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ROSA JACETANA EN EL PIRINEO Y MONTES IBÉRICOS

Pedro MONTSERRAT RECODERInstituto Pirenaico de Ecología, CSIC. Apartado 64. pmontserrat@ipe.csic.es

E-22700 JACA (Huesca)

RESUMEN: Se subordina Rosa jacetana P. Monts. 1997, a R. pouzinii comosubespecie, por sus sépalos + erectos y muy glandulosos; corresponde a formas demontaña más glandulosas -olor resinoso-balsámico- y piña estigmática lanosa, densa,que se relacionan con las parameras ibéricas pero faltan en el Pirineo catalán y parteoriental de Aragón, pero alcanzan las sierras de Gratal y Guara, donde convive conotras formas glabras de montaña más relacionadas con la R. montana de los Alpesmarítimos.

SUMMARY: The Rosa jacetana P.Monts. 1997, is a very good subspecies of R.pouzinii, like a mountain strain with more or lees erect fruiting sepals, moreglandular, with foliaceous segments and a laniferous and compact stigmatic complex.There are a very similar strains in the Iberian mountains (“parameras” landscapes). Inthe Sierra Guara mountains is melanged with special roses like the west alpine R.montana strains.

INTRODUCCIÓN

En abril de 1997 se publicó como es-pecie la Rosa jacetana (MONTSERRAT,1997) tipificada en el nº JACA 292795,con 40 isótipos repartidos por la Sociétéde Liège, nº 17023; además repartimos 40isoparátipos fructificados, nº 17022. To-dos pertenecen al mismo individuo si-tuado en el monte Oroel de Jaca (Huesca).

Rosa jacetana se relaciona con R. pou-zinii Tratt., planta muy variable del Medi-terráneo occidental. Con S. SILVESTRE(1998) la consideramos incluida en su va-riabilidad extraordinaria; tampoco la sepa-ramos en el volumen 13 del Atlas FloraeEuropaeae (KURTO & al, 2004). Presen-ta sin embargo unos caracteres que la in-dividualizan y ahora conviene destacar. Elárea y su ecología nos ayudan a compren-der el origen de su diversificación, tantoen las montañas peninsulares como en los

montes provenzales con parte el MacizoCentral francés, unos ambientes caracteri-zados por su ganadería muy activa desdela prehistoria.

Con posteridad a 1997 seguimos estu-diando las variaciones de R. jacetana enel monte Oroel, su localidad clásica, rela-cionándolas con otras conocidas de losMontes Ibéricos y ha llegado la oportuni-dad para dedicar esa investigación detantos años al inolvidable Antonio Segura,que también recolectó unas formas de R.jacetana en las parameras de la SierraMinistra.

IMPORTANCIA DE LAS PARA-MERAS PENINSULARES

Enebros y sabinas con agracejo y ro-sales variados, nos indican en el Pirineo lapersistencia de una vegetación que tuvogran importancia postglacial, mucho antes

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de que se formara un suelo profundo yllegara el dominio de los abetales conbosques caducifolios densos. Es una ve-getación que lo resiste todo (explotaciónabiótica y también la biótica) y aún do-mina en nuestras parameras ibéricas consus adaptaciones extraordinarias al con-sumo por grandes fitófagos que rebajaron,diversificaron el manto forestal y asífomentaron el pasto corto característicodel páramo (FONT QUER, 1954), juntocon su orla espinosa muy adaptada yademás árboles aislados o los densos de lahondonada receptora. Son fitocenosisadaptadas tanto al clima frío y seco comoal sobrepastoreo y a la altitud. Las monta-ñas del Mediterráneo occidental recibenlluvias convectivas en época poco fría ysu vegetación se acomodó aprovechán-dolas, tanto por adaptación ecofisiológicade sus plantas como al relieve con depre-siones receptoras. En condiciones pareci-das está el Pinus nigra subsp. salzmanniicon Juniperus thurifera, la carrasca, losquejigos, el boj y gayuba en el piso mon-tano, con Pinus uncinata en el subalpino yademás otras especies oromediterráneasque apenas penetran en los Alpes occi-dentales.

