21
Y FUE ASÍ QUE, DE PRONTO... rompió el silencio cruel, El relincho sonoro del celeste corcel; Y, ebrios de todo cuanto niega la tierra avara, Corrimos hacia donde su presencia anunciara. Ansia noble inflamábalo. Los cuscos, relucientes Como metales puros, golpeaban impacientes De ascenciones azules, , los plebeyos rastrojos; Mil ímpetus crispaban sus alas, y los ojos, llenos de augustas Hamos, fijábante en el eielo Como buscando un signo para lomarse al vuelo. Asi lo contemplábamos en éxtasi» devoto..'.. 7 como, cuando viera que en él azul remoto La tarde, sublimando su minuto postrero, Sobre sus altos mástiles enarboU el lucero, En arranque fogoso se aprestara a subir, Bobre tu fuerte lomo decidimos partir. Raña donde t... hacia donde no» Heve «* albedrio. Nunca ie brida-esclavo fui su celeste brío, Ni precisó de espuelas su poderoso ijar. Libre, «orno ios vientos, debe ser su volar. La senda que se siga nado imperta. J M pleno td de Sugo, fe Verlainiana Y U süoettre flauta pastoril es herma** _ Dtl mármol gu$ cincela {• rima parMiAifta. Dan la «KMM «mbriagum m ecpa «krippt 251 champagne de Dorio y el vino de Mt*Mm%/

Revista Pegaso 1 1

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Revista Pegaso 1 1

Citation preview

  • Y FUE AS QUE, DE PRONTO...

    rompi el silencio cruel,El relincho sonoro del celeste corcel;Y, ebrios de todo cuanto niega la tierra avara,Corrimos hacia donde su presencia anunciara.Ansia noble inflambalo. Los cuscos, relucientesComo metales puros, golpeaban impacientesDe ascenciones azules, , los plebeyos rastrojos;Mil mpetus crispaban sus alas, y los ojos,llenos de augustas Hamos, fijbante en el eieloComo buscando un signo para lomarse al vuelo.Asi lo contemplbamos en xtasi devoto..'..7 como, cuando viera que en l azul remotoLa tarde, sublimando su minuto postrero,Sobre sus altos mstiles enarboU el lucero,En arranque fogoso se aprestara a subir,Bobre tu fuerte lomo decidimos partir.

    Raa donde t... hacia donde no Heve * albedrio.Nunca ie brida-esclavo fui su celeste bro,Ni precis de espuelas su poderoso ijar.Libre, orno ios vientos, debe ser su volar.La senda que se siga nado imperta. JM pleno td de Sugo, fe VerlainianaY U soettre flauta pastoril es herma** _Dtl mrmol gu$ cincela { rima parMiAifta.Dan la KMM mbriagum m ecpa krippt251 champagne de Dorio y el vino de Mt*Mm%/

  • Easta el alsurdo es bello si lo ilustra Pegaso;Lo que vale es el zumo, no la forma del vaso.Doctrinas son cendales de diferente tul,Ms una es sola el alma y una la patria azul.

    Lirforts de Amrica, tal es nuestro estandarte:La vida para el arte y el arte por el arte.No temis ir estrechos en este viaje astral,Para todos hay sitio en el lomo inmortal.El que de los ensueos ame gustar la miel,Tiene un puesto en la grupa del lineo corcel;Quin del Pjaro Azul sienta en su pecho el trino,Junte al excelso coro su arpegio cristalino;Venga a nos quien herido por el ambiente hostil,Azula su silencio en torre de marfil...

    Probemos que an perdura la vibracin de Orfeo.Elevemos, oh hermanos!, cual divino trofeoNuestro soar intenso, nuestra pura cancin,1 l que quiera otorgarnos l ms alto blasn,Aqul que hasta la hiprbole vernos quiera exaltados,Que nos tilde de ilusos o desequilibrados...

    He aqu que Pegaso ya se alej del suelo.Ya nos embriaga el xtasis, ya nos arroba l vuelo.Sean las Musas propicias a este viaje prstino.Y si nos hiere l vrtigo a mitad del camino,Si es fuerza, oh soadores!, caer sin alcanzarEl lucero remoto que soamos hallar,No importa!... quedar, como un rastro de oro,Flotando sobre el aire nuestro ensueo sonoro,Y otro vendrn que guindose por nuestra nobk huella,Ascendern al f\n a la deseada estrella.

    Caer no es nada, si el alma contempla estupefatta,Muerto l vigor del msculo, a I quimera intacta I

    PENSAMIENTO Y SENTIMIENTO

    El pensamiento Bin duda es un creador, pero, en poesa,a los hijos que elabora por si solo fltales la llama de lavida, son como esas bellas muecas de cera, de cuerpo yrostro perfecto, cuya hermosura nos complace ver; masincapaces tambin de hacerse amar o de ser amadas y alfin tan frgiles, que el menor golpe nada dejara de subelleza artificiosa.

    Quin piensa demasiado en lo que dice, no dice lo quesiente; y si esto en la vida comn puede ser una virtud,no lo es en el arte donde solo lo que es sincero es per-durable.

    En poesa mas que nada es el sentimiento lo primero yno ser poeta el que no sea profundamento sentimental.

    Aquello que hace vibrar puramente al cerebro, podrser lo mas irreprochable, pero no ser lo mas bello, por-que la belleza se mide ms por la conmocin que nosproduce que por las ideas que nos sugiere y no puedeconmovernos mas que lo que nos toca el sentimiento.

    Sentir lo que se piensa, es decir, ser sincero, tal es locapital. No es, naturalmente, cuestin de formas, ni deescuelas; quien guste en smbolo expresar su sentimien-to, exprselo; quien prefiera al ritmo de la cadencia lalibre rima, sela; pero no olvide que as como el arma nohace al guerrero, no hace tampoco la forma al verso, sinola realidad de BU sentimiento y que en ninguna parte,como en poesa, es mas verdad aquella inscripcin que lle-vaban grabadas en el puo las espadas florentinas: nonti fidar di me, sHl ouore ti manca.

  • Supongamos una flor; un filsofo, al verla, exclamar:i porqu habr nacido t; un sabio: pertenece a tal o cualfamilia; un poeta: que bella es!

    Aquellos piensan sin sentir, este siente sin pensar.De todos los artes, el potico es el que menos se presta

    al artificio literario, pues as como todos los estados denimo se pueden simular menos la emocin, el verso quede ella brota, a ella busca y en ella solo tiene su raznde ser; solamente siendo la traduccin de un sentimientoreal, podra realmente impresionarnos.

    Pensar hacer una cosa perfecta es el camino ms rectopara no hacerla. Eodn, tan familiarizado con ellas,pudo decir que lo que ms admiraba en las obras maes-tras era su sencillez... y sencillez en la mayor parte delas cosas no es, ms que sinceridad.

    El deseo de ser revolucionario y original, ha sacri-ficado el sentimiento al pensamiento. As han brotadolibros y libros en estos ltimos lustros donde ni una gotade emocin s trasparenta y donde hasta parece huirsede la espontaneidad como de una cosa que avergenza.Pretendiendo depurarse la poesa se ha alejado 'del co-razn y se ha hecho tan inaccesible como la filosofa abs-tracta y las matemticas superiores.

    Se olvida que el poeta no es un pensador, sino un emo-tivo; y que no en balde la poesa es femenina y al igualque la mujer bien podr deslumbrarnos por sus cendalesy sus joyas, pero nunca resplandecer ms que cuando semuestre en la majestad de su desnudez.

    La esencia de la poesa est en el corazn y poeto quehuya de l, alucinado por fantasmagoras, pronto vermarchitado su huerto interior, pues es tan absurdo oo-mo un jardinero a quien se le ocurriera que lo importan-te en el rbol son las ramas y no la raz.

    JOS MAEA DELGADO.

    A RUBN DARO

    BESPONSO PAGANO

    Poema recitado por BU autor el 2 deMarzo de 1916 en el gran funeral lateocelebrado en Montevideo en ocasin de[a muerte del poeta

    Que caiga sobre l sueo del gran cisne DaroLa plata de la luna y l claror zodiacal,La sangre de las rosas paganas, y el rocoDe los viejos expreses sobre l mrmol tumbal.

