAIN 1927-1941. London, Lawrence and Wishart, 1985.350 pp.

CUANDO EN 1968 se publicó el primer tomo dela Historia del Partido Comunista de Gran Bretaña,su autor, James Klugmann, destacada figura delPCGB y del movimiento comunista internacional,escribió que su intención era presentar la historiadel partido «no como algo aislado y separado, nocomo algo que existe por sí mismo, sino en el con-texto del movimiento obrero general, y como partede él». El desarrollo interno del partido no puede

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ser comprendido separado del movimiento obrero,al igual que la influencia del partido en éste nopuede ser comprendida fuera de su propio desarro-llo interno. Este enfoque caracterizó asimismo alsegundo tomo, publicado en 1969 y escrito tambiénpor Klugmann, que trata de los turbulentos aconte-cimientos de la huelga general de 1926.

Noreen Branson, autora del tercer volumen dela Historia del Partido Comunista de Gran Bretaña,además de dejar claramente la impronta de su pro-pia individualidad, supo conservar la tradición desu predecesor, mostrando la relación dialéctica queexiste entre los acontecimientos y los procesos quese operan dentro y fuera del partido.

El libro se inicia con un análisis de la situacióntras la derrota de la huelga general, derrota quetuvo un impacto duradero en la clase obrera britá-nica, y termina con la agresión desatada por laAlemania fascista contra la Unión Soviética. El Par-tido Comunista desempeñó un papel importante entodos los principales acontecimientos que tuvieronlugar en nuestro país en aquel período, así comoen la superación de las pruebas que ellos supusieron.

No hubo, virtualmente, esfera de la vida socialy política de Gran Bretaña a la cual los comunistasno hicieran un valioso aporte: la lucha contra eldesempleo y la pobreza; la organización de las le-gendarias Marchas de Hambre —cinco de 1929 a1936—; los movimientos masivos por alzas salaria-les y mejoras en las condiciones de trabajo; lasmanifestaciones en defensa de la paz, contra laguerra y el fascismo, y, por último, la fundacióny mantenimiento del periódico Daily Worker.

Hay quienes argumentarán que la historia de lospartidos comunistas pequeños, que trabajan en lospaíses capitalistas, apenas si tiene méritos para unestudio serio y tampoco permite sacar lecciones nipara el partido cuya historia se escribe ni paralos demás partidos. La obra de Noreen Branson,amena y muy bien documentada, refuta tales afir-maciones. Al mismo tiempo, cabe destacar, que sien-do fruto de meticulosas investigaciones, este libro,lamentablemente, deja ver en ocasiones la huella deeste trabajo de investigación: así, un detalle ocultaa veces la generalización que se proponía ilustrar.Por otra parte, si se lo compara con tantas obraspretenciosamente académicas, que aturden al lectorcon generalizaciones científicas, a expensas de ejem-plos concretos, este defecto adquiere un peculiarinterés.

Este libro es un relato emocionante que nos hablade proezas heroicas y frustraciones amargas, degrandes victorias y duras derrotas, de períodos deauge y de retroceso. Desde aquellos turbulentos díasen que «el Partido Comunista de Gran Bretaña seautodesignó Sección Británica de la InternacionalComunista» (pp. 1-2), y hasta vísperas de la disolu-ción de la Internacional —al referirse brevementea esta cuestión, la autora nos lleva también a acon-tecimientos posteriores a 1941—, el partido fue unafuerza activa, entregada con abnegación a su causa.A veces cometía errores, pero desarrollaba nuevasideas y ejercía siempre una influencia mucho mayorde la que podía dejar suponer el número de susmilitantes.

Entre la información detallada que recoge estetrabajo revisten particular interés tres temas indi-solublemente entrelazados: las relaciones del PCGBcon el Partido Laborista y otras organizaciones de laclase obrera; las relaciones con los partidos comu-

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nistas de otros países, en particular, a través dela Internacional Comunista; la naturaleza del cen-tralismo democrático.

En opinión nuestra, un mérito del enfoque deNoreen Branson hacia estos temas, que mantienensu vigencia, consiste en que ella no parte de con-clusiones hechas posteriormente para argumentarsus juicios acerca de los criterios y las accionesde los comunistas en el período analizado. Registralos hechos y, como historiadora marxista, explicalas causas que los provocaron y de esa manera nosayuda a comprender por qué se cometieron erroresque hoy se pueden evaluar fácilmente como inadmi-sibles o elementales.

El libro muestra —y esta idea cual un hilo deengarce se manifiesta a través de toda la historiadel PCGB— cómo un partido poco numeroso, y noobstante influyente, suscita el odio visceral no sólode los representantes directos del capital monopo-lista, sino también de aquellos que la autora deno-mina «protagonistas indirectos». Se tiene en cuentaa los líderes laboristas y tradeunionistas del aladerecha del movimiento obrero, empeñados en ex-pulsar a los comunistas del Partido Laborista. ElConsejo General del Congreso de las Trade Unionesde Gran Bretaña se propuso desarticular el «movi-miento de minoría», en el cual los comunistas teníanun papel decisivo, e impedir que ellos fueran elegi-dos a la dirección sindical. De la Huelga Generalde 1926, los líderes del Partido Laborista extraje-ron la siguiente «enseñanza»: es necesario oponersea toda clase de acciones directas y promover laidea de que los cambios han de conseguirse a travésdel Parlamento. AI mismo tiempo, urgieron a «sua-vizar» su programa electoral con miras a hacerlomás aceptable para los electores de clase media.

El tercer tomo de la Historia del Partido Comu-nista de Gran Bretaña salió a la luz en 1985, trasla más prolongada y aguda batalla de clases regis-trada en el país después de la segunda guerra mun-dial: la huelga minera de doce meses, en la cuallos comunistas desempeñaron un papel importante.En esta tesitura, las conclusiones que ofrece el librotienen enorme importancia teórica y práctica, par-ticularmente, para los comunistas británicos.

Después de la Huelga General de 1926, «el Go-bierno conservador introdujo medidas draconianasapuntadas a debilitar a las trade uniones» (p. 2).Cabe recalcar que la misma expresión —«medidasdraconianas»— se utiliza ampliamente para carac-terizar la ofensiva antisindical del actual GobiernoTory, lidereado por la Thatcher.

El libro señala que, aunque los líderes del aladerecha del Partido Laborista y de las trade unionesestaban —como hoy— más preocupados en atacara los comunistas, y no al enemigo de clase, lospropios comunistas contribuyeron también a su ais-lamiento de la clase obrera de Gran Bretaña. Laautora señala que la línea contra la socialdemocra-cia, adoptada por la Internacional Comunista en laspostrimerías de los 20, se caracterizó, en las con-diciones de Gran Bretaña, por desviaciones sectariasen las relaciones entre comunistas y laboristas, locual socavó las posiciones del PCGB en el movi-miento sindical.

Es de lamentar que ciertos sectores, comprendi-dos los que se consideran adictos a la izquierdaen la gama política de Gran Bretaña, utilicen dichaevaluación histórica, ampliamente aceptada en nues-tro partido y que concierne a una línea concreta

en un período concreto, con el objetivo de cuestio-nar la legitimidad del análisis clasista en general.

Una de las lecciones, que dimana con toda clari-dad al estudiar este período, y que en modo algunodisminuye el valor de la solidaridad internacional,consiste en que cada partido debe hacer su propioanálisis de la situación en su país y, partiendo delbalance de fuerzas clasistas y de la experienciahistórica de la lucha a escala mundial, proyectarsu propia senda hacia el socialismo. En la actuali-dad, este principio es admitido ampliamente en elseno de nuestro movimiento.

Otra esfera de profundas controversias, y respectoa la cual las generaciones sucesivas de comunistasbritánicos han tenido dificultades para dar una opi-nión fundamentada, se refiere a los cambios deposición del Partido al evaluar el carácter de lasegunda guerra mundial. El capítulo que trata delas primeras semanas de la guerra es uno de losmás ricos en hechos concretos.

Hubo vacilaciones en los criterios del partido.Noreen Branson esclarece los factores principalesque ejercieron influencia tanto en el Comité Cen-tral, como en la militancia del PCGB. La autorarefuta enérgicamente esas calumnias frecuentes quepintan a los comunistas como robots que aceptany cumplen ciegamente los caprichos y decisiones desus dirigentes. El libro demuestra que, como reglageneral, todas las decisiones aprobadas, incluso laserróneas que exigieron posteriormente ser rectifica-das, fueron fruto de amplias discusiones colectivasen las que participaron activamente personas a lasque la autora llama «rebeldes innatos», es decir,quienes lejos de ser seguidores sumisos cuestiona-ban automáticamente las actitudes otrodoxas.

A las personas profundamente preocupadas porlos problemas y las divergencias que existen en elseno del PCGB, el libro les demuestra que antestambién hubo problemas y divisiones, pero que elPartido supo sobrevivir.

GERRY COHÉN

CANTOR HEROICODE NUESTRA ÉPOCA

V o l o d i a T e i t e l b o i m . NERUDA. Madrid.Ediciones Michay, 1985. 425 pp.

ENTRE LOS HOMBRES DE LA CULTURA del si-glo XX, la señera personalidad del poeta comunistachileno Pablo Neruda (1904-1973) atrae por su sin-gular estatura y por la dialéctica intrínseca de sudesarrollo artístico. Heredero de las mejores tradi-ciones de la poesía en lengua española de Américay Europa y, a la vez, osado experimentador e inno-vador de la expresión poética; cantor apasionadodel amor y los eternos valores humanos y, al mis-mo tiempo, poeta de la revolución que comparó supluma con la bayoneta y proclamó públicamente sucondición de artista «comprometido»; poeta de ca-rácter profundamente nacional, a la par que «ciu-dadano del mundo», cuyas imágenes poéticas re-

flejan el destino y los anhelos de toda la humani-dad contemporánea: ése es el Neruda cuya impron-ta quedó grabada para siempre en la historia dela literatura universal.

Sobre este maestro de la palabra, que fuera unclásico ya en vida, se han escrito un gran númerode ensayos y libros. Sus obras han sido traducidasa decenas de lenguas. Es bien conocida la biogra-fía de Neruda, sobre todo, los aspectos puramentefácticos: hijo de ferroviario, perdió tempranamentea su madre; alumno de un liceo de provincia, des-de su niñez hacía versos y fue «ungido para lapoesía» por la propia Gabriela Mistral '; diplomá-tico y político, senador y candidato a la presiden-cia de su país por el Partido Comunista de Chile;poeta de talla universal, Premio Internacional Lenin«Por el fortalecimiento de la paz entre los pueblos»[1953] y Premio Nobel (1971); compañero y corre-ligionario de Luis Corvalán y Salvador Allende; unade las primeras víctimas del putch fascista inspi-rado por el imperialismo de EE.UU.: éstas son lasetapas en el camino vital del poeta, jalones quedeterminaron la evolución estética e ideológica desu arte.

Podría parecer que la copiosa literatura sobreNeruda y, sobre todo, sus memorias, «Confieso que hevivido» (1974), publicadas postumamente, nos permi-ten tener una semblanza bastante completa de estebrillante intérprete de los anhelos, el drama y lagrandeza de nuestra época. Y, he aquí, que apareceotro amplio trabajo, dedicado a su vida y su obra,escrito por Volodia Teitelboim, miembro de la Co-misión Política del CC del Partido Comunista deChile, escritor y publicista de renombre interna-cional.

¿Qué cosas nuevas puede decir él sobre un poetaque, de su puño y letra y con extrema sinceridad,había confesado su vida? Teitelboim da la siguienterespuesta a esta interrogante: «Esta biografía deNeruda se compuso dando totalmente la espalda asu autobiografía. Es deliberadamente un libro es-crito desde afuera. . . Lo sigo casi paso a paso. Y nolo veo solo. Está en medio del choque perpetuo,del flujo y del reflujo de situaciones, opiniones,conflictos.. .»2. En otras palabras, si comparamos ellibro escrito por el propio Neruda con la obra deTeitelboim, el primero se percibe como un brillanteautorretrato, mientras que la segunda es un am-plio lienzo de la época, cuyo eje es el gran poeta.

El rasgo distintivo del trabajo de Teitelboim—verdadero modelo de ensayo, género ampliamentedifundido en América Latina— se encuentra con-dicionado por el hecho de pertenecer a la plumade uno de los amigos más íntimos del poeta chi-leno, de un correligionario con el cual durantedécadas compartió delicados problemas personales,preocupaciones artísticas, reflexiones acerca de sulugar en las filas del Partido. Precisamente estasrelaciones de particular confianza con el protago-nista del libro, permitieron a Teitelboim mostrar,como nadie antes, al creador del «Canto General»3

en la unidad indisoluble y viva de sus tres facetas:el Hombre, el Artista y el Comunista. No estamosfrente al trabajo desapasionado de un erudito—aunque el autor incluye abundante material fác-

1 Gabriela Mistral (1889-1957], destacada poetisa chi-lena, Premio Nobel de Literatura (1945). —N. de la Red.

2 Araucaria de Chtle, Ni 32. Madrid, 1985, p. 123.3 «Canto General» (1949), la obra mayor de Neruda

(16 mil versos), consagrada a la historia y el presentede América Latina. — N. de la Red.

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tico poco conocido— sino a unas memorias pro-fundamente sentidas y proyectadas al presente,escritas por el «hermano espiritual» de Neruda, pordeber ante su memoria y ante su partido, al cualel poeta personificó con fulgor durante más de uncuarto de siglo en la literatura mundial.

