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ffi ffiaefuBásm* # wÉ#€*ex§re? La frecuencia con que se producen coincidencias cómicas sugiere que están perpetradas por un guasón de dimensiones cósmicas. Pero talvez las bromas cósmicas vayan más allá del humor;como predica el budismo Zen,la risa y la sabiduría muchas veces van a la par. roDos HEMos rENrDo A vECES la convicción de que nuestras vidas están manipuladas por fuer- zas que se sitúan más allá de nuestro control y de nuestra comprensión, especialmente cuan- do algún acontecimiento aparentemente trivial adquiere una misteriosa significación propia. Consideremos el caso de un policía británico, Peter Moscardi. En 1967 cambiaron el número de su estación de policía: el nuevo era el 40116. A un amigo suyo le dijo por equivoca- ción que era el 40166. Unos días más tarde, mientras patrullaba de noche por una zona in- dustrial con otro policía, decidió entrar a ins- peccionar una fábrica: era muy tarde, pero la puerta estaba abierta; se veía luz en el interior, y sin embargo el edificio estaba vacío. Mien- tras Moscardi se encontraba en la oficina de la fábrica sonó el teléfono: era su amigo el que llamaba. Moscardi advirtió entonces que el nú- mero del teléfono por el que estaba hablando era el mismo número equivocado que le había dado a su amigo. Luego se enteró de que el encargado se había olvidado de cerrar la fábri- ca, cosa que jamás le había sucedido hasta en- tonces. Cuando nos enfrentamos con incidentes tan increíblemente improbables -y seguro que to- dos tendríamos varios que contar- las pala- bras «casualidad» o "coincidencia>> parecen demasiado pobres. Nos aferramos entonces a las vagas nociones de .buena» o «mala suer- te», pero muchos han sugerido, medio en serio medio en broma, que esos hechos extraños se deben a un misterioso bromista cósmico, una especie de hada madrina enloquecida cuya va- rita mágica actuaría más como una palmeta de payaso que como una auténtica varita (véase página 922). También el sesudo mundo de la ciencia es a veces víctima del malintencionado guasón. Baste pensar en las múltiples predicciones que los astrónomos han anunciado a bombo y pla- tillo y que después se han revelado decepcio- nantes. Por ejemplo, el cometa Kohoutek, cuyo paso junto a la Tierra, en 1973, se supo- nía iba a constituir un espectáculo inolvidable, apenas resultó visible al ojo desnudo. Las bro- mas continúan: en Nueva Zelanda, en abril de 1982, el gobierno se vio obligado a suspender una alerta de terremoto inminente cuando se descubrió que los datos del sismógrafo que 2194 anunciaban la catástrofe eran causados por un grupo de excitados walabies (un tipo de marsu- piales) que saltaban cerca de allí; los responsa- bles de una prestigiosa universidad norteame- ricana tuvieron que admitir, abochornados, que nadie se había dado cuenta de que unos esqueletos de dinosaurio -que habían estado expuestos durante más de una década en aque- lla institución- llevaban cabezas equivocadas. Existe también una vertiente siniestra del bromista cósmico. Ejemplo de ello es una his- toria tragicómica que sucedió durante la huel- ga de bomberos que tuvo lugar en Gran Breta- ña en 1978. El ejército, que en aquellos mo- mentos fue movilizado para efectuar operacio- nes de rescate, tuvo que salvar a un gato que había quedado atrapado en la copa de un ár- - --,-.¡¡¡¡r¡dE-- ._ ¿ r --j& A la izquierda: entre los fenómenos naturales extraños y absurdbs reseñados en este número de la revista Fate, correspondiente a 1958, figura una lluvia de ranas, que aparece ilustrada en Ia portada. Hechos como éste han sugerido la idea de que el mundo está gobernado por un bromista cósmico q-ue nos toma el pelo. Pero, ¿qué propósito le anima? (Foto Mary Evans P. L./Revista Fate.) :J l9U;, +<iarr--'.-# t

