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RIVALIDAD RELIGIOSA Y CUNFLICTC INT1RINULARLS EN LAS
PRIMERAS ETAPAS DE LA UNIVERSIDAD CANARIA
Dr. Olegario Negrn Fajardo
Universidad a Distancia. MADRID
1. Introducción
Actualmente existen tres universidades en Canarias:
la Universidad de San Fernando de La Laguna, la Universi
dad Politécnica de Las Palmas de Gran Canaria y la Univer
sidad a Distancia, que tiene abiertos varios centros en
el Archipiólago. Sin embargo, desde el siglo XVIII y hasta
mediados de los años setenta de este siglo, sólo existió —
la Universidad de La Laguna, convertida en cabecera del ——
Distrito universitario de Canarias en 1927(1).
Como ya liemos escrito en otro lugar(2), existen dos
tesis ya clásicas sobre el número de universidades que han
existido en Canarias. Una de ellas, la defendida por Rodri
guez Moure(5), pionero de los estudios acerca de la histo
ria de la enseñanza universitaria entre nosotros, partida
rio de considerar que han existido dos universidades, la —
de San fgustín y la de San Fernando, esta última con Varias
fases. La otra tesis, postura de la que puede ser considera
do representante Escobedo Alberú(4), entiende que ha existi
do una sola universidad canaria con fases históricas delimi
tables. En realidad, ambas posturas son fócilmente concilia
bles y no se niegan entre sí sino que se complementan.
Nosotros consideramos que es ms adecuado, por simpli
ficar y no alterar en absoluto la realidad histórica,habLar
de la primera fase de la Universidad de La Laguna, o Univer
sid5d de San Agustín, de una segunda fase con diversas eta
pas de la Universidad de La Laguna, o Universidad de San -—
Fernando, y de una tercera fase, que comienza en 1927 al e
tablecerse la Universidad de La Laguna como cabecera del ——
Distrito universitario canario.
En esta comunicación analizamos las características
de los procesos anlogos de gestación de las dos primeras
fases de la Universidad de La Lsguna : ambos se produjeron
509
en un ambiente de discordia y rivalidad y,por consiguien
te, con pocas posibilidades de estabilidad y asentamiento.
La Universidad de San Agustín tuvo una difícil gest
ción y una muy corta vida, debido principalmente a los en
frentamientos entre los agustinos y dominicos de Tenerife
y a las pretensiones del Cabildo catedral de Las Palmas
que, finalmente, llevarían a la supresión de la Universi-
dad y a la erección de un Seminario conciliar en Gran Cama
ria.
En el Caso de 1a Universidad de San Fernando pasó a
un primer plano la rivalidad interinsular. El Seminario,el
Cabildo catedral y la Sociedad Económica de Las Palmas in
tentaron incorporar la universidad canaria al Seminario de
aquella ciudad, mientras Tenerife pedía el restablecimien
to de la Universidad en La Laguna.
Como no es posible realizar aquí un análisis pormeno
rizado de todos los avatares, litigios y argumentos utili
zados en torno a la creación de la Universidad Canaria, Va
mos a centrarnos en dos aspectos que consideramos fundamen.
tales, la rivalidad religiosa y los conflictos interinsula
res, que intervinieron decisivamente en la no consolidación
del centro universitrio que Canarias requería.
2. Lp Universidad de San Agustín o la rivalidad
religiosp mor el control de la enseñanza superior
Como es bien sabido, la Iglesia había venido deten
tando tradicionalmente el control sobre la educación. En
el caso canario, las primeras escuelas fueron parroquia——
les y muchas otras instituciones de enseñanza primaria y
los primeros centros de enseñanza superior fueron tpmbión
de origen conventual(5).
En la isla de Tenerife, los dominicos y los agusti
nos venían rivalizando desde un comienzo en el fomento y
510
control de los estudios superiores(6). Los agustinos aprovecharon l favorable coyuntura que se les presentaba, alconstituirse sus conventos canarios en provincia independiente y contar con el total apoyo del patrono, marqués —
de Villanueva delPrado,para obtener el breve Ppstoralisofficiif7), por el que los escolares instruidos en el convento del Espíritu Santo de La Laguna, podían ser graduados en el mismo con los títulos de maestro y doctor en lasfacultades de Filosofía y Teología escolstica y moral(6).
