6
10 Los economistas como filósofos mundanos* Junio 2013: 10-20 ROBERT J. SHILLER Y VIRGINIA M. SHILLER Los filósofos mundanos: la vida, el tiempo y las ideas de los grandes pensadores económicos vivificante descripción acerca de lo que los economistas hacen; descripción que durante décadas fue asignada a incontables alumnos de economía como lectura se debe a la pregunta por la amplitud y profundidad moral de los economistas. La denominación prevaleció, y durante muchos años fue común referirse a los economistas como filósofos mundanos. La inspiración de ese libro ha contribuido al deseo de muchos de ser economistas, y tener vidas fructíferas como investigadores. Sin embargo, mientras la cantidad de investigaciones hechas por economistas es sorprendente, se cuestiona si la investigación económica encarna las en la forma en que debería. ¿La economía como profesión ha perdido sustancialmente de vista la noción de idealismo que existió en las décadas anteriores? ¿El fuerte impulso por desarrollar una especialización profunda para impulsar al límite la investigación ha conducido a una pérdida de la perspectiva moral? La crisis financiera que comenzó en 2007 y continúa hoy, es ampliamente entendida en la prensa popular como evidencia de un decaimiento, ya sea moral de la profesión del economista. ¿Por qué anticipar ni plantear ninguna advertencia significativa acerca de la mayor crisis profesión sostienen que los modelos en los que confiaban los economistas estaban demasiado depurados o especializados como para permitir que la mayor parte de y dar alarma sobre los problemas que se estaban desarrollando. En este punto, creemos que es importante considerar las tendencias que hubo en economía a lo largo de los años, y pensar en los factores que influyeron en las agendas En general, los hombres que fueron influencia en el desarrollo temprano de y John Stuart Mill – estaban interesados en la corriente intelectual más general de sus días, y estaban involucrados en importantes cuestiones de políticas vidas de los ciudadanos. Ellos concebían su disciplina en forma más amplia, y más en términos de imperativos morales de lo que parecen hacerlo hoy la mayor parte de los economistas.

R.J. SHILLER Y v.M. SHILLER Los Economistas Como Filósofos Mundanos

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Economía y Filosofía

Citation preview

  • #wQ:::+0,WPKQ10

    Los economistas como lsofos mundanos*

    4GXKUVC%WNVWTC'EQPxOKEC#wQ:::+0

    Junio 2013: 10-20

    ROBERT J. SHILLER Y VIRGINIA M. SHILLER

    'PUWKPH NW[GPVGNKDTQFGLos f i l so fo s mundanos : la v ida , e l t i empo y l a s i d e a s d e l o s g ra n d e s p e n s a d o re s econmicos4QDGTV*GKNDTQPGTJK\QWPCvivificante descripcin acerca de lo que los economistas hacen; descripcin que durante dcadas fue asignada a incontables a lumnos de economa como lectura EQORNGOGPVCTKC*GKDTQPGTGUETKDKxSWGUWGNGEEKxPFGNVoTOKPQHKNxUQHQUOWPFCPQUse debe a la pregunta por la amplitud y profundidad moral de los economistas. La denominacin prevaleci, y durante muchos aos fue comn referirse a los economistas como filsofos mundanos. La inspiracin de ese libro ha contribuido al deseo de muchos de ser economistas, y tener vidas fructferas como investigadores.

    Sin embargo, mientras la cantidad de investigaciones hechas por economistas e s s o r p re n d e n te , s e c u e s t i o n a s i l a investigacin econmica encarna las PQEKQPGUFGOWPFCPC[FGHKNQUxHKECen la forma en que debera. La economa como profesin ha perdido sustancialmente de vista la nocin de idealismo que existi en las dcadas anteriores? El fuerte impulso por desarrollar una especializacin profunda para impulsar a l l mi te la investigacin ha conducido a una prdida de la perspectiva moral?

