San Martin - Su Correspondencia

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  • EDITORIAL-AMRICAOlr*ctori R. BLANCO-FOMBONA

    Apartado de Correos 117. Madrid (Espafla).

    PUBLICACIONES:

    1

    Biblioteca Andrs Bello (literatura).

    II

    Biblioteca Ayacucho (historia).

    III

    Biblioteca de Ciencias polticas y sociales.

    IV

    Biblioteca de la Juventud hispano-ame-ricana.

    V

    Biblioteca de Obras varias (espaoles hispano-americanos).

    VI

    Biblioteca de historia colonial de Am-rica.

    VII

    Biblioteca de autores clebres (extran-jeros).

    De venta en toda las buenas libreras de Espaa y Amrica.

    Imprenta de Juan Pueyo, Luna, 29; telf. 14-30.Madrid.

  • su CORRESPONDENCIA

    o-

    \

    'A

  • BIBLIOTECA AYACUCHOBAJO LA DIRECCIN DE DON RUnNO BLANCO-FOMBONA

    Tomos publicados ltliuaiuente;

    XIII.Memorias de Lord Cochrane.6 pesetas.XIV.Memorias de Urquinaona.

    Comisionado de la Regencia espaola al Nuevo Reino de Gra-nada.7 p.

    XV. Memorias de William Bennet Stevenson.Sobre las campaas de San Martn y Cochrane en el Per.

    5,50 pesetas.XVI.Memorias postumas del general Jos Mara Paz.8 pesetas.XVI.

    Memorias de Fray Servando Teresa de Mier.8 pesetas.XVIII.La Creacin de Bolivia, por Sabino Pinilla.7,50 pesetas.XIX.La Dictadura de O'Higgins, por M. L. Amunteg-ui y B. Vi-

    cua Mackenna.7,50 pesetas.XX.Cuadros de la historia militar y civil de Venezuela

    (Desde el descubrimiento y conquista de Guayana hasta la ba-talla de Carabobo), por Lino Duarte Level.8 pesetas.

    XXI.Historia crtica del asesinato cometido en la persona delGran Mariscal de Ayacucho, por Antonio Jos de Irisarri.7,50 pesetas.

    XXII-XXII.

    Vida de Don Francisco de Miranda.General de los ejrcitos de la primera Repblica francesa, ygeneralsimo de los de Venezuela, por Ricardo Becerra. Dosvolmenes 8 pesetas cada uno.

    XXIV.Biografa del general Jos Flix Ribas, primer tenienteDE Bolvar en 1813 y 1814 (poca de la guerra muerte),por Juan Vicente Gonzlez.5 pesetas.

    XXV.El Libertador Bolvar y el Den Funes. Revisin de la his-toria argentina, por J. Francisco V. Silva. 8,50 pesetas.

    XXVI-XXVII.

    Memorias del general Miller. Dos volmenes 8,50pesetas cada uno.

    XXVIII-XXIX-XXX.

    Vida del Libertador Simn Bolvar, por FelipeLarrazbal. Edicin modernizada, con prlogo y notas deR. Blanco-Fombona.8,50 pesetas tomo.

    XXXI-XXXIINoticias Decretas de Amrica (Siglo xviii), por JorgeJaan y Antonio de Ulloa.8,50 pesetas tomo.

    XXXIIL

    Historia de la independencia de Mxico, por Mariano To-rrente.8,50 pesetas.

    XXXIV.Los Estados Unidos de Amrica y las Repblicas hispa-no-americanas de 1810 1830. (Pginas de Historia diplo-mtica), por Francisco Jos Urrutia.8,50 pesetas.

    XXXV.Formacin histrica de la nacionalidad brasilea, porM. de Oliveira Lima.Traduccin y prlogo de Carlos Pe-reyra.- 6,50 pesetas.

    XXXVI-XXXVII. Cartas de Sucre al Libertador, coleccionadas porD. F. O'Leary.8,50 pesetas tomo.

    XXXVIII. -Vida y memorias de Agustn de Iturbide, por Carlos Na-varro y Rodrigo.

    XXXIX. Su correspondencia (1823-1850), por San Martn.

  • BIBUOTECA AYACUCHOBajo la direccin de Don Rufino Blanco-Fombona

    SAN MARTN

    SU CORRESPONDENCIA(1823-1850)

    EDITORIAL - AMRICAMADRID

    1919

    0OHCB9I0NARIA KXCLUSTVA PARA LA VBNTA:

    SOCIEDAD ESPAOLA DE LIBRERAP B R R A Z , 21

  • ADVERTENCIA A LA PRESENTE EDICIN

    Esta nueva edicin de la correspondencia

    del grande hombre argentino se hace fielmente,hasta en los ms nfimos detalles, de la edicinque para el Museo Histrico Nacional arreglel argentino seor Carranza en 1909.

    Los puntos suspensivos, las supresiones, todo,

    es exacto la edicin nacional, que sirve de

    modelo. Slo se suprime una nota preliminardel seor Carranza, nota que se sustituye con

    sta.

    Hubiramos querido presentar ntegro elpensamiento de San Martn, sin las supresionesque aqu se encuentran, como se hizo con Sucre

    y se har con otros proceres. Desgraciadamenteno tenemos mano sino los elementos que nossuministran los admiradores argentinos del

    eminente soldado del Sur. Debe recordarsetambin para la mejor inteligencia de las cartasde San Martn, en los ltimos aos de su vida,

    que el general San Martn como el general

    Jos Antonio Pez, tuvo existencia dilatada;

  • 10 SAN MARTN

    que como Pez sobrevivi San Martin casitoda la generacin de la independenciay quecomo Pez en Venezuela vivi el jefe argen-tino preocupado de disimular, aun ms all delo posible, los errores que pudo cometer en sucarrera pblica. Pero con los errores que pu-dieron cometery entre los cuales el mayor esel de quererlos negarel general Pez como elgeneral San Martn fueron benefactores de supatria y merecen el respeto de los hombres ylos pueblos que amen la libertad.

    Por la gloria de San Martn, como por lagloria de Sucre,para no hablar de Bolvar,el Libertadordebemos interesarnos, sin dis-tincin de nacionalidad, todos los hijos deAmrica.

    Editorial-Amrica.

  • Sr. Bernardo O'Higgins.

    Mendoza, febrero 9 de 1823.

    Compaero y amigo amado:

    Millones de millones de enhorabuenas por su sepa-

    racin del mando. Los que sean verdaderos amigos de

    usted se las darn muy repelidas. S, mi amigo: ahora

    es cuando gozar usted de la paz y tranquilidad, y sin

    necesidad de formar cada da nuevos ingratos. Goce

    usted de la calma que le proporcionar la memoria de

    haber trabajado por el bien de su Patria.Estoy con cuidado por la salud de Rosita. Hgame

    el gusto de no privarme de sus noticias.

    Sigo reponindome; pero la fatiga, aunque disminui-

    da, me incomoda bastante.A fines de ste pienso pasar Buenos Aires, apro-

    vechando la seguridad que proporciona una expedi-

    cin que sale de aquel punto contra los indios.

    Adis, mi amado amigo; hasta la muerte lo ser

    suyo su

    J. DE San Martn.

    Sr. D.Jos de San Martin.

    Valparaso, marzo 5 de 1823.

    Compaero y amigo amado:Con el mayor placer he visto su apreciable de 9 del

    pasado, por el mejoramiento de su salud, de que meha acabado de informar el capitn Prez.

  • 12 SAN MARTN

    Recibo los parabienes por mi separacin del go-bierno como la mejor prueba de su amistad y msgrande don de la Providencia. S, mi amigo: tantos aosde lucha demandaban descanso y tiempo para atender la propia conservacin, amenazada del modo msalarmante. No quedo con otros fondos que Moltavn yChimba, con que la generosidad del gobierno del Pery de mi mejor amigo haban recompensado mis servi-cios; pero aun este ltimo recurso vacila, y los desaires

    y arresto que he sufrido despus de haber dejado ladireccin de Chile me prueban lo que en adelante de-ber esperar de mi patria; bien que trece aos de sa-crificios y amarguras inauditas no las cambio por inte-rs alguno, y slo quedan dedicados al honor y biengeneral de la Amrica.Ha sido suspendido el arresto que sufr en este

    puerto, sin otra satisfaccin que negarme hasta el pre-sente el permiso que he pedido para pasar pasesextranjeros; no creo que los chilenos puedan abrigarni por un solo momento la baja idea de acriminarmecon imposturas para lavar la mancha de falta de respe-to mi persona, ni menos de las obligaciones que medeben. Hombres perversos como hay en todas las so-ciedades del mundo, indudablemente conspiran contrami honor y soplan el veneno bajo pretexto de una re-sidencia que jams se ha ejecutado en el Estado conjefe alguno superior, porque las leyes y constitucionespublicadas hasta la fecha los excepciona conforme laprctica general. La sanidad de mis intenciones y elfeliz resultado de ellas, ser el mayor garante de misoperaciones. De nada me acusa mi conciencia; ellaser siempre tranquila al frente de la misma imposturay de los inicuos.

    Rosita estaba los umbrales de la muerte cuando tuvela precisin de separarme de la capital; pero s que sehalla muy mejorada y que mi seora madre est buena.

  • su CORRESPONDENCIA 13

    Inglaterra ser el pas de mi residencia, si, como es-pero, se me concede permiso. Recupere usted al todosu salud, y sea cual fuere mi destino, siempre hastala muerte su amigo eterno, su

    Bernardo O'Higgins.

    Sau Martn . O'Higgins.

    Mendoza, marzo de 1823.

    Dgame usted adonde va, que yo le ofrezco verlodentro de ocho diez meses y olvidar que existenhombres.

    Mendoza, abril 1. de 1823.

    La revolucin me ha hecho conocer, muy pesarmo, lo general de los hombres; pero tal vez, sin talvez, ellos nos echarn de menos antes de que se pasemucho tiempo.

    (borrador)

    ln Martn , O'Miggias.

    Bruselas, 8 de febrero de 1825

    .

    **Desde fines del ao pasado, me he establecido ensta. Lo barato del pas y la libertad que se disfruta,me han decidido fijar mi residencia aqu hasta que fina-

  • 14 SAN MARTN

    lice la educacin de la nia, que regresar Amricapara concluir mis das en mi chacra y separado de todo

    lo que sea cargo pblico, y si es posible, de la socie-

    dad de los hombres.""Aguardo por momentos los resultados de la cara-

    paa del Per. Quiera la suerte sea favorable para

    terminar los males de la Amrica!"

    Lima, 12 de enero de 1827.

    Sr. D. Jos de San Martn.

    Nada extrao es, mi estimado amigo, no hayan lle-gado su poder mis cartas escritas por el bergantn enque se fu Mr. Parish Robertson para Inglaterra, comolas que escrib por la corbeta de guerra "Blosom" ypor las fragatas tambin de guerra "Aurora" y "Tar-tar*, cuando veo el empeo en que se ocupan hombresinfatigables en la perversidad y la intriga, por obtenertoda clase de cartas y papeles que no solamente nospertenezcan, sino tambin que digan relacin nues-tros nombres igual suerte habrn tenido las de usted,pues no han llegado mis manos ms que una de oc-tubre del Havre y otra de Bruselas, de 3 de febrero de1825. El traidor Freir ha consumido sumas conside-rables en estas pesquisas, y frecuentemente se han bur-lado de l sus viles agentes, unas veces suplantando mifirma cartas asquerosas, otras annimas, y, finalmen-te, suponiendo cifras misteriosas para engaar la mul-titud y sorprender la sanidad de los buenos; y aunqueno faltan algunas almas fuertes y sencillas que cuidande moderar las pasiones, abunda nuestra patria, pordesgracia, de tantos ingratos, envidiosos y falsos ca-lumniantes (como lo comprueban los papeles sucios deChile y Buenos Aires), que su poder ha sido absoluto

  • su CORRESPONDENCIA 15

    en los ltimos cuatro aos, y su rapacidad y vileza en

    nada ha variado del carcter espaol hasta la presentepoca en estas regiones, y de una semilla tan corrom-pida, qu otra cosa podia producirse sino tambin unfruto tan envilecido como vicioso?