Para la entrada en vigor del breve era precisa la —
autorización real, por lo que los agustinos iniciaron inmediatamente los trimites, a pesar de lo cual la solicitudllegó al Consejo de Castilla el 7 de marzo de 1703. Entre
tanto, la rivalidad de los dominicos y las pretensiones delC5bildo catedral de Las Palmas iban caldeando el ambientey dificultando °na solución favorable para la solicitud delos agustinos.
Es de resaltar que, a pesar del informe positivo delfiscal, dicha alta magistratura, al detectar las intrigasde los dominicos y teniendo en cuenta la influencia de susvaledores, prefirió abrir una amplia información recabandolos puntos de vista del obispo, el capitán general y la adiencia, adems del parecer de las órdenes religiosas establecidas en Canarias. Viendo la marcha de los informes ylas pocas posibilidades de sacar adelante la provisión re
al, los agustinos buscaron excusas para aplazar la decisiónfinal(9).
En 1735 surgió un segundo frente de conflicto, con
la entrada en juego de los intereses grancanarios, que etaba llamado a radicalizar aún ms el problema y, a la laEa, se convertiría en el centro de la polémica en torno ala ubicación de la Universidad canaria, que no es un temareciente sino que tiene ms de dos siglos de antigüedad —
como iremos viendo.
511
En dicha fecha, el obispo Pedro Dávila y Crdnas
había reunido el quinto sínodo de la Diócesis, y una de —
las decisiones tomadas fue la petición al rey de la crea
ción en Las Palmas de una universidad y, asimismo, de un
seminario conciliar y una casa de recogidas(l0). Sin em
bargo, en esa ocasi6n la petición grancanaria no prospe
ró y fue unida al pleito que mantenían los agustinos y —
los dominicos.
El pasO definitivo hacia la creación de la Universi
dad de San Agustín de dio en 1742, cuando los agustinos —
volvieron a encontrarme en inmejorable situación para al
canzar su propósito al llegar uno de los suyos, el carde
nal Molina, a la presidencia del Consejo de Castilla. El
motivo alegado fue el apresamiento de buques por corsarios
ingleses, siendo algunos estudiantes canarios convertidos
en prisioneros de guerra; los agustinos volverían a repe
tir en esta ocasión los argumentos esgrimidos en 1701 en
su solicitud: carencia de centros de enseñanza superior,
aislamiento y dificultad de comunicación. con la península,
peligros de apresamiento ,etc. (11).
Esta vez, por fin, por real códula de 7 de octubre
de 1742, se disponía que circulara ‘por ahora” el breve
de Clemente XI, y, ms tarde, por decreto de 16 de junio
de 1743 y real códula de 4 de agosto del mismo año, se a
torizó el breve sin ningún impedimento(12).
El espaldarazo pontificio a la institución agustini
am vendría el 27 de marzo de 1744, con la bula Aeternae S
pientipe Concilio, creando una universidad de estudios ge
nerales, que permitía, además de otorgar títulos de Filoso
fía y Teología, promover los grados y conferir insignias —
de bachiller, licenciado, doctor y maestro en. derecho can
nico y civil, medicina, matemáticas y demás buenas letras
(13).
La citada bula de Benedictino XIV obtuvo el pase por
real cédula de 18 de junio de 1744, y fue recibida y acep—
512
tada por la audiencia de Canarias y el comandante general
J. Lima Masones el 23 de julio del mismo año(lL*).
Solventados los problemas jurídicos, se lucieron los
costosos preparativos(15) para la apertura oficial de laUniversidad, que tendría lugar el 25 de octubre de 1744,comenzando laS clases el 7 de noviembre, con laS siguien
tes cátedras y profesores: la cátedra de gramtica la re
gentaba el preceptor que pagaba el Cabildo de la isla; —
las de lógica, filosofía y teología estaban a cargo de los
maestros graduados de la Orden; la de cnones la desempeñéJosé Jacinto Loreto; l de leyes el letrado Antonio VizcaÍno; y la de medicina el doctor Domingo Madn(l6).