    Ajine Pan la flauta. La siringa y la fuenteDigan su mejor frase de oro crepuscular,Y enmudezcan los hombres, l huho y la serpiente,Las bestias de la tierra y tos.monstruos del mar.

    Que la caja sonora de los montes sagradosLance hasta las estrellas su delirio orquestal, /'-Y l tropel de los ecos, en los valles lunadosEncuentre la infinita msica de cristal.

    Que los robles insigne del monte anochecido,Concedan a los stiros su fiel complicidad,Que han de volver las ninfas sobre l musgo floridoComo en los buenos tiempos de la primera edad.

    La sangre de los labios y la miel de Un boca,Vengan desde Citeret en ofrenda tentMal,La euminidt huyan, y la aurora en Un rocaPrenda tu alto plumacho de Iw primaveral

  • PEGASO

    De todas la oredes en la rueda armoniosaComo en la Lupereles, cante el divino PanA la mkl y ala UcU y ala carne olorosa:La gloria aventurera del agreste galn.

    Reptese el coloquio sabio de lo centaurosY surja de las selvas el celeste QuirnE umine el Enigma y el tomo. Y los laurosMas triunfales arranque del sagrado Helicn.

    Acudan los equinos amigos del poeta:Abantes, Folo, Orneo, Meleagro y Nstor,Y el coloquio en el virgen metal de la trompetaReconstruya los grmenes y toga carne el color.

    Al fondo de los Seres y la Naturaleza,De la vida y la muerte llegue la clara vozDel ilustre coloquio de Ciencia y de BellezaFrente al poder primario de Ero y de Anteras.

    Y que rompa la risa musical de la espuma,Estridente resuene el viejo caracol,Pueble, la turba invicta de tritones, la brunaY el toro negro huya del disco ureo del sol...

    Que la nave argentina y azul de AnadiomenaDesde Chipre surcando el paterno Ladon,Trae las bellotas dulces y la granada plenaDe la roja ambrosa que hubo en su corazn.

    Las candidas turquesas del collar venuiinoiLa alegra y la angustia eterna* del amor,Y la* perla* rosadas porta el carro marinoLos palos cambiantes y el perfume mejor.

    Son para el sacrificio al gran cisne Daro,Y todo* sus tributos se los brinda dpris:El gorrin, la paloma y l retoo cabrio;El mirto azul Apolo y la flauta Dafnis.

    Baco-Dionisio, pmpanos, tu corona de oro,Las floridas canforas de la fiesta gent,Las cinceladas crteras del liquido canoroY la hiedra perenne de virtud juven.

    Anaereonte los rubios y aromados falernosDe las ricas uvas de su via feliz,Y Dionisios las nforas de los sumo eternosPlenos de virgiana fuerza generatriz.

    Y sea el sacrificio cabe un lago distante,Como en los grandes fastos, junto a n vago jardn.La plegaria y la splica sean l Canto ErranteEn medio a la hecatombe sagrada del festn.

    La presencia soada de todas las mujeres,Al conjuro del verso sabroso de Rubn,Vuelva la tibia esencia de lo nobles placerAl fro de sus venas, al yerno de su sien.

    La noche destellada de los alto* diamantes,Turbe la pesadilla sombra t Antmk,Y hacia Leteo vuelvan las sombras anhelante*Mariposas sonmbula*, narcitot de Cari...

    Sea la muerte, cisne, como ti la quisiste,Semejante a Diana, frente al raudo tropelDe lo coro* bizarros,sea como la visteOitne: copa de olvido, nfora i* hidromiel.

  • PEGASO

    El resplandor celeste de tu genio, Daro,De nuestra Sudamrica fue l divina joyel,Y al amor de tu gloria y de tu seoroDeletreamos la lira, bajo tu real laurel.

    Sajo el rbol iluso de las Prosas Profanas,Armonioso del oro griego del colmenar,Do se animaba el mrmol de las diosas paganasY Mndimin prefera a su gruta lunar.

    Donde la grita obscura de las trescientas ocasJams turb la msica del divino pastor,Entonces madreperla tornaba de sus rocasY era aU Filomela que cantaba mejor.

    Oiterea luntica, luminosa y desnudaEn su gloria estatuaria de alabastro y marfil,Con h pasin antigua que roja flama escudaAbati, para siempre, al Destino senil.

    Bajo el rbol amigo de Vida y EsperanzaHogar de las palomas de plata, nieve, azul,La rueda de las Eoras suspenda su danza,Confidente, a su sombra de lrico abedul.

    rbol que trasplantara en las tierras soadasDe la vaga y platnica musa continental;rbol hesperidino florido de hamadriadaY como los de Arcadia mgico y musical.

    Hispano-amerkono que frente al GineeeoSoasteis a fantama de la inmortalidad*Afanad wettras ctara* por el nuevo leseoQue vend al minotauro de la vulgaridad I

    Jos G.

    PAGINAS DE UN VISIONARIO

    Emerson anunciaba, con su habla ardorosa como lade las profecas, la ltima hora de las ciudades; yo osanuncio la ltima hora de las fronteras. Un mesianismosalvador presagiar desde hoy en Amrica la unidad in-tangible de la raza latina, que es una misma en todaspartes, que es grande por la vocacin y por el esfuerzo,que aspira al progreso y al porvenir. Cuando su vaticiniose cumpla, no habr tierra ms fecunda en promesas y engenerosidades que sta tierra de Amrica. Tendr lagrandeza formidable de nuestros ocanos, eternamente

    ' querellosos sobre las playas doradas de sol; una primaverainmortal florecer en sus bosques vrgenes; los cndoresde nuestras leyendas se cernirn perennemente sobre lasmontaas que inmergen su nieve candida y antigua en elazul lleno de vuelos vertiginosos; todas las estrellas delas noches americanas reverberarn en la tersura de nnes-tros lagos y en las corrientes de nuestros ros; el surcosonreir a la cosecha, y habr una muchedumbre redimi-da en el puesto de cada una de esas ignaras muchedumbresde hoy, que son como las clulas vivas de nuestras demo-cracias nacientes.

    Los que reverenciamos la idealidad que late en los li-bros de Bubn Daro, le decimos: Maestro de las genera-ciones de Amrica: realiza tu obra total, cumple tu mara-villoso destino. Canta y encanta. Bienvenida labor latuya, porque impulsa a los hombrea a aliar los ojos de lamiseria de la tierra y a fijarlos en el inmenso azul que

  • 10

    sonre, en la ficcin celeste, en la nada vertiginosa po-blada de astros! Entrega al viento tus canciones y d-jalas caer sobre los espritus entristecidos por la sordidezde las cosas humanas, como si llevaran en sus ritmosperegrinos la virtud cordial del consuelo y del aqnieta-miento interior. La poesa tiene las purezas del cisne ylas alas del guila. Pasa con la misma gracia aligera sobreel cieno de los pantanos y sobre las nieves de las cumbrea.Llega a todos los entendimientos y, lo que vale ms to-dava, a todas las intimidades. Es universal y seorealos corazones unnimes, porque, interpretando sentimien-tos comunes, solloza con De Musset, se exalta con La-martine, profetiza con Hugo, filosofa con Leopardi, lloray re con Heine, ensuea con Becquer, blasfema conBaudelare, sufre y adora con Verlaine, combate conWalt Whitman. Y no hay quien no sepa lo que dicen, loque pregonan, lo que anuncian las grandes voces inspiradasy lricas de los posedos del numen. T tienes tambinquien oiga en la noche hechizada, bajo los astros palpi-tantes, tus dulces salmos optimistas. Los que aman elverbo castellano te escuchan. Y si pudo decirse una vezcon verdad que tus versos sonaban en los odos de losms como los cantos de un rito no entendido, ahora ha-br que afirmar que ha llegado hasta el corazn de lamultitud el eco de tu voz prestigiosa, el acento que vibraen tus himnos encendidos de amor, o de esperanza, o deentusiasmo. Eres ahora como el Sagitario de tu epitala-mio brbaro, que pasa sobre la indecisa luz del alba,junto al mar/umoreante, sobre un corcel raudo y salvaje.Como l, has robado una estrella, y la llevas orgullososobre tu frente, mientras el bosque te saluda con su vastaorquesta sonora y el alma de los hombres, prisionera su-blime, se asoma a las torres irreales de la ilusin, paraverte pasar!

