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A A M M I I G G O O S S D D E E L L C C O O N N V V E E N N T T O O D D E E L L A A H H O O Z Z A ÑO 6 - Nº 14

Revista número 14

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Revista número 14 de la asociación Amigos del Convento de la Hoz.

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AÑO

6 - N

º 14

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Clemente García de Andrés

Nos encontramos a Clemente García

de Andrés (más conocido en Sebúlcor

por el Sr. Clemente) una cálida mañana

del mes de agosto dando un paseo por la

carretera y le proponemos una pequeña

charla en la que nos cuente sus vivencias

en Sebúlcor en general, y en particular

sobre su oficio de Guarda Forestal. Se

muestra amable y dispuesto para ello

pero decidimos aplazarlo a la frescura de

la caída de la tarde. Acudimos a la cita y

nos recibe, en esta ocasión, acompañado

de su esposa, la Sra. Servi (90 años). Se

trata de uno de los matrimonios más

mayores de Sebúlcor puesto que el Sr.

Clemente cuenta con 93 años, aunque

con la cabeza perfectamente lúcida.

Una vez acomodados todos, el Sr.Clemente nos empieza a contar quenació en el año 1917 en el pueblosegoviano de Marazoleja y que entróde Guarda en Sanchonuño y Zarzueladel Pinar el 2 de julio de 1942: “Tuve

NUESTROS MAYORES...Y SUS OFICIOSSUMARIONuestros mayores … y sus oficios. . . . . . . . . . . . . . . . .pág. 2

El temple segoviano. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .pág. 7

Matanzas caseras. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .pág. 13

Los niños en la VII Senda de los Frailes. . . . . . . . . . .pág. 15

Villancico de San Frutos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .pág. 17

Recetas tradicionales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .pag. 18

EDITA:Asociación Amigos del Convento de la Hoz

COLABORAN EN ESTE NÚMERO:Carlos Santa Engracia

Eugenio ChicharroMercedes Chicharro

Rafael Alarcón HerreraTeodoro Martín Gil

Jose María Hernández PascualNiños:

Raúl Sánchez FresnilloAlejandra Criado

Nuria PinillaHenar Fernández Santa EngraciaRodrigo González Santa EngraciaEmeteria Gregoris y Pilar Cuesta

FOTO DE PORTADA:Ermita S. Frutos (www.google.com)

FOTOS:Fernando Sebastián (Esca)

Eugenio ChicharroMarimar Criado

Juan Antonio González

Depósito Legal SG-96/2004

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que hacer una prueba de acceso... soli-citarlo... y luego, después, salí deGuarda”. Allí estuvo por espacio de 4años y medio hasta que, en el año1946, con 29 años, vino a Sebúlcor porlas “...cosas de la Guardería, me man-daron venir aquí... ¿cómo iba yo a pen-sar que iba a estar aquí, de Guarda,hasta que me he jubilado en el año1984? Sobre Sebúlcor nos dice que élentonces “yo este pueblo no le conocíahasta que no vine aquí. No lo habíaoído ni en el mapa”.

Su trabajo dependía del Estado ytenía en Segovia al Ingeniero, que erasu superior jerárquico y en cuanto a susalario nos dice que “cuando entré deGuarda aquí ganaba 3000 pts. al año,osea unas 300 mensuales”. El materialque tenía para el desarrollo de su tra-bajo tampoco parecía mucho: “Teníados o tres extintores y alguna palacomo herramientas por si había fuego.

La ropa, sí que me daban el traje deGuarda. Era lo único que me dabangratis”. Respecto al área en el que sedesarrollaba su trabajo, éste eraamplio: “Tenía Fuenterrebollo... y hastaCarrascal... y Navalilla, osea, las ope-raciones las hacíamos entre tres o cuatro Guardas en estos montes de por aquí. Cuando había que hacer unaoperación de una cosa y otra, que no lo podía hacer uno sólo, tenía que ircon el Sobreguarda, que entonceshabía”.

Al principio, y mucho tiempo des-pués, su trabajo era bastante sacrifica-do: “No teníamos nada, más que ir apie. Al final compré una moto, aunqueni me pagaban la gasolina. Era de micuenta todo. Y antes, que no tenía lamoto, pues andando... de aquí a Fuen-terrebollo y a Carrascal... y andando.Salía a primera hora, de noche, y llega-ba casi a donde tenías que hacer la

operación todavía sin haber salido elsol. No había horario, llegaba el Sobre-guarda y decía “mañana a tal horaaquí”, pues ¡hala!, y a tal hora dejarlo,algunos días de noche casi, cuando nose veía. Hemos sido esclavos, nocreas que... a según ahora... cada unode los Guardas tiene su coche...”.

Labores en el monte había muchas.No faltaba el trabajo y hacía “en lasoperaciones del monte, de todo: tenía-mos que marcar los pinos para corta,teníamos que marcarlos para resina yhacer el control de revisión que sehacía cada 10 años... contar todos lospinos que había en los montes... todos,desde 10 cm. en adelante. En el pinarde Sebúlcor había unos 70 y pico mil, ylos contábamos entre tres o cuatro. Ibael capataz apuntando lo que le íbamosdiciendo e iba haciendo una raya parasaber lo que se contaba”. El Sr. Cle-mente, haciendo un alarde de memoria

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nos da inclusoalgunos datosmás específi-cos sobre elpinar deS e b ú l c o r :“Tiene 700 ypico hectáre-as. Hay 2cuarteles con16 tranzonescada uno y

cada tranzón tiene 22 hectáreas”.

