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Revista Libertaria 03

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Revista Libertaria 03

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  • 2Despus de varios meses nuevamente est en las calles Revista Libertaria en su tercer nmero, para nosotros/as como gestores de este medio de informacin ha sido una ardua tarea difundir mil ejemplares por nmero, lo que de cierta manera es el objetivo fundamental de este proyecto de informacin autogestionada, contribuir en la informacin y formacin de los/as trabajadores/as y poblado-res/as y no solo al crculo de compaeros/as anarquistas. Como primer ao al cual deno-minamos marcha blanca, pudimos lograr el principal objetivo planteado, 3 nmeros cada 4 meses, lo que nos deja muy conformes con lo logrado.Desde la revista N2 ha habido diversos acon-tecimientos que sin duda influyen directamente al anarquismo, como la bomba que explosion en el Metro Escuela Militar especficamente en el local Juan Maestro, dejando a varios traba-jadores/as heridos, desde este medio repudia-mos ese tipo de actos, venga de donde venga, ya que todo aquel que lastime a los trabajado-res/as realiza una accin que se contrapone a nuestro ideal de libertad y felicidad de los explotados/as. En el plano nacional sin duda alguna la huelga de los trabajadores del Lder nos dej ms de algn aprendizaje, quizs uno de lo ms importante es como la patronal en complicidad con la prensa oficialista censu-raron de forma arbitraria la difusin de dicho conflicto. En la Regin de Los Lagos la situa-cin en defensa del Rio Pilmaiquen se agudiza y sus defensores/as radicalizan su postura de no permitir el paso de las represas. En el plano internacional, la desaparicin de los/as 43 estudiantes en Mxico deja en evidencia como el Estado acta al servicio de quienes tienen el dinero, dejando al pueblo como vctima del sometimiento a un verdadero Narco-Estado. Por otro lado tenemos una buena noticia, pues nace la Federacin Anarquista Centro Americana y del Caribe lo que muestra que el

    Anarquismo organizado continua creciendo.En Puerto Montt los compaeros/as en Di-ciembre salieron a la calle a conmemorar a los trabajadores asesinados en la matanza de Iquique y tambin a socializar el Anarquismo en pleno centro de esa ciudad y durante el mes de abril se organizan para el 1 de Mayo, mientras tanto en Santiago se estn reali-zando talleres de introduccin al Anarquismo con el objetivo de dar a conocer la idea en el marco terico, histrico y practico. Con gusto saludamos a los compaeros y compaeras del Proyecto Educativo Libertario que instala-rn su proyecto en el Centro Social Biblioteca Aeropuerto. Confiamos que esta experiencia contribuir al avance de la Pedagoga Liberta-ria en la regin chilena.En la poltica burguesa podemos destacar los acontecimientos de los casos PENTA, Soqui-mich (SQM) y Caval, que dejan al descubierto nuevamente de cmo el poder poltico se arrodilla ante el poder econmico, y en muchos casos se entrelaza a travs de relaciones familiares y de amistad, as el afn de gobernar se transforma en un mero deseo de generar ms ganancias a sus ya millonarias fortunas. La corrupcin en chile se destapa una vez ms como otra cara de la democracia neo-liberal. Como grupo editor agradecemos la dispo-sicin de ayudar con el artculo internacional al Bloque Libertario de Accin Colectiva, de la Federacin Anarquista de Mxico, a los compaeros/as de la Editorial Novena Ola y al Colectivo Critica y Accin por su aporte en el artculo ambiental.De antemano agradecemos a todos y todas las personas que aportan y distribuyen Revista Libertaria y que hacen realidad que la autoges-tin informativa crezca y se masifique.

    Revista Libertaria-Grupo EditorAbril de 2015

    [email protected]

    Editorial

    Salud y Revolucin Social.

  • 3EL NEGOCIO DE LASAFP Y LA CRISIS

    QUE SE ACERCA.

    Actualmente, el 90% de las pensiones de vejez que pagan las AFP en Chile son menores a $146.000, constituyendo una cifra absolutamente insuficiente para mantener una calidad vida digna. Peor an al analizar la informacin de las y los futuros/as jubilados/as el panorama es ca-tastrfico: al 70% de las personas, a cinco aos de jubilar, les va alcanzar para autofinanciar una pensin inferior a los $100.000

    Existen varias formas de robar, algunas de ellas, como los cogoteos y lanzasos son tan evidentes y violentas que generan gran alarma pblica y una creciente sensacin de inse-guridad. Otras en cambio, como el negocio de las AFP, se presentan de forma silenciosa y legalmente institucionalizada, por lo que lejos de generar el rechazo pblico, pasan casi desaper-cibidas por la opinin pblica, pese a que el dao que originan es muchas veces mayor que la prdida de un celular o un MP3.

    El sistema de AFP se instal en Chile en noviembre de 1980 y consiste en el descuento automti-co (por planilla) del 10% del sueldo de las y los trabajadores para conformar una cuenta de ahorro individual que financiar su futura pensin de vejez. Estos fondos son administrados por empre-sas privadas denominadas AFP o Administradoras de Fondos de Pensiones, quienes utilizan estos dineros como capitales de inversin, pudiendo obtener utilidades o prdidas econmicas que se traspasan a los fondos de cada persona afiliada. Obviamente, las AFP tambin cobran una comisin por su servicio lo que significa un descuento (automtico) adicional en el sueldo de las y los trabajadoras/os que flucta entre un 0,5% y un 1,5% adicional. Lamentablemente la afiliacin a las AFP es obligatoria para toda persona que reciba remuneraciones y constituye un vnculo permanente cada trabajador/a y alguna de las seis AFP actualmente vigentes.

  • 4Paradojalmente, frente a la obligatoriedad que se le impone a las y los trabajadores/as de cotizar en una AFP, estas instituciones ofrecen a sus afiliados la posibilidad de escoger entre cinco fondos donde incorporar sus ahorros previsionales. Cada uno de estos fondos (Fondo A, B, C, D y E) se distingue por distintos niveles de riesgo de inversin, es decir, en la obtencin de utilidades o prdidas.En Chile se pagan actualmente alrededor de un milln y medio de pensiones, las que alcanzan un monto promedio de $195.000 mensuales. Claramente las pensiones que reciben las personas jubiladas son insuficientes para garantizar un nivel de vida similar al que mantenas las mismas personas mientras trabajaban, lo que obliga a nuestros abuelitos y abuelitas a prolongar su vida laboral y a rebuscrselas de mltiples formas para satisfacer sus necesidades. Sin embargo, este tema an no adquiere la relevancia que merece en los sectores libertarios, lo que finalmente se traduce en una invisibilizacin del problema y una ausencia de propuestas de accin que permi-tan transformar esta realidad.Para avanzar en esta tarea, compartimos con ustedes parte de la entrevista que le realizamos a Marco Kremerman, economista de la Fundacin Sol1, organizacin no gubernamental que desde las ciencias sociales ha aportado interesantes estudios y propuestas concretas frente a este tema.

    En qu consisteel sistema de las

    AFP en Chile?

    Lo primero es decir que Chile no tiene un sistema de pensiones basados en los princi-pios de la seguridad social. Las AFP consisten en un sistema de ahorro privado obligatorio, algo as como un depsito a plazo que una persona pudiera colocar en el banco, pero que en este caso, el Estado te obliga a depositarlo en alguna de las seis AFP... Lo que tenemos es un sistema cuyo principal objetivo no es pagar pensiones ni configurar un sistema de

    seguridad social, sino que inyectar capitales casi a costo cero a los grupos econmicos y los bancos chilenos y extranjeros. Ese es su principal objetivo y ese objetivo lo ha cumplido cabalmente, los grupos econmicos han podi-do crecer, han podido mantener y acrecentar su tasa de ganancia y se ha podido reproducir el modelo productivo chileno: rentista, concen-trador, extractivista y que genera muy poco valor agregado.

    1 http://www.fundacionsol.cl/.

  • 5Cules son los principios cumplen? de la seguridad social que aq

    u

    no se

    Entre los principios ms importantes de la seguridad social, est el principio de la soli-daridad y esto en trminos precisos significa que, un sistema de seguridad social debe permitir y resguardar la solidaridad entre las generaciones. Es por eso que los sistemas de reparto, donde las jubilaciones de las personas pensionadas se pagan con las cotizaciones de los trabajadores activos, cumplen plenamente ese principio. Ese es el principio solidario. Cmo se paga la pensin de nuestros abuelos y nuestros padres, con las cotizaciones que hacemos las personas que estamos trabajan-do activamente.En Chile tampoco se cumple el principio de la universalidad. Supuestamente, los sistemas privados aseguraban que ms personas iban a estar cubiertas por la seguridad social, ms personas iban a cotizar. En el ao 1973, antes del golpe de Estado, el 73% de la fuerza de trabajo cotizaba. Hoy da, despus de ms de cuarenta aos, el 63% de las personas cotiza, o sea, hemos retrocedido en trminos de universalidad.Otro principio muy importante de la seguridad

    social es el de la suficiencia de las prestacio-nes, las pensiones que se paguen, a travs de un sistema de seguridad social, deben asegurar que la persona que las reciba tenga una vida digna mnima y hoy da, slo con el dato de que el 90% de las pensiones de vejez que pagan las AFP son menores a $146.000.-, no pasamos ese test en absoluto.Otro principio muy importante, es el principio de la equidad de gnero. No puede haber un tratamiento distinto a las mujeres por el hecho de ser mujeres, y hoy da las AFP lo que hacen es, a travs de tablas de mortalidad diferen-ciada, es calcular pensiones que castigan a las mujeres por ser mujeres y por vivir en promedio cinco o seis aos ms que los hom-bres y jubilarse cinco aos antes (en teora). Entonces, si una mujer acumula veinte millones de pesos en su cuanta individual y un hombre tambin, la mujer va a tener una pensin mucho ms baja por el hecho de ser mujer. Esos son algunos de los principios que no se cumplen y no pasan el test de la seguridad social en el caso de las AFP.

  • 6Entre los principales nudos crticos, es que no est pagando pensiones decentes. Eso ningn pas podra tolerarlo, no se puede tolerar que nuestros abuelos y nuestros padres vivan con pensiones miserables como las actuales.Tambin se est capitalizando con recursos de los trabajadores a los grupos econmi-cos y reproduciendo y fomentando la actual matriz productiva. Lo ms curioso es que se le prestan casi treinta mil millones de dlares a los bancos, a casi costo cero, y esos mismos bancos despus cuando un trabajador quiere pedir un crdito de consumo, le coloca una tasa de inters del 30%, 40% o 50% usando los mismos fondos!Y otro nudo crtico, es que vamos a tener una

    nueva crisis en la seguridad social: Actual-mente tenemos el problema de la insuficiencia de las pensiones, pero a futuro el problema es an mayor. Cuando uno revisa los fondos de las personas afiliadas, en la pgina de la Superintendencia de Pensiones (www.safp.cl), las personas que estn a siete u ocho aos de jubilar, uno encuentra que el 70% tiene menos de veinte millones de pesos en su cuenta individual. Para que podamos entender que significa veinte millones de pesos, cada veinte millones que tienes en tu cuenta, optas a una pensin de $100.000.-, o sea, el 70% de las personas, a muy pocos aos de jubilar, les va alcanzar para autofinanciar una pensin inferior a los $100.000.-, esa es la catstrofe.