Es una vegetación de tipo “sabanoide”muy resistente a la explotación por fitófa-gos variadísimos y además muy activos,en evolución como biosistema tolerante,más bien diría que necesita o exige losrebaños actuales; se diversificó tanto parafacilitar el pastoreo y la espontaneidadgestora. Los rebaños de cabras y ovejasproliferaron durante milenios en esasmontañas mediterráneas y han dejadohuella en las estribaciones del MacizoCentral francés, con Hérault, Briançon,Pirineos y Montes Ibéricos, hasta llegar alMaestrazgo con los montes de Guadala-jara, Cuenca y Valencia por lo menos.

El área de R. pouzinii Tratt., desbordapor el sur y también alcanza Mallorca,Córcega, Cerdeña, Sicilia e Italia (KUR-TO & al., 2004),.con África del norte.

Además, persisten estirpes de montaña (P.MONTSERRAT, 1997) que se diferen-cian por sus sépalos glandulosos, erecto-patentes al fructificar, y además sus esti-los tienen pelos que forman una “piña es-tigmática” más o menos densa y en lospedicelos hay glándulas estipitadas, hastasetiformes; la úrnula tiene disco estrecho(diámetro 3-4 mm) y el poro de 1-1,3 mm,o sea, más ancho en las estirpes de mon-taña. El disco estrecho se relaciona consépalos erectos, mientras su anchura conlos rebatidos que no se levantan al madu-rar y dominan en tierra baja, al parecercomo derivados de formas orófitas que lostienen erectos. La R. pouzinii típica sesitúa en el extremo norte del área y apa-renta ser la forma más evolucionada enambiente mediterráneo algo boscoso.

Ahora se propone a R. jacetana comobuena subespecie de dicha R. pouzinii ,pero antes comentaremos esa de la tierrabaja mediterránea, para relacionarla des-pués con las variantes propias de para-mera o de alta montaña en el Pirineocalizo central aragonés.

Rosa pouzinii Tratt. subsp. pouziniiSon estirpes relacionadas con la forma

de R. pouzinii en su loco classico, el PicSaint Loup, cerca Montpellier. Carlos Vi-cioso (1966) aporta un dibujo excelentede Paula Millán, como una forma en Es-paña, pero no la única. Tenemos materialfrancés y con L. Villar la recolectamos encara norte del Pic St. Loup, 400m, el 6-VI-1974 (JACA 234974) [31TEJ6479].Jean Vivant, el 27-V-65 (herb. Vivant) laencontró en St. Guilhem-le-Désert y tam-bién la tenemos (JACA 214274 [31TDJ9626] recolectada en Gorges d’Héric, unencinar montano con suelo silíceo a 300m de altitud. Todas ellas presentan sépa-los sin glándulas dorsales, los estilos songlabros, sueltos, y fueron recolectadoscerca de su localidad clásica.

Es planta glabra, excepto la borra to-mentosa en parte de los sépalos eglandu-

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lares, y tiene largos pedicelos con glán-dulas estipitadas, a veces setulosas; desta-can los estilos glabros y sueltos que ca-racterizan a la estirpe francesa. En Españaabundan los estilos glabros pero tambiénlos que tienen largos pelos y forman confrecuencia una piña estigmática laxa. Susfolíolos son anchos, hasta suborbiculares,pero pueden ser agudos y en Andalucía(VALDÉS & al., 1987) hay formas sin labase foliar redondeada.

Recolectamos mucho material penin-sular y tenemos de Mallorca con el Rifafricano, comprobando su variabilidadque ahora no comentamos. Vimos muchasformas intermedias con la que sigue perono las estudiamos con el detalle necesario.También conviene ver material apropiadode las sierras béticas que falta en el herba-rio JACA. Describo como subespecie laque pudimos estudiar bien, con criteriotanto morfológico, como ecológico ybiogeográfico.