Después del largo período de estéril rivalidad reli—
giosa,parecía que finalmente se estaba en el buen camino
y la Universidad agustiniana se asentaría. Sin emabrgo, el
Cabildo catedral de Las Palmas y éspecialmente los domini
cos, aprovechando el fallecimiento del cardenal Molina ydel patrono provincial, Denito de Nava Grimón, volvieron
a la carga defendiendo sus pretensiones. A consecuencia de
estas acciones, Fernando VII, por real cédula de 4 de di——
ciembre de 1747 ,suprimfa la Universidad de San Agustín y
disponía la erección de un Seminario conciliar en Las Pal
mas, prescribiendo que no se hablara ms del asunto(17).
3. La Universidgd de Spn Fernando, o la eclosión
de los enfrentamientos interinsulpres
Al igual que, como hemos analizado, ocurrió en los
orígenes de la Universidad de San Agustín, también la ges
tación de la Universidad de San Fernando estuvo presididapor el signo de la discordia y la rivalidad, que anunciabaun difícil desarrollo y un triste final, con la incidenciaenormemente negativa que acarrearía a los intereses cultu—
Tales y socio—económicos canarios.
El desencadenante del proceso del establecimiento de
la Universidad de San Fernando o, si se quiere, de la Tea—
513
pertura de los enfrentamientos entre grupos de intereses
aparentemente contrapuestos, fue la real cédula de 6 de —
enero de 1766,que preveía el establecimiento de un colegio
seminario para la educación de la juventud de la nobleza
ea las capitales de provincia, habiendo elegido el Consejo
a la ciudad de La Laguna como sede para el de Canariaa(l8)
Entretanto, el Seminario, el Cabildo catedral y la
recién creada Sociedad Económica de Amigos del País de Las
Palmas habían constituido un férrea unión para conseguir
una universidad completa para Canarias con sede ea aquella
ciudad, a partir del desarrollo del Seminario conciliar.
En este sentido, la Sociedad Económica elevó una petición
al rey para que se establecieran en dicho Seminario,lCt
dram de Leyes, Cánones, Medicina y Matemáticas con elpri—
vilegio de que por el dicho Seminario se pudieras confe
rir los grados de Bachiller en todas las facultades que —
enseñasen con agregación al Claustro y Universidad de Se—
villaT?(l9). Así se puso en marcha de nuevo la méquina bu—
rocrtica centralista pidiendo informes diversos(20).
Después de un largo proceso, habiéndose oído todo —
tipo de razones, a favor y en contra de cada uno de las
posibles ubicaciones de la Universidad, acabarían inponiefl
do su punto de vista el ministro Porlier y el oficial de —
secretaría de Gracia y Justicia, Estanislao de Lugo, ambos
tinerfeños, apoyndose en el objetivo informe de Tavira,e
tonces Obispo grancanario. Por real decreto de 11 de marzo
de 1792, se mandó erigir una trniversidad literaria con re
sidencia en La Laguna, donde habrían de enseñarme todas —
las facultades.E1 breve pontificio de Pío VI, 25 de mayo
de 1792, obturo el pase regio el 27 de junio de 1793, y —
quedaba el campo libre para redactar los estatutos y el —
plan de estudios de la Universidad.
Sin embargo, las instituciones grancanarias no se —
dieron por vencidas y el Cabildo catedral, el ayuntamiento
y la Sociedad Económica enviaron escritos al rey agrade——
ciéndole la creación de la universidad y solicitando su —
514
instalación en Las Palmas, utilizando argumentos de muy
diversa naturaleza (21).
Aunque gracias a los informes de Porlier y del mar
qués de Branciforte, se mantuvo l decisión real, los acon
tecimientos europeos, en especial la Revolución francesa y
la guerra entre Francia y España, paralizaron el proceso —
de instauración de la universidad canaria, hasta que, en
1806, después de la falsa alarma que se propagó referente
a que la Universidad se instalaría en Las Palmas, exigien
do Tenerife como contrapartida que se estableciera el Sem
nario de Nobles en La Laguna, el marqués de Villanueva del
Prado, entonces personero de Tenerife, elevaba al rey i
petición de cumplimiento de las resoluciones creadoras de
la Universidad de La Laguna(22).
Los acontecimientos de 1808 volvieron a impedir dar
los necesarios paSos para abrir la Universidad; insistió
Tenerife de nuevo en elperíodo constitucional de 1812(23);
y,en 1814, con la Restauración de Fernando VII, Las Palmas
volvería a reinvindica a través de su ayuntamiento la ms
talación de la Universidad en dicha ciudad(24).