«La obra está compuesta por una colección deimágenes —escribe el propio Teitelboim—. Es unflash back, un escenario de teatro o de cine, rea-lista y alegórico, con voluntaria simplicidad de com-posición. 191 ó 192 capitulillos, dibujos leves, re-tratos, confidencias, historias, historietas, sucesos,anécdotas, fábulas, fantasías, todas verdades. Perotambién selección de situaciones, percepciones dela vida cotidiana que trasciende. Ordenada narra-ción desde el nacimiento, mediando matrimoniosy muertes culminando. Resultó finalmente parecidoa la técnica del fotomontaje, con leitmotivs: pasiónliteraria, amores, política, más elementos colatera-les, enigmas por resolver.. .»4.

Teitelboim evoca con sumo tacto no pocos deta-lles desconocidos de la vida personal de Neruda,cuenta la historia de la creación de muchos poe-mas suyos, se convierte en un sutil crítico literariode los textos nerudianos. Empero, en opinión nues-tra, esto no es lo más importante del libro quereseñamos. La formación de Neruda como indivi-duo y como artífice magistral de la palabra, sontemas que han sido tratados casi exhaustivamenteen innumerables libros especializados y de divulga-ción popular. Cosa muy diferente es el complejoproceso de transformación de un intelectual rebeldee instintivo —y, más tarde, de un «pesimista uni-versal»— en un luchador consciente contra la in-justicia social, que pusiera su sin par talento alservicio de la causa imperecedera del marxismo-leninismo. El largo proceso de maduración ideoló-gica y política de Neruda, que participó en losacontecimientos más trascendentales de nuestroturbulento siglo y fue al mismo tiempo su cantor,va siendo seguido en un amplio contexto históricoy con sumo afecto por Volodia Teitelboim, quientambién forjara su vida en una severa escuela delucha.

Desde luego —según demuestra el autor—, el ori-gen social de Neruda (proviene de una capa labo-riosa semiproletaria) desempeñó un papel conside-rable tanto en sus simpatías como en sus antipatíassociales. El propio poeta confiesa que a los catorceaños se había interesado por la lucha de los traba-jadores en defensa de sus derechos; a los quince,colaboraba en el periódico de su liceo, y a los die-ciséis, tomaba parte en el movimiento estudiantil yescribía en Claridad5, el periódico capitalino másradical de aquel entonces. En los años de su ju-ventud universitaria, en Santiago, y en los de suconsulado en Ceilán, Indonesia y Singapur, Neruda,que no aceptaba la realidad burguesa y, por unbreve lapso, se había dado a la «poesía pura», per-maneció distante de la lucha política más consciente,aunque, como observa Teitelboim, «de joven supoque su corazón estaba al lado izquierdo» (p. 180).

La toma de conciencia y el extraordinario vuelocreador de Neruda, factores que lo convirtieron enuno de los poetas más leídos del mundo, están

i Ibíd., p. 121.5 Claridad (órgano oficial de la Federación de Estu-diantes de Chile): en varios países de América Latinacon este título se editaban publicaciones de izquierda,influenciadas por las ideas de Ciarte, asociación inter-nacional de personalidades progresistas de la cultura,fundada por Henri Barbusse en 1919. —N. de la Red,

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vinculados a los acontecimientos más importantesde este siglo. La guerra nacional revolucionaria enEspaña; la segunda guerra mundial; la gesta delpueblo soviético que hizo un aporte decisivo a laderrota del fascismo; la «guerra fría»; el desmoro-namiento de los imperios coloniales; el surgimientoy la consolidación del sistema socialista; la Revo-lución Cubana y, luego, el surgimiento del primerEstado socialista en el hemisferio occidental; lavictoria y la derrota de la Unidad Popular en Chile:en el ardiente crisol de la historia se alimentaba,forjaba e iba madurando la poesía de Neruda.

En los años 30, siendo ya un poeta de renombre,arriba a España como cónsul de Chile poco antesde que estallara la sublevación fascista, en plenacrisis política, e inmediatamente se acerca a losartistas del ala Izquierda de la poesía española:Federico García Lorca, Miguel Hernández, RafaelAlberti, cuyos principios estéticos —defensa del es-píritu popular, trascendencia social y carácter de-mocrático de la poesía— ejercieron en él una in-fluencia beneficiosa. En aquel entonces, Neruda seapasiona por la obra de Francisco Quevedo y Ville-gas (1580-1645), el gran satírico realista español,al que toma como modelo por su elevado humanis-mo, sus virtudes cívicas y su actitud enérgica haciatodo cuanto acontecía en su época.

La tragedia del pueblo español, prólogo de lasegunda guerra mundial, y la muerte de su amigoíntimo, Federico García Lorca, el gran poeta espa-ñol fusilado por los fascistas, dieron un vigorosoimpulso a ese viraje radical en la obra creadora deNeruda, que ya venía siendo preparado por la pro-pia vida. «La toma de conciencia se produjo, alparecer, de golpe, en forma súbita; pero hay enesa impresión algo engañoso —escribe Teitelboim—...Una línea continua-discontinua de responsabilidadsocial recorre largas extenciones de su vida, desdeniño... se rebela ante la existencia burguesa y lainjusticia y lo dice con su poesía primeriza y susartículos de aprendiz» (p. 179).

El levantamiento fascista hizo que llegaran a laEspaña en lucha escritores latinoamericanos de re-nombre, entre otros, los cubanos Nicolás Guillen yJuan Marinello, el argentino Raúl González Tuñón,el peruano César Vallejo. Junto con ellos, Nerudaparticipó activamente en el movimiento democráti-co revolucionario y antifascista de solidaridad conel pueblo español. El trabajo intenso con la Intelec-tualidad progresista de muchos países y un mejorconocimiento de las ideas marxistas-leninistas lollevan a ser uno de los promotores del SegundoCongreso Internacional de Escritores en Defensa dela Cultura (Valencia—París, 1937), donde exhorta alos escritores de todo el mundo a hacer frente,junto con sus pueblos, a la peste parda. «Españaen el corazón» (1937), libro de poemas editado enlas condiciones del frente y fuente de inspiraciónpara los combatientes de las Brigadas Internacio-nales, fue el aporte personal de Neruda a la luchaantifascista.

De regreso a su patria, Neruda coopera con loscomunistas, funda la Alianza de Intelectuales deChile en Defensa de la Cultura, contribuye con suspalabras y sus hechos a la creación del FrentePopular. Después de la victoria del Frente, en laselecciones de 1938, va a Francia en calidad de re-presentante plenipotenciario del Gobierno de iz-quierda. Allí organiza la salida a Chile de un nu-trido grupo de refugiados republicanos españoles.

El ataque de la Alemania fascista contra la UniónSoviética sorprendió a Neruda en México, donde

desde 1940 ejercía las funciones de cónsul general.La tragedia de la Europa esclavizada y el heroísmodel pueblo soviético fueron un poderoso estímulopara la profundización de la conciencia políticadel poeta. En esa época en que un peligro mortalamenazaba a la civilización, Neruda se inspira enla gesta de armas y en las hazañas laborales delos soviéticos, en la obra de Mayakovski, cuya poesíade «fuerza, cariño e ímpetu» se convierte en unmaravilloso ejemplo para Neruda.

En México, el consulado general de Chile y elapartamento del poeta fueron el centro de reuniónde muchos latinoamericanos revolucionarios y anti-fascistas, emigrados de Europa, que afirmaban aúnmás la visión marxista de Neruda. En dos ocasio-nes fue emboscado por los nazis locales en lascalles de México e, incluso en una de ellas, resultógravemente herido. Sin importarle su status diplo-mático, se adhiere al «Comité de Ayuda a Rusiaen Guerra», participa en la recaudación de fondos,así como en numerosas publicaciones en favor dela URSS. Así aparecen sus famosos «Canto de amora Stalingrado» y «Nuevo canto de amor a Stalin-grado» (1942). El prestigio internacional de Nerudacontribuyó a que los «cantos» se convirtieran enun gran apoyo moral para los soviéticos y suscita-ran una ola de solidaridad con ellos en muchospaíses del mundo.

El día 8 de julio de 1945 llegó a ser una fechasingular para el poeta: en el «Teatro Caupolicán»de Santiago, y ante la presencia de 7 mil personasque encarnaban la flor y nata de la izquierda chi-lena, Neruda ingresó oficialmente al Partido Comu-nista, aunque ya antes había sido elegido senadoren las listas del PCCh. Junto con él, y bajo su in-fluencia, se afilió al Partido un nutrido grupo deprominentes hombres de la cultura y la ciencia.Desde aquel entonces, y hasta el final de su vida,el comunista Neruda, representante de su gloriosopartido, poeta de fama mundial, autor de gran nú-mero de poemas que forman parte del acervo dela literatura mundial, permaneció fiel a su caminode internacionalista y patriota. Estaba muy orgu-lloso, escribe Teitelboim, de haber sido el primerescritor del mundo que consagró uno de sus libros,«Canción de Gesta» (1960), al triunfo de la Revo-lución Cubana y a la lucha emancipadora de lospueblos del Caribe (véase p. 326). Antiimperialistaconsecuente, cuando un corresponsal le preguntóqué regalo habría dado a la humanidad si hubieratenido ocasión de hacerlo, Neruda contestó: «Elmejor regalo sería la restauración de una verdaderademocracia en los Estados Unidos. Es decir, la eli-minación en ese país de las fuerzas regresivas queensangrientan los territorios más distantes. Un granpaís como éste, despojado de su prepotencia polí-tica y económica, sería un gran regalo para elmundo» (p. 352). Siendo embajador del Gobierno dela Unidad Popular en Francia y miembro del CCdel PCCh, dijo después de haber recibido el PremioNobel: «El Premio me gustó naturalmente por mípero al mismo tiempo por nuestro querido Partido.Picquet me decía que era la primera vez que caíaen uno del C.C. de ningún país. Me siento feliz dehacerles tragar a tanta gentuza su anticomunismocon esta hermosa pildora de color colorado... queaunque fatigosamente, valía la pena vivir» (p. 372).

Sí, Neruda vivió los problemas más vitales deesta centuria que está por terminarse y en muchossentidos se adelantó a sus contemporáneos. En losaños 30 estuvo en los orígenes del movimiento anti-fascista. En la posguerra, junto con los esposos

Joliot-Curie, con Louis Aragón, Pablo Picasso, Re-nato Guttuso, Anna Seghers, Paul Robeson, MijaílShólojov, Nicolás Guillen, Jorge Amado y otrascélebres figuras de la cultura mundial, muchos deellos sus amigos personales, Neruda impulsó lacreación del movimiento de la paz. En íos años 60,llegó a ser uno de los primeros poetas que exhortóa luchar contra el peligro nuclear y la amenaza eco-lógica. Ya en aquel entonces le preocupaba muyespecialmente el futuro de nuestro planeta, sumidoen la carrera de los armamentos nucleares espo-leada por el imperialismo; problema que hoy esfundamental para toda la humanidad.

El poeta consagró a esta cuestión una de susúltimas y más importantes obras, el poema en prosa«Fin de mundo» (1969). Al dar un panorama im-presionante del siglo XX con sus contradiccionesirreconciliables y al hacer un balance preliminar,escribe respecto a las próximas décadas: «.. .esta-llarán / como cápsulas en el silencio, / flores o fue-go, no lo sé. / Pero algo debe germinar, / crecer, latirentre nosotros: / hay que dejar establecida / la nue-va ternura en el mundo... / Uno más entre los mor-tales, / profetizo sin vacilar / que a pesar de estefin de mundo / sobrevive el hombre infinito... / Tie-rra, te beso, y me despido».

EL LIBRO QUE ACABAMOS DE RESEÑAR mues-tra palmariamente que hoy día la herencia artísticade Neruda continúa siendo una poderosa arma enla lucha ideológica. La vida del insigne poeta co-munista, vida entregada a la lucha por emancipara la humanidad de la desigualdad y la opresiónsociales, atrae a nuevas y nuevas personas a lasfilas de los combatientes por la paz, el progreso yel socialismo.

STEPAN MAMONTOV,doctor en ciencias filológicas

EL RECUERDO DE HIROSHIMAES UN LLAMADOA LA CONCIENCIA

THE IMFACT OF THE A-BOMB. Hiroshimaand Nagasaki, 1945-1985. The Committee forthe Compilation of Materials on Damage Cau-sed by the Atomic Bombs in Hiroshima andNagasaki. Tokyo, Iwanami Shoten, 1985. XX +218 pp. (editado simultáneamente en japonés).

.. .MUY TEMPRANO en la mañana del 6 de agostode 1945, un avión de reconocimiento de las FuerzasAéreas de EE.UU. sobrevoló Hiroshima. Por lo gene-ral, «visitas» como ésta presagiaban la rápida apa-rición de los bombarderos y, por eso, las sirenasde la alarma aérea sonaron a las 7.09 a.m. Sin em-bargo, esta vez no sobrevino el ataque. Se pusofin a la alarma aérea a las 7.31 a.m. y los habitan-tes de la ciudad volvieron tranquilamente a susquehaceres diarios. A las 8.15 a.m. un bombarderonorteamericano B-29, procedente de la base de Ti-

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nian, en las Islas Marianas, arrojó una bomba ató-mica sobre Hiroshima.

.. .Tres días más tarde, otro B-29 con una bombaatómica a bordo despegó de la misma base. A las9.50 a.m. sobrevoló la ciudad de Kokura, cuyos ha-bitantes ni siquiera podían imaginarse de qué te-rrible destino les salvaron en aquella mañana lasnubes que cubrían el cielo. La visibilidad sobre Ko-kura era mala y el B-29 tomó rumbo al segundoobjetivo, el de reserva: Nagasaki... La explosión seprodujo a las 11.02 a.m. sobre la parte noroeste de laciudad, donde hoy se encuentra el Parque de laPaz...