    Cules seran los principalesnudos crticos del sistema de AFP

    en Chile?

  • 7Cunto aporta el

    El modelo actual que tenemos en Chile, esta fase del capitalismo neoliberal, dentro de sus mantras tiene la idea de que el Estado solamente tiene un rol subsidiario, vale decir, que slo participa en aquellas actividades que la empresa o el mundo privado no pueden resolver, es por eso que se le desplaza de la seguridad social. Sin embargo, se le despla-za de una manera bastante deshonesta Por qu?, porque si el Estado no tiene que hacerse cargo, supuestamente, de la previsin de los trabajadores, no tiene que aportar, hoy da tenemos una situacin donde los datos nos indican que el Estado est aportando ms que nunca. Porque de cada cien pesos que se pagan en pensiones actualmente, las pensio-nes privadas en Chile, AFP y compaas de seguros, cincuenta y seis pesos los coloca el

    Estado. Esto a travs de aportes previsionales solidarios, garantas mnimas para subir las pensiones muy bajas, bonos de reconocimien-to, que tiene que ver con las personas que cotizaron en el sistema antiguo y despus se cambiaron a las AFP. Entonces tenemos que hoy el Estado se transforma en un Estado subsidiador del sector privado. Si el Estado no subsidiara de la manera que subsidia, sin duda est crisis hubiera estallado mucho antes. Estaramos discutiendo con mayor urgencia de la que se est discutiendo o se intenta discutir actualmente. Entonces es muy importante ese trol subsidiador, casi como respirador artificial, que el Estado le est entregando al sistema privado de pensiones que son las AFP.

    Estadoal sistema de pensionesen Chile?

    Cuntodinero

    recaudan lasAFP?

    Aqu hay dos datos que son muy importantes. En primer lugar, entre el ao 1990 y el ao 2013, las AFP han recaudado por las cotizaciones de los trabajadores, el 10% que se les descuenta a las remuneraciones todos los meses de los trabajadores, ms las comisiones y todo, han recauda-do 75 billones de pesos (billones son millones de millones) y han pagado en pensiones 25 billones de pesos. O sea, se podran haber destinado tres veces ms recursos a pagar pensiones de las que fueron destinados. De hecho el ao 2013, se recaudaron 6,6 billones de pesos, solo el ao 2013! Las AFP recaudan de los cotizantes, principalmente, y de los aportes del fisco para subir las pensiones ms bajas, 6,6 billones de pesos y se pag un poco ms de 2,5 billones de pesos, o sea tienes 4 billones de excedentes que podran haber sido utilizados para duplicar o casi triplicar las pensiones actuales.

  • 8Por otro lado, tenemos las ganancias de las AFP. Entre el ao 1981 y el ao 2013, las AFP han generado utilidades de casi 3 billones de pesos. Sabemos que han existido momentos en el tiem-po donde se han entregado rentabilidades negativas para los fondos de los trabajadores, por las crisis econmicas o los vaivenes del mercado en esta economa de casino a la cual nos someten permanentemente con los fondos de los trabajadores. Entonces tenemos un negocio altamente lucrativo, con rentabilidades sobre el patrimonio bastante importantes y que ha generado casi 3 billones de pesos en utilidades. Esas son las cifras de lo que administran las AFP y lo que han generado de utilidades.El fondo total de lo que hoy da existe de todo lo que acumula las AFP de todas las cotizaciones de los trabajadores, est entorno a los 170.000 millones de dlares, que es algo as como el 65% de la economa chilena completa. Del PIB chileno, un 65% lo tienen las AFP acumulada para hacer una analoga, 170 millones de dlares es el 65% del PIB chileno.

    Cmo afectara a este

    Para la Fundacin Sol esto no es una solucin real, es solamente incorporar un actor ms al sistema de AFP, no comenzar a hablar de seguridad social. La AFP estatal no resuelve el problema de las bajas pensiones, no recupera la seguridad social para Chile e incluso, podra incluso reproducir o acrecentar el mismo modelo, o sea, le estamos dando ms dinamismo y estamos creando un actor ms para competir bajo las mismas reglas del juego.

    sistemala creacin de una

    AFP estatal?

    Cmofuncionaba el s

    iste

    ma

    de

    pens

    ione

    s anterior al ao

    en Chile1981 ?El sistema de pensiones anterior madura o se hace verdaderamente de reparto a partir del ao 1952 principalmente. Entre el ao 1952 y el ao 1973, est en pleno apogeo el sistema de pensiones bajo los principios de la seguridad social, siendo un sistema solidario en trmi-nos tericos, haba una tasa de cotizacin mayor que la que existe actualmente, donde el empleador colocaba ms de la mitad de la

    cotizacin, hoy da coloca cero para la vejez, violando el convenio 102 de la OIT, que dice que el trabajador no puede colocar ms del 50% de la cotizacin, hoy da coloca todo (Chile es el nico caso en la OCDE).Tambin tena algunas falencias el sistema antiguo. Era un sistema que principalmente funcionaba a travs de cajas, entonces estaba la caja de los trabajadores bancarios, de los

  • 9trabajadores de ferrocarriles, de la minera, de los distintos oficios y distintas profesiones, de los empleados pblicos, particulares, los obreros, etc.Entonces lo que fue sucediendo, es que las distintas cajas tenan distintos beneficios y te-nan distintos requisitos para optar a la pensin completa, por ejemplo los aos de cotizacin, etc. Entonces los grupos que podan ejercer mayor presin poltica, poda finalmente tener mejores beneficios y menores requisitos. Enton-

    ces desde nuestro punto de vista, no haba una solidaridad completa, porque no estaban todos los trabajadores juntos, que es el verdadero sistema de reparto. Donde yo tengo a los trabajadores que realizan las labores del aseo junto con los mineros, porque si no se genera una suerte de plutocracia sindical, donde los trabajadores que tienen mejores ingresos se separan del resto. Estas son las falencias que para nosotros deben ser corregidas en un sistema moderno de reparto.

    Qu sistemas

    Lo primero es aclarar que en Chile, los medios de comunicacin lo tergiversan todo y lo trans-forman en mitos. Ms con las declaraciones del creador de las AFP, Jos Piera, que ha dicho que l ha exportado el sistema de AFP a distintos pases, que prcticamente la mitad de los pases del mundo est desarrollando el modelo chileno. Pero cuando uno revisa (y en la Fundacin Sol hemos hecho ese trabajo), hemos revisado los 180 pases para los cuales existe estadstica de sus sistemas de pensin, uno encuentra que slo en el 20%, es decir 36 pases, existe algn grado de privatizacin en el sistema de pensiones.

    En estos pases t te encuentras con tres tipos de modelos, dentro de esos treinta y seis. Estn los modelos mixtos, que tienen dos variantes, son aquellos pases donde existe un sistema de reparto pero tambin tu puedes elegir una cuenta individual, o sea uno o lo otro, que podra ser caso peruano o mexicano. Tambin estn los sistemas complementarios mixtos, como es el caso de Uruguay o Suecia, donde el centro es el sistema de reparto pero t puedes tener una cuenta individual y por ejemplo de 100 pesos que destinas a una cotizacin, 20 lo llevas a una cuenta

    individual, eso est delimitado. Dnde est el modelo chileno? El modelo chileno est sola-mente en nueve pases en el mundo: Malaui, Maldivas, Repblica Dominicana, Kosovo, Hong Kong, Nigeria, Israel y Australia. Pero para el caso de Australia, hay una gran salve-dad, gran parte de los adultos mayores ellos parten con una pensin asegurada de casi mil dlares, o sea casi seiscientas lucas asegura-das y despus te enfrentas al mundo privado, otro escenario respecto al chileno. Chile es un experimento, es una anomala, donde no existe sistema de reparto y por eso desde la Funda-cin Sol tenemos una propuesta concreta para sustituir completamente el sistema de AFP y pasar a un sistema de reparto que no nece-sariamente obedezca a las lgicas de que el Estado manda todo, sino que los trabajadores autnomamente fiscalicen permanentemente, pero que exista la lgica de la solidaridad intergeneracional.

    de pensiones se utilizan enotros pasesdel mundo?

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    Qu le diras a una persona que lee en la prensa

    el fondo A de las AFP tuvo una rentabilidad de 8%?

    Yo le dira a esa persona, primero, que es una falta de respeto que a los trabajadores de Chile se les trata como analistas financieros y se les pida que sean expertos investigadores de las finanzas mundiales para saber en qu fondos se van cambiando durante el ao para rentabilizar su esculida cuenta individual. Eso es tratar a las personas como clientes no como sujetos de derecho o como trabajador. En segundo lugar, decirle que ese no es el tema central El tema central es con cunto va a jubilar! Y lo que se espera con rentabilidades del 8%, sin duda, es que en vez de jubilar con $120.000.- a lo mejor va a jubilar con $128.000.- esa va ser la diferencia.Ms all de que las rentabilidades sean del 8% o del 6%, igual las rentabilidades van hacia abajo, por un tema de ciclo econmico y por la modalidad que ha adoptado la economa mun-dial en las ltimas dcadas. Las rentabilidades que se obtuvieron al comienzo y que tienen que ver con situaciones anmalas, no se van a obtener en el futuro. Eso est demostrado y las propias AFP lo reconocen. Entonces por ese lado no van a aumentar las pensiones.

    Dejmonos de revisar rentabilidades y recu-peremos un sistema de seguridad social para Chile. Tal como lo sostiene Marco Kremer-man de la Fundacin Sol, la posibilidad de transformar estructuralmente el sistema de AFP en Chile pasa necesariamente por un ejercicio de fuerzas polticas, es decir, por la organiza-cin y movilizacin de personas con intereses contrapuestos. Trabajadoras/es y empresarios. No es prudente entonces, esperar de una comisin tcnica asesora de la presidencia, una propuesta de cambio estructural al actual negocio de las AFP, pues los mismos polticos que all discuten y opinan estn directamente vinculados en la propiedad y/o administracin de estas instituciones. Por el contrario, es desde el seno de los movimientos sociales, donde se debe instalar este tema y comenzar

    a formular las propuestas de cambio y renova-cin que permitan superar las miserias de las pensiones y hacernos cargo efectivo de todas nuestras necesidades. En este sentido, el concepto de seguridad social tambin debe ser puesto en discusin entre quienes criticamos al sistema capitalista, pues dicho trmino ha surgido y evolucionado a partir del Estado y su matriz de instituciones de planificacin, intervencin y control social. Sin embargo, coincidentemente con lo que plantea la Fundacin Sol, cualquier propuesta libertaria sobre este tema, se fundamentar en que cada comunidad debe hacerse cargo solidariamente de las condiciones de vida de las generaciones mayores. Ms all de las reformas legalistas al actual sistema de las AFP, est la necesidad imperiosa de denunciar este robo silencioso y sistemtico que sufrimos como trabajadoras/es, instalar el tema entre nuestros pares y generar las condiciones necesarias para superar colectiva y organiza-damente la miseria que conllevan las actuales pensiones.