Finalmente, la real cédula de 18 de septiembre de —
1816 ordenaba la erección de la Universidad en La Laguna
y se nombraban comisionados regios a para el establecimie
to del centro a Pedro 3encomo y Rodríguez, diantre de la
catedral de Canarias y a Alonso de Nava y Grim.ón, IV mar
qués de Villanueva del Prado. Se nombré protector de la —
Universidad al infante Carlos(25).
4 I. Universidpd de SnFernjido
desde 1816 lipp 1645
La Universidad de San Fernando, que hemos visto na
cer en medio de tantas dificultades, estaba llamada a cr
cer y a desarrollarse con fuerza, debido a la objetiva ne
cesidad que existía de un centro de esa naturaleza. Sin —
embargo, después de múltiples avatares, todos ellos carac
515
rizados por proceder de rencillas personales, enfrenta——mientos ideológicos y rivalidades interinsulares, la ifl
titución es clausurada en 1845, coincidiendo con la ree
tructuracióri nacional que se realiza de los estudios su
periores, y ellanzamiento de un ambicioso plan de segun—d3 enseñanza que se correspondía ms estrech5mente con —
los intereses de l burguesía en ascenso, bien represen
tada por la burocracia ministerial de enseñanza dirigidapor Gil de Zrate.
Durante el período señalado, la Universidad se inaguró con toda solemnidad el 12 de enero de 1817, constityénsose los claustros de las facultades. El primer cierre
oficial de importancia se produjo a finales de 1823, con
la restauración absolutista y duraría hasta octubre de —
1826 en que volvería a abrir sus puertas(26). El centro —
se volvió a suprimir el 28 de diciembre de 1629, despuésde una inspección que informó que l Universidad contabacon pocos alumnos y que ‘era degradante l opinión de Varios claustrales”(27). De nuevo sería reabierta el 2? de
enero de 1834.
L& extinción definitiva de la Universidad de San —
Fernando en el periodo que estamos estudiando, se produjo
por real orden de 17 de septiembre de 1845, que redujo adiez las universidades del reino. Si bien, ea cualquiercaso, la Universidad canaria se encontraba sin caudales ycon muy pocos alumnos en aquellos momentos, lo que hacíaimpresentables las posibles argumentaciones que se pudie
ran esgrimir para intentar impedir su cierre.
Las rivalidades y los enfrentamientos esterilizantes no se detendrían, sin embargo, con la abolición de
la Universidad canaria. Cuando, por el plan de estudiosde 1845, se creó el Instituto de Canarias, mo sólo Ls —
Palmas, sino también Santa Cruz de Tenerife disputarían aLa Laguna el asiento del citado centro(26).
516
5. Conclusiones
Del estudio de los procesos de gestación, creacióny desarrollo de las diversas etapas de la Universidad cnana, destacan algunos hechos bien significativos, quenos pueden ayudar a entender mejor la actual problemti—ca universitaria isleña, en plena eclosión en los últi——mos años.
El problema universitario no puede mislarse del resto de 13 problem.tica insular; bien por el contrario, —
aquél es únicamente un reflejo de las contradicciones —
de los grupos sociales y económicos dominantes en cada —
momento.
Aunque a finales del siglo XVII y durante buena —
parte del siglo XVIII, la creación de l Universid5d Ca
naria se vio frenada por las rivalidades religiosas, entre dominicos y agustinos, los enfrentamientos interinslares, entre grupos de intereses de 1enenife y Gran Canrio, fueron los culpables de que, con posterioridad achas fechas, no se implantase Una universidad regional —
con la potencia necesaria para actuar de motor e impul——sor del desarrollo socio—econ6mico y cultural y de la mdernización en general del Archipiélago.
Es de resaltar la tradicional falta ue capacidad —
de dialogo de las clases dirigentes canarias y de los —
diferentes grupos políticos hegemónicos, a la hora de —
romper las situaciones de mxima tensión en beneficio —
del futuro de 1 comunidad, olvidando intereses mezquinos y egoístas, de lo cual es un buen ejemplo la propiahistoria de las instituciones educativas canarias.