El libro The impact of the A-Bomb. Hiroshimaand Nagasaki, 1945-85. fConsecuencias de la bom-ba-A. Hiroshima y Nagasaki, 1945-85), editado porla Iwanami Shoten de Tokio, comienza con unadescripción de aquellos trágicos días. Fue publicadopor iniciativa de los municipios de Hiroshima yNagasaki y preparado por el Comité de Recopilaciónde Materiales sobre el Daño Causado por el Bom-bardeo Atómico a estas dos ciudades.

El libro que reseñamos no tiene un carácter es-trictamente académico o histórico, aunque abundaen información científica y refiere, en lo fundamen-tal, acontecimientos que ocurrieron hace más decuarenta años. Es un libro-advertencia, un libro-llamamiento dirigido a las generaciones presentey futuras. «Los ciudadanos de estas dos ciudades—escriben en el prefacio los alcaldes de Hiroshimay Nagasaki, Takeshi Araki e Hitoshi Motoshima—,pasaron por experiencias nunca antes conocidas ypor eso comprendieron, inequívocamente, que trage-dias semejantes jamás deben repetirse en nuestroplaneta. Con este fin están exhortando consecuen-temente, desde aquellos días y hasta el presente,a la abolición total de las armas nucleares y a laconsecución de una paz verdadera y permanenteen todo el mundo» (p. XI).

La potencia de las bombas «Little Boy» y «FatMan» arrojadas sobre Hiroshima y Nagasaki es,respectivamente, de 12,5 y 22 kilotoneladas de TNT.Trataremos de imaginarnos, con ayuda de los datoscitados en el libro, el potencial de las explosionesatómicas que en un instante borraron de la faz dela tierra dos ciudades enteras. El B-29, uno de losbombarderos más grandes del mundo en aquellaépoca, podía llevar cinco toneladas de bombas con-vencionales. La explosión nuclear sobre Hiroshimacorresponde al lanzamiento simultáneo de todas lascargas de bombas transportadas por 2.500 avionestipo B-29.

«Con una llamarada cegadora que rasgó el cielo,seguida de un estruendo atronador que sacudió latierra hasta sus mismos cimientos, Hiroshima sederrumbó en un abrir y cerrar los ojos —relata untestigo presencial—. A continuación, en el lugardonde antes se extendía la ciudad, se levantó unagigantesca columna de fuego. Se levantó una densanube de humo que fue creciendo hasta cubrir todoel cielo con su negrura... Muertos y heridos pordoquier. Aquella matanza parecía una visión de losinfiernos... Cuando hubo pasado el huracán abra-sador, comenzaron a moverse unos cuerpos semi-desnudos o totalmente desnudos, cubiertos de fangoy sangre. Como fantasmas, tambaleantes, reunidosen grupos, vagaban en un desesperado afán de sal-varse de aquel infierno. Uno tras otro iban cayen-do y muriendo» (pp. 28-29).

El texto es ilustrado con numerosas fotografías.La mayoría de ellas muestran cosas tan terribles

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que uno siente el deseo cobarde de cerrar los o]oso apartar la mirada. No menos elocuente es el len-guaje severo de los cuadros y diagramas que com-pletan el panorama de la terrible agonía de las dosciudades-víctimas, el panorama de devastaciones sinprecedentes, de hombres quemados vivos o mutila-dos y condenados a una muerte lenta.

En la anteportada del libro se reproducen dosfotografías tomadas por el servicio de reconoci-miento aéreo de EE.UU. antes y después del ataquea Nagasaki. Desde lo alto, la zona de la explosiónparece una gigantesca quemadura o una herida san-grante en el cuerpo de la Tierra...

Si uno sobrepone dos mapas de Hiroshima hechosantes y después del bombardeo atómico, los círcu-los concéntricos marcados como «totalmente demo-lidos y quemados» o como «totalmente destruidos»,cubrirán virtualmente la parte más densamente po-blada de la ciudad. El 91,9% de las casas fue que-mado, destruido por la explosión o reducido a es-combros y, el 8,lu/o, restante, «parcialmente dañado»[véase p. 15).

En el Conjunto Memorial de Hiroshima se guardauna lista con los nombres de los que perecierondurante la explosión atómica. Dicha relación estálejos de ser completa porque hasta hoy día sedesconoce el número exacto de las víctimas. «Elnúmero total de muertos en el momento que si-guió a la explosión de la bomba atómica en Hiro-shima se estimó en cerca de 90-120 mil y, en Na-gasaki, en cerca de 60-70 mil» (p. 91].

La imposibilidad de reunir datos exhaustivos (locual se debe ante todo a la naturaleza de la catás-trofe) es también mencionada por otras fuentes. Enel libro de la periodista inglesa, Anne Chisholm,Faces oj Hiroshima (Las caras de Hiroshima)1 queviera la luz en Londres, se señala que, según di-versas fuentes, el número de víctimas sólo en estaciudad oscila entre 70 mil (los que perecieron ins-tantáneamente, según las estimaciones mínimas) y300 mil (incluyendo a militares y otras personasque se encontraban temporalmente en la zona afec-tada y a quienes murieron después por sus heridaso por enfermedades). Los datos conocidos más am-pliamente son los contenidos en un informe pre-parado por la municipalidad de Hiroshima para laONU: 140 mil personas murieron desde el momentode la explosión y hasta finales de 1945, y otros50 mil, hacia fines de 1950 2.

Las explosiones atómicas provocaron una reac-ción en cadena de enfermedades y sufrimientos quecontinúan hasta el presente. «El destino de todoscuantos sobrevivieron es llevar el estigma que labomba atómica dejó para siempre en sus almas yen sus cuerpos —dicen los científicos japoneses ensu libro—. Este acto de exterminio, ciertamente elmás masivo en la historia, les impuso un odiosofardo perpetuo que están obligados a soportar...»(p. 151).

Un número enorme de personas fueron deforma-das por graves quemaduras. «Sentía odio a la genteque me miraba —relata Shiro Nakayama, una delas víctimas—. Me encerraba en mi casa y pasabahoras y horas ante el espejo, contemplando mi ros-tro. Veía aquellos trozos repugnantes de carne quecubrían el lado izquierdo de mi cara y me parecíanun torrente de lava saliendo de un cráter. Veía miceja quemada, mi ojo y mis labios desfigurados...»(p. 152).

1 Anne Chisholm. Faces of Hiroshima. London, Jona-than Cape, 1985.

2 Ibíd., p. 180.

Según los datos oficiales, citados por Anne Chi-sholm en su libro, en Japón hay cerca de 370 milpersonas que sufrieron los efectos de las explosio-nes atómicas. Les llaman «hibakushas». Una en-cuesta realizada en 1984 entre 3.690 hibakushas de-mostró que el 62% está muy preocupado por suestado de salud, su futuro y la herencia genéticade sus descendientes 3.

Aquellas primeras explosiones atómicas puedenparecer incluso débiles en comparación con la po-tencia destructora de las armas nucleares contem-poráneas. El potencial sumario de las 30 mil unida-des de pertrechos nucleares que posee EE.UU., equi-vale a casi un millón de bombas atómicas del tipode las que fueron arrojadas sobre las dos ciudadesjaponesas en 1945 4.

El Dr. Soichi Jijima, compilador del libro TheImpact o/ the A-Bomb. Hiroshima y Nagasaki, 1945-1985, subraya justamente en el prefacio que la trá-gica suerte de estas dos ciudades da una base realpara formarse un criterio de lo que «realmentesucede con la gente y con la sociedad expuestasa un ataque nuclear. De esta manera, la experien-cia de Hiroshima y Nagasaki es un punto de arran-que que permite imaginarse —y por eso ver laabsoluta necesidad de prevenir— la irreversible de-vastación que entraña el empleo de las armas nu-cleares modernas» (pp. XVI-XVII).

Los últimos capítulos del libro se refieren alaporte que están haciendo los municipios de Hiro-shima y Nagasaki a la lucha por la paz y por laeliminación de los medios de exterminio en masa.Gracias sobre todo a sus abnegados esfuerzos, laopinión internacional ha llegado a saber los terri-bles efectos de las explosiones atómicas. Durantela ocupación de las Islas Japonesas, el Gobiernonorteamericano hizo todo lo posible para ocultar laverdad. La mayor parte de los testimonios escritossobre la tragedia no vieron la luz durante muchotiempo debido a la rígida censura impuesta por lasautoridades de ocupación. Y este libro es resultadode un escrupuloso trabajo realizado durante añospara recoger datos científicos, nuevos documentosy hechos.

El recuerdo de las víctimas de Hiroshima y Na-gasaki es un permanente catalizador del movimien-to antiguerra que se va extendiendo por el mundoentero y que en el Japón impulsa a las masas po-pulares a luchar por liberar a su patria de las ar-mas nucleares. Novecientas ciudades, pueblos y al-deas japonesas, que cuentan con más de la mitadde la población del país, se han declarado zonasdesnuclearizadas.

En el Japón y en otros países de Asia y el Pa-cífico han acogido calurosamente y con gran inte-rés el amplio programa propuesto por la UniónSoviética para prevenir la guerra termonuclear yliquidar las armas de exterminio en masa antes deque concluya esta centuria. Y esto es comprensible,porque los problemas de la paz y la seguridad enAsia son tan acuciantes como en Europa y otroscontinentes. Precisamente los pueblos de Asia fue-ron utilizados por los imperialistas como conejillosde Indias y, sus territorios, como polígonos de en-sayos de nuevos medios de destrucción en masa.

Los luchadores japoneses por la paz valoran alta-mente el hecho de que precisamente el 6 de agostode 1985, día del 40 aniversario del bombardeo ató-mico a Hiroshima, la Unión Soviética haya decla-

3 Ibíd., pp. 180-181.4 El Pentágono planea tener otras 17 mil ojivas nu-

cleares antes de los años 90. — N. de la Red.

rado unilatermente una moratoria a todas las ex-plosiones nucleares.

Más tarde, la URSS la prorrogó hasta el 6 deagosto de 1986. No fue casual que Mijaíl Gorbachov,Secretario General del CC del PCUS, al reiterar supropuesta al Presidente de los EE.UU., Ronald Rea-gan, de celebrar un encuentro urgente para acordarla proscripción de las pruebas nucleares, mencio-nara a Hiroshima entre los lugares donde podríatener lugar ese encuentro. El alcalde de Hiroshima,Takeshi Araki, quien vivió los horrores del bombar-deo atómico, se adhirió sin reservas a esta idea.

Decenas de países de todos los continentes hanexhortado a los Estados Unidos a seguir el ejemplode la Unión Soviética. Más de las dos terceras par-tes de los ciudadanos de EE.UU. han expresado suapoyo a la moratoria. La exigencia de poner fina las pruebas nucleares quedó reflejada en la co-rrespondiente resolución de la Asamblea Generalde la ONU, que fue aprobada por 120 Estados.

LA EXITOSA SOLUCIÓN de este problema seríael mejor tributo a la memoria de las víctimas deHiroshima y Nagasaki y un paso necesario haciaun futuro en el cual no haya lugar para las armasni las guerras.

NICHOLAS BARTON

CON EL ARMA DE LOS HECHOSR o g e r O m o n d . THE APARTHEID HAND-BOOK. Harmondsworth, Penguin Books, 1985.231 pp.

EL AUTOR DEL LIBRO Manual de apartheid, RogerOmond, tiene una ventaja indiscutible sobre la mayo-ría de otros investigadores de África del Sur, puesallí nació y creció, cursó estudios y se hizo perio-dista. Su obra reviste la forma de preguntas y res-puestas y atañe prácticamente a todos los aspectosde la actualidad sudafricana.

A los posibles críticos descontentos por la orien-tación política aguda del libro les será difícil acusaral autor de tener ideas preconcebidas, ya que pre-senta datos comprobados por la estadística, apoya-dos en fuentes prestigiosas y en el conocimientoperfecto de las realidades de la RSA. Al quitar, capapor capa, el enlucido propagandístico que cubre lafachada del apartheid, R. Omond pone al desnudola esencia de ese sistema misantrópico, su bárbarocarácter, su índole demente y absurdidad.

He aquí varios ejemplos. Para identificar la raza—leemos en el libro—, «se investigan las uñas. Pa-san un peine por los cabellos: si se queda detenido,lo más probable es que esa persona no sea clasifi-cada de blanca sino de color» (pp. 22-23). «En 1981,un juez de Johannesburgo reconoció culpable a unamujer, considerada antes como blanca, de residirilegítimamente en un barrio "blanco". Es de color,dijo el juez, porque tiene "nariz aplastada, cabellosensortijados, cutis pálida y pómulos prominentes"(ibíd.). En 1984, "un blanco mató a tiros a un negropor haber robado, según le pareció, la calderilladejada para el lechero. El blanco fue absuelto y el

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juez del Tribunal Supremo de la ciudad de Rand,Irving Steyn, declaró que el acusado "merece unamedalla por lo que ha hecho" y "ha prestado unservicio a la sociedad"...» (p. 147).

La violencia oprime a África del Sur como un do-gal. Desde setiembre de 1984 han sido asesinadas allímás de 1.500 personas. Cada día trae las noticiasde víctimas nuevas: tan sólo durante los cuatro pri-meros meses de este año, las balas de los racistasse llevaron 531 vidas. A una mitad larga de estasvíctimas se les pegaron tiros por la espalda. Laedad media de los asesinados es cerca de 25 años.La policía dispara incluso contra los niños: másdel 12% de los muertos eran menores de 15 años.Ametrallamiento de manifestaciones pacíficas, reda-das policíacas en los poblados de africanos, proce-siones fúnebres interminables, todo ello ha pasadoa ser un fenómeno habitual en la RSA.