Pero, además de sus obligaciones,muchas veces le tocaba “ayudar a losrematantes que, a lo mejor, llevabanmotosierra y con la alforja, con la gaso-lina y tal... y te venía él sólo, tenías queayudarles a ellos”. Tanta actividad en elmonte hacía que, a criterio del Sr. Cle-mente, “el pinar estaba antes en mejo-res condiciones porque aquí se olivabatodos los años tres o cuatro tranzones.

Según se veía de un año para otro yadecía: bueno, pues para el año queviene... tanto, y tanto te llevabas ahacer una valoración de lo que se iba allevar el hacer la operación. Es queentonces los obreros trabajaban, por-que a mí no me ha protestado nadie en42 años. De los que trabajaban antes yde los que han cogido luego del paro yeso, pues... si no les veías te zumba-ban. Yo tenía un Sobreguarda queestaba sobre mí, y si no hacía lascosas que tenía que hacer pues túverás... y luego por debajo pues losobreros... De obreros trabajaban, delpueblo, te voy a decir que todos losque había ya de la edad de 16 ó 18años. Si íbamos a olivar pues a olivar,si íbamos a hacer hoyas... pues tam-bién”. Tal vez fuese debido a tanto tra-bajo y limpieza del monte que tan sólorecuerde el Sr. Clemente, en lo que élha estado de Guarda “unos 3 incen-dios, uno que fue de caza, le gustaba

fumar y tiró la cerilla y en vez de que-dar apagada quedó encendida, perovamos, de casualidad 2 ó 3 incendios”.Además nos apunta que “no habíaretenes, se apagaban con los obreros yla gente del pueblo”.

Una chispa de nostalgia se apode-ra del Sr. Clemente al salir el tema delos resineros: “Los resineros no eransolamente el que resinaba, que es quehabía que coger la miera, pues teníanque ir dos o tres de la familia... por esocasi se ha dejado porque aquí, sihubieran querido seguir los resineros,podían haber seguido, porque unrematante de Lastras me llamó una vezy me dijo: “¿hay personal ahí para resi-nar pinos?”, y yo le dije: pues los quehay ya se han jubilado, les pagaban elparo y ya... En algunos pueblos comoCabezuela y Fuenterrebollo han estadoresinando hasta hace poco y no sé sino lo siguen trabajando todavía. Era

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muy esclavo. Empezaban el 1 demarzo hasta el 15 de octubre y en elinvierno iban a hacer las cosas quehabía que hacer en el monte, por jor-nal, día que trabajaban, día que cobra-ban”.

También se emociona (él y la Sra.Servi, que le apunta algunos datos) alrecordar nuevamente su llegada aSebúlcor: “Cuando vinimos nosotrosaquí nos dieron de casa el Salón, por-que llegamos aquí y no nos dabancasa. No querían Guarda. No habíantenido Guarda nunca y les sentaba malque le hubiera y es que yo en el campotenía autoridad. Si veía a alguienhaciendo algo malo le denunciaba antemi jefe, el Ingeniero que había enSegovia, y tenían que pagar la multaallí. Me respetaban. Yo he sido para elpueblo lo mejor que he sido, pero ellostambién conmigo”. En cuanto al pueblode Sebúlcor sí que recuerda que a su

llegada se lo encontraron en un estadomuy diferente al actual: “El Salón lehicieron en el 45 y nosotros vinimosluego en el 46. El frontón le he visto yohacer en el 47. Antes jugaban delantede la Iglesia. Lo pagó el Ayuntamiento.Está hecho de piedra de sillería y lalabraron aquí los canteros”. La Sra.Servi apunta además: “En el pueblo nohabía agua corriente. Teníamos que ircon cántaras a por ella a la fuente.Entonces había dos chorros cayendotodo el día allí. De allí iba a los lavade-ros, que entonces estaban enfrente del pilón. A la izquierda era el manan-tial y ahí lavaban las mujeres, en elmismo terreno, sin edificio. El lavaderoactual no estaba hecho. Le hicierondiez o doce años después de venirnosotros. El manantial, que siguemanando agua, sale templada, inclusoen el invierno. Venías con la ropa hela-da, lo echabas al agua y se quitaba elhielo”.

No podíamos terminar la conversa-ción sin preguntar al Sr. Clementesobre sus recuerdos del Convento dela Hoz. “Cuando yo vine resulta que lasventanas y eso del Convento todavíaexistían pero luego, los mismos deCarrascal yo creo que se las llevaron,con barcas y eso; las tiraron y se lasllevaron. Ya no había tejado. Cuandoyo vine aquí ya no existía nadie allí. Yahí se llevaron un escudo a Cabezuela.Entonces vinieron y no... era cosa delalcalde... no tenía que ver yo nada... enla cosa del río, sí. Si uno estaba pes-cando y no tenía licencia y tal, pueshabía que denunciarle, osea que nos-otros éramos Guardas Forestales:caza y pesca fluvial. Lo mismo podíasdenunciar a uno que estaba cazandoque a uno que estaba pescando. En el campo se veían animales: zorras y eso, aunque lobos, que se han visto después, no había visto nunca. Yjabalíes había muchos. Pero lo que

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había cuando yo vine aquí era una can-tidad de conejos... bueno... y ahora yano se ven, desde que vino la mixoma-tosis”.