Risas Del Cosmos. ¿Sublime o Ridículos E-005 Vol x Fas 112 - Lo Inexplicado - Vicufo2

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ffi ffiaefuBásm* # wÉ#€*ex§re?La frecuencia con que seproducen coincidencias cómicassugiere que están perpetradaspor un guasón de dimensionescósmicas. Pero talvez las bromascósmicas vayan más allá delhumor;como predica el budismoZen,la risa y la sabiduría muchasveces van a la par.

roDos HEMos rENrDo A vECES la convicción deque nuestras vidas están manipuladas por fuer-zas que se sitúan más allá de nuestro control yde nuestra comprensión, especialmente cuan-do algún acontecimiento aparentemente trivialadquiere una misteriosa significación propia.Consideremos el caso de un policía británico,Peter Moscardi. En 1967 cambiaron el númerode su estación de policía: el nuevo era el40116. A un amigo suyo le dijo por equivoca-ción que era el 40166. Unos días más tarde,mientras patrullaba de noche por una zona in-dustrial con otro policía, decidió entrar a ins-peccionar una fábrica: era muy tarde, pero lapuerta estaba abierta; se veía luz en el interior,y sin embargo el edificio estaba vacío. Mien-tras Moscardi se encontraba en la oficina de lafábrica sonó el teléfono: era su amigo el quellamaba. Moscardi advirtió entonces que el nú-mero del teléfono por el que estaba hablandoera el mismo número equivocado que le habíadado a su amigo. Luego se enteró de que elencargado se había olvidado de cerrar la fábri-ca, cosa que jamás le había sucedido hasta en-tonces.

Cuando nos enfrentamos con incidentes tanincreíblemente improbables -y seguro que to-dos tendríamos varios que contar- las pala-bras «casualidad» o "coincidencia>> parecendemasiado pobres. Nos aferramos entonces alas vagas nociones de .buena» o «mala suer-te», pero muchos han sugerido, medio en seriomedio en broma, que esos hechos extraños sedeben a un misterioso bromista cósmico, unaespecie de hada madrina enloquecida cuya va-rita mágica actuaría más como una palmeta depayaso que como una auténtica varita (véasepágina 922).

También el sesudo mundo de la ciencia es aveces víctima del malintencionado guasón.Baste pensar en las múltiples predicciones quelos astrónomos han anunciado a bombo y pla-tillo y que después se han revelado decepcio-nantes. Por ejemplo, el cometa Kohoutek,cuyo paso junto a la Tierra, en 1973, se supo-nía iba a constituir un espectáculo inolvidable,apenas resultó visible al ojo desnudo. Las bro-mas continúan: en Nueva Zelanda, en abril de1982, el gobierno se vio obligado a suspenderuna alerta de terremoto inminente cuando se

descubrió que los datos del sismógrafo que

2194

anunciaban la catástrofe eran causados por ungrupo de excitados walabies (un tipo de marsu-piales) que saltaban cerca de allí; los responsa-bles de una prestigiosa universidad norteame-ricana tuvieron que admitir, abochornados,que nadie se había dado cuenta de que unosesqueletos de dinosaurio

-que habían estado

expuestos durante más de una década en aque-lla institución- llevaban cabezas equivocadas.

Existe también una vertiente siniestra delbromista cósmico. Ejemplo de ello es una his-toria tragicómica que sucedió durante la huel-ga de bomberos que tuvo lugar en Gran Breta-ña en 1978. El ejército, que en aquellos mo-mentos fue movilizado para efectuar operacio-nes de rescate, tuvo que salvar a un gato quehabía quedado atrapado en la copa de un ár-

-

--,-.¡¡¡¡r¡dE--

._¿ r --j&

A la izquierda: entre losfenómenos naturales extraños y

absurdbs reseñados en estenúmero de la revista Fate,

correspondiente a 1958, figurauna lluvia de ranas, que apareceilustrada en Ia portada. Hechoscomo éste han sugerido la idea deque el mundo está gobernado por

un bromista cósmico q-ue nostoma el pelo. Pero, ¿quépropósito le anima? (Foto MaryEvans P. L./Revista Fate.)