    Con toda propiedad puede decirse que Chile ha to-cado ya el ltimo grado de humillacin nacional. Nohay una sola cosa capaz de herir el pundonor y degra-dar el carcter de un pueblo independiente que nohaya experimentado.

    Estn disueltas toda la suerte de garantas, de segu-ridad individual, de propiedad, y lo que es ms respe-table y sagrado entre los hombres: el honor y ajenahonradez son constantemente materias de las ms des-vergonzadas violaciones. El pas es nulo, nulo en to-

    das sus partes; sin tropas, teniendo an enemigos; sincrdito, sin caudales, sin espritu pblico, sin unin,

    sin poltica, sin jueces, sin rectitud y abrumado decuantos males pueden imaginarse; se ha perdido ya lamoral; se acabaron las costumbres, y no se quieren le-yes porque las que se dictan hoy se pisan maana,pues que stas suponen orden y subordinacin, y estono se quiere en Chile. Se ha tiranizado all ms en es-tos ltimos cuatro aos, que los espaoles en los tressiglos de su dominacin. Desde el ao 1823 han entra-do, por un clculo casi exacto, doce millones de pe-sos; pero todo se ha hecho nada, cayendo ms de unatercera parte en las garras de los supremos gavilaneslos Freir, tuerto Gandarillas, los Campino, Fernan-do Errazuriz, los Benavente, los Pinto y los Cordovs,Gonzlez y Borio de Coquimbo

    y otros gavilanes su-periores inferiores. No tendr usted embarazo encreer que aquel clebre Manuel Aniceto Padilla, queantes de la revolucin estuvo punto de ser ahorcadoen la crcel de Buenos Aires, por el robo ruidoso quehizo ios seores Maciel, es uno de los principales

  • 16 SAN MARTN

    demagog^os que han figurado en la triste tragedia quehoy presenta mi desgraciada patria en la Amrica.Este despreciable sujeto es uno de los primeros queha infestado con sus escritos maldicientes las prensasde Chile y Buenos Aires, y me dicen trabaja ahora porcolocar de presidente de Chile su discpulo el seorInfante, que le ha prometido hacerlo su primer minis-tro. Qu, tales candidatos? Se enumeran tambin en-tre stos, Freir, Pinto, Diego, Benavente y el clebrealmirante Manuel Blanco Encalada, que no ha omitidoclase alguna de bajeza y de ingratitud para obtener lapresidencia, despus de haberlo comprometido contrasus mejores amigos del crculo de demagoguesa quese ha vendido. He querido hacer usted esta sucintarelacin para demostrarle la satisfaccin que siento altener por detractores y mis calumniadores hombrestan prfidos y corrompidos como los que quedan enu-merados; los nombres solos de tales enemigos son msque suficiente vindicacin favor de cualquiera queataquen. Sin embargo, no est lejos el tiempo en quese hagan aparecer al mundo entero bajo de su verda-dero carcter, estos asesinos de la honra y virtudes delos defensores de Sud-Amrica.Despus del importante triunfo de Ayacucho, dije

    usted en la que le escrib por la "Tartar", que porlas costosas peregrinaciones de mi familia haba que-dado sin recursos de subsistencia y prximo una de-gradante escasez; no faltaron, sin embargo, amigosbienhechores que me prestasen con que trabajar enMontalvn, nico asilo mi existencia y la de mi fami-lia; all, por un ao entero, me dediqu al cultivo deuna posesin, que aunque ms arruinada que algunaotra, no cesar en toda mi vida de bendecir al almagenerosa que en ella me libr de la indigencia. Vine sta, por un corto tiempo, saludar S. E. el Liber-tador (Bolvar) en su regreso del Alto Per y procurar

  • su CORRESPONDENCIA 17

    auxilios mi hermana Rosita, atacada de las fiebrescomunes de estos climas, y, al mismo tiempo, contes-tar la Asamblea de Chilo acerca de su justa revo*iucin (que otra ocasin hablar usted por no per-mitirlo ahora la premura del tiempo), y volver la ha-cienda de dor^de he regresado, en este momento, paravolver con mi familia ocuparme en mis trabajos.Me hallaba en Montalvn cuando lleg aqu A!va-

    rez Condarco de Inglaterra. Mi seora madre le man-d cumplimentar por su feliz arribo y la tarjeta deestilo; contest pasara verla su casa, y no cumplisu promesa; se fu luego para el mineral de Pasco,adonde le escrib; no tuve contestacin, y despussupe se haba marchado puertos intermedios y em~barcdose para Inglaterra. Lo nico que puedo decir usted, de Iglesias, es que no est en estos pases, ymuy probablemente debe hallarse en Mendoza Bue-nos Aires.

    Bruselas es, ciertamente, el mejor lugar que se po-da haber escogido para su rendicin, lejos de ingra-tos y envidiosos, y lo ms aparente para satisfacer elobjeto de educar su hijita, cuya prosperidad y saludle desean ella y usted mi seora madre y hermanaRosita con un milln de expresiones, del mismo modoque su eterno amigo

    B. O'HiGGiNS.

    Sr. D. Bernardo O'Higgins.

    Bruselas y octubre 20 de 1827.

    Al fin, querido amigo, he tenido la satisfaccin derecibir a apreciable de usted de 12 de enero del co-rriente ao, despus de cerca de tres que careca de

    2

  • 18 SAN MARTN

    SUS cartas. Mi admiracin no es poca al ver me diceusted no haber recibido ms cartas mas que una des-de el Havre de Gracia y otra de Bruselas de 3 de fe-brero de 1825, es decir, que se han extraviado, pormejor decir, han escamoteado ocho diez cartas msque le tengo escritas desde mi salida de Amrica; estono me sorprende, pues me consta que en todo el tiem-po de la administracin de Rivadavia, mi correspon-dencia ha sufrido una revista inquisitorial la ms com-pleta. Yo he mirado esta conducta con el desprecioque se merecen sus autores.Mucho celebro la resolucin que usted ha tomado

    de retirarse con su familia su hacienda de Montal-vn; esto es lo que aconseja la prudencia en las cir-cunstancias en que se halla Chile, y sin este motivocreo que es lo que debe hacer todo hombre que lascircunstancias lo han elevado la clase de hombrepblico. La experiencia me ha demostrado esta ver-dad. Mi separacin voluntaria de! Per pareca me po-na cubierto de toda sospecha de ambicionar nadasobre las desunidas provincias del Plata. Confinado enmi hacienda de Mendoza, y sin ms relaciones quecon alg-unos de sus vecinos que venan visitarme,nada de esto bast para tranquilizar la desconfiadaadministracin de Buenos Aires; ella me cerc de es-pas; mi correspondencia era abierta con grosera; lospapeles ministeriales hablaban de un plan para formarun gobierno militar bajo la direccin de un soldadoafortunado, etc., etc.; en fin, yo vi claramente me era

    imposible vivir tranquilo en mi patria nterin la exal-tacin de las pasiones no se calmase, y esta certidum-bre fu la que me decidi pasar Europa.

    Por el corone! Soyer, que me avis su llegada Francia y su pronto regreso Lima, escrib usted ensetiembre del ao prximo pasado. Esta carta nodudo le habr sido entregada. En ella le hablaba de un

  • su CORRESPONDENCIA 19

    amigo mo, el coronel don Jos Mansueto y Mansilla,

    de quien he sabido por el general Miller exista en

    Lima: este amigo le escrib igualmente por Soyer,encargndole hiciese usted una visita en mi nombre,

    lo que creo habr ejecutado, si l vive; l es un pa-triota, no de boca, sino de hechos; hombre de bien toda prueba y digno de ser amigo de usted.Voy hablar usted de mi situacin; ella es bien

    triste en el da: mi llegada Europa puse en los fon-

    dos del emprstito del Per, no slo los quince mil pe-

    sos que se me haban librado cuenta de mi pensin,

    sino seis mil pesos ms de mi dinero, para con sus r-ditos, unido lo que me produca mi casa en Buenos

    Aires, poder sostenerme en este pas hasta la conclu-

    sin de la educacin de mi hija. El Per suspendi elpago de los dividendos; mi renta de la finca de Bue-

    nos Aires es nominal, pues con la circulacin del pa-

    pel moneda y la guerra con el Brasil est el cambiosobre Londres 16 peniques, en lugar de 50 que es-

    taba anteriormente; en tan triste situacin, y para sos-

    tenerme obscuramente, he tenido que vender un vii

    precio los veintin mil pesos expuestos, no quedndo-me en el da recurso alguno para subsistir, ni ms ar-bitrio que la pensin de nueve mil pesos anuales queme tiene sealada el congreso del Per. Como ustedver por el ajuste, que en copia le incluyo, resulta de-

    brseme por fin de diciembre del presente ao treintay tres mil pesos; no se me obscurece la situacin e^

    que se hallar esa Repblica, y sera en m una faltade consideracin exigir mis atrasos; yo remediara misnecesidades con cuatro mil pesos anuales sin molestar

    por ms ese Gobierno, nterin usted vea se halla enapuros, cuyo efecto le adjunto poder, librado favorde usted: mas como conozco que la separacin de us-

    ted de la capital, y por otra parte las ocupaciones desu hacienda tal vez le imposibilitaran de encargarse de.

  • 20 SAN MARTN

    esta comisin, usted podr sustituir dicho poder enuna persona honrada y activa en quien usted tengauna confianza completa.

    Si hubiera una certeza de la existencia de mi amigoMansueto, yo le hubiera remitido esta procuracin; detodos modos, si l existe, puede que quiera encargar-se, por lo menos l podr indicarle una persona se-gura que se encargue de esta comisin, la que le se-alar usted el tanto por ciento que tenga por conve-niente designarle. Yo no dudo que s'j amistad tomarsobre mi encargo el mismo inters que si fuese comopropio de usted: s, mi amigo, mi situacin es bien cr-tica para que usted no remedie mis necesidades.He visto por los papeles pblicos el nombramiento

    de Lmar la presidencia de esa Repblica; no puedehacerse eleccin ms acertada. A este amigo le escri -b cuando supe la parte tan activa que tuvo en la vic-toria de Ayacucho, y cuando no me ha contestado, nodudo que m carta habr padecido extravo; yo la re-pito con igual data, y ruego usted me haga el gustode hacerle una visita mi nombre.A mi salida de Lima dej un poder favor del ma-

    yor Iglesias: ste me escribe haberlo sustituido en fa-

    vor del comerciante Cokrane, pero ignoro absoluta-mente quin ha dejado este encargo; pues, segnnoticias, ha salido de Lima; por las cajas de esa Rep-blica ver usted si han entregado alguna cantidad msdespus de la libranza que se me libr contra el Em-prstito de Londres de quince mil pesos; y si los apo-derados han percibido algo, debe usted el que losubstituya, reclamar las cantidades que por mi cuentahayan tomado.

    Las cantidades que usted perciba por cuenta ma, le

    suplico las remita sin prdida de tiempo los seoresBaring Brothers y C en Londres, avisndoles por du-plicado, ser por m cuenta la remisin; igualmente que

  • su CORRESPONDENCIA 21

    encargo usted, si toma letras, tenga el mayor cuida-do sean seguras. Dispense tanta recomendacin, puesen mi situacin, si se protestasen las letras, me causa-ra, en el aislamiento en que me hallo, perjuicios inca-lificables.

