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SAN JUAN MIXTEPEC UNA COMUNIDAD TRANSNACIONAL ANTE EL PODER CLASIFICADOR Y FILTRADOR DE LAS FRONTERAS

SAN JUAN MIXTEPEC UNA COMUNIDAD … · formado la cotidianidad de estas comunidades, ... miembros de una comunidad hacia los mismos lugares. ... los autores de esta etnografía trabajaron

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SAN JUAN MIXTEPECUNA COMUNIDAD TRANSNACIONAL

ANTE EL PODER CLASIFICADORY FILTRADOR DE LAS FRONTERAS

SAN JUAN MIXTEPECUNA COMUNIDAD TRANSNACIONAL

ANTE EL PODER CLASIFICADORY FILTRADOR DE LAS FRONTERAS

Federico Besserer y Michael Kearney(editores)

Casa Juan PablosFundación Rockefeller

Universidad de California RiversideUniversidad Autónoma Metropolitana

Unidad IztapalapaDepartamento de Antropología

México, 2006

Colección Estudios Transnacionales

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA

DR. JOSÉ LEMA LABADIE

Rector General

MTRO. JAVIER MELGOZA VALDIVIA

Secretario General

UNIDAD IZTAPALAPA

DR. ÓSCAR MONROY HERMOSILLO

Rector

DR. PEDRO SOLÍS ROSALES

Director de la Divisiónde Ciencias Sociales y Humanides

DRA. ANA PAULA DE TERESA OCHOA

Jefa del Departamento de Antropología

DR. FEDERICO BESSERER

Coordinador de la Colección Estudios Trasnacionales

Departamento de Antropología

San Juan Mixtepec. Una comunidad transnacionalante el poder clasificador y filtrador de las fronterasde Federico Besserer y Michael Kearney (editores)

Primera edición, 2006

D.R. © Casa Juan Pablos, Centro Cultural, S.A. de C.V., 2006Malintzin 199, Col. del Carmen, Coyoacán, 04100, México, D.F.<[email protected]>

D.R. © Universidad Autónoma Metropolitana, 2006Unidad IztapalapaDivisión de Ciencias Sociales y HumanidadesDepartamento de AntropologíaSan Rafael Atlixco núm. 186, Col. VicentinaIztapalapa, 09340, México, D.F.tel. 5804-4763, 5804-4764 y fax: 5804-4767<[email protected]>

ISBN 970-31-0706-0

Impreso en MéxicoPrinted in Mexico

En memoria de Moisés Cruz Sánchez

IntroducciónFederico Besserer y Michael Kearney 9

El poder clasificador y filtrador de las fronterasMichael Kearney 31

Género, poder y trabajo en la comunidadtransnacionalErnesto Hernández Sánchez 73

Comunidad transnacional y cadenas globalesde mercancíaJorge González Huerta 123

Estrategias educativas de la comunidad transnacionalAtzimba Rodríguez Pérez 171

La chilena mixteca transnacionalUlises Revilla López 237

Índice

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Setecientos trabajadores indígenas mixtecos migrantes, todosde la comunidad de San Juan Mixtepec, Oaxaca, se reunieronhace algunos años en la población de Kerman, California, paradiscutir las elecciones municipales que se aproximaban en sucomunidad de origen. Al mismo tiempo, las autoridades muni-cipales de San Jerónimo del Progreso, otra comunidad mixtecaoaxaqueña, formaron un comité de ciudadanos a los que instru-yeron para que visitaran a los migrantes de su pueblo en Cali-fornia y recolectaran un impuesto para sufragar los gastos deinstalación de un receptor de señal de televisión vía satélite yun transmisor secundario para la comunidad. Tanto en San JuanMixtepec como en San Jerónimo, los cargos públicos munici-pales son ocupados cada vez más frecuentemente por perso-nas que regresan después de algunos años de estancia en “elnorte” para cumplir con sus obligaciones civiles y “servir” enel sistema de cargos por un año o más, frecuentemente sin unaretribución a cambio. El estilo de vida transnacional ha trans-formado la cotidianidad de estas comunidades, donde la vidase vive usando estrategias que articulan localidades situadastanto en México como en Estados Unidos.1

Una larga bibliografía antropológica se ha desarrollado enlos últimos diez años dando cuenta de la complejidad de fenó-menos como los antes descritos, que no pueden ser reducidosexclusivamente a procesos de “migración” y que han requeri-do del desarrollo de un marco teórico, un conjunto de herra-

Introducción

1 Esta investigación se benefició del financiamiento de UC MEXUS-Conacyt, delos departamentos de Antropología de la UAM-I y de la UCR, así como del ProgramaNorth American Transnational Communities de la Fundación Rockefeller que hizoposible la publicación de los resultados.

mientas metodológicas y fórmulas analíticas novedosas que,juntas, constituyen lo que podríamos denominar estudios trans-nacionales.

La discusión sobre la transnacionalidad se ha distinguidopor su dinamismo y carácter propositivo. Algunos de los puntosdestacados de la discusión se refieren al proceso de formaciónde las “comunidades transnacionales” (Kearney y Nagengast,1989; Glick Schiller y Basch, 1992), a la diferencia de éstas conotros tipos de comunidades desterritorializadas, como las diáspo-ras (Clifford, 1999), a su especificidad histórica (Smith, 1999) ya la pertinencia de pensarlas en un marco político y económi-co globalizado (Gledhill, 1995). El cuestionamiento de la isomor-fia entre comunidad y territorio (Gupta y Ferguson, 1997) y lacreciente etnografía sobre procesos comunitarios transnacio-nales han generado preguntas sobre la pertinencia de las he-rramientas etnográficas y conceptuales de la antropología paraaprehender estas realidades sociales (Kearney, 1995; Marcus,2001). Hasta ahora, esta discusión se ha sustentado con infor-mación proveniente de etnografías realizadas en forma bilocal:desplazándose los o las investigadoras entre una comunidad“de origen” y otra “de destino” (Rouse, 1988; Smith, 1995; Bu-rrochoff, 1999; Malkin, 1998).

El desarrollo teórico en torno a los procesos transnacionalesy el conocimiento adquirido por medio de la etnografía existen-te, propone la necesidad de generar una etnografía más robustaya que, en varios sentidos, la etnografía existente no puededar cuenta de la complejidad y especificidad de los procesos aque se refiere la teoría. Un ejemplo claro de ello es el proble-ma de la multidireccionalidad de procesos transnacionales (Bes-serer, 1999). Por ejemplo, el conocimiento convencional sobrelas remesas que envían los migrantes, nos ha hecho suponerque éstas fluyen de los lugares donde trabajan los migrantesen Estados Unidos hacia las poblaciones de origen en México.Sin embargo, ya desde 1991, Rouse sugería que éstos no eranenvíos de una localidad a otra, sino “circuitos” de dinero, locual ha permitido proponer (Rouse, 1991) una variedad de al-ternativas, incluyendo el que tanto el origen como el destinode muchos de estos envíos quede dentro de Estados Unidos.

Nuestra propuesta es que, para que la etnografía pueda apo-yar el desarrollo de la teoría existente sobre comunidades trans-nacionales, se requiere que ésta avance en dos direcciones. Enprimer lugar, se hace necesaria una etnografía que rebase labilocalidad para reportar procesos que, espacial y socialmen-te, han demostrado ser mucho más complejos. Es cierto queexisten aportes con propuestas metodológicas interesantes pararealizar etnografía multilocal (Besserer, 1996; Kearney y Runs-ten, 1994; Hannerz, 2003; Marcus, 2001; Stoller, 1997), pero nose ha avanzado mucho en lo que es propiamente el trabajo et-nográfico, el análisis y la redacción de sus resultados.

El segundo aspecto que resulta importante impulsar en loreferente a la etnografía de comunidades transnacionales, esel trabajo comparativo. Si bien existen trabajos que se refierena varias comunidades (Rivera, 1999; Velasco, 1999) éstos seenfocan en las organizaciones binacionales o transnacionalesy no han profundizado en la vida comunitaria propiamente di-cha, la cual sabemos que no puede ser reducida a las historiasde las organizaciones.

Pensando en estos problemas de la etnografía transnacionalfue que iniciamos, en el año de 1998, una colaboración entrelos departamentos de Antropología de la Universidad Autóno-ma Metropolitana-Unidad Iztapalapa y de la Universidad de Ca-lifornia, en Riverside. Esta colaboración se ha concretado en unprograma de investigación de largo aliento, orientado a desarro-llar la metodología y la etnografía necesarias para entender, enforma comparativa, los procesos que articulan a las comunida-des transnacionales en las geografías mexicana y estadouniden-se. El presente trabajo es el primer producto de esta investiga-ción y presenta los resultados relativos a la etnografía multilocalrealizada en la comunidad transnacional mixteca de San JuanMixtepec. Se ha iniciado ya el trabajo etnográfico multilocalen otras comunidades transnacionales mixtecas (véase, porejemplo, Gil, 2006; Martínez, 2005; Matus, 2004) al que se su-man algunos casos exploratorios para otras regiones (véase, porejemplo, Hirai, 2002 y Pizarro, 2005).

Para realizar la etnografía de San Juan Mixtepec que aho-ra presentamos sostuvimos que, aunque los miembros de las

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comunidades transnacionales tienen un lugar común de refe-rencia (la así denominada “comunidad de origen”), no necesa-riamente nacieron todos en ella ni tienen pensado regresar to-dos a aquel lugar. Cuando migran, tampoco lo hacen todos losmiembros de una comunidad hacia los mismos lugares. La et-nografía implicó innovaciones metodológicas que combinaronla etnografía multilocal (donde los investigadores se traslada-ron a varias localidades a hacer trabajo de campo, u otras quedieron cuenta de las prácticas sociales que enlazan a las locali-dades entre sí, como historias de vida, seguimiento transnacio-nal de objetos, etcétera), con una etnografía translocal, en la quelos etnógrafos acompañaron a poblaciones móviles, que no tie-nen un asentamiento único o definitivo a lo largo del año, oestudiaron otro tipo de espacios como el radiofónico.

La investigación tuvo el doble objetivo de realizar un traba-jo etnográfico transnacional que sirviera como base para un es-fuerzo comparativo con otras comunidades, así como formarestudiantes en la etnografía de comunidades transnacionales.

A la par de la inquietud que despertaba en nosotros el ex-perimentar con nuevos diseños de investigación y con herra-mientas etnográficas novedosas para el estudio de procesostransnacionales, sentíamos preocupación por las señales quepercibíamos de quienes no anticipaban posibilidades a la lo-gística de realizar trabajo de campo transnacional con alum-nos (y mucho menos con alumnos de licenciatura). Conven-cidos de que no sólo es posible, sino necesario romper con lavisión tradicional de lo que constituye el “campo etnográfico”,decidimos llevar adelante la investigación formando un equi-po con estudiantes de licenciatura.

Inicialmente, el reto fue definir el perfil del estudiante quese inscribiría en el proyecto de investigación para emprender,primero, tres meses de trabajo de campo en una localidad dentrodel municipio de San Juan Mixtepec, para después emprenderun segundo periodo de campo en uno o más lugares de la vas-ta geografía del Mixtepec transnacional. Para ello, fue necesa-rio considerar que en la UAM no abundan los estudiantes multi-lingües que hablen el inglés y/o el mixteco (y nosotros nosenfrentábamos a una comunidad y espacio trilingüe).

Iniciamos las entrevistas con los estudiantes que quisie-ron participar. Tuvimos un modesto financiamiento de la Uni-versidad de California y del Conacyt, que cubriría parcialmentelos costos del proyecto y (ya después nos percataríamos) resol-vería un complicadísimo intríngulis burocrático, que signifi-caba para los jóvenes estudiantes mexicanos realizar una par-te del trabajo de campo en Estados Unidos.

El criterio de selección tuvo menos que ver con el desempe-ño académico de los estudiantes y más con que tuvieran unaexperiencia de vida que les permitiera lograr una perspectivacomo lo requería el trabajo de campo: un punto de vista “trans-nacional”. Elegimos, entre los estudiantes que manifestaronentusiasmo por participar, a aquellos que se habían desempe-ñado en profesiones en las que habían viajado, a otros cuyasfamilias habían residido en diversos lugares, a los que prove-nían de familias migrantes o a quienes sostenían sus estudioscon profesiones viajeras (conductores de transporte público).

La manera en que se dividió el trabajo etnográfico se reflejaen la estructura del texto que ahora presentamos. Cada estu-diante estuvo a cargo de la descripción etnográfica de una “di-mensión” de la vida transnacional de los mixtepequenses. Entrelas dimensiones estudiadas de manera transnacional estuvie-ron el trabajo, la educación, la música y otras expresiones cul-turales como la danza.

En un principio, los estudiantes —que se iniciaban comoetnógrafos— se trasladaron a Oaxaca y ahí se asentaron en dis-tintos barrios de la cabecera municipal de San Juan Mixtepec.Después de una primera estancia de tres meses en Oaxaca, losestudiantes —etnógrafos ya experimentados— viajaron a diver-sos estados de la Unión Americana y de México, donde reali-zaron una segunda estancia de trabajo que duró entre tres ycinco meses. A su regreso a la ciudad de México, los estudian-tes trabajaron en la redacción de sus tesis de licenciatura, lascuales después transformaron en capítulos de este libro. Así,los autores de esta etnografía trabajaron en los estados de Oaxa-ca, Sinaloa, Baja California y en el Distrito Federal; en EstadosUnidos lo hicieron en los estados de Arizona, California, Virgi-nia y Nueva York.

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El trabajo etnográfico que subyace en este libro no fue enel sentido estricto “multilocal”, ya que, con frecuencia, las re-laciones sociales en que nos insertamos cuando realizamos laetnografía no encontraban una ruptura abrupta entre un lugarvisitado en la primera estancia de campo y otro visitado duran-te la segunda estancia de campo. Por ejemplo, los estudiantesque residieron en el Barrio San Pedro en su primera estancia decampo, continuaron después su trabajo etnográfico con la mis-ma familia en Culiacán y, tras una pequeña estancia en BajaCalifornia, se encontraron con las mismas personas más ade-lante, en el “viaje” dentro de Estados Unidos, quienes les brin-daron su hospitalidad en Harrisonburg, Virginia. Lo mismo su-cedió con quienes iniciaron su etnografía en la localidad deIndependencia y siguieron a sus informantes y anfitriones hastaHarrisonburg. Ernesto Hernández viajó con un grupo compac-to de varias decenas de trabajadores mixtepequenses a travésde una infinidad de campos agrícolas en Estados Unidos. Así,la que fuera inicialmente diseñada como una etnografía “mul-tilocal”, se transformó en una etnografía “translocal”, con ru-tas de viaje diversas que se entrecruzaron y separaron envarias ocasiones, siguiendo las articulaciones mismas de la vi-da transnacional.

No estamos hablando tampoco, en sentido estricto, de unaetnografía “desterritorializada”, ya que las familias que se “si-guieron” durante los meses de trabajo de campo resultaron te-ner múltiples residencias; es decir, se habían “reterritoriali-zado”. Éste es el caso de una de familia que conocimos en elBarrio Centro, en la cabecera municipal de San Juan Mixtepec,a la cual después encontramos en Arvin, California, donde tie-nen su residencia “permanente”, y a quienes posteriormenteentrevistamos, a unos cuantos minutos de distancia de las ins-talaciones de la Universidad Autónoma Metropolitana, en sucasa de la ciudad de México.

La investigación mostró que para lograr una etnografía pro-funda y con densidad suficiente, era necesario “viajar”. El enfo-que en los problemas propios de una localidad nos podríahaber llevado a perder de vista el núcleo de nuestra investi-gación, ya que el meollo de la vida de las personas, familias,

barrios y comunidades transnacionales estudiados se encuen-tra en dispersión. Sólo es posible llegar al “núcleo” de los pro-blemas y de las estrategias de la comunidad transnacional conprácticas viajeras y un enfoque translocal.

Los trabajos reunidos en este libro son un primer intentopor realizar una etnografía que trascienda los estudios de mi-gración, los cuales privilegian un lugar de origen y uno de des-tino, para dar curso a una etnografía que atienda la dispersiónentre localidades y la relación entre ellas. Nos ha interesadoproducir un trabajo que, en la mejor tradición etnográfica, recu-pere la densidad y profundidad de la descripción y el análisisde la vida comunitaria. Nos propusimos hacerlo en la formainversa a la que se ha realizado convencionalmente. Preferi-mos pensar en la comunidad como un sistema “abierto” y nocomo un sistema “cerrado”. Es decir, preferimos reconocer des-de un principio que la comunidad excede la posibilidad de unaetnografía “total” y asumimos que el conocimiento que adqui-riríamos sería descriptivo de los principales procesos que reco-nocimos en la comunidad, pero nunca aspiramos a una des-cripción comprehensiva. Esta preferencia nos distancia de loque podría llamarse un “localismo metodológico”, en el que seprefiere controlar la mayor parte de la información de la co-munidad, entendida como una unidad acotada en el espa-cio, pese a saber desde un principio que estamos prescindien-do del conocimiento sobre la mayor parte de la comunidadque vive más allá de los límites impuestos por nuestra fronte-ra metodológica. Pensamos que podríamos aprender más so-bre los problemas de la comunidad si intentábamos recons-truir la complejidad de la fibra social que la constituye (dondequiera que esto nos llevara), frente a la alternativa que consis-te en reconstruir un problema en su faceta estrictamente lo-cal (aunque a primera vista frecuentemente lo “local” pareceaportar densidad ante la alternativa que es la dispersión geo-gráfica).

En este estudio combinamos dos perspectivas que resul-tan complementarias. Por un lado, la de Michael Kearney, quepropone diferenciar entre el “espacio” comunitario y los “cam-pos” en los que la comunidad se inserta. Una pieza clave de

la teoría de los campos, como la propone Kearney, es el con-cepto de frontera y su papel clasificador y filtrador. La funciónintegradora del “espacio” comunitario que articula campos quede otra forma se encuentran divididos por las fronteras lin-güísticas, nacionales y de otros órdenes, resulta en una situa-ción en la que potencialmente se construye la inequidad apartir de los problemas de convertibilidad del capital social,económico, cultural y, finalmente, simbólico, que circulan através de dichas fronteras.

Por otro lado, en este trabajo retomamos la propuesta deBesserer (2004) de desagregar la vida comunitaria en “ámbitosde vida” o “dimensiones analíticas”. Así, los etnógrafos estu-diaron distintas dimensiones transnacionalizadas de la comuni-dad, tales como los ámbitos del trabajo, de la educación, de lamúsica, etcétera, para después entender mejor las dinámicasentre las distintas dimensiones de ésta. Encontramos proce-sos por los cuales se da con dificultad y a muy alto costo la con-versión del salario ganado por un miembro de la familia en laeducación de otra persona de la misma familia. Las fronterasque estos capitales deben trasminar no son sólo las fronte-ras nacionales (como cuando una persona en Estados Unidosenvía parte de su salario a su hermana en México para que lasegunda sostenga sus estudios), sino que también existe unafrontera entre el campo agrícola y el campus universitario quedivide a la comunidad en su interior.

Pensamos que hay mucho trabajo por hacer. Es necesarioseguir repensando el concepto de “comunidad” para que éstepermita describir la vida de los sujetos que son miembros de es-tas colectividades. Para llevarlo a cabo, salta a la vista la nece-sidad de revaluar las herramientas con las que hemos cons-truido nuestras representaciones de las comunidades: proponernuevas técnicas para aprehender su espacialidad, generar sis-temas para construir censos comunitarios que no excluyan alos miembros de las comunidades que viven alejados de las lo-calidades de origen, construir herramientas que nos permitandescribir las instituciones comunitarias que operan transna-cionalmente —desde las familias hasta el gobierno comunita-rio. Adicionalmente, necesitamos detenernos a pensar algunas

categorías básicas y sus significados en el contexto transnacio-nal, tales como los conceptos de “masculinidad”, “paternidad”,“derecho”, “gobernanza”, “ciudadanía”, etcétera. Asimismo, pare-ce imprescindible evaluar el uso de las nuevas tecnologías decomunicación, para comprender la reorganización de las dis-tancias sociales y generar modos de entender y representarmejor la implosión espacial y el aceleramiento de la vida queesto provoca.

La investigación que realizamos incluyó —a la par del tra-bajo de observación participante y entrevistas a profundidad—una aproximación cuantitativa diseñada para orientarnos enla selección de las localidades en las cuales iniciaríamos nues-tro trabajo de campo, así como para tener una primera impre-sión de las múltiples localidades donde se encontraban miem-bros de la comunidad transnacional que estudiaríamos.

Iniciamos el trabajo con la visita a las oficinas de telégrafosde la cabecera municipal de San Juan Mixtepec, donde revisa-mos la lista de telegramas recibidos durante el año de 1997. Es-te ejercicio nos permitió obtener dos tipos de información:

En primer lugar, obtuvimos un listado de las localidades,dentro del perímetro municipal de San Juan Mixtepec, dondefueron recibidos los telegramas, así como el número de éstosque fueron recibidos durante el año. Esto nos permitió teneruna visión inicial de las relaciones entre las distintas localida-des del municipio de San Juan Mixtepec con el resto de las lo-calidades en la extensa geografía de la comunidad transnacio-nal. En el mapa de la comunidad de Mixtepec (véase la figura1) indicamos las localidades con mayor número de telegra-mas recibidos, las localidades con una cantidad intermedia detelegramas recibidos durante el año, y las localidades que reci-bieron la cifra menor de telegramas.

En segundo lugar, hicimos un listado de las localidades enEstados Unidos y en la República Mexicana donde se origina-ron los telegramas. La suposición fue que a mayor número detelegramas enviados desde un punto, mayor número de perso-nas residían en las inmediaciones de dicho lugar en un mo-mento determinado. Este listado nos sirvió para orientar la or-ganización del segundo periodo de trabajo de campo, pero fue

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necesario realizar un levantamiento más puntual de informa-ción, pues sabíamos que de estos lugares se envían los telegra-mas, mas no necesariamente las localidades donde los mix-tepequenses residían o trabajaban en ese momento.

En la figura 2 podemos observar en tono oscuro los esta-dos de California, Florida y Carolina del Norte, desde donde seoriginaron el mayor número de telegramas a lo largo del año1997. En segundo lugar, en tono intermedio, resultaron signi-ficativos los estados de Washington, Oregon e Idaho, en la cos-ta oeste estadounidense, y Georgia, Virginia y Ohio, en la costaeste de Estados Unidos. El Distrito Federal y Baja California sedestacaron entre los estados de nuestro país que mostraronpresencia de mixtepequenses. Los estados que aparecen entono claro mostraron la menor actividad de comunicación porvía telegráfica con el municipio de Mixtepec.

El trabajo que se presenta en este libro sólo incluye la etno-grafía realizada en la cabecera municipal y en las localidadesmás relacionadas con la primera en otros estados de la Repúbli-ca Mexicana y en Estados Unidos. La revisión final de los tra-bajos que se realizaron en otras localidades del municipio seencuentran aún en proceso. Basándonos en la información an-terior, iniciamos nuestro trabajo de campo seleccionando entrelas localidades de origen a Barrio Lado, por ser un barrio que pa-recía tener una mayor densidad de relaciones con el exterior;Independencia y Barrio San Pedro, en la cabecera, por teneruna densidad intermedia de relaciones con localidades en Es-tados Unidos y otros estados de nuestro país; y Barrio Cen-tro, también en la cabecera municipal, por tener el menor re-gistro de telegramas y por el papel preponderante que juegaen la comunidad. Se sumó después, durante el trabajo de cam-po, el barrio conocido como Río Flores.

Durante la segunda temporada de campo, los etnógrafosviajaron a los estados de Sinaloa, Baja California, California,Arizona, Virginia, Carolina del Norte y Nueva York.

La contribución del profesor Kearney sirvió como marcoteórico para la elaboración de esta etnografía. Lo que proponeKearney es un modelo analítico que permite entender los pro-cesos de intercambio desigual de valores que resultan del pa-

Figura 1. Comunidad de Mixtepec.

MESÓN DE GUADALUPE

A JUXTLAHUACA

TINUMA DEZARAGOZA

LÁZAROCÁRDENAS

CABALLUA

YERBABUENA

CANGREJO

STO. DOMINGOVIEJO

STO. DOMINGODEL PROGRESO

SAN ISIDROYUCUMAY

LOMA REYES

RÍO VERDE

LOS TEJOCOTES

EL CAPULÍN

RANCHODIEGO

OJO DE AGUAARENAL

TIMBRE

YUCUNANI

LLANOCOLORADO

LOMA REDONDA

SAN LUCASSAN CRUZ

SANTA MARÍATEPOSLANTONGO

A SAN MARTÍN ITUYOSO

YOSONDU

SIMBOLOGÍA

AGENCIA MUNICIPAL

AGENCIA DE POLICÍANÚCLEOS RURALESTERRACERÍABRECHACAMINO HERRADURA

Mayor número de telegramas.

Número intermedio de telegramas.

Menor número de telegramas.

TIERRABLANCA

STACHI

SAN PEDRORETOÑO

CORRALCONSTITUCIÓN

LLANO GRANDEOJO DE AGUA

YUCUMISAN PEDROYOSOSCUA

SAN JUAN MIXTEPEC

BUENAVISTA

ARENAL CENTRO

RÍO FLORES

CANAMA

SCHÍÑUUMATANZA

LA BATEA

ARROYO DEL SABINO

YOSOBA

SAN ISIDRO

RÍO GRANDE

RÍO AZUCENA

CUAJILOTE

SANTIAGOTIÑO

SAN JUANCAHUAYAXI

RANCHO LUCERO

TEPEJILLO

A HUAJUAPAN

CERRO DELMETATE

PUEBLO VIEJO

PEÑABLANCA

A TLAXIACOINDEPENDENCIA

EL LLANO

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pel “filtrador” que juegan las fronteras. Si bien el análisis secentra en la función que desempeña la frontera que divide los“campos” soberanos entre Estados Unidos y México (y con elloKearney describe la extracción de valor de la Mixteca oaxa-queña hacia regiones como el estado de California), el modeloes válido también para entender (como lo hacen Rodríguez yGonzález en este libro) el papel que tienen las fronteras entreotros campos (como el escolar y los campos que configuranlas cadenas globales de mercancía) para comprender mejor elintercambio desigual que se da desde la comunidad transna-cional hacia otros campos que no son exclusivamente los delEstado-nación.

El capítulo que aporta Jorge González a este libro reúnetres cuerpos analíticos: La bibliografía sobre ciudades globales,los estudios sobre cadenas globales de mercancía y la literaturasobre comunidades transnacionales. González investiga la mane-ra en que convergen la cadena global de producción avícola y lacomunidad transnacional. Físicamente, el lugar de esta conver-gencia es una ciudad rural de Harrisonburg, en Virginia, Esta-dos Unidos, que es “transnacionalizada” por la presencia tantode una cadena global de mercancía como de una comunidadtransnacional. González nos muestra cómo los nódulos de lacadena de mercancía son territorializados en Harrisonburg ycómo la comunidad crea circuitos de circulación diferenciadoshacia cada nódulo. Así, el circuito de migrantes que llega altrabajo agrícola que proveerá a la industria de alimentos paraaves se asienta en viviendas físicamente localizadas dentro delos campos agrícolas y mantiene un ritmo de migración acor-de con los tiempos de producción del agro. Un segundo circui-to es el que se establece en las “trailas” o viviendas marginalesde la población, el cual nutre con fuerza de trabajo a los criado-res de aves y a las empresas contratadas para hacer las laboresde limpieza de las compañías empacadoras. Finalmente, locali-zados en el centro de la población se asientan los trabajadoresque laboran en el procesamiento y empaque de las aves.

El trabajo de González nos muestra cómo lo que desdedentro de la cadena de mercancía y a los ojos de los poblado-res de Harrisonburg aparecen como tres segmentos diferentesde la clase obrera local, que viven en espacios geográficos cla-ramente diferenciados, son en realidad una sola comunidadtransnacional que combina sus estrategias residenciales y la-borales, y que eventualmente transita de su condición de “jor-nalero agrícola mixteco” a “obrero hispano de la industria avíco-la”. El trabajo de González sugiere, entonces, que frente a latransferencia de valor de la comunidad hacia las empresas queconforman el campo de la cadena de mercancía transnacional,existe un proceso contrario por el cual los trabajadores mixte-pequenses construyen estrategias migratorias, laborales e iden-titarias que violan las fronteras que les contienen dentro decategorías étnicas, laborales y de vivienda. González se refiere

Figura 2. Estados de México y Estados Unidos en los que se generómayor comunicación telegráfica con Mixtepec.

WASHINGTON

OREGON

MONTANA

DAKOTADEL NORTE

DAKOTA DEL SUR

MINNESOTA

WISCONSIN

WYOMING

IDAHOMICHIGAN

IOWA

ILLINOIS

OHIOINDIANA

PENSILVANIA

NEW YORK

VIRGINIA

OCCIDENTAL

KENTUCKY

TENESSEE

MISSURI

CAROLINADEL SUR

CAROLINADEL NORTE

VIRGINIA

DELAWAREBALTIMORE

FILADELFIA

CONNECTICUT

BOSTONMASSACHUSET

TSNEW HAMPSHI

REVERMONT

MAINE

GOLFO DE MÉXICO

BAHAMAS

OCÉANO ATLÁNTICO

GEORGIA

ALABAMA

MISISSIPPI

LOUISIANA

ARKANSAS

KANSAS

OKLAHOMA

NEBRASKA

COLORADOUTAH

NEVADA

CALIFORNIA

ARIZONANUEVO MÉXICO

TEXAS FLORIDA

SONORACHIHUAHUA

COAHUILA

SINALOA DURANGO

BAJA CALIFORNIA SUR

BAJA CALIFORNIA

ZACATECAS

TAMAULIPAS

NUEVO LEÓN

SAN LUIS POTOSÍNAYARIT

JALISCO

AGUASCALIENTES

COLIMA

GUANAJUATO

QUERÉTARO

HIDALGO

MICHOACÁN

GUERRERO

MÉXICO

MORELOS

TLAXCALA

PUEBLAVERACRUZ

OAXACA CHIAPAS

GUATEMALA

TABASCO CAMPECHE

YUCATÁN

BELICE

QUINTANA ROO

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a esto como “bifocalidad”, que se manifiesta en la “readecua-ción” a los procesos de trabajo.

Ernesto Hernández investiga la relación existente entretrabajo y masculinidad. Hernández inicia su capítulo con su ex-periencia etnográfica, al sumarse a un grupo de trabajadoresmigrantes que se desplaza por la costa este de Estados Unidos.Organizados por un contratista del mismo pueblo de origen,este numeroso grupo de trabajadores no se desplaza siguiendoel viejo esquema de “sigue la cosecha” (follow the crop) referi-do en la literatura para designar la movilización anual por laque los trabajadores alternan los empleos siguiendo la estacio-nalidad de los productos a cosechar y en el que la ruta y lostiempos de trabajo están determinados con un año de antela-ción. En lo que Hernández nombra “migración justo a tiempo”,esta masa de trabajadores se ajusta a las necesidades de unaagroindustria posfordista y viaja de una localidad a otra respon-diendo a la llamada de los rancheros que requieren mano deobra para cosechar un producto que ha sido solicitado con pocaanticipación y por clientes que esperan flexibilidad por par-te de sus proveedores. El trabajo de Hernández nos muestraque si bien existe una parte de la comunidad transnacional quecon los años tiende a regularizar su estancia en Estados Uni-dos, al obtener un trabajo, que si bien no es permanente portratarse de contrataciones por hora, sí permite la estancia enuna localidad a lo largo de todo el año (como lo muestra el ca-so que describe González) y, tal vez, incluso comprar una vi-vienda. Por el otro lado, parte de la comunidad experimentaun aceleramiento en el ritmo de desplazamiento, mayor incer-tidumbre en cuanto al calendario de trabajo y una mayor depen-dencia hacia el contratista que organiza grandes cantidades detrabajadores para una agroindustria que se moderniza. Apare-cen en esta etnografía grupos de trabajadores varones que via-jan juntos constituyendo el equivalente a unidades domésti-cas interétnicas formadas sólo por hombres y al interior de lascuáles se (re)construyen mutuamente el género y la etnici-dad. En contraposición a la feminización del trabajo que obser-vamos en algunos tipos de labores en la agroindustria, comoel empaque de los productos agrícolas, parece que hubiese una

masculinización del trabajo en este tipo de migración laboralintensiva.

Al modificarse las condiciones materiales del viaje y la or-ganización del trabajo agrícola, también se modifican los pro-cesos específicos de construcción de la masculinidad para unaparte importante de la comunidad que estudiamos. La impor-tancia de este tema no debe menospreciarse, si pensamos queprecisamente es el género uno de los ejes en torno a los cualesse construye tanto la subordinación en el trabajo asalariado,como los procesos de inequidad al interior de la propia comu-nidad. En su texto, Hernández nos muestra las muchas mane-ras de construir la masculinidad en la comunidad transnacionalde San Juan Mixtepec y el impacto en la localidad de origen.Ahí, en el San Juan Mixtepec de Oaxaca, pequeños grupos dejóvenes replican la organización de las bandas a las que pertene-cen en Estados Unidos, la homosociabilidad es mediada por laconstrucción de la masculinidad en el trabajo asalariado, ylas relaciones entre padres e hijos atraviesan por la participa-ción de ambos en los sistemas de cargos.

Mientras que González y Hernández se ocupan de la di-mensión laboral de la comunidad, Atzimba Rodríguez se inser-tó en la comunidad transnacional y viajó con ella a través del“archipiélago” que constituyen los múltiples campos forma-dos por los distritos educativos donde los niños y jóvenes mix-tecos se educan. A diferencia del campo laboral formado porla cadena de producción del pollo, que se presenta como desar-ticulado, pero que tiene una unidad en la concatenación delos procesos económicos, los campos educativos parecen estardesligados entre sí, ya que cada país y cada distrito escolar im-ponen diferencias muy marcadas a la educación dentro de susfronteras. Así, los niños mixtecos transitan entre múltiples sis-temas educativos: uno de ellos es el sistema bilingüe español-mixteco en Oaxaca; otro es el sistema bilingüe español-mixtecode Baja California, donde niños que hablan diversas lenguasson reunidos en un mismo salón. Un sistema de educación ba-sado en la idea de la enseñanza del inglés como segunda len-gua es el que se encuentra en Harrisonburg, Virginia. Final-mente, algunos mixtepequenses tienen acceso a la educación

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superior en instituciones monolingües, donde se requiere delaprendizaje de una “lengua extranjera”, como es el caso de laUniversidad Autónoma de Sinaloa.

Rodríguez nos propone, en primer lugar, que al interior dela comunidad transnacional hay una articulación importan-te entre las dimensiones laboral y educativa. Así, mientrasque un miembro de una familia transmigrante estudia en Cu-liacán una carrera profesional, otro trabaja en los campos agrí-colas de Florida para apoyar los estudios del primero. Estasestrategias de combinación de dimensiones de la vida transna-cional son un recurso en la búsqueda de acumulación de valoreconómico y cultural al interior de las familias transmigrantes.El trabajo de Rodríguez propone que hay problemas de conver-tibilidad de los capitales cuando se cruzan las fronteras nacio-nales (como lo sugiere Kearney), pero también hay problemasde convertibilidad de los capitales cuando cruzan las fronterasentre los campos educativo y económico. Así como se pierde enla transferencia y conversión de dólares a pesos, así se pier-den años de escolaridad cuando se transita de un sistema bi-lingüe a uno de inglés como segunda lengua, pero también sepierde en la transformación de los dólares ganados en el traba-jo agrícola a capital cultural en las escuelas superiores.

Pese a estos problemas de “convertibilidad de capitales”económicos y culturales, sorprende el hecho de que los trans-migrantes no busquen la apropiación y adecuación de los cam-pos educativos a sus características transmigratorias. Lejosde haber un interés por adecuar la escuela a sus condiciones detransmigración, los transmigrantes buscan adecuarse a las ca-racterísticas de cada campo educativo en el archipiélago dela educación del subcontinente americano por el que transi-tan de un año a otro o de un ciclo escolar a otro. La explicaciónque Rodríguez nos ofrece es que la apropiación de la escuelaen el plano transnacional tiende a reproducir la condición detrabajadores para el capital transnacionalizado. Por ello, en elafán de acumular capital cultural, los transmigrantes mixtepe-quenses prefieren ajustarse a las condiciones “locales” de cadacampo educativo, con la esperanza de acumular como fami-lia y comunidad capital cultural que pueda ser transferido de

vuelta a la dimensión laboral cuando los educandos salgan almercado de trabajo y puedan colocarse en mejores empleos.

Por otra parte, el trabajo de Ulises Revilla nos hace reflexio-nar de una manera diferente sobre este problema de la repro-ducción cultural. Revilla estudia la transnacionalización de unode los ritmos musicales preferidos por los mixtepequenses:las “chilenas”. Encuentra que la construcción de la identidadcomunitaria incluye la reproducción de sus ritmos musicalesy de las prácticas dancísticas. Éstas se dan, al igual que la edu-cación y el trabajo, en campos en los que otras instituciones(como el Estado nacional) imponen fórmulas hegemónicas deregulación por medio de la definición de “autenticidad” y de laapropiación y estilización de las fórmulas “verdaderamentetradicionales”. Descubre que las respuestas de los transmigran-tes son diversas en la contienda entre imposición hegemónicay resistencia musical. Por un lado, describe a una generaciónde aprendices de música “tradicional” mixteca que hace uso delas transmisiones de radio en idioma mixteco en California(Radio Bilingüe) pero también de videos que circulan por loscircuitos transnacionales con grabaciones de los grupos de suspueblos que reproducen las formas “originales” de las chile-nas. Por otro lado, grupos de músicos transmigrantes se apro-pian de instrumentos eléctricos y sirven como mediadores parala comunidad entre las tradicionales chilenas y las popularescumbias y quebraditas, así como entre los sonidos del violíny la guitarra de afinaciones mixtecas y las tecnobandas juve-niles. La ironía es que mientras más adentrados en el territo-rio estadounidense y más alejados generacionalmente estánlos músicos de quienes han nacido en los límites territorialesdel municipio, más “tradicional” es su sonido. Por el contrario,en la cabecera municipal, en los meses de diciembre y ene-ro, cuando se celebran los bautizos, las bodas y las confirmacio-nes “tradicionales”, imperan las tecnobandas en el pueblo.

Las estrategias educativas (según el análisis de Rodríguez)y las prácticas musicales e identitarias (en el trabajo de Revi-lla) parecen responder a una lógica de convertibilidad de capi-tales a través de las dimensiones de la propia comunidad. Porun lado, las estrategias educativas de la comunidad tienden a

reproducir el modelo hegemónico de cultura conforme se acer-can a los campos de poder hegemónico estatal, con el fin depoder acumular y transferir capital cultural a la dimensiónlaboral. Por el otro, la producción musical tiende a ser “tradicio-nal” conforme se “aleja” de los centros rituales de la comuni-dad. Puede inferirse que la preservación de la cultura “tradicio-nal” en las latitudes más alejadas es el resultado de un procesode segmentación y segregación (clasificación) al que están ex-puestos los indígenas de origen mexicano.

En términos generales, aprendimos que los mixtepequen-ses han salido de los espacios confinados del trabajo en ciertosproductos agrícolas transnacionales (como la producción deljitomate en Baja California y California) para tejer una red quearticula muchas regiones y producciones diferentes. Esta nue-va situación se expresa en una diferenciación importante enlos estilos de vida de la comunidad: mientras que algunos mix-tepequenses se han asentado en alguna localidad (como Ha-rrisonburg, Virginia) durante todo el año, otros han aceleradosu movimiento a lo largo de la costa este de Estados Unidos via-jando durante el año desde Florida hasta Nueva York.

En este proceso, los mixtepequenses han ganado controlsobre su vida transnacional. Por un lado, algunos miembros dela comunidad se han transformado en contratistas que logranmovilizar a un grupo importante de paisanos (frente a la situa-ción que imperaba años atrás, donde dependían de contratis-tas externos a la comunidad). También algunos de los miem-bros de la comunidad han tejido vínculos entre los dos sistemaseducativos (el sistema bilingüe de Oaxaca, con el sistema bilin-güe de Baja California). El enlace entre radiodifusoras que trans-miten en idioma mixteco en México y Estados Unidos es otroejemplo de esta construcción y agencia dentro de distintas di-mensiones de la vida transnacional.

La construcción de estos espacios transnacionales, sin em-bargo, no está libre de problemas. Mientras que la red radiofó-nica transnacional con una fuerte presencia mixtepequenseparece ser una experiencia alentadora en el contexto de la cons-trucción de capacidades transnacionales, otras experiencias pa-recen ser más complicadas o incluso infructuosas. La inequi-

dad entre contratistas y trabajadores (en el caso de los migrantesen la región este de Estados Unidos), así como la incapacidadde ciertos componentes del sistema educativo para garantizarla permeabilidad social (como parece ser la oferta bilingüe enel norte del país), nos advierten que la maduración de la capaci-dad de gestión transnacional de estas comunidades no siem-pre deviene en beneficios inmediatos para todos los miembrosde la comunidad.

Atrapados en segmentos laborales con ingresos muy bajosy condiciones de trabajo y vida marginales, los mixtepequensespugnan de manera activa por articular a su interior las dimen-siones de su vida transnacional y adquirir el control sobre lasmismas. Actores en un sistema de transferencia desigual devalores entre dos países, entre dimensiones de la vida comuni-taria, y de la comunidad hacia la sociedad mayor, los mixtepe-quenses desarrollan proyectos para transformar estas dinámi-cas en su favor, los cuales requieren de sofisticados sistemasde gestión transnacional. Estos proyectos van desde los nego-cios particulares hasta las iniciativas colectivas como la insta-lación de un microbanco en la comunidad (extensión de unproyecto desarrollado en la agencia municipal vecina de San-ta Cruz Mixtepec). El sistema de cargos, el derecho consuetudi-nario y las nuevas identidades, parecen ser los instrumentospara lograr coherencia y control sobre estos procesos transna-cionales de manera que puedan transformarse en alternativaspara el bienestar comunitario, mejorando las condiciones la-borales, de vida, otorgando oportunidades educativas y con-trarrestado tendencias que exacerben la inequidad al interiorde la comunidad, o respecto a las regiones de origen y desti-no de esta población transnacional.

La gente de Mixtepec, que amablemente nos recibió y aquienes acompañamos en su vida cotidiana, nos ha dado unalección: ante las adversidades de la vida transfronteriza, hanreconfigurado un espacio de vida y un instrumento de resis-tencia transnacional: la comunidad. A todos ellos está dedica-do este trabajo. Les agradecemos su generosidad, sus ense-ñanzas y su amistad.

Iztapalapa-Riverside, mayo de 2006.

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Cuatro renombrados estudiosos de las fronteras y zonas fron-terizas —Robert Álvarez, Hastings Donnan, Josiah Heyman yThomas Wilson— nos invitan a enfocar nuestra atención comoantropólogos en la ecología política o la geopolítica formal delas fronteras más que en las fronteras culturales metafóricas.1

Ésta es también la intención principal de este trabajo, pero comoÁlvarez, Donnan, Heyman y Wilson, yo también estoy pre-ocupado por las fronteras culturales que demarcan las identi-dades, como son la nacionalidad, la ciudadanía, la etnicidad yotras más. Una frontera —en este caso la frontera entre Esta-dos Unidos y México— que se establece en ambos sentidos, esuna estructura y un proceso geográfico, legal, institucional ysociocultural compuesto. La comprensión de estas “totalida-des complejas” se resiste a su posible reducción a las dimensio-nes que la componen, y como tal demanda una aproximaciónantropológica integral y holística que combine y trascienda losenfoques más puntuales de otras perspectivas disciplinarias,tales como los de la ciencia política, la sociología, el derecho, laeconomía y los estudios culturales. Por ello, una tarea mayor deuna antropología robusta como ésta, es explorar la manera enque estos dos tipos de fronteras (las geopolíticas y las culturales)se relacionan entre sí.

Este trabajo explora esta integración para el caso de la fron-tera entre México y Estados Unidos, y lo hace examinando dosefectos de dicha frontera, a saber, la manera en que ésta clasifi-

El poder clasificador y filtrador de las fronteras

Michael Kearney

1 Véase por ejemplo Álvarez (1995), Donnan y Wilson (1994, 1999) y Wilson yDonnan (1998).

ca las identidades y la forma en que modera los flujos trans-fronterizos de valor económico. La frontera, en este sentidoamplio del término, no es sólo la línea que demarca a EstadosUnidos y a México, sino que es también el inmenso sistemaburocrático, policiaco, político y sociocultural, que formal ein-formalmente la define, a la vez que también define a laspersonas que son divididas por ella y que la cruzan.

El modelo teórico que presento en este capítulo se verásustanciado etnográficamente en varios de los capítulos que si-guen en este mismo libro, y pretende también complementarun modelo más general sobre procesos tales como la forma-ción de comunidades transnacionales. Intenta, además, consti-tuirse en un paso hacia la construcción de una metodología yuna teoría para la antropología comparativa de las fronterasy, más específicamente, la presentación de la hipótesis de quelas fronteras afectan ciertos intercambios desiguales de valoreconómico entre tipos diferentes de personas y regiones defi-nidas por las fronteras en cuestión. En el ejemplo que se daráaquí, el intercambio desigual de valor es afectado por la mi-gración a través de la frontera de un área “emisora” hacia otra“receptora”. Esta terminología, que es frecuente en la literaturasobre migración, se refiere a las regiones que “emiten” y “reci-ben” migrantes. Aquí extenderé estos términos para referirmeal intercambio desigual de valor económico entre dichas re-giones, y entre migrantes y residentes, que pertenecen a esasregiones. Esta perspectiva teórica se sustenta en las teorías delintercambio desigual —colonial y de otros tipos— entre regio-nes. Estas transacciones desiguales están mediadas por variosmecanismos, tales como las políticas mercantiles, tarifas, pagode intereses o préstamos internacionales, y las ganancias delas corporaciones multinacionales. Sin embargo, aquí estamosinteresados en conocer cómo el funcionamiento de las fronte-ras y la migración a través de ellas, puede también afectar esatransferencia de valor interpersonal e interregional.

Es importante destacar que cruzar la “frontera” en una di-rección no es lo mismo que cruzar la frontera en la otra direc-ción, pues lo que nos parece una sola frontera son en realidaddos fronteras distintas. Ciertamente, cada frontera es construida

por un régimen de poder diferente que define sus fronteras ylas identidades que la cruzan en su propia forma distintiva. Eneste caso, para distinguir las dos fronteras que aunque coinci-dentes son diferentes, me referiré a la frontera construida porEstados Unidos como la “frontera estadounidense-mexicana”,y a la frontera construida por México como la “frontera mexi-cana-estadounidense”. En este trabajo nos interesa la primeray la migración a través de ella desde México hacia EstadosUnidos.2

Con el fin de avanzar hacia una definición de las fronteras,quisiera proponer que éstas tienen tres misiones: la primeraes clasificadora en el sentido de definir, categorizar y afectar devarias formas las identidades que son circunscritas y divididaspor ellas, a la vez que las atraviesan. Este tipo de identidades sonla etnicidad, la nacionalidad, la experiencia cultural y diversosmarcadores de la clase social, etcétera. La segunda misión esclasificar, pero en el sentido de afectar las posiciones y relacio-nes económicas de clase de los migrantes que las cruzan (véa-se más adelante). La tercera misión de las fronteras es filtrardiferencialmente y transformar las formas de valor económi-co que fluyen a través de ellas. Sostengo que estos tres proce-sos complementarios —los dos sentidos de clasificación y lafiltración de valor— son, de facto, las misiones prioritarias delas fronteras significantes. En consecuencia, las políticas fron-terizas y las prácticas fronterizas de un Estado-nación puedenser vistas como instrumentos para obtener un flujo neto devalor económico a través de sus fronteras hacia su territoriopor vía de las diferentes clasificaciones en los dos sentidos deltérmino anotados anteriormente.3

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2.Para una discusión de “las dos caras” de la frontera, véase Donnan y Wilson(1999:21-23).

3.Mi definición de trabajo del concepto de Estado la tomo de Heyman (1994:51),quién plantea: “Los Estados son agregados de reglas para las acciones sociales yeconómicas y las organizaciones burocráticas requeridas para implementar di-chas reglas [...]”. Mi uso del término nación, como se usa en el concepto de Estado-nación, refiere al conocimiento cultural y a los valores más informales de los ciu-dadanos y agentes del Estado que hacen uso de ellos, y está en relación con laformación de las reglas del Estado; es decir, leyes y regulaciones que conciernena los inmigrantes, la inmigración y los ciudadanos. Estas disposiciones culturales

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La propuesta de que las fronteras tienen misiones especí-ficas fue sugerida por James Fernández (1974) en su discu-sión sobre “la misión de las metáforas”. El trabajo de Fernándezfue escrito antes del interés actual —y de hecho lo anticipó—sobre la manera en que las identidades y las “fronteras cultu-rales” (por ejemplo, Rosaldo, 1989) son construidas. Y mientrasque mucho del interés actual en la identidad y las políti-cas identitarias toma un giro hacia los estudios culturales oel posmodernismo que considera a las identidades construc-ciones culturales arbitrarias, la teoría de la metáfora revela lamanera en la que un aparente bricolaje de identidades estábasado, en realidad, en aspectos concretos del mundo mate-rial. De esta manera, propone una teoría de la construccióncultural que vincula las construcciones con referentes materia-les. El acercamiento a las identidades fronterizas presentadoaquí también nos lleva hacia el sustrato material de la forma-ción de las identidades y la relación correspondiente (y nece-saria) con la diferenciación de clase. De una manera similar ala forma en que las metáforas que analiza Fernández tienencomo misión principal la concreción de identidades que noexistirían de otra forma, así, yo propongo que las fronteras tie-nen misiones similares que son indispensables en la economíapolítica de los Estados-nación.4 Quisiera enfatizar que estasmisiones, que en última instancia son principalmente económi-cas, son llevadas a cabo por el poder que tienen las fronte-ras para dar forma a la construcción cultural de las identi-dades de aquellas personas que son circunscritas y excluidaspor ellas, de aquellos que las cruzan, y quienes son defini-dos por ellas. Otra estrategia fronteriza de los Estados-naciónemergentes y maduros es la de buscar la reubicación de las

fronteras de forma tal que redefinan territorios y población.En este trabajo no me referiré a este último tipo de dinámicageopolítica de frontera.

FRONTERAS, ÓRDENES, IDENTIDADES

Para iniciar el análisis del papel clasificador y filtrador de lasfronteras, quisiera ofrecer un marco conceptual. Por variosaños he participado en un taller internacional que ideó unaútil tríada de términos: fronteras, órdenes e identidades, o FOI

(véase la figura 1).5 Podríamos tomar cualquier término deesta tríada y examinarlo en la relación mutuamente constitu-tiva que sostiene con los demás. En este trabajo me enfoco enla frontera estadounidense-mexicana, pero lo hago con un en-foque en el orden político frente a aspectos del Estado-nación,tales como la legislación, la política, la teoría y la investiga-ción sobre inmigración, así como las identidades construidasculturalmente, por ejemplo, “ciudadanos”, “residentes legales”e “ilegales”.

5.Agradezco a Yosef Lapid por introducir esta tríada de términos que se trans-formó en el referente conceptual común del Grupo Las Cruces, un taller interna-cional sobre temas transnacionales que se reúne en el Instituto para los Estudiosde la Frontera en la State University of New Mexico, en Las Cruces. Este trabajo seha beneficiado de mi participación dentro del Grupo Las Cruces. Lapid, usualmen-te se refiere a esta tríada como IFO, pero para subrayar el interés principal de estetrabajo en las fronteras yo prefiero referirme a ella como FOI.

también dan forma a la aplicación, respectivamente la no aplicación y la aplica-ción selectiva de las reglas y las identidades que definen.

4.Esta preocupación también se puede extender a componentes del Estado-nación, como son, por ejemplo, el estado de California en Estados Unidos, sus con-dados y sus entidades municipales, los cuales comparten algunas característicasbásicas del Estado-nación moderno, por ejemplo las fronteras geopolíticas pre-cisas, jurisdicción legal interna, definición de residencia, impuestos y prestaciónde servicios públicos.

Figura 1. Fronteras-Órdenes-Identidades.

Órdenes

Fronteras Identidades

Una presuposición de esta tríada es que cada uno de los tér-minos que la componen es definido en su relación con los

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otros dos. De esta manera, una identidad es una dimensión dela persona que ha sido construida culturalmente (Kearney,1996:137-140). Dos puntos de especial importancia son que laidentidad es conformada, en cierta medida, por el hecho deestar dentro de una frontera o por cruzar una frontera. Así, entérminos de la clasificación legal formal, en un lado de la fronte-ra méxico-estadounidense, las personas pueden ser de naciona-lidad mexicana, pero en el otro lado, pueden ser personas denacionalidad mexicana que son además “inmigrantes indocu-mentados” o “residentes legales”, o bien, “visitantes no inmi-grantes”, y potencialmente “ciudadanos” estadounidenses (véa-se Heyman, s.f.).

Estas identidades legales, formales, coexisten e interactúande manera compleja con patrones informales y populares declasificación sociocultural en un proceso que es consustanciala la dinámica general de la formación de fronteras o, como lollamaremos aquí, “fronterización”. Así, en esta práctica másamplia de clasificación, un “inmigrante indocumentado” estáapto para ser identificado, y autoidentificarse como un “ex-tranjero ilegal”. La aplicación de estas categorías populares alas personas que técnicamente serían “inmigrantes indocu-mentados” o “residentes permanentes legales”, o tal vez incluso“ciudadanos”, desafía el principio legal de presuponer la ino-cencia de cualquier persona hasta que se compruebe lo con-trario. Pero como Heyman (1991, 1994, 1998a, s.f.) nos muestra,esta clasificación informal, prevaleciente como es, constituyeun componente importante de las prácticas clasificadoras másgenerales que se aplican a los “inmigrantes” en la sociedad es-tadounidense. Otro ejemplo de cómo la atribución de térmi-nos revela presuposiciones comunes acerca de las identida-des, es el uso frecuente de inmigrante e inmigración cuando sehabla del cruce de fronteras y de quienes cruzan las fronte-ras, cuando sería etnográficamente más acertado usar los tér-minos de migrante y migración. Los términos anteriores sonconsistentes con la difundida presuposición popular de que lamayoría de los extranjeros ilegales son inmigrantes ilegales, estoes, personas que llegan a Estados Unidos para quedarse, y no,

tal vez, personas que cruzan la frontera para permanecer sólouna temporada corta y luego regresar.

Por lo que se refiere a los órdenes, está implicado en elconcepto el ejercicio oficial y no oficial de diferentes formasde poder con el fin de hacer distinciones territoriales. Por ejem-plo, dibujar, definir y administrar fronteras en la tierra de ma-nera tal que afecten a las identidades. Así, de acuerdo con esteuso, una frontera es una demarcación que da forma tanto a na-ciones-Estado como a otras entidades territoriales, y que tie-ne el poder de definir las identidades de aquellas personas quelas cruzan, que son circunscritas por ellas y excluidas por ellas.Una frontera también demarca el dominio interno dentro delcual este orden tiene el poder de construir y definir identi-dades legítimas en contraste con las ilegítimas (por ejemplo“ilegal”). Más aún, una frontera tiene este efecto porque exis-te alguna constelación de poder formal e informal; es decir,un orden que construye y refuerza las fronteras de forma talque funcionen de esta manera. Además de dibujar y manejarlas fronteras geopolíticas, los órdenes, tanto en su forma insti-tucional formal, como sus formas populares más cotidianas,también conforman las identidades de las personas que estándivididas por las fronteras y de las personas que las cruzan. Dela misma manera, los órdenes tales como las naciones-Esta-do son definidos, en gran parte, por su fronterización frentea otros órdenes. Por ello, cada uno de los tres términos de la tría-da (véase la figura 1) da forma a los otros dos (véase Lapid, s.f.).

Al reunir sus elementos, FOI es un avance en la teoría delas fronteras. Genera preguntas importantes sobre ellas y llevahacia un análisis robusto. Sin embargo, no nos lleva a pregun-tarnos por qué en cualquier momento en esta historia, unafrontera asume una determinada importancia política y for-ma específica. Lo que aquí estoy proponiendo es que la tríadaFOI no tiene la capacidad de explicación teórica necesaria, yaque no es suficientemente antropológica para atender las pro-blemáticas de flujo de valor y de clase económicas, que son lapreocupación central de este trabajo. Tampoco permite un aná-lisis histórico incisivo de la frontera mexicana-estadounidenseque pudiera explicar las diferentes formas y funciones que la

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frontera ha tenido en distintos momentos históricos desde suformación en 1848.6

Visto desde una perspectiva antropológica, FOI es bási-camente un modelo “folk”, esto es, una construcción concep-tualizada desde la sociología y la política básicas del cono-cimiento, que le dan forma y que definen las fronteras queexaminan. Como un concepto “folk”, su lenguaje y perspectivateórica no están suficientemente distanciados de su tema deinvestigación como para que fuesen capaces de percibirle com-prehensivamente en forma teórica. En otras palabras, el len-guaje FOI deriva, en primer lugar, de disciplinas tales como laciencia política, las relaciones internacionales y la geogra-fía, que están ellas mismas como disciplinas imbricadas en ellenguaje, la cultura y la política de los Estados-nación que de-sean investigar. Así, las disciplinas académicas indicadas an-tes —al igual que las fronteras nacionales— son instrumentosdel Estado y de la cultura popular que no tienen suficientedistanciamiento social e intelectual del Estado y de la culturapopular como para lograr tener una mirada comprehensiva deellos y sus artefactos —tales como las fronteras que crean, sien-do ellos mismos un orden complejo.7

Una versión más enfática de esta posición teórica es quedado que el lenguaje y los modelos de la politología y las rela-ciones internacionales están relacionadas muy de cerca conel lenguaje y la estructura del Estado, su uso es consustanciala la construcción y constitución —reproducción— de las mis-mas fronteras, órdenes e identidades que estudian. En otras pa-labras, muchos de los términos, conceptos y datos usados enel discurso de las ciencias sociales son, básicamente, los mis-

mos términos y conceptos que son usados por los sujetos queinvestigamos; es decir, los políticos, los burócratas y el propiopúblico. Propongo como hipótesis de trabajo, que muchas delas aproximaciones convencionales de la sociología, la cienciapolítica, la economía y un tanto de la antropología, a los estu-dios de la migración y la frontera, emplean terminología y pre-suposiciones culturales implícitas que subyacen e informanel orden político de sus Estados-nación respectivos, incluyen-do sus fronteras, identidades y políticas de inmigración. Si estoes así, entonces la investigación y el análisis que se apoyan endichas presuposiciones, participan en la construcción del fenó-meno que desean estudiar.8

Esta versión “robusta” de la teoría es sugerida por el análi-sis de Corrigan y Sayer (1985) sobre el papel que juegan las ins-tituciones y prácticas gubernamentales en el proceso de forma-ción del Estado, y va incluso más allá al sugerir que las cienciassociales institucionalizadas —en especial aquellas ciencias so-ciales que tienen una relación cercana con el gobierno— partici-pan en la formación de elementos que son componentes inte-grantes y prácticas del Estado y de la cultura popular, que a suvez son las matrices socioculturales institucionales y cotidia-nas en las que las ciencias sociales están alojadas y que las con-figuran (Abrams, 1988). De la misma manera, una antropolo-gía aplicada —en la medida en que está al servicio de algunaentidad gubernamental y en busca de promover sus proyectospor la vía de la ingeniería social— también emplea y “cosifica”los términos, categorías e identidades sociales oficiales y popu-lares, y como tal perpetúa el sistema hegemónico de clasifica-ción de dichas identidades.

La aproximación que hemos adoptado aquí —y que es consi-derada necesaria para un método científico más objetivo— esla de lograr un distanciamiento sociosemántico para llegar a un

6.Véase Vélez-Ibáñez (1996) para una revisión histórica comprehensiva de laamplia región del sudeste estadounidense (o respectivamente del noroeste mexi-cano), así como del impacto que ha tenido sobre sus habitantes en distintos mo-mentos la imposición de la frontera estadounidense-mexicana.

7.Para una revisión comprehensiva de la conceptualización y temas teóricosen relación con el tratamiento de las fronteras en la ciencia política, las relacionesinternacionales, la sociología, la geografía y en otras disciplinas, véase Newman yPaasi (1998). Esta revisión revela la ausencia de interés en el flujo de valor a travésde las fronteras, que es el tema central del presente trabajo. La exhaustiva revisiónque hace Álvarez (1995) de la literatura antropológica sobre la investigación rela-tiva a la frontera estadounidense-mexicana revela una ausencia similar.

8.Sería interesante —pero el espacio no lo permite— presentar un análisiscomparativo de la sociología del lenguaje, la teoría y los problemas de investiga-ción en la academia mexicana que se ocupa de la migración mexicano-estadou-nidense. Esto revelaría cómo la investigación refleja preocupaciones nacionalesoficiales y no oficiales, las cuales se combinarían en un complejo semántico, inte-lectual, moral y político distinto de su contraparte estadounidense.