:J l9U;,

+<iarr--'.-#

t

bol. T a anciana propietaria del gato, emocio-nada ¡, agradecida, invitó a u¡afaza de té a lossoldados que habían participado en el salva-mento, cuando éstos se marcharon, tras haber-se despedido afectuosamente de la anciana,atropellaron involuntariamente al gato con sucamión y lo mataron.

Habrá que disculpar a las personas que, trasvivir una serie interminable de accidentes ydesgracias, crean ser víctimas de una maldi-

ción o de un <(mal de ojo», o piensen que «ahíarriba hay alguien que les tiene manía». Lamayoría de nosotros hemos experimentado a

veces algo parecido, en un momento de depre-sión, pero esta sensación pasa, y el sentido delhumor hace que las cosas vuelvan a su cauce.Sin embargo, en la esquizofrenia paranoideesas sensaciones se agudizan tremendamente.

A la izquierda: Camel Rock (laroca del camello), cerca de SantaFe (Nuevo México, EstadosUnidos), cuyo nombre aludeclaramente a la caprichosa formaque ostenta. Otra extravaganteformación rocosa es estaestalactita en forma de rostrohumano de la gruta de Wiehl(Colonia, Alemania Occidental)

[abajo]. Ambos ejemplosconstituyen verdaderascoincidencias visuales, peroparecen haber sido creados paradesconcertar a la humanidad. Sehallen donde se hallen, esospermanentes desafíos a la lógicahan sido objeto de veneracióndesde tiempo inmemorial (fotoszEFA).

Bromas cósmicas

El navegante británico Donald Crowhurst,cuya vida acabó frágicamente al ahogarse en elAtlántico en 1969, había caído en la esquizo-frenia cuando su embarcación quedó a la deri-va en medio del océano. Poco antes de suici-darse empezó a escribir una cínica parábola ensu diario de navegación. Decía que nuestras vi-das están manipuladas por tramposos cósmicosa los que llamaba «maestros ajedrecistas", yexplicaba que todas nuestras desgracias ocu-rren porque esos «seres cósmicos están jugan-do con nosotros»:

Dios y su hijo jugaban juntos en el Cos-mos. El juego consistía en transformar alos monos en dioses. Era un juego la marde divertido, y tenía que obedecer a unasola regla: a los monos no les estaba per-mitido saber nada de los dioses.

Un cinismo parecido, aunque esta vez nacidode la desilusión más que de la locura, caracte-riza ciertas teorías históricas que sostienen quecasi todas las civilizaciones humanas han sidoinstigadas y manipuladas por organizacionespoderosas y pérfidas, habitualmente secretas:asociaciones de banqueros, sectas religiosas,sociedades secretas... Una variante dé estasteorías, adaptada a la era del espacio, es la deErich von Dániken, quien sostiene que la,.evo-lución del hombre es producto de la sisteináti-ca intervención de seres extraterrestres (véasepágina ll54). En la biografía que AndrijaPuharich escribió sobre Uri Gellef, "esfe afir-maba que la fuente de sus poderesfl§icokinéti-cos era un grupo de seres superiores que habi-tan en el espacio y que han manipulado tam-bién el desarrollo humano (véase página 495).Si eso es cierto, habrá que preguntarle si lomejor que saben hacer esos seres superdota-dos es estropear cuberterías...