    Robo.AFP.Pensiones de Miseria.

    NO Ms

    A Autogestionar Nuestras Necesidades!!

  • 11

    Participacin en el

    XII Cursode Educacin Libertariade la Escuela Paideia.

    CRNICA DE UN DESAPRENDIZAJE:

    Lo que ms me sorprendi al asistir al colegio tradicionales que ni los docentes ni los estudiantes quieren estar ah

    Ex estudiante de la Escuela Paideia.

    Si el tirano no siembra el trigo por qu le exi-ges el pan?, Poder pensar, poder disfrutar es el objetivo primordial de la persona y de esta escuela, Si no deseamos ser los primeros/as no tendremos la necesidad de ser agresivos/as ni violentos/as ni insolidarios/as. Estas frases difcilmente las podramos observar en las pa-redes de una de nuestras escuelas, pero son las que acompaan el proceso de aprendizaje en el espacio educativo de Paideia. Escuela libre creada en Mrida (Bajadoz), Espaa, en enero de 1978, basada en la autogestin edu-cativa, supone la realizacin del aprendizaje individual y colectivo directamente realizados por los grupos o comunidades naturales, sin tutela estatal ni intervencin privada alguna, de esta forma se configura como un colectivo libertario, autodeterminado y autorregulado.

    La filosofa que sustenta este espacio es anarquista, busca la construccin de una sociedad justa, solidaria y participativa. Por ello, defiende prioritariamente una tica de la anarqua, estableciendo principios como: la libertad del individuo, el antiautoritarismo, la autonoma del individuo, el juego como acceso al saber, la coeducacin de sexo y social. Su finalidad es construir un tipo de persona que por medio del ejercicio de la vivencia cotidiana, aprenda a vivir-viviendo y que genere una estructura mental que revolucione las relacio-nes interpersonales e intergrupales existentes por medio de un proceso de revolucin interior para poder realizar otra revolucin exterior que consiga una mudanza importante en el proceso de las estructuras, de las relaciones y comunicaciones .

    Como una forma de compartir su experiencia y para su autogestin econmica Paideia realiza en el mes de septiembre un taller de pedago-ga libertaria. Esta vez tuve la oportunidad de asistir a su XII encuentro.

    Como hija de este sistema educacional, esperaba que durante este curso las personas involucradas en este espacio nos explicaran su marco terico, sus metodologas, sus didcti-cas y su cotidianeidad. Sin embargo, esto no fue as. Al llegar, nos entregaron una carpeta con documentos con diversas temticas desde Qu es la anarqua?, educacin libre y educacin libertaria, sexismo en la educa-cin, sexismo y lenguaje hasta la actualidad de la anarqua. Posteriormente, nos reunimos las 35 personas en el lugar destinado para la asamblea, nos dieron la bienvenida y nos preguntaron Qu quieren hacer?...frente a esa simple preguntael silencio. Nos quedamos mirando, acaso no tienen un cronograma?, una planificacin ya estructurada para este curso?! Esperbamos que ellos y ellas nos dijeran qu tenamos que hacer durante todos esos das. Desde la sorpresa surge una voz: Queremos aprender y otra respondi: enton-ces van aprender cmo se aprende en Paideia, ustedes en forma colectiva decidirn qu y cmo hacerlo.Frente a esa libertad, comenzamos la asam-blea para organizar entre todos y todas el trabajo para esos das. Al ser una instancia de convivencia no autoritaria, en donde cada per-sona tiene los mismos derechos y responsabi-lidades, cada una/o de nosotras/os propona lo que le pareca mejor desde su inters,

    1 Martn Luengo, Josefa, Paideia: 25 aos de Educacin Libertaria, Ed. Villakaeras, Madrid, 2006, Pg. 179.

    Gabriela Parra

  • 12

    expectativas, experiencias y obviamente el de-seo de aprender lo ms posible. Casi cuarenta personas tratando de acordar sus puntos de vista, en una asamblea que se extendi desde las 10:30 hasta las 19:00 horas-perdimos todo ese tiempo discutiendo!-. En realidad no, tenamos la libertad de hacer lo que decidi-ramos, no obstante, esa libertad haba que construirla, no desde alguien que la impusiera o la implementara, sino entre todas y todos. Fue un proceso difcil, pero como reflexion Concha (adulta de Paideia): la autoridad nos hace dependientes y nos da seguridad, por ello es tan efectiva y aceptada. La libertad nos genera miedo e inseguridad, miedo e inseguri-dad que se pala por la solidaridad del grupo y el apoyo mutuo.

    A partir de la asamblea, se organizaron desde los grupos de discusin de las temticas propuesta por Paideia y las que nacan de los intereses de las diversas individualida-des hasta el trabajo manual que consista en preparar las instancias de comidas, el cuidado y mantencin del espacio en general adems nos hacen trabajar?!. S, dentro de las ideas de la educacin libertaria se encuentra la educacin integral y esto significa desarrollar todas las capacidades de los nios y las nias. Ya Kropotkin llamaba la atencin sobre los pro-blemas de la educacin desigual que separa a las personas en trabajadores manuales e intelectuales, segregacin que contina hasta el da de hoy, solo basta mirar en qu sectores existe mayor cantidad de colegios tcnico- pro-fesionales?

    Educacin integral, trabajo intelectual y manual con el mismo nivel de importancia. Cada una/o voluntariamente se comprometa con los gru-pos de discusin y con el trabajo en el espacio y actuaba responsablemente frente a estos segn sus propios intereses y necesidades. A partir de estas actividades, de manera colecti-va fuimos conociendo desde la prctica el da a da de este lugar, a nuestras/os compaeras/os y sobre todo a nosotras/os mismas/os.

    De esta manera tambin aprenden las nias y los nios que conviven en Paideia (las edades van desde los seis meses hasta los diecisis aos, no obstante, comienzan el ejercicio de

    autonoma y eleccin desde el ao y medio o dos). Cada inicio de curso, se presenta a la asamblea general un proyecto para el trimestre por parte del grupo educador explicitando los objetivos y causas de su construccin. Gene-ralmente, la propuesta adulta se enfoca primor-dialmente en trabajar la tica de la anarqua. Claramente el proceso educativo en el espacio no es neutral, es un proceso intencionado y directivo, ya que existe una clara visin del ser humano y de la sociedad que se buscan construir. Una persona que sea capaz de cons-truir la libertad socialmente, una persona que pueda transformarse a s misma y a su entorno, que luche por cambiar la sociedad atravesada por autoritarismos y no, como lo ha hecho la escuela hasta ahora, que sea un eslabn ms para mantener un sistema de explotacin.

    Las y los adultos priorizan la propuesta valrica a trabajar, la que es discutida por todas y todos y luego la comunidad decide la organizacin de: el estudio individual, el estudio colectivo, propuesta de talleres, mantencin del espacio, cuentas, etc.

    Los y las estudiantes van comprometindose en la realizacin de las distintas actividades tanto individuales como colectivas, estos com-promisos libremente realizados suponen una demanda hacia s misma/o y un esfuerzo por cumplirlos, durante los procesos ellos y ellas van a autorregularse asumiendo ms o dismi-nuyndolos segn sus propias capacidades y madurez, A cada uno/a segn sus posibilida-des y a cada uno/a segn sus necesidades.

    Libertad, responsabilidad, autorregulacin, tal como nosotras/os avanzbamos en nuestro curso por medio de la participacin en las discusiones, en los trabajos, en los talleres pro-puestos y aquellos ofrecidos por las y los par-ticipantes. Pero surgen las preguntas Cmo nos evalan? Cmo nos van a calificar? Si el aprendizaje es individual y colectivo esta ins-tancia tambin lo es, existen en este espacio las asambleas de exposicin cuya finalidad es que las personas que han asumido libremente un compromiso de trabajo, manifiesten lo que han aprendido, tanto para compartir dicho conocimiento como para conocer su ritmo de aprendizaje.

  • 13

    Exposiciones sin calificacin y por ende, sin miedo a la clasificacin o la comparacin con otros/as, evitando con ello la frustracin.

    Este no es un tema menor, la calificacin y la comparacin con otros/as van minando la verdadera motivacin por aprender. En nuestro sistema educacional la preocupacin principal es que las y los estudiantes pasen de curso, aprueben sus materias y como consecuencia de ello, existe una desmotivacin generalizada por parte de ellos y ellas por lograr un verdade-ro inters en su proceso formativo, aprendemos lo que nos dicen qu debemos aprender y cmo lo debemos aprender, es un proceso di-rigido y dominado externamente, es un sistema que apaga la principal llama del aprendizaje que es la curiosidad y la voluntad por aprender.

    Voluntad por aprender, evaluacin colectiva y tambin autoevaluacin Aprend en este taller? Claramente, Aprend a desaprender. Comprend las estructuras mentales y sociales que nos imponen para observar el proceso de aprendizaje tanto propio como con las/os otras/os, que hemos sido educadas/os para servir

    a un sistema capitalista, competitivo, autori-tario, consumista, violento, individualista, que tenemos introyectado el principio de autori-dad y un sinnmero de prejuicios de forma inconsciente, por ello, aprend que la primera forma de opresin que debemos destruir son las que nosotras/os mismas/os nos impone-mos. Aprend que existen otros modos de educarse y que solo basta querer para poder construirlos y que la mejor manera de aprender es haciendo. Aprend que hay que vencer la comodidad de pedir o que te den las cosas hechas, a no exigir a quienes nunca nos van a entregar lo que realmente queremos, aprend que debemos centrarnos en la libertad que cada da podamos alcanzar para nosotras/os y para quienes nos rodean.

    Aprend que es imprescindible generar un cambio, construir espacios donde viven-ciar una realidad opuesta a la establecida, espacios basados en la solidaridad y el apoyo mutuo y que estos se pueden realizar en el aqu y en el ahora, no en un futuro utpico, solo hacindonos conscientes que es el movimiento el que abre los caminos.

    Educacin Libertaria, Paideia, Espaa

  • 14

    ReginBio-BioLos Lagos&

    del Amenazadas por futuros desastres ambientales

    No hay duda, el Capitalismo avanza y destruir todo con tal de generar dinero, la clase poltica a merced de sus inhumanos proyectos silencia ya que los polticos son los mercenarios de las leyes que amparan la destruccin, esta es la historia de dos regiones que estn en la cuenta regresiva de una catstrofe ambiental.

    Y qu tal si nos

    roban la vida

    ?