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punto de vista teórico más incluyente, que tome los términosoficiales de identidad más como un objeto de análisis que comocategorías básicas para el análisis y el diseño de políticas socia-les. Si la mayor parte del conocimiento académico relacio-nado con las fronteras y la migración está desarrollado y seexpresa en la sociología política del conocimiento nacional, en-tonces lo que se requiere es una sociología —o mejor dicho, unaantropología— del conocimiento que examine las disposicionesideológicas y los presupuestos teóricos y metodológicos co-rrespondientes a las aproximaciones sociológicas, económicasy de la ciencia política al fenómeno de la migración.9 Para lo-grar un cambio teórico de este tipo, lo que necesitamos es undesplazamiento de la construcción de la teoría a un espacio so-ciointelectual que tenga un grado mayor de libertad respec-to de los discursos políticos de los Estados-nación, de lo queahora es la situación de la mayor parte de la teoría más conven-cional sobre migración. En una palabra, necesitamos teorizarde una forma más antropológica, esto es, debemos separar lateoría de los asuntos del Estado, incluyendo sus disciplinas ysu lenguaje.10

Este distanciamiento es necesario para el avance de una an-tropología conceptualmente más emancipada, esto es, unaantropología que mantenga una mayor distancia de los con-textos sociales locales específicos y los presupuestos que acom-pañan a su visión del mundo conforme éstos se encuentraninscritos, por ejemplo, en las constelaciones de un lenguajeespecífico contenido en el FOI. Este distanciamiento es facili-tado por una perspectiva antropológica que percibe al espacioy a los procesos sociales transnacionalmente. Ciertamente, laantropología es la disciplina por principio transnacional, envirtud de su sociología del conocimiento distintiva y su enfo-

que en comunidades situadas más allá de las fronteras naciona-les de sus propios centros institucionales. A pesar de algunosde sus orígenes “coloniales”, y algunos de los rastros lingüísti-cos que éstos han dejado en ella (Kearney, 1996:26-30), másque ninguna otra disciplina, la antropología ha logrado una so-ciología transfronteriza del conocimiento que le permite quesu teoría tenga el mejor distanciamiento respecto de las institu-ciones nacionales y del contexto semántico hegemónico, ha-cia otros campos sociales y conceptuales.

Con el interés de lograr avanzar aún más en este desplaza-miento antropológico hacia una sociología diferente del cono-cimiento de las fronteras, propongo una segunda tríada de tér-minos, valor-CLASE-campo, o VCC, como un complemento parala primera. Cuando se combinan las dos tríadas de conceptos,éstas constituyen un paradigma que interrelaciona los seis tér-minos. Mientras la mayor parte de la investigación sobre migra-ción a través de las fronteras está escrita desde la perspectiva dela primera tríada (véase la figura 1) y con su terminología, in-tentaré aquí extender este trabajo hacia la teoría y ámbitosprácticos de la segunda tríada (véase la figura 2). La propues-ta principal es que una antropología robusta de la migracióndebe atender e integrar ambas tríadas.

9.Una variante de esta teoría “robusta” es que aun las aproximaciones teóricasque buscan un análisis crítico como una manera de resistir las políticas y prácti-cas oficiales pueden, en los hechos, operar como “cosificadoras” y “reconfigura-doras” de las fronteras, órdenes e identidades por la vía de un sutil jujitsu de polí-tica sociocultural (Kearney, 2001).

10.Heyman (1998b) propone un tipo de desplazamiento similar, con respectoa la formación de la política y la administración de la inmigración, también asocia-do con una sociología del conocimiento muy diferente.

CLASE

Valor Campo

Figura 2. Valor-CLASE-Campo.

VALOR, CLASE, CAMPO

Fui llevado a elaborar esta tríada por la notable falta de un ele-mento en la primera tríada, y la rica discusión e investigaciónque genera, a saber, clase, un término con dos sentidos funda-mentalmente distintos, que son diferenciados en la figura 3.En el sentido convencional y en el lenguaje de las ciencias

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sociales, clase se refiere a las características culturales de laspersonas y grupos que corresponden —a grandes rasgos— asus ocupaciones y niveles de ingreso. En este sentido, es apro-piado hablar, por ejemplo, de cultura de clase obrera o de identi-dad de clase elite, ya que estas características se reflejan, entreotras cosas, en el estilo de expresión oral y gustos culturales.Este significado de clase se refiere a un componente de la iden-tidad general de una persona o de un grupo, adquirido de ma-nera social y construido culturalmente, comparable con otrasdimensiones de su identidad, tales como su género, etnicidad,“raza”, nacionalidad, etcétera (véase la figura 3), y como talpertenece a la tríada FOI (véase la figura 1).11

CLASE Y CLASE

En contraste con clase, en este sentido, CLASE (con mayúscu-las) corresponde a la tríada VCC (véase la figura 2). Mientrasque las identidades de clase son elementos de las personas olos grupos que están construidos culturalmente, en la teoríamarxista, la naturaleza de su CLASE está determinada por su po-sición en un modo de producción de tal manera que uno sea,por ejemplo, un trabajador o un capitalista, un siervo o un se-ñor feudal, etcétera. La manera en que prefiero usar CLASE eneste segundo sentido es diferente de las distintas formas deidentidad culturalmente construida. También propongo quese trata de una dimensión incluso más fundamental del ser so-cial y que, a la vez que conforma, es conformada por la for-mación de relaciones económicas y de poder entre la variaciónde las identidades, por ejemplo, clases “alta” y “baja”, “hom-bre” y “mujer”, “blancos” y “negros”, mujer “blanca” y hombre“negro”, etcétera.12 De acuerdo con lo anterior, CLASE es diferen-

te conceptualmente de identidad, aunque algunas identida-des construidas culturalmente son necesarias para la existen-cia de las diferencias de CLASE, ya que hacen posible las relacio-nes de CLASE con intercambio desigual de valor económico entre lasidentidades posicionadas en campos en los cuales el valor es produ-cido, consumido e intercambiado desigualmente.

Yelvington nos proporciona una definición comprehensi-va del primer sentido de clase como identidad, mientras que,a la vez, sugiere los elementos del segundo sentido (es decir,CLASE):

Para nuestros propósitos, entonces, podemos definir clasecomo una identidad basada en un entendimiento cultural delos recursos de capital que uno tiene, y el modo de circuns-cripción que uno habitualmente emplea con la estructuraobjetiva proporcionada por el capitalismo como un siste-ma cultural totalizante. La coalición del capital económico,capital social (en su estado general e incorporado), capitalcultural y capital simbólico es determinante y determina-do por tal circunscripción. Circunscribir incluye tanto losactos propiamente de exclusión o usurpación —esto es, explo-tación— y también se vuelve un medio para contender porla convertibilidad del capital y las acciones simbólicas paralegitimar la configuración y valor del capital poseídos porindividuos y grupos varios (Yelvington, 1995:32-33).13

El significado central del sentido de CLASE como una rela-ción de intercambio desigual fue desarrollado primero por Marxcon referencia al caso específico de la acumulación del valorexcedente de los trabajadores por los capitalistas en la produc-ción (Marx, 1967; parte III). Aquí estoy generalizando esta ideabásica hacia otras formas de valor y a las fronteras como de-marcaciones de CLASE y como mecanismos para la distribu-ción desigual del valor.

11.Véase Williams (1983:60-69) para una historia del sentido más revalente declase como identidad.

12.En el caso de “hombre” y “mujer”, las comillas se usan para indicar que noestamos ante la distinción natural y biológica, sino con identidades culturales degénero —cualesquiera que sea la forma que adopten— que son construidas entorno a los seres físicos. Así, las relaciones de CLASE existen entre sexos cuandoéstos son representados en tanto que identidades de género, fronterizados de ma-

nera tal que se construyen asimétricamente, siendo ésta la base del intercambiodesigual de formas distintas de valor.

13.Yelvington discute las dinámicas de diferenciación de clase y las relacionesde intercambio que se ajustan al segundo sentido, es decir CLASE, en tanto queperteneciente a las relaciones capitalistas. En contraste, yo estoy generalizandoaquí el concepto de CLASE para referirme a todos los intercambios desiguales devalor.

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VALOR

Una teoría antropológica robusta del valor debe ser capaz demoverse hacia dos objetivos. El primero es el de facilitar unaintegración del tratamiento de los fenómenos económicos in-fraestructurales y los procesos simbólicos que tengan que vercon la diferenciación de las identidades y la CLASE (véase lafigura 3). En otras palabras, debe instrumentar una aproxima-ción al valor que atienda, y de la misma manera, sus formasmaterial, monetaria, social y simbólica, así como la forma enque están distribuidas y cómo es que, de diversas maneras,pueden convertirse las unas en las otras. El segundo objetivoes permitir la documentación y análisis de los flujos de valory las conversiones que tengan lugar entre diferentes formacio-nes económicas. Así, por ejemplo, mientras que la economíay la antropología marxistas trabajan fundamentalmente conuna teoría del valor que se derivó del análisis de la sociedad ca-pitalista, una antropología robusta también debe poner aten-ción en cómo se crea el capital, cómo se distribuye y cómo seconvierte no sólo en formaciones no capitalistas, sino tam-bién cómo es que fluye entre varias comunidades capitalistasy no capitalistas. En el caso particular que aquí estamos exami-nando, estos flujos de valor ocurren entre comunidades y re-giones capitalistas y no capitalistas, así como a través de unafrontera internacional. La tarea inmediata es considerar cómoes que estas fronteras afectan dichos flujos.

Valor es tal vez el concepto más controvertido en la econo-mía marxista (véase Steedman, 1981) y no pretendo resolveraquí los debates en torno a este tema. Más bien propongo unaaproximación antropológica amplia del concepto de valor, demanera tal que reconozca, como en Marx, que el valor abstrac-to, que es la base del intercambio de mercancías y que derivadel valor de la fuerza de trabajo humana que las creó, es só-lo una de las formas de valor en las relaciones humanas, sibien una forma muy importante. Este paradigma básico marxis-ta puede ser extendido, y hecho más antropológico, al combi-narlo con los conceptos de capital como fueron elaborados porBourdieu (1986), que se manifiestan en forma económica, so-

cial, intelectual y simbólica. De la misma manera en que lo haceMarx, quien se refiere al valor en ambos sentidos, tanto comofuerza de trabajo incorporada y como recurso material, asícomo valor simbólico abstracto, también Bourdieu se refiere aformas de capital que trascienden la división entre los fenó-menos que operan en la base y aquellos que son superestructu-rales. Más aún, el trabajo de Bourdieu (1984)

[...] integra el análisis del valor económico con los valoresculturales al elaborar una teoría de la diferenciación de cla-se, y preservando el proyecto marxista original de teorizarsobre las clases en términos de la producción, la acumula-ción, la transformación y el consumo de valor (Kearney,1996:161).14

CLASE E IDENTIDAD

En el caso clásico marxista, dos identidades construidas cultu-ralmente (trabajadores y propietarios) se reúnen en el proce-so de producción de tal manera que tiene lugar entre ellos unintercambio desigual de valor económico, esto es, una transfe-rencia de valor de una posición de CLASE a la otra. Pero este in-tercambio desigual es sólo posible por las identidades dife-rentes que están presentes en las dos posiciones de CLASE enun campo social y por la relación política entre estas posicio-nes. Estas relaciones de CLASE están inscritas en un grupo deformas y prácticas legales, culturales, lingüísticas e incorpora-das (embodied), es decir, un orden.15 El punto importante aquíes que las relaciones de CLASE son sinónimos de la forma des-

14.Como una primera aproximación, valor —en el sentido amplio usado aquí—puede ser vinculado con las “formas de capital” de Bourdieu, pero véase Kearney(1996:162-168). La teoría de los capitales en Bourdieu y su método para “mapificar”la distribución entre identidades en diferentes campos sociales y su transforma-ción de un tipo al otro de capital son igualmente aplicables a las sociedades capi-talista y no capitalista, y por esta razón, así como para integrarle mejor una teoríadel valor marxista, prefiero hablar de “formas de valor” más que de “formas decapital”.

15.Para los aspectos de incorporación de dichas identidades, véase la discu-sión de Bourdieu sobre el “habitus” (1990).

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igual de intercambio de valor económico dentro de un campoeconómico. Esta característica relacional estructural de la CLASE

como un resultado de las posiciones en un campo de valo-res producidos, intercambiados y consumidos desigualmente,es distinta (pero depende) de los correlatos culturales corres-pondientes de la persona o grupos posicionados de esa formadeterminada; esto es, de sus otras identidades de clase. Una hi-pótesis de trabajo es que sólo nos preocupamos realmente porlas relaciones entre identidades cuando percibimos que algu-nas de esas relaciones de desigualdad de valor existen entreellas. De no ser por esos intercambios desiguales, es decir,de esas relaciones de CLASE entre identidades, simplementecelebraríamos su singularidad cultural. Pero nos damos cuen-ta, intuitivamente, en algún nivel de comprensión, que exis-ten identidades en contienda en campos y relaciones con unintercambio desigual de valor. Y, como dije antes, estas relacio-nes de intercambio desigual son, por definición, relaciones deCLASE. Pero debido a que los humanos somos todos miembrosde una especie, estas relaciones de CLASE se sustentan en dis-tinciones construidas artificialmente, es decir, en la construc-ción de identidades tales como nacionalidad, etnicidad, géne-ro, “raza”, clase, etcétera (véase la figura 3).16

La segunda tríada es un complemento de la primera en elsentido de que cada una hace referencia a una esfera fenomé-nica y conceptual.17 En primer lugar, los términos de la tríadaFOI se refieren a artefactos construidos culturalmente en for-ma popular, es decir, su sistema legal formal y su clasificaciónsocial informal de identidades culturales, fronteras, etcétera.18

En contraste con esto, cada uno de los términos de la tríada

VCC se refiere y relaciona con fenómenos que están apoyadosen la infraestructura material de una formación social, peroque también tienen manifestaciones o permutaciones queaparecen en la superestructura social y cultural. El valor, porejemplo, puede existir en formas materiales como la propiedadtangible, las mercancías y la fuerza de trabajo incorporada; ytambién puede ser convertido en dinero de papel o electróni-co y otras formas simbólicas materiales e inmateriales (Bour-dieu, 1986; Kearney, 1996:158-168; Mauer, 1999). De manerasimilar, el campo puede ser el suelo tangible que es distribuidoentre las personas y sobre el cual están distribuidas, como tam-bién puede ser un espacio socioeconómico en el cual las per-sonas son distribuidas en forma tal que reflejan cómo está dis-tribuido el suelo entre ellos.

También la distinción entre CLASE e identidad es una dife-rencia fundamental entre dos tríadas. Nótese que mientras lasidentidades son construidas culturalmente, CLASE es una posi-ción en una relación dentro de un campo donde el valor se en-cuentra distribuido desigualmente. Así, una relación de CLASE

existe entre dos identidades cuando intercambian cantidadesdesiguales de valor de forma tal que una es una receptora netay la otra es una donante neta (véase más adelante). Por ello,CLASE no se opone a identidad. Más bien, cada identidad (inclui-da la identidad de clase) está asociada a una posición de CLASE.Una gran parte del análisis contemporáneo centra la atenciónen la identidad de clase, la cual es tratada sólo o preferente-mente sin hacer referencia a las relaciones de CLASE que sub-yacen a ésta y las otras identidades. Se descuida la CLASE y laclase es tratada de manera adecuada como una identidad com-

16.Véase Heyman (s.f.) para la discusión sobre los nexos entre la clasificaciónoficial y no oficial (popular) de las identidades de quienes cruzan fronteras.

17.La segunda es el resultado de un esfuerzo por ganar distancia de la prime-ra, que es tomada como un modelo emic (folk). Sin embargo, no asumo que lasegunda tríada sea un aparato totalmente etic (culturalmente neutral). Más bien,lo veo como un ejercicio pragmático para lograr un distanciamiento hacia unaantropología universal y culturalmente neutral de la especie humana, que sólo sepuede lograr de manera asintótica.

18.Hay, desde luego, una dimensión material de este “orden”, que son, en es-te caso, los componentes materiales de la construcción y mantenimiento de lafrontera como son las bardas, el equipo de vigilancia, los vehículos, etcétera.

Figura 3. CLASE e Identidades.

Etnicidad Nacionalidad, etc.IDENTIDADES: Género “Raza” Identidad de clase

FOI

VCC CLASE

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parable en su estatus conceptual a “raza” y etnicidad, como esevidente en cursos, congresos, libros, etcétera, que se ocupande permutaciones varias de este tema con títulos como “et-nicidad, raza, clase y género”. Este tratamiento de la clase noslleva a debates inacabables sobre si ésta (por decir algo, la “ra-za”, la nacionalidad o la etnicidad, etcétera) es la característicamás importante de la identidad personal y colectiva. Lo queafirma la presencia de CLASE como un elemento en la segundatríada, en contraste con las identidades en la primera —inclui-da la de clase— es que la consideración de la relación entreidentidades y CLASE no implica que sean una o la otra, sino quesiempre son una y la otra. Esta relación entre CLASE e identi-dad se puede pensar mejor, no en términos de cuál es el aspec-to más importante de una persona o un grupo, sino más bien,cómo es que ambos funcionan juntos y, en particular, cómo esque las identidades funcionan en la estructuración de las re-laciones de CLASE entre personas y grupos, es decir, la produc-ción, intercambio y consumo desigual de valor. La figura 3muestra esta relación entre CLASE e identidades.19

MIGRACIÓN, FOI Y VCC

Ahora podemos definir migración en los términos de las dostríadas. En términos de FOI, migración es el movimiento a tra-vés de una frontera significada, ordenada, que cambia la identi-dad. En términos de VCC, la migración es el movimiento a travésde una frontera que disecciona un campo y que cambia tantola identidad como, muy probablemente, la posición y relacio-

nes de CLASE del migrante. Así, un campo es un espacio concoordenadas geográficas y abstractas en el cual las personas es-tán localizadas, se mueven y migran. De forma similar, las for-mas del valor se distribuyen en campos, en los que son adquiri-das, creadas y transferidas entre personas y grupos, proveyendoasí de una base a las posiciones y relaciones de CLASE dentrodel campo. Los campos, como el territorio geográfico, son disec-cionados por las fronteras que pueden ser vistas como instru-mentos que controlan el flujo de personas y formas de valor(véase Donnan y Wilson, 1999:107-108).

El mayor reto etnográfico y analítico es el de comprenderel doble impacto CLASificador de la migración transfronteri-za sobre, primero, la construcción de la identidad (incluida lacultura de clase) y, segundo, sobre las posiciones de CLASE delos migrantes e inmigrantes. Aquí resulta importante recordarque CLASE en este sentido es una relación de intercambio des-igual de valor.

FRONTERAS Y CLASIFICACIÓN

Una de las principales misiones de las fronteras es CLASificarpersonas y cosas que las cruzan. Pero al hablar de CLASificaciónen este sentido debemos invocar los dos sentidos de clase con-tenidos en el verbo clasificar, cada uno de los cuales corres-ponde a una de las tríadas. El primero de los sentidos tieneque ver con la clasificación en un sentido nominal de la asig-nación de identidades, como lo hace el Servicio de Naturali-zación e Inmigración diariamente en los puertos de entradahacia Estados Unidos. Esta forma de clasificación pertenece,entonces, al ámbito de la primera tríada de términos y es unafunción ejercida por un orden oficial y no oficial (incluyendoal público en general), que afecta las identidades de las perso-nas que cruzan y que son definidas por las fronteras.

Pero este término —clasificación— también carga dentrode sí el sentido de CLASE social. Inserto dentro de esta forma declasificación nominal, hay actos de CLASificación socioeconó-mica que pertenecen a la segunda tríada de términos, ya que

19.La conciencia de clase puede aparecer como una dimensión de la identi-dad en FOI, pero como tal es conceptualmente diferente como posición de CLA-SE en un campo de valor en tanto que VCC. Estos dos significados diferentes declase en las dos tríadas son comparables a la distinción que Marx hace entre cla-se para sí y clase en sí, en la medida en que la primera se refiere a la conciencia dela membresía a una clase como una identidad colectiva, en tanto que la segundaes la realidad objetiva de la posición de clase, sea que quienes ocupan dichas posi-ciones estén colectivamente conscientes de su situación, o no lo estén. Y como loha planteado Kevin Yelvington (comunicación personal), las dinámicas identitariasocurren no sólo entre las identidades y la CLASE, sino que también entre las iden-tidades.

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afectan la posición y relaciones de clase social de la personainvestida de la identidad clasificada en el primer sentido. Po-demos y debemos distinguir entre la clasificación nominal cate-górica de identidades asociada con la primera tríada de térmi-nos contra la CLASificación socioeconómica de la segunda tríadaque afecta la posición y relaciones de CLASE de los migrantes,recordando que la aparente asignación formal e informal deidentidades —clasificación en el primer sentido— siempre tie-ne implicaciones para la CLASificación en el segundo sentido.

Propongo que en cada caso de contienda en la construc-ción de identidad —la construcción formal e informal de lasidentidades de los “cruzadores” de fronteras es un primer ejem-plo— hay una dinámica subyacente de CLASE, como he defini-do el término, que da forma de manera importante a la diná-mica cultural de la formación de identidad. La primera tareateórica es, por ello, relacionar la dinámica de las identidadesy las fronteras culturales y políticas que las definen y vincu-lan con los temas de CLASE que les subyacen; por ejemplo, elintercambio desigual de valor económico que fluye a travésde las fronteras entre ellos, esto es, entre personas y regio-nes en las relaciones de CLASE.

MIGRACIÓN, FILTRADO DE VALOR Y CLASE20

Ahora bien, ¿qué es lo que tienen que ver la migración y lasfronteras con el intercambio desigual de valor? Podemos co-menzar con una definición de trabajo del concepto migracióncomo un movimiento a través de las fronteras significantesque cambia la identidad, y examinemos esta relación entre fron-teras, órdenes, e identidades en el caso de los migrantes, intro-duciendo aquí la segunda tríada de términos y comparando surelación con los términos de la primera tríada, empezandopor “fronteras”. Para desarrollar este análisis, propongo queuna misión muy importante de las fronteras es la de servircomo filtros diferenciales que permiten pasar ciertas cosas, pero

no otras, y permiten también controlar la proporción en quealgunas cosas pasan. Claramente, una de las cosas más obviasque controlan las fronteras son las personas, siendo este con-trol la esencia de las políticas de inmigración, así como elcontrol transfronterizo de las mercancías y divisas es la esen-cia del mercado exterior y de la política monetaria. En el casodel mercado y la política monetaria, el objetivo de las nacioneses operar con una ventaja que es la de tener un intercambiopositivo en favor de las arcas nacionales. Similarmente, al in-vocar la segunda tríada, podemos sugerir que en la base, unefecto mayor del control transfronterizo de personas —comoel control transfronterizo de mercancías— es tener un impac-to sobre el flujo transfronterizo neto de valor que está conte-nido potencialmente y en la práctica en dichas personas.21

El poder filtrador de valor de las fronteras puede ser ilus-trado con una analogía del mundo físico: imaginemos un en-vase lleno de agua y dividido por una membrana semipermea-ble a través de la cual el agua puede difuminarse en ambasdirecciones (véase la figura 4). Si se le agrega una proteína so-luble o sal a uno de los lados, un volumen neto de agua fluiráhacia aquel lado de la membrana como un resultado de la ós-mosis y el nivel del agua en ese lado aumentará, mientas queel nivel del agua en el lado emisor se reducirá.

En esta analogía, la membrana representa la frontera esta-dounidense-mexicana, y el agua representa el valor económi-co general que fluye en cantidades netas desde México haciaEstados Unidos, como resultado de la migración transfronteri-za. La tarea teórica correspondiente es indagar sobre la natura-leza de la frontera como un filtro diferencial de valor econó-mico. Esta discusión de la acción de filtrado diferencial de lafrontera estadounidense-mexicana es, necesariamente, espe-cífica. Heyman (1994:51-52; 1995; s.f.) nos provee de un mo-delo analítico y de una descripción etnográfica en la que mues-

20.Esta sección, con modificaciones, forma parte de Kearney (s.f.a).

21.El valor “contenido de facto y potencialmente en estas personas” se refiereal valor que puede ser creado, por ejemplo, cuando los migrantes van a trabajarcomo empleados, y por ello funden su fuerza de trabajo y energía con tecnología,para producir un producto o servicio que es intercambiado por un salario o algunaotra compensación.

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tra cómo es que la construcción de una aplicación variable dela política inmigratoria en la frontera y al interior de EstadosUnidos sirve para disciplinar a los trabajadores indocumenta-dos de tal manera que produzcan mayor valor económico,mientras que les remunera con menor valor a cambio (en com-paración con los ciudadanos y los “legales”); véase tambiénDonnan y Wilson (1999:99).

Mientras que Heyman se enfoca en cómo las leyes y po-líticas de inmigración hacia Estados Unidos y su variabilidadafectan la transferencia de valor de los inmigrantes hacia losno inmigrantes dentro de Estados Unidos, la discusión que si-gue se ocupa principalmente de un flujo desigual de valor a tra-vés de la frontera de México hacia Estados Unidos, que es me-diado por los migrantes e inmigrantes. En ambos casos, lasprácticas y políticas fronterizas resultan en una transferencianeta de valor de la comunidad inmigrante-migrante hacia laeconomía mayor de Estados Unidos. Para demostrar las combi-naciones de dicho evento y el intercambio desigual (filtrado)transfronterizo, podemos referirnos al caso de la migración dela región mixteca del sur de México hacia California.

LA MIXTECA Y CALIFORNIA

Desde su inicio, hacia finales del siglo XIX, la agricultura degran escala en California —una industria que hoy representaaproximadamente 300 millones de dólares al año— ha depen-dido fuertemente de oleadas sucesivas de trabajadores migran-tes de la Cuenca del Pacífico, de manera tal que varios gruposétnico-nacionales no estadounidenses han pasado, cíclicamen-te, por el sistema de trabajo agrícola de California. Hoy, losindígenas de La Mixteca del este de Oaxaca, en el sur de Méxi-co, son la aparición más reciente en la escena en la que reem-plazan en distintos grados a los trabajadores migrantes mes-tizos mexicanos que les precedieron y que, a su vez, llegarondespués de migraciones anteriores de chinos, japoneses, filipi-nos y otros grupos étnicos.22 Los migrantes e inmigrantes mix-tecos encuentran también en forma creciente empleo en elsector servicios y en la economía informal.

Un elemento central para la migración mixteca contempo-ránea es la formación de comunidades transnacionales (CTNs)que se extienden a ambos lados de la frontera. Además de lascomunidades primarias en Oaxaca, las CTNs mixtecas contie-nen también numerosas comunidades “hijas” en el centro y no-roeste de México, así como en Estados Unidos (especialmenteen las regiones agrícolas de California y el sudeste de EstadosUnidos). Hogares y familias transitan entre todas las comuni-dades de las CTNs en complejos patrones económicos, socia-les, culturales y de reproducción biológica que se desarrollanen múltiples sitios en ambos lados de la frontera (Besserer,1999a; 1999b; 2001; Besserer y Kearney, 2002; Kearney y Na-gengast, 1989; Rivera-Salgado, 1999a). En tanto que entidadesculturales, las CTNs mixtecas constituyen un “tercer espacio”al que popularmente se hace referencia como “Oaxacalifornia”,

Figura 4. Ósmosis a través de una membrana semipermeable(frontera).

22.Véase, por ejemplo, Bade (1993, 1994); Besserer (1999); Cederstrom (1993);

Kearney (1986a, 1991, 1995, 1996); Nagengast y Kearney (1990); Nagengast et al.(1992); Rivera-Salgado (1999a, 1999b); Runsten y Kearney (1994); Stuart y Kearney(1981); Velasco Ortiz (1995, 1996, 1999); Wright (1990); Zabin et al. (1993). Paradescripciones de las condiciones de vida de los mixtecos en el condado de SanDiego, véase Chávez (1992). También hay películas sobre los transmigrantesmixtecos: Grieshop y Varese (1993); Ziff (1994).

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que existe tanto en México como en Estados Unidos (Kearney,1995; Rivera-Salgado, 1999b; véase Rouse, 1992).

Las CTNs mixtecas están ancladas en las comunidades agra-rias en Oaxaca, donde la agricultura y las artesanías que tienenun valor de uso y de cambio son producidas fuera de las rela-ciones capitalistas. Estas formas de valor, incluyendo la fuerzade trabajo incorporada y otras formas de capital humano, en-tran en los circuitos por medio de los cuales fluyen a travésde la frontera estadounidense-mexicana, de la misma maneraen que el valor adquirido en Estados Unidos por los migran-tes es remitido por medio de las CTNs de regreso hacia los pue-blos en Oaxaca. Estas CTNs son diseccionadas por la fronteraestadounidense-mexicana en todas sus manifestaciones. Estafrontera es la zona donde las características no capitalistas delas CTNs y la sociedad y economía capitalista de la sociedad re-ceptora se encuentran y se articulan. La frontera es así, enefecto, una compleja membrana semipermeable en lo que serefiere a flujos de formas de valor económico. Como tal, ejer-ce su poder regulador con una especie de proceso de ósmosis(véase la figura 4) por efecto del cual fluye más valor a travésde la CTNs de México hacia la economía californiana no mixte-ca, que a la inversa.

El caso de San Jerónimo del Progreso, una comunidad mix-teca de aproximadamente dos mil habitantes en el municipiode Silacayoapan, en el estado de Oaxaca, es un caso típico eilustrativo. Al final de los años setenta y a lo largo de los ochen-ta, virtualmente todos los migrantes de San Jerónimo que lle-garon a California cruzaron la frontera estadounidense-mexi-cana ilegalmente. Un gran número de ellos regularizaron suestatus bajo el procedimiento iniciado por la Immigration andReform Control Act (IRCA) de 1986. En la actualidad, cerca de35 a 40 por ciento de la población de San Jerónimo (de cercade 800 que viven en California) son residentes legales, inclu-yendo aquéllos nacidos en Estados Unidos. Los inmigrantes ymigrantes de San Jerónimo se asientan en Estados Unidos oregresan a Oaxaca. Aquellos que se quedan en el país vecino,tienden a mejorar en la escala de ingreso y, por lo general, sonmenos vulnerables a los tipos y proporción de la sobreexplo-

tación que experimentan los que han llegado más reciente-mente, que obviamente son más vulnerables. Pero aquellosque transitan más hacia la inmigración y la paridad económi-ca con su contraparte económica en Estados Unidos, son reem-plazados continuamente por los nuevos inmigrantes quienes,como “ilegales”, están sujetos a varios regímenes de disciplinay discriminación, tal como lo fueron los anteriores en el patróngeneral que Heyman (s.f.) describe. De esta manera, el flujoneto de valor continúa desde el lado mexicano de la comuni-dad transnacional de San Jerónimo, a través de la frontera yhacia fuera de la comunidad, y hacia la economía de Californiay Estados Unidos.

El funcionamiento de la frontera como un filtro diferen-cial cambia de un momento histórico hacia otro. En este mo-mento, tras la puesta en marcha del TLC (Tratado de LibreComercio), la frontera se hace más permeable al capital y lasmercancías, pero al mismo tiempo la política de inmigraciónes más restrictiva y está haciendo menos permeable el movi-miento de personas que viajan hacia el norte. Ciertamente, has-ta la Gran Depresión de la década de los treinta, el movimientode personas a través de la frontera era prácticamente irrestric-to (Vélez-Ibáñez, 1996:82-83); sin embargo, es importante ha-cer notar que mientras la política de inmigración restringeactualmente el movimiento de personas, no lo detiene total-mente. Más bien, lo que hace la política de inmigración a Esta-dos Unidos es el proceso continuo de construcción de la fron-tera o fronterización (ordenar) (véase la figura 1); es separar lafuerza de trabajo de las personas migrantes, de tal manera quesu trabajo sea entregado en distintos lugares en California, peroque regresen a México sin él (véase Kearney, 1991:55-60, 1996:98-103). Para este proceso de fronterización es central la clasifi-cación de la mayoría de los migrantes mixtecos y sus familiarescomo “ilegales”,23 que es una parte integral de su CLASificación;éstas son, entonces, relaciones de explotación que se estable-cen con personas y corporaciones que reciben cantidades de

23.Heyman (s.f.) describe cómo este régimen clasificador y de vigilancia esinteriorizado e incorporado por los “extranjeros ilegales”. Véase Heyman (s.f.) y laviñeta y la discusión que le acompaña en Kearney (1991:60-61).

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valor neto cuando establecen una relación con ellos (véaseDonnan y Wilson, 1999:135-136).

Esta premisa básica, en relación con la contribución eco-nómica de los inmigrantes ilegales extranacionales en EstadosUnidos, es sugerida por la teoría de la dependencia que propo-ne un flujo de valor económico de las “periferias” des-desarro-lladas del sistema mundial para el desarrollo de “centros”, sien-do ambos al mismo tiempo lados de la misma moneda.24 Perola teoría de la dependencia se enfoca en los intercambios des-iguales macroeconómicos entre regiones globales, y no en elanálisis transnacional de grano fino etnográfico que se requie-re para referirse al impacto de los migrantes individuales so-bre el intercambio desigual entre regiones. Un paso en esta di-rección lo dio la teoría de la articulación que puso más atencióna las dinámicas de la migración en el nivel de los hogares.

La teoría de la articulación muestra cómo los hogares cam-pesinos de infrasubsistencia y las comunidades como San Je-rónimo están articulados con mercados de trabajo distantespor la vía de la migración (Foster-Carter, 1978; Kearney, 1996:81-104; Palerm y Urquiola, 1993). En un sistema como éste, lafuerza de trabajo que se entrega a los empleadores es parcial-mente reproducida por la producción de comida y otros recur-sos fuera de las relaciones capitalistas de producción, articu-lando así los modos capitalista y no capitalista (campesino) deproducción.

En una situación de articulación, como la discute De Janvryy Garramon (1977), se encuentran generalmente las siguien-tes condiciones: 1) un campesinado rural vive en una regiónremota como La Mixteca, donde una combinación de presio-nes demográficas, escasez de buena tierra para la agricultu-ra y falta de empleo asalariado hace de la emigración en buscade trabajo asalariado una necesidad para la supervivencia;es decir, viven en una economía local de infrasubsistencia; 2)los mercados de trabajo a los que los campesinos de infrasub-

sistencia migran son temporales y están saturados (o cerca deestarlo), obligándoles a regresar a casa en las temporadas sinempleo; 3) como dicha fuerza de trabajo se reproduce parcial-mente con ingresos que no provienen de los salarios (de laagricultura de subsistencia y de la economía informal), es posi-ble para dichos trabajadores aceptar salarios muy bajos e inclu-so menores a lo necesario para vivir cuando entran en los mer-cados laborales.

Estos sistemas de trabajo articulado son favorables econó-micamente para las economías receptoras, no sólo porque eltrabajo barato se entrega a ellas por sí mismo, sino tambiénporque el costo de la reproducción y retiro de ese trabajo essostenido por la economía de una región diferente y distante.En la forma pura de este sistema, los migrantes son adultosjóvenes que pagan los gastos de su viaje hacia las regiones deempleo con sus propios recursos, mientras que los niños yotras personas dependientes se quedan en los lugares de ori-gen. De estos lugares de empleo ellos envían sus ingresos parasostener a sus dependientes, quienes no tienen acceso a losservicios públicos que hay disponibles en los lugares dondelos trabajadores migrantes están empleados. El empleo en eltrabajo agrícola es preferentemente estacional y los mercadosde trabajo en la agricultura californiana están casi siempresaturados, de tal suerte que muchos trabajadores encuentrantrabajo, pero sólo esporádicamente (véase, por ejemplo, Griffithy Kissam, 1995:190-239). Después, al final de la estación detrabajo y al final de sus carreras laborales, los trabajadores porlo común regresan a sus comunidades de origen, que debencargar con los costos de su retiro. Bajo estas condiciones, latasa de explotación, esto es, la acumulación de valor exceden-te de dicha fuerza de trabajo, es potencialmente más alta quela de una persona residente todo el año y que está totalmenteproletarizada. Cuando los migrantes empezaron a establecer-se en las áreas donde encontraron trabajo asalariado, las condi-ciones de articulación empezaron a decaer. Desde la perspec-tiva de la economía que los recibe, un funcionamiento eficientedel sistema requiere que la reproducción biológica y el retirose mantengan en las comunidades desde donde emigran. De

24.Para una revisión de la investigación sobre migración guiada por la teoríade la dependencia, puede consultarse Kearney (1986b); para una discusión de lateoría de la dependencia, en general, véase Chilcote y Edelstein (1986).

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hecho, una función de la frontera es perpetuar dicha situa-ción.25

Los mixtecos, que están entre los trabajadores que hanentrado al mercado de trabajo agrícola más recientemente,son con frecuencia una fuerza de trabajo buscada por los em-pleadores, ya que se les reconoce como más autodisciplinadosy productivos, como es típico de la primera generación de tra-bajadores extranjeros. También es importante señalar que losmixtecos están entrando, en la actualidad, a los mercados detrabajo de California en un momento de sentimientos crecien-temente “antiinmigrante”, que son propiciados, en parte, porel impacto negativo de investigaciones que definen a los “inmi-grantes” como consumidores netos de valor económico en laeconomía de California (Kearney, s.f.a). En este clima político,con una sobreabundancia de trabajo “ilegal”, los empleadoresy los contratistas pueden usar —y usan frecuentemente— alos mixtecos que arriban como un instrumento para discipli-nar a trabajadores más experimentados, sacando así una do-ble ventaja del proceso de disciplinar a los mixtecos de formadirecta.26

Para que este sistema de articulación prevalezca, debenexistir mecanismos que perpetúen la separación transfronteri-za de la reproducción biológica respecto de la producción eco-nómica; en el caso California-México, esto lo logra la fronterainternacional, las leyes de inmigración y la aplicación desigualde éstas (Buroway, 1976; Heyman, s.f.; Kearney, s.f.b). Dichasleyes, políticas y prácticas de inmigración, pueden ser vistasen funcionamiento, por ejemplo, en la fronterización, para ase-gurar la separación entre la reproducción biológica y la pro-ducción económica, de manera que se perpetúen las ventajas

económicas de este sistema para la comunidad que las reci-ben, esto es, un flujo neto desigual de valor.

INTERCAMBIO DESIGUAL DE VALORENTRE LA MIXTECA Y CALIFORNIA

La analogía de la filtración osmótica que presentamos arribaes una manera de pensar en el flujo transfronterizo de valor,pero es una analogía incompleta, porque no da cuenta de otrasposibles combinaciones de intercambios transfronterizos devalor neto entre algunas CTNs y la sociedad mayor estadouni-dense y mexicana. Como se indica en la figura 5, hay por lo me-nos ocho posibilidades generales en un caso como ése (en elcual la analogía de la ósmosis representada en la figura 4 esuna instancia del número 6).

25.Los beneficios de la comunidad receptora que le devienen de transferir di-chos costos a la comunidad emisora bajo condiciones de articulación, y cómo elasentamiento en las áreas de recepción causa un deterioro en la ventaja estructu-ral de la articulación a dichas áreas de generación en generación, se muestra enKearney (1996, figuras 4.2 y 4.3) según las adaptó de Meillassoux (1981), quienexaminó la migración de trabajadores entre Senegal y Francia.

26.Por ejemplo, no es poco común escuchar a los mayordomos en el trabajoagrícola diciendo: “Apúrense a trabajar o vamos a traer a los mixtecos a reempla-zarles”.

Frontera Valor

1. + ++ Se incrementa más rápidamente de un lado que de otro2. + + Se incrementa en forma igual de ambos lados3. + 0 Se incremente en un lado; no hay cambios en el otro4. 0 0 No hay cambios en ninguno de los dos lados5. - 0 Decrece en un lado; no hay cambios netos en el otro6. - + Decrece en un lado; crece en el otro7. - - Decrece en ambos lados en forma igual8. - -- Decrece en un lado más rápido que en el otro

Figura 5. Comibinaciones posibles del flujo de valor netotransfronterizo entre una comunidad transnacional

y las comunidades receptoras.

En el momento de la llegada de los españoles, en el sigloXVI, los valles de La Mixteca eran regiones productoras de maíz(Spores, 1984). Al principio del periodo colonial, los asenta-mientos rurales indígenas se formaron como “comunidadescorporadas cerradas”, como las descritas por Wolf (1957), quefueron diseñadas como entidades autosuficientes y producto-ras de excedente en la base de la cadena alimenticia colonial(Pastor, 1987). El objetivo de quienes planearon este sistema pa-

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rece haber sido crear una situación del tipo 3, en la figura 5, enla cual las comunidades indígenas serían capaces de producirbajo condiciones constantes, a la vez que producían, además,excedentes que serían acumulados por personas y entidadesfuera de la comunidad [combinación (+) (0), en la figura 5].En el momento actual, sin embargo, después de cinco siglosde condiciones coloniales y neocoloniales, mucho de La Mix-teca es una región des-desarrollada importadora de maíz conun fuerte deterioro ambiental. La relación de intercambio devalor ha deteriorado hasta el tipo 6, de la figura 5 (-) (+). Mu-chas de estas comunidades todavía practican la agriculturade subsistencia, pero como ahora producen menos de lo queconsumen, muchos de sus miembros deben migrar permanen-te o esporádicamente en busca de salarios o de otros ingresos.27

El periodo colonial en La Mixteca fue un caso de depen-dencia clásica, en el cual el excedente absoluto fue extraído deahí por la vía de la minería, la explotación de la madera y lamigración hacia otros lugares de México. Claramente ahora,en los principios del siglo XXI, un nuevo régimen de fronteri-zación-orden-identidad ha aparecido en La Mixteca y, comoel anterior en el periodo colonial, también funciona en unaeconomía política global que extrae valor económico de las co-munidades mixtecas. Sin embargo, ahora el mecanismo prin-cipal de dicha transferencia de valor es la migración circulardentro de México y la migración circular transnacional haciaEstados Unidos. Los circuitos de extracción del valor son aho-ra más complejos, ya que la fuerza de trabajo indígena queestá en la base del presente régimen de acumulación se repro-duce, primordialmente, no en comunidades campesinas corpo-radas autosuficientes, sino en pueblos y ciudades proletarizadasde forma parcial, que reproducen por la combinación de laproducción campesina y la migración a sitios distantes de tra-bajo asalariado.28 Así, numerosas comunidades, cerradas, corpo-

radas, han evolucionado para transformarse en comunidadestransnacionales mayormente desterritorializadas y parcialmen-te reterritorializadas, cada una de las cuales conserva en su nú-cleo su comunidad corporada en el territorio original (véase,por ejemplo, Besserer, s.f.).

El autoempleo (en la producción de subsistencia) en es-tas comunidades contribuye, sustancialmente, a los costos deproducción y retiro de los migrantes. Si se pagaran estas acti-vidades con los salarios mínimos (o por debajo del salario mí-nimo) de los mercados formales de trabajo, dichos salarios ex-cederían el valor producido. Lo mismo sucede en el caso deltrabajo que realizan los miembros de las CTNs en otras activi-dades económicas informales, tales como la producción de ar-tesanías y las ventas callejeras. En este caso, lo importante esque la contribución que se hace con estas actividades a la re-producción general de fuerza de trabajo, hace posible que losmigrantes reciban salarios más bajos de lo que sería necesariosi ellos dependieran totalmente del trabajo asalariado para sureproducción biológica y social. Estas condiciones de articula-ción descritas antes, hacen posible una tasa más alta de acumu-lación por parte de los empleadores y consumidores del valoragregado a productos y servicios por parte de los trabajadoresmixtecos. En esta situación, el ingreso (valor neto acumulado)de los migrantes se incrementa, pero parece que la cantidad yproporción de valor excedente que es acumulado gracias a sutrabajo, por parte de los empleadores y otros arriba de ellos enlas relaciones reticulares de CLASE, es incluso más grande.29

Así, la acumulación e intercambio de valor entre los migrantesy estos otros es un caso típico del tipo 1, según la figura 5.

La propuesta que hago aquí es que, para que se sostenganen el nivel actual en Estados Unidos estas altas tasas de acumu-lación de valor producido por los mixtecos y por lo no mixtecos,son necesarias algunas formas muy efectivas de fronteriza-

27.Véase Stuart y Kearney (1981) para los datos y cálculos que demuestran larelación entre la agricultura de infrasubsistencia y la migración en una comuni-dad mixteca más o menos típica.

28.Véase Kearney (1996:98-104, específicamente las figuras 4.1, 4.2, y 4.3) parauna discusión de dicha transferencia de valor.

29.Uso reticular para indicar la naturaleza compleja y en forma de red de lasrelaciones de CLASE, por medio de las cuales fluye el valor en una dirección ascen-dente en campos sociales organizados sobre la base de identidades de clase, peroraramente marcadas por fronteras de CLASE delineadas con claridad (véase Kearney,1996:126-127).

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ción —o CLASificación—, para mantener bajos los salarios yotras fuentes de compensación, y para transferir los costos alas CTNs, especialmente a las que se encuentran en México.

Una segunda ventaja que esta fronterización formal e in-formal proporciona a la sociedad estadounidense receptora, esla transferencia de costos de los servicios sociales y de retirode los migrantes que trabajan en Estados Unidos, pero que na-cen, crecen, se recuperan y se retiran en México. Esta fron-terización proporciona beneficios a tres tipos de receptoresde valor neto estadounidenses. Un tipo es el empleador que sebeneficia de manera directa de trabajadores “ilegales”, altamen-te disciplinados y productivos, que por lo regular trabajan másy reciben salarios más bajos que los trabajadores domésticos yque otros trabajadores “legales” e “ilegales”. El segundo tiposon los consumidores que se benefician de diversas maneras.En primer lugar se benefician de los bajos precios de las mer-cancías producto de los bajos salarios pagados a los trabajado-res indocumentados. En segundo, también podríamos decirque los productores son presionados a bajar los precios de losproductos resultado de trabajo intensivo como en ciertos pro-ductos agrícolas y de vestido, debido a la dura competenciacon los productores fuera de Estados Unidos que tienen acce-so a trabajo barato y abundante. El tercer tipo es el beneficioque recibe el público en general, que paga sus impuestos y quese beneficia adicionalmente de que los costos en salud, bien-estar social, educación y otros servicios sociales de los miem-bros de las CTNs sean transferidos a aquellas partes que estánen el lado mexicano de la frontera.

Otra característica de esta relación transnacional que sub-sidia, como otras, el lado estadounidense de la balanza, se reve-la también en la etnografía de los trabajadores mixtecos en Es-tados Unidos. Aquí me refiero a las irregularidades frecuentesen las deducciones para la seguridad social que se hacen delos salarios de los trabajadores mixtecos. Una práctica comúnes que dichas deducciones son acreditadas a otro trabajadorque no es el “indocumentado” que debería estar recibiendo losbeneficios; esto sucede por varias razones: ya sea porque eltrabajador “indocumentado” está usando un número falso, o

porque el empleador le asigna al “indocumentado” el núme-ro de otra persona. Algunos mixtecos que usan su propio nú-mero válido de seguridad social para el pago de impuestos re-gresan a México al concluir sus vidas laborales y se “retiran” ensus localidades de origen sin hacer uso de los beneficios deley, dejando así estos recursos en Estados Unidos. El procesode fronterización, como lo describe Heyman (2000) y como lomuestra la etnografía mixteca, inhibe el establecimiento delos trabajadores dentro de Estados Unidos y con ello transfie-re los costos del “retiro” a la comunidad de origen y a otraslocalidades de las CTNs en México. La frontera en este sentidomás amplio circunscribe a la CTNs.

Estas condiciones y prácticas inhiben la acumulación devalor en La Mixteca y en las CTNs, ya que dicho valor es trans-ferido por medio de los trabajadores mixtecos en Estados Uni-dos, donde es acumulado por los empleadores, consumidoresy tributarios de impuestos estadounidenses, quienes en su re-lación con los migrantes mixtecos son nuevamente una ins-tancia del tipo 1, según la figura 5. Así, aunque la produccióny adquisición de valor por los migrantes mixtecos en EstadosUnidos aumenta en términos absolutos y relativos, la acumu-lación de valor transferida vía las CTNs a los receptores estado-unidenses de este valor, se da a una tasa mayor que la tasa deacumulación de los migrantes mixtecos. Por ello, tiene lugarun flujo neto de valor a través de las CTNs mixtecas y a travésde la frontera entre ellas y la sociedad estadounidense ma-yor. Nuevamente es importante enfatizar que la frontera a laque nos referimos no es sólo la línea fronteriza entre EstadosUnidos y México, sino también todas las formas instituciona-les y populares de distinción que crean identidades, tales comola “ciudadanía” y la categorización de “ilegales”, “extranjeros”,“trabajadores indocumentados”, “inmigrantes indocumenta-dos”, etcétera, mencionados antes y que Heyman describe am-pliamente (1994, s.f.).

El resultado de esta diferenciación fronteriza es la extrac-ción de valor neto de la CTN mixteca más amplia; mucho deeste valor se extrae de La Mixteca, que es por ello des-desarro-llada. Este des-desarrollo ocurre aun cuando la riqueza absolu-

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ta de muchos mixtecos aumenta, aunque en términos forma-les su posición y relaciones de CLASE empeoran, debido a lastasas mayores de explotación y de ahí la pérdida de valor. Denueva cuenta es importante recordar que la definición de CLA-SE que usamos aquí es relacional y no se refiere a la riquezaabsoluta. El punto importante aquí es que este flujo neto devalor hacia el norte desde Oaxaca hasta California (tipo 6, figu-ra 5) y las tasas de intercambio desigual entre las CTNs mixtecasy la economía estadounidense mayor (tipo 1, figura 5) se de-ben, en gran medida, a la acción filtrante diferencial de lasfronteras en sus diversas manifestaciones y funciones.

CONCLUSIONES

Los conceptos y análisis presentados, al mismo tiempo que in-tentan evadir un determinismo económico, sugieren que elestudio de las políticas de inmigración y migración, así comode las dinámicas de fronterización y formación de identidad delos migrantes, pueden ser exploradas fructíferamente en térmi-nos de cómo se emplea la fronterización para influir sobre lasrelaciones de CLASE (intercambio desigual de valor) entre mi-grantes y no migrantes, y sus respectivas regiones y comunida-des. Este artículo ha estudiado un caso específico de intercam-bio desigual transfronterizo de valor, y como tal representa unode los varios intercambios posibles (véase la figura 5). Las mis-mas pregunta básicas que se hacen aquí sobre cómo la fron-tera estadounidense-mexicana afecta el intercambio interre-gional y entre migrantes y no migrantes, también puede serhecha respecto de otras fronteras y regímenes de fronterización,así como del ordenamiento de personas con identidades espe-cíficas —los refugiados y la fuga de cerebros son algunas de lasque se vienen rápidamente a la cabeza. La labor que quedaahora por hacer es el trabajo comparativo sobre la manera enla que se construyen las diferentes fronteras y cómo la migra-ción a través de ellas afecta el intercambio desigual de valor,es decir, las relaciones de CLASE.

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Y fue cuando la vida comenzóen otra parte...

Altazor

INTRODUCCIÓN1 (O DE CÓMO CINCO HOMBRES MADUROSLLORAN PICANDO CEBOLLA)

Me encontraba una madrugada de junio de 2002 desvelado ycon un dolor de cabeza enorme. Dormí en una camioneta a lamitad de un campamento de casas rodantes en el estado deCarolina del Norte. En ese lugar realizaba trabajo de campo.Pude despabilarme un poco y subí las escaleras de la primeracasa rodante, ahí me encontré a cuatro mixtecos, trabajadoresmigrantes, tratando de picar cebolla para un consomé. Discu-tían sobre la mejor manera de cortarla y alguien sugirió inclusoponerse una rebanada en la cabeza para evitar llorar, pero fueinútil; todos lloramos picando cebolla para el consomé. Cincohombres solos en un país ajeno, desvelados de trabajar parahacer la comida y de discutir cómo hacerla, para la gran fies-ta de fin de temporada de la mora azul (blueberry).

Esta simple acción me demostró que ser un hombre mix-teco migrante no es fácil, sobre todo si se tiene una noción tra-dicional de lo que es “ser hombre” de la Mixteca oaxaqueña.

Género, poder y trabajoen la comunidad transnacional

Ernesto Hernández Sánchez

1 Este trabajo pudo ser posible gracias al apoyo de las siguientes institucio-nes: la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, la Fundación Rockefellery la Universidad de California, a través de MEXUS-Conacyt y el INAH. Dedico estetrabajo a quien tomó mi vida en sus manos y la echó a volar como a un pájaro.

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Cuando se viaja a otro país, la identidad propia se ve enfren-tada a muchas otras formas posibles de la masculinidad. Sevive con contradicciones, actuando como lo harían las muje-res de su pueblo frente a otros hombres, haciendo comida, la-vando la ropa y haciendo de la lavandería el punto central detoda comunicación. Se vive con la preocupación sobre la co-mida, dónde dormir, dónde lavar, etcétera. En la vida del tra-bajador transnacional convergen necesidades y actividades queson aparentemente contradictorias entre sí. Los hombres cons-truyen su masculinidad durante el contacto con otras masculi-nidades (que incluyen rasgos y prácticas que en otras circuns-tancias podrían haberlas considerado como “femeninas”). Laconstrucción de las masculinidades en el contexto transnacio-nal y las contradicciones con las que se viven dichas mascu-linidades son los temas de este trabajo.

Las trayectorias de vida de los migrantes mixtepequensesse extienden por los cuatro puntos cardinales de Estados Uni-dos, organizados en lo que podríamos llamar unidades labora-les. Estas unidades laborales son grandes grupos de trabajado-res de distintos países que están conformados por individuosque entretejen dos grandes redes: la de los rancheros que de-mandan trabajo y la de los trabajadores agrícolas que están enbusca de empleo. La organización de estas unidades laboralesno se reduce exclusivamente a la figura ya estudiada del “con-tratista”, son unidades organizacionales más complejas queincluyen a un número mayor de personas.

Por un lado, las unidades laborales son organizadoras deltrabajo que responde a las necesidades del capital agroindustriale incluyen un número importante de empleados encargadosde la organización logística de los trabajadores, el contacto conlas comunidades, la seguridad en el traslado de un punto detrabajo a otro, la preparación de los lugares donde se va a per-noctar, etcétera. Por el otro, estas unidades laborales son apa-ratos productores de “roles” sociales asociados a la figura deltrabajador agrícola migrante, entre ellos, los roles de género.

En este trabajo describiré una de estas unidades laborales—organizada fundamentalmente por personas de origen mix-teco— en su tránsito a lo largo de la costa este de Estados Uni-

dos. Me interesa particularmente explicar por qué las masculi-nidades constituyen un componente esencial en la definiciónde la forma de trabajar y de relacionarse entre los miembros deestas unidades laborales. Describiré cómo la mayoría de susmiembros son varones y cómo éstos definen sus masculinida-des por medio del trabajo y de las relaciones de poder entre losvarones y sobre las mujeres.

Esta investigación se sitúa en la discusión sobre la vidatransnacional y me interesa, en particular, aportar a los estu-dios de género en el contexto transnacional. ¿Cómo ha modi-ficado la experiencia de la migración a los varones mixtecos,entre ellos y respecto a las mujeres? ¿Cómo se construyenlas masculinidades en una comunidad mixteca transnacional?Éstas son algunas de las preguntas que guiaron este trabajo.

Sin duda, la experiencia de la migración ha modificado lasrepresentaciones sobre la masculinidad entre estos jornalerosmixtecos. La vida transnacional ha creado en ellos representa-ciones “excéntricas” de la masculinidad, entendidas no sólo co-mo representaciones que se reconstruyen alejadas de un “cen-tro” religioso, político y ceremonial de la comunidad ubicadoen la localidad de origen, sino que también como represen-taciones que difieren de los significados “nucleares” o “centra-les” de lo que es ser “hombre” en las fórmulas dominantes deconstrucción de la masculinidad en estas comunidades.

Una pregunta recurrente entre los estudiosos del género yla migración es si acaso la condición transnacional, las defi-niciones desde la marginalidad, la condición “descentrada”de los sujetos les permite escapar a las fórmulas dominantes deasignación de roles de género. En el caso de este estudio, con-cluyo que esto no es siempre así. Propongo que en el contextotransnacional se construyen nuevas masculinidades, pero queéstas, con frecuencia, son componentes de nuevas fórmulasde subordinación de género.

Los estudios de género han sido parte de mi formacióncomo antropólogo. Estoy convencido de que las nuevas mascu-linidades son capaces de transformar las relaciones de género.Así como existen avances sumamente importantes en la fron-tera feminista, los estudios sobre hombres deben ser capaces de

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abrir su propia trinchera y cuestionar, desde ahí, su visión delmundo. El varón ya no debe ser el negativo de la historia, loincuestionable, la medida de todo. Es susceptible de ser modifi-cado y aprovechado para tratar de construir un mundo mejor.

Cuando llegué a San Juan Mixtepec conocí a un hombreque vivía en el norte, era contratista y viajaba a Mixtepec paradivertirse y mostrarse como un hombre triunfador que “la hizo”en el norte. Me di cuenta que había varios como él y que empe-zaba a apreciarse la manera de ser que estos hombres tenían.Cuando fui a Telixtlahuaca con él pude darme cuenta que “serhombre mixteco”, para quienes migran a Estados Unidos, esun concepto con múltiples significados nutridos por la vida tra-dicional de Oaxaca, la vida de jornalero, la vida en el norte. Dealguna manera el tema se me presentó y lo único que tuveque hacer fue viajar con él. Hablar de “hombres” en una comu-nidad transnacional es hablar de un mundo que la moderni-dad niega, pero que su testimonio ha trascendido desde los ca-lurosos campos de labor y desde la sierra azul de Oaxaca hastaestas páginas donde yo, conmovido por sus vidas, he escritoapenas lo indispensable.

LAS CARACTERÍSTICAS DE LA COMUNIDAD TRANSNACIONAL

EN ESTADOS UNIDOS Y EN EL ESTADO DE OAXACA

La carretera 72 atraviesa los campos agrícolas perfectamenterecortados en la enorme extensión del paisaje. Es junio y meencuentro recorriendo el estado de Carolina del Norte, en lacosta este de nuestro vecino del norte. Sigo en su recorrido alos mixtecos, que desde Oaxaca van a trabajar a los campos deEstados Unidos. La carretera va descubriendo poco a poco, en-tre los apretados árboles, los campos de tabaco que tanta famahan dado a este estado y los campos donde se cultiva la moraazul. A veces parece que la uniformidad del paisaje da la im-presión de que estoy en el mismo lugar, los cultivos de maízy pepino rompen la monotonía. Éste es un estado donde losafroamericanos y los blancos pobres tienen que trabajar al pare-jo como farmworkers y aún así la mayoría de los campos pa-

recen desiertos. Entre estos trabajadores, los indígenas de ori-gen mexicano empiezan a tener una presencia cada vez mayor.Aquí, los trabajadores mixtecos vienen a la pizca de la moraazul durante los meses de mayo a julio. Yo vengo buscandoa los trabajadores mixtecos que trabajan “en la corrida”, cam-biando constantemente de campo de trabajo. Como explicarémás adelante, “la corrida” ha cambiado mucho en los últimosaños. Antes, los lugares y las fechas de empleo a lo largo del añoestaban fijados de antemano en el calendario de los trabaja-dores migrantes. Hoy, en cambio, la demanda de trabajado-res depende de la solicitud que se haga de los productos porparte de los grandes supermercados que laboran con poco pro-ducto almacenado. Por ello, la demanda debe ser atendida conuna provisión “justo a tiempo” del producto, proceso que a suvez requiere de trabajadores para realizar el trabajo, por lo que“la corrida” (antes con rutas y tiempos previsibles) hoy se hatransformado en una especie de “migración justo a tiempo”.

Sigo, en particular, a los indígenas de las localidades de ElLlano, Barrio Lado e Independencia, del municipio de San JuanMixtepec. No son más de 40 de un total de cerca de 100 traba-jadores organizados que “siguen la corrida”. El inicio del reco-rrido se dio en el estado de Florida, durante los meses de fe-brero a mayo, donde este grupo trabajó en los campos de fresay tomate, en las localidades de Naples y Homestead. Deboaclarar que los alcancé en Carolina del Norte, a principios dejunio, cuando ya se encontraban trabajando normalmente. Elgrupo de mixtecos incluye también a trabajadores de la regiónde Juquila y Tlaxiaco, y de otras localidades como Juxtlahuaca,San Juan Piñas y Santa María Tindú, dentro de la región de laMixteca Alta.

Este grupo de trabajo se compone de distintos grupos étni-cos y semejan más a una unidad de organización laboral dis-puesta a solucionar la cuestión de la demanda inmediata ydifícilmente predecible del mercado, que a un grupo de migran-tes de distintas nacionalidades que esperan encontrar trabajoen localidades preestablecidas. El grupo incluye a trabajado-res de los estados de Morelos y Querétaro e indígenas de la re-gión de Quetzaltenango, en Guatemala.

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La cotidianidad del trabajo de los mixtecos en la costa estede Estados Unidos está inserta dentro de una realidad comple-ja, que llamaré, por el momento, “la demanda inmediata”. Estarealidad determina que estos grupos de migrantes tengan unagran movilidad, a diferencia de otros grupos de migrantes mix-tecos en California o Virginia, por ejemplo, que se encuentranasentados en una localidad, con un empleo que les ocupa todoo la mayor parte del año. Me referiré a los mixtecos de un gru-po en particular que conocí en Oaxaca y que en Carolina delNorte me permitieron reunirme con ellos.

LA VIDA EN CAROLINA DEL NORTE

Durante mi trabajo de campo en Oaxaca trabajé a la par demujeres y hombres en las faenas del tequio. Era una labor ru-da, y me asombraron por su capacidad física y por las largasjornadas que se imponían. Pero nada de ese primer trabajo decampo se compara con las difíciles condiciones de vida yde trabajo en Estados Unidos.

Llegué a Carolina del Norte a principios de junio gracias aun contacto con Benito López, quien organiza una de estas uni-dades laborales. Estos paisanos venían de trabajar en Florida,de la pizca de pepinillo, calabaza verde y amarilla, y ejote. Ha-bían estado en localidades cercanas a Homestead, de febreroa finales de mayo. Es una parte del trabajo que pertenece a uncircuito más grande, conocido como “la corrida”, que determi-na los destinos de la comunidad durante casi un año.

La primera parte de “la corrida” es muy dura porque lascondiciones de trabajo en Florida son muy precarias: el cons-tante hostigamiento de las autoridades migratorias, la falta deespacio para vivir y las malas condiciones de la vivienda, losturnos extenuantes para conseguir horas extras de trabajo. Serequiere, además, de sumar otras actividades necesarias paraconseguir documentos que les permitan acceder a los pagos.Finalmente, las temperaturas a las que se trabaja —de 36 a 38grados centígrados— hace del trabajo una actividad aún másdifícil.

Cuando ya no los llaman para seguir trabajando —más omenos en la misma época—, el grupo en el que viajan los mix-tecos se traslada hacia Carolina del Norte para pizcar moraazul, al iniciar la temporada de esa fruta.

