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Revista Virtual Microcomputadora

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Evaluación

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La depresión es un importante problema de salud públi-

ca en la sociedad moderna. Sin embargo, poco se sabe

sobre el vínculo molecular entre esta condición y la neu-

roinflamación. Recientemente, miembros del grupo de

investigación Etiología y Patogenia Periodontal, Patolo-

gía Oral y Enfermedades Musculares de la Universidad

de Sevilla, en España, han demostrado que existe una

relación directa entre el complejo inflamasoma y la de-

presión.

Este nuevo estudio, publicado en Molecular Neurobio-

logy, demuestra el papel del inflamasoma en la depre-

sión inducida por el estrés. En este sentido, el efecto del

estrés requiere de la activación del gen NLRP3 del com-

plejo inflamasoma, así como la activación de unas célu-

las del sistema nervioso llamadas microglías.

A su vez, el trabajo describe cómo la misma activación

de la microglía durante la neuroinflamación en la depre-

sión requiere que el gen NLRP3 sea completamente

funcional para producir los síntomas. De acuerdo con

estos hallazgos, el NLRP3 podría ser un objetivo en

nuevas intervenciones terapéuticas para prevenir la de-

presión en los pacientes.

“Nuestra investigación confirma el papel que tiene

NLRP3 en la fisiopatología de la depresión, así como

una nueva diana terapéutica. La inhibición de NLRP3 y

de la microglía podría suponer un nuevo tratamiento de

esta enfermedad”, afirma Mario D. Cordero, profesor de

la Universidad de Sevilla.

Según los expertos, la exposición prolongada a estrés

provoca significativos síntomas depresivos, así como

neuroinflamación, activación de la microglía e inhibición

de la neurogénesis en el hipocampo y cortex prefrontal

en ratones sanos.

Estos hallazgos no solo no fueron observados en rato-

nes en los que previamente se había eliminado el gen

NLRP3, sino que no se vio afectada la activación de la

microglía y pérdida de la neurogénesis. “La inhibición

farmacológica de la microglía ejerció también un efecto

protector sobre la depresión”, añade Cordero. (Fuente:

UCC+i US)

El tratamiento contra esta enfermedad, segunda causa de mortalidad

en el mundo, consiste básicamente en una combinación de fármacos

que al utilizarse de forma correcta se encargan de controlarla; sin

embargo, que los pacientes no lo sigan sus tratamientos, las fallas en el

suministro y la calidad de los antibióticos durante su prolongada dura-

ción, han propiciado la aparición de cepas de micobacteria

(Mycobacterium tuberculosis) resistentes a los antibióticos.

En el estudio de nuevos antituberculosos, el Grupo de Bioquímica y

Biología Molecular de las Micobacterias, de la Universidad Nacional de

Colombia (BBMM), investiga la potencial utilidad de péptidos antibióti-

cos, un tipo de moléculas formadas por la unión de varios aminoácidos

presentes sobre todo en las proteínas para controlar la bacteria.

Hasta el momento, se ha observado que algunos péptidos de respuesta

innata de diferentes organismos poseen actividad antimicobacteriana,

según Carlos Yesid Soto, director de la investigación, “el organismo

tiene una defensa natural y nosotros usamos los compuestos naturales

que el organismo utiliza para combatir las bacterias que existen sobre

todo en la piel”. Después de un proceso químico, añade, estas moléculas

se modifican haciéndolas más útiles para combatir la Mycobacterium

tuberculosis.

Por su parte, Sandra Milena Chingate, estudiante del Doctorado en

Química, menciona que la actividad de los péptidos antimicrobianos

tiene un efecto positivo a la hora de combatir la tuberculosis y pueden

ser de diferentes especies. El papel de dichas moléculas es inhibir el

crecimiento de las micobacterias.

El profesor Soto también explica que dichos péptidos son producidos

por el organismo, pero el grupo BBMM los produce en el laboratorio, allí

toman una resina en fase sólida a la que le agregan aminoácidos para

producir péptidos de longitudes determinadas, por ejemplo, hay pépti-

dos de quince aminoácidos. “Lo que hacemos es cambiar la secuencia

de algunos aminoácidos al aumentar su valor antibacterial”, amplía.

De esta manera, destaca el investigador, se han observado importantes

alteraciones en la microestructura de la pared celular de las micobac-

terias latentes presentes en la tuberculosis, que sugieren posibles

cambios en la composición lipídica (conjunto de moléculas orgánicas de

la pared celular), lo cual resulta relevante en la modulación de la res-

puesta inmune y en la virulencia de dichos microorganismos.

Al respecto, Laudy Viviana Quitián, estudiante de maestría e integrante

del grupo, subraya que el trabajo se basa en las estructuras proteicas

que tienen función bactericida, es decir que son transportadoras de

membrana fundamental en la supervivencia de la bacteria.