    El mega proyecto energtico Octopus, ex-Australis Power, hoy Bo-Bo Genera, pretende instalar un gasoducto que tras-ladar gas licuado desde un terminal martimo ubicado frente a las costas de Lirqun (loca-lidad costera perteneciente a la comuna de Penco, emplazada en la baha de Concepcin) hasta Bulnes (localidad ubicada en la Provincia del uble, situada a unos 30 km. de la ciudad de Chilln), con el objetivo de abastecer una futura planta termoelctrica para la produccin de energa trmica mediante el proceso de

    combustin. En este sentido, el proyecto -an en discusin- constara con 3 aspectos a consi-derar: la construccin de un terminal martimo, un gaseoducto y una termoelctrica. Revisemos uno a uno estos aspectos del proyecto.Terminal martimo: El gas, trado desde EE.UU, ser procesado transformando su estado -de lquido a gaseoso- para poder ser transportado a travs de un gasoducto por la baha (2 a 3 km) y luego en direccin a la termoelctrica en Bulnes.

    El negocio del Octopus en la regin del Bo-Bo

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    Para su modificacin se utilizar agua de mar, que ser devuelta a la baha modifica-da en temperatura (variacin de 2 C respecto al promedio), clorada y alterada en su PH natural. Saltan a la luz las consecuen-cias directas de su construccin: dao medioambiental a la baha y a los hume-dales circundantes (en especial al cordn de humedales RocuantAndalin-Paicavi), migra-cin forzosa de especies endmicas junto a la potencial destruccin de la biodiversidad en la zona, dao econmico-social a los pesca-dores artesanales, mariscadores-as y recolec-tores-as de Penco, Lirqun y Tom y un total perjuicio turstico a las cocineras de la zona. Gasoducto: Si bien el gasoducto es el medio de transporte, slo el hecho de pensar en que algo saliera mal resulta escalofriante. Los ejem-plos hablan por s solos: en Estados Unidos las explosiones han sido ms recurrentes y la explosin en la cuidad de Connecticut el 2010 la ms recordada. sta dej un saldo de 50 muertos. En Taiwn, el ao pasado, explot un gasoducto de propano dejando al menos 24 muertos y 271 heridos. El caso ms cercano nos llega de Argentina, donde un gaseoducto estall dejando una explosin tan potente que se sinti hasta en 20 kilmetros a la redonda. Hizo que varios autos volaran por el aire, con llamas de 30 metros de altura (Peridico El Clarn 8 de agosto de 2014). Esta explosin dej un muerto y decenas de heridos.Si pensamos en esta zona como un territorio propenso a la actividad ssmica, la construc-cin de un gaseoducto podra traer trgicas consecuencias a la regin.

    Termoelctrica: La regin conoce en carne pro-pia los daos sociales y medioambientales que generan este tipo de energa a la poblacin. El caso de Coronel resulta dramtico (pues consta con dos termoelctricas: Bocamina I y Bocamina II). Las termoelctricas ms all de generar energa a intereses ajenos (grandes industrias mineras, principalmente), provoca daos irreparables para la poblacin. Conta-

    minacin atmosfrica, acstica e hdrica. Si pensamos ahora que la termoelctrica se construir en una zona agrcola donde la escases de agua ya es un problema, las amenazas suman y si-guen, pues se utilizarn aguas subterrneas para el proceso de combustin, sacando las napas y contami-

    nando los ros y esteros aledaos. La negra huella que deja este proyecto es tan oscura como el inters oculto tras el negocio energtico. El inters del gran empresariado que controla la poltica econmico-energtica responde a una lgica de desarrollo que se li-mita a observar las nefastas consecuencias de su trgico negocio, beneficiando el auge de un mnimo sector de la poblacin en desmedro de la gran mayora; y no solo el de la poblacin, sino que tambin de nuestro entorno directo.

    Ante este trgico escenario, es importante des-tacar la fuerte resistencia que un acotado pero decidido sector de la comunidad, agrupado en distintas organizaciones de participacin comunitaria, han manifestado contra este mega proyecto energtico, denunciando de las mas diversas formas de accin que dicho terminal martimo, la termoelctrica y su consecuen-te gaseoducto, solo responde al inters y necesidad energtica del gran empresariado minero, en desmedro del bienestar general de la poblacin.

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    Es por ello que han nacido espacios de parti-cipacin poltica de la comunidad en conflicto (Coordinadora Penco- Lirqun, Coordinadora comunal Tom, Comit Bulnes Sin Termoelc-tricas y Coordinadora Comunal Talcahuano), a los que se han ido sumando importantes agen-tes locales ligados a la pesca, la gastronoma, el turismo y la organizacin vecinal. Esto da cuenta de la gran aceptacin que han tenido las demandas de la poblacin organi-zada en los distintos espacios de trabajo de carcter comunitario, logrando transmitir una fuerte presin a las autoridades locales.La frrea resistencia al avasallador avance de las transnacionales sobre el territorio del BoBo, ha logrado hacer visible el conflicto en las comunas afectadas. Sin embargo, la em-presa responsable de la ejecucin del proyecto decidi retirar el informe de impacto ambiental en noviembre del 2013, con el fin de limpiar su imagen y con piel de oveja pretende sumar a las comunidades y conseguir su apoyo.Para conseguir este objetivo, BoBo Gene-ra ha entablado canales de dilogo con las comunidades en una serie de charlas en los diversos espacios de participacin existentes, en los cuales la empresa encargada pretende convencer a la poblacin de los beneficios so-ciales y econmicos que producir este mega proyecto en el territorio. Para conseguir este objetivo, BoBo Genera ha entablado canales de dilogo con las comunidades en una serie de charlas en los diversos espacios de parti-cipacin existentes, en los cuales la empresa encargada pretende convencer a la poblacin de los beneficios sociales y econmicos que producir este mega proyecto en el territorio. Sin embargo, y pese a los mltiples esfuerzos realizados por la transnacional, los sectores organizados de las comunidades en conflicto han sabido responder a la amenaza de Octo-pus, aun cuando los recursos disponibles para ello estn muy por debajo de los que posee la empresa.

    Entonces, bajo esta nueva metodologa de trabajo propuesta por Bo-Bo Genera (char-las de limpieza de imagen ms cercanas a la comunidad), las diversas organizaciones de la poblacin supieron revertir la puesta en escena y refutar cada uno de los puntos planteados como positivos entorno al mega proyecto en la primera instancia de dilogo desarrollada en la comuna de Penco a principios de enero. Un fuerte revs se llev la empresa y su squito de asesores comunicacionales, en contraste a una positiva jornada a manos de la comunidad, que tambin recibi un fuerte espaldarazo por parte de la poblacin de Lirqun al manifestar su rotundo rechazo al proyecto en un plebiscito autoconvocado que cont con la participacin de 1.165 personas, de las cuales un 98% vot en contra de Octopus. A este positivo escenario de lucha, hay que sumarle el rechazo unnime al proyecto a manos del Consejo Regional, en la Comisin de Medio Ambiente el 3 de diciembre de 2014. Actitud, por qu no decirlo, interesada, pues si no es por la presin de la comunidad movili-zada hubiera seguido manteniendo el silencio cmplice y su fiel compromiso con el mundo privado y a su lgica de progreso capitalista, que sobrepone la libertad del mercado por sobre la dignidad de las personas. La lucha que se ha estado desarrollando contra este gigante energtico -y que todava se mantie-ne-, se suma a otras ms en todo el territorio. Son luchas territoriales hartas de aguantar el avance depredador del capital y la com-plicidad corrupta del poder poltico en esta materia. De esta forma, la lucha en defensa del medioambiente se transforma en una lucha por la defensa de la vida. El capitalismo avanza y amenaza con destruirla. Es deber del pueblo defenderla.

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    Copec, un ro de contaminacin en tierras Calbucanas

    Copec, de los mafiosos burgueses Matte y An-gelini, despus de instaurar el imperio forestal en el Wall Mapu, llegan con un veneno negro a invadir los silencios bulliciosos del sur de Chile con la empresa Planta de almacenamiento de combustible Pureo. No ha sido casualidad todo el engranaje es-curridizo para ocultar sus daos a la comunidad. Pueblos chicos sirven como sustento perfecto para estos pulpos trasnacionales, la vida es la nica di-rectamente afectada, la devastacin de la tierra, la emigracin y matanzas de muchas formas de vida.Copec huyendo de Puerto Montt, de donde fue obligado a retirarse y buscar un nuevo emplazamiento tras la filtracin continuada de combustible hacia el mar y a napas de aguas subterrneas, tratando de alejarse lo mximo posible de las miradas humanas, se esconde entre el campo calbucano ofreciendo pequeos regalitos (ambulancia, libros para biblioteca, etc.) a las personas de los alrededores, ocultando los guardias mercenarios de la empresa: el de terno y corbata pone la falsa mirada sonriente, mientras que atrs en una camioneta se trasla-dan estos seres tratando de anular rpidamen-te toda rebelda dentro y fuera de la industria. La protestas en contra del proyecto fueron rpidamente reprimidas y silenciadas, donde hubieron numerosos arrestos selectivos.

    Los que trabajan en la empresa son pocos, asalariados yndose de sus territorios donde comnmente viven, siendo relativamente fiel a los principios del linyera proletario. Por otro

    lado los campesinos son los ms afectados, invadiendo su tranquilidad y sus huertos, pegando carreteras, luces y ruidos imperiales al frente de las islas que hace no mucho se po-dan ver por la ventana. Justamente desde ah han saltado voces rebeldes y crticas, algunos

    con rostros Huilliches acostumbrados a la insolencia y arrogan-cia de los huincas invasores. La nica napa de agua dulce de toda la zona, la laguna pureo, es la zona elegida por la empresa para tirar su mierda industrial para que siga fluyendo ms y ms rpido la mercanca.

    El primer da de su instauracin, luego de agitadas protestas y propaganda, caen casual mente 30 toneladas de petrleo en la baha de San Jos, matando con una neblina toxica y marina a miles de formas de vida ser, dado su poder y estrategia, un ataque a gran escala para no esperar que se devaste lentamente la vida y no dar pie a olas de resistencia?

    Que piensas mal, dirn los que no quieren ver el dao que han causado las empresas en complicidad y correspondencia del estado en el Sur de Chile: Celulosa Arauco en Valdivia, Aqua Chile en Puerto Montt, Marine Harvest en Calbuco , etctera etctera. Como si esos dispositivos del capital pensarn ms all de sus intereses narcisistas y codicio-sos, un ejemplo claro ha sido el conflicto de las salmoneras, que paulatinamente han ido des-truyendo los espacios donde se han instalado, empezando desde Valdivia hace alrededor de 10 aos, pasando por tierras calbucanas,

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    produciendo animales qumicos (salmones) que no se acostumbran al ambiente, destru-yendo por siglos el mar y el hbitat del lugar. Luego estas maquinarias siguen hacia el sur multiplicndose como el cncer. Muchas de estas empresas generan una divi-sin en la comunidad, por un lado los que bus-can puestos de trabajo, y por el otro, los que saben las consecuencias de la implantacin. Ni una y otro son conflictos azarosos, nacen de la misma invasin del gran capital a sus tierras, pensando que con la satisfaccin de necesi-dades creadas van a suplir las formas de vida que destruyen a su paso. Esto es ejemplo en

    muchos pueblos alrededor de Chile.El enemigo tiene muchas caras y se pone muchos nombres, la devastacin tiene rostro, el capital y el estado convergen en su ambicin y poder, Copec es uno de muchos ejemplos de la invasin de estos monstruos hacia las comunidades, es por eso que se tiene que desenmascarar a estos lastres, no dejando que su progreso baado en muerte siga invadiendo a las tierras donde la civilizacin no se ha ins-taurado tan crudamente como en las grandes ciudades. Freirina y Caimanes son ejemplos claros que una comunidad puede resistir a estas megas empresas.

