Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

Embed Size (px)

Citation preview

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    1/37

    249Nº 74 / May 2012 / Volume Nº 27: 249-285

    VIOLENCIAS EN LAPERIFERIA DE SANTIAGO.LA POBLACIÓN JOSE MARIA

    CARO Juan Carlos Ruiz Flores1

    ResumenEl aumento de la violencia en Latinoamérica se re-gistra en paralelo al regreso a la democracia en lamayoría de los países de la región y a profundasreestructuraciones neoliberales que han conducidohacia cambios sociales y el aumento de la desigual-dad. A su vez, la marginalidad avanzada jerarquiza

    los barrios al interior de las ciudades y construyezonas críticas y estigmatizadas. El artículo anali-za las características que tienen las violencias queocurren en el espacio público de la periferia deSantiago, en particular en la Población José MaríaCaro. Se profundiza en el desarrollo histórico delas condiciones espaciales que se relacionan con la

    VIOLENCE ON THEPERIURBAN AREA OFSANTIAGO. JOSÉ MARÍA

    CARO Juan Carlos Ruiz Flores1

    Abstract

    The increase in violence in Latin Americacoincides with the restoration of democracyin most of the countries of the region and deepneoliberal measures leading to social changesand inequality. In addition, serious marginality

    gives communities different ranks within citiesand creates critical and stigmatized zones.This paper analyzes the violence that hastaken place in the periurban area of Santiago,especially in José María Caro. Additionally,this research offers a deeper insight into thehistorical development of the spatial conditions

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2497757 Revista Invi 74 Interior.indb 249 15 05 2012 15:29:1515-05-2012 15:29:15

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    2/37

    250 ARTICLE: Violence on the periurban area of Santiago. José María Caro /Juan Carlos Ruiz Flores

     Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285

    Fecha de recepción: 11.11.11Fecha de aceptación: 23.03.12

    Received: 11.11.11 Accepted: 23.03.12

    PALABRAS CLAVE: VIOLENCIA URBANA, SANTIAGO

    DE CHILE, NEOLIBERALISMO, POBL ACIÓN JOSÉMARÍA CARO.

    1 Reino Unido. Sociólogo, Magíster en Desarrollo Urbano de laPonticia Universidad Católica de Chile. Estudiante de doctora-do Universidad de Essex

    violencia (estigma, segregación, servicios urbanos)y las percepciones que los vecinos y vecinas tienenrespecto de la policía. Si bien hoy en día la poblacióntiene una situación urbana consolidada, de algunaforma sigue situándose en la periferia simbólica de

    la ciudad, debido al estigma de población ‘violen-ta’ y peligrosa. Se rastrean y cartografían diversasviolencias institucionales, políticas, económicas,sociales y estructurales que se expresan en la po-blación. Finalmente es posible reconocer en la po-blación una heterogeneidad de patrones culturales,a veces diversos y a veces contrapuestos, que con-viven para configurar la situación actual del sector.

    related to violence (stigma, segregation, urbanservices) and the perception of residentsabout the police. While José María Caro havea consolidated urban situation, the stigma ofbeing a violent and dangerous place locate this

    neighborhood in the symbolic periurban areaof the city. This paper analyzes institutional, political, economic, social and structuraltypes of violence. Finally, it is possible toidentify heterogeneity of cultural patternsthat configurate the current situation of thisneighborhood.

    1 United Kingdom. Sociologist, MBA in Urban Development, Pon- ticia Universidad Católica de Chile. Doctorate student, EssexUniversity.

    KEYWORDS: URBAN VIOLENCE, SANTIAGO DE

    CHILE, NEOLIBERALISM, JOSÉ MARÍA CARO

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2507757 Revista Invi 74 Interior.indb 250 15 05 2012 15:29:1515-05-2012 15:29:15

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    3/37

    251ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores  

    Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285

    Introducción

    La violencia y la delincuencia se han instaladocomo un elemento cotidiano de la vida urbana,con distintas magnitudes y expresiones según los

    contextos económicos, culturales y sociales decada ciudad. A su vez, la forma en que se entiendey se percibe la v iolencia está altamente relacionadacon las percepciones y configuraciones valóricasde un determinado lugar y los niveles de toleranciadifieren en momento y lugar, entre países y al inte-rior de las ciudades.

    El objetivo de este artículo es analizar el procesode consolidación de la violencia en uno de los sec-tores estigmatizados por sus niveles de exclusióny violencia en Santiago de Chile: la Población JoséMaría Caro2. Ella se encuentra emplazada en la co-muna de Lo Espejo, en la zona sur poniente de laciudad de Santiago (Ver figura N° 1). Se enfatizanlas experiencias de vida de los pobladores y pobla-doras y cómo ellos viven, describen y analizan lasviolencias. En ese sentido, este trabajo tiene unaaproximación etnográfica que por un lado busca

    cartografiar la complejidad social ahí donde otrosenfoques son menos adecuados, y por otro, dar voz

    2 Garcés, 2002, Flock, 2005.

     

    a los sujetos sobre su propia realidad como un ob- jetivo válido de la investigación social3.

     Volviendo sobre la metodología, es necesario men-cionar las dificultades para el estudio de la violen-cia4  y trabajar con datos agregados secundarios

    para investigarla en unidades geográficas como losbarrios. Las denuncias de delitos y encuestas devictimización no pueden ser desagregadas al nivelde barrios5. A su vez, en muchas ocasiones la op-ción cuantitativa no permite obtener datos válidosdebido a las desconfianzas propias de las comu-nidades en contexto de violencia6. Por otro lado,indicadores como la tasa de homicidios son cons-truidos y manipulados de acuerdo a necesidades

    institucionales que muchas veces ocultan más queiluminan la magnitud del fenómeno7.

    Por último es necesario señalar que este artículorecoge los resultados preliminares de mi investi-gación de doctorado y por ello deben considerasesus alcances como un trabajo en progreso, aunquela característica de trabajo en progreso sea om-nipresente en toda la investigación etnográfica8.El estudio de campo se realizó entre septiembre

    del 2011 y enero del 2012. Debido a la gran ex-tensión de la población, las observaciones de

    3 Ragin, Amoroso y Amoroso, 2010.4 Leví, 2007.5 Bottoms, 2007.6 Walters, 2003.7 Caldeira, 2000.8 Anderson, 2002.

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2517757 Revista Invi 74 Interior.indb 251 15 05 2012 15:29:1515-05-2012 15:29:15

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    4/37

    252 Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285 ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores

    FIGURA N° 1.COMUNA DE LOESPEJO DENTRODEL ‘GRAN

    SANTIAGO’.

    Fuente: Elaborado por Javier Ruiz-Tagle en basea levantamiento de sole-ras de GEOCEN, 2003.Disponible en Obser-vatorio de CiudadesUC http://www.ocuc.cl/?page_id=18

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2527757 Revista Invi 74 Interior.indb 252 15 05 2012 15:29:1515-05-2012 15:29:15

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    5/37

    253ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores  

    Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285

    campo y las entrevistas se realizaron en torno alos ejes de Av. Cardenal Raúl Silva Henríquez y

     Av Presidente Eduardo Frei Montalva, incluyen-do los sectores C, D, E y F de la población (Verfigura N° 2). Dicha área tiene varias característi-

    cas; en primer lugar es uno de los subcentros delárea debido a la feria que se ubica en Av. Salva-dor Allende. A su vez, es la zona físicamente másdeteriorada de la población y finalmente son lossectores de la población que han sido histórica-mente los ‘más peligrosos y violentos’, tanto porlos estudios disponibles9 como por los discursosde los y las pobladoras. Finalmente, mientras vivíallí, tuve la oportunidad de presenciar en dichossectores diversas expresiones de las violencias. Serealizaron 20 entrevistas en profundidad a hom-bres y mujeres entre 25 y 67 años, estudiantes,trabajadoras y trabajadores, profesionales, dueñasde casa, jubiladas y jubilados, así como cesantesque han vivido toda su vida en la población. Juntocon ello, se realizó observación participante queinvolucró innumerables conversaciones informa-les con vecinos y vecinas, ya que viví en el sector

     A de la población entre Noviembre y Enero. Los

    resultados presentados en este trabajo recogen losdiscursos que alcanzaron puntos de saturación alo largo del proceso.

    9 Garcés, 2002, Flock, 2005. 

    2. Las violencias comocaracterística (no tandeseada) de la experienciaurbana contemporánea

    La construcción acerca de lo que consideramosviolencia es altamente compleja, debido a su mul-tidimensionalidad y a los distintos niveles de tole-rancia en cada sociedad10. Por ello, más que traba-

     jar sobre una definición de violencia, abordaremosámbitos en los que ésta se desarrolla. Un acerca-miento relevante es la caracterización planteadapor Moser y McIlwaine11. En ella se plantean cua-tro grandes grupos o tipos de violencia: la violen-cia política, la violencia institucional, la violenciaeconómica y la violencia social. Cada tipo de vio-lencia se asocia a un poder que se ejerce de formaabusiva y que gatilla hechos violentos; la violenciapolítica se centra en mantener el poder político yse incluyen en ella guerrillas o tropas paramilita-res, asesinatos políticos o conflictos entre partidospolíticos; la violencia institucional es el ejercicio de

    actos violentos para obtener o mantener el poderde grupos o instituciones, es generada por insti-tuciones del Estado, tanto aquellas dedicadas al

    10 Levi, 2007.11 Moser y McIlwaine, 200 6.

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2537757 Revista Invi 74 Interior.indb 253 15 05 2012 15:29:1615-05-2012 15:29:16

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    6/37

    254 Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285 ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores

    FIGURA N°2.FOTOGRAFÍA AÉREADE LO ESPEJO.

    Fuente: Estudio Plan Regula-dor de Lo Espejo, Serex UC,2006.

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2547757 Revista Invi 74 Interior.indb 254 15 05 2012 15:29:1615-05-2012 15:29:16

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    7/37

    255ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores  

    Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285

    control como la policía, como aquellas dedicadas aprestar servicios civiles urbanos, como educación ysalud; la violencia económica ejercida para obtener omantener poder económico, centrada especialmenteen la delincuencia y el tráfico de drogas; y la violen-

    cia social, relacionada con el poder social entre in-dividuos, especialmente en las relaciones de género.