Los investigadores coinciden en señalar que la importancia de este

trabajo de investigación radica en desarrollar nuevos medicamentos y

en una posible vacuna que está en aproximación molecular, ya que los

medicamentos convencionales no están resultando útiles. (Fuente: UN/

DICYT)

UN “PORTARRETRATO”

DEL CÁNCER DUCTAL DE MAMA Martín Abba, investigador adjunto del Consejo en el Centro de Investigaciones Inmunológicas Básicas y Aplicadas de la Univers idad Nacional de

La Plata (CINIBA, CONICET-UNLP), en Argentina, junto a colegas de la Universidad de Texas, Estados Unidos, lograron identificar una serie de

factores moleculares que están presentes en el cáncer ductal – de los conductos- in situ de la mama y caracterizaron las posibles vías genó-

micas para la progresión de estos hacia estadios invasivos.

El trabajo publicado en la revista Cancer Research revela, por ejemplo, que ciertos adenocarcinomas “han aprendido a modular al sistema

inmunológico, que ante células tumorales intenta frenar la progresión y erradicarla, ya que tienen un perfil supresor del sis tema inmune que

les permitiría progresar”, explica Abba.

Los carcinomas ductales in situ (DCIS, por sus siglas en inglés) son muy parecidos, en cuanto a su perfil genómico y transcripcional, a carcino-

mas infiltrantes y existirían dos grupos de los cuales uno es de alto riesgo –denominados C1- y el otro presenta un riesgo moderado –los C2-.

“No todos los carcinomas in situ progresan hacia estadios invasivos, aproximadamente un tercio de estos lo hace”, explica Abba.

Los de alto riesgo tienen una propensión a progresar al otro estadio invasivo, por tanto serían más peligrosos en terminos de la supervivencia

del paciente, pero sobre todo por esta capacidad de regular el sistema inmunológico. “Nadie va a hacer un viaje sin previamen te haber hecho

las maletas para encomendarse en ese viaje. ¿Por qué exponerse a invadir un tejido, enfrentándose al sistema inmunológico sin antes estar

preparado para ese cometido?”, grafica el investiga-

dor.

Otra de las características que pudieron identificar

es la metilación –agregados del grupo químico metilo

que inactivan la expresión del gen- sobre el llamado

HOXA5 que tiene la capacidad de regular al gen TP53

-gen supresor de tumores- y de este modo promover

el desarrollo tumoral. “Observamos que todos los

DCIS C1 tienen hipermetilado el promotor de HOXA5,

la perdida de expresión de este gen impediría la ex-

presión de TP53 . En este tipo de carcinoma, enton-

ces, uno de las formas de inactivar a TP53, es la

hipermetilación de HOXA-5”, aclara.

La idea de este “retrato” genómico y molecular es

determinar cuáles son las vías de señalización y

mecanismos genéticos más relevantes en estadios

tempranos del desarrollo del cáncer de mama para

su posterior estudios y/o intervención con estrate-

gias terapéuticas.

El foco de los análisis en genómi-

ca funcional, explica Abba, hasta

hace pocos años se centraba en

las secuencias de ARN llamadas

codificantes –o sea que llevan el

mensaje que será ‘traducido’ en la

producción de proteínas-, pero se

conocen y descubrieron en el tra-

bajo presente, más de 200 de es-

tas moléculas que no tienen se-

cuencias codificantes. Se los llama

ARN long no coding y representan

el 80 por ciento de la expresión del

ARN total en una célula, Abba acla-

ra que “tienen la capacidad de

regular a proteínas, reclutándolas

en complejos activos, secuestrán-

dolas, o actuando como esponjas

de microARN. Que no codifiquen no

significa que no tengan función.

Tendrían un rol fundamental en la progre-

sión tumoral”.

En el caso de los DCIS C2, todos expresan

receptores de estrógenos, por lo cual

dependen de la hormona estradiol, y la

mayoría son tumores luminales. En cam-

bio los C1, son de tipo basal y son inde-

pendientes de la vía de esta hormona, por

tanto no responden a la terapia

‘antiestrogénicas’ que sí pueden usarse

en los carcinomas luminales.

¿Puede tener aplicación en algún ensayo?

El estándar, hoy por hoy es que a una

mujer con un carcinoma in situ (CIS) se le

hace una resección de la mama o de par-

te del conducto, y luego se trata con ra-

dioterapia. Después de la extracción del

tejido es que se puede estudiar a nivel

molecular. “Este estudio provee las bases

en términos de cuáles son las vías de

señalización que permitirían detectar

cuáles son los carcinomas in situ con

potencial de progresar a estadios invasi-

vos. Por lo cual es un avance de impor-

tancia en lo que respecta al desarrollo de

ensayos con valor pronóstico y preventi-

vos ”, concluye. (Fuente: CONICET/DICYT)

Investigadores de Navarrabiomed - Fundación Miguel Servet, en España, han identificado, mediante técnicas proteómicas, el proceso de funcio-

namiento de las células mieloides supresoras (MDSC, por sus siglas en inglés), responsables del progreso y metástasis de los cánceres. Según

sus autores, este estudio, cuyos resultados se han difundido en la revista Oncotarget, abre vías a nuevos tratamientos oncológicos.