    La resistencia y la contra informacin deben multiplicarse, desde los grupos autnomos, huilliches, anarquistas y todo aquel que se

    sienta identificado con esta lucha contra el estado y el Capital !!

    Colectivo

    Critica y Accin

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    Ayotzinapa y elTerrorismo

    de Estado.

    Sostenemos que el Estado es incapaz del bien. En el mbito internacional, as como de las relaciones individuales slo puede combatir la agresin hacindose l mismo agresor, slo

    puede obstaculizar el delito organizando y cometiendo un crimen an mayor.Malatesta, E.

    A manera de introduccin: Un breve esbo-zo del narcotrfico en Mxico.La historia del narcotrfico en Mxico se puede rastrear a inicios del siglo XX. La siembra de amapola y marihuana siempre ha prosperado en la zona norte del pas, ejemplo de ello es el llamado "tringulo dorado" (regin comprendida entre los estados de Chihuahua, Sinaloa y Durango) en donde, hasta ahora, se concentra una considerable parte de la siembra y produccin de droga. La geogra-fa accidentada del lugar y la cercana con Estados Unidos son las principales razones de esta particular concentracin en el norte del pas, motivo por el cual Mxico es y ha sido tan atractivo al narcotrfico Colombiano.Sin embargo, desde la dcada de los 60's, se ha podido ver claramente que este fenmeno no se reserva a unos cuantos Estados. Hoy da todo el territorio mexicano es continuamente disputado por grandes y pequeas organiza-ciones. La respuesta del Estado ha sido an ms nociva: la "guerra contra el narcotrfico" emprendida por Felipe Caldern, quien asumi la presidencia en 2006, tuvo como resultado decenas de miles de asesinatos, desaparicio-nes y secuestros, considerados "daos colate-rales" de esta estrategia de seguridad.No obstante lo ya dicho, se debe hacer nfasis en que la historia del narco se encuentra estrechamente ligada a la poltica. As, desde los aos 70s, el alto grado de corrupcin ha permitido que el Estado participe de este gran negocio, pues desde los efectivos ms bajos de la polica, pasando por los gobernadores municipales y estatales y llegando a los ms al-tos grados de la poltica, se han visto envueltos en el encubrimiento, financiamiento e impulso

    de las actividades propias del narcotrfico.Actualmente se calcula que en el estado de Guerrero tienen presencia aproximadamente 25 organizaciones vinculadas al narcotrfico, entre crteles mayores y menores, siendo el estado con mayor presencia del narco y uno de los ms peligrosos en Mxico. Entre los lla-mados crteles menores (crteles que supues-tamente sirven a los mayores) se encuentra el de Guerreros Unidos, clula sealada como partcipe en la desaparicin de los 43 normalis-tas de Ayotzinapa.

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    Mxico meses despus de Ayotzinapa.El proyecto normalista nace a principios del siglo XX impulsado por el gobierno posrevolucionario y como par-te de la necesidad del capital de especializar a las grandes masas de trabajadores, es as que se crean las Escuelas normales que tendrn el objetivo de formar jvenes de la clase trabajadora. En ese marco, las normales rurales han tenido por objeto la for-macin de jvenes de origen campesino, futuros profeso-res comprometidos con su comunidad, conscientes de su papel social y encaminado al combate de la miseria, la marginacin, el analfabetismo y la desigualdad. Desde su fundacin, las normales rurales han sido catalogadas como semilleros de guerrilleros y perseguidas por los sectores conservado-res de Mxico por la amplia participacin que han tenido en los movimientos socia-les, como fue el caso del comandante Lucio Cabaas y Genaro Vzquez; ambos egresados de la normal de Ayotzinapa e impulsores de la lucha por las demandas del pueblo. Aunado a lo anterior, el proyecto normalista se vio permeado por el modelo de educacin socialista impulsa-do por el cardenismo1. En 1969, durante el sexenio de Gustavo Daz Ordaz, fueron cerradas 15 de las 29 normales que existan en el pas; debido a su activa participacin en el movimiento

    estudiantil de 1968 en el que miles de jvenes fueron asesi-nados. Estos ataques no han cesado en ningn momento y por el contrario se han agudi-zado, prueba de ello es que en el ao 2011 en medio de las movilizaciones que exigan el aumento de la matrcula de estudiantes, as como la destitucin del director, agentes de la polica estatal y federal, vestidos de civil abrie-ron fuego contra los jvenes estudiantes asesinando de un disparo en la cabeza a dos de ellos e iniciando con ello la persecucin y hostigamiento de los jvenes normalistas de Ayotzinapa. El ms grande ataque a las normales rurales, ocurri el da 26 de septiembre de 2014, cuando policas municipales coludidos con el grupo de narcotraficantes Guerreros Unidos, en medio de la noche, abrieron fuego en contra de un camin en el que se transportaban los jvenes estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa, asesinando a 4 de ellos y desapareciendo a 43. Al da siguiente del tiroteo, fue encontrado el cuerpo de Julio Csar Mondragn, estudiante de la normal de Ayotzinapa, sin rostro y con rastros de tortura.

    Fue a partir de estos hechos que tanto los padres de los jvenes desaparecidos como los integrantes de la FECSM (Federacin de Estudiantes Campesinos de

    Mxico) iniciaron procesos de movilizacin exigiendo el esclarecimiento de los hechos, la aparicin con vida de los 43 jvenes y el castigo a los responsables. Ante estos hechos, la reaccin del Estado ha evidenciado no slo su ineptitud sino que, adems, ha visibilizado los nexos que ste mantiene con el narcotrfico, as como que los niveles de corrupcin e im-punidad en Mxico no tienen lmites, un ejemplo de ello es que el gobernador del Estado responsable del despliegue policial que asesin a los jvenes- ha sido exonerado de toda responsabilidad, as como el alcalde del munici-pio -quien meses despus fue ridculamente encontrado en una vecindad del Distrito Federal-Conforme avanz el tiempo, diferentes fueron las tcticas del Estado para desmovilizar e intentar dar una respues-ta a los padres de los 43 jvenes, desde iniciar una supuesta averiguacin para ver si algn miembro de la polica haba participado de los hechos, capturar a los presuntos miembros del gru-po guerreros unidos, hasta emitir declaraciones oficiales avaladas por peritos estatales, afirmando que haban encon-trado los restos de los jvenes desaparecidos en un tiradero de un sitio llamado Cocula1.

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    No obstante lo anterior, peritos argentinos y especialistas de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico refutaron la teora del Estado y han he-cho evidente la imposibilidad de que los cuerpos del los normalistas fueran cremado en Cocula pues, segn las investigaciones, stos slo podran haber sido calcinados en hornos especiales para ello . Aunado a lo anterior, los padres de Julio Csar Lpez, uno de los 43 desparecidos, rastrearon la ubicacin de su hijo mediante el GPS de su celular, encontrando que al seal indicaba que el ltimo lugar donde estuvo el joven normalista fue en las insta-laciones del 27 Batalln de infantera de Iguala.Lo anterior, hace an ms slida la teora de los peritos independientes que apunta a responsabilizar al Estado como partcipe de la desapa-ricin, tortura y asesinato de los 43 normalistas pues, los cuarteles militares no slo son de acceso limitado sino que, adems, en ellos hay hornos con las caractersticas que se necesitan para cremar cuerpos. Por esta razn, el 12 de enero de 2015 mientras os padres dirigan un discur-so, en el que denunciaban que tenan pruebas de que los soldados de ese batalln intervinieron en los hechos del 26 de septiembre, estudiantes lograron abrir la puerta del cuartel general, por lo que la polica militar form un cerco para evitar su ingreso, sin em-bargo, a las 13:55 los padres

    lograron burlar la seguridad y avanzar unos pasos a interior del cuartel2.

    Desde entonces, en Guerrero se han realizado tomas de ayuntamientos y palacios mu-nicipales, la destruccin del senado del Estado de Guerre-ro, los cierres de carreteras, as como la expropiacin de supermercados y la entrada a cuarteles militares. Por otra parte no ha cesado el creciente proceso de creacin de auto-defensas, fruto de la auto-organizacin de los pueblos como respuesta a la inseguridad patrocinada por el Estado y sus cuerpos de seguridad y la violencia del narco.Por otra parte, a travs de las jornadas globales en accin con Ayotzinapa se han conglomerado gran nmero de personas en Mxico y en ciudades de todo el mundo, cabe sealar que la gradual convocatoria dej ver un gran apoyo cuantitativo, mies de personas en Mxico y alrede-dor del mundo en marchas, bloqueos, tomas simbli-cas, mtines, eventos, paros estudiantiles, entre otros. Las universidades, calles, emba-jadas y plazas alrededor del mundo gritando Vivos los queremos!La respuesta del Estado no se dej esperar, si bien por semanas se mostr permisi-vo ante las movilizaciones, lo cierto es que conforme se intensificaban stas, comen-z a propagase a travs de los medios de comunicacin

    masiva la idea de que estas acciones perturbaban la paz social, un ejemplo de la criminalizacin ejercida en el Distrito Federal fue el da 20 de noviembre, da en que las fuerzas de seguridad repri-mieron en dos momentos: en la tarde, durante el enfrenta-miento entre manifestantes y elementos antimotines por el intento del cerco al Aeropuer-to Internacional de la Ciudad de Mxico y en la noche, durante una marcha que lleg al zcalo de la Ciudad de Mxico, el saldo fueron 15 de-tenidos por la accin del Aero-puerto Internacional de la ciu-dad de Mxico (ya liberados) y 11 detenidos en el zcalo (estos ltimos, antes de ser liberados, fueron trasladados a penales de mxima seguri-dad de Veracruz -hombres- y Nayarit -mujeres-.). Cabe sealar que las detenciones del zcalo fueron totalmente arbitrarias; se les imputaron cargos de motn, homicidio en grado de tentativa y asocia-cin delictuosa2Este suceso fue un duro e intimidante golpe, un fuerte mensaje hacia la movilizacin. A estos sucesos se suma que a principios del mes de diciembre de 2014, sali a la luz la intencin de expedir una ley reglamentaria que acota las marchas y otras movili-zaciones, conocida como Ley Antimarchas, la cual se retomar en el Congreso ste ao. Esto bajo el argumento de regular y ordenar las mar-chas y movilizaciones.