Sin embargo, muchas personas en Occidente tie-nen una idea vaga de lo tremenda que es la trage-dia sudafricana, conocen mal la correlación de fuer-zas políticas en el país del apartheid, no dejan dehacerse ilusiones respecto a la «transformación pa-cífica» de éste. Ello no tiene nada de extraño. Pre-toria ha activado en los últimos años el amolda-miento de la población del mundo capitalista parahacer creer que las revueltas en África del Sur «hansido inspiradas por el comunismo internacional»,supuestamente movido por el deseo de someter a sucontrol una región africana importante en el planoestratégico y rica en minerales. Esos desvarios sonsegundados por los servicios de propaganda burgue-ses, ante todo los norteamericanos.

Lo mismo que antes, se trata de presentar el apar-theid como la única variante de desarrollo paraÁfrica del Sur. Ayer, los ideólogos racistas veníanpregonando machaconamente el «liderazgo blanco»,el desarrollo «paralelo», «por separado» y «multi-nacional»; hoy, en cambio, divagan sobre el «apar-theid con una cara nueva», la «coexistencia coope-rativa» de los grupos raciales diferentes e inclusosobre la posible «justicia general» bajo el dominioinvariable de la minoría blanca.

Mas bajo todas las máscaras similares —esto loda a conocer el libro de R. Omond— se agazapasiempre la repelente faz del racismo, legalizado eimplantado valiéndose de medios y métodos particu-larmente crueles e inhumanos. Leyes bárbaras de-terminan quiénes deben ser considerados como miem-bros con plenos derechos de la sociedad y quiénesson esclavos de nacimiento, imponen los lugares deresidencia a los diferentes grupos raciales', esta-blecen la calidad y el nivel de su educación y delservicio médico pertinente, fijan las medidas de cas-tigo por delitos en dependencia del color de la piel.

El número de encarcelados en la RSA con respec-to a la población total es uno de los mayores delmundo: 585,5 por 100.000 habitantes (datos de 1981-1982). Pero la comparación de las cifras por gruposétnicos muestra que hay 105 encarcelados por cada100.000 blancos, y 1.066 —¡diez veces más!— porcada 100.000 negros (véase p. 150). Por lo común,los ciudadanos blancos de la RSA son castigadoscon mucha mayor suavidad, o incluso absueltos, loque no debe causar extrafieza si se tiene en cuentaque el 99% de los jueces son blancos.

Sea cual fuere el aspecto de la vida en la RSAde que se trate, se revela invariablemente una in-justicia extrema. La creación de los bantustanes«independientes» —territorios reservados para la po-

1 Los 4,5 millones de blancos ocupan más del 80% delterritorio de la RSA, cuya población pasa de 33 millones.

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blación aborigen, con el fin de dejar definitivamenteen manos de los blancos la mayoría de las tierras—es ahora un objetivo estratégico del Partido Naciona-lista. Bajo la consigna de «desarrollo separado» seaplica una política de genocidio con respecto a losafricanos. Los bantustanes, que ocupan tan sólo el13% del territorio del país, están superpoblados, susuelo se ha agotado por completo y, prácticamente,reinan por doquier el hambre y la miseria. Portérmino medio, el 27,5% de su población económica-mente activa no tiene trabajo, y en algunos lugares,el 35% o incluso más.

Los hechos aducidos en el libro refutan los aser-tos de Pretoria respecto a que la situación de losafricanos va mejorando. Por ejemplo, en 1984 seanunció en el Parlamento de la RSA un gran pro-greso: el número de quienes vivían en los bantus-tanes por debajo del nivel de pobreza había dismi-nuido, del 99%, en 1960, al 81% en 1980. Pero véan-se —invita R. Omond— los índices correspondientesdel incremento de población. Durante el mismo pe-ríodo, la población de los bantustanes se duplicócon creces: de 5 a 11 millones. Es decir, en 1960fueron pobres el 99% de los cinco millones, o sea,4,1 millones de personas, y en 1980, el 81% de losonce millones, o sea, 8,9 millones [¡I) (véase p. 100).¡Vaya un mejoramiento!

Incluso muchos sudafricanos blancos empiezan aver claramente que es insensato y amoral mantenerel apartheid, que las maniobras del Gobierno deBotha son absurdas. Menudean las amargas confe-siones de que el apartheid trae mal a todos —nosólo a los africanos y a los «de color», sino tam-bién a los blancos—, porque implica la erosión mo-ral, la pérdida de humanismo, el envenenamientocon el miedo constante al castigo ineludible, la pér-dida del sentido de la vida donde la violencia yla sangre se han convertido en ley.

Los ametrallamientos continuos de manifestantesinermes en Port Elizabeth, Durban, Capetown yJohannesburgo, las matanzas de campesinos perpe-tradas por los bandidos racistas en Angola y Mozam-bique, las infinitas provocaciones y actos de agresiónde la soldadesca sudafricana contra los Estados ve-cinos echan por tierra los mitos de que la RSA «seva haciendo mejor» y combate por los «ideales delmundo libre». Como ha señalado el periódico MorningStar, las incursiones terroristas de la RSA contraBotswana, Zambia y Zimbabwe no han hecho másque «intensificar la resistencia al apartheid y sucondenación por la opinión internacional»2.

EL LIBRO de R. Omond es una fuente preciosa deinformación para quienes desean conocer la verdadsobre África del Sur y, por consiguiente, es unarma en la lucha contra la propaganda racista.

BORIS ASOIAN

2 Morntng Star, May 24, 1986.

ENSAYOS • CORRESPONDENCIA» INFORMACIÓN

EL TRASFONDO DE UNA DOCTRINA AGRESIVA

Tener en cuenta la realidad es una de las exigencias de la política, particularmente imperiosa en estostiempos. El mundo está formado por muchas decenas de Estados, cada uno de los cuales tiene susintereses, que no pueden contraponerse a los de toda la humanidad sin correr el riesgo de provocaruna catástrofe universal, la presente situación de enfrentamiento nuclear, tensión y carrera armamen-tista impone la necesidad de adoptar nuevos enfoques, métodos y formas en las relaciones entre lossistemas sociales, los Estados y las regiones. Se trata de una tarea de carácter fundamental: sin olvi-dar que se mantienen serias contradicciones sociales, políticas e ideológicas, dominar la ciencia y elarte de ser ponderado y comedido en el ámbito internacional, vivir de modo civilizado, es decir, enun ambiente de contactos internacionales honestos y de cooperación.El socialismo y el imperialismo han dado sus respuestas al reto de la época. Una expresión concentra-da de la primera es el programa soviético de paz avanzado por el XXVII Congreso del FCUS y aprobadoy apoyado por los partidos hermanos y otras fuerzas progresistas y adictas a la paz de todos los con-tinentes '. El «neoglobalismo», la nueva doctrina de política exterior de EE.UU., refleja las ambiciones delargo alcance del imperialismo.¿Cuáles son las bases ideológicas y políticas de esta doctrina, sus objetivos y los medios puestos enjuego para alcanzarlos en las distintas zonas del planeta? ¿Cuáles son sus consecuencias para la co-munidad de naciones? Todas estas cuestiones han sido estudiadas por un grupo internacional integradopor Satiadjaya SUDIMAN (PC de Indonesia), Rafik SAMHOUN (PC de Líbano) y Jaime BARRIOS (PC deEl Salvador). Ofrecemos a continuación un resumen de dicho estudio.

PARA LOS COMUNISTAS resul-tan evidentes las causas de latensión actual en el mundo, queno residen en la aparición delsocialismo y su transformaciónen sistema mundial ni en el hun-dimiento de los imperios colonia-les y el surgimiento en la arenainternacional de una poderosafuerza política integrada por lospaíses liberados de Asia, Áfricay América Latina. Su origen estáen la propia naturaleza del im-perialismo, generadora permanen-te de una política agresiva yaventurera. El imperialismo secaracteriza por sus repetidos in-tentos de resolver por la fuerzamilitar los problemas internacio-nales. Haciendo caso omiso de lavoluntad de los pueblos, trata deprivarlos del derecho a elegirlas vías de su desarrollo y ame-naza su seguridad. Esto es lo quedistingue, sobre todo, al impe-rialismo norteamericano.

La historia de Estados Unidosabunda en ejemplos de interven-

1 Para más detalles véase: En unaetapa responsable del desarrollomundial, en Revista Internacional,Ni 7 de 1986.

ciones armadas en distintas zo-nas del mundo so pretexto de«defender sus intereses vitales».En el siglo XIX y la primera mi-tad del XX tuvieron lugar más de150 intervenciones de este géne-ro. Desde 1946 hasta mediadosde los años 80, las fuerzas arma-das estadounidenses fueron utili-zadas fuera de las fronteras delpaís alrededor de 290 veces2.Durante este período, Washingtonconsideró en más de 30 ocasio-nes la posibilidad de recurrir alas armas nucleares.

Como vemos, desde la termi-nación de la segunda guerra mun-dial, las tendencias hegemónicasse manifiestan cada vez más cla-ramente en la política exteriorde los círculos gobernantes deEstados Unidos. Pese a los distin-tos métodos y formas de su pues-ta en práctica, la estrategia deposguerra del imperialismo norte-americano puede definirse en suconjunto como una estrategiaglobal, tanto por la geografía de

2 Se incluyen tanto las accionesmilitares directas como las amena-zas de emplear la fuerza. —¿V. dela Red.

sus pretensiones como por suorientación socio-política. ¿En quéconsiste, entonces, la novedad dela doctrina del «neoglobalismo»,proclamada por el presidenteR. Reagan el 6 de febrero de1986?LA ESTRATEGIADE LA REVANCHA SOCIAL

Lo que se dice en el «Programapara el futuro de Norteamérica»,expuesto en el mensaje del pre-sidente de EE.UU. al Congreso,proporciona una idea clara acer-ca de cuál es la política a largoplazo de los círculos imperialis-tas estadounidenses en el ámbitointernacional, a la que piensanatenerse por lo menos hasta elsiglo XXI. La doctrina pretendejustificar el viraje radical de laAdministración Reagan al pasarde la distensión a la política defuerza, a la confrontación totaly la intervención, y repudia lacoexistencia pacífica, las relacio-nes de buena vecindad y la co-operación como principios deldesarrollo mundial, como filoso-fía política de las relaciones in-ternacionales en nuestra época.El problema de los conflictos re-

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gionales es trasladado al centrode las relaciones soviético-norte-americanas, mientras se hace de-pender de la solución de dichosconflictos la cuestión clave denuestros días: la limitación y elcese de la carrera de armamen-tos, ante todo de los nuclearesy espaciales.

¿Cuáles son los rasgos más tí-picos del «neoglobalísmo»? Elprincipal es la orientación deesta doctrina dirigida contra elsocialismo mundial y el movi-miento de liberación nacional.Los círculos más conservadores deWashington, al hacer depender elmejoramiento de las relacionessoviético-norteamericanas de un«cambio de conducta» de la URSSen el mundo en desarrollo, quie-ren justificar la falta de progre-so en el trascendental problemade la contención de la carreraarmamentista, lanzan un ataquecontra los resultados de la cum-bre de Ginebra, tan preocupan-tes para ellos, e intentan superarla turbación que les han causadolas dinámicas iniciativas soviéti-cas, en particular el históricoprograma de eliminación total delas armas nucleares de aquí afinales de siglo. Washington con-sidera zonas de «influencia norte-americana» no sólo unas zonaslimitadas, como podrían ser, porejemplo, América Latina, procla-mada ya «traspatio» de EE.UU.por la «doctrina Monroe» en tiem-pos de este presidente, o el Orien-te Próximo, declarado abierta-mente «esfera de los interesesvitales de EE.UU.» bajo la presi-dencia de Cárter. El «neoglobalis-mo» va mucho más allá, pues laspretensiones de Washington seextienden a todo el mundo envías de desarrollo.

Se trata, cabe decirlo, de un«neointento» del imperialismo nor-teamericano de detener la mar-cha de la historia, de socavar lasposiciones del socialismo, su co-operación e interacción con lospaíses liberados, de conseguir larevancha social a escala mundial.Lo que pretende es impedir ladesintegración del sistema deopresión capitalista, en el que engran medida se asienta la pros-peridad de los propios EstadosUnidos. Los cambios progresistasoperados en los años 70 en unaserie de países del Tercer Mundoson considerados por los círculosgobernantes de EE.UU. como unagran pérdida geopolítica. Los ar-quitectos de la política exteriornorteamericana estiman que ya nose puede retroceder más, que hallegado el momento de recuperarlo perdido. ¿Pero cómo?

La cuestión es que en el ámbito

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central de la política mundial seha producido una situación deempate, en la que la paridad es-tratégica militar entre la URSSy EE.UU., entre el Este y el Oesteasegura la destrucción mutua encaso de una guerra «grande». Deaquí que el acento de la luchacontra el socialismo se haya tras-ladado a la llamada periferia delmundo, donde las fuerzas impe-rialistas podrían pasar a la contra-ofensiva para tratar de recuperarlas bases perdidas, sin correr ajuicio suyo el riesgo de provocarun conflicto general suicida. Elobjetivo serla, por una parte, in-tensificar la presión sobre losEstados liberados independientesmediante un apoyo manifiesto yencubierto a los grupos contra-rrevolucionarios y el estimulo desus actividades dirigidas contralos respectivos gobiernos. Porotra parte, fortalecer, tras uncambio de «etiqueta», los regíme-nes del Tercer Mundo gratos aEstados Unidos. Se apostó a lacarta de las guerras «pequeñas»o «limitadas», menos peligrosasen opinión del Pentágono, a losmétodos de lucha no nucleares.Estas guerras «discretas», aleja-das del territorio estadounidense,permitirán, según calculan losabogados del «neoglobalismo», sa-tisfacer sin grave riesgo y sinuna gran prueba de fuerzas losapetitos del complejo militar-in-dustrial y del capital monopolistay sus propias ambiciones.