María Gato, primera firmante del artículo e investigadora predoctoral del grupo de inmunomodulación de esta institución, ha explicado que

“estas células MDSC suponen un obstáculo en la lucha contra el cáncer, ya que son producidas principalmente por el tumor y se encargan de

inhibir el sistema inmunitario. Todo ello hace que el tumor progrese y pueda metastatizar más fácilmente".

Por tanto, la información generada en esta investigación, conocimiento del proteoma de estas células y el descubrimiento de nuevas rutas impli-

cadas en la actuación de las MDSC "supone un empuje significativo para el desarrollo de nuevas estrategias de tratamiento anticancerígeno”.

De hecho, y como continuación a este trabajo y a otras investigaciones del equipo de Navarrabiomed, ya está en curso un proyecto sobre nue-

vos tratamientos de tumores basados, en una primera fase, en experimentación animal, a la que seguirá una fase de validación de resultados

mediante investigaciones realizadas in vitro en células humanas.

El trabajo ha sido coordinado por los doctores Enrique Santamaría, Joaquín Fernández, Grazyna Kochan y David Escors, investigadores principa-

les de la Unidad de Proteómica de Navarrabiomed. Además, cuenta con la participación de científicos de epigenética del cáncer de Navarrabio-

med y de investigadores del Grupo de Inmunología de hepatitis virales del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA). Todos los grupos

citados están integrados a su vez en el Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (IdiSNA).

Este estudio ha sido financiado por la Fundación Sandra Ibarra de Solidaridad Frente al Cáncer y un proyecto de investigación en salud (FIS) del

Instituto de Salud Carlos III. (Fuente: Navarrabiomed - Fundación Miguel Servet)

“Un músculo más voluminoso y un ventrículo más pequeño predicen un

alto riesgo de fallo cardíaco relacionado con la edad. Sin embargo,

según las variaciones observadas, hombres y mujeres pueden desarro-

llar la enfermedad por razones diferentes”, apunta investigator John

Eng, profesor en la misma universidad y

coautor del trabajo.

Además, la capacidad de la cavidad cardíaca

(cantidad de sangre que el ventrículo iz-

quierdo contiene en cada latido) disminuye

en ambos sexos, pero lo hace de manera

más precipitada en las mujeres, en unos 13

mm, mientras que en los hombres disminuye

en menos de 10 mm.

Aunque los investigadores no revelan el

porqué de estas diferencias entre el tamaño,

el volumen y la capacidad de bombeo del

corazón, estas ocurren independientemente de otros factores de ries-

go que afectan al tamaño y rendimiento del músculo: el peso corporal,

la presión sanguínea, los niveles de colesterol, el ejercicio físico y el

consumo de tabaco.

Un equipo de científicos, liderado por la Universidad de Johns Hopkins (EE UU), ha realizado escáneres de resonancia magnética a cerca de

3.000 hombres y mujeres de entre 54 y 94 años sin enfermedades cardíacas previas. Los resultados de las pruebas, realizadas en seis

hospitales de EE UU en 2002 y 2012, revelan cómo cambia el corazón de ambos sexos a lo largo del tiempo.

“La enfermedad cardíaca puede tener diferente patofisiología (cambios en las funciones de órganos y células asociados a la enfermedad y

el envejecimiento) en hombres y en mujeres”, dice João Lima, profesor de Medicina y Radiología en la Universidad Johns Hopkins, quien

añade que se demuestra la necesidad de personalizar los tratamientos ante estas importantes diferencias biológicas.

El estudio, publicado en la revista Radiology, es el primero en usar imágenes de resonancia magnética a largo plazo para mostrar el enveje-

cimiento del corazón. Los científicos han podido así obtener imágenes más detalladas e información sobre la estructura (tamaño y volumen)

y el funcionamiento del músculo de este órgano, gracias a las imágenes en 3D de su interior y exterior.

A lo largo de los diez años de estudio, el peso del ventrículo izquierdo (la cámara principal que bombea de sangre el corazón) ha disminuido

una media de 8 gramos en los hombres y de 1,6 gramos en mujeres. En ambos casos se hace más pequeño, por lo que entra menos sangre

en el órgano, que bombea menos cantidad al resto del cuerpo.

Con la edad, el músculo que rodea al ventrículo izquierdo de los hombres tiende a hacerse más grande y denso, mientras que el de las muje-

res mantiene su tamaño o incluso encoje.