    Para complementar esta aproximación, Farmerplantea la violencia estructural como categoríapara entender no sólo el acto físico violento, sinoque también la violencia inserta en las estructurassociales caracterizadas por altos niveles de des-igualdad, y que se ejerce opresiva y sistemática-mente sobre los individuos y comunidades12.

    Desde una perspectiva socio-espacial, diversos au-tores relacionan los cambios en los regímenes deacumulación, desde el fordismo al post-fordismoy los cambios subsecuentes en las estructuras eco-nómicas y sociales de las ciudades con la cotidia-nidad de la violencia13. Algunos ejemplos de elloson los análisis que relacionan los circuitos de eco-nomías informales con pandillas y narcotráfico enciudades del primer mundo. Desde esta perspecti-

    va, las economías informales son parte central en

    12 Ejemplos generales de ellos son las desigualdades de género y elracismo. Farmer, 2004: 307.

    13 Bottoms, 200 7; Young, 200 7; Wacquant, 200 8b; Garland y Sparks,2000; Body-Gendrot, 2001 y Hancock, 2001.

     

    la reestructuración económica y urbana, así comolas expresiones de v iolencia en dichos espacios14.

     A su vez, una visión crítica de la globalizaciónplantea la necesidad de reenfocar el análisis socialen lo que sucede en los espacios locales y cómo las

    tendencias estructurales se expresan en ellos. Lasciudades y lugares de menor agregación espacialcomo los barrios, son nodos donde las distintas ten-dencias globalizadoras (tanto económicas, sociales,culturales como institucionales) toman cuerpo deformas muchas veces más caóticas y complejas quelos análisis conceptuales15. La ciudad no se con-sidera sólo como una unidad aislada, sino comoun nodo en una red de procesos transfronterizos

    donde de una forma negociada, la regulación delcapitalismo es forjada16. Además, las ciudades másgrandes son el terreno donde una multiplicidad deprocesos de globalización asume formas concretasy localizadas. Un enfoque en las ciudades permi-te entender no sólo la parte superior, sino tam-bién los circuitos inferiores de la globalización17.

    Una de las características de la violencia es que noes homogénea y es posible apreciar mayores grados

    de violencia en algunos lugares específicos de la

    14 Para un análisis de globalización, pandillas y violencia, ver Sas-sen, 2007. Para una exploración en profundidad de la economíade la droga en el barrio portorr iqueño de New York y su conexióncon los procesos globalizadores, ver Bourgois, 2003.

    15 Brenner y Theodore, 200 2.16 Sassen, 2000.17 Sassen, 2006.

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2557757 Revista Invi 74 Interior.indb 255 15 05 2012 15:29:1615-05-2012 15:29:16

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    8/37

    256 Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285 ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores

    ciudad18. Según Young, las fuerzas invisibles del capi-talismo tardío cristalizan en la imagen del ‘capitalis-mo recargado’ una clase trabajadora económicamen-te sobrante y altas tasas de violencia en áreas especí-ficas de las grandes ciudades19. A su vez, Wacquant

    plantea que uno de los resultados de la modernidadtardía es un nuevo régimen de marginalidad y ex-clusión. Este régimen funciona como una concate-nación de mecanismos étnicos y raciales de controlque se materializan en la estigmatización territorialde las comunidades desventajadas, alienación espa-cial y la disolución del ‘lugar’20. Estas etiquetas seaplican tanto a las personas como a los lugares es-tigmatizados, constituyéndose en una de las formasde cómo leer la sociedad21. Uno de los resultados deeste nuevo régimen de marginalidad es la violenciainterpersonal así como otros problemas de anomiasocial, con lo que aumentan los desórdenes urba-nos en las capas más bajas de la estructura social22.

    Las protestas callejeras, disturbios y violencias quese repiten cíclicamente en diversos barrios pobres delas ciudades del primer mundo –a ambos lados del

     Atlántico– son parte del argumento de Wacquant.

    Dichas acciones pueden ser sociológicamente inter-pretadas como una respuesta a los cambios econó-micos y sociales desplegados por la marginalidad

    18 Bottoms, 2007.19 Young, 200 7: 17.20 Wacquant, 2008c.21 Body-Gendrot, 2001.22 Wacquant, 2007 y 2008b.

    avanzada. Con ello se produce una polarización dela estructura de las ciudades que destierra vastasmasas de parias urbanos a la redundancia econó-mica y la marginalidad social23. Estas violencias‘desde abajo’ tienen 3 componentes principales:

    • Desempleo masivo y precarización laboralcrónica.

    • Relegación a barrios en decadencia donde losrecursos estatales y privados son escasos.

    • Estigmatización en la vida diaria y el discursopúblico.

    ¿Cuánto de lo descrito por los cientistas socialesdel primer mundo aplica a los países en desarro-

    llo, en particular al contexto chileno? Durantelas últimas décadas en América Latina, la delin-cuencia y la violencia asociada a ella, han ocupa-do un lugar central tanto en el debate político yen las agendas de los diferentes gobiernos, comoasí también en la preocupación ciudadana24. Elloenmarcado en un contexto en el cual los princi-pales indicadores (denuncias y victimización)dan cuenta no solamente de un aumento sos-

    tenido de los delitos a partir de la década de losochenta sino que también de un aumento en lapercepción de inseguridad de los ciudadanos25.

    23 Wacquant, 2008c.24 Bergman y Whitehead, 200 9.25 Moser, 200 6; Arias y Goldstein, 2010.

     

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2567757 Revista Invi 74 Interior.indb 256 15 05 2012 15:29:1615-05-2012 15:29:16

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    9/37

    257ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores  Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285

    Para ilustrar lo anterior, si la tasa de homicidiospromedio en Latinoamérica a principio de los ’90era de 22 muertos por cada 100.000 habitantes, enel año 2000 había subido a 30, en circunstanciasque el promedio mundial para el período era de

    10,7 homicidios por cada 100.000 habitantes

    26

    .El aumento de la violencia en la región ha sido aso-ciado a diversos factores, tanto estructurales (comola desigualdad)27, culturales (como los patrones demasculinidad)28  y políticos (como la corrupciónasociada a crimen organizado)29. Tal vez el mayorconsenso es tanto la multicausalidad de la violen-cia como la multidimensionalidad de sus expresio-nes. A su vez, desde los ’90 en adelante disminuye

    la violencia política asociada a las guerrillas a cam-po traviesa y se identifica más como un fenómenourbano que rural 30.

    En una mirada crítica de los procesos de desarro-llo en América Latina, después de dos décadas deregreso a la democracia en la mayoría de los paí-ses latinoamericanos, se han producido profundasreestructuraciones neoliberales. Dichos procesoshan significado para la mayoría de los países y ciu-dades profundos cambios sociales y el aumento de

    26 Vanderschueren et. al., 200 4.27 Ver Fajnzylber, Lederman y Loayza, 2001; Hohman, 200 2; Portes,

    Roberts y Grimson, 2005 o Wacquant, 200 8a.28 Ver Briceño-León y Zubillaga, 200 2; Abarca y Sepúlveda, 200 5 o

    Garriga, 2005 .29 Ver Tedesco, 200 0; Sánchez, 200 6 o Arias y Goldstein, 2010.30 Briceño-León y Zubillaga, 200 2; Moser y McLlwaine, 200 6.

    la desigualdad31. Para Koonings and Krujit, la vio-lencia es también un discurso de exclusión social,retomando los discursos sobre la marginalidad y lapobreza durante los años ’60, ’70 y ’8032.

    En el contexto de neoliberalización y polarizaciónurbana, la penalización de la pobreza puede servista como una estrategia de deshacerse de losmenos favorecidos de la ciudad. En las favelas deRio de Janeiro, la ramificación de la violencia, ladiscriminación de clase y raza en los sistemas ju-diciales, la brutalidad policíaca combinada con eltrato agresivo del aparato penal brasileño permitelos desórdenes y la ausencia del imperio de la leyen el eslabón más bajo de la jerarquía urbana y

    parece conducir hacia un impasse institucional33.

     A su vez, en otros países en desarrollo es posibleapreciar fenómenos similares. En el área de CapeFlats en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, se produje-ron protestas callejeras durante los ’80 que jugaronun rol importante en los procesos de redemocra-tización del país. Dichas protestas invisibilizaronlas bandas y el lumpen que solía cohabitar conla militancia política y la organización social34.Una vez en democracia, los grupos de calle que

    31 Ver por ejemplo, Portes y Roberts, 200 5 y Rodgers, Beal y Kan-bur, 2011.

    32 Koonings y Krujit, 200 7.33 Wacquant, 2008a.34 Jensen, 2008.

     

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2577757 Revista Invi 74 Interior.indb 257 15 05 2012 15:29:1615-05-2012 15:29:16

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    10/37

    258 Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285 ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores

    presionaron por la caída del apartheid en CapeTown continuaron excluidos, ahora por las trans-formaciones neoliberales que priorizaron la inver-sión en los mejores lugares de la ciudad y la reduc-ción de las iniciativas de desarrollo en los barrios

    más desfavorecidos

    35

    . En palabras de Lemanski,este proceso resultó en una ‘arquitectura del mie-do’ que permitió el incremento de la polarizaciónsocial entre clases y razas. Esta tendencia profun-dizó las divisiones sociales alcanzando un nuevogrado de apartheid que guarda muchas similitudescon el anterior y la raza sigue predominando comoestructura de relaciones sociales36.

    En este contexto, una línea de interpretación al fe-

    nómeno de la violencia en los barrios al margenplantea la conexión entre las formas de ciudadaníay sociedad civil, la desigualdad y la v iolencia comoexperiencia cotidiana para las comunidades po-bres37. A su vez, las políticas neoliberales han de-bilitado el Estado en los países en desarrollo en uncontexto en que nunca fue extremadamente fuer-te38. Por lo mismo, se han acentuado o al menosno han mejorado las desigualdades y la exclusiónsocial39. En tercer lugar, las desigualdades no han

    35 Habib, 2005.36 Lemanski, 2004; Harris, 2003.37 Ver por ejemplo, Holston, 2008; Arias, 200 6; Caldeira, 200 0;

    Goldstein, 2004; Arias y Goldstein, 2010.38 Ferguson 2002; Sassen, 2003.39 Tedesco, 200 0; Hojman, 200 1; Portes et al. 200 5.