Estas aspiraciones del imperia-lismo norteamericano se manifes-taron ya, en opinión del grupode estudio, mucho antes de habersido proclamada la doctrina del«neoglobalismo», denominada tam-bién «doctrina Reagan». La «nue-va etapa» comenzó ya durante eldesembarco de los marines norte-americanos en Líbano (1982) y,particularmente, al producirse laintervención armada contra Gra-nada (1983) y el considerableagravamiento de la situación entorno a Nicaragua, Angola, Afga-nistán y Kampuchea. Ya en aquelentonces se perfiló el retorno ala vía de la intervención para re-solver los problemas, principal-mente en Asia, África y AméricaLatina, y se intentó rehabilitar lafuerza militar como método paraalcanzar los objetivos estratégi-cos. Hoy no se ha hecho más quedar forma definitiva a la doctri-na del «neoglobalismo» con elfin de utilizarla como adecuadabase político-ideológica para lasactividades prácticas de la Admi-nistración Reagan.

Un rasgo determinante del «neo-globalismo» es su asentamientoen la fuerza militar, la utiliza-

ción de ésta en formas particu-larmente brutales y en grandesproporciones. ¿Qué vemos hoy alcontemplar el cuadro de los pre-parativos bélicos de EE.UU. entodo el planeta? Empalizadas demisiles, bombarderos estratégicos,escuadras surcando mares y océa-nos, centenares de bases milita-res diseminadas por todo el mun-do y atiborradas de armas de to-dos los tipos.

Un importante aspecto de laactual estrategia norteamericanaes el apoyo prestado a todos losregímenes reaccionarios, dictato-riales y despóticos. Aquí no seha producido ningún cambio encomparación con las doctrinasprecedentes. Por mucho que sediga a este respecto en la CasaBlanca, no ha habido ni hay nin-guna dictadura antipopular queno haya contado o cuente conla protección de EE.UU. y que nohaya recibido o reciba dinero yarmas norteamericanas y, en casonecesario, tropas para defendersede su pueblo. Los regímenes re-presivos sirven obsecuentemente aWashington y constituyen para élun apoyo, ciertamente bien en-deble, para sus desesperados in-tentos de detener el proceso decambios sociales en el mundo.

LA IDEOLOGÍADE LA CONTRARREVOLUCIÓN

Caracterizando la doctrina del«neoglobalismo», Gus Hall, Secre-tario General del Partido Comu-nista de Estados Unidos, decíaque es la vieja doctrina dullesia-na del «rechazo» aplicada a lospaíses del Tercer Mundo. Su base,añadía, la constituye el afán deReagan de anular las victoriasconseguidas por las fuerzas anti-imperialistas después de la segun-da guerra mundial, que permitie-ron a muchos países del TercerMundo alcanzar la independen-cia política y emprender el ca-mino del desarrollo no capitalis-ta. Es un intento de retrotraer elcurso de la historia a los tiem-pos de la posguerra y poner elreloj de la historia de la libera-ción nacional a la hora de hace100 años. Es la ideología de lacontrarrevolución, de la domina-ción mundial de las corporacio-nes estadounidenses.

El credo del «neoglobalismo» esla «cruzada» contra las ideas delcomunismo y el movimiento deliberación nacional, la lucha con-tra ellas en todas partes y portodos los medios asequibles. Latesis «neoglobalista» originaria,avanzada por George Shultz, se-cretario de Estado de EE.UU., seasemeja mucho por su espíritu a

las ideas de la «contención delcomunismo» de los tiempos de laguerra fría. Según esta tesis, las«fuerzas de la democracia», en-cabezadas por Estados Unidos(fuerzas de las que se hace unadefinición muy amplia, de modoque se pueda incluir en ellas acualquier país o formación polí-tica aliados de Occidente), hantropezado con una amenaza fun-damentalmente nueva: la ofensivamundial del terrorismo. ParaShultz, todos los países o movi-mientos que mantienen estrechasrelaciones con Moscú son «instru-mentos del terrorismo y del tota-litarismo». Cualquiera de sus ad-versarios es incorporado automá-ticamente, claro está, a las filasde los «guardianes de la demo-cracia» presididos por EstadosUnidos y se hace acreedor a suayuda militar y de otra índole.

Washington contempla al mun-do con esta visión maniquea ybipolar, sin hacer el menor casode la compleja dialéctica de lasrelaciones, de las coincidenciasy divergencias, de la rivalidad yla cooperación. Todo es muy sim-ple y todo está claro, como enlas películas de cowboys: el maloacabará matando si no se le mataantes. Sólo con una visión delmundo tan preconcebida y tanprimitiva se puede hacer figurarentre los «combatientes de la li-bertad» a los bandidos de Savim-bi, a los «contras» nicaragüenses,a los asesinos polpotianos y alas bandas contrarrevolucionariasde Afganistán.

En Washington se interpreta enun sentido muy lato el concepto«terrorismo» y se le relacionaante todo con los movimientosde liberación nacional, a los quese trata con manifiesta hostilidaden la directriz N° 138 sobre segu-ridad nacional, aprobada por elpresidente Reagan en la prima-vera de 1984. El bandidaje inter-nacional sin tapujos, propio de laagresión norteamericana en Indo-china, ha sido elevado de nuevoa la categoría de política nacio-nal, convirtiéndose en terrorismode Estado.

Tal es, en opinión de los ideó-logos y estrategas norteamerica-nos de derecha, la única formade acabar con el «síndrome viet-namita» y restablecer la «digni-dad nacional», de recuperar la feen las fuerzas propias y pasara la ofensiva contra el comunis-mo y el movimiento de liberaciónnacional. Reclaman mayor deci-sión de EE.UU. en el desempeñode su función de gendarme mun-dial y un incremento del poten-cial de intervención. Merced asus esfuerzos, la Administración

norteamericana va adquiriendouna mentalidad imperial y asimi-lando la filosofía política deldiktat por la fuerza militar.

QUIENES SONLOS BENEFICIADOS

La ideología «neoglobalista» ex-presa los intereses y las aspira-ciones de las fuerzas ligadas alas corporaciones transnacionales.El capital que rebasa las fronte-ras nacionales se convierte, envirtud de la lógica de su desa-rrollo, en una fuerza con preten-siones y objetivos globales. Lastransnacionales constituyen hoy unimportante factor de la vida in-ternacional, de gran significacióneconómica y política, cuyas acti-vidades ejercen un sustancial in-f lu jo en la situación de distintospaíses y regiones.

En el mundo operan actualmen-te unas 400 corporaciones trans-nacionales, de las cuales casi lamitad, entre las que se cuentanlas más poderosas, son norteame-ricanas. Forman un sistema sutilde explotación neocolonialista yhan conseguido envolver en lasredes de la dependencia econó-mica a numerosos países, princi-palmente del mundo en desarro-llo. El imperialismo (y no sóloel norteamericano) sigue existien-do como sistema sobre todo a ex-pensas del saqueo y la más des-piadada explotación de estos paí-ses. Las inversiones de las trans-nacionales en el extranjero seasemejan a una «segunda econo-mía» y constituyen verdaderos im-perios manejados por el dólar ycon un volumen de operacionesque supera al producto nacionalbruto de muchos Estados. Tansólo en los últimos diez años, losbeneficios extraídos por el grancapital estadounidense del mun-do en desarrollo han representa-do el cuádruple de sus inversio-nes. Los monopolios transnacio-nales controlan en la actualidadel 40 por ciento de la producciónindustrial y la mitad del comer-cio exterior de los países de Asia,África y América Latina.

A medida que se van extendien-do estas actividades se aprietamás y más el nudo de las agudascontradicciones entre estos paísesy el capital transnacional, prin-cipalmente norteamericano. Esteno se halla interesado en la trans-formación radical de un sistemade relaciones que le resulta ven-tajoso y no desea un nuevo ordeneconómico internacional que ten-ga en cuenta los intereses legíti-mos de los pueblos. Para preser-var sus privilegios y beneficiosrecurre a la fuerza, a la coerción

militar. Las transnacionales, ade-más de participar activamente enel acrecentamiento del poderíomilitar del imperialismo, promue-ven hacia las palancas del poderpolítico a personas que compar-ten sus miras imperiales en elmundo y defienden sus interesesglobales con ayuda de la fuerzamilitar. Según cálculos de loseconomistas, casi la mitad de losnuevos medios de producción ins-talados en EE.UU. en los últimosaños son utilizados para fines mi-litares. Representantes de los mo-nopolios de veinte sectores de laeconomía íntimamente relaciona-dos con el negocio armamentistay la expansión exterior ocupanimportantes cargos en la Admi-nistración Reagan. Un hecho sig-nificativo señalado por investiga-dores norteamericanos es que en-tre «los cien del presidente»(los más altos funcionarios de laAdministración) figuran 28 millo-narios y 22 multimillonarios.

La violencia militar constituyeel elemento clave del «neogloba-lismo» y es a la vez el instru-mento con el que Washingtonquiere asegurar la expansión delcapital norteamericano en el ex-terior en un diapasón muy am-plio, para acceder a las zonas deinversión, a las fuentes de mate-rias primas y a los mercados. Sien algún lugar del mundo capi-talista surgen movimientos patrió-ticos de liberación nacional queluchan para limitar la explota-ción del trabajo y las riquezasde sus pueblos por los monopo-lios estadounidenses, inmediata-mente son considerados por loscírculos gobernantes de Norte-américa como «una amenaza paralos intereses nacionales de Esta-dos Unidos», con la consiguientepuesta en marcha de la maquina-ria militar del Pentágono y lareactivación de la labor subver-siva de la CÍA y otros serviciosespeciales.

EL ARSENALDE LA INTERVENCIÓN

La puesta en práctica de ladoctrina del «neoglobalismo» im-plica la utilización de un variadoarsenal de recursos, entre losque cabe destacar dos categoríasbásicas: las acciones de políticaexterior a las que Washingtonrecurre tradicionalmente y lasoperaciones militares especiales.Figuran en la primera categoríala cooperación «en interés de laseguridad» y los suministros dearmas, la ayuda económica, lasIniciativas diplomáticas y el apoyoa los «combatientes de la liber-tad». La segunda viene a llenar

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como si dijéramos el vacío exis-tente entre la esfera político-diplomática y la de las operacio-nes militares corrientes desarro-lladas por el ejército regular(«conflictos de media y alta in-tensidad»). Es lo que en el «es-pectro de conflictos» del Pentá-gono se denomina «conflicto depoca intensidad». Un ejemplo clá-sico de conflicto de este géneroes la guerra de EE.UU. en Viet-nam en su fase inicial, que luegose desarrollaría hasta alcanzar elnivel de «conflicto corriente».

Si juzgamos por las accionesde Washington en el Tercer Mun-do, veremos que las operacionesespeciales van adquiriendo cadavez más volumen y mayor impor-tancia. Según los objetivos per-seguidos se dividen en tres grupos:

1) acciones clásicas de contra-insurgencia o de «defensa inte-rior en el extranjero» (El Salva-dor);

2) apoyo a los rebeldes u «ope-raciones militares especiales»(Nicaragua, Angola, Afganistán,Kampuchea);

3) defensa «activa» contra el«terrorismo» (interceptación porcazas norteamericanos de unavión de pasajeros egipcio, ataquecontra Libia). Washington consi-deró en un principio el terroris-mo como una forma de acciónno militar, pero después del ata-que contra el cuartel de la in-fantería de marina norteamerica-na en Beirut ya se considerancomo una «amenaza militar real»para EE.UU..

La orientación hacia los «con-flictos de poca intensidad» cons-tituye evidentemente un retornoal pasado, a la «doctrina de lacontrainsurgencia», tan desacre-ditada en Vietnam. Desarrolladaa comienzos de los años 60 porla Administración Kennedy, erauna estrategia híbrida, que com-binaba la táctica militar antigue-rrillera tradicional con las accio-nes políticas, económicas y psico-lógicas y estaba destinada en laprimera etapa de la guerra aconquistar «las mentes y los co-razones» de la población nativay apartar y aislar de ella a loselementos revolucionarios. Paraaplicarla se elevó el papel de lasfuerzas destinadas a misiones es-peciales (los «boinas verdes») yse crearon otras unidades desti-nadas a las operaciones antigue-rrillas.

Ya en 1980, la AdministraciónCárter empezó a resucitar la «ex-periencia» vietnamita con el finde utilizarla en la lucha contrael movimiento de liberación na-cional de El Salvador, lucha cuyadirección asumió Washington. Po-

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co antes, en junio de 1979, tomóla decisión de crear las fuerzasintervencionistas de desplieguerápido y mantener en permanen-cia en el Océano Indico barcosde guerra norteamericanos coninfantería de marina a bordo. Elderrocamiento del sha de Iránen febrero de 1979 dio un im-pulso directo al comienzo de lasuperación del «síndrome vietna-mita» y al restablecimiento y per-feccionamiento de la «maquinariadel globalismo». Un hecho signi-ficativo es que esta decisión seadoptó tres meses antes de quese produjera la ocupación de laembajada de EE.UU. en Teherány seis antes de los acontecimien-tos revolucionarios de Afganistán,aunque posteriormente se intentóhacer creer a la opinión públicaque Cárter había actuado en res-puesta a tales acontecimientos.

En 1985 se anuló la enmiendaClarke, que prohibía la interven-ción de EE.UU. en la guerra deAngola. El Congreso está exami-nando actualmente un proyectode ley que concede al presidentemayores poderes para emplear lasfuerzas armadas en el extranjeroy con el que se pretende socavarla ley de atribuciones militares,que exige la sanción del Congre-so para cualquier intervenciónarmada fuera de las fronterasdel país. Esta ley, lo mismo quela enmienda Clarke, fueron apro-badas para impedir aventuras deltipo de la de Vietnam. Ahora sepropone admitir la decisión deljefe del Ejecutivo de que tal ocual país alienta el «terrorismointernacional» como suficiente ba-se formal para la agresión. Co-rrelativamente, el proyecto de leyautoriza los golpes «preventivos»y «punitivos» en respuesta a la«amenaza terrorista exterior», sinexcluir la eliminación física dejefes de Estado (como ha demos-trado el caso de Libia, la nuevaley no resulta particularmente ne-cesaria dado que la sanción delCongreso tiene a menudo un ca-rácter puramente formal).