La forma que tienen de llegar a ese estado requiere de unaorganización que depende del contratista quien, con sus con-tactos, busca en los ranchos los lugares apropiados para traba-jar. Benito López, el contratista, viaja primero a Carolina parabuscar trabajo. Algunos rancheros lo llaman por teléfono soli-citándole personal; en otras ocasiones él mismo ofrece su tra-bajo, pero generalmente eso ya no ocurre. El contratista se en-carga de negociar el trabajo para su gente y de encontrarlesvivienda.

Algunas razones por las cuales van a trabajar a Carolinason las condiciones más propicias para circular y cobrar susueldo. En este estado las carreteras son más estrechas, perotienen menos vigilancia, lo que les permite transportarse encamionetas, tan necesarias para su trabajo. Las revisiones dela policía para las licencias y los papeles de migración son casinulas y los mixtecos lo aprovechan para trabajar en distintosranchos, a veces apartados por horas de camino. Esto les bene-ficia porque pueden tener relativa autonomía respecto a loslugares donde deciden trabajar o por lo menos donde puedenbuscar trabajo. Consideran también benéfico la posibilidad decobrar por día, sin la necesidad de presentar algún documen-to, como sucede en Florida, Ohio y Nueva York. Debido a laorganización del trabajo, el cobro se hace diariamente.

En cuanto a los niños, éstos participan en el trabajo y suspadres o los adultos que los cuidan cobran su sueldo. El ran-chero permite —aunque de una manera velada— que ellostrabajen. Prefiere que los oculten cuando pasa en su motoci-cleta y los niega cuando llegan personas a visitarlo. Sin embar-go, existe un acuerdo tácito para que algunos de los pocos meno-res trabajen. Algunas personas que platicaron conmigo medijeron que los niños trabajan porque la temporada de vaca-ciones coincide con su estancia en Carolina, cuestión que lospadres aprovechan; lo cierto es que pocos padres traen a sushijos a los ranchos.

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La comunidad de mixtecos que trabaja en Carolina delNorte se compone de sujetos que pertenecen a distintas locali-dades de la Mixteca Alta. El número de individuos fluctúa por-que algunos pueden no llegar al siguiente destino o desviarsepara trabajar con otro grupo. En Carolina del Norte encontrépersonas de Juxtlahuaca, Juquila, Santa María Tindú, ademásde las de Mixtepec, entre las que se encontraban también tra-bajadores de las agencias de Teposlantongo y Santa Cruz.

Las personas que visité en la región de Oaxaca y después enEstados Unidos son de las comunidades de Barrio Lado, El Lla-no e Independencia, quienes en mi primer trabajo de campo mecontaron que normalmente llegaban a trabajar a la costa estey me invitaron a conocer cómo viven en Estados Unidos.

Siguiendo a los migrantes mixtecos me encontré, de pron-to, en la comunidad de Clinton Leane, en Carolina del Norte.Esta ciudad, fundada en 1777, es uno de los puntos de encuen-tro donde los paisanos se reúnen para ir a trabajar. La razón esque ahí está la terminal más cercana de los autobuses Grey-hound, y desde ahí se pueden mover hacia otros destinos.Quienes tienen camionetas transportan a los demás, por lomenos entre los mixtecos, aunque hay quienes llegan por suspropios medios, sin ser de la comunidad, pero dispuestos atrabajar: como yo.

Dentro del mapa de las localidades en Carolina del Norte,otros puntos son importantes también en la geografía de losmixtecos, y su importancia resulta distinta porque representapara la comunidad las estrategias necesarias para resolver pro-blemas que ocurren cuando ésta se dispersa y tiene la necesi-dad de comunicarse. Los mixtecos requieren de la constantecomunicación —al igual que otras comunidades—, debido aque en esta región la información es vital para trabajar.

La geografía mixteca en Carolina del Norte está articuladapor la telefonía celular y los vehículos de la comunidad. Quie-nes tienen teléfonos celulares convocan a reuniones para to-mar cerveza y platicar en algunos puntos de encuentro, talescomo las lavanderías de ropa, donde (entre otras cosas) defi-nen la ruta que seguirán una vez concluido el empleo en esalocalidad. En Elizabethtown, situado a 42 millas de Clinton y

fundado en 1773, pueden comprar celulares y hasta automó-viles, quienes tengan el dinero necesario. La pequeña locali-dad de Garland, en el siguiente condado de White Lake, es elpunto donde se establece mucha de la comunicación de carác-ter político de la comunidad. La lavandería de ese lugar es elpunto de encuentro de los mixtecos de la zona, no sólo del gru-po que ahora describo, sino también de paisanos que trabajanen otros ranchos. Desde localidades más lejanas, incluso Wil-mington, llegan para reunirse, en ocasiones para tomar algu-na determinación o cooperar en las reuniones del comité deemigrantes del estado de Virginia, integrado por las comuni-dades de Barrio Lado y El Llano.

El trabajo en estas localidades está fuera de los pueblos. Laregión es principalmente agrícola y la unidad de mixtecos conquienes viajé y trabajé mientras estuvieron en Carolina delNorte, laboró en las cercanías de la región del condado de WhiteLake, donde un gran lago de aguas saladas es un lugar de des-canso y veraneo para la población anglosajona de la región,así como una zona de abundante empleo para los mixtecostransmigrantes. Cuando los mixtecos llegan a esta región de-ben pernoctar lejos de los lugares de trabajo. El contratista seencarga de conseguir para los trabajadores casas móviles enrenta (llamadas “trailas”) que están estacionadas en lugareslejanos de los campos de trabajo y, a su vez, apartadas entre sí.En mi propia experiencia compartí una “traila” con tres perso-nas de Oaxaca y tres guatemaltecos. Teníamos que recorreruna hora de camino desde la “traila” hasta el rancho donde tra-bajábamos. El lugar más importante de trabajo en esa tempo-rada fue Blueberry Farm, en White Lake, sobre la carretera 72,donde se trabajó casi un mes. Sobre la carretera 72 tambiénestá el rancho Barnes Farm donde se laboró en algunas ocasio-nes en que se interrumpía el trabajo en la pizca de la mora azul.

El trabajo en estos lugares es muy duro: comienza general-mente a las seis de la mañana, cuando llegan las camionetas o“van” con los paisanos. El dueño de la camioneta es quien trans-porta a los que no tienen vehículo, a cambio de una coopera-ción, al final de mes, para la gasolina y las refacciones nece-sarias para la camioneta.

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Cuando llegan al punto de trabajo, se espera que el contra-tista discuta o se ponga de acuerdo con el ranchero para ubi-car el campo donde se va a pizcar. Por lo general, los camposestán sembrados en distintas etapas para tener mora azul du-rante toda la temporada. Los campos que ya tienen la frutamadura están divididos en surcos donde el contratista colocaa dos trabajadores, uno por cada lado del surco, para pizcarla fruta de las grandes matas que la sostienen. Los trabajado-res se amarran a la cintura —con un lazo o rafia— un bote deaproximadamente tres kilogramos de capacidad y avanzana lo largo del surco desgranando la fruta que está prendida a lamata, cuidando de no cortar las frutas que aún no han madu-rado. A las pocas horas, la rafia ha calado en la cintura cortan-do la piel, las manos están hinchadas del roce con las ramas altirar de la fruta para su corte.

Se hacen distintos descansos para comer. La comida esservida por dos personas de San Juan Mixtepec, quienes tie-nen permiso del contratista para venderla. Se ofrecen ham-burguesas, hot dogs y pollo con chile; pero también se ofrecela comida de Mixtepec, como la masita (maíz con chile y bar-bacoa, que es muy pesada para al estómago), el pozol y los ta-cos de guisado servidos en las enormes tortillas mixtecas. Sevenden refrescos de cola, pero también los “tradicionales”Jarritos mexicanos y agua embotellada. Todo cuesta un dólar.En ocasiones, una familia de Guatemala vendía tamales, perosin mucho éxito.

La jornada de estas mujeres y hombres que venden comi-da es extenuante porque necesitan comprar los ingredientesen la tarde y cocinar en la noche para después hacer su ven-ta en el rancho durante todo el día. Las mujeres generalmenteson quienes llevan la parte más pesada de este trabajo, el úni-co hombre que conocí que trabajara en esta actividad sólo co-braba y pagaba las cuentas.

La jornada de trabajo en estos ranchos es extrema; de lasseis de la mañana hasta que el campo —el “fil” de los paisa-nos— se ha terminado de pizcar. Primero se recoge la fruta conganas, después afanosamente, luego trabajosamente y al finaldesesperadamente. Se detienen las labores casi diez horas des-

pués de haber iniciado y mediante gritos se corre la voz “ya levamos a parar”; y como se hace durante todo el día, se comple-tan los botes que en ese momento se están llenando, para lle-varlos con los “buseros” que son estadounidenses encargadosde vaciar la fruta en charolas y transportarla en sus autobu-ses para el empaque. Estos “buseros” cumplen una función si-milar a la de los capataces, porque son gente de confianza delranchero que señalan a los trabajadores el nivel de llenadoque deben tener los botes, reciben el producto, les regresanlos botes vacíos y reparten unas fichas del color representa-tivo del rancho —en este caso azul— que se cambian a razónde una por bote y representan el monto de dinero que se paga-rá al final del día por cada uno de los botes que hayan sidollenados, precio que fue negociado de antemano (en este caso2.50 dólares por bote). Al final del día, como escribía, se jun-tan las fichas y se llevan a la camioneta del contratista que lascuenta y las cambia por dinero en efectivo. Se hace la fila y secobra, después de eso se juntan las personas correspondientesa cada camioneta y se van a las casas rodantes.

La vida diaria para los trabajadores agrícolas en un lugarcomo Carolina del Norte transcurre entre el trabajo y la so-lución de los problemas más urgentes de su cotidianidad. Losmixtecos tratan todo el tiempo de maximizar sus recursos; esdecir, ahorrar todo el dinero posible, y esto se logra viviendomuy limitados o procurando gastar lo menos posible. En al-gún momento de la semana, las personas con las que vivía—los mixtecos— viajaban al pequeño poblado de Garland yme llevaban con ellos. Normalmente hacíamos ese viaje paracomprar alimentos y artículos de baño. Pero en una ocasiónse dio una verdadera fiesta cuando uno de ellos, después deenviar mil dólares a su casa en Tlaxiaco, se decidió a comprarun equipo de sonido que llevaron a la “traila”.

Las condiciones de trabajo y de vida de estos jornalerosmigrantes imponen nuevas exigencias, las cuales deben serresueltas con prácticas que no son convencionales en sus pobla-dos de origen. Tienen que aprender a cocinar para ellos mis-mos, lavar su ropa, además de ocuparse de la administracióndel “hogar”. Muchas de estas actividades corresponden a lo que

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para algunos son roles femeninos. También las condiciones delentorno cambian e influyen sobre prácticas privadas, tales co-mo la crianza de los niños. Las condiciones extremas de la vi-da transmigrante y la dureza con la que frecuentemente sontratados los niños es penalizada por las leyes y supervisión delas instituciones escolares de Estados Unidos, colocándolos ensituaciones de incertidumbre sobre qué es ser “un buen pa-dre”. En ocasiones, la educación de sus hijos entra en conflictocon la vida de trabajo, impidiéndoles continuar con la corridade trabajo cuando, por ejemplo, los periodos de inscripcióncoinciden con el inicio del trabajo en otros estados. Hay pa-dres que sí matriculan a sus hijos en las escuelas locales, enotros casos, los padres prefieren que sus hijos trabajen con ellos.

El grupo de mixtecos con los que viajé estaba integrado ensu mayoría por varones jóvenes de entre 15 y 25 años, la mayo-ría solteros. Sin embargo, son muy pocos los que no mandandinero a sus casas. La juventud y soltería de estos trabajadoresfacilita la movilidad del grupo, la adopción de decisiones conpoca anticipación sobre el desplazamiento hacia otras regio-nes, e incluso la posibilidad de dividirse para trabajar en dis-tintos ranchos. La flexibilidad de esta unidad laboral no estásustentada en la individualidad y desvinculación total. Por elcontrario, los jóvenes mantienen contactos estrechos con susfamilias y su comunidad donde quiera que ésta se encuentre.Además, en el viaje y el trabajo se refuerzan las relaciones deamistad y la camaradería. Es precisamente esta estrecha rela-ción entre los miembros del grupo lo que permite la movilidadde estas unidades laborales, que así como se apoyan en el tra-bajo, toman por su cuenta los bares los fines de semana. Elpapel del contratista también excede el espacio estrictamentelaboral y se extiende hacia otros ámbitos de vida: en una oca-sión el contratista se vio en la necesidad de sacar de la cárcel aseis jóvenes que ocasionaron molestias en el pueblo de Garland.

LAS COMUNIDADES EN OAXACA

El municipio de Mixtepec es uno de los más grandes de la zo-na conocida como la Mixteca Alta. La región es árida y la vege-

tación se recupera poco a poco después de grandes épocas dedeforestación. Toda la vista son montañas con faldas de nubes—de allí su nombre mixteco Xnuvico, “lugar entre nubes”— ypor momentos la vista se llena con el esplendor de la sierra. Elsitio donde se ubican Independencia, El Llano y Barrio Ladoes cercano a la cabecera municipal. Escasos veinte minutosseparan a estos lugares con el centro y entre sí. A pesar de sucercanía geográfica, las comunidades no mantienen una rela-ción tan estrecha como en el norte, debido a que las condicio-nes son distintas: en Estados Unidos la subordinación al ca-pital les exige estar unidos estratégicamente, en Oaxaca lasrelaciones son distintas porque el sentido de competencia existeentre estos lugares. Las localidades son consideradas rancheríasporque no tienen el número suficiente de personas para eri-girse en agencia: en Independencia apenas son 702 habitan-tes; en Barrio Lado, 306 y en El Llano, 689 personas. Estos nú-meros varían constantemente, ya que la migración altera lascifras y el propio concepto de los habitantes sobre quién perte-nece y quién no hace variar también el número. Los criteriospara ser ciudadano de estas localidades (categoría “folk” quedeslinda a quienes tienen derechos y obligaciones como miem-bros de la comunidad y a quienes no) están relacionados conel cumplimiento de las obligaciones en el sistema de cargos,dar trabajo voluntario a la comunidad o “tequio”, etcétera.

Independencia

Cuando se está a punto de llegar a la cabecera de San JuanMixtepec, le recibe a uno un letrero sobre el camino en el quepuede leerse “Bienvenidos a Independencia” en tres idiomas:español, mixteco e inglés. El lugar es tan pequeño que casi sindarse cuenta uno lo atraviesa y sigue descendiendo hasta lle-gar a la cabecera. Este lugar tiene primaria y en sus alrededo-res se sitúan las construcciones de los servicios básicos y unatienda.

Cuando comencé a estudiar el lugar, conocí la importan-cia de su escuela primaria: es el sitio alrededor del cual gira lavida de Independencia, su ámbito ritual, político, en donde se

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encuentran la única tienda y el único teléfono. Un aspectosobresaliente es la construcción de su presa, que se pensó conla intención de tener agua para los cultivos todo el año y para laque año con año se convoca un gran “tequio” para avanzar conlos trabajos.

El costo de la presa fue dividido en cuatro partes, de lascuales una la pondría el gobierno federal, otra el estatal, otraparte el municipal y la última la comunidad. Esta última par-te fue aportada por los trabajadores migrantes de California yFlorida. El lugar de construcción es un monte alejado diezkilómetros, donde en una barranca de 500 metros se edificó lapresa. Como una forma de participar y ser aceptado en la co-munidad, pedí que se me incluyera en el “tequio” y trabajé enla construcción. Cargué un bulto de cemento de 50 kilos y ama-rré alambre (una experiencia muy dura, pero que me sirviópara conocer a la comunidad y que la comunidad me conocie-ra a mí). A partir de este punto se me aceptó como una personaque tenía dos deberes: preguntar y trabajar. Trabajé tambiéncon el “Comité del comedor”, sirviendo comida a los niños dela primaria. De esta manera me conoció Independencia y pu-de obtener información acerca de sus destinos y su vida en elnorte.

Esta pequeña localidad (a la que antes se le conocía como“El Pozole”) está situada a un lado de la carretera a Tlaxiaco, loque le ha permitido negociar últimamente con la cabecera suintención de asfaltar el camino, porque el de terrecería, comoestá en la actualidad, ocasiona múltiples problemas en el área(entre ellos el precio alto en los alimentos y la dificultad deatender de manera rápida necesidades con Tlaxiaco).

Esta capacidad de negociación se ha visto reforzada porlos migrantes, quienes propusieron a la cabecera aportar lacantidad de dinero que toca a la comunidad para asfaltar la ca-rretera. Los migrantes, al actuar de esta manera, establecieronun nuevo tipo de relación con su cabecera (con mayor pre-sencia e incluso tomando a veces decisiones con cierta indepen-dencia de los habitantes de aquella localidad).

En Independencia apliqué 12 cuestionarios vitales para co-nocer la geografía de las vidas de sus habitantes. Al narrar sus

vidas, los lugareños nombraron las siguientes localidades comolas más relevantes en su historia personal. Por orden de impor-tancia enlisto aquellas localidades que fueron nombradas por elmayor número de personas:

1. San Juan Mixtepec (cabecera), Oaxaca.2. Nogales, Sonora.3. Burgaw, Carolina del Norte.4. Dayton, Ohio.5. Fremont, California.6. Chandler, Arizona.7. Culiacán, Sinaloa.8. Arvin, California.9. Naples, Florida.

10. Tlaxiaco, Oaxaca.11. Woodburn, Carolina del Norte.

San Juan Mixtepec aparece en la lista porque es menciona-do como un lugar importante para quienes realizan alguna ac-tividad relacionada con la ciudadanía o membresía con el muni-cipio. En este lugar se realizan registros y bodas, bautizos yasuntos relacionados con las oficinas de bienes comunales. Laciudad de Nogales es considerada por las personas que entre-visté como un punto de paso importante y también de reunión;esto se debe a que en Independencia la mayoría de las personastienen vehículo, con el que se transportan hacia el norte, mu-chas veces hacia Nogales, que es punto de encuentro para co-nocer su siguiente destino. Por lo general, alguien que poseela información desde el norte se los hace saber en este lugar; apartir de allí las personas saben hacia donde dirigirse. La locali-dad de Burgaw, en Carolina del Norte, es mencionada de mane-ra frecuente porque en los dos años anteriores se había traba-jado allí, este año de 2002, se trabajó en Clinton. Es el mismocaso con la localidad de Dayton, en Ohio. Fremont pertenecea una primera etapa de trabajo de los comuneros en la costaoeste, y es mencionado como una localidad de trabajo muyinestable aunque necesaria en su paso por la costa oeste. Chand-ler, en Arizona, es un punto a donde se puede llegar cuando no

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se tiene papeles de estancia en Estados Unidos, y donde otrospaisanos pueden ayudarles a conseguir trabajo; es un lugar deacceso a Estados Unidos. Culiacán, en Sinaloa, representa unaparte del trabajo del tomate y es nombrada por los encuestadoscomo un lugar de paso, en el cual se puede reunir el dinerosuficiente para pagarle al pollero la entrada a Estados Unidos.Casos aparte son las localidades de Arvin, California, y de Na-ples, Florida, porque ambos son lugares en los que la comuni-dad tiene miembros de manera permanente, quienes no re-gresan a México a menos que sean solicitados para ocuparalgún cargo o como una visita especial, siempre y cuando ten-gan papeles para reingresar al norte. Tlaxiaco es mencionadoporque tiene una correspondencia importante con Mixtepecy es el lugar por donde pasan para iniciar su camino al norte.Es el caso también de Woodburn, localidad donde se informansobre el próximo trabajo en los estados del norte de EstadosUnidos.

El Llano

Rumbo al oeste y lejos de la carretera a Tlaxiaco, se encuentrauna pequeña brecha que en algunos lugares tiene incrustadosfósiles de conchas. Más arriba, desde donde se domina el vallede Mixtepec, se encuentra El Llano. Esta comunidad, conside-rada ranchería, está más alejada de la cabecera y nunca fueparte de ella. El centro de su vida está más disperso, cuenta conun establecimiento preescolar en donde toman clase cerca dediez niños, y una pequeña casa de salud. Tiene una primariaun poco alejada de este lugar, sobre una de las pequeñas coli-nas. Rumbo al norte se encuentra la nueva telesecundaria dela cabecera municipal, que se localiza en una pequeña comu-nidad llamada Yosobá (la telesecundaia se cambió hacia un lu-gar más amplio y porque donde se ubicaba el predio era pres-tado. La comunidad por sí sola donó el espacio y se ocupó detrasladar su escuela para allá. Ahora tiene mejor recepción ydos maestros más). El Llano tiene una vida política intensa,por lo común se reúnen en asambleas en las casas de sus repre-sentantes y me comentan constantemente de su poca depen-

dencia de la cabecera, aunque siempre negocian con ella. EnEl Llano apliqué 12 cuestionarios vitales que me indicaron laslocalidades más relevantes en la geografía transnacional dela comunidad:

1. San Juan Mixtepec (cabecera), Oaxaca.2. Naples, Florida.3. Elba, Nueva York.4. Burgaw, Carolina del Norte.5. Wilson, Carolina del Norte.6. Harrisonburg, Virginia.7. Santa María, California.

De estas localidades, la cabecera tiene la misma relevanciaque Independencia, porque es en donde se realizan los trámi-tes y registros. Su importancia es administrativa, política yreligiosa. En Florida, Naples es una localidad central en la geo-grafía de la comunidad porque allí viven numerosas personasde El Llano, que sirven de apoyo para quienes trabajan en losranchos de los alrededores. El mismo caso sucede con Elba, enel estado de Nueva York, pero se le menciona menos porquelos paisanos prefieren vivir en Florida, donde, según me dije-ron, se sienten más identificados. La localidad de Burgaw esconocida porque fue el lugar de trabajo por tres años consecuti-vos, lo mismo que Wilson. Por su parte, Harrisonburg, en Vir-ginia, es un punto de encuentro para la comunidad de El Lla-no en Estados Unidos, donde algunos de ellos viven de maneramás o menos permanente. Finalmente, Santa María, Califor-nia, es también un lugar de trabajo muy recurrente, aunqueha menguado en estos últimos dos años.

Barrio Lado

Al oeste de Independencia se encuentra Barrio Lado, a esca-sos 20 minutos por la misma carretera que conduce a Tlaxiaco.Es un lugar que anteriormente pertenecía a la cabecera comouna extensión del Barrio de Jesús. Pero es dentro de la dinámi-ca de dispersión de las comunidades que Barrio Lado se ha se-

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parado y proclamado en una forma particular. Este procesode dispersión es probablemente originado por el aumento dela migración y la necesidad de las pequeñas localidades de go-bernarse y controlar sus propios recursos de manera indepen-diente de la cabecera. En este lugar, la escuela primaria tieneuna importancia central, ya que es bastante grande y es unpunto de reunión de Barrio Lado, el cual geográficamente estámuy diseminado a lo largo del corredor de la carretera. Aquíse realizan las ceremonias de la comunidad y se discuten lascuestiones políticas. Otro punto es que de aquí es originario elactual presidente municipal, Moisés Cruz (2001-2004), y fueen la cancha de esta primaria donde se le designó para ocu-par el puesto. En esa ocasión fue notorio cómo personas de In-dependencia y de El Llano se hicieron presentes y algunosincluso cooperaron con refrescos y comida para celebrar la to-ma de posesión.

¿Una comunidad o tres?

Las localidades de Barrio Lado y El Llano también son consi-deradas rancherías o cuadrillas (depende de quién lo defina).El problema de clasificación de estas comunidades, dentro delámbito legal del Estado mexicano, ha creado cierta confusiónen el momento de referirse a ellas. La clasificación políticade las comunidades en Oaxaca depende de la población de lasmismas. Sin embargo, en años recientes la demografía regio-nal es afectada por la enorme migración. Por un lado, los emi-grantes participan activamente con sus aportaciones econó-micas y regresan para cubrir cargos religiosos y civiles cuandose les solicita, por lo que son contados como parte de la pobla-ción de la comunidad. Por el otro, cuando se levantan censospor parte de instancias del gobierno federal o estatal, los trans-migrantes no son contabilizados como parte de la comunidad.Existe tensión entre los diferentes criterios de la demografíaestatal y por la manera en que se les considera para efectosadministrativos. Es por esto que hay una “contienda” por la re-presentación que distintas instancias hacen de estas comuni-dades. En algunos casos, Independencia aparece como depen-

diente de El Llano, por ser ésta una comunidad con mayor po-blación estable en la localidad. Otras veces aparecen con jerar-quías iguales. Otras más se presentan como extensiones de lacabecera municipal.

Las tensiones entre las localidades son, sin embargo, par-te del proceso mismo de “hacer comunidad”. Así, por ejem-plo, las personas que viven en la comunidad de El Llano hanconstruido recientemente un camino diferente para salir ha-cia Tlaxiaco, que no pasa por Independencia y se une más ade-lante a la carretera principal. Asimismo, la ruta que seguirá lacarretera asfaltada (siguiendo la ruta construida por El Llano,o por el camino de Independencia) ha sido un motivo de com-petencia entre estas comunidades.

Es notorio cómo en el viaje al norte y en el trabajo en Es-tados Unidos las comunidades de El Llano e Independenciason parte de una misma comunidad y, sin embargo, en Oaxacasurgen motivos de discrepancia y de competencia. Cierto esque en el norte las diferencias existen y no están exentas deconflicto. En cierta forma es el conflicto el que otorga la diná-mica a estas comunidades, tanto en el norte como en Oaxaca,pero el sentido es distinto. Mientras en Estados Unidos ambascomunidades están inmersas en el mercado y a merced delcapital que determina sus siguientes movimientos, en Oaxacalas localidades compiten en una comunidad, presta a proletari-zarse, como lo es Mixtepec, donde los recursos con que cuentecada una son un paso importante para lograrlo.

LA ARTICULACIÓN A PARTIR DE LA “COMUNIDAD EN EL NORTE”

Existen entre Independencia, El Llano y Barrio Lado vínculosadicionales creados por la experiencia transnacional. Son comoun nódulo que articula una nueva “comunidad del norte”. Estacomunidad tiene características y dinámicas propias, impues-tas en parte, por la vorágine del trabajo migratorio dentro deEstados Unidos. Entre otras cosas, le distingue una estrategiacomún frente al mercado: la respuesta rápida y efectiva frentea la urgencia del capital de mano de obra.

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En este sentido, la comunidad del norte practica una in-tensa comunicación entre sus miembros y con los rancherospara conocer los próximos lugares de trabajo. Esta comunica-ción se da por medio de los teléfonos celulares y de las reunio-nes que se organizan pasando la voz entre los paisanos. Los re-cursos como el teléfono fijo, la radio o la internet no son de usofrecuente, ello probablemente se deba al poco acceso que existea estos medios en los campos agrícolas en Estados Unidos,donde una caseta telefónica o un café internet pueden estaralejados a varias horas de distancia de los lugares de trabajo yde vivienda.

Otra característica de esta comunidad norteña es su extra-ordinaria movilidad. Por ello los vehículos, en su mayoría camio-netas conocidas como “van”, son estratégicos para el grupo.En ellos se desplazan entre la vivienda y el trabajo, se va decompras o se acude a la lavandería. Las camionetas adquiri-das contienen, en sí mismas, todos los significados de la vidaen el norte. Me refiero a que son usadas como vivienda, en oca-siones son incluso mejor alternativa que los lugares a los queson destinados en los ranchos. Son signo de privilegio y obje-tos de poder para sus dueños, además de que se usan en lacontienda de la vida diaria para asegurar una posición de domi-nio sobre los otros trabajadores, quienes dependen siempre desus buenas relaciones con el dueño y de sus ganas de sacarlosen la camioneta. Son factores de prestigio y significan la po-sibilidad de llegar a tiempo, de pertenecer y de trabajar, decontinuar con la vida propia; porque en ellas se va de compraso se va a tomar cerveza, se hacen confidencias y se arreglan odesarreglan tratos. Las camionetas son la parte de la comuni-dad que les permite asegurar, cumplir y concluir con el trabajo.

Por último, una característica común a esta comunidad delnorte tiene que ver con un sentido del trabajo y de estar dispues-tos a ser explotados con su propia complicidad. Quienes sonparte de esta comunidad se dirigen a trabajar a Estados Uni-dos con la idea persistente de que su estancia en ésta u otrascomunidades similares es temporal, y que serán sólo algunosaños los que tendrán que trabajar duro para poder reunir algúndinero y mandarlo a sus comunidades o gastarlo ellos mismos.

Con la idea de trabajar intensamente entran en los ranchos,donde son sobreexplotados, porque en muchas ocasiones nose respetan sus derechos laborales y comúnmente aceptan laidea de que trabajando diez o doce horas, a veces más, en con-diciones difíciles evitarán trabajar más tiempo en algún otrolugar de Estados Unidos. Por un lado, las posibilidades de ga-nar más dólares en menos tiempo es cierta, pero también sonmayores las posibilidades de que se abuse de su fuerza de tra-bajo. Los mixtecos de las comunidades de Independencia, ElLlano y Barrio Lado comparten estas características cuando seencuentran trabajando en el norte, en la costa este.

LA GEOGRAFÍA DE LA UNIDAD LABORAL EN ESTADOS UNIDOS

Para conocer la distribución geográfica de la comunidad asícomo las características más importantes de las actividadesque realizan los entrevistados en las localidades menciona-das, en mi estancia en México y Estados Unidos apliqué cuestio-narios. Los “cuestionarios vitales” aplicados fueron diseñadospara conocer los lugares donde acontecen sucesos importan-tes para los mixtepequenses, y el ámbito de la vida al cuál serefiere dicho acontecimiento (educación, trabajo, participaciónpolítica, etcétera).

De los diez cuestionarios vitales aplicados en Carolina delNorte a miembros de las tres localidades que convergen enEstados Unidos, y que se conforman como lo que hemos deno-minado “comunidad del norte”, puede observarse que los miem-bros de las tres comunidades comparten las siguientes toponi-mias, como parte de sus trayectorias vitales:

1. San Juan Mixtepec (cabecera), Oaxaca.2. Clinton Leane, Carolina del Norte.3. Naples, Florida.4. Yosobá, Oaxaca.5. Albión, Nueva York.6. Barrio Lado, Oaxaca.7. White Lake, Carolina del Norte.

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8. El Llano, Oaxaca.9. Elizabethtown, Carolina del Norte.

10. Garland, Carolina del Norte.11. Harrisonburg, Virginia.12. Homestead, Florida.13. Plaint City, Florida.14. Tallahasse, Florida.15. Medina, Nueva York.16. Rosario, Sinaloa.17. Santa María, California.

Esta lista muestra que una parte de la comunidad tienegran cercanía con San Juan Mixtepec, lugar con el mayor núme-ro de menciones. Debido a que Independencia, Barrio Lado yEl Llano son comunidades cercanas a la cabecera, pero sin losservicios de ésta, ya que son sólo rancherías, los servicios civi-les se tienen que realizar en la cabecera.

Clinton, en Carolina del Norte, es mencionado por ser unlugar de paso entre Florida, Ohio y Nueva York, lugares dondeel trabajo es más intenso y duradero. En Clinton, la estanciadura sólo un mes y medio, pero es un punto de contacto muyimportante, porque allí se puede acceder al universo de traba-jo que se encuentra más al norte.

La población de Naples, Florida, es un punto importanteporque es en donde viven muchas personas del municipio deMixtepec de manera permanente. Naples existe, además, enel imaginario de la comunidad, como un lugar de trabajo perma-nente. Las localidades listadas con los números 4, 5, 6, 7, 8, 9 y10, son puntos que forman parte de la “geografía colectiva dela comunidad”. Son lugares relevantes para la gran mayoríade los informantes. Es ahí donde se desarrollan las actividadesrelacionadas con el trabajo, el estudio, los matrimonios, et-cétera. Homestead, en Florida, es un lugar de mucho trabajoen la agricultura. Igual que Clinton en Carolina del Norte, es unpunto de referencia para quienes trabajan en una región muyamplia a su alrededor. Harrisonburg, Virginia, se distingue por-que, si bien es un lugar donde los paisanos van al trabajo agríco-la estacional (véase el trabajo de Jorge González en este mis-

mo libro), es también un lugar de trabajo permanente, ya quela ciudad está dedicada a la crianza y al procesamiento de aves(pollo y pavo), donde trabajan mixtecos a lo largo de todo elaño. El resto de los lugares (13, 14, 15, 16 y 17) son puntos muyconcurridos de trabajo para esta comunidad.

LA RED DE REDES TRANSNACIONALES

Tomando como referencia la información de los cuestionariosque apliqué entre los trabajadores mixtecos con los que viaja-ba por Carolina del Norte, así como la recabada en Barrio Ladoe Independencia, en Oaxaca, encontramos que los habitantesde estas localidades mencionaron a Burgaw, Carolina del Nor-te, como un lugar donde ha transcurrido parte de su vida. Paralos habitantes de Barrio Lado, así como para los del grupo detrabajadores en el “norte”, Santa María y Harrisonburg (enCalifornia y Virginia, respectivamente) son lugares que revis-ten relevancia. Los tres grupos entrevistados refieren a SanJuan Mixtepec, en Oaxaca, y Naples, en Florida.

Del cuadro 1 se desprende que las experiencias de vida delos mixtepequenses entrevistados en Oaxaca y Carolina delNorte convergen de manera especial en Naples y compartenexperiencias laborales en Burgaw, Carolina del Norte, en San-ta María, California, y en Harrisonburg, Virginia. Todos sonreferentes para los tres grupos entrevistados, como lo es la ca-becera municipal en Oaxaca. Tanto los entrevistados en BarrioLado como aquellos que respondieron el cuestionario trabaja-dores entrevistados en Carolina del Norte, como para el grupoentrevistado en Barrio Lado.

La información anterior permite sugerir que las vidas delos mixtepequenses se entreveran en una geografía comparti-da y transnacional, formando redes que se replican en rizomasque articulan a las localidades, y éstas a su vez forman partede geografías incluso mayores de pueblos y regiones transna-cionales en movimiento.

Las dinámicas sociales de los mixtepequenses no puedenser explicadas sólo a partir de lo que sucede en el contexto de

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PROCESOS ECONÓMICOS Y COMUNIDAD

En la costa este de Estados Unidos las formas de produccióntienen algunas características que debemos considerar paraconocer mejor el funcionamiento de lo que llamaré, desdeahora, la “comunidad percibida”, que definiré más adelante.Las características del capital globalizado adquieren en estaregión formas vertiginosas debido a la “demanda inmediata”,que Besserer considera, es la articulación del capital sobre loshiperespacios, por los que la producción se intensifica de acuer-do con las necesidades del mercado. Por ejemplo, si hace faltadeterminada cantidad de manzanas en un supermercado deVirginia, los jornaleros acudirán al trabajo que el mercado lessolicita para recolectar dicha cantidad de manzanas en deter-minado tiempo. Los trabajadores que responden a este esque-ma están sometidos a un régimen de sobreexplotación dentrode los campos de cultivo estadounidenses —los hiperespacios;monótonos— que están abiertos a un tipo especial de trabaja-dores que son capaces de producir lo solicitado en el tiempo

las fronteras políticas municipales. Las afinidades y tensionesentre diversas localidades en Oaxaca pasan por las experien-cias vividas en las unidades laborales que juntos emprendenpor la “corrida” norteña, así como la vida en Naples y en Ha-rrisonburg, donde crecientemente encontramos organizacionessociales, laborales y políticas de los mixtepequenses. Conocerlas dinámicas combinadas de la vida transnacional es impor-tante para explicar la dinámica comunitaria en Oaxaca y vice-versa. Procesos tales como la construcción de carreteras, lasafinidades en el trabajo asalariado, el lavado de ropa y la sociabili-dad en los bares en Carolina del Norte son parte de estas diná-micas generales de la comunidad, donde se entreveran vidas,pueblos y regiones en el plano transnacional.

No sería correcto plantear que esta geografía transnacionales el resultado obligado de las condiciones macroestructura-les en las que se insertan las vidas de los transmigrantes (lascadenas globales de mercancías, las políticas estatales, etcé-tera). Hay un gran margen de variabilidad, indeterminacióne incertidumbre en el proceso. Pero en ese gran caos tambiénhay procesos organizadores como los mercados de trabajo, lasorganizaciones de trabajadores agrícolas, las reglas comunita-rias, etcétera. Son esos procesos aleatorios, pero concretos, losque me interesa describir.

EL NORTE INDEPENDENCIA Barrio Lado

San Juan Mixtepec San Juan Mixtepec San Juan Mixtepec(cabecera), Oaxaca (cabecera), Oaxaca (cabecera), Oaxaca

Naples, Florida Naples, Florida Naples, Florida

Burgaw, Carolina Burgaw, Carolinadel Norte del Norte

Harrisonbourg, Harrisonbourg,Virginia Virginia

Santa María, Santa María,California California

CUADRO 1

INDEPENDENCIABARRIO LADO

COMUNIDAD“DEL NORTE”

Burgaw, NC

San JuanMixtepec

Naples, FLSanta María,

CAHarrisonbourg,

VA

Figura 1.

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establecido. Quienes así se encuentran trabajando necesitande algunos recursos para poder laborar, quiero decir formas decomunicación precisas y la capacidad de movimiento para estaren el lugar donde se les solicite. Estas formas de movilidad, es-te empleo trashumante, caracteriza a los grupos que utilizanel capital como de “rápida respuesta”.

Dentro de este esquema coloco a la comunidad del norte;este conjunto de grupos étnicos que tiene, de alguna manera,una “unidad laboral”. Están organizados bajo una estrategiaeconómica y esto se convierte en el denominador común decualquiera de estos trabajadores.

Dentro del grupo que yo visité en Estados Unidos existíaun determinado número de mixtecos de las regiones de Tlaxia-co, Juxtlahuaca, Juquila y la Mixteca Baja. También encon-tré indígenas mam de la región este de Guatemala y personasde los estados de Morelos, Querétaro y del Distrito Federal.Este grupo es un ejemplo de muchas otras unidades laboralesque surgen en los espacios discontinuos (o hiperespacios) delcapital globalizado; unidades compactas, multiétnicas, nutridasprecisamente por las regiones que expulsan a sus trabajado-res, reunidos en los campos, en las fábricas, en los servicios,atentos a la demanda de mano de obra dentro de los países re-ceptores.

Estos grupos especializados en sus tareas son capaces deresponder de manera eficaz al trabajo en los cultivos; da lomismo que sea en los campos donde se pizca calabaza, fresay mora azul, sin importar si es en Florida, Carolina del Norte oNueva York.

LA COMUNIDAD PERCIBIDA

Dentro de la unidad laboral que pude visitar en el estado deCarolina del Norte, encontré inmediatamente a los paisanosmixtecos que había ido a buscar. No sólo ocurrió que es mixtecoquien me recogió en la estación del Greyhound, sino que lle-gué a trabajar dentro de un grupo de mixtecos que tenían paraellos una zona de surcos para pizcar. También viví en una “trai-

la” con tres de ellos y tres guatemaltecos de origen mam. Losmixtecos, debido a una serie de características que implicansu lengua, su aspecto, su forma de vivir, son identificados co-mo tales dentro de esta unidad laboral. Son reconocidos porotros y por ellos mismos (como diría Stavenhagen) dentro deesos espacios del capital agroindustrial, y aunque el supervi-sor profano considere que todos quienes trabajan allí son igua-les, cada grupo se reconoce diferente; sin embargo, respecto alos mixtecos esta cualidad se ve reforzada por sus característi-cas culturales y su identidad; es decir, se perciben dentro delespacio ocupado por quienes laboran en estos campos. La co-munidad percibida hacia fuera del hiperespacio laboral es indis-tinta, y hacia dentro se reconoce y es reconocida por los jorna-leros debido a sus características étnicas.

Dentro de la comunidad percibida existen personajes in-teresantes que participan activamente en su organización yfuncionamiento; estos personajes son mixtecos y están a lacabeza de esta comunidad. El primer caso, Benito López, es elcontratista, también nombrado manager o contrator. Sus tareasson múltiples y la principal de ellas es conseguir trabajo, lle-var a su gente y estar comunicado con los rancheros para ob-tener —antes que otras unidades laborales— los contratos enlos ranchos. Su trabajo es estar comunicado y para ello Benitorecurre a la telefonía celular. Porta varios celulares a la vez,prácticamente uno para cada estado donde trabaja en EstadosUnidos. Benito se encarga de conseguir condiciones propiciaspara el trabajo en los ranchos —solamente se dedican al traba-jo agrícola—, de encontrar vivienda y de conseguir los contra-tos de energía eléctrica para las viviendas que consigue. Tam-bién es el responsable de dar a sus trabajadores un pago quepueda ser considerado justo para ambos. Benito es capaz denegociar con el ranchero y en esta capacidad reside su podersobre los demás jornaleros, supeditados a lo que les puedaconseguir.

Los cuñados de Benito —Lázaro, Norberto y Ambrosio—son quienes conocen y conducen a los trabajadores a los cam-pos de cultivo. Durante el trabajo en Carolina del Norte, Benitorecibió una llamada a su celular que contestó en mixteco, des-

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pués me contaría que era su cuñado Lázaro quien le avisabaque en los próximos tres días llegaría en una camioneta “van”,de las más grandes, con 27 personas de Morelos y una delDistrito Federal. Esta llamada la contestó Benito diciéndoleque ya tenía dónde alojarlos, aunque hubiera preferido quellegaran a Nueva York dentro de 15 días, porque ahí si ha-bría lugar suficiente para todos. En esta llamada Benito le dijoa su cuñado que si era posible no pasaran por Texas, debido aque ya había mucha vigilancia de la policía de migración. Cuan-do llegaron traían dos camionetas con los trabajadores, hom-bres, mujeres jóvenes y niños. Fueron directamente a trabajara donde yo me encontraba; se quedaron a vivir en una “traila”y también utilizaban la camioneta para dormir. Requirieronseis coyotes para pasarlos por Sonora, allí hicieron contactocon los mixtecos que los llevaron al norte.

Quienes ya tienen la ciudadanía estadounidense o la resi-dencia llegan por sus propios medios y se comunican con Be-nito para saber el punto de encuentro. Conviví con Benito enOaxaca algunos meses y me dio su teléfono celular en EstadosUnidos, lo cual me permitió iniciar su búsqueda por la costaeste —aunque se supone que yo ya sabía que estaba trabajan-do en Carolina del Norte— y saber con precisión cuál era elpueblo más cercano a su lugar de trabajo. Estas comunidadestransnacionales insertas en los procesos de producción acele-rados, como los que ocurren en la costa este de Estados Uni-dos, tienen una gran movilidad, por lo que dependen de unaactiva red de comunicación que yo pude aprovechar para po-der localizar mi comunidad.

Al llegar, los jornaleros ya saben o por lo menos intuyensus labores en los inmensos campos de cultivo y se dejan con-ducir por los cuñados, que a su vez parecen desempeñar elpapel de mayordomos dentro de la estructura de trabajo de losmixtecos.

LAS NUEVAS MASCULINIDADES TRANSNACIONALES

Con tres casos etnográficos mostraré ahora fórmulas diferen-tes de construcción de la masculinidad en el contexto trans-

nacional, para después explorar tres regímenes en torno a loscuales se construye la inequidad de género en el contexto trans-nacional.

Benito López

En Oaxaca, Benito es un hombre respetado porque representala culminación de una búsqueda de valores que tiene la comu-nidad de Mixtepec; dichos valores están asociados con la iden-tidad viril en el norte y sólo se pueden alcanzar enfrentandolos múltiples problemas que algunos varones ya conocen. Parahombres como Benito es importante encarar a los dueños delos ranchos, y lo hace poniendo en contienda su propia repre-sentación de indígena, de jornalero y de extranjero; es decir,necesita crear estrategias congruentes con una representaciónque, enfrentada a sus trabajadores, sea aceptada como hegemó-nica e incuestionable, aunque no sea así frente al ranchero.Benito debe trabajar más que los otros para tener las cosas quese consideran dan prestigio a los hombres: camionetas, casasy los enormes gastos de las fiestas en su pueblo. Debe ser ca-paz de darse a respetar y de sobresalir por un conjunto devalores que lo distingan como hombre respecto a los demás va-rones de su comunidad. Se trata de mantener una familia y derepresentar a su comunidad adecuadamente, si es necesario,frente a otras personas. En este punto puedo mencionar quemientras algunos trabajadores trataban de ocultar su condi-ción de indígenas oaxaqueños, Benito hacía ostentación de ella,dando a entender que un indígena —considerado en términosnacionales marginal— es capaz de negociar y de trabajar conrancheros estadounidenses, además de conseguir condicionesventajosas para sus jornaleros.

Respecto a las relaciones que sostiene con su familia, Be-nito está casado con una mujer de El Llano y tiene dos hijosque nacieron en Oaxaca. Son niños que utilizan la internet yestán perfectamente adaptados en su medio, su lengua —elinglés— y en su escuela en el estado de Nueva York. Su esposatiene un trabajo fijo y por eso no lo puede acompañar a suscompromisos en estados de la costa este, pero tampoco lo acom-

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paña a Oaxaca, porque Benito considera que ese lugar es suyoy es donde puede visitar a sus amigos y hacer lo que quiera.En este sentido, San Juan Mixtepec es un lugar de privilegiopara quienes, como Benito, aprovechan la temporada de fies-tas y celebraciones de fin de año para exhibir su presencia ysu capacidad de gastar. Mixtepec se convierte en un lugar don-de los hombres contienden en una lucha por sobresalir entrelos demás y ser más hombres. El nuevo espacio que se estáformando tiene que ver con una posición económica privile-giada, pero con un enfoque distinto, como el nuevo restauran-te que planea abrir Benito: “un restaurante donde se vendacomida como hamburguesas y pizzas para los paisanos”. Comopodemos advertir, en el caso de Benito, existen formas de mascu-linidad que reivindican valores asociados al dinero y al presti-gio obtenidos en Estados Unidos.

Cuando acompañé a Benito a Telixtlahuaca, me dijo quesu generación podría ser la última que se preocupe por encon-trar trabajo y sufrir trabajando. Ahora, sus hijos en EstadosUnidos asisten regularmente a la escuela y pueden encontrarotras formas de trabajo que no sean tan duras. Su propia búsque-da de una mejor vida le ha provocado a sus hijos, sin quererlo,la apatía hacia la aventura. Puede resultar difícil hablar de lasexpectativas de esta nueva generación, pero de algún modo,esta generación será la encargada de dar continuidad a la comu-nidad extendida, por medio de otras formas de organización ycon una base de trabajo que puede ser distinta, como está ocu-rriendo en California, donde los mixtecos ya trabajan en servi-cios y se están expandiendo hacia otras labores. Mientras queotros recorren la costa oeste en forma de bandas, como una al-ternativa más de organización frente las difíciles condicionesque impone el capital de respuesta inmediata.

Lencho

Cuando mi colega Adriana Zárate llegó procedente de Florida,la situación cambió: nuestro amigo, el contratista, consideróque no era apropiado para una mujer dormir en una camione-ta como yo lo hacía, nos dijo que lo mejor era que tuviéramos

un lugar donde mi compañera y yo pudiéramos estar más có-modos. Nuestro amigo, el contratista, pudo conseguirnos sindificultad un lugar donde vivir durante el tiempo que íbamosa estar con ellos, lógicamente fue una “traila”. La “traila” don-de llegamos fue, a primera vista, un lugar singular. El núme-ro de inquilinos era pequeño: sólo seis habitantes. Su compo-sición étnica también fue singular, tres eran jóvenes mixtecosde la región de Mixtepec y tres personas de Guatemala, dos deellos indígenas mam. Pudimos distribuirnos en tres cuartos ycompartimos el baño, la verdad fue que esto hizo las cosas mássencillas, porque una vez que tuvimos un lugar estable pudi-mos organizar mejor las estrategias para nuestra investigación.Sin embargo, poco a poco pude percatarme que la propia vidaen nuestra “traila” –así le decíamos— era también un espacioque me podía explicar el modo en el que se construyen comohombres los jornaleros mixtecos. A partir de algunas variables(el conflicto entre los hombres, la competencia, el trabajo y laamistad) los ocupantes de esta “traila” construían día con díasu identidad como hombres.

El conflicto es algo que resulta inevitable en toda relaciónhumana. La convivencia en una “traila”, donde el espacio esreducido y existen muy pocos privilegios (como el agua calien-te y una pequeña cocina), resulta problemática. Durante la vidaen la “traila” se crearon algunas reglas que los recién llegados—mi compañera Adriana, un guatemalteco y yo— aprendimos.Se establecieron turnos para cocinar y todos íbamos juntos alsupermercado. El baño era primero para los oaxaqueños, des-pués para los guatemaltecos y, finalmente, para nosotros. Larelación entre los trabajadores oaxaqueños y los guatemaltecosfue de cordialidad, aunque a espaldas de unos, los otros hacíanbromas. Sin embargo, esto no pasó de manera que afectara no-toriamente la relación entre estos grupos, y en repetidas oca-siones se reunían para ver alguna película en la televisión deSantos, el guatemalteco.

Lencho, un oaxaqueño al que yo considero el líder dela “traila”, fue quien logró imponerse a los demás hombres. Larazón es que él tenía la camioneta que nos transportaba y deci-día la hora y hasta el destino si teníamos que salir. Su camio-

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neta era un símbolo de su capacidad de trabajo y era muy cui-dada: diariamente Lencho la limpiaba y si no lo hacía, algúnotro de sus paisanos oaxaqueños la lavaba. Esta relación de po-der sobre los demás está mucho más implícita a la hora de ir altrabajo: Lencho era el primero en abordar la camioneta y laprendía de manera ruidosa para asegurarse de que todos losdemás estábamos enterados de que ya era hora de ir a trabajar.

El trabajo es una parte importante en la definición de serhombre y qué clase de hombre. En las relaciones de poder en-tre varones, la capacidad de trabajo es una manera de defi-nir la virilidad, dado que se considera que el uso de la fuerzaes un privilegio reservado para los hombres, quienes la em-plean en sus labores. Es en el trabajo donde la competenciapor el dinero es equivalente al uso de la fuerza. Dentro de la“traila” dos eran los hombres que en su trabajo se distinguían:Lencho, el oaxaqueño, y Santos, el guatemalteco. Entre ellosse estableció una callada competencia avalada por sus compa-ñeros, un día ganaba uno más y al siguiente día otro. Esto fueuna forma de equilibrar la representación entre estos gruposal interior de la “traila”.

Después fue más sencillo juntarnos para pasar las calu-rosas noches de Carolina del Norte, platicando e incluso bro-meando. Santos, gracias a su trabajo, pudo comprar una tele-visión con videocasetera y ocupó un lugar especial dentro delas actividades de la “traila”, porque una de las actividades fa-voritas de los muchachos era ver películas. Por esta razón, unpoco más tarde, Lencho compró una televisión para su camio-neta. En tanto, Santos me contó que planeaba comprarse unacamioneta tan pronto como pudiera hacerlo. Cuando le pre-gunté para qué la quería, me dijo que no podía esperar a queLencho lo llevara a la lavandería cuando quisiera, además conla camioneta sería el primero en llegar a su pueblo en Guate-mala con un vehículo y eso sería muy importante para él.

Hombres como Lencho y Santos contienden cotidianamen-te fuera de los centros cívicos y religiosos de sus comunidades.En este contexto “excéntrico”, sus identidades como varones seconstruyen con características distintas y se demuestran comoen esta ocasión, a través del reconocimiento del trabajo y de

manejar artículos de prestigio y de poder hacia los demás, comola camioneta y la televisión.

Fernando Sánchez

Fernando Sánchez Hernández tiene 27 años y vive en la cabe-cera. Desde hace algún tiempo no viaja a Estados Unidos, peroaún se considera parte de la banda de mixtecos californianosllamada “Arre Juanita”. En Mixtepec sigue con una vida muyparecida a la que hacía cuando vivía en Leamont con los “juani-tos”. Su experiencia de viaje al norte fue muy dura y solitaria;no llegó a ver a su hermana en Virginia, sino que se quedó atrabajar en California porque allí conoció a otros muchachosmixtecos que formaban grupos como bandas, en sustituciónde sus familias y para formar algo así como un frente étnicopara protegerse: “nos juntábamos para defendernos de losgringos, de los salvadoreños y hasta de güeyes de Zacatecas ydel norte. Cuando estábamos frente a bandas de otros paísespues todos nos juntábamos, pero cuando nos quedábamos pu-ros mexicanos se ponía cabrón y nos hacían menos, nos de-cían “oaxacos” y ya allí pues nos juntábamos los del pueblo ynos dábamos en la madre con ellos”.

Pero este frente oaxaqueño se dividía en facciones de co-munidades y barrios que se enfrentaban entre sí; los “Vatoslocos” y “Arre juanita” de la cabecera, los “Prófugos del infier-no” de Canama, los “Fuck rollers” de Barrio Lado y Yosobá. Es-tos grupos toman de las bandas angelinas las formas de vio-lencia en sus relaciones. Es considerado por los jóvenes queestán inmersos en esta situación que es muy de hombres de-mostrar valentía, resistencia a la bebida y a los golpes, y demos-trar a los demás su capacidad viril respecto a las mujeres.

La situación de las mujeres es distinta, no se les consideraparte activa de la banda, sino la parte que debe ser protegiday defendida en su honor, de ser el caso. Son una parte pasiva yaunque comparten con sus compañeros la mayoría de las acti-vidades no participan en las que son consideradas cosas dehombres. No intervienen en peleas sino es con otras mujeres.

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Además, la actitud hacia el sexo es abierta, pero como dice Fer-nando: “pues si te tiras a una, ésa ya te pertenece, o sea vato,tienes a una, pero ésa ya es tuya”.

Las relaciones entre estos jóvenes son distintas, pero nohan mejorado las relaciones entre géneros. Las mujeres siguensiendo consideradas pasivas y sentimentales, lo que les impi-de tener un rol más activo en estos grupos. En los bailes quese organizaron fueron hombres de distintas bandas, pero ningu-na mujer. Cuando llegaron a ir permanecían solas, mientraslos varones —a veces dirigidos por Fernando— se dedicaban apelear entre ellos. Pero eso sí, no te les acerques a invitarlas abailar, porque puedes buscarte un problema y salir del bailerumbo a la clínica.

En Estados Unidos se cuecen las rencillas, pero debido a lasituación precaria de algunos jóvenes trabajadores (falta depapeles, líos con la policía), se contienen de llevar al extremosus pleitos y saben esperar para llegar a la tierra sin ley deOaxaca, donde es más fácil pelear y huir al norte, o en su casoya no regresar. Fernando está en una situación parecida:

[...] mi problema fue que me pelié con un vato de Santa Cruz,allá en el norte, luego me vino a buscar aquí, aquí le volví adar y este chavo me amenazó con matarme en el norte. Yono le saco, pero lo espero aquí porque si pasa algo me puedoir al norte. Si le hago algo allá pues me agarran y me chingan.

Fernando considera que puede ser un hombre formal y ca-balleroso con quien no conoce, por mi parte puedo decir quedesde un principio fue hospitalario y le caí tan bien que parti-cipó de las pláticas vespertinas que tenía después de comercon su hermana en su tienda, en un lugar público donde llega-ban sus amigos. Fue por él que pude conocer a los demás inte-grantes de “Arre Juanita” y nadie expresó una burla por la si-tuación de que un chilango pasara tanto tiempo en la tiendacon su hermana.

La hermana de Fernando es quien mantiene la casa y oca-sionalmente él le ayuda, casi siempre va a Oaxaca con su no-via y no se pierde un partido del Cruz Azul. “Si mi hermana

está allí sin hacer nada, pues que se ocupe de la tienda”. Ellahace las labores de la casa, excepto por la ropa de su hermano,ya que él mismo se encarga de lavarla. Fernando es atentocon los demás habitantes de Mixtepec. Se ofreció para tras-ladar el ataúd de un hombre muerto en el norte y llevó a susamigos para que lo cargaran también. No tiene problema paramencionar sus preferencias políticas y para apoyar a quien,según él, lo está haciendo bien; asimismo, recibe de buen modolas críticas.

Ante la insistencia de la hermana de Fernando, llevé a ca-bo una sistematización: cada semana Fernando tomaba alcoholtres días, trabajaba dos y pasaba otros dos en Oaxaca. En estecaso, el “ser varonil” es también una medida de presión paraque Fernando maneje su identidad de hombre de una mane-ra tal que la experiencia trasnacional no modifique su posi-ción hegemónica. Se trata de una masculinidad nueva basadaen criterios que no existían con anterioridad en Mixtepec, peroque se encuentran abriendo nuevos espacios. Fernando medijo que los jóvenes de ahora buscan sobresalir por medios dis-tintos a los de sus padres, pero siempre con la mira al norte.

LAS NUEVAS FORMAS DE INEQUIDAD

Los casos descritos son interesantes desde su posición respec-to a la forma en que contemplan su comunidad. Su experien-cia trasnacional no es similar a lo que las prácticas e identida-des dominantes pueden decir. Han creado sitios donde antesno había sino un sentimiento negativo hacia las prácticas dela vida en el norte. Sus diversas identidades resuelven contradic-ciones que podrían generar una actitud crítica hacia sus acti-tudes de varones dominantes. Para Benito, Fernando, Lenchoy Santos, es más importante considerarse y ser consideradoshombres en los ambientes distintos en que viven y poder, así,reivindicar su “ser varonil” frente a cualquier circunstancia.

Ellos manejan una serie de actitudes que no mejoran lasrelaciones de género, por el contrario, éstas se ven empodera-

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das con las actitudes de los varones y las mujeres que conocenen el viaje. Benito me decía:

[...] yo veo a los bolillos [así les llaman los mixtecos migrantesa los estadounidenses] cómo son con sus esposas. Ellas lesdicen y hacen lo que les da su gana, pero yo ya vi que de esamanera sus maridos también ganan, porque si ellos hacenalgo, como tomar, pues sus señoras ya no les pueden decirnada, así se aprovechan.

Y me dice Fernando:

[...] yo me fijo cómo son las mujeres de otros lados y cómolas tratan sus hombres. Yo no voy a dejar que alguien mal-trate a una mujer de mi pueblo, pero veo que algunas cosassí son efectivas para llevarse mejor con ellas, hablarles co-mo si fueran un vato o largarse a tomar con ellas de igual aigual.

Estas estrategias se acumulan en una experiencia de viajey vida en otros lugares, y cambian de alguna manera la visióndel sujeto, pero reafirman su posición masculina hegemónicafrente a nuevas condiciones subalternas de las mujeres (Ibarra,2003).

Debo decir que los hombres de Mixtepec no están empode-rados en todos los sentidos. Siguen siendo marginales en tér-minos de la sociedad nacional y en Estados Unidos, pese a elloconservan su identidad hegemónica frente a las mujeres desu comunidad y a otros hombres cuyas masculinidades sonconsideradas subalternas. Además, pude advertir una seriede comportamientos que se confrontan con las actitudes en-tendidas como correctas y con estas nuevas visiones de serhombre dentro de la comunidad. Los varones migran y ad-quieren actitudes y fragmentos de identidades que correspon-den a otras masculinidades hegemónicas que conocen con laexperiencia de la migración, pero aquellas identidades varoni-les consideradas tradicionales se ven confrontadas en los es-pacios creados por estos nuevos hombres, donde el respetoha sido sustituido por la competencia y la camaradería. Aho-

ra, ser parte de una banda, como Fernando, es algo que loshombres hacen para ser más hombres que otros; de la mismamanera, Benito juega en el prestigio de su papel proveedor lascosas que permiten ser a un individuo, un hombre. Lenchocompite con Santos y ambos contribuyen a crear una identi-dad varonil basada en criterios distintos a los de sus comu-nidades.

Estos nuevos hombres están formando un espacio propio,y ya es común ver muchachos vestidos como cholos en las ca-lles de Mixtepec; tampoco extraña la presencia de hombres ala usanza norteña, en sus grandes camionetas, oyendo corri-dos y hablando de una vida cada vez más comprometida conel norte, donde ahora ellos han dejado a sus familias para regre-sar y ser prueba de un triunfo que es posible, si quien lo deseapuede ser tan hombre como ellos. Estos casos tienen ya un es-pacio dentro de la comunidad de San Juan Mixtepec y lo hanenriquecido con su experiencia.

Sin embargo, la vida trasnacional no ha sido suficiente paramodificar el modelo hegemónico de dominio masculino, por-que por medio del contacto con otras situaciones en el norte,estos hombres han creado alternativas que empoderan las ac-titudes, los entendimientos y las identidades tradicionales ypatriarcales.

En Mixtepec algunos varones desarrollan estrategias dis-tintas, de acuerdo con su experiencia trasnacional para definirsey ser definidos como hombres, en una necesidad de resolversituaciones que ponen en contradicción su propia identidad.Por ello, en alguna ocasión me dijo Fernando:

[...] no es por ser mixteco, o mexicano, es porque para serhombre uno debe de sufrir un chingo y ¿para qué? Pues pa-ra no tener las manos vacías cuando regreses, para que nose diga que no la supiste hacer, porque es como si tu tierrate rechazara y ya no pudieras vivir aquí.

Sería equívoco plantearnos la posibilidad de que la globali-zación del capital haya creado procesos homogéneos de iden-tidad en todo el mundo, erradicando las diferencias (Montesi-

nos, 2002). Por el contrario, surgen todo tipo de diversidadescomo respuesta a las representaciones hegemónicas de la mo-dernidad. En este margen de alternativas, algunas identidadescomprendidas como formas fluidas, como narrativas que laspropias personas relatan y construyen (Fuller, 2001) surgencomo propuestas subalternas a las fórmulas hegemónicas depoder. Algunas identidades se han construido como imágenesde masculinidad “centrales” en el sistema de gobernabilidad yhan sido cuestionadas por estas fórmulas “excéntricas” que nocomparten la visión tradicional.

