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Jueves, 6 de Noviembre de 2014
Hola de nuevo:
¡Papa, mamá que ya es jueves! Se está pasando la semana
muy rápido. Los profes nos dicen que tenemos que aprovechar
hasta el último minuto la semana en el CRIE, y ¡Vaya si los
estamos haciendo! Nos aprovisionamos bien para la jornada de
ruta que nos espera… Y, ¿Sabéis qué ha sido lo mejor?, ¡¡ Que,
aunque fresco, nos ha acompañado el sol !!
Hoy hemos realizado una salida para ver la “Casa del Oso
Pardo” (que dicen que es “el señor de los bosques”), situada en
Verdeña. En una actividad del taller de las tablets que hicimos el
lunes, teníamos que buscar a qué distancia se encontraba este
pueblo y averiguamos que son 13 kilómetros. Es una carretera de
montaña con bastantes curvas y pasamos por un puente sobre el
pantano de Requejada.
Allí, nos esperaba Elsa, agente medioambiental de la
Fundación “Oso Pardo Cantábrico”. Nos explicó que la “Casa del
Oso Cantábrico” es un espacio que permite conocer más a fondo la
vida, costumbres y problemas de conservación del oso pardo, tanto
a nivel global como, especialmente, en el entorno de la Cordillera
Cantábrica.
Había huellas del oso, arañazos en troncos, y ¡Hasta
excrementos¡ Yo me llevé una sorpresa muy grande porque en una
sala muy oscura había un oso durmiendo; nos explicaron que era
un encame, que es el sitio que prepara el oso con diferentes
arbustos para descansar.
Me llamó mucho la atención que un oso al nacer pesa 300
gramos, como un oso de peluche que cogimos, mucho menos que
cuando nací yo. Elsa nos dice que en la parte oriental de la
Cordillera Cantábrica, que es donde estamos nosotros, hay unos 30
osos; a mí me encantaría ver uno, aunque ya nos han avisado que
es muy difícil.
Al lado del la Casa del Oso hay una finca en la que está el
“Sendero del Oso”, que gira en torno a la alimentación del oso en
las diferentes estaciones del año. Hemos recorrido el sendero
guiados por Elsa que nos ha enseñado y explicado las
características de diferentes árboles (como el abedul, el roble, el
serbal de los cazadores…) y arbustos (espino albar, zarzamora...)
característicos de la montaña palentina y que tanto le gustan al
oso. En el bosque hay un montón de frutos que se comen y es que
ya nos habían dicho que el bosque es una gran despensa. También
hemos encontrado un montón de huellas de otros animales del
bosque, como el ciervo, corzo, jabalí…que comparten el mismo
espacio que el oso.
Tras ambas visitas, tocaba ver un documental que ha
grabado la “Fundación Oso Pardo”, sobre la vida y costumbres del
Oso pardo cantábrico. Todas las imágenes se han recogido en los
límites montañosos entre Palencia, León , Asturias y Cantabria.
Es muy curioso el nombre de la sala: “La Güela”. Es el nombre que
se dio a una Osa que murió el año pasado, ya viejecita, y que,
parece ser, fue una de las primeras con crías que esta Fundación
localizó en sus comienzos.
Después de ver y sentir la casa y el sendero del oso, toca
reponer fuerzas. Hemos comido en Verdeña. Hoy nos tocaba
“comida pic-nic”: bocadillos de tortilla y filetes de pollo, dos piezas
de fruta, un zumo y una botella de agua. Después, hemos
demostrado lo cívicos que somos recogiendo todo para que no
quedara ni una miguita por el suelo, como auténticos y orgullosos
patrulleros verdes.
Volvimos a coger el autobús y nos fuimos al inicio de la ruta de
“El Roblón de Estalaya”. Al principio de la ruta hay un cartel con
un mapa y allí vimos que teníamos que andar unos 2 kilómetros
para llegar hasta el Roblón, y que nos dicen que posiblemente sea
el más antiguo de la Montaña Palentina, y en ese momento sentí
una curiosidad enorme por verlo. Por el camino fuimos pasando
por un bosque de robles y hayas, es un modelo típico del llamado
“Bosque Atlántico” y comprobamos, además, las diferencias
existentes entre éste, que es un bosque autóctono, y el Pinar de
Repoblación que visitamos el martes en el “Pinar del Castillo”. Os
diré, además, que sus hojas estaban preciosas porque ya se están
poniendo de un suave color anaranjado, aunque cada vez van
quedando menos...,,
¡Menuda Roble! , ¡Tenéis que venir a verlo, es gigantesco…!.
Bea y Pilar nos explicaron que mide unos 17 metros de alto y
para hacernos una idea del grosor de su tronco hicimos un juego.
Nos dimos la mano 10 niños/as y como el corro que hicimos, así es
de gordo el roblón. Es muy, muy viejo, se puede acercar a los 1000
años.
Además, cuentan que tiene “poderes mágicos” y que, si das tres
vueltas a su alrededor se te cumple un deseo (pero, claro, tienes
que haberlo pensado antes…).
También realizamos un pequeño experimento: abrazar un árbol,
en este caso, un roble, que en la simbología celta representa el
conocimiento y el poder… Fue una sensación muy bonita…,
realmente, parecía que también me abrazaba a mí.