    MADRIGAL

    Una humedad de luz y de ternura

    hay en tus ojos, al amor abiertos

    como dos grandes y tranquilos huertos .

    que ofrecen al viajero su frescura...

    Puertos de pos y de bonanza, puertos

    donde el marino un agua halla segura;

    y en ellos encontraron sepultura

    lquida y clara, muchos astros muertos...

    Inundados de alma, cuando miran,

    ms que mirar, parece que suspiran;

    y desciende desde ellos hasta el alma

    tan indecible beatitud, tan suave

    consolacin, tan infinita colma,

    que el alma queda murmurando: Ave!

    EMILIO FRUGONI.

    FBAHCOBOO ALBERTO SCHISO.

  • LA VENGANZA

    Al regresar, un domingo, el viejo Jos a su casa, tuvouna dolorosa sorpresa. Sus frutales, sus bellas plantasfloridas, su diminuta huerta, todo aquello que era el frutoadorado de su vida solitaria, estaba oomo arrasado porun tropel de potros.

    El viejo hundi los labios, arque las cejas y mene lacabeza largo rato, sin. valor para andar ms.

    I Quin lo hera as, en su pobreza y en su corazn TLuego se mir las manos preguntndoles si tendran

    fuerzas an para rehacer lo perdido. T, al apreciar msel dao, distingui en el suelo un hacha. Era de Pedro,el vecino, el envidioso Pedro, que sufra ante aquel pro-digio del trabajo y la paciencia.

    *

    Precisamente algunos das despus, deba Pedro pagar-le la medianera de un muro. Y vino, y salud sonrienteal viejo Jos, el cual retribuy su amabilidad lo mejor quepudo. Has cuando sac el dinero, el viejo lo detuvo:

    He pensado pedirle que no me pague esa soma. Solohe quedado en el mundo, poco me resta de vida y pa misnecesidades puedo trabajar an. Usted es joven, tienemuchos lindos hijoi Concdame el favor que le su-plico!

    Insisti de tal manera, que Pedro, conturbado hastadar taupie, hubo de retirarse oon el dinero.

    IX VEXGVS7A 13

    Otros das pasaron, y una noche fra y lluviosa desper-t al viejo un gran alboroto en casa del vecino. Se levan-t e inquiri lo que ocurra. La esposa se mora, y elmarido, desesperado, no se decida a dejarla para ir abuscar el mdico.

    El viejo Jos, encorvado bajo la lluvia, fuese dandosaltitos y trajo al mdico, que salv a la enferma.

    Ya es bastante, Dios mo ! exclam al alba Pe-dro, mirando la casa del vecino.

    Faltaba an la venganza ms terrible.Pedro recordaba bien que el da de la borrachera ha-

    ba olvidado el hacha en el jardn del vecino, y esto loatormentaba hasta la loeura. La busc varias noches sinresultado, Cmo evitar que el viejo la descubriera !i Cmo era posible que no la hubiese visto todava !

    Y he ah que entre -unas matas de su propio jardn,encontr Pedro el hacha, como cada all al acaso, conhojas y tierra encima .. Al inclinarse, distingui las hue-llas apenas perceptibles de los pies de un hombre, queiban hasta el muro lindero, precisamente al sitio dondeera ms fcil el acceso... Sin poderse contener, sali"a la calle y penetr en la casa del vecino. Entr derecha-mente hasta el fondo, con la cabeza baja, sin decir unapalabra.

    Hola, amigo, buen da ! dijo alegremente el vie-jecito, apoyndose en su escardillo para observarlo consus ojitos seniles.

    Pedro, entonces, se le acerc sumisamente. Quiso ha-blar y no podo; sinti grandes deseos de ser chico y llo-rar, y cayendo de pronto sobre los pies desnudos del an-ciano, los apret oon sus manos y los bes hasta mojarlosoon BUS lgrimas.

    Luego, siempre en silencio, Pedro se puso a ayudar alviejecito en su tare*.

    CONSTANCIO O. VKJEU

  • LA MISIN DE FRANCIA

    EN LA HISTORIA DEL MUNDO

    La historia de Francia es la ms histrica de todas lashistorias. Es la ms humana, hermosa y universal. Porsu complejidad es un eptome de la vida del planeta altravs de los tiempos.- Tino de los rasgos sobresalientes delespritu francs es su universalidad. Bl mundo lo sabe;por ello su influencia moral ha sido siempre tan conside-rable. En este sentido es como desde siglos atrs. FranciaTiene desempeando en la historia moderna el rol de Gre-cia. Pars puede considerarse el heredero de Atenas.Francia posee de su madre espiritual: la fertilidad delsuelo, el cielo lmpido y sereno; la claridad y el giro arts-tico de su genio; un idioma sabio y flexible a todos losmatices de la idea y del sentimiento; el amor a lo belloen todas las circunstancias de la vida; la aspiracin a unimperio universal sobre las almas; un arte noble y per-fecto; el gusto puro y exquisito; la despreocupacin delporvenir; la risa, el buen humor, la irona en labios sen-suales. Campoamor la llama tierra de la guerra y del ge-nio. Francia ha demostrado al mundo que en todas lasactividades, el latino es superior al germano. Se dice consuperficialidad que Francia es frivola, y sin embargo, elespritu francs an domina por medio de su literaturaseria, obra de los Votor Hugo, de los Lamartine, de losSainte Beuve, de los Tarde, de los Quinet, de los'Amiel,

    LA MISIN DE FRANCIA EX LA HISTORIA 15

    de los Benn y de los Guyau. Por debajo de la corrientede frivolidad, corre una tendencia pura hacia lo msnoble del alma humana. Quin piense distintamente, lealos libros del hombre bondadoso y de la inteligencia ge-nial, que es el ms ilustre de los gegrafos modernos,Eliseo Eecls, y de su hermano Onsimo; a Charles Wag-ner, a Franck Thomas, a Secretan a Sebatier, a Gyladen,a Amiel, a Eduardo Heuville, a Maeterlinek y a todo elejrcito de hombres superiores que hacen de la Francia in-telectual la nacin ms querida y estimada de la tierra.Aun Zola, cuando manifiesta su alma, es altamente pa-ttico y siente la horrenda miseria humana que anotacomo observador y lsofo. Ko; Francia, esa Francia delos grandes caracteres, no quiere aturdir con cascabelesa todo espritu que quiere pensar. Su contribucin aldesarrollo general de las ciencias es incalculable, huelganombrar para probarlo los nombres de Pascal, Papin,Gay Lussac, Cuvier, Lamark, La Veirier, Dumas, Berthe-lot, Pasteur, Moissan y Chareot.

    Para el arte, Francia ha sido en toda poca una patriacariosa. Todos "los innovadores acuden a Pars pararealizar sus teoras y llevar al terreno de la realidad laaudacia de su pensamiento. El extranjero se siente comoen su hogar en ese admirable pas que parece el verdaderooasis del mundo. El escultor mB atrevido y genial denuestra poca es Bodtn, francs de nacimiento y de corazn.El arte pictrico tiene all sus representantes ms clebres.El arte de vestirse y el culinario, en ninguna parte delmundo han llegado a tanta perfeccin. Respecto a lafilosofa, Francia es la patria de Descartes, de Diderot,de Comte, y de Bergson. Obreros de la emancipacin in-telectual de nuestros das son los pensadores, francesesde los siglos XVII y XVIII. Tambin es obra suya lalabor oonstruetora del siglo XIX Luego, desde haceciento cincuenta aos, Francia es la nacin ms empe-ada en las retomas sociales.