En la modernidad, considerada por Montesinos la fuenteactual del cambio, se encuentran diversas masculinidades quehan sido creadas a partir del cuestionamiento del modelo eco-nómico. En la vorágine del capital de respuesta inmediata enla costa este de Estados Unidos, los mixtecos han encontradoalternativas en la construcción de su masculinidad y han crea-do muchas masculinidades que se ven como ofertas de cam-bio frente al tradicional sistema hegemónico que provoca des-igualdad frente a algunos hombres y frente a las mujeres. Lasmasculinidades están cambiando en este marco y están crea-do espacios alternativos que siguen siendo subalternos y margi-nales.

REGÍMENES EN LOS QUE SE (RE)PRODUCE LA MASCULINIDAD

El respeto

El “respeto” suele ser vinculado a los sistemas tradicionalesindígenas (Portal, 1998). Algunos de estos sistemas se susten-tan en una base de poder que clasifica a los sujetos que loconforman como hegemónicos y subordinados. Parto del con-cepto de que existen masculinidades que ejercen un dominiosobre otros varones (Gutmann, 1998) y sobre las mujeres. Lascontiendas de poder dentro de los sistemas tradicionales indí-genas involucran actitudes que buscan sustentar las desigual-dades sociales (Besserer, 1999). Estas desigualdades se hacenevidentes por medio de los nuevos espacios que están surgien-

do en Mixtepec gracias a la migración; la participación de losnuevos hombres en el sistema tradicional de respeto ha oca-sionado cambios en su estructura. Besserer considera que existeun régimen sentimental (el respeto) que mantiene esta subor-dinación patente (Besserer, 1999). Las estructuras de podermantienen la gobernabilidad por medio del respeto entre loshombres y las mujeres.

El respeto está asociado al parentesco. De una manera tra-dicional, las relaciones entre la comunidad están fuertementesustentadas en las relaciones familiares. Algunas personas deMixtepec consideran que conocer y tratar a los primos, tíos ydemás parentela es, en todo caso, mejor que tratar personascuyo origen desconocen y cuyos antecedentes familiares tam-bién son desconocidos. Incluso la forma de concertar matri-monios está tradicionalmente relacionada con las relacionesfamiliares.

En Mixtepec, el sistema de respeto puede considerarse labase de la masculinidad tradicional mixteca. Este tipo de mascu-linidad está asociada con los demás valores tradicionales, ta-les como la paternidad y la virilidad asociada con el dominiosobre las mujeres, en la representación más general de cómodebe ser un hombre mixteco.

En Carolina del Norte este sistema de respeto enfrenta al-gunos inconvenientes debido a la situación que el capital hacreado en esta región; el respeto existe como una parte delsistema de desigualdad, compartiendo con otras institucioneslas formas de gobernabilidad; sin embargo, en la costa este deEstados Unidos no existen de manera formal estas institucio-nes y en los términos del Estado-nación, los trabajadores mix-tecos siguen siendo marginales; es decir, el sistema de respetono existe como tal en estos lugares del norte, nadie respeta aquienes están acostumbrados en términos formales a este sen-timiento hegemónico. Mediante la transnacionalidad estosmixtecos se convierten en subordinados y el sistema de res-peto en una forma subalterna de relación entre los migrantes.Este sentimiento hegemónico, considera Besserer, está inmersoen una contienda sentimental que la migración ocasiona apor-tando el “punto de vista” a sus integrantes en su experiencia

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de viaje. Quienes por medio de sus experiencias han asimi-lado nuevas fórmulas sentimentales, disputan al régimen derespeto los espacios reservados a la gobernabilidad de la co-munidad. En el viaje y por medio del trabajo los mixtecos hanencontrado nuevas fórmulas sentimentales que pueden oponer-se al sistema de desigualdad de respeto. Aun así, estas nuevasformas continúan siendo subordinadas frente a las clasificacio-nes sentimentales de la gobernabilidad en la comunidad. Merefiero, específicamente, a la amistad entre hombres y mujeres,y entre los varones. Estos nuevos órdenes sentimentales hanocasionados cambios en las relaciones de género y han creadonuevas maneras de desigualdad; es decir, que aunque la amis-tad es un régimen subordinado y que crea nuevas expectati-vas, es en realidad una nueva forma de subordinación entrehombres y mujeres.

La amistad

La amistad entre los mixtecos que trabajan en la comunidadpercibida de Carolina del Norte, ha surgido de las necesariasrelaciones entre trabajadores de muy distintos orígenes. Perso-nas de distintas nacionalidades y grupos étnicos conviven enun espacio estrecho y de alta movilidad geográfica. Por ello, laamistad es un recurso que los varones han convertido en unaestrategia de identidad. Entre los mixtecos jornaleros ser ami-gos representa una opción frente al viejo sistema de respetode sus comunidades de origen. También les ha servido paracontender en un nuevo espacio mediado por la producción, porlas posiciones de poder.

La amistad entre los mixtecos de esta comunidad surge en-tre los surcos del campo y en la confidencia de la “traila”. Des-pierta a la mitad de la noche con unas cervezas en la mano yespera el abrazo en la penumbra de un bar. La amistad se deci-de por la preferencia, como también se deciden los rivales.Entre la nostalgia y la acidez de una resaca, la amistad sobre-vive a la distancia, a veces aferrándose a un teléfono y otrasencaramándose a una camioneta. Ser amigo en estas condicio-nes es demostrar pesar por la partida del otro amigo y ser ca-

paz de invitar la cerveza al extraño, en ocasiones es poner elhombro para que el señor Tereso, que viaja por primera vezal lado de su hijo, llore borracho porque no podrá estar en losquince años de su hija. El significado de la amistad para los tra-bajadores puede estar relacionado con la sobrevivencia, conhacer tolerable el ritmo de la vida y la necesidad de desahogar-se de vez en cuando con la garganta atestada de cerveza.

Norma Fuller (2001) refiere que en la amistad se encuen-tran partes muy precisas de la construcción de la masculini-dad. Es en la dinámica de las relaciones sociales donde la amis-tad es parte de un régimen sentimental que otorga identidad alas personas y en la que los sentimientos son negociados paradistinguir una relación de subordinación y otra de dominio.

Entre los mixtecos de la costa este, la amistad se ha conver-tido en una fórmula práctica de cuestionar las nociones hege-mónicas de respeto. Sin embargo, la amistad en estos lugareses también un ejercicio de poder. En el interior de estas rela-ciones existen cuestionamientos y burlas, intrigas y, a veces,enfrentamientos con el fin de determinar que postura es máshegemónica y cuáles pueden ser subordinadas porque repre-sentan otras maneras de ser amigo.

En el campo de trabajo, Miguel era considerado un mejorhombre porque tenía experiencia de haber sido jinete en losjaripeos y conocía de animales. Además trabajaba rápidamen-te y con sus amigos era violento y burlón. Trataba mal a lasmujeres que vivían con su grupo para hacer patente su domi-nio. Jesús era un trabajador más calmado y, por lo general,más callado, no alardeaba y no había tenido una relación depareja en los cinco años que había vivido en Estados Unidos.En la relación de amistad entre ellos, Jesús ocupaba una posi-ción subordinada frente a Miguel, aunque probablemente laactitud de Jesús era la más adecuada para resolver la situa-ción de inequidad entre géneros. La amistad es también unaforma de ejercicio de la hegemonía y crea desigualdad entrehombres y mujeres, construyendo, en el caso de los varones,un régimen del que las mujeres pueden estar excluidas o par-ticipar de manera distinta por su identidad de género. Existengrupos de amigos al interior de la comunidad mixteca donde

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hombres y mujeres conviven, pero es patente que en aspectosque pueden definir la identidad, como el trabajo y la parranda,las mujeres no son consideradas iguales. La contradicción deempoderarse sin crear inequidad sigue latente y es algo que laamistad entre los mixtecos no ha conseguido resolver; por elcontrario, ha encontrado nuevas formas y espacios —los bai-les, el trabajo— de desigualdad.

La hipermasculinización en el trabajo

Uno de los ámbitos más importantes en la construcción de lamasculinidad entre los mixtecos que viven en la costa este deEstados Unidos es el trabajo. En los campos donde trabajande jornaleros se presentan actitudes que destacan la acción vi-ril y construyen identidades basadas en la fuerza y la capa-cidad de trabajo. La voluntad, la resistencia al trabajo, a losmedios naturales —el calor, la arena, la lluvia— y a los malesta-res físicos —el cansancio, la sed, la depresión—, además de lasprecarias condiciones de vida en las “trailas”, las barracas yla constante tensión de verse enfrentados a las autoridades mi-gratorias, a mexicanos que los rechazan y personas que pue-dan abusar de ellos, son condiciones en las que se desenvuel-ven distintas masculinidades. Por medio de la experiencia detrabajar con otros varones de lugares distintos han creado viri-lidades que son fragmentarias de identidades y que puedentener, incluso, rasgos de ser hegemónicas.

En el campo de trabajo existen actitudes que demuestranquién es mejor trabajador que otro. Por medio de los gritos—pues es imposible ver nada en los cultivos de mora azul—se puede localizar a tal o cual persona en el “fil”, y preguntarlequé tal está trabajando. Invariablemente la respuesta es “unchingo, cabrón”, y después la carcajada general. Para poder tra-bajar en la pizca de la mora azul se necesitan pequeños botesque son cuidados celosamente, estos botes también indican cuáles la capacidad de trabajo de una persona. Algunos traen has-ta ocho botes colgando porque los usan todos, otros usan me-nos botes; yo, por ejemplo, usaba solamente dos. En el llenado

de los botes se conoce la capacidad de un trabajador y, desdeluego, su ingreso. Es en realidad una forma de demostrar quesu capacidad de trabajo es proporcional a su virilidad, el dineroque gane es la justa retribución a su trabajo y avala su condi-ción de hombre trabajador. Uno de los gestos favoritos de Len-cho era limpiarse el sudor de la frente y el cuello con un fajode dólares al momento de cobrar y repartir luego ese dinero aquien le hubiera prestado. A mí en una ocasión me tocó queme devolviera cinco dólares mojados.

La forma que adoptan, en ocasiones, los trabajadores decompetir por el mejor surco es parte de un sistema de jerarqui-zación. Los mejores surcos son aquellos en los que se encuen-tran los arbustos de mora azul más tupidos y las mejores posi-bilidades de llenar rápidamente los botes; eso depende de lahabilidad de los trabajadores. Esa habilidad está reconocida deantemano por los trabajadores que ya se conocen y de algunamanera se hace patente que los mejores y más hábiles son losque escogen primero y después, al terminar, se dedican a piz-car los surcos de otros, lo que los mixtecos llaman “coyotear”.

Por medio de estas actitudes se representan los valoresque, se considera, otorgan masculinidad. Para identificarse co-mo un trabajador hábil y, al mismo tiempo, un mejor hombre,es necesario compartir muchas de ellas. Decir que la identidadde trabajador es primero que la de varón es en cierta maneracorrecto, pero también lo es decir que la identidad de los hom-bres existe de antemano y que solamente se va transformandoconforme conoce el código de conductas que lo convertirán enun mejor hombre a la vista de los demás trabajadores. Las mascu-linidades, como identidades polisémicas, se nutren de las ex-periencias más diversas para construirse como diferentes. Sonidentidades que cambian de significado constantemente. Los tra-bajadores mixtecos comparten su masculinidad hacia otroshombres y respecto a las mujeres; es decir, de alguna manerautilizan distintas representaciones en cada caso, y éstas sonatravesadas por los mismos significados que otorgan masculini-dad. Las masculinidades son identidades polisémicas con dis-tintos significados, pero que contribuyen a crear de continuola identidad del varón como hombre.

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CONSIDERACIONES FINALES

Durante mi regreso a México desde la ciudad de Nueva York,las cavilaciones en el viaje me llevaron a una ocasión en queBenito López fue de compras con su familia al Walt Mart deClinton, en Carolina del Norte. Allá, Benito se desempeñó enperfecto inglés y se dio el lujo de comprar joyería para su espo-sa. A sus hijos les compró tenis y algunos fireworks para cele-brar el 4 de julio. Me enseñó a usar el cajero automático en in-glés y después regresamos al hotel donde dejó a su familia. Ellosse iban al día siguiente para su casa, en Elba, Nueva York, yBenito y yo regresaríamos al trabajo. Esta multiplicidad de signi-ficados enriquece la vida de los mixtecos migrantes. A través desu vida manejan las distintas representaciones que se tienende ellos y las que ellos mismos se crean. Benito y los hombrescomo él, que han comprometido su vida en el norte, han desa-rrollado estrategias en las que ser mixteco y ser transnacionalson parte de una nueva realidad, sometida al capital, pero queal mismo tiempo presenta una resistencia desde la marginali-dad: las personas que se organizan y trabajan y viven.

La comunidad transnacional de San Juan Mixtepec ha tras-cendido las fronteras del Estado-nación y se ha extendido amás de 270 lugares en el norte del país y en Estados Unidos.Estos lugares son representados en el imaginario social delos mixtecos como espacios donde sus propias identidades es-tán en contienda y donde, en ocasiones, las normas estable-cidas, incluso las del género, se encuentran mezcladas y difíci-les de discernir. Las fronteras del lenguaje y del ámbito culturalestán siendo trascendidas rápidamente y han sido asimiladasde tal manera que ahora Benito se desenvuelve con solturayendo de compras, al dialogar con el ranchero y al viajar y vi-vir en su casa frente a las cataratas del Niágara.

Dentro de la comunidad de Mixtepec existen individuosque se desempeñan en el trabajo de los campos agrícolas de lacosta este de Estados Unidos. Estas “unidades de trabajo” sehan especializado de tal manera que son capaces de responderal capital de demanda inmediata, que tiene por toda la costaeste lugares de producción idénticos (no lugares en la termi-

nología de Auge). Su estrategia se basa en la agilidad, en la for-ma de comunicarse y de estar pendiente en cuanto a la ofertade trabajo. Los teléfonos celulares y las camionetas son parteimportante de la extraordinaria movilidad de estas unidades,ya que no existen ciudades o pueblos de reunión como tales, si-no que cambian año con año.

Dentro de estas unidades de trabajo existen diversos gru-pos étnicos y de distintos países. La base, la estructura que or-ganiza y da movilidad y forma a estas unidades de trabajo, sonlos mixtecos que han desarrollado estrategias para hacer lle-gar a los trabajadores a sus lugares de trabajo, no importa quetan adentro de Estados Unidos estén. Esta organización tam-bién se encarga de negociar y establecer las relaciones detrabajo y algunas de sus condiciones frente al ranchero. Estoles da un poder considerable respecto a las personas que mane-jan, porque no alcanzan a entender cómo se da esta relación ysólo llegan a trabajar.

Dentro de estas unidades de trabajo he caracterizado loque llamé “comunidad percibida”, que es la presencia de mix-tecos como la estructura por la que existe esta unidad y queademás son los trabajadores que se distinguen por sus carac-terísticas, sobre todo de grupo, frente a los demás trabajado-res, aunque los capataces sean incapaces de reconocer quiénes mixteco.

Las nuevas masculinidades son articuladoras entre las per-sonas y la comunidad multisituada. La comunidad del norteproduce y reproduce nuevas masculinidades que están repre-sentadas por algunos tipos de hombres: Benito, contratista, Fer-nando con su vida de las pandillas en todo Mixtepec, Lenchoque contiende por las posiciones de poder en el mundo labo-ral. Estos nuevos hombres construyen espacios nuevos en suscomunidades y han empoderado posiciones que son conside-radas subalternas desde la visión tradicional. Las nuevas mascu-linidades, sin embargo, no han resuelto la inequidad de géneroy, al contrario, han encontrado nuevas formas de subordina-ción frente a las mujeres y a otros hombres.

La posición posmoderna feminista considera que la expe-riencia no es suficiente para modificar su posición de subordi-

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nación respecto al poder hegemónico de los hombres. En estetrabajo, los hombres mixtecos han vivido la experiencia de lamigración de una forma intensa y comprometida, pero no hanresuelto la cuestión de la inequidad. Es difícil decir si esta si-tuación se resolverá más adelante, porque las nuevas fórmu-las de masculinidad se han construido desde una perspectivamisógina de lucha por las posiciones de poder y por encontrarformas de subordinar a las mujeres. Aunque las mujeres ocu-pan espacios en la gobernabilidad de las comunidades, sola-mente lo hacen en sustitución de sus maridos o por una mascu-linización de su figura.

Cada vez son más las mujeres que trabajan por su cuentay las mujeres jóvenes cada vez más reúnen conocimientossobre su comunidad y se preparan para ocupar cargos y posicio-nes de responsabilidad. Esta situación ha provocado que loshombres resuelvan las contiendas por los espacios de poderen su favor con estas nuevas formas de masculinidades, queson misóginas y hegemónicas. También es una forma de serhegemónicos frente a otros hombres, que no han compartidoesta experiencia transnacional o que incluso la comparten, pe-ro que han optado por fórmulas diferentes como la amistadpara construir una forma distinta de masculinidad. La amis-tad entre los mixtecos ha sido resultado del papel de Mixtepecen la modernidad. A partir de su inserción en el capital y de suconstante migración, los regímenes tradicionales de respetose han visto trasgredidos por nuevos regímenes sentimentales,como el de la amistad. Ha creado fórmulas de masculinida-des que empoderan a los hombres que migran y que, a la lar-ga, están definiendo aspectos tan importantes de la comunidadcomo la gobernabilidad.

En este universo de la vida transnacional, tan vasto y comple-jo, el estudio de las masculinidades está por hacerse. Es necesa-rio crear instrumentos de análisis que nos permitan entenderlos cambios por los que los hombres y las mujeres en relacióncon ellos están pasando. Este trabajo es un esfuerzo por mostrarque es posible hacer etnografía bilocal y binacional, adoptan-do un enfoque particular sobre la transnacionalidad como losestudios sobre los hombres. De esta manera, los futuros análi-

sis sobre los hombres y la migración deberán incluir aportes no-vedosos sobre las identidades y las múltiples representacionesde su masculinidad. Porque he considerado que las masculi-nidades son identidades polisémicas que en sus representacio-nes están mandando un mensaje de urgencia y de resistenciaa la tan pretendida modernidad, de la que sin duda los mixtecosestán excluidos y representan la parte explotada de ella. Perotambién existe un mensaje de esperanza y de fe en su propiacultura, que lejos de aislarse y de mantenerse pura, se ha vueltovital y ha asimilado, a veces trágicamente y a veces con fortu-na, varios aspectos de la vida transnacional.

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Este trabajo forma parte de un proyecto de investigación quese enfoca en el estudio de aspectos relevantes de la economía,el poder y la cultura de las comunidades mixtecas. Me refieroa las comunidades transnacionales que rebasan los límites te-rritoriales municipales.

Mi trabajo de campo lo realicé en dos lugares: el primerode ellos fue la comunidad indígena de San Juan Mixtepec —enparticular la cuadrilla de Independencia— ubicada en la Mix-teca Alta. Este primer trabajo de campo lo llevé a cabo duranteel primer trimestre de 1998. Para el segundo, me trasladé a lacomunidad de Harrisonburg, en Virginia, Estados Unidos, don-de permanecí el último trimestre de 1999.

Un componente importante de mi trabajo fue seguir lospasos de la comunidad por medio de ciertos informantes cla-ve, conforme iban desplazándose hacia algunos de sus lugaresde trabajo. Harrisonburg fue uno de estos lugares. Ahí existeuna industria avícola con características transnacionales, en lacual laboran los trabajadores mixtecos y que incorpora todoslos procesos productivos, desde la selección del material gené-tico, la crianza, la matanza, el procesamiento y empaque, hastala distribución, exportación y venta de pollo y pavo. Otras ac-tividades que los mixtecos realizan en esta localidad son lapoda y pizca de la manzana en los campos agrícolas y algunosservicios misceláneos en la ciudad.

Durante el trabajo de campo me percaté que estaba ubica-do en el vértice donde se articulan dos espacios sociales trans-nacionales: una cadena global de mercancía (la de producciónde pollo y pavo) y una comunidad transnacional (la de los tra-

Comunidad transnacional y cadenas globalesde mercancía

Jorge González Huerta

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bajadores mixtecos de San Juan Mixtepec). Harrisonburg mepareció un punto geográfico de convergencia entre estos dosespacios transnacionales. Detecté diversos espacios de vivien-da, como son los estacionamientos de “trailas”, las casas derenta y las instalaciones de los campos agrícolas. Como mos-traré más adelante, los espacios de vivienda están vincula-dos con distintos eslabones de la cadena productiva del pollo ypavo o de la manzana. Las cadenas de mercancía regulan nosólo los ritmos diarios de trabajo, sino también los ritmos decirculación de los trabajadores transnacionales y los sitúa endistintos espacios en la ciudad. El objetivo de este trabajo es,precisamente, mostrar la vinculación entre los espacios de vi-vienda, la cadena global de mercancía y la comunidad mixtecatransnacional.

INDEPENDENCIA, EN LOS MÁRGENES DE MIXTEPEC

Todavía recuerdo cómo durante mi primera visita a Mixtepec,casi llegando a la cabecera municipal, pasé por una rancheríallamada Independencia. Ni por un instante cruzó por mi men-te la idea de que la geografía de esta comunidad se extendíamucho más allá del montón de casas aglutinadas en torno a laescuela primaria y otras más esparcidas a lo largo de un estre-cho camino de terracería.

En efecto, Independencia parece, a simple vista, un pe-queño núcleo rural; su población es de 286 habitantes, contan-do tanto a la población permanente como a la flotante.1 Sin em-bargo, durante mi estancia en la localidad (de enero a marzode 1998) nunca pude ver reunida a más de la mitad de su gente.No estuvieron ahí durante las festividades del carnaval de febre-ro ni en la celebración de alguna boda, bautizo o velorio; tam-poco durante el “tequio” —una forma de trabajo comunitariocon la que la comunidad realizó las obras para la construcciónde un tanque de agua que abastecería del vital líquido a buena

parte de la población. La mayoría de los ausentes se encontra-ban en el “Norte”.

Pese a pertenecer administrativamente a dos de los seisbarrios que conforman la cabecera municipal de San Juan Mix-tepec (el Barrio Lado y el Barrio de Jesús), Independencia esmás que sólo parte del núcleo económico, político, social y re-ligioso de la misma. En la práctica, este pequeño punto en lared social mixteca representa más que un punto marginal den-tro del municipio. Independencia ocupa una posición impor-tante en el espacio transnacional mixteco. Los mixtepequensesoriginarios de Independencia conforman una red que ha uni-do localidades geográficamente dispersas. Con sus trayecto-rias de viaje, los mixtecos han transitado por los espacios pro-ductivos del capital transnacional. Así, encontramos personasde Independencia que laboran los campos de trabajo de la fre-sa, el tomate, la naranja o el pollo, en el intento de asegurarsetrabajo todo el año.

INDEPENDENCIA, UNA COMUNIDAD MULTIDIMENSIONAL

Así como yo asisto a la universidad en un lugar, trabajo en otrodiferente y llevo a cabo diversas actividades cotidianas en horasy lugares distintos, de la misma forma la mayoría de noso-tros realizamos las tareas de la vida cotidiana en lugares diver-sos. Éste es el caso también de los miembros de la comunidad deIndependencia, sólo que para ellos no es posible realizar las ac-tividades anuales en la misma localidad. La movilidad es laconstante y responde a circunstancias espacio-temporales (Har-vey, 1992)2 propias de los migrantes, pero también del capital

1.Según el Censo General de Habitantes de la Comunidad de Independencia,Mixtepec, Juxtlahuaca, Oaxaca, 14 de febrero de 1998.

2.Véase David Harvey, The Condition of Post-Modernity. An Enquiry in to Originsof Cultural Change, Cambridge, MA, Blackwell Publishers; especialmente el capí-tulo 10: “Theorizing the transition”. Harvey señala que deberíamos considerar quetodas las oportunidades creadas, así como también las dificultades y los peligrospara la clase trabajadora, fueron adquiridos por la educación, flexibilidad y movi-lidad geográfica, comenzando desde los capitalistas como forma de control (Harvey,1992:187). Así , el capitalismo es lo translocal y muchas cosas más, es decir, en elproceso de la construcción de nuevas identidades se amalgaman formas flexiblesdel capitalismo. Hay que ver cómo en él se acentúan estos dos procesos de laposmodernidad y lo translocal creando hiperespacios.

transnacional en el cual se desenvuelven. (véase Linz Ribeiro,1994:141-171 y Nina Glick Schiller, 1995).

Tradicionalmente, las comunidades transnacionales hansido mostradas como homogéneas y estáticas. Lo que sugieroes que tanto Independencia como Harrisonburg sean presen-tadas de la manera propuesta por Michael Kearney:

La migración está significada por la reconstrucción de iden-tidades, no sólo porque esto permite a los migrantes mover-se a través de diferentes campos y espacios sociales en loscuales las identidades están formadas, sino también porqueesto permite a los migrantes escapar de las categorías socia-les que contienen una identidad subjetiva. Esta migraciónpermite escapar parcialmente de la identidad subjetiva queestá conducida y contenida por el Estado, con sus leyes y li-teraturas que limitan las identidades y movimientos de per-sonas y cuidan de ellos en sus espacios (Kearney, 1996).

Como señala Kearney, nuestro objetivo es salirnos de lasteorías que hablan sobre migración en un solo sentido, es de-cir, el de la inmigración.

En este trabajo, empleo una estrategia etnográfica trans-local.3 Intento evitar centrarme exclusivamente en los lugaresde origen o de destino de los migrantes, incluyendo tambiénlos espacios intermedios (entre un lugar y otro) con el fin deentender cómo los sujetos que seguía saltaban de un punto enla geografía de la producción agrícola a otro (en ocasiones inclu-so estando dentro de una misma localidad). En mi trabajo in-tento desarrollar algunas de las sugerencias etnográficas quehace James Clifford (1994:302-338). En este sentido, asumoque la gente viaja por diferentes motivos y muchas veces por

todos ellos a la vez, con frecuencia en forma errática o impre-decible, y no única y exclusivamente por trabajo, como suelecreerse a menudo. Por un lado, hice observación etnográficade las localidades donde vive la gente de Independencia; por elotro, también estuve atento a la manera en que la gente de In-dependencia transita o se comunica entre localidades. Este pro-ceso me confrontó, irremediablemente, con una constante en lavida de estos transmigrantes: el cruce de fronteras. Estas fron-teras fueron físicas y culturales, como son las aduanas, las ga-ritas, los consulados, los puertos aéreos, los idiomas, etcétera.

Giancarlo Vattimo (s.f.) sugiere que hay que considerarlas diferencias que la gente va construyendo en el preciso mo-mento en que se traspasan las fronteras, incluso por medio deluso de los medios electrónicos. Mi trabajo destaca, precisamen-te, este proceso de transformación de identidades de la gentede Independencia cuando cruzan fronteras, sean éstas en elcontexto de la vida laboral, cuando se cambian de una vivien-da a otra, etcétera.

Independencia es, entonces, una comunidad transnacionalmultidimensional;4 es decir, una comunidad que ocupa y gene-ra un espacio que se extiende más allá de un solo país, y quecontiene diferentes ámbitos sociales que forman parte de la vi-da de una persona. La gente de Independencia se mueve há-bilmente entre distintos ámbitos de la vida, conforme van des-plazándose y realizando múltiples actividades. Esta comunidadha ido ampliando paulatinamente sus espacios de participa-ción laboral, educativa y ciudadana, extendiéndolos cada vezmás hacia lugares fuera del municipio de Mixtepec e incor-porándolos a su amplia red social.

Si bien existen diversas dimensiones sociales de la comuni-dad, yo haré hincapié en la dimensión laboral; otros trabajosen este mismo volumen tratarán otras dimensiones del espa-cio social transnacional, tales como la educación, la cultura,etcétera.

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3.Véase esta propuesta en Clifford James, “Traveling Cultures”, en LaurenceGrossberg et al. (eds.), Cultural Studies, Routledge, New York, 1992. El autor de-muestra que ya es anticuado hablar de trabajo de campo convencional. Ahoraexisten otras formas de acercarse a la realidad y simplificar las tareas, no por elloperdiendo complejidad. El concepto de campo es muy adaptable de acuerdo conlas perspectivas de la investigación que la misma comunidad crea; es decir, elinvestigador se encuentra en movimiento constante al igual que su sujeto de estu-dio, ninguno de los dos permanece estático.

4.Aquí utilizo el concepto multidimensional como una habilidad o adaptabili-dad para combinar distintas actividades productivas en un mismo espacio, y no laflexibilidad encadenada a la pluriactividad, y hasta el autoempleo para forzar nue-vas formas productivas como señala Etxezarreta en el apartado cinco.

La organización espacial de la comunidad de Independen-cia se explica, en parte, por los cambios que la agricultura hasufrido en los últimos 30 años. Las nuevas formas de estructu-ración de las empresas, la organización de la producción y lastransformaciones en el mercado de trabajo han impuesto so-bre los trabajadores un marco dentro del cual se adoptan lasdecisiones cotidianas de empleo, traslado y supervivencia. Aeste nuevo momento de la agroindustria se le ha dado el nom-bre de “posfordismo”.

El posfordismo es una de las nuevas formas que ha adqui-rido el capitalismo en la última parte del siglo XX. En este nue-vo periodo el Estado deja de ser un “benefactor” y se privati-zan muchos de los servicios que tenía a su cargo, tales como laatención médica, entre otros. En este nuevo periodo surgen,asimismo, nuevas formas de organización al interior de lascorporaciones transnacionales. En el caso que estudiamos, estotiene un efecto directo sobre la organización de los espacioscomunitarios que asemejan lo que F. Jameson define como“hiperespacios”:

[...] el capitalismo se transforma en una imagen no de “globali-zación” si no de “fragmentación”. El capitalismo avanza ha-cia regiones no desarrolladas y conforma vinculaciones suigeneris entre modernidad y post-modernidad, entre capita-lismo tardío y otras formas de capitalismo. El resultado esun “Capitalismo fragmentado” con “hiperespacios”, por loscuales circula el capital.5

La dimensión laboral de la comunidad transnacional de In-dependencia se encuentra relacionada con actividades agríco-las. Esta dimensión presenta dos secciones claramente dife-renciadas: a) una primera etapa se relaciona con el trabajo en

lugares donde impera la monoproducción, y b) una segundaetapa, que se relaciona con el trabajo en lugares donde la pro-ducción es dominada por un sistema de policultivos. El cam-bio de un periodo al otro se da alrededor del año 1980.

El mapa 1 muestra la distribución geográfica de los mix-tepequenses de Independencia por periodos de diez años. Enél podemos observar cómo la gente se ha ido incorporando adiversas actividades que suponemos asociadas a distintas for-mas del capital.

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5.Parafraseando un poco la idea de E. Jameson de que hay un cambio en elcapitalismo y que con ello cambia la forma hegemónica de construcción del espa-cio, que ha pasado por tres fases: a) capitalismo de libre mercado, en el cual hayuna internacionalización del capital-mercancía; b) capitalismo monopolista deEstado, que es el periodo donde la producción se concentra en fábricas, el Estadoes un regulador; y c) capitalismo tardío, periodo en donde el capital pierde su “na-cionalidad”. Se transforma en “transnacional”. Es la etapa posimperialista que, se-gún Jameson, corresponde a la etapa de la lógica cultural del posmodernismo.

Mapa 1. Migración de los mixtecos por décadas.

60’s

90’s

70’s80’s

En términos de la inserción de la gente de Independenciaen el trabajo agrícola transnacional encontramos dos etapas: laprimera muestra una gran concentración en algunos cultivosy otro tipo de actividades. Para el tomate: Los Mochis, Sinaloa;

Campo Villa Juárez en Hermosillo, Sonora; Guamúchil, Sinaloa;Ensenada, Baja California; Bachoco y Culiacán, Sinaloa. Parala uva: Madera, California. Para el algodón: Tapachula, Chiapas.Para la construcción: la ciudad de México. Esto permite suge-rir que hasta antes de los años ochenta se llegaba a pocos luga-res, y parece ser que había poca flexibilidad para cambiar deun cultivo a otro.

La segunda etapa señala cómo, desde la década de los ochen-ta hasta finalizar el siglo XX, los mixtecos ya habían diversificadosus actividades, viajaban a más lugares y combinaban activi-dades en torno a diversos productos agrícolas. Así, lo que hayahora es una gran proliferación de actividades agrícolas, ade-más del empleo en la construcción y los servicios.

Los cambios en las ocupaciones de los mixtepequensescoinciden con transformaciones en la estructura del capital.En los años precedentes a la década de los ochenta, la estruc-tura fordista del capital concentraba todos sus esfuerzos en unaparato productivo que alentaba la producción masificada yen serie desde un sólo lugar, forjando una especialización pocoflexible de la mano de obra que trabajaba con una misma em-presa, con pocos resquicios para la innovación y la diversifica-ción. Por otra parte, ya entrada la década de los ochenta, lasnuevas estructuras posfordistas ampliaban la manera en quese trabajaba, desde la producción hasta el consumo. Para algu-nos autores, un elemento importante es que en este periodose diversifican los puntos desde donde se ejerce el mando so-bre toda la cadena de mercancía (punto de gobernancia). Enalgunos casos, el punto de gobernancia es el eslabón principalde la producción; en otros casos, la producción responde adirectrices que se dan desde otros puntos de la cadena de mer-cancía (por ejemplo, los punto de venta al menudeo). En esteescenario se diseminan geográficamente los procesos produc-tivos, realizando partes de él en diversas regiones, según losrequerimientos del mercado, fenómeno denominado maquilau outsourcing.

Todos estos cambios en la estructura del capital transnacio-nal han impactado a la mano de obra que trabajaba para estasempresas. Hoy en día, en un solo lugar se pueden producir hor-

talizas, granos y leguminosas, y en otro muy distinto y lejos deahí, empaquetarlos y comercializarlos, lo cual es parte de lamisma organización posfordista de nuestros días.

Durante las primeras décadas de migración, los trabajado-res mixtecos estuvieron asociados a la producción agrícola trans-nacional, pero se concentraron en los campos dedicados aproductos como el tomate. En los años noventa este escenariocambió: por un lado, los trabajadores mixtecos combinaron va-rias actividades durante el año, y por el otro, la agricultura bus-có formas de contrarrestar la rigidez en la producción.

A continuación se presentan algunos de los lugares don-de existen cultivos perennes como la uva, pera, manzana, taba-co y naranja (que por requerir varios años de espera hasta quela planta esté lista para entrar en plena producción, resulta pa-ra los empresarios incosteable o hasta imposible cambiar deproducto de un año a otro). Contrastan con la agricultura de pro-ductos como los anteriores, el cultivo de productos no perennescomo el repollo, el pepino, la papa y la fresa, que pueden sersustituidos por otros dentro de un mismo año agrícola. Algu-nas otras actividades agroindustriales requieren de inversionesaltas ya sea en los sistemas de riego, los invernaderos, las insta-laciones, etcétera; tal es el caso del tomate, el algodón, y —pa-ra la producción pecuaria—, el pollo y el pavo. Todos éstos sonlugares y productos en los que trabajan los mixtepequenses.En el mapa 2 se muestran los estados donde los mixtepequen-ses trabajaron en la década de los años noventa. En el mapapodemos observar que los estados de California, Florida y Caro-lina del Norte, en Estados Unidos, son los que agrupan la ma-yor concentración de actividades.

ESPACIOS DE PRODUCCIÓN TRANSNACIONAL

Hemos visto cómo se pasó de una agricultura poco versátil,con cultivos perennes como el algodón (Besserer, 1993), la uvay los cítricos (Zabin, 1992), predominantes en los años sesen-ta, setenta y buena parte de los ochenta, a otro tipo de agricul-tura más flexible (diversa, no perenne y tecnificada), que co-

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rresponde más a una agricultura posfordista (Reynolds, 1996:144-146).6 Hoy, los mixtecos no se especializan sólo en el traba-jo en uno o dos cultivos, por el contrario, trabajan con una grancombinación de productos agrícolas. Así como el capital haentrado en una especialización flexible, sucede lo mismo conla fuerza de trabajo, que se ajusta a los procesos productivosagrícolas que está dada en gran medida por la habilidad delcapital transnacional y de las formas del trabajo para introducirnuevas tecnologías y mejores usos de los tiempos. Con frecuen-

6.Para Laura Reynolds (Institutionalizing, Flexibility: A Comparative Analysis ofFordist and Post-Fordist Models of Tirad World Agro-Export Production, 1996) el puntode gobernancia es aquel desde el cual se adoptan las decisiones operativas de lacadena global de mercancía y puede estar en cualquier eslabón de ella.

cia estamos ante una descalificación de la mano de obra (o unaparte de ella), proceso que se relaciona con el cambio hacia fór-mulas más flexibles de producción. En algunos casos las em-presas requieren de personal calificado y en otros no, segúnsean sus requerimientos estratégicos; esto eventualmente im-plica cambios en el punto de regulación de la cadena de mer-cancía global (Reynolds, 1996).

Desde el punto de vista de la organización del capital, cier-tos espacios de cultivo se articulan por estar integrados en ca-denas productivas y de mercancía conformando espacios pro-ductivos discontinuos. Son los hiperespacios del tomate, lalechuga, etcétera (Besserer, 1997:17). Estos espacios pueden re-basar las fronteras nacionales, e incluso estar impactados porlas formas de regulación que operan a lo largo y ancho de la ca-dena (Gereffi, 1994).

Mapa 2.

CULTIVOS NO PERENNESCULTIVOS PERENNESACTIVIDADES QUE REQUIERENDE FUERTES INVERSIONES

Mapa 3.

Algunos hiperespaciosdonde circulan losmixtecos actualmente

ManzanaPeraTomateTabacoNaranjaUvaPavo

134 135

En la mayoría de las cadenas globales de mercancía, el pro-ceso productivo se encuentra disperso en el espacio (en un lu-gar se cultiva, en otro se procesa el producto y en otro diferentese adoptan las decisiones importantes sobre la producción). Ha-rrisonburg, el lugar que escogí para realizar la segunda partede mi trabajo de campo, es una excepción: si bien Harrisonburges una localidad en el proceso global de producción, distribu-ción y consumo del pavo, en esta pequeña población encon-tramos casi todos los eslabones de la producción de aves queson distribuidas en escala global. Harrisonburg es una loca-lidad en donde convergen la cadena global de la industria deproducción de pavo y pollo con los circuitos migratorios trans-nacionales de los mixtepequenses de Independencia.

Harrisonburg es un lugar pequeño. Si bien la relevanciaeconómica de este lugar para la comunidad transnacional deMixtepec no puede ignorarse, demográficamente podemosdecir que es una localidad con baja “centralidad” en la red mix-tepequense.7

Los mixtecos colaboran a transnacionalizar esta industriaavícola con su simple presencia. La ciudad de Harrisonburg man-tiene una conexión con San Juan Mixtepec, que no es ni formalni rígida. Algunos se asientan en Harrisonburg por largos pe-riodos, otros transitan estacionalmente por esta localidad.

Dada la segmentación étnica del trabajo en la ciudad deHarrisonburg, parecería que los mixtecos ocuparan un nicholaboral muy específico y, con ello, estuvieran sujetos a un proce-so de especialización en el trabajo. Ahora bien, ¿están los mixte-cos realmente especializados en una sola actividad en Harrison-burg? Parece ser que no, pues aunque la cadena de mercancíade la industria avícola está dividida y esparcida por la ciudad,y las diversas ocupaciones son realizadas por distintos gruposétnicos, en la práctica, los mxtepequenses de la comunidad deIndependencia realizan varias de estas actividades, escapando(y a la vez reafirmando) la segmentación étnica del trabajo eneste lugar.

En los apartados que siguen explicaré esta situación, anali-zando la relación entre espacios de vivienda, actividades labo-rales, división étnica del trabajo y la movilidad de la gente deIndependencia entre todos estos campos segmentados en laciudad y la cadena de producción. Para ello, me valdré de losregistros obtenidos de mi observación participante y del estu-dio de historias de vida de personas entrevistadas en Harrison-burg y que son originarias de la comunidad de Independencia.El manejo de las historias de vida se hizo de dos maneras: porun lado, las historias de vida a profundidad (Félix Hernández,1998; Vicente Santiago, 1998; Vidal Hernández, 1998, 1999; Ce-nobio Hernández, 1998 y Daniel Hernández, 1999) me permi-tieron conocer algunos de los momentos más significativos delas comunidades y sus habitantes, de acuerdo con sus propiasexperiencias. Por otra parte, se utilizaron para modelar redes so-ciales que nos permitieron sostener algunas de las reflexionesque se hacen en este artículo (Knoke y Kuklinski, 1983:7-60).

En los apartados siguientes explicaré por qué los mixtecosque trabajan en Harrisonburg están sujetos a varias formas desegmentación: 1) la división entre los distintos eslabones de lacadena global de producción de aves, 2) la diferenciación de losespacios de vivienda y 3) la segmentación categórica de la po-blación en grupos étnicos. Trataré de mostrar la manera en queestas segmentaciones se articulan en “estructuras de confina-miento social”, para luego presentar la forma en que la comuni-dad de Independencia viola estas estructuras de confinamien-to y establece sus propias reglas de flexibilidad frente a lacadena global de producción y la lógica de los espacios “etni-ficados” de la ciudad de Harrisonburg.

LA PRODUCCIÓN TRANSNACIONALIZADA DEL POLLO

En la ciudad de Harrisonburg existen dos empresas transnacio-nales con características posfordistas: Wampler y Rocco. Ha-blando de la ciudad y de la economía que sustenta a la regióntenemos que la economía del valle de Shenandoah es domina-da por la agricultura y por la industria avícola. Virginia repre-

7.Con el término de “centralidad” me refiero a las localidades que presentanuna mayor o menor concentración de personas en ellas por diversos motivos,principalmente laborales.

senta para Estados Unidos el cuarto lugar en dicha producción.Ahora bien, en esta región del valle, con sus siete condados, seencuentra más de 75 por ciento de toda la industria del estado,dominando las plantas de procesamiento avícola antes men-cionadas.

Estas compañías transnacionales emplean a trabajadoresmigrantes que realizan los trabajos menos deseados en la re-gión. Encontré a los mixtecos haciendo el trabajo “sucio” en lasplantas, especialmente en los servicios de limpieza y sanidad.La región se sostiene en gran medida de la industria avícola,para la que trabajan granjeros rusos, ucranianos y serbio-croatasprincipalmente, quienes también trabajan en las plantas avíco-las y compiten de cierta manera con los hispanos y con los mix-tecos por mejores sueldos. Los mixtecos tienen gran desventa-ja porque aparentemente no buscan establecerse de manerapermanente en el valle de Shenandoah. Esta “falta de inte-rés” por formar parte de esta sociedad representa una desventa-ja en el proceso de hacerse de mejores empleos, como lo narrauno de los entrevistados:

Los rusos son muy inteligentes, aprenden el inglés rápida-mente [...], yo pienso que como ellos quieren quedarse acáen Harrisonburg para toda la vida, pues le echan todas lasganas del mundo.8

El valle tiene una población estimada de poco más de 350mil habitantes, donde el condado de Rockingham tiene aproxi-madamente unos 60 mil habitantes y la ciudad de Harrisonburgpoco más de 30 mil (según el censo del U.S. Department ofCommerce, 1992). Aquí, desde la década de los ochenta, se haregistrado un gran auge migratorio, contando con la presenciade mixtecos desde más o menos el comienzo de la década delos años noventa. Esta presencia, aunque sea poco numerosa,es hasta cierto punto indispensable, sobre todo si considera-mos el rápido aumento de la población y la creciente industriatransnacional del pollo y pavo. La alta migración no deja de

representar un reto para el gobierno local y la administraciónde recursos del valle, pues la presencia de dichos trabajadoresimplica destinar más recursos para la ola de inmigrantes queha llegado al lugar. Es una gran paradoja la que enfrentan, peroque de acuerdo con la opinión de los habitantes de Harrison-burg, se ha ido asimilando lenta pero firmemente (tal vez unpoco en contra de la voluntad de los sectores más conservado-res de la comunidad y del estado de Virginia, que no se carac-teriza precisamente por su orientación liberal).

Es muy interesante ver cómo hay personas y grupos queson abiertos y que se interesan por la comunidad, sus proble-mas y toda su gente. A mí me da mucho gusto que en un es-tado tan conservador por su origen sureño como es Virginia—y donde aún de cierta forma nostálgica está presente elrencor que dejó la guerra civil— haya mucha gente “realis-ta” y que rápidamente acepta o va aceptando que su ciudad,o sea, Harrisonburg ha crecido y que tiene muchas mino-rías y nuevas lenguas, y que no pueden quedarse al margende la diversidad étnica que antes no era común.9

CADENAS GLOBALES DE MERCANCÍA

Hemos mencionado que la economía del valle de Shenandoahestá dominada por la industria avícola. Virginia representa pa-ra Estados Unidos el cuarto lugar en dicha producción y enesta región del valle, con sus siete condados, se encuentra másde 75 por ciento de toda la industria del estado, dominandolas plantas de procesamiento avícola de Wampler y Rocco, com-pañías transnacionales que emplean a trabajadores migrantes.

Hacer una descripción de los elementos y procesos queintegran las cadenas globales de mercancía de la industria aví-cola regional, en la que se insertan los mixtecos, implica cono-cer cómo es el vínculo con el capital transnacional. Para ha-

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8.Fragmento extraído de la entrevista con el señor Cenobio Hernández, nati-vo de San Juan Mixtepec, Oaxaca; Harrisonburg, Virginia, noviembre de 1998.

9.Fragmento extraído de la conversación con la señora Tonya Osinkosky-P.,miembro de la comunidad de Harrisonburg y asistente del Programa de Educa-ción Migrante del Shenandoah Valley, Lutheran Church, Virginia, 11 de diciembrede 1998 (fichas personales de trabajo).

cerlo mostraré dos casos distintos que ejemplifican cómo es-tán compuestas estas cadenas de mercancía. Abordaré los ca-sos de las compañías Rocco y Wampler, principales compe-tidoras mundiales en la industria avícola.

ROCCO Y WAMPLER10

La compañía Rocco se define como una industria integrada com-pletamente vertical, como si fuera una sombrilla bajo la cualexisten diferentes divisiones. Cuando la empresa usa el concep-to de “integración vertical” se refiere a que abarca desde losprocesos de producción, como son la selección de huevos, hastala venta de distintos productos para el consumo masivo. Sinembargo, la empresa externaliza parte de los procesos labora-les, en especial la producción de las aves y los trabajos de lim-pieza de las plantas procesadoras.

Sus oficinas generales se localizan en Harrisonburg, Virgi-nia. Rocco es una compañía privada que emplea a más de 3,800trabajadores. Esta cantidad no incluye a las personas que tra-bajan en las granjas, las compañías subsidiarias indirectamen-te conectadas con la industria avícola y, por supuesto, a losque trabajan en los servicios de limpieza o “sanidad”, que for-man parte de empresas externas que trabajan para Rocco y enlas cuales se contratan mixtecos. Si bien la producción en lasgranjas no es propiedad de la empresa, los insumos que és-tas utilizan son producidos por Rocco. Es el caso de RoccoFeed, una división de la empresa que produce cientos de milesde toneladas de alimentos para pavo y pollo por año. Los ali-mentos son transportados por una flota de tráileres a más de450 granjas familiares alrededor del valle Shenandoah. En Ha-rrisonburg hay 220 de ellas.

Uno de los aspectos más importantes de Rocco y su “inte-gración vertical” es la distribución del producto al cliente fi-nal. En 1992 Rocco abrió Rocco Distribution Center. El centrode distribución tiene la capacidad de manejar 22 millones delibras de productos, frescos y congelados. Una expansión enagosto de 1995 duplicó la capacidad de la distribución. Roccotambién tiene algunas subsidiarias indirectamente conectadascon la industria avícola, aunque trabajan en conjunto.

Parece ser que el punto sensible de Rocco son los granje-ros locales que trabajan para ellos, de los cuales hay que seña-lar las siguientes características: un granjero es quien toma asu cuidado a los pavos o pollos. Él va a la granja cada día y ve-rifica las condiciones para que las aves estén saludables y ten-gan suficiente alimento y agua. Además, ellos supervisan lossistemas de calefacción y de ventilación. No obstante, los gran-jeros siempre son supervisados por personal veterinario deRocco. Estas personas viajan a las granjas cada semana parainspeccionar la salud de las camadas. Rocco da a “maquilar”su producción a más de 400 granjeros en todo Virginia. La re-lación contractual entre ambas partes es la siguiente: el gran-jero provee la tierra, el trabajo y las instalaciones; la compañíaproporciona los huevos, el alimento y la supervisión.

Puede verse que los granjeros representan el outsourcing osistema de maquila, en la que la empresa principal, Rocco, con-trata los servicios externos de otra para reproducir constante-mente la materia prima que necesita para su industria avíco-la. A la larga, para Rocco representa tener un control menosdirecto sobre estos eslabones de la cadena global de mercan-cía. Este tipo de relación con los granjeros confiere a Rocco unrango de flexibilidad que le permite cambiar de proveedorescuando las condiciones lo exijan. Éste sería el caso de una epi-demia entre los animales que constituyen la materia prima oentre los trabajadores que se emplean en las granjas. Al externa-lizar estos riesgos, Rocco conserva la flexibilidad de buscarnuevas fuentes de materia prima. Es una característica distin-tiva que encontramos en la estructura organizativa de Rocco.La relación entre Rocco y sus demás componentes deja entre-ver que dicha integración vertical no es total, ya que no tiene

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10.Buena parte del organigrama y algunos aspectos relevantes de las compa-ñías Rocco y Wampler fueron obtenidas de sus respectivas páginas electrónicas:www.rocco.com; y www.wampler.com. La otra parte de la información la obtuvede mis propia experiencia de trabajo en la planta de Rocco, en Harrisonburg, ytambién de la información recabada durante las entrevistas con algunos de losempleados.

el control absoluto de esa parte tan importante que son lasgranjas familiares. Su principal competidor, Wampler, cuentacon una integración más completa, más uniforme, pues contro-la desde los proveedores hasta el acto mismo de la venta delproducto al consumidor. Esta empresa, a diferencia de Rocco,es dueña de las granjas (punto medular de la industria) y delos servicios de limpieza y sanidad. Las decisiones que se adop-tan para modificarla afectan por entero a cualquiera de lospuntos que integran su propia cadena de mercancía.

Estas empresas se articulan al mercado local y global. Roccoexporta productos a 55 países. Alrededor de 15 por ciento de laproducción total es exportada, mientras que 85 por ciento esdestinada al consumo doméstico. Los países que importan susproductos, por orden de importancia son: Rusia, Polonia, Méxi-co y China.

El punto de mayor flexibilidad de Rocco reside en que exter-naliza riesgos y costos de la producción de aves. Wampler pare-ce ser menos flexible al mantener integrada esta producción.Sin embargo, su capacidad de competir en el terreno de loscostos de producción reside en el uso de mano de obra migrantemal pagada, evitándose con eso problemas posteriores, comodestinar más recursos en sueldos, prestaciones, capacitación,pero sobre todo en sindicatos y organizaciones laborales.

ETNOGRAFÍA DE LA PRODUCCIÓN TRANSNACIONAL

Durante mi estancia en Harrisonburg realicé trabajo de cam-po en las áreas urbana y rural de la zona. A continuación pre-sento parte de mis tres experiencias de campo: los camposagrícolas, los servicios y las plantas de procesamiento avícola,según se muestra en la figura 2.

Es pertinente señalar que no realicé investigación directadentro de la plantilla laboral de Rocco, sino en una empresa delimpieza contratada por ella; es decir, en una empresa que ha-ce el outsourcing o maquila. Posteriormente me trasladé fue-ra de la ciudad, a los campos de cultivo de manzana.

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Figura 1.

Wampler: industria totalmente rígida

ExportaciónAlimentos

rápidos Supermercados

*Sanidad ylimpieza

Plantasprocesadoras

Granjaspropiedad

de la empresas

Incubadoras y serviciosveterinarios

Puntos degobenancia

ExportaciónAlimentos

rápidos Supermercados

Incubadoras yservicios

veterinarios

Punto deregulación

Plantasprocesadoras

*Sanidad ylimpieza

*Granjasfamiliares

Rocco: industria parcialmente rígida

Desde el punto de vista de la producción, las cadenas demercancía de las aves y de la manzana no están conectadas en-tre sí. Para la gente de la ciudad, son dos grupos sociales étni-cos diferentes. Uno de los grupos de trabajadores está alojadoprincipalmente en las “trailas” o campos de casas móviles, quese rentan a los trabajadores más permanentes que trabajan enlos servicios de limpieza. El otro grupo trabaja durante un parde semanas al año y se aloja en las barracas de los campos pro-ductores de manzana.

Pese a las diferencias que percibe la gente de Harrisonburgentre ambos grupos —que incluyen las estrategias migratorias,el tiempo de estancia en la localidad y los lugares de residen-cia—, en la práctica los sujetos que conforman estos grupos(entre los que se encuentran mixtecos) transitan de un gru-po de trabajadores al otro.

Una forma de referirse a esta permeabilidad de las fron-teras laborales, residenciales y de adscripción étnica por partede la comunidad de Harrisonburg puede encontrarse en la si-guiente entrevista que hice a una persona de Mixtepec quetrabaja en esta ciudad:

Bueno, te contaba, llega el vato ese y me regaña, y como yoya estaba caliente, le dije, así no se habla, así no se hace,

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Figura 2.

Plantaprocesadora

Sanidady

limpieza“La manzana”

Lugares donde están la mayorparte de los mixtecos, quecuentan con permisos detrabajo legales. Usualmenteviven en el centro de la ciudad,en departamentos de alquiler ymenos frecuentemente en“trailas”.

Lugares donde hay algunosmixtecos que trabajan ensanidad y en serviciosmisceláneos, no requierenpapeles legales. Sus espaciosde vivienda son las “trailas” ylas barracas de los camposde la manzana.

yo sé el reglamento, y hasta ahí, nos hicimos enemigos [...].Él busco la forma de sacarme hasta que lo logró, pero no meagüite, porque yo sabía que fácilmente encontrar otro tra-bajo de volada en otro lado, en otra planta.

—Está bien, me voy, yo me alegro por mí, porque ahorapuedo conseguir un trabajo mejor donde gane más.11

En Rocco los empleados se ciñen a los requerimientos dela industria, tales como aumentos salariales, ascensos en elescalafón, obligaciones y derechos, etcétera.12 Sin embargo,cuando es necesario, Rocco se flexibiliza para dar cabida a lostrabajadores de limpieza contratados por medio de otras em-presas, muchos de los cuales no reciben los beneficios que tie-nen los empleados que Rocco contrata directamente. Así, al-gunas prestaciones no son accesibles a todo el personal porvarias cuestiones, como el estatus migratorio, la edad, la nacio-nalidad, la filiación étnica, entre otras.

Los trabajadores de Rocco no tienen sindicatos a los cua-les recurrir para demandar algo que se perciba como injusto,el trato es directo entre empresa y trabajador.13 Lo anterior, dealguna forma ha propiciado que los mixtecos hayan recurridoen muchas ocasiones a otra instancia para apoyarse y repre-sentarse: la misma comunidad transnacional. La comunidadles ayuda a conseguir vivienda, a conseguir trabajo, mejorar lascondiciones laborales, intervenir en caso de conflicto, etcéte-ra. Por otro lado, la comunidad articula ámbitos de trabajo queaparentemente están diferenciados: el cultivo de la manzana,las labores de limpieza en las plantas, etcétera. Para decirlo enpalabras de Kearney, la comunidad rebasa las formas de confi-namiento impuestas por la comunidad que les recibe y por elproceso productivo.

11.Extracto de la entrevista, ya citada, con el señor Cenobio Hernández.12.Los empleados de Rocco pueden acceder, por ejemplo, a un paquete de be-

neficios: “Rocco cree en un programa de beneficios que es un balance razonable yjusto y está apropiado para nuestra operación y tiene propósitos importantes paralos empleados” (Manual del empleado de Rocco por hora, 1995:23).

13.La empresa Rocco es muy clara al señalar en sus estatutos laborales quecualquier problema interno entre empresa y trabajador que sea atendido o promo-vido fuera de sus instancias y/o por terceros, será considerado como un acto deindisciplina (idem.).

SANIDAD

No obstante, y de acuerdo con mi experiencia en la industriaavícola de Harrisonburg, un aspecto que no considera esta si-tuación es la que se presenta en lo que se denomina “sanitationo sanidad” en la planta procesadora. Este caso es muy ilustrati-vo de una situación concreta para algunos mixtecos antes deobtener sus permisos de trabajo para trabajar en Rocco.

En el servicio de sanidad, al cual me sumé por algunosdías, los mayordomos son mexicanos y trabajan bajo presiónconstante, transmitiéndola directamente a los demás trabaja-dores. Mi experiencia al respecto fue desagradable. Los ácidosy la lluvia de agua con jabón es incesante e irritante, junto alolor pestilente que despiden los desechos de las aves y la san-gre. Trabajar en tales condiciones, puedo decirlo por experien-cia propia, es un martirio. Por regla general, las personas quelaboran en él no cuentan con documentación legal que les per-mita trabajar en algo mejor dentro de la misma planta.

Cuando yo llegué a Harrisonburg, hace unos ocho o nueveaños, no había gente de Mixtepec trabajando en la limpieza,[...] hace dos años que empezaron con la limpieza, y sí, haygente de Mixtepec en ello, casi todos los mixtecos que estánaquí aún no tienen papeles para trabajar. En la limpieza espuro chueco.14

Hasta hace dos años, este trabajo lo realizaba la empresaRocco, pero como le resultaba más fácil y económico contra-tar los servicios de alguna subsidiaria particular, decidieronque de este trabajo se encargara otra empresa. Según los mis-mos mixtecos que laboran en Rocco, la empresa sólo se dedicóa procesar el producto y no a realizar labores de sanidad.

A los empleados se les dieron mejores condiciones de tra-bajo, así como mejores sueldos. No tendrían que participar delas tareas de sanidad del equipo e instalaciones de la planta.Cabe señalar que para trabajar en Rocco se requiere contar con

documentación legal, de lo contrario es prácticamente impo-sible ingresar. Las revisiones por parte del SIN (Servicio de Inmi-gración y Naturalización), pese a estar en un estado alejado dela frontera con México, aunque poco frecuentes son muy es-trictas (máxime si se llega a presentar algún conflicto o alter-cado entre trabajadores en la planta por cuestiones laboraleso étnicas, como cuando algún mixteco tiene cierta “rivalidad”con algún ruso, principal minoría étnica en Harrisonburg). Lostrabajadores tienen mucho cuidado de cumplir el reglamentointerno.

Estando aquí en el trabajo, en las plantas, hay mucha gentede diversos países y cada gente tiene su forma de manejar lasituación. Aquí es un poquito difícil, porque somos de otrospaíses y a la gente de aquí muchas veces no les caemos bien,cuando eso sucede les gusta mandar a uno, regañar, nomásporque somos de pelo negro. Aquí en Virginia la gente es di-ferente, porque como no hay mucho latino, la gente es unpoquito envidiosa, pero ahí vamos poco a poquito.15

Por otro lado, en “sanidad” las condiciones de trabajo nodejan de ser infrahumanas por muchos aspectos. El principalmotivo es que como no se puede tratar directamente con laempresa, por no trabajar para ella como empleado directo (ypor la barrera del idioma en la mayoría de los casos), no hay po-sibilidad de pedir ni reclamar nada. Por otra parte, al trabajaren condiciones de ilegalidad, la gente no puede arriesgarse aser despedida ante la menor falta cometida. Es una situacióndifícil de sortear. Claro, también está la otra salida: ir directa-mente a los campos agrícolas del durazno y la manzana, prin-cipalmente.

Para mí ser trabajador representa un permiso y una obliga-ción, se requiere de un número de seguro social. Mucha gen-te consigue papeles falsos o en regla para trabajar, cam-bian hasta de nacionalidad como en el caso de los chicanosy puertorriqueños que venden sus propias actas de nacimien-to a quien sea, por unos 600 o 700 dólares. El seguro social

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14.Fragmento extraído de la entrevista con el señor Daniel Hernández, nativode San Juan Mixtepec; Timberville, Virginia, diciembre de 1998, p. 2. 15.Idem.

es lo que pide para trabajar en las plantas de pollo, en sani-dad aceptan cualquier papel falso, no es como en Mixte-pec, donde el que quiere trabaja y el que no, no.16

Dentro de la industria avícola, los problemas de disciplinasiempre están presentes de alguna forma cuando los trabaja-dores, por necesidad, tienen que ajustarse a ciertos parámetroslaborales de la producción transnacionalizada del pollo, yasea en la planta de procesamiento o en sanidad. La disciplinay flexibilidad en la contratación (el empleo de personas conmenos poder de negociación por medio de otras compañías)son dos caras de la misma moneda en la empresa avícola. Co-laboran en este proceso de control sobre la mano de obra losmecanismos de “etnificación”, los cuales se transforman enun control “personalizado” sobre cada trabajador. Así como lasempresas tienden a la flexibilización, la comunidad mixtecatambién adopta estrategias “flexibles”. Una de ellas es la capa-cidad de romper con los confinamientos geográfico, laboral yétnico.

La comunidad provee a los mixtepequenses de “ayudas” (amanera de contactos, información, etcétera) para moverse en-tre las distintas áreas de la producción, y aun en distintos tra-bajos.

Los cambios de un tipo de trabajo a otro llegan a estar acom-pañados de “cambios de identidad”. Cuando, al cambiar de loscampos agrícolas a las empresas de limpieza y de ahí a las plan-tas, los mixtepequenses se transforman de mixtecos en mexica-nos, y de mexicanos a latinos (o incluso por indios estadouni-denses), según la conveniencia para encontrar trabajo en elque se requiera mano de obra barata, o incluso tener que ir alos campos agrícolas cuando se es posible compaginar los tiem-pos con algún periodo vacacional en la planta y con los tiemposagrícolas; o bien, porque en caso extremo se ha llegado a perderel empleo.

Estas identidades bien pueden considerarse como represen-taciones diversas que están contenidas dentro de la comuni-dad. Es decir, la comunidad mixteca comparte al mismo tiem-

po todas estas identidades: son mixtepequenses, son mixtecos,son indígenas, son mexicanos y son latinos. Es el mundo deltrabajo y de la vida en la ciudad el que establece una diferen-ciación entre cada una de estas identidades y las impone so-bre los mixtepequenses, quienes con facilidad transitan deuna condición a otra. Cuando trabajan en la manzana son mix-tecos, cuando trabajan en la limpieza son mexicanos, y cuan-do trabajan en las plantas recurren a su condición latina. Nodebe entenderse esto como un uso utilitario de la identidad,es la limitación impuesta por el sistema el que les obliga a re-currir a sólo una forma de representación de su pertenenciabajo cada condición social y laboral.