     

    permitido cumplir las promesas de participaciónsocial y política que la democracia portaba. En al-gunos países, la violencia sería el resultado espera-ble del despliegue de la democracia neoliberal másque la simple falla institucional40.

    Por un lado, los ‘barrios excluidos’ serían puntosextremos donde la exclusión social, la falta de re-conocimiento a los derechos humanos y políticosfundamentales y la fragmentación urbana cristali-zan en un funcionamiento parcial de la democra-cia41. La incapacidad del Estado de proteger la vidao asegurar la seguridad personal de los habitantesde dichos espacios permitiría que se conviertan en

    lugares ‘sin Dios ni ley’, salvo la de las redes denarcotráfico, de paramilitares o incluso en algunoscasos los linchamientos populares42. Una interpre-tación alterna, plantea que las bandas criminalesson fundamentales para entender la democraciaen gran parte de los países latinoamericanos, yaque las redes entre criminales, líderes sociales ypolíticos se protegen mutuamente. Lejos de crear‘Estados paralelos’, dichas redes –que tienen su en-

    clave territorial en los barrios excluidos– son parte40 Arias y Goldstein, 2010.41 Holston, 2008.42 Existe amplia literatura que apunta en esta dirección, por ejem-

    plo para el caso brasileño, Caldeira, 2000; Perlman, 2010 y Dow-ney, 2006. Para el caso colombiano ver, Gutiérrez y Jaramillo,2004; Rozema, 2007 y Danín y Jaramillo, 2004; para el caso ar-gentino, Tedesco, 2000; para Bolivia, Calderón y Szmukler, 2003;para Sudáfrica, Lemansky, 2004; Jensen, 2010 y Samara, 2005.

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2587757 Revista Invi 74 Interior.indb 258 15 05 2012 15:29:1615-05-2012 15:29:16

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    11/37

    259ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores  Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285

    central del sistema político que actúa de forma sis-temáticamente violenta43.

     Algunos elementos comunes que son posibles derastrear en la literatura disponible plantean algu-

    nas características para los barrios ‘violentos’ enlos países en desarrollo. En primer lugar, dichosterritorios fueron espacios de resistencia políticadurante los procesos de (re)democratización de los’80 y ’90. Dicha violencia se transformó en violen-cia social y económica una vez que las democraciasneoliberales implementaron reformas estructura-les que o mantuvieron o aumentaron los niveles dedesigualdad44. En segundo lugar, las comunidades

    de dichos barrios experimentan actualmente altosniveles de violencia estructural que se expresa enla violencia económica de las bandas de narcotrá-fico y crimen organizado, así como en los distintostipos de violencia institucional, que van desde laestigmatización y maltrato por parte de los servi-cios públicos, pasando por la corrupción y cliente-lismo de las policías, hasta la brutalidad y violen-cia policial, particularmente en el caso de Río de

     Janeiro45. En tercer lugar, los procesos de violenciaactuales se presentan en paralelo a altos niveles de

    43 Arias y Goldstein, 2010.44 Lemanski, 2004; Harris, 2003; Holston, 2008; Arias, 2006; Caldei-

    ra, 2000; Goldstein, 2004; Portes et al. 2005; Arias y Goldstein,2010; Downey, 2006; Gutiérrez y Jaramillo, 2004; Rozema, 2007;Danín y Jaramillo, 200 4; Calderón y Szmukler, 2003 ; Jensen, 2010y Samara, 2005.

    45 Arias, 2006.

    exclusión subjetiva y aísla dichas comunidades,tanto de la red de servicios básicos urbanos, comode la red de articulación política de la ciudad. Losprocesos de fragmentación urbana propios de losimpulsos globalizadores inciden sobre la capaci-dad de inclusión social de dichas comunidades.

    Una historia de las violenciasen la población José MaríaCaroDurante la década de los ’50 comienza a perfilarseen las grandes ciudades de Chile un serio proble-ma de hacinamiento y urbanización irregular porparte de la población de menores recursos, debi-do entre otros factores al rápido crecimiento de-mográfico dado por la migración campo – ciudady la falta de políticas habitacionales por parte delEstado para enfrentar este fenómeno46. Recién en1959 el gobierno impulsa una primera política ha-bitacional estructurada, lo que permitió erradicaro dar ubicaciones definitivas a casi el 20% de lapoblación de Santiago de la época47. Dichas unida-

    des habitacionales se denominaron poblaciones, se

    46 Espinoza, 1988 ; De Ramón, 1992 .47 Espinoza, 1988.

     

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2597757 Revista Invi 74 Interior.indb 259 15 05 2012 15:29:1615-05-2012 15:29:16

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    12/37

    260 Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285 ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores

    FIGURA N°3.POBLACIÓN JOSÉMARÍA CAROEN RELACIÓN ASANTIAGO. 1960.

    Fuente: Godoy y Guzmán,1964.

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2607757 Revista Invi 74 Interior.indb 260 15 05 2012 15:29:1615-05-2012 15:29:16

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    13/37

    261ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores  Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285

    construyeron tanto a través de la Caja de la Habi-tación como de la Corporación de Vivienda (COR-

     VI), en zonas periféricas de la ciudad, tal como seaprecia en la figura N°3, incentivando la inversiónprivada mediante exenciones tributarias y per-mitían erradicar a una parte de los habitantes deasentamientos irregulares o ‘callampas’48.

    La población José Maria Caro fue producto de lapolítica habitacional reseñada anteriormente. Du-rante tres años se ubicaron en el sector sur po-niente de la capital (Ver figura N° 3) a más de 60mil habitantes –algunos autores hablan incluso de100.00049 o 140.000 personas50– constituyéndosecomo el emplazamiento humano más grande crea-do por el Plan Habitacional de la época.

    El poblamiento del sector se hizo por etapas suce-sivas involucrando a grupos de familias que proce-dían de diversos sectores de Santiago. La primeraparte en poblarse fue en 1959 entre Callejón LoOvalle, Av. Cerrillos y la línea férrea. Así, ya hacia1962, la población José María Caro había adquiri-do su formación más definitiva, quedando dividi-da en 7 sectores del A al G51.

    48 Para una revisión mas exhaustiva de la urbanización popularentre los ’50 y los ’70, véase Espinoza, 1998; De Ramón, 1990;Espinoza, 1998 y Garcés, 2002 .

    49 De Ramón, 1992 .50 Guzmán y Godoy, 1964 .51 Garcés, 2002.

     A la llegada de los pobladores el panorama era de-solador, parecía un gran campamento minero, consitios y casas (cuando había) separados por alam-bres de púas. La población además no contaba conrecursos o equipamientos de ningún tipo, talescomo alcantarillado, luz eléctrica, pavimentación,locomoción y recolección de basuras52. Como loexpresa un vecino del sector F:

    “los sitios que a nosotros nos asignaron en el año ’59, notenían urbanización, ni construcción. De ahí que al prin-cipio hubiera puras medias aguas y mejoras con pozo ne-

     gro. Las primeras obras de alcantarillado se hicieron des- pués del año 62 junto a la instalación de la luz eléctrica.”

    Los habitantes de la ‘Caro’Llegaron a la población José María Caro –o la‘Caro’ como la llaman sus habitantes– personasde diversos sectores de Santiago, y con condicio-nes socioeconómicas heterogéneas. “… algunas,procedían de las erradicaciones masivas de ocu-paciones ilegales o poblaciones insalubres (callam-pas del Zanjón de la Aguada o río Mapocho); otroseran de grupos de asegurados de cajas de previ-sión (fiscales, municipales o particulares), entre

    52 Guzmán y Godoy, 1964 .

     

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2617757 Revista Invi 74 Interior.indb 261 15 05 2012 15:29:1715-05-2012 15:29:17

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    14/37

    262 Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285 ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores

    los que incluían 19 comités de Fuerzas Armadasy Carabineros; y otros finalmente eran grupos per-tenecientes a distintas industrias.”53 Esta situaciónviene a refrendar lo planteado por diversos autoresrespecto al carácter heterogéneo de los pobladoresurbanos de Santiago de esa época y la ausencia deuna ‘clase’ propiamente tal54.

    Los pobladores que llegaron a habitar los sectoresC, D, E y F se caracterizaban por trabajar comoobreros en industrias, construcción y comercio,existiendo entre ellos un número importante dedesempleados. Estas familias se caracterizaban porexistir en muchos casos una sola fuente de ingre-sos en el hogar.55

    Las soluciones habitacionales que se entregaron alos pobladores también fueron heterogéneas, aso-ciadas a la capacidad de ahorro y pago y la extrac-ción social descrita más arriba. En algunos secto-res fueron de construcción sólida y con todos losespacios necesarios para habitar una casa. En cam-bio, en otro, las construcciones fueron de maderaprensada (sectores E y D) o sólo casetas sanitariassin vivienda (sector F)56.

    La concentración de mano de obra no califica-da y desempleados en los sectores con menor

    53 Garcés, 2002, p 176.54 Para seguir en profundidad este debate ver Castells, 1973 y Espi-

    noza, 1998.55 Garcés, 2002.56 Guzmán y Godoy, 1964 .

    infraestructura de la población generó una dife-renciación y estigma desde los inicios a los habi-tantes de dichos sectores, considerados como ‘losmás malos’, en palabras de una vecina del sector E:

    “siendo que la población y el sector en sí siempre ha sido

    mirado de otra forma, que siempre los malos, claro, quehay gente que sí quiere salir adelante, que sí esta contrala droga, que tiene ganas de ser algo más en la vida yestá bien, yo encuentro que bien...”