    1 Para ms informacin vase: Rosagel, Shaila, Cientficos de la UNAM: No los quemaron en el basurero, el gobierno est en problemas, disponible en: http://www.sinembargo.mx/11-12-2014/1190680

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    El pasado 27 de enero de 2015, el Estado declar en conferencia de prensa su in-tencin de dar por terminada la investigacin por el caso de los/las 43, adems de fortale-cer el ataque a la educacin pblica y gratuita, polticas que se enmarcan en el ataque a la CNTE, el golpe contra el proyecto educativo politcnico y el crimen de Estado come-tido en contra de los jvenes normalistas de Guerrero. As, tras meses de movilizaciones masivas, de paros en las Universidades, as como de

    acciones de solidaridad en todo el mundo, el gobierno no slo ha mantenido su firme poltica en contra de la educa-cin pblica y el movimiento normalista sino que adems, ha mostrado de manera evi-dente los nexos que el Estado ha mantenido hasta ahora con el narcotrfico.Por otra parte, el proceso de Ayotzinapa, ha puesto en cuestin la posibilidad de una democracia representativa en Mxico y en ciertos lugares, la inviabilidad del Estado como garantes de los intereses de

    las mayoras, lo anterior suma-do a los previos procesos de auto-organizacin en el pas, han sido semillero de lucha, as las acciones en Guerrero, Oaxaca y Michoacn han dado ejemplo de combativi-dad pues, por una parte en los hechos han confrontado directamente al Estado y a los intereses capitalistas, ejemplo de ello es que en Guerrero se han realizado acciones tendientes a impedir que se realicen las prximas eleccio-nes en Guerrero .

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    a manerade conclusinHasta hoy da, vemos movilizaciones que reivindican la presentacin con vida de los 43 y sealan al Estado como responsable, mien-tras se oponen de manera abierta a los circos electorales que ste implementa para continuar legitimando la tirana democrtica. Por otra parte, en tanto que el pas se desangra da a da por los golpes que le han infligido polticas liberales y falsos profetas que prometen un cambio por la va institucional, vemos cmo parte de la presin social generada dentro de esta caldera hirviente de represin y desigual-dad social encuentra su salida en el narcotr-fico. A su vez, es evidente que estas fuerzas no representan un peligro para la estructura estatal ni mucho menos para la economa de mercado, ya que su razn de existir es la acu-mulacin de capital.La cultura del narcotrfico propaga la ideologa liberal, mientras sus bases se encuentran en el sector ms vulnerable de la poblacin, entre los condenados de la tierra. El ideal de desme-dido consumo y ejercicio de la violencia que permea en la cultura del narcotrfico complica la proliferacin de un discurso de clase. Los cerca de 50 millones de desposedos son los que van a engrosar las filas de estos merce-narios que pelean por intereses ajenos a los suyos.El llamado Narco-Estado es solo un botn de muestra de que el Estado tiene intereses de clase: importa poco si estn dentro o fuera del marco de la ley, las clases dominantes hacen lo posible para perpetuarse y conservar sus privilegios. Grupos que proliferan a lo largo del pas, tanto dentro como fuera del marco legal, demuestran su fuerza y con ella hacen valer sus exigencias. En ese sentido, la desaparicin de nuestros 43 compaeros/as solo puede ser muestra de la guerra de clases que se recrude-ce a cada momento. No basta con gritar Fue el Estado!, ni con pedir migajas de justicia a las instituciones estatales que abiertamente se encuentran coludidas con las fuerzas del narcotrfico; es necesario que se llene de

    1 Sin embargo, La CETEG insiste: no habr elecciones en Guerrero; suma 42 alcaldas en su poder, en: http://www.sinembargo.mx/28-12-2014/1202114

    contenido la consigna de que Fue el Estado! y que se caracterice al Estado para dar cuenta de por qu ste no puede actuar de manera imparcial ni puede garantizar la justicia para los oprimidos, no basta con repudiar a Pea y al PRI por la brutalidad que ejercen contra las grandes masas de trabajadores pues stos son slo una pequea parte (aunque s la ms reac-cionaria) de la enorme maquinaria capitalista.

    Tenemos la necesidad de romper las cadenas que nos atan al patriarcado, a las democracias burguesas no representativas y a los partidos que, enarbolando una bandera de izquierda, no hacen sino reproducir en su seno los males de esta sociedad en descomposicin. Tirar los muros de prisiones, fronteras y escuelas que ensean el dogma liberal. Pero sobre todo, tratar de hermanarnos con las luchas que se estn dando en estos momentos y cuya postura es anticapitalista y anti estatista que se estn llevando a cabo en diferentes latitudes y asumir que estamos viviendo en una lucha de clases. Tenemos claro que el Estado es el responsable de la matanza de Iguala y de los compaeros/as desaparecidos, que frente el monopolio de la fuerza solo nos queda construir las bases de la autodefensa; tambin tenemos claro que frente a este monopolio no podemos responder de la misma manera, llegando a la toma de poder, sino construir desde la base el comunis-mo libertario; consideramos que contra el culto a la nacin y el aval ideolgico de sus ficciones fundacionales debemos hacer posible que germine el apoyo mutuo. Debemos construir una sociedad nueva en este mundo que se colapsa.

    Escrito por Bloque Libertario de Accin

    Colectiva-Federacin Anarquista de Mexico

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    A 46 aosde la Masacre en la

    Pampa-IrigoinHistoria y relato de un sobreviviente

    Era pura gente humilde nos apoybamos con los vecinos con nylon y alambres

    Estaba acostado en ese rato todo empieza de 6:30 a 7:00 de la maana, un da antes carabine-ros ya avisaba que desalojara En ese tiempo el ministro del interior era Prez Zjovic de 7:30 ya empieza a caer gente, gente a mano limpia contra carabineros con carabinas, yo era bombero trabajaba en la bencina no pude ir a trabajar debido a que me lleg un balazo, en mi casa un compadre muri, a ese lo vaciaron de un sablazo los carabineros. Su hijo comenta; ese muri en la cama de mi mam, muri ah y mi mam tena un embarazo de 7 meses, mi vieja lo atendi y producto de esa situacin mi hermano naci enfermo de por vida. Un vecino igual muri, acostado, de los Cabrera era ese, le lleg una bala acostado, dispara-ban donde queran nomas la prepotencia de la justicia siempre va a ser as yo fui al Hospital estaba lleno no me atendieron me hice un torniquete en la pierna y estuve un ao hospitalizado en Santiago si eran balas de guerra! haba uno que era marino mercante ese nunca ms pudo trabajar lo jubilaron.

    Jos Almonacid, sobreviviente de la matanza.

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    El pasado 9 de Marzo se cumpli un ao ms de una de las historias ms tristes que est en la retina de las personas que luchan por una vida ms digna en Mellipulli, nombrado as por su antiguos habitantes ind-genas, que bajo el yugo del Estado chileno y la colonizacin de su tierras fueron nombradas en Honor al Presidente de la poca, Puerto Montt (1853)Lluviosa ciudad abrazada por 4 colinas, y que en su historia encontramos pginas de digni-dad manchadas con sangre.

    Es difcil entender como una trgica historia, que se presenta como un nostlgico recuer-do cada Marzo para los pobladores de la Poblacin Manuel Rodrguez en Puerto Montt y para los familiares de las vctimas y sobrevi-vientes, es tan desconocido por la poblacin en general, sabemos que ni al Estado ni a la prensa de los ricos les conviene recordar este trgico hecho y si lo hicieran lejos estaran de darle un enfoque de clase a esta historia, sino se limitaran a algo simplemente informativo. Incluso ni en los 12 aos de mi educacin fue nombrada por ningn profesor de historia.

    Informacin con contenido de clase es la forma de recordar a los pobladores asesinados por el Estado de Chile aquel domingo 9 de Marzo de 1969 en la toma de la Pampa Irigoin, ya que es sta confrontacin entre los acumuladores de riquezas y su sistema de clases sociales es la base de todo conflicto social.

    Terrenos vacos, estatales o privados, algunos palos, latas y sobre todo nylon y cartn fueron los inicios de muchas poblaciones que se organizaron por un futuro digno a lo largo de este territorio llamado Chile. Poblaciones de es-fuerzo, historias, ollas comunes y apoyo mutuo, dignificaban a los sin techo. La vivienda, un techo donde vivir es una de las necesidades ms grandes de cualquier persona, en el aspecto material. En la investi-gacin de este artculo se abri el camino para elaborar un texto sobre la problemtica de la vivienda en el sistema capitalista, sin duda algo vivido por todos/as que ser algo en que trabajaremos y la dejaremos como deuda y que de cierta forma se entrelaza con la continua-cin de estas hojas.

    A fines de la dcada del 60 exactamente en 1968 y 1969 ocurrieron los siguientes aconte-cimientos en Puerto Montt, y ni siquiera toda la copiosa lluvia que moja esta tierra ha podido borrar la sangre derramada. Auto organizacin y accin directa fue la solucin a la falta de vivienda de personas que en su mayora prove-nan de sectores rurales que fueron obligados a la proletarizacin tras el despojo de su lugar de origen, es as que en 1968 en el sector alto de la ciudad de Puerto Montt, donde actualmente est ubicada la poblacin Manuel Rodrguez, un grupo de aproximadamente 70 personas decide tomar posesin de un terreno de casi 3 hectreas.Al llegar al lugar donde se instalaron las preca-rias viviendas hubo incidentes con Carabineros de Chile. En Diciembre del 68 a los ocupantes se les concedieron los terrenos teniendo que pagar una cuota del 10% de lo que estaba evaluado. De Diciembre de 1968 a Marzo de 1969 se sumaron ms pobladores, llegando al sector aproximadamente 550 personas, lo que empe-z a ser un problema para las autoridades de la poca. Durante el verano ocuparon el terreno otras 150 personas ms, pero lo que gatill el problema para el gobierno de la poca fue que el 4 de Marzo de 1969 hicieron uso del terreno para viviendas otras 400 personas ms. La ocupacin tuvo una extensin territorial de la poblacin Manuel Rodrguez hasta la carretera panamericana, un terreno aproximadamente de 3 hectreas del propietario Rociel Irigoin Oyarzn, agricultor y comerciante.

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    Cuando en la maana del domingo 9 de Marzo de 1969 por orden personal del subsecretario de interior Juan Achurra Larran, ejecutada por el Intendente (S) de la Provincia de Llanquihue Jorge Prez Snchez, carabineros, a partir de las 7:00 a.m., con 200 efectivos inici el desalojo.Entraron por la carretera Panamericana, ata-cando de inmediato los terrenos ocupados por las familias recin llegadas el 4 de Marzo con bombas lacrimgenas, donde se levantaban las improvisadas viviendas de madera y cartn de este campamento. Un joven de quince aos comenz a golpear con un fierro para alertar a los ocupantes y llamar a los vecinos de la po-blacin Manuel Rodrguez. Estos despertaron con las fuertes detonaciones de las bombas lacrimgenas, las carreras de los pobladores que huan de las fuerzas represivas y los gritos que invadan el ambiente. Grupos de esos vecinos acudieron en ayuda de los sin casa tratando de organizar la defensa. Resguar-dndose en las improvisadas viviendas ms cercanas a la poblacin Manuel Rodrguez respondieron con piedras a los carabineros que retrocedieron ante esta accin.Poco despus se produjeron luchas cuerpo a cuerpo entre pobladores y carabineros en que

    los primeros se defendan con palos arranca-dos de sus chozas que eran destruidas por los uniformados. En un momento el coronel Apablaza, al mando de las operaciones, orden abrir fuego con fusiles, lo que produjo los primeros cados, terminando todo pasado la media hora de iniciado los incidentes.La mala decisin de las autoridades centra-les de enviar a una fuerza de choque, que ya haba tenido roces con los pobladores genera la tragedia. El resultado trgico entre los pobladores fue 41 heridos de los cuales 22 individuos fueron heridos a bala. Los fallecidos fueron en total diez pobladores, siete murieron por impacto en la regin abdominal y uno por disparo que le alcanzo el trax, que como otros casos entr por la espalda. Cinco de los muer-tos pertenecan a los que salieron a defender a los sin casa o se asomaron a ver los incidentes. Uno de los muertos Wilibaldo Vargas Vargas fue muerto de un balazo de un fusil calibre 30. Tambin se debe nombrar el caso de Rbinson Montiel Santana, beb de 9 meses muerto por efecto de las bombas lacrimgenas.