    La crisis f inanciera que comenz en 2007 y contina hoy, es ampliamente entendida en la prensa popular como evidencia de un decaimiento, ya sea moral QFGQVTQVKRQGPNCUCDKFWTsC[GPGNLWKEKQde la profesin del economista. Por qu

    HCNNxNCRTQHGUKxPGPUWEQPLWPVQCNPQanticipar ni plantear ninguna advertencia signif icativa acerca de la mayor crisis HKPCPEKGTCGPNCOGLQTRCTVGFGWPUKINQ!+ P EQP V CD N G U E T s V K E Q U C L G PQ U C N C

    profesin sostienen que los modelos en los que confiaban los economistas estaban demasiado depurados o especializados como para permitir que la mayor parte de GNNQURWFKGUGXGTGNEWCFTQFGEQPLWPVQy dar alarma sobre los problemas que se estaban desarrollando. En este punto, creemos que es importante considerar las tendencias que hubo en economa a lo largo de los aos, y pensar en los factores que inf luyeron en las agendas FGKPXGUVKICEKxP%QOGP\CTGOQUEQPG N GU VWFKQ FG N V TCDC LQ FG FQU FG NQUH KNQUQHQUOWPFCPQUFG*GKNDTQPGTEn general , los hombres que fueron FGUETKRVQUGPGUVGNKDTQ[SWGGLGTEKGTQPinf luencia en el desarrollo temprano de NCRTQHGUKxPKPENW[GPFQC#FCO5OKVJ-CTN/CTZ*GPT[)GQTIG,QJP/C[PCTF-G[PGU6JQOCU/CNVJWU#NHTGF/CTUJCNNy John Stuart Mill estaban interesados en la corriente intelectual ms general de sus das, y estaban involucrados en impor tantes cuest iones de pol t icas R}DNKECUTGNGXCPVGURCTCNCOGLQTCFGNCUvidas de los ciudadanos. Ellos conceban su disciplina en forma ms amplia, y ms en trminos de imperativos morales de lo que parecen hacerlo hoy la mayor parte de los economistas.

  • Revista Cultura Econmica 11

    I. Ejemplos

    #FCO5OK V J G T C R TQ HG UQ T PQ FGeconoma, sino de f ilosofa moral1. Su Teora de los sentimientos morales, publicada RQTRTKOGTCXG\GPGTCWPCOG\ENCde f ilosofa, psicologa y economa. Su concepcin de la fuerza rectora detrs de la actividad econmica desconcierta: es gente egosta por naturaleza, o acaso se preocupan por otros? En su evaluacin de la moralidad humana, Smith se encamin hacia la psicologa, esforzndose por descr ib i r con prec i s in los mv i le s humanos. Este libro fue el fundamento que le permiti escribir La riqueza de las naciones en 1776, el libro que sent las bases de la economa moderna.,QJP/C[PCTF-G[PGUGUETKDKxWPVTCDCLQ

    filosfico Tratado sobre probabilidad acerca de los fundamentos profundos de la teora probabilstica. Dudaba de que uno debiera s iquiera pensar en VoTOKPQUFGRTQDCDKNKFCFGU#NIWPCUfrecuencias estadsticas son, con lmites ms estrechos o ms amplios, estables. Pero las frecuencias estables no son muy comunes, y no pueden adoptarse a la NKIGTC-G[PGU'UVQNQEQPFWLQa pensar en las probabil idades como grados de conviccin, y por lo tanto, como fenmenos psicolgicos, para as rechazar una buena parte del modelo econmico probabilstico, y formular el concepto de GURsTKVWUCPKOCNGUEQOQWPCHWGT\CGPla economa. De este modo, su filosofa de la probabilidad, y su rechazo de la manipulacin mecnica de los modelos probabilsticos fueron centrales a la Teora general del empleo, el inters y el dinero

    2.'NKPVGToUFG-G[PGUGPEWGUVKQPGU

    filosficas deriv en su inf luyente libro a c e rc a d e l a c o n fe re n c i a d e p a z d e 8GTUCNNGULas consecuencias econmicas de la pazGUETKVQVTCUGNHKPFGNC2TKOGTC)WGTTC/WPFKCN#NNsGZRTGUxUWURTGQEWRCEKQPGUsobre los duros pagos de compensacin SWGG N 6TCVCFQFG 8GTUC N NGU KORWUQa los alemanes, e intercal el anlisis puramente econmico con ideas acerca del impacto psicolgico que tendran las compensaciones de guerra, la opinin RQRWNCTCEGTECFGNCLWUVKEKCFGNCEWGTFQ

    as como el carcter moral de la gente que PGIQEKxGNVTCVCFQ'NCPhNKUKUFG-G[PGUanticip los sucesos econmicos, sociales [RQNsVKEQUSWGEQPFWLGTQPCNC5GIWPFC)WGTTC/WPFKCN'UVGVTCDCLQWPQFGNQUxitos ms significativos en la historia de las predicciones hechas por economistas, revel una modalidad de investigacin extremadamente amplia, inductiva.