Allí, delante del roble centenario, nos hemos hecho la “foto
oficial” del encuentro. Mirad qué bonita ha quedado…
Antes de bajar todavía nos quedaba otra sorpresa en aquel
bosque que cada vez me estaba pareciendo más mágico….Beatriz
nos dijo que teníamos que encontrar robles huecos… ¡Pues aunque
no os lo creáis…los encontramos!!!! ¡ Y qué a gusto se estaba dentro
de ellos!!!!
Cogimos el autobús y a las 17:00h estábamos de vuelta en el CRIE.
Ha merecido la pena disfrutar de estos colores que tiene el Bosque
en esta época del año… Pero, ¡¡ Llegábamos agotados!! Después,
tuvimos un rato de tiempo libre mientras merendábamos un
bocadillo de chocolate…¡uhmmm!!, y, como sabéis, hablé con
vosotros por teléfono.
En ese rato, “la Patrulla Verde” aprovechamos para ir a
tirar a los contenedores del pueblo los diferentes residuos que
habíamos generado durante la semana, separados para reciclar.
Por eso, nuestro objetivo es…salvar la Tierra!!
A las 6h de la tarde, c0menzamos el taller de “El botiquín del
bosque: El poder curativo de las plantas”. Estuvo genial porque,
además de conocer muchas propiedades que tienen las plantas…
(por cierto, algunas las consideramos “malas hierbas”, así que ya
podemos empezar a considerarlas de modo diferente), hicimos,
junto a Elena y Amaya, dos mujeres de la zona de la montaña
palentina que se han dedicado a “recoger saberes” de las personas
mayores, una crema hidratante a partir de cera mineral, aceite
de oliva y agua de rosas. ¡¡ Olía genial !!. También elaboramos un
aceite para cuando estemos acatarrados: pusimos a partes iguales:
orégano, caléndula, tomillo, menta y aceite de oliva (éste último
que cubra completamente lo anterior). Lo tenemos que dejar así 40
días y 40 noches. No os preocupéis, que de ambos, llevo muestras
en dos tarritos. Pero acordáos de remover el aceite todos los días
que yo tengo que volver al cole…!! (¡Ay, yo prefiero seguir aquí…!!)
Tal vez alguna de mis abuelas o bisabuelas también conozcan más
usos terapeúticos de las plantas, ¿Vosotros lo sabéis?, estoy
pensando que a mí también me gustaría “recuperar saberes
familiares”…
Tras el aseo, la radio… hoy nos hemos superado…!!, de aquí
nos contratan en una emisora… y ya tarareamos todos… “y ahora
vamos a reciclar por un mundo mejor…”. Aunque prefiero no
recordar que era nuestra última emisión…, la verdad es que no
quiero pensar que mañana ya me separo de tantos amigos y
amigas que he hecho aquí, en el CRIE, y de los profes… ¡Ay, papás,
es que no os imagínáis qué bien estoy aquí…!
En el momento de la cena, por primera vez, no ha rechistado
nadie: ensalada mixta (bueno, en esto, un poco…, aunque ya nos
dijo Pachi que daba igual, porque la íbamos a comer…), pizza,
jamón serrano y yogurt…¡Estaba todo delicioso!..., pero lo mejor
vino al final porque … ¡¡HUBO UNA SORPRESA MUY DULCE Y
ESPECIAL: CELEBRAR UN CUMPLEAÑOS ¡!
Y, ahora, os tengo que dejar porque me voy a ver actuar a
mis amigos y amigas. También quiero ensayar un poquito antes de
mi momento estelar. Pachi nos dice que es el momento de que
“saquemos la estrella que llevamos dentro”. Lo malo es que sólo de
pensarlo se me remueve tanto la estrella que tengo que ir al baño
cada dos por tres… ¡¡Ay, qué nervios…!! No os digo lo que haré
porque es una sorpresa para cuando veáis la actuación en el
vídeo… Habrá historias, canciones, bailes, chistes… de todo un
poco…!
Luego, sé que los profes del CRIE nos pondrán un vídeo para
despedirse, con algunos de todos los momentos de la semana…,
pero es una sorpresa para todos nosotros. Yo lo sé por un pajarito
que me lo ha contado. El que ha anidado en la casita de madera
que he realizado con mis propias manos.
Y luego bailaremos hasta muy tarde…, y no nos querremos
ir a dormir. Y diremos a David y Pachi: ¡¡ OTRA, OTRA…!!, pero
ellos nos pondrán la canción de los “Lunnis…” y nos mandarán a
la cama…
Y sé también que lo sentiremos mucho, porque esta semana
mágica se está acabando y ha transcurrido muy rápido. Si
hubiera sabido que se pasaría tan aprisa hubiera apurado más
cada instante, prestado más atención a cada explicación,
conversado más con los niños y niñas que se irán a otros
lugares…
Papá, mamá… tengo muchas ganas de veros, de verdad.
Pero me da tanta pena marcharme… ¿Podría quedarme una
semana más?, sólo una y prometo volver, de verdad… No sé si
podré dormir esta noche…, no sé si podré soportarlo mañana…
Os quiero, no lo dudéis, pero sabed que aquí también soy
muy feliz… ¡Hasta mañana! (y, ahora, sí es de verdad).