Por algún tiempo, antes de decidirse por cualquiera de losotros dos, o bien combinándolos, los mixtecos han demostra-do ser muy versátiles al respecto. Pareciera ser que la comuni-dad necesita de las empresas transnacionales para su bienestareconómico, y las empresas requieren de mano de obra baratapara realizar gran parte de sus procesos operativos y de costos.Entonces, tanto la comunidad y las empresas se flexibilizanpara no sucumbir, esto es, se puede hablar de una flexibilidadcompartida. Por un lado, las empresas se flexibilizan para darcabida a los mixtecos y a otras minorías en algunos puntos dela cadena de producción y funcionar correctamente. Por otraparte, la comunidad es la que se flexibiliza como mano de obrabarata, porque sabe que la industria requiere de ella, y ade-más por que no puede negar que desde los años ochenta la olainmigrante ha aumentado a un ritmo mayor que el de la pobla-ción original y está presente en varias dimensiones de la comu-nidad (Kimsey, 1998).17

Esta flexibilidad parece ser una relación entre capital y co-munidad transnacionales. Tal vez pudiera verse como una es-pecie de “suavizamiento” de las condiciones laborales y de laactitud de la gente que trabaja en la industria avícola, los cam-pos agrícolas y los servicios, y que inevitablemente tiene queconvivir con el resto de la comunidad, lo cual en la práctica

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16.Idem.

17.Mary B. Kimsey, Cultural Diversity in the Shenandoah Valley —From theCommunity to the Classroom, James Madison University/Center for GIS, 1998. So-bre todo para corroborar la información estadística acerca del valle.

parece ser una situación real de adaptación a circunstanciasadversas.

EL CASO DE LA “MANZANA”

Cuando acompañé a los mixtepequenses a los campos de man-zana de Timberville, como a 45 minutos de Harrisonburg, pudedarme cuenta que el problema ahí es que no siempre es tem-porada de pizca, y no cualquiera le “entra” a ese tipo de traba-jo tan pesado. Es muy fácil conseguir el “jale”, una vez que elmayordomo interroga un tanto capciosamente a los “nuevos”,que es como se les conoce a quienes por primera vez llegan alcampo. Ahí, les dan sus guantes de gamuza, sus machetes yuna especie de lancetas de unos tres metros de largo con unsistema de resorte que accionan unas tijeras en uno de sus ex-tremos, y se les dice: “Ahora se van a fijar como se hace: agá-rrense o péguense a alguien para que luego lo hagan solos”. Enmi caso, me dieron herramientas de trabajo. La encargada dellevar la contabilidad de los árboles que cada uno poda me diomi número de trabajador para identificarme y me dijo: “échaleganas chavo”. Ella es de Puebla. Trabajé todo el día, desde lassiete de la mañana hasta más o menos las seis de la tarde;aquí sí hay un periodo de descanso para comer y platicar unrato. Después uno se retira a uno de sus pequeños cuartoscompartidos en las barracas que están al interior del campo, obien —si uno no vive ahí— hay que irse a la ciudad.

Los mayordomos tratan de exportar una forma de “organi-zación” mexicana a Estados Unidos, país en el cual generalmen-te el reclutamiento para este tipo de labores es de acuerdo conla etnia a la que se pertenece. Existe una marcada autoidentifi-cación y el sentido de pertenencia de acuerdo con este tipo depatrón divisorio, que se acentúa una vez que se está dentrode él, y pese a divisiones hechas de manera autoritaria.

El trabajo en el campo de manzana es difícil, aquí no sedan escaleras para subir a los árboles a podar o pizcar, todo escuestión de habilidad personal, llegar a las manzanas, sabertrepar. Es una combinación de flexibilidad corporal y buena

suerte para no caer. En especial, en época de lluvias y nevadas—que fue cuando yo estuve ahí—, el intenso frío (que llega atemperaturas inferiores a -20ºC) y lo resbaladizo de las ramashace extremadamente difícil esa tarea especializada. Si el pagoes por lo que se logra hacer por hora, entonces el riesgo es ma-yor, dado que hay que esforzarse más por una buena paga,aunque la jornada no sea del todo prometedora.

ESTRUCTURAS DE CONFINAMIENTO TRANSNACIONAL

Destaca en la literatura existente la discusión sobre el proce-so de globalización de las ciudades predominantemente entorno a las actividades del sector financiero (Sassen, 1991:22-23). Otros estudios analizan los procesos de “confinación y vigi-lancia” en dichas ciudades (Davis, 1990). Pero poco se ha habla-do de las ciudades enclavadas en regiones agropecuarias, comoes el caso de Harrisonburg, donde los espacios de vivienda ytrabajo representan una forma específica de transnacionali-zación.

Harrisonburg es una ciudad ubicada en una región de pro-ducción agropecuaria que, sin ser una gran ciudad como lasestudiadas por los dos autores anteriores, ha sido incorporadaal régimen global a partir de su participación en el sistema delas cadenas globales de mercancía.

En las páginas siguientes mostraré cómo en esta poblaciónconvergen dos sistemas transnacionales. Por un lado, la cade-na global de mercancía que involucra la producción y distri-bución de pollo y pavo empacados; y por el otro, la de diversascomunidades transnacionales que proveen de mano de obra(barata y traída de lugares lejanos) a varios eslabones de es-ta cadena.

Combinando las contribuciones de Sassen y Davis, intenta-ré hacer una descripción de dos procesos que complemen-tan la constitución de los diversos espacios transnacionales alinterior de Harrisonburg. Por un lado, describiré los mecanis-mos por los que se fragmentan y acotan los espacios de la ciu-dad. Por el otro, describiré los procesos específicos de la pro-

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ducción que demandan formas particulares de flexibilidad quedan lugar a que dichos espacios puedan ser considerados comoespacios de confinamiento transnacional.18 Propondré que alinterior de los espacios laborales y de vivienda hay procesosde circulación de trabajadores que pueden ser más o menos rá-pidos y que se estructuran según las estrategias de los querenuncian al trabajo, piden permisos para ausentarse algúntiempo, o combinan hasta dos trabajos al mismo tiempo. Algu-nos de ellos incluso regresan temporalmente a Independen-cia, en el municipio de Mixtepec.

HARRISONBURG Y LA ETNICIDAD COMO CONFINAMIENTO

El marco de referencia en el que se da la constitución de losdiversos espacios sociales es básicamente una pequeña ciu-dad semirrural de aproximadamente 30 mil habitantes. A pri-mera vista parece ser el típico caso de la vieja comunidad tra-dicionalista en la que una o dos familias pujantes sueñan conel “American Way of Life”, como en el caso de los Strickler y losWampler, quienes finalmente, al paso de las décadas crearonuna importante industria de pavo y pollo que se ha convertidoen una industria transnacional por su mercado y lo diverso desus procesos productivos.

La parte que particularmente interesa resaltar de Harrison-burg es cómo en una comunidad muy conservadora hasta losaños ochenta, a raíz de la dependencia de la industria avícola,tuvo que “abrirse” y adaptarse de cierta forma a nuevas olasde inmigrantes para satisfacer las crecientes necesidades deuna industria vigorosa, contexto en el que se da la llegada de losmixtecos a la región. Creándose con ello la presencia de nue-vos espacios transnacionales en la ciudad de Harrisonburg,convirtiéndola en una comunidad en la que existen distintas

dimensiones culturales, no sólo sociales, económicas, políti-cas y religiosas.

Harrisonburg es un centro heterogéneo por su vasta varie-dad étnica, sobre todo representada por más de 20 diferenteslenguas nacionales presentes en las distintas dimensiones so-ciales del condado y sus alrededores. Este robustecimiento ét-nico se dio a partir de la década de los años ochenta. La antiguacomposición suizo-germana, escocés-irlandesa e inglesa ya noera la única. Respecto a la presencia menonita, este grupo ét-nico y religioso desde entonces se ha resistido de distintas for-mas a la asimilación que representa las nuevas formas cultu-rales en el valle.

Existe un estimado de 1,300 hispanos y alrededor de 20 unida-des domésticas de mixtecos en Harrisonburg y en Timbervi-lle, este último, suburbio de Harrisonburg. Definitivamente, la“minoría étnica” con mayor presencia es la de agricultores ru-sos y bosnios con aproximadamente 900 personas, después lessiguen ucranianos y serbio-croatas. El conjunto de estos gru-pos es el encargado de proveer de fuerza de trabajo a la indus-tria avícola de esta fértil región (Kimsey, 1998).19

En la investigación etnográfica detecté tres tipos de espa-cios de vivienda transnacionalizados en Harrisonburg, que son:las “trailas” o casas-trailer, que se pueden estacionar en un lo-te para tal efecto por medio del pago de una mensualidad yque son viviendas semimóviles; el centro de la ciudad, espa-cio de vivienda básicamente representado por un conjunto dedepartamentos de renta con condiciones de hacinamiento muymarcadas; y los campos agrícolas, espacios al interior de lospropios campos de trabajo que consisten en pequeñas barra-cas con servicios compartidos para albergar temporalmentea sus trabajadores, en las que no se paga renta.

Cada uno de estos espacios es la expresión de mecanismosde diferenciación y alberga formas específicas de vida que seajustan a esas características de flexibilidad requeridas por elcapital transnacional. Destacan entre los mecanismos de dife-renciación el tipo de tenencia de la tierra, la ubicación del espa-

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18.Con las estructuras de confinamiento transnacional me refiero propiamen-te a los sitios donde también viven los mixtecos, como son los aparcaderos de“trailas”, los campos de la manzana y los departamentos del centro de la ciudad. 19.Kimsey, op. cit.

cio de vivienda, los horarios laborales, el factor étnico y la dis-criminación, así como el poder adquisitivo, entre muchos más.

El “modo de vida flexible” puede encontrarse en los siguien-tes ejemplos: ritmos y usos de la vivienda, tipos de alquiler yadquisición, manejo y apropiación cultural del espacio de vivien-da. La flexibilidad al interior de cada uno de los distintos espa-cios de vivienda se manifiesta por medio de los aspectos mencio-nados, tiene semejanzas con ciertos requerimientos del aparatoproductivo del mercado de trabajo.

A continuación haré una breve descripción de cada unode los diferentes espacios de viviendas en Harrisonburg.20

Las “Trailas”

El universo de aparcaderos de tráileres consta de cinco diferen-tes espacios con un total de 481 casas, lo cual arroja un prome-dio de 96 casas-trailer por aparcadero. El costo de una de éstassuele ir desde dos mil hasta los 20 mil dólares, dependiendode su estado general de uso. Los nombres de los aparcaderos decasas-trailer son: Spotswood Trailer Park, National Coach TrailerPark, Broadway, Valley View Trailer Park y Timblewood Trai-ler Park.

En cada uno de los aparcaderos en Harrisonburg y Timber-ville (considerado también en el conjunto por su relativa cerca-nía) existe la presencia latina, así como también la de estadouni-denses caucásicos, afroamericanos y asiáticos. Aunque varíanlas proporciones en que se encuentran presentes, nunca fal-ta la presencia de personas de origen mixteco, sean mexicanoso estadounidenses de nacimiento.

En el caso de la gente de origen mexicano, tenemos quehay representantes de casi todos los estados de la República.De su contraparte latina, la presencia es de gente de Repúbli-ca Dominicana, Honduras, Costa Rica, El Salvador, Guatemala,

Puerto Rico y Nicaragua, principalmente, y que después de laobvia relación social existente entre los mixtecos, represen-tan para éstos su vínculo social más cercano y estable, inclusoes posible encontrar gente de otras latitudes y etnias en losdiferentes aparcaderos, excepto en Broadway, pues allí aun-que existen sólo 30 casas, la mitad de ellas corresponde a mexi-canos y la otra parte a estadounidenses de origen caucásico.

Por ejemplo, la peculiaridad del aparcadero de TimblewoodTrailer Park es que no todas las casas son tráileres, algunas deellas son casas fijas muy pequeñas y la gente que habla espa-ñol generalmente lo conoce como el “gallinero”. Aquí es don-de se da la mayor concentración de mexicanos. También aquíestá la mayor concentración de mixtecos. A diferencia de losotros lugares ya señalados, en este lugar no hay ningún tipode problemas con la casera —que es anglosajona—, se puedentomar bebidas alcohólicas afuera de las casas, realizar bailes,fiestas y reuniones con gente de otros aparcaderos y del cen-tro, incluso con los que vienen de los campos agrícolas. Por suvalor social, este espacio de vivienda es el más importante pa-ra los mixtecos. Por regla general, en los aparcaderos dondeviven los trabajadores (algunos de origen mixteco) que labo-ran en la industria avícola regional, las personas son dueñasde sus casas-trailer, no así del terreno donde éstas se asientan,pues pagan una renta por estacionarse allí. Una persona deMixtepec dijo:

Una traila para mí es vivir más tranquilo con la familia, mása gusto, estar en un aparcadero representa pagar menos queun departamento. En un departamento es un poco más difí-cil, hay más ruido, hay más problemas, más gente, aquí esmás tranquilo.21

El Centro

En el centro de Harrisonburg hay siete familias de origenmixteco, en departamentos rentados o cedidos de manera tem-

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20.Para recabar la información consistente en el levantamiento de un cen-so de población y vivienda en algunos sitios de Harrisonburg y Timberville, asícomo también en los campos agrícolas de la “manzana”, tuve que trasladarme adichos lugares y vivir casi dos meses en ellos. De alguna manera interactuar consus habitantes, principalmente los mixtecos, facilitó la obtención de los datos. 21.Señor Daniel Hernández, entrevista citada.

poral por los empleadores o caseros, según sea el caso. Por logeneral, estas familias trabajan para las plantas avícolas deWampler o Rocco. Parece ser que de todos los lugares dondehay mixtecos, ya sea Harrisonburg o Timberville, este peque-ño conjunto de viviendas de renta (no casas-trailer) es el quetiene peores condiciones, pues existe hacinamiento y muchosde estos departamentos están en pésimas condiciones.

En ciertas ocasiones representan el primer sitio a dondearriban los mixtecos, (generalmente parientes) y permanecenallí hasta que logran conseguir algún empleo y pueden pagarla renta en otro lugar, o incluso comprar alguna casa-trailerusada a buen precio. Esto viola el reglamento de estancia permi-tido tanto en una casa-trailer como en los departamentos. Locomún es que sólo cohabiten de cuatro a cinco personas, delo contrario se corre el riesgo de tener problemas con las auto-ridades, no obstante es posible “desaparecer” ante la vista delos caseros. Mi propia experiencia al respecto puede ilustrarun poco de esta realidad.

—Pero oye Pedro, ¿de verdad podemos quedarnos en la sala?[extremadamente pequeña].

—Claro que sí man, ya sabes que aquí no hay bronca, yaveremos como le hacemos, si quieren pueden salirse, peroque no los vea el casero, es argentino y es muy mala onda,si los “cacha” digan que vienen de visita y ya estuvo man.

—Órale Pedro, así quedamos, OK.22

Es el lugar de viviendas más céntrico, se encuentra en elcorazón de la ciudad de Harrisonburg y muy cerca para algu-nos de los mixtecos que laboran en la plantas avícolas. Además,es el único espacio para vivir que no puede moverse de lu-gar, a diferencia de las casas-trailer que conforman parte delcomplejo mixteco en la red. Por otra parte, es muy difícil encon-trar departamentos que no sean rentados.

Los campos agrícolas

En Timberville, el pueblo más cercano a Harrisonburg haciael norte, se encuentra este peculiar espacio de viviendas. A de-cir verdad, son barracas con un comedor y cocina centralespara todos sus “huéspedes”. Éstas se encuentran ubicadas den-tro del mismo campo agrícola donde se lleva a cabo la pizca yla poda de la manzana, que es la actividad agrícola más exten-dida en la región del valle Shenandoah.

Este lugar es un sitio de vivienda para quienes laboran enlas tareas agrícolas. No hay muchas opciones, hay que vivirallí, o bien, en el peor de los casos, vivir con algún paisano enotro lugar y conseguir transporte cuando no se cuenta con unopropio.

Algunos no alcanzan espacio en las barracas. Esto sucedeen primavera y verano cuando es la temporada de la pizca, ylas condiciones climáticas permiten que haya mucha gente la-borando en los campos.

En sí, es un lugar difícil para vivir largas temporadas, máxi-me si se considera que está muy alejado de las áreas pobladas.Aquí hay algunos mixtecos que suelen ir a trabajar preferente-mente a la pizca, empero, la gran mayoría de la gente provienede varios estados mexicanos, principalmente de Veracruz yQuerétaro.

Toda esta gente, que en su conjunto no sobrepasan el nú-mero de 50 o 60 individuos, finalmente se acomodan en aproxi-madamente unos 15 pequeños cuartos. La convivencia entrelas distintas personas y grupos que se forman al interior delcampo no siempre es fácil, incluso se producen tensiones per-sonales que se reflejan en el campo y repercuten en el desem-peño laboral. Esto, a su vez, puede influir positiva o negativa-mente en los mayordomos para que los trabajadores (muchosde ellos con permisos falsos para trabajar) pierdan su empleo.Algunas personas de origen mixteco pueden, inclusive, com-binar esta actividad con el trabajo en la industria avícola regio-nal cuando los tiempos así lo permiten.

Cabe señalar que en el campo agrícola el espacio de vivien-da no es propiedad de los empleados, sino de las compañías,

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22.Fragmento extraído de mi diario de campo. Experiencia en el departamen-to de una familia originaria de San Juan Mixtepec; Harrisonburg, noviembre de1998.

porque los campos son de las compañías agrícolas y los espa-cios de vivienda están dentro del mismo campo.

VINCULACIÓN DE LOS ESPACIOS CON LA COMUNIDADTRANSNACIONAL Y LA CADENA GLOBAL

Al interior de cada uno de los lugares de vivienda coexiste unvínculo con la comunidad transnacional y otro con la cadenaglobal. A continuación haré una sucinta descripción de esta re-lación y para ello voy a remitirme al caso de un aparcaderode “trailas” para ilustrar su condición transnacional. No necesa-riamente a cada una corresponde una sola familia, ya que enmuchas de ellas viven personas solas o familiares que vie-nen de paso. Los mixtepequenses suelen rentar o inclusovender alguna “traila” a otras personas, preferentemente delmismo pueblo. Esta actividad representa un minicircuito de re-laciones sociales forjado a por medio de las mismas viviendasy sus habitantes, que rebasa la presencia de un solo grupo ét-nico debido, sobre todo, a la vecindad obligada y por compar-tir problemas en común.

Existe un caso particular en Harrisonburg que vincula unespacio de viviendas con el resto de la comunidad transnacio-nal, es el del aparcadero de Spotswood Trailer Park. Se trata delos problemas resultantes por la construcción de un centro co-mercial en el sitio donde actualmente se encuentra estaciona-do un conjunto de casas-trailer con unas 300 familias, aproxi-madamente.

La comunidad en Harrisonburg sabe que pronto tendránun nuevo centro comercial en la ciudad, los medios de comu-nicación han divulgado la noticia. Algo que no sabe toda la co-munidad es que se verán afectadas las familias que habitan elaparcadero. Después de todo, siempre hay intereses económi-cos muy fuertes. Los inversionistas han puesto mucho empe-ño en el proyecto, dicen que crearán nuevas fuentes de traba-jo, distracciones, etcétera; aunque en realidad en la ciudad nohace falta mucho empleo, sino gente que quiera cubrir las va-

cantes disponibles. Es una situación crítica que enfrentan lasfamilias del aparcadero. Cuando yo estuve en el lugar, las fa-milias disponían de 80 días para abandonar el terreno. Pareceser que el aparcadero se instalará en otra parte de la ciudad,donde en un principio se iba a construir el centro comercial. Apropósito, una mujer anglosajona señala lo siguiente:

Esta situación no conviene porque creará graves problemasen la ciudad a corto plazo, tanto para las plantas procesadorasdel pollo como para la economía de las familias afectadas.Por un lado, la gente pierde posiblemente su empleo al te-ner que mudarse de lugar, tal vez les quede demasiado le-jos. Por otra parte, la empresa tardará unos días en ocuparesas vacantes de trabajo, y eso representa problemas en laproducción [...].23

La comunidad transnacional mixtepequense está fuer-temente vinculada con ese espacio de viviendas. Ahora se sabeque la empresa quiere apoderarse del lugar. Hasta ahora, laciudad está dividida en diversos sectores étnicos y está “conteni-da” en zonas de vivienda, según el trabajo que realizan y la ca-tegoría étnica que se les asigna (mixteca, afroamericana, asiáti-ca o de cualquier otra minoría étnica). Esto supone para lasempresas avícolas un mayor control, pues les da de dónde es-coger para cubrir sus necesidades.

Pese al carácter transnacional de algunas de estas mino-rías étnicas (incluyendo a los mixtecos), la forma de regular lavida social de la comunidad es acotando los espacios. Nadie seconfundiría: los mixtecos son migrantes, fundamentalmentetrabajan para empresas transnacionales y se insertan en cier-tos puntos muy precisos de la cadena global de mercancía. Esdecir, tienen su sitio bien identificado en el trabajo, aunque nosea una regla escrita, generalmente desempeñando las laboresmás pesadas y de menor paga. Pero también tienen su sitio devivienda. Ahora que se construye el centro comercial se vuel-

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23.Fragmentos de la conversación con una mujer de origen inglés que trató eltema del futuro desalojo de aproximadamente 300 familias del aparcadero deSpotswood Trailer Park, por parte de un centro comercial en Harrisonburg, LutheranChurch, Harrisonburg, 11 de diciembre de 1998 (fichas personales de trabajo).

ven a poner en práctica los mecanismos que construyen lasegmentación social.

La situación afecta a los dueños de las plantas procesadoras,que de por sí requieren más empleados debido al constantecrecimiento de la planta productiva. Los mixtecos hacen unaparte importante del trabajo; no pueden prescindir tan fácil-mente de ellos, pues les son indispensables. En este tipo detrabajo también es frecuente ver a personas de otro origen ét-nico, como rusos, ucranianos y serbio-bosnios, pero ellos gene-ralmente viven en departamentos propios y en mejores zonasde la ciudad, realizando labores físicas menos demandantes.

Tenemos, así, dos formas de reconfiguración de los acota-mientos: por un lado, las viviendas serán trasladadas, pero aun espacio en el que siga su diferenciación geográfica; por elotro, el sistema de diferenciación étnica seguirá reproducién-dose. Al respecto, un comentario desde la perspectiva mixtecaes el siguiente:

Los rusos, todos, absolutamente todos, son muy inteligen-tes, en un año o dos ya “se levantaron” ya hablan inglés, sinembargo, los latinos pueden tener diez u once años aquí yno pasa nada, o apenas saben que onda [...]. Ellos nos ga-nan en todo, creo que en gran parte se debe a que vienencon la intención de quedarse y nosotros no, yo no conozcohasta ahora a alguien de Mixtepec que quiera quedarse paratoda la vida, todos los mixtecos quieren regresarse a morir-se a su tierra y como los rusos son blancos pues por eso no seles asignan tareas más pesadas, no más por eso.24

En relación con la situación que afecta la parte laboral, re-cogí la siguiente anécdota: en cierta reunión llevada a cabo enuna iglesia luterana, en Harrisonburg, con diversos grupos re-presentados en la ciudad, la delegada del sector industrial, eneste caso de Rocco, decía que ellos, o sea los industriales, desco-nocen a fondo la situación del próximo desalojo de las “trailas”,y que tiene que consultar a sus superiores para explorar lasituación, decir algo por el momento sería muy aventurado.25

Al igual que muchas personas ahí reunidas, creo que tantoRocco como Wampler no desconocen la situación. Si los quetrabajan en las plantas procesadoras ya no están, pues ya lle-garán otros; después de todo, la ciudad y su población conti-núan creciendo, los no anglófonos han aumentado respecto alresto de los habitantes en proporción de seis a uno (Kimsey,1998). Por otra parte, existen otros aparcaderos cercanos quetambién tienen a mucha gente dispuesta a trabajar en la indus-tria avícola. Éste es el aspecto más importante de la relaciónde la industria del pollo con los espacios de vivienda. Cada unonecesita del otro para cubrir sus necesidades. A la industria lesirve porque los mixtecos “le entran a todo”; y al mixteco por-que cubre sus gastos en Estados Unidos y puede mandar dine-ro a su comunidad, como lo hace la gente de Independencia.

Finalmente, en el caso de la gente de Mixtepec, pues elloscambiarán de aparcadero en el mejor de los casos. Por ejem-plo, el señor Vidal Hernández probablemente regresará a Ore-gon, dice que “allá se está mejor”, se pagan menos impuestosy además dos de sus hijos añoran el estado donde nacieron.En el caso del señor Francisco H., quien dice saber todas lasmovidas “chuecas”, sencillamente optará por irse a otro aparca-dero cercano, o bien a otro estado, a seguir trayendo gente deMixtepec y colocarlos en algún trabajo que aparezca. Al igualque la gente de Mixtepec, ellos nunca están en un solo lugar,en este sentido son multilocales, al igual que las trailas queviajan hacia cualquier lugar.26

Así, a cada tipo de vivienda corresponde un cierto tipo depersona: la que generalmente trabaja en los campos de la piz-ca y poda de la manzana, como la población semipermanentede origen mexicano que radica en el mismo campo; o la que seestablece cerca de los servicios “misceláneos” y el “pollo”(sobre todo sanidad), que vive en los aparcaderos de “trailas”,ya sean mixtecos, mexicanos o latinos. Por lo tanto, cada unode los espacios de vivienda representa una forma única decontención que confina a la gente dentro de la ciudad de acuer-

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26.Información obtenida de un documento propio denominado Historia de unobjeto, basado en una pequeña semblanza de la “traila” de una familia de Indepen-dencia, Mixtepec, viviendo en Harrisonburg, México, febrero de 1999.

24.Señor Cenobio Hernández, entrevista citada, p. 5.25.Diario de campo personal, Harrisonburg, diciembre de 1998.

do con el trabajo que desempeña y el origen étnico (y los liga,a la vez, a diversos grupos étnicos asociados por el tipo de acti-vidad que desempeñan).

BIFOCALIDAD Y FLEXIBILIDAD

Los mixtecos transnacionales, pese a su movilidad, experimen-tan estrategias de contención dentro del valle Shenandoah queles segregan, según el trabajo y el grupo étnico al que pertene-cen. Al mismo tiempo, este proceso “clasifica” a las personassegún su trabajo. Las políticas del capital desde los años ochen-ta se han caracterizado por la flexibilidad laboral, que permitecambios repentinos en el empleo, ajustes en la organizacióndel trabajo “reorganizando” la producción y, frecuentemen-te, se expresa en la pluriactividad de los trabajadores que no seciñen a un solo empleo, e incluso en ocasiones, recurren al au-toempleo (Etxezarreta, 1992:44). Movilidad y contención, rigi-dez y flexibilidad, empleo y autoempleo, son binomios que for-man parte del régimen posfordista. Los mixtepequenses tienenque contender con esta realidad cambiante. De ahí que el con-cepto de bifocalidad, ya usado en los estudios sobre diásporas,puede utilizarse para referirnos a los sujetos que tienen queconocer y entender ambas situaciones para poder vivir sus vi-das: vivir en Harrisonburg, entenderlo, y al mismo tiempo serparte de la comunidad de Mixtepec, participar en ella, de sucultura y obligaciones, etcétera. Pero el concepto de bifocalidadno es suficiente. Las personas de Independencia tienen la capa-cidad de cambiar de acuerdo con las condiciones en que viveny con las formas de contención en las que se encuentran. Así,una persona de Independencia se transforma en un mixtecoen Harrisonburg. Y más adelante, de ser un mixteco en el tra-bajo de la cosecha de manzana se transformará en un latinoen el trabajo de alguna de las empresas. También transitará delas “trailas” a los campos agrícolas, según sea el caso. Y, proba-blemente, regresará dentro de diez o veinte años a su pueblode origen. Todo esto es una forma de flexibilidad que requiereser entendida y conceptualizada.

Los mixtecos pueden insertarse en uno de los sectores eco-nómicos como el de la producción de la industria avícola enHarrisonburg, y al mismo tiempo hacer las veces de autoorgani-zadores de sus propios recursos. Las condiciones de vida y delmercado de trabajo de los mixtecos ya no son atendidas porsindicatos locales. En parte, porque ante los cambios del capi-tal, los sindicatos han desaparecido del horizonte laboral enmuchas localidades. Pero también, porque el modo de vida delos transmigrantes requiere de una forma de empoderamientoy representación que no esté anclado en una localidad. Pare-ciera que, en este sentido, la comunidad misma se ha transfor-mado en el mejor instrumento de apoyo de los propios migran-tes para contender con los problemas para conseguir trabajoy habitación, para acceder a asesoría legal cuando se trata deproblemas de migración, así como para obtener apoyo cuandose trata de problemas económicos.

Así, hay que considerar que el surgimiento de formas deorganización comunitaria en las localidades de destino de losmixtepequenses, de alguna manera coincide con el deteriorode las condiciones tradicionales del mercado laboral agrícola dela década de los ochenta (Runsten, 1991; apud. Zabin, 1992:13-14). Tal parece que en el valle los mixtecos se sobreponen apo-yados en su organización comunitaria.

Planteo que la comunidad es, de alguna forma, la nuevamanera de organización frente al capital transnacional, en elsentido de que puede ser considerada como un modo de resis-tencia (Santa María, 1994:351).27 El problema, parece ser, quea la vez que proveer de recursos para la subsistencia en el me-dio transnacional, los recursos de las comunidades facilitanlas cosas para las empresas que les emplean. ¿Hasta dónde lascomunidades, al apoyar a sus miembros, facilitan el procesode acumulación a las empresas para las cuales trabajan?

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27.Véase Arturo Santa María, La política entre México y Aztlán. Relaciones chicano-mexicanas del 68 a Chiapas 94, UAS/California State University, 1994. El autor se-ñala a propósito lo siguiente: “Para una sociedad desarrollada los sectores de man-do del estado norteamericanos han adoptado, a pesar de los aparatos policiacoscomo la migra, por tolerar parcialmente la inmigración indocumentada mexica-na”, op. cit., p. 351.

No me parece que haya una posición contestataria, de nego-ciación o incluso un proyecto propio de clase en el valle delShenandoah. Yo no lo pude apreciar porque allí los mixtecosno estaban inmersos en ese proyecto clasista, como puede ha-ber en otros lugares dentro de su propia red social.

En cambio, lo que sí puedo decir es que tengo un caso enel que la periferia de Mixtepec está usando sus recursos pararesistir a este proceso pulverizador y fragmentador del capital.Por ejemplo, transfiriendo parte de su economía, desde Harri-sonburg hasta Independencia, para aprovecharse de la maneramás conveniente, como en el caso específico de la construc-ción de un tanque de agua para beneficio de la comunidadque requería tanto de mano de obra venida desde Virginia comodel capital para hacerlo.

Así, paradójicamente, la vida comunitaria es útil al capitalpues incorpora mano de obra barata que encuentra los mediospara subsistir, y para los mixtecos porque tratan de respondercon solidaridad interna frente a los mecanismos de exclusión:

Estando aquí, en el trabajo en las plantas hay mucha gentediferente, y cada quien tiene su forma de manejar la situa-ción. Para la gente aquí es un poquito difícil porque somosde otros países, y la gente que no es de aquí muchas vecesno cae bien. Cuando en el trabajo no se cae bien, les gustamandar a uno, regañar, no más porque somos de pelo ne-gro, aquí en Virginia la gente es diferente porque como nohay mucho latino, pues la gente es un poquito envidiosa,pero ahí vamos poquito a poquito, respecto a los “güeros”,hay que batallar más en ese sentido.28

La solidaridad entre los mixtecos se vuelve no solamen-te un valor añadido que beneficia a las empresas, sino que,además, se vuelve un valor que mejora la calidad de vida dequienes viven cerca de ellos.

Aquí casi todos, la mayoría de los que somos latinos, anda-mos juntos, hablamos la misma lengua [...]. Los gringos queestán en las trailas, yo pienso que están ahí porque les gus-

ta el ambiente —muy festivo y menos formal—, claro quesiempre hay uno que otro que no jala “igual”, son muy ra-ros, pues casi la mayoría se juntan otros con otros. La razade Mixtepec aquí es muy unida, se ayudan entre sí, cuandoalguien del pueblo llega y no tiene como acomodarse puesle ayuda. Uno nunca sabe cuando va a necesitar del otro.29

Esta manera tan singular que tienen los mixtecos de ayu-darse mutuamente, incluso con otra minorías étnicas, no essino una especie de reacomodo de sus propias condiciones la-borales. Esto representa, por un lado, que al organizarse en unespacio de vivienda pueden saber los ritmos de circulación desu propia gente, la cual necesita trabajar; con base en ello semueven o más rápido o más lentamente, ya sea por los cam-pos de la “manzana”, los campos avícolas o los servicios, parano perder el empleo y, a su vez, dar cabida en la cadena globalde mercancía a otros de sus paisanos.

Por otra parte, ellos están confinados o contenidos “étnica-mente” en cada uno de sus espacios de vivienda, porque elcapital transnacional así creó las condiciones laborales de acuer-do con sus intereses. No obstante, no consideró que al interiorde cada uno de esos espacios también se ha originado una au-toconfinación de los elementos que pretendió separar, no por-que así lo hayan planeado los unos o los otros, sino porque losmixtecos se mueven a otros ritmos, tienen otra percepción es-pacio-temporal, y porque pueden darse el “lujo” de hacerleel juego al capital en el que están inmersos, adaptándose aconveniencia por diversos espacios que tal vez los demásdesconocen. Dentro de ese contexto, tenemos que existen tresformas de transnacionalidad entre los mixtecos que viajan aHarrisonburg:

1. La primera de ellas es la que tiene que ver con los distin-tos espacios de vivienda, como son los aparcaderos de“trailas”, los departamentos de renta y los campos agríco-las. Cada uno de estos espacios son transnacionales porel tipo de trabajo al que están vinculados sus habitan-

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29.Señor Cenobio Hernández, entrevista citada, p. 2.28.Señor Daniel Hernández, entrevista citada, p. 4.

tes y porque se da una relación entre grupos pertene-cientes a países y comunidades diferentes.

2. La segunda es la que viene con el trabajo directamen-te. La condición de trabajador de una empresa trans-nacional. El trabajo mismo se vuelve un lugar de en-cuentro de historias de todo el mundo, experienciaspersonales y organizativas diversas. Este tipo de traba-jo puede obtenerse con una situación migratoria regu-lar o irregular.

3. La tercera forma es cuando los mixtepequenses saltande una condición de confinamiento a otra: cuando cru-zan las fronteras para regresar a su pueblo, cuando semudan de vivir en los campos agrícolas para residir enlos estacionamientos de “trailas”. Esta flexibilidad ybifocalidad es un indicador de transnacionalidad.

Estos tres ámbitos representan los puntos de articulaciónentre la transnacionalización por trabajar con capital transna-cional, la transnacionalización por vivir en complejos habitacio-nales transnacionales, y por la propia condición transnacionalde su comunidad, donde transita entre Harrisonburg e Inde-pendencia, Mixtepec.

ARTICULACIÓN DE LOS ESPACIOS DE INDEPENDENCIAY HARRISONBURG COMO COMUNIDAD TRANSNACIONAL

Ahora voy a presentar una viñeta relacionada con la construc-ción de un tanque para proveer de agua potable a Indepen-dencia, con la que deseo mostrar cómo se da la circulaciónconstante de la gente entre varias localidades que habita su co-munidad, y la forma en que se articula con personas de otroslugares en la red comunitaria.

Vidal Hernández viajó a California con su familia y des-pués de varios años se trasladó de manera definitiva al estadode Oregon, donde nacieron los más pequeños de sus hijos. Trasvarios años de residir en Oregon, decidieron trasladarse a Harri-sonburg, donde él y su mujer trabajan diariamente. Con los in-

gresos que han obtenido, lograron comprar su “traila”. La comu-nidad de Independencia le llamó para que regresara a darsu servicio gratuito a la comunidad durante un año, ocupandoun cargo en el comité encargado de mejorar la situación delagua potable en Independencia. El señor Hernández aceptó.Como el cargo no viene acompañado de un pago, una parte dela familia regresó a la comunidad para disminuir al máximolos gastos, los otros se quedaron para trabajar en Virginia. DonVidal transita a lo largo del año entre Independencia y Harri-sonburg. Durante su periodo se construyó un tanque a varioskilómetros de la localidad, que contendrá el agua potable de lapoblación. La construcción se hizo con recursos de los paisa-nos radicados en Estados Unidos y con trabajo aportado porla comunidad en faenas diarias, en las que hombres y mujerescargaron los materiales y construyeron el tanque.

Seguir los pasos del señor Vidal nos sirve para observarque los mixtecos circulan continuamente entre Harrisonburge Independencia. No hablamos de flujos anuales. Él lo hace asu propio ritmo, cada cuantos años. El señor Vidal “salta” delpollo en Harrisonburg al tanque de agua y viceversa, transi-tando de su condición de encargado del comité de aguas al deempleado de una empresa transnacional, su condición comosujeto migrante se lo permite.

Trabajando arduamente en el tequio junto con los habitan-tes de la ranchería, me pregunto, ¿qué pasa económicamenteen esta situación?, ¿en qué dirección se dan las transferenciaseconómicas?

Ahora los mixtecos se han transformado en grandes trans-ferentes de valor. Pero no hay que verlo sólo en el sentido ne-gativo, en el que únicamente ciudad y empresa transnacionalse benefician, sino también en un sentido inverso, en el quelos valores se transfieren al campo.

Los mixtecos pagan impuestos en Harrisonburg y van aIndependencia a trabajar sin ninguna remuneración econó-mica, para compensar lo que el Estado no ha aportado al pue-blo. Sus hijos seguramente no lo disfrutarán pronto, ellos cre-cerán en Virginia. Igual sucedió cuando salieron de Oregoncon sus hijos para luego irse a vivir a Virginia. Realmente nun-

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ca disfrutaron los beneficios de los impuestos aportados enOregon, California, o (para tal efecto) en Independencia. Des-pués de todo, buena parte de los ingresos de los mixtecos circu-lan entre las localidades que habitan. Los puntos de origen ydestino de los recursos no siempre son los mismos. En ocasio-nes los mixtecos aportan a la economía de Oregon, para re-sidir en Virginia. Otras veces trabajan comunitariamente enIndependencia, para vivir sus vidas empobrecidas en Califor-nia. ¿Hasta qué punto la comunidad es el vehículo que trans-fiere valor entre las localidades donde habitan, y hasta quépunto es un recurso para el mejoramiento de la vida de losmixtepequenses y de resistencia?

CONCLUSIONES

A lo largo de cada uno de los apartados de este artículo he que-rido describir las muchas maneras en que los transmigrantesde Independencia, en San Juan Mixtepec, construyen espa-cios transnacionales de articulación: articulan con su migracióneslabones de cadenas de mercancías; articulan lugares de tra-bajo y lugares de vivienda. Por medio de sus lazos comuni-tarios unen las localidades en que habitan en México con lasque son sus hogares en Estados Unidos.

Como lo hemos planteado, las comunidades mixtecas sontransnacionales. Sus miembros trabajan para empresas transna-cionales, habitan en localidades en que convergen muchas co-munidades transnacionales y construyen continuamente loslazos entre sus hogares y familias de forma transfronteriza.

Los espacios posmodernos del posfordismo pareciera quenos “liberan” de algunas ataduras del modernismo. Acaban conla idea de que lo tradicional es “atrasado, indeseable y malo”.Muestran que lo “tradicional” es una manera alterna de la “mo-dernidad”. Los mixtepequenses son “tradicionales” (porquecumplen con los requisitos de los usos y costumbres comunita-rios) y “modernos” (porque viven de acuerdo con las reglas dela vida urbana estadounidense), pero siguen siendo los máspobres en ambos lados de la frontera.

La pregunta es, ¿qué nuevas formas de desigualdad creanlos espacios posfordistas y la condición posmoderna? El “obre-ro-flexible”, el “mixteco-estadounidense” son nuevas catego-rías que encierran nuevas desigualdades.

¿Qué podemos aprender de este caso de estudio? El pro-ceso de migración, en vez de contribuir a la dilución de losvínculos comunitarios, los ha reforzado. El reforzamiento delos vínculos comunitarios, por el otro lado, no ha creado unacomunidad inamovible, sino que ha sido el punto de origenpara permitir la transición de sus miembros entre categoríasde contención (mixtecos, mexicanos, latinos, etcétera). La co-munidad no ha sido sólo un lugar para la resistencia comunita-ria, sino también un recurso para las empresas que contratana los mixtepequenses, para las localidades empobrecidas querequieren de sus recursos, para el Estado que les cobra impues-tos. Queda mucho por explorar sobre la relación entre resisten-cia y explotación en el contexto transnacional.

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En este trabajo exploraré las estrategias que activan las fami-lias de una comunidad migrante y transnacional para accedera la educación.1 Pretendo retomar el tema de la apropiaciónsubalterna de la escuela. ¿Pueden los miembros de una comu-nidad indígena y migrante intentar construir una alternativaeducativa adecuada a sus necesidades reales dada su movili-dad? ¿Será posible que puedan optar por algo diferente al pro-grama educativo que le ofrece el Estado?

En las últimas décadas, diversas disciplinas han contribui-do al análisis de los problemas de la educación con el fin demejorar los programas escolares, haciendo recomendacionessobre la pedagogía, analizando los cambios en las políticas edu-cativas, criticando la escuela castellanizadora, proponiendomodelos escolares alternativos y reflexionando sobre el verda-dero sentido de la educación. De igual manera, se han elabo-rado muchos estudios que indagan sobre la relación entre mi-gración y educación.

El papel de la escuela bilingüe en la lengua materna ocu-pa un lugar importante en el contexto de las discusiones men-cionadas. Sin embargo, el sistema bilingüe se lamenta de losenormes obstáculos que encuentra para la aplicación real desus programas, tales como las cuestiones de espacio, la falta

1.Hablo de “estrategias”, pues las familias mixtepequenses, si bien ocupan losrecursos que tienen a la mano para promover el acceso de algún o algunos de susmiembros a la escuela, sin una profunda reflexión sobre su futuro ni sobre lapropia educación, sí elaboran un plan apenas previsto pero que cuenta con unaintención y con un manejo de conocimientos del entorno, de las reglas sociales,culturales y hasta político-económicas que les asignan un rol dentro de la socie-dad, no únicamente como individuos o familias, sino como comunidad.

Estrategias educativas en la comunidadtransnacional

Atzimba Rodríguez Pérez

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de material didáctico adecuado, el escaso subsidio, las relacio-nes y conflictos interétnicos, así como la creciente movilidadde los educandos y sus familias. Una postura entre quienes ana-lizan la problemática de la educación bilingüe en el país esque ven a los indígenas de una manera “esencialista”, es de-cir, que plantean la recuperación de una cultura “real”, “pri-mera”, “verdadera”.

La escuela bilingüe no desconoce las repercusiones de lamigración, en tanto promueve planes piloto y programas “deverano” para que exista una escuela en los campos donde tra-bajan los padres de esos niños, pero no ha integrado al progra-ma alguna asignatura que esté más acorde con las necesida-des, los problemas y las expectativas de los migrantes.

Los trabajos sobre el tema regularmente hacen un análisisdel aprovechamiento de los educandos en el aula y concluyenque “hay un grave problema de aprovechamiento”; hablan deldesfase y las incapacidades familiar y estatal para que los pros-pectos cubran la educación mínima. No han funcionado lassanciones monetarias para que los padres no saquen a los hi-jos de la escuela cuando migra toda la familia (práctica que en-contramos en varios municipios de la Mixteca), ni ha servidoque “la escuela los siga” a los lugares de trabajo (iniciativa quese ha desarrollado especialmente para los niños en edad pre-escolar).

Conceptualmente, los analistas de la educación de los ni-ños migrantes piensan en términos de un “lugar de origen” yun “lugar de destino”. En estos casos, el “lugar de origen” sueleser un sitio bilingüe y tradicional (en el sentido de esencialis-ta y autoritario), mientras que el lugar de destino es un lugar“moderno” (por ejemplo, alguna localidad en Estados Unidos).Estas posturas no exploran la situación particular de un nú-mero cada vez más abundante de niños, cuyas trayectoriaseducativas combinan la educación en forma alternada entreambos lugares —el de “origen” y el de “destino”— ni tampocoexploran la manera en que los sistemas educativos —el de “ori-gen” y el de “destino”— se influyen mutuamente.

Por otro lado, la mayoría de estas posturas atienden a la es-cuela como un lugar de enseñanza. Yo quiero referirme a ella,

no como un lugar, sino como un espacio multilocal en el cualse libra una contienda por la valoración del “capital cultural” yde clase de la comunidad transnacional. Este trabajo pretendeseguir a los educandos durante sus trayectorias educativas, ya la comunidad más amplia a través de la geografía de su migra-ción, para describir cómo es que los migrantes articulan sis-temas educativos que de otra forma estarían separados (entreMéxico y Estados Unidos) y para preguntarme, entonces, siacaso hay un proceso de apropiación del sistema escolar y delcapital cultural que ahí se acredita. El resultado será, como ve-remos, un complejo mosaico en el cual, desde el punto de vistadel educando migrante, diversos sistemas (educación bilingüe,inglés como segunda lengua, etcétera) se suceden a lo largode su “curricula vivida”. Desde el punto de vista de las institu-ciones, los cambios que trae la presencia de contingentes deotras latitudes y culturas obliga a generar estrategias de aten-ción a estos niños y jóvenes migrantes. Ni las estrategias de loseducandos, sus familiares y comunidades, ni las estrategias delos profesores, escuelas y distritos escolares, son estrictamen-te técnicas, sino que incluyen tensiones y negociaciones decarácter étnico, lingüístico, nacional, de clase, etcétera. ¿Cuáles el resultado de estas contiendas? ¿Cómo impactan en elproceso de inserción en el mercado de trabajo? ¿De qué mane-ra estas contiendas escolares llevan a mejorar las percepcio-nes sobre los migrantes? ¿Es conveniente la participación yapropiación del sistema escolar por parte de las comunidades,familias y educandos? ¿Cuáles son los riesgos y problemas deuna escuela en la que los indígenas migrantes participen nosolamente como alumnos, sino también como diseñadores delprograma? ¿Es posible pensar en una “escuela transnacional”para “educandos transnacionales”? Éstas son las preguntas queme hice para iniciar la investigación que aquí reporto.

Para el presente trabajo he decidido utilizar algunos con-ceptos de Pierre Bourdieu que me parecen de utilidad en el es-tudio del fenómeno educativo. En primer lugar, coincido con élen concebir a la escuela como un “campo”, un lugar de confron-taciones, en el que los agentes (alumnos, profesores, padresde familia, etcétera) son parte de un habitus mayor. El habi-

tus (esa estructura mayor en la cual se dan las acciones de laspersonas) no es una estructura plana, sino que incluye, necesa-riamente, la agencia de las personas para su reproducción (esdecir, es una estructura estructurada). Cuando Bourdieu pro-pone el concepto de la agencia, está hablando de la posibili-dad de discernir y actuar que tienen las personas y no de suje-tos que obedecen a una regla como autómatas regulados. Sinembargo, Bourdieu propone que existe algo en los actores so-ciales que es anterior a sus acciones y que es aprendido (el há-bito), por lo que puede decirse que los habitus tienen tambiénun papel estructurante. Bourdieu define el hábito como un sis-tema de esquemas adquiridos que funcionan como categoríasde percepción y de apreciación, o como principios de clasifi-cación, al mismo tiempo que como principios organizadoresde la acción (1987:26). Es por esto que creo que el concepto de“agencia” otorga un giro importante a la teoría de Bourdieu.Las acciones son parte de las confrontaciones que ocurren enel campo y son reguladas por el habitus. Las acciones son “[...] elproducto del encuentro entre el habitus y el campo, es decir,entre dos historias más o menos ajustadas” (1987:111). La edu-cación, para él, es uno de los lugares sociales (o campos) dereproducción del habitus y de las determinantes sociales. Sinembargo, acota él mismo, existe la agencia, que muestra el cam-bio que produce el movimiento de la historia de una sociedad.

Hasta aquí coincido con Bourdieu en su teoría de la edu-cación, aunque en el presente trabajo resulta insuficiente lamanera en que Bourdieu aborda el concepto de habitus, pueséste parece una entidad continua y estructurada de manerarelativamente “parsimónica”. Pero en la vida de los migrantes,el habitus parece configurarse a partir de la convergencia deestructuras (de varias localidades, regiones y naciones) que sonmuy distintas entre sí. Y a su interior encontramos una multipli-cidad de campos (o campus) educativos. Así que usaré el con-cepto de habitus con reservas.

Para Bourdieu el habitus influye (y a su vez es estructurado)por las acciones de las personas que adquirieron ciertos hábi-tos al crecer y vivir en el contexto de dicho habitus y los distintoscampos culturales que le integran. En el caso de los educan-

dos migrantes, la construcción de hábitos en el tránsito de unestado al otro, de un país al otro, y de un sistema educativo aotro, no puede ser reducido a un solo “campo”. Hablamos dedistintos “hábitos” que se adquieren en los diferentes “campos”por los que atraviesa la trayectoria educativa de estos educan-dos, cuyas vidas transcurren en el contexto de un marco mayorque está en proceso de constituirse en un “habitus transnacio-nal” (o que tal vez no termina de articularse como tal).

En el primer apartado de este trabajo muestro a la escuelacomo un espacio en movimiento, como un espacio político enel cual se negocian posiciones en la estructura social y revisola teoría de Bourdieu en relación con la escuela, tratando dehacer uso de las herramientas teóricas que él presenta (aun-que introduciendo el aspecto multilocal en que vive la comu-nidad de estudio: San Juan Mixtepec). Discutiré el trabajo dedos teóricos que nos muestran a sujetos subalternos en con-textos multiculturales y multilocales. Ambos trabajos conce-den “agencia” a los individuos que analizan, pero anticipanresultados opuestos ante la pregunta sobre la pertinencia de“apropiación” de la escuela como un espacio de reproduccióncultural por parte de los grupos subalternos. Paul Willis ad-vierte que cuando los subalternos actúan con agencia y parti-cipan en la transformación del medio escolar en el que se for-man, reproducen los roles sociales que les fueron asignadosde tal suerte que la escuela no funciona como un instrumentoque facilite la movilidad social. Willis concluye que los niñosde la clase obrera, que defienden y reproducen la cultura obreraen la escuela, terminan obteniendo trabajos como obreros. Porotro lado, Kemet Asante defiende la necesidad de construiruna escuela afrocéntrica que valore la cultura afroamericanay permita a los educandos construir a partir de los valores cul-turales que ya tienen, pues advierte que hasta ahora la escuelaobliga a los educandos a conformarse con el modelo culturalanglosajón, cuestión inalcanzable y contraproducente para loseducandos afroamericanos en un mundo dominado por los an-glosajones que no les admite como iguales. Siguiendo esta dis-cusión, nos preguntamos, para nuestro caso de estudio ¿debeny pueden los transmigrantes mixtecos apropiarse culturalmente

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del sistema educativo en el contexto transnacional, o debenconformarse con el mosaico de sistemas por el que transitan?

En el segundo apartado —para poder hablar después de laedificación de una escuela que los mixtepequenses pudieranconstruir como propia o “apropiada”— describo a la comunidadtransnacional y la gran red de sistemas educativos que articu-la cuando enlaza una gran cantidad de localidades que forman,finalmente, esa gran geografía transnacional de la comunidadde San Juan Mixtepec. Aquí trataré de mostrar —enfocándo-me en el campo educativo— la construcción de un habitus mix-tepequense que rebasa los límites políticos y geográficos quecircundan al municipio de San Juan Mixtepec. Considero a es-ta sección como un aporte importante, pues ninguno de losestudios sobre migración y escuela, de los que he hablado alprincipio, han podido analizar cómo en el movimiento e inte-gración de la comunidad transnacional. Se construye la red deterritorios en la cual los niños nacen, viajan y se educan.

Tal vez la comunidad de San Juan Mixtepec podría entraren la larga lista que de las comunidades “rotas” por la migra-ción hacia Estados Unidos. Sin embargo, Mixtepec, por su con-dición transnacional, conserva su unidad como comunidadpese a la dispersión de las localidades por las que transita y seasienta. San Juan Mixtepec existe y crece en varias localida-des en forma simultánea y conserva relaciones entre ellas; es-to le ha permitido trascender diversas fronteras físicas, socia-les, económicas, educativas y políticas. La escuela de Mixtepecestá igualmente dispersa en ese espacio haciendo y reprodu-ciendo un habitus que permite tales condiciones de vida trans-nacional. Dicho habitus proporciona a los educandos de Mix-tepec la oportunidad de trascender los trabajos que les seríanasignados, si pensamos en que ellos reproducirán su condi-ción “campesina”, “indígena”, “jornalera” y/o como “mojados”.El esfuerzo que algunos han hecho como trabajadores migran-tes, para que ellos o algún miembro de su familia acceda a laeducación, les ha permitido ganar espacios, recursos y, en oca-siones, mejores empleos.

En un tercer apartado mostraré varias estrategias que hanpuesto en marcha la comunidad y las familias para lograr la

acumulación de capitales (social, económico y cultural), y cómoéstos se transfieren del campo laboral al educativo. Mostrarécómo, luego de contender con las necesidades básicas, utili-zan el capital económico para hacerse de mejores posibilida-des en el campo educativo (posibilidades que implican empode-ramiento, si pensamos en la educación como un espacio depoder); y mostraré también cómo el capital cultural obtenidopuede llegar a tener un valor simbólico que permite generarnociones propias de lo que “debe ser la escuela”. En este apar-tado propongo que la “apropiación” de la escuela —como espa-cio simbólico y político para los jóvenes de Mixtepec— ha im-pactado sobre el mapa político de la comunidad y presentavisos de transformaciones mayores que repercutirán al ex-terior, en la relación con la sociedad mayor.

Sin embargo, no siempre hay un proceso de “capitaliza-ción” en el proceso educativo. Cuando pensamos en la posibi-lidad de las transferencias de “capitales” de un campo (comoel laboral) a otro (como el educativo), podemos encontrar dostipos de procesos que se oponen a la “capitalización”: el prime-ro tiene que ver con la pérdida de valor que sufren los capitalesal trasladarse entre los campos (valor que puede ser apropia-do por un tercero en el proceso de transferencia); el segundoes la no convertibilidad de los capitales cuando hablamos decampos diferentes (por ejemplo, cuando un niño debe regresaruno o varios grados al cambiar de escuela por no contar conlas habilidades básicas del idioma para continuar en el nuevopaís o en el nuevo distrito escolar).

Finalmente, diré que la información presentada en este do-cumento fue recolectada en cuatro regiones distintas: la ciudadde Harrisonburg, Virginia, Estados Unidos; el valle de Culiacán,Sinaloa, México; la cabecera municipal de San Juan Mixtepec,Oaxaca, México; y el valle agrícola de San Quintín, Baja Califor-nia, México.

Se aplicaron 165 cuestionarios sobre historias de vida queincluyen trayectorias educativas y laborales. Pero el grueso dela información se obtuvo de entrevistas abiertas, conversacio-nes informales, entrevistas grabadas, diario de campo y, entodo momento, la herramienta más útil fue la observación par-

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ticipante. Se hicieron historias orales y análisis de contenidopara el argumento más general. Sistematicé la información conun gran número de gráficas, mapas y tablas (entre ellas lasque aquí presento) que nos hablan de la movilidad de los mix-tepequenses a lo largo de su vida, los circuitos de trabajo y/ode estudio, cuyo resultado es una lista de más de 250 locali-dades consignadas.

Me he atrevido a decir e interpretar muchas cosas que heescuchado de los migrantes porque cuando las discutíamoshacían un reflejo en mí. Algo muy parecido he vivido más dela mitad de mi vida, migrando, cambiando de amigos, de casa yde escuela, enfrentando otras visiones de la vida y podría de-cir que otros idiomas. Éste es un trabajo que me ha mostradocosas de mí misma, que ha cuestionado mi saber, mi mane-jo de relaciones, mis herramientas para comportarme en otrossitios y otros espacios y, además, me implica pensar en la his-toria tunante del ser humano, desde su vieja tradición de mi-grante.

CÓMO PENSAR LA ESCUELA

We don’t need no educationWe don’t need no controlNo dark sarcasm in the classroom.

PINK FLOYD, The Wall.

La escuela es uno de aquellos espacios que han sido el puntode interés para muchísimos investigadores que la han enten-dido desde distintas perspectivas: para algunos ha sido el sitioen el cual se construye a los sujetos sociales, se les socializa;para otros ha sido el lugar donde pueden obtener herramien-tas para integrarse a la producción; para otro grupo más ha si-do un espacio que subordina; mientras que para algunos hasido proveedora de conocimientos liberadores. Pero casi siem-pre vemos a la escuela como una institución que aparece co-mo preexistente y terminada frente al educando que se some-

te a ella. ¿Acaso alguien podrá crear una alternativa escolarfrente al dominio que el Estado tiene sobre ésta?

El sentido en que yo propongo la escuela aquí es como uncampo2 político, un lugar en el cual se inscriben todo tipo deconfrontaciones sociales, un campo que efectivamente colabo-ra en la reproducción del espacio social que es de contienda(Bourdieu, 1994). Para entender la educación de esta maneratenemos, en principio, que pensar en las personas no como“sujetos” que reaccionan ante estímulos de una macroestructu-ra, sino como “agentes” que participan activamente en dichaestructura para reproducirla o cambiarla.

El viejo dogma althusseriano percibía a la escuela como lainstitución en la cual los sujetos introyectaban, pasivamente,conocimientos que les hacían ser personas “aptas” para la vidaen sociedad, sujetos al (y del) aparato del Estado. Pareciera ladeterminación que describe Huxley en Un Mundo Feliz, u Orwelen 1984, en el que un poder supremo, que es el aparato ideoló-gico del que hablaba Althusser (siguiendo la definición mar-xista de ideología) determina a los individuos y les niega posi-bilidad de acción: la educación es un mecanismo ideológicocontundente. El uso del concepto de sujeto que maneja estaescuela y la tradición estructuralista le confiere un papel deter-minante a la estructura, menospreciando la agencia del edu-cando.

Ciertamente, la escuela —como espacio institucionaliza-do— y todos los programas educativos pasan por el aparatoestatal que intenta enseñar su versión del mundo y la sociedad.Sin embargo, los participantes, además de recibir la informa-ción, la codifican, la asimilan según sus propias experienciasy la transforman. La propuesta de Bourdieu de habitus3 comoun lugar constituido y constituyéndose a partir de las accionesde los individuos refleja, desde mi perspectiva, la realidad co-tidiana fuera y dentro del ámbito escolar de una mejor mane-ra. El habitus es un conjunto de conocimientos aprendidos y

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2.Sobre la definición de campo y de espacio social, hablaré más adelante.3.“El habitus es a la vez un sistema de esquemas de producción de prácticas y

un sistema de esquemas de percepción y de apreciación de las prácticas” (Bourdieu,1987:134).

asimilados que nos fueron dados por el entorno en que naci-mos y crecimos, sumados a la propia experiencia. Implica ma-nejar un sentido práctico para actuar dentro del espacio socialdonde vivimos. Toda persona está dotada —a decir de Bour-dieu— de este sentido del juego, del conocimiento del entornoque le permite actuar.

El concepto de “agencia” nos permite concebir a las perso-nas con capacidades, aunque limitadas, para transitar por dis-tintas vías en un entorno en el cual pueden construir dife-rentes destinos, por ejemplo, el de la movilidad social, que esel resultado de la obtención y el uso de diversos capitales (so-bre este tópico hablaré posteriormente). No estoy de acuerdocon quienes reducen la teoría política de Bourdieu a una teo-ría de la “reproducción”, que terminan encajonándola con lasmismas posiciones que ven a los individuos determinados porlas instituciones. No existe para Bourdieu tal imposición radi-cal, los agentes no están irremediablemente determinados porcausas mayores, aunque tampoco son individuos totalmentelibres que tengan todo conocimiento de causa y puedan des-hacerse de lo que han aprendido, como proponían muchos delos movimientos sociales sobre la importancia de la educaciónliberadora de conciencias o la teoría de la pedagogía radical queexpone, por ejemplo Henry Giroux (1997). Giroux, por ejem-plo, entiende a la educación como liberadora y a los agentescomo individuos libres y que son liberados por la educación.Si bien coincido con este autor en concebir a la escuela comoun espacio político (un lugar donde existen enfrentamientospolíticos) y no estático (de reproducción del Estado o la ideo-logía), no coincido en que los agentes puedan, por muy edu-cados que estén, liberarse (léase deshacerse) de lo que saben,esto es, de todas las condicionantes que han aprendido por ellugar donde nacieron, donde se educaron. Son estas mismascondicionantes las que les permiten vivir dentro de la sociedad,porque les han dado las reglas del juego y que necesariamentetendrán que partir de ellas para, por ejemplo y para empezar:comunicarse con su entorno por medio de un idioma.

Debemos concebir a la escuela como un espacio de confron-taciones donde los individuos actúan, es decir, tienen agencia.

Por eso me interesa ver a los sujetos y sus estrategias, porqueahí podemos conocer su participación en la construcción y re-construcción del entorno donde viven.

Al hablar de agentes permitimos que las relaciones de po-der que se dan en la escuela sean obvias, que los educandostengan la posibilidad de asumir roles, negociar y/o resistir.Los padres, al interferir en el deber de mandar a sus hijos a laescuela, negándose a que les enseñen una lengua que ya sabeny que se aprende en casa, están participando, están asumiendouna postura, incluso si ésta ha sido inducida. De igual forma,los educandos pueden criticar la forma o el contenido de loque el profesor expone, incluso la rebeldía en el aula confron-ta las fuerzas existentes.