Nuevamente se empieza a emocio-nar al echar la vista atrás y recordar suinfancia: “Yo estuve hasta los nueveaños en el colegio y después ya novolví. Íbamos luego a la Escuela deAdultos. Y después de los 9 años, atrabajar: a guardar las ovejas... o loscerdos... o las cabras. Para sacar laplaza de Guarda tuve que estar prepa-rándome luego. Cuando yo salí delcolegio cuanto que sabía las primerascuatro reglas: sumar, restar, multiplicary dividir. Luego tuve que aprender.Nosotros éramos 7 hermanos y mipadre, que era albañil, con lo queganaba no daba, y había que agarrarsea lo que fuera. A los 15 años empecé atrabajar de labrador. No podía con los

sacos detrigo y teníaque subirles.Y con unasc o s e c h a sque habíaallí, en mipueblo... yaves, se cogí-an, de ceba-da, 1200f a n e g a s ,donde yoestaba sir-viendo; y detrigo, 800.Pues paramover todo eso y segarlo... y trillarlo...y subirlo al sobrao había que... Así es que cuando yo vine aquí iba a ayu-dar a varios a segar y decían: ¡Jodercon el Guarda, si siega más que nos-otros!”.

J. Carlos Santa EngraciaEugenio Chicharro

Mercedes Chicharro

(Puedes ver en vídeo la entrevista completa en

www.sebulcor.com)

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EL TEMPLE SEGOVIANO “SE PULE GAZO” (UN ENIGMA HISTÓRICO)Cuando estudiamos las posesiones

que la Orden de los Caballeros del Temple(1118-1312), al norte de la Cordillera Cen-tral, encontramos un aparente vacío en lastierras segovianas. La encomienda tem-plaria más cercana, parece ser la de Medi-na del Campo (Valladolid), a escasa dis-tancia de los límites con la Comunidad deVilla y Tierra de Segovia.

En 1310, en pleno proceso para ladisolución de la Orden, su comendadorera frey Diego, el cual recibió la famosa“Citación de Medina del Campo”, quereclamaba la presencia de todos los tem-plarios residentes en las encomiendas delos reinos de Castilla y León, en dicha ciu-dad de Medina, para el 27 de abril de1310, a fin de comparecer ante la Comi-sión Pontificia que había de juzgar sucaso.

Aunque Diego Colmenares1, en 1637,cita Segovia como “Encomienda del Tem-

ple” desde fines del s.XII, con el templo dela Vera Cruz por sede de la misma, no hayconstancia documental de su existencia,pues no figura entre las enumeradas en lacitación dada en Medina en 1310. Aunquees de señalar, que en dicha citación tam-poco figuran encomiendas tan significati-vas como Ponferrada y Alcañices, aunquees en ésta última donde se presenta lacitación, el 21 de abril de 1310, para quelos caballeros acudan a Medina el 27corriente. Caso de existir tal encomienda,en Segovia, las posesiones de estacomarca dependerían de ella, y no deMedina. ¿Es posible?

Esa presunta ausencia de posesionestemplarias, en la región segoviana, la jus-tifican ciertos historiadores de diversasmaneras, todas las cuales se contradicencon la realidad.

En primer lugar, alegan su régimenadministrativo, pues al ser Segovia una

“Comunidad de Villa y Tierra” no era propi-cia al establecimiento en su territorio depropiedades de las Ordenes Militares.Pero el análisis no es tan simplista, porqueel hecho de que la zona “no fuese propi-cia”, no implica que tales establecimientosfueran absolutamente imposibles, dehecho conocemos posesiones de lasOrdenes del Santo Sepulcro, los Hospita-larios de San Juan, y la de Santiago.

El segundo argumento, consiste enapelar a la fantasía popular, agarrándosecomo a un clavo ardiendo a las palabrasde Colmenares: “Cuantas ruinas de tem-plos grandes se ven sin averiguación de loque verdaderamente fueron, atribuye elvulgo a los templarios”. Deberían saberque, tales atribuciones, también las realizael vulgo con edificios pequeños. Y que noson pocas las veces, que el vulgo ha adju-dicado al Temple determinados edificiosque, luego, los documentos han confirma-

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do como suyos, siendo el caso más seña-lado el del castillo berciano de Cornatel.

Un tercer motivo, para su escepticis-mo, lo toman de la afirmación de L.Mª.Cabello Lapiedra2, cuando dice: “Que laVera Cruz de Segovia nunca pudo ser detemplarios, porque allí está pintada la cruzpatriarcal, que no consta haya sido utiliza-da por los templarios”. Ignorando, con rarahabilidad, los lignum crucis patriarcales,que poseyeron los templarios en los san-tuarios de sus encomiendas de Ponferra-da y Caravaca de la Cruz. Los cuales, porotra parte, adoptan idéntica forma al lig-num crucis patriarcal segoviano…

Su cuarta evidencia, la extraen de la“auténtica” referida a la reliquia, de la VeraCruz, venerada en el templo segoviano deigual advocación. Desde que F.J. CabelloDodero3, tuvo la osadía de citar dicho docu-mento, como prueba de la posesión templa-ria del lugar, se ha venido esgrimiendo quees “una burda falsificación de mediados delXVIII”. Pero esta afirmación es muy grave,ya que denota la ignorancia que poseen del

tema, y demuestra que no se han leído eldocumento del que abominan.