El «neoglobalismo» se apoya enun poderoso arsenal militar, quese sigue incrementando y perfec-cionando, sobre todo en zonas deposibles operaciones militares. ElPentágono ha concentrado enEuropa Occidental material deguerra, pertrechos y municionespara cuatro divisiones mecaniza-das y blindadas. Se están acumu-lando también armas para otrasdos divisiones, de modo que sepueda poner en pie de guerra a200.000 hombres trasladados desdeEE.UU. en adición al ejército nor-teamericano de más de 300.000

hombres que ya se encuentra enEuropa.

Semejantes arsenales han sidoinstalados en Corea del Sur y enalgunos otros países. Según co-munica la prensa, 17 buques-de-pósito se encuentran permanente-mente por voluntad de Washing-ton en la parte noroccidental delOcéano Indico y llevan a bordotodo lo necesario para asegurarlas operaciones de un contingen-te de 12.000 hombres durante dossemanas y en cualquier punto dela región. Las fuerzas norteame-ricanas de despliegue rápidocuentan en la actualidad con cer-ca de 300.000 hombres. La crea-ción de estas tropas de interven-ción expresa el deseo de los círcu-los gobernantes de EE.UU. dereaccionar ante cualquier «ame-naza» a sus intereses en el mun-do con una intervención militartan rápida como lo permitan losmedios modernos de transporte.Como es sabido, tras Líbano yGranada ha sido Libia el país ob-jeto de una agresión bandidesca3.

En la panoplia de recursos deintimidación y amenaza de recu-rrir a la fuerza ocupan un impor-tante lugar los ejercicios y lasmaniobras militares. He aquí al-gunos ejemplos típicos de estosúltimos tiempos: las provocacio-nes de la VI Flota norteamericanaante las costas de Libia en víspe-ras de la agresión; las maniobras«Terencio Sierra 86», como pre-parativo para la invasión de Ni-caragua por tropas yanqui-hondu-renas; los ejercicios «Team-Spi-rit 86» en Corea del Sur, con par-ticipación de unidades norteame-ricanas y surcoreanas y de fuer-zas aéreas y navales de EE.UU.,que constituyeron de hecho elensayo general de una guerra deagresión en Asia.

Para el logro de sus objetivosneoglobales, Washington recurretanto a la fuerza bruta como adiversas medidas especiales, comoson: las actividades de espionaje;las acciones subversivas secretas;el apoyo y la financiación a po-líticos «bienquistos» y la elimina-ción de los «indeseables»; la «gue-rra psicológica», a la que se con-cede gran importancia y que in-cluye la propaganda, la contra-propaganda y la desinformaciónabierta y encubierta; la elabora-ción y utilización de nuevas re-glas y métodos jurídicos para laaplicación de sanciones interna-cionales; el terrorismo económico,el «arma del petróleo», etc. El

3 Para más detalles véase: Z. Zor-zovilís y F. Mougahed. Un acto de«neoglobalismo» criminal contra Li-bia, en Revista Internacional, Na 6de 1986. — N. de la Red.

variado arsenal intervencionistade EE.UU. está en permanenteestado de alerta y se amplía yperfecciona sin cesar.

Se asigna un papel muy par-ticular a las tropas especialesnorteamericanas, como los «boinasverdes», los «rangers» («boinasnegras»), los «comandos» aero-transportados, los «cascos rojos»de las fuerzas navales y los co-mandos supersecretos «Delta»,creados especialmente para «lu-char contra el terrorismo». Lamisión de todos ellos es realizaroperaciones subversivas, librar pe-queñas guerras «de policía» deltipo de la operación de Granaday combatir en la retaguardia deladversario en los primeros díasde una guerra grande. Tales uni-dades especiales están dotadasde los medios de lucha más mo-dernos y más bárbaros, que vandesde pistolas silenciosas hastaingenios nucleares miniaturizados,e incluyen equipos portátiles parael espionaje, para contaminar elmedio y envenenar los pozos ylos alimentos.

Estas actividades de los servi-cios y las tropas especiales deEE.UU., destinadas a llevar a lapráctica la doctrina del «neoglo-balismo», han adquirido tales pro-porciones y tal grado de comple-jidad que la Administración nor-teamericana ha decidido reciente-mente crear un órgano supremoúnico, el llamado «Comité 208»,de carácter interdepartamental yencargado de planear y controlarlas operaciones secretas. Una delas últimas y más importantes de-cisiones de dicho Comité ha sidola de aprobar medidas de ordeninterior y exterior para desesta-bilizar al Gobierno de Gaddafi,en Libia.

EL PAPEL ASIGNADOA LOS ALIADOS

Al presentar sus intereses egoís-tas, la arbitrariedad y la violen-cia internacionales como una«guerra santa contra el comunis-mo», los círculos gobernantes deEE.UU. tratan de conseguir quela d o c t r i n a del «neoglobalismo»

1 i 1 na cu la estrategia ge-ne ra l i ic la política exterior deli i i i | i i ' i l a l i M i i i i m u n d i a l , tarea que,M ! > ; i i n si' i nn i | inn: l ) ! i , no es fácilcíe r u m p l i r . H . r . l a los a l iados mássügi inr , i i e \ \ a - i i m i ; i i > n se mues-tran p r n i l e n i i " . a la hu ra do aso-ciarse a ¡ i i . ' c i i i i i e ; . I n n l iant l idoscasy bárbaros eo inu h r , l i n i n l i n r d c o sde pacíficos r . m l a d e ' , h lmnesas ,la agresión p l n i í n a i . i h i n n elescarnio a la i n d e p e n d e n ! m dela indefensa Gr i inmla , el n p n y nmanifiesto a las a u i n r n i a i l e

cistas sudafricanas o a la san-grienta dictadura de Pinochet. Losaliados de los norteamericanoshan de tener en cuenta la opi-nión pública de sus respectivospaíses, que condena la políticade fuerza, el pisoteo de las nor-mas por todos aceptadas paraunas relaciones internacionalescivilizadas y el apoyo a odiososregímenes antipopulares.

Ante la creciente resistencia delos pueblos resulta evidente queEE.UU. no podrá, con sus solasfuerzas, llevar adelante la políti-ca «neoglobalista». Washingtontrata de establecer una especiede «división del trabajo» con susaliados, aprovechar más a fondoel mecanismo de los acuerdos ylos bloques. En la zona de Asiay el Pacífico cifran sus esperan-zas en: el fortalecimiento del ejepolítico militar Washington—To-kio—Seúl; la creación de la lla-mada «comunidad del Pacífico»con participación de EE.UU., Ca-nadá, Japón, Corea del Sur, lospaíses de la ASEAN, Australia yNueva Zelanda, con unos objeti-vos económicos y, sobre todo, po-líticos y militares de largo alcan-ce; la cooperación militar conTailandia en el enfrentamiento deésta con los pueblos de Indochinay en la ayuda a las bandas pol-potianas. En el Oriente Medio yPróximo: el fortalecimiento de la«alianza estratégica» con Israel,dirigida contra los pueblos árabesy con cuya ayuda se atiza el con-flicto próximooriental; el aprove-chamiento de la guerra entre Iráne Irak para consolidar sus posi-ciones en la región; la amplia-ción de los vínculos militares conPakistán en la guerra no decla-rada contra el pueblo afgano. EnÁfrica cuentan con el régimende Pretoria para luchar contralos movimientos de liberación na-cional del continente. En AméricaCentral y Meridional toman comopuntos de apoyo las dictadurasreaccionarias para aplicar unapolítica anticubana y antinicara-güense.

Tomemos, como ejemplo, dosacontecimientos de estos últimostiempos que han indignado almundo entero: la bandidesca agre-sión de EE.UU. a Libia y la de laPSA contra Zimbabwe, Zambia yBotswana. La primera fue llevadaa cabo por el Pentágono con laayuda de los «fieles» aliados:Gran Bretaña e Israel. La segundadifícilmente hubiera sido posiblesin la «cooperación constructiva»de Pretoria y Washington. El Go-bierno sudafricano ha declaradocon cínica franqueza que en suproceder se guió por las mismasconsideraciones que la Adminis-

tración Reagan al bombardearLibia.

Si alguno de los socios deEE.UU. se manifiesta de pronto«reticente» e incluso «insumiso»,como es el caso de Nueva Zelan-da, que últimamente viene apli-cando una política exterior inde-pendiente y antinuclear, inmedia-tamente se recurre a los métodoscoercitivos. Con la particularidadde que sobre el Gobierno neo-zelandés se está presionando a lavez desde Washington y desdeParís4, con el fin de obligarlo arenunciar a su actitud antinuclear.

Tampoco se deben al azar lasparalelas políticas intervencionis-tas de Estados Unidos y Franciacon respecto a la República deChad, Líbano y Libia, acompaña-das frecuentemente de accionesagresivas conjuntas. En 1982, Wa-shington intervino por la fuerzade las armas en los acontecimien-tos de Líbano, y no lo hizo solo,sino juntamente con Francia yotros aliados de la OTAN. Así,tras el «puente aéreo» francésdel pasado mes de febrero parael transporte de tropas y materialde guerra a Ndjamena, la capitalde Chad, se estableció un «puenteaéreo» norteamericano. La coope-ración de EE.UU., según declaróun portavoz de la Administraciónnorteamericana, complementa losesfuerzos de Francia en Chad.Y cuando EE.UU. atacó a Libia,esta acción no fue condenada porParís...

Ahora parece que se inicia unanueva fase en la participación delas principales potencias imperia-listas en la estrategia «neogloba-lista», como lo evidencian los re-sultados de la reunión celebradael pasado mes de mayo en Tokiopor los líderes de los «siete»(EE.UU., Gran Bretaña, RFA, Fran-cia, Italia, Canadá y Japón). Es-tas reuniones anuales, destinadasa debatir y solucionar graves pro-blemas económicos, se están po-litizando cada vez más. Desdeeste punto de vista, la de Tokioes presentada en Occidente comola más importante de los últimosaños. Y aunque Washington nopudo alcanzar en ella todos susobjetivos, sí consiguió que sus in-terlocutores aceptaran la interpre-tación norteamericana del con-cepto de «terrorismo internacio-nal», como ha quedado consigna-do en una declaración especial.Además, comprometió a sus alia-dos a luchar contra quienesEE.UU. acuse o quiera acusar de«estar implicados en el terroris-

4 Nueva Zelanda se opone a losensayos nucleares franceses en elOcéano Pacifico. —N. de la Red.

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mo internacional o de prestarleapoyo», con lo cual los «siete»han dado un paso hacia la legiti-mación de la peligrosa prácticadel terrorismo de Estado contrapaíses y pueblos que no aceptanla imposición imperialista.

EL PROCESO DE CAMBIOS PRO-GRESISTAS no puede ser deteni-do. Nadie ni nada son capacesde anular las leyes objetivas deldesarrollo mundial.

La fuerza militar, con la quecuentan los círculos gobernantesde EE.UU. para tomarse la revan-cha social, defender los interesesdel capital monopolista y delcomplejo militar-industrial y evi-tar que sigan produciéndose enel mundo cambios progresistas,

sólo puede complicar aún más lasituación internacional, con gravepeligro para toda la humanidad.La actuación partiendo de hábitosde otros tiempos y basándose enla psicología de que la fuerza sebasta a sí misma, en la fe en lamesiánica «misión de Norteamé-rica» y en la hipocresía religiosaes incompatible con las realida-des de la era nuclear. Cuandoexisten armas de exterminio ma-sivo, cuyo número y calidad seacrecientan sin cesar, los con-flictos bélicos llevan en germenuna conflagración universal. Elchoque global amenaza con pro-vocar el hundimiento de la civi-lización y el fin del género hu-mano.

La vida reclama que se rompadecidida e irrevocablemente conunos modos de pensar y de ac-tuar propios de tiempos preterí-

LA VERDAD ACERCA DE LA «MUERTESILENCIOSA»

EL REGLAMENTO 100-5 del ejér-cito norteamericano estipula quecualquier jefe, al planificar ope-raciones con utilización de armasnucleares o convencionales, debeestar dispuesto a recurrir a lasarmas químicas. Este precepto re-sume los esfuerzos del imperialis-mo USA para desarrollar, ensayary producir medios bárbaros de ex-terminio masivo.

ARMIS BELLA NON VENENIS 6ERI

La guerra se hace con armas yno con veneno, se decía en la anti-gua Roma. El veneno es conside-rado desde tiempos inmemorialescomo un arma indigna, y el en-venenamiento de los pozos comoun crimen incompatible con lasreglas de la guerra.

Los primeros pasos para evitarla utilización en combate de sus-tancias químicas fueron dados enel plano internacional ya a finalesdel siglo XIX. La Declaración deBruselas de 1874 y las convencio-nes de La Haya de 1899 y 1907prohibieron la utilización de sus-tancias tóxicas y balas envenena-das, y una declaración particularde la Convención de La Haya de1899 condenaba el «uso de proyec-tiles destinados exclusivamente aexpandir gas asfixiante u otrosgases tóxicos».