     Aun así, para muchos de los que se instalaron enla población, el cambio significó algo positivo puesvivían hacinados o en condiciones muy precarias,aun cuando las condiciones nuevas no eran lasmás óptimas. Sin embargo, este cambio también

    tenía para muchos, su lado negativo. Al emplazarsela población en terrenos fiscales de escaso valor,en la periferia de la ciudad y sin condiciones deconectividad y servicios básicos, la situó ‘al mar-gen’ de la urbe y la sociedad57. Muchos trabajado-res no encontraban trabajo por vivir en la ‘Caro’ yadoptaban estrategias para ‘esconder’ su domicilio.También muchos estudiantes fueron estigmatiza-dos por pares y profesores como ‘ladrones’ y ‘flojos’por vivir en la población.

    Los primeros años no hubo transporte colectivoy las personas que salían a trabajar o estudiar lo

    57 Castells, 1973.

     

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2627757 Revista Invi 74 Interior.indb 262 15 05 2012 15:29:1715-05-2012 15:29:17

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    15/37

    263ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores 

    Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285

    hacían en carretones o a pie hasta la población Dá-vila, donde pasaba ‘la micro’ (bus) más cercana.En el momento de su construcción la poblaciónera el límite sur de la ciudad, e incluso hasta hoyla calle que la delimita hacia el sur es conocidacomo ‘Límite Urbano’. Como manifiesta un vecino,la lejanía de la ciudad, la lejanía de los lugares detrabajo, la ruptura de los antiguos lazos de amistady de redes de los antiguos lugares, produjo en mu-chos un sentimiento de orfandad y de abandono:

    “nos sentíamos como seres inservibles a los que habíaque botar lejos para que no nos vieran (venía el mun-dial del 62) y el gobierno debía alejar a los pobres dela ciudad. Pero bueno, ya estábamos aquí y había queapechugar”.

    Durante los primeros cinco años la vida en todoslos sectores de la ‘Caro’ estaría marcada por la or-ganización colectiva para mejorar las viviendas ylos espacios públicos. Así, los vecinos se organiza-ron en algunos sectores para excavar, para cons-truir los cimientos y el levantamiento de las casas.Muchos de ellos también trabajaron como parte dela empresa que construyó muchas de las casas des-pués del año 64.

     Junto a la vida social organizada que se generó entorno a la autoconstrucción, se desarrolló de ma-nera significativa la sociabilidad en torno a otrasorganizaciones como los centros de madres, juntas

    de vecinos –que fueron reconocidas legalmenteaños después– y la actividad deportiva a pesar dela carencia de espacios adecuados. A mediados del60 existían alrededor de 104 centros de madres y112 clubes deportivos en toda la ‘Caro’58. Por últi-mo, la Iglesia Católica, con las comunidades cris-tianas de base y las organizaciones juveniles comola Juventud Obrera Cristiana, fue otro actor impor-tante en la vida social de la población.

    La violencia en la poblacióndurante los primeros añosEn relación a la violencia que se experimentó en

    la población en esa época, ya existían problemasasociados a las peleas con armas blancas y de-sórdenes relacionados con el consumo de alcohol.Después de los partidos de fútbol del día domingose podían observar riñas entre los equipos y susaficionados, las cuales terminaban con más de unmalherido59. Como lo recuerda un vecino del sec-tor F:

    “… la ‘Caro’ tenía su nombre como una población más

    violenta, más agresiva, de mucha muerte en el fondo enlos años 63, 64, 65, muchas riñas de los pobladores, en-

     frentamientos con cuchillas, pero no armas, con palos,con cuchillos, peleas callejeras o después del fútbol, obandas que se creaban.”

    58 Garcés, 2002.59 Nicholls, 2006.

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2637757 Revista Invi 74 Interior.indb 263 15 05 2012 15:29:1715-05-2012 15:29:17

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    16/37

    264 Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285 ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores

    Se generaban también “ focos de delincuencia” enciertos sectores, especialmente en el E y el F60.Como lo analiza un vecino,

    “...cuando se habla de los problemas de violencia y con- flicto social y delictual en la Caro, está mal porque no

    es toda la población, sino que son determinados sectoresque están marcados por sus orígenes. Es el caso del E yF, donde hay gente de extrema pobreza. Es allí dondellegó la gente de los cités y de las callampas.”

    Sin embargo, los pobladores no se sentían insegu-ros dentro de la población, ya que al ser recono-cidos como vecinos de ella, existía seguridad detránsito para salir y entrar, así como para despla-zarse. Como lo recuerda un vecino del sector D:

    “Había choros61

     de edad, s í ah, aquí, que ya no están ya, fallecieron qué rato, pero también eran muy correctos, osea, compadrito, una moneda pa’ un trago. Ahí, uno selo pasaba, pero el compadre después si a uno lo veía quetenía que atravesar la línea y habían otros que estabanahí, que estaban esperando, compadrito, tranquilo, vayatranquilo nomás…”

     Aparece la figura del choro, persona que vive de ladelincuencia pero que a la vez es respetado, no porser un delincuente sino porque tener cierto ascen-dente sobre la comunidad –como lo muestra la citaanterior–, o al menos un sector. Este ascendienteproviene de su agresividad y actitud desafiante fren-te a cualquier eventualidad. Así lo relata un vecino:

    60 ONG Cordillera, 200 5 a.61 Delincuente, según la jerga popular.

    “Un choro se dedica a robar y que maneja un ciertosector, que es respetado por los que están al lado, en el

     fondo que tiene una autoridad sobre ellos, no es que latenga por qué… sino que el hecho de ser choro, para’o,bueno pa’l garabato, hacerle frente a cualquiera, pararsea pelear, le dan una cierta connotación de estatus en su

    sector ahí… además se usaba cuchilla y les pegaba alos otros… eso en términos… y… se buscaban el odio.”

    De esa época es una de las pandillas de la pobla-ción, ‘Los Tártaros’, que de alguna manera vanmoldeando el imaginario de los pobladores y delresto de los habitantes de Santiago. La ‘Caro’ esconsiderada como una población ‘peligrosa’ por laprensa de la época, independiente de cuál sector setome en referencia.

    Un hecho de la época presente en la memoria delos vecinos que iniciaron la ‘Caro’ fue conocidocomo la Matanza del Ferrocarril o la Masacre dela José María Caro. El recuerdo más extendido dela primera década en la Caro está dado por el his-tórico incidente, cuando en 1962 la Central Únicade Trabajadores llamo a un paro nacional para pa-ralizar el ferrocarril y las micros en protesta porel alza del costo de la vida, en especial por el alzadel transporte público. Se hicieron barricadas en lalínea del tren, las que fueron reprimidas violenta-mente, muriendo 8 pobladores. Como lo recuerdaun poblador,

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2647757 Revista Invi 74 Interior.indb 264 15 05 2012 15:29:1715-05-2012 15:29:17

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    17/37

    265ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores 

    Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285

    “para ello se movilizó a mucha gente que apedreaba lasmicros, incendiaba garitas y se prendieron neumáticosen las líneas de los trenes para pararlos. Frente a eso, el

     gobierno mandó una locomotora al lugar con soldadosmilitares que venían en cada carro con fusiles y ametra-lladores. Cuando la locomotora llegó cerca del 10 y 11

    Sur, pidieron a la gente que se retiraran. Los pobladoresse negaron y al contrario, comenzaron a agredir a lossoldados. Frente a esto, un soldado dio la orden de dis-

     parar contra este grupo de gente. Muchos cayeron en lacalle frente al tren, pero otros muchos otros murieron alinterior de sus casas, dado que las balas atravesaron lasdelgadas paredes de cholguán y de materiales livianoscon que estaban construidas”.

    Quienes no participaron el día mismo en la ma-tanza sí lo hicieron en un multitudinario funeralconjunto. Este hecho marcó a muchos de los ha-bitantes de la población, fomentando la formaciónde muchas organizaciones futuras.

    Las violencias están presentes como acto funda-cional de la poblacional. Por un lado, la violenciasocial de la delincuencia y las peleas, que forjará elestigma que el lugar y sus habitantes poseen. Elloa pesar de que la mayoría de sus habitantes no son

    delincuentes ni se involucran sistemáticamente enriñas o peleas. Por otro lado, la violencia institu-cional ejercida por el Estado marcará la posiciónsocial que la ‘Caro’ tiene dentro de la ciudad y dealguna manera es antecedente fundamental de las

    violencias al interior de la población y el estigmaque acarrea hacia el resto de la ciudad hasta el pre-sente. Finalmente, el estigma laboral y en el siste-ma educacional configura una violencia estructu-ral que no puede pasar inadvertida.

    Los años de la PromociónPopular y la llegada de laUnidad Popular (1965-1973)

     A partir de la llegada del partido Demócrata Cris-tiano al gobierno en 1964 se inaugura el programade ‘promoción popular’, política que buscaba por

    un lado solucionar participativamente el problemade la vivienda, racionalizando administrativamen-te sus procesos y por otro acrecentar la integracióninstitucional de los pobladores marginales a la ciu-dad.62 Esta política nacional generó cambios im-portantes en las formas de participación que se ha-bían desarrollado hasta ese momento en la ‘Caro’,ingresando los partidos políticos activamente a lapoblación e institucionalizando la participaciónmediante la creación de una gran cantidad de or-ganizaciones comunitarias63. El énfasis en la par-ticipación social y política de los pobladores fueprofundizada durante el gobierno de la UnidadPopular.

    62 Espinoza, 1998.63 Espinoza, 1998.

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2657757 Revista Invi 74 Interior.indb 265 15 05 2012 15:29:1715-05-2012 15:29:17

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    18/37

    266 Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285 ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores

    En esta época aparecen los primeros representan-tes de los partidos políticos a realizar formación decuadros y trabajo de base en la población. Se daun proceso de ‘colonización’ de las organizacionescomunitarias por parte de los partidos políticos64.

     Así es como lo recuerda un poblador:

    “… cuando sale Frei, la clase política se acerca a la po-blación y apoya con asesorías y maquinaria, los proce-sos de mejora de vivienda y de espacios públicos. Con la

     promoción popular se incentivó a que vecinos participá-ramos en, por ejemplo, la pavimentación de las veredas.”