  • 16PEGADO

    La verdadera tradicin de Francia est precisamenteen esta preocupacin afanosa y desinteresada de la jus-ticia para todos. En esta tarea se excedi varias recesa s misma, perdiendo de vista sus legtimos derechos in-dividuales. Su historia es orginalsima y sirve de inter-mediaria entre el mundo greco-romano y el moderno.Es h nica que se halla mezclada a la historia de todaslas dems Daciones, la sola que constituye un conjuntoarmnico. Ha tenido siempre, desde la poca lejana quese hizo colonia romana, un rol preponderante y una ac-tuacin brillante en el desarrollo de la humanidad. Laaccin del pueblo francs, en la constitucin de la mo-derna Inglaterra es tan enrgica y decisiva, que JuanFinot no vacila en llamar a sta, la mejor colonia de aqu-lla. La universalidad del empleo del francs en la diplo-macia, los congresas y las relaciones internacionales, es

    un hecho demasiado notorio para ocuparnos de l. Tierrade entusiasmo la apellida Kant; Hdame Stael repitelo mismo, y el gran Hegel encierra su juicio en esta pala-bras:

  • I-A DANZA DE SALOM 1

    LA DANZA DE SALOM

    (Del libro i Loe Alas Azules )Sobre la alfombra de carmn violentoTal que una sierpe viva y enjoyadaSe ourva y se retuerce, dislocada,La Mujer, que es espasmo y es portento.

    La llaman Salom. Hay en su aliento,Tibio como una noche consteladaDe aromas y de fiebres, la afelpadaCaricia de un morir grandioso y lento.Tiene gestos felinos; languidecesTropicales que - enervan; vibracionesQue encienden los ms torvos corazones.

    Y por entre sus prpados, a vecec,Culebrean, calladas, dos centellasCual desmayos de lvidas estrellas.

    IIEl velo verde

    La nia es ya doncella. Hay en sus ojosCuriosidades ntimas y plenas,Y sus papilas, grandes, estn llenasDe picardas, burlas y de antojos.

    Sobre la flor de sus dos labios rojosPalpitan las sonrisas como buenasAvispas, que muy luego en lae colmenasDel Amor dejarn dulces despojos.

    Asi la nia, que es doncella, avanza'Por los azules crmenes del cicloTras un sueo de amor y de bonanza.

    Para triunfar en el horrendo dueloCon la Vida, no tiene me que el veloDo su divina y frgil esperanza.

    L'l velo rosaDiminutos los pies han destrenzado

    ( Sobre el tapiz la danza perezosa.De un leve resplandor color de rosaLa carne femenina so ha nimbado.La euritmia de su gesto ha refrescadoDe la sala el ardor caliginoso,Como templa la brisa el bochornosoRigor de un dia elido y nublado.Es una ifla. Es una flor. Un astro.Un pensamiento blanco. Es una aurora.De exticas fragancias deja el rastro.De Cndida ilusin es promsora.Sonre. Su sonrisa es preoursoraDe un ensueo nevado de alabastro.

    iIII

    El velo rojoMas, he aqu que la flotante gasaCae de pronto al arte de un conjuro,Y surje el velo rojo,un rojo puro.Como un rub, como encendida brasa.

    Es el amor que estalla, que rebataTodos los lindes; que escondido, obscuro,Muerde como una gota de cianuro,Y, omnipotente, sobre el Mundo pata.

    Entonoes la mujer que se adormaEn quimera, despierta de repente;Hay es sus ojo* fiebres a porfa;

    Hay nn rubor en sn perlada frente.Y en BUS venas la sangre es un torrenteQue dice U cancin del nuevo da.

  • 20

    IV1 telo lila

    La danza ahora es inextricable:Es una contorsin f es un espasmo:La danzatriz comete un metaplasmoEn el ritmo, al hacerlo ms variable.

    Tiembla su vientre cual ra tilla friable;Su axila eB ms hiriente que un sarcasmo;Y ondulan sus caderas con marasmo,Y tiene el seno un rendimiento amable.

    Lila es el velo: como las manerasDe un joven pervertido; cual la esenciaDel heliotropo; como las quimeras

    Que forja la lujuria en su demencia.Lila es la tarde en su augustal presencia,Y lila es el eolor de ISB ojeras.

    El velo amarioDe la lujuria desceido el velo,Surje el velo letal de la fatiga,1 del color de la amarilla espiga,1 del dolor de un satisfecho anhelo.

    Cuando desciende del cnit del cielo,Donde ascendi la triunfal cuadriga,Tiembla en el aire aznl como enemigaLa gualda agonizante de un desvelo.

    Asi en la vida la mujer: crislidaQue el amor en ro hora ha despertado,Sus alas tiende al Sol. La tambre calida

    Enciende sus arterias. Lo ignoradoLe maestra sus entraas Y aleamadoEl confn, la mujer se queda plida.

    LA DAMA DE SALOM 21

    VIEl voto violeta

    Y llega la viudez de los sentidos.La danza, que hace poco era un infierno,Es ahora de un ritmo sempiterno,Con gestos vagos, lentos y transidos.

    En vano simulacros fementidosQuieren vencer la nieve del invierno,Que el eco no responde en el eternoSilencio a los clamores ms rendidos.

    Los recuerdos en lenta caravanaPasan por la violcea lejana:Y al mirarlos pasar la bestia humana

    Azotada por hosca rebeldaLanza en un grito, ante la luz del dia,Todo el rencor de la tiniebla arcana.

    VIIEl velo negro

    Entonces, con un brusco sobresalto,Con el gesto ritual de una sibila,Ante el Tetrarca la Mujer perfilaSu busto, como un rgido basalto.

    En sua ojos, tenidos de cobalto,Un extrao relmpago rutila;Habla, y su voz tremenda no vacuaAl demandar venganza de lo Alto.

    Quiero la testa del Profeta,clama,Junto al Tetrarca lvido e inquieto.Y cuando se la entregan, como llama

    Mal contenida en omnimo*o peto,Surge su Amor, y aquel su Amor es retoAl mundo entero que palpita y ama.

    VICTOS PHUM Pitn .

  • 32.584,007(Cuento)

    Era por el ao 2500. Ya existan entre loa hombresmachos ejemplares de acero, grises y automticos, demsculos metlicos y organismo mecnico como predijoMaiinetti o los so Villers.

    La mujer era un cosa ms, que llenaba, como unacua, la falta del obrero del taller o del subterrneo.

    Enormes bombas desinfectantes absorban con exac-tos intervalos de tiempo el aire viciado de la ciudad.

    Los burgueses se transportaban sobre la urbe en va-gonetas especiales, que cabalgaban, fantsticas, en lasondas invisibles de poderosas corrientes elctricas.

    La sirena ocial despertaba al negro ejrcito laboriosopor "la maana y le enviaba a encerrarse, para la futuralabor, a una justa hora de la noche.

    El sueo, el sol, el pan, el aire, el alcohol, el azul! serepartan equitativamente con el control de los directo-res del pueblo: higienistas, financieros, socilogos

    Los privilegiados, en connivencia con un gobierno,que emanaba de elloshaban instituido el servicio deltrabajo obligatorio y ya no se vean por las calles pulidasy relucientes y por las plazas de mrmol, fastuosas ydeslumbrantes como jardines encantados,a los simp-ticos y astrosos atorrantes y a, los dulces y bohemios go-rriones. . .

    Por ese entonces, en el piso cuarenta y tres de un enor-me casillero, donde Be alojaban artesanos, naci un chi-quillo que presentaba alarmantes sntoma morbosos.

    El Consejo de Salud Social que haba venido a inscri-bir al novel soldado, al nuevo guarismo ciudadano, a

    32.584.007 ( CEMO )

    quien correspondi el nmero 32.584,007, dictaminque se le llevase a la Junta de Mdicos para someterle aexamen.

    Los sesudos hombres de ciencia, de voluminosas cabe-zas mondas, tras una prolija-y laboriosa observacin ex-pidieron su fallo: Aquel fenmeno era un ejemplo deancestralismo, algo como un salto atrs en la maravi-llosa evolucin del hombre; probaba aquello hiptesiscientficas relegadas al olvido. Era digno de atencin!