    Yo pienso permanecer en Europa dos aos ms,tiempo que creo necesario para concluir la educacinde mi hija; si para este tiempo las Provincias Unidasse hallan tranquilas, regi^resar mi pas, para retirarme mi Tebaida de Mendoza; si no, permanecer enEuropa todo el tiempo que la pensin del Per se mepagare y con ella pueda sostenerme, pues de lo con-trario, por alborotada que se halle mi patria, la nece-sidad me obligar ir ella.

    Ya habr usted sabido la renuncia de Rivadavia; suadministracin ha sido desastrosa, y slo ha contri-buido dividir los nimos; ! me ha hecho una guerrade zapa, sin otro objeto que minar mi opinin, supeniendo que mi viaje Europa no ha tenido otro obje-to que el de establecer gobiernos en Amrica; yo hedespreciado tanto sus groseras imposturas, como suinnoble persona. Con un hombre como ste al frentede la administracin, no cre necesario ofrecer mis ser-vicios en la actual guerra contra el Brasil, y por el

    convencimiento en que estaba de que hubieran sidodespreciados; con el cambio de administracin hecredo de mi deber el hacerlo, en la clase que el Go-bierno de Buenos Aires tenga bien emplearme; sison admitidos, me embarcar sin prdida de tiempo,lo que avisar usted.Qu podr decir usted para mi seora su madre

    y amable Rosita? Dles usted ambas un milln derecuerdos, dicindoles que jams se borrar de mmemoria sus esmeros en el tiempo de mi grave enfer-medad.Ruego usted que s ve mi ta doa Fermina, le

  • 22 SAN MARTN

    d mis ms finas expresiorcs, como toda su familia.Adis, mi anii^'uo araig"o; qus !a felicidad lo acom-

    pae siempre sern los votos dz su

    Jos de San Martn.

    Posdata.Puede usted dirigirme sus cartas:1. A Mrs. Baringf Brothers y C.^Londres.2 A Mr. Labarraque y C.^Havre de Gracia.3.** A Mr. Charles Loyaerto.Amberes.Para es-

    tos puntos salen buques de Lima con frecuencia ypuede usted aprovechar estas ocasiones para escribir-me, poniendo un sobre debajo para m.

    4. A don Miguel Riglos.Buenos Aires.Va la adjunta para el amigo Mansueto, quien, si

    como creo existe, le dar mis finos recuerdos.

    Vale.

    Exmo. Sr. D. Jos de San Martin.

    Lima y octubre 25 de 1827.

    Mi querido compaero y amigo:Diecinueve meses sin ver letra de usted, llega mi

    poder su apreciabka de 23 de octubre del ao pasado,

    que ha presentado das de complacencia m, la fa-milia y sus buenos amigos, que, como nosotros, de-

    seaban saber de su importante salud.No poda usted haber elegido lugar ms aparente

    para su residencia y la educacin de su hijita que el

  • su CORRESPONDENCIA 23

    (le Bruselas. Lejos de ingratos y adonde llegarn hela-dos los maldicientes tiros de la detraccin y de la per-

    fidia, y, en fin, recordando con placer el bien inmenso

    que ha hecho la humanidad en la libertad de las re-

    pblicas de Amrica; ciertamente en el goce de esa

    tranquilidad puede usted haber formado y concluir la

    educacin y enseanza que ese pas de sana moral

    ofrece su hija querida.

    Es evidente que la rigidez del invierno en ese tem-

    peramento no podr acomodarse siempre con la natu-

    raleza de usted, acostumbrada climas ms templa-dos, y que medida del tiempo se ir haciendo mssensible esta verdad: es, pues, muy acertada su reso-

    lucin de regresar Mendoza para el ao entrante de

    1828, y para cuya poca tal vez hayan calmado lasinquietudes que agitan tan sensiblemente las provin-

    cias del Plata y las de Chile, Ojal que as se cum-pla y que no se acuerden de nosotros sino para dejar-

    nos vivir tranquilamente en el suelo libre costa de

    nuestra sangre, la sombra de nuestras propias casas

    y al abrigo de nuestro sudor!Por falta de conducto directo no remito, ahora, una

    coleccin entera del papel titulado el Telgrafo, escri-

    to desde el principio del cambiamento poltico de esta

    Repblica, el 26 de enero de este ao, hasta la fecha,

    fin de que se hubiese usted impuesto de la marcha

    que han seguido estos pueblos; pero en primera opor-

    tunidad segura, ser dirigida con los nmeros subsi-guientes.

    Regreso maana Montalvn continuar en mis la-

    bores de campo; aqu queda la familia hasta que se

    mejore mi hermana Rosita de su falta de salud, moti-vada por la discordia del temperamento del valle de

    Caete con sus dolencias. Mi seora madre y ella sa-ludan usted, ruegan Dios vuelvan usted y su hijita

    con salud, pues no pierden las esperanzas de volver

  • 24 SAN MARTN

    ver al mejor americano y al amigo ms bueno. Delmismo modo 5e repite su amigo eterno

    B. O'HlGGINS.

    Posdata.Acompao la adjunta del seor don F-lix la Rosa, que me encarga remita usted y ha sidodemorada por falta de conducto seguro.

    Sr. D. Jos de San Martin.

    Hacienda de Montalvn en el valle de Caete,16 de agosto de 1828.

    Compaero y amigo el ms amado:No admiro tanto el tesn con que la faccin, la am-

    bicin y la demagogia nos persiguen sin cesar, comola inaudita ingratitud de casi todos aquellos que, ade-ms de sacarlos del afrentoso yugo espaol., deben nuestros sacrificios y nuestros extraordinarios esfuer-zos una existencia y una dicha de que gozan, sin per-mitirnos ni siquiera el reposo debido nuestro carc-ter y nuestra benevolencia,

    jQu detestable y es-pantosa ferocidadl

    Qu ciudadano animoso y mag-

    nnimo querr ejercer su benevolencia en servir laPatria, cuando en nuestro ejemplo temer, con razn,que el pago de su generosidad sea la misma negra in-gratitud implacable odio?Las repblicas de Ate-nas y de Roma ofrecen ciertamente muchos ejemplosde las injusticias de los pueblos con sus bienhechores,porque los hombres en sociedad no se avergonzabanentonces de su ingratitud; pero, qu afrenta se repi-tan iguales vilezas en el siglo de las luces y de la hu-

  • su CORRESPONDENCIA 25

    manidad!

    Quiera el cielo comunicarlas estas obs-curas regiones y conservarnos la fortaleza, la generosi-

    dad, benevolencia y liberalidad de nuestros principios,para adquirir nuevos derechos contra la perfidia y en-vidia de nuestros enemigos! Ejerzan enhorabuena su ra-bia inquisitorial en nuestras comunicaciones privadas

    que ellos no encontrarn otra materia ms que la mis-ma firmeza y honradez que no han podido contradecirde nuestra vida pblica. Hasta la evidencia se podraasegurar que las ocho diez cartas que veo por suapreciable 29 de setiembre del ao pasado, se han es-camotado, como las que he escrito usted paran enpoder del hombre ms criminal que ha producido eipueblo argentino.Un enemigo tan feroz de los pa-triotas como don Bernardino Rivadavia estaba depara-do, por arcanos ms obscuros que el carbn, para hu-millarlos y para la degradacin en que su desastrosaadministracin ha dejado un pueblo generoso quefu la admiracin y la baliza de las repblicas de laAmrica del Sud.Este hombre despreciable no sloha ejercido su envidia y su encono en contra de usted;no quedaba satisfecha su rabia; y acudiendo su gue-rra de zapa, quiso minarme en el retiro de este desier-to, donde por huir de ingratos, busco mi subsistenciay la de mi familia con el sudor de mi frente. Yo nuncalo conoc personalmente, y l slo me conoce por misservicios la Patria, y me escribieron de Buenos Airesque por su disposicin se dieron los artculos asque-rosos que aparecieron contra mi honradez y reputacinen los peridicos de Buenos Aires de aquella afrento-sa poca. Mas pesar de su altivez y en defensa de lainocencia hubieron hombres fuertes, que hasta ahorano conozco, que escribieron mi defensa con el msexacto conocimiento de los sucesos y que, primeravista, presentaba hasta la evidencia las calumnias deldetractor.Qu querra hacer conmigo este piadoso

  • 26 SAN MARTN

    administrador de Can? El promovi por medio deuno de sus agentes cerca del g-eneral Bolvar sembrar!a desconfianza y el odio, demostrndole mi peligrosaexistencia en el Per y alabndose de haberme con sucrculo arrojado de Chile para siempre, en cuyo obje-to, pesar de la estupidez de Freir, lo conservabanen la silla del Gobierno de Chile; sin duda porque leconsideraban tan benevolente como l mismo.Todostos verdaderos amigos de Buenos Aires se congratulanpor la separacin de este hombre del gobierno deaquella Repblica, porque sin l, el civismo, el talento

    y la experiencia la conducirn, sin duda, su antiguo

    poder y esplendor, de que la despoj un ambicioso.Despreciar la calumnia y no cargar sobre el ruido hasido siempre nuestra divisa.

    La cada de mi caballo, que me tiene an sin podermontar, me ha embarazado de pasar inmediatamente Lima promover con empeo las cobranzas que ustedme encarga por el poder que me acompaa, en la quecontesto con placer; pero inmediatamente que la re-cib, escrib remitindole la carta que usted me adjun-ta su buen amigo Mansueto Mansilla (que ha sidoelevado general de brigada por el Congreso). Perso-na muy recomendable por su amor la justicia y lospatriotas, es muy amigo y apasionado de usted: l sedebe la mocin y aprobacin en forma que hizo hastaverla ratificada en la comisin del Congreso, sobre lasgracias que tan justamente concedi usted la primerarepresentacin nacional, como se ve por los impresosadjuntos.Quin mejor que este generoso peruano consegui-

    r la justicia que me interesa tanto como mi propiaexistencia, porque as le ver libre de escaseces queusted, mi querido amigo, no merece? Tan luego comoconsiga realizar cualquiera que sea la cantidad, no seperder un momento en que marche los seores Ba-

  • su CORRESPONDENCIA 27

    ringf Brothers y C.^ en Londres, haciendo en todo comorae previene su citada de 29 de setiembre del ao pa-sado. Es evidente que el Erario se halla escaso por ios

    gastos extraordinarios que se hacen en equipos de mar

    y tierra, para la guerra que desgraciadamente amenazaentre esta Repblica y la de Colombia; pero tambines cierto que en cortas cantidades se puede hacer jus-ticia cuando hay inclinacin ella, como no lo dudo.Mucho me complace haya usted aprovechado (des-

    pus de la separacin de Rivadavia) la oportunidad deofrecer sus servicios al gobierno de Buenos Aires ensu guerra contra el Brasil, y si en aquella poca de ig-nominia no habra tenido la aceptacin de sus buenosamigos, ahora, ciertamente la revivirn como un testi-

    monio eterno de su firmeza y resolucin de combatirhasta la muerte en defensa de la libertad y de indepen-dencia de las repblicas americanas.

    Sin fondos para mantener mi familia en la capital deLima y en la necesidad de adquirirlos inters de dosy tres por ciento mensuales, para revivir y hacer pro-

    ductiva esta hacienda arruinada por la guerra, como hereferido usted en mis anteriores, he tenido que traer mi seora madre y hermana Rosita esta casa, donderecuerdan con ternura incesante la memoria del respe-table amigo suyo y de su patria, el general San Martn;se complacen en saber de su salud y me piden le sig-nifique usted con las ms vivas expresiones de afecio su hijita, la que desean toda prosperidad, y delmismo modo su amigo eterno

    Bernardo O'Higgins.

  • 28 SAN MARTN

    Sr. D. Bernardo O'Higgins.