     Aparecen diversos grupos políticos de izquierdacon un importante nivel de organización partida-ria. El PC, la DC, el PS el MIR y MAPU65 eran lasmás significativas, los cuales se disputan el con-trol sobre el territorio, con fuerzas políticas parejasdentro de la población. Alrededor de estas orga-nizaciones existía mucho movimiento masivo, aligual que en el resto de los barrios urbano-popula-res de Santiago66.

    Fueron años de grandes esperanzas por construiruna sociedad mejor a partir del trabajo mancomu-nado en el nivel local, entre las distintas facciones.Los grupos cristianos trabajan con las juventudescomunistas a pesar de las diferencias. Durante la

    64 Nicholls, 2006.65 Partido Comunista, Democracia, Cristiana, Partido Socialista,

    Movimiento de Izquierda Revolucionario y Movimiento de Ac-ción Popular Unitaria, respectivamente.

    66 Para una perspectiva más completa de este proceso, ver Cas- tells, 1973; Espinoza, 198 8; De Ramón, 1990.

    Unidad Popular, dichas diferencias se irán acre-centando junto con la escasez de alimentos, lo queconducirá a un clima más violento al interior de lapoblación. Como lo recuerda un vecino:

    “Igual siguió la delincuencia, pero en menos cantidad,menos violencia, menos presencia, igual habían ladro-nes, cogoteos, pero en menos cantidad, menos riñasen las calles inclusive, habían, pero no en la cantidadque en el período 63-65. Respecto de la violencia po-lítica, yo creo que ahí, bueno generalmente el lenguajeque usaban, los upelientos, los momios67, generalmentehabía gente que defendía el gobierno popular y en lossectores nuestros había mucha gente sencilla que teníauna postura de derecha, eran realmente de derecha y se

     jugaban por su candidato y por su posición... y ahí habíaviolencia en términos verbales, pero que se agarraran a

     golpes… no mucho...”

     Así, cuando comienza la UP, los vecinos de lapoblación comienzan a dividirse políticamente,aunque un gran número de ellos no participabandirectamente en las actividades políticas. Entreellos, incluso algunos consideran que esta época

    fue negativa porque influyó negativamente sobre laparticipación social y solidaria de los ’60.

    67 ‘Upelientos’; partidarios de la Unidad Popular, que además con-nota despectivamente una cierta posición de clase. ‘Momios’;conservadores, de clase alta.

     

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2667757 Revista Invi 74 Interior.indb 266 15 05 2012 15:29:1715-05-2012 15:29:17

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    19/37

    267ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores 

    Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285

    El período de la Dictaduramilitar 1973-1989Después del golpe militar del 11 de septiembre de1973, la dictadura ejerció enormes niveles de vio-

    lencia institucional contra los y las pobladores. Asu vez, ejerció persecución y v iolencia política con-tra los dir igentes políticos de la época junto con lospobladores. Durante los primeros años, los allana-mientos masivos y selectivos, junto a los secuestrosy desapariciones fueron recurrentes. Muchos rela-tos describen altos grados de violencia masiva en losallanamientos, que involucraban detenciones tem-porales masivas, allanamientos de las casas, altos

    grados de violencia relacional y violaciones a mu- jeres y robos de los militares hacia los pobladores.Ello también significó delaciones entre vecinos yrompimientos de las confianzas cotidianas. El mie-do pasó a ser parte de la cotidianidad de muchospobladores. Como lo recuerdan algunos vecinos

    “Yo te puedo contar por ejemplo que cuando los milicoshacían los allanamientos acá, violaban a las mujeres, yotengo una amiga acá, que tiene una hija por la v iolación

    de un milico”.“Eso un poco, después, en varias oportunidades, eracomo sistemático, una vez al mes, una cosa así. Y a vecesno era todo el sector, sino que 4, 5, 6, manzanas. Llega-ban los camiones y los milicos empezaban casa por casa

    a meterse y hasta te robaban, robaban lo que pillaban…mucha gente reclamó por eso, a mucha gente le robaron,sobre todo, en el caso de los sectores donde habían alma-cenes, claro, se llevaban mercadería, se llevaban bolsasllenas de esas que tienen los milicos así, se las llevabanllenas de mercadería.”

    En pleno período de represión y de detencionesrealizadas por la dictadura militar, algunas organi-zaciones comenzaron a rearticularse y a agrupar-se. Estas fueron especialmente juveniles, porque ladirigencia más adulta estaba muy desarticulada.

     Algunas de ellas, estuvieron también ligadas a laiglesia. Como lo recuerda un dirigente de la épo-ca, este proceso fue lento y lo desarrollaron en un

    principio al alero de los grupos juveniles cristianos.“por ejemplo, yo estuve un año afuera de la casa porqueera buscado como agitador político peligroso. Era terro-rista para muchos. Y estuve desde el 11 de septiembre or-

     ganizado clandestinamente en un proceso que era lento.Teníamos que cuidarnos”.

     Aproximadamente el año 1977 aparece una de lasprimeras organizaciones de coordinación que in-

    corporaba a jóvenes de diversas poblaciones cer-canas a la Caro. Ese era el radio de trabajo de estacoordinadora, a la cual comenzaron a involucrarse

     jóvenes políticos de MIR y del PC, los que despuésdecidieron formar la “llamada Caro-Ochagavía”68.

    68 ONG Cordillera, 200 5b.

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2677757 Revista Invi 74 Interior.indb 267 15 05 2012 15:29:1715-05-2012 15:29:17

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    20/37

    268 Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285 ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores

    Muchos de los jóvenes que participaban en esta coor-dinadora, lo hacían también en las actividades querealizaba la Iglesia. Entre ellas, eran conocidos loscomités de cesantes, comedores infantiles y los pri-meros comités de los sin casa a fines de los años 70.

    Un documento escrito por un poblador de ClaraEstrella, destaca a estas coordinadoras parroquia-les, que estaban organizadas según el decanato dela Iglesia. Era en esa instancia que se producía elencuentro entre estos grupos, dando origen a unaorgánica propia expresada en la Coordinadora Ju-venil Solidaria, Asociación de Centros Juveniles yla Coordinadora Caro-Ochagavía69. Según lo seña-la un vecino:

    “ era difícil establecer diferencias entre el mundo de laiglesia y el mundo social y político, los más participába-mos en ambos… era difícil entonces decir... bueno, aquícomienza lo de ustedes y acá lo de nosotros, o viceversa”.

     A finales de los ’70 y durante la década de los ’80surgieron organizaciones que enfrentaron uno delos mayores problemas de la población, el hacina-miento y la falta de espacio de las nuevas familias,los hijos de quienes llegaron a habitar la población

    en sus inicios. Un estudio realizado en 1985 plan-tea que un 18,1% de las familias del sector F esta-ban allegadas en el sitio, y un 9,5% estaban alle-gadas al interior de la casa.70 Gran parte de dichasorganizaciones nacieron al alero de las antiguas

    69 Hernández y Vivanco, 1989 .70 Schkolnick, 1986 .

    organizaciones de la ‘Caro’, los partidos políticos yla Iglesia Católica.

    Después, aprovechando la coyuntura, los dirigen-tes incorporaron a los allegados en las reivindica-ciones que establecían a las autoridades. Ello, pro-

    ducto de que la dictadura no tenía una política cla-ra para dar solución a estas familias sin hogar. Enesos años, frente a ello se había producido un grannivel de hacinamiento en las familias, llegando avivir 4 o 5 familias en una casa. Eso llevó a que seorganizaran estos comités no sólo en la ‘Caro’, sinoque también en otras poblaciones de la zona sur deSantiago. Este comité de los sin casa duraría hastaprincipios del ochenta, debido principalmente a lagran represión desplegada por el Estado a través deCarabineros.

    Las protestas contra la dictadura, es en la memoriade los vecinos, un período de mucha participacióny movilización política y social. Incluso, para mu-chos existe el sentimiento de que en dichos añoshubo mayor efervescencia que durante el mismoperíodo de la UP. En los ochenta, hubo un impor-tante nivel de movilización social y política gatilla-

    da también por la extrema cesantía que produjo lacrisis económica de principios de la década del 80.

    “Lo que sí podría destacar, teniendo en cuenta de quemucha gente participaba en diversas manifestaciones detipo reivindicativo, cultural, artísticas en las capillas,

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2687757 Revista Invi 74 Interior.indb 268 15 05 2012 15:29:1715-05-2012 15:29:17

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    21/37

    269ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores

     

    Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285

    que en el tiempo de las protestas tuvieron mucho másque decir y que ver. Cuando se convocaba masivamente,era mucha la juventud, la que partic ipaba más”.

    En el marco de las protestas y también ligadas a lalabor de la Iglesia, surgieron con fuerza los comi-

    tés en defensa de los derechos humanos. Quienesdirigían estos comités, participaban activamenteen los movimientos de protesta. Estos comités ade-más tenían un rol importante en la denuncia de lasviolaciones a los derechos humanos que realizabala dictadura militar y realizaban diversas activida-des de carácter formador en promoción de los de-rechos humanos.

    La gente que participaba en ellos, también lo ha-

    cía en otros comités ligados a la Iglesia, como porejemplo los de cesantes, los de comedores popula-res, los grupos de comunas solidarias, de los sincasa, grupos folklóricos y actividades recreativas,por ejemplo las peñas. Generalmente era la mismagente. Hubo siempre mucha ligazón entre el mo-vimiento social y la participación en las iglesias,especialmente eso se dio en el caso de la IglesiaSan Pedro Pescador en el sector E.

    En el relato de los pobladores aparece la violenciainstitucional en forma explícita durante este perío-do, aunque este no es un fenómeno exclusivo de la‘Caro’, ya que esta situación se dio en gran parte delas poblaciones urbano-populares del país. Policías

    y militares allanaban continuamente la población,detenían arbitrariamente personas y reprimíanmuy duramente las manifestaciones y protestas.

    “…y para los cacerolazos, olvídate… así es como ma-taron harta gente amiga también. Mira, disparaban amansalva, al que le tocaba le tocaba, por ejemplo esa vezque atacaron la cuestión de allá (se refiere a la fábricade pastelones), mataron a un niño que era hijo de unamigo nuestro y también esa vez, como los disparos eran

     para todos lados, los disparos se metieron a las casas y ahí hirieron a la chiquilla que era catequista, hacíacatequismo con los niños.”