    Aquel montoncito de materia rosada y fofa, tena den-tro una cosa rara, una roja viscera sensitiva, palpitante, un corazn!

    Se pens en extraerle el rgano, ridculo en tal poca!pero, previamente, quiso un sabio erudito, especializadoen paleontologa, dar una conferencia sobre el homosentimentalis s, especie desaparecida, compuesta de ante-pasados absurdos, altruistas y sentimentales, con indi-viduos ociosos que cantaban,lamentables,el dolor,el misterio y los claros- de luna ! Le exhibieron n unanfiteatro de diseccin, traspasado por los rayos ultrapo-tentes de cincuenta aparatos escrutadores.

    Se resolvi conservar el curioso ejemplar, analizando elcurso de su vida y sus probables complicadas y descono-cidas manifestaciones.

    1 32 millones y pico, contra los pesimistas augurios,se desarroll saludablemente. Y resucit, para asombrodel mundo, un antiguo vocablo olvidado, Bobre el cualhaban leyendas de sortilegio: amor. Se ilumin de esesentimiento; am y lo am todo!

    Sinti la dentellada feroz de la injusticia y quiso lucharcontra ella. En su jardn interno el amor se volvi cantoy naci con alas, con una palpitacin de libertad virgen!

    Aquello hubiera sido sorprendente si no fuese disparatado..Le encerraron en un manicomio.Logr evadirse.... y en la-sombra, en el fondo de tos

    subterrneos y sobre las ms altas torres, valido de todos

  • los recursos de la poca, se dio a una propaganda furiosa,

    Conquist muchos adherentes, infinidad de prostOBporque invent un reactivo: el descontento.

    Proclam la violencia; clamaba su verba: Existe otrovivir ! yo lo anuncio ! aqu dentro canta una TOZ auguralla belleza de una futura ciudad de armona! Es precisodestruir esto ! Nada se alzar sobre los cimientos de lodo,lo han de surgir los frutos de oro de las raices podridas! Accin!

    T la multitud, afnica de entusiasmo, ebria de un vinode revancha, clamaba su trgica amenaza: matemos ! quememos ! destruyamos !

    Todo se llev en una perfeota reserva. El hilo de lasconspiraciones fue enredando, veladamente, los viejosorganismos contemporneos. Los guarismos (que pare-can volverse hombres) obraban muda y eficazmente.

    Un da estall la incontenible explosin vengadora:empez a retemblar la inmensa cbsmpolis, como si unfabuloso movimiento sesmico la estremeciera; se de-rrumbaban las iglesias, las- casas de banca, los cuarteles,las academias entre formidables detonaciones y cre-pitar apocalptico.

    Los burgueses volaron con sus familias en los aeropla-nos; algunos, menos previsores, se dejaron sorprender ymurieron.

    Los qumicos asalariados del estado, y los seores, hi-cieron, nuevamente, de la ciencia, un instrumento reac-cionario: una sola descarga de gases semi-axciantes in-moviliz al negro ejrcito reivindicador.

    Bajaron los emisarios, provistos de escafandras, comolos buzos, a dominar el gris de la rebelda.

    La vida,como quiz tantas veces,fue ms fuerteque el ideal. No pasaban muchos minutos cuando lamarea arrolladura se someta con un hondo gruido de *rabia contenida.

    2.584.007 (CUENTO) 25

    Entonces, aquella enorme hidra enfurecida, quisovengar en'alguien su ira, su duro sufrir, su negra esclavitudy record al 32/584,007, maldito, que les"habia engaado, ~que les haba deslumhrado con la bella utopa. Sufobia tena que saciarse con sangre.

    Los guarismos mximos creyeron, filosficamente, queaquella sera su mejor venganza. Y desde las atalayasde sus observatorios asestaron sobre la plebeya tragedialos discos puros de sus gemelos.

    El ejrcito negro recorra las calles estremecidas- a suclamor salvaje. TJn olor de crimen y de calvario les nim-baba ferozmente. Le preparaban al apstol visionariobrbaro martirio: su carne alimentaria como un aceitediablico los engranajes de las mquinas monstruosas.

    La multitud obscura aullaba y se revolva amenazan-te, pareciendo los mil anillos de una estupenda boa enfu-recida.

    El 32.584,007 se sinti perdido; desde la ventana desu rascacielo les mir venir. Su madre lloraba!...(an restaban en la humanidad las benditas lgrimasde las madres !)

    El se llen de un gran arrepentimiento y de un deseoimperioso de vengarse de su utopia, de su hermoso Buenofracasado.

    Sinti estremecerse aquello que llevaba dentro: rojo,palpitante, sensitivo ! el gran equivocado 1

    Se lo arranc altivamente y lo arroj como un pedruz-co sanguinolento, a la muchedumbre aullante que llegabacon el sordo rumor de sus vociferaciones bajo su ven-tana

    Tembl n el aire una roja parbola imaginaria entreel soador y el pueblo I

    Esta es la historia del ltimo corazn 1

    MONTTBL BALLESTEROS.

  • No asi el tranquilo arroyo que en la llanuraSe arrastra lentamente, en Ucho blando.La superficie lisa de sus anuas, semeja

    27

    EL VERSO

    Al fcil ritmo de los viejos tiemposSucede, extraamente, un ritmo extrao;Ya no basta al espritu en ansias de blleiaJja sonoridad de las viejas palabras'El ritmo de ideas y de emocionesReemplaza a la cadencia de slabas y acentos.

    Incorreccin1!... Acaso... Acaso forma nueiaEn la vida del verso 110 basta la ArmonaY es preciso que infiltre sus sentidos ms hondosEl latir magestuoso y la pulsacin graveDe la idea, de tinaVisin ras arcana.

    En campesino taso, l zumo es ms sabrosoPorque est ms cercano del racimo, el licor;Mas despus que lia pasado par pulidos cristalfs,Y en primoroso calis nos llega al paladar,La preocupacin de Arte, detallada* pautas,De brillos nuevos y lineas armoniosas,Deja en los labios secos un gusto artificial.

    Si el alma puede pX alma llegar libre de formas,Y fundirse en un ritmo sin tiempos, ni sonidos, Qu poesa, qu msica, qu divina esculturaVale ms que el minuto supremo del Amor ? , . .

    Violento, impetuoso, irregular y arrtmico.Salta el torrente, y huye y se irisa en espumaY se revuelve l mismo sobre la negra roca;Y cunto ms potente es su caudal de aguaMs hierve y ms te arroja en liquidas cortinasBasta tocar las nubes y hundirse en los abismes

    Un espejo bruido que copia el firmamento.Refleja, azul y verde la linfa transparenteLos paisajes inmviles de las orillas;Y a veces, en la extraa claridad de su senoDeja ver los guijarros blancos y las arenas.

    Pero el alma, la vida, la inquietud del agualo bulle, no murmura, no canta, no solloza;Y las olas y espumas, les negros torbellinosQue rompen en grandiosa y terrible amontaNo alteran la impasible tranquihdcd inerteDel que a ser rio empieza, para acabar en lago.

    El verso es como el agua; tranquila y mansaCopia el azul del eielo y el verde de la orilla;Y es asi como una acuarela perfectaDe lineas, de colores y de pasivo encanto.

    Pero si el agua ruge de dolor en la luchaY combate, y se agita, y se revuelve, y goza,4 Qu le importa del eielo, del verde de la orillaDel paisaje peinado y acicalado,De la piedra del fondo,De la nube que pasa, se mira y coquetea.Si tiene en ella mismo una vida ms honda fAl murmullo en cadencia de una msica fcilReemplaza el misterioso resonar del torrente....

    La lucha impetuosa del almaEs msica y es vidaEn el verso imperfecto, tosco, violento y graveQue es ocano, torrente, vorgine y abismo...Para cantar en dulces melodas de arroyoDebe tener un lecho blando ceno de arena.

    El verso es como el agua,Varia, div&rta y una;Y el alma que traduce, et cual su fondo;Violenta, impetuosa o tranquila, ti encuentraLecho blando de arena, o roca a su paso

    LUISA LUISI.