No obstante, en la primera gue-rra mundial se recurrió amplia-mente a las sustancias químicas,que afectaron a 1.300.000 perso-nas, de las que más de 100.000 su-

cumbieron a sus lesiones. En loscampos de batalla se utilizaronmás de cuarenta tipos de sustan-cias tóxicas, con un peso totalde 125.000 toneladas. (Se conside-ra que el «padre» de tales armasbárbaras es el químico alemánFritz Haber, a quien se deben lascínicas palabras de que en las fu-turas guerras ya no se podrándejar de tener en cuenta los gasestóxicos, que son «la forma de ma-tar más perfecta».) La horriblemuerte de miles de personas víc-timas del cloro, la iperita, el fos-geno y otras sustancias tóxicasbien conocidas en aquella épocaconmocionó a la opinión públicade muchos países. La conferenciainternacional especial reunida enGinebra en junio de 1925 terminócon la firma de un Protocolo so-bre la «Prohibición del uso enguerra de gases asfixiantes, tóxi-cos u otros análogos, así como deagresivos bacteriológicos». Este im-portante documento jurídico con-serva toda su fuerza hasta hoydía1.

La aparición de la bomba ató-mica no hizo que desaparecierael interés de los especialistas mi-litares de Occidente por las sus-tancias tóxicas. Los países de laOTAN siguen acumulándolas yperfeccionándolas. Quien tiene elliderazgo en este plano es EE.UU.Según estimaciones de científicos

1 Hubieron de transcurrir 50 añosantes de que EE.UU. firmara el Pro-tocolo de Ginebra, haciéndolo connumerosas reservas. —N. de la Red.

tos, cuando el empleo de la fuerzaen el plano internacional se con-sideraba admisible y tolerable.Hoy, la garantía de la seguridadgeneral depende de cada país.Sólo los esfuerzos coherentes detodos los Estados —grandes y pe-queños, nucleares y no nucleares,integrados en alianzas militaresy neutrales o no alineados— pue-den salvaguardar la paz e impe-dir que se pisoteen los intereseslegítimos de los pueblos y el de-recho de cada uno a determinarlibremente su destino.

Esto es lo que propugnan loscomunistas de todos los continen-tes al ligar la eliminación delsistema de opresión y explotacióny la emancipación social de lospueblos con la defensa de la pazy la preservación de la civiliza-ción y de la vida misma en laTierra.

norteamericanos, en los arsenalesdel Pentágono hay ya más de150.000 toneladas de cargas quí-micas [más de 3 millones de pro-yectiles, cohetes, bombas y mi-nas) con sustancias de acción pa-ralizante sobre el sistema nerviosoy más de 1.500 contenedores parala dispersión de sustancias tóxi-cas desde el aire. El congresistanorteamericano Klement Zablockiseñala que estas reservas bastanpara que 50 divisiones puedan li-brar una guerra química en Euro-pa durante cien días, tras la cuales dudoso que pudiese quedar allíalgún ser vivo.

Debido a la saturación de losarsenales y a la presión de la opi-nión pública, que consideró comouna franca guerra química la vas-ta utilización de herbicidas y de-foliantes por el ejército norteame-ricano en Vietnam, el entoncespresidente Richard Nixon se vioobligado en 1969 a renunciar tem-poralmente a la producción desustancias tóxicas. Pero ello nosignificó el abandono del desarro-llo de las armas químicas, antetodo de las de tipo binario2. Ini-ciado éste en la primera mitad delos años 50, condujo en 1965 a quefuese patentada la bomba de avia-ción «Big Eye» portadora de loscomponentes de un agresivo quí-mico binario de efectos paralizan-tes sobre el sistema nervioso. En-tre 1969 y 1980 llegaron a su cul-minación los programas de desa-rrollo de bombas y diversos pro-yectiles químicos binarios.

2 A diferencia de las cargas quími-cas tradicionales, las binarias estánformadas por dos o más sustanciasrelativamente inocuas que se unentras su lanzamiento para dar lugara una combinación de gran toxicidad.

I Como vemos, EE.UU. estaba pre-parado a comienzos del presentedecenio para iniciar una nuevaespiral en la carrera de armasquímicas, y la Administración Rea-gan anunció en febrero de 1982su propósito de emprender la rea-lización de un programa de pro-ducción de cargas binarias y deinstruir en su manejo al personalmilitar, así como de proseguir lostrabajos destinados a crear sus-tancias tóxicas aún más mortí-feras.

No puede decirse que esta deci-sión hubiese tenido el apoyo uná-nime de los círculos gobernantesdel país. En un informe especialpreparado por los servicios de in-vestigación del Congreso se indi-caba inequívocamente que dichainiciativa «quebranta las principa-les orientaciones de política exte-rior de EE.UU., de control de losarmamentos y de política presu-puestaria»3. Según la revista norte-americana Chemical and Engineer-ing News, no hay ninguna nece-sidad de «reanudar la producciónde armas químicas», que «desem-peñarán un papel desestabilizadory obstaculizarán los esfuerzos des-tinados a lograr el control de losarmamentos»4. No resultan convin-centes los intentos del Pentágonode justificar el incremento de losarsenales diciendo que las cargasquímicas existentes han quedadoanticuadas y su manejo resulta pe-ligroso. Como señalaba el NewYork Times, los proyectiles y lasbombas con sustancias químicasalmacenadas por EE.UU. son ple-namente «fiables» y los escapesque pueden producirse de sustan-cias tóxicas no rebasan el 0,0006por ciento 5.

La Cámara de Representantesde EE.UU. mantuvo bloqueadas du-rante cierto tiempo las nuevasasignaciones presupuestarias parala guerra química, pero el comitéparitario de las dos cámaras delCongreso, presionado por la Ad-ministración, votó en junio del añopasado una resolución que daba• • l u y . verde» a la producción masi-' , , 1 i l ü cargas binarias de efectos

.míos. En el presente año..... ' ( i si; destinan ya para es-lüs i n r i millones de dólares.

Kl I I I - M X M I N I / I de modernización deli i q u i m i l o militar norteame-

llVij/xin.v: Implicattons of•l stockplle Moderni-

•iiillon ' . i r í:in<mlcal Wea-liiin.'i / ' n i / / / . • / . ; • / . „ V , ' , i ' , l i l i i i ; t o n , 1984,p . I I I .

4 Clu-mlcí: '¡Im-i-rlnii News,14 (Ir i i .

5 T/ll- Ni-:. . .' i lid Süp-

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ricano se tragará en total en lospróximos cinco años más de 10.000millones de dólares.

EN EL UMBRAL DE LA «CÁMARADE GASES BINARIOS»

Con el fin de fundamentar lospreparativos para una guerra quí-mica, Washington recurre a unviejo método de la propagandaimperialista, consistente en inflarel mito de la «amenaza militarsoviética», con un acompañamien-to de lamentaciones por el «atra-so» de EE.UU. y otros países dela OTAN en materia de armasquímicas.

En declaraciones de este génerono son parcas altas personalida-des de la Administración republi-cana, como Kenneth Adelman, di-rector de la Agencia para el Con-trol de los Armamentos y el Des-arme, el senador Charles Percy yotras, así como distintos portavo-ces de los «Trusts de los cerebros»conservadores. En este sentido essignificativa una de las últimaspublicaciones del Centro de Estu-dios Estratégicos e Internaciona-les de la Universidad de George-town, uno de cuyos capítulos estádedicado a los medios químicosde exterminio y en el que se llegaa conclusiones sumamente tenden-ciosas y en plena consonancia conlas prescripciones políticas de laAdministración: «.. .Los actualesesfuerzos para modernizar las ar-mas (químicas. — Red.] y acrecen-tar la capacidad defensiva debenproseguir»6.

También en este caso, los argu-mentos puestos en juego dejan en-trever el tradicional método uti-lizado por Washington al abordarel problema de la limitación delas armas estratégicas y de otraíndole y según el cual debe co-menzarse por adquirir un gran po-tencial bélico para luego poderiniciar las negociaciones sobre sureducción. En el estudio en cues-tión se sostiene que el programade producción de sustancias tóxi-cas binarias es una consecuencialógica de la política nacional enmateria de guerra química, cuyoobjetivo final es la prohibicióntotal y verificable del desarrollo,aplicación y acumulación de armasquímicas. Es más, resulta que elincremento de los arsenales tienepor misión proporcionar «una car-ta de triunfo en las negociacionesque acrecienta las probabilidadesde llegar a un acuerdo»7. Convie-

6 Wllliam Taylor ( J r ) , Steven Maa-ranen, Gerrit Gong (Eds). StrateglcResponses ío Conflict in íhe 1980$,Lexington (Massachusets), Toronto,1984, p. 102.

1 Ibtd., p. 109.

ne recordar que ha sido precisa-mente Washington quien interrum-pió unilateralmente en 1980 lasnegociaciones soviético-norteameri-canas para establecer el enfoquecomún ante la prohibición y des-trucción de las armas químicas.

La propaganda burguesa, empe-ñada en hacer creer que la URSSposee un potencial químico-militarmuy superior al norteamericano,suele remitirse a «datos fiablesprocedentes de fuentes bien infor-madas». El valor de tales «datos»lo evidencia patentemente el últi-mo anuario del Instituto de Esto-colmo para el Estudio de los Pro-blemas de la Paz (SIPRI) , en elque un experto de la CÍA en gue-rra química dice: «En realidad nosabemos nada sustancial sobrecuántas armas poseen (la URSS.—M. E., G. /.) y de qué mediosdisponen para el transporte delas mismas. Quien diga lo con-trario no hace sino engañarse así mismo»8.

Según la doctrina militar delPentágono, las armas químicas bi-narias están destinadas a opera-ciones ofensivas y a ser utilizadasya en el primer golpe. Su desplie-gue habrá de hacerse ante todoen la RFA, Gran Bretaña, Italia yTurquía.

Al decidir iniciar la producciónde una generación de «asesinossilenciosos» —las sustancias tóxi-cas binarias de acción neurotro-pa—, los legisladores estadouni-denses expresaron la reserva deque antes de empezar a producir-los en serie a partir del 1 de oc-tubre de 1986 sería preciso obte-ner el consentimiento de los paí-ses europeos de la OTAN para eldespliegue de los mismos en suterritorio. Ahora, esta reserva tam-bién ha sido obviada. En lareunión del Comité de Planes Mili-tares de la OTAN celebrada el 22de mayo de 1986 en Bruselas conparticipación de los ministros deDefensa, los emisarios de Washing-ton consiguieron que, pese a lasobjeciones de varios países alia-dos, se aprobara una decisión queda «luz verde» a la producciónmasiva de armas químicas en Es-tados Unidos para ser instaladasen Europa Occidental.

La decisión de incrementar losarsenales químicos de EE.UU. estáasociada a otros programas delPentágono, tales como la instala-ción a marchas forzadas de misi-les norteamericanos Pershing-2 yde misiles crucero en varios paíseseurooccidentales y los planes dedespliegue de armas espaciales de

8 SIPRI World Armaments and Dí-sarmament, SIPRI Yearbook, 1985,London, 1985, p. 171.

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ataque. Tras haber convertido alos aliados en rehenes de susaventuras nucleares, Washingtonse propone hacer de Europa elteatro potencial de una guerraquímica, transformando al ViejoContinente en una gigantesca «cá-mara de gases binarios».LLAMAMIENTO A LA RAZÓN

Uno de los graves problemas queentraña la carrera de armas quí-micas desatada por el imperialis-mo norteamericano es el peligrode proliferación de estos mediosde exterminio masivo. Según esti-maciones de expertos occidentalesya son unos 30 países los que hoylos poseen. Como se indica en elmencionado documento de los ser-vicios de investigación del Con-greso de EE.UU., la tecnología dela producción de las armas quí-micas, incluidas las binarias, esrelativamente sencilla, circunstan-cia que puede hacer atractivas es-tas armas para ciertos países envías de desarrollo, en los que pue-den convertirse en una especie de«bombas atómicas para pobres».

Los actuales agresivos químicosson de una toxicidad muy superiora la de los utilizados en la prime-ra guerra mundial. He aquí unejemplo. Si para matar a un hom-bre se requerían más de 1.000 mgs.de iperita, la dosis letal del gasneurotropo norteamericano BX esdiez mil veces menor, en tantoque la toxina botulínica es 1.000veces más activa que el BX.

Los herbicidas y detonantes pue-den convertirse también en bom-bas químicas de acción retardada.Según datos oficiales, los agreso-res norteamericanos esparcieronen tierra vietnamita más de 72 mi-llones de litros (91.000 toneladas)de soluciones que contenían, con-forme a ciertas estimaciones, de170 a 500 kilogramos de dioxina.Recordemos que la explosión pro-ducida en 1976 en una fábrica quí-mica de Seveso (Italia), tras laque se produjo una fuga de tansólo 1,5 kgrs. de dioxina, originóuna catástrofe ecológica cuyasconsecuencias no han podido sertotalmente eliminadas hasta ahora.

Los herbicidas producen efectosmutagénicos (alteraciones genéti-cas], carcinógenos (provocadoresdel cáncer) y teratógenos (defec-tos congénitos). En trabajos decientíficos vietnamitas se citan he-chos que hielan la sangre: niñosque nacen sin orejas o sin ojos,sin extremidades o con deforma-ciones difíciles de imaginar. Elexamen de la población de las zo-nas afectadas ha evidenciado ungran número de embarazos anor-males. Las víctimas de la guerraquímica, como los supervivientes

de Hiroshima, presentan durantelargo tiempo, según señalan losmédicos, alteraciones en los enla-ces cromosómicos que entrañanun grave peligro, pues la presen-cia de células atípicas precedecon frecuencia al cáncer o a laleucemia.

«¡Prohibición de las armas quí-micasl». Tal es el llamamiento quedesde hace varios años viene ha-ciendo la opinión progresista in-ternacional.