Porque la bula autentificando la reli-quia de la Vera Cruz, no es falsa, al con-trario, es una bula completamente auténti-ca. Fue expedida en Roma, a mediadosdel siglo XVIII, por el Secretario Papal,cardenal Alepo, a instancias del Comen-dador Sanjuanista, fray Lloret, de Zama-rramala, ya que la reliquia carecía porentonces de “auténtica” al haberse extra-viado el original. Veamos su texto:

“El notado Secretario de la Silla Apos-tólica da testimonio a todos y cada uno delos fieles cristianos que estas letras vieren,que Honorio III, siervo de los siervos, deDios, tomó un fragmento del brazo dere-cho de la Cruz del Salvador del que formódos cruces de la misma dimensión, y jun-tas la una sobre la otra en forma de cruzpatriarcal, las cerró en otra de oro primoro-samente cincelada, al estilo gótico y ador-nada de muchas piedras preciosas, la cualpara que perpetuasen su culto y en ellacomo un glorioso estandarte prestasen

juramento los Caballeros Templarios altiempo de ser admitidos en la Orden; laregaló y dio a la Iglesia del Santo Sepulcrodel Señor que está situada al septentriónde la ciudad de Segovia. Dado en Roma a13 de mayo de 1224. Alepo Cardenal de laSanta Iglesia Romana”. Sello del Anillo delPescador.

Luego, lo que el cardenal Alepo hizo, enel siglo XVIII, no fue falsificar, sino ejercer elpoder que le otorga el Derecho Canónicopara autentificar reliquias. Para lo cual, sebasó en los testimonios de su culto centena-rio, inmemorial e ininterrumpido, y en losdocumentos del Archivo Vaticano, en con-creto un breve de Honorio III (1216-1227).Por todo ello, nos encontramos ante undocumento auténtico, expedido a partir dedatos preexistentes en otros documentos,tal como hacen los notarios civiles. ¿Y paraqué iba a querer nadie, y menos el Vaticano,atribuir al Temple tal posesión, varios siglosdespués, suprimida y desprestigiada ya laOrden?

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Y aquí atacan de nuevo los detracto-res del templarismo segoviano, porquedicen con total inconsciencia: “El respaldarante los feligreses de Zamarramala elculto a la sagrada reliquia fue el fin exclu-sivo del documento. Otra cosa es que nose fijaran al poner el nombre de los Tem-plarios, cuando en parte alguna documen-talmente consta que fueran estos caballe-ros quienes edificasen el templo ni funda-sen Encomienda”.

¿Así que el Secretario Papal, el carde-nal Alepo, escribió “sin fijarse al poner elnombre de los Templarios”? ¿En plenosiglo XVIII y con los documentos del Archi-vo Vaticano ante sus narices? ¿O es quequieren hacernos creer, que el cardenaltambién estaba influenciado por las tradi-ciones populares sobre el Temple segovia-no? ¿No es más lógico pensar, que sueminencia tenía ante si el documento ori-ginal de Honorio III, fechado en Roma en1224, por el que enviaba tal reliquia a losCaballeros del Temple de Segovia, parasus ceremonias de recepción de caballe-

ros, y que se limitó a copiar de dicha fuen-te original tal noticia?

Pero es que, aceptar eso, implica algoque les repugna. Tendrían que aceptar,que el Santo Sepulcro de Zamarramala,no solo pertenecía a los templarios, sinoque era la capilla de una Encomienda delTemple, porque únicamente en las enco-miendas tenía lugar la recepción de caba-lleros, y únicamente en sus templos seveneraban los lignum crucis patriarcales.También “olvidan”, que la estructura deltemplo de la Vera Cruz, se repite conpocas variantes en las capillas de lasencomiendas templarias de Atlith (Palesti-na), Londres, París, Tomar (Portugal), yZaragoza, entre otras.

Además tienen una curiosa “ley delembudo”: cuando se alude a documentosque avalan la pertenencia al Temple, se diceque son falsos o que no existen, pero cuan-do se alude a vagos “papeles”, a “viejoslegajos”, que avalan la pertenencia al SantoSepulcro, aunque “legajos” ni “papeles”,

aparezcan por parte alguna, pretenden quelos consideremos “palabra de Dios”…

Según el cronista Carlos de Lecea yGarcía4, debió ser hacia 1140 cuando elrey Alfonso VII, gran favorecedor de lossegovianos, concedería al Temple el arra-bal y collación de Miraflores, dondeandando el tiempo surgió el pueblo deZamarramala, como residencia de loscolonos de la Orden. Allí levantaron estaoriginal capilla del Santo Sepulcro, o VeraCruz, que el pueblo segoviano conocepopularmente como “Los Templarios”. Eslícito deducir, que si su dedicación ocurrióen 1208, según la inscripción que seencuentra en su interior, el templo selevantaría pocos años antes.

Su advocación inicial, sería: “Sepulcrodel Santísimo Cristo” (1208), por un Cristoyacente, que veneraban sobre el altarpétreo del edículo superior, similar al Cris-to de los Gascones (s.XIII) que se veneraen San Justo. Pronto prevaleció unanueva, “la Vera Cruz” (1224), cuandoHonorio III les envió la reliquia del lignun

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crucis, que fue colocada en una cruzpatriarcal, similar a la que tenían los tem-plarios en su encomienda de Ponferrada(actualmente en el Museo de Astorga), y ala que tendrán sus hermanos en la enco-mienda de Caravaca de la Cruz (Murcia).Como el edículo superior, del cuerpo cen-tral, poseía ya la figura del Cristo yacente,y el altar mayor estaba ocupado por otroCristo, en 1224 se levantó una torre, ado-sada al muro sur, en cuya parte baja sehabilitó una capilla propia para la VeraCruz5. Los muros estaban completamentecubiertos de pinturas, obra del XIII, queparecen representar algún tipo de desfileprocesional, rodeando los muros de lanave en torno al edículo del Cristo yacen-te. Se conservan escasos fragmentos pic-tóricos, pues en siglos posteriores serepintó sobre los originales, aún así pode-mos ver la parte inferior de varias figurasde caballeros, algunos rostros, y una rode-la con la cruz paté, roja, del Temple —hubootras cruces, patriarcales, que han des-aparecido-.