Rosa pouzinii subsp. jacetana (P.Monts.) P. Monts, comb. novaA subsp. pouzinii differt: sepalis erec-

tis vel erectopatentibus, disco stigmaticominore (diametro 3-5mm) et poro latiore(1-1,3mm), stylis villosis in cupula he-misphaerica stigmatifera disco coperienti-bus (non + exsertis liberisque), ramisqueturionalibus ex rizoma subterraneo nume-rosis et hispido-aculeatis. A R. montanaChaix in Vill. foliolis minoribus tenuiori-busque, aculeis paulum curvatis, pedicel-lis floriferis elongatis cum sepalis exterio-ribus dorso glandulifero et pinnatisecto-foliaceis magis differt. A R. acharii Bil-berg. in Palmstr. (R. dumalis var. acharii)etiam differt foliolis minoruibus, sepaliset bracteis brevioribus, pedicellis floriferislongioribus, ramis turionalibus hetera-canthis et aculeis basi non decurrente.

Esta subsp. jacetana, junto con el boj,coloniza las depresiones que acumulanagua de tormenta procedente del espinalde cresta (Echinospartum horridum, Sa-

ponaria caespitosa, Arenaria oscensis,Dianthus pungens, etc.); desciende por laumbría (1500-1200 m) a las repisas delacantilado y los pinares con avellanoindicador de agua freática; es planta quenecesita el agua en verano, pero puederesistir sequías prolongadas si evita lacompetencia forestal sofocante. Su rizomaes muy potente y sostiene una densa masade tallos erectos (2-3 m) con el renuevoturional periférico de consistencia herbá-cea, como un espárrago lleno de setas yacículas que se sueltan con facilidad y sonaptas para evitar la voracidad del herbí-voro cuando permanecen mezclados conel pasto.

El ejemplar tipo forma un gran rodaljunto al camino del Collado de las Neve-ras a la Virgen de la Cueva, en el mismocruce de caminos, con mucho boj y tallosmuertos en los años de gran sequía. Muycerca, en la suave depresión occidental ycamino hacia la Cruz de Oroel, recolec-tamos entre bojes y enebros unas formascon sus aguijones aún más largos, pun-zantes y menos curvados. En una repisadel gran acantilado, cara norte -bajo laCruz-, a l500 m de altitud, recolectamosla forma propia del ambiente sombrío(lám. 3) y también tenemos un pie pare-cido de unos 3 m, al borde del abetal conun Cotoneaster nebrodensis que superalos 4 m, en los pozos de hielo (1660 m),que también tiene muchas glándulas seti-formes en la úrnula. Es notable una formaenana de las crestas orientales que con-vive con enebro rastrero en rodal muygrande; por su talla y pedicelo corto si-mula una R. sicula , pero carece del pelodenso en raquis foliar y además exhala elolor balsámico propio de los taxonesorófitos relacionados con R. pouzinii.

Plantamos un renuevo del individuotipo en el jardín del Instituto Pirenaico deEcología (CSIC) de Jaca, donde tenemosuna corza que puede ramonear el rosal;así observamos la formación rápida derenuevo, aún en la tierna ramita despun-

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tada, lo que nos indica su adaptacióngenética al pasto diversificado de para-mera, bajo una presión intensa -durantemilenios-, ejercida por fitófagos extraor-dinarios.

ASPECTOS RELACIONADOSCON SU VARIABILIDAD

Comentaremos el material estudiado ytan variable, con la introgresión de carac-teres o posibles híbridaciones que difi-cultan la biosistemática; usamos el herba-rio JACA y unos dibujos realizados haceaños, cuando preparábamos (SILVESTRE& MONTSERRAT, 1998) las rosas paraFlora Iberica .

Las formas que adopta un rosal en lospastos alejados del bosque denso son detallo recio, alto, erecto y con ramas florí-feras laterales cortas. Los autores británi-cos GRAHAM & PRIMAVESI (1993),describen ese porte típico de R. rubigi-nosa que coincide con el de R. pouziniisubsp. jacetana, pero aquélla se aparta porsus aguijones heteracantos muy curvados,como garra en ave de presa. En la orla denuestros bosques predominan las caninaecon su tallo largo y sarmentoso, es unarco que se apoya en los árboles con susramitas floríferas unilaterales y fuera de laespesura.