    P a r e c i e r a q u e e l m i s m o t i p o d e interrogante se hallaba muchas veces detrs de las advertencias de quienes, antes de 2007, previnieron la lt ima crisis f inanciera. Una vez ms, percibir una crisis inminente implic pensar en la falta de confianza en nuestros modelos de probabilidad, en la psicologa humana y en el curso de los hechos histricos y de los cambios institucionales, que no eran contemplados por los modelos economtricos modernos.

    La espec ia l i zac in, por supuesto , VKGPGFKUVKPVCUXGPVCLCUHCEKNKVCGNThRKFQp r o g re s o c i e n t f i c o , p o r l o m e n o s siguiendo las directivas indicadas por los visionarios que no se especializaron tan en profundidad. Pero el espritu de especia l izacin profesional t iene VCODKoPRQVGPEKCNGUFGUXGPVCLCU5KNCespecializacin es demasiado extrema, VKGPFGCNNGXCTFGOCUKCFQNGLQUNCUKFGCUoriginales, ms all de su propsito til. En la academia, la especializacin sumada a las fuertes presiones competitivas, genera una situacin en la cual los acadmicos generalmente sienten que no tienen tiempo para considerar cuestiones ms amplias, e incluso estar familiarizados con hechos bsicos y simples que excedan el campo de su especialidad. Su conocimiento general puede ser vergonzosamente limitado, y as pueden retraerse en su propia especialidad y producir investigaciones que contribuyen en pequea medida al desarrollo de su campo de estudio, pero carecen de una XKUKxPFGEQPLWPVQ

    II. Una tendencia a largo plazo hacia el incremento del rigor cientco y la especializacin

    Los departamentos de ciencias sociales modernos comenzaron a proliferar a

  • #wQ:::+0,WPKQ12

    H KPCNGUFGNUKINQ:+:'NFKCTKQThe Sun de Baltimore explicaba el desarrollo de la EKGPEKCGEQPxOKECGP

    La economa poltica ha pasado a designar un grupo de ciencias. #PVGT KQTOGPVG UG UWRQP sC SWGcualquier persona de inteligencia ordinaria poda ensear economa R Q N s V K E C # J Q T C G P E C F Cd e p a r t a m e n to d e e c o n o m a s e requiere de una combinacin de especialistas para la presentacin de los resultados de las investigaciones OhUTGEKGPVGU6JG5WP$CNVKOQTGFGHGDTGTQFG

    Ya en esa poca haba una tensin en la profesin de la ciencia econmica entre aquellos que vean los problemas sociales y ticos que desafiaban al anlisis formal, y aquellos que enfatizaban la pura VGQTsCGEQPxOKEC'P'FYKP4#5GNKIOCPGPVQPEGUWPRTQHGUQTCFLWPVQde poltica econmica de la Universidad FG%QNWODKCGZRTGUCDCNCVGPUKxPGPVTGNCXKGLCGUEWGNCSWGWUCDCWPOoVQFQJKUVxTKEQ[EQORCTCVKXQ[ NCPWGXCGUEWGNCSWGCEGPVWCDCWPOoVQFQFGley natural a-priori[GNRGPUCOKGPVQCDUVTCEVQ5GNKIOCP

    Seligman sugera que los adherentes a la PWGXCGUEWGNCVGPFsCPCUGTOhULxXGPGUy que eran los economistas ms grandes los que se hallaban ms inclinados hacia lo f ilosf ico. Es interesante notar que estar observacin podra hacerse acerca los economistas de hoy. Quizs haya algo de cierto en eso de las intuiciones que se obtienen con el tiempo, percepciones que trascienden la poca en la que uno vive. La tendencia de largo plazo hacia la ampliacin del sentido de la disciplina cientf ica, no siempre deriv en una especializacin estrecha. En 1916, un QDUGTXCFQTGNHKNxUQHQFG*CTXCTF4CNRJBarton Perry, observ cmo una visin ms profunda de la naturaleza humana haba estado deslizndose en la economa:

    .C VGQT sC GEQPxOKEC JC KFQcreciendo ininterrumpidamente GPHQTOCOhURUKEQNxIKEC*Chabido una tendencia de crecimiento

    sostenido, al menos en la teora, para ir ms all de las formas existentes y de los instrumentos del proceso econmico, hacia las motivaciones humanas que subyacen y animan el RTQEGUQ2GTT[

    % K G T V C O G P V G G N o P H C U K U F G N Ceconoma moderna en representar el comportamiento econmico humano en trminos de maximizacin de funciones utilitarias, en medio de restricciones, signific un triunfo para una visin ms humanista de los procesos econmicos. Entenda a las personas y sus intenciones como el centro de la teora econmica, y EQPFWLQCNFGUCTTQNNQFGNCGEQPQOsCFGDKGPGUVCTSWGFKQWPCOGLQTEQPGZKxPmoral al anlisis econmico.

    Sin embargo, desde la perspectiva de los crticos, la especializacin tcnica de la economa se volvi prominente hacia HKPGUFGNUKINQ::EWCPFQKPPQXCEKQPGUtales como la teora de las expectativas racionales y las hiptesis de mercados eficientes parecan ser desarrolladas hasta el exceso por sus entusiastas.

    Incluso el inventor del concepto de expectativas racionales en 1961, John ( /WVJ UGRTGQEWRxGP NCU FoECFCUsubsiguientes por la estrechez de las tendencias relacionadas con este concepto. 'PWPCECTVCFGGPXKCFCC/KEJCGN%Lovell, profesor de economa en Wesleyan, Muth asever que:

    Es un poco sorprendente que serias alternativas a las expectativas r a c i o n a l e s n u n c a h a y a n s i d o efectivamente propuestas. Mi artculo o r i g i n a l e r a e n g r a n p a r te u n a reaccin contra las hiptesis ingenuas de las expectativas yuxtapuestas con el comportamiento de toma de decisiones altamente racional, y parece haber sido ampliamente OCNKPVGTRTGVCFQ%CTVCFGNFGQEVWDTGFGEQTVGUsCFG/KEJCGN%.QXGNN

    *C[FQUNsPGCUSWGCNRCTGEGTXCNGNCpena explorar: 1) explicar por qu las reglas RCTCUWCXK\CTHWPEKQPCP[EWhNGUUQPUWU

  • Revista Cultura Econmica 13

    limitaciones y 2) incorporar conocidos RTGLWKEKQUEQIPKVKXQUGPNCVGQTsCFGNCUGZRGEVCVKXCU-CJPGOCP[6XGTUM['Urealmente increble que se haya avanzado tan poco en estas lneas de anlisis.4QDGTV*GKNDTQPGTGPNCUoRVKOC[

    ltima edicin de Filsofos mundanos , publicada en 1999, incluy un captulo H KPCNVKVWNCFQ'NH KPFGNQUH KNxUQHQUOWPFCPQU! *GK NDTQPGT GZRTGUx UWpreocupacin acerca de la creciente focalizacin de la economa como una EKGPEKCEQORCTCDNGCNCHsUKECQCNCbiologa, que busca descubrir las leyes que gobiernen los eventos econmicos. Sin GODCTIQ*GKNDTQPGTEKVxNCCFXGTVGPEKCFG#NHTGF/CTUJCNN CEGTECFGSWGNCeconoma no puede ser comparada con las ciencias fsicas exactas porque trata con las fuerzas cambiantes y sutiles de NCPCVWTCNG\CJWOCPC/CTUJCNN#UKOKUOQ*GKNDTQPGTOQUVTxSWGNCeconoma no puede ser una ciencia pura porque la vida social de los seres humanos es por naturaleza poltica.

    III. La economa como ciencia moral

    'NRTKOGTWUQFGNVoTOKPQGEQPQOsCcomo ciencia moral parece datar del FKUEWTUQRTGUKFGPEKCNFG-GPPGVJ$QWNFKPIdel American Economic Association , en 5GI}P$QWNFKPIIGPGTCNOGPVGno se considera que las ciencias puedan estar inf luenciadas por consideraciones morales, ya que apuntan simplemente a descubrir conocimientos acerca del mundo. Sin embargo, Boulding sostiene que las ciencias dependen inherentemente de una aceptacin comn de un sistema de valores, y por ende, tienen por naturaleza un componente tico. En la exposicin de este argumento, Boulding asever:

    N o p o d e m o s e s c a p a r a l a proposicin acerca de que como l a c i e n c i a s e m u e v e d e s d e e l conocimiento puro hacia el control, esto es, hacia crear lo que conoce, lo que crea se transforma en un p r o b l e m a d e d e c i s i n t i c a , y depender de los valores comunes de las sociedades en las cuales subyace

    la subcultura cientf ica, as como de la subcultura cientfica. En estas circunstancias, la ciencia no puede proceder s in al menos una tica implcita, esto es, una subcultura con valores comunes adecuados.