Después de la supresión del Temple(1312), el lugar pasó a manos de la Ordendel Santo Sepulcro, en fecha indefinida,porque sus “papeles” más antiguos son de1522, en los que figura el visitador delSanto Sepulcro de Toro, encomienda de laque dependía Miraflores. En 1586 los san-juanistas aluden a “un libro antiguo” sobrelos derechos del comendador sepulcristade Miraflores. Y en el s.XVIII se nombran“los papeles que existen en el Archivo dela Encomienda de Toro”, con “infinidad deejemplares” que justifican su pertenenciaa los sepulcristas. Sin embargo, nunca setranscribe uno solo de esos documentos.

En 1489, el papa Inocencio VIII disolvióla Orden del Santo Sepulcro, adjudicandosus bienes y hombres a la Orden de SanJuan del Hospital, mediante la bula Cumsolerti mediatione. Y aunque Alejandro VIanuló dicha unión en 1496, lo que ratificóLeón X en 1513, los sanjuanistas de Castilla,Portugal e Italia se negaron a devolver losbienes que les habían sido transferidosdurante su breve unión. Así pasó a su poderla Encomienda de Miraflores, y el templo de

la Vera Cruz. En 1692, se realiza una permu-ta, los vecinos de Zamarramala, que de arra-bal segoviano había pasado a ser aldea,entregan a los sanjuanistas su parroquial, dela Magdalena, y a cambio los priores entre-gan la Vera Cruz al Concejo Vecinal. La Mag-dalena, aunque sede sanjuanista, continuósiendo utilizada como parroquia, y la VeraCruz quedó como ermita vecinal, con unsantero, en la que se celebran cultos pordiversas festividades, por lo cual nunca fuedesamortizada. Sin embargo, su utilizaciónse fue relegando a unas pocas fechas delaño. En 1858 todavía se iba en rogativa, peroen 1861, cuando la visitó el viajero Street,estaba ya sin culto, y aunque en 1865 fuereparada y bendecida nuevamente, hacia

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1900 se había degradado hasta quedarcomo refugio de ganados, cobijo de vaga-bundos, y morada de gitanos. En 1949, res-taurado el templo, volvió a poder de la Ordende San Juan, ahora nombrada “de Malta”.Quien no volvió, fue la imagen románica deNuestra Señora, aquella “Virgen Morena”que presidió tantas ceremonias de los caba-lleros, junto a las otras reliquias.

Si admitimos que la Vera Cruz fueencomienda templaria, habría que buscarcuales fueron sus pertenencias, pues laencomienda era una unidad administrati-va, compuesta por diversos bienes, yafuesen tierras de labor, templos, granjas,casas, siervos, pastos, bosques, o todoello junto6.

Siguiendo los datos recogidos por elcronista Colmenares, allá por 1637, y lasdiversas tradiciones populares al respec-to, podemos establecer el siguiente catá-logo, aunque sea “con valor de simple pre-sunción” y a beneficio de inventario:

Aguilafuente. Tierras de labor y templode San Mamés (luego ermita de Santa

Lucía, desaparecida), s.XIII, edificadosobre una villa romana y un templo visigo-do con necrópolis.

Cantalejo. Tierras de labor y templo dela Virgen del Pinar (ahora ermita), s.XIIIedificada sobre un templo visigodo. Segúndocumentación del Archivo Diocesano dela Catedral de Segovia, consultada porSigfredo Arranz, serían templarios france-ses los que trajeron consigo colonos gita-nos, agricultores y artesanos, para repo-blar esta posesión, los cuales aportaron supeculiar jerga, la “gacería”, de la que deri-va la actual “briquería”.

Cuéllar. Templo de Santa María de laCuesta, s.XII, con torre y claustro des-aparecido.

Gallegos. Tierras de labor y temploParroquial, s.XII, y en las afueras la atala-ya conocida como “el Torrejil”.

Maderuelo. Templo de la Vera Cruz(ahora ermita), s.XII, con importantes pin-turas románicas sobre el ciclo de la VeraCruz y el Árbol de la Vida (trasladadas al

Museo del prado). Se afirma, que el Tem-ple tenía aquí un venerado Lignum Crucis.

Rapariegos. Templo del Santo Cristode Moralejilla (ahora ermita), s.XII, edifica-do sobre una gran basílica visigoda. Sedice, que los templarios los templariosguardaban un aquí Lignum Crucis traídode Tierra Santa.

Segovia. Templo del Santo Sepulcro,o La Vera Cruz, del arrabal de Zamarra-mala, s.XII-XIII.

Ermita de San Miguel, s.XIII, contiguaa la Vera Cruz.

Templo de San Juan de Requijada,(ahora “Ventorro de San Pedro Abantos”),s.XII, mudéjar, próxima a la Vera Cruz,pertenecía a un arrabal, llamado Campode los Lavaderos, pues sus habitantes sededicaban a lavado de lana.