En 1985, la Federación Mundialde Trabajadores Científicos prepa-ró un estudio en el que se recalcaque la producción masiva de armasquímicas binarias es un eslabónen la cadena de medidas adopta-das en EE.UU. para impulsar lacarrera de armas químicas con elfin de obtener la superioridad mi-litar sobre los Estados socialistas.

Las armas químicas son un me-dio de exterminio en masa muypoco selectivo. Según muestran loscálculos, la relación entre las pér-didas causadas en la poblacióncivil y el personal militar seríade 8 a 1 para las armas nuclearestácticas y de 20 a 1 o más paralas químicas. Tal es la razón deque los científicos adviertan quelas consecuencias del empleo dearmas químicas estratégicas con-tra la población civil serían de-vastadoras. Al mismo tiempo lle-gan a la conclusión de que el de-sarrollo, la producción y la acumu-lación de armas químicas debenser prohibidos, destruyéndose to-dos los depósitos de las mismas.Tal prohibición es posible y con-trolable si todas las partes danmuestras de buena voluntad.

Un acuerdo internacional sobrelimitación y prohibición de las ar-mas químicas es hoy una necesi-dad vital. Esta sencilla verdad lahan comprendido también progre-sivamente los círculos gobernantesoccidentales. «Si fracasamos en ellogro de esa prohibición, habre-mos de afrontar nuevos peligrosque constituirán una amenaza parala seguridad internacional y tor-pedearán el Protocolo de Ginebrade 1925, que es en la actualidadla única garantía jurídica frenteal uso de las armas químicas»,dijo, por ejemplo, Richard Luce,ministro de Estado de Gran Bre-taña 9.

El Partido Socialista Unificadode Alemania y el Partido Social-demócrata de Alemania, a los queposteriormente se sumaría el Par-tido Comunista de Checoslovaquia,presentaron en junio de 1985 unainiciativa conjunta para crear en

9 NATO Reuiew, junio de 1985, p. 8.

Europa una zona libre de armasquímicas.

En la reunión celebrada enPraga el 13 de mayo de 1986para examinar esta cuestión, lostres partidos emitieron una decla-ración en la que se hace un ba-lance del trabajo realizado y sesubraya que la propuesta de eli-minar las armas químicas en elcentro de Europa «tiene particularvalor de actualidad en los momen-tos presentes, cuando no está ex-cluida la posibilidad de que EE.UU.comience a producir armas quími-cas binarias».

El objetivo de suprimir por com-pleto las armas químicas antes defin de siglo es plenamente real,como lo ha manifestado el Secre-tario General del CC del PCUS,Mijaíl Gorbachov, en su declara-ción del 15 de enero: «La UniónSoviética es partidaria de la eli-minación total y más rápida posi-ble de estas armas y de la baseindustrial necesaria para su fabri-cación. Estamos dispuestos a ase-gurar el anuncio oportuno de laubicación de las empresas produc-toras de armas químicas y el cesede su fabricación, a comenzar aelaborar el procedimiento paradestruir dicha base industrial y aemprender la eliminación de lasreservas de armas químicas al pocotiempo de la entrada en vigor dela correspondiente convención. To-do esto se haría bajo un rigurosocontrol, que incluiría inspeccionesinternacionales sobre el terreno».

CON EL FIN DE ACELERAR lafirma del correspondiente acuerdo,la URSS presentó el 22 del pasa-do mes de abril, en la Conferenciade Desarme de Ginebra, una seriede nuevas propuestas sobre la pro-hibición de las armas químicas,propuestas que permitirían elimi-nar las divergencias existentes yelaborar una convención sobre ladestrucción total y general de lasarmas químicas para finales deeste siglo. El futuro se encargaráde mostrar qué medidas adopta-rán en respuesta EE.UU. y susaliados de la OTAN.

MIJAÍL EGOROV,Candidato a Doctor en Ciencias

Químicas, colaborador del Institutode Química Orgánica

de la Academia de Cienciasde la URSS

GRIGORI JOZIN,Doctor en Ciencias Históricas,

colaborador del Institutode EE.UU. y Canadá

de la Academia de Cienciasde la URSS

PROGRAMA DE REDUCCIÓN DE LAS FUERZASARMADAS Y DE LOS ARMAMENTOS CLASICOS

EN EUROPA

/viene del reverso de la portada]

alianzas harían posible la incorporación de otrosEstados europeos a este proceso.

Se propone disolver los componentes de las fuer-zas armadas, sujetos a la reducción, por gruposde tropas, unidades y secciones íntegros y equiva-lentes, junto con el armamento y el material deguerra a ellos adscritos. Sus efectivos serían des-movilizados conformemente al orden establecido encada Estado.

Los armamentos y el material técnico sujetos ala reducción deberán ser destruidos o almacenadosen territorio nacional con arreglo a los procedi-mientos convenidos. Las cargas nucleares deberíanser destruidas. Algunos tipos de material técnicopodrían, por el mutuo acuerdo, pasar a utilizarsecon fines pacíficos.

Los recursos que se liberen como resultado delas reducciones correspondientes de las fuerzas ar-madas y los armamentos clásicos no se invertiránen la creación de nuevos tipos de armas ni en otrasatenciones militares; deberán utilizarse para lasnecesidades del desarrollo económico y social.

Todos los Estados signatarios del acuerdo sobrela reducción de las fuerzas armadas y de los arma-mentos se comprometerían a no aumentar las tro-pas terrestres y la aviación táctica de ataque fuerade la zona de reducciones.

II.

Se propone reglamentar la reducción de las fuer-zas armadas y de los armamentos clásicos de talmanera que el proceso de reducción tenga porresultado la disminución del peligro de ataque súbitoy contribuya al afianzamiento de la estabilidadestratégico-militar en el continente europeo. Paraello se sugiere ponerse de acuerdo acerca de quesea reducida considerablemente ya en la fase inicialla aviación táctica de ataque de ambas alianzaspolítico-militares en Europa, así como sobre la dis-minución numérica de las tropas concentradas a lolargo de la línea de tangencia de dichas alianzas.

Con el mismo fin serían elaboradas y se pondríanen práctica también medidas complementarias ca-paces de dar a los países del Tratado de Varsoviay de la OTAN, y a todos los Estados europeos, unamayor seguridad de que no se emprenderán opera-ciones súbitas de ofensiva contra ellos.

Se estipula el logro de acuerdos concernientesa las limitaciones para las grandes maniobras mi-litares (en cuanto a número y proporciones), alintercambio de informaciones más detalladas sobreellas, en particular sobre las fuerzas y los mediosllevados de otras regiones a Europa para el períodode maniobras, y a otras medidas apropiadas parareforzar la confianza mutua.

Contribuirla a reforzar la confianza y a crearcondiciones más propicias para la reducción de las

fuerzas armadas y de los armamentos en Europala toma de medidas tales como la creación en elcontinente de zonas libres de armas nucleares yquímicas, la reducción gradual de la actividad mi-litar de ambas alianzas militares y la organizaciónde la colaboración de sus integrantes en lo tocantea la limitación de los armamentos y al desarme.

III.

La reducción de las fuerzas armadas y de losarmamentos clásicos estaría sujeta a un controlseguro y eficaz, con empleo tanto de los mediostécnicos nacionales como de los procedimientos in-ternacionales, incluyendo las inspecciones in situ.

Se propone, además de tomar las medidas decontrol sobre el propio proceso de reducción, so-meter a observancia la actividad militar de las tro-pas que queden después de la reducción.

Se aplicarían también las formas adecuadas decomprobación respecto a las medidas para reforzarla confianza mutua que se tomen en consonanciacon los acuerdos.

Para ejercer el control, las partes intercambiaránen el momento convenido datos numéricos sobre eltotal de tropas terrestres y aviación táctica de ata-que en la zona de reducción y, aparte, sobre aque-lla parte suya que se deberá reducir y que quededespués de la reducción, por medio de enumeracio-nes (listas) de las unidades militares a reducir(disolver), indicando su denominación, número deefectivos, dislocación y cantidad de tipos funda-mentales convenidos de armamentos que han deser reducidos. Se avisaría el comienzo y la termi-nación de las reducciones.

Con fines de control se instituye una comisiónconsultiva internacional con la participación derepresentantes de los países de la OTAN y del Tra-tado de Varsovia, así como de los Estados europeosinteresados: neutrales, no alineados y otros.

El control in situ sobre la reducción de las fuer-zas armadas y la liquidación o almacenamiento dearmamentos podría realizarse, en casos necesarios,con la invitación de representantes de la comisiónconsultiva internacional. A fin de ejercer dichocontrol se crearían en los grandes empalmes ferro-viarios, aeródromos y puertos los puestos de con-trol a cargo de representantes de la comisión con-sultiva internacional.

IV.

Las presentes proposiciones sobre la reducción delas fuerzas armadas y de los armamentos clásicosen Europa podrían ser objeto de discusiones con-cretas en la segunda etapa de la Conferencia sobremedidas destinadas a fomentar la confianza y laseguridad y sobre el desarme en Europa.

Al mismo tiempo, dado el carácter impostergablede la toma de medidas para bajar el nivel del en-

Isigue- a la vuelta!

Page 51: Revista Internacional - Nuestra Epoca N°8 - Edición Chilena - Agosto 1986

PROGRAMA DE REDUCCIÓN DE LAS FUERZASARMADAS Y DE LOS ARMAMENTOS CLASICOS

EN EUROPA

(viene del reverso de la contraportada I

frentamiento militar en Europa, los Estados signa-tarios del Tratado de Varsovia estiman que el exa-men de dichas proposiciones podría iniciarse in-mediatamente. Consideran posible convocar con estefin un foro especial integrado por los Estados deEuropa, EE.UU. y Canadá.

Están dispuestos también a que sea extendido elmarco de las negociaciones de Viena sobre la re-ducción mutua de las fuerzas armadas y los arma-mentos en Europa Central, mediante la incorpora-ción a las mismas de otros Estados europeos y elcambio correspondiente del mandato de las nego-ciaciones.

Al declarar su disposición de utilizar todos losconductos y foros posibles con miras al descensomutuo del nivel de enfrentamiento militar a escalaeuropea, confirman a la vez que están interesadosen ver reducidos los armamentos y las fuerzas ar-madas en Europa Central y se pronuncian nueva-mente por una conclusión eficaz de la primera etapade la Conferencia de Estocolmo.

V.

Para aquilatar los verdaderos propósitos de lasagrupaciones político-militares y de los Estados porseparado tiene considerable importancia el proble-ma de las doctrinas militares. Es preciso eliminarlos recelos y la desconfianza mutuos, que han ve-nido acumulándose desde hace años, analizar deta-lladamente las preocupaciones mutuas relacionadastambién con esta circunstancia. En interés de laseguridad en Europa y en el mundo entero, lasconcepciones y doctrinas militares de las alianzasmilitares deben ajustarse a los principios de defensa.

Los Estados signatarios del Tratado de Varsoviadeclaran con toda responsabilidad que no iniciaránnunca ni en ningunas circunstancias las operacionesmilitares contra ningún Estado, sea en Europa oen otra región del mundo, siempre que ellos mis-mos no sean objeto de agresión. Sus propuestasdimanan de su política consecuente encaminada aeliminar la amenaza bélica y crear un mundo establey seguro, del carácter defensivo de su doctrina mi-litar, que presupone el mantenimiento del equili-brio de las fuerzas militares al más bajo nivel po-sible, la reducción de los potenciales bélicos hastael mínimo indispensable para la defensa.

Los mismos propósitos pacíficos de los Estadossignatarios del Tratado de Varsovia les han movidoa proponer la disolución simultánea de ambas alian-zas militares.

Los países miembros de la OTAN declaran a suvez que su alianza tiene carácter defensivo. Asípues, no debe haber obstáculos para las mutuasreducciones considerables de las fuerzas armadasy los armamentos clásicos en Europa.

Al hacer este llamamiento, l,os Estados signatariosdel Tratado de Varsovia no plantean ninguna con-

dición previa para que comience la discusión con-creta de las propuestas contenidas en el mismo.Están dispuestos también a examinar con espírituconstructivo otras propuestas sobre este particularque puedan presentar los Estados miembros de laOTAN y los países europeos neutrales, no alineadosy otros.

Por la República Democrática Alemana

ERICH HONECKER,Secretario General del CC del Partido Socialista

Unificado de Alemania, Presidente del Consejode Estado de la República Democrática Alemana

Por la República Popular de Bulgaria

TODOR ZHIVKOV.Secretario General del CC del Partido Comunista

Búlgaro, Presidente del Consejo de Estadode la República Popular de Bulgaria

Por la República Socialista de Checoslovaquia

GUSTAV HUSAK,Secretario General del CC del Partido Comunista

de Checoslovaquia, Presidente de la RepúblicaSocialista de Checoslovaquia

Por la República Popular Húngara

JANOS KADAR,Secretario General del Partido Obrero Socialista

Húngaro

Por la República Popular Polaca

WOJCIECH JARUZELSKI,Primer Secretario del CC del Partido Obrero

Unificado Polaco, Presidente del Consejode Estado de la República Popular Polaca

Por la República Socialista de Rumania

NICOLAE CEAUSESCU.Secretario General del Partido Comunista Rumano,Presidente de la República Socialista de Rumania

Por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas

MIJAIL GORBACHOV,Secretario General del CC del Partido Comunista

de la Unión Soviética

Budapest, 11 de junio de 1986

EDICIÓN CHILENA¡revistaINTERNACIONALNUESTRA ÉPOCA N°8 AGOSTO 1986

CONTINUA LA OFENSIVA PACIFICA DEL SOCIALISMO

EL MOVIMIENTO DE LOS NO ALINEADOS DESDE DELHI HASTA HARARE

PARAGUAY: LA AGONÍA DE UN RÉGIMEN CADUCO

EE.UU.: VIENTOS FRESCOS EN EL MOVIMIENTO OBRERO