La conexión subiet¡vaSon bastantes las mentes perspicaces que hanadmitido lo que el psicólogo norteamericanoJule Eisenbud llamó «las sutiles tendencias odisposiciones de orden ocultas en la propia ur-dimbre y trama del Universo». El filósofo ale-mán Arthur Schopenhauer (1788-1860), cuyasideas acerca de la naturaleza del inconscienteinfluyeron en Freud y en Jung, opinaba que enla vida de los hombres intervenía algo más quela mera causalidad física; él llamó a ese factor«la conexión subjetiva». La verdadera signifi-cación de las coincidencias, escribió en 1850,existe sólo en relación con los individuos quelas experimentan. A las demás personas invo-lucradas en el hecho, para las cuales éste notiene significación, el hecho les pasa desaperci-bido. «El mundo, desde luego, es cómico», es-cribió el maestro de la literatura fantásticaH.P. Lovecraft, opero la broma reside en lahumanidad».

El tema de las coincidencias y de su signifi-cado mereció la atención de Carl Gustav Jung,de Paul Kammerer (pionero en la investiga-ción de la herencia de los caracteres adquiri-dos, que se suicidó cuando se descubrió quelos resultados de su estudio sobre los saposparteros estaban amañados), de Arthur Koest-

En la página anterior, abajo: unaaparente efigie humana en Iasuperficie de Marte (a la

izquierda) y marcas en la cola deun pez mariposa (a la derecha)que forman una frase en árabe("No hay más dios que Alá")

[foto Space Frontiers/NASA].

2195

Bromas cósmicas

ler y de Alister Hardy; todos ellos llegaron a

la conciusión de que el fenómeno de las coinci-dencias se hallaba de alguna manera más alláde la cadena habitual de causas y efectos espa-ciotemporal. Algunos investigadores contem-poráneos han llegado a sugerir que esos acon-tecimientos sincrónicos

-siguiendo la termi-

nología de Jung- podrían sufrir la misteriosainfluencia del inconsciente colectivo.

Al describir la naturaleza subjetiva de las

experiencias sincrónicas, muchos autores hanoptado por comparar la vida con una película,una obra teatral o una novela dirigida o escritapor algún poder misterioso. El escritor deciencia-ficción Larry Niven ha empleado laimagen de los hombres como marionetas en al-gunos de sus libros, entre ellos Mundo anillo(Ringworld). En ese caso, se trata de averiguarla identidad del titiritero, autor o director:¿Dios, ángeles, demonios, duendes cósmicos,conspiradores, extraterrestres... o nosotrosmismos? Esta última posibilidad es la más su-gestiva de todas.

Jule Eisenbud formulaba así la cuestión en

la revista Psychic, en 1975:Teóricamente, no hay nada que no pudie-ra llevar a cabo el observador aparente-mente más inocente. A 1o sumo tealizariade modo inconsciente, y sin esfuerzo apa-rente, lo que un director de cine hace congran dificultad y a nivel consciente, es de-cir: desplegar objetos, entornos naturales,acontecimientos y acciones de los prota-gonistas, todo ello acompañado de losefectos especiales pertinentes.

Ciertamente, es así como controlamos la «rea-lidad, de nuestros sueños. No obstante, el in-conveniente para aplicar esta idea a la vidareal radica en .,cómo el destino de un indivi-duo encaja con el destino de otro de tal mane-ra que cada cual es el héroe de su propio dra-ma, al tiempo que figura simultáneamente enun drama ajeno a él», según palabras de Scho-penhauer. <<Eso es algo que sobrepasa nuestropoder de comprensión.,

Sea cual sea la identidad del bromista cósmi-co, se trata de un habilÍsimo malabarista quees capaz de jugar con todas las cosas a la vez.

2796

En la parte superior: la esfingellamada "de cabeza de muerto"ostenta la inconfundible imagen

de una calavera humana. ¿Quésignificación puede tener, para lospredadores de la esfinge, estehueso? (Foto Bruce

Coleman/Frieder Sauer.)