De hecho, en las etapas estudiadas en esta comunicación, dicha incapacidad de encontrar salidas pactadas,tales enfrentamientos y rivalidades, contribuyeron de —
una manera decisiva a frenar el establecimiento de centros universitarios; los que se llegaron a abrir, en me—
517
dio de numerosas dificultades, carecieron del necesario
apoyo financiero y fueron el centro de intrigas, que ini
pidieron su estabilidad y consolidación y causaron, f
nalmente, su cierre y extinción. De esta manera se per
dió Una magnífica posibilidad de poner las firmes b5ses
de la Universidad de calidad que Canarias siempre h3 ne
cesitado y nunca ha podido tener.
Madrid, 28 abril 1965
Not0s
(1) En el VI Congreso Nacional de Pedagogía present&bamosuna comunicación que llevaba por título :‘Proceso decreación del Distrito universitario de Canarias(l922—192’7)’,que luego apareció publicada con el mismo titlo en la Revista de Ciencias de la Educación, Nadrid,1962 ,n°lll,313-322.
(2) NEGRIN, O. :La enseñpnzp en Cpnpras.Las Palmas,Col.Guagua, 1982,pp.46—55.
(3) Mientras no se realicen los imrrescindibles estudiosde la documentación existente en los archivos de la —
Socied5d Económica de Tenerife, la iniversidad de LaLaguna, el Instituto de Canarias y otros archivos ileños y peninsulares, seguir siendo obligatorio referirme al Archivo Roure, actualmente en la S.E. deTenerife, y , especialmente a la obra de J. RODRIGUEZMOURE: Historia de lps Universidpdes canarias. Tenerife, Instituto de Estudios Canarios, 1953.
(4) Realizada a partir de la obra de Rodríguez Noure citad5 y de los documentos del Archivo Moure, el libro deJ. ESCOBEDO ALBERU: La Universidad de Canarias. pj—tes pprp su historia desde su rrimerp fundción en1701 hasta el presente . Nadrid,Lib. V. Suares,l928,es otra fuente importante de datos, con un buen apedice documental.
(5) Vid., NEGRIN,O. : La enseñanza en Canarias, op. cit.Ademas: BETRENCOURT,A. de :Lp enseñanza primaria enCanarias durante el Antiguo Regimen. Las Palmas,TJNED, 1985; DARlAS HONTESINOS,E. : Ojeada históricasobre la cultura en %s Islas Canarias. Santa Cruzde Tenerife, Lib. Catolica,l934; NEGPIN,J. :ñ5nz5 primaria en Temen fe (1790—1834) .Madrid , Univ.Complutense, 1978.Memoria de Licenciatura,inódita.
518
(6) Por real cédula de Carlos V, 19 febrero de 1533, seaprobó y autorizó un convenio entre los dominicos yel Cabildo de la Isla, por el que aquéllos se comprometían a implantar cótedras de lógica y filosofía acambio de una compensación económica; el 2L de diciernbre de 1663, el convento dominico de La Laguna fue —
elevado a Colegio doméstico de Santo Tomas. Por su —
parte, los agustinos de Tenerife gozaban de presti——gio académico debido a la formación que adquirían enlos colegios de la Orden en Sevilla y Baeza y por susestudios abiertos en los conventos de La Laguna, LosRealejos y el colegio de Garachico.
(7) El breve de Clemente XI figura en RODRIGUEZ MOUPE,op.cit., pp. 67 y ss. y como documento n°1 del apéndicede la obra citada de ESCOBEDO ALBEPU.
(8) RODRIGUES MOUPE, ibidem, pp. 21 y SS.
(9) De la documentación existente en el archivo Moure,Universidpdes cgnprips,’Expediente de la Universidad aguatina?i, se puede deducir que los agustinos tenían datospara pensar que su causa no tenía posibilidades de —
triunfar; en vista de la situación prefirieron una —
suspension, incluso señalada ya la vista del expediente, solicitando nuevos informes en octubre de 1709.Por lo que sabemos, dicha tóctica la volvieron a emplear en otras ocasiones esperando tiempos mejores.
(10) En la exposición del Sínodo al rey se hacía constarque la Universidad se sostendría con rentas diocesanas y estaría nutrida por religiosos. RODPIGUEZ MOUIRE,J. Historia de las Universid5des, op. cit.,pp.85y ss. Es de destacar que el escrito fue también fiLando por los diputados de los cabildos seculares deSanta Cruz de La Palma y Tenerife, absteniéndose ónicemente el diputado tinerfeño Alvaro Machado.