En alta montaña predominan las adap-taciones protectoras basadas en la pilo-sidad densa (gr. rubiginosae) o bien unassecreciones por glándulas, tanto en la ye-ma primaveral como en sus estípulas su-periores, estrategia propia del grupo pou-zinii que también las separa del grupo ca-ninae apenas glandulosas. Las primeras[R. rubiginosa, R. agrestis, R. micrantha,R. inodora (elliptica) y R. sicula] tambiénpueden estar en la orla forestal y sus glán-dulas foliares son abundantes, homogé-neas, con distribución regular en el envés,y huelen a manzana, mientras las pouziniidan un olor balsámico, como incienso.

La R. pouzinii subsp. jacetana es gla-bra salvo por una borra tomentosa enparte del sépalo, y completa sus defensascontra la insolación con pigmentación ro-ja, más el color glauco que caracteriza sushojas y tallos jóvenes. En estípulas supe-riores, además de unas glándulas adaxia-les diminutas y viscosidad, abundan ydestacan las abaxiales (dorsales), que per-sisten más junto con las marginales gran-des y la gota segregada tan refringente.

FORMAS ESTUDIADAS EN ELMONTE OROEL(JACA)

Los dibujos mencionados, proporcio-nan un material adecuado para completarla descripción de unas formas en el monteOroel, su localidad clásica.

Lámina 1. Icono publicado al descri-birla como especie (Montserrat, 1997); larecolectamos el 30-VI-96, a 1650 m(JACA 87696) [30TYN030104] y mues-tra una rama florífera con tres flores, lacentral sin pétalos con la piña estigmáticagrande y pilosa en disco que se adivinaestrecho. Sus glándulas estipitadas varíanen los pedicelos sucesivos y la úrnula, consépalos foliáceos aún sin levantar (esplanta de floración tardía); sus glándulasestipulares adaxiales son diminutas -colormiel- y efímeras por dar pronto la visco-sidad mencionada, mientras destacan lasabaxiales heteromorfas, alguna estipitada.Detallamos las estípulas y además los 3aguijones subestipulares poco curvados ycon ancha base.

Lámina 2. Detalles de otra recolec-ción en el “individuo típico” (JACA201995), 1650 m [30TYN0310] en fruto,1 agosto de 1995. Silueta, tamaño natural,de una hoja pentafoliada con sus estípu-las, y detalle de un folíolo con su denti-culación compuesta típica, más algunaglándula en el envés. Su aguijón normaltiene base ancha, no decurrente, y por logeneral es poco curvado. Detallamos los

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acúleos heteracantos del renuevo turionaly aguijones acroscópicos que no suelenfaltar en el origen de la ramita florífera.En la parte inferior esquematizo [sin es-cala] la inflorescencia con su bráctea tri-foliada (inferior) y la unifoliada; la florcentral es mayor y siguen otras lateralespequeñas, con bractéolas.

Lámina 3. Es la forma de sombra, re-colectada en una repisa cara norte del

gran cantil occidental, 1500 m, el día 12-VI-94 (JACA 74794) [YN0210], Ocupa elAsperugetum de un rellanito frecuentadosolo por animales salvajes; representa laforma típica del ambiente sombreado, unasituación excepcional en ese taxon. La in-florescencia es uniflora y se partió la florterminal para mostrar sus dos caras conglándulas estipitadas en úrnula y pedicelo;destaca el aspecto de sus sépalos foliá-ceos, un detalle del disco con su piña es-tigmática y los estilos pilosos. En la parteinferior figura una escama de yema pri-maveral con sus glándulas diminutas queproporcionan la viscosidad protectora.

