SACRAMENTOS DE SERVICIO.

Estimado(a) estudiante, después de haber leído el tema, responde lo siguiente: Explica los sacramentos de servicio.

Los sacramentos de servicio (el Orden y el Matrimonio), están ordenados a la salvación de los demás. Contribuyen ciertamente a la propia salvación, pero esto lo hacen mediante el servicio que prestan a los demás. Confieren una misión particular en la Iglesia y sirven a la edificación del Pueblo de Dios.

Sacramento del Orden.

Por el sacramento del orden destina a quien lo recibe, a hacer presente el sacerdocio y el servicio de Cristo. Y así es el mismo Cristo quien continúa su acción redentora y su servicio por medio de los ordenados.

Parábola del representante del rey.(Orden sacerdotal)

Un rey tuvo que ausentarse de su reino durante algún tiempo; y como no quería que sus súbditos estuviesen solos, porque aquello sería un desastre para el reino, envió a un amigo para que gobernara el reino en su nombre durante su ausencia.

            Le dijo que gobernase como él había gobernado y que a su vuelta, daría por bueno lo que su amigo hiciese, de manera que quienes le obedeciesen estarían obedeciendo al rey, y  quienes le rechazasen estarían rechazando al rey.

            Le dijo también que ejerciese justicia en su nombre; le facultó hasta para perdonar, de manera que quedaban perdonados por el rey aquellos que él perdonase.

 

            Dios nos ha enviado a unos representantes suyos, los sacerdotes, para que prediquen el mismo Evangelio que predicó Jesús, para que nos santifiquen por medio de los sacramentos instituidos por Jesús, y para que dirijan a la Iglesia en nombre de Jesús.

Sacramento del Matrimonio.

Por el sacramento del matrimonio, Jesús ayuda a los esposos a amarse con el mismo amor con que Él ama a su Iglesia; y les ayuda también a educar a los hijos en el amor; deben amarse para que los hijos aprendan a amar, ya que el hombre, para aprender a amar, necesita ver amar y sentirse amado.

Ambos sacramentos son definitivos como lo son, tanto su sacerdocio como su amor a su Iglesia.

Parábola de las dos velas juntas.(Matrimonio)

Supongamos que cada uno somos como una pequeña vela. Cuando se contrae el matrimonio, las velitas del hombre y de la mujer se ponen una junto a la otra, y el Espíritu enciende las dos para que se vayan consumiendo en el amor e iluminen con el buen ejemplo a quienes están junto a ellos.

            Ambas van ardiendo de manera que las llamas de ambas se unen y forman una sola llama. Están unidas en el fuego del amor.

            Mientras arden juntas se van consumiendo hasta el final de sus vidas, con la satisfacción de haber conservado la llama que el Espíritu encendió en ellas al recibir el sacramento del matrimonio, y de haber sido luz en medio de su familia y de la sociedad.

            Los esposos han de permanecer unidos durante toda la vida, siendo consumidos por el amor que mutuamente se dan y proyectan en los hijos.