    Montevideo, abril 5 de 1829.

    Compaero y querido amig-o:En principios de febrero pasado avis usted mi

    llegada este pas, como asimismo mi resolucin deno desembarcar en Buenos Aires, con el fin de esperaren sta la terminacin de la guerra civil que nos aflige,persuadido que retirado en este punto podra guardaruna estricta neutralidad con los partidos en cuestin;

    pero la experiencia me ha demostrado no serme posi-ble guardar esta lnea de conducta y que contra losfirmes propsitos que he hecho de no mezclarme ennuestras disensiones domsticas, se me obligara ello.Me explicar.

    Las agitaciones consecuentes diecinueve aos deensayos en busca de una libertad que no ha existido, yms que todo, la difcil posicin en que se halla en elda Buenos Aires, hacen clamar lo general de loshombres que ven sus fortunas al borde del precipicioy su futura suerte cubierta de una funesta incertidum-bre, no por un cambio en los principios que nos rigen,sino por un gobierno riguroso, en una palabra, militar,porque el que se ahoga no repara en lo que se agarra.Igualmente convienen (y en esto ambos partidos) quepara que el pas pueda existir, es de absoluta necesi-dad que uno de los dos desaparezca. Al efecto, se tra-ta de buscar un salvador que, reuniendo el prestigiode la victoria, la opinin del resto de las provincias, yms que todo un brazo vigoroso, salve la patria delos males que la amenazan. La opinin, mejor decir,la necesidad, presenta este candidato; l es el generalSan Martn. Para establecer esta asercin yo no mefundo en el nmero de cartas que he recibido de per-

  • su CORRESPONDENCIA 29

    sonas de la mayor respetabilidad de Buenos Aires yotras que me han hablado en sta sobre este particu-lar; yo apoyo mi opinin en las circunstancias del da.Ahora bien; partiendo del principio de ser absoluta7mente necesario el que desaparezca uno de los dospartidos de unitarios y federales, por ser incompatiblela presencia de ambos con la tranquilidad pblica,ser posible sea yo el escogido para ser el verdugode mis conciudadanos, y, cual otro Sila, cubra mi pa-tria de proscripciones? No, amigo mo; mil veces pre-ferir envolverme en los males que amenazan estesuelo por ser el ejecutor de tamaos horrores. Porotra parte, despus del carcter sanguinario con quese han pronunciado los partidos contendientes, roesera permitido por el que quedase vencedor, de unaclemencia que no slo est en mis principios, sino quees el del inters del pas y de nuestra opinin con losgobiernos extranjeros, me sera precisado ser elagente de pasiones exaltadas que consultan otro prin-cipio que el de la venganza? ivii amigo, es necesario lehable la verdad: la situacin de este pas es tal que alhombre que lo mande no le queda otra alternativa quela de someterse una faccin dejar de ser hombrepblico; este ltimo partido es el que yo adopto.

    La historia, la experiencia de nuestra revolucin mehan demostrado que jams se puede mandar con msseguridad los pueblos que despus de una gran cri-sis: tal es la situacin en que quedaba Buenos Airesdespus de esta lucha: l no exigir del que lo mandeotra garanta que la de su tranquilidad. Si sentimientosmenos nobles que los que poseo en favor de este sue-lo fuesen mi norte, yo aprovechara de esta coyunturapara engaar ese heroico pero desgraciado suelo,como lo han hecho unos cuantos demagogos, que consus locas teoras lo han precipitado en los males que

    lo afligen.

  • 30 SAN MARTN

    Despus de lo expuesto, cul es el partido que meresta? M presencia en el pas en estas afligentes cir-

    cunstancias, lejos de ser de alguna utilidad, no es msque embarazosa para la presente administracin, ob-jeto de continua desconfianza; para ios federales, deesperanzas que no deben ser realizadas, y para m decontinuos disgustos.

    Por lo tanto, he resuelto regresar Bruselas, al lado

    de mi hija, en donde permanecer los dos aos quejuzgo necesarios para que concluya su educacin. Fi-nalizado este tiempo, regresar mi patria en su com-paa, bien resignado la suerte que se halle desti-

    nada. Esta es mi resolucin, y al efecto rae embarcaren el paquete ingls que saldr de sta para Falmouth

    el 14 del prximo mayo. Soy, etc.

    Jos de San Martn.

    San Martn O'Migginsi.

    Montevideo, 13 de abril de 1829.

    **EI objeto de Lavalle era el que yo me encargasedel mando del ejrcito y provincia de Buenos Airesy transase con las dems provincias fin de garantir,por mi parte y la de los dems gobernadores, los au-tores del movimiento del 1.* de diciembre; pero ustedconocer que en el estado de exaltacin que han lle-gado las pasiones, era absolutamente imposible reunirlos partidos en cuestin, sin que quede otro arbitrioque el exterminio de uno de ellos. Por otra parte, losautores del movimiento del 1 son Rivadavia y sussatlites, y usted le consta los inmensos males que

  • su CORRESPONDENCIA 31

    estos hombres han hecho, no slo este pas, sino ai

    resto de la Amrica, con su infernal conducta; si mialma fuese tan despreciable como las suyas, yo apro-

    vechara esta ocasin para vengarme de las persecu-

    ciones que mi honor ha sufrido de estos hombres; peroes necesario ensearles la diferencia que hay de un

    hombre de bien un malvado."

    Sr. D. Bernardo O'JHiggins.

    Bruselas, 12 febrero 1830.

    Compaero y amigfo muy querido:Sin carta ninguna de usted, ignorando de su salud

    y la de su amable familia, tomo la pluma para escribirle

    cuatro letras fin de darle mis noticias y, al mismotiempo, aprovechar de esta oportunidad para incluirle

    la adjunta para el general La Fuente, fin de que siusted an no ha verificado el cobro de los mil pesos,que por mi cuenta se le entregaron, procure usted ac-

    tivar su cobro. Este genera), que segn he visto porlos papeles pblicos ha sido elevado la presidencia

    de esa Repblica, ha sido un oficial quien he distin-guido, en el tiempo de mi mando, de una manera re-marcable; yo estoy seguro que ! har, en la triste si-

    tuacin en que me encuentro, los esfuerzas posiblespara mejorarla.

    Por parte de usted estoy bien persuadido empleartoda su actividad y la del amigo Alvarez para remi-tirme algn socorro lo ms pronto que le sea posibIe^S, mi buen amigo, lo ms pronto que pueda, pues misituacin, pesar de la ms rigurosa economa, cadada es ms embarazosa. Despus de impuesto del con-

  • 32 SAN MARTN

    tenido de la adjunta, cirrela usted y entregela, supli-cndole me avise de los resultados.Como dice el refrnA perro flaco, etc., mi re-

    greso de Amrica y en mi viaje de Falmouth Lon-dres, volc el coche del correo en que vena, y conuno de los vidrios de l tne hice una profunda heridaen el brazo izquierdo. Mas, por no oponerme andardanzando en los papeles pblicos, guard el ms pro-fundo incgnito.Qu dir usted del horroroso invierno que esta-

    mos experimentando? De memoria de vivientes n.o seha conocido otro igual. Yo hace tres meses que no hesalido de mi habitacin en razn de mi heriJa; y enesta situacin he lleg.'.do apreciar lo que valen losconsuelos que mo ha proporcionado mi tierna hija.Esta se halla gozando de una cumplida salud, y el ams-ble carcter que desplega me hace esperar con funda-mento que ella ser una buena esposa y tierna madre.La Europa tranquila, mas temindole no sea de lar-

    ga duracin por los intereses encontrados que presen-ta la regeneracin de la Grecia; en cuanto nuestraAmrica, sus mejores partidarios van perdiendo la es-peranza de que su tranquilidad no se consolide tanpronto como se supona. Ello dir.

    Mis ms finos recuerdos mi seora su madre y suamable hermana, sin olvidarse de los amigos Alvarez yMansueto.

    Jos de San Martn.

    Nota.Hgame usted el favor de informarse en lascajas si despus de los quince mil pesos que se me libraron contra el Emprstito del Per, se ha hecho al-gn otro pago y quin se ha verificado, y en este

  • su CORRESPONDENCIA 33

    caso reclamar, bien sea de Riglos de la persona que

    los haya cobrado, las cantidades percibidas.

    San MartD ti O'Hig^ins.

    Bruselas, marzo 1. de 1831.

    "Si, lo que no es probable, vence el absolutismo, no

    dude usted que )a vieja Espaa ser ayudada por la

    ^Santa Alianza reconquistar sus antiguas colonias:

    Vo nada temo de todo el poder de este continentesiempre que estemos unidos; de lo contrario, nuestra

    cara patria sufrir maies incalculables/'

    San Martn , O'IIigglns.

    Pars, 20 de marzo de 1831.

    "Ayer he visto carta de Chile en que se anuncia ladeposicin de Gamarra por un coronel Sscobedo. Siesto es cierto, y el tal coronel es uno que yo tuve enel ejrcito cuando me hallaba en sa, desde ahora^pronostico males incalculables al Per y tiemblo porla suerte de usted y la de todo hombre honrado.""A la verdad, cuando uno considera que tanta san-

    gre y sacrificios no han sido empleados sino para per-petuar el desorden y la anarqua, se llena el alma delms cruel desconsuelo."

    "Las noticias ltimas de Buenos Aires no dejan la3

  • 34 SAN MARTN

    menor esperanza de transaccin amistosa entre fedearales y unitarios, y la cuestin debe decidirse con rosde sangre americana. En este estado me ver obliga-;,do regresar este pas de discordia, para el prxi-mo diciembre ms tardar, menos de no recibir unsocorro de usted, del cobro de alguna parte de mipensin, que lo creo imposible, si es cierta la revolu-

    cin de Escobedo. Todo cuando ha estado mis al-icancos lo he practicado para evitar este regreso queva comprometerme en una guerra civil, que tanto^repugna mis principios, y que mi compromiso es^inevitable, sea cual fuere la lnea de conducta que meproponga seguir. Si no tuviese esta hija, yo sabra so-

    portar hasta la ltima necesidad; pero ella me obliga

    variar mi plan."

    Sr. D. Jos de San Martn.

    Lima, 5 de setiembre de 1831.

    Mi amado amigo y compaero:Escribo con el desconsuelo no encuentre usted

    sta en Bruselas, porque las borrascas polticas que hasufrido ese pueblo (segn ha llegado nuestra noticia)no sabemos adonde le habrn retirado; unos han dichoque Pars, oros Londres, y ltimamente que al Ja-neiro: por fin, si lo ltimo se verificase, tendremos lasatisfaccin de que se venga usted aproximando lastierras que le deben su independencia. Mi correspon-dencia, papeles pblicos y unas mechas de olor quemandaba usted en la corbeta de S. M. B. la "Tetis",se fueron con ella pique, segn rumores que han co-rrido aqu. Hace cerca de un ao que no veo cartasde usted. Por la que le adjunto de nuestro amigo Al-

  • S CORRESPONDENCIA 35

    varez, ver usted e! ltimo partido que se ha podidosacar del gobierno sobre los sueldos y lo que ustedse le debe. Cerca de dos aos hace que me entrete-nan con promesas de darme, por cuenta de ellos, dosmil pesos; pero por una parte la guerra de Colombia

    y por la que ahora amenaza con BoHvia, ha estado elerario del Per ms pobre que algn otro de Amrica,Me haba lisonjeado que en el presente mes me hu-

    biesen entregado siquiera mil quinientos pesos; peroayer me he desengaado que no hay esperanza, y pien-so usar de mi dbil influjo para que me libren los re-feridos dos mil pesos contra derechos de aduana, quepueden perder de 15 16 Voi Y si lo consigo, remitir usted el resultado Londres la casa de los seoresBaring Brothers y C.*, como me lo ha indicado ustedpor sus cartas; y por lo que toca los sueldos, los ircobrando Alvarez mensualmente, en lo que se puedeconseguir, y remesndose de igual modo.La revolucin y los gobiernos se suceden por nues-

    tros pases como el viento. Freir, que me despoj demi empleo milit-'r en Chile, se anda paseando en lescalles de Lima despus de haber estado en la crcelpblica como un facineroso, proscripto y desterradode su patria. As le pagaron, como un resultado nece-sario su traicin. Nuestro amigo el general Pinto,electo presidente, manda en Chile: hay esperanzas li-sonjeras se restablezca el orden despus de ocho aosde una desastrosa anarqua que ha hecho correr casiigual cantidad de sangre que la que verti en la gue-rra de independencia.