Sepúlveda. Casa conventual y un tem-plo, s.XII, aunque no se sabe cual fuera detodos los que hay en la villa. Algunos auto-res, como Mario Roso de Luna, apuntan aNuestra Señora de la Peña, por el especial

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NOTAS1Diego de Colmenares, Historia de la insigne Ciudad de Segovia y compendio de las historias de Castilla (1637).2Luis María Cabello Lapiedra, La Vera Cruz de Segovia nunca fue de templarios, en Arquitectura (junio 1919) p.165-169.3Francisco Javier Cabello Dodero, La iglesia de la Vera Cruz, en Estudios Segovianos, 3 (1951) p.434-435.4Carlos de Lecea y García, Estudio sobre los antiguos templos románicos segovianos (1912).5En la actualidad, Cristo yacente y Lignum Crucis, se guardan en la parroquial de Zamarramala, aunque la pieza de orfebrería fue muy reformada con pos-

terioridad, y el Cristo es una copia del siglo XIV.6 En los apeos de bienes de 1675, la encomienda “tenía por suyos y propios muchos términos y jurisdicciones, tierras, cotos, prados, alamedas, casas, huer-

tas y otras precisiones, derechos, pertenencias que confinaban con los términos y jurisdicciones de la ciudad de Segovia y dicho lugar de Zamarramala y otraspartes, villas y lugares”. Algunas de estas propiedades, databan del medievo, y pertenecían a la encomienda cuando estaba en manos del Temple.

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simbolismo de sus esculturas. En el muronorte del castillo, se ven sillares de reempleotallados con rosetas y otros dibujos, quepodrían provenir de los edificios templarios.

Sotosalbos. Templo de San MiguelArcángel, s.XI-XIII, con galería porticada.

Torre Iglesia. Tierras de labor y templode Nuestra Señora de la Asunción, s.XII.En las afueras, a media altura de un fara-llón rocoso, está la ermita rupestre delSantiaguito, que la tradición popular adju-dica al Temple.

Torrecaballeros. Tierras de labor ytemplo de San Nicolás, s.XII.

En vista de las dificultades, pasadas ypresente, para estudiar el tema del Templeen Segovia, cabría pensar que los caballe-

ros, como en alguna de sus leyendas, hancolocado este velo de confusión e ignoran-cia, como obstáculo para preservar el secre-to de su historia. En cuyo caso, cabría apli-carles una frase en “gacería”, la jerga de suscolonos, de Cantalejo, para indicar que loscaballeros actúan con mala idea: “Los tem-plarios segovianos se pulen gazo”.

“Allá va la despedidala que echamos los briqueroscon un porrón de pijachay un asado de cordero”.

© Rafael Alarcón Herrera. 2010.

Rafael Alarcón Herrera nació enMadrid en 1949. Licenciado en Filosofía yLetras por la Universidad de La Laguna,en las islas Canarias, está especializado

en Historia del Arte. Colaborador habitualde las revistas Año Cero, Temple y Akhe-naton, es un asiduo invitado a congresosnacionales e internacionales.

Actualmente es uno de los mayoresexpertos sobre la Orden del Temple, yespecialmente del Temple español,habiendo sido incluso autor de un Atlastemplario peninsular, entre otras de susobras, A la sombra de los templarios, Laotra España del Temple, La última VirgenNegra del Temple,

Gracias Rafael, es un honor que cola-bores con nuestra humilde revista que se engrandece con tu aportación y porsupuesto un honor también, tenerte comoamigo,

Esca

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Matanzas populares caseras: ya mediopasadas a la historia pero…, no por esomenos dignas de recordar.

Se decía: el cochino es el gobierno de lacasa. En las mañanas invernizas de los pue-blos de Segovia ese gruñido madrugador delbicho, anuncia su inmolación. La familia sejunta, junto al banco para dominar la bravuradel animal, engordado desde diciembre o enerodel año anterior a base de salvaos, o en algu-nos casos moñigos de mulares, harina de cen-teno, trigo en grano, desperdicios de las comi-das caseras, patatas cocidas, y desecho desandias, melones…, en una palabra de todo loque se cosecha en la casa de un labrador.

Una vez tumbado en el banco, y bienamarradas las patas del animal, y bien sujetopor los asistentes, el matador con más prácti-ca coge el cuchillo matancero, busca el puntoexacto para clavarle al animal y que este san-gre bien. Tras el sacrificio, ¡la recogida de lasangre! Que la dueña de la casa recoge enpuchero de barro, dándolo vueltas con un

huso de madera, para que no se cuaje, y des-pués hacer las famosas morcillas.

A continuación, la chisquereta con pajasde centeno, para tostar el pelo del animal, yproceder a la raída de la piel con cuchillos ytejas. Después se cuelga en una viga, paraque pasando la noche fría del mes de enerose atiese bien, se le saca el vientre y las vísce-ras, se le deja colgado de la viga hasta el díasiguiente, y la faena de los hombres ha termi-nado para el primer día de matanza.

Ha terminado el trabajo: ahora viene lomejor, la sangre que el ama de casa ha prepa-

rado cocida y servida en una fuente con sal, yregado con un vino de cosecha que combateal frío de la mañana de enero.

A las mujeres les llega el peor rato de todala matanza, el lavado del vientre del cochino,que por regla general pasan mucho frío. Enmuchos casos lo hacían en el río o arroyo,tripa por tripa para limpiarlas bien, que des-pués hay que rellenarlas para las morcillas, lasmás gruesas y los intestinos a los dos o tresdías hacer los chorizos.