(11) rchivo Mour, Universidades canarias,t.lExpedientede la Universidad agustina’t. En la solicitud de 1701de los agustinos a la Santa Sede, se fundamentaba lapetición en el aislamiento de las Islas, la pobrezadel país y los cautiverios por moros que sufrían losestudiantes que embarcaban para seguir estudios en lapenínsula. Estas razones se utilizarían después en diversos momentos.
(12)RODRIGUBZ MOUPE, op. cit., pp. 26—27
(l3)Archivo Moure, Universidpdesapprias,t.l. T5mbién enRODRIGUES MOTJRE,op. cit., apendice, pp. 90 y es; y,ESCOBEDO RLBERU,op. cit., documento n° V del apendice.
(14)pdems de las obras de Rodríguez Moure y Escobedo,tarnbién el historiador de Canarias,José de Viera y Clavijo, cita tales fechas y hechos en su magna obra :Ijgj—cips de lp Historia generpl de las Islas Cpnprips.Sant5 Cruz de Tenerife, J.N. Romero,l863, t. IV,Lib.l9.En la edición de Goya, a cargo de A. Cioranescu, vol.II, especialmente pginas 770 y ss.
519
(15) Según GODRIGUEZ MOURE, op. cit.,p.27,los agustinos“empeñaron la hacienda de sus conventos” y con el —
apoyo del patrono Benito de Nava rim6n, “arregla——ron parte de loo bajos del Convento y el de ls doscasa que por la calle Real habían comprado e incorporado al Convento y en ellas acomodaron ls distintps aulas con su correspondiente mobiliario”.
(16) Estos datos son recogidos por PODRIGUEZ MOUPE,op.cit.,p. 28 y ESCOBEDO, op. cit.,pp. 15 y 55 , a partir delDigno de José A. de Anchieta, existente en el archivodel Instituto de Canarias.(17) Dicha situación es analizada así por Viera y Clavijo:
“Pero entre tanto, por parte de los que se oponían aeste establecimiento, nada menos se solicitaba que —el modo de ahogarle en su cuna; y para ello la pro——vincia de los padres dominicos envió a seguir el pleito en Madrid al maestro fray José !ading. . .Yo no sé siel honor del colegio de Santo Domingo , o si los privlegios, que acaso sólo eran pretensiones, de otros cuepos o ciudades, se comprometían en que aquel establecimiento hubiese sido concedido al convento del EspírituSanto de Tenerife; pero sé muy bien que iba en ello elinterés de todas las Canarias y que era cosa triste ——ver que unos sujetos literatos se empeñaban en desvanecer las utilidades que suelen traer los estudios a lospueblos que los cultivau”.VIEI,op. cit.,v.II,pp.772—773
(16) De alguna manera, tal distinción del Consejo se podíaentender como el reconocimiento de Tenerife como capital del Archipiélago, y, como era de esperar, suscitUna fuerte reacción en 5fafl Canania,para impedir quetal medida se llevara a nabo.(19) PODPIGUEZ MOUPE,op. cit., “La segunda Universidad”,cap. IV, pp. 37 y ss.(20) El ministerio de Gracia y Justicia pidió informe alConsejo, y éste, a su vez, a la Audiencia, Obispo,Ca—bildo insular, Ayuntamiento, Sociedad Económica. El15 dejunio de l’790, el Ayuntamiento de La Palmas rei—teró la petición. Por su parte, el Cabildo de La Lagna presentaba solicitud de que la Universidad se erigiera en esta ciudad. Pero el informe decisivo fue ellúcido y esclarecedor del marqués de Bajamar, en el
que pone al descubierto razones no académicas utilizadas en los informes grancananios y, lo que es ms importante, la necesidad de separar los estudios ecle——sisticos de los universitarios y estatales, que losilustrados pretendían que fueran laicos y controladospor la jurisdicción civil. Vid, el informe de Porlieren PODRIGUEZ MOUPE,op. cit.,apéndice, pp.100 y es.
(21) PODPI(PIEZ MOUPE,ibidem, pp.96 y se.(22) Archivo Noure,IJniversidpdes canarias, t.I, la copiade la instancia lleva fecha de 25 de septiembre de1806.