    Por la prisa en que escribo y la incertidumbre lle-gue sta con oportunidad sus manos, no le hago re-lacin del estado poltico en general, pero lo har lue-go que sepa con evidencia adonde se encuentre.

    Mi seora madre y Rosita, en la misma ansiedad queyo por saber de usted y de su hijita doa Mercedita?,

  • 36 SAN MARTN

    rae aconsejan encarecidamente lo sigfnifque usted ysus expresiones y deseos sinceros por su salud y pros-peridad y la de su nia. Como tambin de todas veraslo desea su amigo y fiel servidor

    Bernardo O'Higgins.

    Exmo. Sr. D.Jos de San Martin.

    Lima, 2 de octubre de 1831.

    Mi querido amigo y compaero:Adjunto usted, por si el primer libramiento de

    igual tenor no hubiese llegado su poder, una libran-

    za de ciento ochenta y siete b.'-as esterlinas y de diezchelines, que es el cambio de mil pesos, que me haofrecido este Gobierno librar contra abonos de adua-na, para que las entregue usted la casa de los seo-res Baring Brothers y C.^, banqueros de Londres, quienes encargo dirijan usted esta carta cualquierpunto donde se hallare, porque escribo con el descon-suelo de no saber su nueva residencia, que unos dicenen Parisy otros que en el Brasil. Nuestro amigo don JuanThwaites me dice, que en letras sobre Londres el pesovale 45 peniques, segn el cambio del da, de queresulta la suma de libras esterlinas expresadas, y aun-

    que en el cambio de abono sobre la aduana se haya deperder algn tanto, que poco ms menos podr ser

  • su CORRESPONDENCIA 37

    ticia, doctor don Mariano Alvarez, debe recibir porusted.

    Nada hay que agregar lo que con esta misma fe-cha he dicho usted en mi anterior, sino que es todosuyo su eterno amigo

    Bernardo O'Higgins.

    Sr. D. Bernardo O'Higgins.

    Pars, marzo 1. de 1832.

    Mi amado compaero y r.migo:Despus de ms de dos aos, ai fin he recibido su

    apreciabie del 5 de septiembre; ella me ha llenadode la ms completa satisfaccin, pues lo principal esque usted, mi seora su madre y Rosita gocen de sa-lud cumplida.

    Persuadido como lo anunciaban las noticias re'niti-das de Chile Barra, de que se le esperaba usted enSantiago, le dirig por la va de Bordeaux mi comuni-cacin del 14 de octubre pasado. Ahora que ha sali-do falsa aquella noticia, me felicito ms y ms de queusted no se haya movido del Per, porque pesar deque en su pas natal hay muchos hombres que hacenjusticia su honradez y servicios, cmo podra ustedmirar con indiferencia otros muchos malvados y des-agradecidos, que se le presentaran cada momento ycuya visia no padra menos que exaltar su bilis hastael ltimo grado? S, mi amigo; esto es lo que yo msteme al regresar mi patria, pesar de m resolucindel siguiente da de haber llegado Buenos Aires-irme una chacra en donde me sepultar hasta que laguerra civil, que ha desolado la provincia de Cuyo,

  • 38 SAN MARTN

    haya cesado. Esto es en el caso que hayan dejado algode mi chacra de Mendozj, que, segn carta del ma-yordomo, ha sido saqueada y l obligado emigrar Chile. A la verdad, cuando uno piensa que tanta san-gre y sacrificios no han sido eaiplcados que para per-

    petuar e! desorden y la anarqua, se llena el alma del

    ms cruel desconsuelo.Afortunadamente para Chile, la eleccin de nuestro

    antiguo amigo Prieto puede hacerle gozar de algunacalma. Si usted le escribe, dle mis memorias, lo mismoque al amigo Zaartu, que segn he visto por los pa-peles pblicos, ha transado las diferencias que existan

    entre el Per y Bolivia.Gracias infinitas, mi buen amigo, por el inters que

    toma usted en mi pensin. El decreto del gobiernopara ponerme mensualmente en el presupuesto delejrcito es una gran ventaja, pues por lo menos habruna regularidad en su pago, lo que har mi siti:acinmuy feliz. La rebaja que se ha hecho de la mitad demi pensin la creo justa

    y los alcances de 3.700 queresultan decan hechos, los olvidara si continan pa-gndome en proporcin de los dems empleados.Va la inclusa para el doctor Alvarez, en contesta-

    cin la suya, que usted ha tenido la bondad de re-mitirme. A este amigo le manifiesto mi reconocimien-to por el inters que igualmente toma en mis asuntos.La situacin de este continente sigue lo mismo que

    se la anunci en la ma del 14 de Octubre, con la dife-rencia de que el clera morbus se ha declarado enLondres y que probablemente no tardar en hcer lomismo en sta.

    Si, como espero, recibo de usted y Alvarez algnauxilio, estar de regreso en Buenos Aires en todo elpresente ao.

    Hablo usted con franqueza: por mucho que amo mi patria si hubiese como vivir en Europa, est seguro

  • su CORRESPONDENCIA 39

    no volvera Amrica hasta tanto no viese su tranqui-lidad establecida de un modo slido y permanente.Un milln de recuerdos mi seora su madre y ama-

    ble Rosita, no hacindolo de parte de mi hija, que yavive en mi compaia, porque me ha pedido poner usted un prrafo al pie de sta.

    Adis, mi amig-o querido; por siempre lo ser

    Jos de San Martn.

    Mi querido seor:Como s que usted es el mejor amigo de mi tatita,

    yo le he suplicado me permita tomarme la libertad deponerle estos renglones con el solo fin de saludarlo,como igualmente su seora madre y hermana, lasque deseo vivamente conocer.Se ofrece su disposicin su atenta servidora

    Mercedes.

    Exmo. Sr. D. Jos de San Martn.

    Lima, 17 de Agosto de 1832.

    Compaero y amigo amado:Al fin de tanto tiempo de ansiedades por saber de

    usted, han venido la mano sus muy apreciables de12 de Julio y 7 de Diciembre del ao pasado, fechadasen Pars. Unos decan que estaba usted en esa corte yotros que en Bruselas, en Londres y en el Ro Janeiro.As es que he escrito conforme las direcciones queusted me ha indicado y no hace mucho bajo la cubier-ta de los seores Baring Brothers y C* de Londres,

  • 40 SAN MARTN

    con especial encargo de dirigir usted mis cartas al

    punto en que tuviesen noticia de usted. No es, pues,extrao sufran demoras las cartas expresadas, cuando

    las posiciones que usted ha ocupado haa variado sin

    avisos oportunos, y si ha habido alguno, ha querido la

    fatalidad no lleguen tiempo. He desconfiado con ra-zn escribir usted por Buenos Aires, digo con razn

    porque es demasiado evidente el empeo que se hahecho all, y muy principalmente en Chile, para inter-ceptar nuestra correspondencia, que siempre escrita

    conforme los principios que han gobernado y guiado

    nuestros pasos por el bien de nuestra patria y compa-triotas, lejos de encontrar lo que buscaban han visto lo

    que ellos no son capaces de imitar, llenndolos de ad-

    miracin, como me dicen aconteci con una carta mainterceptada y leda en la Logia de Santiago de Chiledonde se reuna la parte ms corrompida de la na-cin, y donde el honor y tranquilidad de distinguidospatriotas son habitualraente sacrificados las ms des-preciables pasiones y los fines de viles facciosos.Pero como el crimen marcha solamente en las tinie-

    blas, los pueblos conocen ya su malvada conducta (ysin embargo que yo no he contestado sus calumnias

    y detracciones porque as lo pide el decoro y honornacional, demasiado manchado por ingratitud y per-versidad de la presente generacin); ellos comienzan sufrir la justicia de la ley, as como no han podido nipodrn escaparse de la justicia de la opinin de todoslos hombres esclarecidos y honrados; y si ciertas cir-cunstancias desgraciadas pudieron, por algn tiempo,

    hacer valer la calumnia para denigrar nuestra reputa-

    cin y la envidia para vituperarla, veo evidentementeacercarse la poca de una regeneracin que la presen-te la sociedad bajo de una autoridad respetada detodos, y pesar de haber sido evidente ia causa de laadversin y de la envidia que evita el verdadero m-

  • S CORRESPONDENCIA 41

    rito, cuyo resplandor ofusca y obscurece los que han

    anarquizado nuestra cara patria, la han afligido y des-

    truido. Nuestra modestia desarmar los injustos y no

    nos negarn, como ya lo confiesan, la posesin del

    bien que hemos obrado la Amrica y los hombresderecho que ellos ni poder alguno de la tierra po-

    drn arrancarnos, y derecho que siendo el patrimonio

    ms glorioso, la posteridad, que casi siempre es justa,le dar su verdadero valor sta la nica recompensa

    que aspiro, y espero tranquilo se nos haga justicia.

    El actual Presidente de la Repblica, general Ga-marra, quien he hablado de usted, me ha contestadocon elogios distinguidos de los eminentes serviciosque el Per reconoce en la persona de usted y lti-mamente en que le hecho relacin de los motivos po-derosos que le alejan por la dislocacin en que hanestado las provincias del Plata, y motivos evidentesporque usted, mi querido amigo, debiendo ser el pri-mero en su patrio suelo, se haba encontrado por largo

    tiempo en estado de vivir en el ajeno. El me contesty creo con sinceridad, que el Per era la patria deSan Martn, y que ninguna otra podra presentarle latranquilidad y el descanso que l deseaba usted, y,en fin, que tendr mucha satisfaccin verlo reunido este pueblo, que recuerda con entusiasmo su ilustre

    nombre. Estas expresiones, casi nunca odas de otrosgobiernos anteriores, ms bien hostiles su mejoramigo, conmovieron mi sensibilidad y me condujeronai silencio que en ios profundos pesares guarda el su-fridor angustiado. Yo espero, sin embargo, que la me-moria de estos acontecimientos prueben en adelanteun recargo prspero, y si las vicisitudes de la fortunafuesen siempre por otras partes ingratas, se podr con-tar al menos con un retiro que ofrece honrosas sea-les de atencin y distincin. Una absoluta separacinde todas materias polticas roe han colocado mi en el

  • -42 SAN MARTN

    goce de estas preciosas adquisiciones; y si, como lo es-

    pero, muy pronto la presente legislatura me hace lajusticia de declarar la validez de mis justos ttulos la hacienda de Montalvn, contra lo que ha promovidocontroversia doa Ignacia Novoa, mujer de D. ManuelArredondo, actual marical de campo en el servicio delrey de Espaa; afianzada, entonces, esta propiedad por

    una sancin segura inmovible, tendr usted, mi noble

    amigo, una Tebaida que la sombra del bien que se hahecho la patria, presida la sinceridad de dos amigosque se han consagrado el uno para el otro y ambos has-ta la tumba.