    $QWNFKPI

    'PUWFKUEWTUQFG $QWNFKPIseal una direccin que con frecuencia NNGXCCNQUGEQPQOKUVCUFGOCUKCFQNGLQUNCfascinacin que estos tienen con el ptimo de Pareto como un marco para el anlisis poltico. Parece evidente para muchos economistas que la ciencia econmica debiera adoptar el criterio de Pareto como una disciplina de investigacin: debemos perseguir el desarrollo de polticas que OGLQTGPNCUEQPFKEKQPGUFGXKFCFGECFCRGTUQPC[FGLCTCWPNCFQRQTPQOGTGEGTnuestra consideracin, cualquier poltica que empeore la situacin econmica de EWCNSWKGTRGTUQPC2GTQ$QWNFKPIQDLGVxel supuesto subyacente a la teorizacin de Pareto, que la gente se preocupa slo por s misma y que no hay ni malicia ni bondad en ninguna parte del sistema, es obviamente HCNUQ&KHsEKNOGPVGUGRQFTsCKOCIKPCTCNIQmenos descriptivo de la condicin humana CUGIWTx$QWNFKPI#SWs$QWNFKPIGUVhCUGXGTCPFQSWG

    UGFGDGGPVGPFGTGPRTKOGTNWICTNCcondicin humana para poder luego desarrollar una economa como ciencia m o r a l . D e s d e e s t a p e r s p e c t i v a , e s necesario que los economistas posean ciertos conocimientos de historia y de la vastedad de las ciencias sociales, sumados al desarrollo matemtico y las habilidades t c n i c a s . S i n o v a m o s a d e p e n d e r exclusivamente de un criterio de Pareto estrechamente determinado, necesitamos tener algn sentido de la interconectividad d e l a s p e r s o n a s , d e s u s re a c c i o n e s emocionales, y de sus motivaciones.

    IV. Promover la economa como ciencia moral

    T r a s e l a p a r e n t e f r a c a s o d e l o s economistas para ver las posibilidades de nuestra reciente crisis financiera, hay signos emergentes de un mayor inters

  • #wQ:::+0,WPKQ14

    en un balance entre la especializacin y el conocimiento de los hallazgos de otros campos de estudio, que incluyen la historia, la psicologa y la sociologa. Qu puede hacer la profesin para fomentar que sus OKGODTQUOCPVGPICPGUVCNsPGC!*C[apoyos o incentivos que promuevan que NQULxXGPGUGEQPQOKUVCUVGPICPWPOC[QTinters en reivindicar el ttulo de filsofos mundanos?#SWGNNQUSWGVKGPGPNCECRCEKFCFFG

    influenciar la direccin de la investigacin G EQPxOK E C SWG K P E N W [G C SW K GPG Uevalan las propuestas de investigacin, se comprometen en la contratacin y promocin de invest igadores , o que dirigen revistas acadmicas) tienen una importancia clave en el incentivo de perspectivas ms amplias que armonicen distintas aproximaciones, para permitir CUsWPCXCNQTCEKxPOhUEQORNGLCFGNQUproblemas econmicos.7PGLGORNQFGNQSWGRWGFGJCEGTUG

    JCUKFQNCETGCEKxPGPFGNJournal of Economic Perspectives. En el primer nmero NQURTKOGTQUGFKVQTGU,QUGRJ5VKINKV\%CTNShapiro y Timothy Taylor, lamentaban SWGNQUGURGEKCNKUVCUJCDNCPEQPFGUFoPa otros especialistas, y aseveraban que los economistas necesitaban una nueva TGXKUVCRCTCUGTXKTEQOQWPCTGXKUVCFGeconoma acadmica para el pblico de economistas en general. Escribieron: 'NVsVWNQFGNCPWGXCTGXKUVCHWGGNGIKFQRCTCTGH NGLCTFQUCURGEVQUEGPVTCNGUFGsu misin: proporcionar una variedad de perspectivas sobre la economa y mostrar cmo una perspectiva econmica puede ayudar a entender la sociedad y algunos de UWURTQDNGOCU5VKINKV\5JCRKTQ[6C[NQT