Lámina 4. Forma enana del Oroeloriental, recolectada el 16-IX-94, a 1650m, (JACA 209894) [YN042100]. A unos300-500 m hacia el este de los pozos delhielo y junto a la senda, destaca un enebroque forma un rodal grande, -de 15 x 4mpor lo menos- y poco alto (40-80 cm),apenas sobrepasado por el rosal que tam-bién forma corro extenso; sobre un suelofresco con la Viola hirta, una planta indi-cadora de humedad y fertilidad edáfica.

Es la forma estival, fructífera, con lasincisiones del sépalo caedizo al final y laúrnula coloreada, casi madura. Por ser unarama soleada tiene corto el pedicelo con

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pocas glándulas estipitadas; las de laúrnula son sentadas, como si estuvieranbajo la epidermis. En el margen foliar hayglándulas grandes, con su gota segregadatan refringente que persiste. Tiene hojapequeña con la denticulación compuestacaracterística y los aguijones son pococurvados. La piña estigmática densa ylanosa cubre gran parte del disco estrecho

LAS ESTIRPES IBÉRICAS DEROSA JACETANA

Lejos del Pirineo aragonés reaparecenunas formas atribuibles a ella en losMontes Ibéricos, unas parameras ibéricasque reciben la influencia mediterráneacon tormentas convectivas en la épocavegetativa. Dibujamos solo dos represen-tativas.

Lámina 5. Una forma en la cuenca deGallocanta, sierra de Valdelacasa (Zara-goza), en marojal de Quercus pyrenaicapoco denso, a 1320 m; leg. D. Gómez &G. Montserrat Martí, el 3-VII-81. (JACA370981) [30TXL2742].

Sorprende su semejanza con las for-mas del monte Oroel mencionadas antes.Dibujamos una inflorescencia triflora con

estípulas de bráctea trifoliada, las de brác-tea unifoliada y sus glándulas abaxialesmás aparentes que las adaxiales; la esca-ma de yema primaveral es muy glandulo-so-viscosa. Destaca su piña estigmáticalanosa que cubre casi todo el disco. Agui-jones poco curvados y los sépalos foliá-ceos son muy glandulosos. Un folíolo pre-senta la denticulación típica de R. pouziniisubsp. jacetana.

Lámina 6. La estirpe valenciana, en ellímite con la provincia de Cuenca, sobreun suelo silíceo, rodeno, umbría del Picar-cho, 1200 m, entre Tuéjar y Talayuelas[30TXK5310]; la encontró Gonzalo Ma-teo en junio de 1980 (VAB 800429). Eneste mes ya tiene los sépalos erectos, fo-liáceos con glándulas dorsales. Destaca laheterogeneidad de sus glándulas estipita-das en la úrnula y pedicelos: algunas yason cerdas, como en la umbría del monteOroel. También son iguales sus aguijonespoco curvados y de base bruscamente an-cha. Sus folíolos poco agudos, algunossuborbiculares con doble denticulación.

LAS FORMAS ESPECIALESDE GUARA

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Además de R. pouzinii subsp. jace-tana, recolectamos en los antiguos prados(Fenales) de Guara, una rosa peculiar quese publicó como R. montana Chaix inVill. (MONTSERRAT MARTÍ, 1986: 90)y tiene unos sépalos especiales, largos,con estípulas grandes, menos glandulosas,y un color glauco-rojizo del tallo jovencon nervios foliares. Son muy agudos y debase ancha poco decurrente sus aguijonescurvados. Es una forma tan especial quese aparta mucho del grupo pouzinii; conseguridad es otra especie que convienecomparar con poblaciones alpino-proven-zales y en especial las que se consideranR. montana Chaix. Para facilitarlo dibu-jamos las recolecciones siguientes.