    Sobre todas las calamidades que me dice usted tra-bajan ese viejo Continente, la del clera morbus esla que agita ms mis cuidados y mi sensibilidad, y mistemores se aumentan por la suerte de usted y la de sutierna hija. Recuerdo la epidemia de Cdiz, y recuerdoque el cordn sanitario me cort la retirada que habaemprendido por tierra, por la va de Lisboa, para estepas, y por mar, el bloqueo del almirante lord Reyth;

    casi fui vctima de sus estragos, y baste decir que fuiel primero, gracias la Divina Providencia, que des-

    pus del segundo da en que, por el vmito negro,arrojaba tasas enteras de sangre, me salv la vidapara los fines de sus recnditos decretos. Sirva, pues,este recuerdo un general tan diestro como usted, miquerido compaero, para no permitir que un enemigotan fiero como rpido invada sus flancos y corte su

    retirada.

    Mand al general La Fuente la carta en que cobrabausted los mil pesos, que por conducto del seor Cabe-ro se le dieron por cuenta de este Gobierno en su co-misin Buenos Aires el ao 22; no le encontr enChile, donde resida, por haberse embarcado en Val-paraso, segn se dice, para el Alto Per, y dicha car-ta volvi mi poder; pero, segn algunas luces que

  • S CORRESPONDENCIA 43

    posteriormente se me han comunicado, hay sospechaque dichos mil pesos se hayan cobrado por alguno delos que han manejado ese asunto. El seor Riglos sehalla actualmente en el cerro de Pasco; se esperaaqu, y de l procurar saber lo cierto y obrar comoms convenga.No solamente los mil pesos anuales que usted me

    indica podr pagarle el Per por sus sueldos, sinotambin hasta cuatro mil, que corresponden los ha-beres de gran mariscal en cuartel, que por las escasecesdel erario le tiene declarado;es cierto que hay retar-dos en los pagos del ejrcito, pero fin de ao se pagan.

    Los primeros mil pesos que se pagaron usted fue-ron por cuentas de atrasados; los segundos mil pesospor sus sueldos corrientes; de ambas sumas recibidaspor m, he mandado usted por la casa de los seoresBaring Brothers y C y la de los Mrs. Delisle Janwin,etctera, los correspondientes libramientos, y el pri-mero de los segundos mil pesos tambin los seoresDelisle, etc., con carta del seor lvarez. Aunque digohaber recibido los segundos mil pesos, los consideroas por la seguridad de la casa que tiene que entregr-melos, sin prdida alguna por mi parle ni la de usted, pesar de sufrirla en el pblico los billetes sobreaduana, en que se han efectuado los pagos. Adjunto eilibramiento y la carta de aviso de los terceros mil pe-sos que el Gobierno ha dado en billetes de aduanapor sus sueldos, de los que tambin me doy por reci-bido, sin prdida alguna, por si se hubiese perdido elprimero, remitido usted por conducto de los seoresDelisle, etc.

    Mi seora madre y hermana Rosita saludan ustedy apreciable Mrcedias, con muy afectuosas expresio-nes, y muy particularmente el que es su amigo eternoy servidor

    Bernardo O'Higgins.

  • 44 SAN MARTN

    Exmo. Sr. D. Jos de San Martn.

    Lima, 9 de octubre de 1832.

    Mi amado amigo:Aprovecho la oportunidad que me ofrece la corbeta

    de guerra francesa "Bonite" (que es la misma por dondedebi haber marchadola de 17 de agosto ltimo, que vainclusa y fu los puertos de Intermedios, y regresadaal de Callao de la vela, el da de maana, para Valpa-raso y de all para Janeiro y Burdeos) para decir usted que con indecible gusto he recibido su aprecia-

    ble 1." de marzo, fecha en Pars, del ao corriente,por saber de su salud y de la de nuestra muy queridaMerceditas, que ya vive en su compaa, y cuyo p-rrafo, en la que contesto, he let'o con el inters y sa-

    tisfaccin de recuerdos pasados, que hacen renacer elafecto sincero con que tantas veces la he llevado en

    mis brazos en Mendoza, su patrio suelo. Srvase usted,pues, mi querido compaero, permitirme la adjuntacarta, que manifiesta el aprecio respetuoso y el inters

    que siempre consagrar la hija del libertador de mipatria y de mi ms grande amigo hasta la tumba.

    Escribo siempre con desconsuelo que esta carta no

    llegue, como deseo, su poder, pues considero muyprobable haya usted dejado Pars antes de ahora,huyendo de los estragos extensivos que hace el cleramorbus y que evidentemente abrazar toda la Europa.La presente situacin del Brasil y los disturbios de laBanda Oriental son inconvenientes poderosos que im-piden u?ted el abordar sobre esos puntos; pero oigo

    con placer que el presente estado de cosas de BuenosAires ser usted ms favorable que lo ha sido hastaaqu antes de su partida, y tanto ms favorable al que,

  • su CORRESPONDENCIA 45

    como usted, no quiere inciensos, oropeles ni mandos,

    que slo son buenos para mover la envidia y celos in-

    discretos de los que quieren juzgar al corazn de otroshombres por los suyos propios. Yo me he propuestoseguir con respecto Chile igual conducta la que

    me indica, por lo que hace las provincias Unidas del

    Plata. Me ha venido pasaporte del general Prieto, ycartas en que me llama Chile; no pienso hacer uso

    de l hasta saber con evidencia que usted haya llegado

    Buenos Aires y piense en venir su chacra de Men-

    doza, adonde se me dice se goza, al presente, tranqui-lilad y las haciendas se restablecen progresivamente;

    tambin oigo que la de usted perdi casi todos sus ga-nados, pero que en lo dems ha escapado mejor queotras.

    Hay otra ventaja evidente en esta posesin, que essu inmediacin Chile para una retirada en caso quela anarqua volviese asomar su cabeza en las provin-

    cias del Plata, y de ste al Per, si all prendiese tam-bin otra vez la llama de la discordia. Casi todos losngulos de la tierra ofrecen inquietudes y plagas des-agradables, y est en la sabidura del hombre elegir lomenos malo.

    Si usted, mi querido amigo, viniese Mendoza, nodude usted que con mil gustos pasar los Andes slopor tener el placer de abrazarlo. Creo que antes deveinte das se decidir favorablemente en este Con-greso la cuestin promovida por la seora de Novoasobre la justicia de mis ttulos la hacienda de Mon-talvn, en el valle da Caete; despus de lo que co-menzar disponer mis cosas para ir Chile en clasede un simple ciudadano, esto es, si las circunstanciaspolticas lo permiten y usted regresa Mendoza.He aprovechado las ocasiones favorables de comu-

    nicar sus impresiones nuestro amigo el general Prie-to, a! seor Zaartu, que est de plenipotenciario de

  • 46 SAN MARTN

    Chile cerca de este Gobirno; y usted, m queridocompaero, recbalas muy vivas y expresivas de miseora madre y hermana Rosita, quienes aunque nodesean mucho volver Chile, no ser que fuese porabrazar usted y Merceditas (para quien suplican

    usted un milln de expresiones), siempre se lisonjeande alcanzarlo, cuando no all, al menos en esta nuestrapatria adoptiva. Yo espero de las bondades de la Pro-videncia y confo no est muy distante el da en quealguna de las partes indicadas lo conceda su amigoeterno y servidor

    Bernardo O'Hggins.

    P. D.

    La corbeta francesa "Bonite" no sigue viaje para

    Francia hasta que le venga relevo, y estas cartas se

    demoran hasta otra oportunidad, y aprovecho estaocasin para decir usted que el seor Alvarez me

    entreg los mil pesos ltimos por cuenta de los suel-

    dos de usted, con cuya cantidad hacen en el todo tres

    mil pesos, los mismos que he librado en favor de usted la casa de Baring Brothers y C.*, Londres.

    Sr. D. Bernardo O'Hggins.

    Pars y diciembre 22 de 1832.

    Mi querido amigo y compaero:Despus de mi ltima, fecha 1. de marzo de este

    ao, hasta principio del pasado octubre, no he expe-rimentado otra cosa que tribulaciones. El clera nosinvadi en fines del citado mes, y mi hija fu atacada

  • su CORRESPONDENCIA 47

    del modo ms terrible; yo ca enfermo de la mismaepidemia tres das despus. Figrese usted cul sera

    nuestra situacin no teniendo por toda compaa msque una criada; afortunadamente, el da antes de laenfermedad de Mercedes, el hijo mayor de nuestroamig'o el difunto general Balcarce, haba llegado deLondres y se hallaba en nuestra compaa, paraba ennuestra casa de campo, en que estbamos, dos leguas

    y media de esta capital. Este fu nuestro redentor, ysin sus esmeros cuidados ambos hubiramos sucumbi-do. Mercedes se repuso al mes; pero yo, atacado alprincipio de la convalecencia de una enfermedad gs-trica intestinal, que me ha tenido al borde del sepul-cro, y que me ha hecho sufrir inexplicables padeci-mientos por el espacio de siete meses.En fn, los baos minerales de Aix, en Saboya, que

    fui tomar en setiembre pasado, me han repuesto yaliviado algn tanto.He recibido, casi a! mismo tiempo, el duplicado de

    la suya de 2 de octubre del ao pasado, y la de 24 dejunio del presente, de los tres libramientos de mil pe-sos cada uno, que han sido satisfechos religiosamentepor los seores Baring. Un milln de gracias usted yal amigo Avarez por esta oportuna remesa; ella noslo rae ha proporcionado satisfacer parte de los nue-vos empeos que haba contrado en mi penosa y largaenfermedad, sino qu tambin ha contribuido reali-zar mis ms deseadas esperanzas. Hace cinco aoshaba formado el proyecto de unir mi hija al jovenBalcarce. Hijo mayor de nuestro honrado y difuntoamigo ya citado, y agregado la legacin de BuenosAires en Londres, su juiciosidad no guarda proporcinen su edad de 24 aos; amable, instruido y aplicado,ha sabido hacerse amar y respetar de cuantos lo hantratado: l no posee ms bienes de fortuna que unahonradez toda prueba; he aqu todo lo que yo he

  • 48 SAN MARTN

    deseado para hacer la felicidad de Mercedes. Mi planera que su unin se realizase mi regreso Amrica, por mejor decir, de aqu dos aos; pero visto elestado de mi salud, he anticipado esta poca calcu-lando el estado en que quedara mi hija si llegase

    faltar su padre: as es que su enlace se ha realizado

    hace nueve das.

    Los nuevos esposos han partido ayer embarcarse

    en el puerto del Havre con destino Buenos Aires: yo

    no he podido acompaarlos, porque mi actual estadode salud no me permite emprender una navegacindilatada, igualmente que por volver tomar los baosde Aix, que los facultativos me aconsejan, el prximoverano. Prescindiendo de las razones expuestas, meacompaa otra no menos poderosa, que digo al amigoAlvarez y que comunicar usted.La carca que usted me anuncia en 5u ltima me re-

    mitir por la corbeta francesa de guerra, aun no la herecibido.

    Como yo debo permanecer en Europa todo el aoentrante, le prevengo al amigo Alvarez me remita losfondos que pueda haber cobrado por cuenta de mipensin, y si usted puede an hacer esta remesa porletras sobre la casa de Baring, se lo agradecer, puespor otro conducto no presentar la misma seguridad yprontitud.

    Mucho celebro la resolucin de usted de no volver Chile, por ahora, pesar de que el amigo Prieto lodesee, y de los respetos que todo hombre de bien ypatriota le tributara con tanta justicia. Yo protesto usted que cada vez que pienso que al volver BuenosAires puedo ser envuelto en una guerra civil pesarde mis propsitos firmes de no tomar la menor parteen sus disensiones, mis bilis se exaltan y me pongo deun humor insoportable. Ya no hay remedio; es precisovolver unirme mi hija en aquel pas; si no encuen-

  • su CORRESPONDENCIA 49

    tro en l las garantas de tranquilidad que deseo, meir con mi familia otro punto, bien sea Mendoza,Chile Per.Hgame usted el gusto de decirme el paradero del

    general Milier, y si est en sa, darle mis recuerdos.Yo contino siempre viviendo en una casa de cam-

    po, dos y media leguas de esta ciudad, tanto por raznde salud como por separarme del bullicio insoportablede una gran capital.