52C)
(23) Archivo Moure, ibidem, el Ayuntamiento de La Lagunaencargó a Villanueva l redacción de una nUeVa instancia pidiendo la apertura de l Universidad,que —
fue presentada en las Cortes por los diputados tinerfeños, en febrero de 1812.
(24) ‘Extracto del expediente que existe en la Secretaríade Grcia y Justicia sobre establecimiento de Una —
Universidad en la provincia de Canprias”.PODPIGUEZMOUPE,op. cit., apéndice,pp.108 y ss.
(25) Archivo Moure, Univ. cpnpr., t. 1; diversos documentos.
(26) Pedro Hencomo sería nonibrado rector por el Claustro,en virtud de autorización real de 4 de julio de 1826,cargo que ejercería hasta su muerte, el 24 de agostode 1626.
(27) Fue nombrado inspector el obisno de Tenerife, que emtió un informe negativo,lo que llevó al Dr.iiartinón aescribir una acusación contra quél;vid.Archivo Ioure,Univ. canar., t.II.
(28) LEOC,F. de: Historip de ls Is1s Cnpris. S/C deTenerife, Aula de Cultura de Tenerife, 19?3,pp.3O5—306. En nuestra trabajo, ‘Petablo de educadores cnnos contemprneus: de Viera y Clavijo a ÇhmpsurSici1ia”.Li.rio de Estudios A t1nticos,Eadrid—LasPalrnas,l962,vp.25 y sa, ya escribíamos que tambiónla Villa de L Orotava había pedido ser sede de lanueva institución.
521
7tlie International Standing Conference
for tlie History of Education
Salamanca, 9—12 septiembre 1965
Peligious rivplry pnd inter—islpnd conflicts
during tlie first stpges of Cpnpry Islqnds lJniversity
Olegario Negrín Fajardo
Universidad a Distancia.Nadrid
Summpry
As has already been pointed mit elsewhere(.—
ching pt Cpnpry Islpnds. Las Palmas, 1962), there —
are two tlieories, considered as classic, as to the
number of Universities existing mt one time or anO—
ther at Canary Islands. The first of them, favouredby Podriguez Moure, pioneer researcher about the bis
tory of university teaching among us, is that of co
sidering that there has been two Universities, San
Agustín and San Fernando, this last ene showing di——
fferent stages. The other tlieory, wliose mairi repre——
sentative may be Escobedo Alberú, maintains tliat th
re has been but ene Canarian University with variousdefinite different periods. Both positiona nay be —
easily reconciled, as mine of the contradicts the —
other, rather they may be considered as complementa—
ry.
In order to simplify and not to alter histori—
Cal faCts, we consider more adequate to speak about
a first phase of La Laguna University —or Sa AgUs—
tin University—, about a second phase with different
stages of La Laguna University — or San Fernando Un
versity— and about a third pliase, begining iii 1927 —
wlien La Laguna University became the head of the Ca—manan University Distnict.
522
The purpose of this paper is to study the charac
teristics of similar processes of gestation at the —
two principal phases of La Laguna University: they —
both took place in afl atmosphere of conflict and ri—
valry, and, thus, they had little chance of gaining
stability and settling down.
San Agustin University had a difficulty start
and a short life period, due mainly to the fact of
mutual antagonizing between &ugustinian a Dominican
friars at Tenerife and to pretensions of Cathedral —
Chpter from Las Palmas, which, finally, resulted in
closing the University and laying a Conciliar Seminar
at Gran Canaria.
With respect to San Fernando Ilniversity, inter—
island rivalry took the first rank. The Seminar, the
Cathedral Chapter and the Economic Society of Las —
Palmas, all tried hard to incorporate Canarian Uni
versity into the Conciliar Seminar of that city, —
while Tenerife asked for the establishment of La La
Cuna University.
In both cases such conflicts and rivalries led
to restrain the establishment of universities. If —
am effort succeeded, after a great nuaber of diffi—
culties, conflicts hindered the stability and strea
gth of the University, thus favouring its final do
sing and extinction. This is the way in which a -
great opportunity WaS lost for laying down the firm
foundations for the establishment of a quality Uni—
versity at Canary Islands, which has always been adeep non—fulfilled need.
523