El segundo día de la matanza comienzaotra vez la faena para los hombres: descolgar elcochino de la viga, que está tieso como unmadero, del hielo de la noche. De nuevo se lepone encima del banco, y se procede al destra-zado, antes de descolgarle, ya se le ha cortadola cabeza con un cuchillo matancero, se le vacortando alrededor del cuello, cuando le llega alhueso entre dos forzudos se retuerce la cabezahasta que por una de las cervicales hace chásy ya la cabeza queda separada del cuerpo.

Primero se le quitan las empellas degrasa, para en una gran caldera de cobre que

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normalmente en todas las casas había, y sino, se la pedía a la vecina o familiar, se calen-taba hasta que se derretía toda la grasa. Conun colador se sacaban los chicharrones y lagrasa quedaba en la caldera. De caliente seecha en otras vasijas, y cuando se enfríaqueda hecho un cuerpo, que con el paso deltiempo se va utilizando en la casa para distin-tos menesteres.

Seguidamente se extraen los dos solomi-llos, que son las dos mejores piezas del marra-no, después los lomos que están entre los cos-tillares y el tocino, estos se meten en un game-llo de madero, con sal, pimentón de la vera yorégano y así se tiene unos días hasta quecoge bien las sustancias. Después se cuelganpara que se oreen, y pasado aproximadamenteuna semana se fríen y se meten en una olla de

barro cubiertos de aceite, y a esperar a que lle-gue el turno de ir sacando la tajadilla.

A continuación, se arrancan los dos costi-llares, que se hace la misma operación quecon los lomos. Después se va separando todoel magro que tiene el cochino a excepción delos jamones. Los dos jamones traseros, se lesredondea quitándoles la mayor parte del toci-no, se meten en un cajón, se les llena bien desal y pimentón, y se pone encima unas piedraspara que con el peso cojan bien la sal, y así seles tiene 15 ó 20 días, después se les saca yse les cuelga en la cocina para que con elcalor y el humo de la lumbre baja de leña,salga un buen jamón, para que a los siete uocho meses probarle y si no tiene buen pala-dar se le pone otra vez al cochino y que salgaandando, ja, ja, ja…

Una vez extraído todo el magro, y picado,se deposita en un gamello para amasarlo biencon la sal, pimentón y orégano, se le tienereposando unos cuantos días para que cojabien la sal y después hacer los chorizos conlas tripas del cochino.

El tocino se divide en cuatro trozos, y sehace lo mismo que con los jamones se poneen sal, ¡y qué tocino sale luego para hacerunos buenos torreznos fritos! Con los huesosdespués se hará un buen cocido.

No hemos hablado de las famosas morci-llas que se hacen el primer día de la matanzacon la sangre del cochino, por la noche la cenaconsiste en sopa de calducho (caldo de cocerlas morcillas) y las morcillas, el porrón de vinode la cosecha y a cantar y bailar hasta altashoras de la madrugada.

El primer día de la matanza empieza conmandar al más próximo de los adolescentes acasa de un familiar a por la rebatidera, que sela tendrán ya metida en un saco para cuandollegue el chaval, se la carguen a la espalda, ycon todo el esfuerzo y cuidado que le handicho que la lleve, no se rompa. Llega hastadonde está el cochino y dice ¡jolín como pesa!“Vuélcala ahí con cuidado que no se rompa”, yasí lo hace el chaval: y salen un montón depiedras. A éste ya no se la pegan más veces.

El día de la matanza eran dos días defiesta para los familiares y en algunos casosvecinos o amigos que unidos con los de otrasmatanzas que coincidían del pueblo, se pasa-ban dos días de fiesta, y hablar de cuánto hapesado cada uno de los cochinos, partida yporrón de vino.

Así eran las matanzas en nuestros pueblos.

Os lo cuenta Teodoro Martín, que nacióen marzo de 1926.

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Un año más y van 7, afrontamos unanueva edición de nuestra carrera; esteaño, como novedad, decidimos realizaruna Mini Senda de Los Frailes, para queparticiparan los niños y niñas. Nos supu-so un nuevo reto; tenemos cierta expe-riencia en carreras de mayores, pero conlos niños todo cambia. Lo importante esque ellos se lo pasaron bien y se sintieronprotagonistas en un día en el que el pue-blo se llena de gente y coloridos y que aellos que les encanta correr, hasta ahorasolo eran espectadores, han podidohacerlo. Recuerdo que días antes a lacelebración veíamos a estos niños yniñas entrenando por el pueblo, pregun-tando por el recorrido e interesándoseenormemente por si se habían apuntadoniños de otros pueblos, ya que, comoentre ellos se conocen, casi tenían claroen la posición en la que podían llegarcada uno. Por lo que nos comentarondespués de la carrera, aprendimos deellos que lo importante es que disfrutaron,

que corrieron por donde los mayores yque las chuches y las camisetas que lesregalamos estaban muy bien.

Agradecer inmensamente a todos losque habéis colaborado en la carrera demayores y en la de niños, sin olvidar aAntonio Camacho, de Deportes Ozono,por patrocinar esta nueva Mini Senda deLos frailes.

José María Hernández Pascual

Así lo vivieron nuestros pequeñosparticipantes ....

Raúl Sánchez, 10 años:

Hola a todos me llamo Raúl y os voya decir cómo me sentí antes de la carre-ra. Me sentí nervioso, pero eso no hizoquitarme, cuando empezó corrí todo loque pude y en la recta final cuando yacasi no podía más tenía al 3º delante y yoquería llevarme un trofeo (para eso mehabía apuntado) así es que corrí todo loque pude y al final, pues bueno quedé 3º,pero el caso es que tuve trofeo y eso mepuso muy contento.