     Algunos relatos hablan incluso de francotiradoresapostados en las cercanías que disparaban duran-te las manifestaciones y el uso de armas de fuego

    desde helicópteros que pasaban a baja altura. Laviolencia institucional, si bien estuvo centrada enlos dirigentes y pobladores de izquierda, se hizosentir en todos los pobladores, incluso en aquellossectores ligados a las fuerzas armadas.

    La represión policial también intervino sobre lasmafias y los delincuentes comunes, efectuandorazzias durante los allanamientos. Esta situacióngeneró la desaparición de la delincuencia, al me-

    nos en el relato de los vecinos, y muchos ‘choros’emigraron o desaparecieron71. Sin embargo, losdesórdenes más cotidianos, ligadas al alcohol, loseventos deportivos y desórdenes continuaron pre-sentes en la población.

    71 Nicholls, 200 6.

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2697757 Revista Invi 74 Interior.indb 269 15 05 2012 15:29:1715-05-2012 15:29:17

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    22/37

    270Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285 ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores

    La represión policial también condujo a una fuerteorganización y control territorial de parte de lospobladores, sobre todo en la época de las protestasde los ’80. De la pasividad con que se acataron losallanamientos durante los ’70, se pasó a la respues-ta violenta por parte de los pobladores de la Caro,

    lo que le valió la etiqueta de una población ‘com-bativa’. Esta situación sucedió también en otrosbarrios en procesos similares, como Cape Flats enCape Town72 y Cidade de Deus en Rio de Janeiro73.

     A su vez, las protestas de mediados de los ’80 secomenzaron a volver peligrosas para los vecinos dela Caro, tanto por las represión policial como por laaparición de conductas delictivas que iban contralos objetivos de las marchas y protestas convocadas.Según lo cuenta un antiguo militante del PC, envarios momentos se juntaron con algunos ‘choros’del sector porque tenían armas y permitía accionesde mayor envergadura. La violencia de la dictadu-ra, plantean algunos vecinos, permeó la estructu-ra de la organización política y social de la Caro.

    “Nuestro ánimo era contra la pistola, para nada contrael pequeño comerciante, muchos de ellos eran nuestrosamigos. Ahí nos dimos cuenta de cómo la dictadura noshabía saboteado las protestas por medio de la incorpora-ción del lumpen en ellas y el lumpen realmente nos doblóla mano, porque aprovechaba a la gran masa de jóve-nes que se aglomeraba en las protestas y los asaltaban

    72 Jensen, 2008.73 Perlman, 2010.

     y asaltaban también los negocios. Lentamente tuvimosque empezar a abandonar las manifestaciones, porquese convirtieron en espacios muy peligrosos.”

    El mayor nivel de participación en las protestas fuebajando con el tiempo. La violencia institucional porparte de la dictadura y la violencia política por partede los grupos de izquierda más extremos, influyó enesta declinación. Sin embargo un número de los po-bladores de La Caro, no participaban en nada. Evita-ban participar de las organizaciones y manifestacio-nes, como una forma de protección frente a la vio-lencia reinante y a la vez como estrategia de super-vivencia. Como lo recuerda una vecina del sector C:

    “…pero de protestas más cercanas a nosotros, no, nada.

    ¿Ustedes evitaban meterse en eso? Sí, mi mamá, mi papá eran muy… eran muy… no que-rían que pasara nada, no querían que le pasara nada anadie, ni a él ni a sus hijos, por el hecho de que aquí eran

     puros hombres…”

    Por otra parte, las juntas de vecinos no tenían repre-sentación social, puesto que estaban controladas porla gente de la dictadura. En muy pocos casos, se diouna relación o vinculación con la gente de las juntas

    de vecinos, porque lo más común era hacer la vidasocial y también política al alero de la Iglesia Católica.

     A fines de los ’80 los vecinos comienzan a percibirun aumento de la violencia social, y el inicio de la

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2707757 Revista Invi 74 Interior.indb 270 15 05 2012 15:29:1815-05-2012 15:29:18

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    23/37

    271ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores

     

    Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285

    violencia económica a través de las primeras ban-das de drogas. Como lo recuerda una vecina:

    “Unos veinte años atrás, ahí era cosa seria aquí, perohoy día como hay vigilancia policial ha ido mejorandoel sistema. Ahora lo que más hay son los que venden, lostraficantes, ojalá algún día se vaya terminando.

    ¿Y cuándo empezó a aparecer eso, el tema del tráfico enel sector? 

    Primero empezó con el neoprén, porque la pasta base yla marihuana no se conocían, de ahí empezó a aparecerla marihuana y unos años después ya empezó a aparecerla famosa pasta base. Ahí hubo una etapa en que los ma-rihuaneros se cabrearon con la marihuana y agarraronel vicio de la pasta base, se pusieron más finos, ya no eramarihuana.”

    En el período reseñado se puede apreciar el des-pliegue de distintos tipos de violencia en la po-blación, partiendo por la violencia institucional ypolítica desarrollada por el Estado, que a su vez fuemasiva y selectiva. También se produce la articu-lación de ‘brazos armados’ de resistencia que com-baten la dictadura ejerciendo el control territorialde la población y manifestándose para el regreso ala democracia. A su vez, la violencia económica del

    narcotráfico aparece hacia el final de la dictadura,signado por muchos como una estrategia del régi-men para quebrar la resistencia de sus habitantes.Todos estos elementos configuran rasgos de vio-lencia estructural74 que se consolida sobre la ‘Caro’.

    74 Ver por ejemplo, Wacquant, 200 8c, páginas 13 – 41.

    La vuelta a la democracia enla CaroCon la llegada de la democracia en 1990 volviótambién cierta práctica democrática a las institu-

    ciones de la población. Muchas juntas de vecinos serearticularon y han funcionado durante los últimos20 en un contexto más democrático. También hancobrado fuerza los tipos de organizaciones socialescomo los clubes deportivos, los centros de madresy clubes de adulto mayor. La mayor debilidad delas organizaciones, según lo plantean sus líderes,es la falta de participación juvenil y falta de lideraz-go en esos grupos75. Otros actores importantes en

    la vida social de la ‘Caro’, son las iglesias evangé-licas que han crecido durante los últimos años. Laiglesia Católica sigue agrupando gente que trabajaactivamente, pero ya no con el carácter de antaño.

    La vida en democracia les ha entregado a los vecinosla posibilidad de participar. Sin embargo, y comoen muchos otros sectores, en la ‘Caro’ la partici-pación y la asociación entre vecinos es menor queantes. La opinión de los vecinos es que hoy cuesta

    más que antes el organizar a la gente. Asimismo, laacción gubernamental se basa en los fondos con-cursables, que más que promover la participaciónalienta la competencia entre pobladores y organi-zaciones de la población. Uno de los resultados

    75 ONG Cordillera, 200 5b.

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2717757 Revista Invi 74 Interior.indb 271 15 05 2012 15:29:1815-05-2012 15:29:18

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    24/37

    272 Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285 ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores

    de esta lógica gubernamental ha sido la atomiza-ción de la participación más que su promoción.

    Otro de los resultados ha sido el surgimiento de or-ganizaciones centradas en la autogestión y que evi-tan explícitamente la relación con cualquier nivel

    del Estado, debido a la desconfianza en la instru-mentalización de que han sido objeto. Esta perspec-tiva se traduce en grupos de jóvenes que por ejem-plo conmemoran la Matanza del año 62 sin haberparticipado de ella, a través del grafiti, la música ylas manifestaciones culturales (Ver figura N°4). Porúltimo, todos los entrevistados que militaron enpartidos políticos de izquierda en el pasado, o queparticiparon en movimientos guerrilleros como elFrente Patriótico Manuel Rodríguez, expresan unagran decepción de los partidos políticos actuales.Muchos de ellos, que militaron en el PC, el PS o elMIR, se sienten traicionados por las decisiones cu-pulares y ‘la transa democrática’ una vez que se ter-minó la dictadura. La democracia de los acuerdossignificó para ellos una nueva forma de exclusiónpara los pobladores de la ‘Caro’. En contraste, paraotros, la inserción en la máquina clientelar del muni-cipio ha sido una buena forma de acceder a trabajo.

    La situación urbana de la ‘Caro’ es hoy en día dia-metralmente opuesta a los primeros años de su fun-dación. La población ya no se encuentra en la pe-riferia física de la ciudad debido al crecimiento de

    los últimos 30 años76. Hoy es posible situarla en elpericentro de la ciudad, dentro del anillo Américo

     Vespucio, cercana a carreteras urbanas (AutopistaNorte Sur, Av. General Velásquez y la referida Auto-pista Vespucio Sur). Junto con ello, se encuentra cer-cana y bien conectada con nodos urbanos como el

    paradero 25 de Gran Avenida y el mall Plaza Oeste. A su vez, en movilización colectiva es posible acce-der al centro de la ciudad en menos de 30 minutos.

    Sin embargo, el desarrollo urbano no implica ne-cesariamente un mayor nivel de inclusión. Comohan planteado algunos académicos, la desigualdadsocial en Chile creció en los últimos 30 años peroesto ha sido menos considerado en los análisis que

    el impresionante desempeño económico y los in-dicadores sociales agregados. Esto implica que lascondiciones sociales, la infraestructura, la calidadde los servicios y en definitiva la calidad de vidadifiere considerablemente de acuerdo al nivel so-cioeconómico del barrio77. En mucha ocasiones,experiencié el retraso evidente en los servicios demovilización del Transantiago e incluso los busesno se detenían en los paraderos de la población.

    Para los vecinos y vecinas de la ‘Caro’, los proce-sos de crecimiento urbano son vistos más comouna amenaza que como un mejoramiento en suscondiciones de vida. Debido a las políticas deplanificación, temen que se gatillen procesos de

    76 De Mattos, 200 1, Bordorsf e Hidalgo, 200 5.77 Márquez y Pérez, 2008.

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2727757 Revista Invi 74 Interior.indb 272 15 05 2012 15:29:1815-05-2012 15:29:18

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    25/37

    273ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores

     Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285

    FIGURA N°4. ACTIVIDADES DE CONMEMORACIÓN DE LA MATANZA DE LA CARO.