    (Extrado de: Pampa Irigoin, 1969: Claves de una Masacre)

    El dade los hechos.

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    Vctimas matanza Pampa

    Irigoin de de la

    - Jos Santana Chacn (64 aos).

    - David Montiel Valderas (34 aos). - Wilibaldo Vargas Vargas (31 aos).

    - Luis Alderete Oyarce (19 aos). - Arnoldo Gonzlez Flores (34 aos).

    - Jovino Crdenas Gmez (29 aos). - Federico Cabrera Reyes (24 aos).

    - Jos Flores Silva (19 aos). - Jos Aros Vera (27 aos).

    - Robinson Montiel Santana (9 meses fallecido por efecto de las bombas lacrimgenas)

    Autoridades de la poca de la matanza de La Pampa Irigoin- Presidente de la repblica: Eduardo Frei Montalva. - Ministro del Interior: Edmundo Prez Zjovic. - Intendente de Llanquihue: Bartolom Palacios Kallman. - Intendente Subrogante: Jorge Prez Snchez. - Intendente Subrogante y jefe de plaza: Antonio Espinace. Coronel de aviacin. - Alcalde de Puerto Montt: Sebastin Pesce Ascuitti.

    No hay duda alguna que la respuesta del Es-tado de Chile ante esta situacin es un hecho vergonzoso y cobarde, el Estado siempre arre-mete con violencia y la respuesta a la defensa de los proletarias/os, el Estado lo resuelve con ms violencia. En la sociedad capitalista la violencia es pan de cada da. La explotacin, con todo lo que conlleva el trabajo asalariado, trabajar y no poder llegar a fin de mes es una muestra clara de la violencia del sistema o no tener vivienda y recurrir a la toma de terrenos por necesidad es otro ejemplo de violencia. Si nos remontamos

    a 1907 en Iquique la situacin de violencia vivida por los trabajadores en sus condiciones de vida y laborales, produjo una gran huelga, que culmin, como en muchos casos, en una matanza conocida como la Matanza en la Escuela Santa Mara que acab con la vida de miles de obreros salitreros y sus familia-res. Este ejemplo que se suma al ocurrido en Puerto Montt, es como situaciones provocadas por este sistema conllevan a una accin de los oprimidos que el Estado siempre resolver con ms violencia.

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    El anarquismo es una propuesta poltica de transformacin social. Esta propuesta contiene distintos elementos entre los que es posible sealar: Una crtica radical a las estructuras de poder; un conjunto de prin-cipios polticos o ideas centra-les, un abanico de metodolo-gas de trabajo y finalmente, objetivos polticos y tcticas de accin contextualizadas a cada realidad local.

    La crtica anarquista a las estructuras de poder, deja en evidencia la estruc-turacin jerrquica de la sociedad capitalista, que en buenas cuentas, divide

    a las personas en diferentes clases sociales de acuerdo a su acceso a la riqueza y posibilidades de participacin en la toma de decisiones. As, por una parte existe un pequeo grupo de personas ricachonas y acomodadas que se enriquecen a costa del trabajo ajeno y toman prc-ticamente todas decisiones de la vida pblica. Por otro lado, estamos prcticamente todas las dems personas, quienes debemos trabajar

    para sobrevivir (nosotras/os mismos/as o alguien de nues-tras familias) y adems se nos niega la posibilidad de tomar decisiones, incluso cuando estas decisiones nos afectan directamente o a nuestro entorno. Esta divisin social es comnmente denominada estructura de clases y es uno de los principios articuladores de la sociedad capitalista.

    Hoy, el Estado criminaliza los paros, huelgas, tomas de liceos, reivindicaciones territoriales y a grupos organizados tratndolos de violen-tistas siendo realmente los poderos los que se cubren con el manto de la violencia, de los asesinatos, de la pobreza y la desigualdad. Lo que tenemos que tener claro es que la confrontacin de clases siempre existir, mien-tras exista el capitalismo y el estado. Siempre estarn los de arriba intentado controlar la sociedad y tener todo bajo su posesin. Y los de abajo intentando arrebatrsela y conseguir

    una vida ms justa, una sociedad ms humana, y esto lleva a que el estado, en su temor de perder el control, actu de la forma que lo hace siempre mandando a disparar a sus servidores de las fuerzas armadas contra la poblacin or-ganizada. Pas ayer en la Pampa Irigoin, pasa hoy en la Araucana y seguir pasando maana hasta que tomemos el control social de nues-tras vidas, de la produccin en autogestin, de la vivienda como derecho y de la educacin como medio de emancipacin y no de control.

    Construyendo una sociedad justa y libertaria con el recuerdo de los de los pobladores/as caidos/asPampa Irigoin a ms de 4 dcadas aun recordamos.

    Anarquismo Social: Reflexiones

    para una Militancia Activa.

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    Frente a esta injusta realidad, el anarquismo propone una idea muy simple y completa polticamente: Construir una sociedad donde ninguna persona domine a otra. Esta simple afirmacin constituye el eje central de las ideas li-bertarias y es a lo que comn-mente se refieren algunos/as compaeras/os cuando dicen la idea. A partir de esta idea base, se articulan los dems conceptos cratas como la accin directa, la horizon-talidad, el apoyo mutuo, el federalismo y la autogestin. Este ltimo concepto es el que precisamente proyecta de mejor forma la propuesta social del anarquismo, y se refiere a que las personas deben hacerse cargo colec-tiva y solidariamente de sus necesidades y problemas, organizndose y movilizndo-se para lograr desarrollar sus inters y mejorar su calidad vida. Este accionar conlleva alejarse de las lgicas de mer-cado y poder pues no se trata de generar islas de libertad o suplir a travs de acciones benficas algunas necesida-des no cubiertas por las vas tradicionales del capitalismo (accin individual en el deno-minado libre mercados) sino de ir generando relaciones sociales horizontales que entran en contradiccin con las jerarquas sociales y la estructura de clases, y en esa confrontacin es cuando se va construyendo la sociedad nueva sin dominacin ni explotacin.

    Ahora bien, cuando pensamos en las metodologas de traba-jo propuestas desde el anar-quismo, la idea es operativizar

    coherentemente los principios polticos ya descritos con la forma de organizarse y actuar de las y los militantes anarquistas. Por ejemplo, si lo que se quiere es desarrollar y profundizar la horizontalidad al interior de una organizacin social es posible instalar en dicha organizacin, metodo-logas de trabajo tales como la rotacin de los cargos, la toma de decisiones polticas a travs de asambleas, la ar-ticulacin de voceras en vez de dirigencias, la transparen-cia de las finanzas, la fluidez de la informacin al interior de la orgnica, abordar colec-tivamente la formacin de quienes participan en dicha organizacin, etc.

    Hasta aqu, es posible pensar al anarquismo en trminos generales e incluso universa-listas, es decir, se trata ms o menos de lo mismo en dife-rentes realidades y contextos. Sin embargo, los siguientes dos elementos (objetivos y tcticas) no son posibles de definir sin tener en conside-racin el contexto donde se desarrollan, as como tambin los recursos humanos y econmicos con los que se cuenta para su desarrollo. En otras palabras, se trata de decisiones polticas espec-ficas, que deben ser pensa-das, debatidas y adoptadas por cada grupo de trabajo u organizacin anarquista en trminos particulares y que probablemente algunos sern de carcter pblico y explcito y otros se mantendrn en re-serva o secreto. Qu quieren las y los anarquistas para la sociedad futura est ms o menos definido en los niveles

    anteriores, principalmente a travs de la idea central antes expuestas, pero qu harn las y los anarquistas para conse-guirlo es algo sujeto a mucho debate y tensin.

    Por ejemplo, las vertientes in-surreccionalistas del anarquis-mo han levantado como tcti-ca poltica el ataque directo contra toda forma de poder, articulndose en pequeos grupos de afinidad, clandes-tinos o semi clandestinos que han desarrollado acciones que van desde la propa-ganda a travs de afiches y actividades contraculturales, disturbios en diferentes mani-festaciones pblicas y lo que claramente ms ha llamado la atencin de los medios de comunicacin y los aparatos represivos, la colocacin de artefactos explosivos caseros en sucursales bancarias, co-misaras y otros edificios que representen el poder. Sin em-bargo, la mayora de las ve-ces, estas acciones aparecen aisladas y descontextualiza-das de los conflictos sociales que se desarrollan en nuestra sociedad, por lo que si bien es absolutamente legtimo que cualquier oprimido/a se rebele frente a sus opresores de la manera que mejor le parezca, la realizacin de este tipo de acciones no conlleva mayor trascendencia poltica, es decir, no apuntan a la transfor-macin de esta sociedad.