    Mis ms afectuosos recuerdos mi seora su madrey Rosita, y usted crame, por siempre, su reconocidoamigo y compaero

    Jos de San Martn.

    Sr. D. Bernardo O'Higgins.

    Pars, 25 de abril de 1833.

    Mi querido compaero y amigo:En fecha 22 de diciembre pasado, escrib usted en

    contestacin su apreciable del 24 de junio del mismoao; despus no he vuelto recibir ninguna otra, ni laque usted me prometa remitirme por una corbeta deguerra francesa que deba salir del Callao quince dasdespus de su ltima.

    Dije usted, en mi anterior, el matrimonio de mihija contrado con el joven Balcarce, hijo de nuestrodifunto amigo, el general de este nombre, igualmenteque de su embarque en el f-avre. Aun no tengo noti-cia de su llegada Buenos Aires, lo que me tiene conel mayor cuidado, pesar de que no corresponde te-ner esta noticia que fines del entrante mayo.Mi amigo, el coronel Iturreguy, ser el dador de

    4

  • 50 SAN MARTN

    sta; l va encargado de hacer ro nombre una visita mi seora su madre y Rosita; l dar usted un de-talle de todos mis padecimientos, pues ha sido testigfoocular de ellos.

    Creo que esta carta no lo encontrar en Lima, pues

    hace un mes lleg sta un tal Quesada, primo herma-no de nuestro amigo Prieto (de quien me trajo una car-ta), y me asegur se le esperaba usted en Chile, losdos meses despus de su salida; pero no supo decirmesi usted vena solo, si su familia lo acompaaba.

    El invierno lo he pasado menos mal de lo que sedebia esperar, visto del estado de debilidad en que meencontrabafinesdelotoo;tres cuatro nuevos ataqueshan desaparecido siguiendo un rgimensevero de vida yalgunos da de cama: ello es que me encuentro con bas-tantes fuerzas para emprender mi viaje, el 8 10 del en-trante, para los baos de Aix,en Saboya, que tanto bienme hicieron el ao pasado, y en los que fundo toda miesperanza de restablecimiento.Segn las ltimas cartas que he visto de Chile, el pas

    no slo gozaba de una gran tranquilidad, sino que todaslas apariencias prometan un porvenir halageo.

    El horizonte de este viejo continente vuelve obs-curecerse de un modo alarmante.Ayer he sabido el nombramiento la presidencia del

    gobierno de Buenos Aires, del generaldon Juan RamnBalcarce, hermano de nuestro difunto amigo don Anto-nio, y que, sin duda alguna, usted habr conocido cuan-do estuvo en Buenos Aires. Esta eleccin ha merecidola aprobacin de todos los patriotas, por recaer en unhombre de bien.A mi regreso de los baos, que creo se verificar

    fines de agosto, volver escribir usted; paraeste tiempo ya sabr si usted ha regresado no Chile.

    Mis ms sinceros y amistosos recuerdos mi seora

  • su CORRESPONDENCIA 51

    SU madre y hermana, y usted todo lo que le puede de-sear el ms apasionado de sus amigos

    Jos de San Martn.

    (borrador)

    Pars, 13 de setiembre 1833.

    Mi querido compaero y amigo:Pocos das antes de partir para los baos de Aix,

    escrib usted, en fecha 25 de abril; en 4 de agosto lovolv repetir, por conducto del Sr. de Soligny, quesali del Havre con destino Lima; pero como estecaballero debe detenerse algn tiempo en Panam yGuayaquil y, segn su plan, visitar igualmente Quitoantes de pasar al Per, no dudo que esta carta la reci-bir usted antes, pues el buque que la lleva, va direclamente Valparaso y Lima.

    Los baos de Aix, lejos de hacerme el bien que ex-periment el ao pasado y que me prometa el pre-sente, me produjeron unos violentos ataques de ner-vios, que me tuvieron en peligro y me debilitaron entrminos de haber tenido que emplear un mes de tiem*po para regresar sta. Por consejo de los facultati-vos pas Dieppe con el objeto de respirar el aire dela costa, y si me fortaleca algn tanto, tomar los ba-os de mar; esto me ha hecho un bien extraordinarioj,pues no slo han calmado y son menos frecuentes lasconvulsiones, sino que me he fortalecido y recuperadoalgn tanto el apetito.

    Despus de su apreciable ltima del 25 de junio del

  • 52 SAN MARTN

    ao pasado, no he vuelto recibir ninguna de usted nidel amigo Alvarez; yo espero que tanto usted como suamable familia y este amigo gozan de buena salud.He tenido carta de mis hijos, los que llegaron Bue-

    nos Aires con completa salud despus de un viaje muycorto y feliz. Si he de juzgar por sus cartas, las de algu-nos otros amigos y del mismo gobernante Balcarce,aquella ciudad se hallaba amenazada de nuevas disen-siones.

    Desgraciado pas, que la experiencia de la guerracivil que acaba de sufrir, lejos de moderar sus pasio-nes y mezquinas ambiciones, han, por el contrario, to-mado ms extensinl A propsito de revoluciones,esta maana ha estado Barra verme y me ha ledo unprrafo de carta de Valparaso, en que le dicen acabade llegar un buque del Callao con la noticia de la de-posicin de Gamarra, por una revolucin, y el nom-bramiento de presidente en Riva Agero. Yo estoyfirmemente convencido, que los males que afligen los nuevos Estados de Amrica no dependen tanto desus habitantes como de las constituciones que los rigen.Si los que se llaman legisladores en Amrica hubierantenido presente que los pueblos no se les debe darlas mejores leyes, pero s las mejores que sean apro-piadas su carcter, la situacin de nuestro pas seradiferenteno sigamos este asunto, porque es entrar enun caos interminable. Lo que yo desear con todo micorazn es que este acontecimiento no influya en sutranquilidad y de los dems amigos.

    Esta carta va dirigida Lima, pues Barra me ha di-cho no haba noticia alguna de la llegada de usted Chile.

    Permtame usted le vuelva recomendar al caba-llero Soligny, prescindiendo del reconocimiento quele soy deudor por e) esmero con que me ha asistidodespus de los baos de Aix; usted encontrar un m-

  • su CORRESPONDENCIA 53

    dico filantrpico y lleno de conocimientos, agregueusted de una honradez toda prueba.Posesor deuna fortuna independiente, ha emprendido viaje Amrica sin otro objeto que el de perfeccionar sus co-nocimientos botnicos y, como l dice, salir de la mo-notona de Europa.

    La mutacin de presidente no me deja la menor es-peranza de cobrar nada de mi pensin. Yo prevengo nuestro amigo el doctor Alvarez suspenda toda ges-tin sobre el particular, pues, como conozco su carc-ter fuerte, temo se comprometa por m, lo que mesera sumamente sensible.

    Mis ms finos recuerdos mi seora su madre y Ro-sita,- y usted, mi buen amigo, la amistad ms sin-cera de su

    Jos de San Martn.

    Pars, 20 de diciembre 1835

    .

    Compaero y querido amigo:Despusderasdetres aossinrecibirlamenor noticia

    de usted, ni del amigo Alvarez, mis cuidados no seriantan alarmantes si el Per se hallase en tranquilidad;pero habiendo visto, por los papelespblicos, los malesque se han desplomado sobre ese desgraciado pas ylas violentas mutaciones de los gobiernos que se hansucedido, estoy con una grande inquietud hasta sabercul ha sido la suerte de usted y familia: algunas vecesme consuela la idea de que, sea cual fuere el hombreque se halle al frente del gobierno, sabr respetar alhonrado y bravo patriota, general O'Higginsso penade ver un monstruo de injusticia; pero como los re-cientes sucesos de los nuevos Estados Americanos han

  • 54 SAN MARTN

    demostrado que no slo no saben tributar homenaje esas virtudes, sino por el contrario, ellas son la causa

    de persecuciones, as es que mis temores se renuevanalternativamente. Saqueme usted, mi buen amigo, deesta cruel incertidumbre, escribindome cuatro letras,de tiempo en tiempo; dicindome simplemente estoycon salud y gozo de paz con mi familia. Esto es todocuanto puede desearse en las circunstancias en que sehalla ese pas, porque ser feliz es imposible, presen-ciando los males que afligen la desgraciada Amrica.

    Si la distancia del teatro de los acontecimientoscausa en m una impresin doiorosa, qu no suceder usted hallndose testigo ocular de ellos: por otraparte, yo calculo cuan embarazosa debe ser la posicinde usted entre opiniones y partidos encarnizados, ycuan difcil le ser tener una conducta imparcial, por-que en la guerra civil el sistema capaz de reputar deenemigo el que no es de la misma opinines la leysuprema.

    Jos de San Martn.

    (borrador)

    No es por usted, mi querido amigo, pues hace msde tres aos que carezco enteramente de sus cartas,pero s por el coronel Viel, que me ha sacado de laterrible incertidumbre en que me hallaba de su suerte

    y la de su amable familia, al fin s que usted y todaella gozaban de salud cumplida y viviendo en la ha-cienda, como punto ms seguro en medio de los horro-res que han afligido al pas. Yo espero que la presen-

  • su CORRESPONDENCIA 55

    cia del general Santa Cruz har terminar sus males yque das ms felices le estn reservados al Per.En fines de Enero escrib usted por conducto del

    caballero Mendeville, marido de Mariquita Thompson,de Buenos Aires, quien usted conoci, y que pasa

    de cnsul general de Francia Quito, debiendo antestocar en Lima.

    El me ha prometido entregar usted personalmente

    mi carta, y por este medio tendr la certeza de queusted la ha recibido.

    Aguardo, en todo el mes entrante, mi hija y su

    marido: ste, sin otro motivo, que es gobernador Bal-

    caree, se le ha separado del empleo de primer oficial

    de secretara de Negocios Extranjeros que obtena eneste caso y siendo su posicin sumamente violenta yfalsa. Los he hecho venir mi lado hasta tanto el hori-

    zonte de aquel pas se aclara y su estabilidad y orden

    me permitan regresar con toda mi familia.Mi amigo el seor don Casimiro Olaeta, que ha

    residido en Francia como ministro de Bolivia y quepasa con igual carcter Chile, me ha prometido el

    dar direccin segura sta: yo le he encargado de ha-cer usted y familia una visita mi nombre, si es quelas circunstancias le proporcionan tener el gusto deverlo.

    Un milln de recuerdos mi seora su madre y Ro-sita y la amistad invariable y sincera de su

    Jos de San Martn.

  • 56 SAN MARTN

    Exmo. Sr. Capitn general D. Jos de San Martn.

    Lima, 27 Mayo 1836.