Construir la noción de habitus como un sistema de esque-mas adquiridos que funcionan en estado práctico como ca-tegorías de percepción y de apreciación o como principiosde clasificación al mismo tiempo que como principios orga-nizadores de la acción, es constituir al agente social en suverdad de operador práctico de construcción de objetos [...](Bourdieu, 1987:26).

Un punto relevante es que no se ha entendido cabalmenteque en la teoría de Pierre Bourdieu, la escuela es uno de loscampos donde se reproduce el habitus y es también colabo-radora de la reproducción del espacio social; sin embargo, cuan-do introduce a la “agencia”, rompe con la gran idea cuadrada dela escuela como reproductora de la ideología (falsa conciencia).Su teoría de reproducción implica un proceso, una historia queescriben todos los participantes del campo, es por esto mis-mo, un lugar de confrontación y construcción. La educaciónes un espacio político. De hecho, Bourdieu menciona que “lascontradicciones específicas del modo de reproducción concomponente escolar son uno de los factores de cambio másimportantes en las sociedades modernas” (ibid.:55) y no se que-da como un exponente de “la teoría de la reproducción”.

Una vez que aceptamos la participación del educando comoagente en el habitus educativo, nos preguntamos hasta dóndeparticipa con un proyecto propio en la estructura del habitus;

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es decir, ¿hay una búsqueda hacia la apropiación de la escue-la?, y si la hay ¿cuáles son las implicaciones? Hay que dejaren claro que al aceptar la agencia de los individuos no estoydiciendo que exista una apropiación; el hecho de que existanacciones porque hay agencia no garantiza —ni lo ha hecho enel espacio educativo— plantear o consumar la apropiación.

Existe, por ejemplo, la importante contribución del PaulWillis (1972) respecto a este punto, quien hace una revisiónde niños obreros que estudian en un área fabril y se pregunta¿por qué resulta que los niños de la clase trabajadora obtienentrabajos de clase trabajadora? Plantea que si bien los discursoseducativos están ya dados, los individuos participan en la repro-ducción del estatus otorgado por la sociedad y la escuela alidentificarse con su cultura de clase, la cual les dicta su lugaren la producción. Incluso, al resistirse, están reproduciendo ladiferenciación social que les determina.

En Willis es clara la liga que mantienen los campos laboraly escolar. En un primer momento, la ubicación en su cultura—de clase— dentro de la escuela tiene que ver con el momen-to en que se hace explícita la relación que guarda con el traba-jo. Esto es, que al hacer conciencia de que la escuela es unmedio para conseguir empleo, se da una colocación de los indi-viduos en una posición social específica, que tiene que vercon dónde se ubican ellos como fuerza productiva (Willis,1977:2). En otro momento, la educación es un paso para el ac-ceso al trabajo, mismo que ya está prefigurado por el tipo deeducación y el tipo de escuela que tuvieron; y, ya antes, por ellugar donde nacieron dentro del espacio social.4

Esta ubicación (disposición), como ya dije, es un proceso denegociación entre los agentes implicados, pero enmarcado enla estructura del habitus que presenta a la desigualdad como“natural” y la reproduce. Estas condiciones de clase o lugaresdiferenciados promueven también el acceso diferenciado a laeducación, hay escuelas para ricos, para intelectuales, para in-

dígenas, para obreros, para mujeres, para migrantes, etcétera,puesto que sus objetivos son preparar técnica y socialmente alos sujetos para el trabajo, para mantener y reproducir las fuer-zas productivas.

Es por ello que, para Willis, no existe una “apropiación”sino una “reproducción” de las condiciones de clase; que, iróni-camente, está mediada por la participación política de los agen-tes subordinados en la ecuación. La toma de posición política(para Willis la identificación con una clase social) implica “unproceso de autoinducción al proceso laboral que constituye lareproducción de la cultura de clase trabajadora en general y unimportante ejemplo de cómo esta cultura es conectada demanera compleja con las instituciones estatales reguladoras”(Willis, 1977:12) que son las que hacen las políticas sociales, in-cluyendo los programas escolares.

A diferencia de la postura de Willis, otros autores sostie-nen que existe la posibilidad —y hasta la necesidad— de lossujetos subalternos de apropiarse de la institución escolar (Ta-pia Uribe, 1994; Asante, 1990; Giroux, 1997). Por ejemplo, Mo-lefi Asante, intelectual de la diáspora afroamericana, proponela necesidad de recuperar el interés por estudiar seriamente yformular una historia fuera de la historia eurocéntrica u occi-dental: la historia de las “otras culturas”, en este caso específico,la historia africana.

Su propuesta es hacer estudios de África desde África, esdecir, desde el modo africano de ver el mundo. Estudiar susaspectos constitutivos aun cuando éstos no coincidan con lalógica occidental. De hecho, esto último es parte primordial delproceso de “apropiación”. Asante se apoya en la idea de quela población diaspórica tiene en un pasado y origen común conel que promueven pertenencia e identidad a un grupo “africa-no”, independientemente de la nación donde los individuosvivan.

Los afrocentristas, como Asante, proponen la construcciónde una escuela que pueda producir y reproducir valor cultu-ral desde su propia cultura, que llegue a ser un espacio sólidode resistencia a la hegemonía occidental y de existencia comootra opción educativa válida. Para Asante, la educación no tie-

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4.Bourdieu define: “El espacio social es constituido de tal modo que los agen-tes o grupos son distribuidos en él en función de su posición en las distribucionesestadísticas según dos principios de diferenciación [...]: el capital económico y elcapital cultural” (1998:30).

ne que ver primordialmente con el trabajo y la producción,se centra en los problemas de la reproducción. Por un lado, lareproducción de la cultura y el desarrollo que es el aspecto de-seable y rescatable de la escuela. Así, plantea, “el afrocentristanunca ha abandonado la posición de que el conocimiento debeser buscado en cada encuentro del ser humano con el ‘yo’, lanaturaleza y el cosmos” (Asante, 1994:36). Sin embargo, porotro lado, también implica la reproducción de las desigualda-des (aspecto que crítica Asante), porque es dentro de la escue-la donde se reproducen y enseñan las contradicciones raciales,económicas, políticas, etcétera. Y esto es por el tipo de escuelaque se ofrece a los educandos subalternos, quienes son “entre-nados en el punto de vista eurocéntrico, mirada que es decidi-damente diferente que la de una persona africana, que ha sidovictimizada por la imposición de la expresión eurocéntrica”(ibid.:38).

Cuando Asante plantea la creación de una escuela africa-na, propone valorar el capital cultural que traen los educandosafroamericanos de su casa, de su barrio y de su historia, permi-tiendo la transferencia de este capital al ámbito escolar, y suacumulación. Es un capital que ha existido y que no ha sidoevaluado positivamente en las instituciones eurocentristas: laherencia cultural de África. De esta manera, Asante proponeconstituir una postura alterna, en la que la escuela —como es-pacio sociopolítico— se modificará para valorar y permitir elincremento de dicho capital cultural afrocentrista.

Willis y Asante conciben a la escuela como un lugar de re-producción, pero con “sujetos” actuantes, agentes que intervie-nen en la sociedad que habitan. He tomado a estos autores por-que me ayudarán a pensar sobre la forma en que puede darseuna apropiación educativa por los transmigrantes mixtepequen-ses. Willis y Asante asumen una conexión entre la escuela y elentorno social de donde provienen los educandos. Su análisises sofisticado porque los sujetos y su entorno no son comuni-dades “cerradas”, sino sujetos sociales tan complejos como las“diásporas” o las “clases sociales”. Voy a llevar el análisis a unnivel de mayor complejidad, porque mientras que Willis y Asan-te se refieren a una escuela que está ubicada geográficamente

en una localidad, la realidad etnográfica que describiré nosllevará a un contexto diferente: una comunidad dispersa, enmovimiento constante, que articula y moviliza aparatos edu-cativos diversos. Me interesa plantear el papel de las personasde San Juan Mixtepec en la construcción de estrategias de so-cialización alternativa y hasta contrahegemónica, siendo éstauna comunidad trasnacional. Definiré el concepto de transna-cionalidad antes de continuar mi acercamiento con el modelode Bourdieu.

Mixtepec es una comunidad transnacional porque trascien-de muchas de las fronteras que impone el Estado-nación (Kear-ney, 1994). Los mixtepequenses viven transitando, de maneraconstante, sobre las líneas materiales, comerciales, políticas yeducativas que se extienden entre Estados Unidos y México.San Juan Mixtepec vive en un espacio integrado por un grannúmero de localidades discontinuas, lo que Besserer ha llama-do (siguiendo a Jameson) “hiperespacio comunitario” (Besserer,1993; Jameson, 1991) un número importante de localidadesdispersas en ambos países, que son integradas por el accio-nar de los miembros de la comunidad, creando una red vivapor la que los mixtepequenses se interconectan y comunican.

Todos los roles que juegan los distintos agentes de Mixtepecse desarrollan en esa red de localidades esparcidas: ahí encon-tramos los lugares de trabajo y de estudio, los lugares dondese cumple con las obligaciones religiosas o administrativas;también hay lugares de recreo, lugares de paso, etcétera. Losmixtepequenses transitan por ellos a diferentes ritmos peropermanentemente para cumplir con sus necesidades socialescomo el trabajar, cumplir un cargo, rituales eclesiásticos, pres-tar servicios a la comunidad, construir, prepararse, viajar, en-tre otros.

Entre todas estas actividades hay obligaciones que, de dife-rentes formas, la comunidad presiona para que los de Mixtepeccumplan, a riesgo de que si hay faltas sean sancionadas nosólo con una mala reputación, al no ser sujeto de confianza porsu actuación irresponsable frente al grupo (desprestigio quepuede recaer en su familia) sino, en un caso extremo, con laexclusión del grupo (pueden ser confiscados sus bienes y se le

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considera desarraigado de obligaciones y beneficios). Por ejem-plo, cuando a un señor se le avisa que le toca hacerse cargo delsanto patrono de su barrio u otro, así esté en Estados Unidos ytenga un excelente trabajo, él tiene que presentarse en Oaxa-ca para ocupar el cargo. De igual forma se le obliga a los pagospara actividades en la comunidad, el servicio del tequio, et-cétera.

Esta vigilancia constante de la comunidad sobre sus miem-bros reproduce y renueva prácticas que competen a toda la co-munidad. Si hablamos de comunidad, estamos diciendo queexiste un espacio social que se nutre de las relaciones que man-tienen los individuos, grupos e instituciones que forman parteactiva de ella (Bourdieu, 1989) y esto es independiente de dón-de estén situados los individuos o grupos.

Es por esto que la comunidad transnacional nos refiere auna geografía diferente de la que comúnmente asociamos conel concepto de “comunidad” como adscrita o circunscrita den-tro de un territorio. Este cambio en la percepción de la comu-nidad tiene consecuencias directas con sus relaciones y repre-sentaciones. No sólo escapan a la circunscripción territorial queel Estado impone sobre los “sujetos”, sino que escapan tambiéna la adscripción a categorías simples (como indígena, campesi-no, etcétera). Los mixtepequenses se escapan a las formas decontención del Estado-nación (Kearney, 1994), pues estructu-ran y reproducen identidades indígenas que no se ajustan a lasfórmulas conocidas y reconocidas por las instituciones del Esta-do, sino que requieren de una nueva conceptualización: soncon frecuencia, al mismo tiempo indígenas y mexicanos (a losojos de sus patrones estadounidenses), son al mismo tiempocampesinos y obreros (cuando alternan ambas ocupaciones alo largo del año). Se escapan porque las comunidades transna-cionales y el sistema de gobierno no manejan las mismas ideassobre identidad, comunidad, espacio; las políticas que preten-den instrumentar estarán alejadas de sus necesidades. Se es-capan al Estado mexicano porque la escuela bilingüe quecombina el uso del español con la lengua indígena no resuel-ve las demandas de una comunidad que habla inglés y ha de-jado atrás los “esencialismos” (vestigios arqueológicos que al-

gunos investigadores desean encontrar al rescatar una lenguaprístina, un rasgo cultural puro, etcétera). Se escapan porquesu economía interna incluye de manera muy importante lacirculación y el cálculo comercial en dólares, y porque su identi-ficación es un “I.D.” (Identification Document) obtenido en Es-tados Unidos. Se escapan al gobierno estadounidense cuandoesa identificación es falsa y porque estas identificaciones mul-tiplican las identidades de sus portadores.5

El proceso educativo trasnacional está lejos de las metasy los principios emanados del discurso dominante de los Esta-dos-nación en los que se insertan los mixtepequenses. Para al-gunos autores, los Estados están cambiando y ajustándose alas nuevas condiciones transnacionales, generando nacionalis-mos de larga distancia que constituyen parte de un procesoneocolonizador como propone Nina Glick Shiller (1995). Pe-ro pareciera que entre México y Estados Unidos, los Estados nohan tenido la capacidad de construir aparatos completos quesubordinen a sus sujetos a través de las fronteras nacionales.Son entonces los sujetos los que articulan aparatos educati-vos que están separados entre sí. En este sentido, le infundenun sentido transnacional a dichas instituciones, no sólo por supresencia, sino por cómo les transforman. Pero, ¿es esta trans-formación un proceso que funcione en su favor?, ¿emanan delas paradojas que crea la presencia de la “otredad” inmigranteen la “mismidad” local, espacios de celebración de las identi-dades, de la diversidad, del enriquecimiento cultural?, ¿o es laescuela una fórmula de reproducción de las formas de inequi-dad local?

Si bien el objetivo de este trabajo se centra en el campo dela educación, las características de la comunidad transnacionalde Mixtepec no nos permiten pensar en un solo “campo” edu-cativo, circunscrito dentro de un territorio. Nos enfrentamos auna espacialidad constituida por múltiples localidades (entra-mados sociales locales) y dentro de ellos, de campos educati-vos (donde se dan estructuras de poder en torno a la cultura).

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5.Para una revisión de identidades y ciudadanías transnacionales, véase EricMercado, Prácticas políticas transnacionales. El caso de Santa Cruz Mixtepec, tesis,UAM,1999.

Bourdieu define al campo como “el lugar de las confrontacio-nes”, y dice que cada campo tiene su lógica constituida por lascondiciones concretas del lugar, el momento, los intereses don-de se encuentre. El funcionamiento del campo incluye necesa-riamente “que haya algo en juego y gente dispuesta a jugar,que esté dotada de los habitus que implican el conocimiento yreconocimiento de las leyes inmanentes al juego, de lo queestá en juego, etcétera” (Bourdieu, 1984:136). Sin embargo, losmixtepequenses, al estar en varios campos educativos (porejemplo, los distritos y “campus” escolares), aprenden variossistemas de reglas para jugar el “juego educativo”.

Por decirlo así, a diferencia de otros educandos (incluyendoa sus familias y comunidades), los mixtepequenses no jueganel “juego educativo” en un solo “tablero”, sino en varios (comoaquellos genios del ajedrez que juegan varias partidas simultá-neas). Sólo que en cada tablero (o campus) las reglas cambianligeramente. Viéndolo desde el punto de vista del educando, eljuego (la totalidad de las partidas que el educando está jugando)requiere de la habilidad de conocer las reglas y sus variacionespara cada tablero. Las trayectorias educativas de los mixtepe-quenses son la suma de su paso por distintos campos educati-vos en los cuales se ha tenido que jugar basado con distintasreglas sociales y sus variaciones.6 Es por esto que en este tra-bajo he querido hablar de la creación de un habitus mixtepe-quense que aprende de varios entornos, varios campos educa-tivos desde los que construye su propio modo de jugar y es poresto que los Estados en donde viven los de Mixtepec poco pue-den hacer para sujetarlos.

Tal vez ésta sea una manera de mostrar la agencia de losindividuos, en la cual crean y deciden según sus propias expec-tativas, pero en el marco de las limitaciones que les imponenlas reglas de los aparatos estatales. Hay una conexión entre lasdecisiones de las personas y el marco mayor, porque hay unarelación de poder en constante tensión entre ellos. Bourdieulo dice de la siguiente manera: “La estructura del campo es un

estado de la relación de fuerzas entre los agentes o las institu-ciones que intervienen en la lucha” (Bourdieu, 1984:136). Yavarios autores han hablado de esa relación de fuerzas, éste es elsentido de la hegemonía que propone Williams, como un pro-ceso social total, como proceso de límites y presiones comple-jo e interrelacionado,7 en el que las fronteras se promueven yrecrean constantemente desde el poder, con la participaciónde los antagonistas que resisten y presionan hacia afuera delos límites. Este proceso se da igualmente en la definiciónde las políticas educativas; “la educación como variable de-pendiente es resultado de dos fuerzas correlacionadas: la ofer-ta educativa oficial (política educativa) y la demanda social deeducación (condiciones, necesidades y aspiraciones educati-vas de los grandes grupos sociales)” (Martínez Jiménez, 1998).

Podemos hablar, por ejemplo, del caso mexicano. Desdesiempre el Estado ha querido integrar a los indígenas y campesi-nos a un proyecto de nación que tiene que ver con los planesproductivos capitalistas. Muchas formas de integración de losindígenas y minorías al Estado-nación mexicano se han inten-tado. En la etapa en que se promovió la construcción de la uni-dad nacional ingresa el capital exterior a escena, la educaciónse vuelve estandarizada para conformar conductas, actitudesy hasta formas de conciencia uniformes; se trata de conformarun México homogéneo, moderno y urbano. En las décadas delos cincuenta y sesenta se intenta integrar la lengua indígenaen el proceso de educación, pero como una ayuda para el pro-ceso de castellanización. Fue hasta los años setenta cuando seempieza a hablar de pluralidad cultural en México, no comoun obstáculo para el desarrollo, sino como un mapa de tonalida-des distintas y se discuten las propuestas de educación bilin-güe, bicultural e intercultural.

Los indígenas de Mixtepec se mantuvieron al margen delas incursiones educativas porque la escuela no representaba

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6.Habría que adelantar que no por jugar en varios “tableros” se ganan todaslas “partidas”.

7.“Dentro de un proceso social total, estas determinaciones positivas, quepueden ser experimentadas individualmente pero que son siempre actos sociales,que son realmente y con frecuencia formaciones sociales específicas, mantienenrelaciones sociales muy complejas con las determinaciones negativas, que son ex-perimentadas como límites, puesto que en modo alguno son sólo presiones contralímites, aunque éstos son de fundamental importancia” (Williams, 1977:107).

un proyecto que tuviera que ver con su marco de trabajo. Cuan-do se proponía un programa para indígenas aislados y desco-nectados del entorno nacional, los mixtepequenses dependíanfuertemente del capital extranjero invertido en la mina localque extraía metales necesarios en la economía estadouniden-se, o estaban viajando con el programa bracero.

Cuando en los años setenta se plantea el programa bilingüepara los indígenas, los mixtepequenses valoran más el caste-llano, como un instrumento para su trabajo en el norte. En losochenta, cuando se implanta la educación indígena en Mixte-pec, los mixtepequenses ya están en proceso de reterritorializa-ción en Baja California y en Estados Unidos, y reclaman la en-señanza del idioma inglés. Por eso algunos opinaban que “laeducación bilingüe es para los ranchitos”.

Es claro que existe una relación de poder constante en elcampo educativo y que en ella intervienen los agentes y lasdeterminaciones que los han ubicado dentro del espacio so-cial. Para Bourdieu, hay un vínculo entre el habitus y el campoque tiene que ver inicialmente con que allí se nació y se apren-dió todo para poder vivir dentro. Sin embargo, el concepto dehabitus no puede ser usado inopinadamente para explicar laestructura mayor en la que se enmarcan los aparatos educati-vos que los mixtepequenses yuxtaponen al transitar por ellosy articularlos de tantas maneras diferentes.

Tal vez estamos hablando de “campos distintos”, en los quepara Bourdieu tendría que existir una transferencia de capita-les, que a decir del mismo autor “sólo pueden suceder bajocondiciones especiales” (1997:39). Aquí intento plantear la ideade que hay un habitus mixtepequense en formación, que ensu interior hay un archipiélago de escuelas y espacios educati-vos que funcionan como una “plataforma educativa” de losmixtepequense. En esta “plataforma” no sólo se activan los co-nocimientos del lugar de nacimiento (hábitos), sino que seagregan las experiencias y costumbres de otros entornos quenutren también su conocimiento y su sentido práctico paraactuar.

La comunidad transnacional de San Juan Mixtepec viveuna continua acumulación de capitales: la de “capital social”,

que le hace funcionar como una especie de red social; la de “ca-pital económico”, que ha ganado en el trabajo migrante, fun-damentalmente, y la de “capital cultural” (o multicultural), queha ido juntado y construyendo a lo largo de la vida en distin-tas latitudes y por generaciones de profesores y profesionistas.Con esta diversidad de capitales, los mixtepequenses intentanprocurar el acceso de sus hijos a la educación.

Entre sus estrategias, las familias mixtepequenses se pre-paran acumulando capital económico para sostener a algunode los miembros mientras estudia (transformando lentamen-te en capital cultural el capital económico que se ha invertidoen el proceso), y con ello obtener un lugar distinto en el espa-cio social en que se desempeñen laboralmente. Con el capitalcultural incorporado, el educando recibe un título universita-rio que le da “crédito” a los mixtepequenses, pues detrás de élse inscriben símbolos de peso (conocimientos y credenciales).Sin embargo, la asignación de estos “créditos” y la acumula-ción de capitales culturales que conlleva, requiere de un proce-so complejo de “transferencias” de capital (del económico alcultural y viceversa) que no siempre es exitoso y del cual ha-blaré en el tercer apartado.

EL ARCHIPIÉLAGO EDUCATIVO DE LOS MIXTEPEQUENSES

Los dioses nos permitan crecer junto a lamúsica, el canto y la palabra hecha semillapara crecer y expandirla desde los caminosdel norte hasta los caminos del sur [...]. Sí,que camine y se engrandezca la palabra hastadonde la cuidan y reproducen nuestros mi-grantes, esta palabra que tiene sentido en unlugar donde bajan las nubes, San Juan Mix-tepec.

Grupo Musical “Cantarrecio” San Juan Mixtepec.

El municipio de San Juan Mixtepec se encuentra en la MixtecaAlta, en el estado de Oaxaca, México. Cerca de allí (a 75 minu-tos) se encuentra la Heroica Ciudad de Tlaxiaco. Mixtepec es

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una comunidad que ha llamado la atención de diversos estu-diosos por su fuerte migración, y que pese a la dispersión geo-gráfica no ha perdido cohesión como unidad sociológica.

Los mixtepequenses han construido estrategias y rutasespecíficas para acceder a la escuela y, además, han roto, comoya lo he mencionado, el vínculo obligado con un solo tipo detrabajo y su correlativa educación.

A San Juan Mixtepec la escuela llegó hace 30 años, traídapor religiosos católicos con el objetivo de enseñar a leer y escri-bir (casi una tarea evangelizadora). El padre Abraham se encar-gaba de impartir las clases a los niños que les era permitidoasistir: sólo varones. Posteriormente, el sistema formal (de laSEP) instaló en la cabecera municipal una escuela primaria (quehoy se conserva y es la más grande) a mediados de los setenta,y años después, en 1979, se construyó la secundaria, tras unenfrentamiento que dividió a la población. Ésa fue la décadadel auge de la educación, en la que se formaron los primerosprofesores mixtepequenses, con el requisito de que tuvieranal menos el sexto grado acreditado; 30 años después del iniciodel programa indigenista.

Antes, el trabajo principal de los mixtepequenses se re-lacionaba con el campo; en la siembra, el cuidado del ganadoo en la labor jornalera; y también durante algunas décadascon el trabajo minero. Además, Mixtepec tiene una vieja tra-dición migratoria, aunque los lugares, tiempos y motivos hancambiado.

El trabajo migrante abrió espacios laborales, algunos delos cuales se fueron abandonando por mejores expectativas yotros fueron a tierras donde se echaron raíces y hasta hoy dantrabajo y escuela a muchos. Actualmente, el espacio laboralpara los de Mixtepec incluye no sólo el campo, sino la indus-tria, los servicios, la docencia, la investigación y el comercio.El proceso de exploración de lugares ha sido permanente, noúnicamente en el sentido laboral. Mientras nuevas ciudadesen Estados Unidos se convierten en zonas de trabajo, otras ciu-dades, en las que se dejó de ir a trabajar, siguen siendo lugaresen los que se puede estudiar, es decir, que única y exclusiva-mente con ese fin llegan hasta allá los jóvenes mixtepequenses.

En otras ciudades la gente trabaja de modo permanente y sushijos nacen y estudian en ese nuevo lugar.

En la comunidad, todos los niños en edad de ingreso a laprimaria asisten a la escuela.8 En los niveles superiores dismi-nuye a 80 por ciento al salir de sexto año y para secundaria elingreso es de 75 por ciento. Dado que la comunidad vive dis-persa en muchas localidades, los estudiantes asisten a lasescuelas de la zona donde viven (cualesquiera que sea ésta).Los niveles básicos (primaria y secundaria) se estudian en casicualquiera de los sitios en los que viven los mixtepequenses(según fue reportado en los cuestionarios aplicados) (véase elcuadro 1).

Dentro de la Mixteca, las localidades en las que los mixte-pequenses entrevistados dijeron con más frecuencia habercursado sus estudios, son el propio municipio de San JuanMixtepec y las ciudades de Tlaxiaco y Huajuapan. En el nortedel país, exclusivamente San Quintín (en Culiacán sólo se regis-tró un caso de la segunda generación que hoy ya vive en SanQuintín). En Estados Unidos sobresalen Florida y California,aunque también hay registrados otros lugares, como Ohio, Ari-zona y Oregon. Sólo 20 por ciento del total de niños con edadpara ello son llevados a preescolar, esto sucede primordial-mente en Estados Unidos y, en México, en San Quintín.

Según los cuestionarios aplicados, estudian el bachillerato65 por ciento de la población de jóvenes en edad para hacerlo.En el nivel superior —no magisterial— ingresa 50 por ciento yestudian para profesores o niveles técnicos 20 por ciento. Elbachillerato se estudia en todas las ciudades de la Mixteca, enla mayor parte de los casos se trata del bachillerato técnico,encaminado regularmente a las actividades del campo, talescomo la agricultura y la zootecnia. En el nivel superior estánlas que pueden llamarse ciudades-escuela, a las que sólo se vaa estudiar, como Culiacán, Morelia, Distrito Federal, Oaxaca,etcétera, que son lugare de trabajo muy antiguos. Tijuana yPuebla son espacios que se adhirieron a la lista cuando se ob-

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8.La información estadística que presento es producto de los datos obtenidosen los trabajos de campo y corresponden a los porcentajes de los resultados de unaencuesta que apliqué a 20 familias.

servó que existían posibilidades de acceso a la educación supe-rior, pues en el estado de Puebla existen internados para cur-sar la secundaria y Tijuana es un lugar de paso constante.

En Estado Unidos se repite la práctica de mandar a los hi-jos a la escuela hasta el nivel high school, pues piensan que launiversidad es cara o que el sistema educativo es mejor en elpaís de origen. De hecho, en México ya tienen un vasto con-trol de los procesos y del capital que consume estudiar una ca-rrera universitaria. En algunos lugares de Estados Unidos (so-bre todo los del oeste), muchos mixtepequenses han estudiadocursos técnicos de capacitación para el trabajo y algunos hanaprovechado los cursos para el aprendizaje del inglés, del cualreciben un diploma.

San Quintín, el Distrito Federal y también California sonregiones donde la gente buscó asiento hace tiempo y ya hannacido allá nuevos mixtepequenses, que requerirán de accesoal sistema escolar. Son localidades donde los mixtepequensesya han demandado y construido el acceso a los niveles supe-riores. En el caso de San Quintín, los estudios superiores secentran en las ciencias de la educación (existe una unidad dela Universidad Pedagógica Nacional), mientras que en el Distri-to Federal preferentemente ingresan en las universidades públi-cas. La diversidad de áreas de estudio es amplia, como sucedeen Culiacán, donde los mixtepequenses pueden ingresar a 20carreras universitarias distintas. Si anteriormente Mixtepec con-taba con algunos licenciados —varios son hoy padres de losjóvenes educandos—, la mayoría son profesores y representan20 por ciento de la población profesionista. Hoy existen abo-gados, profesores y médicos (profesiones muy solicitadas en-tre los indígenas estudiantes de antaño y los grupos margina-dos desde hace décadas), pero también hay biólogos, ingenierosquímicos y civiles, veterinarios, arquitectos, economistas, con-tadores, fotógrafos, antropólogos, químicos, psicólogos, admi-nistradores, politólogos, etcétera. En Estados Unidos una jo-ven estudia administración de negocios. Esto representa unadiferencia (véanse las gráficas 1 y 2), pues antes estudiar parasobresalir era ir a la escuela normal y convertirse en profesorde educación primaria. En cambio, ahora, si alguien se prepa-

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ra para el magisterio (que son los menos) van a Huajuapan ose trasladan a Ensenada o Tijuana para estudiar la normal yluego la licenciatura en pedagogía.

Puede decirse que en el espacio discontinuo donde habi-tan los mixtepequenses dispersos entre Estados Unidos y Méxi-co hay una geografía educativa formada por una gran cantidadde campus educativos, en los cuales los mixtepequenses asis-ten a clases y van consolidando los años y cursos necesariospara llegar al nivel de preparación deseado. En esta geografíaeducativa, que articula un gran campo educativo que da for-ma a la compleja estructura (o “plataforma”) escolar, se formanlos mixtepequenses.

La comunidad de Mixtepec no puede estudiarse acotada alterritorio municipal en Oaxaca; estamos hablando de una co-munidad que vive y se desarrolla dispersa e interconectada enuna red de localidades que se encuentran en Estados Unidos yMéxico. Esta red se construye y reconstruye con frecuencia.

En la mayoría de las localidades donde residen temporal odefinitivamente los mixtepequenses hay alguien que asiste ala escuela. Cada escuela representa una inserción en la socie-dad local. Es una ubicación de los sujetos dentro del espaciosocial, de la ideología del Estado en que se encuentran; pero almismo tiempo constituye un nódulo de la gran red educativa(o “plataforma educativa” si se quiere usar otra metáfora confines ilustrativos) de la comunidad mixtepequense que formaparte de la construcción del habitus de la comunidad.

El análisis etnográfico de la educación de una poblacióntransnacional requería de un nuevo enfoque para abordar suestudio. De forma convencional, los trabajos sobre migraciónadoptan como eje central de análisis el mundo laboral de losmigrantes. Incluso en las narrativas de los mixtepequensesfrecuentemente se menciona que “el lugar más importante deMixtepec, es el norte”,9 pues es considerado como el lugar porexcelencia para ir a trabajar. Así, la asistencia de los jóvenes yniños a la escuela es un aspecto de la vida migrante que no

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aparece en las grandes narrativas académicas ni en las repre-sentaciones de los propios transmigrantes. ¿Cómo elegir laslocalidades donde realizaría la investigación?

Mi trabajo de campo me llevó a cuatro regiones diferen-tes: la cabecera municipal de San Juan Mixtepec (en la Mixtecaoaxaqueña); la ciudad de Culiacán, en Sinaloa; el valle de SanQuintín, en Baja California (a tres horas de la ciudad de Ense-nada), y Harrisonburg, en Virginia, Estados Unidos.

Hice una primera estancia de campo en la población deSan Juan Mixtepec, conocida en la literatura como una pobla-ción con alta migración. Encontré que los estados de Californiay Florida eran centros de trabajo muy importantes,10 es por esoque originalmente había planteado realizar una estancia enHomestead, Florida. Pero las condiciones no parecían ser propi-cias, pues me informaron que muchos de los jóvenes y niñostrabajan en el campo y no van a la escuela. Entonces surgióla posibilidad de viajar a Virginia: la relación establecida conuna familia en Mixtepec me llevó a Harrisonburg, hacia don-de viajan familias que tienen años regresando al mismo lugary la asistencia de los jóvenes a la escuela es más constante.

También viajé a Baja California. El motivo de mi estanciade campo en Tijuana tuvo que ver con un fenómeno intere-sante: en San Juan Mixtepec había un interés comunitario yfamiliar muy importante para que los niños y jóvenes estudia-ran. Pero en general, la mayoría de las personas no ven comouna opción la educación bilingüe en la localidad, prefieren laeducación monolingüe que ofrecen algunos de los planteles es-colares. Insospechadamente, algunos profesores habían sidollamados por paisanos radicados en Baja California para esta-blecerse allá como profesores bilingües. Así, resultaba quemientras que en Oaxaca la educación bilingüe no era valoradapor sobre la educación monolingüe, en Baja California las co-sas eran a la inversa, y por ese motivo elegí San Quintín comouna de las localidades de trabajo. De las familias que conocísólo una había vivido en el valle y pocos tenían familiares allí;

10.Muchas son las ciudades de Estados Unidos donde viven los de Mixtepec,de hecho están por todos lados; sin embargo, Florida y California son las localidadesmás pobladas en este momento y con mayor arraigo.

19.Palabras pronunciadas por el arquitecto Sabino Ramírez en una entrevistaen la ciudad de Culiacán.

sin embargo, parecía un lugar donde la educación que inclu-yeran el idioma indígena en la formación de los alumnos sí te-nía reconocimiento. ¿Sería acaso este un caso exitoso de “apro-piación” del sistema educativo?

De Culiacán todos hablaban como el lugar donde se va aestudiar la universidad. Varias familias que conocí en Mixtepectenían hijos estudiando allá o viajarían el siguiente ciclo esco-lar. Me interesaba conocer las expectativas y la problemáticade aquellos que estaban en el nivel superior, pues las condi-ciones de viaje eran distintas del usual modo mixteco de acce-so a la educación y el viaje por trabajo.

En los siguientes párrafos quiero mostrar los diferenteslugares que visité y las características de la relación entre losmixtepequenses y las escuelas en esta gran geografía educati-va de la comunidad transnacional.

San Quintín

San Quintín representa un espacio ganado por los indígenasen el plano del trabajo, vivienda, servicios, comunicación y,de forma muy especial, en el campo de la educación.

La ciudad de San Quintín se ha venido formando desde ha-ce más de dos décadas, iniciando cuando varios agricultoresproyectaron implantar la siembra intensiva sobre esos gran-des terrenos, los cuales hoy se han convertido en uno de losparajes mexicanos con mayor producción en el nivel de expor-tación. La mano de obra que ha trabajado ahí ha sido funda-mentalmente indígena, muchos de los cuales viajaron origi-nalmente desde Oaxaca y empezaron contratándose con losagricultores sinaloenses y que, terminada la temporada enaquel estado, buscaron otros sitios para seguir trabajando.Desde hace más de una década que se establecieron escuelaspara satisfacer las demandas de la creciente población migran-te: un par de escuelas del sistema formal en la delegación másimportante y grupos piloto en los campos. La población exigíadesde entonces que la escuela otorgara realmente apoyo y edu-cación, por eso los profesores que se reclutaron para el “plan

piloto” en los campos tenían que ser indígenas bilingües. Pocomás de un tercio del total fueron de San Juan Mixtepec y másde la mitad eran mixtecos.

El trabajo de la mayoría de los mixtepequenses está en loscampos agrícolas de los grandes consorcios o con los ranche-ros en sus plantaciones (la diferencia estriba en lo pesado deltrabajo y en los ingresos que se pueden obtener en uno y otrolado), muy pocos son profesores y una fracción más pequeñatiene negocios propios. Aunque la mayoría de los mixtepequen-ses que llegaron a trabajar a San Quintín se ha establecido,una fracción de los recursos, para el sostenimiento de las fami-lias, lo envían los miembros del núcleo familiar que trabajanen Estados Unidos, principalmente en California y Florida.

En el valle, la confrontación de su calidad indígena y la de-fensa de lo que ello representa está constantemente presente yeso ha llevado a una conciencia muy fuerte y a muchas mo-vilizaciones autoidentificadas como indígenas por mejorassociales. Desde un principio, la gran presencia indígena pugnópor la construcción de escuelas y el uso del sistema bilingüeen ellas. Cuando esto se obtuvo, llenaron un espacio vital detrabajo y enseñanza, y a la vez la escuela fue un impulso parala revaloración y defensa de los derechos y las costumbres in-dígenas. Se construyó una cultura de respeto hacia los indíge-nas y su cultura, misma que ha sido transmitido más allá delos límites del valle.

La contribución de los mixtepequenses al sistema escolarse da en varios planos. Por ejemplo, las escuelas reciben apo-yo de la comunidad por medio de comités constituidos paratal efecto (igual sucede en las comunidades indígenas enOaxaca), donde los miembros del comité trabajan sin recibirun pago a cambio. Muchos de los miembros de estos comitésson ágrafos.

Muchas personas pueden estar convencidas del valor dela educación y defenderla con un discurso que no parece te-ner un sustento propio, sino ser más bien la copia de los discur-sos de funcionarios públicos estatales; es decir, manejan confrecuencia las razones y los parámetros que marca la propiaescuela y el sistema político. Para ellos la educación debe pro-

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porcionar capacidades de leer y escribir y el manejo de arit-mética elemental, para la satisfacción del “conocimiento” y re-solución de problemas básicos de la cotidianidad.

Sin embargo, en la práctica, estos conocimientos no cam-bian de manera significativa las condiciones generales del ac-ceso al trabajo en la región de San Quintín, ya que en esta re-gión hay trabajo permanente. Para acceder a esos empleos—como dicen ellos— sólo se necesita “tener fuerza y llegartemprano”. Las habilidades básicas y los conocimientos acadé-micos no parecen ser requisitos que puedan ayudar a obtenerun mejor empleo. Por este motivo, es que, sin restar impor-tancia a la revaloración de la condición indígena en un contex-to social tan adverso como el del valle de San Quintín, muchosmixtepequenses tienen sus reservas sobre la utilidad de la edu-cación bilingüe.

La educación cobra importancia en San Quintín especial-mente en los primeros años escolares. Pero el abandono esco-lar en los últimos grados de la primaria es de 50 por ciento yal iniciar la secundaria alcanza 80 por ciento. En opinión delrepresentante de la delegación Vicente Guerrero en la región,el problema de la falta de interés en la búsqueda de una ma-yor preparación estriba en la falta de profesionalización deltrabajo.

San Quintín es, sin lugar a dudas, una de las localidadesmás importantes en la geografía transnacional de la comuni-dad de San Juan Mixtepec, por la gran cantidad de poblaciónde la comunidad que se ha asentado en lugares como Camalú,la colonia Vicente Guerrero y en otras más, como la MaclovioRojas que fue fundada por personas de la comunidad. El vallede San Quintín es uno de los lugares de la gran geografía trans-nacional mixteca donde se observa mayor conciencia y de-fensa de la condición indígena. La radio del Instituto NacionalIndigenista es un espacio que controlan, cada vez en mayorporcentaje, indígenas que trabajan para una audiencia indíge-na. La radio es un medio muy importante para la reflexión so-bre la cultura y conciencia indígenas. En ella se escucha la his-toria, la música, las tradiciones y la reflexión académica de lacondición indígena. La radio es, además, un espacio en el cual

se observan y recrean líneas de una red que articula a la comu-nidad, uniendo las diferentes localidades donde se encuentra.Las líneas que tejen esa gran red se ponen en acción cuandoalguien se comunica por medio de la radio con algún parien-te en busca de apoyo económico para su casa, por la muertede un familiar, para mandar un recado, para la organización deuna fiesta, para avisar sobre la puesta en marcha de un pro-yecto comunitario, para la organización de viajes de quienesvan o quienes vienen, etcétera. Todo el día se escuchan men-sajes de los mixtepequenses que trabajan en el otro lado, delos que van a cumplir un cargo al Mixtepec de Oaxaca, de losque llegaron a los campos, de los que andan de paso o simple-mente viven en otro sitio.

También, pensando en el campo de la educación, la comu-nidad sostiene una comunicación de otra índole cuando via-jan los profesores desde Mixtepec para asentarse en el valle. Ycuando los profesores mixtepequenses plantean nuevos pro-yectos educativos. A mi parecer, es San Quintín uno de esossitios importantes que aportan a la comunidad las reflexio-nes sobre su pertenencia e identidad indígenas.

Como podemos observar, en San Quintín se trabaja y estu-dia. Ambas dimensiones de la vida cotidiana coinciden en laclasificación que los mestizos de la región hacen de los indíge-nas dentro del espacio social del valle: son indígenas y fuerzade trabajo barata para el campo, porque su preparación es pre-caria y las mínimas perspectivas que guardan reproducen sucondición —como lo han hecho desde que llegaron al valle.

Irónicamente, en las escuelas primarias bilingües la pre-paración en el aula atiende sólo el programa básico y la len-gua indígena no se enseña. La razón es que los grupos en reali-dad son multilingües.11 Empero, se exaltan las costumbres decada pueblo y muchas de las veces tienen apoyo en el mate-rial didáctico que, por cierto, no es coherente con las peculiari-dades de su cultura, porque, por ejemplo, cuando utilizan librosde texto en idiomas indígenas, éstos no siempre corresponden

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11.Dentro de un mismo salón se encuentran niños de varios grupos indígenas,cultural y lingüísticamente diferentes.

a las variedades lingüísticas que ellos hablan. Ante esto, lasprofesoras llaman a las madres de familia para que platiquena los niños sobre la cultura de sus comunidades y pueblos.

Los mixtecos han logrado ganar control de los espacios es-colares, no así en los planes de estudio (el proyecto nacionalde la Secretaría de Educación Pública, más la asignatura de lalengua indígena). Se han plegado a una identidad colectivaque les da una presencia importante para reivindicar su condi-ción indígena, pero que, al mismo tiempo, los sitúa con mayorfuerza en dicha posición de subordinación que la sociedadmayor les ha impuesto durante toda la historia.

Algunos profesores están pugnando por cambiar la formaconcreta en la que se imparten las clases, pero también paraque los criterios con que se elaboran y diseñan los programasescolares para indígenas cambien y atiendan mejor las necesi-dades de éstos. Benito García, líder social desde hace muchosaños, presentó una propuesta de educación en el Foro sobreDerechos Indígenas en Baja California, que promovió el Con-greso local en septiembre de 1998, en la cual pide al gobier-no que ponga mayor atención a la escuela bilingüe e inviertamás en la educación para indígenas. Algunos estudiantes dela Universidad Pedagógica Nacional en San Quintín, como losprofesores Fermín Salazar y Celerino García (ambos mixtepe-quenses, uno nacido en Oaxaca y otro en Culiacán), están ela-borando propuestas desde la pedagogía, la política, el idioma yel aula, para que se den transformaciones que caminen máscercanas a las necesidades de los indígenas; propuestas queya han llevado a diversos foros como los comités de la colonia yde las escuelas, y en las asambleas citadas por el municipio,con sede en la ciudad de Ensenada.

Finalmente, la educación bilingüe en San Quintín proveedel mínimo de educación para un trabajo que no requiere deuna formación escolar. Tal vez 20 por ciento de los estudiantesde secundaria tiene aspiraciones al bachillerato y algunos deellos querrán continuar estudiando el nivel universitario enCuliacán o en Baja California. Esto podría traducirse en la incor-poración de algunos de ellos a las redes escolares que han idoconstruyendo los mixtepequenses, y así los mixtecos de San

Quintín encuentren el camino de vías educativas en favor deromper con las ideologías que, por un lado, los encasillan enconceptos como “indígenas”, “jornaleros” o “migrantes”, y conello justifican su inserción en condiciones de trabajo y vidasubalternas. Sin embargo, la mayoría de los mixtepequenses enSan Quintín no aspiran a continuar una carrera universitariao técnica, pues el trabajo en el campo es permanente y siem-pre está la opción de cruzar la frontera hacia Estados Unidos.

Mixtepec

En San Juan Mixtepec, Oaxaca, la discusión sobre la educa-ción tiene características muy diferentes a las de el valle deSan Quintín, Baja California. La discusión sobre los derechosy las luchas indígenas era escasa cuando realicé mi trabajo decampo. Probablemente esto se debía a que la negociación de laidentidad era diferente en ese lugar (y menos acalorada) al serla mayoría de los habitantes de extracción indígena. No todoslos profesores de las escuelas de las agencias y de la cabecerason bilingües y, en algunos casos, tampoco son indígenas. Elsistema aceptado es el de la Secretaría de Educación Pública ylos programas bilingües son vistos con recelo. Algunos pien-san que están dirigidos a “los de las rancherías, ésos son mono-lingües”, “los que no tiene pretensiones”,12 los que no cuentancon amplias posibilidades de migrar. A diferencia de las discu-siones sobre la identidad indígena que se dan en San Quintín,los debates sobre la “pertenencia” al grupo son más frecuentesen confrontaciones políticas internas de la comunidad y tie-nen que ver con la repartición de los recursos locales (tierra,agua, etcétera), así como con la participación en la organiza-ción de cargos. Esto incluye el acceso a la escuela.

Para los mixtepequenses de San Juan Mixtepec, la educa-ción sí representa una posibilidad de cambio. Desde su perspec-tiva, la educación permite obtener más y mejores herramien-tas para la supervivencia futura de cada individuo. En San JuanMixtepec es donde me pareció que los mixtepequenses coinci-

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12.Aseveraciones de varios informantes, asentadas en el diario de campo.

den más con el discurso del Estado sobre los resultados delproceso educativo. Para ellos es claro que únicamente con laeducación formal podrán tender el puente hacia la cultura na-cional mexicana y obtener mejores cosas, mayor capacidadeconómica, otro trabajo, etcétera.

Para comprender esta posición frente a la educación es ne-cesario entender que las posibilidades laborales para los mix-tepequenses de San Juan está vinculadas con el trabajo campe-sino en la región o con la migración hacia Estados Unidos. Losrecursos económicos con los que cuentan las familias de Mix-tepec están relacionados con lo que obtienen de sus parcelas oganado, y/o al dinero que viene del trabajo de una parte de susmiembros en Estados Unidos. También, en menor medida, al-gunas familias dependen de sus negocios (que de todas for-mas no se sostendrían sin los dólares que envían sus familia-res para surtirlos, o los dólares que llegan a sus clientes y queterminan consumiendo los productos de estos pequeños comer-cios locales). La educación permite el acceso al exterior, don-de se consiguen más y diversos recursos económicos, simbóli-cos y políticos. De hecho, la educación también funciona comoun recurso más vasto para las relaciones sociales al interior dela comunidad.

Así, el lazo educación-trabajo (trabajo agrícola) ya no es nitan directo ni tan fuerte como lo era en el valle de San Quintín,la preparación escolar permite buscar otros espacios que anteseran inaccesibles para los mixtepequenses.

Aunque la mayoría de las familias cuentan con su parcela,la economía de cada una está vinculada con el dinero que vie-ne del trabajo en el norte. En la división geográfica de las ac-tividades de los mixtepequenses, la localidad de San JuanMixtepec se convierte, cada vez más, en un lugar que se desta-ca por las actividades políticas y religiosas, y menos por su im-portancia para la supervivencia económica de la comunidad.

En Mixtepec encontramos familias que no migran, o no lohacen internacionalmente como la mayoría. Esto las coloca endesventaja frente a “los norteños” que cuentan con la posibi-lidad de mejoras económicas familiares. Para estas familias laeducación representa una opción, un espacio que pelean fre-

cuentemente y en el que han participado para extender sus po-sibilidades. Así se explica la confrontación que hubo en los añossetenta entre grupos que se oponían, por un lado, y los que apo-yaban la construcción de la escuela secundaria. Hoy, la pobla-ción también cuenta con un plantel de bachillerato, una ex-tensión del Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuariode la ciudad de Juxtlahuaca, que les prepara como técnicos enáreas agrícolas y zootécnicas. En algunas poblaciones de la re-gión, así como en la ciudad de Oaxaca, hay muchos mix-tepequenses estudiando el nivel medio superior.

El nivel de educación más saturado en la población es laeducación primaria. Ahí, los migrantes que regresan del norteencuentran todo tipo de trabas que implican obstáculos paraacceder a la educación. Lo anterior es irónico, pues son ellosquienes tienen más opciones educativas, por tener más posibi-lidades escolares, disponer de mayores recursos económicos,manejar mejor el español, etcétera.

De los comentarios de la gente en Mixtepec, Oaxaca, sedesprende que la educación bilingüe indígena no es totalmen-te aceptada, pues existe la percepción de que no prepara efec-tivamente para obtener un mejor trabajo, pues promueve laidentificación con la condición indígena que, en el mercado detrabajo, está asociada a los empleos menos calificados y peorremunerados. En San Juan Mixtepec existe la percepción deque la educación representa la posibilidad de movilidad geo-gráfica y social de los individuos, que les permitirá dejar deser “indígenas, pobres, incultos y monolingües”. La manera enque la educación se transforma en motor de este cambio es pre-parándolos en los niveles básicos para que puedan acceder aotras escuelas y así obtener otros trabajos, un mejor estatuseconómico en otro lugar y una mejor condición política en lacomunidad.

Quienes buscan la educación como un mecanismo de mo-vilidad social requieren de recursos económicos que les per-mitan contender con los costos de la educación primaria y, másadelante, con los costos de la movilización hacia otras locali-dades, donde se ofrezca la preparación para llegar a la univer-sidad. Estos recursos económicos estarán más disponibles para

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las familias que tienen miembros migrantes en Estados Uni-dos, no así para las familias que no tienen acceso a los recursosdel norte. Para estos últimos, probablemente sus expectati-vas no podrán rebasar Mixtepec o la región escolar. La satis-facción de sus necesidades dependen del trabajo en la tierra oen el comercio informal.

Aunque en el discurso es más respetado quien tiene pre-paración, por ser un bien inalienable, si comparamos aquelloque se obtiene con el trabajo, que son cosas materiales y, porende, perecederas, el trabajo migrante y la educación son dosposibilidades igualmente reconocidas para el cambio económi-co y político, y ambas se tratan de alcanzar y explotar por lasfamilias de Mixtepec.

Harrisonburg

Si bien Harrisonburg, Virginia, no representa la totalidad defenómenos educativos o laborales que se dan en los diferentescampos de trabajo en Estado Unidos, sí nos muestra una ten-dencia importante frente a la educación y al trabajo por par-te de la comunidad de Mixtepec.

A Virginia llegaron los primeros mixtepequenses haceaproximadamente 20 años. Llegaron a trabajar en los empleosestacionales, en los campos de manzana que circundan la ciu-dad. Hace diez años los primeros mixtepequenses empezarona trabajar en la ciudad de Harrisonburg en empleos relaciona-dos con el sector servicios. Luego fueron colocándose en lasplantas procesadoras de pollo, en el mercado de trabajo agroin-dustrial. Hoy, la competencia por el trabajo no es sólo entre lapoblación latina, sino que incluye a los migrantes europeos yasiáticos.13 Las personas de Mixtepec han creado una platafor-ma de relaciones sociales que les asegura trabajo en las plan-tas empacadoras de carnes, aun siendo estas labores de lasmás pesadas y de las más bajas en la escala laboral. Sin embar-

go, visto desde el punto de vista de la comunidad mixtepequen-se, las condiciones de trabajo se compensan con una mejor re-tribución económica que la que pueden encontrar en otroslados, con menor competencia y la posibilidad de dejar el tra-bajo en el campo agrícola (que para la mayoría es la única op-ción). Las alternativas laborales en Harrisonburg funcionancomo una salida hacia el mundo industrial, introduciéndose,así, en otros espacios sociales en Estado Unidos y México.

Pareciera ser que en Harrisonburg hay más oportunida-des para tener mejores condiciones de vida, desde el acceso abienes materiales hasta la posibilidad de trabajo y educación.Esto se extiende no solamente para quienes llegan a vivir ahí,sino para sus familiares, quienes reciben ayuda económica enalgún lugar de México (no siempre la localidad de origen).

En Harrisonburg, la vida laboral y educativa están relati-vamente separadas. Allá todos los niños y adolescentes vana la escuela y no trabajan. Esto podría pensarse como una ase-veración superflua, pues en Estados Unidos hay una prohibi-ción que prevalece sobre el trabajo de menores y, por el otrolado, existe la obligación para los padres de otorgar educacióna los niños. Esto, sin embargo, no es una realidad para los mix-tecos en otras poblaciones de Estados Unidos (como reportaErnesto Hernández en esta misma publicación, quién hacereferencia al trabajo infantil entre los mixtepequenses en Caro-lina del Norte). En Harrisonburg, los mixtepequenses insistenen el valor de la educación y por eso asisten a la escuela en to-dos los niveles básicos; sólo algunos pocos ingresan al nivelsuperior.

Muchos de los alumnos de Mixtepec, en Harrisonburg, na-cieron en alguno de los estados de la Unión Americana y hancrecido allá, al grado tal que se dicen mixtepequenses, perono conocen el sitio donde nacieron sus padres. La escuela esuna oportunidad doble desde la visión de los de Mixtepec: con-sideran que es una forma de preparación —aquella misma ideadel acceso a herramientas para la movilidad social—, es unaforma de adquirir conocimiento para beneficio propio, peroademás —y esto es importante de señalar— representa la posi-bilidad de insertarse en la vida de Harrisonburg y continuar

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13.Gente de la península escandinava, vecinos exiliados de la desaparecidaUnión Soviética y del Asia menor.

allá, lo que se ve como la mejor forma de integrarse a la socie-dad donde viven. Estudiar, en este sentido, es socializarse.

En Estados Unidos existen varias fórmulas de atención paralos niños que provienen de diversas culturas. Por un lado, enestados como California, en el pasado se desarrollaron progra-mas de atención bilingüe en las escuelas.14 En otros estados setrabaja de cara a las poblaciones migrantes con el sistema de in-glés como segunda lengua (ESL, por sus siglas en inglés), queenfatiza en el aprendizaje del idioma inglés, no de la lenguamadre de los educandos.15

La escuela tiene la tarea de integrar al aula a los niños mi-grantes, esto es una política educativa impulsada en el nivelde ley en Estados Unidos. Algunos métodos inician por ense-ñarles el idioma inglés en programas anexos a la escuela, comoes el caso de los que se están elaborando en Harrisonburg. Porotra parte, los individuos que ingresan a la escuela y que la es-cuela quiere que se incorporen a la sociedad local, ya han sidosocializados en sus propias culturas, es por ello que en la escue-la se da tanta atención a los programas “para migrantes”. Lascomplicaciones comienzan cuando los educadores se dan cuen-ta que ese grupo social que habían etiquetado como “migrantes”resulta provenir de una multitud de culturas. Así, cuando di-señan programas para “hispanos” (o hispanohablantes), seencuentran con sujetos cuyo idioma madre es el español yque están estudiando en Estados Unidos: latinos, mexicanos,indígenas, etcétera.

Existe en aquel país una discusión sobre cuál es el mejormétodo para integrar a los grupos migrantes a la sociedad sinque se conviertan, como proponen las miradas prejuiciosas,en bandidos o grupos conflictivos organizados. Entre las opcio-

nes está, por un lado, la enseñanza bilingüe (inglés-lengua ma-terna) que ha tratado de educar a los niños en ambos idiomasy que para el caso mixteco se encuentra con que la lenguamaterna no es el español como suponían. Por otro lado, estánlos que piensan en el sistema ESL (inglés como segunda len-gua) con programas anexos a la escuela, en los cuales se impar-te inglés y se familiariza al educando con la cultura anglosajona.En ambos casos, la finalidad parece ser la mejor y más rápidaincorporación de esos niños a la sociedad local, proceso quesignifica costos elevados al estado de Virginia, ya que la mi-gración indígena e hispanohablante es un fenómeno reciente,pero muy contundente. En este objetivo coinciden los mixtepe-quenses.

Culiacán

El valle de Culiacán, Sinaloa, es una región agrícola donde losmixtepequenses llegaron para trabajar en el cultivo de horta-lizas. Hoy, los jóvenes llegan allí para estudiar una carrera uni-versitaria, luego de haber cursado en otros sitios los nivelesbásicos.16 A los campos de Culiacán llegaron muchos de Mixte-pec desde los años cuarenta hasta principios de los noventa.Muchos participaron en las luchas por mejoras laborales (quetuvieron impacto posterior en los movimientos de San Quintín),pero pocos se quedaron a vivir ahí. En la memoria de los mix-tepequenses, Culiacán representa los campos más pobres, mássucios, con agua llena de químicos, un clima caliente y llenode mosquitos. Nunca ha sido un buen lugar y, sin embargo, du-rante muchos años fue una de las mejores oportunidades la-borales.

A Culiacán hoy en día se va a estudiar, ya no a trabajar. Launiversidad ofrece una casa para estudiantes, donde recibenalojamiento y comida durante cinco años (que es lo que durauna licenciatura). Los jóvenes estudiantes suelen recibir algu-na ayuda de su familia, desde cualquier otra parte de la comuni-

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14.Las escuelas bilingües trabajaban con el idioma del tipo de población queatendían. Por ejemplo, en California, era población preferentemente hispanoha-blante. Estos programas han estado desapareciendo en muchos de los estados dela Unión Americana. En Virginia no se dio nunca, por ser un estado muy conser-vador.

15.Los programas ESL fueron impulsados por asociaciones religiosas y de ser-vicio a los migrantes que trabajan coordinadas con las escuelas. Por el crecimientode la población hispanohablante en la ciudad, esos programas incluyen algunosaspectos de la lengua española.

16.Se han abierto otras posibilidades en Oaxaca, Distrito Federal, Tijuana,Puebla, Morelia, y en algunos lugares de Estados Unidos, como Nueva York yCalifornia, principalmente.

dad y, en ocasiones, trabajan en algo que no les demanda mu-cho tiempo.

Se dice que todos los mixtepequenses aspirantes a ingre-sar en la universidad en Culiacán se han quedado dentro de launiversidad (no siempre en la carrera solicitada), y mientrasque casi 90 por ciento ha terminado su licenciatura o estu-dios de ingeniería, 10 por ciento ha abandonado los estudiospara irse a trabajar a Estados Unidos. En general, los estudian-tes sienten su estancia en la universidad como un privilegio yes importante terminar por la obligación que sienten con losfamiliares que les ayudan económicamente.

De los egresados, varios han permaneciendo en Sinaloa,algunos pocos se han ido a trabajar a Estados Unidos mientrasencuentran donde ejercer su profesión. Otros han hecho o estáncursando maestrías en Tijuana o en la ciudad de México; casininguno ha regresado a Mixtepec.

En las expectativas de la mayoría está el procurar su acce-so a la política y/o a los espacios académicos de su estado na-tal, mientras que los demás desean practicar su profesión enMixtepec o fuera de la comunidad.

La educación también les abre las puertas para la participa-ción política al interior de la comunidad, por el prestigio socialque crea la preparación, pero ninguno de los nuevos universi-tarios ha recurrido a integrarse en la política interna comunal.Allí, como en Harrisonburg, no se cuestiona la educación nise discute el estatus indígena en la escuela. De la UniversidadAutónoma de Sinaloa se consigue conocimiento para ser me-jor y para incluirse en el modus operandi de la sociedad mexi-cana.

Culiacán ha desaparecido del mapa de trabajo agrícola deMixtepec, porque ya nadie va a trabajar allí y, en su lugar, que-dó como un punto en la cartografía educativa de la comunidad.Ahí, algunos de “Oaxaca” ya no pertenecen a las estadísticassinaloenses sobre atraso, marginación y analfabetismo. La re-lación “dime dónde estudias y te diré donde trabajarás” se haroto para los mixtepequenses, porque la identidad de “licen-ciado-migrante-indígena” no se contrapone con el hecho de quealgunos puedan tener hoy cargos en la administración de una

compañía transnacional en Estados Unidos o puede dar confe-rencias en España o en Rusia, o en un posgrado en alguna uni-versidad particular de la ciudad de México.

EDUCACIÓN Y TRABAJO EN LA GEOGRAFÍA TRANSNACIONAL

En un primer momento, la migración se daba por la necesidaddel trabajo. Los acuerdos internacionales que generaron el “pro-grama bracero” y las necesidades de los agricultores que alenta-ron a los mixtepequenses a cruzar las fronteras, estuvieronentre las muchas razones por las cuales la comunidad de SanJuan Mixtepec se transformó en una comunidad itinerante,con mecanismos propios que garantizaron el viaje y el trabajo.Fue sobre esta “plataforma” económica que se pudo dar el me-diano acceso de algunos a la escuela. Hoy en día, como hemosvisto, la geografía laboral no se superpone de manera exacta ala geografía educativa. La diferencia entre ambas (la del trabajoy la de la escuela) no significa que no haya vínculos. Por ejem-plo, un joven que estudia la licenciatura en Culiacán puededepender económicamente de sus hermanos que trabajan enla agricultura del estado de Florida, en Estados Unidos. Los cam-bios en el clima, la disponibilidad de empleo, los salarios deFlorida, afectan al joven en Culiacán, a pesar de la distancia fí-sica que guardan el campo agrícola (el mundo del trabajo) y elcampus universitario (el mundo de la educación). De la mismamanera, dos personas pueden vivir en la misma localidad, peroel campus escolar y el campo agrícola pueden estar socialmen-te muy distantes. Un ejemplo es cuando la maestra Cande, quevive en la colonia Las Flores, en San Quintín, me comentaba:

[...] mi primo vino a trabajar a los campos el año pasado y yono me enteré hasta cuando mi tía habló y me platicó que élacababa de regresar a Mixtepec.

El cuadro 2 representa el espacio transnacional que he que-rido ir dibujando a lo largo de este apartado. Con los datos

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sobre historias de vida que recogí en mi trabajo elaboré estatabla, en la cual busco presentar las localidades organizadas se-gún las dimensiones de la vida (educativa y laboral) de losmiembros de las familias que entrevisté. Aquí se diferencianlas dimensiones (antes les he llamado “plataformas”) educati-va y laboral, y se desglosan las actividades que desempeñanlos individuos que conocí. Llama la atención que más personasestaban estudiando que trabajando en el momento de mi tra-bajo de campo ¡y no debe olvidarse que hablamos de una comu-nidad migrante de escasos recursos! Los de Mixtepec mandana mucha de su gente a estudiar y no a trabajar. Otros gruposmigrantes privilegian el viaje para obtener trabajo y, en con-secuencia, dinero (y que incluyen a los niños y jóvenes en elviaje y el trabajo agrícola).