  • L03 COLOQUIOS DE POLIO

    Be insinuaba la bella ideologa que infundi a las graves~~y mesuradas sentencias, el efluvio espiritual del afte^

    Setenta y siete aos antes de la epifana cristiana, vi-vi este lineal espritu, en la docta y legalista Boma. Unhlito de pagana y de vida", encendida el amor en el almade. los varones ilustres. Csares y ciudadanos, pregonabanen las clasicas goras, remedando el modo ateniense, suculto apasionado por la vida armoniosa y riente, por lavida feliz y placentera, que se encuentra en el equilibrioy la integridad de los placeres del.cuerpo y en la sereni-dad y plenitud del dilecto pensar. Varones provectos y

    " adolescentes ilusos, acudan solcitos a or las plticas dul-cificadoras, las disertaciones amables que los discurrido-res romanos brindaban a un pueblo gustador de los msaltos y ms nobles goces. Cayo Asinio Polin frecuentabatambin a este linaje de predicaciones, en la ciudad me-morable de los cesares artistas y sanguinarios, y enla que, por aquel entonces,renaca el genio alado y pere-grino de los peripatticos.

    Yo lo evoco a mi modo, altivo y sabio, hombre de hon-"dos y fervorosos ideales para quien la vida fue una cons-tante accin por superarse. El habl a los hombres almodo socrtico de temas preferidos, diles frmulas deeternidad y BU palabra sonora, de rotunda elocuenciareson en los mbitos de la ciudad procer, en la edadapolnea, cuando triunfaban las formas-eurtmicas y se glo-rificaba a los efebos, encarnacin de la belleza ambiguay turbadora.

    Tal es, el inspirador de estas pginas, escritas en horasde meditacin y de fiebre, algunas frente a las estrellas, ennoches de amorosa inquietud, otras junto al diario y su-balterno trajn, muchas bajo la advocacin del amor, delamor inmanente de la belleza, que flota en torno nuestroy nos baa con BU aureola de misterio y de irrealidad.

    Las vidas predilecta! que se ausentan, legan a las queles suceden muy generosos estmulos. A esas vidas, que

    LOS COLOQUIOS DE POLIN "

    PLTICA INICIAL

    En el siglo maravilloso de Augusto, Csar en quien cul-minaion los ms grandes atributos de la humana digni-dad y podero, floreci y se eterniz el genio literario deCayo Asinio Polin. Fue como el emperador dueo delmundo, seor de las ms pura idealidad, ^uscitador de lasms inefables soaciones. Concret en pginas impeca"bles ideas augustas, tan serenas, tan armoniosamenteconcebidas, que hoy todava, distante veinte siglos desdeque fueron enunciadas, inspiran las ms intensar y con-soladoras emociones. Yo pretendo evocar en stas p-ginas, plenas de doliente y pensadora humildad, el espri-tu y la obra de aquel gran ciudadano de la Boma imperialy profana, escritor de ilustre prosapia, maestro en colo-quios gentiles, heredero directo de la filosofa platoniana,que compuso una historia pernclita, clsica y austera lec-cin de espiritualidad y modul sonoras canciones, almodo del dulce Horacio.

    Por la trascendencia moral de BUS mximas, por i& pu-reza y diafanidad de sus ideaciones, por la transparentemusicalidad de su estilo, fue Cayo Asinio Folin, un ce-rebro arquetipo, poseedor de caudales espirituales inago-tables, en cuya obra lata el alma compleja de la poca y

    labro prximo.

  • 30FSGASO

    son fuente de dulzura y de consolacin, van vidas lasalmas contemporneas a abrevar sus ms sutiles sensa-_ciones. Seosacion-ea-Ja vla-ea-s,- pera"efl~~necesario queesas sensaciones, se enriquezcan, se afinen, se tornen msagudas y se traduzcan finalmente, en estados superioresde conciencia, en elevados afanes espirituales. El almacontempornea no logra colmar plenamente sus anhelosde vida superior, de refinamiento intelectivo y sentimen-tal. Prosaica e igualitaria en el sentido esttico, la pre-sente civilizacin, que ha impuesto y perpetuado el dog-ma cristiano desde hace veinte siglos; ella no es propiciaa las grandes creaciones del espritu, a los sueos de ar-mona y de belleza, que un da encendieron la mente delos hombre-dioses helnicos. Es por eso que volvemoslos ojos con amoroso anhelo, hacia aquella edad, ciclpreclaro, en la que el dios amor era-coronado de mirtossobre los mrmoles inmortales y la belleza, diosa supre-ma, impona su olmpica soberana a los corazones.

    Estas pginas se inspiran pues, en aquella edad y enaquella forma de sentir, de pensar y de perpetuar el cul-to del arte y exaltan tambin con sincero y devoto fervor,la vida armoniosa y fecunda, el goce saludable y dignii-cador, la belleza que nos torna en divinidades siendo m-seras criaturas y el ensueo peremne, que nos hace super-vivir.

    As surgen Los Coloquios de Polin a la vida litera-ria, a la vida de las sensaciones ms exquisitas y de msnoble linaje...

    WffiBEDO Pl.

    IDEARIUM

    Seamos inconsecuentesRes'ulta que aceptamos una porcin de con-

    ceptos necios que deberamos desconceptuar. A todosnos han reprochado un cambio, invocando el sacrosantonombre de la consecuencia. Consecuencia con qu !. . .4 Por qu ? Gabriel D'Anunzio plantea este angustio-so dilema: Rinovare o morir . Marco Aurelio antes ynuestro Rod despus, han dicho algo por el estilo. Todavida, no es sino una larga cadena de jnutaoiones, de ac-tos distintos. Todo se transforma en torno nuestro. Ca-da da que transcurre aprendemos una cosa nueva, am-pliamos nuestro paisaje.

    ; Usted no piensa hoy como hace cinco aos ! osdirn en tono de reproche.

    Y vosotros tendras una gallarda postura espiritual, afir-mando.

    Es verdad. Y ah tienen ustedes una prueba induda-ble de que pienso !

    Pasa la multitud.. . Ved esa afanosa multitud que pasa. No

    sabe donde va. De esa gente puede decirse lo queCervantes dijo de aquel trozo de mundo que presenta enPersiles: Todos los hombres deseaban, pero a nin-guno se le cumplan los deseos. Renunciadla las vani-dades y hallareis el verdadero sentido de la vida. Noso-

  • 32

    tros, aunque no muy temprano, hemos encontrado esesentido al fin. Ya no corremos traa cosas inasequibles:la gratitud, la popularidad ._^

    1DEAHIUM 33

    i Qu nos importa el juicio o la conducta de los dems t.Nadie podr vernos con el inters con que nos vemosnosotros. Y verse con inters, es ya una manera de re-sultar desinteresados. Mientras alentemos, nuestrosactos sern disentidos y nuestras obras miradas con-des-confianza. No faltarn amigos magnnimos que nosalaben o defiendan. Pero la masa, ms atenta alsucesodel da, o al desarrollo de la riqueza, tantas veces comole digan que un mortal realiz cierto trabajo artstico oha perpetrado una accin indecorosa, se encojer dehombros.

    Reducirse es hacerse feliz"Desvelos, anhelos, exaltaciones, ambicio-

    nes ! . . . Cunto bien nos hacemos limitando la es-fera de nuestra actividad! (En la parte ostensible).j El mundo ? . . . Nuestra casa, j Los seres ms preclaros 1Los volmenes de nuestro cuarto de estudio. Los libros !Ellos nos reservan su desinters, su emocin, su inquie-tud, su enjundia... Los hay suaves y consoladores, comola voz acariciante de una bienamada; sobrios y sentencio-sos como la parla de un severo maestro que abriera pers-pectivas a nuestra inteligencia; enrgicos y doctos comoaquel noble espritu que, en un largo viaje, templ nues-tro carcter... Solos con nuestros libros, alejndonos delos dems, acabaremos por encontramos nosotros...

    Elogio del egosmo nobleEl egosmo en s, no puede ser antiptico.