     Arr iba: Grafiti en conmemoración de la Matanza , Acapulco con 7 Oriente, realizado por niños de Lo Sierra y la escue la popular infantil ‘Const ru-yendo la población’ el 12-11-2011. Abajo derecha, tocata conmemorat iva 19-11-2011 en plaza del sec tor F. Abajo izquierd a, afiche de convocator ia.Fuente: Elaboración propia.

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2737757 Revista Invi 74 Interior.indb 273 15 05 2012 15:29:1815-05-2012 15:29:18

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    26/37

    274 Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285 ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores

    gentrificación que los expulsen, más que apropiar-se de los beneficios del desarrollo.

     Al referirse a la población durante la democraciapost-dictadura, los vecinos expresan su preocu-pación y miedo frente a las bandas de tráfico de

    drogas que se fueron apoderando de los espacioscomunitarios. La violencia social ligada al uso delas armas de fuego produce sensación de alto te-mor y de aislamiento entre los vecinos. La drogaaparece hoy como el principal enemigo social de laparticipación de estos pobladores78.

    Las bandas y grupos que trafican drogas habríanaparecido y expandido a fines de los ’80, siendo los

    últimos cinco años los más críticos y conflictivos. Algunos vecinos plantean que son grupos de afue-ra –que no residen en los sectores– los que más tra-fican, pero otros destacan que muchos de ellos re-siden en la población. La aparición de estos gruposestá ligada por un lado al aumento del consumo dedrogas fuera y dentro de la población, pero su ins-talación también se vincula a las bandas de ladro-nes y delincuentes que ya existían en décadas ante-

    riores. Algunos vecinos entrevistados, señalan que“en la Caro siempre han habido estos grupos. Antes eranladrones… no nos robaban a nosotros… salían paraafuera... hoy, producto de la droga, nos roban y asaltan

    78 Dockemdorff et al. han planteado que esta situación se repite alo largo de ciertos barrios excluidos de la ciudad.

     

     y se agarran a balazos entre ellos... pero muchos son losmismos patos malos79 de antes”.

    Según el relato de los vecinos, las bandas de tráficode drogas tienen jerarquías, distribución de rolesy funciones para accionar, una estructura de tra-bajo que define roles específicos, cada uno de loscuales se sitúa dentro de una jerarquía formal80.Esta estructura está presente según el relato de losvecinos en el sector E y se reconocen grados devinculación directa y estrecha entre los miembros.

    El objetivo de la organización es el tráfico y ventade drogas, y para ello debe controlar un territoriodonde pueda establecer su base de operaciones,almacenamiento de drogas, barretines de armas,

    distribución a lo largo de la ciudad y finalmenteel microtráfico al interior del barrio. La violenciase produce muchas veces por la disputa territorialentre bandas, o por la violencia difusa asociada alconsumo (balaceras, disputas con armas, ‘mache-teos’ para la obtención de dinero para más droga).

    En paralelo, en el sector F de la ‘Caro’ se aprecia se-gún el relato de los vecinos una estructura más frag-mentada, en la cual son pequeños distribuidores y

    micro traficantes los que trabajan al amparo de ungran grupo, pero sin pertenecer a él. Puesto que la si-tuación de tráfico es mucho más ‘desorganizada’, seproducen peleas que enfrentan a micro traficantes,

    79 Delincuente en el lenguaje popular.80 Para una explicación más detallada de la estruct ura planteada,

    revisar Lunecke y Ruiz, 2006.

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2747757 Revista Invi 74 Interior.indb 274 15 05 2012 15:29:1915-05-2012 15:29:19

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    27/37

    275ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores

     Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285

    o personas a manera de duelo, y en el caso de los en-frentamientos más grandes, tienen como protago-nistas a la familia que controla el sector E, con orga-nizaciones del exterior de la población o del sector.

    La base de las organizaciones (o desorganizaciones)

    de tráfico es la obtención y mantención de una acti-vidad económica, en base al control territorial, mu-chas veces también en torno a prebendas y regalosdonde aparece la figura de ‘el padrino’, y finalmentepor el amedrentamiento y amenazas de daño físico.

    La organización de las bandas de tráfico de dro-gas, a gran escala o en su versión más fragmenta-da, puede plantear una diferencia importante en eltipo de violencia económica que se establece en la

    ‘Caro’ versus la mayoría de los barrios popularesde Santiago, donde se aprecia microtráfico, ya seaa través de su venta o consumo. Lo que hace la di-ferencia es la presencia del narcotráfico, o sea la or-ganización del tráfico a gran escala y que se empla-za territorialmente en ciertos barrios. Esto implicapara la ‘Caro’ un cambio de escala respecto al trá-fico, del micro al narcotráfico, con la consecuenciade aumento en la magnitud de la violencia, por la

    presencia de armas y defensa del territorio81.En este contexto, o los vecinos se suman a la lógicadel tráfico de drogas, o sufren los estigmas por viviry compartir el espacio con él. En la ‘Caro’ se pro-duce una disputa cultural entre normas sociales

    81 Ruiz, 2008.

    antagónicas, la ‘gente de esfuerzo’ y los ‘malos’. Enúltimo término se observa un dualismo de normasaceptadas, entre aquellas que pertenecen al discur-so dominante dentro de la sociedad, y las de sub-culturas minoritarias presentes en esos sectores.

    Este dualismo no produce un predominio de unmodelo normativo sobre otro, sino que ambos con-viven, incluso muchas veces en la misma estruc-tura de decisiones de los individuos. El narcotrafi-cante es también vecino, pariente o conocido, porlo que la distinción se aplica no sólo a personas,sino también a decisiones cotidianas que un mis-mo individuo toma frente a una situación u otra.Por ejemplo, la figura del “Padrino” benefactor quesubsidia a personas particulares e incluso a clubes

    deportivos u otras organizaciones sociales frentea hechos puntuales, genera una red de protecciónque garantiza su legitimidad82.

    Sin embargo, la violencia económica ligada al tráfi-co de drogas no es la única dimensión que los ve-cinos reconocen. También manifiestan la violenciaestructural respecto de un modelo de desarrolloque no les plantea muchas posibilidades de supe-ración, que los discrimina laboralmente y que noles entrega las mismas herramientas que al resto dela sociedad. Muchos de ellos, para poder trabajar,hasta el día de hoy tienen que ‘esconder’ de dón-de provienen. Como lo manifiesta una vecina delsector C:

    82 Ruiz, 2008.

     

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2757757 Revista Invi 74 Interior.indb 275 15 05 2012 15:29:1915-05-2012 15:29:19

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    28/37

    276 Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285 ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores

    “…de hecho tengo una vecina, mi vecina de acá, que ellatrabajaba, ella era bibliotecaria… ella tenía otra direc-ción, ella nunca quiso decir que vivía en la JMC, porquesi lo decía, no le daban trabajo. O a lo mejor le dabantrabajo, pero su entorno, sus compañeros, no la iban atratar de igual manera. A lo mejor en el trabajo sí teníasu dirección, pero a sus compañeros de trabajo les decíaque vivía en otra parte.”

    Este estigma también se expresa a través de la faltade servicios urbanos adecuados y en especial porla forma con la que son tratados por parte de laspolicías. Si bien la evaluación de las policías y enespecial de Carabineros es bastante positiva en elpaís, expresándose a través de niveles muy altos deconfianza83, en la ‘Caro’ más bien se desconfía de

    ellas, situación que parece repetirse en otros ba-rrios estigmatizados84.

    Esta desconfianza se genera a partir de 2 procesosparalelos, por un lado se constata la opinión queemiten vecinos, los que manifiestan una sensaciónde discriminación y maltrato verbal y a veces físicopor parte de estas instituciones. Esta situación escongruente con estudios que indican que las de-nuncias por abusos policiales presentadas a fisca-

    lías militares han continuado aumentando desde1990, a pesar del retorno a la democracia85.

    83 Fruhling, 2004.84 Ver por ejemplo, ONG Cordillera, 200 5b; Dammert, 2005; Lunec-

    ke y Ruiz, 2007, Manzano, 2009.85 Fuentes, 2005.

     A su vez, las policías son acusadas por los vecinosde ser corruptas, tener acuerdos con narcotrafican-tes y tratar de forma diferenciada a los pobladoresrespecto al resto de los ciudadanos. De hecho, unode los lugares más peligrosos según los relatos seencuentra actualmente al costado del nuevo cuar-

    tel de la Policía de Investigaciones. Al costado delcuartel se instaló uno de los puntos de venta dedroga, y para los vecinos cuesta creer que esa situa-ción se dé sin la connivencia de la misma policía.

    Un segundo proceso en relación a la desconfianzay violencia institucional por parte de las policíases el reclamo permanente por la falta de vigilanciapolicial y el trato indiferente o poco diligente delas fuerzas policiales cuando ellos les requieren. Seproduce un mecanismo de discriminación, debi-do a la baja eficacia en la respuesta judicial quereciben vecinos de estos territorios, a partir de lamisma sensación de re victimización que ellos ma-nifiestan al referirse al sistema de Justicia.

    Este tipo de accionar por parte de las institucionesencargadas del sistema de control ha llevado a la nodenuncia de los hechos delictuales y la desconfianza

    hacia estas instituciones en la ‘Caro’. 

    Debido a la faltade recursos y la necesidad de priorizar la respuesta

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2767757 Revista Invi 74 Interior.indb 276 15 05 2012 15:29:1915-05-2012 15:29:19

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    29/37

    277ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores

     Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285

    a las denuncias y llamadas, los vecinos acusan unafalta de presencia y patrullaje de Carabineros, asícomo filtración de información y denuncias hacialos propios delincuentes. Finalmente, la ‘Caro’ –yen especial los sectores E y F– mantienen hoy endía el estigma como lugar violento y ‘barr io crítico’

    que le ha acompañado a lo largo de su desarrollo,y que comparte con otros barrios de la ciudad86.