    Si bien los artculos de la revista no RTGFKLGTQPNCETKUKUHKPCPEKGTCOWPFKCNFG2007, no obstante cierto nmero de los artculos publicados fueron relevantes LWUVQCPVGUFGNCETKUKU'NP}OGTQFGNCRTKOCXGTCFGKPENW[xWPCTVsEWNQFG95EQVV(TCOG[.CYTGPEG,9JKVGmanifestando la preocupacin de los autores acerca de los problemas sistmicos RNCPVGCFQURQT(CPPKG/CG[(TGFFKG/CEaunque no sugeran una falla inminente. 'NP}OGTQFGNQVQwQFGRTGUGPVx

    GN U KORQUKQ%QPQEKOKGPVQ EKGPEKCUcognitivas y economa que inclua un CTVsEWNQFG'TPUV(GJT[,GCP4QDGTVTyran, que expona una teora cognitiva FGNCUDWTDWLCUGURGEWNCVKXCUDCUCFCGPla economa experimental, aunque no analizaba la situacin de ese momento. El OKUOQP}OGTQVGPsCWPCTVsEWNQFG%JCTNGU*KOOGNDGTI%JTKUVQRJGT/C[GT[6QFF5KPCKUQDTGNCUWRWGUVCDWTDWLCGURGEWNCVKXCen el mercado inmobiliario, pero llegaba CWPCEQPENWUKxPFoDKNSWGGUKORQUKDNGafirmar categricamente que exista o no WPCDWTDWLCKPOQDKNKCTKC*KOOGNDGTIGV#V'NP}OGTQFGKPXKGTPQFGKPENWsCNCRTGUGPVCEKxPFGWPUKORQUKQde sociologa y economa que sent las bases de un debate sobre la sociologa de la condicin especulativa en los mercados; FGDCVGSWGGPGHGEVQPQUGRTQFWLQ

    Estos acadmicos vieron con claridad los elementos de la crisis pero no lograron unirlos para alertar a los lectores de que la crisis era inminente. Estos autores no anticiparon la crisis en absoluto, o se vieron a s mismos solamente como creadores de modelos especializados, renuentes a usar UWLWKEKQRCTCFGUCHKCTGNRWPVQFGXKUVCdominante acerca de la solidez de nuestro sistema financiero? Est claro que no todos los problemas de especializacin fueron resueltos con la fundacin de esta revista.

    Sin embargo, el esfuerzo ilustrado por el Journal of Economic Perspectives de incentivar a los economistas profesionales a que combinen una amplia variedad de lneas de KPXGUVKICEKxP[UGHQTOGPLWKEKQURTQRKQUacerca de los problemas apremiantes del presente, se halla en la direccin correcta. Sencillamente, debemos implementar ms cambios, tales como otros foros KPVGTFKUEKRNKPCTKQU[WPFKUGwQOGLQTCFQde incentivos para los investigadores, tanto en su formacin como en sus subsiguientes carreras. El imperativo verdadero para los investigadores es la necesidad de redoblar esfuerzos para fomentar el enriquecimiento mutuo y la amplitud de pensamiento, g u i a d o p o r e l p r o p s i t o m o r a l d e perfeccionar el bienestar humano3.

  • Revista Cultura Econmica

    Referencias bibliogrcas

    $QWNFKPI -GPPGVJ 'EQPQOKEUas a Moral Science. American Economic Review

    %CVG6JQOCU[.',QJPUQP6JG6JGQT[ QH 2TQDCDKNKV[ # -G[ 'NGOGPVKP -G[PGU 4GXQNWVKQP International Advances in Economic Research 344.