    TJn egosta que se respete (i y se respetan todos 1) esya un hombre que respeta a los semejantes. De todos loscongneres de Adn son los menos egostas aquellosque mayor desazn nos producen. Por falta de egosmo

    ni siquiera se aprecian ellos. Si su propia vida no les an--gnstia: como hemos de pretendeE-haeeries-partcipes-denuestras congojas y nuestras inquietudes t...

    Las reformas del futurotendiendo a mejorar la suer-te de la humanidad dolienteno las llevarn a buentrmino los grandes rebeldes, sino los grandes egostas,Y las harn, antes que por voluptuosidad reivindicadora,por clculo. Haca notar Molinari que, actualmente,corre menos riesgo de morir un asesino de profesin,que un laborioso minero. Imaginis el peligro ! El daque este veracsimo concepto revolucionario se difunda,una nueva organizacin social ms justa ! sobre-vendr para bien de todos.

    El camino del triunfoCundo veis a un hombre equilibrado que

    se tiene confianza as propio, reverenciadle. Estis enpresencia de un futuro triunfador. Empezar por ayudar-se. Intentamos significar que, con su voluntad fuerte,ser el primero en ir al trabajo y el ltimo en abandonarla Aligacin. Pedir pocos favores, sin perjuicio de realizartodos los que pueda. Es intil que la maledicencia seensae con l. Podrn los dceres hacerle un mal momen-tneo. Acaso desorientan una hora la pblica opinin.Pero su perseverancia, unida a su recta conducta, aca-barn por imponerlo. Y entonces s que no habr quienlo derribe. Con palabras de Niesztehe: Si te ayudas ati mismo, todo el mundo te ayudar despus...

    ANTH MABTN SAAVEDRA.

  • NOTAS BIBLIOGBATIOAS 35

    NOTAS BIBLIOGRFICAS

    Pantheos. Por CELOS SABAT EBCASTY. 1917,O. M. Bertani.Editor.

    El lirismo filosfico de Sabat Ercasty, revela una ten-dencia dentro de la literatura de la hora'y define unapersonalidad en_el ambiente.

    Por eso este comentario no puede ser ms que un elo-gio. Pantheos, est lejos de ser un tratado metafisico,en razn de su propia excelencia potica. Su filosofaes consuelo, y afirma la nica inmortalidad deseable:la que vive el instante, eterno y actual, que siempre serenueva^ igualmente joven, .en el vivo drama de la natu-raleza. Su pantesmo dulce y cordial, no .llega nunca aser tristeza, aunque suele ser melancola... Lo irrepara-ble es expresin sin sentido para el optimista. Lo que vive,ha vivido y seguir viviendo. La naturaleza ratifica elmito arcaico, y Proteo,cosa o espritu, hombre o flor,rbol o pjaro, llama o nyade, iris o trino, monstruo omariposa, rayo de luz o piedra opaca, vibraein o inercia, silencio o acorde, bruma o estrella,desmiente, por igual,la fbula de la inmortalidad sin cambio y el espectro delaniquilamiento definitivo, quees la ms perentoria y des-consoladora negacin de la vida, puesto que no es conce-bible el ayer sin la extensin indefinida del maana.

    Tal el sentido fundamental de la poesa rdente deSabat Ercasty, que es la que motiva este comentario,pues dejo sin glosano obstante su dinamismo poticolas composiciones anteriores a La Montaa.

    La poesa de Sabat Eroasty, plantea y resuelve poremocin, un problema que la dialctica secular y la abs-traccin obstinada, tornaron insoluble, de consuno.

    Lo diuku denmestia eWalor de < Pantheoa, como obrade pensamiento.

    Pero necesito, para ser justo, decir algo ms: SabatErcasty es un poeta completo; su estilo rtmico es la reve-lacin de su numen; y el preciso empleo de los valoresliterarios, la articulacin fisiolgica de la frase, el decirpersonal, el vocabulario extenso, jams extravagante,aseguran el equilibrio armnico de sus poemas.

    Poda decirse, con exacto criterio, que el poeta exagerael anlisis y diluye, por tanto, la idea, en el torrente lri-co,pero Sabat Eroasty puede desviar el reproche hacialos dioses (Hugo, en primer trmino) y si esto no bastara,echarle la culpa a la buena hermana Primavera, que esla musa de su juventud.

    Y he de agregar, an, que Sabat Ercasty es dueo dela imagen, que su retrica virgen excluye toda contami-nacin cannica y que con Paolo Buzzi, ha puesto enprctica la bella frmula novecentista: libera anima inlibero canto. P. DE G.

    Rosas de Bohemia, Por MANUEL BENAVENTB. Flo-rida 1918.

    Como todo libro de juventud Rosas de Bohemiaes mas una obra promisora que definitiva. Aade sinduda un nuevo lauro al autor del Jardn de la Vida,aunque en verdad no puede decirse que Benavente hasuperado con esta a su obra primigenia. Dos virtudesmfonipafl, a mi juicio, tiene este cultor del gay decir: lasencillez y la sinceridad; no obstante, con respecto a estaltima, podra reprochrsele que no siempre el tema esdigno de la musa que lo exalta, Su amargara, a menudo,da roas 1 sensacin de una simple contrariedad que deun dolor real, por le cual no loan* siempre a hmm

  • 36 PEGASO

    vibrar el corazn del lector al unsono con el suyo. A suedad, por ejemplo, puede llorarse la herida irremediablede un amor o de un gran afecto trunco, pero es infantilrremir por la, glnria,quajwan pnrin lvencido sin remedio, porque no se ha conquistado de unmodo absoluto el ideal. Bien estaran esas lamentacio-nes en un alma ya amarilla por el otoo, pero no en unaque recin puede decirse, empieza a florecer! lo obs-tante estas observaoo'nes, que sealan extravos y nodefectos, Benavente ocupa siempre un puesto de van-guardia entre la juventud lrica de la Repblica. Su tem-peramento, su alma, su llama de iluminado, se trasparen-tan en casi todas las pginas de su libro. Una vez quela vida le ensee un poco ms el valor justo de las cosasy que el tiempo lo madure, Benavente ha de dar frutos,lo creemos con toda sinceridad, mucho mejores que losque nos brinda en sus Kosas de Bohemia. J. M. D.

    El dulce Dao. POESAS DE ALFONSINA STORNI. Editorial Buenos Aires, 1918.

    Alforsina Storni, la poetisa argentina, canta como unailuminada; mstica del amor, se dijera que estruja su co-razn en las espinas trgicas del rosal de la poesa. Tie-nen sus versos una aterciopelada gracia de flof, pero sepresiente en su esencia el palpitar intenso de una humanaentraa sensitiva. No s por que asociacin de ideas -creyente de mi fuerte pantesmoevoco al leerla el tem-blor dinmico que pugna en la vida de la romnticaVallisueria que nosj pinta Maeterlinck, el poeta de todoslos misterios. M. B.

    La maestra normal. Por MANUEL GLVEZ. 2.a edi-cin corregida.. Buenos Aires, 1918.

    Hemos vuelto a leer, con la admiracin de hace unosaos, la notable novela que ahora se edita nuevamente.Glvez da^la sensacin del profesional de las letras, del

    NOTAS BIBLI0GBAFICA8 S7

    hombre que no tiene otros afanes sino los muy noblesde contribuir al mayor prestigio del movimiento literariode una poca y un pas. Su esfuerzo se nos antoja inten-ssimo. Su poder de evolucin admirable. En 1907 senos presenta poeta subjetivo con El enigma interior.En Sendero de humildad (1909 ) el panorama espiri-tual se ha dilatado mucho. Un ao ms tarde tienta lanovela con El diario de Gabriel Quiroga. Viaja paraproducir en 1912 El Solar de la Baza, obra vigorosa,recia de estilo, magnfica de intenciones, plena de levan-tados ideales, que consagra a su autor en Espaa y todaAmrica. .La maestra normal, que ve la luz en 1913,sugiere la idea de que estamos ante un temperamento denovelador incomparable, dentro de las actuales letrasroplatenses. El mal metafsico , no supera el mritode la obra precedente, mas el novelista arma su arrogan-cia. Y La sombra del'convento , editada el ao pasado,prueba que Glvez gan en estilo y objetivismo, sin queel inters y la emocin de La maestra normal quedensuperados. He aqu resumido nuestro juicio sobre la bri-llante personalidad argentina. Este Glvez que tantoha dado y tanto promete, sigue siendo el autor deLa maestra normal, libro cuya lectura recomendamos.V. A. S.