    ConclusionesSi bien hoy en día la población tiene una situaciónurbana consolidada, de alguna forma sigue situán-dose en la periferia simbólica de la ciudad, debidoal estigma de población ‘violenta’ y peligrosa. El

    aislamiento espacial de barrios de distinta clasesocial y mejor condición socioeconómica no faci-lita la integración social por encontrarse cercanaa los ‘artefactos de la globalización’87 que son lasautopistas urbanas y los centros comerciales.

     A su vez, los relatos plantean la complejidad de la vio-lencia estructural. Si los empleos son de baja califica-ción, no permiten comprar en el centro comercial pormás que este se encuentre cerca. A su vez, por más queexiste una evidente mejora en la conectividad, si lospuestos de trabajo siguen a más de una hora de viaje

    86 Ver por ejemplo, Dammert, 2005, Manzano, 200 9; Munizaga et al.2009.

    87 Arte factos como elementos característicos de la ciudad globali-zada y que a su vez se traducen en la nueva base económica paralas ciudades. Ver De Mattos, 2001: 35.

    la sensación de exclusión se mantiene. Por último,el camino de la autogestión que algunas organiza-ciones han tomado muestra el nivel de desconfianzay desconexión del sistema político local y nacional.

    Sin embargo, las violencias que se viven en la ‘Caro’son plurales y más complejas que lo que señala elestigma sobre el tráfico de drogas y los asaltos. Di-cha situación permite complementar y complejizarlas visiones más totalizantes y estructurales plan-teadas por algunos autores88. Los habitantes de lapoblación perciben la violencia institucional departe de las policías y una violencia estructural departe del Estado y el resto de la ciudad. Si bien estasituación en términos comparativos no alcanza losniveles de otros países latinoamericanos y en vías

    de desarrollo89, es igualmente preocupante.

    El proceso de construcción de la violencia en la‘Caro’ observa algunas similitudes con otros ba-rrios excluidos de países en desarrollo. A partirde estos hallazgos, y sin pretender extrapolarles alconjunto heterogéneo de territorios ‘excluidos’ o‘violentos’, es posible delinear algunas convergen-cias. En primer lugar, dichos territorios fueron es-pacios de resistencia política (violencia institucio-nal además de política) que se fue mezclando conviolencia social. Como lo han planteado diversos

    88 Ver por ejemplo Wacquant 200 9 y Anderson, 200 2.89 Caldeira, 200 0, Jensen, 2010, Fruling, 200 4, Koonings y Krujt ,

    2007, Dammert, 2004 y 20 09.

     

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2777757 Revista Invi 74 Interior.indb 277 15 05 2012 15:29:1915-05-2012 15:29:19

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    30/37

    278 Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285 ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores

    autores y el análisis presentado, dicha violencia setransformó en violencia social y económica unavez que las democracias neoliberales implementa-ron reformas estructurales que o mantuvieron oaumentaron los niveles de desigualdad.

    En segundo lugar, las comunidades de dichos ba-rrios experimentan actualmente altos niveles deviolencia estructural que se expresa en la violenciaeconómica de las bandas de narcotráfico y cr imenorganizado, así como en los distintos tipos de vio-lencia institucional, que van desde la estigmatiza-ción y maltrato por parte de los servicios públicos,pasando por la corrupción y clientelismo de laspolicías, hasta la brutalidad y violencia policial.

    Dentro de las especificidades del caso presentado,por un lado, no es posible sostener a este puntoque las bandas de narcotráfico son parte centraldel sistema político que actúa de forma sistemáti-camente violenta, como sí se plantea en otros paí-ses90. Por otro lado, tampoco es posible sosteneruna ‘falta de Estado’ o un lugar ‘al margen del im-perio de la ley’, más allá de la negativa opinión quelos vecinos tienen de las policías y la carga históri-ca que aún tienen en la ‘Caro’91.

    Sin embargo, los impactos de la violencia estruc-tural sobre la población son heterogéneos y has-ta cierto punto contrapuestos. En este punto esnecesario complejizar la forma en que procesos

    90 Arias y Goldstein, 2010.91 Holston, 2008, Koonings y Kruijt, 2007.

    estructurales afectan a la población. Es posiblereconocer en la ‘Caro’ una diversidad de patronesculturales, tal como Anderson lo ha descrito paralos guetos de Filadelfia92. De una parte, la culturade marginalidad y violencia recurre a los recursosacumulados de capital social para estructurar un

    clima de inseguridad y miedo alentado por lasbandas de narcotráfico, con mayor o menor gradode organización y donde la fragmentación induce auna inseguridad incluso mayor.

    En contraposición, es posible observar una culturade la decencia93, es decir, un esfuerzo de integraciónque se relaciona con un código cultural de esfuerzo,honradez y decencia en una parte de los habitantesdel barrio que intenta escapar a la realidad de vio-

    lencia e integrarse al crecimiento económico y a lasperspectivas de movilidad social a pesar de la segre-gación y estigmatización en la que cae la población.

    Tal vez la explicación sea necesario buscarla no en lafalta de sistema educativo, salud, empleo o seguridad,sino más bien en las formas neoliberales que esas ins-tituciones del Estado han asumido en los territoriosy comunidades excluidas y las acciones o inaccionesque han seguido para mantener los contextos de ex-clusión por tanto tiempo. Por último, resulta paradóji-co que las violencias explicitadas en la ‘Caro’ no se ex-presen en magnitudes de disrupción social. ¿Qué ele-mentos intervienen en esta baja conflictividad social?

    92 Anderson 1990a, 1990b y 2002.93 Ver Martínez y Palacios, 1996 .

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2787757 Revista Invi 74 Interior.indb 278 15 05 2012 15:29:1915-05-2012 15:29:19

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    31/37

    279ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /Juan Carlos Ruiz Flores

     Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285

    BibliografíaABARCA, Humberto y SEPÚLVEDA, Mauricio.  Barras

    bravas, pasión guerrera. Territorio, masculinida-des y violencia en el fútbol chileno. En: FERRÁN-DIZ, Fernando y FEIXA, Carles (Ed.). Culturas

    y política de la violencia. Barcelona, España, Anthropos. 2005. p. 145-197. ISBN 84-7658-729-5. Libros de la Revista Anthropos.

    ANDERSON, Elijah.  Street wise. Race, class, and chan-ge in an urban community. Chicago, Estados Uni-dos, The University of Chicago Press. 1990. ISBN0-226-01815-6.

    ANDERSON, Elijah.  Code of the street: decency, violen-ce, and the moral life of the inner city. New York.

    Estados Unidos, W.W Norton. 1999. ISBN 978-0-3933-2078-7.

    ANDERSON, Elijah.  The Ideologically Driven Critique. American Journal of Sociology. 107(6): 1533-1550.Mayo del 2002. ISSN 0002-9602.

    ARIAS, Enrique Desmond.  Drugs & democracy in Riode Janeiro: trafficking, social networks, & publicsecurity. Estados Unidos, The University of NorthCarolina Press. 2006. ISBN 978-0-8078-3060-4.

    ARIAS, Enrique Desmond y GOLDSTEIN, Daniel.  Vio-lent pluralism: understanding the new demo-cracies of Latin America. En: ARIAS, EnriqueDesmond y GOLDSTEIN, Daniel (Ed.). Violentdemocracies in Latin America. Durham, EstadosUnidos, Duke University Press. 2010. p. 1-34.ISBN 978-0-822-34638-8.

    BERGMAN, Marcelo y WHITEHEAD, Laurence.  Cri-minality, Public Security, and the Challenge toDemocracy in Latin America. Notre Dame, Es-tados Unidos, University of Notre Dame Press.2009. ISBN 978-0-268-02213-6.

    BODY-GENDROT, Sophie.  The politics of urban cri-

    me. Urban Studies  38(5–6): 915–928, mayo2001. ISSN 0042-0980. Disponible en DOI10.1080/00420980125533

    BORSDORF, Alex e HIDALGO, Rodrigo.  Los Mega-dise-ños residenciales vallados en las periferias de lasmetrópolis latinoamericanas y el advenimiento deun nuevo concepto de ciudad. Alcances en base alcaso de Santiago de Chile. [En línea] Scripta Nova.Revista electrónica de geografía y ciencias sociales.IX(194(03), agosto 2005. [Fecha de consulta: 27de octubre 2007]. Disponible en: http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-194-03.htm ISSN: 1138-9788

    BOTTOMS, Anthony. Place, Space, Crime, and Disor-der. En: MCGUIRE, Mike, MORGAN, Rod y REI-NER, Robert. The Oxford Handbook of Crimi-nology. (4ta. ed.). Oxford, UK, Oxford UniversityPress. 2007. p. 528-574. ISBN 978-0-19-920543-1.

    BOURGOIS, Philippe.  In search of respect: Sellingcrack in El Barrio. New York. (2da. ed.). EstadosUnidos, Cambridge University Press. 2003. ISBN0-521-81562-2.

    BRENNER, Neil y THEODORE, Nik.  Spaces of neolibera-lism: urban restructuring in Western Europe andNorth America. Oxford, UK, Blackwell. 2002.ISBN 1-4051-01105-9

    7757 Revista Invi 74 Interior.indb 2797757 Revista Invi 74 Interior.indb 279 15 05 2012 15:29:1915-05-2012 15:29:19

  • 8/20/2019 Ruiz Flores, JC. 2012. VIOLENCIAS EN LA PERIFERIA DE SANTIAGO. LA POBLACIÓN JOSE MARIA CARO

    32/37

    280 Nº 74 / Mayo 2012 / Volumen Nº 27: 249-285 ARTÍCULO: Violencias en la periferia de Santiago. La población Jose Maria Caro /

    Juan Carlos Ruiz Flores

    BRICEÑO-LEÓN, Roberto y ZUBILLAGA, Verónica.  Vio-lence and globalization in Latin American. Cu-rrent Sociology 50(1): 19-37. ISSN 0011-3921. Dis-ponible en DOI 10.1177/0011392102050001003

    CALDEIRA, Teresa.  City of walls: Crime, segregationand citizenship in Sao Paulo. Los Angeles, Esta-

    dos Unidos, University of California Press. 2000.ISBN 0-520-22142-7.

    CALDER