Alejandra y Nuria, 10 y 8 años:

La carrera de los frailes, pequeños,nos ha gustado mucho porque por unavez participamos los niños. Los ganado-res de mi categoría fueron, Mario el pri-mero, Nuria la segunda y Adrián el terce-ro. Aunque yo, Alejandra, no gané, meemocionó mucho y a Nuria le gustó

VII SENDA DE LOS FRAILES - 11 DE SEPTIEMBRE DE 2010

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mucho. En la categoría de los niñosmayores, Rubén quedó el segundo,detrás de un niño de otro pueblo. Loscorredores mayores iban a llegar y nosteníamos que apartar. Como había unacolchoneta subimos allí y jugamos hastaque se terminó todo. Me sentí muy orgu-llosa de ver a mis primos, Rubén y Nuriaen el podium recogiendo sus trofeos.

Henar Fernández Santa Engracia, 9años:

Fui con mi papá a la plaza, ya que lacarrera en breve iba a comenzar, al llegarme sorprendí al ver tal cantidad de niños.

Me encontraba expectante, pensaba soloen llegar, no sabía muy bien el recorrido,no había entrenado demasiado y mepodía pasar factura, pero había quecorrer. La carrera comienza, me encontra-ba bien, era el primer tramo, pienso quevoy bien colocada, estoy en le tercerpuesto, solo pienso en si me aguantaránlas piernas. Enfilamos la bajada al campode fútbol, papá corre conmigo y me daánimos, ¡Henar muy bien, ánimo!.Pero mitemor se hace realidad, mi cabeza quierecorrer, pero las piernas no me dán más desí, pienso que hasta aquí hemos llegado,oigo a papá, ¡Ya estás llegando, la metaestá cerca, tú puedes! Y pienso; pocosmetros y el último esfuerzo, hay que lle-gar como sea….paso la meta…por fin.Oigo los aplausos, papá me felicita, ¡Muybien Henar!, has sido la cuarta. La cuartano está nada mal, pero el próximo añoquedaré en mejor puesto.

Rodrigo González Santa Engracia,6 años:

Hola, mi nombre es Rodrigo y desdeque era pequeño mis padres me han lle-vado a la carrera de la Senda de los Frai-

les, siempre me ha gustado mucho por-que es un día de fiesta para Sebúlcor.Este año 2010 se ha celebrado la primeraedición infantil y he participado. Me gustómucho y lo pasé muy bien corriendo conlos demás niños, muchos del pueblo yotros que participan porque sus papáscorren en la carrera de mayores, bueno elmío ha corrido también algún año peroeste no. Aunque no gané fue muy diverti-do. Espero que la vuelvan a hacer el pró-ximo año, porque nos gusta participar enese día tan importante.

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Los tan tradicionales villan-cicos navideños también tienensu historia, ¿sabías que lapalabra "villancico" deriva de ladenominación “villanos” que sedaba a los habitantes de lasvillas para diferenciarlos de losnobles o hidalgos? En España,el origen de los villancicos sehalla en una forma de poesíamás cultivada en Castilla, pare-cida al llamado zéjel, que erauna forma de composición ométrica popular de los musul-manes españoles. Antes dedenominarse villancicos, reci-bieron también los nombres de"villancejos" o "villancetes".

En estos días recordamosla letra del villancico de SanFrutos:

VILLANCICO DESAN FRUTOS

Al Siervo bueno y fielque, rogando sin cesar,consigue bienes eternosde la Infinita Bondad.

Al que es gloria de esta Iglesia,Patrono de esta Ciudad,común padre de la Patriay socorro universal.

Bendigan todos y alabensu virtud angelical.

Los prodigios y milagrosque ejecuta liberala favor de sus devotos,¿quién los podrá enumerar?

El más alto Sacramentole presenta a un animalque, postrado, reconoceser bocado celestial.

VILLANCICO DE S. FRUTOS

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Esta receta ha sido proporcionada porEmeteria Gregoris y Pilar Cuesta. Es unareceta familiar que a la Sra Eme transmi-tió su madre, Catalina, y que ella ha ense-ñado a sus hijos.

INGREDIENTES

1 Vaso (de los de caña) de aceite.

1 Vaso de azúcar.

1 Vaso de agua.

1 Vaso de zumo de naranja.

½ Vaso de aguardiente.

½ Vaso de quina o cualquier vinodulce.

1 cucharadita de bicarbonato o royal.

2 Kg de harina aproximadamente. Laharina hay que irla echando hasta que nose pegue la masa en las manos.

Palitos de caña de bambú de unos 15cm de largo

ELABORACIÓN

Se mezclan en un recipiente todos losingredientes y se amasa con las manoshasta que la masa no se pegue en lasmanos. Es muy importante amasarlomucho y con firmeza.

Posteriormente se enrosca la masaen los palitos y se echa a freir en abun-dante aceite hasta que se doren. Luegose dejan enfriar un poco, se sacan delpalito y se envuelven en azucar al gusto.

Y… buen provecho.

RECETA DE LOS RETORCIDOS

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Si quieres colaborar en nuestra revista, remítenos artículos, reflexiones,fotografías, anécdotas a:

“Asociación Amigos del Convento de la Hoz” Plaza de la Iglesia nº 1 - Centro Sociocultural 1ª planta

40380 Sebúlcor. Segovia - Fax: 921 521 016

e-mail: [email protected]

w w w. s e b u l c o r. c o m

AYUNTAMIENTODE

SEBULCOR

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