Arriba: Donald Crowhurst, el

navegante solitario que murió entrágicas c¡rcunstanc¡as en 1969,

al ahogarse en el Atlántico por

voluntad propia. En su delirioparanoico, concebía al "bromistacósmico" como un ser cruel que

se divertía a expensas de los

hombres. Como escribió en su

diario poco antes de suicidarse,

"la explicación de nuestras

desgracias es que los seres

cósmicos están lugando connosotros" (foto BBC Hulton P.L.).

Y aún se las arregla para ser inmensamentecreativo y atdaz. He aquí otro vínculo con lamente subconsciente: el estado de autoincons-ciencia que comparten los sonámbulos, loshipnotizados, los practicantes de las artes mar-ciales y los meditadores, santos y sabios -ytambién algunos niños, locos y borrachos-, se

caracteriza por unas acciones infaliblementerápidas, perfectamente sincronizadas y apro-piadas. Las personas que así se comportan pa-recen haber accedido a un estado mental pri-mario, casi infantil y no condicionado -parael inconsciente personal y colectivo- que ha

alcanzado su más perfecta expresión en el bu-dismo Zen: la celebración del «espíritu jugue-tón o cómico».

Absurdo deliberadoDe todas las filosofías, el budismo Zen es laque más nos puede ayudar a llegar a un acuer-do con el bromista cósmico, ya que al pareceres la que más domina la fenomenología del ab-surdo. En su análisis de la filosofía china, Lamente china (The Chinese mind, 1967),8. R.Hughes describía las enseñanzas Zen como«consciente y deliberadamente paradójicas,incluso con la intención de provocar la risa, deponer en evidencia las incongruencias de lacondición humana». Una anécdota bastará pa-ra caracferizar esta insólita escuela de pensa-miento: uno de sus maestros, Teng Yinfeng,que vivió en el siglo vrn, murió colocado cabe-za abajo, con la intención deliberada de inver-tir los valores convencionales; esperaba queasí algunas personas aprenderían a tomarse lavida menos en serio... La diferencia entre una

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: :::.-,;,:¡i1!':

Alaizquierda:dibujo alusivo a un

tragicómico episodio acaecido en

1 978; unos soldados, tras rescatar a

un gato,lo atropellaron y lo mataron

accidentalmente (foto Routledge &

Kegan Paul/S. Pile).

A la derecha: el pianista de jazz

norteamericano Dave Brubeck.

La improvisació n de iazz dePende

de una interacción de las mentes

consciente e inconsciente; lo

mismo sucede con las bromas

cósmicas (foto Rex),

Abajo a la derecha: monjesbudistas Zen en un templo deKyoto (Japón). Muchas de lasenseñanzas Zen sondeliberadamente paradójicas o

cómicas, con el objeto deprovocar la risa. Ésta, segúncreen los creyentes Zen, tanto siproviene de un alivio de tensióncomo de un chiste, puede

conducir a una repentina

"iluminación" mental. En lasegunda década del siglo xx, elmovimiento vanguardista Dadáconsiguió, en el terreno del arte,un efecto similar con el empleo deimágenes extravaganles ocarentes de sentido, como en elfotomontaje S anta co nv e rsaz i one(a la izquierda) de Max Ernst(1891 -1 976) [foto OrganizaciónNacional de Turismo deJapónl.

apreciación sana de la broma cósmica y unareacción paranoide radica en que la primerareconoce el absurdo y se complace en é1, y lasegunda lo imbuye de una seriedad mortal.

Como M. Conrad Hyers señala en su libroEl Zen y el espíritu cómico (Zen and the comicspirit), el niño, el loco, el idiota y el sabio com-parten un terreno común donde trasciendenlos límites del comportamiento y de la imagi-nación aceptados por la mayoría. El niño toda-vía no ha aprendido a separar el mundo en ca-tegorías netas pero arbitrarias, ni se deja go-bernar por éstas; el loco no puede evitar elconfundir dichas categorías; el idiota confundelas categorías deliberadamente, como hicieron

Bromas cósmicas

los grandes «idiotas» del arte, los dadaístas ylos surrealistas; en cuanto al sabio, ha supera-do nuestra necesidad de contar con categorías,y por tanto retorna al estado infantil.