Poniendo en el centro la dicotomía estudio-trabajo, se puedeobservar que hay localidades que son preponderantementede trabajo (Hermosillo, La Paz, Fresno, Sacramento, Santa Ma-ría, Vista, Homestead, entre otras)17 frente a aquellas que hellamado ciudades-escuela (Culiacán, Guasachi, ciudad de Méxi-co) porque a ellas se viaja específicamente a estudiar (en losniveles superiores principalmente). No sólo es que en un mis-mo lugar se hayan abierto posibilidades de ir a la escuela, sinoque se ha considerado, gracias a una acumulación de conoci-mientos, ocupar parte de las redes que se abandonaron en unsentido para aprovecharlo en otro. Asimismo, encontramos cam-pus escolares en localidades donde también hay campos labo-rales (Tlaxiaco, Oaxaca y Harrisonburg, entre otros). Estas ciuda-des en las que se dan ambas actividades, los mixtepequensestienen una mayor permanencia y mantienen aproximada-mente un número igual de trabajadores y de estudiantes (yovisité tres de ellas). Eso nos está hablando de lugares dondemientras los jóvenes y los adultos trabajan, los niños y los ado-lescentes asisten a la escuela.

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17.La información de esta tabla corresponde a la información que yo recabé;sin embargo, de la información del trabajo de todo el equipo de tesis se desprendeque en varias ciudades del estado de California, en Estados Unidos, existe un altonivel de asistencia a las escuela, incluso en niveles superiores.

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199

8.

Hasta hoy, la gran población transnacional de estudiantesmixtepequenses se concentra en los niveles de educación bási-ca, sin embargo, el número en estos niveles como en los supe-riores ha ido en aumento de algunos años a la fecha y no hayvisos de que esta tendencia se detenga.

TRAYECTORIAS EDUCATIVAS TRANSNACIONALES

Los mixtepequenses han elaborado estrategias para dar conti-nuidad a su educación. Las rutas que sigan y el éxito que ob-tengan, dependen de los recursos con los que cuenten (capitalsocial, capital económico, capital cultural).

En la gráfica 1 aparecen las localidades de estudio de losmixtepequenses que tienen (o tenían) hasta 16 años y estudian(o estudiaban) en el nivel de educación básica. La informaciónfue extraída de las historias vitales y no incluye sólo a las pobla-ciones donde estudian actualmente, sino también aquellas don-de estudiaron. Así, las líneas que conectan las diferentes loca-lidades se refieren a cambios de ubicación de personas que alviajar continuaron sus estudios en otra localidad. Es decir, sibien para el sistema educativo estas escuelas no tienen conexio-nes relevantes entre sí, desde el punto de vista de los mixtepe-quenses están articuladas por las trayectorias educativas quehan seguido los paisanos (y por ello, en algunos casos, estas ru-tas son vistas como posibles “estrategias” por aquellos que aspi-ran a continuar el siguiente nivel educativo).

Es interesante mencionar que la mayoría de las localida-des que aquí aparecen fueron mencionadas en el cuadro 2 co-mo localidades donde se realizan tanto actividades laboralescomo educativas.

De las rutas que siguen los mixtepequenses para su edu-cación primaria, no todos les llevaron a la educación superior.En la gráfica 2 muestro dos dimensiones del espacio educativotransnacional mixtepequense (17-30 años). Las líneas delgadasmuestran rutas que llevaron a los informantes a la educaciónbásica como el punto terminal de la carrera educativa. Las lí-

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neas gruesas muestran las rutas que llevaron a los informantesa la educación superior.

En esta segunda gráfica aparecen quienes están estudian-do o estudiaron educación primaria hasta el bachillerato (lí-

GRÁFICA 1

TLX MIX CA

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OH Rango de edad: hasta 16 años

TLX TlaxiacoHUJ HuajuapanMIX MixtepecHAR HarrisonburgOH OhioSQ San QuintínCA CaliforniaFL Florida

GRÁFICA 2

PUE PueblaDF Distrito FederalCUL CuliacánTLX TlaxiacoHUJ HuajapanMICH MichoacánTJ TijuanaOAX OaxacaMIX MixtepecHAR HarrisonburgOH OhioSQ San QuintínCA CaliforniaFL Florida

PUE

Rango de edad:17-30 años

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CUL OAX SQ

TLX MIX CA

HUJ HAR FL

MICH OH

neas delgadas), y en ella se pueden distinguir las trayectoriasque llevaron a los mixtepequenses a la educación superior (lí-neas oscuras). Todas las localidades donde se cursan estudiossuperiores (representadas por círculos en color oscuro) son loque hemos llamado “ciudades-escuela” (excepto San Quintíndonde hay un plantel de la Universidad Nacional Pedagógica).

No todos los nódulos de la red donde se estudia la escuelaprimaria están conectados con la educación superior. Por ejem-plo, alguien que estudia la educación superior en Tijuana, Cu-liacán o en la ciudad de México, estudió dentro del mismo clicde ciudades (Tijuana, Culiacán o la ciudad de México) en losaños anteriores, o en Tlaxiaco o Mixtepec, pero no en Califor-nia, Florida u Ohio. Así, se podría afirmar que para acceder ala educación superior es necesario educarse en circuitos (trayec-torias entre ciertas localidades y no otras) que ofrecen mayorposibilidad de éxito que otros. Es interesante mostrar que,partiendo de la información de la que dispongo, los estudian-tes que cursaron sus estudios preparatorios en Harrisonburgy continuaron hacia la educación superior, lo hicieron en Mé-xico.

Quiero insistir en que la elección de seguir una ruta educa-tiva implica la movilización de capitales (sociales, económicoy cultural) que son recursos familiares, no sólo individuales.Muchas familias cuentan con el apoyo económico para sos-tener a miembros de la propia familia en el tránsito hacia losespacios universitarios en México. Recientemente encontra-mos las primeras trayectorias donde los estudiantes radicadosen Estados Unidos se propusieron continuar con sus estu-dios superiores en México. El caso entre Harrisonburg y Tijua-na fue exitoso, pero la transición hacia Puebla de otro mixte-pequense que quedó registrado en la gráfica 2 fue un intentofracasado.

En este apartado he querido hacer la etnografía de San JuanMixtepec presentando pequeños trozos de su estructura y cen-trándome en el fenómeno escolar. En cada localidad que pre-senté al principio de este apartado fui planteando que exis-te una relación diferente entre el trabajo y la escuela. En SanQuintín se estudia sólo con la convicción de que es bueno y

probablemente benéfico si deciden salir del valle. Aquí, enSan Quintín, la discusión sobre la importancia de la educaciónpara las luchas indígenas está presente y busca integrarse a ladiscusión nacional sobre derechos indios. En este caso, el es-tudio no se relaciona directamente con el acceso al trabajo. Pe-ro sí es cierto que aun aquellos que estudian terminan, en sumayoría, reproduciendo su rol como trabajadores agrícolas.

En San Juan Mixtepec, Oaxaca, la educación aumenta lasposibilidades de obtener un trabajo mejor remunerado e inclu-so con más prestigio. La escuela formal es cursada con el afánde sobreponerse a su condición de trabajadores agrícolas y deaspirar a otros espacios, tanto laborales como escolares.

A Culiacán se viaja, definitivamente, a estudiar (ya casi na-die viaja allá para trabajar). Los mixtepequenses que llegana esta localidad reciben todo el apoyo familiar y se esmeran es-pecialmente por completar su formación. Al final, se alejan delos estereotipos sobre los indígenas migrantes sin escuela que lapoblación local tiene de ellos, por su presencia como jornalerosagrícolas durante los años ochenta.

Finalmente es en Harrisonburg, Virginia, donde en una mis-ma familia existen miembros estudiando y trabajando, perolos campos sociales (del estudio y el trabajo) permanecen defi-nidos y separados. Las mejores retribuciones en el trabajo (nonecesariamente mejores condiciones laborales) reducen la pre-sión de ganar dólares para llevar a México. Además, las condi-ciones en Estados Unidos facilitan el ingreso de los niños a laescuela. Así, los que hoy estudian tendrán mejores herramien-tas cuando intenten buscar trabajo, ya sea en Estados Unidoso en México.

Los mixtepequenses, en su trashumancia, han construidouna compleja red educativa transnacional. Algunas seccionesde la red pueden ser exitosas para quienes deciden continuarcon estudios universitarios, otras no. Puede hablarse de un cam-po educativo mixtepequense dentro de la gran geografía trans-nacional de la comunidad. Estamos, pienso yo, ante el proce-so de construcción de un habitus mixtepequense en el cual elacceso exitoso al sistema escolar empieza a mostrar los resul-tados de distintas estrategias (trasladar a profesores bilingües,

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o bien dejar atrás los anhelos de una formación que incluya lalengua mixteca, para subsumirse en el nuevo idioma del lugarde llegada) que podrían indicarnos que hay (si no una “apro-piación”) un manejo de algunas estrategias que tienen resul-tados exitosos en la carrera escolar. El tránsito por los gradosescolares que tradicionalmente hacemos: primaria, secunda-ria, etcétera, es satisfecho por los mixtepequenses de for-ma distinta; para ellos es necesario trasladarse de un lugar aotro, de un sistema escolar a otro, de un idioma a otro. Todo esparte del espacio que es “la escuela transnacional”.

ESTRATEGIAS PARA LA EDUCACIÓN

Los mixtepequenses, como ya he dicho, viven como comuni-dad dentro de un espacio transnacional y como una de sus múl-tiples dimensiones (laboral, ciudadanía, ritual, etcétera) hanconformado un campo educativo. Este espacio mixteco está lo-calizado dentro de un contexto social mayor conformado porlos estados y sus sistemas educativos nacionales. Es aquí, encada uno de los campos y relaciones, donde los mixtepequenseshacen uso de los capitales culturales, económicos, simbólicos ysociales que manejan, algo de lo que hablaremos en este apar-tado.

A decir de Bourdieu, el espacio social está constituido porlas relaciones que mantienen los individuos o grupos desde laposición que ocupan. Ambas, las posiciones y las relaciones,dependen de dos cosas: del peso total de sus capitales económi-co y cultural en el campo social y de su distribución en el mis-mo. Las relaciones que mantienen los mixtepequenses (comosucede en todos los casos) están sujetas al intercambio de cier-tos capitales que se ponen en acción, que dependen del cam-po o los campos en que intervengan (laboral, educativo, etcé-tera).

Cuando Bourdieu habla de “capital”, se refiere a los recur-sos —en el sentido amplio de la palabra— que tienen los indivi-duos, poderes sociales fundamentales que se clasifican res-pecto del campo donde se pongan en acción. Sin embargo, el

uso del concepto de capital puede introducir variantes que ha-cen pensarlo en relación al intercambio y la producción. Paraefectos de este trabajo, prefiero usar el concepto de “valor”como lo propone Kearney (1998), y no el de “capital” que sugie-re Bourdieu, ya que el concepto de “valor” tiene un carácterpolisémico que permite pensar al mismo tiempo en el mundosimbólico, el de las unidades económicas y el de las culturalesde los transmigrantes. En este apartado usaré los conceptos si-guientes: “valor económico” para referirme al dinero que esobtenido mediante el trabajo de los transmigrantes; “valor cul-tural” son aquellos “saberes” que son parte del arsenal cultural(escolar o no) de los sujetos; “valor social” son las relacionesque de manera exitosa son utilizadas en la persecución de fi-nes específicos; “valor simbólico” es la fuerza política para im-poner significados dentro del espacio social en el que se danlos procesos analizados: es la capacidad de imponer reglas dejuego que incluso definen “valores” en la sociedad. Bourdieusugiere que ésta es la “forma que revisten las diferentes espe-cies de capital al ser percibidas y reconocidas como legítimas”(Bourdieu, 1987:131).

En páginas anteriores vimos que hay acumulación de va-lor cultural en la comunidad transnacional y cómo éste contri-buye a la acentuación de desigualdades en la comunidad. Enel texto siguiente presento, en un primer apartado, la formaen que la comunidad ha acrecentado valores económicos yculturales a través del tiempo, hasta que se pudo observar unauge en las posibilidades de acceso a la escuela. A continua-ción expongo diversos casos de acumulación que las familiashan seguido, dependiendo de los valores con los que cuentan.Pero no todo es “acumulación”; en un tercer apartado hablosobre los problemas para la transformación y convertibilidadde los valores (como lo sugiere Kearney en su artículo en estemismo volumen). Los valores culturales en ocasiones no pue-den ser convertidos —o acumulados— en mejores empleos omayor salario (como en el caso de la educación bilingüe enSan Quintín). En otras ocasiones, al ser transferidos a travésde fronteras lingüísticas, culturales, nacionales, etcétera, su-fren una gran merma porque no representan el mismo peso

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en uno y otro campo. Es decir, no sólo hay una “acumulación”de estos valores en el espacio transnacional, sino también hayinconvertibilidad y hasta “transferencia” hacia otros sectoresde la sociedad, el Estado, las empresas, etcétera.

Las condiciones que fueron propiciando la acumulación

Las familias de Mixtepec ponen en marcha distintas estrategiaspara hacerse del capital económico. El logro de una plataformaque les garantice obtener empleo les ha llevado décadas. Exis-tía la migración temporal de algún o algunos miembros (regu-larmente varones) hacia zonas cercanas y, posteriormente, alnorte. La idea era conseguir trabajo para obtener dinero y me-jores condiciones de vida. Así nos lo narra el profesor Fermín,mixtepequense que vive en el valle de San Quintín:

A la edad de ocho años salí de mi casa por la situación econó-mica en que se encontraban mis padres en esos años. Penséen apoyarlos, ayudarlos, porque tenía hermanos. Yo era elúnico que estudiaba la primaria y aunque mis hermanosquerían estudiar no había posibilidades de comprar su mate-rial y por eso me fui a Cuautla, Morelos, a una hora y mediade México; ahí estuve trabajando [...].

Los mixtepequenses llevan muchos años migrando. El tra-bajo en los campos agrícolas de Sinaloa, Sonora y Baja Califor-nia, así como en Estados Unidos, lleva décadas. La escuela co-bró relevancia cuando las diferencias económicas impulsaronel estudio de unos, exclusivo de los que más tenían, y justifi-cando su superioridad. Desde entonces la educación tomóun papel ideológico legitimador del poder, se convirtió en uncampo donde a partir de la preparación escolar se obtiene po-der político. Por eso, igual que la lucha por acceder al em-pleo, el esfuerzo por acceder a la preparación ha sido una cons-tante en la historia de la comunidad. Sin embargo, la idea de laescuela no es alcanzable para todos aún, según nos platica elprofesor Fermín:

Posteriormente volví al pueblo para ingresar a la secunda-ria. Ése fue el primer año que se fundó la escuela secundariaen San Juan Mixtepec. Si no se hubiera fundado esa escuelayo creo que no estaría aquí, porque no tenía las posibilida-des de estudiar. Entonces, la puerta que a mí se me abrió fuela fundación de la escuela que en ese tiempo era EscuelaTecnológica Agropecuaria número 544. Ésa fue la escuela queme apoyó bastante con los maestros y sobre todo, mis padres.Mis padres son campesinos y yo soy el único profesionistaen la familia y pues hice un esfuerzo bastante grande parallegar a estas alturas [....].

El cambio de las políticas económicas mundiales ayudó aque los mixtepequenses tuvieran acceso a otros recursos cuan-do se introdujeron al trabajo en compañías transnacionales ytambién cuando encontraron la posibilidad de laborar en Esta-dos Unidos. El empleo, cada vez más constante y permanente,vio acrecentar sus expectativas hasta hacer que una parte im-portante de sus esfuerzos se desarrollaran fuera del lugar deorigen. Fue también en esa época, a finales de los años ochen-ta, cuando se inició de manera más enfática la búsqueda porla preparación y participación social desde un lugar diferente,aquella que en ese entonces se presentaba como opción: el ma-gisterio. Éstos no fueron los primeros docentes, en Mixtepecya había profesores treinta años atrás, quienes más habían es-tudiado (probablemente la primaria completa) y se contrata-ban como profesores de educación básica:

[...] En ese tiempo (años después de que estuve trabajando)había la oportunidad de ingresar al servicio educativo parala educación indígena en el estado, en el año 84. En ese añohubo una organización social que estaba impulsando la crea-ción de escuelas bilingües en el valle de San Quintín. [...] Yono tenía la preparación social para ingresar, pero tenía el in-terés de colaborar, tenía la secundaria terminada —peroen el 84, para los indígenas era un estudio superior; era muypoca gente la que terminaba la secundaria— entonces nosdieron la oportunidad de ingresar con los certificados deeducación secundaria, cartilla liberada, acta de nacimien-to, etcétera. Nos mandaron dos meses a Michoacán a impar-

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tirnos un curso que me sirvió para realizar mis actividadesdocentes en ese año. Luego el sistema promovió que estudiá-ramos, empecé a estudiar el bachillerato en Ensenada y des-pués de dos años se da la oportunidad de ingresar a la UPNplantel San Quintín.

Los nuevos profesores (los ahora padres de la generaciónuniversitaria) asistían a la escuela normal, es decir, se prepara-ban en una escuela para fungir en el rol magisterial. Muchosaccedieron con el mismo plan que cuenta el profesor Fermín.El profesor, como todos los que van al norte a trabajar, utilizalas relaciones sociales que conforman esa red de la comunidadpara colocarse; de hecho, él fue de ese grupo pionero que for-taleció las rutas de trabajo y los espacios educativos. Participóen la lucha de 1996 para que se admitiera el sistema indíge-na en todas las escuelas de San Quintín, además de la forma-ción de escuelas en los campos, y ha presentado propuestasen foros sobre reformas a la educación. Con lo anterior quieromostrar que la acumulación de valores sociales, económicos yculturales, permitió aquellos cambios.

El cambio se concretó y los egresados adquirieron prerro-gativas que los colocaron en puestos de la administración o pu-dieron fungir en cargos en los que antes nunca participaban.La educación, el título que certifica el estar “preparado”, pesacomo el recurso más poderoso para la confrontación en el cam-po político; es por eso que el campo educativo se ha embarne-cido, mientras se ha tenido la posibilidad de acceder a él.

El trabajo ligado al campo y a condiciones precarias (al pa-recer insuperables) era el estereotipo que se tenía de los inmi-grantes. Para cambiar esas condiciones, los mixtepequensesinyectaron valores sociales y económicos que ayudaron a pro-ducir un espacio más amplio de trabajo donde se suman al serjornalero, el ser profesor, comerciante o trabajador de la indus-tria. Si bien cualquier lugar en el mapa social depende, a decirde Bourdieu, del tipo de capital con que se cuente y la distri-bución del mismo (1998), los mixtepequenses incrementaronambos valores y rompieron, así, con las fronteras marcadaspor los órdenes, es decir, todas aquellas entidades que definen

la estructura del espacio social, la estructura de la distribuciónde los lugares respecto de los valores.

La familia, al igual que la comunidad, dispersa en el es-pacio, se hace de un valor económico que invierte en la edu-cación de alguno de sus miembros, agregando al valor cultural(que se genera por todos los conocimientos no formalizados)el valor cultural escolarizado que enriquece la base cultural yllega, en algunos casos, a convertirse en fuerza simbólica. Acontinuación presento casos etnográficos que proporcionanmayor claridad a este proceso.

Las condiciones económicas propicias y el conocimiento deotros territorios ayudaron a generar estrategias económicasdomésticas para invertir recursos (que antes se utilizaban sólopara la subsistencia) en la educación. Digo estrategias18 por-que los mixtepequenses, sobre la base de un conjunto de ex-periencias y conocimientos previos, hoy pueden planear unatrayectoria a corto plazo para la preparación de por lo menosuna parte de la familia; y digo “estrategias” y no sólo “prác-ticas” porque este último concepto no permite reconocer elconocimiento que se tiene de las condiciones previas y lasperspectivas amplias de las consecuencias de sus acciones.Los mixtepequenses articulan estrategias familiares que po-nen en funcionamiento los recursos transnacionales que tienela comunidad para lograr el acceso a la escuela. La escuela noha sido apropiada y transformada totalmente por los mixtepe-quenses. Como ya dijimos, el sistema educativo no forma uncampo transnacional integrado como tal. Los mixtepequenseshan articulado un espacio educativo propio (vinculado y trans-nacionalizado por la comunidad), pero que guarda indepen-dencia y particularidades en cada lugar.

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18.Conductas y acciones, que por más que no sean el producto de una tenden-cia consciente de fines explícitamente presentados sobre la base de un conoci-miento adecuado de las condiciones objetivas, ni una determinación mecánicapor las causas, se encuentra que son objetivamente ajustadas a la situación. Laacción que guía el “sentido del juego” tiene todas las apariencias de la acción racio-nal que diseñaría un observador imparcial, dotado de toda la información útil ycapaz de dominarla racionalmente. Y sin embargo no tiene la razón por principio(Bourdieu, 1984:23).

Las estrategias familiares

• El caso de Carlos: la acumulación

A continuación presento el caso de un joven nacido en una delas agencias principales de San Juan Mixtepec, hijo de una fa-milia grande sin muchos recursos y sin una historia académi-ca. Carlos obtuvo recientemente un título universitario y supreparación ha estado motivada por distintos medios. Cuandofue niño contó con el apoyo de sus padres, quienes aportaron,sobre todo, valor económico resultado del trabajo en el campopara que él terminara la primaria. Como todos los niños de laépoca, su estancia en la escuela se interrumpía con las tempo-radas importantes del trabajo en el campo. La escuela secun-daria la hizo en la cabecera, ayudado nuevamente por sus pa-dres, quienes además contaron con el apoyo en especie dealgunos parientes que vivían cerca de la secundaria; es decir,movilizaron valores sociales (relación de parentesco) para alle-gar valores económicos que apoyaran la “valoración cultural”de su hijo.

La construcción de la posibilidad del ingreso a la educaciónsuperior se fue haciendo lentamente. Implicó grandes costos,ya que las familias sacrificaban una parte de sus mínimas ga-nancias, invirtiendo a mediano o largo plazos en favor de unapreparación para que sus hijos consiguiesen después un me-jor trabajo. Era su intento de no reproducir la condición de cla-se, el lugar en la producción y en la sociedad que se les ha otor-gado históricamente. Sus padres invirtieron valores económicosy sociales para que Carlos estudiara. Aquella inversión permi-tió que tiempo después pudiera ingresar al siguiente nivel, elcual requirió de mayores inversiones de valor económico.

Al terminar la secundaria, Carlos empezó a migrar y me-diante el trabajo se hizo de dinero con el que pudo pagarse lapreparatoria en Tlaxiaco. El valor económico de su trabajo fuetraducido lentamente en valor cultural. Como Carlos queríaseguir estudiando, tuvo que volver al norte a trabajar y conél se llevó a un hermano que no quiso seguir estudiando. Am-bos estuvieron allá un año. Carlos volvía, pues era el tiempo

de ingresar a la universidad, pero cayó preso. La falta de unconocimiento de las reglas que impone el modo social, en estecaso el desconocimiento de la ley y la falta de relaciones socia-les —pues no hubo quien lo auxiliara— le impidieron salir atiempo para su regreso a la escuela. Ningún valor económiconi cultural, que hasta la fecha había adquirido en los camposdonde se encontró antes, le redituaron en estas circunstancias,no hubo convertibilidad de un espacio a otro, de México a Esta-dos Unidos. Cumplió su condena de un mes en una cárcel deCalifornia. Cuando llegó a Oaxaca se encontró con varios pai-sanos que lo esperaban para viajar a Culiacán con el objetivode ingresar a la universidad y no sabían bien a bien cómo ha-cerlo, mientras que él sí tenía información. Se fueron cinco jó-venes e ingresaron a la Universidad Autónoma de Sinaloa. Has-ta ahora, todo lo que él sabía (viajar al norte, conocimiento dela ciudad, fechas y trámites escolares, etcétera) estaba siendomovilizado para conectar a otros mixtepequenses con la univer-sidad y con la casa de estudiantes en Sinaloa. Toda la acumu-lación de los años de estudio y diplomas le posibilitaron su en-trada a aquella institución, donde se mantuvo con el salario dealgunos trabajos que consiguió empleándose en servicios, peroespecialmente con el dinero que le mandaba su hermano des-de Estados Unidos. Esto conectó transnacionalmente los cam-pos económico y cultural generándose diferentes tipos deconversión de valores (de dólares a pesos, de valor económicoa valor cultural).

La universidad amplió la base de conocimientos a Carlos,le permitió hacer más complejo su cúmulo de valores cultu-rales. Carlos conoce temas políticos del interés local y nacional,puede también tener una novia oriunda de Culiacán bajo lasreglas de esa sociedad. Carlos ha logrado convertir valores eco-nómicos y sociales en culturales. Según Bourdieu, el valor cul-tural representa todos aquellos conocimientos que se adquie-ren y se incorporan a los agentes, conocimiento de cualquiertipo, los que se transfieren familiar y socialmente, aquellos quela escuela otorga, entre otros, y el conjunto de estos “saberes”constituye la base intelectual, sentimental y social: nuestrosvalores culturales.

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Si bien el punto culminante de la preparación de un indivi-duo hoy es, según los mixtepequenses, la universidad, en lavida cotidiana frente a la sociedad mayor donde nos movemos,este punto culminante requiere más que el logro de un título.Significa habernos hecho de conocimientos que si bien no es-tán en los libros, sí están en el aula, en la escuela toda y fuerade ella, y que tienen que ver con las relaciones que se logranestablecer o no con otros individuos.

Carlos necesitó trabajar, como el profesor Fermín. Sin em-bargo, por ser un miembro de la generación que siguió al pro-fesor Fermín, él pudo acceder a la universidad. Recibió sobretodo apoyo material. La familia extensa le ayudó con lo quepudo. Es claro el cambio de una generación a otra respecto alas posibilidades para estudiar. Oportunidades varias, incluyen-do una red familiar que está dispuesta a destinar recursos parala educación de hermanos y otros parientes. Por ejemplo, hoyviven en la misma casa, en Harrisonburg, Carlos y su herma-no, además vive una hermana que estudia, y recientementellegó una sobrina que fue únicamente para ingresar a la escue-la, pues las condiciones en Florida, donde está su madre, sonmenos favorables para estudiar, pues allá se trabaja más en elcampo.

Para la comunidad de Mixtepec, Carlos es todo un perso-naje, un graduado, y eso le confiere una posición distinta en elmapa social mixteco. Tiene un ofrecimiento para participar enla fundación de una secundaria para su agencia municipal y laposición que otorga la preparación (entre más, mejor) es suboleto de entrada al campo político de su comunidad, el de laparticipación en su municipio, en donde se toman decisionessobre las reglas del juego de la comunidad.

Su esfuerzo y la inversión de la familia para su educaciónhan obtenido valor simbólico que le permite jugar otro rol enel espacio social de la comunidad. Sin embargo, ese lugar den-tro de la comunidad no le interesó como a muchos otros queintentan integrarse en los campos del espacio nacional, en loscuales algunos buscan un mejor trabajo y otros, como Car-los, insisten en el campo educativo, que a la larga tendría quetransformarse en otra posición en el campo laboral.

• Rosa y la convergencia de valores

Hoy se puede observar una plataforma educativa más sólidaen la cual los individuos se pueden movilizar sin tener quependular entre el trabajo y la escuela, pues familiarmente sedan estrategias que promueven la preparación, cada vez enmejores condiciones, de por lo menos uno de sus miembros yen ocasiones de todos los hijos.

Los mixtepequenses han generado la posibilidad de esco-larizarse por contar con una preparación previa y/o un estatusdentro de la comunidad, o recursos económicos para solven-tar los gastos.

También han conseguido apoyos estatales vía internados,casas de estudiantes, becas, etcétera. Para algunos, la princi-pal fuente de recursos son los familiares que trabajan en Esta-dos Unidos. Otros utilizan los recursos que provienen de máscerca. Además, cualquiera de estas estrategias es combinablecon otra u otras. En la práctica, en muchas familias hay miem-bros que pueden ser enviados a estudiar y otros que tienen queayudar con el sustento de la familia.

Rosa es la menor de una familia extensa y sostiene ensus hombros una tendencia a la escolaridad heredada de suscinco hermanos profesores y tres profesionistas que insisten,junto con el resto de la familia migrante, en que “debe ser al-guien”. Ella nunca ha viajado fuera del estado, siempre estudióen San Juan Mixtepec, Oaxaca, pero la presencia de una heren-cia académica, por así decirlo, ha contribuido a reafirmar suinterés por encontrar una entrada a la escuela, diferente al ma-gisterio.

¿Y qué quieres estudiar?

Ingeniería en computación y si no consigo eso, voy a entrara la Normal [...] en Huajuapan [...] Pero es casi particular por-que la colegiatura pagan como 450 pesos al mes. Entonceshacen un estudio a los alumnos y depende los créditos y susrecursos económicos y así les destinan una beca, si tienenbuena suerte pues les dan 100 por ciento, si no 50 por cientoo 10 por ciento.

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[...] ¿estás trabajando?

¿Te estás refiriendo a ahorita?, bueno sí, pero con todo loque voy a sacar ahí no me alcanza para sacar mi carrera,mantener mi carrera, de todas maneras debo pedirle apoyoa [mis] hermanos y papás, mi hermano Armando que estáen Arizona y Jeny que está en Florida me mandan dinero ysi voy a Huajuapan ya tengo mi hermana allá.

Los recursos con que ha contado Rosa vienen de varias la-titudes donde se encuentra su familia. Desde los valores eco-nómicos que salen del trabajo en la parcela de sus padres enOaxaca, hasta el dinero que reciben de sus hermanos que tra-bajan en el extranjero en campos e industria. En la familia, ade-más, hay varios profesores que comparten conocimientos yhabilidades (valores culturales) que le dan la posibilidad de as-pirar a una licenciatura, incluyendo el modo de conseguir unabeca para estudiantes indígenas; estos mecanismos los ha uti-lizado, para lo cual le han válido sus relaciones sociales, ade-más de que trabaja esporádicamente. Rosa está estudiando hoyuna carrera técnica en Huajuapan.

• Adriana y la “falta de fuerzas”

Los recursos que los mixtepequenses invierten para que sushijos puedan ingresar a la escuela son aquellos que la familiasupone le ayudarán a transformar su condiciones económica,sociopolítica, etcétera. Movilizar estos recursos implica apostara que las nuevas generaciones tomen las decisiones correctas ylas aprovechen. Muchos lo han hecho. Sólo unos pocos han ad-quirido y desarrollado un cúmulo de valores tal que puedaningresar a niveles mayores de escolaridad.

Adriana es una mujer que terminó el CBTa en San Juan Mix-tepec e ingresó a la docencia en una escuela piloto de la ran-chería de Yucumí. Ha tenido que trabajar junto con su madrepara hacerse de recursos económicos con los que han cubiertosus necesidades y ayudado a la educación de sus hermanos yde ella. Dos de sus hermanos, que están en el área metropoli-tana, envían dinero esporádicamente (pues son casados), pero

nunca ha sido suficiente para que alguno de ellos logre ingre-sar en un nivel superior, a excepción de Óscar, quien movilizóvalores sociales y ciertos valores culturales que lo llevaron aingresar en la Universidad Autónoma de Sinaloa, viviendo gra-cias a los recursos de la casa de estudiantes y su propio trabajo.

Adriana no cuenta con los valores sociales ni económicossuficientes para estudiar más; no obstante, gracias a la acu-mulación de ciertos valores culturales que tienen peso dentrode la comunidad y a los esfuerzos anteriores de la comunidadpara construir espacios educativos para todos, ella está traba-jando y tiene una plaza magisterial dentro del sistema indí-gena.

Estrategias comunitarias

Muchas de las luchas por el poder en Mixtepec se han presen-tado alrededor del control de un recurso que en el discurso po-lítico del lugar es básico: la educación. La educación en Mixte-pec se ha presentado desde siempre como un valor positivo: elque estudia “es mejor”. Cualquiera que haya estudiado serámejor, independientemente de lo que haya logrado económi-camente. La educación es la base de la superación. Cada vezmás, el nivel de educación es parte de los criterios que sonconsiderados en la contienda política del pueblo para evaluara los candidatos a los distintos cargos de elección comunitaria.

En el pasado sólo los “secretarios” de la presidencia sabíanleer y escribir. Haber sido educado era un instrumento de po-der en la comunidad. Hoy se usa la preparación escolar paraevaluar quién tiene la capacidad para administrar el gobierno.Son los que saben leer y escribir o tienen ciertos conocimien-tos quienes ocupan cargos públicos. El nombramiento de losfuncionarios tiene que ver con la elección de personas res-petables y con preparación. Este estatus social se lo otorga cre-cientemente la educación con que cuentan.

A finales de la década de los setenta se dio una lucha porla construcción de la secundaria de Mixtepec; el grupo que lapromovía consiguió recursos estatales y comunitarios para tal

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fin. El grupo en el poder se negaba a su construcción y pusomuchos obstáculos. El argumento de los que gestionaron ypugnaban por la secundaria era el derecho a la posibilidad deobtener más herramientas para el trabajo fuera de la comuni-dad (el español y un certificado, principalmente). Por el otro,se dice que se oponían quienes tenían una mayor preparaciónen el pueblo, una ventaja que les permitía ocupar recurrente-mente cargos públicos. A la fecha, varios de aquellos que impul-saron más educación para la comunidad han obtenido gradossuperiores y algunos han estado en el poder; otros participanactivamente en la organización comunitaria en diversas regio-nes de la geografía comunitaria y trabajan en la radio o en laescuela en cargos administrativos.

El hecho de ser una comunidad transnacional ha permi-tido traer recursos de tipos diversos que han dado herramientasde participación política a los de Mixtepec. Desde hace tiem-po y hoy están logrando que las nuevas generaciones puedantener como opción el estudio, ya que cuentan con tiempo, di-nero y espacios para continuar con su preparación.

No obstante, resulta que tal inversión y transformación devalores no les es suficiente. Adriana reproduce su condición,pues no hizo acumulación suficiente de valores que le permi-tiera romper con el rol familiar y de clase que ha jugado su fa-milia al interior de la comunidad. Cuando la educación paralos de Mixtepec se convirtió en una fuerza simbólica que pro-porcionaba legitimidad, muchos intentaron acceder a un títuloque como tal tiene un valor político. Sin embargo, por el otrolado, cuando no se tiene acceso a ese diploma —y a los otros va-lores que implican un ingreso en el nivel de la creación de lasreglas del juego— se reproduce la desigualdad social.

Rosa intenta conectarse con el campo educativo transnacio-nal, sin claras expectativas sobre una incidencia distinta en elmapa político. Se encuentra trabajando, aunque esto no le escompensado por la inconvertibilidad de los valores (el escasoingreso no podría ser suficiente para sostenerle en el estudio).

Carlos ahora está trabajando en Estados Unidos, en el cam-po, “mientras empiezo la maestría”, plazo que se alarga cadavez más. Aunque llegó a titularse, no tiene los “valores socia-

les”, las conexiones que le permitan ejercer su profesión. Noha logrado transformar el “valor cultural” acumulado en recur-sos económicos. El problema simbólico no es menor: ¡un li-cenciado del pueblo trabajando en la agricultura estadouniden-se! Aparentemente, saber jugar el “juego de la educación” noprepara para conocer y manipular las reglas del mercado detrabajo. Al parecer, toda aquella “acumulación” transnacionalde valores no surtió el efecto esperado, pues no repercute en laganancia que se planeó, y probablemente el meollo se encuen-tra en que difícilmente exista tal acumulación, puesto que lainversión que se hizo no ha podido transformarse, en los pla-zos que se han creído, en un ingreso.

En todos los casos, la inversión que se ha hecho les condu-jo, hasta este momento, a reproducir su misma condición labo-ral. Carlos es el ejemplo más claro de ello: todo lo que parecíauna inversión de valores económicos y una acumulación devalores culturales parece haber funcionado al interior de lacomunidad, como mostré arriba, pero no encuentra converti-bilidad en los campos laborales que excedan a la comunidadtransnacional.

El dinero que sale del trabajo campesino y del norte porparte de los familiares de Carlos no se puede convertir en unconocimiento de las formas sociales para jugar en el “tablero”del mercado de trabajo. El impulso y la valoración de los fami-liares de Rosa no han podido solventar el costo en dinero y co-nocimiento que implica una carrera.

Falta un aprendizaje cultural y simbólico mayor para que elesfuerzo económico que han hecho los mixtepequenses pue-da redituar en una incidencia real en el espacio laboral y enpolítica nacional, empezando por la institución del Estado quefunciona como puente para la socialización: la escuela y la es-cuela bilingüe en especial.

Después de todo, ¿quién más se ha beneficiado de la movi-lización de valores que han accionado los mixtepequenses? ElEstado ha hecho descansar sus obligaciones en aquellos quedeberían ser beneficiarios del proceso. Incluso, en opinión dealgunos profesores bilingües, el Estado ha logrado que los pro-fesores en el sistema bilingüe se “autoformen”, librándolo de

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responsabilidades que le corresponden en términos económi-cos y políticos.

No sólo falta una convertibilidad de los capitales que po-drían beneficiar a los mixtepequenses para conseguir mejorestrabajos e ingresos, sino que existe una transferencia de va-lores que no está beneficiando a los de Mixtepec en el ámbitode la cultura mayor: a) el valor económico que se transfiere delnorte paga altas comisiones que enriquecen a otros; b) ese va-lor económico que se invierte en la educación no se traduceen un empleo adecuado; y c) el Estado, en vez de invertir en losprofesores, pareciera que recibe de la comunidad y de los pro-pios profesores un “subsidio”, asumiendo costos que correspon-de erogar al propio Estado.

CONCLUSIONES

He querido mostrar que la teoría de Bourdieu es útil para descri-bir el fenómeno político educativo que vive la comunidad deSan Juan Mixtepec. Aunque él ha delimitado su análisis a loscontextos locales, a un espacio territorializado, el habitus pue-de entenderse como un espacio social transnacional, y la teo-ría de los “campos” (con su componente sobre “capitales”) puedeser aplicada a varias localidades, así como en varios niveles deestructuración.

Había estado buscando la apropiación del sistema escolarpor parte de los mixtepequenses, pensándoles como agentescapaces de crear planteamientos y decisiones para su mejorestar. Empero, lo que encontré es que no hay una alternativacrítica al sistema educativo. Viven aprovechando las oportu-nidades que obtienen (como la posibilidad de acceso al sistemade educación) para lograr el fin que estuvo determinado antesque ellos mismos: la educación para estar mejor.

Encontré, en cambio, como ya lo he mostrado, otro tipo de“apropiación” del sistema educativo: la construcción de unaenorme red transnacional (o plataforma educativa) en la cual,a pesar de todos los problemas que representa la transferencia

y resignificación de los valores acumulables a través de los cam-pos y las fronteras, se ubica un enorme recurso para la comu-nidad.

El espacio social educativo del Mixtepec transnacional esproducto de una acumulación de valores que han dado formaa la base por la cual se extiende e interconecta la comunidad.Esta acumulación se parece a la propuesta afrocéntrica de Asan-te, en la que pueden existir cambios estructurales al interiordel sistema y donde participan los que antes no podían, por-que el peso de sus valores económicos y culturales no les permi-tían estar en la construcción de las reglas políticas, no podíantransformar lo acumulado en valor simbólico. Sin embargo, sivemos a la comunidad transnacional dentro del contexto de losEstados-nación en que se encuentra, veremos que Willis teníarazón al plantear la autorreproducción de la condición de cla-se en la participación sociopolítica en el espacio social que ex-cede a la comunidad transnacional. La acumulación de valo-res económico, social, cultural y simbólico de los de Mixtepeces más eficiente, se da al interior de la comunidad, pero recreala desigualdad social en el campo controlados por el Estado-nación, las empresas locales y transnacionales, etcétera.

Lo anterior tiene que ver con dos procesos: la inconvertibi-lidad de ciertos valores dentro del mismo espacio transnacionalmixtepequense y la transferencia de valores hacia campos queestán fuera de su espacio transnacional. La acumulación de va-lor al interior de la comunidad no es fácilmente convertible enel espacio social mayor, aun cuando los de Mixtepec han acre-centado sus bases económicas y culturales. Incluso el procesode apropiación de la formación escolar ha requerido de transfe-rencia de los recursos que se han invertido, en sustitución deinversión estatal o particular (en el caso de las empresas agríco-las). Así, el Estado, las industrias, etcétera, se benefician de unfenómeno que pareciera redentor de las causas subalternas.

Habría que indagar profundamente sobre las posiciones quevan adoptando todos aquellos indígenas transnacionales que hanegresado de los niveles más altos (licenciaturas, ingenierías,posgrados) y preguntar si ellos, en tanto tienen un mayor cúmu-lo de “saberes” en general y en relación con el campo social

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mayor que aquellos que alcanzan sólo niveles escolares infe-riores, no están pugnando o se encaminan —por una cuestiónde sentido práctico— hacia una incidencia real en el espacioestatal en que se encuentra la comunidad transnacional. Nobasta una educación para indígenas. Se requiere, probablemen-te, hacer de Estados Unidos y México sociedades que sean tam-bién de los indígenas.

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1.El grupo “Los Ñanis” se formó en El Llano, Mixtepec, e interpreta principal-mente chilenas y música grupera.

Se suma un nuevo sonidoA las orquestas del día

No lo medirá tu oídoQué sorda es la lejanía.

Mardonio Sinta y Laura Rebolloso

En Arvin, California, después de presenciar el ensayo de “LosÑanis”,1 Miguel Bautista, uno de sus integrantes, me llevó a co-nocer a don Félix Bautista, quien vive en Lamont, una pobla-ción a media hora de distancia de Arvin.

Don Félix, originario del Barrio de San Pedro, ubicado en lacabecera de San Juan Mixtepec, lleva 18 años viviendo en Cali-fornia y es padre de cinco hijos nacidos en esta entidad estado-unidense, cuyas edades fluctúan entre los siete y los 13 años.Los niños nunca han conocido el pueblo de sus padres; encambio, saben de San Juan Mixtepec gracias a las pláticas ehistorias que les cuentan sus familiares y a los videos que regu-larmente circulan entre los mixtecos que residen o trabajan enesta parte de California.

A mi llegada, la sala de la casa de don Félix estaba llena deinstrumentos musicales; a decir verdad, el objetivo de mi visi-ta era para dar una asesoría sobre la organización y difusión deuna fiesta que se llevaría a cabo el 31 de diciembre en Arvin oLamont, pero don Félix pidió a sus hijos que interpretaran al-go para nosotros y juzgáramos la calidad musical del grupo lla-

La chilena mixteca transnacional

Ulises Revilla López

mado por los niños “Los Amos de San Juan”. Comenzaron conla canción “La del moño colorado”, muy conocida por los mexi-canos, tanto en Estados Unidos como en México. Después, parami sorpresa, interpretaron una chilena y una canción escritapor ellos mismos, a partir de lo que saben de San Juan Mix-tepec. La canción hace referencia al pueblo, sus montes y cami-nos, a su gente y las dificultades que pasan en el pueblo y quepor eso tienen que viajar a Estados Unidos para ganarse la vida.

La música que interpretaron la aprendieron de “oído” (líri-camente), y fue por iniciativa de los niños el pedirle a su padreinstrumentos para aprender la música que se toca en “Mixte-pec”. Al final, Miguel me confesó que me había llevado allí por-que “Los Amos de San Juan” tocan mejor, y que sería beneficio-so para mi trabajo que registrara a este grupo. Los integrantesde “Los Amos de San Juan” sólo se dedican a la escuela y algu-nas veces al trabajo agrícola, es por eso y por su edad —diceMiguel— que tocan mucho mejor que “Los Ñanis”, que tienenmás ocupaciones y que sólo se juntan una vez por semana pa-ra ensayar.

El presente trabajo se centra en el estudio de la música ydanza oaxaqueña, en particular de la chilena. Mi objetivo esmostrar el papel que juegan la comunidad de San Juan Mixte-pec y el Estado nacional2 en la apropiación, re-creación, repro-ducción, estilización y difusión de esta práctica músico-dan-cística, inscrita en una problemática de impacto global haciala cultura tradicional y la identidad.

Los estudios comunes sobre antropología musical y dancís-tica regularmente se efectúan dentro de la localidad, es decir,no van más allá de lo que se presenta dentro de la comunidaddemarcada geográficamente. Esto no es suficiente para com-prender cómo es que los cambios por intervención foránea,es decir, las influencias rítmicas e ideológicas que no son pro-

2.Entiéndase al Estado nacional como “una formación política de suficienteestabilidad, de control de los recursos naturales y humanos y poder suficiente pa-ra imponer a los súbditos o ciudadanos sus mandatos durante el tiempo que duresu poder dentro del espacio territorial. También es reconocido por el exterior y sedefinen sus fronteras” (Nahmad, 1999).

pias de la comunidad, re-crean estas formas subalternas3 deexpresión.

La música y la danza juegan un papel muy importante co-mo formas simbólicas de hacer presentes los elementos y lascircunstancias que determinado grupo social vive cada día. Pa-ra darnos cuenta de la importancia a la que me refiero, en esteartículo analizaré la manera en que desde su formación en Amé-rica del Sur, la chilena ha sido conformada por diversas influen-cias musicales de diferentes países, tanto en la composiciónmusical como en la instrumental. Aún más, en la actualidad lachilena ha sido una práctica subalterna apropiada por los ba-llets folclóricos y legitimada por el Estado-nación, ha sido tam-bién re-creada y reproducida por la comunidad (en este casoSan Juan Mixtepec) y difundida de diversas maneras por am-bos contendientes a través de los medios masivos de comuni-cación, cada quien dando su propia versión de lo que es lachilena y lo que significa socialmente. Veremos las diversasmaneras en que la chilena es aprendida y difundida, de cómolos grupos chileneros (tradicionales y tecnobandas)4 se apro-pian de ésta para dar a los mixtecos, nacidos o no en San JuanMixtepec, un sentido de pertenencia tal que forma parte de suvida laboral, ritual, pagana y cotidiana.

En la primera parte justificaré, teóricamente, el presenteartículo, agregando algunos otros estudios de danza y músicaque han ido más allá de las fronteras y que se encuentran enun caso similar al presente. Dentro de esta primera parte ubica-ré desde una perspectiva histórica, en tres diferentes periodosla chilena, conformando nuevos espacios, imaginarios socia-les e identitarios dentro de un mismo espacio de lucha social.En un segundo apartado analizaré cómo es que los medios

3.Lo subalterno es básicamente lo que se encuentra subordinado a lo hege-mónico y que es lo excluido y no reconocido; además, su representación simbólicadel mundo es diferente, no está organizada políticamente e integra elementos dela cultura hegemónica. En cambio, lo hegemónico se propone como legítimo, ina-movible y que forja una identidad nacional, ideológica y política, es decir, está or-ganizado. También mezcla elementos de la cultura subalterna.

4.Los mixtecos se han apropiado de estos instrumentos para darle un estilocaracterístico a la chilena, que es una chilena electrónica y que es interpretadapor una agrupación de músicos a los cuales nos referiremos como “tecnobanda”.

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masivos de comunicación son elementos fundamentales parala re-creación y reproducción, difusión y mantenimiento de lachilena, tanto por el lado subalterno como por el hegemónico,y cómo se forman los imaginarios que serán importantes parala formación de una identidad y su mantenimiento. En unatercera parte se verá cómo dentro de la comunidad transnacio-nal se han formado diversos grupos de músicos de chilena, par-ticularmente de tecnobandas. En la última incluyo cuatro ca-sos diferentes de formas de agrupaciones musicales.

APROXIMACIÓN TEÓRICA Y CONCEPTOS DEL ESTUDIO

El concepto de comunidad transnacional

El concepto de comunidad transnacional hay que entender-lo de manera muy distinta al concepto tradicional de comuni-dad, el cual se refiere a un grupo de individuos ubicados en unmarco geográfico establecido. En este trabajo, el concepto decomunidad transnacional rebasa las fronteras, tanto locales ynacionales como internacionales.

Otro aspecto importante es que estas comunidades trans-nacionales tampoco deben ser entendidas como comunidadesmigrantes, que al desplazarse hacia otros lugares se desapegande la comunidad de origen. El concepto de comunidad transna-cional define a San Juan Mixtepec, el marco económico es loque rige su movimiento o “viaje” y siempre existe comunica-ción con la comunidad de origen por diversas razones, ya seande carácter político, económico y/o cultural.

Las comunidades transnacionales trascienden las fronte-ras o a pesar de las fronteras; son resultado del proceso de cons-trucción de la nación o por el debilitamiento de ésta. En pala-bras de Kearney: “la comunidad transnacional está ilimitadaespacialmente y compuesta socialmente por redes de comu-nicación sociales que incluyen, en suma comunicación cara acara, comunicación electrónica y por otros medios” (Kearney,1995).

En el marco de los estudios transnacionales hay dos aproxi-maciones teóricas que explican las comunidades transnaciona-les y su relación con el Estado, enseguida las abordo.

Las aproximaciones teóricas:Nina Glick Schiller y Michael Kearney

Nina Glick Schiller es quien comienza a usar el término de co-munidad transnacional para referirse a la migración entre Haitíy Nueva York (Besserer, 1996). Esta antropóloga sostiene quea través del transnacionalismo, el Estado-nación se refuerza.Sus estudios mencionan que el Estado haitiano reconoce comociudadanos a los integrantes de comunidades haitianas esta-blecidas fuera de este país, reforzando así su hegemonía.

De manera opuesta, Michael Kearney sostiene que es pormedio del transnacionalismo que el propio Estado se debilita,pues las comunidades transnacionales, por su continuo movi-miento a través de las fronteras demarcadas por el Estado-na-ción, provocan una interacción con culturas diversas, tantonacionales como internacionales, permite a los transnacionalesescapar a las categorías oficiales identitarias y espaciales quedemarca el Estado-nación.

La comunidad transnacional de San Juan Mixtepec se des-plaza entre las dos aproximaciones en diferentes aspectos desu vida social. Una de ellas es cómo son considerados por el Es-tado mexicano, quien reconoce a los mixtecos que se encuen-tran en Estados Unidos como mexicanos, aunque éstos hayancambiado de nacionalidad, pues el Estado reconoce la dobleciudadanía; es decir, se puede optar por obtener la naciona-lidad estadounidense sin que se pierda la mexicana. Esto impli-ca que se mantienen todos los derechos y obligaciones comomexicanos, pero también los de Estados Unidos, al adquirir sunueva ciudadanía. En este caso, el Estado-nación mexicano serefuerza al seguir contando con sus ciudadanos, a pesar de queéstos ya no vivan en su lugar de origen, o bien, que se despla-cen con frecuencia hacia ambos lados de la frontera.

En cambio, cuando se hacen los censos de población y vi-vienda, el Estado no reconoce a los mixtecos de la comunidad

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transnacional de San Juan Mixtepec por estar fuera del paíso de su población de origen, por lo que no son incluidos den-tro del conteo poblacional, dando como resultado el escape dela categoría geográfica e identitaria nacional, de lo que habla-ré mas adelante. De esta manera el Estado se debilita, pues nosabe el número real de mixtecos que conforman la comunidadde San Juan Mixtepec, y pierde de esta forma parte del controlque tiene sobre éstos, al no ser reconocidos como parte de Mé-xico. Es en esta paradoja que los mixtecos de San Juan Mixtepeccontienden por su identidad ante el Estado-nación.

La identidad

Una versión localista o estática de la identidad nos lleva a con-centrarla dentro de un territorio, una tradición, una lengua y lapertenencia a un grupo de individuos que comparten ideas yformas de vida similares. Para entender la identidad de los mix-tecos de San Juan Mixtepec debemos profundizar en los con-ceptos.

A partir de su desterritorialización, la comunidad de SanJuan Mixtepec se fragmenta territorialmente volviéndosemulticéntrica, comienza por apropiarse de nuevos elementos,costumbres y prácticas que se han ido compartiendo con to-dos los individuos pertenecientes a ésta a lo largo de varias dé-cadas. Hay que resaltar que aunque la comunidad transnacionalse encuentre fragmentada en lo que se refiere al territorio quehabita, no sucede así con sus relaciones sociales, ya que la co-munidad ha creado una gran red de comunicación a travésde medios masivos de comunicación, lo que les permite man-tener una unidad como comunidad transnacional.

Los mixtecos “comparten un universo simbólico común”(Giménez, 1987, citado en Alteridades por Ana Rosas Mante-cón). Ana Rosas Mantecón nos plantea que este universo sim-bólico no sólo tiene asiento sobre un territorio, sino sobre otrosfenómenos, que para mi caso de estudio sería la música y elbaile conocidos como la “chilena”; además, la misma autoradice que “existe la posibilidad de compartir con diferentes gru-

pos sus diferentes universos simbólicos por lo que una perso-na puede adscribirse a varias identidades” (Rosas, 1993).

Ahora bien, debemos considerar que una identidad comola mixteca transnacional está en constante negociación en am-bos lados de la frontera: “ser mixteco de San Juan Mixtepec” noes sólo hablar la lengua o ser indígena; la identidad mixte-ca transnacional implica estar “siendo mixteco” en cada unade las prácticas de su vida social, política, cultural y económicamás allá de las fronteras. Más adelante veremos como se es-tá “siendo mixteco” en la práctica músico-dancística.

La música y la danza

La música y la danza, por ser elementos que se forman dentrode lo popular, adquieren gran importancia para crear identidadhacia un espacio en común: “el lugar donde se baila o se tocadeterminado tipo de música o danza”. Pero en el caso mixteco,por ser una comunidad transnacional, la identidad y su espa-cio social no quedan acotados por la frontera del lugar de ori-gen de la práctica músico-dancística. Para que sus tradicionesmúsico-dancísticas e identidad trasciendan más allá de la fron-teras nacional e internacional, hacen uso de estrategias queserán llamadas “transnacionales”.

La música y la danza son lenguajes simbólicos, no verba-les; son expresiones y prácticas que desde tiempos remotoshan estado presentes en todas las culturas, ya sea de manera lú-dica o ritual. Es obvio que hace unos siglos estos lenguajes noeran tan difundidos como lo son hoy en día, que trasciendenlas fronteras dejando semillas, que en consecuencia en un paíspodemos ver danzas y bailes y escuchar música de casi cual-quier parte del mundo.

Para los propósitos de mi investigación distingo entre bai-le y danza: el baile es una expresión que es practicada en contex-tos lúdicos y la danza en contextos rituales. Existe otra formade danza que es interpretada escénicamente; nos referiremosen adelante a ella como danza escénica, la cual tiene un objeti-vo diferente: entretener y/o divertir a un público que no par-ticipa activamente dentro de la interpretación. Dentro de la

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danza escénica podemos encontrar diferentes tipos, tales co-mo danza clásica, contemporánea y folclórica, entre otras; eneste estudio abarcaremos la danza folclórica por ser la únicaque se presentó en la investigación. Los intérpretes de los bai-les (bailadores) lo hacen por mera diversión y en el caso de ladanza (danzantes) por cumplimiento de algún deber o mandaritual. El intérprete escénico (bailarín) lo hace, por lo común,por profesión o pasatiempo.

Para la comunidad transnacional de San Juan Mixtepec, ladanza y la música juegan un papel importante en la formacióny el mantenimiento de la identidad étnica y en la formación denuevos espacios sociales. Estos elementos no están dados, noson homogéneos ni uniformes; son cambiantes y fragmenta-dos. En cambio, para la cultura hegemónica (en este caso losballets folclóricos), al ser legitimados en su práctica por el Esta-do, se apropian de las prácticas músico-dancísticas subalternas“transformándolas total o parcialmente haciéndolas irrepresen-tativas e inverosímiles” (García Canclini, 1990), convirtiéndo-las en un producto de consumo.

Las comunidades transnacionales como la mixteca, debidoa sus constantes viajes a través de las fronteras estatales y na-cionales, conocen otras costumbres, tradiciones y modas, yse apropian de algunos de sus elementos, integrándolos a susprácticas músico-dancísticas, lo que puede ayudar, en un mo-mento dado, a forjar su identidad como comunidad mixteca másallá de las fronteras.

¿La resignificación de la identidad depende del lugar yel contexto en que se encuentra establecida cierta parte de lacomunidad? ¿Pierde la comunidad todo interés por las tra-diciones y costumbres (en este caso músico-dancísticas) dellugar de origen? O en el último de los casos, ¿la comunidad, apartir del contacto con otras culturas, es absorbida por otrascostumbres y comunidades?

Los constantes viajes de los mixtecos por los diferentes es-pacios son significativos para la construcción y reconstrucciónde identidades, no sólo porque permiten a los mixtecos mover-se a través de múltiples campos sociales, en los cuales la iden-tidad se va formando, sino también porque ese continuo movi-

miento permite a éstos escapar a las categorías que contienenel sujeto de su identidad. Así, la migración permite una salidaparcial a la identidad que impone el Estado, junto con sus leyesy literaturas, que limitan las identidades y movimientos de lagente manteniéndolos, así, dentro de un espacio demarcado(Kearney, 1995). De esta manera, tanto la comunidad mismacomo sus prácticas músico-dancísticas se han visto legitima-das por el Estado en los ballets folclóricos en una sola regióndemarcada geográficamente, en este caso el estado de Oaxaca;sin embargo, la comunidad transnacional de San Juan Mixtepecha translocalizado y transnacionalizado su propias prácticas,creando nuevos estilos y utilizando nuevos elementos para sudesarrollo, reproducción y manutención. Así, vemos una con-tienda entre lo que el Estado-nación legitima y lo que la comu-nidad transnacional re-crea y reproduce dentro y fuera de sucomunidad de origen.

La comunidad transnacional de San Juan Mixtepec se haapropiado de instrumentos y nuevos ritmos musicales queha conocido en su constante flujo, lo cual ha provocado unarenovación acústica en la chilena y la integración de músicamexicoamericana5 dentro de sus preferencias musicales. Al mo-verse a través de diversos campos, donde la hegemonía del Es-tado mexicano no alcanza, los mixtecos han creado nuevasexpresiones que han adoptado nuevas formas políticas y cul-turales (Kearney, 1996).

La alternativa que se presenta es que no sólo existe una for-ma de identidad para un grupo específico, en este caso los mix-tecos transnacionales, sino que existen diversas identidadesdentro de la misma comunidad, de aquí parten algunas pregun-tas pertinentes a la identidad mixteca transnacional: ¿cómo esque los mixtecos, después de haber salido de su lugar de ori-

5.Este tipo de música es popularmente creada y tocada en las zonas fronteri-zas. Cuando Mariángela Rodríguez nos dice que “La quebradita” (yo agregaría ade-más la música “norteña”) es un fenómeno popular masivo y liminoide, se refiere aque es practicada por la clase subalterna esencialmente y que ha sido apropiadapor ésta a través de los medios masivos de comunicación e integrado a la industriadel entretenimiento; además, nos dice que es una tradición inventada, porqueaparece como algo nuevo después de haber sido apropiada y resemantizada por lacultura hegemónica.

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gen y después de pasar varios años en otro lugar fundamentansu práctica músico-dancística?, ¿cómo es que después de inter-actuar con otras culturas los mixtecos tratan de mantener o,en dado caso, re-crean su tradición? Estas preguntas se iránresolviendo a lo largo del presente texto, esperando encontrarsu solución en las conclusiones.

En este estudio, las prácticas músico-dancísticas aparecie-ron como un espacio social en el cual se contiende sobre aspec-tos básicos como la identidad, la dominación ideológica y simbó-lica de la comunidad transnacional de San Juan Mixtepec. Enesta contienda encontramos a los Estados nacionales (mexica-no y estadounidense) y a la comunidad transnacional de SanJuan Mixtepec.

Momentos históricos de la chilena

En diversas regiones de los estados de Oaxaca y Guerrero sepractica un género de baile y música conocido con el nombrede “chilena”. A diferencia de lo que es una danza, la chilena esun baile que particularmente es practicado por grupos mesti-zos; los amuzgos y los mixtecos son los únicos grupos indíge-nas que la bailan.

El nombre de las chilenas, ritmo movido y elegante, provie-ne —según el decir popular— de la República de Chile (http://www.folklorico.com) y tiene sus orígenes en la época de lacolonización española de Sudamérica (http://www.suresite.com/oh/f/folklore/); de hecho, en Guerrero podemos escu-char algunas piezas musicales y apreciar algunos bailes y dan-zas que son de indiscutible parecido a las que se practican enSudamérica. La chilena penetró por las costas de Guerrero—particularmente Acapulco— y Oaxaca; los marinos chilenosla introdujeron al país para después ser apropiada por los ha-bitantes de la zona, extendiéndose hacia el norte de estos dosestados.

El baile del cual provienen las chilenas debe ser sin dudael llamado cueca o zamacueca, que es el baile folclórico deChile. Este baile establece una unión entre el canto y la música.

La ejecución típica de una pieza de su estilo requiere dos instru-mentos esenciales: arpa y guitarra (http://www.folklorico.com).

En México la instrumentación depende de la región. Po-demos encontrar chilena tocada por bandas de alientos; conarpa, tapeo y vihuelas; violín y guitarra, etcétera.

La cueca o zamacueca es también un baile muy popularen otros países sudamericanos, tales como Argentina, Bolivia,Uruguay, Paraguay, Colombia, Perú y Ecuador. En estos paísespresenta pequeñas variaciones producidas por las influenciaslocales, pero mantiene elementos constantes que compartenlas chilenas mexicanas: se caracteriza por sus movimientos vi-vaces, es una pantomima del cortejo y conquista de una damahecha por dos parejas, generalmente; el baile se acompaña deun provocativo ondeo de pañuelos y estrofas cantadas por losmúsicos (http://www.folklorico.com). En San Juan Mixtepec,la chilena se baila y toca de una manera más cadenciosa que lachilena hegemónica y el movimiento de los pañuelos se ha per-dido; sólo en algunos bailes se usa, como en el caso del Torito.

La cultura hegemónica transforma las prácticas subalter-nas para convertirlas en un producto de consumo masivo yespectacular, el cual, en el caso de la música y la danza, hansido manifestadas en diferentes contextos, tales como las pelícu-las del cine mexicano y por el Ballet Folclórico de México, fun-dado por Amalia Hernández, el cual a través de sus giras in-ternacionales comunica la forma en que el Estado mexicanolegitima la representación de la tradiciones músico-dancísticas.