    Otras vertientes del anarquis-mo en la regin chilena (y qui-zs, a nivel latinoamericano), han optado por asimilarse a la cultura poltica de la izquierda, llegando a plantear sin esco-zor alguno su apoyo al

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    gobierno bolivariano en Vene-zuela; o a asumir como propia la consigna de poder popu-lar, planteada a finales de los aos 60 por el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR). Si bien en momen-tos en que la fuerza de los sectores movilizados es muy baja y slo existen pequeos grmenes de organizacin sindical, barrial y estudiantil con trabajo permanente y sistemtico, la propuestas de poder popular (propias del marxismo) y autogestin (propias del anarquismo) suelen confundirse e incluso coincidir en algunos puntos, como por ejemplo, la apuesta bsica por levantar organiza-ciones sociales. Cuando se proyectan los esfuerzos en el tiempo y se explicitan los ob-jetivos polticos que se estn trabajando, las diferencias entre ambas posturas resultan irreconciliables. Quienes apuestan por el poder popu-lar proponen la articulacin de movimientos sociales fuertes, capaces de ejercer control sobre determinadas funciones sociales y presionar a los grupos dominantes para que cedan determinados privilegios transformndolos en derechos sociales. Clara-mente, en este imaginario se encuentra siempre la figura del Estado, y ms precisa-mente del Estado benefactor, como ideal de sociedad. De hecho, normalmente se seala las experiencias de los cordones industriales como la mxima expresin de poder popular alcanzado en Chile, sin embargo, es imposible pensar dichas experiencias fuera del contexto de un go-bierno como el de la Unidad

    Popular, dispuesto a estati-zar empresas, fijar precios, redistribuir recursos, impulsar reformas, etc. Hoy, muchos/as de los que defienden el poder popular, sostienen que la educacin debe ser pblica, gratuita y de calidad, que el Estado debe instalar un sistema de reparto solidario que reemplace a las AFP, que la salud pblica debe recibir recursos de la salud privada, etc., en definitiva, sostienen que es el Estado el ente que debe satisfacer las necesida-des de las personas bajo la forma de garantizar deter-minados derechos bsicos. Nadie debe olvidar el apoyo de algunos sectores autode-nominados libertarios a la candidatura presidencial de Marcel Claude en las ltimas elecciones.Afortunadamente entre el ac-cionar aislado de algunos gru-pos de afinidad, que algunos/as denominan anarquismo antisocial y la izquierdizacin irreflexiva de las ideas y prc-ticas libertarias, existen mu-chas alternativas y espacios de desarrollo para el anar-quismo social. Sin embargo, todo este campo de accin requiere definir adecuada-mente los objetivos polticos que se buscan, as como las tcticas que se utilizaran para lograrlos y sortear las distintas dificultades y resistencias. Claramente el proceso de reflexin y definicin de ob-jetivos y tcticas es bastante complejo, considerando el contexto de criminalizacin de las ideas cratas, el reducido nmero de militantes activos/as, la escasez de recursos econmicos y el ya tradicional canibalismo entre las y los

    sectores revolucionarios/as de esta regin.

    Aun as, y sin pretender entregar desde estas lneas ninguna receta mgica de accionar poltico, es posible distinguir algunos nudos crticos o elementos que s o s, deben ser considerados en el accionar poltico (organiza-do y sistemtico) de las y los militantes anarquistas.

    Un primer elemento, y sin duda el ms central de todos, se relaciona con la apertura de las prcticas anarquistas hacia la sociedad, es decir, la necesidad imperiosa de vincularnos con nuestros/as pares, vecinos/as, compae-ras/os de pega o de curso, amigos/as y familiares desde una perspectiva horizontal y militante. El anarquismo se levanta de cara a la socie-dad, al sector donde vivimos, trabajamos o estudiamos, asumiendo nuestra realidad con sus particularidades y problemticas. La idea de fon-do es desarrollar relaciones sociales horizontales en nues-tra cotidianeidad, no como un evento especial y programado sino impregnando progresiva-mente los distintos mbitos de nuestras vidas. De esta forma, relacionndonos y organizn-donos de forma autnoma y horizontal con nuestros pares y en nuestra propia reali-dad, es como se construyen procesos autogestionados que desplazan y superan las lgicas de mercado y poder.

    Esta apertura a relacionarnos y trabajar colaborativamente con otras personas no anar-quistas o incluso despolitiza-

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    das, con otras personas no anarquistas o incluso despoli-tizadas, constituye una de los primeros desafos para cada militante, pues por una parte conlleva actuar desprejuicia-damente y de forma tolerante con costumbres y creencias muy distintas a las planteadas por las y los anarquistas, pero por otro lado, constituye un primer acto de legitimacin de las ideas cratas para el resto de la sociedad. Despus de todo, con el trabajo constante y sistemtico entre personas distintas, se van limitando las asperezas, construyendo afinidades, cuestionando actitudes y prcticas, as como politizando las acciones colectivas.

    Este primer momento, que po-demos denominar activacin de las y los militantes cratas en el medio social donde se desenvuelven cotidianamen-te, conlleva inmediatamente nuevos desafos, obstculos y oportunidades. Es necesario afinar las crticas generales que las y los anarquistas hacemos a las estructuras de poder de acuerdo a la realidad que vivimos y que vamos a transformar. En este sentido, se sugiere elaborar en las organizaciones donde participemos, un diagnstico especfico de la realidad que vivimos, nutrindonos de las vivencias de nuestros pares y las nuestras para acordar de manera colectiva cuales son los conflictos y problemas que enfrentamos, definir objetivos y priorizarlos de acuerdo a nuestras capacidades y recursos. Obviamente mien-tras mejor logremos elaborar nuestro diagnstico (del

    barrio, del sistema educativo, de las condiciones laborales, etc.) ms certero y efectivo podr ser nuestro accionar poltico, por lo que dedicarle un poco tiempo y reflexin a este aspecto puede ser muy relevante.

    Otro de los elementos a con-siderar, se relaciona con las tcticas polticas que utilizan las y los militantes cratas para relacionarse con estruc-turas orgnicas e institucio-nales no libertarias que estn presentes en mundo social. Por ejemplo, inscribirse o no inscribirse en un sindicato de empresa, ser parte o no de asambleas estudiantiles, par-ticipar o no participar en una junta de vecinos, entre otras opciones, puede ser todo un dilema para las y los anarquis-tas que recin se activan en el trabajo militante. En este sentido, nuevamente es ne-cesario sealar que ms que una receta nica, cada grupo debe tomar sus decisiones de acuerdo a sus objetivos, contexto y recursos, pues no suceder lo mismo si cinco personas se integran a una junta de vecinos y comienzan a utilizar la sede para reunirse peridicamente y realizar actividades que si una perso-na aislada se inscribe en un sindicato empresa de setenta personas. En el primer caso, probablemente logren cons-tituirse, desarrollar su trabajo adecuadamente, legitimarse como grupo en el sector, aglutinar a otras personas con intenciones de trabajar y poco a poco politizar el espacio y asumir as, nuevos objetivos. En cambio, en el segundo ejemplo, adems de participar

    activamente en las reuniones que convoque la dirigencia ya existente, sern muy pocas las opciones de incidir en la toma de decisiones. No estamos diciendo que hay que hacer una y no la otra, sino que debemos evaluar crticamente que buscamos cuando decidimos ingresar a una organizacin social ya existente o generar un nuevo espacio social, no puede ser una opcin caprichosa sino polticamente intencionada de acuerdo a objetivos concretos como por ejemplo cambiar la forma de funcionamiento ha-cia una estructura horizontal, utilizar determinados recursos o infraestructura para otros fines, proponer y desarrollar una solucin autogestionada a un problema especfico, etc.

    Obviamente cuando las y los anarquistas ingresan a una organizacin social ya existente, deben aportar en las crticas y propuestas de trabajo, tensionar las prcti-cas y metodologas para que la organizacin funcione de forma autnoma y horizontal, cortando los vnculos con la institucionalidad estatal, par-tidos polticos, iglesias y otros instrumentos de dominacin. La idea es abrir paulatinamen-te la junta de vecinos, sindica-to, club deportivo o cualquier organizacin social a la mayor cantidad de expltados/as y oprimidos/as que viven dicha realidad. Al contrario de los grupos marxistas y dems partidos de la politiquera tradicional, para el anarquis-mo social las organizaciones sociales no se controlan ni se instrumentaliza, no son slo un medio para reclutar

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    simpatizantes o marcar deter-minados conflictos con nues-tras siglas. Las organizacio-nes sociales son las instancias que construyen y desarrollan la autogestin, es decir, los espacios que satisfacen direc-tamente alguna necesidad o problema, constituyen un fin en s mismas, pues en ellas est la posibilidad de superar al Estado y al mercado como sistema social dominante, son

    las llamadas en ltimo trmino a hacer la revolucin.

    Desde esta perspectiva, el trabajo poltico de las y los anarquistas no slo se trata de vincularse a las organi-zaciones sociales para que legitimar su discurso, sino de-sarrollar en dichas instancias las propuestas que desde el anarquismo se levantan para transformar esta sociedad:

    control directo de los medios de produccin, toma de decisiones, apropiacin del entorno, educacin libertaria, etc. Finalmente, es a travs de estas organizaciones sociales como las y los anarquistas participan activamente en las diferentes luchas sociales, a travs de estas instancias se canalizan nuestro accionar poltico en el corto, mediano y largo plazo.

    Organizando la Lucha,Construyendo Autogestin!!

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    Breve reseadel 1de Mayo y su relacincon el MovimientoAnarquista

    El primero de Mayo dej de ser, al menos aqu en Chile, un da de protesta por los Mrtires de Chicago Desde que el gobierno de este pas a raz y posteriormente a las mal llamadas revo-luciones militares de Septiembre y Enero (1924-1925), decret feriado legal el primero de Mayo, ste perdi en mucho su poder emotivo y revolucionario; y, sobretodo, ese carcter anti-estatal de resistencia que adquira un paro de protesta en ese da frente al gobierno y a los capitalistas. ()De ese modo, el primero de Mayo, pasar a ser como un 18 de Septiembre, como un 21 de Mayo o como una semana santa (El Surco, Iquique, 1 Mayo de 1926

    Citamos esta frase del antiguo Peridico Anarquista EL Surco donde podemos entender por qu hace muchos aos el 1 de mayo pierde su sentimiento de lucha, reconocemos que para la gran mayora de los y las trabajadores/as el 1 de mayo, ms cono-cido como el da del trabajador es un feriado ms y desconoce el origen de esta fecha. Pero Cules fueron sus orgenes, y por qu razn el 1 de Mayo es una fecha mundial de conme-moracin?Los orgenes del 1 de Mayo data del ao 1886, en los heroicos hechos ocurridos en Chi-cago donde la clase obrera aburrida de sopor-tar largas jornadas laborales, que promediaban de 12 a 16 horas diarias fueron el motivo de levantar una de las ms grandes luchas; la conquista de las 8 horas de trabajo.El 1 de Mayo en EE.UU. miles de trabajadores/as paralizaron, en Chicago eran 80 mil, y es aqu donde hubo una masacre, donde asesina-ron a 6 obreros, convocando los trabajadores/as a una nueva manifestacin el 4 de Mayo, en esa jornada estall una bomba, lo que provoc la rpida respuesta de la polica que dispar al pueblo proletario, dejando 28 muertos y detuvieron a los obreros anarquistas August Spies, Michael Schwab, Adolph Fischer, Geor-ge Engel, Louis Lingg, Albert Parsons, Samuel Fielden y Oscar Neebe, adems de destruir los locales obreros, los detenidos eran reconoci-dos por ser oradores y militantes activos del movimiento obrero y anarquista.El juicio de los detenidos fue arbitrario y sin prueba alguna, ms que la de luchar por un mundo mejor, PENA DE MUERTE.Con el paso del tiempo, los 8 Mrtires de Chi-cago sufrieron distintas condenas;

    - Neebe finalmente fue condenado a 15 aos de prisin. - Schwab y Fielden se les condena a cadena perpetua. - Lingg (condenado a la horca) es encontrado muerto en su celda, segn datos oficiales fue un suicidio.- Parsons, Engels, Fischer y Spies son final-mente colgados frente a una multitud de traba-jadores, desde ese da inculcados en el miedo.

    En 1893 el gobernador de Elaion dio la orden de revisar los expedientes, el juez a cargo de la 2 investigacin, comprob que los