Los maestros Zenhan explotado siempre losparalelos entre el momento en que se alcanzael punto culminante de una broma o chiste, yel «súbito despertar» del satori («ilumina-ción»). La risa es una respuesta explosiva a

una situación que de repente ha caído en lacontradicción o en el absurdo

-dice Hyers-;

este repentino alivio de la tensión nos sorpren-de, y provoca la risa y también la iluminación.

Sea cual sea el origen último de las bromascósmicas, las percibimos como ejemplos de in-genio, y parece razonable trazaÍ otro paralelo,esta vez entre los koans

-acertijos paradóji-

cos que resuelven los aprendices de Zen du-rante la meditación- y los fenómenos anóma-los de cualquier tipo. Las guasas del bromistacósmico (véase página 1693), inexplicadas oinexplicables como los koans, desafían nues-tras previsiones y pretensiones y nos hacen re-flexionar acerca de los misterios de nuestraexistencia. Un eminente ufólogo, el doctor J.Allen Hyneck, ha definido el problema de losOVNIS -con

toda su carga de entes absurdosde comportamiento aún más extraño, de nom-bres ridículos y de aparatos inverosímiles- co-mo ,.chocantes y al mismo tiempo paradóji-cos». He aquí, por supuesto, una excelentedescripción de un koan.

Las bromas cósmicas constituyen adivinan-zas fenomenológicas, especialmente formula-das, tal vez, pof nuestro inconsciente colecti-vo, para conocimiento -y deleite- de aque-Ilos cuyos ojos y mente están lo suficientemen-te abiertos para percibirlos. Que algo tan uni-versal proceda de algo tan trivial constituyeuna exquisita ironía. Como dice el gran maes-tro occidental de Zen, W. C. Fields: "Esteviejo mundo es divertido. Uno tiene suerte si

sale vivo de é1. »

2197

OINIXPUCADOEL MUNDO DE LO EXTR,AÑO,INSOLITO Y MISTER,IOSO

Publicado por Editorial Delta, S.A., Barcelona, y comercializadoen exclusiva por Distribuidora Olimpia, S.A., Barcelona

Vol.X-Fasc.112

Director: José Mas GodayolDirector editorial: Gerardo RomeroJefe de Redacción: Pablo ParraCoordinación editorial: Gloria Gutiérrez

Redactores y colaboradores: Prof. A. J. Ellison, Dr. J. AllenHynek, Brian lnglis, Colin Wilson, Beatriz Podestá

Para la edición inglesa: Editorial Director: Brian lnnes. Editor:Peter Brookesmith. Editorial Manager: Clare Byatt

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LO INEXPLICADO, EL MUNDO DE LO EXTRAÑO, INSÓLITO YMISTERIOSO se publica en forma de 120 fascículos de apariciónsemanal, encuadernables en diez volúmenes. Cada fascículoconsta de 20 páginas interiores y sus correspondientes cubier-tas. Con el fascículo que completa cada uno de los diez volúme-nes de que se compone la obra, se pondrán a la venta las tapaspara su encuadernación. Además, coleccionando la tercera ycuarta páginas de cubierta, se obtendrá un interesante dossiersobre los MAESTROS DE LO INSOLITO.El editor se reserva el derecho de modificar el precio de venta delfascículo en el transcurso de la obra, si las circunstancias delmercado así lo exigieran.

O 1980 Orbis Publishing Ltd. London@) 1981 Editorial Delta, S.A. BarcelonaISBN: 84-85822-15-3 (obra completa), 84-85822-72-2 (tomo 10),84-85822-1 6-1 (fascículo)Depósito legal: B. 126311982Fotocomposición: Tecfa, S.A., Barcelona 02831 1

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