Lámina 7. Sierra de Guara, Fenalesde Bara, 1500-1550 m, legit J.M. y P.Montserrat, 3-VII-1982 (JACA 69082 yBC 800989) [30YM3387]. Folíolos orbi-culares, apenas agudos, con detalles de sudenticulación compuesta distintos a losdel grupo pouzinii-jacetana: sus dientesson anchos y poco salientes . La inflores-cencia pauciflora (uniflora en el ejemplardibujado), con glándulas estipitadas en su

pedicelo, algunas setiformes; la brácteasuperior tiene limbo abortado y sus estí-pulas anchas solo con glándulas margi-nales, sin que se aprecien las superficialespringosas. Los sépalos largos y poco divi-didos, con el dorso glanduloso, segmentosno foliáceos, y ancha punta lanceolada ca-racterística. Piña estigmática lanosa ydensa, con disco estrecho (4 mm) y el po-ro ancho (1,5 mm). Dibujamos la siluetade dos pétalos y aguijones acroscópicosen la base de una ramita, con las cicatricesdejadas por las escamas de la yema. Co-mo en R. pouzinii subsp. jacetana, vemosglándulas en las primeras hojas y estípulasde cada rama, pero difieren mucho por ta-maño y distribución. La planta carece depilosidad, salvo el tomento calicinal y susglándulas estipitadas.

Lámina 8. Sierra de Guara, Fenalesen Bentué de Nocito, 1050 m, legit J. M.Montserrat, 25-VI-1982 (BC 801966)[30TYM2989]. Planta con aguijonescurvados, de base ancha poco decurrentey muy agudos; la úrnula oval-oblonga condisco estrecho 3,5-4 mm y el poro estilarancho 1,7 mm; su piña estigmática densa,lanosa, cubre casi el disco; pedicelo con

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glándulas estipitadas. Sépalos largos conla punta lanceolada, entera, unas glándu-las dorsales muy aparentes y escasossegmentos laterales casi enteros. Estípulasgrandes con las glándulas marginales.

Se aparta de R. glauca Pourret por ladenticulación foliar compuesta en todo elborde foliar, hasta su base, como tambiénpor la forma del sépalo largo casi fili-forme y poco dividido en R. glauca queademás tiene una inflorescencia plurifloracon úrnulas esferoidales pequeñas. Es máscomplejo encontrar su relación o posiblesdiferencias con la R. montana mencio-nada, pero es cita plausible mientras nodemuestren lo contrario.

CONCLUSIÓN

Investigamos unos rosales de montañaglabros y de tallo joven glauco-rojizo,para mostrar la variabilidad de Rosa pou-zinii subsp. jacetana en el cresterío pire-naico y parameras ibéricas. Destacan susadaptaciones climáticas y la resistenciaeficaz al sobrepastoreo, con rebrote rápidosi es ramoneada. Convenía describir ahorasu variabilidad con la historia posible desu adaptación ecológica.

Su rizoma tan activo y la falta de com-petencia con árboles en las crestas y gle-ras pirenaicas, nos explican su abundanciaen la solana de Ordesa, 1700-1800 m, ba-jo el cantil soleado Gallinero que propor-ciona la humedad edáfica. Sorprende sufalta en la Ribagorza y Pirineo oriental,pero alcanza las sierras exteriores pirenai-cas de Gratal y Guara, reapareciendo ha-cia el oeste en los montes ibéricos, unindicio de su antigüedad precuaternaria.

Aprovecha bien, mejor dicho, agra-dece las tormentas estivales y tolera tantoel frío como la insolación propia de lospáramos. Es buena subespecie y presentacaracteres mezclados de pouzinii con jac-etana en zonas intermedias y eso dificultala determinación. En el extremo de su va-riabilidad hacia el norte, se sitúa la subsp.pouzinii francesa (tipo nomenclatural),como una de tantas formas en el ambientemediterráneo de tierra baja.

Abrimos un camino para situar tantavariabilidad en puntos concretos que asífacilitarán el estudio con otros métodos,como son los de la genética moderna; sinembargo, no apuramos las posibilidadesde la taxonomía tradicional, con estudiocuidadoso de las glándulas dorsales en lossépalos, y también de las escamas enyema primaveral, junto con las hojasiniciales del brote que, como sus estípu-las, tienen más glándulas protectoras. Elolor balsámico de dichas glándulas indi-vidualiza esas formas que situamos en laenorme variabilidad de R. pouzinii s. l.

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(Recibido el 20-IV-2004)