Por otro lado, la cultura subalterna tiene una gran varie-dad de interpretaciones dentro de una misma práctica músi-co-dancística, su fin es ritual o festivo y cambia de acuerdo conlas circunstancias y el lugar donde éstas se practiquen; adaptao rechaza elementos del exterior de la comunidad local y, enel caso de la comunidad transnacional de Mixtepec, su prácti-ca músico-dancística muchas de las veces es re-creada en elexterior de la localidad de origen.

La práctica subalterna tiene una larga tradición y es trans-mitida regularmente de padres a hijos; en cambio, la culturahegemónica se transmite por medio de institutos y escuelasque representan diversas visiones, es decir, la escolar, la artís-

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tica, la académica, interpretando o imitando, de acuerdo conlos intereses de la persona o del instituto que está difundiendola información (es el caso de la gran mayoría de los ballets fol-clóricos, casas de cultura y escuelas).

Ahora bien, no queda toda la responsabilidad en la compa-ñía de Amalia Hernández; al pasar de los años han surgidootros ballets que representan la visión hegemónica en el ám-bito mundial, tales son los casos del Ballet Aztlán, dirigido porSilvia Lozano, y de la Compañía Nacional de Danza Folclórica,dirigida por Nieves Paniagua, quienes fueron en el pasado bai-larinas del Ballet Folclórico de México.

Refiriéndonos a mi investigación, no sólo la chilena ha si-do apropiada por la cultura hegemónica; la gran mayoría delas manifestaciones músico-dancísticas subalternas se han vistotransformadas para dar una visión más espectacular, esto encuanto a la danza. Por su parte, la música se ha visto disminui-da en su tiempo de ejecución, ya que las compañías de discosintentan que en un disco se integren el mayor número posiblede “canciones”, cambiando hasta la instrumentación misma ola estructura musical. Una de las regiones conocida por la exce-lencia de su chilena es Pinotepa Nacional; esto puede ser debi-do a la vivacidad con que se interpreta y a su profusa difusiónpor los ballets folclóricos, una forma hegemónica de prácticade la chilena, entre otras como academias de baile, casas decultura y medios masivos de comunicación, los cuales muchasde las veces también trascienden fronteras, dándose de estamanera la transnacionalidad y fortalecimiento hegemónico delEstado al representar el ideal de las comunidades representa-das en los cuadros de baile.

COMUNIDADES TRANSNACIONALESY SUS PRÁCTICAS MÚSICO-DANCÍSTICAS

La comunidad transnacional de San Juan Mixtepec

La comunidad transnacional de San Juan Mixtepec, según datosobtenidos por nuestro equipo de investigación, está confor-

mada por una gran red de relaciones transnacionales. Los mix-tecos de Mixtepec están ubicados en 231 lugares de EstadosUnidos y de nuestro país. Los más importantes son las locali-dades de Oregon, California, Arizona y Virginia, en EstadosUnidos; y dentro de México, Oaxaca, Sinaloa y Baja California.

Para los objetivos de esta investigación, los datos fueronobtenidos por medio de 160 cuestionarios sobre redes transna-cionales e historias de vida, realizados en las comunidades deSan Juan Mixtepec (cabecera municipal), Independencia, SantaCruz Mixtepec y Santa María Teposlantongo, y aplicados porel equipo en su población asignada. Los datos recavados mostra-ron que los mixtecos de San Juan Mixtepec se mueven a travésde una compleja red de relaciones sociales, entre las que des-tacan las de índole laboral; dependiendo de la época del año,pueden estar del lado este u oeste de Estados Unidos, o bien,si trabajan en el área de servicios, se vuelven un poco mássedentarios y estables.

Ahora sabemos que San Juan Mixtepec es una comunidadmulticéntrica6 y se ha ido apropiando de diversas dimensio-nes en sus diferentes centros laborales, educativos y cultura-les. La multicentricidad de la comunidad transnacional de SanJuan Mixtepec la podemos observar de manera muy sucintaen el mapa 1, el cual sólo nos da referencia de cómo se distri-buyen geográficamente los grupos musicales que están ubica-dos en diferentes estados de la República Mexicana y de laUnión Americana, en donde los mixtecos se han encontradoy, a su vez, apropiado de trabajo, educación, cultura y centrospolíticos.

Por otro lado, en la comunidad de origen (San Juan Mixte-pec) encontramos que los mixtecos realizan diversas activida-des temporales, tales como el trabajo en el campo o el cumpli-miento de cargos políticos y rituales, que les son solicitados adeterminadas personas, por lo cual tuvieron que regresar a cum-plir con su cometido. Regularmente, cuando termina el cumpli-miento del cargo, los mixtecos vuelven a salir de su comu-

6.Con el término “multicéntrica” me refiero a que la comunidad no tiene uncentro geográfico único.

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nidad, integrándose nuevamente a su comunidad de destino.Hay quienes sólo salen de su comunidad de origen a trabajardurante la temporada de “pizca”, en tanto que otros residenpermanentemente en su comunidad de destino. Estos últimosno pierden comunicación con su comunidad de origen, debidoa que en la mayoría de los casos tienen familiares residien-do en San Juan Mixtepec, mandan dinero para sus parientes yen la órbita comunitaria se les piden cooperaciones económi-cas para construcción y mejora del pueblo o, como se mencio-nó anteriormente, se les solicita para cumplimiento de algúncargo como mayordomías, presidencias, comités de agua y te-quios, entre otros.

Prácticas músico-dancísticas transnacionales

Existen diversas comunidades transnacionales en las cualeslas prácticas músico-dancísticas han jugado un papel muy im-portante en la re-creación de su identidad y en la formaciónde nuevos espacios sociales. La literatura plantea que en estoscasos hay una dinámica de poder entre la práctica subalternay los intereses hegemónicos. Estos intereses van desde el noperder las prácticas músico-dancísticas hasta hacerlas resur-gir de nueva cuenta, haciendo una re-creación como se descri-be a continuación.

Casos como los que presenta Andryi Nahachewsky, en loscuales la práctica músico-dancística ucraniana en Canadá seencuentra en un conflicto entre los estándares nacionales (hege-mónicos) y las tradiciones rurales, la estrategia transnacionalque toma la comunidad ucraniana es forjar una tradición pro-pia, proyectando nuevos valores, transformando así las tradi-ciones rurales (Dance Research Journal, 1993: 52).

Por otro lado, Arzu Ozturkem examina la relación entre ladanza folclórica y el nacionalismo en Turquía, y considera re-vivir la danza como una forma de tradición inventada, la cualdespliega elementos de identidad nacional de la época de cons-trucción de la nación. Ozturkem nota que la homogeneizaciónde la práctica dancística es resultado de alto grado de control

institucional sobre las formas dancísticas mismas (Dance Re-search Journal, 1993: 52).

El caso que investigué tiene grandes semejanzas con losanteriores; en primer lugar, los mixtecos más que re-inventarsu tradición están modernizándola sin perder la estructuraesencial, ritual y festiva, con un estilo propio que difiere del lacultura hegemónica. Reviven la música que había caído endesuso, integrándola a las prácticas de la música tecnoelectró-nica y, en el caso del “primer encuentro de padres de familia”,difunden las antiguas tradiciones mediante la convivencia delas diferentes comunidades que conforman San Juan Mixtepec.

La chilena de San Juan Mixtepec

No hay registro exacto, ni acuerdo alguno, de cuál fue el pri-mer grupo de chilena acústica7 de San Juan Mixtepec, ni cuálel primer grupo de tecnobanda que tocó en Estados Unidos; loque es cierto es que ambos se han visto influidos por la trans-nacionalidad en sus interpretaciones musicales.

Una de las razones por la que los mixtecos en Estados Uni-dos quieren aprender a tocar es porque no tienen al alcancela música en vivo de su lugar de origen, por lo cual recurren areunir gente que desee aprender. Una vez hecho esto, buscancintas de audio o video de otros grupos y las copian de “oído”,lo cual hace que la interpretación de la misma chilena varíede grupo a grupo. Por otro lado, los mixtecos han aprendido atocar e integrar otros estilos musicales, como la música mexico-americana (“Tigres del Norte”, “Tucanes de Tijuana”, “Los Mis-mos”, “Banda R-15”, entre otros), ya que en Estados Unidos estetipo de música tiene gran aceptación. Los mixtecos han opta-do por apropiarse de ella para integrarla a sus fiestas y diversasprácticas. Es de suponer que al integrar este estilo musical, lainstrumentalización debe ser semejante a la que utilizan losgrupos comerciales.

7.La música acústica, a diferencia de la de tecnobanda, es interpretada sólocon instrumentos no electrónicos, aunque se pueden usar micrófonos para incre-mentar el volumen.

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Medios/mediascapes y aparatos culturales/ideoscapes

Las prácticas músico-dancísticas no sólo se transmiten depersona a persona, ya que existen diversas maneras de difun-dir, aprender y practicar la chilena. Los mixtecos y la culturahegemónica hacen uso de diversos medios masivos de comu-nicación para reproducir su propia práctica músico-dancísticay de esta manera forjar una identidad, ya sea hacia lo hegemó-nico o hacia lo subalterno.

Los medios masivos de comunicación utilizados son, en símismos, una herramienta “para cruzar las líneas fronterizas olímites que separan una dimensión de otra en su espacio trans-nacional” (Besserer, 1999), lo cual es aprovechado por la cultu-ra subalterna y la cultura hegemónica para dar sus propias ver-siones de la chilena.

Es obvio que la cultura hegemónica tiene mayor facilidadpara acceder a medios de difusión masiva que los propios mix-tecos, quienes actualmente entran en medios de gran impor-tancia para dar su propia visión y difusión, que es lo espectacu-lar, vivacidad y un estilismo exagerado. Por otro lado, la culturahegemónica está conformada por un grupo de personas espe-cializadas en elaborar programas de resemantización, estili-zación e investigación, cosa que por parte de la cultura subalter-na no existe, pues las prácticas músico-dancísticas son partede la vida comunitaria y en lo hegemónico de una expresiónindividual.

Los paisajes mediáticos (mediascapes),8 rompen con la vi-sión de un centro y una periferia. Es decir, la información yano es transmitida desde un solo lugar para el exterior. Ahora,tanto los mixtecos como el Estado-nación cuentan con diver-sos centros de difusión y el actor es quien elige cuál es el de suagrado o conveniencia.

8.Los mediascapes consisten en el reparto de las posibilidades de producciónde imágenes electrónicas y su irradiación. Lo más importante de estos mediascapeses que proveen (especialmente a través de videos, casetes y televisión) un granrepertorio complejo de imágenes, narrativas y grupos de personas de todo el mun-do, dentro de los cuales el mundo de las comodidades, de las noticias y de la po-lítica, están profundamente mezclados (Appadurai, 1996).

Lo que resulta de la transmisión electrónica de la informa-ción es la formación de comunidades imaginadas y nuevos es-pacios sociales. Para el caso de los mixtecos nacidos fuera deSan Juan Mixtepec o que llevan varios años fuera de su comu-nidad de origen, no es lo mismo haber visitado el pueblo quesaber de él por medio de los medios masivos de comunica-ción, que trasmiten sólo una parte del todo dejando a la imagi-nación del mixteco lo que no logró ver o escuchar. Cada mixteconacido en Estados Unidos, o que lleva varios años en ese país,da una significación propia a lo que está percibiendo del medio;es decir, lo transforma en un mediascape (paisaje mediático).

Los medios de comunicación han sido los más tenaces entraspasar esas fronteras impuestas por el Estado-nación y, aun-que en su mayoría han sido monopolizados por éste, los mix-tecos en ambos lados de la frontera han logrado apropiarse dealgunos de dichos medios para reforzar su propia ideología eidentidad, incluso en su misma lengua.

Los paisajes ideológicos (ideoscapes)9 son transmitidos tantopor el Estado como por la comunidad de San Juan Mixtepec através de los medios y por otros aparatos ideológicos de loscuales hablaremos más adelante.

MEDIOS MASIVOS DE COMUNICACIÓN

Tipos de medios masivos de comunicación

Los medios que analizaremos en este apartado y que están ad-quiriendo una gran importancia para producir mediascapes son:la radio, la internet y el video. Los aparatos culturales que di-funden los ideoscapes que analizaremos son la escuela, la casade cultura, las misiones culturales y los ballets folclóricos.

9.Con ideoscapes, Appadurai se refiere a la concatenación de imágenes, lascuales están regularmente relacionadas en un orden político junto con la ideolo-gía del Estado y a las contraideologías dirigidas a capturar el poder del Estado ouna parte de éste. Los ideoscapes están ligados a la visión del mundo, consistentesen una cadena de ideas, términos e imágenes, incluyendo libertad, derechos, sobe-ranía, representación y un término muy importante: democracia (Appadurai, 1996).El ideoscape está estrechamente relacionado con el de mediascape, debido a la for-ma en que son aprehendidos e interpretados por el receptor (cultura hegemónicao cultura subalterna, en este caso).

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La radio

Actualmente la radio ha cobrado una gran importancia para lacomunidad de San Juan Mixtepec, así como para las comuni-dades de origen y destino en México y Estados Unidos. El papelque desempeñan las radiodifusoras es el de una interconexiónde la red. A través de este medio, un gran número de mixte-cos se comunican sin importar en que lugar se encuentren.Particularmente, los mixtecos se han apropiado de tres centrosde difusión radial: XETLA Radio de Tlaxiaco, que es la radiodi-fusora más cercana a San Juan Mixtepec; XEQUIN “La Voz delValle”, ubicada en el valle de San Quintín, Baja California, Mé-xico, y “Radio Bilingüe”, ubicada en la ciudad de Fresno, Cali-fornia, Estados Unidos.

De la radiodifusora que tuve información directa fue de“Radio Bilingüe”, la cual transmite semanalmente “La hora mix-teca”, conducida por Filemón López y Timoteo Mendoza, oriun-dos de San Juan Mixtepec. Me concentré en los datos de estaradiodifusora porque su transmisión es en los niveles nacionale internacional, por lo que tiene gran importancia en la redtransnacional mixteca. No le resto importancia a las radiodifu-soras de Tlaxiaco y San Quintín pero, a diferencia de “RadioBilingüe”, sus coberturas son locales.

En “La hora mixteca” se presenta básicamente informaciónpara la comunidad mixteca transnacional de orden laboral,legislativo y de salud; ofrece además un importante serviciode lectura de llamadas de los mixtecos que necesitan saber,tanto de la ubicación de sus parientes como de apoyos económi-cos y noticias de su lugar de origen. Cada semana arriba algúninvitado para abordar un tema específico del orden antes men-cionado y también llegan grupos musicales para promocio-narse. Por lo regular, estos grupos están formados por mixtecosque tocan música de chilena y mexicoamericana.

A su vez, “Radio Bilingüe” está afiliada a un gran númerode radiodifusoras que retransmiten programas o que hacen en-laces en vivo, de hecho se han hecho enlaces vía telefónicadesde Oaxaca a Fresno para entrevistas de interés para los trans-migrantes oaxaqueños. 10.[http://www.radiobilingue.org] 1999.

CUADRO 1Radiodifusoras afiliadas a Radio bilingüe

que transmiten en directo o repiten los programas10

Estados Unidos

KABF-FM Little Rock, AK KAGI-FM Ashland, ORKANZ-FM Garden City, KS KAOS-FM Olympia, WAKBFF-FM Santa Rosa, CA KBNL-FM Laredo, TXKBNR-FM Brownsville, TX KBOO-FM Portland, ORKBSU-FM Boise, ID KBSW-FM Twin Falls, IDKCPX-AM Salt Lake City, UT KCTM-FM Rio Grande City, TXKDIF-AM Riverside, CA KDNA-FM Granger, WAKEOS-FM College Station, TX KEPI-FM Eagle Pass, TXKEPX-FM Eagle Pass, TX KERU-AM Blythe, CAKFJZ-AM Fort Worth, TX KGNU-FM Boulder, COKHDC-FM Salinas, CA KIQI-AM San Francisco, CAKLVL-AM Houston, TX KMPO-FM Modesto, CAKMUN-FM Astoria, OR KNOG-FM Nogales, AZKPFK-FM N. Hollywood, CA KRCW-FM Royal City, WAKRMC-FM Douglas, AZ KRZA-FM Alamosa, COKRZE-FM Farmington, NM KSJK-FM Ashland, ORKSJV-FM Fresno, CA KSVR-FM Mt. Vernon, WAKTMR-AM Laredo, TX KTQZ-FM Bakersfield, CAKUAT-FM Tucson, AZ KUBO-FM Calexico, CAKUGS-FM Bellingham, WA KUNM-FM Albuquerque, NMKVER-FM El Paso, TX KVMV-FMMcAllen, TXKVNF-FM Paonia, CO KWKW-AM Los Angeles, CAKWRB-FM Bisbee, AZ KZFR-FM Chico, CAKZUM-FM Lincoln, NE WEFT-FM Champaign, ILWFCR-FM Amherst, MA WLCH-FM Lancaster, PAWNWS Brownsville, TN WRTE-FM Chicago, ILWWGC-FM Carrollton, GA

Puerto Rico

WRTU-FM San Juan, PR

México

XEEP-AM México, DF, MX XEQUIN-AM San Quintín, BCXERU-AM Chihuahua, CH XETA-AM Guachochi, CHXEZOL Cd. Juárez, CH XHITT-FM Tijuana, BC

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tan temas de orden político y económico; esto se debe a variosfactores, entre ellos la falta de líneas telefónicas en San JuanMixtepec (hasta el año 1999, Joel Tobón, mi principal infor-mante en San Juan Mixtepec, me informó que ya comenzó laventa de líneas telefónicas para Mixtepec). La internet es unmedio aún en manos de una élite, dentro de la cual podemosencontrar cientos de páginas hablándonos del folclor difundi-do por los ballets folclóricos.

El video

El video juega un papel fundamental en la construcción deimaginarios los cuales, en este caso, son del orden músico-dancístico. A la comunidad de destino de Arvin llegan cadaaño algunos videos, principalmente con contenido sobre lasfiestas y los carnavales que se dan en fechas específicas: la delsanto patrono, el carnaval y otros eventos como las bodas, bau-tizos, etcétera. A través de este medio los padres enseñan a loshijos nacidos en Estados Unidos cómo es el pueblo y cómo sellevan a cabo las fiestas más importantes.

Otro aspecto importante es que, mediante el video, los mix-tecos nacidos fuera de la comunidad de origen conocen a otrosmixtecos relevantes dentro de la comunidad; estos persona-jes pueden ser el presidente municipal, agentes, músicos, bai-ladores (chilolos11 particularmente), etcétera.

Es en los videos donde se crean otros mediascapes me-diante los cuales los mixtecos nacidos en Estados Unidos apren-den a bailar y tocar la chilena, pero integrando instrumentosque están a su alcance, tales como la guitarra eléctrica, los te-

Los mediascapes creados por la radio se dan por medio delos diferentes temas que se manejan en los programas, ya seaen México o en Estados Unidos. Los mediascapes, a su vez, creanconcretamente comunidades imaginadas y forjan identidadesfuera y dentro de la comunidad de destino. Esto incluye, enparticular, a los grupos músico-dancísticos (según se verá másadelante) de tecnobanda que nunca han conocido la comuni-dad de origen, pero que se nutren con la chilena y la músicamexicoamericana que escuchan en la radio.

La internet

Tanto la cultura hegemónica como la comunidad transnacionalde San Juan Mixtepec están aprovechando la gran difusión queofrece la internet; sin embargo, es claro que prevalece la infor-mación que la cultura hegemónica ha difundido desde su pro-pia visión de lo que es la chilena, es decir, la difundida prin-cipalmente en los ballets folclóricos: Pinotepa Nacional y eljarabe mixteco, como las prácticas músico-dancísticas repre-sentativas de la chilena oaxaqueña en México.

En las páginas elaboradas por los mixtecos no encontra-mos información acerca de sus prácticas músico-dancísticas,regularmente la información que podemos encontrar es so-bre temas de apoyo a otras comunidades, como la zapoteca o latriqui, sobre derechos de los migrantes, y algunas noticias im-portantes que acontecen en ambos lados de la frontera y quetienen relevancia para estos grupos oaxaqueños.

Una de las páginas que difunde información sobre el ori-gen de la chilena y de diversas prácticas músico-dancísticasen general es la elaborada por el doctor David Rojas, profesorde la Universidad de California, Santa Barbara. Desde una vi-sión propia de lo que se conoce por la chilena (principalmentela de Pinotepa Nacional) nos ofrece un recuento que ya se citócon anterioridad (http://www.folklorico.com).

Sin abundar más sobre este tema, sólo me queda concluirque la internet no ha sido totalmente apropiada por los mixte-cos para dar a conocer todas sus posturas, solamente manifies-

11.El chilolo es el bailador de una gran variedad de lugares en Oaxaca, su ori-gen no está muy claro y varía de vestuario dependiendo del lugar en que se prac-tique la chilena con chilolos. Este personaje va ataviado por un saco tipo frac,gorra de policía, pantalones cortos al tobillo, una máscara con pelos de chiva y nopuede faltar su instrumento que es la armónica y que cuando la música se acaba,todos los chilolos automáticamente comienzan a tocar para no dejar de bailar.Actualmente, según referencias de niños de la comunidad de Arvin, el chilolopara ellos son las personas disfrazadas para celebrar el Halloween en Estados Uni-dos. Este tipo de vestuario de tradición estadounidense ha sido apropiado por losmixtecos y llevado a la práctica músico-dancística en la comunidad de origen.

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clados, piano, bajo eléctrico, bajo sexto, batería y grandes boci-nas para incrementar el sonido de las piezas musicales.12

El video sirve, además, para estrechar relaciones socialesdentro de la comunidad de destino misma, y en otros casoscon otras comunidades de destino;13 en Arvin, por ejemplo, seinvitó a varios mixtecos a ver el video que se reprodujo variasveces en casa del señor Moisés,14 el mediascape, evidentemen-te era diferente por parte de cada persona de la comunidad, nose podía ocultar la emoción y el sentimiento hacia las imáge-nes, ya que varias de las personas observadoras tenían bas-tante tiempo de residir en Arvin.

APARATOS CULTURALES

La escuela, la casa de cultura, las misiones culturalesy los ballets folclóricos

Entre los aparatos culturales que son utilizados para la difusiónde los ideoscapes encontramos la escuela, la casa de cultura,las misiones culturales y los ballets folclóricos. Aunque estosaparatos son herramientas del Estado, tanto personas ajenas ala comunidad transnacional de San Juan Mixtepec como la co-munidad misma han tratado de utilizarlos de la misma mane-ra, pero en una grado relativamente menor.

Particularmente, las casas de cultura y los ballets folclóricosson elementos que en su totalidad son parte de la difusión ideo-lógica y creadores de ideoscapes por parte del Estado, ya quees a partir de éstas que las políticas culturales son desarrolla-das como proyectos presentados por personas ajenas a la comu-nidad, que en su mayoría no conocen ni el contexto ni la for-ma en que las prácticas músico-dancísticas se llevan a cabo.

La escuela y las misiones culturales15 son aprovechadastanto por los ballets folclóricos como por la comunidad trans-nacional de San Juan Mixtepec. La misión cultural “Raíces Me-xicanas” resulta ser imparcial, ya que aunque la informacióndocumental en su mayoría es la que hegemónicamente se co-noce. La respuesta a las preguntas de la gente puede ser infor-mación de índole hegemónica o subalterna, dependiendo dela información que se solicite, lo que se puede observar en lapágina de internet de “Raíces Mexicanas” es que existe unagran preferencia de la gente que la visita por el ideoscape hege-mónico, pretendiendo “rescatar” tradiciones que nunca hanexistido.

Es en la escuela (de la comunidad de origen) en donde re-gularmente se aprende a tocar la chilena; tal es el caso de lascomunidades de Tejocotes y San Juan Cahuayaxi, ubicadas enla Mixteca Alta de Oaxaca. Se contratan profesores foráneos,ya que son especialistas en la cuestión musical y se encargande cumplir con la enseñanza de los alumnos de dichas comu-nidades.

En el año de 1998 se llevó a cabo el Encuentro de Padresde Familia en Yosobá, ubicada dentro de San Juan Mixtepec;

15.Hay que distinguir entre dos misiones culturales: las que dirige el doctorDavid Rojas y las “Misiones Culturales” que existieron en México, ya que comonos dice Amparo Sevilla, las misiones culturales en México “formaban parte im-portante de los programas educativos escolares [...] que tenían como propósitoreal la integración del campesinado en general y del indígena en particular a lasociedad nacional” (Sevilla, 1990). Las misiones culturales que dirige David Rojastienen por objetivo recabar información necesaria para “archivar” todas las prácti-cas músico-dancísticas posibles, antes de que éstas desaparezcan; también se tie-ne la convicción de darle reconocimiento a los profesores “creadores” de la danzafolclórica escénica. Vemos en estas misiones culturales un juego ambivalente, querecoge datos tanto de la clase subalterna como de la hegemónica, para poder acce-der al conocimiento de lo que se lleva al escenario.

12.De aquí el nombre de tecnobanda para referirme al conjunto musical quese apropia de instrumentos y tecnologías foráneas para una re-creación de la chi-lena en el sentido auditivo, ya que la estructura de ésta permanece idéntica. Ade-más la tecnobanda interpreta música conocida como mexicoamericana: “Tigresdel Norte”, “Tucanes de Tijuana”, “Los Mismos”, entre otros.

13.Yo mismo fui un vínculo portador de un video que, antes de partir haciaArvin, el señor Moisés Sánchez me encargó pasar a recoger a casa de su hermano,el señor Juan Sánchez, que vive en la comunidad de destino de Ciudad Nezahual-cóyotl, Estado de México, otro lugar en donde existe un gran número de familiasmixtecas residiendo desde hace ya varios años. El contenido del video es la últimafiesta del santo patrono de San Juan Mixtepec, San Juan Bautista. Además conte-nía la “despescuezada de gallos”, un juego tradicional de San Juan Mixtepec, asícomo diferentes eventos dentro de la celebración antes mencionada. Otro conte-nido importante del video es la participación de una de las hijas del señor Moisés,que hace tiempo no ve y que sólo a través del video puede hacerlo.

14.El señor Moisés Sánchez López es un personaje importante en Arvin, aquien los contratistas le encomiendan la gente que va a trabajar en los campos,ya sea en la cosecha, poda o pizca de algunos productos de la región.

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este encuentro trató esencialmente sobre la difusión de lascostumbres tradicionales mixtecas, tales como música, danza,alfarería, elaboración de medicamentos tradicionales, cuento,mitos, arte culinario y caza. La duración de dicho evento fuede dos días, cada uno con casi doce horas de las diversas prácti-cas antes mencionadas. El fin de dicho encuentro fue difundirconocimientos que se han ido perdiendo con el paso de losaños y que los mixtecos desean mantener.

Las misiones culturales tienen la función de registrar de lamejor manera posible diversas prácticas músico-dancísticassubalternas de la República Mexicana; también tienen el objeti-vo de ofrecer cursos, particularmente de danza, impartidos porprofesores pertenecientes a las comunidades que se están en-señando, y de proveer al estudiante de conocimientos teóri-cos y prácticos de las diversas prácticas músico-dancísticas.

Hasta ahora no se encuentra ningún mixteco dentro de lasfilas de las misiones culturales, así que la información que seimparte regularmente es la que se conoce en la región de laCosta Chica de Guerrero y Oaxaca. En este caso el ideoscape estomado por los “artistas” o “bailarines” que crean su propiaidentidad hacia lo que se les enseña a bailar para el escenario,se crea una práctica músico-dancística imaginada, ya que la“resemantización” de lo que se interpreta en el escenario noestá acorde con la realidad de las prácticas subalternas.

Contexto musical y dancístico de la comunidad transnacionalde San Juan Mixtepec

La investigación músico-dancística fue elaborada en la comu-nidad de origen, en San Juan Mixtepec, Oaxaca, y en la comuni-dades de destino, en Arvin y Lamont, California. Para la investi-gación de las prácticas músico-dancísticas hegemónicas realicéel estudio en Santa Barbara, California, y San Luis Río Colora-do, Sonora. En la comunidad de origen no me concentré úni-camente en la cabecera municipal (San Juan Mixtepec), yaque el objeto de mi estudio fue hacer el registro de los diversosestilos de los grupos musicales y su interpretación dancística.

Un elemento importante fue registrar la manera en quese desarrolla el carnaval en diversas poblaciones de San JuanMixtepec. En el carnaval es donde se logra observar el mo-saico transnacional dentro de la interpretación músico-dan-cística en todas sus variantes, las que veremos más adelan-te. Las comunidades en que fueron estudiados los estilos deinterpretación músico-dancística dentro del carnaval mixtecofueron: la cabecera municipal (San Juan Mixtepec), Los Tejo-cotes, El Mesón de Guadalupe y, debido a la cercanía de lapoblación de Independencia, esta comunidad integró su par-ticipación junto con la cabecera municipal. Estudié ademáseventos importantes en los cuales se llevan a cabo las prác-ticas músico-dancísticas; éstas fueron: el carnaval y el Pri-mer Encuentro de Padres de Familia, de los que hablaré pos-teriormente.

Ahora bien, refiriéndonos concretamente al caso de moder-nización de la chilena mixteca, ésta se presenta en ambas co-munidades: la de destino y la de origen. La migración a lasgrandes ciudades, “fields” y empresas de servicios ha permiti-do a los mixtecos adoptar decisiones y control sobre sus prác-ticas músico-dancísticas.

En este apartado se plantean diferentes casos en los quelas prácticas son llevadas a cabo por parte de la comunidadtransnacional de San Juan Mixtepec. En primer lugar presenta-ré cuatro diferentes tipos de prácticas musicales, tanto en SanJuan Mixtepec como en California. Finalmente analizaré elcaso de las prácticas dancísticas.

En un principio decidí utilizar el siguiente cuadro de BonfilBatalla para explicar las características transnacionales de lasprácticas músico dancísticas:

CUADRO 2

Elementos culturales Decisiones

Propias Ajenas

Propios Cultura autónoma Cultura enajenada

Ajenos Cultura apropiada Cultura impuesta

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• Cultura autónoma: es el contexto en donde se preserva“la tradición”.

• Cultura apropiada: en la que se integran elementos parauna re-creación.

• Cultura enajenada: se trata del contexto en el cual se in-tegran elementos controlados por lo hegemónico.

• Cultura impuesta: en la cual obligadamente o no, se parti-cipa en este tipo de práctica.

Pero al colocar a los grupos musicales y los bailes dentrode este cuadro me limitaba sólo a ver lo que ocurre para otro ti-po de comunidades que no son transnacionales, es decir, quese pueden explicar de una forma centro-periferia, lo cual no esposible en el caso de la comunidad transnacional de San JuanMixtepec, pues como ya había explicado anteriormente, estacomunidad es multicéntrica y, por tanto, el cuadro de Bonfil nome ayudó a explicar los espacios transnacionales en las prác-ticas músico-dancísticas mixtecas. Apoyándome en el mismocuadro, pero con una reinterpretación en los conceptos, pro-pongo el siguiente modelo para explicar los espacios transna-cionales de las prácticas músico-dancísticas:

• Apropiar: es el proceso que identifica a la comunidadcomo tal y que tiene un desarrollo tradicional, pero conelementos modernos, no propios.

• Influir: es el proceso que identifica a la comunidad comotal, pero su desarrollo se da a partir de diversos elemen-tos modernos.

• Enajenar proceso que es totalmente ajeno a la comuni-dad y tiene un desarrollo moderno y comercial.

Casos de prácticas musicales transnacionales

Interpretando el cuadro 3 de acuerdo con los casos de prácticamusical tenemos:

CUADRO 3

Procesos culturales Decisiones

Tradicionales Modernas

Viejos Recrear Influenciar

Nuevos Apropiar Enajenar

CUADRO 4Grupos musicales de chilena San Juan Mixtepec-Estados Unidos

Procesos culturales Decisiones

Tradicionales Modernas

Viejos Los Gavilanes Banda

Nuevos FLAMIX y Los Amos Real del Nortede San Juan

• Procesos culturales: comprenden básicamente la interpre-tación o no de ritmos viejos y nuevos, o bien la combina-ción de ambos.

• Decisiones: integración o no de elementos tradicionaleso modernos.

• Recreación: es el proceso que identifica a la comunidadcomo tal y que tiene un desarrollo totalmente tradicio-nal.

“Los Gavilanes” (viejo + tradicional = recrear)

Originario de Los Tejocotes, San Juan Mixtepec, el grupo mu-sical acústico “Los Gavilanes”, está conformado por seis inte-grantes que interpretan únicamente chilena a la manera “vie-ja”, es decir, sin la intervención de ritmos o elementos foráneospara su práctica. Aunque sus integrantes han estado trabajandoen Estados Unidos, no han decidido integrar elementos cultu-rales musicales de este país. La idea del grupo es consolidarsecomo chileneros; sin embargo, tienen la decisión de confor-mar un mariachi para no recurrir a los que se encuentran fue-ra de la comunidad. Esta idea surge porque en San Juan Mix-

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tepec no existe un grupo de mariachis, por lo tanto, al tenercomo base la música acústica, los mismos instrumentos servi-rán para ambas prácticas musicales. Como grupo local de LosTejocotes, únicamente tocan dentro del municipio, pues en lamayoría de los casos cada comunidad tiene sus propios gru-pos de chilena acústica. Los instrumentos que usan esencial-mente son dos violines y una guitarra. Otros instrumentos sonel guitarrón, la tambora y dos instrumentos de aliento.

“FLAMIX” (tradicional + moderno = apropiar)

En el grupo “FLAMIX” encontramos elementos transnaciona-les, desde su conformación en Florida por originarios de lacabecera municipal San Juan Mixtepec: “[...] FLAMIX se for-mó allá en Florida, porque como allá estuvimos y tomamoscomo inicial Florida, porque allá se empieza en FLA, y luego to-mamos aquí de Mixtepec las iniciales de Mixtepec (MIX), poreso quedó FLAMIX. Este grupo allá lo formamos”.

La idea de formar este grupo, nos cuenta Gerónimo Bau-tista, baterista del grupo, nació así: “Como allá en Florida haymuchos paisanos de aquí [Mixtepec], los otros compas dije-ron: ‘vamos a ambientar aquí el ambiente, vamos a alegrar elambiente de aquí, con las chilenas porque aquí nomás gustanpuras chilenas’. Las imitamos del violín y de la guitarra, ellosson los originales, de allí los imitamos”.

El grupo está formado actualmente por seis integrantes,cinco de ellos son primos y uno fue invitado recientemente aformar parte del mismo. Este grupo optó por tocar música detecnobanda, pues dicen que es más fácil aprender a tocar losinstrumentos electrónicos que el violín, que es un instrumen-to difícil.

“FLAMIX” comenzó tocando en Florida, amenizando fies-tas mixtecas, tales como bautizos y bodas, después fueron re-queridos para tocar en Nueva York y es hasta el año de 1997, el24 de diciembre, que tocan por primera vez en San Juan Mix-tepec; de allí en adelante han tocado en diversos eventos y porvez primera también en el carnaval de 1998.

“Los Amos de San Juan”(nuevo + tradicionales = apropiar)

En Lamont, condado de Kern, California, se formó un grupo detecnobanda conformado por cuatro niños llamado “Los Amosde San Juan”. Don Félix Bautista, oriundo del barrio de SanPedro, en San Juan Mixtepec, apoyó a sus hijos para que apren-dieran a tocar la música de Mixtepec. Cabe mencionar que loscuatro niños que conforman el grupo son nacidos en Californiay nunca han conocido San Juan Mixtepec, salvo por medio devideos o pláticas de sus padres y amigos mixtecos nacidos allá.

Don Félix cuenta que apoya a sus hijos en lo que a ellos lesgusta y que un día le pidieron instrumentos para hacer un gru-po musical: “lo que quiero es que ellos [sus hijos] formen suspropias pandillas y que escuchen la música de San Juan” (dia-rio de campo, 29 de noviembre, 1998). Las edades de los inte-grantes son: siete, nueve, 12 y 14 años; su instrumentación secompone de teclados, batería, guitarra eléctrica y bajo eléctrico.

“Los Amos de San Juan” interpretan principalmente chile-na de tecnobanda y mexicoamericana. Ellos mismos han es-crito una canción, la cual habla de San Juan Mixtepec, de sugente y del trabajo que pasan para ganar dinero en el “norte”.La forma en que aprenden a tocar es de “oído”, por medio deaudiocintas, el programa de radio y videos; tratan de copiar lomás fielmente posible la música que escuchan y despuésle hacen arreglos para mejorarla. Hasta ahora no han tenido laoportunidad de tocar en público, se había planeado que to-caran para el Año Nuevo de 1999, pero no se logró concretar.

La banda musical oaxaqueña(viejos + modernas = influir)16

Aunque la banda musical se encuentra muy distribuida en granparte del territorio oaxaqueño, no es representativa de todaslas poblaciones. A partir de la difusión comercial, por medio

16.La banda es una agrupación musical muy generalizada en México. En elcaso de la región de Oaxaca, hay bandas de numerosos músicos, quienes cuentancon los instrumentos necesarios de aliento y de percusión.

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“Real del Norte” (nuevas + modernas = enajenar)

“Real del Norte”, un grupo de música básicamente norteña, re-side en Madera, California. Conformado por mixtecos, decidiódedicarse de lleno a este género con el cual ya han grabado sucuarta producción. Ellos tocan en eventos pagados y tambiénde apoyo a la comunidad mixteca de California. A diferencia delos otros grupos, “Real del Norte” es un grupo totalmente co-mercial, desde su vestimenta —que es el típico atuendo nor-teño— hasta su material discográfico que comprende tantocasetes como discos compactos. Este grupo se formó en Made-ra, California. El grupo tiene cuatro integrantes y su instru-mentación consta de acordeón, bajo eléctrico, guitarra eléctri-ca y batería norteña.

En el cuadro 5 indico las diferentes maneras en que unmúsico puede ser o no transnacional, así como los momentos(aquí y/o allá) en que son músicos. Hasta el primer trabajo decampo sólo había considerado cuatro tipos, pero en Californiame encontré con el quinto tipo, el cual abre el campo de inves-tigación y análisis en referencia de la identidad mixteca másallá de la frontera por medio de la música.

En el cuadro 6 muestro el registro de 19 grupos musicalesmixtecos: el estilo que practican (acústico o tecnobanda); el

de discos, programas de radio y televisión, la banda es hoy laagrupación representativa del estado de Oaxaca.

En San Juan Mixtepec no ha habido una banda musicalrepresentativa totalmente formada, aunque sí existen músi-cos de banda, éstos no son muy constantes en su práctica, porlo cual la población recurre a buscar otras bandas en Tlaxiaco oen Juxtlahuaca. Por lo común se solicita la banda cuando hayalguna fiesta o evento importante, por ejemplo el carnaval o lafiesta patronal.

Los problemas para reunir una banda representativa enSan Juan Mixtepec van desde conseguir quiénes la integren,quién la dirija (por lo que noté, nadie en San Juan Mixtepecsabe leer música, lo cual es muy importante para la formaciónde una banda) y hasta la población donde ensayar. Joel To-bón, director de la Asociación Civil Nivi-Ñuu, ha intentado envarias ocasiones integrar una banda, ya que cuenta con losinstrumentos necesarios, pero la ineficiencia de los profeso-res de música (todos foráneos) en la enseñanza y dirección noha logrado consolidar el objetivo de constituir una banda. Encuanto a los integrantes, Joel Tobón ha preferido integrar ni-ños, sobre todo por su facilidad para aprender la música y sudisponibilidad de tiempo para los ensayos.

La conformación de la banda sólo se busca como parte dela identificación de los mixtecos hacia el estado de Oaxaca, yno como un objetivo primario dentro de sus prácticas musica-les, como las tecnobandas o los chileneros acústicos. En suma,se puede apreciar que la inquietud por la conformación de di-cha banda corresponde más a una influencia de la cultura hege-mónica que a una apropiación por parte de los mixtecos de SanJuan Mixtepec de tener una banda musical con estilo propio.Hasta mi última entrevista se estaba conformando la bandade Mixtepec en la población de Los Tejocotes, lugar de dondese contrató un profesor de la ciudad de Oaxaca para comenzara impartir las clases de lectura y práctica musical; esta bandase conformaba por niños, principalmente de Los Tejocotes, yestaba por evaluarse si se otorgaban los instrumentos por par-te de la Asociación Civil Nivi-Ñuu, lo cual dependía del pro-greso del aprendizaje de los niños.

CUADRO 5Tipología de músicos transnacionales

Músicos Músicos Músicos deacústicos de banda tecnobanda

T1 X X XT2 X XT3 XT4 X XT5 X

T1= Ma + (no salir) Ma= Músico aquí Músicos aquí: enT2= Ma + ~MA MA= Músico Allá. San Juan Mixtepec.

T3= ~Ma + MA ~Ma = No Músico aquí Músico Allá: fuera deT4= Ma + MA ~MA= No Músico Allá San Juan Mixtepec.T5= MA + (no salir)

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lugar donde tocan, que puede ser dentro o fuera de San JuanMixtepec; el uso transnacional, es decir, además de tocar, cuáles la dimensión que practican aparte de la música y, final-mente, se muestra si los grupos conservan la estructura fun-damental de la chilena, integran nuevos elementos rítmicos oinstrumentales, o bien, si crean nuevos ritmos o canciones.

CASOS DE PRÁCTICAS DANCÍSTICAS TRANSNACIONALES

Primer Encuentro de Padres de Familia(viejo + tradicionales = recrear)

El Primer Encuentro de Padres de Familia se realizó en la comu-nidad de Yosobá, Mixtepec. Este evento duró dos días y sus ob-jetivos fueron difundir y compartir las viejas costumbres mix-tecas en cuestión de alfarería, medicina tradicional, historiaoral, música y danza, entre otras.

CUADRO 7Eventos de prácticas dancísticas subalternas y hegemónicas

Procesos culturales Decisiones

Tradicionales Modernas

Viejos Encuentros de padres Nivi-Ñuu A.C.de familia

Nuevos Carnaval Festival de lacultura

En la cancha de básquetbol se desarrolló dicho encuentro,que reunió a gran parte de las poblaciones del municipio deSan Juan Mixtepec. Cada población aportó, con su participa-ción, una vieja costumbre que fuera importante en su prác-tica. Hablando específicamente en la cuestión dancística sepresentó una gran gama de bailes y danzas mixtecas que hoy

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están en “desuso”.17 Dos de estos bailes que están comenzandoa cobrar de nueva cuenta popularidad en la comunidad son:“El Conejo” o “Chandé” y “El Torito”.

• “El Conejo” o “Chandé”

Tiene las características siguientes: es bailado por un númeroilimitado de personas formando un círculo; durante su ejecu-ción se debe poner mucha atención a lo que va cantando elmúsico, ya que hay que hacer lo que éste ordene, por ejemplo,si el cantante dice: “Ay chandé vuelta conejo”, los bailadoresdeben de dar una vuelta, si el músico dice “Ay chandé brincaconejo”, los bailadores deben brincar, etcétera.

Existe otra variedad de este tipo de son que, al parecer, tam-bién está en desuso en la localidad y que en el Primer Encuen-tro de Padres de Familia logré registrar. Me refiero al son de“Los panaderos”,18 que al parecer data de la época de los arrieros,pues el contenido de la letra así lo demuestra y de la mismamanera se debe hacer lo que el músico va diciendo, pero sólo lobaila una persona, hombre o mujer, según el músico lo decida.19

• El Torito

Este son es del género de los “sones chuscos” y “sones de imi-tación”,20 y tiene las siguientes características: primero todos

17 Con danzas y bailes en “desuso” me refiero a los que ya no se practican,pero se tiene la preocupación por volver a integrar estas danzas y bailes a la prác-tica actual.

18.Es importante saber que este son también lo encontramos en la prácticamúsico-dancística veracruzana del son jarocho con el nombre de “Los panade-ros” y en la Huasteca con el nombre del “son solito”; los tres sones tienen lasmismas características músico-dancísticas.

19.Este son, del dominio público mixteco de San Juan Mixtepec, está siendoretomado por la comunidad en dos estilos diferentes: uno re-creado en la músicay otro manteniendo la “vieja” versión. Es el grupo de tecnobanda “Cantarrecio”quien se ocupa de promover este son. “Cantarrecio” promueve nuevamente el usode esto sones con música de tecnobanda, la única variación es el sonido musical,pues es interpretada con instrumentos electrónicos; por otro lado, esta tecnobandahace investigaciones con los viejos chileneros para saber cómo se tocaba o bailabacierta chilena, acto seguido se traslada a la instrumentación electrónica.

20.Los sones se clasifican de diferentes maneras, para este caso el “son chus-co” es el tipo de son que produce risa al practicarse y el “son de imitación”, gene-

los bailadores se encuentran sentados en un círculo, al co-menzar la música sale a bailar un hombre con su paliacate ocualquier pañuelo en la mano;21 cuando lo cree pertinente, elhombre escoge a una mujer poniéndole el pañuelo en la ca-beza, ella debe pararse y bailar. Enseguida, la mujer con supañuelo hace la forma de unos cuernos de toro y comienza aembestir al hombre sorpresivamente, debe tirarlo dándole to-pes con la cabeza. Cuando el hombre cae, sale del centro, sesienta y la mujer queda bailando buscando a un hombre aquien sacar a bailar de la misma manera que hizo el primero.

El carnaval (nuevo + tradicionales = apropiar)22

En el carnaval se logra observar claramente la transnacionali-dad de las prácticas músico- dancísticas. En este evento, regu-larmente llevado a cabo en el exterior de la presidencia (o enel caso de comunidades más pequeñas, agencia de policía),participa toda la gente que guste de disfrazarse y bailar duran-te largo tiempo. La características esenciales son que se tocachilena y música norteña por grupos de tecnobanda, partici-pan sólo hombres (aunque excepcionalmente lo hace algunamujer). Los disfraces varían de acuerdo con el gusto de cadaquien, pero predominan el chilolo subalterno y el chilolo trans-nacional.

• El chilolo tradicional

Aunque el chilolo ha formado parte del folclor mixteco, no esoriginal de la Mixteca; al parecer, este personaje conjunta ele-mentos de varias partes del país, el uso de elementos como elfrac, la armónica, pantalones zancones y la gorra de policía,

ralmente de animales, es el tipo de son en el cual se debe hacer una imitación delanimal que el son lleva por nombre.

21.Éste fue el único son que registré que tiene las características originales dela chilena, en el cual se utiliza el pañuelo en la mano; las otras chilenas son prac-ticadas con las manos sueltas, cruzadas sobre el pecho o en la espalda.

22.Aunque el carnaval también tiene los elementos viejo-tradicionales, estavez sólo me referiré al nuevo-subalterno, por explicar de manera más clara los es-pacios transnacionales.

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El carnaval del año 1998 se caracterizó por la participaciónde cuatro chilolos transnacionales con atuendos netamenteestadounidenses: overoles blancos que tenían letreros pinta-dos como “100% chicano”, “3 veces mojado”,“Viva México” y“Los 4 Machos”, adornados algunos de ellos con las banderasde Estados Unidos y de México. En la cabeza portan másca-ras usadas en Estados Unidos para el Halloween, lentes deprotección usados en el “field” y en la mano juguetes electróni-cos, tales como carros de control remoto o muñecos de pelu-che. La única adaptación es en el vestuario, ya que la forma debailar y comportarse es la misma que el chilolo subalterno,pero en vez de soplar la armónica encienden los juguetes quetraen en las manos.

Nivi-Ñuu A.C. (viejo + modernas = influir)

El director de la Asociación Civil Nivi-Ñuu, Joel Tobón, ha ela-borado la representación de una boda mixteca que es escenifi-cada a la manera indígena, pero con elementos escénicos, yaque Joel Tobón estudió en los cursos de verano que se impar-tían en la Escuela Nacional de Danza Folclórica (ENDF) y en laescuela de teatro de Javier Soler.

Esta boda ha sido representada en el festival mixteco de lacultura que se llevó a cabo en San Juan Mixtepec, en el aniver-sario de XETLA “La Voz de la Mixteca”, radiodifusora localiza-da en Tlaxiaco; también se ha representado en la ciudad deOaxaca. Sus integrantes son de varias poblaciones aledañas ala cabecera municipal, lo cual es una buena estrategia para di-fundir el viejo folclor mixteco a la manera hegemónica de esce-nificación por gran parte del municipio. La representación lle-va todo un guión basado en las bodas que se llevan a cabo enSan Juan Mixtepec, los intérpretes visten los “viejos” atuendosmixtecos, que hoy en día ya no se ven, salvo algún evento im-portante o que así lo exija la autoridad. La música usada paralos bailes es acústica (a la vieja usanza) y Joel, en este caso,trata de que las nuevas generaciones se den cuenta por mediode la escenificación cómo eran las bodas mixtecas. Pues lo quedice Joel es que “sólo de esta manera podemos enseñar a los

son elementos apropiados de diversos lugares. También portanen la mano algún animal disecado, una víbora muerta o un tla-cuache vivo. No obstante el tiempo que lleva este personajeen la comunidad, ha tenido gran auge, pues ya se encuentra enla historia de la creación cristiana del mixteco; la historia decómo surge el chilolo revela el objetivo para el cual es usadohoy en día, el no saber quién es el disfrazado:

Desde que Jesús y los judíos hicieron un pacto para hacergente. La gente que hizo Jesús se movía y la que hizo el ju-dío eran monos, inmovibles y además feos. El judío se diocuenta que Jesús era mejor y planearon matarlo entre losdías domingo, lunes y martes. Adán y Eva escucharon laplática de los judíos y planearon hacer un carnaval en esosdías, en los cuales todos se disfrazarían para bailar; el mis-mo Jesús se disfrazó y los judíos no pudieron encontrarlopara matarlo.23

El chilolo es el personaje central de la fiestas de las poblacio-nes mixtecas y de vez en cuando se deja ver en las fiestas or-ganizadas en Estados Unidos. La manera en que se representaeste personaje debe ser totalmente fuera de lo cotidiano, puesel objetivo, como ya mencioné, es no ser reconocido; por lotanto, se deben cambiar los hábitos de caminar y hablar, el chi-lolo debe estar siempre bailando y hablando con voz chillona,nunca se quita la máscara, se come y se bebe levantando sola-mente la parte inferior de ésta y a espaldas de quien puedadescubrir la identidad de quién representa al chilolo.

• El chilolo moderno

Al carnaval regresan los viajeros que estaban ausentes, o porlo menos en un gran número, ya que en estos días se deja vertanta gente como nunca habíamos visto en otros. Es a partir delviaje del mixteco a Estados Unidos y su regreso a Mixtepeccuando se introducen nuevos atuendos y elementos para re-crear al chilolo de manera transnacional.

23.Crónica obtenida en el Primer Encuentro de Padres de Familia en Yosobá,organizado por la sección 04.

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jóvenes migrantes cuál es la historia de los mixtecos y que seden cuenta que están perdiendo muchos valores y costumbresy están adoptando otras que no nos pertenecen, desplazandolo indígena a segundo término por vergüenza e ignorancia”.

Festival Mixteco de la Cultura(nuevo + modernas = enajenar)

En el festival llevado a cabo en el año 1997 en San Juan Mix-tepec y en su organización se representaron varias visioneshegemónicas, no sólo en el plano musical sino con más augeen el dancístico.

Cuando se le dio la oportunidad a San Juan Mixtepec deorganizar dicho festival, esta población trató de incluir todo elmosaico cultural de lo “mixteco”, incluyendo en el programaalgunas participaciones como (en palabras de Joel Tobón):

La danza de moros y cristianos de San Agustín Tlacotepecse puede decir que fue la mejor presentación. Vino gente deMéxico (mixtecos que viven en la ciudad de México), que na-ció en Chalcatongo y que participaron con la danza de JuanPablo Moncayo; hicieron danza tipo Amalia Hernández, serespeta, se ve el arte pero de mixteco no tenía nada. Le co-menté al representante de la cultura mixteca si se podía ha-cer algo representativo para el acto inaugural, algo así comouna cuestión prehispánica con símbolos como el copal. Élme dijo que “ya se iba a hacer, viene un compañero, JuanSantiago Montero, que es el de la danza 8-venado garra detigre”. Pero esto ya pinta para espectáculo. Para pedir permi-so o un rito prehispánico no hay como que los ancianos lohagan, pero a lo mejor estoy mal, hay que educar a la genteporque esto es más danza azteca por los atuendos, o tal vezno es muy conocido esto como mixteco, se apega más a latradición mexica.

Otro baile muy significativo que se le ha atribuido a todoslos mixtecos, sin considerar la diversidad que existe de ellos tan-to en lenguaje, costumbres y redes sociales, es el jarabe mixteco.

EL JARABE MIXTECO

El jarabe mixteco es la forma hegemónica de representar lasprácticas músico-dancísticas mixtecas por parte del los balletsfolclóricos, a su vez legitimados por el Estado como forma deidentidad local. La forma coreográfica que tiene este jarabe es,a diferencia de la chilena de San Juan Mixtepec, muy rápida ycon movimientos muy extensos. El vestuario difiere totalmen-te del que se usaba en Mixtepec, que para el hombre se com-ponía de calzón y camisa de manta bordada; para la mujer, fal-da de terciopelo, blusa, rebozo y a veces huaraches.

En el jarabe mixteco el vestuario para el hombre es cami-sa y calzón de manta simples, sombrero de ala ancha y sarapeal hombro; para la mujer, falda floreada amplia y muy pom-posa por la enagua, trenzas y collares; ambos con huaraches.Este jarabe también fue representado en el Festival Mixtecode la Cultura por parte de Juxtlahuaca, ciudad a la que geográ-ficamente pertenece el municipio de San Juan Mixtepec.

Este tipo de eventos, que generalmente son de escenario,no pertenece a la práctica subalterna y nos da cuenta de queaun en las zonas más alejadas de lo citadino sí influye fuerte-mente el concepto hegemónico de música y danza, el cual seha difundido no sólo en el ámbito nacional sino más allá de lasfronteras, dando así la imagen que el Estado-nación quiere quese conozca, y que es muy diferente a lo que la realidad socialrepresenta en estas muestras músico-dancísticas.

Finalmente, en el mapa del anexo 1, muestro la distribu-ción de los grupos de música mixteca, tanto de tecnobanda co-mo de grupos acústicos. Para la distribución dancística hago ob-via la aclaración que en el lugar que hay músicos siempre va ahaber bailadores de chilena u otro ritmo, ya que en las prácti-cas músico-dancísticas subalternas los músicos por lo regularsaben bailar.

APUNTES FINALES

No me gustaría decir que ésta es una conclusión, ya que ape-nas se abre una nueva investigación para un caso muy espe-

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cial en el estudio músico-dancístico, mediado por la condicióntransnacional de los sujetos que estudiamos, por lo que losestudios transnacionales nos dan una nueva forma de ver cómose desarrollan la música y la danza desde esta perspectiva.

Conforme se fue desarrollando este trabajo, nos pudimosdar cuenta de la manera en que el extenso mosaico de mediospermite, tanto a la cultura hegemónica como a la subalter-na, dar su propias versiones de lo que es para ellos la música yla danza, creando a su vez los mediascapes que serán trans-mitidos de una a otra generación, con una nueva visión porparte de los mixtecos y una visión comercial, turística y desape-gada de la realidad por parte de la legitimidad del Estado; esto,por medio de los ballets folclóricos, intentando mostrar “elesplendor de México”, que difunden ideoscapes a través de ideo-logías que son dirigidas particularmente a grandes ciudades yal extranjero, desconociendo la práctica subalterna.

¿Cómo impacta la transnacionalidad o la globalización enlas tradiciones? Lejos de las visones de una homogeneización,lo que está ocurriendo es una heterogenización de las prácti-cas tradicionales y la apropiación de otras nuevas; el viaje per-mite a los transnacionales adaptar nuevos elementos quemodernizan sus tradiciones permitiendo que éstas permanez-can en renovación constante y, por ende, sin peligro a perderse.

No hay que quitar mérito a los ballets folclóricos, ya que decierta forma ellos difunden elementos que han sido olvidadospor los subalternos, aunque sean difundidos en gran parte deuna manera muy desapegada de su contexto comunitario, es-to se debe al lugar en que se desarrollan, el escénico y el espec-táculo, que van dirigidos a determinados públicos, los cualesregularmente tienen acceso a estas representaciones.

Lo que puedo decir de manera segura es que la transnacio-nalidad de la música y la danza se puede asociar con una luchapor el poder y la negociación de la identidad. Por un lado, elmixteco de San Juan Mixtepec trata de escapar a las clasifica-ciones en que la cultura hegemónica lo encuadra: chilena dePinotepa Nacional, música de banda, atuendos de manta, etcé-tera. Haciendo de las prácticas músico-dancísticas mixtecas unmuseo viviente representado en los ballets folclóricos. La for-

ma en que se esta “siendo” mixteco se negocia tanto en la sali-da de la comunidad de origen como a su retorno, hay que com-probar que se es mixteco de San Juan Mixtepec aunque sehayan pasado varios años fuera de la comunidad, o haber na-cido fuera de ésta.

¿Cómo se es mixteco de San Juan Mixtepec?, ¿sabiendo lalengua que generalmente podría ser el patrón de identidad?No en todos los casos. Actualmente muchos mixtecos ya sontrilingües: han aprendido mixteco, español e inglés; hay quie-nes son monolingües: hablan sólo español o mixteco. El sermixteco de San Juan Mixtepec es pertenecer a la “red transna-cional mixteca”, acudiendo al llamado de esta red cuando serequiera de la cooperación o dirección de algún cargo que ten-ga relación con la comunidad de origen. Pero también hayotras formas de estar “siendo” mixteco, y una de ellas, comohemos visto, es la práctica de las tradiciones músico-dancísticas,las cuales son importantes para dar ese sentido de identidad,el sentimiento que produce escuchar chilenas a través de laradio o en vivo fuera de la comunidad de origen, el conformargrupos de chilena sean ya sea de tecnobanda o acústico, llegaral carnaval o a la fiesta del pueblo como un chilolo, transna-cional o tradicional. Con todo lo anterior quiero mostrar queno se está “siendo” mixteco de una sola forma, se está “siendo”mixteco de diferentes formas todos los días y en todos los lu-gares en que está San Juan Mixtepec.

La dinámica músico-dancística nos da muestra de la ma-nera en que el mixteco de San Juan Mixtepec puede escapar auna identidad geográfica, a un estilo impuesto de prácticas mú-sico-dancísticas a la gran mayoría de los grupos indígenas deMéxico, así como a la clasificación de que el indígena sólo in-terpreta prácticas ancestrales. Hoy en día, el mixteco de SanJuan Mixtepec se encuentra laborando en Estados Unidos yen el norte de México, se ha apropiado de espacios educativos,desarrolla sus prácticas fuera del lugar geográfico asignado porel Estado-nación y por medio de sus extensas redes de relacio-nes sociales han permitido mantener, re-crear y difundir lasdiferentes formas de estar “siendo” mixteco de San Juan Mix-tepec.

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La radio ha cumplido un papel muy importante en la di-fusión de mediascapes, que además son transmitidos en len-gua mixteca en Tlaxiaco, Baja California y California (en lenguamixteca, zapoteca, inglés y español). En este caso, ni los Esta-dos-nación estadounidense y mexicano, ni la cultura hegemó-nica, han tenido la oportunidad de intervenir, ya que las pro-pias dinámicas mixtecas no lo han permitido. Veamos lo que laradio transmite (mediascapes e ideoscapes) a un San Juan Mix-tepec que no se ubica ni aquí ni allá, encontramos a un SanJuan Mixtepec en un espacio entre el aquí y el allá. Este me-

dio masivo de comunicación permite una gran reunión y reco-nocimiento del pueblo, de su música, de sus necesidades, delos “saludos” y avisos todos los domingos a las doce del día, ho-ra de California. Todos los domingos se sabe que uno puedeestar “siendo” mixteco al llamar a Filemón López y mandar unsaludo a cualquier población de San Juan Mixtepec, el adjudi-carse una pertenencia a esa población y que todos los que es-cuchan sepan que se es de allí y que se está siendo parte de lared transnacional.

Finalmente, hay que darnos cuenta del papel que jueganen conjunto los medios masivos de comunicación, que lejosde “destruir” o “desplazar” las tradiciones de los mixtecos trans-nacionales de San Juan Mixtepec, las están reforzando, ade-más de darles difusión, lo cual sería imposible sin la tecnolo-gía actual. Néstor García Canclini muy acertadamente nos diceque la expansión modernizadora de los medios de comunica-ción no sólo no lograron borrar las tradiciones, si no que “sehan desarrollado transformándose” (García Canclini, 1990).

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Mapa músico dancístico México-Estados Unidos.1) San Juan Mixtepec, Oaxaca. 2) Ciudad Nezahualcóyotl,

Estado de México. 3) Culiacán, Sinaloa. 4) San Quintíny Colonia Vicente Guerrero, Baja California. 5) Arvin y Lamont,

California. 6) Santa María, California. 7) Madera, California.8) Oregon. 9) Washington. 10) Chandler y Phoenix, Arizona.

11) Florida. 12) Carolina del Sur. 13) Nueva York.A) Radio en Tlaxiaco “La Voz de la Mixteca”.B) Radio en San Quintín “La Voz del Valle”.

C) “Radio Bilingüe”, California.

ANEXO 1

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Research Journal, 25/2, Fall.1985 Dance as Cultural Heritage, Volume One, Edited by Betty

Jones, Dance Research Annual, XIV.1985 Dance as Cultural Heritage, Volume Two, Edited by Betty

Jones, Dance Research Annual, XV.

DIRECCIONES ELECTRÓNICAS

http://www.folklorico.com“Instituto Cultural Raíces Mexicanas” Página de internet dirigida

por David Rojas Briviesca y University of California “San-ta Barbara”.

San Juan Mixtepec. Una comunidadtransnacional ante el poder clasificador

y filtrador de las fronterasse terminó en noviembre de 2006en Imprenta de Juan Pablos, S.A.,Malintzin 199, Col. del Carmen,Coyoacán, México, 04100, D.F.<[email protected]>

1,000 ejemplares