    %JQWFJWT[/CUWFWN#NCOEconomic theory and social institutions: A critique with special reference to Canada.United Press of #OGTKEC+PE.QPFQP

    (GJT 'TPUV [ ,GCP4QDGTV 6[TCP +PFKXKFWCN +TTCVKQPCNKV[ CPF #IITGICVGOutcomes, Journal of Economic Perspectives

    (TCOG95EQVV[.CYTGPEG,9JKVG(WUUKPI CPF (WOKPI QXGT (CPPKG CPF(TGFFKG*QY/WEJ 5OQMG*QY/WEJ(KTG! Journal of Economic Perspectives,

    *GKNDTQPGT 4QDGTV The Worldly Philosophers: The Lives, Times And Ideas Of The Great Economic Thinkers. Simon & 5EJWUVGT0GY;QTM

    *KOOGNDGTI %JCTNGU %JTKUVQRJGT /C[GT[ 6QFF 5KPCK #UUGUUKPI *KIJ*QWUG 2TKEGU $WDDNGU (WPFCOGPVCNUand Misperceptions. Journal of Economic Perspectives

    -G[PGU ,QJP /C[PCTF Economic Consequences of the Peace. Macmillan, London.

    /CTUJCNN #NHTGF Principles of Economics. MacMillan, London.

    /WVJ,QJP(4CVKQPCN'ZRGEVCVKQPUand the Theory of Price Movements. Econometrica

    2GTT[ 4CNRJ $CTVQP 'EQPQOKE8CNWG CPF /QTCN 8CNWG The Quarterly Journal of Economics

    5GNKIOCP 'FYKP 4 # 4GXKGY=QH )WUVCX 5EJOQNNGT? Political Science Quarterly

    5OKVJ #FCO The Theory of Moral Sentiments#/KNNCTKPVJG5VTCPFCPF#-KPECKFCPF,$GNNKP'FKPDWTIJ

    6TCFWEEKxP#IQUVKPC2TKIKQPK

    #TVsEWNQ RTGUGPVCFQ RQT NQU CWVQTGU GP NC %QPHGTGPEKC #PWCN (WPFCOGPVQU NQUxEQU FGla ciencia econmica y la buena economa: valores individuales, bsqueda del hombre y realizacin personal que tuvo lugar el 7 de enero de 2011. #OGTKECP 'EQPQOKE #UUQEKCVKQP Cultura Econmica agradece a los autores por permitirnos publicar esta doble versin en espaol e ingls.

    1. Los profesores de poltica econmica o de economa PQ EQOGP\CTQP C CRCTGEGT UKPQ JCUVC GN UKINQ :+:2QT GLGORNQ GP NC 7PKXGTUKFCF FG %CODTKFIG NCeconoma se enseaba como parte de las ciencias OQTCNGU%JQWFJWT[ 2CTC RTQHWPFK\CT XoCUG 6JQOCU %CVG CPF .',QJPUQP #ITCFGEGOQU C /CTKG.CWTG &LGNKE RQT UWUfructferos debates.

    6TCFWEEKxP#IQUVKPC2TKIKQPK

    ECONOMISTS AS WORDLY PHILOSOPHERS

    +PJKUKPHNWGPVKCNDQQMThe Worldly Philosophers: The Lives, Times And Ideas Of The Great Economic Thinkers4QDGTV*GKNDTQPGTICXGCPKPURKTCVKQPCNCEEQWPVQHYJCVGEQPQOKUVUFQCPCEEQWPVVJCVYCUCUUKIPGFCUUWRRNGOGPVCNTGCFKPIVQcountless beginning economics students QXGTFGECFGU*GKNDTQPGTYTQVGVJCVJGEJQUGVJGVGTOYQTNFN[RJKNQUQRJGTUbecause of the breadth and moral depth of GEQPQOKUVUKPSWKT[6JGCRRGNNCVKQPUVWEMCPFHQTOCP[[GCTUKVYCUEQOOQPVQTGHGTVQGEQPQOKUVUCUYQTNFN[RJKNQUQRJGTU6JGinspiration of that book has contributed to the desire for many to go on to become economists, and to productive lives as researchers.$WVYJKNGVJGXQNWOGQHTGUGCTEJVWTPGF

    out by economists is most impressive, VJGTGCTGSWGUVKQPUYJGVJGTYQTNFN[CPFRJKNQUQRJKECNCTGTGRTGUGPVGFCUOWEJCUVJG[UJQWNFDGKPGEQPQOKETGUGCTEJ*CUeconomics as a profession substantially lost sight of the idealism that existed in earlier FGECFGU!*CUVJGUVTQPIKORWNUGVQRWTUWGPCTTQYURGEKCNK\CVKQPKPQTFGTVQRTQRGN