    Seor mi amigo y compaero muy amado:Resonaban ya por todos los ngulos de la Repbli-

    ca las tempestades polticas fines del ao 33 y toca-ban tan de cerca, ms bien dir estallaban sobrenuestras cabezas en esta capital en los das de Diciem-bre del referido ao, de un modo que para no abrasar-se en la conflagracin que soplaban las pasiones civi-

    les, era necesario al menor tctico buscarse una retira-

    da honrosa para evitar un combate en que nunca segana y siempre se pierde.Yo que como usted, mi querido compaero sabe,

    fui siempre tan solcito en tomar armas en la guerra

    de independencia, en las contiendas civiles soy ungamo, que ni el ms diestro cazador el ms velozgalgo me encuentran, ni me alcanzantom, pues, lasde Villadiego, y favor de las tinieblas de la nocheatraves con mi familia ros, casi nado, evitando lavigilancia de montoneras, bandidos y salteadores, quecubran los pasos y caminos principales hasta llegar mi Tebaida de Montalvn para no oir ni saber lo quepasaba en esta regin de contiendas y guerras civiles,porque afectaban demasiado el sistema nervioso de micabeza, pues que estuve punto de soltar el alma porun ataque que aqu llaman terciana la cabeza.Cua-

    tro meses antes de esta enfermedad, en que la bondadde la Alta Providencia quiso volverme la salud delcuerpo, mis servicios la causa comn de Amrica, mireputacin y mi honra haban pasado por el crisol deun juicio pblico que fui provocado por un libeloinfamatorio, el ms escandaloso, grosero infundado

  • su CORRESPONDENCIA 5T

    que ha sufrido el arte de la imprenta, publicado bajoe! ttulo de "Alcance al Mercurio Peruano" por aqueldon Carlos Rodrguez, que usted recordar estuvo depresidiario, por decreto del Gobierno de Buenos Aires,en Martn Garca. Este hombre, mal informado y enar-decido por las invectivas de sus socios, la gavilla ca-rrerista, que aunque expirante ha podido tomar unaparte en el gobierno del general Prieto, era el instru-mento que consideraron ms propsito para arruinarmi buen nombre.Irritada, pues, al ver los elogios queme prodigaba la imprenta libre de aquella poca, lavoz pblica que aclamaba mi regreso, y el Congresonacional puesto en mocin por un proyecto de ley dedesagravio del honor nacional, y de conformidad conel voto pblico para que se me restituyese el empleode Capitn general, de que haba sido ilegalmentedespojado, se sirvi, pues, la gavilla del rgano de estehombre sin pudor, para que capitanease en el Per lasarmaS; que de ningn valor en Chile, me abriesen unanueva campaa en territorio extrao donde me consi-deraban sin elementos de defensa; pero qu altos sonlos juicios del Eterno!; qu admirables sus providen-cias!Aqu, en este mismo campo que eligieron parael combate, fueron ignominiosamente derrotados y que-daron sepultados para siempre sus detracciones, suscalumnias y sus desvergenzas, reducidas polvo ycenizatriunfo tanto ms admirable cuanto era la pri-mera victoria que haba visto l Tribunal de Jurados deesta capital, donde el poder de sus gobiernos, ni algnotro influjo haban conseguido salir tan victoriosamen-te contra las malas lenguas y plumas ensangrentadasde pasiones detractores. Era, pues, necesario otro triun-fo importante para reconocer el favor que la mano vi-sible de Dios me haba concedido en mi justificacin,

    y ste era el vencimiento de mis pasiones conmovidaspor mi amor propio.Tambin me concede el Altsi-

  • 58 SAN MARTN

    mo esta gracia; perdono al reo y en l todos mis ca-lumniadores; le permito el escape, porque no podiaevadirse de las leyes, y regresa Chile, su pas, llevan-do consigo la evidencia de lo justo y lo injusto y laprueba incontestable que jams triunfar contra la ino-cencia, la iniquidad y la malignidad (1).

    Pero me he distrado demasido del objeto principalde esta carta, que ahora mismo pueden venir por ellaestando dar la vela para Inglaterra la fragata deS. M, B. "Blonde", y me apresuro decir usted conmucha satisfaccin, que le adjunto e\ Redactor Peruano,en el que encontrar un decreto del gobierno, que sibien hace usted la justicia debida que otros habanolvidado, tambin lo restablece al goce de la pensinntegra, que se le acord por el Congreso, y mandaque, desde el presente mes, la par de la lista militar,sin perjuicio del monto de sus ajustes, que ofrece lue-go que lo permitan las circunstancias, se pague su ha-ber corriente su apoderado. Sin duda habr ustedextraado no ver cartas de sus amigos desde el ao 33,

    y quin habra querido darle la nueva del injusto de-creto que ordenaba no se pagase su haber mensual,principalmente cuando se esperaba que tamao absur-do no poda ser de mucha duracin? Nadie, y yo mis-mo he participado de este acbar, que se ofreca susgrandes y eminentes servicios prestados la justa cau-sa de esta Nacin eminentemente noble y generosa.

    Ojal que la miserable administracin de Chile imitarala justicia que el Per, sin recursos, ofrece restablecer

    y pagara usted, aunque no fuese ms que con sus vo-tos sinceros, lo que le debe!

    Mas qu podr delibe-rar una nacin gobernada por los hombres ms ingra-tos y mezquinos que conoce la raza humana? Todo

    (Ij En el folleto Acusacin pronunciada ante el Tribunal deJurados, por el Dr. Juan Ascensio.Lima, 1823, estn los docu-mentos que se refiere este prrafo.

    Nota del Editor.

  • su CORRESPONDENCIA 59

    para si y sus amigos los ms en continuo contacto conlos indios brbaros de las fronteras, sin otro roce queel de ncivilizar, desnaturalizar el noble carcter chile-no, el honor nacional y el glorioso nombre que se ha-ban adquirido en la cuna de su revolucin.El gene-ral Prieto, puesto la cabeza del gobierno por misamigos para restablecer el orden y crdito perdidodesde el ao 33, empua el mando, vuelve las espaldas sus bienhechores y aun les persigue, para entregarseciegamente los enemigos de su patria, esa gavillade corrompidos que tanto mal ha hecho, no solamente Chile, sino tambin la causa comn de Amrica. Suadministracin me ha sido ms enemiga y contraria quealguna otra de las anteriores. ltimamente que ya va acabar su mando y no hay otros males que presentar-me, me escribe llenndome de satisfacciones y atribu-yndolo todo, segn las palabras de su carta, " sumala suerte que (con respecto m) le ha hecho apa-recer como un fenmeno el ms original en poltica, las azarosas circunstancias de la revolucin: en quesin saber cmo ha tenido que ponerse al frente y sa-vcrificarlo todo la paz".Mi contestacin fu quequedaba todo por mi parte olvidado, y que nada mesera ms grato que servirlo en cuanto pudiese con lalque no sea alguna cosa que haga relacin mandosporque sean cuales se fuesen los riesgos y peligros demi patria, ella no encontrar en m, otra vez, un man-datario, pero s, en caso necesario, un soldado pronto consagrar mi vida por su independencia. Siento de-masiado no poder continuar esta carta en que tantohaba de decir despus de tres aos que las circuns-tancias no me han permitido tomar la pluma para salu-darlo; pero muy pronto se me presentar oportunidadmenos apurada y la ocupar con satisfaccin. Ahora,concluir con anunciar usted que el general SantaCruz, nombrado Protector del Estado Sud Peruano

  • 60 SAN MARTN

    (los departamentos del Cuzco, Puno, Arequipa y Aya-cucho) en Federacin con el Alto Per Estado Boli-viano, se espera aqu para mediados de junio prximo,y se cree que los departamentos de Lima, Junn y Li-bertad, bajo el ttulo de Estado Nor-Peruano, se unan la Federacin expresada, declarando igualmente alexpresado general Santa Cruz, Protector de toda laFederacin. Diez mil bayonetas apoyan, segn dicen,esta unin, y tendr, por consiguiente, la aprobacinde los pueblos.Tuve el gusto de saber, en meses pasados, por mi

    seora doa Fermina, que nuestra amada Merceditas,su digna hijita, gozaba de salud con su esposo en Bue-nos Aires. Dios les conceda la prosperidad que siem-pre les he deseado. Reciba usted un milln de expre-siones de mi seora madre y Rosita, que siempre ydiariamente se acuerdan de su amado amigo San Mar-tn, y me encargan le salude y le diga que no pierdenlas esperanzas de abrazarle algn da; y sta es muyparticularmente la ansia de su eterno amigo

    Bernardo O'Higgins.

    San Martn i O'Higgin.

    Pars, 18 de diciembre 1836,

    "Y bien, mi amigo, todos esos ejemplares han labra-do en mi corazn un tal tedio toda sociedad, quehace tres aos que vivo en este desierto, muy con-tento con no tener la menor relacin con ninguna per-sona, excepto con mi bienhechor. Este es un tal Agua-

  • su CORRESPONDENCIA 61

    do, el ms rico propietario de Francia, que sirvi con-migo en el mismo regimiento en Espaa y quien lesoy deudor de no haber muerto en un hospital de re-sultas de mi larga enfermedad; en fin, dejemos esteasunto: l no hace otra cosa que atacar mis nervios,

    que se hallan en un estado muy irritable."

    Exmo. Sr. D, Jos de San Martin.

    Lima, 3 de agosto de 1836.

    Mi amado amigo y compaero:No puedo dejar pasar la oportunidad que ofrece un

    buque ingls, que sale del Callao para Inglaterra, enel da de maana, sin saludar usted y decirle que,en 27 de mayo ltimo, le escrib por la fragata deS. M. B. "Blonde", que en su regreso Inglaterra toca-ba en',Valparaso. En dicha carta manifestaba usted lacomplacencia que senta al adjuntarle Redactor Perua-no, que redactaba el honorfico decreto de este gobier-no, haciendo usted la justicia tan merecida y tan olvi-dada de los envidiosos y de los ingratos. Dicho decretorestablece usted el goce de la pensin ntegra, que sele acord por el Congreso, y ordena que se pague des-de aquella fecha la par de la lista militar, su haber co-rriente, su apoderado, sin perjuicio del monto de susajustes, que ofrece pagar luego que lo permitan las cir-cunstancias.

    Por mano del caballero Mendeville, vino a las massu muy estimable 26 de diciembre del ao pasado, yfu un da de grande regocijo toda esta su casa al sa-ber de su buena salud, despus de dos aos que nadahabamos sabido y se crea generalmente no estuvieseusted en Pars. La amabilidad del seor Mendeville nos

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    permiti, principalmente mi hermana Rosita, cuantasinvestig^aciones acerca de usted deban satisfacer unatan larga ausencia; por desgracia no pudo mi seoramadre participar de la vista de su recomendado, el se-or Mendeville, porque haca das estaba enferma encama; pero, ahora ya mejorada, me encarga diga us-ted mil cosas, como igualmente Rosita.

    Har diez das que se embarc el caballero Mende-ville para Guayaquil, y no me ocup en cosa alguna, pesar de mis ofrecimientos como un recomendado deusted.

    En este momento, en que escribo, recibo carta denuestro amigo el coronel O'Brien, edecn del generalSanta Cruz, de fecha 28 del mes pasado, de Tarma, enque me dice que se encuentra all el referido general yno piensa moverse para Lima hasta saber el resultadodel nombramiento de supremo magistrado, que va ha-cer la asamblea de Huaura. Se supone generalmenteque dicha asamblea le nombre presidente protectorde este nuevo Estado, que llaman Nor-Peruano, comose hizo en la de Sicuan del Estado Sud- Peruano.

    Para presenciar la apertura de la referida asamblea deHuaura y entregar el mando provisorio, ha salido deaqu el da 25 del pasado julio, el general Orbegoso,de quien se dice sea nombrado vice-presidente de esteEstado, y muy pronto sabremos el resultado y la ver-dad de todo, que comunicar usted por la primeraoportunidad favorable que se presente.No se sorprender usted demasiado cuando sepa

    que el mismo hombre que en el ao 23 se sublevcontra mi gobierno y me entreg en manos de misenemigos el falso amigo nuestro don Ramn Freirha salido furtivamente del Callao en la "Monteagudo",el da 8 del corriente, con una gavilla de desesperadosque, en unin del bergantn "Orbegoso", que habadado la vela cuatro das antes, compondrn, segn di-

  • su CORRESPONDENCIA 6S

    cen, doscientos hombres de desembarco. Tambindicen que se dirigen Juan Fernndez sacar de all los presidiarios, que por delitos de asesinatos, robos