    Literatura contempornea.Por ALVABO MELIN LA-FINTJB,. Cooperativa Editorial Buenos Aires, 1918.

    Alvaro Melin Lafinur,, que ha conquistado una bienmerecida autoridad de crtico literario en el ambienteroplatense, ha publicado recientemente un notable vo-lumen de prosa, destinado a comentar la labor intelectualms meritoria que se haya gestado en estos ltimoB aos.Este nuevo libro, impone definitivamente sus condicio-nes de critico sereno y ecunime, as como su aptitudpara agudizar en el examen de las obras extraas y aqui-latar con amplitud de criterio y elevacin de^moepto,

  • 38

    los mritos o defectos que pudiera advertir en las produe-ciones que juzga. Con razn dice Manuel Glvez en elprlogo de Literatura Contempornea, que Melin La-

    __Jmi_es-el-crtioo que^ata^aila eii mestroinedo literario.Y es exacto el novelista de El mal metafsico. Hastaahora, la labor de exgesis, la verificaban unos cuantos es-pritus superficiales y exclusivistas, cuyo sentido estticoy penetracin analtica, no pasaba jams de la epidermis,de lo objetivo y elemental. Suponan que cultivar lacrtica literaria, en el alto sentido que ella reclama, "sereduca a glosar la produccin ajena, repitiendo, con co-mentarios desaliados ms o menos oportunos, las pro-pias ideas y conceptos del autor cuyo examen se imponan.Melin Lafinur, ostenta condiciones de verdadero crti-co, por su comprensin honda y amplia, por su toleranciapara practicar el examen, por sus maduros conocimientos,de tendencias, escuelas y modalidades literarias y por sumodo de diferenciar e individualizar a los autores.Carece de ese sectarismo y unilateralidad tan frecuentesen algunos que se titulan crticos, ignorando que esta deli-cada labor perdera todo su efectivo valimiento s seredujera solo a un anlisis fro y sistemtico y no a lo quedebe ser en su definicin especfica: modo de valorar laproduccin de los otros, sealando todas las caracters-ticas que esa produccin ostente, ya las que la enaltecen,ya las que la desvirtan, por equivocacin, error o desco-nocimiento de sus autores. El escritor de Literatura Con-tempornea sustenta estos conceptos y los practica ad-mirablemente en su ltimo libro. Juzga a Glvez, en susnovelas, con serenidad de juicio, traza la semblanza deDaro, con acierto y vigor, comenta agudamente a Nieat-ohe, cuyos valores ticos parece sustentar en el arte,encomia la figura apolnea de nuestro gran Rod y entodos estos juicios, evidencia Melin Lafinur, BUS nota-bles cualidades de exgeta y la admirable disciplina mental,que lo hace aparecer exacto, sobrio y definitivo en la in-terpretaejn de k valores estticos y morales de eada fi-gura artstica que comenta^ W, P.

    1TOTAS BOLIOGBiFtCAS

    Por el Amor y por Ella.Versos de FEBNAKDEZ"Buenos Aires, 1918.

    Ya nos ha hablado Yaz Ferreira de las obras producidasen estado de alta tensin, que traen por resultado lo sli-do, hondo y emocional, y de la obra ligera/ que apenasroza el alma, como un golpe de ala de golondrina raudasobre el dormido espejo del agua. T>h los libros que noduelen, que no hacen vivir reales sensaciones, es stedel sutil poeta de e Ciudad, es ste donde campea lafrase fina, el ritmo exquisito, y triunfan felices y origina-les algunas imgenes, pero donde no se eleva el tono dela leve galantera . . . M. B.

    El poeta del hombre. Almafuerte, su vida y su oir. Por AVELINO HEEEBEO, Editor Martin Garca. Bue-nos Aires, 1918.

    Nos place, antes que nada, la franqueza que se advier-te en este libro. Creemos que hay apreciaciones excesiva-mente fogosas. Herrero no es el crtico fro que marcavalorea y seala deficiencias. Es el discpulo apasionado,el comentarista resuelto, para quien es fundamental laexaltacin del poeta, cuya vida de lucha y cuyo versosde acero pueden tener una influencia educadora dondequiera que sean ledos. Hay mucha originalidad en laforma de hacer el estudio de Palacios, a quien se ve ha co-nocido Herrero ntimamente. Esto le sirve para identifi-carse con el eepiritu de su vasta obra apostlica. Blpoeta del hombre es libro de sectario. Libro espontaneoy personal que interesa a todos. No discutiremos su* con-clusiones. Pero pondrmosle bien oerca de nuestra me,a fin de consultarlo cuantas veces hayamos de mencionaral maestro Almafuerto. M prlogo de Francisco A. B rroetavea se nos antoja un tanto arbitrario, desde quetranscribe partes de la ote escrita por Herrero. Un

  • PEO ASO

    juicio compendioso habranos convencido ms. Aunque

    Por BARTOLOM GALD

    V. A. S.

    Poemas Exticos y Modernos,-DEZ.Bnenos Airea, 1918.

    Metros raros, pellos motivos exticos, donde desfilanpompaa remotas de legendarias civilizaciones; msicademasiado hecha . Este labro de Bartolom Gah'ndezjoven poeta, que tiene en su haber el bello gesto de lacreacin de una biblioteca de autores jvenes, estevolumen slo demuestra una habilidad tcnica recomen-dable. Es un primer paso y es de esperar que el dolor agu-dice la sensibilidad del poeta y abra su alma a ms grandesy profundos panoramas. M. B.

    En esta Secein nos ocuparemos de todos los libros delos cuales nos sean remitidos dos ejemplares.

    NOTAS

    ARBIGO BOITO

    En instantes en que su patria, la gloriosa Italia se de-bate en medio a una inmensa tragedia, muere Arrigo Boi-to, poeta eminente, creador de melodas inefables, grancompositor, dueo de los secretos del pentagramaArrigoBoito, haba alcanzado ya en vida la soada perduracinesttica. Sus obras lo haban impuesto definitivamenteentre los ms afamados compositoresMefistfelesprimero y Nern ms tarde dieron a su nombre un ren-dimiento de grandeza y de celebridad. Claro, emotivo,pleno de armonas, devoto del arte inmortal, fue ArrigoBoito, un alto esteta de las polifonas, cuya vida tuvouna constante actividad trascendente. Fue un artis-ta: como tal luch, am, sufri, fue glorioso por su vidadedicada, a las manifestaciones ms. altas y por su obraconcreta que dona el mundo de las sensaciones la masnoble virtualidad de su genio.

    Montevideo, Agosto de 1918

    REDAOCIO

    Antn Hirtln Saavtdra Wifrtdo Pi

    Montiel Ballinan

    ADIISTRACIO

    Joi Lpez DmhampSubscripcin memuil t 0 50

    Dirjase la cbrrespondencia: Calla Piedras, 385 Montevideo

    CARLOS REYLES

    Y SU NUEVA OBRA

    En su apartada mansin de Lobera, o en la suntuosamorada de Buenos Aires, Carlos Beyles divide el tiempopara l inagotableentre las grandes especulacionesrurales y el noble cultivo del arte. En su vida intensa y fe-cunda como pocas, se adunan maravillosamente los tra-bajos del campo Baos y tiles a la sociedad, con las purasy desinteresadas manifestaciones del espritu. Una nue-va obra de hondo pensamiento y gran belleza, agrgasea la labor de alto valer ideolgico y artstico del autor uru-guayo. < Dilogos Olmpicosse llama el nuevo libro quedebe aparecer a fines de Agosto lujosamente impreso yartsticamente ilustrado. Los Dilogos Olmpicos'por su fondo, por la teora que sustentan, por el hondopensamiento que encierran, estn llamados a constituirun verdadero acontecimiento literario en nuestro am-